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EFECTO DOMINÓ

Aunque el denominado "efecto dominó" es bien conocido desde hace tiempo, sólo se ha
reconocido oficialmente en la Directiva Seveso II y por consiguiente en el Real Decreto
1254/99. En el artículo 8 se contempla el hecho de que en determinados establecimientos o
grupos de establecimientos, la probabilidad y las consecuencias de un accidente grave en uno
de ellos puedan verse incrementadas por la proximidad entre ellos y por la presencia en ellos
de sustancias peligrosas. Esta es una de las principales novedades de esta normativa.

Esto obliga a los establecimientos cercanos entre sí a intercambiarse determinadas


informaciones con el fin de analizar globalmente el riesgo presente y a tenerlo en cuenta para
desarrollar sus políticas de prevención, de gestión de la seguridad y en sus planificaciones de
emergencias.

La principal fuente de información que sirve de base para el análisis y el entendimiento del
fenómeno consiste en analizar estadísticamente series históricas de accidentes. A partir de
estos datos se obtienen las características principales de un determinado accidente en orden
a establecer las relaciones entre categorías de establecimientos, tipos de efectos físicos y
alcances de los efectos dominó referenciados.

Definición,
alcance y
análisis del
efecto dominó

El efecto dominó se
puede definir [1,2]
como "un conjunto
correlativo de
sucesos en los que
las consecuencias
de un accidente
previo se ven
incrementadas por
éstos, tanto espacial
como
temporalmente,
generando un
accidente grave".

La definición que se
presenta en el R.D.
1254/99 es la
siguiente: la
concatenación de
efectos que multiplica las consecuencias, debido a que los fenómenos peligrosos pueden
afectar, además de los elementos vulnerables exteriores, otros recipientes, tuberías o equipos
del mismo establecimiento o de otros establecimientos próximos, de tal manera que se
produzca una nueva fuga, incendio, reventón, estallido en los mismos, que a su vez provoque
nuevos fenómenos peligrosos.
A partir de esta definición, se puede deducir lo siguiente:

 Un efecto dominó implica la existencia de un accidente "primario" que afecta a una


instalación "primaria" (este accidente puede no ser un accidente grave), pero que
induce uno o varios accidentes "secundarios" que afectan a una o varias instalaciones
"secundarias". Este accidente o accidentes secundarios deben ser accidentes más
graves y deben extender los daños del accidente "primario".
 La extensión de los daños es tanto espacial (áreas no afectadas en el accidente
primario, ahora resultan afectadas), como temporal (el accidente secundario afecta a
la misma zona pero retardado en el tiempo; en este caso las instalaciones primarias y
secundarias pueden ser la misma), o ambas.

Para ilustrar estos efectos se describe una accidente de estas características ocurrido en una
refinería de la ciudad de Texas en el año 1978.

El 30 de mayo de 1978, ocurrió un accidente grave en una refinería de la ciudad de Texas,


Estados Unidos. Probablemente, el sobrellenado de una esfera de almacenamiento (la nº 409)
de isobutano motivó la ruptura de la esfera y generó la fuga y emisión parcial de su contenido.
El isobutano generó una nube de vapor inflamable que explosionó debido a un punto de
ignición desconocido seguido de un incendio flash y un incendio del charco que se formó.
Aproximadamente un minuto después, el incendio del charco generó una explosión tipo
BLEVE en la esfera 409 generando una bola de fuego y la emisión de proyectiles. Como
consecuencia de esto, una de las válvulas de alivio de la esfera llegó hasta aproximadamente
120 metros de distancia y alcanzó una unidad de concentración de gas, concretamente un
intercambiador de calor que resultó destruido. Aproximadamente 20 minutos después, una
segunda esfera (la nº 407) falló debido a un sobrecalentamiento por efecto del incendio en sus
proximidades y generó una segunda BLEVE. Se produjo una bola de fuego y numerosos
proyectiles. Debido a estos proyectiles, una unidad de alquilación resultó gravemente dañada
y se generó en ella otro incendio. La cascada de sucesos produjo 7 personas fallecidas y 10
heridas. Las pérdidas materiales superaron los 100 millones de dólares.

Este accidente se representa esquematizado en la figura siguiente:


Accidente en la refinería de Ciudad de Texas. Efecto dominó

El análisis del accidente permite identificar cuatro efectos dominó diferentes. En el primer
efecto dominó, las instalaciones primaria y secundaria son la misma (esfera 409) y el efecto es
temporal, con una ligero retraso con respecto al suceso inicial.

En el segundo efecto dominó, la instalación primaria es también la esfera 409 y la instalación


secundaria es la unidad de concentración de gas (efecto dominó espacial debido a la
explosión BLEVE y los proyectiles).

En el tercer efecto dominó, la instalación primaria es la esfera 409 (incendio del charco) y la
instalación secundaria es la esfera 407 situada en las proximidades de aquélla. Este efecto se
puede considerar como temporal con un retraso medio.

Finalmente, en el cuarto efecto dominó, la instalación primaria es la esfera 407 y la secundaria


la unidad de alquilación. Se puede considerar un efecto dominó espacial debido al BLEVE y a
los proyectiles.

Este ejemplo ilustra la complejidad del efecto dominó. Podemos deducir que muchos tipos de
instalaciones diferentes pueden resultar afectadas por este efecto, pueden ser de diferente
naturaleza y trasladar los daños a diferentes distancias. Obviamente, han ocurrido accidentes
graves que no han derivado en efectos dominó (Bhopal, Seveso, Flixbourough, etc.), sin
embargo hay que tener en cuenta que en los últimos 50 años se han referenciado más de 40
casos de efecto dominó, lo que nos obliga a analizarlo concienzudamente.

Clasificación del efecto dominó

Aparentemente para un determinado establecimiento, parece difícil imaginar un número de


escenarios accidentales que puedan generar un efecto dominó. Sin embargo, las lecciones
aprendidas de accidentes pasados nos dan indicaciones de cómo abordar el estudio [2].
Como se ha mencionado anteriormente, desde 1944 hasta 1994, se han referenciado 41
accidentes en los que se ha comprobado la existencia de este efecto. El 65% de ellos se han
producido en los últimos 20 años.

El análisis de estos accidentes, permite clasificar el efecto dominó de la manera siguiente:

 el tipo de instalaciones primarias y secundarias afectadas


 la naturaleza de los efectos físicos primarios y secundarios que se han producido

Tipos de instalaciones

Se han identificado 7 tipos principales de instalaciones más afectadas por el efecto dominó:
tanques de almacenamiento bajo presión, tanques de almacenamiento atmosféricos o
criogenizados, equipos de proceso, redes de tuberías, pequeños establecimientos, áreas de
almacenamientos de productos sólidos y áreas de carga y descarga. Estos dos últimos tipos
no se han incluido en el análisis por la escasez de datos.

En la tabla siguiente se muestra la frecuencia relativa de ocurrencia de accidentes primarios y


secundarios en estos tipos de instalaciones.

Instalaciones Instalaciones
primarias secundarias
Tanques de almacenamiento presurizados 30 % 33 %
Tanques de almacenamiento atmosféricos o
28 % 46 %
criogenizados
Equipos de proceso 30 % 12 %

Redes de tuberías 12 % --

Pequeños establecimientos -- 9%
Frecuencias relativas de ocurrencia de efectos dominó para tipos de
instalaciones primarias y secundarias

Naturaleza de los efectos primarios y secundarios

Los principales efectos que se pueden generar en accidentes primarios y secundarios


asociados a este tipo de fenómenos e instalaciones se presentan en la tabla. Hay que
remarcar que un accidente puede generar más de un efecto secundario.

ACCIDENTE PRIMARIO ACCIDENTE SECUNDARIO


Ocurrencia relativa del Ocurrencia relativa del
EFECTO EFECTO
fenómeno físico fenómeno físico
VCE (47%) VCE (59%)
Mecánico (35%) Mecánico (37%)
Proyectiles (53%) Proyectiles (50%)
Incendio de charco Incendio de charco
(24%) (17%)

Boilover (12%) Boilover (13%)

BLEVE (31%) BLEVE (25%)


Térmico (77%)
Térmico (93%)
Dardo de fuego (10%) Dardo de fuego (--)

Incendio flash (14%) Incendio flash (--)

Incendio (9%) Incendio (44%)


Tóxico (10%)
Naturaleza de los efectos físicos en accidentes graves con efecto dominó

Metodología para la identificación de potenciales efectos dominó

Campos de aplicación y definiciones

El procedimiento que se describe más abajo [1,2] se aplica a los establecimientos afectados
por el Real Decreto 1254/99. Los términos establecimiento, instalación, sustancia peligrosa y
accidente grave, son los que se definen en el mismo.

El término "equipo", se aplica a una parte de una instalación de las que se incluyen en la tabla
de frecuencias relativas. Una "zona de equipos" se define como una serie de equipos que
corresponden a una misma categoría, agrupados de forma idéntica a efectos del análisis de
un accidente. Estos términos se introducen para reducir el número de partes peligrosas dentro
de un determinado equipo que hay que considerar. Por ejemplo, si todas las partes de un
equipo en una instalación dada son tanques de almacenamiento presurizados, localizados en
la misma zona, que contienen sustancias de similares características y con geometrías iguales
(esferas, cilindros), sólo hay que tener en cuenta en el análisis el efecto accidental de grandes
piezas del equipo.

Hay que tener en cuenta que el Real Decreto estima para la consideración del efecto dominó
tanto a diferentes establecimientos próximos unos a otros, como a instalaciones diferentes
dentro de un mismo establecimiento, que en principio no tienen ninguna relación entre sí. Esto
es lógico y como ejemplo baste ver el caso anterior donde el suceso primario ocurrió en la
zona de almacenamiento de una refinería y los efectos se produjeron en instalaciones de
destilación y de proceso alejadas de esta instalación primaria.

Descripción del proceso de análisis

Se incluyen una fase preliminar y cuatro etapas posteriores:

 Fase preliminar: recogida de la mayor cantidad de datos posible sobre el


establecimiento.
 Primera etapa: determinación y localización de los equipos y zonas de equipos
peligrosas en cada establecimiento.
 Segunda etapa: a todos los equipos primarios y zonas de equipos se les asigna una
categoría y asocia unos tipos de accidentes y efectos así como sus posibles
epicentros.
 Tercera etapa: determinación de los equipos secundarios que pueden resultar
afectados por el efecto dominó a partir de la selección de los equipos y zonas de
equipos primarios.
 Finalmente, la cuarta etapa consiste en analizar la relevancia de las parejas de
equipos o zonas de equipos identificadas en la etapa anterior.

a) Fase preliminar:

Consiste en la recogida de todos los datos que afectan al establecimiento, así como detalles
del proceso y/o procesos que se efectúan.

Los datos que se necesitan son los mismos que se requieren para la elaboración del Informe
de Seguridad. Datos sobre las características técnicas de las instalaciones, equipos,
sustancias que se utilizan, detalles del proceso, etc.

b) Primera etapa: localización de los equipos potencialmente peligrosos:

Hay que examinar todos los equipos e instalaciones para intentar identificar cualquier pieza de
algún equipo que pueda resultar potencialmente peligroso. Estos equipos se agrupan y se
elabora una lista con todos los equipos de estas características y una ficha para cada equipo
analizado. En esta ficha se deberían incluir datos sobre sustancias peligrosas manejadas,
presión, temperatura, volumen o cantidad utilizada, dimensiones de equipos, etc.

c) Segunda etapa: selección de equipos primarios o zonas de equipos


primarios, accidentes primarios, efectos asociados y epicentros:

El propósito es seleccionar los equipos o zonas de equipos que pueden iniciar un accidente
primario. En principio, sólo se consideran efectos primarios de radiación térmica y efectos
mecánicos. Los equipos que sólo presenten riesgos de efectos tóxicos se contemplan en una
etapa posterior. Las dos tablas siguientes representan los accidentes primarios, efectos y
epicentros para los casos de tanques de almacenamiento bajo presión y tanques de
almacenamiento atmosféricos o criogenizados.

Accidente Efecto
Localización del epicentro
primario primario
Incendio de charco Radiación En la zona considerada del equipo
Dardo de fuego Radiación En la zona considerada del equipo
Sobrepresión
BLEVE En la zona considerada del equipo
Proyectiles
VCE Explosión de En una zona congestionada (*) en la que se
Sobrepresión
vapor genera la explosión
Tanques presurizados
Accidente primario Efecto primario Localización del epicentro
Incendio de charco Radiación En la zona considerada del equipo
Incendio del tanque Radiación En la zona considerada del equipo
Explosión del tanque Proyectiles En la zona considerada del equipo
VCE debido a evaporación de En una zona congestionada (*) en
Sobrepresión
sustancia inflamable la que se genera la explosión
Boilover (sólo en tanques
Radiación En la zona considerada del equipo
atmosféricos)
(*) Es bien conocido que las explosiones de vapor se ven favorecidas por las
turbulencias y la presencia de obstáculos (las denominadas zonas congestionadas
con alta concentración de equipos y obstáculos) y la existencia de puntos de ignición.
Por tanto los efectos de la sobrepresión sólo serán significativos si la nube inflamable
explosiona en una zona congestionada.
Tanques atmosféricos o criogenizados

d) Tercera etapa: determinación de equipos secundarios. Criterios básicos

El propósito es seleccionar cuidadosamente las parejas de equipos de instalaciones diferentes


(correspondientes a establecimientos diferentes o dentro de un mismo establecimiento) que
pueden verse involucradas en el efecto dominó. Hay que estimar mediante criterios de
radiación, sobrepresión y/o alcance de proyectiles [3,4] las zonas secundarias que podrían
resultar afectadas por el accidente primario.

Los criterios que se pueden usar son los siguientes:

Incendio de
charco y/o de
tanque:

equipos
sin
protección
: 8 kW/m2 *
equipos
protegidos
: 32-44
kW/m2 *

Dardo de
fuego: distancia
de 100 metros o
radiación
equivalente

BLEVE: 160
mbar de
sobrepresión
(daños graves)
Proyectiles:
distancia
alcanzada por el
80% de ellos

Boilover:
radiación
equivalente a un
incendio de
charco de 85 m
Æ para
hidrocarburos
pesados

VCE: 160 mbar


de sobrepresión
(daños graves)
* Habrá que considerar una discusión sobre si el efecto a analizar debería ser sólo el de la
radiación (kW/m2) o si más bien debería ser el de la dosis de radiación (kW/m2 x tiempo).
En la legislación española se utiliza este criterio para la definición de la Zona de
Intervención por radiación (5 kW/m2 durante 3 minutos)

e) Cuarta etapa: análisis detallado del efecto dominó

Se debería verificar la importancia de las parejas de equipos o zonas de equipos que se han
seleccionado en la etapa anterior y realizar un análisis en profundidad de los accidentes
seleccionados. La verificación abarca cuatro aspectos:

 Análisis más detallado de cada accidente: consideraciones teóricas más profundas,


estudio de casos similares, uso de herramientas informáticas, etc.
 Consideración de factores agravantes: configuraciones especiales, inexistencia de
sistemas de protección, zonas congestionadas, orientaciones erróneas, etc.
 Consideración de circunstancias favorables y sistemas de seguridad: aspectos que
pueden mitigar el efecto.
 Experiencia adquirida: ejemplos que pueden ayudar a determinar sucesos primarios y
secundarios y a descartar otros, por ejemplo, aunque el amoniaco es teóricamente
inflamable, no se conoce ningún caso de VCE.

Por el momento, esta cuarta etapa está sin definir en su totalidad y se está desarrollando a
nivel internacional.

Aplicación de la metodología

Este tipo de metodología, se ha intentado aplicar en dos áreas industriales afectadas por la
Directiva Seveso en Bélgica. A falta de un desarrollo posterior y en espera de criterios que
emanen de las Autoridades Competentes, sólo se han aplicado las tres primeras etapas. Las
conclusiones que se pueden obtener son las siguientes:

 Parece que las tres primeras etapas del procedimiento pueden ser implantadas
operacionalmente, aunque no se han desarrollado totalmente.
 Parece que el efecto dominó entre instalaciones vecinas afecta principalmente a
explosiones de vapor y a proyectiles.
 Estos procedimientos pueden ayudar a análisis de seguridad internos de los propios
establecimientos.
 Por último, parece que esta metodología es bien aceptada por los industriales como
herramienta para aumentar sus propios niveles de
METODOLOGÍA PROBIT
El análisis de consecuencias derivadas de los fenómenos peligrosos asociados a los
accidentes mayores se realiza mediante la aplicación de la "Metodología Probit".

Se basa en la cuantificación probabilística de la vulnerabilidad de personas e instalaciones


ante efectos físicos de una magnitud determinada que se suponen conocidos.

La vulnerabilidad de personas se expresa como el número de individuos que, previsiblemente


pueden resultar afectados con un cierto nivel de daño a causa de un accidente. Por otra parte,
la vulnerabilidad de instalaciones se puede cuantificar utilizando magnitudes económicas,
aunque se va a reducir el análisis a las estimaciones de daños en estructuras y roturas de
cristales.

Descripción del método Probit

El método consiste en la aplicación de correlaciones estadísticas para estimar las


consecuencias desfavorables sobre la población u otros elementos vulnerables a los
fenómenos físicos peligrosos consecuencia de los accidentes.

Hipótesis y limitaciones

La respuesta de una población ante un fenómeno físico peligroso se distribuye según una ley
log-normal. El modelo es aplicable sólo para aquellos fenómenos de los que se dispone de
"Ecuación Probit".

Descripción

El método permite determinar la proporción de población u otros elementos que resultarán


afectados a consecuencia del accidente en un punto dado. Consiste en asociar la probabilidad
de un daño, con unas determinadas unidades Probit. El resultado es una curva de estas
características:

El valor de la "variable Probit" se determina por la expresión:


Y = K1 + K2·Ln V

donde V es la variable física representativa del accidente y K1 y K2 son unas


constantes.

En el cuadro siguiente se resumen los valores de estos parámetros para las principales
consecuencias de los fenómenos peligrosos derivados de incendios y explosiones.

FENÓMENO
CONSECUENCIAS TIPO DE DAÑO V K1 K2
PELIGROSO
Incendios de Radiación térmica Muertes por
charco o depósito radiación térmica -
2,56
14,9

Bolas de fuego Radiación térmica Muertes por


radiación térmica -
2,56
14,9

Dardo de fuego Radiación térmica Muertes por


radiación térmica -
2,56
14,9

Llamarada o Radiación térmica Muertes por


incendios flash radiación térmica -
2,56
14,9

Explosión Sobrepresión Muertes por


-
hemorragia p 6,91
77,1
pulmonar
Explosión Sobrepresión Rotura de -
p 1,93
tímpanos 15,6
Explosión Sobrepresión Muertes por -
I 4,82
impacto 46,1
Explosión Sobrepresión Heridas por -
I 4,45
impacto 39,1
Explosión Sobrepresión Daños en -
p 2,92
estructuras 23,8
Explosión Sobrepresión Rotura de cristales -
p 2,79
18,1
q/A: flujo de radiación térmica (W/m2)
t: tiempo de exposición (s)
p: sobrepresión (Pa)
I: impulso (Pa·s)

Como ejemplo, se presenta en la tabla de abajo la radiación máxima tolerable para


determinados materiales que se utilizan habitualmente en la construcción.
Material Radiación máxima tolerable (kW/m2)
Cemento 60
Hormigón armado 200
Acero 40
Madera 10
Vidrio 30-300
Pared de ladrillo 400

Los efectos sobre las personas se pueden ver en la tabla siguiente:

Personas Radiación máxima tolerable (kW/m2)


Exposición durante 20 s sin quemaduras 6,5
Bomberos y personas protegidas 4,7
Personas desprotegidas 4,0
Otro ejemplo es la tabla de abajo, en la que se presentan los daños producidos por
explosiones en función de la sobrepresión a la que se ven expuestas personas y bienes
materiales.
Sobrepresión (kPa) Tipo de daño
0,204 Rotura ocasional de cristales grandes
0,275 Ruido fuerte. Rotura de cristales por la onda sonora
0,681 Rotura de cristales pequeños sometidos a tensión
2,04 Límite de proyectiles
2,04 95% de probabilidad de no sufrir daños importantes en personas
2,04 Daños menores en techos y casas. Rotura del 10% de cristales
3,4 – 6,9 Destrucción de ventanas con daño en los marcos
4,8 Daños estructurales menores en las casas
5 Umbral de "Zona de alerta" según la Directriz Básica
6,8 Demolición parcial de casas que quedan inhabitables
6,8 – 13,6 Fallo de paneles y mamparas de madera, aluminio, etc.
12,5 Umbral de "Zona de intervención" según la Directriz Básica
13,6 Colapso parcial de paredes y techos de casas
13,1 - 20,4 Destrucción de paredes de cemento de 20 a 30 cm de espesor
16,3 Umbral (1%) de rotura de tímpanos en personas
17 Destrucción del 50% de una obra de ladrillo en edificaciones
17 Distorsiones en estructuras de acero
20,4 – 27,2 Ruptura de depósitos y tanques de almacenamiento
34 – 47,6 Destrucción prácticamente completa de casas
47,6 Vuelco de vagones de tren cargados
47,7 – 54,4 Rotura de paredes de ladrillo de 20 a 30 cm de espesor
68,1 Probable destrucción total de edificios
68,1 Máquinas pesadas (3.500 kg) desplazadas y muy dañadas
83,1 90% probabilidad de rotura de tímpanos en personas
98,7 Umbral (1%) de probabilidad de muertes por hemorragia pulmonar
173,5 90% de probabilidad de muertes por hemorragia pulmonar
1905 Formación de cráter
Para el caso de formación de nubes tóxicas derivadas de emisiones de sustancias tóxicas, la
ecuación que nos da las unidades Probit es la siguiente:

Pr = K1 + K2 ln (cn t)

c: concentración (mg/m3 o ppm)


t: tiempo (s)

La determinación de los valores K1, K2 y n es empírica y fundamentalmente está basada en


ensayos con animales de laboratorio. En casos muy concretos, se conocen datos reales de
accidentes ocurridos anteriormente. La probabilidad asociada determina la mortalidad de las
personas expuestas a una sustancia tóxica determinada.

En la tabla de abajo se presentan estos valores para determinadas sustancias muy utilizadas
en la industria química.

Sustancia IPVS (ppm) K1 K2 n


Acroleína - 9,931 2,049 1
Acrilonitrilo - 29,42 3,008 1,43
Amoniaco -30,57 1,385 2,75
Benceno - 109,78 5,3 2
Bromo - 9,04 0,92 2
Cianuro de hidrógeno -29,42 3,008 1,43
Cloro - 8,29 0,92 2
Afecciones por cloro - 2,4 2,9 1
Cloruro de hidrógeno -16,85 2,00 1
Dióxido de azufre -15,67 2,1
Dióxido de nitrógeno - 13,97 1,4 2
Fluoruro de hidrógeno - 35,87 3,354 1
Formaldehído - 12,24 1,3 2
Fosgeno -19,27 3,686 1
Isocianato de metilo - 5,642 1,637 0,653
Monóxido de carbono - 37,98 3,7 1
Sulfuro de hidrógeno -31,42 3,008 1,43
Tolueno - 6,794 0,408 2,5

En función de la variable Probit, la "probabilidad de daño" se determina por la expresión:

Donde erf(x) es la función de error evaluada en el punto x, es decir:

Los límites de integración se establecen entre 0 y la variable x.

Las aplicaciones informáticas FIREX© y TOXIC©, desarrolladas por el grupo GUIAR, aplican
esta metodología para la determinación de los efectos térmicos, tóxicos y de explosiones
sobre las personas y los bienes materiales en los establecimientos industriales.
METODOLOGÍA PARA EL ANÁLISIS DE CONSECUENCIAS
Se entiende por análisis de consecuencias la evaluación cuantitativa de la evolución espacial y
temporal de las variables físicas representativas de los fenómenos peligrosos en los que
intervienen sustancias peligrosas, y sus posibles efectos sobre las personas, el medio
ambiente y los bienes, con el fin de estimar la naturaleza y magnitud del daño.

El grupo GUIAR ha desarrollado una metodología para el análisis de consecuencias de


accidentes graves en los que intervienen sustancias peligrosas, basada en modelos de cálculo
reconocidos internacionalmente y que cumplen todos los requisitos por parte de las
Autoridades Competentes para su aplicación en los Estudios de Seguridad y Planes de
Emergencia en aplicación del Real Decreto 1254/99. Estos modelos de cálculo se han
plasmado en la realización de programas informáticos denominados FIREX© y TOXIC© con los
que se realizan análisis de consecuencias completos.

Los análisis de consecuencias deben estudiar los diferentes tipos de accidentes potenciales
en establecimientos industriales que pueden producir fenómenos peligrosos para las
personas, el medio ambiente y los bienes materiales. Estos tipos de accidentes potenciales se
seleccionan a partir de un correcto análisis e identificación de riesgos. Son los siguientes:

a. Fugas o derrames incontrolados de sustancias peligrosas: líquidos o gases en


depósitos y conducciones
b. Evaporación de líquidos derramados
c. Dispersión de nubes de gases, vapores y aerosoles
d. Incendios de charco o "Pool fire"
e. Dardos de fuego o "Jet fire"
f. Deflagraciones no confinadas de nubes de gases inflamables o "UVCE"
g. Estallido de depósitos o "BLEVE"
h. Explosiones físicas y/o químicas
i. Vertido accidental al medio ambiente de sustancias contaminantes, procedente de
fugas o derrames incontrolados

Normalmente, un accidente de estas características se produce a partir de algún suceso


menor que trae como consecuencia la pérdida de estanqueidad de algún recipiente, depósito
o tubería que contiene alguna sustancia, lo que produce la fuga o derrame de esta sustancia
al exterior. También es posible un incendio previo o simultáneo a una fuga o incluso, una
explosión previa a la fuga o al incendio. No obstante, en la mayoría de los casos el primer
suceso consiste en una fuga incontrolada de producto.

Si se trata de algún líquido, se vaporiza total o parcialmente, según cual sea su temperatura
respecto a su punto de ebullición y ésta respecto al ambiente. En el caso de que reste alguna
fracción en fase líquida, ésta se extiende al mismo tiempo que se evapora con más o menos
intensidad según que su temperatura sea inferior o superior a la del sustrato sobre el que se
extiende.

Si además el líquido es inflamable, existe la posibilidad de que, por encontrarse una fuente de
ignición en las proximidades del punto de fuga, se produzca un incendio del charco. Si éste es
de grandes proporciones, provoca un flujo de calor radiante peligroso hasta distancias
apreciables. También se producen grandes cantidades de humo y productos tóxicos y
contaminantes.

Si el incendio envuelve o rodea un depósito que contenga algún líquido inflamable bajo
presión y dura el tiempo suficiente, puede ocasionar una explosión por expansión de vapor del
líquido en ebullición, conocida como BLEVE según su acrónimo inglés. La rotura catastrófica
de un depósito provocando la fuga masiva de una sustancia inflamable, puede originar lo que
se denomina bola de fuego, en el caso de que se produzca la ignición de la misma. Por otra
parte, una BLEVE genera una serie de proyectiles de todas dimensiones, procedentes del
depósito siniestrado que pueden causar graves daños en el entorno si las distancias de
seguridad son demasiado pequeñas o las protecciones inadecuadas.

Si el líquido que se derrama es tóxico, producto de su vaporización, puede generar una nube
de características tóxicas para las personas que se encuentren en las proximidades del punto
de fuga.

Cuando se trata de líquidos inflamables que se vaporizan o de fugas de gases más densos
que el aire, la nube de gas se diluye en el aire existente, haciendo que en determinados
instantes y zonas existan mezclas de combustible y comburente en condiciones de efectuar la
combustión. Si en una de estas zonas se encuentra un punto de ignición puede desprenderse
la cantidad de calor necesaria para acelerar la velocidad de combustión de forma que se
produzca una explosión, denominada explosión de vapor no confinada o UVCE en su
acrónimo inglés. También es posible si la cantidad premezclada es muy grande, que se
produzca una llamarada o "flash fire", sin efectos explosivos, pero con una intensa radiación.

Si el gas fugado se halla a alta presión en depósitos o conducciones de gas (gasoductos) se


produce un chorro o fuga inercial que ocupa una larga zona muy limitada transversalmente,
con concentraciones de la sustancia progresivamente decrecientes al alejarse del origen de la
fuga. En el caso de tratarse de gases inflamables, si se produce su ignición se forma un dardo
de fuego o "jet fire" análogo a un soplete de grandes dimensiones, aunque de alcance
limitado.

Un fallo estructural, fallo de cementación, agente externo, incendio, proyectil, etc. pueden
causar una rotura catastrófica de un depósito, provocando una fuga masiva que, si se trata de
una sustancia inflamable, puede originar también una bola de fuego caso de producirse la
ignición de la misma.

Además de todo esto, existe la posibilidad de que todos estos fenómenos afecten, además de
a los elementos vulnerables exteriores, a otros depósitos, tuberías o equipos de la instalación
siniestrada, de tal manera que se produzca una nueva fuga, incendio o explosión en otra
instalación diferente de la inicial, aumentando las consecuencias del accidente primario. Esta
concatenación de sucesos con la propagación sucesiva de consecuencias es lo que se
denomina efecto dominó.

Un tipo de accidente que puede ser independiente de una fuga previa es el estallido de un
depósito originado por el desarrollo de una reacción exotérmica fuera de control o "runaway"
en el interior del mismo. Se pueden producir por mezclas inflamables vapor/aire por
polimerización o descomposición de determinadas materias. Las consecuencias inmediatas de
un estallido de un recipiente son la formación de ondas de presión y proyectiles que pueden
alcanzar a otras instalaciones y agravar el accidente inicial.
Otro suceso que hay que analizar es el vertido de sustancias peligrosas para el medio
ambiente en medios acuáticos (ríos, lagos canales, acuíferos, mar) o al suelo, generando
graves daños al entorno inmediato o lejano y con posibilidad de afectar a un gran número de
personas.

Todo este conjunto de accidentes posibles a partir de una fuga de gas o líquido se representa
en el esquema de sucesos y consecuencias adjunto.

Esquema con los modelos que se describen en esta página


EXPLOSIONES DE VAPOR NO CONFINADAS (UVCE)

Las explosiones que se consideran aquí, son las denominadas explosiones de nubes de vapor no
confinadas, traducción de la expresión inglesa Unconfined Vapour Cloud Explosion, y de ahí su
acrónimo UVCE, que de ahora en adelante utilizaremos.

Se puede definir como deflagración explosiva de una nube de gas inflamable que se halla en un
espacio amplio (aunque con ciertas limitaciones), cuya onda de presión alcanza una sobrepresión
máxima del orden de 1 bar en la zona de ignición.

Este tipo de explosiones se originan debido a un escape rápido de gran cantidad de gas o vapor
inflamable que se dispersa en el aire o por evaporación rápida de un líquido inflamable para formar
una nube de características inflamables mezclada con el aire. Cuando un gas inflamable se
encuentra una fuente de ignición (normalmente superficies calientes, chispas, motores eléctricos,
etc.), una parte de esta masa de gas (la que se encuentra entre los límites de inflamabilidad de la
sustancia de que se trate), deflagra por efecto de la fuente de ignición y se produce la explosión.
Normalmente son deflagraciones y en raras ocasiones se transforman en detonaciones.

Puede que no llegue a alcanzarse la deflagración, con lo que se originaría una llamarada, incendio
súbito de nube de gas, incendio flash o "flash fire". La frontera entre este tipo de situaciones no
está muy clara y depende de la velocidad de combustión de la mezcla, las características del vapor.
En estos incendios flash, los efectos de presión son despreciables frente a los efectos térmicos
derivados de la inflamación de la mezcla vapor inflamable-aire.

Descripción del modelo

El modelo parte de los resultados que se derivan de la dispersión de los vapores inflamables. Se
calcula la cantidad de gas que existe entre los límites de inflamabilidad de la sustancia de que se
trate, lo que determina un volumen de gas inflamable. Si antes de que se produzca la dispersión
total de una nube inflamable, ésta encuentra un punto de ignición, se producirá su explosión, que
generará unas ondas de presión causadas por la expansión/contracción del aire.

Se utiliza el modelo de Sachs, mediante la correlación de la sobrepresión directa máxima y del


impulso con la energía y velocidad de propagación de la llama de la deflagración. Este método
proporciona una estimación del efecto según la distancia para una explosión grave de
hidrocarburos que puedan proporcionar hasta 5·1012 J de energía.

Hipótesis y limitaciones

El modelo se basa en correlaciones empíricas. Si la energía total de explosión es mayor que 5·10 12
J, no hay suficiente información para los efectos del daño. Para valores bajos de la energía total de
explosión hay suficientes datos como para hacer una estimación.

Datos necesarios

1. Entalpía de combustión y concentración estequiométrica de la sustancia que deflagra.


2. Velocidad del sonido en las condiciones del accidente.

Descripción

En primer lugar, se determina la longitud característica de Sachs mediante la expresión:

En la que Vo es el volumen ocupado por una mezcla estequiométrica de la masa que deflagra con
aire, y Ec la energía de combustión por unidad de volumen, que para una mezcla estequiométrica
es aproximadamente de 3,5 x 106 J/m3.

LS: Longitud característica de Sachs (m)


V0: Volumen ocupado por mezcla estequiométrica de la masa que deflagra con aire (m 3)
Ec: Energía de combustión por unidad de volumen (aproximadamente 3,5 .106 J/ m3)
Patm: Presión atmosférica (Pa)

Entonces, la sobrepresión máxima directa relativa de Sachs puede determinarse mediante:

PS: Presión reducida de Sachs (Pa)

c: Constante de reactividad del producto

LS: Longitud característica de Sachs (m)

r: Distancia (m)

El valor de la constante c depende de la reactividad de la sustancia que deflagra. Así se establece


una clasificación en sustancias de reactividad baja, media y alta basándose en la velocidad de
llama. En caso de no conocerse la reactividad de la sustancia, se considerará alta. El siguiente
cuadro muestra el valor de c para cada una de las categorías de reactividad.

Reactividad c

baja 0,02

media 0,06

alta 0,15
A partir de la sobrepresión de Sachs, puede determinarse la sobrepresión máxima directa como:

p = Patm·PS

Por otra parte, se determinan la duración característica de Sachs y la duración de la fase de


sobrepresión positiva. A partir de ahí se determina el impulso específico por unidad de volumen
transmitido por la onda de presión:

I: Impulso específico de la onda de presión (Pa·s)

t+: Duración de la fase de sobrepresión positiva (s)

p: Sobrepresión (Pa)

El modelo matemático presentado anteriormente, es mayoritariamente admitido por la comunidad


científica internacional para el cálculo de consecuencias y se basan, entre otros, en la siguiente
bibliografía:

 Methods for the calculation of the physical effects of the escape of dangerous
material (Liquids and gases). Parts I and II. CPR 14E. The Yellow Book, TNO. 1997.
 Methods for the determination of possible damage to people and objects from
releases of hazardous materials. CPR 16E. The Green Book, TNO. 1992.
 Loss prevention in the process industries. Volúmenes 1, 2 y 3. Frak P. Lees. Segunda
edición. Ed. Buttherworth-Heinemann, 1995.
 Perry´s Chemicals engineer´s handbook. Sexta edición. Robert H. Perry, Don Green.
Ed. McGraw-Hill, 1984.
 Análisis y reducción de riesgos en la industria química. J. M. Santamaría, P. A.
Braña. Ed. Mapfre, 1994.
 Guidelines for chemical process quantitative risk analysis. Center for Chemical
Process Safety. AIChE. Nueva York, 1989.
 Guidelines for evaluating the characteristics of vapour cloud explosions, flash
fires and BLEVEs. Center for Chemical Process Safety. AIChE. Nueva York, 1994.
 Manual de protección contra incendios. NFPA, 2ª edición. Ed. Mapfre. Madrid.
 Guía para la elaboración de estudios de seguridad. Guía técnica. Dirección General
de Protección Civil. Madrid, 1988.
 Manual de seguridad industrial en plantas químicas y petroleras. J. M. Storch de
Gracia. McGraw Hill, 1998.
 Metodologías de análisis de riesgos. Volúmenes I y II. CIEMAT-Dirección General de
Protección Civil. Madrid, 1990.
 Guía técnica. Metodologías para el análisis de riesgos. Visión general. Dirección
General de Protección Civil. Madrid, 1994.
 Guías Técnicas. Métodos cualitativos y cuantitativos para el Análisis de Riesgos.
Dirección General de Protección Civil. Ministerio del Interior. Diciembre 1994, Madrid.
INCENDIOS DE CHARCO (POOL FIRE)

Como consecuencia de un derrame,


fuga o escape de líquidos inflamables,
se forma un charco de líquido cuya
extensión dependerá de la geometría y
naturaleza del suelo. Por evaporación
se generan gases inflamables si la
temperatura del líquido está por
encima de la temperatura de ignición
de la sustancia, lo que puede conducir
a un incendio del propio charco. Al
incendiarse se producen unas llamas,
cuya altura depende principalmente del
diámetro del charco y del calor de
combustión.

El incendio también puede tener lugar


en el interior de un tanque de almacenamiento de líquidos inflamables.

Los efectos perniciosos de estos accidentes son fundamentalmente de dos tipos:

 La radiación térmica generada por los incendios.


 Los efectos de los posibles gases tóxicos generados en la combustión.

El modelo que proponemos permite calcular la velocidad de combustión y la radiación térmica que
sufre un receptor sometido a un determinado incendio. Se estudian los incendios de líquidos que
arden en forma circular o alargada (dentro de los cubetos).

Se utilizan modelos basados en ecuaciones semiempíricas


clásicas para determinar la velocidad de combustión, que
combinadas con otras determinan la radiación térmica y el
flujo térmico incidente.

El cálculo de la emitancia y la emisividad específica de la


llama, así como el factor de visión y la absorción de la
radiación por el humo y la atmósfera (fundamentalmente
debido a la humedad relativa) conducen a los resultados
finales de la radiación de calor a distintas distancias.

En concreto, se estudian los modelos tipo "charco" circulares. En el caso de charcos dentro de
cubetos, se realiza como si fuera un charco circular, a partir de la superficie equivalente del charco.
Hipótesis de trabajo

Este modelo sólo ha sido validado para el caso de incendios en estado estacionario sobre tierra. No
se considera el incendio sobre agua. Se supone también que la llama es de forma cilíndrica. No
obstante, puede ser aplicado también a llamas de base rectangular si la relación entre el lado
mayor y el menor es menor de dos.

El modelo no tiene en cuenta la influencia sobre el


poder emisivo de la llama de la posible formación de
hollín, ni la influencia del viento sobre la forma y
dimensiones de ésta.

Datos necesarios

1. Entalpías de vaporización y combustión del


producto que arde, así como su temperatura de
ebullición normal y el calor específico.
2. Densidad del aire y presión parcial de vapor de
agua.
3. Diámetro equivalente de la llama.

Descripción

En primer lugar, determinaremos el flujo másico de evaporación en la superficie del charco como:

a) Para líquidos muy volátiles (punto de ebullición inferior a la temperatura ambiente):

Gev: flujo másico de evaporación [kg/m2]

Hc: entalpía de combustión [J/kg]

Hv: entalpía de vaporización [J/kg]

b) Para líquidos con punto de ebullición superior a la temperatura


ambiente:

cl: calor específico del líquido [J/(Kg K)]

Tb: punto de ebullición normal [K]

Tl: temperatura del líquido [K]

Si no hubiese obstáculos que impidiesen la extensión del charco de líquido, la máxima superficie
que éste podría llegar a ocupar sería:
dm/dt: caudal másico de fuga [kg/s].

La superficie del charco que deberá considerarse en los cálculos será el valor mínimo entre el valor
anterior y el área delimitada por los obstáculos que impidan la
extensión del charco de líquido derramado.

Conocido el diámetro de la llama (que se corresponderá con el


diámetro del charco o el diámetro equivalente del cubeto que arde),
puede determinarse la "esbeltez" de la llama como:

 : densidad del aire (normalmente 1,232 Kg/m 3)


aire

D: diámetro de la llama [m]


g: aceleración de la gravedad (9,8 m/s2)
L: altura de la llama [m]

De la relación anterior podemos despejar el valor de L para, sustituyéndolo en las expresiones de la


figura siguiente, calcular los factores de visión horizontal y vertical de un elemento de superficie:

Figura 1.- Geometría del incendio de charco con llama cilíndrica

El factor de visión máximo para una superficie será:

La transmitancia atmosférica global se determina como una función del producto de la presión
parcial de vapor de agua en la atmósfera y la distancia entre la llama y el punto donde se quiere
determinar el flujo de radiación.
En ausencia de información fiable se tomará la transmitancia igual a la unidad. Finalmente, el flujo
radiante global que alcanza a una superficie expuesta es:

q/A = ·Fmax·E

La duración del incendio (siendo m la masa total derramada) se estimará en la siguiente cantidad:

Los modelos matemáticos presentados anteriormente, son mayoritariamente admitidos por la


comunidad científica internacional para el cálculo de consecuencias y se basan, entre otros, en la
siguiente bibliografía:

 Methods for the calculation of the physical effects of the escape of dangerous
material (Liquids and gases). Parts I and II. CPR 14E. The Yellow Book, TNO. 1997.
 Methods for the determination of possible damage to people and objects from
releases of hazardous materials. CPR 16E. The Green Book, TNO. 1992.
 Loss prevention in the process industries. Volúmenes 1, 2 y 3. Frak P. Lees. Segunda
edición. Ed. Buttherworth-Heinemann, 1995.
 Perry´s Chemicals engineer´s handbook. Sexta edición. Robert H. Perry, Don Green.
Ed. McGraw-Hill, 1984.
 Análisis y reducción de riesgos en la industria química. J. M. Santamaría, P. A.
Braña. Ed. Mapfre, 1994.
 Guidelines for chemical process quantitative risk analysis. Center for Chemical
Process Safety. AIChE. Nueva York, 1989.
 Guidelines for evaluating the characteristics of vapour cloud explosions, flash
fires and BLEVEs. Center for Chemical Process Safety. AIChE. Nueva York, 1994.
 Manual de protección contra incendios. NFPA, 2ª edición. Ed. Mapfre. Madrid.
 Guía para la elaboración de estudios de seguridad. Guía técnica. Dirección General
de Protección Civil. Madrid, 1988.
 Manual de seguridad industrial en plantas químicas y petroleras. J. M. Storch de
Gracia. McGraw Hill, 1998.
 Metodologías de análisis de riesgos. Volúmenes I y II. CIEMAT-Dirección General de
Protección Civil. Madrid, 1990.
 Guía técnica. Metodologías para el análisis de riesgos. Visión general. Dirección
General de Protección Civil. Madrid, 1994.
 Guías Técnicas. Métodos cualitativos y cuantitativos para el Análisis de Riesgos .
Dirección General de Protección Civil. Ministerio del Interior. Diciembre 1994, Madrid.
EXPLOSIONES FÍSICAS Y QUÍMICAS

El estudio de la distribución espacial de sobrepresiones debidas al estallido de depósitos se realiza


por aplicación del "Método de Brode".

Hipótesis y limitaciones

El método es únicamente aplicable a depósitos esféricos, no obstante, puede obtenerse una


aproximación suficiente en depósitos de geometrías diferentes determinando un depósito esférico
equivalente.

En rigor, el método es válido únicamente para sobrepresiones superiores a 0,1 bar (10 kPa), pero
puede extrapolarse hasta 0,05 bar (5 kPa) con un error por defecto inferior al 20%.

Descripción

El método parte de la energía total liberada en el estallido que, dependiendo de si se trata de una
explosión de tipo físico o químico, se puede calcular como:

Explosión Física:

E: Energía liberada en el estallido (kJ).

P: Presión de los gases en el interior del tanque en el momento de la


explosión (kPa).

Patm: Presión atmosférica (101,3 kPa).

g: Coeficiente de capacidades caloríficas del gas en las condiciones del estallido


(adimensional).

V: Volumen del tanque (m3)

La presión de los gases en el interior del tanque en el momento de la explosión se puede estimar a
partir de las condiciones de diseño del tanque. Se suele tomar como valor de cálculo 1,25 veces la
presión de tarado de las válvulas de seguridad.

El coeficiente de capacidades caloríficas del gas en las condiciones de estallido se calcula teniendo
en cuenta que el fluido experimenta un proceso isócoro, es decir, a V=cte. desde las condiciones
nominales hasta las de estallido.
Explosión Química:

E: Energía liberada en el estallido (kJ).

Qr: Calor de reacción (kJ/kmol).

M: Masa equivalente de substancia que reacciona (kg).

Pm: Peso molecular (kg/kmol).

La masa equivalente de substancia reaccionante no coincidirá, en general, con la contenida


inicialmente en el tanque y para su determinación habrá que tener en cuenta:

 Tanto por ciento de substancia que reacciona.


 Energía consumida, de la total liberada en la reacción, para la elevación de temperatura
hasta el punto de ebullición y la posterior vaporización de la mezcla reactivos-productos.
 Energía inicial de expansión disponible (en el caso de almacenamientos en tanques a
presión).
 Dilución o tanto por ciento de pureza del almacenamiento.

Conocida la energía total liberada en el estallido, determinaremos las energías disponibles para
ondas de presión y para proyectiles en función del tipo de rotura del tanque. El reparto se realiza
en función de los siguientes criterios:

Tipo de Fracción de la energía total utilizada Fracción de la energía total disipada


rotura en proyección de fragmentos en ondas de sobrepresión

Frágil 0,2 0,8

Dúctil 0,4 0,6

De esta forma, si llamamos f a la fracción (tanto por uno) de la energía total que se disipa en forma
de ondas de sobrepresión, las energías disponibles para ondas de presión y para misiles (Ep y Em
respectivamente)

Conocida Ep determinaremos la "escala de longitudes" mediante la ecuación:D =

Se determina una "escala de longitudes" que relaciona distancias con


sobrepresiones reducidas P.Finalmente, la "sobrepresión" se determina mediante:

P = Patm · P
DARDO DE FUEGO (JET FIRE)

Tanto en las conducciones como en los depósitos de gas a presión, la aparición de una pequeña
fisura en las paredes trae como consecuencia la descarga del gas contenido formando un chorro de
gas a presión. Si durante la descarga este chorro entra en contacto con una fuente de ignición, el
resultado será la formación de un incendio en forma de chorro o, como normalmente se le llama,
dardo de fuego o "jet fire".

Los efectos de este tipo de accidentes son


fundamentalmente los causados en el entorno por el calor
generado e irradiado desde el dardo.

Para modelizar el dardo de fuego se ha utilizado el modelo


de Chamberlain (1987) propuesto por el "Yellow Book" del
TNO. Este modelo calcula tanto la forma del dardo,
representado como un cono truncado; como la radiación
superficial emitida por dicho cono, considerado como
cuerpo sólido.

A partir de la radiación superficial emitida desde el dardo, y


junto con el cálculo del factor de visión y la transmisividad atmosférica determinamos tres
distancias que nos delimitan zonas de peligrosidad de la radiación emitida por el dardo:

 Zona de intervención: delimita la zona alrededor del dardo de fuego sometida a una
radiación de 5 kW/m2 con un tiempo máximo de exposición de 3 minutos.
 Zona de alerta: delimita la zona alrededor del dardo de fuego sometida a una radiación
térmica de 3 kW/m2.
 Zona de efecto dominó: se refiere a la zona donde elementos cercanos al punto de fuga
pueden llegar a sufrir daños importantes por efecto de la radiación térmica generada por el
propio dardo, como para dar lugar a nuevos accidentes. Por ejemplo, si un depósito de
propano estuviese dentro de esta zona, podría dar lugar a un BLEVE. En el caso del análisis
de consecuencias en gasoductos, al no existir otros equipos próximos, este resultado
quedará anulado.

Hipótesis

Las hipótesis de partida que utiliza el modelo son las siguientes:

i. No se tiene en cuenta la formación de hollín en la combustión de los gases, ni por tanto su


influencia sobre el poder emisivo superficial del dardo.
ii. La transmisividad atmosférica es debida únicamente al vapor de agua presente,
despreciándose el efecto del dióxido de carbono y otros gases.

Limitaciones

 El modelo no es capaz de calcular con certeza lo que ocurre en la sombra de la llama, ya


que ésta está elevada del suelo.
 Las distancias calculadas representan la hipótesis más grave posible dentro del supuesto
incidental estudiado, no teniéndose en cuenta la dirección hacia la que está orientado el
dardo. Estas distancias se dan como radios desde el lugar de la fuga, quedando incluidos
dentro de las distintas zonas de peligro lugares no afectados por la radiación prevista por el
modelo.

Datos necesarios

1. Datos de la sustancia descargada:


o Peso molecular, temperatura
de llama, calores específicos a
presión y volumen constante,
coeficiente de Poisson y calor
de combustión.
2. Datos del almacenamiento o tubería:
o Presión y temperatura en
tubería y/o almacenamiento.
3. Datos de condiciones ambientales:
o Temperatura, presión
atmosférica, velocidad y
dirección del viento y humedad relativa.

Descripción

El modelo calcula las dimensiones físicas del dardo de fuego y la radiación térmica que sufriría un
receptor a una distancia determinada. Dicho de otro modo, la distancia a la cual un objeto está
expuesto a una determinada radiación térmica.

La secuencia de cálculo es la siguiente:

CÁLCULO DEL DIÁMETRO EFECTIVO DE LA FUENTE

Determinación de la velocidad de salida del dardo

[m/s]

Rc: constante de los gases ideales (8,314 J/molK)

Wg: peso molecular del gas (kg/mol)

Tj: temperatura de salida del dardo =

Mj: número de Mach =


Determinación del diámetro efectivo de la fuente

NOTA: el diámetro efectivo de la fuente representa el diámetro de la garganta en


una tobera imaginaria por la que se descarga un caudal de aire igual al de la
descarga del gas en cuestión.

[m]

air: densidad del aire =

Wair: peso molecular del aire (kg/mol)

CÁLCULO DE LA FORMA DEL DARDO

Longitud del dardo sin viento

[m]

Zona de no ignición del dardo (lift-off)

Longitud del dardo

CÁLCULO DEL CALOR GENERADO POR COMBUSTIÓN


[J/s]

donde: Hc: entalpía de combustión (J/kg)

CÁLCULO DEL PODER EMISIVO SUPERFICIAL

[J/m2s]

con Fs: (fracción de calor radiado desde la superficie del dardo) =

CÁLCULO DEL FLUJO DE CALOR RECIBIDO A UNA DISTANCIA DETERMINADA

Determinación de la transmisividad atmosférica

Si

Si

Determinación del factor de visión

El factor de visión lo calculamos según la siguiente geometría:

Cálculo del flujo de calor a una determinada distancia


[W/m2]

Este modelo nos servirá por tanto para cualquier tipo de fugas en tubería o depósito, siempre que
conozcamos la presión en el interior y podamos suponer que ésta permanece constante.

Con él, podremos estimar tanto las dimensiones del dardo de fuego formado, como la radiación que
llegaría a distintas distancias o, de otro modo, la distancia a la que nos llega una determinada
radiación.

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