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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION SUPERIOR.


UNIVERSIDAD MILITAR BOLIVARIANA DE VENEZUELA.
UNIVERSIDAD CATOLICA SANTA ROSA
FACULTAD DE DERECHO.
CATEDRA: ROMANO II.
PROFESOR: JOSÉ ALBERTO RAMOS.

INTEGRANTES:

WUILKIN TORRES C.I.V: 18.994.935

JOSE GONZALEZ DIAZ C.I.V: 6.335.639

CARACAS - VENEZUELA
INTRODUCCIÓN

Los modos de extinguir las obligaciones son aquellos actos jurídicos que
resuelven el vínculo obligatorio existente entre acreedor y deudor, es decir cuando
desaparece el vínculo que liga al acreedor y al deudor. La doctrina suele distinguir
entre modos de extinción ipso iure y modo de extinción ope exceptionis. Mediante
el presente trabajo se pretende discernir sobre el tema en cuestión a objeto de
satisfacer las necesidades del lector.

Las obligaciones como la propiedad, resisten a la acción del tiempo, son


perpetuas. Estos dos derechos, aunque diferentes en sí mismos, se parecen por
su naturaleza perpetua, pero que en tanto que la propiedad no se extingue más
que por causas accidentales, sucede lo contrario con los derechos de crédito u
obligaciones, pues al acreedor no le interesa que el deudor le deba perpetuamente
una prestación, tiene interés en que le satisfaga su obligación para que en esa
forma él incremente su patrimonio. Los derechos de crédito son apreciables en
dinero y al deudor le interesa cumplir con su obligación para así desligarse de su
acreedor y recobrar su libertad, en esta forma, se dice que hay “solutio”, pues el
lazo de derecho que los unía se ha roto.

La prestación de la cosa debida constituye el fin natural y regular de la


obligación; pero esto no fue suficiente en Derecho Romano para liberar al deudor;
sólo en la época clásica el derecho civil reconoció al pago como modo de extinguir
la obligación. En general, podemos decir que los modos de extinción de las
obligaciones han seguido un desarrollo paralelo al de los contratos.

Sin embargo se dice que toda obligación se extingue a momento de realizar


el pago de la cosa o ya sea por otra inclusive puede ser por el pago a un en contra
de la voluntad del deudor tal es el caso de un fiador quien estaría librando de la
obligación principal al deudor.

Para finales de la República ya no bastaba con el simple pago para


extinguir la obligación sino que era necesario la figura política del SPONSIO ya
que la obligación era una especie de atadura que necesitaba desatarse a través
de la solemnidad que exigía la SPONSIO.

SPONSIO era una figura jurídica que necesitaba la ACCEPTILATIO del


acreedor, la presencia del deudor ante un juez, cinco testigos, el LIBRINS y los
cinco pedazos de plomo.
Generalidades sobre la extinción de las obligaciones:

Las obligaciones se extinguen por una serie de hechos que han sido
reunidos bajo el título de modos de extinción de las obligaciones, que no tiene un
carácter uniforme y que no poseen todos una eficacia igual. El Vínculo de derecho
entre el acreedor y el deudor no estaba llamado a perpetuarse indefinidamente.
Debía llegar un momento en que el deudor se libertara de la carga de su
obligación y entonces esta última quedaba extinguida. El medio propio y natural de
extinguirse toda obligación era el pago, es decir, la satisfacción del objeto de
aquella por parte del deudor.

Medios de extinción de las obligaciones:

Existen dos tipos de modos de extinción de las obligaciones, unas que


operan de pleno derecho (ipso jure), pues extinguen automática y definitivamente
la obligación y otras que solo producían sus efectos extintivos por vía de
excepción (exceptionis ope), debido a que no extinguían directamente la
obligación sino mediante la vía judicial, esto es, concedían al deudor la posibilidad
de oponer una exceptio frente a la acción ejercitada por el acreedor, para así
intentar ser absuelto.

a) Modos de extinción de las ipso iure:

 El pago: Es el acto que producía al acreedor el beneficio que debía


reportar de su acreencia, era la finalidad propia de la obligación. En lo
referente al objeto de la obligación, esta debía cumplirse pagando la misma
cosa que se había prometido, entregándose esta en su totalidad. El pago
tiene por efecto extinguir de pleno derecho la obligación.
 Novación: Es la extinción de una obligación por la creación de una
obligación nueva que es sustituida a la antigua. He aquí cuál es su utilidad;
sucede con frecuencia que un acreedor y un deudor quisieran, aun
conservando el objeto de la obligación, modificar otro elemento de la
misma.
 Características:
1. Debe haber una obligación antigua. Esto era absolutamente
imprescindible la existencia de una primera obligación, porque de lo
contrario no podía haber novatio alguna. En cambio, esa obligación
antigua podía ser de cualquier clase, civil, pretoriana, e inclusive natural.
2. Algo nuevo (aliquid novi). Era necesario que la obligación nueva se
distinguiera en algo de la anterior, y esta diferencia podía recaer sobre
alguno de los extremos siguientes: sobre la naturaleza de la obligación;
sobre alguna modalidad; o, sobre las personas, la cual podía tener lugar
bien por cambio del acreedor o por cambio del deudor.
3. Identidad del objeto. El Derecho Romano exigió que el objeto de la
segunda obligación fuese el mismo de la primera. Se explica este
requisito teniendo en cuenta el origen de la figura extintiva, que como se
ha dicho, surgió por la incompatibilidad de dos obligaciones sobre una
misma cosa. Con el tiempo, se admitió que en la segunda obligación
pudiera prometerse el valor de la cosa de la primera, en lugar de la cosa
misma.
4. Animus novandi. Es la intención de los contratantes de sustituir la
obligación antigua por la nueva. Este requisito no existió en los primeros
tiempos. En efecto, él supone la posibilidad de que las dos obligaciones
coexistan, si los contratantes no han tenido la intención de extinguir la
primera; y este resultado era incompatible con el fundamento originario
de la novación.
 Confusión: Para que la obligación exista es indispensable la concurrencia de
dos elementos personales: un elemento activo, llamado acreedor, y un
elemento pasivo, deudor. Si uno de estos desaparece, la obligación no puede
subsistir. La confusión se da cuando se reúnen en una sola persona las
calidades de acreedor y de deudor, desaparece la dualidad de sujetos del
vínculo jurídico, y la obligación queda extinguida de pleno derecho. La
confusión se da generalmente por sucesión, es decir, el deudor hereda del
acreedor, o viceversa, o una persona de ambos. La confusión puede darse por
muchos motivos, entre otros:
 Por subrogación en un contrato, de un derecho o una obligación, etc.
 Por sucesión, tras la muerte de una persona que lleva a
una herencia, y a la adquisición de derechos y obligaciones por
terceras personas que podían ser la contraparte de los mismos.
 Por donación, o cualquier otro contrato que genere obligaciones y
derechos inversos a los existentes.

 Mutuo disentimiento: Es cuando el deudor y el acreedor voluntariamente


acuerdan hacer desaparecer la obligación. Este tipo de medio de extinción
se aplicaba solo en los contratos consensuales, que se perfeccionan por el
solo consentimiento de las partes.

 Capiti deminutio: Era una injusticia para con el acreedor, por lo que el
pretor dio a este, acción contra el que adquirió los bienes del deudor y
hasta el monto de dichos bienes.

 Muerte: Es necesario distinguir entre obligaciones provenientes de delitos,


las cuales no se transmiten a los herederos, por lo tanto con la muerte del
deudor, se extinguen. Y por otra parte las obligaciones de origen
contractual transmisibles, salvo algunas excepciones, no se extinguen sino
que pasan a los herederos del deudor.

b) Modos de extinción ope exceptions:


 La prescripción: La extinción de una obligación por el transcurso de un
determinado período de tiempo, sin que el acreedor haya exigido su
cumplimiento. Se estima que se trata de una sanción que se impone al
acreedor.

 La compensación: Es un modo de extinguir obligaciones que tiene lugar


cuando dos personas son deudoras la una de la otra y en cuya virtud
ambas deudas se extinguen hasta la concurrencia de la menor.

 Pacto de non petendo: Es aquél en que el acreedor promete al deudor no


exigirle el pago de la obligación. Tal pacto no extingue automáticamente la
obligación, sino que sólo suministra al deudor la base para oponer una
excepción, alegando que existe un pactum de non petendo.

 Contrato: El contrato es un acuerdo de voluntades, verbal o escrito,


manifestado en común entre dos o más, personas con capacidad, que se
obligan en virtud del mismo, regulando sus relaciones relativas a una
determinada finalidad o cosa, y a cuyo cumplimiento pueden compelerse de
manera recíproca, si el contrato es bilateral, o compelerse una parte a la
otra, si el contrato es unilateral.

.Transmisión de créditos y deudas.


Si bien el Derecho romano admitió, sin duda, la posibilidad de transmitir
la propiedad de una cosa, sin embargo, no nos ofrece un modo de vender, donar,
o en general, transmitir un derecho de crédito, pues antiguamente tal derecho era
inherente a la persona del acreedor.

No obstante, andando el tiempo comenzó a vislumbrarse que, siendo el


crédito al igual que la propiedad un elemento más del patrimonio de una persona,
podía perfectamente transmitirse o cederse. Así, a medida que aumentaba la
intensidad del tráfico comercial en Roma, fue admitiéndose paulatinamente, por
ejemplo, que si alguien con un patrimonio formado por inmuebles y créditos,
teniendo necesidad de dinero, pudiese perfectamente preferir vender alguno de
sus créditos a vender alguna de sus propiedades, o que prefiriese incluso, prestar
uno de sus créditos en vez de dinero a una persona, que cobrándolo, retendría lo
cobrado en concepto de préstamo: como siempre sucede en derecho, la
necesidad propició la posibilidad.
Ahora bien, los romanos, antes de crear una nueva figura para posibilitar tal
transmisión, que el Derecho actual denomina cesión de créditos, recurrieron a un
medio indirecto, que si bien no entrañaba una cesión del crédito en sentido
estricto, al menos alcanzaba un resultado práctico equivalente. El mecanismo fue
el de un mandato judicial, esto es, un mandato de representación en juicio, en el
que el mandante era el acreedor cedente y el mandatario la persona a la que
cedía el crédito. Así, el acreedor cedente encargaba al cesionario, mediante un
mandato, que lo representase como procurator en el litigio contra el deudor.
Obtenida la condena, el deudor estaba obligado a pagar al cesionario, el cual
estaba dispensado de rendir cuentas a su mandante, y de ahí el nombre
de mandatum in rem suam.

Fraude de acreedores.
Se define el fraude como el engaño no violento por el cual una persona
obtiene beneficios económicos en perjuicio de otra. Hay distintos tipos de fraude,
pues el engaño perjudicial puede darse en variados campos. En este caso nos
referiremos al fraude del deudor. El deudor comete fraude hacia sus acreedores
cuando comprometido por una relación obligacional, dilapida su patrimonio,
dejándolo con saldo negativo, siendo el patrimonio, la garantía con la que cuentan
sus acreedores para satisfacer sus créditos. Ya en la antigua Roma era común
este tipo de engaños, y para evitarlos, se idearon distintos remedios jurídicos, para
no perjudicar a los acreedores, cuando el deudor se insolventara ex profeso.
El pretor creó el interdicto restitutorio, que permitía accionar contra el
comprador de mala fe, durante el año en que se había concretado la venta, para
que restituyera el objeto adquirido.
Si esto no se lograba, podía accionarse por su valor, por medio del
interdicto fraudatorium. El jurista Paulo creó la acción Pauliana, que permitía
revocar todos los actos de disposición del deudor a título gratuito, como las
donaciones, y los que se hubieran hecho a título oneroso mediando mala fe. Por
ejemplo, si se hubiesen vendido los bienes a precios demasiado bajos.
Por el contrario, los actos de disposición donde se hubiera fijado un precio real, no
se revocaban, ya que no producían empobrecimiento, reemplazando el dinero a la
cosa vendida, dentro del patrimonio del deudor. Por supuesto debía tratarse de un
deudor insolvente, ya que de lo contrario, si aún tuviera bienes en su patrimonio
para responder por sus obligaciones, los acreedores no podrían alegar perjuicio.
También debe probarse que el acto ha provocado la insolvencia del obligado, o la
ha acrecentado, y que el crédito que detenta el actor, sea anterior al acto del
deudor.

Garantía de las obligaciones


Llamamos garantía de las obligaciones en sentido amplio, a aquellos actos
jurídicos encaminados a garantizar o reforzar la posición del acreedor frente a un
posible incumplimiento del deudor. Ya en Roma se exigían garantías como
precaución.
El cumplimiento de la obligación podía asegurarse en el derecho romano
afectando la cosa de propiedad del deudor a la acción del acreedor (obligado rei) o
haciendo que el mismo deudor u otra persona por él respondiera con su propio
crédito (obligado personae). Había, pues, dos clases de garantías: las garantías
reales y las garantías personales.
Clases de garantías
Existiendo así dos categorías de seguridades que son:

 Garantías personales o intercesión:


Conferían al acreedor un derecho de crédito contra un tercero llamado fiador a
quien se obliga con el deudor principal.
Una o varias personas se comprometen a cumplir por el deudor si este no
satisface la obligación principal. Se llama intercessio a la intervención de
una persona en beneficio de otra. (Fianza) Las garantías personales consisten en
la constitución de una relación accesoria de la obligación ya constituida (llamada
por ello principal), destinada a garantizar su cumplimiento.
 Garantías reales:
Consistía en la afectación de un determinado (Bien) objeto como garantía del
cumplimiento de la obligación. Podía ser una prenda o hipoteca o enajenación con
fiducia. Las reales atribuyen al acreedor un derecho real sobre una cosa del
deudor ó de un tercero, sobre la cual podrá satisfacerse una vez tenga lugar el
incumplimiento: son fundamentalmente la prenda y la hipoteca, ya estudiadas en
los derechos reales de garantía.

Tipos de garantías personales

La fianza: La fideiusso, o fianza, es un contrato verbal accesorio, mediante el cual


una persona (fiador) se obliga a pagar una deuda ajena en el caso en que el
deudor principal no pague llegado el término. Es una obligación accesoria por
medio de la cual una persona se obliga a responder con lo suyo por una deuda
ajena. Debido a la alta estima que los romanos tenían del honor y de la amistad, la
fianza alcanzó una importancia muy grande —quizá mayor que las mismas
seguridades pignoraticias — rodeándola de un halo de verdadero deber de lealtad.
En la época clásica hubo tres clases de fianzas: sponsio, fidepromissio y
fideiussio.

 Sponsio: Como su nombre lo indica se trata del contrato verbal, que sólo podía
celebrarse entre ciudadanos romanos.
Al fiador (sponsor) se le pregunta luego de celebrado el negocio principal:
¿prometes darme lo mismo? La obligación contraída por el sponsor no se
transmite a los herederos.

 Fidepromissio
Se realizaba por medio de una stipulattio accesoria —para que pudiera ser
celebrada por no ciudadanos—, rigiéndose por las mismas reglas que la sponsio.
Varias leyes reglamentaron en la República ambas clases de fianza. Así, la lex
Apuleia disponía que, habiendo varios fiadores, si uno de ellos pasaba más que su
parte, podía haberse reembolsar de los otros el excedente por medio de una
acción.
 Fideiussio
Por medio del verbo empleado en la pregunta y respuesta (se sigue la mecánica
de la stipulatio) se da a entender que el fiador queda obligado por su fe y lealtad.

Efectos
Efectos de la Fianza entre el Acreedor y el Fiador: El acreedor puede
perseguir al fiador desde que la obligación se haya hecho exigible; no siendo
necesario perseguir al deudor principal (a no ser que este interponga el beneficio
de excusión). El fiador, antes de ser requerido de pago, puede pagar la deuda. En
este caso, las obligaciones del fiador son las siguientes: Entre fiador y acreedor
Obligaciones y derechos del fiador. El fiador es el garante del deudor principal.
Su obligación tiene carácter accesorio y subsidiario, contando con los
siguientes recursos:
a) Que el acreedor dirija su acción primero contra el deudor,
b) Si son varios fiadores se obliga por su parte,
c) Puede oponer todas las excepciones que el deudor principal podría
oponer.

Extinción
 Por vía consecuencial con la extinción de la obligación principal.

 Por haber ocurrido respecto de la fianza misma cualquiera de las causas por las
que se extinguen las obligaciones

 Por medios especiales.

Tipos de garantías reales

La prenda: En el derecho romano, la prenda, pignus o empeño es un tipo de los


llamados préstamos pretorios (por oposición a los préstamos civiles). Consiste en
la entrega en garantía de una cosa del deudor -que es, a la vez, pignorante-, al
acreedor -que pasa a ser acreedor pignoraticio- para que la retenga hasta que se
extinga la obligación, propia o ajena, que se garantiza. En cuanto préstamo en
garantía, supone la existencia de una obligación para el acreedor pignoraticio: la
de restituir la prenda en caso que el deudor o pignorante extinga la obligación. Sin
embargo, el hecho de quedar la prenda en poder del acreedor pignoraticio hace
nacer en favor de éste varios derechos sobre la cosa, entre ellos, un derecho de
persecución, por lo que hablamos de un derecho real de garantía. .
Con la voz pignus (prenda), se abarca tanto el negocio jurídico de entregar la
cosa, así como la cosa pignorada misma y el derecho real que constituye.

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