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Aunque el denominado "efecto dominó" es bien conocido desde hace tiempo, sólo se ha
reconocido oficialmente en la Directiva Seveso II y por consiguiente en el Real Decreto
1254/99. En el artículo 8 se contempla el hecho de que en determinados establecimientos o
grupos de establecimientos, la probabilidad y las consecuencias de un accidente grave en uno
de ellos puedan verse incrementadas por la proximidad entre ellos y por la presencia en ellos
de sustancias peligrosas. Esta es una de las principales novedades de esta normativa.
La principal fuente de información que sirve de base para el análisis y el entendimiento del
fenómeno consiste en analizar estadísticamente series históricas de accidentes. A partir de
estos datos se obtienen las características principales de un determinado accidente en orden
a establecer las relaciones entre categorías de establecimientos, tipos de efectos físicos y
alcances de los efectos dominó referenciados.
Definición,
alcance y
análisis del
efecto dominó
El efecto dominó se
puede definir [1,2]
como "un conjunto
correlativo de
sucesos en los que
las consecuencias
de un accidente
previo se ven
incrementadas por
éstos, tanto espacial
como
temporalmente,
generando un
accidente grave".
La definición que se
presenta en el R.D.
1254/99 es la
siguiente: la
concatenación de
efectos que multiplica las consecuencias, debido a que los fenómenos peligrosos pueden
afectar, además de los elementos vulnerables exteriores, otros recipientes, tuberías o equipos
del mismo establecimiento o de otros establecimientos próximos, de tal manera que se
produzca una nueva fuga, incendio, reventón, estallido en los mismos, que a su vez provoque
nuevos fenómenos peligrosos.
A partir de esta definición, se puede deducir lo siguiente:
Para ilustrar estos efectos se describe una accidente de estas características ocurrido en una
refinería de la ciudad de Texas en el año 1978.
El análisis del accidente permite identificar cuatro efectos dominó diferentes. En el primer
efecto dominó, las instalaciones primaria y secundaria son la misma (esfera 409) y el efecto es
temporal, con una ligero retraso con respecto al suceso inicial.
En el tercer efecto dominó, la instalación primaria es la esfera 409 (incendio del charco) y la
instalación secundaria es la esfera 407 situada en las proximidades de aquélla. Este efecto se
puede considerar como temporal con un retraso medio.
Este ejemplo ilustra la complejidad del efecto dominó. Podemos deducir que muchos tipos de
instalaciones diferentes pueden resultar afectadas por este efecto, pueden ser de diferente
naturaleza y trasladar los daños a diferentes distancias. Obviamente, han ocurrido accidentes
graves que no han derivado en efectos dominó (Bhopal, Seveso, Flixbourough, etc.), sin
embargo hay que tener en cuenta que en los últimos 50 años se han referenciado más de 40
casos de efecto dominó, lo que nos obliga a analizarlo concienzudamente.
Tipos de instalaciones
Se han identificado 7 tipos principales de instalaciones más afectadas por el efecto dominó:
tanques de almacenamiento bajo presión, tanques de almacenamiento atmosféricos o
criogenizados, equipos de proceso, redes de tuberías, pequeños establecimientos, áreas de
almacenamientos de productos sólidos y áreas de carga y descarga. Estos dos últimos tipos
no se han incluido en el análisis por la escasez de datos.
Instalaciones Instalaciones
primarias secundarias
Tanques de almacenamiento presurizados 30 % 33 %
Tanques de almacenamiento atmosféricos o
28 % 46 %
criogenizados
Equipos de proceso 30 % 12 %
Redes de tuberías 12 % --
Pequeños establecimientos -- 9%
Frecuencias relativas de ocurrencia de efectos dominó para tipos de
instalaciones primarias y secundarias
El procedimiento que se describe más abajo [1,2] se aplica a los establecimientos afectados
por el Real Decreto 1254/99. Los términos establecimiento, instalación, sustancia peligrosa y
accidente grave, son los que se definen en el mismo.
El término "equipo", se aplica a una parte de una instalación de las que se incluyen en la tabla
de frecuencias relativas. Una "zona de equipos" se define como una serie de equipos que
corresponden a una misma categoría, agrupados de forma idéntica a efectos del análisis de
un accidente. Estos términos se introducen para reducir el número de partes peligrosas dentro
de un determinado equipo que hay que considerar. Por ejemplo, si todas las partes de un
equipo en una instalación dada son tanques de almacenamiento presurizados, localizados en
la misma zona, que contienen sustancias de similares características y con geometrías iguales
(esferas, cilindros), sólo hay que tener en cuenta en el análisis el efecto accidental de grandes
piezas del equipo.
Hay que tener en cuenta que el Real Decreto estima para la consideración del efecto dominó
tanto a diferentes establecimientos próximos unos a otros, como a instalaciones diferentes
dentro de un mismo establecimiento, que en principio no tienen ninguna relación entre sí. Esto
es lógico y como ejemplo baste ver el caso anterior donde el suceso primario ocurrió en la
zona de almacenamiento de una refinería y los efectos se produjeron en instalaciones de
destilación y de proceso alejadas de esta instalación primaria.
a) Fase preliminar:
Consiste en la recogida de todos los datos que afectan al establecimiento, así como detalles
del proceso y/o procesos que se efectúan.
Los datos que se necesitan son los mismos que se requieren para la elaboración del Informe
de Seguridad. Datos sobre las características técnicas de las instalaciones, equipos,
sustancias que se utilizan, detalles del proceso, etc.
Hay que examinar todos los equipos e instalaciones para intentar identificar cualquier pieza de
algún equipo que pueda resultar potencialmente peligroso. Estos equipos se agrupan y se
elabora una lista con todos los equipos de estas características y una ficha para cada equipo
analizado. En esta ficha se deberían incluir datos sobre sustancias peligrosas manejadas,
presión, temperatura, volumen o cantidad utilizada, dimensiones de equipos, etc.
El propósito es seleccionar los equipos o zonas de equipos que pueden iniciar un accidente
primario. En principio, sólo se consideran efectos primarios de radiación térmica y efectos
mecánicos. Los equipos que sólo presenten riesgos de efectos tóxicos se contemplan en una
etapa posterior. Las dos tablas siguientes representan los accidentes primarios, efectos y
epicentros para los casos de tanques de almacenamiento bajo presión y tanques de
almacenamiento atmosféricos o criogenizados.
Accidente Efecto
Localización del epicentro
primario primario
Incendio de charco Radiación En la zona considerada del equipo
Dardo de fuego Radiación En la zona considerada del equipo
Sobrepresión
BLEVE En la zona considerada del equipo
Proyectiles
VCE Explosión de En una zona congestionada (*) en la que se
Sobrepresión
vapor genera la explosión
Tanques presurizados
Accidente primario Efecto primario Localización del epicentro
Incendio de charco Radiación En la zona considerada del equipo
Incendio del tanque Radiación En la zona considerada del equipo
Explosión del tanque Proyectiles En la zona considerada del equipo
VCE debido a evaporación de En una zona congestionada (*) en
Sobrepresión
sustancia inflamable la que se genera la explosión
Boilover (sólo en tanques
Radiación En la zona considerada del equipo
atmosféricos)
(*) Es bien conocido que las explosiones de vapor se ven favorecidas por las
turbulencias y la presencia de obstáculos (las denominadas zonas congestionadas
con alta concentración de equipos y obstáculos) y la existencia de puntos de ignición.
Por tanto los efectos de la sobrepresión sólo serán significativos si la nube inflamable
explosiona en una zona congestionada.
Tanques atmosféricos o criogenizados
Incendio de
charco y/o de
tanque:
equipos
sin
protección
: 8 kW/m2 *
equipos
protegidos
: 32-44
kW/m2 *
Dardo de
fuego: distancia
de 100 metros o
radiación
equivalente
BLEVE: 160
mbar de
sobrepresión
(daños graves)
Proyectiles:
distancia
alcanzada por el
80% de ellos
Boilover:
radiación
equivalente a un
incendio de
charco de 85 m
Æ para
hidrocarburos
pesados
Se debería verificar la importancia de las parejas de equipos o zonas de equipos que se han
seleccionado en la etapa anterior y realizar un análisis en profundidad de los accidentes
seleccionados. La verificación abarca cuatro aspectos:
Por el momento, esta cuarta etapa está sin definir en su totalidad y se está desarrollando a
nivel internacional.
Aplicación de la metodología
Este tipo de metodología, se ha intentado aplicar en dos áreas industriales afectadas por la
Directiva Seveso en Bélgica. A falta de un desarrollo posterior y en espera de criterios que
emanen de las Autoridades Competentes, sólo se han aplicado las tres primeras etapas. Las
conclusiones que se pueden obtener son las siguientes:
Parece que las tres primeras etapas del procedimiento pueden ser implantadas
operacionalmente, aunque no se han desarrollado totalmente.
Parece que el efecto dominó entre instalaciones vecinas afecta principalmente a
explosiones de vapor y a proyectiles.
Estos procedimientos pueden ayudar a análisis de seguridad internos de los propios
establecimientos.
Por último, parece que esta metodología es bien aceptada por los industriales como
herramienta para aumentar sus propios niveles de
METODOLOGÍA PROBIT
El análisis de consecuencias derivadas de los fenómenos peligrosos asociados a los
accidentes mayores se realiza mediante la aplicación de la "Metodología Probit".
Hipótesis y limitaciones
La respuesta de una población ante un fenómeno físico peligroso se distribuye según una ley
log-normal. El modelo es aplicable sólo para aquellos fenómenos de los que se dispone de
"Ecuación Probit".
Descripción
En el cuadro siguiente se resumen los valores de estos parámetros para las principales
consecuencias de los fenómenos peligrosos derivados de incendios y explosiones.
FENÓMENO
CONSECUENCIAS TIPO DE DAÑO V K1 K2
PELIGROSO
Incendios de Radiación térmica Muertes por
charco o depósito radiación térmica -
2,56
14,9
Pr = K1 + K2 ln (cn t)
En la tabla de abajo se presentan estos valores para determinadas sustancias muy utilizadas
en la industria química.
Las aplicaciones informáticas FIREX© y TOXIC©, desarrolladas por el grupo GUIAR, aplican
esta metodología para la determinación de los efectos térmicos, tóxicos y de explosiones
sobre las personas y los bienes materiales en los establecimientos industriales.
METODOLOGÍA PARA EL ANÁLISIS DE CONSECUENCIAS
Se entiende por análisis de consecuencias la evaluación cuantitativa de la evolución espacial y
temporal de las variables físicas representativas de los fenómenos peligrosos en los que
intervienen sustancias peligrosas, y sus posibles efectos sobre las personas, el medio
ambiente y los bienes, con el fin de estimar la naturaleza y magnitud del daño.
Los análisis de consecuencias deben estudiar los diferentes tipos de accidentes potenciales
en establecimientos industriales que pueden producir fenómenos peligrosos para las
personas, el medio ambiente y los bienes materiales. Estos tipos de accidentes potenciales se
seleccionan a partir de un correcto análisis e identificación de riesgos. Son los siguientes:
Si se trata de algún líquido, se vaporiza total o parcialmente, según cual sea su temperatura
respecto a su punto de ebullición y ésta respecto al ambiente. En el caso de que reste alguna
fracción en fase líquida, ésta se extiende al mismo tiempo que se evapora con más o menos
intensidad según que su temperatura sea inferior o superior a la del sustrato sobre el que se
extiende.
Si además el líquido es inflamable, existe la posibilidad de que, por encontrarse una fuente de
ignición en las proximidades del punto de fuga, se produzca un incendio del charco. Si éste es
de grandes proporciones, provoca un flujo de calor radiante peligroso hasta distancias
apreciables. También se producen grandes cantidades de humo y productos tóxicos y
contaminantes.
Si el incendio envuelve o rodea un depósito que contenga algún líquido inflamable bajo
presión y dura el tiempo suficiente, puede ocasionar una explosión por expansión de vapor del
líquido en ebullición, conocida como BLEVE según su acrónimo inglés. La rotura catastrófica
de un depósito provocando la fuga masiva de una sustancia inflamable, puede originar lo que
se denomina bola de fuego, en el caso de que se produzca la ignición de la misma. Por otra
parte, una BLEVE genera una serie de proyectiles de todas dimensiones, procedentes del
depósito siniestrado que pueden causar graves daños en el entorno si las distancias de
seguridad son demasiado pequeñas o las protecciones inadecuadas.
Si el líquido que se derrama es tóxico, producto de su vaporización, puede generar una nube
de características tóxicas para las personas que se encuentren en las proximidades del punto
de fuga.
Cuando se trata de líquidos inflamables que se vaporizan o de fugas de gases más densos
que el aire, la nube de gas se diluye en el aire existente, haciendo que en determinados
instantes y zonas existan mezclas de combustible y comburente en condiciones de efectuar la
combustión. Si en una de estas zonas se encuentra un punto de ignición puede desprenderse
la cantidad de calor necesaria para acelerar la velocidad de combustión de forma que se
produzca una explosión, denominada explosión de vapor no confinada o UVCE en su
acrónimo inglés. También es posible si la cantidad premezclada es muy grande, que se
produzca una llamarada o "flash fire", sin efectos explosivos, pero con una intensa radiación.
Un fallo estructural, fallo de cementación, agente externo, incendio, proyectil, etc. pueden
causar una rotura catastrófica de un depósito, provocando una fuga masiva que, si se trata de
una sustancia inflamable, puede originar también una bola de fuego caso de producirse la
ignición de la misma.
Además de todo esto, existe la posibilidad de que todos estos fenómenos afecten, además de
a los elementos vulnerables exteriores, a otros depósitos, tuberías o equipos de la instalación
siniestrada, de tal manera que se produzca una nueva fuga, incendio o explosión en otra
instalación diferente de la inicial, aumentando las consecuencias del accidente primario. Esta
concatenación de sucesos con la propagación sucesiva de consecuencias es lo que se
denomina efecto dominó.
Un tipo de accidente que puede ser independiente de una fuga previa es el estallido de un
depósito originado por el desarrollo de una reacción exotérmica fuera de control o "runaway"
en el interior del mismo. Se pueden producir por mezclas inflamables vapor/aire por
polimerización o descomposición de determinadas materias. Las consecuencias inmediatas de
un estallido de un recipiente son la formación de ondas de presión y proyectiles que pueden
alcanzar a otras instalaciones y agravar el accidente inicial.
Otro suceso que hay que analizar es el vertido de sustancias peligrosas para el medio
ambiente en medios acuáticos (ríos, lagos canales, acuíferos, mar) o al suelo, generando
graves daños al entorno inmediato o lejano y con posibilidad de afectar a un gran número de
personas.
Todo este conjunto de accidentes posibles a partir de una fuga de gas o líquido se representa
en el esquema de sucesos y consecuencias adjunto.
Las explosiones que se consideran aquí, son las denominadas explosiones de nubes de vapor no
confinadas, traducción de la expresión inglesa Unconfined Vapour Cloud Explosion, y de ahí su
acrónimo UVCE, que de ahora en adelante utilizaremos.
Se puede definir como deflagración explosiva de una nube de gas inflamable que se halla en un
espacio amplio (aunque con ciertas limitaciones), cuya onda de presión alcanza una sobrepresión
máxima del orden de 1 bar en la zona de ignición.
Este tipo de explosiones se originan debido a un escape rápido de gran cantidad de gas o vapor
inflamable que se dispersa en el aire o por evaporación rápida de un líquido inflamable para formar
una nube de características inflamables mezclada con el aire. Cuando un gas inflamable se
encuentra una fuente de ignición (normalmente superficies calientes, chispas, motores eléctricos,
etc.), una parte de esta masa de gas (la que se encuentra entre los límites de inflamabilidad de la
sustancia de que se trate), deflagra por efecto de la fuente de ignición y se produce la explosión.
Normalmente son deflagraciones y en raras ocasiones se transforman en detonaciones.
Puede que no llegue a alcanzarse la deflagración, con lo que se originaría una llamarada, incendio
súbito de nube de gas, incendio flash o "flash fire". La frontera entre este tipo de situaciones no
está muy clara y depende de la velocidad de combustión de la mezcla, las características del vapor.
En estos incendios flash, los efectos de presión son despreciables frente a los efectos térmicos
derivados de la inflamación de la mezcla vapor inflamable-aire.
El modelo parte de los resultados que se derivan de la dispersión de los vapores inflamables. Se
calcula la cantidad de gas que existe entre los límites de inflamabilidad de la sustancia de que se
trate, lo que determina un volumen de gas inflamable. Si antes de que se produzca la dispersión
total de una nube inflamable, ésta encuentra un punto de ignición, se producirá su explosión, que
generará unas ondas de presión causadas por la expansión/contracción del aire.
Hipótesis y limitaciones
El modelo se basa en correlaciones empíricas. Si la energía total de explosión es mayor que 5·10 12
J, no hay suficiente información para los efectos del daño. Para valores bajos de la energía total de
explosión hay suficientes datos como para hacer una estimación.
Datos necesarios
Descripción
En la que Vo es el volumen ocupado por una mezcla estequiométrica de la masa que deflagra con
aire, y Ec la energía de combustión por unidad de volumen, que para una mezcla estequiométrica
es aproximadamente de 3,5 x 106 J/m3.
r: Distancia (m)
Reactividad c
baja 0,02
media 0,06
alta 0,15
A partir de la sobrepresión de Sachs, puede determinarse la sobrepresión máxima directa como:
p = Patm·PS
Methods for the calculation of the physical effects of the escape of dangerous
material (Liquids and gases). Parts I and II. CPR 14E. The Yellow Book, TNO. 1997.
Methods for the determination of possible damage to people and objects from
releases of hazardous materials. CPR 16E. The Green Book, TNO. 1992.
Loss prevention in the process industries. Volúmenes 1, 2 y 3. Frak P. Lees. Segunda
edición. Ed. Buttherworth-Heinemann, 1995.
Perry´s Chemicals engineer´s handbook. Sexta edición. Robert H. Perry, Don Green.
Ed. McGraw-Hill, 1984.
Análisis y reducción de riesgos en la industria química. J. M. Santamaría, P. A.
Braña. Ed. Mapfre, 1994.
Guidelines for chemical process quantitative risk analysis. Center for Chemical
Process Safety. AIChE. Nueva York, 1989.
Guidelines for evaluating the characteristics of vapour cloud explosions, flash
fires and BLEVEs. Center for Chemical Process Safety. AIChE. Nueva York, 1994.
Manual de protección contra incendios. NFPA, 2ª edición. Ed. Mapfre. Madrid.
Guía para la elaboración de estudios de seguridad. Guía técnica. Dirección General
de Protección Civil. Madrid, 1988.
Manual de seguridad industrial en plantas químicas y petroleras. J. M. Storch de
Gracia. McGraw Hill, 1998.
Metodologías de análisis de riesgos. Volúmenes I y II. CIEMAT-Dirección General de
Protección Civil. Madrid, 1990.
Guía técnica. Metodologías para el análisis de riesgos. Visión general. Dirección
General de Protección Civil. Madrid, 1994.
Guías Técnicas. Métodos cualitativos y cuantitativos para el Análisis de Riesgos.
Dirección General de Protección Civil. Ministerio del Interior. Diciembre 1994, Madrid.
INCENDIOS DE CHARCO (POOL FIRE)
El modelo que proponemos permite calcular la velocidad de combustión y la radiación térmica que
sufre un receptor sometido a un determinado incendio. Se estudian los incendios de líquidos que
arden en forma circular o alargada (dentro de los cubetos).
En concreto, se estudian los modelos tipo "charco" circulares. En el caso de charcos dentro de
cubetos, se realiza como si fuera un charco circular, a partir de la superficie equivalente del charco.
Hipótesis de trabajo
Este modelo sólo ha sido validado para el caso de incendios en estado estacionario sobre tierra. No
se considera el incendio sobre agua. Se supone también que la llama es de forma cilíndrica. No
obstante, puede ser aplicado también a llamas de base rectangular si la relación entre el lado
mayor y el menor es menor de dos.
Datos necesarios
Descripción
En primer lugar, determinaremos el flujo másico de evaporación en la superficie del charco como:
Si no hubiese obstáculos que impidiesen la extensión del charco de líquido, la máxima superficie
que éste podría llegar a ocupar sería:
dm/dt: caudal másico de fuga [kg/s].
La superficie del charco que deberá considerarse en los cálculos será el valor mínimo entre el valor
anterior y el área delimitada por los obstáculos que impidan la
extensión del charco de líquido derramado.
La transmitancia atmosférica global se determina como una función del producto de la presión
parcial de vapor de agua en la atmósfera y la distancia entre la llama y el punto donde se quiere
determinar el flujo de radiación.
En ausencia de información fiable se tomará la transmitancia igual a la unidad. Finalmente, el flujo
radiante global que alcanza a una superficie expuesta es:
q/A = ·Fmax·E
La duración del incendio (siendo m la masa total derramada) se estimará en la siguiente cantidad:
Methods for the calculation of the physical effects of the escape of dangerous
material (Liquids and gases). Parts I and II. CPR 14E. The Yellow Book, TNO. 1997.
Methods for the determination of possible damage to people and objects from
releases of hazardous materials. CPR 16E. The Green Book, TNO. 1992.
Loss prevention in the process industries. Volúmenes 1, 2 y 3. Frak P. Lees. Segunda
edición. Ed. Buttherworth-Heinemann, 1995.
Perry´s Chemicals engineer´s handbook. Sexta edición. Robert H. Perry, Don Green.
Ed. McGraw-Hill, 1984.
Análisis y reducción de riesgos en la industria química. J. M. Santamaría, P. A.
Braña. Ed. Mapfre, 1994.
Guidelines for chemical process quantitative risk analysis. Center for Chemical
Process Safety. AIChE. Nueva York, 1989.
Guidelines for evaluating the characteristics of vapour cloud explosions, flash
fires and BLEVEs. Center for Chemical Process Safety. AIChE. Nueva York, 1994.
Manual de protección contra incendios. NFPA, 2ª edición. Ed. Mapfre. Madrid.
Guía para la elaboración de estudios de seguridad. Guía técnica. Dirección General
de Protección Civil. Madrid, 1988.
Manual de seguridad industrial en plantas químicas y petroleras. J. M. Storch de
Gracia. McGraw Hill, 1998.
Metodologías de análisis de riesgos. Volúmenes I y II. CIEMAT-Dirección General de
Protección Civil. Madrid, 1990.
Guía técnica. Metodologías para el análisis de riesgos. Visión general. Dirección
General de Protección Civil. Madrid, 1994.
Guías Técnicas. Métodos cualitativos y cuantitativos para el Análisis de Riesgos .
Dirección General de Protección Civil. Ministerio del Interior. Diciembre 1994, Madrid.
EXPLOSIONES FÍSICAS Y QUÍMICAS
Hipótesis y limitaciones
En rigor, el método es válido únicamente para sobrepresiones superiores a 0,1 bar (10 kPa), pero
puede extrapolarse hasta 0,05 bar (5 kPa) con un error por defecto inferior al 20%.
Descripción
El método parte de la energía total liberada en el estallido que, dependiendo de si se trata de una
explosión de tipo físico o químico, se puede calcular como:
Explosión Física:
La presión de los gases en el interior del tanque en el momento de la explosión se puede estimar a
partir de las condiciones de diseño del tanque. Se suele tomar como valor de cálculo 1,25 veces la
presión de tarado de las válvulas de seguridad.
El coeficiente de capacidades caloríficas del gas en las condiciones de estallido se calcula teniendo
en cuenta que el fluido experimenta un proceso isócoro, es decir, a V=cte. desde las condiciones
nominales hasta las de estallido.
Explosión Química:
Conocida la energía total liberada en el estallido, determinaremos las energías disponibles para
ondas de presión y para proyectiles en función del tipo de rotura del tanque. El reparto se realiza
en función de los siguientes criterios:
De esta forma, si llamamos f a la fracción (tanto por uno) de la energía total que se disipa en forma
de ondas de sobrepresión, las energías disponibles para ondas de presión y para misiles (Ep y Em
respectivamente)
P = Patm · P
DARDO DE FUEGO (JET FIRE)
Tanto en las conducciones como en los depósitos de gas a presión, la aparición de una pequeña
fisura en las paredes trae como consecuencia la descarga del gas contenido formando un chorro de
gas a presión. Si durante la descarga este chorro entra en contacto con una fuente de ignición, el
resultado será la formación de un incendio en forma de chorro o, como normalmente se le llama,
dardo de fuego o "jet fire".
Zona de intervención: delimita la zona alrededor del dardo de fuego sometida a una
radiación de 5 kW/m2 con un tiempo máximo de exposición de 3 minutos.
Zona de alerta: delimita la zona alrededor del dardo de fuego sometida a una radiación
térmica de 3 kW/m2.
Zona de efecto dominó: se refiere a la zona donde elementos cercanos al punto de fuga
pueden llegar a sufrir daños importantes por efecto de la radiación térmica generada por el
propio dardo, como para dar lugar a nuevos accidentes. Por ejemplo, si un depósito de
propano estuviese dentro de esta zona, podría dar lugar a un BLEVE. En el caso del análisis
de consecuencias en gasoductos, al no existir otros equipos próximos, este resultado
quedará anulado.
Hipótesis
Limitaciones
Datos necesarios
Descripción
El modelo calcula las dimensiones físicas del dardo de fuego y la radiación térmica que sufriría un
receptor a una distancia determinada. Dicho de otro modo, la distancia a la cual un objeto está
expuesto a una determinada radiación térmica.
[m/s]
[m]
[m]
[J/m2s]
Si
Si
Este modelo nos servirá por tanto para cualquier tipo de fugas en tubería o depósito, siempre que
conozcamos la presión en el interior y podamos suponer que ésta permanece constante.
Con él, podremos estimar tanto las dimensiones del dardo de fuego formado, como la radiación que
llegaría a distintas distancias o, de otro modo, la distancia a la que nos llega una determinada
radiación.