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ISSN 0185-3716
del Fondo de Cultura Económica

la máquina de
hacer preguntas
Dulce María Granja Castro
de Probert sobre Immanuel Kant
Paulina Rivero-Weber
sobre Friedrich Nietzsche
Roberto R. Amayo
sobre Arthur Schopenhauer
Alberto Constante
sobre Walter Benjamin
Jorge A. Reyes Escobar
sobre Paul Ricœur
Mauricio Beuchot
sobre Charles Sanders Peirce

30 años sin Rosario Castellanos


Elva Macías: Vitalidad editorial de Rosario Castellanos
Un fragmento de Sobre cultura femenina

 
Agosto, 2004 Número 404 B
SUMARIO
AGOSTO, 2004
del Fondo de Cultura Económica • 30 AÑOS SIN ROSARIO CASTELLANOS •
ELVA MACÍAS: Vitalidad editorial de Rosario Castellanos • 3
ROSARIO CASTELLANOS: Sobre cultura femenina • 5
Directora del FCE
TOMÁS GRANADOS SALINAS: Un rosario en castellano • 8
Consuelo Sáizar

Director de La Gaceta • LA MÁQUINA DE HACER PREGUNTAS •


Tomás Granados Salinas DULCE MARÍA GRANJA CASTRO DE PROBERT:
Kant aún tiene mucho que enseñarnos • 9
Consejo editorial PAULINA RIVERO-WEBER: Nietzsche, el estilista • 11
Consuelo Sáizar, Ricardo Nudelman, ROBERTO R. AMAYO: Un único pensamiento,
Joaquín Diez-Canedo, Martí Soler, María que no “pensamiento único” • 14
del Carmen Farías, Áxel Retiff, Jimena ALBERTO CONSTANTE: Walter Benjamin, teólogo y marxista • 16
Gallardo, Laura González Durán, Caroli- JORGE A. REYES ESCOBAR: La hermenéutica en la práctica • 18
na Cordero, Nina Álvarez Icaza, Paola CHARLES SANDERS PEIRCE: Sobre una nueva clase de observaciones • 20
Morán, Luis Arturo Pelayo, Pablo Martí- MAURICIO BEUCHOT: Sobre Charles Sanders Peirce • 21
nez Lozada, Pietra Escalante, Miriam RODOLFO VÁZQUEZ: Principios de una bioética liberal • 23
Martínez Garza, Andrea Fuentes, Fausto THOMAS NAGEL: Altruismo: la cuestión intuitiva • 26
Hernández, Karla López G., Alejandro JOSÉ EZCURDIA: Una biblioteca para ver y preguntar • 29
Valles Santo Tomás, Héctor Chávez, De-
lia Peña, Antonio Hernández Estrella,
Juan Camilo Sierra (Colombia), Juan Gui-
llermo López (España), Leandro de Sa-
gastizábal (Argentina), Julio Sau (Chile),
Carlos Maza (Perú), Isaac Vinic (Brasil),
Pedro Juan Tucat (Venezuela), Ignacio
de Echevarria (Estados Unidos), César
Ángel Aguilar Asiain (Guatemala)

Impresión
Impresora y Encuadernadora
Progreso, S. A. de C. V.

 Ilustraciones tomadas de
Ilustradores de libros. Guión biobibliográfico,
La Gaceta del Fondo de Cultura Económica es una publicación
mensual editada por el Fondo de Cultura Económica, con domici- de Ernesto de la Torre Villar, México, UNAM, 1999.
lio en Carretera Picacho-Ajusco 227, Colonia Bosques del Pedre-
gal, Delegación Tlalpan, Distrito Federal, México. Editor responsable:
Tomás Granados Salinas. Certificado de Licitud de Título número 8635
y de Licitud de Contenido número 6080, expedidos por la Comisión
Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas el 15 de junio de
1995. La Gaceta del Fondo de Cultura Económica es un nombre re-

AGOSTO, 2004
gistrado en el Instituto Nacional del Derecho de Autor, con el número
04-2001-112210102100, de fecha 22 de noviembre de 2001. Registro
Postal, Publicación Periódica: PP09-0206. Distribuida por el propio Fon-

SUMARIO
do de Cultura Económica.

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Vitalidad editorial de La filosofía es una máquina de ha-
cer preguntas. Sus insumos son

Rosario Castellanos tan diversos como la experiencia


humana, por lo que no es raro ha-
llar pensadores con apetencias, y
aun obsesiones, como las que pre-
 Elva Macías sentamos en este número. Al se-
leccionar algunas de las obras más
recientes publicadas por el Fondo
Los treinta años transcurridos desde los tzotziles (Ramón Rubín, 1949); Los en el ámbito de la razón, queremos
el fallecimiento de la escritora hombres verdaderos (Carlo Antonio Cas- señalar la importancia que esta dis-
chiapaneca han visto multiplicarse tro, 1959); Benzulul (Eraclio Zepeda, ciplina ha tenido en la septuagena-
el interés de los lectores, que hoy 1959); La culebra tapó el río (María Lom- ria historia de la casa: de los estu-
pueden hallar ediciones más o bardo de Caso, 1962); y —todas las de dios helénicos (por ejemplo la Pai-
menos recientes de casi toda su Rosario Castellanos— Balún Canán deia de Jaeger) a los clásicos
obra, lo mismo la narrativa y la lírica (1957), Ciudad Real (1960), Oficio de tinie- vigesímicos (entre ellos El ser y el
que el ensayo y la prosa blas (1962)”. Sommers destaca que “estas tiempo de Heidegger), pasando por
periodística. En este balance de su ocho obras constituyen, en varios aspec- obras medulares en el desarrollo
presencia editorial, su paisana tos, un rompimiento con el pasado”. Se de las ideas (como Fenomenología
Elva Macías pasa revista a las trata de una nueva visión del indigenis- del espíritu de Hegel). Pasamos re-
obras que hoy o muy pronto mo planteado antes por Gregorio López vista a diversos proyectos en curso,
podemos encontrar en las librerías. y Fuentes, Bruno Traven o Mauricio como la Biblioteca Immanuel Kant
Magdaleno. “Los nuevos escritores que o la compilación de ensayos de
toman por tema a los indígenas de Chia- Pierce. También se leen con ojo

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pas escogen un punto de partida distin- crítico y disposición al disfrute inte-
e cumplen treinta años de la to: el indio mismo en su propio contexto lectual obras recientes, como el en-
desaparición de Rosario Cas- cultural. Esta serie de novelas y cuentos sayo sobre la literatura en el pensa-
tellanos. En estas tres déca- presenta por primera vez personajes in- miento de Nietzsche; o la ambicio-
das se ha convertido en es- dígenas convincentes, retratados en su sa edición de El mundo como
critora de culto mientras su obra, una de ambiente específico, con personalidades voluntad y representación; o dos li-
las más vastas y profundas de la litera- auténticas.” Más adelante señala, antes bros en que se analiza a Walter
tura mexicana, no ha dejado de circular de entrar en el estudio de cada obra: Benjamin; o una antología de ensa-
en diversas ediciones, especialmente sus “Menos preocupados por la ideología, yos de Paul Ricœur. También nos
cuentos y novelas: Poesía no eres tú, por estos escritores han logrado crear una li- interesa ofrecer fragmentos que lo
ejemplo, mantuvo en circulación sus teratura de comprensión humana honda conduzcan a la obra completa; pá-
nueve libros de poemas ahí reunidos. y, por lo tanto, artísticamente notable.” ginas adentro hallará usted disqui-
Dos son las vertientes principales Rito de iniciación, novela de Castella- siciones sobre historia de la semió-
que han alimentado este caudal de lecto- nos que permaneció muchos años inédi- tica, bioética y altruismo. Cierra la
res, seguidores y estudiosos de su obra: ta y que no corresponde al “Ciclo de sección un texto sobre el conjunto
el innegable sello feminista que en Méxi- Chiapas”, se desarrolla en la ciudad y en del catálogo filosófico del FCE.
co inauguran las escritoras de su genera- ella está presente la indagación de la Hemos dedicado la porción ini-
ción, ella en primerísimo orden, y su condición femenina, tema que no deja de cial a recordar a una de las autoras
profundo acercamiento al mundo indí- lado en el resto de su narrativa a través mexicanas más importantes de la
gena de Chiapas, sin que sean éstos los de personajes indios o ladinos. Sus cuali- segunda mitad del siglo pasado.
únicos pilares en los que se sustenta su dades estéticas, más los acontecimientos Lectora fiel y amiga, Elva Macías
literatura de creación y ensayística. que en los últimos diez años han prota- señala la venturosa circunstancia
En 1964 Joseph Sommers publicó, en gonizado los indios de Chiapas, hacen de que, a 30 años del deceso de
el número 2 de Cuadernos Americanos, un renovar la vigencia histórica de esas Rosario Castellanos, su obra es fá-
ensayo titulado “El ciclo de Chiapas”, obras de Castellanos, pues la vigencia li- cil de conseguir gracias al reiterado
donde destaca ocho obras aparecidas teraria nunca la han perdido. Para su no- interés de editores y lectores. Co-
entre 1948 y 1962 que él considera inte- vela Oficio de tinieblas, Castellanos se ins- mo explicación de ese interés, pre-
resante analizar como un ciclo literario piró y tomó la anécdota básica de un he- sentamos asimismo un trozo de la
con dos aspectos básicos: “su importan- cho histórico ocurrido en 1868, recogido disertación con que la escritora
cia en la literatura mexicana, y su signi- en el libro Historia de las sublevaciones in- chiapaneca obtuvo el grado de
ficado más comprensivo respecto a dígenas habidas en el estado de Chiapas, de maestra, con lo que se demuestra,
ideas nuevas y cambiantes entre intelec- Vicente Pineda, editado por el Gobierno o casi, que literatura y filosofía pue-
tuales mexicanos. […] Las ocho obras a de Chiapas en 1888. Ella trasladó la ac- den complementarse en su ince-
que nos referimos son: Juan Pérez Jolote ción al periodo cardenista y además re- sante producción de interrogantes.
(Ricardo Pozas, 1948); El callado dolor de flejó lo que sus ojos de niña y su concien-

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maradería a la exaltación de su figura,
han creado una veintena de elegías que
guardan ciertas afinidades entre sí ya que
“la materia memorable” es la misma.
Desde sus primeras publicaciones
que circularon en la revista América bajo
la dirección de Efrén Hernández; luego
en la Universidad Veracruzana, bajo la
dirección de Sergio Galindo, su compa-
ñero generacional; y en la unam, Caste-
llanos tuvo el reconocimiento de sus co-
legas escritores, quienes la alentaron a
publicar y vencer su siempre excesiva
autocrítica, misma que no vacila en se-
ñalar en entrevistas o textos autobiográ-
ficos. Más adelante sus obras pasan a
distintos sellos editoriales, como el fce,
Sep Setentas, Excélsior, Joaquín Mortiz,
Novaro, Era. La editorial que más títulos
ha publicado de Castellanos en diversas
colecciones es el fce, desde la aparición
de Balún Canán, en 1957, hasta sus obras
completas, que van saliendo paulatina-
mente: el tomo i dedicado a la narrativa
cia de intelectual y promotora del Insti- La autora dedicó homenajes a poetas y el ii, a la poesía, el teatro y el ensayo.
tuto Nacional Indigenista acumularon y pensadores en “Diálogos con los hom- Y próximamente este sello editorial dará
en favor de su talento y oficio. bre más honrados”; algunos de los desti- a conocer Sobre cultura femenina, su tesis
Su obra ha sido sumamente analiza- natarios fueron Porfirio Barba Jacob, Mi- de licenciatura en filosofía, en la colec-
da: investigadores chilenos, norteameri- guel Hernández, Juan Ramón Jiménez, ción Popular y, en Letras mexicanas, El
canos, africanos, italianos y de muchos Simone Weil, Antonio Machado, Federi- uso de la palabra, la selección que en 1975
rincones de la tierra, en su mayoría mu- co García Lorca, Ramón López Velarde y José Emilio Pacheco hizo de su literatu-
jeres, la estudian con fervor y dedica- Pablo Neruda. Y para unir su voz al ecu- ra periodística publicada en Excelsior
ción desde 1965, situación que se incre- ménico entusiasmo en la celebración del desde 1963 hasta su muerte en 1974. En
mentó a raíz de su desaparición. Una de centenario de Pablo Neruda, transcribo estos once años, señala Pacheco, llegó a
las especialistas en la obra de Castella- el breve fragmento que le dedica: publicar hasta dos artículos a la semana,
nos es Maureen Ahern, autora y traduc- por lo que esas páginas darían material
tora de una amplia antología en Estados “Es tan corto el amor y es tan largo para muchos libros.
Unidos y de ensayos en ese país y en Es- el olvido.” La compilación que faltaba, al pare-
paña. En México hay notables ensayos cer exhaustiva, también está próxima a
de Rosa María Fiscal, Aralia González, Ay, Neruda, Neruda, salir en la cuarta serie de Lecturas Mexi-
Germaine Calderón, María Estela Fran- ¿Con qué vara mediste lo continuo? canas del cnca, recopilada por Andrea
co o Nahum Megged. Este año se cele- ¿Qué espesor de cabello te sirvió Reyes, investigadora norteamericana
brará en octubre, en el Programa Inter- de frontera? cuya tesis de doctorado, “Privilegio y
disciplinario de Estudios de la Mujer de uso de la palabra”, consistió en el análi-
El Colegio de México, un coloquio inter- Porque un río cambia el nombre sis de los textos que quedaron fuera de
nacional sobre su obra. según el territorio que atraviesa todas las publicaciones antes menciona-
Además de los académicos, ha sido pero es siempre agua das. Incluirá los ensayos por orden cro-
también destinataria de homenajes muy —en la aridez y en el verdor—, impulso nológico y por lo tanto habrá algunas re-
heterogéneos. Llevan su nombre el tea- hacia delante, fuga, estruendo, vórtice, peticiones. Será una publicación en tres
tro de la Casa del Lago de la unam, un remanso, pero siempre agua, agua tomos, el primero de los cuales sale a la
parque en la ciudad de México y la libre- y, por fin, el encuentro con el mar. luz este mismo año. Esto significa, para
ría que el fce abrirá en la colonia Conde- los lectores iniciados y para los que de-
sa; en Comitán, ciudad de origen de su En reciprocidad poética, los amigos de sean iniciarse en la vasta y significativa
familia, un estadio deportivo y la Casa Rosario Castellanos escribieron poemas obra de Rosario Castellanos, que en pró-
de la Cultura; en San Cristóbal de las en homenaje a su memoria: Jaime Sabi- ximas fechas estará circulando de nuevo
Casas, una academia de taquimecano- nes, Jomi García Ascot, José Emilio Pa- prácticamente su obra completa, a ex-
grafía. Y en uno de sus aniversarios, en checo, Raúl Garduño, Otto Raúl Gonzá- cepción de la veintena de poemas que
Tuxtla Gutiérrez, recuerdo un ciclo de lez, Enoch Cancino Casahonda, Octavio ella no quiso incluir en la edición origi-
cine de Tarzán dedicado a la memoria Novaro y Roberto López Moreno. Con nal de Poesía no eres tú. En Alfaguara cir-
de Rosario Castellanos; tengo el volante. diferentes perspectivas, que van de la ca- culó recientemente su novela Rito de ini-

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Sobre cultura femenina
ciación, que en 1965 se anunció en la
prensa mexicana como “de próxima
aparición” y que la propia autora men-
cionó en entrevistas con Horda Dyvbig
y Joseph Sommers, novela que final-  Rosario Castellanos
mente retiró del fce por considerar que
no tenía la calidad que ella deseaba, se-
gún comentó la propia escritora a su
amigo Raúl Ortiz en una carta. Castella-
nos no destruyó el original y el narrador
e investigador Eduardo Mejía, quien es- Dentro de unos meses el FCE se sean algo más que una alucinación, un
tuvo a cargo de los volúmenes i y ii de sumará a la conmemoración del espejismo, una morbosa pesadilla. Y,
las obras publicadas en el fce, la encon- fallecimiento de la escritora para llevar hasta su fin el paralelo, el
tró en sus archivos personales y la dio a chiapaneca con la publicación de su ánimo de quien pondera las tesis y antí-
conocer, con la autorización de su here- tesis de maestría. En este fragmento tesis respectivas queda en suspenso.
dero, el politólogo Gabriel Guerra Cas- se manifiesta la simbiosis entre el ¿Cómo conciliar los extremos opuestos?
tellanos, en 1997. Mientras que un libro pensamiento analítico y la ¿Y cómo inclinarse hacia uno cualquiera
testimonial, Cartas a Ricardo, circula, en sensibilidad intuitiva, entre el humor de ellos si pesan tanto las afirmaciones
sus últimos ejemplares, en la colección que ilumina y el rigor que alegra. vehementes como las negativas rotun-
Memorias Mexicanas del cnca; éste das? Dejemos que los técnicos de la Ar-
contiene las cartas que Rosario Castella- mada de Su Majestad continúen delibe-

E
nos dirigió a su esposo, el doctor en filo- rando y que mientras tanto la Enciclope-
sofía Ricardo Guerra Tejada. Fueron es- xiste una cultura femenina? dia Británica guarde en prudente reserva
critas de 1950 a 1958 y de 1966 a 1967. Esta interrogación parece, a sus opiniones. Nosotros vamos en per-
Las primeras las envió desde el barco ss primera vista, tan superflua secución de la otra quimera. […]
Argentina que la llevaba, en compañía y tan conmovedoramente es- Desde el clásico discurso cartesiano
de su amiga Dolores Castro, a España en túpida como aquélla otra que ha dado hasta nuestros días, parece ser indispen-
viaje de estudios. En estas cartas se reco- también origen a varios libros y en la sable, antes de emprender cualquier ta-
noce, además de su sarcasmo, ironía e que destacados oficiales de la Armada rea, ponerse uno de acuerdo consigo mis-
inteligencia, la voz de esa poesía femi- Británica se preguntan, con toda la serie- mo acerca de cómo va a llevarla a cabo,
nista en quien paradójicamente “la tra- dad inherente a su cargo, si existe la ser- explicar de antemano y clara, irrevoca-
dición se convierte en una imposición piente marina.1 La naturaleza de ambos blemente, por cuáles caminos se propone
aplastante hacia la cual responde con problemas, aparentemente tan desco- uno transitar para alcanzar la meta. Y es-
sumisión y desesperanza”, como bien nectados, tiene un lejano parentesco ya to es para mí ligeramente extraño. ¿Có-
ha dicho la poeta Elsa Cross. Es una que en los dos se examina cuidadosa, ri- mo voy a escoger primero el camino que
constante que se advierte en las poetas gurosamente, la validez con la que co- la meta? ¿Cómo voy a condicionar ésta
mujeres de su generación, a pesar del rre, desde tiempos inmemoriales, un ru- por aquel? Necesito, antes que nada, es-
peso social con que manifestaron su do- mor. Asimismo, se procede, para dictar clarecer ante mis propios ojos qué es lo
lorosa condición femenina. el fallo, a la confrontación de los testi- que quiero saber y sólo entonces estaré
monios, ya sean en pro, ya en contra, de en la posibilidad de determinar por cuá-
las hipótesis afirmativas. Porque hay les medios ese saber se me hará accesible.
quienes aseguran —y son siempre lobos Desde luego (y por motivos que no
de mar con ojos de lince— haber visto el viene al caso confesar) lo que me intere-
antedicho ejemplar zoológico y hasta sa es el problema de la cultura femenina.
son capaces de describirlo (aunque estas Pero cuando digo cultura femenina es-
descripciones no concuerden entre sí ni toy a medias usando vocablos conocidos
resulten siquiera verosímiles) de la mis- por mí. Estoy con un pie en terreno más
ma manera que otros aseguran haber o menos firme pero con el otro en el va-
presenciado fenómenos en los que se cío. Porque si alguien me lo preguntara
manifiesta la aportación de la mujer a la yo podría decir algo acerca de lo femeni-
cultura por medio de obras artísticas, in- no. Me han informado, aunque con cier-
vestigaciones científicas, realizaciones ta ferocidad y quién sabe si también con
éticas. Pero hay también, al lado de estos mala intención, acerca del tema, los au-
generosos y frecuentemente exagerados tores cuyas opiniones están consignadas
visionarios, un coro de hombres cuerdos en las páginas anteriores. Sé, por ellos,
que permanecen en las playas y que des- que la esencia de la feminidad radica
de allí sentencian la imposibilidad abso- fundamentalmente en aspectos negati-
luta de que monstruos tan extraordina- vos: la debilidad del cuerpo, la torpeza
rios como las serpientes marinas y las de la mente, en suma, la incapacidad pa-
mujeres cultas o creadoras de cultura ra el trabajo. Las mujeres son mujeres

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hasta esté bien. De cualquier manera no entonces ha de venir una mujer que se
es ése el tema a discutir. El tema a discu- llama Safo, otra que se llama santa Tere-
tir es que mi inferioridad me cierra una sa, otra a la que nombran Virginia
puerta y otra y otra por las que ellos hol- Woolf, alguien (de quien sé en forma
gadamente atraviesan para desembocar positiva que no es un mito como po-
en un mundo luminoso, sereno, altísimo drían serlo las otras y lo sé porque la he
que yo ni siquiera sospecho y del cual lo visto, la he oído hablar, he tocado su
único que sé es que es incomparable- mano) que se ha bautizado a sí misma y
mente mejor que el que yo habito, tene- se hace reconocer como Gabriela Mis-
broso, con su atmósfera casi irrespirable tral, a violar la ley? Estas mujeres y no
por su densidad, con su suelo en el que las otras son el punto de discusión; ellas,
se avanza reptando, en contacto y al al- no las demás, el problema. Porque yo no
cance de las más groseras y repugnantes quiero, como las y los feministas, defen-
realidades. El mundo que para mí está derlas a todas mencionando a unas po-
cerrado tiene un nombre: se llama cultu- cas. No quiero defenderlas. (En todo ca-
ra. Sus habitantes son todos ellos del se- so mi defensa sería ineficaz. Porque el
xo masculino. Ellos se llaman a sí mis- implacable Weininger probó en su Sexo
mos hombres y humanidad a su facul- y carácter que las mujeres célebres son
tad de residir en el mundo de la cultura más célebres que mujeres. [Cf. también
y de aclimatarse en él. Si le pregunto a Oscar Wilde: “Una mujer inteligente es
porque no pueden hacer ni esto ni aque- uno de esos hombres qué es lo que ha- un hombre fracasado.”] En efecto, estu-
llo, ni lo de más allá. Y esto, aquello y lo cen él y todos sus demás compañeros en diando su morfología, sus actitudes, sus
de más allá está envuelto en un término ese mundo me contestará que muchas co- preferencias, se descubren en ellas ras-
nebuloso y vago: el término de cultura. sas: libros, cuadros, estatuas, sinfonías, gos marcadamente viriloides. Y de esto
Aquí, precisamente, es donde me doy aparatos, fórmulas, dioses. Si él consien- infiere que era el hombre que había en
cuenta de que mi pie gravita en el vacío. te en explicármelo y mostrármelo puedo ellas el que actuaba, el que se expresaba
Pero volviendo a la tierra firme. En llegar hasta a tener una idea de lo que es al través de sus obras. Pero esta prueba,
primer lugar me está vedada una acti- cada una de esas cosas que ellos hacen tan alarmante a primera vista, no es ori-
tud: la de sentirme ofendida por los de- aunque esta idea resulte levemente con- ginal. Alude a ella, siglos atrás, Wolfang
fectos que esos señores a quienes he leí- fusa porque, incluso para él, no es muy de Sajonia en su tratado De hermaphrodi-
do y citado acumulan sobre el sexo al clara. Ahora, si le pido permiso para en- tis y la recuerda lord Chesterfield en
que pertenezco. Su sabiduría es indiscu- trar, me lo negará. No yo ni ninguna uno de los trozos selectos de los que es
tible, sus razones tienen que ser muy mujer tenemos nada que hacer allí. Nos autor y que, junto con otros escritos de-
buenas y las fuentes de donde proceden aburriríamos mortalmente. Y eso sin bidos a ajenas y también consagradas
sus informaciones deber ser irreprocha- contar con que redoblaríamos la diver- plumas, recomienda su hijo Stanhope
bles. Y luego, por desgracia, no soy lo sión de los otros a costa de nuestro ridí- como modelos de “invención, claridad y
suficientemente miope como para no culo. Yo, ante estos argumentos tan con- elegancia”.2 Acaso esta prueba también
advertir que esos defectos existen. Los vincentes, me retiraría con docilidad y es deleznable ya que lo mismo podrá
he advertido por experiencia propia. Si en silencio. Pero me quedaría pensando aducirse respecto de muchos hombres
compito en fuerza corporal con un hom- no en la injusticia ni en la arbitrariedad célebres cuya virilidad es discutible. Y
bre, normalmente dotado (siendo yo de esa exclusión aplicada a mí y a mis con idéntica falsedad declarar que era la
una mujer también normalmente dota- compañeras de sexo y de infortunio (en mujer que había en ellos la que pugnaba
da) es indudable que me vence. Si com- verdad no deseaba tanto entrar, era una por manifestarse.) Lo que yo quiero es
paro mi inteligencia con la de un hom- simple curiosidad) sino que entonces no intentar una justificación de estas pocas,
bre normalmente dotado (siendo yo una entiendo de ninguna manera cómo es excepcionales mujeres, comprenderlas,
mujer normalmente dotada) es seguro que existen libros firmados por mujeres, averiguar por qué se separaron del resto
que me superará en agudeza, en agili- cuadros pintados por mujeres, esta- del rebaño e invadieron un terreno pro-
dad, en volumen, en minuciosidad y so- tuas... (bueno, de eso y de lo restante ya hibido y, más que ninguna otra cosa,
bre todo en el interés, en la pasión, con- no estoy muy segura y no tengo tiempo qué las hizo dirigirse a la realización de
sagrados a los objetos que servirían de bastante para documentarme). ¿Cómo esta hazaña, de dónde extrajeron la fuer-
material a la prueba. Si planeo un traba- lograron introducir su contrabando en za para modificar sus condiciones natu-
jo que para mí es el colmo de la ambi- fronteras tan celosamente vigiladas? Pe- rales y convertirse en seres aptos para
ción y lo someto al juicio de un hombre, ro sobre todo ¿qué fue lo que las impul- labores que, por lo menos, no les son ha-
éste lo calificará como una actividad sin só de modo tan irresistible a arriesgarse bituales.
importancia. Desde su punto de vista, a ser contrabandistas? Porque lo cierto Pues bien: ahora que ya sé cuál es la
yo (y conmigo todas las mujeres) soy in- es que la mayor parte de las mujeres es- meta debo empezar a escoger el camino
ferior. Desde mi punto de vista, confor- tán muy tranquilas en sus casas y en sus para alcanzarla. La lógica pone a mi dis-
mado tradicionalmente al través del su- límites sin organizar bandas para burlar posición diversas vías a las que denomi-
yo, también lo soy. Es un hecho incon- la ley. Aceptan la ley, la acatan, la respe- na métodos. Vías lógicas como era de te-
trovertible, que está ahí. Y puede ser que tan. La consideran adecuada. ¿Por qué merse. Pero yo no sólo no estoy acos-

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tumbrada a pensar conforme a ella y sus de repente y para ser digna de permane-
cánones (ni siquiera estoy acostumbra- cer en él no se me exige una cualidad es-
da a pensar), no sólo mi mente femenina pecial y rara. Me basta con ser y con es-
se siente por completo fuera de su cen- tar. A mi lado y en mí se suceden los
tro cuando trato de hacerla funcionar de acontecimientos sin que yo los provo-
acuerdo con ciertas normas inventadas, que, sin que yo los oriente. Todo está da-
practicadas por hombres y dedicadas a do ya de antemano y yo no tengo más
mentes masculinas, sino que mi mente que padecerlo. En tanto que en el mun-
femenina está muy por debajo de esas do de la cultura todo tiene que hacerse,
normas y es demasiado débil y escasa que crearse y mantenerse por el esfuer-
para elevarse y cubrir su nivel. No habrá zo. El esfuerzo ya sé que lo hacen los
más remedio que tener en cuenta esta hombres y que pueden hacerlo en vir-
peculiaridad. ¿Pero hay un modo de tud de aptitudes específicas que los con-
pensar específico de nosotras? Si es así, vierten en un ser superior al mío. Estas
¿cuál es? Los más venerables autores aptitudes, él lo proclama, no son anár-
afirman que una intuición directa, oscu- quicas y caprichosas sino que obedecen
ra, inexplicable y, generalmente, acerta- a reglas, se vierten en moldes determi-
da. Pues bien, me dejaré guiar por mi in- nados. Sin embargo la conducta mascu-
tuición. Como es natural no pretenderé lina (ellos la llaman humana) con todo y
erigir esta experiencia mía tal vez in- ser inmediatamente accesible a mi ob-
transferible en un modelo general al que servación seguirá pareciéndome un des-
es forzoso copiar. Si no puedo anticipar pliegue de energía inútil, tonto y sin
nada con respecto a la bondad de los re- sentido, si ignoro cuáles son los fines
sultados de mi investigación, muchísi- que persiguen y, sobre todo, qué móvi- comunes y corrientes pero que, varian-
mo menos puedo comprometerme, no les le empujan a perseguir esos fines. do las circunstancias, puede desapare-
ya asegurando la bondad, pero ni si- Una vez resuelto este cuestionario (cu- cer y convertirse entonces la cultura en
quiera los resultados, en una investiga- yas respuestas no las buscaré porque no una fuerza atractiva a la que la mujer re-
ción diferente intentada por otra perso- las encontraría ni en mí ni en ninguna sulta susceptible de responder, como lo
na. Pues bien, mi intuición directa, oscu- otra mujer sino en los hombres que ha- probarían los ejemplos aislados que,
ra, y deseo fervientemente que por esta cen cultura y saben lo que hacen) me se- hasta ahora, tanto nos preocupan.
única vez, acertada, me dice que si quie- rá ya más fácil contestar a la pregunta de
ro justificar la actividad cultural de cier- por qué lo femenino no interviene en el Notas
tas mujeres me es preciso, en primer tér- proceso cultural, pregunta que podría 1. Condensación del libro de T. E. Gould,
mino, haber llegado a la formación de responderse con dos hipótesis: la ya exa- “The Case of Serpent Sea”, aparecida en
un concepto de lo que es la cultura, lle- minada de la incapacidad específica de Selecciones del Reader’s Digest, editada en
nando así ese vacío en el que mi pie ha la mujer (que deja sin aclarar por qué al- español en La Habana, Cuba, tomo xvii,
continuado gravitando. gunas mujeres excepcionales sí son ca- número 88, correspondiente al mes de
De la cultura sé, hasta este momento, paces) y otra: la falta de atracción que la agosto de 1948.
que es un mundo distinto del mundo en cultura ejerce sobre lo femenino. Falta 2. “Confieso haber leído que algunas
el que yo vegeto. En el mío me encontré de atracción vigente en circunstancias mujeres tales como Semíramis, Thales-
tris y otras, hicieron ruido en el mundo
por haberse distinguido en acciones he-
roicas y varoniles: pero considerando la
gran antigüedad de aquellas historias y
lo muy mezcladas que se hallan de fábu-
las, se mira uno autorizado a dudar o
[de] los hechos o [d]el sexo. Además de
esto, el ingeniosísimo y erudito Wolfang
de Sajonia ha probado, hasta la demos-
tración, en su tratado De hermaphroditis,
que todas las famosas heroínas de la an-
tigüedad fueron del género epiceno,
aunque por respeto y consideración a la
modesta y bella parte de mis lectores no
me atrevo a citar los diferentes hechos y
raciocinios en que apoya esta aserción”
(“Afectaciones de las mujeres. Trozos
selectos de lord Chesterfield”, en Cartas
completas a su hijo Stanhope, traducción
de Luis Maneiro, México, Diana, 1949).

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Un rosario en castellano
 Tomás Granados Salinas

Recorramos aunque sea aprisa la Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas, ra según la óptica indígena. En el libro,
biografía y la bibliografía de Rosario en la capital del estado, y dos años más como en el diario transcurrir de las co-
Castellanos, ambas diversas y ricas. tarde en el Instituto Indigenista de San munidades, el conflicto no es propia-
En estas páginas redondeamos la Cristóbal de Las Casas. El gusto y la afi- mente una lucha de poder sino una lu-
evocación de la autora desaparecida nidad por el universo de los indios la cha de supervivencia. Las cuentas en el
hace tres décadas, cuya ausencia condujeron asimismo a escribir textos rosario castellano continúan con Ciudad
física no parece obstruir el fluido escolares para el Instituto Indigenista de Real, una colección de relatos, también
contacto con sus lectores. México. sobre Chiapas aunque el sustrato es
También supo mantener viva la car- ahora la experiencia antropológica de la
coma del apetito académico y docente autora, ya adulta, y Oficio de tinieblas,

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gracias a las clases que daba en la Uni- novela que insiste en el tema chiapane-
n sentido estricto, Rosario versidad Nacional, de la que llegó a ser co. El título de la obra augura lo que el
Castellanos no es chiapane- jefa de Información y Prensa. Asimismo lector ha de encontrar entre sus pági-
ca. En los años veinte, teme- impartió cursos en la Universidad Ibe- nas, pues la magia domina la atmósfera
rosos de protagonizar otro roamericana y en las estadounidenses del libro, sin olvidar el escenario de
embarazo malogrado como los que ya de Wisconsin, Indiana y Colorado. Al músculos tensos y nervios alterados
habían padecido, César Castellanos y comenzar la década de los setenta, Ro- que se mantiene en el llamado “Ciclo de
Adriana Figueroa dejaron la ciudad de sario Castellanos fue designada embaja- Chiapas”. Éste termina con Los convida-
Comitán para refugiarse en la de Méxi- dora ante el gobierno de Israel, labor dos de agosto, donde el énfasis se ha des-
co y consolidar su tenue vínculo matri- que desempeñó hasta el 7 de agosto de plazado hacia los conflictos y las contra-
monial con el sólido candado de un hijo. 1974, cuando quedó al alcance de la fa- dicciones internas de los grupos blancos
El 25 de mayo de 1925 nació la niña que tídica mano de la electricidad y su vida de los Altos. Por último, Álbum de fami-
59 años después, por un traspié eléctri- se perdió en el potente flujo de los elec- lia es un libro de cuentos que cambia de
co, moriría en su casa de Tel Aviv. La fa- trones. contexto geográfico y temático, pues los
milia, completada por Mario Benjamín Nuestro recorrido por el rosario lite- protagonistas son mujeres asentadas en
en 1926, volvería a Comitán, donde Ro- rario se inicia con poemas. En sus pri- la urbe.
sario vivió hasta los 16 años; en ese lap- meras incursiones hubo cantos a la tie- Una cuenta más en el rosario es el
so el odre de su infancia fue invadido rra, a las energías primitivas, a la here- breve paso de la chiapaneca por el tea-
por los contrastes cromáticos de la selva dad indígena que, al menos desde el tro, que consiste en sólo dos obras: Ta-
y por los de la ciudad criolla, por el olea- punto de vista cultural, ella sentía haber blero de damas y El eterno femenino. El ro-
je paciente de la cultura india, por la for- recibido. Con el tiempo, apóstata de sí sario en castellano termina con los ensa-
zada certidumbre de superioridad que misma, en una exhibición de cruda au- yos, que concilian la comezón filosófica
ahí tienen las personas de piel clara. Du- tocrítica calificó a su primer libro de con el salpullido literario. Sobre cultura
rante la mitad de ese periodo vivió una poesía, Trayectoria del polvo, de ambicio- femenina y Juicios sumarios son coleccio-
intensa y fugaz cercanía con su herma- so y fallido, en tanto que del segundo, nes de ideas en torno de la recámara que
no, muerto a los siete años. Apuntes para una declaración de fe, confe- ocupan las mujeres en la mansión del
Un tanto indecisa, penduleó entre el só que “aún me quema la cara de ver- mundo, reflexiones acerca de la literatu-
estudio de la literatura y el de la filoso- güenza engendro semejante”. ra femenil, calificada así por el género
fía en la unam: “Entre los estudiantes de La siguiente porción del rosario es de sus creadoras y no por el de sus des-
filosofía —dijo de sí misma— pasaba uno de aliento mayor, de espesos nudos tinatarios. Mujer que sabe latín, ironiza
muy bien por una retrasada mental; y en la garganta. La primera novela es Ba- Rosario Castellanos en el título de su
entre los de letras como una extraña con lún Canán, voz indígena que significa más célebre libro ensayístico, profundi-
la cual no había ningún motivo para en- “Nueve estrellas” y que es el topónimo za en el coqueteo con el vórtice del hura-
trar en relación.” Por fin, al llegar 1950 antiguo de la ciudad de Comitán. En la cán femenino. Parte del cardumen, Cas-
se graduó como maestra en filosofía, lo novela aparecen los indios, con su mez- tellanos se lanza a la pesca literaria en El
que asfaltó la ruta para sus estudios de cla de sabia resignación y resignada sa- mar y sus pescaditos, obra póstuma de crí-
posgrado en Madrid. Su regreso a Méxi- biduría, su fuerza tantas veces menos- tica consagrada a pensamientos sobre
co estuvo sin duda permeado de una preciada y que no es otra cosa que una escritores y temas literarios, en la que se
nostalgia por las cordilleras del sureste, sólida noción de dignidad; y aparecen mantiene el sabor simpático y agudo del
ya que pronto, en 1952, trabajó para el los ladinos, los advenedizos de piel cla- título.

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Kant aún tiene mucho que enseñarnos
 Dulce María Granja Castro de Probert

En pocos meses nuestra casa El proyecto en cuestión lleva por iniciación del estudio del pensamiento
editorial junto con la UNAM nombre Biblioteca Immanuel Kant y en kantiano como a las necesidades de los
y la UAM pondrá en circulación las él participan también la Universidad investigadores más experimentados en
primeras dos obras de la Biblioteca Nacional Autónoma de México y la Uni- la materia. En la preparación de las
Immanuel Kant. Estas ediciones, versidad Autónoma Metropolitana. Se obras participa un conjunto de académi-
en alemán y español, buscan servir trata de poner en manos del lector inte- cos de diversas instituciones mexicanas,
tanto al lector neófito como resado las obras más importantes del que han acordado aunar esfuerzos para
al experto. Pero dejemos que pensador prusiano en ediciones críticas impulsar el proyecto. Éste, por fortuna,
la coordinadora de esas dos obras bilingües (alemán-español). Asimismo cuenta por el momento con el respaldo
explique por qué el pensamiento se pretende promover el conocimiento de los profesores Manfred Kuehn y
de Kant sigue vivo. de los mejores estudios sobre el pensa- Werner Stark, miembros del Kant Ar-
miento kantiano: se busca, pues, ofrecer chiv de la Phillips Universität de Mar-
a los lectores de filosofía en lengua espa- burgo, lo mismo que del doctor Rein-

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ñola un medio cultural y educativo, por hard Brandt, profesor emérito de esa
n el año 2004 se conmemora, el que puedan acceder tanto a los textos universidad alemana, y del doctor Horst
en todas las universidades originales de las obras de Kant como a Brandt, de la editorial Meiner.
importantes del mundo, el sus traducciones, y a sus comentarios e
bicentenario del fallecimien- interpretaciones más relevantes. De ese
to de Immanuel Kant. En muchos luga- modo, cada obra de Kant que salga en el 2
res, en ambos lados del Atlántico, se im- marco de esta colección incluirá un estu-
pulsarán grandes iniciativas con miras dio preliminar, notas aclaratorias, bi- Durante varias generaciones se ha consi-
al estudio renovado, la reflexión y el de- bliografía especializada y actualizada, derado a Kant como el filósofo más im-
bate en torno al pensamiento kantiano. una tabla de traducción de conceptos, portante después de los antiguos griegos
Asimismo verán la luz numerosas publi- una cronología de los momentos más sa- y ha influido, quizá como ningún otro,
caciones de y sobre Kant. Dada su ejem- lientes de la biografía intelectual de en la filosofía de hoy. La obra del pensa-
plar tradición en el impulso de las mejo- Kant y un índice analítico. Las obras so- dor prusiano no representa sólo un hito
res expresiones culturales, el fce forma bre Kant reunirán, igualmente, en la me- intelectual, sino también una reforma
parte en un amplio proyecto de publica- dida de lo posible, los más exigentes re- del iluminismo, en virtud de su fuerte
ciones en ocasión de la mencionada at- quisitos de rigor académico y editorial. acento autocrítico. Eso le permite evitar
mósfera de homenaje internacional al La Biblioteca Immanuel Kant está los excesos de la llamada “dialéctica de
pensador alemán. pensada de modo tal que sirva tanto a la la ilustración” que recientemente han
dado lugar a la corriente “posmoderna”.
Una enorme cantidad de conceptos y
problemas actuales de la filosofía tiene
su fuente en Kant y algunas nociones
clave de su sistema se han convertido en
categorías decisivas para nuestra época.
Las más variadas orientaciones del pen-
samiento han visto a Kant como un pun-
to de referencia obligado e incluso los
detractores de su pensamiento deben re-
conocer que modificó radical e irreversi-
blemente el escenario filosófico.
Después de la célebre consigna zurück
zu Kant —“regreso a Kant”— lanzada por
el neokantismo, prevaleciente en Alema-
nia entre 1860 y 1920 (y que, tras desarro-
llar preponderantemente el aspecto epis-
temológico del legado kantiano, en gran
medida dio lugar a la epistemología vi-

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gente) puede decirse que estamos atrave- roso de las condiciones de todo saber y dado de piedra en el escenario filosófico
sando ahora un periodo en el que se evi- toda experiencia. En esto consiste, para contemporáneo, es el interlocutor insos-
dencia un interés renovado por las tesis él, la misión de la filosofía. layable en la discusión de la filosofía ac-
del pensador alemán. Una vez más, el es- De acuerdo con el pensador de Kö- tual. Desde hace dos siglos ningún filó-
tudio de Kant proporciona estímulo al nigsberg, ese enfoque crítico es la carac- sofo puede pretender ser totalmente in-
trabajo filosófico nuevo y creativo. terística suprema de la actividad filosó- dependiente de las enseñanzas del
En años recientes hemos presenciado fica. Para él, las tesis filosóficas han de pensador prusiano que nos ha mostrado
un importante incremento en el número ser consideradas, fundamentalmente, la importancia de la tolerancia, la plura-
y calidad de los estudios sobre la filoso- por su capacidad para ser discutidas con lidad y el sentido crítico.
fía crítica, lo cual pone de manifiesto su instrumentos racionales y por resistir tal
relevancia, especialmente en lo que con- discusión crítica; el desarrollo de la acti-
cierne al diagnóstico moral y político de vidad filosófica depende, esencialmen- 3
nuestra época. La profunda compren- te, del papel de los argumentos raciona-
sión alcanzada por el filósofo de Königs- les en el cuestionamiento de las preten- Las dos obras con las que se inicia la Bi-
berg en torno a las contradicciones de la siones de solución de un problema. blioteca Immanuel Kant son Observacio-
racionalidad técnico-instrumental y su De ese modo, Kant considera la filo- nes sobre el sentimiento de lo bello y lo subli-
peligroso predominio unilateral le per- sofía como base indispensable de nues- me y Crítica de la razón práctica. Gran par-
mitió prever el desafío más importante tra formación como sujetos capaces de te de los críticos de la filosofía moral
de cuantos hoy tenemos planteados: el de pensar y actuar con criterio propio, es kantiana, influidos en buena medida por
la ética, es decir, el reto de construir un decir, con autonomía. Desde los tiempos la interpretación que Hegel hiciera de
sujeto moral y político que considere a de Sócrates, una de las tareas esenciales ella, le han imputado erróneamente el
la humanidad, en la persona concreta de del filósofo ha sido la formación de los cargo de concebir los agentes morales
cada quien, siempre como un fin en sí seres humanos, la educación por medio como capaces de dejar de lado todos sus
mismo y nunca como un mero medio; de la transmisión de una actitud crítica, intereses, sentimientos y deseos en cuan-
un sujeto que se asuma como miembro y Kant lo que hace es proponer las vías to seres humanos de la vida real y actuar
de una sociedad abierta, incluyente y modernas de ese antiguo ideal socrático. únicamente por respeto a una ley moral
plural en la cual todos somos libres e Si a Descartes se le llama “el padre de la fi- impersonal que nada tiene que ver con
iguales; un sujeto cuyas acciones otor- losofía moderna”, hay que llamar a Kant nuestro verdadero yo. De ese modo,
guen coherencia y sentido al proceso su pedagogo. El padre da la vida al hijo, Kant es visto como un rigorista de la
histórico de la evolución humana. pero el pedagogo lo educa y ésta es la “pureza” de la razón y como un filósofo
Por otra parte, Kant es quizás el filó- función de Kant en la historia del pensa- sin sentimientos cuyo “formalismo va-
sofo que más ha insistido en la impor- miento filosófico. Kant ha sido el maes- cío” se desvincula de nuestra realidad
tancia de la capacidad crítica como ele- tro, el pedagogo, el educador, el humani- histórica personal. Sin embargo, nada
mento crucial de la labor educativa. De zador. Kant, como los grandes filósofos hay más alejado del verdadero carácter
ahí que, en el fondo, sus obras más im- griegos, ha formado y sigue formando al de la filosofía del pensador prusiano y
portantes estén exentas de dogmas y se ser humano. de su comprensión completa y consis-
interesen, más bien, en señalar los lími- La fuerza de la obra de Kant radica, tente que esa interpretación, la cual en-
tes en los que debe moverse la razón pa- entre otros aspectos, en ser un ejemplo traña un dualismo y supone un divorcio
ra proporcionarnos las bases de conoci- estimulante y eficaz de reflexión crítica irremisible entre lo racional y lo sensible,
mientos teóricos y éticos, así como senti- y autonomía que no sólo nos recuerda lo fenoménico y lo nouménico.
mientos estéticos adecuados. En lugar que nada es tan difícil como no engañar- Observaciones sobre el sentimiento de lo
de ofrecernos un sistema cerrado, Kant se a sí mismo, sino que además nos bello y lo sublime es una obra del periodo
nos presenta el resultado de una refle- alienta para buscar nuestro propio cami- precrítico, que nos permitirá ver cómo
xión basada en el cuestionamiento rigu- no. Por ello, Kant, lejos de ser el convi- despuntan en el horizonte de la filosofía
kantiana muchos de los temas más im-
portantes abordados en obras de madu-
rez, tales como Fundamentación de la me-
tafísica de las costumbres, Crítica de la ra-
zón práctica, Crítica de la facultad de juzgar
y la última de las obras que Kant publi-
cara en vida, Antropología en sentido prag-
mático, obra, esta última, que guarda
grandes afinidades con Observaciones...
Ya desde este ensayo de juventud Kant
presentó a sus lectores la unidad de in-
terrelación vital entre las diversas facul-
tades humanas, pues para él la vida es
una experiencia infeliz cuando los senti-
mientos son menospreciados, y es gran
infortunio la disociación entre éstos y la

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Nietzsche, el estilista
razón. Kant nos mostrará que sentir lo
sublime es la esencia del obrar moral y
que sentir la belleza es símbolo de la
moralidad.
Es bien sabido que Kant abordó no  Paulina Rivero-Weber
pocos de los problemas más arduos de
la historia de la filosofía en los campos
especulativo y práctico. Sin embargo, es
menos sabido que el gran pensador de
Königsberg también abordó problemas
menos difíciles de una manera elegante En coedición de Turner y el FCE, sólo interpretaciones y perspectivas. Si
y oportuna, con un estilo ágil y ameno, ahora está disponible la traducción en cambio Nietzsche entiende sus pro-
como lo hace en Observaciones; el humor que Ramón J. García hizo de un posiciones como no verdaderas, ¿para
y el ingenio son una constante en las pá- libro que contribuirá a entender uno qué tomarse la molestia de escribirlas? Y
ginas fáciles y entretenidas de este ensa- de los planteamientos esenciales de lo que es aún más grave: si no podemos
yo, casi más literario que filosófico, que Friedrich Nietzsche. Este ensayo de contar con los hechos, sino únicamente
se publicó ocho veces en vida de Kant y la doctora Rivero-Weber sobre con las interpretaciones de los mismos,
que, a juicio de los reseñadores de aquel Nietzsche, la vida como literatura, de ¿qué objeto persigue una interpretación
momento, debía estar no sólo en los es- Alexander Nahamas, es una cualquiera?
tudios y bibliotecas de los eruditos, sino entusiasta invitación a leer la obra, Nos encontramos, pues, en el cora-
también en los tocadores de las damas. y mejor aún, la vida del autor zón del perspectivismo y por lo mismo
Por su parte, la edición crítica bilin- de Ecce homo. en el núcleo de la corriente filosófica
güe de Crítica de la razón práctica que más importante en la actualidad: la her-

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ofrecerá la Biblioteca Immanuel Kant menéutica. La misma idea de qué es una
procura presentar lo más fielmente posi- interpretación parece volverse sospe-
ble qué dijo Kant y cómo lo dijo en mate- ietzsche, la vida como litera- chosa. Nehamas acepta el principio fun-
ria de ética. Esta crítica es parte esencial tura, de Alexander Naha- damental de Nietzsche: todo lo que sa-
de la más importante y profunda filoso- mas, es una obra que debe bemos del mundo no es una verdad so-
fía moral escrita en los tiempos moder- de ubicarse como uno de bre algo, sino una interpretación hecha
nos y, frecuentemente, los debates en los muchos aciertos que ha tenido el por un individuo concreto. Pero por al-
torno a si Kant estaba o no en lo correcto Fondo de Cultura Económica al traducir go, nos dice, no cualquier interpretación
en muchos de los temas que se examinan al castellano las obras más importantes es igualmente aceptable, y a lo largo de
en este libro están viciados por una falta de un idioma extranjero. Nos encontra- su libro Nehamas busca esclarecer en
elemental de acuerdo respecto de lo que mos ante una estudio de capital impor- qué sentido esto es así.
realmente dijo. Así, por ejemplo, entre tancia para cualquiera que se aventure La gran propuesta del libro nos dice
los temas más relevantes examinados en el pensamiento de Friedrich Nietzs- que Nietzsche entiende el mundo de
por Kant en ésta, su segunda crítica, y che y para cualquiera que se interesa una manera muy similar a como entien-
que son especialmente importantes para por la filosofía en general. La obra, que de una obra de arte. Y recordemos que
nosotros hoy en día, están el de la uni- aquí comentaremos con detalle, debe desde su primera obra Nietzsche mismo
dad de la razón y las relaciones entre comprenderse como el lúcido recorrido lo había reconocido: entonces él se había
creer, conocer y obrar; el de las fuentes intelectual de un hombre que ha com- propuesto ver el mundo con los ojos de
de la normatividad y su enfoque prag- prendido a Nietzsche a partir de una un artista y comprendió la verdad como
mático y categórico; el del significado y cierta tradición que es explícitamente re- un fenómeno estético, no como un fenó-
papel de la razón en la vida moral y co- conocida por él mismo: nombres como meno metafísico. O si se quiere ser más
munitaria; el de los fundamentos de una los de Walter Kaufmann, Arthur Danto, puntual: comprendió la verdadera tarea
ética que conduzca y promueva un siste- Gilles Deleuze y Sarah Kofman pueden metafísica del ser humano, como se pue-
ma cooperativo factible en el que pueda citarse como antecedentes fundamenta- de comprender un fenómeno estético.
integrarse todo ser humano. les para Alexander Nehamas. Pero Nietzsche no está atrapado en el
La edición de Crítica de la razón prác- El problema latente a lo largo de to- perspectivismo que predica su propia
tica que muy próximamente publicará el do el libro no podría ser de más actuali- obra, y Nehamas se propone demostrar-
fce, en coedición con las universidades dad: desde la misma introducción, Ne- lo, y lo logra de una manera lúcida. Y es
mencionadas, busca que un público más hamas explica con toda claridad en qué en la forma en que Nietzsche mismo es-
amplio pueda acceder al texto directo de sentido el perspectivismo se desactiva a cribió sus obras donde Nehamas en-
ese gran filósofo y procura ayudar al lec- sí mismo. Una pregunta fundamental cuentra la clave fundamental. Sabemos
tor a comprender línea por línea lo que sirve de gatillo para esta obra y centra a que la obra de este filósofo presenta los
dijo Kant sobre sus ideas éticas, pues la vez su interpretación del perspectivis- más variados estilos: de su primer libro
parte de la convicción de que, a pesar de mo nietzscheano: si Nietzsche entiende —El nacimiento de la tragedia— a su más
las modas, los grandes maestros del sus proposiciones como verdaderas, su conocida obra —Así habló Zaratustra—,
pensamiento son los que aún tienen mu- filosofía no es coherente con lo que pre- pasando por obras como Aurora o Hu-
cho que enseñarnos. dica, a saber: que no hay verdades, sino mano, demasiado humano, encontramos

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múltiples estilos. Podríamos decir que
para Nehamas ese hecho básico es ya
una metáfora o una puesta en escena de
la filosofía de Nietzsche. Esto es: de la
misma manera en que no existe un esti-
lo único para Nietzsche, sino multiplici-
dades de estilos, de esa misma manera,
no hay una verdad única, sino múltiples
interpretaciones. De manera que, para
este intérprete de Nietzsche, aquello que
sucede en la literatura es precisamente
lo que sucede en la vida: la multiplici-
dad estilística de la literatura correspon-
de a la multiplicidad perspectivística de
la vida. O, dicho con palabras más sen-
cillas, no hay un solo estilo en literatura
de la misma manera que no existe una
perspectiva única de la vida: hay tanto
estilos como perspectivas.
De esta manera resulta evidente que no es una filosofía que exprese una ver- tual respuesta en la segunda parte del li-
la idea nietzscheana fundamental que se dad sino una mera interpretación tan bro: “El yo interno”. Porque el proble-
encuentra detrás de este excelente libro cuestionable o tan aceptable como cual- ma, entiéndase bien, es cómo puede
es aquella que hoy inspira la bandera de quier otra. Y esto sería verdad si para Nietzsche presentar sus ideas si consi-
la hermenéutica: “Hechos son precisa- Nietzsche cualquier perspectiva fuese dera que tan sólo son meras perspecti-
mente lo que no existe, sólo interpreta- igualmente válida, cosa que muy atina- vas arbitrarias. Para armar este difícil
ciones” (En torno a la voluntad de poder, damente Nehamas descarta desde el ini- rompecabezas, Nehamas analiza la idea
481). Y es así como, en la primera parte cio de su obra. del eterno retorno en Nietzsche. Para
de su libro, Nehamas logra dejar clara Surge entonces la pregunta con toda Nehamas esta idea no se refiere a la es-
una idea básica: Nietzsche entiende el claridad: ¿por qué no resulta válida por tructura del universo: no se trata de una
mundo como si fuera una obra literaria igual cualquier perspectiva? Podemos propuesta cosmológica ni metafísica. En
y sobre esa idea se forma su propio pers- decir que la primera parte de la obra que ese sentido Nietzsche no estaría pensan-
pectivismo, el cual a la vez se refleja en aquí nos ocupa, titulada “El mundo”, do ni proponiendo que toda la historia
su forma de escribir, en su pluralidad está dedicada a plantear esa pregunta. del universo ha de repetirse una y otra
estilística. Esa pluralidad en el fondo es- Pero más allá de las respuestas encon- vez de manera eterna hasta el infinito.
tá diciendo que nadie puede pretender tradas por este genial intérprete de Nehamas entiende el eterno retorno en
imponer un estilo como “el” estilo, im- Nietzsche, lo que la misma pregunta nos Nietzsche como la indicación de que la
poner una verdad como “la” verdad o deja ver es que, evidentemente, nos en- totalidad del mundo está vinculada, y
imponer una forma de vida como “la” contramos ante una aparente aporía: si por lo mismo cada persona es el resulta-
forma de vida a seguir. no existe un solo estilo, sino múltiples do de los vínculos entre sus propias ac-
Y esto último es para Nehamas lo estilos, y si ello nos revela que no existe ciones. Dicho de manera más sencilla,
que fundamenta la crítica de Nietzsche una sola verdad, sino múltiples perspec- cualquier cosa que uno haga es igual-
a la figura de Sócrates. Por un lado, tivas, la obra de Nietzsche parece caer al mente importante, ya que conforma par-
Nietzsche se considera cercano a Sócra- abismo junto con cualquier otra verdad te de los vínculos que llevan a un indivi-
tes, al ofrecer una nueva forma de com- filosófica posible, desde Heráclito hasta duo a ser lo que es.
prender la filosofía y la vida, tal como lo Gadamer. ¿Cómo podríamos decir que Pero seguramente el autor estaría de
hizo el gran filósofo ateniense. Pero, por una interpretación, por ejemplo, la del acuerdo en afirmar que la clave del eter-
otro lado, Nietzsche no puede aceptar a mismo Nietzsche sobre el cristianismo, no retorno radica en ser una metáfora
un Sócrates que pretende exponer “ver- es correcta, frente a otras que no lo son? ética: vale la pena vivir la propia vida
dades absolutas”, cuando, como lo he- Si toda perspectiva no es más que eso: cuando el individuo que la vive está dis-
mos dicho, la propuesta central de su una entre muchas, la misma filosofía de puesto a volver a vivirla un infinito nú-
propio pensamiento es que tales verda- Nietzsche es una mera perspectiva entre mero de veces. La primera dificultad
des no existen. Los puntos de vista de muchas otras, y en ese sentido su filoso- que señala nuestro autor es, obviamen-
Sócrates —como los de cualquiera— no fía expresa un punto de vista completa- te, de índole ética, pues podemos encon-
pueden ser asumidos como ejemplos mente parcial y arbitrario: ¿con qué sen- trar individuos que estuvieran dispues-
únicos de un ideal; Nietzsche asume su tido, con qué autoridad critica Nietzsche tos a vivir su vida un infinito número de
perspectivismo de forma tan radical que al cristianismo, por pensar tan sólo en veces, a pesar de haber vivido una vida
le resulta imposible exponer una idea un ejemplo? éticamente criminal, una vida éticamen-
como “la” verdad absoluta. Pero ello Todas las cuestiones que deja como te repudiable. Es así como para Neha-
nos llevaría a decir que el mismo pers- preguntas la primera parte de la obra mas Nietzsche introduce el inmoralis-
pectivismo es una perspectiva más, que que comentamos encuentran una pun- mo. Esta idea de Nehamas —que, per-

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mítaseme decirlo, es por lo demás cues- autoaniquilador: su voluntad de poder terario imitando a otros, en la vida no se
tionable— se relaciona con una segunda es una voluntad de nada, es una autén- logra llegar a ser uno mismo imitando
idea que es de una riqueza ética inagota- tica rebelión contra los instintos más modelos ajenos, sino inventando, crean-
ble: la vida debe ser modelada. No se es esenciales de la vida, y por lo mismo es do el propio ser día con día. Es así como
nada, sino que se llega a ser algo a lo lar- una rebelión contra la vida. Ése es para le estética nietzscheana da la base y fun-
go de toda una vida. Todo lo que pensa- Nietzsche el problema básico del cristia- damento del perspectivismo filosófico.
mos, deseamos y hacemos va pasando a nismo y, junto con él, el problema bási- Es así como Nehamas eleva a la vista,
formar parte de lo que somos. Y siguien- co de la historia occidental. con toda claridad, la más importante
do con la metáfora entre la vida y la lite- Pero, ¿podría hablarse entonces de contribución de Nietzsche a la historia
ratura, Nehamas piensa que el estilo que una vida buena y una vida mala? Neha- del pensamiento filosófico y a la vida
tiene un escritor puede tenerlo también mas considera que Nietzsche, en lugar misma: el que no exista una verdad ab-
cualquier ser humano en su vida, cuan- de ofrecer una idea positiva sobre lo que soluta puede llegar a ser un tanto confu-
do es capaz de lograr la coherencia que es la buena vida o el buen individuo, so para quienes están acostumbrados a
surge de una personalidad vinculada y ejemplifica en su obra y en las múltiples vivir dependiendo de un código de nor-
de la resolución del conflicto que habita variaciones de su estilo las múltiples po- mas perfectamente delineado, que les
a cada individuo: es entonces cuando sibilidades para llegar a ser quien se es, indica qué se puede hacer y qué no. Pe-
podemos decir que surgen personas ad- para llegar a hacer de la propia vida una ro lo que Nietzsche pide es una nueva
mirables. auténtica obra de arte. Ésa sería la vida forma de ser para el ser humano: el su-
Pero este último tema es bastante buena: la vida de un individuo que lo- perhombre es aquel ser humano que lo-
discutible en Nietzsche y la conclusión gra hacer de su propia existencia una gra desprenderse de los códigos morales
personal de Nehamas lo lleva a afirmar obra de arte. Y se trata de una obra tal establecidos y acepta gustoso que nada
que está condenado al fracaso cualquier que es creada por el propio individuo al tiene un sentido predeterminado: y pre-
intento por describir lo que es una bue- vivir. En ese sentido quien hace de su vi- cisamente porque esto es así el quehacer
na persona para Nietzsche, ya que da una obra de arte se asemeja a quien humano fundamental es dar un sentido
Nietzsche no piensa que exista algo así logra escribir un texto artístico: crea algo a la propia vida y a la propia existencia.
como “una vida buena”, porque para él que solamente él puede crear, nadie más Para ello hace falta el valor necesario
no existe un tipo único ni un estilo úni- que él mismo. Y por ello con Nietzsche del héroe nietzscheano, ése que cada in-
co, de lo que es una “buena persona”. Y comienza a tomar fuerza la idea de que dividuo aloja en su interior. Nehamas
por supuesto que para Nietzsche existen el individuo anda un camino que no seguramente estará de acuerdo con in-
buenos individuos, pero no existen pau- existe: no hay de hecho un camino en la vocar de manera cercana a su propio
tas generales que marquen en qué con- vida, tan sólo existe ese camino que se texto aquel maravilloso pasaje de Así ha-
siste un buen individuo. En ese sentido va dejando al andar, como lo dirá años bló Zaratustra en el que el viejo maestro
Nehamas se pregunta por la significa- después Machado: “el” camino, no exis- le dice al joven de la montaña: “Por mi
ción de “los espíritus libres” de los cua- te, se inventa, se crea, y hay quienes en amor y mi esperanza te conjuro: ¡no
les habla Nietzsche en más de una de ese caminar logran hacer de su vida una arrojes al héroe que hay en tu alma!
sus obras. Es quizá en La genealogía de la obra de arte. ¡Conserva sagrada tu más alta esperan-
moral en donde este concepto nietzs- Pero por ello la filosofía de Nietzsche za!” Libros como el de Nehamas, defini-
cheano tiene mayores implicaciones éti- es tan estimulante: porque no propor- tivamente deben ser leídos, estudiados y
cas, las cuales, por cierto, son sumamen- ciona un modelo a seguir. De la misma comentados por todos los interesados
te difíciles de manejar. Pero tal y como manera que no se logra un gran estilo li- en el pensamiento de Nietzsche.
era de esperarse, el planteamiento de lo
que es un “espíritu libre” le permite a
Nehamas analizar en este maravilloso
texto el concepto de voluntad de poder.
La voluntad de poder es el núcleo
mismo de la vida, pero en el ser huma-
no ésta se deja ver cuando un individuo
o un grupo impone su propia perspecti-
va del bien y del mal, tal como lo ha he-
cho el cristianismo en occidente. Detrás
de cualquier tipo de valoración, detrás de
cada valor, se encuentra una cierta vo-
luntad de poder que impone su propia
perspectiva de la vida, del bien y del
mal, para así poder crecer mejor. El pro-
blema con los valores del cristianismo es
que buscan la aniquilación de la vida: el
rechazo al cuerpo y sus instintos, el odio
a la fuerza vital e instintiva de la vida
misma. En ese sentido el cristianismo es

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Un único pensamiento,
que no “pensamiento único”
 Roberto R. Amayo

Este año salió de las prensas su origen en un sola y feliz ocurrencia, y concretándose tan paulatina y lenta-
una nueva edición de El mundo es sólo ésta la que proporciona la volup- mente como el niño dentro del seno ma-
como voluntad y representación, la tuosidad de la concepción; sin embargo, terno; ignoro lo que se formará primero
obra cumbre —o acaso la obra— el alumbramiento, la realización, no y lo que nacerá después, tal como suce-
de Arthur Schopenhauer. Se trata acontece, al menos para mí, sin sufri- de con el bebé dentro del cuerpo de su
de la traducción de Roberto R. miento. He aquí que entonces me planto madre.”2 Estas líneas datan de 1813,
Amayo, quien además escribió la ante mi propio espíritu como lo haría un cuando Schopenhauer está comenzando
introducción y nutrió el texto con juez implacable delante de un prisione- a urdir con tan sólo veinticinco años la
las múltiples notas, tantas y tan ro que yace en el potro del suplicio, y le obra que aquí presentamos. Esta final-
sustanciosas que hacen de ésta una obligo a que me responda hasta que ya mente constará, como ya sabemos, de
confiable edición crítica. Publicamos no me queda ninguna pregunta por for- cuatro partes, a saber: una propedéutica
aquí, con ánimo celebratorio, parte mular. Creo que únicamente a la caren- (que incluye una dianología, una lógica
del texto con que se abre el primero cia de esa honradez se deben la mayor y una ontología), una filosofía de la na-
de los dos volúmenes coeditados parte de los errores y absurdos que tan- turaleza, una estética y una ética; o, di-
por el FCE y Círculo de Lectores. to abundan en toda clase de teorías y fi- cho en otros términos, una teoría de la
losofías. No se encuentra la verdad no representación tanto intuitiva como abs-
porque no se la haya buscado, sino por tracta, una metafísica de la naturaleza,

T
la sencilla razón de que no se la buscó una metafísica de lo bello y una metafí-
odo cuanto Schopenhauer adecuadamente, y es que, en vez de ha- sica de las costumbres, dado que “la filo-
escribía estaba destinado a llarla a ella, se trató de reencontrar una sofía en sentido estricto es metafísica, por-
desarrollar, ilustrar, explici- opinión ya preconcebida, o cuando me- que, lejos de limitarse a describir lo exis-
tar, complementar, corrobo- nos de no perjudicar una idea que se es- tente y a examinar su conexión, lo
rar o precisar la cosmovisión filosófica timaba; con tal propósito había que dar concibe como un fenómeno en el cual se
que contenía El mundo como voluntad y rodeos e idear toda clase de subterfu- presenta una cosa en sí, un ser distinto al
representación. Por eso puede afirmarse gios y utilizarlos contra los demás y de su manifestación, que acredita me-
que dicho texto no fue tan sólo su obra también contra uno mismo. El valor de diante la interpretación y el comentario
principal, sino más bien el único texto no guardarse ninguna pregunta en el co- del fenómeno en su conjunto”.3
que, a lo largo de toda su vida, estuvo razón es lo que hace al filósofo. Este tie- En otro pasaje de sus Manuscritos ber-
redactando sin descanso durante casi ne que asemejarse al Edipo de Sófocles, lineses compara su labor con la del filólo-
medio siglo, entre 1813 y 1859. Con ello que, en busca de ilustración acerca de su go que afronta un escrito cuyo alfabeto
pretendía comunicar un único pensa- terrible destino, no cesa de indagar aun
miento, tal como él mismo explicita en cuando intuye que de las respuestas que
las primera líneas de su obra capital. Por reciba puede sobrevenirle lo más horri-
supuesto, este “único pensamiento” no ble. Mas la mayoría de los filósofos por-
debe ser confundido con el “pensamien- tan en su interior una Yocasta, la cual
to único” del que tanto se habla hoy en ruega a Edipo, en nombre de todos los
día, pues nada está más lejos de tal cosa dioses, que no siga inquiriendo, y como
que la riqueza del sistema filosófico ceden ante ella, así le va a la filosofía
schopenhaueriano. Desde luego, con ese siempre como le va”.1
“único pensamiento” Schopenhauer no Ese único pensamiento será la semi-
alude a una ideología hegemónica, sino lla que fecunde todo un sistema filosófi-
a la matriz de su cosmovisión filosófica, co, una metafísica de corte moral, según
que se podría formular así: “El mundo dejó escrito en sus Escritos de juventud:
entero es una mera representación del “Entre mis manos, o por mejor decir
sujeto que lo conoce y, por otra parte, to- dentro de mi espíritu, va cobrando cuer-
do el universo es la manifestación de po una obra, una filosofía donde la ética
una voluntad primigenia.” y la metafísica serán una sola cosa, sien-
Cuando nos habla de un único pen- do así que hasta el momento se las diso-
samiento se refiere al proceso creativo ciaba tan erróneamente como al ser hu-
del auténtico filósofo: “Toda obra tiene mano en alma y cuerpo. La obra crece,

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le resulta desconocido y conjetura el sig-
nificado de las letras hasta establecer un
código sintáctico que ordena la estructu-
ra global del texto. De igual modo, el fi-
lósofo genuino habrá de ofrecer una cla-
ve hermenéutica que sirva para inter-
pretar todos los fenómenos del mundo y
no suscite contradicciones entre los mis-
mos. El desciframiento que ofrece Scho-
penhauer se precia de proporcionar una
explicación con validez universal y sin
incoherencias: “Mi desciframiento —
asegura— pone todos los fenómenos en
conexión y concordancia, introduce uni-
dad y orden en su laberíntico caos, cons-
tituyendo un ejemplo que, simplemente,
funciona. La clave hallada para solven-
tar un enigma no requiere una prueba
sobre su acierto, pues ésta se muestra
mediante todas aquellas afirmaciones
que cuadran con dicho enigma. Basta
con tomar a la voluntad y cotejar la ido-
neidad de todo aserto con esa clave; sin
embargo, la voluntad y su capacidad
hermenéutica se invocan muy raramen-
te para descifrar el enigma del mundo”.4
A Schopenhauer lo que le interesa en
el fondo es explorar los confines del
pensar, llegar hasta los últimos mojones
del conocer y, a ser posible, echar un vis-
tazo más allá de dichos límites. “Existe
una frontera hasta la que puede abrirse
paso el pensar y hasta la cual puede ilu-
minar la noche de nuestra existencia,
aun cuando el horizonte siga envuelto
entre tinieblas. Este confín es alcanzado
por mi teoría en esa voluntad de vivir
que se afirma o niega por encima de su “donde no cabe vislumbrar la solución qué o para qué existe el mundo, sino sim-
propio fenómeno. Pero pretender ir más del problema sino desde muy lejos y, plemente lo que es el mundo”.10
lejos es, a mi juicio, tanto como querer cuando reflexionamos en torno a ella,
volar sobrepasando la atmósfera.”5 Lo nos precipitamos en un abismo de pen- Notas
que Schopenhauer nos propone se ase- samientos”.7 1. Cfr. la carta de Schopenhauer a Goethe
meja bastante a la pretensión acariciada De ahí su fascinación por el misticis- del 11 de noviembre de 1815, en Episto-
por Wittgenstein al final de su Tractatus mo, que también compartía con Witt- lario de Weimar, p. 195.
(1921), cuando se compara esta obra con genstein. “Lo místico viene dado por el 2. Cfr. Escritos de juventud, p. 33; hn
una escalera cuyo destino es traspasar sentimiento del mundo como un todo li- i 55 (1813).
los límites mismos del lenguaje: “Mis mitado”, sentencia Wittgenstein,8 para 3. Cfr. Manuscritos berlineses, pp. 145-
proposiciones resultan esclarecedoras quien “lo místico no se cifra en cómo sea 146; hn iii 250-251 (1826).
en tanto que, quien me comprenda, ter- el mundo, sino en el simple hecho de que 4. Cfr. ibid., pp. 115-116; hn iii 157-
minará por reconocerlas como carentes existe”.9 Y eso es exactamente lo que 158 (1822).
de sentido, una vez que las haya sobre- pensaba Schopenhauer sobre su propia 5. Cfr. El mundo como voluntad y repre-
pasado, saltando por encima de las mis- filosofía, tal como cabe leer en El mundo sentación, ii, cap. 47, p. 679.
mas; debe, por decirlo así, arrojar la es- como voluntad y representación: “El princi- 6. Cfr. Wittgenstein, Tractatus logico-
calera después de haber subido por pio de razón explica las conexiones en- philosophicus, proposición 6-54.
ella.”6 La filosofía schopenhaueriana, al tre los fenómenos, mas no a estos mis- 7. Cfr. El mundo como voluntad y repre-
igual que los aforismos wittgensteinia- mos. Por eso la filosofía no puede tratar sentación, ii, cap. 47, p. 688.
nos, quiere conducirnos un poco más de buscar una causa eficiente o una cau- 8. Cfr. Tractatus, aforismo 6.45.
allá del final del trayecto, allí donde na- sa final del mundo en su conjunto; cuan- 9. Cfr. ibid., 6.44.
die hubiera osado llegar antes, hasta ese do menos la presente filosofía no inten- 10. Cfr. El mundo como voluntad y re-
límite aparentemente infranqueable ta explicar en modo alguno a partir de presentación, i, § 15, p. 98

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Walter Benjamin, teólogo y marxista
 Alberto Constante

El FCE ha apreciado desde hace atraviesa a los dos libros que comenta- donde el pensador rasga el telón de la
mucho el pensamiento de Walter mos aquí: uno de Gershom Scholem, modernidad.
Benjamin y la exégesis que de él Walter Benjamin y su ángel, y otro de Mi- Podría decirse que la filosofía de la
hizo Gershom Scholem. Hoy están chael Löwy, Walter Benjamin, aviso de in- historia de Benjamin es un movimiento
disponibles dos nuevas obras sobre cendio, que acaba de publicar el fce. En radical de la inversión que Marx hiciera
el pensador alemán muerto en 1940, el primero asumimos a Scholem pun- de la filosofía de la historia defendida
perseguido por soldados nazis, y tuando la vida, los conceptos, la familia, por Hegel. No sólo porque abandona la
sobre ellas es este texto. los secretos de Benjamin; tenemos, igual- idea de la superación del proceso del es-
mente, la estrategia para destacar, su- píritu, sino también porque con ello
brayar, trazar las claves religiosas, tal- complica el concepto dialéctico de pro-

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múdicas, con las que hay que abordar el greso. Al reflexionar sobre la historia, su
uando Gershom Scholem pensamiento de Benjamin. En el segun- pesimismo trágico ya no es simplemen-
(1897-1982) escribe sobre Wal- do encontramos a un pensador propo- te un optimismo de la voluntad que se
ter Benjamin (1892-1940), te- niendo una nueva lectura de las tesis so- contrapone al pesimismo de la inteligen-
nemos la sensación de que, bre el concepto de historia, es decir, una cia. Y eso se comprende: Benjamin cono-
más que de un filósofo escribiendo so- lectura sobre la base de que Benjamin ció el inicio de la barbarie nazi y sus de-
bre otro filósofo, se trata de un doctor en sea considerado un marxista y, a la vez, rivaciones, como aquel “pez cornudo”
matemáticas o de un profesor de misti- un teólogo. que fue la Rusia estaliniana. Sabemos
cismo judío y cábala puntuando sobre el Debemos reconocer que pesa mucho que las tesis sobre el concepto de histo-
temblor de una escritura fragmentaria. la interpretación que ha querido ver en ria fueron redactadas a principios de
Y no obstante, la obra de Scholem testi- Benjamin al heredero de la tradición ju- 1940, pero no fue sino hasta la edición
fica una actitud filosófica, no sólo al pre- día, ésa que le habría sido transmitida crítica que editó Theodor W. Adorno en
guntarse radicalmente por la cuestión por Scholem. Es innegable que su pen- 1974 cuando empezó el debate sobre la
del lenguaje y del sentido, temas del samiento es afín a muchas doctrinas ju- interpretación de las tesis más allá del
pensamiento de Benjamin, sino en la días, en ocasiones de forma asombrosa círculo de los iniciados. Lo que intenta
consideración de la propia cábala como y enigmática. Pero un análisis de sus Löwy en su lectura pormenorizada es
una hermenéutica del sentido y en la textos y una cronología comparada con proponer un enfoque diferente a los que
preocupación que de ella emana por la los de Scholem permite concluir que es estas tesis se han visto sometidas: leer a
palabra en tanto que desvelamiento del más bien Benjamin el que ha influido en Benjamin como marxista y teólogo, ahí
sentido y manifestación de lo sagrado. Scholem, y que éste en muchos casos ha donde marxismo y mesianismo no son
Los dos se conocieron en 1915, y su enfocado el judaísmo según las ideas de sino las dos expresiones de un solo pen-
amistad continuó toda la vida. Benjamin su amigo. El libro de Scholem nos ayu- samiento. Un pensamiento caracteriza-
veía en Scholem la reencarnación del es- da a penetrar el secreto de las relaciones do por lo que Benjamin llama la “para-
píritu judío y Scholem veía en Benjamin que Benjamin sostuvo con el mesianis- dójica reversibilidad recíproca” de lo
a un filósofo, pero sobre todo a un teólo- mo judío, mientras que, en Walter Benja- político en lo religioso y viceversa. Con
go de inmensa altura. Fue Scholem min: aviso de incendio, Michael Löwy in- esta perspectiva Löwy intenta compren-
quien supo destacarla de tal manera que tenta descifrar la articulación que Benja- der las tesis al tiempo que pone de ma-
inauguró una interpretación que ha se- min lleva a cabo entre ese mesianismo nifiesto su universalidad y actualidad.
guido viva hasta hoy. Todo el plantea- judío, el romanticismo alemán y la base La primera tesis establece una “aso-
miento que anima la investigación de marxista que lo hirió como el ángel de ciación paradójica entre el materialismo
Scholem nos dice mucho de su lectura Rilke. Y aunque las tesis sobre la histo- y la teología”. ¿Quiere decir Benjamin
de Benjamin y nos da las claves en las ria constituyen un texto excepcional- que en el materialismo histórico hay ya
que este pensador tiene que ser leído. mente enigmático, Löwy cree ver en una teología oculta y que esto es lo que
Nada nos impide pensar que los mejores ellas el “giro materialista” del pensa- da la impresión de que tiene respuesta
comentarios acerca de Benjamin son los miento de Benjamin, que hasta entonces para todo? Esta interpretación puede
que nos muestran cómo hay que leerlo, se había movido entre el idealismo ro- ampararse en algo que se dice en la se-
pues ése es, en el caso de Benjamin, todo mántico y el mesianismo. Estos elemen- gunda tesis: 1] que en la representación
el problema. Lo que él hizo con la tradi- tos fueron sin duda los que le permitie- de felicidad vibra inalienablemente la
ción es la clave de lo que hemos de ha- ron a Benjamin su postura crítica ante la de redención, proyectada hacia el futuro
cer con él. Éste es el punto crucial que ideología del progreso: es en estas tesis y exigida por el pasado; 2] que nos ha si-

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do dada una pobre fuerza mesiánica so- del discurso de Benjamin. Ésta compri- produce la antigua moral protestante del
bre la que el pasado exige derechos, y 3] me el ritmo de su pensamiento sobre la trabajo e ignora cómo las fuerzas produc-
que algo de eso sabe el materialismo his- historia, constantemente oscilante entre tivas se convierten en fuerzas destructi-
tórico. Rememoración, por tanto, es me- materialismo crítico y alegoría teológi- vas haciendo retroceder a la sociedad y
moria histórica. Pero se trata aquí de co-mesiánica. Ahí resume su crítica a la esboza los rasgos tecnocráticos que con-
una memoria que es activa, en donde la idea de progreso. Benjamin parte de una ducirán al fascismo.
historia es concebida como un proceso interpretación muy particular y aguda Las cinco últimas tesis de Benjamin
de liberación y de redención, una histo- del cuadro de Paul Klee titulado Angelus son una polémica contra el historicismo
ria entendida como “cita secreta” entre Novus: propone considerarlo como el y una ratificación de la aproximación
las generaciones que fueron y la nuestra. ángel de la historia. El símbolo afectó la entre materialismo histórico y mesianis-
Se trata de un mesianismo colectivo, en imaginación de nuestra época porque mo. La decimoquinta tesis ratifica la
el que la redención-liberación nos viene definitivamente tiene una dimensión idea de la apocatástasis. La revolución
exigida por el pasado, por ese salto que profética. La alegoría de la tempestad es un retorno al origen, una ruptura del
se produce en la conciencia del presente que sopla desde el paraíso evoca la caí- continuum histórico. La revolución ace-
ante la rememoración de la palabra de da y expulsión del jardín del Edén; lo lera el tiempo y recoge e integra a la vez
las víctimas del pasado que se vieron que llamamos progreso nos aleja irremi- los tiempos anteriores: en la ruptura de
obligadas a la desolación y al silencio. siblemente de aquel paraíso. El ángel de la continuidad histórica coinciden un
Esto ayuda a entender la afirmación, con- la historia es para Benjamin el ángel de la nuevo comienzo y la tradición. En esta
tenida en la tercera tesis, de que el cro- tragedia de la humanidad que se ha da- interpretación no sólo están abiertos el
nista da cuenta de una verdad, la de que do cuenta de que hay que fundar el con- futuro y el presente, sino también el pa-
nada que haya acontecido debe darse cepto de progreso sobre la idea de catás- sado, la memoria, y su rescate, porque
por perdido para la historia. Es ahí don- trofe. Defraudadas las esperanzas de con ello se quiere decir que la variante
de opera la redención, es una apocatás- quienes confiaban en el “otro mundo”, histórica que triunfó no era la única po-
tasis en la que todos los acontecimientos volver los ojos hacia el monacato, en lo sible. Quizá no se deba olvidar, en este
se salvan del olvido mediante la reme- que tiene de prevención “contra el mun- ejercicio de memoria histórica, que “Ya
moración. do y sus pompas”, es una forma de libe- se trate del pasado o del futuro, en Wal-
Historia y política, en un sentido am- rar a la criatura política de las redes con ter Benjamin la apertura de la historia es
plio, son inseparables, de la misma for- que se la ha embaucado. La aceptación inseparable de una opción ética, social y
ma en que lo son rememoración y re- de la idea de progreso, concretada en la política por las víctimas de la opresión y
dención. La historia, como nos dice Ben- glorificación del desarrollo técnico, re- por quienes la combaten.”
jamin en la sexta tesis, está siempre
abierta. La construcción de la historia se
encuentra sometida al proceso histórico,
de tal manera que historiográficamente
nunca puede decirse la última palabra
sobre el pasado histórico. La verdadera
imagen del pasado nace en un momento
de peligro. Y nace como un relámpago,
como una iluminación. La octava tesis
es una materialización concreta, en tér-
minos de liberación, de lo que se acaba
de decir con el lenguaje teológico de la
redención. La tradición de los oprimidos
enseña que la regla es “el estado de ex-
cepción” y que se necesita un concepto
de historia a la altura de esta intuición.
La séptima tesis recoge y desarrolla la
afirmación según la cual “no hay nin-
gún documento de cultura que no sea a
la vez documento de barbarie”. Para
Benjamin lo que aquí opera es el método
de la empatía con el pasado que nace de
la acedia. La acedia es el sentimiento me-
lancólico del poder omnímodo de la fa-
talidad que conduce a la sumisión ante
el orden existente. La llamada “empa-
tía” es identificación del historiador con
los vencedores, lo que hace del historia-
dor un cortesano.
La novena tesis constituye el centro

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La hermenéutica en la práctica
 Jorge A. Reyes Escobar

Circula desde el año pasado dor, la colección de ensayos de Ricœur manifiesta en el mundo. Es decir, la re-
El conflicto de las interpretaciones, merece atención porque en ella se busca- flexión será una actividad mediada e in-
de Paul Ricœur, obra que pertenece rán en vano invectivas contra el sujeto o terpretativa. Del carácter mediado de to-
a nuestra colección de Filosofía. Se alegres invitaciones a disolver la filoso- do discurso acerca de la subjetividad da-
trata de un conjunto de ensayos en fía en el carrusel “histórico-sociológico- rán testimonio las aproximaciones de
los que el pensador francés aplica literario”. Por el contrario, la preocupa- Ricœur a la técnica psicoanalítica, la
los métodos hermenéuticos a ción central que recorre el diálogo críti- simbólica del mal o la semántica estruc-
diversas disciplinas humanas. El co que Ricœur entabla con la tural (temas que, a primera vista, pue-
texto que ofrecemos aquí es una fenomenología, el psicoanálisis, el es- den parecer inconexos), las cuales, lejos
enfática invitación a conocer la obra. tructuralismo y la religión es indicar de de tratarse de “aplicaciones” del método
qué manera la práctica de la hermenéu- hermenéutico a situaciones concretas,
tica permite dar cuenta de una figura responden a una rigurosa idea rectora:

L
del sujeto reflexivo a partir, y no contra, toda proposición concerniente al senti-
a publicación de El conflicto de los discursos contemporáneos que des- do de la subjetividad humana sólo pue-
las interpretaciones: ensayos de de diversas trincheras han insistido en de ganarse si se está dispuesto a recorrer
hermenéutica de Paul Ricœur, las temáticas del inconsciente y la fini- el intrincado proceso histórico y lingüís-
que reúne artículos escritos a tud. tico en el cual ésta adquiere sus determi-
lo largo de la década de los sesenta, ofre- Ante semejante propósito —que se naciones.
ce una ocasión propicia para aquilatar la pone de manifiesto de manera explícita No obstante, más allá del impulso
importancia de la hermenéutica en el en el ensayo “Lo consciente y lo incons- inicial que aporta la filosofía reflexiva
pensamiento filosófico contemporáneo. ciente”, así como en “Heidegger y la francesa, la idea rectora previamente
El interés inicial que aquélla despertó en cuestión del sujeto”—, el lector podría mencionada proviene por entero del
el medio académico de habla hispana suponer que se halla frente a una em- ámbito fenomenológico. Esta sugeren-
desde hace poco más de diez años, y que presa a todas luces contradictoria. Sin cia, la cual se formula explícitamente en
ahora parece decaer, entregó una visión embargo, la vía que explora Ricœur es las primeras líneas del ensayo introduc-
de la hermenéutica bastante próxima a más sutil de lo que en principio cabría torio “Existencia y hermenéutica”, y a la
posiciones neopragmatistas y postes- imaginar, pues de antemano renuncia a cual se hace mención a lo largo de todo
tructuralistas referentes a la muerte del proponer de manera inmediata un con-
sujeto, la impotencia de la reflexión y la cepto acabado de subjetividad que se li-
equivocidad del lenguaje. En especial, mite a sustituir sin más la noción de su-
no pocas interpretaciones de las obras jeto como instancia que confiere sentido
de Heidegger y Gadamer, dos de los re- a la totalidad de lo real. En cambio, si-
presentantes más importantes de la her- guiendo los pasos de la filosofía reflexi-
menéutica, acentuaron la crítica de ambos va francesa (en especial de Jean Nabert,
a la descripción del quehacer filosófico a quien se le dedica un ensayo suma-
como la búsqueda de un fundamento úl- mente esclarecedor de la formación inte-
timo e indubitable de toda objetividad y lectual de nuestro autor), Ricœur recu-
racionalidad, haciendo caso omiso (sal- pera la imagen de la filosofía como una
vo pocas excepciones) de los señalamien- reflexión acerca de la existencia y los
tos en los cuales tanto Heidegger como medios por los cuales ésta se comprende
Gadamer llaman expresamente a pensar a sí misma. Sin embargo, a diferencia de
de otro modo el concepto de racionali- Heidegger, quien insiste en tomar la
dad. Bajo tal óptica, la hermenéutica no “vía corta”de la analítica existenciaria, el
tardó en aparecer como un movimiento hermeneuta hará hincapié en que esta
relativista, contextualista, sensible a la continuación del dictum socrático “conó-
contingencia, pero estéril a la reflexión. cete a ti mismo”no conoce una vía direc-
Así, pues, no es de extrañar que la her- ta e inmediata, sino que sólo puede lle-
menéutica corra el riesgo de eclipsarse varse a cabo en la medida en que se in-
como una moda filosófica más. terprete la pluralidad de signos y
En este panorama tan poco alenta- símbolos en los que la subjetividad se

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el libro, tal vez incordie a quienes se em-
peñan en presentar la fenomenología
como la antítesis de la hermenéutica, pe-
ro quienes realmente se interesen en es-
ta última —y, en general, todo aquel que
se incline al pensamiento contemporá-
neo— seguramente encontrarán no po-
cas indicaciones que arrojen luz sobre el
vínculo íntimo entre hermenéutica y fe-
nomenología de un modo mucho más
detallado que las escuetas declaraciones
de Gadamer y más accesible —al menos
por ahora— que los escritos de Heidegger
previos a Ser y tiempo, aún inéditos en
nuestra lengua. Tómese, por ejemplo, el
ensayo “La cuestión del sujeto: el desa-
fío de la semiología”, en el cual Ricœur
pone de manifiesto que el “giro lingüís-
tico”de la hermenéutica contemporánea
no surgió espontáneamente a partir del
rechazo a la noción de reflexión pro-
puesta por la fenomenología husserlia-
na. Por el contrario, el énfasis de la her-
menéutica en el papel que desempeña el
lenguaje como horizonte irrebasable de
toda comprensión responde a una radi-
calización del proyecto fenomenológico:
si la vuelta a las “cosas mismas”es una
pregunta por el modo de aparición de
todo lo existente, entonces, en el fondo,
a la fenomenología no le interesa el qué
del objeto, sino el sentido del objeto. De
ser así, aquélla no puede permanecer
circunscrita a la esfera de la conciencia, yos dedicados a la hermenéutica de los jor queda de manifiesto la manera en la
sino que debe trasladarse al ámbito del símbolos y la reflexión filosófica—, los cual la existencia humana es simbólica,
lenguaje, al cual le es concomitante la cuales se caracterizan por la pluralidad en particular aquellos en los cuales se
pluralidad de sentidos. de sentidos, entonces la relación con és- expresa la experiencia de la culpa y del
Sin embargo, mal haría el lector en tos debe juzgarse como una constante mal. La inclusión de esta temática, a la
esperar un pormenorizado estudio his- imprescindible de todo esfuerzo por cual se le dedica la parte cuarta del libro,
tórico de las influencias y discusiones pensar adecuadamente la existencia hu- muestra que no se puede comprender
dentro del movimiento fenomenológico, mana. Es decir, el uso de los símbolos no cabalmente el papel que desempeñan
pues, como se mencionó anteriormente, designa una manipulación contingente los conceptos de “mito” y “existencia”
Ricœur hace hincapié en la práctica de la de signos por medio de los cuales la con- humana en la obra de Paul Ricœur si se
hermenéutica; es decir, el filósofo fran- ciencia describe la objetividad, ni una los juzga como nociones marginales y
cés concibe a esta última como una inda- manera mediante la cual se traducen a separadas que sólo eventualmente en-
gación del proceso que nos ha llevado a un lenguaje públicamente comprensible traran en contacto. Por el contrario, am-
ser lo que somos, y no como una varian- los estados mentales del sujeto. Más bos cobran sentido únicamente cuando
te de la teoría del conocimiento. De tal bien, sólo hay existencia humana, y sólo se los piensa como componentes funda-
modo, la comprensión de sí mismo debe puede comprendérsela porque hay sím- mentales del proyecto filosófico de Ri-
entenderse como una hermenéutica his- bolos de los cuales aquélla extrae los cœur. De hecho, se podría aventurar la
tórica que sólo puede alcanzar el yo soy presupuestos de su propia identidad y hipótesis de que el pensamiento sólo
mediante la interpretación de los cami- de su propia comprensión. En resumen, puede acceder de manera apropiada al
nos en los cuales la experiencia concreta no hay hermenéutica porque las limita- modo de ser de la existencia humana en
se despliega en el mundo a través de sus ciones del pensamiento o la falta de cri- la medida en que el mito se entiende co-
obras, en especial aquellas de carácter terios metodológicos precisos nos veden mo el horizonte simbólico que otorga in-
simbólico. el paso al reino de las esencias puras. teligibilidad a nuestra orientación res-
Si la reapropiación reflexiva de la Por el contrario, hay hermenéutica por- pecto al mundo y no como un trasfondo
propia subjetividad transita necesaria- que el símbolo supone siempre una plu- de irracionalidad que sea necesario eli-
mente por la interpretación de los sím- ralidad de sentidos. minar para que el sujeto alcance la
bolos —como lo sugiere el par de ensa- El mito es la mediación en la que me- emancipación.

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Sobre una nueva clase
de observaciones
 Charles Sanders Peirce

Está en preparación una plo, a Filipo de Macedonia. Este objeto mediante un razonamiento irrebatible,
antología de textos fundamentales es lógicamente divisible en Filipo borra- a partir de hechos tan generales que to-
de Charles Sanders Peirce, el padre cho y Filipo sobrio, y así sucesivamente; do el mundo los admite. Pero, para
del pragmatismo. Queremos y no se llega a ninguna cosa completa- aquellos que no pueden entender este
compartir con nuestros lectores este mente determinada más que al especifi- razonamiento, señalo algunos hechos
breve ensayo, escrito en el verano car un instante indivisible en el tiempo, no tan rebuscados.
de 1877, en el que se recomienda el lo cual es un límite ideal que no se alcan- Hay diferentes sensaciones que se
estudio observacional de las za ni en el pensamiento ni en re. parecen las unas a las otras. Eso es sufi-
sensaciones, como Peirce De esta doctrina se sigue que no te- cientemente obvio, y ya hay una rela-
recomendaba para todas las nemos sensaciones puras, sino sólo ele- ción entre sensaciones que refuta total e
ciencias, incluso las matemáticas. mentos sensitivos de pensamiento. Así, irremediablemente la teoría ordinaria.
Veamos cómo enfrenta el filósofo la diferencia entre azul y rojo no puede Las diferentes sensaciones también di-
estadounidense la cuestión de la representarse completamente mediante fieren en intensidad. Hay otra clase de
existencia o no de sensaciones descripción general alguna, debido a relaciones entre ellas, irreconciliables
individuales puras y completamente que contiene un elemento sensitivo. con su carácter individual. Pero se dice
determinadas con ayuda de la Puesto que el elemento sensitivo en es- comúnmente que no hay relaciones de
observación de diferencias. te caso es muy grande, resulta muy no- tipo entre diferentes sensaciones ele-
table que cualquier intento fracase al mentales. ¿Cómo que no hay? ¿Cuándo
describir la diferencia entre azul y rojo nuestro lenguaje ordinario las clasifica,

N
en términos generales. Pero, según mi según sus tipos, en colores, sonidos, sa-
ormalmente se admite que teoría de la lógica, dado que no existe bores, olores, y sentimientos? Esto no
hay dos clases de represen- ninguna sensación pura y ningún obje- se percibe usualmente, pero se dice
taciones mentales, las Re- to individual, se sigue que ha de haber usualmente (quiero decir por los físi-
presentaciones Inmediatas alguna relación entre azul y rojo y algún cos) que la comparación de la intensi-
o Sensaciones, y las Representaciones aspecto general en el que difieren, y dad de una luz roja y una verde no tie-
Mediatas o Concepciones. Las primeras por ende se puede dar un paso hacia ne significado. Aquí tengo 74 pedazos
son objetos de pensamiento completa- una descripción general de su diferen- de listón de diferentes colores, cada
mente determinados o individuales; las cia, y si esa descripción general resulta
segundas son objetos parcialmente inde- insatisfactoria, como tiene que ser, en-
terminados o generales. Asumiendo que tonces tiene que existir otra relación en-
ambas clases de objetos existen, se vuel- tre los dos colores, y podemos basarnos
ve extremadamente difícil la cuestión en ella para agregar algo a la descrip-
del principio de individuación o del sen- ción general, y así sucesivamente ad in-
tido en que lo individual difiere de lo finitum.
general. Tras una crítica magistral de to- He aquí, entonces, dos teorías meta-
dos los intentos de rebatirla, Duns Esco- físicas: la ordinaria y la mía. De acuer-
to plantea la teoría de que esta distin- do con la primera, hay sensaciones
ción es peculiar, sin carácter general al- esenciales sin ninguna relación general
guno, y por ende presenta ella misma entre ellas; de acuerdo con la segunda,
este aspecto peculiar de la individuali- aun cuando las diferencias entre dife-
dad. Ockham niega que exista cualquier rentes sensaciones nunca pueden ser
objeto general del pensamiento, lo cual cubiertas completamente por una des-
implica que los objetos del pensamiento cripción general, podemos progresar
no tienen semejanzas, diferencias o rela- indefinidamente hacia tal resultado.
ciones de ningún tipo. Por otro lado, he ¿Cuál es la verdadera? No tengo nece-
pretendido mostrar que justamente lo sidad de hacer ninguna observación es-
contrario es cierto. A saber, que ningún pecial para determinar eso, como no
objeto es individual y que aun las cosas tengo de hacerlas respecto a la cuestión
más concretas tienen todavía cierto gra- del movimiento perpetuo. Me baso en
do de indeterminación. Tome, por ejem- principios generales que se deducen

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Sobre Charles
uno numerado, sobre los cuales he lle-
vado a cabo varios experimentos foto-
métricos durante un período de 12 me-

Sanders Peirce
ses.1 Ahora, yo digo que se puede com-
parar la intensidad de un rojo y un
verde con un grado considerable de
precisión. En otra ocasión proporciona-
ré las cifras, si resultan relevantes. Pero  Mauricio Beuchot
ahora no lo son, porque todos ustedes
pueden ver que ese rojo es más oscuro
que ese azul y que ese azul es más os- Con el número 513 de nuestros pura, la segunda la lógica o dialéctica
curo que aquel rojo. Hay una incerti- Breviarios, acaba de aparecer pura y la tercera la retórica pura. La pri-
dumbre en el juicio, un error probable. La semiótica. Teorías del signo y el mera estudia los signos y sus conexiones
Pero ese error probable es sólo otro he- lenguaje en la historia, una apretada mutuas; la segunda la relación con los
cho, otra relación numéricamente de- introducción a lo que han dicho los objetos y la tercera las modificaciones
terminada entre las dos sensaciones. muchos pensadores que se han que les infieren los usuarios.
Igual con una luz y un sonido. También ocupado del tema. Ofrecemos ahora, Para definir el signo, se remite a su ta-
pueden compararse en intensidad. como mínimo complemento del bla de categorías ontológicas, que son
Consideren con igual atención el soni- texto de la página precedente, la tres: la primeridad, que es lo que se pre-
do de un cañón o la apariencia de una porción en que Beuchot —ese senta a la conciencia de manera inmedia-
estrella de sexta magnitud. ¿Cuál es prolífico investigador de la UNAM y ta, y todavía no se dice nada de su exis-
más intenso? Puede haber alguna du- miembro de las academias Mexicana tencia, sólo se presenta a la conciencia
da. Consideren la luz del sol, y el soni- de la Lengua y de la Historia— como una cualidad; justamente la exis-
do de una aguja que cae. En las leyes de describe los aportes del tencia aparece en la segundidad, que es
estas relaciones de intensidad entre di- filósofo estadounidense. el carácter de resistencia o de imposición
ferentes sensaciones hay una inmensa que ejerce algo frente a la conciencia, ya
investigación, una rama de la ciencia. aquí aparece la relación de algo primero

M
Éstas no son las únicas relaciones entre a algo segundo, de un objeto a un sujeto,
las sensaciones pero son las más tangi- ucho le debe la semiótica y en seguida viene la terceridad, que es
bles y el punto de partida natural. al norteamericano Char- una relación triádica, a saber: entre tres
Hay aquí, pues, todo un mundo de les Sanders Peirce (1839- elementos, y tiene carácter de ley, de le-
observación, respecto al cual hemos es- 1914). Fundador del prag- galidad, de algo que habitualmente su-
tado sistemáticamente ciegos, debido matismo junto con W. James, asignó cede, por lo cual puede ser puesto como
simplemente a un prejuicio metafísico gran importancia a la acción y el hábito. ley de la naturaleza o de la lógica. Preci-
erróneo. Uno de los hombres de ciencia Pero la acción se desata por medio de samente el ejemplo principal es el del
más reconocidos del país llegó hasta el signos; por eso le interesó tanto la cien- signo y la significación.
punto de decirme el otro día ¡que no ha- cia del signo. Para ella recoge el nombre En efecto, el signo se da en una rela-
bía ninguna razón para suponer que las propuesto por Locke, semiotiké, ahora se- ción triádica El signo es una cosa que re-
sensaciones de color de una persona tu- miotics.1 Y se dedica a construir las bases presenta otra para alguien. Es decir, hay
viesen alguna semejanza a las de otra! Por de la misma, esto es, a dilucidar el obje- un signo o representamen, hay una cosa
mucho que esto violente los principios to de la semiótica, así como sus partes. u objeto, y hay un intérprete. Peirce ex-
del razonamiento inductivo, no me sor- También se dio a la tarea de definir el plica: “Un Representamen es el Primer
prendió oírlo, porque, como dice Aristó- signo, de describir el acontecimiento o Correlato de una relación triádica; el Se-
teles, [“puesto que incluso preguntarse proceso semiótico y a dividir los signos gundo Correlato se llamará su Objeto, y
si debemos o no filosofar es filosofar”]. de manera muy minuciosa, buscando de el posible Tercer Correlato se llamará su
Ya sea que tengamos una metafísica an- ellos sus definiciones y descripciones Interpretante, por cuya relación triádica
timetafísica o una prometafísica, lo se- más exactas. el posible interpretante es determinado
guro es que tendremos una metafísica. Y Entiende la semiótica como el estu- para ser el Primer Correlato de la misma
entre menos cuidado tengamos con ella, dio del signo en general, esto es, de to- relación triádica con el mismo Objeto, y
más crudamente metafísica será. das las clases de signos. Por ejemplo, no para algún posible Interpretante. Un
sólo del signo lingüístico. Aunque la re- Signo es el representamen del cual al-
Traducción de Darin McNabb. laciona con la psicología, sobre todo la gún interpretante es una cognición de
asigna a la filosofía, concretamente a la ló- alguna mente. Los Signos son los únicos
Notas gica. La semiótica, que es el estudio del representámenes que han sido muy es-
1. El expediente de este manuscrito, que signo en general, tiene tres ramas, co- tudiados.”2
se conserva en Harvard, contiene un so- rrespondientes a las tres ramas del tri- Pues bien, en el intérprete se da una
bre gris oscuro con la leyenda “74 peda- vium medieval, que eran las ciencias ser- entidad con la que interpreta, es el inter-
zos de listón: numerados de acuerdo mocinales o del discurso (sermo), a saber: pretante, y puede ser un concepto, una
con su luminosidad aparente según csp gramática, lógica o dialéctica y retórica. acción o un hábito. Y resulta que este in-
en un día oscuro”. Así, dice que la primera es la gramática terpretante es un signo de ese signo que

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procesos. Y la metáfora sigue teniendo
Diccionario de filosofía analogía con la cosa o hecho que desig-
na, pero menos clara y directa, represen-
Nicola Abbagnano ta aspectos o funciones que tiene; sin em-
Traducción de Alfredo N. Galletti, México, FCE, 2004, Filosofía, 1103 pp. bargo, una buena metáfora puede ser tan
representativa de algo como una fórmu-
Publicada en italiano hace más de cuarenta años, el Diccionario de filosofía, de la suya o una casi copia suya.
Nicola Abbagnano, circula de nuevo, ahora en una edición que revisa en detalle La tercera clasificación que hace Peir-
la anterior en español, correspondiente a la tercera en su lengua original. ce del signo es también triádica, a saber:
Quienes ya conocen el texto del pensador nacido en Salerno en 1901 saben rema o término, dicisigno o enunciado y
que es una valiosa guía para orientarse en los conceptos y las doctrinas filosó- argumento. En esta última división se
ficas. Quienes se acerquen por primera vez a él encontrarán la claridad de quien recobrarían los clásicos elementos de la
fuera profesor y columnista periodístico, tanto en Turín como en Milán. En el lógica: el término, el enunciado y el ar-
catálogo del FCE están disponibles otros trabajos suyos, como la Historia de la gumento (o, desde el lado epistemológi-
pedagogía, junto con A. Visalberghi, y una Introducción al existencialismo. co, concepto, juicio y raciocinio). A su
turno, el argumento se divide en induc-
tivo, deductivo y abductivo. Este últi-
se interpretó: es decir, es un signo de de la realidad y contener alguna seme- mo, el de la abducción, corresponde al
signo, un signo de segundo orden. Y és- janza o analogía con ella; por ejemplo, el método de hipótesis. Así tenemos, en
te puede desatar otro, y éste otro, y así emblema de la justicia, que es una mujer Peirce, una semiótica, asociada a la psi-
sucesivamente. Lo cual nos habla de una con los ojos vendados y que lleva una cología y a la lógica, que se muestra
interpretación sin fin, de una semiosis balanza en la mano, tiene que guardar muy fuerte y consistente en sus bases y
infinita.3 cierta relación analógica con el no ver a en su desarrollo inicial. Faltó a Peirce el
Además, hay varias clases de objeto: quién se hace y guardar un perfecto desarrollarla, pero sentó unos funda-
objeto inmediato y objeto final o ideal. equilibrio con todos los involucrados. El mentos muy fuertes.
Igualmente, hay varias clases de inter- símbolo es totalmente arbitrario (aquí to-
pretante: interpretante inmediato e inter- ma la palabra en su sentido original grie- Notas
pretante final o ideal. La verdad se daría go, usado por Aristóteles, como signo 1. Cf. Ch. S. Peirce, Collected Papers, com-
en la confluencia del interpretante final convencional), por ejemplo, las palabras pilado por Ch. Hartshorne-P. Weiss,
con el objeto final; pero esto es sólo ideal, hombre, man y anthropos. Por su parte, el Cambridge, The Belknap Press of Har-
y únicamente se daría al límite, en el in- icono tiene tres clases, que son: imagen, vard University, 1965, p. 2 227.
finito, en el que se cruzaran todos los in- diagrama y metáfora. Ya que el icono se 2. Ibid., p. 2 242.
terpretantes de todos los intérpretes, co- basa en la analogía, ésta puede ser muy 3. Peirce dice “ad infinitum” (ibid., p. 2
mo una comunidad infinita de sabios apegada, como en la imagen, que es casi 303). Pero también se puede llamar “se-
que compartieran sus hallazgos. Por ello, copia de la cosa, pero nunca llega a ser miosis indefinida” o “ilimitada”, como
se requiere el diálogo, el cual tiene un copia perfecta; el diagrama tiene analo- lo hace F. Merrell, Peirce, Signs, and Mea-
papel muy importante en la determina- gía con la cosa de manera más móvil, co- ning, Toronto, University of Toronto
ción la significación y de la verdad. mo representando relaciones y pasos de Press, 1997, p. 139.
La clasificación de los signos que ha-
ce Peirce es muy amplia y prolija, por lo
que solamente nos detendremos en los
más importantes y hasta imprescindi-
bles. Divide primero el signo en cuali-
signo, sinsigno y legisigno. El cualisigno
es una cualidad que funciona como sig-
no, por ejemplo un color; el sinsigno es
una sustancia que funciona como signo,
por ejemplo una estatua, y el legisigno
es una ley que funciona como signo, por
ejemplo los signos convencionales.
En segundo lugar, el signo se divide
en índice, icono y símbolo. El índice es el
signo inmediato, casi natural, que repre-
senta de modo directo, por ejemplo un
grito en la calle significa al que lo emitió,
las nubes representan la lluvia, el humo
al fuego, etcétera. El icono es un signo in-
termedio, que tiene algo de natural y al-
go de artificial, pues es impuesto por el
hombre, pero se tiene que basar en algo

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Principios de una bioética liberal
 Rodolfo Vázquez

El desarrollo de la ciencia ha sido yes sobre la materia. De tal suerte, la que el filósofo dedicado a estos temas ya
fuente de sustanciosos problemas bioética como actividad practicada pro- no se presenta como un experto en bioé-
para la filosfía, ya por el uso del fesionalmente por filósofos y juristas es tica sino en “consentimiento informa-
conocimiento o por los medios para una ciencia joven. Pese a su juventud, do”, en “investigación en seres huma-
obtenerlo, ya porque el mismo debemos reconocer que la literatura ge- nos”, en “eutanasia activa”, en “libertad
conocimiento es materia de nerada a partir de los setenta es quizá de reproductiva”, etcétera. Quizá sea tiem-
discusión. En los tiempos que las más abundantes en el campo de la po de tomarnos un respiro, hacer un
corren la biología es el manantial ética aplicada y difícilmente es abarca- diagnóstico y un balance, y replantear-
en el cada vez más pensadores ble en un solo manual. nos cuáles son las teorías, principios y re-
beben, como puede verse en La bioética se ha convertido en un glas normativas principales que estruc-
Del aborto a la clonación. discurso multidisciplinario en el que turan el lenguaje de la bioética. […]
Principios de una bioética liberal, concurren psicólogos, genetistas, biólo- Por supuesto, la propuesta epistemo-
obra que acaba de ver la luz gos, químicos, sociólogos, antropólogos lógica y normativa delineada en este li-
en nuestra serie de y juristas y, al mismo tiempo, en una bro no pretende excluir una toma de po-
Ciencia, Tecnología, Sociedad, y disciplina filosófica por derecho propio. sición teórica, que servirá de referente
de la que presentamos Esta doble filiación, para llamarla de al- crítico para los problemas que se abor-
el siguiente fragmento. gún modo, por un lado a través de la darán en los capítulos posteriores, del
convergencia de diversas aproximacio- aborto a la clonación. Tal postura, sin
nes científicas y, por el otro, como una entrar ahora en mayores especificacio-

H
especulación estrictamente filosófica, ha nes o justificaciones del término, la de-
oy día es un lugar común dado lugar al cuestionamiento de las re- nominaremos liberal. A grandes rasgos,
afirmar que la medicina, laciones posibles entre unas y otras: o con este calificativo queremos dar a en-
según la célebre frase de bien la bioética es resultado de aportes tender que buena parte de las reflexio-
Stephen Toulmin, “ha ve- de distintos campos y la filosofía no tie- nes que haremos adoptarán el principio
nido a salvar la vida de la ética”, es de- ne un papel fundamental, o bien la bioé- de la autonomía, el de la dignidad de la
cir, a rescatarla de la rigidez y abstrac- tica es una rama de la filosofía que echa persona (ambos en las líneas de John
ción excesiva que la caracterizó hasta mano de sus propios recursos metodo- Stuart Mill e Immanuel Kant, respecti-
principios de la década de 1970. Si pen- lógicos y conceptuales desatendiendo la vamente) y el de la igualdad como los
samos que el término bioética fue em- problemática planteada por los saberes principios reguladores de las diversas
pleado por primera vez por Potter en científicos. El enfoque que propondré en conductas que se presentan en el ámbito
1971, y que uno de los libros vertebra- este libro será de tipo “intermedio” por- de la medicina y la salud.
les sobre ese concepto, Principles of Bio- que “concentrar el discurso bioético sólo Un liberal, o al menos el liberal al
medical Ethics, de Beauchamp y Chil- en el filosófico lleva a no tomar concien- que aludimos, parte del supuesto de que
dress, fue publicado a finales de esa dé- cia de los aportes significativos de otras toda elección individual es valiosa por
cada, debemos reconocer que esta disciplinas, pero por otro lado afirma- el mero hecho de ser libre; ese liberal
disciplina es una recién llegada al esce- mos que el papel de la reflexión filosófi- acepta que existe una multiplicidad de
nario de la filosofía y del conocimiento ca es fundamental en este discurso”.1 planes de vida porque los valores en los
en general. Por lo tanto, evitaremos restringirnos a cuales se sustentan son objetiva e incon-
Tradicionalmente los temas de la un acercamiento filosófico que diluya la mensurablemente plurales. No niega
bioética han preocupado a los profesio- bioética en una ética general o en una es- que pueda haber formas de vida mejo-
nales de la medicina y fueron los mis- pecie de filosofía de segundo rango, pe- res que otras, pero rechaza cualquier in-
mos médicos quienes se plantearon, de ro también que la desdibuje en los diver- tervención del estado (o de otros indivi-
manera poco rigurosa o científica, los di- sos conocimientos científicos a expensas duos) que busque imponer de manera
lemas morales. Asimismo, los proble- de su identidad filosófica. perfeccionista o paternal algún plan de
mas de vida o muerte parecían, por lo Por otra parte, la interdisciplinarie- vida y, por lo tanto, proscribe las accio-
general, ser un coto cerrado y exclusivo dad de la bioética ha obligado a no pocos nes que perjudiquen la autonomía y el
de los teólogos. De manera un tanto im- investigadores a especializarse, al grado bienestar de terceros. En el marco del li-
provisada los legisladores, no necesaria- de perder el sentido de “universalidad” beralismo que se propone en este libro,
mente con formación jurídica y sin nin- que se percibía en los primeros teóricos. la función del estado no se entenderá
gún conocimiento científico, dictaban le- Así, por ejemplo, es frecuente escuchar únicamente a partir de sus deberes ne-

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gativos sino también de sus deberes po- liberalismo. Por ejemplo, si una elite con- rrespondientes, íntimamente relaciona-
sitivos, que se traducen en facilitar, pro- sigue grados inmensos de autonomía a dos con la identidad del individuo. Sin
mover y ordenar la realización de las ac- expensas del sometimiento del resto de duda, el bien genérico es la vida misma
ciones que favorezcan, de manera prio- la población, este estado de cosas no re- y, más específicamente, entre otros bie-
ritaria, los intereses de los individuos sulta aceptable desde el punto de vista li- nes, están la integridad física y psíquica
más desaventajados. beral. Por tal razón es necesario defender del individuo, la intimidad y privacidad
Tomaré como formulaciones direc- un segundo principio, que limita el de la afectiva, sexual y familiar, así como el
trices del “Principio primario de auto- autonomía personal: el “Principio pri- honor y la propia imagen.
nomía personal” las propuestas por mario de la dignidad personal”. Con la noción de igualdad nos referi-
Carlos S. Nino y Mark Platts. Para Nino Este principio supone que no pueden mos a una relación entre dos o más per-
este principio prescribe que “siendo va- imponerse privaciones de bienes de ma- sonas o cosas que, aunque diferencia-
liosa la libre elección individual de pla- nera injustificada, ni que una persona bles en uno o varios aspectos, son consi-
nes de vida y la adopción de ideales de pueda ser utilizada como instrumento deradas idénticas en otro aspecto
excelencia humana, el estado (y los de- para la satisfacción de los deseos de conforme a un criterio de comparación
más individuos) no debe intervenir en otra. En este sentido, dicho principio pertinente. La igualdad no es una pro-
esa elección o adopción limitándose a clausura el paso a ciertas versiones utili- piedad atribuible a las cosas o a las per-
diseñar instituciones que faciliten la per- taristas que, al preocuparse por la canti- sonas, sino una noción relacional entre
secución individual de esos planes de dad total de felicidad social, desconocen personas o cosas. Esta noción de igual-
vida y la satisfacción de los ideales de la relevancia moral que tienen la separa- dad puede analizarse tanto desde un
virtud que cada uno sustente e impi- bilidad y la independencia de las perso- punto de vista descriptivo como de uno
diendo la interferencia mutua en el cur- nas. A su vez, el reconocimiento de este normativo, que es el que aquí nos intere-
so de tal persecución”. Por su parte, principio implica ciertas limitaciones en sa; es decir, no una descripción de la
Mark Platts propone el siguiente enun- la búsqueda de los objetivos sociales y condición humana, sino de cómo deben
ciado: “Debemos dejar a los agentes ra- en la imposición de deberes personales, ser tratados los seres humanos.
cionales, competentes, tomar las decisio- y restringe la aplicación de la regla de la En un primer acercamiento, el princi-
nes importantes para su propia vida se- mayoría en la resolución de los conflic- pio normativo de la igualdad puede
gún sus propios valores, deseos y tos sociales. El “Principio primario de la enunciarse como sigue: Todos los seres
preferencias, libres de coerción, mani- dignidad personal” podría enunciarse de humanos deben ser tratados como iguales.
pulación o interferencias.” la siguiente manera, siguiendo a Kant: Ahora bien, la realidad en la que ha de
El principio de autonomía personal siendo valiosa la humanidad en la pro- darse dicho principio presenta una
permite identificar determinados bienes pia persona o en la persona de cualquier enorme multiplicidad de rasgos, carac-
sobre los que versan ciertos derechos, otro, no debe tratársele nunca como un teres y circunstancias de los seres huma-
cuya función es poner barreras de pro- medio sino como un fin en sí mismo.2 nos. El “Principio de igualdad” trata de
tección contra medidas que persigan el Principio al cual agregaría que no deben establecer cuándo está justificado esta-
beneficio de otros, del conjunto social o imponérsele contra su voluntad sacrifi- blecer diferencias en las consecuencias
de entidades supraindividuales. El bien cios o privaciones que no redunden en normativas y cuándo no es posible.
más genérico protegido por este princi- su propio beneficio. Cuando no hay diferencias relevantes, el
pio es la libertad de realizar cualquier Este principio, además, permite de- tratamiento debe ser igual, mientras que
conducta que no perjudique a terceros. tectar ciertos bienes y los derechos co- cuando aquéllas existen debe ser dife-
De manera más específica, entre otros, renciado. Entre ambos tipos de trata-
están el reconocimiento del libre desa- miento hay un orden lexicográfico, es
rrollo de la personalidad; la libertad re- decir, la diferenciación basada en rasgos
productiva; la libertad de residencia y distintivos relevantes procede sólo
de circulación; la libertad de expresión cuando la no discriminación por rasgos
de ideas, actitudes religiosas, científi- irrelevantes está satisfecha. Por ello, la
cas, artísticas y políticas, y la libertad de enunciación del “Principio primario de
asociación para participar en las comu- la igualdad personal”, en los términos
nidades voluntarias totales o parciales de Francisco Laporta, es muy acertada:
que cada individuo considere conve- “Una institución satisface el principio de
niente. igualdad si y sólo si su funcionamiento
Ahora bien, si la autonomía personal está abierto a todos en virtud de princi-
se toma aisladamente puede llegar a ser pios de no discriminación y, una vez sa-
un valor de índole agregativa. Esto quie- tisfecha esa prioridad, adjudica a los in-
re decir que, al menos en una versión uti- dividuos beneficios o cargas diferencia-
litarista, cuanta más autonomía exista en damente en virtud de rasgos distintivos
un grupo social, más valiosa será la si- relevantes.” […]
tuación, independientemente de cómo Proponer a la consideración del lec-
esté distribuida dicha autonomía. Sin tor un libro de bioética con una perspec-
embargo, este hecho contraviene intui- tiva liberal tiene además un propósito
ciones muy arraigadas en el ámbito del práctico y pedagógico. En este aspecto

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me propongo contribuir con un punto namiento jurídico debe aplicarse tanto a
de vista diverso (precisamente el liberal)
al debate nacional mexicano en el que la
creyentes como a no creyentes, agnósti-
cos o ateos. En palabras de Martín Fa-
Guía ética para
característica predominante en torno al rell: “Los principios religiosos son, ne- personas
tratamiento de los problemas de bioética cesariamente, de tipo metafísico, insus- inteligentes
ha mostrado un marcado conservadu- ceptibles de prueba, dogmáticos,
rismo. Por fortuna en este propósito no autoritarios y, en buena medida, inmu- Mary Warnock
camino solo. Hace ya algunos años tuve nes al razonamiento. En la filosofía occi- Traducción de Pedro Tena,
la suerte de leer a científicos notables, dental se considera a los sentimientos Madrid, Turner-FCE, 2002,
como Rubén Lisker, Ricardo Tapia y religiosos generalmente como carentes Noema, 190 pp.
Horacio Merchant, y hace poco tiempo a de prueba, y las pruebas que han trata-
Ruy Pérez Tamayo y Arnoldo Kraus, en do de buscarse se han considerado como Es normal que una época tan caó-
obras de reciente publicación y de mu- inválidas. El orden jurídico, por su par- tica como la nuestra, sujeta al ver-
chos años de maduración, y conocí la ac- te, está dirigido a todos, creyentes o no tiginoso desarrollo de la ciencia y
tividad pionera y perseverante de Marta creyentes. Para cualquier contenido de la tecnología que parecen no tener
Lamas, todo lo cual puso frente a mis orden jurídico hay que dar razones, pro- límites en ningún campo, exija que
ojos la vitalidad de esta perspectiva libe- porcionar argumentos. Hay que discu- se publiquen libros que apunten a
ral en México; con las diferencias y ma- tir, y no dogmatizar.” una reflexión sobre el orden ético
tices propios de cada una de las indivi- Una consecuencia de lo dicho hasta que regula nuestro desarrollo indi-
dualidades. Si bien en el campo de la fi- aquí es que para un liberal sólo los seres vidual y social. La Guía ética para
losofía no han sido muchas las humanos, a través de sus elecciones in- personas inteligentes, de Mary
contribuciones en el área de la bioética, dividuales, pueden ser susceptibles de Warnock, pertenece a este tipo de
deben destacarse, sin embargo, los tra- una valoración moral. Ni las entidades libros, que tienen como fundamen-
bajos de Juliana González y de Margari- sociales o metafísicas, ni los seres natu- to la filosofía moral, orientada a la
ta Valdés. Pero, sin duda, el punto de in- rales inertes o biológicos, individuales formulación de ideas claras que
flexión en los estudios de bioética en (no desarrollados) o colectivos, son obje- apuestan al análisis de las legisla-
México desde una perspectiva filosófica to de calificación moral. Sacralizar el ca- ciones en torno a temas polémicos
liberal se encuentra en un libro de Mark rácter biológico del ser humano ha con- como el aborto y la eutanasia, o
Platts, notable por su profundidad y cla- ducido a no pocos moralistas a excluir bien el conflicto de la ambigüedad
ridad: Sobre usos y abusos de la moral. todo tipo de intervención humana en los en el caso de los derechos particu-
No me propongo polemizar con el procesos naturales, dando lugar a éticas lares en una sociedad. Y si bien es
conservadurismo a partir de supuestos dogmáticas que inevitablemente termi- ante todo una teoría ética de la es-
que resulten irreconciliables. Creo, más nan confundiendo la moral con la reli- fera de la moral privada, tiene ob-
bien, que en algunas temáticas los pun- gión. Este tipo de ética parece descono- jetivos más altos, que no se que-
tos de acuerdo son mayores de lo que a cer algo por lo demás obvio, a saber, que dan sólo en las fronteras de lo teó-
simple vista pueda parecer. Por eso tra- prácticamente toda la historia de la me- rico; lúcidamente Warnock aclara
taré, hasta donde me sea posible, de ha- dicina puede leerse también como una que la labor de una guía es mos-
cer explícitos esos acuerdos y establecer lucha “contra’ lo natural, no en perjuicio trar cómo se interrelacionan teoría
con claridad los límites cuando la argu- sino en beneficio de los individuos. Que y práctica, de modo que propone
mentación así lo exija. […] esta lucha contra lo natural haya incurri- reflexiones aplicables a los proble-
Es evidente que entre los posibles do en excesos alarmantes en perjuicio de mas morales contemporáneos.
planes de vida de cualquier individuo se las especies animales y del equilibrio
encuentran también aquellos que se sus- ecológico es un hecho indudable y, en
tentan en convicciones religiosas. En la extremo, lamentable. Pero de estos exce- pueda prestar su ayuda en los proble-
medida en que son libremente elegidos sos no puede inferirse legítimamente la mas de la ética médica, debe cerrar el
o ratificados en una etapa de madurez, tesis de que la “naturaleza es intocable” negocio”.
son tan valiosos como cualquier otro y que su defensa se revierta en un per-
plan de vida y su límite es, igualmente, juicio más lamentable al limitar, por Notas
el daño a la autonomía y el bienestar ejemplo, las posibilidades de conoci- 1. Florencia Luna y Arleen Salles, “De-
que pudieran causar a terceros en el mo- miento y salud para el ser humano. […] velando la bioética: sus diferentes pro-
mento de su puesta en práctica. Un libe- Pese a todas las limitaciones volunta- blemas y el papel de la filosofía”.
ral no está reñido con las convicciones rias hechas ante una problemática tan 2. Como es sabido, el filósofo de Kó-
religiosas; él mismo puede tener las pro- amplia, cada uno de los temas seleccio- nigsberg hace la segunda formulación
pias, pero es consciente de que los prin- nados representa un verdadero estímu- del imperativo categórico en los siguien-
cipios religiosos carecen de prueba y son lo y una llamada de atención para la tes términos: “Obra de tal modo que tra-
inmunes al razonamiento. En este senti- imaginación del jurista y de los científi- tes a la humanidad, tanto en tu persona
do, la religión no es una condición nece- cos sociales. Y si es verdad, como se se- como en la persona de cualquier otro,
saria ni suficiente para la moral, y mu- ñaló al principio, que la medicina “ha siempre como un fin al mismo tiempo y
cho menos para el derecho. Por ello, un venido a salvar la vida de la ética” en- nunca solamente como un medio”.
individuo liberal entiende que un orde- tonces “el filósofo de la moral que no 3. Richard Hare, Essays on Bioethics.

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Altruismo: la cuestión intuitiva
 Thomas Nagel

Presentamos aquí un fragmento sis basándose en que los principios psi- hiciera lo que tú estás haciéndole a al-
de La posibilidad del altruismo, que cológicos y sociales a los que ellas ape- guien ahora (la fórmula puede cambiar-
está ya en circulación, dentro de lan no son ni universales ni lo bastante se según el tipo de caso; probablemente
nuestra Serie de Obras de Filosofía, obvios para explicar el alcance de la mo- pueda usarse, si es que funciona, para
obra que presenta una sugerente tivación altruística, y que son evidente- persuadir a la gente a ayudar a otros tan-
exploración de esta conducta mente infieles al fenómeno.1 De cual- to como a evitar lastimarlos). ¿Pero qué
enigmática y a menudo plausible. quier manera, prefiero concentrarme, en se sigue de esto? Si nadie está haciéndo-
cambio, en tratar de proporcionar una telo a ti, ¿cómo puede ser influida tu con-
mejor explicación, mostrando de ese ducta por la admisión hipotética de que,

E
modo que apelar a nuestros intereses o si alguien lo hiciera, a ti no te gustaría?
l problema de cómo es posi- sentimientos para explicar el altruismo Varias hipótesis se postulan. Puede
ble el altruismo, si es que lo es superfluo. Mi réplica general a tales ser que tú temas que tu conducta pre-
es, tiene mucho en común proposiciones es que, sin lugar a dudas, sente tendrá como resultado que al-
con el problema correspon- las personas pueden estar motivadas guien te hará lo mismo a ti; tu conducta
diente referido a la prudencia. Por al- por la benevolencia, la simpatía, el podría acarrear esto, ya sea directamen-
truismo no entiendo el abyecto autosa- amor, el interés propio redirigido y va- te o a través del incentivo de una prácti-
crificio, sino meramente una voluntad rias otras influencias, en algunas de las ca general de alguna clase. Es posible
de actuar en consideración del interés ocasiones en las que procuran el interés que la idea de ti mismo en una posición
de otras personas, sin necesidad de mo- de otros, pero que también hay algo similar a la de tu víctima sea tan vívida
tivos ulteriores. ¿Cómo es posible que más: una motivación disponible cuando y desgraciada que encuentres desagra-
tales consideraciones puedan motivar- ninguna de aquéllas está presente, y que dable seguir persiguiendo al infeliz.
nos? ¿Qué clase de sistema y qué otros incluso opera cuando lo están, que tiene ¿Pero qué pasa si no tienes ni esta creen-
factores adicionales intermedios son ne- auténticamente el rango de una exigen- cia ni este grado de respuesta afectiva?
cesarios para justificar y explicar una cia racional sobre la conducta humana. O alternativamente, ¿por qué tales con-
conducta que tiene por objeto el benefi- Existe, en otras palabras, tal cosa como sideraciones no habrían de motivarte a
cio de otros? […] el puro altruismo (aunque puede ser incrementar tu seguridad contra las re-
El problema en esta etapa no es cómo que no ocurra nunca aislada de todo presalias o a tomar un tranquilizante pa-
puede el interés de otros motivarnos a otro motivo). Es la influencia directa del ra mitigar tu piedad, en lugar de desistir
alguna política específica de conducta interés de una persona sobre las accio- de tu persecución?
altruística, sino cómo puede ese interés nes de otra, simplemente porque en sí Hay algo más que argumentar; no
motivarnos en absoluto. Obviamente, al- mismo el interés del primero proporcio- apela únicamente a las pasiones, sino
guna explicación de tal conducta es ne- na al último una razón para actuar. Si que es un argumento auténtico cuya
cesaria para la mayoría de las teorías éti- puede decirse que algún factor interno conclusión es un juicio. El hecho esencial
cas, puesto que hay pocas que no inclu- adicional interactúa con las circunstan- es que no sólo te desagradaría si algún
yan algunas exigencias de acción cias externas en un caso semejante, no otro te tratara de esa manera; te indigna-
respecto de los otros. Incluso si la con- será un deseo o una inclinación sino la ría. Esto es, pensarías que tu aprieto le
ducta social requerida no incluye un au- estructura representada por el sistema daría a la otra persona una razón para
tosacrificio serio, es casi seguro que se de razones en cuestión. […] terminar o modificar su contribución a
incluirán casos en los que ningún propio él, y que no haciéndolo estaría actuando
interés obvio esté presente, y en los que en contra de razones que están clara-
algún inconveniente o al menos ningún El altruismo racional que defenderé pue- mente a su disposición. En otras pala-
beneficio resulte probable para el agen- de representarse intuitivamente median- bras, el argumento apela a un juicio que
te. Es improbable, por lo tanto, que una te el argumento familiar: “¿Te gustaría tú harías en el caso hipotético, un juicio
defensa del altruismo en términos de in- que alguien te hiciera eso a ti?” Es un ar- que aplica un principio general que es
terés propio sea exitosa. Pero hay otros gumento al que todos somos en alguna pertinente también en el presente caso.
intereses a los que se puede apelar, in- medida susceptibles; pero cómo funcio- No es una cuestión de compasión, sino
cluyendo los sentimientos generales e na, cómo puede ser persuasivo, es asun- simplemente de conectar, con el fin de
indiscriminados de simpatía o benevo- to de controversia. Podemos asumir que ver a qué obligan las propias actitudes.
lencia. la situación en la que es ofrecido es una El reconocimiento de la realidad de
Es posible argüir contra tales hipóte- en la que no te gustaría si otra persona te otra persona y la posibilidad de ponerte

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en su lugar son esenciales. Ves la situa- superfluo; pero puesto que la mayor propio interés, el egoísta no sentirá que
ción presente como un espécimen de un parte de nosotros es, en diversos grados, esto en sí mismo necesite ser de interés
esquema más general, en el que los pa- ciega a la otra gente, es útil que se nos de nadie más. El dolor que le da una ra-
peles pueden estar intercambiados. El pida imaginarnos a nosotros mismos en zón para quitar sus dedos gotosos de
factor crucial introducido en este esque- su lugar, y apelar de este modo a un ele- abajo del talón de otra persona no le da
ma es una actitud que tú tienes hacia tu mento objetivo en el interés que senti- por sí mismo ninguna razón para quitar
propio caso, o más bien un aspecto de la mos por nosotros mismos, y generalizar el talón, puesto que no es su dolor.
visión que extraes de tus propias necesi- a partir de allí. Cualquiera que piense que es un
dades, acciones y deseos. Les atribuyes, Me concentraré, por ende, en los jui- egoísta podría imaginarse a sí mismo en
de hecho, un cierto interés objetivo, y el cios prácticos y evaluativos de cada per- cualquiera de los dos papeles en una si-
reconocimiento de otros como personas sona acerca de sus propias necesidades, tuación semejante. ¿Puede verdadera-
semejantes a ti mismo permite la exten- etcétera; especialmente, la relación entre mente afirmar que el propietario del ta-
sión de este interés objetivo a las necesi- las razones que le dan para actuar por- lón no tiene ninguna razón para apartar-
dades y deseos de las personas en gene- que son sus razones, y las razones que lo de los dedos gotosos? Particularmente
ral o a las de algún individuo particular piensa que proporcionan a los otros pa- si uno es dueño de los dedos, demuestra
cuya situación está siendo considerada. ra actuar, simplemente porque son las una extraña indiferencia no considerar el
Eso es cumplido por el argumento es- necesidades de alguien. Nuestra tarea
quemático. Pero la intuición inicial en tu primaria será descubrir el fundamento
propio caso es lo que debe investigarse. para esta última creencia. A tiempo y
Es importante que las razones por las destiempo.
que tú crees que otros deben considerar
tus intereses no se refieran a ellos espe- La oposición primaria a mi punto de vis- Antología de
cíficamente como tuyos. Esto es, debes ta proviene del egoísmo, una posición ensayos
estar dispuesto a conceder que, si estu- general que corresponde, en esta contro- Adolfo Sánchez Vázquez
vieras en la posición en cuestión, otra versia, a la preferencia por las razones Prólogo de Ramón Xirau, México,
gente tendría como razón para ayudarte fechadas sobre las intemporales en la FCE, 2003, Sección de Obras de
simplemente que alguien necesitaría controversia sobre la prudencia. El Filosofía, 616 pp.
ayuda. De otro modo, no habría forma egoísmo sostiene que las razones de ca-
de concluir de la presencia de tales razo- da individuo para actuar, y las posibles Se cuentan más de 150 ensayos
nes, en la eventualidad de que tú necesi- motivaciones para actuar, deben surgir escritos por Adolfo Sánchez Váz-
taras ayuda, la presencia de razones si- de sus propios intereses y deseos, como quez a lo largo de medio siglo. De
milares para el caso presente, cuando al- quiera que esos intereses puedan ser de- ellos, tenemos 33 en A tiempo y
guien más está en la infortunada finidos. Los intereses de una persona destiempo. Antología de ensayos,
situación y tú estás en posición de ayu- pueden, según este punto de vista, mo- los cuales, obedeciendo al título,
darle. Así que para explicar cómo traba- tivar a otra o proporcionarle una razón pertenecen a momentos diversos,
ja el argumento, debemos descubrir un sólo si están conectados con sus intere- al ayer y a la actualidad; son ensa-
aspecto de tu actitud hacia tus propios ses o son objeto de algún sentimiento yos que van desde el análisis esté-
deseos, necesidades e intereses que te suyo, como la simpatía, la piedad o la tico de la obra de sor Juana, Octa-
permita verlos como dignos de ser con- benevolencia. vio Paz o Diego Rivera, hasta
siderados simplemente como las necesi- Aquellos que ocupan esta posición fi- aquellos en los que la ideología se
dades, deseos e intereses de alguien, an- losófica pueden creer que son, como un impone, y en su mayoría buscan
tes que los tuyos. hecho psicológico, egoístas, pero yo du- explicar, en lo posible, las relacio-
Si semejante actitud existe en reali- do de que exista algún espécimen genui- nes entre la ética y el poder, y entre
dad, entonces la forma del argumento no de la especie. Debe notarse qué pecu- la doctrina política y la utopía. Te-
intuitivo que hemos estado consideran- liar puede ser el egoísmo en la práctica; nemos dos certezas ante Sánchez
do no es realmente esencial —puesto tendría que mostrarse no sólo en la falta Vázquez, las dos en torno a su
que será posible poner esa actitud a de interés directo por los otros sino tam- obra, que está bien representada
cuenta de los deseos, necesidades e inte- bién en una incapacidad para considerar en este libro. Una, la mirada crítica
reses de otra persona directamente—. los intereses propios como intereses de de alguien externo —el académico
Sus intereses son los intereses de alguien alguien más, salvo instrumental o con- que también es exiliado— a los pro-
tanto como lo son los tuyos. De cual- tingentemente, por la operación de al- blemas y acontecimientos del Méxi-
quier modo, el argumento revela, al me- gún sentimiento. Un egoísta que necesi- co de las últimas cinco décadas, en
nos, la conexión entre las actitudes hacia ta ayuda, antes de concluir que alguien sus ámbitos sociales, artísticos e
tu propio caso y hacia otros casos, y nos más tiene razón para asistirlo, debe res- históricos; la otra, que su crítica tie-
permite enfocar nuestro análisis sobre ponder a la pregunta: “¿Y a él qué le im- ne como estructura una teoría que
las actitudes del primer tipo, que son porta?” Está imposibilitado de sentir re- fue polémica y también revolucio-
más vívidas y requieren menos esfuerzo sentimiento, lo que encarna el juicio de naria, y que le ha dado el justo lu-
de la imaginación. Si el propio sentido que otro está dejando de actuar de acuer- gar, como teórico y académico, de
de la realidad de otras personas es ya lo do con razones que uno necesita pro- pilar del marxismo en nuestro país.
bastante vívido, el argumento puede ser veerle. No importa cuán extremo sea su

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dolor simplemente como una cosa mala como la he descrito, y de proveer una in- satisfacción de los deseos básicos se
en sí misma, que cualquiera tiene razón terpretación plausible de la misma, es aproxime a agotar la noción de interés.
para evitar. Es difícil, en otras palabras, deudor para con los anteriores esfuerzos Por otra parte, puede haber valores que
resistirse a la tendencia a objetivar el va- para defender la prudencia. No sólo la no tengan nada en absoluto que ver con
lor negativo que uno asigna al dolor, o le empresa general, sino la forma del pre- los intereses. De hecho, no poseo una
asignaría si lo experimentara, conside- sente principio y del método de inter- teoría general de los valores a ser encar-
rando irrelevante la identidad de su po- pretación serán paralelos a los del caso nada en un catálogo de las razones pri-
seedor. anterior. Específicamente, se argumen- marias, pero tengo la total certeza de
El procedimiento puede ser diferente tará que la condición de objetividad (co- que son lo bastante complicados para
para distintas clases de razones, pero la mo la he de llamar) es la expresión prác- asegurar que, incluso si el resultado for-
idea es la misma: que aceptando metas o tica de una concepción que todo sujeto mal defendido aquí es correcto, lo que
razones yo mismo, asigno valor a ciertas racional, actuante, posee, aunque en es- surgirá de él no es ni utilitarismo ni nin-
circunstancias, no únicamente valor pa- te caso no la concepción de sí mismo co- gún otro sistema moral que sea simple-
ra mí; similarmente, cuando reconozco mo temporalmente extendido. La con- mente altruístico.
que otros tienen razón para actuar se- cepción que subyace al altruismo es la
gún sus propios intereses, éstos deben de uno mismo meramente como una Traducción de Ariel Dilon.
finalmente ser razones no sólo para persona entre otras, y de los otros como
ellos, sino razones objetivas para las me- personas en el sentido completo de la Notas
tas que ellos persiguen o los actos que palabra. Esto es paralelo al elemento 1. Hay una explicación de la que se pue-
realizan. […] central en una concepción de uno mis- de disponer, tal vez, aquí: el punto de
mo como temporalmente extendido: vista de que una conducta considerada
que el presente es sólo un momento en- hacia los otros está motivada por el de-
Intentaré explicar el altruismo, igual que tre otros y que otros momentos son seo de evitar los sentimientos de culpa-
la prudencia, como una exigencia racio- igualmente reales. […] bilidad que pudieran resultar de la con-
nal sobre la acción. Así como se volvió Mi argumento intenta demostrar que ducta egoísta. La culpa no puede pro-
claro en la discusión anterior que la pru- el altruismo (o su principio fundamental) veer la razón básica, porque la culpa es
dencia no es fundamental, sino que se depende de un reconocimiento completo precisamente el doloroso reconocimien-
deduce de la exigencia de que las razo- de la realidad de otras personas. No obs- to de que uno está actuando o ha actua-
nes puedan formularse sin tiempo ver- tante, la concepción central en la inter- do en contra de una razón que las peti-
bal, resultará que el altruismo no es fun- pretación que propongo será una con- ciones, los derechos o los intereses de los
damental, sino que se deduce de algo cepción de uno mismo, y el argumento otros proveen —una razón que debe ser,
más general: un principio formal que descansará en un análisis de cómo esta por lo tanto, reconocida con anteriori-
puede describirse sin mencionar en ab- concepción incide sobre las acciones en dad—. Permítaseme añadir que se pue-
soluto el interés de otros. Ese principio interés propio. Este método es legítimo, de ofrecer un argumento similar contra
será, además, estrechamente análogo al porque el reconocimiento de la realidad la apelación a una simpatía generaliza-
principio formal de intemporalidad, en de los otros depende de una concepción da como base de las motivaciones mora-
el hecho de que negará la posibilidad de de uno mismo, así como el reconocimien- les. La simpatía no es, en general, sólo
restringir a una persona la influencia de- to de la realidad del futuro depende de un sentimiento de disconformidad pro-
ductiva de una razón para la acción, así una concepción del presente.2 ducido por el reconocimiento de la aflic-
como el principio formal que subyace a La forma precisa de altruismo que ción de los otros, que a su vez lo motiva
la prudencia niega la posibilidad de res- deriva de este argumento dependerá de a uno a aliviar su aflicción. Antes bien,
tringir tal influencia deductiva a un mo- un factor ulterior, es decir: la naturaleza es la dolorida conciencia de su aflicción
mento. El principio subyacente al altruis- de las razones primarias para la acción como algo a ser aliviado.
mo exigirá, en otras palabras, que toda que los individuos poseen. Si están liga- 2. De hecho, puesto que el altruismo
razón pueda construirse como expre- das a la prosecución de sus intereses, en es, en un sentido, un principio hipotéti-
sión de valores objetivos antes que sub- algún sentido corriente del término, en- co, que establece lo que uno tiene razón
jetivos. En ambos casos, la pertinente tonces una exigencia normal de altruis- para hacer si lo que uno hace afectará los
condición de las razones es puramente mo será el resultado. Pero si las razones intereses de otros, podría ser aceptado
formal, compatible con una considera- generales con las que comenzamos no incluso por alguien que creyera que no
ble variedad de contenidos de esas razo- están ligadas a metas individuales, el hay otra gente. Sin creer en su existencia
nes que la satisfacen. Por lo tanto, la sistema objetivo resultante puede exigir real, podría aun creer en la realidad de
aceptación de la prudencia o del altruis- la prosecución común de ciertas metas otras personas en el sentido de que po-
mo no sustituye a una teoría general del sin involucrar altruismo en el sentido dría considerarse a sí mismo como un ti-
valor y de los intereses humanos. Tanto usual del término, es decir, preocupa- po de individuo del cual podría haber
la prudencia como el altruismo impo- ción por las necesidades e intereses de otros especímenes tan reales como él. La
nen condiciones a la influencia deducti- otros individuos. fuente de su altruismo hipotético hacia
va de las razones primarias cuyas fuen- No es algo obvio cuáles son nuestros estos posibles seres yacería en la cone-
tes yacen en otra parte. intereses, sin hablar de qué parte juegan xión entre la concepción de sí mismo
El intento de descubrir semejante en las razones que determinan nuestra que le permitiría creer en su posibilidad
exigencia general sobre la conducta tal conducta. Dudo, en primer lugar, que la y sus propios intereses.

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Una biblioteca para ver y preguntar
 José Ezcurdia

Los libros que conforman un contemporáneo puede aspirar a colo- es que éste ha de garantizar que sus títu-
fondo editorial son como las células carse como obstáculo y problema de sí los sean utilizados como marcos de las
que forman un organismo más mismo, para, al remontarse, generar preguntas y del planteamiento de los
complejo. Este texto explora la una imagen propia –una verdad autén- problemas que han de estimular la for-
riqueza conjunta del catálogo tica– que no sea la repetición de las ver- mación de nuestro carácter y nuestro ser
histórico de nuestra casa, donde las dades impuestas –históricas, políticas, nacional?
disquisiciones del filósofo se sociales, estéticas– que nos obnubilan y Aquí, como en cualquier otro ámbito,
revelan más importantes por lo que embrutecen, que nos impiden nombrar es el hombre –nosotros mismos– el res-
preguntan que por la respuesta. La y superar los variados horrores que son ponsable de construir su propio destino.
lectura de cada título es, así, como nuestro andar: ecocidio, racismo, mi- El acervo del Fondo –como cualquier
leer capítulos de una obra mayor. gración forzada, neocolonialismo, ex- sistema simbólico– ha de ser la semilla
plotación, desnutrición, etcétera. Las de una cultura viva –capaz de brindarle
obras filosóficas que ha publicado el fce al hombre su dimensión efectivamente

E
no nos brindan un caudal de datos esté- humana– siempre y cuando el hombre
l catálogo histórico del Fon- riles que resulte inocuo o incluso nocivo mismo haga de éste el espejo para inda-
do de Cultura Económica se para la formación de nuestro carácter, gar e investigar justo su propio rostro y
constituye como una impre- sino el instrumental para forjar una su propio mirar. Los títulos del catálogo
sionante batería de títulos identidad mexicana y latinoamericana del fce han de ser la escala para salir del
que, como dardos, hacen blanco en lo que, dentro del concierto mundial, sea cautiverio que supone la caverna –las
más hondo de nuestra inteligencia, esti- capaz de colocar entre signos de inte- verdades impuestas que nos idiotizan y
mulándola, poniéndola en movimiento, rrogación su forma misma para reorien- esclavizan– siempre y cuando el hombre
allanando el camino para que ésta vea tarla y forjarla con base en un esfuerzo mismo tenga la valentía para preguntar
facilitado el cumplimiento de su voca- de autodeterminación: el catálogo del y cosechar una verdad propia y creativa.
ción como pensar: lejos de aparecer co- Fondo, lejos de dar lugar a la afirmación El Fondo de Cultura Económica nos
mo piezas de museo guardadas en algu- mecánica de un proceso de normaliza- ha brindado los argumentos. Ahora nos
na vieja bodega a las que se les tenga ción y domesticación, es reflejo de la vo- toca a nosotros usar esos argumentos
que sacudir el polvo, los títulos del catá- luntad de construir un genuino proyec- para preguntar y ver, para preguntar so-
logo histórico vibran, bailan, se dan la to civilizatorio; el catálogo aparece así bre nuestra manera de habitar el mundo
mano, planteando problemas sobre como detonante de un proceso creativo y ver la expresión de nuestros ojos, a ve-
nuestro presente, haciendo de éste un que tiene como expresión un México y ces tristes y profundos, a veces cansados
obstáculo que el pensamiento mismo ha una Latinoamérica vivos, autónomos, y y perdidos. El acervo filosófico del fce
de salvar. En esta época nuestra, carac- no la determinación de éstos como una nos brinda los senderos. Sócrates, quien
terizada por la desesperanza, por la masa que, a la manera de la materia pri- hace ya más de dos mil años tenía al ar-
guerra y la mentira, por la sobreinfor- ma, recibe su forma desde una mera ex- te de preguntar como una forma de vi-
mación y la ignorancia, quizá son las terioridad. da, nos dice con qué paso –desde qué
preguntas, más que las propias respues- En este punto cabe preguntar: ¿nece- ángulo de visión, con qué temple– ha-
tas o las verdades asumidas de manera sariamente ese Catálogo manifiesta el bremos de recorrerlos: “Conócete a ti
pasiva, el acicate por el que el pensa- esfuerzo por guiar la construcción de la mismo”.
miento mismo –y con éste el conjunto cultura mexicana y latinoamericana? ¿El Una biblioteca bien pertrechada, co-
de la cultura– ha de cumplir su función catálogo histórico del Fondo, por la in- mo la que ofrece el Fondo, no aspira a
vital: invitar al hombre a ganarse como mensa cantidad de autores que contie- imponer una verdad preestablecida, si-
hombre, invitar al hombre a hacer el es- ne, por la multiplicidad de dominios del no —a tiro de flechas— a generar el es-
fuerzo de dar el fruto de una humani- saber que abarca, ha de dejar de ser, por pacio virgen para que cada hombre, de
dad dueña de sí. sí mismo, como decíamos, una bodega cada época, pregunte y se conozca a sí
El Fondo de Cultura Económica ha abandonada y empolvada, la tumba mismo y, como una obra de arte, cree
cultivado durante los últimos 70 años donde descansan ciegas y olvidadas las justo su propio carácter y sea un hombre
un riquísimo acervo que de la economía obras que han de iluminar nuestro deve- libre, es decir, tenga el coraje para pen-
a la sociología, de la filosofía al arte, de nir como nación y como cultura? En sar y nombrar su mundo, dando a luz
la historia a las matemáticas, ha sentado otros términos: ¿dónde radica el carácter así, precisamente, su propia humani-
los cuadros por los cuales el México vital del fondo editorial del fce? ¿Cómo dad.

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Algunas recomendaciones de nuestro fondo editorial
sobre educación y pedagogía, para el inminente regreso a clases

La formación integral del alumno: Memoria y éxito escolar


qué es y cómo propiciarla Alain Lieury
Carlos Zarzar Charur Buenos Aires, FCE, 2000,
México, FCE, 2003, Popular, 250 pp.
Educación y Pedagogía, 414 pp.
Las complejas relaciones entre el aprendizaje y la
¿Por qué los alumnos de diversos niveles, y espe- memoria ocupan hoy un lugar fundamental en las
cialmente de bachillerato, no obtienen una forma- investigaciones sobre educación y el planeamien-
ción adecuada? A partir de este cuestionamiento, to escolar. Este libro se detiene en esta preocupa-
el autor analiza el significado del concepto forma- ción y la avala como legítima. Apoyándose en nu-
ción entre los maestros de nivel superior. La inves- merosas investigaciones experimentales y, espe-
tigación arroja resultados preocupantes: los recur- cialmente, en trabajos consagrados a los
sos humanos, materiales y financieros de las ins- programas escolares de alumnos entre 10 y 13
tituciones educativas no están dirigidos a la años, nos llama la atención sobre la estrecha rela-
formación del alumno. El rigor de las encuestas y ción entre el fracaso o el éxito escolar y el uso efi-
la metodología empleada por el profesor Zarzar caz de la memoria.
Charur a lo largo de su trabajo (efectuado en una
zona del estado de Coahuila) parecen confirmar Evaluación académica
una situación que se percibe de forma similar en Teresa Pacheco Méndez
muchas regiones de la república: el descenso de y Ángel Díaz Barriga
los niveles educativos y el predominio de la infor- México, FCE, 2000,
mación sobre lo que debería ser el elemento sus- Educación y Pedagogía, 155 pp.
tancial de la misión docente: la formación.
El libro pretende identificar algunos de los espa-
Así se escribe una monografía cios de influencia más significativos en función de
Jean-Pierre Fragniére los cuales la práctica de la evaluación académica
Buenos Aires, FCE, 1996, Popular, 176 pp. cobra vigencia, actualidad y relevancia en el con-
texto de la educación superior mexicana. En el
Este libro da respuestas sencillas y concretas a texto se indica que en México las prácticas de eva-
los problemas básicos de la escritura: cómo elegir luación han adquirido rasgos particulares debido a
el tema, cómo verificar si es el adecuado, cuáles la relación que tienen, por un lado, con las estruc-
son las etapas para la realización de una mono- turas y formas de organización institucionales y,
grafía, cuál es la extensión que debe dársele. Una por otro, con las modalidades propias del poder
obra que orienta y ayuda al estudiante y al profe- político detentadas tradicionalmente por las ins-
sional que saben que la expresión escrita es la tancias del gobierno.
principal herramienta para el éxito en los estudios
y en la vida profesional. Una introducción al uso
de la historia oral en el aula
La memoria del alumno Dora Schwarzstein
en 50 preguntas Buenos Aires, FCE, 2001,
Alain Lieury Educación y Pedagogía, 108 pp.
Buenos Aires, FCE, 2000, Popular, 187 pp.
Dada la necesidad de una renovación teórico-me-
Alain Lieury nos ofrece un recorrido apasionante todológica de la enseñanza de la historia, Dora
que incluye los últimos avances sobre la memoria Schwarzstein propone el uso de la historia oral. El
aplicada al aprendizaje y desafía varias de las descubrimiento de los testimonios orales como
ideas preconcebidas más usuales. Rigurosamente fuentes fundamentales de la reconstrucción histó-
científico, pero al mismo tiempo lúdico y a menu- rica ha permitido lograr un conocimiento preciso
do humorístico, este libro ofrece las claves para de la historia y la sociedad en la que nos desen-
una buena memoria y originales recursos para volvemos y modificar una práctica científica desli-
ejercitarla, e insiste en el importante papel que és- gada de su entorno y de los sujetos sociales con
ta desempeña en el aprendizaje escolar. que interactúa, entre otras ventajas.

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