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La cultura andina, como casi todas las culturas del mundo, guarda gran respeto
y veneración al símbolo femenino, que comúnmente representa la vida y la
fertilidad en diversas maneras, no sólo en la fecundidad de la madre tierra, sino
también en la procreación y cuidados femeninos. Las culturas precolombinas
concebían la sexualidad de forma libre y natural, muy diferente a la concepción
infundada por los españoles con su conquista, conceptos arraigados en la fe
católica tan diferente a las creencias tradicionales del mundo precolombino. “El
eje de sus culturas estaba unido al cosmos, la espiritualidad y los
acontecimientos naturales, la sexualidad, por tanto, no queda al margen de esta
óptica”1.
1 Veronique Miguel
http://suite101.net/article/sexualidad-en-la-cultura-precolombina-
a2579#.U4aT2HJ5PPw
La brusca entrada colonial, no sólo trajo cambios en las costumbres y modos de
vida, consecuentemente logró llegar a la mentalidad tradicional andina, y a pesar
de los esfuerzos de quienes buscaron seguir firmes en sus tradiciones,
generación tras generación estas visiones de mundo se transformaron para dar
cabida a un hibrido entre la visión de la mujer pura de los andinos y la mujer
sucia de los colonos. Este hecho se ve claramente reflejado en la literatura de
Arguedas, donde ella es burlada, abusada, irrespetada, torturada, sin embargo
se intenta rescatar ese pequeño respeto y admiración que en el fondo se le
guarda, tan pequeño como lo es el personaje que más lo representa, Santiago,
en Amor Mundo; posible alter ego del Arguedas adolescente.
2Arguedas JM. Testimonio. En: Oquendo A (ed). José María Arguedas: Un mundo de
monstruos y de fuego. México: Fondo de Cultura Económica, 1993.
“Voy a hacerles una confesión un poco curiosa: yo soy hechura de mi madrastra.
Mi madre murió cuando yo tenía dos años y medio. Mi padre se casó en
segundas nupcias con una mujer que tenía tres hijos; yo era el menor y como
era muy pequeño me dejó en la casa de mi madrastra, que era dueña de la mitad
de un pueblo; tenía mucha servidumbre indígena y el tradicional menosprecio e
ignorancia de lo que era un indio, y como a mí me tenía tanto rencor como a los
indios, decidió que yo debía vivir con ellos en la cocina, comer y dormir allí.” 3
3 Escuela Nacional Superior de Folklore “José María Arguedas”. Arguedas canta y habla
(disco compacto). Lima, 2001.
sigo participando no sólo de la creencia sino de la práctica. Sólo el verdadero
amor puede dar derecho y purificar suficientemente el acto material.” 4
Para Mario Vargas Llosa: “En estos relatos hacer el amor no es jamás una fiesta
en la que una pareja encuentra una forma de plenitud, una acción que enriquece
y completa a la mujer y al hombre, sino un impulso gobernado por oscuras
fuerzas a las que es difícil desobedecer y que precipitan al que cede a ellas en
un pozo de inmundicia física y moral. (...) No resulta difícil averiguar el origen de
esta visión torcida del sexo (que, en última instancia, es de raíz cristiana), pues
el propio Arguedas lo señaló, al revelar que las escenas exhibicionistas que
observa Santiago en ‘El horno viejo’ fueron fantaseadas a partir de las
experiencias que le infligió su hermanastro Pablo Pacheco.”5
4 Arguedas JM. Amor mundo y otros cuentos. En: Obras completas, Tomo I. Lima:
Editorial Horizonte, 1983.
5 Vargas Llosa M. La utopía arcaica. José María Arguedas y las ficciones del
indigenismo. México: Fondo de Cultura Económica, 1996.
Todas sus vivencias, componen el entramado de escenas violentas y
repugnantes que encontramos en esta serie de cuentos. Arguedas logra
transmitir tanto la fuerza del acto violento como la fuerza de los ideales del
adolescente dulce. El joven que a pesar de lo que ha debido ver y vivir, no
abandona la esperanza de encontrar su mujer angelical, y sobre todo no deja
atrás el respeto que este ser le infunde. Santiago se encuentra constantemente
acosado por una sociedad abusiva y violenta, todos los hombres a su alrededor
persiguen a la mujer como un trozo de carne sin más valor ni voz, pienso que las
conversaciones y experiencias que el protagonista sostiene a lo largo de los
cuatro cuentos, crean una batalla entre sus ideales pero finalmente siempre se
decide por los propios. Esto me representa el encuentro cultural entre lo
ancestral (Santiago) y la contaminación colonial (demás caballeros), de este
modo, el mensaje que Arguedas deja entre sus letras es la prevalencia de lo
natural, sagrado y tradicional.