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La poesía finisecular del XIX

Poesía francesa de finales del siglo XIX

Si el fracaso de la rebeldía romántica había llevado a los novelistas a la observación


realista del mundo en la segunda mitad del XIX, los poetas simbolistas franceses se
inclinarán por la exploración de su propia interioridad y la persecución de la belleza a
través de la palabra, abriendo el camino a la poesía del siglo XX.

Orígenes de la renovación poética: Baudelaire


Charles Baudelaire fue, además de extraordinario poeta, un inteligente crítico de arte y
teórico de estética.Tradujo a E. A. Poe y escribió El spleen de París (1863),
recopilación de prosas poéticas.

Su único libro de poesías, Las flores del mal, constantemente ampliado, le valió un
proceso por obscenidad, y es el arranque de la poesía moderna al superar y ampliar la
herencia romántica:

 La inspiración se completa con la inteligencia en la creación artística.


 La poesía debe descifrar el sentido de la vida, pero sin renunciar a un exquisito
sentido de la forma.
 El ansia de evasión (viajes, excesos, muerte) no excluye la indagación en la
nueva realidad burguesa e industrial.
 El lenguaje cotidiano se incorpora a la poesía.
 La angustia vital romántica se enriquece con nuevos conceptos: la masa, el
solitario anonimato urbano, el tedio ciudadano.

Corrientes poéticas de finales de siglo


A partir de Baudelaire surgen varias tendencias poéticas, que coinciden en la búsqueda
imposible de un ideal de belleza perfecta:
 Parnasianismo (Leconte de Lisle, Th. Banville, J. M. de Heredia): defiende
un ideal poético que, como contraposición al romanticismo, se caracteriza por la
impasibilidad y el clasicismo.
 Decadentismo (I. Ducasse, Ch. Cros): movimiento rebelde y esteticista, que
adopta el dandismo y la bohemia como actitud vital y se evade hacia lo
irracional, lo misterioso o lo exótico.
 Simbolismo (J. Laforgue, J. Moréas, E.Verhaeren): representa una fase
posterior, de mayor reflexión poética. La lírica se concibe como expresión de
sugerencias sensoriales (forma, música, color, efectos visuales), mediante la
metáfora, la sinestesia, el verso libre, etc.

Los poetas malditos


La popularidad de la nueva poesía se vio impulsada por los poetas malditos (1884), la
serie de semblanzas que Verlaine dedicó a sus figuras más destacadas.

 Paul Verlaine (1844-1896), tras una juventud bohemia se había convertido en


un plácido padre de familia burgués. En 1872 abandonó todo para seguir al
adolescente Rimbaud, de quien se hizo amante y al que acabó hiriendo de un
disparo.Tras salir de la cárcel su vida transcurrió entre su obra literaria y una
miserable bohemia salpicada de crisis violentas y entregada a todo tipo de
excesos.

Las aportaciones más importantes de su obra son la defensa de la musicalidad


como esencia misma de la poesía, el sentido del coloquialismo lírico y un cierto
tono de vaguedad melancólica.

 Arthur Rimbaud (1854-1891) pasó como un meteoro, fugaz y deslumbrante,


por la literatura. Apenas adolescente inició una vida errante a la que arrastró a
Verlaine durante cierto tiempo. Aunque sus precoces composiciones poéticas
causaron asombro en los salones parisinos, Rimbaud abandonó para siempre la
poesía al cumplir los veinte años, para viajar por el mundo como soldado y
contrabandista. Enfermo de cáncer, regresó a Francia para morir.

Los poemas que escribió en apenas cuatro años fueron publicados por Verlaine
en los libros Una temporada en el infierno e Iluminaciones. De gran libertad
formal y repletos de imágenes, sus versos oníricos y visionarios profundizan en
los aspectos irracionales del ser humano.

Mallarmé y el drama de la belleza


La vida de Stephane Mallarmé (1842-1898), funcionario y profesor de inglés, apenas
ofrece nada destacable, salvo su insomnio crónico, que le permitía dedicar las noches
escribir.

Su obra busca la belleza absoluta, la poesía pura, a través de unos poemas oscuros
progresivamente herméticos, que van eliminando todo lo que no sea palabra poética. Su
virtuosismo le lleva incluso a innovar la forma tipográfica de las poesías.
Sin embargo, su conciencia de la intrínseca imposibilidad de la «obra perfecta» que
perseguía, llenó de angustia y depresiones sus últimos años. De todas formas, la fe en la
palabra de los simbolistas se convertiría en la base de las vanguardias y la poesía
moderna.

Retrato de Stephane Mallarmé por Manet.

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Parnasianismo
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Leconte de Lisle, una de las máximas figuras del Parnasianismo.


El parnasianismo fue un movimiento literario francés de la segunda mitad del siglo
XIX (ca. 1870) creado como reacción contra el romanticismo de Víctor Hugo, el
subjetivismo y el socialismo artístico. Los fundadores de este movimiento fueron
Théophile Gautier (1811-1872) y Leconte de Lisle (1818-1894).

La palabra es de origen griego y hace referencia a la cima del monte Parnaso donde
estaban las musas inspiradoras, que eran diosas menores.

Con respecto al parnasianismo francés, se formó en el año 1871 con motivo de la


publicación de tres antologías poéticas tituladas El Parnaso contemporáneo. Figuraban
allí poemas de Théophile Gautier, Leconte de Lisle, Théodore de Banville, Sully
Prudhomme, Catulle Mendès y Albert Mérat, a los que se les agregaban nombres de
otros poetas que la historia del arte no clasificaría como parnasianos, entre ellos Charles
Baudelaire.

El parnasianismo surge como una antítesis del romanticismo y esta oposición tiene
como causa lo que los parnasianos consideraban sus «excesos»; exceso de subjetivismo,
hipertrofia del yo —crecimiento excesivo y anormal—, exceso de sentimiento. De allí
que los parnasianos preconizaran una poesía despersonalizada, alejada de los propios
sentimientos y con temas que tuvieran que ver con el arte, temas de por si sugerentes,
bellos, exóticos, con una marcada preferencia por la antigüedad clásica, especialmente
la griega, y por el lejano Oriente.

En lo referido al estilo, los parnasianos cuidaban mucho la forma. Continente y


contenido debían marchar de acuerdo. De esta manera, si los románticos demostraron
una preocupación por los sentimientos, los parnasianos lo hicieron por la belleza.

El lema del parnasianismo era «el arte por el arte», arte visto como forma y no como
contenido. Arte que estuviese comprometido con la realidad social.

Las características del parnasianismo son muchas. Entre ellas podemos encontrar que
representa una reacción contra el subjetivismo poético y un desprecio contra la emoción
poética. El escritor parnasianista busca la perfección mediante una poesía descriptiva.

El parnasianismo francés tuvo una influencia decisiva en la corriente literaria


latinoamericana del modernismo, siendo su principal exponente el poeta nicaragüense
Rubén Darío.

Esteticismo
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Caricatura del Wasp de San Francisco representando a Oscar Wilde, máxima figura del esteticismo.

El esteticismo es un movimiento artístico inglés de finales del siglo XIX, basado en la


doctrina de que el arte existe para beneficio de la exaltación de la belleza, la que debe
ser elevada y priorizada por encima de la moral y de las temáticas sociales, o sea incluso
por encima de una profunda reflexión sobre lo que obstruye la felicidad y el buen
desarrollo del ser humano en la sociedad. Este movimiento 1 representa tendencias
similares a las que pregonaron en Francia el simbolismo y en particular el decadentismo,
por lo que el mismo bien podría ser considerado como la rama inglesa de esos
movimientos.

El esteticismo se originó como oposición a las filosofías utilitaristas imperantes,2 3 y


como reacción a la fealdad y el materialismo aparentes de la naciente época industrial.
Sus fundamentos filosóficos fueron asentados por Immanuel Kant, quien propuso que
las normas estéticas podían ser separadas de la moralidad, la utilidad, o el placer. 4 5

El esteticismo desarrolla una concepción superficial de la belleza, con una


predominancia acordada al efecto puramente estético y sensorial, por encima de la
reflexión estética, y con tendencia a evaluar las cosas y los seres solamente desde el
punto de vista estético. La noción de estética tiene aquí por tanto un sesgo peyorativo.

El « esteticismo » en ningún caso es sinónimo ni de « belleza » ni de « estética ». 6

Una de las ilustraciones de la revista Punch sobre estética.


El término poesía moderna, en sentido estricto, se aplica a la corriente poética que nace
con autores como Charles Baudelaire o Walt Whitman, se encarna en el simbolismo
francés y su variante hispánica (modernismo) y culmina en las llamadas vanguardias
históricas (futurismo, ultraísmo, etc). En un sentido más extenso, que es el que usa
Octavio Paz en sus ensayos, el término puede abarcar desde el pre-romanticismo
germánico. Sin embargo, uno sólo puede definir al moderno desde la perspectiva de la
innovación y la ruptura que empieza en Baudelaire y Whitman, por una razón
historiográfica.

Es importante decir que el término modernismo es usado en varios países para referirse
a estilos y periodos muy distintos.

Los primeros poetas modernos defendieron la poesía innovadora, rompiendo con el


clásico o cambiándolo y persiguieron la belleza en el original a comparación de lo que
pasaba antes del final del siglo XIX, cuando la poesía era mas rebuscada y tenía reglas
fijas. Por esto, Octavio Paz también dice que hay una tradición de ruptura en la cual el
moderno se introduce, y con esta tradición podremos definir la poesía moderna,
incluyendo en ella la poesía neomodernista que viene después de los comienzos del
siglo XX hasta hoy, bien como algunos precursores del moderno, las vanguardias y los
modernismos de varios países.

Obtenido de
«http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Poesía_moderna&oldid=59978052»

Contenido
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 1 Inicio y desarrollo del movimiento


 2 Esteticismo, simbolismo, decadentismo, dandismo
 3 Referencias y notas
 4 Véase también
 5 Enlaces externos
[editar] Inicio y desarrollo del movimiento
Al fin del siglo XIX, una nueva sensibilidad se desarrolló en reacción al naturalismo.
Este nuevo movimiento fundamentalmente se interesaba en describir la realidad hasta
en su trivialidad. 7

En cuanto a los estetas o esteticistas, preferían dedicarse a la búsqueda y a la


investigación del refinamiento, de la belleza, y del arte. Adhirieron fuertemente a la
religión de lo bello, que lo encontraron en las formas inexploradas de lo « vulgar » y de
lo « simple »: el arte primitivo (prerrafaelismo) o arte ingenuo, por ejemplo, muebles y
vestimentas antiguas se reinsertaron en las artes decorativas de William Morris,8 y se
volvieron a utilizar formas de lenguaje esotéricas, etc. Recordemos por ejemplo « Todo
arte es completamente inútil »9 (prefacio de la obra titulada El retrato de Dorian Gray).
10

Tres escritos literarios se destacaron explorando casi en el mismo momento las


posibilidades de esta filosofía :

 The Picture of Dorian Gray (1890) de Oscar Wilde. 11 12

 A rebours (1884) de Joris-Karl Huysmans. 13 14

 Hedda Gabler (1891) de Henrik Ibsen. 15

La acogida fue entusiasta a las tres obras en el seno de los pequeños círculos, coterías, y
revistas literarias.

Desde hacía bastante tiempo, Théophile Gautier y el movimiento « el arte por el arte »
había preparado la vía para este cambio (prefacio de la obra Mademoiselle de Maupin,
1835),16 y será el núcleo a partir del cual se desarrollará el llamado Art nouveau. 17

El esteticismo, el decadentismo, léase el simbolismo, son las salidas que se buscan para
escapar de un mismo malestar : "el fin del siglo XIX" se bifurca entre, por una parte, la
fe en la ciencia y la modernidad, y por la otra parte, el pesimismo frente a los valores
contestados por causa del materialismo. Y el culto por la belleza en sí misma, así a
muchos ha parecido una salida. Hay cierto interés en evadir o prescindir de la realidad
cotidiana, desacreditando y contestando la moral y las costumbres burguesas.

Asimismo se notará contrariamente a los aspectos corrientemente destacados en las


definiciones de « esteticismo » o « estetismo », que esa corriente implica una profunda
reflexión filosófica, que no es para nada superficial. Para los verdaderos estetas (o
esteticistas), ser superficial y simplista es casi como ser criminal, ya que no sólo
conviene lograr belleza exteriormente, sino que también y simultáneamente se debe ir
en búsqueda del equilibrio y la belleza interior. La « belleza » debe ser completa,
imponiéndose como un « estilo de vida » y como un « precepto a aplicar » .

Los escritores británicos decadentes fueron grandemente influenciados por Walter Pater
y sus escritos, así como por la novela Mario el epicúreo, en la que se estableció que la
vida debe ser vivida intensamente, primordialmente siguiendo como ideal a la belleza.
Estos enfoques junto a las investigaciones sobre el Renacimiento, se convirtieron en la
biblia de los jóvenes entusiastas del arte en aquellos años. James McNeill Whistler,
Oscar Wilde, y Stéphane Mallarmé, avivaron el patrón de refinamiento de la corriente,
con delicada sensibilidad quizás, hasta su punto más alto.

En 1891 Walter Pater publicó una serie de ensayos (Intenciones) que dieron pie a que se
le considerase uno de los máximos representantes del esteticismo, cuyos aspectos más
deslumbrantes y exquisitos se pusieron de manifiesto tanto en su obra como en su vida.
Su extenso poema Ravenna ganó el prestigioso premio Newdigate en 1878, y convirtió
el estilo bohemio de la juventud en una filosofía de vida, el cual fue enunciado
seriamente por Oscar Wilde, quien también es uno de los más representativos en el
esteticismo.

El movimiento llegó a su fin con el juicio contra Oscar Wilde ocurrido en 1895.

[editar] Esteticismo, simbolismo, decadentismo,


dandismo
Mucho se han analizado y discutido estos movimientos, en el sentido de llegar a
establecer si hay algún tipo de contraposición entre algunos de ellos, y naturalmente,
entre los especialistas las posiciones están divididas. En esta sección por tanto, no se
espere que se llegue a ningún resultado definitivo. 18 19

Sin duda el esteticismo fundamentalmente aboga por « el arte por el arte mismo »,20 21
mientras el decadentismo es « la antítesis del movimiento poético de los parnasianos y
de su doctrina (inspirada en el ideal clásico del "arte por el arte" »). 22 23

En el ánimo de fijar las ideas, tomemos por ejemplo la obra El retrato de Dorian Grey
de Oscar Wilde. 24 25

La obra recién señalada, tanto por estilo como por época, bien se podría encuadrar en el
decadentismo.

Sin embargo, si bien con ella Oscar Wilde no se puede decir que pretenda moralizar,
ciertamente allí tampoco critica abiertamente a la moral burguesa. Recordemos lo que al
autor decía en el prólogo de su escrito: « el artista no tiene afinidades éticas » y
« ningún artista desea probar nada », o sea, « el arte es inútil », « el artista no pretende
convencer, demostrar, educar », « la vida moral del hombre forma parte del tema para el
artista, esto es, la moralidad o inmoralidad es solamente un tema posible pues el fin
último que es crear arte ».

En conclusión, « El retrato de Dorian Grey » puede decirse que es decadentista en la


forma y esteticista en el fondo.

Pero lo recién expresado no se puede generalizar, ya que esta conclusión está basada en
el análisis de una sola obra.

[editar] Referencias y notas


1. ↑ José Guimón, Del esteticismo al decadentismo, en libro Psicoanálisis y
literatura, 1993, ISBN 84-7245-259-X, pág. 152.
2. ↑ El modernismo y la generación del 98.
3. ↑ Pablo Prieto, El esteticismo decadente.
4. ↑ Susana Bárbara Vivar Herrera, Aproximación a la crítica del juicio de Kant
en el desarrollo de la estética filosófica, según Gadamer
5. ↑ María Antonia Labrada, La anticipación kantiana de la postmodernidad
6. ↑ Esteticismo
7. ↑ Naturalismo, esteticismo, interaccionismo
8. ↑ José María Valverde, William Morris, precursor estético
9. ↑ El arte según Oscar Wilde
10. ↑ La Quinta Pata: Todo arte es completamente inútil, febrero 2 de 2009.
11. ↑ "El retrato de Dorian Gray" de Oscar Wilde
12. ↑ "El retrato de Dorian Gray" (texto completo del prefacio)
13. ↑ Estética y Esteticismo
14. ↑ “A Contrapelo” de Joris-Karl Huysmans, marzo 8 de 2010.
15. ↑ Henrik Ibsen - Hedda Gabler
16. ↑ Théophile Gautier, Mademoiselle de Maupin (1835), Proyecto Gutenberg
(texto completo).
17. ↑ Bruno Remaury, Dictionnaire de la mode au XXe siècle, Ediciones Regard
(1994), ISBN 2-84105-048-3, pág. 20.
18. ↑ Luis Puelles Romerto, Voluntad de crear: Nietzsche o el arte contra la
estética, pág. 286 y sigs.
19. ↑ Los escritores malditos: La poesía moderna
20. ↑ Amada Dorta, Esteticismo: Arte por el arte, abril 6 de 2011.
21. ↑ Pablo Felipe Pérez Goyry, Oscar Wilde: EL Arte por el Arte y el Esteticismo,
marzo 25 de 2011.
22. ↑ José Vicente Mestre Chust, El Decadentismo, el Simbolismo y el
Parnasianismo, abril 12 de 2011.
23. ↑ Parnasianismo, simbolismo y decadentismo.
24. ↑ “El retrato de Dorian Gray”
25. ↑ Oscar Wilde, “El retrato de Dorian Gray” (texto completo).
LA POESÍA A MEDIADOS DEL SIGLO XIX

1.- El siglo XIX puede definirse por una serie de géneros


literarios propios, como la fábula, la sátira o el poema didáctico.
Además, la poesía lírica se concentra en el año 1840.
Pablo Piferrer
Este año publica el lucense Nicomedes Pastor Díaz (1811-
1863) sus Poesías. Consejero de Estado con Narváez, escribió una poesía lúgubre
y desesperada, próxima, en ocasiones, a la de Espronceda, con títulos como Mi
inspiración, A la luna o La mariposa negra.

Este tenebrismo o historicismo continuará con el coruñés Jacinto Salas y


Quiroga (1813-1849) o con el vasco Eugenio de Ochoa (1815-1872).

Pablo Piferrer (1818-1848) nació en Barcelona. En su breve producción poética


se ve una evolución hacia la poesía intimista popular.

2.- El siglo XIX es la época de los nacionalismos. En estos


años, la cultura catalana vivirá su Renaixença, que se
considera inaugurada con el poema de Benaventura Carles
Aribau (1798-1862) A la Pàtria (1833), escrito en catalán -que
se identifica con lemosín-. Jacint Verdaguer (1845-1902)
destacará en la poesía catalana con L'Atlàntida (1877) y otros
poemas religiosos.

Oda a la Pàtria Aunque la zona valenciana no tuvo un desarrollo tan


en la edición importante, destacan las Rimas (1877) de Vicente Wenceslao
1883 Querol (1836-1889), escritas en castellano con cierto tono
popular.

3.- José de Zorrilla y Moral (1817-1893)


nació en Valladolid y es uno de los poetas más
representativos del siglo XIX.

Se dio a conocer tras la lectura de su elegía A la


memoria desgraciada del joven literato Don
Mariano José de Larra, en el entierro de éste.

Zorrilla fue uno de los autores más prolíficos de


nuestra literatura. Se considera su mejor etapa la
comprendida entre 1840 y 1854, año en que
Retrato de José emigró a México, donde gozó de la amistad del Poesías de
Zorrilla Zorrilla
Emperador Maximiliano. Después, soportó una
situación miserable, superado por su tiempo -de lo
que él fue consciente-. Vivió de lecturas públicas y
actos oficiales, que condicionaron sus escritos.
Su abundante producción incluye casi todos los géneros poéticos: junto a la
poesía lírica, destacan sus leyendas, más o menos tradicionales, A buen juez,
mejor testigo, El capitán Montoya o Margarita la Tornera, de carácter
narrativo.
Después de su experiencia
mexicana publica El drama del alma
(1867), sobre los sucesos americanos
y Álbum de un loco (1867), con
algún poema filosófico. En menor
medida trató la poesía religiosa y la
épica.

Aunque su ocupación principal


estuvo en el teatro, Zorrilla dejó de
sí la imagen de un hombre
extravertido, que vuelca su existencia
en el verso, modesto, apacible y
El drama del alma mejor poeta de lo que él mismo quiso Poesías de
(1867) José Zorrilla
decir de sí.

4.- A través de las figuras estudiadas, podríamos


detenernos un instante para considerar los géneros
literarios característicos de esta época.

Pervive, aunque en menor medida, el poema épico


que se originó en el siglo XVI. Continúa, así mismo, la
fábula moralizante, de corte neoclásico.

Pero los géneros representativos de este siglo serán el


cuento en verso o la leyenda, en los que se podía lucir
sin límites la imaginación y, sobre todo, el romance,
que, retomado de sus orígenes medievales, ofrecía a la
fantasía mucho de lo que nuestros poetas buscaban. A
los romances originales del XIX, podríamos añadir las dos
Romancero pintoresco
grandes compilaciones: el Romancero pintoresco,
(1843), de
recogido en 1843 por el fabulista madrileño Juan Hartzenbusch
Antonio Hartzenbusch (1806-1880) y el Romancero
General (1849-1850) de Manuel Durán.

5.- Entre las novedades importantes del siglo XIX, se debe destacar la
incorporación de la mujer al mundo literario.
Junto a los problemas derivados de una formación interesada y
manipulada, las mujeres tropezaron con la oposición de la
sociedad e, incluso, con el recelo de los hombres, que vieron en
ellas competidores artísticos.

Carolina Coronado (1820-1911), poetisa extremeña, logró


Retrato de
publicar con diecinueve años su primer poema y, en 1843, su
Carolina primer libro de Poesías. En ellas trata temas clásicos o de la
Coronado naturaleza, pero también ofrece su visión del hombre como fuerza
destructiva y de la condición femenina oprimida, en títulos tan
significativos como El marido verdugo.
Además de esforzarse por hacerse oír en su sociedad, Carolina protegió un
grupo de mujeres que quisieron probar fortuna en la poesía, como Vicenta García
Miranda.

La cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873) brilla por su vitalidad


y su capacidad para enfrentarse a las normas sociales de su época. En 1841 publica
sus poesías, que se reeditarán hasta 1868. En ellas refleja con frecuencia el amor
dolorido y la imposibilidad de su disfrute. Destaca el poema A él.

6.- Ramón de Campoamor y


Campoosorio (1817-1901) nació en
Asturias. El Liceo Artístico y Literario de
Madrid le publicó en 1840 su libro
Poesías. Aunque afiliado al partido
moderado, mostró preocupación e
interés por las novedades de su época
y un cierto anticlericalismo.

A Campoamor se le ha criticado su
prosaísmo, derivado de la fábula Obras de
neoclásica. Hoy se valora su gusto por Campoamor
lo minucioso, su reflexión ante los
Estatua en honor de
R.Campoamor problemas cotidianos, su ironía,
sentido del humor, etc.
Desde 1844 escribe las Doloras, nuevo género de nuestra literatura. Consisten,
generalmente, en poemas breves con una reflexión casi filosófica y una moraleja
implícita; otras veces son poemas narrativos más extensos, como ¿Quién supiera
escribir?, que, con sencillez, transmiten realidades socioculturales. De sus
Pequeños poemas, -Doloras más extensas- de hacia 1874, apreciamos El tren
expreso.

7.- El vallisoletano Gaspar Núñez de Arce (1834-


1903) representa un tipo de poesía cívica que arranca de
Quintana y le llega a través de Gabriel García Tassara.

Revolucionario en politica, Núñez de Arce consideró que


la misión del poeta era comunicar su ideología y su
conciencia a través de la literatura. Su principal obra
Gritos del combate es de 1875 y transmite esta poesía
retórica, pensada, en ocasiones, para declamarse en
tribunas o escenarios. Se le ha criticado que el brillo de sus
estrofas estaba por encima de los acontecimientos de su
Gaspar Núñez de Arce época, más mediocre y gris que la de Quintana. Con todo,
recibió el aplauso de todos sus contemporáneos.

8.- Nacida en Santiago de Compostela, Rosalía de Castro (1837-1885)


puede compartir con Bécquer el primer puesto de los poetas españoles de este
siglo XIX.

Su marido, Manuel Murguía (1833-1923) fue un intelectual que apoyó el


Rexurdimento gallego -culminación del nacionalismo-. Le ofreció estímulo,
contactos sociales y lecturas -trató a Gustavo Adolfo Bécquer-.
Su primer libro de poemas La flor (1857)
pasó un tanto desapercibido, así como A mi
madre (1863). No sucedió eso con Cantares
gallegos (1863), que se ha considerado todo
un manifiesto de la idiosincrasia gallega por el
folklorismo y porque debe considerarse un
ejemplo acabado de la literatura española en
lengua gallega. En esta misma lengua se
publica en 1880 Follas Novas -Hojas nuevas-,
que profundiza algo más en la problemática de
su pueblo. Se definen temas como el
pesimismo, el hombre como depredador de la
mujer, la sombra como símbolo ambiguo y una
Rosalía de visión convencional y poco sólida de la religión.
Castro
En las orillas del Sar (1884) recoge En las orillas del
poemas de épocas anteriores y perfecciona sus Sar
temas característicos. Se insiste en la idea de
la muerte y del sufrimiento como eje de la
existencia humana.
Apreciamos en los siete fragmentos que abren su libro y se titulan Orillas del
Sar un sentimiento de la naturaleza que ha puesto a Rosalía en relación con
Wordsworth en su valoración del paisaje. Como ejemplo de su poesía recordemos
la quinta de este libro: Una luciérnaga entre el musgo brilla.

La originalidad de Rosalía de Castro no se basa exclusivamente en el enfoque


temático de su poesía, sino también en la extraña combinación de versos de
distintas medidas, como octosílabos y endecasílabos, que logran una perfecta
armonía.

Otros poetas completarán el Rexurdimento: el coruñés Eduardo Pondal


(1835-1917), algo pueril para nuestros días. Más interesante es Manuel Curros
Enríquez (1851-1908).

D.Miguel Pérez Rosado.


Doctor en Filología

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