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Con base en este concepto, podemos sostener que los ingresos del Estado se clasifica en
dos grandes rubros, a saber: ingresos tributarios e ingresos financieros.
Los primeros son aquellos que derivan de aportaciones económicas efectuadas por los
ciudadanos en proporción a sus ingresos, utilidades o rendimientos, en acatamiento del
principio jurídico-fiscal que los obliga a contribuir a sufragar los gastos públicos. En
tanto que los segundos son los que provienen de todas las fuentes de financiamiento a
las que el Estado recurra, en adición a las prestaciones tributarias recibidas de sus
súbditos, para la integración del Presupuesto Nacional.
INGRESOS TRIBUTARIOS
1. IMPUESTOS. De acuerdo con lo que dispone el art. 2º fracción I del Código Fiscal
de la Federación: “Impuestos son las contribuciones establecidas en la ley que deben
pagar las personas físicas y morales que se encuentren en la situación jurídica o de
hecho prevista por la misma…” Los impuestos constituyen el principal ingreso
tributario del Estado, al grado que puede afirmarse que la gran mayoría de las relaciones
entre el Fisco y los causantes se vinculan con la determinación, liquidación, posible
impugnación y pago de un variado numero de impuestos.
3. DERECHOS. El art. 2º, fracción IV del invocado Código Fiscal Federal, los define
como “Las contribuciones establecidas en Ley por el uso o aprovechamiento de los
bienes del dominio publico de la Nación, así como por recibir servicios que presta el
Estado en sus funciones de derecho publico, excepto cuando se presten por organismos
descentralizados. También son derechos las contribuciones a cargo de los organismos
públicos descentralizados por prestar servicios exclusivos del Estado”. Dentro de esta
categoría se engloban un conjunto de pagos que deben efectuarse tanto el Fisco Federal
como a los Fiscos estatales y municipales, para precisamente tener “derecho” a recibir
determinados servicios públicos.
Por ingresos financieros debemos entender todos aquellos que provienen de las diversas
fuentes de financiamiento a las que el Estado se ve precisado a recurrir, adición a las
prestaciones fiscales recibidas de los contribuyentes, para integrar el Presupuesto
Nacional. Los ingresos financieros son susceptibles de dividirse en los siguientes
rubros:
1. Las necesidades de cubrir déficit presupuestarios, sin exceder las reservas monetarias
ni la capacidad de endeudamiento del país.
Se les llama “de deuda publica” en virtud de que tanto el compromiso de reembolsar el
monto invertido por los interesados, como el pago de la prima o sobreprecio, se
convierten en pasivos a plazo que afectan las disponibilidades del Erario Federal. La
emisión de Bonos de Deuda Publica es un ingreso financiero del Estado, exactamente
en la misma medida en que los empréstitos los son: todo depende de su productividad.
En efecto, el simple hecho de la colocación de los títulos entre el publico inversionista
equivale a la recepción de un préstamo, que este caso reviste la forma de una especie de
anticipo a cuenta de futuras explotaciones de bienes o recursos altamente cotizados. De
tal manera que el ingreso financiero lo encontrara el Estado no el anticipo en sí, sino en
el uso adecuado que haga del mismo en renglones productivos, que generen tanto las
cantidades necesarias para cumplir con los compromisos contraídos al efectuar la
emisión, como un margen razonable de utilidad.
Dichos procedimientos son los que se conocen como moratorios y renegociaciones. Las
primeras consisten en ciertas ampliaciones de los plazos inicialmente convenidos para el
pago de las exhibiciones correspondientes a capital e intereses, en tanto que las
segundas implican un replanteamiento total de la operación de que se trate, no
solamente en lo tocante a capital de intereses sino también en los aspectos relacionados
con garantías, programas de inversión, vigilancia de la correcta aplicación de os fondos
suministros, etc.. Es decir mientras las moratorias atienden exclusivamente a las
condiciones de pago, las renegociaciones se refieren globalmente a las estipulaciones
generales de un préstamo.
De acuerdo con lo que estatuye el art. 27º Constitucional, la propiedad originaria de las
tierras y aguas ubicadas en territorio nacional corresponde al Estado, quien sin embargo,
puede transmitir su dominio a los particulares, constituyendo así la propiedad privada.
El ejecutivo esta facultado para expropiarlo en perjuicio de su propietario, aunque
mediante el pago de una indemnización, a fin de incorporarlo al Dominio Publico de la
Federación y de destinarlo, por regla general, a la prestación de un servicio publico.
Por consiguiente, los bienes que el Estado adquiere por expropiación se convierten en
generadores de productos, cualquiera que sea el uso que se le dé. El procedimiento
expropiatorio constituye un medio indirecto pero efectivo de allegarse ingresos
financieros.
PRIVATIZACION. Se trata de un acto jurídico unilateral por virtud del cual el estado
se desprende de empresas o entidades que había tenido bajo su control exclusivo, para
transferirlas, a cambio de un precio, a inversionistas privados, nacionales o extranjeros,
con el objeto de que en lo sucesivo las actividades de esas empresas o entidades sean
desarrolladas dentro de un marco de economía de mercado, sin intervención alguna por
parte del propio Estado.