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Diálogo en la Habana

con Heberto Padilla


Viernes 19 de febrero de 1971
(^> Heberso, permíieme disparar dos o tres cosas para
>
iniciar esta conversación: me impresiona la onda
de preocupación y responsabilidad moral en que se da tu
poesía: es una poesía comprometida con el homhre en su
situación social concreta en la civilización de hoy. Kn lus
dos libros más im portan íes, El |usto Tiempo Humano
¡ 1962) y F:uera del luego (1968), obra esta última a raíz
de la cual, como se sabe, te suscitó el "caso Padilla", hay
una temática que vea esencialmente como la misma. Por
ejemplo, el temor de la condena a nuestra ¿paca.
JJ_ P Nó, no siento yo esa condena; tampoco siento un
orgullo especial por vivir en esta época y, ade-
más, es casi un tema retórico el que los poetas de cada
¿poca se sientan muy dichosos de vivir en ella. Todos
exaltan la época en que viven y a pesar de que la sufren
como nadie, se sienten dichosos de ser partes de esa época.
Yo realmente no elegí esta época: es algo que asumiré o
asumo a mi modo,
Pero f uera de
C. H. " ' IUCE° es un libro puesto en la
Revolución.
| J _ P _ Sí, mira, El lusto Tiempo Humano es una especie
de antología, es un libro que resume, como dice
en la solapa, libros que en algunos casos nunca se publica-
ron, porque eran tiempos en que no habían editoriales en
Cuba. Es un libro VD viejo, un libro que llega hasta el
año primero, primero o segundo, de la revolución, el ano
60. El primer poema, Dones, es una especie de recuento
de una vida vivida antes de la revolución, no muy larga
porque yo no lenía sino 20 y pico de años cuando em-
pezó la revolución, pero, de algún modo, es un recuento
de las experiencias de mi generación. Por eso dice que
"No te fue dado el liempo del amor, ni el tiempo de lu
calma . . . Un viento de furia, etc.".
Estos libros, como tú dices, tienen un vinculo; es
decir, que si este primero se llama Ei Justo Tiempo Hu-

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mano el segundu se podría llamar et El |uslo Tiempo His-
tórico, pur ejemplo, porque el primero, étte. El lusto Tiem-
po Humano, incide más sobre lu experiencia personal, sub-
jciiva. yo diría, del poeta.
p Pero crtro que en muchos sentidus Fuera del
[uego eslá contenido en ciertos aspee-tos de t i
JUMCJ Tiempo Humano, en parles de El Retrato del Poeta
como un Duente Joven, en Infancia de Wtlliam Blake, en
donde quiso establecer un diálugu entre dos ¿pocas y jus-
uniente buscando un hecho ejemplar en un hombre comu
Blake, que es extraordinario para su época, que fue más
¡illí de su época, y en otros, como en los poemas finales
del libro, que ya directamente se referían al nacimiento
de la revolución cubana, na hay duda que se plantean los
elementos que ahí voy a desarrollar, pero con más ¡men-
ción y más obsesión, si se quiere, en Fuera del luego.
(J_ En relación con esto, quisiera volver ¡>obrc esa
>
preocupación y responsabilidad moral que me
resulta patente en tu poesía. Cuando se piensa en Fuera
del luego yo diría incluso que tu poesía puede calificarse
como poesía cívica. No sé si te guile el lérmino, no sé si
te parezca limitante. Por lo que a mí respecta, resulta un
¡ormino de apertura cuando se aplica a tu poesía. Me ex-
plico. Es una poesía que asume el drama, no del individuo
vuelto de espaldas al medio, comu ha querido cierta crí-
tico, sino del individuo inserto en el medio, del individuo
en cuanto ciudadano, concebido en términos de esa palpi-
tante intersección de fuerza:; sociales i políticas que cons-
tituyen su exigencia mayor y su principal determinante en
un Estado socialista.
H. P. '" o r e s o y° I " ' ^ decir que a mi fundamental-
mente me interesa e! hombre envuelto en proble-
mas moral-políticos, digamos, y puede ser esto una limi-
tación, yo no lo se. Tú has hecho referencia a que ha sido
mal comprendida en muchos aspectos esa poesía. En el pró-
logo del libro donde se ataca Fuera del luego se hace bas-
tante obvio este problema. Se ha, diría yo. tergiversado !o
que yo he querido plantear. El hombre envuelto en pro-
blemas morales y políticos, porque creo que ese L-S L-1 hom-
bre de nuestra época. Es decir, en estos libros hay desde
el primero hasta el último una preocupación por la historia,
En el mundo latinoamericano la historia ha aparecido como
preocupación, pero de otro modo, de un modo muchas
veces augural, profético, ético, en el sentido de que es
previo, previo al desarrollo de la sociedad. Entonces, yo
estoy viviendo una experiencia desde hace muchos años.
que no sólo está reducida al hecho de vivir en Cuba en
una revolución, sino a haber vivido en otros países que
hace muchos años han hecho esa revolución. He vivido
en IB Unión Soviética, he vivido en Checoeslovaquia, por
ejemplo, en ambos países, años. Conozco casi todos o lodos
los países socialistas y a muchos de sus escritores. Yo diría
que esta experiencia de más de 13 años ha marcado definí
tivamentL' mi formación personal.

C. H. ' ' ' experiencia de vivir en el socialismo y la ex-


periencia del contacto con los escritores socia-
listas . . .
II. P. Sí, =í, entre ellos hay muchos que han sidú im-
pártanles para mí. No todos son poetas, por
supuesto, pero también en su gran mayoría son poetas.
Muchos de ellos casi desconocidos para nuestro continente,
debo decirlo. Por ejemplo hay muchos poetas rusos, checos.
polacos, húngaros, que tun magníficos, y que a mí me in-
teresan mucho.
Estos jóvenes, cuando les conocí, específicamente a
Vozneshenski. Evtushenko, en la Unión Soviéiica, alrede-
dor de los primeros años del 60. 61, 62, empezaban en la
literatura, eran jóvenes que se iniciaban pero que tenían
una madurez sorprendente en relación con la que yo en
aquel momento tenía. Yo había vivido en EE. UU., en
muchos países capitalistas, nunca en un país socialista,

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como la Unión Soviética, por ejemplo. El conocimiento
que ellos tenían de la responsabilidad moral del escritor
en su sociedad era extraordinario, a tal punto que en tal
momento yo no pude calibrar a Fundo lo que esta respon- Poética
sabilidad significaba en la literatura. A veces la tildaba a
esa literatura tic demasiado obvia, demasiado, como dicen Di la verdad.
ellos, demasiado programática o publicista, queriendo decir Di, al menos, tu verdad.
cívica, como tú has empleado, a punto de que, por ejem- 7 después
plo, recuerdo que en muchas ocasiones —discutiendo una deja que cualquier cosa ocurra:
noche con un grupo de escritores rusos en el año 62. más que te rompan la página querida.
o menos, ellos decían que si tuvieran que escribir un li que te tumben a pedradas la puerta,
bro— ya no recuerdo quien decía Ésto exactamente, pero que la gente
era uno de ellos, tal vez Fue Evtushenko, tal vez Vozne- se amontone delante de tu cuerpo
ihenski, decía que si tuvieran que escribir un libro de como si fueras
poemas políticos lo llamarían Poemas Privados y si tu-
vieran que escribir un poema, un libro en que intervinie- un prodigio o un muerto.
ran las pasiones del amor, lo podrían llamar Poemas Pú- Heberto Padilla (de Fuera del juego)
blicos: a tal punto está imbricada la situación social, las
responsabilidades, las instancias exigentes, insistentes, de la
vida social en el mundo socialista, con las pasiones perso-
nales del hombre.

(~]_ JJ_ La cosa está precisamente allí y yo debo precisar. inmensamente más "útil" para una revolución que aquella
en parte repitiéndome, que para mí Fuera del Jue- otra, la que canta el proyecto. Porque una revolución, si
go es uno de los ejemplos más brillantes y más luminosos bien se da como un hecho externo, es fundamentalmente,
que conozco de poesía responsable, de poesía informada creo, un hecho interno: un proceso de conciencia.
por un propósito moral, directamente dirigido, directamen- J-J p Yo creo eso. Una sociedad está llena de contra-
te vertido, hacia la vida social: haeia la vida colectiva. dicciones y de dificultades. Yo digo, por ejem-
plo, que la alienación persiste durante una etapa del so-
p Eso pienso — en el sentido de la intencionali- cialismo; que no existe en la sociedad socialista todavía
dad. Pienso que en ese libro la historia es el agrado de participación general del pueblo, de la masa.
una obsesión, pero quizás este libro no sea lan claro para en las decisiones. No existe. No existe todavía una articu-
otros mundos, para otros países que no tengan nuestra lación social que exija esta participación, que la exprese
misma experiencia; es lo que me he preguntado en mu- como una necesidad. Entonces, este punto es muy impor-
chas ocasiones. Sí esto que yo escribo puede ser claro para tante porque hay una fase todavía de alienación que el
el mundo, digamos latinoamericanos. Los latinoamericanos poeta, no me queda más remedio que decirlo, está obii-
viven todavía una fase ¿pica en su literatura, es decir, que gado a reflejar. Yo creo que además de estar obligado ;i
c! socialismo es para ellos un propósito a cumplir, pero reflejar esa situación, si es conciente, tiene que escribir
que en modo alguno exigiría una reflexión sobre su prác- tümbién una poesía d¿: estímulo para la transformación.
tica, sobre su existencia. Pero nosotros, a 13 años o a Existe un mundo al cual hay que persuadir de alguna ma-
10 años, de haberse creado en Cuba una sociedad socialis- nera, llevar de alguna manera por e! camino que nos in-
ta, no podemos escribir ya en la misma forma, a tal punto tere». Pero también existe un mundo al que hay que de-
la experiencia histórico nos lia marcado. Es decir, • cirle cómo es ese camino. Esto me lleva a tratar de aspectos
gunos de estos poemas hay un momento, digamos, de an- políticos específicos que, por una serie de razones de los
gustia, do reflexión angustiada, en usa práctica. Y yo lo Últimos tiempos, ni siquiera me gustaría tratar. Es tan
he hecho porque no he querido falsearme. Yo creo además, complejo, tan difícil el problema, que podrían conlra mis
por experiencia personal, por el contacto que he tenido posiciones y argumentos levantarse otros tan válidos como
con los poetas que he conocido, en todos estos países, en el los que yo puedo tener.
mío propio, que todos viven en alguna medido fluctuando
entre la desesperación, la angustia, el entusiasmo, el pro- (^ J J ¿Qué podrías decir sobre tu actitud ante el len-
yeeio. Todo, todo, lo que puede constituir la naturaleza _ guaje poético y iü relación con poetas que te
del hombre, se hace tan evidente, se hatc tan extremo, oigo nombrar a menudo, como Etliot. Pound, Auden?
tan límite, en nuestras sociedades, que proponerse politi-
camente, digamos, una finalidad persuasiva o de difusión II p Como lodo cubano nosotros hemos tenido una
de entusiasmo revolucionario por ser, me hubiera parecido formación muy cercana inevitablemente al espí-
injusto, me hubiera parecido un modo de traicionarme. ritu inglés. Por muchas razones. Nosotros vivimos, comu
Tal vez no sea ésta una poesía "útil", en el sentido en sabes, a 90 millas de los EE. UU. y desde niños hemos
que habitualmcnle se entienda; tal vez se espere de l:t aprendido más o menos el inglés. Francia había ejercido
poesía cubana, como siempre se esperaba o casi se exigía una influencia mucho más poderosa en el siglo pasado y
de la poesía y de la literatura rusa, que reflejaran, más a principios de este siglo en nuestras letras que la poesía
que la realidad que vivían, el proyecto de realidad por el en lengua inglesa por ejemplo. Esta poesía era práctica-
que luchaban. mente desconocida. Para nosotros fue une cosa perfecta-
mente normal haber llegado a ella. Al espíritu excesivo
(' A mí personalmente me parece que cuando se muchas veces, fogoso, locuaz, del hispanoamericano se le
qjiiere hablar de "utilidad" en el arte, hay que pudo añadir, como ocurrió en muchos casos, la contención.
hacer urm revisión total de los conceptos. Puesto que el la lucidez, la norma, que esta poesía o esta literatura esen-
arte, a mi modo de ver, el arte verdadero, el arle autén- cialmente proponían. Efectivamente, nosotros nos acerca-
tico, es siempre útil. Aunque la palabra arte y la palabra mos a esta literatura, a la literatura inglesa, como una to-
utilidad se repugnen mutuamente, el gran arte es útil. Pero talidad, con un sentido incluso indiscriminado. Para noso-
en un sentido mu; especial, muy peculiar, en el cual tros un poeta inglés podía serlo Ezra Pound como lo hu-
sólo puede serlo el arte. ¿Cómo defino ese sentido? No es biera podido ser Blake o Auden. a quién tú has mencio-
fácil: pero se trato de que el arte penetra en aquella zona nado. Había una totalidad, una atmósfera general, de esta
Je lo propio, lo esencial, lo definitivo del hombre, que es poesía, que a mí personalmente me cautivaba, no sólo por
el punto tínico de entredice Je todas las relaciones, expresa ¡OS temas sino por el modo de tratarlos. Era una poesía
lodo eso y lo redime. En este sentido tu poesía me parece que no se fundaba esencialmente en la lengua, en el Icn-

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del objeto poético. Y a mi personalmente la experimenta-
ción, verbal no me interesa nada. Yo pienso que un poenu
es, en sí mismo, un momento de reflexión, de pasión y
de belleza, que puede ser conquistado por los medios mis
disímiles, pero no sobre IB base constante de la meiáfora,
de la imagen. No, no me interesa. A mí eso no me interesa.
Pueda ser que yo esté equivocado. Eso no me interesa en
absoluto.
C [|. Tu poesía tiene un carácter marcadamente con-
ereto .. .
P_ Exactamente pienso. A mí ia poesía abstracta no
me interesa mucho, a mí me intereso io concre-
to, lo que se ha dicho, y esto ya es retórica también, el
objeto poético mismo, sin decorarlo, sin cubrirlo. Esa ca-
tacresis, de que tanto se ha hablado, que consiste en darle
un nuevo nombre a las cosas a mí me parece un camou-
flage, me parece una figura retórica más. El poeta dice
sus cosas —si tiene la suerle la fortuna maravillosa de
Crisliiin Hunccus poderlas decir y de encontrar un nombre nuevo para ellas,
magnifico; pero —recuerdo aquello que decía Nüruda. que
muchas veces el que huye de la frialdad, en los caballos
guaje, en la metáfora, en la superposición muchas veces verdes para [a poesía, cae en el hielo, no. Nu, la poesía
caótica de planes imaginativos, en un modo de nombrar está llena de impurezas, como decía él mismo, y yo pienso
que era un modo de escamotear. Eso yu siempre lo repugné. que éste es uno de sus momentos mejores, lo mejor que
Fatalmente muchas voces caía un elios. en esas cosas, in-
cluso podría caer hoy. Pero, bueno, leí estos poetas en mi tiene la poesía de Ncruda, con ser a veces excesiva en sus
adolescencia, los he seguido leyendo mucho después, he símbolos, en sus metáforas —cierta etapa de su poesía, y
vivido en EE. UU., he vivido en Inglaterra. esta poesía hay otra que no tiene nada que ver con eso— es justa-
para mí ha sido muy familiar. Tan familiar que incluso mente este modo violento de captar d hecho poético, el fe-
me ha impedido disfrutar a veces de cierta poesía francesa nómeno poético, ahí al alcance de la mano. A veces es
que a mí no me interesa salvo muy contadas excepciones, difícil de lomar, de analizar, de poner, pero ese reto ¿s el
que a mí casi en absoluto me interesa. La poesía francesa nacimiento de la poesía.
después del simbolismo me aburre mucho. A mí la expe
rienda surrealista, con ser tan exaltada por los poetas, con C. H . Heberlo. en relación con las raíces de tu poesía.
ser la poesía que se dice que abrió nuevas formas, nuevas
experiencias, al poeta, me parece que se ha convertido en es sabido t! hecho de que trt, durante muchos
una academia, en una especie de dislocación superficial años de li¡ vida, fuiste periodista y es sabido también el
de esquemas políticos convencionales. Para mí la metáfora. hecho de que en cierto modo lú has sido un hombre de
la imagen, son incidentes dentro de un poema, pero de empresa. Quiero decir, tuviste a tu cargo durante un tiem-
ningún modo constituyen el centro mismo del poema. Si po Cubartimpe . ¿Crees tú acaso que estas dos actividades
lú me pidieras que lo definiera no sabría ni cómo hacerlo. pueden haber influido sobre tu concepción det lenguaje
Pero yo recuerdo, voy a citar a un poeta inglés, un norte en la poesía?
americano, o inglés, que es F.liot. que es muy conocido en
América Latina. Me parece, como decía Eliot, que toda p Puede s e r . . . puede ser. En el periodismo, por
revolución en poesía se anuncia como una vuelta al len- lo menos en el periodismo que yu estaba obligado
guaje común, incluso a veces como esa misma vuelta. Que a hacer, en EE. UU. o Inglaterra, el lenguaje tenía un ca-
cualquier verso que se utilice, el métrico, el silábico, el
blanco, el que fuere, no puede nunca separarse por com- rácter de signo, estaba agobiado por el concepto, no se
pleto de los intercambios del lenguaje diario. podía uno ir por otras formas, como ocurre en el perio-
dismo español, por ejemplo. Además, como dijiste, el ha-
Por ejemplo. Vaiéry, un poeta que influyó mucho en
nuestra lengua en una épo^a. dcc¡¡i que la poesía era un ber trabajado con cientos de empleados en una empresa
lenguaje en el lenguaje, un lenguaje dentro del lenguaje. de monopolio estatal ¡c lleva a usar un lenguaje sin duda
Eso yo nunca lu entendí. Yo no creo que la poesía deba comunicativo, y si vives en una revolución no sólo co-
ser un lenguaje muy diferente al lenguaje común o al len- municativo sino persuasivo, porque existen millones de pro-
guaje que pueda utilizar un hombre que escribe en prosa. blemas que un director general en una empresa socialista
Es la capacidad de síntesis —y esto nos llevaría a Pound— tiene que confrontar diariamente, en donde hay que resol-
la que hace de este lenguaje, la que crea en este lenguaje, ver los problemas concretos, laborales, de una empresa y
una dimensión que es lo poético. Pero yo no veo por qué los problemas políticos que la revolución trac, que plantea.
la poesía deba renunciar n la reflexión, y me molesta la
pasión con que muchos escritores y teóricos literarios de Las exigencias políticas y las exigencias mismas de! hom-
America Latina se refieren a la reflexión, a la idea dentro bre como trabajador, las dificultades de! trabajador y el
de la poesía. Pareciera que a la poesía no le es duda la elemento de persuasión de que tiene que valerse un director
oportunidad de pensar. Eso no lo creo yo. Yo creo que i;i para hacerles ver que hay que ir más allá de esas exigencias.
poesía debe plantearse problemas, los problemas que ago- que 3 veces hay que incluso posponerlas en nombre de una
bian al hombre dü una época o que lo entusiasman. Y tarea común y de una dificultad superior a las dificultades
precisamente has uiifldo a Pound y yo creo que la gran inmediatas. Yo me sorprendí mucho de ser ese hombre de
lección de Pound es h.iber devuelto a la poesía 1» fun- empresa. E.-ms cosas se producen solamente en ciertos mu-
ción que los latinos le dieron. Si nosotros hoy leemos a mentos de la historia, cuando la voluntad, la desespera-
Marcial, a CatuSo, por ejemplo, descubriremos una poesía
que prescinde de todo el ornamento, de toda la cargo ver- ción, por colaborar, por ayudar, con las capacidades que
b.d barroca, y va directamente al objeto, a la captación tengamos, cualquiera que éstas sean, lo llevan a uno H

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desempeñar las labores- rafa inesperadas, y esta me ocurrió
a mí. en que me encontré con que tenía a voces, a veces
no. con una frecuencia increíble, que hablar en asambleas, "Qiázás entre sus papeles, entre sus poemas.
discutir problemas que muchas veces yo no conocía H fondo. entre sus cuentecitos existen paginan tan bochorno-
de empresas en el orden comercial, de Iransacciones inter- sas como muchas de las paginas que felizmente
nacionales. Yo no sólo fui el Director Gerente de una minea se publicarán y que estaban entre mis papeles.
[impresa sino que fui además miembro del Consejo de Como esa novela ni el nombre voy a decir alio
dirección de un Ministerio, del Ministerio de Comercio Ex- ra— esa novela cunos fragmentos lie repensado en
lerior, que era el lugar de balance de la etonomiü cubana, Seguridad del Estado, Usa noveia cuyo personaje
que es un país, como fue Cuba, un país comu sabes, que principal era un desafecto que apostrofaba conti-
basa todp su economía, casi toda en el comercio exterior. nuamente cnn'.rn la Revolución. Y era una noveiita
Imaginan; qué impresión produciría para un hombre de sutil, en que se manejaban toda una serie de ele-
30 años, por ejemplo, el encontrarse de pronto con las tre- mentos para aue todo el mundo estuviera compla-
mendas dificultades y problemas que tiene un país en re- cido, una novelita que afortunadamente no xe pu-
volución, cuando ese país se ha separado abruptamente de blicará nunca. Además, porque yo he rolo y romperé
su órbita económica tradicional, como era EU. UU., y se cada uno de los pedacitos que pueda encontrarme
lanza a comerciar con países de que apenas teníamos re- algún día delante de mis zapatos de esa novela, que
ferencia los cubanos. Países remotísimos en aquel momento es un bochorno. No sólo en U> po'.'tíico - se los digo
para nosotros, de un exotismo increíble, que el conoci- con sinceridad— no sólo en lo político, sino en io
miento va borrando, y que se hacen tan inmediatos des- moral"-
pués, tan transparentes después, como nuestro propio país. De la exposición de Heberln Padilla ante
De modo que cuando yo recordaba mis iransacciones co- la ÜNEAC luego de ser puesto en libertad
merciales con un húngaro con un checo o con un coreano, por Seguridad del Estado. Punto Final.
por ejemplo, al principio pensaba que oran negociaciones 11 de mayo.
con olro mundo, remotísimo, y después descubrí que no.
que era un mundo como el nuessro. con sus mismas con-
tradicciones, con sus mismos intereses. En fin puede ser
que esto haya inlervcnido. A io mejor ha empeorado mi
modo de concebir la poesía pero cada uno liene su modo niera de la etimología, ¿no es cierto? Es decir, cada uno
de concebirla, ¿nó? tiene su ración de razón en esa novela.
Yo a veces pongo mi punto de vista, no le lo niego;
(] A mí me parece que las verdaderas unidades de además nadie está exento de ese vicio tata], porque uno
la persona surgen, o se manifiestan de un modo tiene su cabeza, sus parámetros, pero por todos los me-
;t menudo fortuito. Me arri-.-sgo a decir que hasta dondj yo dios he traiadu de reflejar esta realidad en esta novela. V
10 percibo en tu vida y en tu obra hay una gran unidad. estoy un puco nervioso con ella; aunque tú creas, aunque
Uuisiera para terminar esta conversación hacerte una pre- yo le haya dicho que en cuatro días ya está terminado
gunta respecto a la obra en la cuai tú eslás actualmente todo este trabajo, a mí me parece que dentro de 4 días,
trabajando, en la noveia aquella, que M;^ún tú. terminarás que es lu que me parece que me falta, empezará de ver-
dentro de cuatro día?. dad esta novela de nuevo, y así incesantemente, hasta que
los amigos decidan, ellos por sí mismos, como en otras
H . P . Espero... ocasiones han hecho, ponerle el punto fina! y decirme que
yo no puedo ir más allá, que ejo es imposible. Pero . . .
(^ ¿Cuino relacionarías tú esta novela con esa uni- vamos a ver qué va a pasar, ya veremos . . .
dad de experiencia vital y de experiencia poética
que a mi modo de ver se patentiza en tu expresión perso- (' ¡j Bien Heberto. quisiera por último decirte que.
nal y literaria1.' aún cuando yo no sabía y no supe sino hasta
hace muy pocos días, que lo que tú estabas escribiendo era
J-J P Yo pienso que esta novela participa de las mis- una novela, a mí me parecía en d j n u modo inevitable que
mas preocupaciones de mis libros poéticos. Es algún dio tú escribieras una novela, y debo confesarte que
una novela específicamente cubana, y se basa en la vida espero con suma ansiedad poderla ver publicada.
cubana actual. No sé que pasará con esta novela. No sé
11 tendrá, si habré tenido éxito, en lo que me propuse, es || p Quería decirle que aparte de esta novela, tengo
muy difícil porque en Cubn esta experiencia no ha sido esie nuevo libro de poemas que leí hace unos
trabajada anteriormente. No existe una literatura a la cual 20 días en la Unión de Escritores, que más o menos está
yo pueda remitirme para confrontarla o para aclarar la terminado, y que pienso entregar para editarse. Es decir
mía. No obstante, con mi pobre capacidad o lo que fuere, que no significa, como en muchas ocasiones ocurre, que
yo he tratado de reflejar esta realidad. 1.a novela, claro. un poeta interrumpe su labor poética y se lanza por otras
me ha permitido hacer lo que muchas veces la poesía no cosas. Tampoco es la primera vez que escribo esta novela,
me ha permitido, y es trabajar con personajes que no o cuentos. Lo he hecho anteriormente. Incluso escribí antes
tienen nada que ver conmigo; es decir, allí donde en mi una novela que DO llegó a publicarse pero muchos de sus
poesía el punto de partida es mí punto de vista, en esta capítulos se publicaron aquí en Cuba.
novela, en la novela, es el punto de vista de muchos. £1
punto de vista de muchos, y he querido ser en eso lo más C. H. Las novelas nunca se escriben por primera vez . . .
objetivo posible. Como decía Hegel del teatro, no, habré de
escribir un teatro en que todos los personajes tengan razón, II. P . Es cierto . . . es cierto . . . Eso es cierto.
tengan su razón, su ración como diría un clásico, como
diría Unamuno, que le gustaba tanto esa filosofía que vi- Cristian Hunecus

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