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Gracias al conocimiento inicial adquirido, pude notar que hay ―incluso en el ambiente y
discurso académicos― un desconocimiento mutuo respecto a los avances, métodos y
objetos de estudio que son usados en la otra disciplina, vale decir, entre teología y ciencias
naturales (breves ejemplos, en mi propia experiencia, de estos casos son: la identificación
de la antimateria con aquello denominado Dios; o creer que la evolución no es válida
porque ningún chimpancé se h convertido/evolucionado en un ser humano).
Desde la posición de mi estudio principal, el teológico, señalo la importancia que tiene para
la teología comprender, básica pero correctamente, qué es lo que las ciencias naturales
pueden decirnos respecto al mundo que habitamos; y esto debido a que, en mi interés e
intuición, la comprensión de mundo, el cosmos, la galaxia, el universo, seres vivos y, por
tanto, el ser humano, tiene un efecto directo en lo que religiosamente se denomina lo
creado y, por ende, el Creador(es).
Teniendo este preámbulo, el enfoque de la temática correspondía a la relación que hay entre
ciencias naturales y teología, ya que ambas proceden como ciencias respecto a un
conocimiento. Indico esto debido a que no busco ―al menos no de una manera directa―
hablar sobre la relación entre ciencias y fe o ciencias y religión. Mi interés está volcado a
cómo la cosmovisión científica se relaciona aportando a la cosmovisión teológica, ya que,
al hablar de distinta forma conceptual sobre un mismo objeto de estudio ―en este caso, el
Universo/lo Creado― entregan información que, en algunas oportunidades, será la misma,
pero en otras, cada una hará un aporte diferente a la adición de conocimiento sobre el
objeto del cual se busca decir algo. Sin embargo, mis presupuestos e hipótesis están
marcados por la necesidad de la teología respecto a las ciencias naturales, por lo que
reconozco que puede llegar a convertirse en un monólogo más que en un diálogo.
Retomando los ejemplos de casos anecdóticos que me tocó escuchar, las ciencias naturales
demuestran, y también problematizan, cuál es la idea de mundo y de qué es lo natural (y en
un lenguaje teológico, cómo nos hacemos cargo de este concepto y de lo anti-natural).Por
su parte, las ciencias naturales reciben de la teología las correcciones respecto a que es
aquello a lo llamado o designado Dios, divinidad o deidad, alejándola de una comprensión
fisicista o material de un concepto que posee categorías metafísicas.
Con estas inquietudes fue que inicié el proceso de búsqueda por la temática ciencia y
teología en el catálogo del sistema de bibliotecas, lo cual me llevo a diversidad de autores,
artículos, y capítulos de libros que buscaban responder a mi interés.
Otro de los criterios, fue fijar el marco de búsqueda en las religiones cristianas, que
corresponden a la teología en la que me estoy formando. Como dato, la mayoría de los
autores pertenecen al mundo anglicano, seguido por protestantes; dejando en tercer lugar al
catolicismo, y finalmente a la iglesia ortodoxa.
Con este criterio, es que mi primera elección fue el jesuita Manuel García Doncel, físico
español. Sin embargo, su obra, más que un sistema propio, era una presentación histórica y
conceptual de ambos discursos (el de las ciencias y el teológico). En palabras de mi
profesor guía, debía escoger un autor que presentase un aporte para la teología, y no solo
información histórica. A pesar de estas dificultades, lo rescatable de su libro es la amplia y
bien realizada bibliografía. Gracias a estos textos, encontré el libro “Los jesuitas y las
ciencias. Una tradición en la Iglesia”, de Agustín Udías Vallina SJ. Ésta obra llamó mi
atención debido a que en la búsqueda bibliográfica no había podido concretar una inquietud
más interna: la conexión con la espiritualidad (en mi caso, se identifica con la ignaciana en
la realización de los Ejercicios Espirituales). De esta manera, pude notar la frecuencia del
jesuita Pierre Teilhard de Chardin, quien además había sido mencionado por el profesor.
Por tanto, hay 3 obras de Teilhard que fueron escritas por él de principio a fin, de manera
que siguen un hilo conductor concreto realizado por el autor en sí.
De esta manera, la obra elegida es “El fenómeno Humano”, publicada a pocos meses de su
muerte, en donde se exponen las bases de su pensamiento. Acorde a las lecturas acerca del
autor1, el resto de sus publicaciones (tanto las otras dos como las compilaciones hechas por
sus seguidores) son la explicación, profundización y extensión de una forma de pensar
filosófica y teológicamente que siempre se mantuvo una misma línea.
El hilo conductor que todos sus exponentes mencionan es El Punto Omega: el padre jesuita
interpreta y postula que todo lo existente, desde la materia y su forma de organizarse, hasta
el modo en el que nace y se despliega el universo (también llamado cosmos), está en un
proceso evolutivo, cuya finalidad es la plenitud. Como ejemplo y acorde al sistema
teilhardiano, la materia se ha organizado y se agrupa en átomos, partículas, moléculas, etc.,
hasta alcanzar lo vivo, es decir, una célula. Esta ha hecho lo mismo, dando como resultado
al “fenómeno humano”, el cual es la expresión de materia consciente de sí misma. Desde la
óptica cristiana, este punto de plenitud final es Cristo, el Hijo, en quien toda la creación
encontrará su sentido y realización. Para Teilhard, por ende, todo está en evolución, pero no
es solo una evolución biológicamente entendida, sino que es un proceso que tiene una
intención y dirección, el cual es Cristo Cósmico, que dará plenitud a toda la realidad.
Siendo así, “El fenómeno humano” es una óptima elección para conocer las bases de su
sistema, entregando conceptos y definiciones claves para comprender el Punto Omega, el
Cristo Cósmico, el cual se entiende como la evolución final y plena de todo lo existente.
Por tanto, el sistema elaborado por Teilhard de Chardin permitirá ver una forma en la que
se puede observar lo evolutivo, y cuáles son las posibilidades que esta óptica entrega para
relacionar ciencias y teología.
1
Introducción al pensamiento de Teilhard de Chardin
Bibliografía de consulta y de orientación
Agustín Udías Vallina. «Teilhard de Chardin and the Present Dialogue between Science and
Religion». Pensamiento. Revista de Investigación e Información Filosófica 61, n°. 230 (1
de octubre de 2016): 209–229. Acceso el 26 de marzo de 2018.
https://doaj.org/article/4d17ea64fe0041b491bccdb1060e6de4.
Agustín Udías Vallina. Los jesuitas y la ciencia: una tradición en la iglesia. Jesuitas. Bilbao:
Mensajero, 2014.
Obra Principal
Pierre Teilhard de Chardin. El fenómeno humano. Historia del pensamiento; 14. Barcelona:
Orbis, 1984.
———. Le phénoméne humain. Teilhard de Chardin, Pierre, 1881-1955. Oeuvres 1. Paris: Eddu
Seuil, 1955.
———. The Phenomenon of Man. Fontana Books; 5. Londres: Fontana, 1965.