You are on page 1of 12

CIUDADANÍA

Y SEXUALIDAD
EN LA CIUDAD
DE BUENOS AIRES nomadas@ucentral.edu.co • PÁGS.:118-128

Aluminé Moreno*
Este artículo presenta algunas críticas a la concepción liberal de ciudadanía, basadas en la literatura sobre ciudada-
nía sexual y ciudadanía íntima. Estas nuevas aproximaciones a la ciudadanía resultan útiles para examinar algunos
momentos de la relación entre el Estado local y el activismo sociosexual. En particular, se analizan algunas consecuen-
cias de la Ley de Unión Civil y de la reforma del Código Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires.
Palabras clave: ciudadanía, sexualidad, género, activismo sociosexual, políticas públicas, división público/privado.

Este artigo apresenta algumas críticas à concepção liberal de cidadania, baseadas na literatura sobre cidadania
sexual e cidadania íntima. Estas novas aproximações à cidadania são úteis para examinar alguns momentos da relação
entre o Estado local e o ativismo sócio-sexual. Em particular, são analisadas algumas conseqüências da Lei da União
Civil e da reforma do Código de Contravenções da Cidade de Buenos Aires.
Palavras-chaves: cidadania, sexualidade, gênero, ativismo sócio-sexual, políticas públicas, divisão público/privado.

This article presents some criticisms to the liberal conception of citizenship, drawing on the literature on sexual
citizenship and intimate citizenship. These new approaches to citizenship are useful to examine some moments of the
relation between the local State and the sociosexual activism. Particularly, some consequences of the Law of Civil Union
and of the Misdemeanours Code reform are analysed.
Key words: citizenship, sexuality, gender, sociosexual activism, public policies, public/private divide.

ORIGINAL RECIBIDO: 18-XI-2005 – ACEPTADO: 31-I-2006

* Licenciada en Ciencia Política, Universidad de Buenos Aires; MSc in Gender and


Social Policy, London School of Economics and Political Science; investigadora del
Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género, Universidad de Buenos Aires. E-
mail: malu@icatel.net

118 N ÓMADAS NO. 24. ABRIL 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA


Introducción presentaremos algunos comentarios Cabe destacar que no se consi-
críticos a la formulación tradicio- dera que las condiciones de vida de
Este trabajo se ocupa de algu- nal de este concepto desarrollados los colectivos mencionados sean
nas críticas recientes a la noción de por autores/as que han trabajado las homogéneas. Por un lado, una
ciudadanía liberal, que señalan la in- nociones de ciudadanía sexual y ciu- jerarquía de valores ordena las
cidencia de jerarquías basadas en la dadanía íntima4, señalando posibles prácticas sexuales en una escala ba-
sexualidad, en las posibilidades de aplicaciones de estas elaboraciones sada en criterios tales como “lo nor-
ejercicio de derechos por parte de teóricas a algunos momentos de la mal”, “lo bueno” y “lo natural”
diferentes sujetos. En particular, nos relación entre el Estado local y el (Rubin, 1992: 13). Esto incide en
detendremos en la situa- las posiciones relativas de
ción actual de los colec- distintos grupos de di-
tivos integrados por Gays, sidentes sexuales5, porque
Lesbianas, Travestis, Tran- diferentes c o m p o r t a -
sexuales, Transgéneros, m i e n t o s sexuales son
Bisexuales e Intersexua- valorados o sancionados
les 1 en el contexto de la de diversas maneras. Por
Ciudad de Buenos Aires. otra parte, el género cons-
Desde el retorno a la de- tituye un vector de opre-
mocracia el balance entre sión que atraviesa otras
derechos y obligaciones y formas de desigualdad
la frontera entre los/as in- social e incide sobre los
cluidos/as y los/as exclui- efectos de la estratifica-
dos/as se convirtieron en ción basada en la sexua-
objeto de controversia lidad. La estratificación
académica y política en sexual (Rubin, 1992: 18)
Argentina. En el marco de y el sistema de géneros
estas discusiones, tanto los pueden ser separados
aportes teóricos como las analíticamente aunque se
intervenciones políticas consideran interdepen-
del feminismo y de los dientes. El género incide
movimientos sociosexua- sobre las jerarquías sexua-
les2 abrieron caminos para les y “el sistema sexual
la reapropiación del dis- tiene manifestaciones es-
curso de la ciudadanía por pecíficas de género. Pero,
parte de sujetos oprimidos aunque el sexo y el géne-
fundamentalmente en ra- ro están relacionados, no
zón de identidad de géne- son lo mismo y forman las
ro y de orientación sexual. bases de dos arenas dis-
tintas de práctica social”
El concepto de ciuda- (Rubin, 1992: 33). Asi-
danía ha sido objeto de “Paternar es posible”. Foto Javier Ómar Ruiz. mismo, resulta impres-
múltiples debates dentro cindible la distinción de
del pensamiento político occiden- activismo sociosexual. Considera- las situaciones grupales atendien-
tal. La definición clásica refiere a mos que los conceptos ciudadanía do a la intersección entre la iden-
las características que hacen a un sexual y ciudadanía íntima nos pro- tidad de género y la orientación
individuo 3 miembro de la comuni- porcionarán algunas claves para sexual y la etnia, la nacionalidad,
dad política y a la naturaleza de la comprender diferentes respuestas la religión, la clase social, la edad,
relación de los/as ciudadanos/as estatales a las reivindicaciones de la (dis) capacidad, entre otros
entre sí. En los próximos párrafos los sujetos GLTTTBI. mecanismos de subordinación que

ESCOBAR
M ORENO,C.,
A.:M.R.;
CIUDADANÍA
MENDOZA R., N.C. JÓVENES
Y SEXUALIDAD EN LA CIUDAD DE BUENOS: A
CONTEMPORÁNEOS ENTRE
IRES LA HETEROGENEIDAD Y LAS DESIGUALDADES N ÓMADAS 119
operan en contextos socio-histó- ñalado que la definición liberal de sociosexual es activa en otros cen-
ricos particulares. ciudadanía universaliza las caracte- tros urbanos del país. Las interven-
rísticas de un sujeto heterosexual ciones mencionadas se enmarcan
Como se ha mencionado, este masculino que provoca tensiones temporal y regionalmente en los pro-
trabajo aborda la situación de co- en el momento de diseñar e imple- cesos de divulgación de discursos
lectivos integrados por gays, les- mentar políticas públicas que acerca de la epidemia mundial de
bianas, travestis, transexuales, atienden necesidades de diversos SIDA y de conformación de redes
transgéneros, bisexuales e inter- grupos interesados en impugnar las internacionales de activistas en la
sexuales, partiendo del reconoci- categorías sexuales y genéricas temática, consolidadas desde fines
miento de la complejidad de las hegemónicas 7. de la década del ochenta (Pecheny,
relaciones de subordinación que 2001 y 2003). Estos procesos contri-
afectan a estos sujetos. El objeto de La discusión propuesta en este buyeron al ingreso en la agenda
los siguientes párrafos está constitui- trabajo se ordena en cuatro seccio- gubernamental de algunas reivin-
do por ciertas contiendas referidas a nes. La primera sección se ocupa de dicaciones que construyen a los su-
la institucionalización de presuncio- la movilización del activismo jetos GLTTTBI como grupos sociales
nes acerca de la heterosexualidad y GLTTTBI en la Ciudad de Buenos con necesidades diferenciadas –aun-
de la binariedad de las identidades Aires en las dos últimas décadas. La que no necesariamente se hayan
de género de los/as ciudadanos/as. segunda sección se concentra en la atendido sus demandas– y favorecie-
Los desafíos en cuestión se han for- noción de ciudadanía como conjun- ron la circulación de recursos eco-
mulado fundamentalmente a través to de derechos y analiza el recono- nómicos y culturales que sentaron
de las intervenciones de organizacio- cimiento legal de las uniones entre las bases de la articulación de recla-
nes integradas por gays, lesbianas, personas del mismo sexo. El siguien- mos sectoriales en el ámbito local.
te apartado se dedica a los aborda-
travestis, transexuales, transgéneros,
jes de la ciudadanía como práctica
bisexuales e intersexuales. Estos su- Existen diferencias entre sujetos
y como frontera entre grupos socia-
jetos se han posicionado como en lo referente al reconocimiento
les y se tratan las regulaciones esta-
interlocutores/as del Estado y se han tales sobre el uso del espacio estatal y social de sus derechos y a
reconocido mutuamente como ac- público que han afectado especial- las posibilidades de obtención de
tores interesados, –a través de la mente a los/as disidentes sexuales. recursos. Las oportunidades de in-
constitución de coaliciones o del en- Por último, las notas finales refie- tervención política disponibles para
frentamiento por la definición de ren a algunas posibilidades y limi- distintos grupos de disidentes
problemas sociales, prioridades y taciones de las reivindicaciones sexuales se vinculan con las rela-
soluciones propuestas–6. basadas en el reclamo de derechos ciones de subordinación que los
de ciudadanía. involucran, con las dinámicas de la
Respecto de la reflexión sobre política sociosexual y con la coyun-
la especificidad de las reivindica- tura política nacional e internacio-
ciones formuladas por estos colec- Activismo sociosexual nal. La agenda de demandas se
tivos, Rostagnol (2004: 35) señala en la Ciudad de Buenos estructuró durante los ochenta en
que “la existencia de grupos acti- Aires torno a la lucha contra la discrimi-
vistas sociosexuales significa que nación de homosexuales –aunque
una determinada práctica en algu- A partir de la caída de la última la visibilidad de estas últimas como
nos casos, y una determinada for- dictadura, la Argentina vivió un pro- grupo ha sido hasta ahora escasa–.
ma de estar en el mundo, en otros, ceso de creciente intervención en el Hacia principios de los noventa la
deviene para ellos un hecho políti- espacio público de distintos colec- movilización se concentró alrede-
co (...) los grupos de activistas tivos integrados por gays, lesbianas, dor de reclamos más amplios sobre
sociosexuales se definen por una travestis, transexuales, transgéneros, derechos humanos y campañas re-
existencia y una práctica política”. bisexuales e intersexuales. Esta mo- feridas a la epidemia del SIDA
El concepto de ciudadanía resulta vilización se concentró especialmen- (Pecheny, 2003: 261). La represión
crucial para pensar estas cuestio- te en la Ciudad de Buenos Aires, policial y los problemas de docu-
nes. Distintos/as autores/as han se- aunque en la actualidad la política mentación que enfrentan travestis,

120 N ÓMADAS NO. 24. ABRIL 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA


transexuales y transgéneros se han tima década, incidió en la inclusión responsabilidades vinculados con la
convertido en objeto de reclamo a de una serie de reivindicaciones pertenencia a una comunidad po-
raíz de la agitación de estos suje- sociosexuales en la agenda de algu- lítica. El modelo liberal de ciuda-
tos. Los asuntos vinculados con la nas organizaciones de defensa de danía construye la membresía como
situación de bisexuales e inter- derechos humanos y de algunos par- una titularidad que el Estado otorga
sexuales no han recibido atención tidos políticos de izquierda. al individuo. La definición más in-
pública hasta el momento8. fluyente de esta tradición ha sido
Según las categorías utilizadas elaborada por T.H. Marshall (1950),
Los/as activistas GLTTTBI se por los/as propios/as participan- quien se concentra en el carácter
incorporaron al debate político lo- tes 13, el activismo sociosexual lo- de los derechos a través de los cua-
cal y nacional a través de la parti- cal se encuentra atravesado por les se alcanza el status de ciudada-
cipación en diferentes espacios con tensiones vinculadas con la utili- no/a. Este autor propone una
distintos grados de instituciona- zación de distintas modalidades de formulación tripartita de estos de-
lización9. El nivel de visibilidad ad- intervención pública. Los diferen- rechos: civiles (libertades de la per-
quirido posee efectos ambivalentes tes modos de participación políti- sona, libertad de pensamiento y
para las condiciones de vida de es- ca son definidos por los/as activistas culto, derecho a poseer propiedad
tos sujetos. Por un lado, aunque se consultados/as como a) asimila- y acordar contratos válidos y dere-
ha liberalizado el discurso social cionistas –en referencia a las de- cho a la justicia); políticos (dere-
acerca de la disidencia sexual en la mandas restringidas a la igualdad cho a participar en el ejercicio del
última década (Pecheny, 2001: 9), ante la ley–; b) políticas de la iden- poder político) y sociales (derecho
los grupos sociales en mención son tidad 14 –señalada en las ocasiones a la seguridad y al bienestar econó-
afectados por relaciones estructura- en que se movilizan reclamos fun- mico). La condición de ciudadano/
les de opresión –limitando su acce- dados en la suposición de una serie a requiere la adquisición de estos
so a recursos valorados socialmente de intereses grupales compartidos tres tipos de derechos15.
a través de la discriminación de la por distintas categorías sexuales– y
vida social, política y económica, c) políticas de resistencia, que pro- El goce efectivo de los derechos
mediada por la acción o la omisión ponen la transversalización de las incluidos en la definición liberal de
estatal– y con frecuencia objeto de luchas de diversos colectivos opri- ciudadanía no es asequible para
represión por parte de las fuerzas de midos, cuestionan la idea de iden- todos/as los/as integrantes de la co-
seguridad pública. Al mismo tiem- tidades estables y promueven las munidad política, existen diferen-
po, algunos de estos sujetos han sido coaliciones políticas coyunturales. tes posibilidades entre miembros de
identificados como destinatarios/as En este contexto, los reclamos que grupos privilegiados y de grupos
de políticas de reconocimiento ais- más atención han recibido por par- oprimidos. Los debates sobre la ciu-
ladas10. La incorporación de los tra- te de las instituciones locales y los dadanía feminista han criticado los
tados internacionales suscriptos por medios de comunicación, son modelos tradicionales de ciudada-
el país a la Constitución Nacio- aquellos basados en la reivindica- nía a partir del análisis de los sesgos
nal 11 en el año 1994, promovió la ción de la igualdad ante la ley, pro- de género presentes en los proce-
institucionalización del discurso de bablemente porque son los más sos de ciudadanización en Occiden-
los derechos humanos. Asimismo, fáciles de acoger en la agenda de te, señalando que el pensamiento
la Constitución de la Ciudad Au- la democracia liberal. binario subyacente produce rela-
tónoma de Buenos Aires posibilitó ciones de subordinación, domina-
condiciones legales inéditas respec- La ciudadanía como ción y jerarquía (Lister, 1997: 92).
to de la protección formal contra derechos: el Asimismo, el feminismo ha critica-
la discriminación basada en género reconocimiento legal do el principio de universalidad,
u orientación sexual12. La mencio- de las uniones civiles porque ha servido para velar la ex-
nada normativa proveyó a estos co- clusión de las mujeres y otros gru-
lectivos herramientas para plantear Teóricamente, la ciudadanía ha pos subordinados de la esfera
sus demandas. Por otra parte, la pre- sido concebida como un status que pública. El liberalismo intenta tras-
sión de tal activismo durante la úl- implica un conjunto de derechos y cender el sexo, la clase social, la

ESCOBAR
M ORENO,C.,
A.:M.R.;
CIUDADANÍA
MENDOZA R., N.C. JÓVENES
Y SEXUALIDAD EN LA CIUDAD DE BUENOS: A
CONTEMPORÁNEOS ENTRE
IRES LA HETEROGENEIDAD Y LAS DESIGUALDADES N ÓMADAS 121
edad, la (dis)capacidad, la etnici- acceso y las expectativas sobre neutral en términos de las inequi-
dad y la sexualidad posicionando a prácticas pertinentes a la ciudada- dades entre los diversos grupos so-
todos los individuos como iguales nía están atravesados por supues- ciales, sino un espacio de disputas
en tanto ciudadanas/os, más allá de tos acerca de la sexualidad de los acerca de la definición de necesi-
sus afiliaciones particulares (Young, miembros de la comunidad políti- dades sociales prioritarias y la dis-
1990: 97; Maffía, 2003: 8), pero ca (Bell y Binnie, 2000; Richard- tribución de recursos para articular
este mecanismo reproduce jerar- son, 2000; Maffía, 2001). Este medidas que atiendan diferentes
quías entre grupos sociales y entre planteamiento desafía la idea de cuestiones públicamente discutidas.
individuos. Respecto de las relacio- que los/as ciudadanos/as sexuales Las instituciones estatales están
nes de opresión vinculadas con la son sólo aquellos/as que eligen mo- comprometidas de diferentes mane-
sexualidad, se han elaborado análi- vilizarse alrededor de demandas ras con la promoción de la heterose-
sis acerca de la heteronormatividad específicas referidas a derechos xualidad (Duggan, 1998: 569) y
encarnada en las legislaciones que sexuales y enfatiza la incidencia de con la reproducción de un orden
establecen las condiciones para ejer- mecanismos sociales y políticos de géneros (Fraser, 2000: 55).
cer la titularidad de derechos en las por los que distintas cuestiones
democracias liberales (Richardson, vinculadas con la sexualidad con- En Argentina las relaciones
2000; Bell y Binnie, 2000; Viturro, dicionan el ejercicio de derechos sexuales entre personas adultas del
2004; Plummer, 2003). Estos abor- por parte de todos los sujetos. La mismo sexo no están proscriptas
dajes advierten la exigencia de la primer denuncia que se articula por la ley. Desde el punto de vista
conformación con normas hetero- desde la noción de ciudadanía legal se considera que las cuestio-
sexuales en términos de prácticas, sexual es que dentro del modelo nes vinculadas con la sexualidad
identidades y cuerpos sexuados para tradicional de ciudadanía como un están protegidas por el derecho a
acceder al tratamiento propio de la conjunto de derechos civiles, po- la intimidad de los individuos (Pe-
ciudadanía. líticos y sociales, los/as disidentes cheny, 2003: 257). Este abordaje
sexuales son ciudadanos/as parcia- ha sido señalado como problemá-
La crítica que formulan los/as les, en tanto las garantías para el tico porque se reconocen ciertos
teóricos que trabajan con la noción acceso a los derechos sólo son efec- derechos sexuales en la medida en
de ciudadanía sexual parte del ar- tivas para los grupos privilegiados que se ejerzan en el ámbito priva-
gumento de que (Richardson, 2000: 75). do y se eludan las expresiones pú-
blicas de la sexualidad (Pecheny,
los reclamos de status de ciuda- En la ciudad de Buenos Aires 2001: 6; Bell y Binnie, 2000: 5).
danía, al menos en Occidente, no se han elaborado políticas El ejercicio de la tolerancia carac-
están estrechamente asociados públicas que consideren a las per- teriza la actitud social y política
con la institucionalización del sonas no heterosexuales como prin- prevaleciente en los últimos años
privilegio heterosexual y mascu- cipales beneficiarias, a excepción hacia los/as disidentes sexuales. Al
lino (...) dentro de los discursos de la Ley de Unión Civil que se respecto, es necesario advertir las
sobre los derechos de los/as ciu- analizará más adelante. Este es un limitadas posibilidades de partici-
dadanos/as y el principio de ciu- hecho relevante, ya que el ejerci- pación en el espacio compartido
dadanía universal el ciudadano cio de los derechos de ciudadanía, de la ciudadanía disponibles para
normal ha sido construido prin- especialmente en el caso de los de- los grupos sociales que son objeto
cipalmente como masculino y rechos sociales, está relacionado de este tratamiento: “Si la toleran-
heterosexual, aunque esto último con la disponibilidad de recursos cia implica el respeto a la libertad
ha sido mucho menos reconoci- materiales y simbólicos que el Es- del otro, de sus maneras de pensar
do o discutido en la literatura tado provee a través de las políti- y de vivir, ella significa al mismo
(Richardson, 2000: 75). cas públicas con el fin de incidir tiempo admitir la presencia del
sobre procesos económicos, socia- otro a regañadientes, la necesidad
Algunos argumentos señalan les o políticos que generan desigual- de soportarlo o simplemente dejar-
que toda ciudadanía es ciudadanía dades. Al respecto, es oportuno lo subsistir. La tolerancia no equi-
sexual, en cuanto los requisitos de señalar que el Estado no es un sitio vale pues a la plena aceptación ni

122 N ÓMADAS NO. 24. ABRIL 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA


al reconocimiento social” (Peche- que las posibilidades individuales y fieren al registro de la unión civil,
ny, 2001: 6). colectivas de modificar situaciones licencias laborales por enfermedad
opresivas a través de intervencio- o deceso de alguno/a de los/as inte-
La ciudadanía parcial a la que nes públicas se encuentran condi- grantes de la unión civil y el dere-
pueden acceder los/as disidentes cionadas por vínculos usualmente cho a compartir el seguro de salud.
sexuales en la ciudad de Buenos Ai- definidos como privados –tales las La sanción de esta ley fue saludada
res se basa en las políticas de la relaciones económicas– o íntimos como una victoria del activismo
tolerancia y la asimilación. Se re- –por ejemplo, las relaciones fami- “disidente” ya aludido. Aunque se
conoce a los sujetos GLTTTBI liares, eróticas y afectivas–. El ám- reconoce que la norma establece
como miembros de la comunidad bito privado también ha sido derechos acotados, se ha señalado
en tanto permanezcan dentro de marcado como un espacio hetero- repetidamente que abre posibilida-
“las fronteras de la tolerancia, cu- sexual en las sociedades occiden- des para la elaboración de nueva
yos bordes son mantenidos median- tales. Al respecto, Richardson legislación en el espacio local y
te la división heterosexista público/ señala que “no sólo lo público pue- nacional17. Asimismo, se ha seña-
privado” (Richardson, 2000: 77). de ser entendido como caracteriza- lado que la Ley de Unión Civil lo-
Tanto la noción de ciudadanía sexual do por normas heterosexuales, así cal podría promover cambios
como la de ciudadanía íntima discu- también puede caracterizarse lo pri- culturales referidos a la no discri-
ten la supuesta neutralidad del fun- vado en tanto es tradicionalmente minación e integración de personas
cionamiento de la división entre la asociado con lo doméstico y la vida GLTTTBI.
esfera pública y la esfera privada. familiar (heterosexual)” (Richard-
En general, los/as teóricos/as libe- son, 2000: 33). Al mismo tiempo, este recono-
rales han naturalizado esta división cimiento también implica algunos
y no se han ocupado de las co- La Ley de Unión Civil de Bue- riesgos. En primer lugar, si esta le-
nexiones entre estos espacios. En nos Aires resulta un caso interesan- gislación no va acompañada de
consecuencia, se ha desconocido la te para reflexionar sobre algunas de medidas que aseguren la ciudadanía
incidencia de la separación de ám- las formas en que el Estado partici- sexual disidente en el espacio pú-
bitos sobre las relaciones de subor- pa en la promoción de la hetero- blico, puede actuar como una estra-
dinación que involucran a diversos sexualidad. A raíz de una intensa tegia de fortalecimiento del lugar de
sujetos. Es decir, las formas en que movilización de organizaciones “la familia como el sitio privado de
la construcción de una frontera en- GLTTTBI en dicha ciudad, se san- la ciudadanía (...) como si la retira-
tre lo público y lo privado intensi- cionó una ley que reglamenta un da dentro del espacio familiar fuera
fica o mitiga la opresión de distintos registro de las uniones conformadas una estrategia necesaria para recla-
grupos y las maneras en que el Es- por dos personas con independen- mar el estatus de ciudadano/a –algo
tado participa en la reproducción cia de su sexo u orientación sexual que cierra formas de vivir y amar que
o transformación de estos procesos. en diciembre del año 2002 16 . Los no corresponden con el modelo de
derechos que se derivan de esta la familia–” (Bell y Binnie, 2000: 5).
El espacio que se conoce usual- norma son muy limitados. En pri- Por otra parte, es necesario dar cuen-
mente como vida privada está mer lugar, se trata de legislación ta de que las posibilidades materiales
estructurado, entre otros mecanis- local que no puede contradecir a de constituir una unidad doméstica
mos, a través de leyes y políticas las leyes nacionales que regulan el no se encuentran distribuidas equi-
que codifican valores dominantes. derecho de familia y no contemplan tativamente entre los/as integrantes
El concepto de ciudadanía íntima las uniones entre personas del mis- de los colectivos de disidencia se-
resulta provechoso para referirse a mo sexo. En segundo lugar sólo xual. Al respecto, algunos/as entre-
“todas aquellas áreas de la vida que obliga al Gobierno de la ciudad de vistados/as han señalado la brecha
parecen ser personales pero están Buenos Aires como empleador, ya salarial entre hombres y mujeres y
en efecto conectadas a, estructu- que las empresas y entes naciona- la marginación de travestis, tran-
radas por o reguladas a través de la les están sujetos a la normativa sexuales y transgéneros del merca-
esfera pública” (Plummer, 2003: nacional. Los derechos que efecti- do laboral formal como obstáculos
70). Este concepto también señala vamente pueden reclamarse se re- relevantes para la constitución de

ESCOBAR
M ORENO,C.,
A.:M.R.;
CIUDADANÍA
MENDOZA R., N.C. JÓVENES
Y SEXUALIDAD EN LA CIUDAD DE BUENOS: A
CONTEMPORÁNEOS ENTRE
IRES LA HETEROGENEIDAD Y LAS DESIGUALDADES N ÓMADAS 123
unidades domésticas sustentables. tas que se articulan en cada caso y do de un baile público o en su de-
Los tres últimos, tienen además in- que afectan a distintos grupos. Al- fecto al dueño o encargado del lo-
convenientes con la documenta- gunos/as autores/as entienden la cal, que permitiera el baile en pareja
ción, lo que no se ha considerado ciudadanía no sólo como un con- del sexo masculino”20. Los edictos
en la elaboración de la ley. junto de obligaciones y garantías mencionados funcionaron como
asignadas a los individuos en vir- herramientas de persecución de di-
El reconocimiento legal de las tud de ser miembros de un Estado, sidentes sexuales. Modarelli (2004:
uniones entre personas del mismo sino también como una variedad 275) observa que “ante todo, los
sexo de la manera en que se ha esta- de prácticas culturales, simbólicas edictos servían para generar en las
blecido en la ciudad de Buenos y económicas “a través de las cua- distintas jurisdicciones de policía
Aires, pone en evidencia la heterose- les los individuos y los grupos for- ganancias extra-legales mediante el
xualización tanto del espacio públi- mulan y reclaman nuevos derechos control de las zonas de deriva ho-
co como del privado. Esta norma o luchan para expandir o mante- mosexual y travesti, de prostitución
ordena jerárquicamente las relacio- ner los existentes” (Isin y Wood, o de juego no oficial”. Hacia fines
nes de conyugalidad a través de una 1999: 4). Este tipo de formulación de la década del ochenta las prác-
atribución de derechos diferencia- permite un mejor abordaje de los ticas de detención masiva por par-
les para los miembros de parejas con- aspectos dinámicos de las disputas te de la policía en los lugares
formadas por personas del mismo sobre la ciudadanía que protago- frecuentados por gays y lesbianas
sexo. Implícitamente se consagra al nizan diferentes colectivos y reco- fueron abandonadas, “los viejos
modelo de familia heterosexual de noce la existencia de grupos edictos habían modificado el obje-
clase media como el patrón, ya que sociales que pugnan por transfor- tivo gay-lésbico y concentraban su
los arreglos de convivencia alterna- mar los términos mismos de las caza en las personas travestis”
tivos no reciben igual protección. versiones dominantes de la ciuda- (Modarelli, 2004: 275).
Este sesgo posee variados efectos danía, tal es el caso del activismo
tanto sobre la vida pública como GLTTTBI en Buenos Aires. Tradi- El Código Contravencional de
sobre el espacio íntimo de los/as ciu- cionalmente, una de las preocu- la Ciudad de Buenos Aires –regla-
dadanos/as. Las reivindicaciones paciones del Estado ha sido la mentación que reemplazó a los
basadas en reclamos de derechos en- regulación de identidades y prác- edictos mencionados– contempla
cuentran su límite cuando el reco- ticas en el espacio público. Éste es la oferta y demanda de sexo en la
nocimiento parcial reproduce la un asunto disputado por un sector vía pública como una falta y es uti-
desigualdad y refuerza la clasificación del activismo sociosexual local que lizado rutinariamente para la per-
jerárquica de prácticas y sujetos. señala que las expresiones de afec- secución policial y judicial de
to, amistad y deseo heterosexual travestis, transexuales y trans-
son las únicas consideradas acep- géneros 21 . Cabe destacar que la
La ciudadanía como tables en el ámbito público. primera versión de esta normativa
frontera: el Código no establecía medida alguna acer-
Contravencional Hasta el año 1996 los Edictos ca de la prostitución, lo que gene-
Policiales –un conjunto de normas ró un acalorado debate público en
La modalidad heteronorma- elaborado por la autoridad policial el año 1998. En esa ocasión, la
tiva de ciudadanía sexual implíci- que fueron derogados como conse- Legislatura de la Ciudad Autóno-
ta en las formulaciones legales y cuencia del proceso de autono- ma de Buenos Aires cedió a las
políticas dominantes se contrapo- mización de la ciudad de Buenos presiones de grupos de vecinos/as,
ne a una variedad de formas de Aires 18 – punían a “los que se autoridades policiales nacionales y
ciudadanía sexual disidente. Dife- exhibieren en la vía pública con medios de comunicación, elabo-
rentes identidades y prácticas con- ropas del sexo contrario”, a “las rando una norma que reglamenta
figuran distintos desafíos a la personas de uno u otro sexo que el ofrecimiento y/o la solicitud de
ciudadanía de las maneras en que públicamente incitaren o se ofre- sexo en la vía pública en el con-
la promueve el Estado, y esta di- ciesen al acto carnal”19 y castigaban texto de un país tradicionalmente
versidad se refleja en las respues- “al director, empresario o encarga- abolicionista en esta materia 22.

124 N ÓMADAS NO. 24. ABRIL 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA


En el año 2004 el parlamento activistas/as que se movilizaron emparentadas con modelos de ra-
local emprendió una nueva reforma para apoyar sus demandas. Esta si- cionalidad y autoridad y requieren
del Código Contravencional con el tuación pone en evidencia que en maneras específicas de comportar-
objeto de modificar algunos artícu- el núcleo de las múltiples aproxi- se y vincularse con otros/as (Young,
los referidos a temas que se han vin- maciones a la ciudadanía reside una 1990: 139). Si bien se presenta
culado con debates amplios acerca tensión entre inclusión y exclusión, como una serie de normas neutra-
de la seguridad, lo que ha constitui- acerca de quién es considerado/a les y objetivas, el comportamiento
do un asunto crucial de la agenda titular de derechos, capaz de cum- respetable es producto de la socia-
pública nacional en los últimos años. plir obligaciones y competente para lización en un contexto cultural
Una vez más, se modificó el artícu- actuar como un/a ciudadano/a. determinado (Young, 1990: 140 y
lo referido al ejercicio de la prosti- Como observa Lister, “inclusión y Goffman, 2003: 150).
tución en la vía pública con el objeto exclusión son las dos caras de la
de establecer nuevas restricciones y moneda de la ciudadanía” (Lister, En el caso de travestis, transe-
endurecer las penas para los/as 1997: 42). xuales y transgéneros en Buenos
infractores/as. Asimismo, se enmen- Aires, se puede observar que, aun-
daron otros artículos referidos al uso En las democracias liberales los que las fronteras de la ciudadanía
del espacio público tales como la derechos han sido balanceados con pueden expandirse hasta incorpo-
venta ambulante y las manifestacio- deberes complementarios. Los re- rar parcialmente algunas demandas
nes callejeras. La posición de gran clamos de derechos basados en ape- de aquellos/as disidentes sexuales
parte del activismo GLTTTBI fue de laciones a la ciudadanía a menudo que conforman parejas estables, la
confrontación con los proyectos de implican un pacto implícito de definición no es tan flexible como
modificación de tal código. En esta modificación de comportamientos para acomodar en su seno a aque-
ocasión, la alianza opositora a las por parte de los grupos oprimidos llos/as que cuestionan tanto la
modificaciones se articuló entre es- en el orden ciudadano vigente: binariedad de las identidades gené-
tas organizaciones, grupos de muje- “esto demanda la circunscripción ricas como la localización de la
res en situación de prostitución, de modos ‘aceptables’ de ser un/a sexualidad en el ámbito privado. La
partidos de izquierda, sectores del ciudadano/a sexual. Este es un an- respuesta en este caso ha sido la
movimiento piquetero y agrupacio- tiguo compromiso que los/as disi- restricción del acceso al espacio pú-
nes de trabajadores/as que incluían dentes sexuales han tenido que blico de los colectivos cuyos inte-
vendedores/as ambulantes. negociar; el problema actual es su grantes no cumplen con las normas
consolidación en estrategias políti- de respetabilidad, debido a su iden-
La movilización en torno a es- cas basadas en derechos, que cierran tidad de género y a sus estrategias
tos proyectos de modificación del o niegan aspectos de la sexualidad de supervivencia. La opción de ela-
Código Contravencional culminó marcados como ‘inaceptables’” borar políticas públicas para ofre-
con incidentes frente a la Legisla- (Bell y Binnie, 2000: 3). cer fuentes de ingreso e integración
tura de la Ciudad de Buenos Aires social alternativas al ejercicio de la
y con la detención de activistas de Las formas aceptables de ejer- prostitución parece no tener lugar
grupos de travestis, transexuales y cicio de la ciudadanía se vinculan en el modelo de ciudadanía promo-
transgéneros, mujeres en situación con las normas de respetabilidad. vida desde el Estado local24. Una de
de prostitución y manifestantes va- Tales requisitos están estrechamen- las consecuencias más perniciosas de
rios/as23. Es pertinente observar que te ligados a ideas acerca del orden este desenlace es que los grupos ex-
el mismo Estado que elaboró una social y constituyen mecanismos de pulsados del espacio público perma-
medida de reconocimiento para las control social. Young (1990: 136) necen invisibles para el Estado y para
parejas conformadas por personas sostiene que los individuos defini- los/as ciudadanos/as que cumplen
del mismo sexo paralelamente arti- dos como respetables son aquellos con las normas de respetabilidad.
culó estrategias restrictivas y repre- que ajustan su conducta a reglas Esta situación contribuye a la ficción
sivas para las personas travestis, que reprimen la sexualidad, las fun- de que los sujetos que confrontan
transexuales y transgéneros en situa- ciones corporales y la expresión las normas de respetabilidad no tie-
ción de prostitución y para los/as emocional. Estas normas están nen derechos ni necesidades.

ESCOBAR
M ORENO,C.,
A.:M.R.;
CIUDADANÍA
MENDOZA R., N.C. JÓVENES
Y SEXUALIDAD EN LA CIUDAD DE BUENOS: A
CONTEMPORÁNEOS ENTRE
IRES LA HETEROGENEIDAD Y LAS DESIGUALDADES N ÓMADAS 125
Comentarios finales articule tanto el androcentrismo ciones sexuales (Diane Richardson,
2000: 99). Ken Plummer, por otra parte,
como la heteronormatividad del propone tender un ‘puente potencial
Se ha argumentado que la no- concepto e incorpore una pluralidad entre lo personal y lo político’ (Plummer,
ción de ciudadanía conlleva algunas creciente de voces sin ordenarlas 2003: 15) a través del concepto de ciuda-
danía íntima. Esta propuesta se construye
limitaciones. En párrafos anteriores jerárquicamente: “transversalidad a partir de dos formulaciones críticas pre-
nos hemos ocupado de señalar que que no señala un único lugar desde vias: la ciudadanía feminista y la ciuda-
la ciudadanía occidental se ha fun- donde pararse y hablar, sino una danía sexual (Ibíd.: 60). Este concepto
apunta a un nuevo orden de ciudadanía,
dado en la división entre espacio multiplicidad de niveles de enuncia- capaz de dar cuenta de las relaciones per-
público y espacio privado, lo que ción que desafía nuestra imaginación sonales, las emociones, el género, la
constituye un mecanismo de repro- política” (Berkins, 2004: 24). Este sexualidad, la identidad y los conflictos
morales de la vida cotidiana. De esta ma-
ducción de la subordinación de su- es el reto para quienes luchan con- nera, se extenderían las responsabilida-
jetos en función de la identidad de tra todas las formas de opresión. des y los derechos ciudadanos. Otras dis-
género y la orientación sexual. Esta cusiones acerca de la ciudadanía sexual
se encuentran en David Bell y Jon Binie
definición dominante presenta un (2000), David T. Evans (1993), Engin
ideal de ciudadano/a que incorpo- Isin y Patricia Wood (1999) y Diana
ra las características de los grupos Citas Maffía (2001).
privilegiados, suponiendo que to- 5 Se utiliza el término disidentes sexuales a
dos/as deberían ajustarse a ellas: el 1 En adelante, para aludir a estos colecti- fin de “comenzar a pensar acerca de la
vos se utilizará la sigla GLTTTBI. diferencia sexual no en términos de iden-
modelo de ciudadanía se basa en la tidades naturalizadas sino como una for-
figura del hombre, propietario, he- 2 Se llama movimientos sociosexuales a ma de disenso, entendido no simplemen-
terosexual, sin discapacidades, cris- aquellos que intervienen en política con te como habla, sino como una constela-
el fin de cuestionar la adscripción de la ción de prácticas, expresiones y creencias
tiano y adulto. Igualmente los sexualidad y la identidad de género al no conformistas” (Duggan, 1998: 571).
derechos que implica esta manera ámbito de lo natural y lo privado. De
6 Al respecto, Bacchi (1999:2) señala que
de entender la ciudadanía se han esta manera, sus demandas se vinculan las políticas públicas “constituyen inter-
con el reconocimiento por parte del Es-
pensado como una protección del pretaciones o representaciones alterna-
tado y de la sociedad civil de las distin- tivas de asuntos políticos”. Por lo tanto,
bienestar para ese tipo de personas. tas posibilidades históricas y consecuen- el interés por las disputas referidas a pro-
cias simbólicas y materiales referentes a puestas divergentes para abordar asun-
Aunque el concepto de ciuda- la construcción de identidades de géne- tos construidos como problemas sociales
ro, prácticas sexuales y corporalidades. reside precisamente en los valores y jui-
danía ha sido fuertemente desafiado La utilización de este término incluye a cios que contienen. Durante estas com-
en las últimas décadas, consideramos colectivos que se posicionan como disi- petencias entre grupos sociales por la im-
que el debate por su redefinición dentes sexuales, en tanto denuncian y posición de interpretaciones privilegia-
confrontan la heteronormatividad. Ésta das acerca de cuestiones consideradas
continúa siendo productivo funda-
es entendida como la instituciona- conflictivas se construyen problemas y
mentalmente por dos cuestiones. En lización de la heterosexualidad como soluciones simultáneamente. (Ver Carol
primer lugar, el discurso de los de- categoría universal, coherente, natural, Lee Bacchi, 1999: 2).
rechos y deberes de la ciudadanía fija y estable y como patrón de prácticas 7 Algunas discusiones acerca de estas cues-
y relaciones sexuales, estructuras fami- tiones se encuentran en Carol Lee
resulta un lenguaje a disposición de liares e identidades (Ver Susana Rostag- Bacchi (1999), Lisa Duggan (1998),
diversos colectivos oprimidos para nol, 2004). Kathryn Ellis and Hartley Dean (2000),
plantear demandas inteligibles al 3 La palabra ‘individuo’ es marcadamente Gail Lewis, Sharon Gewirtz and John
Estado y a otros actores políticos. En androcéntrica, a pesar de ello será utili- Clarke (2000) e Iris Young (1990).
segundo lugar, la idea de ciudada- zada repetidas veces en este trabajo debi- 8 Como se ha mencionado, las deman-
do a su utilidad conceptual. das relacionadas con las distintas for-
nía “sirve como un dispositivo útil
4 La noción de ciudadanía sexual alude prin- mas de disidencia sexual se han ido
para pensar acerca de formas de ac- cipalmente a tres áreas en las que los de- construyendo a través de la interacción
ción política e identidad política” rechos de ciudadanía sexual –en tanto entre diversos colectivos involucrados
(Bell y Binnie, 2000: 9). opuesta a la ciudadanía heterosexual so- en una variedad de escenarios políti-
cial y políticamente dominante– debe- cos. La historia de la Marcha del Orgu-
rían ser reclamados: derechos a varias llo local es ilustrativa al respecto. Este
Con el fin de desmontar relacio- formas de prácticas sexuales; derechos evento anual es organizado por un con-
nes de subordinación basadas en la relativos a la identidad propia y a las auto- junto de agrupaciones de disidentes
definiciones y derechos en relación con sexuales desde el año 1991. Las prime-
sexualidad, es necesaria una refor- instituciones sociales, tales como la vali- ras ediciones se denominaron Marchas
mulación de la ciudadanía que des- dación pública de una variedad de rela- del Orgullo Gay-Lésbico. En los años

126 N ÓMADAS NO. 24. ABRIL 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA


sucesivos se fueron incorporando suje- de los grupos sociales que conforman esta hasta el año 1996. Ver Jáuregui (1987:
tos a la convocatoria, como resultado sociedad. Desde este punto de vista, se 164-165).
de las disputas de diversos colectivos impugna la pretensión de extender este
21 El ejercicio de la prostitución es la princi-
por ser incluidos en este ámbito. La modelo al resto del mundo. En otros paí-
pal actividad remunerada de las travestis,
edición del año 2005 se llamó XIV ses la evolución de los derechos ha sido
transexuales y transgéneros que habitan
Marcha del Orgullo GLTTBI (gay, diferente y se han obtenido, por ejem-
la Ciudad de Buenos Aires. Esta situación
lésbico, travesti, transexual, bisexual e plo, derechos sociales antes que derechos
da cuenta de las condiciones de extrema
intersexual) y la consigna fue “Quere- políticos. Algunas críticas al esquema
marginación en las que vive esta pobla-
mos los mismos derechos”. (Ver Car- propuesto por Marshall se encontrarán
ción. Según dos investigaciones sobre las
los Fígari et al., 2005: 8-9). en Will Kymlicka y Wayne Norman condiciones de vida de las travestis,
(1997: 5-42) y David Held (1997: 43- transexuales y transgéneros en la Ciudad
9 Por ejemplo, movilización alrededor de 71). Autoras feministas, por otra parte,
diferentes cambios en materia legislati- de Buenos Aires realizadas en los años
han formulado objeciones importantes a 1999 y 2005, el 80% de las encuestadas
va; participación en foros consultivos de algunos aspectos de la propuesta de
organismos internacionales y en comi- manifestó que el ejercicio de la prostitu-
Marshall. Las críticas feministas, que se ción era su principal fuente de ingresos.
siones asesoras de instituciones guber- concentran en tres grandes áreas: a) se
namentales nacionales y locales; estable- En ambos estudios se da cuenta de la alta
condena el androcentrismo en el que se incidencia del abuso policial sobre estos
cimiento de relaciones con los medios de funda la noción de ciudadano; b) se cri-
comunicación; conformación de coali- colectivos. Tanto en la investigación rea-
tica la división público/privado y la asig- lizada en el año 1999 como en la corres-
ciones con otros actores políticos; mar- nación de titularidades diferenciales a
chas y manifestaciones públicas; escraches pondiente al 2005, el 86% de las consul-
hombres y mujeres y c) se señala el indi- tadas manifestó haber vivido una situa-
y pintadas de edificios públicos; eventos vidualismo de la noción liberal de ciuda-
académicos y artísticos, etc. ción de abuso policial alguna vez. Ver
danía. Ver Elizabeth Jelin (1997), Adjuntía en Derechos Humanos de la
10 Es el caso de la Ley 1004 de la Ciudad de Kathleen Jones (1990: 781-812), Carole Defensoría del Pueblo de la Ciudad de
Buenos Aires (ley de registro de las unio- Pateman (2000 y 1992) y Ruth Lister Buenos Aires (1999) y Lohana Berkins y
nes conformadas libremente por dos per- (1997). Josefina Fernández (en prensa).
sonas con independencia de su sexo u 16 El proyecto de ley fue elaborado por la
orientación sexual) sancionada en di- 22 Dos análisis del conflicto político des-
Comunidad Homosexual Argentina y fue atado con motivo de la limitación de las
ciembre de 2002. Disponible en < http:/ activamente apoyado por la gran parte de
/www.cedom.gov.ar>. prerrogativas policiales sobre las perso-
las organizaciones GLTTTBI de la ciudad. nas en situación de prostitución se en-
11 Ver art. 75 inc. 22 de la Constitución de 17 En el año 2002 en la Provincia de Río cuentran en Flavio Rapisardi (2003) y
la Nación Argentina, disponible en Negro se sancionó una ley de unión civil Alejandro Modarelli (2004).
<http://www.infoleg.mecon.gov.ar/cons- entre personas del mismo sexo. A fines
tituciones/ConstitucionNacional.htm> 23 Un grupo de las personas detenidas en
del año 2005, la Comunidad Homo-
esta ocasión permaneció privada de la li-
sexual Argentina (CHA) presentó un
12 Ver Art. 11 de la Constitución de la Ciu- bertad, en calidad de procesados/as sin
proyecto de Ley de Unión Civil Nacio-
dad Autónoma de Buenos Aires, dispo- condena, durante catorce meses.
nal ante el Congreso Nacional. En este
nible en < http://www.cedom.gov.ar>. proyecto se reconocen derechos sociales 24 La Ciudad de Buenos Aires es la ciudad
13 A fin de identificar eventos relevantes y patrimoniales y se prevé la posibilidad más rica del país, el presupuesto corres-
de la política sociosexual local de la últi- de adopción. Hasta el momento, este pondiente al año 2005 es de aproximada-
ma década, se ha recurrido a la realiza- asunto no ha sido tratado en el Congreso. mente US$1.935.350.042. El 64,2% de
ción de once entrevistas en profundidad 18 Hasta la reforma de la Constitución Na- este presupuesto se destina a Servicios
con activistas de diversos colectivos cional del año 1994 la organización Sociales y Acción Social. Hasta el mo-
GLTTTBI entre agosto y septiembre de institucional de la Ciudad de Buenos mento no se han previsto políticas desti-
2005. Estas entrevistas forman parte del Aires dependía del Poder Ejecutivo Na- nadas a promover los derechos de la po-
trabajo de campo de una investigación cional. El/la Presidente ejercía funciones blación en situación de prostitución de la
en curso. de gobierno y tenía facultades para desig- ciudad. Los datos correspondientes al pre-
14 Movilización alrededor de formaciones nar un/a intendente que manejara los supuesto local se encuentran disponibles
identitarias que supuestamente conlle- asuntos comunales en su nombre. La re- en <http://www.buenosaires. gov.ar/areas/
van unidad de intereses políticos. forma constitucional nacional estableció hacienda/proyecto_presupuesto2005/
el estatuto de ciudad autónoma para Bue- menu_id=9230>
15 Las críticas más frecuentes a la propuesta nos Aires. En el año 1996 los/as habi-
de Marshall señalan que está excesiva- tantes de la ciudad eligieron de manera
mente centrada en el Estado y que acen- directa al Jefe/a de Gobierno y a los/as
túa los aspectos formales de la ciudada-
nía, dejando de lado las consideraciones
Convencionales Constituyentes que ela-
boraron la Constitución local.
Bibliografía
acerca de las posibilidades efectivas de
19 Artículos 2 F y 2 H de los Edictos ADJUNTÍA EN Derechos Humanos de la
ejercicio de los derechos disponibles para
Policiales vigentes en la Ciudad de Bue- Defensoría del Pueblo de la Ciudad de
distintos grupos sociales. Además, algu-
nos Aires hasta el año 1996. Ver Buenos Aires, 1999, “Informe prelimi-
nos/as teóricos/as han cuestionado esta Pecheny (2003: 257).
visión evolucionista del surgimiento de nar sobre la situación de la comunidad
los derechos, que está basada en la histo- 20 Artículo 3 A de los Edictos Policiales travesti en la Ciudad de Buenos Aires”,
ria inglesa y en la experiencia de algunos vigentes en la Ciudad de Buenos Aires Buenos Aires, mimeo.

ESCOBAR
M ORENO,C.,
A.:M.R.;
CIUDADANÍA
MENDOZA R., N.C. JÓVENES
Y SEXUALIDAD EN LA CIUDAD DE BUENOS: A
CONTEMPORÁNEOS ENTRE
IRES LA HETEROGENEIDAD Y LAS DESIGUALDADES N ÓMADAS 127
BACCHI, Carol Lee, 1999, Women, Policy JÁUREGUI, Carlos, 1987, La homosexuali- , 2000, “Feminismo y Democracia”,
and Politics. The Construction of Policy dad en la Argentina, Buenos Aires, Tarso. en: M. Navarro y C. R. Stimpson
Problems, Londres, Sage Publications. (comps.), Cambios Sociales, Económicos
JELIN, Elizabeth, 1997, “Igualdad y Diferen- y Culturales, Buenos Aires, Fondo de
BERKINS, Lohana, 2004, “Eternamente atra- cia: Dilemas de la ciudadanía de las mu- Cultura Económica.
padas por el sexo”, en: Josefina Fernán- jeres en América Latina”, en: Agora.
dez, Mónica D’Uva y Paula Viturro Cuaderno de Estudios Políticos, año 3, No. PECHENY, Mario, 2001, “De la ‘no-discri-
(comps.), Cuerpos ineludibles. Un diálo- 7, Buenos Aires, invierno. minación’ al ‘reconocimiento social’. Un
go a partir de las sexualidades en América análisis de la evolución de las demandas
Latina, Buenos Aires, Ají de Pollo. JONES, Kathleen B., 1990, “Citizenship políticas de las minorías sexuales en
in a Woman-Friendly Polity”, en: Signs América Latina”, paper presentado en el
BERKINS, Lohana y Josefina Fernández 15 (4). XXIII Congress of the Latin American
(coords.), en prensa, La gesta del nombre Studies Association, Washington D.C.
propio. Informe sobre la situación de la co- KYMLICKA, Will y Norman Wayne, 1997,
munidad travesti en la Argentina, Buenos “El retorno del ciudadano. Una revisión , 2003, “Sexual orientation, AIDS,
Aires, Madres de Plaza de Mayo. de la producción reciente en teoría de la and human rights in Argentina: the
ciudadanía”, en: Agora. Cuaderno de Es- paradox of social advance amidst health
BELL, David y Jon Binnie, 2000, The sexual tudios Políticos, No. 7, Buenos Aires, in- crisis”, en: Susan Eckstein y T. Wickham-
citizen. Queer politics and beyond, vierno. Crowley, Struggles for social rights in Latin
Cambridge, Polity Press. America, Nueva York, Routledge.
LEWIS, Gail; Sharon Gewirtz y John Clarke
DUGGAN, Lisa, 1998, “Queering the State”, (eds.), 2000, Rethinking Social Policy, PLUMMER, Ken, 2003, Intimate Citizenship:
en: Peter Nardi y Beth Schneider Londres, The Open University / Sage Private Decisions and Public Dialogues,
(comps.), Social Perspectives in Lesbian Publications. Seattle, WA, University of Washington
and Gay Studies. A Reader, Londres, Press.
Routledge. LEY 1004 de la Ciudad Autónoma de Bue-
nos Aires (ley de registro de las uniones RAPISARDI, Flavio, 2003, “Regulaciones
ELLIS, Kathryn y Hartley Dean (eds.), 2000, conformadas libremente por dos perso- políticas: identidad, diferencia y desigual-
Social Policy and the Body, Londres, nas con independencia de su sexo u dad. Una crítica al debate contemporá-
Macmillan Press Ltda. orientación sexual), disponible en neo”, en: Diana Maffía (comp.), Sexua-
<http://www.cedom.gov.ar>. lidades Migrantes. Género y transgénero,
EVANS, David T., 1993, Sexual Citizenship.
The material construction of sexualities, Buenos Aires, Seminaria.
LISTER, Ruth, 1997, Citizenship: Feminist
Londres, Routledge. Perspectives, Houndmills, Macmillan. RICHARDSON, Diane, 2000, Rethinking
FÍGARI, Carlos; Daniel Jones; Micaela Sexuality, Londres, Sage Publications.
MAFFIA, Diana, 2001, “Ciudadanía Sexual”,
Libson; Hernán Manzelli; Flavio en: Feminaria, No. 26/27, Año XIV. ROSTAGNOL, Susana, 2004, “Posibilidades
Rapisardi y Horacio Sívori, 2005, So- y limitaciones del activismo sociosexual
ciabilidad, política, violencia y dere- (comp.), 2003, Sexualidades en el contexto uruguayo”, en: Josefina
chos. La Marcha del Orgullo GLTTB Migrantes. Género y Transgénero, Bue- Fernández, Mónica D’Uva y Paula
de Buenos Aires 2004, Buenos Aires, nos Aires, Feminaria. Viturro (comps.), Cuerpos ineludibles. Un
Antropofagia. MARSHALL, T. H., 1950, Citizenship and diálogo a partir de las sexualidades en Amé-
Social Class, Cambridge University Press. rica Latina, Buenos Aires, Ají de Pollo.
FRASER, Nancy, 2000, “Después del salario
familiar. Un experimento conceptual MODARELLI, Alejandro, 2004, “1998: Unas RUBIN, Gayle, 1992, ‘Thinking Sex: Notes
post-industrial”, en: Iustitia Interrupta. metamorfosis que ciegan y embriagan. for a Radical Theory of the Politics of
Reflexiones críticas desde la posición “post- Deseo, TV, pánico y violencia en torno Sexuality’, en:
socialista”, Bogotá, Universidad de los de las personas travestis en Argentina”,
Andes / Siglo del Hombre. H. Abelove, M.A. Barale y D. Halperin
en: Carlos F. Cáceres, Timothy Frasca, (comps.), The Lesbian and Gay Studies
GOFFMAN, Erving, 2003 (1963), Estigma. Mario Pecheny y Veriano Terto Junior Reader, Nueva York, Routledge.
La identidad deteriorada, Buenos Aires, (comps.), Ciudadanía sexual en América
Latina. Abriendo el debate, Lima, Uni- VITURRO, Paula, 2004, “Ficciones de hem-
Amorrortu.
versidad Peruana Cayetano Heredia. bras”, en: Josefina Fernández, Mónica
HELD, David, 1997, “Ciudadanía y Auto- D’Uva y Paula Viturro (comps.), Cuer-
nomía”, en: Ágora. Cuaderno de Estudios PATEMAN, Carole, 1992, “Equality, Diffe- pos ineludibles. Un diálogo a partir de las
Políticos, No. 7, Buenos Aires, invierno rence, Subordination: The Politics of sexualidades en América Latina, Buenos
1997. Motherhood and Women’s Citizenship”, Aires, Ají de Pollo.
en: G. Bock and S. James (comps.),
ISIN, Engin y Patricia Wood, 1999, Citizen- Beyond Equality and Difference: Citi- YOUNG, Iris, 1990, Justice and the Politics of
ship and Identity, Londres, Sage zenship, Feminist Politics and Female difference, Princeton, N.J., Princeton
Publications. Subjectivity, Londres, Routledge. University Press.

128 N ÓMADAS NO. 24. ABRIL 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA


EDWARD C URTIS : Medicine... De la tribu Crow-Apsaroke 1908.

4. Políticas públicas
y masculinidades
ESCOBAR
M ORENO,C.,
A.:M.R.;
CIUDADANÍA
MENDOZA R., N.C. JÓVENES
Y SEXUALIDAD EN LA CIUDAD DE BUENOS: A
CONTEMPORÁNEOS ENTRE
IRES LA HETEROGENEIDAD Y LAS DESIGUALDADES N ÓMADAS 129

You might also like