Al “Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos, y les encargaba rigurosamente que no le descubriesen; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: He aquí mi siervo, a quien he escogido; Mi Amado, en quien se agrada mi alma; Pondré mi Espíritu sobre él, Y a los gentiles anunciará juicio. No contenderá, ni voceará, Ni nadie oirá en las calles su voz. La caña cascada no quebrará, Y el pábilo que humea no apagará, Hasta que saque a victoria el juicio. Y en su nombre esperarán los gentiles.” S. Mateo 12:15-21 RVR1960 https://www.bible.com/149/mat.12.15-21.rvr1960
“He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi
alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley.” Isaías 42:1-4
¿Qué significado tiene para la iglesia la siguiente descripción
que Isaías hace del Mesías? «no quebrará la caña cascada, no apagará el pabilo que humeare…».
El carácter y ministerio de Cristo es manifestado por el
profeta Isaías en su capítulo 42 y versículo 3: «No quebrará la caña cascada, no apagará el pabilo que humeare…» Mateo describe en su evangelio el cumplimiento de ésta profesía. ¿Qué significado puede tener este texto para la Iglesia?
1-La caña mencionada crece abundantemente en las
orillas de los ríos de Israel. Se usaba para elaborar flautas y era una tarea delicada ya que al ahuecarla se podía magullar fácilmente. Si se dañaba no servía como instrumento musical y entonces se quebraba y se tiraba al río. De todos modos había muchas más cañas que se podían usar.
Las personas son, a menudo, «cañas» dañadas, con
cicatrices en sus vidas que las han doblegado y herido.
. Él se especializa en enderezar las cañas heridas,
ayudándolas a ponerse firmes bajo su paciente y amoroso cuidado. “El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.
Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué
buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras? Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. Éste halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro ).” S.Juan 1:35-36, 38-42 RVR1960 https://www.bible.com/149/jhn.1.35-36,38-42.rvr196
El apóstol Pedro era una «caña cascada»cuando negó al
Señor.
¿Cómo podía ese hombre luego llegar a ser un líder
reconocido en la iglesia primitiva? La respuesta está en el ministerio del Señor que cuidadosamente restauró a Pedro y le dijo: «Apacienta mis ovejas».
. El proceso para convertirse en roca.
, como Pedro lo negó tres veces, Jesús le hizo confesar tres veces que lo amaba, y le ancargó sus ovejas.
Esto significa que el amor y la gracia del Señor es eterno. El
amor y al gracia le hace cambiar a las personas. No así los juicios, las crit́ icas, el puño, o los castigos. Miren a los que estan en las cárceles.
Comete una y mil veces los delitos. Los castigos de la cárcel
no los cambian.
Pero el más malvado que se encuentra con Jesús y
experimenta su amor y su gracia se convierte de una caña a una roca. Simon Pedro
El recibió la revelación de Quién era Jesus :
“Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos. Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo.” S. Mateo 16:13-20 RVR1960
https://www.bible.com/149/mat.16.13-20.rvr1960
2-En los tiempos bíblicos los hogares israelitas se
iluminaban con pequeñas lámparas de aceite. Un pabilo o mecha de fibras de lino flotaba en el aceite y daba luz a la casa. Ese pabilo con el tiempo, se carbonizaba soltando un olor nauseabundo y debilitando la luz de la lámpara, por tanto, se necesitaba una limpieza periódica y un arreglo del pabilo para que la lámpara continuara alumbrando.
El pabilo humeante sirve para ilustrar a la persona cuyo
testimonio se ha vuelto ineficaz . El Siervo de quien Isaías dice que no apagará el pabilo humeante sino que lo restaurará para que continúe brillando No olvidemos que Jesucristo restauraba esas cañas magulladas y las convertía en instrumentos musicales que tocaban su canción de gracia. Él tocaba los residuos humeantes de la vida y los transformaba en los medios a través de los cuales sería la luz del mundo. Entonces, ¿por qué nosotros no hacemos lo mismo? ¿Es que acaso se nos olvida de dónde nos sacó Dios?
La caña cascada, la mecha humeante, representan toda
clase de miserias, dolencias y penalidades a que está sujeta la humanidad.
No terminará de romper la caña ya cascada; al contrario, se
inclina sobre ella, la endereza con sumo cuidado y le da la fortaleza y la vida que le faltan.
Tampoco apagará la mecha de una lámpara que parece que
se extingue, sino que empleará todos los medios para que vuelva a iluminar con luz clara y radiante. Ésta es la actitud de Jesús ante los hombres.