You are on page 1of 8

Fecha: 27 de Enero de 2019

Título del Sermón: La fe del centurión

Versículo Bíblico: San Mateo 8:5~13

Mt 8:5~13 5 Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión,


6
rogándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa,

paralítico, gravemente atormentado. 7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.


8
Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo

mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. 9 Porque también

yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y

digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y
10
lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De

cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 11 Y os digo que

vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con


12
Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mas los hijos del

reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir
13
de dientes. Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te

sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.

Un centurión se presentó junto a Jesús. É l fue en busca del Señor

porque su criado estaba muy enfermo y atormentado. Jesús al oirle al


centurión le dijo que iría a su casa y sanaría a su criado, y éste le

respondió sorprendentemente. Jesús al oir la respuesta del centurión

se maravilló y lo elogió. Hoy, veremos lo que Dios nos dice por medio

de la fe del centurión, y qué debemos hacer para ser elogiados y

reconocidos por él.

1. Yo iré y le sanaré

Lo que debemos entender acá es que este centurión sabía

perfectamente que para sanar a su criado “Necesitaba buscar a

alguien”. En dificultades, si buscamos a alguien que no tiene fuerzas,

por más que esa persona quiera ayudarnos no lo podrá hacer. Es

insensato confiar en la vida que no ofrece ayuda. Si confiamos y nos

aferramos en las personas, la ayuda no llegará, sino al contrario, solo

recibiremos traición y muerte.

Entonces, ¿ A quién debemos buscar en medio de nuestras dificultades?

Si vemos en el libro de Salmos 146:5, dice:

Sal 146:5 5 Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob,

Cuya esperanza está en Jehová su Dios

Nosotros debemos confiar y aferrarnos en la ayuda de Dios. Dios nunca

desampara a aquella persona que en necesidad le clama a él.


2. No he hallado tanta fe

Jesús oyó que el criado del centurión estaba enfermo, y le dijo al

centurión que iría a sanarlo, y éste le respondió diciendo: Señor, no soy

digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado

sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo

mis órdenes soldados; y digo éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y

a mi siervo: Haz esto, y lo hace.

Si vemos las palabras del centurión podemos entender que era un

hombre que tenía poder. É l era un militar de alto rango que tenía bajo

su cargo a más de 100 subordinados. Cada vez que el centurión daba

órdenes, todos debían cumplirlas. Con solo una palabra, más de 100

soldados se movían de aquí para allá.

Aunque la policía de tránsito sea pequeña en tamaño y débil en fuerza,

tiene todo el poder de detener un gran camión con tan solo un gesto

de su mano, pues el poder depende de la posición.

El centurión sabía muy bien quién era Jesús, y que en su nombre había

poder. Por lo que,él creía y tenía fe que con solo una palabra de Jesús,

sin que vaya hasta su casa, su criado se sanaría.


Cada uno de nosotros debemos saber que hay poder y autoridad en la

Palabra de Jesús, y más que nada, saber que podemos utilizar su

poder.

El poder que tenemos como hijos de Dios es asombroso. En el nombre

de Jesús nosotros reprendemos demonios y sanamos enfermos. Si

utilizamos el poder que Dios nos ha dado prosperaremos en todas las

cosas, tendremos salud, y prosperarán nuestras almas.

3. Como creíste, te sea hecho

Jesús vio la fe del centurión y ha hecho un gran milagro. En el momento

que Jesús le dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho; su

criado fue sanado en aquella misma hora. Asimismo, en la actualidad,

Jesús mira nuestra fe y obra de acuerdo a ella. En Hebreos 11:6, dice:

He 11:6 6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario

que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de

los que le buscan.

Por medio de la fe podemos experimentar los milagros de Dios.

Entonces, ¿ Qué debemos hacer para tener fe? En el momento que

sabemos quién es Dios, empezamos a tener fe. Dios nos amó y nos

ama tanto que ha dado a su único hijo para que obtengamos la


salvación. Jesús para salvarnos tuvo que aguantar y sufrir todo dolor

en la cruz.

El famoso teólogo William Barclay dijo que debemos “Recordar tres

cosas al orar”. La primera: Recordar el amor de Dios que nos rescató

para beneficio; la segunda: Recordar la sabiduría de Dios, pues él sabe

qué es lo mejor para nosotros; la tercera y última: Recordar el poder de

Dios que hace que ocurran las cosas hasta donde podemos aguantar.

En Santiago 1:6~7, dice:

Stg 1:6~7 6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es

semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada

de una parte a otra. 7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa

alguna del Señor.

La emoción del ser humano es semejante a la onda del mar, pues es

arrastrada por el viento y echada de aquí a allá, por lo que es difícil

mantener una fe firme sobre las emociones.

La base y el fundamento de nuestra fe deber ser la Palabra de Dios.

Jesús dijo en San Mateo 5:18, así:


18
Mt 5:18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la

tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya

cumplido.

Las personas que no tienen fe es porque no se acercan a la Palabra

de Dios.

Cuando la Palabra de Dios obra, uno cree en el perdón de pecados y

recibe al Espíritu Santo, cree en la sanidad de enfermedades, cree en

la libertad de la maldición, y cree en la promesa de la resurrección y

vida eterna. Si solo creemos y nos sujetamos en la Palabra, Dios quien

creó los cielos y la tierra, obrará desde el interior de nuestras vidas.

Muchas personas cuando se encuentran en problemas y dificultades

buscan ayuda por todos lados. Sin embargo, Dios desea que nosotros

oremos ante las circunstancias. Si no oramos es porque no creemos ni

tenemos fe en Dios o porque aún no hemos experimentado el poder de

la oración.

El predicador C. H. Spurgeon dijo que “La oración es una llave de oro”;

y el pastor metodista E. M. Bounds dijo que “La oración es la llave que

abre el gran depósito de Dios”.


La oración es la llave de bendición y restauración. Por medio de la

oración nosotros podemos renovar y restaurar nuestras vidas.

La vida no todo es color de rosas, pues nos encontramos con

problemas y dificultades. No obstante, ante cualquier adversidad, los

hijos de Dios quienes nos aferramos y creemos en él, no nos

desanimamos ni desfallecemos. El apostol Pablo confesó diciendo en

Romanos 8:38~39:
38
Ro 8:38~39 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida,

ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,


39
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá

separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Si creemos, oramos y tenemos fe en el infinito e inseparable amor de

Dios, todos podremos experimentar la obra maravillosa y el gran

milagro de Dios en nuestras vidas.


Oremos: Dios Padre lleno de amor y misericordia. Venimos delante

de tu presencia pues estamos sin fuerzas, y sabemos que en medio

de las dificultades solo tú puedes ayudarnos. Dios Padre, acuérdate

de nuestra debilidad y danos de tu fuerza día a día. Confiamos y

creemos que hay poder en la Palabra de Jesucristo. Danos fe cada

día para vivir como verdaderos hijos tuyos confiando y creyendo

absolutamente en tu poder y vivir una vida de victoria.

Todo esto te lo pedimos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

You might also like