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Resumen
Este artículo presenta dos planteamientos: la propuesta del concepto de formaciones socioculturales
para el estudio de comunidades locales, y una propuesta epistemológica para el abordaje de estas formaciones.
Estos aspectos fueron elaborados a partir de una investigación cualitativa que implicó la revisión, clasificación,
análisis e interpretación de aportes de expertos en materia sociocultural, además de la observación de campo de-
sarrollada en diversas comunidades de la región zuliana de Venezuela. Las reflexiones finales arrojaron la nece-
sidad de lograr un enfoque constructivo de las comunidades locales, que considere lo particular y lo singular de
cada comunidad, sin desligarlo de los contextos sociales más globales.
Palabras clave: Epistemología, formaciones socioculturales, conocimiento local, intersubjetividad, diálogo
de saberes.
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Una perspectiva epistemológica para el estudio de las formaciones socioculturales
Castellano, Ana María e Hinestroza, Jorge __________________________________________
qualitative investigation that involved the review, classification, analysis and interpretation of experts in
socio-cultural matters, as well as field observation developed in diverse communities of the Zulia region of
Venezuela. Final reflections from the study evidenced the need to achieve a constructive approach to local
communities that considers the particular and the singular aspects of each community without disconnecting it
from more global social contexts.
Key words: Epistemology, socio-cultural formations, local knowledge, inter-subjectivity, dialog of know-
ings.
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dos como campo de estudio por excelencia de (como en el caso de los fenómenos del mundo
la Antropología. La observación de la vida co- físico), sino que son realidades construidas
tidiana, de lo local, de lo grupal y de lo perso- por los mismos sujetos sociales y re-construi-
nal, cobra importancia en nuestra propuesta das por los investigadores” (Yuni y Urbano,
sobre las formaciones socioculturales, pues a 2006), considerando el momento histórico o
partir de allí, se recupera la diversidad y la ri- la sociedad en particular donde la comunidad
queza de las comunidades locales, las cuales estudiada esté inmersa.
son poseedoras de un aprendizaje social úni- Se trata de mirar la “racionalidad de lo
co. Se trata de la valorización de lo local, pues inmediato” y con ello observar que los seres
es allí donde se concentra y mantiene la diver- humanos ordenan su mundo de experiencia y le
sidad de lo cualitativo (Palma, 1984). Esta re- confieren sentidos intersubjetivos diversos a
valorización, sin embargo, se empobrece –de sus vidas. Esta propuesta se nutre ampliamente
acuerdo con Palma– cuando se propone lo y a la vez es el resultado del desarrollo de pro-
particular sólo como una manifestación feno- cesos de investigación que están ajustados a los
ménica y se ignora el contexto general y totali- lineamientos de la Investigación Cualitativa,
zante. Las acciones y las reflexiones en torno especialmente a la orientación etnográfica, lo
a lo “lo micro”, con toda su consistencia y au- cual nos permitió a) recrear y reconstruir los
tonomía deben estar abiertas y ser sensibles a significados y las acciones prácticas de “los in-
“lo macro”. Se propone, en definitiva, una vi- vestigados”, partiendo del establecimiento de
sión de conjunto, que considere las diversida- una relación directa con ellos en los contextos,
des culturales, los dialectos y los múltiples en los cuales se desarrolla su vida cotidiana, y,
“juegos del lenguaje”. b) construir esta base epistemológica a partir de
En nuestra propuesta sobre las forma- la consideración del conocimiento científico y
ciones socioculturales confluyen de una mane- del conocimiento local.
ra peculiar “lo acabado“ y “lo no acabado”, lo Así, que como toda etnografía, ésta se
construido y lo que está construyéndose. Es de- produjo en una práctica concreta de investiga-
cir, los ámbitos emergentes, inéditos y carga- ción que se realizó in situ. Aunque el proceso
dos de múltiples significados y sentidos for- de investigación amerito un extenso trabajo
man parte de la complejidad que caracteriza la de campo (2), en este artículo no haremos hin-
vida en una comunidad. Se trata de una “cons- capié en este punto, atendiendo el objetivo de
trucción de lo real” que se aprehende en tanto este trabajo. Sin embargo, queremos puntuali-
constituyéndose y no el movimiento como rea- zar que en el trabajo de campo que realizamos
lidad ya construida”. (Zelmeman, 1992). manejamos “… una visión de conjunto para
En este sentido, “…la búsqueda de la aprehender la totalidad. Su concreción exige
identidad, colectiva o individual, atribuida o contextualización, ubicarlo o vincularlo con
construida” (Castells, 1999: 29), junto al reco- el conjunto de factores o elementos que influ-
nocimiento de la diversidad se convierte en la yen en él y que se expresan en una visión total
fuente fundamental de significado social para y estructurada (Paz, 2007: 90).
investigadores que desean estudiar las forma- En consecuencia, nos dedicaremos en
ciones socioculturales, en tanto, comunidades esta parte sólo a exponer la estrategia de análi-
humanas locales. “Las realidades humanas y sis e interpretación de la información produci-
sociales no son una <cosa dada> o < natural> da a partir del trabajo de campo y la revisión
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no se trata de la visión esquemática y simplista espacio donde se encuentran las prácticas y las
de la sociedad que trasciende a sus miembros, estructuras, el escenario de la reproducción y
formados sólo de estructuras y proceso” (Me- simultáneamente, de la innovación social.
jía, 2004: 96). La intención es estudiar al otro En nuestra propuesta privilegiamos la
dentro de su propio contexto, con el extraña- autenticidad de lo vivido y con ello reconoce-
miento, del cual nos hablan Velasco y Díaz de mos la complejidad de la vida en la comunidad,
Rada (1997:216), es necesario para recono- pues como lo apunta Ferrarotti (1991), “a menu-
cernos como investigadores, personas sociali- do lo cotidiano contiene el significado profundo
zadas que se proponen abordar modos de vida de los gestos repetidos diariamente, de las reali-
que les son ajenos y que le exigen “interesarse dades familiares y las apariencias carentes de
por como los otros interpretan o realizan su toda aura e importancia pero constitutivas y co-
mundo sociocultural…Esto nos permite per- nectadas con las fuentes mismas de la vida”.
cibir que en otros mundos sociales, las perso- “Las rutinas cotidianas, con su casi
nas efectivamente no hacen lo que yo (noso- constantes interacciones con los demás, es-
tros) haría (mos)…” (Velasco y Díaz de Rada, tructuran y conforman lo que hacemos”
1997: 216, 117). (Giddens y Hutton, 2000: 107). Las vidas es-
De allí, que consideremos que la pre- tán organizadas en torno a la repetición de
tensión de estudiar comunidades locales pautas de comportamientos parecidas día tras
como recortes aislados, inmodificables, anó- día, semana tras semana, mes tras mes y año
nimos y en ausencia de los actores sociales tras año. Por supuesto las rutinas de cada día
que la construyen puede conducir a unos re- no son idénticas. Lo cotidiano involucra el
sultados alejados de los protagonistas que día tiempo y el contexto en su connotación exis-
a día le imprimen sus particularidades y sin- tencial, lo que delata cómo los individuos con-
gularidades a su vida social. ciben y viven su vida en una dinámica social,
Mejía (2004: 96), a este respecto señala que a pesar de su complejidad se presenta en
“que la realidad no puede nunca ser totalmente medio de una aparente simplicidad.
separada de las personas que la experimentan”,
pues ésta contiene las visiones del mundo cons- 2. Las comunidades y sus
truidas a partir de las vivencias que los seres contextos
humanos han desarrollado en su tiempo de vida
–o sea la duración y la cualidad de la vivencia–. Comprender e interpretar la praxis y
Ese tiempo, según Ferrarotti (1991) puede re- los significados que las personas, los grupos y
sumir un entero ciclo de existencia y darle a las comunidades le otorgan a sus espacios de
ésta significado. vida, implica asumir una perspectiva pluripa-
Al estudio de las comunidades locales, a radigmática que permita abordar el estudio de
partir de nuestra propuesta epistemológica so- las comunidades locales, tomando en cuenta
bre las formaciones socioculturales, puede las visiones holísticas: psicologicas y culturo-
aplicársele lo que plantea Reguillo (2000) a lógicas, sin excluir la visión socioestructural.
propósito de la vida cotidiana, la cual, según el A este propósito responde con pertinencia el
autor se constituye en un lugar estratégico para concepto de Horizonte histórico de Ferrarotti
pensar la sociedad en su compleja pluralidad de (1991), el cual capta el nexo de condiciona-
símbolos y de interacciones, ya que se trata del miento recíproco que intercorre entre los dife-
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rentes niveles de experiencia (del individuo) y blecer las relaciones globales así como las ma-
entre éstos y el plano macro-sistémico estruc- nifestaciones empíricas y propias presentes en
tural, a fin de fijar los primeros elementos de una comunidad.
una dialéctica relacional, en la que naturaleza El contexto socio-cultural o socio-sim-
y cultura, ambiente e historia, sistema, clase, bólico, como lo denomina Córdova (1995),
grupo e individuo, establezcan entre sí una re- permite situar la dimensión simbólica de la
lación necesaria y al mismo tiempo apriorísti- formación sociocultural. Se refiere a un cam-
camente (dogmáticamente) no exactamente po de conocimiento que incorpora el sistema
(cuantitativamente) previsible. de valores, las representaciones sociales, los
La propuesta de Horizonte histórico de modelos culturales, las escalas de sentido y de
Ferrarotti (1991), nos alerta sobre la necesi- significación que los actores le otorgan a su
dad incluir en el estudio de las formaciones propia actividad.
socioculturales, la consideración de los diver- Estos contextos tienen un marco espa-
sos contextos sociales. En las formaciones so- cial y uno temporal. Según Giddens (1991), el
cioculturales coexisten relaciones estructura- tiempo debe ensacharse –también el espacio– y
les en el sentido extrasubjetivo, dotadas de abarcar todas sus gamas, desde lo cotidiano
una propia materialidad en armonía con la co- hasta lo histórico. En este sentido, debe englo-
salidad durkeheimiana, se encuentre ésta soli- barse “lo dado y lo dándose”, los elementos ob-
dificada en instituciones formalmente codifi- jetivos y subjetivos presentes en las comunida-
cadas o encarnada en institutos contemporá- des locales. Esto significa que toda realidad so-
neos o costumbres. cial “tiene su entorno”. Por un lado, son reali-
La premisa fundamental de esta propues- dades materiales, y por otro, son realidades de
ta parte de la base de que los seres humanos vi- conciencia: materialidad y espiritualidad, obje-
ven en contextos complejos y articulados entre tividad y subjetividad (Navarro, 1997). Esta es
sí. Se mueven en diversos contextos, los cuales una condición que es atribuible a las formacio-
según Córdova (1995), sirven de base situacio- nes socioculturales, pues éstas se encuentran
nal en la cual discurre la experiencia vivida. Uno constituidas por lo determinado y lo potencial.
de esos contextos es el socio-estructural, el cual Lo determinado y lo potencial no pue-
Córdova (1995) define como un conjunto de den ser observados como una incisión, pues la
componentes económicos, políticos y cultura- vida en las comunidades locales se caracteriza
les. Su característica básica es la estructuralidad. fundamentalmente por su complejidad, lo
Para Ferrarotti (1991), este contex- cual obliga a considerar que hay un acopla-
to-entendido como una inmensa red de fondo- miento asombroso, aunque imperfecto, entre
es la trama en la que se “encuadran” las distin- el ecosistema social humano y la correspon-
tas experiencias vividas por el actor y le exi- diente “sociedad de conciencias”. Esto se
gen al investigador el conocimiento y com- debe a las capacidades reflexivas del ser hu-
prensión de procesos económicos, políticos y mano, quien tiene la potencialidad de sinteti-
culturales, que en su conjunto conforman un zar los diferentes planos y dimensiones en los
marco ambiental, social y familiar en la que cuales vive su vida (Navarro, 1997).
las comunidades se insertan y respecto al cual Scribano, (2003), señala al respecto que
reaccionan. La ubicación e interpretación del “el ser humano es una subjetividad en el diálogo
contexto histórico social resulta útil para esta- cotidiano con los otros”: con otras personas, con
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oportuno y sensato hacer frente a ciertas situa- social la cotidiana experiencia de la coexis-
ciones contextuales. No son ignorantes de su tencia de variados tipos y niveles de objetivi-
propia realidad, la viven y la comprenden en dades (racionalidades) con sus respectivas
sus propios niveles. El conocimiento local, es clausuras. Cada una constituye un universo
transparente, aunque no simple. No se escon- consesual de sentido (realidad), y aquí se le da
de, se muestra. Es sistemático, dinámico no paso a la subjetividad, la cual nunca está au-
estático, está en constante cambio. (Geertz, sente en la objetividad”.
1994). Quizá la capacidad de solución de los En consecuencia, la subjetividad no es
problemas es inmediatista, pero siempre está concebida como ruido, como atentado contra la
adecuada a la contextualidad cultural que le cientificidad, sino como fuente de conocimien-
confiere significado y sentido. tos, en la medida en que se reconoce el papel
El conocimiento local tiene la caracte- activo de los actores sociales que construyen su
rística de ser lógico y coherente en sí mismo. realidad. Se valora así, el proceso de intersub-
Aunque esta logicidad está más relacionada jetividad, como una fuente de conocimiento
con los valores y normas de cada formación que permite el diálogo de saberes y apunta ha-
socio-cultural, que con aquéllas que pudieran cia la construcción de un conocimiento cientí-
ser catalogadas como universales. Todo cono- fico que parte del saber común, en cuya trama
cimiento está relacionado con contextos espe- están escondidos los significados y los sentidos
cíficos y con la gente que lo practica, lo cual de las acciones que emprenden los actores so-
implica una forma de producir conocimientos ciales en su la vida cotidiana.
desde la cultura local”,(Semali y Kincheloe,
1999: 41) “que está provista de sus propios 5. Reflexiones finales
dispositivos autorreguladores” (Hurtado,
1995: 67), los cuales llevan a la comunidad a El estudio de las comunidades locales,
asumir una forma histórica de resolver sus a partir de nuestra propuesta sobre las forma-
problemas de existencia y de darle un rumbo a ciones socioculturales parte de la definición
sus vidas. de un conjunto de supuestos que permiten ase-
gurar las condiciones para que la construcción
4. La Intersubjetividad como del conocimiento social responda a una serie
fuente de conocimiento científico de exigencias científicas que garanticen su
adecuación al contexto particular y humano
En nuestra propuesta para el estudio de de producción del mismo.
las formaciones socioculturales se asume la En primera instancia, se asume una de-
“visión no objetivista de la objetividad” de finición de formación sociocultural que invo-
Morìn (1989), quien considera que los “obje- lucra una visión compleja y humana, pues se
tos de conocimiento” se forman a partir de su parte del hecho que el investigador las estudia
doble relación con el ambiente y con el sujeto como una realidad no acabada, en tanto se
que los observa y conceptualiza. Arnold comparte el criterio de que está se construye
(2004: 10), señala con respecto a la objetivi- en una relación intima e inmediata con los ac-
dad, que ésta se “relativiza al contexto de su tores sociales que “viven su vida” cada día, in-
determinación, es decir, a la perspectiva que la volucrados en escenarios globales, quizás sin
hace visible. En tal sentido, se admite para lo plena consciencia de ello. Se trata del estudio
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de las comunidades locales tomando en cuen- en su contexto interior, en una relación diná-
ta que la realidad social no es estática ni anóni- mica con el contexto global. Ha sido frecuente
ma, sino dinámica, impredecible, y muchas que los investigadores sociales cometan la ar-
veces imaginables sucesos se hacen presentes bitrariedad de imponer sus métodos de inves-
en ésta, rompiendo el aparente equilibrio que tigación y “conocimientos”, ignorando el
muestra una “cara” falsa de inamovilidad y re- Modo de vida de las comunidades locales y la
petitividad. sabiduría popular. En este orden de ideas, es
La condición de valoración del conoci- necesario estar dentro y mirar desde dentro
miento local y el reconocimiento del proceso para entender las peculiaridades de la dinámi-
de intersubjetividad como fuente de conoci- ca comunitaria local.
mientos científicos cobra vida en esta pro- Por las razones expuestas, podemos se-
puesta, pues se parte de la necesidad de cons- ñalar que la cuantofrenia pierde sentido en
truir teorías emergentes y de partir de una base esta propuesta, pues su énfasis en traducir la
epistemológica flexible, que no intente redu- realidad en estadísticas tiende a invalidar
cir la realidad a sus exigencias y que a la vez como lo señala Córdova (Córdova en Caste-
brinde la posibilidad de que la misma pueda llano, 2007) “las objetividades de la vida vivi-
enriquecerse. No trata de la comprobación de da con las subjetividades donde se implican
teorías sino de su construcción a partir del co- los valores, las aspiraciones, las expectativas
nocimiento local y del conocimiento acadé- y los modos de vida”, bases fundamentales en
mico, reconociendo el diálogo de saberes, en el estudio de las comunidades locales.
el cual el investigador valora que el “gran Esta propuesta le exige a los investigado-
Otro” (Lindón, 200) vive su vida en medio de res el desarrollo de una aproximación teórico
una aparente simplicidad, que en el fondo es- constructiva, en la que se destaque la concurren-
conde la sabiduría generada, mantenida e in- cia entre el nuevo conocimiento teórico adquiri-
novada en una historia local, que le confiere a do en el terreno de la ciencia y en el contacto
la comunidad de la cual se trate unas caracte- productivo con las personas de “carne y hueso”,
rísticas únicas e irrepetibles. que le dan vida a las comunidades locales, las
Dicho de otra manera, esta sabiduría es cuales integran de una manera dinámica e inédi-
propia y particular de un grupo humano, que ta aspectos en el orden de lo socio-estructural y
por generaciones ha vivido su vida resolvien- lo socio-simbólico respectivamente.
do sus problemas, fundamentados en un cono-
cimiento popular, heredado y enriquecido día Notas
a día, cargado de valores, proyectos de vida,
1. Estas reflexiones epistemológicas se rea-
metas alcanzadas y sueños por construir. Las
lizan desde los Proyectos “Aspectos teó-
comunidades locales, desde nuestra propuesta
ricos y metodológicos de la Planificación
para el estudio de las formaciones sociocultu-
Popular” (Investigador responsable: Ana
rales, poseen originalidad y vida propia, pues
María Castellano) y el Proyecto: ”Impac-
sus habitantes, como actores sociales activos,
to ecológico y social de la industria sali-
pensantes, creativos y constructores de su pro- nera en la comunidad de Ancón de Itu-
pia realidad, se mueven bajo regularidades rre”. (Investigador responsable: Jorge Hi-
históricas congruentes con la lógica que surge nestroza). La elaboración de este artículo
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fue posible debido al desarrollo de las ex- la. Caracas. Universidad Central de Ve-
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