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ESTANDARES DE LA PRUEBA JUDICIAL1

Las pruebas y sus respectivos estándares, se han destacado por ser una de las bases de mayor
importancia dentro del derecho probatorio y procesal, a continuación, destacaré su origen, definición,
importancia y la relación que tiene con el derecho procesal y otras áreas del saber jurídico, así mismo
mencionare los usos, ventajas y desventajas de los estándares probatorios para y su correlación con
el razonamiento probatorio.

Cuando se habla de prueba, nos referimos a un importante concepto que está presente en el
ordenamiento jurídico, su origen literario proviene del latín “probus” que quiere decir “bueno,
correcto, recto, honrado”, para el tratadista Caravantes es “todo aquello que nos sirve para darnos
certeza acerca de la verdad en torno a averiguar qué se hace en juicio de algunas cosas dudosas o
bien la producción de los elementos de convicción que someten al litigante en la forma que la ley
previene, ante el juez para justificar la verdad de los hechos alegados en el pleito”2, entonces se
podría decir que lo que resulta probado corresponde a una realidad enfocada a verificar y demostrar
una autenticidad.

Probar se concreta en aportar al proceso por los medios y procedimientos legales, la prueba
conducente para llevarle al juez la certeza o el convencimiento de los hechos, de esta manera el
objetivo institucional de la prueba no puede ser otro que el de la averiguación de la verdad, verdad
entendida como correspondencia con el mundo y los hechos ocurridos en el caso concreto.

De esta manera, un hecho que se determina probado debe relacionarse con lo que paso en el mundo,
para que las hipótesis de las partes se confirmen y en dicho entendido las afirmaciones de las
partes deben tener una fuente de donde devienen, que serían las pruebas para lo cual los abogados
usan medios probatorios como el interrogatorio de parte, la confesión, el testimonio, el dictamen
pericial, las pruebas extraprocesales y otros medios de conformidad con el tipo de proceso que se
adelanta y la legislación aplicable.

Es por esa razón, que la prueba guarda una relación importante con el derecho procesal porque es
parte integral del mismo y al respecto es importante identificar que una cosa es la prueba, otra el
proceso y otra la acción.

La acción es la facultad que tienen las personas para acudir a la jurisdicción para hacer respetar un
derecho subjetivo, el proceso es el camino para hacer efectivo el derecho sustancial y la prueba es
la verificación de la verdad y hacia eso va dirigida.

Por lo que cada una de las partes intenta darle un sentido a lo distintos parámetros y herramientas
probatorias para demostrar lo que es cierto, sin embargo, el juez como director del proceso es quien
decide cuál de ellas está mejor construida, teniendo en cuenta las dos facetas de la verdad: la formal
y la material; la verdad formal es aquella que se presenta directamente la ocurrencia de los hechos
y la verdad material es la que está soportada en la evidencia. En la mayoría de las veces la verdad
formal no coincide con la verdad material y es ahí donde el juez tiene que evaluar cada uno de los
aspectos facticos del caso y verificar la presencia de la verdad material, siendo está la que se
constituye realmente como prueba.

La prueba es una, como uno es el Derecho Procesal, como lo es también la acción. Podríamos decir
que la prueba es el alma del proceso y el proceso es la razón del derecho procesal y la acción es la
que le da vida a la jurisdicción.

Las anteriores consideraciones, vislumbran la gran relevancia de la prueba en los procesos jurídicos
y es aquí donde entran en juego los estándares de prueba, al juez le corresponde decidir si la
proposición fáctica de las partes es o no probable dicho esto, los estándares son esos criterios que
pueden indicar con el mayor grado de objetividad posible cuando se puede decir que es suficiente
ese nivel de proposición y por ende, su verdad, esto involucra dos fórmulas, cual es el grado de
verosimilitud que se requiere y con qué criterios se alcanza este grado.

Este es un problema no solo filosófico y jurídico si no también político, pues la menor o mayor rigidez
o exigencia del nivel o estándar de prueba, debería ser fijado por el legislador, para que todos los
involucrados lo conozcan con antelación y así hacer más objetiva la valoración probatoria resultando
en un mayor control del proceso judicial. Sin estándares de prueba no sabemos cuándo debe
aplicarse la carga de la prueba ni tampoco si la hipótesis está o no probada, si no tenemos en cuenta
los estándares, no es posible aplicar las reglas de toma de decisión en el proceso, lo que resultaría
en un problema de arbitrariedad en la toma de decisiones judiciales.

Debemos de ser conscientes que cuando hablamos de hechos, en ningún ámbito del conocimiento
podemos tener certezas absolutas y racionales acerca de lo ocurrido, pero los parámetros

1
Ensayo presentado por Germán Camilo Ibarra Martínez, estudiante de segundo año de Derecho de la
Universidad de Nariño, con el fin de ingresar al semillero de investigación dirigido por el Doctor Omar
Alfonso Cárdenas Caycedo.
2
J. de Vicente y Caravantes, Tratado histórico, crítico filosófico de los procedimientos judiciales en materia
civil, según la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil, t. II, Madrid, 1856
probatorios permitirán deducir cual es la hipótesis más razonable para dirimir o decidir sobre el caso
que se encuentre bajo estudio.

La conclusión del razonamiento probatorio, estructuralmente no responde a una probabilidad


matemática, con la cual se puede razonar con términos numéricos, lo cual devela que la formulación
y aplicación de los estándares probatorios no pueden aplicarse en términos numéricos, puesto que
la realidad fáctica resultara diferente y variable respecto a los hechos y daños en cada situación
particular.

Si no podemos tener certezas absolutas entonces solo podemos concluir que hay un cierto grado de
probabilidad de que una hipótesis sea cierta pero ¿qué grado de probabilidad y corroboración es
suficiente para aceptar esa hipótesis?, es así que debemos determinar cuál es ese grado de
suficiencia que es a lo que apuntan los estándares de prueba.

En consecuencia de ello los estándares son reglas que fundamentalmente apelan a criterios
subjetivos o elementos que permiten llegar a la íntima convicción, la certeza, el más allá de toda
duda razonable y son criterios de toma de decisión que directamente apelan a la subjetividad, por
ello se concluye que existen dos tipos de errores, el primer error al respecto es que no se puede
hablar en puridad de estándares de pruebas y el segundo es que los estándares de prueba no fijan
umbrales para la toma de decisión.

La certeza ha sido considerada como un estándar de la prueba, sin embargo, está se mantiene en
un alto nivel de subjetividad, púes no es posible controlar hasta donde llega la certeza objetiva en un
caso específico, sin que tenga un contenido muy amplio de elementos subjetivos; como prejuicios,
formación profesional, concepciones políticas o religiosas etc. Todos los cuales operan de una
manera inconsciente a la hora de valorar la prueba me parece importante traer a colación la opinión
del maestro Luigi Ferrajoli quien refiriéndose al juez dice:

“Este por más que se esfuerce por ser objetivo, siempre está condicionado por las
situaciones ambientales en las actúa, por sus sentimientos, inclinaciones, sus emociones,
sus valores ético-políticos.”3

Más allá de las alteraciones deshonestas y partidistas en la verdad, en realidad son posibles y en
alguna medida inevitables las deformaciones involuntarias debidas al hecho de que toda
reconstrucción judicial mínimamente compleja de los hechos pasados equivale en todo caso a su
interpretación, a la que el juez llega partiendo de hipótesis de trabajo que, aun cuando precisadas o
modificadas en el curso de la investigación, le llevan a valorar algunas pruebas y a descuidar otras
y le impiden a veces no solo comprender sino incluso ver datos disponibles pero en contraste con
ellas. En todo juicio, en suma, siempre está presente una dosis de “prejuicio”

Por su parte, el estándar de duda razonable es un nivel de certeza que tiene que alcanzar un juez
para estimar o desestimar las pretensiones y condenas, este estándar tiene rango constitucional,
expresamente no está dentro de la constitución, pero este protege el del debido proceso, la duda
razonable surgió con el fin de proteger las almas de los jueces porque condenar a un inocente era
un pecado mortal, si ellos tenían alguna duda no debían condenarlo, este estándar surgió para
sacarles presión a los jueces en palabras de Edmundo Hendler esto desde el punto de vista que es
peor condenar a un inocente que liberar a un culpable (dentro de los casos penales).

Si bien la formula “más allá de la duda razonable” busca una mayor objetividad en la valoración
probatoria, no es el ideal de un estándar objetivo y controlable porque así mismo permite un alto
grado de subjetividad.

CONCLUSIONES:

 Los estándares de prueba necesitan fijar umbrales para saber cuándo o cuando no
son suficientes las pruebas.
 Hay poco desarrollo en teoría general de la prueba acerca de los estándares de
prueba.
 Lo importante son las garantías sobre las que se decide.
 Los estándares probatorios tienen un alto grado de subjetividad.

3
FERRAJOLI, LUIGI, Derecho y razón, 3ª ed., Madrid, Trotta, 1998, p. 56.

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