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Marcelo D. Boeri .

Ricardo Salles
Los Filósofos Estoicos:
Ontología, Lógica, Física y Ética
Illustration on the cover:
Fragment 01 a marbled shield
Introducción
from the Parth enon Frieze, Athens
at the British Museum
1. El estoicismo antiguo
Junto con el epicureísmo y el movimiento escéptico surgido de la academia platónica, el
estoicismo antiguo es una de las tres principales escuelas de la filo sofía helenística (c. 300
The printing of this volume was made possible by generous funding fro m a.e. - c. 30 d.C.), y el movi mi ento fi losófico dominante desde el inicio del Imperio Romano
the Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, México, and the Facultad de hasta fines del siglo III de nuestra era. El desarrollo de la hi storia del estoicismo antiguo
Filosofía y Humanidades, Universidad Alberto Hurtado, Chile comprende tres grandes etapas suces ivas, marcadas por camb ios doctrinales importantes. La
primera va de Zenón de Citio, el fundador de la escuela estoica a comienzos del siglo III a. C. ,
a Antipatro de Tarso, director de la escuela del siglo II y a sus di scípulos inmediatos. La
segunda también se ubica dentro de la época helenística y va de Panecio de Rodas, sucesor de
Antípatro, a Posidonio de Roda s a principios del siglo I d.C. La tercera etapa abarca el inicio
y auge de la época imperial romana, dándose por terminada con la muerte del emperador
Marco Aurelio en el año 180 de nuestra era. l
Bibliografische Infonnation der Deutschen Nationalbibliothek Después de esta última etapa, en la antigüedad no hubo más estoicos destacados. Pero el
Die Oeutsche Nationalbibliothek verzeichnet diese Publikation in d er estoicismo siguió ejerciendo una enorme infl uencia a través de filósofos clave de la antigüe-
Oeu tschen Nationalbibliografie¡ detai llierte bibliog rafische Daten dad tardía. Algunos de ellos, en efecto, siendo adversos a 105 estoicos, solieron expresar mu-
sind im Internet über http: //dnb.ddb.deabrufbar. chas de sus propias tesis a través de conceptos centrales del estoicismo y en el sentido técnico
en que los estoicos habían empleado estos conceptos. Ejemplos de ello son las nociones de
destino (et~ap~évll) y asentimiento (mryKará8scrt¡;) en Alejandro de Afrodisia, director de la
TSBN 978-3-89665-586-8 escue la peripatética de Atenas a fine s del siglo segundo, y los conceptos de hálito (7rVEülla) y
razón seminal (07[€p ~a1:lKO¡; A6yo¡;) en Pl otino, fu ndador en Roma de la escuela neoplatónica
a principios del siglo tercero. El tema de la influencia del estoicismo en la historia de la filo-
so fía med ieval, moderna y contemporánea es demasiado amplio para abordarlo aquí,2 pero
cabe indi car que autores tan importantes como Agustín de Hipona, Anselmo de Canterbury,
$pinoza, Gracia, Schopenhauer, Nietzsche, Brentano, Frege y, en tiempos recientes, autores
tan diversos como Benson Mates, GiIles Deleuze y Francois Récanati retomaron y desarrolla-
ron ideas clave del estoicismo.3
A diferencia de la escuela epicúrea, al interior de la cual había poca discusión en torno a
las tesis del propio Epicuro,4 la escuel a estoica tuvo, desde su inicio, un desarrollo comp lej o
marcado por intensos debates doctrinales entre di sti ntas facciones en su interior. Si bien
Zenón de Citio, el fundador, siempre constituyó una figura de autoridad que pocos estoicos
pusieron abiertamente en duda, la ambigüedad e incluso la indefinición de muchas de sus
ideas sobre temas centra les del sistema deja ron un amplio margen para la exégesis y la inno-
vación. De este modo, los desacuerdos que hubo al interior de la escuela no se limi taron a
aq uell os que marcaron las tres etapas centrales de la historia del estoicismo a las que nos
1. Auflage 2014 referimos antes. A menudo, dentro de una misma etapa , se pueden observar desacuerdos
sustantivos. 5 Por ello, es fáci l equivocarse cuando se atribuye tesis estoicas a "los estoicos" a
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BahnstraBe 7, 0-53757 Sankt Augustin
Internet: www.academia-verlag.de 1 Pueden consultarse tres valiosos estudios sobre la cronología y el desarrollo del estoicismo: Dorandi
E-Mail: info®academia-verlag.de 1999. y 1999b, Gi1l2003 y S,dl,y 2003.
1 Para valiosas referencias bibliográficas respecto de la investigación actual sobre este tema, cf. Long
1974: 232-47, 2002: 23 1-74 y 2003. Véase también el importanle volumen editado por MilIer e Inwood
Prioted in Gennany (Miller-Inwood 2003); los ensayos incluidos en ese volumen muestran la poderosa influencia del estoi-
cismo en filósofos de la Modernidad temprana (como Spinoza, Lipsio, Locke, Buller o Leibniz) o en
Ohne schriftliche Genehmigung des Verlages ist es nicht gestattet, d as Werk un ter juristas-filósofos (como Grocio).
Vervvendung mechanischer, elektronischer und anderer Systeme in irgendeiner l Para estos tres últimos autores, cf. Mates 1953, Deleuze 1969, Récanati 2007.

Weise Zll verarbeiten und zu verbreiten. Insbesondere vorbeha lten sind die Rechte 4 Moribundo, el propio Epicuro recomendaba a sus amigos "no olvidarse de sus doctrinas" (DL 10.16), lo

der Vervielfal t igung - auch van Teilen d es Werkes - auf fotomec hanischem ocler cual parece haber sido interpretado en el sentido de ''no modificar" dichas doctrinas.
ahnlichem Wege, der tontechnischen Wied ergabe, des Vortrags, der Funk- und , Un caso significativo a este respecto es Aristón de Quíos, quien desafió abiertamente la teoría de los
Fernsehsendung, der Speicherung in Datenverarbeitungsanlagen, der Übersetzung indiferentes y defendió la tesis de que lo único relevante y que, por tanto, nos concierne son los asuntos
und der Iiterarischen und anderweiti gen Bearbeitung. éticos (cf. Estobeo, EcI. 2.8, 13 ss. = SVF 1.352; FDS 208. Eusebio, PE 15.62, 7· 11=SVF 1.353. Sexto Empí-
2 lntroducción Introducción 3

secas, pues, si bien existe un núcleo básico de tesis comunes a todos ellos, este núcleo fue anteriores, tenemos muy poco, pues comparten con los presocráticos la mala fortuna de que
cambi ando a lo largo del tiempo y, en cada momento, aun cuando había cierto acuerdo respec- sus obras se han perdido. Afortunadamente, disponemos de una enonne cantidad de material
to del núcleo doctrinal, no necesariamente había acuerdo sobre otras tesis importantes . Las fragmentario que viene de la antigüedad a través de diversas fuentes como, por ejemplo,
fuentes antiguas frecuen temente se refieren a los estoicos en su conjunto y, con ello, alimen- fi lósofo s o escritores de temas filosóficos (en especial Alejandro de Afrodisia, Aulo Gelio,
ta n la ilusión de que entre ellos no había desacuerdos fi losóficos profundos. Por esta razón, el Cicerón, Galeno, Proclo, Plotino, Plutarco y Sexto Empírico), teólogos del s. 1 a. e. (como
término de "escuela" sería inapropiado para referirse al estoicismo, si por "escuela" (CLtpEotg Filón de AJejandría) o de los primeros siglos de la era cristiana (en especial Clemente de
entendemos un grupo de personas que reciben, comparten y transmiten dogmáticamente una Alejandría, Orígenes, o Nemesio), y doxógrafos tardíos (principalmente, Aeci o -Pseudo~
misma doctr ina. En ese caso, un término como "movimiento" sería más adecuado para hacer Plutarco-, Diógenes Laercio y Estobeo).1O Estas fuentes nos proporcionan una impresionante
justicia a este carácter dinámico del cstoicismo.6 cantidad de material para nuestro conocimiento del estoicismo en su conjunto. Sin embargo,
Las facc iones dentro del estoicismo tenían sus propios líderes , y suelen ser ellos cuyos muchos de los informes suministrados por estos escritores a veces son citas, hechas fuera de
nombres e ideas llegaron hasta nosotros. Pero también se hicieron famosos algunos de los contexto, de pasajes presumiblemente incluidos en una ob ra original de un filósofo estoico en
discípulos más cercanos de los líderes y, asimi smo, ciertos estoicos pasaron a la posteridad particular como, por ejemplo, en la República de Zenón o en el tratado Sobre /0 Providencia
gracias a que ocuparon altos cargos públicos. A continuación ofrecemos una li sta de los filó~ de Crisipo. Algo que dificulta aún más la labor de interpretación es que muchas de es tas
sofos esto icos más destacados, indicando con un asterisco los directores de la escuela. fuentes no son enteramente fia bl es por ser sumamente host iles al estoicismo, presentando sus
doctrinas bajo una luz poco favorable y en ocasiones distorsionándolas del iberadamente.
Siglos IV-I!I a. e.
'ZeDón de Citio (334-262) 2. Antecedentes de la p resente colección.
Aristón de Quios (11. 260) Al comienzo del siglo XX los estudiosos dedicados al estoicismo se beneficiaron con la
aparición entre 1903 y 1905 de la monumental obra en tres tomos de Hans von Arnim, Stoico-
'Cleantes de Asos (331 - 230)
rum Veterum Fragmenta, a los cuales se sumó en 1924 un cuarto tomo compilado por M.
'Crisipo de Solos (c. 28{)- c. 206) Adler con varios índices.l1 El primer tomo fue dedicado a Zenón y sus contemporáneos o
*Zenón de Tarso (sucedió a Crisipo c. 206) discípulos inmediatos, el segundo a la "lógica" (es decir, lógica forma l, filosofia del lenguaje,
*Diógenes de Seleucia o "Babilonio" (230-152).' lingüística y epistemología) y la fis ica de Crisipo y, el tercero, a la ética de Crisipo ya sus
sucesores hasta Antípatro de Tarso y algunos estoicos menores posteriores. Al interior de cada
Siglos !I-1 a.e. uno de estos tres tomos, el material aparece ordenado temáticamente siguiendo una di vis ión
*Antípatro de Tarso (c. 2 10-129) muy fin a y detallada de la estructura del sistema estoico. La obra de van Arnim ha sido y
Boeto de Sidón (siglo 11) seguirá siendo un libro de fuen tes de referencia obligada para cualquier persona que trabaje
• Panecio de Rodas (c. 185- c. 109) sobre el estoicismo antiguo .
Posidonio de Apamea (c. 135 - c. 5 d. C)' Esta contribución pionera, sin embargo, también tiene defectos y limitaciones. A nuestro
juicio, los seis más graves son los siguientes: (a) en ocasiones, van Arnim atribuye errónea-
Siglos 1-111 d. e mente a ciertos estoicos específicos doctrinas que no les pertenecen;12 (b) grecias a estudios
Lucio Aneo Séneca (4 a. C. - 65) rec ientes, se ha mostrado que hay ciertos textos fundamentales que él no incluye en su colec~
ción;13 (e) frecuentemente van Arnim des membra un texto dotado de gran unidad lógica en
EpictclO (c. 55- c.135)
varios pasajes y los incluye en lugares distintos de la colección; (d) en muchos casos, [os
Hierocles (fl. c. 150) textos incluidos están cortados de una manera tan arbitraria que resulta muy dificil reconstruir
Cleómedes (siglo 1) el argumento o el trasfondo en e l que se formu la un argumento; (e) muchas de las ediciones
Marco Aure li o (12 1_ 180)9 críticas de los textos griegos y latinos reproducidos por van Arnim han sido mejoradas y
remp lazadas por nuevas ediciones; (f) muchos pasajes se repiten innecesariamente en diferen-
De ciertos esto icos de la época imperial sobreviven algunos tratados y obras completas o tes secciones de la obra. '4
casi completas. Por ejemplo, de Séneca tenemos una parte voluminosa de su correspondencia A raíz de estos problemas, aunados a que en SVF los textos aparecen sin traducción y a
filosófica (Cartas a Lucilio) y tratados como el De ¡ro O Cuestiones Natura/es; de Epicteto, que aún no existía un libro de fuentes sobre la filosofia helenística en su conjunto, en 1987
cuatro libros de discursos o conversaciones (.61arP1Paí) compiladas por su discípulo Arriano, Anthony A. Long y David N. Sedley publicaron una colección de textos en dos volúmenes,
y de Marco Aurelio, doce libros de reflex iones filosóficas (ta € l~ taut 6v). Pero de los estoicos
10 Para las dificu ltad es de los Placi,a (atribu idos fI Aecio o Ps. Plutarco) cf. la monumental obra de
rico, AM7.64-67 = SVF 3.361). Sobre Aristón, véase la todavía importante monografia de [oppolo 1980 M a nsfeld~Run ia 1997; 2009; 2010.
con los comentarios críticos de Schofield 1984. 11 van Amim 1903~ 1 905 (SVf).
6 Sobre la noción de pertenencia a una escuela en la filosofia antigua, cf. Dorandi 1999b y Sedley 1989 12 Por ejemplo, van Amim incluye en el volumen Il varios textos del De Fato de Alejandro de Afrodi~
y 2003. sia que, supuestamente, reportarían doctrinas erisipeanas, cuando actualmente se sabe, gracias a estudios
7 También se sabe que en el siglo nr a.e. los siguientes estoicos realizaron alguna contribución (no recientes (por ejemplo, Bobzien 1998), que las teorías estoicas referidas por Alejandro en este tralado no
siempre menor) a la doctrina o práctica estoica: Perseo de Citio (307 ~243) , Arato de Solos (c. 315-c. 240), son necesariamente de Crisipo.
Apolófanes de Antioquía (fl. 275), Esfera de Borístenes (c. 285-219), Herilo de Calcedonia (fl. 250), Y II Por ejemp lo, Zenón ap. Alejandro de Licópolis, Confra Manichaeonlm Opiniones Dispwario 19,2-4
Aristocreonte de Solos (ll . 210). (recogido en nuestro capítulo 18, texto 18. 1).
8 Para los siglos 11-1 a. e ., cf. también Apolodoro de Seleucia o "Babilonio" (fl. [50), Arquedemo de 14 Para ejemplos de (e) cf. el pasaje dividido entre S VF 1.102 y 1.497 o el dividido entre SVF3.18, 188,
Tarso (n. 140), Sosígenes de Tarso (siglo TI), Hernclides de Tarso (siglo rn, Eudromo (siglo TI), Atenodo- 497-498 Y763; de (d) cf. SVF 1.154 y 2.980; de (e) ef. las nuevas ediciones de Diógenes Laercio de H. S.
ro de Tarso (c. 130-c. 60), Hecatón de Rodas (fl. 100), Antípatro de Tiro (s iglo f), Crinis (siglo [J. Long de 1964 y de M. Marcovich de 1999; y de (f) cf. SVF 1.628 y 3.285. Como hemos dicho arriba, a
9 Para los siglos I~III d.C., cf. también Lucio Aneo Comuto (c. 20-c. 70), Musonio Rufo (c. 25 ~ c. 90), pesar de todas las objeciones que legítimamente pueden hacerse a la obra pionera de von Amim, la misma
Flavio Arriuno (c. 90- 175), y Filópatro (fl. 140). sigue siendo de referencia obligada para el estudioso del estoicismo.
4 Introducción Introducción 5

The Hellenislic Philosophers (LS),15 que, sin estar exclusivamente centrada en el estoicismo, do de los SVF. 24 Al español destacan la del volumen 1 hecha por Ángel Cappelletti en 1996
constituyó un forrnjdable avance para el estudio de la Estoa. No sólo las ediciones de los para la editorial Gredas de Madrid y la del volumen n, hecha en dos tomos, por Javier Cam-
textos griegos y latinos estaban al día en ese momento, sino que el aparato crítico y las notas a pos Daroca y Mariano Nava Contreras en 2006 también para Gredos. 25 La labor llevada a
los textos originales contribuyeron a iluminar muchas dificultades texhmles. A diferencia de cabo por estos estudiosos es sumamente valiosa, pues pone a disposición de los lectores his-
van Amim, los textos figuraban no sólo en los idiomas originales, sino también en traducción panohablantes muchos textos clave sobre el estoicismo que nunca antes habían sido traduci-
al inglés e iban acompañados de comentarios y notas (de tipo histórico y filosófico en el dos al español. Pero estas obras no pasan de ser meras traducciones de los SVF: en primer
volumen T y lingüístico y erudito en el volumen 11). La obra de Long y Sedley, sin embargo, lugar, no realizan una selección de textos sustantivamente distinta de la de van Amim, sino
pretende ofrecer los textos más relevantes para el estudio de la filosofía helenística en general, que incluyen prácticamente los mismos textos y los cortan todos prácticamente del mismo
es decir, del estoicismo, epicureísmo y escepticismo. Por consiguiente, la selecc ión de textos modo; en segundo lugar, tampoco editan los textos griegos y latinos originales, sino que se
es a veces más limitada que la de SVF, en la medida en que debe cubrir tres diferentes escue- basan en las ediciones empleadas por van Arnim y en las lecturas que éste ocasionalmente
las. Además, aunque Long y Sedley incluyen ciertos textos del estoicismo imperial (cosa que propone de pasajes específicos, muchas de las cuales han sido superadas durante todo el siglo
muy raramente hace van Arnim), esta etapa del estoicismo cae fuera del dominio que pretende XX por la crítica textual más reciente . Asimismo, las introducciones y notas redactadas por
abarcar su colección. 16 los traductores no ofrecen al lector una interpretación detallada de las doctrinas estoicas. Por
El mismo año que en que apareció LS, Karlheinz Hülser publicó su monumental obra en estas razones, estas colecciones, si bien constituyen una herramienta importante de consulta
cuatro volúmenes Die Fragmente zr/r Dialektik der Staiker (FDS), una colección de 1257 para el lector de habla hispana, heredan directamente los serios problemas metodológicos que
textos en griego, latín, árabe y armenio, ordenados temáticamente, sobre la "dialéctica" o afectan a los SVF. Una situación similar puede advertirse en la traducción italiana publicada
"lógica" estoica, es decir, la disciplina que abarca la lógica fonnal, la filosofía del lenguaje, la por Roberto Radice de SVF en su totalidad en 1999: Stoici antichi, tutti i frammenti?6 Más
lingüística y la epistemología. 17 A diferencia de van Arnim, Hülser no sólo ofrece los textos recientemente aún, Richard Dufour ha emprend ido la tarea de mejorar la obra de van Arnim
en el idioma original con un breve aparato crítico, sino además una traducción al alemán y en su colección de textos Chrysippe publicada en 2004 en la editorial francesa Les Belles
breves introducciones a cada terna específico. Al igual que van Arnim y LS, Hülser ordena el Lettres.27 Sin embargo, este libro no supera realmente los SVF pues sólo abarca los temas de
material temáticamente. Pero los FDS constituyen un avance muy significativo respecto de su segundo volumen, es decir, la dialéctica y la física. Por consiguiente, la ética queda fuera
LS, ya que incluyen una enorme cantidad de textos importantes que no habían sido considera- por completo. Un aspecto valioso de este libro, sin embargo, es que, si bien los textos griegos
18
dos en LS. Sin embargo, aunque algunos textos petienecientes a la física y a la ética son y latinos que aparecen impresos no van acompañados de un aparato crítico, Dufour emplea las
consignados por Hülser, los PDS no pretenden abarcar estas dos áreas del pensamiento estoi- mejores ediciones disponibles hoy en día. Sin embargo, la selección de textos y los lugares de
co, las cuales están, por tanto, casi totalmente ausentes de la colección a pesar de ser funda- corte son prácticamente los mismos que en SVF. 28
mcntalcs. 19 También cabe mencionar otras tres valiosas colecciones de textos. La primera es
Posidonius, editada por Ludwig Edelstein e Ian G. Kidd Y publicada en 1972. 20 En esta obra 3. Objetivo y estructura dc la presente colección
los autores recogen todos los fragmentos y testimonios conocidos en griego y en latín sobre El objetivo general de la presente colección de textos es ofrecer al lector una colección de
Posidonio, acompafiados de aparatos críticos detallados, breves notas introductorias a los textos antiguos lo suficientemente ampl ia como para permitirle estudiar el estoicismo en su
textos y una introducción general al volumen. Este tomo fue seguido por otros dos de comen- conjunto con cierto grado de detalle, precisión y complejidad. A lo largo del trabajo, hemos
tario, debidos a Kidd y publicados en 1988 y de un cuarto tomo, publicado en 1999, con las tratado sistemáticamente de evitar los problemas que plantea SVF, usando las ediciones críti-
traducciones de Kidd de los textos contenidos en el prirnero. 21 La otras dos obras son Panaetii cas más recientes, intentando no dividir textos dotados de una notable unidad temática y
Rhadii Fralfmenta de Modestus Van Straaten,22 y Paneúo di Radi. Testimonianze de Frances- buscando incluir todos los textos que consideramos fundamentales. La selección que ofrece-
ca Alesse,2 quien realizó sobre Panaecio una investigación análoga, aunque más breve, a la mos no es exhaustiva, pues, por razones de tiempo y espacio, hemos dejado fuera algunos
que realizaron.Edelstein y Kidd sobre Posidonio. Estas tr~s obras, sin embargo, están dedica- textos que pueden ser relevantes para afinar ciertos detalles o señalar ciertos matices doctrina-
das, no al estoicismo en su conjunto, sino al dominio más limitado de estos filósofos estoicos les.
particulares. Nuestro ordenamiento de los textos es temático. Los temas tratados son, en su mayoría,
Algunas de las colecciones que hemos mencionado hasta aquí han sido traducidas total o los que las fuentes distinguen como clásicos dentro de cada una de las tres áreas que abarca la
parcialmente. También cabe mencionar !as traducciones que en años recientes se han realiza- filosofía estoica. Pero también incluimos temas que, si bien no constituyen por sí solos apar-
tados dentro del sistema estoico, tienen en sí mismos un interés filosófico para el lector con-
temporáneo (por ejemplo, el de los universales o el de la motivación para actuar). De este
1, Long-Sedley 1987 (LS). modo, distinguimos treinta temas y dedicamos un capítulo a cada uno, divididos en cinco
16 La selección de textos de filosofia helenística publicada por Lloyd Gerson y Brad Inwood en 1988 grandes grupos: (1) capítulo I (las partes de la filosofía), (2) capitulos 2-4 ('ontología'), (3)
(seguida de una selección de textos de filosofia estoica publicado por ellos en 2008) es un proyecto capitulos 5-10 ('lógica'), (4) capitulos 11-20 ('fis ica'), y (5) capitulos 21-30 ('ética'). Para
parecido al de Long y Sedley, con la salvedad de que los pasajes seleccionados son generalmente más cada uno de los treinta temas, nuestro principal criterio de selección fue incluir todos aquellos
largos, los temas más amplios, y las traducciones no van acompañadas del texto griego o latino.
17 Hülser, 1987-1988 (FDS).

1& Por ejemplo, sobre la teoría de la argumentación, en FDS se incluyen 168 textos, en SVF 38 y en LS 24 De LS hay una traducción reciente al francés hecha por Jacques Brunschwig y Pierre Pellegrin (cf.
10. LS 2001), la cual, salvo por algunas notas y cierto material nuevo, es exactamente el mismo libro que LS.
19 También debe mencionarse la colección de textos editados por Isnardi Parente en 1989 en dos volú- 25 Cf. Campos Daroca-Nava Contreras 2006 .
menes; la obra contiene casi todo el material reunido por van Amim (en traducción italiana, sin textos 26 cr. Radice 1999. Un antecedente importante de la traducción Radice (también basado en SVF) es
originales), con la excepción de los pasajes inciertos o repetidos y con el agregado de algunos textos que Isnardi-Perente 1989. Para una reseña crítica de Radice cf. Méthex.is xm [2000], 171-173. La ventaja de
no están en von Arnim. la edición de Radice para el lector italiano es que dispone del texto completo de los SVF y de la traduc-
20 Cf. Edelstein-Kidd 1972 (EK). ción italiana en páginas opuestas. Un detalle especialmente valioso de este libro son sus índices temáticos.
21 Cf. Kidd 1988 yKidd 1999. 27 cr. Dufour 2004 . Un antecedente importante de la traducción de Dufour (también basado en SVF) es
22 Cf. Van Straaten 1952. Bréhier 1962.
23 Cf. Alesse 1997. lS Para una reseña al libro de Dufour cf. Lukoschus 2006.
6 Introducción Introducción 7

textos que, según los estudios más recientes, son indi spensables para entender cómo los estoi-
Agradecimientos
cos abordaron ese tema particular. Por ello, si bien prácticamente todos los textos que elegi-
mos aparecen en al menos alguna de las princ ipales colecciones que hay en la actualidad - En la elaboración de esta obra hemos incurrido en varias deudas con diferentes institucio-
SVF, FDS y LS- ninguna de ellas los contiene a todos. ~es .Y personas. Marcelo D. Boeri quema agradecer el apoyo proporc ionado por las siguientes
La presente colección i~cluye, además de esta introducc ión, la traducción al español de mstItuclones y personas: CONICET (Argentina), Universidad de los Andes (Chile) Universidad
los. textos con un comen~ano filosófico. Cada capítulo incluye, además, el texto griego o Alberto Hurtado (Chile), Center for Hellenic Studies (Trustees for Harvard Univ~rsity) por un
latmo de los textos tr~ducl~os , ~on un aparato crítico y notas filológ icas y fi losóficas. Al final Jumor. Fellowshlp' en el año académi~o 1999·2000, Brown University (USA), Jobo Simon Gug-
del volumen, hemos mclUldo: (1) las tablas de concordancia entre nuestra numeración de los gcnhclm FoundatiOD I?or un FeIlowshlp en el año académico 2008-2009, CONlCYT (Chile) por
text?s y las numera.~iones ~fr ~cidas en las principales compi laciones modernas de textos el apoyo dado a traves de sendos Proyectos Fondecyt durante los años académicos 2008·2009
e s ~01cos (Anex.o D. (11) dos bibliografías, una de obras antiguas y otra de literatura secundaria, (proyecto 1085103) y 2012-2014 (proyecto 1120127), David Konstan, Eduardo Molina Cantó
as! como una hsta de obras de otros filósofos citados (Anexo II) , (iii) dos glosarios -griego- Eduardo Silva. "Yévalo, Sebasti~n S~nhueza y Tania Squizzato. Ricardo Salles querría agradecer ~
~spañol y latín.griego- de términos técnicos (Anexo 111),29 (iv) un índice de textos citados, o t~os los partICipantes del SemlOarlo de Historia de la Filosofía del Instituto de Investigaciones
mde~ locomm (Ane~o IV), (v) un índice de filósofos estoicos (A nexo V) y, finalmente, (vi) Ftlosóficas de la UNAM? coord.inado por Laura Benitez y José Antonio Robles y el apoyo recibi-
una hsta de las abreViaturas que hemos empleado a lo largo del libro. do del Center ~or Hellemc Studles (T~stees for Harvard University) por un Junior Fellowship en
Por últim?, hemos ~tilizad.o [~s siguientes sig!10s diacriticos: cuando hay alguna laguna el año acadérruco 2003-2004, del InstItute for Advanced Study en Princeton a través del fondo
en ~I tex:to gne.go .0 latmo la mdlcamos con el signo <"'>; los agregados introducidos por "Willis F. Doney Membership Endowment" por un Membersrup en el año académico 2010-
algun editor se mdlcan entre < >; cuando en la traducción agregamos alguna palabra que no 2011, del programa PASPA-UNAM durante el año académico 2010-2011 y de los proyectos
está en el texto or iginal la indicamos entre [ ]. PAPIIT-UNAM lN401408 y CONACYTCB2008-01 100539.
. .Esta colección es el resultado de un trabajo conjunto sobre todos los capítulos del libro. Ambos autores quisieran expresar su deuda especial con Andrea Lozano Vásquez y Andrés
SI bien cada un~ de ellos fue redactado en prImer lugar por alguno de nosotros, ese primer Santa N.tarfa por su. colaboración en el cuidado técnico de múltiples aspectos en el proceso de
borrador fue reVisado a. fond~'p~r e~ otro y, en ocasiones, el texto final incluye partes redacta- confección. de este lIbro. Esf:'1 obra está dedicada a la memoria del profesor Alfonso GÓmez·Lobo,
das p.or am~os. A .contlOuaclon indicamos cuáles capítulos fueron redactados por cada quien cuyo trabajO en filosofia anngua y su bonhomía fueron una fuente de inspiración que se encuentra
en pnmera tns tanCi8 : más allá de lo que podríamos expresar en un agradecimiento formal.

Boeri: 1-3,5-8,11,13- 14, 21-23,25-27,30


Sa lles: 4, 9, lO, 12, 15-20, 24, 28-29

29 Este segundo glos~rio tiene como obje~ivo hacer un relevamiento de algunas de las traducciones que
e~sa.yan lo~ autores latmos (mayom1ente Cicerón, Séneca, Aulo Gelio y Lactancio) de algunos términos
tCCnlCOS gnegos cmpleados por los estoicos antiguos y medios.
Las partes de la filosofía 9

Capítulo 1 1.4. Cicerón, Defin. 3.74 (FDS 348)


En verdad, me atrajo la admirable disposición del sistema y el sorprendente orden de los
Las partes de la filosofía asuntos. ¡Por los dioses inmortales! , ¿no 10 admiras? Pues ¿qué puede encontrarse, sea en la
naturaleza -en la que nada puede ser más conveniente ni estar mejor orgaruzad()-- o en las
producciones que dependen de la acción humana que sea tan sis temático, construido y unido?
¿Qué conclusión no se sigue de su premisa? ¿Qué consecuencia hay que no se siga de lo que
1.1 Aecio 1, proemio 2 (SVF2.35; LS 26A; FDS 15) la antecede? ¿Hay algo que no se encuentre conectado causalmente con otra cosa a punto tal
Los estoicos sostuvieron que la sabiduría es un conoc imi ento de cosas divinas y huma- que, si se alteraras una sola letra, todo se derrumbaría?
nas, y que la filosofia es la práctica de una hab ilidad úti l. La virtud únicamente y en su más
alta expresión es útil , y las virhldes más genéricas son tres: fisica, ét ica y lógica. Ésa es la 1.5. Estobeo, Ecl. 2.8, 13-18 (SVF 3.301; FDS 208)
razón de que la filosofía también tenga tres panes: la fisiea, la ética y la lógica. Hacemos Aristón decía que, entre los asuntos inves tigados por los filósofos, unos nos conciernen,
física cuando investigamos lo relativo al cosmos ya lo que está en él, ét ica cuando dedicamos otros no nos conciernen, y otros están más allá de nosotros. Nos conciernen los asuntos éticos,
nuestro tiempo al modo de vida humano, lógica - a la cual tambi én denominan "dialéctica"- no nos conciernen los dialécticos pues no contribuyen a la rectificación del modo de vida; y
cuando 10 dedicamos a la argumentación. están más allá de nosotros los físicos, ya que resulta imposible conocerlos y no comportan
ninguna utilidad .
1.2. DL 7.39· 41 (SVF 1.45-46; 2.37-38 Y 2.41; LS 268; FDS 1)
Afirman que el discurso filosófico tiene tres partes. Una parte de él es, en efecto, la físi- 1.6. Eusebio, PE 15.62.7-14 (SVF 1.353)
ca, otra la ética y otra la lógica. El primero en hacer esta distinción fue Zenón de Citio en su Más tarde, los del círculo de Aristón de Quíos intentaron decir que sólo había que filoso-
obra Sobre la raz6n, y Crisipo en el libro l de su obra Sobre la raz6n y en el libro 1 de su far sobre los asuntos éticos. Ellos, en efecto, son posibles y beneficiosos; pero los di scursos
Fisica, y Apo lodoro, el Efil o, en el libro 1 de las Il1troducciones a las doctrinas, y Eudromo sobre la naturaleza son todo lo contrario: son incomprensib les y, aunque se los comprenda, no
en su tratado Elementos de ética, y Diógenes de Babilo nia y Posidonio. A estas partes Apolo- comportan beneficio alguno. En efecto, no tendrían mucho más que ver con nosotros, aun
doro las llama "á reas", Crisipo y Eudromo "es pecies", y otros "géneros". Comparan la filo- cuando nos eleváramos a regiones más celestiales que Perseo, "sobre el fluir del Ponto, sobre
sofia con un animal, y a la lógica la asemejan a los huesos y los nClVios , a la ética a las partes las Pléyades", y con nuestros propios ojos viéramos el cosmos en su totalidad y cómo es la
más carnosas, y a la flsica al alma. O, de nuevo, [la comparan] con un huevo: la lógica es lo naturaleza de 10 existente. Desde luego que, al menos por esto, no seremos más prudentes o
exteri or, la ética lo que viene después y la fisica las partes más internas (o " la lógica es la más justos o más val ientes o más moderados, ni tampoco fuertes, hermosos o ricos, cosas si n
cáscara, la ética la clara, y la fis ica la yema"). O [la comparan] con un campo férti l: la lógica las cuales es imposible ser felices. Sócrates, por lo tanto, correctamente dijo que, entre las
es la empalizada que lo rodea, la ética es el fruto y la fisica es la ti erra y los árboles. O, de cosas existentes, unas están más allá de nosotros y otras no nos conciernen. Pues las cosas
nuevo, [la compa ran] con una ciudad bien fortifi cada y admi ni strada según la razón. Como fisicas están más allá de nosotros, las que están después de la muerte no nos conciernen;
dicen algunos estoicos, ninguna parte es preferible a otra, sino que están mezcladas, y hacían únicamente nos conciernen las humanas. Por eso dejó de invcstigar las teorías naturales de
una transmisión mixta [de la filosofía]. Otros, sin embargo, colocan a la lógica en primer Anaxágoras y Arquelao, y " lo bueno y lo malo que ha sucedido en tus palacios". Dicho de
lugar, a la física en el segundo, y a la ética en el tercero. Entre éstos se encuentran Zenón -en otro modo, no es sólo que los discursos físicos sean dificiles o imposibles de [comprender],
su obra Sobre la razón--, Crisipo, Arquedemo y Eudromo. Por cierto que Diógenes Ptolomeo sino que además son impíos y contrarios a las leyes, pues no se dirigen al carácter humano ni
comien za a partir de los asuntos éticos, Apolodoro pone tales asuntos en segundo lugar, Pane- al orden propio de nuestra vida. Algunos, en efec to, consideran que los dioses no existen en
cio y Pos idonio comi enzan a partir de los asuntos físicos, según dice Fanias, el discípulo de absoluto, otros que son "lo infinito" o "el ser" o "10 uno" o cualquier cosa antes que los [dio-
Posidonio, en el libro I de su tratado Conferencias posidoneas . Cleantes, en cambio, sostiene ses] reconocidos. La discordancia es enorme, pues en tanto unos muestran todo como infinito,
que hay seis partes: dialéctica, retórica, ética, política, física, teología. Otros, como Zenón de otros lo muestran como finito, en tanto unos estiman que todo está en movimiento, otros
Tarso, dicen que éstas no son partes del discurso [filosófico], sino de la filosofia misma. consideran que nada se mueve en absoluto.
Algunos afinnan que la parte lóg ica se divide en dos ciencias: retórica y dialéctica. 1.7. Sexto Empírico, AM 7.12 (SVF 1.356; FDS 209)
1.3. Plutarco, SR 1035A (SVF 2.42; LS 26C; FDS 24) También Aristón de Quíos, dicen, no sólo rechazaba el estudio de la física sino también
Crisi po cree que los jóvenes tienen que oír primero (conferencias1 sobre lógica, en se- el de la lógi ca porque es inútil y dañino para los que filosofan; pero además circunscribía
gundo lugar sobre ética, y en tercer lugar sobre física; y, finalmente, deben ocuparse del dis- algunas áreas de la ética, como la exhortativa y la relativa a las sugerencias. Pues ellas caerían
cu rso sobre los dioses como la culminación de estos estudios. Sin embargo, aunque en mu- en el dominio de las nodrizas y los pedagogos, pero para vivir con di cha basta el discurso que
chos lugares ha dicho esto, bastará con citar lo que se encuentra literalmente así en el libro JV nos familiariza con la virtud, nos hace ajenos al vicio, y va en dirección de aquellos interme-
de su obra Sobre los modos de vida: "Ahora bien, primero me pa rece que, de acuerdo con lo dios respecto de los cuales la mayoría de la gente cae en un estado de excitación y es desdi-
que los antiguos han dicho correctamente, los tipos de [proposiciones) teóricas del filósofo chada.
son tres: unas lógicas, otras éticas y otras fisicas. Segundo, que de éstas las lógicas deben 1.8. DL 7.160-161 (LS 31N; FDS 211)
ponerse en pámcr lugar, las éticas en segundo y las físicas en tercer lugar. Entre las fisicas, el [Aristón] eliminó no sólo el área fisica [de la fi losofía}, sino también la lógica, al argu-
discurso concern iente a los dioses está último. Por eso también llamaron 'i niciaciones ' a sus mentar que aquélla está más allá de nosotros en tanto que ésta no nos concierne; sólo la ética
tran smi siones".

L
lO Capítulo 1 Las partes de la filosofia 11

nos concierne. Y compara los argumentos dialécticos con las telarañas que, aun cuando pare- en tanto que su fin es el conocimiento de los métodos demostrativos. Todos los demás asun-
cen mostrar una cierta habilidad artesanal, son inútiles. tos, en efecto, concluyen en éste, en demostrar científicamente, de manera que no es posible
subordinar [la lógica] a ninguna parte de la filosofía, pues si la lógica trata no sólo los asuntos
1.9 Amonio, In A. Pro 8, 15-10, 8 (SVF 1.48; 2.49, 50; FDS 28) humanos, sino también los divinos - en efecto, la usamos cuando debatimos acerca de asuntos
Pero puesto que, como se ha dicho, el estudio propuesto se subordina a la lógica - la que, humanos o divinos- pero no se refiere solamente a las cosas humanas como porciones de lo
según los peripatéticos, es un instrumento de la filosofía- , pero como no todos opinaron así práctico, [entonces] tampoco se refiere solamente a las cosas divinas como [porciones] de lo
respecto de la lógica (se. que es un instrumento de la filosofía), sino que otros pensaron de teórico. Por consiguiente, [la lógica] no es una partícula, sino la tercera parte de la filosofia.
otra manera, mencionemos, pues, no sólo a los que opinaron de modo diferente acerca de eso, Los estoicos creen que de esta manera construyen [su tesis de] que [la lógica] es parte de la
sino también sus opiniones y los argumentos, valiéndose de los cuales, aseveran sus propias filosofía; no obstante, sus intentos son fáciles de rebatir. Pues a lo primero diremos que, aun-
opiniones, como creen. Los estoicos no consideran conveniente llamar a la lógica "instrumen- que la filosofía produce la lógica, no hay necesidad de que ella sea una parte. No, en efecto,
to de la filosofía" ni tampoco "una partícula cualquiera", sino "parte". También algunos porque [aunque] el herrero produce el yunque, el yunque es parte del arte de la herrería, pero
platónicos comenzaron por esta opinión porque, según Platón, la lógica no es un instrumento es un instrumento. A lo segundo diremos que cometieron un para logismo. En efecto, no había
sino una parte, y la parte más val iosa de la filosofía. Los peripatéticos, en cambio, la llaman necesidad de dec ir que, si el arte usa de algo que no es parte o partícula de otro arte, eso es o
"instrumento", no "parte". Tenemos que mencionar las pruebas, valiéndose de las cuales unos bien parte o bien partícula de aquel [arte] que usa, sino que había que agregar que también es
establecen que [la lógica] es un instrumento y otros que es una parte de la filosofía. Antes de un instrumento, es decir que había que decir "aquello que, si no es o bien parte o bien partícu-
eso, sin embargo, debemos decir en qué se diferencia instrumento de parte; ahora bien, "ins- la o bien instrumento de otro arte." Ellos, sin embargo, no recordaron el instrumento porque
trumento" es aquello que no contribuye a la existencia de algo y que, una vez eliminado, el algo no puede ser solamente instrumento. Estas son [las exp licaciones] para rebatir los argu-
todo permanece. "Parte", en cambio, es aquello que contribuye a la existencia de algo y que, mentos mediante los cuales los estoicos, según creen, construyen [su tesis de] que la lógica es
una vez eliminado, el imina de modo conjunto el todo. Por ejemplo, el trinchete es un instru- parte de la filosofia.
mento del zapatero; desde luego que el trinchete no completa su sustancia ni, eliminado el
trinchete, perece conjuntamente el zapatero. La mano, en cambio, es parte del hombre y, 1.10 Alej andro de Afrodisia, in A. Pro 1, 9-2, 2 (SVF 2.49a; FDS 27)
eliminada la mano, también perece conjuntamente el hombre tornado como un todo. En efec- Ahora bien, quienes dicen que ella (se. la lógica) es una parte [de la filosofía] fueron lle-
to, ya no es un todo, sino que está mutilado e incompleto. "Parte" difiere de "partícula", por- vados a ese [enfoque] porq ue, tal como la filosofía trata los demás asuntos que todos admiten
que la parte es una parte grande y la partícula una parte pequeila, es decir, es una parte de la que son partes de la filosofía, ésta, al hacer de su tarea no sólo el descubrimiento, sino tam-
parte. Por ejemplo, la teórica es parte de la filosofía; es partícula, en cambio, la teológica. bién el orden y la constitución de ellas (se. de sus partes), así también sin duda sucede en
Habiendo distinguido previamente estos asuntos, tenemos que decir el modo en que tanto relación con este estudio. Sin embargo, aunque [la lógica] es un producto de ésta (se. de la
estoicos como peripatétícos aseveran sus propias opiniones. Ahora bien, los estoicos afirman filosofía), no es una partícula de ninguna de las otras partes de la filosofía, ni de la teórica ni
que es la filosofía misma la que engendra la lógica y que, grac ias a ella, sería parte de la de la práctica. Pues su tema es distinto del de cada una de ellas, y el propósito de cada una de
filosofía. También formulan otros muchos malos argumentos por el estilo, mediante los cua- ellas es diferente. Y dado que eH as difieren entre sí, se dividen dicotómicamente entre sí.
les, así creen, construyen [la tesis de que] la lógica es parte de la filosofía. Es por eso que hay Dado que esta investigación (se. la lógica) difiere de cada una de ellas, razonablemente podría
que dejar de lado muchos [de sus argumentos] y hay que mencionar aquel que creen que es el dividirse dicotómicamente respecto de ellas. Se diferenc ia de ellas tanto en cuanto a su tema
más constructivo y penetrante. En efecto, argumentan del siguiente modo: si un arte usa algo (pues sus temas son las proposiciones y las premisas) como por su fin y propósito. Su propó-
que no es parte ni partícula de ningún otro arte, eso es absolutamente o parte o partícula de sito, en efecto, consiste en probar que, a través de un cierto tipo de composición de premisas,
este arte . Por ejemplo, dicen, la medicina usa la cirugía, y dado que ningún otro arte usa la se deduce algo por necesidad no sólo a partir de lo establecido, sino también de lo aceptado;
cirugía como de una parte o una partícula, la cirugía no es un instrwnento de la medicina. éste, [sin embargo], no es el fin de ninguna de aquellas [partes].
Pero la filosofia, dicen, usa la lógica, que no es [parte] de ningún otro arte <*> de la filosofía
1.11 Fil6pono, in An. Pro 6, 19-7,9 (FDS 29)
a no ser como parte o partícula. Pero si uno dice que también las demás artes usan la lógica,
Hay que investigar a continuación si tanto la lógica como el estudio dialéctico son parte o
tal como la medicina usa los argumentos deductivos y todos las demás artes usan los argu-
instrumento de la fi losofía, dado que los antiguos opinan de manera contraria y diferente
mentos deductivos, diremos que también aquellas [artes] los usan, pero que no conocen sus
sobre ella. Los estoicos directamente declaran que ella es una parte cuando la dividen dicotó-
métodos y que no se aplican preferentemente a eso. Por ejemplo, el médico no se aplica prefe-
micamente en dos partes diferentes de la filosofía. En cambio, los peripatéticos, esto es, los
rentemente al método deductivo, y no se podría decir que dicho método es una parte o partícu-
discípulos de Aristóteles, [dicen] que es un instrumento. Los de la Academia - entre los que
la de la medicina, sino que en la medida en que le es útil para la demostración de las proposi-
también está Platón- , por su parte, evidentemente dicen que es no sólo parte, sino también
ciones teóricas médicas, en esa medida 10 adopta como instrumento junto con el dialéctico. El
instrumento. Además, los estoicos establecen que [la lógica] es parte de ella (se. de la filosof-
filósofo, en cambio, conoce en la medida que tiene trato, sobre todo, con dicho método. Ahora
ía) mediante un argumento del siguiente tipo: aquello de 10 que se ocupa un arte o una ciencia,
bien, en este sentido los estoicos, como creen, construyen [la tesis de] que la lógica no es un
dicen, si no hiciera referencia a otro arte o ciencia como parte o partícula de ella, es su parte o
instrumento; queda que digan que sea una partícula porque los asuntos humanos son la mate-
partícula. Pues bien, si la filosofía se ocupa de la investigación lógica - que no se reduce a otro
ria de las tres porciones de lo práctico, y la felicidad de la vida humana, la que el político se
arte o ciencia como parte o partícula-, entonces, la lógica es una parte o partícula de la filo-
preocupa por procurar, es un fin. Y, de nuevo, los asuntos divinos son la materia de las por-
sofía . Por cierto que no es una partícula, pues no es parte de la [partícula] teórica ni de la
ciones de lo que es teórico, y la felicidad teórica (o contemplativa) es un fin . Pero el trata-
práctica. En efecto, la partícula de algo también participa del tema y del propósito de aquello
miento lógico no tiene el mismo tema ni [el mismo] fin, pues su materia son los argumentos,
12 Capítulo 1 Las partes de la filosofia 13

de lo cual es partícula; ciertamente, (la lógica] no participa del [tema o del propósito] de [la do, la lógica no es parte o partícula. Por tanto, es instrumento. Y [éste] es el tenor del primer
partícula] práctica, pues su tema son los asuntos humanos y la pasión moderada, en tanto que argumento en estos temas. El segundo argumento tiene el siguiente tenor: la lógica es produ-
su propósito es aque ll o que, en cierto modo, es elegibl e o evitable en relación con dichos cida por la filosofía; todo 10 que es producido por algo es parte de lo que lo produce. Por
asuntos. La lógica, sin embargo, tiene como tema las premisas [de los argumentos] y como tanto, la lógica, en la medida en que es produc ida por la filosofia, es parte de ella. Sin embar-
propós ito probar que, a tmvés de una cierta composición de las premisas que se siguen, se go, también este argumento es fa lso; en efecto, inmediatamente que el herrero produce <un
deduce por necesidad algo, cosa que no es el fin de la [partícula] práctica [de la filos ofía], sino yunque> para sí mismo y, si fuera el caso, el carpintero UD martillo, ninguno de los dos (sc. el
que [su fin] es, como dije, la pasión moderada o lo que en sen tido absoluto es bueno. Así yunque y el martillo) es parte de ninguno de ellos (se. el yunque no es parte del herrero ni el
también la lóg ica no es una partícula de lo práctico, pero ciertamente tampoco lo es de lo martillo lo es del carpintero). También los argumentos de los estoicos tienen un tenor de esta
teórico, ya que su tema son los asuntos divinos, en tanto que su fin es la consideración teórica índole, dado que se apresuran a mostrar que la lógica es parte de la filosofía.
que a ellos se refiere. Pero si [la lógica] no es parte de lo teórico ni de lo práctico, entonces,
COMENTARlO
no será partícula de la filosofia. Resta, por tanto, que la lógica se divida dicotómicamente en
En el helenismo era más o menos habitual hacer una presentación sistemática de la filo-
[partícula] teórica y práctica y que sea una parte de la filosofía. Así también [lo creen] los
sofía según la tripartición fisica, ética y lógica, tripartición que se remonta al académico Jenó-
estoicos.
crates e incluso a Aristóteles; algunos autores antiguos incluso la hacen llegar hasta Platón (cf.
1. 12 Oli mpiodoro, Prolegomena 14, 18-1 5, 30 (FDS 30) Cicerón, A cad. 1. 19; Eusebio, PE 11.1.1; DL 3.56; Hipólito, Refut. l.18, 2. Para la tripartición
Estamos investigando si la lógica es parte o instrumento de la filosofía. Pues bien, hay en Jenócrates, cf. Sexto Empírico, AM 7. 16, Frag. 1 Heinze, y AM7.147, Frag. 5 Heinze;
que saber que ha habido opiniones diferentes sobre ella. Los estoicos consideran que es parte, para la tripartición en los estoicos antiguos cf. texto 1.2). Es en el estoicismo donde esta tri-
los peripatéticos que es instrumento, el divino Platón que a la vez es parle e instrumento -y partición se convierte en el esqueleto de un modelo sistemático de división. Aun cuando se
dice que es parte en el Fedro, donde afirma que la lógica ofrece a la filosofía la explicación hace una distinción de las diferentes regiones del saber filosófico, algunos testimonios enfati-
del coronami ento [del saber], y que es instrumento [lo di ce} en el Fedón, donde afirma " niño, zan que ninguna parte es preferible a otra, ya que todas ell as se encuentran "entremezcladas"
ejercítate a través de la ll amada ·charlatanería' por el tiempo que seas joven; si no lo [haces], (cf. texto 1.2). Los estoicos, según nos informa Cicerón (texto 1.4), mostraron un sis tema
se te escapará la verdad". Mediante estas [palabras] Platón no hace más que mostrar que la filosófico perfectamente coherente y admirable (admirabilis compositio) y una secuencia
lógica es un instrumento de la filosofía, pues nunca podía atreverse a decir que la parte es sorprendente (incredibilis ordo) en lo que se reficre a la organización de los temas; cada
ejerc itación y c harlatanería. Pero esto es [lo que dice] Platón. Los estoicos, por su lado, de- concl usión se sigue de las premisas y cada argumento se sigue del anterior. El conjunto está
seaban comprometerse con su propia opinión a través de dos pruebas; la primera de ellas tiene tan bien organizado que si se alterara una sola letra la totalidad del sistema se demunbaría.
el siguiente tenor: todo aquello de lo cual hace uso un arte o una ciencia, si no es propio de Este tipo de presentación puede ser parte de alguna exageración, pero es ilustrativo de hasta
otro arte ti otra cie ncia es, o bien parte o partícula, o bien parte o partícula del mismo [arte o qué punto los estoicos pensaban que entre las partes de la filosofía debía haber unidad y co-
de la misma ciencia] usada, tal como, por ejemplo, [sucede] en el caso de los modelos. La herencia: la naturaleza (fisica), el lenguaje (lógica) y la conducta (ética) son aspectos parciales
dietética es parte del arte de la medicina y de ningún modo parte de otro arte o ciencia. Por 10 de una misma totalidad, y el más pequeño cambio alteraría y destruiría el todo (sobre las
tanto, la dietética es parte del arte de la medicina y este único arte hace uso de ella. Pues bien, conexiones entre las tres partes del discurso filosófico cf. Forschner 1995: 22-24).
si la filosofía también hace uso de la lógica y no hay otro arte o ciencia que haga uso de ella, Este comentario se centra en tres temas principales: (i) la tesis de que ninguna parte es
entonces, la lógica es parte o partícula de la ti losofía. Pero por cierto no es una partícula; por preferible a la otra, sino que todas están " mezc lada s" (texto 1.2). (ii) La discusión de qué es
tanto, es una parte. Y adecuadamente se añade al argumento "si no es propio de otro arte o exactamente lo que se divide: la filosofía o el di scurso filosófico; (iii) la disputa entre peri-
ciencia" a causa de la astronomía. Pues parecía que la astronomía era parte del arte del pilota- patéticos y estoicos sobre si la lógica es un instrumento de la filosofía o una parte de ella.
je, porque hace uso de él -como lo muestra Arato cuando, al hablar de la Osa Mayor, [dice]: (i) A pesar de los diferentes énfasis que uno puede encontrar en los testimonios acerca de
" los sidonios navegan de un modo correctísimo"- si [la astronomía] no preexistiese siendo la prioridad de una parte de la filosofía sobre otra, parece haber sido común entender que, no
parte de la filosofía. En efecto, se reduce a la [parte] teórica, y la teórica a la matemática. El obstante, todas las partes se encontraban interconectadas. Por ejemplo, la ética tiene ciertos
tenor de la prueba también posee este modo. Es posible, sin embargo, refutarlo en pocas presupuestos que, en sentido técni co estricto, pertenecen a la física y la lógica esto icas. En
palabras y fáci lmente mediante una demostración [referida aJ la lanceta; en efecto, si alguien efecto, la psicología estoica de la acción (para la cual cf. capítulo 24) se explica por el recurso
les dij era: "la lancem, ¿corresponde a algo? ¿No corresponde sólo a la medicina? ¿Hay algu- a varias nociones claves (como "proposición" y "predicado", dos AelCTá, para los cuales cf.
Ilas otras personas que hagan uso de ella o sólo los médicos?" Pero además, ninguna persona nuestro capítulo 8 y los textos allí discutidos) que, en sentido estricto, son estudiados por la
sensata exigirá que la lanceta sea parte de la medicina, si es que la lanceta es un cuerpo, y la lógica. La lógica y la fís ica se conectan por el lado de 10 que nosotros denominaríamos teoría
medicina algo incorpóreo. El cuerpo, sin embargo, nunca es parte de lo incorpóreo. Por consi- del conocimiento o epistemología pues, como veremos (cf. capítulo 6), el origen del impulso
guiente, ¿de dónde surgió el paralogismo? Digo, ciertamente, que en el argumento se ha y la acción tienen una relación estrecha con los estados cognitivos del sujeto. La lóg ica, la
omitido lo que se está investigando, pues ellos deberían decir del siguiente modo: "todo aque- fisica y la ética, por su parte, se articulan en la teoría del significado (capítulo 8), la psicología
llo de lo cual un arte o ciencia hace uso, si no es propio de otro arte o ciencia, es o parte o de la acción y la tesis de que el alma humana es una entidad de carácter corpóreo (cf. capítulo
partícula o instrumento, o es parte o partícula o instnunento del mismo [arte o ciencia] de que 13). El modo en que funcionan las tres partes de la filosofía como un todo queda claro en la
hace uso. Pero, por cierto, no hay ningún otro [arte o ciencia] que también haga uso de la defin ic ión estoica de fi losofia que la carac\eriza como un arte útil (texto 1.1), donde "úti l" en
lógica que no sea so lamente la filosofía. Por consiguiente, [la lógica] es parte o partícula o su más alto grado son las virtudes que, de un modo genérico, son tres: física, ética y lógica (o
instrumento de esta [filosofía] de la que hace uso. Pero desde luego que, como se ha mostra- sea, las tres partes del discurso filosófico). Ética, física y lógica son diferentes aspectos del
14 Capítulo 1 Las panes de la fi1osofia 15

principio organ izador del cosmos, el ÁÓYo<; universal, la naturaleza, dios o "hálito" (1Iv€ü~a) ­ hacer referencia al proceso de transmisión de la filosofía del modo en que el maestro expone
todos nombres diferentes que designan el mismo objeto-, que se man ifiesta no sólo en la una lección de filosofia ante sus alumnos. lerodiakonou ha hecho otra sugerencia que parece
naturaleza fisica, sino también en el lenguaje, en los procesos cognitivos en él implicados y má s convincente: la distinción verdad-verdadero ayuda a especificar la diferencia filosofia-
en la acción. Como es claro, la acción humana no puede explicarse de un modo coherente si discurso filosófico. De acuerdo con los clásicos pasajes de Sexto en los que se expone la
se prescinde del lenguaje que la expresa racionalmente, o de la natura leza que, entre otras distinción estoica (PH 2.81 w83; AM 7.38 w45), la verdad es algo corpóreo - pues es el "conoci-
cosas, da cuenta de la constitución natural del animal racional y su capacidad de autorccono- miento declarativo" (lmCIT~j.111 ano<poV1 ucr¡) de todas las cosas verdaderas", y el conocimiento
c imiento como un agente racional (cf. capítulo 22). La física no estudia los fenómenos natura- es un cierto estado de lo rector del alma, en tanto que lo verdadero es incorpóreo (pues es la
les en cuanto puramente natura les pues, como sostenía Crisipo, la investigación física no debe proposición, es dec ir, un AEK1ÓV, que en el mapa ontológ ico estoico es un ítem incorpóreo; cf.
llevarse a cabo en vistas de ningún otro fin que no sea la distinción relativa a bienes y males capítulo 2). Según la interpretación que sugiere lerodiakonou (1993: 60), la verdad sería a la
(cf. Plutarco, SR 1035C; SVF 3.68). La lóg ica tematiza los fundamentos de la comprensibili- filosofia como 10 verdadero al discurso filosófico; y si la filosofía era pensada como idéntica a
dad de todo discurso humano. Si hay una necesaria interdependencia entre todas las cosas, el la virtud, se la podría entender como una disposic ión de la facultad rectora del alma y por eso
todo no es el resu ltado de una suma de palies ya que cada una de éstas existe sólo en relac ión podría ser tratada como corpórea, al igual que la verdad. La interpretación de lerodiakonou
con las demás. En el plano cosmológico esto se debe a la constitución " neumática" del uni- encuentra cierto apoyo textual parcial en un pasaje de Epicteto, quien, al citar palabras de
verso (cf. capítulo 12, SVF 2.473 y Sexto Empírico, AM 9.127 con el comentario de Forschner Zenón de Citio, sostiene que (1) el tema propio del filósofo no es pasar el tiempo, sino la
1995: 55-56. Para el poder causal del1tVEü¡.w como causa cohesiva cf. nuestro capítulo 14 y razón; (2) que su fin es conservar su recta razón, y que (3) sus principios teóricos son conocer
Boeri 2009c). los elementos de la razón, i.e. conocer los elementos de la razón, i.e. cuál es cada uno de ellos,
(ii) El texto 1.2 presenta varias dificultades: 1) según la mayor parte de los estoicos, lo cómo se ajustan los unos a los otros y qué consecuencias se siguen de ellos (Diss . 4.8.12).
que hay que dividir no es la filosofía, sino "el discurso filosófico" (6 Kala. q:nAocroq>ío:v AóyoC;; Aunque un poco elíptico, este pasaje de Epicteto apoya la opinión de que los estoicos conci-
el. texto 1.1 , en cambio, dice que la filosofía -no el discurso filosófico- tiene tres partes); 2) bieron el discurso filosófico como la colección articulada y ordenada de proposiciones filosó-
diferentes filósofos utilizaron diferente terminología para referirse a las tres partes del discur- ficas verdaderas, de modo que habrían considerado a la filosofía como un cuerpo idéntico a
so filosófico: algunos hablan de j.1Ép'l ("partes"), otros de lÓltOl ("áreas" o "lugares"), otros de una disposición de la parte rectora del alma, y al discurso filosófico como el agregado in-
Eí01l ("especies") y otros de yÉvll (<<géneros"); 3) la observación de Diógenes de que los estoi- corpóreo articulado de proposiciones filosóficas verdaderas (cf. lerodiakonou, 1993: 6 1). La
cos no fueron unánimes en el orden en que debía ponerse a las tres partes del discurso fi losó- conclus ión según la cual la fi losofia es un cuerpo idéntico a una disposición de la parte rectora
fico y 4) la presentación que hace Diógenes Laercio de diferentes símiles usados por los del a lma es también conjetural, aunque tiene cierto apoyo en los pasajes de Sexto ya mencio-
estoicos para describir la estrecha relación existente enrre las tres partes del discurso filosófico nados donde se distingue "verdad" y "verdadero", siendo lo primero un cuerpo y lo segundo
(la filosofia se compara con un animal, con un huevo, con un campo férti l y con una ciudad un incorpóreo.
bien fortificada). De las cuatro dificultades señaladas nos centraremos en las tres primeras. La otra cuestión problemática del texto 1.1 tiene que ver con la terminología uti lizada pa-
Zenón de Citio y Crisipo dividían "el discurso filosófico", no la filosofía; Cleantes, el ra hablar de las partes del discurso filosófico. Apolodoro llama a esas partes lóno<;, Crisipo y
otro representante importante del estoicismo antiguo en su etapa fundacional (además de Eudromo dOll, otros -yÉvr]. La pregunta clave en este caso es por qué algunos estoicos piensan
Zenón y Crisipo), sostenía que "hay seis partes", aunque no ac lara si se refiere a seis partes de que hay que reemplazar la palabra "parte" (j.1€POC;) por "especie" (doo~), "área" (lÓltO~) o
la fi losofia o del discurso filosófico: dialéctica, retórica, ética, política, f1sica y teología. la "género" (yÉvo<;). No hay textos que expliquen o discutan estas distinciones; no obstante, tal
retórica es tratada habitualmente en el contexto de la dialéctica o lógica, la política en el de la vez habría que pensar que el hecho de que distintos filósofos estoicos hayan emp leado pala-
ética y la teología en el de la física, de modo que la distinción de Cleantes no parece introdu- bras diferentes para hablar de las partes del discurso filosófico debe haber obedecido a los
cir nada nuevo (para la algunas precisiones sobre este detalle cf. Barnes 1999: 66-67). Zenón distintos modos en que interpretaron tales partes. Los estoicos le otorgaron una cierta impor-
de Tarso, en cambio, no está de acuerdo con los demás estoicos y sostiene que física, ética y tancia al tema de la división en el contexto de su lógica, lo cual probablemente puede ayudar a
lógica deben ser vistas como las tres partes de la mosofia mi sma. Esta distinción también justificar el importante papel que le asignaron al problema de la organización de la filosofía.
aparece en Estobeo (Ecl. 2.42, 7ss.), donde se dice que Eudoro, siguiendo una práctica estoi- En DL 7.61-62 se ofrece una serie de definiciones (muy probablemente estoicas, ya que se
ca, sugería que el discurso filosófico sea dividido en ética, fis ica y lógica. En ninguno de estos encuentran en el contexto de la exposición de las doctrinas de Zenón de Citio) de qué es un
pasajes, sin embargo, se di scute por qué fís ica, ética y lógica deben ser partes de la fílosofia eIoo<; y qué una olaíp€O"l;: una especie se caracteriza como lo que es abarcado por un género
misma y no del discurso filosófico. Para complicar un poco más el asunto, Plutarco dice (en el (por ejemplo, "hombre", que es abarcado por o está incluido en "animal". A continuación se
texto 1.3) que C risipo sostenía que "las clases o géneros de proposiciones teóricas o especula- da una serie de tipos de división, comenzando por la OtClíp€O"1<; misma: (a) la división de un
tivas" (8Erop11JlOra) del filósofo son tres: unas lógicas, otras éticas y otras fis icas". Esto no género, que es el corte de dicho género en sus especi es próx imas (por ejemp lo, entre los aniw
contradice lo dicho por Diógenes Laercio (en el texto 1. 1) de que Crisipo, como Zenón, divid~ males, unos son racionales, otros irracionales). (b) El segundo tipo de división es la "parti-
ía el discurso fi losófico (no la filosofia), pero tampoco es útil para aclarar la distinción filosof~ ción" (j.1Eptoj.16;), que, según Crinis, consiste en la distribución de un género en áreas (por
ía-discurso filosófico. De hecho no hay textos que expliquen tal distinción. ejemplo, los bienes pueden serlo del alma unos, y del cuerpo otros (omitirnos los otros dos
Algunos estud iosos han sugerido que la expresión "discurso filosófico" hace referencia a tipos de división -"división contraria": CtV110Ia{pEcrt<;; "subdivisión": UltOOtaíPEO"l<; menciona-
la exposición de la filosofía para propósitos de enseñanza (Hadot, 1979: 215). Sin embargo, dos en DL 8.61- pues son irrelevantes en esta discusión). De estas definiciones podría inferir-
en Ol se habla de una "transmisión mixta" (no:pá.ooO"\<; ~tKl~ ) de la filosofía y ta l transmisión se que en tanto una división (OtaÍp€crt<;) resulta de la enumeración de las especies de un género
se distingue de l di scurso filosófico, de manera que esta expresión no puede ser tomada para (racionalw irracional dicho de ani mal, por ejemplo), una partición, en cambio, conduce a una
16 Capítu lo 1 Las partes de la fil osofía 17

lista de partes de un todo o de un género (por ejemplo, los bienes lo son del alma o del cuer- fisica, ética; entre los que establecen este orden se menciona a Zenón, Crisipo, Arquedemo y
po). Es probable que los estoicos que llamaban a las partes del discurso filosófico Ei'Oll estu- Eudromo (cf. texto 1.2, pero véase también capítulo 5, textos 5.3 y 5.14 en los que Epicteto
vieran pensando en un procedimiento similar a la división, en tanto que los que usaron "áreas" respalda la prioridad de la lógica con el correcto ejercicio de la razón que es presupuesto por
estuvieron más a favor de un procedimiento semejante a una partición. Así pues, los q ue cualquier tipo de investi gación que uno se proponga hacer). Sin embargo, Crisipo, según otro
usaron la palabra "especies" habrían enfatizado el carácter sistemático y completo de la divi- testimonio (texto 1.3), ponía primero a la lógica, luego a la ética y por último a la fís ica. Al
sión de las disciplinas filosó fi cas, en lanto que los que usaron "áreas" consideraron el discurso menos dos de los símiles mencionados en el texto 1.2 (el del huevo y el del animal) corres-
filosófico como una disciplina unitaria dividida en pa rtes que corresponden a diferentes áreas ponden a este orden. Es difícil saber con precisión el significado de estos cambios de orden; la
de conoc imiento (cf. Ierodiakonou, 1993: 66-67). insistencia de que, en rigor, no hay ninguna prioridad entre las partes del discurso fi losófico
Esta conclusión, sin embargo, parece demasiado especulativa; al parecer, en el texto 1.2 nos hace pensar que las di ferencias y desacuerdos en cuanto al orden obedecen más a cambios
no hay nada que asegure que ll amar "especies" a las partes del d iscurso filosófico implique de énfas is que a una distinc ión precisa res pecto de la prioridad de una parte con respecto a
necesariamente que se haya enfatizado el carácter sistemático y comp leto de la división de las otra. Los sími les del ser vivo y del huevo da n una idea totalizadora y de unidad de todas las
discipl inas filosóficas. Quizás uno podría inclinarse a pensar que, siguiendo la definición de partes sin que haya prioridad de una parte sobre la otra, pues tanto el ser vivo como un pro-
especie que aparece en el mismo DL y que éste atribuye a Zenón de Citio, los estoicos que ducto natural (como el huevo) no se entiende sino es en completa unidad sistémica de las
llaman "especies" a las partes del discurso fi losófico (entre los que se cuentan Crisipo y Eu- partes funcionando como un todo .
dra ma) piensan que éstas son " al gas" incluidos en el género "discurso filosófico" . Pero en (iii) Finalmente, nuestros textos 1.9-1.L2 documentan la po lémica entre estoicos y peri-
esto no ve mos ningún énfasis puesto en el carácter sistemático y comp leto de la división de patéticos en relación con la tes is estoica de que la lógica no es un instrumento de la filosofia
las disciplinas filosóficas. No es tan claro cómo podría establecerse que el empleo de "espe- (peripatéticos), sino una parte de ell a (estoicos). A pesar de l tono polémico de estos pasajes y
cie" exh iba un carácter más sistemático de la división de las disciplinas filosóficas que si sólo del modo en que la explicación es presentada en dicho trasfondo polémico, son úti les para
se usa "área" o "tópico". "Especie" y "área" son, como lo reconoce lerodiakonou (1993: 64), darse una idea de l argwnento estoico de fondo. Como es habitual en este tipo de informes, los
dos modos diferentes de dividir un género: cuando se lo divi de en especies se llama "divi- peripatéticos (Alej andro, Oli mpiodoro) y los platónicos (Amonio, Filópono) introducen in-
sión", cuando se lo divide en áreas "partición". Llamar a las partes del discurso fi losófi co gredientes aristotélicos para expl icar lo que dicen los estoicos. Por ejemplo, es una distinción
" especies" sólo apunta a una división en un sentido más forma l o técnico de la misma, pues aristotélica, no estoica, hablar de "parte teórica y práctica" de la filosofía; aun cuando Ar istó-
lógica, ética y física son las especies próximas del género "discurso filosófico". Pero si se teles estrictamente no habla de parte teórica y práctica de la fi losofia, sino de ciencias o sabe-
llama a las partes del discurso fi losófico "áreas" se hace una "partición" de diferentes áreas de res (ET[l(yt~)lal) teóricos o prácticos, o de un "pensamiento discurso" (olávota) que puede ser
un mismo objeto. En el caso más genera l, fis ica, lógica y ética no son más que di ferentes práctico, productivo o teórico - <:f. Mel. 993b20-2 1; 1025b25; 1026b5; 1064a I6-17- , parece
d ominios del discurso fi losófico; se trata de una distribución de mI discurso en áreas o "cam- haber sido una extensión relativamente apropiada hablar de partes teórica y práctica entre los
pos": el área fisica, ética y lógica. comentadores griegos de Aristóteles.
En este capítu lo hemos incl uido también algunos testimonios que dan cuenta de la posi- Aunque los contendores de l debate respecto de si la lógica es parte o instrumen to de la fi-
ción heterodoxa del estoico Aristón de Quíos en cuanto al modo en que se divide el discurso losofía suele limitarse a los estoicos y los peripatéticos, respectivamente, Amon io no quiere
filosófico y la relevancia que tiene cada parte de ese discurso. Aristón y algunos de los de su dejar fuera a Pl atón, quien (según su testimonio) habría argumentado que la lógica no sólo es
círculo íntimo creían que únicam ente era perti nente dedicarse a cuestiones de ética (cf. textos parte de la fil osofía, sino "la parte más va liosa" (cf. 1.9). Fi lópono va aún más lejos y sug iere
1.5, 1.6, 1.1 Y 1.8); los asuntos dialécticos, sostenían, no son de nuestra incumbencia en la que, de acuerdo con Platón, la lógica no sólo es parle, sino tambi én instrumento de la fil osofía
medida en que no contribuyen en nada a la rectificación o mejoramiento de nuestro modo de (cf. I.LL ; el enfoque de Fi lópono es ava lado también por Olimpiodoro en 1.12). Antes de
vida. Las cuestiones de fis ica, en cambio, es tán más all á de nosotros pues no es posible cono- exponer brevemente 10 que parece haber sido el argumento estoico para justificar la tes is de
cerlas y no producen ninguna uti lidad; más aún, en caso de que fuera posib le conocer ta les que la lógica es parte de la fi losofi a, conviene detenerse brevemente en la explicación que
cuestiones, las mismas no tendrían ninguna utilidad, dice Aristón. Su sugerencia y la de algu- provee Amonio en el texto 1.9 de la di stinción "parte" ()lÉpo~) y "partícula" (Jl6pIOV), por un
nos de su círculo, entonces, era que, para la vida práctica, los asuntos teóricos relacionados lado, y parte e instrumento (opyavov) , por el otro (jJ6plOv también podría entenderse como
con el conoc imiento de la naturaleza y todo lo que ella implica no tienen importancia (cf. "porción", pero, como es claro en estos textos, el vocab lo se usa para indicar una "parte pe-
textos 1.5 y 1.6). No seremos más justos, prudentes, valientes o moderados, argumenta queña", i.e. se trata de una "partícula"). Tales dist inc iones, en e fecto, son relevantes en el
Aristón, por el hecho de saber cómo es el cosmos o la natura leza de lo existente. Aristón y los argumento estoico, tal como se lo reporta en la versión proporcionada por los comentadores
de su entorno dicen estar suscr ibiendo una pos ición estrictamente socrát ica, según la cual hay griegos de Aristóteles reproducid os en estos pasajes.
cosas que están más allá de nosotros y hay otras que directamente no nos conciernen (texto Comencemos por la distinción instrumento-parte: (a) un instrumento es algo que no con-
1.6; sobre el desi nterés de Sócrates por las cuestiones fisicas o, en general, de orden cosmoló- tribuye en nada a la existencia de algo y a tal punto ello es así que, si dicho instrumento se
gico, véase JCDofonte, Mem. 1.1.1 - 16 y Aristóteles, Met. 987b 1-4). El otro punto importante elimina, el todo no se elimi na. (h) Parte, en cambio, es lo que sí contribuye a la existencia de
relacionado con las innovaciones de Aristón (y que se sigue de su crítica a la lógica y la físi- aque llo de lo que es parte, y si se destruye, ta mbién se destruye el todo ("en cuanto todo") del
ca) tiene que ver con el hecho de que eliminó la división tripartita de la filosofía (cf. texto 1.8) que la parte es parte. Ejemplo de (a) es el trinchete del zapatero: si el trinchete se elimina, no
y la redujo a una sola: la ética. se destruye el zapatero junto con el trinchete. Un ejemp lo de (b), en cambio, es " mano", q ue
También cabe preguntarse qué importancia tuvo -si es que ttlVO alguna- el orden en que es una parte del hombre entendido como todo del cual una mano es una parte suya . En efecto,
los estoicos ponían las partes de la filosofía. El orden atribuido a va ri os estoicos es lógica, si se mutila una mano de una persona, ésta ya no será el todo que era antes de ser mutilada . Si
18 Capítulo 1 Las partes de la filosofía 19

uno intentara aplicar esta distinción a la polémica sobre el esta tus de la lógica, tendría que decir que si un arte usa de algo que no es parte o partícula de otro arte, cso es o bien parte o
decir que, según los estoicos, la lógica es parte del todo (entendido como un "todo completo") bien partícula del arte que usa, sino que habría que agregar "si no es o bien parte o bien partí-
que es la filosona, porque si se elimina la lógica lo que habrá es una "filosofía mutilada" que, cula O bien instnllnento". Aunque la explicación de por qué habría que agregar "instrumento"
en sentido estricto, ya no será fi losefia. El modo en que sug iere entender Amonio la relación es un poco oscura ("no recordaron el instrumento porque algo no puede ser solamente instru-
parte·todo resulta bastante estoico y sin duda coincide con la imagen "organicista" en la que mento"), es evidente que la intención es indicar que no es suficiente con mostrar que algo
proponen los estoicos abordar la filosofia mediante sí miles orgánicos (cf. supra texto 1.2, puede ser parte o partícula de un todo mayor, porque, además de eso, también puede oficiar de
donde se la compara con un anima l y un huevo). En efecto, en tal tipo de modelos el todo no instrumento de ese todo. La objeción de Olimpiodoro parece un poco más completa y explica
es la mera suma de parles, sino que las partes se encuen tran ínti mamente integradas al todo con más claridad por qué sería necesario introducir la noción de instrumento. (1) Un instru-
(se trata de la diferencia de un todo continuo ---el que favorecen los estoicos- respecto de un mento como la lanceta es prop io de la medicina y de los médicos; (2) eso, sin embargo, no
todo que opera por contigüidad, como el que es el resultado de l ensamblaje más o menos significa que deba creerse que la lanceta es parte de la medicina, yeso es así por dos razones:
mecánico de partes; para este tema cf. capítulo 12 y nuestro comentario a los textos allí in- (2. 1) la lanceta es un cuerpo y (2.2) la medicina es un incorpóreo. Pero (3) dado que un cuer-
cluidos). Inversamente, según la distinción de Amonio, para un peripatético la lógica sería po nunca es parte de un incorpóreo, parece haber una falacia (claro que un estoico, sobre la
instrumento de la filosofía porque ella no contribuye a la existencia de la filosofía y, aun base de su fisicalismo, siempre podría argumentar que un arte o ciencia no es un incorpóreo,
cuando sea eliminada la lógica, la filosofía seguiría existicndo (un enfoq ue que, sin embargo, sino un cuerpo porque no es más que un estado del alma que, según los estoicos, es un cuerpo;
no parece muy aristotélico). para los argumentos estoicos a favor de este enfoque cf. capítulos 6 y 13). De aquí, (4) Olim-
La segunda distinción de Amonio consiste en mostrar que (c) parte y (d) partícula son di- piadora infiere que lo que hay que decir es " todo aquel lo que un arte o ciencia usa, si no es
ferentes, pues (c) es una "parte grande", en tanto que (d) una "parte pequeña", i.e. una "parte propio de otro arte o ciencia, es o parte o partícula o instrumento, o es parte o partícula o
de la parte". Por ejemplo, la parte teórica es parte de la filosofía ; la parte teológica, en cambio, instrumento del mi smo [arte o ciencia] que usa" . Pero (5), como no hay ningún otro arte o
es una partícula porque es parte de la parte teórica. Una vez hechas estas distinciones, pase- ciencia que también haga uso de la lógica, a no ser la fi losofía, se sigue que la lógica es parte
mos ahora a explicar los argumentos estoicos a favor de consi derar la lógica como parte de la o partícula o instrumento de esta fi losofia, de la que hace uso. Y (6) como se ha mostrado,
filosofía. cree Olimpi odoro, que la lógica no es parte o partícula, debe ser instrumento. Éste es proha-
Argumento J: la lógica es parte de la fil osofía porque ésta produce o engendra la lógica. blemente el argumento más detallado adversus sloicos, aunque, como hemos señalado, los
Este cuasi-argumento tal vez es, como indica Amonio en 1.9, un " mal argumento", pero la estoicos seguramente rechazarían algunas premisas.
explicación se construye, de nuevo, sobre el modelo organicista según el cual el todo es ante- Argumento 3: en un contexto peripatético Alejandro de Afrodisia (cf. 1.10) atribuye a los
rior a la parte. En el texto 1.1 2 Olimpiodoro suministra una versión (apenas) más completa del estoicos las tesis (parcialmente también respaldada por Amonio en 1.9) de que, aunque la
mismo argumento: (i) la lóg ica es producida por la filosofía; (ii) todo lo que es producido por lógica es un producto (epyov) de la filosofía (ésta es una manera diferente de formu lar el
algo es parte de lo que lo produce. Por tanto, la lógica, en la medida en que es producida por Argumento 1), no es parte de ninguna de las demás partes de la filosofía (Alejandro piensa,
la filosofía, es parte de ella. Tanto Olimpiodoro en este pasaje como Amonio en 1.9 creen que como Amonio, en la parte teórica y práctica de la filosofía. El pasaje de Alejandro citado en
es fácil rebatir este tipo de argumento: según Olimpiodoro, lanto el herrero como el carpintero 1.10 es continuado en el capítulo 9, texto 9.20, donde se retoma el debate entre peripatéticos y
producen sus propios utensilios (se. el yunque y el martillo, respectivamente); sin embargo, ni estoicos sobre el estatuto de la lógica). y ello es así porque su tema es diferente del de las
el yunque ni el martillo son parte del herrero y del carp intero, respectivamente. Amonio, por demás al igual que su propósito (cf. la misma idea en el texto 1.9). Con la excepción de la
su parte, sos tiene que, aun cuando la filosofía produce la lógica, ello no implica que necesa- lógica, no hay ninguna parte de la filosofía cuyo tema sean las proposiciones y las premisas de
riamente és ta sea parte de aquélla. Pues aunque el herrero produce el yunque, éste es parte del los argumentos, ni hay ninguna parte de la filosofía cuyo fin o propós ito sea probar que algo
arte de la herrería (y es un instrumento). se deduce necesariamente a partir de un cierto conjunto de premisas. Si esto es así, entonces,
Argumento 2: éste es el argumento que, según Amonio, es "el mas constructivo y pene- la lógica debe ser parte de la filosofía y una parte diferente de las demás (aunque, claro está,
trante", y puede articularse del siguiente modo: (i): si UD arte usa algo que no es parte ni partí- las "otras partes de la filosofía" en que piensan los estoicos no son la teórica ni la práctica,
cula de ningún otro arte, ese algo absolutamente es parte o panícula de dicho arte. (ji) La sino la ética y la fisica).
cirugía, por ejemplo, la usa solamente la medicina y no hay ningún otro arte que la emplee Argumento 4: el Argumento 3 es parcia lmente reproducido también por Amonio en 1.9,
como su parte o partícu la. (iii) Por tanto, la cirugía es parte de la medicina, como la lógica lo aunque él introduce otros ingredi entes (ausentes en Alejandro) que parecen coincidir con
es de la filosofía (Amonio proporciona otro ejemplo - el uso que pueden hacer de la lógica alguna idea de Epictelo en nuestro capítulo 5, texto 5.13: los procedimientos provistos por la
otros artes o di sc iplinas- para indicar que, no obstante, el uso de la lógica que puedan hacer lógica se encuentran en la base de los mecanismos argumentati vos y de comprensión que se
esos otros artes se reducen a la utilidad que tal uso puede tener dentro de cada disciplina, pero encuentran en las demás partes y sus temas (cf. 1.9: "usamos la lógica cuando debatimos
no lo utilizan preferentemente como algo central de su disciplina). La argumentación es repe- acerca de asuntos humanos o di vinos"). Y esto es así porque todos los demás asuntos conclu-
tida con leves variantes por Filópono en 1.11 y por Ol impiodoro en 1.12. En todo caso lo que yen en la posibilidad de hacer una demostrac ión científica (É1tt(}trH.l.OVlK&~ anoowevúvat;
el argumento se propone mostrar es que si la lógica no se subordina a ningún otro arte o cien- Amon io seguramente entiende este procedimi ento en un sentido aristotélico fuerte de "ciencia
cia, a no ser la filosofía, debe ser parte suya (en 1.11 aparece la discus ión más detallada de por demostrativa" como conocimiento demostrativo). Si esto es así, la lógica no puede subordi-
qué la lógica no puede ser "partícula", sino únicamente "parte", cn el sentido indicado al narse a las demás partes y no es parte de la fi losofía, sino la tercera parte de la filosofía (de
comienzo de la secc ión correspondiente a estos textos). También este argumento es conside- nuevo, Amonio piensa en la lógica como tercera parte luego de la parte teórica y práctica,
rado deficiente por Amonio (1.9) y por Olimpiodoro (1.12): Amonio cree que no basta con quod non en el caso de los estoicos).
20

Como se ve, es probable que la decisión estoica de pensar en la lógica como parte de la Textos Anotados
filosona, no como instrumento, obedezca a razones sistemáticas que tienen que ver con su Las partes de la filosofía
noción de la filosofía como sistema, es decir, como una estructura ordenada y coherente en la
que ninguno de sus ingredientes podía ser prescind ible sin que se vea afectada la tota lidad . Al
menos en ese aspecto la distinción de Amonio (ef. 1.9) entre "parte" y "partícula" resulta
decisiva para comprender el enfoque estoico en este detalle que, al parecer, no es menor. 1.1 Aecio 1, proemio 2 (SVF 2.35; LS 26A, FDS 15)
al ~ ouv L'tO)lKOI. E<pacrav 1"~V ~ crOlp(av dvat 9EÍrov tE Kal
av9púmívrov E1tlcmí~r¡v, t~V M <ptAoo"O<p(av amcrlO"lV brtTllodou léxvrlc;, brrrlÍ.O€lOV 8' dVal
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AoytlGÍv' Ot' ~v ahíav Kat rpl~p~e; ÉCíttV ~ qnAúcroepía, ~e; TO ~ eplJatKOV TO o' r¡8tKOV
5 TO 8E AoytKÓV' Kal epUatKOV IlEY orav 1tspl KOO)lOU ~TlTcO¡.u:v Kol T&V f;y Kóa).U9, ~8tKOV ro oe
KarTlcr;(oAllIlÉvOV 1tspl rov avGpál1ttvov píov, WytKOV oE TO 7tspl rov Aóyov, Kat o
OlaN::K't'tKOV KaAoUOlV.
1-2 nlV p€\i crocp(av ... ctO'lOlOW Para una definición alternativa de sabiduría y filosofía cf Séneca, Ep.
89.4-5 (LS 260), donde también aparece la definición de sabiduría como "conocimiento de las cosas
divinas y humanas" y como "conocimiento de las cosas divinas y humanas y sus causas". Sobre cto'Kr¡m~
cf. Epicteto, Diss. 3. 12.3-4: "no todo lo dificil o peligroso es útil para la práctica, sino lo que conduce a
concluir lo que está previamente establecido".
2-3 emníóslOv ... t~V apsTIÍv La utilidad propia de la virtud y de las tres partes de la filosofia como vir-
tudes más genéricas está dada por el hecho de que su posesión garantiza una vida razonable, la vida
propia del sabio (cf. los capítulos 26 y 30). La virtud es un arte que se refiere al modo de vida total, vida
que presupone la posesión y ejercicio de las tres partes de la filosofia (cf Estobeo, Ecl. 2.66, 14-67,4; LS
61G).
3-4 ap€1'u¡; ói: T(l:~ Y€VlKWtIÍta¡; ... Aoyuoív Cicerón, en el contexto de una doxografia estoica (De fin.
3.72), explica en qué sentido debe entenderse que las partes de la filosofía son "virtudes": los estoicos
llaman virtud a la dialéctica (1), porque ella nos proporciona un método para que no asintamos a lo falso,
(2) para que no seamos engañados por una probabilidad engañosa (captiosa probabilitas), y (3) para que
seamos capaces de sostener y defender lo que hemos aprendido sobre los bienes y los males . Sin la dialéc-
tica uno se aparta de la verdad y puede ser engañado. Así pues, si la temeridad y la ignorancia son vicios,
la dialéctica, que las elimina, debe ser una virtud. Por su parte, también la física es una virtud porque
quien ha de vivir en conformidad con la naturaleza debe tomar como su punto de partida el cosmos en su
totalidad y su administración (cf. Plutarco, SR I 035C; SVF 3.68). Para juzgar apropiadamente acerca de l
bien y del mal hay que conocer el orden de la naturaleza y si hay conformidad o no entre la naturaleza del
hombre y la naturaleza universal (sobre este importante detalle cf. los capítulos 23, texto 23.1, Y30, texto
30.3). Aunque se omite la explicación de por qué la ética es una virtud, puede comprenderse por qué lo es
a partir de lo dicho respecto de la física como virtud (cf. Cicerón, Dejin. 3.72-73).

1.2 DL 7.39-41 (SVF 1.45-46; 2.37·38 Y 2.41; LS 268; FDS 1)


Tpt)lEpr; epamv EIvat tOV Ka-t'U cp tAoaoepíav AÓYOV' dvat yap
autou ro IlEV Tt epUatK6v, TO oE ~8tKÓV, ro OE: AOytKÓV. o{)rro OE:
7tpó.ho~ otsiÁ.E ZT¡vcov Ó KtnEU~ Év rép TIEpt ÁÓyou Kat XpúO'l1t1tO~
EV tép a' TIEpl Aóyou Ka1 f;v Té) a' t&v <DUalKillv Kal 'A1toU60copoe;
5 ó "EeptMOe; Év tép 7tpómp rcOv Ete; rO. 86y)lara daayeoy&v Kat
EÜOpO~lOe; EV 't~ 'H8t!CÜ aTOlXEtCÓaEt Ka1 ÓtoyÉVll~ ó 8apuAcóvtoe;
Kal TIoaEtOCÓVlO¡;.
TauTa OE: ta IlÉPll ó Ilb.: 'AltoUóOcopOe; "C6ltou~ KaAEt, Ó 6E
Xpúat7t1to<; Kat EÜOpO¡.lOe; s.lOll, aAAOl yÉVll· StKÚsoucrt OE: ~4>C9
10 T~V eptAoO'oepíav, OO'tOl<;!lEY Kal VSÚpot~ ro AOytKOV 7tPOaOIlOtOUV'tSe;,
TOt~ oE ao.pKcooEO'tÉpOl~ tO Y¡8tK6v, tU 6E l.IfUX~ 10 <pUalKÓV. ~
nciÁIV 041' ta )lEY yap ÉKTO¡;; etvm "Ca AOytKÓV, ta 6E )lSta mUta
TO ~elKÓV, ta O' EarotÚtro lO epUalK6v. ~ aypó) 7tall<PópQ)' <oú> 'tOv
)lb.: 1tSplpepAll)l€.VOV r,ppo.Y)lov TO AoytK6v, cOv oE Ka p7tOV 10 ~etKÓV,

l.
22 Capítulo 1 Las partes de la filosofía 23

Cicerón, Acad. 1.19; Eusebio, PE 11..3-6; DL 3.56; Hipólito, Re! 1.18). Sexto Empírico, en cambio, la
15 l~V BE y~v ~ rO. OÉvópa 10 <pUOlKÓV. ~ nÓÁEt KaA&~ ttttlXlO¡..tÉVl.1
atribu)'t a Jenócrates y a los peripatéticos (AM 7. 16) . Ninguno de estos escritores, sin embargo, habla de
Ka\ KOto. Aóyov ÓIOIKOUllévl]. eC(iJ/llÍlmTQ lógicas, éticas y fisicas, sino de "partes" lógicas, éticas y fisicas.
Kal OÚe€V ¡.tÉ po~ TOO ÉtÉpou 1IpOKtKpícrem, KaOá t\Ve¡; aúrwv 12 Crisipo pretende derivar -rf.Actu( ("iniciaciones") de tEA.Eutalo~ ("final"); cf. EtymoJogicum Mag-
<pUOlV, áU.lt. ..u::¡..t{X9m aútú. Kal nlV ttupóooow ¡..lUCTllv Enolaov. num 75\.16-22 (SVF 2.1(08): "Crisipo dice que es verosímil llamar 'iniciaciones' (tEA.&tá¡;) a los discur-
oe
ñUOl 1Ip&tOV IJEv TO AóylKOV táttoucn, oeúu:pov SE TO <j>UOlKÓV, sos sOOrt los asuntos di vinos, y que en todas las cosas hay que enSeñarlos al final, cuando al alma se le
20 Ka1. Tphov TO ~elKÓV' 6)v san Z~vOJv f:v Tcg TIepl /..6you Kal presenta un escollo y lo domina, y es capaz de ca llar frente a los no iniciados. Pues escuchar sobre los
Xpú",•• ", Kal 'APXéo~ ~", Kal EüoPOllO'. dioses y volverse rectamente continentes sobre ellos es un enonne premio". Véase también Platón, Fdr.
'O }lEY yap IltoAe}laeUC; ,1wyÉVT]C; ano ¡ro" ~elK&V apxetat, 6
249C y250B-C, donde tEAEní ("iniciación") se conecta con tD..rov ("perfecto").
Ó' 'AnoAA68ropoc; óeún;pa ta ~OtKá, ll avutnOC; OE: Kal nocret8cóvlOC; 1.4 Cicerón, Defin. 3.74 (FDS 348)
ano tooV <PU01KWV apxoV'tal, KuOá <PllO"l cI>cnvíac; Ó IlOO€10roV{OU Verum admira bilis compositio di sciplinae incredibilisque me rerum traxit ordo; quem, per
25 YVÓJPIIlOC; év np 1tPCÓtC9 tOOV IlocnnocovEÍrov crxo')..fJ)v. ó 8e K4ávOllS deos irnmortales! Nonne rniraris? Quid enim aut in natura, qua nihil est aptius, nihil
e~ ¡..tépr¡ qnloí, ¿haAeICTIKÓV, Pl]WplKÓV, ~elK6v, 1tOAl't"lK6v, ,+,U01K6v, descriptius, aut in operibus manu factu is tam compositum tamque compactum el
OeoAoYtK6v. MADI 8' ou rov AÓYOU 'w ura IlÉpTJ 'Pucrív, O:AA' Cturi;c; coaegmentatum inveniri potest? Quid posterius priori non convenit? Quid sequitur, quod
n1, ~u..ocro~(a" 00, Z~vrov 6 TapcrEú,. TO oe AOYIKOV ~épo, ~acrlv 5 non respondeat superiori? Quid non sic aliud ex alio nectitur, ut, si ullam litteram
eVLOt Et~ Mo OICLtP€tO'Ocn E1ttcrt~ ,..ta~, €1¡;; P1llOPllCllV KOL s1S Sta- moveris, ¡abent omnia? Nec tamen quicquam est quod moverit posit.
30 AeKtlK~v.
1.5 Estobeo, Ecl. 2.8, 13-18 (SVF 3.301; FDS 208)
I <pao"IV FP, Edelstein-Kidd, Marcovich: <Pllaív B 4 f:v t4J a' tooV $UO'lKWV Long: f:v r TI 1'WV $UOlKWV 'AplO''t(OV E<Pll1:&v ~r¡Toullévrov 1tapa TOte; qnAoo6<p0l¡;
Marcovich: Év -rti a' tWV <l>UO"lKWV PF 3 Ó ''Eq)\M~ P von Amim, Edelstein-Kidd: Ó EqlllJ.oc; B lF: Ó
6lPllAO':; 8 2 HOlser 12 beto.:; P: c~(O Fp5: om . BplQD 13 oll add. von Amim 17 itpOKEKpía€lal cadd., nI flev etvat 1t'pOe; ~Ila¡;, rO. DE llllBev 1t'pOe; ~Ilae;, ta 8'
van Amim: anOK€KpíaeO: t Cobel I nva; aUTrov !pumv BP : <pClO"t tlV&; F: !Caa éí. nv~ von Amim 18 Im'P ~~a, Opo, ~~a<; ~EV 'u ~OIKá, ~~ .po, ~~a, o.
alla. IlElltX(lClI p2Q: áva~Il ¡Xeal BplF la OI\l),¡¡KTIKÓ· ~~ yup cru~~ÓAl.Ecr9at .po, •• avóp9roOlv
Una versión ligeramente diferente de los símiles puede encontrarse en Sexto Empírico, AM 7. 17- 19
5 piou' Ú1t'Ep ~Ilae; oE ru <puO"lKá' &Oúvara yo.p tyvroa9at
(Feag. 88 EK). mi ouoE napÉXEtV xpEÍav.
1 Tp lllEP~ <paGtv ...A.6yov La tripartición de la filosofia se volvió un lugar común durante el período 6OtilE codd.: COIT. Meineke
helenístico (cf Sexto Empírico, AM 7.22-23 Y Séneca, Ep. 89.9 ss.).
1.6 Eusebio, PE 15.62.7-14 (SVF 1.353)
S Como observa Kidd ( 1988: 349~350), la lectura 6 "EcpIU~ ("el que pestañea", un apodo de Apolo-
doro probablemente debido a un defecto en sus ojos) no es segura, aunque prefiere adoptarla por parecerle i,'!tt9'ÜatEPOV ol1tEpl 'Aplmoova tOY Xí:ov €1t'EXEtPllOav A.tyElV
peligroso confiar demasiado en Cicerón, ND 1.93 (cuya lectura también encuentra incierta), quien favore- ro; MOl )lóva ta. ~8tKa <ptAooo<pElv' €tvOl yap o~ Taura IlEv ouva1:u Kal roq¡é-
ce la lectura !úUo~. El Apolodoro mencionado en esta linea debe ser Apolodoro de Seleuc¡a, d¡scípulo )J~a, tOU~ lléVtOl1tEpL r'ij<; <PÚOEOO<; Myou<; 1t'UV TouVaVtlOv ll~t€ Ka1:a-
de Diógenes de Babilonia. ),~lttoUe; dVOl Il~t€ Kal El o<p8elEV, O<p8Ao<; EXElV rt. )llloev yap ~111V
5 Eota8cn 7rAEOV, aU' ouó' el IlETEOOpór EpOt toi) nEpaéroe; a.p9éV'TEe;
1.3 Plutarco, SR 1035A (SVF 2.42; LS 26C; FDS 124)
'O Xpú(m,[1Io~ OtEtat oe'lv tWV AOY1KWV 1tPWtOV aKpo- ultep tE nÓVfOU XEUIl' U1tÉp fE n 4tá8a
QcrOm tOU~ véou~ Ó€ÚtEPOV i5e tWV ~elK&V I.Hml ó€: touta autOi~ tOle; O)lllaO't KU1:l(01).l.EV TOV 1t'6..vta K601l0V KaL T~V TOOV OVHOV q:nJGlV,
tcOV <pUcrIKWV, roe; av lÉAO~ oE tOÚ'l'OU; tOV 1tEpt 8Erov A6yov ~n~ o~ 1IOtÉ EcrtlV' 0-0 yap Dr1 ólá yE TOUtO epPOV1¡1CO't€POll<; ~ OtKatoTépou<;
Ecrxarov 1t'apaAall~ávEtv.noUaxou óE roúrrov un' autoú ~ aVOp€tolÉpOUC; ~ O'ro<ppovEO'tépoue; ~~laC; EOEcrOal Kalll~v ouBe toxupouc; ~ Ka-
5 AeyollÉvrov apKécr€1 1tapa8écr8ca la EV 1:(9 1:Etápt<9 1t'€pl 1O }.ou~ ~ 7rAouoíouC;, rov xwple; OUX otóv TE d>80l1l0VEIV. o8tv opOOOC; dnE
Bírov qovta Kan! A~tV oürroe;" 1t'pónOV llEv oov OOKet ÚIlKjXÍrlle; Ka! Hav KaA&~, 01:1 roov ovrcov Ta. Il&v U1Iep T¡).tUC; etll, Ta OE ouoev
llOt Ka1:a. ro' óp8we; ú1t'a 1:&v ap-,(aíoov dpllllÉva tpía yÉvll IIpOC; ~llaC;' EivOl yup ta <pUOlKa IlEV únep ~)laC;, "[a. O€. llEta tav 8ávatov
t &V 'Toi) <plAOcr6<pou eEropr¡~Útrov efval, 'Ta ~IEv AOytKa ta. oooi:v npoe; ~~Qe;, )l6va oE npae; ti~ae; 1:0. civOpÓ>mva. taÚtll oe Kal
O' ~91KÓ 'Ta óE <pUO'lKÚ ' tita 'Toútrov OEiv rátt€cr8at 1tp&w ¡:aípttv ourav eln6vra tti 'Ava~ayópou KOL'APXEÁúou <pUalOAoy{q. ~r¡TeiV
I O ~ev ta AOY IKa oeúTEpa oE ta ~8tKa TpÍta 0& ta <pUOlKá'
150m oi EV IlE"'fÚPOlO't KaK6v <1:> ayaSóv TE tÉtuKtat.
o
r rov OE epUOlK&V EOXaroe; tivcu 10Cpt rrov 8EcOV AóyO(;:
010 Ka! rEAtTae; <1tPOO'>lly6pEuao.v ttl<; TOÚWU 1topa86- Kal aAACOe; OE EtvUl tOUe; cpU<JlKOUe; Aóyoue; Ol> xaÁ.E1t'O~ OUOE aouvútOUe; 116-
O'EIe;. UIJ.O.. Kat acrE~elC; Kal1:oie; VÓ~OlC; {mEVavTlou<; KallJ,r¡8ev 7rpae; av8pó)1ttvoV
\'0\',
~Bo~ Ka, KÓO'~OV ~íou mi) KaS' lÍllue; cruVTEívovTac;' roue; )lEY yo.p a~lOuv
3 ro~ ay tD..~ Pohlenz: rooaútco~ codd. von Amim I tOútOl~ om. rE I trov Oe&v AÓycov B 4 rrolJ..ét~
Oi; lOÚtWV von Amim 5 A€yo¡1ÉVcov von Amim 6 Kata MC;lv ex,ovta pOI van Amim 9 oEiv tátTE09at ~~8' EtVat SEOUe; 1:0 1tapánav, TOUe; oE "[o
a.1t'ElpOV ~ 'to ov ~ lO ev, KU\ náv'ta
XdvzB, van Arnim: O€IV 1IpO-ráHEO"eCLl a: Of;:\ 1tpotúrr€Cf9at AbgE 12 1tpo<Jlwópc.uaav Bemardakis, 20 ~aM..ov ~ TOUe; vOlll~o)lévouC;" Tf¡V T' 0.0 8tu<pcovíav 1t'U~móAAT]V OOT]v '
Cherniss: llyóp€Uaav codd. tOU~!lEY rap QnElpOV (mo<palvElv 'rO xov, TOUe; OE: nE1rSpClcr!lévov, Kal 'toue;
'-8 tpía ytvr¡ ... la oc qlUatKá Esta tripanición de la filo sofia con frecuencia se atribuyó a Platón (cf. ~ O:~IOUV ürrav1:u KIVetcr8cu, TOUe; OE: Ka8ána~ ll'1oév.
24 Las partes de la filoso na 25

15 T€A€t nvt 1tpo::; TO etVCtl Ka! 0'Ú aVCtlpEOÉvtO~ cruvavmp€tTCtL tO OAoV. otov
~-3 ~<P€~:l~la van Ami~ 3 d Kal Ocp8f:lEV,Van Am,im 6 q)l)O"\v 1Tl~ van, Arnim 10-11 elnE l:;COKpéftTJ<;
OH 'HuV QVHOV van Amlrn 15-16 Kal )11106\1 1tpO~ av8pwmvov 1']80'; Km KÓO)lOV ~¡O1) tOÚ Ka6' ~)laC;
tO crKll1'ÉCO¡; opyavóv Eanv alllA'l' OU yap ~ al.llA.Tl crt.l¡.t1tAr¡pCOUKf¡ Ecrnv t~~
c:ruVTBÍVOVWC;" am. van Amim 18 OOT[V cadd .: ouauv van Arnim oúcrÍa::; aú1'OU, OUDE TCtÚ1'r¡~ a.<pavtcrOdcrr¡::; cruva1t6AAUTCtl ocrKUT€Ú::;' T¡ XElp 08
).l€po::; ECIT!V 'tOÚ avOpdl1tou, Kal T~::; XelpO;; a.VOlpE8EÍcrr¡~ auva1tÓMUtm Kal
6 Ú1tSP n: ¡¡ÓVlOU I1AEláSa Eurípides, Fr. 131 Nauck
OAO~ Ó UVepC01tO~ ' OÚK€n yap OAo::; EcrtlV, aAAa KOAO~O::; Kal o.tEAf¡::; Ecrnv.
o ••

8-10 q:lPOVLJ.-ICOTSpOUC; ... otóv Te sUOat~(OVEtV Algunos intérpretes han hecho notar que en este pasaje
Aristón de Quíos (discípulo heterodoxo de Zenón de Cilio) parece considerar a la fuerza , la riqueza y la
oe
20 ).l€po::; Ilopíou Ota<pÉpEt, on 1'0 ¡.tÉpo::; )1€ya )'!€PO¡; áottv, 1'0 8e ~ÓplOV
belleza como condiciones de la felicidad , lo cual se opone abiertamente a su doctrina de los bienes exter- j..lIKpOV ¡.tEpO::; ácrtlv Ka\. '[OU ).lÉpou~ ¡.tÉpo::;· otov t.tÉPO::; )..lÉv Ecrnv <ptAocro<pía::;
nos (para la cual véase nuestro capítulo 26). Por esta razón algunos han pensado que el texto tendría que TO OEOJpr¡UK6v, ).lÓplOV oE tO OWAOytK6v. TOÚtroV 1tpOOtCOpLcr¡.t€VroV /...€KtÉOV
ser atribuido a Aristón de Ceos. Sin embargo, en el contexto queda claro que Aristón se propone mostrar ot::; KpatÚVOU01v tU Éautrov oóy¡.taTCt 01 TE LTC01KOl Kal oi ITEpl1ta.tr¡nKoí.
que la física no sólo no es beneficiosa para el logro de la virtud, sino que tampoco lo es para obtener oi )..lEV Oúv LtC01KOí <paO'1V on aÚt~ ~ <pIAocro<pía T~V AOYlK~V a1toy€vvq.
cosas tales como riqueza o fuerza (cf. Ioppolo 1980: 81-82). 25 Kat 'taÚtll ).lÉ.po~ av Ei'r¡ al)'[~<;. Kat UAAOU::; (jf; 1tOAAO'O~ tOlOúTOUe;
15 OUt oí ~v l.u:yáp01CH ... tÚUKtat Homero, Od. 4.392. Este verso es citado por Plutarco, eN 1063D. Uyouat AÓyOU::; aaOpoú~, 01' cbv, 00::; oloV'tat, KatacrK€Uá1;;oucrlv Otl ).tÉpo~
19.0 &1tf.lpOV ~ tO OV ~ tO Ev Anaximandro y tos eleatas Parménides y Meliso, respectivamente.
Ecrt1.V ~ AoylJdj t~::; <pIAocro<p{a::;. OlO ro'O::;).lEY nOMo'O~ EatÉov, EK€lVOV
1.7 Sexto Empírico, AM 7.12 (SVF 1.356; FDS 209) OE AEKTÉOV OV OlOVTCtl KatacrK€Uo.crnKCÓtatOV Kalopt)..lúTCttOV dval. auMO-
Ka! 'ApÍ<:rrwv bE 6 Xio~ 0'0 lJóvov, ro~ o
y{¡;ovtm yap oü'tco::;' Eáv n::; tÉxvr¡ KÉxpr¡'taí nVI ).l.r¡OE)..llii::; uUr¡::; tÉXVr¡::;
<paen, naptlH':110 t~V tE <puenJdjv Ka! AOytK~V 8Ewpíav OU:l tO 30 ).lÉpo::; EcrttV ~ ¡.tÓplOV, tOUTO 1távrOJ::; taútr¡::; T~~ TÉXVr¡<; ~ ¡.t€PO~ Ecrrlv ~
aVCO<pEAE.~ Kal1tpo~ KaKOU 'tOt~ <ptAocroq>ouow unápXELV, o.AAa ).lÓpwv· otov tU xelpoupyUCl], <paoív, KÉx.pr¡tCtl ~ ta'tplK~, Kal é1tEt8~ oúóEllía
KallOU l;fhKOU tÓ1tOU~ ttVa~ cru~nEpléypa<pEV, Ka8á1tEp tÓV uUT] tÉXVll KÉXPlltat ru XELPOUpylKTI roe; ¡.tÉp€l ~ 1l0pí(9, ~ XElpouPyllCll
5 n.: 1tapCltVE'tlKOV Kal tOV U1t08EtlKOV tÓ1tov ' tOÚtOU~ yap d~ t~::; iatplKii::; OÚK Eanv opyavov. ~ BE <plAocro<pta, <pacrív, KÉXP'ltal TTI
tít8a~ Ka!1WtOayCúYou::; ní1ttEIV, «PKEiv OE npo~ tO ).laKa- AoyueTI, iín::; OI)OE~Ua::; UAAr¡::; tÉXV'l::; < *> T~::; <plAoao<pía<; aM' ~
plCú~ PlroVat TOV OlKElOuvra ).!EV npo~ apEnlv AÓyOV, anaAAo- 35 ).lÉpoe; ~ IlÓptov. si oÉ n::; UyEl 01'1 Kat OJJ.m 't€XVm KÉXpr¡Vtat tfl
TplOuvTa OE KaKla::;, KatCtTp¿xoVtCt OE trov ).!ETCt~U tOÚtCOV, AOyIKTI, ro::; ~ tatpUcTl KÉx.pr¡tm cruAAoylcrl.lOl~ Kal aAAat 1Tiioat 'tÉXVm
1TEpt a. 01.1tOAAOl1tto'l8Évt E~ KaKObClt).!oVOUOlV. KÉxpr¡vtat cruMOylcr).lOl::;, EpOÚIlEV Otl KÉxpr¡Vtal ¡.tEV KaKetVat, aU' OUK
datv TroV ).lE8óOcov é1ttcrt~)10VE::; Kat oú 1tpO'lYou~Évro::; rrEpl toiho an:ou-
6 .hea<; áv KCtI von Amim I apKElO'em codd . : corr. Bekker
8á1;;oucrlV' otov ó tatpo::; oú rrpor¡you).lÉvüJ~ n€pl 't~v cruMOytcrtlK~V ¡.tÉOooov
1.8 DL 7.160·161 (LS 31 N; FDS 211) 40 a1Touoá1;;El, OÚOE El1tOt::; ¡.tÉPO¡; lllJÓPlOV tatpu<fj::; dvat aur~v, nAA' ocrov
t6V'tE écrttv aút6) Xp~crl¡.tOV 1TpO::; a1tÓOE1~lV tcOV ta.tPIKcOV GEropr¡!látcov, 'tocrOUtOV
<pUcrtKOV tÓ1tOV Ka! tOV AOylKOV aV1íPE1, AÉyroV tOV ).lEV EtVat Ú1TEP rrapaAall~ávEl napa tOU OWAEKtlKOU 00::; opyavov' Ó OE <ptAóao<po::; E1ttcrt~­
oe
~).la::;, tOV 8' o'Ooev 1tpo::; ~).la::;, ).lÓVOV tOV ~8tKOV dvat npo::; )..lcov ECITlv ro::; Evl )..láAlcrTCt t~~ Wlo.tÍTr¡::; ).lEOóOOU. TCtútlJ ).lEV oúv oi
~¡.ta::;. LtCOtKOí, cb~ OlOVtat, KaTCtcrK€uá1;;ouow on OUK opyavóv écrnv ~ AoylK1Í.
5 'E01K€Vat OE 1'0'0::; otaA.eKnKou::; Aóyou::; tal::; apaXV10l::;, aKaÍtOl 45 AOl1tOV oE on IlÓplOV, AÉyouow on tcOV tpl&V ).lOplrov 'tou 1tpaKtlKOU ijAr¡
OOKOUVtCt 'tEXVIKÓV n E).l<paívEtV, axpr¡má Ecrnv. ).lÉv €crnv ta nV8pCÓ1tlVa, tÉAO::; oE 1i wu avOpoo1tívou píou E'Ooat)1ovía, ~v
6 1tOAlTlKO::; crrrouoá1;;EI n€pl1tOtEiv' náAlv oE 'trov tOU 8eCOpT]T1KOU Ilopícov
3 ouoE F
ÜAr¡ IlÉv €crn Ta 8eia. npáYllaw, r¿Ao::; BE ~ OEOOpr¡tlK1l EÜoCtl).lovía· ~ BE
1.9 Amonio, InA. Pro 8, 15-10,8 (SVF 1.48; 2.49,50; FDS28) AOylK~ 1TpantatEía OÚtE ÜAr¡V tT¡v aÚt~v eX€L OÜ'tE téAO~' ijAr¡ ).lEY yap
'Em:to~ 8É, oo~ Elpr¡TCtt, {mo t~V AOY1K1lv aváYEtat ~ 1tpOKE1¡.tÉVr¡ oe
50 aÚt~~ EcrttV oi. A.6Y01, tÉAo::; ~ yvrocrt~ 'toov a1TOO€IKT'lKrov ¡.tE8óocov·
1TpaYlla'TEía, ~n::; Kata to'O::; nEp¡:n:arr¡nKo'O::; opyavóv EcrtlV <plÁocro<pía::;, Kal ta aMa yap návtCt El.~ tOUto cruVtEAet, d~ TO é1tLcrtllIlOVLKóJ~ anOoEt-
oú 1táVtE::; OE OÜTCO::; E8ó~acrav 1tepl r~::; AOyIK~::;, Otl opyav6v Eanv <plAO- mvat. rocrt€ úrr' o'OoÉn:pov IlÉpOe; <p IAocro<pía::; 8úvatCtl tEtáXOat· Et yap
cro<pta~, w.J.a c()J,.ot OAAro¡;, <pÉp€ roú::; tE Ota<pópco::; oo~ácravta¡; 1t€pt toúmu Ka.!1t€pl avOpco1tívcov Kal 8EÍcov 1tpaYllá'tcov ~ Aoyucrl1tpay)laT€tÍewl
5 elnCOIlEV tá tE o6y).l.ata atJtrov Kal TO'O¡; AÓyOU::; ot¡; KEXPll).l.ÉVot nx Éautrov, (KeXp~¡.tEOa yap aútti ~ nEp" av8pcon{vcov ~ Oeícov 1TpaYlJátcov OtaAEYÓ-
ro~ OlOVtat, Oóy~Ct'ta KpatÚvOUGlv. oi ).lEV LtOJ1KOt t11V AoyIK~V oú ~ÓVOV 60 IlEVOl), ñU' oú 1tEpl avOpwmva. Ilóva EXEl ro::; ta to13 1tpaKttKOU )16pta,
opyavov OUK a~lOúcrl KUAetaOCtl <plAocrO<p(a~, clAA' OÓOE: ¡.tÓplOV TO tUXOV OJ..Aa OÚDE 1tEpl OEta ¡.tóva 00::; ta tüu 8ECOpr¡tlKOU' rocrtE ou ¡.tÓPIOV aMa tpÍtov
~Épo~. Kal. tlVE::; OE trov ITAatrovlKrov 'taÚtll~ €y€VOVtO t~::; 86~T]~, on )lÉpo::; Ecrtlv ql1Aocro<plCt4. oihco::; o'(OVtat KawmcEuásEtV oi LtC01KOt Otl
Kata I1A.áTCOVU OtJK opyavov ~ AOyUcTl aAAa !lÉpo::; Kat n¡.tlCÓtutOV ).lÉpo~ ).lEpO::; ECITlv <plAocro<pla.::;. Emlv oE Ta E1tlXEtp~¡.tatU aútrov EÜolácretcnu.
10 EcrttV <ptAoao<p ía~. oí OE ITEpl1taTllTlKol opyavov aUt~v UyOUcrlV aAA' oú 1tpo::; ).lEV yap 'to nproTOv EpOU).l€V on, e1. Kat <ptAocro<pía a1tOTEAEi T~V
oe
¡.tÉpo::;. N::KlÉOV ta bnX€lp~¡.tata Ta 01::; KEXPr¡pÉVOt KatacrK€Uó1;;oucrlv 65 Aüyudlv, OÚK aváYKT] aUt~v ).lÉ.pO¡; etvm' oú yeíp, E1TE10~ Ó xaAK€U~ ano-
oi ~EV on opyavov, oi OE on ).l.Épo~ E<rrtV <ptAocrocpía::;. npo tOÚtOU oe tEAEl tOV OK).l.OVo., 6 UK¡.tOJV ).lEpO::; Ecrtlv t~t; xaAKEUTucf¡<; aM' opyavov.
o
AoSKtÉOV tL OlCt<pÉpEt opyavov ¡.t€pou~. opyavov ¡.ti:v ouv Ecrnv )..l~ cruVt€N::l 1TpO::; BE. tO 8eú1'€pov EpOU).leY on 1TapEAoytcraVto' oú yap EOEl dn€lV Ott,
oe
t1Vl1tPO¡; to etVat Kat oú o.VCtlpEOÉVtO~ TO OAOV j..lÉV€L· ¡.tÉpo::; 1) cruv- Ea.v tÉXV'l KÉXpr¡taí tIVIO).llÍ. Ecrnv aU'l ~ 'tÉXVr¡::; IlÉpo::; ~ )l6ptov, 'tOUtO
26 Capítulo 1 Las panes de la filosofía 27

EKEÍVr¡c; r~¡;; XPro~IÉvllC; ~ ~époC; EmLV 11 !16plOV, aM' sSet 1Cpoa9e'ivat Kal ro ltEpl 8 Katayívetat, <pam, tÉXV11 n r; ~ 8ltlO't~Il11, ci J.l~ avaq>ÉpOllo EL; f.lf.-
70 opyavov Ka\ einelv '6 EaV ~~ TI ru~<; rÉX"~<; ~ ~épo<; ~ ~6pIOV ~ opyavov'. 10 pav réxv~v ~ Érrtm~~~v tb<; ~épo<; ~ ~6p1OV aúr~<;, ÉKeív~<; ~po, Émlv ~
oe
oí lOU Ópyávou JlV1ÍJlTIV OUK ¿1t"Ol~cr(lVtO che; Jl~ ouvajltvou tlVOC; ópyávou 1l6plOV. ci roívuv ~ q:HAooo<pía KaTayívEt alnEpl t~V AoyuCT¡V I-lÉ9000v, ~nr;
J..l6vroC; dvell. taflla Ka11tpor; 10 avatpb¡,lat TOU¡; )..6your; U (h, <he; o'{ovnll, OÚK aváYEtUl el<; ÉtÉpav rÉ;(Vrlv ~ Érrtcrt~ ~~v tb<; ~épo, ~ ~6pIOV, ~ AOyl~
01 L'tWtKOl Katao"Kwá~ouatv on JlÉpOC; sCrtlv ~ AoyIK~ t~C; qUÁoO'Q¡píac;. apa tfjr; <pv...ocro<píac; eOTI jlÉpor; ~ jl6ptov, jlÓplOV Ilev OÚv OUK EcrttV' OÜtE
24 00" Wall ies : 15H PI 33 <puoív Wallies : Q>llO"ív P 34 lac. in tex to signo et in app. cri!. Wallies
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48 to..o.; M 1\ OEúlpr¡nKi] EUOaljlOvía Amonio debe estar pensando en Aristóteles. EN 1177aI7-18; 28 . A.oytlC~ ÜAT]V jlEv EXEl Tar; npOtáOE1~, crKonov oe t OOU1 tf¡~ totdaoe cruv8é-
oero~ t ooV npOtáaErov 'fooV É1tOI-lÉvoov tl E~ &váYKllr; OEl1CVÚVm cruVOy6IlEVOV' {)
1.10 Alejandro de Afrodisia, in A. Pro 1,9-2,2 (SVF 2.49a; FDS 27) 20 OUK ecrtl roü 1tpOKnKOü t ÉAOr;, aU' ro~ eLltOV, ~ jlEtplOnáBEta ~ émAoo~ 10
Di /le" oúv ~lépo¡; (d)'r~v AéyovrE~ ~vé- aya8óv. KOl OÜl"ro~ I-lEV ~ AOyIK~ OUK EO't t jlÓptOV tOU npaKtlKOÜ. aU'
X8WJ"av snl 1"OUTO, 816TI rocrnEp ltEP! ta aAAa, él Ó~lOAOYeltCU npo~ clnávtrov OÜtE Jl~v tOÜ O€WP11ttKOU' taÚ10U yap ÜAT] jleV ta Beta, tÉAO~ OE ~ nEp!
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pertal au~AOl(;, l"OÚtot~ Kal ~ IlÉOOOO¡; aütT] éKatépa~ sKeívoov ola<pÉpouoa 1.12 Olimpiodoro, Prolegom ellu;1I Categorías 14, 18-15,30 (FDS 30)
10 EUAÓYro¡; av aVttOlatpOttO a-ol"ol~. Kal yap 'fc9 unOKEtl-lév(9 Ota<pÉpEI EKEívoov ~l1tOÜVtEr; El jlÉpor; ~ opyavov ~ AD"ftK1) Tt;r; <pIAoao<pía~. od 'foívuv dOÉVOl
(a~lroJlata yap Kal nponioetc.; ta únoKEÍIlEva taÚtu) Kal 'fc9 tÉA€! Ka! 'fft ottOláqJopol oó~m YEyóvaO"t nEpl WÚT11r;:, TooV jlEV !trolKoov jlÉpo~ aUT~v
npa9Éoer ~ yap taút11c.; np69EO"tr; T() OHl tf¡r; noui~ l &V npOt áOEOOV auvBÉ- efval VO)ll~ÓVtrov, t OOv oE n Epmat11l"tK&V opyavov, tou aE 9dou nAátrovo~
oeror; E;K looV TIOq.lÉVOOV tE Kat c:ruyxoopoullÉvoov E~ aváYKllr; tt cruvaYÓJlEVOV jlÉpO¡; ül-la Kal opyavov, JlÉpo<; jlSv aut~v eTvCll ).1yOVt~ EV cDaíap<Q, EvOa
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oencvúvat, ouosrÉpar; EKEÍVroV tÉAor;:. 5 )..óyov enÉxnv <P11olv aut~v TptyXOU 1rpO~ tT¡v <plAooocp tav, opyavov SE f.V
7 l"ClÚtr¡¡; LM I eu:pa KLM <Da(Brovt, evBa <P11olv '00 1rat, YÚJlVa~E O'EaUtOV Oto. tJi~ KaA.OUIlÉv11c.; aooAe-
OXíar;:, Ero<; En vÉ<x; El, d8E )l~, f.KqJEÚ~eTa( OE tO áAr¡Oér;:', ouSEv aUo
8-9 OiCl<pépoVl"Cl ... aVtlOtCltpEitot Ull~}.OI¡;; Uno podría sospechar que el uso de avtLlhmpetra¡ en este ala TOÚtrov EVOEIKVÚl-levO~ Ó TIAát rov ~ Ol"t opyav6v scrnv ~ AOytK1) lt;~
pasaje (yen el de Filópono, texto 1.11 ) probablemente evoca el sen tido técnico estoico de "contmdividir
por el contrario", es decir, el tipo de división consistente en seccionar un género en una especie según su
<p IAooocpíae;' ou yap elXÉv nOte tOAjl~Oat Kat elne!v &.OoAEcrxlav Kal YUl-lvaOlav
opuesto, como cuando se divide por negación (cf. DL 7. 61). El ejemplo esto ico de "contradivisión" es: lOro ~é po<;. aAl.&. rauta ~v ó nl.órúlv.
"de los existentes, unos son bienes, otros no bienes". Si aplicamos esto al pasaje de Alejandro y los demás oe
Oi !l"OOlKOl Ola Oúo E7ttXElP11~látoov T~V lSíav S6~av ~POÚAOvrO
que testimonian [a objeción peripatética respecto de [a tesis estoica de que la lógica es parte de la filosof. ntcrnoaaaOat, rov 10 ltp&tOV TotaÚ1T]V eXEI ttlv ayroY1ív' nav, cQ KÉXP11taí
ía, no instrumento, deberíamos entender el problema del sigui ente modo: de la filosofia, 10 uno es parte, tI<; ~ réX"~ ~ Éntor~~~, Éav ~~ 11 hépa, réX"~, ~ enlm~~~, <i\ ~épo,
lo otro no parte. Éste, sin embargo, no part:ct: ser el espíritu de estos pasajes, pues la contrariedad no es i\ ~6pIOV, aúr~, tíj, Kexp~~~<;> ~ ~épo, ~ ~6p16v Émlv. olov tb<;
entre "parte" y "no pa rte", sino entre "parte" e "instrumento". Debe tratarse, entonces, de un sentido no
técnico estoico de ó:vnOtaípEat<;: "división dicotómica" (en DL 7.61, R. Goulet 1999 ad locum opta por
15 EnlnapaSElYllál"oov' Tf¡e; ialPIKf¡ r; tÉXV11r;: ~€pOr; sml tO OlCltt11l"tK6v, Kal
traducir avnolaípEcrt¡;; directamente por "dichotomie"). Si los comentadores griegos entienden oú5a~ói<; hépa<; réX"ll<; ~ gmm~~~<; ~épo<; ~ ~6p16v Bor!' r~<; iarpl-
ó::vr¡O¡UtPC(0'8ClI simplemente como "dividir dicotóm icamente", "masofia" sería el género y ''parte'' e Kil~ apa tÉXV'1~ 'to olarr'1l"tKOV jltpor; latí, Kal aÜt11 1l6v11 Kf.xp11tat
"mstrumento" sus especies, aunque no especies obtenidas por negación, lo cual indicaría que no está aut c$. el toívuv Kat ~ <ptAooo<pía KÉxp11Tat tÜ A.oYIKft, hÉpa SE tÉXV1l ~
empleando el término en el sentido estoico de DL 7.6 1 (esto es lo que parece estar pensando Fi lópono al Émm~~~ raúru oú KÉXP~tal, T~<; lípa <¡llAooocpía<; ~épo<; ~ ~6pIOV ~ AoylK~.
fi nal de 1.11).
20 aUn Il~V au 1-l6plov' Jlépo<; apa. KaA.&r;: & npÓOlCEttat té!) A6)'<Q t O'EaV
1.11 filópono, ill An. Pro 6, 19-7,9 (FDS 29) Jl~ TI Él épac; TéxvTJr; ~ e1ttcrr~jl11r;' 8u1 t~V acrtpovojltav. €KtVÓÚVEUev yap
'E~ij~ S'lt11T€OV n6n:pov jlÉpo~ Ecrtlv ~ apyavov ~ AOytK1Í t E Kat OUX- ~ acrtpovoJlía IlÉpO¡; eTVat 'lije; KUpepv11TlKilr;:, t1tEIO~ KÉXP11l"at aurfj , ro~
M:K1'lK~ 1tpaYJ.lOTEÍa tijr; qHMmcxpíar;, EnEÍnep Evavt íoor;: Kal olaq>6p(O~ OoK&l OT]AOt'Í\.pato~ f.J:yrov nEpl lilr; apKtou
tOt~ 1raAOLOt~ nEpl aUT~~. oí I-l€V yap LTCiHKOlavtIKpur; jlÉpor; aut~v ano- 'Tft Kal EtS6vtot iBúvrata vourOJ..ovrat',
5 c:paívovtat, t oir; éíAAOI~ Mo IlÉpEO"l tiir; C:PIAocrocpLar; au't~v avrtOlatpouvrEr;' ol
óf. n eplnaTT]tlKOl, toutÉonv al emo 'AplOT01ÉAOUr;:, apyavov' 01 BE ano tft~ 25 el ~~ npoün~pxev ~épo, mioa r~, cptAooocpía,' uno yap ro eEúlp~rlK6v avá-
'AKaO'lJlíar;, rov ¿enl Kat n Aál"ffiV, Kal jlÉpor; Kal. opyavov c.pct.1vovtat A€yovn:r;:. rETaL, Kal 10 8ECOP11t1KOV uno tO llaBr¡Jlal"tK6v. Ka! ~ ¡. UN tOÚ EltlX€lp~­
Kal al jlCV ¿TroIKOl t OlOÚteg TIVI NJYrJ) tO dVal aUT~~ jlépor;: KatacrKEuá~ouO"t, ]..latO~ ayú)y~ tOUtOV EXEt tOV tp6nov. eon OE: tAty~al aUtO ouvt6~ú)~ Kat
28 Capítulo 1

pQ.Oíroc; Oll} ¡fic; tOÜ q>M;pot6~ou a1tOoeí~Ero<;' cpaÍf] yap av t U; npoc; alJtOÚC; ' Capítulo 2
on ro cpA.ePOt6~ov tívoc; E<JTív; ~ Ilóvll<; iatplI(iic;; ~ ttvg¡; QUOI TOÚtCfl El género supremo y su primera división: cuerpos e
30 lCÉXP11vt"Clt ~ ¡..¡6VOI jarpaí; Kal B¡.trot; t oov su eppovoúvrrov oueste:; ¡.ttp~ rile;
iarpno;c; KaUcrEl dvat ro cp4poróllOV, El'"te 'fO )..IEV orolla, lO q>Aeporóllov, incorpóreos
TO oe aaCÓIlCltOV, ~ iarpuClí ' ouÓrnOtE OE: 'to arojlQ ro6 &crro~lá:rou Jlép~
emí. nó8ev ouv 6 nupaAoyl0"1l0C; 1CpollA8cv; !J:yoo Toívuv, olón ro ~TJtOÚJlEVOV
f.V r ó) bnXElp~ Jlatl1tapaMAEl1nat· EOEI yap aótouc; OÜt roc; etnBí'v" otlrréiv,
35 q, KÉxp~ta¡ ne; ~ ,éxv~ ~ É1tlcmí~~, eav ~~ TI !:tÉpae; tÉXV'le; ~ émcrt~~~e; 2.1 Séneca, Ep. 58.11-15 (SVF 2.332; LS 27A)
~ ~IÉpae; ~ ~6pIOV ~ iípyavov, a1Ít~e; '~e; K<xp~~ÉV~e; ~ ~Époe; ~ ~6p16v Éon Todavía hay algo anterior al cuerpo, pues decimos que en tanto unas cosas son corp6reas,
~ OpyClVOV. áM& Il~V Kul tÚ AOytKfj ouóqlÍa aUll tIC; KtXPlltaL ~ )lóvl1 ~ otras son incorpóreas. Por lo tanto, ¿cuál será el género del cual se derivan? Aquél al que
q> IAooo<p¡a' taú'~e; lipa '~e; XPOl~ÉV~e; ~Époe; ~ ~6P16v ÉcrtlV ~ opyavov. antes le conferimos un nombre poco apropiado: "lo que es". Así, en efecto, se dividirá en
aAAcL Il~v OUK aon pepar; ~ ¡.tópwv 1Í AoytK~, roc:; Ó€OEIK't(U' opyavov apa especies, de modo que digamos: "lo que es" es o bien corpóreo o bien incorpóreo. Éste es, por
40 EOlí. KClL av ¡cúrote; ~ ayroy~ rou npcótOu ÁÓyou. oeútE:poc; AÓYO~ rOlalh'lv cons iguiente, el género primero y más importante y, por así decir, universal; los demás géne-
exwv r~v Ctyroy~v' ~ AoYlK11 Jtpopá),J,.mat uJto rii.~ c.pIAOO'oc.píac;· Jtuv ro JtPOM ros son sin duda [géneros], pero particulares, como "hombre" es un género. [ .. .] Aquel género,
paMóJ.lEVOv lmó !tvo~ )lÉpo~ Écrrl !OU 1tpoPáMOVtO~' Ji AOY\lC~ apa Ú)~ 1tpO- "lo que es", es universal, [pues] no tiene nada sobre él; es el principio de las cosas, y todas las
~A~e<¡oa Ílno t~e; <pIAooo<p¡a\ ~ipoe; aÍl'~e; Ion. t¡I<UO~\ oeKal Oo,oe; " cosas se subordinan a él. Los estoicos pretenden poner todavía otro género, que es más prima M
AÓYO~ KaOÉcrtllKcv' aUtíKCl YOUV Ó )lEV xaAKEu~ Éavt0 <aK~l ova> rrpopáU.srat rio, por encima de éste (i.e. de "lo que es"), del cual hablaré enseguida, si aquel género del
45 Kal Ó r¿lCtoov, El tÚX01, ocpupav, Ka! OUOátEpOV ou8erépou J.lÉpo~ émí. Ka1 que hablaba antes es puesto con razón como primero, porque abarca todas las cosas. Divido
oí )ley r &v Lrw'iKOOV AÓyOl rOlaÚtllV €XOUO'l r~v o.ywY1Ív, oEllevúvat E1tElyÓ- "lo que es" en estas especies , para que sean corpóreas o incorp6reas; no hay una tercera .
¡..tEVOI t~V AOYllcrlv ¡..tÉpo~ oucrav tii.~ cptAooocpía~. ¿Cómo divi do el cuerpo? Diciendo que o son animados o inani mados. A su vez, ¿cómo divido
3 vo¡.tí~Ovte<:; codd. : corroBusse 13-14 ex p. 15, 19 add. Busse <~ ~ttp~ ... t~C; KéXf>ll¡.tb".,C;> los animados? Diciendo que unos tienen alma y que otros tienen vitalidad; o así: algunos
M tienen movimiento, caminan, se trasladan; otros fijos al suelo se alimentan y crecen con sus
4 S flépo~ fltv aón)v ... tT¡v cpv..ooocpíav La referencia de Olimpiodoro al Fdr. es seguramente errónea:
no hay ningún pasaje de ese diálogo en el que Platón haga esta afinn ación; hay, sin embargo, tmas líneas raíces. De nuevo, ¿en qué especies divi do a los anima les? Son o mortales o inmortales. Algu-
en la Rep. en que no sólo se dice lo que infonna Olimpiodoro, sino que además se usa prácticamente la nos estoicos creen que el primer género es el "algo"; te explicaré por qué lo creen. "En la
misma terminología: "¿Les prescribirás (se. a los guardianes) que se ocupe n especialmente de esta ense- naturaleza de las cosas -dicen- alglUlas ex isten, algunas no existen; éstas que no existen, s in
ñanza, gracias a la cual serán capaces no sólo de preguntar sino también de responder con el máximo embargo, también las comprend e la naturaleza de las cosas; son las que se presentan a la
conocimiento posible? .. Ahora bien, ¿acaso no te parece ... que para nosotros la dialéctica se encuentra en mente, como los Centauros, los gigantes y cualquier otra cosa fabr icada por un pensamiento
l~ ~ás elevado, como una especie de coronamiento de los conocimientos y que no hay ningún otro conOM falso que comienza a tener cierta imagen, aunque no tenga sustanc ia".
Cimiento que pueda se r correctamente puesto por encima de ella?" (53408-E4). Olimpiodoro dice "filo-
sofia", no "d ialéctica", pero en lenguaje platónico ambas cosas son [o mismo. 2.2 Alejandro de Afrodisia, In Top. 301 , 19-302,2; 359, 4-18 (SVF 2.329; LS 27B; FDS
6-7 óu), t~~ lCo.Aou~¡évr¡<; ÓOOA€O'Xla<; El susta ntivo &óoAea;r:ía no aparece nunca en el Ped.; como en la 711)
cita anterior de Platón , el pasaje platónico más parecido a lo que cita aquí Olimpiodoro, tanlOdesde el De este modo, podrías mostrar que los de la Estoa no postu lan adecuadamente el algo
punto de vista tem1inológico como conceptual, es Ponn. 1350 : "esfuérzate y ejercítate más, a través de
esa práctica a la que la gente llama charlatanería (a804a;r:ío:), mientras aún eres joven. De lo contrario, la como género del ser, pues si el algo [es algo], obv iamente tamb ién es un existente. Pero si es
verdad se te escapará" (trad. M.L Santa Cruz). un existente, podría admitir el enunciado de lo existente. Aquellos, sin embargo, al establecer
24 t1j )Cal rto6vtot i8úvr(lta vo:tlTVJ.OV'Wl Arato, Phaenomena 1.44. para sí mi smos que lo existente se dice sólo de los cuerpos, podrían evitar la dificultad. Es por
eso, en efecto, que sostienen que el algo es lo más genérico, por cuanto se predica no sólo de
los cuerpos, sino también de los incorpóreos. Pero dado que el algo es lo más genérico, tam M
bién el uno estaría subordinado a él. Sin embargo, es posible que el lUlO también se predique
del mismo algo, de modo tal que el algo no es género del uno, pues admite su enunciado. De
este modo podrías mostrar que tampoco la multiplicidad es un género del número, pues tam-
bién la multipli cidad es número y el enunciado de " número" coincide con ella. Si esto es así,
los que definen "número" como " la multiplicidad de lUlidades" no se expresan correctamente,
pues la multiplicidad misma también consiste de muchas unidades. Dijo que los enunciados y
definiciones de ex istente y uno son o más generales y más reputables, o que le place que,
entre las cosas que de este modo se dicen de muchas maneras, unas se dicen a partir de lo uno
y respecto de lo uno, y que son d efiniciones (ta les cosas son "ser" y "uno"), o que, de acuerdo
con los que explican alguna de estas cosas como un género, según aquellos también serían sus
géneros. [ ... ] Si alguien explicara como d if erencia de algún género lo que sigue a todas las
cosas - por ejemplo, si alguien estableciera como diferencia de algo el uno o el ser, le resultará
30 Capítulo 2 El género supremo y su primera división: cuerpos e incorpóreos 31

de nuevo que o dice igualmente el genero y la diferencia o que, aÚD más, dice la diferencia. 2.7 Pluta rco, Cof. 11l6B7-C2 (FDS72 I)
Igualmente, aunque [fuera] el género, del que ha expl icado tal diferencia, correspondería a las Privan, en efecto, a muchas e importantes cosas -al vacío, al tiempo, al lugar y al género
cosas que siguen a todo. Por ejemplo, si alguien mencionara al ser como género y al uno de los decibles en sentido estricto, en el cual también se encuentran todas las cosas verdade-
como diferencia, siendo el ser como lo dividido por la unidad y la multiplicidad (pues la ras- del nombre "existente". Pues argumentan que, aunque estas cosas son no existentes son,
multiplicidad también es algo existente), igualmente producirá la diferencia. De nuevo, si el sin embargo, "algas", y siguen haciendo uso de ellas en sus vidas y en su filos afia como de
género no correspondiera a lo que sigue a todo, [a diferencia, que corresponde a lo que sigue a cosas subsistentes y reales.
los existentes, corresponderá aún más a él. De este modo, se probará que "el algo" no es
género de todo. Pues también será género del uno o igualmente del ser para él o, aún más, si 2.8 Plutarco, CN 1080D-F (SVF 2.486-487; LS 50C)
al menos el uno [se predica] del concepto, en tanto que "el algo" únicamente de los cuerpos y La [tesis] de que nada está en contacto con nada es cont"raria a la concepción común ; y en
de los incorpóreos, el concepto no es ninguna de estas cosas de acuerdo con los que argumen- no menor medida lo es ésta: que los cuerpos están en contacto unos con otros pero no están en
tan esto. De este modo, el que explica lo que es objeto de opinión como la diferencia del ser contacto con nada. Sin embargo, deben aceptar esto los que no admiten partes mínimas del
se equivocaría, pues 10 que es objeto de opinión es más que el ser, si es que el no ser también cuerpo, sino que siempre toman alguna [parte] antes que lo que parece estar en contacto y
es objeto de opinión. nunca dejan de avanzar más allá. En todo caso, lo que ellos principalmente alegan contra los
que ponen delante indivisib les es lo siguiente: que no hay contacto de los todos con los todos
2.3 DL 7.135 (SVF 3.6; LS 45E) ni de las partes con las partes. Aquell o, en efecto, no produce contacto, sino mixtura; esto, en
"Cuerpo", como dice Apolodoro en su Física, es lo triplemente extenso: en largo, en an- cambio, no es posible pues los indivisibles no tienen partes. Ahora bien, ¿cómo es que ellos
cho y en profundidad. Yeso también se llama "cuerpo só lido". no desembocan en esto, dado que no admiten una parte última ni una primera? Porque, ¡por
2.4 Sexto Empírico, AM 10.218 (SVF 2.330; LS 27D) Zeus!, argwnentan que los cuerpos están en contacto, aunque no los todos con los todos, en un
límite, no en una parte. El límite, sin embargo, no es un cuerpo; un cuerpo, entonces, estará en
De manera que éstos hacen del tiempo un cuerpo, pero los fi lósofos de la Estoa creyeron
contacto con un cuerpo por medio de un incorpóreo y, de nuevo, no estará en contacto [con
que él era un incorpóreo, pues sostienen que, ent re los algas, unos son cuerpos y otros in-
él], pues hay un incorpóreo en medio. Pero si va a estar en contacto, el cuerpo va a producir y
corpóreos. Y, entre los incorpóreos, enumeran cuatro cl ases: decible, vacío, lugar, tiempo. Es
a recibir una acc ión por medio de lo incorpóreo. Pero son los cuerpos los que por naturaleza
por eso que se hace manifiesto que suponen que el tiempo se da como un incorpóreo, y
producen, reciben una acción unos con otros y están en contacto.
además también opinan que éste es un estado de cosas q ue se concibe por sí mismo.
2.5 Sexto Empírico,AM 8.409-410 (SVF 2.85; LS 27E) 2.9 Galeno, D e me/hodo medelldi Iibr¡ 10. 155,1-8 (SVF 2.322; LS27G; FDS 236, 717)
De la pedantería lingüística, de las que algunos fi lósofos se jactaron, que derriba por
En efecto, dice, tal como a veces el entrenador y el instructor de combate toman las ma-
completo nuestras costumbres en la vida, puesto que, de acuerdo con sus propios libros, no
nos del nido, lo educan en el ritmo y le enseñan a realizar ciertos movimientos, y otras veces
puede hacerse uso de ella a través de aquell os, por ahora me rehúso a hablar, y discuto más en
se mantienen lejos y, en cierto modo, realizan un movimiento rítmico y se ofrecen a sí mis-
otra parte lo que ellos [arguyen]. Ahora bien, habiendo debatido en no menor medida todo lo
mos para que el niño los imite, así tamb ién algunas cosas que se hacen presentes, como si
que hay que [discutir] también en los razonamientos que se refieren a los elementos, llamo
estuvieran tocando a y en contacto con lo conductor [del alma] - como lo blanco, lo negro y,
"pedantería" a aquella en la que dividen genéricamente lo existente y lo subsistente.
en general, el cuerpo- producen la impresión en elto. Otras cosas, en cambio, tienen una
naturaleza que es tal como la de los decibles incorpóreos, y lo conductor es presentado en 2.10 Cicerón, Acad. 1.39 (SVF 1.90; LS 45A)
ellos, no por ell os . Los que dicen esto, sin embargo, se va len de un ejemplo plausible, pero no También discrepaba [Zenón] con ellos porque sostenia que era completamente imposib le
prueban el asunto en cuestión pues el entrenador y el instructor son cuerpos y, según esto, que a lgo incorpóreo - a cuyo género Jenócrates y sus predecesores también dec ían que perte-
era n capaces de produci r una presentación en el nido. La demostración, en cambio, es in- necía el alma- fuera agente de a lgo y que solamente un cuerpo era capaz de actuar o de recibir
corpórea y, según esto, se investi gaba si lo conductor es capaz de producir una impresión al una acción.
modo de una presentaci ón. De manera que ellos no son capaces de demostrar lo que se inves-
tigaba a l comienzo. 2. 11 Pseudo Galeno, De historia pltilosophica 23, 2-6
Algunos suponen que "cuerpo" es lo que es capaz de actuar o de padecer; otros sos tienen
2.6 Plutarco, eN 1073E (S/lF 2.525) que "cuerpo" es 10 triplemente extenso acompañado de resistencia, pues es un punto del que
Y, en general, es absurdo y contrario a la concepción comun [afirmar] que algo es y que no hay parte alguna. Y lo que participa del largo y del ancho es "superficie"; y cuando eso
cs no existente; éstos, sin embargo, dicen que <muchas cosas son algas> pero que son no también adquiere profundidad, consideran que es un cuerpo. Algunos han supuesto que los
existentes, que es lo más absurdo que puede decirse del universo. En efecto, al circundar el límites son cuerpos.
vacío infinito exterior con el cosmos, dicen que el universo no es un cuerpo ni un incorpóreo.
A es to se sigue q ue el universo es no existente, pues ll aman "existentes" sólo a los cuerpos, 2.12 Sexto Empiríco, AM 1.15-19 (SVF 2.330; LS 27C)
porque corresponde a un existente hacer algo y recibir una acción. E l universo, sin embargo, Una manera semejante de dificultad se producirá también respecto de los que argumentan
no es un existente, de modo que e l universo no hará algo ni padecerá nada. que se enseña que "el no algo" es un existente o que el "algo" es enseñado. Pues si se enseña-
ra que el " no algo" es un existente, será en cuanto se ensei"ia algo, y por eso el no algo y el
algo serán, contrariamente, lo mi smo, lo cual se encontraba entre los imposibles. Nada sucede
al no algo, por lo cual tampoco es enseñado. También eso se encuentra entre lo que sucede,
El género supremo y su primera división: cuerpos e incorpóreos 33
32 Capítulo 2
enseñable debe estar incluido dentro del género "algo" y no puede ser enseñado a través de
pues "el no algo" no se enseña. Según la misma analogía, también "el algo" estará entre lo no
" no algos" ya que ellos son "insusbsistentes al pensamient?" (aV\)1[ó~ata yáp ton tÚ
enseñable. Pues si por eso será enseñable que es el caso, no será nada no enseñable, a lo que
8tavoíq.; el térm ino avu1t6crtata designa, probablemente, a los ltems no eXIstentes. C~. Scxto,
sigue que no es nada enseñable. Por cierto que si "<el> algo" se enseña, se enseñará o bien a
AM 10.238, donde indica los atributos o propiedades -cru~~E~TP(évC1\- de las sustancIas): Un
través de no algas o bien a través de algos. Pero no es posib le que se enseñe a través de no
ejemplo de " no algo" puede ser una "concepción" (MóTJ~a) que, de acuerdo con los e~tolcoS,
algos, pues, según los de la Estoa, ellos son insubsistentes a l pensamiento. Queda, por lo
son "cuasi-exi stentes" (wcrave\ tI ov) y "cuasi-cualificados" (rocrave\ 1tOtóv). Uno pO~l a tener
tanto, que el aprendizaje se dé a través de algos, lo cual es de nuevo in viable, pues tal como lo
la tentación de inc luir entre los "no algas" a los centauros, gigantes y demás fiCCiOnes de
mismo que se enseña, según esto, se enseña de acuerdo con el algo, de tal modo que, puesto
nuestra mente que menciona Séneca en nuestro texto 2.1 . Pero en e~ info.~e ,de Séne~a. se
que aquellas cosas a partir de las cuales se da el aprend izaje son algos, <todas> las cosas serán
incluye a tales fi cciones de la mente entre los " no existentes"; ahora bien, .Sl (1) .I ~ems ficttc~os
enseñables, y así, al no haber nada no enseñable, se eliminará el aprendizaj e. [Dicho] de otra
como centauros o gigantes son no existentes, si (ii) Séneca sigue la claSlficacJon onto lógIca
manera: dado que de los algas unos son cuerpos y otros incorpóreos, las cosas que se enseñan
estoica que damos por supuesta aq.uí , i.e. el Item más ge~érico e~.:'el .~~go", ~ cue~,os - =
tendrán que ser algas: son o bien cuerpos o bien incorpóreos. Sin embargo, como establece-
existentes- e incorpóreos - = subslstentes- son sus especIes), y (m) SI no eXIstente (quae
remos, no pueden ser cuerpos ni incorpóreos. Por lo tanto, los a lgas no son enseñados.
non sunl seguramente la traducción que hace Séneca del griego OUK ovt a) es una manera de
COMENTARIO referirse'a lo que las fuentes griegas ll aman "subs istente" (Úq>lcrr6.~EVOV), entonces, tales í~ems
Este capítulo presenta las distinciones básicas de la ontología estoica, las cuales introdu- fict icios deben ser "algo". Hay, sin embargo, otra forma de entender este asunto: en pnmer
jeron va rios puntos de detalle que modificaban sustancialmente la ontología platónico- lugar, no hay una razón definitiva para pensar que lo que Séneca entiende por " no. e~istente"
aristotélica. Veremos con más detalle en lo que sigue del comentario a este capítulo dichas sea lo mismo que "subsistente" en las fuentes. griegas~ en segund~ lugar, ítems ficb.~l o~ c~mo
di stinciones, pero una fundamental tiene que ver con la inversión radical de la ontología lal los gigantes son casos de "cosas" que se conciben o pIensan (vooulleva) por ana logta s lg~len­
como era concebida en Platón y Aristóteles: ahora " lo real" ya no serán más las Formas o do un procedimiento de aumento (cf. capítulo 6, texto 6.3) ; el centauro, por su parte, se ~lensa
reali dades intel igibles, sino " lo existente" (ro ov), que los estoicos identificaron con loscuer- por composición (a partir de hombre y ~aba llo; ~f. 6.8). ~e.ro como tod~ conce~,to ~btlvo,~!
pos. Lo corpóreo, en efecto, fue, en su opinión, la marca esencial de lo existente y lo real, y es debe ser precedido por un contacto sens ible, los ltems fiCtICIOS deben denvar .d e eX lstente.s .
lo único capaz de actuar y de recibir una acción (cf. 2.6 y 2.8). Esto indica que, como veremos No hay duda de que una t 1tíVOlCt debe estar precedid~ por u~ ~ontacto sen;lble (como dIce
en el capítulo 14, las causas en sentido cstricto son cuerpos (cf. tambi én 2.1 y 2.6), dcmodo Sexto en 6.8) , pero el problema aquí es si ese tipo de Item fictiC IO es una 6rlvOl~ \un cuerpo)
que la tes is platónico-aristotélica de que las causas en senti do estri cto son real idades inteligi- o más bien, un tw611~a. En el contexto del tratamiento técnico del twór¡IlU exphcnamente se
bles (como Formas o fines) es rechazada por completo (véa se Frede 1980). Un tipo decisivo a;gumcnta que es una ficción de la mente (epávr:f).af1(J. 8l().voía~), es decir, un ítem que ca~ece
de ítem de la ontología estoica, entonces, son los existentes-cuerpos; pero los estoicosdiscu- de q>avtacrtóv (t.e. un cuerpo) que la impresione como factor extr~-mental (para un tratalm e?-
tieron además un no menos importante tipo de ítcm en su ontología que tiene que ver, 00 ya to más detallado de este asunto cf. capítulo 6 y nuestro comentano). Esto parece contradeclf,
con los cuerpos, sino con los incorpóreos (tiempo, decible, lugar y vacío; cf. 2.4 y 2,7) que, al menos en parte, la explicación de cómo se generan los conceptos de "gigante" o "centauro"
aunque no son existentes, son subsistentes y que, como argumentaremos, tienen una fimción (según 6.8); un modo defl acionario de entenderlo sería simplemente suponer qu~, aunque d.e
complementaria para dar real idad a los cuerpos. Una pregunta que surge de irunediatoes: si modo directo no hay un <pavrOO1"ÓV ni de "gigante" ni de "centauro" , no es pOSible ~onceblf
las cosas verdaderamente existentes son los cuerpos, ¿qué papel desempeñan los incorpóreos ninguno de esos conceptos sin ítems corpóreos como "hombre" y "caballo" que, o~V1ament~,
en la ontología estoica? Argumentaremos que entre cuerpos e incorpóreos hay una relaciónde sí tienen un q>avracrtóv que los impresiona. Si esto es así , hay que as~mir que lo.s. ltems fich-
complementariedad en el sentido de que lo uno no puede darse sin lo otro. Podríamos decir cios dependen, indirectamente, de los cuerpos; sin embargo, no son DI cuerpos m lDcorpóreos
que la existencia es a los cuerpos corno la subsistencia es a los incorpóreos (cf. 2.6). Ahora en sentido estricto. Pero si hay algún sentido en que deba entenderse que dependen de los
bien, tanto los cuerpos como los incorpóreos son especies de un género mayor (el "género cuerpos (al menos en la explicación de la génesis de tales ficc iones), tampoco puede~ ser
supremo" : yevlKww·tOV), a saber, "el algo" (ro tí; cf. 2.1; 2.3. La tes is estoica de que elgéne. especi es del género Hno algo" (para una versión diferente. de este tema, en l.a que los ltems
ro supremo estoico es el "algo" parece contradec ir lo d icho en 6.13 - = DL 7.61 -, donde se fict icios serían espec ies de "no algo" junto con las concepcIOnes cr. Brunschwlg 1988: 40-42).
habla de " lo más genérico" como aquello que, siendo un género, no tiene género, a saber, ~lo El texto 2.2 es un pasaje especi almente representativo del impacto que debe habe.f pr~~u­
existente", Le. t O 15v. Pero como ha mos trado Brunschwig 1988: 50 - seguido por Mansfeld cido la tesis es toica del "algo" como género supremo en el ambiente intelectua l penpatettco
1992 : 84, n.22- , la lecc ión otov tO ov no se encuentra en algunos de los principales codd. de de la antigüedad tardía pues dicha tesis va en contra de la " más razonable" posición entre los
Diógenes Laercio, de manera que no puede tomarse por cierto que en ese pasaje el genero peripatéticos de que el 'género supremo es "el ser" o "lo que es" (tO ov), una especie de "al~o"
supremo sea " lo que es" o "lo existente"). Además, según el reporte de Sexto Empírico (cf. en la ontología estoica (a este respecto no deja de ser interesante el hecho de que el estoIco
tex to 2.12), es probable que los estoicos también hayan distingu ido el " no algo" (olh¡),aun. Séneca -cf. 2.1- prefiera la tes is plat6nico-peripatética -re. el género supremo es el ser- a la
que no es muy seguro que el "no algo" forme parte de la ontología estoica (cf. Caston 1999: estoica -el género supremo es el algo-; sobre este detall e cf. Sedley 2005: 124- 125). Este
166-168 y nuestro capitulo 4). pasaje de Alejandro es también significativo para ver su es fu~rzo por mostrar .10 absurdo de la
Ahora bien, si " los que argumentan que se enscfta que el ' no algo' es un exi stente" en tesis estoica: en el primer pasaje aristotélico que comenta Alejandro en 2.2 AnstóteJes. trata d.e
2.12 son los es toic os, hay que creer que Sexto está equivocado, pues no conservamos ningún probar que las especies "participan" ().1etqelv) de los géneros pues en ,tanto una esp~c¡e admi-
pasaj e que podamos atribuir razonablemente a algún estoico en el que se argumente que el no te el enunciado de un género (é1tlMXEtat "[ov t al> yÉvou~ )..óyov), un genero DO adrm te el de la
algo es un existente. En efecto, " existente" es una especie del a lgo. No obstante, la obStr."3.- especie (o, para dec irlo, en el lenguaje de Cal. 2b20-21, " los géneros se predican de las espe-
ción importa nte de 2.12 es que Sexto confirma, de todos mod os, que para que un objeto !ea
34 Capitulo 2 El género supremo y su primera división: cuerpos e incorpóreos 3S

cies, pero las especies no se predican recíprocamente de los géneros"). En el texto de Aristóte- Proclo ha tenido cierta aceptaci ón entre algunos estudiosos contemporáneos, aunque de diver~
les se, hace, explíci ta la posibilidad de que el género pueda participar de la es pec ie; por ejem- sas maneras. Por ejemplo, Graeser (1978: 89) piensa que en la terminología estoica el equiva-
plo, SI se diera como explicación un género para lo que es y para lo uno (Tóp. 121a13 - 16). Es lente a "subsisti r" significa un modo de existencia dependiente, que es distinto de ser real en
probablemente por esto que Alejandro en su comentario al pasaje menciona la teoría estoica el sentido de ser tangible y capaz de actuar o de recibir una acción. Es cierto, como seña la
del "algo" como género supremo que abarca tanto al ser como al uno, y en su comentario Graeser, que un incorpóreo no es rea l en el sentido de ser tangible; pero de ahí no se sigue que
procura mostrar que no es posible postular un género que esté por encima del ser. Su objeción los "dec ib les" (que es el ejemplo de incorpóreo que cita) no sean algas del mundo; como
de fondo es que si el "a lgo" es algo, también "es" o, como hemos traducido para hacer justicia claramente señalan todas las doxografías, los incorpóreos son especies del género "algo"
al probable uso técnico estoico del participi o neutro de l verbo ser (por oposición al del verbo (Graeser implica lo mismo al examinar la teoría estoica de las categorías o "géneros del ser";
subsistir: úqllcrrávm), "es un existente". Pero, como advierte Alejandro, los esto icos pueden cf. su 1975; 18-23 y nuestro cap ítu lo 3). No hay testimonios claros, por lo demás, de que los
evitar esta objeción pues sos tienen que "existente" se predica solamente de los cuerpos, de estoicos hayan pensado que los incorpóreos debían ser despreciados por el hecho de ser inac-
manera que "existente" puede entenderse como una especie del "a lgo", siendo la otra especie tivos y no existentes, como afirma Proclo. Creemos que hay varias maneras de mostrar que,
lo "subsistente" (cf. 2.7) , que coincide con los incorpóreos (para los cuales cf. 2.3 y capítulo aun cuando los incorpóreos no son existentes, resultan dec isivos para la constitución del
20). En 2.2 Alejandro avanza en el intento de mostrar quc no es posi ble que el "algo" estoico dominio de lo corpóreo. Por ejemplo, aunque el tiempo es un incorpóreo, es al menos una
s~a ~énero del U?O y, por tan to, .que pueda postu lárselo como género supremo (que, por con- condic ión necesaria para la constitución de la realidad corpórea. Según Clemente (cc. capítulo
slgUlcnte, debcfla estar por enCIma tanto del ser como del uno). Alejandro argumenta que, 14, texto 14.11), el tiempo es aquell o que ofrece la noción de las condiciones sin las cuales el
dado que .el uno se predica del algo, se sigue que el algo no puede ser género del lll10 pues el efecto no puede producirse. El ejemplo, es el del aprendizaje, que se lo entiende como un
algo adnute el enunciado o definición (AÓYOC;) del uno. Alej andro parece estar retomando la proceso: si es un proceso, implica lUla cierta duración, un antes y un después. Si se quiere
tes.is ~ri stotél ica en el pasaje de Top. que está comentando (121 a 10-15) , Le. el pasaje en el que ofrecer una explicación coherente de este proceso, debe tenerse en cuenta el tiempo o, dicho
Anstoteles argumenta que la definición de " participar de algo" es admitir la defi nición o de otro modo, si no se considera el tiempo no puede explicarse el aprendizaje (para la rele-
enunciado de lo participado. De 10 cual se sigue que las especies participan de los géneros, vancia de los incorpóreos vacío y "decible" en la constitución del dominio corpóreo véase
p.e ro. los géneros no participan de las especies. Podemos recapitu lar lo dicho hasta aquí en los Boeri 200 1; 731-737).
sIgUIe ntes pasos: Ahora bien, si, como los estoicos sostienen, la interacción es solamente entre cuerpos (cc.
2.6,2.8 Y capítulo 14, texto 14.10), cabe preguntarse cómo es pos ible que nuestra mente (un
(i) (x) x es existente " es un cuerpo; inversamente, cuerpo) o, más prec isamente, lo conductor de nuestra alma (1;Yq.lOV1K6v; cc. 13. 1) sea capaz
(ii) (x) x no es existeote" es un incorpóreo. de pensar los incorpóreos. El pasaje de Sexto que hemos reproducido en 2.5 probab lemente
(iii) Tanto cuerpos como incorpóreos son especies del género "algo"; o, dicho de refleja el intento de los estoicos por responder a esa pregunta . De acuerdo con su modelo
otro modo, (x) si x es un cuerpo o x un incorpóreo, -+ x es una especie del epistemológico (para el cual cc. capítulos 6 y 7) , los estoicos ven el conocimiento como un
género "algo". proceso en el cual el que conoce es pasivo en la medida en que es afectado por una presenta-
ción; el objeto de conocimiento, en cambio, tiene un papel activo en la medida en que es lo
En 2.4 se introduce la lista más completa de incorpóreos estoicos de que disponemos que produce la presentación (es el q>avwm6v; cc. 6.2 y Sexto Empírico AM 8.402). Si esta
(una lista similar, sin embargo, aparece en 2.6). El otro dato importante que se introduce en expl icación es razonable, uno podría albergar dudas razonables respecto de si sería posible
2.4 es el de que un incorpórco (como el tiempo en este caso) es un "estado de cosas" (1tpdy¡. w) que los incorpóreos, en la medida en que son objetos de conocimiento, puedan desempeñar un
que "se concibe por sí mi smo" (KaO' au'tó 'ti VOOÚ¡.u:.:vov). ¿Qué significa esta aclaración? Tal papel activo ya que, dado que son incorpóreos, no puede producir ni recibir una acc ión. Para
vez lo que está sugiriendo es que, contra lo que piensa Proclo (1n Plaf. Tim. 271 D =SVF comprender mejor el pasaje conviene comentar brevemente lo que precede al texto citado de
2.521; 89, In primum Euelidis elemenlorum librum commentarii 89, 15-21 =SVF 2.488), ni el Sexto en 2. 5: Sexto ataca a los estoicos haciendo notar que una demostración no es un cuerpo,
t i~mpo (ni ~ing~n o tro incorpóreo) subsiste como un "mero concepto" (Kcn' €rríVOlC1V \jItA~v), ya que está compuesta de incorpóreos (los AeK1á) y, por lo tanto, no puede ser a lgo activo. Y
ni su ser es mfenor por depender de los cuerpos. Es muy p robable q ue Proclo no esté utilizan~ si no puede ser algo activo, no puede afectar nada y, consecuentemente, tampoco afectará a lo
do la palabra €1tlVOla en sentido técnico estoico pues, si ése fuera el caso, su afirmación sería conductor del alma . De donde se sigue que la demostración o prueba será incognoscib le (Sex-
falsa. En efecto, para los estoicos una E1rívOla depende de un cpavwcrróv que haya impresio- to, AM 8.403-406). La respuesta estoica a esta objeción es la que aparece en 2.5 (y un poco
nado nuestra mente y, por tanto, es una entidad corpórea. O sea, en sentido estricto una antes en el texto de Sexto): los incorpóreos no son activos ni producen una presentaci6n en
81tlvota no es un no-exi stente y, por lo tanto, tampoco subsiste (eso correspondería, en rigor, nosotros, sino que somos nosotros los que somos representados en relación con ellos (al br'
al €w6T]~a, co~o señalamos antes), sino que existe (sobre este punto véase lo dicho arriba). Éla:Ívou; q>C1vracrloú¡.tEVOl; Sexto AM 8.406). Lo que el ejemplo de 2.5 trata de ilustrar es, por
Que los m~orporeo~ son estados de cosas que se conc iben por sí mismos debe significar que una parte, el caso de un cuerpo (el entrcnador) que afecta a otro cuerpo (el niño, cuando éste
son algos mdependlentes de l hecho de ser pensados, y que cuando se los piensa o conc ibe na es tomado de la mano y se le enseña a realizar un cierto movimiento); por otra parte, el entre-
necesitan como su referente un existente; si ése fue ra el caso, los incorpóreos serían cuerpos nador también puede hacer lo mismo pero sin entrar en contacto corpóreo con el niño, sino a
(quod non), como sucede en el caso de la ¿ntVOla recién mencionado. La inferencia de Pro- la di stancia. de manera que el niño lo imi te. Esta segunda parte del ejemplo muestra un rnooo
clo, sin embargo, parece ser que, dado que los cuerpos son los Ítems verdaderamente reales de de causación en el que la interacción corpórea no sería impresc indible (contra 10 que se sugie-
la ontología estoica, entonces, los incorpóreos deben tener lll1 modo dependiente de ser (i.e. re en el capítulo 14); en este segundo caso, lo conductor de l alma del niño sería afectado por
deben depender de los cuerpos) y por eso deben ser meros conceptos subsistentes. La tesis de sí mismo (para esta sugerencia cf. Brunschwig 1988: 75). Sexto se queja de que el ejemplo,

I
36 Capítulo 2 El género supremo y su primera división: cuerpos e incorpóreos 37

aunque plausible, no logra demostrar lo que se estaba investigando. Sin embargo, lo que quizá 9.258-26 1). Pero lo que los estoicos parecen haber sostenido (y podrían haber replicado) es
los estoicos pretenden enfatizar mediante el ejemplo del entrenador que puede enseñar a su que, aunque los cuerpos tienen extremidades, dichas extremidades son límites incorpóreos de
al umno a la distancia es el hecho de que el conoc imiento no debe ser entendido como una los cuerpos, no partes de los cuerpos que limitan (cf. Cherniss 1976: 8 11 , n.e). El Iím.ite,
relac ión en la que, en sentido estricto, el sujeto que conoce sea el paciente y el objeto que se entonces, no es la parle extrema de un cuerpo, si no un incorpóreo que, como tal, no es parte
conoce el agente. No deja de ser importante, sin embargo, la objeción de Sexto, pues el cono- del cuerpo y, por tanto, no es un cuerpo. Es evidente que Plutarco se da cuenta de que el
cimi ento presupone que lo conductor del alma (un cuerpo) sea afectado por otro cuerpo. límite es incorpóreo, como piensan, los estoicos; lo que se rehúsa a admitir es que el límite no
Además, el ejemplo del niño que a la dismncia ve a su maestro y Jo imita también puede sea parle del cuerpo. La afirmación enigmática de los estoicos, según la cua l "nada está en
exp licarse recurriendo al esquema "cuerpo (agente) -+ cuerpo (paciente)". La vista (y cual- contacto con nada o que los cuerpos están en contaclO unos con otros pero no están en contac-
quier otro sentido) es, según los estoicos, un hálito (1rVeG¡.1O; un cuerpo) que se extiende desde to con nada" debe entenderse en el sentido de que cada unidad corpórea es indivisible, y si es
lo rector (otro cuerpo) hasta los ojos (otro cuerpo; cf. Aecio en 13.13 y, en general, el capítulo indivisib le carece de parte. Por lo tanto, el contacto entre un cuerpo y otro no puede darse
13). como la interacción corpórea entre una parte de un cuerpo y una parte de otro cuerpo, sino
Los textos 2.6-2.8 son ilustrativos no sólo del alcance de la teoría estoica de los cuerpos y como el "contacto" en el límite, que es el [tem geométrico que distingue a un cuerpo de otro.
los incorpóreos, sino también de las objeciones que se presentaron a dicha teoría, sobre todo Por últ imo, un breve comentario sobre la noc ión estoica de cuerpo (reportada en 2.3 ,
en lo que respecta al enfoque estoico del límite como un incorpóreo. En 2.6 Plutarco presenta 2.10 Y 2.11). La definición matemática de cuerpo (como lo tridimcnsionalmente extenso) se
la misma objec ión que leemos en 2.2 : si el "algo" es, no puede ser un 1111 ovo Sin embargo, remonta a Platón (Teet.155E; Leyes 896D) y Aristóteles (Fis. 3.5, 204b20-22); los estoicos
como el mismo Alejandro seña la en 2.2 , al establecer que lo existente sólo se predica de los necesitaban agregar que un cuerpo como lo tridimensionalmente extenso debe estar acompañado
cuerpos, los estoicos pueden evitar esa dificultad. El texto 2.6 también es útil para advertir la de resistencia (eL 2.11), de modo de poder distinguir espacio vacío de cuerpo. Si efectivamente
funcionalidad de la teoría de los incorpóreos, en este caso, el modo en que puede ser aplicada restringieron al ámbito de 10 corpóreo la capacidad de actuar o recibir una acción, los estoicos
a la explicación cosmológica. Plutarco intenta mostrar el absurdo de la tesis estoica al hacer están rechazando explícitamente la concepción platónico-aristotélica según la cual realidades
notar que si el universo o todo (tO miv) es el vacJo externo junto con el cosmos (en realidad, incorpóreas como Ideas, Fonnas o fines puedan operar causalmente (cL LS, 1 273). Ésta es una
esta premisa no está dicha explícitamente en el argumento de Plutarco pero tenemos registro consecuencia importante porque indi ca la significativa diferencia existente entre el estoicismo y la
de ella: cf. Sexto Empírico AM 9.332), se sigue, entonces, que el un iverso no será un cuerpo tradición que lo precedió en materia de causalidad (para la cual véase nuestro capítulo 14). La
ni un incorpóreo. O sea, el cos mos es un cuerpo y el vacío un incorpóreo; pero el universo, definición de cuerpo como lo que es capaz de actuar y de recibir una acción (cE 2.10 y 2.11 )
que es el conj unto del vacío externo junto con el cosmos, quedaría en una especie de limbo parece tener un carácter mucho más funcional y adaptarse mejor a ciertos postulados básicos del
ontológico pues no es un cuerpo ni un incorpóreo. Plutarco sugiere que de esto se sigue que el estoicismo antiguo que hacen de dios un cuerpo (cf. capítulo 14, texto 14.1) y que, como tal, tiene
universo es no existente, por lo cua l parece asimilar el universo al vacío (que, claramente, es capacidad de actuar sobre otras cosas por ser el princip io activo por antonomasia. Annas ha
un incorpóreo). En cualquier caso el problema que tal vez los estoicos tendrían que explicar es argumentado que por "cuerpo" (o "cosa fís ica") los estoicos quieren decir "un objeto sólido
cómo justificar que el universo o todo (un inc orpóreo, según Plutarco) pueda darse 'y'unlo con tridimensional", pues decir que cuerpo se define mejor como " lo que puede actuar o ser actuado"
el cosmos" (cr. capítulo 12 y Sexto, AM 9.332). Ese "darse junto con" no puede suponer es casi equivalente a la definición del sentido común (cL su 1992: 37, n. I). En su opinión, ambas
contacto en el sentido de una interacción entre cuerpos; quizá el modo más simple de entender caracterizaciones estarían apuntando a lo mi smo. En sus trabajos pioneros sobre el estoicismo
el asunto seria pensar que el universo no es entendido como una entidad existente ni corno un antiguo Reesor sostuvo que el ténnino croo)la no designaba un sóli do tridimensional, sino la
il:corpóreo subsis tente s/riclo sensu, sino como la suma o el conjunto total del vacio que capac idad de actuar o ser actuado. Reesor ni ega, además, que la definición de cuerpo como lo
c~rcul1da al cosmos y el cosmos circundado por el vacío (en todo caso, tambien genera cierta tridimensionalmente extenso sea verdaderamente estoica (una sugerencia que no ha encontrado
dificultad el hecho de que el vacío pueda circundar al cosmos, pues entre vacío y cosmos no apoyo por parte de los especialistas y que resulta difici l de sostener a partir de la evidencia textual ;
puede haber tampoco ningún tipo de interacción causal). cf. su 1954: 57; 77-78). Cabe la posibilidad, sin embargo, de que ambas definiciones existieran
. .Por otra parte, el núcleo de la objeción de Plutarco a los estoicos en 2.8 parece seguir la conjuntamente; Hahm, por ejemplo, convincentemente ha sostenido que, aunque es cierto que
sigUIente secuencia argumentativa: (i) decir que nada está en contacto con nada o que los para los estoicos la propiedad más significativa del cuerpo es la capacidad de actuar y recibir una
cuerpos están en contacto unos con otros pero que no están en contacto con nada es contrario acción, no hay razón para negar que los estoicos tuvieran otra descripción de "cuerpo" (1977: 21 ,
al sentido común y absurdo, porque (ii) si x está en contacto con y, lo es tá (i i.i) como un todo n.l). Estaríamos dispuestos a admitir, entonces, que no hay razón para negar que los estoicos
con un lodo o (ii.ii) como una parte con una parte. Los estoicos nicgan tanto iij como ii .ii, al pudieran aceptar en forma conjunta ambas descripciones de cuerpo; lo que no nos parece tan
argumentar que ii.i no es un caso de contacto, sino de mi xtura ( lo que sucede en este caso es concluyente a partir de los testimonios es que la propiedad más significativa de cuerpo sea la de
que " la totalidad de la substancia y sus cualidades peculiares se interpenetran recíprocamente actuar y recibir una acción, aun cuando uno puede admitir que funcionalmente permite explicar
y se preserva en lal mezcla la substancia y las cualidades originales"; cr. capítulo 16, texto con mayor claridad ciertas tesis estoicas como la ya mencionada de la mezcla total. El hecho de
16.1) y q ue ii .ii es imposible por cuanto los indivisib les carecen de partes. (iii) Pero los estoi. que Plotino (SVF 2.3 15), por un lado, critique la definición de cuerpo como 10
cos admiten que los cuerpos están en contacto en un límite (no los todos con los todos). Sin tridimensionalmente extenso y que, por el otro, Galeno (SVF 2.381) atribuya expresamente esa
embargo, ( iv) el límite no es un cuerpo, de donde se sigue que un cuerpo estará en contacto definición a los estoicos puede conftm1ar, al menos parcialmente, que "algunos estoicos"
con otro cuerpo por medio de un incorpóreo (a saber, el límite) y que, a la vez, no estará en aceptaron esa caracterización como apropiada. Esto en algún sentido explica que ambas
contacto con dicho cuerpo porque en medio de los dos cuerpos hay un incorpóreo, lo cual es definiciones de cuerpo hayan subsistido conjuntamente en la tradición de la escuela estoica y, en
absurdo (una versión diferente del argumento de Plutarco puede encontrarse en Sexto, AM cierto modo, se hayan complementado.
38 Capítulo 2

La noción de contacto probablemente desempeñó un papel importante en la concepción Textos Anotados


estoica de cuerpo y, por extensión, en su concepción de la causalidad (como se ve en 2.6, es El género supremo y su primera división: cuerpos e incorpóreos
propio de un existente actuar y recibir una acción, de donde también se sigue que existente es Jo
mismo que cuerpo en el sentido en que se lo define en 2.10 y 2.11). Aristóteles había sostenido
como un postulado fundamental de su teoría del movimiento y del cambio que para que exista
movimiento fís ico debía haber contacto entre motor y movido (er. Fís. 7.1 , 242b59-63; 7.2, 2.1 Séneca, Ep. 58.11-15 (S VF 2.332; LS 27A)
243a32-34; 244a1 4-244b2; 245a4-5; 254bl-2 con los comentarios de Boeri 2003: ad loe.). Tal Etiamnunc est aliquid superius quam corpus: dicimus enim quaedam corporalia esse,
vez no sería aventurado sugerir que los estoicos hayan llevado esta tesis hasta sus últimas quaedam incorporalia. Qu id ergo erit, ex qua haec d iducantur? Ilud, cui nomen modo
consecuencias, de modo tal que todo 10 que tuviera algún poder operativo causal debía ser de parum proprium imposuimus, "quod est". Sic enim in species secabitur, ut dicamus:
carácter corpóreo, pues sólo las cosas corpóreas pueden estar en contacto entre sí. Los principios "quad es1" aut corporale est aut incorpora le. Hoc ergo est genus primum et
dios y materia, como principios metafísicos básicos de la realidad, también parecen satisfacer la 5 antiquissimum et, uta dicam, generale; cetera genera quidcm sunt, sed specialia:
definición de cuerpo como lo que actúa y lo que es actuado, respectivamente (cC capítulo 14, tamquam horno genus est. [ ... ] Illud genus "quod es1" <est> generale, supra se nihil
texto 14.L). En efecto, la materia es para los estoicos algo pasivo por dcfirución y, aunque habet; initium rerurn est; omoia sub i\lo sun1. Stoici volunt superponere huic etiamnunc
suponen que la totalidad de lo existente es una unidad de carácter corpóreo, piensan que los aliud genus magis principale: de qua stalim dicam, si prius i1lud genus, de quo locutus
constituyentes básicos del un iverso pueden ser distinguidos en principio pasivo (materia) y sum, merito primum poni docuero, cum si t rerum omnium capax. "Quod est" in has
principio activo (dios, razón). Pese a que en el análisis es posible distinguir los dos principios 1O species diuido. ut sunt corporalia aut incorporaba: nihil tertium est. Corpus quomodo
mencionados, de hecho son inseparables ya que el mundo es concebido como una unidad. Pero, diuido? Vt dicam: aut animantia sunt aut inanima. Rursus animantia quemadmodwn
por otra parte, sería imposible pensar en algo activo que al mi smo tiempo no supusiera algo diuido? Vt dicam: quaedam animum habent, quacdam tantum animam, aut sic: quaedam
pasivo sobre lo cual ejercer su acción. En suma, se podría conjeturar que ambas caracterizaciones impetum habent, incedunt, transeunt, quaedam solo adfixa radicibus aluntur, crescunt.
de cuerpo subsistieron conjuntamente y sirvieron para ser aplicadas a explicaciones de hechos Rursus animalia in quas spec ies seco? Aut mortalia aut inmortalia. Primus gcnus Stoicis
puntuales dentro de la teoría física general. Por ejemplo, el fenómeno de la interpenetración de los 15 quibusdam uidetur "quid": quare uideatur, subiciam. " In rerum, inquiunt, natura
cuerpos (sobre el cual cf. nuestro capítulo 16) podría entenderse mejor si se piensa en "cuerpo" en quaedam sunt, quaedam non sunt, et haee autem, quae non sunt, rerum natura
términos de 10 que es susceptible de actuar y de recibir una acción. Esta caracterización parece compleetitur, quae animo succurrunt, tamquam Centauri, Gigantes et quicquid al iud
describir una cierta cualidad especial de algo, no el hecho de que ese algo sea tridimensional con fa lsa cogitatione formatum habere aliquam imaginem coepit, quamui s non babeat
resistencia, una cosa que está actuando sobre otra del mismo tipo. Esa "c ierta cualidad especial de substantiam".
algo" seria el modo en el que se manifiesta el1tVEú)la en los distintos niveles de la realidad: en las 4 genus : genus est VPb 6 quod cst <est> generale Préchac: quod est generale codd. 7 Stoici Pré-
piedras como e~u;, en las plantas como <púcrt~ y en los animales como 'f'UX~ (Aqu iles Tacio, chac: Sthoici ex Siuhoici Q 8 aliud Préchac : aHut Q p I principale Préchac : principali p ¡ si prius
Isagoga excerpla 14, 14~ l5=SVF 2.368). Como "algos individuales" todas las cosas (piedras, Préchac QLVPb : spirius p 9 sil Préchac : se p 10 aul incorporalia om. P ¡ quomodo Préchac : corna-
plantas o animales) también tienen un 1tVEU)lCt cohesionante que está actuando de modo tal que da p 11 inanima pQVP : inanimantia L : inanimata b I Rursus Préchac : Rusus b 12 quaedam ani-
detennina lo que el objeto es (pues el 1tVEÚ~la cualifica la materia indeterminada). Pero ese mum Préchac : animan p I aUI sic Préchac: aul si b 13 impetum pQL VP, Préchac : inpetum Hense I
incedunl Préchac: incaed- p : incend- b I adfixa Préchac : aff- b ex adf- L1 ¡ crescunt cocld. Beltrami,
componente cohes ionante de cada cosa no es algo externo, no es otra cosa tridimensional con
Préchac : sec!o Haase 14 Rursus Préchac : Rusus b ¡ quas Préchac: ex qua V 15 qllid Préchac : ex
resistencia que penetra desde fuera al objeto, de modo que resulte cierta la afumación de que los quod 11/ lIid. p2 I in rernm Préchac: iterum P 15-16 natura quaedam Préchac: naturam quaedam Q 17
estoicos creen que es posible que dos cosas ocupen el mismo lugar. La idea, sin duda paradójica complectitur QV: conplectitur pPb alii I quidquid V ¡ aliud LVPb, Préchac : aliquid p 18 formatum
para los peripatéticos, que es enfatizada en las ru entes del estoicismo, es la de que un cuerpo pase Préchac : fonnatu p I imaginem Préchac : magnem P I substantiam Préchac : sustantiam p
completamente a través de otro (Cf. H ipólito, Re! 121=SVF 2.469; Temi stio, In Phys. 104,14-
2-3 nud ... quod eSI Como es obvio, quod est es la traducción (poco elegante en el latín de Séneca que
18=SVF 2.468; Plutarco, eN 1077E=SVF 2.465. El complejo tema de la interpenetración de los carece de participio de presente del verbo ser) de tO ovoComo señala Mansfeld (1992: 84-85, y n.23),
cuerpos o de los cuerpos que pasan a través de otros es tratado en detalle por Todd 1976: 73-88 Séneca sostiene que el quod es! como género supremo es una doctrina de Platón (Séneca puede estar
y, más recientemente, por Sorabj i 1988: cap. 6. pensando en So! 246a-c; sobre el significado del quod es! como género supremo de los platónicos cf.
Si las conexiones que hemos establecido entre los estoicos y sus fuentes platónicas y Sedley200S, 123 y 125).
aristotélicas son razonables, será claro entonces que en estos temas los e-stoicos también estaban 14-15 Primus genus Stoicis quibusdam uidetur "quid" El tO T\ y~vu..:drtcpov estoico.
innovando, pero siempre teniendo a la vista alguna posición de sus destacados predecesores. 2.2 Alejandro de Afrodisia, 111 Top. 301, 19-302,2; 359, 4- 18 (SVF 2.329; LS 27B; FDS
711)
oürro OEt-
KVÚot~ av en ¡..t1l KaA&~ ro rl oi a1to ~~ ¡roa~ yévo¡; roú OvtO~ ríeEV-
Tal' El yap tí, OflAOV en Kal ov o El OE ov, tOV tOÚ Ovto~ aVCtOéXOlrD av
"Aóyov. WJ.' €KE1VOl vo¡.109Er*HlvtE¡; Ct-lnoi¡; ro Bv Ko.ta aro¡..tátcov ¡..t6vrov
5 AÉyEcr9Ctl OlCt<pEÚYOlEV av ro ~1tOpr¡ ¡..tÉvov· Oto. tautO yap tO tt yEV1KOOtEpOV
autoú <pao'lV dVCtl, KC1rl1YOPOÚ¡..tEVOV ou Kara O'<D).lánDv ¡..tóvov Cr..Ala Ka1 Kara
aoco)látwv. &"AJ..' E7tel y€vtKc6rarov tO "tí, EL., av Ú7t' auro Ka1 to ev'óJJ...'
El género supremo y su primera división: cuerpos e incorpóreos 41
40 Capítulo 2

Ecrtl Kal tOÚ tlV~ Ctl)tou lO év KatllyoP~cr(ll' roOt€ ou )'tv~ la Tt ro\) év6c;, I <he; F: om. BPO! Cv t'fi $OOIl<U om. F
8móEXó~EVoV aUIou ¡OV 'A&yov. OEIKVÚ01<; av OÜ!ro<; ¡.HIOE t OÚ ap le~OÚ 1-2 to tpt;oi ótncrtatóv ... eie, páeo:; cf. Estobeo, Ecf. 1.143, 24 (Diels, DG, p. 457; SVF 2.357): l:oo¡.tá
10 .0 nA~eO<; y,vo<; oV' Kal yap ." nA~eO\ aple~Ó\, Kal ¡~ap¡!6~El aónji Ó tatt tO tplxU olflcrtat 6v, n)..átEl, Pá9EI, Il~KEt. Véase también PS. Plutarco, P/acita 882F, 3-4, donde se
tOU aptO¡.t.ou 1..6)'0<;. el oe TDuro, 011 KaAWC; Di ópl~6 ¡.t.svoí <pam lOV ap19- agrega la idea de que un cuerpo, además de ser triplemente extenso, es una "masa resistente" (OyK~
n:vtín)1'[or;) y ocupa un lugar (tO Katé):ov t6nov). Cf también Plotino, 6.1, 26 (=SVF2 .3 15): "si consideran
!lOV 7tA:i190c; J,loveXórov' Kal. yap uino l a 7tÁ:f19or; ¡.t.OVáOE<; ticrln:ollaí. tou que es común a los cuerpos la triple extens ión, entonces, se refieren al cuerpo en sentido matemático".
oe ov'tOC; !CUt TOÚ évoc; dn:E. )..óyom; Kat ÓplO,.tQUC; etvOl, ~tOl KOlVÓtepOv
Kul Evóo~6tepov, ~ 3rt apÉoK€l UUT(9 tWV OÜtro 1tOAAaXOOC; A.eyo¡.t.Évrov, roe; 2.4 Sexto E mpírico, AM 10.218 (SVF 2.331; LS 27D; FDS 720)
15 AÉyerat la a<p' év6c; lEKal1tp{); EV, Kal ÓptO¡.lOUC; etVCtl (¡maura os 16 n : liS09' o'ÓtOt flEV a&fla 1tOtoum t OV Xp6vov, aloe ano 't~c;
Bv Kut lO EV), ~ on KUHl toUe; D.7toOl06vt a<; Toúroov tl roe; yévoc;, Kar' Etonc; cp1AÓcrOcpOl aaOOflCltOV autov ct)1í911oav unáp-
€KEÍVOUC; etT] av Kal lOÚtroV yévT] . [ ... ] X€tV· trov yap tlvrov <pam ta ~ Etvat acó~ata, ta SE
Cr.1t€&oKt nvoc; yÉVOUC;,
El os rO rrdo"IV ~1t6¡.t.EVOV otacpopáv t U; &ooo~ata, t rov oe aaoofláuov téOOapCl E'(Ol1 Ka'Wpt8pouv~
orov 10 €V ~ 'rO OV el Ótu<popúv lIVOr; 9tíT] n;, crutlP~cretC11 TOÚtc\> 1táAIV 5 tClt ro~ AEKtOV KClt KEVOV Kal tónov KClt xp6vov. t~ oi)
20 ~ br.' \.'crTl~ 'fO Y¿Yo~ KCll 'f~V otacpopav AéYE1V ~ €ntnASOv 'f~V olacpopav S~A.OV yíVEtUt, eht npo~ r0 aoooflarov unoAappáv€lV tOV xp6vov,
A.É.yelV' EX' '{crTl~ ~év, el KClt 'fa y¿Yo~, 0'Ó 'f~V totaÚtllV OlCHjl OpaV cmoMoú)KEV, Ett Kat KaS' Clut6 t1 VOOÚflEVOV 1tpay~Cl óo~á.~oucrt tOÜtov.
elll 'feOv xnow bro~ évú)v ' otov E.i tO ~Ev OV yévo~ tO oc EV otacpopáv tt~ 3 <pllal von Affiim 6 t 6) NERAB , von Amim , Bury, HUlser: tO LV
t.1YOt toO l:SvtO~ ro~ otO.lpou~évou 'foil OVtO~ té?> €Vt Kat té9nA.~eEt (Kat
yap tO XAíiOo~ DV n), EX' lcrTl~ 'f~V OtClf.jlOpav XOt~OEt· XtlAlV El tO y€VO~ t w0'8' O.otOI Enesiderno y Heráclito (cf. Sexto Empírico, AM 10.216).
25 ~~ TroV XéiOlV bto~évrov El" , eOLat [yo:p] oilToO €1tt1tMov ~ otaepopo: ouoá 2 I:t oo:~ <ptAOOO<pOI &owJlatov autov Para la caracterización del tiempo como un incorpóreo cf. capitu-
lo 20 y los textos allí discutidos.
yE t&v micrt tOt~ OUOtV É1to)lévrov. o{)¡ro OEtXe~OETCll ~l1oe tO tl yévo~
4-5 trov oE nO'ú.l~átú.lv t€O'O'llpa ... r.p6vov Éste es el pasaje que menciona los cuatro incorpóreos estoi-
Bv TroV1táVTWV' eO'TClt yap Kal Toil Évo~ yÉvo~ ~ En' '(OT)~ OvtD<; autifl ~ cos canónicos (la misma Lista aparece en 2.6). Brunschwig (1988: 28-29), sin embargo, menciona una
Kat €ltt nA.É,ov, El yE t O )ley Ev Kal. Kata tOü EwO~~tatO¡;, tO ót T1 Kata posible variante de esta lista canónica y cita Cleómedes, Cae/o 1.1, 141 -142, donde se lee: "Ahora bien,
~t 6vwv owpátwv Kal &oú)~átwv, ro oe
Evv611pa ~'l OttEPOV tOÚt WV Kata ¿qué será esto? ¿Tiempo? ¿Superficie? ¿Debemos decir que alguna otra cosa semej antcT. Brunschwig
o
30 tOUr; tauta Aéyovtar;. OÜtw<; a~aptávOt av t OÜ l:SVTO~ ota<popav to o~Cl­ (siguiendo a Goulet 1980: 186, 0.52) piensa que sería plausible leer AEK'tÓV en vez de AEKtOOV, aunque,
crtOV (htoooú~' errlrrMov yap toil OVtO~ tO oo~a(Jt6v, Ei yE oo;;acrtov Ka. como él mismo admite, el texto no es completamente seguro. En todo caso lo que es interesante destacar
tO )l~ OVo
es que, si Cleómedes está pensando en los incorpóreos estoicos, &1tI<jKÍVEtCl ocuparía el lugar de t6n0'; (en
realidad, Cleómedes ya ha dicho que la superficie es un incorpóreo: cf. Cae/o 1.1 , 120: t~V €1n<páV€lClV,
2 tOU yévo(", tOU A : y&oe, tOu Wallies, van Amim, Hülscr 4 "ata] Kal B 5 tOUtO in to,)tOU mutavit oooav ó.(f(:Ó~atov). Como indica Brunschwig (1988: 29), el problema que se introduce aquí es el del
P2 7 oJJo' rnEl aB P, Wallies, Hülser: hIel oE A 8 tO ti] tO\) B : post év6c; add. ¡.t~ B 9 tautO\) A, Ppr. estatuto de los límites geométricos en la ontología estoica (para lo cual cf. in/ra 2.8). LS 1, 163; 165
: auto\) WaUies, Hiilser 10 tlPIO¡.tOI P : ap¡O¡.tóc, Wallies, Hülser II <pum om. P 14 t rov OÜtú.l om. B sugieren clasificar los límites matemáticos bajo el rubro "ni lo uno ni lo otro" (i.e . ni cuerpos ni incorpó-
16 KClI tO EV : ¡.t~ tO Ev superscr. pl 18 CtnoóMiú.lKtv aAP 19 tOll! ~ WalIies : té9 Évl p2 : n e, om. A 20 reos), pero no hay testimonios explícitos que autoricen a inaugurar esta tercera espec ie de 'tí. Los pasajes
post &n' '(011e, add. Kal A : ~ 8n' tOlle; ... UYEIVom. P 21 t~V olmpopo.v t~V t Olaútllv A 24 av D : BY de Cleómedes recién citados admiten explícitamente que un item matemático como la superficie califique
aABP len' tOTJe, Wallies : Enl nMov codd. 25 yo.p del. Wallies 26 tnOJ.l€VúlV om. A / itO:OIV como incorpóreo.
€noJ.l,€vú.lv toie, OflOW D 27 EníClT]~J crr¡ in ras. P 28 TOO EvvO~J.latOC;] EVOe; VO~llaTOe, B / ante Kanl Wa-
lIies add. KCÚ 31 onoolooó:; aBP / OVTO~] Y¿VODe, A / 1:0 óo~wJ'tov "toii I5vt oe, O 2,5 Sexto Empírico, AM 8.409-410 (SVF 2.85; LS 27E; FDS 272)
&a7t€p yáp, cpamv, 61tat~
El contexto de la primera parte del texto es el comentario a Aristóteles, Top. 121 al0 ("De nuevo, si es
necesario o posible que el género participe de lo establecido en el género''); la segunda parte del pasaje es ootpípTJt; Kal 6nA,oJláxoC; ecrS' ,hE flEv A.ap6 ~evoC; teOv XEtproV tOU
el comentario a Top. 127a26 ("De nuevo, se dijo como género o diferencia lo que acompaña a todas las natoac; pu8)lí~El KU1 OtOÚOKEt n vaC; KtvEÍa8at KIV~a€tC;, eaS' ,hE
cosas"). oe
onro9ev ÉotO)~ KClí 1t(j)~ KIVOÚ)lE:VOC; €V puS PC9 napéX€l
5 €autov EK€íV(9 1tpOC; flípTlOlV, oihoo Kal trov <pavtClatWV
12 nA~60t; Ilováorov Cf. Aristóteles, Mer. 1053a30.
13-14 tO\) O€ OVtOe; "nt toO f:v0c;. ijtOl KOtVÓtEPOV Kal tvoo~ón:pov Se entiende que el que sostiene EVta ~E:V OlOVEl. waúovrct Kal 8l"yyávovta rou 1Íyé~OV tKOU
esto es Aristóteles. Para la identidad entre av y Ev (en la medida en que ambos son nollaxii>t; ),¿yó~gva) 1t0l€lta1 nlV Ev toút~ nJmoatv, 61tot6v tan tO A.euKOV Ka.
cf.Fís. 185b6;Mer. 1005a6-7, 101 8a35, 1052alSerpassim. ~tAa.v Kal KOlVro~ -ro crro~a, eVICl ót tOlaútllV eX€l <pÚOlV <*>,
18 Ei os to naOtV brÓ~Ity()V OlflepopáV c[ Aristóteles, Top. 127a26: n ~,IV ei tO nacJlv t OU ~'YEPOVIKOU En' autotc; <P<lVtacrlOuflévou Kal. OUX un' au-
UKOAOUeOÚV yÉvoc; 11 OlaqH)pO.v K.t.A.. oe
10 t&v, onotó. t an t a. acrcbpata AEKtá. 01 tout O AtyOVt€<;
28 á' yE tO J.I€:v Sv. "ato. ¡.t6vrov O"wllátú.lv Kal UO"OOI.uitrov cr. capítulo 6, texto 6.13 y comentario ad m9av(9 ¡.lEY xproVtat napClodYJ.1att, ou OUVáyOUOl t o oe
¡OCl/I/I. 1tpOKéí~EVOV. o J.1EvyO:p 1tCl100rpípr¡c; Kal. (lltAolláX0t;
2.3 DL 7.135 (SVF 3.6; LS 45E) EOLl oro~a, Kal Kma tOfita EóÚVatO <pavtaa{av E~1tOtétV
l:&,.w S' totív, ro~ CP11O'lv A1tOAA68(j)po~ Ev tD cI>UOtKlj, tO tt9 1tCll8í' ~ 8E a1t6a€t~tC; aaCÓ flatO~ Ka061Ot~K€l, Kat Ka"tCt
tplX~ ota(J"'tat6v, E¡~ ~f¡KO~, ct~ 1tAárot;, Ei~ páeo~' tOÚtO S€: Ka. 15 routo E~r¡tEtro d ÓÚvatal cpavtacr'twroc; tU1tOUV t o ~yEJ.10-
crt€PEOV a& ~a KClA.ettal. VlK6v. motE ~T¡ a1tOOEoE'ixSat Cl1hOt~ tO &PX~O€V ~11 ~
tOú~evov.
42 Capitulo 2 El género supremo y su primera división: cuerpos e incorpóreos 43

OéXEa8at tOi~ ~~ a1!oAeínouOtv ¿AáX\(:rta IlÉPll crcó llaTo~,


8 gVta óB TOmÚtTJv CXCl rpÚI3lV <.> lacunam stat. Kochalsky: €vta Se < OU> TOlaúrr¡v ElE1 rpÚOlV Bury
13 Eml Kochalsky : sial a, Bury I f.8\ÍVQTO N: iOúvavto ~ 5 &U' &eí Tl tOu
oOKoi)vtO~ amEa8m 1tpÓ'tepov A.aIlPávouO"l
Kal 1l1106nOTE tOU 1!poáyelv EnÉlcmva nauo!l-Évot~. OyO\)V
5 T6lV qlCtVt aOTwv Cf. capítulo 6, texto 6.2 y nuestro comentario ad {ocumo autol llá AtOTa npo<pÉpoum toi~ lOOV &IlSPOOV npolma).!É-
9-10 Toil ~yqlOVtKO¡j br.' aUToit; ... un' almov, ónoiá con ta aarol..La'ta AE.Klá Probablemente la distin- VOte;, tOUt ' Bat í, t O Jl~e' OAote; oÁOOv á<p~v tival Il~'ts ).!Épem
ción E1[' o.út oi¡;... óx' notrov intenta enfatizar el hecho de que [os decibles, por ser incorpóreos, ~o pueden
ser agentes causales en el mismo sentido en el que se entiende una relación causa l en sentido estricto Jlep&v· t O JleV yap OUX ácp~v &ua KPQOlV nOleiv, tO B' OUK
entre dos cuerpos. En efecto, dado que los decibles son incorpóreos y lo regente del alma es un cuerpo 0 0 10 sIvaI Buval ov IlÉPll t OOv a).!EpOOv OUK tXÓVTroV. n&¡; ouv OUK
puede haber una interacción causal entre ellos (cf. capítulo 14). En nuestro comentario intentamos aclarar aUlOl TOÚtql nspmímouOl, Jll)Dev IlÉ po~ ecrxatov JlllBe
las dificultades de este pasaje. rrpóhov anoAtl1!ovn:e;; éhl v~ óía ljIaÚE tV Kato. nÉpac; t a.
12-13 ó ¡.tEv yap 1taI8OTp¡~'l~ ... <pavramav EI..t1tO\€lV Cf. capítulo 6, tex to 6.2 (con nuestro comentario), aOO¡. la.ra <aM' 01r,(> oAa OAroV ouoe Kata JlÉpo~ AÉyOUOlV.
donde quedu claro que lo que produce una ¡povraO"¡a es un cuerpo. TO Be nÉp a~ a OO).la O\)K tan v'. a'VETat t 01VUV crroJla crcó).!ato ~
2.6 Plutarco, CN l073E (SVF 2.525) 15 aaroJlá'tC9, Kat OUX éhve'tal náAlV, &ooo).!ú'tou pEta~U Ovt~.
Ka9óAou ~ev éhonov Kal 1!apo: 't"~v €wOláv eCJ'nv el B' aljlI::WI, Kal 1!OL~aS \ n Kal nElastaL r0 aaCO)..látC9 t O
dvOl ~É.v tl ~~ Bv o' ElvUl, <múTCov 1!OAAÚ nv ' EÍvat> ).lEv OUK lSvta o' cTVOI aro).la · rrOleí'v oÉ 'tt KaLnúcrxetV Ú1!' &M~ACOV Kal atttecr9al
AEyóvn ov &'t"01!oo't"D.'t"óv san ro 8nt rou 1WVtO¡; AeyÓ~EVOV. ta. OWJlaw 1!ÉCPUKEV. el o' á<p~v t<JXELTi!? &crCO llátO) tO
KEVOV yap lhtElpOV e~OJ9Ev 1"0 KOOIlQ? nEp19€vte~ OiStE crrolla aroJla, Kal cruva<p~v E~el Kal KpaOLV Kal cro~(flutav·
5 TO nov O\)t' acrcóllatOV ETval }1youow. EnetalOE toÚt O} tO ~~ Bv 2 toú"tOu <ro> Pohlenz : t OUtO Chemiss 5 ill' lid tt Wyttenbacb, Pohlenz, Chemiss : aUo. El ti E,
etVat t O 1!ov· ()Vta yap !lÓVD. tO: ocó).!am KaAOUO"lV, B 6 "tO;) ... 1tauo!ls\!O\~ Wyttenbach, van Amim, Pohlenz, Chemiss: tou.; ... nauo!lé\!ou~ E, B 12
emHO~ OVtO~ tO nou:í'v Tl Kal1!áOXE1V, tO 013 nav OUK lino4; (novr~ Bemardakis, Pohlenz, Chemiss : 6:ttOÁI11Óvr~ E, B I vf¡.6.ia IjfUÚEIV Wyttenbach: Jl~
av €O!lV· (fJOr ' o\)te tt lIOI~oel 01)tE t!nElcretal tO nov. ólQ\vaúElv E, B 13 DAo. oÁillv ou : ES: <OU;(> DAa DÁillv OU<O€:> Wyttenbach : <6),,),.: OU;(> DAa OA.roV
ou<ob Pohlenz : 6:U~AroV 06 Chemiss 16 ttEÍoEtal E : 1t1ÍOEtOI S J 7 Kat Ünt EO"Ool E, B : "(<9
2 Etval ¡.t&v !l1J.~ Bv 8' dVOl Cbemiss : EtVat ¡.tb.> tI, 11~ Bv 8' EtVat van Amim I aua ó' add. von Ar- anu:oSal Gi esen, Chemiss
nim post ¡.t~ Bv 8' f:tVOI I <tOÚtrov llollá n v ' dvat> add . Chemiss pos t ¡.t~ Bv 8' ETvac cilla rr.6U'
autwv dvOt Pohlenz 7 l;,tEll:o Madvig : SnEITCl o': Pohlenz ; tnctot) <o'> Rasmus: ht:EI8~ van Este pasaje da algunas pistas respecto del estatuto ontológico de ¡tems geométricos como el límite,
Amim, Chemiss 8 OÜtE Rasmus post 110lTlaEl, van Amim : OUOE cocld. post 1101110EI aunque el contexto es fuertemente polémico. De acuerdo con el reporte de Estobeo (Ee/. 1.142,2 = SVF
2.482), Crisipo habria sostenido que items tales como "superficie" o "línea" (pero también incorpóreos
1-2 lí:tonov . . . t1,...~ Bv ó' Etval Como señala Chemiss (1976: ad foc.), PIUlarco probablemente pensaba canónicos como lugar, vacío o tiempo) son "cosas semejantes a los cuerpos" (to. tOl~ orol-\aal
que esta objeción no seria válida en contra del l-'~ av de Platón como alteridad (cf. So! 258D-259B). npooEOIK6ra). Según Posidonio (Frag. 16 EK), la superficie es el límite del cuerpo, o lo que única mente
4-5 KCVOV yap 01t€lpoV .. . oih' uow,...UtoV dvOl AÉyouow Para la tesis estoica de que el cosmos es un tiene largo y ancho, pero no profundidad. El dato interesante es que Posidonio admite que la superficie
todo, en tanto que el vacío externo circundante junto con el cosmos es el universo (11O:V) cf. Sexto Empíri- tiene existencia no sólo conceptual (Kat' €ttíVOlCtV), sino también real (KaS' úttómaO"tv) . Kidd (1988: 126)
co AM 9 ..332, Plutarco SR 1054B-C y Soeri 2001: 732. Véase también nuestros capítulos 12 y 20 Y el argumenta que para los estoicos limi tes matemáticos no eran cuerpos, sino meros conceptos; para apoyar
comentano ad toel/m. su afirmación cita 2.8, Proclo, In Eucf. Def. l (SVF 2.488), el pasaje de Estobeo citado al comienzo de
esta nota y Cleómedes, Cae!. 1.1, 120. De los pasajes mencionados, el único que dice expresamen te que
2.7 Plutarco, Col. 116B7-C2 los ítems geométricos son "meros conceptos" es el de Proc lo; pero como argumentamos en nuestro co-
1!oUa yo:p Kat ).!eyá/.a 1!p6y- mentario, hay razones para pensar que se trata de una interpretación muy discutible de Proclo.
Ilata t~~ TO\) OVtO~ &1!ocrrepouO"l1[po(JllYopía~, TO K€- 2 OU;( ~ttOV 8€ TO;)tO Cf. Sexto Empirico AM 9.258-266.
vov t OV Xpóvov t OV t6rrov, á1tAW¡; 't0 t rov AEKtroV y€'- 3--6 t O;)tO 8' áváyICTJ . . 1WUO¡.tf;vOl~ Cf. Sexto AM9.261; PH 3.4546. En su objeción Plutarco omi te la
VO~, ¿v ~ Kal 't&A1l8~ 1!Úvt' €vecrn. tatlta yap OVW ).lEV importante distinción estoica entre "límite" y "parte exrrema". La tesis estoica es que las extremidades de
5 11'~1Elvat
, Ttva'8" EIVal l"Il;;yOUO"I,
," ,
xpW¡.tEVOI 8" aUToí'~ w¡;
" los cuerpos son límites incorpóreos (cf. Plutarco CN I078E).
U<pecrt&crt Kat urrúpxoumv Ev ti!? Plcg Kal t<"9 qnAoao<peiv 9 KpliO"lv ttOIElV Para éste yorros tipos de mezcl a cf. capítulo 16, texto 16.1. Una versión similar de esta
Ola 'teAOUOW. explicación, aunque con una terminología diferente, puede verse en Sexto Empírico, AM9.260: ou 80;11;
~ma l llia ~vo)O"l~.
2-4 n;~ tOU 5vt~ . .. á11~ to tmV )j¡Kt:mV yÉvOt; Para la misma lista de incorpóreos cf. supra 2.3 11-12 ¡.t"ó€:v ¡.té~. ttpw"tOvCf. Plutarco, CN 1078E.
(plutarco cri tica la teoría estoica de los incorpóreos en CN 1074C-0).
18-19 si o' ó.<p~v .. Kal (1)va<p~v E;El Para los diversos tipos de contacto cf. capítulo 16 (textos 16.2 y
4-5 taÜTO. yóP ovta. tlva o' cTvat )J:youm Los incorpóreos están incluidos en el género "algo" (cf. 16.3).
supra 2.1).
6 Ó¡P6CttOOOI Kal Ú1táp;r:ouO"Iv Los incorpóreos son "subsistentes" (Ú<pEOTWcn) y los cuerpos "existentes" 2.9 Galeno, De methodo medelldi libri 10. 155, 1-8 (SVF 2.322; LS27Gj FDS 236, 717)
o "reales" (unápxouow). t~V yap JllKpoAoyíav trov óvoJlát wv,
2.8 Plutarco, CN 1080D-F (SVF 2.486-487; LS 50C) ~v ÉKoJlIjle'ÚcraV1:6 u ve¡; trov <jHAoaóc.pwv, avatpÉnoucrav ana.-
Kal Il~v tO ~llleCVO~ üm€o9at ~lleEv 1!apa t~V EV- crav t~V IN t 0 ~¡«> cruv~eElav, rol ~~ 51' EKe!VOUI m\'t'fi Xp~­
VOIÚV €O't"IV· OUX ~HOV DE tOUtO ro a111:Ecr8m ~Ev &u~AWV crOm óúvaa8m KatCt. ta mpOOv autrov cruyypá)..lpara, napm.-
ta crrollata ~1l 8Evl D' a1!'tEa8m· 't"ouro 8' aváYKl1 npocr- 5 tOU~at }1YELV Ta. vuv, ÉTÉpro61 8IEtAEYP¿VO~ urrep autrov ¿1!l
nA.É.ov. EipllKro~ oÚv ouoev ~ttOV oaa XP~ KV roí'~ nEpt rOOv
44 Capítulo 2 El género supremo y su primera división: cuerpos e incorpóreos 45

orotxaíwv AoyL(j)loi~, AÉyO) 8E j.llKpoAoyíav, €V TI 8tatpoüvtat ¿crtlV, OÜtro~ En:El Ka, "fa E~ álV ~ ~áEl1laIS nvá Eatt,
Kala. Y&11 tÓ te DY Kal 10 ú<pe(Jl"6~. <7távta> yEV~O'E1'at olOaKtá. Kal taÚttl ¡.t1l06VOC; ovtOC;
I t~V yap ,.I.lKpoAoyíav TWV 6vo¡.uhrov Long-Sedley 1I, 168 sugieren que la observación que se encuen. <u>oIBáK'to'U avmpE'iTUl ~ ~áEl1lO'1C;,
tra en este pasaje está hecha para justificar el cambio que hace Galeno de dveu a unápxclv, lo cual eslaria 20 'J\.AAroC; tE, Errel "frov TlvOOv ta. ¡..¡É.v ¿crrt O'OO¡.tata t a
indicando que no se está refiriendo a la distinción estoica "ex istente-subsistente", Creemos, sin embargo, Be aO'OO¡.tata, OE~ crEl tU 8loaO'Kó¡.teva tlVa ovta ~tOI 0'00-
que la }llKpoÁoyía lingüística a la que Galeno se refiere (er. 2.8 16 te Bv KO:\ lO Ú<pCcrtÓl;) muestra la ¡.tata dvCI\ ~ acrOO¡.tata' OÜtE SE aoo~ata Búvatat ún-
novedad que todavía en su época (s. 11 d.C.) suponía la distinción "existente-subsistente": aunque la áPXEIV outE amó ¡.tata, roe; 7tapacmíao¡.tev· OUK opa EO'tl
expresión 10 u<pe(jf~ aparece al menos una vez el1 Aristóteles (De incesslI animalillm 708b31), no tiene ttvel oli5aO'Kó¡.teva,
todavía el sentido técnico que se encuenlra en los estoicos.
2 oü t i OV Mau, Hülser : Ol> tí OV N : al> 'ti LE : oi5n 8ekker dubit, Bury 3 <TO> add. Bekker dubit 9
2.10 C icer6n, Acad. 1.39 (SVF 1.90; LS 45A) B Tl tcrtlv He intz 10 <t o>!Í add. Hei ntz: H van Amim : T( Long-Sedley 18 <n:ávta> add. Mau 19
discrepabat etiam ab iisdem quod nullo modo arbitrabatur quidquam eftici posee ab ea <o:>otóáK'toU COrT. Heinrz, Hülser : otoáK'tou G
qua expe rs esset corporis, cuius generis Xenocrates et superiores etiam animum esse El pasaje está incluido en la sección en la que Sexto discute "Acerca de lo que es enseñado" (IlEpllOú
dixerant, ncc vero aut quod efficeret aliquid aur quod efficerctur posse esse non corpus. otoaO'1<Ollévou).
3 nec vero aut quod efficeret ... non corpus Como hace notar Hahm (1977: 3), esta caracterización no
se encuentra en nuestras nlentes como una definición teórica, aunque siempre está presupuesta en una
importante cantidad de argumentos como un aspecto distintivo de qué es un cuerpo. La reconstrucción de
esta caracterización de cuerpo se hace, fundamentalmente, a parti r de este pasaje de Cicerón y de Tertu.
liana, De anima 5. y Nemesio, NH 21,6·9, ed. Morani (ef. HUlser (1987], vol. Il, p. 460=SVF 1.518); DL
7.55 (=SVF 2.140). Véase también Sexto, AM8 .263 y Séneca, Ep. 106.2·7 (=SVF 3.84).

2.11 Pseudo Gale no, De historia philosophica 23, 2-6


:ErolJa tlVWV ún:OAapÓVlWV lO oráv TE n:OIEIv ~ n:áOXEtV, {¡'·tepOI tO tptxft
Otacrt(.tlOV lJeta &vtltUn:ía~ lO a&~a Ka8EalÓVOI cpaaív. eTvat IJEV yap arU.ll.iiov,
00 ¡.ipo~ oUóÉv, E1tlcpávetav oE to ~~KOUt; Kal n:AálOW; ¡.tEtéxov, tauto oE
ó7tótav Kat pá9oC; npOaAÚPIJ. O'&lJa vOllí~oualV dvat. tlVE; ot ta 7tÉpara
5 aOOIJClta eTvCIl Ú7telA.~cpaalV,
1-2 I:ooJla .. , TO ,PLxft SLaO'TO:tOV ¡.Lttu avnn>1tíw; tO O'WJlCl Este informe coincide con 2.3, 2.1 OYoeros
testimonios, (citados en nota a 2.10), de modo que puede ser razonablemente atribuido a los estoicos.
4-5 nvf..; OS ,a n:épata ... úm:tA~cpamv la tesis de que los límites son cuerpos se opone al informe de
Plutarco en 2.8, según la cual los estoicos sostenían que los límites son incorpóreos . La tesis estoica de los
límites (nÉpaw) como incorpóreos también es testimoniada por Proclo (SVF 2.458) y DL 7. 135 (=Frag.
16, EK¡ cf. supra 2.3 ) donde se define "superficie" como "el límite del cuerpo" (CJw~w,o.; n:Épw;) o como
"10 que tieue largo y ancho pero no profundidad".

2.12 Sexto Empirico, AM 1.15-19 (SVF 2.330; LS 27C; FDS 710)


'O oE O~IOlOC; tl1 e; cmopíae; yEV~O'E't01 tpón:OC; Kal n:poe;
'toue; épouvta; tO oi) n Bv ~ TI oloáaKEaElal. d ya,p to oi) n
ov ÓlóúcrKOlTO, Eatat Jj OIÓÓcrKETOl tí, Kal Ola tOÜtO <tO>
mJto t avavtía aun Kal tI ECITCIt, on€p ~v t OOv aouvátwv.
5 tt$ tE oünVI ouóev aU].lplPllKEV, 010 oúoE 'to OtOO1JK6aOat·
Kal yap t OUtO tOOv Q'UJ.lP€Pl1KÓtOlV E<J"tív. 00 to(vuv to
oun OtOácrKEWl. Kata 08 t~V autf¡v avaAoyíav Kal to tI
trov aOtÓÓKtrov YEv~aEtat· el yap ¿¡la toÜtO OtOOKtOV
€crtCIt Ott EO'ltV, oooev aóíoa¡CToV €O'-W l, ~ enerat 10
10 1J1lÓEV etVat OlOaKt Óv. Kal ].l.~V si OIOÓcrKEtat <to> Tí,
~tOl Ola toov auttvOOv 818ax8~(jEral ~ Ola nov tlveOV.
aUa Ola IlEV tOOv OUtlVWV OUX ofóv tE oloaxEl~var av-
un6O'tatCf. yáp eatl tU otavolQ taüta Ka1:a tO¡)~ &no t~C;
O'tOae. Ad1teTat oÚv 8ul1:&v nvrov
15 YLv6aOat t~v )..lá911O'lV. él náAlv an:op6v ÉO'TlV' mo1t€p yap
auto tO OIOacJK6].levov KCl.'ta toÜ1:0 oloácrKEtat KaOo tí
Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 47

Capítulo 3 3.3 Plotino, Enn. 4.7 8a, 9-35 (SVF 2.375; FDS 839A)
Ahora bien, dado que transfirieron las capacidades de los incorpóreos a los cuerpos, no
Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser dejan ninguna [capacidad] para aquéllos. Pero que los cuerpos son capaces de lo que son
capaces debido a capacidades incorpóreas se hace evidente a partir de lo siguiente. Recono-
cerán, en efecto, que cualidad y cantidad son diferentes, y que todo cuerpo es cuantificado,
aunque no todo cuerpo es un [individuo] cua lificado, como la materia. Pero si reconocen esto,
3.1 Sim plicio, ;11 ca/.66 , 32-67, 8 (SVF 2.369; LS 27F; FDS 832) reconocerán que la cualidad, que es diferente de lo cuanti fi cado, es distinta del cuerpo. Pues
Al menos los estoicos consideran reducir el número de los géneros primeros e incluyen ¿cómo será un cuerpo si no es cuantificado, si, en rea lidad, todo cuerpo es cuanti ficado? Y
algunos de ellos, ligeramente modificados, en ese número reducido. Hacen, en efecto, una desde luego que, como también se decía arriba en algún lugar, si todo cuerpo y toda masa, al
división en cuatro: en sustratos, en [individuos] cualificados, en cosas dispuestas de algún ser dividida, dcja de ser lo que era, en tanto que, al seccionarse el cuerpo, la cualidad penna-
modo y en dispuestas de algún modo respecto de algo. Y es obvio que omilen muchos [géne- nece ella misma entera en cada parte (por ejemplo, la dulzura de la miel que está en cada
ros], pues a la cantidad [la omiten] abiertamente, y [también omiten] lo que está en el tiempo [parte de miel] no es menos dulzura), la dulzura no será un cuerpo. De igual modo sucede ~n
yen el lugar. En efecto, si juzgan para sí mismos que 10 dispuesto de algún modo abarca tales el caso de las demás [cua lidades]. Luego, si las capacidades fueran cuerpos, sería. necesano
cosas, - porque "el año pasado" o "en el Liceo, o "estar sentado" o "estar calzado" están, en que las capacidades fuertes fueran grandes ma sas, en tanto que las que pueden hacer poco
cierto modo, en re lación con alguno de esos [cuatro géneros]-, primero, si es mucha la dife- fueran masas pequeñas. Sin embargo, si hay masas grandes [con capacidades] peque~as, y
rencia entre ellos, la generalidad de 10 di spuesto de algún modo se predica de ella inarticula- [masas] pequeñas e incluso muy pequei1as que tienen capacidades muy grandes, hay que
da; segundo, eso dispuesto de algún modo general coincidirá sobre todo COIl el sustrato y la atribuir la acción a algo diferente de la magnitud, y, por tanto, a algo sin magnitud. Pero que
cantidad, pues estos [items] están dispuestos de algún modo. la materi a sea la misma, siendo, como dicen, un cuerpo, y que al recibir cualidades lleva a
3.2 Ploti no, E IlII. 6.1 25, 1-33 (SVF 2.371; 373; FDS 827) cabo cosas diferentes, ¿cómo es que no resulta evidente que las cosas que sobrevinieron hagan
Contra los que establecen cuarro [géneros] y dividen en cuatro, a saber, en sustratos, en que [las cualidades] sean razones inmateriales e incorpóreas? Que no digan que los animales
[individuos] cualificados, en ítems dispuestos de algún modo y en dispuestos de algún modo mueren porque el hálito o la sangre se retira [de ell os]. Pues sin éstos no pueden existir, como
respecto de a lgo, y ponen por encima de ellos algo común y abarcan todas las cosas con un tampoco sin otras muchas cosas, ninguna de las cuales podría ser alma. Por cierto que no es el
solo género (porque también admi ten un género único común por encima de todas las cosas) hálito ni la sangre [lo que se difunde] por todas las cosas, sino el alma.
uno podría argumentar muchas cosas: que ese "algo" de ellos es incomprensible e irracional. y 3,4 Filón de Alejandria, DAM 47-51 (SVF 2.397; LS 28P; FDS 845)
que no coincide ni con los incorpóreos ni con los cuerpos. Ni si quiera han reservado las dife- Sin embargo, ahora se apartaron tanto de la doctrina verdadera que incluso a ellos mis-
rencias con las cuales podrían divid ir el " algo" [en especiesJ. Ese "algo" es o existen te o no mos les ha pasado inadvertido que, al imponer la destrucción a la providencia -que es el alma
existente; ahora bien, si es existente es una de sus espec ies. Si es no ex istente, lo existente es del cosmos-, están filosofando de un modo inconsistente. Crisipo, por tanto, el más reputado
no existente, y otras miles de cosas [por el estilo]. Ahora bien, por el momento dejemos de de ellos, en sus tratados Sobre [el argumento] creciente establece portentos del siguiente tipo:
lado estos [detalles]; tenemos que exa minar la división misma: al ordenar a los sustratos como después de estab lecer que "es imposib le que dos [individuos] peculiarmente cualificados se
primeros y anteponer aquí la materia a 10 dem ás, ordenan el que les parece el primer principio den en la misma sustancia" dice: "considérese, en vista del argumento, que un individuo está
junto con lo que está después de su princip io. Y llevan a una unid ad, en primer lugar, las comp leto, y que a otro le falta un pie. Llámese al que está comp leto ' Dión', y al incompleto
cosas anteriores con las posteriores, aunque no es posib le que en un mismo género lo uno sea 'Teón'. y luego ampútesele a Dión uno de sus pies. Ahora b i e~, si se pregunta cuál de los dos
anterior y lo otro posterior. Pues en las cosas en que se da lo anterior y lo posterior, 10 poste- ha sido destruido, lo más apropiado es responder que Teón". Esta, empero, es la respuesta de
rior recibe su ser de 10 anterior, en tanto que en las cosas que se dan bajo el mismo género quien gusta de paradojas más que de la verdad, pues ¿cómo puede scr que Teón, al que no se
cada una obtiene lo mismo desde su género para su ser, si es que, en realidad, un género es le había mutilado ninguna parte, haya sido arrebatado, y que Dión, al que se le cortó el pie, no
aquello que se predica en el 'qué es' de las especies. Porque, creo, incluso ellos mismos sos- haya sido destruido? "Necesariamente", dice [Cris ipo], "pues Dión, al que se le cortó el ~ie,
tendrán que el ser pertenece a las demá s cosas a partir de la maleria. En segundo lugar, al ha caído en la sustancia imperfecta de Teón, y como dos [individuos] peculiarmente cuahfi-
enumerar el sustrato como uno, no están contando los existentes, sino qlle están investigando cados no pueden darse en relación con el mismo sustrato, se sigue que Dión debe permanecer
los principios de los existentes. Pero es diferente deci r los principios [de los ex istentes] y los y que Teón ha sido destruido". "No por otros, sino por los propios alados son vencidas las
[existentes] mi smos. Sin embargo, si van a afirmar que la materia es el único ex istente y que cosas", dice el poeta trágico. Pues si uno reproduce la forma de es te argumento y lo aplica al
los demás [ítems] son propiedades de la materia, no tenían que anteponer un género de lo cosmos en su totalidad probará de la manera más clara que incluso la providencia misma es
existente y de los demás [items], sino que era mucho mejor que hubiesen dicho que 10 uno es destruida. Examínese el asunto del siguiente modo: supóngase. por un lado, que el cosmos es
sustancia y que lo demás son propi edades [de la sustancia] y que hubiese n dividido estos como Dión - pues es completo-; por otro lado, que el alma del cosmos es como Teón, porque
[ítems]. Pero decir que unos [ítems] son sustratos y que otros son lo demás, siendo el sustrato la parte es menor que el todo . Luego, tal como el pie de Dión, así también amp.útese del ~os­
uno y no teniend o diferencia, a no ser por el hecho de que está dividido en partes como una mas cuanto le es corpóreo. Hay que decir, entonces, que el cosmos no ha SIdo destnndo,
masa - aunque no está dividido en modo alguno por el hecho de que argumentan que la sus- aunque su cuerpo haya sido amputado, tal como tampoco lo ha sido Dión, aunque su pie haya
tancia es con tinua- hubiese sido mejor decir "en un sentido es sustrato". sido cortado, sino que el alma del cosmos [ha sido destruida], como Teón, que si n sufrir muti-
lación alguna, [fue destruido]. El cosmos, en efecto, ha pasado a ser una sustancia más peque-
ña cuando lo corpóreo de él fue amputado, y el alma fue destruida por cuanto no es posib le
48 Capitulo 3 Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 49

que dos [individuos] peculianncnte cualificados se den respecto del mismo sustrato. Sin es por alteración se produce en relación con la sustanc ia, en tanto que los otros tres se produ-
embargo, decir que la providencia es destruida es una atrocidad; y dado que [la providencia] cen en relación con los llamados [individuos] cualificados que se dan en la sustancia. Y de
es indestructible, el cosmos lambién debe ser indestructible. manera consistente con estos casos también suceden los casos de generación, pues la sustan-
cia no crece ni decrece por adición o sustracción, sino que solamente es alterada, tal como
3.5 Plutarco, eN J083A-1084A (SVF 2.762; LS 28A) ocurre en e l caso de los números y las medidas. Pero en el caso de los [individuos] peculiar-
Dejo a un lado muchos de sus absurdos y me concentro en los que están en contra de la mente cualificados, como Dión y Teón, surgen tanto los casos de crecimiento como de decre-
concepción común. Pues bi en, el argumento acerca del crecimiento es antiguo ya que, como cimiento. Es por eso también que la cualidad de cada cosa permanece desde su generación
dice Crisipo, ha sido propuesto por Epicanno. Pero cuando los de la Academia creen que no hasta su destrucción, <tal como> sucede en el caso de los animales, plantas y cosas que, como
se trata de una dificultad muy fácil ni que esté directamente resuella, éstos los han incu lpado y ésas, admiten destrucción. En el caso de los [individuos) cualificados peculiarmente, en cam-
denunciado porque eliminan las prcconcepciones y filosofan en contra de las concepciones bio, afinnan que hay dos partes receptivas, una respecto de la realidad de la sustancia, la otra
comunes. El los mi smos, sin embargo, no sólo no cuidan las concepciones comunes, sino que respecto de la del individuo cua lificado. Pues es éste, como solíamos decir con frecuencia, el
también distorsionan la sensación. En efecto, el argumento es simple y éstos reconocen sus que admite crecimiento y decrecimiento. Pero el [individuo] peculiarmente cualificado y la
premisas: (i) todas las sustancias particulares fluyen y están en movimiento, al expulsar algu- sustanc ia a partir de la cual se constituye no son lo mismo. Desde luego que tampoco es dife-
nas [partes] de sí mismas y rec ibir otras que entran en ellas de otra parte; (ii) los números o rente, sino que solamente no es 10 mismo por ser una parte de la sustancia y por ocupar el
cantidades que se agregan o sustraen no permanecen idénticos, sino que ll egan a ser diferen- mismo lugar, en tanto que los ítems que se denominan "diferentes de algos" deben estar sepa-
tes, cuando la sustancia recibe un cambio con los avances <y retiradas> mencionadas; (iii) ha rados en cuanto al lugar y no se los debe considerar en la parte. Mne sarco sostiene que es
prevalecido, de un modo incorrecto, llamar a esas transformaciones "crecimiento" y"decre- manifiesto que lo que es según el individuo peculi armente cualificado y lo que es según la
cimiento", pero es conveniente denominarlas más bien "generaciones" y "destrucciones", sustancia no son lo mismo, pues los ítems idénticos deben tener los mismos atributos. En
porque hacen que una cosa pase de un estado a otro. "Crece r" y "decrecer", en cambio, son efecto, si uno, en vista del argumento, modelara un caballo y 10 aplastara, y luego hiciera un
afecciones de un cuerpo que subyace y persiste. Si en cierto modo estas cosas se dicen y perro, sería razonable que, al ver esto, nosotros dijéramos que esto antes no exis tía pero ahora
estab lecen así, ¿q ué es lo que piensan estos defensores de lo evidente y cánones de las con- existe. Por 10 tanto, esto que se dice en el caso del [individuo] cualifi cado y lo que se dice en
cepciones comunes? (iv) Cada unos de nosotros es un mellizo, biforme y doble, no como el de la sustancia es diferente. En general, considerar que nosotros somos los mismos que
creen los poelas que son los Moliónidas, unificados en algunas partes pero separados en otras, [nuestras] sustancias parece ser no persuasivo, pues con frecuenc ia sucede que la sustancia
sino dos cuerpos que tienen el mismo color, la misma figura, el mismo peso y lugar [ ... ], existe antes del nacimiento de Sócrates, por poner un ejemplo tomado al azar, cuando Sócra-
cosas que no han sido vistas por ningún hombre antes. Pero solamente es tas personas vieron tes aún no existe, y que, después de la muerte de Sócrates, su sustancia persiste, aunque él ya
esta composic ión, duplicidad y ambigüedad, a saber, que cada uno de nosotros es dos sujetos, no exista.
el uno es sustancia, el otro <un individuo peculiarmente cual ificado>, y que aquél siempre
nuye y se mueve, no crece ni decrece, ni, en general, es posib le que persista. Éste, por su 3.7 Simplicio,;1I cul. 48, 11,49,9 (LS 28E; FDS 834)
parte, persiste, crece, decrece y padece todas las afecciones contrarias al otro, aunque se en- Es claro que Porfirio, al resolver esta dificu ltad, dice: "el sustrato es doble no sólo según
cuentra unido a, coincide con y se confunde con él, y ninguna parte ocasiona que, mediante la los de la Estoa, sino también según los más antiguos. En efecto la sustancia sin cualidad, que
sensac ión, entre en contacto con la diferencia. [ ... ] Pero nadie distinguió ni estableció esta Aristóteles llama 'en potencia', es 10 que, en primer lugar, significa sustrato; en segundo
diversidad y diferencia en nosotros, ni nosotros percibimos que nos habíamos vuelto dobles, lugar, s\lbsiste el [individuo] común o peculiarmente cuali ficado. Pues tanto el bronce como
sicmpre fluyendo en una parte, y permaneciendo los mismos en la otra desde nuestro nac i- Sócrates son sustrato para las cosas que sobrevienen [a ell os] o que se predican de ellos.
miento hasta nuestra muerte. Estoy haciendo su argumento más simp le [de lo que es], porque Ahora bien, dice, muchas de las cosas que ocurren están en un sustrato como respecto del
(ellos] postulan cuatro sustratos respecto de cada uno o, más precisa mente, hacen a cada uno sustrato primero; por ejemplo, todo color, toda figura y toda cualidad están en una materia
de nosotros cuatro. Pero inc luso dos bastan para [mostrar] el absurdo, pues cuando oímos en primera subyacente, aunque no existen como sus partes y es imposible que se den sin ella. En
la tragedia que Penteo dice que ve dos soles y un Tebas doble , decimos que él no ve, sino que el sustrato segundo, en cambio, no todo color ni toda cualidad están en un sustrato, sino cuan-
ve mal , y que está desvariando y que está trastornado en sus cá lculos. ¿No dejaremos de lado do completan la sustancia. El blanco, por cierto, está en la lana [como] en un sustrato, pero en
a estos [estoicos] cuando establ ecen - como si nos forzaran a entender ma l más que a hacerlo la nieve no está en un sustrato, sino que completa la sustancia como una parte, y es un sustrato
bien- no que una ciudad, sino todos los seres humanos, an imales, todos los árboles, aparejos, sobre todo de acuerdo con la sustancia. De modo similar también el calor es parte de la sus-
instrumentos y mantos son dobles y biformes? Ahora bien, ta l vez en este caso es excusable tancia del fuego, pero ocurre en el hierro [corno] en un sus trato, porque ocurre y desaparece
que ell os fOljen diversos tipos de sustratos pues no parece haber ningú n otro recurso para en el hierro sin que se destruya el hierro.
quienes se afa nan por sa lvar y cuidar los procesos de crecimiento.
3.8 Simplicio,;1I cul.212, 12,2 13,7 (SVF 2.390; LS 28N)
3.6 Estobco, Ecl. 1.1 77,2 1-179,17 (LS 28D; FDS 844; Frag. 96, EK) Algunos estoicos, al definir lo cualificado de tres maneras, argumentan que dos signifi-
A propósito de Posidonio. Posidonio sostiene que las destrucciones y generaciones que se cados son más amplios que la cualidad y sostienen que uno, o parte de uno, coinc ide con ella.
producen desde lo existente a lo existente son cuatro: pues, como dijimos antes, reconocieron En efecto, argumentan que, de acuerdo con un significado, "cualificado" es todo 10 diferen-
como insubsistente la [generación] desde 10 no existente y la [destrucción] en lo no existente. ciado, ya sea que se encuentre en movimiento o que se encuentre en un estado, o que sea
Pero de los cambios que se producen hacia lo existente, un o existe por división, otro por difícil o fác il de destruir. De acuerdo con esto, no só lo el prudente y el que estira su puño,
a lteración, otro por cofusión, y otro que es general y se Hama "por aná lisis". De estos el que sino también el que corre son [individuos] cua li ficados. Según otro [significado] que ya no
Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 51
50 Capítulo 3

incluía movimientos, sino solamente estados y que, claro está, también definían como "10 que a la escuela estoica, es pos ible rechazarla vigorosamente, dado que ni una organización, ni un
se encuentra en un estado diferenciado" [son individuos cualificados] el prudente y el que está estado ni una conexión adquirida ni ninguna otra combinación semejante llevan a la realiza-
en guardia. El tercer y más específico [significado] de "cualificado" es aquel, según el cual ya ción de lo cualificado. En efecto, el llevar desde lo no existente hacia los ex istentes y desde el
no incluían a los que se encuentran en estados no permanentes y, según ellos, el que estira su no viviente hacia los vivientes es similar a esto. Pues, por lo general, la sustancia es en cada
puño y el que está en guardia ya no eran [individuos] cualificados. También entre éstos, los cosa la obra primera, no la posterior que sobreviene a lo demás. Por lo tanto, tampoco lo
que se encuentran en estados permanentes diferenciados, unos 10 están de un modo que coin- cual ificado podrá ser así una existencia, pues si la forma es indivisible y unificada, la cuali-
cide con el sentido de su expresión y concepto; otros, en cambio, no coinciden. A éstos los dad, y de igual modo lo cualificado, nunca se dará de igual modo en los [cuerpos] discretos y
excluían, en tanto que a los que coinciden [con la expres ión y el concepto] y se encuentran en no unificados. Lo cualificado, en efecto, está presente de una manera indivisible en los [cuer-
un estado permanente diferenciado los establecían como "cualificados". Con "coincidir con la pos] que participan [de ello], como "blanco" está presente completo por todas partes en el
expresión" querían decir los que se ajustan a la cualidad, tal como "gramático" y "prudente", cuerpo que participa [de ello]. La cualidad, por consiguiente, que es una e indivisible, co-
pues ninguno de ellos es más amplio ni más conciso respecto de la cualidad. De modo seme- hesiona los [cuerpos] divisibles, y ni la cualidad ni lo cualificado están nunca presentes en los
jante también [sucede con] el amante de la comida y del vino; pero los que, como el glotón y [cuerpos] que están dispersos los unos respecto de los otros, es decir en los cuerpos que no
el borrachín, son efectivamente tales que, junto con su [correspondiente] actividad, tienen tienen una unidad natural.
[adecuadas a su condición] las partes [corpóreas] a través de las que disfrutan, son llamados 3.10 Simplicio, in eal.217, 32-218, 4 (SVF 2.389; LS 28L; FDS 858)
así. Por eso también si uno es un glotón, también es un acabado amante de la comida, pero si Los estoicos dicen que las cualidades de los cuerpos son corpóreas y las de los incorpó-
es un amante de la comida no es un acabado glotón. Pues cuando las partes [corpóreas] a reos incorpóreas. Se equivocan por considerar que las causas son semejantes en esencia a los
través de las cua les ejerce su glotonería se deterioran se libera de su glotonería, pero no ha efectos que proceden de sí mismas y por suponer una explicación común de la explicación
perdido su condición de amante de la comida. Ahora bien, aunque "cualificado" se dice de causal, tanto en los cuerpos como en los incorpóreos. Pero, ¿cómo la sustanc ia de las cualida-
tres maneras, "cualidad" coincide con "cualificado" de acuerdo con el último [significado] de des corpóreas va a ser [del tipo del] hálito si el hálito mismo es un compuesto, y si se consti-
" cualificado". Por eso también cuando definen cualidad como "un estado de 10 cualificado", tuye a partir de muchas cosas, es divisible y tiene una unidad adqu irida, de manera tal que no
hay que entender la definición como si se refiriera al tercer [significado] de cualificado pues, posee una unificación sustancial prioritaria por sí mismo? Por consiguiente, ¿cómo podrá él
de acuerdo con los estoicos mismos, "cualidad" se dice de una sola manera, "cualificado", en hacer que las demás cosas se cohesionen?
cambio, de tres. Pero si la cualidad subsiste junto con "ser participado" y lo cualificado junto
con "participar", y es por una y la misma cosa que estas dos están en nosotros, y no son las 3.11 Simplicio, in cal. 222, 30-223, JI (SVF 2.378; LS 28H; FDS 857)
dos externas, o una externa y otra está en nosotros, es manifiesto que [la cua lidad] se ajusta [a Los estoicos argumentan que lo común de la cualidad, lo cual está en Jos cuerpos, es una
lo que es] según la misma sustancia, y para nada se requiere de cierto ingenio de significados diferencia de la sustancia que no es separab le por sí, sino que se reduce a un único concepto y
o del agregado de partes para que un tercer significado de cualificado coincida con la cuali- peculiaridad, no especificada ni en cuanto al tiempo ni en cuanto a su fuerza, sino por la
dad, sino que estos deben bastar hasta este punto. "talidad" [que resulta] de ella misma en virtud de la cual subsiste el origen de lo cualificado.
En esos casos, sin embargo, si no es posible que, de acuerdo con la exp licación común de
3.9 Simplicio, in eal.214, 24, 215, 18 (SVF 2.391; LS 28M; FDS 853) aquellas cosas, haya un atributo de los cuerpos e incorpóreos, la cualidad ya no será un género
Tamb ién los estoicos, según sus propios supuestos, podrían plantear la misma dificultad único, sino que ella subs iste de una manera en los cuerpos y de otra en los incorpóreos, y por
al argumento que dice que todos los [individuos] cualificados se dicen según una cualidad. eso estará ordenada bajo otros géneros. Pero se argumenta algo aún más absurdo que esto, a
Pues ellos, al llamar a las cua lidades "condiciones", admiten las condiciones solamente en el saber, que las cualidades no tienen real idad, sino que ellas terminan en una concepción, a no
caso de los [cuerpos] un ificados, pero en el de los que son según contacto, como una nave, o ser que no estuvieran argumentando que termina en una concepción y una peculiaridad por
por separac ión, como en un ejérc ito, no hay ninguna condición ni puede descubrirse algún cuanto la cua lidad es insubsistente, sino porque no era separable por sí como la sustancia,
ítem del tipo del hál ito en ellos ni que tenga una sola explicación, de manera que llegue a la pero que es separable por un concepto y una peculiaridad. Sin embargo, la "talidad" que de
realización de una única cond ición. Lo cualificado, en cambio, se ve no sólo en (los cuerpos] ella misma [deriva] no sólo es oscura, sino que no conviene menos a la sustancia que a la
que existen por contacto sino también en los que existen por separac ión. Pues tal como un cualidad, a no ser que "lo tal" sea privativo de la cualidad, tal como "el esto" en mayor medi-
único gramático se encuentra en un estado permanentemente diferenciado por la adquisición y da 10 es de la sustancia. Pero, ¿en qué sentido argumentan que "en virtud de ella subs iste el
ejercitación cualificada [de un conocimiento], así también el coro se encuentra en un estado origen de lo cualifica do", si, en realidad, son por sí semej antes en esencia a los efectos dado
permanentemente diferenciado por un cuidado cualificado . Es por eso que son cualificados que ellas son no sólo compuestos de tipo corpóreo, sino que además son semejantes?
por su organ ización y su cooperac ión hacia una sola operación. Sin embargo, son cosas cuali-
ficadas sin cual idad, pues en ellas no hay una condición, ya que, en general, una cualidad o 3.12 Simplicio, in eal.165, 32-166, 29 (S VF 2. 403; LS 29C; FDS 833)
una condición no están en las sustancias discretas que no tienen ninguna unidad connatural de De acuerdo con este lugar, los estoicos cuentan dos en vez de un solo tipo [de relativo]:
unas respecto de las otras. Pero, si al haber "cualificado" no hay "cualidad", no podrían soste- unos que postulan entre los relativos, otros, entre las cosas dispuestas de algún modo respecto
ner que estas cosas coinciden entre sí ni que sea posible explicar la cualidad a través de lo de algo. Y de los relativos hacen una división contraria con las cosas que son por sí, y de las
cualificado. Contra esto puede argumentarse que, dado que la forma es una unidad incorpórea, cosas que están dispuestas de algún modo respecto de algo [hacen una división contraria] con
se extiende sobre las múltiples cosas, y que se da como un mismo existente completo en todas las cosas diferenciadas, pues llaman "relativo" a "dulce", "amargo" y los ítems de tal tipo que
partes. Si es así, también habrá una íillica cualidad que penetra a través de todos los [cuerpos] están dispuestos de tal modo, en tanto que [llaman] "dispuesto de algún modo respecto de
cualificados discretos y contiguos. Pero si alguien no admitiera esta suposición, por ser ajena
52 Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 53
Capítulo 3

algo" a algo como "derecha", "padre" e ítems de tal índole. Sostienen que son diferenciadas piedra, si uno no la desviara a nuestras [partes] derechas e izquierdas. Extrafiamente, también
las cosas que están caracterizadas de acuerdo con una cierta forma ; así pues, tal como una de lo relativo se da en lo mismo, pues no se dice respecto de otro, sino de sí mi smo. Efectiva-
las co~as que son por sí es un concepto y otra es "diferenciada", así también alguno s Ítems son mente, lo que es de una vez , y no en algún sentido según algo, eso es ello mismo. Ése es el
"relacIOnes'.', y otros está? "dispuestos de algún modo respecto de algo". Pero la implicación modo en que el estado siempre subsiste junto con los rasgos característicos de la diferencia y
d~ las p~reJas es convertible, pues a algunos Ílems que son por sí pertenecen los que están ellos no son dos, corno suponen aquellos, sino que ellos dos son una sola cosa. A ell os tam-
diferenciados. En efec to, los Ílems que son por sí tienen ciertas diferencias, como "blanco" y bién sigue aquel [otro] absurdo: producir los géneros compuestos a partir de ciertos ítems
::negro""p~ro a lo~ que c:"tán dif~renciados no pertenecen los que son por sí, pues "dulce" y prioritarios y secundarios , ta l como lo relativo desde lo cualificado, es dec ir, [desdeJ un relati-
ama~g~ tIen en dIferencias en virtud de las cual es se las caracteriza, pero tales ítems no son vo . Pero también respecto de la consecuencia el relativo no sigue a lo relativamente dispuesto
por s:' SIllO ~especto de .~Igo. Los ítems relativamente dispuestos, en cambio, que se oponen a o lo relativamente dispuesto al relativo, como argumentan los estoicos, ni como [dice] 80eto
los ,?Ife:.encla~,os, tam~l en son en todo senti~o respecto de algo. Pues "el que está a la dere- que los rechaza. Los ítems dispuestos de algún modo respecto de algo, sostiene, son la conse-
~ha ~,pa,?re, ad~mas de encontrarse en cierto estado, tamb ién son " respecto de algo". Y cuencia común de lo relativo pues ha admiti do a aquellos y a la diferencia propia junto con el
d~lce . y amargo, al, ser respecto de algo, son diferenciados, en tanto que los ítems que encontrarse d ispuesto de cierto modo respecto de otro, Los relativos, en cambio, ya no se
estan .d,lspuestos de al~ mo?o respecto de algo son contrarios a los que son diferenciados. siguen junto con lo que se encuentra dispuesto de algún modo respecto de algo, ya que ser
Tamblen, en efecto, es nnposlble que los ítems que están dispuestos de algím modo respecto dicho "respecto de otro con un estado" y tener la diferencia propia no pertenece a todos los
de algo sean por sí O diferenciados, pues [su estadoJ so lamente depende del estado respecto de relativos . Sin embargo, es mejor argumentar que ellos se siguen recíprocamente los unos de
o~ro. Pe~o los re lativos no son por sí, ya que 110 son absolutos, sino que serán acabadamente los otros, de modo que si hay un relativo, también hay un dispuesto de algún modo respecto
dlfer~nclad?s, pues se los considerará según un cierto rasgo característico. Pero si hay que de algo, y si hay un dispuesto de algún mod o respecto de algo ta mbién hay un relati vo. En
asumir lo dl.cho de un modo más claro, llaman "relativos" a todos aquell os ¡tems que, dispues- efecto, también es necesario que el poder que presta su consentimiento sea considerado según
tos ~~,u~ cierto modo d,e acuerdo con un rasgo caracteristico propio, se vuelven hacia otra la diferencia, y que la concesión misma también [se la considere) como un estado pues si se
cosa, , dl spue.stos de algun ,mo?o respecto de algo", en camb io, son lodos aquellos ítems que, omite cua lquiera de ellos, no puede conserva rse una predicación de tal índole. Pues ni el mero
ade11l?s de I1mar ~uera de SI mismos, por natura leza le suceden o no le suceden a algo si n que estado es por sí ni la diferencia produce esta predicación separadamente del estado. Pero
tales lte~ns [ex~en1l1ent~n~ cambi.o o alteración , de manera que, cuando algo dispuesto de un tampoco hay que distinguir entre sí la diferencia y el estado, si no que hay que considerar una
modo .dl:erenclado se d~r.lge hac!8 otra cosa, solamente será un relat ivo (como el estado, el única propiedad común compues ta de lo que tiene un estado y de lo que se encuentra dispues-
~onocl mlen.to, la sensaclon). En camb io, cuando se lo considera no según su diferenciación to de algún modo respecto de algo. Por consiguiente, ya hemos debatido suficientemente estos
Inh:rente S1l10 meramente según su estado respecto de otra cosa, será un ítem dispuesto de detalles contra las hipótesis estoicas.
algun modo respecto de algo, Pues " hijo" y "el que está a la derecha" necesitan de ciertos
factores ex ternos pa~a su exi~tenc~~. Es tambi én por eso que, si no hay cambio alguno en 3.13 Dexipo, ill cat.23, 25-24, 18 (SVF 2.374; FDS 835)
ellos, [~n,oJ ya no sera p~dre SI su. h.l~o mucre, y el que está a la derecha [dejará de es tarloJ si el Contra aquell a dificultad hay que decir que no sólo seglUl los de la Estoa, sino también
que esta Junto a él cambia de pOSlClon. En cambio, " dulce" y "amargo" no podrían alterarse si según los más antiguos es posible que el sustrato sea doble. El denominado "sustrato" es uno
el poder respe~to de e.lI os no cambiara también, En tonces, si a pesar de no ser afectados en sí en un primer sentido como la materia incualificada, de la que Aristóteles dice que es "un
n~lsmos cambian debido al estado de otra cosa respec to de ellos, es evidente que los ítems cuerpo en potencia". En segundo lugar, sustrato es lo cualificado, que subsiste común o pecu-
d I S PU~SiOS d~ algún modo respecto de algo tienen Sll ser en su estado so lamente y no debido a liarmente, ya que no sólo "bronce" sino también "Sócrates" son sustrato para las cosas que
una .dlfere~c l a. Respect? de tal preci.sión de la división de un único género, hay que dec ir que sobrevienen o que se predican de ellos. Pues parec ía que el sustrato se decía según lo relativo
la dlfere,ncJa de lo relativo y de lo d ispuesto de algún modo respecto de algo no se debe a las (pues es sustrato para algo), o en sentido absoluto o en sentido pecul iar de lo que se genera en
cosas, SI~O solamcn~e a I~ expresión. Ambas cosas, en efecto, son igualmente s ubsistentes, él o se predi ca de él. En efecto, sustrato en sentido absoluto para todas las cosas que se gene-
t~ nto debido a una cierta dIferencia inherente como a un estado respec to de otra cosa. Lo uno, ran o predican es la materia primera, en tanto que es sustrato para algunas cosas que se gene-
Slll embargo, desemb~ca en. una dif~rencia mayor, en tanto que lo otro en un estado mayor ran en o se predican de él "bronce" y "Sócrates". Pues bien, al haber dos [tipos de] sustratos,
que no ~roduce una diferenCia genénca. Que el estado también subsiste j unto con los relativos muchas cosas que se generan, al estar en un sustrato respecto del sustrato primero, no estaban
que esta,n ~compañado~ de un rasgo característico propio lo reconocen todos. Y que el rasgo en un sustrato respecto del [sustrato] segundo, sino como sus partes. En efecto, [eso es así]
caractenstlco debe ser mmanente a las cosas relativamente dispuestas lo demostró suficiente- porque todo color, toda cualidad y toda figura pertenecen a la materia primera (como lo que
mente Boeto; de a h~ q~e tarnbiél~ e.so es manifiesto. Pues el estado mi smo respecto de otra está] en un sustrato (porque subsisten en ella, aunque no existen como sus partes y cs imposi-
cosa no puede por SI lTusmo subSistir en cuanto a su natura leza, sino que debe ser inmanente ble que existan sin ella), pero no porque todo color ni toda figura estén en el sustrato segundo
al r~sgo característico diferenciado, Pero este ra sgo característico se encuentra donde hay [como] en el mismo [sustrato], sino cuando no completan la sustanc ia, y entonces estarán en
~uaJ¡?ad (cOI?~O "ll1á~, b¡~nco" es ,:a l junto con "color"), y donde hay una cantidad (como en un sustrato [ ... ]. Pero "en la nieve" no está en un sustrato, sino que es un sustrato, ya que la
más , tam~l en hay mas g~~nde )~ ~ ?,onde hay un movimiento (como en "más rápido"), y blancura de la nieve no se dice de otro cuerpo como de un sustrato ni está en el cuerpo de la
do~de ha~ tIe~po (como en más VIeJo ), y donde hay un lugar (como " más arriba"). "El que nieve como en un sustrato, sino que complementa la sustancia como una parte. Aristóteles,
esta a I~ IzqUIerda" y "a la d~recha" subsisten junto a muchas dife rencias, pues también se por consiguiente, al admitir el sustrato segundo con un p ropósito didáctico, sostiene que todo
revelan Junto con un lugar y Junto con una parte tal. En efecto, se dice " derecha-izqu ierda" lo que existe en un sentido no sustancial está en algo como en un sustrato, y al estab lecer las
porque nosotros tenemos tales partes, pues al menos la piedra no será "derecha" respecto de la cosas que complementan la sustancia como existentes y al negar que las que no son tales sean
partes, sino atributos y afecciones, dice que las cualidades y cantidades del sustrato primero
54 Capítulo 3 Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 55

son atributos y afecciones, y que los del sustrato segundo son como parles cuando comple- cuerpo junto con una cualidad. Desde luego que también parece que dicho argumento, al es tar
mentan sus sustancia. en conflicto con lo incorpóreo de la cualidad, está en conflicto con lo incualifica do de la
materia, pues separa lo uno de lo olro y dis tingue ambas cosas entre sí. Algunos de ell os
3.14 Dexipo, ;1I cal.30, 20-26 (LS 28J; FDS 847) aducen como argmnento que, al llamar a la sustancia " incualificada", ésta no está privada de
Pero si lo que se predica de muchos y difiere numericamente en el "qué es" es forma, ¿en toda cualidad, sino que tiene todas las cualidades, [una explicación] que está particulannente
qué se di ferencia el individuo y el uno del individuo y del uno? Pues no só lo éste sino también en contra del sentido común. Nadie, en efecto, piensa como incua lificado lo que no tiene parte
aquel son numéricamen te uno. Ahora bien, los que resuelven esta dific ultad de acuerdo con lo en ninguna cualidad, ni como impasible lo que siempre padece por naturaleza todas las
peculiarmente cua lificado es porque en tanto uno lo determina por la curvatura, la amarillez u afecciones, ni corno inmóvil lo que es completamente movible. Pero aunque la materia
otro conjunto de cual idades, otro lo hace por la cbatura, la ca lvicie o la blancura, Y. a su vez, siempre se piense acompañada de cualidad, aquella [afir mación] no ha sido refutada.
otro por otras [cualidades]; no me parece, sin emba rgo, que la solución sea adecuada. Pues la
reunión de cualidades no hace que sean diferentes en número, si es que cn verdad hay 3.17 Siriano, ;1I Melapll . 28, 18-29, 11 (SVF 2.398)
cualidad; hay que responder, por ende, más bien de aquella manera que las otras cosas en Incluso los estoicos ponen los [individuos] comúnmente cualificados antes que [os
número no difieren entre sí por su naturaleza y su sustancia, sino que contienen otra cosa en cualificados peculiarmente. Pero, ¿por qué lo definitorio o lo que está establecido como
cuanto al ser numeradas. Pues bien, son diferentes en cuanto numeradas, ya que el número común en los particulares es diferente? Por tanto, si es posible definir "sol", " cielo" o " luna ",
sobreviene a cada cosa en el ser numerado según una cosa única. Por [o tanto, me parece que uno podría definir, según aquello, cada una de es tas cosas, 10 cual pertenecía a todos los soles,
lo que esto dice es que son cosas discretas diferentes numéricamente en cuan to numeradas, aun cuando, si endo miles, eran homogéneos los unos re specto de los otros. As í son las cosas;
para que se dé en [a forma lo que se dice que es tal, a saber, que lo que es de muchos y de veamos, sin embargo, si los que dicen que cada una de las cosas sensibles tiene en sí mi smas
cosas discretas por ser numeradas es una forma, con el fin de que admi tamos "diferir" en vez algo establecido como universa l se avergüenzan por sus argumentos, porque si (uno] les
de "ser discreto". pregunta por qué no ponen antes también las formas en las cosas sensib les creo que para ellos
es fácil resolverlo. En efecto, sostendrán que las formas son inmateria les y que están
3.15 Dcxipo, ;1I cal.34, 11-24 (SVF 2.399; FDS 829) completamente separadas y que, al ser inteli gentes y demiúrg icas sólo de sí mismas,
Respecto de estas cosas de arriba estamos determinando considerar homóni mamente lo engendran todo y subsisten [a todo]. Pero las cosas que son un iversales en este sentido se
que es en potencia y en acto de acuerdo con las d iez categorías. Es precisamente por esa razón inquietan en relación con la materia y no s6 lo no pueden persistir en sí mismas, sino que se
que no pondre mos a la potencia y al acto entre las categorías, ya que, entre los homónimos convierten en receptáculos de los [individu os} peculiarmente cua lificados y junto con ellos
que ca mbian completamente según la sustancia, no era posible que haya uno so lo como tienen su ser. Además, di ce, ¿cómo puede haber dos sólidos en el mismo lugar? Algunos , sin
género común. Es prec isamente por eso que el movim iento, al encami na rse hacia la actual idad embargo, no sostendrán que el concepto uni versal es un sólido, sino que lo completa en
desde la potencialidad, en un caso en lo cualificado, en otro en lo cuantificado, y en otros en relación con una sola sustancia del cuerpo sólido, no que además de aquel cuerpo hay otro
las demás categorías, no es posib le pensar una sola categoría debido a la homonimia. Y si sólido. Sócrates, por cierto, tiene en sí mi smo no sólo e l " hombre definido", sino que también
algui en introdujera e[ reposo en lugar de [otra categoría], le objetaremos lo mi smo al tiene el "individuo peculiarmente cuali fi cado". No hay duda de que no son dos seres vivientes
argumentar además que el reposo conviene no a [as cosas que se dan en la generac ión, sino en lo mismo, o dos hombres o dos sól idos, sino que todas esas cosas se comprometen en
más bien a las inteligibles. Y si alguien, como hacen [os estoicos, ubicara la mayor parte de relación con una so la existenc ia. Pero, ¿cómo, dice, todavía permanecen inmutab les si se
las categorías en el "encontrarse dispuesto de cierto modo", deberemos mostrarles que omiten encuentran en 10 que está en movimiento? ¿O es que son inmutables hasta que la cosa ha
la mayo r parte de [os existentes (los que están en un lugar, los que están en el tiempo, los subsistido, por cuanto los individuos peculiarmente cuali ficados no están en movimiento
cuantos numéricos y según la cantidad) y que han dejado de lado también otras cosas por el cuando la cosa subs iste, sino que no son inmutables en senti do estricto si están en una cosa
es tilo, porque, en efecto, ninguna de tales cosas está incluida en " lo que se encuentra generada? Pues el hombre en sí y el [individuo] peculiarmente cualificado perecen junto con
di spuesto de cierto modo". Sócrates. Además de todas estas cosas, [si uno] pregunta qué necesidad hay de introduc irlas y
3.16 l'l utarco eN 1085E- 10868 de ponerlas en las cosas sensibles cuando se las introduce, a eso debemos decir que las cosas
Además, argumentan que la sustancia y la materia subsisten a las cualidades, porque sensibles, al ser imitaciones, también deben tener imágenes de los objetos inte ligibles , y ell os
prác ticamente así han dado cuenta de su definición. Y, nuevamente, vuelven a postular las son lo más aprehensible y lo más común antes qtle lo más específico y más particular. En
cua lidades de la sustancia inc luso como cuerpos. Pero esto involucra una enorme confusión, efecto, tal como en las formas inmateriales lo que tiene muchos má s poderes y es más
pues si las cua lidades tienen una sustancia pecu liar, en virtud de la cual se designa a los uni versal siempre precede a lo que es más particular e inferior, así también en las cosas
cuerpos y és tos ex isten, no requ ieren de otra sustanc ia por cuanto tienen la suya prop ia. Pero materiales previamente subyace lo comúnmente cualificado a lo peculiannente [cualificado],
si únicamente esto común subsiste a ellas (lo que ellos también llaman "materi a"), es pues es una producción y una imagen de la explicación más universa l, y es un espacio dotado
manifi esto que [las cualidades] parti cipan del cuerpo y que los cuerpos no existen, ya que lo de forma y un receptáculo de lo peculiarl1).ente cua li fi cado. Ahora bien, no hay nada de
que subsiste y admite [algo] debe ser diferente de 10 que admite y subsis te a ellas. Ell os, s in asombroso en que incluso en el cielo haya una sustanc ia de un cierto tipo común del cielo, en
embargo, miran la mitad [del asunto] , pues denominan "i ncualificada" a la materia y virtud de la cual el cielo es defin ible, la que, aunque hubiese miles de cielos, podría ser
pretenden no llamar más "inmateriales" a las cualidades . Por cierto, ¿cómo es posible pensar también como la forma y la peculiaridad de este cielo.
en un cuerpo sin cualidad y no pensar en una cualidad s in un cuerpo? Pues e[ argumento que
entrelaza un cuerpo con toda la cualidad no deja que la mente enlre en contac to con ningún
56 Capítulo 3 Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 57

3.18 Plutarco, eN 1077C-E (SVF 2.112; 2. 1064. FDS 851; LS 280) categoría de acuerdo con el primer significado, referirá "el ser prudente", "el ser moderado" y
Pues bien, es posible oírlos y dar [con ellos] en muchos escritos dis intiendo con los "el estar sano" a esta categoría (pues "ser prudente" es " tener prudencia"), y las calegorías de
académicos y reclamando que [éstos] confunden todas las cosas con sus indiscemibi lidades, y acción y pas ión las derivará de ésta. También la d istinguirá de "relativo", pues el que ha
obliga~ a que un solo individuo cualificado esté en dos sustancias. Por cierto que no hay obtenido algo se encontrará entre lo que es relativo, y "haber obtenido algo" corresponde a
ninguna persona que no piense y crea que, por el contrario, es asomb roso y paradójico si, en "tener" (o "encontrarse dispuesto"), y "padre" corresponde a "relativo", y "ser padre" se da en
la totalidad del tiempo, dos palomas no han sido ¡ndiscernibles de otra, o dos abejas de otra o " tener un hijo". Pero si [uno establ ece la categoría] según el segundo (significado], los demás
un grano de trigo de otro, o un higo del higo del proverbio. Pero 10 que en real idad está en significados de " estar dispuesto-tener" se referirán a las demás categorías, la úni cas que [se
contra de la concepción común es lo que dicen e imaginan éstos: que dos individuos refieren] a éste de acuerdo con el dominio de algo recientemente adquirido. Pues bien , que
peculiarmente cualificados se dan en una sola sustancia, y que la misma sustancia que tiene queden resumidas así las (posic iones] del noble Boeto.
un único individuo peculiarmente cuali ficado, cuando se aproxima otro, recibe y conserva a
3.21 Plotino EI/I/. 6.1, 30, 1-21 (SVF 2.400)
ambos de manera simi lar. Pues si hay dos, también habrá tres, cuatro, cinco y todos los que
Tal vez es absurdo poner las cosas "dispuestas de cierta manera" en el dominio de " lo
uno no podría decir respecto de una sola sustancia. No me refiero [a las que están] en las
dispuesto de cierta manera" como terceras, o cualquiera sea el orden [que tengan], porque
diversas partes [de ella] , sino a todas las infinitas [cualificaciones de ellas] que, de manera
todas las cosas dispuestas de cierta manera se dan en re lación con la materia. Sin embargo,
simila r, se dan respecto de la [sustancia] total. Al menos Crisipo argumenta que Zeus yel
dirán que entre cosas dispuestas de cierta manera hay una diferencia y que la materia en este
cosmos se parecen al hombre, y la providencia a su alma. Ahora bien, cuando se produce la
sentido y en aquél se encuentra dispuesta de cierta manera de un modo diferente del que se
conflagrac ión Zeus, que es el único dios inmortal , se retira hacia su providencia, y luego
encuentran [las cosas incluidas] en las dispuestas de cierta manera. Además, [dirán] que los
ambos, habiendo llegado a ser a la vez, continúan existiendo en la sustancia única del éter.
indi viduos cualificados se encuentran di spuestos de cierta manera respecto de la materia y que
3.19 Simplicio, in cflt. 172, 1-10 (FDS 872) los peculiarmente [cualificados] se encuentran di spuestos de cierta manera respecto de las
Los estoicos incorrectamente creen que las cosas dispuestas de cierto modo respecto de cosas cualificadas. Pero, dado que las cosas cualificadas mi smas no son más que materia
algo está n separadas de toda peculiaridad diferenciada porque por naturaleza suceden o no dispuesta de cierta manera, de nuevo las cosas dispuestas de cierta manera regresan hacia la
suceden a algo si n que se produzca cambio alguno respecto de ellas. En efecto, se d ice que materia y se darán en relación con la materia. Pero si hay tan enorme diferencia en los (esta-
esto es fal so porque, incluso entre los relativos, se produce un cambio por cuanto por natura- dos] mismos, ¿cómo "lo dispuesto de cierta manera" [habrá de ser] una sola cosa? En efecto,
leza ellos ca mbi an. Y ya sea que en los [ind ividuos] cualificados o en los demás subsista ¿cómo [incluir] en un solo [género] "de tres codos" y " blanco" si aquello es "cuantificado" y
generación y tenga una existencia propia en ellos, ya sea separado, tal como la explicación esto "cualificado"? ¿Y cómo [hacer lo mismo] con "cuándo" y "dónde"? ¿Y cómo (habrán de
subsiste todavía en mayor grado, en ambos casos, los relativos tienen una ex istenc ia ta l como ser cosas] dispucstas de cierta manera "ayer", "el año pasado", "en el Liceo" y "en la Acade-
hemos dicho que se constituye a la vez a partir de una diferencia y de un estado. Pues bien, mia"? Y, en general, ¿cómo el tiempo es un ítem di spuesto de cierta manera? Pu es no pueden
q ue los relat ivos subsisten y tienen una natura leza de tal índol e, quede dicho a través de estos serlo ni el tiempo mismo ni lo que está en el ti empo mismo, ni lo que está en el lugar ni el
[argumentos]. lugar. Y el actuar, ¿cómo es un ítem dispuesto de cierto modo? Porque el que actúa no se
encuentra dispuesto de cierto modo, sino que más bien actúa de cierta manera o, en general,
3.20 Simp licio, ill cat.373, 7-374, 6 (SVF 2.401; FDS 867)
no de cierta manera, sino que solamente actúa. Y el que padece no es un ítcm dispuesto de
Entre los de la [escuela] estoica que consideran [el asunto] Soeto se opone a refeir el "es- cierto modo, sino que más bien padece de cierta manera o padece en general. Pero quizá lo
tar dispues to" al "estar dispuesto de cierto modo", pues cree que no hay que reducirlo ni a lo
dispuesto de cierto modo solamente se adapta al yacer y al "poseer o encontrarse dispuesto";
que está dispuesto de cierto modo ni a los relativos, sino que ["e l estar di spuesto"] es una pero en el caso del "poseer o encontrarse disp uesto" no [se trata] de "encontrarse dispuesto de
categoría propia. Ella es, en efecto, de l tipo de un estado y el estado se dice principalmente de cierto modo" , sino de "encontrarse dispuesto".
tres maneras y en sent ido homónimo, pues (se entiende en el sentido de] "en sí mismo y por sí
mi smo", "respecto de otro" y "de otro respecto de sí mismo". Ahora bien, el [estado en el COMENTARIO
sentido de] "en sí mismo" se ve en el [individuo] que está dispuesto de cierto modo; por Es dific il exagerar el impacto que debe haber tenido en Aristóteles y probablemente tam-
ejemplo, el que está en guardia, pues su estado lo es respecto de sí mismo. El [estado en el bién en los estoicos la distinción platónica entre " deci rse por sí" y "decirse respecto de otra
sentido de] " res pecto de otro" es el que se encuentra en los ll amados " relativos", pues "padre" cosa" (Platón. Sol 255c 12-13). Hay más de una razón para pensar que en esa aparentemente
y "el que está a la derecha" se dicen en el estado no de uno mismo respecto de sí mismo, sino inocente observación se funda la idea original de Aristóteles para di stinguir sus categorías,
en el [estado en que algo se encuentra] respecto de otro. Y el [estado que va] desde otro hac ia pero la principal es que, como insiste Aristóteles con frecuencia, tanto aquello de lo cual se
sí mismo es el que es propio de quien está armado o calzado. pues es e l estado de otra cosa dice lo demás (la sus tancia) como lo que se dice de ello (las demás determinaciones categor ia-
respecto de él mi smo: de los armamentos al que está armado, de los calzados al que está les que se predican de la susta ncia) "soo", aunque el "es" en cada uno de esos casos es dife-
ca lzado. "Sin embargo", dice Bacto, "nunca corresponden a 'estar di spuesto' las cosas que rente (cf. Aristóteles, Cal. la20-2alO; Top. I 03b20·104a2). Es posible argumentar que cual·
signi fi can lo que es equivalente a 'estar dispuesto de cualquier modo' , ya sea en una parte o quier teoría que pretenda ofrecer una explicación general de la realidad debe ocuparse de
un lugar, lo que, sin duda, es significado por la expresión que se propone por sí misma, y elaborar lU1 cierto esquema categorial que permita encuadrar los objetos bajo el presupuesto
aquellas cosas son más y diferentes en la organización. Pues el campo que es propuesto, o el de la ontología subyacente de dicha teoría. Dicho de otro modo, las categorías entendidas
padre o la parte producen la diferenc ia" . Y está bajo esta significa ción diferente de "estar como modos fundamentales de ser permite n estructurar la reali dad y distinguir objetos y tipos
dispuesto", la que se ordena peculiarmente en el dominar. Ahora bien, si uno establece la de objetos, y dichas categorías deben coincidir con el trasfondo ontológico que presuponen ya
58 Capítulo 3 Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 59

que si son "modos fundamentales de ser" deben adecuarse a la teoría ontológica de la que desde Aristóteles. El segundo género del ser ("cual ificado") corresponde al segundo signifi-
parten. "Categoría" (KU'r1lYopía) es 1m vocablo perteneciente a ese selecto grupo de palabras cado de "ÓnoKEíflEVOV distinguido en 3.13, y se remonta a una discusión que, según Simplicio,
del vocabulario griego filosófico (como " filosofía" o "idea") que nunca fue traducido, sino tan tuvo lugar entre Antístenes y Platón. La objeción de Antístenes era que él era capaz de ver el
sólo n:ansliterado. Hay, probablemente, una razón de fondo para esto: la palabra categoría caballo, pero no la "caballidad ", a lo cual Platón rep licó que eso se debía a que tenía con lo
puede designar tanto al sujeto (i.e. aquello de lo cual 10 demás se dice) como a un predicado que se ve caballo (el ojo), pero no aquello con lo cual se puede contemplar la "caballidad"
(re. aquello que se dice de un sujeto); Aristóteles es perfectamente consciente de esto cuando (S implicio, in cal.208, 30-32). Más allá de la veros imilitud que esta anécdota pueda tener, es
argumenta que "todas las KD.t1rlOpíat [que derivan] de estas cosas (re. de géneros y especies y claro que el prob lema de la cualidad y lo cua lificado, así como del estatuto ontológico de esos
de las diferencias) se predican o bien de los individuos o bien de las especies, ya que de la ítems ya comenzó a ser intensamente discutido en época de Platón, quien, además, parece
sustancia primera no hay ninguna Ka-rrnOplCt pues no se dice de ningún sujeto" (Cal. 3a34- haber forjado por primera vez el tecnicismo 1tol6rl1~, "cualidad", con clara conciencÍa de que
37). Es decir, la categorías entendidas como "predicaciones" corresponden propiamente a las estaba introduciendo un término nuevo en el vocabulario filosófico (cf. Teel. 182A7, donde
determinaciones categorial es accidentales; la sustancia como sujeto, en cambio, también es expresamente declara que el término rr0l6rf]~ puede parecer inaudito e incomprensible). Aho-
una categoría (entendida como modo fundamental de ser, que Aristóteles entiende como "ser ra bien, el sujeto o sustrato "Sócrates" está cualificado de dos maneras, según los estoicos: en
x", donde x significa un sujeto), pero no es un predicado. Es probable que los estoicos hayan un sentido peculiar o en un sentido común. Desde el punto de vista de su cualificación pecu-
advertido esa ambigüedad de la pa labra "categoría" y por eso evitaron usar el término para liar (io{ú)~ lt01ÓV) el sustrato es "Sócrates" (porque es un sujeto que es portador de la cualidad
referirse a los géneros. del ser (cf. Graeser 1978a: 201). peculiar "Socrateidad"); desde el punto de vista de su cualificación común o general (KOlV&~
El tema de las "categorías" estoicas ha probado ser un asunto particularmente difici l y rrotóv), en camb io, ese mismo sustrato o sujeto es "hombre", ya que además es portador de esa
una razón importante de tal dificultad reside en el modo en el que fue transmitida la doctrina . cualidad común (cf. 3.7). Para los estoicos lo "comúnmente cualificado" es técnicamente un
En la mayor parte de los casos, las fuentes más importantes (Simp licio, Plotino y Plutarco) nombre común o "apelativo" (rrpocrf]yopía), es decir, un nombre de clase. Los nombres en
son hostiles a los estoicos (cf. 3.2, 3.5 y 3.21) . Parece que constituyó un lugar común entre los cuanto signos son obj etos físicos (son una parte del /"'6yo~ y, como él, son fís icos; DL 7.58),
críticos de los estoicos señalar que éstos no le confieren un lugar especial, como sí hace pero sus significados son incorpóreos. Los estoicos parecen sugerir que las cosas que clasifi-
Aristóteles, al tiempo y al lugar (cf. 3,1 Y 3.15), pero este reproche se basa en un prejuicio que camos bajo lU1a clase ("caballo", "hombre") no son más que porciones de 1rVEÜIlU que cam·
antepone el modelo aristotél ico de las categorías al estoico, ya que en el modelo estoico tanto bian sus denominaciones según sea la alteración de la materia por la que pasa (cf. Aecio,
el tiempo como el lugar son considerados bajo la categoría de " lo que está dispuesto de algún 1.7.33; SVF 2.1027; LS 46A) . Cada cosa singular, además de pertenecer a una clase, debe
modo" (ro rrw~ EXOV; cf. 3.21). Como vimos en el capítulo 2, para los estoicos el término más caracterizarse como la cosa singular que es: este hombre al que llamo " Sócrates" o este caba-
general no es av ("existente"), sino TL ("algo"), género bajo el cual se encuentran los cuerpos llo al que llamo "Bucéfalo"; tales individuos deben entenderse como ejemplificaciones apro-
y los incorpóreos. Este cambio parece reflejar un deseo consciente por parte de los estoicos de piadas de la cual idad común "hombre" y "caballo", respectivamente (en su sentido técnico
distanciarse de Aristóte les y ha llevado a pensar a Bréhier (1970: 43) que en tanto los géneros estricto "Bucéfalo" y "Sócrates" son nombres (ovóWHa), lU1a parte del Aóyo~ que revela una
"sustrato" (D1COKB1f.1€VOV) y "cualificado" (ttOlÓV) corresponden a los cuerpos, los géneros cualidad peculiar; DL 7.58). Los estoicos distinguían "cualidad" (rrolórl1~) de "cualificado"
"dispuesto de cierto modo" (nw~ EXOV) y "dispuesto de cierto modo respecto de algo" (npó~ rí (rrOlóv); en 3.8 Simplicio parece distinguir al menos tres significados de "cualificado", aun·
nú)~ EXOV) corresponden a los incorpóreos (en esta línea interpretativa cf. también Menn 1999 : que, como Menn ha mostrado (1999: 223, n. 12), es probab le que el significado intermedio de
224-225). Uno tendría razones, sin embargo, para creer que éste no puede ser el caso pues rr0l6v (que excluye "correr" como ejemp lo pero incluye "estirar el puño") no corresponda
para los estoicos los estados y dispos iciones, que son distintas manifestaciones del1tV€UflCt (un propiamente a "cualificado", sino a "encontrarse dispuesto de cierto modo", la tercera cate-
cuerpo), son corpóreos (un ejemp lo de algo "dispuesto de cierto modo" es "conocimiento", goría estoica (nú)~ EXOV), no a la segunda (esta interesante sugerencia, sin embargo, no cuadra
que los estoicos definen como "10 rector [del alma] dispuesto de cierto modo"; Sexto, A M con el hecho de que Simplicio expresamente afirma que "cualificado" se dice de tres maneras
7.38 = SVF 2. 132). Por lo demás , como pensaba Plutarco (cf. 3.5: "porque [ellos] postulan y atribuye esta posición a los estoicos; cf. 3.8 hacia el fina l. Podría tratarse, sin embargo, de
cuatro sustratos respecto de cada uno o, más precisamente, hacen a cada uno de nosotros un detalle que Simplicio no llegó a percibir con claridad). El primer significado de nOlóv es el
cuatro"), hay razones para creer que "s ustrato", "cualificado", "dispuesto de cierto modo" y más inmediatamente comprensible en el sentido común, es decir, todo lo diferenciado (rruv ro
"dispuesto de cierto modo respecto de algo" no son más que diferentes descripciones o aspec~ Kara owcpopáv): uno puede decir que x es F porque x es portador de una cierta cualidad que lo
tos del mis mo objeto cuya existencia es señalada con el pronombre deíctica, que indica el distingue o diferencia de otra cosa (o, como define Simplicio ro KaTa otacpopáv en 3.12, lo
"particular objetivo" (como sugiere Long, siguiendo a Strawson; Long 1971 : 89). En efecto, diferenciado es "lo que es caracterizado de acuerdo con una cierta forma"). Esa diferencia que
los estoicos sostienen que una proposic ión indefinida (como "alguien camina") y una proposi- distingue al sujeto como tal puede ser peculiar o común y se aplica tanto a procesos como a
ción intermedia (como "Sócrates camina") se vuelven verdaderas cuando la correspondiente estados permanentes. Siempre según el testimonio de Simplicio en 3.8, "cualidad" debe coin-
propos ición definida (como "éste camina") es verdadera cuando se la dice de un sujeto ex is- cidir con el tercer significado distinguido de "cualificado", re. cualificado como lo que se
tente (cf. Sexto, AM 8.96-97 ~ SVF 2.205 y Graeser 1978a: 204-205). Las proposiciones encuentra en un estado permanente; ejemp los de este tercer significado de "cualificado" son
definidas son las que "se enuncian de un modo indicativo" (Kura O€t~lV l:!o:P€pÓI.HNa) ya que "gramático" y "prudente", casos que "coinciden con la expresión" pues ellos no son más
indican un indi viduo particular. De este modo, puede decirse que "éste" (por ejemplo, Sócra- amplios ni más concisos respecto de la cualidad. O sea que cua lificado en este sentido (es
tes) es un sustrato o sujeto, pero dado que es portador de una cierta cualidad (nOlÓrl1~) tam- decir, el que coincide con "cualidad") debe ser un estado permanente del individuo cualifica-
bién es "cualificado" (notóv). Es probable que, como señala Dexipo (en 3.13) el suj eto como do. Una cualidad es la "F-eidad" o propiedad; lo cua lificado, en cambio, es la cosa u objeto
primer género del ser es más que "materia incualificada", una distinción bastante familiar ("Ó7tOKEíflEVOV) que satisface ta l F-eidad en la medida en que es una ejemplificación apropiada
60 Capítulo 3 Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 61

de F (ef. 3.7, 3.8 Y 3.17). A cualidades (propias o peculiares) como "Socrateidad" o "Dioge- saberse con seguridad si efectivamente Crisipo tomó prestada esa premisa o si efectivamente
neidad" y a una cualidad común como "humani dad" corresponden, respect ivamente, ind ivi- creyó que tal premisa era verdadera, como se ve en la sección final de 3.4, es evidente que
duos peculiarmente cuali fi cados (como "Sócrates" o " Diógenes", o incluso d ios mi smo, que Crisipo pensó la relación entre Teón y Dión como la de una parte con el todo (como aparen-
es uno, de los significados de mundo, según los estoicos, entendido como un individuo pecu- temente también pensaron los académic os), pero en tanto los académicos creyeron que la
lianncnte cualificado a partir de la sustancia total; cf. DL 7.1 37 Y nuestro capítu lo 12) y lo parte y el todo eran individuos diferentes (cf. 3.5, donde queda claro que los académicos
comúnmente cualificado (como "humano") . sostienen que transformac iones tales como "crecimiento" y "decrecimiento" deben entenderse
Antes de pasar a examinar los otros dos géneros del ser debemos ocuparnos del "argu- como "generaciones" y " destrucciones"), los estoicos p ensaron que eran el mismo indi viduo
mento creciente" (expuesto en detalle por Filón en 3.4 y menc ionado también por P lutarco en (regresamos a este punto enseguida). En 3.18 Plutarco expone el argumento académico en
3.5 y por Estobeo en 3.6), que tiene una conexión directa con la segunda categoría es toi ca. La contra de los estoicos y trata de hacer evidente que éstos, al admi tir que Zeus y la providencia
teoría estoica de la mezcla o mixtura (llí~lg como la comp leta interpenetración ocupan el éter durante la conflagración, caen en contradicción pues ése sería un claro caso en
(avrmop€K"tam<;) de dos individuos que conservan tanto su sustancia como sus cual idades el cual dos indi viduos pecul iarmente cualificados (Zeus y la providencia) ocupan una única
generó no pocas dificultades entre los críticos de los estoicos (cf. cap ínllo 16, textos 16.1 y sustancia (en contra de 10 que sos tiene Crisipo en 3.4). Como sugieren LS (1, 175), una proba-
16.4). Los estoicos estaban dispuestos a defender la tesis de que dos gemelos o dos huevos ble respuesta de los estoicos sería decir que Zeus y la providencia no son individuos distintos,
(aparentemente idénticos) se diferenc ian, y que una persona con el sufic iente entrenamiento es como tampoco lo son el hombre y su alma, sino aspectos de una misma entidad. Además, la
capaz de dist inguir el uno del otro (en el dominio más propiamente epistemológico esto expli- última sección de 3.4 muestra que Dión y Teón no pueden ser dos individuos diferentes, sino
ca que el que conoce en sentido estricto sea capaz de dis ti nguir una presentación cognitiva de dos partes de un mismo individuo (la misma idea aparece en 3 .6, donde queda claro que,
una presentación aparentemente cognitiva pero fa lsa; cf. cap ítulo 7, tex to 7.1 S). Si, como aunque una parte no es idéntica al todo, tampoco es completamente diferente de él). En efec·
parecen haber argumentado los académicos, es pos ible que dos Ítems sean cual ita tivamente to, en la reformulación del argumento creciente que se da en la última sección de 3.4 Dión (el
indiseernibles ( llamemos a esta posición la ''Tesis de la Indiscernib ilidad de los Idénticos"; que está completo) es el mundo (o sea el todo) y Teón (el incomp leto) es como el alma del
TII), se sigue que un ítem pecul iarmente cualificado se daría en dos sustancias (cf. 3.18), lo mundo (esta reformul ación del argumento hace persuasiva la respues ta a la objeción académ i-
cual es un abs urdo para los estoicos pues, según ellos, es imposible que dos individuos pecu- ca presentada por Plutarco en 3.18). Entonces, si se le amputa al mundo (=Dión) todo lo que
liarmente cua li ficados se den en la misma sustancia o sustrato. El argumento creciente de los es corpóreo (=el pie de Dión), aunque se le haya amputado lo corpóreo, el mundo no ha sido
académicos parte de la premisa según la cual la identidad peculiar de un individuo es una destrui do, ya que el mundo solamente ha pasado a ser una sustancia más pequeña cuando se le
función de su compos ición materia l (cf. LS l, 175; Bowin 200 3: 241), es decir, e l supuesto quitó lo corpóreo. Por último, el argumento creciente no sólo plantea una dificultad en torno del
bás ico del argumento creciente es q ue la materia es el único principio de identidad. P ero como probl ema de la identidad individual: en 3.4 el problema se p lantea tanto desde el punto de vista de
la consti tución material de nuestro cuerpo está en permanente cambi o y nuestra identi dad está la ident idad del yo individual (Filón, DAM § 48) como desde el punto de vista de la identidad del
estrecha mente asociada a la compos ición material de nues tro cuerpo, entonces (co ncluyen los mundo (§ 49), porque si en virtud de la conflagración y posterior reorganización cósmica todo
académicos) nuestra ident idad también se encuentra en constante cambio (ef. 3.5). El argu- volverá a repetirse hasta en sus más mínimos detalles (como sostienen los estoicos; cf Nemesio,
mento, en la versión de Filón (3 .4), puede articularse en los siguientes pasos: (i) supónganse NH 111, 14- 112, 3, ed. Moran i ~SVF 2.625 y nuestro capítulo 18, texto 18.6), cabe preguntarse si
do s indi viduos Dión y Teón; éste es incomp leto (le fa lta un pie) y aquél completo (posee la identidad sustancial de los suj etos particulares del mundo y la identidad del mundo mismo se
todos sus miembros). (ii) Supóngase ahora que a Dión se le amputa un pi e; si se pregunta cuá l mantienen inalterables a lo largo de los infini tos ciclos. Si hubiera dos individuos cualitativamente
de los dos ha sido destru ido, la respuesta apropiada es , según Crisipo, dec ir que Teón, porque indistinguibles (como creen los académicos), selÍa el caso de que un individuo peculiannente
Dión , al que se le amputó el pie, "ha caído en la sustancia imperfecta de Teón" y como dos cualificado se dé en dos sustratos diferentes, una tesis que los estoicos, por las razones antes
individuos pecul iarmente cual ifi cados no pueden darse en el mismo sustrato, Dión deb e so- aducidas, consi deran fa lsa. Si dos individuos peculiarmente cua lificados se dieran en u ocuparan
brevivir y Teón perecer. Que Dión " ha caído en la sustancia imperfecta de Teón" debe signi- el mismo sustrato, habría que suponer que Dión y Teón son dos cuerpos; pero, como se indicó
fi car que Dión (sin un pie) es lo mismo que Teón, o sea , no hay dos individuos (pues si los antes, Teón es solamente una parte de Di ón U.e. Di ón s in un pie y, aunque una parte no es
hub iera cada uno de ellos estaría peculiarmente cualificado), porque dos individuos pecu liar- idéntica al todo, tampoco es comp letamente diferente de él) o el mismo Teón pero en un
mente cual ifí cados no pueden darse en la misma sustancia. (ii i) De acuerdo con el enfoque momento diferente. E s claro que Dión y Teón ocupan e l mis mo lugar y se dan en la misma
avalado por Filón en 3.4, sin embargo, Dión debe perecer y Teón sobrevivir, porque a Teón sustancia, pero no son dos indiv iduos diferentes, sino el mismo individuo en U11 es tado dife-
no se le había mutilado nada y a Dión se le cortó un pie. Si fuera el caso de que Dión y Teón rente.
pueden sobrevivir habría dos objetos materiales que coinc idirían en espacio y ti empo, que Si lo que hemos argumentado hasta este momento es razonable, puede entenderse por
poseen la misma determinación material (i.e. están cua lificados peculiarmente según la mi sma qué "sustrato" y "cualificado" son dos aspectos del mi smo objeto. Veamos qué ocurre ahora
cua lidad) y que, por tanto, se dan en el mismo sustrato (ésta es la posición respaldada por TIl con los otros dos géneros del ser: "dispuesto de cierta manera" y "dispuesto de cierta manera
que, para ser cierta, debe presuponer que Dión y Teón son dos individuos diferentes). Sedley respecto de algo". El tercer significado de 1t01ÓV discutido antes da una clave de qué enten die·
( 1982: 270, seguido por Bowin 2003: 242) sostiene que lo que se propone hacer Crisipo es ron los estoicos por "encontrarse dispuesto de cierta manera"; 10 cual ificado no es más que la
reducir al absurdo la premi sa de que la materia es el único principio de ident idad, y esa reduc. ejemplifi cación de la cual idad en un sujeto. Por ejemplo, todo conocimi ento DO es más que 10
ción la lleva a cabo reduciendo al absurdo la premisa de que Teón y Di ón están relacionados conductor del alma dispuesto de cierta manera, o el puño no es más que la mano d ispuesta de
com o la parte al todo. Según Sedley, Cri sipo "toma prestada" del argumento creciente una cierta manera (cf. Sexto Empírico, AM7.39). Hay entonces ciertos estados o disposiciones de
prem isa en la que Teón y Dión se relac ionan C01110 la parte con el todo . Aunque no puede los sujetos que no contienen una cual idad ( ni peculiar ni común) y que, sin embargo, descri-
62 Capítulo 3 Las subdivisiones de l género del cuerpo o del ser 63

ben ciertos estados (no pennanentes) de un sujeto. Si "puño" tuviera una cualidad (peculiar y mano) sean no sustancias, sino relativos. "Hombre particular" o "buey particular" no se dicen
común), entonces, sería un individuo diferente de "mano"; pero el caso es que un puño es "hombre particular o buey particular de algo", pero la cabeza y la mano se dicen "cabeza de
solamente una mano en un cierto estado o disposición, no un individuo diferente, razón por la alguien" o "mano de alguien" , lo cual parece indicar que este ti po de ítem no se encuentra
cual l;;t cualidad común y peculiar de "puño" DO puede ser diferente de la de mano. Dada la entre las sustancias, sino entre los relativos (Cal. 8a 16-28). Es probable que los estoicos hayan
estrecha conexión entre "cualificado" y "dispuesto de cierta manera", sería útil comenzar por tenido a la vista este importante pasaj e de Cal., no sólo porque utilizan también el ejemplo de
preguntarse en qué se distingue lo uno de lo otro. Tomemos los dos ejemp los más claros de la mano, sino porque parecer haber dado conscientemente el paso que Aristóteles se niega a
"dispuesto de cierta manera" mencionados antes al comienzo de este comentario: "conoci~ dar, a saber, considerar (en la nueva defrnición de relativo) que son "relativos" aquellos items
miento" y "puño". Tanto el uno como el otro no pueden entenderse más que como determina- cuyo ser es lo mismo que "estar dispuesto de algún modo respecto de algo" (cf. Aristóteles,
ciones de algo ya determinado, a saber, el individuo cualificado que llamamos "alma" y"ma- Cato 8a31-32: la 1[p6~ l t o~ ta etVCtl raur6v ¿Cin 1(9 7rpÓC; TÍ 'TrCV'; eXf¡lV). Según los estoicos,
no" respect ivamente. En 3.12 ejemplos de "dispuesto de cierta manera" (o de "relativo" sin hay otros estados (no permanentes) que, aunque son F, siendo F un cierto tipo de relación, no
más en el uso amplio de la expresi6n) son "du lce" y "amargo"; es claro que tanto lo uno como contienen una cua lidad por cuanto no son Ílems diferenciados (cf. 3.5), que es lo mismo que
lo otro deben ser propiedades que se dan respecto de otra cosa que ya está cualificada y que decir que tales ítems no son "cualificados". En efecto, como nos informa 3.12 (probablemente
disponen a dicha cosa de una manera determinada. Además, tanto "dulce" como "amargo" el reporte más detallado sobre el tercer y cuarto género), los ítems que se encuentran dispues-
también son cua lificaciones que no pueden pertenecer y no pertenecer a algo sin que se dé un tos de cierto modo respecto de algo (como "padre" o "a la derecha") son -a diferencia de los
cambio de cual idad en ese algo. Dicho de otro modo, x es F, siendo F un lroJ~ EXOV, si y sólo sí que están meramente dispuestos de cierto modo- no diferenciados y son "completamente
F no puede pertenecer y no pertenecer a x sin que se dé un camb io de cualidad en x. Si los (n:ávrroe;) respecto de algo". O sea, x es F, siendo F un 1tpO~ ti 1tro~ EXOV, si y sólo si F no es un
ítems que se encuentran dispuestos de cierto modo son también cuali fi cados deben ser, por lo ítem diferenciado y si es completamente respecto de algo (en 3.12 la única explicación que se
tanto, "diferenciados" (ya que la dulzura es una cualidad d iferenciado ra del Ítem que llama- ofrece para justificar que las cosas dispuestas de cierto modo respecto de algo no son diferen-
mos "dulce"), y el único modo de que se alteren es si su prop io poder o facu ltad también cias es que ellas están constituidas por meras re laciones, i.e. se trata de cosas cuyo ser es lo
camb ia, pero 110 hay ningún factor externo que, al camb iar, determine que lo nw~ exov tam- que es respecto de otra cosa). Enseguida nos enteramos de que el adverbio 7távrro<; que califi-
bién cambie. El texto 3.20 informa sobre una aparente irmovación del "herético" Boeto de ca a np6~ tí écmv significa que no hay ningún sentido en que pueda dec irse que algo que está
Sidón sobre la categoría de "d ispuesto de cierto modo" . De acuerdo a l reporte de Simplicio, dispuesto de cierto modo respecto de algo puede ser por sí, pues su estado única mente depen-
Boeto habría sostenido que no puede reducirse "estar dispuesto" (ro EXEIV) a "es tar d ispuesto de del estado en que se encuentra otra cosa, de manera que para existir necesita de ciertos
de cierto modo" (10 ]tro~ EXEtV); su razón es que cree que se trata de "una categoría prop ia". factores externos (l.e. el factor respecto del cual puede predicarse con verdad que "x es mayor
Esto es, Boeto parece retrotraer el tema a la categoría aristotélica de "posesión o estar dis- o menor que" o que "x está a la derecha o izquierda de", etc.). Es por eso que lo que se en-
puesto" (cf. Aristóteles, Cal. I b27-2a3). Lo que Boeto parece estar argumentando es que cuentra dispuesto de cierto modo respecto de algo camb ia si el objeto ex terno a sí mismo (que
aunque todo 1tro~ €xOV es un eXelv, no todo eXElv es un 1troc; EXOV, de donde se sigue que "10 le confiere su encontrarse dispuesto de cierto modo respecto de algo) cambia; por ejemplo, si
dispuesto de cierta manera" no pued e ser un género. A contin uación di stingue tres sentidos de muere el hijo, el padre dejar de ser padre o si muere el padre el hij o deja de ser hijo; o el que
"estado" (oxtO'l~): (i) en sí mismo y por sí mismo, ( ii) respecto de o tro, y (iii) de otro hacia sí está a la derecha de x dejará de estarlo si x cambia de lugar. Dicho de otra manera, lo que se
mismo. "Estar en guardia", el ejemp lo que da Boeto de O), aparece en 3.8 como ejemplo de encuentra dispuesto de cierta manera respecto de algo no altera su estado interno cuando
"lo que se encuentra en un estado diferenciado", donde se trata de un tipo de "cualificado". El pierde la propiedad de ser ese 1tpÓ~ rl ]troe; EXOV. Como vimos arriba, la primera característica
ejemplo de (ji) coincide con los ejemp los típicos de "encontrarse dispuesto de cierto modo que distingue a "lo dispuesto de cierta manera respecto de algo" de lo "dispuesto de cierta
respecto de algo" y se diferencia de l sentido anterior en que en (ii) el "respecto" es exter ior y manera" es que en tanto esto es determinado, aquell o no lo es; la segunda es ésta: términos
en O) "interior". Ahora bien, (i) y ( ii) son sofisticac iones de "cual ificado" y "d ispuesto de relativos como "dulce" o "amargo" (que, en cierto modo, pueden inc luirse entre "lo dispuesto
cierto modo", cuyo objetivo parece ser mostrar, por un lado, que lo dispuesto de cierto modo de cierto modo" ya que estos relativos como lo nro~ EXOV son ítems determinados) no pueden
no puede ser un género pues se subsume a "dispuesto" y, por el otro, que hay que aclarar de dejar de ser lo que son ("dulce" o "amargo") sin experimentar un cambio interno. Lo que está
qué tipo de disposición o estado se trata (pues puede tratarse de un estado o disposición exter- dispuesto de cierta manera respecto de algo, en cambio, puede dejar de ser lo que es sin expe-
na o interna). El tercer significado de "estado" distingui do por Boeto, en cambio, parece rimentar ningún cambi o interno de estado. En este último caso se trata de un claro ejemplo de
extender el tipo de discusión de los estados o disposiciones discutidos por los estoicos y rein- "cambio de Cambridge", esto es, el caso en el que un p redicado es verdadero de un objeto x
terpretar la categoría aristotélica de posesión o encontrarse dispuesto (eXElv). Dc hecho, los en el tiempo t, pero no verdadero de x en 11 sin que x experimente ningún tipo de cambio (cf.
ejemplos que da Boeto ("está annado", "es lá ca lzado") son los mi smos que da Aristóteles Geach 1969: 7 1-72). El primero en introducir esta idea en el pensamiento griego fue Platón,
(Cal. 2a3); el nuevo énfasis de la distinción estaría dado por el hecho de que OiO indica que cuando en Teet. 154b-d introduce el ejemplo de los dados: la primera "afinnación asombrosa
hay estados que se incorporan a un individuo procedentes de objetos externos . y ridícula" es que puede decirse que seis dados pueden ser llamados "más", pero también
Pasemos ahora al cuarto y último género del ser: 10 que se encuentra dispuesto de cierto pueden ser ll amados " menos". Frente a la pregunta de si es pos ible que una cosa llegue a ser
modo respecto de algo (1tpOe; tí nro<; exov) . No deja de ser interesante observar el hecho de que mayor que otra o más que otra si no es por medio del crecimiento Teeteto está inseguro y se
Aristóteles ya visualizó el prob lema que tenía su definición inicia l de "relativos" como "todos ve forzado a dar dos respuestas opuestas: respecto de los dados debe responder que "es posi-
aquellos ítems que son tales que, 10 que ellos mismos son se dice que lo son de otros ítems" ble", ya que los dados pueden llegar a ser más grandes sin que medie un proceso de creci-
(Cal. 6a36-37). En efecto, más adelante se ve en la necesidad de correg ir dicha definición miento pues seis (sin experimentar ningún cambio), comparado con cuatro, es " mayor" o
pues, de mantenerla sin corrección, se corre el riesgo de que ciertos ítems (como cabeza y "más"; compa rado con doce, en cambio, es " menor".
64 Capítulo 3

Simplicio (3 .1 ) Y Dexipo (3.15) reprochan a los estoicos el hecho de que agrupen bajo " lo Textos Anotados
di spuesto de algún modo" a prácticamente todas las categorías (con excepción de la cualidad Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser
y la sustanc ia; cf. Menn 1999: 224). Naturalmente, Sexto y Dexi po es tán pensando en la lista
aristo~élica de categorías; pero la funcionalidad de la categoría "dispuesto de algún modo"
permite a los es toicos incluir en e lla ítems como tiempo, lugar, acción, pasión, cantidad, etc.
Tomemos el caso del puño, que es un ejemplo de m:oc; EXOV: un puño no es más que una mano 3.1 Si mplicio, ill cal.66, 32-67, 25 (SVF 2.369; LS 27F; FDS 832)
dispuesta de c ierta manera. Pero si es una mano es un existente, i.e. un ente extenso con una Oí Bé ye LtOOlKOt ei~ EAáttOVa aucr-tÉA.Aé:lv a~loú(J tV t OV trov npó)toov y€vrov
cierta cantidad, que está en un lugar, que está en el tiempo, que hace o padece algo, etc. (éste aplOJ.lOv Kaí tlva tv toi~ lAáttoow l>1t11AAaYI-lÉva napaAal-l~ávouatv. nOlOUvtm
es, por lo demás, el modo en el que Plotino entiende "lo dispuesto de cierto modo" en 3.21 , yap t~V tOJ.l~V Ei~ tÉooapa, de; l>1lOK€íJ.l€va Kal1toul Kaln&~ ex.ovta Kal
i.e. como el género que incluye el lugar, el tiempo, la acción, la pasión , etc., aunque encuentre 1lp6~ tí noo~ exovta. Kal BiiAOV Otl 1lÁ€icr-ta 1lapaÁ€ínouotv· t6 tE yap nooov
absurda la teoría). Pero los pasajes más polémicos en contra de los estoicos están 5 aVttKpUe; Kal ta f:v Xpóvey Kal €V t61tey. Ei yap tO 1tro~ EXOV vo~í~OU01V al)tOt~
representados por nuestros textos 3.2-3.3. Plotino comienza por poner en duda el "algo" como ta towúta nEptAa~~áv€lV, on tO l!€PUO' lV OV ~ tO Év ¡\uK€lC9 ~ tO Ka9iicr9m
género sup remo (para el cual cf. nuestro cap ítulo 2) al argumentar que "es incomprensible e ~ l>nOBEBÉo9at BláK€ltaí 1too~ Kutá n tOÚtrov, 1lp&tov J.lev 1loUiie; OÜOT]~ tii~ EV
irracional" por no coinc idir ni con los incorpóreos ni con los cuerpos (3.2). Un estoico tOÚtOle; BIQ(popa~ a8\(ip9pootO~ ~ tOÚ nOOe; eX€lv KOIV6t'1e; npoo<pspEtat Kat'
claramente podría responder que, precisamente por ser el género supremo , el "algo" no puede alJtfl~, E1t€lta tO KOIVOV 'TDÚtO ta l!&e; EX€tV Kal t0 ÚnOKelJ.lÉvey áp p6crel
ser un cuerpo ni un in corpóreo; el argumento que ensaya Plotino a continuación tampoco sería 10 Kal t(9nocrCfl póAlcrta· Ka! tauta yap BláKeltaí ¡tooc;.
plausible para un estoico porque, por la razón recién aducida , los predicados "existente-no 2 il1tr¡A.aYJlÉvu K 3 TOJl~V] olaípEcnv K 4 tí 1tW¡; J 6 ~ tO f.V L : iírOi f.V J 7 ~ ro tl1toodiéoOm v 8
existente" no pueden decirse del "algo". La siguiente objeción de Pl otino se centra en tratar de 1tp0o<pÉPEWI JL: ¿K<pÉpEtm Kv 9 tOÜtO in tO mutavit J : toGtO tO scri. Ka lbtleisch : toúm LK v.
mostrar el absurdo estoico de postu lar al sustrato como primero, anteponiendo así la materia a
4 1tpÓ¡; tí 1tID¡; f:xovta Para esta tenninología para indicar este tipo específico de relación cf. Aristóteles,
10 demás. Se trata en este caso de un claro ejemplo en el que se produce un evidente choque
Cal. 8a32, 8b 1-3, Top. 142a29, 146b4 y Boeri 1993.
de dos enfoques ontológicos fu ertemente antitét icos: el de Plotino, para quien un verdadero
10 5uíKEltuí 1tro¡; Cf. Aristóteles, Cal. 9a 12.
principio debe scr un ítem inmaterial, y el de los estoicos, para quienes lo verdaderamente
existente y real so n los cuerpos. En 3.3 Plotino omite el hecho de q ue, por principio según los 3.2 Plotino, EIlIl. 6.1 25, 1-33 (SVF 2.371; 373; FDS 827)
estoicos, no puede haber una "capacidad o poder incorpóreo": si x es un poder capaz de npo, DE TOO, ,Énopo neMO, KO' '''POXID, D'-
producir a lgún tipo de efecto en y, x debe ser corpóreo. Pero "cuerpo" puede entenderse, atpOUVta~ d~ únoK€ÍI-lEVa KalnOla Kulnro~ €X,ovra Ka! npóe;
según los estoicos, de dos maneras: (i) como lo triplemente extenso (cf. capítulo 2) y (ii) tí noo~ ExOVta, Kat KOlV6v tl En' al>trov t l Oévra~ Kal
como lo que es capaz de producir o de recibir una acción; aunque (i) no puede no ser €vl yÉv€l n€ptAaJ.lPávovta~ ta návta, Otl pev K01V6v tl Kal
cualificado, (i i) si puede serlo (plotino está probab lemente pensando en nuestro texto 14.1 o 5 EnlnávtOOv ev yÉvoe; AUJ.lpávoUOl, nOAAo. av tiC; ).J:y0l.
en algún ol'ro pasaje similar, capítu lo 14, donde los principios activo y pasivo, i.e. la materia, Kal yap oo~ &crúv€tov autoie; Kal aÁoyov tO tI to'O-ro Kat
son llamados "cuerpos"). Pero natw-almente el sentido en que se dice que la materia es un OUK ec:papJ.l6ttov aowpcí.totC; Kal oropaol. Kal B\ac:po pa~ ou
cuerpo, no puede scr el sentido cn el que uno puede advertir la presencia de una cualidad en un KlltUAeA.üínacrlv, at~ tO -rt Blatp~Oouot. Kal tO ti tO'OtO ~ av
cuerpo discreto: el modo en que se apli ca la noción dc "cuerpo" a la materia incualificada debe ~ Il~ av eonv· ti ~v oÚv oV, €V ti trov d8&v aottv· ti M
coincidir con el sentido más general de "sustrato" distinguido en 3.13. Pero eso no explica que los IO p~ av, 60tl lO av J.l~ OVo Kal ~lUpía et epa. Ta'Ota ).Iev oov
cuerpos son capaces de lo que son capaces gracias a las capacidades incorpóreas. Desde luego que BV tcQ 1tap6vn EatÉOV, aut~v Be t~V 8wípEOlV €1tlOK€1t-rSOV.
los estoicos eSl'arÍan dispuestos a aceptar que cuando un cuerpo se divide [a cualidad pennanece YnoK€ÍJ.lEVa ~v yap nprota tá~aV"te~ Kal t11V ÜAllv
en él entera en cada pmtc. pero eso no pmeba que la cualidad sea incorpórea. sino que es corpórea €vtuu9u trov aUrov npotá~avtee; t~V nprot1lv autOte;
porque, preci samente, uno puede seguir diciendo que cada parte del cuelpO es dulce, yeso es así BOKouoav apXtlv cruvtáttOUOl tOte; ).I€ta t~V apX11v aut&v.
porque hay interacción entre la cualidad (corpórea) y el ítem corpóreo que es cualificado por esa 15 Katnp&tov pev lO. np6t€pa toie; ÜOt€pOV ei~ ev ayouOlv,
cualidad. Un estoico podría invertir la carga de la pmeba diciendo quc el que debe probar el modo OUX otóv t€ av f:v yÉvSt tú) aut0 ID I-lEV npót€pOV, to Be
en quc se relaciona la cualidad con el objeto cualificado es quien sostiene que la cualidad, aunque ücr-t€POV dval. 'Ev l-leV yap tOi~ €V or~ lO 'ltp6t€POV Kal tO
incorpórea, es capaz de cualificar un cuerpo. A pesar de las dificultades propias de la versión üot€pov, tO ücrt€POV napa tOU npOIÉpoU Aa)1páv€l tO ttVQl,
plotiniana de los géneros estoicos, su presentación crítica de la teoría estoica deja en claro que €V SE: tate; úno t O auto yÉvo~ tO toov de; tO ttVQl €KaOtOV
los cuatro géneros del ser esto icos son aspectos o enfoques diferentes del mismo ítem que, 20 Ex€l napa tou yÉvou~, d'1l€p tO'Oto Bei yÉvo<; ttVat tO &v
desde el punto de vista de la ontología estoica, es un "existente". t(9 tí €an t&v dBwv Kar'1yopOÚ)1EVOV· €nEI Kal alnol
c:p~OOUO"l napa tfl¡; ÜA'1~, OiI-lOl, tate; aMOle; to eivat l>náp-
X€lV. "En€Lta lO únoK€íJ.lEVOV Ev apLOIlOUvtE~ OU ta avta
esapL91l0uV'tUl, aM' apxa~ t &v OV"trov ~"tOU01· Bla¡pÉp€l8e
25 apxa, AÉyElV KO' O",Ú. El DE Bv ~EV ~óvov ,~v iíA~V
<p~ooucn. ta B' aUa náO'1 tfl~ ÜA,,~, OUK €xpflV tO'O OVtO~
66 Capítulo 3 Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 67
Kal TfiN o.AAWV €V n ytv~ ltpOl"átTetv' ~lall.ov 8' av ~É,,:rtOV cualificado y sustancia a partir de la cual tal individuo se constituye). Para el significado estoico de oucría
al)Toi~ f)J.yetO, ei ro !lev ouo(av, ra 8' M'Au 1[110'1, Kat como el sustrato o materia primera de los existentes, i.e. como aquello desde lo cual se dan los cuerpos cf.
Ou]poúvro taüra. To 06 Kul Myelv Ta )..tev Ú1COKeí¡. u::va, la Orígenes, Orat. 27, 8, 9-27 (SVF2.3 18; capítulo 14, 14.3). Es decir, "sustancia" no es para los estoicos lo
30 O€ 'tu aMa, évo~ ovro~ to\} Ult"OKEl¡..lÉVOU Kal Ota<popav OUK mismo que "cuerpo", pues un cuerpo se da a partir de la sustancia, de modo que, en este se ntido, ésta
tiene una anterioridad lógico-ontológica rcspecto de los cuerpos y no es un cuerpo en el mi smo sentido en
exovroc;, dU' ~ ti?> )lq.tf:píaO<u, rocmep OyKOV de; )1Épll ~ que lo es lo que sc extiende en tres dimensiones (cr. DL 7.135 Y nuestro capítulo 2).
Kahot DUO!?: Jl€JlepícrSat t<'9 cruvEX~ Myelv t~V ouaíav - Pé)..lIOV 10 OlISP Ka\ avro lIOU DJ:yEtO cr. Plotino, Enn. 4.7, 5.
AtrE1V ~v "tO )lev Ó1tOK€í,.u::vov". 21 ü)..1"]V )..Itv ... oooav El sujeto de <pClO"lV deben ser los estoicos.
1 !f.ttapa~ w 2 1tOO~ Crcuzer : 1t&~ Enneadum archetypus 4 la deesl in E 7 01))( deest in Val. 20 ro EV 24-25 Mi¡, OlÓrl1tV€Ú¡.lCtrOe; .. t..ey6vtrov cr. Caleidio, In Tim . cap. 220 ('" capítulo 13, texto 13.13).
: T(9 év F 23 EV deest in Dann. Marc. B 33 ).lev post 10 del. Kirchhoff, Bréhier : ro )lev von Arnim
Hellly-Schwyzcr, Hü1ser. ' 3.4 Filón de Alejandría, DAM 47-51 (SVF 2.397; LS 28P; FDS 845)
oe
vuvl toaoutOv ÓÓ~l1~ OAll00U:;
6 TO TI 106,0 El género supremo estoico (cf 2.1 y 2.2; véase también aquí línea 2 donde se refiere al OI~).laptOv, ooate A.eA~8aO"\v (lUrDUe; Kal tft 1tpovoíq - o/UX1l o· elJ"TI
"algo" estoico como lColv6v TI in' aútoov). '
roí) K6cr~ou - epOopav ElItepÉpOvrE~ E.; 6Jv avaKóAOUOCt epv..ocrO<poúcrl.
8-10 TO TI ,OUTO ro Bv Jl~ av Una objeción similar puede verse en el capitulo 2 (texto 2.2).
Xpúam1to~ youv o OOKI¡. HÓtalo<; l&V rrap' autOle; év tOle; n ep! au~avo¡...ttvou
o ••

3.3 Plotino, EI/I/. 4.7 8a, 9-35 (SVF 2.375; FDS 839A) 5 tepateúeta( t l t010UtoV' rrpOKatCtaKeuácrae; on Mo ¡oíooe; nOlDUe; 8rrt tlíe;
Ta~ o"Úv OUVá¡.tEt~ toov acrro).látrov ).l€ta- cuhile; oucrÍae; aJ.l~xavov auat~vQl, f.Pllaív· "scrtoo OeropÍa<; eVEKCt lOV IlÉV
ptpácravte; ei~ ta crro).lata ouó€)J.íav EKEívou; KataÁEÍ1tOu- tlva oÁÓKAllpov, rav oE xoople; €lTlVOEloOCtl tOÓ hipou lTooó<;, KaA.eicrOm
atv. "On OS KCtI rO. crro).lCtta acrro)J.átOl~ ÓUVá~IEcrt óúva- 5E: tOV )J.ev óAóKÁllPOV .6.írova, tOVOE: (heA~ eérova, KU1telrO cllTot é).l-
a
tOl 6úvatat, EK nov()e ()~AOV. 'O~tOAoy~aoual yo.p ETepov vea80l ó.{rovoe; tOV €lepOV toiv ltOOOlV. ~l1tOU~ltvou o~, 1t6-cepoc; sepOaptett,
5 1roLóTT]ta Kal1tocrÓtllta etVCtl, Ka'¡ 1téiv croo¡.tCt 1tocrov dvat, 10 tOV eérova epácncElV oiKelÓtepov eIvett". toGtO oe 1tapaoo~oAoyoDvro~ )J.ñUóv
Ka! ETI OU 1téiv aó}¡.ta 1tOlOV etva t, óSCi1t€p l~V iSAllv. EcrtLV ~ aAll0eÚOVtO<;. rroo~ yap 6 ¡...tE:V ouoev aKprotll PlacrOElc; pépoe;, 6
Tauta ó& O¡.tOAoyouvn:<; lllV rrol6tllta O)J.oAoYlíaouO"lv Sle- 8Éoov, av~p7racrtQ\, 6 o' an:oKo1tde; tOV 1tóoa LlÍrov oux10lÉepOaptCtl;
pov oucrCtV 1toaou lh€pov cr<Íl)J.CttO~ dvCtt. n ~ yo.p )J.~ oeóvtroc; 'Pllcrív' avaÓeÓpá).ll1KE yap ó ¿Kt~1l10dC; tOV 1t68a ó{rov Exl
, ouaa
1toaov "' aW)J.a - "EcrtCtl, El1t€P
" ~
1tav crro).lQ ltoo6v; Ka! ¡.t~v, t~V ateA1) 10Ü 8Érovoc; oucríav, Kal óúo ió(ro~ 1tOta 1t€pl tO aúro U1tOKeÍ-
10 OltEp Kalavro 1tOU EAiYEtO, €i 1téiv aooJ1a ).lepl~6J1evov 15 IlINOV ou 5úVaVtal dvat. 'Totyapofiv tOV ~l€v .6.Íoova IlÉVE1V avaYKaiov, lOV
Ka! OyKO~ ltéi~ tÍq>atpe"ltat 01t€P ~v, Kep¡...tatl~o¡...tÉVOu ()6 'TOU oe escova OIEc.pOápOal.
crÓJ).latO~ ¿<p' éKácrtC9 ¡...tépel li aUt~ OAllltOl6tl1~ )J.Ével, tU o' OUX t'l7r' aMffiv aAAcl tOle; aunov mepoie;
otov YAUlCÚtll~ ~ toD ).lÉÁlro~ ouMv EAatTOV yAuKÚrl1~ Ecrtlv MICTKóf.leVa
~ ¿ep' ÉKáat(9, OUK av EI1l aoo).la ~ yAUKÚTlK fO~IOÍro<; epTlcrlv Ó lpaylKóc;' a1to).la~á).levo<; yáp "Tle; tOV tÚ1tOV tOÜ AÓyou Kal
15 Kal aí aMa\. "E1telta, el cr<Íl)J.ara ~aav ai 6uvá).let~, 20 iq>aPIl6crae; tC9 1tavrl Kóa~lC9 óeí~El oQ(pémata KCtl au-n)v epOelpO~lévl1v
avaYKaiov 11v ta<; ).lEV iaxupo.C; t&v 6uvá)J.erov ¡.tcyóJ..ou~ t~V 1tpÓVOlav. crKórrEl o' ¡}¡OE' urroKEÍcrOro ro J.lEv wcravetó.írov 6 Kóa~lo~
oyKau~, ta~ 6s oAlYov opéiv OUVCt~IÉva<; OYKOUC; ).lIKpOU<; - t '),,>lO, yáp - • tO oe wcravel El/rov ~ "0" K6crflOU 'lNX~, ol6n "0"
efva\. Ei &e ¡.. t eyáArov ).lEV OYKWV ).lIKpaí, OA(YOl OE: Kal OAOU t O ).lepOe; EAa"ttOV, Kal aepatpEÍaO co,l6orrep arro rou ó.írovoe; o rroúc;,
)J.1KpÓtatOl toov OyKrov J.leyícrtae; E;(aum lae; 5uvá).lele; liJJ...ro oüt me; Ka! a1to rou K6ollOU ocrov aútou crool-wloEIÓée;. OUKOUV aváYKll
20 nvl ~ lleyÉSet tO 1totctV avaSerÉav' a).l&yéOelapa. To' 06 . 25 >J:yEIV Otl 6 1l!N KOOlloc; OUK lepOaptat ó tO uoo)J.tl (l<pCtlpeOete;, óScr1tep 0-008
ÜAI1VIlE:V t~V aun)v dvat cr&~la, roe; epamv, oocrav, ouxepopa Ó a1toKo1tele; tOV J[óoa óírov. &U' ~ tOU KÓcr).lOU ljIUX1í, roorrep 8Érov Ó
OE: 1tOIEiv 1tOIÓll1tae; 1tpoaAapoDcrav, 1tooe; ou O~AOV 1tOIEl Illloev 1taOoov. Ó 1lE:v yap Kóa)J.~ ¿1t' ¿Aáttova oucríav ávéopO)J.EV, a<pCtl-
ta. rrpoayevó¡...teva Aóyoue; aÚAou~ Kal acroo~UlrOUe; dvat; pE8évroe; aut0 tOÜ crco~larO€l50ü<;, Ecp8ápll o' 1i 'llUxrl 51a 10 J.lll óóvacr8Ctl
M~, ótón 1rVSÚ¡.UltOe; ~ alllarOe; arrocr'Távtoov cmoOvócrKEl Búa i8iooe; 1t0l01 eIval1tep\ tO aUla tl1tOKeÍJ.leVOV. ~Kescr¡...tOV óe tO Af;yE1V
25 ta ~0Ct, ÁEyÓVtoov. OU yap elJ"T tv áveu toÚlooV dvat, 30 <p8elpecr8at "T~V 1tpÓvOICtV' aepOáprou ó€ urrapxoÚ011e;, aváy"'l K(tI tOV KóatJov
ouó' aVEu 1tO)...AÓ)V líJ.J...rov, 6>v OU56V av ~ 'VUX~ eí'l1. Kal aq>8aptov etval.
J.l~v oüte 1rVEu~la Ola lTávtrov oü-ce at)J.a, 'VUx~ ot. 5 ¡Mene; lImO. Cumon! : ióíroc; lIOlol van Amim : ioímc; 1tOlOUe; Long-Sedley : €iOOlTOlOO!; codd. 12
~ 7IOIOV Vigier: 7IOOOV Eusebius 8 oucrav ONDQP: dvCL\ TJMV 14 ~l om. D 18 oy¡cwv TJMV: trov 6.VTÍp1taO"tQl] 1t<p9aprat coni. Mangey : 1tEmípOltal Wendland / ólÉ<pOapral M : EcpOaptCll codd. UHP
OyKcov ~NDQ: 22 7IpocrA~poiicrllv TJ : 7IpocrpaAouoav ONDQP : 7IpoO"/.aJ.lPávoVaClv MV 23 ¿úAOVe; 13 eKt).rr¡OEU; MU : oU r~¡T]Ocl~ codd. HP : OUKt¡.LT¡Otle; Cumont J4 [Meoe; 7IOUl Cumon l : iMOle; nOIO!
van Amlm : ClUtoU~ EuseblUs 24 )J.~ olón ONDQPTJ : )..I~ 8~ on MV : )..11"10' on Stephanus van Amim, Long-Sedley : Eioo7IOlOl\ eodd. / lIEpl codd. MU t rrl eodd . HP 14-15 to autO
ulIoKEÍIlEVov Bemays : toU auto;) U7IOKEtp1vOI) codd. 15 Oúvat' codd . HP : 8úVavto.l M, von Amim,
6 wmrEp nlv ü)..1"]V PI~tino tra la de mostrar una inconsistencia en los cstoicos al señalar el hecho de que Long-Scdley 16 óu:<p9úpOal M : é<pOápOal codd. UH P 29 tóí<o<; ltOlo. Cumont, Wendland
éstos h,ablan de la. matena como de un cuerpo sin cualidad. Sin embargo, hasta donde puede reconstruirse
la te?n~, los .estOlcos no hablaban de la materia como de un cuerpo sin cualidad, sino como de una sus- Filón está discutiendo las consecuencias que se seguirían si fuera posible que se destruyera la tierra yel
tanCia mc~allficada. (cf. DL 7. 134 "" SVF 2.300 y nuestro capítulo 14, 14.1). Un cuerpo ya es un ';i ndivi- universo, ya propósi to de esa posibilidad menciona a "los que introducen las conflagraciones y regenera-
duo peculiarmente cualificado" (cf. inj¡'a 3.6, donde se establece con claridad la diferencia entre individuo ciones del mundo" (los estoicos).
68 Capítulo 3 Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 69

2-3 \jIUX~ 8' tcrrl TOí.) K6cr¡..tou Para la noción platónica de "alma del mundo" --que los estoicos, como 35 al.crO~crEl ¡..tr¡oa¡.wu nupéxov ulflacr9m. [ ... ]
Filón, retoman: Plutarco, SR 1052C (SVF 2.604)- eL Tim. 348-36 0 (con los comentarios de Lisi 1997) y taú"tr¡v oe l~V €V ~).ltV ÉtEp6tr¡ta Kat <ola>tí'Opav
nuestro texto 18.12. Para los estoicos el alma del mundo es una forma del1rVl:.oJ¡..tCl, que todo lo penetra. En ouod<; OtElAEV ouoe olÉcrtllcrcv, OÚo' ~¡..tEi<; ~crOÓ).lEOa ottta!
un sentido macrocósmico consideraron a dios como hálito que se difunde por todas las cosas que, al yEyOVÓtE-; Kal t<$ )leV OE! péOVtE~ jlÉpEt t<$ o' alto yEvé-
mismo tiempo, garantiza la unidad del mundo. Como Platón, los estoicos también sostuvieron que el crEOO~ axpt t Et...eutijr; 01 autO! olajlÉvOvtE<;. cmAoúcrtEPOV oe
mundo es un ser vivo dotado de inteligencia (Platón, Tim. 3087-8; DL 7.142), de modo que también
debía tener alma. 40 lt010U).lal tOV A6yov· erret técrcrapá yE nOlouCJtv únoKd).lEVa
1tEpt EKamov, jlaUoV oe tÉoaap' EKaO"TOV ~).lrov· apKEt
4 f.v 1"01<; nEpl U1j~aVO)lÉvou Se refiere al libro de Crisipo en el que éste discutía el "argumento crecien-
te", una expresión probablemente forjada por los académicos del siglo III a.e. (cf. Plutarco, CN 1059B ss. ce Ka! ta Búo 1tpo<; t~V ot01tíav, e'( yE tOU ).lEV IlsvOÉooe;
y 4.4. Véase también Sedley ¡ 982: 272, n.17). OKoúOVtE<; EV -rD tpaYC98íg Aéyovto~ ro~ "Búo).lEY ~A{OUe;
20-21 ecpapv6oll<; t01Iilvtl K60IlÜ) ... cp8EIPOIl€VIlV nlV ltp6volllv Los estoicos habrían podido responder 8e
óp*, 6m", e~~a,'·, OUX ópav
a esta objeción: la providencia no puede ser destruida porque durante la conflagración Zeus y la 45 autov aAAa napopav AÉyO).lEV, EK"tpE1tÓ¡.tEVOV Kalnapa-
providencia ocupan el mismo éter, pues dios es co-extensivo con el fuego (cf. Plutarco CN 1077C-E). KlvOUVta tOte; /...Oylcr).l01<; · tOútOu~ o' ou ).líav nÓAlv, aA/...a
Claro que esta explicación genera la dificultad siguiente: si dios y el filego son co-extensivos, parece que
TCÚVtae; avOpwrrou~ Kat ~0a KalBtvopa neÍvta Ka! OKEúr¡
si es posible que dos cosas peculiarmente cualificadas se den o existan en el mismo sustrato.
Kat opyava Kal l).látlCt ottta Ka!Oltí'uij nOE).lévoue; OU
3.5 Plutarco. eN I083A-I084A (SVF 2.762; LS 28A) XUípEtv em)lEV, ÓJ~ ltapaVOE1V ~).léi~ ).IaMOV ~ vodv avayKeÍ-
napir¡)lt OE: 1tOMa~ ato1tia~ mJt&v tmv 1tapa tllV 50 Sovw,;
evvolav ¿<pamÓ).lEVo~. Ó toivuv 1tEpt aU~lícrEOO~ AÓyO~ EcrÚ 'Evtau8a ).lEV o-ov '(aoo<; autoi~ cruyyvOOO"1a TCAáttouO"lv
~lEY apXa10~· ~pó)tr¡tat yeip, éó~ <pr¡crt Xpúcr\7[ltO~, Ult' Étépa-; <púcrEte; Ú1tOKE1).lÉvroV· aUq yap ouoE)lía <palvE-
'EmXeip).lou · trovo' ev 'AKaOI1).lEÍQ oio).lÉvoov ).l~ rrávu tal ).lr¡xav~ <ptAott)lou).lévOt<; crroaUl Ka18ta<puAeÍ~at ta~
5 pq.OlOV ).Iqo' aÚtÓüEV EtOl).lOV dvm t~V orroplav, nOMa au~~crEt<;·
Kat"tl"tléicrOm <OOtOl Ka\.> KCttE~ÓllOav ro~ ta~ rrpOA~IfIEt~ ovmpoúv- 4 B~ 'AKaOTlllelar; Bemardakis : BV 'AKlloIlIlEÍ~ Chemiss 6 <onTOt Ka\.> add. Pohlenz 7 post 1tllpa la<;
tOOV Kalnapa tae; €vvoía~ <qJ\AOcrO<pOÚVtoov· aÓtolo' ou ).lóvov OUOE: "ta~ evvoía~> Ewoíll<; lacuna : <qHAoao¡poúvrrov Ilutol O' ou ¡.t6vov OUOe tar; ¿woíll<;> add. Rasmus, Bemardakis 14
<pUAeittOUCJtV, elMeJ. Ka! t~V <Kal &.cp600t<;> add. van Herwerden 17 O€. B : [OE] del. Bemardakis 19 EKPtpál;ou<J1 Wyttenbach :
a'lcrOr¡mv npocrOtacrtpbpouCJiv. Ó ~l€V yap Aóyoe; Cl7rAou:;; Écrn EKPU)l;ouot codd. 22 EvaPYEía<; Leonicus : Ev€pyEÍIlr; codd. 24 ol.'ovrl1t, toi<; IlEv Pohlenz : OiÓ).IZVO l
10 Ka! ta A~~l).lata cruyXOOPOUCJiV 00"t0L" tae; EV ).IÉPEt rrácrae; codd. 27 post KilI t6ltov laclU1a : <tOV aUTov OflCOr; OE omAa Kllí1t8P> add. Chemiss 30 <1tOIÓtll<;>
add. \Vyttenbach : il:iíro<; 1toI6<; add. Sedley 36 <olct>¡popav add. Wyttenbach 37 ouo' Bernardakis,
oúcríae; pEtV Kat <pÉpEcrOm, ta ).lEY eS aútWv ).lEOlEÍcrae; ta
Long-Sedley : oün: codd. : oÚoE Chemiss 41 TtT""rIlpll codd. : t¿aO"llpll Chemi ss, Long-Scdley SI
8É noOEV EmÓVta rrpocroEXO).lÉvae;· ofe; OE rrpócrEtcrt Kat cruyyvCOO"tll codd. E : O"Úyyvcocrta codd. B : cruyyvrocrt€OV Wyttenbach
arrEtOW elptO).wTe; ~ nA~OEcrt, "tUina ).l~ Ota)lÉvelv elU'
EtEpa yívEcrOat, taT<; Eip1wÉvme; 1tpocrÓOOt~ <Ka! atí'Ó80l~> 2-4 6 toivuv 1t€PIIlUs~oEror; AÓYO<; ... ~pÓrrl1TIll yáp, roe; tpl"]O"\ XpÚOI1t1tOr;, U1t' 'EltIXáp~(Qu Plutarco se
refiere a la obra de Crisipo (citada por Filón en 3.4). Véase Epicamlo B 2 (DK); para una examen del
15 e~a)J..ay~v tij<; oúcrtae; Aa).l~avoúcrr¡~· au~~crEH; BE Ka. ¡pOí- fragmento de Epicatmo cf. Bowin 2°93: 244-246.
crElr; 0-6 Kata o(Kr¡v ÚTCO cruvqOda<; EKVEvllcijcrOm ta<; ).lEta- 10 Tel A~flllCt11l cruyXCOpODOlVontol Se refiere, claramente, a los estoicos.
POAClr; taúta~ AÉyEcrOal, YEVÉcrEt~ [&f:] Kal <peopa<; ).laUOV 21 TOÚtCOV AEYO~LÉVrov Kllt nOEIlÉvrov Los que dicen y establecen esto son los académicos.
s
m'na<; OVO).lá Ecr9m npoaijKov, on tOU KaOEO"troto~ de; 22 OUtOl KUl KIlV6vc<; lroV BWOlrov La referencia es claramente irónica. Lo que Plutarco parece estar
EtEPOV EKPlpá~oum· tO o' aÜ~Ecr8m Ka! to ).lEtoucr9m sugiriendo es que los estoicos, que ponen a las concepciones comunes como criterios de verdad, van en
20 rráBq crwjlató~ EmtV ÚrrOKEI).lÉVOU KCtt ota).lévovto~. OÜtro contra de tales concepciones. No es seguro que los estoicos hayan pensado en las concepciones comunes
8É 1too~ tOÚtooV AEyO).lÉVOOV Ka! nOc).lÉvooV, tí &~toUo"\V oi (KO!VIlI €Wotal) como criterios de verdad (cf., sin embargo, Alejandro de Afrodisia, Mixt. 217, 3 = SVF
np60tKOl tij<; Evapyda~ 0-0101 I(a! KaVÓVE~ "trov evvOlroV; 2.473, donde Alejandro atribuye a Crisipo la tesis de que las concepciones comunes son cri terios de
verdad). El criterio de verdad estándar, sin embargo, es más bien la "presentación cognitiva"
EKamov ~).lrov O(OU).lOV dval Ka!OI<pU~ Kal OlttÓV - OUX
(KIl"tIlAIl1ttt..al¡puvwO"Ía; cf. nuestro capítulo 7 y Todd 1976:1 89-190). Es probable que tanto Plutarco
éócr1tEp oí TCOllltat tOVe; MoA.tovíoa~ olovtat, toT~ ).lEV ~vú)- como Alejandro (cf. Mixt. 220,25; 227, 19) estén asimilando las concepciones comunes como criterios de
25 ).lÉvou<; ).lÉpEcr t tOt<; o' a1tOKplvO¡..tévou~, o:Ua Búo crwjlCt"ta verdad a las preconcepciones (1tPOA~'Vct<;), que sí figuran como candidatos posibles a ser critenos de
tautov €XOVta xpro).la, taUtOV oe crxiilla, taUtov oE pápo~ verdad (cf. capítulo 7, texto 7.4).
Kat tÓTCOV <*> Ú1tO ).lr¡OEVO~ CtV8pWTCOOV Opm).lEVa ltpÓtEPOV· 24 tou<; MoJ.tovíoa<; Gemelos legendarios (ef. Plutarco, Sobre el amor fraterno 478c; Eliano, Varia
aU' O-otOl ).l6VOI doov l~V cruV9Ecrtv taÚT11V Ka!OmA6r¡v historia 4.5,23; Suda, O 779, ed. Adler).
KUt &~Ití'lPO)~íuv, ro~ Búo ~jl&v EKacrtÓ~ Eanv ÚltOKE1).lEva, 30 La conjetura de Sedley ioíco<; Jtot6r; (que hemos adoptado) ya había sido adelantada por Chemiss (cf.
30 oe
tO).lEY oucría t O <¡8íoo~ 1tOlÓe; >. KCt!10 ).leV CtEl PE1 Kat <pé-
1976 , 850, n.b).
41 )l(vJ..ov SE lÉocrap' €Kllcrl0V ~fl&V Se refiere a los cuatro géneros del ser o categorías estoicas: sus-
pEtat, )llíl' aú~ó~EvOV jl~"tE ¡.unOÚ).lEVOV, ¡.t~9' OAro~ oIóv
trato, cualificado, dispuesto, dispuesto respecto de algo (d. 3.1).
ecrn btaJ.lévov, tO oe OlCt,. H~:VEt Ka! aU~cÍVEtat KCtl flEtoU1Ul ,
43-44 Cúo ... e~PIlr; Eurípides, Bacantes 918-919.
Kal TCcÍVta 1tcÍcrXcl tavavtía 9CttÉpQ?, cru¡.tnEtí'UKOe; Kat
cruvt]p¡.tocr).lévov Ka! cruYKEXU¡.tévov KCtt "tij-; Ot(t(popa~ tl}
70 Capínllo 3 Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 71

3.6 E,tobeo, Ec!. 1 177,21-179,17 (LS 28D; FDS 844; Frag. 96, EK) ¿AéyoPI;:V corro Meincke 22 EtVCtt t€ codd. : p~ atvat COnT. Diels 23 5 del. Heeren 25 .~v oDoíav FP:
t~e; ouoíue; codo Vat. 261:Ó11!"fJ P : .Ó11WV 29 MVTÍoupxo~ p : Mv~otap1"O~ Fp 34 tO M KaL F: ,60E Kal
2 1
IIoaEloOJvíou. ITOCl'EI0roVto¡; bE cpOOP(lc; Kal yEVÉ- <.0> Usener
aE:l~ r¿napar; Etval <pTplV EK rwv ov'twv tlr; -dt oV'W. ylVO-
)lÉvOl;. T~v ~l€V yap EK trov OUK ovrrov Kal t~V de.; <tU> OUK
1-10 TIOOElOOlvtOU .... WU~ ¿11i.Ti:; oDoía:; ytvOI.UNOU:; Posidonio, Frag. 96 (ed. EK). En la línea 4 con-
servamos la lectura ¿11€yvrooav (que es la que dan los codd.) pues el texto puede leerse naturalmente sin
ovw, KaOánEp eYlrO~H;V 1tpÓcrOEV, EnÉyvwoav avúnapK'tOv tener que recurrir a enmiendas. Como señala Kidd (1988: 387), los plurales en los codd. a veces son un
5 ouanv. TOOv 6' d;; <rel> ovw ylVO!lÉveov )lETUPOAroV 't"~v fl€V poco inciertos. Puede ser un modo general de hacer referencia a una tesis generalmente aceptada.
se
dvat Ka-¡:a OlC:dpWlv, t~V Km' clAAOícoo"lV, t~V OE KCm:l 14-15 tlÍOlVO¡; Ka! eÉú)vo~, ... ytv€o9m Se refiere al "argumento creciente" (para el cual cf. supra 3.4).
OÚYXUCHV, TY¡V 8' ¿~ aMov, 4yo)lÉvT]V 88 Km' aVáAUO"lV. 29 <pr¡OlV 6 Mv~oapxo:; Mnesarco, estoico del siglo II a.c., discípulo de los estoicos Panecio y
Toú''[(ov se 111'.1 Ka'!' UAAolroow 7tEpl tY¡v ouatav yívecrOat, Diógenes de Babilonia (cf. Estobeo, Ecl. 1.20, 179, 6-8, Cicerón, de Oratore 1.45= Testimonio 9, ed.
"taS 8' aMas tPEíS 1tEpl tOue.; nOluoe.; AryO)l€VOUr; TOUr; Alesse, y Alesse 1994: 203-204).
10 8.nl tlis aualas ylVO).lÉVOur;. 'AKOAOÚOroS OE TOÚrOtl; Kal 3.7 Simplicio, in cal. 48, 11 -26 (LS 28E; FDS 834)
-rete.; YEvÉaElr; <JU)lPaívEIV. TY¡v yap oualav oih' aÜ~EOeat WVrllV O~ T~V a7toptav ).úwv ó IIopcpúptOe; "OlH6v,
oih€ )lElOucrOm KUTO: np600E<JlV ~ acpaípEow, aMO: )l6vov cpT]aiv, Ecrdv 10 u1tOKsíIJEVOV, ov ).l6vov Kara rou~ ano tij~ LlOU:;, a)..)i}.
clAAOtoGoOm, Ku8ó'1tEp €Ir' aptO¡..toov KCt1IlÉtproV. Kat ou)lPaí-
Kal KU1"a. TOU~ 1tpf:apU1:Épous' ~ TE ya.p a110tO~ tAT], flv ouvá¡..tst KUASl o
VEIV Enl trov toíror; 1totroV, otov 6,trovo:; KaI8Érovo:;,
'Apta'wtÉ).T]~, rrproróv ÉattV tOU úrrOKEt¡.lÉ.vou OT]¡..talV6J..I.GVov, KalosúTspov,
15 Kal aU~~OSlr; Kal ¡..tStCÓOStS y{vEo8at. I1tO Kal napa¡..tÉvEtV
r~v fxácf!oU lwlólllra [ra} ano r~<; yEVÉcrSro<; !lÉXPL rfi<; aVal-
5 o o
KOLvror; 1tOLOV ~ ioíOJ~ úcpiaw1ar Ú110KEÍ¡.tEVOV ya.p KaL xaJ,.K6~ EcrllV
Kal Ó LCOKpárT]e; tOle; €1tlylVO¡.tÉvot~ ~ Ka"l"T]yopou¡.lÉ.Vot~ Kat' aUlrov. nOMa.
pÉcrsro<;, <ro<;> €nl TroV avaípscrtv bnosxo¡..tÉvrov ~c9rov Kal
oúv, IPT]cr1V, rrov eyylVO¡..lÉvrov roe; ¡..tEY npot; 1:0 nprorov Ú1tOKEÍ).lSVOV ev Ú1tOKSL-
<puré/N Kal rrov roúrOl<; l!ap01rAllaírov. 'En'¡ oE rrov {Otro<;
).lÉv(fl €arív, otov néiv XP&¡..la Kal.rráv axT1IJa Kalnáaa rrOlÓrT]~ EV únoKsl-
1tOlroV <paen Mo slvat rO. OEKrtKa ¡..tópta, ro J..I.Év n Kara
pÉVl1 ecrrlv TU 7tPCÓ"l"l1 ÜAU, oux Wt; IlÉpT] aUTf¡~ oV'ta Kal. aOúvma xOJpl.~
20 r11V r~:; nimia:; lnt6crTClcrLV, ro 8É <n > Kara r~v rou 1tOtOD. 10 uVlijr; etvar €1t1 oE lOU oEurÉpOU ÚnOKE1)..lÉvOU ou nuv xproIJa ouoE nácru
Touro yáp, ro:; nOMáKl:; €AéYO!lEV, T~V aÜ~llO"tv Kal n)v
1tOlÓ111~ f:v únOKSt¡..tÉv(fl, o.M' 01S ¡..t~ GU).lnJ,.r¡pOJllKaí dcrl "ril~ ouaía:;. 1:0
!lsíroO"tv Emoéxecr8m' IJ~ dvm oE rautov tó rE ltotOV
youv A.suKOV €1t1 IJEV 10U €piou ev Ú1tOKEtIJBVCfl, 8nl OE. "t~S xt6voe; OUK €V
10íros Kal r~v oualav [o} €~ ~:; e(J"n lOUtO, ¡..t~ IJSvtOt yE
ÚrrOKE1).lÉvCfl, o.AAa GU).lnAr¡poí: t~V ouaíav ro:; ).lépor;, Kal únoKsi¡..tf:Vov ).luUÓV
!-.l.llO' JhEpOV, aMa ~L6vov ou raurov Ota 10 Kal I1-Épo<;
Ea"ttv KaTa r~v oucríav. Ó¡..lo{co~ oE Kal ~ ElSp).l61'1~ T~~ IJEY lOU 1tUpO~
25 slvat Tf¡r; ouaía<; Kal1"ov aU1"ov 81tÉXEtV Tónov, Ta o' ihEpa
15 ouaía~ ).lÉpO¡; Ea'dv, EV únOKEt¡.tév(fl BE y(vErat t(9 crtolÍPep, Énf:18~ Kal. ylvsTUl
nvrov Asy6¡..tsva OElV Kal T6nQ? KExropícr8m Kal 11-110' IN
J..I.ÉpSl 8Ewpe"lcrElm.
ev
Kal. anoyívErat 1(9 crtolÍPO? aVE'U tijr; 10D crto~pOl) cr8opéiS·
To oE ¡..t~ dvm rauto TÓ 1S Kma 10 toíro<; 1totOV Kal 1 o~ A 3 Kal JA : om. celeri codd. 8-9 U110K€lPtvW Kv et Anon. Pamphr. 6, 23 Hayduck 9 aoúvatov
10 KU"ta 1~V ouaíav, O~AOV dvaí <P11GlV Ó Mv~aapxo:;' A 11 on: Bmndis : o.av Kalbf1eisch / O"U¡l1!A'lPWttKa A.
30 avayKalov yap lOl<; aUlOÍ<; -raUTlI GU).lpSPllKÉvm. Ei yáp 3-4 ~ 'E yap alrotOS ÜAT) ... 'Aptotot€Ar¡¡; Aristóteles nunca usa el adjetivo a1toto~ para calificar a la
1t<; 1tAáaa:; l1t1tOV, A6you Xáptv, ouveAáoS1SV, Ihrsna KÚva materia; probablemente, Simplicio está pensando en GC 329a34, donde Aristóteles habla del sustrato
nOt~OEtEV, EUAÓYro<; av ~).lá<; to6vrOl; sinsív, Ort 10UT' OUK como del "cuerpo perceptible en potencia". Para la idea de que la materia prima no tiene contrario por ser
~v náAat, vUv o' Itcrnv' roae' €1SPOV dvm tO 8nl10U l!OlOU
incualificada cf. Alejandro, in metaph. 717, 34. Para la tesis de que la materia incualificada es el principio
pasivo véase capítulo 14 (texto 14.1).
AEyÓIJSVOV tÓOS Kal <10> Énl. rf¡:; ouoía:;. KaElóAou VO)..lí~SlV
35 raur; auraus ~IJá:; stvUl raís ouota t:; cmíOavov dVUl <paí- 3.8 Simplicio, in cal.212, 12, 213, 1 (SVF 2.390; LS 28N)
VErar l!oMáKt<; yap GU¡.tpaívEl r~v )..lEv ouaiav lmápxstv 1tpO Tillv oE L1COlKillv "ttvs~ rplXro<; TO notov a<popt~Ó).lSVOt la IJEV Mo
Tlis yEvÉaEroe;, si tÚXOL, l~S LooKpárous, 10V oE LCOKpárT]v crr¡palV6¡..l8Va EnlrrUov T~t; nOlóT'1TOS UYOUOtV,.o OE. 6v ~"tot TOU évo~
IJT]oÉ7tW únápXElV, Ka!. ).lEra t~V roú LroKpálOUC; avaípeO"tv IJépoe; GUvanapTi~slV aVTU IPa<J1.v. Urovcrtv yap nOlOv KaS' EV ¡..tE.V crr¡¡..lat-
únollÉVStV !lEY T~V oucríav, aU1"ov oE ).ll1KÉr' EtvUI. VÓ).lSVOV l!áv 10 KUTa otacpopcrv, S'{1S KtVOÚ).lSVOV €'{ll f:'{n: {crxÓ)..l€Vov Ka! ErrE
I oc <p90pas codd. : <peopas codd.: Ó <p90PE,):; codd. 2 ante ovrrov add. OOK codd. F17 P 17 4 ante ona o
5 oucravaAúrroe; El"l"E €uava/cúrOJ~ Exsl' KaTo. Touro oE ou ¡..tóvov IPpÓVl¡.tOr; Kal. o
add .•u Diels, Theiler, Hülser, Long-Sedley : om. Wachsmuth, Edelstein-Kidd / ¿néyvú)oav codd., m)~ rrp01EÍvrov, aUa KUI. olpÉXroV rrolOí. KaS' €"tSpov óE KaS' oOUKÉll1:aS
Long-Sedley : cméyvOloav Diels, Kidd, Hülser : (l:Jréyvrool;:v €lO; Heeren : a11toOlcrav codd. : arr€yvw KtV~crEte; nsptsAá¡..lpavov, aAAo. IJ6vov la:; axéaEl~, oo~ Kul Wpi~OVTO TO lax6-
cb~ av Usener, Edelstein-Kidd, Theiler 5 to. Hülser, Long-Sedley 7 OE Ot' OAWV Meineke / AE)'O¡lINCOV
codd. F17 P17 11 ot. codd., Hülser. Long-Sedley : yap Heeren, Diels , Wachsmuth 12 11p69€O"tv codd ..
o o
¡..lsvov Ka10. ota<popáv, otór.; 8a1lV G'p6vq..l.o~ Kal npop€pAT]!lévor;. rpÍtov oE
skrí;yov SiOtKCÓ1arov nOlOV KaS' Oll OUKÉ1llOU~ ).l~ E¡.t¡.t6vros icrxo)..lÉvou~
1!p6cr8€crtv corro Heeren, Hülser, Long-Sedley 13-14 flÚProV [Kul] O"Uf.l¡3aívElv. ¿111M Heeren, Diels,
Wachsmutb : 1m' apt8poov KIlt f.l8-rpwv. KUl O"Up¡3uíV€tv Hülser, Long-Sedley 14 ¡Mm.; codd . . iOíro:; o
10 1tcpt€Aá¡..lpavov ovoSE ~crav rro1Ol. Ka" aurous nu~ npo.dvwv Kal npopspA.T]- o
corro Heeren 16 1:a del. Heeren: .u Hillser, Long-Sedley 17 cO~ add. Heeren 19 rpUOl codd., Diels : ¡.tÉVOS· Kal WÚ1WV OE 1WV E)..l¡.t6vcoe; tcrXO)..lÉvrov KUla OLaIPOpa.v 01 IJiv o.7tr¡p-
<¡l'l(l"t Heeren , Wachsmuth I OEKttKa Ilópta] ÉK"ttKa opta Theiler: OElC"ttKa IlÓpta Hülser, Long-Sedley 1lO"").lBVW:; KUTa T~V EKIPOpaV aV1"&v Kal r~v ÉnívOláv sial ro\OÜtOl, oí oE
20 tl add. Heeren 20-21 nOl'lwo 1:0 yap codd . : tOO 110IOD. TODw y6p corr. Canter / AtyO)lEV codd . . OUK a1tllPllcr)..l.ÉVWe;, Kal romoue; J..I.Ev napUlOúvro, rou~ oE anaprí1;ovta~ Kal
72 Capítulo 3 Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 73

e~J..I6vou~ OVta~ KCttCt 01U1.pOpaV J[OlO'l)~ eríBEVrO. u1retptí1;E1V Be Ka!cl t~V aM~Aa~ evcoalv Ecrnv nOt6"tll~ ~ E~tr;. si 8e 7tOtOU OVtO~ OUK eOtlV nOlórr¡~.
15 EKqlOpaV eA.erav toU~'ñ ltol6tl1Tl cruvE~tcroUI. uivoU(;, ch~ rav ypaJ..l~lanKOv Kal 15 ou auvanapríl:;El taÚ"ra UU~AOl~, qlaisv av, oMe ouvatóv scrnv 81u 'tOU
"{av rppÓVIJ..IOV· oihe yap 1tAGOVál;;El OÜt€ EAAEtrrel taÚtrov eKátepor; napa 1"~V nOloú -r~v nOlÓTT]ra U1toóí8ocreal. 1tpO~ 0& taiha ouvatov ).If;v A.iyElV ÓJ~
1toIÓt'lta' Oj.lo{oos úE Ka. Ó c.píAo\jlOr; Kal Ó cpíAOtV~. oi )JÉvTOI llEta n;s uomJla"tov Bv tO d80~ EV Ka! ro auto olatetVSl €nlrroJJ..oi~, rr(lVraxoú ro
evepyeíar; lOtOÜtOl, óScmep ó (}\voq>6.yOt; Kal Ó oivóc.pAu~, €xovn:C; J.lép'l TOlaiha autO únápxov OAOV' d 8& roiho, E<Tral KalnOlóTll<; J.tla 8l~Koucra 8u1 r&v
O!' cbv arroAoúouOW OÜtrot; AÉ'yOVtat. OH:' Kal d J.l€v tIc; 6\j1oepáyoc;, Kal otEotr¡K6nov Kal auvomol1€v(¡)v 1tOlroV. d I1MOI ta"Útllv ll~ -r~v únó-
20 q>iÁo\Vor; návtroS' ei M c.píAO'l'Or;, 00 1tÓV!ror; olVoep6.yoS' EJtlAtl1tÓvrrov yap 20 8ScrlV ror; &rre~evroI1ÉVT]v rfl~ r1:(OIl(fj~ alpÉoero~ Il~ rrpoaOéxolTo, ecrnv
1:&V ¡..tepwv Ot' CÍlv o'l'oc.paYEl riir; )lEY ()\vocpayíar; O:1tO).iÁUTUl, r~v Se cpíJ..OIVOV lcrxuP&~ urrol1áxeaOat, ror; oiSn: Katáta~l~ oiSte crx.é.m~ oiSTe €rrtKTllTOr; aW-
e~lv OÓI( aVlípl1KEv. t ptXOOr; oov TOl) 1[0100 Aeyo J.lévou ~ 7tOlónl<; KCtta ro 8eO"l~ OÜTE ü)J..r¡ lU; totaÚrll O"Uf.1l!AOKT¡ 1tapáyel nva 1totOD ÚnÓ<TrucrlV.
n:AwwlOV 1tOlOV cruvcmaptíset npor; 1"0 7totÓV. 010 Ka, otav ópí~ú)vral nlV OIlOlOV yáp BorlV roúnp tO €K TDÚ )..l.~ ovrce; ta oVl"a rrapáyea9al Ka! EK
itQtótllttl axécnv nOtoü, oihror; o,KouatÉ,ov 'tou opou chC; roG rpÍtou 7rDtoU tOÚ ).l~ ~éi.rvro~ Ta l:;óJvm. OAro~ yap 1tproTOUpyÓV n XP~).Ia EV €Káot(fl
25 napaAa).lpaVO).lÉvotJ" ~IOVOXroC; ).lEY yup ~ 1totÓTllC; ÁÉyE'tal Kor' aurouc; rouc; 25 BO""ttV ~ Ouota Ka! OUX ÜOTepOV BnlylVÓ).I.eVOV IDJ..Otr;· ou8E tO notOV oÚV
LnolKoú~, rpLX&~ 8e ó 1tOtó~. aAA' el EV r0 1 UÉXe08at 1; 1totórll~ cruv- oü"tCO~ ún60lamv E~El. el yáp BOtlV clJlÉptOLOV stooc; Ka! ~VCO).l¿VOV, tv toír;
uq>loroTat Ka! BV t4> ~leTÉX€¡V -ro 1tOtÓV, €V! 8e Kal r0 aut0 -raúTá eotlV 81€OtT]Kómv Ka!ll~ ~vro).lÉVOlr; ou8ÉnOte tmápXEt 6).1otcoC; ).lEY ~ 1tOtÓtllC;,
a~<pÓTepa év ~~iv Ka\ oot< ta OVO EKtO, oot< tO ~Bv ÉKt6" tO se év ó ~LOícor; 8€ -ro nOlóv · Ka! yap roúro al1eptOtro~ nápecrrtV év roi~ l1elÉXOUO"tv,
~l1iv, O~AOV ro~ cruve~1O"ál:;el KaT' aur~v r~v ouotav, Ka! ou8ev 8ei ).I'1xav~~ otov lO A.eUKOV OAoV 1taVraxOU rrápeOLIV BV t0 )..l.E"tÉXOVTl crcóllan ).Ita ouv
30 tlVO~ 01111atVO).l€vrov ~ 110P1COV 1tpoo8~Kll~, ¡va ro tphov (11).1atVÓ~levOV rou 30 oÚcra Kal a).IÉplO"tOC; lÍ n0l6Tr¡~ rO. ).I.Eplcrro. cruvÉxel, Kat OU8É1tOTE tv lOí~
rrotOÚ ouvarraptíl:;T]Tat rrpoc; nlV rrO¡ÓrT]Ta. aun -raúta ).Iev apKelrro ).IÉXPl OlC9K¡O).lÉVOl~ an' aAA~A.roV Kal tv toi~ 11~ ~XOU(JlV au'tOqlUfj t~V EVroolV
TOOOe. OÜte ~ 1totÓrT]~ OÜ-re 1:0 rrOlov 7tápecrnv.
4 icrxó~Evov ex ÉXÓ~EVOV corro L : crxÓjlEVOV praeced. spatiolo J : exó}.ttvov Kv 7 1:0am. L 8-11 2 O\H&V codd. / av om. L 3 Kara r~v trOIÓtll1:U L 4 ra om. v 11 BV €pyov van Amim : kv&; epyou
).lEVOV KCU!:l ~ilQ(popáv, oIó¡; Éo-n v Ó <ppóvt~O<; Kal Ó 7[pofkI3Al1~tvO~. 1:pÍtov oE dcri¡yov ó codd. 12 cruVtpylUV LK : om acc. J: cruvÉpyelQv v, von Amim : hO¡; spyou O"UTÉMtaV cruvEPYlOV
7[poPEPA1WtV~ om. Kv 12 i:UUHov L / d(JI, d;; in ras. L 16 trapa, opa in ras. r 17 ¡U;1:(1. JLK : m:pl v Sedley 14 ~ L 15 cruva7[UP1:{~EIV Praml, von Amim 17 br\ Toi~ rroUoit; Kv, van Amim 19
21 010 K 22 lO post Ka1:a v : 1:0V JK : om. L 26 rptxO!; L 28 oiSte ro ~Ev SKt&; in margo .r 30 cruVOlEOTT]KÓ1:COV COITo Kalbfleisch : Oltcr-rl1KÓTCOV codd., van Amim / nOloo K / ToútllVJL, Hülser,
crT]).lUlVÓ¡..tEVOV ante ~ Kv. TOIUÚTT]V Kv, van Arnim 20 OO<IV supra L1 23 TOÚTto(l) ro JLK : <oüro TOO v fortasse recte 24
npolToupyóv K 27 Kal roe; ).l~ v 28 ab á).lEplcr-rCOt; denuo incipit A 32 oürE alterum om. A
4 niiv TO KUTa OIU<pOpáv, elTl; KlVOÚ~EVOV Ei.., dre icrxó¡.tlNov El tecnicismo 1:0 KU1:O: olu<popáv indica un
rasgo intrínseco de un objeto que lo diferencia de los demás y que coincide con uno de los tres significa- 3-4 beTa ... ~vw¡.ttvrov ~óvwv Ta €:K1"a El segundo género del ser es "cualificado", i.e. un objeto deter-
dos de "cualificado". Ejemplos de "movimientos o procesos" son los actos de adulterio, los robos, las minado del mundo que ya tiene ciertas cualidades. Esto es, los beTó son ítems susceptibles de tener una
traiciones, los homicidios y parricidios. Ejemplos de "estados", en cambio, son los vicios y"enfenneda- cierta cualidad. Para la noción estoica de "cuerpo unificado" véase Aquiles Tacio, Isagoga excerpta, 14,
des", tales como amor al dinero, al placer, a la reputación, fonnas de injusticia y de cobardía (cf. Plutarco 14-15 (=SVF 2.368): "se llaman 'cuerpos unificados' a los que, como una piedra o un leño, son goberna-
SR IOSOD). dos por un solo estado o condición (uno IllÓ:~ i!~Eooc; [... ] KpOTEiTUl); y un estado o condición (e';l¡;) es un
6 m'l~ npou:ívcov, CtMa Kal6 TpéX<OV no\O{ cr. Aristóteles, Caro 9a I4-1 5, para quien el ejemplo del co- hálito cohesivo (1tVEU).lQ.cruveKTIKóv) de un cuerpo" (cf. nuestro capítulo 12).
rredor y de los boxeadores son tipos de cualidad.
14-15 altapTí~EIV 08 Kata r~v ÉKqlOpav Este giro puede remontarse al estoico Antípatro de Tarso, quien 3.10 Simplicio, In cal.217, 32-218, 4 (SVF 2.389; LS 28L; FDS 858)
define "definición" (()po~) como "un enunciado que en el análisis se expreSa de un modo coincidente" oi oe rlffitKOl trov ).lEY CJOl).látrov oro).l.a.'tlKá~,
(Ctnupn~6V"t:<O~ ¿1(<pep6)1evo¡;. DL 7.60 =SVF 2.226 y nuestro capítulo 8). t &v 8e uOffi).l.átoov aOCO).láTOU~ etVat Myoucrtv taC; 1tOlÓtllrac;. mpáUovrat
oe cmo "TOU lÍyeícr8at ta alTta lOi~ U1to'teAOUf.levOlC; tic¡>' Éautrov ó).Iooúma
3.9 Simplicio,;1I c.'.214, 24, 215, 18 (SVF 2.391; LS 28M; FDS 853) etVat Kal ano TOU KOlVOV )..óyov Tfj~ ahta~ Brrt Te lOOV crOJ).Iá1:COV Kal errl
Kat oi LTrotKOt 5 t&v aO"{0l1átoov úrrort8Ecr8at. 1t&~ oE KOtrrveUI10tlKTt ~ ouota eO""tat rrov
8€ Kata ra~ aúroov Ún08€aE tt; t~V aut~v av Q;rropíav npoaayáyOl€V t<9 Atyovn crro).l.UrlKrov 1tOloTIÍrrov aUTou mú 1tVE"ÚI1(lrOr; cruv8Étou OVtOC; Kal EK 1tA.elóvrov
/..óY<9 Kata 1tOt6rllta návw ru 1tota Atyeo9at. 1:a~ yap 1tOlÓtT]ta~ EKTa auVE<rrr¡K6l0C; J.t6ptcrroú te únÓ:PXOVtOr; Kal eníK"tT]tov ExOVtO~ T~V EvOOO"tV,
AtYOVl"e~ OOtOl é7d TroV lÍV(¡)!1€VOOV llóvOJv ta €KtO: a1to4:ínouatv, é7d 8€ roa"te ou Kar' oUcr1av eXel r o cruvT]v&oOm ou8e npc6tffi~ a ql' éautOu; n&r;
5 toov Kata auvaqll)v otov V€ro~ Kat 81tt trov Kcm18táa-ramv otov mpatou ouv av TOt~ l.íUOt~ Toiho 1tapÉxot TO cruvéxsa8at;
!1r¡oev dvat EKtOV )1r¡8& eÚpÍcrKEa8m rrve\ll1attK6v tt EV E.1t' alhrov ~1l,Ó& 1 rrrOlKo\ A 3 acp', ti in ras. J: E<p' A 8 &x.€l b / lb] tOO A / c<p' Eamoú A 9 TO\~ bis A / Tauro in margo
Eva >...óyov exov, mate ¿nt rlvu ú1tóa-ramv EAgeiv )1la:~ E~Ero~. tO 8e nOlov l'
KOt EV toi~ €K cruvumo).l.évrov 6Erop€irCXl Kat tv roi~ EK 8u:atwtOJv' ro~ yap
1-2 oi 86 L1:COll<O\ ... A.ÉyOUOlv Tat; nOlóTT]1:(t~ De acuerdo con la teoría fisica general, todas las cualidades
e!~ ypa!1l1attKO~ lK noul~ aVaA~'VeOO~ KOI cruYfU).Ivaoía~ S)1l1óvrot; €x€! Kanl son corpóreas (cf. Galeno, de qualitatibus incorporeis voL XIX, p. 464, 1-3, ed. Kühn; SVF 2.377. cr.
10 8tarpopáv, oihror; Kal6 xopor; SK notar; ).IeAtTl1~ f:)1.).I6voor; Exel KatU ola- también 3.16). Long-Sedley (JI, 174) sugieren que un ejemplo plausible de ';cualidad ¡ncorpórea" puede
rpopáv. 010 nOta ).Iev lmápXEl 8u1 r~v KaTátaSlv Ka! t~V 1tpOr; EV epyov ser la verdad o la falsedad respecto de la proposición (en sentido estricto habría que decir "10 verdadero",
cruvepytav, o(xa ce
rrolóTllrór; €attV no¡ú· ES1~ yap EV t01hoL~ OUK eOLLv' pues en sentido técnico estoico estricto 10 verdadero (aAl18Ét;), a diferencia de la verdad (CtM8€IU), es un
0-68e yap oAror; EV OlecrrcóOatr; ouoÍatr; KalI1110E)1!av €xo"Úaall; au).lq>u~ rrpo~ incorpóreo; cf. Sexto Empírico PH 2.81 YSoeri 200 1: 736). Éste sería un ejemplo de cua lidad incorpórea
del incorpóreo "decible" (AEK1"ÓV); un poco más dificil resulta ver cuáles serían las cualidades incorpóreas
74 Capítulo 3 Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 75

de los demás incorpóreos (tiempo, lugar, vacío). Se podria pensar en el pasado y el futuro como cual ida· aMa 1CpÓe; n. ta. os npóe; Tí Trooe; EXOVta, linep avtíKEltOL wi; KClta Ota-
des ¡ncorpóreas del incorpóreo tiempo ya que, a diferencia del presente que "existe" (ímápxcw), pasado y 15 <popáv, návtooc; Kalnpóe; tl ECITIV' 6 yap OE~IOe; Katnat~p )leta tOU nille;
futuro subsisten (Ó<pC01Ó.VQI; SVF 2.509). El ejemplo, sin embargo, no parece demasiado claro, porque exe1v Kal1Cp6c; r( d mv. t Oos yAUKU Kat1tlKpOv np6e; tt ovta Kata ola-
genera otra dificultad, a saber, cómo es que un incorpóreo puede tener una cualidad corpórea U.e. el
presente). <popáv EO'tlV, ra 8E. Trp6e; tl moe; ExOvta Evavtía 'toic; Kata otacpopav ÚnápXEl.
3-4 la (lttla ... KOIvOV 'A6yov t~C; aitíac; Estas líneas pueden estar sugiriendo la aparente distinción de Kal yap la Ilev np6e; 'tí moe; ExOvta aOúvatov KaS' aÚta efvat ~ Kata
Crisipo entre "causa" (un cuerpo) y "explicación causal" (un incorpóreo), para la cual véase nuestro ola<popáv' EK yap t~e; npOC; e-cepov OX€OEro; ~pTT]tat llóv1K 'ta IlÉvtOl
capítulo 14, texto 14.10. 20 np6; 11 KaO' aÚla pev OUK Eon v, ou yáp éottv anÓAUtCl. Kata ola<popav
os návtro; EmCXt· pela yáp 'tIVOe; xapaKt~pOe; OEoopeilOI. El (is oei oa<pÉO'tEpoV
3.11 Simplicio, in cat222, 30-223, 11 (SVF 2.378; LS 28H; FDS 857)
llela'AopEiv '[a AsyÓpEVa, npóe; ti )ley A.ÉyOUcrIV, coa Kat' OiKEiov xapaK'tt;pa
ot eSE LtOOtKOl tO K01VOV tf¡~ 1tOlÓ1"lltO~ ro ¿xl .cbv aWJláTWV ).,éyoucnv olaKEÍpevá nooe; ánovEÚEt npoc; ihEpOV, npóe; nOé moe; 6XOvro, coa nÉ<puKEV
Olaq>opaV stVaL oucría~ OUK anOOlOA:rprnlV KaS' éC(l)t~V, aM' et~ twórUla O'UppaívElv nvt Kal )l~ O'U)lpaíVEtV oveu t~e; nept aUla )l€tapoAt;e; Kal
Kat iOló'tT]ta ánoA,~youoav, oÜ"t"e xpÓVql oüte iOXÚ t doonOtoupévT]v, o.AAa
tU ES aúnle; tOtOU'tót11tl, KaS' ~V nOtou 'ÚcpícrWWt y€VEcrte;. EV 8€. toÚtOt~
25 o.')..)..ouboeroe; lleta tOU npoe; 'to bcroe; o.nopA€nelv, rome orav Ilev KCl'ta ola-
epopáv tt OtaKel)lEVOV npoe; erEpov VEÚcrtl, npóe; tt )lÓVOV ECITat wüw, roe;
5 El p~ otóv tE KC.na tOV EKslVrov 'Aóyov KO\VOV elVCl! oúprr'twpa OWpCltWV KOt
~ e~le; KOt ~ ¿1ttcr't~¡'¡l1 Kal ~ ai'crS'lOl~' otav os p~ Kata t~V Evouoav
acrw!lá:rrov, OUKÉtl eOWl 8v yévo~ 1; 1tOtÓTT]~, a)..')..' Ét€PCO~ !lEV Enl t ooV
crco~látcov, étépwe; oe Ent roov acrco!lá'tcov aÜ't11 úcpéOrT]KEV Ka! ún' l:íJJ.a
oe
olaepoplÍv, Kma 'VtA~V T~V npo~ ¡::tEpOV ox€01V 8eOOp11Tal, npó~ tí 1COOe;
EXOV EO'tat. Ó yap uíoe; Kat Ó oeSloe; E~ooOév tlVWV rrpoaMovtat rrpoc; t~V
yév11 OUl roiho raxOlíosral. toÚWU OE EtI arom:órepov AtYErat tO )l~ EXE1V
30 unócrromv' 010 Kat )lT]OE)ltáe; yevop€V'le; nept m')ttlllEtOpOAt;e; yévOlro av
urrÓOtacHv tae; nOI6rT]w~, áJJ..' ei~ EWÓ11)la aurae; KOtaA.1ÍYSlV, El )l~ opa
OUK€lt naTI¡p tOÜ ulOü anoOavóvroe; ouos oeSloe; roü rrapaKEI¡..tÉvOU )lEra-
10 oux o{hro~ eAéyovto dr; twó11!la Kal i01Ót11rCl a1to')..~yslv roe; ávunoatátou
crtáVlO~' ro os yAUKU KalnlKpov OUK av o.)J..oia yévOtlO, El ¡..t~ aullpeta-
Oü011r; t~; rrolót11tOe;, áA).' on OUK ~v anOOta'AT]1tt~ KaS' ÉClUt~V W01tEp ~
PáAAOl Kal ~ 1CEpt aUla Mva)lte;. El lOÍVUV Kat ¡..t11oev aUta na06vra IlEta-
ouoía, áJJ..' Ewoíg Kal iOIÓt11Tl Xropl~o)lév11. ~ OE ES Éautl1~ totout6tT];
plÍM€1 Kata t~V aUou rrpoe; aUta crx€OIV, O~AoV ott EV tU crxÉcrEI PÓVIJ lO
o.aa<p~e; rÉ ¿crnv Kal OUOEV ~t'tov tU oucríg npo01ÍKel ~nep tft 1rot6n¡t1, si
35 dvOt ElEI Ka1. ou Kmá tlva 8la<popav ta npóe; Tí nroe; 6xovra,
J.111 opa tO t OIOÜlOV nOIÓt'ltÓr; tonv lOIOV, rocmep tO tOUtO pIDov oucríae;.
npo, M t~V tOlaÚt~V aKpl~oAoyíav t~, tOO évo, yévou, lhOlpÉcrero,
15 n&e; oe Atyoucrtv "KaO' ~v nOlou u<pÍatmat yévecrte;", s'ínEp Ó)looúcrtoí eiOtV
P'ltÉov a n ou Kora ta npáyparIÍ EcrtlV ~ ola<popa tOÜ np6e; tt KOt rou
toie; anOtEAoUpÉvOte; u<p' Éaur&v, brelo~ Kal aural eiow arollarOetoei; cnJv-
np6, tí nro, ~XovtO" auo. Kata n\v l1~lV ~6V1]v' IÓn' 1m¡, yap ií~q><ú Kat<Í
Oetel te Kal oúralnapanA'loíwr; eiaív;
te ola<popáv l\Va únoucrov Kat Kara t~V npo~ ollo crx€01V u<pícrtavtat' t O
1 0'1011(01 A 2 &v v6TlI..tCl codd. : évvórll..to. COIToKalbfleisch 4 o.orii~ cocld. : (lI')tii~ corro Kalbfleisch 6 40 oe onou pev nlv Ola<popav pIDov npo01tlmElv, anou oe t~V OXémv Ilallov
€v om. v 7 aO'w).ul.tCtlV ClÜrr¡] O'W)..lClrwv OOtfj A I aUIlAo KA 10 ew611llo A: tv v61lllo ceteri codd. / p~ TrOleiv YEVUcT¡V olaepoplÍv. Kat Ott Ilev 'toi; np6~ tl llE'ta TOÜ OlKEíou
al'l:Ovunootá'Wu A 12 aOtii~ KAv: Éautfj~ LJ 13 ~n€p ex €Im:p COITo L 16-17 aútul codd,
xapaK'tt;po~ Kal ~ crX€01e; cruvu<plO'to'tat, napa náV'toov 0lloAoyc'ital' Ott oE
2 d~ tvv6r¡)..lo. Para el valor técnico preciso de este tipo de concepto en los estoicos c( capítulo 6 (texto Kat toie; np6e; tí nro¡; EXOUOIV &váYK1l xapaK't~pa EyunlÍpX8tV tei; u1CoKel-
6.3) con nuestro comentario ad ¡ocllm. pÉV01e;, lKov&; Ó BÓ1180e; árréoEtSEV. Kat aut60ev os touro 1tPó811AOV' ou
8-9 tOÚ10U 8S €tI ... aU' Ei~ tvv6r¡)..lct l1ota~ Kcttl1A~y6lv cr. Sexto, AM 8453 (= SVF 2.404), donde se 45 yo.p EXEt q>ÚOIV aUl~ KaS' OÚt~V ~ npo; EtEpOV crX€Ole; tH.pímoo8m, o.M'
argumenta que los ilems "dispuestos en cielto modo respecto de algo" son lo que se dan únicamente en un &VáYK11 aUt~V év tc9 Kata OIOl,pOpav xapOKtt;pt EvunápXEIV' Ó xo.paK't~poe
sentido conceptual pero no tienen realidad.
16-17 tOt~ &noT(:Aou)..lévo l~ ClUtllt 1rctpanAllcríú)~ do(v CC. 3.10.
oO.
OUtOe; anou )lEY TrOt6t11~ Emív, ro~ tO AEUKÓtEpOV crUv tft XpóQ lOloütOV, 01tOU
OS nooón1e; ro~ Ev t0 rrA.elov Kat )laKp6lEpOV, onou oE Kív11Ole; roe; EV ró) ffiKÚ-
3.12 Simpli cio, ill cal. 165, 32-167, 36 (SVF 2. 403; LS 29C; FDS 833) r Epov, onou 8E xpóvoe; ro~ Ev t0 npecrpÚt EpOV, onou 08 16noe; ro; EV tC9 ávcó-
Oí 08 ¿tOOIKol avO' kvoe; y€VOU; OÚO Kata tOVrónov mUlOV áplOpoüvtm, 50 tepov, Ó oE aplcrtEpOe; Ka! a~10e; crUv nMtOm ola<popoie; u<pímatat· Kal yap
ta !leV EV tOÜ; np6e; II n eme;, tO: os EV mi; 1Cpó~ tl nwc; exouow, Ka, llera t6nou Ep<paívetat Kal lleta )..lépoue; rOloúrou' tq, yap ~)l&; P€P11 6XEtV
lO: ¡..tev np6e; TI o.vno ta lpouow toi; KOO' aútá, ta Os np6c; lí ncoe; EX.OVtCl o
tmauta tO O~IOV Kat aplmepov A€ysr<u, End ye )..100e; npoe; tOV AtSOVOUK
t oie; Kata o¡acpopáv, npó~ tt ¡..tev Aiyovree; tO yAuKU KClI1ttKpOV Kat '[a EO'tat &~16e;, El !l~ ti; Kat toütOV npo~ la ~ lltrEpa OeSta KUt aplcrtepa napo-
5 t Otaüta, ocra tOlOOcrO€ olatí0'lcrtv, np6; t i oÉ 1toor; exovra otov O€StÓV, páJJ..ol. bIlos tOÜ tautoü Kal1topa06~w; t Onpóe; ti ÚnápXEl' Ol> yap npOr;
natÉpa Kal '[a rOlauw' Kato: Ota <popav 6É <pumv ta Katá ti erOOC; xapa· 55 etEpOv, &ua npo; Éauto Atyetat' tO youv Kaeá1ta~ ov, Wa)l~ Katá t1
KtTJPI~6!leva, lócrn€p OÚv éíUT] r rov KaO' aura EVVOta Kat OM'l rOOv Kata ¡..tT]oe nroe;, muto tot'rróv Ecrn v, oíhooC; oel ~ OX€OlC; toie; xapCllrn¡pOl tt;e; (ita-
ota<popáv, oüroo~ Ci)..'Aa !leV ta npóe; tí Eonv, aH,a Os ta npóc; t l Trille; <popae; cruvu<pímal<U, Kolou Mo taf"ú eonv, ooe; unovoouotv EKeivOt, &A)..' ev
axovta. OvtEOtpall)..tiV'l oÉ ECITlv toov au~uylOOV ~ áKoAouOía, toie; IlEY 'to cruvap<pÓtEpOV, En€t<U 8E aUtoiC; KaKeivo alonov t O OÚVSEta nOlelv ra
10 yap Kae' aúta auvuncíPXEI ra Km'a olwpopáv' Kal yap ta KaO' ama ySVT] €K npotÉprov nvoov KatOEUt€pCOV, me; 'lO 1tp6~ tt EK 1COtOU Kal npÓl;
ovta OIWpOpa; EXE! t1vá~, rocmep 1:0 M;UKOV Kat ll€Aav' ov
)l€V1:01 toi~ KClra 60 'tI. aMa Kat nEpt tt;; O.KoAouOíae; oüte, che; 01 LtrotKOI A.ÉyouO\v, '[0 psv
OtCltpOpaV la KaS' auta. auVUTrápxel' 'lO yap yAUK'U Kal1tlKpOV Ola<popae; np6e; rí nooe; EXOvtl ro 1CpÓ; n E1tITIat, t0 88 np6e; n OUKétt 'to npóe; tí
)lev axet, KaO' exe; xapaKtl1pí~E"cal, OU IlÉvrot Ka€!' aútá tonv wlaura, "ro, exov. o\le' ro, 6 B6~90, a~uvó~lfVO, aUtO", "t0 ~év np6, ti, <¡l~ crív,
76 3 Las subdivis iones del género del cuerpo o del ser 77

T(l1tpÓ~ 'tí 1t0)~ EXOV'ICl OUVClKOAOu86" ).lETa yap tO'U 1tpO~ E't"epÓV 1[ü)S sencilla razón de que no hay ningún predicado que esté en un lugar o que exista en el sentido de un
eXe lV 'taiha 1tpOcr€ÍA:tl'P€V KCrl T~V oiKdav otacpopcÍV' 1"0 DE npór; 'd 1tÜ)~ existente (sólo los cuerpos existen; pero los predicados no son cuerpos, sino incorpóreos y, por ende,
únicamente subsisten).
65 ovn oúKÉn Ta np6r; n ouvÉlTE'rat· ou yap nucnv únÚPXel roir; 1tpÓr; n
26-27 1tp6¡; TI ...~ smcrrT¡jlr¡ Kal ~ a't'cr8lJcrt.:; Cf. Aristóteles, Cal. 7b 15-8a12, donde se argumenta que
n:por; Et€PÓV 18 AÉy€cr8a¡ TU oxÉcre1 KClt t~V Olacpopav TI¡v oiKEíav €x€lV". "cognoscible" y "sensible" son especies de "relativo" que pueden persistir sin su correlativo. Lo que se
aÁA' Q).ltlVOV aVTClKoAou9Elv á)")\.~AOlr; 'talna AÉYE1V, wm€: El 111tpÓr; 'tÍ propone mostrar Aristóteles (como probablemente también los estoicos) es que "cognoscible" y
EO"'t"IV, Kuln:&r; €XOv dVCll, KCll el tl1tror; exov, Kal1tp6r; tt. EtVal yap "sensible" son anteriores a "conocimiento" y "sensación", razón por la cual éstos son relativos .
oEt KClt tT¡v E7ttW:ÚOUcrClV OúVa¡.llv KCLTa olC1<¡)opav 8€oopouMÉvY]v KClt tT¡v Ent- 44 ¡Kavw.:; ó Bór¡80.:; a1tt6EU;SV Se trata del estoico Boeto, discípulo de Crisipo. Más adelante (en la
70 V€\lOW Clll'tT¡v K(lt crxécrlV' ónón:pov yo.p av 67ttAel1tl.l roÚ!OOV, 01> cr01;c"Wl línea 62), en efecto, Simplicio vuelve a citar a Boeto rechazando la interpretación de "los estoicos" de lo
~ TOlaÚTTj KUTTrYOpi u" oihE yap ~ crxÉmt; 'titAr¡ KaS' f;aUt~V Ecrnv OliTE ~ relativo y lo relativamente dispuesto; la innovación de los géneros del ser de Boeto es detallada por
Simplicio en 3.20. Al parecer, Boeto sostuvo varias tesis heterodoxas, como que el cosmos no es un
OHupopa xroplt; lile; axÉcr€COC; raúTI]v 1tOU:;t rT¡v KClTI]yopíav. aJ,)..' aME: viviente (DL 7.143= Posidonio, Frag. 99a EK), o que la esfera de las estrellas fijas es la sustancia de dios
xwpí1;€lV 081 T~V Te Olwpopav cm' &M~AOJV KClt tT¡v OXécnv, aM.a Kmo: (DL 7. 148=Posidonio, Frag. 20 EK).
¡..tíav K01VT¡V 18161"1"]1"Cl cruvtCHa)lÉvllv flEWpEtV 10U rE EXOvtOe; r~v crxÉmv Kat
75 o
npoe; nwe; EXEt. raura )lEV ouv roe; npoe; 'tae; LrrotKae; ún08ÉcrEte; ÍKavroe; 3.13 Dexipo, in cat.23, 25-24, 18 (SVF 2.374; FDS 835)
avtdprp:at. I1poe; reuro ro anóPll~a €KelVO xp~ npoO"€t1telV, roe; Emt ro únoKEÍ-
)l€VOV onrov Kat Ka'ta rove; ano rtie; I:raus; Kat Kara 1OUS; np€apurÉpous;'
1 crr01KOt A S rotaí3ta KaL oO"a v 9 civEcrrpall).lSvll A I r&v bis A IS llEra wG 1t&.:; €XELV Kalbtleisch:
e
IlErU TOn 1tpÓ.:; rí 1túlt; A 16 i:CHI L I Of. om. Kv I post oVTa add . oUKtrl LA I Kal supra 18 ciOúvarov BV )lEv ro t...cyó)l€VOV nprorov únoKEÍ)l€VOV ro~ ~ anotOe; ÜATl, ~v ouvá)l€t
KaEl' aura dvat ~] ¿vavría toit; A 22 )lEraAaJ3eiv ex ).lEra¡3a),Eiv COIT. L 2S orE ~v TI Ka1a otaq¡opúv o
O"&)la 'AplcrrorÉAllS; ((>TlO"l, o€Úr€pov DE únoKEÍ).l€VOV 't0 n01ÓV, KOlVroS; ~
A 26 VEÚcrEt A : VEÚcrn ex vCÚcrEl corro L I Tauro emat v 28 8EOlpEtrat A 29 KCtl oE~tO':; A 30 5 l&troe; úcpícrrarm' únoKEÍ)l€VoV yap Kat Ó XaAKOe; Ka1 Ó LroKpár r¡e; 101S;
ylvOIlÉVl1':; Kv I yÉvolro in MyOlTO muto L 31 expectaveris OUKtTl vio.:; 1tarpo.:; rOD c'm08av6VTO':; (plo- ÉyylVO)lÉVOle; 11 KurllyopOU)l!N01e; Kar' a'Órrov, ro yap únoK€í)l€VOV Kur a
oe
tinus VII , 7) Kalbfleisch I ouM ser. Kalbfleisch : Ó codd. 32-33 cru).l).lEra¡3úUol A : ¡.tZW¡3ÚAA.ol 1tpÓS; n AÉy€crElat ÉOóK€l (nv1 yap Ú1roK€í~€vov), ~rOl 08 ánAros; 'trov ytVO-
Jv 34 nlV toG üUou v : om. JL fortasse recte 38 p6vov A : 1l6VT]V Kalbfleiscb 40 OXtO"lV om . L 43 )lÉvrov f:,¡ a';'1;4J KUt Karr¡yopOu).lÉvrov a'Órou ~ toiro¡;' ánAille; ¡.tEv yap úno-
Ctvá.YKlJ CtVÚYKlJ xapaKtfjpav sic A 44 1tp60lJAOV toGro Kv 4S ~ supra J"48 1t4íúJ Kal ).laKporp A : 51
q¡aívE1al A 54 auraü Kv 58 ÉKClVO A I CfÚvSE1a post yÉvr¡ coll. A 60 mOIKoI A I T(9 ante !lEV in ras . KEÍ~€VOV num. rot~ ylVO)lÉVOt~ Kat Karr¡yopOU)lÉvOl~ ~ 1tpárrr¡ ÜATl, rml o
L I ex to corro AI 1tpocrEÍ).:llq¡ev. 10 ú1tOK€í)l€VOV ytYVO)lÉVote; f.n' aú!ou Kat KUrr¡yopOU)lÉv01e; Ó XaA.KOe; Kat Ó
LooKpárr¡s;, Dúo roívuv Ú1tOK€l)lÉvroV ov'trov nOAAa rrov ErytVO)lÉvrov roS; npos;
9 CtVTEmpa¡.1I1Svll Of. ÉcrTlV ró)v cru~1Jy l wv ~ áxoAouSía Esta línea tiene un claro eco aristotélico; cf.
ro 1tprotOV únoKEí)l€VOV év únoKEl~Évcy ovra roe; npoe; ro o€Ú'r€pov OUK ~v
Aristóteles, in!. 22a33 -34: ).l~ ouvcm!'l aKoAou8Et ).lEV CtVT1CjlaTlKw,:;, aVTEmpall).lSvúJ':; oÉ· ("a 'no posible'
sigue contradictoria pero convertiblemente"; véase también Aristóteles, Top. 113bI5-26). En el contexto Év ÚnOK€l)lÉvep clAAa )lÉpr¡ aurou, olón )lEY yap nuv xpro)la Kat nucra
del pasaje de Simplicio la conversión es de las cosas diferenciadas a las que son por sí, ya que hay cosas nOlÓ"Tlle; Kulnuv crxfi,.w rtie; npoorr¡e; ÜATlS; ÉcrrtV f:,¡ Ú1tOK€t)lÉvQ) (Év yap
que son por si que tienen ciertas diferencias. No se trata, sin embargo, de una conversión reciproca, pues 15 raúru úcplma-rat OUX roe; ).lÉPll a'Órtie; ovra KUt aOúVUta xrople; aintis; dvm),
las cosas que son por sí no pertenecen a las que son diferenciadas; o sea, las cosas que son por sí pueden olón OE ou nuv xpro).la OUÓE nuv crxTl)la ¿nt rOD oEvrÉpou Úll:OK€l)lÉVOU
ser diferenciadas, pero la inversa no es posible. ¿v uur4J ¿crnv, <o),)..'> orav )l~ O"U)lnAr¡protLKa TI rile; ouO"Íae;, ró'tE Emat
9-1 0 rol!; ... cruV1.l1tápXe¡ ru Kara olctq¡opáv Mignucci (1988: 135-136) argumenta convincentemente a Év Ú1tOK€t~ÉVcy. <*> É1tt óE r t;<; xt6voe; OUK €v ÚnOK€l¡.tÉvQ) aM' U1tO-
favor de una interpretación predicativa de cruvu1tápXe1; en efecto, la afinnación explica la implicación
K€i)lEVOV. ~ yap rt;¡; XIÓVOe; A€UKÓtr¡e; o15r€ KaEl' únOKEt)lÉvOU Uy€"tm aAAov
(UKoAouEHa) entre las nociones de "diferenciado" y "cosas por sí".
19-20 ru IlÉvrol 1tp6.:; TI . ¿crrlV Ct1tÓAUra Tal como hemos interpretado en nuestra traducción este 20 crw)laroe; o15'tE Év únOKEt)lÉvcy Émi rép crwjJan rile; xtÓVOe;, aM.a O"U)l1tAllPOt
pasaje, Ct1tÓAUTa debe significar "absolutos" (un uso frecuente en Simplicio para distinguir un ítem que es r~v ou criav roe; ¡.tÉpoe;. 'AplcrrorÉAr¡e; O\)V ro OEÚ!€POV Ú1tOKEÍ)l€VOV dS; r~v
por sí de otro que es relativo, o un ítem que es una actividad de otro que es un proceso; cf. in caf.324, 26; otoameaÁiav napuAa)lpávoov nuv ro )l~ OUO"lrooro<; únápxov nvt f:,¡ ÚnOK€t-
329, 30). Mignucci sugiere (1988: 140), sin embargo, que si aquí se toma CUrÓAUTct en ese sentido, )lÉvcy cpr¡crlv dvctL, rO. )lEY oucríav 0"U)l1tA11POUVW nElele; ovta, ra DE )l~
entonces, no es necesario tomar HI Ka8' aurú para denotar la clase de cosas individuales. Si es así, debe r01aura ~Épr¡ )lEY ou )J;yrov, O"U)l1trro)laTa oE KUtnaEl~~ura, roe; Etvm rOD
significar solamente la clase de cosas no relativas. En esta interpretación ru KaS' aÚTcr son términos 25 )lEV npcótou únOKEt)l&vOU rae; 1tOtóTIlrae; O"U)lmro)lora Kal1tae~).lara Kat
absolutos; sin embargo, "hombre" (un ejemplo de tales ténninos por sí, según Mignucci) no es un
ténnino, según Jos estoicos, sino un nombre de clase que, por ser una parte del ').Óyo.:;, es también un ra¡; 1tocróTIlrae;, rou OE oEur Épou roe; )lÉpr¡, orav O"U¡.J.1rAr¡pOOcrtv auraD TI¡v
cuerpo (tal vez con "términos generales" Mignucci se refiere al significado de ese tipo de nombre que, oucríav.
según la ontología estoica, es un incorpóreo). Mignucci reconoce que su interpretación puede ser 1 1tpOO"Et1tEiv AM : 1tpoemEiv CR 2 ano rfj.; moa.:; CR : 01úJ"iKOU':; AM 3-4 ouvcrllEt cr&lla fortasse
potencialmente confusa y admite que en el infonne de Simplicio se habla al menos dos veces de ó 6c~l6,; secl. Simpl. 9 Y¡VOjlÉvou;] ÉYYIVO).lÉvou; Busse dub. in app. crit. 10 post Ú1tOKEljleVOV add. !lev As supra
como un ejemplo de itpo.:; rí 1tú)~ €XOv, lo cual parece indicar que no se trata de "términos generales", sino scr. M om. CR I f:rr.' AMR : U1t' C 17 OJ,,)..' add . Busse ex Simplicio om. ACMRs I ouoía.:; AM,
de individuos existentes. Cree, sin embargo, que esa objeción no es significativa porque Simplicio cambia Simplicius : s~ouO"íw; CR 18 lacuna ante E1tt M rfj.:; X1ÓVO':; Busse suppleverit ro yoi)v AEUKOV snt ).lSv rou
con frecuencia ó oE~tÓ~ por !O O&;lÓV (Mignucci 1988 : 141), pero eso puede deberse a un descuido de spíou €v ÚnOK(1).lSvú) ex Simplicio (in car.48, 22) 23 cru'.l1tAr¡pouvTa AM: aVU1tAllPoGvta CR 24 1tae~jla!ct
Simplicio que, en cierto modo, va en contra en contra de un princ ipio importante de la ontología estoica: CMR : ·nI Jtaa~).lata A 26 O"UjlJtAllP&crlV AM : cru~nA'1Poú<nV CR I auroD CR : aÚTal AM
para que haya un cambio efectivo como el que, de acuerdo con el reporte de Simplicio, los estoicos
suponen que hay en el caso de "lo dispuesto de cierto modo respecto de algo", Le. para que x, que está a
la derecha de y deje de estarlo, y debe cambiar de lugar. Pero lo que cambia de lugar debe ser un cuerpo. 3 1tprorov u1toKd).leYov ro.:; ~ (lnOLO¡; ÜAll Los estoicos siguen a Platón en su identificación de la oucríu
''Ni estar a la derecha" ni "ser padre" (los ejemplos estoicos de "estar dispuesto de cierto modo respecto con la materia (cf. capítulo 14, textos 14,1 y 14.8 Y Menn 1999: 216, n.2).
de algo") pueden cambiar de lugar o dejar de ser en el sentido ontológico fuerte de un existente por la 3-4 ~v ouvá.¡.tZt cr&).lU 'APlcrrOTMll'; q¡r¡o( Cf. Aristóteles GC 329a34 y nota a 3.7.
78 Capítulo 3 Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 79

4-5 OEÚTEPOV Be U¡rOKEÍIlEVOV 10 1tOtóv, a K01VW¡; '11 ¡oíro; UCPlOtUTIll Este segundo significado de tauta OE 1I0M~V eXEl tapax~v . El /lEV yop i8i'av oumav
sustrato es lo que subyace a [as cualidades y puede persistir independientemente de ellas, Como puede 5 aln0l6n¡te<; exOucrt KaS' ~V aro/la-ra AtrOVtat KaÍ eicrtv,
verse con más detalle en nuestro comentario, todo lo existente es pensado por los estoicos como una parte
del My~, que puede significar una cualidad común ("hombre", "caballo", que técnicamente son
oux Étépm; ouaÍO<; MOVt al' T~V yap autrov qouOIV. ei
itpooT[)'opíUI; DL 7.58; DL 7. 147 =SVF 2.1021), o una cualidad peculiar (como "Sócrates", "bronce"; DL 8E tOUto IlÓVOV autal~ U<pÉcrn¡KE tO KOlVÓV, o1tep oúmav
7.58 Y DL 7.137 = SVF 2.526, donde el mundo es dios "peculiarmeme cualificado a partir de la totalidad OÚ-rOl Kal ÜAT]V KaAouOl, 8fiAoV Otl crrollatOI) )lEtÉXOUOl,
de la sustancia"). Dicho de a ira manera, un sustrato que subiste como algo común es un término de clase O'oollara o' OÜK eicrt· tO yap úcpecrrcOS KatOEXÓ~evov ola-
("hombre"); un sustrato que subsiste pecu liarmente, en cambio, es el individuo (,'Sócrates") que pertenece 10 cpÉpelv ováYKTl TroV él 8ÉXeral KaI ot<; ÚcpéO'n¡KEV. oi 8t TO
a dicha clase. Tl)lt01J pAÉlroum' nlv yo.p ÜAT)V a1tOlov 6vo~á~oucn, ro.l)
3.14 Dexipo, ill cal.30, 20-26 (LS 28J; FDS 847) oe 1I0lÓtlltas oUKétl ~OÚAOVTCtl KaAetv aÚAous. KaÍtOl
AU' el doó~ san tO KeLta 7rAtIÓVCOV KaI 81wpepÓvtcov té\> ap18~10 1t&~ oTóv re arulla n:OIÓn¡tOS aveu vofiO'at, 1I016rT]Ta 0'00-
BV t0 tí €crn KC1tllYOPOÚ¡.u::vov, ti'Vl 8tacpÉpel b Ctro¡..toe; Kal el~ tol) aró¡..tou /laTOS aVEu Il~ vooüvta<;; [) yap O'U/l1tAÉKroV aro)la nácrn
Kal Évóe;' €V yap apt8¡.uíj san Kul OUtOe; KaKeivo~. 15 1tolótTjn A6yoS OUOEVOS E~ )l~ <JÚv tlVI1tOtÓtTjtl arolla-
01 )..l8V oov AÚOVtee; t~V COtoplav TaÚTTjv KaTa tO i.8ícoe; 1tol6v, TOUt' tO~ o:qJaO'9Ctl TJlv olávOtav. ~ tOlVUV 1tpO~ tO aO'ro/latov
5 emw on o ¡..t6v cpépe ypunótTjTL ~ ~av06t11tl ~ ctlJ..n cruv8po~tfi nOlotlítcov tfie; 1tol6tr¡TOS /laxó¡..¡evo~ /láxecr8m KCX\1tpOS tO 01t010V
a<pcóplcrtat, aJAoe; 8e CH)..l6t11tt ~ cpaAaKpÓt11TL ~ YAauKÓtlltl, Ka\1táAIV Ete- tl1S ÜA11S EOlKEV, ~ SarÉpou 8át€poV anoKpívrov KaL O/l-
poe; hépate;, ou KaAOOe; )101 OOKOl)crl Aúelv' ou yap ~ cruvOpO)..l~ trov 1t010- ~6,epa x",p(Selv tlM~A",V. Bv O€ me, ainóiv .po~6.A-
t~tCOV apI8)1é\> 1tOtel 8lacpÉpelv, aM' elnep apa 1tOt6tlK ¡..tdUov oov EKeívcoe; 20 AoVTCtt A1Jyov, chS 01t01OV nlV ouaíav 6VOllá~ovt€<; oux
án:aVtlltÉ:OV, Otl ta t0 aptO¡..tc9 ¡!tepa ou otacpÉPEl aUlíAillv tlj <púcret Kal OtlmlOlle; Emép11tat 1t016r11ros WJ...' Otl 1táO'a<; eX€l taS
10 tU oucríQ, a.U' exel 1'0 EtEpOV KUtU tO apI9¡..te'icr9al· Etepa oov ch~ apt8- 1tOIÓtT]rae;, ¡.táJ..tcrta 1tapa T~V EVVOláv EO'tlV' ouodS yap
¡..tT]tá· BV yap tú) KaS' &v aplO¡..teiO'Om EKacrtov E1tÉpxetat Ó aptSIl6c;. 8ta- a1tOlOV voel ro )lr¡8e)1tdS n:0l6tlltOS a/lOlpOV ouo' 0:1ta9E:<;
cpépovta oov tCfl apIO¡..t(9 80KEt ¡..t0l AÉyetV tOUt' ecrn 81ecrrTjKóta ch~ aplS- to 1távta rrácrxelv ael. 1teqlUKo~ ouo' aKtvlltOV tO 1táVTU
¡..tT)tá. lV' TI tO Af:yÓJ.lEVOV bd tO-U E:lOOUC; tOlOÜtOV, Otl tO Kata 1tAsl6vcov 25 KIVT]tÓV. EKeivo Ó' on A.U..Utat, KQV ael ¡.teta 1tOtÓn¡TOS
Ka! Ot€crrllKÓtCOv t<9 aplSJ.leiO'Sat Ef86e; Bcrnv, (va t O 81a<pÉpetv aVrl tOÜ ~ ÜAT] volirat, 1'0 ÉTÉpav aór~v voeicr9Ctl Kal 81aepépouaav
15 oteatT)Kévat A.a ~l pávro Il EV. Tlis 1tOlÓtlltOe;.
2 Ka! om. ACRs : supcrscriptum deL M 4 j.ÚOvtE~ AM : ).É'yOvtB<; CR 10 ~EI R: eXelV ACM 11 T~ 2 <ó<; Bemardakis : Kal EB 9 o' ... yap Wyttenbach : yap ... lit EB 13 voiioal Kronenberg : 1tOl~crat
ex TO corr. AM I tKaOTov in marg. suppl. A 14 OIEcm¡K6TCOV CR: OIW.pt:p6vtWV AM. EB 19 xr.üpíl;f.1v Bemardakis, Chemiss : xwpíSf.1 EB.
3.15 Dcxipo, ill cal.34, 11 -24 (SVF 2.399; FDS 829) 9-10 TO yap \xpEcrtO:x; ... ot<; Ú<POOU1KEV Un argumento similar a éste puede verse en Plotino Enn. 6. 1 29.
npo~ 8~ raUta avroSev OlOpt~ÓJ.leSa TO OUVá/lEt Ka\€vepyelQ Serop€i- 3.17 Siriano, in Mel. 28,18-29, 11 (SVF 2.398)
aOal Kcrra tete; 8tKa Katr¡yoplm; Ó)1WVÚIlCO~. OlÓ1tep oiSte t~V OóVa¡.Hv oün: KaL oí ¿troucoL 08 rou~ KOlV&~ 1tOlOU¡;
-r~v Evepyetav O'ícrO/l€V &v '[(('i~ Katr¡yoplat~· TroV yap Ó/lwVú/lrov Ka\ Kat' 1tpO tOOV ioícoe; 1I0trov a1totí8evtat· tí 08 OAAO (;0'1:\ TO ÓptO'tOV ~ TO €v TO'iS
oucríav 1távtTI OtaAAanÓVtWv OUx oTóv lE ~v &v dvat KotVOV yévo~. ol61tEp KaS' EKacrra KOlVOV KCXta-rEruy¡..¡évov; &O'te el ecrtlv opíO'aO'Oat ~AtoV ~ oupavov
5 KCtt tfi~ KLvl1creroe; €ie; EvteAÉxetaV ano Tf¡~ ouvá~¡ero~ 60EUOúOll~ aMro~ )..lSV o
~ oeA~vllv , Km' ¿KEIVO av tl~ ópíaatto tOÚtrov EKacrtov, lmfipXEv av 1I00'lV
€V r~ 1t0l(9, aUro~ 8€ €v té\> TComíj, WJ..oo~ oe EV ,[((1~ aMat~ Kat1lYopíat~, 5 ~AioIS, El KUtllUpíOl Ovte~ ÓIlOetOE'i~ ~O'o.v o.AA~A01~. EXEl ~1(V OÜTW nI
OUX ofóv t é san voeiv /líav Kat11yopíav 8la t~V ó~lrovullíav. Kal-r~v crtácrlv 1tpáy)1UTa·tOCü)leV 08 el' nva BK trov AÓYWV alaxúv11v lIPOO'O<pAlcrKávoucrtv oí.
osel tl~ avtetcráyOl, raUta 1tpO~ autov aVTEpOUpEV, Kal €tt lIpoO'~Kelv ').1- AÉyovres EKacrtov trov aiO'811tWV eXe1V Év éaut olS tl Ka8óA.ou KaratEray-
yovte<; ou tOl~ EV yevéO'EI aUo /láUov 1'Oi<; VOT] toi<; t~V atácrtv. el 8É tl~ )1évov. Éprotg TOlVUV autoÚS, 8to. tí /l~ Ka! ta EiOT] &v TOle; alcr811tOlS
10 Ei<; tO 1t<:O<; qov O1JVtátTOl ta<; 1tA.eíO'ta~ Ka-rT]yopÍa<;, ooo1tep oí. EtrolKOl orrotí8Ev-ra1. tO oe OTllatrrpÓXEtpOV €KelVOt<; ci~ OtáAUcrtV' q>~O'OUO'l yap OH
1I010UOlV, S1tlOelK1'éov auto'ie;, OH rrM:lma lIapaAtÍrrou<Jl trov Ovtrov tÚ t E lOta E1811 auAd Écrtl Ka! xroptO'ta návtU KaI vocpa Kat ÓlllllOUP"(tKO KaL Éau-
€V t61t(9 Kal ta tv Xp6vC9 Kat Kat' ap18~ov 1toO'a Ka\ Kata 1tI1AiKov Kal t&v /lóvros OVtC1 TO 1táVTa yevvQ: rol úcpíml1<J1, ta 08 omro Ka9óAou (J1teÚOel
1'0 úrrooe8ÉO'9at Kal aMa TOUIu-ra' oU8~v yap 01'1 trov TOtOÚ-rrov nepléX€tal npo¡; T~V ÜAllV Ka! EV ÉautoiS Ilevelv ou 8úvatCtl TOOV t e lOÍú)~ 1tOtrov Ú1tO-
BV t é\> 1t00<; exovn ooxal yíyvovtat Ka. Ilet' autrov &xEI "[o e:lVat. npot; "[Oú"[(9 rrO:I(; OÚO O'tEpeá,
5 CV;; tvt€A€X€lav post OUVá~ECO<; tTansp. Aj\1 7 tOTl CM R : 0111. A 8 ra\ml M : Taihex ACR 10 lfxCilV <PllO'ív, &v tamé?> 8úvaTal €ÍVUt t61t(9; Ol ó8 OU <p~O'ot>O'l TOVKa8óAou wyov
AM 15 mepeov etvat, aMa cruvt eAeiv /lEY Ka. mÍtov EÍS tf¡v )llav ouaíav TOU O'-rEpeoü
acó¡.tato~, ou J.livt0l allo Ot€PEOV eTvat 1tap' ÉKeivo 1'0 crOO)1a. Ó youv
3.16 Plutarco eN 1085E-10868
¿wKpán¡S ~El)lEV &v Éavt0 KaL rov Ka'W'tEtay)lÉVOv av€lpro1tOV, eXel 8E:
"En T~V /lEV oUa1av Kal t~V ÜAllV ú<pecrrúval rai~
1tOIÓt11Ol AtyOUOlV, che; axe80v OÜTCO~ -rav opov a1l0010ÓVUI' KCÚ TOV iSíQ 1t0l6v' Kal ou 0~1I0U Mo ~é\>a €v auté\> ~ Mo avSpro1tOl ~
oe
ra<; 1rol6Tllta~ an nÚAIV ouda<; Kat mDllam 1tOlO-UO't.
Búo mepeá, M"Aa lIávra wiha cruwcúel 1tpOS )l(av Ú1tÓcrtaalV. aUn1tro~,
20 <PllO'lv, en aKív11Ta ~l¿V€t €v KIVOUllévOlS ovta; ~ aKívl1ta)lEv Eros TO JIpéiYlla
80 Capítulo 3 Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser 81

u<pÉCttl1 Kev, E1tsL 1l110e oí iOíro¡;; 1tOlOl KIVOUVWl tOO 1tpán1atoc; U(¡)€OTroroc;, 20 nlv rrp6vOlov, ds' ó¡..tou YEVo¡..tévou~ 8n1 ¡..tlar; t fj<; t O"Ú
arrAror; 06 OÓK aKÍvl1ta, EaV ú>cnv Ev yevrrr0 npáy¡.tan; ou~.upOeípeT(H yap ai.8épo~ oucrla e; OlarEAetV al..lepot Épour;.
1"(9 EroKpálBl I(cLl Ó a1.hoávOpwnor; Ka1 o t8íror; 1tOlÓr;. n:por; &1[o.C11 18 ~E: om . B
8' Eprot Q., líe; av<ÍyK'l K0.1 daáyetv aUtCl Ka1 dcrá:yovw<; €V TOlr; aiaOllToí'r;
2-3 1tpOc; tOO~ 'AKaór¡)la"(J(oi>~ ... POCÍlvtCOy Para esta polémica entre académicos y estoicos cf. Cicerón
a
25 arrO¡ t9EoOat· rrpor; pT]téov, Otl &i la aicr81ltCt Ilt,.níJ..l.ura ovta Ka1 eiK6var; Acad. 2.49-59; 84-86 Y Sexto AM 7.252 (y nuestro capitulo 7, textos 7.3 y 7.15); 403-411. El núcleo de la
r&v VOTJt &v EX€IV Ka1 alml lO neptA:rl1rtlKwrepov KUI. KOIVÓtEpOV npo t OD tesis estoica es que si todo individuo existente es un ítem peculiarmente cualificado, entonces, no puede
d8u«(r)tÉpou Ka1 ¡.te:ptKffitÉpOU· KuOáne:p yap EV TOte; aÚAolC; €t'oecnv Ctd to. haber dos o más cosas que seao exactamente iguales (cf. Cicerón, Acad. 2.85).
1tOAUÓUvullúnepa Ko.l. óA1Krorepa npol1yettat TOOV ¡.teptKúJtépcov Ka1 úqu;I~l évú.)v, 10-12 a Aéyollatv ... 1tOlOV ió{w~ €;(ouaav Como acertadamente set1a la Cherniss (1976: 800, O. c), esto
ev
Oút(ocrt Ka1 'rote; uA1Koí'r; npáy¡..tam npoürrÓKEltat lO KOtV&C; 1tOUJV TOU no es lo que los estoicos quieren decir, sino que es una inferencia de Plutarco quien se apoya en un detalle
30 i8(00<;, nOÍlH.ta !-lEY av Ka1 elKOOV ¡oi) OA1KOJtÉpOU A6you, xropa 8¿ 'tIC; €lOO· de la teona de la conflagración. Como se ve en 3.4, 10 que Crisipo parece haber sostenido es que es
nerroulIlÉv.., Kallmo8ox~ tOD i8ícoc; nolOU. ouoev ouv Oau).wO"tov Kal f,V imposible que dos individuos peculiannente cualificados se den en la misma sustancia.
t0 oupav0 dvaí ttva KotV~V oucríav oupavou, KaS' ~v óptcrt6~ f,O"t tV Ó 16-18 AéyEt yoüv XpÚ<J11t1(()~ ... t OV KÓcr)lOV tii M \jIUxfi TT¡V 1tp6voluv' ,Ítay ouv ~ ¿K1tÚp(OOt~ yév'ltat
Cf. Cicerón, Acad. 1.29 y ND 2.58.
oupav6~, ~v ecrx,ov av, oe
El Ka1 ¡.mpÍot ~crav oupavoí, dvOl Kat t~V ch~
t OU06 'wu oúpavou 1l0pep~v rE Kal iOlónrW. 3. 19 Simplicio, in caL172, 1-10 (FDS 872)
1 post KOtV &~ spatium duarum litterarum in e 2 1tpO Bag. : 1tpO¡; C I i8lcov C : l8íax; COITo Bonitz 17 KUt ou KaAro¡;
KOlVOV post tOV add . Usener 20 <pacrlv C : cpllcrív COITo Usener 22 yBV"r]té9 scr. Kro!! : ytvBt t<"9 C : 01 LtOJtKOl. VO).llSOUcrtV 1t(icrT}~ Til~ Kara OIOc.pOpO:V íótérrf[tO~ O:1t11UáXSat ta
KIVlltep Usener 23 Ó autoáv9pro 1t o~ (cf. 111 ,33; 113,29; 35) au! 6 ev CtÚt<9 av9pomcx; coni. Usener 1tp6<; tí nco¡; Exovta, ÓtÓtt néepuKEv OV[..l~aíVE lv KOt O:1tocrul..lPalvEtv ).lllOE).llae;
24 eiaáyovta~ coni. Usener 26 1tEPtAll1tTlKóm:pa C m::ptAllltLtKCÍltBpOV COITo Usener 28 ¡..tEtapoÁ"<; nEpt auro: YEvo¡.tévf[~· 'l'eu13oe; yo:p tOuro AiyEtal, f,nE!. Kal trov
1toA.OOovatóm:pCt C: 1tOAooovcll.uim:pa COITo Usener 33 !Iva. pro tT¡v Usener 34 &iól6TIlta C : corro
Bag. iólóTIltCl.
5 np6¡; ti ylVEtat ).lEto:POÁ~ roe; nÉepuKE t aura ¡..tEra~álJ....glv. EltE oe
Év lOl~
nOlOlr; ~ rOle; éiAAOl<; yéveolV úep€crrf[KSv Kal ¡óíav €x.Et ún&nacrtv f,V EKE1VotC;,
El contexto es el de un supuesto apoyo peripalético y estoico de una teoria inmanentista de los univer- Elr e Kal XO)pt~ÓJlEVOV ro~ AóyoC; [f,crtlv] /::tt ).ldUov ú<pÉcrtT}Kev, Kar' a).l<p6rEpa
sales (c e Long-Sed ley Ir, 173 Ynuestro capítulo 4). oÚv EXBI n)v úepócrtacrtv ra. np6<; TI rOlaútTJv, onoíav elPTÍKOI..ISV f,!C 8ta<popéie;
1-3 oi I:tcDlKOI ó€. toO¡; KOtVOOI; 1tO\ou~ ... tO f:v Toi~ KaS' EKactta KOtVOV KatCtt&tCtY)ltvov; Siriano intenta rE o¡..toU Ka1 crxÉcrEroe; cruvlCftallÉvrJV. 5t1 ).lev ouv ÚepÉO""tT}KEV ta npó<; r l
sacar provecho de la supuesta prioridad de lo comúnmente cualificado respecto de lo peculiarmente 10 Kal ~vtlva EXEl <púcrtv, 1310. roúrrov Eip~O"eO).
cualificado, de modo de probar que en las cosas materiales lo que es prioritario también es lo
2 atWlKOI A I &1t11AáX9at A 3 y tvo~évr¡~ A 7 cxspectaveris xropt1;6J.lEVa (Kalbtleisch dicit) I o)~ 6
comúnmente cualificado, es decir, el universal. Es evidente que, intencionalmente o no, está omitiendo el A6y~ v I Bmlv Kalbtleisch del. 9 n: om., o~oO supra O
hecbo de que lo comúnmente cualificado en sentido estoico no puede homologarse al universal en el que
él está pensando. 2-31tá<J11~ ,ii~ KatCt Ótat¡"JoPo.v ... ,o.1tp6¡; tí 1troe; ExOvta cf. supra 3.12, 16-19.
14 t¡"Jr¡oív Debe ser el que presenta la objeción.
3.20 Simplicio, in caL373, 7-374, 6 (SVF 2.401; FDS 867)
3.18 Plutarco, eN 1077C-E (SVF 2.112; 2.1064. FDS 851; LS 280) T&v 8e cmo t,,<; Etoüe; a~lOÚVtCOV de; ro nro<; /::XEIV a vac.pÉpElv tO EXE1V
'AKOUcrCll toÍvuv ecrnv a\ltrov Kat ypá¡.q..laO"lv EVTU- 6 867"]80<; f,vavno"Útal, OÜtE de; r o 1tro<; €XOV ~ YOÚ IlEVO<; odv O\)rE de; ra
XElv noUol~ npo~ teU~ 'AK(ÚSjW({iKOU~ Ola<pEpO¡..t€Vrov Kal np6<; t1 avóYEtV out6, loíav se
dvUl KatTJyopíav' etVat ).leV yo:p crxEtlK~V
~orovrrov, ro~ 1távta npáy¡..tara cruYXáou(J"l tal~ cmapaA- our~v, rptxille; OE: ~láAtcrra Kal ÓIlOJVÚ).lro¡; r~v crxÉcrtv Átyecr8at· nlv ¡.uN
Aa~lOlr;, f,nl ouolv oucruDv €va notov EtVat Blw;6¡..tEVOl. Kaí- 5 yap etvat f,V ~auté9 Ka1 KaS' éallr6, t~V 8E: 1tpOe; gt EpOV, t~V CE ÉtÉpOU
5 tel teDrO ¡..t Ev OÚK /::CJ"tlV Ocrtlr; av9pro1tOJv ou SlaVOElrOl , npo¡; tomó. ~ ¡..tEY ouv Ev taur0 9Ecopdrm Karo: rav nw¡; Exovra, otoe;
Kal rouvaV"tíov OlEtOl 9aullamov dvm Kal7Iapáoo~ov, el Ó npop ep).~~tvo,· crxÉm, yáp tcrn v a~Toíi npo, tau, óv. ~ OE npo, ¡"epov
¡..t~rE c.pátta epánu ¡..t~rE ¡.tÚ.1Ull ¡..tÉAlua ¡..t~tE 1tuP0 1tU- ~ t&V A.eyO).lÉvrov npóe; rr ó yo:p 1tat~p KO!. 6 OE~lOe; Kara crxécrtv AkyErm
por; ~ cróK<9, t OtOU AÓYOU, cruKOV f,V t0 ltavt1 xpóv<9 yáyo- ou t~V aúro"Ú tlVOC; npoc; Éautóv, illa rl)v npor; etepov. ~ 8€ a<p' Étépou
vsv <Í1tOpÚUaKtOv' f, KElVa o' Ovtroc; napa U¡v EwO\áv Écrrlv, 10 npoc; t am6, Ola ~ rou 001tAlO"llévou Kat ún08Eoe¡..tévou· /::CftIVyap a AM)U OXtcrt<;
lOa AtyOUO"lV OOtO\ KalnMÍttouO"lv, ¿nt ¡..tta e; oúcríoo; Qú' 1tpOe; a útóv, t rov ~v 01tAroV 1tpOr; t OV ómÁlcrlltvov, -rrov OE: ú1t08T}).lároov
lóíro<; YEVÉcrGot 1tOlOUr; !Cal t~V aútllv oucrÍav evo. nOlOV 1tpOe; rov Ú1t08EÓE¡..tévov.").l~1tOrE oé, c.pr¡crtV o B 6.,Oo~, toi) qElV ¿mI
l.Óíro<; exoucrov f,ltI6vroc; t t Épou Sf;xEcr9m Kal ÓtUepUA-á.TIBtV o
0"T]¡..tatV6IlEVa ro ¡..tEY Icro13uvul..lei t é9 €x.EIV onoüv El~s IlÉpoc; El"tE xropÍov,
Ó¡..toíroc; <Í)lc.pOt€pou<;. d yap Ma, Ka1 t PS1<; Kal t 6Ttaps<; 8 o~ Ka!. tá;ta uno r"e; ~Eroe; KaS' aú-r~v nporaSdOT}<; O11lla{verm, ta 8E
EcroVr at Kal1t6vrB Kal ocrou~ OUK av n<; ElltOt rrEpl ¡.t(a v J 5 1tu íro f,KelVa Kal ErEpa Ev rñ cruvrÚ<;BI' Ó yap aypOc; npotaBE1<; ~ Ó nat~p
15 oucrtav' 'A.f.yco ó' OUK f,V )lépEO"l olaepó pot~, &AA.&. 1távta<; ~ r o llépOe; r~v Otaepopo:v ¡Wld" 1)1[0 oE taúrr¡v éü.Állv EtVat ro"Ú €XE1V
o¡..toiro<; 1tEpl OAllV tOll <; urrEÍpou<;. AkyEt youv Xpúcrt1t1tOC; O11¡..tacríav rl)v {OlOJe; enl rou Kpardv reraYllévf[v. "f,aV l..Iev oúv tT¡v Karr¡-
f,OtKávUl t0 ¡.tev UVOpc1)JtCfl tOV ó.ía Kal. tOV KÓcr¡..tOV tU yopíav Kara ro 1tprotOV OT}llatVÓ[..lEVOV r tOU rt~, Kal ro c.ppOVElV Kal tO
SE \)IUxf¡ r~v np6vO\uv' orav oÚv ~ EK1tÚP(()O"I~ yévr¡rcu, crroeppovEiv Kal tO úytaíVElv e1<; raúrT}v r~v Ka.rllyop{av avax,Of¡crstOt (eppóvllcrtv
¡.t6vov oc.p9aprov ovra rov 6.ía tillv 9Erov avoxoopEiv btl 20 yap eXEtv tO e.ppovBiv ecrtw), Ú1tE~a.lpEO~cretal óE: a no raÚtl1<; ~ Kara ro
82 3

1IOlE1V Ka\' mícrXElv Kmr¡yopía' OlaKple~O"fmn oe


KCtt TOi) np6o; 'tI " Ó f.l€v
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)'ap KEKrr¡¡..tÉvo-.; LO\) npóo; tt Barat, óE KEK1~creat wu eXEtV, KCtl Ó !J.f:V Capítulo 4
1rat~p 'roD npó-.; n, ro OE lratÉpa dvm EV 1"0 uiov EXEtV. ¿av &E. KCttO 10 Los universales
oeútepov, TU)lEY aMa tOO €XE1V O11JlUlVÓIlCVCt ElO; tao; o.).J...ao; KunTYOp{ao;
25 avaxe~cretm, non M KCttU KPÚ-nlO"lV É1nKt~tOU nvóo;, do; WÚt'lv ¡.tóva," "Cm·
aulO ¡.ti;v oúv KUl 'tu tDi) y€vvaíou Bo~eou rrpoOlcrroplícr8ro.
2 TI): ]'l:UC; K 5 i:aUT6] Éautüü K I olov Kv 9 o'; om . A 10 ota A 11 aut6v ex Écnrr6v corro L 14 o~] OE: 4.1. Estobeo,EcI.1.136, 21-137, 6 (SVF 1. 65; loS 30A; FDS316)
A 15 (ll)VáSEl K 19 CtX8~(JETm A 21 KUt lO náOX,€tv I tW L 22 ¿mi A 251lÓV1lV v. De Zenón y sus seguidores. Afirman que las concepciones no son algo ni están cualifica·
das, sino que son ficciones del alma, como si fueran algo y como si estuvieran cualificadas.
3.21 Plotino Enn. 6.1, 30, 1-21 (SVF 2.400)
Éstas son las cosas llamadas ideas por los antiguos . En efecto, las ideas son de las cosas que
'Ev OE T01<; 1tooo; exoucnv cÍ'torrov Jlf:v 10"00<; "tú nro<; €XOv-
caen bajo las concepciones, por ejemplo, de seres humanos, de caballos y, por hablar de modo
tCt lpha Tí8eaBm 11 Ó1[w(Jouv tá~eú}o; EXE!, bt€lo~ ][!::p1. l~V
ÜAr¡V 7tffi<; EXOVta rcávta. 'AA"Au ota<popav t&v 11:00<; EXÓvrúlV
más general, de todos los animales y de cuantas otras cosas dicen que hay ideas. Los filósofos
<t>~croucnv etvm KCx1 ñUco.; 1rW-'; EXEIV tr,v ÜAT]V 0001 KClI estoicos dicen que éstas son inexistentes y que nosotros participamos de las concepciones y
somos portadores de los casos-sujeto que ellos, sin duda, nombran "apelativos".
5 OÜt ro<;, t1Uroe; oE BV TOl<; 7toos EXOUO"l, Kal En ta ~Ev 1tOta
1tEPl tr,v ÜAT]V 1tro<; E;(OVtCl, ta 10iro<; oÉ 1tOO<; EXOVta 1tEPl 4.2. Aecio, 1.10.3-5 (SVF 1. 65 Y 2.360; FDS 317)
rO. 1tOt&. 'AAAa trov 1totCÓV alltWV ouoev ~ ÜAl1<; 7troe; &XOÚOT]e; Platón supone que las ideas son separables de la substancia de la materia al haber subsis-
OVtrov 1tÚAtv rú 7tC0<; EXOVtCl &1tl 1'T¡v ÜAT]V Clurol<; aVatpÉXEl tido en los pensamientos y las presentaciones de dios, es decir, del intelecto. Aristóteles, en
oe
Kal1tEpl rT¡v ÜAllV E<J1'at. Dcó<; &v ró 1tro<; EXOV 1tOAA~<; cambio, preserva las formas, es decir, las ideas, pero ciertamente no separadas de la materia,
10 olwpopá<; &V aurol<; oüoT]<;; ncó<; yap tO tpÍ7tT]XU Kal tO al generarse desde fuera lo que proviene de dios. Los estoicos seguidores de Zenón afirmaron
oe
AEUKOV de; Ev, 1011 ~ev 1toa01l, t01l 7tOt01l onoe;; nroc; 6e que las ideas son nuestras concepc iones.
oe
tO 7tOre Kal ro 1tOU; n&e; 15Aro<; 7troe; EXOVta 1'0 XeeS
4.3 Alejandro de Afrodisia, in Top. 359, 10-16 (SVF 2. 329; loS 30D; FDS 709)
Kal 1'0 TIÉpual Kal ro EV AUKíep Kal 'AKaolwiq.; KaloAroS
TIroe; oE Ó )'jJóvoe; noo<; EXrov; OÜtE yap autOe; OÜ1'E ra EV Nuevamente, si el género está entre las cosas que son consecuencia de todas, la diferen-
15 aUTC9 t0 ypóvep, OÜtE rO. EV r<'9 1'67tep oür€ Ó 1'óno;;. To BE cia dentro del género tendrá una mayor extensión al ser ésta una de las cosas que son conse-
nOlElv 1[(:oe; 1troe; EXOV; 'End ouo' ó notrov nCúe; EXCúV, aMa cuencia de todos los seres. De este modo, se mostrará que tampoco el algo es género de todas
~laAAÓV nroe; nOlCÓv ~ OAroe; oü 1troc;, aMa nOlWV ~óvov' Kal las cosas, pues también habrá un género del uno que tiene la misma extensión [que el uno] o
Ó náaxrov 015 nroe; EXrov, aD..a ¡..uv..Áóv nroe; náaxCúv ~ OAroe; incluso una mayor, si efectivamente lo uno se predica de la concepción mientras que lo algo
7tÚOXooV [o&ro<;]. "Iaroe; 6' av ~óvov áp).lÓOEt Enl toÚ KEla8m sólo de los cuerpos y los incorpóreos, pero la concepción [no se predica] de ninguno de ellos
os
20 'TO (1[(1<; EXroV) Kal Enl rou EXEW ' Enl toU EXEtv ou según quienes afirman estas cosas.
7[(0e; EXOV, áMa EXOV. 4.4. Simplicio, in cat.l05, 7-21 (SVF2 .278; loS 30E; FDS 1247)
16 E1I:cl KQt Ciz. 17 01) 1t:OOS Gollwitzer : OUK WV BxUC : OUK av W / 1I:OIOV W: 1I:OI&V Henry· Ahora vale la pena investigar si habrá de decirse, en conformidad con quienes otorgan
1
Schwyzcr 19 áw60el Henry~Schwyzer, Bréhier: UPIlÓO€I<C> von Arnim I OÜtwo; del. Theiler, H-S realidad a las formas y los géneros, que estas cosas existen. En efecto, Crisipo también cues-
20 1I:Wo; €XOOV Henry-Schwyzer: 11:00'; €XOV von Amim, Bréhier I hoov Henry·Schwyzer: BXOV von tiona, respecto de la idea, si habrá de decirse que es un esto. Y debe tomarse en cuenta la
Amim, Bréhier / ~ x.
convención entre los estoicos respecto de las cosas cualificadas genéricamente: cómo, según
ellos, se aplioan los casos, cómo las entidades comunes son tildadas por ellos de nada y de qué
manera surge, debido a su ignorancia de que no toda substancia significa un esto, el sofisma
del Nadie por la gramática de la expresión. Por ejemplo: "si alguien está en Atenas, no está en
Megara<; el hombre está en Atenas, por 10 tanto, el hombre no está en Megara>". En efecto,
el ser humano no es alguien, pues el [ser humano] común no es alguien. Sin embargo, en el
argumento lo tomamos como alguien y es por esto que el argumento tuvo este nombre,
habiendo sido llamado "el argumento Nadie". Lo mismo [ocurre1 también en el caso de este
sofisma: "lo que yo soy, tú no eres; yo soy un ser humano; por consiguiente, tú no eres un ser
humano". En efecto, también en este sofisma, los términos "yo" y "tú" se predican de indivi-
duos, pero "el ser humano" de ninguno de los [seres humanos] particulares. Por tanto, la
conclusión paradójica se dió por causa de que trató un 110 algo como algo.
84 Capitulo 4 Los universales 85

4.5 Siria no. in metaplr. \05,19-30 Y 106, 5-8 (SVF 2.364 & 3 Arch. 13; LS 30H; FDS interpretación se ajusta bien a ellas. Terminamos con la formulación de una dificultad en la
318A) teoría estoica.
Sin embargo, para que no perdamos el tiempo discurriendo sobre una historia que es cla~ La teoría de Zenón aparece en los textos 4.1, 4.2 Y 4.3: los universales son meras concep-
ra, debe mencionarse contra él [se. Aristóteles] un argumento acerca de Sócrates, Platón, los ciones (MO~).lata), los cuales, dentro de ta ontología estoica, son entidades inexistentes
parmenídeos y los pitagóricos, de que, por lo tanto, las formas no eran introducidas en com- (aVU1tápKrou~) que no son ni siquiera un algo (!l~) . Según el testimonio de Siriano en 4.5,
pañía de estos hombres divinos para el uso de convenciones respecto de los nombres, como lo (Jeantes Qarece haber aceptado esta postura sin cambios. Una manera de entender esto es que
creyeron Crisipo, Arquedemo y posterionnente la mayoría de los es toicos (pues, en virtud de los universales de Zenón y Cleantes no son absolutamente nada. En oraciones como "el ser
varias diferencias, las formas se distinguen por sí mismas de las cosas que se predican por humano es un animal racional mortal", el término sujeto "El ser humano" carece totalmente
convención) . Tampoco es el caso que [las formas] subsistan en la mente de modo análogo a de referente. Esta línea interpretativa, de tipo nominalista, es la más común entre los estudio-
los bien consabidos decibles, según Longino optó por cons iderar. En efecto, nada en absoluto sos de la ontología estoica y aparece con distintos grados de desarrollo en Zeller 1844-1852,
subsiste en la mente si efectivamente lo subsistente es carente de existencia, pues ¿cómo vol. 3.1: pp. 80-81; Prantl I855 -70, vol. 1: pp. 427-433; Stein 1888: 276-300; Brochard 1912:
podría una misma cosa ser pensable y, a la vez, subsistente? Según ellos [se. Sócrates, Platón, 221-224,235-238 Y 242-246; Couissin 1927: 390; Graeser 1975: 84; Forschner 1981: 74-81;
Parménides y los Pitagóricos], las ideas tampoco son concepciones, como posteriormente lo Inwood 1985: 204 y Sorabji, 2005, vol. 3: 129 y 147. Sin embargo, hay otras dos interpreta-
ha afinnado Cleantes y ni siquiera subsisten en la mente en conformidad con las ideas concep- ciones alternativas: por una parte, la de David Sedley (en Sedley 1985 y Long-Sedley 1987:
tuales, como [sostiene] Antonino al mezclar la opinión de Longino y la de Cleantes. [ ... ] vol. 1, 181-183), quien atribuye a Zenón y Cleantes una forma de conceptualismo similar a la
También se deja engafiar el peripatético Boeto por estas instrucciones de Aristóteles, al llevar que sostienen algunos empiristas británicos, y, por otra, la de Victor Caston (en Caston 1999),
las formas hacia lo mismo que las [concepciones] genéricas, junto a quien es razonable ub icar quien argumenta que ellos adoptaron una [onna de realismo. De acuerdo con Sedley, si bien
también a Cornuto, al haberse dejado llevar, él también, no lejos de esta doctrina. los universales esto icos no son absolutamente nada, somos capaces de representarnos univer-
sales en nuestra mente, de modo análogo a cómo, si bien no hay sirenas en la realidad, somos
4.6. Sexto Empírico AM 11. 8-11 (SVF 2. 224; LS 30!; FDS 629) capaces de formamos representaciones mentales de sirenas. Por consiguiente, el conceptua-
En efecto, los escritores técnicos afirman que la definición se distingue de la [proposi- lismo que Sedley atribuye a los estoicos es un tipo de nominalismo que, además, aplica una
ción] un iversal izable por la mera la sintaxis, al ser lo mismo [que ella] en cuanto a su fuerza. teoría sobre la formación de representaciones de particulares ficticios como las sirenas, al
Esto es verosímil. En efecto, el que afuma "El ser humano es un animal racional mortal" dice caso de los universales. Según Caston, en cambio, nuestras representaciones de universales no
lo mismo en fuerza que el que afirma "Si algo es un ser humano, es un animal racional mor- carecen de un objeto intencional: contrariamente a lo que sostiene la lectura nominalista-
tal", aunque difiera fonéticamente [este segundo enunciado del primero]. El que esto sea así, conceptualista, es falso que no hay nada en la realidad que sea representado por ellas. La
es evidente a partir del hecho no sólo de que la [proposición] universalizable es capaz de única reserva, sostiene Caston, es que su objeto es puramente intencional, es decir, un objeto
abarcar los casos particulares, sino también de que la definición engloba todas las especies del que no existe independientemente de las representaciones que tengamos de ellos. Los univer-
definiendum, por ejemplo, la de ser humano, todos los seres humanos específicos, la de caba- sales, al igual que las entidades ficticias en general, dependerían totalmente de nuestras repre-
llo, todos los caballos. Al subsumirse un solo caso falso, ambos quedan impugnados: tanto la sentaciones para existir y, por ello, estarían dotados de una existencia disminuida. Pero no por
[proposición] universalizable como la definición. Ahora bien, así como éstas divergen entre sí ello son nada como sostiene la lectura nominalista·conceptualista. Son objetos intencionales
en cuanto a la fonética, pero son las mismas en fuerza, de este mismo modo, afirman, la divi - que existen aunque sea en un sentido débil y disminuido, al ser totalmente dependientes de la
sión completa es universal en fuerza, pero se distingue sintácticamente de la [proposición} mente. La lectura nominalista-conceptualista, en cambio, argumenta que nuestras representa-
universalizable. En efecto, la [clase) dividida de esta manera: "de los seres humanos unos son ciones de universales no tienen ningún objeto en absoluto, ni siquiera uno puramente inten-
griegos y otros bárbaros" dice algo igual que "si hay ciertos seres humanos, son o bien griegos cional.
o bien bárbaros", pues si hubiera de encontrarse algún ser humano que no fuera ni griego ni En cualquier caso, los estoicos sostienen que podemos tener representaciones de univer-
bárbaro, necesariamente queda impugnada la división y se vuelve falsa la [proposición] uni - sales. De hecho, a las representaciones de universales, algunas fuentes las llaman "presenta-
versalizable. Por ello mismo también 10 que se afirma de este modo "de los existentes, unos ciones genéricas" (texto 6,5) y otras ·las clasifican como un tipo de concepto (E'wOla), a saber,
son bienes, otros males y otros son intermedios entre éstos" es virtualmente, según Crisipo, ta l el llamado "ficción" (cpávTUO').la). ¿Cómo sería posible representarnos un universal si, como
como [una proposición} universalizable del siguiente tipo: "si algunas cosas son existentes, afirmar la interpretación nominalista, los universales no son absolutamente nada? Una analog-
son o bienes o bien males o bien indiferentes". Sin duda, tal [proposición] universalizable es ía a la que ya nos referimos podría ayudarnos a entender esto. Así como puedo representarme
falsa al subsumirse bajo ell a algo falso. una sirena, aunque las sirenas, junto con todos los particulares ficticios, no son un algo (al
COMENTARIO menos en la opinión de algunos estoicos, cf. Brunschwig 1988: 99-103 y nuestro comentario
En este último capítulo sobre la ontología estoica, nos ocupamos de su teoría de los uni- en el capítulo 2), así también puedo representarme un ser humano genérico, aunque éste, por
versales. Por "universales" entendemos las entidades genéricas a las cuales pretenden referirse ser un universal, tampoco sea un algo. En ambos casos, las representaciones mismas son
términos singulares como "el ser humano" cuando fungen como sujeto de predicación en perfectamente reales, pues, según la epistemología estoica que presentamos más adelante en
oraciones como "el ser humano es un animal racional mortal" . Empezamos con una breve el capítulo 6, todas las presentaciones, incluyendo los conceptos, son estados materiales de mi
descripción de la interpretación tradicional y más difundida de la teoría estoica sobre estas alma que consisten en impresiones fisicas sobre su hálito (textos 6,1 y 7.10). Sin embargo, el
entidades. Enseguida, analizamos en detalle las princ ipales fuentes para mostrar que esta objeto intenc ional de mis representaciones de universales o de particulares ficticios, es decir,
aquello que ellas representan, no es nada (según la interpretación nominalista) o al menos, no
86 Capítulo 4 Los universales 87

algo que pudiera existir independientemente de las representaciones mismas (según la inter- falsas cuando no es asÍ. Pero, en la medida en que no existe un actual rey de Francia, el su-
pretac ión realista). Sobre la base de esta comparacióu, podemos incluso reformular la analog- puesto sujeto de estas dos oraciones no cae ni en la extensión del predicado Calvo ni en la del
ía anterior del modo siguiente; una imagen de una sirena puede ser perfectamente real (pién- predicado No-calvo . Es por ello que estas oraciones, carecerían de un valor de verdad. Pero
sese en el óleo de Leighton "El pescador y la sirena"), aunque la sirena misma no lo sea; esto representa una violación del principio de bivalencia. Para evitar esta consecuencia inde-
análogamente, si bi en mi representación del ser humano genérico es también perfectamente seable, se podría admitir en la ontología, como lo hace Meinong (1904), la presencia de obje-
real, no lo es su objeto intenciona l, a saber, el ser humano genérico. tos no-existentes que puedan fungir con referentes del término anterior, en este caso, un actual
Ahora bien, si para los estoicos los universales no son nada, como lo afirma la interpreta- rey de Francia. La propuesta de Russell es di stinta: para que estas oraciones no violen el
ción realista ¿cómo se generarían, según ellos, nuestras representaciones de universales? Aquí principio de bivalencia, se las debe de tratar como oraciones existenciales cuyo sujeto grama-
también conviene establecer una analogía entre los particulares ficlicios y los universales. tical no funciona, desde un punto de vista lógico, como un término singular genuino sino
La teoría estoica general sobre la formación de representaciones aparece en cuatro textos como predicado. Por ejemplo, " El actual rey de Francia es calvo" se analizaría como: hay un x
incluidos en el capítulo 6: 6.2, 6.3, 6.4 Y 6.5. En 6.3, se hace patente que los estoicos estudia- tal que (i) x es actualmente rey de Francia (ii) para todo y, si y es actualmente rey de Francia,
ron en detalle la formación de presentaciones que representan entidades ficticias. Prueba de y = x, es decir, x es el único rey de Francia (cláusula de "unicidad"), y (iü) x es calvo. For-
ello es que distinguieron por lo menos tres casos: ciertas ficciones se piensan "por analogía" malmente:
como en el caso de Ticio y el Cíc lope, otros "por transposición", como los ojos en el pecho. (2) 3x [(Fx & (y) (Fy ---> x~)) & ex]
Otros más, en cambio, "por composición" por ejemplo el hipocentauro. En el primer proce-
Puesto que no hay actualmente un rey de Francia, esta oración no carece de valor de ver-
dimiento, se magnifica el objeto conservando las proporciones elltre las partes, en el segundo,
dad sino que es falsa. Un problema análogo pudo haber preocupado a Crisipo en el caso es-
se cambia el lugar de una o más partes sin afectar su estructura general, en el tercero se reor-
pecífico de los universales. Consideremos una oración como:
denan las partes de tal modo que se altera su estructura general. Pero 6.3 110 se ocupa del caso
específico que nos interesa aquí, el de los universales. ¿Cuál podría ser el procedimiento en (3) "El ser humano es griego".
este caso? Una posib ilidad, sugerida en 6.4, es un mecanismo mental de abstracción que, a Pero supongamos, junto con Zenón y Cleantes, que no hay un ser humano genérico. Si es
partir de la observación repetida de casos particulares semejantes entre sÍ, despoja a los parti- así, (3) no es verdadero ni falso pues el sujeto de (3) no cae ni bajo la extensión del término
culares de las diferencias que los distinguen entre ellas y, enfocándose únicamente en los "griego" (o predicado ser griego) ni bajo la de su opuesto " bárbaro" (o predicado ser bárba-
atributos comunes en que se funda la semejanza que los une, elabora una representación ro). En cambio, supongamos que, siguiendo a Crisipo. el verdadero significado de (3) es la
menta l de dichos atributos. Como lo señala Sorabji (2005: vol. 3, 138-141), esta teoría de proposición:
corte aristotélico tuvo fuertes repercusiones en la epistemología de filósofos antiguos poste-
(4) (x) (si x es un ser humano, x es griego).
riores a él.
Hasta aquí nos hemos ocupado de la teoría estoica de los universales en la versión que Según puede observarse, (4) tiene un valor de verdad, pues es simplemente falso que to-
parece tener su origen en Zenón y Cleantes. Sin embargo, el pensamiento estoico sobre los do ser humano sea griego. Este método de análisis, permite asignar un valor de verdad deter-
universa les parece haberse modificado con el tiempo, a l buscar reso lver problemas que la minado a cualquier oración cuyo sujeto gramatical pretende referirse a un universal real. Pero,
versión original encontró. Una versión que se apalia de la original en este senti do es la de en principio, también podría funcionar cuando el término singular pretende referirse a un
Crisipo. De acuerdo con 4.5, la versión de Crisipo y de otros estoicos posteriores que lo si- particular como el actual rey de Francia. En efeclo, el análisis de Crisipo permite dotar de
guieron es distinta de la de Zenón y Cleantes, pues empiezan a introducirse "para el uso de valor de verdad a una oración como "El actual rey de Francia es calvo". En la teoría de Cris i-
convenciones respecto de los nombres" (1rpO~ t~V xplio'tV tli~ trov ÓVO~¡(itrov cruvT]e¡;da~). ¿Qué po, el verdadero significado de esta oración sería:
significa esto? Según 4.6, se sugiere que estas convenciones so n aquellas que rigen el uso de (5) (x) (si x es el actual rey de Francia, x es calvo).
términos singulares en las definiciones. Para tomar el ejemplo de 4.6, Crisipo hablÍa sostenido
Es preciso advertir que, por tratarse de una cuantificación universal, (5) es incapaz de
que el enunciado A "El ser humano es un anima l racional mortal" significa lo mismo que el
capturar un aspecto importante del significado de la oración "El actual rey de Francia es
enunciado B "Si algo es un ser humano, es un animal racional mortal " a pesar de que A y B
ca lvo", a saber, que hay un y sólo un individuo tal que ese individuo es el rey de Francia y es
difieren entre sí sintáctica y fonéticamente. En otras pa labras , A y B expresarían una misma
calvo. En cambio, este aspecto aparece claramente reflejado en el análisis russelliano gracias
proposición (axioma), la cual constituiría su significado. Dicha proposición sería la cuantifi-
al cuantificador existencial de (2) y su cláusula de unicidad.
cada universalmente ("uni versalizable": katholikón):
(1 ) (x) (si x es un ser humano, x es una anima l racional morta l) En cualquier caso, tanto el método de Russell como el de Crisipo permiten asignar un va-
Ninguna de las fuentes indica cuál era el objetivo de la teoría de Crisipo: ¿qué problema lor de verdad determinado a oraciones que aparentemente violan el principio de bivalencia en
filosófico pretendía resolver? A título de conjetura, podríamos pensar que se trata de un pro- virtud de que su sujeto gramatical -"el actual rey de Francia" en "El actual rey de Francia es
blema análogo al que preocupó a Russell al formular la versión clásica de su teoría de las calvo" y "el ser humano" en "el ser humano es griego"- carece de referente. Tanto Russell
descripciones (Russell 1905, cf. Neale 1990 y Ludlow 2007). Pensemos en un término singu- como Crisipo argumentan que, en rea lidad, la estructura lógica de estas oraciones es distinta
lar como "El actual rey de Francia". Dado que no hay un actual rey de Francia y dicho térmi- de su estructura gramatical. En particular, en esta estructura lógica, las expresiones "el actual
no, por consiguiente, carece de referente, las orac iones "El actual rey de Francia es calvo" y rey de Francia" y "el ser humano" no son rea lmente referenciales sino predicativas, tal como
"El actual rey de Francia no es calvo" carecerían de va lor de verdad. En efecto, oraciones puede apreciarse si atendemos a la estructura lógica de las oraciones: hay un x tal que x es
predicativas como éstas son verdaderas cuando el sujeto cae bajo la extensión del predicado y actualmente rey de Francia, x es el único rey de Francia y x es c~lvo, por una parte, y para
88 4 Los universales 89

todo x si x es un ser humano x es griego, por otra. Gracias a que en estas estructuras lógicas Cabe, sin embargo, hacer una aclaración importante. La idea de que una misma cosa
"el actual rey de Francia" y "el ser humano" no son referenciales, sino predicativas, las ora- puede estar simultáneamente en dos lugares distintos es, de hecho, aceptada por los estoicos.
ciones tienen un valor de verdad definido. Sin duda, Crisipo y Russell se ocupan de clases Como vimos en el capítulo 3, ellos consideran, por ejemplo, que las cualidades son entidades
distintas de oraciones (oraciones cuyo sujeto gramatical pretende referirse a universales, en el corpóreas capaces de distribuirse a lo largo del cosmos sin por ello perder su identidad. En
caso de Crisipo y oraciones cuyo sujeto gramatical pretende referirse a particulares, en el caso cambio, el sofisma del Nadie parte del supuesto implícito de que una misma entidad no puede
de Russell). Y su manera de entender la estructura lógica de las oraciones problemáticas estar simultáneamente en dos lugares distintos. Habida cuenta de que este supuesto es uno que
también difiere sustancialmente (como proposiciones cuantificadas universalmente en el caso Platón parece aceptar (en Parménides 131 B-C, por ejemplo, Platón deja muy claro que es
de Crisipo y como proposiciones cuantificadas existencialmente en el caso de Russell). Pero paradójica la idea de un objeto simultáneamente presente en lugares distintos) lo que podría
en ambos casos la estrategia genera l es la misma (ambos argumentan que, desde el punto de estar tratando de mostrar el sofisma del Nadie es que es absurdo, no en general, sino para el
vista lógico, las expresiones que funcionan como sujeto gramatical no son referenciales, sino propio platónico, sostener que existen entidades genéricas, pues esta tesis lleva a una conclu-
predicativas), el resultado es equivalente (ambas clases de oraciones tienen un valor de verdad sión absurda si se parte del supuesto, aceptado por Platón, de que una misma cosa no puede
definido, aunque distinto en cada caso: falso en Russell y verdadero en Cris ipo) y, por ende, simultáneamente en lugares distintos.
ambas propuestas poseen el mismo de grado de éxito como soluciones a la dificultad inicial Para terminar, es preciso señalar una posible tensión en la metafisica estoica, original-
con la cual pretenden lidiar (la dificultad de que ambas clases de oraciones parecen constituir mente puesta de manifiesto por Charles Kahn (en Kahn 1969: 165-166). En efecto, la idea de
una excepción al principio de bivalencia). que los universales no son nada parece contradecir la tesis, también sostenida por los estoicos
¿Cuá l es el lugar de la teoría de los universales de Crisipo dentro de la historia del estoi- a través de su teoría de las cualidades, de que existen cualidades comunes, las cuales se en-
cismo? Su originalidad parece radicar en intentar hacer compatibles el nominalismo- cargan de "cualificar comúnmente" a individuos particulares. Según vimos en el capítulo 3,
conceptualismo de Zenón y Cleantes con el principio de bivalencia, el cual es una pieza clave los individuos particulares, como Sócrates, suelen estar cualificados tanto peculiar como
de la epistemología y la física estoica. Pero la versión crisipiana no pretende en absoluto comúnmente en virtud de poseer, por un lado, cualidades peculiares (gracias a las cuales
sustituir o corregir el nominalismo de Zenón y Cleantes. De hecho, Crisipo toma de ellos la distintos individuos de una misma especie se diferencian entre sí, por ejemp lo, Sócrates de los
tesis de que los términos singulares genéricas como "El ser humano" carecen de referente en demás seres humanos) y, por otro, cualidades comunes como la belleza (gracias a las cuales
el sentido fuerte, es decir, en el sentido de que pudiera denotar una entidad determinada que distintos individuos son de una misma especie). Estas cualidades comunes, como 10 indica el
fuera sujeto de predicación y portadora de propiedades como ocurre con las entidades singula- texto 4.1 (cf. 8.7), son el referente de los llamados "apelativos" o "nombres comunes" y son
res comunes como Sócrates o el actual presidente de México. A lo mucho sería posible, corno porciones del hálito cósmico que se propaga a través de la totalidad del cosmos y se difunde
ya vimos, representarnos un ser humano genérico en ese sentido fuerte. El testimonio de en las distintas entidades corpóreas con mayor o menor intensidad. Por ejemplo, la belleza
Siriano en el texto 4.5 también alude a las posturas de Longino, Antonino y Comuto, acerca como cualidad común se difundiría con mayor intensidad en Afrodita que en Elena de Troya.
de las cuales no se sabe prácticamente nada más sino que son variaciones de las de Zenón- En cuanto cuerpo, la belleza y cualquier otra cualidad común, es un algo dentro de la ontolog-
Cleantes y de Crisipo Ccf. Frede, 1990 y Dillon-O' Meara 2006, p. 196 n. 149). La postura de ía estoica. Nótese también que las cualidades comunes son entidades genéricas en el sentido
Longino es parecida a la de Crisipo, por identificar los universales con decibles, y aparente- de que se identifican con aquella cosa que está presente en todos los individuos de una misma
mente cercana también a un cierto tipo de conceptualismo, por hacer de los universales enti- clase (por ejemplo, tanto en Afrodita como en Elena). Por último, cabe observar que, para los
dades que dependen, en un sentido no especificado en el texto, de nuestra mente. Lo mismo estoicos, una cualidad común puede estar simultáneamente en dos cuerpos que se hallan en
cabe afirmar de la postura de Antonino quien sostuvo que los universales son entidades con- lugares distintos (Afrodita y Elena), sin que por ello haya ningún misterio al respecto. En
ceptuales que subsisten en la mente. Cornulo, por su parte, parece haber adoptado una postura cuanto porción del hálito cósmico, una cualidad común como la belleza es un cuerpo elástico
similar a la de Zenón, al poner énfasis en el carácter general de los universales e identificarlos que se encoge y estira y, por ello, puede, en principio, abarcar físicamente la totalidad del
con "[concepciones] genéricas". cosmos y penetrar cuerpos individuales mezclándose con ellos. En este sentido, una misma
¿Qué pudo haber motivado a lo s estoicos a sostener que los universales no son algo? El cosa, la cualidad común, está presente en varios lugares distintos.
argumento atribuido a Crisipo en 4.4 (cf. texto 10.3) responde esta pregunta. El argumento es Sin embargo, la identificación de las cualidades comunes con entidades corpóreas parece
simplemente una reducción al absurdo de la idea de que los universales son algo. No pueden entrar en conflicto con el nominalismo estoico respecto de los universales. En efecto, es jus-
serlo, afirma Crisipo, porque, si lo fueran, entonces el ser humano sería alguien y esto condu- tamente en su calidad de entidades genéricas que se niega a los universales el estatuto de
ciría a una conclusión supuestamente absurda. El razonamiento se centra en un ejemplo: si el "algo". En otras palabras: la teoría estoica de las cualidades parece postular entidades genéri-
Ser Humano (u Hombre) es alguien, no puede estar a la vez en Atenas y Megara, pues algo no cas, mientras que la teoría estoica de los universales parece exclu;r tales entidades de la onto-
puede estar en dos lugares a la vez; por lo tanto, si el Ser Humano está en Atenas, no está en logía. Aunque, en general, la segunda parece haber sido el resultado de un largo y cuidadoso
Megara. Pero esto es lo que es absurdo. Aunque 4.4 no señala por qué es absw'do, la razón proceso de reflexión sobre la metafísica platónica, y aunque aparentemente descansa sobre
parece ser que el Ser Humano -en cuanto entidad genérica presente en cada una de sus instan- fundamentos sólidos, esta tensión en la teoria estoica de las cualidades - tensión que los estoi-
cias- debería estar presente en cualquier parte donde haya seres humanos, incluyendo Mega- cos mismos no parecen haber percibido- nos parece en gran medida insalvable.
ra. Pero es to es justamente lo que la conclusión niega y, por consiguiente, lo que la haría
absurda habida cuenta del hecho empírico de que hay seres humanos en Megara. Por tanto, no
debe tratarse a las entidades genéricas, como algas; en este caso, como personas.
Los universales 91

cosas del mismo tipo : "aquéllas [se. las ideas: ai ¡Mal] abarcan en límites definidos la generación de
Textos Anotados cosas ilimitadas" (SKElVat TWV o.nEíprov cv 1tÉpao"IV &plCJ)lévou; n)v yÉVEOlV nEpiA(l)lpávouow).
8 áV\)náp1C!ou~ dVOl Cf. 2.12 : los oünva. ("nadas") no subsisten en la mente (a:vunóota.ta tfi ó lavoí~).
Los universales 9-10 ~}.lru;, l WV M it1"ooo¡;;rov, O:~ o~ n:pO<J11yopía~ KaAOOO1, nryX.áVEIV. Un apelativo es una palabra que
denota una cualidad común (cf. 8. L flÉpO~ ).Ó)'ou Oll)loivov ICOIvt)V rrolótr¡ta) y el pos ib le significado de
esta afirmación es que somos "portadores" de los apelativos en caso nominativo porque, si bien somos
individuos, también estamos cualificados comúnmente (cf. nuestro capítulo 3, comentario).
4.1. E,tobeo, EcI.I.136, 21-137, 6 (SVF 1. 65; LS 30A; FDS 316)
Zi]vrovcv.; <Kal t rovan' CtlHou>.Ta EvvOlÍJ.lOtét 4.2. Aecio, 1.10.3-5 (SVF 1. 65 Y 2.360; FDS 317)
QlCtOl ,.llln: tlva Eiveu ~lÍtE 1IOlét, waavEl oÉ n va KaL m..álrov xrop\cr'ta~ n,¡; Ü).,llr; oucría¡; t ar;
rocravelnoul <pavráo).lCtw I./fUxíl~· terino ór; Ú1[O t&v ap- rOÉar; únola~lpávsl, Ev Wtr; vo~~aol Kal 'tair; q¡avracriOlr;
'tou Bsou, l"oUTé<TIll"OU vou, Ú<pS<TIoooar;.
xaírov ioéa~ 1tpocrayopcúf:crOal. T&v yap Ka'!cl lO. Moli-
s ¡..tetra un:01tl1ttóvrrov clveu 1"ac; i8¿m;, otov av9pcimoov, APtO'tOTéÁllr; o' clOll ~ a.nÉll1ls Kal iBtoo;, ou ~~V KSXro-
tmrwv, K01VÓtEpOV atJrElv návrrov t rov ~c9ú)v KCtt t&v 5 plOl'Éva, .~, ~A~" + gsOJ YE)'OVoo, .6 {mo w(; 9'0(; +.
dAA.rov 6nócrrov MyOlJ01V loéUl; ctvat. Taúwc; BE Dl 1:1"00- Oi (bto ZtlVWVO~ Ll"C01KOl Ewo~~Q'[a ~~ét€pa '[(J.~ loéoo;
tKOL CjHAÓOQ(poi <paow avunápK1our; EtVl1t Kul trov IlEY 6q¡aO"av.
¿vvorUlátrov J.leté;(etv ~).léir;, 1"&V OE 1ttmO'Ecov, élr; ó~ npoa- 5 f.~W YEyoVW~ tO uno toí) 8eoí) E: corrup. indoedd. (006' € bCÓV Cl~ toO yEyOVÓtO~ l:l1tO 9EOO Wytten -
1o T]yopí~ KCtAüu01, ruYXáVE1V. bach : f.f,' rov yCYOVéVUl tO ¡;;!oonOlr¡9ÉV Usencr) .

I KCtt n'Ov 6n:' o\)''[oil add. Diels 2 epam F : Cj)llcr\ P 3 &aavd XOI&: Iacobs : cll~ lív e1nOl FP 6 abt€lv 4.3 Alejandro de Afrodi,ia,;n Top. 359, 10-16 (SVF 2. 329; LS 30D; FDS 709)
Meineke : dm, FP 7 ,aúrac; Meineke: taína FP. nérJ...lv el tO ytvD¡;
La tesis de que las ideas son concepciones se atribuye a Zenón en este pasaje y a Clcantes en el texto ~~ tOOV 1tcrmv f.1to¡.tévrov Etll, E<TIat [yap] aut ou &nI 1tA.éov ~ Otm.popa oncrú
4.5, línea 10. Para un texto paralelo en que también se defin en los SWOtlflata en términos de ¡pavrácrflata yE trov 1téim 10ie; O,)OlV En:OJlÉVrov. OÜtro OEIXBtlOEtOl JlT)06 10 TI ytvcx;
cf. DG 400, 26-30 (aunque DO es claro que la definición que aperece en este texto de DG sea estoica y, si ov Trov 1tMOW· ccrtat yap Ka t TOU Évo¡; yÉVO¡; ~ En' 1alle; ovroc; ami9 ~
lo fue ra, no expresaria una concepción apegada a la ortodoxia. Cf. Long-Scdley 1987: vol. 2, 185). 5 Kal ht1. 1tAtov, El yE tO JlSv Sv Kat Kata 'tou tvvo~}.lal0¡;, 10 8E 'tI Ka'ta
1 <ml loov o.n' «ÓlOU> Cf. texto 4.5 , linea 10: EvvoiU.lará Eicr¡ a i ¡Mal, roe; K.4Ó:v6r¡~ Ücr1EPOV ¡;;fplJKIN. }.lÓvrov crw~ál(.ov Kal acrwJlá'twv, 10 oe €vvóT)Jla Jllloén:pov TOÚlroV KOTa
3-4 rauta Of. \)no l"(ÓV apxa írov ioéa; rrpooayopwwOaa En Parménides 132 B-C, Platón ya había explo- 'toUr; l"Uiha Myovrae;.
rado la pos ibil idad de iden lifi car las formas (d'ór¡) con concepciones o " pensamientos" (vOllI.lara) identi- 2 yap secl . Wallies 5 twOtlflatCX;] EvO~ VOtl¡lOTCX; B.
ficando estos pensamientos con una cierta clase de representaciones mentales de objetos. Respecto de los
votl¡·wra Platón afi rma que, si bien sólo se dan dentro del alma (OUOCl)lOO ¿OJ,o(h ~ €v \llUxai~) , aquello Para un texto paralelo a éste, cf. 6.13 . Este pasaje se refiere a Aristóteles, Top. 4.6 124a26.
que representan es algo eú sl enre (son "de algo existente": !lv6~ 0V10~, 132 Bll -C2). La diferencia entre
esta postura y la que parecen adoptar Zenón y Cleantes radica en que ellos afinn arían que las concepcio- 4.4. Simplicio,;/I c.t I05, 7-21 (SVF 2.278; LS 30E; FDS 1247)
nes (evVOtl~Wt(l) no son nada en absoluto (ni siquiera objetos mentales). Caston 1999: 176-192 interpreta 'A~tov DE ~T)'teiv Kanl: mue; u1t6<J't(lmv o l06vl"Ue; toie; e'tOEOlV Kal yÉVEO"tv
de forma di stinta la postura de Zenón y Cleantes, al argumet1tar que, al igual que los v0tl¡lClta de este ei pT)e~oEtOL TÚOS erVato K(tI yap Kal Xpúm1t1tOe; a 1tOpti m:pl tilr; ioéae;,
pasaje del Parménides, los ewotl )lo'ra de Zenón y Cleantes son una cierta clase de entidad, dependientes el 't601:> 'tl pT)e~O"El"Ut. ouJl:n:apaAT)mÉov os Kal 't~v OUVtlOEiCtv T&V LtrolK&V
de la mente ("intentional objets of thought"). En este sentido, la postura que Caston atribuye a Zenón y
1tepl trov yevnc&v 1tOl&V, 1tror; ai moocrete; Km' amoue; 1tpoftlÉpov'tal, Kal
Cleantes respecto de los universa les es realista, aunque se trate de un realismo débil, y no nominalista
como sostiene a mayoría de los estudiosos de este problema. Una tercera in terpretación es la de Sed!ey 5 1tOOe; oünva ta KOlVa nap' au'toic; AkyEtOl, Kal 01troe; napa. nlV ayvOlav toi)
( 1985) y Long-Sedley ( 1987), quienes les atribuyen una postura conceptualista similar a la de los /l~ mioav ouoíav TÓOE 11 OT]/laívetv Kal t O 1tapa 'tov O,)nv cróqaoJla yív€'tat
en:piristas britá~icos: "far fro m being prior to particular men in arder of being, as Platonism he Id, [the 1tapo. TO crx1l JlU Tfjc; ).1~fX.oC;, oiov 'El Tie; €<TIIV Ev A8ijvat¡;, olnc EcrtlV Ev
uni versal man] IS mercly a mental construc! compounded out of experiences of pre-existing individual
men, and corresponding to nolh ing in reality" (Sedley 1985: 89, cf. Locke, An essay concerning human
MeyápOl~ <Cév9pronoe; oe E<TItV 6v A8i]vatc;· OVK apa €<TItV lív9pro1toC; Év M syápOH;>" Ó yo.p
lívepw1tD¡; ov TiC; EcrtlV· 0-0 yáp E<J1W 'Tlr; Ó KOlV&;·
IInderstanding 3.3.1 1). No es del todo clara la diferencia entre la interpretación de Caston y la de Sedley
10 roe; 'ttvo. oe aUTov ü áPOIlEV tv t~ MYr(9, Kal 1tapa Touro Kat tO ovoJla
exc~p to por el hecho de que, a diferencia de Sedley (1985: 87), Caston sostiene (1) que las concepciones
estOIcas son algo, 11 (Sed ley argumenta que no son ni algo ni nada sino cuasi-algas, oün va, término que toiho EOXEV Ó AóyoC; Omu; KAllBEia¡;. 10 o-o'tO & Kal bd rouas 'tOu
ap~rece en algunas fue ntes como 2. 12 y que Caston traduce como "nada") y (2) que, en los estoicos, no oé
O"oq¡ío¡.tal"óe; E<TIIV' 'o €roo eiJlI, en) OUK ET·lívOpro1toc; mJ.lI qm· a v9pro1tOC;
eXiste una categoría ontológica de cuasi-algas distinta de la de los algas y de la de la nada (1 999 : 158- lipa oU OUK d' . Kat y a.p he) 'tOÚtOU tOÓ O"O<pícrlla'toc; ro j.l6v E:yOO Kut crú
165). o
€nll&v (hóJ.lrov AÉ)'etat, & livOpro1toc; be' ouoev\ 'trov Ev ¡.tipn -yi:yovev
4-5 T wv yap KOta la Cw0tlflO,ra unom1ttóvrrov ¡;;tvOI ra~ 16ta~ Es decir, los estoicos pretenden que sus 15 o,)v ~ 1tapayroYlÍ, OtÓ't1 T~ ou n v1 roe; nv1. €x.P~oa'to.
eWOtlllata tienen la misma extensión que las ideas tradicionales. Cf. el texto 4.2 y DG 6 15, 12- 16. Para
un aspecto de la concepc ión que tenía Crisipo de las ideas tradicionales, cf. Proclo, in Euclid. 395 (SVF 5 oü in ras. L 8 Cív9pw1t~ Of. 60tlV sv Aatlval~· OUK apa €O"n v avepro1t~ f.V MEyápm<; suppl. Kalb-
2.365) donde se indica que, para Crisipo, la extensión de los universales tradicionales -al igual que la de fleisch 14 clx;; nvl] ouorn K.
los teoremas geométricos- es ilimitada en el sentido de que cada idea aba rca un nú mero ilimitado de
Sobre el sofisma del Nadie, cf. 10.3, el escolio en Filópono, in cal.72 así como Elías, in cal. 178, 1-1 2.
Estos dos últimos textos sugi eren que el sofi sma pudo haber tomado su nombre del conocido episodio de
92 Capítulo 4 Los universales 93

la Odisea en que Ulises engaña a Polifemo (9.366-460). Como bien lo observan Long y Sedley (1987: 8 Aoyytvo<; Parece tratarse del Longino de fines del siglo 11 d.C, posible autor del tratado De Sublimita-
vol. 2, 183), el problema parece ser distinto en cada caso: en el argumento estoico se usa el término te, estudiante (al igual que Plotino) de Amonio y profesor de Porfirio, quien se refiere a él en diversas
"algo" para referirse a una cosa que en rcalidad no es nada (el ser humano genérico), mientras que en ocasiones en Vita Plot. (cf. 14, 19,20 Y 21). Contra Plotino, quien tomó del platónico Numenio la tesis de
Homero se usa el término "nada" para nombrar a algo (Ulises). E l sofisma del Nadie tiene un antecedente que las formas platónicas no son más que los pensamientos del intelecto divino (cf. Enn. 5.5), Longino
importante en la escuela megárica en argumentos diseñados por Estilpón contra la teoría platónica de las sostuvo paradój icamente que tales ideas existen fuera del intelecto sin por ello ser anteriores a él (porfirio,
formas. Al respecto, ci: DL 2.119. Vita Plot. 19~21). Según Michael Frede (1990: 92~96), la tesis que Siriano atribuye a Longino en este
texto ("[las formas] subsisten en la mente de modo análogo a los bien consabidos decibles") es usada por
3 1"ÓOC TI TéOl1ino técnico del capítulo 5 de las Cat, de Aristóteles para referirse a los sujetos de predi- Longino para resolver esta paradoja. La tesis de que los AElcrá "subsisten en la mente" aparece 8.3: los
cación por excelencia: las substancias primeras (individuos particulares corno Sócrates) y las substancias aprehendemos como algo subsistente junto a nuestra mente (!1l ~flEtÉpa napucplCITafltvou oUlvoig) .
segundas (géneros y especies como animal). Cf. el tratamiento clásico de este tema en Owen 1978. En 11 Av!wvtvo<; Cf. D¡¡¡on~O' Meara 2006: 196 n. 149, quienes argumentan que puede tratarse de un
este texto de Simplicio, el argumento estoico pretende demostrar justamente que los universales platóni~ contemporáneo de Plotino, discípulo (al igual Plotino y Longino, cf. nota anterior) de Amonio. Otra
cos no son sujeto de predicación. Sin embargo, no es claro si los propios estoicos usaron este término en posibilidad, aunque improbable por el contexto, es que se trate de Marco Aurelio aunque en sus medita-
este contexto o si es Simplicio quien lo usa para formular en términos artistotélicos la tesis estoica. ciones (ASI) no aparezca el término tvvÓTllla y s6lo aparezca Bvv01U en contextos ajenos al problema de
7 TO crxfj¡.tCt Tfj¡; AÉSEro<; Expresión usada por Aristóteles en SE 4 166bl0~19 (napa TO crxfi¡.w Tfj<; los universales (por ej. 1.9.1 03.2.3).
A¿SEfú<;) para referirse al tipo de sofisma que, en el interior de la clase de los sofismas que "acompañan a
la expresión lingüística" (napa !~v Ab;lV), que confunden una categoria morfológica con una categoría 4.6. Sexto Empírico AM 11. 8-11 (SVF 2. 224; LS 301; FDS 629)
semántica. Cf. Schiaparelli 1999: 1 45~15 1. En el sofisma discutido por Simplicio, el error radica en Tov yap opov <pacrtv oí TE;(VOypá<pOl
suponer que, puesto las expresiones que fungen como sujetos gramaticales de oraciones (por ejemplo, la 'l'tA'ti tU <JUvtá~Et OlCtlPÉpelV TOU Ka90AIKoU, OV-
palabra "Sócrates" en "Sócrates tiene la nariz chata") suelen denotar substancias, una expresión como
"alguien" también debe denotar una substancia cuando es el sujeto gramatical de una oración (por ejem~
Vá¡.tEl TOV autov oVTa. Kat E1KÓTCOe;' ó yap EtncDV "av8pw ~
plo "alguien" en "alguien está en Atenas"). 1tÓr; écrt1 ~ó)ov AoytKOV (}vr¡TÓV" rO) Einóvn "El' Tí €crrlv av-
8 <ñvOpwno<; oE EO'nv ¿y l\O~val(;' OOK a.pa eanv a.vOpwno<; ¿y M!:.-yápO\<;> Cf. Filópono, in cat.72 y 5 8peo1tor;, €KEivo ~tVÓV Eml AOytKOV 8vr¡TÓV" tf¡ IlEY ouvállEl TO
Elías, in cat.178, 1-12. auro /J;yet, T'ti DE lPWVÜ oul<popov. Kat Otl rouTo, (J1)~<pavi:e; €K
mu ~~ ~óvov TO Ka90AIKoV TroV é1t1IlÉpOUe; etvm nEplt..r¡ntt~
4.5 Siriano, in metaph. 105, 19-30 Y 106, 5-8 (SVF 2.364 & 3 Arch. 13; LS 30H; FDS KÓV, &JIJ..a KaL TOV opov €nt1táVTa Ta Eior¡ rou a1t00100-
318A)
IlÉVou 1tpáYllaToe; OllÍKEIV, olov rav ¡.u:.\¡ rou av8pÓJ1tou
AA/...' lva ~~ vUV 1tEPI T~V tcrropiav lPaVepaV oúoav olmpípoo~EV, pr¡TÉOV 10 É1ñ náVTae; TOUe; KaT' E100r; avOpá)1tou~, TOV DE TOU Ln1tOU
eva A.óyov nept I:coKpároue; Kat ITAátrovoe; Kat TroV Ilap~eVtoEÍOOv t EKat é1ttnávme; TOUe; l1t1tOUe;. évóe; le u1tOTax8ÉVTOe; 'l'E'ÚOOUe;
Ilu9ayopeíWv rrpor; amóv, roe; Cipa Ta Elor¡ 1tapa TO'1r; 8EÍotr; ToúrOle; avopácrtv 6Kém~pov yívf.tat ~OX8r¡póv, TÓ Te Ka80t..1KOV Kat b opor;.
OÜTE npo~ T~V xpfimv Tiie; TWV 6VO~láTWV auvr¡9Eiae; 1tap~YETo, roe; Xpúot1tnOe; alJ..U yap che; rauea <provai~ t~r¡t..Aay¡.ltva KaTu Oúva~iv EO"tl
5 Kal 'APXÉor¡I.Wr; KaL Ol rrÑ:lOUe; T&V LTOOtKroV ÜOTEpOV cVlÍ9r¡crav (1tOAt..ate; Ta aUTá, ctoE Kat ~ rfuLCr;, <pao~ OtaipEcrtr;, Oúva~lV
yap 01w:popale; OtÉcrtr¡KE Ta Ka9' aUTa ctOll Trov EV T'ti CiUvr¡9EÍQ. AEyo¡.t.ÉVwv), 15 €xoucra Ka80t..l1clÍv, (J1)vtá~E1 tOU Ka8oAtKOU 01Evi]-
oürE rote; Ñ:KTOtr; TOte; rrot..uOpUt..lÍTote; aváAoyov t0 v4I napulPímatat, ror; voxcv. Ó yap tpÓ1t4'> TtVOe olalpoú~eYO~ "trov av8pÓJnoov Ol
DPEtTO Aoyytvor; npEOpE'ÚElV' OUOEv yap OAOO<; rrapurpioTaTCt1 T0 ve?, EtnEp ~ dOlV 'tA).:r¡W:r;, oi Di: ~áppap01" lOOV n AÉyEl TeQ "El tlvÉr;
avoúcrtóv Emt TO rrapUlPtcrrá~EVOV ' 1troe; o' liv ro aUTO vor¡róv TE E1r¡ KaL E10lv av8peonol, ÉKeivOl ~ ''EUr¡V&; Eimv ~ Páppapot".
10 napuepímatro; oú J1~V oúo' EvvolÍ~aTá elO'lnap' aÚTOte; al tOÉal, roe; KÑ:áv- €ay yáp rte; av8peo1t0e; Eúpímcr¡rat ~lÍrE "EUr¡v IllÍTE ~áp-
Gr¡r; ÜcrtEpOV Etpr¡Kev, ouo', roe; AVTwvLvoe; J1tyvUr; T~V Aoyyívou KaL IO.eáv80ur; 20 papor;, aváYKl11lox811pav IlSv cfval Tf¡V OtaiPEO'lV, 'l'EiJooe;
Oó~av, Te? vó)napu<picrravTal KUTa Tar; SvvOr¡TlKar; iMae; [... ]
O€ yíVEo8Ctl ro Ka80t..tKóV. OlÓ1tEp Kat ro OÜtW Ñ:yólleYov
napacp¿peTCtt 08 Kat Bor¡80r; Ó "rrov OVTCOV Ta ¡.ltv ÉcrrtV aya8á, Ta oe KaKá, ta 8i: roúrrov
1tEpmarr¡!lKO; éK TcOV napa t0 AplcrtOTÉAEt KaTr¡XlÍO'EWV Elr; TalJrov ayrov lleTCt~Ú" OUVá¡.u;l Kara rov Xpúmn1tov
15 TOtr; yEVtKOte; rar; lOéae;' tP Kat TOV Kopvoi'lTov auvtáHEIV eüAoyOV, ou nóppro rOloihóv émt Ka80A1KóV' "El' tlvá ÉcrttV ovw, EKElva ~tOl
Kat aÚTov taÚtr¡e; l)"ltCVEx9ÉVTa rr,r; Oó~r¡e;' 25 aya8á €crrlV i1 KaKá €mlV 11 cÍou1lPopa". TO IlÉVTOt yE TOlOU-
4 PllatV C : Xp~(JlV corro Kro1l8 ouoE Usener. -rov Ka80AtKOV I.VEiJóó~ écrnv l)l'tOTClcrcro~évou tlVO~ aÚTó) 'l'eÚ-
Este pasaje forma parte del comentario de Siriano a Met. M 4 1078bI2~32, en que Aristóteles describe ooue;.
cómo los platónicos, inspirados en Sócrates y los Pitágoricos, llegaron a la teoría de las formas, identi~ 4!4> - 5 9vr¡tóv om. E 13 gO'la\ N 14 álOE Bekker: w<; o~ N : w~ OE LE¡;.
fic ándolas con lmiversales separados (Ku8óAOU XroptO'!IÍ). Para una interpretación sugerente de la primera
parte de este pasaje de Siriano, cf. Caston 1999: 148-149 y 196. Sobre la noción estoica de definición -donde encontramos dos tesis centrales: la de Crisipo (la defini~
ción de X es una "explicación de lo que es privativo" de X; wu ¡0(0l) anóooO\<;) y la de Antípatro (la
7 n:apuqlÍm:arcH Las concepciones, por no ser algo, "no subsisten" (avurróa!U!U Tti otavoíq.), término definición de X es una "proposición analítica formulada de manera adecuada" sobre X : J.,ÓYo¡;
técnico del estoicismo para referirse al tipo de existencia característico de los incorpóreos, como es el KflT'rivó.A\)O\v a:n:opn¡;óv"[(ov ÉKqlEPÓIlEVO<;)- cf. los textos recogidos en SVF 2.225 y 227~230 y FDS 622 -
caso en este texto de Siriano. Cf. 2.3. En la doctrina de los incorpóreos, el verbo urpícrt11pt también es 628. Cf. el estudio detallado de esta noción en Crivelli 2010 . Esfera, discípulo de Zenón, pudo haber
usado por algunas fuentes con la preposición itupá, como es el caso aquí. Cf. 8.3 y Caston 1999: 207 n. ocupado un lugar central en la teoria estoica de la definición (cf. 8icerón, TI/se. 4.53 citado en LS 32H).
126. Véase también DL 7.177.
94 Capítulo 4

1 t cX:VoypáqlOt Hemos seguido la interpretación literal, pero podría tratarse de "los escritores de manua-
les de retórica" (cr. LSJ s.v. tE)YoyparpÉ<.u) o de "los lógicos profesionales" (FDS 629). Capítulo S
4-5 el Tí gcnw üvapro7t~. SK6lVO ~t;lóv 6:ml AOylKov 8vrrróv Según t:xplicamos en el comentario, este
tipo de análisis pennile dotar de valor de verdad a oraciones cuyo sujclO es un ténnino universal sin por Lógica, dialéctica y retórica
ello dotar de existencia a los universales mismos. Como señalamos, este análisis también fu nciona en el
caso de términos que pretenden a re ferirse a particulares, por ejemplo "El actual rey de Francia", pues la
proposición correspondiente sería (1) (x) (s i x es el actual rey de Francia, x es calvo), la cual es verdadera.
Sin embargo, parece haber una di ficultad que conviene mencionar aquí: una oración como "El actual rey
de Francia no es calvo" - oración que parece ser la negación de "El actual rey de Francia es ealvo"- 5.1 DL 7.62 (SVF 2.122; FDS 696)
también sería verdadera, pues la proposición que le correspondería también sería verdadera, a saber, (2) Dialéctica es, como dice Posidonio, una ciencia de ítems verdaderos, falsos, y de ítems que
(x) (si x es el actual rey de Francia, x no es calvo). Nótese, sin embargo, que (1) y (2) no son contradicto- no son ni lo uno ni lo otro. Ella también, como dice Crisipo, [se refiere} a los significantes y los
rias, pues la contradictoria de (1) es (3) No-('() (si x es el actual rey de Francia, x no es calvo), la cual es significados. Pues bien, los estoicos dicen tales cosas en su discusión teórica concerniente a la
una proposición distinta de (2). Por lo tanto, la dificultad se desvanece, pues la contradicción que parece voz.
haber entre las oraciones "El actual rey de Francia es calvo" y "El actual rey de Francia no es calvo",
desaparece cuando sc las somete al análisis lógico que propone Crisipo (dcl mismo modo que si se las 5.2 Sexto Empíríco, AM 11.187 (SVF 2.123)
somete al análisis que propone Russell, pues tampoco son contradictorias entre si las proposiciones También ellos sostuvieron que la dialéctica es una ciencia de Ítems verdaderos, falsos , y
3x[(Fx & (y)(Fy - x=y» & ex] y 3xl(Fx & (y)( Fy _ x=y» & no-Cx), siendo que, a diferencia de lo de ítems que no son ni lo uno ni lo otro. AsI, pues, Items verdaderos, falsos, y los que no son ni
que ocurre en el caso de Crisipo, en el caso de Russell ambas proposiciones son falsas: es sencillamente
falso que exi sta algo que sea el actual rey de Francia y sea calvo, así como también es falso que exista lo uno ni lo otro preexistían a la dialéctica. Entonces, si la prudencia es un conocimiento de sí
algo que sea el acrual rey de Francia y no sea calvo). misma, tiene que haber preexistido a sí mi sma. Sin embargo, nada puede haber preexistido a
sí mismo; por lo tanto, de este modo hay que dec ir que tampoco cualquier ciencia existe
respecto del modo de vida.
5.3 Alejandro de Afrodisía, /11 Top. 1,8-14 (SVF 2.124; LS 31D; FDS 57)
Es bueno que nosotros sepamos por adelantado que todos los fi lósofos no usan el término
"dialéctica" con el mismo significado, sino que los de la Estoa, cuando defmen dialéctica como
"ciencia de hablar bien", y cuando posrulan que " hablar bien" es decir 10 que es verdadero y lo
que es conveniente, y consideran esto como pri vativo del filósofo, hacen referencia a la
dialéctica en el sentido de la fi losofia en su fonna más elevada. Es por eso que también sólo el
sabio es, según ellos, "dialéctico".
5.4 Plutarco, SR I04SF-I046B (SVF2.126; 31)
En el tercer libro de Sobre la dialéctica, habiendo hecho notar que Platón tomó en serio
lo concerniente a la dialéctica, y que [lo mismo hicieron] Aristóteles y sus sucesores hasta
Pol emón y Estratón y, en especial, Sócrates, y habiendo declarado que uno estaría dispuesto a
engañarse con tantos [filósofos] y de tal ca libre, concluye textualmente: "en efecto, si hubie·
sen hablado al pasar de tales asuntos , uno tal vez habría ridiculizado esta área. Pero dado que
ellos han hablado tan cuidadosamente, como si la dialéctica se encontrase entre las más signi.
ficativas y más necesarias de las capacidades, no es persuasivo que ellos, siendo en general
personas ta les como sospechamos, estén equi vocados ha sta tal grado". ¿Por qué tú, entonces,
alguien podría decir, nunca dejarás de estar en confli cto con personas de tal calibre y con
tantas de ellas, ni de imputarles, como crees, que están equivocadas en cuestiones tan impor-
tantes y significativas? Pues sin duda no escribieron seriamente sobre dialéctica ni, al pasar,
estaban jugando sobre lo concerniente al principio, al fin, a los dioses o a la justicia, asuntos
respecto de los cuales tratas a su teoría de o bscura, en conflicto consigo misma y con otros
errores incontables.
5.5 Plutarco, SR 103SF-I036B (SVF 2.127; LS 31P; FDS 351)
[Crisipo} no dice que rechaza absolutamente el argumentar dialécticamente respecto de
los [aspectos] contrarios de [un asunto}, sino que recomienda que se haga uso de esto con
precaución, tal como [se lo hace] en los tribunales no con una defensa, sino para destruir su
persuasividad. "En efecto", dice, "proceder así corresponde a los que observan la suspensión
del juicio respecto de todo y es una ayuda para lo que desean; pero, por el contrario, corres-
96 Capítulo 5 Lógica, dialéctica y retórica 97

ponde a los que ejercitan el conocimiento en virtud del cual viviremos en concordancia, ins- aquello de lo que tienes cognición y cua ndo exhortas a los demás junto con su defensa, estás
truir a sus d isc ípulos con elementos y pos iciones fuertes desde el comienzo hasta el fina l reconociendo que, por pundonor, te comportas como un jovenzuelo al usar el poder de la
destruyendo la persuasividad de sus [argumentos] en los casos en que es oportuno acordarse razón de un modo inútil y noci va.
de los argumenws contrarios, tal como también [se hace] en los tribunales", Esto es, precisa- 5.6 OL 7.4 1-48 (SVF 2.130; LS 3 1A; 318 ; 37C. F DS 33)
mente, 10 que ha dicho con estas mismas palabras. Ahora bien, que es absurdo que crea que Algunos sostienen que la parte lógica se divide en dos ciencias: en retórica y dialéctica.
Jos filósofos deben presentar el argumento opuesto sin una defensa, igua l que los oradores, Algunos también [la dividen] en la parte que trata la defi nición y en la que trata los cánones y
maltratándolo como quienes están luchando por la victoria, no por la verdad, se ha argumen- criterios. Algunos otros, en cambio, eliminan la que trata la definición. Ahora bien, adoptan la
tado contra él en otra parte. Pero él mismo, no en pocos sino en muchos lugares, presentaba que trata los cánones y criterios para descubrir la verdad, pues a ella redirigen las distinciones
argumentos contrarios a los que aprueba, y lo ha hecho con tanto ánimo, seriedad y tan~o entre las presentaciones; pero de un modo simi lar la [parte] que trata con la definición es para
pundonor que no corresponde a cualquiera comprender lo que le parece correcto. (Esto] es sm el conocimiento de la verdad pues las cosas se captan a través de conceptos. Y en cuanto a la
duda lo que ellos dicen cuando admiran la destreza de este hombre y creen que Carnéades no retórica, es la ciencia de hablar bien respecto de los discursos expositivos, y la dialéctica, es la
dice nada propio, sino que se precipita a atacar sus argumentos a partir de lo que Crispo in- ciencia de dialogar bien respecto de los discursos que consisten en preguntas y respuestas, de
tentó [hacer argumentando] en dirección contraria, y que con frecuencia declara: "hombre ahí que también la definen así: "ciencia de las cosas verdaderas, falsas y de las que no son ni
incomprensible, tu cólera te destruirá" . Porque [Crisipo, cree Carnéades,) provee significati- lo uno ni lo otro". También dicen que la retórica misma tiene tres partes: [i] una [parte] de ella
vos puntos de partida en contra de sí mismo a los que quieren conmover y desacreditar. sus es la deliberativa; [ii] otra la forense, y [¡ji] otra la encomiástica. También se divide en descu-
doctrinas. [ ... ] En el libro IV de su obra Sobre los modos de vida (Crisipo] escribe lo sigUien- brimiento, estilo, orden y representación. Un discurso retórico [se divide] en proemio, exposi-
te: "Los argumentos contrarios y los [aspectos] persuasivos [de los argumentos] en lados ción, lo que [se replica] en contra de los oponentes, y epílogo. La di aléctica se divide en área
contrarios no deben mostrarse al azar, sino con precaución, de manera que [las personas] no concerniente a los significados y al sonido vocal; y el [área] de los significados [se divide] en
sean desviadas por ellos y pierdan sus cogniciones por no ser capaces de comprender suficien- área de las presentaciones y de los decibles que a partir de ellas subsisten: proposiciones, [que
temente las soluciones y por conocer de un modo inseguro. Porque incluso quienes conocen son decibles1 completos, predicados - tanto activos como pasivos-, géneros y especies y, de
según el uso corriente tanto los objetos sens ibles como los otros objetos que fácil mente de- manera similar, argumentos, modos de argumento, silogismos y sofismas que dependen del
penden de éstos son desviados por las preguntas de los megáricos y por otras preguntas más sonido vocal y de los estados de cosas. Entre esos sofismas se encuentran los argumentos del
numerosas y más poderosas". Pues bien, con placer les preguntaría a los estoicos si cons ide- mentiroso, del que dice la verdad, del que niega los argumentos, el sorites, los defectuosos,
ran que las preguntas de los megáricos son más poderosas que las que en contra del us~ co- los aporéticos y los conclusivos, que se asemejan a ellos. Los argumentos del velo, del cornu-
rriente Crisipo ha escrito en seis libros. ¿O es que hay que hacerle esta pregunta a l ll1ls mo do, del no-alguien y del segador. Corresponde también a la dialéctica el área peculiar, antes
Crisipo? Exam ina , pues, lo que de esta manera ha escrito acerca del argumento megárico en menc ionada, que se refiere al sonido vocal mismo, en la cual se muestra la expres ión escrita y
su Tratado sobre el ZlSO del discurso: "Algo así también ha sucedido en el argumento de cuáles son las partes del discurso, la cual se refiere al solecismo, al barbarismo, la poesía, la
Estilpón y en el de Menedemo pues, aunque ellos se habfa n vuelto muy reputados en sabidur- ambigüedad, la expresión melodiosa, la música, y, de acuerdo con algunos [estoicos], a las
ía, su argumento se ha vuelto ahora hacia su desgracia , porque partes de él son muy obtusas y definic iones, las divisiones y las expres iones. [ ... ] [Dicen] que la dialéctica misma es necesa-
partes son claramente sofisticas". Muy estimado [Crisipo], ¿es que acaso temes que estos ria y es una virtud que contiene [otras] virtudes en especie. La "no precipitación" es el cono-
argumentos, de los que te ríes y, por tener un vicio manifies to, los llamas "desgracias de los cimiento de cuándo hay que prestar asenti mi ento y cuándo no; la "falta de descuido" es una
que preguntan", puedan desviar [a las personas] de su cognic ión, pero que tú mismo, aunque razón fuerte en contra de lo plausible, de manera de no ceder a ello; la "irrefutabil idad" es la
escribes tantos libros en contra del uso corriente y tienes la ambición de superar a Arcesilao, fuerza en el argumento, de manera de no ser conducido por él hacia la [posición] contraria. La
has agregado lo que descubriste, cualquier cosa que sea, y no esperabas perturbar a ninguno "ausencia de frivolidad" es un estado que refiere a las presentaciones a una razón recta. Sos-
de los que te encontraste? Desde luego que no se vale de meros argumentos dialécticos en
tienen que el conocimiento mismo es o una cognición segura o un estado en la recepc ión de
contra del uso corriente, sino que, como si fuera arrastrado por la pasión en un juicio, con las presentaciones que es inmodificable por un argumento. Sin el estudio de la dialéctica el
frecuencia dice con cierta pasión que hace vaniloquios y profiere sonidos inútiles. Pues bien, sabio 00 sería iofa lible en su argumento, pues lo verdadero y lo fa lso se discrimina gracias a
para no dejar de contradec irse en sus Tesisfisicas ha escrito lo siguiente: "Aun cuando tengan
ella y se d istingue lo persuasivo y lo que se dice de manera ambigua; sin ella no es posible
una cognición, será posible que argumenten en contrario haciendo una defensa, y a veces
formular preguntas y responder de manera metódica. La p recipitación en las afirmaciones se
estableciendo las posibilidades en cada lado, aunque no tengan una cognición de ninguno de hace extensiva a lo que sucede, de manera que las personas que no tienen sus p resentaciones
ellos". Y en su tratado Sobre el uso de la razón, después de haber argumentado que el poder
entrenadas se vuelven hacia el desorden y el descuido. Es únicamente de este modo que el
de la razón no debe usarse para cosas inconvenientes, como tampoco debe hacerse con las
sabio se mostrará agudo y penetrante y, en general, fonnidable en sus argumentos, pues a él le
armas, ha dicho lo siguiente: "Por cierto que debe usarse para el descubrimiento de las cosas
corresponde dialogar y debati r correctamente y a él le corresponde discutir lo que se le pre-
verdaderas y para la ejercitación en común de tales cosas, pero no para los fine s contrarios,
senta y responder a lo que se le pregunta, actividades que son propias de la persona experi-
aunque muchos procedan así". Por " muchos" tal vez quiere decir los que suspenden el juicio;
mentada en la dialéctica.
aquellos argumentan dialécticamente en cada lado, aunque no tienen cognición de ninguno de
ellos. [Su posición es] que, si algo es cognoscible, solamente así o particularmente de esta 5.7 Sext o E mpírico AM 2.6-7 (SVF 1.75; 2.294. LS 3 1 E; FDS 35)
manera (se. si es cognoscible) la verdad puede dar lugar a una cognición de sí misma. Tú Jenócrates, el discípulo de Platón, y los filósofos de la ESloa decían que la retórica es la
mismo, sin embargo, que los acusas, cuando escribes sobre el uso corriente 10 contrario a "ciencia de hablar bi en"; en un sentido, Jenócrates admite la expresión "ciencia" en vez de
98 Capítulo 5 Lógica, di aléctica y retórica 99

"arte", de acuerdo con la costumbre antigua, y en otro los estoicos [admi ten "ciencia"1 en vez Es necesario, en efecto, dar testimoni o verdadero de ellos. No encontré en ninguna parte nada
de "tener cogniciones seguras", que nacen solamente en el sabio. Pero ambos admiten "decir" [escrito] por alguno de los que son valorados por su nombre, ni siquiera una recopilación,
como diferente de "dialogar", precisamente porque lo que se estab lece con brevedad y en el mayor o menor, que esté en relación con el tratado que yo escojo. Las dos obras que Crisipo
[proceso de] recibir y dar una razón es tarea de la dialéctica; el "decir", en cambio, que se nos ha dejado con el título Acerca del orden de las parles del discurso no contienen, como
considera en amplitud y detall e es propio de la retórica. De ahí que cuando a Zen6n de Citio saben los que han leídos los libros, una teoría retórica, sino dialéctica, que trata sobre el orden
se le preguntó en qué se diferencia la dialéctica de la retórica, cerró su mano, la volvió a abrir de las proposiciones, las que son verdaderas y falsas, posibles e imposibles, contingentes, las
y dijo: "es como esto", establec iendo como peculiaridad de la dialéctica la dens idad y breve- que cambian, las ambiguas y otras de tal tipo , y no contribuyen con ninguna utilidad ni bene-
dad debida a la cerrazón (de su mano], e insinuando enigmáticamente la ampl itud del poder ficio para los di scursos políticos, si no que se hacen para el placer o la belleza de la exposi-
de la retórica debido a la apertura y extensión de los dedos. ción; a es tas cualidades , sin embargo, debe apuntar la compos ición, así que des istí de esta
investigación.
5.8 DL 7.83 (SVI' 2.130; LS 31C; FDS 87)
Los estoicos son de ta l índole en asuntos lógicos con el fin de confirmar del mejor modo 5.12 Quintiliano, JlIstitlltio oratoria 2.15, 34-35 (SVF 2.292)
pos ible su tesis de que el sabio siempre es un dialéctico. Pues todas las cosas se ven a través La definición que perfectamente pertenece a esta sustancia (i.e. la de "retórica") es "re-
de una considera ción que se basa en discursos, ya sea los del dominio físico o los del dominio tórica es la cienc ia de decir bien", pue s también comprende a la vez todas las vi rtudes de la
ético. Y en cuanto a la lógica, ¿qué hay que decir? Acerca de la corrección de los nombres, [la oración y también el carácter del orador. Porque si éste no es bueno, no puede hablar bien; del
cuesti ón de] cómo los usos corrientes asignaron [nombres1 a las cosas, [el sabi01 no podría mismo modo vale aquella defini ción de Crisipo, quien la toma de Cleantes: " la cienc ia de
decirlo. Al haber dos usos corrientes que caen bajo su virtud, una examina qué es cada uno de hablar correctamente". Hay otras muchas definiciones del mismo autor, pero má s bi en se
los existentes, otra qué es [lo que se] llama [así]. Así es pa ra ellos la lógica. refieren a otros asuntos.

5.9 Plularco SR 1047A-B (SVF 2.297-298; LS 31 H) 5.13 E pici ClO, Diss. 1.17.1-12 (SVF 1.48)
La retórica se define como " arte concerniente al orden y al arreglo del discurso expositivo". Que los asuntos lógicos son necesarios: Puesto que la razón es la que articula y realiza lo
Además, en el libro 1 [Crisipo] también ha escrito lo siguiente. " Creo que hay que ocuparse no demá s y que ella debería no ser inarticulada, ¿por obra de quién sería articulada? Es obvio que
sólo del orden libre y simp le, sino también de las representaciones apropiadas según las o por ella mi sma o por otra cosa. Sin duda , o aquella será la razón o algo superior a la razón,
modulac iones apropiadas de la voz en el discurso y los gestos del rostro y de las manos" . Sin cosa que es imposible. Si es la razón, de nuevo, ¿quién la articulará? Pues si ella [se articula] a
embargo, una persona que aquí se ha distinguido tanto en relación con el discurso y en el mismo sí mi sma, ella también puede [hacerlo]. Si vamo s a prec isar de otra cosa, esto será infinito e
libro ha vuelto a sugerir una explicación sobre el choque de los sonidos (i.e. el hiato) no sólo incognoscible. "Pero 10 que más urge es curar" y cosas semejantes. Pues bien, ¿quieres oír [lo
dice que, "al retener lo mejor, hay que descuidar estas cosas, sino también ciertos tipos de que digo] sobre aquellos asuntos? Oye. Sin embargo, si me dices que "no sé si hablas con
oscuridades y elipses y, ¡sí, por Zeus!, los solecismos de los que otros - y no pocos- estarían verdad o con fa lsedad" y si digo una expresión de un modo ambiguo y me dices " haz tu di s-
avergonzados". Por cierto que conceder en un momento a los que dicen que el discurso se tinción" no te soportaré, sino que te responderé "pero urge más". Pues es por eso que creo que
encuentra dispuesto en orden, incluso hasta el decoro propio de las manos y la boca, pero en otro anteponen los asuntos lógicos, ta l como antepondremos la investigación de la med ida a la
momento no poner atención a las elipsis y oscuridades, y no avergonzarse de los que cometen medición del trigo. Pero si no disti nguim os primero qué es un modio ni di sti nguimos primero
solecismos es propio de quien dice perfectamente lo que se le ocurre. qué es una balanza, ¿cómo podremos medir o pesar algo? Por lo tanto, si n haber exa minado
con cuidado ni haber investigado con exactitud aquí el cri terio de las demás cosas y por med io
5.10 Plutarco SR 1034E (SVF 1.50; 1.78; 1.260; LS 31L) del cual se examina con cuidado lo demás , ¿podremos investigar con exactitud y exa minar
Al que dijo "no des tu veredicto hasta que hayas oído ambos lados de la declaración" con cuidado alguna de las demá s? ¿Cómo es posible? "Sí, pero el modio tambi én es una
Zenón lo contradecía va li éndose de un argumento de este tipo: "el segundo hablante no debe madera estéril". No obstante, es medida del trigo. "También los asuntos lógicos son estéri les".
ser oído, ya sea que el primer hablante haya demostrado [su tesis], (pues en ese caso lo que se También veremos lo que a eso se refiere. Ahora bien, si alguien también concediera eso es
investiga tiene un lími te), ya sea que no la haya demostrado (pues eso es semejante a no haber suficiente aq uello de que los asuntos lógicos sean di scriminadores y examinadores y, com¿ se
escuchado con atención cuando se lo llamó o a haber dicho banali dades cuando escuchó). podría decir, factores de medición y de peso. ¿Quién dice esto? ¿Sólo Crisipo, Zenón y Clea n-
Pero o bien la demostró o bien no la demostró. Por consiguiente, el segundo hablante no debe tes? ¿Y Anti stenes no lo dice? ¿Y quién es el que ha escrito que el examen de la s palabras es
ser oído". Tras proponer este argumento, siguió escrib iendo en contra de la República de el principio de la educación?
Platón con la intención de refutar los sofismas y animar a sus di scípulos a que acojan la
dialéc tica ya que ella es capaz de hacer eso. Pero, por cierto, o Platón demostró o no demostró 5.14 Epiclcto, Diss. 4.8.12-13 (SVF 1.51; LS 3lJ; FDS 79)
lo que se encuentra en la República; sin embargo, en cualquiera de los dos casos no era Pues bien, ¿cuál es el tema del filósofo? No es su manto, ¿no? No, sino [ejercitar] su
necesario escribir en su contra, sino que eso era completamente inútil y vano. Lo mismo razón . ¿Cuál es su fin? No es portar su manto, ¿no? No, sino poseer una recta razón. ¿Cuáles
puede decirse también de los sofismas. son sus principios teóricos? No es algo que se relacione con cómo hacer la barba larga o la
cabellera densa, ¿no? Más bien es lo que dice Zenón: conocer los elementos del di scurso, cuál
5.11 Dionisio de Halicarnaso, De compositiolle verhorum 4, 129-147 (SVF 2.206a) es cada uno de ellos, cómo se relacionan entre sí y qué se sigue de ellos.
Ahora bien, cuando yo me decidí a ordenar este asunto estaba investigando si los que nos
precedi eron (y, especialmente, los filósofos estoicos pues sabía que ellos habían tenido una
preocupación no insignificante por el área del lenguaje) habían dicho algo sobre él pues sabía
lOO Capítulo 5 Lógica, dialéctica y retórica 10 1

5.1 5 DL 7. 59 (FDS 594) no (en el capítulo 1, texto 1.1 se establece que a la lógica los estoicos también la denominan
Las virtudes del discurso son cinco: helenismo, claridad, concisión, propiedad, estilo "dialéctica"). Ahora bien, si aceptamos que, como se sugiere en 5.6, la retórica y la dialéctica
apropiado. Ahora bien, "helenismo" es una elocución infalible en su uso técnico y no fortu ito. son las dos "ciencias (o "conocimientos": ém(}t~¡.tal) en que se divide la lógica, hay que ver
"Claridad" es la expresión que genuinamente estab lece lo que se piensa. "Concisión" es una en qué radica su dife rencia. De acuerdo con ese mi smo pasaje, la retórica es "[a ciencia de
expresión que abarca exactamente lo que se requiere para la aclaración del lema. "Propiedad" h~blar bien respecto de los discursos expositivos" y la dia léctica es la "ciencia de dialogar
es la expresión apropiada al tema. "Estilo apropiado" es una expresión que evita la vulgari- bien respecto de los discursos consistentes en preguntas y respuestas". Esta caracterización de
dad. "Barbarismo" es una expresión defectuosa contraria a los griegos de buena reputación. "dialéctica" evoca inmediatamente la tesi s p latónica de la dialéctica como ciencia o conoci-
"Solecismo" es un discurso que se pone junto de un modo incoheren te. miento supremo que se identifica sin más con el correcto diálogo filosófico, en el cual deben
cump lirse algunas condiciones básicas: (a) el interrogado debe responder lo que realmente
5.16 EpicIclo, Diss. 2.20.2 1-22 piensa (s i no lo hace se destruirá el A6yo,; cf. Platón, Gor. 495a7-9); (b) el interrogado debe
¡Qué infortunio, que alguien que ha obtenido de la naturaleza las medidas y patrones para hacerse cargo de lo que se sigue de su respuesta, a[ menos toda vez que se siga. Ésta es la
el reconocimiento de la verdad no dedique su ingenio a aplicarlos y a añad ir lo que falta, sino "coherencia" (ó¡..toAoyía) exigida por Sócrates en varios pasajes de sus diálogos (Teet. 145c5
todo lo contrario, que intente destruir y hacer perecer si posee algo de conocimiento de la el passim; Gor. 461al -5; 461 b8-9; 468e2; 4 70bl -7. ef. también Tee/. 154d-e; I 64c8-9, donde
verdad! se enfatiza que el acuerdo no puede ser meramente nominal, como los acuerdos que los COL1-
COMENTARIO tcndares - aywvlO"wí- acostumbran hacer. Para la relación O¡lOAoyía-oIClAéyeaOat véase tam-
Desde Platón y Aristóteles - pero especia lmente desde que Aristóteles redefinió lo que bién Platón, Critón 48b-c; Pro/. 322d-e, con las observaciones de Brancacci 2005: 137-138).
cons ideraba que era el lugar apropiado de la dialéctica respecto de la filosofia- el examen de (c) Si la respuesta del interrogado es refutada, en la buena fe que presupone el diá logo filosó-
las relaciones entre lógica, dialéctica y retórica parecen haber ocupado un lugar prominente en fico quien ha sido refutado debe intentar corregir su tesis y ofrecer otra. Lo que es importante
los debates filosóficos en Grecia. Como sabemos (y como di scutiremos abajo), Platón es el destacar es que tanto la retórica como la dialéctica son "ciencias" o "conocimientos"
primero que advierte sobre el peligro implícito en las prácticas retóricas u oratorias de la (é1ttO"'t"~I-lClt), y si el conocimiento es el estado cognitivo propio del sabio (cf. capítulo 7, texto
sofistica, especialmente cuando éstas se pretenden identificar con lo que Platón entiende como 7.8), hay que inferir que únicamente el sabio es capaz de ser no só lo dialéctico (5.3; 5.8) sino
el legítimo propósito de la actividad filosófica, el cual presupone en su opinión eliminar la también retórico. Hemos destacado las palabras hablar (Atyelv) y dialogar (olaAÉyeaOm; esta
mera disputa verbal, cuyo único propósito es ganar la discusión, y enfat izar la bús queda de la distinción es una constante en todas las fuen tes que definen retórica y dialéctica; cf. SVF
verdad (cf. Platón, Men. 75C-D; Gor. 47IE-472C; PrOI. 337A-B; Fed. !OID5-102A 1; Teel. 3.267, con la excepción de nuestro texto 5.3) porque si los estoicos estaban pensando en el
167E; 1720; PhI. ¡l e; 17A; 508). Tanto el Gorg. de Platón como la Retórica de Aristóteles uso platónico de olaAiye0"9at en su caracterización de dialéctica, es probable que hayan queri-
constituyen documentos importantes de ese debate. do decir algo más que el mero "hablar" o " decir" . Si és te es efecti vamente el caso, es plausi-
Este comentario se divide en cuatro partes: en la primera (i) di scutiremos brevemente el ble pensar que el método y el estilo entre la una y [a otra no sea solamente lo que las diferen-
aparente trasfondo platónico de la d istinción estoica entre dialéctica y retórica y analizaremos cia (contra este enfoque cf. Long 1996a: 87). Aunque, como sugiere Long, es cierto que los
el modo en que [as distintas partes de la filosofía se conectan con las distinciones debatidas en verdaderos retóricos son los sabios estoicos (cf. OL 7.122; Plutarco, SR 1034B), es probable
este capitulo entre dialéctica, lógica y retórica. En la seglmda parte (ii) examinaremos la que entre una disciplina científica (la retórica) y la otra (la dialéctica) haya algo más que una
caracterización estoica de la retórica como "ciencia o conocimiento (€1tlO""[~ ¡..l"rl) de (cómo) distinción de método o el estilo, o ése es el modo en que argumentaremos (ésta es, en cierto
hablar bien"; finalmente, en la tercera secc ión (iii) procuraremos explicar cuál es la relac ión modo, la línea interpretativa que sugiere el texto 5.11, aunque Dion isio de Halicarnaso, al
que, según los estoicos , existe entre retórica y dialéctica, la prioridad de la lógica sobre la afirmar que " los estoicos no habían tenido una gran preocupación por el área de l lenguaje",
retórica y las conexiones de la lógica con la epistemología. Finalmente, (iv) en la última parte parece errar completamente el blanco. Su testimonio, con todo, es relevante, porque advierte
examinaremos brevemente dos pasajes de Epicteto incluidos en este capítulo, en los que se que no pueden clasificarse bajo la retórica tópicos tales como las proposiciones y sus valores
muestra [a necesidad de la lógica como nexo articulador de las demás partes de la filosofía. de verdad y modal idades).
(i) Como hemos visto en el capítulo 1, en su presentac ión más general los estoicos divid- Los textos que hemos incluido en este capítulo no nos permiten saber con precis ión si los
ían la filosofía en tres partes: fisiea, ética y lógica (cf. textos 1. 1 y 1.2). Aunque esta división estoicos suscribían a las condiciones platónicas de dialéctica enumeradas arriba (y, tal vez, a
parece haber tenido cierto consenso, el estoico Cleantes sostuvo que, en realidad, las partes de algunas otras), pero del hecho de que la dialéctica sea la "ciencia" del correcto dia logar en los
la filosofía eran sei s: dia léctica, retórica, ética, política, fi sica y teología . Pero como hemos discursos consistentes en preguntas y respuestas parece seguirse para los estoicos que es la
argumentado en nuestro comentario al capítu lo 1, e[ hecho de que en [a mayor parte de nues- ciencia o conoc imi ento de lo verdadero, lo fa lso y lo que no es ni lo uno ni lo otro. Esto últi-
tras fuentes la retórica sea habitualmente tratada dentro de la lógica, [a política lo sea dentro mo debe significar, como se sugiere en 5.6 hacia el final (cf. tamb ién 5.5), que la posesión de
de la ética y la teología dentro de la fisica, hace en cierto modo irrelevante la distinción de la dialéctica permite discriminar o distinguir lo verdadero de lo fa lso y lo que no es ni verda-
CJeantcs en seis partes. El otro punto importante que debe comentarse brevemente es el con- dero ni falso, así como formu lar correcta y metódicamente las preguntas y respuestas.
cerniente a la evidente distinción que parecen sugerir los textos de este capítulo entre dialécti- Además, el hecho de que al menos algunos estoicos apa rentemente hayan dividido la dialécti-
ca, por un lado, y retórica, por el otro, ya que si la distinción es tan neta, hayal menos una ca en una parte que trata con la definición indica que también el los, como Platón, entendieron
razón para pensar que [a sugerencia de Cleantes es al menos atendible. En este capítulo el la dialéctica como un saber cuya posesión habil ita a dar definiciones (presumiblemente, defi-
texto 5.6 indica que la retórica y la dialéctica son especies del género " lógica", lo cual contri- niciones correctas). Por lo demás, el comentario de Alejandro en 5.3 (en el sentido de que si
buiría a zanjar la dificultad de si la dialéctica y la lógica son cosas esencialmente diferentes o los esto icos entienden la dialécti ca como hablar bien y si esto es decir lo verdadero y lo con-
102 Capítulo 5 Lógica, dialéctica y retórica 103

veniente, están usando la palabra "dialéctica" en referencia a la filosofia en su senti do más tivos" (5.6; 5.7); en el símil de la mano (cf. 5.7), la retórica es como la mano abierto y la
elevado) parece respaldar la tesis de que los estoicos habrían estado dispuestos a suscribir la dialéctica como el puño, probablemente queriendo decir que la retórica es un discurso más
dialéctica en el sentido pl atónico de la ciencia o conocimiento más elevado. laxo y la dia léctica uno más concentrado y argumentativo (cf. Long 1996a y Schenkeveld
(H) Pero, ¿qué significa que la retórica es la "ciencia o conocimiento de (cómo) bablar 1999: 217 n.232). Que en un caso se diga "arte" y en otro "cienc ia" no tiene, probablemente,
bien? Debe significar que un buen orador debe ajustarse a las "cinco vi rtudes de l discurso" mayor relevancia pues, como señala Sexto en 5.7, la fuen te que él cita puede estar haciendo
(cf. 5.15); (a) se debe hab lar utilizando el estilo verdaderamente griego, es decir, siguiendo un uso de la costumbre antigua en la que ambas palabras (tÉXVTl; é1ttcrr~l.lT¡) eran empleadas
conjunto de reg las que se refieren al uso correcto de la lengua. No es fácil pensar sobre la base indi sti ntamente (una práctica habitual en Platón, por ejemplo). Pero el hecho de que los estoi-
de qué podrían estab lece rse esas reg las ya que los esto icos no deben haber estado pensando en cos hayan distinguido arte (t éxV11) de conocimiento (€1tlcrr~~.nÜ debería hacernos pensar que
una Acaderrua de la Lengua que regu lara los usos gramaticales correctos del idioma, pero es puede haber alguna diferencia entre decir que la retórica es el arle de hablar bien o la ciencia
fácil imagi narse que deben referirse a evitar ciertos usos incorrectos que se hacían de la len- de hablar bien. Si nos atenemos a la definición más estrictamente técni ca que dan los es toicos
gua en algunas regiones de Grecia y a en fatizar las prescripciones gramaticales que eran tan de ttxV11, hay que dec ir que una téXV'l no puede ser lo mi smo que ulla E1Hcrr~ l.lTl, pues en tanto
comunes en la gra mática antigua (cL Atherton 1993: 83-84). (b) La claridad, (e) la concis ión una t ÉXV'l es una estructura compuesta de cognic iones (cf. capítulo 7, textos 7.11-12), una
y la (d) propiedad parecen enfatizar la conexión que debe haber entrc la expresión y el conte- E1tloTIÍ¡.Ul no es meramente un co njunto de cogni ciones, sino una cognición segura e inmodifi-
nido (Schenk:eveld J 999: 219): sin claridad no se puede saber lo que se pien sa, sin concisión o cable por un argumento (cf. capítulo 7, textos 7.13 y 7.14; yen este capítulo texto 5.6). Sin
brevedad no se dan los requi sitos míni mos para la ac laración del tema y sin propiedad no cs embargo, como hemos sugerido antes, es probable que Sexto tenga razón y que en 5.7 y 5.9 se
posible establ ecer la referencia al tema en cues ti ón. Por último, (e) el estilo apropiado previe- esté utilizando SmcrrlÍlJ'l en lugar de tÉXVll.
ne acerca del uso dc vulgaridades en la expresión. Vista la retórica desde el punto de vista de Lo más relevante en la consideración esto ica de la retóri ca, no obstante, es el hecho de
las virtudes del discurso, se podría pensar que, aunque no es exactamente lo mismo que la que el mero "hablar o decir bien" no garantiza para los es toicos que lo que se diga sea verda-
dialéctica, constituye al menos la condic ión necesaria de la dialéctica. En efecto, sería dific il dero. "Hab lar o decir bien" entonces debe ser, como lo había sido para buena parte de la
pensar que uno posee la ciencia dialéctica si no es capaz de argumenta r con concisión, clari- tradición fil osófica precedente, hacer un discurso persuasivo. Hasta donde hemos podido ver,
dad y propiedad. los textos no parecen establecer que los estoicos haya avalado la críti ca fe roz que Platón
La dialéctica entendida como una virtud puede generar alguna confusión, pero básica- desata en contra de la retórica como un domini o opuesto al de la verdadera filosofia (cf. Gor.
mente debe entenderse como una perfección del a lma individual que posee no só lo la técni ca 448D; 449B); en el enfoque platón ico, la retórica sería un "artífice de la persuasión" (1lEt60ur;
o el saber dialéctico, sino también un cierto estado del alma (cf. texto 5.12, aunque la condi- Sl1 ~lloupyór; ÉcrttV ~ PTJtoptKTÍ; Gor. 453A2) y sobre todo de la persuas ión fo rense, la que se da
c ión o estado de "ser bueno" se refiere allí al orador o retórico) que permite al sujeto no ser en tribunales y asambleas (Gor. 454B-C; la oposición entre el discurso forense y el verdadero
prec ipitado en sus juicios, no ser descuidado de modo de no ceder a lo que, aunque no es discurso filosófico es todaví a defendida por el Platón tardío de Teet. I72C-174A). Es cierto
efect ivamente verdadero, es al menos plausib le, etc. Todas estas virrudes (no preci pitación, que Platón ya adelanta en el Gor. la posibilidad de una retóri ca fil osófica (cuando por boca de
falta de descuido, irrefutabilidad, etc.) describen excelencias propias del sabio (para el cual cf. su vocero Gorgias establece que " hay que valerse de la retórica, como de [cualquier otra]
nuestro capítulo 30) y ayudan a reforzar la tesis estoica de que el sab io nunca yerra y de que contienda, ta mbién con justicia"; 457B) como la que discute en el Fdr. 2690-2748 (hay, si n
sol amente él es un verdadero dialéctico (textos 5.3 y 5.8, una sugerencia que, de nuevo, re- embargo, otras observac iones - como la recogida en 5.8, según la cua l el dialéctico sería capaz
cuerda a Plat ón). Si n la dialéclica el sabio no podría tener conocimiento; tampoco podría ser no sólo de examinar qué es cada cosa sino también de saber cómo se la llama- que recuerda n
infalible o irrefutab le en su argumento, porque lo verdadero se distingue de lo falso grac ias a la caracterización platónica del dialéctico y de la dialéctica en el Crátilo (390B-E) y la Rep .
e ll a, así como lo meramente persuasivo (pero no necesariamente verdadero) y lo que es ambi- (533 8 ), respecti vamente, como aquel que sabe cómo hacer y responder preguntas y como el
guo. La dialéctica entendida como una virtud a la cual se subordinan otras virtudes ayuda a método de inves ti gación que sistemáticamente intenta captar cómo es en sí mis ma la naturale-
revelar el carácter práct ico de la dialéc tica: en efecto, no sólo es una técnica de la argumenta- za de cada cosa). Pero por lo general los procedimientos retór icos - asociados al discurso
ción correcta, si no que además sumini stra a quien la posee un entrena mi ento de sus capaci da- meramente forense- aparecen en Platón en el lado opuesto de l discurso fil osófico, cuyo obje-
des perceptivas, fortalece sus poderes argumentativos y lo capacita para ser cauteloso en sus tivo principa l no es persuadir (o solamente persuadir), sino a lcanzar la verdad. Ahora bien,
actos de asentimiento (cf. Atherton 1993: 53-54). La última subdivisión de la que habla 5.6 aunque no podemos establecer con certeza si los estoicos suscribieron o no a la oposición
respecto de la dialéctica muestra que ella (o, dicho de otro modo, la " lógica") también incluía platónica retórica-filosofía, encontramos algunas semejanzas interesantes con la descripción
en su tratamiento cuestiones de orden semántico (los significados -como los decib les "propo- que hace Platón de la retórica que critica. Por lo menos las tres primeras características del
sición", «argumento", etc.- y el sonido vocal o significante, que se refiere a la expresión modo en que según los estoicos se divide el discurso retórico (P'ltOptKOr; ÁÓyCX;) en 5.6 coi n-
escrita en la que se ve el solecismo, la ambi güedad, los barbarismos, la poesía, etc.) yepiste- ciden con las descriptas por Platón en Fdr. 266 D- 267A, a saber: proemio, expos ición y la
mológico (como los que adoptan la dialéctica que trata de los cr iterios para desc ubrir la ver- réplica que se da al oponente. Este último punto es importante porque, aunque Crisipo reco-
dad; sobre estos temas cf. ca pítulos 7 y 8, respectivamente). noce que la técnica de argwnentar los lados opuestos de un mismo asunto es propi a de los
(iü) Ahora bi en, el hecho de que el dialéctico deba ser capaz de distinguir lo verdadero de escépticos (cuyo objetivo último es suspender el juicio de su audiencia), parece haber negado
lo fa lso (asi como de lo meramente plausible y persuasivo) parece indicar que la retórica, expresamente que rechace de un modo absoluto dicha técnica (cf. 5.5). Pero, al mismo tiem-
aunque es pall e de la lógica, se encuentra, desde e l punto de vista estoico, en un nivel inferior po, Crisipo parece haberse preocupado por tomar distancia de los escépti cos, ya que sugiere
res pecto de la dialéctica. La retórica se define como «arte concerniente al orden y arreglo del hacer un uso cauteloso de la técnica. En efecto, insiste en que esa técn ica de argumentac ión
di scurso exposit ivo" (5.9) y como " la ciencia de hablar bien respecto de los di scursos exposi- propia de los escépticos (debe estar seguramenle pensando en Arcesilao, bajo cuya dirección
104 Capítulo 5 Lógica, dialéctica y retórica 105

Crisipo estudió) constituye un instrumento educativo para instruir a los discípulos "con ele- abajo en la dirección del cambio y desde el cambio hacia arriba, de manera enteramente cícli-
mentos y posiciones fuertes desde el comienzo al fin", Pero lo interesante de este "uso preca- ca, consumiendo todas las cosas en sí mismo, reconstituyéndose nuevamente a partir de sí
vido" de la argumentación dialéctica respecto de los lados opuestos o contrarios de un asunto mismo de manera ordenada y metódica" (en la medida en que este principio y razón seminal
es que su fin es destruir su plausibilidad; o sea, el uso de la técnica de Arcesilao sería un procede ordenada y metódicamente debe ser también una manifestación de la "recta razón";
medio apropiado de probar que no es plausible como técnica argumentativa tendiente a probar cf. capítulo 15, texto 15.15. Véase también capítulo 18, texto 18.12).
que ambas posiciones o lados opuestos de un asunto son plausibles. Si esto es así, el recurso
de la técnica escéptica habría constituido, en opinión de Crisipo, un recurso relevante para
mostrar que la tesis escéptica, según la cual no es posible establecer una posición y, por tanto,
tampoco establecer tes is positivas sobre el mundo es falsa. Pero cualquiera fuere el caso,
parece obvio que lo que se propone establecer Crisipo es que, aunque la técnica argumentativa
de los lados opuestos de una argumentación es útil desde el punto de vista didáctico, no cons-
tituye una prueba legítima en filosofía. Es por eso que la crítica de Plutarco a Crisipo en 5.5
parece un poco caprichosa, ya que Crisipo no niega que sea lícito hacer un uso (precavido) de
la argumentación de los lados opuestos de un asunto, sino que deba usarse sin más y que, de
hecho, sirva finalmente para probar algo. Si confiamos en lo que informa nuestro texto 5.10,
parece que Zenón no aconsejaba ni siquiera hacer un uso precavido del argumento de los dos
lados de un asunto.
(iv) Por último, haremos un breve comentario de los dos pasajes de Epicteto (5.13 y
5.14). Estos textos son importantes porque contienen una declaración explícita de la necesidad
de la lógica (entendida como la actividad que se dedica al AÓYOS; cf. capítulo 1, texto 1.1)
como una parte prioritaria de la filosofía, dado el poder artic ulador y organizador de la razón.
El primer argumento que se expone en 5.13 trata de mostrar que la lógica es la que articula "lo
restante" (ra ),omú), presumiblemente las restantes partes de la filosofía. El argumento tiene
la siguiente secuencia: (a) la razón (A6yO~) es la que articula; (a.i) si fuera inarticulada (quod
non ex hypothesi) , debería ser articulada o (1) por ella misma, o (2) por otra cosa. Si (1),
entonces la razón puede articularse a sí misma (lo cual prueba que ya es articulada); si (2),
tendría que tratarse de algo que sea superior a la razón . Esto, sin embargo, es imposible pues
no hay nada superior a la razón (para un argumento semejante cf. DL 7.142- J 43). La razón es,
por consiguiente, articulada y capaz de articu lar y de organizar lo demás. El segundo argu-
mento trata de mostrar, en conexión con el anterior, en qué sentido hay que decir que los
asuntos lóg icos deben ser antepuestos: en efecto, si se prescinde de los asuntos lógicos, se
carecerá por completo de los criterios o principios de distinción que son imprescindibles para
hacer un examen o una investigación en un área determinada del saber (para la prioridad de la
lógica en el curricu!um estoico, cf. capítulo 1, texto 1.3). En la analogía con la medida y el
trigo, la lógica es la medida, es decir, es el patrón que permite distinguir apropiadamente en el
exa men de una cuestión. Finalmente, en 5.14 se establece como el tema u ocupación propia
del filósofo hacer un ejercicio correcto de su razón, esto es, poseer una "recta razón". La
importancia del tópico de la recta razón para los estoicos difíci lm ente puede ser exagerada: en
el dominio lógico-dialéctico significa argumentar correctamente, hacer preguntas y responder-
las apropiadamente (un enfoque que evoca una concepción platónica, como hemos señalado
arriba), detectar las ambigüedades de un discurso, conocer los elementos del discurso, cómo
se rel acionan entre sí y qué se sigue de ellos (cf. 5.14). En el dominio de la ética la "recta
razón" se conecta directamente con la explicación del fin entendido como "vivir en concor-
dancia con la naturaleza", i.e. vivir tanto de acuerdo con la propia naturaleza particular como
con la naturaleza universal. Esto es, no hacer nada de lo que la ley universal (la "recta razón")
prohíbe hacer (cf. DL 7.87-88; nuestro capítulo 22 y Boeri 2009a). Por último, en la física la
razón es no pocas veces identificada con la naturaleza, con el hálito, con el cosmos, y en un
importante pasaje se menciona un signi ficado de "elemento" como el principio y la razón
seminal, así como el poder eterno que posee una naturaleza tal que se mueve a sí misma hacia
Lógica, dialéctica y retórica 107

TOlOÚTOlS Kat tOcroÚtOlS oVOÉ1tOtE Traúm.l ).laxóMevoe; ouo'


Textos Anotados f;,J;yxrov, roS VO).lí~étS, Ev tale; KUPtroTclTO¡'; KaL ).l€ylmOl~
Lógica, dialéctica y retórica 8ta¡.taptelvovtaC;; ou yap o~nou m:pl. ¡. uN OlaM::KtllcfjC; ¿OítOU-
15 oacr).lÉvroe; ErPU\Vav, nepl o' apxfic; Kal tÉA.üuC; Kal aérov KaL
OlKCl.lomJvr¡e; EK ltapÉpyou KaL1taí~ovtEe;, BV ote; tU<pAOV
autoov a1toKaAel'; tOV "Aóyov Kal ).lCl.XÓ~EVOV avt0 Kat )lU~
5. 1 DL 7.62 (SVF 2.122; LS 32C) píac; aAAa'; á)mp'"tÍae; Exovra.
b.taMxrudloé scrnv, ros 4'l1crt nocrEtOCÓVtO~, É1tlcrr~f..lT] CtAT]8&v 111Ept om. X4 B / OlaÁEKTfj~ F1 3 <oí> add. Wilamowitz : KCl! (bto wú"tcov <Ol> Meziriac 5 ¿e€A~OEtE
Kal ,+!EUÚ&V Kat OU8ETÉpÜ)V" WYXávE1o' aÜt11, cú~ Ó Xpú(mm6~ g 8 atlTou~ gt: auwu~ in (lI'm'i'lv mutavit g2 9 «&tcii:l; OÜOCl1~ g214 1tEpt 1l6V ÓlaAEKn"Kfi.~ F g (¡.tEV om.
q:>llcrt, 1l:Epl 0111.wivOVTa KUl OlU.taWÓ).IEVO. ay ~ OUY 1ñ 1tEpl cett. codd.): ltSp\ ó€ w..SlC"tlKt1~ « At
'Pcov~~ 8€oopíq ,maUla Atyacn TOl~ I.1l0tKOt~. 3 noAé¡.tcovo~ Kat rT páTCOVO~ Estratón de Lámpsaco, jefe del Liceo después de la muerte de Teofrasto.
Sostuvo que los procesos naturales debían ser explicados por causas naturales y no por la acción de dios;
l1t0O'1ÓCÓV10~ B 2 ouoertpwv F / aut~ SI pI 3 CjJ11m om. F.
esta tesis ha sido interpretada como un ataque a los estoicos (aunque esa objeción no debió haber consti~
3 1tEpl crr¡fluívovra Kal cnwCHv6~léva Sobre los significantes (los sonidos vocales) y los significados tuido un serio problema para los estoicos, toda vez que para ellos la naturaleza puede identificarse con
(decibles deficientes y completos) cf. Etym%gicum Magmll/I. s. v. ¿hOúcrKCO p. 272, 18 (=SVF 2.160), Sexto dios o con su acción causal; cf. nuestros capítulos 12 y 17). Los fragmentos de Eslratón son recogidos por
Empírico AM8.11, in/m 5.6 y nuestro capítulo 8. Wehrli 1969, vol. V. Polemón de Atenas fue el jefe de la Academia platónica entre 3 14 y 269 a.e.
aproximadamente; formuló el ideal de "vivir según la natumleza", el fin de la ética según los estoicos (cf.
5.2 Sexto Empírico. AM 11.187 (SVF 2.123) nuestro capítulo 22). Los fragmentos de Polemón aparecen recopilados en D6rrie 1987, vol. 1.
Kul aUTOl óE 7 "táx' ... "tov 161tOV tOÜ10V Cf. capítulo 1, textos 1.2 y 1.8, donde las partes de la filosofía son llamadas
t11V otaAEJC't"1IC11V ecpacrav Émoní)lT]v &/...118&v tE Ka!. 161to\.
'VEu8&v Kat OUBETÉpO)V' OUKOUV npoi.i<péan]KE Tf¡~ 010.-
5.5 Plutarco. SR 1035F-I036B (SVF 2.127; LS 31P; FDS 351)
AeJcrlKii~ T&AT]8~ Kul1}/ElJ8f¡ Kat ou8éT€pa. El 011 ÉaUt11~
To npos Ta évavtía 01aABreo8m Ka06A.oll ¡.tZv 015
5 €(J'!lV ÉlttCJnÍPll ~ 'PPÓV'lOl<;, 6cpeW;;1 npoü<pemáven éatrdi~·
<P'lmv ¿moooKt).lá~Etv. xp~creat oe tOÚtC9 napatVEl, ).lE"
ovOi;v 8E: 8úvatcn éauToD npoÜ<pe<JTl1K€Ven· ouoe raÚTIJ TOí~
EUAapeías OOOítep év tOle; olKacrTI]píOle;, Il~ ).leto. O1)Vll~
VOY PllT€OV dvaí nva 1tePl TOV ~íov E7HcrrT¡).lllV.
yopiae; c'.tM.& Bla"AúoVTas amrov TO mE)avóv· "tole; Miv yap
1 8~ NLE : 81 S. 5 É1tOXTlV ayouO"t 1teplnclvtrov Empá),J..et' q:r'lcrí tOUtO ltOt~
5.3 Alejandro, In Top. 1,8· 14 (SVF 2.124; LS 31D) ElV KaL cruVl~:pyóv €crTI1tpOS opoú""A.OVtat· tOle; o' 6mcrr1Í~
~)laS oe KaAros ~XelnpOeIO€vat OTl ~~v Evepya(o~ol, Kae' ~v 6~OAOyOU~€Vúl, plúlcr6~eea.
TO T~~ OWAeICHKilS ovo).la OUK Enl TO aVTo cr'l~lenvó~levov návm; al qnAó- to. Évavtía, motXEtOUV Kat KaTaO"'totX{~E1V tOUS eioayo~
crOq¡Ol q¡Épouow, ú"A)": oi ).lev anot~~ LWÜS Ópt~ÓMeVOt t~V BtaAeKHK~V évou, an' apx~, ~xpl tÉAou,' E~' &'v Katp6, E<TI1 ~v~-
EltHJT~).lllV tOU eú MYéIV, tO 8E: eú A€yelV EV tc"Q ta áAl18fi Kat ta Trpocr~~ 1O cre~Vat KaL toov EvCiVTírov Aóyrov, OlaAÚOVras autrov nJ
5 KOYW ""A.é'(eIV dvw tI8ÉMevOl, mUtO Be '(OIOV ~rOÚMEVOl tOU <p1"AOcrÓq¡ou KCltIl m9avóv, KaOá1tEp Kal Év TOle; OtKWTIllpíot~·" tCl.Utl yap
tfi~ téAelOtelt'l~ q¡tAocroq¡ías <pÉpoucrtv aVtó· Kal Ota tautO ).lÓVOC; Ó cro<po~ avtalS M~EO"tV E'íPllKEV. Ort Miv o-úv ¿ÍTonóC; ¿mi tOOS <ptAO~
KaT' alrwOe; OtaAeKTlKÓC;. crócpOUC; TOV evavtíov Aóyov OlÓ).lEVOe; OéLV ttE)ÉVat ).l~ ¡.u;to.
O"UVl1yop{as a.U' Ó).loíroS TOle; 8LKOAóyOlS KaKOUvtae;, oocrTrap
2 TO aUTO Ap : TaUTO d : raUTOV aB 4 post TOÜ 80 M::y8 1V add. Opl¡;OYTCLi a el margo P. / 10 06 €Ú Aty€IV
15 ou npoe; T~V aA~eetCiV aUa Trépt víKf\C; a.yrovl~o).lévouS, El-
itemt A I TUAll8i1 ap 6 t€4úná111~ ap I crO«lO<; ABd : «llAOOQ(pO~ ap.
Plltat 1tpOC; autov 01' étÉprov. ott o' autOe; OUK év oAíyote;
5.4 Plutarco. SR I045F· I046B (SVF 2.126; 31) álJJJ. 1toUaxou tOuS tvavtíous ots 80Kt).lá~Et Aóyou~ Kat~
'Ev té9 TpíTO) TrEpl t~s ÓtaAEKTlKflc; únwrcOv Otl Em<EÚaKEV €ppco¡..tÉvcoe; Kat ).lEta o1touofie; Kat <Pl"Aotl).líae;
nA.á:rrov EO"TrOúOacre n€pt T~V 01aAeKtllC11V Kat 'AptmOtÉAllS ToaaÚtllS, roma ).l~ navtoe; etvat KaTUI..ta9dv tO ápéaKov.
Kat <oi> Ú1tO TOÚtCOV ÜXPl nOA€).lrovoc; KaL LtpáTroVO~, 20 aVtOl o1Í1tOU Aéyoucrt. rl]v OElVÓtllta 8aU).lcl~OVTEe; tOU a.v~
llel"Alcrra Bi: LúJKPÓTllS' Kat E1tt(PCOV1ícr~ o·n Kat cruvE~a- opoe; KaL tOV Kapveáollv oUSev OiÓMSVOl ABrELV lotOv. &JJ....
5 ).laptáVelV ÜV Tle; E)eA.~m;le toÚto¡,; TOcrOÚtOlS Kat totoÚtoli; €~ c1v ETrEXaípllcre Xpúcrl1t1tOS eL; Touvavtíov, Óp¡..tOO).lEVOV
oÚmv' E1tt<P€PEt KaTa M~1V" d. ).lEY yo.p ¿K napÉpyou 1tEPI É1tLtíeEcr8at tOLe; AóyOI~ a&wu KaLltoAAclKte; Trapa<pE)trtE~
autOOV d.p~KEcrav, Táx' o.v ne; OUkruPE TOV Tónov TOUTOV· cr8m' "Oat¡..tóvu::, cp8(crsl cre tO crov ¡.dvo~", roe;
oihro O' aVTOOV É7HMEA.OOe; d.P'lKÓTCOV roS EV tal~ pEyímatS 25 ).leyáAas c'.t<POPMo.S KaE)' Éautou ot86vra tole; KtVéLV tO: O6y-
OUVelMecrt Kat c'.tvaYICalotátat<; alnfie; 015a'lS, aó m8avov ¿¡d ).lClta Kal. olapállilv POUAO~otS· [...]
10 tocroihov OICl.).laptáVEIV mJ-roue; Ev t01S OAot~ OVta~ orOUS évtó)
vnOvOOU).lEV.' Tl o-Úv mJ, <p~crQl tlS av, aUTOe; Ctv8pácrt tEt elptQ;lnépl Bícov, tauta YPcl<ProV' oux ro~ ~ruxE o'
108 Capítulo 5 Lógica, dialéctica y retórica 109

DUDe TOU¡; EvCtytíou~ Ú1toóeucrÉov AÓyou; DUae <rO> 1tp&; Eirrl1(t g / aTOltOt; Xg : (Ítonov cen. codd. 14 oI6J.l6V0t; Xg, Chemiss: oI6¡.tt\'out; codd. 14 KaKouvrat;
30 ra évavtÍa m9ava aU' EUWPOU~tvouc; ).l~ KCLI 7tEplOJra- X g : KaKouvra cen. codd. 16 CtÓtOV dvz : Utn:oov cetl. codd. I OA(YO'í Mezinac : A.6YOtt; cett. codd. 17
oTt; Chemiss : oü~ X3gB / a1tOK1~lá~m X3 20 aótol codd. (01 in ras. X ) 22 €K dvz 23 1tOU6.Klt; ye B ;9
crOÉvtEt; un' autrov TCIC; KatetA~ \jI€lC; a<proolV, aüra t rov
É:\'avTíov Xl I U1tOÓEICTÉOV X3gdv/ <ta> add. Pohlenz 30 Ka\ )l~ 30-31 1tEP10'1taO'OévrE) X
Mcrecov ¡KCtVroC; av oxouO'((I OUVá).leVOl KataAa).l~ávovtÉl; t' m::planao9Évrat; een. eocld. 31 oiht COIT. Reiske: ou8€ codd. 33 KatCr. t~\' X1dvzB: KCtt Cr. del. X : om.
EOO1tOaelcrTwc;' ErrEI Kal 0\ KClTa 1"~V auvríOelQv KCttaAa¡.t- g I nlv om. aAJ3yE 3~ ouv om. AJ3yE 42 OÚt~ Xl ~46 10V,. & 1 1t~XUtÉ¡rov COIT. W.ytten~.aeh
ta
póvoVTec; Kal atcrOTJta Kal ra lilla €K tWV aicre~crEIDv -raXUtÉprov X'dvz: xaXU1EpOV Xl et cett. codd. / é¡.ttpavcot; g I Elta Relsk : apa yE Chemlss, Hulser:
35 pqoíroC; npo'{evrm rama, Kal Ú1tO t &v MeyaplK&v epro- Epya codd. 51 avciipEt; E: tl o.vEupa X'dv: Otl av clSPOlt; z : tlva vEUpa X3g : t i áVEUpEt; áAJ3yB : el
trUlánov 1t8plO1tro~lEVOl Kal un' OAA.wV lt),g16vrov Kal ou- 11 áVEÍlpE<; Tumebus : tIV' avalpouV1:cx Ape lt 54 tlit; om. áAJ3yB 55 1táaou~ Chemiss : J3á90ut; Poh-

vCt¡.ttKCOt €PCOV epooTTJJlátrov.' ~ÓÉ.roc; av OÚv 1t\JOoí).l'lV trov lenz 56 K€VOKom:lv Chemiss: KaIVoKom:lv gl 59-60 1toloW¡évout; X3g: 1t010Ú¡.t EVO~ dvzaA 1:
1tOIOÚ¡.tCVOV J3yEB 60 KataAul-lJ3ávoV'tat; X . KataAallJ36.vovTa cett .codd. 61 tÓ. <ev>6V'ta Jones,
LtOJlK&V, ei rO. MeyaptKa epú)T~ )Jara 8uva¡.tucáltEpa vo- Chemiss, Hülser : o\'ta cocld. 65 autft Xl : autait; eett. codd. I cruyyu¡.tvaaluv Pohlenz : avyyÉvclav
).líl:;OUOlv dvat tOOV uno
Xpucrírmou Ka'[(I lile; cruV110€lac; codd. 66 M cocld. : ó~ Emperius, Chemiss; Hülser : [óE] del. Bemardakis 68 €TEPOV Xgd / El tl Me-
40 EV ~ P1PAíOl, YEypa~~tv.¡v- ~ WUTO nap' aUTou Xpu- ziriac, Chemiss, Hülser: tcrrl cocld. 69-70 &lJtlV ... nupÉXouoav om. E 71 tE om. E / 1tClpa dz 72 tE
crímtou osi 1t\JveóVI::cr9cn; crK61t€1yap aTa 1tepl tOÓ Meya- om. E:8€z.
ptKOUA6rou ytypac.pev €v tú) ltEpl A6you XplícrEWt; oürcoc;' 1-2 oi) tp11CJIV i.e. Crisipo.
oTóv n OUPPéP'lKE KCtl enl 101) LtlArrúlVOC; A6you Ka! ME- 4-5 toit; ¡..tBv yap &1tOX~v ... 1táv!:rov Los escépticos (c f. DL 9. 107). Para la expresión &1tOxr11tEpl1táv!roY
VEOlÍ¡.tOU· orp6úpa yap 8nl oorp(g yEVO¡.ttvrov UUt wv lvQó- cf. Sexto Empírico PH 1.31; 1.205.
45 ~rov. vUv d¡; OVEúio¡; autwv 6 A6y~ 7rEplrÉrpCUt1U1, ro¡; 6-710it; Ó' &nl<mÍ~'lV €vEpya~o¡..ttvOlt; Ka9' ~v ó¡..toAoyou¡..tlvwt; J3lú)o6~tea Cf DL 7.87 Y nuestro capí-
rwv ¡.tev naxurÉprov rrev ó' EK<pUVó)¡; O'O<pI~o¡.tévwv.' &pa yE tulo22.
roúrou¡; ~Iév, ro pO"natE, rout; A6you~, c1v KUtayE)..Q:~ Ka! 15 ou 1tprn; tT¡v aA~aElav ... ayrovl~ollÉvOUl; La distinción entre la mera lucha agónica por ganar la dis-
KaAEle; ÓVEÍOll rwv EpOyrWvtcov ro¡; E¡.tc:pallf¡ r~v KaKíav cusión y discutir en busca de la verdad es un motivo claramente platónico. Cf Platón, Teel . 167e- 168d;
Phi. 14b.
€xovtaS, Q¡.tW¡; Oéóla¡; IllÍ tlvOl; nEplcrn:áO'ú)O'IV &no r~¡;
21 Ka! to\' Kapveáó'lVCarnéades es el representante más importante de la Academia escéptica (ca. 155
50 KaraAlíI.VEüI¡;· auros óe roO'aüta plpAía ypárpwv KUta tile;
a.C.). Para las objeciones de Caméades a la epistemología estoica véase Schofi eld 1999c.
ouV119EÍa¡;, oT<;, Q n aVEüps<;, 1tpoaÉOllKa¡; u7rEppaAtcr6U1
24 óal¡..t6vIE, 199(0&1 O'E tO O'ov ¡..tévot; Homero, JI. 6.407.
qnAottlloú¡.tEVoc; tOV 'ApKEO'íAaov, ooóÉvu r rnv Evn ryxavóv- 35-36 ÓltO tooV MsyapIK&v &polr'ljlánov .... La escuela megárica fu e fundada por Euclides de Megara
trov bmapá~E lv 1tpOOEOóKT]Oa¡;; oME yap \IIIAOle; xp~rat en el s. rv a.C.; su influencia fue socrática y parmenídea. "Pregunta megánca" es un proverbio para decir
tate; Kara n;c; auvr¡Odac; É:1tlxmplÍ~laOlv, n)..)..' rocmEP év "sofistería".
55 oíKtl llEra náOouc; ttVOC; auvE7n1tciO'xwv ¡.troPOAoy€lv tE 43-44 tOl) I:t íA1troVOt; ... MEVEÓ~).lOU Estilpón de Megara, tercer escolarea de la escuela de Megara. Fue
noUáK1C; AÉy€1 Ka! KEVOKOnElv. Iva roívuv ¡.t.,ó· áVrlPPllO'tV maestro de Zenón de Citio y de Menedemo, el fundador de la escuela de Ererria. Los fragmentos de
o:noAím:1 roü ta tvaVtlU ).1YE1V, IN ¡.tev taí'c; <J)OOtKUIC; S É- Estilpón se encuentran recopilados en Giannantoni 1990.
O'EO'! tama y€ypaq>tv· €(j[UI Si Ka! Katw.a¡..tPávovtáe; tl 52 tptAotljlOÚIlt:V<><; tOV 'ApKEaí:>..aov Arcesilao fu e el director de la Academia a partir de 269 a.C. (se lo
conoce como el fundador de la "Academia Media" -cf DL J .14; Sexto Empírico PH 1.220- Yresponsa-
npoe; ta svavtío É1tlXE1pEIV, t~V evouO'av O'UYr]yop(av 1tOI- ble de haber introducido el escepticismo en la Academia). Arcesilao fu e especialmente crítico del criterio
60 ou ¡.tÉvoue;· note o' OUóÉtEpOV Kar aAo¡.tpávovrae; el~ sKá- de verdad estoico (ef. capitulo 7).
r Epov t a <lv>6vra AiYEtV'. ev os tú) m:P! tile; tau A6you X plÍ- 59 E1t1XEIPEiv Este verbo aparece con frecuencia en contextos dial.éctieos con el signifi cado general de
OEOJe; El7rCÓV, roe; ou óei' tU toí) AÓYOU OUVá~IEt 1tpOt; ta ¡.t~ "argumentar"; a veces, sin embargo, puede signifi car "atacar" (cf. Anstóteles, Rhel. 1377a30-31).
ÉmpáMOVta xpilcr6at Ka9ánEp ouó' 01tA01<;, t a ih' bu:í-
P.,KE· 1lpOe; ¡.tev yap tllVrrov aA1l900v EÜpEO'lV &1 XPila90l
5.6 DL 7.41-48 (SVF 2.130; LS 31A; 318; 37C. FDS 33)
65 UÚtU Kat1tpó<; t~Y tOÚtrov O'Unu~tvaaíuY, elC; t avavtía o' TO líE AoylKI>v ~pOS ~ao\v
oü, noM.&v nOloúvtú:lV mino', 1l0AAoUe; [óE] },j;yWY 100COe; EV10 I Eh; Mo ÓtatPEI0'9at errtO'tlÍIlCtC;, EIS PlltOPIK~V Ka! ei¡; OICt-
taUe; É:7rÉxoYtac;. ñU' EKElvOt ¡,iv OÚBttEpOY KatCtAaIl/3á- AEKtlIClÍV. tlVe¡; oe
Ka! eI¡; tO 6plKOV doo¡;, t O1tEpt KUVÓYroV Kal
YOVt EC; de; SKátEpOV €1tlXEIPOÜOW, roe; el n KatCtAll1tTÓV se
KPtnlpírov' eVIOl tO ÓplKOV 1tEptatpOUOlV.
ecrttv Oütro¡; ay ~IÓVro¡; ~ ¡.táJ.,tO'ta KCtrw...,,,,lv scwnle; nlV 5 To ~ ouv rrept KavÓVOOV Kat Kpnllpírov 1[apaAa~pávouO'lnpD<;
70 nAlÍOEtav napÉXoucrav' mJ o', Ó KCttr¡yOpOOV EKEívwv, co)toe; tO tr,v &AlÍOEtaV EÚpEIV' €Y a&ú) yap Ta~ t OOV q)(lvmmrov ola-
c:popa~ alTeu9úvouo\. lCal ro 6pLKOV M Ó).lo(roS lTpO~ btÍyvroQ'lv rile;
t E 'tavavtía ypác:pcov ot¡; Kcn aAa¡.tpávEv; lTEpl t~c; auvr¡OEíac;
É'tÉpOU¡; 'tE routo 1tOIEIV pEta auvllyopía¡; 1tpOtpEnó¡.tEVOe; a/..tí6elOO;· Ota yap troy 8WOtOOV ta 1tpáy¡.tata )..O¡.tPáVEtCU. 'ttív tE
BY axptíatO\!; Kal pÁapEpOle; 6¡.toAoYEi'<; tñ tOU A6you ouvá- PlltoPlKllV em<mÍ).lr¡v o~O'CtV tOU dí ),j,yEtV 1tEpl trov €:v Ste~6óú)
~IEl XJXÓJ.lEVO~ UlTO qnAotlJ.lía¡; veavu:ÚEaOal. 10 Myoov Ka! t~V OlaAeKt UcrlY toí) 6p9&¡; olaA.éyEoOCtllTEpl tOOV Bv
eproníoEl Kat anoKpíO'El Aóycov' o9ev Kal OÜtro¡; a1rrr¡v ópí~OVtal,
2 tpClO'í XB : tpua(v g / TOót(9 Xg: oihw celt. codd. 6 cruvt:py6v ion 1tpO~ a J30ÚAOVTCU om. g 7 rnO"t1Í¡.tllv aA.,e&v Kall.VEUOOOV Kat OUÓB'tÉpwv.
É:pya~o¡.tÉvOl~ gzB 8 K(lTUtt:lxí~elV Chemiss, Hü lser : KaTw:mxí~t:lv Xgdvz : ,cataO'T01Xf~EIV von N-
nim, codd. : K(lt(lCJcpaAí~t: lv Pohlenz 9 aXPI dvz 12 aUTai~ van Arnim, Che miss / EV 1ai~ gdB / Kal TIlv ¡.tEv Pll'tOpudlv UlYr~V Elvm AiyOUQ'l tpl¡..tf:pfi· TO )liv
yap aún;c; elvm au¡..tPOUAEUtlK6v, 'to M OLKCtVIK6Y, tO 8€ Ey-
110 Capítulo 5 Lógica, dialéctica y retórica I II

15 KúJ~lacJllK6v. Amim 49 aAAro~ ót scripsit Marcovich : aiJ,,(()~ 1" codd. 52 XpoKd!l€\la Dp 4 H : 1tpoCJKd!lcva B : AC)'ó)J.cva
EtvQl &' aut~~ tT¡v olaipco"lV 611; te nlV ruP€O'\V Kal E~ t~V F
eppá.crlv ¡(al ei~ n)v TÓ.~IV Kal si~ l~V lmÓKptaIv. rov oE PlltOPIKOV 1-4 tO O€J...oytKOV ... tO ÓplKOV lteplUlpoUO\V. En el capítulo 1, texto 1.1 la lógica es identificada sin más
AÓYOV etC; TE10 1tpooí~tov Kal €le; n)v bUfy'lOlV Kal ta npoc; mue; con la dialéctica.
aV'tIOtKOUC; Kal. '[OY ETtíAoyoV. 10-11 r~v OlaA€K1IKi¡v ... 1tEpl t rov &v tp(()t~OE I Kal CtXOKpíOEl Esta caracterización de di aléctica inme-
20 T~v 86 ÓtoJ,..eK'tIK11V OUUpEIO"OCU ale; tE "COY 7rept trov Ol)).tatvO- diatamente evoca la concepción socrático-platónica de la dialéctica como un diálogo consistente en el
¡.tévrov Kal rile; q>(()vi1~ tórrov' Kal TOV ~ t rov OTJllatVO).tÉvroY ete; método de preguntas y respuestas (preguntando adecuadamente por el qué de algo y respondiendo tam-
bién adecuadamente, i.e. procurando dar una correcta definición de ese algo), método quc parte del su-
te lOV nepl troy cpavtacnrov t 61tov ¡(al t mv El( l OÚtrov úqHmQ).t€vrov
puesto de que (i) el que responde dirá aquello que efectivamente cree (si así no lo hiciera, se destruye el
AEK'tWV a.~lQ)J.!Ó.tWv Kal O1YWrcl.rov Kal K01'1YOP'lIlÚtúJV Kal trov )..6yoc,; Platón, Gorg. 495a7-9 ; 500b7) y (ji) se hará cargo de lo que se siga de su respuesta a lo que se le
O)loírov opO&v Kal úmlrov Kal yevrov KCLt d8&v, O).toíroC; ó8 Kal pregunta. En eso consiste para Platón "el diálogo correcto" (6 pO&~ ola>..eycOOat). Véase también Platón,
25 Aóywv Kal . p6nwv Kal (T1)Uoy lcr~óiv Kal ,óiv .apu .~v tpwv~v Kal GOl". 449B4-5; 474BI-2 Y Teel. 167E-168A; 189E-1 90A.
ra: npáYllata croCfllcr).tátúJv· &v etVQI 'VeuOOJ.ltvouc; AóyOUC; Kal 13-15 nlv)J.1;v PlltOPIlCllV ... O'U)J.poUM:utlKÓV, ro oc. 0IKaVlK6v, ro O€ ByKro)J.IUcrtIK6v Para una explica-
CtA1l0eúOVToc; Kal ci1[cxpá(JKovr~ crropÍTac; te Kal t DUe; Ó).toíouC; ción un poco más detallada de esta distinción cf. Sexto Empírico AM 2.89-90 (cf. también Aristóteles,
WÚt01C;, sU11tetc; Kal cmópouc; Kal nepctlvovrac; Kol EyKeKuAu).t- Rhet. 1358b7 ss., quien distingue los siguientes tres géneros de discurso retórico: deliberativo, foren se y
epidíctico).
).tSvOUC; Keparívac; te KOt OÜtI8m; Kol Oepí~OVl'Cl~.
16-17 r~v olaípEO'\v €t:; tE t~V ci)peow ... r~v Ún:6KPIO'\V. t av ó€ pr[1:opIKOV En esta división de la dialéc-
30 ETvClI OE ti1~ OlaAeKTlICil~ tOlOV tÓ1tOV Kal tOV 1tpOE1Pllflévov tica es notoria la ausenci a de la prueba, una parte importante de la retórica tradicional (c f. Schenkeveld
1tEpl aóri¡~ tfj~ <p<ovfj~, €v cP OtÍlCVUtal ~ Eyypáf,tflaro~ <proyTJ Kal 1999: 2 18).
tíva 1'0. tOD A6yOU flépll, Kal1tEpl O'OA01KtO'f,tOÚ Kal pappaptcr).loú 18 Eir; O l~YllO'IV Zenón define la "exposición" como "el desarrollo de los tópicos que están en la hipóte-
Kal1totT]¡.tátúlV Kal O:~UplPOAt&V Kal1tEpl €)1flEAOÚ~ <pmvii~ Kal1tEpl sis (i.e. la introducción), desarrollo que fluye frente a quien está de cara al orador" (d~ tO ún:ep 1'00
).loumKll~ KCtt1tEpl opmv Kará TLva<; KCll otmpécrerov Kal J.1~€rov. [ ..] AkyO\ltoc, n:PÓO(()1tOV; cf. Anonymus Segerianlls 48, 1-4 = SVF 1.83).
oe
35 Aun,v n,v ota4KTtKT)v avaYKaÍav dvat Kal apET~v év dOEl 20·21 1t€pl t&v O'l1f.1at\lo)J.Évrov Kal n;~ q¡<i)vfl~ Los significados (OT])J.Qlvó)J.eva) son los decibles (cf. capí·
1t€ptéxoucrav apETá~' r~v 1" a1tpo1t1'mcríav 8m<J'tlÍ).lllV 1'OU1tm€ rulo 8) y el sonido vocal (ql(()V~) es el si gni ficante o signo (<11l)J.aivov). La distinción es importante porque
óe[ cruYKatatí9Ecr9at Ka! ).l~. t~V O' áVEtKClI6tllta toxu POV A6yov enfatiza la corporeidad del sonido y la incorporeidad del signifi cado, una observación que tiene conse-
cuencias importantes en la ontología estoica (cf. capítulo 2). Una qlwVIÍ es, en efecto, "aire golpeado o el
1tpO~ 1'0 EiK6~, Wot€ )l~ €v010óVat autcíj' t~V o' avcl€y~íav icrxuv
sensible propio del oído" (&~p 1t1::1t)..'lY)J.€VO~ ~ ro 10lOv aioOlltOV UKO i1~; cf. DL 7.55); un significado, en
€V My~, wern: )l~ arráy€cr6Clt Ú1t' autOÚ el~ 1'0 aVl'IKEíJlEVOV' 1'~V cambio, es el "estado de cosas" incorpóreo que es portado por dicho sonido.
40 o' CtJla1'al6t'lta ~lV avaepÉpoucrav 1'a~ cpaVl'acría~ bd t OV óp90v 26 la 1tpáY)J.uta Se trata de "estados de cosas" (más que de "cosas"), pues estos npáyllata son "deci-
AÓ'{OV. aut~v t e ttlV t1t1O'1'~Il11V c.paolv ~ KCltáAll\}f tV aOl.paAll ~ bles".
E~IV ev c.paVl'acnQlV 1tpOO'O~EI apBtámmtov Ú1t(J Myou. O\'K ávw 26·29 IV€'UOO)J.tv01)~ A.6y01)~ ..cal CtAr¡eeúovra~ ... Kal oütloa~ Kal OEpí~ovta~ Para la di scusi6n de estos
5e rll~ OtaAeJCtllci1~ gewpÍw; tOVcrocpov U1ttrotov roEaBal €v AÓy~' sofismas, que fueron tratados por Crisipo, cf. OL 7.25 , 7.192-1 98, Plutarco, eN 10590 -E, nuestro capiru-
tÓ n : yap aA'lge<; Kal 1'0 \}fEÚOO<; olaytVOOO'KE09al U1t' o:unl~ Kal 1'0 lo 10 y Atherton 1993: cap. 7. Sobre el sofi sma del sorites cf. capírulo 7, texto 7.7 con nuestro comenta-
rio. El "argumento del velo" ya fue conocido por Aristóteles, quien lo analiza como una falac ia que se
45 1t19avov tÓ 1" apcptp6Am~ Aty6~tBVOV OIEUKPIVeí'crBcu' xwpÍ<; 1"
basa en el accidente (cf. SE 179a26 -b2). Al parecer, fue fonnulado por Oiodoro Crono, maestro de Zenón
autll~ OUK eiVat óóé9 epmtuv Kal a1tOKplVf:cr6at. de Citio COL 2.11 1; sus fragmentos están recopilados en Giannantoni 1990). Varios reclamaban en la
~tateíve1V oE t~V tv taí'~ aJIocpácrecn 1tpon:€tElav Kal EJII 1'0. antigüedad la autoría del "argumento del corn udo": Eubúlides de Mileto (dialéctico asociado a la escuela
ytVÓPEVCl, root' d~ aKocrjlíav Kal e1.KatÓr'lt(l t péJIEcr6at tOU~ de Megara; DL 2. 108), Oiodoro Crono COL 2.1 11) Yel mismo Crisipo (DL 7. 187).
ayupváCfto~ i:.7.0Vl'Cl~ ta~ cpClvtaoia~. OUK l:í)J..w~ r' Ó~V Ka. 38-39 tt'1v o' Ctv€Aty~íav ... Eir; tO CtvtIKEÍ)J.€VOV La irrefutabi lidad como la fu erza en el argumento para
50 ay;(ívouv Kat ro OAOV OEIVOV ev A6yoU; <pavlícrecrOat tOV croep6v' evitar ser arrastrado por el propio argumento a la contradictoria de la propia tesis evoca la tesis de Platón
segUn la cual "la verdad nunca es refutada" (GOl'. 473BIO-ll).
toü yap aDtOD dvat ópe&~ olaA.éys.crBal Kat otaAoyí~Eoeal Kal
41-42 t~V tn:tO"t~)J.llV I.pClcrlv ... Ct)l€túmúl'tov Ú1tO >..óyou Para esta defini ción de t1tIO't~Ilr¡ cf. capítulo 7,
toÓ aDtOl> 1tPót; te 1'0. 1tpoKEÍ)lé:Va olaAeX9livClt Kal1tpo~ ro
textos 7.8, 7.13 Y 7.14 con nuestro comentario.
EpWtOO¡.t€VOV u1toKpívacr9Cll, a1tep e~I1tEÍpou otClAt:KTtKii~ avópCx;
EtVal. 5.7 Sexto Empírico AM2.6-7 (SVF 1.75; 2.294. LS 31E; FDS 35)
=:evoKpá,~S Be ó IDá,wvos &Koua~s
2 EI~. El o~ exp~nglt' P'I
' 1 om. F" 3'o . ~E ante ¡¡EPI addidit Usener 4 IU::pIOU:UpoUOl B 6 év codd. : delevit
Marcovlch 9 ouoav cocid : C1VUI scnpSl t Marcovlch 14 pouf..eutlK6v F I OlKClVIK6v BPF2 : KavovlKóV F1 17 Kal oí a1tl) 1'~~ 'EtOOO; <plA6O'O<pOl eÁG-
(l7tÓKPlo\V B ,18 ta ¡¡cplltp&; F ~O oE F ; ,oq¡. S P 21 ,ónOlv F2 22 ,ov PF ; r&v 8 27 Ka! alto¡púaKovrar; yov PlltOPUC11Vu1rápXEtV en:tot~)lllV tOÚ W AÉ'yE1V, liUro~
om. F I O(()PE¡ta~ BPFD , MarcovJch : O(()Pl,Cl~ Hicks, Long-Sedley, Hü lser 34 Ka! At~€(OV om. F 36 tE Br ¡.ti:v 3€V01(pá1'OlJ~ n,v 6mOTTÍIlllv Aa)Jpávovro~ Kal apxaY-
oe
von Amim : " Long; scripsit Marcovich 37 UV6.IKÓnltCt F : uVElIcm6n¡tCt von Arnim Long Marcovi ch 5 oe
Ké) v6).ley, avd ti1~ téXVll~, l:íMm~ trov 'EtúHKWV, avd
I i<:'/.upov >"6yov BPF: krxupóvOta coni. Usener 38 EiK6~ BPF : eiKaiov Reiske (~f. Di 7.1 17) 39 tOD ~EpaÍa~ eXE1v KatClAlí\}f6.1t;, €v crcxp6) ).l.6vey qmo).léVT]v.
últay€o9Cl1 F : arró1Eaeal BPI ún' <toü> ClUtOO scrips it Marcovich 40 o' codd. ; te von Arnim : oc Marco-
vich 42 1tPOcrOé~Et 8P"P : 1tPOO'€~CI 8 2: 1tpOc; A.É~lv F 44 tlit' aun;~ dgt Long: ax' aun;~ BPF Marcovich 1'0 5e A€yelVa¡.t<pÓtEpOl 1tapaAa.¡.t~ávo1)O'lv oo~ 01Cl<pépov
2
45 01€UKpívco9al pi : corrop 47 Ct1toQXÍo€O'¡ codd., Long, Marcovich, 'Long-Sedley : Ó;1tol.pácr;O\ corr. von tol) otaAÉyEcr6at, E1tEIO~1tf;p 1'0 ¡.tev f:v cruvrO).l í~ KeíJ.lEVOV
KCtV t(9 Aa)lpáVelV 1(0.1 OIOóVat A6yov OlO.AtKT1Kfl~ €Cfttv
112 Capítulo 5 Lógica, dialéctica y retórica 113

10 EP1'OV, TO 58 Aéy€lV €V Jl~Ke\ KaI8u;~66(fl9Eropoú).IEVOv prov.' oihw ÜÉ lt~ q)1A6ltI10~ evra'0Ela n¡;:pt tOV 'Aóyov ysvó-
PllTOPll(ii~ húrxuVl;;v lOlOv. €vesv youv KUI Z~vcov ó Kl- ¡.tSV0~ náA1v tv TC{> mhi9 PtPAíey n¡;:pt n;~ t&v epOOVT]ÉvtOOV
nEu~ eproT118El<; orep OlUcpÉPEl OIUAEKttKf] cruyKpoúa¡;:oo~ ún¡;:tnrov ero ¡..tóvov' <Pllaí wiha naperÉov
prl1:op lKf¡~, crucnpé'V~ -rT]v XElpa KCtlltáAlv €~alTAWO"a<; 10 TO'0 PM.tíovo~ txo¡.ttvou~, &"J..J.O. KatnOla~ aaacpdw; Kat
ro
eq:HI 'toú'W;¡', Kunl I1Ev T~V crlJ(J'1"pocp~v orpOYyúAov Kal EM.t:h"m~ Kal v~ Ma OOAotKtO"¡..tOÚ~, ¿cp' ot~ üM.0l av
15 PpaxU tfiC; OWA-sKtllCfj<; táHOJV loíW)lU, OUl OS tfjc; ¿~­ a1crxovEldlloav OUK OAí)'ot.' tO o~ nOTE ¡.tSv axpl XElproV
UltAÓmECOC; Kal EK'tÓOECOS téOv OaJcrÚACOV 1:0 ¡IJan) Tfj~ Kat crró¡.talO~ ciJ1tp¡;:nda~ Emxropciv roi; AÉyOUO"lV EV KÓO¡.tC9
PlltOpucfts ouváJl€w<; aiV1HÓIJEV0C;. Tav Aóyov OlOtíO¡;:cr€!at, norE oE Jl~i EAAd\jl€rov E1l:IcrTpt-
15 <pEO"Elm Kal aoa<p¡;:trov ¡.t~t¡;: aOAOtKí~ovra~ aicr;cúv€aElat t¡;:-
6 TOO pEpaí(l(; 8XEtV KaraA~1.jIEI<; cf. supra texto 5.6 (nota a las líneas 41-42).
AÉú)~ o n av bcíl1 AÉyovTrn; tanv.
8-11 "Co f1CVev cruv'tOflíg OtOóVUl )",&yov Olfxt.EK!I1Cfjo; ... iJTrrOpIK~<; EtÚYXavEv I8tov La antítesis que se
o • •

enfatiza aquí es entre la grandilocuencia ÜtaKpoloyía), propia de la retórica, y la brevilocuencia 1 K60"IloU g : K60"JloV Xylander, Chemiss 2 Kal eipollévou Myou Meziriac : ¡;lpllJlÉvou AÓYOU Ka!
CPpaXUAoyíCl), propia de la filosofia, una distinción platónica en su origen (ef. Platón, Gor. 46Id-462a, Wittenbach, Cherniss / Ka! ante rcí~lv Xg : om. cett. codd. 4 <<iAA0> Ko:nl TW Myro Sandbach 5
Prot. 335a-b; véase también Teet. 163d). La tesis según la cual es propio de la dialéctica ser capaz de dar rcícrel~ XgS : O"1cíO"Et~ cett. codd. 7 m;:pl 'tov aA 1 : Kaln¡;:pptrCv; A2~yE 9 g1tEI1tOO~ XgB ' 14 rav A6yov
y recibir una razón o explicación (Aóyo~) es de cuño claramente platónico, y aparece registrada en un om. E 15 croAmK{1;ovro~ g el om. ulcrxóv€oOm
escrito tan temprano como Prol. (336b9 -c1): "pero es capaz de dialogar (8wAéyEo8at) y de saber dar y
recibir una explicación (l-6yov rE 30uvut KOt M~ao8at)". Con frecuencia 81aAéyeo8m en el sentido de 5. 10 Plutarco SR 1034E (SVF 1.50; 1.78; 1.260; LS 31 L)
"dar un '),.6yor;" significa "definir" (como en Fdr. 269b y probablemente también en Teet. 202c y sobre npo~ TOV dn6vra
todo en Rep. 534b3-6: "dialéctico es el que aprehende o capta el A6yot; del ser de cada cosa; quien no lo
aprehende, en la medida en que no es capaz de dar un AÓYOt; de dicha cosa, tanto para sí mismo como para '~lllOE oíJCT]V OlKáatl~, nplv a¡.tlj)ú) ¡.tu8ov aKOÚO"1J~'
los demás, no tiene comprensión de esa cosa"). Para la dialéctica como método que elimina las hipótesis
para asegurarse en dirección de un principio no hipotético cf. Rep. 533c7-e2.
13-15 oucrrp€\jfar; ... n1~ OtaAEKnK~~ ráHrov iOiroJlu La misma analogía es infamada por Cicerón, De
aVTSM)'SV ó Z~vrov TOtOÚTey tlV\)jyyCf} xproj.!¡;:vo~ Eli
fin. 2. 17 (SVF 1.75). En ambos casos lo que se quiere subrayar es el hecho de que el discurso retórico es tlnSoEt~¡;:V Ó 1tp6tEpo~ dnrov, Ol)K aKoucrtSOV tO'0 o¡;:u-
"extendido" (como la palma de la mano), en tanto que el dialéctico es comprimido, como el puño. 5 tÉpou AÉ)'OVTO~ (nÉpoo; yap EX¡;:t tO SlllOÚP.€vov), Ett' OVK
&.¿OeIS"" (ií~OlOV yap ro, el ~~o· \)1t1íKOUaE KÁ~ee\, ~
5.8 DL 7.83 (SVF 2.130; LS 3JC; FDS 87) ÚIWKOÚOa.; El¡;:pÉnaEV). ~t01 o' anÉo¡;:l~sv 11 OUK anÉoEl-
Kat T010'0T01 Jlev tv TOl~ AOytKOi~ oi l:rro1Kol, i.'va ¡.tw.tcrTa S¡;:V· OVK aKouoTÉOV apa toD O€llTÉpou AtyOvtO~ .' toÚTOV
KpaTÚvú)cr1 OlCiAeK!tKOV ud dvat Tev aocpóv' náVTa )'ap rO. npá)'- 0$ tev A6yov Bp(fH~aa~ autOC; avrÉypa<p¡;: Jl8V npo~ T~V
¡.tara Ola lii~ &v AóyOt~ EI¡;:copla~ óp&oElat, oaa l¡;: lOU q:mcrtKO'0 1O nAátOOVO~ TIoAlldav, EAu¡;: Of. aoq>ío¡..taTa, KUt t~V OWM-
T61tou TU)'Xáv¡;:l Kat au ná:hv ooa ro'0 ~etKOu (d~ ¡.tSv yap tO KttK1lv ro~ tODto nOIElv ouvap.éVT]v EKÉAeu¡;: 1tapaAa¡.tpfÍv¡;:tV
5 Ao)'lKOV tí OÚ AÉy¡;:tV;) n¡;:pí i OVO¡.táTCOV OpElÓTllTO~, onro~ ouhasav tOU~ ~la8T]TfÍ~. KaLTOl11 tlnÉoEtS¡;: nAátrov 11 OUK a1tÉoEtS¡;:
oí V6~lOl Ent toi~ epyo,,;, OUK av BX¡;:tV ¡;:lndv. OUOIV O· oüomv Ta BV TU lloAtrdq., Kal' oUO€t€POV O' ~v avayKaiov avtt-
cruvllOElatV WIV Úrr01tlnTOÚOalV lU apElD, ~ lJev ti EKatJt6v tan ypá<p¡;:lV aUa návTÚ)~ n¡;:p\HaV Ka! Jlátmov. tO O' auto
T~V ovr~v OK01t¡;:l, ~ OE lí KaMltat. Ka\ c10¡;: ¡.tSv aUToi~ eX¡;:t 15 Kaln¡;:p\ TroV OO<pIO¡.tfÍtWV EcrTtV Ei1tÉtv.
la Aoy tKOV.
2 Jlr¡U Basiliensis : Jl~rE g : Jlr¡3evl ceU. codd. / a~upú.l codd. : av t1Jl1.pOl / aKoúcrE1r; g 6 OJlOlOV yap X
1 ra pro tva B 2 KpCl.rúvÚ)(H PF : KpCl.'ÚVrov B : Kpo:rúvovn;~ dg: Kpawvoucn Cobet 2 ael p : 0111. BacF : : OJlOIOV yap ... ~ OUK a1tÉoE1~ev om. d / 3' om. B 9 avrÉypo.<ps Stephanus 12 el B, Tumebus
Elvm aet F / ,a F: om. BPD 3 8ta roi~ F / TE BP : om. F 4 r6nou dw co : wnou cett. codd. : ruyxável
wnou F I ei Marcovich: d~ codd. 4-5 el !lE\! yap ro AOylKOV rí 8er AÉyuv 1tEpí [u;] óvoJlárrov ópeónlro~, 1-6 El',' ¿t1t¿3et~Ev 6 1tp6repot; elncóv, OUK aKouO",ÉOv roil O€llTÉpOU ¡"'¿YOVTOt; ... e'(,' OUK anÉ3Et~ev .
nw~ ra Ka" a~íav 6v6¡.w1Q. f:nl ror~ EPY01<; OUK av EXOt Einerv; dubitanter von Amim 5 ye scripsit ~rol 3' a1l:€ó€l~¡;;V ~ OUK anÉ3€I~ev ' OUK aKouO",ÉOv apa rou 3€llrÉpou ¡"'¿yovroc; El argumento de Zenón
Marcovich : rE codd . 6 «VEU aurou supplevit Marcovich I 8;(Olllev scripsit Marcovich : BXOI van Amim : puede estar dirigido en contra del "método antilógico" de académico Arcesilao (cf. Chemiss 1976: 429,
¡':xuv codd. 7 1Q.tV FD : rE SP 8 OK01t1~ (pro O"KOnEl, ~) F n.a y SI/pra texto 5.5).
21111011 3íKr]V 5IKáO"tJ~, nplv aJl<pOl llil60v O.KOúcrnr; Ps. Focílides frag. 87; Hesíodo, frag. 338.
2 81Cl.AeK'T1KOV <id EIVat rav 0"0<jl6v Sobre el alcance de esta afirmación véanse las precisiones de Long 5.11 Dionisio de Halicarnaso, De compositione verborum 4, 129-147 (SVF 2.206a)
1996" 97-98. ''Ey(j)y'
5.9 Plutarco SR J047A-B (SVF 2.297-298; LS 31 H) oÚv Ot¡;: ots)'Vrov cruvTán¡;:o8m talhT]v t~V únóElw1v. E~~TOUV ¡;:t tL
T~v Pll!OptJ01V ÓP~Etat lÉ';cvllV nEpt Kócrl.WV
Toi; 1tPÓt¡;:pov ¡;:tPlltal n€pl autf¡c;, Kal ¡.táA\crTa roi; ano
Tii~ :Eloa~
¡;:ipo¡.ttvou ),óyou KatláStv' En o' EV ti9 1tpámp Kal wúra cpv...oaó<pot~ Eloro~ loU~ Cívopa~ ou ¡.tlKpav lPPovt(oa TOO AEK!lKOU tÓ-
yÉypmpEv' ou IlÓVOV oE lOÚ EA€u8¡;:píou Kat a<p¡;:AoD~ K6ol1oU 5 nou nEn01ll~lÉvoU~. OEl )'up alHou; lMT]Elf¡ ¡.taptup¡;:iv. ouoa~lii 8'
O€lV ololJ,at Emcrrpúp¡;:oOm <aUa> Kan! ri9 )..6Yo} Kal trov ouoev Ú1t' ouo¡;:v(x; ¡;:uprov rrov 6v611Clto~ ~~lro¡.tÉvOOV OÜt¡;: ¡.tei~ov oüi
5 OlK€íúJV únoKpío€rov Kala ta.~ Em~aAAoúcra~ Táo¡;:l~ rii~ €AaTlOV CJUvaxEltv ¡;:1~ ~v trro
npoUPll¡.tat npay¡.taldav, a~ Of. Xpú-
<pú.)Vil~ Kat (J,.(T]llanOIlOU~ TOO tE npooro1tOU KUt rrov X¡;:t-
ot1tnoc; KaTaASAom¡;: cruVtá~€l~ olTIá~, EmypaepT,v Exoúaac; f1¡;:Pl n;~
114 Capítulo 5 Lógica, dialéctica y retórica 115

OUvtá~EO)~ t&v rOD A.6you Jltp&v Ol> fYrlTopucrlv 9Eoopíav €xoúO"a~ 4 lSlapOpCÓtOll Salm. olapapú)O~auul Upt l 1:m;' amoü S útp' aútoú s 5 €KEiVOt; vel KUKElVOt;; s 9
10 &),).0. ÓlrW:KTtlClív, roe; i'cracrav oí 'fUe; PíPAOUt; aveyvooK6t€t;, ÚllEP cil;IOO- va( codex Uptoni ElE\' R ETval S I m' Se 9-10 post 9cpant'ÚElv lacunam notavil Wolf 15
!lÚteov ouvrál;Eror;, clAr¡8rov t e Kat O/CUÚWV Kol 8uvat rov Kal npo·tÚaaoual· S 17-18 ~TJ8E ."np&tov del. Coro 20 Kata~avOó.vUE S Ka¡a~avOúVf:tal s I
Kata).1S~a9r]K6to; S (~aEht in rasura) 21 a.Kpt[Xi'x; s 27 talCttKó. s I ~6vo~ aut ~6vrot;; S : ~rov rot;; Se :
6.8uvátrov, EvOexOJ.l€vrov Te KCtt J.letamm6vrrov KCtt &~.HpIP6- ~rov OD Elter
Arov KalaMwv ltvrov 'totout01"p61tOJv, ou8e¡..tíav oüte xpeíav
o\)r' wcp€Aé:tav tOte; 1tOAlnKoí'r; J...6yOlt; ou¡..tpaA/collÉvrov, EtC; yODV ~oov~v 5.14 Epieloto,Diss. 4.8.12-13 (SVF 1.51; LS 31J; FDS 79)
15 ~ KálJ..or; tplll1.veíru;, rov 8ft O'toXá~€O"8at t~V crov8eow" Taúnlt; J.l€v tíe; OÚV ÜA11 mo cpiAocrÓCPOUj ~~ tpí-
T~\ npaWaTEÍ", anéO't~v [... ]. prov; OÜ, MM. Ó AÓ"yO\. T( Té"",; ~~ T\ tpope¡v Tp(-
pcova; o\), w,./..a. tO op8ov eXetV tov Myov. nota OEoo-
4-5 t6rrou] 601) F 8 omá¡j om~v FI TIepl: 0-0 ru:pl PM 9 ou] Kal P 15 Kal F: ~ PMV P~!lUta; M~ 1'1 t a nEpl1'OÜ 1t&<; móyrov ¡.ttyac; ylVElat

5.12 QuintiJiano, lnstitlllio oratoria 2.1 5, 34 (SVF 2.292)


a
5 ~ KÓ).lTJ paOEla; <OÜ;> uUd ¡.tQAAoV Z~vw<v> Atyel. YVOOVat
ta toO A6you crtOlXE10, 1toióv ti eKumov amoov ton
Huie eius substantiae maxime conveniet finitio: "rhetoricen es se bene dicendi
KO!nOOe; áp).lÓUEtat 1tpOc; üMr¡Aa Kal ocra tOmo1<; uK6-
scientiam". Nam et orationis amnes virtutes semel complectitur et protinus etiam mores
oratoris, cum bene dicere non posit nisi bonus.ldem valet Chryssipi finis il le, ductus a Aou9á ''' IV.
Cleanthe, "scientia recte dicendi". Sunt piures eiusdem, sed ad alias quaestiones magis 5 <oü> add. cod . Uptoni, Long-Sedley, Hülser
5 pertinent. 5.15 DL 7. 59 (FDS 594)
5.13 Epictoto, Diss. 1.17.1-12 'Apetal OE A.6you elcrlnMe, 'EAAr¡V~cr}1Óc;. aa<p~VEta, cruvro¡.tta.
"On avaYK(lla TCI AoytKá. 1tpérrov, KataO'Jc&U~. ' EUr¡vlo].lOt; ¡.tf:v oúv Éan <ppácrt~ aotámwtoe;
'Em::tO~ Áóyoe; tm!v Ó olapOp6)v Ka! ~EPYO~ÓI.U::VOt; év "tÜ u:xVt1Cn Kat M~ ehcaíq. cruVll8eíq.· aa<p~vEla 8É EOtt ~t~
ta Aomá, ESEt S' autov ~t~ aSuÍpOpOOtOV Elval, i:m:o yvoopí).looe; 1raptcr¡dcra tO VOoúJl€Vov' cruvroMía óé Écrtt ~t<; aura
tívoC; Stap8pwOfi; S~AOV yap on ~ úc.p' aútoü 11 \m' 5 ta avaYKaia neptéxouoa 1tpÜí; O~A.roOlV tOÜ 1tpáYMatOC;' 1tpénov
5 aJJ..ou.lí 1'01 AóyOC; 6<Jl'tV 6K€IVm; ~ a/J..o tt Kp6crcrov M 'O'tl M~\\ oiKE(a Tti) npáy~aTr KaTa(JICW~ BE M~I\ <K1tEtpcuyu¡a
EO'tall'OU AóyOU, orr€p &óúvcnov. €i A.óyo~, EK€IVOV B'
Tev lOlcoT\cr~6v. 6 pappap\cr~O\'K Tóiv KaKlóiv M~\\ <O'tl napa
rretAlV tíe; Stap8procret; ei yo.p autor; eamóv, &úValOl tO f8oc; t&v €USOKt~OÚvrrov 'EJJ..lívoov, aOAotKlcrMoe; Sé Écrn Aóyoe;
Kal oÚl'OC;. ei l:iAAou Se1lcroMEOa, a1tElpOV EmQt WÜtO aKata)J..~Aooe; cruvretay¡.tévot;.
Kal aKa1'w..r¡KtOv. [El] vaí, &)J,: Err€íyEt ¡.taAAoV OEP01tEÚ- 1 Elol om. F 2 KaTaO'l<eu~ BPF : a1[OOKf:U~ Suda I ouv om. F 3 aatplvEla B : autp~vlQ F 4 yvropt~Ot;; B
10 E1V' Kal ta 0MOIQ. 9ÉAEU; Oúv rrep! tKEÍVooV OKOÚE1V; j 1[oplO'téiaa 6 post J(ataOKEu~ SS Marcovich addidit €<nI 8 eMoKI~OÚVtrov Voss, von Arnim, Long,
aKoue. ñU' av ¡.tOt Mync; o'n 'OUKoToa rr6n:pov w...r¡9&C; ~ Egli, Hülser : eóocu~OVOÚvtWV BPF, Suda, Marcovich
\lfwSroe; olaA.Éyn', Kav tt Kat' O~tf.píPOAOV cpcovT¡v e'(1tco 5.16 Epictcto, Diss. 2.20.21 -22
Kal Atrue; MOt SláO"tI~OV', OUK e'n av~o¡.taí crou, a.U' Tíe; 11 aruxíae;; Aaprov tle; 1tapa tfie; cpúcrEcoe; ¡.tétpa
tpro OOt 'a.).).' EItEíyel ¡.t6.Uov'. Ola tOUtO yap oiMal Kctt Kavóvac; eit; €:1tlyvcoOlv tfi~ 0:Ar¡8eíCt~ ou npOm¡HAO-
15 1tpo[ O']tácrcrouOIv to. AoytKet. KaOetrrEp t~S ).letp~oecoc; mü texvei ¡OÚ¡Ot~ rrpocrOeivat Ka!7[poo€~€pyóoacr8at ta
oítou rrpotáO'ooMEV t~V tOÜ ¡.tétpOU a1tíO'KE\lflV. av &F. A<c>í1tovra, OJJ..iJ.nav tOuvavríov, el n Kat EXEI yvoopt(jn-
~~ olaAáproflEV npo"ov T( <O'tl ~óOlU\ ~~& OUWiPOlfUN 5 KOV tfie; a,A.T]8Eía~, E~atpelv 1relpéitat Kat a1tOMÚEIV.
rrprotov t í amt ~uy&;, rrrot; en ).l€Tpr;oaí n 11 <:nfjO'at
ouvr¡cró¡.tE8a; MaOOa Oúv tO t&v líAAwv Kpmíplov Kal 1 ~ chuxfa Se4 ArnOvtU S : A<e>movta S I exel scripsit Schenkel
20 Ot' oÚ 1'illa KataMaVOáv€l'ctI I.nl Kaw¡.tE¡.toOr¡KóTe<; MIlO'
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Katapa8Elv; Kalnwe; oTóv te; 'vaí' &:M.' 6 pÓ010e; ~ÚAOV
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30 ¡OOV ÓVO¡.tÓtffiV btíO'KE\IIte;'j
Presentación, asentimiento y formación de conceptos 117

" ¡madre, te lo imploro, no agites contra mí


Capítulo 6 las doncellas bebedoras de sangre y con forma de serpiente!
¡Ellas, sí ellas están jmlto a mí dispuestas a atacarme"!
Presentación, asentimiento y formación de conceptos lo dice como un loco y no ve nada, sino que s610 le parece que ve. Es también por eso que
Electra le responde:
"quédate ahí, miserable, permanece en tu lecho,
6.1 DL 7.49-51 (SVF 2.52, 55, 61; LS 39A; FDS 255) pues no ves con claridad nada de lo que te parece que sabes"
Los estoicos convienen en poner primero la explicación que trata de la presentación y la
sensac ión, en la medida en que el criterio por el cual se conoce la verdad de las cosas es gené- 6.3 DL 7.52-53 (SVF 2.87; LS 39D; FDS 255)
ricamente una presentación, y en la medida en que la expl icación que trata sobre el asenti- En efecto, entre las cosas pensadas, unas se piensan por contacto, otras por semejanza,
miento y la que trata sobre la cognición y el pensamiento, por preceder a las demás, no se otras por analogía, <otras por transposición>. otras por composición, otras por oposición.
constituye sin una presentación. En efecto, primero viene la presentación; luego, el pensa- Ahora bien, por contacto se piensan las cosas sensibles; por semejanza, las que derivan de
miento ex presivo comunica mediante una formulac ión proposicional aquello que experimenta algo que está enfrente de ellas, como Sócrates a partir de la pintura; por analogía, por aumen-
por acción de la presentación. Presentación y ficción son cosas diferentes, pues una ficción es to, como en el caso de Ticio y el Cíclope, o por disminución como en el de un pigmeo. Inclu-
una figuración de la mente, tal como ocurre en los sueños, en tanto que una presentación es so el centro de la ti erra se piensa por analogía a partir de esferas más pequeñas. Por transposi-
una impresión en el alma , esto es, una alteración, como supone Crisi po en el libro II de su ción, como los oj os en el pecho; por composición, se piensa el hipocentauro; por oposic ión, la
tratado Sobre el alma. Por cierto que no hay que tomar la impresión como si se tratara de la muerte. Algunas cosas, como los decibles y el lugar, también se piensan por transici,ón. Algo
marca de un anillo de sell o, porque no es posible que haya mucha s marcas en lo mismo y justo y bueno se piensa naturalmente. Por privación, como una persona sin mano. Estas son
respecto de lo mi smo. La presentación se concibe como lo que se da a partir de lo que es, yes sus doctrinas sobre la presentación, la sensac ión y el pensamiento.
moldeada, esbozada e impresa según lo que es de un modo ta l que no podría provenir de lo no 6.4 Aecio, 4.11.1-4 (SVF 2.83; LS 39E; FDS 277)
es. Según ellos, de las presentaciones una son sensoriales, otras no. Sensoriales son las que Dicen los estoicos: cuando un hombre nace tiene la parte ctor e su alma como una
caplamos a través de un órgano de los sentidos o a través de varios órganos de los sentidos; no tablilla lista para la escritura; en ella se registra cada uno de los conceptos. El primer modo de
sensoria les las que captamos por medi2pe miento, como por ejemplo las de los in- registro es el que se da a través de los sentidos. En efecto, cuando as personas perciben algo,
corpóreos y las demás cosas captadas p a raz' . De las presentaciones sensoria les, las que por ejemplo, algo blanco, tienen un recuerdo de ello cuando se ha marchado. Y cuando se
proceden de cosas que son están acampana as de concesión y asentimien to. Pero entre las producen muchos recuerdos del mismo tipo, entonces afinnamos que tenemos experiencia,
presentaciones también se encuentran los reflejos, que surgen como si procedieran de cosas pues experiencia es una multipliCidad de . resentaciones del mismo tipo. Algunos conceptos
que SOI1. Además, entre las presentaciones unas son racionales y otras irracionales; racionales se originan naturalmente de acuerdo con los modos mencionados y sin ninguna intención;
son las de los animales racionales, irracionales las de los irracionales. Las raciona les, enton- otros, en cambio, se originan ya a través de nuestras enseñanzas y cuidados. Ahora bien, estos
ces, son pensamientos, las ilTacionales aún no han recibido un nombre. Y algunas presenta- ' . . ente se deno~nceptos"; aquéllos, en cambio, también se lIama~
ciones son " técnicas", otras "no técn icas", pues una imagen es considerada de una manera :por concepc iones" Se dice que ~óri , en virtud de l.a cual somos lIamado~ ,"racionales",. se
un técnico y de otra por alguien que no lo es.
\1 comp a partir de nuestras preconcepciones a los siete años. Una concepclOn es una fiCCión
6.2 Aecio, 4.12.1-5 (SVF 2.54; LS 39B; FDS 268) de la mente de un anima l racional. Pues cuando la ficc ión sobreviene al alma racional, enton-
Crisipo afirma que esta s cuatro cosas [se . presentación, 10 que se presenta, lo fantástico, ces se llama "concepción", la cual ha tomado su nombre de " intelecto" (en-~óema-Moús].
ficción] so n diferentes las unas respecto de las otras. Una presenta ción entonces es una afec- Por eso, precisamente, lo que sobreviene a los animales irraciona les es solamente ficción. Las
ción que se produc e en el alma y que [en la afecc ión] misma mue stra lo que la ha producido. cosas que nos sobrevienen a nosotros ya los dioses son ficciones en cuanto al género, pero
Por ejemplo, cuando a través de la vista vemos algo blanco, lo que se ha producido en el alma concepciones en cuanto a la especie.
a través de la visión es una afecc ión. Y, de acuerdo con esta afección, podemos decir que hay 6.5 Sexto E mpírico, AM 7.242-247 (SVF 2.65; LS 39G; FDS 273)
algo blanco que nos pone en movimiento. Del mismo modo ocurre en e l caso del tacto y del De estas [presentaciones] unas son persuas ivas, otras no persuasivas, otras a la vez per-
olfato. Se dice que presentación viene de luz, pues tal como la luz se muestra a sí misma y a suasivas y no persuasivas, otras ni persuasivas ni no persuasivas. Ahora bien, persuasivas son
las cosas en ell a contenidas, así también la presentación se muestra a sí misma y a lo que la ha las que producen un movimiento uniforme en el alma; por ejemplo, que ahora "es de día" y
produc ido. Lo que produce la presentación es " lo que sc presenta"; por ejemplo, algo blanco, que "estoy conversando" y todo 10 que implica una obviedad semejante. No persuasivas, en
frío y todo lo que es capaz de poner en movimiento el alma ; esto es "10 que se presenta". "Lo ca mb io, son las que no son de esta índole, sino las que nos hacen que no prestemos asenti-
fantás tico" es una atracc ión vacía, una afección en el alma que se produce sin que nada se miento; por ejemplo, "si es de día, no hay so l sobre la tierra", "si está oscuro, es de día".
haga presente, como ocurre con el que lucha con las sombras o da puñetazos en el aire. Pues Persuasivas y no persuasivas son las que, según su disposic ión relativa, a veces son de un tipo
algo quc se hace presente subyace a la presentación, pero nada subyace a lo fantástico. Una ya veces de otro, tal como las [presentaciones] de los argumentos inextricables. Ni persuasi-
"ficción", en camb io, es aquello hac ia lo cual somos atraídos en la atracción vacía fantástica. vas ni no persuasivas son las que son [presentaciones] de cosas tales como "las estrellas son
Esto es lo que sucede con los melancólicos y los locos. Así, cuando Orestes, el personaje pares", "las estrellas son impares". Entre las presentaciones persuasivas, unas son verdaderas,
trágico, di ce: aIras ralsas, unas verdaderas y falsas, otras ni verdaderas ni falsas. Ahora bien, verdaderas son
Presentación, asentimiento y fonnación de conceptos 119
118 Capitulo 6

aquellas de las que es posible hacer una aseveración verdadera, como en el momento presente 6.9 Plutarco, CN 1084F (SVF 2.847; FDS 281)
"es de día" o "hay luz"; falsas, en cambio, son aquellas de las que es posible hacer una aseve- ¿Supone n que la esencia y origen del concepto mismo no están en contra de la concep-
ración falsa, como "el remo sumergido está quebrado", o "la columna es angosta"; verdaderas ción común? Pues el concepto es una cierta presentación, y una presentación es una impresión
y falsas son aquellas que experimentó Orestes en su locura a partir de Blcetra, pues en la en el alma.
medida en que las experimentó a partir de algo que existe, eran verdaderas --en efecto, Electra 6.10 Plutarco, CN 1084A (SVF 2.848; FDS 43 1)
existía-, pero en cuanto las experimentó a partir de una Erinia eran falsas, pues no había tal Pues es en extremo absurdo que ellos postulen como cuerpos a las virtudes, los vicios y,
Erinia. Y, de nuevo, [verdaderas y falsas son aquellas presentaciones que] alguien en sueños, además de ellos, a las artes, a todos los recuerdos, y aún más a las presentaciones, las pasiones
cuando a partir de Dión, que está vivo, sueña con una atracción falsa y vacía como si se trata- y los asentimientos.
ra de la presencia real <de Dión>. Ni verdaderas ni falsas eran las <presentaciones > genéricas
pues de las cosas cuyas especies son de este tipo o de aquel tipo, los géneros no son de este 6.11 Cicerón, Acad. 2.30-31 (L8 40N)
tipo ni de este otro tipo. Por ejemplo, entre los hombres, unos son griegos y otros bárbaros, En efecto, la mente misma, que es la fuente de: las sensaciones y también es ella misma
pero el hombre genérico no es griego - ya que entonces todos los hombres específicos serían un sent ido, tiene una fuerza natural que se dirige hacia aquellas cosas por las cuales es puesta
griegos- ni bárbaro, por la misma razón. en movimiento. Así, de tal modo atrapa unas presentaciones que enseguida se vale de ellas;
otras prácticamente las almacena y de ellas se origina la memoria. Las demás , sin embargo,
6.6 Cicerón, Acud. 2.144·145 (SVF 1.66; 1.8 41A; FDS 369) las construye por medio de semejanzas, a partir de las cua les se forman los conceptos de las
En efecto, niega Zenón, niega Antíoco que ustedes sepan algo. ¿Cómo es eso?, pregun- cosas, que los griegos llaman o énnoiai o prolépseis. Cuando a ello se agrega la razón, la
tarás. Pues nosotros también defendemos la tesis de que el que no es sabio comprende muchas conclusión de un argumento y una multitud de cosas innumerables, entonces aparece el cono-
cosas, y ustedes [se. los estoicos] niegan que alguno, a no ser que sea sabio, sepa algo. Zenón cimiento de todas ell as y la razón misma, perfecc ionada por estos pasos, llega a la sabiduría.
mostraba este asunto con un gesto: en efecto, mientras extendía sus dedos y presentaba la Por consiguiente, dado que la mente del hombre es muy apta para el conocimiento de las
palma de su mano abierta decía: "así es la presentación"; luego, mientras contraía un poco sus cosas y la cons istencia de la vida, abraza sobre todo la cognición y esta katálepsis que, como
dedos, decía: "así es el asentimiento"; luego, cuando los cerraba del todo y formaba un puño, dije al traducir literalmente, llamaremos "cognición", la ama por sí misma - pues nada le es
decía; "así es la cognición". De este símil deriva el nombre katálepsis para este [estado cogni- más dulce que la luz de la verdad- y también por su uso. Es por eso que se va le de los senti-
tivo] que antes no existía. Enseguida aproximaba su mano izquierda contra su pui'l.o derecho y dos y crea las artes que, prácticamente, son los demás sentidos, y fortalece la filosofía misma
con fIrmeza y fuerza 10 comprimía, y decía que tal cosa era "conocimiento", que nad ie posee hasta el punto en que produce la virtud, única cosa de la cual depende la totalidad de la vida.
a no ser el sabio. Por lo tanto, quienes niegan que algo pueda ser aprehendido nos quitan estos mismos instru-
6.7 Plutarco, CN I085A-B (SVF 2.847; 1.S 39F; FDS 281) mentos u ornamentos de la vida, o más bien, también destruyen la vida en su totalidad desde
Pero se desprecian a sí mismos de ta l modo que, al definir los conceptos como "ciertos sus fundamentos, y al animal mismo lo privan de alma, de manera que es difícil hablar de su
pensamientos almacenados", y a los recuerdos como "impresiones estab les y constantes", temeridad como lo exige la situación.
también fijan completamente los conocimientos como si contuvieran algo inmodificable y 6.12 Cicerón, Acad. 2. 37-38 (1.8 400; FDS363)
firme . Una vez conocidos suficientemente estos asuntos, que ya se explicaron, ahora sólo dire-
6.8 Sexto Empírico, AM 8.56-61 (SVF 2.88) mos unas pocas cosas sobre el asentimiento y la aprobación, que los griegos ll aman synkatát-
Todo pensamiento, en efecto, se genera a partir de la sensación o no independientemente hesis, aunque no porque el tema no sea amplio, sino porque se establecieron los fundamentos
de la sensación, o bien a partir de un contacto o no sin contacto. De donde descubriremos que un poco antes. En efecto, cuando estábamos explicando el poder que estaba en los sentidos,
las llamadas "sensaciones falsas", como las que se dan en los sueños o en la locura, no están simultáneamente se hacía claro que muchas cosas son aprehendidas y percibidas por los senti-
separadas de lo que conocemos a través de la sensación por contacto. [ ... ] Yen general no es dos, lo cual no puede suceder sin el asentimiento. Luego, dado que la principal diferenc ia que
posible descubrir nada en el concepto que uno por sí mismo no haya conocido por contacto. hay entre el no animado y el animado es que el animado lleva a cabo algo - pues ni siquiera
Pues dicha cosa se aprehenderá por semejanza de las cosas que se han presentado en un con- puede entenderse de qué índole es el que no lleva a cabo nada- o hay que suprimirle el senti-
tacto, o por aumento, o por disminución, o por composición. Ahora bien, por semejanza es do o atribuirle el asentimiento que está en nuestro poder. Pero a aquellos que rechazan la
como cuando, a partir de la imagen de un Sócrates visto, concebimos un Sócrates que no ha sensación y el asentimiento en cierto modo se les quita su mente, pues tal como el platillo de
sido visto; por aumento es como cuando, a partir de un hombre común, nos vemos llevados a una balanza cuando se ponen las pesas sobre él forzosamente se inclina, así la mente forzosa-
pensar [en uno de tal tipo], como el que [dice] que no se parecía "a un hombre que come trigo, mente cede a lo que es evidente. Pues de la misma manera que un animal no puede no desear
sino a una cima de las elevadas montañas cubierta de bosque". Por disminución, como cuando aquello que se le muestra como apropiado a su naturaleza - esto es lo que los griegos llaman
comprimimos el tamaño de un hombre común y pensamos en un pigmeo; por composición oikeion- , así también no puede no asentir al objeto que se le muestra como evidente.
cuando a partir de hombre y caballo pensamos en el hipocentauro, al que nunca habíamos
6.13 DL 7.60-61 (1.8 30C; FDS 621)
visto. Todo concepto, por lo tanto, debe ser precedido por un contacto que se da a través de la Un género es una combinación de muchos conceptos inseparables; como "animal", pues
sensación y por eso, si se eliminan las cosas sensibles, forzosamente se elimina todo pensa- éste comprende a los animales particulares. Una concepción es una ficción de la mente, que
miento. no es un existente ni un individuo cualificado, sino algo cuasi-existente y cuasi-cualificado;
por ejemplo, el resultado de la impres ión de un caballo cuando no está presente. Una especie
120 Capítulo 6 Presentación, asentimiento y fonnación de conceptos 12 1

es lo que es comprend ido por un género, tal como "hombre" es comprendido por "animal" . Lo 6.20 Epicteto, Diss. 1.28.4
más genérico es lo que, siendo un género, no tiene género; por ejemplo, "lo existente"; lo más Ahora bien, cuando alguien as iente a lo falso, sabe tú que no quería asentir a lo fa lso -
específico, en cambio, es lo que siendo una especie, no tiene especie, como "Sócrates", pues toda alma está privada de la verdad involuntariamente, como dice Platón-, sino que le
pareció que lo fal so era verdadero. Vamos a l dominio de las acciones: ¿qué es lo que tenemos
6.14 Cleme nte de Alejandría, Slrolll. 2.12.54.5-55.1 (SI-'F 2.992; FDS 365) que sea de tal índole como aquí lo verdadero o lo fa lso? Lo debido y lo que está contra lo
No sólo los platónicos, sino también los de la Estoa dicen que los asentimientos depen- debido, lo conveniente y lo inconveniente, lo que se relaciona conmigo y lo que no se relacio-
den de nosotros. Ahora bien, toda opinión, j uicio, suposición y aprendizaje -con los que na conmigo, y todo lo que es semejante a esto. Así pues, ¿no puede uno creer que algo le
vivi mos y con los que siempre trata el género humano- son asentim ientos. conviene y no elegirl o por sí mi smo? No puede; es como la que decía "advierto que lo que
6.15 E,tobeo, EcI. 2.88, 2-6 (SI-'F 3.171; LS 331) estoy a punto de hacer es malo, pero mi furia es más fuerte que mis deliberaciones". Porque
Todos los impulsos son asentimientos, y los [impulsos] prácticos también contienen un esto mi smo, satisfacer la furia y castigar a su marido [o considera más conveniente que salvar
[factor] motor. Yen tanto los asentimientos lo son a una cosa, los impulsos lo son hacia otra; los a sus hijos.
asentim ientos lo son a ciertas proposiciones y los impulsos a los predicados que, en cierto modo, 6.21 Epieteto, Diss. 3.7.14-15
están contenidos en las proposiciones a las cuales se presta asentimiento. ¿Por qué te apartas de tu propio bien? Eso es una insensatez, una necedad. N i siqu iera si
6.16 Sexto Emplrico, AM 7.241 (SVF 2.64; FDS 273) me dijeras que te apartas, te creeré. Pues tal como es imposible asentir a lo que parece falso y
La presentación se genera o de las afecciones externas o de las que están en nosotros, lo apartarse de lo verdadero, así también es imposible mantenerse apartado de 10 que parece
que, en su sentido más estricto, ellos denominan "atracción vac ía". bucno.

6.17 Ga leno, De uni",i cuiuslibet peccatis dignoscendis 5.59, 4-60, 11 (SVF 3.172) 6.22 E picleto, Diss. 3.22.42-43
Ahora bien, todos están de acuerdo en que el asentimiento falso y precipitado es error; DO ¿Quién puede ob ligarlos a asentir a lo que parece fa lso? Nadie. ¿Quién a no asent ir a lo
lo están, en cambio, en que haya un asentimiento débil. Pues creen que es mejor establecer que parece verdadero? Nadie. Aquí ven ustedes, por lo tanto, que en ustedes hay algo que es
que el asentimiento débil es un intermediario entre la virtud y el vicio. Dicen que hay un libre por naturaleza. ¿Quién entre ustedes es capaz de desear o rechazar o tener un impu lso o
asentimiento débil cuando todavía no nos hemos convencido de que una cierta opinión es una repulsión o estar preparado o proponerse algo si n haber tenido una presentación de lo
verdadera, como [sí nos hemos convencido]. si fuera el caso, de que tenemos cinco dedos en conveniente o de lo que no es debido? Nadie. Por lo lanto, tambi én en estas cosas ustedes
cada mano y que dos más dos es cuatro. Tal vez, a una persona adulta que haya pasado toda tienen algo no impedido y libre.
su vida en la investigac ión de las cosas verdaderas se le podría impu tar que asienta débilmente 6.23 Epicteto, Diss. 2.11.1-11
a alguna de las cosas que tienen una demostración científica. En efecto, el conocimiento del El comienzo de la filosofía, al menos entre los que entran en contacto con ella como se
geómetra tiene una índole tal respecto de los asuntos que se enseñan a través de los Elementos debe y por la puerta, es la conciencia de la propia debilidad e impotencia respecto de las cosas
de Euclides, como la que tiene la mayoría de la gente sobre el hecho de que dos más dos es necesarias. Pues bien, no llegamos [a la vida] por naturaleza con ningún concepto de " triángu-
cuatro. También tiene el mismo conocimiento respecto de los teoremas de las esferas que se lo rectángulo" o de "semitono", sino que somos instruidos en cada uno de ellos gracias a un
enseñan a continuación de éstos, tal como respecto de todos [los problemas] que se solucionan método técnico y, por eso, los que no los conocen tampoco creen conocerlos. ¿Pero quién,
siguiendo ta les teoremas; y, más aún, también respecto de los teoremas de los conos y del inadvertidamente, no tiene un concepto innato de bueno y malo, bello y feo, conveniente e
cuadrante solar. Ahora bien, si duda un momento y no tiene de ellos un asentimiento firme -al inconveniente, felicidad, apropiado y concerniente [a nosotros], de lo que hay y de lo que no
que algunos denominan "cogn ición"-, uno convendría en que eso es un error, por cuanto, hay que hacer? Es por eso que todos usamos [estos] nombres e intentamos ap licar las precon-
obviamente, se trata de un geómetra. Las opiniones infortunadas dcl qllC durante su vida se cepciones a los casos particulares: "lo hizo bien, de manera debida o indebida; fue desafortu-
equivoca en los asuntos que tienen que ver con el conoc imiento, la adquisición y evitación de nado o afortunado; es justo o inj usto". ¿Quién de nosotros evita usar estos nombres? ¿Q uién
bienes y males también constituyen el asentimiento falso, precipitado o débil. Ahora bien, allí de nosotros aguarda a usarlos hasta que los aprende, ta l como los que ignoran las líneas o los
ya hay un peligro que no es pequeño, sino que, si asentimos falsamente a la opi nión concer- sonidos? La razón de esto es que en esta área ya llegarnos, en cierto modo, como si estu vié-
niente a los bi enes y los males, también se trata a la vez de un error mayor. ramos instruidos por la naturaleza, y desde allí somos impulsados y agregamos nuestra opi-
6.18 Aecio, 4.9.4 (FDS 296) nión. - ¡Pues por Zeus! -dice-, ¿yo no sé lo que es noble y vergonzoso? ¿No tengo el concepto de
Los estoicos [sosti enen que] las sensaciones son verdaderas; entre las presentaciones, en ello? - Lo tienes. -¿No lo aplico a los casos part iculares? -Sí, lo aplicas. -¿No lo apl ico bien? -
cambio, unas son verdaderas y otras falsas. ¡Allí se encuentra toda la cuestión y allí sobreviene la creencia! Pues si partimos de estos [supues-
tos] reconocidos, las personas proceden a la controversia debido a su inapropiada aplicación [a
6.19 E,tobeo, Ec!. 1.349, 23-27 (SVF 2.74; FDS 294) ella]. Porque, si en aquellas situaciones efectivamente dispusieran [del modo correcto de aplicar
Los de la Estoa establecen la sensación no sólo en el dominio de la presentación, sino que tus preconcepciones], ¿qué les impediría ser perfectos? Pero ahora, dado que crees que aplicas
también la aplican a la sustancia a partir del asentimiento. Una presentación sensoria es un apropiadamente rus preconcepciones a las situaciones particulares, dime, ¿por qué supones esto?
asentimiento o una sensación del asentimiento que se da según impulso. Porque [asfj me parece. Ahora bien, ¿no le parece así a alguna otra persona, y cree que también
ella misma [as aplica bien? ¿O no lo cree? - Lo cree. Entonces, ¿pueden ustedes aplicar bien las
preconcepc iones a aquellas cosas respecto de las cuales los dos opinan cosas que están en conflic-
122 Capítulo 6 Presentación, asentimiento y fonnación de conceptos 123

to? - No podemos. -¿Puedes, entonces, mostrarnos en relación con tales preconcepciones algo ¿qué dices? ¿No te parece bien que haya que hacer lo que es noble? -Sí, sin duda, eso me
más elevado y que sea mejor para aplicarlas que lo que te parece? Un loco, ¿hace algo más que 10 parece por sobre todas las cosas. Entonces, apliquen sus preconcepciones. Aquí comienza el
que le parece que son cosas nobles? Y bien, ¿basta ese criterio para él? - No basta. conflicto: uno dice " no debo entregar a Criseida a su padre"; el otro dice: "sí, debes hacerlo".
Sin duda, uno de ellos está ap licando mal la preconcepción de lo que debe hacer. De nuevo,
6.24 Epicteto, Diss. J.2.5-8 uno d ice: "ciertamente, si debo devolver a C risei da, yo debo tomar un premio de ustedes". Y
"Raciona'" e "irracional", como "bueno" y "malo", "conveniente" e "inconveniente" re- el otro [agrega]: " [¿y qué], ¿tomas a mi amada?"; el otro responde: "sí, a la tuya". " Yo solo
sulta de un modo para uno y de otro para otro. Es especialmente por esa razón que necesita- [debo perder mi premio]"; "sí, yo solo no tengo [ningún premio]". Así se produce el conflicto.
mos de la educación, de modo de aprender a aplicar nuestra preconcepción de racional e ¿Qué es, entonces, lo que debe ser educado? Aprender a aplicar las preconcepciones naturales
irracional a las si tuaciones pa rticulares de acuerdo con la naturaleza. Sin embargo, para juzgar a los casos particulares de acuerdo con la naturaleza, y en cuanto al resto, distinguir que, entre
lo que es rac ional e irraciona l no sólo usamos el valor de las cosas externas, sino también el las cosas existentes, unas cosas dependen de nosotros y otras no dependen de nosotros. De-
que se relac iona con el propio carácter de cada uno. penden de nosotros el arbitrio y todas las acciones que dep.enden de él; no dependen de noso-
6.25 Plutarco, eN 1070C-D tros, en cambio, el cuerpo, sus partes, las posesiones, nuestros padres, hermanos, hijos, la
También (es así en cuanto a] esas cosas en lo que se refiere a los bienes y los males, 10 elegi- patria y, en genera l, nuestros asociados. ¿Dónde, entonces, ubicaremos el bien? ¿A qué clase
ble y lo evitable, lo fam iliar y lo ajeno, cuya evidencia tiene que ser más manifiesta que la de las de cosa lo aplicaremos? ¿Al que depende de nosotros?
cosas calientes y frías, blancas y negras. En efecto, las presentaciones de estas cosas, [que vienen] COMENTARIO
de afuera, son adventicias a los sentidos, pero aquellas cosas ti enen un origen connatural [y deri- Este capítulo debe leerse en conexión con el capitu lo 7, donde se puede apreciar con má s
van] de los principios que se encuentran en nosotros. detalle la funciona lidad de las nociones de presentación y asentimiento. Tanto la presentación
6.26 Plutarco, SR 1041E- 1042A (SVF 3.69; 545) como el asentimiento son dos ingredientes fundamentales de la explicación estoica del cono-
Sostiene [Crisipo] que la expl icación sobre los bienes y los males, que él mi smo introdu- cimiento y del modo en que se llega a conocer. Los estoicos estud ian los problemas gnoseoló-
ce y aprueba, es la más coherente con el modo de vida, y es la que está más en contacto con gicos en el contexto de su dialéctica o lógica, una de las tres partes de la filosofía (cf. capítulo
las preconcepciones imp lantadas. Así lo ha d icho en el libro 1 de sus Exhortaciones. Sin em- 1). Como la mayor parte de los filósofos heleníst icos, sostienen que el conocimiento comienza
bargo, en el libro 1 afirma que esta explicación aparta al ser humano de todo lo demás, como por los sentidos, cuando el sujeto es afectado en sus capacidades senso-perceptivas; el alma es
si no tuviera interés para nosotros y no contribuyera en nada para la fel icidad. Pues bien, comparada con una tablilla en blanco y quien escribe en ella es la experiencia perceptiva, un
considera tú el modo en que él es coherente consigo mismo cuando declara que la [exp lica- resultado de la cual es el registro de los conceptos en la mente, que quedan como rastros
ción] que nos aparta de la vida, de la salud, de la ausencia de dolor, de la integridad de nues- (texto 6.4). Si como se argumenta en el texto 6.4, el primer modo de registro en el alma es el
tros órganos sensorios es más coherente con la vida y con las precol1cepciones comunes, y que se da a través de los sentidos, la sensación (IlYoOllcrtt;) y todo lo que está asoc iado a ella
afirma que estas cosas, que imputamos como procedentes de los dioses, no son nada para debe desempeñar un papel decisivo. El conocimiento empieza por los sentidos, pues son ellos
nosotros. Pero para que no se niegue que [Crisipo] se contradice, esto es lo que ha dicho en el los que graban en el alma los primeros registros. Pero en el proceso de captación y categorizac ión
libro 111 de su tratado Sobre la ju.sticia: "es también por eso que, a causa de su exceso de de las cosas los sentidos no son receptores pasivos de los datos impresos en ellos desde fuera.
maguiuld y belleza, parece que decimos que son semejantes a una ficción, y que no se en- Según los estoicos, una corriente de 1tVsu¡.ta va desde el ~yq.!.OVlKÓV al órgano del sentido y su
cuentran en el plano del ser humano, es decir, en el de la naturaleza hu mana". ¿Hay entonces objeto (ef. textos 6.9 y 13.13, el capitulo 7; véase también SVF 2. 836 Y 850; LS 53 H; FDS
otra manera más evidente en que alguien podría reconocer que se está contradiciendo consigo 441). Luego vuelve al sujeto por medio del órgano del sentido y deposita una presentación senso-
mismo que ésta, [la de quien] afirma que, a causa del exceso parecen ser ficciones y que lo ria o (jlavtaota en su mente. EI1tVEUJla (para el cual cf. capítulo 12) forma una especie de puente
que así se dice está por enc ima del ser humano y de la naturaleza humana, y afirma que esas material por el cual los datos sensorios viajan en la mente (para el modo como los estoicos dan
cosas son coherentes con el modo de vida y especialmente entran en conta cto con las precon- cuenta de este mecanismo en la explicación de cada sentido cf. nuestro capítulo 13). Una vez que
cepciones implantadas? la presentación (<paVTllcrla) ha sido depositada en la mente, la misma debe ser evaluada por el
sujeto. (cf. texto 6.5, capítulo 7 y nuestro comentario).
6.27 Epictcto, Diss. 1.22.1-11 (LS 40S; FDS 313) Las hueHas que se registran en el alma se ident ifican con recuerdos y con conoc imientos.
Las preconcepc iones son comunes a todos los seres humanos; una preconcepción no está Como en el símil platónico de la tablilla de cera (cf. Platón, Teel. 190e-196d), los estoicos
en conflicto con otra, pues ¿quién de nosotros no supone que el bien es úti l y que él es elegi- también parecen haber pensado que en la tablilla se registran ítems conceptuales (los concep-
ble en toda circunstancia y que hay que buscarlo y perseguirlo? ¿Quién de nosotros no supone tos, aun cuan ellos se deriven de la experiencia) y empíricos, que se dan a través de los sent i-
que lo justo es noble y conveniente? ¿De dónde, entonces, surge el conflicto? De la apl icación dos (como cuando uno percibe algo blanco y lo recuerda cuando ese objeto blanco ya no está
de las prcconcepciones a los casos particulares, cuando uno voc ifera: "obró bien, es va liente"; presente). En el texto 6.4 se distinguen dos tipos de conceptos: (1) los que se o riginan natural-
y otro dice: "no (o~ró bien], si no que está fuera de sí". De ahí surge el conflicto para los seres mente sin que medie intención alguna, y (ji) los que se originan a través de las enseñanzas y
humanos entre sí. Este es el confl icto entre judíos, sirios, egipcios y romanos: no en relación cuidados. Aquéllos se denominan "preconcepciones" (1tpOA.~",Stt;), éstos "conceptos"
con el hecho de si lo pío debe ser honrado entre todas las cosas y si debe perseguirse en todo, (M"WOlat). Una preconcepción es un "concepto natural de los universales" (textos 7.2 y 7.4,
sino si comer carne de cerdo es pío o impío. Ustedes descubrirán que és te es el conflicto entre capítulo 7). El término técnico "preconcepción" fue probab lemente acuñado por Epicuro (cf.
Agamenón y Aquiles; llámalos a una posición intermedia: ¿qué es lo que tú dices , Aga- Cicerón, ND 1.43); Jos estoicos lo incorporan a su vocabulario epistemológico casi sin discu-
menón? ¿No hay que hacer lo que se debe y Jo que es nob le? - Sí, desde luego. Y tú, Aquiles, sión. Hay, sin embargo, una diferencia entre la preconcepción epicúrea y la estoica: para
124 Capítulo 6 Presentación, asentimiento y formación de conceptos 125

Epicuro una preconcepción es natural en la medi da en que ha sido insta lada en la mente prácticamente se identifica la sensac ión con el asentimiento e incluso con la cognición mues-
humana a través de la repetición de presentaciones sensoriales, es decir que se da por el entor- tran el va lor básico de la ai'cre l1 O't~ como estado mental fundamental a partir del cual se desen-
no externo al sujeto (cf. Sexto Empírico, AM 9.25 -26; Accio, 1.7.34). Las preconcepciones cadena, por así decir, un cierto refinamiento perceptivo que se traduce en presentación, asen-
estoicas, en cambio, son parte misma de la naturaleza humana: aunque el alma humana o, más timiento, cognición, etc. Para una discusión valiosa sobre las diversas maneras en que,funcio-
prec isamente, lo rector del alma es como una hoja de papel en blanco li sta para la escritura, na la sensación aún puede verse BonhOffer 1890: 122-129). En la q¡avracrto humana intervie*
hay preconcepciones implantadas (1tpOA~I.!'€l~ E¡. U.pU'tOt; ef. aquí textos 6.24, 6.25 Y las notas al nen ele mentos judicativos, creen los estoicos, porque el contenido intencional de una presen*
texto gr iego de 6.4 ) en ell a, que son componentes racionales naturales, cuya función es deter- tación es ya una proposición (cf. textos 6.5 y 6.19 Y texto, donde los ejemplos de presentacio-
minar y ayudar a interpretar el material suministrado por los sentidos (para una discusión más nes son propos iciones) o, más simplemente, porque una presentación es una proposición (cf.
detallada de este tema cf. Striker 1996: 57-68 y Scott 1995, cap. 8). Sexto, AM 11.1 82-183, Marco Aurelio AS! 5.16, Y nuestro texto 6.5). Para el estoico Cris ipo
El término cpavracría aparece en el vocabulario filosófico griego con Pl atón; el pasaj e del una <pavracría es una afección (en el alma) que muestra lo que la ha producid o, esto es, el
diálogo Teet. (15I e- J52e) en el que discute la tesis según la cual conocimiento no es más que objeto que la ha producido (texto 6.2). L a presentación proporciona información al sujeto
sensac ión y examina las "apariencias" o "presentac iones" diferentes que una y la misma cosa acerca de la naturaleza del objeto; a lo que asentimos o nos rehusamos a asentir es al conteni-
pueden producir en dos sujetos distintos es ilustrativo del uso que tiene el término en el voca- do proposicional de la presentación (en este punto damos por sentada - sin ofrecer ningún
pul ario fi losófico griego y del tóp ico de discusión introducido por Pl atón, explotado amplia- argumento- la posición ortodoxa, según la cual los estoicos di stinguieron los es tados psico ló-
mente por Ari stóteles y retomado con peculiar vigor durante el hel enismo. Como suele ocurrir g icos de los animales racionales de los de los no racionales, siend o estos últimos aquellos que
con estas nociones clave, las dificultades comienza n con la traducción; de hecho, no hay carecen de contenido proposicional. Representantes sobresa li entes de la interpretación tradi-
ninguna palabra en nuestra lengua capaz de apresar la multipli cidad de sign ificados y matices cional son Frede 1987b: 151-176 - especialmente 152- 170- ; Inwood 1985: 73-75 y LS 1987:
de vocablos como a'{crf)'1O"t~ Y cpavnlO"ía que, desde Pl atón y Aristóteles, fueron usados con un vo l. 1 240. Para la interpretación que sostiene que las presentaciones de los anima les no están
valor técn ico preciso. Según sea el contexto, estas palabras pueden designar una capacidad, comp letamente privadas de contenido proposicional cf. especialmente Sorabj i 1993 : 20-28, y
una ac tividad y el producto o resu ltado. Esto se ve con cl aridad cuando, por ejemplo, se co- nuestras notas al texto 6.1). El asentimiento (rruyKaláOECJt¡;) es un acto mental por el cual el
necta o'{cre'lO"t~ con un sent ido en particul ar : "vista", por ejemplo, indica la capacidad de ver, sujeto presta su consentimiento a la proposición, Le. acepta como verdadera la proposición.
el ver y lo que es visto. Del mismo modo atcrO'lO"l~ puede ser la capacidad de sentir o percibir, Aunque asentimiento y presentación son dos eventos diferentes que suceden en la mente, en
el sentir o percibir y lo sentido o percibido. Con frecuencia <pavracrta signifi ca "i magen o algunos casos su relación es muy estrecha : tanto desde el punto de vista teórico como desde el
representación mental", " impres ión" (en el sentido de una impronta o marca que se produce punto de vi sta práctico el asentimiento a una propos ición es crucial para exp li car el conoci-
en la mente) , "apariencia" (por oposición a "realidad"), pero también "apariencia" en el senti * miento y la acción, respectivamente. Para tomar un ejemplo de Ari stóteles de una presenta-
do de " lo que se aparece o hace presente". El dobl e va lor (epistémico y fi siológico) que una c ión descriptiva, una persona puede tener la presentación de que el sol es de un pie de diáme-
<pavracrla tiene ha llevado a algunos estudiosos a traducir la palabra por "presentación" (ésa es tro, pero si tiene la creencia de que es más grande que la tierra habitada no asiente a dicha
la traducción que utilizamos en la mayor parte de los casos en este libro). Una <pavracrla es presentación (cf. DA 428b3-4). Hay otros casos, sin embargo, en los que el asentim iento a un
necesar iamente una experienc ia individual en la medida en que es algo que se hace ma nifiesto cierto tipo de presentación (la "presentación motivante o impulsiva"; cf. texto 6.22, Estobeo,
a un sujeto individua l. Sin embargo, eso no signifi ca forzosa mente que deba pertenecer a un Ec!. 2. 86, 17-18 Y nuestro capítulo 24) da lugar a la acción. En todo caso los estoicos parecen
dominio subjetivo y privad o y que, por lo tanto , el sujeto pueda dec id ir sin más sobre el con- haber distinguido claramente el objeto del asentimiento (las proposiciones, que constituyen el
tenido de dicha presentaci ón. La ¡pavracría ya es, según Platón, una combinación de sensación contenido intencional de las presentac iones; cf. texto 6. 15) y haber argumentado que el asen-
y op ini ón, de modo que, en su op inión , ya tien e un cierto carácter judicativo (cf. Platón, So! timiento depende del sujeto (textos 6.14 y 6.21; texto 28, capítul o 14). Esto último es particu-
264a-b). larmente enfatizado en un notab le pasaje de Alej andro de Afrodisia (cf. cap ítulo 24, texto
Aristóteles retoma el mi smo tipo de prob lemas que d iscute Platón y argumenta en contra 24.8), donde se hace especial hincapié en el hecho de que el ser humano, a dife rencia de los
de la tesis pl atónica de que la <paVTacrla es una combinac ión o mezcla de sensación y opinión animales, no sigue sus presentaciones irrefl exivamente, sino que su propia naturaleza lo ha
(cf. DA 428a25). También es tá interesado en mostrar que no todo lo que aparece (ro dotado de razón, la c ual lo faculta para decidir qué es e legible y que no lo es (como es obvio,
cpCtlv6~u:vov) es verdadero, porque aunque la sensación (al men os la del sent ido propi o en se trata en este caso del asentimi ento que se presta a una presentación evaluativa, pues la
cues tión) no sea falsa, la presentación o apariencia (q¡avracrta) no es lo mismo que la sensa* presentación se le aparece al agente como algo elegibl e). La razón, en efecto, "somete a prue-
ción (cf. Me/. 10IObl-3 ; véase también 101I aI7-24, 1053a35-b3 y 1062b33-106 3a I7). Aun- ba" las presentaciones antes de que el sujeto les preste su asentimiento (un comentario más
que los estoicos parecen haber seg uido la opinión de Platón, según la cua l una presentación es detallado de este importante pasaje puede verse en Salles 2005a: 57-58).
una mezc la de sensación y op ini ón - si bien en la medida en que reconocen una cierta identi* Como vimos arriba, el asentimiento puede entenderse como el acto mental por el cual el
dad entr e sensación y presentación podría pensarse que es a estructura proposic ional ya está sujeto cons idera verdadera la presentación o proposición. En conexión con esta caracteriza*
presente en la sensac ión mi sma (cf. tex to 6.19 donde se afirma que una presentación sensoria ción de asentimiento pueden leerse los textos 6.20-6.22, que introducen el interesante proble-
es un sensación del asentimiento, y SVF 2.72 donde se atribuye a los estoicos la tesis de que ma de que nadie asiente voluntariamente a lo falso. Siempre que uno presta su asentimiento lo
toda sensación es asentimiento y cogn ición)-, también parecen haber ten ido en cuenta la hace porque cree que la proposición es verdadera. Lo que puede ocurrir, como señala el texto
importante observac ión de Aristóteles sobre el hecho de que no toda presentación es verdade- 6.20, es que uno crea o le parezca que lo falso es verdadero. Es por eso que uno no puede
ra (cf. texto 6.18; para una evaluación general de la noc ión de cpavracría en Platón, Aristóteles creer que algo le conviene y no elegirlo; el caso de Medea ilustra, según Epicteto, el asunto :
y su recepción en los estoicos cf. Boeri 2004: 12 1-139). Todos aquell os pa sajes en los que Medea cree que es más conveniente para ella castigar a su marido, no importa que eso impli*
126 Capítulo 6 Presentación, asentimiento y formación de conceptos 127

que ases inar a sus hijos. Lo que puede suceder es que la creencia que motiva esa elecci ón sea una Erinia (ef. capítulo 7, textos 7.3 y 7.5). A partir de la definición técnica de (flavrama
fa lsa, de donde se sigue que el agente tomará por verdadero lo que en real idad es fa lso. (como "impresión -ru1tWat<;- en el alma; texto 6.1) se advierte que toda cpavraaía tiene una
El asentimiento ta mbién puede entenderse como un acto mental que posibilita la capta- base fisiológ ica (es una impresión o impronta en el al ma), pero también comporta un estado
ción o sensación sensorial o que, en ocasiones, se identifica con tal captación sensorial sin epistémico. Gracias al texto 6.1 (y al texto 7.1 0, capítulo 7) sabemos que hubo una discusión
más; como argumenta Cicerón, probablemente reproduci endo una posición de Zenón, sin en el seno de la escuela estoica, pues aunque todos parecen haber estado de acuerdo en que
asentimiemo no puede haber una percepción sensorial de las cosas (texto 6. 12). Esto explica, una cpavracría era una "i mpresión en el alma" (rúnw(J1<; Év \lfUXü), no coincidían en cómo había
hasta cierto punto, en qué sentido puede decirse que " la mente es ella misma un sentido" que entender esa impresión. C leantes (el sucesor de Zenón) la entendió como una " depresión
(texto 6.11), y de qué manera los estoicos parecen haber argumentado que toda sensación o y una elevación, tal como la impresión sobre la cera hecha por los ani llos". Crisipo, en cam-
senti do (ato011O'l<;) es un asentim iento y una cognición (Aecio, 4.8. 12=SVF 2.72). Este tipo de bio, consideró que ese enfoque era absurdo, pues requeriría que cuando nuestra mente tuviera
pasaje, en el que se identifican sin más diferentes facultades cognitivas (como sensación, cpavracríat en un momento de un triángulo y un cuadrado, el mismo cuerpo tendría que tener
asentimiento y cognición) puede dar lugar a malos entendidos; en rigor, son diferentes even- en sí mi smo al mismo tiempo diferentes figuras, triangu lar, cuadrangular o incluso circular, lo
tos, pero en su funci onamiento se presentan como una unidad: es el alma del sujeto en su cual es absurdo (cf. texto 7.10, capítulo 7). Además, Crisipo interpretó la afinnación de
totalidad la que siente, asiente y conoce. El asentimiento (cruYKaróOtal¡;;), junto con la presen- Zenón, según la cual una cpavraaía es una impresión al argumentar que Zenón había dicho
tación, el conocimiento (bnar~ J.111) y la cognición (KatciA:rp.vtc;), son representados en el fa mo- "impresión" en lugar de "alteración" (é'tepo íwotc;), de modo que la definición correcta sería:
so símil de la mano atribuido por Cicerón a Zenón (texto 6.6). El símil muestra, una vez más, "tpavraaía es una alteración del alma", porque en este caso ya no era absurdo que el mismo
la anterioridad lógica de la presentación, seguida por el asentimiento , la cognición y el cono- cuerpo en uno y el mismo tiempo reciba muchas alteraciones. Otros sostuvieron que ni siquie-
cirnlento (l a relación de estos diferentes estados cognitivos la examinaremos en el capítulo ra la defini ción corregida de Crisipo era correcta, pues si una tpavracría existe, es una impre-
siguiente). El símil de la mano en el que se representa la presentación, el asentimiento, la sión y una alteración del alma. Y si hay una impresión del alma, no es de todas maneras ulla
cognición y el conoci miento puede leerse en conexión con el texto 6. 18 , donde se introduce el c.pa.vtama. Pues si ocurre un golpe en un dedo o sucede una rasgadura en la mano, se producen
problema de los tipos de asentimiento. Un asent imi ento, en efecto, puede ser firme o seguro- una impresión y una alteración del alma , pero no una cpavracría, porque ésta no ocurre en
en cuyo caso, como se sugiere en el texto, llega casi a ident ifica rse con la cognición cualquier parte del alma, sino so lamente en la mente (StávOta), esto es, en lo conductor
(KaráAll'VI<;)- o "falso", precipitado o débil, en cuyo caso se identifica con el error (~)'e ~ovtK6v). Como respuesta a este tipo de objeción los estoicos replicaron que "con la
(á~ápr'l ~a) . Un asentimiento débil sería el que uno tiene cuando todavía no se ha convencido impresión del alma" se quiere decir "en cuanto está en el al ma", de modo que la definición
su fic ientemente de la verdad de una op inión o, dicho de otro modo, cuando uno no tiene aún completa debe ser la siguiente: "una tpavtacrla es una impresión en el alma en cuanto está en
certeza de la verdad de un juicio, como la certeza que se tiene de que dos veces dos es cuatro, el alma" (cf. texto 7. 10, capítulo 7 y Sexto Empírico, AM7.372-373). Este tipo de discusión
o que tene mos cinco dedos en cada mano (no está demás recordar, si n embargo, que la certeza no sólo muestra la complej idad del tema, sino también la discusión existente al interior de la
no es suficiente para que haya una KatáAll'Vtr;, pues uno puede tener certeza de cosas que son escuela.
fa lsas. La certeza a la que nos referimos es la certeza a la que uno llega luego de un examen De acuerdo con el texto 6.1 , los estoicos ponen en primer lugar la explicación que trata lo
cuidadoso, como la certeza que tiene aquel que tiene un conocimiento experto en un área de relativo a la presentación (tpavraaía) y la sensación (aYa0'lat<;). Esto es así porque el criterio
especiali zac ión). Como se ve en el texto , el asentimiento déb il o "falso" se asocia a cierto de verdad, es decir aquello mediante lo cual se conoce o eva lúa todo lo que puede ser caracte-
estado de duda del sujeto. Para mostrar la condición op ues ta a este estado de duda, propio de rizado como verdadero o fa lso, es una presentación (o, como veremos en el capítulo 7, un tipo
quien presta débilmente su asentimiento, se presenta el caso de alguien que tiene un conoci- especia l de presentación), y porque el asentimiento, la cognición y el pensamiento (V6'lOlS) no
miento experto (un geómetra) que, al menos en el dominio propio de ese conocimiento exper- se constituyen sin una presentac ión que active las demás capac idades cognitivas. Los filósofos
to, no debería experimen tar dudas ni asentir, por lo tanto, débil mente. Si uno cree tener un estoicos di stinguieron varios tipos de presentaciones; el texto 6.5 (junto con el texto 7.3 del
conocimiento espec ial izado en un dominio particular y experimenta ciertas dudas al asentir a capítulo 7) ofrece la clasificación má s completa de presentaciones que podemos atribuir a los
una propos ición propia de ese conocimiento, lo que esto revela es que el sujeto en cuestión no estoicos: las presentac iones pueden ser (a) persuasivas, (h) no persuasivas, (e) a la vez persua-
poseía con propiedad ese conocimiento (regresaremos sobre este punto en el capítu lo siguien- sivas y no persuasivas, (d) ni persuasivas ni no persuas ivas. (a) es el tipo de presentac ión que
te, donde tamb ién exa mina remos la cognición como estado intermedio entre opinión y cono- produce un " movimiento unifo rme en el a lma", como "es de día", " estoy conversando" o
c imiento). cualquier obviedad por el estilo (este tipo de ejemplo muestra que para los estoicos la presen-
Ahora bien, lo que produce la presentación es "lo que se presenta" (tpavtacrróv), es decir, tación ya es una proposición); (b) son aquell as presentaciones cuya falsedad es tan obvia que
una cosa fría o caliente, o, en general, cualquier obj eto extra- mental que sea capaz de activar o hacen que no les prestemos asentim iento; por ejemplo, "si es de día, no hay sol sobre la tierra"
poner en movi mi ento el alma (texto 6.2). Lo "fantástico" o " ficticio" (tpavracrrtK6v). en cam- o "si está oscuro, es de día". Este segundo ti po de presentaciones introduce la importante idea
bio, es una afección que se produce en el alma si n que nada se haga presente; es por eso que de que algunas presentaciones pueden ser capaces de induc ir o no induci r su asentimi ento
los es toicos dicen que es una "atracción vacía" (8táK€VO¡;; iJ.. KUa~l6<;): es vacía porque no hay (regresaremos a este tema al discutir las presentaciones cognitivas en el capítulo 7). (e) El
ningún obje to existente que produzca tal afección. A diferencia de lo que ocurre con la siguiente t ipo de presentación carece de eje mp lo, aunque se aclara que se refieren a las pre-
(flavracría, que siempre presupone que subyazca un objeto quc sc haga presente, nada subyace sentac ion es de argumentos inextricables o insolubles. (el) Con este tipo de presentaciones los
a "lo fantástico". Una fic ción (tpávtaa~a), por su parte, está conectada con la atracción vacía estoicos parecen indicar el tipo de presentación cuya verdad o falsedad no es posible estable-
fan tástica y es caracterizada como aquello hacia lo cual somos atraídos por dicha atracción. cer; los ejemp los son " las estrellas son pares", "las estrellas son impares". A continuación el
Ficc iones es lo quc experimenta Ores tes en su locura que confunde a su hermana Electra con texto introduce una subdivisión dentro de las prcsentaciones persuasivas en d.i verdaderas,
128 Capítulo 6 Presentación, asentimiento y fom1ac ión de conceptos 129

d.2 falsas, d.3 verdaderas y falsas, dA ni verdaderas ni fa lsas (cf. LS, vol. 1,239 Y la extensa yen tiempos recientes (Scon 1995: 201-210) esta afmnación ha sido desafiada. El tema es
nota al pasaje en vol. 2, 242, donde se sugiere que esta subdivisión puede ser un error de seguramente dificil, entre alfas razones, porque en algunos pasajes (cf. 6.23 , 6.25 y 6.26) se
Sexto o una interpolación). Para los ejemplos de cada caso remitimos al texto 6.5. El tipo de habla de "conceptos o preconcepciones innatas" (eJ.lepUTot; una traducción menos problemática
presentación más interesante es el que se clasifica bajo d.3, que ejemplifica el tipo de presen- de este término, de modo de evitar un compromiso innati sta, podría ser "implantadas").
tación que tuvo OTestes y que, en general, tiene todo aquel que no percibe claramente ni logra Probablemente, hay razones para entender e)..lepuTot 1tpOA~\IIB1~ de un modo deflacionario, de
distinguir apropiadamente el verdadero estado de cosas. Este tipo de presentación coincide manera de abandonar el innatismo que sugieren; si no se lo hace así, parece difíci l hacer
también con las presentaciones que, genéricamente, se denominan "no cognitivas", que son un coincidir este pasaje con nuestro texto 6.4, un pasaje habitualmente aceptado como estoico
tipo de presentaciones verdaderas junto con la s cognitivas (las cuales, a su vez, son el criterio por los estudiosos. Si se interpreta E)..lepUTot como "implantadas", la explicación se enfoca de
de verdad; cf. texto 6.1 ; véase también texto 7.3, capítu lo 7). Que las presentac iones que se nuevo en el trasfondo empirista que los estoicos pretenden defender: las preconcepciones o
cla sifican bajo d.3 son verdaderas y fa lsas significa lo siguiente: son verdaderas porque el los conceptos son implantados por la sensación. Como sabemos, los estoicos creen que en los
sujeto percipiente las experimenta a partir de lo que es (E lectra, que es "lo que se presenta", el principios de la vida humana el individuo tiene el tipo de presentación que tiene cualquier a Iro
c.pavta<IT6v; cf. texto 6.5) , pero a la vez son falsas porque Electra no es una Erinia, o sea, la animal. A medida que el individuo crece y la racionalidad comienza a aparecer en él esas
presentación de Orestes no representaba exactamente lo que es, lo cual debe significar que no impresiones comienzan a dar lugar a conceptos elementales de los rasgos sensoriales más
representaba adecuadamente el objeto al que se refería. Es te tipo de presentación corresponde simples (colores, for mas, etc.). Una vez que uno ya tiene esos conceptos elementa les, esas
a lo que en el texto 7.3 del capínl lo 7 se llama "presentación no cognitiva". impres iones elementales que al comienzo eran puramente sens ibl es, se vuelven racionales (en
Los estoicos también hicieron una distinción entre presentaciones (a) sensoria les y (h) no algunos casos incluso coinciden con las impresiones cognitivas; esto está fuerte mente
sensoriales (texto 6.1). Las primeras (a) son aquellas que captamos a través de uno o más sugerido en varios textos que hem os incluido en el capítulo 7). Además, en el texto 6.4 es
órganos de los sentidos, las segundas (h) las que captamos a través de la mente (oul T~¡; inequívoco el hecho de qu e sin la sensación de algún objeto no pueden producirse los
olavoía¡;), como por ejemplo los incorpóreos (vacío, tiempo, lugar y los "deci bles", i.e "pro- conceptos; es más, el texto parece sugerir que, en realidad, los conceptos surgen a partir de
posiciones", "predicados", etc.). Aquí se presentan algunas dificultades de tipo sistemático una cierta acumulación de experiencia perceptiva. Cuando el objeto ya no está presente se da
que vale la pena señalar: la definición general de presentación es "impresión en el alma" . un recuerdo en el sujeto percipiente, y cuando se producen muchos recuerdos de un mismo
Ahora bien, para que se produzca esa impresión en el alma debe haber un objeto que se haga tipo hay experiencia (cf. también texto 6.11). Hay, por otro lado, un pasaje de Cicerón (A cad,
presente, e l epavtaO''tóv. Pero los dec ibles, que son incorpóreos y presentaciones no sensoria- 2.21; que muy probablemente reporta doctrina estoica) donde se argumenta que hay cierto
les, no tienen un epaVTaOTÓV que los produzca. De hecho, según la posición ortodoxa, para que tipo de cosas que las aprehendemos con la mente (animus), no con los sentidos (como "esto es
A cause un efecto y B lo reciba ambos factores deben ser de naturaleza corpórea, y los deci- dulce, aquello es un caballo"; claro que para los estoicos la mente, no menos que los órganos
bles son por definición incorpóreos (sobre este punlo cf. capítulo 14, Frede 1980, Joppolo de los sentidos y las sensaciones, es también una entidad corpórea). En una versión más
1994 y Bocri 200 1: 738 -744). Los estoicos podrían repl icar que ésa es, precisamente, la razón matizada lo que uno podría argumentar es que las nociones comunes o preconcepciones que
de que sean presentaciones no sensoriales. Como argumenta el texto 6.16, una presentación surgen en nosotros naturalmente y no como el resultado de una búsqueda consc iente surgen
puede generarse de las "afecciones externas" (que deben ser los epaVTOOTá) o de las que están como la consecuencia de impresiones más elementales; si lo que se quiere es defender un
en nosotros, que, en su sentido más estricto, se denominan "atracción vacía". Éste es el tipo de enfoque innatista, se podría sugerir que las impresiones son la condición de que se activen las
presentación no sensoria que coincide con "lo que captamos a través de la mente" y no a preconcepciones, en cuyo caso habría que entenderlas como una suerte de estructuras
través de uno o más sentidos. En la medida en que una concepción (Ew611~la) es (i) una fic- "innatas". Pero no hay textos que puedan confirmar este enfoque de un modo categórico; lo
ción de la mente, y (ii) es el resultado de la impres ión (ávaTÚnCO¡..ta) de un objeto existente que los textos en general indican es que sin una acumulación de experiencia perceptiva que dé
cuando éste ya no está presente (texto 6.13), se enti ende en qué sentido se dice que hay pre- lugar a recuerdos del mismo tipo no hay conceptos, y los recuerdos llegan a ser "del mismo
sentaciones de carác ter no sensoria l. Dicho de otro modo, una presentación no sensor ia (como tipo" luego de una experiencia repetida. Cicerón también dice que las preconcepciones
un incorpóreo) no requi ere como condi ción necesaria la presencia de un c.pavtacrróv, sino que estoicas son anticipationes (su traducción de 1tpoA~'VBlt;; ND 1.44), pues son condición
es el resultado de una impresión (avanmcoJ.la) y se da cuando el objeto ya no está presente. necesaria de la formación de impresiones racionales más complejas que permitan una
No obstante, la dificultad parece pers istir, pues si (a) las presentaciones no sensoriales son las cognición de las cosas. Pero las impres iones en general y las impresiones o presentaciones
que se captan a través de la mente (los incorpóreos), y si (b) la mente es un cuerpo (cf. capítu- cognitivas en particular presuponen conceptos, y estos conceptos surgen de impresiones más
lo 13), es dable suponer que, dado el fisicalismo estoico que exige que haya una identidad de primitivas que ya rio presuponen conceptos.
nahll'aleza corpórea entre lo que causa y lo causado, (c) aquello que se capta a través de la Para compli car aún más el problema Epicteto (cf. texto 6.23) distingue dos tipos de
mente también sea de naturaleza corpórea. conceptos, cuyo origen es también diferente: (i) conceptos teóricos, como "triángulo
En cuanto a la formaci ón de conceptos, los estoicos, sobre la base de su epistemología rectángulo" o "semitono", no son "connaturales" (otra probable interpretación de ej.lepuTol),
empirista, deberían negar toda forma de innati smo y sostener que el origen de un concepto sino que llegamos a adquirirlos g racias a una instrucción técnica. En efecto, nadie hace uso de
debe ser el resultado de una impresión sensible. Eso es lo que parece indicar nuestro texto 6.4, ellos desde el comienzo de su vida y por eso " los que no los conocen tampoco creen
cuya imagen del alma como un papel en blanco listo para la escritura se hi zo clásica entre los conocerlos". (ii) Conceptos prácticos o evaluativos, como bueno-malo, bello-feo, en cambio,
empiristas británicos (cf. Locke, Essay 2.1 § 1; como observamos en nuestras notas al texto son connaturales a nosotros, ya que no hay nadie que, incluso inadvertidamente, no posea un
griego en 6.4, sin embargo, la idea de la tabula rasa deriva de un pasaje muy poco innatista de concepto de este tipo. La prueba de esto la encuentra Epicteto en el hecho de que todo el
Platón: Teet. 197e2-3). No obstante, desde el siglo XIX (con los trabajos de Bonnh5ffer 1890) mundo usa esos nombres y ap li ca las preconcepciones que tales nombres significan a los
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"casos particulares" (t aie; enl ~t€POlX; oÓcr1mc;). Todos dicen " 10 hizo bien o mal". "esto es jus to concepto "blanco" o " dulce" presupone la experiencia sensible). Es por eso q ue, según los
o injusto". Pero además, usamos esos nombres "como si estuviéramos instruidos por la estoicos, todos los conceptos o pensamientos constituyen un cierto tipo de presentación, la
naturaleza"; no es necesario "aprender" tales concep tos para usarlos. Eso, sin embargo, no cual a su vez se entiende como una impresión (rú1tm(JI~j texto 6.9). La expl icación de los
significa que apl iquemos correctamente las preconcepciones a cada situación particular: se decibles y el lugar (incorpóreos) pensados "por transición" (~€t á~a(JI~) puede generar alguna
requiere una instntcción prec isa para aprender a ap licar tales nociones (cf. 6.24). La dificultad, sobre todo si uno piensa cómo un p roceso empírico puede pennitir que uno se
expl icación de Epicteto sobre el origen de los conceptos se reduce, básicamente, a argumentar represente conceptos de incorpóreos. LS (vol. 1,241) sug ieren que esto puede referirse a la
que en tanto los conceptos teóricos son el resu ltado de una instrucción téc nica, los conceptos capa cidad de abstracción de la mente; así la idea o concepto de un lugar se obtiene a partir de
prácticos son connatural es a cada uno de nosotros en la medida en que todo el mundo los los cuerpos particulares. Más di fíci l resulta pensar cuál sería el referente objetivo (corpóreo)
util iza como si ya los tuviera. Es deci r, nadie está en desacuerdo respecto de que hay acciones de un AsKlÓV, aunque se podría sugerir el siguiente ej emplo: cuando uno está aprendiendo a
buenas y justas o malas e inj ustas; el desacuerdo sobreviene cuando se trata de saber en q ué hablar y escucha el sonido (que es un cuerpo) de la sentencia "en es te momento hace frío",
consiste el bien o el mal en una situac ión particular, es dec ir, en la creenci a (probablemente puede obtener la noción de decible a partir de esa sentencia que se torna significaliva una vez
falsa) que guía una apli cación incorrecta de un concepto a un caso particular. que uno ha aprendido a hablar. Dicho de otro modo, uno primero tiene la impresión sensible
En su monografia pionera sobre Ep icteto yel estoici smo antiguo Bonhoffer intentó mos- del sonido de las palabras y, más tarde, una vez que ha adqu irido los conceptos, entiende el
trar que las 1tpOA~\jIet~ estoicas no dependen de la experiencia sensib le, ya que dichos prccon- significado de los sonidos (para éste y otros problemas relac ionados con el sonido o voz como
ceptos se restringen a los conceptos evaluativos (cf. su 1890: 200-203. Bonh6ffer está pen- el cuerpo portador de significado s incorpóreos cf. nuestro capítulo 8).
sando en Diss . 1. 18.6, donde Epicteto argumenta que la vista es capaz de discernir _ A pesar de las dificultades que genera en sede estoica la tesis de que hay ciertos concep-
ÓtaKpmK~- propiedades sensibles como "blanco" o "negro", pero es el juicio -yvro~ll- el que tos "impla ntados" en nuestra alma, uno podría entender que en un enfoque empi rista como el
discierne lo que es bueno o ma lo, re. el juicio o algún tipo de actividad intelec tual distingue estoico la explicación del origen de los conceptos no tiene nada extremadamente sofi sticado,
prop iedades evaluativas; para la discusión de estos pasajes cf. Bonhoffer 1890: 193-195). pero la distinción de dos tipos de conceplos (EWÓT] ~a y EWOla) revela un refinami ento que no
Sandbach presentó algunas objeciones importantes a la identificación que Bouhóffer hace se encuentra antes del estoicismo. Hacia el final del texto 6.4 se sugiere que una concepción
entre "concepto" y "preconcepto" (cf. su 197 1: 22-23; 35, n.1 2), aunque nuestros textos 6.23 (Ew6T]~a) es una ficci ón de la mente, es dec ir, se trata de una noción que carece de un
y 6.27 podrían apoyar la identificación de tales nociones (en efecto, ejemplo de "concepto" - cpavtacrtóv que la impres ione como factor extra-mental. Tamb ién se indica que cuando la
MOta- en 6.23 es bueno y malo, bello y feo; en 6.27 "bueno" es uno de los ejemp los de ficción (cpáV'mcr~a) sobreviene al alma raciona l, se llama "concepción" (Evv6T]~a ; hemos
"preconcepción" (1tP6A'l\j1t~). En años más recientes Scott propuso una lectura renovada del recurrido a esta distinción en la traducción de los dos términos que hacen referenc ia a los dos
innatismo estoico: habría ciertos conceptos y creencias que han sido "sembrados" en lo seres tipos de conceptos distinguidos para marcar una cierta diferenc ia también en español entre
humanos en el nacimiento por la natura leza o por dios (Scon 1995: 9 y 200, donde cita Ci- ambos tipos de conceptos, aunque la mi sma pueda parecer un poco artificial). Lo interesante
cerón, De fin. 1.3 J Y subraya la presencia de la palabra insitus, i.e. "sembrado"; este enfoque aquí es que, a di ferenc ia de una M Ota (concepto), que es una VÓT]O'l<; y. por tanto, una presen-
avalaría la posibilidad de entender E~'PUtOt como " implantadas/os"; cf. texto 6.25). Pero la tación sensoria (texto 6.7), un twóll ~a es un incorpóreo. Es por eso que, como se argumenta
sugerenc ia de Scott es mucho más matizada, ya que lo que se propone es defender un enfoque en el texto 6.13 , un twóT]~a no es un exi stente ni un individuo cualificado, si no es cuasi-
disposicional del innatismo estoico, según el cua l lo que hay en los humanos es una disposi- existente y cuasi-cual ificado (para la distinción cuerpo-incorpóreo y las subdivi siones del
ción innata para formar ciertos conceptos y creencias. Para apoyar su hipótesis Scott remite a género del cuerpo véase capítulos 2-3). Esta sofi sticada di stinción entre dos tipos de concep-
Il uestro texto 6.25 , donde se trata el origen de nu estras ideas y conceptos de cosas sensibles _ tos muestra, una vez más, el modo en que funciona (esta vez en la epistemología estoica) la
que no son partes de nosotros en la medida en que proceden del exterior: E~ro8ev)- y los distinc ión cuerpo-incorpóreo y e l modo en que los estoicos tuvieron que lidiar con entidades
conceptos evaluativos (que son connaturales a nosotros: €v ~~iv mJ~'PutOv; Scoa 1995: 202- incorpóreas a pesar de su cerrada defensa de una posic ión fi sicalista vigorosa.
204. Al comentar Cicerón, ND 1.44 Scon sostiene que innata no corresponde exactamente a
"i nnato", sino que puede signi fi car "natural " como opuesto a convencional. El pasaj e de
Cicerón parece dar la razón a Scott, ya que allí innata se opone a la formación de un concepto
por con vención o por ley). El contraste es claramente entre algo que es interno y algo que es
adventicio o externo ; aunque Scott sug iere una lectura innat ista débil , di cha lectura no necesa-
ri amente rehúsa la base empirista vigorosa de la teoría .
Los textos 6.3 y 6.8 son ilustrativos de las vari adas formas en que ll egamos a formar di-
ferentes conceptos a través dcl contacto (o experiencia directa; 1tEpÍmmm<;), de la semejanza ,
la ana logía (por aumento o por disminución), la transposición, la composición o la oposición.
El texto 6.8 puede ser sospechado de cierta contaminación aristotélica pues sumin istra una
especie de traducción al gri ego del adagio nihil eSI in infellecfu qllod 110n prius fuer;! in sensu,
frecuente mente asoc iado a Aristóteles. Pero la idea, a la que sin duda los estoicos deben haber
adhcrido, es que las impresiones sensibles tienen una anterioridad lógica respecto de las acti-
vidades racional es (cf. texto 6.1 y Cicerón, Acod. 2.21, donde se argumenta que la cognición
de "esto cs blanco, o esto es dulce" es garantizada por la mente, no por los sent idos, pero el
Presentación, asentimiento y fonnación de conceptos 133

ción misma, sino de la OtáVOla, que es capaz de expresarse por medio de un Á6"(<><;. El paso siguiente -que
Textos Anotados es omitido e n esta exp licación- es el asentimiento, que se presta o no a la proposición. Lo que queda claro
en todo caso es el hecho de q ue una <pavtaoía es el punto de partida (rrpo'lyetTal) de cualquier acto mcntal
Presentación, asentimiento y formación de conceptos y, por lo tanto, anterior al asentimiento y a la cognición (K(l'"t6ATl'.vI~). Dicha anterioridad no es sólo tem·
poral, sino también lógica.
5·6 ñlQ<¡lÉpel ÓS <¡lavtaO'Ía KOI1pÚVtaCl'llo Se presenta aquí una distinción extremadamente sutil y muy
dificil de interpretar: en nuestra traducción <p<lvtao(a es "presentación" y <¡lávtaol-lO "ficción". Aun9uc
6.1 DL 7.49-51(cf. SVF 2.52, 55, 61; LS 39A; FDS 255) ambas palabras están etimológicamente emparentadas, sus sign ifica dos son diferentes en el uso téclllco
'ApéOKEl TOle; EtrolKOi~ rov 1rt::pl q>avraaíw; Kal (liae~crE:ro<; npoT6.nElv Aóyov, KaeÓn TO estoico, quienes parecen haber dado por supuesta la asociación que hace P latón ~e un cpávtoO'lla a. lo
ilusorio (cf. Rep. 382A2; 5IOAI; 5 168 5; So! 266B9-C4). La comparación de un qxtvtao~a como el tIpo
Kpmíptov, ~ ~ QA~Oela rrov 1tpay~áTrov yIVrocn<etat, KaTel ytvo~ qxxvracria Ecrtí, Kal
de imagen mental que se da en los sueños está probablemente tomada de Aristóteles (cf. DA 428a l -8;
K(leÓn ó 1tEpl cruyKara9éaeroc; Kal Ó 1U;pl KatClAll\lleroc; Kal VO~(JE~ A6y~, 1tpoáyrov t&v 431014-17).
liUoov, OUK avru ¡pavracriac; cruvím(llUl. rrpOTJYelrcu yap ~ q>C1vraoía, E19' ~ O,áVOlO 7 Para la definición de BóICT]crtc; como ó6t;a OKaTó.ArFn-o~ cf. SVF2. 131.
5 o
EKA.ctA.'lTttdj únápxouaa, 1tácrX€\ 1>ltO T~C; <pavraaíac;, touro EKCPép€\ AÓ'{ot. Llla<pép€1011 7·8 <¡lavrooía ó6 tan tÚ7to)OIl; ... -n1v tÚ1to)o!V OlOVEl tÚ1tOV o<¡lpaYlcrrftpo~ Aunque por lo general [os
<pavrama Kat <pávmcrpa' <pávracr~ta ¡.1Ev yáp É(in BóKT]crt<; 6wvoíac; ata yíVEtat KaTa !Oue; estoicos parecen haber estado de acuerdo en que una cpavtaO'Ía es una "impresión en el alma" (tú1tOOOl<; Év
ünvom;, <pavracrla 8é €crn TÚrrcom<; f:v o/Uxfi, ToutécJ'tlv clAAoícoOl<;, roe; o Xpúc)'t1moc; €v tó) IjIUxft), no coincidieron sobre cómo había que entender esa impresión (la imagen de la "impresión en ~.I
P' nep1lVUxilc; ú<plm(ltat. 01> yap o€Ktéov t~v n)mJ)ow alavel túnov a<ppaYtcmipoc;, alma" evoca inmediatamente el sími l del bloque de cera de Platón, Teet. 190e·196d). Cleantes la entendlO
erre! avéVOEKT6v aan 1tOAAoUC; nntoüe; KaTa la aUTO1tepl ro otltO yív€aOal. voeitcu OE: como una "depresión y una elevación, tal como la impresión sobre la cera hecha por los anillos (Sex to
Empírico, AM 7.227·228, incluido en el capítulo 7, texto 7.12)". La obselVaeión de Crisipo, según la cual
10 <pavrama ~ cmo úrrápxovto~ Kata t O urr<Ípxov ÉvarrO/l€I_UXnUNl1 Ka\ Évarroterurrco/lÉvl1 Ka\ no hay que tomar esa impresión como si se tratara de la marca de un anillo de sello está claramente
Évarr€cr<ppa ytcr/lÉvrl, ola OUK av yÉvottO arra ~n) urr<Ípx.oVt Ol;, T rov oE <pavtacrlrov Kat' dirigida en contra de la interpretación de Cleantes (para el a ntecedente platónico y aristotéli~o de la
aUtOU~ ai /lÉv elO"lV aicrOlltlKaí, ai o' oi)' aicrel1tlKal ~ ai eSt' aicrBl1t11pÍou ~ analogía del anillo para ilustrar la fisiología de la percepció n, cf Platón Teet. 19 1A-195B y Anstóteles
aicrOl1t11pírov Aa/l~av6/l€Vat, OÚK aícr9'ltlKal eS' ai oux
til~ otavoía~ KaOÓrr€p t &v &. DA 424a 17·24, respectivamente).
crro/látcov Kol trov cw.rov t &v "A6y(f} Aa/l~ovo/lévwv, twv o' aicrlh1tlKú)V < ai /lEY> arro 9·11 vodtal SS 1pOVTaO'Ía ~ ... ola OUK liv Y6vOlTO altO Il~ \múPXOVTOC; Esta caracterización de cpavraoía
15 urrapxóvtrov /l€t' d~€ú)~ Kal cruYKo'"t08écr€ro~ yívovtaL. dcrl oE '"trov <pavtacn&v K01 éfl<P<Í(JI::t~ técnicamente corresponde al criterio de verdad, la "presentación cognitiva", es decir, el tipo distintivo de
presentación cuyo asentimiento da lugar a la aprehensión o cognición (KOtÚ"l1\ft<;), u.o paso previo al
al rocravel arra urropxóv'"toov ytVÓ/levot. "E'"tt t rov <pavracnrov al ~v dm ')..oYIK01, 01 oE
conocimiento (Émcn~Ilr¡ ; cf. infra texto 6). La expresión ún:ó,pxov es claramente ambIgua, pues puede
a).oyOl' AoytKal /lEY al t &v AoylKWV (t9rov, éi"AOyOl BE al '"tcOV o..MJyrov. al PEv oov AOYtKal interpretarse en sentido modal ("lo que es el caso") o en sentido existencial ("lo que existe"; ésta es la
V01ícr€t~ dcrív, a l o' O"AOyOl ou tE'"tuX~KaO"\v 6v6pat~, Kal ai ~lév elcn '"tEXVIKaí, ai oE interpretación que sugiere el texto 5 , donde Sex to argumenta q ue presentaciones verdaderas y falsas son
atexvOl·IDJ..ü)~ yoüv O€copeitat lma TE'"',(Vítou EiKrov Kal WJ..ro~ {mo atÉxvou. las que experimentó Orestes, pues en la medida en que las experimentó a partir de algo que exi~te -
U1tó,pxov- eran verdaderas, ya que Electra existía. O sea, cuando Orestes ve a Electra como una Funa, ~u
2 Yl'yvWaKC!m B 3 óJ o m. F 7·8 EV T{9 Ó€UTÉPí9 H.S. Long: TU Ó€\lTÉPQ: H icks : Év t~ P' A.A. Long presentación es parcialmente correcta - en la med ida .que su presentación deriva de un obj~t o real o eXIs-
post von Amim f.v tft P' : TOO IP jBPF : Tti ÓU<oo€ICáTñ F 9 n:epi TO aUTO FPD et SI/da: TOO crúno SPI /
tente: Electra- y parcialmente incorrecta -en la medida en q ue, de hecho, no hay una F~~ a-; ef. I ~bert
VO~t€ S I lO Kai mho to Usener / Ka! €vmrotET\lrrO)~É"'1 om. saF 11 ivarroO'<ppaYICl'¡.¡.t"'1 F 11.12
1980: 183). Los textos son los suficientemente ambiguos en este punto como para pemut¡r ambas mter·
<cpavraoloov ai> aiaO'lnKaí Gigante 12 autoov F 14 t&v om. Suda / a1l-ltv add. van Am im, Hicks
pretac iones, tanto la existencial como la modal; para una exposició~ del tema véase, además .de n~estro
15·16 6lat ... YlVÓ).lEVat om. Fa 16 rocravd FP : cO~ av 8/ AOylcrtlKal B : ÁOylKaí PF 18 TOÜ 6v6pat~
F / al ~(év clO'l FP: eiOlV al pév BF 19 ouv F comentario, las observaciones de Frede 1999: 300·3 11 , quien examma en detalle las dos posl?les mter·
pretaciones del participio U1tó,pxov en los diferentes textos , aunque se inclina por defender la mterpreta-
Este pasaje se abre con una cita aparentemente tomada del Compendio de los filósofos de Diocles de ción modal (no sin antes sugerir que Sexto está equivocado o confundido acerca del sentido de "lo que
Magnesia (cf. Mansfeld 1986: 35 1-373). Kidd (1988: 190) piensa que la supuesta cita se limita a la sec. es"; cf. especialmente 306·307; 3 12·3 13). A favor de la interpretación m odal está el hecho de que en el
ción 49 de DL 7. texto 5 se ponen proposiciones ("es de día", "estoy conversando", las estrellas son pares") como e~emplos
de presentaciones, sugiriendo que dichas proposiciones son sin más las presentaciones o, más precisamen-
2 'APOO'KEt 1"01<; I:túllKOtt; ... aveu <pavTaO'Ía<; O'UvÍOtatcn El c riterio de verdad al cual se refiere es, cla. te, el contenido de las presentaciones. Para la interpretación de \l1tápxov en el sentido d.e, "~bje t o externo
ramente, la presentación cognitiva (<pavraoía KaTaAI1][ttK~) , para la cual cf. Capírulo 7, textos 1 ~3 con real" véase Schofield 1980: 284, Almas 1980: 89 y LS vol. 1: 250. En nuestra traduCCiOn mterpretamos
nuestro comentario (para una discusión de detalle véase Annas 1980, Frede 1999 y Hankinson 2(03). La \l7tápxov con e l giro "lo que es", que tiene la misma ambigüedad q ue el origi ~a l griego, p~es pu~e signi·
presentación (cpavTaoía) y la senso-percepción (ai'oe'lol~) son las facultades cognitivas priori tarias; de ficaf tanto lo que existe como lo que es el caso. Un texto paralelo a este pasaje en su verSión latma puede
hecho, en el contexto empirista de la epistemología estoica son lo que da lugar a todos los demás ítems verse en Cicerón Acad. 2.77 (SVF 1.59): Visum ( la traducción de Cicerón del griego <jlaVTaCl'ía) [, .. ] ilI um
cognoscitivos, incluidos los pensamientos (VO~oEl<;), que se entienden como una especie de concepto ita definisse, ex ea quod esset, SiCllt esset, impressum et signatum et effictum.
(eVVOla), que, a su vez, es un cierto tipo de presentación (cf. textos 7-9 , y Hankinson 2003: 64; sobre este 15 tll1pó'Cl'€t<; Para el-lcp(lot<; como "reflejo" o "apariencia" e f. Posidonio Frag. 15 (EK). Ooulet 1999 ad
punto cf. también Ps. Galeno, DM 126 ( 19. 38 1, 12-13: "un concepto (Énívota) es un pensamiento almace- loel/m traduce "illusions"", subrayando así el ingrediente de irrealidad que implica toda {¡:)l<pa0l<;. Para el
nado (ÉvarrOKEII-lÉ"'1 v6'1crt~), y un pensamiento es una presentación racional"" ). Por otro lado, como antecedente aristotélico del término cf. Sobre la adivinación en el suelTO, 464b 10-12: "si allí se produce
queda claro a partir de la psicología de la acción (para la cual cf. capitulo 24), el asentimiento se presta a un gran movimiento (Le. en el agua), el reflejo (S:J.UPa(JI~) no es en nada semejante [al original], y las
una presentación (la presentación 'impulsiva' debe ser asentida para que pueda funcionar como fuente de
imágenes (rO. dOO)Aa) no se asemejan a las cosas reales (Tate; cv..'l9Ivoit;). Sería hábil el que pudiera dis·
un impulso), o a la proposición que en sí misma es el aspecto proposicional de la presentación. Pero sin cernir los reflejos". En los Meleorologiea 345b23 Aristóteles también utiliza S:).lcpaO't~ e n el sen tido de
presentación previa no hay asentimiento.
''reflejo'' (en todo caso se trata también de algo "ficticio"). La palabra también aparece al menos una vez
4·5 npor¡yeLTat yo.p ~ cpoVTaola, ... tJajl6pel UryCi) El "pensamiento expresivo" comunica por medio de en los textos de Epicuro asociada a EloO)Aa: "imágenes" o "simulacros"; cf. Deperditorulll fibror wn
una fónnula proposicional (A6yCi)) lo que experimenta por acción de la presentación. La idea parece ser reliquiae, Frag. 13 (ed. Arrighetti): "Al dejar a un lado muchos de los [rasgos] comun.es junto c~n los
que la capacidad de expresar el contenido de la presentación en e l lenguaje no es propia de la presenta- objetos [a que se refieren] , como si opinaran cosas diferentes, algunas cosas se dan en cIertos reflejOS de
134 Capítulo 6 Presentación, asentimiento y fonnación de conceptos 135

las imágenes" (Kat' dBroAro\' é~I[<páJO"EI(; t[tv]á~). Para el uso de E).1<PQOl¡:; por parte del académico Caméa- 2 aútó te GC : tv OUt~ Nemesii 172 al.iqu i codd.: aútó) Hülser : 3 tl A.cuKÓV Reiske : tO A.euKÓV
des en el COnlexto de una discusión polémica con los estoicos c( Sexto, AM 7. 168-169 Y la discusión de Long·Sedley 4 <Katcl> add. Wyttenbach, Long-Sedley 6 aúto] (IlJto ABC 10 KEVoi~ Reiske : Kcvcl~
¡appolo 2005: 93-95. codd.
18 tE;(VtKllí Cf. texto 11 y capítulo 7, texto 14.
Un pasaje paralelo a éste se encuentro en Nemesio, NH 55, 9-56, 2 (FDS 270), aunque allí la distinción
18-19 ni ).leV ouv )'OYUCCtI VO~O'f:l~ doív Para la idea de que las presentaciones (racionales) son cierto terminológica no corresponde exactamente con la que se presenta en este pasaje. Por ejemplo, Nemesio
tipo de pensamientos ef. Aristóteles, DA 433a 1O. Este pasaje (j unto con el texto 4) parece avalar la inter- define qmv'tCtO'tIKóV como "la capacidad del alma irracional que actúa a través de los órganos de los
pretación ortodoxa (que suscribimos), según la cual las presentaciones sensoriales tienen contenido sentidos". El sentido técnico estoico infonnado por el texto de Aecio, en cambio, proporciona una preci-
proposicional solamente en los humanos, no en los animales (cf. Frede 1987b; Inwood 1985: 73-74; LS sión diferente, pues se trata de una afección en el alma que, sin embargo, no presupone un objeto sensible
vol. 1: 240). Sorabji, en cambio, ha argumentado que los estoicos admitieron que las presentaciones de existente capaz de producir dicha afección. Oe todos modos , el texto de Nemesio citado arriba parece
los animales tienen conten ido propos icional (en el sentido débil predicativo; cf. su 1993: 22). Como inspirado en la distinción estoica entre rpOVTOO'(O y sus cognados.
reconoce Sorabj i, una objeción importante a su propuesta es que los animales no tienen conceptos; es
más, los estoicos incluso parecen haber sostenido que los anima les carecen de asentimiento (cf. Clemente, 2-4 SnEIMv 151' 5o/t:oot; ... AruKOV KtVoUV ~~éi~ La fisiología de la presentación que se describe aquí es
StrOI1l. 2.20.110- 1 l 1; Séneca, Ep. 11 3.18-19). A favor de s u sugerencia, sin embargo, Sorabji argumenta bastante similar a la explicación aristotélica de cómo se produce una percepción (Oto6rto\~). Según
que no es obvio para muchos filósofos contemporáneos, como tal vez tampoco lo fue para los estoicos, Aristóte les, la percepción es un proceso anímico, pero que tiene lugar únicamente a través del cuerpo. En
que "pe rcibir que" y percibir como" involucre el uso de conceptos. Además, hace notar que algunos ese sentido no es ni estrictamente anímico ni estrictamente corpóreo ("dado que percibir no es propio ni
t~xtos estoic~s muestran que una presentación perceptuul en el sentido indicado no depende de ser vcrba- del alma ni del cuerpo [ ... ], es manifiesto que perc ibir no es una afección propia del alma y que un cuerpo
l1zada por qUien la posee, SIno que son verbalizab/es (cf. 1993: 22 y 40-44 para el argumento completo) . inanimado no puede percibir"; Sobre el sueño y la vigilia 454a7-\ \ ; cf. también De senSIf 436a7-8 y DA
A favor de la tesis de Sorabji está el hecho de que los estoicos parecen haber argumentado que el hombre 433b20). Aristóteles, como este pasaje de Aecio, sugiere que la percepción tiene cierta dependencia
no se diferencia de los animales irracionales por tener un "lenguaje proferido" (J'[PQ(POpIKO~ A.éryo~), ya causal respecto de los objetos sensibles externos, pues son precisamente tales objetos los que activan las
que también hay animales (como los loros o los cuelVos) que profieren sonidos articulados (cvápapouc; capacidades perceptivas de los órganos sensorios (sobre este punto cf. DA 416b32-417a9). Los estoicos
1tpocpt.pOVTUl qKilvó'C;), sino por su lenguaje interno (lvl5laetr41 A.óY41; sobre este tema cf. capitu lo 8). parecen haber dado por sentada la explicación aristotélica del fe nómeno de la percepción al concordar en
Tampoco sc diferencia el hombre de los animales por tener presentaciones, pues los anima les tambiél1 1as que (1) lo que se produce en el alma como el resultado del ejercicio del sentido en cuestión (vista, tacto,
tienen, silla que se diferencia por tener presentaciones de "inferencia" y de combinación (áUa t Ú olfato, etc.) es una afección (1tó'aüt;), y (ii) en que lo que pone en movimiento o activa (KlVOÜV) el sentido
~EtIlp(mKÚ Kat O1Jv{lEtIKÚ qKlVTaaíQ; para este significado de ~Eto~OtlKU cf. Sexto Empírico, AM 3.25), es un objeto sens ible externo.
lo cual a su vez le permite tener un concepto o noción de secuencia lógica (&KoAou9ía~ evvOlOV) . Pero S ei'PlltOIO' ~ rpavtaoía 6:1t0 tOÓ <pO)t~ Para esta "etimología" de qKlv't'aO'ía cf. Aristóteles DA 429a3-4.
esto de nuevo mostraría que las presentaciones humanas tienen contenido proposicional y las de los 9 Como en Platón (So! 2660), lo estoicos asocian 'llaVT(10tlKÓV con lo que no es o con 10 falso (en el
animales no (cf. Sexto Empírico, AM8.275-276 con los comentarios de Long 1971: 87-88). lenguaje de los estoicos, a una "atracción vacía" ~táKEVO~ tAKUOIl~- , pues se trata de una afección que
se produce sin que nada real se haga presente).
6.2 Aecio, 4.12.1-5 (SVF 2.54; LS 39B; FDS 268)
14-16 ili llt1tEP, ... Il~ '1tíO'w; ¡..tal K.t.A Eurípides Oresfes vv. 255·2 57.
XpúO'l1t1tO~ OlU<pÉpetV aU~A.wV <pr¡crl TÉnapa r auta. <pavracría ~tv ouv ecm 1táeo~ &v ru
18-19 Ilév', ro tllAaÍ1rwp', ... tv 15E~viol~' K.d.•. Eurípides Ores/es vv. 258·259.
'l'UxU ylVó~EVOV, eV'OelKVÚ~evov aúró rE Kal 1'0 1te1t0111K~' otov, hmoav 01' 5'Vtoo~
Oe"'pói~év TI M:uK6v, rcrTl ,áO", ro tyy"1'ev~~Évov 8u\ rfj, 6pácre"', EV Tií 'lJUX¡¡' Kal 6.3 DL 7.52-53 (SVF 2.87; LS 39D; FDS 255)
< KCttU> routO ro náO~ t inttv exo~tv, Oit únÓKtltal AtUKOV KIVOUV TÍ¡.tar;. ó~o¡oo~ roov yap voou¡.tSvmv nI )lCv Kar a ttEpímooOlv &vo~O", ta SS KaO' ó~0l6rr¡ta, Ta eSe Kat'
5 Kal OU1 r~~ á.<p~C; Kal rlit; Ocr<PPlícreffit;. tlPIlra! 'O' ~ epavtacría cmo toG <poot&;· KaOárrtp yap avaA.oyíav, < ta 8& Kara. ¡.te1'á9E01V,> ta 'Os Kata OÚV9€crlV, ra. eSs Kat' ÉvavrícoOlv.
tO c.pror; aúto 8e(KVUcrt Kal ta l:íX'A.a ta tv aln(9 1t€P le;(ó¡.teva, Kal ~ cpavtacría 8eíKVl.101V Kata. 1tEpí1ttCOO1V IlCv OUV i:vo~Or¡ ra. ato611rú' KaS' ÓIlOlórr¡ta 8s ta. a1t6 tlVOr; napa-
EaUtl1V Kal ro1t€7tOlllKOt; a{mív. <pavtamov M ro nolOUV r~v q>avtacríav' otov tO AeUKOV Kel ~ÉvOu, roe; LffiKpárr¡r;ano r~r; EiK6vo¡;; ' Kat' avaAoyíav 8e aÚSlltlKroe; ~Év, <ro~> ó TlTtlOr;
Kal tO IfIUXPOV KaL nav it o av 8úV1ltat Ktvdv t~V \lfUXlív, tOÜt' Ecrn q>avtacrtóv. 5 ro,
Kal KÚKAm'l" ~"''''TlKro, 8é, ó nuy~a¡o,. Ka\ ro KÉvrpOV 8. rfj, yii, Ka!' avaAoyíav
q>aVtacrHKov 8' Éml oláK€VOe; EA.KUO'¡JÓe;, 1I'áOoC; €v tU l.jIUXU an' OUOeVOC; epavtamoG &vo~911 ano tooV 1l1KpOt€p<ov cr<patpoov. !CaTa )lEtá8eOlV 8é, oiov 6<pOa.A)loL ¿ffi toG
I O ytvÓ~levOV, KuOárrep em toG cnC\u¡.taxouvro~ Kal Kevoie; ¿1tHpÉpOvtOr; tar; xeipar;' tU yap m~Oo\)¡;;' Kata OÚVOeOlV os tvo~Or¡ ' ImroKÉvtaupcx;' Kal ICar' evavríooo'lV Oávat~. voei1'Ut M
<pavru<J'Íg Ú1tÓKeltal t I <p<lvt(lmóv, t0 BE qmvruOT1K0 ou8tv. <pávtacrpa 'O' Emív, ¿<p' o Kal Kara )lEtá~aoiv tlva, Ó)~ 1'a. AeICta. KUI ó rÓ1tDl;. epUOIKror; 'O€ VOeltal 8íKalóv tt Kal
éAKÓ)leOa ICata r ov <pavramlICov 81áKEVOV €:AKUcr~ÓV' raUta 'Os yíV&tal ¿ni roov dyaG6v· ICal ICara crt€P1101V, otov aXElp. 1'0lá8E tlva Kal nepl <pavraoiar; Kal aiO'e~cr€roc;
¡JeAaYXOArovroov KaL )le)lr¡v6nov. ó yoüv rpaY1Kor; 'OpÉOTT]C; orav Akm' 10 Kal vo~cr€roc; 8OY)lat~OUOI.
1 voou~Év(Ov codd. : OlClVOOU}l¿VCOV Suda 2 ta OE Kara IlEtú9cmv om . BPF : add. Stephanus 3 oÚv
ro ~~t€P, lKetf:Úm cre, )l~ 'nícr€ IÉ ¡JOt om. F / ¿wo~9'l F 4 ~ add. Huebner I ttmó'lt; F S M n;~ K ••. Á. p2 6 oTov PF : OÚv oí B 7
15 toe; ai~latm1tOUe; Kal opaKOVtWOElr; K6par;' Ú1t1tOKÉv.aupo~ F 8 AEK.a om. B / tÓ1tO<; BPF : tp61to~ Gigante 9-10 atcr9*l'Eco~ vopoOctoum Ka!
aural yáp, aÚral1tAllcríov Gpw01(Qum ¡Jau' 1tEP't vOTIO'CO)~ F

l 1tcpí1ttOlcrtV Probablemente es el equivalente de ¿~1tElpí(l en el texto 6.4 (cf. Sandbach 1971: 26). La
Myel )lzv OlJta roe; ~e~r¡vro~ opé!. 5' ouoiv, illa 80K€t ~6vov' Ola Kaí Q>l1otV auteg ' HAttC'tpa' palabra 1tEp(1ttOlcrtt; también es usada por Epicuro cuando tiene que hablar de la fonnación de conceptos
(cf. OL 10.32). Sandbach sugiere que debe traducirse por "experiencia directa" (Sandbach 1971: 35.n. 15).
¡.tév', c1 TaAaí1toop', atp€~a croir; Év Oe~vf01C;' También Epicuro sostiene que los conceptos se forman (a partir de la sensación) por analogía, semejanza
ópq.r; ya.p ouoCv t1v .sOKEtr; cráep' ei8Éved [ .. .] y composición (DL 10 .32).

6.4 Aecio, 4.11.1-4 (SVF 2.83; LS 39E; FDS 277)


0\ LTúllKOí ~amv' orav YlNV110íí ó avOp""",. eX'" ro ~yE~OV1KOV ~Épo, r~, 'IflJX~, ¡\\""ep
136 Capítulo 6 Presentación, asentimiento y formación de conceptos 137

xapríov CÜEPYOV ei~ Cl1roypac.p~v. Bit; TOuro I1lav €KáOTllV tOOV EWOlOOV ypclc.pEtat. rrpID'tOt; se mental inconsciente y no premeditada. Son ciertas estructuras racionales connaturales que ayudan a interpretar
el material proporcionado por los sentidos (para la definición técnica de 1tPÓAll1fU; como "concepto o noción
[ó] rile; o.vaypaq>~c; tp61toC; o 310: t ooV atcrf)~crEÚ)V' at06avól1evOt r eíp tlvo<; otov N:.1JKOU, natural de las características universales o genera les <de algo>", cf. capítulo 7, texto 7.2).
0:1tEA.8Óvt<><; aUtDO IlvrU11lv EXOUOlV' OTaV[)' 0IlOE10€iC; 7ro)JJlIIlV~)lQl ytvrovtat, r6t€ 8·9 Ó I5c ÁÓyoc; ... Kata nlV 1tpÓltr¡v éPoo¡.túóa El desarrollo completo de la razón -otra facu ltad o "fun-
5 qmpev exElV EI.un;:tpiav' E~urElpía yáp ter!! ro tOOv OIlOe¡cS&v <q>avtClOloov> 1tA~8o<;. '[rov 8' ción" (l5úvClp~) de lo rector del alma junto con el asentimiento, la presentación, y el impulso; Estobco, EcI.
twOlrov al ~I€v q)U(HK&C; yívovtat KUTO: tOUt; eipru.tévouC; tp61tOUr; Kal aV€1tu €XVTÍt roC;, ai O' 1.49,34, p. 369, 6-, se produce, según otras fuentes, recién a los catorce años (DL 7.55-56). Sandbach sugie-
~OTJ a¡'l;J.leT€Pro; StOacrKaAlqc; Ka! Em~lEM:(OO;' aOtal ¡..¡ev OUv SwOtru KUAOUvtat J..I6vov, EKCIVat re que Accio parece haber confundido el comienzo del desarrollo de la razón durante los primeros siete años de
oc KCtI1tpoA.~'l'EtC;. Ó oE A6y~, KaS' OV 1tpooayopeOOlle9a AcryIKOí, éK tOOv 1tP9A~'Ve(Ov OUIl- vida con su desarrollo completo alrededor de los catorce años (Sandbach 1985: 80, n.1 18).
7rAllPOOOSat Atyetcu KUta t~V 7lproTI)V Ép8o~uloa. Ecrtl O' éw6,.,J.lf.t q>ávwO'l-uI3tavoíac; 9 ton ó' Ewór¡pn ... Aoyt1Cfi 1tp<Kmí1tttl o/Uxft, tÓTC CvVÓll)l(l KcV..stTCtt Un évvór¡ ~(I -a di ferencia de una
EvvOICl que es una vór¡ O"I~, la cual a su vez es una presentación racional y, por lo tanto, algo corpóreo- es
10 AoYIKOÜ ~c.90U· 10 yap c.pávraoIlCl, ÉTmoov AOYUCÚ 1tjX>cr1tt'IITU \lfUxñ, tóte twÓTJ ~l{X KD:AEltat, un qJúvtCla)la que se da en la mente de un ser humano. Si un twór¡~Ct es un <¡lávtCto~a y si éste es aquello
ev..11'P0<; tOÜVOjlu napa tOU vou. StÓ1tEP t Ole; a).. 6YOte; ~Ó)Ote; ccra npocmínt et q>avtclcrwrm, a lo que ~omo~ atraídos en la atracción vacía "fantástica", entonces, un qJávTCtO" ~Ct debe ser un incorpóreo.
<cpavtclOflara ~6vov eCJTív>· ooa SE Kal O€OI~ Kal ~ ~tIV ye, taüra [q>avtácrflata fl6vov Véase también. Según Ario Dídimo (en Estobeo, EcI. 1.1 36,21 ss.), los estoicos también sostienen que
eCJTív· ooa oe ~~llv, rauta] Kat cpavtáofla-ra Kata y€VO~ Kat evvo~flata Kat' dSoe;· los EVVO~)lat(l no son "algos" (t1vú) ni "individuos cualificados" (1tOtú), dos características que deberían
tener si fueran cuerpos; en cuanto ficciones (CjlCtvtáO"~a·tCt), meramente son "cuasi algos" (roaavú t1va) y
2 Eilt.pyov Diels: BVEpyOV (-illv) codd. 3 [6) del. von Amim /cdoOó~u¡vol Die ls: CttoOCtVÓ~EVO I codd . /
"cuasi individuos cualificados" (O>OClVe:L1tOIÚ; véase in/ra texto 13).
llVO~ a: llvr..c; Mn 5 !papev GAB : !paolv C I !pCtv"Wcrtrovadd. Diels, del. Ps. Galenum : om. (A)BC :
i:WOl&V Reiske 6 <¡lUO"lK&~ codd.: <puCJtKal (A)BC 7 p6vov vulgo : ~6va\ codd. 12 <<pCtVTÚOpCtTll p6vov 6.5 Sexto E mpíríco, AM 7.242-247 (SVF 2.65; LS 39G; FDS 273)
catrv> supp1. Mau / <pCtVtúapc/."t:Ct ¡.¡óvov catív· oaCt M ~piv, "!ClíhCl de l. Mau : om. M et 11 os
t OÚt c.ov yap ai. ¡.lliv Elm m8ava~ ai a.rríOavot, ai Se m8aval üjJ.a Kal o.ni8avot, ai oe
OUt E m8aval OUt E o.rrl8avo\. m8avat flEv ouv €Icrtv ai AelOV Kív1wa nEpt 'VUx.~v
Este pasaje cons tituye el texto que, en cierto modo, da carta de ciudadanía al empirismo estoico. La
idea de la rabllla rasa, tan ilustrativa del empirismo bri tánico (cf. J. Locke, Essay 2.1 § 1), aparece formu- epyal;6jJ.evat, W01tEp vGv t O '~pépa.v erVat' Kat t O'tjJ.e SlaAiyEOOat' Katno.v otí;¡; ófloía¡;
lada con toda claridad aquí por primera vez. Para un pasaje para lelo a éste (que, sin embargo, presenta ExEtal rrEpupavEÍa~, o.rrí9avot &e aí p~ t otaUt Clt o.U' o.1tOOtpS<pOUOal ~p~ rlie; (Jl)y.
algunas diferencias textuales) CL Ps. Galeno, De hisloria philosophica, 92, 1-1 5. Como salta a la vista y 5 Kata8€o~, otov. 'd ~fl€pa Ecrt ív, OlJK scrt tV~Atoc; Ótrep yfi¡;· El 01C6to~ ECJTlV. ~flépa
como ya fue advertido por S<l lIdbach ( 1985: 51-52), este texto de Aecio tiene algunas asombrosas seme- ecrtlv' . m9ava\ Se Kat o.1t(9avot Ka8Ecrto.mv aí KClto. t~V np&; tt crxÉOlV Óte ~ t Olm
janzas con Aristóteles (cf. A. Po. 99b34-IOOa8 y Met. 980a27-98Ia7). No dej a de scr interesante hacer ytv6W;Val Ót € 8& total, otov al t &v an6poov A6yoov, OÜtE 8& m8avat olítl; uní8avot
notar que la idea de la tabula rasa no es original del empirismo estoico, ni del cuas i-empirismo aristotéli- Ka9únep aí t OOV t otomrov npaYflátc.ov 'apnoí EiOlV oí aatép~· 1tEplOO"oí dcnv oi o.CJTÉpe¡;'.
co (cf. DA 429b29-430a2; 432a6-10), sino de un pasaje muy poco innatista de Platón, Teet. 197e2-3 (cf.
nota a las líneas 1-2 , infra). trov SE m8avrov [~ um8ávrov] cpavtacn&v aí fltv dOlV OJ..r¡OEl!;, a i &E 'Vcuod<;, ai SE
10 w..r¡OEl; Kal 'Vcuod;, ai SE amE w..r¡gel¡; OUrE \tfEUOE1~. OJ..r¡8E~ ¡.lEy OúV dcnv c1v €crnv
1-2 TO ~Y€J.IOVII(OV ... eUEPYOV EÍ¡; cmoypa<pTÍv Aunque la idea del alma como una tabula rasa lista para
la escrinl ra fue con frccuenc ia asociada a Aristóteles en la tradición filosófica posterior (cf. Tomás de
a).,r¡8fi Kan nopíav 1tot~aaOOClt, ro; tOU '~I--lépa. emlv' btt tOÜ 1tapóvroe; ~ t OÜ 'f.Pó'>~ Ecrtt',
Aquino, SI/mma Theologica, Pars r, Quaestio 10 1 a, l.s.c; Quaestio 7, a 9, ad 2m. Véase también Pedro
'VcuSEle; O€ c1v s<Jn 'llcuofi Karr¡yopíav nOt~aaaeat, oo¡; tOU KeKÁ<Ícr8m tl]v Kat o. pueoü
Lombardo, Commentaria in Qualtor Libros Sententiarllm , Primi Libri , Pars 1, Quaest. IV 2: "quia anima Kcí:l1tr¡V ~ ¡.u;íoupov etval tl]VCJToáv, 6.Ar¡8ele; OE Kal 'l'é"1l0Ble;, órrola rrpoaÉ1tlmev 'OpéaTD
creata est sicut tabu la rasa", y 1. B uridan, Quaestiones in duos Aristofelis Libros Posteriorum Kato. jJ.avíav o.no t ile; 'HAiKtpa~ (KaOo flEv yap ro~ 01tOunápxovt6¡; t1VO~ rrpocr€mm ev,
Analiricorum, L. 1, Quucst. [1 °: " [ntcl!cctum a princip io esse nudU!ll tamquam tabula rasa in qua nihil est 15 ~v aA~9~" ún~PXE yup 'HMlcrpa, <a91l o' ro, ano 'E P1VÚO" ",¡;[)o~" oú< ~v yup 'EP1VÚ,),
dcpictum"; el pasaje de Aristóteles en el que los fi lósofos medievales están pensando es DA 432a6 ss .), el Kat rrciAtv El tt~ o.rro Lllc.oVO~ ~rovtO~ Kat a. tOU~ {)7rVOU~ roe; o.no napEcrtrotO~ óvelporroM:ltat
ejemplo es sign ifica tivamente adelantado por Pl atón; " Hay que decir que cuando somos niños este reci-
piente (I.e. el a lma) está vacío" (tO ayyetov K€VÓV; Tee/. 197e2-3). Es to constinlye ulla negación expresa
oe
\tfwSfi Kal SláKEVov E:AKUO"jJ.6v. 015t8 o.Al18de; o15te 'VEUOE1e; ~aav ai yE.VIKaí' rov )'ap t a
EWr¡ t ala ~ toía, tOÚtc.ov ta yÉvr¡ OÜt Et ala OÜt € t ala, otov t rov o.v8ptÍ)J[c.ov oí pév elotv
de una de las principales premisas de la teoría de la reminiscencia (avápvr¡ou;), ta l como es formulada por
Platón en el Menón y el Fedón y, por lo tanto, del innatismo. "EUr¡vE<; oi. Se páppapot, OJJ.: 6 yevIKo<; &vOpoono~ 015tE "EUr¡v EO"t{V, E1t€l rráVtE<; <Xv 01.
4-5 OTflV 15' Ó)lOEtOel~ .,. <<pavTflO"lwv> 1tA~eO~ Esta caracteri7..ac ión de experiencia evoca de inmediato 20 en' Eloou~ ~crav "EUr¡vE<;, OÜt E pó.ppapo~ oux t~V aut~v ahíav.
el modo en que Aristóteles explica la aparición de un a experiencia ("Pues muchos recuerdos de la misma l mOavoí ¡;; S oTov om. L / OU add. Bury 6 KCtOCOt~KClO"lV N 6-7 Ot E oE tOtClt <Y lvó~cvat> LE <; 9 ~
cosa dan lugar a la fuerza de una única experiencia"; Me/. 980b29-981a 1), Striker se~ala que i:)l1tElpía no unl9úvrov del. von Amim 12 pueóv N 13 ~E(OUpoV LE ¡;; : )lUOÚpOV N 14 npooÉ1ttrrrEV Bekker :
parece haber sido un término técnico de la epistemología estoica ( 1996: 249, 0.1 8) Y que, dado el estrecho 1tpOÚnl1ttEV codd. 16 lmo del. Heintz, Holser 17 uK\)o)la ¡; f ~oav NLE : etcrt ¡;; f oíSTE Be &Ar¡e~~
parecido de estas líneas con Met. 1 1, prefiere no as ignarle demasiado peso. Lo que Striker está sugiriendo OUte 'Veuó~¡; ~v ~ YEVucTI Heintz
implíc itamente es que este pasaje de Aedo puede tener cierta contaminac ión peripatética; pero si ése
fuera el caso, habria que buscar argumentos para justificar el peso del texto como describiendo epistemo- 13· 15 6Ar¡eci¡; ÓE Kal 'II€llOEIt;, ... OUK ~v yap 'EP IVÚ~ Este pasaje es muy útil para mos trar la ambigüe-
logía genuinamente cstoica. dad entre el sentido existencial y modal del uso de únúpxov: la explicación de por qué las presentaciones
7-8 (lÚTcn )lEY oúv i:.'vvolal K<lAOUvtat póvov, bcdval OE KalnpoA~o/Ct¡; Aunque el alma es un papel en de Orestes son verdaderas es que procedían de algo "que es" (6:1[0 u1tápx.ovt6~ rI~), probablemente
blanco listo para ser escrito por las experiencias sensoriales y aun cuando los estoicos no admiten la existencia indicando un objeto real que impresionaba su sistema senso-perceptivo. Uno también podría parafrasear
de ideas innatas, sí admiten la ex.istencia de preconcepciones "connaturales" o tal vez " implantadas" (€'~qn:rrot; la frase ().;ro Úttápxovr&; nvo~ enfatizando su matiz modal y decir que las presen taciones son verdaderas
CL Plutarco, SR 1041 E=SVF 3.69). Aquí las EVVOtat se presentan como el género, cuyas especies son los porque se dan "a parti r del hecho de que era el caso que había algo" . Inversamente, las presentaciones de
conceptos naturales que no dependen de la instrucción (i.e. las preconcepciones) y los conceptos que sí Orestes son falsas porque las experimentó a partir de una Erinia, pero no había tal Erinia o, "no era el
dependen de ella. Ha habido cierta discusión respecto del ven:Lldero significado de EP<PUTOI en el pasaje de caso que Elcctra fue ra una Erinia".
Plutarco. Chemiss 1976 ad loco sugiere evitar interpretar €~<PUtOI como "innatas"; si se lo hace, se ilÍa en
contra de todos los testimonios y de este mismo texto que hab la del alma como de una tabilla rasa (cf. Sand- 6.6 Cicerón, Acud. 2.144-1 45 (SVF 1.66; L S 41A; FDS 369)
bach 197 1). Las prcconcepciones no derivan de la enseñanza, sino que se producen a partir de una operación negat enirn vos Zeno, negat Antiochus sci re quicquam. "Quo modo?" inquies; "nos
138 Capítulo 6 Presentación, asentimiento y f0n11ación de conceptos 139

enim defendimus etiam insipientem multa comprenderc", At scire negatis quemquam mente racional (AOYI1C~ Otó'vOIa; AM 1.22). En el texto 6.4 se habla de un proceso de formación de con-
ceptos por analogía, la cual puede ser por aumento o por disminución (K(n' o:vaAayíav 58 aU~llTI'KW¡; Iltv,
rcm ulla m ni si sapientem. el hoc quidem Zena gestu conficiebat nam cum extensis
[ ... ] ¡,tCIOO't'\K&t; 0&). En este pasaje de Sexto se habla, dc un modo semejante a la explicación del texto 6.4,
digitis advcrsam manum oSlenderat, "visum" "inquiebat huius madi est"; dei o cum del proceso de formación de conceptos Ka!« napClú~r¡oIV y KaT«IlElwO'\V.
5 paulum digitos contraxerat, "adsensus huius madi"; tum cum plane coopresserat 10-11 avóp( ... úA~evn úlfllA.&v bpÉrov Homero, Od. 9. 190-192.
pugnurnque recerat, conprensionem ¡Uam essc diccbal, qua ex simi litudine etiam nomen
ei rei , quod ante non fuera!, l(atáJ~f]'Vw imposuit; cum autem laevam manum admoverat 6.9 Plutarco, eN 1084F (SVF 2.847; FDS 281)
el iIIum pugnum arte vehemeoterque conpresscrat, scientiam talem esse dicebat, cuius 'Evvo(a; 5' oumav auTilc; KOI yÉvEOlV ou napa Ta.; tvvoíac; lmOTí8€VTUI; ipavwaía yáp TI.<;
compotem nis i sapientem esse nemmem. ~ ~WOlá e011, ipavtacría óE nmoocn<; tv o/Uxñ'

S contraxeral codd.: contexerat A: constrinxerat N: conxerat B 370 6.10 Plutarco, eN 1084A (SVF 2.848; FDS 431)
3-8 nam cum extensis digitis [ ... ] scientiam talem esse dicebat El símil de la mano, en el que se grafica chonov yap eO 1lóJ..a Ta; ap€Ta; Kal Ta; KaKÍac;, 1tpO; ót tuútal; TOe; 'tgxva; Kal Ta;
la pres.cntación, el asentimiento, la cognición y el conocimiento hizo pensar a Pohlenz que Zenón habría 1lV1Ílla¡;; náO'o;, ETl oE cpavtaO'ía; Kalná911 KOIÓPIlae; Kat cruYKatoOéo€l; O'ro~oTa
sostenido que la KUTÓ)"ll\flC;; (conprensio en la traducción de Cicerón) es el criterio de verdad (cf. Pohlenz notou¡lfvoul [ ... j.
1959.: 59-63). Rist (1969:138- 147) criticó la conjetura de Pohlenz, al mostrar que no hay suficiente evi-
2 O1l'rKawOtoEI¡; oro).ta't'Ct Como se ve, los asentimientos -que son actos mentales- son cuerpos. Ello se
denc!8 para aseverar qllC Zenón sostuvo que el criterio de verdad es una combinación de presentación y
explica por el hecho de que el alma es una entidad de carácter corpóreo (cf. capítulo 13). El hecho de que
asentimiento (i.e. cognición), y que no hay un significativo cambio entre lo que efectivamente sostuvo
los asentimientos -que son cuerpos- se presten a las proposiciones (cf. texto 6.15) -que son incorpóreos-
Zenón y 10 que sostuvo Crisipo (i.e. el criterio de verdad es la presentación cognitiva). Una discusión
y que den lugar -en el caso de los asentimientos que se prestan a las presentaciones impulsivas- a impul-
detallada de la Ka't'óJ..rl'.lllC;; como facultad cognitiva se encuentra en roppolo (1989: 239-241).
sos -que también son cuerpos- no deja de generar cierto problema. En efecto, el asentimiento puede ser
6.7 Plutarco, eN 1085A-B (SVF 2.847; LS 39F; FDS 281) entendido como un cierto tipo de causa del impulso y de la correspondiente acción; pero si el asentimien-
to es un cuerpo y la proposición un incorpóreo, habría que preguntarse qué significa que el objeto propio
aU' oihill napoKoúoUOlV É.OUt&v, &011:: tae; ewoío; <tv>anOK€l~éva<; tlVa<; ópl~6jlEVOl
del asentimiento es la proposición. Esto explicaría por qué algunos estoicos parecen haber sostenido que
VO~OE1;, IlV1ÍI..Ia; óE llovíllOU; Kal OXEt1Ka; tUmDOEt;, ta.; Ó' em01~I..la<; Kalltovtánaot el asentimiento es a la presentación (una tesis objetada por el escéptico Arcesilao; cf. capitulo 7, texto
1t11yWvr", 00, ,0 &~",á1IT"nov Ka! ptpatOVExoúoa, [... j. 7.8). Para una probable respuesta a este dilema cr. nuestro comentario.
1 najX1KOÚOUOIV Wyttenbach: nUpo.KOÚOt~ EB: rrapaKOÚOT&; <etot> Bemardakis I <cv>anoKeIIlÉ-
vac;; Pohlenz : anoKEllltvuC;; ES
6.11 Cicerón, Acud. 2.30-31 (LS 40N)
Mens enim ipsa. quae sensuu m fons est atque etiam ipsa sensus est, naturalem vim
3 ajJZ[ó,1ttootOV Kul ptpUIOVtxooow; Cf. Estobeo, EcI. 2.73 , 16. habet, quam ¡otendit ad ea quibus movetur. itaque alia visa sic anipit ut iis statim utantr,
6.8 Sexto Empírico, AM 8.56-61 (SVF 2.88) al ia quasi recoodit, e quibus memoria oritur; eelera autem similitudinibus construit. ex
1IdO'a yap v611ot; a1to oiaO~(}l;ro; yíVEtUl ~ ou Xropl; ai(Je~oerot;, Kal ~ ano 1IEp11ItroO'EÚ)~ ~ quibus efficiuntur notitiae rerum, quas Graeci tum Evvoía; tum 1tpOA~l.I'EI.<; vacant; eo
5 cum accessit ratio argumentique concJ usio rerumque innurnerabilium multitudo, turn et
OUK aveu 1IEpmtWa€w¡;;. 08E\! OUÓf. Tat; Aeyo~a; '4'euóEi; <pavtacría;, otov tOe; KOO'
perceptio coruro omnium apparet et eadem ratio perfecta is gradibus ad sapientiam
ihrvolJ; ~ ta; I(ato. ~ovíov , EÚp~cro!lSV Ct1tT]ptT1llévat; tooV Ólo. rflt; aioOlícrEro; KaTo.
7tEpímroO'tv ~~llV Eyvroo'~tvú)v. [ ... ] Kal. Ka06Aüv OUOf.V E01tV Eúpeiv Kat' ¿nívotav o pervenit. ad rerum igitur seientiam vitaeque constantiam aptissima cum sit mens hominis
amplectitur maxime cognitionem et istam KatáAlll.l'lV, quam ut dixi verbum e verbo
5 ~~ EXEI TI; aútc9 KaTa 1t€pí1ttroO'lV tyvroO'~évov. tofno yap;l KaTa ó~lOlÓ'nlTa tooV tv
exprimentes eonprensionem dicemus, cum ipsam per se amat (nihil enim est ei veritatis
1tEpl1ITrooel1t€<P'lVÓtWv A'l<Pe~crEtat ~ KaTa rrapaú¡;T]O'\v ~ Kata ~eÍroO'lv ~ KaT' e1t'1-
10 luce du\cius) tum etiam propter usuro. quocirca et sensibus utitur et artes efficit quasi
OÚVOEO'LV. Ka8' 6~0l6nlta ¡.tEv oov, Olov éStav a1IO Til; OErop118eí011; EroKpáTOU; EiK6vo;
tOV Il~ €wpa).lÉvov LOOKpáTT]V E1tlVoroIlEV, KUTa ltopaú~T]aw M, (hav arro TO\) KOIVOÚ sensus alteros et usque eo philosoph iam ipsam corroborat ut virtutem efficiat, ex quare
civOpwnou K1VOÚjlEVOI VOoo).leV, olov Bt; OUK ec9K€l una vita omnis apta sit. Ergo i qui n egant quicquam posse eonprendi haec ipsa eripiunt
vel instrumenta vel ornamenta vitae, vel potius etiam totam vitam evertunt funditus
10 civópí yE olt(xpáyC9, &JJ..d pÍC9 ÚAf¡€vtl ipsumque animal orbant animo, ut difficile sit de temeritate eorum perinde ut causa
ÓIJI~)Jilv ópklv, 15 postulat dicere.
1 Mens enim ipsa, ... sensus est Seguimos a LS 11, 252 en la interpretación de sensus como plural, por
KaTa. ~EÍW01v óé, E.nEIÓaV cruvEÁÓVTE; mÍA.lv TO IlÉyE8ot; TO\) KOIVOÚ avOpwnou v6'101v cuanto los sentidos no son independientes de la mente ni la mente puede ser un sentido diferente de los
AallpávCO).lEV 7tlJY).l.aÍou, KaT' bnoúveEOIv óé, OtuV ano
avOpómou Kal í'rurou tOV ).lllobtoTe cinco sentidos. Que la mente es la fuenle de los sentidos y que es idéntica a ellos se entiende a panir del
hecho de que, según los estoicos , 10 rector del alma (~ytIlOvIK6v) produce no sólo las presentaciones, sino
Ún01t&nTroKóra ~Iliv ' 11t1tOKtvraupOV VOroIlEV. ná<Jll; oov bnvoía; 1tPOllYEicr9at óEi t~V óla
también los asentimientos, los sentidos y los impulsos. Cf. Aecio 4.21.1-4 (13.13).
15 T1l; atoOlíoECO; nEpÍmillOlv, Kal óla TOúr' avellpoU).l.tvrov T&V ai0811Trov &; aváYKtlt; 7 vitaeque constantiam Para la idea de la consistencia en la vida CL Estobeo, Ecl. 2.62, 7- 14.
cruvavmpEltal naca v6T]cru;.
6.12 Cicerón, Acud. 2.37-38 (LS 400; FDS 363)
1 ~ prius del. Kochalsky coll. V. 13 5 Tt~ Bekker: Tt codd. 8 OWKPÓ.tll L 11 lnVT1Aw VOEpWV LEc 13
nuyovlaíou LE 14 ota
NLE: cino ~ . His satis cognitis quae iam explicata sunt, nUllC de adsensione atque adprobatione, quan
Graeci ouy¡caTáO€01V vocan t, p auca dicemus, non quo non latus loeus sit, sed paulo ante
6-7 Ka,' bnoúvOcOlv Sexto recuerda que el proceso de ¿1tlOÚVOEO'lC;; (que debe ser lo mismo que el mo- iacta sunt fundamenta. Nam eum vim quae esset in sensibus explicabamus, simul illud
do en que se producen los conceptos K(l'l'Cl OÚVOE<1IV en el texto 6.4; el ejemp lo - el hipocentauro-y la
aperiebatur, conprendi multa et percipi sens ibus, quod fieri sine adsensione non potest.
explicación son idénticos en ambos pasajes) no es una tarea propia de la sensación irracional, sino de la
140 Capítulo 6 Presentación, asentimiento y formac ión de conceptos 141

5 deinde cum Ínler inanimum et animal hoc maxime intersit, quod animal agit al iquid de ÓPJ.l.~ en general. Ver nuestras nn. a 24.1. Aunque éste es el pasaje canónico en el que los estoicos
(nihil eni m agens oe cogitari quidem potest quale sit), aut ei sensus adimcndus est aut dicen que el objeto del asentimiento son las proposiciones (&;U:bflUTU), no se ofrece ninguna explicación
para justificar esa afirmación; tampoco se explica por qué la ÓPJ.l.~ (un cuerpo) tiene por objeto predicados
ea quae est in nostra potestate sita reddenda adsensio. el vero animus quodarn modo
(KCtTl1)'OP~J.l.Uta), que son incorpóreos. Alguna aclaración de estas dificultades es proporcionada por
eripitur iis guas neque sentire neque adsentiri volunt. ut ernm necessc est lancem in Séneca, Ep. 117.13 (LS 33E). Del pasaje de Séneca parece seguirse que los estoicos habrian considerado
libram ponderibus inpositis deprimí sic animum perspicuis cedere. Nam qua modo non que, en sentido primario, el asentimiento se refiere a un cuerpo , a saber, la presentación, cuyo contenido,
10 potest animal ullum non adpetere id quod adconunodatum ad naturam adpareat (Graeci sin embargo, es una proposición: "lo que veo es un cuerpo, y es al cuerpo al que dirijo mis ojos y mi
id oixelov appellant), sic non potest obiectam rcm perspicuam non adprobare. mente". Según lo han senalado BonhtHTcr ( 1890: 255), Tsekourakis (1974: 77-78) y Long (1976: 80)
estas lineas parecen sugerir que existen impulsos no prácticos, pues se refieren a "los prácticos" (tar; &.
5 inanimum ed. Venela 1493/96 : animum Ava 7 el AVISI : at Ay 28 2 1tpCtKTlKru;) como si hubiera otros que no lo fu eran. Para una discusión critica de esta lectura, cf. Striker
4 conprendi mu lta ... sine adsensione non potest Esta sentencia se entiende mejor si se recuerda que 1980: 78 n. 55, Inwood 1985: 101 n. 27 1 y nuestras nn. a 24.1. Asimismo, para el posible signi ficado de
para los estoicos toda scnsación es un asentimiento (cf. Aecio 4.8. 12). Adsensio y adprobario son las dos lt€PIÉXCtv en esta tesis (en qué sentido estos predicados están "contenidos" en estas proposiciones), cf.
traducciones de mrylClltá9€c:w; que Cicerón más habitualmellle emplea (cf. Fat. 40 y 42; para este último Long-Sedley 1987: vol. 2.200.
pasaje véase capírulo 14, texto 14.28).
6.16 Sexto Empírico, AM7.241 (SVF 2.64; FDS 273)
6.13. DL 7.60-61 (LS 30C; FDS 621) ~ c.pavtaoía y(ve'tCll ~tOt tcOV eK10C; ~ trov f:v ~)lIV 1ra9cOv (B ó~ KUplWtEpOV OtciKSVOe;
yévoe; 8t Sa'TL 1rAet6voov Kat avaq>mpÉToov EvvOll~lci'tcov crúU1l'VtC;, otov Zé9ov' 'toüto yap é).K1JO¡IO\
rreptEíA,11q>E ta Kata )lépoc; ~é9a:Ew611lla oÉ eCJn q>6.vTaO'lla o¡avo(OC;, OÜtE tt Bv OÜtE 1rap' aÚtOlc; KaAelWl) .
1rOlÓV, wcravel 8É n Bv Kat oocravel1t:01ÓV, otov Y(VeTal avaTÚ1rOOlla lrrrrou Kal J.l~ 1rapóvtoc;. En este pasaje Sexto parece estar usando cpuvtacría en un sentido genérico (y no técnico estoico) para
Elooc; 8é Ecm tO urro yévooe; 1t€PlqóIlEVOV, roe; U1rO t OU ~40u ó av8poonoe; rreptÉXEtat. referirse a estados afectivos del tipo de las alucinaciones, ya que para los estoicos la "atracción vacía" en
5 YEV1KwralOv 8É EC:frlV ByévDl; Bv yévoe; OUK €'X.Sl, otov tO ovo d01KWtatOV oÉ eottv Odooe; Bv sentido estricto corresponde a lo q:¡UVTUOl'IKÓV.
dooe; OUK €XS1, rocmsp ó 1:roKpáTlle;.
6. 17 Galeno, De anim i cllills/ihet peccatis diglJoscelJdis 5.59, 4-60, 11 (SVF 3. 172)
5 oTov TO ov F (corr) : om. F: olov Ton BP: oTov tO tl <Bu JleV ouv ~ te 't'EU&~e; Kat ~ npommíe; EO'>tl ouyKatáOeme; tlIlÚPtll)lCt, ouv-
El contexto de este pasaje es la discusión estoica de la defin ición (oPo;) y el "esbozo de explicación" oollOÁóyr¡tCtl 1l:iim, Ott 8€ Kal ~ ácrtle;vríc;, oÚKÉn. )leta.;u yap OOKEt nmv aj..lEtVOV eTval
(i,"oypa~~). rí6ecrOat n,v acr6EV11 croyKatáBeO'lv apEtlie; rE Ka! KaK(a¡;. acrOsvA O€ Aéyoucrt
2-3 'EWÓ1UlU 6é 80'Tl q:¡áVTO:O'fla Bmvofar; ... cOO'UVel 1tOIÓV C f. Estobco, Ec!. T, 136,2 1 ss (:::: Diels DG, l1lr(Ka,áOeolV, ,hav ~~8Bnc" nenetK6tel a,~ ~~"' au,ou\ [o~,ro\l áA~e~ nívoe "va
p. 472; SVF 1.65, con el comentario de Caston 1999: 149-154) y nota a texto 6.4, línea 9. 5 06~uv U1rápX,E1V, roe; tO 1l:MS oOlcrÚÁOUe; €xelv, El tÚXOl, KaS' ÉKatÉpav xE'lpa Kat
3 aVUtÚ1tOOfl U Long-Sedley n 182 sugieren que la tenninación -J.1U debe indicar que no se tmta de una <ró>' ta ole; oúo tÉTIapa ETvUl. 'ícrroC; ~ <yap> mI npeopútou 1St' oÁou mPíouc;
impresión fisica en el alma (como ocu rre con una TÚ1tWOU;), sino del producto u objeto intencional de la xoJ...ácravtoc; <Ev> rnpÉO'El trov OJ..Y]O&v állápt 11ll' av e1'l croYKa,w6écr9Ctl tlvt t cOV
impresión. Cf. supra Ilota al texto 6.4, línea 9. Como también señalan LS, es éste el único lugar en toda la a1tÓOel~\V Em01TlIlOvttd¡v txÓvtOJv &crtlEVOOe;. E1rlO'nlll'l yoi}v l<fn toi} yeOOlletplKoi} tOlaÚtll
literatura griega antigua en que aparece la palabra avaW1tOOflCt. La palabra que sí aparece con cierta fre- 1l:Ept ta oOOloaYlléva Ola tcOVEUKÁeíoou <JTOlXE(roV, órroíCt trov rro)..)"ó)v e<JTt 'toü ta Ote; Mo
cuencia es tÚ1tCOj.l.Ct, que sería el paralelo exacto de tÓlTroO'lr; entendido como el producto de la impresión
fisica. Por ejemplo, Plutarco la utiliza para hablar de la " impresión de curvatura" (TÚlIroflu
10 ténapa dval. n,v o' am~v em<JT~)l'lv eXEt Kat1rEp1. t cOV e<pe.;A~ rOÚtOlC; oloaO'KO)lévoov
OTPOYYUAO€tBÉr;; Plutarco, Col. l I2 1C). crc.palplKcOv 8s00Pllllátoov, óSonEp yE Kat t&v Kat' auto. avo.AUollÉvCOV cmúvtoov, en tE trov
5 )'€VtKWnXTov .. . orov TO ov En rigor, no es cierto que "existente" sea lo más genérico y que , por ende, KOOVIKcOV Kat tcOV yvro)lOV1KroV. etlV ouv allc.plpáAlltat ppa;oj KCtt ).0) pEPaíav <év> alltotC;
no tenga género. De acuerdo con la distinción ontológica fundamental, "existente" es una especie de eXlJ OUYKCtTá8EOlV, ~v KatáÁT]I.¡I1V 6volláSoum tlVEe;, á)láptTJlla EtVCtl Tüi}tü O1YYXroP~O'61EV
"algo", cl género supremo (cf. capítulo 2 y los textos allí discutidos). av t le; roe; Y€COj..lcrplKOÜ oY]Áovón Tav9p<Í:n'[Qu. to'Ü ~Ol Kata tOV píov áIlCtptÚVOVTO~ f:v
6.14 Clemente de Aleja ndría, Slrolll . 2.1 2.54.5-55. 1 (SVF 2.992; FDS 365) 15 tOte; 1tepl o.ya8&v tS Ka!. KaK&v yvwaeWC; tE Kal KnÍcreroe; Kat c.puyfj~ al llox811pal &cx;al
c:ruvía-cavtal Kut <f¡> ",EO~hle; cn.ryKarú8ec:m; ~ 1tpmtsr~e; ~ aO'Oevtk €vtaOOa ouv ~oY]
ta¡; M cn.ryKCttu6ÉcrEU; oú )l6vov 01 6,no nAiltOOVoc;, &Ua Kat oí anO tíie; ¿TOae; e<p' ~¡.tIV
KÍvouvoc; ou Oj..llKP6c;, alla <o'> állápTll)la )lkytO'tov, MI.v 't'e08&e; cn.ryKamSCÓj..lE8a
etVUI Aiyoucr'lV. micra OÚv ocx;a Ka!. Kplcrte; Kat únÓAlp~lle; Ka!. llá811m~, ote; ~rollEV Kat
tft nep1. TooV o.ya8rov TE Koi KaKrov oó~n.
O'ÚV€cr)lEV aiet t(9 yÉvel t &v avOp<Í:mrov, ouYKatáOeoíe; Ecrnv'
t on J.l.EV OüV ~ Te 'V€UB~~ I(U! ~ 7tpOitetf¡r; 80'- add. de Boer 2 Otl van Amim : 1:1 codd. 4 o{hoor; del.
6.15 Estobeo, Ecl. 2.88, 2-6 (SVF 3.171; LS 331) von Arnim 5 ror; 1:0 van Amim : &O'TE codd. 6 T6 add . de Soer, van Amim I YO:P add. de Boer 7
oe oe
nácrae; tae; óPllae; cruyKCttCt6tcrEle; dVUI, ta¡; rrpaKtlKaC; Kat tO lCtV1ltlKOV 1r€ptéxetv. EupÉO'elr; van Amim I crJ.l..aprru.uhoov von Amim / TO cruy'rCu1:aOéo8at van Arnim 12 J.l..~ ~€~uíav van
oc
"I-I&Y] 06 a.Uf9 ~ dvCtl mryKata8Ém~1e;, Err' 000 óp)lác;' KCtt cruyKCt1"aOécreH; ~v Arnim : J.1~t' iBíav codd./ f:v add. de Boer 16 tl 'VeuB~~ van Arnim: \jft:;u8€i~ codd. 17 ou O'J.l.IKp6r;,
oe
a~lw)lacrí n01V, ÓPI..uU; e1r1 KanlYOp~)la.ta" ta 1teprexój..levú 1rroc; Ev tOle; a~lÓJllacrtv, a¡.to <5'> van Amim: cO~ OJ.1IKPOV aJ.1Ct codd.
Ole; cn.ryKaratl9scrtla1. I <5t l J.iCv ObV tí Te ",€uS~~ Kol tl1tp01t&t~r; Ecr>n Anota van Amim : "se sigue una enonne laguna, que
2 Cíllrov cadd. et van Arnim: Cí)Jw} Wachsmmh 3 TO: lt€ptExóJ.1€VIÍ ltW~ FP : 1t€Pu;:xo)ltva~ 6t 1((O~ planteaba la dispu ta de Galeno que se refería a que ' los errores se generan en una opinión falsa' (lCata
Salmasius 4 ~l (Jtl'YKClTCl9éo€v; del. Meineke; lCal crtryKCltaOÉO€(JI Usener : o[r; ouyKCttClTt9€0'6m o/cu8f¡ Oósav 1:0: áJ.l. apt~J.l..atu ytYVCcr601); y en seguida parece que se discute con los estoicos, quienes
Wachsmuth : TI croylCCt1a9Éocl~ Heeren ponen entre el número de los errores el asentimiento falso (TI¡v o0'8evft cruyKUTá6wtv)".

Este pasaje es la continuación de 24 .1. El contexto del pasaje es la explicación estoica de los tipos de 6.1 8 Aecío, 4.9.4 (FDS 296)
imp ulso práctico (itpó6€0'lr;, ¿ltIPOA~, ltCtPUcrKeU~, trxdpr¡O'I~, lli'peO'lr;, ltpoa(pEolv, ~OÚAr¡01r;, 6€Al'j01';;) y Ol LtW1KOl 'tae; )lEY alaO~crEle; CtÁ118eie;, trov oe cpavraOloov tae; )lEY áA1l8EiC; Ta<; oE qreuoEte;.
142 Capítulo 6 Presentación, asentimiento y fonna ción de conceptos 143

6.19 Eslobeo, EcI. 1.349, 23-27 (SVF 2.74; FDS 294) 6vo~6.rrov; tf<; ~Ilrov avapciAÁ.€tat nlV xp~O"IV aúrrov
rile; rtO~ t~V aYatlllcrtV Ol)K Ev tU q'laTQoí~ icrtávTroV ~6vov, OJJ..o. t~V oucrlav
trov a:rro flÉXpl ~á9n m9ánEp roov nepl raS ypa~~aS ~ roos
avaprcóvrrov ano lile; ovYKuta9¿O"sws. Aicr91lTtJd¡ yap cpavtacría O1rYKatú9e:mc; Ecrnv ~ <p86yym><; oi. OUK E186t EC;; romou o' altlOVro ~KEW
aicr8'lcrt<; Tlic; cruyKutaOioEror; KaS' ÓPJl~V oücnl';. ~ol'J -rtVa Ú1tO ~e; <pÚcrEOl<; Kata tOV t 6nov &crn:ep &01-
20 OOYlltvoU¡;, aq>' ~v Óp)1ÓJ)1EVOl Ka! n,v ot'lmv npOO"el-
2 aio9'ltlKñ yd:p qKlvtaoíQ. van Arnim : alcr{hlHKTl yap cpavtfJ.oía codd.
A~<pa¡uN. { - } t 61a yáp, <p~aív, miK 0100 €y", ro KMOV
6.20 Epictcto, Diss. 1.28.4 Ka! tO aicrx.p6v; OUK ExOO EwOlav OUtOU; { - } "EXEte;. {- }
otav Ouv tiC; ouyKUtatí911tal l <9 o/WOOt, 1001Otl 01;1( ~9EAeV o/eúBtl O1JYKut aO¿cr9m' OUK ¿<pap~&;(O rOlS b" ~Épou<;; { - } 'Ecpap~6,ElS. { - } OU
¡raaa yap o/UX~ aKoucra mÉpewl tllS Mr¡9Etar;, roe; Af:yEt n AÚtroV' aMa E3o.;€V auti9 10 KaAoo, o1\v '<pap~6,(O; { - } 'EvmuOá 'cm ro ,~t11~a nav
'V6ÜOor; clAllOér;. aye €1t1 DE trov 1tpá~EÚ)V tí exopev t OlOUtOV oIov tveáSe 10 0AT10E<; 11 10 25 Ka\. Otl'Jcn~ EvrClUOO npoO)'íve'to1. acp' ó¡.toAoyou¡,tévoov
'V€'Üoor;; 10 Ka9ilKov KUI1tapa ro Kaet;Kov, 1:0 OlJ¡'HpÉpOV K0:1 ro ácrú~.H.pOpOV. 10 K01' E)lE yap Óp¡,tÓJ~IEVOl r oúroov Enl -ro o¡,tCPlO"Plltoúl-lEVOV npoá-
5 Kul DU Ka1' E!JE KUt ooa TOÚtotr; OJlOla. ou OúvrJ't"cn ouv TV; 80KElV pév, on OlJ)lepépel a{rcép, yOUOlV uno tfje; aKo'Wll~AOU Eq:lOp)1OY~~. ro~ et yE KaL
~nl aipsl0'9at S' aÚió;' Ol; 6úvatat. milc; ~ ).1youoa Kal muro &tl1tpo<; EKE{VOl~ fXÉKtT]vtO, rí SKCÓAUE<V> autou<;
etVat t EAeíou<;; vilv 6' E1te!OOKE"i~ on KaLKa'WiJ..~A.oo~
¡,tav9ávw ~1€V ota 8pdv ~Mro KUKá, 30 E~ap~Ó,ElS raS npOA~",El, rolS ¿ni flÉpou" einÉ ~Ol,
OI))10~Be Kpeícrocov trov á)1cOV pOUAeu)1áttov; nóOev rouro Aa~~ávElS; { - } "On oOKel ~Ol. { - } Tourl
ouv <c9>tlVl ou 80KEl, Kat ol€rat Kal aUtÓ<; ecpap¡,tó-
OH auto rouro, té9 OU)1(9 XaplOUcrOat Ka! H)1ú)p~cracrO((t tOV av8pa, cru)1q:JOpWt EpOV ~EIV KaA&¡;· ~ OUK OtETat; { - } OtEra!. { - } ó.úvaa8s oOv
1O ~Yeltat r oi} awaat rO. t ÉKVa. nEpldlv rO. ¡.!Ct.x6)1EVa oo~á~ere a¡,tcpÓ'tepol KatWJ..~Aro<;
35 'cpap~6,Elv ru<; npOA~",ElS; { - } OU ouvá~eOa. { - } "EXElS
6.21 EpicIclO, Diss. 3.7.14-1 5
oov oEl~a{ rl ~)1"lv npo<; tO auta~ sqmp¡,tói;Elv QJ.l€lVOV
tí (11[éx;u rou iOlou ayaOou; aq>pov EGtI tou-ro, ~A.íOIÓV ecrnv. cill' ouó' av A.tru~ )101, Otl
avcor€poJ tOÜ OOKelV0"0l; Ó oE )1aW6)1EVOe; líJJ..a. tlvCt
anÉXll. mO'tworo OOl. ro~ yap aóúvaróv ton ri?> 'I'&1)oel q>atVO~IÉVC9 cruyKaraOÉcrOUl Ka! ano nOl€"l ~ -ro oOKouvrá oi. KaA.á; KaKelV(9 OOV ápKe"l t ouro
roi} ciAl'JOoi}~ anoveuO"m, oüroo~ &8úvaróv t an rou q:latVO)1tvou o:yaOoi} anoat~vm.
ro Kpmíplov; { - } OUK apKel.
6.22 EpicIClO, Diss. 3.22.42-43 1-2 aúpav S : 9típav COL : <oU> KaTo. <mv> o'ÚPo.v R 2 a'Útou S : COrTo S 4 <n> THllTOvíou s ; malim
Kal ri~ Ú~la~ o:vaYKúaUl OúVatal auyKawOécrOUl rf9 'I'EU8ei cpatVO)1tvq>;' ouoeí~.' -rí~ 8e THUOAíou 9 eOOCttuoYÍac; <Kal Bu<JtUtíac;> s : ruOOIIlDVÍac; <Ka. KaKOOCttl-loYÍac;> C I <}.ul> Emj3á)J..ovro::,
~l~ cruYKaraOÉaOCll rc$ <pawo)1tv(f) OAl'JOe"i;' ouoeí~.' lv06.ó' ouv ópdrE, Bt l Eat1r 1IN Ú)11V Meib. : ano[3ó)J.ovroc Upt. 13 post bcoíl1O'ev add. <OU KaA.óx; > Upt. 14 BE6vrroc:, 0'Ú S : óéov moc; ou Se
¿"úgepov ~úoel. ópÉyea9m o' ~ ¿ro(VElV il óp~fiv ~ a<pop~fiv ~ napo""""á,eo9m ~ 19 ttvoo:; Sbl Kura. totitOVS 20-21 lTPOOElÁ~Q'JO.)lEV S : 1tpoa€tA~Q>aOlv Meib. 21 SU) S : BI' a Se : .su1 TI Upt.
2S 0'(1101C. S: <n> 0'(110"1" Coro 28 bcroAU€ S: eorr. 5.t 31 Toun ser. Schenk132 n VI S: nVl s 14> suppl.
nporíOeaOat rí~ Ú)1WV Oúvarm ¡.t~ Aaprov cpavraaíav AUOlt€ÁOU~ ~ ~l~ Ka6JíKovror;';
Schenk133 óúvacr9m S: COITo Sd36 o.UTa.~ Se : a&t ..~ S: a'Útru; OE Elter 37 Tíva S
5 ou8e(~.' Exsre ouv Kallv rOút01~ O:KWAUTOV Kal eAeúElepov.
El pasaje sigue examinando cuál sería el ''principio de la filosofia". La conciencia (a'(aal1~) de Que (i) entre
1 \V€ÚÓel Kron. 2 €v0o. Ó' oúv S : €'v9á .s' oúv Se 4 ~ <)1~> Wolf: 11 )11) <AaPOOVq¡avta alav> Upl. 5 los seres humanos hay conflictos de opinión, (ii) la búsqueda del origen de dicho conflicto (acompañado de
aKc&Aur6v <ti> ve l n UKWAUroV Schw.
una desconfianza por la mera opinión) y (iii) el descubriendo de un estándar o canon que pennita superar el
6.23 EpicIclO, Diss. 2.11.1-11 nivel de la propia opinión y de la mera apariencia (2.13; 16). Aunque Epicteto no aclara en qué consistiría
dicho estándar (Kavrov), es claro que deben ser las propillS preconcepciones y un desarrollo apropiado de la
'APXT¡ cplÁoaO<pía~ napá yE t o"ir; 00<; 8€"i Kal Karu Oú-
racionalidad que pennitiría aplicarlas apropiadamente a cada situación (c f. Diss. 1.28.28).
pav ámO¡.tÉv01C; aúrilc; cruvaícrel'JO"l~ t~<; aúrou acrOe-
vEía~ Kol o:óuvCl)1íae; nepl rO. ava'(Kala. 6p(3oyrovíou 7-1 3 aya90u (lE 1<"0.1 KaKOU ... TOO; 1tPOA~'VEI~ talc; bcll1épo~ OOOIaI~ Una explicación similar (aunque con un
)1€v yap rptycóvou ~ ÓIÉcrEúl~ ~I. m ovíou oUO€¡.tíav CPÚOEl énfasis ligeramente diferente) puede verse en Diss. 2. 17.
5 €WOlaV ~KO)1EV EXOV't~, oU' EK tlVD<; tc,(VlKfle; nopa- 6.24 EpicIclo, Diss. 1.2.5-8
A~'I'eOle; OlOOOKÓ)1EOa €KaO'tov amrov Kal Ola rouro O( 'AJA(f) o' IDAo TCpoonímEI tO EÜA.oyov Ka! w..oyov,
¡.t~ &i06tE~ auta ouo' 010V'tUl E1Mval. ayaOoi} OE Kal KaOúnEp Ka, áya80v Kal KaKov 5JJ...o lill.o) Ka\. OUJ!<pÉ-
KaKoi} Kal KaAou Kal aicrxpou Kal npÉlrovrac; Kal 01IPE- pov Ka, acrú)1<pOpov. OlU rOUTQ llá)"lcrra nalOEia~ &6¡.tt-
1IOÜ¡; KaL E:Uoat)1ovía~ Kalnpo<nÍKoV'tD<; Kol br1~áUov- Da, &SOtE )1a8s"iv tOU E:UAóyOU Kal O:Áóyou np6All'l'tV Ta"i~
o o o
1 tO~ KaL ti óSl nOlilam Kat t I Ol> ÓE"i 1IOlftom rí¡; 5 CTCt )1Épo<u><; oUO"latc; E<paPIl6~ElV (JlJ)1cpcóv(t)~ tti <pÚOEl.
OUK E"xrov ~1.HpUtOV mOlaV !l}..N..u8EV; 6H1 taUTOnávrEe; sU; ÓE nlv toti wAóyou Kat aÁÓyou Kpíalv ou ~16vov
;wro¡,tE8a tot~ 6v6¡,ta olV Kal Écpap)1Ó~EIV nElpOOIl€Oa rae; tal~ t OOV SKt O<; a~(aL~ cruyxp<Ó~lEea, aUu Kal t &v Kata.
npoA~\Vel~ ttl"i~ btl )1Épou~ OUo1Ct.1~. KOA&~ Enoíl'JO"EV, r o np6cromov €autoi} €KaO"W¡;.
oEóvrroe;, ou óeóV1Cü<;· ~ruXllaEV, EuruXl1O"fN· ÜOIKÓ~
15 €atlV, oíKmó~ ¿OtIV. -ríe; ~).Irov cpeíOETOI roÚ'rrov rwv 3 ÓcrÚI.HpEpOV S: corr. SS ¡.tÉpoC;; S: COIToWolf7 Tq, KaTO: corroSchenkl
144 Presentación, asentimiento y formación de conceptos 145
Capítulo 6

6.25 Plularco, eN 1070C-D Kal 'PCO¡.t.uírov )láX'l, ou 1rEplloU on tO omov rrávtrov


Kat ruih' tv t'oír; 1tEpt aya800v Kal KClKWV aipcró.')V 1rpOtl)ll]lÉOV KUl tv 1rUVll ~EtaOtlOK1ÉOV, WJ...a 1rÓtEPÓV
tE Kal cpeU1cr&V OiKEÚOV tE Ka! illorpírov, a )lillov €'oel ED"nV cmov lOmo 10 XOIpEíou cpayE"iv ~ avócrtov. t«ú-
O€Pllrov ["tE] KatljlUXPOOv MuKWV TE KClt )lEAávrov crUqH;- tl]v t~V )láXl]v túp~crEtE Kul 'Ayu)lÉ)lvOVO¡; Kat 'AXtAA.SroC;.
mÉpav EX81.V nlV EvápyEWV €KSlVúJV ~v yap €~coeÉv s1.mv 15 KáMl yap aUlou~ ete; tO ¡.t.tcrov. ti A.SyEle; crú, c1'Ayá-
5 al cpavracríat ¡ai; aiO"O~m;alV E1l:etaÓotot, raíha 8' 8K )lE)lVOV; ou oEi yevécr8m ta 15Éovta KUl ta KaAWe; Exov-
"t"wv apx&v lOOV Ev ~)liv cnJ)l<pU'tov 8x€1 1"~V yév€ow; 01 ta; Oel )lEY ODV.' en) oE li UyetC;, ti> 'AXtAAeú; OUK apé-
O' rocmEp El~ TOV \II€U86~IEVOV ~ tav KUplEúovra )leTa rf]e; crKEt crOL yivEcrOm ta KaAó'Je; BXOvta; S)lOt )lEv ouv 1ráv-
OIUAEKttKfjC; EJ-lPállovrsC; de; rev 1tEpl EÚOOl)lOvíac; Tónov '[rov j.!áAtcrru apÉcrKEt.' ecpuP!lócran: ouv ta~ 1rpOA~o/Ele;.
EAucrav IlEY ou8e~lÍav aW-P1poAíav tv au!(~ )lupíac; 8' 20 ivtcil8ev ~ apx~ ~6X~'· 6 ¡U\V ).jyEl •00 xp~ anOOt06VUl
10 8noíllaav. )lE l~V XpuOT]iOo t0 1ratpi', ooE AiyEl 'oEt)l.EY ouv'.
1táV1roC; ó ihEPOC; UUtOOv KUKillC; Ecpap!lóSEt t~V 1rp6A.llo/tV
3 n: del. Sandbach 4 eV€pysiUv ES : CQrr. Stephanus 6 ciYCtewv ES ; corr. Kronenbcrg
"tOD OÉovtO¡;. 1rÚA.lV Ó /lEY AéyEt OUKOUV, EÍ)lE od 0.1r0-
6.26 Plutarco, SR 1041E-l042A (SVF 3.69; 545) OOÚVCH t~V XpuCfl1íoa, Oel j.!E AUPEtV ú)lillv nvoc; tO yé-
Tov TCEpl ayaOwv KCtl KClKcOV AÓyOV, ov ulnor; elaáym 25 pa,', ó DÉ 'n'¡v É~~v O"V l.6~D' ¡PW~ÓVT1V;'. ',~v mív'
Kal8oKllláSE1, cru¡.lCpOJvómTov etvaí <Pllcrt Tú) píC[) Kal ).Iá- CPllcnV. 'f:yOO OÚv j.!ÓVOC; -' 'aU' tyro !lÓVOC; ~~ Exro;' oü-
A10"W t'OOV E!.-upúrrov amecrOcn 7tpOA~'f'E(oV. tClUtt yap f:v troc; )lán yívelat.
Té!) rphq;¡ TooV npOlpE1IT1KOOV d'PT]KCV· I;v OE 14J nprol<{) Tí oDv Ecrn tO rratOEÚecrOat; )luvOávetv taC; cpUcrtKaC;
5 loíhov 10V "A.óyov Cj)l101.v ano lOOV OM.cuV arrávTúJv a<jl¿AKEtV 1rpoA.~l.Vete; EcpUp~ó~EtV taie; em )..lépouC; O"Ócríutc; KUtaM~-
10V avOpoo1rOV rot; ou8Ev OV1OOV npot; ~J..úit; ouoE cruvEpyOÚV- 30 AmC; Tfi <púcrel KOl AOt1rOV otéMiv, on 1illv ovnov la ¡.tév
lOOV 1rpO~ w15cn~lovíav ouoÉ\!. opa lOívov, rrooe; aÚ10 mÍJ..HpW- ED"nV Ecp' ~¡.úv, la OE OUK Ecp' ~)llv· ¿cp' ~lltV )lEY 1rpooí-
vóe; Écm, 10V acpéAKOVta 10Ú ~ilv Kal Ti)t; úytEíat; Kal til<; pECite; KUl rrávta la 1rpOmpeltKa Epya, OUK ecp' ~)l;:v OE
a1rovíut; KUl tile; looV atcr911HIPírov Ó/cOKA11píae; Kal )lT]OEv 10 crill!lO, ta !lépll tOÚ crCÍJ)latOC;, KtT¡crEte;, yOVEtC;, o.oel,,-
10 dVUllUUta cpácn<ovtu 1rPOt; ~)lfu;, anapa. nov 8EooV ahoú- cpol, lÉtevu, 1tmpít;, cmA&e; ol KOtVroVOí. 1roU oDv OéO)lEv
!lEOa, )lú"A.ICITa cru¡..J.<provEtV 10 píq? Kat tate; KOlVatt; 1l:pO- 35 10 ayuOóv; 1toíQ oucríq: autO Ecpap)lócro)lEv; tU Ecp' ~j.!lv;
"A.~'VEcrtV arrocpatV6!lEVO¡;. &JJ..' í.'va )lT]0' apvT]O"Ie; ~ 10Ú 1 Al TCP0!..líWStC. s 4 1tEPtmúcrsooc:l1tpomPBo€roc: Elter 6 1to"Ü o-ov R 8 <o 8' > '0-0 s Salmo 13 1.01píou
lCtvavtía AÉyEtV, Év 101pÍlq? 1rEpl LlIKalOcnJvll¡; taÚl' Salmo 16 yívEoOal Kron . 20 <Tf].::;> ~áxn.::; s 26 post o-ov ~6vo.::; suppl. ayépamo.::; Wolf I €Xoo Meib. :
E1P'lKE· Oto Kal ata TI]V urrEppOA~V 10Ú t6 )lE"'{é80ue; Kul a1toúoocroo R : ).l~ ¿pro Kron. : aM' ... Sx.((J del. Upt. 33 Ktf¡O"\~ Coro 35 ¿<pap~6cr{ú¡.t€v s
15 10Ú Ká)'Joue; 1rAáo!la01 OOKOU)lEV O!lOla AéyELV Kal 0-0
Kata 10V avOpro1[OV Kat nlV avOprorríVf]v cpúcrtv.' Eonv
ouv 01rroe; av tte; É~O)lO"A.oy~D"atlO oarpécrrEpov taVaVTLa
Aé:yEtV autOe; 1rpO~ ¿«UtOV ~ OÚtOe;, a01' úrrEppoAlív !Pl10t
1rAáD"!lata OOKEIV dvcn KUt urrEp 10V avOprorrov Kal Ú1rEP
20 t~V avOpoo1ríVf]V !pÚO"IV UyEO"OUl, WÚ1O. O"U!J.!provElv t0 píq?
!pácn<rov Kal !láAtOta tooV E~.J.(pÚ1WV amE08at npOA~1jIEWV;
7 opa X3g: opro cet. cocld. 7-8 m)j.H¡XÜVOV A~ynEB 9 Cr.1tovola..::; gdvz 8 2 10 lPÚcrKOvrt d: <¡)áo"Kovn Ta vz
11 ~á).. tO"ta om. g / KO!vaí.::; om. E 12 a1t()(patv6~cvov E / ).1.118' XgvzB : ).l.~ cet.codd. 13 10uvavrfa dvz 18
OÜtox; Vat. Reg. 80 : OÓt~ corro C hemiss 19 nAáO~la dvz
6.27 Epiclelo, Diss. 1.22.1-11 (LS 40S; FDS 313)
npOA.~1jIElt; K01val1rácrtv avOpro1rOte; Eiciv' Kal1rpó-
Al]1jItt; rrpOA.~1jIEt ou !lÚXEtaL tiC; yap ll)lmv ou líGllcrtV,
Ott 10 ayuGov cru)lcpÉpov E011 t son Ka\. aipE10V Kal EK
1rámle; auto 1rEpI01áoEro~ oEi )lEtlÉvat Kal OtroKEIV; tíe;
5 o' ~)lmv ou tíOl]OlV, 011 tO OiKatOV KUAóv ecrn KUt1rpÉ-
" "f , , ' , " ,_
nov; 1rOt ouv l] !luX'l y\VElat; 1rEPl tl]v Ei.pUp)l0Yl]v lroV
npoA~o/Erov tate; bd ¡.tépoue; oucrlmc;, aTav Ó !lEY El1r1.1
KuA&e; E1roíl]crEV, o.vopd6t; ECITIV'· <o o' > 'ou, o.AA' o.1rovevol])lé-
VOt;.' i::vOEV ~ !lán yivnCH 101e; avOpámOle; rrpoc; aAA~-
1O AOU~. UÜT11 E011v ~ "ouoaírov KUl rúprov KUl Aiyumíwv
El criterio de verdad y las presentaciones cognitivas como criterio de verdad 147

que no es" la agregaron los estoicos porque los académicos no suponían, como los de la Es-
Capítulo 7 toa, que fuera imposible hallar una [presentación] completamente indiscernible, ya que los
El criterio de verdad y las presentaciones cognitivas como estoicos sostienen que el que ti ene una presentación cognitiva llega a captar con arte la dife-
rencia que subsiste en las cosas, porque este tipo de presentación efectivamente tiene, si se la
criterios de verdad. Conocimiento y opinión
compara con otras presentaciones , una cierta prop iedad pecul iar, como las serpientes con
cuernos que son diferentes de las demás serpientes. Los académicos, por el contrario, sostie-
nen que es posible que, dada una presentac ión cognitiva, se pueda encontrar otra que sea
7.1. DL 7.45-46 (SVF 2.53; 1.8 40C; FDS 33) indistinguible pero falsa. Por cierto que en tanto los estoicos más antiguos afinnan que esta
presentación cognitiva es criterio de verdad, los estoicos más recientes agregaron [l a condi-
La presentación es una impres ión en el alma, el nombre que apropiada mente se transfiere
desde las improntas que son producidas en la cera por el anillo. Un tipo de presentac ión es ción] "si no ti ene ningún obstáculo". Pues es posible que cuando una presentación cogniti va
cognitiva, otro no cognitiva. Afi rman que es cognitiva la que es el cri terio de verdad de las se hace presente, no sea confiable debido a una circunstancia externa, como cuando Heracles
se presentó ante Admeto trayendo a Alcestis de su tumba; en esa ocasión Admeto recibió una
cosas y la que se origina de lo que es y está estampada e impresa según lo que exactamente es.
La no cognitiva, en cambio, es la que no procede de lo que es, O [la que procede] de lo que es presentación cognitiva de Alces tis, pero desconfió de ella [ ... ], pues Admeto razonó que
pero no exactamente de acuerdo con lo que es, o sea [a que no es clara ni distinta. Alcesti s había muerto y que el que está muerto no resucita, aunque ciertas divinidades anden
dando vuelta s a veces . [ ... ] Es por eso que la presentación cognitiva no es un criterio de ver-
7.2. DL 7.54 (S VF 2.105; LS 40A) dad en sentido absoluto, sino cuando no tiene impedimento. Esta presentación, al ser evidente
. ~firman que la presentac ión cognitiva, esto es la que procede de lo que es, resulta ser el e impresiva, nos lleva consigo de los pelos, dicen, y nos arrastra hacia el asentimiento y no
enteno de verdad, según dice Crisipo en el libro J[ de su Física, y Antípatro y Apo lodoro. Por precisa de ninguna otra cosa para lograr su efecto o establecer su diferencia respecto de las
cierto que Boeto admite muchos criterios: intelecto, sensación, deseo, conocimiento. Crisipo, demás [presentaciones]. Es claramente por eso que toda persona, cuando se ocupa de apre-
por su parte, se contradice a sí mismo y en el libro 1 de su tratado Sobre la razón dice que hender [algo] con precis ión, parece perseguir por sí misma una presentación de tal índole, tal
criterios son la sensación y la preconcepción. La preconcepción es un concepto natural de los como sucede en el caso de los objetos visibles cuando [dicha persona] obtiene una presenta-
universales. Algunos otros estoicos más antiguos admiten como cri terio la recta razón como ción confusa del objeto. Pues extiende su vista y se acerca al objeto visible, de modo de,
dice Posidonio en su tratado Sobre el criterio. ' fin almente, no engañarse. Frota sus ojos y, en general, hace todo hasta que atrae hacia sí una
presentación clara e impresiva de 10 que se está juzgando, como si considerara que la confi a-
7.3. Sexto Empíríco, AM 7.247-260 (SVF2.65 ; 40E, 40K; FDS 273)
bilidad de la cognición reside en esa present ación. Más aún, es imposible argumentar lo con-
De las [presentac iones] verdaderas, unas son cognitivas, Olras no. No cognitivas son las
trario, y es forzoso que el que se aparta de la afirmac ión de que la presentación es el criterio,
que sobrevienen en ciertos estados afectivos anormales. En efecto, muchos que deliran y están
al encontrarse en ese estado en virtud de otra presentación , confirma que la presentación es el
mela~cólicos reciben una presentación que es verdadera pero no cogn itiva, la cual surge del
criterio. Porque la nanrraleza nos ha dado la facultad perceptiva y la presentación que a través
extcnor y por aza r, de modo ta l que dichas personas con frecuencia no aseveran nada acerca
de ella se origina, como si fuera nuestra luz para el reconocimiento de la verdad. Es absurdo,
de ella ni asienten a ella. Una presentación cognitiva, en cambio, es la que proviene de lo que
por tanto, desentenderse de tan importante facultad y privamos a nosotros mismos de la luz,
es y recibe una impresión y una marca según lo que exactamente es, y es de un tipo tal que no
por así decir. Pues tal como el que pasa por alto los colores y las diferencias entre ellos, y
podría provenir dc 10 no es. Sin duda ellos confían en que esta presentación es capaz de captar
elimina la vista como inexistente o no confi able mientras dice que hay sonidos y afirma que
de un modo preciso objetos, y es tá modelada artesanalmente con ladas sus peculi aridades;
no hay sentido del oído es el más absurdo - pues si están ausentes aquellos órganos a través de
sostienen que tiene cada una de dichas pecu li aridades como un atributo. En pri mer lugar, [la
los cuales concebi mos los colores y los sonidos, no podemos concebir los colores o los soni-
presentación cognitiva] proviene de lo que es, pues muchas presentaciones provienen de lo
dos-, as í también el que conviene en los hechos en un estado de trastorno desacredita comple-
que no es, como sucede con los locos. Esas presentaciones serían "no cognitivas". En segundo
tamente la presentación de la sensación, a través de la cual aprehende los hechos y se coloca a
lugar, proviene de lo que es y es según lo que exactamente es, pues algunas presentaciones
sí mismo en un ni ve l igual al de los inanimados.
provienen de lo que es, pero no representan exactamente lo que es, como mostramos poco
antes en el caso de l loco Orestes. Pues aunque hacía provenir una presentación a partir de lo 7.4. Galeno, In Hippocratis librum de ojJicina medid commelltarii llf, 18b.654, 7-658, 8
que es (de Electra), ta l presentac ión no estaba en con formidad con Jo que exactamente es, (SVF 2.75; FDS 291)
porque suponía que Electra era una de las Erinias y, en conformidad con ell o, cuando ella se Por cierto que también algunos propusieron la siguiente interpretación: sostienen que no
acercaba y se esforzaba por cuidarlo, la rechaza ba diciendo: "eres una de mis Eri nias". Tam- significa lo mi smo decir "es posib le ver, tocar y oír" que decir "es pos ible percibir por medio
bién Heracles se ponía en movimiento en relación con los tebanos a partir de lo que es, pero de la vista, del oído o del tacto". En efecto, es posible ver, tocar y oír de un modo no cogniti-
no de acuerdo con lo que exactamente es, pues la presentación cognitiva también debe darse vo, pero no es posible percibir de un modo no cognitivo. Tal interpretación de la sensación
de acuerdo con lo que exactamente es. Más aún, [una presentación cognitiva] está impresa y procede del esto ico Simias; es por eso que tamb ién lficiano, discípulo de Coiutos, se relaci onó
marcada, de modo que todas las prop iedades peculiares de las cosas que se hacen presentes con la mi sma filoso fia estoica y adhirió a ella. Lo que dicen es lo siguiente: una parte del
están estampadas con arte. Pues tal como los escultores ponen sus manos en todas las partes discurso enseña lo relativo a un solo género de cosas, a partir de las cuales se derivan nuestras
de lo que están rea lizando y, de la manera que los sellos de los anillos siempre es tampan en la observaciones de un síntoma. En segundo lugar, enseña lo concerniente a lo que se exa mina
cera todos sus caracteres con precisión, así también los que poseen una cogn ición de las cosas con precisión y es confiable según ello mismo, como cuando había escrito: "es conveniente
deben captar lodas sus propiedades peculiares. La expresión "tal que no podría proceder de lo diagnosticar a partir de 10 que se manifiesta no só lo corno semejante, sino tambi én como
El criterio de verdad y las presentaciones cognitivas como criterio de verdad 149
148 Capítulo 7

desemejante en el cuerpo del enfermo respecto de lo que es según naturaleza. Éstos son los ~~ _ _ ~~MI~1~3rn~l~ ."
objetos perc eptibles, aunque no aquellos que ven, oyen o, en genera l, perciben de una manera De otro modo, si la presentación no cognitiva coincide con la presentación. CO~llltlVa, la
superfic ial de acuerdo con alguno de los sentidos, sino los que perciben de un modo apropia· presentación cognitiva no podría ser criterio de verdad. Pues tal como lo qU,e, comc~de. con 10
do o, más preci sa mente, de un modo cognitivo por medio de cada uno de los sentidos y del torcido no podría ser criterio de lo recto, así también si la presentación. cO?Dluva cOlllclde con
juicio". Di ce, en efecto, que Hipóc rates ha utilizado la voz de la percepción, pero siguiendo el las falsedades y con las presentaciones no cognitivas, no podría ser entena, : .ero, como esta-
j ui cio. bleceremos, la presentación cognitiva coincide con estados de cosas no cogmttvos y falsos; la
presentaci6n cognitiva, entonces, no es criterio de 10 verdadero y de lo .falso, Pues en e,l, caso
7.5. Cicerón, Acad. 1.40-42 (SVF 1.55, 60-61; LS 408; 418) del sor ites, cuando la última presentación cognitiva es adyacente a la pnmera presentaclOn no
Sin embargo, modificó (se. Zenóo) muchísimas cosas en aquella tercera parte de la filo· cognitiva y es casi indistinguib le [de ella], los que están con Crisipo sostienen que, en el caso
sofía; primero, sobre las sensaciones mismas dijo algunas cosas novedosas. Consideró que de presentaciones en las que hay una diferencia tan pequeña, el sabio se detendrá y ~a~dará
éstas se originan de una especie de impu lso s uministrado desde afuera (al cual él llamaphan- si lencio, pero en aquellos casos en los que [tal diferencia1 es más grande prestará asentlImento
tasía y nosotros podemos llamar visum: presentación; retengamos también esta palabra pues a aquélla como verdadera, Ahora bien, si nosotros vamos a establec~r que ha~ ~uchos e~tados
será utilizada con mucha frecuenc ia en lo que queda de la discusión), Pero a estas presenta- de cosas fa lsos y no cognitivos que son adyacentes a la presentaCIón cog.llItlva, e~ ,eV1dente
ciones que, por así decir, han sido aceptadas por los sentidos añade el asentimiento de nues- que estaremos dispuestos a mostrar que no hay que asen~ir.a la presen.taclón cogmt.lva, para
tras mentes , que pretende que está puesto en nosotros y que es voluntario, No le daba confia- que, si le prestamos consentimiento, a causa de la proxumdad no caigamos también en el
biJidad a todas las presentaciones, sino solamente a aquellas que tuvieran una obviedad pecu- asentimiento de estados de cosas no cognitivos y falsos, aun cuando parezca que hay la mayor
liar de aquellas cosas que se presentan, Sin embargo, a esta presentación, cuando discernía por diferencia posible respecto de las presentaciones, Lo que estoy argumentando se aclarará con
sí misma la llamaba "cognoscibl e". ¿Van a admitir esta expresión? Nosotros, por supuesto, sí, un ejemplo: supóngase la presentación cognitiva "cincuenta es poco", que parece estar ~~y
pues ¿de qué otro modo expresarías kataleptón? Pero cuando [la presentación] ya estaba distante de [esta] otra [presentación]: "diez mil es poco", Luego,. puesto q~~ la"p~esentac lon
aceptada y aprobada la denominaba "cognición", de un modo similar a las cosas que son no cognitiva "diez mil es poco" está muy distante de la [presentación] coglll~lVa clllcuen~a es
tomadas con la mano, de lo cua l también había derivado este nombre, pues nadie antes había poco", el virtuoso no suspenderá el juicio, ya que la diferen~ia es grande, sm.o que asent~r~ a
usado esta palabra en una cuestión de tal índole, pero él utilizó muchísimas palabras nuevas, la presentación cognitiva "cincuent~ es po~o", pero no ase~tIr~, a,la pr~sentacl ó~, no cogmtIva
pues decía cosas nuevas. Sin embargo, a aq uello mi smo que era captado por el sentido lo " diez mil es poco". Sin embargo, SI el sabiO no va a ase~tlr a diez m¡} es po,co ,:-~or cuanto
llamaba "sentido" , y si era captado de modo tal que no pudiera ser modificado por un argu- está muy distante de "cincuenta es poco"- es sin duda eVidente qu~ va a asentu a cl ~~ue~t~ y
mento lo llamaba "conocimiento", y si de manera contraria lo llamaba " ignorancia", de la cual uno es poco", pues no hay nada intermedio entre esta [presenta~lón] y l,a,prese~taclO~ .cm-
se originaba también la opinión, que es débil y común a lo que es fa lso y no cognitivo, Pero cuenta es poco". Pero como "cincuenta es poco" era la presentación cognl~lva ubICada ~1~lmo,
entre el conocimiento y la optnión ponía aquella cognición que mencioné, y no la incluía ni "cincuenta y uno es poco" es la primera no cognitiva. Po~ lo tanto, el, vlr~oso ascntlra .a la
entre las cosas correctas ni entre las incorrectas, sino que decía que solamente había que presentación no cognitiva "cincuenta y uno es poco"; y SI va a asentir a esta, que n~ ,tiene
confiar en ella. Por eso también daba confiabi lidad a los sentidos, porque, como dije antes, la ninguna diferencia respecto de "cincuenta es po~o", tambié~ ~sentir~ a la presentaclOn no
cognición hecha por los sentidos le parecía que era no sólo verdadera sino también confiab le, cognitiva "diez mil es poco" . Pues toda presentación ~~ cogmtlva,e,s l~a,l a [o.tra] prese~ta­
no porque captara todo lo que está en la cosa, sino porque no dejaba de lado nada de lo que le ción no cognitiva. Ahora bien, puesto que la presentaclOLl no cogOlnva dIez mIl ~s poco . ~s
concierne, y porque la naturaleza nos las confirió como un estándar del conocimiento y como igual a "cincuenta y uno es poco" y en nada difiere ni está distante de la pr~seLltaclón cogmh-
p rincipio suyo, desde donde después se imprimieron los conceptos de las cosas en nuestras va "cincuenta es poco", la presentación cognitiva "cincuenta es poco" será Igual a la prese~,ta­
mentes; a partir de dichos conceptos se da lugar no sólo a los principios, sino también a cier- ción no cogniti va "diez mil es poco". Y así, debido a su indiscernibilidad, la (presentaclon]
tas vías más anchas para descubrir la razón. Pero eliminaba (se. Zenón) de la virtud y de la cognitiva se confunde con la presentación falsa y no cognitiva.
sabiduría el error, la temeridad, la ignorancia, la opinió n y la conjetura y, en una palabra,
todas las cosas que fuesen ajenas al firme y constante asentimiento. Prácticamente en estos 7.8. Sexto Empírico, AM 7.151-157 (SVF 1.67-69; 2.90; LS 41C; FDS 370) . .
detalles consistió todo el cambio y discrepancia de Zenón. En efecto, aquellos afirman que hay tres cosas que están vmculadas entre SI: (1) CO~~Cl­
miento, (ii) opinión y, puesta entre ellos, (iit) cognició n: (,i) Conocimi~nto es una co~~clón
7.6. Sexto Empíríco, AM7.424 (SVF 2.68; LS 40L; FDS 285) segura, estable e inmodificable por un argumento; (ii) opmlón, e,n cambIO,. e~ ,un asenttmlcnt,o
Según ellos, para que haya una presentación sensoria, como la de la vista, deben reunirse débil y fal so, (iii) La cognición, que está en medio d~ conocimiento y o?llllon, e~ .un asenti-
cinco condiciones: el órgano del sentido, lo que es objeto de l sentido, el lugar, el modo y el miento a una presentación cognitiva. Según los estOICOS, una presenta~IO,n cogllltlv,a resulta
pensamiento, porque si las demás están presentes pero una de estas condiciones está ausente ser verdadera y es tal que no podría volverse falsa. Dicen que el conocllment~ subSIste s?la-
(por ejemplo, una mente que se encuentre en un estado anormal) , la captación perceptiva, mente en los sabios y que la opinión s6 lo en los viles. La cognición, en cambiO, es ~omun a
dicen, no se conservará. De ahí que también algunos solían decir que la presentación cogniti- ambos, y ella es el criterio de verdad, Arcesilao, por su parte, contradijo ~stas afirma~l~nes de
va no es universalmente un crite rio, sino que sólo lo es cuando nada se le presenta como un los estoicos al mostrar que la cognic ión no es el criterio que se da en medIO de conOCllmento y
impedimento. opinión, pues lo que llaman "cognición" y "asentimiento a una present~ción c~gniti va': ~ se
da en el sabio o en el vil. Pero s i se da en el sabio, es conoc imiento, y SI en el vil, es opml6n.
y además de esto, no puede haber otra cosa más que un cambio en el nombre. ~i en realidad
la cognición es un asentimiento a una presentación cognitiva, es inexistente; pnmero, porque
150 Capítulo 7 El criterio de verdad y las presentaciones cognitivas como criterio de verdad 151

el asentimiento no se da respecto de una presentación sino respecto de una fónnula proposi~ del alma, sino solamente en la mente, esto es, en 10 conductor. Como respuesta a éstos los de
cional, pues los asentimientos Jo son a las proposiciones. En segundo lugar, porque no se ha la Estoa afirman que "con la impresión del alma" [quieren decir] "en cuanto está en el alma",
encontrado ninguna presentación verdadera que sea tal que no podría ser falsa , tal como se de modo que la [defini ción] completa es la siguiente: "una presentación es una impresión en
establece a través de muchos y variados medios. Pero si la presentación cognitiva no existe, el alma en cuanto está en el alma". En efecto, tal como "efelótes"JO se caracteriza como
tampoco habrá cognición, pues la cognición era un asentimiento a una presentación cognitiva. "blancura en el ojo" y nosotros al mismo tiempo mostramos que "en cuanto está en el ojo", -
y si la cogn ición no exisLe, todas las cosas serán no cognitivas; y si todo es no cognitivo, se esto es, "en una parte cualificada del ojo"- hay blancura, para que ningún hombre tenga
seguirá que, también según los estoicos, el sabio estoico suspende el juicio. Examinémoslo "efelótes" (por cuanto todos por naturaleza tenemos blancura en el ojo), así también, cuando
del siguiente modo: dado que todas las cosas son no cognitivas debido a la inexistenc ia del argumentamos que la presentación es una " impresión en el alma", al mismo tiempo mostra-
cri terio estoico, si el sabio va a dar su asentimiento, el sabio va a opinar. Pues si nada es cog- mos que la impresión sucede ell relación con una parte cualificada del alma, esto es, la recto-
nitivo, y si asiente a algo, asentirá a lo no cognitivo; pero el asentimiento a lo no cognitivo es ra, de manera que, dicha de un modo explícito, la definición es la siguiente: "una presentación
opinión. Se sigue que si el sabio se encuentra en tre los que as ienten, el sabio se encontrará es una alteración en lo rector".
entre los que opinan. Sin embargo, el sabio no se encuentra entre los que opinan pues, según
los estoicos, esto era necedad y causa de actos incorrectos. Por consiguiente, el sabio no se 7.11. Sexto Empirico, PH 3.188 (FDS 379)
encuentra entre los que asienten. Y si esto es así, tendrá que evitar prestar asentimiento res- Los estoicos vuelven a sostener que los bienes del alma son ciertos tipos de artes, Le. las
pecto de todo. Pero evitar el asentimiento no es otra cosa que suspender el juicio. El sabio, por virtudes. Dicen que un arte es una estructura compuesta de cogniciones que se ejercitan jun-
tanto, suspenderá el juicio respecto de todo. tas, y que las cogniciones se producen en relación con lo rector [del alma]. Ahora bien, cómo
se produce en lo rector -que, según ellos, es un hálito-- un depósito o acumulaci ón de cogni-
7.9. DL 7.52 (SVF 2.71; LS 40P; FDS 255) ciones de tal magnitud que dé lugar a un arte no es posible concebirlo, pues cada impresión
Según los estoicos , se llama "sensación" el hálito que se difunde desde lo rector [del al- que sobreviene siempre borra a la que estaba antes de ella. Porque el hálito no sólo es fluido,
ma] hasta los sentidos, la cognición que se da a través de ellos, yel equipamiento de los órga- sino que además se dice que es puesto en movimiento como un todo de acuerdo con cada
nos de los sentidos, respecto del cual algunas personas resultan defectuosas. La actividad [de impresión.
los órganos de los sentidos] tamb ién se llama "sensación". Es por la sensación de cosas blan-
cas, negras, ásperas y suaves que, según ellos , se genera la cognición, y es por la razón que se 7.12. Sexto Empirico, AM 11.182·183 (SVF 1.73; 2.97. FDS 336,378)
genera [la cognición de la conclusión] de lo que se infiere a través de la demostración, como Un arte es una estructura compuesta de cogniciones, y una cognición es un asentimiento a una
que los dioses existen y que son providentes. presentación cognitiva. [ ... ] Además, según los estoicos, se juzga que la presentación
cognitiva es cognitiva debido a que llega a ser a partir de lo que es al modo de lo que está
7.10. Sexto Empírico, AM7. 227-234 (SVF 2.56; LS 53F; FDS 259) estampado e impreso según lo que exactamente es. Y que lo que es es se prueba por poner en
Puesto que todavía queda la doctrina estoica, hablemos también de ella a continuación. movimiento una presentación cognitiva.
Pues bien, estos hombres sostienen que la presentación cogni tiva es el criterio de verdad.
Conoceremos esta presentación si primero sabemos qué es, según ellos, la presentación y 7.13. E,tobeo, Ecl. 2.73, 19-74, 3 (SVF2.112; LS 41H; FDS 385)
cuáles son sus diferencias específicas. Ahora bien, una presentación es, según ellos, una im- El conocimiento es una cognición segura e inmodificable por un argumento; en otro sen-
presión en el alma; al punto surge también una distinción sobre e ll a, pues Cleantes entendió la tido, es una estructura compuesta de tales conocimientos, como [la cognición1 racional de los
impresión como una depresión y una elevación, tal como la impresión sobre la cera hccha por particulares que existe en el virtuoso. En otro sentido, es una estructura de conoc imientos
los anillos. Crisipo, en cambio, consi deró que algo de tal índole era absurdo, pues, primero, expertos que por sí misma tiene firmeza, tal como la que tienen las virtudes. En otro sentido,
dice, esto requerirá que cuando nuestra mente tenga presen taciones en un momento de un es un estado que recibe las presentaciones y que es inmodificable por un argumento, estado,
triángulo y un cuadrado, el mismo cuerpo tendrá que tener en sí mismo al mismo tiempo afirman, que consiste en tensión y en fuerza.
diferentes figura s (triangular, cuadrangular o inc luso circular), lo cual es absurdo. Luego, 7.14. P,. Galeno, DM 19.350,3-10
dado que muchas presemaciones subsisten en nosotros al mismo tiempo, el alma también Conocimiento es una cognición segura e inmodificable por un argumento. También pue-
tendrá muchas configuraciones, lo cual es peor que lo anterior. Ahora bien, Crisipo presumía de definirse así: conocimiento es un estado inmodificable que, de un modo inconmovible,
que Zenón había dicho "impresión" en Jugar de "a lteración", de modo que la definic ión sería produce una opinión a partir de las presentaciones. Arte es una estructura de cogniciones que
del siguiente modo: "presentación es una alteración del alma", porque ya no es absurdo que el se ejercitan en vista de un fin úti l respecto de las cosas de la vida. O de este otro modo: arte es
mis mo cuerpo en uno y el mismo tiempo - cuando muchas presentaciones subsisten en noso- una estrucrura [compuesta de] cogniciones que se ejercitan en forma conjunta con referencia a
tros- reciba muchas alteraciones. Pues tal como cuando muchos hablan al mismo tiempo, el un único fin.
ai re recibe en un tiempo incontables y diferentes impactos y directamente tiene también mu-
chas alteraciones, así tambi én lo conductor (del alma] experimentará algo aná logo cuando 7.15. Cicerón, Acad. 2.57 (LS 401)
recibe presentaciones variadas. Otros sostienen que ni siquiera la definición corregida de Respecto de esto, puedes discutir conmigo, que no me opondré. Incluso concederé que el
Crisipo es correcta, pues si hay una presentación, ésta es una impresión y una alteración del sabio mismo, acerca del cual esta discusión trata en su totalidad. cuando le sucedan cosas
alma. Y si hay una impresión del alma, no es de todas maneras una presentación. Pues si similares que no haya observado con cuidado, retendrá su asentimiento y nunca asentirá a una
ocurre un golpe en un dedo o sucede una rasgadura en la mano, se producen una impresión y
una alteración del alma, pero no una presentación, porque ésta no ocurre en cualquier parte
30 Una mancha blanca en el ojo.
152 Capítulo 7 El criterio de verdad y las presentaciones cognitivas como criteri o de verdad 153

presentac ión a menos que fu era tal que no pudiera ser fa lsa. Pero tiene un arte que le permite fl echas se llama " cognitiva" porque la acción consecuente a ella se unió a las flechas cuando
distinguir lo verdadero de lo fa lso en otras cuesti ones, y para estas similitudes tiene que apli- él las usó como fl echas, que digan que la [presentac ión] que proceden de los hijos no se dife-
car su experienc ia: como una madre distingue a sus gemelos por su costumbre de verlos , así rencia de ésta, en la medida en que la acc ión consecuente también estuvo unida a esta [presen-
los diferenciarás tú si practicas. tación], esto es, que hay que apartar a los niños de l enemigo. Pues bien, queda establecida esta
indiscernibi lidad entre las presentaciones cogniti vas y no cognit ivas con respecto a la eviden-
7.16. Cicerón, Acad. 2.83-85 (LS 40J) cia e intensa peculiaridad. Los académicos en nada se muestran menos efectivos en cuanto a
Hay cuatro puntos capitales que demuestran que no hay nada que pueda ser conocido, la característica y la marca; urgen a los estoicos a dirigirse a las cosas que se presentan, pues
percib ido o aprehendido, que es el tema de toda esta controversia. El pr imero de ellos es que en los casos de cosas similares en forma pero diferentes en cuanto al objeto, es impos ible
existe una presentación ralsa. El segundo es que ésta no puede percibirsc; ellercero es que, de distinguir la presentación cognitiva de la que es falsa y no cogn itiva. Por ejemplo, si le doy a
aq uellas presentaciones de las cuales no hay diferencia, no puede ocu rrir que algunas de ellas un estoico primero uno y después otro de dos huevos similares entre sí para que los distinga,
puedan ser percibidas y otras no puedan; el cuarto es que no hay ninguna presentación verda- ¿será el sabio, mientras se concentra en ellos, capaz de decir de un modo infalible si un huevo
dera que prove nga de la sensación, junto a la cual no haya puesta otra presentación que no se que se está mostrando es ése más que el otro? El mismo argumento tambi én se aplica en el
diferencia en nada de ella y que no pueda ser percibida. Todo el mundo acepta el segundo y el caso de los gemelos. Pues el virtuoso recibirá una presentación falsa, aunque se trate de la
tercero de estos puntos capitales; Epicuro no admite el primero, pero ustedes (se . los estoicos), presentación impresa y estampada a partir de lo que es y según lo que exactamente es, si la
con quienes es el asunto, también admiten ése. La disputa es en su totalidad respecto del presentación que recibe de Castor es corno la que recibe de Polinices.
cuarto. Por lo tanto, quien miraba a Publio Servilio Gémino, si pensaba que estaba mirando a
Quinto, caía en lilla presentación de tal tipo que no podía percibirse, porque no se distinguía COMENTARIO
con marca alguna 10 verdadero de 10 falso. Una vez eliminada esta distinción, ¿qué marca de Este capítulo debe leerse en conexión con el anterior, donde hemos tratado la presenta-
un tipo tal que no pudiera ser falsa tendría para reconocer a Cayo Cota quien, junto con ción, el asentimiento y la formación de conceptos. El probl ema del "criteri o de verdad" estuvo
Gémino, fue dos veces cónsul? Niegas que haya una semej anza tan gra nde en la naturaleza de siempre presente en las discusiones epistemológicas desde Platón, pero se convirtió en un
las cosas. En rea lidad, combates, pero con un adversari o fác il; supongamos que no existe. Por tema favorito de las discusiones epistemo lógicas del helenismo, donde incluso se acuñó la
cierto, puede parecer q ue existe; por tanto, engañará a nuestro sentidos. Y si una semejanza ex pres ión como parte de la jerga filosófica (Kptt~plOV t~<; 0:A.118eíw;). El "criterio" lo es de la
nos engaña, hará dudosas todas las cosas. Pues una vez el iminado aquel criterio por medio del verdad o de la certeza de un conocimiento; verdad y conocimiento son dos nociones estre-
cua l tienen q ue reconocerse las cosas, aun cuando el mismo a quien ves es el que te parece, no chamente conectadas entre sí: el conocimiento lo es de lo que es verdadero y presupone que
obstante, no juzgarás con esta marca --con la cual di ces que hay que hacerlo-- tal que no pueda quien conoce tiene una cierta certeza provista por el criterio. En este sentido, no podría decir-
haber Wla marca fa lsa del mi smo tipo. Pues bien, cuando Publio Gémino puede parecerte se que alguien tiene un conocim iento si dicho conoci miento es fa lso: si x es falso, x no es
Quinto, ¿qué segur idad ti enes de que no pueda parecerte Cota, quien no lo es, puesto que algo conocimiento. Los estoicos, como el resto de sus contemporáneos helenísti cos, establecieron
parece ser lo que no es? Dices que todas las cosas son d e su propio tipo y que nada es 10 firmemente la necesidad de establecer ciertos criterios, parámetros o estándares para detenni-
mismo que algo más. No hay duda de que lo siguiente es muy estoico y no muy confiable: que nar cuando hay certeza o cuando pueda haberla. Di stintos filósofos estoicos propusieron
no hay un cabello ni un grano de arena que sea en todos sus deta lles tal como es otro cabello o distintos "cr iterios de verdad" (cf. 7.2)j Crisipo parece haber sostenido que criterio de verdad
grano de arena. Estas afirmaciones pueden refutarse, pero no quiero entrar en disputa . En también es la sensación (a'ícrellcrt~) y la preconcepción (1Ip6Arl''¡fl~), esta última definida como
cuanto a lo que se está tratando, no interesa si una cosa vista no se diferencia de otra en todas "una noción natural de los universales" (cf. aquí 7.2 y capítulo 6, texto 6.4). Según los estoi-
sus partes o si no puede distinguirse de ella, aun en caso de que se diferencie. cos, toda a'ícr811crt~ es verdadera; si atcr8Tlcrt~ significa "percepción", entonces todo asentimien-
to y toda cogn ición en el dominio de la percepción deben ser verdaderos, ya que, de acuerdo
7.17. Sexto Empírico, AM 7.402·410 (SVF 2.67; LS 40H) con Aecio 4.8.12 (SVF 2.72), toda a'íaS'lO'l¡; es asentimiento y cogn ición. Esto es 10 mi smo
Los di scípulos de Caméades dicen que admitirán el resto de estas cosas a los de la Estoa, que decir que nadie puede estar equivocado con respecto a sus percepciones, lo cual sería un
pero la sentencia "ta l que no podría provenir de lo que no es" es inadmisib le, pues las presen- absurdo y si n duda también una tesis fuertemente anti-estoica, pues los estoicos no s6lo creen
taci ones prov ienen tanto de lo que no es como de lo que es. E l hecho de que se descubra que que es posible estar equivocado con respecto a las propias percepciones, sino que argumentan
ellas son igualmente evidentes e impresivas es una prueba de su indiscemibiLidad, y una que aq uellos sujetos cuyo estado cognitivo es op inión (ó6~a) están siempre equivocados (cf.
prueba de que son igual mente impresivas y evidentes es el hecho de que las acciones conse- Estobeo, Ec!. 2.1 11, 17-1 12,8). El problema se resuelve si se admite que la palabra a'ícrer¡Ol~
cuentes están vinculadas a [ambos tipos de presentac iones]. [ ... 1 Por tanto, si algunas presen- está usada en dos sentidos: (1) un sentido ampl io y (2) otro más estrecho. En su sentido am-
taciones son cognitivas, en la medida en que nos inducen a l asentimiento y a unir a ellas la plio OlcrS'lcrt~ es "sensación" y tal impres ión sensi bl e (como se argumenta en 7.4) se da de un
acción consecuente, puesto que las [p resentac iones1 falsas evidentemente también son de esta modo " no cognitivo" (llT¡ KalaA.Tl1tt1Koo~), pues no hay allí ningún tipo de actividad intelecntal.
índole, debe dec irse que las presentac iones no cognitivas son indiscernibles de las cognitivas. Se trata del simple " sentir" ("ver", "oír", etc.) sin una reflex ión ulterior de ese ver u oír y sin
Ta l como el héroe recibió una presentac ión a partir de las Oechas, así ta mbién [recibió la que ese sentir presuponga un asentimiento o cognición. En un sentido estrecho, en cambio,
presentac ión] de que sus propios hijos eran los hijos de Euristeo. Pues la prese ntación preexis- o.1oOr¡01l; es "percepción", en el sentido cognitivo que involucra un acto de asentimiento o
tente era una y la misma y [el héroe] se encontraba en la misma condición. Sin embargo, la
cognición.
presentación quc procedía de las flechas era verdadera, en tanto que la que procedía de los Pero, en realidad, la noción de presentac ión en sentido estricto no puede separarse de la
niños era falsa. Ahora bien, dado que ambas [presentaciones] lo pusieron igualmente en mo- de sensación y de la de preconcepción. En primer lugar, porque una presentación, de cualquier
vimiento, hay que reconocer que una era indi scernible de la otra, y si la que procede de las tipo que fuere, presupone siempre como punto de partida la sensación. Por otra parte, dado
154 Capítulo 7 El criterio de verdad y las presentaciones cognitivas como criterio de verdad 155

que la razón es concebida como una "colección (aepOlcr~lQ) de ciertas nociones y p reconcep- Sexto para ilustrar la objeción parece bastante claro que "lo que es" (úmÍpxov) debe interpre-
ciones" (Galeno, PHP 304, 33·35, ed. De Lacy; Sexlo AM 7.373) Y los seres humanos somos tarse en el sentido modal-veritativo de "lo que es el caso". La objeción escéptica consiste en
constituti va mente racionales, la preconcepción, como la sensación, no puede ser un criterio mostrar que hay presentaciones que exhiben todas las características distintivas de las cogniti-
alternativo, sino una condición necesaria para que haya una "presentación cognitiva" (sobre vas - en la medida en que son impresivas y evidentes- y que, sin embargo, son falsas. En el
este punto cf. Annas 1980: 89). De modo que, lejos de presentar criterios alternativos, los ejemplo que se ofrece en 7.17, la presentación que procedía de las flechas era verdadera, en
estoicos parecen haber en fatizado, en algunos casos más y en otros menos, componentes del tanto que la que procedía de los niños era falsa. En este caso no se trata de estados afectivos
mismo criterio: la presentación cognitiva, que fue el criterio de verdad (Kara),,:rpt1lKl} anormales (como en 7.3), sino de casos en los que las condiciones perceptivas son perfecta-
epQvtaO'ía.; cf. 7.1, 7.2, 7.3, 7.7, 7.8), una tesis que, de acuerdo con el testimonio de Nemesio mente normales pero en los que, de todos modos, es difícil hacer una distinción clara. Por
(citado por Eusebio, PE 14.6. 13=SVF 1.56), se remonta a Zenón y constituye probablemente ejemplo, quien tiene una presentación cognitiva de un huevo o de dos gemelos puede ocurrir
una de sus innovaciones más decisiva (cf. Sedley 1998). que luego no tenga fonna de di stinguir el segundo huevo del primero o a uno de los gemelos
Según la definición ortodoxa, una presentac ión es cognitiva cuando (i) es verdadera, (ii) (7.17). Una presentación cognitiva, concluye el escépti co, no puede tener una caracterfstica
se da a partir de lo que es (ú1tápxov; sobre la ambigüedad de esta expresión cf. capitulo 6, nola peculiar que la distinga de otra que no es cognitiva. El propósito de la objeción es, claramente,
al texto 6.1 , líneas 9-11 ) y no podría provenir de lo que no es, (iji) es tal que no podría volver- mostrar que no es posible distinguir una presentación cognitiva de una no cognitiva y que, por
se \alsa y, (iv) recibe una impresión y una marca según lo que es mismo o, ta l vez mejor, lo tanto, no puede argumentarse que la presentación cognitiva sea criterio de verdad (cf. 7.7).
segun lo que exactamente es (cf. 7.3). Si se cump len todas estas condiciones, se está en pre- Esto es, si uno no puede establecer con claridad la diferencia entre A y B (un huevo y otro, un
sencia de una presentación cognitiva que, como tal, parece infalible ya que proporciona al que gemelo y otro), ¿sobre qué base acepta lo uno y rechaza lo otro?
la recibe una garantía de que representa el objeto con exactitud y claridad (tex to 7.3). Toda Si la presentación cognitiva puede coincidir con estados de cosas no cognitivos y falsos,
presentación cognit iva tiene un objeto real como su causa (cf. 7.12 y Sedley 1998: 136) y no puede ser criterio de lo verdadero y de lo falso. Como informa Sexto en 7.7, los Académi-
representa ese objeto con precis ión y claridad. La expresión griega ú rrápxov, como ya hemos cos usaron el sorites contra los estoicos pues, argumentaban, incluso el sabio es incapaz de
seña lado, es particularmente ambigua, pues podría ocurrir no que la presemación cognitiva establecer la diferencia entre una presentación cognitiva de que un número n es poco y una
tenga su origen en un objeto real existente - que es la interpretación que sug iere Sexto en presentación no cognitiva de que otro número n es poco. El sorites del escéptico en contra de
7.12- , sino en un hecho. Para que la presentación de que A es F sea cognitiva debe tener su la presentación cognitiva como criterio de verdad puede esquematizarse en los siguientes
origen en el hecho de que A es F. O sea, en este caso unápxov no significa " lo que es" en el pasos:
sentido de una cosa existente, si no "lo que es el caso" (cf. Frede 1999: 302-304. Pero el senti- (i) supóngase la presentación cognitiva "cincuenta es poco"; dada la claridad y distinción de
do de únápxov en 7.5, como reconoce Frede [1999: 305], es un objeto existente más que un la presentación cognitiva "cincuenta es poco", el sabio asentirá a ella, pero no asentirá a
hecho; en 7.12 parece evidente que únápxov debe ser una cosa existente porque es lo que la presentación " diez mil es poco" que, por encontrarse muy distante de "cincuenta es
pone en movimiento a la presentación cognitiva y si ése es el caso ese únápxov debe ser lo poco" , es evidentemente no cognitiva.
mismo que un q>avtacr1'6v). Si Ullu presentac ión cumple con el requisito (i) pero no con el (iI)
(ii) Pero si el sabio no va a asentir a " diez mil es poco", va a asenti r a "cincuenta y uno es
no es cognitiva (es el caso de Orestes, cuyas presentaciones tienen un objeto real como su
poco" (porque no hay nada inte rmedio entre esa presentación y la presentación "cincuen-
causa -Electra- pero no representan el objeto con exactitud ni claridad, porque Orestes con-
ta es poco"; cf. 7.7. Es decir, no hay nada que impida que esta presentación sea tan evi-
funde a Electra con una Erinia; cf. 7.3). Como parece haber afirmado Zenón, las presentacio-
dente como aquélla).
nes cognitivas tienen una obviedad (declaratio) peculiar de lo que se presenta o aparece (cf.
7.5). Los estoicos también parecen haber sostenido que el propio asentimiento está natural - (iii) Ahora bien, dado que "cincuenta es poco" era la presentación cognitiva ubicada último,
mente determinado para dar su aprobación a las presentac iones cognitivas y a todo lo que se "cincuenta y uno es poco" es la primera no cognitiva.
presenta como evidente en la medida en que ta les presentaciones inducen su asentimiento (cf. (iv) Por lo tanto, el sabio asenti rá a la presentación no cogn iti va "cincuenta y uno es poco" y,
7.3: la presentación cognitiva "nos lleva consigo de los pelos ... y nos arrastra hacia el asen- si asiente a ésta -que en nada se diferencia de la cognitiva "cincuenta es poco"- , también
ti miento"; véase también 7.17). Sin embargo, aunque tendamos a prestarles nuestro asenti- asentirá a la presentación no cognitiva "diez mil es poco".
miento, no estamos inc linados a hacerlo s iempre. Al menos los "inferiores" o "ruines"
(v) Por consiguiente, dado que la presentación no cognitiva " diez mil es poco" es igua l a
(epaGA.Ol) tienden a asentir de un modo indiscriminado a todo tipo de presentaciones, cogniti-
"c incuenta y uno es poco" (en la medida en que ambas son no cognitivas), y como por
vas y no cognitivas. Que toda presentación cognitiva tenga como su causa una cosa externa de
(ij) "cincuenta y uno es poco" tiene la misma evidencia que "cincuenta es poco" (que era
la cual ta l presentación es su impresión coincide con la explicación que Aecio atribuye a
la presentac ión cognitiva), "cincuenta es poco" será igual a la presentación "claramente"
Zenón, según la cual una <flavracría. es la experiencia sensoria que se mu estra a sí misma y a
110 cognitiva "diez mil es poco" y, por lo tanto, a causa de su indiscernibilidad, la presen-
aquello que la ha producido o causado, a saber, "lo que se presenta" (cf. capítulo 6, texto 6.2:
tación cognitiva y no cognitiva se confunden y la cogn itiva no puede ser criterio de ver-
q>avtQcrróv).
dad.
. En su ataque genera l al criterio los escépticos no perdieron oportunidad de hacer lo pro-
piO con la p resentación cognitiva estoica. Según infonna Sexto (en 7.17; cf. tamb ién 7.3), los La paradoja del Sorites fue introducida por el megárico Eubúl ides de Mi lete, a quien se
discípulos de Caméades encontraron inadmisible la segunda parte de la condición (ii), i.e. que le atribuyen varias paradojas bien conoc idas, como "el mentiroso", Hel enmascarado", "el
una presentación cognitiva es tal que no podría provenir de 10 que no es, pues - argumentan- Electra", "la figura velada" (se trata en realidad de tre s ejemplos del mismo t ipo de argumen-
las presentaciones provienen tanto de lo que es como de lo que no es. En el ejemplo que pone to; cf. P s. Alejandro, In Soph. E/enc. 161,12-14), "el cornudo" (atribuido también a Cris ipo
156 Capitulo 7 El criterio de verdad y las presentaciones cognitivas como criterio de verdad 157

en DL 7.187; SVF 2.279), "el calvo" (que es una varia nte de sorites) y "el sorites" (ef. DL cable por un argumento (cf. 7.8), surge del hecho de prestar su asentimiento a las presentacio-
2.108; sobre los distintos lipos de sorites, "ascendente" o "descendente" cf. Mignucci 1999: nes cognitivas en la medida en que ellas son el criterio de verdad. Es por eso que, hasta tanto
170-173. Para una discusión detallada de estos sofismas cf. nuestro capítulo 10 y" los textos no tenga certeza sobre el tipo de presentac ión de que se trata, no puede prestar su asentimien-
allí presen tados). Di adoro Crono, discíp ulo de Eubúlides, advirtió la fuerza de estas paradojas to.
para el debate filosófico y por su intermedio llegaron a Arcesilao y los Académicos, quienes Bajo tales supuestos el estado cognitivo de aquel que siempre presta su asentimiento a
las aplicaron en contra de los estoicos (Mignucci 1999: 162-163). En la lista de obras de las presentaciones cognitivas es conocimiemo (e1t1O't~~T1), nunca opinión (OÓ~(l). Para los
Crisipo informada por DL 7.196-198 destaca una cantidad significativa de estudios consagra- estoicos la opinión (el estado cognitivo propio del vil) no es más que ignorancia (o "un asen-
dos a este tipo de paradojas (Sobre la introducción [al sofisma] del mentiroso, a Aristocreon timiento débil y falso"; 7.8), y ésta es entend ida como un vic io que hace a nuestros impulsos
libro 1, Argumentos del mentiroso, para una introducción, Libro J, Sobre el mentiroso a inestables y excitados (Estobeo, EcI. 2.68, 18-23 ; SVF 3.663). Pero, ¿por qué el sorites resulta
Aristocreon, Libros 1- Vi, Sobre el argumento del poco a poco, a Estesagora, Libros 1-11, paradójico? Porque las premisas son verdaderas, el razonamiento es válido y la conclusión es
Sobre [el sofisma] del enmascarado, Libros 1-11, ), lo cual muestra que advirtió la importancia falsa. En el ejemplo de Sexto,
de este tipo de técnica argumentativa y, probablemente, intentó encontrar la forma de desacti- PI: si "cincuenta es poco" (V) y
var su fue rza persuasiva. P2 "cincuenta y uno es poco" (V) y
El sorites enfatiza el hec ho de la vaguedad que introducen ciertas expres iones en cuanto a p) "cincuenta y dos es poco", (V)
la fa lta de certeza de su aplicación, como el ejemplo reportado por Sexto en 7.7. Así, "cin- Por lo tanto, "diez mi l es poco". (F)
cuenta es poco" es una expresión vaga porque el límite de su aplicabilidad es amp lio, pcnni-
Esto es, en un sorites, para cua lquier número n, si una cantidad n es poco, entonces, una
tiendo así equipararla a "cincuenta y uno es poco" y a "d iez mil es poco". Supongamos que
cantidad n + 1 es poco. Por lo tanto, diez mil es poco. Ahora bien, ¿estaban los estoicos pen-
"c!ncuenta es poco" es Aso, lo cual significa que la propiedad "ser poco" (F) es satisfecha por
"clllcuenta"; formalmente (r) = F(A so ) proposición que, ex hypothesi, es verdadera. Una se- sando en esto cuando advertían que si no se detenían y suspendían el juicio caerían en un
absurdo? Tal vez los esto icos advirtieron que no cualquier propiedad genera argumentos del
cuencia de sorites típica sería (ii) Aso, As], A n , ..... An; en el ejemplo que da Sexto "cincuenta
es poco" es F(A so ) , "cincuenta y uno es poco" es F(A sI ), "cincuenta y dos es poco" es F(A S2 ), tipo "sorites", sino sólo las propiedades que pueden tener grados de variación, i.e. los predi-
... " d!ez mil es poco" es F(AJ. La serie no tiene necesidad de ser infinita; basta con que sea lo cados vagos. Si la inferencia efectivamente termina en una contradicc ión, al menos una de la s
sufiCientemente gra nde como para permitir establecer que su último elemento (AJ "está muy premisas tiene que ser falsa. Pero lo que el sorites precisamente trata de mostrar es que en
distante" de cumplir con la propiedad F "ser poco"; formalmente, (iii) - F(An). Para que se dé predicados vagos del tipo "ser poco" no hay modo de decidir cuando una cantidad deja de ser
la paradoja hace falta suponer además que (iv) si n es F, a jortiori n + 1 también es F (i.e. si poco y, si esto es así, parece que tampoco habría modo de saber si alguna de las premisas es
cincuema es poco, cincuenta y uno también es poco). Lo que se está suponiendo es que cada fa lsa. Probablemente el sabio estoico se detiene y suspende el juicio porque advierte que o
par de elementos de la secuenc ia Aso, As], A s2, ..... An se constituye de elementos que son una de las premisas es fa lsa o que la conclusión es falsa y, como solamente presta asentimien-
indistinguibles en cuanto a la propiedad F. De este modo, si se parte de (¡) y se utiliza una to a lo cognitivo (cf. 7.8; véase también 6.17; 7.8), evita asentir. Así, pues, si las premisas son
cantidad de ejemp los de (iv), se llegará a la negación de - F(A;;, de donde resulta una contra- eCectivamente vagas - un supuesto que el sab io estoico debe aceptar en la medida en que
dicción. acepta que, en algunos casos, hay una "pequeña diferencia" entre una presentación cognitiva y
Sexto también informa que los estoicos sostenían que en el caso de presentaciones en las una no cognitiva, lo cual las torna indiscernibles- lo prudente es suspender el juicio. Si no lo
que hay una "diferencia tan peq ueña" entre la cognitiva y la no cogn itiva el sab io se detendrá hace y presta su asenti miento a una proposición sobre cuyo valor de verdad no tiene certeza,
y guardará silencio, pero en los casos en que dicha diferencia es más grande pres tará su asen- puede caer en false dad. La relevancia de la suspensión del juicio como procedimiento meto-
timiento. Por tanto, si la diferencia entre "cincuenta es poco" y "diez mil es poco" es grande, dológico hasta tanto se tenga certeza d ifícilmente puede ser exagerada; de hecho, consti tuye el
hay certeza de que hay que asentir a "cincuenta es poco", y si hay que asentir a esta presenta- modo de proceder exactamente opuesto al del inferior (!pauA.o~), que presta su asentimiento de
ción también hay que hacerlo a "cincuenta y uno es poco". El presupuesto del sabio estoico en una manera precipitada sin asegurarse si aquello a lo que asiente es cognitivo o no.
es te caso es, como se ha dicho, que "si n es poco - siendo 11 un número que se presenta con Ahora bien, el hecho de que el sabio admita que hay ciertos casos en los que no es posi-
cierta claridad y certeza como "cincuenta": eso es lo que debe significar en el paso (ii) de ble distinguir con claridad una p resentación cognitiva de una no cognitiva genera una dificul-
nuestra esquematizac ión del argumento la sentencia "no hay nada intermedio entre la presen- tad sistemática en la teoría, porque los esto icos también trataron de argumentar a favor de la
t~ción 'cillcuent~ y uno es poco' y ' cincuenta es poco' ''-, forzosamente n + 1 es poco. Ahora
tesis de que las presentaciones cognitivas inducen el asentimiento (cf. 7.17). Uno podría
bIen, la secuencia de un sorites presupone que la respuesta a la pregunta "¿es cincuenta pa- preguntarse entonces cómo es que si el sab io está ante una presentación cognitiva - aunque no
co?" es "sí", pero la respuesta a la pregunta "¿es cincuenta y uno poco?" debe ser " no", por- tenga completa certeza de que tal presentación es cognitiva, lo cual, de todos modos, parece
que n (cincue~ta) + I (cincuenta y uno) ya no es "claramente poco". Ahora bien, probable- dificil habida cuenta del estado cognitivo del sabio- ésta no lo induzca a asentir a ella. En
mente los estOIcos no pensaron que la respuesta a este tipo de interrogación y de paradoja era efecto, para evitar asentir a lo no cognitivo, el sabio evi ta prestar su asentimiento a presenta-
desconoc ida, sino que tal vez creyeron que se trataba de un sofisma consistente en suponer ciones que no puede distinguir de las no cognitivas, con la consecuencia de que, al menos en
que si una di stinc ión no es clara (o es "vaga") no puede establecerse tal distinción. La suspen- algún caso, se abstendrá de asentir a una presentación cognitiva (sobre este punto cf. William-
sión del juicio no es admitir un estado de ignorancia, sino un recurso metodológico para guar- son 1994: 19-20). No obstante, a pesar de reconocer que en algunos casos es dific il distinguir
dar una prudente cautela hasta tanto se tengan más elementos de juicio para pronunciarse de una presentación cognitiva de una no cognitiva, los estoicos tuvieron una respuesta a la obje-
manera posi tiva. El conocimiento del sabio, que es una cognición segura, estable e inmodifi - ción escéptica concerniente al ej emplo de los huevos y los gemelos (cf. 7.17): como se argu-
158 Capítu lo 7 El criterio de verdad y las presentaciones cognitivas como criterio de verdad 159

menta en 7.16, no hay dos cosas en el mundo (como un cabello o un grano de arena) que sean En este punto se presenta una dificultad interesante que tiene que ver con el modo en que
exactamente iguales "en todos sus detalles" (omnibus rebus). Dos gemelos se diferencian se puede explicar la aparición de qmVtacrlat que no reflejan adecuadamente su objeto, y esto
aunque más no sea mínimamente y gracias a un adecuado entrenamiento, proporcionado por en el nivel de la pura receptividad sensible. Como vimos, Sexto informa (7.3) que las
un cierto conoc imiento experto (ars; !€XVr¡) que nos permite di stinguir lo verdadero de lo q>anaatat no cognitivas son las que se dan cuando el agente se encuentra en un cierto estado
falso, uno será capaz de distinguir ambos indi viduos, sin importar Jo simi lares que sean (cf. afectivo anonnal. En los estados normales, uno podría suponer, sólo se darían c:panaaíat que
7.15). Como indica Frede ( 1987: 173- 174), dado que la " identidad de los ¡ndiscernibles" es representan adecuadamente el objeto. Pero este tipo de explicación está suj eto a una importan-
parte de la teoría (isica de los estoicos, su confianza en ella no puede interpretarse aquí como te cantidad de problemas: en primer lugar, no explica casos habituales de ilusión a nivel per-
un movimiento ad hoc para salir al paso de la objeción escéptica. ceptivo que no presuponen, al menos no necesariamente, que el sujeto se encuentre en un
Sabemos que la definición canónica de la presentación cognitiva como criterio de verdad estado afectivo anormal (por ejemplo, en un día soleado un espejismo en la carretera o el
fue reformulada, probablemente para responder a las objeciones escépticas. En 7.3 aparece un remo sumergido en el agua que se ve quebrado). En segundo lugar, tampoco explica cómo el
importante agregado a la tesis de que la presentación cogniliva es e l criterio de verdad; la sabio puede tener <pavtacrlat no cognitivas; que las tiene se sigue del hecho de que, como se
modificación, como se ve en el texto, procede de una respuesta estoica a la objeción del es- dice en los textos frecuentemente, lo que distingue al sabio del que no es sabio es que en tanto
cepticismo académico respecto de la posibilidad de que haya una presentación cognitiva y que éste presta su asentimiento a las presentaciones no cog niti vas, aquél no 10 presta. Pero si no
se encuentre otra que sea indistinguible de ella pero falsa. Ta l vez un estoico se sentiría habili- presta su asentimiento es porque se le aparecen ta les epanaOlat no cognitivas y en un examen
tado a replicar cómo sería posible que una presentación sea indist inguible de una presentación crítico de ellas decide no prestar su asentimiento O simplemente ignorarlas (cf. 7.15; Estobeo,
cognitiva y fa lsa, pues si es falsa ya es distinguible de la cognitiva, en la medida en que ésta EcI. 2. 111- 112). Esto podría dar lugar a un círculo vicioso, pues si las <pavta.atat no cogniti-
es siempre verdadera y la no cognitiva falsa. Pero el hecho es que los estoicos parecen haber vas sobrevienen en ciertos estados anormales y si se es sabio o no sabio por no prestar o pre-
aceptado la objeción académica y agregaron que la presentación cognitiva es criterio de ver- star asentimiento a dichas <panaatm, pero el sabio no se encuentra en un estado afectivo
dad "si no tiene ningún impedimento" (~l]8ev E;(oucrav Evcrrl]~a). Ahora bien, la presencia o anormal - ya que es uno8i!¡;, 1ibre de pasiones o estados afec tivos; DL 7.117-, entonces, no
ausencia de impedimento respecto de la confiabilidad de la presentación cogniti va parece resulta simple estab lecer si uno es sabio porque tiene y asiente a un determinado tipo de
depender de las circunstanc ias: puede darse el caso de que una presentación cognitiva se haga cpavWalat o, contrariamente, si tiene y as iente a esas <ponaOlat porque es sabio (sobre este
presente a un sujeto; pero si ese suj eto tiene al menos una razón para desconfiar de ella d icha punto cf. Boeri-Vigo 2002: 50-51).
presentación queda anulada como criterio. Es lo que le sucede a Admeto, quien tu vo una Pasemos ahora a examina r la relación entre opinión, cognición y conocimiento, una dis-
presentación cognitiva cuando Heracles se presenta ante él trayendo a Alcestis. Pero dado que tinción a la que Zenón parece haberle dado una especial relevancia (cf. 7.5; 7.8). Como vimos
Alcestis estaba muerta y es razonable suponer que los muertos no resucitan, entonces, debido en el capítulo 6, el hecho de que el asentimiento pueda entenderse como un acto mental que
a esta circunstancia, la presentación cognitiva se vuelve desconfiable (a7tla'to~). posibi lita la captación o percepción sensorial o que, en ocasiones, se identifica con tal capta-
Los estoicos también hablaban de las presentaciones cognitivas y no cognitivas como es- ción sensorial sin más (cf. texto 6.12) explica el modo en que los estoicos decían que puede
pecies del género "presentaciones verdaderas" (7.3). Ya hemos examinado las cognitivas; decirse que "la mente es ella misma un sentido" (cf. 6.11), y en qué sentido los estoicos pare-
concentrémonos un momento en las no cognit ivas. Según el testimonio de Sexto, son aquellas cen haber argumentado que toda sensación o percepción (ai.'o9I)m¡;) es un asentimiento y una
que sobrevienen en ciertos "estados afectivos anonnales" (nat Ka't(l1[áeo~). La presentación cognición (Aecio, 4.8.12=SVF 2.72). También advertimos en el capítulo 6 que este tipo de
de estos individuos es verdadera pero no cognitiva. ¿Por qué? Porque hay presentaciones, texto, en el que se identifican sin más diferentes facultades cognitivas (como sensación, asen-
como las de Orestes en su estado de locura, que, aunque provienen de algo que es (umÍpxov), timiento y cognición), puede dar lugar a malos entendidos, pues aunque en rigor son diferen-
no representan o no reflejan exactamente lo que es. En el ejemplo citado por Sexto, que pare- tes eventos, en su funcionamiento se presentan como una unidad. El asentimiento, junto con la
ce haber sido un ejemplo favor ito de Crisipo, Orestes ve a Electra pero la confunde con una presentación (<panaata), el conocimiento (E1ttO'tlílll]) y la cognición (Kmw..l)\Vl¡;), es represen-
Er inia, es decir, su presentación proviene de lo que es (Electra) pero, al suponer que Electra es tado en el famoso sími l de la mano (6.6) , donde se ve la anterioridad lógica de la presenta-
una Erinia , la rechaza. Es decir, el juicio que hizo Orestes es fa lso ("hay una Eri nia", "la ción, segu ida por el asentimiento, la cognic ión y el conocimiento. El símil también es úti l para
Eri nia está a punto de atacarme") , y no só lo es falso el juicio sino que además asintió a él estudiar ahora el conocimiento, la opinión (86~a) y la cognición (cf. 7.8, 7.13, 7.14); en él la
como si efectivamente fuera verdadero. Hemos destacado la palabra "suponer" porque la cognición es ilustrada con el pufto y el conocimiento con el puño sujetado con la otra mano , lo
supos ición (tm6/..T]\Vt~) es técnicamente lo mi smo que un asentimiento débil y falso (cf. capítu- cual parece querer sugerir que, aunque la cognic ión presuponga ya una cierta flrmeza, no
lo 6, texto 6.17). Es precisamente en virtud de ese estado cognitivo que Ores tes (y cualquier posee todaVÍa la firmeza y estabilidad que se requiere para que haya conocimiento. La defini -
otra persona que no es sabia en sentido estoico) da asentimiento a lo no cognitivo y, por con- ción canónica de "conocimiento" como "cognición segura e inmodificable por un argumento"
siguiente, considera que es el caso aquello que en realidad es una pura ficción. Las presenta- indica que para que haya conocimiento el sujeto debe encontrarse en un estado anímico o
ciones no cognitivas a las que Ores tes presta asentimiento son producidas por su estado afec- psicológico estable que le pennita no ser persuadido a cambiar ráp idamente de opinión por un
tivo anormal pero, como parece obvio, su juicio también se ve afectado por ese estado anor- argumento. En 7.5 se muestra que la cognición incluye preferentemente - aunque no exclus i-
mal, pues en virtud de él, hace suposiciones débiles, se precipita y da su asentimiento antes de vamente- la cognición perceptiva o sensoria y que se produce una vez que la presentación ha
tener una genuina cognición segura (KatáAr¡'I't~; cf. Estobeo, Ec/. 2.111, 17-112, 8; para el sido aceptada y aprobada, es decir, una vez que se la ha asentido.
estado de precipitación propio del asentimiento de quien asiente a lo no cognitivo cf. Gorler Ahora bien , como vimos en el capítulo 6, el asentimiento puede ser flr me o seguro -en
1977: 86-90). cuyo caso, como se sugiere en 7.5, llega casi a identificarse con la cognición- o " falso", pre-
cipitado o débil, en cuyo caso se identifica con el error (á¡.táptl]¡.ta) y con la opinión (cí. 6.17,
160 Capítu lo 7 El criterio de verdad y las presentaciones cognitivas como criterio de verdad 161

donde el asentimiento débi l o "falso" se asocia a cierto estado de duda del sujeto, Y. de nuevo, estado cognitivo propio del sabio, la cognición puede darse tanto en el sabio como en el no
7.5, donde la opinión es lo mis mo q ue " ignorancia" y se la asocia a lo no cognit ivo y lo fa lso). sabio. Es claro que alguien que no es sabi o en sentido estoico puede prestar su asenti mi ento a
Lo difícil es distinguir con claridad en qué consiste la diferencia entre la cognición y el cono· presentaciones cogniti vas (como "ahora es de día" o " mi mano tiene cinco dedos"), y si "cog-
cimiento como dos estados cogni tivos diferentes. En los dos pasajes más importantes que nic ión" se define como "asent imiento a una presentación cognitiva" (7.8; 7.12), entonces, el
tratan sobre la cog nición se enfatiza el hecho de que la misma se encuentre en medio de opi. que no es sabio puede tener cognición como su estado epistémico. Esto seguramente puede
nión y conocimiento. La cognición comparte co n el conocimiento el hecho de exhi bir un estar sugiriendo que el paso de op inión a conocimiento no es instantáneo, sino que presupone
cierto grado de firme za o de estabilidad (aunque no toda la estabilidad y firmeza necesaria una etapa previa: la de la cognición que, como informa Cicerón, es "principio del conocimien-
para convertirse en conocimiento) ; también comparte con el conocimiento el hecho de que to" . El hecho de que los estoicos aceptaran que los viles tambi én pueden tener " cognición"
una cogni ción es un asen timiento a una presentación cognitiva (7.8) , y asentir a lo cognitivo dio pie a algunas obj eciones de Arcesi lao (cf. 7.8), para quien esa afirmación desemboca en
es condición del conoci miento. Una característica importante de la cognic ión, que explica su un absurdo pues el vil, que es incapaz de tener conoc imi ento, sería capaz de asentir a una
posición intermed ia entre opinión y conocimiento, es que no se la incluye ni entre lo correcto presentación cognitiva, de donde se seguiría que si la cognición se da en el sabio es conoci-
ni entre lo incorrec to (7.5), no obstante lo cual hay que confiar en ella. Muy razonablemente miento, si en el vil, en camb io, es opinión. Si la definici ón de cognición es correcta, argumen-
uno podría preguntarse por qué habría que confiar en algo que no es ni correcto ni incorrecto; ta Arcesilao, la presentación cognitiva no existe. Esto es así (i) porque, en sentido estricto, no
la respuesta de Zenón parece haber sido que hay que confiar en la cogn ición por la confiab ili- se asiente a la presentación sino a la fórmula proposic ional (A6yO~) que es el contenido inten-
dad que se da a los sentidos, ya que la cogni c ión hecha por los sentidos es verdadera y confia- cional de la presentación. (i¡) Porque hasta ahora no se ha encontrado ninguna presentac ión
ble. Pero, ¿cómo puede ser verdadera la cogn ición hecha por los sen tidos si la cognición no se cognitiva que sea de tal tipo que no podría ser falsa. Si (ii) es cierto , no habrá cognición pues
incluye entre lo que es correcto? Que la cognición es verdadera no sig nifi ca que ca pte todo lo ésta se define como un " asentimiento a una presentación cognitiva"; pero si la cogn ición no
que está en el obj eto, sino que " no deja de lado nada de lo que le concierne". Si mis ojos están existe, todo será "no cognitivo" y, si esto es así, el sabio opinará pues asentirá a lo no cogniti-
sanos y dela nte de mí está mi perro, tengo una cog nición percepti va de un perro, es decir, veo vo, que es lo mis mo que opinar. Sin embargo, los estoicos podrían repli car a Arcesilao que
que hay un perro, q ue el perro es negro, que tiene ciertas di mensiones o características (como asentir a una presentación cognitiva es condición necesaria del conocimiento. no suficiente.
su ladrido) que sola men te pertenecen a esos obj etos de l mundo llamados "perros". No se trata Que el ase ntimiento debe ser a la fórmula proposicional tampoc o debe habe r generado pro-
de una mera opinión sin ningún Fundamento: cuando veo un perro y digo que hay un perro blemas a los estoicos, pues ellos pensaron que, en sentido estric to, el asentimiento se presta a
tengo la gara ntía de mi s se ntidos de la verdad de esa creenc ia . Una cognición, entonces, gene- las propos iciones, toda vez que una presentación es una proposición (cf. capitulo 6, texto
ra un tipo de creencia - y, en cierto modo, se identifica con ella en la medida en que una cog- 6.15) .
nición es un asent imi ent o- que ex hi be una cierta seguridad o firmeza. Uno tamb ién puede Conoci miento y opinión pueden entenderse como dos maneras en que las personas pre-
tener esa misma creenc ia pero no por el hecho de haber visto el perro, sino por cualq uier otra stan su asentimiento a las presentaciones; en aquellos casos en los que el asentimiento es
razón independiente de sus sen tidos. Hay, en efecto, una enorme cantidad de creencias que j ustificado y firme, el estado cogniti vo es el de "cognición" . Ahora bien, ese estado de cogni-
uno puede generar independientemente de los sentidos, creencias a las que uno llega a partir ción puede convertir se en verdadero y genuino "conocimiento" si además se satisfacen otras
de ciertas formas débiles de asentimi ento ge neradas por un estado de duda propio de qu ien no condiciones, la más importante de las cuales es que la cognición sea inmodificable por un
tiene certeza sobre el verdadero es tado de cosas , entre otras razones, porque ta les estados de argumento ( 7.13). Eso es, lo que en el símil de la mano Zenón debe haber querido deci r al
cosas no han pasado por el exa men de sus sentidos. Esas creencias, débil es y poco firmes, son representar el conocimi ento como un puño apretado por la otra mano para asegurar la firmeza
"opini ones". o estabilidad de la cognición (c f. capítulo 6, texto 6.6). Otra de las condiciones que debe
Como ind ica mos ant es, la cognición inc luye preferentemente - aunque no exc!usivamen- satisfacerse para que una cognición se convierta en genuino conocimiento es que sea un esta-
te- la cogni ción perceptiva o sensoria. Como se mu es lra en 7.5 y 7.9 , la cognic ión puede do o condición (E~l~) inmodificab le (7.13; 7.14). Esto apunta ya al hecho de que quien tiene
entenderse de dos maneras: (i) co mo la cognic ión del sentid o o (i i) como la cognic ión del " conocimiento" como su estado epi stémi co característi co posee ya una cierta disposición
conocimiento, una di sti nción que en su objeción a la presentación cogn itiva como criterio de habihl3l de carácter, lo que le pennite tener estabilidad en sus creencias (que se encuentran
verdad Arces ilao omite, probablemente de modo consc iente (cf. 7.8). La cognición se genera jus tificadamente fundadas) y generar opiniones finnes (7. 14). Esto último puede generar
por la sensación de objetos que tienen determinadas cua lidades sensibl es (cuando veo a mi c ierta confusión ya que técnicamente para un estoico quien conoce no opina, pero uno puede
perro, es por la sensación del negro de su pelo que genero la cogn ición según la cual que emplear el término " opinión" en el sentido genérico de "juicio", i.e. el tipo de afirmación o
enfrente de mí hay un perro negro). Pero es por la razón que genero la cognición de que lo aserc ión que hace un sabio .
que hay de lante de mí es un perro y no un elefante, porq ue, como informa Cicerón, Zenón Para terminar, querríamos hacer un breve comentar io a un último tema que aparece en los
también sostuvo que la nahlra leza nos confirió la cogni ción como estándar y principio de l textos incluidos en este capítulo: además de la cognición y el conocimiento, los es toicos
conocimiento, ya que es a part ir de la cognición que se imprimen los conceptos de las cosas también hablaban de un cierto tipo de habilidad profesiona l que llamaba n "arte" ("réXVTl) y que
en nuestras mentes (cf. 7.5). Este tipo de cognición no sensori al es tamb ién el que se da en un defi nían como "una estructura compuesta de cogniciones que se ejercitan en vista de un fin"
argumento, cuya conclusión es, por ejemplo, que hay dioses y que son providentes (cc. 7.9). (7.11 ; 7.12 ; 7.14). En las discusiones platónicas una t €XVll era casi lo mismo que t1tlut~J.1'l ;
No lodos los casos de cognición, por lo tanto, son casos de percepción sensoria l (c c. Frede Aristóteles, en cambio, refina ambas nociones al subrayar el hecho de que sus objetos son
1999: 298). diferentes: en tanto la tÉXV'l trata con lo que deviene y, por lo tanto, con lo sujeto a cambio, el
Los dos pasaj es centrales en los que se informa sobre la triple di sti nción "opin ión- objeto de la bttOT~¡.t'l es lo necesario, lo que no puede ser de otra manera (A.Po. 74b5 - 15;
cognición-conocimi ento" (7.5; 7.8) parecen dej ar muy claro que, aunque el conocimiento es el 79a 17-20; 100a8-1 0. EN 1140a 10-23; 1140b-1141a 1). En todo caso, en lo que todo el mundo
162 Capítu lo 7

estuvo generalmente de acuerdo es en admitir que una réxvr¡ implica un cierto tipo de cono-
cimiento experto en un área profes ional. Cleantes dice que una tÉXVr¡ es "un estado que alcan-
Textos Anotados
za todo de manera metódica" (Olimpiodoro, Comen /ario al Gorgias de Platón, 12. 1; cf. LS El criterio de verdad y las presentaciones cognitivas como
42A). Las características de cualqu ier 'tÉXV'l, que la asoci an al conoci miento, son entonces el criterios de verdad. Conocimiento y opinión
hecho de proceder de manera metódica, el exhibir cierta firmeza (en la medida en que son un
conjunto de cogniciones) y, como característica propia, el hecho de que tiencn resultados
prácticos. La diferencia más marcada entre t éXVll y ¿lIIcrlll~T] está dada por el hecho de que en
tanto la primera es una e~lI; y admite grados, la segunda es, en cambio, una () UH)E;Ol~ y no 7.1. DL 7.45-46 (SVF 2.53; LS 40C; FDS 33) , ,
admite grados (cf. Simpli cio, in cal.237, 25 ss; SVF 2.393). Ejemplos de artes son la medicina T~v oE q>avtacríav EtVat nJnrocnv EV 'VUxñ, t~Ü OV6¡.Hltü<; otKE_íroc; 1lE"tEV11V~)lév~u a~o
o la arquería, en los que puede haber personas más O menos expertas en su ejecución (eso oe
trov tÚnrov trov f.V tOO KT\POO úno tOÚ OaKTUA.tOU ylvoJ..lévrov. t"C; q>avtClcrtru; t"V J..lEV KatCt-
expli ca que las artes admitan grados). En 7.15 Cicerón hace la interesa nte observación de que All mt K1Ív, tT¡v oE O:K~táA:rl~ov' KatClA:rlnttK1]v ~, ~v Kptt~plOV EtVUl t&v 1tpaYJ..lát~v
la posesión de un arte permite di stinguir lo verdadero de lo falso, aunque es probable que en q>am, tT¡v YlVO¡.ttvrtVanOúnápxovlO<; K~t' a':t? tO ún?PXov tva~Ecrq>p~yt?~V KUl,
el contexto ars signifique scientia, pues no se trata allí de distinguir lo verdadero de lo falso 5 Évano~E~ay~évw aKatáA~mov O< ~ t~V ~~ ano únapxovro\, ~ "no unapxovro\ ~EV,
en un área profesional (como la medicina), sino de distinguir tipos de presentaciones. En 7.14 ~t11 Km' auto OE to únápxov· nlv J..l~ tpavf1 J..lTlOB €KtU1tOV.
se enfatiza el fin práctico del arte, yen 7.11 y 7.13 se compara el arte con las virtudes, segu- I tv 'II1.lxft FPlQ : €.1.1\¡I1)X~ Bp! 2 t ÓlV F : om. BP I ylvOIlÉVWV BP : Y€VOIl~W~ F 3 aKutáA.TlllntOV B 4
ramente para subrayar el hecho de que, como las virtudes, el arte muestra una cierta fir meza o <pum P : om. BF 511 del. Menagius 6 tr¡v 11" tpuvi¡ Illl0& ~K"tUnov expunglt B
estabilidad.
Como es claro a pal1ir de los pasajes examinados en este capítulo, los estoicos construyen I Para esta defi nición de c.puvtucrla cf. capítulo 6, texto 6.1.
3-5 KUta.A:rprt"IK"v )lÉv, .. . &no on:ápXovto¡; Kat' autO 10 Ú1t(:ípxov evan.tmppaYICf)1ÉVT¡V ~al
su teoría epistemológica con el trasfondo platónico de la antítes is radica l entre "opinión" y evanO)1EllaYIlÉvr¡v· Para esta definición de "presentación cognitiva" CL 6.1. , donde, sm e~bargo, s~ omite
"conocimien to" (cf. Platón, Rep. 5), pero agregando una importante cantidad de sofisticacio- la clausula aYa OUK av yÉVOltO ano)1" imápxovto¡; (6.1 , línea 11): "de modo que no podna provemr de 10
nes, como la introducción de un estado intermedio como la KatáA:rI'VU; y una sofisticada teoría
~oo~ .• 0'0 . ,
del asenti miento que están ausentes del tratamiento platónico. Aunque, como vimos antes, S-6 ~ ano unáp¡:;ovwr; ... 11" "!pavf¡ IlI1Óe. €~nov ~ "clandad y d.tstmclO?, so.n d~~ pecuhandade~
desde la perspectiva estoica "arte" y "conocimiento" no son exactamente lo mismo (aqué lla de la presentación cognitiva que no tiene nmgun otro tipO de presentacló~. La claridad de la presenta
admite grados, éste no), los estoicos se encuentran más cerca de Platón que de Ari stóteles en ción cognitiva se opone a la "oscuridad", y la "d istinción" a la "confuSión" (cf. Sexto, M7.17l), Una
es te tema, pues as ignaron ciertas caracterís ti cas al arte (una cierta firmeza, un conjunto de presentación no cognitiva es la que no procede de 10 que es .o !a ~~e procede de lo que es, pero no e~ac­
tamente de acuerdo con lo que es. Es decir, la claridad y la dlstmclOn debe~ tener que ver con la ex~ctltud
proced imientos metódicos, etc.) que lo acercan al conocimiento y que, ta l vez, muestran con que una presentación representa el objeto al que se refiere. En un pasaje para.lel.o ~ éste (7.5) Cicerón
también que, dado que el arte es un conjunto de cogniciones, la cognición (a pesar de ser un dice que los estoicos suponen que una presentación cognitiva tiene un modo dlstmtlvo de hacer claras
estado inte rmedio entre op inión y conocimiento) como estado epistémico sin duda está más (declarare) las cosas, pues las presenta como lo que son (cf. Acad. 1.41 ).
cerea del conocimiento que de la opinión.
7.2, DL 7.54 (SVF 2.105; LS 40A; Frag, 42 EK) ,
se
Kptt~plOV tft~ u)..r¡Seíru; q>acn "tUn<ÍVEtV tT¡v KataA.11n'tlKT,V <pavramav, tOUtsO"t,' tr¡v
ano únápxovto<;, KaS&' c.p"crt Xpúcmt1to~ €v tU W,t&v ~m~&v Kal~Avtí~a~poc; KUl ,
'AnoU68ropo<;. Ó J..lSv yap Bó"So<; KptTIlpla nAelOVa a1tO~t7tEl, vouv K~l at?S"mv ~at
opEl;tv Ka\tmcrní~~v' Ó oe Xpoomn", olQ<pEp6IlEVo~,npO\, ~ÚtOV Év<<\> ~prot<tJ n Ept, "
5 Aóyou Kpl"t~plá q>r¡mv etval a'íaOr¡ow Ka' 1tpó)..r¡IV"W· Ecr[l o Tl np6)..r¡'Vl~ ev;Ola q>UcrtKll tOOV
KaSó)..ou. aUOI 8É tlV~ tOOV O:PXUlOtSProv LtroIK&V tOV op90v Aóyov Kptt"P10V
Q1rOAeí1toucrtv, 00<; 6 DOOEI8roV10C; EV te? IIEpl KplTIlpíou q>11 crí.
2 €v TfI P' Marcovich post von Arnim : ti¡ 'P' ~PF 3 n4{ova BP: ~oUa 4 al:r"[ov vonfmim, Riflel :
a utov BPF 5 alOel10"IV codd. : a'{cr9I101v yvrocrlV Suda s.v. n qn ;rpoAf¡~erot; 6 lCOV O:PXUlOtÉpCOV
:Etc01KÓlV BP : (rt{.oIKot tó)v apxaíoov F
Según Kidd (1989: 140-141), todo este pasaje es una doxografia que procede de Posidonio.
3-4 Ó Il gy yap BÓl1eor; ... Ka\ btt<mÍ)lT1V Boeto, discípulo .de Crisipo, se ha~ria apa~ado de la or;odoxia
(representada por Zenón, Cleames, Crisipo y, por lo que mforma este P?~aJ:, también r or Antlpatro y
Apolodoro) y habría introducido criterios de verdad, aparentemente tan dISI~lles, como tntele~~o, s~nsa­
ción, deseo y conocim iento . La asimilación que habria .hecho Boeto entre Intelecto y ~e~saclon parece
natural pues, sobre la base del empirismo eSloi,~o, todo mtelecto ,0, en general, tod~ actIVidad mental se
explica como un fenómeno derivado de una o.to9r¡a\(:;. Lo q~e SI g.en~ra algunas dlficultad.es es en qué
sentido la imO"t~).lll puede ser entendida como criterio, pues SI un enten a es. el estándar en v\lt.ud del cu~1
se establece la distinción entre lo que es verdadero y lo que es falso (cf. Stnker 1996: 24), y SI el conocl-
El criterio dc verdad y las presentacioncs cogn itivas como criterio de verdad 165
164 Capítulo 7

miento solamente puede ser verdadero, no se entiende en qué sentido btlcrr~¡.tTl puede entenderse como Ka! Ka1" au1'O tO unápxov ' Evtal yap rrúALv arro urrápxovro~)l€v ElOLv, OUK o.U1'O OE tO
criterio. Un modo posible de entender €1ttCIT~¡..lTl como criterio es asimilándolo a ¿p8oe; )..6yo-; (cf. infra u1!ápxov tvoáJ..Aovrat, roS f:rr\. 1'OÚ )l€)lf]VÓ1'OS 'OpÉmou )JIKP4> npó1'€pOV EOEtKVU)lEV. €tAKE
nota a línea 6 y Kidd 1989: 145, quien sostiene que no hay razones para pensar que la Estoa antigua ¡.tSv ya.p ¡pavwmav a1!O lmápxoV'tO<;, 'tf1~ 'HAÉK1pa<;, OU Ka.' amo 08 1'0 urrápxov' ¡..tto.V yap
considerara al ópOOC; AóyoC; como criterio diferente de la KaHtA:r]1!nKi¡ <pavw<Jía). También puede resultar 1'rov 'EpLVÚroV u1tl~:Aá)lPavEV au1'~v EtVat, Ka80 KCl\. rrpoO'tüúO'av Ko.! 'tT))l€M:IV alJ1'ov
extrm10 en qué sentido Boeto habría argumentado que una OPC~IC; puede ser un criterio; pero Alejandro 15 cmou8á~ouO'av arrro8árat )J.yoov !lÉ8E~' )l1 0-00'0. t&v Ej.lOOV 'Eptvúrov. Ka\. Ó 'HpUKAil~ arro
infonna como estoica (cf. De anima 97, 11-13""SVF 2.839) la tesis de que "donde hay presentación,
también hay asentimientos, y donde hay asentimientos también hay impulsos y deseos",
U1tÚpxovr~ )lEy EKLV€ltO 1'&v 8'lProv, 0-0 Ko.1" o.utO 8€. 1'0 U7tÚPXov' Ka! yap Km' autO tO
4 Ó O€ Xpú<J11t1tOC; 81Ct<pcpó~(tvOc; 1tpOC; Ctirrov Los codd. BPF dan a1:l'tov, en cuyo caso habría que tradu- úrrúpxov OEl yíVE08ul1'11V Ko.WAf]1t1'lK'llV <pavwoíav. ou j.l~V alJ..a Ka\. tvarro)JE)lUY)lSvr¡v
cir "contradiciéndolo" (i.e. a Boeto). LS r, 243 (nota ad locum) defienden la lectura w.'.n:ov y argumentan Kal tvarr€O'<ppuylO')JÉv'lV tUYXáVElv, lva návta 1'€XVtK&~ 1'0. 10u:Ó)law 1'rov <puvrao1'OOV
que Crisipo era demasiado viejo para estar en desacuerdo con Boeto, una observación que ya había sido ava)lÚUT)1'at. roS yap oí yAV¡pÜ<; num 1'01e; ).lÉpEO't w¡..tpúlJ..oucrt 1'OOV tEAOU)lÉVrov, Ka\. Bv
adelantada por Kidd, quien, a su vez, siguiendo a Zellcr (lIl, 47 , n.2), afirma que la lectura mJrov no tiene 20 1'p61!oV alOta 1'rov OmctUAtrov o<ppaylo€s &e\. rrúvtas 6rr' aKptP8~ 1'OUe; xapmcrilpa~ .
sentido con respecto a la datación relativa de Crisipo y Bocto (cC Kidd 1988: 191 -192; 1989: 140). Kidd tvarro)Já1'1'ov1'at 1'4> KllP4>, omro Ka! oí KmMf]\VtV rro loú¡..tEVm tOOV urrOKE1)lÉVWV rrucrtv
ofrece una razón adicional para preferir la lectura uirrov: Posidonio fue el crítico más severo de Crisipo
dentro de la Estoa, y una de sus principales objeciones estaba dirigida contra las contradicciones en las
O¡PElAOUOlV au.t oov 1'01<; lOtw)laotv empállilv. tO OE 'ola OUK av Y€v0l1'O ano ¡..t~ urr-
que, según Posidonio, Crisipo incurría (1989: 140-141). La pregunta ahora sería en qué consiste la auto- ápxovm<;' rrpoO's8EO'av, ErrEI oux óScm€P oí. arro 1'il<; LmUe; &oúva1'Ov ÚrrEtA~qJaOL Kata
contradicción de Crisipo: la respuesta más obvia es que Crisipo primero dicc que el criterio de verdad es rrávw arrapúUaK'tóv Ttva €UPES~O'Ecr8at, o{hro Kal oí. a1tO 1'ile; 'AKaOf])líae;. EKElvOl)lZv
la presentación cognitiva y luego que es la sensación y la preconcepción. Sin embargo, si como sugiere 25 yáp ¡paO'lV en ó Sxoov 1'~V KmaAf]mtKT)v <pavruO'tav 1'E;(VlKroe; 1tpOapálJ"cl rn urroVOlJ 1'rov
Annas (1980: 89), la sensación y la preconcepción no deben considerarse como criterios alternativos a la rrpay)Já1'oov Otu<popq, ErrElrr€p Ka\. dXÉ 1'll'OlOihov ioíro)la ~ 'WlaÚ1'f] <j)avmala napa 1'ae;
presentación cognitiva, sino como una condición necesaria para que se dé una presentación cognitiva la CíJJ..ac; <j)avraa{ae; Ka8ánEp oí K€pámat rrapa mue; Cí.AAou~ oC:P€tS' oí OE arra 1'ile;
aparente contradicción en la que habría incurrido Crisipo se desvanece (sobre este punto véase también 'AKaOf]!líw; 1'ouvavríQv <paen OúvaO'Sm 1'11 KataAf]mt1Cfl <pav1'o.O'íQ. arrapwJ..wcrov
LS 1, 252). En efecto, de acuerdo con 7.9, una al'crallO'\~ es un cierto tipo de cognición (K{lTá).rl'.Vl~) y una
cognición (7.8) no sólo se encuentra estrechamente asociada a la presentación cognitiva (en la medida en €Up€e~aEcrtlat \jIcUoo~. 'N.M yap oí)lEY aPXm61'€POl1'ébv L1'WtKroV Kpt1'~ptÓV <j)CtO'tV EiVUl
que se define como "un asentimiento a una presentación cognitiva"), sino que también parece haber sido 30 1'il~ UAf]8eía<; 1'~V KUWAf]7rtlKT)V taÚ'tT)V <pavtacríav, oi 08 V€WtEp01rrpoO'8'tíe€crav Ka\. '1'0
reconocida C01110 criterio de verdad. )lf]oev SxQvcrav Evmf])la'. EcrO' ,h€ yap Ka1'aAf]rrnJd¡)lZv npocmím€t <pavtama, ammo~ O€.
5-6 ecrn 8' ~ TCpóA'lIj1l~ Mala cp\lO'lK~ TWV Ku06Ao\l Esta frase es en sí misma complicada: "la preconcep- Ota 1'~V E~roOEV m::pícrraO'LV. otov e1'€ 'Ao¡..t~1'í!? ó 'HpwcAf¡e; 1'1)v 'AAtcr¡mtv yi'¡Osv avayuyrov
ción es un conceplo nanlral de las características universales o generales [de algo]"; su fimción en la teoría
del conocimiento parece haber sido la de hacer posible la búsqueda y el descubrimiento de un nuevo conoci-
rrClpÉmf]O'€, 1'Ó1'E Ó 'A..O)lf]1'Oe; EO'naO'E)lEY KataAf]rr1'UalV <pav1'acríavano 1'ile; 'AAKlÍcrnoo<;,
~rrím€l o' m'nu' [ ... ] o 1'E yap 'Ao)lf]to~ EAoyísEtO on tÉ8vf]KEV ~ 'AAtcr¡O'1'U; Ka! en o
miento y, en este sentido, las concepciones y preconcepciones son los prerrequisitos de toda investigación
35 arro8avrov O'UK€'tt avímCtWt, aUa. Oat)lÓVtÚ tlVÚ rrO't€ Em¡pOLtq' [ ... ] tvSévo€ OUX <lrrA&s
(Plutarco, en Olimpiodoro, In Plat. P/¡aed. 125 , 7=SVF 2.104; Cicerón, Acad. 2.21 =LS 39C). Al tener la
concepción general de las características distintivas de un objeto, tenemos una guia para buscar un conocimien- KprrrlPtov ylV8'tat 1'ile; UA'leeía<; ~ KmaAf]mtK1, c:pavtaaía, aA/..' éhav )lf]OEV Ev ( 11).W. EXtl ·
to más preciso de tal objeto. La razón humana es completada a partir de nuestras preconcepciones (cf. capitulo aütT) yap BvapyT¡e; 0-00'0. Ka\. 1!Af]K'TtK'll )lÓVOV OUX\. trov l'plXroV, c:pam, Aa)lpÚVE1'at,
6, texto 6.4). KuwO'rrooO'a ~~lQ~ Ele; <ruyKatáOEmv, Ka\. éillou !lf]OEVO~ OEO~llivr¡ ci~ 1'0 1'OLaÚtf] rrpoa-
6 T1Ve~ ... óp90v ).óyov Kprníplov {broAzínouow Ha habido una importante cantidad de discusión erudita 1tímEtV ~ cl<; 1'0 tY¡v rrpo~ 1'a~ aA.Aa~ úta<popav urropállilv. 010 oY¡ Ka\. nQ<; avOpco1t~, OtaV tl
respecto de quiénes son los estoicos a los que se hace referencia aquí. Lo primero y más razonable sería 40 cmouoásTI )J€1'a aKPlP€íu~ KataAa)lpÚV€crOm, -ri¡v totaú1'T)v <j)avtaaíav ¿~ tamou
pcnsar quc sc refierc a los estoicos de la primcra generación (Zenón, Cleantcs y tal vez Crisipo). Esto es
)lE1'aOtroK€LV <paiVE1'at, otov Err\. 1'rev opatrov, OWV tX)luopav Aa)lPáVU 1'OU ÚrrOK€l!1ÉVou
lo quc sugieren , entre otros , Pohlenz 1959: [ 60-61 Y Rist 1969: 138- 147. Kerferd intenta conectar 6p90~
),,6yo~ con la KflTaAl']TCTlK~ C(luvTUO'ía como un criterio que involucra la validación de la q>ctvTUaía por
cpavtamav. 8vr€ÍVEl yap t~V o\VtV Ka\. aúvsyyu~ EPX€tat 1'OÚ opW)l€vOV roe; 1'ÉA€OV)l~
referencia a las cosas inteligibles en vez de los objetos del mundo externo (cf. Kerfhd 1978). Además del 1tAavucrOat, rrupmpípEt 1'€ 1'OUe; 6c:pOaA)lOU~ Ka! Ka06Aov núvta 1tOlEí, )lÉXPI~ av 1'pcnnlV
tono platónico de esta sugerencia (que a nuestro juicio la hace inviable), los estoicos nunca abandonaron Ka!rrAf]lctlKT)v cmáO'TI tOU KplVO).lÉVOU <prrv1'acrlaV, oo~ BV 1'aúrtl KEt)lSvr¡V O€roprov 1'T¡v tile;
la idea de que el criterio de verdad era la presentación cognitiva. Kidd (1988: 194- 195) conjetura que es 45 KataA~I.V€oo<; rrícr'Ttv. Kal yap o)J..oJ~ 1'ouvav1'íov aOúv(uóv 8CJ'Tt AÉyav, KCtL aváYIGl tOV
probable que, dada la presión dc sus críticos, los estoicos hayan comenzado a incluir otros criterios su- aqnOLá)lEVOV mu a~lOUV Otl c:pavtama Kpn~plóv eern, KaS' hÉpae; ¡pavwO'lae; lmócrtamv
bordinados o relacionados , como Jo indica la referencia a Boeto, pero la KaTUt..Tl1!Tld, ¡pavTUaía debe
1'OU1'O rrácrxovra. p€palOÚV 1'0 ¡pavtacr{uv dvat KpH~PlOV, 1'il~ c:púO'€CO~ olovE\. <pÉyyo~ ~)llV
haber permanecido como el criterio genérico, y Myoc; como el criterio que está conectado con las
¡pavTUaíal que no son crtO'Ol']T1Kaí. 1tPO~ Brríyvoomv 1'~S O:A'lO€lae; -ri¡v alO'Of]tlKT)V OúVa)llv waooúar¡e; Ka\. 1:~V Ot' Ctlrrfle;
ylVO)1Évr]V <pav1'aO'íav. a1'Qrrov o-ov sml wcraú'tT)v OúVa)llV aS€1'clV Ka! 1:0 ó)(J1[Ep <j)roe;
7.3. Sexto Empírico, AM 7.247-260 (SVF 2.65; LS 40E; FDS 273) 50 au1'rov a<patPElcrOat. Bv yap 1'p6rrov Ó XPw)law )lEY arroÁ.dnoov Ka\. 1'a¡;; ~ 1'OÚ1'Ot~
1'OOV 08 0Af]9rov al )lév €lcrt Ka1'W"rpt'tLKal ai SE. OÜ, ou KataAr]1tTlKa! )lev ai 7tpocmírr1'OuO'al otacpopúe;, tT¡v 08 opaatv tXVatp&v 00<; awrrapKtov ~ ama1'ov, Ka\. <j)oova<;)lEY c1Vat tJ:yrov,
Tlcrt Kata rrúOo~' )lVpíOl yap ¡ppEvni~ovn:~ Ka! )JEAayxo)..wvrE~ W.T)8~ p8V €AKOUcrt aKoT¡v (8)l~ unúPXEtV ~tOOV, cr<póopa smlv atOrro~ (Ot' CÓV ya.p tvo~O'allEv xpw)lata Ka\.
¡pavracrlav, ou Ka1'aA'lrrtUalv 08 alA' E~co8€v Kal t:K 1'ÚXf]~ olhco OU¡.l1t€O'ouO'av, o8€v oUOE <púlVÚ~, 8KeíVroV arr6vtoov OUOE: xpilcrtlat ouva1'ot xpro)lamv ~ q>úlvalS), OÜ1'ro Ka! to: o
()ta~E~moúvrat n€pl. aUt~~ noUáKt~, OU08 ouYKmatLeEVtat au1'U. Kal'aAf]rr'TtK11 oÉ errnv ~ npúYlla1'a )lBV O)lOAoyroV, 1'~V O€. cpavtaa(av tf¡~ alae~O'Ero~, Ol' ~e; trov rrpay¡..tátrov civtl-
Sarro úrrúpxovtOs Ka! Ka1" autO 1'0 unúpxov tvarrOjlqmyp€vf] Ka\. tvarrEcrr.ppaytO'¡.tÉvf], 55 Aa)lpáv€tal, olapúUrov 1'€Atw~ ErrtlV E)lPpÓvtf]to<;, Ka\.1'Ole; a'l'ÚXOl~ '{O'ov aú'tov rrotrov.
órroíu OUK &v yévol1'o arro )l~ urrápxovto~. aKpro<; yap 1WJl'OÚj.lEVOl av'TtA'lmU01V €ivat
7 a\)'tot~ Bekker: a1:)fou~ codd. 8 &v Bekkcr: codd . B: del. Kochalsky 12 1l1Kp<$1tpóaEh:v vellllKPOV
t&v ÚrrOK€tjlSvrov 1'~VOE 1'~V <pavramav Kat. rrávra t€;(VtKOO<; to. n€pt. m'nol<; 10tw¡..tuta wajl€- rrpón:pov Kochalsy 13 tii~ om. N / ou Km' Bekker : ou codd. 14 'Eptvúwv N: 'EptVVÚWV LE ~ 16 ou auto
)luY!lÉvr¡v, €KamOV toÚtCOV cpamv EX€tV mJjlPEPf]KÓ<;. rov rrp&nov )ltv tO ano
urrápxovro<; NA 17-18 Ct1!O)le)laYIltvr,v E : f:v Ct1!O~I.lay)ltvr¡v et ¿v CtrteO'eppIJ.ytalltvr¡v L 18 epuvta.ot&v Apelt
yívEcrOal' rroMat. yap trov qJaV'taO'lroV 1!pocmtmouow ano
)l~ urrúPxovTO<; ooO'rr€p Enl1'rov cpav'tUcrtrov codd. 19 Svanollát'tTltat N I (tl yt..u<pa1. Kayser / <JlJVE1ttPWJ.OUO't Bekker dubit. / TI)J[OUflÉvWV
10 )lEjlf]VÓtWV, OlTtVES OUK av dEV Kat aA'l1t1'lKal. OEÚtEpOV OE 1'0 Kol ano
U1tÚPXOV1'O~ dvm
El criterio de verdad y las presentaciones cognilivas como criterio de verdad 167
166 Capítulo 7

Kayser 29 fonasse \Vcuo,; MulSchmann 31 K(lTaAr¡rrt¡Kl) N : Kc(tal1).. r¡KtIK~ LEABR : 61J.1tJ..r¡KtIKi¡ V 35 tü 'tOu alcr9écr8al !.provij t OV 'bmoKpát f]v Kata. tfjc; yvcópf]e;.
tv9évo€ ~ : ¿Y8¿vosv NEL 37 'Pila! N 38-39 JIpoO"Td1tt €IV N : 1IpOltÍTm::lv LE ¡;: 39 ~ toO t~V Hervetus 41 3 Ka! Hülser: val Kühn 5 ó add. van Arnim 7 y(yvovral von Arnim 10 tai}w 8E SOlI von Amim I
).H::raoHln,wv Kayser 43 Kal napatpípcTaI rou<; o<p9aApou<; Bekker dubit I 'te Mutschmann : yc'tp cocld. 44 tOÚtCOV aut&v codd. : autrov om. van Amim 12 &Kclcr'\"U Da9tto van Amim
btArpcrlK~v ¡;;; 4S Kat avúy¡cr¡ Hirtzel Ka,' clVÚYKl1V cocld . aAA' &váYKTl BeJeker dubil 46 <tOlUÚTll>
q¡uvtlloía Kayser 50 xp<ÓlJ.at~ N I O:ltOAl1rOOV N tu1tOUIlÉVOlV Kayser Este pasaje intToduce una importante distinción entre dos sentidos de aia9ávEcr9at o ntOO'101~, a saber,
un sentido amplio como "mera sensación" y otro más estrecho como "percepción", lo cu~ l ya presupone
Este pasaje es la continuación del texto 6.5 (capítulo 6). Además de exponer y explicar las característi- un cierto tipo de actividad mental (para más detalles sobre este punto cf. nuestro comentano).
cas fundam entales de toda presentación cognitiva, también examina la modificación que habría sufrido la
presentación cognitiva como criterio de verdad por parte de "los estoicos más recientes": la presentación 4-5 toí) !1¡.t(01) toí) ¿trolKOí) Estoico no identificado.
cognitiva es criterio de verdad si no tiene ninglÍn obstáculo ° impedimel7to. 7.5. Cicerón, Acad. 1.40-42 (SVF 1.55, 60-61; LS 408; 418)
1-2 0-0 KataAI]1I:tlKCtl ... ¡.tv..arxol..rovtB<; La ¡.t€Aarxol..(a es mencionada por Crisipo como una de las Plurima autem in iHa tertia phi losophiae parte mutavit, in qua primum de sensibus ipsis
causas (junto con la borrachera) por las cuales se puede perder la virtud (cf. DL 7.127=SJlF3.237). Los quaedam dixit nova, quos iunelos esse c.ensuit e quadam q~asi impulsione oblata.
"estados afectivos anormales" ( UOl Kato. 1I:ó,90<;) serían la borrachera, la demencia, la somnolencia, la extrinsecus, quam ille !.pavtaoíav, nos Vlsum appellemus heet, et teramus hoe qUldem
melancolía, cte. Estas líneas sugieren que todo el mundo puede tener presentaciones cognitivas, siempre y
cuando no esté borracho, demente, SOT)ando o en un estado de melancolía. Según los estoicos, los estados verbum eril enim utendum in reliquo sermone saepius. sed ad haee quae visa sunt et
de melancolía, de embotami ento, de letargo o cuando uno se encuentra bajo la acción de un fánnaco dan 5 quasi a;eepta sensibus adsensionem adiungit animorum, quam esse vult in nobis
lugar a la pérdida de la facultad racional en general (c f. Simplicio, in carA02, 22-24=SVF 3.238). Dicho positam et voluntariam. vis is non omnibus adiungebat fidem s~d is solu~ quae .
de otra manera, las presentaciones cognitivas son las pcrcepciones o impresiones que se tiene cuando uno propriam quandam aberent declarationem earum rerum quae vlderentur; Id aulem vIsurn
se encuentra en un estado general de normali dad. Las "condiciones de normalidad" son las cinco que se eum ipsum per se eerneretur, eomprehendibi le feretis haee?' ' nos vero' inquit; ' quonam
describen en 7.6: (i) una condición apropiada del órgano del sentido, (i¡) una condición apropiada de lo enim aJio modo KmaAr¡1t't6v dieeres?' 'sed eum aeeeptum iam el approbatum essel?
que es objeto del sentido, (iii) el lugar, (iv) el modo en que se encuentra el objeto percibido y (v) la bueml
condición de la mente del sujeto. Si una de estas condiciones no se da, tampoco se dará una "captaci ón 10 eomprehensionem appellabat, similem is rebus quae manu prenderentur; ex quo et¡am
perceptiva" (avtv..'lljl l~) apropiada. nomen hoe duxerat eum eo verbo antea nemo tah in re usus esset, plurimisquc idem
7 ¡olw¡.tata Se trata de las peculiaridades propias de las presentaciones cognitivas; que los iOlro¡.tara no novis verbis (nova ~nim dieebat) usus esto Quod autem erat sensu eomprensum id ipsum
deben referirse a los ¡Olo)~ 11:0U1 lo indica la mención que se hace más adelante (líneas 26-27) de iOlro¡.tCt sensum appellabat, et si ita erat eomprensum ut eonvelli ratione non posset scientiam,
como una característica de una especie dentro de un género (cf. LS 2, nota a 40E; para un enfoque en sin aliler inseientiam nominabat; ex qua existebat etiam opio io, quae esset imbecil.la et
cierto modo di ferente er. Frede 1987b: 16 1-162). La peculiaridad que distingue a una presentación cogni- 15 cum falso ineognitoque eom munis. sed ioter seientiam et inseientiam eomprehenslOne~
tiva de airo tipo de presen tación cs, probablemente, una característ ica causal que puede producir en el
illam quam dixi eolloeabat, earnque neque in reetis neque in pravis numerabat, sed soJ¡
sujeto una reacción mental que distingue las diferencias entre las cosas. Que hay que distinguir tipos de
tpavraaía resu lta bastante evidente para los estoicos, pues creen (O que entre el sujeto que conoce y el eredendum esse dicebat. E quo sensibus ctiarn fi dem tribuebat, quod ut supra dixi
mundo que puede ser objeto de conoc imiento hay una q>avracr(a (que es un evento fisico, igual que los comprehensio facta sensibus et vera es se illi et fidelis videbatur, non quod omnia quae
actos mentales) y (ii) que las percepciones y las presentacioncs no siempre indican el verdadero estado de essent in re eomprehenderet, sed qu ia nihil quod eadere in ea~ posset relinqueret, .
cosas. 20 quodque natura quasi nonnam seientiae et prioeipium suÍ derusset u~de postea Dotlones
12 oo~ ... ¡.tIKp(911:p6tEpDV tSEÍKVU¡.tEV Cf. Sexto M7.244. rerum in animis imprimerentur; e quibus non principi a solum se?
latlores. quaeda~ ad
15 ~f oúcra 'EplVúwv Cf. Eurípides, Ores fes 264.
Oo,
rationem inveniendam viae reperiuntur. errorem autem el tementatem el Ignorantlam et
27-28 oi se a11:0 n1~ 'AKaSI1¡.!Ía~ Carnéades y Arcesilao. opi nationem et suspicionem et uno nomine omnia quae esscnt ~Jiel~a frrmae et .
se
29-30 01 ~u~v apxmÓtEpOi tCOV !tOOlKroV ... oi vE<Í:m:pol Los "estoicos más antiguos" deben ser la pri-
constan lis adsensionis a virtute sapientiaque removebat. Atque In hls fere eornmutatlO
mera generación de estoicos (Zenón, Cleantes y Crisipo); entre los "más recientes" probablemente hay
que comar a Antípatro, si es que, como indica Sex to (AM 7. 402-403), son estos estoicos recientes los que 25 eonstitit omnis dissensioque Zenorus a superioribus.
respondieron las objeciones del académico Caméades (cf. LS 2, 250). 14 exislebat Plasberg: existeret pco, Long-Sedley: existerat 11: 16 soli] solum ei Christ 22 reperiuntur
codd. : flperiuntur Manutius : aperirentur Davies
7.4. Ga leno, In Hippocratis lihrum de officina medici commentarii /11, 18b.654, 7-658, 8
(S VF 2.75; F DS 291 ) 1 in illa tertia philosophiae La lógica o dialéctica.
KaL ).111v KaltOlaÚtf]V E~~Yf]a'lV ErPC(lVáv tlV&;. ou 1'0 auto OTJ¡.W.1VeoOal cpaolv EK tOÜ 3 quam ille epav'Wo(av, nos visum appellemus Como se ve con claridad en est~ pasaje, vis /un es la t~a­
!.pávat Kal Uie'lv KaL Olyelv KaL oxoGcraí ÉU'tl, 1'(9 Kal tf¡ O'VE1 Kaltfj áKOfj Kaltfj á!.pll ÉU'tlV ducción que hace Cicerón de qlCtvmo(a (lo mismo puede ve.rse en el tex~o 6, capitulo 6). En otros .pasaJes
del mismo Cicerón, sin embargo, el problema es un poco mas controvert ido, pues parece usar Sp~~,es para
a icrOávwOal. ¡&'lv ¡.uN yáp Ecrtl Kal OtYelV KaL aKoúElv Il~ KataA11JITlKroe;. aicreáveoOal ft)aV!aoía y ViSlI1II para <pCtv!Q(jf6v. Para visum en el sentido de <paV!a(J't'óv cf. 6.2 ; véase tamblen 14.28
SE oÚKén ~I~ KamA'l1r1'IKIDc;. san SE ~ totaÚ1'111'1;C; aicr9lÍOE(o~ ~~Y11oU; toU Ll~lfou tOU (Cicerón, Fat. 43), y Salles 2005 a: 44, n.35 .
5 LtWtKOO, 6tO Kal <o> mi) Kotvmu ~aef]1'11C; '1!.pIKwvo:;, aun,v 1Ipocr~Ka1'O t11V LtroYIC11v 5 adsensionem Ésta es la traducción ciceroniana de cruyKatáe€O'l~.
o
&01w~6pevoe; (fJtAoao<píav, 0.).).' A.éYOOOlV ecrn tOloihov. 1'0 pEv en;pov Jlépoe; tije; P~OEroC; 10 comprehensionem Ésta es la traducción de Cicerón de KaLáA:r¡IjII~. .
nEpt 'tOu
yévouC; Jl6vou StMOKel tillv 1tpaypátwv, E~ cbv ai. <JT]j..lEIWaelC; -~pillv yívovral. to 12-13 Quod autem erat .. . ratlone non posset scie ntiam Esta im~o~ante distinci.ón. entre dos sentldos
Se OeúrEpOv 1tEptWÚ Kat' auto Ol'lKpIProIlSvOU tE Kat1t:l<IToG, roe; el Kal OÜtroc; tytypaJITO, de comprehensio (i.e. cognición de la percepción o sentido, y cogmclón del con~lmlento) se encu~ntra
npOcn;Ke 1tO\elcr€lat 1'00; 5layvwcrEIC; ano
1'rev ó~oíOJV tE Kal ávopoíwv 'tOle; Kata cpúcnv tv ausente en otros pasajes. La falta de esa distinción dicha de manera expresa faCilitó los malentendIdos,
10 té9 toU Ká~lvovroc; mópun <pa tvo~rov. taGta SE Kalta a icrO'lta. Kat wúrwv autrov OUX como el que Arcesilao atribuye a los estoicos en el texto 7.8.
oaa napelOEV ~ 1tUp~KOUOEV ~ oAroc; 1tapúcrOcro KatÓ t lVa t OOV O.tcrO~oewv, OJJ..' KaAi.Oc; a
Kat KO't'UAlprtIKillC; tillV aioO~oeroV ÜcrSf:tO S.KÓOt 1.l Kat t TI yvWj..lTI. U'UYJCExpijo8o.t yeip !.pr¡CH
168 Capitulo 7 El criterio de verdad y las presentaciones cognitivas como critcrio dc verdad 169

7.6. Scxto Empírico, AM7.424 (Sf'F 2.68; LS 40L; FDS 285) 1 'AA"~ -re, d'm:p Bekker : ñU' Eneínep codd. 7 E1t1 ed. Genev. : E1te\. codd. I C"ropeÍ"tou codd.
"¡va yE )l~v aicrOlltlJd¡ yÉv1ltat q:¡avracría Ka!' auTOÚ~, oTov opanKll. OEl1tÉvtE O'UV- oropeíou A 10 n/..€íoo codd. : n"EÍrov Bekker 13 npo1tÉow¡lt.-v Bekker : npoonÉoro¡.H::V codd. 14 Ko.V
Bekker : Kal codd. 15 óoKfi Bekker : ÓOKel codd. 16 <fuxclnj> KawÁTjmucr¡ Heilltz 17 étÉpw;
Bpa~u~lv, t Ó TE ai(J9'1t~ptoV Kat la aiaSrrrov Kat rov rónov Ka, 10 1tror; Kal T~V olá:vOlav,
<oiícr'lt;> Mutschmann dubit in app. crit. 23 €v add . Kochalsky 25 EcrxclTl1t; MUlSchmann dubit in
ro~ (aV lrov WJ..rov napóvnov ev ~IÓVOV arrft, Ka9ón:Ep OU1VOlO napa. <PÚOlV qoucra, OU app. crit. I tiit; add. Bekker : ~ Kochalsky 29 <nclot1> O:KOLw..~1t"tCP add. Heints, Hülser om.
O'ú)e~cr€1:CU, <pacrlv, ~ avrL":rp.jltr;. ev9EV Kat tT¡v KataAl11tTUCllV cpavracríav EAcyÓV TlV&; Mutschmann 31 <~oe> ótÉ<pepe add. Bury, Hülser : ótÉ<pepe codd., Mutschmann : ótÉ<pepe aí.ín¡ ~
5 ~tll KOtvror; dvclI Kpn~ptoV, aM' otav )lT]8ev f:XIJ Ka'tCt tOY rp6rrov EvcrTl1~Ul. Frabricious I post €KeXÓlPtcrTO Bek.ker add. <~ ta 1tEVt~KOVta €V o,,\ya ccrtÍv> : post KUtaATj1ttt!dit;
Kochalsky add. <~ ta 1t6Vn1KOvta €v o"íya €m(v O:Katcl"lllltOt;>
2 rpó)<; Heintz, Mutschmann, l-I ülser : ][&1; codd. 4 0"0)9~aeral Mutschmann O1)Va~(Jeral N 5 etval om.
~ I r6n:ov Mutschmann : tp61tOV codd. 7 En, yap tOU oropÍtou El sorites (o "argumento del montóll" o "del calvo") es un argumento uti lizado
con frecuencia por los escépticos en contra de los estoicos; su objetivo es enfatizar la vaguedad de las
2 Tl'W¡;; Heintz hace la atractiva sugerencia de leer t¡lw(j, ya que en el ejemplo se trata de una presentación expresiones comunes y de allí obtener conclusiones que, en este caso, intentan mostrar qlle la presenta-
sensible visual (ópanlClí). Pero ése no puede ser el caso, pues las cinco condiciones enumeradas deben
ción cognitiva no puede ser criterio de verdad, ya que hay presentaciones que son casi indistinguibles de
valer para cualquier tipo de presentación sensori al, i.e. visual, táctil, gustativa, olfativa y audi tiva. Como la presentación cognitiva. En Acod. 2.49 Cicerón atribuye el siguiente sori les a Arcesilao y Caméades:
es obvio. en algunas presentaciones perceptivas la luz no desempeña ningún papel especial, pero el modo "ell primer lugar, bay que censurar el hecho de que utilizan el género más sofistico de la interrogación
(1((:09 en que se encuentra el objeto percibido es decisivo. (captiosissimo genere interrogationis) - género que en modo alguno suele aprobarse en filosofia- cuando
7.7. Scxto Empírico, AM 7.415-421 (LS 37F; FDS 1242) se agrega o quita algo de a poco y en fonna graduaL A esto lo llaman 'sorites', porque cuando se agrega
un grano se obtiene un montón" (cf. también Cicerón, Acad. 2.92-93, dOllde se califica a los sorites de
'AUOO¡;; re, ei.'1tep 1tPOoT1p¡.t~Erat ru KataArl1rttlCU q>avraaíg ~ aKarclA:rl1rrO~ q>avraaía, "viciosos"). El argumento puede refonnularse del siguiente modo: "si dos es poco, entonces tres es poco,
OUK av El'r¡ Kpmíplov áAr¡Oeta<; ~ KaTaA1VITIKT1q>avraaía. w(J1tep ya.p TO 1tpoa- y cuatro es poco, y así hasta diez. Por lo tanto, si dos es poco, entonces, diez es poco" (pam otro ejemplo
apflOttÓ¡JEVOV mpE~M9 OUK av ei.'r¡ KprrlÍ Ptov eueÉo~, oürro~ el npoaap¡.tóttcrat 'I'eu8Éat de sorites atribuido a Caméadcs y Clitómaco c( Sexto Empírico AM9- 18 1-183). Sobre el alcance y el
Kal &KataA~1ttOl~ q>avracríUl~ ~ Ka"[(lAlptTlKl~ !pavracría, OUK av e'ír¡ Kplt~plOV. 1tpOO- efecto del argumellto en contra de la presentación cognitiva cf. nuestro comentario.
5 apfl6ttstCtl oÉ ys aKaTaA~mOl¡;; Ka! 'I'ruOéalnpcly¡.tamv ~ KaraAllmlKl1 <pavwaía, Ka8w~ 9-10 C"t~C"ErOl Ó oOCPOt; Kal ncruXclOet Ante la imposibilidad de distinguir dos presentaciones que tienen
1tapacrrlÍaoflEV' ou roívov Kplt~ptÓV Scrrl rwv re OAr¡O&v Ka! roov 'I'euOó)v ~ KaraAl11ttlKf) diferencias tan pequeñas que son casi indistinguibles el sabio se detiene y suspende el juicio. Esta estrate-
<pavraoía. btl ya.p roü ooopÍtou rll~ ¿crxárr¡~ KaraAr¡mtKii~ <pavruaía; rü 1tproTl] gia, como informa Sexto, parece haber sido propia de Crisipo o de sus discípulos (cf. Sexto, PH 2.253 Y
Cicerón, Acad. 2-93: "me detengo y no respondo por más tiempo a quien me interroga de manera sofisti-
aKuruAlímC9 napaKel~l€vll; Kat 8ucr810pícrrou crxe80v U1tílp;(OÚOTJ;, q>acrlv al nepl TOV ca").
Xpúatlt7rov, on el.p' <bV Il€v <pav-raatwv OA.íY11 tl; oüroo; ear\ olmpopá, anícretCtl o aoq>o~ Ka!
1O oe
~OUXclaet, e<p' rev nAeíoov rrpocrrrímel, enI roúrrov ouYKa-ra81ícrcrat rft É:rÉpq roe; cu..T]Oei. 7.8. Sexto Empírico, AM 7.15 1-1 57 (Sf'F 1.67-69; 2.90; LS 41 C; FDS 370)
eav o~v rrapam~arol1EV ~¡.teie; noUa 'I'euS~ Kalo.KaTMllma -rft KaWAr¡1rtllcft q>avraaíg rpío yo.p elvaí qla(jw eKeiVOl Ta ~uyoüvra O)J.lÍAotl;, emoTIÍJ.l.T]v Kal8ó~ov Ka! n,v f:v
napaKet¡.tEVa, S~AOV roe; ¿oó~leea Katecn<euaKóu;; ro ¡.t~ oeiv avyKataTíescrOOl rü ~te8opíCfl roÚtwv rcray¡.t€vr,v Karó>.:Tl'IIlV, cbv e1tlcrt~~LT]V ¡.t€v stVQl 1:~V ciaq>aA.~ Ka1. pepaíav
KataAllltntcñ <pavraalq., lVu 1111 wúr1.l <ruvaIV€OUVre~ nponÉoOO)lEV 0[(1 r~v yeltvíamv Kat Ka! ullelóOElov urro Myou KarÓA.r¡'I'tv, S6~av 86 n,v aa8evfl Kal 'Vcu8~ cruyKará8eO"lv,
eie; TI]v roov aKat<lA.lÍmrov Ka! \jICUorov auyKará8eO"lv, Ko.V Otl ¡.tMtota rro)J..~ rrspl rOO; oe
KatáAr¡\jItV T~V ¡.teta~u roúroov, ~tI~ sarl KCttaA.T]1rt\KilC; <pavrClcría~ ouyKará8ea\e;'
15 <pavraoím; n:pocmím€1V 80KIj 8tcl!.popá. TO B¿ AeyÓ~ov aaql~ Emm tbtl napa8síy¡.toro~. 5 KaraA.ll1ttlKT1 o¿ I.pavraoía Kata. Toúroue; eTlÍrXavev ~ ciAr¡S~~ Ka! totaÚrll ola OUK av
unOlceíoOro yap KataA.11n:t1Ki] ~lEv q>avraaío ~ 'ra )"[EVt~KOvrO oAíya ¿crrív', ~tt~ Ka! Kanl yévotTO 'I'CUÓ~;. cbv r~v <~> E1Tl(Jt~¡..tT]V f:v ¡.t6voll; &píotuaf)Ql AtyOUO"l rOl; croqloit;, r~v
nOAU !patvcrOl K€XCOP\cr)1€vr¡ rfle; 'Ta. IlÚPlO: cA.íya €OtlV' ÉtÉpoe;. OUKOUV Ene! nAeimov 86 oó~av tv J.l6vot¡; Toi¡; q>aúAoIC;, nlv oe: Kor<ÍA.ll\I-IlV KOlvT¡V aJ.l.!porsprov etVat, Ka! ruú-
an:éxe1 tfle; 'ta )"[evt~Kovru óAíya Eatí' KaTcxA.ll1ttllCl;e; ~ 'ta. ¡.tÚplCl oAíya Eorlv' l 11V Kpl"níplOV uA.r¡8eíae; Ka8ecrt6.vU\. TClUta 8~ ).zyÓvtrov rcOv U1tO rr,e; Irone; ó
aKUTáAll)"[Toe;, OUK Eql~e1 Ó crnouoaioe; ~eyáA11e; 1IpOO1n1rtOÚOTl~ olaqlOpne;, WJ..a 'ApK€críAaoe; o.vtlKa8tcrraro, OEtKVUt; en oóo€v Eott l-JeTClSU Éltlcrr~~ll¡;; Kal86~11e;
20 cruyKaraf}~crer01 ~lEv TÜ 'ra rrevt~KOV1a OAíyo: Emí' KaraAT]1rttKij <pCtvtamq., OU 10 Kpmíplov ~ KarMll'Vt;. aürr¡ yap fív qlam KaráAllo/lv K01. KaraAT]1t. t\Kil; <pavtoaía~
avyKUtaO~cretal 8€ TÜ 'Ta PÚplU OAtya Eorív' o.KaraA.~1ttep. ill' ei rü 'ro' ¡.tÚpw auyKalá8EO"lV, ~rOl f:v ooq>0 ~ f.v I.pOúÁcp yÍvcrat. 6)).' eáv TS f:v acxp0 yÉvr¡tCH, bn<mÍflT]
OAíyo: EOtív' 06 oUyKaTaO~crerat Ó croc.pÓ¡;, rrup6crov rro/...Mfl KeXWplO'TO:t rfj~ 'Ta Écrrív, Mv re f.v qlaúA.cfl, M~a, Ka! 0U88V üJJ..o nopa. rauTCl l' ¡.tóvov ovolla ¡.t€'tEÍA.T]1rtm.
1tevrlíKovra oA.tya Ecrtív', <pavepOv 8~1roueev en avyKata8~crerat rfl 'ra. rrevtlÍKovra <€v> Eiírsp TS ~ KClrá"AT]'I'I¡; KaTClA.ll1ttuC~~ q>avTClcnae; auyKaTáSEoíc; eattv, uvúrraplCt6c; Écrtt,
OA.lya Émív" OUOEV yáp Eml ¡.te"[Q~u raÚTI)S Ka! rfj¡; 'Ta 1tevTIÍKOvta oAíya Emív·. ~v M re npwrov ¡.tev 3r\ li auyKará8EO"lC; ou 1tpOc; qlavraa{av yívcrat au.o. 1tpO¡; f..JJyov (rrov ya.p
25 ~ 'ra. nevr~KoVTa EV oAíya Éatí', KaraAll1tttK"ile; EcrxáT~ ú1roKetpÉvll~ <n;;> 'ra rrevr- 15 o~lroJ.l.áTOOV Eicr1.v ai auYKar08los1;), S€Útepov en oú8e¡.tía tOlaún¡ o.All8f¡~ tpavraalo
~Kovra oAíya Ecrrt' npÓnT¡ oxuráAlprrOe;. auyKarae~aE"tQt apa ó crnouoaicx; aXUraA~1tTC9 EÚptcrKetUI ola OUK av yÉvOltO \jIeu8~e;, cb~ Ola 1to).).rov Ka1.nOtK1Arov rrapíataTClL. ¡.t~ OÜ011¡;;
I.puvracríq. r11 'ra rrEVníKOVta €v OA.íyu ecrttv" Ka! ei raúrl] O"UyKuraSlÍaetal, 1lT]8qlÍav oe KaraA.llmtKiic; c.pavraoíru; OÚOE KatáAll'Vte; yev~oErul ' ~v yap a15rT] KaraAr¡1ttuct)
exoúcru Oto<popav rrpo~ TI]v ' ra 1tevrlíKovra oAíya Éatí', OUYKCtraO~O€rat KU. rft 'ra ¡..túpla oe
<puvtaoíq O"U"'fKató8ecrte;. ¡.t~ oüor¡e; KaTaA~lj.IeOOe; nóvr' Eotal o.KarÚA111rta. 1tóvroov Se
cAíya Éorlv' aKaTaAlÍnHp. nuoa yap oKatáAT]1t"ta<; I.pO.vroaía aXaraAlÍm~ qlovram't EOi!V ovrrov o.KaraAlÍmrov o.KOAoUlhím:l Ka! Karo. lOU¡; LrO)tKOUe; enÉXEtv TOV OOqlÓv. crKOlI&~
30 lor¡. Ene\ ouv ~ fleV 'la ¡.tÚpla oAíya Emív' OKutáAT]mOe; l'or¡ eOT! TÜ 'Ta nevrf¡Kovro EV 20 8E ourooot. nóvroov ovrrov UKCttOA~1rtroV Ola ti¡v Ccvurrop.;1av rou LtffitKOÜ KpltllPíou, ei
oA.íya 6orív' , ou8ev!úE olé!p€pe Kal E:KeXCÓptoTO rr,~ 'Ta 1tevt~KOVta oAíya tort' KaTa- cruyKaTCle~crSTQl o oo!p6~, oo~óael Ó ooq>ÓC;' I-lT]OEVO¡; yap OVtOe; KClraAT]mOÜ el ooy-
A.ll1ttlKll¡;, 1011 yev1í cretat ru 'ta ¡.túpta oAlya Emív' o.KaTaAlÍmQ;l <pavraaíq. ~ 'ra KurCttíSeraí nVl, téfl o.KaraAT]1ttep <ruyKOTu8~aErQl, ~ 06 tcfl O:KaraA~nrC9 cruyKatá8ecr~
1tsvrlíKovra oA1ya Écrrí' KatCtAT]1ttllcT¡. Kat oihro ouVsl;ÉpXcrOl rñ 'I'&OOei Kal uKaraA~1ttC9 86l;o 6mív. &me ei rrov cruyKotatt8E)1ÉvroV ecrt!v ó croq>ÓC;, rrov 8~amlK&v EcrtQl Ó oCMp6;.
q>avtaaú~ O\(]. TI]v arrapaUCl~(av ~ K01aA.l1n1UCTí. OUX1 óÉ ys rrov 80SUOtlKOW Ecrrtv Ó ooc.p&; (touro yap aq>pOOÚV11e; ~v KOT' auroúe;, Kul trov
25 se
u¡.taptll¡.tcl'toov al'tlov)' OUK apa lWV avyKuTonOe¡.tévrov f:crtlv Ó aoq>ó¡;. el roütO, rrep!
170 Capítulo 7 El criterio de verdad y las prt:sentaciones cognitivas como criterio de verdad 17 1

návrrov a\>Tov oE~crel aauyKaraOEtdv. lO OE aauyKClraOEtBtV OVOS\! ltt ep6v eO"tw ~ tO 10 Cítorrov· eIta, 1COM&V a¡.la cpavtam&v úq>tCftal1évrov év ~¡.tlv, 1ta¡.trr)~llf)eí:e; Kal tOUe;
E1ttXEIV' E~~Et opa 7tI:;pt1távrOJV Ó oO<pór;. 0X'l11aTlo110UC; El;elv t~V 'I.fUX~V, 8 tOU 1tpotépou XElpóv Écrnv. autOc; ouv t~V W1tffi-
6 IJ€V add. V I O KataArFrrn(~ ¡pClvramw; N : Kutalrl1tnKT¡v <pavtamav LE¡; : KutaAfllttlKÜ <pavrucríq.
mv eip~Oeat U1tO tOÜ Z~vOJvo<; Ú1tevÓEt avrt Tij~ hEpolCDoewc;, rom' Elvat 1"OtOÜ10V t av
11 OUYKClrá9Ecnv Bekker : ouyKatáa&(H~ codd. 15 ScÚtcpov <SE> Kochalsky 16 1IUpíCJTClVHII N 17
A6yov 'cpuvwo1a É<Tt"tV É'tEpoíromc; 'VUxijC;'.I1-11Ké"t1 atémou OYTOe; <rou> tO autO O&l1a ,
aÜT'l Mutschmann : av N: om. LE<;: KutcV..T]1rtIKfj q>avtClaíq. J.A. Fabricio: KutaATl1ttucr) cpo.vracría ócp' Ev [Kura rav amov x.p6vov] 1COOOV 7tEpl ~¡.t&; cruvt<Tt"a¡.tÉvrov cpavramrov, 1CU¡.l1tAIl8eie;
codd. 19 <bEIV> tnS1.PV Kochalsky 23 0úSUcnIK(óV Jaeger utrobique: S~(lO'twv codd. 15 avaoÉXEoOm étEpolooaelS· éóO"7tEp yap ó a~p, Otav Q)..la 1tollol cprovromv, a)..luS~tOuC; Ú1tO
€v KatOtUlpEpoúoac; ó.vaoex6¡.tevoc; 1tA1lYae; ¡¡:uoue; 1t01JJtC; '(OXEt Kat tae; ÉUpotOOOEIe;. OÜtro
2 bttOTJÍIl'1V Ka186;av KOTÓÁ'11JIIV Cf. el símil de la mano en el capírulo 6, texto 6.6.
o ••

3 8~av OE T~V aa9EYÍ') Kal 'VEUOf¡ mryKCltá9EalV Cf. 7.4. Sobre el efecto del asentimiento débil en la
Kal TO TrrE¡.lOVtKOV 1toucu..roc; q>aYTamoú)..levov avá/..oy6v ti toútep 1tEÍoerat. WJ..ot oú8e oe
explicación de la acción cf. Boeri 2004b: 129-1 30. tOV Kata OlÓpSOOOW €KeÍVOU t¿;eveXeÉvta opov 6p8&e; eXElv cpaoív. Ei ¡.ti:v yap E<Tt"l nC;
4:8 ~atá).ll'VIV oE t~V ~.E1"O:;U KP.t'0PIOV oÁI]edru; El tém1ino KCltÓÁrp'¡1I<; es ambiguo (en efecto, pue-
o ••
<pavtao1a, aüt11 wrrromc; Kal. étEpoíooCJU; Tije; 'lfUX~S KaOÉcrTJ1Kcv· ti SÉ 1"U; €mt rÚ1Irome;-rile;
?e ~Igfilficar la aprehenslOn o captaclOn de una percepción o la aprehensión del conocimiento, como lo 20 IjIUX~e;, EKelVT1 01> náVTroe; €ml cpavtao1a. Ka!. yap 1tpomrraíol1atoe; yevo¡.tÉvou 1CEpt taV
1I1dlcan 7.5 y 7.9) Yes susceptible de ser malinterpretado. Eso es lo que, conscientemente en el contexto &hCTUAOV ~ KVT]CJ¡.tou nEpt tT]V xelpa cru¡.tj)ávtoe; W1toocne; ~ Kat Én:poírome; -rfje; l.IfUXíie;
d.e su argumento dialéctico contra los estoicos, hace el escéptico Arcesilao en este pasaje. Para una discu- á1torúd-rm, OUXI. SE Ka!. Cl'Clvracría, €nEÍ1tep ov8e 1tept t0 ruxóvtl ¡.t€pEl rile; I./fUxíie;
sión del problema, cf. las todavía útiles observaciones de Rist (1969: 139-140). y(vecr9at raúrllv cru¡.tj)éj)IlKEV, aAAa rrEpl tu otavoíQ: ¡..tóvov Kal té) ~yEI1-0VtK0· npoc; oüe;
1~ ~ (JlJ)'KaTÚO€O"Ie; ... rtpO; M)'ov Es ta objeción probablemente no fue demasiado significativa para los
anavrrovT6I; 01 a7to tile; LtOoe; cruve¡.tcpa(vEcrOaí cpaOl Tfi TU1tálOEt Tf1c; I./fUxíie; tO roe; av tv
es tol ~oS, pues ellos p~nsa~an q~e el asentimiento, en .sentido estricto, se presta a las proposiciones que
const.ltuy~n el eontemdo !IltenclOna! de las presentacIOnes (cf. capítulo 6, texto 6.15). Hay un sentido
25 IjIUXD, úS<Tt"E dVUl 1"0 1IAilpee; tOtoUtOV 'cpavtao(a €<Tt"tW1troou; év 'VUXD roe; av €v IjIUxti'
a?lplto, Sin embargo, en el que los estoicos parecen haber admitido que se da asentimiento a las presenta- KaSa yap ~ E<jl~AÓTl], Aty'WI AeuKÓT11, 6v b<jlOal.~0 crovE~<jlalVÓvtWV ~~óiv ,0 dJ, 6v
cIOnes. 6cpOaA¡.té), rouréan tO KaTa 7tOtov ¡.tépoe; 1"OÚ lxpeaA110Ú, t~V A.euKÓtT]ta dvat, lva ¡.l~
16-17 ~l ~ oücr'le; óB Kata).lpttlK~C; <pavmcríflC; oúSe KflTá}..'l'V'e; YEVfÍO"€"tnl Como es obvio, ninguna de 7táVTEc; clvOprorrOl ÉCPllAót,.,ta ExCOIl6V roe; av rrávts<; EK cpúaEooc; EXovrEc; A.euKÓtT]ra év
estas premisas es verdadera para los estoicos. 6cpOaAll<P, oürooc; orav ASyro¡.tev rr,v cpavraCJÍav -rurrooolv év 'VUxD, cruve¡.H.paÍVOl1ev Ka!. tO
27 ÉI.p&;EI apo. rtEpl1túV1"wV Ó crOI.p~ Aunque el sabio estoico también recomienda suspender el juicio en 30 nEp1.1totaV I1Épae; yíVEcrGat rile; IjIUxijc; t~V tÚ1troO"1V, tOutS<Tt"t tO ~YEI1DV1K6v, mOle
aquellos casos en los que, aun habiendo hecho un examen crítico del estado de cosas no le es posible S~CX1tAoÚ¡.tCVOV yíVEoOat tOV opov TOtOUtOV 'q>oYTao1a EOltV €rEpolroOtC; €v ~YE¡.tOVlK<p'.
decid~r, su suspensión del juicio - a diferencia de la cscéptica- cs momentánea o hasta tanto sea capaz de
exam.lI1ar lo que se le hace presente (cf. Epicteto, Diss. 1.4.12; 3.3.24). En este pasaje (como en el texto 2 dvCtI aA.'l9dae; N 5 l"E om. LE 6 U¡v add. Zeller 7 5ETÍoEI nl~ 5\avoíw; Kochalsky : riie; 5Iavo(ac;
antenor) es bastante clara la intención de Sexto de asimilar la suspensión de l juicio estoica a la escéptica, 5ETÍoEl codd. 9 aÚ"té9 N: amo LE: 0.\)""[& VR: CtUTOí) AB 12-13 l"OV T010í)TQV AÓyOV ~ 13 TOí) add. Bekker
pero no hay tal cosa. En el caso de l estoico se trata meramente de un procedimiento de análisis hasta tanto 14 &v KUTa eodd. : Eva KUI Bekker : &v <Ka\> KaTa Kochalsky : KUta tOV aUTOv Xpóvov ut glossema
haya certeza ace rca del verdadero estado de cosas. Mutschmann del. 22 aME roo 1tEprruX6V1"1 N 24 roe; <O:v> lv Koehalsky coll. 26.28 26 (JlJve¡.t~mvóvtCúv N
27rrolov Bekker : nOlOV codd. 28 <oi> av9pwnol C; 31l"omov VR sed )'p. TO\oí)TOv
7.9. DL 7.52 (SVF 2.71; LS 40P; FDS 255)
El contexto es el del examen critico de Sexto de la definición estoica de ~avmO"ía como tÚ1trome; €V
A'{0811CJlr.; oe. /.1YEtat Kata LOUr.; LtOOlKOUe; t6 t' acp' ~YE¡.lOVlKOG rrvEÚ~a ¿ni tar.; aioe~O"f:te;
IlfUXÚ y la discusión acerca del significado de tÚnroou; en esa definición.
Ol~KOV Kal ~ 01' alyr&v KatclAll'.Vte; Kat ~ nepl1"a alOel1t~pla Kata(Jl(EU~, KaS' ~V nvec;
1tTlPOI. yíVOVTOl. Kat ~ evépyEta BE ai.'oÜTlcrte; Ka4l-tat. ~ Be KatáA:rl'-I'lC; y(VEtat Km' auTOUC; 17 TO ~YE¡.tOVlKOV J[OIKV.O)~ El ~yE¡.tOVIK6v es una de las partes del alma; según los estoicos, produce las
se
aioSlíoEl ¡.lEv AeUK&V Kal pEÁ.ávrov Kal tpaXÉcov Kal AeíCúV, A6yCit trov Ot' arr08el~ECOe; presentaciones, los asentimientos, las sensaciones y los impulsos. Cf. Aecio 4.2 1.1-4 (13.13) Y los textos
discutidos en el capítulo 13 y el capítulo 24.
5 (Juvayo~LÉvcov, úSO"1tEp tO OEOUe; etVat, Kal1IpOVOSlV tOÚtOue;.
2-3 KaO' ílV nv¡¡¡; rt'lPOI Y(VOVTCtI del. Gigante 3 y(yw:rm BP 4 lJJywv B2 (AóyOV 8 1) 5 wí) Reiske, 7.11. Sexto Empirico, PH 3.188 (FDS 379)
Marcovich post von Arnim : ro codd. nclAlV 01 EtrotKOI. 1tEPtl.jlUxrlv áyaOá q>OO"lV dva¡ tl-xvac; Ttvru;, Tae; apEl"ó.c;·
3-5 ~ M KatáJ.ll'V1e; ... 1tpovodv wúroue; Este pasaje muestra, como en 7.5, el doble significado de
téxv'lv oe. Elvaí q>UOl CJÚcrn']¡..tu EK KaWA~\If€ú)v cruYYSYUl1vucr!1Évoov, rae; oe. KataA~­
Katá)".TI'.IIIe;: como captación de la sensación o percepción, y como captación en el sentido del conocimien- \lfel<; yíyvEcrOClt rrEpl1"o ~yE¡.tOVtKÓV. 1troe; ouv iN t0 ~yE¡.tOVtKé9, 1tVEú)..lan Kat' aútOUC;
to, el cual presupone un asentimiento finne que no puede ser modificado por 11ll argumento (cf. la defini- tmápxoYTt, evan6SEcne; y(VEl"Clt KataA.~\lfErov Klll áOp010¡.tOe; tOOOÚtOOV roe; ylNécr8al
ción de é1tlcrrtlll'l al comienzo de 7.8). 5 t€xvrJv, oux oT6v tE EvvOijOat, nlc; bnytvol1évlle; TImOOoEroe; &et t~V 1tpO aórilc;
CtrraA.Etcpoúor¡C;, E1te1. XUTÓV 1"é Écrn tO 1tVrollO KUI E~ ()AoU KIVSlcr8at AZyE"Tat KaS' ÉKácrTJ1V
7.10. Sexto Empirico, AM7. 227-236 (SVF 2.56; LS 53F; FDS259)
ru1tOOOtv.
anoAe11to¡.tévl1e; o' Ett tije; Ltrouc~e; Oól;lle; lW.paKEt¡.lévroe; Kal1Ispl taÚUle; ÁéyOO¡.tEV. Kprní-
ptOV t o(vuv cpaolv w..'leE1u<; dvat 01 üvop~ oÚtOt t~V KataATpuucT1V CPUVtao1uv. tUÚtT]V 1 tlváe;, Tae; apEl"ác; codd. : aipETru; T
o' eicr6¡.ttOu rrp6n:pov yv6vtE<;, ti 1IOTÉ EO"Tt Km' uuroue; ~ q>avracría Kal tlVEC; En' ElOoue; l1tEpl \]IUX~V o:ya9á .. T a~ apETác; Para la tesis de que las virtudes son cierto tipo de tÉXVOl cf. DL 7.90,
"wúrllC; otaq>opaí. <pavtacría oÚv Éan Kat' cruroue; tÚ1tOOO"1C; ev IjIUxfi. 1tf:pt ~e; e-U8uC; KUI Estobeo, Ecl. 2.58, 9-1 1 Yel capítulo 26. Cf. también Annas 1993: caps. 2 y 19.
5 oté<Tt"'loav· KJ..eáv811C; ¡.tEY yap ~KOUOE t~V W1tOOOW Kata etooXlív te Kat &;;oX'Ív. úS(j1[Ep 2 crucrt'lI.lU tK KCtTetA."!ÍIjIEWV aurYEYU)lvual.lévwv Cf. Sexto Emplrico, PH 2.70.
Kal <t~v> OU) trov oaKTUAíwv ylVO¡.ttv.,V tüü 1CT]pOU wmüotv, XpÚOl1t1tOe; Ss Ch01roV
~yeltO"TO TOtOUTOV. rrpW"TOV)..lEY yáp, CP'lOl, oelÍaet t~e; otCtvoía¡;; Uq">' ev 1COtE tpíyrovóv tl Kal 7.12. Sexto Empirico, AM 11.182-183 (SVF 1.73; 2.97. FDS 336, 378)
réXV'l yáp Ecrn CJÚO"TTjl1a €K KataA~\jIeCOv, Kat Karw..,.,\jIlc; Eon KataAll1rT1Kf)e; cpavtaoíac;
terpóyrovov cpavwmOU)..l¿V'le; tO auto crm)..lU Kata tOV alnov xróvov ólacpÉpOVta EXE1V 1IEpl
i,
aórú) OX~l1ara o¡.ta TE tpí)'úJVOV Kal TErpáymvov yívEOOa¡ Kal 1tI:":ptcpEpé~, 01tEp €<Tt"tV cruYKatáSEO"le;.[ ... ] 1tpOe; tOÚrOle; ~ KataA,.,ntlK1l cpavraoía KpivE"TCtt KCt.1"(l tOUe; LtWIKOúe;,
El criterio de verdad y las presentaciones cognitivas como criterio de verdad 173
172 Capítulo 7

OTl KClTClA.Tl1rtlKtÍ Ecrtl, -r{9 arra Ú1tápXOVT~ yEVÉmlOl Kal KU't' aUlO 10 únó.pxov tv- oculorum, sic tu inlemosces si adsueveris.
a1to,..u;~aYJ.lÉv~ Kal Evam::O'<ppaytcr}lÉvro¡;' t6 S' \mápxov 80Kl)lÓ.~at, 3rt inrápxov €OTív, 4 el ad VJ: et VL: ad N B {N]
5 eK tol} KClTaArpnuolv Klveí'v qxxvtamav. Este pasaje es relevante pues muestra que la suspensión del juicio. del sa~io es, en contra de .10 que sos-
I crtryKaTlXAT]lln¡; N tiene Arcesilao en el texto 7.8, sólo temporal, hasta tanto le sea pOSIble venficar con certeza SI la presen-
tación es verdadera o falsa.
4-5 tÓ O' urrápxov ... KataÁll7'CTlKT1V KIVdv tpCtv't"aoíav. En este pasaje Sexto parece entender Úrtó,PXov
como "objeto existente". Si no fuera así, no se entendería que 10 úrrápxov es capaz de poner en movimien- 7.16. Cicerón, Acud. 2.83-85 (LS 40J)
to y, por tanto, de afectar a ta tpClvt(toía. Oc acuerdo con el fisicalismo estoico, A es capaz de poner en Quattuor sunt capita quae concludant nihil esse quod nosci percipi conprehendi possit,
movimiento a 8 si y s610 si A y B son cuerpos. Sobre los problemas que genera únópxov cf. capítulo 6, de quo haec tota quacstio est. E quibus primum est esse aliquod visum falsum,
texto 6.1 (nota a líneas 9-1 1).
secundum non posse id percipi, {ertium inter quae visa nihi l intersit fieri non posse ut
7.13. Estobeo, EcI. 2. 73, 19-74, 3 (SVF 2.112; LS 41H: FDS 385) eorum alja percipi possint alia non possi nt, quartum nullum esse visum verum a sensu
Etvat OE t~V €JruytlíJlllVKotáA:rwnv o.cr<paAfi Kal aJ-tetÚ1ttúl!OV úno AÓYOU' hépav oe 5 profectum cui non adpositum sit visum aliud quod ab eo nihil intcrsit quodque percipi
emor~Il11V crtÍm11lla eK emO'll1ll00V 1'OlOÚ1'COV, oiov ~ 1'rov Ka1'a Il¿PO~, AoyuCtl é:v 1'~ non possit. honun quattuor capitum seeuodum et tertium omnes concedunt; primum
O'1touoaíú) úm:xpxouoa' aAA11V SE O'ÚO'IT]lla é:~ e1tt0111~l&V 1'EXV1KWV e~ aúroü €xOV 1'0 Epicurus non dat, vos, quibuscum res est, id quoque conceditis; omnis pugna de quarto
PéPmov, cb~ ~xOUO'lV al ó.pEraí· tlAA11V os E~tV <pavracrtoov O€K1'tKi)v 0:¡..t€rá1ttco1'Ov Ú1tO est. Qui igitur P. Servilium Geminum videbat, si Quintum se videre putabat, ineidebat in
5 ).,6you, ~v tlvcÍ <pao'lV f.v 1'óvcp KatOuvcÍll€l KE1oOm. eíus madi visum quod pereipi non possct, quia nulla nota verum distinguebatur a falso;
1 É'tépav codd., Long-Sedlcy, Hülser : héproC; Wachsmuth : 2 be bw:mu.loov codd., von Arrnin, Hül-
la qua distinctione sublata quam haberet in C. Cotta, quí bis cum Gemino eonsul fuil,
ser, Long-Sedley : ÉK Ko.taA~\fE.rov Wachsmuth 3 ú1[ápxoooo.v FP : ll1tápxouo(l Heeren I WJ..llV codd. agnoscendo eius modi notam quae falsa esse non possit? negas taotarn simi litudinem in
: éíUrm; Wachsmutb I o.ÚtO" Meineke : aútou P : autrov F 4 ~ouuuv codd. : ExOUOlV Canter I Üll11V rerum natura esse; pugnas omoino, sed eum adversario facili. ne sit sane: videri certe
codd. : OJ.J...f.IX; Wachsmuth potest; fallet igitur sensum. et si una fefellcrit similitudo, dubia omnia reddiderit;
1-3 ETvCll oe tT¡v É1tIl.Tt~1l11V KQt6J...ll\fIV ao<pQI.:rl Kat ó'llh,á1ttrotov ,)1[0 Aóyou' .. i:mat~Il11V OÚ<ttTJlla EK
subl ato enim iudicio illo quo oportet agnosci, etiam si ipse erit quem videris qui tibi
É1tItTI'lllcOV Cf. DL 7.47 . La K(l,6J...r¡\ftC; como estado cognitivo se encuentra en medio de la ÉmtTI~llll y la 15 videbirur, tamen non ea nota iudicabis qua dicis oportere ut non possit esse eiusdem
ó6~(l (cf. supra 7.8). Sobre la KUtá.I.:I,...IIIC; véase también capítulo 6, texto 6.6. madi falsa. quando igitur potest tibi P. Geminus Quintus videri, quit habes cxplorati cur
5 íív tlvct <jlCtO'IV EV ,6v(9 KCt! OUVállEl KEIOOUI Se refiere a la tensión y poder dcl1tV€ÚI.LO. (para cuya ex- non possit tibi Cotta videri qui non sit, quoniam aliquid videtur essc quod non est?
plicación cf. capítulo 12), que en este caso se hace presente en la "tensión" y el "poder" de una E~tC; que, al Omoia dicis suí generis csse, nihil esse idem quod sit aliud. Stoicum est id quidem nec
igual que una disposición, tiene un carácter corpóreo y constituye una fonna de la manifestación del1tVEÜllu. admodum credibile, nullum esse pilum omnibus rebus talem qualis sit pillus ayllus,
Según la clasificación ortodoxa, en cada nivel de realidad (piedras, plantas, animales) hay un "factor 20 nullum granu. Haee refelli possunt, sed pugnare nolo; ad id eni m quod agitar nihil
neumático" operando: en las piedras es una cierta condición (~IC;). en las plantas es naturaleza (ipÚOlC;) y
en los animales -entre los que obviamente se incluye al ser human()- es alma (IfUX~). Se trata en realidad interst omnibusne partibus visa re nihil differat an internosci non possit eoima si
del mismo factor neumatico en distintos grados de tensión (c f. Ps. Galeno, In/r. XlV, 726, I ="SVF 2.7 16; differat.
Filón alejandrino, Leg. Alleg. 2.22·23; QD 35-36=SVF 2.458). Uno podria preguntarse por qué en este 18 Stoicum est id Lb: stoicum sedem NVIB L : stoicum sed est NV2Bl
pasaje se caracteriza a la ¿1tIcrt~ll'l (que es un cierto estado del alma) como una ~lC; (que en las distincio-
nes habituales corresponde al grado de tensión del 1tVCÜ~lO: propio de las piedras u objetos inanimados en 7.17. Sexto Empírico, M7.402-410 (SVF 2.67; LS 40H)
genera l y que, además, es UIl estado que !lO es finn e. Sobre este detalle véase nuestro comentario). Tal vez roú1'cov O€.1'a j..lSv WJ..a AtyouO'tv oi 1IEpt1'OV KapvEá8r¡v cruy,(rop~O€lV 1'01<; 0:1t0 tft~ LtOa~,
solamente se trata de un uso no técnico del ténnino, para hacer referencia al estado o condición del alma
1'0 M 'aYa OUK av ytVot1'O o:no ~~ Ú1tó'PXOVto<;' o:croyXroPll1'OV €tVCtl. yíVOVlCtt yap Kat 0:1t0
cuando ésta está dispuesta en el sentido de i¡¡:I(IT~Il11.
~~ únapxóvrrov <pavramm ro,
&,0 únapxóvrrov. Ka! 1EK~~pIOV rií, &.apaJJ..a~ía, Éi to
7.14. Ps. Galeno, DM 19.350, 3-10 '{(jll~ taúta<; evapyElc; Kal ltA11KTtKae; €Úpícnc~;creal, tOÚ oE en' rcrr¡~ 7tÁ11Kt1Ka<; Kat f.vapy€le;
'EltIOT~J.l11 Em\ Kató.A11'VU; O:O'q)(l).,~<; KCtI o.ll€1'ámOOto~ i:mo Aóyou. ouvatov se Kat 015tW~ 5 etVal ro ta~ O:KoAüúOou<; 1[pcÍ~€U; btl~EÚyvl>creat [ ...] €i oov KCl1'aAll.mlKaí ttvÉ~ dcrt
ópícraoOat. e1U(j[~Il11 eottv este; 6:IlEtárrtmro~ eK <pavtacrtoov oól;av d:IlÉJ.UrtúJ~ Ú1tO )..,óyou <pavtaO'Íat napócrov erráyovtal ~¡.ia~ €i<; cruyKmá8€O'tv Kat €i~ 1'0 1'~V O:KÓAoUOOV a~talc;
1tap€XW.lévr¡. TéXVll 80tt crúO'!l1lla €yKataA1í'l'eOOv cruyyeyu¡..tvao¡.itvmv 1tpó<; tl téAo<; 1tp~tV cruvó'melV, e1t€1 Kat 'Veuo€'l~ tOlaÜrat rrE<pf¡vacrt, A€K1'OOV O:1tapaMálCtou~ €tVal
€ÜXPllO'rov 1'rov €V 1'~ PtC9. ~ oürw~. rÉXVr¡ Écr'tl crtÍ0111lla f:yKataAlí'l'eOOV 1'a1~ KataA111ttuca'ic <pavwcr\au; 1'a~ O:KataA.~1ttOú~. Kal j..l~V Bv rpó1tov 0:1[0 nov 1'Ó~COV
5 O'uyyqullvacrllÉveov e<p' iN téAO~ r~v o:vCt<popav exóvtrov. eA6.~pavE qraVlaO'í~v Ó ~poo~, oürco Kat 0:1t0 r rov tOícov natorov 01'1 Eupucre€ro~ dcrl1ta1oe~.
4 trKa'taArí'l'EWV Debe ser un sinónimo de KU1:Mrl''¡lIC; (cr. Ps. Galeno, Jllfr. sive Med. , 14.685,3-4 Y 1O ~l(a yap Ka!. ~ au1'~ npOÜ1t€K€lTO KClI cOoaú1'co<; 1fxovn <pavwO'Ía. aM' ~v ~ IlSv O:1tO tOOV
Suda, Pi 1196, ed. Adler). 1'~rov w..lle~<;, ~ oE 0:1t0 1'OOV natorov 'V€Uo~<;. bt' lcrr¡~ ouv KIVOUcr&V a~qro,€p(Ov 0110-
ÁO"f11téov d:1IapáU.a.K1'ovdv(1l1'~v ÉtÉPav ru héPQ' Ka!. d ~ a1tO 1'WV 1'ÓSffiV AÉy&1'at
7.15. Cicerón, Acud. 2.57 (LS 401) KataA111rttJd¡, &n <~> aKÓA.oUOO~ aútü npa!;t<; ErcE~€ÚX8r¡ toi<; 1'6l;ot~ autoü «x; 1'6l;ot<;
Hic pugnes licet, non repugnabo, quin etiam conceda m iHum ipsum sapientem, de qua XP11cra IlÉvOU, AE'yÉcr9ro Kat ~ o.1tO 1'OOV rraí&ov Iltl ota<pép€lV1'aúT11<;, 1tapooov Ka\ 1'aút¿l1'O
omnis hie senTIO est, cum ei res similes occurrant quas non habeat dinotatas, retennuum 15 aK6AouOoV bt~€Úx011 EPYOV, t outron 1'0 1'OU~ tOÚ exOpo\) 1tCl10CU; OElV civatP€lV. IDa
adsensum nee urnquam ulli viso adsensurum ni si quod tale fuerit quaJe falsum esse non yap a15t11 j..lEv ~ &1tapoJJ..a~{a 1'rov tE KaraAT]1ttlKOOV Kal1'oov ci.Ka1'aA~1rtrov <pClvtacrtoov
possit. sed et ad ceteras res habet quandam artem qua vera a faIsis possit distinguere, et Kata tO lvClPY€<; KClt evtOVOV iS{wllo 1tap{mawL OUOEv Se ~TIOV 8eíKV\)tal1'Ol~ 0.1t0 1:ii~
5 ad similitudines istas lISllS adhibendus est: ut mater geminos internoscit consuetudine
174 Capítulo 7

oe
'AKaOY]~lía~ Kcá ~ Kataxapo.K't~pa Kal [Ti] KCllcl nJrrov. KCtAoUot €1t1. la í.palV6~éVa tOU~
LtroLKOÚ¡;. ¿¡ti yo.p t&V Ój..101OOV ¡..lev K<Xta ¡..lOp<p~v. ow.cpepóvrrov oe Kant lO lntOKeÍ¡.tevov, Capítulo 8
20 all~xavóv ron ÓlOpí1;;EIV nlv KClTaAl11rtU,'TlV cpavracríav cmo rftc; 'llEUOOU¡; Ka! Teoría del significado: los lektá
&KataA~1rtOU' oTov 8ud'v 4>&v aKpro¡; alJ..~Aol<; ó¡.r.Otrov EvaIJ..o.~ t(9 LtCOIK(9 8íoCOJ.{I1tpO¡;
8táKptmV, el btl~a)..rov Ó cro<poc; icrxúa€tMyetv a.ou:L1trcíncoc;. nórspov 1.tv eml TO
ÓetKVÚlléVOV c90v ~ aM.ü KaloJJ..o. Ó 8' al)tOC; )"6yo<; eatl KClt btl OlOÚ¡.!COV· A~'VEt(l1 yap
",EUO~ 8.1 DL 7.55-58 (SVF 1.74; 2.136; 140; 147; LS 33A; 33H; 33M; FDS 197-1 98; 200; 476;
ipavrauíav Ó O1tOUOO10C; Kat roe; arro únópxovroc; Kal Ka!' auro ro únópxov Év- 536)
25 Cl1tO¡..le)..lay)..lM,v Kal EvCl1t€O"<ppayto)1Évrtv SxOJv rf]V cpavw.críav, EaV ano Kámopoc; 0)<; ano La mayor parte de ellos cree unánimemente que el estudio de la dialéctica debe comenzar
n OÁUS€ÚKOUC; c.pav'tCtcrlw9ñ .
por el área del sonido vocal. Un sonido vocal es aire golpeado o, como dice Diógenes de
4 to\) del. Bekk,cr : 10 codd. I post EX' i'ml~ add. ~ LE <; 6 <ruyKaTÚ8oo"IV : Kat6.8€ow LE ¡; 8 t~(Ov Babilonia en su tratado Sobre el sonido vocal, es el sensible propio del oído. El sonido vocal
<ro~ t6~O)v~ Helntz coll. v. 25 1,0 rpUVTO(Jí~v ~lGlív> N I J K\VOUOWV N : KAIVOUOWV LE ¡; 13 ~ add. de un animal es aire golpeado por un impulso, en tanto que el de un ser humano es [ai re]
Hellltz 18 '1 del. Bekker 19 E1tI Bekker: EnEI codd. 24 Ka! che; codd. : Kuíntp Belcker dub it: Kat articulado y emitido desde su mente, como dice Diógenes, {mente] que se completa a los
Kaiser dubit
catorce años. Y un sonido vocal, según los estoicos, es un cuerpo, como sostiene Arquedemo
El contexto es el de la critica del escéptico Caméades a la presentación cognitiva como criterio de ver- en su obra Sobre el sonido vocal, y Diógcnes, Antípatro y Crisipo en el libro IJ de su Física.
dad. Todo lo que actúa es, en efecto, un cuerpo y el sonido vocal actúa cuando llega a los oyentes
8:9. ov tpónov ... ano trov tOíoov nutSrov on Eupuo9lroc; E!olnutSec; Se refiere a la tragedia perdida de desde quienes profieren un sonido vocal. Una expresión es, según los estoicos, como dice
Eunpldes, La locura de Heme/es, donde las diosas Iris y Lisa haccn que Heracles enloquezca. En su Diógenes, un sonido vocal escrito; por ejemplo, "día". Un discurso, en cambio, es un sonido
locura mala a dos de sus hij~s y a su esposa creyendo que son los hijos de Euristeo. El ejemplo está significativo emitido desde la mente; <por ejemplo, "es de día">. Un dialecto, por su parte, es
puesto para mostrar que algUien puede ser puesto en movimiento por presen taciones fal sas del mismo una expresión grabada que es no sólo propia de una etni a, sino también griega, o una expre-
modo como lo sería por presentaciones verdaderas (cf. Cicerón, Acad. 2.89). sión regional, esto es, [una expresión] que está cualificada en cuanto a su dialecto. Por ejem-
17 €vrovov iOíw).l.a Cf. slIpra 7.3 línea 7.
plo, en ático fhálatta (mar), en jónico hemére (día). Los elementos de la expresión son las
veinticuatro letras. "Letra" se dice de tres maneras: <el elemento>, el carácter del elemento y
el nombre: por ejemplo, alfa. Entre las letras hay siete vocales: alfa, épsilon, eta, iota,
omicrón, hups ilón, omega. Las mudas son seis: beta, gamma, delta, kappa, pi, tau. Sonido
vocal es diferente de exp resión, porque un sonido vocal tambi én es un ruido, pero una expre-
sión es solamente lo que es articulado. Pero una expresión difiere de discurso, porque el dis-
curso es siempre significativo y una expresión también es no significativa (como "blituri"),
pero un discurso no lo es en modo alguno. Decir tamb ién difiere de proferir, pues los sonidos
voca les se profieren, pero los estados de cosas --que, sin duda, también son decibles- se dicen.
Cinco son las partes del discurso, como dice Diógenes en su obra Sobre el sonido vocal y
también Crisipo: nombre, denominación, verbo, conjunción, artícu lo. En su tratado Sobre la
expresió n y las cosas dichas Antípatro también agrega el adverbio. Una denominación es,
según Diógenes. una parte del discurso que significa una cualidad comím; por ejemplo,
"hombre", "caballo". Nombre, en cambio, es una parte del discurso que indica una cualidad
peculiar; por ejemplo, "Diógcnes", "Sócrates". Verbo es una parte del discurso que significa
un predicado no compuesto, como [dice] Diógenes, o, como algunos [otros dicen], es un
elemento indeclinable del discurso que significa algo puesto junto con alguna o algunas cosas;
por ejemplo, "escribo" , "hablo". Una conjunción es una parte indeclinable del discurso que
une las partes del discurso; un artículo es un elemento declinable del discurso que distingue
los géneros y números de los nombres. Por ejemplo, "el", "la", " lo", "los", " las", "los".
8.2 DL 7.63-70 (SVF 2. 181; 183. LS 33F-G; FDS 696; 874)
La explicació n concerniente a los dec ibles - completos, las proposiciones y los argumen-
tos deductivos, y la que se refiere a los incompletos, predicados, tanto activos como pasivos-
se ubica en el área concerniente a los estados de cosas y a los significados. Sostienen que
"decible" es lo que subsiste de acuerdo con una presentación racional. Los estoicos dicen que,
entre los decibles, unos son completos y otros incompletos. Ahora bien, incompletos son los
que tienen inacabada su expres ión; por ejemplo, "escribe". Pues preguntarnos "¿quién?"
176 Capítulo 8 Teoria del significado: los lektá 177

Completos, en cambio, son los que están terminados en su expresión; por ejemplo, "Sócrates que se compone de una partícula denegativa y de un predicado; por ejemplo, "nadie pasea".
escribe". Pues bien, los predicados se ubican entre los decibles incompletos, en tanto que las Es privativa la que se compone de una partícula privativa y, virtualmente, de un predicado;
propos iciones, los argumentos deductivos, las preguntas y las averi guaciones entre los com- por ejemplo, "éste es a-filántropo". La predicativa es la que se compone de un caso recto y de
pletos. Predicado es lo que se dice de algo o un estado de cosas unido a alguna o a algunas un predicado; por ejemplo, " Dión pasea". La definida es la que se compone de un caso recto
cosas, como dicen los discípu los de Apolodoro, o un deci ble incomple[o que se construye con deíctico y de un predicado; por ejemplo, "éste pasea". Indefinida es la que se compone de una
un caso nominativo para dar lugar a una proposic ión. Entre los predicados, unos son sucesos, partícula indefinida [o de partículas indefinidas] <y de un predicado>; por ejemplo, "alguien
<*> como " navegar por las piedras". Algunos predicados son act ivos, otros pasivos, y otros pasea". "Aquél se mueve".
son neutros. Ahora bien, activos son los que se ponen j unto a uno de los casos obl icuos para
8.3 Sexto E mpíríco, AM 8.10-13 (SVF 2.1 66; 195; LS 338; FDS 350)
dar lugar a un predicado; por ejemplo, "oye", "ve", "conve rsa". Pasivos, en cambio, son los Los de la Estoa dicen que algunos sensibles y algunos inteligibles son verdaderos, aun-
que se ponen junto a [a voz pasiva; por ejemplo, "soy oído", "soy visto". Neutros son los que que los sensibles no directamente, sino por referencia a los inteligibles que están junto a ellos.
no son ni lo uno ni lo otro; por ejemplo, "ser prudente", "pasea r". Pasivos reflexivos son los Pues, según ellos, "verdadero" es lo que es y lo que se opone a algo, en tanto que "falso" es lo
que, siendo pasivos, constituyen [no obstante] actividades; por ejemplo, "se corta el cabello". que no es y lo que se opone a algo. Y esto, al ser una proposic ión incorpórea, es inteligib le.
Pues el que se corta el cabello se incluye a sí mismo [en esta actividad]. Los casos oblicuos Tal era el primer desacuerdo sobre lo verdadero; pero también había otra controversia entre
son genitivos, dativo y acusativo. Una proposición es lo que es ve rdadero o falso; o un estado ellos, en virtud de la cual unos pus ieron tanto lo verdadero como lo fa lso en el signi fi cado, en
de cosas completo que puede afirmarse por sí mismo, como dice Crisipo en sus Definiciones tanto que otros en el sonido vocal, y otros en el movim iento de la mente. Los de la Estoa han
dialéclicas : " una proposición es lo que puede afirmarse o negarse por sí mismo; por ejemplo, defendido la primera opinión al afirmar que hay tres cosas que se encuentran vinculadas entre sí:
'es de día' , 'Dión pasea ' ". Proposición adquiere su nombre de "ser aceptado o ser rechaza- (1) el significado, (il) el significante y (iil) el objeto. De ellos, el significante es el sonido vocal, por
do", pues el que dice "es de día" parece estar aceptando que es de día. Por consiguiente, ejemplo, "Dión"; el significado es el estado de cosas mismo qlle es revelado por el sonido y que
cuando es de día la proposic ión propuesta se vuelve verdadera, y cuando no lo es falsa. Pro- nosotros aprehendemos como algo subsistente junto a nuestra mente, pero que los bárbaros no
posición, pregunta, averiguación, prescripción, juramento, maldición , hipótesis, dirigir la
comprenden, aun cuando oigan el sonido. El objeto es la cosa externa, como Dión mismo. Dos de
palabra son diferentes, y un estado de cosas es semejante a una proposición. Pues una propo-
estos ítcms son cuerpos, como el sonido y el objeto, y uno incorpóreo, como el estado de cosas
sición es lo que, al decirla, revelamos lo que, prec isamente, o es verdadero o es falso. Una signi ficado, o sea el decible, que se vuelve verdadero o falso. Pero todo eso no es en general
pregunta, en cambio, es un estado de cosas co mpleto, como tamb ién 10 es la proposición, pero
[verdadero o fa lso], sino que el uno es incompleto y el otro completo. Y corresponde al completo
pide una respuesta; por ejemplo, "¿es acaso de día?" Pero esto no es verdadero ni falso, de
la llamada "proposición", que cuando la describen también dicen "una proposición es lo que es
manera que "es de día" es una proposición pero "¿es acaso de día?" es una pregunta. Una
verdadero o falso".
averiguación es un estado de cosas al cual no es posible responder de un modo simbó lico (con
un gesto), como [sí se puede hacerlo] en el caso de una pregunta [diciendo] "sí", sino que hay 8.4 Sexto E mpírico, AM 8.70-78 (SVF 2. 187. LS 33C; FDS 699 )
que decir "vive en este lugar". Prescripción es un estado de cosas que, al decirlo, estamos Los estoicos consideraban que en general lo verdadero y lo falso se da en un decible, y
prescribiendo algo; por ejemplo, "tú, camina hacia las corrientes del ínaco" . Juramento es un sostienen que un decible es 10 que subsiste de acuerdo con una presentación racional, y que es
estado de cosas <*> y el dirigir la palabra es un estado de cosas que si uno lo dijera, estaría racional la presentación según la cual es pos ible establecer en el discurso lo que se presenta.
di rigiendo la palabra [a alguienJ; por ejemplo, "El más noble Atrida, Agamenón, Señor de Entre los decibles, llaman a unos "incompletos" y a otros "completos"; a los que son incom-
hombres". Algo similar a una proposición es lo que ti ene una expresión proposicional [pero] a pletos dejémoslos de lado por ahora, pero de los comp letos afirman que hay muchos <modos>
causa del pleonasmo de una parte o de una afecc ión cae fuera del géne ro de las proposiciones; [de ellos], pues a algunos los ll aman "prescriptivos", aquellos que, precisamente, al dar una
por ejemplo, "¡bello es el Partenón!" "¡Qué parecido a los hijos de Príamo es el boyero!" prescripción decimos, por ejemplo, "¡Ven aquí , querida dama!". A otros [los llaman] "decla-
También hay un esta do de cosas dubitativo que es diferente de una proposición, estado de rativos", los que, cuando hacemos una declaración, afirmamos; por ejemplo, "Dión pasea".
cosas que, si uno lo dijera, dudaría : "¿Es que acaso el dolor y la vida son afines en algún También están las "averiguaciones", cuando al hablar averiguamos "¿Dónde vive Dión?". A
sentido?" Las preguntas, las averiguaciones e Ítems semejant es a ellas no son verdaderas ni algunos también los llaman "maldiciones", como cuando al hablar maldecimos: "[que corran]
fa lsas, en tan to que las propos iciones son verdaderas o fa lsas. Entre las propos iciones, unas así sus sesos a la tierra, como corre este vino"; además [a otros decibles los llaman] "depreca-
son simp les, otras no simp les, como dicen los del entorno de Crisipo, de Atenodoro, de Antí- torios", como cuando al hablar elevamos una plegaria, tal como "Padre Zeus, supremo e
patro y de Crinis. Ahora bien, "simples" son las que <no> están compuestas de una proposi- ilustrísimo, protector del Ida, concede la victoria a Ayax y corónalo de gloria y honor". Tam-
ción duplicada o de proposiciones; por ejemplo, "es de día". No simples, en ca mbio, son las bién denominan a algunos de los [decibles] completos "proposiciones", las que, cuando las
que están constituidas de una proposición duplicada o de proposiciones; de una proposición decimos, o bien estamos en la verdad o bien en la fa lsedad. Hay algunos [decibles] que son
dupl icada, por ejemplo, "si es de día, <es de día>"; de proposiciones, en cambio, "si es de día, más que proposiciones, como por ejemplo el siguiente: "el boyero se parece a los hijos de
hay luz". Entre las proposiciones simples se cuentan la negati va, la denegativa, la privativa, la Príamo". Es una proposición pues, cuando la dec imos, o bien estamos en la verdad o bien en
predicativa, la definida y la indefinida. Entre [las proposiciones] no simples se cuentan la la fa lsedad; pero [una expresión] de este tipo "¡qué parecido es el boyero a los hijos de Pría-
condicional, la paracondicional, la conjlmtiva, la disyuntiva , la causal, la que indica el más, y mol" es algo más que una prop osición, es decir, no es una proposición. Con excepción del
la que indica el menos. Es negativa una proposición como " no es de día"; una especie de ésta hecho de que hay una importante diferencia entre los decibles, para que haya algo verdadero o
es la hipernegativa. Hi pernegativa es la [proposición] negativa de una negativa; por ejemplo, fa lso, dicen, debe ser ante todo un dec ible, luego también [debe ser un decible] completo, y no
"No [es el caso que] no es de día"; [esta proposición] establece que es de día. Es denegativa la en general o de cualquier tipo, sino una proposición. Pues cuando dec imos eso solo, como d ije
Teoría del significado: los lekrá 179
178 Capítulo 8

otros "proposición" y otros "lo dicho". Así, cuando decimos "sabiduría" estamos entendiendo
p~ eviame nte. ,es~amos O bie l~ en la verdad o bien en la falsedad. ¿Cómo podemos establecer,
algo corpóreo; cuando decimos "sabe" estamos hablando de un cuerpo. Pero hay una enorme
~Icen los ~sc~ptICOS , que eXiste un decible incorpóreo que está separado del sonido vocal que
tIene un slgmficado, tal como " Dión", y del objeto, como Dión mismo? Pues los estoicos diferencia entre decir algo y hablar de ello.
d ~r ectamente d~~án que eso exist~ o p~obarán su existenc ia mediante una demostración; y si 8.6 E,tobeo, Ecl. 1.621,4-21 (SVF 2.197; FDS 905)
directamente dlJer~n que este decible Incorpóreo existe, también nos será posible decir direc- De Cleantes: Cleantes decía que el que hace un juramento o jura durante un tiempo o
tam~~ te qu~ no e~lste. En efecto, tal como aquellos pueden resultar confiables sin una dcrnos- bien conserva su juramento o bi en comete perjurio, pues si jura de tal modo que cumple lo
trac lon, aSl también los que plantean dificultades resultarán confiables cuando mediante la que se ajusta al juramento, conserva su juramento. Pero si a propósito no 10 cumple, comete
~era afirmación sugieren lo opuesto, o si son desconfiables, también los de la Estoa serán perjurio. De Crisipo: Crisipo decía que jurar verazmente difiere de conservar un juramento, y
Igualmente desconfiables. Pero s i van a probar tal cosa a través de una demostración se en- que cometer perjurio difiere de jurar fa lsamente, pues el que jura, en el momento en que lo
cO,ntrarán con una dificult~d peor, pues la demostración es un argumento, y el ar~mento hace, forzosamente jura veraz o fa lsamente, pues lo que es jurado por él es o bien verdadero o
(Iog?s) se compone de decibles (Iektá). Los esto icos, por consiguiente, establecerán la exis- bien falso, porque resulta ser una proposición. Pero [no puede decirse] que en el momento en
te~cla de un ~ecible mediante decibles, lo cual es incongruente, porque el que no concede que el que uno jura conserva un juramento o comete perjurio, porque [aún] no se hace presente el
e~lst~ un declble~ tampoco concederá que hay muchos decibles . Cuando se está investigando tiempo en el que la referencia de tales juramentos se produjo [y que indica que deben ser
SI eX isten los decIbles en la demostración, si van a aprehender su existencia de manera directa conservados}. En efecto, tal como se dice que alguien es fiel o no [a los acuerdos] no cuando
lo~ que plantean dificultades también aprehenderán de manera directa que tales decibles n~ se compromete (a ellos], sino cuando es inminente el momento en que [deben hacerse efecti-
eXisten, por cu.anto la misma confianza o desconfianza ocurre en ambos casos; y si [lo apre- vos) los hechos conforme a los acuerdos, así también se dirá que alguien conserva su jura-
henden] a pal't~ de una dem~stración, caerán en un regresslIs ad infinitllm pues se les pedirá mento y comete perjurio cuando llega el momento en que [uno] acordó cumplir lo que corres-
una del~ostraclOn de los decIbles que están contenidos en la segunda demostrac ión, y de los ponde a sus juramentos.
q ue estan en la tercera cuando hayan introducido una tercera [demostraciónJ, y de los que
está? en la cuarta. cua ndo hayan introducido una cuarta, de manera tal que para ellos la demos- 8.7 Sexto Empírico, AM 8.79-84 (SVF2.167; 199; FDS 893)
tración de que eXIste un decible carece de un comienzo. Debemos decir 10 siguiente por el momento: que pretenden que la proposición completa
es un compuesto; por ejemplo, "es de día" se compone de "día" y de "es"; sin embargo, (i)
8.5 Séneca, Ep. 117.2-5; 11-13 (LS 33E; 60S; FDS 687; 789A) ningún incorpóreo puede componerse o dividirse, pues éstas son propiedades de los cuerpos.
Los n~estros creen que el bien es un cuerpo porque lo que es bueno actúa, y cualquier co- Por tanto, no hay ningún estado de cosas o proposición completa. (ii) Y todo decible debe ser
sa que .actú.~ es un cuerpo. Lo ~ue es bueno es ut il, pero para que sea útil conviene que haga dicho; pues es de ahí que obtuvo su nombre. Pero ningún decible es dicho, como establecen
a l g~. SI a~tua, es un cuerpo. DIcen que la sabiduría es un bien; se sigue que también hay que los que plantean dificultades. Por consiguiente, no existe ni ngún decible. De allí se sigue que
deCir q.ue meluso ella es corpórea; no creen que "saber" sea de esta cond ición: es incorpóreo y (¡ji) ninguna proposición es verdadera o fa lsa pues " decir" es, como afirman los mi smos
un aCCidente de .Ia otra, esto es, de la sabiduría. Así, ["saber"] no hace nada ni es úti l. ¿Por estoicos, "proferir un sonido vocal s igni ficativo de una cosa pensada", como este verso: "can-
qué, e n t~nces, ,~ I ce , no a fiml a~os que "saber" es un bien? Cuando nos referimos a aquello de ta, diosa, la cólera del pélida Aqui les". Sin embargo, no es factible proferir un sonido vocal
lo que [ saber ] depende deCImos que ello se refiere a la sabiduría misma. Escucha lo que significativo de esto por el hecho de que aquello cuyas partes no coexisten tampoco existe ello
r:sponden otros contra estos antes de que yo comience a apartarme y a hacer mis considera- mismo, y las partes de esta cosa no coexisten, de modo que tampoco ella misma es ex istente.
CIOnes en otra parte. De este modo, dicen tampoco es un bien vivir dichosamente; qu iéranlo o (iv) Y el hecho de que sus partes no son coexistentes se muestra directamente: en efecto,
no ha y que responder que la vida dichosa es un bi en y que vivir dichosamente no es un bien cuando proferimos la primera mitad del verso aún no existe la segunda, y cuando proferimos
[ ... ] Los peripaté.ticos creen que no hay ninguna diferencia entre "sabiduría" y "saber", por la segunda , aún no ex iste la primera, de manera tal que no proferimos el verso entero. (v) Pero
cuanto en cualqUIera de las dos también se encuentra la otra. Pues, ¿es que acaso consideras tampoco la mitad del verso, pues, de nuevo, cuando decimos la primera parte de la mitad del
que c~a lquier~ sa?e si no e~ el qu~ ti~n~ sab i ~u~ía? ¿Acaso no piensas que cualquiera que verso, en ese momento aun no proferimos su segunda parte, y cuando proferimos la segunda,
sabe tiene sabl?una? Lo: ~ nu~uos dl3lectlcos dlstmguen estas cosas, y dicha división llegó de aún no decimos la primera, de manera ta l que tampoco existe la mitad del verso. y (vi) aun-
ellos a los e~t01cos; te dlre cuales son esos asuntos : una cosa es un campo, otra tener un cam- que lo investiguemos, tampoco existe una expresión única como "cólera", pues cuando d eci-
po, ¿p~r q~e no? Porque tener /In campo pertenece al que lo posee no al campo. Así , una cosa mos la sílaba "có", aún no proferimos [las sílabas} "lera", y cuando proferimos " lera", aún [no
es sab/duna, .otra sab~r; creo ~ue .conce?es que estas son dos cosas: aquello que se tiene y proferimos] "có". Ahora bien, (vii) si es imposible que exista algo cuyas partes no son coexis-
aquél que la flene. Se tiene sab/duna , la tIene el que sabe. La sabiduría es la actinld perfecta o tentes, hay que decir que no existe ninguna expresión. Es por eso que no hay ninguna propo-
la que es llevada a un grado SLUno u óptimo, pues es el arte de la vida. ¿Qué es saber? No sición -que afirman que es un compuesto-. tal como "Sócrates existe". Pues cuando se dice
p~~do decir "una actinld perfecta", s.ino "aquello que le ocurre al que tiene una actitud perfec- "Sócrates" aún no existe, y cuando se dice "existe" aún no existe "Sócrates". Por consiguien-
t~ . De .este modo,. lo uno es una actitud buena , lo otro es como tener una actitud buena. Hay, te, la proposición entera no existe nunca, s ino las partes de dicha totalidad. Pero sus partes no
dice, [dlf~rente s] t IP O~ de cuerp~s, .como éste es un hombre, éste un caballo. A estos tipos de son proposiciones; por ende, no existe ninguna proposición. Por cierto, ¿por qué deberíamos
c.uerpos slgu~n despues los mOV1mlentos de sus almas, que enuncian el de sus cuerpos. Éstos examinar lo relativo a la proposición entera "Sócrates existe" cuando incluso la forma del
t1en~n una. Cierta propiedad que además está separada de sus cuerpos; por ej empl o, veo que caso [nominativo] misma, "Sócrates", en particular no puede concebirse en la existencia por
~a~on canuna~ est.o lo muest~ la sensación y el alma lo ha creído. Lo que veo es un cuerpo, al que la mi sma razón? Quiero decir porque sus partes componentes no coex isten.
dll'lgl tanto rrus oJ?S com~ nn alma. Después digo: "Catón camina"; lo que ahora digo -afirma-
no es lm cuerpo, silla IDl cIerto enunciado acerca del cuerpo. Es lo que unos llaman "afirmación",
180 Teoría del significado: los leklá 181
Capítulo 8

8.8 Amonio, ill illl. 17,24-18,7; 43, 5-20; 44, 11-45, 7 (SVF2 . 168; 184. LS 33K' 33N' porque no puede estar unido al nombre para producir una afirmación, como "a Sócrates le da
FDS 702; 776; 791) , , pena" (pues esto no es una afinnación), sino que no puede admitir una declinac ión (como
,Aristóteles prim~ro ,n,os enseña a través de estas cosas cuáles son las que, prioritaria y "paseo", "paseas", " pasea") ni cambiar su forma junto con sus números. En efecto, tal como
contllluam enle, son slgmflcadas por ellos (re. por los sonidos vocales), y que los conceptos decimos "a éste le da pena", así también [decimos] "a éstos les da pena". Y, de nuevo, si lo
son los estados de ?OS~S [que se dan] a través de estos [sonidos vocales] como medios, y que que se predica de un nombre requiere del añadido de un caso de un nombre para producir una
no hay que con,ceblf mnguna otra cosa además de éstas como un intermedio entre concepto y afumación, se llama " menor" o " predicado", como en "ama" y " tiene buena voluntad", por
~osa . Es~. preclsal~ente, es lo que los de la E.s~oa suponían y consideraban [adecuado] llamar ejemplo, en " Platón ama" (pues lo que se ai'i ade a él es el "quién", como "Dión", y produce la
dec ibl e. Ahora bIen, estas cosas se transmitirán a través de lo dicho ahora, y primero hay afirmación determinada " Platón ama a Dión"); pero si lo que se predica de un caso es lo que
q ue buscar,la vel~dad Xla fal sedad en algun as de la s cosas que son, de cua lquier modo que sea. requiere estar unido a otro caso oblicuo para producir una afirmación, se llama "menor" o
y nuestra mvestl gaclOll actual es sobre esto, [a saberJ, si [la verdad o falsedad se daJ en las "cuasi-suceso", como es en "preocupa a", por ej emplo, "a Sócrates le preocupa Alcibíades".
cosas o los conceptos, o en los sonidos voca les, o si en dos de estas cosas, o si también en Todos estos se llaman "verbos"; tal es lo que los estoicos transmiten sobre estos temas.
todas; y si e~ los sonidos voca les, en cuá les de ellos, y si en los nombres y en los verbos o si
en los enunclad.os que se co~ponen de ellos. También se determinará que los nombres y los 8.9 Galeno, 11, Hippocralis de Irllmorib"s 116.204, 10-205,5 (SVF 2.144)
verb~~ son sOl1l.dos vocales sI mp les que no significa n ni una verdad ni una falsedad, como Sonido vocal, habla y voz no son lo mismo, sino que el sonido vocal es tarea de los órga-
tamb,le~ se ha dIcho en los proemios de las Categorías; en camb io, en relación con cl disctU'so nos voca les, el habla de [los órganos) del hab la, de los que el primero es la lengua, luego la
a po~antIco c~mpleto que procede de la combinación de ellos se considera no sólo lo verdade- nariz, los labios y los dientes. Órganos voca les son la laringe, los músculos y los nervios que
ro SinO tamb ién lo fa lso, y, como antes de los sonidos voca les, se considera lo conccmiente a la ponen en movimiento . Éstos transportan el poder desde el cerebro a estos [órganos]. Los
est~s. conc~ptos, por cuanto [ta les conceptos] son causa de los sonidos vocales. [ ... J Los peri- antiguos no llamaban "voz" a todo sensible prop io del oído ni solamente a aquel que se emite
patchcos d ICen en contr~ de ellos que razonablemente mencionamos los demás casos por el por la boca, en el cual se incluye "llorar", "silbar", "quejarse", "toser" y todo lo que es de esa
hecho de que se han declmado de un [caso] recto, y que es justo llamar al caso recto de acuer- Índole. Pero solamente al sonido vocal humano, en virtud del cual conversamos unos con
do con un cierto discurso por cuant~ se declina a pa rtir de algo. Pues, evidentemente, convie- otros, 10 llaman "voz".
ne que to~? c~so s~ produzca a partIr de algo ordenado más arriba; los de la Estoa responden 8.10 Varrón, De lingua lalina 6.56 (SVF 2.143; FDS 512)
que tambl en este (l.e. el caso recto) se ha declinado a partir de un concepto que está en el " Hablar" (lOqUl) se dice [en latín] a partir de "lugar" (Iocus), porque cuando se dice que
alma, pues. cuando deseamos mostrar el concepto de Sócrates que tenemos en nosotros mi s- alguien habla por primera vez d ice vocablos y otras palabras antes de que sea capaz de decir
m~s profenmos el nombre "Sócrates". Así, pues, tal como se dice que un lápiz, cuando se lo aquellas cosas en su lugar [apropiado] . Crisipo niega que esto sea "hablar", sino que es "como
de~a caer desde 10 alto, ha caído compactado como algo recto y ha obtenido un caso recto del hablar"; porque tal como la imagen de un hombre no es un hombre, así también en los cuer-
mismo modo ta~bién consid.eramos que el [caso] recto se ha decl inado desde el concep'to y vos , en las cornej as y en los niños que comienzan a pronunciar las palabras no son palabras,
q~e es recto ~ebld? al arquetipo de la pronunc iación según el signifi cado. Pero si es por eso, porque no hablan. Por lo tanto, habla aquel que pone cada palabra en su lugar a sabiendas, y
dicen lo~ penpatétlcos, que ustedes consideran llamar recto al caso, también ocurrirá que los se ha expresado quien en ese momento ha manifestado hablando lo que tenía en su mente.
verbos tienen casos y que las palabras por natura leza no admiten la declinación. Esto, sin
e,~bargo, es claramente absurdo y se encuentra en confl icto con lo que ustedes mismos trans- 8.11 Sexto Empírico, PH 2.81-84 (LS 33P; FDS 322)
miten. Es por eso, consiguientemente, que debemos preferir la ordenación peripatética sobre Pero si incluso concediéramos ex hypothesi que hay un criterio de verdad, se descubre
estos asu?tos. [ ... ] El filósofo Portirio señaló de un modo completamente adecuado que "es" que es inútil y vano si recordamos que, en cuanto a lo que dicen los dogmáticos, la verdad es
no se entiende en lugar de cualquier verbo, s ino que estima que lo mi smo que únicamente se inexistente y lo verdadero insustanc ial. Lo recordamos así: se dice que "verdadero" difiere de
altera .desde el "es" y que signifi ca la existencia [de algo] j unto con el nombre produce un "verdad" de tres maneras: (i) en cuanto a la sustancia, (i i) en cuanto a la composición y (iii) en
e~1Unclado completo, pero que cuando está junto con los casos produce uno incompleto. Pues cuanto al poder. (i) En cuanto a la susta ncia porque lo verdadero es incorpóreo -p ues es una
ciertos verbos, cuando están coordinados con los casos, tambi én producen enunciados verda- proposición, es decir, un decible, en tanto que la verdad es un cuerpo - pues es un conocimien-
deros o"falsos, pero no pueden,;star cO,?r~inados con los nombres; como "da pena", por ejem- to declarativo de todas las [proposiciones] verdaderas, y el conocimiento es lo rector dispues-
plo en a Sócrates le da pena , pues Socrates da pena" está descoordinado. En esos casos to de cierta manera, tal como también un puño es una mano di spuesta de cierta manera, pero
[:or~rio] tam?ién investiga la ord~l~ac i ón de los estoicos que es de tal índole respecto de los lo rector es un cuerpo, ya que, según ellos, es háli to). (ii) En cuanto a la composición porq ue
temllllOS predicados en las propOSICIOnes. Lo predicado se predica o bien del nombre o bien lo verdadero es algo simpl e; por ejemplo, "yo converso". Pero la verdad está compuesta de
?el caso, y cad~ uno de ellos es o bien completo, como lo que se predica y es autosuJiciente muchos conocimientos verdaderos. (ii i) En cuanto al poder porque la verdad depende de un
Junto. con el sUjeto p~ra que s~ genere una afirmac ión, o bien es incompleto y requiere de un conocimiento, pero lo verdadero no depende por completo, razó n por la cual sostienen que la
añadIdo para prodUCIr un predicado completo. Ahora bien, si algo que se predica de un nom- verdad solamente se encuentra en el virtuoso, pero lo verdadero también en el ruin, pues es
b.re ~roduc e un~ afirmac ión, ellos lo llaman "predicado" y "suceso" (ambas cosas en efecto posible que el ruin diga algo verdadero. Estas son las tesis [que defiendenJ los dogmáticos;
slgmfican lo mismo), como "pasea" en, por ejemp lo, "Sócrates pasea". Pero si [al~o se predi~ pero nosotros, atendiendo de nuevo al pl an de nuestro escrito, produciremos ahora nuestros
ca] de un ~aso, es un "cuasi-suceso", como si se encontrara j unto a un suceso y fuera como argumentos solamente en relación con " lo verdadero", porque la verdad, que se di ce que es un
[una especie] de "cuasi-predicado", como "da pena", por ejemp lo, en " a Sócrates le da pena". sistema del conocimiento de las cosas verdaderas, es cancelada junto con ello. De nuevo, dado
En efecto, la [expres ión] "se arrepiente" es un suceso, pero "da pena" es un cuasi-suces o que algunos de nuestros argumentos -a través de los cuales disputamos la existencia misma
182 Teoría del signi ficado: los lekrá 183
Capitulo 8

de lo verdadero- son más generales, otros - a través de los cuales mostramos que Jo verdadero anhelamos lo que debe anhelarse y deseamos lo que debe desearse, ya que las elecciones,
no e~iste en el sonido vocal , en lo decib le, o en el movimiento de la mente-- son específicos, deseos y anhelos lo son de predicados, y así también los impulsos. No obstante, elegimos,
consIderamos que es suficiente por el momen to establecer únicamente los que son más gene- anhelamos y, de un modo semejante, deseamos tener los bienes, por 10 cual los bienes tam-
rales. bién son elegibles, anhelables y deseables, ya que elegimos tener prudencia y moderación
8.12 Ps. Ga leno, De hisloria philosophica 13, 2-11 (FDS 323) <pero> no, por Zeus, el actuar con prudencia o moderación porque son incorpóreos, es decir,
predicados.
Verdadero es lo que se opone a algo; lo verdadero difiere de la verdad de lres maneras;
en cuanto a la sustanci a, a la composición y al poder. En cuanto a la sustancia porque lo ver- 8.15 Aleja ndr o de Afr odisia, ¡JI A. Pro17,32-18,7 (FDS 1057)
dadero es un incorpóreo (pues una proposic ión también es un incorpóreo), pero la verdad es En efecto, en "si es de día, hay luz" que haya luz se sigue necesariamente de "es de día",
un CU~~O. En efecto,. es un conocimiento de todas las [proposiciones) verdaderas, pero el pero no de un modo silogístico. También cometer un error se sigue del que roba y co meter
conOCimIento es, en clerlo modo, lo rector [del alma] , y lo rector parece ser hálito, lo cual, injusticia del que injuria, pero no por eso esas cosas son silogismos, pues lo propio de un
precisamente, parecería que plausiblemente es en especial de natura leza corpórea. En compo- silogismo es probar a través de muchas cosas lo que es necesario. Por tanto, tampoco las
sic ión estas cosas difieren porque lo verdadero es simple (por ejemplo, "yo estoy conversan- expresiones son más que las cosas establecidas, sino que estas cosas significan lo mismo que
do") y por hallar para nosotros la verdad, que comprende todas las (proposiciones] verdade- lo primero y, de esta manera, tampoco habrá un si logismo a partir de cosas de tal índole. En
ras. En cuanto al poder se distingue porque lo verdadero le sucede también a un vi l (pues efecto, también es así el argumento en virtud de lUla sola premisa, ta l como el que dice "es de
incluso el que no se esfuerza mucho a veces hab la de un modo verdadero), pero la verdad día; pero no es el caso que no es de día. Por lo tanto, hay luz". Pues "no es el caso que no es
solamente se da en los virtuosos. de día" sólo se diferencia de "es de día" por la expresión.
8.13 Este ban de Alej and ría, ¡JI ¡1II. 11,8· 12,7 (FDS 792) 8. 16 Sexto Em piríco, AM8.96-98 (SVF 2.205; LS 34H; FDS 916)
Pues bien, Aristóteles afirma que tales cosas (i.e las partes del discurso, los casos, Jos Entre las [proposiciones] simples, unas son definidas, otras indefmidas y otras interme-
verbos, los nombres) difi eren del nombre de la siguiente manera: porque el nombre que está dias. Definidas son las que enuncian indicativamente (o "deícticamente"); por ejemplo, "éste
completamente coordinado con el "era" o el "es" o "será" es verdadero o falso, pero estas pasea, "éste está sentado" (pues [cuando en uncio esas proposiciones J indico una persona
cosas no lo son. El "es", "era" y "será", como señaló el filósofo Porfirio, se ha dicho solamen- particular). Indefinidas, en cambio, son, según ellos, aquellas en las cua les hay una parte
te en los verbos mismos que expresan existencia y ya no en los demás verbos. En efecto, los indefin ida dominante; por ejemplo, "alguien está sentado". Intennedias, por su parte, son las
demás verbos que están coordinados con los casos se encuentran directamente desorganiza- que son de l siguiente modo: "un hombre está sen tado" o "Sócrates pasea". Pues bien, "alguien
dos. Pues nadie dice "de Sócrates pasea", de donde también investiga allí la ordenación de los pasea" es indefinida porque no ha definido a ningún individuo pa!ticular ~ntre los que están
estoicos, porque lo que se predica de algo se lo predi ca o bien de un nombre o de un caso paseando (en efecto, se puede enunciar en común en cada uno de ellos). "Este está sentado",
recto; y si de un nombre, se produce un enunciado completo o no comp leto. Y si se produce en cambio, es definida porque ha definido a la persona indicada. "Sócrates está sentado", por
un enun~iado completo, lo llaman "predicado" o "suceso", pues ellos llaman a lo mismo [así], su parte, es intermedia porque no es indefinida (pues ha definido la especie [a que pertenece el
y es obVIO que es la causa. Pues dicen "predicado" porque se enuncia o se dice y se predica de individuaD ni definida (pues no se enuncia con una indicación), sino que parece que es inter-
un suj eto: y es un "suceso" porque caminar le sucede a Sócrates. En cambio, si no se produce media a ambas, a la indefinida y a la definida. Y sostienen que la indefmida -"alguien pasea"
un enunCIado completo, se llama "cuasi-predicado" o "cuasi-suceso", como "Sócrates ama" o "alguien está sentado"- se vuelve verdadera cuando se descubre que la defi ni da - "éste está
pues omite a alguien; pero, de nuevo, si se predica de un caso, produce o una proposició~ sentado" o "éste pasea"- es verdadera. Pues si no hay ninguna persona particular que esté
completa <*> menor o un predicado, como "a Sócrates le da pena"; o bien <no> se produce sentada la indefinida "alguien está sentado" no puede ser verdadera.
una proposición comp leta y la ll aman "menor" o "cuasi-pred icado" o "menor" o "cuasi-
suceso~\ como "a .Sóc~ates le preocupa", pues omite algo, como "Alcibiades" o algún otro. 8.17 Sím plicio, ¡JI cat.396, 3-22 (SVF 2.177)
Pues bien, las explicacIOnes de estos casos en cuanto D lo demás son idénticos, pero junto con Hay que entender lo siguiente: que a veces los nombres no privativos - como "pobreza"
el "es", o el "será" o el "era" no son verdaderos ni falsos. que es la privación de dinero y "ciego" que es la privación dc la vista- revelan la privación, y
otras veces los nombres pr"ivativos no revelan la privación. En efecto, "inmortal", que tiene la
8.14 Estobeo, Ec/. 2.78, 7-11 ; 97,15-98,6 (SVF3 .91; LS 33J) figura privativa de la expresión, no significa privación, pues no está en lo que es por naturale-
Dicen que lo elegible y lo que debe ser clegido son diferentes. Lo elegible es todo bien, za estar muerto, [pero] luego cuando [uno] no está muerto, usamos el nombre. Hay, sin em-
en tanto que lo que debe ser elegido es todo acto beneficioso, que es considerado [como talJ bargo, una enorme confusión en cuanto a las voces privativas, pues, dado que ellas se pronun-
en relac.ión ?on tener el bi.en. Por eso elegi mos lo que debe ser elegido; por ejemplo, el actuar cian a través de {preposiciones comoJ "sin" -como en el caso de "sin casa", "sin hogar"- , a
con .sablduna qu.e es c?nsldera~o [como taq en relación con tener sab iduría. Sin embargo, no veces sucede que se las confunde con las afirmaciones y otras veces con sus contrarios (se .
e~egllno.s lo elegible, S100 que sm duda elegmlos tenerlo. [ ... J Dicen que, tal como lo elegible se con las negaciones de dichas afirmaciones). En efecto, tal como la cobardía es el contrario de
dlferencla de lo que debe ser elegido, así también lo deseable se diferencia de lo que debe ser la valentía, así tambien la injusticia 10 es de la justicia, por ser contraria a la justicia. Con
deseado, y lo que es anhelable de lo que debe ser anhelado, y lo aceptable de lo que debe ser frecucncia [una voz privativa] también revela el mal, tal como cuando llamamos "áfono" al
aceptado. En efecto, los bienes son elegibles, anhelables, deseables y aceptables, en cambio poeta trágico que suena mal; también revelan afirmaciones a través de voces privativas , como
los actos benefic iosos tienen que elegirse, anhelarse, desearse y aceptarse, ya que son predi- "diferentes-indiferentes", "útil-inúti l". A veces también significan más cosas, en la medida en
cados y adyacentes a los bienes. Ciertamente, nosotros elegimos lo que debe ser elegido, que revelan una afirmación, una privación, una contrariedad, como "áfono". Ellas (sc . afirma-
Teoría del significado: los lektá 185
184 Capítulo 8

en el pensamiento. En efecto, corresponde al pensamiento no admitir falsedad al~na, en tanto


ción, privación, contrari edad) también significan diferencias contrarias, tal como la ausencia
que a la interpretación le corresponde no poner ningún obstáculo entre los que estan en contra
de oportunidad también reve la lo contrario de la oportunidad, pero, en general, no muestra
nada privativo, porque también la perversidad es contraria a la bondad y la ausencia de per- de la más precisa demostración.
versidad es privación de perversidad, y lo es cuando además muestra bondad. Dado que la 8.21 Porfirio, De abstinen/ia 3.2-3; 3.7, 1-7 (FDS 529A)
irregu laridad es enorme, Crisipo la abordó en sus tratados Sobre las cosas privativas; Aristó- Puesto que de acuerdo con los de la Estoa hay dos [tipos de] discurso, el.intern.o ~ el ~ro~
teles, en cambio, no se ocupó de eso, sino que solamente trató acerca de lo que se da según el nUllciado, y, de nuevo, dado que el uno es correcto y el otro incorrecto, convIene dlstl~gulr SI
estado y la privación. los animales se encuentran privados [de alguno de ellos]. ¿Es que acaso [están prIvados]
solamente del [discurso] correcto y no simplemente de l discurso? ¿O bien [se encuen~ran
8.18 Sexto Empírico, PH 1.65-66
privados] por completo de todo [discurso] que proviene tanto. del interior como d~l exterIor?
Vayamos pues al di scurso; de éste, uno es interno, otro pronunciado. Pues bien, veamos
Claramente, parecen querer decir que están completamente prIvados de ellos, ~o solo del que
primero lo que se refiere al interno. Éste -de acuerdo con los dogmáticos que ahora son nues-
es correcto. Pues si así [no fuera] , no serían animales irracionales sino raCIOnales, como,
tros principales oponentes, los estoicos- parece ocuparse de lo siguiente: de la elección de lo
según ellos, son prácticamente todos los seres humanos; en efecto, de acuerdo con ellos, sólo
apropiado y de la evitación de lo ajeno, del conocimiento de las artes que contribuyen a eso,
ha habido un sab io o dos, y únicamente entre ellos la razón (o discurso) es recta, en tanto que
de la captación dc las virtudes según la propia naturaleza <y> de las cosas que se refieren a las
todos los demás son vi les, aun cuando unos estén progresando y otros tengan una acumula-
pasiones.
ción de vileza, [y] aun cuando todos sean igualmente racionales. Conducidos p~r ~u egoísmo,
8.19 Sexto Empírico, AM 8.275-276 (SVF 2.135; 223; LS 53T; FDS 529) llaman "irracionales" a todos los otros animales sin distinción, pues desean mdlcar que su
Pero si el signo no es sensible, como probamos, ni inteligible, como establecimos, y si al privación completa de razón se debe a su irracionalidad. Des?e luego. que, si ~ay que decir la
margen de éstas no hay una tercera [posibilidad], hay que decir que no hay signo a lguno. Los verdad, no sólo puede contemplarse la razón en todos los anllnales SID m.á,s. SIDO qu~ en mu-
dogmáticos, sin embargo, han enmudecido respecto de cada una de las cosas que se han pro- chos de ellos [la razón] posee [como ciertas] advertencias para su perfecclO~. P.ues bien, dado
bado de esta manera y, al estab lecer lo contrario, afIrman que el ser hwnano no se diferencia que el di scurso (o razón) era doble -el que se da en [el plano de] la pronuncIacIón y e! que se
de los animales irracionales en virtud del di scurso pronunciado (pucs también los cuervos, da en el de la disposición [interna]-, comencemos primero por el que es. pronunCiado: es
loros y arrendajos profieren sonidos vocales articulados), sino del [discurso] interno. Tampo- decir, el que se forma en el plano del sonido vocal. Si el discurso pronunCiado e~ , efectiva-
co [difiere] únicamente en virtud de la simple presentación (pues los irracionales también mente un sonido vocal significativo de 10 que es interno y de los estados emOCIOnales del
experimentan presentaciones), sino en virtud de la presentación transitiva y compositiva. Es alma, 'sonido que se da a través de la lengua -sin duda, esta caracterizació~ es muy gene;al y
precisamente por eso que [el ser humano], al tener un concepto de secuencia [lógica], inme- ya no sigue a una escuela [determinada] , sino sol~mente ~l concepto de d~scurs? (o razon)-,
diatamente, a causa de dicha secuencia, capta la noción del signo. En efecto, el signo mismo . por qué están excluidos de él los animales que emIten sOllldos? ¿Y por que no piensan lo que
es algo de esta índole: "s i esto, esto [otro]". Por consiguiente, el que exista el signo sigue a la "experimentan incluso antes de decir lo que van [a decir1? Desde lu~go que. 11 amo " p~nsamleD-.
naturaleza y la estructura del ser humano. to" al sonido vocal [emitido] en silencio en el alma. Por ende, SI se e~te un sOOldo vo~al
gracias a la lengua, de cualquier modo que suene, ya sea al modo de un barba~o. o de un ~ne­
8.20 Filón de Alejandría, De ..ita Masis 2.127-129 (FDS 531)
go, de un perro o de un buey, los animales que emiten so~idos vo.cale~ parttcIpan de dlch?
No es inútil que el pectoral sea doble, pues doble es por naturaleza el discurso, tanto en el
discurso (o razón). [ ... ] Pero también hay que mostrar su discurso mten~r (se. el?e los .am-
universo como en el scr humano. En el universo [se da ], por un lado, el [discurso] concer-
males), es decir, el interno. Parece, sin embargo, que la diferencia, como mcluso dice ArIstó-
niente a los incorpóreos y a las Ideas paradigmáticas, a partir de los cuales se constituyó el
teles en alguna parte, no se distingue en un sentido sustancial, sino que se ve en el má s ~ el
cosmos inteligible y, por otro lado, el que concierne a las cosas visibles quc, claro está, son
menos. Tal como muchos también creen, que la diferencia entre los dioses y nosotros radica,
imitaciones e impresiones de aquellas Ideas, a partir de las cuales se completó este [cosmos]
no en un aspecto sustancial, sino en la precisión o no del discurso (o razón).
sensible. En el ser humano, en cambio, está el [discurso] interno, por una parte, y el pronun-
ciado, por la otra: aquél es como una fuente, en tanto que éste se ha generado al fluir desde 8.22 Filó n de Alejandría, De migratione Abrahami 78 (FDS 533)
aquél. El lugar del [discurso interior] es lo conductor, el [del pronunciado] es la lengua, la Por eso, [Moisés] dice expresamente que Aarón, el di scurso pronunciado, lo llama como
boca y cualquier otro instrumento propio del sonido vocal que se da en la pronunciación. El auxilio. "Mira", dice [la Escritura], "¿no es Aarón tu hermano?" En efecto, dado que la natu-
artesano confirió una forma cuadrangular al pectoral, sug iriendo enigmáticamente muy bien ra leza racional es la única madre de ambos, sus vástagos son sin duda hermanos. "Sé que
que no sólo el discurso de la naturaleza , sino también el del ser humano deben estar comple- hablará", pues lo propio de la mente es comprender, en tanto que emitir u.n sonido e~ 10 propio
tamente fijos y no ser agitados en sentido alguno. Ésa es la razón por la cua l también ha asig- de la pronunciación. "Él mismo", dice [la Escritura], "~mitirá un somdo ~ara ti", pues el
nado al discurso las dos virtudes mencionadas, la demostración y la verdad. Pues el discurso intelecto, al no ser capaz de exp li car 10 en él está determmado: se vale del discurso qu~ },c ~s
de la naturaleza es verdadero y demostrativo de todas las cosas, y el del sabio, que imita al de vecino como de un intérprete para demostrar lo que está expenmentando. Luego añade. ~ I­
la natura leza, convenientemente debe ser el que se encuentra más alejado de la falsedad, debe ra, él vendrá a tu encuentro", porque, en realidad, el discurso sale al encuentro de las refle~lO­
honrar la verdad, y no debe ocultar por envidia ninguna cosa cuya revelación podría benefi- nes, les añade verbos y nombres, y estimula lo carente de significado d~ modo de convertulo
ciar a quienes están aprendiendo. Desde luego que no, sino que a los dos discursos que se en un significado. "Y al verte", dice, "se alegrará de ello", pues el diSCurso ~e alegra y se
encuentran en cada uno de nosotros, al pronunciado y al interior, les confirió como propias regocija cuando la reflexión no es confusa; y puesto que es clara, se vale [del discurso] como
sus dos virtudes: al pronunciado la demostración, al [interior}, en cambio, la verdad que se da
Teoría del significado : los lektá
187
186 Capítulo 8

los estoicos) "voz" o "discurso" (aú8~; cf. texto 8.9 y Galeno , In Hippocratis Librum Epide-
de un intérprete infalible y rápido que tiene abundancia de nombres exactos, prec isos y llenos
miarnm Commentarii 17a.757, 11 ss. = FDS 478). Pero si hemos de tomar nuestro texto 8.1
de una enorme distinción.
como informando doctrina estoica genuina (probablemente, las tesis del estoico Diógenes de
COMENTARlO Babilonia), no es cierto que los estoicos identifiquen la q>cúv~ c.amo algo exclu~ivo del s~r
La lógica estoica, como las demás partes de la fi losofía, opera sobre la base de la distin- humano pues también incluye sonidos inarticulados (como un rUido). ~ero el car~cter carpo-
ción onto lógica funda mental: CUClpO e incorpóreo. Dicha distinción se aprecia con claridad en reo de la voz O sonido vocal está suficientemente probado para los estOIcos a partir del hecho
la fonética y la semántica estoicas, algunos de cuyos elementos se discuten en los textos in- de que, cuando uno lo profi ere, llega a los oyentes que son capaces de oírlo. En .vir~? dc su
cluidos en este capítulo. De hecho, no hay modo de entender la fonética estoica (centrada en teoría fisicalista de la percepción (para la cua l cf. nuestro capítulo 13 ; para la e.xplIcaclO.n de la
ítems corpóreos) sin tratar al mismo tiempo la semántica, que se ocupa de ítems incorpóreos, fisiología de la percepción y en particular dc la audición cf. 13.13) los esto ICOS explIca,n la
pues la "voz" o "sonido vocal" (cp(Ov~) no es más que " aire golpeado" (cf. texto 8. 1) y, por audición como una corriente de hálito (un cuerpo) que va desde lo rector del alma (un Item
ende , un cuerpo, en tanto que el significado es el estado de cosas o lo que ciertos sonidos corpóreo) al oído (otro cuerpo). Una expresión (o "dicc~ón"; U~H;) •. en camb.io •. es siempre
vocales significan para aquellos que son capaces de entender dicho significado (cf. tex tos 8.2 articulada aunque puede ser no significativa, como " blitun" (que en gnego no SIgnIfica nada y
y 8.3). Hay un senti do, entonces, en que el soni do vocal o voz "consta" de UD ingrediente menos aún en español); que una Aé~tC; es articulada debe significar que es " pronunciable",
corpóreo y de otro incorpóreo, de modo que una q>wv~ estoica, además de un mero ruido, aunque 10 que un hablante pronuncie no necesar~amente debe se.r s i~nificati,;o (cf. ~~x~? 8.10;
también puede ser significativa para quien la pronunc ia o la oye y es capaz de comprenderla. en el texto 8.1 también se aclara que, según Otógenes de Babtloma, una expreslOll es un
El significado de dicha voz, por su parte, aun siendo por sí un item incorpóreo, requiere de un sonido vocal escrito, como "día". Eso indica que la Aé~tI:; puede entenderse como un tipo o
cuerpo que oficie de portador de esa intención significativa. Si esta especie de relación de co- especie de cpúlV~, de donde se sigue que también ~ebe se.r un cuerpo). El ?echo de que ~a
dependencia entre el sonido voca l corpóreo y el signi ficado incorpóreo es plaus ible, se puede Aé~l¡;; pucde no ser significativa también aclara la dIferenCia entre Aé~lC; y ).,oyOC;: en tanto este
comprender por qué los estoicos parecen habcr pensado que su fono logía deb ía tratarse aso- es siempre significativo, aquélla puede no ser significativa, pero tanto el uno como l~ olra son
ciada a su semántica. El otro detalle importante de este capíhdo tiene que ver con el hecho de cuerpos. Pero un AóyoC;, también es una cierta especie o tipo de cpúlvf¡ (i.e. " un S?Ol~o v~cal
que muchas de las distinciones importantes que encontramos en estos textos parecen pertene- significativo emitido desde la mente", lo cual parece garantizar que siempre sea slgmficatl:o;
cer más a la gramática que a la lógica o la semánti ca. En efecto, en ellos hay detalladas distin- 8.1), y si es un sonido voca l, es un cuerpo. Más aún, si una ~enominación. o apelahv?
ciones sobre qué es un nombre (Ovol.m), una denom inación o apela tivo (ltpoOT]yopía), una (npo<J1lY o pta) es una parte del A6yoc; que indica una cualidad pecuha.:; y las cualtdades estOi-
proposición (a~íúlJla) , un predicado (KaTT]yópl'wa) y sus tipos (activo, pasivo, "pasi vo- cas son cuerpos o estados corpóreos (cf. capítulo 3, texto 3.8), tambten el AóyOC; debe ser un
reflexivo", etc.; cf. texto 8.2). Pero eso so lamente es una falsa apariencia, pues los estoicos ítem corpóreo.
parecen haber incorporado sin problemas la gramática a su lógica y, por ende, también a su Los estoicos (y por lo que informan los Commentaria in Dionysii Thracis Artem Gram-
leoría del significado. Como ha mostrado Frede (1987 : 303), las "partes del discurso" estaban malieam 482 3-32 ex Heliodoro = FDS 48 1- probablemente reproduciendo los argumentos
incluidas en la sección de la dia léctica estoica que trataba sobre el sonido vocal, el significan- del estoi~o Oiógen:s de Babilonia, citado en nuestro texto 8.1 ) argumentan a favor de la tesis
te y el sign ificado (cf también capítulo 1, texto 1.1, capítulo 5, texto 5.1 , DL 7.43, Barnes de que una <púlvT] no es más que "aire golpeado o el sensible propio del oído" (cpúlv~ Ecrt'1V allP
1999: 201 y Blank-Atherton 2003: 314). El comentario a este capítulo se divide en dos partes: nE1[AT]YI..lÉvoc; ~ ro tOtOV alcr8T]r¿)V aKoi1.~), es decir, una voz o sonido vocal es un cuerpo. En
en la parte (i) discutimos la di stinción corpóreo-incorpóreo aplicada a la fonología y semánti- los Commentaria recién mencionados aparece un importante elenco de argumcntos que habría
ca estoicas; en la parte (ii) tratamos la relevancia de la teoría esto ica del significado (AeK'tá) uti lizado el estoico D iógenes de Babilonia en su tratado Sobre el sonido vocal; varios de esos
en el trasfondo del corporeísmo estoico y ofrecemos una evaluación general de la innovación argumentos operan sobre la base del supuesto flsicalista de ,que sólo .10 que es corpóreo es
estoica. capaz de poner en movimiento o de actuar sobre algo corp?reo, un. tIpo ,de argumento ~~e
(i) En la antigüedad tardía parece haber constituido un problema serio determ inar si la veremos repetido de nuevo en el capítulo 13, cuando se exphca la fislOlogla de la perc.ep~lOn
voz o sonido vocal (q>OJv~) era un cuerpo o no (cf. texto 8.3 y las fuentes peripatéticas citadas (cf. textos 13.3 y 13.13) Y en el capítulo 14 a propósito de la c~us~lidad. Com.o he~?s mdlca-
en nota a la linea 12 del texto griego); el problema seguramente no es irrelevante pues no do recién, la premisa general que gobierna los argwnentos atnbuldos al estoICO Ol ~gen~s de
parece tan simple establecer con claridad cuá l es la diferencia entre (a) el sonido vocal como Babilonia es que el sonido voca l es un cuerpo si y sólo si puede actuar (cf. 8: 1.: ltav yap. ~o
entidad física capaz de excitar nuestro sistema senso-perceptivo, por un lado, y (b) el signifi- notoüv crro¡..tá E()tt) y recibir una acción, ya que todo lo que pucde actuar y reCibir una acclOn
cado de dicho sonido vocal, por el otro. Parece haber habido un esfuerzo por parte de los es un cuerpo. Y una q>cov~ de hecho actúa y recibe una acción: acnía porque, cuando oímos
estoicos por dejar en claro que un significado no es reductibl e a un sonido vocal ya que éste una voz o el sonido de las cítaras, experimentamos un estado placentero, que es un estado
también puede ser no signifi cativo (como un ruido: ~Xo~; cf. tex to 8. 1). Hayal menos tres corpóreo (e incluso anímico, pero como el alma es un cuerp?, la explicación ?u~de quedar
ténninos que requieren una acl aración por su re levancia técnica: <pO)v~ ("voz" o "sonido coherentemente anclada del lado flsicalista también para explicar un estado anlmlCO agrada-
voca l"), Aé~tC; ("expresión", pero quizá también "dicción") y A6yoC; ("discurso" o " lenguaje") . ble). Pero el sonido vocal también es afectado porque, cuando 10 emiti~nos se genera un viento
Parece que cpwVlí es el término más genérico porque incluye son idos inarticulados como los que hace que oigamos menos el sonido vocal emitid? por nosotros, mismos. En lo que parece
ruidos (cf. texto 8.1 y también la distinción de Galeno entre q>úlvT], Ótó>..zKTOC; y aúó~ en el estar pensando Diógenes para mostrar el aspecto pasIvo de la CProVll es en lo que suced~ cuan-
texto 8.9), en tanto que Ml;p; es sola mente un son ido articulado (el a lcance de es ta afinnación do uno emite una voz y, al hacerlo, uno mi smo produce un aire capaz de hacer que OIgamos
puede Vf!TSe en Diomedes, Ars Grammatica 2. 420, 9-21 = FDS 502, yen Amonio,in de inl. con menor precisión nuestra propia voz. Simplicio presenta algunas objeciones a " los que
31, 3-19 = FDS 504). Galeno sugiere que solamcnte la cpQ)v~ es propia del ser humano, ya que definen el sonido vocal como el sensible propio del oído", la princ ipal de las cuajes es que
cs gracias a ella que podemos conversar unos con otros y por eso la llaman (presum iblemente
188 Teoría del significado: los lek,á 189
Capítulo 8

esta definición lo es de lo audible, que es lo que le sucede al sonido vocal, pero el sonido Eso indica que, aunque los imperativos (como también las preguntas o averiguaciones) no son
v?cal no ,es lo único que es audible, porque tambi én 10 es el sonido ('V6<po~). Además, Simpli- verdaderos ni fals os, son, no obstante, significativos y que, por ende, son buenos ejemplos de
CIO tambIén se opone a admitir que el sonido vocal sea un cuerpo y expresamente dice que A.tK"tcX. En la di stinción técnica "decir"-"proferir" solamente se dice lo que es significativo,
Diógenes de Bab ilonia, al sostener que es " aire golpeado", está equivocado pues si lo que dice aunque puede proferirse o pronunciarse lo q ue no necesariamente lo es (cf. 8.11 ).
Diógencs es fact ible, argumenta Simplicio, el son ido vocal (<proV1Í) será un cuerpo y de esa Pero, ¿qué son los "decibles"? En un sentido general son todo lo que podemos deci r, pero
manera se es tará expl icando lo que ha experimentado la afección (el aire golpeado) en vez de " decir" debe restringirse solamente a lo que puede decirse de un modo significativo en el
la afección ~qlle .e~ el golpe). Si esto es así, el sonido vocal se dará en el golpe, no en lo gol- sentido recién indicado. Pero, ¿significativo para quién? Ob viamente, para quienes entienden
peado (cf. SimplicIO, in Phys. 425, 31A26, 6 =FDS 480). El argumento parece poco persuasi- la lengua en que se pronuncia el sonido vocal o, más precisamente, en el que se lo dice (cf.
vo porque los .estoi.c?s estarían muy cómodos con la idea de que una epwVlí es un cuerpo; el texto 8.3 ): cuando digo "llueve" o "Juan viene" esas expresiones son significativas para quie-
supuesto de SImplicIO claramente debe ser que, como sugiere Aristóteles, la voz o son ido nes entienden español, pero para quienes no lo entienden son solamente <provaí desprovistas
voca l es un sonido sign ificat ivo (cf. DA 420b32-33). Pero, como hemos visto, los esto icos de significa do, meros ruidos. Pero, ¿cuándo y por qué un sonido vocal se vuelve significat ivo
es tán i~teresad?s e~ ~efender la tesis de que no todo sonido voca l es significativo. A pesar de para alguien? Cuando ese a lguien ha aprendido a hablar la lengua en que ese sonido se profie-
las quejas de SImplicIO, es probable que la idea estoica de que la voz o sonido voca l no es más re, que es el momento en que comienza a identificar un sonido con una cierta estructura con-
qu~ aire golp.eado e_sté inspirada en el mismo Aristóteles, quien argumenta que dado que todo ceptual que le permite identificar tipos de cosas, es dec ir, cuando la <pú)v~ es no sólo aire
emIte un somdo (1tav I.jlOcpei) cuando algo go lpea algo, yeso es aire, razonablemente tendrían golpeado, sino también aire articulado y emitido desde su mente (cf. 8.1 ; esto último podría
voz los que en sí mismos reciben aire (DA 420b1 4-1 6). Al comienzo de este comentario ser puesto en duda a partir de la observación que hace Sexto en el texto 8.18, pues al meno s
hemos sugerido que los estoicos parecen haber creído que era necesario di scutir su fon ética algunos animales irracionales también son capaces de emitir son idos articulados, aunque los
asociada a su semántica. En efecto, si al menos algunos soni dos vocal es son signifi cati vos estoicos probablemente cuestionarían que tengan "mente". la cual corresponde a " lo conduc-
(como "es de día", que es un ejemplo de A6yoC; en 8.1 ), hay entonces una razón para sospechar tor" del alma; cf. texto 8.20). Esta diferencia entre mero sonido pronunciado o proferido y
que no hay forma de tratar la foné tica sin la semántica, ni la semántica sin la fonética, tal sonido significativo es formulada por los estoicos con cierta precisión en su d istinción entre
como no hay fonna de discutir los cuerpos sin Jos incorpóreos ni los incorpóreos si n los cuer- dos tipos de razón o discurso (A6yot;): pronunciado (1tpO<POplK6t;) e interno (EvOtáOetOt;; nues-
pos. tros textos 8.18-8.22 dan cuenta de esa importante distinción). E l di scurso pronunciado es un
(ii) Visto. desde el pUnlO de vista del significado (que es un incorpóreo; texto 8.2), un discurso común a racionales e irracionales (como infonna Sexto en el texto 8.19), pues tam-
AExt 6v lo es siempre de un cuerpo (un sonido voca l), que es el portador de dicho significado. bién hay animales irracionales que pronuncian sonidos articulados), de modo que los human os
Pero es.o no nos hab ilita a confundir el significado con lo que lo porta; por eso es relevante la no pueden di stinguirse de las bestias en virtud de este üpo de discurso. Según Sexto Empírico
aclaraCión (en el texto 8.1 ) de que los sonidos vocales se pronuncian O profieren en este mismo pasaje, lo que distinguiría a los irracionales de los racionales es 10 que llama
(rrpo<pÉpecr8at), ~n tanto .qu~ los ~ecibles (i.e. los significados) se dicen (Aiyetv). Deci r algo es, "presentación transitiva y compositiva": ll €tapaTlK~ Kat O1)Ve eTlK~ cpavracría), es decir, el
e~to?ces,'profeflr algo slgmficatwo; la mera pronunciación, en cambio, también puede ser no tipo de presentación que permite establecer una secuencia lógica (corno ocurre en el caso de
slgmfi call va, como cuando uno vocaliza un sonido como "blituri" o, como dice Varrón citan- las presentac iones humanas que no sólo tienen contenido proposici onal sino que además son
do a Crisipo, uno puede pronunciar un sonido voca l que sea signifi cativo en el idi oma en e l proposiciones). Pero como reporta el propio Sexto en el texto 8.18 y como lo confirman otras
que se lo pronuncia pero puede no estar habl ando. Es decir, si un cuervo, un loro o un niño fuentes (cf. Filón en 8.20 y 8.22), 10 que nos distingue de los irracionales es el "discurso
pequeño que no conocen el signi ficado del nombre común "casa" (una "denominación" o interior" (AóyoS EVOlá8etoS), que es el que se ocupa de la elección de lo aprop iado y de la
"apelati vo" en la jerga estoica) o de la proposición "la casa es grande" pronunci an esas expre- evitación de lo ajeno, del conocimiento de las artes, de la captación de las virtudes y, en gene-
siones, en rigor, aún no es tán hab lando ni d iciendo nada pues ignoran el significado de esos ral , de comprender. Dicho de otro modo, el di scurso o razón interior es la razón entendida en
ítems (cf. nues tro texto 8.11 ). Hab lar (8.11: loqzlI) o decir (8.1 : MySIV), entonces, req uiere no su sentido fue rte de comprender (en sentido teóri co y práctico). A pesar de los esfuerzos de
só lo pronunciar un sonido articu lado, sino también significa ti vo y, como enfa tiza Varrón Porfirio (en 8.21) por tratar de debilitar el enfoque estoico sobre la completa ausencia de
(c itando a Crisi po en 8.11), sab;endo que es sig ni fica tivo porque es lo que uno quiere decir o racionalidad en las bestias, parece que no hay evidencia alguna de que los animales irraciona-
significar de manera consciente. les tengan Aóyot; en el sentido vigoroso de "comprender". El argumento general de Porfirio en
A~n.que el ~I enco de .decibles (A€K"!á) es relati vamente amplio (en efecto, incluye no sólo contra de la tesis estoica de la completa ausencia de racionalidad de las bestias procede par-
P:Oposlclones, SIDO tambIén preguntas, averig uaciones, juramentos, imperati vos o prescrip- tiendo por el discurso pronunciado, que es común a seres humanos y animales: si el discurso
c iones; tex to 8.2), los estoicos parecen haber pensado que las proposiciones o "afirm ables" pronunciado es un sonido voca l significativo de lo que es interno y de los estados emociona-
\aSSerlibles; como s ugieren traducir Barnes 1999: 72; 200 Y Bobzien 1999: 93 el griego les, no hay razón para pensar que las bestias se encuentran completamente privadas de racio-
a.~I~¡.t.a"ta) son los íte~s que mejor ejemplifican (o que lo hacen delll1odo más completo) un nalidad, pues ellas también emiten sonidos significativos (o, como dice Sexto en 8.18 "articu-
slgmflcado en la medida en que son capaces de describir correctamente (cuando son verdade- lados"). Desafortunadamente para nosotros, Porfirio no expone su tratamiento del discurso
~,as) y. de ,~n modo completo ciertas cosas o hechos del mundo (la traducción de &~{ro¡.ta por interior; hacia el final de 8.21 solamente dice que también las bestias tienen este tipo de dis-
asertlble encuentra apoyo textual en nuestro texto 8.2, donde se define "proposición" como curso, pero no hay n ingún rastro en este pasaje de las características que, según otras fuentes ,
lo "afirmab le o negable": t O a1toepovtOV ~ Kotacpavt6v). Sin embargo, u n ítem significati vo no tendría el discurso interior según los estoicos. Si lo que informan Sexto y Filón es razonable,
s~ reduce a una propos.ición: cuando digo "Juan viene" signi fico algo (i.e. que Juan está vi- argumentar (como hace Porfirio) que los irracionales también son " racionales" por tener
mendo), pero cuando digo "Juan, ven" también estoy significando algo (i.e. que venga Juan). A6yO~ 1tpO<pOplK6¡;; es claramente insuficiente, pues lo decisivo es e l discurso interior entendi-
190 Teoría del significado: los lektá 191
Capítu lo 8

do como una capacidad de hacer juicios prácticos y teóricos y, en general, de comprender. ticos (y, claramente, tambi én para Sexto; véase el final del texto 8.1 t), pero es evidente que
Au?que los lOros,Y los aIT~ndaj~s sean capaces de emitir sonidos vocales articulados signifi- dicha distinción es coherente, una vez más, con la di scriminación ontológica estoica entre
cativoS, no hay mnguna eVidencia de que sean a la vez capaces de comprenderlos o de uti li- cuerpo e incorpóreo. Desde el punto de vista de la sustancia o del tipo de cosa o entidad que
zarlos de un modo constructi vo para elegi r lo apropiado y evitar lo ajeno, para conocer las es la verdad y lo verdadero, se trata de dos ítems diferentes porque lo verdadero es un in-
artes, etc. Y el~o es sencillamente así, podría argumentar un estoico, porque esos animales no corpóreo pues. "es una proposición" (Le. una proposición verdadera); la verdad, en cambio, es
?
s~b~n no entlend~n qué es lo elegible o lo evitab le o qué es conocer algo. En este caso, la un cuerpo porque es un conocimiento y el conocimiento es un estado del alma, que también es
dIstmclón entre dec ir y proferir que proporciona nuestro texto 8.11 es sin duda relevante. un cuerpo (cf. capítulo 13). Menos claro parece el modo en que la vcrdad difiere de lo verda-
Ahora bi~n,.s i un sonido vocal dej a de ser mero ai re go lpeado cuando alguien es capaz de dero según la composición: lo verdadero ("yo converso") es simple, mientras que la verdad es
en~ender .s u slgmficado, parece que también hay un aspecto fisiológico de los significados o, algo complejo en la medida en que está constituida de muchos conocimientos verdaderos (uno
~~as preclsaI~ente, un aspecto que se da asociado a procesos fisiológicos , porque un decible es siempre puede estar tentado a pensar que Sexto tiene razón cuando objeta a los estoicos que
lo que subSIste de acuerdo con una presentación racional" (texto 8.2). Una presentación tiene los incorpóreos no pueden dividirse, aunque probablemente un decible como "yo converso" es
un aspecto fis iológi co en la medida en que puede entenderse como un estado mental que simple porque significa una sola cosa, no porque está compuesto de otras cosas). Finalmente,
ocurre como el resultado de un <puv!acrróv. Que un decible "subiste" significa que es un in- en cuanto a su potencia (o "potencia significativa", como parece sugerir Long 1970: 98-99, al
corpór.eo (pu~s solamente los incorpóreos subs isten), y que subiste de acuerdo con una pre- interpretar OúVU~lli; en el texto 8.11 como "significado") porque la verdad, que es un cuerpo,
sentaCIón r~clOnal debe querer decir que, en cierto sentido, los significados son algo cercano a depende de un conocimiento, pero lo verdadero no depende completamente de un conoci-
los pensamle~tos, aun cuando no pueden identificarse con ellos: si los pensamientos estoicos miento, pues un <paüA.o~ estoico, que es un ignorante, también puede decir algo verdadero. Es
son presentacIOnes de un cierto tipo (i.e. presentaciones racionales, para las cuales cf. capírulo decir, uno puede deci r algo verdadero sin «estar en la verdad", por así decir, en la medida en
?, text~ 6.1, Long 1970; 82-84 y Frede 1994: 112), y las presentaciones son afecc iones o que su alma no está virtuosa y cognitivamente dispuesta en la dirección de lo que realmente es
ImpreSIOnes en el alma (cf. capítulo 6, texto 6.1 y 6.2) , los significados no pueden identificar- é1t1crt~l..rrl (esta conexión entre el estado cognitivo del agente y su disposición moral es tratada
se sin más co~ lo~ pensamien~os, pues los pensamientos (como las presentaciones) son cuer- y di scutida con cierto detalle en nuestro capítulo 26).
pos, pero los sIgmficados son Incorpóreos. Como vimos arriba, en la medida en que la característica esencial de los decibles no es
Al parecer, los es toicos no innovaron mucho respecto de qué es lo que gobierna el valor ser verdaderos o falsos, éstos no se limitan a las proposiciones: las preguntas, averiguaciones,
de verdad de una proposición (a#OO¡. w), a la que definen como "lo que, al decir, revelamos 10 prescripciones (expresadas por un verbo en modo imperativo), juramentos etc. significan algo,
que es verdadero o fal so" (texto 8.2). En el ejemplo "es de día"; cuando efectivamente es de aunque su contenido intencional no es asertivo, de modo que no son verdaderos ni fa lsos (cf.
día, la propos ició.n e~ verdadera y cuando no lo es se vuelve fa lsa (eso es lo que en los textos 8.2). Desaforrunadamente nuestro texto 8.2 está corrupto en la sección que comienza a hab lar
8.3 y 8.12 debe Significar que " lo verdadero es lo que es y lo que se opone a algo, y que falso de los juramentos como ejemplos de decibles, pero el pasaje 8.6 informa acerca de una proba-
es 10 que no es y lo que se opone a algo" : lo verdadero se opone a lo que no es el caso, y lo ble discusión sobre los juramentos y su probable contenido asertivo. La primera parte del
falso a lo que es el caso). Se trata de un cr iterio para establecer la verdad o fals edad de las texto (atribuida a Cleantes) intenta mostrar la diferenci a entre "conservar un juramento" (o ,
proposiciones familiar desde Ar istóteles, quien argumenta con cierta frecuencia que lo que más simplemente, "jurar bien": EuopKElv), y "cometer perjurio" (é1t10PKEiv), pero eso no
establece la verdad o falsedad de la proposici ón son las cosas o estados de cosas extra- aporta mucho a la discusión del probable contenido asertivo de los juramentos. La segunda
me~tales (1tpáy~la.ra), no los estados mental es privados (cf. especialmente Mer. 1051 b6-9), es parte del texto 8.6, atribuida a Crisipo, agrega que en el momento preciso en que uno hace un
deCir, 1.0 qll~ gobierna .la v~rdad.o falsedad de un enunciado es lo realmente exi stente, que juramento no puede saberse todavía si quien jura conserva su juramento o comete perjurio y,
determma S I el contemdo rntenclonal de una afrrmación es coherente con dicho estado de presumiblemente, si el juramento (o más bien, su conten ido, re. "lo que se jura") es verdadero
cosas ex istente: si lo es, es verdadera, si no lo es, es falsa. Una misma proposic ión puede ser o fa lso; hay que esperar al momento en que el contenido de tales juramentos se hagan efecti-
verdadera en t i y fa lsa en f2: el juicio (AÓyO~) u opinión (o6~a) permanecen sin cambio, pero vos, por así decir, en los hechos: si juro que no mentiré en el juicio y cuando llega mi momen-
pueden volverse verdader~s o .falsos según sea que coincidan con el estado de cosas (1tpéiy)..La), to de testificar en él miento, cometo perjurio (pues, como dice Cleantes, no cumplo mi jura-
al cual se refieren. Es decIr, SI el hecho o la cosa camb ia sin que uno lo advierta, lo que uno mento a propósito. Es decir, soy consciente de que mi testimonio es falso y de que he jurado
cr~a y afirm~ puede vo lverse falso sin experimentar cambio (cf. Aristótel es , Cal. 4a24-35). En no mentir, pero, de todos modos, no cumplo a propósito - npóOEolV EXOOV- mi juramento).
la Jerga estOIca, elnpéinm aristotél ico en conformidad con el cual debe encontrarse el conte- Pero lo jurado en mi juramento, ¿es verdadero o falso? Si me dirijo a la Corte y digo " Juro
nido intencional del decib le completo para ser verdadero es un TUrxávOV (en nuestra traduc- que lo que diré es la verdad y nada más que la verdad", pero cuando testifico miento no he
ci~n "el objeto") ; así, la proposición " Dión pasea" es verdadera si y sólo si hay un objeto conservado mi juramento. En este caso, de acuerdo con Cleantes, he cometido perjurio pues a
eXistente extra-mental , al cual llamo " Dión" y que efectivamente está pa seando en el momen- propósito no cumplo lo que he jurado. Ahora bien, uno podría sugerir otras dos interpretacio-
to en que digo " Dión pasea" (cf. textos 8.2 y 8.3). nes alternativas de qué significa jurar falsamente : (a) ese juramento, en el momento preciso en
En todo caso, lo q ue es claro es que, según los estoicos, lo verdadero (que es diferente de que lo hago, no es ni verdadero ni fa lso, pues debe llegar el mome nto apropiado (i.e. el mo-
"la ~erdad"; cf. te~tos 8.11 y 8.12) Y lo falso se dan en el dom..inio de los decibles (o, más mento en el que doy mi testimonio) para saber si cometo perjurio o no : si en el momento de
preCisamente, de ciertos decibles; las proposiciones), y que una característica esencial de los declarar no miento, es verdadero, si miento es falso. Pero (b), de acuerdo con otro ejemplo, si
d.ecibl es ~o ~s se~ verdaderos o fa lsos (esa es una propiedad exclusiva de las proposiciones), yo juro que asist iré a la confere ncia de mañana pero en el momento que hago el juramento sé
s~o ser ~1~~rficatI vos, yeso es as í porque los decibles son los significados. Es probable que la que en una hora saldré de viaje hacia otra ciudad, parece que mi juramento ya es fa lso en el
diferenC ia verdad-verdadero" haya resultado W1a sofisticación innecesaria para los pcripaté- momento en que lo pronuncio pues mi intención es no cumplirlo. Pero si mi viaje hacia esa
192
Capítulo 8 Teoría de l significado: los lektá 193

ciudad repentinamente se cancela por una huelga de la aerolinea y, finalmente, asisto a la su parte, es aquella que se compone de una partícula denegativa y de un predicado. La "partí-
conferencia (aunque sabía -o creía saber- que no lo haría pues sa ldría de viaje a esa ciudad), cula denegativa" es, claramente, un pronombre indefin ido negativo ("nadie", " ninguno"). La
~labré cons~rvado mi j,uramento, aunque en el momento de hacerlo juré falsamente (para una proposición privativa es la que se compone de una partícu la privativa y, virtua l o potencial-
mterpretaclón alternatIva del valor de verdad de los juramentos estoicos cf. Schenkevel1984: mente, de un predicado. Como explicamos (siguiendo a Brunschwig) en nuestras notas al
3 17). Pero, además, Cri sipo argumenta que jurar falsa mente no es lo mismo que cometer texto griego de 8.2, una proposición privativa se compone de un predicado potencial porque,
perjurio: cuando expreso el juramento, "Juro que lo que diré es la verdad y nada más que la la proposición "éste es q)lMvepoo1to~" sólo está virtual o potencialmente en "éste es
~e~dad" lo que juro es "lo que diré es la verdad y nada más que la verdad", y esto es un &.C¡H)."áv8pw1to( . Pero lo que este tipo de proposición parece indicar es que, aunque contiene
a~IO)lla, de donde debe seguirse que eso puede ser verdadero o falso (aunque no es exacta- un ingrediente privativo (en el ejemplo aqn)."ávOpco1toC;) es, no obstante una proposición com-
mente eso lo que estoy afinnando, sino "Juro que lo que d iré es la verdad y nada más que la pleta. Nuestro texto 8.17 puede echar luz al respecto: hay nombres no privat ivos que revelan
ve rdad"). Es probable que, si la reconstrucc ión de Bames del despedazado fragmento 10, privación (como "pobreza", que es privación de dinero); hay nombres pri vativos, en cambio,
co~u?IDas 9-!0 de .las Investigaciones lógicas de Crisipo (= SVF 2.298a) es plausible, lo que que no revelan O exhiben privación. Éste debe ser el caso involucrado en las proposiciones
CI'I~I~? quena deCIr ~o era que un juramento es una proposición, sino que contiene una pro- privativas: aunque el nombre a¡p\ÁávOpco1roC; parece revelar una privación , en realidad, no la
poslclOn (en el pasaje en cuestión de las Investigaciones lógicas cr isipeanas Bames lee revela ni sign ifica una privación, y lo que oculta es la proposición afi rmativa "éste es filántro-
1t€pt€tAl1J.lI. H~va a~1(b~lata; cf. Sames 1999: 201, n.157). po". La proposición predicativa que, de acuerdo con el texto 8.2, se compone de un caso rec to
Ahora bien, aunque la característica esencial de los decibles no es ser verdaderos o falsos y de un predicado, parece coincid ir con el t ipo de proposición simple que en nuestro texto
(y, co~no. hemos di ~l~o, no se ~ imitan a las proposi ciones: las preguntas, averiguaciones, y 8.16 Sexto ll ama " intermedia", i.e. la que no es ni definida ni indefinida (como señala
prescnpclOnes tamblen son decIbl es), las proposiciones reciben un tratamiento especialmente Brunsc bwig, es desafortunado que Sexto no suministre una definición positiva de las proposi-
detallado en nuestro texto 8.2, razón por la cual haremos un breve comentario de este tipo de ciones intermedias; para una dis cus ión de éste y otros detalles relacionados cf. Brunschwig
decible. La distinc ión más general es entre propos ic iones simples (o "atómicas") y no simples 1994b: 48-50). Por otro lado, como en este pasaje de Sexto, en 8.2 se caracteriza la proposi-
(que n~s.otros ll amaríamos "mo leculares"). Según la caracterización que de ambos tipos de ción definida como aquella que se compone de un caso recto deíct ico (o indicativo) y de un
proposIción aparece en nuestras fuentes, son simpl es las que no se componen de una " propo- predicado; por ejemplo, "éste pasea". Indefi nida, en cambio, es la que se compone de una
sición dup licada" o de proposiciones , como "es de día" (ejemp lo de "proposición duplicada" partícula indefinida y de un predicado. Pero nuestro texto 8.16 da algunas precisiones para
es "si es de día, es de día": p-p). Son no sim ples, en ca mbio, las que se componen o cons ti - explicar por qué una proposición es definida, indefinida e intermedia; además proporciona un
tuyen (.cruVE01'&ta.) de proposiciones duplicadas o "de proposiciones", donde la expres ión "de criterio para dilucidar cuándo una proposición indefinida y definida es verdadera. Las propo-
proposiciones" quiere decir "de más de una proposic ión" ("si es de día, hay luz"; p_q, donde siciones predicativas o intermedias (en caso de que, efectivamente, sean equivalentes) son
p. es la propos!c ión "es de día" y q "hay luz"). " Propos ición" es el género del cual "proposición explicadas del mismo modo en los dos textos ; la expl icación de cuándo una proposición es
sllnpl~ y no Simple" son sus especies, las cuales, a su vez, tienen tamb ién diferentes espec ies: indefinida es breve y un poco intrigante: cuando en ell a hay " una parte indefinida que sea
es~ecI.es de propoSicio.nes simples son las negativas, las denegativas, las hipernegativas, las dominante". La parte "dominante" sin duda es el término sujeto que, por ser un pronombre
pnva.tl~as , las predicativas, las definidas y las indefinidas. Especies de las no simples son las indefini do, le confiere el carácter de indefinida a la proposición y por ser el sujeto lógico-
cond l c l on~l~s, las paracondicionales, las conjuntivas, las disyuntivas; la discusión de este tipo gramatical parece tener el carácter "dominan te". La proposición intermedia es simplemente la
de proposIciones la reservamos para el siguiente capítulo. Ahora nos concentramos brevemen- que no es definida ni indefinida; pero lo interesante de este pasaje de Sexto (8.16) es el crite-
te el? las especie.s de proposiciones simpl es . El primer tipo de ell as es la negativa que, como es rio que provee para determinar el va lor de verdad de cada tipo de p roposición: una propos i-
ObVIO, se trata Si mplemente de la proposic ión negada: " no es de día". Pero los estoicos distin- ción indefinida ("alguien pasea") es verdadera cuando uno verifica que la proposición defini-
guier~n también una especie de proposición negati va: la hipernegativa, consistente en la da ("éste pasea") es verdadera. Es decir, la verdad de una propos ición indefinida es parasitaria
negac.lón de una proposición negativa; "no es el caso que es de día". Una proposición hiper- de la verdad de una definida, y únicamente puede decirse que una proposición definida es
negativa es, entonces, una doble negación que equivalente a una proposición afi rmativa como verdadera si es el caso que un individuo determinado del mundo, al cual refiere la proposición
también lo seilala Alejandro en nuestro texto 8.15 en su ejemplo de argumento "monoÍemáti- del caso, se encuentra en el estado en que lo describe la proposición correspondiente. Es
co"; "es de d ía" y "no es el caso que no es de día" se diferencian entre sí solamente por la también de esa manera que los estoicos parecen haber conectado las proposiciones interme-
expresión, pero la proposic ión es la misma (lo que Alejandro quiere mostrar en el contexto es dias ("un hombre está sentado", "Sócrates pasea") con las definidas: si una propos ición inter-
que lo que los esto icos llaman "argumentos monolemáticos" -oí 4y6J.leVOl flOvo).,,~flflatOl; in media es verdadera, tamb ién lo es para alguna entidad particular del mundo en ese momento
A.Pr; l?, 11.12- ,. i.e. los que po~cen una sola premisa, no son s ilogismos, precisamente por- la proposición definida que le corresponde ("éste está sentado" o "éste, siendo dicho 'és te'
q ue umcamente tienen una prem isa y lo que se presenta como dos premisas - "es de día ", "no Sócrates, está sentad o"). Como es claro a partir de estas distinciones, los estoicos pusieron las
es el caso.quc es de día"- son, en real idad, un a sola premisa). La objec ión de Alejandro pare- bases de la lógica proposicional y descubrieron algunas de sus leyes básicas, algunas de las
ce tener Cierto apoyo pues, como infonna nuestro texto 8.2, la proposic ió n hipernega ti va "no cuales categorizaron como "argwnentos silogísticos indemostrables" (para la discusión deta-
:s el ca~o. ~ue no es.de"dí~",establece o afirma (tí811ot) que es de día. Aunque la expres ión llada de dichos argumentos indemostrables, así como de los arg umentos reducibles a los
propOSlClOll afirmativa (a~tco¡.to KO'tO¡PQ't'tK6v) no es particularmente frecuente en los textos indemostrables mediante las reglas de reducción cf. nuestro comentario al capítulo 9, y una
dc lógica estoica, aparece al menos algunas veces (varias veces, en realidad, en SVF 2.180' cf. discusión detallada en Salles 2010).
también Simplicio, cuando en SVF 2. 176 observa que los estoicos consideran que únicam;nte El estatuto ontológico de los casos (moocr€l~) y su función en la teoría semántica esto ica
las proposiciones afirmativas se oponen a las negati vas). Una proposición "denegati va", por es un tema especialmente difíci l; dicha dificultad se debe, al menos en parte, al hecho de que
194 Capítulo 8 Teoría del significado: los lekrá 195

nuestras fuentes no son lo suficientemente explícitas o están fuertemente contaminadas de siguiendo la ortodoxia estoica, un bien es un cuerpo, y si la sabiduría es un bien, también ella
peripatetismo (para un resumen de las tres principales alternativas interpretativas de la ltlOOcrV; es un cuerpo, pe ro "saber", que se dice de o le ocurre a otra cosa, es un incorpóreo (como
estoica véase BJank-Atberton 2003: 325 . Nuestra interpretación coincide, en parte con la muestra Inwood 2005: 282-283, en Ep. 117.6 Séneca argumenta en contra de la tesis según la
alternativa 1 - también la de Bames; cf. Bames J 999: 207- y en parte con la alternati va 3). No cual "ser sabio no es un bien", pero nuestro texto 8.5 parece revelar una tesis ortodoxa y, por
obstante, se podría ofrecer una expli cación relativamente cl ara y conservadora mente es to ica ende, es útil a nuestros propósitos en este capítulo). Aunque el predicado "saber", en su pro-
en los siguientes términos: si (i) los casos son las formas declinadas de un nombre, y (ii) un nunciación, es una entidad corpórea (i.e. la cprov~ "ser sab io" -en la pronunciación de la ora-
nomb re es una parte del discurso (AÓ)'~; cf. 8.1), que es un cuerpo, entonces, (iii) los casos ción "Sócrates es sabio"- es un cuerpo), en cuanto predicado es un incorpóreo (lo que uno
también deben ser cuerpos. Pero si, como informa Sexto (AM 11.29) el sonido "perro" signifi- pronuncia no es, en sentido estricto, el significado del sonido vocal, sino el sonido. Obvia-
ca una m&O't~ parece que un caso no es un cuerpo, sino un incorpóreo, ya que los significados mente, un sonido vocal porta un significado, esto es, lo que tal sonido vocal "revela" o signi-
son incorpóreos. Esta confusión probablemente se debe al hecho de que todo sign ificado es fica y que captamos como algo subsistente a nuestra mente, pero quienes no hablan español
portado por un cuerpo: el sonido "perro", cuando uno pronuncia esa palabra, es un cuerpo y DO comprenden aunque oigan e l sonido; cf. texto 8.3). Solamenle aq ue llo a lo que se refiere el
su significado es un incorpóreo. Los casos, entonces, no son sonidos, sino "objetos significa- predicado "es sabio" es un cuerpo (i.e. el objeto del mundo "Sócrates" al que predico "es
dos", donde "objetos" no son cuerpos, sino significados. Por ende, los casos deben ser in- sabio"). Lo que Séneca enfatiza de nuevo es que cuando digo "Catón camina", lo que miento o
corpóreos, no c uerpos (cc. cap itulo 14, texto 14.11 y Schenkeveld 1999: 207· 208). Pero los significo no es un cuerpo, sino una descripción o afirmación de un cuerpo, que indica lo que le
casos, además de ser las formas declinadas (de ahí la denominación 1!lWcrt~, que en el griego sucede o acaece a ese cuerpo (a lgo semejante ocurre en el dominio de la causalidad, como suge-
claramente indica la "caída" o " fle xión" de la pa labra) de un nombre, fungen como sujetos rimos arriba: "ser cortada" es el efecto que se da luego de la interacción entre el bisturí y la carne,
explícitos (este enfoque es ava lado por nuestros textos 8.8 y 8.13) de los predicados y, por yes lo que se dice o afuma de ella).
ende, sirven para hacer que un decible incompleto (como "escribe"), i.e. una "expresión in- Ahora bien, aunque los peripatéticos parecen haber pensado que predicado (Kat'ly6pll!la)
acabada" (cf. 8.2), se vuelva completo ("Sócrates escribe"). Es decir, el caso nominativo es el y suceso (O"Új.lpaj.la) eran lo mismo (cf. nuestro texto 8.8: "si algo que se predica de un nom-
caso de l sujeto (explícito) en una expresión enunciativa que significa un decible completo bre produce una afirmación, ellos lo llaman ' predicado' y 'suceso', pues ambas cosas signifi-
(Aristóteles había uti lizado el "caso" también para expresar el tiempo verbal: uyíaw;v o can lo mismo"), parece que los estoicos distinguieron lo uno de 10 otro o, más precisamente,
úytaveí" no son "verbos", si no "casos de un verbo"; cf. inl. 16b y ta mbién Poel. 1457a22, distinguieron "predicarse de un nombre o de un caso", Lo que se predica (10
donde además aclara que una 1ttwcr~ puede serlo de un nombre o de un verbo). KaT'lyopoÚ~H:;VOV), se argumenta en nuestro texto 8.8, se predica o bien de un nombre (ovo].la)
Algunos intérpretes (como Atherton 1993: 141; 251; 279-ss.) piensan que el caso no o bien de un caso (7tlOO<nr;), pero si no es lo mismo predicar de un nombre (por ejemplo,
puede ser un significado, sino un cuerpo (aunque cf. 14.11). No obstante, no dej a de ser sor- "Sócrates") que de un caso ("a Sócrates"), parece que nombre y caso no son exactamente lo
prendente que un dec ibl e comp leto (como una proposición) tenga por sujeto un cuerpo y por mismo. De acuerdo con nuestro texto 8.8, lo que se predica de un caso es lo que necesita estar
predicado un incorpóreo (cf. LS vol. 1: 200). Un modo simple de entender esto puede ser el unido a otro caso oblicuo para dar lugar a una afirmación yeso es, en un sentido técnico
sigu iente: los cuerpos tienen significados (en efecto, una " denomi nación" - npoOllYopío- , que, preciso, un "cuasi-suceso" (1!apa.crú).l.~a).l.a). Lo que se predica de un nombre, en camb io,
al ser una parte del AÓyO~, es un cuerpo, significa una cualidad común; un nombre "indica" - ("Sócrates") da lugar a una proposición de manera directa. La di ferenc ia entre predicarse de
donde "ind ica" probabl emente debe querer decir "significa"- una cualidad pecul iar; cf. 8.1 ). un nombre y de un caso es, en rea lidad, una di ferencia semántica respecto del mismo objeto
Ahora bien, dado que los significados son diferentes del significante (el sonido voca l mismo, ("Sócrates"), pero en tanto en la s predicaciones de un caso se trata de un verbo terciopersonal,
un cuerpo: el sonido "Sócrates" cuando pronuncio la oración "Sócra tes escribe") y del objeto cuyo suj eto semántico está en un caso oblicuo (en dativo en gri ego) y, por ende, no constituye
mismo (el objeto extra-mental del mundo a l que llamo "Sócrates" y del cual predico "escri- una verdadera aserción ("a Sócrates le da pena"), en lo que se predica de un nombre (i.e. un
be"; cf. texto 8.3), y puesto que los signi fi cad os parecen no existir independientemente de los caso recto) e l verbo es personal y el sujeto se encuentra en nominativo y produce una verda-
obj etos corpóreos, que son sus portadores y a los cuales se refieren (en la medida en que los dera aflfmación ("Sócrates pasea, se arrepiente").
predicados son "lo que le sucede" al cuerpo con el cual se relacionan: cf. capítulo 14, texto De acuerdo con la definición estoica canónica de K01'lY6p'lj.la , " predicado" es (i) 10 que
14.10), no resulta completamente extraño que los estoicos haya,~ encontrado plausible conec- se dice de algo, o (ii) un estado de cosas unido a alguna o a algunas cosas, o (iii) un decible
tar el caso (un cuerpo) con un incorpóreo (un predicado). Si los predicados son "10 que le incompleto que se construye con un caso no minativo para dar lugar a una proposición (texto
sucede u ocurre" al caso sujeto (m&crl~; cf. texto 8.13), es claro por qué los estoicos también 8.2). El punto (i) proporciona una idea familiar de predicado: 10 que se dice de algo y, presu-
hablan de los predicados como de "sucesos" (no tiene relevancia aqu í que en el texto 14.10 la miblemente, de ell o no se dice nada; el punto (ii) informa que un predicado es un "estado de
expresión para "sucede" sea yíVE.:lat y en nuestros textos 8.8 y 8.1 3 un predicado en el sentido cosas", i.e. un decible, que se da "unido" a alguna o algunas cosas (probablemente un ténnino
de "suceso" sea O"Új.l~aj.la. Es claro que ambas expresiones significan lo mismo: lo que le sujeto, o un nombre que oficia de sujeto en una oración declarat iva), y el (iii) reporta que se
sucede o " pasa" al caso recto que funciona como sujeto). Esta conexión entre cuerpos e in- trata de un cierto tipo de dec ible, esto es, un decible incompleto que se encuentra "contenido",
corpóreos adquiere especial relevanc ia en la teoría estoica de la causalidad, donde queda claro por así decir, en el decible completo que los estoicos llaman aSíro¡..ta. Dicho de otro modo, si
que "ser moderado", por ejemplo, describe el estado en que se encuentra el suj eto del cual se se lo conecta con un nombre en caso nominativo, generará una proposición (cf. Barnes 1999:
predica. Pero el asunto también es relevante en el contex to de la teoría de la acción estoica: 204). Ahora bien, "suceso" y "cuasi-suceso" son dos tipos de predicado. Un suceso es el
como sugiere nuestro texto 8.14 en conex ión con esto últi mo, "elegible" es un bien (i.e. un predicado que se predica de un nombre (l.e. un nombre en caso nominativo); un cuas i-suceso,
cu.erpo) y :'10 que debe se r elegido" son predicados (i.e. incorpóreos) que, prop iamente, des- en cambio, es lo que se predica de un caso (un nombre también, pero en un caso oblicuo).
cnben accIOnes y que son "adyacentes" a los bienes. Como establece Séneca en el texto 8.5 Ejemplos de "suceso" son "navegar por las piedras" (8.2), "pasea", "se arrepiente" (8.8) .
196 Capírulo 8

Parece relativamente obvio que el predicado tipo de "suceso" que da 8.2 es diferente de los Textos Anotados
ejemplos de 8.8: "navegar por las piedras" no requiere de un sujeto del cual se predique (ni en Teoría del significado: los lektá
caso recto ni en caso oblicuo), en tanto que "pasea" o "se arrepiente" sí lo requiere o presupo-
neo
La relevancia de la teoría estoica de los AEKtá en el sistema estoico segura mente no pue-
de ser exagerada: no só lo desempeña un papel importante en la doctrina de la causalidad 8.1 DL 7.55-58 (S JP 1.74; 2. 136; 140; 147; LS 33A; 33H ; 33M; FDS 197-198; 200; 476;
(como vimos arriba), si no también en la ética y particularmente, en la teoría de la acción (cf. 536)
capítulo 24). Como hemos señalado, los estoicos adoptaron varias distinciones que ya se T~, M IhakJcrIJCÍÍ, Orolp r", ""~q>"'VOl, OOK.i tOi, nA&ímol,
encontraban en Aristóteles (como la noción de "caso"), peto, una vez más , las res ignificaron y attO t oil nspl <provi1~ Évápxscreat tÓTtou. ecrn &6 <po)V~ &~p TtE1t>..r¡-
adaptaron a su ontología que procede de acuerdo con una estricta divi sión de las entidades 1~Év", ~ .6 \OIOV aicr8r¡.ov aKo~" &, q>~0l L'> layÉV11, Ó Ba~uMbvlO,
entre cuerpos e incorpóreos. El hecho de no comprender adecuadamente la relevancia de esta Év .íí n .pl <¡lOlvij, . ÉXV1l. ¡;«Jou ~Év {mI <¡l0lv/¡ a~p {mo óp~~,
distinción hizo que algunos per ipatéticos identificaran los >"sJcrá con los pensamientos (cf. 5 TtETt>..r¡y)..lÉvo~, &.vepdmou o' €rrnv EvapepO~ KCLt a1to olavo(a~
Simplicio, in cat.l O, 3-4), algo que de acuerdo con los fundame ntos de la ontología y psico- SK1tS)..l1W)lÉvr¡, ro¡; ó 6.1oyÉv11~ c.pr¡rnv, ~tl~ ano OEKatEcrcrápwv Étrov
logía estoicas no es lícito. En efecto, los estoicos muestran que hay un modo coherente de teAe10UtCU. Kat crro )la o' ÉcrttV ~ c.poov~ Ka·nI !ou~ :EtOO tKOÚ~, m~
entender que un pensamiento es un estado anímico y que el alma es un cuerpo (cf. cap ítul o <¡l~crIV 'ApxÉo~ ~ó, T' Év -ríi n .pl <¡lwvij, Kal L'> layÉV1l, Kal 'Av.í-
13), pero su significado es un incorpóreo. 1tUtpO~ KUt XpÚOl1t1tO~ tv ti1 oeutÉpQ. tOOV <I>ucrtKroV. nav yap ro
10 1tOtOUV crro)lá Écrrv 1tOlEtOS ~ c.provT, 1tP0crtoucrCL toi~ aKoúoucrtV
ano trov c.pOOVOÚvtoov. ~~ Oé É01lV KatCt tOur; ~tültKOÚr;, &~ c.pr¡m
Ó L'>layÉV1l" q>0lv/¡ tyypá~~atO" otov ' H ~Épa. Aóyo, Oé {mI <¡l0lv/¡
crr¡)lavr1KfJ ano OUlVOÍW; ÉK7t€)l1tO)lÉvr¡, <orov 'H ~pa scrrí>. ouÍ -
T.
A&Jcro, Oé {mI A&;I, KSxapa1¡¡Év~ {8vIKó\, Kal 'EAA~VIKó\" ~
15 A.É~1~ 1tot amí., tOurÉcrn 1tOUl Kata. 01áÁé:Ktov, orov Kal a ¡.tSv t~V
'MOíoa eáALma, KOTa oE n'¡v 'I&oa ' H~Ép~.
T~~ BE Ai~Ew~ mOtxelá Émt ta €lKoO"uÉcrcrapa )'pá~~ata.
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tprx.ro~ oe Aty€tat 10 ypá~)la, <t6 ts OtOtXelov> t€ xapmCTI1P
tal} crtOtxeíou Kal 10 ovo~a, otov 'íUq>a. qx.o\llÍEVtCL ()é Ecm t rov
20 mOtxeírov Émá, a, €, r¡, t, o, U, oo· ac.pwva os ~, ~, y, O, K, 1t, t.
olaq>Ép.1 OE q>cov/¡ Kal Ai~I" 3n !pOlv~ ~.v Kal Ó ~XÓ\ '<Trt, )J~I,
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crr¡)la"lvov KotvT¡V nOt6tlltCL, oiov 'Í\v8pw1(()(;, "lm[~· ovoj.!a óÉ
S011 ~ÉpOC; >..óyou Or¡AoUV i.oíav not6tr¡ta, otov 6.\oyÉvr¡~, LwKpá.-
TTK pfl)..lQ óÉ Écrn ~Époc; Aóyou crr¡)latvov cioúv8Stov KanrrÓpr¡)la,
35 ro~ ó 6.loyÉvr¡~, ~, me; tlV~, crtOtX~:lOV >..óyou amoJtov. crr¡ )lo"iv6v.
ti c:ruvraJcrov 1CEpÍ ttVO~ ~ ttv&v, oiov rpác.pro, Af.yoy oúvOEcr)lac;
M Écrn )..lÉpor; Aóyou a.rrrrotov, cruvOouv ta ¡.lÉpr¡ tOU )...,óyou· ap8pov
OÉ tm1 mOlXEtOV lJryou mo:HtKÓV, OIOp{~OV t a yf.V11 t rov ovo¡..tátwv
Kal tOU~ cipte )loú~, otov 'O, ' H, Té, ot, At, Tá.
4 tv ... tt-XV(l om. F J <Kal> sq,ou von Amim 6 SK1tqmO).lt-vll BP et F2 in mg : €K1tE).l1tAt]"Y¡.tivr] F 10
rcpocnoOCla P2QD et Suda : 1tpoCloüCla Bp lF 11 Ka!&: t O-O<; ItWIKOÚ<; del. Cobet F 12 / ó BP :
om./BPF, del. Casaubon 13 <otov 'H).lt-pa sOtÍ> add. Casaubon 16 TlJ.l€pr¡ al 18 <tÓ "tE O"tOIX€\OV>
198 Capítulo 8 Teoría del significado: los fektá 199

post P. Galesiurn inseruit Meibomius 20 a' BPF / K, 11:, T BPF : 1I K t von Amim 21 ~ t¡J(¡)V~ Kal. ~ E).llt€pt€XEL yap CtlYrov Ó K€lpÓIlEVOe;. ltAáyUXL 8S lt'Cwcrete; eicr1
AÉ;I<; F 22 <¡.tEv> á.ó Marcovich 23 OT\1.tavnK6<; ian D: om. BPF et Frobenius I AÉS1<; M Kal 25 yEVIJd¡ Ka1 ooma¡ Ka1 altlatucr¡.
acr~)lavro<; yíVETat Marcovich : A.é;v; M Kal &(J"~¡.tavro<; D : M;tC; ¡.tEV yap UOT1IlOt; YlV€TUI BPF et Su- 'A~írolla DÉ EmtV oE<J'nv ciAr¡Oee; ~ \VEUOOe;' ~ npuy).la a\YrO'CEMe;
da A 658 23-24 Aóyoe; 8E oUOQ)..lWC; BPFD et Suda: sec\. Marcovich 25 óf. Kal "dI. F / a. 581 8 : o~ a o:no<paVTov aaov ¿cp' éavt0, roe; OXpúcrtlt1tÓe; <pr¡mv €v TOLe;
Long, Marcovich 27 ¿CHI. om. F / " orn F2 28 xpúcrum~ in rng infer. F2 31 ÓtoyÉVT]V O, Long:
L'!.lUAEKttKOIe; apme;, "a~trollá Émt 'Ca O:7toq>avrov ~ 1(aTacpwtOv
t::.lOyÉVT] Marcovich I Aóyou flÉpOC; F: ~pOC; AÓyOI.l BP
caov €<P' éaU't'0, otov 'H¡.t€pa Ecr'Cí, L'!.trov 7t€pma1:€I." mV61lacrTat
2-3 &1[0 tOÚ .. tiT¡p n:E1IAT1YJl~VOC; Para la terminología "área" (,67[0(;) para hacer referencia a alguna
parte de la filosofia cf. DL 7.39-4 1 (capitulo 1, texto 1.2). La recepción de esta definición de "sonido
30 M 'Ca &~íúJIlCl ano TOU &~toucr8at ~ a8€te:lcr8ur ó yap Af:yrov
'HI-IÉpa EcrrtV, &~toUV oOKEl 1:0 ~¡.t€puv dvat. oücrr¡e; ).lev Oúv
vocal" puede verse en Sexto Empírico, PH 2.51; Alejandro de Afrodisía, in metaph. 504, 37-38; Galeno,
~).lÉpas, &.Ar¡Oee; yíV€Tat tO npoKEÍ¡lEVOV a~íro).la· ).l~ 01)crr¡e; M,
De usu partillm 3.644, 11-18. Véase también el estoico Comuto, De natura deorum 74, 9-10. En el co-
mentario a este capítulo desarrollamos con cierto detalle los argumentos de Diógenes de Babilonia a su o/cuooe;. otaq>€p€l 5' &~íro).lU KU1 ÉpwTlllla Kal1tÚcr)la, npocrra1en-
tesis de que [a tpú)v~ es "aire golpeado o el sensible propio del oído", tal como tales argwnentos se pueden Kav Ka1 OpKtKOV Ka1 apanKov 1(at Ult086'tLKOV KatnpoaayopEU't'lKOv
reconstmir a partir del testimonio de los Commentaria in Dionysii Thracis Artem Grammaticam 482 , 3-32 35 KUl.ltpUy¡.ta OI-lOlOV &~lWj.lUn. &~íCúlla ).lE:v yáp €mLV 8 Myovm;
(ex Heliodoro; FDS 481). &no<patv6~€Oa. on€p ~ &A~e€, scmv ~ o/eVoo,. spclmwa iié san
3 1:0 rolOV aicr9111:0V aKoíl<; La expresión evoca de inmediato la distinción aristotélica entre sensible 7tpay).la m'HO'CcA.f:e; I-IÉv, ooe; Kal. 'Ca &~íúJ).la, u1Tll'CIKov &E a1tOKpt-
propio y común (Aristóteles, DA 4 I 8a1 0-13).
cr€roe;, orov "apó y' ~j.l€pa ¿mí;" tOUTO o' 01)1'6 &Ar¡8Ée; ¿cruv
9-10 nav yap 1:0 nowüv 0'(1IJlá ecrn El mismo argumento para mostrar que el sonido vocal es un cuerpo
se encuentra en Aedo 4.20 .2 (FDS 489). El desarrollo de esta importante tesis del fisicalismo estoico
01)'CE \VEUOOS, romE 1:0 IlEv "~Il¿pa Écrtív" o:~írollá E(jTl, 1:0 oe
puede vcrse con cierto detalle en nueSITOS capítulos 13 y 14, Y en los textos allí incluidos. 40 "apá y' ~1l¿PU €mív;" ¿pCÓTr¡IlU. mícr~a oÉ ¿mt ltpuy).la ltpOe; 8
13-14 OtáA.eK1:0~ ... M~t<; Ksxapay).lÉvr¡ E8VlKW<; 1:S Kal ' EM.llVtKW¡; Cf. la explicación de Clemente de CJU).IPOAtKcOe; OUK ecr'Clv fLlfoKpívEaElat, me; ¿ro. tOU ¿pro'C~llatOe;,
OtáM:K1:O¡;: "es una expresión propia que muestra una característica de un lugar" (Strom. 1.21.142.3). Nut, &lli <OE1> 61lt6iv "olKEl €v T00E 1'0 'CÓTrQ;l."
31 -34 "Ecrn oe 1!Pocrllyopía ... ¡Oíav 1tOIÓl"rITa Se trata de la distinción entre nombre propio (ovol1a) Y ITpomUKtIKOV 8é €crn npuYl-la BAÉyoVtEe; 1tpomáaao¡..tEV,
nombre común (1tpoOTlYopía), tal como es testimoniado por Dionisia Tracia, Ars Grammatica 1.1.33, 6- orov,
34, 2: ''Nombre propio (KÚptOV) es el que significa una sustancia-esencia propia, como 'Homero' , 'Sócra-
tes'. Nombre denominativo (o común: 1tpocrr¡yoptK6v) es el que significa una sustancia-esencia común,
como 'hombre' , ' caballo' (cf. también Commenlaria in Dionysii Thracis Artem Grammaticam 517, 35-
37). Para la distinción "cualidad común-cualidad peculiar" véase nuestro capítulo 3 (textos 3.7 y 3.8 con
nuestro comentario, y Boeri 2010a : 64-66) . OpKtKOV <*> oÉ ¿crn ltpuYl-la <npocrayopEU't'lKOV> O€ Ecrn lTpuy~a 8
El A.Éyot ne;, npocrayopEÚOt ay, oTov'
8.2 DL 7.63-70 (SVF 2.181; 183. LS 33F-G; FDS 696; 874)
'Ev 8E 'C0 ltEpl 't'(ov ltpaYllúw)V Kal 't'(DV err¡1la\VO).lÉvrov tóm!? 'Atpcíor¡ KÚOtcrtc, ava~ av8pcüv 'Ayá).lE¡.tVOV.
'nhaKtat Ó 1l:epl AEKtroV [Kal] aUtotSAroV Kal á:~tro).lú'Crov Ka1 cruA-
Aoytcr).lrov Aóyoe; Kal Ó ltepl EAAmrov 'té: Ka1 KClTr¡YOP1W<Í'CroV Ka1 OJlOtOV O' EmtV a~lCÓ).lan BtT¡v EKc.pOpaV EXOV &~tO)).luttJd¡v napó
op8rov Kal úmtrov. 50 nvoe; ).lOptOU nAEOVaaJlOV ~ rrá8oe; e~úJ ntmEl 'Coi) yÉvoue; tcOV
5 <Dacrl 08 ['CoJ AEKtOV Gtvat 'CO l(ma cpavtacríav Aoyud¡v úcptcrnJ.- &~t(i)llá't(J)v, otov,
ll€Vov. trov OE AcK"tcOV 'Ca!1Ev AtyOU01\' dVal a\J't'on:J...l1 ol L'CrotK01,
'Cu 8' EUml1. eIJ..t7tfi ).IBv oDv ecrn ta CNCl1rápncr1:ov EXOVTa rl]V
€Kcpopáv, otov rpácp€l ' €1tt~r¡TOi}).IEVyáp, TÍ!;; alno'C€J...l18' eml. ta
o
KUAÓS y' nap8EVwv, <Kal>
ÜJ, npla~(oucrtv s~<P€P~, Ó ~ooK6AO,.
á:ltr¡pncrIlÉvr¡V ExoVTa 'C~v EKCPOpáv, oíov r pácpEt LroKpáTlle;. EV
10 Il€v oDv 'C01e; eUtnÉcrt AEKTOIe; 'CÉmKTCtI 'Ca KanlYOp~lla'ta, tv oe oe
"Ecrn Kal ¿nanopr¡tlKÓV 'tlltpaYJ.la 8tEVT]voxas O:~troJla't'Oe;,
'tole; a\J't'o'CEAtm 'ta a~lWllaw 1(a1 01 cruMoytcrl101 Ka1 'tu eprotT¡- 55 B el AttO! ttS, altopolr¡av'
¡.taw Kal. 'ta m>cr).lCl'CCl.
"Ecrn OE 'Ca Kan¡yópr¡).lCl 'Ca Ka'Cá 'CtVOS ayopEUóllEVOV ~ ltpuYl-la
cruVtaKtOV m:p{ 'ttvoS ~ nvcOv, me; 01 1tEP1 ' Arro!J..68ropóv <pClcrtV, ~
15 AEKtOV €Utrree; cruvraKtOv open mwcrEl1tpOS ~tW~la'tOe; yÉvEcrtV. 01)TE o' aAr¡Oli EctnV OÜtE \jIEUOl1 Ta. Epro't'1Í).laW KUI. ta 1tÚcr~aTa
'Crov 8E KCl'tr¡yOpr¡).lá'trov 'ta IlÉv €mt cru~l~á).lata, <*> otov "'to Oto. Kal ta tOÚTOlS 1tapa1tA~ma, 'tOOV a~l())).lá'trov ~ UAr¡8oov ~ \jI€1JOOOV
ltÉTpae; rrAElv". KU1 nx!lÉv E<J'n n.ov KCltr¡yopr¡¡.tátrov op8ú, a OVHOV.
a
o' ürrna, 8' ou8É'tspa. opOa Il€v ouv ecrn Ta cruvracrcróllEVa I-Iu'! 60 Trov á:~trollátrov 'Ca).l€v €cr'TLV (mM, 'ta 8' OUX chtNl, roe; <pao'lV
trov ltAaytrov mcócrsrov ltpOS Katr¡yop~l-IatOe; yÉv€Ow, OtOV'AKOÚE1, oí m:p1. Xpúcrl1tltOV Ka1. 'ApXé8r¡lloV Ka1 'A8r¡v60ropov Ku1 'Avrí-
20 'Opg, LltaMyewr ürrna 8' €ml. Ta cruvracrcrÓ).lEVa t0 ltuOr¡uK0 ltU'Cpov Kal. Kplvtv. u1tAéi ¡.t.€v OÚv €mt 1:a cruv€mcOtCl ¿~ &~tCÓ­
).IOplQ;l, otov 'AKOÚOJ.lClt, 'ÜPOOIlCll' oUOÉTEpa 8' ¿m1 ta ~1r¡8e'tÉpCúe; Jlmo;; <Jl~> ota<popouJ1Évou [~ E~ a~lro).látrov], olov 'Co "~Il€pa
ExoVTa, orov <l>POV€lV, I1€pt7w'C€Iv. aVTUr€ltOvElóta ÚÉ Ecrnv €v 'tOle; ¿mív'" OUX (tITAa o' ¿m1 ta cruvEmOOt' €~ a~lW).la'COe; ola<popou-
úmíme;, a. ümta OVta tvEPY~).lata [M] Ecrnv, otov KdpE't'at·
200 Capítulo 8 Teoria del significado: los lektá 201

65 ,.UNOU 11 &; O:~lro~á!ú)v. &; ci~IC:Óf.tato~ )lEY Olac.pOpoU¡.tÉvOU, otov una proposición, entendiendo esta última (en sentido fregeano y russclliano) como el significado de una
'Ei ~)l€pO: ecrrív, <~Il€pa ecrtív>" ¿~ a~IOJ)lánov Sé, otOV'e! oración. Galeno, por ejemplo, parece no tener dudas de que los a~lro~ata (probablemente estoicos: el
~~Épa ¿enl, ~&S ¿en\." ejemp lo de &~(Olllo. condicional -que cita en Inst. Log. 1.3 .4- "Si es de día, el sol está sobre la tierra"
parece estoico; cr. DL 7.74: aunque allí la proposición está formulada de modo causal: "puesto que es de
'Ev oe loiS á1tAol<; aStro¡.tCtO'ív ¿(fU ro (broc.pO:rtKOv Kal 'rO
día . .. ''), son prácticamente lo mismo que los O:1tcxpavtlKol AóYOI aristotélicos (cf. Galeno, /I1St. Leg. 1.5).
ro
apv llTIKOv Kat crrEP'ltIKOV Kal10 KanwoplKOV Kal ro Ka!- 5--6 M:KtOV ... <pavtamCtv t..O)'IKl'tV u<plO"tálJEVoV El AcKtÓV, como cualquier otro incorpóreo, no "existe",
70 ayopeuTlKOV Kal 'to á6plCITOV, EV bE TOí'<; OUX ánAoic; o.~tC:ÓI..I(lcrt ro sino que solamente "subsiste" (u<plO"tá).ltvov). Para el estatuto ontológico de "subsistencia" aplicado al
auVTUt¡..ttvOV Kul 1:0 1tapaOUVrH.l~vOv Kal1"o OUIl1tE1lM:yf.tÉvov Kat incorpóreo "tiempo" cf. Estobeo, EcI. 1.106,5-23 (SVF 2.509; LS 518; Alejandro, in Top. 30 1, 19-25;
ro 81!:;~gUY)lévov Kal1"o CttnrooeC; Kat ro Otaoac.pouv ro )..tIlMOV SVF 2.329; LS 27B), con los todavía útiles comentarios de Long 1971: 82-83 y Goldschmidt 1972: 331·
Kat ro ómoac.pouv 1:0 ~TIov. <*> Kat anoc.patlKoV ¡..lEv otov "OUX1 444 .
oe
~f.tépa Ecrrív." doce; roúrou ro úrrEpano<pCttlKÓV. úm:parro- 13-14 Un predicado (tO <ppovEiv, "ser prudente" o "comportarse prudentemente"; cf. capítulo 14, texto
14.10. Estobeo, EcI. 1.138, 14.139,8) es un "decible" (M:KtÓV) incompleto que se construye con un caso
75 cpaTlKOV O' ¿mlv arroc.patlKOV a1toqmllKou, otov " OÓXI. oUx ~lltpa
€c:rn'" tíe'1crl eSe ro "~ ~Itpa ecrrív." nominativo para producir una proposición. Una proposición, en cambio, es un estado de cosas (xpáy¡.tata)
completo en la medida en que es un "decible completo", es decir, un decible que tiene un enunciado
'ApvrrnKov M Ecrn ro OUV€U10C; Bl; apvr¡tlKOU f.tOplOU Kat KCH- completo (por ejemplo, "Sócrates escribe", una proposición que comprende el predicado "escribe" y su
11Yop~¡.tat~, otov 'ouo€lC; 1tEpI1tCtn:t CJt"EPllllKOV SÉ ean ro correspondiente sujeto; cf. texto 8.2 y Sexto, AM 10.21 8) .
cruvemo¡; CK meplltlKOu ¡.lOpíou Kal !h;lcúparo¡; Ka1"a 8úVa¡.lIv, ofov 44 <rO ).l.EV PÓ.OI~B ... poá~ Fragmento anónimo (Nauck 2).
80 "a.qnA.ávOproit6:; eCITlv 001"O~"· Ka"t"'1YOPIKOV al ecrn 1"0 cruvemo¡; 48 'Atpl>Ío'1 ... 'AyápeJlVOV Homero, /l. 2.434.
EK mcúoero¡; op8fi¡; Ka. KanlYOp~llmo¡;, ofov 'IJ.Íwv itepl1ta1"et'· 70 €v oe toi¡; OÚX á.1tAoi¡; 6.~lro).lCtO I Las proposiciones no simples son tratadas en detalle en DL 7.71·72
KawyopeutlKov ó¿ eml 1"0 ouvecrro¡; eKm rooeOO!; opOfi¡; oeu<TIKf1¡; (texto 9.1 , capítu lo 9).
Kal Kmllyop~Jla1"o¡;, orov 'OÓW¡; ltepmmei' · a.6ptcrrov oé e01"t 73-74 unorpatlKOV pe.. orov 'OUX! ~).l.épo. eO"tív R. Goulet ( 1978: 180) propone reconstruir la laguna del
1"0 ouvemo¡; ¿~ aopÍo1"OU ¡'¡OplOU ~ a.OplO1"WV ~tOPlÚ)V <Kat Ka1"- siguiente modo: <trov ¡.¡.Bv lÍrrArov 6.~\ro).látWV uxorpatlKOV ).lév amlv, ro¡; <*> <PllO"l <*> "to cruvEO"tO:; €S
a1!o<panKou ).lopiou> Kal O:~IÚJ).latO¡;, oTov 'OUxI ~~épa €otív'>: "Entre las proposiciones simples, es nega·
85 llyop~~ta1"o~>, oiov '1"t¡; nepl1ta1"ei', ['éKeiVCX; Ktvehal'}.
tiva, según dice, la que se compone de una partícula negativa y de una proposición". Esta reconstrucción
2 K(tI ante nutotcl.cí)v om. Suda: del. Marcovich S [to] M:KtOVom. Suda: sec!o von Arnim I AzKtWV es aceptada por Hülser 1988 ad locum.
S?da, 6 oi rtOHKO~ om. F, 8 ~K~opáv BPF, ~ong, ,Mar.:ovich : olávoUlV Suda 10 oeKtoi<; P 12 ante Kal 75-76 OUX\ OUX ~).l¿pa €mt En esta linea seguimos la corrección propuesta por Martínez Lacalle (y
ta rruO"~ata repeht F !Cal ta a~lro!.Wta 14 11 XSpl tlvrov F 16 post O1.I~pá).lCt"l"a lacunam indicavit Ca. adoptada por Marcovich), quien, apoyado en un pasaje de Alejandro (in A. Pro 18, 5-6; cf. in/ra texto
saubon, !"fenagius et v~n Arnim !6-17 oT~v tO 51(1 rrÉtpw; rrA.€iv sec!o Marcovich 22 rppOVl:":iv, 8.15), muestra que ésta debe ser la lección correcta ya que la lectura OÓXI ~).ltpa <OUK> aO"t1 (propuesta
rr~pl1ratC1V cod~. : rppOVEI, rrEpl1rCttCI von Armm, Marcavich 23 [M] del. Madvig, Cabet 24 aútov F: por Casaubon y seguida por Long y Hieles) no se ajusta a la teoría estoica de las proposiciones negativas
autov SP 29 01 IÍIv P 33 ante rrpOOtaKtl1COV von Amim add. Ka! 34 ÓptKOV B 41 a1!oKpívaoaUI r 42 (cf. Martíncz Lacalle 1976: 116- 117).
<oeL> add. von Amim 46 post ÓPKIKOV lac. indo Huebner I <1!pooa:yopeUtlKov> add. Frobenius 49 78-79 OteplltlKOV ... Kal a~\li)).lato¡; Kctta ÓÚVa).lIV No resulta completamente claro el significado de la
¡;¡icr.~opav SPF: corro Menagius 52 KaAóc; FP2Q: KaU&; Bp l/<Kal> add. Long 63 ~~ add. Froben ius expresión K(ml SúVCl¡.ttV en esta camcterización de "proposición privativa"; nosotros hemos traducido
\ [11 f4 a~lro).llátOlV} sed. Rossi 65 OlCl(pOPOU).l&VOU om. F 66 <~).lÉpa bn-ív> add. Valesius 68 entendiendo Kata Oúva).llv en sentido adverbial (Brunschwig 1994b: 69 e Inwood-Gerson 2008 ad loeum
~XO"at1KOV P F: (l1torpavt lKo~ ce!. codd. 69 tO Kat'1yoplKov om. B: tO Ka"tT}yoplltlKOV F 10 prefieren interpretar la expresión calificando O:~IÓ>).latOt; : "potential proposition''). Srunschwig aclara que
a~lropaol om. BPD '.3 post t,O ll!'t,oV I,ac; ind!c. Cobet ?5-76ou:Ó ~!.t&pa <OUK> €O"tl Galcsius ap . Ca- con "proposición potencial" debe entenderse que se trata de una proposición en una "posición potencial",
saubonum, Long, l'I1cks: OUZ! ouZ ll).lépa am i Martlllez Lacalle, Marcovich 77 cruvcO"tWt; S 2pl : es decir, la proposición "éste es <pLl,6v8pOlltO¡;" sólo está virtual o potencialmente en "éste es
~ve(J"l""ot; ce!: codd." 7? a,~lro).latOt; ~PF: KatlTYOp~~o.tOt; corro Marcovich 81 OOtat; BPFD : corro aql1.Aáv8pro1!o¡;". Lo que la definición estoica parece querer decir es que una proposición privativa, aunque
.1.\(:ov Frob:OIus 84 11 aoplotrov pOplroV sed . Marcovich 84-85 <Kal Katllyop~).lCtto<;> add . von Ar. contiene un ingrediente privativo (en el ejemplo O:<pv..ávOpw1!ot;), constituye, de todos modos, una propo-
mm 85 €KéIVOI; KI\/titO! sed. Marcovich sición completa (cf. R. Goulet 1999 ad locum).
81 La corrección de Frobenius (d(rov) parece razonable, ya que si se sigue la lección de los códices
Este texto es la continuación de nuestro texto 5.1 (capítulo 5).
(OOtO<;), las proposiciones predicativas se confundirían con las definidas, en las que el sujeto es un pro-
. 1-2 'Ev OE t@1!€P! teOv 1tpaY.).l.6~rov ... th{lKtal Ó 1!épt AEKteOV El hecho de que los 1!púypata estén aso- nombre deíctico en nominativo ("éste"). lnwood·Gerson 2008 ad locu11I, sin cmbargo, traducen siguiendo
ciados a los AéKt6. daramente mdlca que no pueden ser "cosas" en el sentido técnico estoico de "existen- la lectura de los codd. con el agregado de un sustantivo ("This [man] ... "). La corrección de Hülser ad
tes" .(ovta), sino que deben ser "estados de cosas" (como se advierte en las líneas 13 y 26 también un (oel/m (aVapOl1tOC;) parece más razonable y coincide con uno de los ejemplos que proporciona Sexto (en
predicado -Ka,:'1YÓp~,¡.tO- y una .proposición -o:~íúl)Ja-, que son "decibles", son rrpáYJluta, ;unque c1ara- nuestro texto 8.1 6) de proposición intermedia (que como indicamos en el comentario, parece ser otra
m:me no .son cosas en el senlldo de cuerpos extensos que son "existentes"; se trata de decibles que no manera de referirse a la proposición predicativa, según la vers ión de DL): "un hombre está sentado".
eXIsten, s,m~ qu~ sllbsisten, c?mo los d~más incorpóreos. Sobre este pUnlO c f. nuestro capírulo 2 y los 85 €K¡;¡WO<; KIV¡;¡ital Marcovich elimina este ejemplo, probablemente pensando que, si se lo conserva, se
textos alll dlscultdo.s) ..Es deCIr, el térrmno 1!péiY).la tiene la misma denotación que M:KtÓV (véase infra, introduce una inconsistencia pues "aquél" no sería un buen ejemplo de partícula indefinida. Pero los
~exto 8.3 donde el slgmficado.-crIW~IVÓ~I¡;;v.ov-, qU es lUl incorpóreo, es también un 1!péi:y!.w). Sobre este estoicos parecen haber supuesto que tanto "alguien" como "aquél" son partículas indefinidas.
7
Impol1ante detalle de la tennmolo.gla teC11lca estOlca cf. Males 1961: 16 y, más recientemente, Hülser
198?: 8.34.835. Como.~c!ara S?~zl.en (1999: 93),. un a~iro).la puede ser aseverado o afirmado, pero no es 8.3 Sexto Empírico, AM8,10-13 (SJ.P 2.166; 195; LS 33B; FDS 350)
en SI mls.mo ,~~a a.serclO~ o Un)UICIO; véase también Bames (1999: 200), quien hace notar que en oracio- oí ó< C\~O ,~S
nes del, ttpo SI p l.ón esta, caml~ando'"h~r cereal en el mercado" hace IIna a finnación pero contiene más L'ro&; ).iyOUOl J.lEv nllv 1"E ai.crOt,loov nva Kat lOOV V0'1-
de un ~t{()~a ( DIón esta cammando , ·hay ce real en el mercado"). En vista de la simplicidad conser. t rov M1l8fi, OUK E~ EÜ8EÍW; OE la aia9'11"á, ciUa Kat'
va~os Sl~ embargo la traducción "proposición" para a~íro~a (de hecho, varios ejemplos de a~(ro~;a como avac.popav nlv ro¡; ¿rrt1"a 1tapoKEÍllcva múrov; VO'1"tá.
los lllclUldos en este texto -"Dión pasea", "Es de día"- , pueden entenderse como una afirmación; como
5 M1l9E~ yáp emLK01"' aurou~ 1"0 Últópxov Ka't av"tlK€í-
202 Capítulo 8 Teoría del significado : los lekta 203

,.u;;vóv nVI, Ka! 'VeUo~ 'fO ¡.¡~ únópxov Kal [J..l~] tiv- nva, a1tep 1tpocrtáocrovr&; A.tyo~ev, otov
llKeíllEV6v tlVl' 01tEp acrro¡.¡arov a~(roJ..la KaOEcrrro~ "oeiip' rel vú~cpa cpÍÁ~",
VOllToveTvat. 1O Kai Cl1toepavttKá, anEp ó,1tOepUlVÓIlEVoí epClJ..lCV, olov "ó .1irov
•AJJ.' ~ llev trpIDtl11rEpl-cMT)OOUC; om!provla totaÚnl nC; 1tEpuratef', Kai 7rÚOJ.lata, a1tep A.éyovre~ 1tUv9av6~eea,
oe
10 úm;pxev' ~v Kili OOr¡ n; napa TOÚtOlC; OIÓcrrQcn<;. KaO' Otov "1tOÜ OiKEl .6.írov"; ÓVOllá~ETa\ 8t Ttva 1tap' aútOi~
~v 01 ¡.t.€v ltEpl ti!> CITlllalVO¡.tÉV(fl lO ciAl1e~ tE Ka. \llcil&OC; Ka, apanKá, a7rEp AtyOVT&; apÓlIlEOa
Ó1tEaT~craVtO, Di O€ nEpl tfj <j)rov!l. oí OE 1tepl t:fi KlV~Oet t~c; ",O¿ acp' tyKÉcpaAO, xa~áol, ¡)ÉO\ ro, tíoE olvo"
Olavo(QI;. Kal ÓI) nlS!lEY ltp<ÍltTJ<; O~ll<; 1tpOf:tJTIÍKaO"lV oí 15 Ka' EUKttKá, am;p AtyovrEC; EÓXÓlleEla, ó1toTóv €mt·
ano n;c; ¿lOac;. tpía epÓ,.HNOl cru~uyElV M- Zeü 1tárEp, "IOllE1cv ).lEOtroV, KÚOtO'tE ).ltytme,
15 A.~AOl<;. t6 tE cr'1~tCllv6JlEVOV Kal ro CITlJ..luivov Kal 'la 00, viKllV Aíavn Kaí áy1..aov eUxO, ápéa901,
'turxávov, rov crqlJ,CllVOV Ilev dVUl nlV cp(úv~v, oTov npooayopEÚoucrt 8t n va rwv aUtOt'eAWV Kai a~t(Í)).lato.Jí¡tEp
T~V ó..írov, crI1J..lOlV6)lsvOV BE. aUTO 10 1tpéiyf..!U 10 {m:' AéyOVTE, ~TOI áA~eEÚO ~EV ~ 'l'EUó6~EOa, gcrrl lié tlva
«('unir; o11 AOÚ~leVOV Kal oÚ l;pdc; ).lev aVllAClIlBav6- 20 Kai 1tAf:iova Ti a~t(Í)~(l'[a, oTov tO j.!Bv t010ÜtO
JleSa 'tU liJlETépq. nupucp tOLullévou OIC1voíq., 01 os rrpta~io atmv ¿~l<pep~~ Ó POUKÓAO¡;;
20 páppapot OUK 8notoUO'I KuínEp t~r; cpcovílS aKOÚOVtf:C;, a~íúl~a tam ' ~ yáp ¡\),~ eEÚO~EV AéyOVTE, aúro ii 'l'EV-
TuYXávov ó€ lO éK1"D<; Ún:OKEÍpEVOV, rocr1tEp Cl1)TOC; 6 06lle8a' ro 8e oüt(:o~ EXOV
l1ímv. roÚtOOV OE: Oúo ).lev dva\. crro lla'ta, KaOcbrep rb~ rrpta¡.li0Cl101V ¿llepEp~~ ó pouK6Ao~
t~V epWV11V Kal tO TU'fXávov, Ev BE: acrrollat OV, rocrnep 25 1tlJ:ov '[l a~t(Í)~atÓ~ ¿mt Kal OUK a~icolla. 1tAT)ViKavfi~
tO c:nlJ.latV6IleVOV 1tpnY).la, Kal AEK'tÓV, 01tep &:A.,Oé~ o(¡<rll~ tv toi~ A.eK'tOt~ Otacpopa~, ¡va ti, <paaív, áAl1E1€~ ií
25 te rlVetat ~ ",eÜO~. Kal tOÜtO ou KOIV&~ 1tUV, alJ..O. ~ 'VefiOO¡;;, Oe! aUtO 1tpO 1tavtóc; A.eKtOV dVat, dta Kai
tO Ilev tlll1t~, tO OE: autoteA.éc;. Ka! tOü aUtOteAOÜ~ aUtOtc.A.fJ;, Kat 0'0 KotVWr; Ó1tOtovo~note ouv ID' ~íro~a'
tO KaAoÓf.lCVOV a~írol.lQ, 01tep Kal Ó1toypáepOVtÉ~ epa- IlÓVOV yap tOÜtO, KaElror; npoETnov, AkyOVT&; ~TOt M.ll-
o
crIV "~írollá émlv €crnv aA.,OE~ ~ 1p'&UooC;". 30 9EÚO).lCV ~ 1p'eUBó¡.tE8a. OUKOÜV, epacriv oi ano tilc; O'KÉ-
6 Jl~ del. Meineke 9 'f(v.TleO~ Bekker: UJ,TleOÚ~ G 10 ¡¡epi 'fOÚ'fOU Kayser dub. L1 1(9 011JlUlVOJlÉvC9 1p'€(i)C;, tO etvai TI A..eKTOV Ctorollarov, oKCXÓlptm(l1 rii~ 'Te
Bekker : aTlJlQLV6JlEVa G 26 &hJ..IT[~ 0\), 10 Kayser I (JU101'tA.O~ Jl6vov Kayscr or¡llatVOÚOll~ cpoovf¡c;, otov nir; ".11rov", Kai to'O wyxá-
VOvtD<;, KoElá1tEp aUTO\) mü .6.í(t)vo~, nóOcv ExOUOt napa·
5 aJ..Tl a~ ... 1'0 U1tÓPXOV El participio lO úmlPXov puede significar "lo que existe", "lo que es el caso"
otllOat; Ti yap aUtóOev ¿pou(}t mOO' únápXEtV oi IrOOtKOi,
(ése es probablemente el significado en este pasaje) o, simplemente, "lo que es", que en espadol tiene
exactamente la misma ambigüedad que el término griego (para un pasaje similar, véase nuestro capitulo 35 Ti 8t' anooei~~:(oC; nlv ünap~lv au'foü mOtÓlcrovrat. Ka' el
6. texto 6. 1, nota a las lineas 9-11 del texto griego; véase también Long 1971: 91-92, quien muestra que ~E:V autoOev MyOtev tO CtOÓlllatOV tODtO Af:ICt'OV \mápXetV,
los estoicos pueden haber aplicado lO tl1tápxov tanto a lo existente como a lo subsistente, i.e. proposicio- Ka! lÍ].11v ¿~¿crtat JJ:yetV autóOev cm OUK ~O'tlV' ér; yap
nes). e:KelVOl Xropl~ anooei~EÓl~ EiOl1ttmoí, OÜt ro Kai oi a1t0Pll-
7-8 ó'CHÓPCltOV &~(<O~(Cl ... VOlltOV etVClI No es particu larmente frecuente en las fuentes estoicas la aso- rlKol 'tO'uvavriov Oto. \jftAfíc; 1tpOepepÓllevot <páoero~ YEV1íoov-
ciación que hace aq uí Sex lo en tre "incorpóreo" e "inteligible". Los pocos casos en los aparece la palabra 40 tal motoí, ~ el1tEp amOtOUVTat, KCÜ oí a1tó n;~ I tOae;
VOll16v (que evoca una on tología platónica ajena al estoicismo) en los SVF de von Amim la fuente es
Sexto; en AM 8.244 (SVF 2.221) Sexto señala que los estoicos "p retenden '1m: el signo (1'0 crTlJl€lov) es
O).loíroC; umotot yevi¡crovral. el8e Ot' a1tOBei~eroC; tD rotau-
una proposición (o.~ íwJla) y que por eso es inteligible", claramente enfatizando el carácter incorpóreo de tOV 1tlO'fÓlcrovtat, XetpOV auroTe; anopov 61taKOAoUOT¡creL
las proposiciones, que son decibles, y también del signo (para la misma idea cf. Sexto, AM 8.117; SVF 1Í yap ¿móOel~U; Aóror; Emív, ó se A.6yoc; ¿K Af:KtOOV cruvÉ-
2.222 . Sobre los signos como proposiciones cf. también Ps. Galeno, De hisloria philo.sophica 9, 2-10). OT1lKCV. tOl~ Af:lcroi~ oúv nupaoTIÍoooot tO eTvaí n Af:KTOV
12 ol be m:pl tfj <po:lvD. Probablemente se refiere a los peripatéticos, aunque algunos comentadores de 45 01 LtOOtKOi, Ó1tep a1tEllepalvEl. €1tEi1tep Ó f,l.1)O tOOUc; dvai
Aristóteles (Temistio, in A. Pro 92, 3; Filópono, in A. Pro 243 , 4) atribuyen a los estoicos la tes is de que TI A.eKtOV ouBe 1tOMO. BWO'el AEKTCt EtVat. ~l1tOUllévrov tE
los sonidos vocales (I.p{l)vai) son A.EKlU, qllod 11011 según todas nueSlras demás fuentes (incluido este pasaje
de Sexto Empírico).
Kai tcOV tv Tfí tl.1tO&.íl;Et Af:K'tWV el ~aTlV, rov IlEY ~ étoi-
IlOU Aa~lpávrocrt t O dvat tOfiTa, ¿~ éroíf.lou Ka, oi (lltOPll-
8.4 Sexto Empírico, AM 8.70-78 (SVF 2.187. LS 33C; FDS 699) TlKOt 'f() Iltl etVat AlÍ1p'ovrm, ri1~ autii~ e1t' a llq>OlEpúlv
~~íouv oí r tOOlJCO! 50 unom1t'toúor¡~ 1tímEroc; ~ ammÍac;, ¿av OE: ¿¿; Cl1tOOel~e~,
KOIV&~ BVAf:K'tcP tO aAll0e~ efvUl Ka! tO \jI&ÜOD<;. AeKtOV Be ei~ á1tetpOV EK1tEOOÜvtat· Ct1tÓOet~lV yap a1tatTIlei]oovral
tmÚPXelV epaol TO Kato. AOytK~V <pavracríav úeptmÚ~EVOV, lOY1· '[{ov tv tii OE\ltépt;t Ct1toOEi~Et €.).l1tEptSX:OI1Svrov Af:Ktrov, Kai
Ki¡v 08 eTval epavracríav KaEl' ~v tO epavraa8ev scrn A&yú) na- 'fPÍ'tTlv KO).lioavn:c; rrov tv tñ tpírn, Kal tETápTIlv ttOv f:v
5 paattloal. trov oe AElctroV to. ~v wuril KaAoum, ta 8€: autO- Tli t eráprrl, éóme ávapxov autoi~ dVal t~V Ct1tÓOet~tv tOU
reAl1' ctv rO. ).lEV illurfj 1tClpE:ÍoElw vuv, rrov 8E ClUtOteAOOV 55 etvat AeK'tóv.
1tAe(OU¡;; <tp61tou~> dva( epam' Kal yap 1tpOcrtWcttKo. KaAouoí
204 Capítulo 8 Teoria del significado: los lektá 205

3·4 fPovracr íav dvUI E 6 ví)v am. N 7 rp6n:oU!; add. Kochalsky 10 anoq>aVT IKá Petri et Jacobi Choue· 10quimur. Plurirnum autem interest utrurn ilIud dicas an de ill o."
tomm Genevae (eh): ón:oqx:tTlKá G 11 Kat ... 1tSpl1tClTSiut g lossema del. Kayser 15 onoiov icttt am. 2 facit autem Q 4 quoque B : om. Q S quicquid Q 8 audicnte Q 9 consedere Q 10 esse el.be.al.e Q 12
¡; 19 n va am. E 20-23 ofov o/l':u86,.u::9a ut glossema del. Kayser 23 n\ SE NLE : otov n\ t; 24 quemquem Q 16 concedas Q/ haes hic quid Q 21 aequus 22 sequntur B vulgo /enuntlatlbl Q 23
1IplCX~íof:(a l)ow L : npul¡..tíó(i)OW N: rrpiO).LÍoll<JlV C; 25 !CCtI OOK LB; : ~ N 32 Kal tOl> N : Kal t~C; mi)
senses Q 27 corporali Q
LB; 33 exoum Kochalsky : €):o¡. u:v G 38 lOlO"! maroí NL l:ttncrrot ~ 44 Tote; 8KAAKTOiC; N 45
ánEll<pctivov G 1-2 Placet nostris quod bonum est facit Sobre esta afinnaciótl cf. capitulo 26 y lo!> textos allí
discutidos.
2-3 A6lcrOV oSE: ... tO K(lTCl AOj'lIcf)V tpavracríav tHI)lO"1:á~¡evov En esta definición canónica de A.eK1ÓV reapa-
10 beatam vitam bonum beate vivere bonum Para la distinción "vivir dichosamente" (un
rece la dislinción estoica ontológica básica (entre existencia y subsistencia) y la distinción entre tipos de
incorpóreo) y "vida dichosa" (un cuerpo) y el significado de tal distinción en la teoria de la felicidad cf.
presentación (racional e irracional); un ).eICTÓV es algo subsistente porque es un incorpóreo (y los incorpó-
reos no existen, sino que sólo subsisten; c( capítu lo 2, textos 2.7 y 2.9). Además, un 41Cr6v subsiste capitulo 22, textos 23.1 y 23.4 YBoeri 201Ob.
"según una presentación racional" porque es un significado, y un significado está asociado a la "presenta- 26 dictum Se trata, probablemente, de la tmducción de Séneca del griego N::1Ct6v.
ción racional", que es un pensamiento (c r. capitulo 6, texto 6.1). El asunto no está exento de problemas: 8.6 E,tobeo, Ecl. 1.621, 4-21 (SVF 2.197; FDS 90S)
aunque los significados deben darse asociados a las presentaciones racionales, debe notarse que los
significados son incorpóreos y las presentaciones cuerpos (Cf. texto 8.3, donde Sexto subraya el hecho de K.M:ávOll~ ECPll tOV O)1VÚOvta. ~tOt EuopKElv ~ €1tlOp-
que los significado subsi!>ten a nucstra mente o pensamiento; véase también nuestro comentari o y Frede KEtV Ka.El' OV O)1VUOl xpóvov. Uív J1eV yap OÜtOJ~ O)1VÚll
1994: 118). Como argumentamos en nuestro comentario, los signi ficados no pueden identificarse con los che; €1tlteA€OffiV La KOta tav OpKOV, cUOpKf:tV ' €o.v OE
pensamientos, si no so lamen te con su contenido intencional. 1tpóEleOlv BXOJV Il~ E1tILe.A.clv, €1tI0PK€tV.
7 1tpOmaKtUcCt. KnAOUcrl cf. DL 7.66. 5 Xpuo(nnou. Xpú-
14 roBÉ (JIP' SyK&pUAOt; ... otvoc; Homero, 11. 3.300. (mt7to~ Slaq>ÉpElV ECPT] LO <ÍA.l)90pKEtv tOU cUOpKEtV' Kat tO E1tIOpKEtV
16-17 ZEÜ rrÚtEp, ... EÚXO¡; ap€.cr9at. Homero, If. 7.202. "tOu \jfmOOpKE1v. Tov )1kv yap o)1vúvta KaS' OV O)1VÚEI KalpOV 1távt<oe;
49-50 oí a1tOP'lttKOt tO Il~ stVo.l Alí%vtat Son los escépticos (como Sexto); o:rroP'ltt""l es uno de los ~ ó.A11ElopKElv ~ \jfEUSOpKEtV. tO yap ÓIlW)1EVOV un' autou ~ w..1l9b;
nombres que recibe la escuela escéptica (crK&lttlK1) ayroy~), junto con "investigativa" "'l<'lnK1)) , "que
suspende el juicio" (Sq>€1CrIKll) y "pirrónica (DuppJlVl;IOt;). cr. Sexto Empírico PH 1.7. oe
dval ~ \jf€Üoo~, bcEt8~ a~íú))1a tU'(XáVE1 OVotOV O)1vúvta )1~ náv-
1O tro~ KaEl' Bv O¡;WEl xpóvov ~ cUopKetV ~ E1tIOPKclV, ote ¡;~ rtlÍpecrnv
8.5 Séneca, Ep.1l7.2-5; 11-13 (LS 33E; 60S; FDS 687; 789A) Ó xp6vo~, d~ av ~ avacpopa t &v apKOOV 8yÍ)'VE""CO. "Ov tp61toV yap
[2J Placet nos tris quod bonum est corpus essc, quia quod bonum est facit, quidquid facit A€yecrOal tlva EUcruvEletctv ~ acruvElEtetv, oux ote cruvtíElEtat, o.M'
corpus est. Quod bonum est prodest; faciat autem aliqui d apartet ut prasit; si facit, an: oí. xp6vOl EVlmavtat ""C&v KatcL tae; ó¡;oAoyíae;' OÜtro Kat eUOpKEtv
corpus est. Sapicntiam bonum esse dicunt; seqllitur ut necesse sit iHum corporalem !le; KCÜ E1ttOpKEtV PllS~OetCU. OtaV al KatpOt1tapacrroocrt, KaO' oue;
quoque di cere. [3] At sapere non putant eillsdem condicionis esse. Incorporale est et 15 ch,..tOA6)'l10EV E1tltEA.ÉcrElv ta Kata TOUe; epKou~.
5 accidens alteri, id es! sapienliae; itaque nec faci ! quicquam nec prodest. "Quid ergo? 41fp6eeO"\v MdA : rrpóq>(lotv L I E1tIOpKEl MI: bnopKúv M 10 EqlIOPK€lV LM 1 : E1tIOpKClV ce!. codd.
inquit non di cimus: bonulll est sapere?" Oicimus referentes ad id ex quo pendet, id est 12 1\ acruvEluelv S : om. LM lAt 15 cOl1okóY'lcrav L
ad ipsam sapiemiam.
[4] Adversus hos quid ab aliis respondeat"ur audi, anlequam ego incipio secedere et in Sobre este pasaje cf. Long 1971: 100-101, Bames 1999: 201 y nuestro comentario.
alia parte considere. "Isto modo, inquiunt, nec beate vivere bonum esl. Velint nolint, 8.7 Sexto Empirico, AM 8.79-84 (SVF 2.167; 199; FDS893)
10 respondendum est beatam vitam bonum esse, beate vivere bonum non esse." [ ... ] ta vUv Se EKEtvo P11tÉOV ett 1"0 au-
[11] Peripateticis placet nihil interesse inter sapientiam el sapere, cum in utrolibel eorum tOteASe; o.~lro¡;a oúvOetOV dvat OÉAouaw, otov 1"0 ~)1épa ¿ml a"Úy-
et alterllm sit. Numql1id enim quemquam exist imas sapere nisi qui sapientiam habet? se
Keltal EK tE tou "rH.J.Épo Kllt toG elJ'tlv" o.crCÓ¡;OTOV ouoev
numquid quemql1am qui sapit non putas habere sapienti am? [ 12] Dialectici veteres ista OÜtE: cruvt€.S~vcu OÜtE )1Eplcre~Vat Oúvatar iOla yap crrof..lá-
distingl1unt; ah illis divisio usque ad Stoicos venit. Qualis sil haec dicam. Aliud est ager, 5 tOOV ¿mt tcriha. toÍvuv ouMv EmlV auto1"ill~ 1tpáyf..lQ. ouBe
15 aliud agrum habere, quidni? cum habere agrum ad habentem. non ad agrum pertineat. ~í(Of..IQ.. 1tcrv tE UK"tOV Af:yEOOat ~Et. oOev Kal
Sic aliud est sap ientia, aliud sapere. Puto, concedes duo csse hacc, id quod habcnlr et tO:ÚtT[~ eTuXE ni<; 1tPOOTJyopÍa<;' ouoev M AcIC'"COV AtyETat,
eum qui habet: haberur sapientia, habet qui sapit. Sapientia est mens perfecta vel ad ro~ 1ta.plcncrOlV oí cmopr¡t\KOl' OUK opa E"crn ti Ae.Kt6v.
sUlnmum optimumque perducta; ars enim vitae esl. Sapere quid est? non possum dicere c1> E1tEtUl ~ll1Se a~lOJ¡;a etvat ¡;110ev o.A.11Ele~ ~ \jf€Ü8o~. M-
"mcns perfecta", sed id quod contingit perfectalll lllentem habenti; ita alterulll est mens 10 yelv yáp €crtl, KaOro<; aú""Col cpacnv Ol artO nie; LtOcr~ ,
20 bona, alterum quasi habere mcntem bonam. " C o t~V tO\) voou¡..tÉvau 1fpáYllatOe; OTl¡;Q.Vt\lCrlv
[13] "Soot" inquit "nanlrae corporum, tamquam hic hamo est, hic equus; has deinde npoq>ÉpecrElm cproV1Ív, otov toúoe t06 mlxau'
secuntur motus animorum enuntiativi eorporum. Hi habent proprium quiddam et a ~~VIV iú"o. e.a n~A~láo.w 'Axv.~o,.
corporibus seduetum, tamquam video Catonem ambulantem: hoe sensus ostendit. &llCt tOÚWu 1e t~V OTlf..lavrlKT)v q>oovl,v Of..lTÍxavóv eml
animus credidit. Corpus csl quod video, cui et aculos intendi et aoimum. Oico dei nde: 15 1tpo<pÉpEcrBm Ola to OÚ ta ].l€PT] ¡;~ O"Uvu1tápXEt, ¡;llOE
25 Cala ambulat. Non corpus" inquit "est quod nune loquor, sed enuntiativum quiddam de se
aUtO EKEtvo u1tápX€lv, mÚ1"ou -roG 1tpáyf..latO~ tcL¡;€Pll
corpore, quod alii effatum vacant, ahi enuntiarum, alii dictum. Sic cum dicimus )1~ cruVU1tlÍpxElV, rome )1110' auto \mapKtOV dval.""Co
' sapientiam', corporale quiddam intellegimus; cllm dicimus 'sapit', de carpore o' Otl o.cruvÚrtOpKtÓ emlv auto\) ta ¡;ÉP11, outóOev SdKVU-
V 13TI~111 \lWV Snog"91g1)l,(l? 09 O \l)l\lJeXUMD 6S v S!310lL ood?l(1)l\J¡> SoAU gllJ( 1\1DqJllt ADrlpll ll.S? dl?A I\o"(~g) ~A'OOQ00311 SOI\}l QllJ? Scp
I O Scp 1\°10 LS o 'wo SIDl.\}O ES ID I\lOnID9ltl( OS WV wo lDt\p 61' V'JV 'wo 1\010 Lt:> W 'wo I\1031\?)., 1\0lD)I}g AI3JyriOA9 1\10q;lllt AOM;Y üI\}1l?l.lJ)lI\D!30c;t3 ?S' A~l 'Sn}30Q3 Syl
S~d lt zt:> v I\Od3 l.V)l~ lD)I l1' assng 'ppn I\R I O ro)l IOl.JD)I 8E V IJltI3"(W SE W SID3DJ'()I : V S{I)3DY"()I "lLI? lDAj)lOOlU311 \l1l?12 5130gJllL l\3TloJqy Sool.9)1}3 Srr('{fl i\trl Jl?:l S<p I\cp)l
6Z wv ~ri 8'C tlWV 1\!3'(IJ)I LZ!I 'wo VIg n 3ssng 'J:)S ~l. :'ppo:) \}Ol. z:z 0..'1 ~l.?D H W nod?l.{I)I\l? -llU1Dllld3U I\cpl SQ.OIQ-D SQdll tg I\OJlI\9A3y [",] ,DlI\9.
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-Utl A1/l1W!I 'wo t\lPDri~OI\ '!Ol. aluE tq 8 d 'wo 3J. S O Sol.Dri9"V [SOl.DriyOA / O 'wo 3l. t:> l1W.":l ¡\13g f
S<p tU)I 'SogQ.3m 911D)I ~8U"(I? 31. <,U lDl!3dro30 1\0Áo/'( AQ;:.IllADOOltJ? AOI\311
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ñd?l~ 1\0i\3rl932 \11 1\0i\3r1C)odoÁluu)( SC030gJlll Slt1 ,?l ~g ~ 'Q3Y1<b DI\COJV
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I\C01V'{IJ I\~l I\IDI\D<h911J¡> l\llA)Jrioldq¡ !31011 'DI\OO}V 1\010 ''91\11 ,?l ~03lDOdll ' !DI\rod> S!Dl tq \! I\lODli~OI\ '!Ol. "'? ~ l\l.DlJrlkpdlt S!Ol "? . . Od31glt 'S1m?)I!>
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\11. Scp '1\01\3rlpAng lD8on~?gllt? I\lO)'Y)I 31SlO ,m '(SUlI\DdJ9l!J? OlgOl dl?Á npi 1!111Q ln)l 'Dl\3rt9l\mrllto Aq;ll<}o'O ,ut} Sq;lX30odlL 11))1 Sool\jlinoÁllOdlt l?:l l!D?
-32<}oo) 13"'(;mlJ13r1131pd)lOO3: I\O}O 'mOD'OopÁ.d? I\lOl\'OdJ9l!J¡> ~OXDlAnD llDrlgl\9 O~ DA)l '1\0019°1 ,?lg 13)109g12 SU''(?:10101dV, 9 S'(]rl ~ I\Od31.gdll
1\0i\3rl'9l\og <}oo urlndrl(;U:lDdDlll3"(?rl'Ol3'ri ~g 91. 'lDl\p lJrtUgrlt)!lllJ1!3't3n (¡6L :9LL :eOL sa,f
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-gÁlulJ)ludDlt 1\010 ....g \D)t UJJl'iydrlnD Wll\01\31i)3)1DdDlL pl\U'ocp 'DrlDgrlC).D
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~ S!30U"(1( SnoÁo/'( Ul.i\t}010lL 1'O)(lD3D<y:llt S!D:l Dl\3rtgll.'O:ll\nn Dl.'Orl~9 UD? V'CYJ? 'DIi(l)J~~ ,,1. 13Xdpl!t} l\QyS? ud'!} 31OU?g<}oO '1\1l.D~ ll.?)i<}oo ~(
dpÁ l?AU ,UltlY'(? l\oo3rl<ylU AQ,U tlS' l?13li 1\0Áo/'( I\GOlOUU"t310:l<}o'O SOlDrt S'E Sluyd)l(lJl \,1. 'm13Á?'( 110jl \11 319, 1)))1 'AIJ.O~ \11 I lD~ OOllQ.O
-91\9 gOl ~n l?13n S<p lD:l3l\ydrlD'( 1\0....!Drllw 1\1~dDltn.I\~:l 1D)l1\0A;niÁudUlt 'Slupd;:.lrol lD13}q'( dl?,I,. 31.9, ,,1\1l0~ SU:lpd)lro3: " 01(}0101 \>1
S01.l\2 GOl. \>ltl(l \11 ....01\9rt ~UQ.D ,'C'I,l¡ 'SO:lDrtIf9 l'OllLU'(\3 J9l.i\))lt 1l.i\l? )I<}o0 I\O}O 'mi\p A01.301\C)ú l.DD<h 9, 'D1i(l)J ~l? ~gQO ?g O:lg..Oll?lg
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r ld3lt I\lptll.lu.Dll.ld3U I\t.u I\~O ~rl 'O:l(!.tlll?lg 'Ui\.31igXDri lD3,09gDdDll Acgl<}oU O( l?:l ~o 111\13Xdpllt} All..O? AglUI\C,l211 A~O 13 'url A~:l 11?)lc;t0
.... cprl<;t S!D:l1D)I UllOl?il ScpÁdDI\? tS' 'O:lgUl,Dl.9)1od>31L lDoú3X?I\Y I\ro30}'QI 'D03l19d3<bodlt All\ I\Ifl. 31S? lD)t 'De3rl9d3<bodlt 1\11\ I\~:l
?gurll?:l Dl.orl~ddllt? l?11D)l1\13'X~ S130<yllt '01Drl~9 l?:l 1'0)1 1.D130~9 11nn roll?!N 0 'i\3rlOÁjt l\~dD'('(nn Urll\~l dl?,t 3:lS? "l\lAljrl, YAOl0
'A13Á?"'{ 3.l(!.01íy 1\1OQ;l:lll I\D!30?3 I\t.u 'nO.lpll1d311 GOl. 91lJ? ]0 A1DD<b 'OlQ01 'Slm Xllrl ~g<}oo 'A3'1'iCPllO)li) ~ I\tl)l '13Xdp1l9 A01X)lDlri~1
l?12 }3 ,Y'(~ '5pdo<bodlt ....wltAqxb)l? I\t.u l?lU)I S!:J,l. AOl!<U?XdJ( \>1l?1g lOl\p Q1 ?2c;t0 3lDW 'AOlq,>dll Qll\3T10Á..T'lIl?)t<}oo 'u0311gd300dll S'l
~g A~ed9 'Su)oMjl ;y, qu\, A3rlQOI~\, "Irl lDAj!>rolU3U AD!30?" A~' \D> ,e I\Od31~g \>1. 31S? 10)1 'D03rlgd300dlt Sodjli gOlQD I\Od31C)32
1\01l9d:l 1\\11.9-0 1\"1 'lDAplUXo t A~ed9 1\1D<Jl.lt 1\~2 1D)! lD13)q"( 31 lDAjDlOOlJL3lL \,1 OOltnO 3191. 'I\3rlroÁ?'( Sod?ri nO}XIlDlrl~ gOl AOl(pdll \11.
"Ikou AqOdg \D> AO!3dlDdJ. "I03<b\, A30roAY 9' A~ d3U90D> ,D03rl9,13cb i\lyplt dl?Á I\Dl9, ,I\01XJl.0lrly Ql. ~g<}oo A~lrl 1'0)( 'Do3'rlgd3<b
-odlt urtOi\9. Slupd)(ool Q:l 'loi\3rl9'(nog lDOQ!'{ug urlu91\ Soolpd)loo:I \11. 1\3r1 -Odll <}oO 1\0XJlO AOYQ "trt ....91 3J.DW 'l\olWdl! \11. 1lDR ,l?)lc;t0
-oXji S!010U1 tq d~Á g ,I\3)1ro:lll?ul..ll.S}D lD)I g.Xruh Q.l i'I:! 0.01. SOl.nrl~ol\ Q.0I 'uo 3lis>d 3<hodlll\od31C)3g \l1319.1D)! 'Aod31~g 91. IlDji OC:
9llJ? S<p 5'9013: S~ QllJ? lO lD:lI\OA)d:>tOlLJ('(13)1lfoOdlllD0031\}Á noA?Tik01.3:l oc: oouSlo 'lJ03n9d3cbocJlt 1\00X}J.Olny 1\000cpdll \>1 dl?Á 31S? '1Dl
LOe fJJ'ftJf sOl :OpEO!Jru~! S ¡~p tlJlO:)l. 8 0 [tll¡dll:)
90,
Teoría del significado: los lektá 209
208 Capitulo 8

7-11 1\ aKé,!,tr;,." tole; eK tOÚtrov cruYKet~gVOll; A6yOtr; La verdad o la falsedad (aunque en el caso de los
oe
stven, ro aA1l8sr; Ka1 bv cpaú).o)' tvMX&Tat yo.p
tOV ~auAov aA1l8É<; n €l1tElv. tauta ~ oi Ooy)lanKOl.
estoicos lo mas preciso es decir "10 verd adero" o "lo falso"; cf. supra textos 8.2; 8.3) son, tanto para los
peripatéticos como para los estoicos, atributos de la aserciones que presuponen la composición o combi-
20 ~)lSl<; Be núAtv tf¡r; KUtU tl1V cruyyputp11V npompécr€co<; mOla-
nación (para los peripatéticos ef. Aristóteles, Cal. 2a8-1O, inl. 16a[3-18, DA 430a26-b2 e infra líneas 12- i;Ó~""Ol 'pOl ~6vov tO &A~e&; viiv tO"1 ),óyOUI'Ol~cró~eOa,
13. Para los estoicos cf. aquí supra texto 8.3 y 8.4) ÉnEl cru¡.utEplypá~Eten tOÚtqJ Ka' ~ OJ...~8€ta, crucmwa Tfjr;
12-13 /:;v 'lOte; 1tP(XHllíOtr; .. Kan¡yop.oov cr. Aristóteles, Caf. 2a8-10: "Nada de lo que se dice sin nin- tOOV ci:A1l000v yvooowr; ttvat 4yopévr¡. náJ.tv ot, É1te:1
guna combinación es verdadero ni falso; por ejemplo, 'hombre'. 'b lanco', 'corre ', 'vence''', r&v ').jyyoov Di )lÉv €lm KaOoAlKrotEpOl, Ot' cbv aútT¡v rr,v -orr6-
52-53 w<mep "TOIhotr; IlUullD..el" Éste es el caso en el que el número cambia (tOÚTq¡; TOÚTOIe;), pero
o ••
25 mamv tOU aAl18our; KlVOÚ¡..tEV, 01 O€ EÍotKoí,
la forma del verbo pennanece inalterada (~él"O:pD.Et; ef. línea 52: oihs (1)~pETaaX1lpanaO~val tOle; Ot' <bV Oe:íKVUpeY, on OÚK sanv
ópI9pOle;).
f.v ,,""vii
tO &A~B'I ~ f.v AzKtl\> ~ f.v tU Klv~crEl t~llilQ-
8.9 Galeno, /11 Hippocratis de Illwroriblls /16.204, 10-205,5 (SVF 2.144) voíal, tO"1 KaOoA1KOJtépo", ¿KOtoBa! ~6vou, "'1 .pi><; tO ...
ou taUtOV ót Éan l.púlV~ Kal oux4K'to¡; Ka, oÚO~ , aU: ~ pEv ~oov~ epyov OOrl pOv ápKelv ~yoúJlf:Oa. oocrne:p yo.p tEÍXour; OE¡..leAít'f' Kat-
t&v <POOVlltIK<I>V ÓPYc1VOOV, ~ OU1AeKtO¡; oE tOOV OU1ASX'ttKrov, mv tO JlEv rrpó)· 30 EVEX8tvn Ka' ta -oltEpKe:í¡..tEVO rrávta cruYKOtocpÉpetal, OÜtro
t6v ¿mtv li YAWna, emma M 1; pl~ KOt to. xso..T) Kat Ol 0ó6vt sr;. cpOOVT]- t'6 rou clAllOou<; únocrt'c1aEt olCtrpmopévu KCt1 CtL KCtto. ).IÉ-
t lKU O€ opyavó. Ean Aápuy~ Kat oí K1VOUVtf:r; oiltov }lÚSr; Ka, VBÜPO, Dan po~ t&v Ooy)lCttlKWV EÚPEOtAoyíCtl 0'U)ln6plypácpovrut.
5 t11V t~ ÉyKS~Ó.AoU 7rapaKo,.1Í~e:l tOÚtotr; óúva~llv. aUó~v oE OÜte: na.v tO rf¡r; 10 <t o> nw<;; Kayser 13 tO ~v MEAB : pEv tO L 15 yvroOECOV T : yvoocrEcoe; G 21 tOÚ AOYOú EAB 28
uKof)r; W¡OV al06T)tov oi netACtlol EKáAOUV, ome: ÉKe:lVO )lóvov. Ó OH1 crt'Ó)let- ~6voul G : ).ÓYo", T
ror; ÉK1tt)lm::tCtl, Év c9 ne:ptix€tctl Ket' ro KÁÓ.e:IVKett ro Ol.>pÍttS1V Ketl Oí)lro~eIV Un pasaje casi exactamente paralelo a éste en Sexto puede verse en AM 7.38-40 (SVF 2.132). Para una
Ka, PlíTTEIVKol DaO TOHlOta, ~16vT)V O¿ '[11V avOpó:mou ~OOV~V, KaO' nV OHl- discusión ponncnorizada de los tres sentidos en que "verdadero" difiere de "verdad" cf. Long 197 1: 98-
Azy6~lEBa 'POI aM~AOul, "UIi~V wv6~ai;ov. 100.
1-3 Ol> tal>tOV M tan ípúlvf¡ Kctl olál..EKtD<;; ... ~ YA&ttct Cf. Galeno, De ¡oeis affectis libri V/266, 16,
8.12 Ps. Galeno, De historia philosophica 13, 2-11 (FDS 323)
267, 1.
'AA~O", fcrtl tO OVtlKEí¡w6v nVl.lil~May~f.vOV lit t OaA~B&; tf¡,
8.10 Varrón, De /illg ua latina 6.56 (SVF 2.143; FDS 512) OJ...llSEíru; tptx&r; oúoíQ: O'UcrtácrEl ouvá)l€l. ouolQ. ¡.t.Év, bt€tO~ ro M1l8&;
Loqui ab loco dietum. Quod qui primo dicitur iam fari voeabllia et reliqua yerba di eit áow)lCtt6v Émtv (&;;íooJla yáp Émt Kut4K'tóv), ~ os CtA~Oela cr&)lá Éattv'
ante quam suo quique loco ea dicere potest, Itune Cltrys ippus Ilegat laqui : quare ut Emcrt1Í )ll1 yo:p návtcov sO'tlv aA.1l0&v, ~ M é1ttO'T~)lT)1tCO~ ';Y€JlOV1K6v Eatl,
imago homini s non sit hamo sic in corvis, corn icibus, pueris primitus incipient ibus [ari S tO os liYE¡..tovtKOV 1CVEUJla etVCtl OOKet, DnEp croo)lCno<¡')uE<; púAtma av dK6toor;
yerba non csse yerba, quod non loquantur. 19itur is loquitur. qui suo loco quodquc OOKoíll. O'UcrtúaEl oE OI~AA.aK1at tautet t<$ tO ¡..tev aA.1l8Er; ánAOUV ttvm, orov
5 verbum scicns ponit, et is tum prolocutus, quom in an imo quod habuit extulit loquendo. "Eyro olaAtyO)lal", tT¡v <o'> OJ...~OSIOV ~)liv Eupf)06at nEptAT)1ttucrlV oOcrav
1 rarit Fv S istum prolocurum eodd., Goetz-Schocll in lextu eum asignatione eorruptelae : is tum návtwv &AT)8&v. OUVtlJlEl OE. E~~U(Uctat t <$ TO¡.tEv aA.T)Ser; Ka1 cpaúAig
pro<nun liat>, locutu<s su>m Goetz-Sehoell dub. in app. eril. Tlvl Émyívecr8m (AiySl yáp nOtEaA1l0&r; Ka! Ó p~ návu ~O'1touoacrpévo<;),
8.11 Sexto Emp írico, PH 2.81-84 (LS 33P; FDS 322)
oe
1O t~V UA~OEtOV Jl6vOI<; evtpocpov etVat teir; cJ1touoaíO\<; (tp6rrou;].
5 aro)latO<pu~ A: oro)lcttoJtOtEl B 6 crucrttÍO'él Diels: ~ O'ÚO'tctO'le; AS 7 <B,?, add. Diels 111)llV EÚp~O'ectl
El ~VtOL Kal ooíllPEV KaO' lm:óSEcrtV elvaí n ril<; CtAllOda<;
Diels : ~)lel~ eupf¡cr€lm A : uIlE'ie; &Úp~tE B 10 IlÓVT\V AS / tPÓ1tOl~ del. Dlels
KPlllÍP IOV, aXPllQ'TOv EÚpíO'KStat Kall1cÍtatov, EaV tJ1tO).lvr,crro-
).IEV on, oaov É1d lOtr; Ae:yO~IÉVotr; UrtO trov Ooy).lan- 8.13 Esteban de Alejandría, ¡" ¡"I. 11 ,8-12,7 (FDS 792)
KruV, avúnapK1'D<; )lÉv Ecrnv ~ aA~e€tO, avurtómatov tO CtA.1l- oc CPT)crl Toívuv 'AptmorÉA'l<; on
5 OÉ<;. UnO).ll).lvlÍaKOJlEV os OÜtoo<;. AÉy€tUl to. rOlaúra OlacpÉpoum teu óv6}lCtro~ KCX'tO: muto, olón TO )li:v ÚVOJlCt ~to.
OICt<pÉPEIV tllr; áA'lOeíur; tO áAl10S<; TpIXro<;, oucríQ: rou ~V ~ eanv ~ eatCtl cruvraTTópEVov 7távtOO~ ci:Ar¡OeúEI 11 'I.jIEÚOerOI, tauta
oumáaEl OUVál1lT OUcr1Q ).ltv, rnEl tO )lEY aA110€c; os Ol). tO os EatlV Kat ~v Kat EmCtl, ror; erC€(jT)).lávaTO Ó qllAó(fo~or; Ilop-
UaW).lClTÓv Éanv (o.¡;íoopa ycíp Eml Kal )..eK1óv), ~ oE 5 ~ÚpIOr;, E1tl aÓt&v )l6vrov tOOVurruplCTtK&V pT)¡..tátrov StPlltU1 Ka' OUKÉtt ht1
UA~OeuX aruJlo (ean yo.p ¿mcrt'~).ll1 návroov UA.'lO&v tOOV OJJ...,rov r.Hlllátoov. rO: J.lEv yo.p líUa. PlÍ JlUtU tair; 1t1:WO€Ol crtJvtonó¡..teVa
1O &'TCo~avtlld¡, ~ os E7rlm~).lllrrro~ exov ~yE}lOVIKOV amJvtCtKtIX aUt60EV yívovrCtl· "LOOKpc1tOUr; yap rrepmutsi" ouoElc; Af:y€1. OSEV
wcrTmp Kat ~ m1r; exoucrCt Xdp 7t\)y).l~, tO ó€ ~y€).to­ lcn:oP€l svwúOa Kat t11V oláw~1V rrov LTOO'(Krov, on tO KaTT)yopoÚ¡..tEVÓV
V1KOV crw).tCt· ecrn )'up KCtt' autou<; TCVBÜ~ta)· (jl) - ttVoc; ~ Óvó~latO~ Kat1lYOpEltal ~youv eó8eíar; ~ rrrrocrEOOr;. KIXt61 pE\! ov6-
crtáast ÓÉ, ens! tO pEY tlAT)OEr; á1t/..ouv tí Écrt' IV, otov 10 ¡..tatoc;, ~ aútotEAf) lOV Aóyov an€pyá~6tal ~ OUK Ut'n:OTEA.~. Ka' El Il ev
~yw Ota).éyOl1al', ~ oE &A~OEIct &'no 1tOAAOOV &All- outOtEAf¡ tOV "Aétyov an€pyá~EtCtl, KaAO'ÚcnV autov KaTl1YÓP'l).la ~ mJ).l~oJla.
15 Orov yvrocreoov cruvtmotal' OUVá)lEI M, brEl TÍ )lf:v tautov yO:P KaAEltOl1tap' autOlr; Kal O~A.ov tO Ct\ttOV' Kon¡y6p'l)la yap
&A~O€ta Emm~~IT)r; EXEtat, tO oE clAl10E<; ou rrávroor;. At-yOUO'lV, ol6n KClta toO unOKEtpévou ayop€ÚetaL ~TOt A.Sy€tat KO' Kat T)yO-
OtÓnEp TI¡v pEV &A~eetav IN ).l6VCfl O'1tou8aíú) tpOcrlv P€ltat, mJppa)lU SE otÓtt OUvÉ~r¡ tO paO{~Elv t0 LOJKpátSI. El OUK OUtO- os
210 Capitulo 8 Teoría del significado: los lektá 211

15 TeA11 .ov Myov a1t€pyó¡;"at, KaAmWl napaKUrmÓpl1pa ~ napooVppapa, 001 tal.lTOV oe TnÜta OTj).lalvu "Cé{> 1tpó:mp, DUO' OÜtOJ OUMoyIO¡.tO<; EKTWV
LroKpáTIJ<; q>1A.el' A€í1tEI yap nvá. El SE 1táAIV mrocrew¡; KOTT]YOpcttat, i, t OIOÚTOJV€<ITat' Kat yap ó omro; exOOV Aóyo; Tfi ouvá).lEt ).lOVOA~).l¡.tatO<;,
(l\)TOteA~ tov 'A6yov Wrspyát;erat <*> EAaTIOV ~ Katl1Y6PllJla 6><; t0 0016 ).J;yrov ' ~pÉpa ' mív· &AM Ka, oúx' OÚX ~pipa 'mív· !prollipa
LroKpátEl ~leta~U~M:l' 11 <OUK> aurotcl~ '[av J...ÓYov O:1tEpyá~etal, Kal KaAo60W 'mív'· .0 yap'oox, oUx ~pÉpo 'ml ro" '~ pÉpa ¿ene póvu rii Ai~.,
aUtO €Aattov ll 1tapln:arTl)'óprUlu 11 EAUtlOV t11tapaoú~Pal-la. ~ LroKpÚn;¡ 10 lilacpépel.
20 p€A.e¡' 4:ÍnEI yap lLVÓC;, oTov 'AAKIPláoou ~ tlV~ WJ..ou, Ecr1IV TOÍVUV ó
h lP El BLM: 'It9& a 2 ~flÉpa BM I WJ...O: am. a 4 cruJJ,Oytcr¡.tOl B : c:ruUOYIO¡.tO<; aLM 6 ar¡¡.taívtl aLM I
A6yoC; rOúTCr)v tOOV mrooewv TU J.llN líMa Kate} laurá, ~I&ta. ¡.t€vtOl t OO post Ix om. lWV LM 8 roe; Ó ")J;yrov om. a I post 'JJ:yrovadd. El M
€O'1' tV i1 E01"CU ~ ~v oüte tlAl]8ruoumv ame \\feúooVTat.
7 1ft OUVÓj.t€1 ¡.tovoA~¡..t¡..ta'IOI; Para una breve discusión de los argumentos "monolemáticos" estoicos cf. el
5 t&v aut(Í)v ~16v(Ov codd. : Iranspos. Hayduck 8 imopEi Hayduck: (coll. Ammonium): tcJ'Topíav comentario a este capítulo y el tratamiento más ponnenorizado del tema en nuestro capítulo 9.
codd. 12 1t<lpctU!Ol.X; codd. corro Hayduck / J(CUl1'Yopoú¡,¡cvov codd. corr. Hayduck 17 post
a1tEpyó.~Etal lacunam indico et in app. crit. suppl. Hayduck Kal KaAtitat 18 <out\:> add. Hayduck 20 8.16 Sexto E mpírico, AM 8.96-98 (SVF 2.205; LS 34H; FDS 916)
).IE'[(l~ACt codd, : corr, Hayd uck trev BE arr./.iJJv
8.1 4 Estobeo, Ec!. 2.78, 7-1 1; 97, 15-98, 6 (SVF 3.9 1; LS 33J ) nva ).ltv oopta).lÉva EaT!V tlvo: oe áóptcrra Tlva Be péaa, wpt-
lUW:pÉPEIV ó6 /.1yooO't tO alpE'Tov Kal 'TO aipEM a¡.ttva ¡.tSv ta Kara oei~tV EKc.pepÓ).lEVa, olov 'OÚTO<; rrepmatci,
'T tov, AipETOV PEv sfval <áyaOov> néiv, aípETÉov Be OÚTO~ Ká911tm' (ÓetKVU).lt yáp Tlva 'toov bu ¡.tépou~ &vOpoo-
o
d:HptAT]pa néiv, OEOOPEltal1tapa TO EXetV TO ayaOóv, ~t' 5 noov). &óplcrra 8é Ecrrl Kat' aUTou~ tv oT~ aóptcrróv TI 1Cl)-
oaipoúpEOa ~leV tO aipet&ov, otov TO ipPOVEIV, OEro- o PIEÚet PÓpIOV, olov 'tl~ Ká911tat', ¡.tÉaa M tO: OÜtro~ €xOV-
5 peitat napa tO EXEtV ipPÓVllOW' tO O€ aipetov aux atpoú- "Ca 'av9pcono<; Ká8rjtm' ~ '!:ooKpáTT]~ nepma"Cei'. "Co
pEOa, w-A' ei apa, €XE IVaUTO Cdpoú¡.tEOa. [... ] ).lEv ouv ' 11~ rr.epmCltEl &ÓplcrtÓV EOTIV, Erret Ol,K átpoo-
~taipÉpslv se
/.1youow, warrEp aipEtOV Ka! aipe- plKé Tlva nov EnI ~pou; rr.EpmatOúvrrov· K01V~ yap
ttov, o{)rro Kal opeKrov KatOpeK'TÉOV Ka! POUAT]M 10 tIP' tKáotou ClUUOV EKipÉpeaSal oúvCl"Cm' 'to oE 'OÓTo;
rov Kat j3ouAljrOOV Kal árro&:K'Tov Kal. 0:1l:00EK'T ÉOV. Ká9111m' roptaflÉvov EcrrtV, Ene1nep UIPOOplKe "Ce ÓEuevúpevov
10 Aipera ~leV yap eTVat Kal. POOAT]tU Kal6peK'Ta <Kal. ano- np6aoo1!ov. Te OE 'LroKpáTT]~ KáOrrrat' j.!Éaov úm"¡PXev,
OEKta TayaOá' 'la o' ffiipeA~pata aÍperÉa Kal j3ooAT]réa Kal btdnep o\)t e aóplcrtÓv EcrrlV (&qxópIKe yap tO etOoc;), omE
opelCtéa> Kal cXnooeKtÉa, Kanjyop~llata ovra, napaKet~leva OOpl0PtvOV (00 yap p«a Oeí~€WI 'K!pÉp€'tOl), &AA.' EOIK€ pÉ-
o' áyaOoi~. AipeiaOm ptv yap ~péi; ra aipe'TÉa Ka! 15 aov &¡.tc.pOTÉpOOVúnápxetv, TOÜ Te &optcrrou Kal tOÚ ropta).lÉ-
j3aúA.eaOat ra j3oUA'lTéa Ka!6péyeaOat 'ta ÓpEKtÉa. Kan j- os
VOU. yíveoOm cpam TO &ÓpICftOV áA.llOÉ~, TO ' Tt~ rr.€-
15 yoplwároov yap al TE aipÉael; Kal 6pé~el<; Ka! pOUA~ae l<; pmatEl ~ ' tl~ Ká911Tat', OtcIV tO roP10).!ÉvOV &A11ge~ EÚpt-
yíVOvtal, rocrn:ep Ka! ai óppClÍ' EXEIV)lIWtot aipoú¡.teOa aKT]tClt, ro 'oú--t~ Ká811lat' i1 'OÚTO~ nepmatel- Illloe-
Ka! POuAó¡.tEOa Kaló~loíro<; OPsyópEOa "CáyaOá, OtO Kal VOl yap TroV ¿n, pipoDI Kae~ptvoD 00 liúva.al aA~eEI
aípeTO: Kal POUAIl"Ca Kal 6p€K'Ta TayaOá Ean. T1lv yap 20 elVat "Co ' 'CI<; KáÜT]tm' &ÓplcrrOV,
<PpÓVljalV aipoú~lEea €xelV Kal "C~v aú)(.ppo<JÚv11V, ol, po. 8 tm:l <ouv> OÓK N 9 Tlva Fabricius : Tlva~ G
20 L\ía "Co c.ppOVElV Kal aoo<ppovEIv, ácrro¡.tata OVta Kal KaTll-
yoplípoTa. 8.17 Simp licio, /11 cal.396, 3-22 (SVF 2. 177)
KatlOÚtO óE icr"CÉov, Otl Évíote).lE:v ou a"Cepll"CIKa óvó).lata crrÉPllmv
2 tiyaOóv add. I-Ieerenl TO 1!crv FP 31tupa roO Hecren 6 paMov ó€ CxCI\' Mullllch: lO ExEIV Heeren 10-11 ollAoi, ro~ ~ nEvía n,v mÉpllmv Trov xpT] ~látooV Kal. Ó m c.pA.O<; mépT]a1v o'VEro<;,
KUl anOOClCTa ... ÓP€KTW add. Heme 14 roO IxmA'lTro P
tvtOTE &. m epT]TtKa óvó¡.taTa ou O"tÉPlla1V ÓIlAoi' IDyap &9ávaTov crtePllT\KOv
4-6 aipoú¡.u:Oa ,.J.f:v TO aipcroov, ... aipeTov OUX nipoú¡.tt9a El agente elige no lo que elegible (un cuerpo), exov t Oax~¡.ta nl~ ~Ero~ ou CJTj¡.taívEI crrépllatv' ou yap b n1teIPUKó"CD;
sino lo que debe elegirse (i.e. un predicado, un decible, que coi ncide con la acción concreta que uno lleva 5 <lnoOvtíoKetV, eha Il~ a1!oGvtíaKov"Coc; xpro¡.teOa Tí¡) óvóflan. 1toU~ O€
a cabo) o leller los bienes. El objeto directo de nuestra elección es la "mela propuesta" o puesta frente a Tapaxft KaTO: TU~ cprov~ EmtV Ta~ crrepT]"CIKá<;, oUl yap 'tOü a Kat av
nosotros; el objeto último de deseo, en cambio, es actual' con sab iduría o moderación (un predicado), es
decir, aquello en vista de lo cual lodo lo demás se hace, pero ello no se hace en vista de nada (para los npoayo¡.ttvoov a&r-&v W<J1[€P aOlKD; Kal ávé(J"no~, O'U IlPaívEI 1to"C€ IlEv tai~
detalles de esta sofisticada teOl;a cf. nuestro capítulo 23, Ide lfonse 20 11 y Boeri 20 11 ). os
anocpáaecrlV, note toi~ tvavríou; ou!lq>úpe09m auuÍc;. Kat yap wcmep Tfi
ávopEÍQ. ~ &:tAta Evavdov tcrr(v, OÜl CO Ka! TU OtKatO<TÚV1J ~ o:olKía, Evavría
8. 15 Alej a ndro de Afrod isia, ;1I A. Pro 17,32- 18,7 (FDS 1057) oe
1O oóaa Tfi OtKatOOÚyt]· Kal 'TO KClKOV OllAofual 1!oUáKt<;, &~ aiprovov 1J:y0-
EV yap n'9 'el ~).lépQ Emí, c.pro~ Ecrnv', É~ avcly¡cr¡<; ).l€V tpaycpoov tOVKaKÓ<provov' Kat ct1tcxpáaet<; &: ÓllAoUV1-al Olcl m épIl"CIKOOV
EnEtQI t{9 ~~ltpQ etvCll tO IPro; etVat, o)')'" ou aulloyl(JtIKre~. cúJ,a Kal c.poovrov, rocmep TO olác.popa áOlác.popa, Aual"Ce).,~ &AUal'TeA.~. noUáKts Ka! oe
r6} KA.tmovrt EnE'tal t Oá~lap"Cáv€Lv Kal t{9 Úppt~ovn TO aOtKelv' WJ...' ou nAdro OTj).taívoucnv, ro<; Kal ánÓ<.paolV Kal mtpl101v Kal Evavrlro01v 01lÁoüo8m·
ota t OÜt O O"UIJ.oyta).lol Taü"Ca'lolOv yap O'UMOyIO).lOÜ tO Ola 1!A.e16vrov TO U1!' au'Toov, ro<; TO acpOJvo<; ' ai. OE Kal ólálPopa ¿vavtta OTJ¡.talVOU(J1V, ro<; ~
5 &vaYKaiov O€lJeVÚval. ÓtO OUO' av ni ).leV ).i~el~ <10'1 1t1..etOU<; TÚlVn9Eptvrov, 15 aKatpía Ka.t "Co tvClVtÍOV t<9 Katp6} O'l1Aoi, atEpljtlKOV os OU8Ev OA.m; E)lc.paívet,
212 Capítulo 8 Teoría del significado: los lektá 213

btsl Ka\. XPllcrtónrH ¡.tEY svavría ~ ltovT]pía, ~ u1wVl1pía 08 crrÉpT]GV:; n1~ :n:pOcr€KA~PÚ)cr€v U1HC9, O~Awcrív tE Kal aA;¡í0Etav· OTE yap Tfi~ q:rÚOeW~
nO"'lPtUt;, Eanv 08 01"€ Ka\. rl)V XPllmÓtr¡ra €f..L<paíva. 1[OAA~~ BE oüml~ AóyO~ aAlle~~ Kal 0I1AwtLKO~ nÚVtWv OtE 10D aoepou Jll¡..tOÚ¡.tEVO~ EKElVOV
Tfj~ avro¡laAíw; Xpúcr\1[1tO~ ¡..lEV Ev TOl~ I1E:pl trov (J1"¡:;P11TIK&V ÁEyO¡.tÉVOli; 15 oepEÍÑ>t 1tpOcrr¡KÓV't"W~ a'l'EUOÉ01atÓ~ n: eiVat n¡.twv &A~e€tav Kal JlllOev
bre~ip..eev aUTl]. 'AplO1"OtÉAEt 8E: oú TO'trrO JrpOÜKEtlO, álla ¡.tóvov i5leA8e'iv IPOóvQ;l crucrKtá~€tv, dJV ~ Jl~vu~ WqJ€A~(fEl1:0U~ avuotOOxOÉvta~. ou
20 ?tepl téüv KU1"a lT¡V .s~IV Kal crrSPllcrtV. Jl~V c1.llo. Kalouol Aóy01~ tOl~ KaS' EKaatOV ~¡..tOOv, T(9 TE :n:pOqJOplK0
4 hoov A I O-dpl]O"lV ou <rr¡¡.tCtíVE\ A 5 K€XP11Vtat K 7 1[PO(lyo~¡¿vO)v J I : lIpoouyolltvrov JaLKAv 10- Kal tvowotr<9, Búo apEta~ c1.nÉvEt¡..t€V OiKEÍru;, tó} ¡.ttv npOqJoplK(9
1 t t),ÉyO)lEV v 11 post .sUl add. too\' v 12 post clÓtcJ.qlOpa add. Kal v ¡)~A(()cnV, téQ M Kata olávotct.v áA~eE10V' ápll&;€t yap otavoíg JlEY JlllOev

8.18 Sexto Empírico, PH 1.65-66


os
20 napaOÉXEcrOat I.V€UoO~, Ép¡..tllvdg Illloev EJl1t08í1;€tV TOOV El~ TI¡v áKpt-
~EcrtáTllv o~AwOlV.
ODKOÚV
4 ¿~ AFp2 : om. re!!. 7 < Kulo IlEY> add. Tumebus / yeyrovw<; codd.: COIT. Tumebus 15 TE GHP : om.
thd. lOV AÓYOV eAEk.ü¡..u:;v. TOÚtoU 08 ó ¡.tÉv ¿cmv iv8lá-
re!!. 16 (JUO'Ktá~€lV Vi AGHP: (JUcrKlá~(!)v rell. 20 trov d<; AFGH : 1tpó<; rell.
8srot; Ó bE 1[PO<pOptKÓ~. '(8ool.-u;v oÚv npÓtEpOV lI€Pl 1"01)
evolaehou. QÚTOr; TOívuv Ka-tel TOUr; ¡.táAtma ~¡.tív ávn- 8.21 Porfirio, De abstinentia 3.2-3; 3.7, 1-7 (FDS 529A)
5 8o~ouvtar; vUv 8oy¡.tanKOÚr;, 'tOur; aItO l"fjr; L tOar;, EV otHOU o~ A6you Kata TOU~ ano Tfj~
tOÚtotr; €OlK€ craA.WelV, 1"11 OtpÉoe\ "[(nv OlKEíruv Kal. crtoa~ OvtO~, TOÚ )1f;v evotaOúou, TOU OE npoqJoplKOU,
<puyfi tmv OMO't"pírov, tU YVÓJaEt tOOV Ei~ toiho cruv- KulnáAtv tOU )1Ev KanopOro)1Évou, tOU OE,~Jla¡nr¡­
tEtVOUaoov tf;XVOOV, 'tU OV't"tAlí'VE1 trov KU'tO: t~v ¡..tÉvou, notÉpou anOmEpOUOl ta 1;ú)a otapOpoocrat npo<;-
oiKEÍav qJÚOlV OPEt&V <KUt> T&V nEpt TllnáOr¡. 5 fiKOV. apá ye TOU opOou ¡..tóvou, OUX ánA&~ 86 tou
9 I(Ut add. Mutschmann-Mau AÓYOU; ~ nClV't"EA.&~ nClvtO~ tOu tE EOW Kal tou E~ro
npo'ióvro~; eoíKuOl o~ TI¡v ltavreAfi O'tÉp1lcnv uu-rrov
8.19 Sexto Empírico, AM 8.275-276 (SVF 2.135; 223; LS 53T; FDS 529) Kan¡yopElv, ou TI]V tOU Katcop8ro¡..tévou Jlóvov. OÜtro
'A),),,' Ei'm:p 01)TE alaOr¡tÓV eml TO Oll)1eíov, ro~ eOEí~a)1EV, yap av OUK aAoYCl, AoytKa 86 ~v En ta ~O)u, KaOánEp
oe
OÜtE VOllTÓV, ro~ KatEcrrr¡crá)1EOa, napa 'taúw OUOEV EO'T1 10 crxEMv návtE~ Kat' autO'u~ 01 avOpro1tol. aoepo~ ¡..tSv
tphov, NxrÉOV)1~ clva{ T1 crrnu:10v. 01 BE OOY)1UT1KOt yap ~ d~ ~ Kat Búo Kat' autou~ yeyóvacnv, tv ott;
1tpO~ EKumov ~UN t&V OÜTro~ brlKEXetpTJ)1évrov JlÓVOl~ Ó AÓYO~ KatcOp8rotal, 01. oe OJJ..ol epaUAat náVT€~'
os
5 nEqJí)1OlV't"at, Touvavtíov Kata<JIw)á~oV't"É~ q¡amv, on av- KUV 01 Jlev tÍ>0'! 1tpOKÓmOvTD;, oloe xúcnv Tfj~ qJClU-
Opro1tO~ ouxl TO) npoc.poplKc$IJryf.f) O\UqJépEt TWV &.1.6- A6n¡TO~ ~ovTe~, el Kal návt E~ ÓJloíro~ AoylKOí' uno oe
yrov ~0rov (Kal yap KópaKe~ Kat 'VtnaKot Kal. Kínat 15 Tfi~ cptAautía~ napTJy¡.utvol OAOyCl qJClOtV Tó'1;ú)a eqJE~ii~
evápOpou~ npoqJÉpovrat qJOlvá~), CtMa nvevotaOÉ- Ta alJ...a O'ÚJl1tClvra, TI¡v naV't"EAfi crtÉPllcnv TOU Aóyou
tf.f), ouM tf¡ ankñ )1ÓVOV q¡avraoíg (e<pavracrtoúto Ola t11~ aAoyía~ JlllVÚEtV eOÉAoVtE~' KaÍtOl Ei xp~
10 yap KCtKeí'va), aUa T11 )1erapanKfj Kal cruvOerlKfj. t&ATJ88~ ElnElv, ou póvov dnAoo~ Ó Aóyo~ tv miO'! tOl~
olónEp CtKoito\)O(a~ SvvOiav EXroV EUeU~ KCÜ cr'l)lEÍou VÓ1lO'IV 1;40v; 8EropEltat, tv nOMol~ M UtlTCÜV Kal únopoAd~
Aa)1páveL Ola T~V aKoAouOíav' Kal. yap mJt6 TO OT])1elÓV ecrn 20 EXroV 1tpO~ tO tÉÑ>tav. brd TOívuv otno~ ~v, BJlev
TOtaÚTOV 'Ei TÓOE, t60e'. EnETal apa tU epúael Kat KOtaO'KEUU ev tU npoepoPQ, B86 E:v tf¡ ota8ÉcrEl, ap~ÓJJlEea np6-
TavOpÓJ1tOU 'f(J KaL cnl)1E10V U1tápxEtV. TEpOV á1to 'TOO 1tpOepOplKOU Kal tOU KaTa T~V qJwvf¡v
3 n post J..EKTÉOV G, unde Bekker dubit. J..EKTÉOV <Ea>Tt / post Elvat transp. Kocha!sky 7 yap om. L TEWyJlÉvOU. El o~ JIpOqJOpIKÓ~ ecrn AóyO~ cprovf¡ Ota
yAtóHll~ <IT]JlavrtKl¡ TOOV evoov KCll Kata \jfU;olV nu8oov'
8.20 Filón de Alejandría, De vifa Mosis 2.127-129 (FDS 531) 25 Katvotátl1 yap ~ &nóoo01~ aÜtT] Kal alpÉaEÚ)~ ou6É1tW
oe
Ol1t/oOUV tO AOYElOV OUK EXOJlÉvrj, á'JJ...O. Ilóvov Tfi~ tOu )..óyou ewoía~' tí tOÚ-
ano OKonou' orr¡o~ yap ó Aóyo~ EV tE Tú) navrl Kal ev avOpÓJnou TOU ctJIEcrtl nov 1;0wv OO'Cl IP0ÉTIetat; Tí OE OUxt KOt
o
epúaEt· KaTa )J8V tO nov tE nEpl. nov o.crW)JáTroV KaLnapaoetY)1auK&v a a
1tácrxet n , npót€pOV Kal nptv el1t€lV JlÉAAst, OIE-
10Erov, E~ <Ílv Ó VOTJtO~ €náY11 KÓcr)10~, KaL Ó nEpt trov ópaTOOV, o~ a volÍ811; Aéyro o~ otávOlUV TO ev tf¡ \llUXD KClTa O1y~V
5 )Jt)1~)Jata K(li c1.nElKovícr)1UW twv iOEOOV EKE{vroV EO'l(V, E~ cbv Ó aioelltO~ 30 qJWVOÚJlEVov. tOU TOlVUV l>no Tfi~ yMótt11~ epWVT]-
OÚtO~ c1.nEtEA.€lTo· Ev avOpÓJnQ;l o' ó )1Év Émtv evoláSETO~, ó O€ npoqJo- eév'[Q~, éí1tW~ av Kat qJwvll&ñ, Ó'TE /3appápO)~ c'íTE
ptKÓ~, <Kol Ó )lEY> alá Tl~ 7tT)y~, ó 08 yeyrovo~ cm' eKEÍvou pÉo)V' Kat 'EM.T]VtKOO~ ei'Te KUvlKro~ ~ PO'(Kro~, AóyOU yE óvro~
TOU ¡..tÉv emt xwpa tO ~YEJlOVlKÓV, toU &e Katanpexpopav yArona Kat ¡..tÉtOxa ta 1;0a ta Cfro"'lTlKá, [ ... ].
O1ó¡..ta Kal ~ eVJ..ll naaa cpwvfj~ ópyavonotía. crx:fiJlo o' anÉvEI¡.tEV Ó oetKtÉov
1O n:xvÍtll~ tETpáyrovov T(9 AoyEÍQ;lnávu Ka/..óJ~ ClivtttóJ.lEvO~, ÓJ~ ),JJ~ KUl 35 oe leal tOV MO~ a:utrov Kul evolá8nov. cpaíVetat 08
TOV Tfi~ qJÚOECO~ )..óyov Kat TOV toG Ctv8pc6nou PEPllKÉvm návtn Kal ~ napaAAay~, ro~ epllaí 1tOU Kal 'AP10'totéAT]~, OUK ouoíg
Kata ~lI10' onouv Kpaoa(vEaBUI. napa KUl tO:~ E1Pll¡..tÉVU~ Mo apera~
214 Capítulo 8

OUlMártOUaa, 6.),),: ev
t<$ )laAAOV Ka\ ~TTOV O€ropou-
1lM,' Ka06.TC€p ¡rollol oloVTa! Kal T~V OEOOV npo¡; ~J1~ Capítulo 9
e~r¡).)..áxOal, OU Km' oucríav OÜaT]¡; tft:; otac.popCi; raútT)~, Teoría de la inferencia
40 &Ud Kata tO aKp,p" ~ ~~ 1:Oi) ).óyou.

~ Ka~?p9roJltvou a l. 8 KCITOp9ro!lÉvou al. 12 KClToopE)corat N: KUTop90ihat cel. codd. 14 Id Kal] dal N


I ÓflOIW¡;] 0f1~ N 14-15 tntO o~ codd. : corro Va[ent. 15 Moya <PllO\V vel a).oya Q))"10\ codd.: COITo Valent. 9.1 DL 7. 71-72 (SVF 2.207, 3 Crini, 4; LS 3SA 1-4; FDS 914)
19 únopoAw; codd. : buJ)o}.a; coni. Rhoer 28 1t<Íu;(€\ !I Fogero[[es : nó.OX€1TÚ codd. 29 Af.yw oE N : corro
Nauck De las proposiciones no simples, según lo afirman Crisipo en Las Arres Dialécticas y
Diógencs [Babilonio) en El Arte Dialéctico, es condicional la que se constituye a través de la
23-27 El ÓI~ npoq¡opuc&; o •• 000 qJeÉyyE1"~I; Un argumento similar se encuentra en Sexto Empírico, AM conectiva hipotética "si". Esta conectiva indica que lo segundo se sigue de lo primero, por
8.2~7 , aunque en nuest ro texto 8.18 el mismo Sexto da algunas precisiones sobre lo que los estoicos
ejemplo "si es de día, hay luz". En cambio, como afirma Crinis en El Arte Dialéctico, es
entIenden por "discurso interno", que es el que distinguiría a [os humanos de los animales irracionales.
29-30 j.ty~ ~n SUlvOlQ~ ... KClrCt O"lYnv <pcovoú¡.t€Vov Esta caracterización de "pensamiento" claramente
subcondicional la proposición que, empezando con una proposición y tenninando con una, se
cv~~a l. a dehnlClón platómca de Teer. l8ge6-l90a6 como un discurso que el alma discurre consigo mis- une subcondicionalmente por la conectiva "p ue sto que", por ejemplo, "puesto que es de día,
~a ,dlSCll~O que ,~uando llega a ,alg~ definido se c~n~ierte en "l~ opinión del alma", que no es más que hay luz". La conectiva indica que lo segundo se sigue de lo primero y que lo primero subsiste.
hacer un discurso. (AéY€tv). PI~ton p~e.ns.a que la opllllón es un diSCUrso dicho y dirigido no a otra perso- Por su parte, es conjuntiva la proposición que se conjunta por ciertas conectivas conjuntivas,
na o en voz alta, SinO en slienclO y dmg¡do a uno mismo; sobre la base de cstos pasajes platónicos uno por ejemp lo "tanto es de día como hay luz". Por otra parte, es disyuntiva la que está desunida
pued~ tener razones para sospechar que la noción estoica de ).6yo.; tvSuiOetO<; está inspirada en Platón (cf. por la conectiva disyuntiva "o bien", por ejempl o, "o bien es de día o bien es de noche". Esta
también Platón, So! 263E3-5 y PhI. 38E).
conect iva indica que una de las proposiciones es falsa. Y es causal la proposición coordinada
. 3~ rov ¿vtO; CllJtWV KCll ¿voulOcrov Porfirio se refiere al A.6yo; inlCI1lO que él atribuye a los animales
IrraCIOnales. a través de "porque", por ejemplo, "porque es de día, hay luz". En efecto, es como si lo
36 ro; <PllOí ... 'APIOtotf.AT]; cr. Aristóteles, Historia allimalilll1l 588aI6-3 1. primero fuera causa de lo segundo.

8.22 Filón de Alejandría, De migratiolle Abra"a",i 78-80 (FDS 533) 9.2 DL 7.76-77 (SVF 3 Crini, 5; LS 36AI-3; FDS 1036)
00 XáptV tn-á~O"Oat rov Según afmnan los discípulos de Crinis, un argumento es lo compuesto a partir de una
'Aaprov aUl (9 8u::íp'ltat, 10V TtpmpOplKoV AÓyOV· ' OUK ,80u' 1p11GÍv "Aaprov premisa, una premisa adicional y una conclusión, por ejempl o el siguiente: "si es de día, hay
Ó aoEAt¡>ó<; oou;' ~lIa, r&p &~cpo¡VT~, ).Oyll(~, cpúm:w, ~'lTP&; OÜ"'l, luz; pero es de día; por lo tanto, hay luz". En efecto, es prem isa "si es día, hay luz", premisa
a?EA<pa 811l!OU la YEVV~)lata. 'tn-lcrm)lat, Oll AaA~O"et'· 81Ctvoía~)lSv adicional "pero es de día" y conclusión "por lo tanto, hay luz". Un modo es como si fuera la
5 yap 10 KCtraAa.)lpávE1V, 1tpocpopá<; OE tO AOAElV 1010V. 'AOAlíOEt' CPl)crÍv forma de un argumento, por ejemplo el siguien le "si lo primero, lo segundo; sin embargo, lo
'aut6~ 001'· ta yap Év aúteg ta~m:u6~IEVa f1~ ouvállEVO~ Ó VOÜ¡;; a1tay- primero; por lo tanto, lo segundo". Un modo argumental es 10 compuesto a partir de ambos,
y€iA.at t<'9 1tA,l,aíov épWIVEl XP~tal 'A.6yú) 1tPO; nlV !bV 1t€nOVOE O~A,wcrtv. por ejemplo "si Platón vive, Platón respira; sin embargo, lo primero; por lo tanto, lo segundo".
~Tt' ÉmWtEI" ,80u autO<; E~EÁEÚcr€Tat Et~ (J1JVáVTI]OlV 001, ¿nElo11 1(9 Se introdujo el modo argumental con vistas a ya no decir, en las secuencias argumentales más
ovn 6 A6yo~ toi~ ¿VOUP~lloolV Ú1tUvtWV, p1í~lata KCtI óvó)lata npocrnEh::l<; ex tensas, la premisa adiciona l (por ser larga) y la conclusión, sino proceder rápidamente
10 XaPclTTEt ta a(j'l~la, cb~ t1tícr'l)la 1tOlElV. Kal towv O€ <PllOí Xap1l- <diciendo> "pero 10 primero; por 10 tanto, lo segundo".
OEtal EV a"Út0· y~OEl yap 6 A.óyo~ Kal Eu<ppaívEtOl, orav 9.3 Sexto Empírico, AM 8.443 (SVF 2.249; LS 36C7; FDS 1053)
llll apuopov -ti ro tveÚ~l1wa, olón t'lAOUYOÜ¡;; OVto~ amalOtO) Kal EutpÓXW Decir que no agradan a Crisipo que haya argumentos dotados de una sola premisa - lo
OIEPllYJVEÚOEl XP1ltCU I(1Jpírov Kal EUOuPÓA.ooV Kal yql6vtOJV 1toAlll<; Ell<Pá- . cua l quizá dirán algunos contra esta clase de objeción- es una completa tontería. En efecto, ni
m:co~ EU7rOp&V óvoJ.látcov·
es necesario confiar en los pronunciamientos de Crisipo como en mandatos emitidos por el
3 post o:p<Poiv add. O\)OllC; !-IP dios délfico, ni, a partir de un testigo que dice lo contrario, es posible hacer caso del
2-3 OUK ¡SoJ) ... ao€J..<p&; crou; Éxodo 4. 14. testimonio de los hombres respecto de su propio desconcierto. De hecho, de entre los hombres
más ilustres de la escuela estoica, Antípatro dijo que es pos ibl e constituir argumentos dotados
de una sola premisa.
9.4 Sexto Empírico, AM 8.314 (SVF 2.266; FDS 1066)
Por ello, también de este manera la describen [se. la desmostración]: "una demostración
es un argumento concluyente revelador de una conclus ión no manifiesta a través premisas
acordadas" por ejemplo el de este tipo "si hay movimiento, hay vacío; pero hay movimiento;
por lo tanto, hay vacío". En efecto, el que haya vacío no es manifiesto y parece revelarse de
forma concluyente a través de las [premisas) verdaderas "si hay movimiento, hay vacío" y
"hay movimiento".
2 16 Capítulo 9 Teoría de la inferencia 217

9.5 Sexto Emplrico, PH 2.139-143 (LS 36B6-11 ; FDS 1064) son verdaderos, otros, falsos. Verdaderos son los argumentos que concluyen a traves de
De ahí que afirmen que también que es verdadero el argumento que establece una [premisas] verdaderas, por ejemplo "si la virtud beneficia, el vicio daña; <pero ciertamente la
conclusión verdadera a través de premisas verdaderas. A su vez, de los argumentos virtud beneficia; por 10 tanto, el vicio dafia>". Falsos son los [argumentos] que poseen una de
verdaderos, W10S son demostrativos, otros, no-demos trat ivos. Son demostrativos los que sus premisas falsa o son inválidos, por ej emplo "si es de día, hay luz; es de día; por lo tanto,
concluyen algo no manifiesto a partir de [premisas] previamente man ifies tas y son no- Dión vive." Por otra parte, hay argumentos posibl es, imposibles, necesarios y no-necesarios.
demostralivos los que no son de este tipo. Por ejemp lo, un argumento ta l como: "si es de día, También hay algunos que son indemostrables en virtud de que no requerir demostración. Son
hay luz; pero es de día; por lo tanto, hay luz", no es demostrativo, pues el que haya luz, lo distintos en distintos autores. Pero en Crisipo son cinco los [argumentos] a través de los
cual es su conclusión, es previamente manifiesto. Pero el de este tipo "si sudores fluyen por la cuales todo argumento es construido y algunos se aplican tanto al caso de los argumentos
superficie [de la piel], hay [en ella] poros que pueden concebirse [pero no verse]; pero sudores válidos como a l de los silogismos y de los modos. El primero es el indemostrable en el cual la
fl uyen por la superfic ie [de la piel]; por lo tanto, hay [en ella] poros que pueden concebirse totalidad de un argumento se compone de un condiciona l y el antecedente con el cua l empieza
[pero no verse]", que tiene la conclusión no manifiesta "hay [en ella] poros que pueden el condicional, y concluye el consecuente, por ejemplo "s i 10 primero, lo segundo; pero lo
concebirse [pero no verse]", es demostrativo . De los argumentos concluyentes de algo no primero; por lo tanto, lo segundo". El segund o es el indemostrable que, a través de un
manifiesto, unos nos conducen a la concl usión a través de las premisas de un modo condicional y el opuesto del consecuente, tiene como conclusión el opuesto del antecedente,
meramente progresivo, otros de un modo progresivo y, al mi smo tiempo, revelador. Por por ejemp lo "si es de día, hay luz ; pero ciertamente no hay luz; por lo tanto, no es de día". En
ejempl o, [lo hacen] progresivamente los argumentos que parecen depender de la confianza y efecto, la premisa adicional se da a partir del opuesto del consecuente y, la conclusión, a partir
la memoria, tal como éste "si alguno de los dioses te dijo que éste será rico, éste será rico; del opuesto del antecedente. El tercero es el indemostrable que, a través de una conjunción
pero este dios (y, ex hYPolhesi, indico a Zeus) te dijo que éste será rico; por lo tanto, éste será negada y uno de los coyuntos concluye el opuesto del [coyunto] restante, por ejemplo "No
rico". En efecto, asentimos a la conc lu sión no por la neces idad de las premisas sino porque Platón-ha muerto-y-vive; pero Platón ha muerto; por [o tanto, Platón no vive". El cuarto es el
confiamos en la afirmación de l dios. En cambio, los argumentos que nos conducen a la indemostrable que, a través de una di syunción y uno de los disyuntos, tiene como conclusión
conclusió n a través de las premisas de un modo no sólo progresivo sin o también revelador son el opuesto del [disyunto] restante, por ejemplo "o bien el primero o bien el segundo; sin
como el de este tipo: "si sudores fl uyen a través de la superfic ie {de la piel], hay [en ella] embargo, el primero ; por lo tanto no el segundo". El quinto indemostrable es aquel en el cual
poros que pueden concebirse [pero no verse]; pero lo primero; por lo tanto, lo segundo". En la totalidad de un argumento se compone a partir de una disyunción y uno de los disyuntos, y
efecto, el que los sudores fl uyan es revelador de que exis ten poros {invisibles], debido a que concluye el [disyunto] restante, por ejemplo "o bien es de día o bien es de noche; pero no es
se ha supuesto que un líquido no es capaz de transitar a través de un cuerpo sólido. Por de noche; por lo tanto, es de día".
consiguiente, la de mostración debe ser un argumento que sea a la vez concl uyente, verdadero
9.8 Ga leno, PHP 114, 1-1 0 (SVF2 .248, 3 Antipater Tarsensis 31; LS36H; FDS 11 60)
y.poseedor una conclusión no manifiesta revelada por la fuerza de las premisas, y por ello se
Hoy en día, [para responder a la pregunta de] cómo se analizan silogismos de dos
dice que ulla demostración es un argumento concluyente reve lador de una conclusión no
premisas hipotéticas y o [silogismos] válidos de modo indistinto u otros tales que hacen uso
manifiesta a través de premisas acordadas. Mediante estas [observaciones] acostumbran ellos
aclarar la noción de demostración. de la primera o segunda regla básica, es posible encontrar a muchas personas precisamente
entrenadas , como seguramente también a otras que ana lizan <s ilogismos> en aquellos en que
9.6 Sexto Emplrico, 11M 8.277-278 (SVF 2. 223; FDS 1031) <hacen uso> de la tercera o cuarta regla básica. Sin embargo, es posible analizar la mayoría
Genéricament e, la demostración es un signo. En efecto, es indi cativa de la conclusión y de éstos de un modo distinto más breve, segú n lo escribió Antípatro, además de que toda la
la secuencia de sus premisas es signo de que la conc lusión es el caso. P or ejemplo, en un caso construcción de tales silogismos no representa Wl gasto pequefio de energía en un asunto
de este tipo "si hay movimiento, hay vacío; hay movimiento; por lo tanto, hay vacío" el agre- inútil, según el propio Cris ipo lo testifica por sus actos, no siendo necesarios estos si logismos
gado de este tipo "si hay movimiento, hay vacío", por medio de la conjunción de las premisas, en ninguna parte de su obra para la demostración una doctrina.
también es inmediatamente un signo de la conclus ión " hay vacío".
9.9 Ps. Ap uleyo, Inl. 191,5-10 (SVF 2. 239a; LS 361; FDS 1161)
9.7 DL 77-81 (SVF2.238, 241 , 243; LS 36A4-16; FDS 1036) Hay otra prueba, también común a todos los indemos trables, llamada "por lo imposible"
De los argumen tos, unos son inválidos, otros, válidos. Son invál idos aquellos en que el y referida por los estoicos como la primera regla básica o primer principio. A éste 10 definen
opuesto de su conclusión no choca con la conjunc ión de las premisas. Por ej emp lo, los de este así: "Si a partir de dos [proposiciones] una tercera se concluye, de cualquiera de ellas junto
tipo: "s i es de día , hay luz; es de día; por lo tanto Dión camina". De los argumentos válidos, con el contrario de la conclusión se concluye el contrario de la otra."
unos se dicen válidos homónima mente con el genero y otros son silogís ticos, y son
silogísticos los que o bien son indemostrables o bien son reducibles a los indemostrables de 9.10 Aleja ndro de Afrodisia, in A. Pro 278, 11- 14 (SVF 2.255; LS 36J; FDS 1167)
El contenido de la llamada tercera regla básica misma es como sigue: "cada vez que a
acuerdo con alguna o algunas de las reglas bás icas, por ejemplo los de este tipo: "si Dión
partir de dos [proposiciones1 una tercera se concluye, y se tomaron [proposiciones] externas
camina, < Dión se mueve; pero ciertamente Dión camina;> por lo tanto, Dión se mueve". Son
que implican silogísticamente una de ellas [sc. de las dos primeras], la misma [sc. la tercera]
válidos de un modo específico los que establecen su conclus ión no silogísticamente, por
se concluirá a partir de la [proposición] restante y las proposiciones externas de las cuales se
ejemplo, los siguientes: "Es falso que sea de noche y de día; es de día; por lo tanto, no es de
sigue silogísticamente la otra".
noche". Asi [ogísticos son los equiparables de manera convincente con los silogís ticos, pero no
son concluyentes, por ejemplo "si Dión es un caballo, Dión es un animal; sin embargo, Dión
no es un caballo; por lo tanto, Dión no es un animal". Además, de los argumentos, algunos
218 Capítulo 9 Teoda de la inferencia 219

9.11 Sexto Empírico, PH 2.137 (LS 36B3-4, FDS 1058) opuestos, que los griegos llaman antikeímena, sean también contrarios entre sÍ. De todos los
De los argumentos, unos son concluyentes y, otros, no concluyentes. Son concluyentes disyuntos, uno debe ser verdadero y los demás falsos. Sin embargo, si o bien ninguno de ellos
cada vez que el condicional que empieza a partir de la unión de las premisas del argumento y es verdadero, o bien todos o más de uno es verdadero, o bien los disyuntos no están en
tennina con su conclusión, es congruente. Por ejemplo, el argumento antes referido (se. "si es conflicto entre sí, o bien sus opuestos no son contradictorios, entonces es falso que esto sea
de día, hay luz; pero es de día; por 10 tanto, hay luz"] es concluyente puesto que por medio de una disyunc ión y es llamada paradizeugmenon ["subdisyuntiva"]. Esto es así en este caso, en
esta unión de sus premisas "es de día y si es de día , hay luz" se sigue "hay luz" en el el cual los opuestos no son contradictorios : "o bien corres, o bien caminas o bien estás
condicional siguiente " Si: es de día y si es de día, hay luz, entonces: hay luz", No inmóvil" . Pues entre sí son contrarios, pero sus opuestos no chocan [entre sí], pues "no
concluyentes son los que no son de este modo. caminar", "no estar de pie e inmóvil" y "no correr" no son contradictorios entre sí, pues
aquellas cosas que se dicen "contradictorias" son las que no pueden ser simultáneamente
9.12 Sexto Empírico, PH 2.104-106 (LS 35C; FDS 1030)
verdaderas. En efecto, puedes simultáneamente no caminar, ni estar de pie e inmóvil ni correr.
Aquellos que parecen haber hecho definiciones precisas sobre esto [se. el signo], los
estoicos, cuando quieren establecer el concepto de signo, afirman que el signo es la 9.15 Galeno, Inst. Log. 5.1-2 (SVF 2.22 0; FDS 977)
proposición antecedente en un condicional congruente revelador del consecuente. Y también Pues bien, para efectos de una expos ición clara y, a la vez, concisa, nada impide que, a
afirman que la proposición es un decible completo y, en la medida en que depende de sí las [proposic iones] que tienen un conflicto completo, las llamemos disyuntivas y, a las que
mismo, declarativo. Congruente es el condicional que no empieza a partir de una verdad y tiene uno incompleto, "similares a las disyuntivas". (Que no importe en absoluto decir
termina en una falsedad . Efectivamente, un condicional o bien empieza a partir de una verdad "similares" o "semejantes".) Ahora bien, <en> algunas proposiciones es posible que más [de
y tennina en una verdad, por ejemp lo "si es de día, hay luz" o bien empieza a partir de una uno] o que todos [los disyuntos], no sólo uno, sean el caso, pero necesario que uno sea el
falsedad y termina en una fa lsedad, por ejemplo "si la tierra vuela, la tierra tiene alas" o bien caso. Algunos llaman a las [proposiciones] de este tipo "subdisyuntivas" habida cuenta de que
empieza a partir de una verdad y termina en una falsedad, por ejemplo "si la tierra existe, la las disyuntivas sólo tienen uno [de los disyuntos] verdadero, ya sea que se compongan de dos
tierra vuela" o bien emp ieza a partir de una falsedad y termina en una verdad, por ejemplo "si o de más proposiciones simples. Efectivamente, " Dión camina" es una proposición simple, tal
la tierra vuela, la tierra existe". Ellos afirman que, de éstos únicamente el que empieza a partir como también lo es "Dión está sentado" y también una propos ición [simple] "Dión está
de una verdad y tennina en una fa lsedad es incongruente, los demás S011 congmentes. Llaman acostado" como tamb ién ocurre con "[Dión1 está corriendo" y "[Dión] está parado". Pero a
"conductora" la proposición antecedente en un condicional que empieza a partir de una partir de todas ellas se produce una proposición disyuntiva tal como ésta: "Dión o bien camina
verdad y termina en una verdad. Es reveladora del consecuente puesto que "ésta tiene leche" o bien está sentado o bien está acostado o bien está corriendo o bien está parado". Cada vez
parece ser indicativo de "ésta ha procreado" en este condic ional "si ésta tiene leche ésta ha que se da de este modo una [proposición] compuesta, cualquiera de ellos [se. de los disyuntos]
procreado". ' está en conflicto incompleto con cada uno de los demás, aunque si se toma juntos a todos [los
demás] hay un conflicto completo entre ellos [se. entre cualquiera de los disyuntos y los
9.13 Sexto Empírico, PH 2.110-112 (LS 35B; FDS 958)
demás], puesto que es necesario que uno de ellos [se. de los disyuntos] sea el caso, mientras
En efecto, Filón [de MegaraJ afirma que es congmente el cond icional que no empieza
que los demás no lo sean.
con una verdad y termina con una falsedad, por ejemp lo, siendo de día y estando yo
conversando, el [condiciona l] "si es de día, yo converso", pero Diodoro [Crono], en cambio, 9.16 Cicerón. Fat. 14-15 (SVF 1.489 y 2.954; LS 38E; FDS 826 y 989)
que es [congruente] el que ni admitía ni admite empezar a partir de una verdad y terminar en Efectivamente, si esto verdaderamente se conecta [en un condicional]: "Si naciste al
una falsedad . Según él, el condicional antes mencionado parece ser fa lso, puesto que, al ser aparecer la Canícula, no morirás en el mar" y la primera [proposición1 que figura en el
día y al estar yo cal lado, empezará a partir de una verdad y terminará en una falsedad . Pero condicional, "Naciste al aparecer la Canícula", es necesaria (en efecto, son necesarias todas
este es verdadero "si no son carentes de partes los elementos de los seres, son carentes de las [proposiciones] verdaderas en tiempo pasado, según le parece a Crisipo quien di siente de
partes los elementos de los seres", pues siempre empieza a partir de la falsedad de "no son su maestro Cleantes, pues las [proposiciones] en tiempo pasado son inmutables y no pueden
carentes de partes los elementos de los seres" y terminará en la verdad (según él) de "son convertirse de verdaderas en falsas), pues bien, si es necesaria la [proposición] que es primera
carentes de partes los elementos de los seres". Por otra parte, quienes introducen la conexión en el condicional, también la consecuente será necesaria. Sin embargo, a Cris ipo no le parece
lógica afirman que es congruente un condicional cada vez que el opuesto de su consecuente que esto valga en todos los casos, aunque, si hay una causa namral de que Fabio no muera en
choca con su antecedente. Según ellos, los condiciona les antes mencionados serán el mar, Fabio no puede morir en el mar. En este punto, Crisipo, incómodo, espera que sean
incongruentes, pero éste es verdadero "si es de día, es de día". Por su parte, quienes usan engañados los caldeas y los demás adivinos, y que éstos no harán uso de condicionales sino
como criterio [de congruencia] la implicación, afinnan que es verdadero el condicional cuyo de proposiciones conjuntivas, de tal modo que no enuncien sus observaciones así: "Si alguien
consecuente está virtualmente contenido en el antecedente. De acuerdo con ellos, "si es de nació al aparecer la Canícula, esa persona no morirá en el mar", sino que más bien digan: "No
día, es de día" y todo condicional duplicado será probablemente falso, pues es absurdo que es el caso a la vez que alguien nació al aparecer la Canícula y que esa persona morirá en el
algo esté contenido en sí mismo. mar".
9.14 Aul o Ge lio. NA 16.8.12-14 (SVF 2.218; LS 35E; FDS 976 ) 9.17 Alejandro de Afrodisia, in A. Pro84, 12-19 Y373, 31-35 (SVF 2.253 y 264, FDS 1084-
También hay otra [proposición], que los griego's llaman diezeugménon axíoma y nosotros 1085)
"disyuntiva". Es de este tipo: "O bien el placer es malo, o bien es bueno o bien no es ni bueno Tal es el [argumento] que los autores más recientes llaman "hiposilogísticos": aquel que
ni malo". Es necesario que todos los disyuntos choquen entre sí y, por consiguiente, que sus toma algo equivalente a la premisa silogística y deduce 10 mismo [que se deduce] a partir de
220 Capítulo 9 Teorfa de la inferencia 221

ella (en efecto, al ser equivalente "darse en no todo" a "no darse en alguno", 10 sustituyó). Sin sil ogísticos (auUOY 1CJ1"lKOí) y la de Jos demostrativos (U1tOOE1K"tlKOí). Terminaremos con
embargo, estos autores, al fijarse en su expresión y enunciación, niegan que tales [argumen- algunas observaciones en tomo a la controvers ia entre estoicos y peripatéticos respecto de si
tos] sea n silogismos. Aristóteles, en cambio, al enfocarse en los significados (en aquell os la lógica es parte o instrumento de la filosofia (texto 9.20), contraversia a la que ya nos refe-
casos en .que se significa lo mismo), pero no en su expresión, a fi rma que, si la conjunción [de rimos en el capítulo I (textos 1.9-1.12).
las premI sas] es sil ogística de modo genera l, el mi smo s ilogismo es deductivo [de la mi sma Según la lógica estoica, los condicionales, junto con las propos iciones di syuntivas
conclusió n] cuando ocurre ta l susti tución del enunciado de la concl usión [ ... ] En efecto, pues- (ol€~€Uy ).Iéva al;uÍ)).IQw), las conjuntivas (ou ).lnE1tuYlléva) y las llamadas "causales"
to que "si A, B" sign ifica 10 mis mo que " B se sigue de A", afi rman que, al toma rse una enun- (aITlcó5T», son proposiciones no-si mples (OÓX éL1tAá), es decir, proposiciones que, a diferenc ia
ciac ión tal como "si A, B; A; por lo tanto, B", [el argu mento] es s ilogís tico, pero " 8 se sigue de las simples, contienen una o más conectivas que unen a dos o más proposiciones que no
de A; A; por lo tanto, 8 " ya no es silogístico si no vá lido. contienen, a su vez, conectivas en su interior . La conectiva característica de los condicionales
es "si", la cual indica que " la segunda [propos ición] se sigue de la primera como en Si es de
9.18 Alej a ndro de Afrodisia, in A. Pro 22, 17-23 (SVF 2.260; FDS 1087) día, hay luz" (9.1). De acuerdo con Crinis, es preciso separar los condicionales de ciertas
En gene ral, tal es la espec ie de argumentos que los autores más recientes llaman concl u- inferencias "subcondicionales" (napacruvTH.l.lléva), las cuales tiene como conecti va principal
y~ntes de manera no metódica, por ejemplo "es de día, pero dices que es día; por lo tanto " puesto que" (E1teí) y, a diferencia de las primeras, afirman no sólo que el consecuente se
dIces U1~a ver~ad". En efecto, esto no es un silogismo, pero lo se rá cuando le hayas agregado sigue del antecedente, sino tamb ién que el antecedente es efectivamente el caso (ú<pECLó.vm),
la premIsa ulll versa l "el que dice lo que es el caso, dice una verdad" a la cual se le haya agre- por ejemplo Puesto que es de dia, hay luz (c C Burnyeat 1982: 218-220 y Sedley 1982: 242-
gado "el que dice que es de día cuando es día, dice lo que es el caso". En efecto, la conclusión 243),
a part ir de lo previamente estab lecid o es "por lo tanto, el que dice que es de día cuando es de Los estoicos - a quienes el texto 9.13 se refiere como los que "introducen la conexión
día, di ce una verdad". lógica" (cruvápTllOl~)- sostuvieron que el consecuente de un condicional se sigue realmente de
9.19 Ga leno, /II SI. Log. 19.6 (SVF2.247; FDS 1086) su antecedente cuando el condiciona l es "congruente" (uyu~~), es decir, cuando existe un
choque ().IáXTl) entre su antecedente y la negación de su consequente. Pero ¿qué condic iones
En co~s~cuenc ia , tampoco debo demostrar aquí que son inútiles los si logismos elabora-
deben cumplirse, en general, para que haya un choque entre dos o más proposiciones en este
dos ~or Cn slpo en la s tres [Artes] Silogísticas, pues en otra parte he mostrado esto, como
sentido técnico? En 9.13 no se entra en este asunto, pero los ejemplos que se usan en él sugie-
tambIén [lo he hecho] respecto de los [argumentos] que él llama "vá lidos". En efecto, acerca
ren que hay choque entre dos (o más) propos iciones si, y sólo si, la verdad de cualquiera de
~e éstos se ha mostrado q ue algunos no son un género particu lar de silogismos sino que se
ellas implica la falsedad de la otra (u otras) de modo que s610 una puede ser verdadera. Por
mterp.reta~ po~ med io de una formu lación mod ifica da, en ocasiones según una transposición
ej emplo, entre las proposici ones Es de dia y No converso no habría choque, pues ambas pue-
de l~ llnphcaclón <*> y que otros, llamados " hiposilogísticos", se enunc ian en formu laciones
den ser verdaderas en la medida en que puede darse el caso de que yo no converse durante el
eq UI valentes a los sil ogísticos. Para terminar, son superfl uos, además de éslos, los que ellos
día. En consecuencia, el condicional Si es de día, yo converso no sería congruente. En ca m-
llaman [argumentos] "[concluyen tes] de form a no-metód ica", de los cua les uno tiene que
bio, entre las propos iciones Es de día y No hay luz sí habría choque, pues, para los estoicos y,
valerse para razonar silog ística mente cuando no hay absolutamente ningún argumento metó-
dico (del que ec har mano]. en cierta medida, los griegos en general, es imposible que no haya luz durante el día (durante
los ec lipses solares momentánea mente deja de ser de día). Por ello, el condicional Si es día,
9.20 Alejandro de Afrodisia, ill A. Pro 2, 22-33. hay luz sería congruente. Sin embargo, esta noción de choque no parece haber sido la única
Además, qu ienes afi rman que ella [sc. la lógica] es parte de la filosofía se ven !levados a que hubo entre los estoicos. De hecho, cabe señalar otras dos que son claramente distintas de
decir que 1.lI1a !)arte de la filosofía es instrumento de todas aquellas demás ciencias y artes que ella. Una de ellas es la que aparece en 9.12, texto según el cual un condicional es incongruen-
empl ea n slloglStnos y demostraci ones para el estab lecimiento y constituc ión de sus propias te (¡.LOXOTlPÓV) si, y sólo si, su antecedente es verdadero y su consecuente falso. Esta noc ión es
[ve~dadesJ. En efe~to, los emplean, pero ciertamente no en cuanto partes propias, pues no es más débi l que la primera pues, según esta segunda noc ión, un condicional como Si es de dia,
pOSIble qu.e Ul~a mIsma cosa sea parte de distintas ciencias y ninguna de ellas trabaja en torno yo converso sería congruente cuando ambas proposiciones son verdaderas. La tercera noción,
a la ~o~stl h.ICIÓn y el. ~escubrimiento de esta~ cosas [se. silogismos y demostraciones]. Por en cambio, es más fuerte que es tas dos anteriores. Esta tercera noción es la que aparece en
cons l g~le n te , se segulfla que los usan como Instrumentos. Pero si es así, y siempre es más 9.14 y 9.15. Según e lla, hay choque entr e dos o más proposiciones si, y sólo si, se cumplen
subordl.nan le e ~ a~te o c iencia que empl ea, para llevar a cabo su propio producto, el producto dos condiciones: (i) sólo una puede ser verdadera, de modo que la verdad de cualquiera de
(es decIr, el. obJ ~tlvo) de algún arte que remite su producto privativo a l servicio de ell a [se. de ellas implica la fa lsedad de las demás, (ii) alguna de ellas tiene que ser verdadera, es decir, no
ese arte o ~Ienc la] -como es el caso de la talabartería en re lación con la equitación y del arte pueden ser todas fal sas. Por ejempl o, entre Corro y Estoy sentado no habría conflicto, pues si
d~ c?nstnur barcos con el de navegar- , entonces, de acuerdo con ellos, habrá otras ciencias y bien no pueden ser ambas verdaderas, pueden ser ambas fa lsas. En cambio, entre Corro y No
tecmcas más perfectas que la filosofía, de las cuales es instrumento una parte de ella. corro sí habría conflicto pues no pueden ser ambas verdaderas ni ambas falsas. Esta tercera
COMENTARlO noción es efectivamente más fuerte que las dos anteriores. Por ejemplo, un condicional como
Si corro, no estoy sentado sería congruente de acuerdo con la primera (pues la verdad de
Los conceptos clave más bás icos de la teoría estoica de la infe rencia son los de condicio-
Corro implica la falsedad de Estoy sentado y vice versa: sólo una de las dos proposiciones
na l (auV1W).IÉVOV) y de argumento (AóyO~). A ellos nos referiremos principalmente en este
puede ser verdadera) y también de acuerdo con la segunda (pues en Si corro, no estoy sentado
comen tari o, ofreciendo una caracterización general de cada uno. Dentro de la clase de ¡os
la verdad del antecedente impl ica la del consecuente). Pero este condicional es incongruente
argumentos, nos detendremos en tres de sus especies: la de los vá lidos (n€paVrtKoi) , la de los
según la tercera noción, pues puede darse el caso de que las proposiciones Corro y Estoy
Teoría de la inferencia 223
222 Capítulo 9

sentado sean ambas falsas. Tal parece ser el sentido del último ejemplo de 9.15. A nuestro tración. Según algunos estoicos, por ejemp lo Crisipo, sólo cinco cumplen este requisito. Po-
j uicio, éste fue un tema importante de di scusión al interior del estoicismo respecto, distinto demos esquemat izarlos del modo siguiente:
del tema de si el choque entre proposiciones es una relac ión empírica o co nceptual, el cual ha (lnd,) Si A, B. A. Por lo tanto, B
captado la atención de muchos estudiosos modernos de la lóg ica es to ica, en particular, Sam- (lnd,) Si A, B. No B. Por lo tanto, no A
bursky (1959: 79), Michael Frede (1974: 80-93), Sedley (1982: 242-56), Long y Sedley (lnd3) No (A y B). A. Por lo tanto, no B
(1987: vol. 2: 211 y 2. 210) Y Sorabji (1980: 266-270). Este comentario no es el1ugar adecua- (lnd 4) O bien A o bien B. A. Por lo tanto, no B
do para resumir la di scusión en torno a este segundo tema, pero cabe notar, en favor de quie- (lnd s) O bien A o bien B. no B. Por lo tanto, A
nes sostienen una lectura conceptual, que el texto 9.16 sugiere que para Crisipo no son genu i-
En cambi o, los silogismos no-indemostrables serían los reducibles a los inde.mostrab les
nos los condicionales que descansan sobre genera lizac iones obtenidas de la observac ión de
por medio de reglas de reducción llamadas thémata (Oé]1Ctta), los cuales se descflben en los
regularidades emp íricas, por ejemplo, Si alguien nació al aparecer la Canícula, esa persona
textos 9.8, 9.9 Y 9.10. Hay cierta osc uridad en las fu entes respecto de cuántas eran y cuáles
no morirá en el mar (que descansa ría sobre la generalización "para cualquier persona P, si P
fu eron exactamente estas reglas y, sobre todo, sobre cómo funcionan en casos específicos, lo
nac ió al aparecer la Canícula, esa persona morirá en el mar", la cual se obtuvo por la observa-
cual afecta nuestra comprensión de la idea de que un argumento sea "reducible" a un inde-
ción de que las personas nacidas al aparecer la Canícula no han muerto en el mar).
mostrable. Esta reducción parece ser una transformación de un indemostrable en ese argumen-
Los argumentos (lcÓYOI) son, de ac uerdo con 9.2 (cf. 9.11 ), un tipo de condiciona l, a sa-
to con la ayuda de reglas puramente formales (cf. Barnes- Bobzien-Mignucci 1999: 138-139).
ber, condicionales cuyo antecedente está compuesto por al menos dos proposiciones unidas
Por ejemplo:
por conectivas. Estas proposiciones constitutivas del antecedente reciben, una de ellas, el
nombre de " premi sa" (A.~]1]1a) y la otra el de "premisa ad icional" ( n:pÓcrAll'~fl~) . El consecuen- (Ar¡) A y no-B. Por lo tanto, no (si A, B)
te, en cambio, se llama "conclusión" (E1tlc.popá). Por ejemplo, en el argumento Si es día, hay podría considerarse como silogístico porque, si bien no es un indemostrabl:, puede tra~sfor­
luz; es de día; por lo tanto, hay luz, la premi sa es el condicional Si es de día, hay luz, la pre- marse en el primer indemostrable mediante la primera regla. En efecto, segun 9.9, la pn~era
mi sa ad icional es la proposición "si mple" (á.1tAOUV) Es de día y la conclusión es la proposi- regla establece que "si a partir de dos [ pro~osiciones] una tercera se .concluye, d~, cual qu~era
ción, tambi én si mple, Hay luz. En este ejemp lo, la premisa adi cional es una proposición sim- de ellas junto con el contrario de la conclU SIón se concluye el contrano de la otra .. ~a aphca-
ple. Sin embargo, una premisa adicional puede, en principio, estar compuesta de varias propo- ción de esta regla al argumento anterior funcionaría así: si a partir de dos proposIciones, A y
siciones simples unidas por conectivas. Según se indica en 9.3 , esta concepción de los argu- Si A, B una tercera, B, se concluye (esto corresponde al primer indemostrable), e?tonces de
mentos pa rece haber sido ofrecida o, en todo caso, adoptada por Cri sipo. Pero fue puesta en cualquiera de ellas, pongamos A, junto con el contrario de la conclusión, es deCIr no-B,. s.e
duda por Antípatro, qui en sostuvo que pu ede haber argumentos dotados de só lo una premisa concluye el contrario de la otra, es decir, no-(si A, B), lo cual corresponde al argumento or.lgl-
ÜlOVOA~]1]1Ctra) y, con ello, carentes de premisa adicional. Su forma lógica sería Si P, Q donde nal. Por 10 tanto, este argumento es silogístico: si bien no es un mdemostrable, es pos.lble
P es una proposición simple. Los textos 9.5 y 9.11 (Sex to Empírico) y 9.7 (Diógenes Laercio) transformarlo por medio de una de las reglas de reducc ión (la primera) a uno de los CIllCO
nos ofrecen pos ibles reconstrucciones de cúantas especies de argumentos existen en la lógica indemostrables (el primero) .
estoica. En lo que s igue nos detendremos en los vá lidos (m,pavHKoí), los silogísticos De acuerdo con 9.7 y el conjunto de tres textos formado por 9.17, 9.18 Y 9.19, los argu-
(O"UUO"yl<n: lKOí) y los demostrativos (C11tOÓ€tlCTtKOí). mentos silogísticos no son los únicos argumentos válidos dentro de la lógica estoica. Según
En 9.7 se sugiere que, en la medida en que los arg umentos inválidos son aquellos en que 9.7, hay argumentos que establecen su conc l~si ót1 no s ilogí.sti cament~ (cruv~YOV~t€~ ¡.t~
el opues to (o negación) de su conc lusión "no choca" (ol.> ¡. U1XeTCtt) con la conjunción de sus O"UMOyUJlIK&~), pero que son, no obstante, váhdos en un sentido especi fico (€~SlKro~!. De
premisas, los vá lidos serían aquellos en que sí se da tal choque. Un ejemplo de argumento acuerdo con 9.17, 9.18 y 9.19, los argumentos "hiposilogisticos" (o "subsllogisttcos":
inválido que nos ofrece 9.7 es Si es de día, hay luz; es de día; por lo tanto Dión camina por- urroCJUMoylO"llKOí) y los "concluyentes de fo rma no metódica" (a]1EeÓOOl~ TCepaí~ovte~) son
que, en ninguno de los sentidos de "choque", la conjunción de las premi sas chocaría con la válidos pero no-silogí sticos, lo cual deja suponer que son al men os parte del conJ~nto de los
conclusión (Dió n no camina). En cambio, habría choque entre la conjunción de esas premisas específicamente válidos mencionados en 9.7. La principal dif~rencia entre I ~ val ~d~z de los
y la negación de Hay luz en al menos alguno de los tres sentidos de choque. Por consiguiente, silogísticos y la de los válidos pero no silogísticos es que los pnmeros son vált dos LUlI came~te
el argumento Si es de día, hay luz; es de día; por lo tanto hay luz sería vá lido (1t€paVTI Kó ~). en virtud de su forma lógica, la cua l es verdadera bajo cualquier interpretación de sus vana-
Asimismo, cabe notar que, según 9.7, un argumento es " verdadero" (a/c1l01í~) si y sólo si se bies, mientras que los segundo s no son válidos por esa razón, sino que su conc lusión se sigue
cumplen dos condiciones: debe ser válido y sus premisas deben ser verdaderas. Por tanto, si de sus premisas debido en parte al signi fi cado de los conceptos que fig uran en .ellos. Este
no se cump le alguna de ellas, es fa lso: "fa lsos son los [argumentos] que poseen una de sus comentario no es el lugar apropiado para un ex amen detallado de estas dos nocIones y Jos
prem isas fa lsa o son inválidos" (lVeUS ei~ Sé: eio"tV oí tWV All]1¡.tátÜlv exoVTÉ:~ n I.\fEfi80~ 11 ej emplos di scuti dos en 9. 17, 9.18 Y 9.19, para lo cual nos remitimos a Barnes 1993, Bames-
a7ttpavtOl OVte~). Esto muestra, contra algu nos estudiosos de la lógica estoica, por ejemplo Bobzien-Mignucci 1999: 151-157 y Salles 2009c.
lan Müller ((969 : 179, 182- 183), que los estoicos trazaron una di stinción nítida entre la ver- En cuanto a los argwnentos demostrativos (anoóeucrIKoi), éstos se definen en 9.4 y 9.5.
dad de un argumento y su validez. Es demostrativo el argumento que, además de ser concluyente (CJUvaK1lKó~) y verdadero
Los argumentos silogísticos (cruAAOytcrtIKOi) son una sub-clase de los vá lidos. De acuer- (&A110i¡~), posee una conclusión " no manifi esta, revelada po~ la fuerza de las premisas':' es
do con 9.7, son "los que o bien son indemostrables o bien son reduc ibles (avayÓ]1€VOl) a los decir, según lo sugiere el texto, una conclusión que uno tennma aceptando por9ue acepto. las
indemostrab les de acuerdo con alguna o algunas de las reglas básicas de reducción". Los premi sas. Por ejemplo, el argumento "si sudores fluyen a través de la .superfic le [de la piel] ,
indemostrables (avan:óómK10t), nos dice 9.7, son aquellos cuya va lidez no requ iere de demos- hay [en ella] poros que pueden concebirse [pero no verse]; pero 10 pnmero; por lo tanto, lo
224 Capítulo 9

segundo" sería demostrativo porque su conclusión - la proposición Hay en /0 superficie {de la


piel] poros que pueden concebirse [pero no verseJ- es una cuya verdad se volvería manifies- Textos Anotados
ta, sólo si uno aceptara previamente la proposición Sudores fluyen a través de la superficie Teoría de la inferencia
[de la piel], la cual registra un hec ho fácilmente observable y, por otra parte, el condicional Si
sudores fluyen a través de la supeficie [de la piel}, hay [en el/a) poros que pueden concebirse
[pero 110 verse). Como parece sugerirlo 9.11 , la idea por detrás de esta teoría parece ser que,
para llegar a la conc lusión de que la superficie de la piel contiene poros, es decir, duetos que 9.1 DL 7. 71 -72 (SVF 2.207, 3 Crinis 4; LS 35AI-4; FDS 914)
comunican el exterior de la pie l con el interior de! cuerpo, uno neces ita observar que la pi el Trovo' OUX a.ltAroV a~lro¡.Látrov cruvl1)lJlÉVov ).lév ecrtlv, w~ ó
genera sudor que parece proveni r del interior del cuerpo y, por otra parte, entender que, si es XpÚcrl1tTCD<; tv tal~ D.laAelCtlKal~ r.pllOl Kat D.loyÉVll~ &v tti D.lO-
esto es as í, entonces, dado que " un líquido no es capaz de transportarse a través de un cuerpo Aelcrllcfi t ÉX"ll, tO cruve<J1D<; ou). toi) "ei." cruvarrn Koi) cruvoÉcrpou.
sólido" (en este caso, la piel), es necesario que la piel contenga duetos que, por di minutos que enayyVJ..e1at 15' ó oúv6eOJlOe; OUtOe; aKOAOu9elv t OoElÍt epov t(9
sean, permiten el paso del sudor a través de ella. 5 TCpcíltC9, otov "El i}JlÉpa É<J1í, r.p&e; f:on". napaCJUVl1JlJlÉVov Oé
De acuerdo con lo anterior, la diferencia entre un argumento demostrativo y uno mera- ecmv, cb, ó K¡>lví, 'I'~crIV IN 1ii LluwxClIcii 1WU, ¿tl;íro!lCl B
mente verdadero estribaría en una propiedad de su concl us ión: mientras que el no- ll1tO toi) "brEí" cruvOéo)loU TCapacruvt;mlll apxópevov alt' a~l(Ó­
demostrativo tendría una conclusión manifiesta por sí misma (no se necesitarían las premisas Jlato~ Kat AtlrOV Ei~ a~í(l)JlCl, otov "ETCet i}pépa ¿mí, q:>ro~ f:<J1lV".
para hacerla manifiesta), la conclus ión de l demostrativo sólo se haría manifiesta a través de Eltayyf)..).et010' Ó oúvoeoJlD<; axo)..ou9e'iv 'tE tO BElÍt EpOV t (9
sus premisas. Tal parece ser la manera en que 9.5 presenta la diferencia. Como afirma el 10 TCProtC9 Kal lOnprotov úr.pecn:ávat. cruJlTCE1tA.EyJlÉVOV 3E E<J1lV
texto: " un argumento ta l como: "si es de día, hay luz; pero es de día; por lo tanto, hay luz", no o.~í(i)Jla BÚltÓ t \VCOV CJUJlTCAelcrlK&V cruvOéoJl.rov CJUJlltÉTtAeIcrOl,
es demostrativo, pues el que haya luz, lo cual es su conc lusión, es previamente manifiesto". otov "Ka\ ~JlÉpa E<J'tt Kal r.proe; €<J1l". olet;EUYJlÉVoV O€ €(J1W 8
La pregunta de si la diferencia entre lo demostrativo y lo no-demostrativo es epistemológica o Ú1tO toi) "~tOl" Ol(l~euIcrLKOU cruvoÉcr¡.LOU OU?;t;eUlüm, otov "~tOl
metafísica depende de la cuestión de si la noción misma de "algo manifiesto" tiene, en este li~épa €CYtlv ~ vúl; eCYtw". €.ayyüAotat8' Ó crúvoecr~o, oliTO<; 10
contexto, un carácter epistemo lógico o metafísico. (Al resp ecto, puede consultarse Brunsch- 15 EtEpOV trov a~lroJlátCOv o/6ÜOD<; e!Val. CltnOOOee; oÉ ecrnv a~iw¡.ta
wig 1980: 132- 134.) tO cruvtaOOÓJlEVOV ou). t 01) "OlÓtt", otov Olótt ~JlÉ.pa emí,
Para terminar este comentario, conviene menc ionar la polémica que opuso a peripatéticos qlOOe; f:cr1W' OlOVel yap atnóv €<J11lO np&tOV lO\) Oe1JTÉpou.
y estoicos respecto de la naturaleza de la lógica y, en particular, respecto de si la lógica es 2 EV tate; ñlClA€K'tlKOi<; <OpOH;> Gigante: BV Tate; .6.tnM>lCtlKaic; SP 2-3 &V tU .6.taAzKtl1Cij c€xvu om. F
parte (pé;po~) de la filosofia, como sostienen los estoicos, o su instrwn ento (opyavov), como 6 cOC; - TtXVtl in margo infer. F2 16 toG 8tótt <OUVÓÉCljlOU> Marcovich / otov ótón el eatí om. B Ip :
2
piensan los peripatéticos. En el capítulo 1 (textos 1.9- 1. 12) nos referimos a diversos elemen- oTov ÓtÓtl Éattv ~).ltpa 8 Marcovich
tos de esta controversia. Un elemento al que conviene regresar en el presente capítulo gira en 4-8 Para la noción de n:apa<n.lV11Jl)ltvov y otras fuentes sobre ella, cf. Frede 1974: 100- 10 1.
tomo a la objeción de Alejandro de Afrodi sia que aparece en 9.20. Si la lógica fuera parte de 6 KpivlC; El presente texto y el siguiente están entre las escasas referencias antiguas a este estoico del
la filoso(1a, como pretenden los estoicos (cf. nuestros textos 1.1 y 1.2), entonces la filosofia siglo II d. C. Cf. SVF 3 Crinis 1-5.
no podría ocupar el lugar más elevado en la jerarquía del conocimiento; pero esto sería pa- 12-1 4 Para las disyunci ones, cf. 9.14 Y9.15 así como 10.5.
radój ico pues todos - tanto esto icos como peri patéticos- consideran, por diversas razones, que 17 oiovei cr. LS vol. 2: 210. Sobre la diferencia entre estas proposiciones causales (B porque A) y los
la filosofía es, por su objeto, la disciplina más elevada. La filosofía no podría ocupar ese lugar subcondicionales (puesto que A, B) cf. Bumyeat 1982: 2 18-220.
más elevado porque, en ese caso, tendría como pa rte algo que, por ser también instrumento de 9.2 DL 7.76-77 (SVF 3 Crinis 5; LS 36A1-3; FDS 1036)
otras disciplinas, estaría subordinado a ell as. Por lo tanto, dado que una de las partes de la Aóyo~ 8É f:(Jnv, roe; 01 nepllov KPlViv <pam, tO OUV€CftllKO~
filosofía estaría subordinada a ellas, la filosofía mi sma lo estaría y, en consecuencia, no sería eK AtlJlJla'to~ (11 All¡.LJlátrov] Kal1tpoCJf..tlo/ero~ Ka\ em<popae;, oTov Ó
la más elevada de todas. No sabemos si hubo estoicos que respondieron a esta objeción, pero 10IOUtO" "el ~)'Épa €cr1í, ~&, €CYt\. ~~¿pa Bé €CYt\. '1'&, lipa
algo que podría decirse en defensa de ellos es, en primer lugar, que el he cho de que una disci- €mí". l.~~~a )'Év yáp eCYtI 10 "el ~~¿pa €CYtí, ~&, €m l"·
pli na sea usuaria de otra no imp lica necesariamente que haya entre ellas una relación de su-
bordinac ión y, en segundo lugar, que así como las disciplinas filosóficas son usuarias de la
oe
5 1tPÓOAll'VU; t O"i})lÉpa oÉ f:CftlV'" bnr.popa lO "<proe; apa f:<J1i."
t pÓTCD<; OÉ f:CfttV olovel crxiiJla AÓYOU, otov Ó tOlOi)TO~, "d tO
lógica (la usan para determinar si argumentos que les son priopios son válidos), así también la 1tprotOV, tO Oe\>t epOV aAA.a Jl~V tO TCpOltOV' tO apa Oe\>t EpoV."
lógica es usuaria de ellas en un sentido importante. Para detenninar la validez de los argumen- AoyótpoltD<; &É Écrn t Oe~ a.Jlq>o't€pú)v <JÚv9E'rov, oTov "d ~ti
tos específicamente válidos, la lógica debe acudir al significado de conceptos propios de otras IlAátrov, rlVWtW;\ TIN.'mov· &.Ala )J~v to 1tprotov, tO apa ow'tepov."
disciplinas. Por ello, al poner en duda estos presupuestos de la objec ión de Alejandro, los 1o TCapEtcníxOll OE Ó AOYÓtPOltD<; UTCep toí) tv tale; Jlm(pOtÉpOl~ CJUV-
estoicos podrían restarle fuerza a la objeción. tá~eOl t OOV 'Aóyrov JlllKÉt\ t"V npóoAllo/1V ¡.¡.aKpav OÜ(Jav Kal rl¡v
Em<popav )J;yelV. aun cruvtÓJlroe; btev&yKElV, "t o OE npootov· lO
apo. OWtEpoV."
226 Capítulo !,I Teoría de la infercncia 227
2 Ai¡).1).1aroc; ~ A'lIl).1ó:rwv 1(al 1tpoo)'lÍljlcÚ)~ codd. : ),lí).1).1a"[o~ [~ All¡l).1énolV] Ka\ n:pooAi¡IjI€ú)~ Beier : 9&v A11J.').lárwv ciAlleE~ cruváyovra cruIlTr€paalla. 1táAtV
A~J.1~cttO'i ~ ATl).l.).1átOJv ~Kal n:pocrAlÍ\IIf::coc;] Egli 5 7rp60),lW.W1¡; B Jtp6oArU.l).1Cl D 11 1IpOOAr)l,lltv OE r&v W.11S00V AiYyrov Ol pév €i.crLV 0:1tOÓtlKTlK01, 01 O' OUK
B P QF npÓOATU.lo/IV Blp aúU'lo/lv Suda
a1looElKTtKoí, Kal OTrOOEIKTIKOlllEv oí OtO TrpOO~AroV aOll-
1-4 Sobre la definición de argumeDlo, c( Sexto Empírico, PH 2. 135, & -13 6, 5: "Un argumento es el 5 Aóv n cruVáYOVTE<;, OUK OTrOOElKTtKol OE oí !.u) r 010Ur01.
conjunto compuesto de premisas y conclusión. Se dice que sus premisas son las proposiciones que se orov Ó pEv 1"otOüroe; AÓyOt; 'El ~~€pa SOll, q>&<; scrnv·
toman para el establecimiento consistente de la conclusión, mientras que la conclusión es la proposición 6:ll.d Il~V ~ptpa e<mv' q>&C; apa ro-rtV 'OÚK €cr-nv O:TrO-
establecida a partir de [as premisas" (J.,ÓYor; Em\ oúm'l).1Cl El( A'l¡.t)látOlV Ku1 6 ucpopQr;' wúrou SE AlÍJ.l).1Um
~ltv dveu UyE'TUI TeZ. :n:p~ Ka,aOKEU~V tOO ouJ.t1l:epáopuror; CTlJ!,upWvro'i AallPaVÓllsva &~\I;Í)~IU1a, oncpopó. Ó€tKTtKÓt;· 1"0 yap q>&e; ErVat. 01lEP écrriv aútoü crupTrtpClO"J.l.Cl,
SE [cru)ln€paO~la] lO be trov A'l).1).1Ón:ov KataOla;UW;;ÓIlINOV a~íw,.w). oe
TrpéOllA6v eO"tlv. ó r01o\ho~ 'd 10p&rE~ p€oum Oto ril~
2 Hemos adoptado la lectura de Beier (seguido por H.S. Long y Marcovich) que consiste en omitir ~ 1O eTCt<pav€ia~, dcrl v011T01Tróp01· ciJJ,a J.'~v l.ópror€c; pÉoum
Allllllátwv y mantener rrpoaA~'V€W~. Manteniéndose ~ A'lltllátroy, como piden los códices (seguidos por ota r~c; E1Ctq>avEÍac;· Elmv opa vOllrolTróp01' 0:1l00€UCllKÓI;
Long y Sed ley) , podria haber argumentos cuyo antecedente está compuesto de varias premisas más una EO"tt, rO O"UJ.'TrEpacrJ.l.U €Xrov aOllAov, ro ' dcrlv apa vOllrol
premisa adicional, lo cual sería cxtraJ10 (pues si está compuesto de varias premisas no hace falta añadir 1tÓPOl'. trov óE 08r¡AÓV"tl cruvayóvtwv ol. flEv aqloosutt-
"más ulla premisa adicional"). Sobre la lectura de Egli (seguido por H(llser), cf. LS vol. 2: 214. En el
Krot; póvov oyOUO"lV ~~a~ Ota rrov 1..T)).l).lárrov e1tl 10 cruJ.l.-
comentario, hemos supuesto que la llamada "premisa adicional" (rrpóaA"'l\l1 t~) puede estar compuesta de
varias proposiciones unidas por conectivas. En cua lquier caso, algunos estoicos, entre ellos Crisipo, 15 1l¿pao~a, oi DE 6<pOOEIJttK&~ opa Kal EKKo)..U1t'tlK&~. olov
sostuvieron que todo argumento tiene que tener al menos dos premisas. En cambio, otros estoicos, entre eq>oOEIJttKOOt; PEv 01 EK 1ticrtEW~ Kal ~V1ÍIl"t; ~p-rii.cr8at
ellos Antípatro, parecen haber sostenido que puede haber argumentos dotados de sólo una premisa (sin oOKouvre~, oró~ Ecrnv Ó rotouro~ 'el ri~ O"Ot <9€rov> etTr€\l eht
premisa adicional). Cf. el texto 9.3 a continuación. Para otro ejemplo de 1IPóaAll\l1l~ cf. 10.6 y 10.7. 1tA.our~O"€t OÚtO~, TrI..OurlÍcrEt oÚt~· ourocrt óE Ó OEÓ~
9.3 Sext o Empírico, AM 8. 443 (SVF 2.249; LS 36C7; FDS 1053) (oeiKVUllt ó€ Ka.8' onó8EO"\V rov día) etnÉ cr01 <Stt 1lAOIJ-
ro ~ev yap Aty€tV ~T¡ ap€<JKEtV r0 XPIJa11t1l:(fl 20 t~crE~ oórot;· TrAouTTÍcret opa oüro~" <TUYKatatt9é).l.EGa
a
1l0VOA11~llláro\)~ etvat AÓYOIJ~, ráxa n - yap r{i> cru¡..utEpáaJ.l.att OUX oürro~ oHl nlv 1"rov AllPllárwv
ve~ epoikn TrpO~ r11V rmaútTJv Evrrraow, re)J;ro~ Ar¡P&OE;. oürE o:váYK11v CÍJt; TCtcrtEÚOVT&; TÚ rou SEOD OTrO<pácrEt. oí oe 0-0
yop ral; Xpucrímrou q>rovaí"~ ro¡; 1tUeoXPlÍmot~ 1IapayyéA~acrtv ).l6vov e<po&utlK&~ &A.A.Ct Kal EKKaAumlKw~ ayoIJ(Jtv ~~&;
5 ováYK11 TrEí9€0"9m, oün: Iloprupíq: 1lpocr€xEIV ó.vopwv ECft1V E¡~ ETrI 10 O"UpTr¿paa~a, me; Ó TOtOÜrOt; •El péOUcrl 8ta ni~
oiKEiav OTrÓP'low EK ~áprupo¡; rou ro evavd ov Atyovrot;· 25 em<pCtVeiOc; iop&rE~ dm VOllrol1lópol. cill.O. J..t~v ro Trpro-
AVTí1lClrp~ yáp. r rov Ev rti ¿rroucÚ UtptcrEl rov· TO OruT€poV o pa" ro yop pElv rou<; lOp&ta~ EKKa-
e1Ctq>CtV€rrrárrov o:vop&v, Eq>ll Oúva06at KUlllovoArHl~á- AIJ1CT tKÓV eO"t t TOO TrópoIJe; ervat, OUl ro npOEtAi1.c:pOClt <S"tl
rOIJ~ A6yolJ~ cruvíO"TClaOOl. OUl vacrroü oÓlllatot; úypov oU Oúvatat q>€p€crSat. ~ ouv
a1ló&:t~t~ Ka! AÓyO~ dvaloc:pEiA.Et Ka! O"IJVaKttKo~ KCll o.A11-
5-6 cl1IÓpT]OIV LE~. : anopú'lOlv N : arróppTJo"tV Gen. : Éanv <ÓYt~, oü~ yE PQ.S¡w~ 1t€pltp€n€IV ÉO"tIV> 30 O~r; Ka.! ao11Aov €Xrov O"U~1tÉpaO"~a [Kal] eKKClAlJ"ltrÓJ.l.€Vov
d~ a1tóP'lOlv coni. Mutschmann
{¡TrO ni~ OUVá).l.EÚ)~ t&v 1..11llllátcov, Kal óta touro erVOL
Sobre esta polémica, cf. nuestras nn. al texto anterior. Sobre los argumentos Illonolemáticos de Antípa- MyEtat Ó.1tÓÓEt~t~ AóyO~ Ol' ólloAoyolJlltvrov AT]IlJ.l.átwv KaTcl
tro, cf. Ps. Apu lcyo, 111/. 200, 15· 18 Y Alejandro de Afrodisia, in Top. 8, 16.20 ouvayroy~v E1tt<popav 6KKaAÚ1[tWV aór¡l..ov . Ota roúroov J.l.EY
9.4 Sexto Empírico, AM 8.314 (SVF 2.266; FDS 1066) ouv cra4'l1vi~€lv dó:lSacrt tT¡v ewotav rflt; o.TrOOEí~Ero~.
EVO€\! Kal oürro~ alh~v o1toypá- 17 8eWv add. Fabricius 21 t~V om. M 30 Kal del. Kayscr : om. T : 1(at S1(1(etAUlttÓIlEVOV U1IO tfjr;
<poumv· "O:1tÓÓEl~íC; ¿aTl A6yo~ 8t' Suvá¡..¡ewr; tWV A.ll¡..t).1áTwv secl. Brunschwig 34 aaqlllví~wv EA B
Ó~OAoyOU~tvwv A1U.l.Ilárrov Kara. cnJvaywyT¡v e1Ct<po- Para dos artículos clásicos sobre la noción estoi ca de demostración que discuten este texto en particu-
pav EKKaAÚTrTWV aOllAov ", orov Ó ·wloüro~ "ei errrt KiVll- lar, cf. Brunschwig 1980 y Bames 1980.
5 criC;, EO"Tl KEVÓV' aMa ~~v Ecrn KÍVT]crt.!;· ErrrtV apa KEVÓV ". ro
1-2 aAT]9f¡ A.6yov Cf. 9.7 y PH 2.138 donde se ofrece una definición detallada ~e esta noci ó~ y se usa,
yap ttVOl K€vOV aOT]AÓv r' eO"rí, Kal Ot' MllG&v 00KE1, r06 tE
para definirla, la noción de ,condicional ::con g~ente" (l:)"ytá;); (trov SE O"UV<:K1"l":WV [cf. ~ . 7] 01 }.ttv Ela~v
"€l EO"t1KivT]O"l<;' Eenl KEVóv"Kat 1"OU "EO"Tt OE KÍvllcnC;", Kata aA'l9Ei~ oi ó€ OUK &A1l9€1~, w..'laEl~ ¡..t€v, ota: ~llll,ÓVOV tO auvTJllflÉVov €K :rtr;, tW~ A~¡..tntWV ,000)l1IA~Kl1~
cruvayroy11v EKKaAÚrrtEcrGat. Kal t~ C; bmpopó.r;, oo~ 1Ipo€ tp~Kall€v. Uyl&r; U. illn Kal ro O"U)l1IépaoIlCl KOl tO ~ha tWV ATJllllnt<?v nUtou
Sobre la noción estoica de demostración, cf. PH2.113·114, AM8. 135,5·7 Y los textos 9.5 y 9.6 a con- oeOlw
GUIl1Ie1tA.ey)ltvov ciA'lO€.<; últáPXtl, ~yoúllEVov tv t~ ouVllIl¡d;v<!l. aAllO&r; Be ~1l1IE1l:A.tyllevov l~l
tinuación. Sobre la propiedad de "ser no·manifiesto" como definitoria de las conclusiones de las demos- tO 1Iávtn E-,(ov w..lla~, ror; tO '~Il€pa ¡faTI, Knl ti ~Il€pa tO'n, q>Ü>I; totIV') Sobre la nocl6n de congruencia,
traciones, cr. Brunschwig 1980: 132·134, quien cita a Aristóteles cuando sos tiene en A. Po. 71b2 1 que, en cf. nuestro comentario.
cierto sentido, las premisas de una demostración deben ser "más cognoscibles" (YVWPlIlWtÉpov) que la 9-1 t En este ejemplo se usa VO'lTÓI; por oposición a ópat&;, ténnino que tiene aquí el sentido amplio de
conclusión. "perceptible" o "sens ible". Cf. Platón, Rep. 509d.

9.5 Sex to Empírico, PH 2.139-143 (LS 36B6-11; FDS 1064) 9.6 Sexto Empírico, AM8. 277-278 (SVF 2.223; FDS 1031)
SVOEV Kal O:AllO~ AéiyOV dvcd !pam TOV 01' O:All- ~ árr6IiEI~I, 10 yÉVEI cr11~ÜOV ElvOl. Ii~MmKl\ yáp io'tl10U
oupnEpácrpaTOt;, Kal satat ~ Ota trov Ar¡¡.tllátcov ClVr~e; CJUIl-
228 Capítulo 9 Teoría de la inferencia 229

nAoKrl 0TlJ1EI0V TOU ÚltÓPX€lV 'tO cru~LJt¿pa(JJ1a. otov E1tl·trl~ tO avrlKEí).lEVOV TOD ~you).IÉvou EXroV cru¡.urépao").la, otov "El ~).l.Épa
lotaÚ'!T]~ "El Ecrn KíVT]crl~, son KCVÓV' ecrn O€ KíVT]crt<;" Emí, cpro~ Eanv' OJJJJ. ).I~v <proS OUK EonV' OUK apa ~IlÉpa Ea"tív""
5 ,o
EmlV apa KEVÓV" 'TOloihov (J1JJ11tE1tAEy~lÉVOV "el Ecm KlVT]~ ~ yap IrPÓaAll'VIS yivETal EK TOD UVTIKEI).lÉVOU té? llÍYOVTl Kall;
crt<;, eCITl KEVÓV", 010: 'Crov AllJ1J1ÓTWV crul.l1l:EJr4y~ov, 35 EntCPOpa EK "tOD avTlKEI).lÉVOU"tú) ~YOU)1ÉVú!" tpíto~ oÉ Emlv
EUOUr; Kul <JllJ.lE'ióv Ecrn 'tou au)lltepácr)luror; TOU "eOTl KE- avanóOEIKTO¡; 6 01' anocpatlK1lS cru).lIrAOKf¡~ Kal EvO~ trov f:v tÚ
vóv" . (J\)JlnAoKf¡ E1r1<péprov "to &Vt1KEÍJlEVOV "tOD Aot1tOD, oiov"oux\
tÉ.8v1"]KE IlAátOJV Kal ~D IlláToov' aMa !l~V té8vf]KE nAáTmv' OUK
5 O"U).l1lt:1!M:y)..ltvov codd.: CiUvll)lfltvov MlItschmann-Mau cum Bekker 5-6 lO WtoUtOV crD)l1tE1lAEy-
)..IÉvov "d ¡ha Kivl1cn~ , b"n K¡;VÓV" G : .0 10toÜ'tOV (JI)J11tC1tAE)'J1tVOY < "€CJTl KiV11cnr;, Kal.> d Ib"l"I apa sÚ IlAá"tcov" . tÉtaptO~ oÉ Emlv &vanÓOEIK10~ Ó Ola OlEsEUY-
Kiv'lcrt<;, l:fan KevÓV" Heintz : TO !OIOÜTQV GU)l1tE1I:Af:'{f.d:yov "d €an Kív'lcn~, ean KevÓV <Kal ECí'!t 40 ).lÉVou Kal ÉVo~ t&v f:v téQ BIEsEuY).l.ÉVq;¡ tO avnKEÍ).l.EVOV "tOD AomoD
Kívr¡crtr;>" van Amim 6 ÓU11"WV AllJ.lJ.láHuV au)l1tE1lAey).ltVOV deL Heintz EXCOV cru).lIrÉpaa).la, otov "~tOl tO np&tov ~ "to oEÚtEpOV' &ill )1~v
TO nproTov' OVK apa to oEÚtEpOv".nÉ).l.1tto~ oÉ sonv avanóoEtlcro..;
Sobre esla clasificación de la demonstración como un tipo de signo, véase también PH 2. 122 Y 2.13 1.
La definición misma de signo aparece en nuestro texto 9.12 (<pacrt <IT)).lElOV dval a~íro).la tv uYlBi f:v <p na..; AóyOS cruvtácrocrat EK OIESEUY).IÉVOU Kal <1"Oü> €VO~ t&v
cruVl1).l).ltvep npoKa911yoú/.HNOV, €l(l(aAUrrtlKOV 'fOU AlÍYOVW¡;;), Cf. AM 8. 245 : "ciertamente afinnan que tv Tú) otEl;WY).ltvq;¡ avnKEI).IÉVou Kal smcpÉpEl tO AOt1rÓV, otov
signo es la proposición antecedente en un condicional congruente, reveladora del consecuente" (roívuv 45 "~TOI ~JlÉpa EOtlV ~ vú~ Emlv' OÚXI OE vú~ sanv' ~).IÉpa apa ¿mív."
<paa't O"ll).lalOV elvat asiOJ).la f.V Ú'ylei Q1)V1l).l).lÉv(9 KaB11YoÚ).IBVOV, EKKaAU1ITIKOV tOU AlÍYOvrO¡;;). Para un
2 al> D: om. BPF 7 81tt D : brí"tl BPF 8 9W)lÚTruV F 9-10 d 1u:pma"t€l.ó.{rov, <KtV€l"tal.ó.Í<ov· aUn
análisis de la concepción estoica de signo en el contexto de la filosofia helenística, cf. Sorabji 1980: 266-
).I~V n:epmaT€i .ó.ícov·> KIV€i"ta1 apa .ó.ícov van Amim et Long: d rr€pmatet .ó.iwv, KlvEt-rm <.ó.íwv'
270 Y Sedley 1982.
.ó.írov O€ 1u:pmuu.t· KtVEhm> apa Iliwv Egli et Hülser 10 i01K&¡;; F2 15 .ó.{rov BPD : 1;é9ov F 16 illn
9.7 DL 77-81 (SVF 2. 238. 241, 243; LS 36A4-16; FJJS 1036) aMa
).I~V Ol>X lmro¡;; tO"Tl .ó.írov Marcovich : ).l~V 11t1W¡;; OUK ~cn l .ó.írov D: om. BPF 19-20 aUa ).l~V
Twv oE AÓyOOV Di ~ EtcrtV anépavrOl, oí oE rrEpaVTlKOL ro<pEAEI ~ a.pEn'] · ~ Kmda apa pMrr"tl':t suppl. van Arnim 24 xpÍ<;EIV B 25 naO; <cruA>AOY<IO"¡POo; Egli
27 "tpórr<cov OUMoylO"t>IKOOV Egli et Hülser 29 K(11 "to A~YOV Em<pÉ.pEt codd. : <E~ Oú> tO A~yov
anépavrol ).ISv c1v tO avrlKEí).lEVOV t11~ e1r1cpopéi~ ou ~láXETat TÚ Errt<PÉ.pEt Marcovich 32-33 ¿crtí - ~)lÉpa om. EpI: in mg, P-QD 33 CP&o; Ol>K ecnlv D : Ol>Xt <pOOo; ¿crttV
010. TWV )..;IW).Iánov OU).lIrAOKfj, otov oi TOIOÚtOl, "d ~~lépa eo'ti, Mates et Marcovich : vú~ ¿cn lv P2F2 34 rrpÓcrAll).l\IIl¡;; B 36 arro<pum:f¡¡;; F: arro<panlCoú BP 41 e;(IDV B
cpw~ eml' ~).IÉpa ÜÉ Ecrrr IrEpma"t"€:l apa .ó.íoov." : hov PF 43 TOU add. Shorey
5 Twv BE nEpaVTlKWV ).óyOJv 01 ).lEY 6)1rovú).lcu~ t0 yÉVEI A1yovtal
Para un estudio detallado de la silogística estoica cf. Bobzien 1996 (cf. Bames-Bobzien-Mignucci
nEpavrlKoí· oi Be ouMoylmtKoí. cruAAOylO1"IKOt ~v Oúv Eicrtv 1999)
oí ~tüt avanóoEUCToI oV'w; ~ avaYÓ)1EVOt ¿ni wu¡; avanoBeiKTou~
KaTá n TroV 8qláTCUV ~ ltva, oiov oi T010DTOI, "d nEpma-tEt 2-3 a1tÉpavrO\ )lev 6}v TO ávrtKEí)lEVOV "til¡;; bn<popa¡;; al> )láX8"tat tf¡ Óla !"oov Af])l]lánov cru).lrrAoKU Sobre
.ó.[rov, <KIVEt-tat .ó.írov· aMa ).I~V nEpma-td la prueba de validez por condicionalización, cf. 9.11, Mates 1953: 74-75 y Barnes-Bobzien-Mignucci
1999: 123. De acuerdo con Mates, los argumentos válidos de los estoicos parten de premisas previamente
10 .ó.íoov"> KlvEiral apa .ó.írov!' m:pavTIKol8É dmv EiolK&¡; oi establecidas como verdaderas (cf PH 2.136 Y AM 8.302 con comentario de Brunschwig en 1980: 127-
(J\)VáyOV'tE~ ).I~ auUoylmIK&';, oiov oi tOlODTOI, "'VEü8ó~ Eml TO 129), lo cual implicaria que los argumentos no son condicionales sino subcondicionales (rrapw:mVll)l¡.ttva)
~).IÉpa Eml Kal vú~ ¿Otl ' ~).lépa ÜÉ ¿cmv' OÚK apa vú~ ¿onv." tal como éstos se definen en el texto 9.1, a saber, como condicionales cuyo antecedente se asume como
acruAAóylOtOI 15' dalv oi rrapaKEÍ).lEVOI ).lEY nl8avw~ TOl'; cr1JA- verdadero.
AoylonKol~, ou cruváyOvrE¡; Sé, otov "ti. tmtO¡; Eml.ó.irov, ~0óv 10 elO\K(O¡;; La clase de los argumentos "específicamente" válidos no debe confundirse con la de los
15 E(in .ó.ícuv· aMa. ).I11v OUX lnno;; Eml.ó.íüN OUK apa ~éQóv ¿mi "asilogísticos" (acruAAóytcnot) mencionados inmediatamente después, los cuales no son válidos en abso-
.ó.írov." luto, por ejemplo, Si A, B. No-A. Por lo tanto, no-B. Los "específicamente" válidos son plenamente
válidos, pero no son silogísticos, porque no son ni uno de los cinco indemostrables ni reducibles a uno de
"En "twv A6yrov 01)1f;v &.Af]eEl~ Eimv, oí 8E \fIEuBE1~. aAf]8Et¡; ellos mediante alguno de los eÉ).la"ta. El ejemplo que ofrece Diógenes es de un argumento cuya fonna
).IEV o-ov Eim AÓYOt oi 01' aAf]8cóv cruváyoV"tE~, otov "El ~ apEt~ lógica es idéntica a la del tercer indemostrable excepto por una diferencia lingüística en la formulación de
rocpú6, lí KWcla pAá7ITEI' <alJJJ. ).I~V rocpEAEt 1; apEn']' ~ KaKía apa la primera premisa: "es falso que (A y B)" en vez de "no (Ay B)". Frede (1974b: 101-103) y Barnes-
20 pAá1ttEt>." \fIEUOElt; úÉ Elmv oí t&v Af])1).1áTmv EXOvré<; TlIf1EDOO~ Bobzien·Mignucci (1999 : 151-1 57) argumentan que, en ciertas fuentes, se distinguen dos tipos de argu-
~ anÉpavtol OVT€";, otov "El ~).l.¿pa ¿mí, cp&..; Bmlv' ~).IÉpa oÉ mentos válidos no-silogísticos: los urrocruAAoytcrttKOi o "hiposilogísticos" (Alejandro de Afrodisia, in A.
Pro 84, 12-14 Y 373,34-35 Y Galeno, insto Lag. 19.6) y los a).lEBóocoo; rrepa{vovrE¡;;, es decir, argumentos
¿ml'sú apa Mmv". Kat ouvatol o' Elal AÓ)'ol Kal aOúvatOl Kal que "infieren válida pero no metódicamente" (Galeno, Inst. Log. 17.2, 19.6, Alejandro de Afrodisia, in A.
avayKatot Kal OUK avayKalol' €1m 8E Kal avanÓBEIK10í ttVE';, T0 PI". 21, 28-22, 23; 24,1-12; 68, 22-69, 4; 345,13-346,6; 373, 29 -35 ; in Tap. 14, 18-15, 14; Filópono, in
).I~ XPlÍ~E1V anooEÍ~Em..;, aMOI ).lEY nap' aAÁoI¡;, Irapa 08 Tú) A. Pro 36, 5-12). En lo tocante a los hiposilogísticos, nótese que, según lo sugiere el caso citado por
25 Xpuoínnú! nÉVtE, 01' mv néi~ AÓyoS nAiKEtat· olnvE¡; Aa).lpávovtat Alejandro en in A. Pro373, 34-35 (aKOAou9Bi"té9 A TO B, n) 8€ A, tO apa B), se trata de argumentos que
Enl r&v nEpavT1K&v Kal ¿nI t&v (J\)MOYtcrIlWV KaI EnI n'Ov tienen la forma lógica de un indemostrable, en este caso, la del primero, excepto por diferencias lingüísti-
Tp01rtKWV. npwto-.; oÉ ¿mlv avanÓOEIK10~ év c9 J[(i~ Aóyo~ auvTáa- cas en su formulación, lo cual imp lica que el ejemplo ofrecido por Diógenes en este texto es de un hiposi -
logismo. En cambio, un ejemplo de argumento que infiere "válida pero no metódicamente" seria "Dices
aEtal EK cruv111l).IÉvou Kal "tOD ~YOU).lÉvou, acp' Oú apxEtal tO que es de día, dices la verdad, por lo tanto es de día" (Galeno, insto Lag. 17.2; c[ Alejandro, in A. Pro 22,
cruvr¡¡..t).lévov Kal TO A11YOV E1r1<pépEI, otov "El tO 1tpwwv,"to BEÚ- 17- 19 Y 345, 24-30). Según Frede 1974b: 102-103 (y aparentemente según Barnes 1993: 42-43 y 47-48
30 rEpOYo aMa. Jl~V tO np<ÍHov' "to opa oEÚtEPOV". OEÚ"tEpO~ o' EaTlv también) estos dos tipos de argumento son los únicos válidos EioIK&~. Para una interpretación distinta, cf.
avarróOeuCTO¡; Ó Ola auvr¡~l).lévou Kal "tOD avtIKEI).IÉVOU rOD A~yOV"tO..; Barnes-Bobzien-Mignucci 1999: 151-1 52.
Teoría de la inferencia 231
230 Capítulo 9

20-21 Esta definición de argumento falso está emparentada con la definición aristotélica de ¿ptcrtIKÓ<; 9.10 Alejandro de Afrodisia, ;1I A. Pro 278, 11 - 14 (SVF 2.255; LS 36J; FDS 1167)
ouUoytO)lc)(; en Top. lOOb23-10 1a4 (cf. SE 167b7-8). Cf. Mates 1953: 60: "A true argument is an argu- 1'OU M yE. tpí'tou KUAoU~OU 8é~o.toC; ~ 1teptoX~ Ka1
ment which is valid and which has truc prem isses; a false argumcnt is cither invalid or [is valid bUI] has a au'toú liXet rooE 'OtaV EK Bueiv tpítov tl cruváyr¡tal, €VOr; O€ aútrov 6~oo8cv
false premiss". Por ello, el concepto estoico de argumento verdadero no tiene la misma extensión que el Á11.<P9ñ rruUoYtO"tlKá, eK tOU ÁOl1tOÜ Ka1 EK t &v tl;oo8cv t OU ltépou rruAAO-
concepto de argumento válido de la lógica moderna, pues, según este último, todo argumento dotado de
premisas falsas es vá lido en la medida en que, de acuerdo con este concepto, de una fa lsedad puede YlCJltKrov 10 aUto rruvax9i¡oetot'.
inferirse válidamente cualquier verdad o cualquier falsedad (el único argumento invalido siendo aquel 1 eÉ ~ a'[oe; B : etO)pft~a.To; a
cuya conclusión es falsa pero la conjunción de todas sus premisas es verdadera).
La única otra fuente en que aparece la tercera regla de reducción (tO tpÍTov ).eyó).lSvov .1t~pO: TOt~
27 Tp01ItK&V Es una probable referencia a los modos silogísticos (Ao-yÓTpOrtOl) descritos 9.2 (que es la
!:trolKOt~ 8é~a) es Simplicio, in Cael. 237, 2-4 (SVF 2. 256): "cada vez que de d.os [propos\c\O~e~] se
intuición de Egli y Hülser quienes proponen leer lpón<rov cruMOY10T> IK&V), aunque también podría
deduce una tercera y la deducida junto con alguna otra externa deduce otra, ,I,a m,lsma [sc. :sta ~lhma]
tratarse de una alusión a premisas hipotéticas de silogismos. ef. nuestras nn. a 9.8.
también se deducirá de las dos primeras y la ex terna (que fue] propuesta (lav tx OUElV. tplT?V T!
27-39 Una descripción de los primeros tres indemostrables también aparece en Sexto Empírico, AM 8. cruvóYTlTm, TO DA ouvayó~evov ~tt' (;í).Aou nvOc; t¿;ro8tv c:ruváyU ti, Ka! €;K TÓlV 1tpó)t(o~ OUEIV Km TOU
223-226 (SVF2. 242). Véase también PH2. 157-158. ru;ro8ev 1tPOOAT1rp8évTo~ OUVax8i¡oETal tO mhó). Sobre la diferencia entre e~tas dos versiOnes, cf. Frede
9.8 Galeno, PHP 114, 1-10 (SVF 2.248, 3 Antipatcr Tarsen,is 31; LS 36H; FDS 1160) 1974a: 181, 193, MUller 1979: 20 1,203 Y 211, Mignucci 1993: 2214 y Bobzlen 1996: 145·151.
VUVL OE: 1tOO~ I.UN oí. Ola 060 1'pmnKrov 9.11 Sexto Empírico, PH 2.137 (LS 3683-4, FDS 1058)
uvaAúoV't'cu cruMOY1O"flOl Ka!. 1tó)~ Ol o:ola<pópco~ se
roov SE: A.óyoov oi flÉV e101 ouvaKT1Ko1 oi a<JÚvaKTOl, ouv-
1tEpaívoV't'e~ ~ 1'1vee; lilJ...ol !OIoürOl 1'c9 1tpó:rtey Ka1 OE1J!ÉpCQ UKt\Kol flév, (hav 1'0 OUVTl¡'¡'Il€vOV tO apxó¡.¡.EVoV IlEv a1tO
8Éfla1'11tpocrxpWflEVOI, 1toUoie; eall ouVTUxeiv aKplpWe; ~mcll- t OU Ola tOOV tOU AóyOU ÁTlflfl6.t rov OUIl1tEnAé:yJlévou, Afi-
5 fltvOlC;, wcmep aflÉAEI Kala).).OIe; ecp' oaQUe; 01(1 yov 00: eir; t~V émcpopav aUTou, ÚY1€¡; D, otov 6 1tpoelPTl-
tOÜ 1'phou 8Éfluror:; ~ teTétptOU auUoyIOI.!OUe; avuAúouOl. 5 IlÉVo~ A6yO~ OUVUKT1KÓ¡; EO"ttV, é1tet tU ota 'tcOV A11llllá 'trov
KaÍ!OI roútcov OÚtOu ou~mAoKfI taú!l] ' ~f1épa san, K01 el ~IlÉpa [O'tI,
TOVe; 1tA.etO'tOUC; Evecrnv trÉpwe; aVaAÚelV cruVtOflÓJt epOv, roe; cproe; EcrUV'aKoAouGei 1'0 ''Pooe; 6O'tlV' Ev tOÚt<fl 't0 O'UVTlI-l-
AVTi1tutpoe; eypal.Ve, 1tPOl; Tcp KUt1teplepyiav eTvCll ou fllKpo.V Il€v<fl 'el ~~Épa [0''[1, Ku1 el ~¡.¡.épu sO'lt, Ql&~ 60tlV <. <pwe; apa. &crnv> ' OmJV-
10 axplÍO'tou 1tpáyJ1UTOe; a1tuoav tf¡v rrov TOIOÚTCOV oullOYIOflOOV UKtOl O€ ol J..l~ OÜtOO~ txOVTe~.
1tAOK1ÍV, ro:; autor; Ó XpÚOI1t1tOe; [P'Y(9 flaptupei fl11.Óaflóf}\ t&v 8 'ei ~I!tpa ccrtl, Kal ti ~~tpo. ron , qxlx; SCTnv.' codd. ,: '(ti] j¡.tépa BOtl, Kal el ~,!1t~? €'!:t, rp~
Éau1'ou cruyypaflflátrov eir; a1t60e\~lV OóYflat OC; eKeivrov oe11- €<JtIV.' RUstow Mutschmann : '[el] ~I!Épa I;<Jtl, Kal El T1~épa ean, <flW~ oonv <. cpc.oc; apa eonv>.
8€1r; !&v OUMOYIO"llroV. Pappcnheim, B'ury : 'ti ~~ltpa (fOtl, Ka\ ti ~~tpa f.0't'l, rp&~ Bonv <. cp&~ a.pa €<JtlV>.' Mates, Long-
1-2 Súo tp01t\lCWV tpirov MR, Ald. Oúo Tp01ItK&V <~> Tptrov Ricci 5 a.1J.Oll; erp' ooou~ De Lacy et Sedley
Hülser : en' allo l~ &ou~ Long-Sedley cum MR : l:n' aUou;, oome; Amim 6 c:ruUorlO~OOc; del. Mü- Para textos paralelos a éste cf. AM8. 303-305 Y 415·4 17.
Iler
1 c:ruvaKtlKOI La definición de argumento concluyente que se ofrece aquí coincide con la de argumento
1 TpOlllKÓlV Cf. LS vol. 2: 220. Según se sugiere en Orígenes, c. Cel. 7.15 (LS 36F, FDS 1181), parece válido en ténninos de que su condicionalizaeión genera un condicional congruente, a~n~.ue para una
tratarse de proposiciones condicionales y los silogismos en cuestión son posiblemente los que fueron definición alternativa de argumento concluyente, en la cual se hace énfasis en la condlclOn de que el
llamados en la antigUedad "enteramente hipotéticos" (Ol' OAOU urro8stlKoí), por ejemplo, "si A, B Y si B, argumento debe ser verdadero (entendiendo por verdadero algo distinto de "congrue,nte'') .c r. PH. 2.138
C, entonces A, e". Al respecto, cf. Bobzien 2000. citado en nuestras nn. al texto 9.5 y AM8. 417. ef. nuestro comentario y Bames-Bobzlen-Mlgnuccl 1999:
2·3 oó\acpóproc; m;pa ¡vovt~ Se trata de argumen tos cuya conclusión es idéntica a una de las premisas, 123.
los cuales, dependiendo de su forma lógica, los estoicos consideraron que pueden ser válidos e incluso
silogísticos. ef. las nn. al texto 9.13 . 9.12 Sexto Empírico, PH 2.104-106 (LS 35C; FDS 1030)
9.9 Ps. Apulcyo, /111. 191, 5-10 (SVF 2.239.; LS 361; FDS 1161) 01
aKpl~6)~ 1tept aútoü OlE.1A11.<ptVa\ oOKouvre~, 01 LtOOlKOí,
est et altera probatio communis omniut11 etiam indemonstrabilium, quae dicitur per
pOUA6¡.J.EvOl 1tapaO"tí;oat 1'~V EWOlUV t OU
impossibile appellaturque a Stoicis prima constitutio ve! primum expositum. quod sic
OTJfleiou, 'Paa1 CITjfleiov eTvat ~í(¡)I·W tv úrl€t OUV11.Il-
definiunt: "si ex duobus tertium quid colligitur, a lterum eorum cum contrario ill ationis
colligit contrarium reliquo."
5 f1évcg 1tpoK(l811.YOú~ov, &KICaAU1tTlKOV tOU AlÍYOV-
lO~. Kal1'o ¡.¡..E:v ~iú)llá !pa.O\v eTva\ AeKtOV
3 eum eontrarium e 4 reliquo G : relinquit CSEL : reliqui Go1dbacher : relinqui Prant1 oótote~ a1tocpav!ov ocrov ÉQl' Éaut éQ, úYtE:~ SE: (jU-
Sobre la autenticidad de la obra a la que este lexto pertenece cf. FDS vo l. 4: 1904, Dillon 1996: 310- VTl~¡lSvov TO ~~ apxó~BVOV á.o &l.~eou, Kal A~YOV
31 1 Y Morford 2002: 227 . Este pasaje podria ser la ún ica fuente en que aparece la primera regla de reduc- é1t1WEÜOOr;. 1'0 yap cruVTl~f.l.évov ~TOl apxetal emo aAr¡8ou~
ción, Para un estudio delallado de los 8ÉIlam en la silogística estoica, cf. Mignucci 1993 y Bobzien 1996 : 10 KUt AlÍY€l Én1 oAr¡8tc;, otov 'el ~IlÉpu [O"tI, <proc; €O"rtV',
142-171. ~ apxetat arra \jIeúoou~ Ka1 AlÍyEl brl \jIeUOOe;, otov'el
3 contrario Por el contexto, este ténnino parece corresponder al griego &VtlKet~E\'Ov tal como es usado né-ratat ~ yil, meprotlÍ SO'TlV ~ yf¡', ~ apxetal arro
en los textos 9.7 y 9.13 Y al término "opposi tus" en 9.14. 0A11.00fx; Kal ÁlÍyet E1t1I.VeUóoC;, otov 'ei ffcmv ~ rí;, mha'tat
232
Capírulo 9 Teoría de la inferencia 233

~ yi}', ~ tlpxérat ano'Vcúóou~ Kal A~YEI €1tl w.r¡9ó;, ofov 'ti Para una discusión de las nociones de condicional en Filón y Diodoro desde un ángulo parecido a éste,
15 1tÉ'tOTOt ~ y~, €O"nv ~ y~'. tOMrov O€ /1óvov 1"0 &1[0 cf. AM8. 112-117. La noción de condicional congruente es constitutiva de la noción estoica de argumento
M1100U<; apxó~.-vov Kall.~yov Énl o/ruSo, ~oxO~­ válido. Cf. más arriba 9.7.
pOv etvai cpacrtv, rO: 5' aUn Úyl~. 1tpoKa9'1yoÚJlEVOV 13-14 oí ÓE nlV ouvápt'loW dc¡áyOVT~ Sobre el posible origen de esta noción técnica en Crisipo, cf.
SÉ AtyOUcr1 TO Év cruVl]~pÉV<¡l apXO~<¡l ano
M~Oou<; Sedley 1982, 245 Y 245n17.
Kal AlÍrovn en\ &Ar¡ee~ ~yoú~vov. EKKflAmmKov 1801 BE tti t/l<j)ó:m;t KpíYovté~ No se sabe quiénes son estos filósofos, pero, en todo caso, su postura es
20 Sé San TOU Alíyovro~, Erret ro 'yóJ...a eXEl aüt'1' roí) ' K€~ claramente distinta de la de los estoicos referidos más arriba (oi BE t~V cruváptYJmv Ekráyovm;): según
KÚ'1 KEV aütl] ' 0llArotlKOV E!Vat OOKEl EV tOúTW tOO (J\)VllJl- estos filósofos anónimos, un condicional óU"fIOpó]Jevov o "reduplicado" (siguiendo la lectura de L contra
~léví9 'ti yá'An. Exel aürr¡, I(€KÚr¡KEV aiín, '. - . la de MEAB) como "si es de día, es de día" no sería ni siquiera verdadero. En el texlO presente, no se
define de fonna general qué es un condicional reduplicado, pero es probable que se trate de una noción
20-21 ro 'yóJ..a gXCt aünl' '!DO 'KelCÚ'lKCV cxünl' edd. : roi> 'y6).a t:XEt aÜtll' TO 'KCICÚl]KEV aiínl' G análoga a la noción estoica de argumento redllplicado (ó uPOpoúllevo~) , a saber, un argumento cuya con-
4-6 CJll¡..tEiov dvat - -roO Ar)yOvroc; Cf. 9.6. clusión es idéntica a una de las premisas, el cual, piensan los estoicos es silogístico, por ejemplo: "si es de
día, es de día; es de día; por 10 lanlo, es de día". Cf. Alejandro de Afrodisia, in Top. 10,5 - 12 (SVF 2.269 ):
. 7~ 1 7 Esta definición de úyl&; no fue compartida por todos los estoicos, pues, según lo indica el tex to "tal es el silogismo en el cual la conclusión es lo mismo que una de las premisas". De lal clase son, según
sigUIente, 9.13, algunos sostuvieron que la verdad de un condicional (el hecho de que su consecuente no los de la Estoa, los " reduplicados" y los que ellos dicen que deducen indistintamente. Reduplicados,
sea falso cuando s,ll .a ntecede~te es verdadero), la cual se identifica aquí como una condición suficiente según ellos, son los de este tipo: "si es de día. es de día; es de día; por 10 lanto, es de día". En cambio son
pa~a que .ese con~lclonal s~a uyt~, no es rea lmente sufi ciente. En 9.13 se presenta como errónea yatri- indistintamente deductivos en aquellos casos en que la conclusión es igual a una de las premisas, como
bUIda a Filón y DlOdoro.la Idea de que la verdad de un condicional basta para su congruencia. ocurre en estos casos: "o bien es de día o bien hay luz; pero es de día;~r lo tanto, es de día" (tO IOÚt~ BE
106, 4-6 Sobre este eJ.emplo, ci Arist?teles, A. PI'. 70a 12-16 (el Rltet. 1355a6-7, 1357bl3-21 y Platón , ano
ó cruUOYlO"j.IOt; l::v c9 tO a utO < tO> auj.lnÉpao)Já tlVI "HOV KElj.lÉVroV· 0101 €l01 Kato: tOU~ t~~ Ltoa~ oi
Menex. 237E). Es también uno de .los ejemplos a las que recurre Sorabji (1980: 266-270) para sostener, Otc.popoÚj.lEVO( tE Kal oí aóiCJ.<pÓpro~ 1t€pa(v€w ún' autwv AeyÓj.l€VOI. ÓtcpOPOÚj.lEVOI j.lev yáp eiO"l Kat'
contr,a Sambursky ( 1959: 79) y Mlchael Frede (1 974a: 80-93), que para los estoicos hay condicionales autout; oi "[OlOÚtOl 'd ~j.lÉpa tcrtív, ~j.lÉpa Ecrt(V· alla j.I~V ~)JÉpa ltníy· ~pÉpa opa Ccrtív'· O:ÓlCtcpópro~ oE
g~.nutnos que expresan relaciones empíricas en lre sucesos. Contra Sorabji y en defensa de la interpreta- nEpaívovw; l::v oT~ tO crvj.lntpao/la m\rróv EcrtlV l-v1 trov A.11llj.látrov, tú<; brl t&V tOlOÚtrov '~tol ~¡.¡tpa
clon Sambursky-Frede, han argumen tado, entro otros, Sedley(1982: 247-249 y 253-256) Y LS vol l' 2 11
yvol. 2, 210). . .
rorlv ~ <p&~ rorw· o:no. /l~V ~¡.¡tpa Ecrrív· ~/lépa Cípa Eotiv'). Sobre la nociones de estoicas de argumento
reduplicado e indistintamente deductivo (llamados ''tautológicos'' en Frede 1974a: 184-5 en un sentido
más estrecho del ténnino "tautológico" que el que encontramos en la tradición analítica contemporánea,
9.13 Sexto ~mpirico, PH 2.11 0-112 (LS 358; FDS 958) cf. Wittgenstein 1922) véase también los textos recogidos en rVS 1169-1177.
Ó ~Év yap <l>iAWV <¡l~-
crlv bytES dval O1Iv'llJlJévov -ro ~I~ apxó¡.¡tvov ano 9.14 Aulo Gelio, NA 16.8.12-14 (SVF 2.218; LS 35E; FDS 976)
aA'1~ouc; Kal Aih'OV brl \jn;uoo<;, oTov ~¡.¡épa!; OÜ01lC; Kal est i demaliud. quodGraeciold..eur IJÉvov&~íooJla .nos ..dis iunc rum.. dicimus.id
É~,ou 5,aN:yo~ÉVou TO 'EÍ ~~épa ,am, Éyoo S,aAty0POl', Ó SÉ huiuscernodi est: "aut malam est voluptas, aut bonum aut neque bonum neque malum
5 o
L\tÓÓWpoc;, ).Il;-re Sv€oÉxe-ro )llír8 €voÉXEral apxó- est." omnia autem, quae disiunguntur, pugnantia esse inter sese oportet, eonunque
).I8VOV arro aÁ1190üc; A~yE1V Enl IjIE"iH)o<; ' KaS' Bv ro opposita, quae avrlK81).ItVa Graeci dicunt, ea quoque ipsa inter se adversa esse. ex
, " , ,.
JlEV mp'1).11Zvov O1IV'lJlJlEVOV \jItOooe; elVQI oOKel, lIre! TÍJlÉ- 5 omnibus, quae disiunguntur, unum esse verum debet, fa lsa cetera. quod si aut nihil
pa, pÉV 015"'1, É~oíJ SÉ ,,,wmíaa,,,o, ano
M~OoíJ, apsó- omnium verum , aut omnia p luravc quam unum vera enlOt, aut quae disiuncta s unt non
JlCVOV En\ ljltOOoe; KattlA~~81, EK8tvO oE OATle¿~ 'd OUK pugnabunt, aut quae apposita eorum sunt contraria inter sese non erunt, tune id
10 €<J-rIV a).lep~ -rrov ovrmv orOlX81a. E<J-rlV a}1ePl; trov ov-rcov disiunctum mendacium est et appellatur 1tapaol~E:Uy)lévov; sicuti hoc est, in quo quae
otOlXEla" oel yap arro ljlEÚÓOUC; apxów;vov rou ' OUK €O"TtV opposita, non s unl contraria: "aut curris aut ambulas aut stas." nam ipsa quidem inter se
a~18p~ rrov ovrrov crrOlXeia' eic; M.Tl8E¡; KaToJ..~~el Ka-r' 10 adversa sum, sed opposita eorum non pugnant; "non ambulare" enim et "non stare" et
aurov ro '€crrlV aJ..lEp~ rrov ov-rmv OrOlxEla'. oí oE TIlv 011- "non currere" contraria inter sese non sunt, quoniam "contraria" ea dicuntur, quae simul
vápnlolV etoáyovrec; ¡)y¡E~ 8tvaí cpaCH cruvrJ¡..tj.lÉVov o-rav vera esse non queunt; pos si s enim simul eodemque tempare neque ambulare neque stare
15 -ro avrtKEÍ).Ievov -r0 €v aur0 A~yovrl lláXf]rtll -rro ;;, lleque currere.
aúr0 ~yoUJ.lÉVQ?· KaS' oü~ -ro. IJEV eiPTlI1ÉVCl cru~W~IÉVa Sobre esta distinción en Gelio, cf. NA 2.7.21.22 Y 5.11.8-9 Y sobre el ejemplo ético ci nuestro texto
~cna'.JlO~e~p~, EKelvo OE aAllO&; 'd TÍ)lépa ecrrtv, ~).Iépa 4.6. En nuestra traducción de Oelio, "choque" corresponde a "pugnantia", "opuestos" a "opposila",
EOT1V . Ol OE 'tU CJlcpáOel KpívovréC; cpacrtv on
aAl18éc; ECJ1"1 "contrarios" a "adversa" y "contradictorias" a "contraria". Para la distinción entre proposiciones
cruVrJll).ltvov o.) -ro I..~yov f:v -r0 ~youllévCflrreptéxeral ÓtEl;é\.Jy)JÉVa y 1tap()Ól€~€UYj.l€va cf. 9.15 a continuación, Amonio, in cal.x i, 27-36 y FDS 978-98 1 así
20 ouválJet· KaS' oüe; -ro 'Ei ~lJépa ecrrtv, ~¡..ttpa E<JlI' KaI nnv como Mates 1953: 51-54, Frede 1974a: 98·100 y Bames-Bobzien-Mignucci 1999: 111.
-ro O¡CPOpÓ¡..tEVOV (&~ícoJlaJ O1IV'1IJJlÉvov to<m; \jIeUoo<; EO'Tat· S unum esse verum debet, falsa cetera En esta oración se establecen dos condiciones necesarias para
au-ro yáp TI BV Éaut0 rreplÉxecrElat o.p~xavov. que enlre dos o más proposiciones haya choque o conflicto (pllgnantia, griego /láXYJ , cf. 9.7 y 9.13) Y que
ya mencionamos en el comentario: (i) sólo una puede ser verdadera, de modo que la verdad de cualquiera
2 j.I~ sec1. Kayser 14 Ctt.lYáyOVT~ L 21 tO om. Bekker I Ótln0po'''f:\IOV L (eras. ) oImpopoullé-vOv
. de ellas implica la falsedad de las demás, (ii) alguna de ellas tiene que ser verdadera, de modo que no
MEAB I a~¡roj.la del. Bekker '1' r a:
pueden ser todas falsas. Esto res lringe indirectamente el dominio de los condicionales congruentes y, al
hacerlo, introduce una diferencia importante respecto de la noción de condicional congruente presentada
en 9.12 . En efecto, (i) y (ii) implicarian que un condicional cuyo antecedente es fa lso y cuyo consequenle
es verdadero no es congruente, pues no habría choque entre el antecedente y el opuesto del consecuente
234 Teoría de la inferencia 235
Capítulo 9

en, la me~id.a en que. ambos serían verdaderos, contrariamente a 10 que exige la condición (ii). Esta teoría 9.16 Cicerón, Fat. 14-15 (SVF 1.489 y 2.954; LS 38E; FDS 826 y 989)
mas res tnCllva tambIén aparece en el texto 9.15 a continuación .
Etenim si allud vere conectitur: "Si oriente Canicula natus es, in mari non moriere",
7 ~ont~aria En c~te contexto, el ténnino se aplica a las proposiciones llamadas en lógica moderna COI1- primurnque quod est in conexo: "Natus es oriente Canicula", necessarium est (omnia enim
tradlcton~s ,. es deCir, aquellas que no pueden ser ni ambas verdaderas y ni ambas falsas. De este modo
las ~ro~oslciOnes que Geli~ lIa~a "co~traria" se distinguen de las que él llama "opposila" (ténnino que: vera in praeteritis necessaria sunt, ut Chrysippo placet dissentienti a magistro Cleanthe,
segun el, corresponde al gnego aVTlKEI~tCVCl) o "adversa". Son "Opposila" o "adversa" dos proposiciones quia sunt inmutabilia nec in falsum e vero praeterita pOSSlUll convertere), si igitur quod
que no ~ueden ser am~as verdaderas, aunqu.c p uedan ser ambas falsas, por ejemp lo, Can'O y Es/oy sen/a- 5 primum in conexo est necessarium est, fit etiam quod consequitur necessariwn.
do (el. ejemplo de Ocho es con tres proposIcIOnes). En cambio, Corro y No COfTO son "contraria" pues, Quarnquam hoc Chrysippo non videtur valere in omnibus; sed lamen, si naturalis est
adema~ ~e no poder ser ambas verdaderas, no pueden ambas ser falsas (el ejemplo de Gelio es con las tres causa cur in mari Fabius non moriatur, in mari Fabius mori non potest. Hoc loco
proposlclOn~s ma/am es! vO/l/ptas, bonum <esl vo/up!as> y neqlle bonUII/ neque ma/ulI/ <es! vo/upras».
9 aut curns am ambulas am stas Cf. 9. t 5.
Chrysippus aestuans falli sperat Chaldaeos ceterosque divinos, neque eos usuros esse
con<exis sed con>ilUlctiorubus, ut <non> ita sua percepta pronuntient: "Si quis natus est
9.15 Galeno, Jllst. Log. 5.1-2 (SVF220; FDS977) 10 oríente Canícula, is in mari non morietur". sed potius ila dicanl: "Non el natos est quis
Kal roívuv EVEKa cracpoÜl; lE aJ.ta Kal (jlJvtÓ~IOU chOOcrKa- oriente Canicula et is in mari morietur".
Aiar; oóBev KcoMEIla pev nlV teAEiav J.tIÍX'1V EXOvta 4 falsum e yero FM: falsum me yero A1Sr : falsum ne yero ¡;I : falsum nec in verum V2P 9
OIE~BUnléva KaAEív, ra 8B nlV EMlm; napanAi¡oLa coniunctionibus , ul ita sua perccpta pronuntient codd. : con<exis sed con>iunctionibus, ut <non> ita
OlE~BUy¡.¡tVOl~· napanAlíOla. oe Af:yEIV ~ o~Ota OlatPEpÉTCO sua percepta pronuntient Szymollski : con<exis potius quam con>iunctionibus, ut ita sua percepta
5 J.t'18év· <Év> ÉvioU; &' a~l(Í)~laOlv €yxropEi pev Efval pronuntient Plasberg : conexionibus, ut ita sua perccpta pronuntient Madvig
KalnM:íro Katnávra, p~ póvov gy, avaYKaiov &' Éutt Para un estudio ponnenorizado de este texto cf. Bobzien 1998: 144-179. Sobre la relación en Crisipo
ro EV únóPXElv' 6vop~ouOt BE EvtOt ra tOlaÜta napa- entre condicionales y conjunciones negadas. cf. también Mates 1953: 55-57 y Sedley 1984. El hecho de
OtE~€1Intf;Va, rcOv Ó1E~Etrypévrov €V póvov EXÓvtrov M'1- que pam Crisipo la conj unción negada Non el natus est quis oriente Canicufa et is in mari morielur no
OÉe;, av l' ÉK ÓUOlV a~tropárcov (mAWV av t ' EK 7tAstÓvCOV implique el condicional Si quis natus es! oriente Canie"la, is in mari non morielllr no significa que, según
10 O"UyKÉ'1ral. EV ).lEY yap á7tAOUV á~íco).la 10 'Llírov 7tEpl- él, las conjunciones negadas en general no pueden expresarse mediante condicionales y éstos mediante
conjunciones negadas. Sólo implica que una conjunción negada de proposiciones empíricas, como es el
7tatEl " KaOó'nEp yE Kal tO ' KáO'1ta\ Llicov " €v ó~
caso aquí, no puede expresarse mediante un condicional.
a~íro)Ja Ka! 1'0 'KaláKElTCtI Ll íoov " WcmEp yE Kal ro
'TPÉXEI 'Kal tO 'E"crrr¡KEV " WJ..' E~ ónúvtrov a.UtcOV 9.17 Alejandro de Afrodisia, ill A. Pro 84, 12-19 Y373, 31-35 (SVF 2.253 y 264, FDS
ÓIE~€1Iypévov a.~iropa yíyvEta\ totÓVÓE 'ó.irov ~rot 7tEpt- 1084-1085)
i,
15 7tatEi KáG'1tal ~ Karó'KEtrat ~ rpéXEI ~ ecrt11KEv" 10lOÜtÓe; Écrnv 6 U1[ocruM.oyt(jttKO~ U1tO trov VECOtÉprov AeyÓ~IEVOe; (,
orav SE oürco~ n cruyKEí~vov TI, Ev PEY EV aurolC; Aap~ávrov ~ev tO icro8uvapoüv t'fi 1tpotámn t'fi OUMoYl(jttKt; tau'tov &E Kal
onoüv éxáuti'f' tCOV WJ..rov páXEtQl páX'1v iAAlmi, ta EK taútlle; ouváyrov' r<9 yap nVl p~ U1tápx.E1V to ).l~ 1tavtl urrápXElv
návta Be WJ,i¡AO~ apa -reÁsíav, ÉlIEtÓ~rrEp clvaYKaióv icrooUVQPOÜV pE'tEíArprrat. clU' Elceivot ).lEv oU Myoucn TOUe; tOlOÚWU~ cruA-
EO"l'tvev pev ÚlIÓPXEtV [TOJ év at'noí'e;, 011):. úrrápXEtv 5 Aoylcr~O", ei<; T~V <púlVJ\V Kal l~V M~lV pMnovw;, QUa l\plcrrOTéA~, npO<;
20 líE Ta IíUa. ta <ITJpatVÓ).lEVa 6pcOV, ec.p' rev ó).loiroC; crr¡).laivEtaL, 011 npoe; tOO; cpcova~ 1ay
aútóv c.pllO"l CJUVáYEOOat ouAAoy10')10VKal €v TÚ lOtaÍYrn 'tfi~ Aé~Eo)C; €v tcg
~-4 1ICtpCt1IAlícriO)~ ol~s~unIÉvr¡v ~ : 1IapCt1IAi¡O'lCt OIEl;EUY¡.tÉVOI~ corro Kalbfleisch 5 €VIO I (eras.
aSIÓl,~aC:lv) P : <f.v> evtOl~ Kalbflelsch 7 tO f.w1IápXCIV P : .0 Ev \mÓPXElv disl. Kalbneisch 9 U1IArot; crupnepácrpatt ]1EtaA~",Et, av DcrulloytcrttKT¡ oAro~ cruprrAoKi¡.
P : Q1IACOV COIT. Kalbfleisch 10 O"U)'K€mIl P : OV'fKÉTttal corro Mynas 18 ti. oAov P: te]u;¡IlV corr [... ] lalJtOV yap crr¡~aivovtO¡; mi) 'el tO A, t O B '[tvJ'C<p
Prantl 19 [ro) om. Prantl . 10 aKOAouOEiv 1<9 ATO B, cruAAoytutlKOV pev AÓYOV cpacrtv EfvQl -rOlQÚtlle;
El tema del conflicto perfecto se retoma más adelante en este mismo tratado de Galeno en 141-1 1 A~<pe€icrr¡<; ni<; M~Eül<; ''¡ TO A TO B, 10 Be A, TO apa B " o¡m!TI 8E
(SVF 2.217; FDS 1136) , . cruUoylO"l'IKOV &un la
1tEpavttKOV tO 'a.KOAoUOEl t<9 A B, TO 8E A, ro
apa 8 '.
5 <EV> tvio.l~ - 1tap.ao,cl;EDy¡.tt.va ~sto in~roduce una diferencia importante entre este testimonio y el de
Geho en 9.14. en Geho, en las subdlsyuncwnes no todos los disyuntos pueden ser verdaderos (sólo uno 4 ou B: om. LMa: Oúv von Amim
puede serlo), en Galeno todos pueden serlo.
2 tO iaoouvaflouv . fj itpoTáoCl Ti] cruAJ...oyIOttlCt) Cf. 9.19: oí SE \moauM.oYlcrtlKol rlr¡9ÉVt~ tv
, 10-1~ Para un ejemplo. par::cido, también presente cn 9.14, cf. SVF 2.298a (esp. p. 109: m:pmatEl
iaoOuv(l¡.toúO'(lI~ At~EO'l toi~ cruUoylO'ttKoi¡; AeyÓf.lSVOI (''por otra parte, los llamados " hiposilogísticos",
.6.u:.o~, n oE fl~ KÚOE1'fll) discutido en Sedley 1982: 251 y Brennan 2000: 168-9. Caminar es un ejemplo que se formulan en enunciados equivalentes a los silogísticos") .
cláSICO de AEl\t'ÓV; cf. 8.5 y 8.13.
4 Esta lectura parece ser la correcta dada la forma en que los estoicos definen los silogismos (sólo son
18-20 avCtYKaióv EcrtlV ~ ¡.¡.€v tmápx~tv[.oJ EV ?~TOi~, OUX U1IÓPX€lV 1el a')J,a Es decir, una tiene que
oc silogísticos los indemostrables o los argumentos reducibles a los indemostrables: cf. 9.7) y dado lo que se
s.er verdadera y las otras fa~sas. E,s la mls~a condiCIón que en Gelio para que una disyunción se.!! disyun-
Il va"y para que,. en la .terrnmol?gla de Geho, haya choque entre los disyuntos. Esto implica que el "cho-
afinna en el ejemplo al final de este pasaje: OUKttl SE OUAAoyIOt\1<OV aMa 1If:paVtlKov.
que ~n la tennmologla de Geho corresponde al choque o conflicto "completo" (tEAtía ~lá;(l'Ü en la termi- 5 d~ nl\' <p<Ovr'¡v Kal rTtv ~IV pA.bOvt~ Cf. en este mismo tratado 372, 29-30 Y 373,16-30 así como
nologla de Galeno. Galeno, Inst. Lag. 3.5
8 cru)lltAOKi¡ Se trata probablemente de la conjunción de las premisas. Cf. este uso de (f\)].ltU.oKi¡ en 9.7.
236 Capítulo 9 Teoría de la in ferencia 237

9. 18 Alejandro de Afrodisía , in A. Pro 22, 17-23 (S VF 2.260 ; FDS 1087) t1vo<; tÉ;(Vll¡; ttl ~ t OlOlOV epyov eni rf}VtaÚl 'l~ xpetav avac.pspoúOT]¡;, ro¡;
KilI OA.ro~ tOloürov tO EIoó~ Écrn 't"OOV Aóycov, 10 €XSI XaAIV01tOlr¡TIlCl) Iliv 1lpO~ í1t1tIK1ÍV, VaU7tTJylK~ Of: 1tpo:; KUPEPVT]tlJOÍV,
oüe; ol VeOOTEPOI AtyOUatV a.~.J.d~óo(J)~ 1t€paívovt~, oróv tan KQ1. ro '~~.utpa av
ele:v Ka'l. c.ptJ...ooQ(pia~ ihePOll"EM:OOt epat Kal' aUl"oUc; emcrrtlJlaí te Ka!
Ilcrt ív' au&. Kal crU UyElt;, Ort ~ J-t¿pa EOlív' 6J...,OCÚet<; apa" ou yap aullo- lÉ:XVat, 6:,v opyavov l Ol aútr¡¡; JlÉpa<;.
yIO'J-tOl; rauto' ecrtut CE rrpoOleOEÍCIT}t; KaOóAou 1tpotácreroc; t~<; '6 TO ov 1 (J\)~~aivtl om. L 2 A.f:yEI L : EiV(lI )J;yEIV aK I tE om. a 3 5001 L I Te (ante Kal) S orÓV t E LM :
5 dvat Atywv <iA~O€ÚEI', Únp<xm9Eím¡, TIj, 'ó oE ~~¿po, oü,,~<; ~~tplXV OIOVTCUaK 6 TIlv (ante O"ÚcrtaO"lv) om. K 9 Ttxvrl~ om. L I tfl~ TO lOtOv E"pyov om. LM
ElVUI Aéywv ro OV dVal M.:tE l'· cru¡..mÉpacrJ-tu yap I.bd lOt<; KE1J-ttv01t; '6 fipa
Sobre la tesis estoica de que la lógica es parte de la fi losofia se remonta a Zenón de Citio. Cf nuestros
1;J-ttpac; oücrrl'; ~f.ltpav dVUl Atyrov aAllOWEI'. textos 1.1 y 1.2. C f. SVF 2.49 y 49a y FDS 27-32. La polémica entre estoicos y peripatétieos sobre si es
Sobre la noción estoica de "argumento concluyente de manera no melódica", eL Alejandro, in A. Pro parte o instrumento de la filosofia surge aparentemente con Posidonio (ap . Sexto Empírico AM 7.19 Y
24, )·12; 68, 22·69, 4; 345,13-346,6; 373, 29-35; in Top . [4, 18-15, 14; Galeno,inst. Lag. 17.2 (además Séneca, Ep. 88.21-8), se toma clásica con Alejandro y reaparece con fuerza en otros comentadores de los
de 9.19) y Filópono, ¡nA. PI'. 36, 5-12, así como y Bames-Bobzien-Mignucci 1999: [51-157. Para ejem- Primeros Analíticos, en particular, Amonio, in A. Pro 8, 15- J I, 2 1, Filópono, in A. Pro 6, 19-9,20 Y Elías,
plos similares y el recurso a supuestos semánt icos generales para explicar la validez del argumento cf. in A. Pro 134,4-138, 13. La historia de este problema en la antigüedad tardía se discute detalladamente en
Ga leno, Insl. Log. 17, 2-4 Y también los argumentos denominados por Posidonio "concluyentes por la Lec 1984: 44-54 . Véase también Bames 1993: 33 -34 y Saltes 2009c.
fuerza de una proposición [universal]" citado por Galeno en Inst. Lag. 18.8.

9.19 Galeno, /I/ SI. Log. 19.6 (SVF 2.247; FDS 1086)
Ola TOtll:O O-OV ou8E lOU~
uno Xpuoí7r1tOU auvn;9ÉVra~ f.v wi~ lptm LUMoylon-
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OvtO~ oMü¡; ).ls90BtKOÜ ).,óyou auUOYIO"lÉOV.
3 [axp~(Jtol~] del. Kalbtleisch 4 <m:pl> add. Ka lbtleisc h S ló~íXel1<(JClV> corro Mynas : iOEiX911 P 7
<Olel> add. Kalb fl eisch 7-8 ep¡'¡llV€l>ó¡'¡EVOI corro Pruntl ÉP~Ir¡VE\lO¡'¡ÉvO\) P 8 K(l"!:' c'.tKOAou9íCl~ corro
Prant l KCltClKOA.OUOOuoav P KaT' oxóAou8ov Bames I <*> lac. indo Kalbne isch : <noTE Of: KaT' iJAAO
t11t(ieo~> Mynas 11 Il1hou~ P Ulhol~ corro Kalbtleisch

Ést.c parece ser el único testimonio en que se atribuye exp lícitamen te a Crisipo los argumentos hiposi-
logístIcos y Jos concl uyentes dc manera no metódica . Para un estudio detallado de este texto cf Bames
1"3. ' .

2-3 €v tal~ tPIO\ !\)May IOtlKal~ Sobre la iden tidad de esta obra de Crisipo, cf. Sames 1993: 39-40 y
40 n. 37.
7 <01el> nC7tovOuía~ U~EO}~ Cf. Sames 1993: 42-43: se trata probablemente de una modificación mor-
fológica o sintáctica de una A..é~«;.
8 ll7tépOEOIV La l:l7t€.peEOl~ es uno de los rrá9r¡ que puede modificar una A.t;t~. Cf nota anterior.

9.20 Alejandro de Afrodjsía, ir, A. Pro 2, 22-33


E11Be <nljlpaivSllOl<; jltpO¡; aut Oq>tlocrü<piru; AÉyOUO"I tO
qlllocrü<pía~ PSPOl; opyavov 1.ÉyEtVdvm trov OJ..J..wv €mcrr'ljlrov l e Katte;xvrov,
OOa! 1lpO~ t~v t rov OiKSirov KatacncEU~v t E Kal uúcrraO"lv (jlJllOY1(jIl-O'i~ tE Ka!
&:1l0BEi~EO"I XPOOVWI' xpOOvtOl yap auto'i~, OU ).l~V ch~ ).lÉpSO"IVO¡KsíOl~' 01)lE
5 yap lOOV OICUpÓproV brlCITT]).lcl:w otóv 113 t autOV Elvat J1Épo~, OÜts 11<; tKeívwv
1tspl t~V UÚO"laO"lV Ol'rrcOv Kal t~V clípEO""lV1tpaYjlatEÚera¡, Cócrts elev av
a1Jloi¡; cb~ 6p"yávoI~ xpcOjlcval. El BE: lOfho, apXltEKt OVtKWtÉpa BE: ac!
lSXV11 t E KaL emcrt"lÍ).l'l ~ npo<; lO OlKEtOV epyov xpúl jlÉV'l MpYí9 KailÉM:1
Sofismas 239

Capítulo 10 en la ciudad, tampoco está en la casa; no hay un pozo en la ciudad; por consiguiente, tampoco
Sofismas hay uno en la casa". Otro más: "hay cierta cabeza y no la ticnes; pues bi en, hay una cabeza
que no tienes; por consiguiente, no tienes una cabeza". Otro más: "Si alguien está en Megara,
no está en Atenas; el hombre está en Megara; por consi guiente, el hombre no está en Atenas".
De nuevo: "si pronuncias algo, eso pasa por tu boca; pronuncias carro; por consiguiente un
10.1 Sexto Empírico, PH 2.229-231 (LS 37A; FDS 1200) carro pasa por tu boca" y "si no has perdido algo, lo tienes; no has perdido cuernos; por lo
Probablemente no esté fuera de lugar enfocarnos brevemente en la teoría de los sofismas tanto, tienes cuernos". Otros dicen que éste es de Eubúlides.
pues quienes veneran la dialéctica misma dicen que también es necesaria para la so lución d~
10.4 Cicerón, Aead. 2.95 (LS 37H; FDS 1212)
éSlas . En cfee!?, afirman, si ésta es capaz de identificar argumentos verdaderos y falsos, y los
Claramente es fundamento de la dialéct ica que aquello que se enuncia (a esto lo llaman
sofismas ta mblén son argumentos falsos, tambi én debe ser capaz de distinguirlos a ellos por
axíoma, es decir, proposici ón) es o bien verdadero o bien fa lso. Pues bien ¿qué son éstas [se.
ultrajar la verdad por medio de su aparente verosimilitud. Por ello, los dialécticos, sa liendo al
estas proposic iones] , verdaderas o falsas: "si dices que mientes y en esto dices la verdad,
rescate de nuestra vac ilante vida, intentan con empeño enseñarnos la concepción de los sofis-
mientes <y, si mientes,> dices la verdad"? Ustedes dicen que son inexplicables, lo cual es aún
mas, sus diferencias y sus sol uciones, al decir que un sofisma es un argumento convincente
más repugnante que aquellas que decimos que no comprendemos y no percibimos. Pero dejo
pero hecho engafioso de tal modo modo que es aceptada su conclusión, que es falsa o igua l a
esto de lado y me pregunto lo siguiente: si éstas [sc. proposici ones] no pueden explicarse y
una falsa o no-evidente o de otra forma inaceptable. Por ejemplo, es falsa como en el caso de
ningún juicio respecto de ellas se descubre que les permita a ustedes responder si son verdade-
<este> sofisma: "Nadie da de beber un predicado; pero beber ajenjo es un predicado; por lo
ras o fa lsas, ¿dónde está aquella definición, según la cual [una proposición] es aquello que o
tanto, nadie da de beber aj enjo". En cambio, [la conclusión] es igua l a una falsa como en éste;
bien es verdadero o bien es fal so?
"aquello que ni era ni es el caso, no es absurdo; pero ni era ni es el caso que el médico en
cuanto médico comete un asesinato; <por lo tant o, no es absurdo que el médico en cuanto 10.5 Plutarco, eN 1059D-E (SVF 2.250; LS 371; FDS 1213)
médico cometa un asesinato>". Por otra parte, [la conclusión] es no manifiesta de este modo; Este hombre me parece echar abajo y hundir la costumbre con gran ah inco y destreza
"no ambas son el ca~o; te he hecho una primera pregun ta y no es par el número de estrellas; como ocasionalmente lo testi fican incluso quienes lo veneran, cada vez que se enfrentan con
pero te hec ho una pnmera pregunta: por lo tanto, el número de estre ll as es par". Y [ la concl u- él respecto del Mentiroso. En efecto, ¿a qué clase de concepción de demostración o de pre-
s~ ón] es de otra fo rma inaceptab le como en los argumentos que enuncian solec ismos, por concepción de prueba no derriba el negar que es fa lsa sin restricción una conjunción que se
ejemplo " lo que ves ex iste; pero ves una aluc inación; por lo tanto, la alucinación ex iste". "Lo obtiene por medio de [proposiciones] contradictorias indefinidas y, asimismo, afirmar que en
que observas existe; pero inflamado observas un lugar; por lo tanto, existe un lugar inflama- ciertos argumentos que poseen premisas verdaderas y (llevan a cabo] una inferencia con-
do". gruente, las contradictor ias de sus conclusiones también son verdaderas? En todo caso, dicen
10.2 Luciano, Vito al/c. 22 (SVF 2.287; LS 37L; FDS 1228) que el pulpo carcome sus propios tentáculos en la época de inv ierno, pero la dialéctica de
Crisipo, al destruir y amputarse sus principales partes y principios, ¿a cuál de las demás con-
CRIS [PO: - Pero mira: ¿tienes un niño? COMPRADOR: - ¿ y qué? CRISIPO: _ Si, al
cepciones ha dejado fuera de sospecha?
encontrarlo pasea.nd? cerca del río, un cocodri lo de algún modo lo rapta y enseguida te pro-
met~ ~ntregarlo SI dices con verdad lo que le parece a él respecto de la entrega del crío, ¿qué 10.6 Simplicio, ;1I Phys. 1299, 36-1300, 10 (SVF2.206; LS 37K; FDS 1025)
le dlras que sabes? COMPRADOR; - Preguntas algo difícil de responder, pues me confunde Comenzando a partir de estos argumentos, dice Alejandro [de Afrodisia], es posible mos-
con cuá l [de las respuestas], al pronunciarla, recobraría [al niño]; tú, en cambio, por Zeus, trar que, en los es toicos, las proposiciones que algunos llaman "cambiantes de forma indeter-
sálvame al nit10 respondiendo [la pregunta con verdad] , para que [el cocodrilo] no se precipite minada" no son tales. Éstas [sc. las "cambiantes de fonna indeterminada"] son de este tipo:
tragándoselo. CRI SIPO: - No temas, pues habré de enseñarte otras cosas aún más sorprenden- "Si Dión está vivo, Dión estará vivo", pues si bien esto es verdadero ahora (teniendo como
tes. COMPRA~OR; - ¿Cuáles son? CRISIPO: - El Segador, el Maestro y, sobre todo, La antecedente la proposición verdadera " Dión está vivo" y como consecuente verdadero " estará
Elec tra, es deCir, el Encapuchado . COMPRADOR: - ¿Cuál es el Encapuchado y cuál es la vivo"), sin embargo llegará un momento en que, siendo verdadera la premisa adicional " pero
~Iectra? CRISlPO: - EI~ctra es aquella fa mosa, la de Agamenón, la cua l conoce y a l mismo Dión está vivo", el condiciona l cambiará [de va lor de verdad] a falso, en virtud de que llegará
tiempo no conoce las mIsmas cosas. En efecto, al ponerse Ores tes junta a ella sin aún darse a un mom ento en que, siendo todavía verdadera " Dió n vive" [ya] no será verdadera "y estará
conocer, ella conoce a Orestes, porque es su hermano, pero ignora que éste es Orestes. Tam- vivo": al no ser ésta verdadera, el condicional en su conjunto, al ser cambiante, se volvería
bién escucharás. el Encapuchado, un argumento sumamente sorprendente. Respóndeme; ¿co- falso. En efecto, no siempre [es verdadera] "estará vivo" cuando "está vivo" es verdadera,
noces a tu proPI O padre? COMPRADOR: - Sí. CRISIPO; - Pues bien: si, habiendo colocado pues de ese modo Di ón sería inmortal. P ero c iertamente no será posible decir definida mente
fr en te a ti a lguien encapuchado, [te] pregunto si 10 conoces, ¿qué [me] dirás? C01vfPRA DOR: cuándo, al estar vivo él, no será verdadera "estará vivo". Por ello, dicen que el cambio [de
- Obviamente ~ue ignoro [qui én es] CRISIPO; - Sin embargo, esta misma persona era tu valor de verdad} de tales proposiciones ocurre en un tiempo indefinido e indeterminado.
padre. Por conS iguiente, si ignoras quién es, es claro que ignoras quién es tu padre.
10.7 DL 7.82 (SVF 2.274; LS 37D; FDS 1207)
10.3 DL 7.186-187 (SVF2.279; LS 37R; FDS 1205) Ta mbién hay algunos argumentos aporéticos: los encapuchados, los ocultos, los monto-
[Crisipo] el fi lósofo también ponía a cons ideración argumentos como los siguientes: nes, los cornudos y los no-alguien. El encapuchado es como éste <*>. <El montón es como
"quie? di:ulga los .m i s~erios a los n.o-i?iciados e~ impío; pero el hierofante, al menos, divulga éste: > no es el caso que dos sean pocos, pero que tres no lo sean, ni que éstos [lo sean] pero
los mlsterl OS a los lmplOs; por conSigUiente, el hl crofante es impío". Oh·o más: " lo que no está cuatro no 10 sean, y así hasta llegar a diez. Sin embargo, dos son pocos, por consiguiente
240
Capítulo lO Sofismas 241

tamb i.é~ lo son diez. <*> E l. no-alguien es un argumento concluyente que, al tener una premi. concordaremos, pues es cierto. En cambio, si dedujera que, por lo tanto, el abrigo es animoso,
sa adlClO?al y ulla conclusión, está formado por una proposición indefinida y una definida en esa circunstanc ia [recomiendan] distinguir la homonimia de "masculino" y mostrar que se
[como pnmera premisa}, por ejemplo, "si hay una persona aqui , ésta no está en Rodas". <Pero predica de una manera del abrigo y de otra distinta de quien tiene valentía. Por consiguiente,
hay una persona aquí; por consiguiente, no hay una persona en Rodas.> en sentido estricto, [son] los estados de cosas, pero no los nombres, que producen la homoni-
10.8 DL 7. 62 (SVF3 Diogenes 23; LS37P; FDS62 1) mia.
, Una ambigüedad es una expresión que, lingüística y estrictamente, significa dos o incluso 10.U Plutar co, eN 1084C-D (SVF 2.665; LS 51G; FDS 97 1).
~as estados ~e co~as y de acuerdo con el mi smo liSO, de manera que, conforme a esa expre- y que no se disgusten si son conducidos por el argumento que [avanza] poco a poco
sión, se adm't~n sImultáneamente los múltiples [significados]. Por ejemplo, auletris peptoke hac ia esos casos, acordándonos de Crisipo que en el libro r de sus Investigaciones Físicas
pues por sí misma (esta expresión en griego] revela lo siguiente: "una casa tres veces se ha concluye así: no es el caso que la noche es un cuerpo y la tarde, el alba y la medianoche no
ca ído" y lo siguiente: "Una flautista se ha caído". son cuer pos; tampoco es el caso que el día sea un c uerpo p ero que no sea un cuerpo el primer
10.9 Galeno, De sophismatis seu captiollibus penes dictiollem 106, 7-108, 9 Y 108, 16-11 0-6 día del mes, el décimo, el quinceavo, el trigésimo, el mes [entero], el verano, e l otoño y el
(SVF2.153; LS37Q; FDS633) año.
Deben tomarse en cuenta las mismas diferencias entre las llamadas "ambigüedades". En COMENTARIO
todo caso, se, enuncian ocho por ~arte de los [estoicos] más agudos, Una primera es la que En el capítulo anterior, nos ocupamos de la teoría estoica de los argumentos y de su no-
llaman comun al [nombre] dIvidido y al indivisible, ta l como la [ambigüedad] ción de validez. El presente capítulo, dedicado a los sofismas, es un apéndice del anterior,
"AULETRlSPESOUSA", pues es común al nombre "auletri s" [en la oración "au lelris pesou- pues los sofismas son un tipo particular de argumento. En primer lugar, veremos las dificulta-
sa"; " la flauti sta que cayó"] y al nombre dividido [se. "a ule tris" en la oración "a ule tris pe- dades que entraña la clasificación estoica de estos sofismas y, en especial, de la distinción
sousa"; "una casa que cayó tres veces"]. Una segunda se da respecto de la <homonimia> en entre sofismas que dependen del "sonido vocal" y aquellos que dependen de "estados de
[nombres] s imp les, por ejemplo "masculino", pues [masculino] es abrigo u hombre. Una cosas" (rO. napa tl)v cprov~v Kat ta npá.Yllata croepícrllata). En segundo lugar, nos detendremos
tercera se d~ respecto de la homonimia en [nombres] compuestos, por ejemplo "es hombre", en dos clases de sofismas que dependen de estados de cosas: los "Mentirosos" y los "Monto-
pues es ambIguo si la expresión significa la substancia o el caso nominativo. Una cuarta se da nes". Acerca de estos últimos, intentaremos comparar la postura de Cr isipo sobre cómo solu-
respecto de la omis ión corno "¿de quién eres?", pues se omite el término medio por ejemplo cionarlos con algunas posturas contemporáneas como el epistemicismo, el sema nticismo y el
"de l amo" o "del padre" Una quinta se da respecto del pleonasmo, como la d~ este tipo "l~ realismo.
pro~i bió no ve lear". En efecto, la palabra "no", al agregarse, hace que el todo tenga un doble Según el testimonio de Sexto Empírico en 10.1, para los estoicos un sofisma es un argu-
sentido res~ecto de si [el hablante] le prohibió velear o no velear. Dicen que una sexta es la mento fa lso (\jIeuolÍ~) y, según sabemos gracias al texto 9.7 del capítulo anterior, es fa lso
~ue no deJÓ claro qué parte asemántica se constlUye con cuál, como en la [expresión] aquel argumento cuyas premi sas no son todas verdaderas o cuya conclusión no se sigue váli-
~AmyKENHPARELASSEN". En efecto, la letra <"N'> es <o b ien primera , o final, o> damente de sus premisas aunque éstas sean todas verdaderas (siendo "verdaderos" únicamente
d isyuntI va. Una séptima es la que no muestra qué par te semántica se construye con cuál, aquellos argumentos en los cua les la conclus ión se sigue vál idamente de las premisas y todas
como en la (expresión) "el nobl e Aquiles dejó cincuenta de cien hombres". Una octava es la éstas son verdaderas). De acuerdo con 10.1 , los estoicos sostienen que la diferencia específica
que no muestra qué se refiere a qué, como podrías encontrarla en la <expresión> "Dión es del sofisma en el interior de la clase de los argumentos falsos radica en ser convincente pero
t~mbién,Teón", p~es no es patente si se refiere a la existencia de ambos [se. Dión es y tam- engañoso (oeooAleU¡.1ÉVOV) de tal manera que, por m edio de su aparente verosimilitud
bJ~n Teon, .es d~clr, ambos existen] o a algo tal como "Dión es Teón" y al revés [es decir, (cpalvollévcu~ mOavÓtrIOlv), se acepta su conclusión a pesar de que ésta es, de hecho, inacep-
eXiste lU1a IdentIdad entre ambos; son la m isma persona]. [ ... ] y ¿cómo no sería si mplista table (a.npócróeKtov). Hay antecedentes importantes de los sofismas estudiados por Jos estoi-
añadir [dife rencias1 específicas a las diferencias genér icas [entre ambigüedades], como de cos en los Tópicos y las Refotaciones Sofisticas de Aristóteles (cf. IOOb23-l O1a4 y 165b7-8
hecho lo hac~n en los casos de d ivisión al dividir la parte asemántica [de una expresión] y la respectivamente) yen el Eutidemo de Platón (cf. 278A7-C2). Cabe observar algunos pareci-
parte semántica? En efecto, uno podría tomar en todo caso más diferenc ias específicas si se dos importantes, por ejemplo, (a) entre los sofis mas estoicos citados en 10.3 y los citados por
procede a.sí., Además, d: este modo uno provocaría que las llamada s difencias específicas de Platón en Euti. 297E-298A y 298D-E, (b) entre los sofismas que los estoicos estudian en los
la. homonJlTIla fueran mas numerosas , porque algunas de ellas se formarían por coincidencia, textos 10.9 y 10. 10 Y los que Aristóteles (en SE 165alO-20) y Platón (E"ti. 275D-276C y
Imentras que otras por analogía o igualdad o por algún otro modo. 276D-277A) atribuyen al uso equívoco de términos, y (e) entre los soflsmas que en 10.9 se
10.l0 Sim plicio, ill cal.24, 9-21 (LS 37S; FDS 1257) dan por culpa de ambigüedades sintácticas y los que Platón menciona en Euli. 30DA y 301C.
y argumentan correctamente [al decir] que las homonimias manifiestas proceden de las ¿Cuál pudo entonces haber sido el origen común de todos ellos? Una posibilidad es el perso-
cosas cada vez que, al pronunciarse el mis mo nombre, proponemos yo una concepción y tú naje histórico Eutidemo, ateniense del fines del siglo V a.C. (cf. Praechter 1932 y Canto 1989:
otra respecto del nombr e, como cuando al haberse pronunciado el nombre "perro" yo [pensé] 27-28). Este Eutidemo y su escuela pudieron haber sido la fuente de inspiración comú n de
en el t~rr.estre, p~ro tú. en el marino. Por ello, en los s ilogismos que descansan sobre una Platón y Aristóteles en estas obras y, directa o indirectamente, de los sofismas estoicos. Sin
homommla, los dialéctiCOS nos sugieren callar hasta que la persona que preguma remi ta la embargo, hay sofismas cuya for mulación debemos principalmente a los estoicos mismos.
palabra a. otro referente. Por ejemplo, si alguien pregunta si el abrigo es masculino, concorda- Entre ellos, como veremos, cabe destacar el Mentir oso y Montón.
remos (SI resultara que es masculino). Y si preguntara si el masculino es animoso, también En las fuentes estoicas, encontramos una clasificación sistemática de los sofis mas . Una
de ellas, tal vez la principal, aparece en 5.6: los sofismas se dividen en aquellos que dependen
242
Capítulo 10 Sofismas 243

del, sonido vocal ~ aquellos que dependen de estados de cosas (r&v 1tapa nlV cpCt)V~v KCtl rO. una casa tres veces se ha caído en la medida en que AUAl1 y rpí<; aparecen unidos y no sepa-
1[payp~ra aocpIO"parrov). Aunque en 5.6 no se indica cuál es el crilerio que rige esta división, rados como tendrían que estarlo para poder dar ese significado. Dadas estas condiciones su-
es posible que corresponda grosso modo a la clasificación básica que propone Ari stóteles en mamente precisas para que una palabra sea ambigüa es difici l entender en qué sentido, según
SE d~ los silogismos erísticos entre aquellos que acompañan a la expresión lingüística y aque- Cris ipo, toda palabra es, por naturaleza, ambigua (ap. Aula Gelio, NA 11. 12.1 -3, cf. SVF
llos aJeoos a ella (l65b23: oi ~ev yá p eicr¡ napá niv Aé~IV, oi 1)' g~", T~; Aé~erol). 2. 152, LS 37N, FDS 636) . Si observamos la lista de ocho ambigüedades que aparece en 10.9
Es probable que, en la categoría estoica de los sofi smas que dependen del sonido vocal podemos notar que varias de ellas se aj ustan a la definición de ambigüedad ofrecida en 10.8.
(1ta~a n']v q>oo\f1Ív), entran aquellos que se deben al uso equívoco de ciertos expresiones, es Las ambigüedades sintácticas que aparecen en sexto y en octavo lugar, por ejemplo, son casos
d~cl.r, aquellos que engallan al oyente en virtud de usar una misma expresión con significados claros de ello.
~Istm~os \ cf. Atherton 1993: 415 y Bames- Bobzicn-M ignucc i 1999; 158). Un ejemplo serían Pasemos ahora a la clase de los sofismas que dependen de estados de cosas (napa rO.
los s¡J~~ls mos.que descansan sobre una homonimia" en 10.10. En ellos, parece obtenerse la npáy~aTa). De acuerdo con 5.6, esta clase incluye una larga serie de sofismas que ya eran
concluslOll en, virtud de l uso equívoco del término ;'masculino" (ávoptTo<;) pues, como expl ica famosos en la época helenística. La enumeración que aparece en 5.6 merece dos comentarios.
el texto y se~u~ veremos más ade lante, estc ténnino tiene en g riego al menos dos sign ificados El primero es que el uso de plurales puede sign ificar que los estoicos lidiaron con varias
claramente d istintos. La homin imia, sin embargo, es só lo un caso, entre mucho otros posibles, versiones de cada uno de los sofi smas que se mencionan, porque probablemente no existía
en que. puede darse el uso equívoco de expresiones. En verdad, hay casos de uso equívoco de una única formulación canónica de ninguno de ellos (cf. Barnes-Bobzien-Mignucci J 999: 158
ex presIOnes que no se deben a una homonimia. La homonimia atañe a la pluralidad de signifi- n. 157). El segundo comentario se refiere a la tripartic ión entre sofismas "defectuosos",
cados de una. palabra: ~ero h~y .exp resiones lingüísticas que, no siendo palabras, puede n "aporéticos" y "concluyentes". A primera vista, podría tratarse de tres clases específicas de
tene~, ellas m ismas, ~t1ltlples Sign ificados. Esto ocurriría con ciertas oraciones, en que, según sofismas que dependen de estados de cosas. Es decir, a l igual que los menti rosos, los que
expj¡ca. lO.9~ la ? raclón completa tiene una multiplicidad de significados en virtud meramen te dicen la verdad, los que niegan, los montones, los encapuchados, los cornudos, los no-alguien
d~ su smt~xls, sm q~le ?ecesariamente ninguna de las palabras que figuran en ella tenga, ella y los segadores , las tres clases que nos interesan compondrían la clase genérica de los que
mI sma, .n~as de u~ s,gll1fi~ado. Cabe notar también que, según 10.9, la homonimia es un tipo dependen de estados de cosas. Sin embargo, ésta podría ser una división distinta e indepen-
d.e amblgiledad ~a~q)¡pOAla), pero hay, cuando menos, ochos tipos distintos de amb igüedad, diente (Cf. Barnes-Bobzien-Mignucci 1999: 158). De acuerdo con esta lectura, habría, en
Siendo la hO?1ommla sólo u~a de las dos ambigüedades que atañen a la semántica de palabras verdad, dos clasificaciones estoicas de los sofismas que dependen de estados de cosas: una de
(las otras se iS, como lo s ugiere el texto 10.9, atañen a la sintaxis de oraciones). En resumen, ellas los dividiría en ocho (ment irosos, que dicen la verdad, que niegan, montones, encapu-
los . sofisn~as que dep~nden del sonido voca l entrañan una ambigüedad -de palabra o de sin- chados, cornudos, no-alguien y segadores) y la segunda, posterior a ésta, di vidi rí a a estas ocho
tax.lS ?raclOnal- en VIrtud de la cual la expresión ambigua puede emp learse equívocamente. clases en defectuosos, aporéticos y concluyentes. A favor de esta lectura, se ha lla 10.7: al
ASImIsmo, al haber ocho tipos de ambigüedad, habría al menos ocho tipos de sofismas que clas ificar los encapuchados, los montones, los cornudos y los no-alguien den/ro de la clase de
dependen del sonido voca l. los aporéticos, este texto parece sugerir que los sofismas aporéticos son, en sí mismos, una
. .La definició~ general de ambigüedad aparece en 10.8; es ambigua aquella expresión que clase que comprende a los encapuchados, los montones, los cornudos y los no-alguien. Sin
slglllfica dos o .ma.s estados de cosas (npáYJ.laTa) es decir, dos o más decibles (AEKTá) siempre embargo, contra esta lectura está 5.6. Ahí los sofis mas aporéticos se presentan como una clase
y cl1~do ell a slgmfique ambos estados de cosas "lingü ísti ca y estrictamen te y de acuerdo con alineada a de las de los encapuchados, los montones, los cornudos y los no-alguien, es decir,
el mi smo uso" (A.E~tK&<; Kai ICUpíroC; Kal KarCt -ro atho l60C;) . Cabe notar que, según 10.8, los como clases del mismo orden donde unas no comprenden a las otras, según lo supone la
~o:tadores de arnbl?üedad son, de forma genérica, las expresiones lingüísticas (A¿~El<;) y no interpretación anterior. Esto ind ica la presencia de una tensión en las fue ntes, probablemente
un l ca~:nt~ los ,s~l1ldos vo~a l es. (I.pwvaí), los cuales constituyen, en realidad, só lo un tipo de insuperable, respecto de la clasificación estoica de los sofismas. En lo que sigue , nos deten-
e~preslo~ hngolst',ca. Esto Impl ica que a los sofismas que dependen del "sonido vocal " (¡rapa drenas en dos de los sofirnas que dependen de estados de cosas: los Mentirosos y los Monto-
~; ~ro~v) debe:Ia ll.arn árseles, estrictamente, sofismas que dependen de la "expres ión lin- nes.
gUIstIca (napa TTlV )J;~lV) para dar cabida a expresiones lingüísticas no vocales. En cualquier La principal formulación de los Mentirosos proviene de Cicerón en 10.4. Deb ido a una
caso, ta~to >-.t~II; como C¡XtlVlÍ pueden referirse indistintamente a palab ras sueltas u oraciones, laguna textual importante, es imposible conocer el significado exacto del texto (cf. nuestras
lo c~al.lmpJ¡ca que la definición que aparece en J 0.8 se aplica tanto a la ambigüedad en la notas al texto latino). Pero una posibi lidad es; "si dices que mientes y en esto dices la verdad,
semantlca de una palabra como a la ambigüedad en la sintaxis de una oración. El ejemplo que mientes <y, si mientes,> d ices la verdad" . Es decir, si digo " Miento" y lo que digo -la propo-
s~ ~frece en I 0.8 (~ que vuelve a aparecer al inicio de 10.9 bajo una forma li geramen te sición Miento- es verdadero, entonces, si esta proposición se refiere a todo lo que digo, in-
~Istm ta) es la expres l ~n aule/ris peptoke (AUATrrpic; 1témOOKE). Se trata de ambigüedad semán- cluyéndola a ell a, se sigue que estoy mintiendo y, por lo tanto, que lo que digo es fal so. Pcro
tI~a porque la expresión puede significar que una casa tres veces se ha ca ído (au lc=casa, si lo que digo es fa lso, es decir, si es falso que miento, entonces, dado que lo opuesto de men-
tfl s=~res veces, pept.oke=se ha caído) y, a la vez, que la flaut ista se ha caído (auletris= tir es decir la verdad, lo que digo es verdadero. En conc lusión, al decir "Miento", si lo que
fl auti sta). Esta ambIgüedad ha de haber sido particularmente evidente en el caso de la digo es verdadero, lo que d igo es falso y, si lo que digo es falso, lo que digo es verdadero. Es
eXPr:esión escrita, pues, como era cos rumbre en la época clásica y helen ísti ca, las expresiones difícil entender a partir del testimonio de Plutarco en 10. 5 cuál fue exactamente la solución
escntas aparecían en mayúsc~l as y, sobre todo, sin espacios ni acentos: en nuestro ejemplo, que Crisipo intentó aportar al prob lema. Pero, según 10.4, su percepción del problema parece
A YAJ-fTPn:.ITE.ITTD.KE. AqUl es patente que no hay nada en la expresión mi sma que d escarte haber sido que éste sólo surge cuando se intenta atribu ir un valor de verdad a estas proposi-
uno de los sl?n.lficados: a diferenc ia de lo que Ocurre si se escribe la expresión como aparece ciones y que, por cons iguiente, una solución al problema requiere no atribuirles ningún valor
en algunos codlces -AUf..1ltpi¡; nÉrrrro KE- pues, en este caso, parece descartarse el significado de verdad. Proposiciones como Miento serían, por lo tanto, una excepc ión al principio de
244 Sofismas 245
Capitulo 10

bivalenc ia (cf. Mignucc i 1999, Barnes-B obzien-Mignucci 1999: 168-1 69 y Bobzien 2002: atribuye la vaguedad a una imprecisión semántica del lenguaje, mientras que el segundo a una
221-222). carencia de nuestro aparato cognoscitivo. Pero el semant icismo también se aparta del realismo
A un~ .conclusión similar puede llegarse respecto de la solución que parece haber pro- en la medida en que el realismo atribuye la vaguedad a ciertos rasgos del mundo extra-
puesto CrlSIpo a los Montones. Una de las principales formulaciones aparece en 10.7: "no es lingüístico y no a una imperfección semántica del lenguaj e. De acuerdo con el real ismo, exis-
el caso que dos sean pocos, pero que tres no lo sea n, ni que éstos [lo sean] pero cuatro no 10 ten objetos vagos en el sentido en que hay predicados tales que ni ellos ni su negación se
sean, y así hasta llegar a diez, Sin embargo, dos son pocos, por consigu iente tambi én lo son predican de estos objetos. Para regresar a un ejemp lo anterior, en la serie numérica de I a 10,
diez". En principio, la adopción por parte de los estoicos del principio de bivalencia los ob liga suponi endo que lOes mucho y 1 es poco, habría números intermedios que no son ni poco ni
a aceptar que la proposición x son pocos tiene un va lor de verdad determinado en cada una de mucho. Como puede apreciarse a través de estos dos ejemplos, las dos teorías, además de
las etapas del proceso, pues no puede carecer de uno en algún punto si es que efectivament e diferenciarse por atribuir la vaguedad a cosas distintas (al lenguaje en un caso y al mundo
como lo pide el princ ipio de bi va lencia, toda proposición es verdadera o fa lsa. Esto, sin em~ extra- lingüístico en el otro), también di fi eren entre sí en virtud de querer explicar fenóne mos
bargo, impl ica que hay un punto exacto del proceso en que la proposición cambia de va lor de distintos relacionados con la vaguedad: (a) el que haya predicados tales que ellos y su nega-
verdad, a saber, cuando el valor de la variabl e x deja de ser poco y pasa a ser mucho. Ahora ción pueden, en ciertos casos, aplicarse a los mi smos objetos ("calvo" y "no-calvo") y (b) el
bien, dado que existe ta l punto, se sigue que la conclusión a la que pretende ll egar el sofisma que haya predi cados tales que ell os y su negac ión no se apli can a ningún objeto de un cierto
- "diez también son pocos"- es fal sa: pues aunque no sepamos en qué punto de 1 a 10 dejó de dominio. El semanticismo contemporáneo se centra en e l primer fenómeno y 10 atribuye a una
hab~r pocos y empezó a haber muchos , sabemos, en virtud de la verdad del princ ipio de biva- imprecis ión en el significado de los predicados lingüísticos; el estoicismo, en cambio, se
l~ncla , q u~ hubo tal punto. Ergo, no estamos obligados a aceptar esa conclusión y, con ello, se refiere al segundo fenómeno y lo atribuye a una especie de neutralidad en los obj etos mismos
viene abajO el so fi sma. Según esta interpretación la estrategia estoica puede cal ificarse de respecto de ciertos predicados y sus negaciones, pues no satisfacen ni los unos ni los otros y,
"epistem icista". La indeterminación que afecta el uso de predicados como Ser pocos no se por ello, son "vagos" en el sentido de que son neutrales a este respecto. Ésta es, sin duda, una
debería a los objetos que sat isfacen esos predicados, pues todo objeto o bien sa ti sface ese razón por la cual los estoicos, a diferencia de la mayoría de los filósofos modernos de la lógi-
predicado o bi en no lo satisface (no hay objetos vagos), sino a nuestra falta de discerni miento : ca, son realistas respecto de la vaguedad.
la causa de la vaguedad es una carencia de nuestro aparato epistemológico. Habría casos
límite en que somos incapaces de determinar con claridad si un objeto dado satisface ese
pred icado o no.
Sin embargo, esta interpretac ión ep istemi cista de los estoicos, cuyo defen sor más reciente
es Timothy Williamson (WilJiamson 1994: 8-35, esp. 12-27), se contrapone a una lectura no-
epi stemieista y de carácter más bien metafís ico, desarro ll ada en todo deta lle por Susanne
Bobzien en un trabaj o reciente (Bobzien 2002). Como en el caso de los so fismas mentirosos
los sofismas montones constituirían casos especiales en que es necesario abandonar el princi~
pio de .b.iva lencia: así como los estoicos, y tal vez el prop io Cris ipo, habría sostenido que
propos Ici ones autoreferenciales como Miento carecen de un va lor de verdad as í ta mbién
Cri sipo habría afirmado que proposiciones que invo lucran el uso de predicados como Ser
pocos ca recen de valor de verda d en algunos casos límite, Esta interpretación es metafísica
porque supone que, de cierto modo, existen objetos vagos en el sentido de que hay objetos
q~,e son n~utrales respecto de ci e~tos predicados: no satisfacen ni estos predicados ni su nega-
clan. Segun esta lectura , la solUC ión que los estoicos habrían aportado a los sofis mas monto-
nes habría consistido en simp lemente suspender el juic io o "guardar sil encio" tal como lo
sugier.e, 10.10. Sabie~ldo que c i~rto objeto x es neutral respecto de cierto predicado P y su
negac lon no-P (por ej emplo, sab iendo que 5 no es ni poco ni mucho), el sa bio estoico no debe
de asentir ni a la proposición Px (cinco es poco) ni a la proposición no-Px (Cinco no es poco
[o es mucho) .
Para conc lui r ¿cómo se sitúan los estoicos respecto de la postura que adoptan los filóso-
fos contemporáneos de la lóg ica sob re el probl ema de la vaguedad? Si la lectura reali sta de los
estoicos es la correcta hay una diferencia importante entre ellos y la postura predominante en
la actualidad. De acuerdo con ésta, que podríamos cal ificar de "semanticista", el fenómeno de
I ~ vague~d .~,e ~ebe a los ~ ig~ificados del lenguaj e y no a l mundo ext ra-l ingüístico: hay pre-
dicados ImgUlstlcoS cuyo Significa do no es del todo preciso, de ta l manera que su domini o se
traslapa en ciertos casos con el de su negación . Por ejemplo, "calvo" y "no-calvo", en virtud
de una imprecis ión de significado, pueden ambos predicarse correctamente de un cierto núme-
ro de casos. El semanticismo se aparta del epis temicismo en la medida en que el primero
Sofismas 247
Textos Anotados rro!a~oü 1l:Aa~ÓJ.l€VOV EÚPOOV, KQ.!á Oot arrOOcOo€tV
Sofismas 5 l)1l:u:fXV~tat outÓ, ~v €Irrll¡; ttiAlleE~ Ott OéoOKTCI.l
OUtó) rrEpl ti1~ a1tOOÓOECO~ tOU Ppéepou¡;, tí q>~O'el¡;
OUtOV €yvroKÉvm;
ArOPAITHE .ó.uO'axÓKpttOV ¿protq¡;. arropó) yap onÓt€pOV
\0 .1 Sexto Empírico, PH 2.229-23\ (LS 37A; FDS 1200) EÍm:ov orroAÓpotJ.ll. illa oU 1tpO¡; .6. t o~ arroKptvá-
oe
OU1( cÍTonov tcrrot; KCtt 1(9 1tzpl rrov croqno¡.t(tlwv bn- 10 ).l€V0¡; avácroocroí ~ot tO rrm8íov, ~~ KOI 'll8ácrn
cr!~O'al A6Y1:9 oU1 PpaXérov, ¿]U;l Kat dt; t~v tOÚ'!WV oláAUO"tV auto KOtan:troV.
avayKcdav dVa! )J:youOl t~v &laAEKTIKI1V oi O"f:;)lVÚVOVTe<; Xpynnnm: 0áppEt· Kal liÁÁa yáp OE Sl8á~O~U1 Oau)lacrttÚ-
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KUt la crOtpíO"~tata, Kul lOÚtroV av ell") OtUKPlllK1) 15 XPYLIIrnOr Tov 8Epí~oVTa Kal tOV KUPI€ÚOvtct Ka. hd nu01
AUllatvo)lévrov t~V aÁ~eelav <patvo~tlivatC; mOavó- t~V 'HAéKtpav Kat tOV €yKEKOAU~J.lévov.
t'l0"LV.oSev roe; P01l8ouvtec; 01 OtUN;IClIKOI oCtMúovn tro ArOPALTH~ Tíva 1OUTOV TOV EyKEKaÁU)l~évov ~ <íva <~V 'HAS«pav AéYEt,;
Pic:y Kat t11v €VVOlaV Kal t(1I; ola<popac; I(Ut ¡ae; ¿1tlAúcret~ 8'1 Xpy~tnnm: 'HASKTpaV)lEv eKEíVDV T~V .ávu, T~V l\ya~t.~vo-
10 t&v O"O<plo)látrov )lEta crn:ouO~C; ~)laC; rr€tprovrat oIOáIJKE1V, voS. ~ ta auta oT8t 'tE tlJ.lct Kal OUK oToe' rrapscrrw-
Aiyovn:c; aóq:nO"llu dvat Áóyov m8avov KuloeooAum- 20 tOS yap auTij tOO 'OpÉcrrou En &yvWto<; oTos ~tv
)lÉvov óSOlE 1tpocróÉ~aa9al n)v brupopav ~tOl \jIEUÓr¡ 'OpÉ<ITDV, OTt 6.Sv.tp", a~T~" OTt Se 0(,10, 'OptcrTll,
~ w)lOlru~tévl1V IjfwSEl ~ aSDAov ~ IíMru, 6..pócr- ayvod. tOV 8' au tyKsKaAUJ.l¡.tévov Ka1rrávu 8au-
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YÓPll~la Oé ecyn ro a'VívOlOv 1C\ElV' OUO€I<; apa oí- 25 ArOP A!THI Nai.
Qroow chpívOIOV nu:iv' , e'n O€ OJ.lOIOV Ijf€uó€i ro¡; XPY~ mnOL Tí ouv; ~v 0-01 1topacrtlÍO'as rlva éyKeKOAU~JlÉVoV
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OUK ScrrlVaro1tov· OÜtE 8€: €VI::OÉXEtO oürE €VOéX€tCH ArOPA~TH~
20 tO 6 iatpó¡;, Ka06 iarpó~ ¿an, CPOV€Ú€I' <OUK apa '"~Áao~ &yvoElv.
arorróv ¿(J'1'L tO ó iarpó~, !CaOo iatpó~ €crn, <POV€UEI>'. en 06 30 XPY~lfIllO~
aOT}AoV OÜt(o~ 'OUXI Kal ~p(Í)TT]Ká tí 0'1:: rrpóhov, Kal l\Ua ~~v OUtO¡; OÚtO~ ~v o ltat~p b aó~' &SOte
OUXI oí aOl'épl::<; opnoí ¡:;{O'tv' ~pOOtllKa Oé tí cm xpw- Ei tOÜtOV o:'yvoEi¡;, OijAo~ eT tOV1totÉpa tOV crov
tov' Ol apa aorép€<; apnoí &101V'. En OE anpóO'- ayvo&v.
25 OEIcrOV aAAro¡;, ro~ oi )..EYó~€VOt O'OAotKí~OVTE¡; Á.Ó-
Sobre el so fisma del cocodrilo, cf. FDS 1219-1226 y sobre el sofisma Encapuchado y La Electra, cf.
yot, olov 'B pA.érrEt¡;, €crnv' pAénel<; OE CPPeVltLK6v' FDS 1227-1 235. Sobre el origen de éstos últimos cC. Aristóteles, SE 179a33-b6 y Anan., in SE 125, 13-
EO''tlV apa eppeVlnKÓv'. 'B ópq.<;, sO'nv' ópq.¡; os <l'4::y- 18. Antes de los estoicos, Eubúlides de Megara, también parece haber lidiado con ellos. CC. DL 2. 108.
J.luívovta tórrov· €O-tlV apa q>Asy~aívoVTa t6rrov'. Sobre la influencia de Eubúlides, cf. 10 . 3 y 10.4.
5l.pacr~v om. EAB 8-9 t<í,> píe:> edd . Genev.: "r()V ~íov G: adiuvantes concussam vitam T 9 5~ om. T 12 10.3 DL 7.\86-187 (SVF 2.279; LS 37R; FDS \205)
",~~E.t EABT: 'VeuSii ML 14 <toúrou> add. T 15 it'oEiv EAB 17 &tI Se edd. Genev.: bd 5€ G: om. T 'O O~ c.ptÁoooq>o<; Kal tOtOÚtOU~ nvo:~ ~pó)tCt AóyOU~' "o
\Slmllls a~tem, f~lse) 20-21 <OUK - <pOVf:ÚU> su ppl. Bekker 23-24 1~pcónlKa M tí O'E it'protov· oi apa
CtO't¿pC~ ÜPtlOl €IO'lV om. M 240\ LT: d EAB Atyrov wl, 6.~u~Wt, <u )lu<IT~pta 6.crE~E¡· 6 SÉ y' lEPOtpáv<D,
-roí:~ a~ulÍtOl~ MyEI <-ro. IlUOt~pta.>· aO'epE'i apa 6 ÍBpo<pávtll~. "
Para. la diCere~cia, entre sofismas y paradojas (nupáSo<;u), véase SVF 3.544 y 599. Para ejemplos de
para?oJas, c f. CI~eron, Paradoxa Sfoicorlll1l Proemillm 4 -5. Tal como se presentan en estos textos, las
ev
Cí.lAo. "B OUK zO'ttV tU rr6A.€1, toüt' OUO· Év tU OlKíq.' 01>K Han
5 M tppÉap Ev 'ÍÍ 'ÓMt, oW lip' Év TU olKiq." ¡¡),Aa. "E<IT""
nCtp(l?<X;u son tesIS rnás que argumentos y, en eso, se distinguen de las paradojas modernas , las cuales son
KEq:lllA.~· ¿KEÍVllV o' OUK €xE1<;' eO'n oi yÉ tlS KSq>aJ...~ <~v OUK
pnnclpalmente, una c.lase de argumentos (Sainsbury 2(09). En este medida, los sofismas antiguos, más
que las paradojas antiguas, serían los ancestros de las paradojas modernas, Como se sei1ala en este texto exel~>' OUK apu EXEIS KEc.paA~v." aAAO' "el' tt~ €cruv ev MeyápoU;.
el GÓqHO)..lCt est~ico ~~ un argumento que pretende enganar al oyente y, en esto, se parece al eplGTlK& ev
OUK Eonv ~ A.e~vCI.t~· avep(ürro~ o' ¿crrtV MeyápOl<;' oU!C ap'
O'UAAaY10')..I&; anstoteltco. Cf. Top. IOOb23-101a4. . ¿crrtv aVepC01tO~ f:v A8~vcf.l¡;." KatnáAw' "8i: ti AaJ...EI~, tOUtO'
10.2 Luciano, Vil. IIlIe. 22 (SVF 2.287; LS 37L; FDS 1228) 10 Sta wu crtó)la<ó, crou SuíPXETUl' ü)la~av SE AaMl,' ü)la~a lipa
XPY~m nO~ EKÓ1tEI yoov· EOtl 0'01 1rQlóíov; oU1 tOü O'tóJ.lat6~ O'ou óIÉpXETm." Kaí' "81 tI OUK tl7CÉpaÁ.&<;,
ArOPALTH~ Tí )l~V; toür' €xEI¡;' Képaw O' OUK o:'rréPoA€<;· K¿pat' o.p' &XEl¡;." oí. o'
XPY~mIIOL Toüto ~v 1tCO~ KPOKÓO€IAO¡; apXáOl11l:AT}críov toG EÚPOUAíOou tOÜtÓ c.pCtatv.
249
248 Capítulo 10 Sofismas

3 ante Atyt::t add. si F2 ¡ <ta IlUOTlÍpta> Hübner, van Amim : <o:t'rrá> Marcovich 4 8 OUK €cr!lV €v tTI 1toiav €WOlClV a1too€í~ero~ ~ r iva niO'1'€roe; OUK avatprn€t
1[641, tOUt' DUO' tv tii ohcít1- D : 8 EatlV Ev rñ ¡[ÓA.eI, rautO Ko.\ f.v tii otKig. BPF, Suda 4wS OUK ecrn 10 np6)..:TlI.II1V; rov ~ÉV y€ no),;únooá <f'acn l ae; nAeK'távoo; aUlov ,
SE q>pwp €v tii n-ÓM:I, DUO ' ap' Sv tU ol.Kíq. in I11g. F2 6-7 <~v OUK e;(clC; > add. Ménage 12-13 01. ó' 1tep\plppooO'K€IV roPQ X€l¡lrovoe;, ~ oE XpuaÍ1rnou OH1AeK1:tKT]
EUPOUAíoou toíhó cpaow. om. F rO. KUpUÚtat Cl/lÉPT] Ka! tae; apxae; aúrfte; avatpoúO'(l KCl1
Para un texto paralelo a éste, er. Suda s. v. Chrysippos (FDS 1206). 1t€P1K61ttoUO'Cl t lva r oov aUoov ew01&v a1toAÉAomev &vúno-
nrov;
1 'O S~ ¡pv,ócro<por; Se trata de Crisi po, el fi lósofo estoico, por oposición al Crisipo medico al cual Oió-
genes Laerc io se refiere en el pasaje inmediatamente anterior a éste. 2-3 áx; evtaxou Kal aut ol Ilaptupoumv ;o~. Wytt~nbach ; ro~ ~\O. youv Ka~lo l lla prupoOCl'lV E~
Kal. aUlol Wyttenbach : KaltOt EB : KaUtal Chcm lss : K:a\n01. HUlser 4 úOpt(Jl'WV Long-Scdley .
l
7-9 Sobre este sofisma, cf. 4.4 .
9- I Este sofisma (con la solución que aportaron los cslOicos) también aparece en C lemente, Slrom. aplcrte ES úopí(Jl'<.t'X; Wyttenbach, HOlser.
8.9.26.5 (LS 330; FDS 763). Véase también Gelio, NA 16.2. 1-13 (FDS 1246) discutido en Bobzien 1999: 4-5 Véase LS vol. 2: 227. C f. Bames-Bobzien-Mignucci 1999: 168 .. Par~ la noción de ÚOpíOlWV
161. OUIl1tE1tM:yrtvov cf. Dufour 2004: 378 n. 366. Sobre las disyunciones y conJunCIOnes, ce.
9 .1 ,9.14 Y 9.15.

10.4 C icer ón, Acud. 2.95 (LS 37H ; FDS 1212) 10.6 Simplicio, ;1I Plrys. 1299,36·1300, 10 (SVF 2. 206; L S 3 7K ; FDS 1025)
nempe fundamentum dialecticae est quidquid enunt ietur (id autem appellant a~ íoo~Cl, quod "'EK i5~ tOÚtOlV trov l.ÓyOlv, q>~cr\v 6 f\)"É~av~pol, i5u,vat ov 6p~0l ~"':OV
est quas i effatwn) aut verul11 esse aut fal sul11. quid igitur haee vera an fa lsa sunt: "si te O€lKVÚVUl ra napa tOt~ Ll ú)lKOte; a~t(Í)J.!ata, a )lSra1rL1ttovlá 'tlV€e; Ai:yOUO'lV
menti ri dieis idque verum dicis, mentiris <>jo> velum die is"? Haee scilicet inexplicabilia a1tsplypá<pOle; J.!~ ovt a t OlaUta. €<J1'\ 8e tama r otaura' "d ~n ~í~v, ~~-
esse dicitis, quod est odiosius quam illa quae nos non comprchensa et pcrccpta dicimus. O'€t at ~irov." tOU10 yap d Ka! aAT]Oée; eO'l l vUv &pX6~evov ano Cl~~eOUe;
5 Sed hoc omitto, illud quaero: si ista explicari non possunt nec eorum ulJum iudicium in 5 tOU '~fj ~írov' Ka! Af¡yov ei~ aA1l8&; ro '~tí.O'ElClt'. WJ..' ~O'lUl1tOrt, Ot€ ,
venitur ut respondere possitis verane an fa]se sint, ubi est iUa defi nitio, effatum esse id lfie; 1tPOO'A~\If€roe; UA1180ue; 01)O'T]e; lfte; '~~~~ sft ~. .irov· J.u:;t~m::O'E~l~l...TO
quod aut verum aut falswn sit? eruVT]J.1~Évov Eic; 'l'EOOOe; 1<9 €O'€oOai 1t01E, Ol~ &A,T]~oue; 5;ror; €-:t t~U" ~1J
3 mentiris <*> verum dicis lac. indo edd. : [idque vemm d icis], mentiris <et> verum dicis Plasberg : ~ioov ' OÚK eO'tat UAT]O&; 10 'Kal ~tí.O€lUl " ou W15vl Oe; 611180ue; ro OADv
mentiris <an> vcrum dicis Reid, Rüstow : mentiris <et, si te mentiri dicis, idque mentiris> verurn O'1JVT]~J1tvov yivoltO av 't'€u8or; ~€ta1tl1tlov' OU yap &.ei, OtE ro 'sU'
dicis I-Iülser : menti ris <et, si mentiris,> verum dicis Bames-Bobzien-Mignucci 10 CtA1l8¿e; KCl1 rO '~tí.cr€tal', enet OÜtro~ aOávatO~ (Xv €lll ó MOlv. oú ~~v
Sobre el sofi sma del Mentiroso cf. ( 1) los fragmentos de las Investigaciones Lógicas de Crisipo en SOl at 6picrClVtCle; €l1telv, nót € OVK á:AT]8ee; SO'tCll ~ó)VtOe; Clurou t,O '~~O'Etm'.
eols. 9-21 de PHerc. 307 (SVF2.298a. FDS698) , (2) Gelio, NA 18.2.9-10 (FDS 1209) y (3) Anon . in SE OtO Ka! ev u1t€prypá<f'C9 Kal aopimC9 xpÓVí;? AiYOUOl yiv€0'9Cll lllV t ooV
25. 58, 29-33 tradicionalmente atribuído a Alejandro de Afrodisia. Cf Mignueei 1999: 1 nn. 1-6. Este wlOúroov á~loo/látrov jl&tóntOlO'tv. "
sofisma tiene probablemente su origen en Eubúlides (DL 7. 108), sucesor de Euclides de Megara (cf. nn.
al tex to 10.2). Hay rastros de este sofisma en el propio Aristóteles, cf SE 25 (l80b2 -3: Ó Myo~ Kal1t€pl 7 tlfl ed. Aldina, Diels : .0 codo Marcianus 226
tO\; \llImo€o6al tOV autov Q/lCt Kal «AflaDH::lv) aunque el pasaje es oscuro y su interprctación ha generado Este pasaje es una cita de Alejandro de Afrodisia dentro del comentario de Simplicio. Sobre el tema de
polémica. Cf. Mignucci 1999: 55-56. Para definir el género al que pertenece el sofisma mentiroso dentro este texto, cf. nn. al texto 10.4.
de la lógica contemporánea, cf. cap. 5 de Sainsbury 2009 y también Beal2003 y 2007.
10.7 DL 7.82 (S VF 2.2 74; LS 37D; FDS 1207)
3 mentiris <*> verum dicis En la traducción adoptamos la lechlra de Bames-Bobzien-Mignucci: si te
Illcntiri dicis idquc verum dicis, mel1/iris <el, si mentiris,> ven/m dicis ("si dices que mientes y en es to
KClI (inopol 8t tLV€e; e\O't A6yO\ eyK€KUAU ~Jli:vQ1 KCtl OlCl.A€A1l8ót Ee;
dices la verdad, mientes <y, si mientes,> dices la verdad.") Para una defensa fil osófica y filológica de KCl1 O'oopltCll Ka1 K€parí8ee; Kat o\JrtÓ€e;. e<Jn 8E tyKeKa~u~~~vo~, , , , " \ ,
esta lechlra, cf. Mignucci 1999: 59-60. Para una discusión detallada de las distintas propuestas editoriales oTov Ó t01OU1Oe; <eO'tl M O'ropltlle; otov Ó t OlOUtOe;> Ouxt tCl ~ev"ouo OAtya eonv, OUX,l O€
para colmar la laguna. cf. Mignucci 1999: 56-62, Bames-Bobzien-Mignucci 1999: 163-167 y Bobzien Kal 'fatpiu, OUXt OE Kal taúra ~v, OUXl oE Kal ta tÉaO'apa ~al OUt ro
2002: 221 -222. Según indicamos en el Comentario, estos estudiosos atribuyen a los estoicos una solución 5 J1éxP\ r&v OCKCl' 'fa. oe 800 oAiya ec¡tÍ' Ka! :.a ,otKa ~pa. <*> oÜl~e;
distinta a las propuest'a por los restringenres medievales y a las de sus adversarios cassanles. Como bien OÉ. em t AóyOe; <JUvaKtlKOe; el; a.opimou Kal ropIO¡.u;VOU eruv€mro<;,
señalan ellos, un antecedente importante de los cassanles aparece en Alejandro de Afrodisia;1I Top. 188,
19-28. Una interpretación alternativa es la propuesta en LS vol. 1: 229, según la cual proposiciones
1tpóO'A.ll'l'tV oE Kal €mq>opav exrov, otov uE1l ie; €<JtlV evt au9a, OUK
autoreferenciales paradój icas como Miento cambian de valor de verdad. Sobre proposiciones estoicas que Ecr-t lV€Kdvo~ ev 'PÓOí;? <&:).)..0. /l~v emi tle; ÉVlaú8a' OÚK apa tie;
cambian de valor de ve rdad (&~ I(Í;J/lata /lEtCt1tímovtá) cf. 10.6 . eO"flVev ·PÓOíf'> ."
10.5 Plut arco, eN 1059D-E (SVF 2.250; LS 371 ; FDS 1213) 3lac. ¡nd. Cuj as ap . Casaubon : <eOtl08 oú)pitr¡~ otov Ó tOtOü'tO~> suppl. Sedley ~ t&v,M~ B:F
tó)V Ilu píwv Egli, Hülser I ÓÉKa apa BPF : P?st apa lae. indo Cujas ap. Casaubon : 1l4upla apa ~Alya
€J..101 80K€\ ).lEtO 1tA.eiO't 'lC; e1tl~€N:íac; Ku1 8ElVÓ'tlltOC; ODtoc; E(jfív> Egli I oün~ BF : oür w B 6 O"\lVaKtlKO~ p 1QF: cruvaJt~IKo~ B: cruvt~KnKo~ P H / t~ &opt(Jl'~U
Ó &vr,p ávmpÉ1tE1V KCl1 KatClpáMElV t~V (Jl}V~O€ lClV, roe; codd. : eK <ouvr¡)l).lÉVO\l Ilev> o:opiatou suppl. Mareovlch 7 tltlq>OpCtv ~ú)v cod~. btl<p~pa~
evlOXoü Kat mJtol ~aplupouOW oí tOV lív8pCl O'€!1VÚvovr€e;, <ÚÓptOlOV> Ex,Olv suppl. van Amim 8-9 post 'PÓO(9 ¡ae. indo Co~el, Lo?g, 9"lgaote, Hülser: <iJ).)..d
OtaV a\nc9 ltEpl tOU I.IIWOO/lÉvou /lóx.Olvrul. 10 yáp tlopíO'trov ).l!Ív eOlí lt~ Maüaa' oUKapa ti~ aTttv tv 'PÓÓ(f!> suppl. von Amlm, Egh, Hulser
5 cru!11tEnA.sy~ÉVOv II Ot' aVllKel~¿vOlV ~~ cpávut Este texto es particularmente valioso por contener una versión importante del "s~fisma (del) montón".
I.II€UOOe; etl1tópwe; dvat, Á.Óyoue; oe tráAtv aú cpávat llvae; .
Para otras versIOnes, c [. FDS 1236- 1243 . Véase también 10 . 11 (FDS 971 ) . El on gen probable de este
&AT]e~ la A~~~Uta Ka\. tae; o:yooyaC; úyu::le; EXOVlCl~ dta sofisma es Diódoro Crono (cf. Sed ley 2009).
Ka! ~a av'tlK€i).lEva trov cruptrs paoj..tá.tcov ~X€LV &A'lO~,
250 Sofismas 251
Capítulo 10

I ÁÓyOl Sobre el uso de plurales en esta lista, véase también 5.6 y Bobzien 2009: 158 n. 175. En esta clasificación, las dos primeras especies ambigüedad atañen a la semántica de una palabra,
,, 3-5 O~Xt -raye\' ?ÚO o~íya ro;ív" O~XI ot "'.ClllO: t~ía, 0\1x1M Kal taUTa J1ÉV, ouxl M Kal Ta ttooupa Kal mientras que las se is restantes atañen, más bien, a la si ntaxis de oraciones.
OU!W J1€",(pt TooV O€K(l',1'Cl?t Ó\J.O.OAIY?- i(j[~· Ka! TU Óil.;:a iípo.. Según Bobzien (2002), esta versión del
so~sma no es, J~ que dlscutló Cnslpo ni, segun ella, tampoco es la que propone Williamson cuando éste le 2 AEyO).lÉVúlV M : Acyó).u::vat corro von Amim 3 <Oi>r1P'l)J.tvou Long-Sedley el Hi1lser cum Ebbesen:
a~nbuye. a C~s~po una co.n~epción epjstemicis~a de ~a vaguedad (1994: 8-35, esp. 12-27). La interpreta- eipTlflÉvOU M : 0111. AB : e ipo ~IÉVOU Edlow cum van Arnim in app . crit. ! <&>olalpE""tO"u Long-Sedley
c~6n eplstemlclsta de W¡lllamson se basa pnmordlalmente en un testimonio de Sexto Empírico que et Hülser cum Ebbesen : Olatpe:Toü M 4 nÉcrouoa von Arnim : nat~ oooa M : om. AB / "KO\v~ -
citamos en 7.7 (AM7AI5417, cf. PH2. 253). ~uATltpl<; 00;-. AB 5 <Ot >pPTl)J.ÉVou Long-Sedley, Hülser et Ed low ~um Kalbf1~i~h : E!P~~O~ ~ /
a7tÁCÍII; M : anAOt<; corr. Llmanus 5-6 <Ó).l.úlVU~(o.V> suppl. von Arntm 9 <ffi<;> ttVO~ cru &1; Kat yap
10.8 DL 7. 62 (SVF 3 Diogenes 23; LS 37P; FDS 621) Sed ley 14 resto van Arnim ex 11. 23.382 : Kal WV l(al )J.~ napÉAacrE MAB 14-15 tO yap <T]>
t\.f.tq>tj3oAía 6É e<Jn Aéslt; Mo ~ KClL n:4 íova npáy¡.tClta O"rntaí- OTOlX€iov av yÉvon o <llnprotOV il tcAEutaiov 1\> Ota~E\))ct\K6v Long-Sedley : t O yap <Tl> o"tOlXciov
vouan AeKTIKÓ')(; KCll KUpíro~ Kal Kara ro ctÚro eeo~, &cr6' a~o rO. <~ 1tpro"tov ~ "tEMutatOv> av yÉVOttO <~> Ota!;cUlffiKÓV Edlow et Hillser cum Gabler 18 <o' ~>
Long-Sedley: <óÉ €O"tlV ~ > Hülser cum Gabler 19 "l'!.iúlV <€m1. Kal> etúlv" rupOl<; av· ÜÓT]AOV Sed-
1tAEÍova €KS¿~a0"901 Kara. raúrllv T~V Aé~IV· otov AÓA1FPt~ tré-
ley: l'!.iúlV 0éwv ¡;mi· líOllf...oV Hulser et Edlow cum Limanus: l'!.{eov EMúlV clípeo· aór¡Áo~ M 21 ~crtt
trUOKe· 811AourOl yap 81' (nh~~ ro ~E:V rOlourov, OtKía rpl~ 8é n~ M: corro Kalbfleisch 21-22 to."ü; yINIKatc; Otw:popat~ e:io tKa~ <npocr>KataptO)J.eic:rllat Edlow et
5 trémwKe, ro oc rotoürov, AÓA~rpta rré7rtroKe. Hü lser cum Gabler : <l::v> tat~ yEvuco.i~ Otac.popa~ EiOtKa<; Ka"to.plOflEicreal Ebbesen 23 <Ko.\> add.
Limanus I <av tiC;> add. Gabler 25 nOtlÍO"w;v MABCh : 1tOtlÍO"EI€ Gab ler / [O€] om. ABCh 26 <al
2 AEJcrIKW!; ~F Suda : &K"tIK&~ 8 I Kal K1.lpíro;;; am. F I lE/voC; Menagius, Aldobrandini / "ta om. Suda:
).l.gy> add. Kalbfleisch
del. M,arco,vl;h : nvo: von Ar~im 3 ~K~&;aOaal B, Suda: tKl...él;aoOat P : oél;aoElal F / mUTI]v "t~v
8PF TT]V aUTI]v Suda, von Amlm / AUAll"tpla F 4 OllA.oÜTClI 8 2, Suda; OllA.oUVTaI B1pF 4 AYAHTPu:nErOYIA Un ejemplo equiva lente figuro en 10.8. Siguiendo a Edlow, en este ejemplo
Para un aná lisis deta.llado de este texto, cf. Atherton 1993: 135-174. Véase también Salles 2002: 9-12, yen el de la línea 14 hemos dejado las letras unidas, en mayúsculas y sin signos diacriticos, que es como
2005a: 100-103 y Boen: 2003. Sobre este ejemp lo, cf. 10.9. mejor puede apreciarse la ambigüedad. Véase nuestro Comentario.
S dtc t~v ouolav cí'te t~V ntwotv La ambigüedad estriba en que no es claro si la afinnación se refiere a
10.9 Galeno, De sophismatis seu captionihuspeues dictiollem 106, 7-J08, 9 y 108, 16-110-6 la cosa (hombre) o a su nombre ("hombre") que, en caso nominativo, puede efectivamente prestarse a esa
(SVF 2.153; LS 37Q; FDS 633) confusión. Como bien se señala en LS vol. 1: 230, es posible que a esto se refiera Crisipo al sostener que
Ta~ OE: olacpopa<; tcOV AeyO¡..tÉVrov &).H.ptPOAlcOV a UtOr; A.llméov. todo nombre es por naturaleza ambiguo (ap. Aula Gelio, NA 1l.l2.1-3, cf. SVF 2.152, LS 37N, FDS
636).
dO"í yE 1tpOr; rwv xapteo"téprov Aeyój..lcval rov aple~IOV 1( ¡..tía ).lév, ~v
9 <009" "rívo¡; oU ti;" "Ka! yo.p La lectura altenativa de Gabler (seguida por Edlow) <cb~> oó~ Ecrnv (00<;]
KotV~v OVO).lÚsoucrt roü TE <Ol> UP'l).ltvou Kal rou <á >olatpErou, ota ecrrlv ~ uló;· Kal yap permitiria asociar este sofisma con Aristóteles, SE 179b39-180a7. Para una crítica detallada
'A YAHTP[~rrE.l:OY~A'· KO IV~ yap ai5T~ TOU TE aÓA~Tp\, óvó~aTo, de esta lectura, cf. LS vol. 2: 23 1.
5 Kal TOU <01 >UP'lpévou. oEuTépa OE: napa t~V €V TOIr; &1tAoIr; <óprovu- 14 KAINYKENHnAPEAA!!EN La ambigüedad radica en que, dentro de la expresión en su conjun-
j..líav>, erev "av8peioe;", ~ yap xmov ~ avOpúmor;· tpÍTov OE: napa T~V EV to, la letra H puede en principio ir con KEN (KEV!Í : vacío), con nAP (~1[o.p: hígado) o funcionar como
Toi<; cruVOéT0 1~ ópoovuJ..lÍav, orov "av9poonó<; EO"'ttV'" 6.¡.upíPOAOe; yap Ó disyunción (~) y, dependiendo del caso, hacer que la expresión en su conjunto tenga un significado distin-
Aóyor;, ettE r~v oúcrÍav EltE r~v m&O"tv dval m,).wív€t. r€Táptov oÉ Eorl to. Cf. LS vol. 1: 228 y Edlow 1977: 66-67.
napa T~V €Met\IIlV, < roe;> "lÍVO~ crU sI;" Kal yap B)J.ebTEl ro 8H1 17 nCvtlÍ"KOv"t' o:vopéliv B"Ka"tov AlnE oio~ i\Xv..Azú<; Como bien observa Edlow (en su comentario a 88,
18, lugar donde también figura este mismo ejemplo, cr. Edlow 1977: 119-20), la ambigüedad radica en
1O oe
~léoou, orov oW7rór ou ~ 1taTpOt;. 1té¡. ut1ov 1tapa TOV nAEovaOj..lÓv, roonEp que lanto nEYn'¡KOVTo. como ÉKOtÓv, por ser indeclinables, pueden entenderse como objeto de Áín€ o como
~ TOtaÚTl"] "amwópeuo€V u1Jré9 ).l~ ltA€iv"· TO yap ")J.~" 1tPOO"K€Í)J.EVOV á).l<pÍ- genitivo partitivo junto con civOpéliv: "el noble Aquiles dejó cincuenta de cien hombres" o "el noble
oo~ov 1tOl€i ro 1téiv, €lle TO 1tA.€iv a1t'lYÓP€UO"EV ElTE TO ~l) trAsiv. EK1T]V Aquiles dejó cien de cincuenta hombres", aunque en este último caso, el signicado es absurdo por ser
cpacrlv etval Tl)V )J.~ 81aowpoOoav Tí ~leta lívo¡; aO"llj..lOv )J.óptOV rÉTaKTUt aritméticamente imposible, lo cual parecerla eliminar esta opción y, junto con ella, la ambigüedad. Sobre
ro~ EV T(9 "KAfNYKENHITAPEAALrEN." r o yap <11> crtOlXEiov ' este problema, cf. el comentario de Edlow ad 88, 18.
15 av yÉVOtTO <11 rrproTOv ~ TeAsutaí'ov ~> OtU~euKT1KÓV. éPOÓ)J.l1 oÉ 23 O:O"lÍllavtOV ).l.ÓptOV <Kal> or¡~atvov Se trata de la diferencia entre el sexto y el séptimo tipo de am-
EcrtlV 11 )J.1) oll),ouO"u Tí peta tívor; rÉTaJCtat OTJJlavTtKOV )J.óptov, cb~ BV tOO bigüedad.
" nEvr~KOVt' 6.vop&v €KaTOV Aírre oioe; AX1)J..t=;Úr;". • 10.10 Simplicio, ill ca1. 24, 9-21 (LS 37S; FDS 1257)
6y0ó11 <o' 11> Il~ or¡)..oOO"a rí É1tl r í ava<pépe1at, ror; EV TOO KaL AtyOUO"lV KaA.&¡;, Bn
::óírov <~ml ~a1.> 8é:?v", e~P01~ av' a0t"r¡AOV yáp ÉatlV, ~l'rE Enl tllV O)J.<polépwv &11:0 rcOv n:pay¡..tútwv yíVl>tat 8ilAa tO ó¡.t(Óvufl.a, orav roO aúwO óvó)J.aror;
20 ~naP5IVAava~Ep~:al Ett€ ~m TOtOUtOv OlOV Ó óíwv 0éoov Émlv ~ náAtv. ( ... ] P1)O€vro~ Eyro !lEY l:ü..A.1)v €VVOlaV, crU 0& tlUflv 1tEpt toi) OVÓ¡.tat O¡; n:popaA.M:ú-
erloe rrroe; OUK EU'lBsr; TaL<; ycvIKaie; ota<popaie; d8lKo<; ¡..tEea, &O"1tEp roü KÚrov ovó j..taror; P'leÉvt~ EYro !lEY tOV XEpcraiov, crU o~
<1tpocr>Katap18¡.tEioOat, KaOárrEp Eltl rcov KaTa r11v OtClipEO"IV nOlOualv 5 TOV OaMhnov EvvOlíoetar;. 010 Kal Ev tOl<; nap' Ó).lúlVUfl.\aV mJMoytofl.oi~
6.o~).1avtov )J.ÓplOV < Ka\.> Oll)·tClivov OlatPOÚ¡..tEVOt· Aáj301 yop <av tlr;> ticruXáSElV oi OlaAEKrlKOlltapaKe.A..hÚOVrat, E(¡)~ av En' 1:íJJ...0 O"l"lfl.atvój.lEVOV
oünoc; yE nAeíou~ Tar; stOtKae; ota<.popá~· En o'av TOOTOV TOV Tpórrov TtC Ó ÉproTooV ).le1ayáyu ro 5vo!J.a· orov, El' Tle; Éprotij. Ei6 xmuv 6.v8pEio~,
25 KOt tfjr; Ó)J.rovu~líar; nOl~OEte [0&] 1tAeíouC; Tar; stOtKa¡; Aeyo)J.É:Var; 8tacpop~ el rúx0t avopElo<; oov, mJyx'roPTJcró).1E9a· KaV Éprot~OU el Ó avopEio~ dhIIUXO¡;,
8Tt <al ).l€v> aurrov rrapa 10 ano rúxr¡r;, a i OE: napo T11V avaAoyiav 11 ' KCxl r our o OUYXWPllO"ó)J.E6a, OA110&<; )'úp · €l8e mJvayó.Yll Ot1 Ó XrrcOv apa
O)J.OlÓ'lta 1\ aAAov Ttva rpónov crovícrravtOl. 10 ei.Í\jfUXOS. evraOOa Tl)V 6¡..trovu)liav TOU av8psíou 01UOTEíAacrea.1 Kal oSU;at [r~v
avopEíav ~youv r~v cuo/UXíav] on aAAroc; J..l EY €n:1. toí) XtTWVOe;, aMro~ OE
Ent TO'\) r~v avopEiav €XOVTOC; Aéystat. maTe t U npánlara K1Jpíror;, OÚX1. rO.
252
Capítulo 10

6vó~ara notEl t~V Ó)lúlvu)líav. Capítulo 11


J Atyouow JLK : )"ÚO'l\! btáyouO"l n~ LOuro Av La división de la física
6 ~cruXá~Clv cf. 7.7 así como PH 2.253 Y Cicerón, Acad. 2.93 con comentario en Bobzien 2002- 228-
230 Y LS va!. 1: 230. .
5 rov ea1ámov puede tratarse del tiburón. Cf. LSJ s.v. JCÚrov N
12 - 13 "
. w<rre ta" npcryj.lClta .K1.IplCO<;,
" aux1 TU'6vópaTa 1rotd t~V ÓIlWvu/líav Esto parece contradecir la idea 11.1 DL 7,132- 133 (LS 438)
~OS le?lda por algunos estudIOsos (ef. Bames-Bobzien-Mignucci 1999: 158) de que la homonimia pueda [Los estoicos] dividen la teoría física en área que se refiere a los cuerpos, [la que trata] de
lI1<:lulrse en la categoria de Jos sofismas debidos al sonido vocal (napa. t~V <pú:rvT¡v). los principios, de los elementos, de los dioses, de los límites, del lugar y del vacío. De este
10,11 Plutarco, eN 1084C-D (SVF 2,665; LS 51G; FDS 971) modo (están dividiendo la física] en sentido específico. Pero [también la dividen] genérica-
KCll )l~ SU<JXepctlvÉlrocrav En:l tClt,,[' ayó~IEvOl tOO mente en tres áreas: la que se refiere al cosmos, la que se refiere a los elementos y la tercera es
Kata )lIKpOV AÓyú), XpUOÜtltOU )lvll¡..toveúovte~·¿v te9 1tPro- la etiología. Afirman que el [área que se refiere] al cosmos se divide en dos partes, pues los
tc!> nov <DuO"tKillv Z'lt"fJ¡..tátrov oihw 1tPOcráyOVTO~' oux matemáticos tienen en común [con los físicos] un único examen de él, examen en virtud del
lÍ )1€V vU~ 0&)1' EOTiv, Ji 8' É<mépa Kal Ó 5pepo~ Kat tO cual investigan no sólo acerca de las estrellas fijas, sino también de las errantes (sc. los plane-
5 péaov t f¡¡; VUICt~ oro)lat' OÜK ¿cmv' ovo' 1; )lEV ~)lépa tas); por ejemplo, si el sol es tan grande como parece, y s i del mi smo modo es así con la luna,
arup' emlv OUX1 os Ka1 ~ VOU¡.lTlvía milpa Ka1 ~ 5éKátl1 y sus investigaciones se refieren a la rotación [de tales astros] ya asuntos semejantes a éstos.
Kal trEVTEKatOéKátl) Kal ~ tplaKac; Kal 6 JI~V arup' Éal l Sin embargo, hay otro examen del cosmos que únicamente atañe a los físicos, examen en
Kat 10 9épo~ Kat 10 <p9lVórrwpov Kat Ó ÉV1CtU1ÓC;. virtud del cual se investiga no sólo su sustancia, sino también si el sol y los astros se compo-
nen de materia y forma, y si [el cosmos1 es generado o inengendrado, animado o inanimado,
24 Sobre la relevancia de es~e texto para entender la postura estoica sobre el sorites, cf. Williamson 1994: corruptible o incorruptible, y si es administrado por la providencia, etc. [El área] de la investi-
-26 (cf 25 n. 33) y Bobzlen 2002: 217 n. 3 y 227 n. 36 a quienes nos referimos en el comeDlario Cf
KonSlan 1987: 2?-28 : "[ ... ] aeeor~¡ng (O eertain sehools, apparently ineluding the Stoies and one fa~tio~ gación causal también tiene dos partes: la investigación de los médicos tiene en común con [la
among the skep~lCs (and als.o Epleureans and ecrtai n medieal writers, if Iheir referenees lO atoms and fisica] una sola vía de investigación de ella; en virtud de dicha vía de investigación, [los fisi-
pores are.any eVldence on IbiS score), there exists a class ofnon-cvident things sucb Ihat it is not Ihe case cos] investigan sobre lo conductor del alma, sobre lo que sucede en el alma, sobre las semillas
Ihal we slr.np:1y do n01 know, or do no! yet know, whether rhe predieale F or -F applies lo tbem, but ralher y sobre asuntos semejantes a éstos. Los matemá ticos también reivindican la otra [parte de la
~ueh tbal It IS true that we can apply neilher F nor -F [ ... ] all the examplcs of this class of phenomcna etiología]; por ejemplo, cómo vemos cuál es la causa de la imagen del espejo, cómo se forman
mV?lve very large numbers of thmgs, and, mo~e speci ficall y, the faet that a eertain pair of eontradietory las nubes, los tnlcnos, los arcoíris, los discos [del solo la luna], los cometas y los fenómenos
~ttn butes - oddness and evenness- that are predIcable of ordinary quantities are neithcr oftbcm predicable
semejantes.
I~ the .c:ase of r.h~ numbcr of stars or of the hairs in one' s head." Sobre este tcma y. en particular la
dlseuslOn de Cnslpo sobre el dilema del cono según Plutarco, eN 1079E-1080D, cf. Hahm 1972. '
11.2 Simplicio, In Phys, 29 1, 21-292, 31 (Frag, 18 EK)
Alejandro trabajosamente c ita un pasaje de Gémino que deriva de su compendio de los
Meteorológicos de Posidonio; dicho compendio tomó los puntos de partida de su exposición
de Aristóteles. El pasaje es así: «Corresponde a la teoría fisica examinar lo relativo a la sus-
tancia, al cielo, a las estrellas, a la fuerza, a la cualidad, a la generación y la corrupción y, ¡por
Zeus!, es capaz de probar 10 que se refiere a su tamafto, figura y orden. Por otra parte, la
astronomía no intenta hablar de nada de tal índole, sino que muestra el orden de los c ielos tras
declarar que el cielo realmente es un cosmos, y habla de las figuras, de los tamaños, de las
distancias de la tierra, el so l y la luna, de los eclipses, de las conjunc iones de las estrellas, y de
la cualidad y la cantidad en sus movimientos. De aquí que, dado que entra en contacto con la
teoría que se refiere al tamaño, a cuánto y de qué tipo es la relación que tiene con la figura, es
así verosímil que requiera no sólo de la aritmética, sino también de la geometría. Pues sola-
mente de aquellas cosas respecto de las cuales dcclaró que proporcionaría una explicación es
capaz de demostrar a través de la aritmética y la geometría. Pues bien, en muchos casos tanto
el astrónomo como el físico se propondrán demostrar el mismo asunto capital; por ejemplo,
que el sol es grande, que la tierra es esférica. Por cierto que no seguirán los mismos caminos:
pues el fisico demostrará cada cosa a partir de su sustancia, o de su fuerza o dc que es mejor
que sea así, o de la generación y el cambio. E l astrónomo, en cambio, [demostrará] a partir de
las propiedades de las figuras o los tamaños (de las cosas], o a partir de la cantidad del movi-
miento y del tiempo que a él le corresponde. Y micntras el físico muchas veces entra en con-
tacto con la causa cuando considera la fuerza productiva, el astrónomo, en cambio, cuando
demuestra a partir de los sucesos externos, no se vuelve un observador apropiado de la causa;
254 Capitulo 11 La división de la fisica 255

por ejemplo, cuando explica que la tierra o las estrellas son esféricas, y a veces ni siquiera diferencia entre el filósofo natura l o fis ico (que, en sentido estricto, es un "etiólogo", alguien
apunta a captar la causa, como cuando habla del ec lipse. A veces [el astrónomo] descubre por que conoce las causas de los hechos naturales y, por tanto, la estructura del cosmos) y el
hipótesis, dando cuenta de algunos modos a través de los cuales, si ellos [efectivamente J astrónomo. En la división de "áreas" que proporciona el texto 11.1 se advierte que los temas
existen, los fenómenos se conservarán. Por ejempl o, ¿por qué el sol, la luna y los planetas de la física son los cuerpos, los principios y elementos, los dioses, los límites, el lugar y el
parecen moverse de un modo anó ma lo? Porque, si suponemos que sus círculos no tiencn vacío. Habida cuenta del corporeísmo estoico es clara la inclusión del tTatamiento de los
como centro la tierra, o que los astros giran en ep icic los, su anoma lía aparente se conservará. cuerpos, de los elementos y principios que, como reporta nuestro capítulo 14, textos 14.1-
y habrá que desarrollar la explicación en relación a cuántos modos es posible que estos fenó- 14.2, también son cuerpos. Lo mi smo puede decirse del tratamiento de los dioses, pues, como
menos se cumplan, de manera ta l que el tratam iento de los cuerpos ce lestes errantes se parece se sabe, dios es lo mismo que el principio activo y el fac tor causal por antonomasia, de modo
a la etiología de acuerdo con el modo posibl e. Es también por eso que hay un cierto Herácli- que, en virtud de su fisicalismo y realismo corpóreo, dios también debe ser un cuerpo. Puede
des del Ponto, que se adelanta y dice que, aunque la tierra en cierto modo está en movi miento resultar curioso, en cambio, incluir los límites, el lugar y el vac ío entre las áreas propias de la
y el sol está detenido, la anomalía aparente del sol puede conservarse. Pues no corresponde en física, pues son incorpóreos (el lugar y el vacío aparecen habitualm ente en las listas tradicio-
absoluto al astrónomo saber qué se encuentra detenido por naturaleza ni qué clase de cosas nales de incorpóreos). Pero, en ri gor, eso no tiene nada de raro pues, aunque incorpóreos, esos
son movibles, sino que, al introducir hipótesis relacionadas con el hecho de que algunas cosas factores son cruciales en la constitución del mundo fisico (una distinción similar aparece en el
están detenidas y otras en movimiento, investiga a qué hipótesis acompañarán los fenómenos texto 11.3 ; según Séneca, la divi sión principal es entre corpóreos e incorpóreos. Los cuerpos,
celestes. El astrónomo debe tomar sus princi pios del físico, [a saber], que los movimientos de a su vez, pueden subdividirse en los que producen o actúan, por un lado, y los que reciben la
las estrellas son simples, uniformes y ordenados, y por medio de [tales principios] podrá acción, por el otro. Se trata de una fór mul a abreviada de una de las definiciones de cuerpo: "lo
probar que la danza de todas las [estrellas] es circul ar , y que unos giran unas junto a otras, y que puede produc ir una acc ión o recibirla". Cf. capítulo 2).
otras en círculos oblicuos". Pues bien, ésta es la manera en que Gémino, o (más precisamen- Pero el pasaje más sustancioso de este capítulo es el texto 11.2 que reporta una di scusión
te] , Pos idonio j unto a Gémino transmite la diferencia ent re filosofia natura l y astronomía, del estoi co Posidonio sobre la naturaleza de la física corno conocimiento de la natura leza y del
luego de tomar de Aristóte les sus puntos de partida. físico como portador de tal c~nocimiento. Pos idonio se propone mostrar que la diferencia
11.3 Séneca, Ep. 89, 16 radical existente entre el fís ico y el astrónomo resi de en el hecho de que en tanto el astrónomo
La pa rte de la filosofia natural se divide en dos partes: corpóreos e incorpóreos. La una y solamente describe los hechos como siendo de un modo u otro, el fís ico U.e. el fil ósofo de la
la ot~a s~ dividen, por decirlo así, en sus grados. El lugar de los cuerpos [se divide] primero en naturaleza), en cambio, es capaz de demostrar o probar (aTroOWCWVal óúvaTm) lo concernien-
los SIgUIentes: en aquell os [cuerpos] que producen y en los que se originan a partir de éstos. te a los fenómenos celestes: examina la sustancia (i.e. la materia o principio pasivo) , el cielo,
Pero los. que se origina [de ~stosJ son los elementos. El lugar mismo acerca de los elementos, las estrellas, la fuerza o poder (probablemente, como indica Kidd 1988: 130, se refiere al
como pIenSa? ~Igunos, es SImple; otros [creen] que se divide en materia y en la causa que poder de l principio activo), la cualidad de las cosas celestes, su generación y destrucción. El
pone en mOVImIento todas las cosas y los elementos. astrónomo, en cambio, aunque " muestra" el orden de los cielos y afirma que el cielo es un
cosmos, habla del sol, la luna, sus tamaños, etc., s6lo lo hace en un plano puramente descrip-
COMENTARlO to. En rea lidad, uno advierte que éste es el caso un poco más adelante en el texto, cuando
Como ya hemos visto en el capítulo l (y como veremos en el 21), aunque los estoicos Posidonio proporciona su argumento de fondo para indi car que entre el fisico y el astrónomo
e.ran proclives a ensayar di visiones y subdivis iones de las partes de la filosofia, también enfa- hay una diferencia crucial, pues en la secc ión inicial del pasaje tanto el físico como el astró-
tIzaban permanentemente que ninguna de tales partes podía entenderse independientemente nomo "muestran" o "demuestran" (ÚTrOO€lKVÚvm), aunque el contexto sugiere que solamente
de la otra (las imágenes más elocuentes al respecto aparecen en el cap ítul o 1, texto 1.2, donde la "demostración" del fís ico va por el lado de una prueba y la del astrónomo consiste en una
se compara la fi losofia con un animal). "Física" es, según los estoicos, lo que uno hace cua n- me ra indicación descriptiva de un estado de cosas. Es claro que la astronomía (acrtpoAoy{a) es
do invest iga el cosmos y Jo que hay en él (cf. de nuevo capítulo 1, texto 1.] ) . La física estoica una discipli na "científica" (también ella hace uso de la geometría o la aritmética cuando debe
es muchos detalles deudora de la física platónica del Fed. y, especialmente del Tim.: Jos estoi- hablar de los tamaños de las cosas, por ejemplo) pero, a diferenci a de la fisica (que es una
cos no só lo adoptaron algunos aspectos relevantes de la exp licación platónica de la naturaleza disc iplina "filosófica"), parte de supuestos que no tema tiza y no está particularmente interesa-
(como la de de fender la idea de que el cosmos es un animal y que, por tanto, está dotado de da en asuntos tales como la sustancia de las cosas o la fuerza activa que atraviesa y configura
alma, la misma que da cuenta de los procesos regulares y ordenados del mundo), sino también la materia, etc. La fis ica, entonces, se muestra así corno anterior a la astronomía pues ésta
algunas tesis asociadas al naturalismo platónico que construye sobre la base de la distinción parte de aquella, y aunque en algún momento ambas se propongan demostrar que el sol es
macro-microcosmos. Este aspecto deriva en la idea de una ética cosmológica y de la relevancia grande o la tierra esférica, sus caminos o metodologías son diferentes. El punto de partida del
del punto de vista del todo sobre el punlo de vista del individuo, que es considerado como una fis ico es la sustancia o la fuerza de algo, su generación o cambio, o "que es mejor que algo sea
"parte" del todo que es el cosmos (algunos críticos han argumentado que la idea de una ética así" (una frase que recuerda a Platón; cf. Fed. 97c-98e; Tim. 48a); el astrónomo, en cambio,
cosmológica es una tesis prop ia del estoic ismo romano, sobre todo de Marco Aurelio; cf. solamente se concentra en las propiedades de la figuras (aTro 16'JV OU~l~E~l1KÓ100V "tOU;
An nas 1993: cap. 5 y Annas 2007. Sin embargo, la idea ya está presente en el Himno de Cle- ox~ ~ao"lV) o en los tamaños de las cosas. En suma, la diferencia decisiva entre el físico y el
antes - cf. nuestro capítulo 17- y en el significativo pasaj e de DL 7.88 (= capítulo 23, texto astrónomo es que aquél entra, efectivamente, "en contacto con la causa o explicación"
23.1). (qmO"lKOC; 1~C; o.h{ac; ... éhjl€lm) del hecho, y éste, en cambio, al "demostrar" a partir de hechos
Los tres pasajes que hemos incluidos en este capítulo se centran en la divis ión del discur- ex ternos, no es un observador atento de la causa. Pero, como muestra Kidd (1988: 133), el
so o teoría física (textos 11.1 y 11.3) Yen Ulla inte resante di scusión de Posidoll io acerca de la procedim iento propio del científico (el astrónomo) solamente se asemeja al de quien hace uso

1-..._ _ _ _ _ _ _ _ __ __ _
256 Capítulo 1\

de la etiología en cuanto al método posible. El astrónomo, siguiendo su método, que "descu- Textos Anotados
bre por hipótesis", parece conservar los fenómenos pues ofrece una cierta explicación; sin La división de la física
embargo, hay una significativa canti dad de otras hipótesis que pueden acompañar a los fenó-
menos celestes, pero dado que el científico, a diferencia del físico (el filósofo de la naturale-
za), es incapaz de saber qué es lo que se encuentra en reposo por naturaleza o qué tipo de
cosas están sujetas a movimiento, se queda en el plano de las meras hipótesis. Dicho de otra 11.1 DL 7.\32-133 (LS 438)
manera, el astrónomo es parasitario del físico, pues sin los principios de la física no puede Tov 8€ q>uO"IKev "Aóyov OI01pOUcrtV Ei'~ rE rev lIEpl aco¡.¡útrov
probar los movimientos circulares de los astros o cómo gira cada uno, si unos junto a otros o rÓ1tov Kal 1tEPl apxrov Kal cHOtXE1OOV Kal OErov Ko.l1tEpán.ov Kal
si en CÍrculos oblicuos. tÓ1tOU Ko.l KEVOU. Kul oütOO I-lEY dOIKro~, YEV1Kro~ 8' de; tpEle;
Parte del contenido de este pasaje de Posidonio coincide con la informac ión que propor- tÓ1tOU~, tÓV tE 1tEpl K6crl-loU Kal tev 1tEpl trov crt01XEÍoov Kal
ciona el texto 11.1 , pero lo má s relevante de su contenido se centra en el hecbo de que el 5 tpÍtov tev aitlOAoylKÓV.
estoico ya parece haber visual izado una diferencia esencial entre la "ciencia física" y la " fisica Tev BE 1tEpl "tOU KÓOI-lOU 81a1pda9aí q>Ucrtv Ei~ Mo I-lÉPll· I-lU~
filosófica": la primera procede mediante meros supuestos que no puede finalmente exp li car; yap crKél.¡1EI É7UK01VroVE1V a\}tou Kal tOVe; a1to trov l-la9 11llátCIlV,
la segunda da los puntos de partida y, por ende, los fundamentos y explicaciones estrictas de KaS' ~v ~Tl"tOücrt 1tEp{ tE "tcOV a1tAaVcOV Kal tcOV 1tAaVOOI-l8vrov, otov
tales hipótesis. d o ~AtÓe; Émt tllA1KOUtO~ ~A{KOe; q>aíVEt01, Kal óIlO{We; El ~
1O aEA~vll, Kal1tepl 81vf¡aEro~ Kal tcOV o¡,¡olwv toúrote; ~l1t11llátoov.
hépav 8' auro\) UKél.¡ltv etval ~tte; IlÓVOte; tOle; <pucrtKole; bt:l~állil,
Ka9' ~v ~lltElrat ~ t ' ouata aótoü [Kul ei o ~)..10<; Kal oi. amép~
€~ Ü)..ll~ Kal E180ue;] KUI d yevlltOe; ~ ayévlll0e; Kal El E¡.to/UXOC; ~
cÍl.¡ruxoe; KUt si. cpSaproe; ~ acp80.ptOe; Kat si. 1tpovolq. btolKelrat Kal.
15 m::pt tcOV Aomoov. t6v l' altloAoytKOV etvat Kal o.urov 81I-lep~'
I-lH'J. S' autoü ÉmuKéo/el É1tlK01VWW:1V t~V tcOV iarprov ~~tr¡O"lV,
KaS' ~v SlltOÜcrt Ttepí re tOÜ ~yE¡.¡ovtKOU tfie; \lfuxf¡<; Kal trov &v
\VUxTI ylVollévrov Kal1tepl cmep¡.tátrov Kal r oov toúrote; ó¡.¡o{oov·
tOU 8' hépou Kal roue; a1to tcOV ¡.¡a9T]¡.¡árrov crvtl1totE"la8Clt, otov
20 mue; 6p&IlEV, tl~ 1Í aitía r"lie; Katompucfle; q¡avtaaíae;, 01tCOe; véq>ll
cruvíma"tCtl, ppovtal Kat tpl8E<; Kat éiAroe; Kat KOI-ll1ral Kal ta
1tapaTtA~O"la.
2-3 Kal t61tou Kal KEVOÜ codd. : tOÜ KOOIlOU Kal t61toU K&vOÜ Suda 4 t61tou¡; F: toÚtou¡; B P 12-13
[Kal d Ó ~).10c; ...Kat Etoou¡;1 del. Usener el Marcovich

11.2 Simplicio, 111 Phys. 291,21-292,31 (Frag. 18 EK)


'O Se 'AA.é~avbpoe; cpv..01tóvrot; Aé~lV nva toí) fel-lívou 1tapat(911ow EX
T~e; e1ttto~iie; tcOV IIoaewwvlou MEteropoAoylK&V <rile;> €~l1y~aEroc; rae; &(j)oPl-la~
nxo 'AP10tOtÉAOV, Aapoíicrav. EX&! SE ",oo' 'ti;, ~€v CPVOl1<1'i, OOOlpía, Écrt\
ro UK01tE1V n:epí te ouaíac; oupavoü Kal. ñmpoov Kal buvál-lEro~ KalTt0l6tT]tOC;
5 yevéaEooe; tE Kal. cp8opéic; KCl1. vi¡ ~la roútrov Ttep1l-leyÉSoue; Kat aXlÍ)laro~
oe
Kal. tá~ecoe; an08etKWvat Búva"tCtl" ~ ampoAoyía 1t8pl. TOloúrou )levou-
8EVo~ B1ttXfnpel AÉyElV, an:ooEÍlCVUat 8E nlv tá~lV tOOV oupavíoov Kóa¡.tov ov-
1"00<; a1toq>~vaaa tOV oupavóv, m:pl te crxll¡..táTwv 'AtyEl Ka1 ~LE"fee&V Kat
a1tocrtr¡¡.tátrov yi1e; te Kal l').JOU KUl. aE)..~VllC; Kal n:8pl eWllVErov Kat cruvá-
10 \lfErov tOOV lícrtprov KalTtEpl tile; Év tale; q>opale; autoov lIotÓtllTOe; Kal 1too6-
tT]roe;. oSev ¿n:eto~ t~e; 1teplnoaov Kaln:llAíKOV Kut notov KUta. crxfl¡.¡a
8Eoopíae; €q>ámetal, dKÓtroe; apI9)lllt1K1le; t e Kal yEw¡'¡Etpíae; €oE~8T] talhU·
KalnEpl. Toúnov, &!v úmoxvElro ¡.¡óvcov AÓYOV á1tooffiaElv, 81' a.pt8)lT]tlJCiie;
1& Kal yeoo ~Etp(ae; cru~p\p6.setv tcrxúet. 1to)..)..axoí) tOlVllv laUtOV Keq>áAatO V
15 a1tOBE1~alnp09~osml otE acrtpo}..6yo; Kal Ó q>uatKÓC;, otov att ¡.ttrac; ó
~)..tOe;, Ott aq>(ltpoEt8~e; ~ Yl1, ou I-l~V Kata ta~ aU"tae; ÓbOUC; pablOUVrat.
Ó I-lEv yap &.no t"lic; ouotas ~ t~<; ouvólleroe; il tOU al-lEtvOv OütOOe; €x Etv il
258 Capítulo 11

o
&:1[0 rile; Yf:VáOEro<; KC1.1. )lf:tapoAfjc; EKucrta (htOS€í~€I, óE cino TOOV OU).1PE- Capítulo 12
Pr¡KÓTOOV lOte; crx~)lacnv ~ )leyé9Ecr1V ~ o.no tfjr; 1tocr6TTltO<; rile; Klv~cr€roC; Cosmos, hálito y teleología
20 Ka! rou €qlO.Pf1ÓTIOV'tOC; autij x.pÓvou. Kal Ó ,.uN c.pUOIKOC; rile; ai'ríac; noA.-
ACtXOU éhVf:tat EiC; t~V 1rolT]ttK~V MVC1.)ltv o.7topA.énrov, Ó a€ acrTpoA6yoC; ¡hay
0:71:0 '[(BV E~toeEV cro~lP€P'1K6tÚ)v cmOOE1KVÚll. DUZ iKC1.VOC; e€Clt~C; yívetat lije;
ahíac;, otov oTe crc.pmpoElofj 't~v yfjv ~ tU acrtpet an:oMoro(f1v, eVlaXou se 12.1 E.tobeo, Ecl. 1.184, 8-185, 24 (SVF 2.527)
ouoe t~V uitíav Aapeiv b.píerat, roe; orav 1tepl €KAeh¡.reco<; OlQAÉyT]tat' aMo- De Crisipo. Crisipo afirma que el cosmos es el sistema compuesto de cielo, tierra y los
25 te Si; KaS' {nró8eaw eúp(oKEl TPórrOUC; nvac; o.1tootSOÚC;. c1v únapxóvn¡)V seres naturales que existen en ellos, o el sistema compuesto de los dioses y los seres humanos
O'roe~cn;tat -dI <PC1.WÓj..lEVU, otov Ola Tí avro¡..¡áAro<; ~AtoC; Kat (JEA~VTl KUt Di y de las cosas que se generaron con vistas en ellos. De forma distinta, se dice que cosmos es el
1tAá.VT]tE<; qluívovrat KlVOÚflEVOt; on El úno8<Í:lf1e8a EKKÉvrpOUC; U\h&v tOUe; dios conforme al cual se origina y termina la ordenación cósmica. De lo que se ll ama cosmos
JOJKAOUC; ~ KCU' €7tÍKUKAOV TrOAOÚj.1EVU la ampo., crú)9~cr&tCll ~ <palVO~U!V'l conforme a la ordenación, una parte gira en su periferia y otra permanece [en él). Gira en su
ovwJ1uAía aúroov, 0811081r8 ElI~EASelv, KaS' OOOU~ 5uvarov rpólIou~ raura periferia el éter, pero permanecen [en él] la tierra, las cosas húmedas que se hallan en su
30 olIoreA.eloSm rO: c.patvó~a, wcrre €OIKéval -r'fi Karo: -rov tv5exó¡.u>Vov rpólIov superficie y el aire. En efecto, el soporte de la totalidad de la substancia es, por naturaleza, la
ahwAoyíq -r~v 7r€pt -roov 7rAUVOOIlÉvrov aorpcov 7rpaYJ1Ctreíuv. 510 Kal7rapeAOCÓv más densa de todas las cosas en el mismo sentido en que, en los animales, [el soporte] son los
-r(~ c.p1101V 'HpaKAel8'l~ ó DovnKó¡:;, OH Kal KlVOUIlÉVT]~ 7rüJ~ -r~~ y~~, tOU huesos [por ser lo más denso que hay en ellos] . Eso [sc. el soporte del cosmos] recibe el nom-
O€ ~Aíou J1évovtÓ~ rrro~ OóVUtO.l tí m::pl tOV ~AIOV c.putvo¡.J.ÉVT] ovroJ1aAía bre de " tierra". A su alrededor, el agua se esparce de manera esférica al distribuir su masa de
o0~€O"Oat. OAro~ yap OUK BaHv ampoAóyou tO yvOOVCtl, rí ~peJ1aí'6v son modo más uniforme. Por cierto, cuando la tierra tiene ciertas sal ientes irregulares que protru-
35 tU <pÚcrel Kalrrola ta I(lvT]t6, OlAa ¡'moeéa€l~ 8tc:n1YOÚ¡.tEV~ tooV J1EV J1S- yen por encima del nivel del agua, se les llama "islas". En cambio, las [salientes) que más
vóv-rrov, -rOOv 8E K1VOUJ1€:Vrov (Ucon€l, tíow unoS€:o8olV aKoAouS~cret ta Kata sobresalen reciben el nombre de "continentes" debido a la ignorancia de que ellas también
-rov oupavov c.pmvóJ1eva. AT]mÉov O€ autcg apxa~ napa toU qmcrtKoü, ém),a~ están rodeadas de vastos mares. El aire, por su parte, se constituye a partir del agua exacta-
dvat Kal ÓIlClAa¡:; Kalr8tClY~lSvCt!; KtV~cr8t~ t ooV aotprov, Ot' rov a1(ooeí~el mente como una evaporación y se esparce esféricamente [a su alrededor]. Y de éste proviene
EyKÚKAlOV oÚoav t~v xopEÍav ánávtrov tmV IlEV Kato. napall11Aou~, tmV OE el éter al ser el más suti l y puro [de los cuatro elementos). Lo que se llama cosmos según la
40 KCHa Ao~OU~ ICÚKAOV~ eíAOu)..IÉvrov'. OÜtCOt; )..IEV ouv Kal ÓrÉ).LtVOt; lÍ'tOl Ó ordenación se descompone en esos seres naturales. Lo que gira circularmente en su periferia
napa tcp rE)..Iív(9 nooel8cóvw~ t~V 81ac.pOpaV t~t; te c.pucrtoAoyíat; KaI 't~~ es el éter, en el cual se sitúan los cuerpos celestes - tanto las estrellas como los planetas- en
aotpoAoyía~ lIapaoí8rocrtv ano toÚ 'AplcrtO'tÉAOU¡; ro.<; aq>OPllo.<; Aapcóv. virtud de que la naturaleza es divina y de que está animada y ordenada conforme a la provi-
dencia. Es imposible conocer la cantidad de estrellas que hay, pero siete es el número de los
2 trov fortasse < l~~> l rov Diels 3 lE DE : til~ F Ald. 4 post oúaíru:; add. 101,) F Ald. S vr¡ ttía <OHl>
Bake 8 post oúpavóv add. Kal F Ald. 11 post t~~ 1tEPI add. lO D 13 IlÓVWV DF : IlÓVOV E Ald. / 01' planetas y todos ellos están menos alejados [de la tierra) que las estrellas. Corno también se
om. D IS 61tooElsac; E Ald. I ó ante qJua l K~ om. F Ald. 20 t~ ~ ait ía~ RoHalOÜ éhvetal D :/ ta~ observa, éstas se ordenan sobre un mismo plano, mientras que los distintos planetas {se orde-
aítÍac; 1tOAAaXOÜ oljletal EF 23 aitíac; DEF : ouaíac; Ald. Ald. 24 OOOf: om. D 27 1tAaVlítl1~ F Ald. 28 nan] sobre distintas esferas, aunque todas las esferas de los planetas están contenidas en la
1tOAOÚIl€Va F Ald. : 1tllAoúlleYa D: 1tOAOÚIlS8a E l ta acrrpa om. D 32 'HpaK4(óI1C; ó Dovt\xó; sec!o esfera de las estrellas. Después de la [esfera] <de las> estrellas, la más alta [de las esferas] de
Tannery / post nOVtlXÓC; add. ID..eyev Ald. 36 (JX01t€i] O"IOO1te\ D 41-42 xal t~C; ampof...oyíaC; om. F / los planetas es la de Crono, después de ella está la de Zeus, enseguida la de Ares, a continua-
toO ante 'AplcrrOtO,Ol)~ om. DI
ción la de Hermes, después de ella la de Afrodita, después la del sol y, al frente de todas,
2 t&v noo€lowvíou MEteOOpoAO)'tKrovCf. DL 7.138 (Posidon io, Frag. 14 EK). aproximándose al aire, la de la luna. Por ello también [la luna] parece ser [el cuerpo celeste]
31 aÍtlof...oyíg tT¡v ... 1tpanlatdav Cf. Posidonio, Frag. 176 y 223 (EK). Cf. supra texto 11.1. más similar al aire y el que, desde sí, más extiende su campo de acción a los fenómenos te-
rrestres. Debajo de la luna [se encuentra] la [esfera] del aire semoviente, enseguida la [del]
11.3 Séneca, Ep. 89, 16
agua y, por último, la de la tierra al asentarse sobre el punto medio del cosmos, el cual está
Natural is pars philosophiae in duo sc inditur, corporalia et incorporalia; utraque dividunrur
abajo de todo. "Arriba", en cambio, es lo que se sitúa encima de ella circularmente y en todas
in suos, ut ita dicam, gradus. Corporum locus in hO$ primum, in ea quae faciunt et quae ex
his gignuntur - gignuntur autcm elementa. Ipse <de> elementis locus, ut quidam putant, las direcciones.
simplex est, ut quidam, in materiam et causam omnia moventem el elementa dividitur. 12.2 Sexto Empírico, AM 9.331 -336 (SVF 2.524; LS 44A; FDS 869)
3 <de> elemelltis eod. del. Hense : elementis BQ: elementi Menteli et Schweighaeuser La investigac ión respecto del universo es obligada para los físicos (pues resulta absurdo
que ellos, al anunciar que dirán la verdad sobre el universo y la total idad, no sepan ~u.é e~ el
universo y cuáles son sus partes) y para los escépticos que pretenden refutar la preClpltaClÓn
de los dogmáticos. Pues bien, los filósofos de la Estoa suponen que el universo y la totalidad
son cosas distintas, pues dicen que el cosmos es el universo, pero que el vacío extracósmico
junto con el cos mos es la totalidad y que, por ello, el universo es limitado (pues el cosmos
está limitado), mientras que la totalidad es ilimitada (pues de tal clase es el vacío fuera del
cosmos). Epicuro, por su parte, suele llamar a la naturaleza de los cuerpos y a la del vacío
"universo" y "totalidad" de manera indistinta. En efecto, a veces afirma que la naturaleza de
260 12 Cosmos, hálito y teleología 261

todo lo que está en el universo es cuerpos y vacío, pero a veces que la totalidad es il imitada sistema compuesto del cielo, el aire, la tierra, el mar y todas los seres naturales que hay en
según ambas cosas, cuerpos y vacío, es decir, según la multitud de cuerpos y según el tamaño ellos. Pero "cosmos" también se predica de l hogar de los dioses y los hombres, <es dec ir>
del vacío, al ser cada una de estas dos infinitudes coextensiva con la otra. Por su palie, los que <del [sistema] constituido de los dioses y los hombres> y de todas las cosas que existen con
afirman que el vacío no existe en absoluto, como los peripatéticos, sólo predican los términos vistas en ellos. En efecto, "polis" se predica en dos sentidos: [por un lado] del hogar y [por
"universo" y "totalidad" de [os cuerpos y no del vaCÍo. También ha surgido una pequeña otro] del sistema compuesto de quienes sirven a los ciudadanos y de los ciudadanos, de modo
disputa respecto de la parte. Epicuro pensaba que la parte resulta ser distinta del todo, así que también el cosmos es como si fuera una ciudad constituida de dioses y hombres, los
como el átomo [resulta ser distinto] del compuesto, si es que efectivamente el primero carece dioses tomando la dirección y los hombres subordinándose a ellos. Y se da una comunidad
de cualidades y el compuesto, en cambio, las posee, siendo ya sea blanco o negro o, de fonna entre ellos debido a que participan en la razón, la cual es la ley por naturaleza. Todas las
general, dotado de color y ya sea caliente o frío o dotado de alguna otra cualidad. Los estoi- demás cosas, en cambio, se generaron con vistas en ellos y, siendo consistente con ello, debe
cos, en cambio, afirman que la parte no es ni lo mismo ni otra cosa que todo : la mano no es lo pensarse que el dios que administra todas las cosas es providente con los hombres, al ser
mismo que el hombre (pues no es un hombre) pero tampoco es otra cosa (pues se piensa que benefactor, di ligente, filantrópico, justo y poseedor de todas las virtudes. Por ello, también se
el hombre es hombre con ella). dice que el cosmos es Zeus, pues es la causa de la vida en nosotros. Pero, en la medida en que
se difunde en todas las cosas por medio de una razón unificadora y sin ninguna obstrucción
12.3 DL 7.137-140 (SVF2.526 y 634; LS 44F y 470) desde toda la eternidad, recibe el nombre de "Destino", [y también] de "Adrastea" porque
Aplican el término "cosmos" de tres maneras: a dios mismo, individualmente cualificado nada se le escapa y de "Providencia" porque gobierna cada cosa con vistas en 10 útil. Cleantes
a partir de toda la substancia, indestructible e ingenerable al ser el demiurgo de la ordenación decía que 10 que gobierna al cosmos es el sol debido a que es el más grande de los astros y
cósmica y, según ciertos lapsos de tiempo cua litativamente determinados , al absorber en sí contribuye en mayor medida a la administración de todas las cosas, al producir los días, los
mismo toda la substancia y generarla nuevamente a partir de sí mismo; también aplican " cos- años y los demás lapsos de tiempo . A algunos miembros de la escuela les parecía que la parte
mos" a la ordenación misma de los astros y, en tercer lugar, a lo compuesto de ambos. Asi- rectora del cosmos es la tierra, y a Crisipo que es el éter más limpio y puro en cuanto que, de
mismo, cosmos es el individuo cual ificado peculiarmente [a partir de] la substancia de la todas las cosas, es la que se mueve con mayor facilidad y la que recorre la totalidad de la
totalidad de las cosas o, según dice Posidonio en la Conformación meteorológica de los ele- revolución del cosmos.
mentos, un sistema compuesto de cielo y tierra y los seres naturales que hay en ellos, o tam-
bién un sistema compuesto de dioses y seres humanos y de las cosas que se han generado para 12.5 Cicerón, ND 2.39 (SVF 2.684; LS 54H)
ellos. El c ielo es la última periferia [del cosmos], en la cual se instala todo lo divino. El cos- Ahora que se ha examinado esta divinidad del cosmos, debe atribuirse la misma divini-
mos se administra conforme a la razón y la providencia, según dice Crisipo en el [libroJ quin- dad a los astros, los cuales son generados a partir de una parte sumamente móvi l y pura del
to de Sobre la providencia y Posidonio en el [libro] tercero Sobre los dioses , al difundirse la éter, sin ningún otro elemento, totalmente cálidas y translúcidas, de modo que, de una manera
razón en todas sus partes, así como en nuestro caso el alma [se difunde en todas nuestras completamente correcta, se dice que son seres animados y que sienten y son inteligentes.
partes]. Sin embargo, ciertamente [hay partes nuestras] a través de las cuales [el alma se 12.6 Cleómedes, Cael. 1.1,3-18 (SVF 2.529)
difunde] más y otras menos. En efecto, por un lado, están aquellas a través de las cuales se Si bien "cosmos" se predica de varias maneras, la teoría que ahora nos ocupa es acerca
propaga en cuanto disposición, como [ocurre] a través de los huesos y los nervios; por otro, del [sentido de "cosmos"] conforme a la reordenación cósmica, el cual se define del modo
aquellas a través de las cuales [se propaga] en cuanto razón , como [ocurre] a través de la parte siguiente: cosmos es el sistema compuesto de cielo, tierra y los seres naturales que hay en
rectora. De forma análoga, también el cosmos, al ser un animal (es decir, un ser dotado de el los. Éste comprende a la totalidad de los cuerpos, no dándose ninguno fuera de él, como se
al ma) y al ser racional, tiene al éter como parte rectora, según afirma Antípatro de Tiro el ha mostrado en otros [tratados]. En todo caso, no es ilimitado, sino lirnl tado, tal como resulta
[libro] octavo de Sobre el cosmos. Crisipo en el [libro] primero de Sobre la providencia y manifiesto a partir del hecho de que [el cosmos] está administrado por la naturaleza. En efec-
Posidonio en Sobre {os dioses afirman que el cielo es la parte rectora del cosmos, pero Clean- to, no es posible que haya naturaleza de algo ilimitado, pues la naturaleza debe controlar
tes que es el sol. En realidad, Crisipo, apartándose de 10 anterior (afirma que la parte rectora cualquiera que sea la cosa de lo cual es [naturaleza]. El hecho de que [el cosmos] tiene una
del cosmos es] la parte más pura del éter que hay en eso mismo que él llama, "dios primero", naturaleza que lo administra, puede conocerse, en primer lugar, a partir del orden de sus par-
<el cua l>, de modo sensible, se difunde a través de las cosas que hay en el aire y a través de tes , enseguida a partir del orden en que se dan los sucesos, en tercer lugar, a partir de la co-
todos los animales y <de manera física a través de> las plantas, mientras que, a través de la afección que hay entre sus partes, en cuarto lugar, a partir del hecho de que cada cosa fue
tierra misma, [dios se difunde] según la disposición. creada con vistas en otra y, por lo demás , a partir de que todas las cosas - incluyendo las que
12.4 Eusebio, PE 15.15.1-9 (SVF 2.528 y 642; LS 67L) son propias de las seres naturales particulares- poseen un uso altamente benéfico. Por consi-
A todo el cosmos junto con sus partes propias las llaman "dios" y afirman que es uno y guiente, al poseer una naturaleza que <lo> administra, [el cosmos] está necesariamente limi-
único, que está limitado y que es un animal, algo eterno y un dios, pues en él están compren- tado y, en cambio, lo que está fuera de él es un vacío que se difunde desde todas las direccio-
didas todas las cosas y no hay en él ningún vacío. En efecto, el invididuo cualificado pecu- nes hacia el infinito.
liarmente a partir de la totalidad de la substanc ia se llama <"cosmos", es decir,> lo que se
12.7 Filón, QD 35-45 (SVF2.458; LS 47Q)
halla dispuesto conforme a tal ordenación y estructura. Por ello afirman que, según la primera De los cuerpos, en efecto, a unos [dios] los sujeta por disposición, a otros, por naturaleza,
definición, el cosmos es eterno, pero que, según la ordenación, es generable y susceptible al a otros, por alma y, a otros, por alma racional. Ahora bien, produjo la disposición de las pie-
cambio conforme a inumerables lapsos de tiempo, tanto pasados como futuros . Y el cosmos dras, que sin duda están cortadas de su unión natural, como un vínculo fortísimo. Y la [dispo-
cualificado a partir de la totalidad de la substancia es eterno y dios . "Cosmos" se predica del
262 Capítulo 12 Cosmos, hálito y teleología 263

sición] es un hálito que retorna sobre sí mismo, pues comienza estirándose a partir de las 12.10 Cicerón, ND 2.83
partes centrales, se extiende hasta los límites, y, tocando las extremidades de la superficie, Pero si aquellas cosas que, desde la tierra, se encuentran cohesionadas con las raíces vi-
vu.elve a tomar el camino inverso y regresa desde el mismo lugar desde el cual se impulsó en ven y adquieren vigor por el arte de la naturaleza, ciertamente la tierra misma está cohesiona-
pnmer lugar. Es te doble recorrido continuo prop io de la disposición es indestruc tible [... ] A da por una fuerza en la medida en que, al quedar pregnada por simientes, da a luz y hace
las plantas les otorgó naturaleza, siendo ésta una mixtura de diversas capacidades: nutrición, brotar todas las cosas a partir de sí misma, rodea y nutre sus raíces y las hace crecer; ella
transformación y crecimiento. [.. .] El productor hizo que el alma se distinguiera de la natura- misma, por su parte, es nutrida por los elementos superiores y externos, y a través de sus
leza de tres maneras: percepción, presentación e impulso. En efecto, las plantas carecen de propias exhalaciones se nutren el aire, el éter y todos los [cuerpos] celestes. Por ello, si la
impu lso y de impresión y no participan en la percepción, mientras que cada uno de los anima- tierra recibe cohesión y vigor de la naturaleza, del mismo modo este principio existe en el
les participa en las [capacidadesJ mencionadas en su conjunto. [ ... J Veamos ahora en qué ha resto del cosmos, pues los seres dotados de raíces se agarran de la tierra, los seres animados,
superado el hombre a los demás an imal es. Ciertamente éste recibió el privilegio de la razón por su parte, se cohesionan por el aire que respiran y el aire mismo ve, oye y suena con noso-
electiva, la cual ha tomado el hábito de comprender la naturaleza de todos Jos cuerpos y tros, pues ninguna de estas [facultades] puede actuar sin él. De hecho, [el aire) incluso se
hechos en su conjunto. mueve con nosotros, pues, cada vez que nuestras piernas nos mueven, parece ceder espacio y
retroceder.
12.8 Filón, Leg. Alleg. 2.22-23 (SVF 2.458; LS 47P)
Al haberse indicado aquello, es necesario decir también que el intelecto, desnudo y inca- 12.11 Cicerón, ND 2.29-30 (LS 47C)
paz de atarse al cuerpo (pues el argumento co ncierne al [intelectoJ que jamás ha estado atado Existe, por consiguiente, una naturaleza que otorga cohesión al cosmos y lo preserva, el
[al cuerpo]), tiene muchas capacidades -cohesiva, natura l, psíquica, rac ional, intelectiva- y cual ciertamente no está desprovisto de sensación y razón. De hecho, es necesario que todo
otras numerosís imas más, tanto en especie como en género. La disposición también es común cuerpo natural que no se da sólo ni es simple, sino que está unido y asociado con otro, posea
a los. seres inanimados, piedras y maderos, de la cual participan nuestros huesos, parecidos a en sí mismo una parte rectora como la mente en el hombre y algo parecido a la mente en los
las pIedras. La naturaleza se extiende también a las planta s yen nosotros hay cosas parecidas anima les salvajes, a partir de lo cual surge su apetito por las cosas, mientra s que, en los árbo-
a las plantas: uñas y cabellos. La naturaleza es disposición que eslá en movi miento. E l alma es les y aquellas cosas que se generan a partir de la tierra, se piensa que la parte rectora se halla
la naturaleza que ha adquirido presentación e impulso y también es común a los animales en las raíces. Lo que nombro " parte rectora" es lo que los griegos llaman hegemonikón y.
irracionales. Y nuestro intelecto posee cie11a ana logía con el alma del animal irracional, pero, dentro de ese género, no hay nada que pueda y deba superarlo. Por ello, es necesario incluso
de nuevo, la capacidad discursi va es propia del intelecto y quizá, siendo común también a los que aquello en lo cual radica la parte rectora de toda la naturaleza sea lo óptimo de entre todas
seres más divinos, sea, dentro de los seres mortales, exclusiva del hombre. Y, además, es las cosas y la más digna de ejercer poder y control sobre todas ellas. Por otra parte, adverti-
doble: una es aquella conforme a la cual somos racionales a l participar en el intelecto y, la mos que en las partes del cosmos (y, por cierto, nada hay en el cosmos que no sea parte del
otra, aquella conforme a la cual razonamos. todo) existe sensación y razón. En consecuencia, es necesario que, en la parte en que radica la
12.9 Sexto Empírico, AM 9.78-80 (SVF 2.1013) parte rectora del cosmos, éstas existan sin duda de forma más aguda y en mayor grado. Por
ello, es necesario que el cosmos sea sabio, que aquella naturaleza que abarca todas las cosas
De los cuerpos, algunos están unificados, aIras están compuestos de cosas que se hallan
sea insuperable en su perfecta razón y, por ello, que el cosmos sea dios y que a toda la fuerza
en contacto y, otros más, (compueslos] de cosas separadas. Unificados son los gobernados por
del cosmos le otorgue cohesión una naturaleza divina.
una única disposición, como plantas y animales; compues tos de cosas en contacto, son los
formados de partes yuxtapuestas que se encuentran reunidas por apuntar todas a un único 12.12 Galeno, Adv. 111/.18. 266 (SVF2.718)
propósito, como cadenas, fortalezas y naves; compuestos de cosas separadas, son los forma- En efecto, toda planta es administrada por una naturaleza y, en cambio, todo animal tanto
dos de p.artes divididas, aisladas y existentes por sí mismas, como ejércitos, rebaños y coros. por una naturaleza como por un alma si es que efectivamente todos los hombres llamamos
Ahora bIen, puesto que el cosmos es un cuerpo o bien es un cuerpo unificado, o bien es uno "naturaleza" a la causa del nutrirse, del crecer y de las actividades de es;Ppo y, en cambio,
compuesto de cosas en contacto o bien es uno compuesto de cosas separadas. No está com- llamamos "alma" [a la causa] de la percepción y del movimiento que le sigue.
puest? de cosas en contacto ni de cosas separadas, como lo demostramos a pa11ir de las co-
afeccIOnes que se dan en éL En efecto, conforme al crecimiento o decrecimiento de la luna, 12.13 DL 7.142-143 (SVF 2.633, 3 Apo llodorus 9; LS 53X)
muchos animales terrestres y acuáticos decaen o aumentan de tamaño y ocurren mareas bajas Tanto Crisipo en el libro 1 de Sobre la providencia corno Apolodoro en la Física y Posi-
o altas en determinadas partes del mar. Asimismo, conforme también a ciertas salidas y pues- donio dicen que el cosmos es animal y racional, es decir, animado e inteligente. < Por ende,>
tas de los a.stros, suceden cambios en el entorno y alteraciones muy variadas en el aire, a veces al ser así un animal, es <poseedor de> una substancia sensitiva animada. En efecto, lo animal
para lo mejor, pero, otras veces , de modo destructivo. A partir de estas considerac iones resul- es superior a lo no-animaL Pero nada es superior al cosmos. Por consiguiente, el cosmos es un
la obvio que el casillas constituye un cuerpo unificado. En efecto, en los cuerpos com;uestos animal. Por otra parte, [el cosmos] está animado como es evidente por nuestra alma al ser ella
UD fragmento de aquél. Sin embargo, Boeto dice que el cosmos no es animal. Que el cosmos
de cosas en contacto o separadas, las partes no copadecen (las mismas cosas] las unas con las
otras, pues efe.ctivamente, si se diera que, al fallecer todo s los soldados en un ejército, [uno es único, Zenón lo dice en Sobre el todo y Crisipo y Apolodoro en la Física y Posidonio en el
quedara con VIda], el que se salvó no parecería padecer nada por transmjsjón. En las cosas [libro] 1 del discurso Sobre /aflska. El cosmos se llama totalidad, como afirma Apolodoro, y,
uni~cadas, por el contrario, existe un ca-padec imiento pues efectivamente el cuerpo en su de acuerdo con otro sentido, es el sistema compuesto por el cosmos y el vacío exterior. Ahora
conjunto se ve afectado cuando el dedo se corta. Por tanto, el cosmos también es un cuerpo bien, el cosmos es limitado, pero el vacío, ilimitado.
unificado.
264 Capitulo 12 Cos mos, hálito y teleología 265

12.14 Cicerón, ND 2.37-38 (SVF 2.1153; LS 54H) les; por lo tanto, el cosmos es racional". Y nuevamente Zenón afinna: " lo racional es superi or
De hecho, exceptuando al cosmos, no hay nada al que no le falte algo y que se halle to- a lo no racional , pero nada es superior al cosmos, por consiguiente el cosmos es racional. Y de
talmente cohesionado y comp leto en todas sus secciones y partes. Pues, como Crisipo dice igua l modo respecto de lo que participa de la inteligenc ia y de la posesión de alma. En efecto,
atinadamente, así como el estuche [se genera] por causa del escudo y el forro, por su parte, lo inteligente es superior a lo no-inteligente y lo ani mado a lo no-animado, pero nada es supe-
por [causa de) la espada, así también, con la excepción del cosmos, todas las diversas cosas se rior al cosmos, por consiguiente el cosmos es inteligente y está ani ma do" . [ .. .] Sin embargo,
generan por otras causas: el trigo y los frutos que la ti erra produce, [se generan] por causa de Alexino responde al argumento de Zenón con éste: " lo poético es superior a lo no-poético y 10
los seres animados y los seres animados, por su parte, por [causa del] hombre (el caba ll o para gramático a lo no-gramático y lo que es estudiado por las otras artes es superior a lo que no lo
transportar, el buey para arar, el perro para cazar y cuida r) y el hombre, a su vez, surge para es. Pero nada es superior al cosmos. Por consiguiente, el cosmos es poético y gramático".
contemp lar e imitar al cosmos y no es de ningún modo perfecto, sino una partícula de lo Contra esta respuesta, los estoicos, saliendo al encuentro, afirman que Zenón se había referido
perfec to. El cosmos, en cambio, al contener todo y al no haber nada que no exista en él, es a lo totalmente mej or y esto es [totalmente superior]: lo racional a lo no-racional, lo inte ligen-
tota lmente perfecto. Por tanto, ¿cómo puede carecer de aquello que es óptimo? Pero no hay te a lo no-inteli gente y lo ani mado a lo no-animado; Alexino en cambio ya no [se refiere a
nada mejor que la inteligencia y la razón. Por lo tanto, el cosmos no puede carecer de ellas. esto], pues no es de manera tota l que lo poético es superi or a lo no-poético o lo gramático a lo
no-gramático. De esta manera, se observa una gran diferencia en los argumentos, pues obser-
12.15 Sexto Empírico, AM9.88-91 (SVF 1.529)
va que Arquíloco, al ser poético, no es superior al Sóc rates no-poético y que Aristarco, al ser
y Cleantes formuló el sigui ente argumento: "si una naturaleza es mejor que otra, habrá
gramático, no es superior al Platón no-gramático.
una naturaleza óptima. Si un alma es mejor que otra, habrá un alma óptima y, ciertamente, si
hay un an imal mejor que otro, habrá un animal superior a todos. En efecto, a tales cosas no les 12.17 Ga leno, De ca lisis cOlllelltillis 1.1-5 (LS 55F)
con'esponde por naturaleza perderse en el infini to. Por tan to, así como una naturaleza tampoco Establ ecen [los estoicos] que, a partir de los cuatro elementos, se producen los cuerpos
sería capaz de aumentar en lo mejor al infin ito, tampoco lo es el alma ni el animal. Pero un que Aristóteles llama "de partes iguales" y, Platón, "primogénitos", y que, partir de éstos,
anima l es mejor que otro, como por ej emplo el caballo que la torruga, el toro que el caba llo y están compuesto los demá s cuerpos. De los elementos mismos, a algunos los llaman "materia-
el león que el toro y, de todos los an imales terrestres en general , el hombre sobresale y ocupa les" mientras que, a otros, "activos" y "eficientes" y dicen que los materiales son cohes iona-
e.1 lugar más alto en disposición psíquica y somática: por consiguien te, habrá un animal supe- dos por los eficientes y [as imis mo) que fuego y ai re son activos y que, propiamente hablando,
flor a todos , es dec ir, óptimo. Sin embargo, no cabe duda que el hombre no puede ser el tie rra yagua son pas ivos. Tamb ién dicen que, en los compuestos, los efici entes se difunden en
animal superior todos por el senci ll o hecho de que, por ejemplo, tran sita por el vicio el tiempo los materiales todos por comp leto, esto es, el aire y el fuego en el agua y la tierra y que el aire
entero y, si no es as í, a l menos la mayoría del tiempo (pues si en algún momento sobreviene la es frío y el fuego, caliente. Por medio natural del aire una substancia se compacta y se espesa
virtud, sobreviene tardíamente y al ocaso de la vida) y es frágil y débi l y necesita ser socorri- mientras que, por el fuego, se expande, aflojándose y ensanchándose. Los elementos activos
do en mi les de cosas, como en alimentos, abrigos y los demás cuidados del cuerpo al impo- tienen partes finas mientras q ue, los otros , partes gruesas. Llaman " hálito" a toda substancia
nerse a nosotros como un tirano cruel rec lamando tributo y amenazándonos con enfermedades dotada de partes finas y dicen que su función es cohes ionar los cuerpos natura les y de los
y muerte si no le damos baño, ma saj e, ropa y alimento. Por lo tanto, el hombre no es un ani- animales. Por cuerpos "naturales" me refiero a aquell os cuya generación no se da por el ser
ma l pcr~ecto, sino imperfecto y muy alejado de lo perfecto. Si n embargo, lo perfecto y ópti mo humano sino por la naturaleza, tal siendo el caso del cobre, de las piedras, del oro, de la made-
será mejor que el hombre y, ll eno de todas las virrudes y carente de todo vicio, no se distin- ra y de aquellas partes de los animales que se llaman primeras y de "partes igua les", a saber,
guirá de un dios y, por tanto, es un dios." nervios, venas , arterias, cartílagos, huesos y todo lo demás de tal tipo. Así como, los seres
humanos unen pedazos de madera los unos con los otros con la ayuda de pegamento, ataduras,
12.16 Sexto Empirico, AM 9.101-104 Y 108-110 (SVF 1.111 y 113; LS 54F)
clavos, barro, yeso y lodo, así también observamos que la naturaleza une entre sí todas las
Zen6n de Citio, a l tomar a Jenofonte como punto de partida, argu mentó del modo s i-
partes [primeras] de los animal es por medio de ligamentos, cartílagos y carne de modo a
guiente: " 'o que proyecta la simien te de lo racional tambi é n es racional; el cosmos proyecta la
fo rmar una entidad dotada de unidad [ ... ] Pero no son estas cosas, sino la substancia material
si mjente de lo racional ; por Jo tanto, el cosmos también es racional, de lo cual también se
dotada de partes finas, lo que es llamado por los estoicos causa cohesiva de los seres.
concluye su existencia [se. la de dios]". La plaus ibilidad de la prueba es manifiesta. En efecto,
el origen del mo vimiento de toda naturaleza y de l alma parece provenir de la parte rectora y 12.1 8 Alejandro de Afrodisia, DA 25,9-26, 18 (SVF 2.786)
todos los poderes que se transmi ten hacia las partes del todo se transmiten desde la parte Habida cuenta de que el término "armonía" se predica en dos sentidos, el primero en el
rectora como desde una fuente, de manera que todo poder que existe en la parte también caso de la composición de los cuerpos (pues cada vez que [los cuerpos) se fusionan de modo
existe en e l todo en virtud de que es distribuido desde la parte rectora q ue se halla en él [se. el tal que ningún [cuerpo] del mi smo género puede insertarse entre ellos, se dice que se armoni-
cosmos]. De esto se sigue que, así como la parte tiene poder, así también [lo tiene) el todo zaron y tal armonía es una composición), el segundo en e l caso de la proporción de los ingre-
[aunque) primeramente y en mayor grado. Por ello, si el cosmos proyecta la si miente del dientes que son mezclados, por ejemplo si se mezclaron según Wla proporción doble o trip le
ani~.al racional, no del modo cn que el hombre [proyecta el esperma, a saber] según una (pues lo que se ha mezclado de tal modo que se diga que, de los ingredientes en la mezcla,
emi sión espumosa, sino según conti ene la s si mientes de los animales racionales entonces uno es el doble y el otro la mitad, parece haberse mezc lado, y existe, confonne a una armonía
contiene todas las cosas, aunque no del modo en que diríamos que la viña es cont~nedora de y ta l mezcla es una armonía) en el caso de la primera armonía, no es lo mismo la armonía que
los racimos de uva, a saber, según su contorno, si no porque contiene en él las razones semina- aquello que se da a partir de las cosas que están en armonia. En efecto, no porque las tiras de
les de los animales racionales. De esta manera, lo dicho [en el argumento de Zenón) es tal madera en un banco están dispuestas las unas respecto de las otras según una armonía , por
como sigue: " En todo caso, el cosmos contiene las razones seminales de los animales raciona- ello el banco es una armon ía. Asimismo, no porque las piedras estén dispuestas según una
266 Capítulo 12 Cosmos, hálito y teleología 267

armonía, por ello el altar que se generó a partir de ellas también es una armonía. Y así como (12.1). La superficie de la esfera terrestre está compuesta de tierra yagua. Sobre ella, estos
en el caso de esta armonía una cosa es la armonía y otra es lo que se genera a partir de las elementos se distribuyen irregularmente bajo la fo rma de islas, mares, continentes y océanos.
cosas compuestas según la armonía, así también ocurre en el caso de la armonía según la La segunda esfera del cosmos estoico rodea la Tierra y delimita una capa de aire que rodea la
proporción. En efecto, no es el caso que, si ciertas cosas se mezclan en una determinada pro- Tierra. En esta capa, ocurren los fenómenos meteorológicos en genera l. Según 12.1 , el aire
porción, es decir, según una armonía, ya por ello lo que se genera a partir de tal mezcla es una que la forma provino origina lmente del agua de la superficie terrestre por un proceso de eva-
ar~on ía y una proporción: no es 10 mismo que la cítara esté afinada a que suene, pues en nada poración. A este testimonio sobre el origen del aire atmosféri co lo corroboran otros testimo-
esta menos afinada cuando no está sonando, sino que el sonido que se genera a partir de tal nios clave sobre la teoría estoi ca de la cosmogonía citados en nuestro capírulo 15, en particu-
armonía, y por causa de ella, es distinto de la armonía a partir de la cual se genera. Pero al- lar los textos 15.1 a 15.4. La tercera esfera rodea a la segunda y del imita una capa compues ta
guien podría decir que ni siquiera la proporción de los ingredientes mezclados según cierta de una substancia que los estoicos llaman "éter" (al81íp) que se sobrepone a la capa de aire
proporción e~ una armo.nía. En efecto, la proporción doble no es una armonía cada vez que se (12.1). En la capa de éter, habitan los planetas y las estrellas. El éter esto ico, a diferencia del
d.a entre el vmo y la mIel, pues la armonía radi ca en una composición cualitativa de tonos y aristotél ico, no es un quinto elemento irreducible a los otros cuatro - fuego, aire, agua y tierra-
rItmos, pero no de los que sea n ni tampoco resulta de la proporción que sea, pues toda armon- sino un tipo de fuego extrema mente sutil (12.3, cf. 15.3). De los cuerpos ce lestes, el más
ía [só lo] se da en una proporción definida. Pero la mezcla de los [ingredientes] ca lientes y cercano a los límites de la esfera del aire y, por ende, el más cercano a la Tierra, es la Luna. El
fríos y secos y húmedos, es decir, la mezcla de los elementos y cuya form a es el alma, no se segundo más cercano es el so l, seguido, en orden ascendente, de Venus, Mercurio, Marte,
da en una proporción definida, pues la mi sma alma permanece aun cuando los poderes en la Júpiter y Saturno. Los cuerpos celestes más lejanos de la Tierra son las estrellas, las cuales se
~~zcla se intensifiquen o debiliten hasta cierto punto. En efecto, de manera general, si alguien ordenan en un mismo pl ano, la bóveda celeste. Los esto icos en general, sostuvieron que todos
dijera que la mezcla de no importa cuáles [ingredientes] según una proporción es una armon- ellos, al igual que la Tierra, son esféricos, con la excepción de Cleantes quien argumentó que
ía, acabará diciendo que todas las cosas que se reúnen se encuent ran en armonía, pues habrá son cónicos (cf. SVF 1.508). Antes de proseguir, es importante tomar nota de que la separa-
de hallarse una proporción en todas las cosas que se reúnen. Más bien, de acuerdo con quienes ción entre la capa de aire de la segunda esfera y la capa de éter de la tercera no es absoluta,
g~neran el alma a partir de una mezcla cualitativamente determ inada y de una composición de pues no está marcada por un Iírnite preciso infranqueable como ocurre con la frontera que
Ciertos [cuerpos], el alma será o bien una armonía o bien una composición de ciertos cuerpos separa el mundo sublunar del supralunar en la cosmología aristotélica. Dos pruebas de ello
según una armonía. Entre ellos, se encuentran los filósofos de la Estoa cuando dicen que [el son que (i) la luna de los estoicos es un cuerpo híbrido compuesto de aire y éter, lo cual impli-
alm~J es un hál it? que, de cierto modo, reúne fuego y aire, y los di scípulos de Epicuro, pues ca que la front era entre las dos capas es difusa (cf. SVF 2.669-671 y 674 Y nuestro texto 15.4:
s~gun ellos tamblen el alma es un compuesto obtenido a partir de ciertos cuerpos, múltiples y ~ O€A~V11 ÓU:l1tUpO¡; Kul a.€Po~ cruV€OHIK€) y que (ii) el fuego del que están compuestos todos
dlVersos. los astros , incluyendo la luna, se nutre del agua que se evapora a través de las exhalaciones
COMENTARlO que provi enen de la Tierra, exhalaciones provocadas por el ca lor mismo que irradian los
Según se indica en los primeros textos de este capítulo, existen tres definiciones estoicas astros, especialmente el sol (cr. 18.2), lo cual supone que existe un fluj o constante de calor y
de cos mos (K6crJlo~): (a) cuerpo esférico, tota lmente pleno, que contiene a todos los seres agua entre las tres capas estructurales del cosmos estoico.
corpóreos, animados e inanimados y que es tá inmerso en un vacío infinito (a la suma del Para comprender qué es, según la física estoica, la causa cohesiva del cosmos y de los
~os~~s as í. entendid~ con el vacío extra-cósmi co, se le llama "la total idad'.': ro rréiv), (b) causa
cuerpos que lo habitan -qué explica que sus partes se mantengan unidas en vez de desagregar-
se y di spersarse- es preciso, además de entender el concepto general de causa cohesiva (cE.
Illg~OIta. e mdes trUCtlble de esta ordenaci ón cósmica y de su destrucc ión periódica, y (e) la
conjunc Ión de (a) y (b). En el segundo sentido, el cosmos es dios, pues, según veremos en el nuestro cap ítulo 14), referirnos a la teoría es toica de l hálito (rrVf;U Jla). De acuerdo con esta
capítulo 17, el dios estoico es j ustamente esa causa cósmjca ingénita e indestructible. El pre- teoría, el hálito es una substancia elástica que se tiende al estirarse y se afloja al contraerse.
sente capítulo, se centra en el concepto de casillas según la primera defini ción. En particular, Del mismo modo en que opera un ligamento, el hálito lleva a cabo una función cohesiva
nos detendremos en la idea que aparece en 12.13 y 12.16 de que, as í entendido, el cosmos es gracias a este cambio continuo en su tensión. Con ello, los estoicos hacen del fen ómeno de la
tensión física (tÓVO¡;) un concepto clave de su física. El carácter dinámico del concepto estoi-
un s~r "a n i m~d~ e inrel ig~nte" (Sf.l.\lrUXOv KCÚ VO€póv) en el sentido fuerte de que es sujeto de
co de hálito obedece a que el hálito está perpehlamente en movimiento, el cual , según ciertas
funcIOnes anlll1l CaS y racIOna les. Según 12.l3 y 12.16, esta tes is está en Crisipo, pero ya
apar.e~e en Zenón y tiene sus orígenes en el Timeo de P latón (30B). Dado que, dentro del
fuentes, es un movimiento "tensional" (roVllC" KiVllOl¡;). No se trata de un cambio de lugar en
estOIcismo, el alma y la inteligencia son formas de hálito (rrv€üJla) es necesario, con el objet i- que el hálito se transportaría de un punto a otro, sino, más bien, de un cambio de estado que se
vo de entender la tesis de la ra cionalidad del cos mos, ana lizar en detalle la teoría estoica del propaga de un punto a otro al interior del háli to . En este sentido, Sambursky, en su estudio
hálito. Por consiguiente, en este comentario discutimos cuatro temas: la estructura interna del clásico sobre la fis ica estoica, ha comparado el movimiento " tensional" del háli to estoico con
cosmos en el primer sentido (textos 12.1 a 12.6), la teoría del hálito (textos 12.7 a 12.12), la la reverberación del movimi ento ondulatorio: "La física moderna distingue dos tipos de mo-
estructura teleol ógica del cosmos y la tesis de que, dada esa estructura, el cosmos tiene que vimiento: movimiento de particulas, es decir, transportación de materia, y movimiento ondu-
estar dotado de alma y racionalidad (textos 12.13 a 12.16) y, por último, la composición fisica latorio, es decir, propagación de un estado. No cabe mucha duda de cuál era la postura de los
del alma cósmica (textos 12.17 a 12.18). estoicos al respecto: su concepción de la continuidad y su idea de una tensión inherente al
pneuma hacen que sea altamente probable que hayan considerado el movimiento del pneuma
La estrUCnlra interna del cosmos entendido en el primer sent ido se compone de tres esfe-
ras homocéntri cas. La primera está fo rmada por la Ti erra (r~v rfIv). Según los estoicos en como algo emparentado con el segundo tipo de movimiento, la expansión de una alteración en
efecto, la Tierra tiene una forma esférica y, conforme con su geocentrismo, se ubica e:I el un medio elástico" (Sambursky 1959: 22-23, cf. pp. 29-30 Y 124). En este sentido, el hálito
centro del cosmos. Todos los cuerpos celestes se ordenan alrededor de ella en distintas órb itas cósmico abarca la totalidad de l cosmos y sus cambios - su movimiento "tensiona l" o "tóni-
268 Capítulo 12 Cosmos, hálito y teleología 269

co"- consiste simplemente en un cambio de tensión que, bajo la forma de una reverberación, se mantienen en existencia por di sposición, las del segundo, por naturaleza, las del tercero por
puede propagarse de un lado a otro. al ma y las del cuarto por razón. Sin embargo, como veremos un poco más adelante, las formas
Sí bien el cosmos estoico es un cuerpo y la leona del hálito se aplica a la cohesión de los inferiores de háli to tamb ién actúan en los ni veles superiores y todas ellas parecen ser, en el
cuerpos en general y no sólo a la del cosmos, la cohesión del cos mos considerado como un fondo, modificac iones del háli to racional.
todo plantea prob lemas específicos que fueron ampli amente debatidos entre los es toicos y los Si comenzamos con el nivel más básico de los cuerpos unificados, éstos se definen en
peripatéticos. A estos problemas estrictamente cosmológicos nos referiremos en el capítulo 20 12.9 por oposición a los cuerpos compuestos de partes "en contacto" (EK cruvaTrTO)ltvroV) o de
a través de los textos 20.6 y 20.7 . Por ahora, nos limi tamos a mencionar algunos aspectos partes " separadas" (EK 5lEOTÓJtroV). Es ta distinción también aparece en 3.9. En ese texto, los
generales de la noción de hálito. cuerpos unificados poseen entre sus panes una "uni ón connatural" «(JU~<p\)fi €vrocn~) y se
La analogía que propusimos líneas atrás entre el há lito y un liga mento es útil para enten- di stinguen, al igual que en 12.9, de los cuerpos unidos por el mero contacto entre la superfici e
der cómo actúa el háli to, pero es una analogía que no debe de tomarse en un sentido estricto de sus partes (por ejemplo, una nave) o por una separac ión entre ellas por ejemplo, un ejérci-
porque el hálito posee al menos dos propiedades que los liga mentos no tienen. En primer to. ¿Qué cuerpos están unificados? Segun lo sugiere 12.17 están unificados los objetos natura-
lugar, según se indica en 12.7, el hálito de un cuerpo parti cular, por ej emplo, de un ser huma- les homogéneos (por ej emplo, el oro, el hueso y la sangre, cf. capítulo 16), pero tamb ién los
no, lleva a cabo su acc ión cohesiva por medio de un ca mbio que recorre la totalidad de cada seres vivos , es decir, las plantas y los an imales (racionales y no racionales) . Pero ¿cuál es
cuerpo: el cambio tiene su punto de partida en el centro geométrico del cuerpo (rO. )lÉcra), se exactamente la diferencia entre los cuerpos unificados y los no-unificados? La respuesta a esta
dirige hacia sus extremidades o superficie (rO. aKpa) y, al alcanzarlas , viaja de regreso hacia al pregunta no es obvia. Por ejemp lo, según 12.9, la diferencia estriba en que las partes de los
centro. Por consigu iente, la acción del hálito no es local como oc urre con los ligamentos (cada cuerpos unificados "ca-padecen" (crull1tácrX€l) las mi smas cosas. Este texto, sin embargo, no
ligamento une partes específicas del cuerpo, por ejemp lo, a la mano con el brazo), sino global. indica de manera explícita en qué consiste este ca-padecimiento o ca-afección ( cru IlTrá9€ta),
En segundo lugar, los ligamentos ejecutan su función cohes iva adh iri éndose a la superficie de aunque el concepto de crull1tá8€ta es importante en el es toicismo (cf. 13.10, 13.16 Y 13. 23,
las cosas o de sus partes. Por ejemplo, los ligamentos que mantienen un idos al fémur con la Hahm 1977: 163-174 y Meyer2009: 80-85).
cadera se adhieren a la superfi c ie de estos huesos y, al tensarse, impiden su separación. El
hálito, sin duda, está presente en todos los ligamentos que ha y dentro de un cuerpo y, por
ende, actúa sobre la superficie de las partes del cuerpo que están unidas entre sí por ligamen-
Diagrama 1: La escala natural de los estoicos

3.Ammados
< 4. RaCIOnales

<
tos (en 12.17 se sugiere que los ligamentos serían una fomla concreta que puede tomar el 4b No-raCiOnales
hálito en los seres vivos). No obstante, la acción del hálito no se limita a este contacto superfi- 2a V IVOS
cial entre las partes: a diferencia de un ligamento, también abarca el interior de cada una de
ell as con el objeto de un ir a las partes de esas partes y así hasta el infinito. Por consiguiente, 3b InaOlmados
todo cuerpo, por menor que sea, contiene una porción de hálito que lo cohesiona. Regresare-
la Unificados
mos a esta idea en nuestro cap ítulo 16 dedicado a la teoría estoica de la mezcl a y a su concep-
to de mixtura (KpaO'l~).
Además de ex plicar la cohes ión del cosmos y de los cuerpos que lo habitan, el hálito es- 2b Sin vida
toico también pretende dar cuenta de las cual idades y los poderes propios de las distintas
clases nahlrales. El hál ito da cuenta de esto en dos scntidos complementarios: es el responsa~ C uerpos
ble, en la cosmogonía , de generar clases naturales que poseen esas cualidades y, una vez
generadas, de gara ntizar su continuidad hasta la conflagrac ión del cosmos. En la física estoi-
ca, las clases naturales se clasifican y ordenan en función de su lugar dentro de una escala
natural, que es el orden jerárquico en que se distribuyen los distintos tipos de cuerpos al inter- Lb No unificados
ior del cosmos. Como se muestra en el Dia grama 1, esta jerarquía posee cuatro niveles (cf.
29.1-3). El pri mero, el de los cuerpos unifica.dos (rO. ÉVÓJIl€va) , es una subdi visión del conjun- Los ejemplos que se ofrecen en 12.9 parecen mostrar que un cuerpo dotado de unión "na-
to de los cuerpos; el segundo, el de los seres vivos, es, a su vez, una subdivisión del nivel de tural" o "unificado" sería uno cuyas partes no existían antes de estar unidas entre ellas, ni
los cuerpos uni ficados; el tercero, por su parte, el de los seres inanimados, es una subdi vis ión existirán una vez que deje de existir el todo. En una nave o un ejército, en cambi o, las partes
del ni vel de los seres vivos; y el cuarto y último, el de los seres racionales, una subdi visión del pueden existi r antes y después de estar unidas. Esta idea está implícita en el ejemplo del sol-
nivel de los seres animados. Como bien lo apuntan algunos esttldiosos (Hahm 1992: 31-34 y dado al final de 12.9. En este texto, parece indicarse que la existencia de una parte de un
1994: 178-203 e Inwood 1985: 23 -7), los niveles de la escala natural se obt ienen por dicotom- cuerpo de partes separadas no se vería necesariamente afectada por la destrucción de las
ía asimétrica: cada nivel se obtiene al dividirse sólo una de las di visiones anteriores. De demás partes: un soldado de un ejército podría seguir existiendo aunque mueran los demás
ac uerdo con los textos 12.3, 12.7, 12.8 Y 12.14, en cada nive l el hálito cobra una forma distin- soldados del ej ército. En la dependencia ontológica de las partes con el todo consistiría, según
ta. En el primero, toma la forma de una disposición o "condición" (S~ l~), en el segundo, de esta lectura, la "unión connatural" característica de las partes de un cuerpo unificado. Y, de
una natura leza (<pÚOl~) , en el tercero, la forma del alma (,+,UX~), y, en el cuarto, la for ma de la acuerdo con la teoría estoica del hálito, de esta uni ón es responsable el hálito bajo la forma de
razón (ratio, VOÜC;) . Cada una de estas formas se encarga de crear y mantener en existencia las la disposición (€~l~). Sin embargo, no hay realmente unanimidad en las fuentes respecto de
clases natllrales propias del nivel que corresponde a esa forma: las de l pri mer nivel se crean y este asunto. En particular, 12.17 sostiene que, contrariamente a lo que afinnan 3.9 y 12.9, en
270 Capítulo 12 Cosmos, hálito y teleología 271

los seres vivos no se da esta dependencia de las paltes con el todo: al contrario, en ellos al La idea de que es ta parte no se halla necesariamente en el centro geométrico del ser vivo
menos ciertas partes (por ejemplo los nervios, las venas, las arterias, los cartílagos y los hue- está bien documentada. En el caso de las p lantas, por ejemplo, la parte rectora se sitúa en las
sos de un animal) serían anteriores al todo. raíces (12.11) y, en los seres animados, en la cabeza (13.13) o, según Crisipo, en el corazón
Antes de pasar a la sigu iente fo rma del hálito, conviene señalar que, en este contexto (13.14). Pero ni las raíces de una planta, ni la cabeza o el corazón de un ser animado, están en
cosmológico, la noción de e~l~ no se define por oposición a la de Útá8BCW;, como ocurre en el el centro geométrico de esos seres. Lo mismo ocurre con el cosmos: su parte rectora es el sol,
contexto ético: según veremos en el capítulo 23, en el terreno de la ética los estoicos definen según Cleanles, o el éter del cielo, según Crisipo y Posidonio, pero no es la tierra, que sin
tanto la 8 1á9EO"l~ como la S~lr; como estados d isposicionaJes del alma, pero, de acuerdo con la embargo está en su centro geométrico (aunque algunos estoicos, asociados con Arquedemo,
terminología técnica de su ética, la olá8eOlr;, a diferencia de la e~tr;. es un estado propio del sostuvieron que la Tierra es, de hecho, la p31te rectora del cosmos: cf. 12.4 y nuestras no. a
alma virtuosa que, una vez alcanzado, es inmodificable (cf. por ejemplo el texto 23.2). Por él).
ello, con el fin de marcar el contraste entre 6~1<; y 01ó9€0'1I; en el contexto ético usa remos el Finalmente, los niveles tercero y cuarto de la escala natural, el de los seres animados y el
término "condición" para referirnos a E~t<; y "disposición" para referirnos a 81á.9€0'l~. En el de los seres racionales, figuran en 12.3, 12.4, 12.7 Y 12.8. Los seres racionales se ubican en
contexto cosmológico, en cambio, donde no aparece ese contraste, usaremos "disposición" una subdivisión del nivel de los seres animados: si bien todos los seres racionales son seres
para referirnos a e~l~ como la fonna más baja del hálito. animados, no todos los seres animados son racionales. Al igual que los seres vivos, la parte
El siguiente nivel de la escala natural es el de los seres que, además de estar unificados rectora de los seres animados es la responsable de coordinar el funcionamiento de sus distin-
por disposición, poseen funciones vitales, en particular, crecimiento y nutrición (12.7, 12.8, tas partes. Esta idea fi gura en varios de los textos recogidos en nue stro capírulo 13, por ejem-
12.10, 12.12). A este nivel pertenecen todos los seres vivos y de él quedan excluidos, por lo plo, en 13. 13. Lo mismo se aplica al cuarto nivel de la escala natural , el de los seres raciona-
t~nto, los cuerpos que, si bien están unificados, no poseen estas func iones, por ejemplo, las les. En este nivel el hálito toma el nombre de "razón": ratio, vou~ (12.3,12.7, 12.8 Y 12. 14).
pIedras y los meta les. Debe advertirse que para la mayoría de los estoicos estas funciones no A l igual que la disposición, la natura leza y el alma, la razón es hálito dotado de un cierto
son exclusivas de los seres V!VoS que hay en la Tierra, pues existen seres vivos fuera de ella, a grado de tensión. Antes de ver por qué los estoicos sostuvieron que el cosmos es racional, son
saber, los cuerpos celestes. Estos, en efecto, poseen funciones vitales (15.11, 15.12 Y 18.2) Y necesarias dos precisiones sobre cómo se relacionan entre sí las cuatro formas de hálito.
son racionales (12.5 y 15.12). (1) Parece haber habido cierta polémica en el interior de la escuela respecto de cuál de
En los seres vivos, el hálito toma el nombre de " naturaleza" (<pÚOl<;). Así como en los estas cuatro formas de hálito es la más básica. De acuerdo con 12.3, Crisipo, seguido de Antí-
cuerpos un ificados el hálito disposicional (E~t<;) explica la unión connatural de sus partes, el patro de Tiro y de Posidonio, sostuvo que el hálito como razón (voü~) se difunde a través de la
hálito natural (<púO't~) explica que los seres vivos posean funciones vitales. Es preciso hacer totalidad del cosmos pero no bajo la mi sma forma en todas partes: en algunas partes, por
hincapié en que, si bien la naturaleza y la disposición real izan funciones distintas, ambas son ej emplo, se difunde "como disposición" (<h<; E"l;l<;) y, en otras, aunque el texto no 10 dice de
formas de un mis mo hálito. Lo que determina que éste tome la forma de la dispos ición o de la modo expreso, bajo alguna otra forma. Según esta idea la disposición, la naturaleza y el alma,
naturaleza es su grado interno de tensión. En efecto, como veremos al final de este comenta- serían formas del hálito como razón es decir, modificaciones de ésta, idea que, como veremos
rio, esta substanc ia única puede adquirir formas y funciones tan distintas como ésas gracias a más abajo, también parece estar supuesta en 12.16. De esto se seguiría que el hálito raciona l
una simp le variación en su tensión fis ica. El hecho de que en ciertos cuerpos el hálito sólo es más básico que las fonnas inferiores. En cambio, en 12.8 y algunos textos sobre embriolog-
tenga el poder de unir connatura lmcntc sus partes, mientras que en otros tenga, además, fun- ía y metafísica - por ejemplo 13.6, 13.9 Y SVF 2.802 = LS 47R)- parecen sostener que, en
ciones vitales, se debe a que, en los pr imeros, el hálito sólo se da bajo cielta tensión, mientras cada ser individual, las formas superiores del hálito son modificaciones de las inferiores y, en
que, en los segundos, se da bajo una tensión distinta. También nos referiremos más adelante a particular, que el há lito como a lma se genera a p artir del hálito como naturaleza .
la idea clave, de raigambre pitagórica, según la cual los poderes de algo dependen, en general, (2) H ay seres en los cuales el hálito está presente de más de una forma y, en cambio, se-
de su tensión interna. res en los cuales sólo está presente de una forma. Algunas fuentes parecen indicar que, en el
La manera en que el hálito natural actúa en los seres vivos es simi lar a la manera en que primer caso, las disti ntas formas del hálito abarcan partes distintas del ser. Tal es el caso de
la dispos ición actúa en los cuerpos unificados en general, incluyendo los carentes de vida los testimonios de 12.3 y 12.8: en nosotros, por ejemp lo, el hálito se propagaría como disposi-
como las piedras: en ambos casos, el hálito se estira y contrae en el interior del cuerpo. Pero ción a través de los huesos, como naturaleza a través de las uñas y, como razón, a través dc la
hay una d iferencia importante. En los seres carentes de vida, como ya vi mos, el há lito parte parte rectora. Estos testimonios, sin emba rgo, plantean una dificultad s i se les interpreta en el
del centro geométrico del cuerpo era ~€O'a), se dirige hacia sus extremidades o superficie(fa sentido de que cada una de estas partes sólo puede contener una forma de hálito. La dificultad
aKpa) y, al alcanzarlas, viaja de regreso al centro (12.7). En los seres vivos, en cambio, el sería que habría partes de nosotros que, al contener hálito como naturaleza o como razón, no
punto de partida y de ll egada no es su centro geométrico (aunque cf. SVF 2.454), sino lo que podrían contener hálito como disposición, porque, si lo contuvieran, contendrían dos formas
los estoicos llaman su parte rectora o "conductora" (''[o ~'Ye~IOVll(ÓV). El testimonio de Cicerón de hálito, lo cual es imposib le ex hYPolhesi. Pero hay otra forma de interpretar estos testimo-
en 12.11 arroja luz sobre este asunto: a lgunas partes de los seres v ivos poseen funciones nios y, en esta segunda interpretación, no se genera esta dificultad: en cualquier ser en que el
distintas en el interior del todo y estas diversas func iones se complementa n las unas a las otras hálito está presente bajo más de una forma, el hálito está presente en todas sus partes como
gracias a que una de ellas, la parte rectora (tO ~Y€!lOV1KÓV), las coordina a las demás y se disposición, pero sólo en algunas de ellas también está presente bajo otras fonna s. Por ejem-
encargue de que todas trabajen para alcanzar un fin común, asociado con la sobrevivencia del plo, en nuestros huesos, el há lito sólo estaría presente como disposición. En nuestras uñas, en
ser vivo. Esta labor de coordinación se rea liza justamente a través del movimiento neumático cambio, estaría presente como disposición y como naturaleza, pero no como alma ni como
cuyo origen y punto de llegada se ubica en la parte rectora. razón. En nuestros órganos sensoriales, en cambio, el hál ito estaría presente como disposi-
ción, alma y razón, pero no como naturaleza, pues estos órganos no tienen las facultades de
272 Capítulo 12 Cosmos, hálito y teleología 273

nutrición y crecimiento. Lo mi smo se aplicaría al cosmos : en algunas de sus partes, como las el desempeño de las funciones propias de A, (2) la única función de B es ayudar al desempeño
piedras, e l hálito s610 presente como disposición; en otras, a saber las plantas, está presente de la s func iones propi as de A y, finalmente, (3) la existencia de B se debe a que ejerce esta
como disposición y natural eza; en otras, a saber los animales no~racionales, está presente fu nción (si en el cosmos no hubiera la necesidad de q ue algo ejerciera esta funci ón, B no
como disposición, na turaleza y alma; y en otras, a saber los seres humanos y la parte rectora ex istiría). Por ejemplo, el serrucho existe con vis tas en el carpintero en la medida en que, para
del cosmos, como dispos ición, naturaleza, alma y razón. ej ercer su función propia, a saber, la construcción de estructuras de madera, el carpintero
Preguntémonos ahora por qué los estoicos sostienen que el cosmos es un ser racionaL Se necesita el serrucho (primera condic ión), la única func ión del serrucho es ayudar al desempe-
trata de una tesis clave que no debe entenderse en el sentido débi l de que el cosmos es racio- ño de esta func ión propia del carpintero (segunda condi ción) y si en el cosmos no existiera la
nal porque contiene seres dotados de razón como nosotros. Tampoco debe entenderse en el necesidad de serruchar no existi rían serruchos (tercera condición). En 12.4 y 12.14 se muestra
sentido ta l vez más fuerte de que e l cosmos es racional porque posee una estructura inteligible cómo, de acuerdo con los estoicos, ciertos seres naturales son inferiores a otros en estc sent ido
que podemos captar a través de la razón. La tesis debe entenderse en el sentido muy fuerte de y có mo el hombre es superior a cualquier clase específica de ser natural. Y en 12. 14, también
que el cosmos es racional porque, ade má s de contener seres racionales y de poseer una es truc- se advierte por qué el cosmos en su conjunto es superior al hombre: éste existe para contem-
tura inteligible, es sujeto de procesos raciona les, entre ellos, de pensamientos y razonamien- plar e imitar al cosmos (ad mundum contemplandum el imitandum), idea que vuelve a slU'gir
tos. En este sentido fue rte, la tesis no fue compartida por todos los esto icos. Boeto, por ejem- en estoicos tardíos como Epicteto según lo indica el texto 29.7 al que nos referiremos en el
plo, discípulo de Diógenes Babilonio, argumentó que e l cosmos en su conjunto no es ni si- capítulo 29. Esto descarta explícitamente que el cosmos en su conjunto exista con vistas en el
quiera un ser animado (12.13). Sin embargo, COIl la excepción de Boeto, la tesis de la raciona- hombre (de lo cua l se habría seguido, contrariamente a las intenciones del argumento estoi co,
lidad del cosmos en el sentido fuerte es común entre los estoicos como se indica en los textos que el hombre es superior al cosmos en su conj unto). Por este motivo, la teleología estoica no
12.3, 12.4, 12. 11 Y 12.14. Pero ¿por qué el cosmos habría de ser racional en este sentido es antropocenrrista sino cosmocentrista.
fuerte? En F 2, una premisa clave, según lo apuntamos anteriormente, es el Princi pio de la Sino-
En las fu entes, ca be distinguir cuando menos dos arg umentos, o familias de argumentos, nimia Causal en (e) , "si una cosa genera otra, la primera tiene que tener las mi smas propieda-
destinados a defender la. La primera fam ili a - que llama remos "FI"- pretende mostrar que, des que la segunda". La idea que subyace a esta tesis es que algo que carece de una determi-
puesto que (a) lo racional es super ior (KpElnov) a lo no-rac ional y (b) no hay nada superior al nada propiedad no podría causar que otra cosa la tenga, por ejemplo, que algo carente de vida
cosmos , (c) el cosmos tiene que ser racional. En ca mbi o, la segunda familia -" F2"- procura cause algo vivo o que algo feo cause algo bello. Esto puede resultar intuitivamente cierto para
estab lecer que puesto que (d) el cosmos genera el alm a humana (ésta es un "fragmento", muchos de nosotros: si algo ti ene vida, su causa tambi én debe de tener vida y, si es bella,
a1tocrnácr~a, de aquél) y que (e) en términos general es, si una cosa genera otra , la primera también debe ser bella. Como bien lo han señalado algunos estudiosos de las teorías antiguas
tiene que tener las mi smas propiedades que la segunda ( tesis a la que nos referiremos como de la causa lidad, este principio es un concepto clave en la metafísica de P latón (Sedley 1998)
" Principio de la Si nonimia Causa l"), y dado también que (f) el alma humana es rac ional, se y ya se encuentra presente en filósofos presocráticos como Anaxágoras (Barnes 1982: cap.
sigue que (g) el cosmos tiene que ser, él mi smo, racional. 16) . Por su parte, la premisa (d), " el cosmos genera el alma humana", puede entenderse en el
Un texto donde aparecen ejemplares de ambas familias es U.13. Estos ejemplares, nos sentido de que el alma se generó durante la cosmogonía junto con la especi e humana y las
~ice el tex to, figuraban en el tratado actualmente perdido Sobre la Providencia de Crisipo. Es demás clases natura les. Esta generación sigue una secuencia que más adelante estudiaremos
Importante notar que, en estos ejemplares crisipianos, la tesis (a) aparece en una formulación pormenorizadamente, a través de los textos 15.2 a 15.8. Pero cabe señalar aquí que, según lo
distinta : lo animal es superi or a lo no-animal. En 12.14 aparece otro ej emp lar de FI también indica 12.16, este proceso de generación es análogo a la reproducción de las espec ies anima-
defendido por Cri sipo y, en 12.15, uno defendido por Cleantes, aunque en sentido estricto este les. La analogía radica en que ambo s son un proceso que inici a con una semilla (O'1téPIlO) que
argumento de Cleantes no busca demostrar la racionalidad del COS1110S, sino la ex istencia de contiene información detall ada sobre cómo será el resultado. Según los esto icos, esta infor-
dios. Sin embargo, los argumentos de esta fami lia tienen su origen en Zenón, como bien lo mación predetermina enteramente el proceso de gestac ión en cada de una de sus etapas, de ta l
indica Cicerón en ND 2.21 Y 3.22, ambos citados por van Arnim en SVF 1.1 11 junto con el modo q ue el resultado sea alcanzado exitosamente. Según 10 apunta 12.16, el concepto clave
pasaje central de la segunda parte de 12.16. En la primera parte de 12.16 aparece un ejemplar de esta concepción de la cosmogonía es el de " razón seminal" (AóyOl; O'1t€p~la'flKó~). No es
de F2 atribuido a Zenón. Según lo indica el texto, el argumento de Zenón caus ó polémi ca en el éste el lugar para intentar evaluar filosóficamente estas dos familias de argumentos. Baste con
ámbito fi losófico de su época y, de acuerdo con 12.16, fue objeto de c rítica y discusión entre mencionar que, como se ha hecho explícito en trabajos recientes (Sedley 2007: 78-86 y 2 12-
estoicos y miembros de la escue la dialéctica a través de la fi gura de Alexino. El texto 12.16 231 Y Powers 2008), existen antecedentes de ambas fami li as en fi lósofos anteriores. En parti-
ta mbi én presenta a Zenón como el primer estoico en desarrollar un argumento perteneciente a cular, F 1 tiene un claro preclU'sor en el Tim. de Platón (29B-30B) y F2 un origen probab le en
esta fa mili a F 2• Entre otros ejemplares de esta segunda familia, cabe c itar el largo y detallado los Mem. de Jenofoote ( 1.4.8) y el Filebo de Platón (29A9-30D9).
argumento de Cleantes en ND 2.23 -36 (en e l cual también figuran pasajes clave sobre su Para concluir este comenta rio, trataremos un último tema: ¿cuá l es la composici ón mate-
física y cosmología, por ej empl o, 15.8) Y el argumemo de Crisipo que aparece j usto después rial del alma racional en gcnera l, incluyendo la del cosmos? Como vimos anterionnenl e, lada
del de Cleantes, en ND 2.37-39. alma racional , incluyendo la del cosmos, es una forma superior de hálito di stinta de las in fe -
En la fami lia FIo las tesis clave (a) y (b) tienen su funda mento en la teleología estoica riores por su grado de tensión fisica o " tonic idad" (tóvo~) . Como ahora veremos, la tensión
ejemplificada en 12.1 4 y 12.4. En estos textos, en efecto, se explica por qué ciertos seres son característi ca del alma racional depende directamente de la naturaleza de sus componentes
superiores a otros y ninguno es superior al cosmos. El principio general que rige esta j erarquía materiales.
podría t~ 1 vez exp.resarse del siguiente modo: A es superior a B si B exis te con vistas en A pero Entre los estoicos hubo cierta controversia respecto de la composición material del há lito.
A no eXiste con VIstas en S, lo cual ocurre si y sól o si (l) la existencia de B es necesaria para Según Cleantes, el hálito está compuesto de calor, el cual es un tipo de fuego. Del argumento
274 Capítulo 12 Cosmos, hálito y teleología 275

de Cleantes a favor de esta tes is nos ocuparemos en el capítulo 15. Su principal razón para esa substancia tengan los poderes que de hecho tienen, por ejemplo, que un ser vivo tenga los
sostenerla es que todo ser natural contiene un calor interno que explica su cohesión y sus poderes de nutrición y crecimiento o, para tomar otro ejemplo, que un ser racional tenga la
distintas capacidades, incluyendo, en el caso de los seres racionales, sus capacidades raciona- capacidad de pensar. Es posibl e, sin embargo, fonnular algunas conjeturas y hacernos una
les. En el texto 12.17, en cambio, se presenta una teoría di stinta según la cual el hálito es una idea aproximada sobre cómo la teoría emprendió esta explicación. Como ya vimos, los pode-
mezcla de fuego y aire, identificados como elementos "activos y eficientes" por oposición al res que cada forma de hálito es capaz de causar se deben al grado de tensión prop io de cada
agua y a la tierra, que son pasivos. En algunas fuentes esta teoría - distinta de la de Cleaoles- una. Cuanto mayor es la proporción de fuego "puro", es decir, no comprimido, mayor será su
es atribuida a Crisipo (cf. SVF 2.841=LS 47H). Según 12.17, la razón para sostener que el volumen y, por tanto, mayor su tensión. Asimismo, cuanto mayor sea su tensión, más eleva-
hál ito es una mezcla de fuego y aire es que, si sólo estuviera compuesto de fuego, no podría dos dentro de la escala natural serán los poderes que esta forma de hálito será capaz de causar.
realizar el movimiento "Iensional" de expansión y contracción por medio del cua l otorga La idea general que subyace a esta teoría es que los poderes que una cosa es capaz de causar
cohesión a los cuerpos y explica sus distintas capacidades. En efecto, la propiedad caracterís- dependen directamente del grado de tensión física al que está sometida. Esta idea no es inno-
ti ca del fuego es la de ser cal iente y, en virtud de esta cualidad, el hálito es capaz de expander- vación de los estoicos pues es discutida por Platón (Fedón 8685-04, 92E4-95A3) Y Aristóte-
se. Pero, para rea lizar su movim iento tensional , el hálito también tiene que ser capaz de con- les (DA 407b27-408a30) quienes la asocian con la tesis del pitagórico presocrático Filolao de
traerse (de otro modo, la expansión no se detendría y terminaría por descomponer al cuerpo a l que el alma es una armonía. Asimismo, los estoicos no son los únicos en defenderla durante la
que subyace). Por consiguiente, dado que toda contracción supone un enfriamiento y que la época helenística, pues también la comparten peripatéticos como Dicearco (frs. 5-12 Wehrli)
fr ialdad es la propiedad caracter ística del aire, es necesario que el hálito también contenga y Aristoxeno (frs. 118-121 Wehrli).
aire. Cabe pensar que, según esta teoría, el fuego y el aire que componen al hálito no actúan Según Platón y Aristóteles, la tesis pitagórica afirma que el alma de un ser es el estado en
simultáneamente, pues sus capacidades opuestas se anularían mutuamente y, al anularse, no que se hallan los componentes materiales de ese ser cuando están sometidos a c ierto grado de
causarían ningún movimiento. Para causar el movimiento de expansión y contracc ión propio tensión. Para tomar la formulación platónica, cabe referirnos al pasaje en que Simias, persona-
del hálito, el fuego y el aire deben de actuar altemadamente. Sin embargo, existen testimonios je del Fed. al que Platón vincu la con los pitagóricos, argumenta contra Sócrates que la invisi-
e~l los. cuales se afIrma paradójicamente que el hálito estoico se mueve al mismo tiempo en bilidad del alma no implica necesariamente su indestructibilidad porque existen cosas invisi-
dIreCCIones Optlestas (SVF 2.442 y 451 -4 52), los cua les, como bien argumenta Sambursky, bles pero destructibles. El ejemplo de Simias es el estado de tensión de una cítara afinada, el
son contradichos por testimonios igualmente importantes donde se niega enfáticamente esta cual es invisible pero se destruye al destruirse la cítara o sus cuerdas. Al desarrollar el ejem-
simultaneidad (Sambursky 1959: 29-31) plo, Simias, en nombre de los pitagóricos, introduce la tesis que nos interesa (86B7-C5):
La teoría de Crisipo sobre la composición material del há lito no debe comp renderse en el cuando los componentes materiales de un ser se someten a cierta tensión física, ese ser ad-
sentido de que el hálito está compuesto de dos substancias irreductibles la una a la otra. Según quiere un alma, es decir, el conj unto de los poderes característicos de un alma. En esta medi-
podremos apreciarlo en el capítu lo 15, Crisipo sostiene que, en general, los cuatro elementos da, los poderes que adquiere ese ser son el resultado de una tensión específica a la que están
no son substancias irreductibles las unas a las otras, sino formas distintas de una misma subs- sometidos sus componentes materiales. Esa tensión, Platón la ll ama "armonía" (áp~ovía), el
tancia: el aire, el agua y la tierra se generan por compresión y condensación de l fuego, el cual mismo término empleado por Fi lolao y en 12.18. Platón deja claro que la correlación entre esa
es la única substancia rea lmente básica de l mun do físico (15.4). De este modo la división de tensión específica yesos poderes es doble: al someterse a ella los componentes adquieren los
Cri sipo entre elementos activos y pasivos en 12.17 no corresponde a una división substancial poderes en cuestión; pero cuando la tensión cambia de manera importante, los componentes
básica, sino a una mera división funcional entre los distintos poderes que adquiere una misma pierden esos poderes. Esta doble correlación aparece en la versión estoica de la teoría que
sustancia (el r~ego). El fu ego adquiere poderes distintos a medida que cambia su densidad y, figura en 13.25. Pero también está presente en el testimonio de Alejandro de Afrodis ia en
en consecuenC Ia, su volumen y su tensión interna: cuanto mayor es su densidad, menor es su 12.18. En él, Alejandro no se refiere explícitamente al concepto estoico de tensión. Pero el
volumen y. por consiguiente, siendo menor el espacio que debe abarcar, menor es su tensión. concepto está implícito en su ejemplo de la cítara.
En concordanc ia con esta teoría, cada una de las cuatro fonn as de há lito - disposición, natura- Una diferencia importante entre la versión pi tagórica que presenta Platón de la tesis del
leza, al ma y razón- consistiría en una mezcla de fuego y aire, en el entendido de que este aire alma como armonía y la versión estoica en 13.25 y 12. 18 es que, según la primera las propie-
es fuego comprim ido y que la mezcla de "fuego y aire" es, en realidad, una mezcla de dos dades anímicas se pierden al instante en que la tensión deja de ser sufic iente. En la versión
formas del fuego: una al estado natural y otra comprim.ida. estoica, en cambio, estas propiedades no se pierden inmediatamente en todos los casos, sino
El grado de tensión característico de cada una de las cuatro formas de há lito depende en- que, en el caso de algunos seres animados, el alma, agente de los poderes anímicos, sobrevive
tonces de la proporción de fuego y aire presente en cada una. Por ejemplo, según 13.25, el sin la tensión fís ica correspondiente. Esto ocurre cuando el cuerpo al cual el al ma de esos
hálito anímico es más caliente y seco por contener una mayor proporción de fuego que de seres estaba asociada, se desagrega y deja de existir como tal. Este tema surge en los textos
aire, mienrras que e l hálito natura l es más húmedo y frío, por contener una mayor proporción 13.3 y 13.6 de nuestro siguiente capítulo y es importante para entender el concepto estoico de
de aire que fuego. La humedad del hálito natural se debe a que, si bien la humedad no es una muerte, que a su vez es fundamental para comprender teoría estoica de la conflagración que
cualidad del aire, sino del agua, el agua en genera l se obtiene por una condensación del aire. estudiaremos en el capítulo 18. Pero, en términ os genera les, la idea clave de la teoría estoica
En este caso particular, la idea de Crisipo podría ser que el agua del bálito natural se obtiene del hálito de que los poderes que algo es capaz de causar dependen directamente de l grado de
por la condensación de una parte del aire que compone al hálito natural. tensión al que está sometido es, en muchos aspectos, la mi sma que Platón discute en este
Habida cuenta de lo poco que sabemos sobre la teoría estoica del hálito es dificil entender pasaj e. Otra diferencia significativa entre las dos versiones es que, en la pitagórica, la correla-
cómo una substa ncia compuesta solamente de fuego y substancias derivadas del fuego por ción entre tensión y poder se restringe al caso particular del alma: los poderes causados por la
compresión podría, por sí so la, explicar, en la mayoría de los casos, que los seres dotados de tens ión de los componentes materiales de un ser son sus poderes anímicos. En la versión
276 Capítulo 12

estoica, en cambio, la correlación se aplica no sólo al alma y sus poderes anímicos, sino tam-
bién a otros dos ámbitos que abarca el hálito: el de los poderes cohesivos presentes en todos Textos Anotados
los seres unificados y el de los poderes vitales presentes en todos los seres vivos. Como Cosmos, hálito y teleología
hemos podido observar a lo largo de este capítulo, los estoicos argumentan que estos poderes
también se explican por el grado de tensión del hálito que se difunde en los seres unificados y
Jos seres vivos . Cabe preguntarse si acaso la teoría armónica de los pitagóricos no contiene ya
elementos que permiten esta aplicación más amplia del concepto de tensión (cf. Barker 2007). 12.1 E,tobeo, Ecl. 1.184,8·185,24 (SVF 2.527)
En ese caso, el pitagorismo podría constituir un antecedente importante de la teoría estoica del XpucrÍ1t1tou. Kócr)lov 8' Etvai <¡H¡crtV Ó X pv cr L 1t-
hálito. 1tO~ cnJcrTlllla €~ oupavou Kal y~~ Kal trov EV 1'OúrOl~ <pú-
m;wv' ~ 1'0 EK Oe:rov Kal ovOp6mwv cnJcrtlllla Kat EK 1'rov
€ve:Ka l'Oúnov yeyovón!Jv. AeyEwl 8' E:1'epro~ Kóallo~ o
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8E Kan11"f¡v 8taKÓallT¡crlv AEYOll6VOU KÓa!.WU tO )lEY dvUt
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atl1'il~ úypa KaL tOV oÉpa. To yap tti~ 1tácrr¡~ oucría~
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tpÓ1tOV EV 1;c9C9 ta omÉa, rouro M KaA.e:laOat yt;v. DEpl
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A.e:yÓ)lEVOV KÓa)lOV e:l~ l'Oútar; olClKeKpiaOCll tar; q>úaet~· 1'0
8E 1tEPHj)EpÓ)lEVOV at'rrú;) ErKUKA.íco~ aiOÉpa EtVat, EV <p ta
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Eivat, 1tánu 8E ta 1tAavro)l€Va ta1tEIVÓtEpa nov Ct1tAavrov.
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30 nEptÉXEaOat BE nácra~ tar; 'trov nAaVOlIlÉVrov Ú1tO r~~ 'trov
Ci1l:Aavoov aepaípa~. Toov oE 1tAavrollévOJv ú"'T¡Aotá'tr¡v e:tVUl
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aÉpt. L".tO Kat aepro8EO'tÉpav epaivEcr8at Kat )láAuna 8ta-
tEÍVEtV t~V án' aurf¡~ oúva)ltv ei~ ta nEpiyEta. 'Y1tO 8E
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tr,v <tOU> ü8ato~, 'l:eA81Jtaiav OE 1'r,v ti1~ rt;r;, m:pt tO
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40 Ilécrov 0"l1Jl810v 10U KócrlloD Ke:l)lÉVl1~, 8~ tOU 1taV"tó~ €O'1't
KátOJ, avOJ oE '1:0 un' auto"Ü El~ tO KÚKA(9 návtll .
278 Capítulo 12 Cosmos , hálito y teleología 279

2 é~ p2 : k Fp l 4 5' htp~ F : oeútepo<; P : 5' h¿pro~ corro Diels 8 ¡.lEV Canter cum p 2 : Kal FP 1 13 eIyE €KEíVT] ¡.tEv a1totÓC; Ecrtl, 'to oe cri>yKP1J.lO 1té1tOiCOtal, ~tot
i'crxuv codd. : Xúow Usener : rpÚOlV Diels : axtow Hcnse I 5' €tA'lx6l; FP : 51€tJ..'lX~ Canter 14-15 25 AeuKOV ~ I1ÉMlv ~ Kotvroe; KExprocr~ov Kal ~tot 8Ep¡.tov ~ \lfU-
taútUC; ot FP: tcxÚ't'w; ó~ Meineke 16 61tdpooC; FP: ~1[€ ípouC; corroGaisford I npoaT¡yopciEo9clI p i : xpov ~ üUr¡v n va EXOV 1tOtÓT'l'tCt. oí oE LtrotKOI o\51e &re-
1tpooayopSúta9cxL p2 18-19 acpalplKIDC; KUI1tep1K€X&ia9al F : O'tpalp IK&C; KUI1tEpIKEXÚa9cu Wachs- pav toi) DAou tO ¡.tépoc; oüte 'to auró <pamv U1tÓPXE1V'
mulh el von Amim cum P : Kul m:pIKExúa9u\ mpulpIK&C; Diels : Ka\ mpCXtplKWC; 1tcplKcxÚa9m Mei-
~ )'ap XelP OÜtE T¡ alrrij té9 avOpó:mql EO'tív (ou yáp EO'ttV a v-
neke 19 apatÓtaTOv tE FP : apcuÓ'rurov ovra Meineke 22 aUTou FP : cllh<9 Meineke 2S clOl"tpwV FP
: aarprov carr. Meineke 26-27.0. OE 1tAUVÓlJ.lEVU bITa tOV o:pl9flOV sTvUI om. F 29 alt ' ru'lC; FP : ht' 8pco1toe;), oür E É'tépa 1tapa 'tov av9pro1tov (crov aUTD yap ó a v-
aUlle; COIT. Heeren I <popde; FP : mpaípw; Diels 32 <trov> add. Meineke 38 un' aUToü] Enl -caUto\) 30 OpC01tOe; voeitm lív8poomx;).
Diels 39 <T06> add . H eercn 40 K€lflf:vrtv FP : KtIIlÉYll~ corroHeeren
4 Ka! om. N 8-9 náv ós aUv r<9 KÓO~'!l ro s:~roaev KCVÓV von Amim in app. cril. 10 nEl'ttpacrtat !lev
Para otro texto importante sobre la estructura del cosmos, paralelo a éste y que también se refiere yo.p ó KÓOIlO~ N 20 rwv om . AB VR 25 AeuKOV <8v> Bekker I KQPOlollÉvOV Gen. : KexpOlJ1ÉVOV N :
explícitamente a Crisipo, cf. SVF2.555 . Véase tambi én el conjun to de textos recojidos por van Anllm en KEXropIOJ1ÉVOV LEABVR
SVF 2.558-573 . 6-7 OtarpÉpEtV ll1tOAallPávouOI ro OAOV Kal tO ltQV Sobre la distinción entre r6 ncrv y r6 BAov cr. SVF
1-5 KóolloV - 1'cA.e.loihal Estos tres sentidos del ténnino "cosmos" vuelven aparecer en un orden distin- 2.522-523 y 2.6. Los estoicos no siempre respetan esta distinción, pues en ocasiones usan ro nav para
to en 12.3 . Cr. también 12.4 y 12.6. Puede consultarse también el tes timonio de Fil ón en SVF 2.620 (= referirse al cosmos mismo y no a la suma del cosmos con el vacío extra-cósmico. Véase por ejemplo
J 8.13 ) Y62 1. Cf. PS. Aristóteles, Mun. 391 b9-1 O. Zenón ap. Alejandro de Licópolis en 18.1.
9-11 To yap "C~~ lt áoTl~ oUCl'ía~ - ,aur a OE. KaAElo9ctI y~v Sobre el geocentrismo estoico y su defensa 26-27 OÜt€ gr€pov 'tOu BAou ro IlÉpo~ our€ 1'0 Ct1hó <pa(nv \mápX€lv Cf. Sexto Empírico AM9.352.
por parte de Cleantcs contra el heliacentrismo de Aristarco, cf. Bénatouil 2005a. Véase también 15.3 y
18.3. 12.3 DL 7.137-140 (SVF 2.526 y 634; LS 44F y 470)
12 orpalplKro.:; El agua se esparce esféricamente sobre la tierra porque la superficie terrestre es esférica. i\Éyoucrt os KÓOJ.lOV tp1xOOe;' oUtÓV t e tOV OEOV tOV EK tii e;
Sobre la esfericidad de la Tierra, de los astros y del cosmos en su conjunto, cf. SVF 2.547, 2.650 Y 2.654 6:ná011e; ouoia c; wiooe; notóv, Be; oll a<p9apr6e; e:crn Kal ayÉvrrroe;,
Y nuestras nn. al texto 11.2. Cleantes parece haber sido el único estoico que negó la esfericidad de los OT]]..llouPYOC; wv tliC; olaKocr¡..¡.1ÍcrEroC;, Kata xpóvrov 1tOlae; 1tEptÓOOUe;
cuerpos celestes y sostuvo que son cónicos, cf. SVF 1.498 y 1.508. Para la esfericidad del cosmos en ava lioKcov Ete; Éautov t~V a 1tacrav oucríav Kal 1tM tV ES &autou
Aristóteles, cf. De 2.4 286a5- 11 Y 286b32-287a5 y 2. 12 29 1b28-292a3 y 293a4-11 y Kouremenos 20 10. 5 yevvrov' Ka l aUt~v 011 t~V 6taKÓO~T]mv t rov aO'tÉprov KÓO~OV
19 rov aiatpa Sobre el origen del aie~ p en la fi losofia presocrática y su relación con los otros elemen- etVat A&yOUcrl' Ka l tpitov 1'0 cruvecrtr¡Koc; &; 0:~1<p01V. Kal Ecrn KÓ-
tos, cf. Kingsley 1995. Para el concepto de un quinto elemento en Aristóteles (necesario para explicar la
circularidad del movimiento de los cuerpos celestes), cf. principa lmente De libro 1, caps. 2-3. Para una o
crfloC; toíro~ 1tOtO~ 1'ii<; 1'rov DAroV oucríae; i), /.he., <P'lcrt n ocrelorovloC;
discusión de este concepto en la antigüedad tardía, cf. Wildberg 1988 y Baltzly 2002 . Ev tti M &n;ropoAoyu<TI. crtotxe lrocrEl, <1Úcrr'l¡.ta ~ oupavou Kal
y~C; Kal trov Ev lOÚtOle; cpúcrerov ~ crucrrT]¡.ta EK Oerov Kal a vOpro1trov
12.2 Sexto Empírico, AM 9.331-336 (SVF 2.524; LS 44A; FDS 869) 10 Kal trov EvcKa toúrrov yqOVÓtrov. oúpaVOC; oé Ecrn v ~ Eoxó.rT]
'H 1tEpl 'tOU OA.OD O'K¿~It~ aVQYKa{o ¿mll'oí'¡;; ).lev 'Pu- ti
1tEplípÉp€lU EV mlv tOpu'tal tO eEtOV.
CHKOi;, Enel ého1toV KaOÉCITT]KE toúrout; nept ro'Ü oAou Kal Tov o~ KÓO¡.tOV OlOlKEtcr8m Kato. vouv KCtl. 1tpÓVOlav, KaSá
r oi) nQVIO; brayyelAOJlÉVOUr; ro aAr¡Oet; ¿pe'i:v J.l~ eí8éveu CPrtOl Xpúcrl1t1tÓC; t ' f:v t (9 1tt fl1t't eg n Epl1tpovoíae; Kal IIOcrEI0WVlO<;
tí notÉ Ecm 1 0 OAO\l Kal t1VO '1'Il ~Pll, 'tOte; OE O'K€1t1lKOir; EV r0 tptoKalOEKÚtql n €pl 9EroV, de; a1tav a út ou J.lÉpOC; ótlíKovtoe;
5 rrpoc; EAtyxOV rile; tro" oOYI.WttKó'lV rrponen:íac;. K01. 6~ 01 ~d:v 15 toi) voi), Ka9á'Ep e<p' ~~ólv t~qf\)X~,' aM' ~o~ 01' ",v ~<v ~aA­
altO lile; ¿tOae; q>IMcro<.¡lot otwpÉpelv AOV, Ót' cbV OE ~HOV. Ot' cbV )l~V yo.p roe; eSte; KCXOOpT] KEV, roe;
l)7toA.a)l~ávouOl lO DAD\! Kal TO na,,· OAOV ).l eV yap et- Ota t&V ocrtoov Kal tOOV VEÚpCOV' Ol' cbv oE che; voüe;, roe; Oto. 'tOi)
ven AtroUO! l O" K60'j.lov, néiv oe 10 erOv T(9 KÓcr).l({l E~ro­ ~yE].lOVtKOiL oihw 8~ Kal tOV OAOV KÓcr¡.tOV 1;c$ov (Svta KUI Efl'fUXOV
Sev KEVÓV, KQl Ola "!Ofita ro )lEV OAOV 1tE1tepaO'I•.u~vOV Kul AOYIKÓV, €XElV ~YE¡.tOVlKOV].lEY tOV a18épa, KaOá <PllcrtV l\vtí-
10 dVCll (nenépo<it(u yap ó Kóa¡.tü<;) , 10 011: ná" a1CElpov 20 1tarpOe; Ó Túptoe; Ev t <"9 6yoóq,l IIEpl KÓO¡.tOU. Xpúcrt1t1tOC; o' Ev
(tOIOÜtOV yap TO !hace; tOU KÓO'~lOU Kevóv). Ó Be 'Ení- ré9 1tprotql n Epl1tpovoía e; Kal n ocrelocbvt~ EV t <'9 I1Epl geoov tOV
KOUp~ &OIO<pÓpro<; t~ V n : l&V affillÚtrov Kal t~V rou Kf.VqP oupavóv <paOl 'to ~yE¡.tOVIKOV t OU KÓO¡.tOU, K ÁEávOT]c" oe
t OV ~A\OV.
<púarv OAeV te Kalnáv 1tpoaayop&úelV elroO&\'· ó;.§.-IlEv-"fCíp o flÉVtO t Xpúm 1t1tOC; olUcpopcbr €pov 1tállV t O KaOapÓn(l'[ov !DU
q>ll otV, on ~ nov oArov q>ÚOl<; aoo)lQró EcrTt aieÉpo<; EV rau'tc$, BKal1tpéihov O€OV AiYE" <ov> a io8'lTlK&C; ooo1tep
15 Kal KEVÓV, ore oé, on r6 mi\! Ka!' aJlq>ótepa a1tetpóv Ecrrt, 25 KSXropT]Kévat Oto. 'trov tv o:t pt Kat Ola t rov ~cQrov án:ó.vtrov Kol <<pUcrtK&C; OHZ t&v>
KOt6. te aroJ.wTa Kal 'rOKf.VÓV, TOUl'Écrn Kató. TE TO 1tAii9oc; roov CPUtrov' Ola oet~C; yiic; aún'ic; KaS' eSlv.
crro llá r rov Kal Kara ro ¡.téyeOoc; !DU KEVOU, aVtt1tap'lKoucrrov OA-
2 lt áaTl~ F I ¡oíú)~ nOláv BplF : nOlóv sine io{roe; Dp4 : iótonOlóv Suda I a:ytvr¡tOC; (1) : a:YÉ\I\!Tlr o¡;
).,1ÍAaLC; t cOV KaO ' &Kátepov a.1tElplroV. oí 6E cpál1EVot ¡.t116' DAoot;
BPFD Suda 3 ÓtaJCOOJ.1íO€(il~ F 5 t rov <tcrtt pwv secl. von Arnim 7 ioí(il~ nota; PFD : iOlo1t ot~ Suda 9
eTvat KSVÓV, roc; 0\ EK tou n Ept1rÚmu. ro OAoV Kul tO 9€cOV BPFD : C!1'otXEÍOlv Suda 12 ólOtK€ioBal B$ : oh,aioeal PFD Suda 12-14 Ka9ú - 9E&v in rng F
2

20 1tnv TroV crool1átrov I1ÓVOV, OUXI 6B KUI mu KEVOU EmKatT]Yopou- 13 r' om. BD 14 lv r('9 "CptOKatÓ€Káro;¡ F2 : Bv r6) 1'pito;¡ Marcovich cum Cobet: EY to'i~ Sandbach 23
ow. yéYOVE oé tiC; oláO'tucrtC; PpuXElu Kal nEpl toi) ¡.tépout;. J1f:vrot BPD : 8E F I Ku8apórrarov Bp l: Ka8ap6l!€pov clIDp 4 in mg 24 A.Éy€1 Marcovich : AtyOUCl'tV
'EníKoupoC; ~l€V yap lhepov li~íou tUyxáVE1V t O I1ÉpOC; BPF<l>D f <ov> suppL Marcovich (ante aioell!1K&~ lac . indo von Arn im qui "Cov óe atl!ov suppl.) 25
tOu éSAOU, KaOám:p t~V a t oJ1ov tOD cruyKpÍ)lQTOC;, <q)u Cl'IK~ Ola "CWv> add . Marcovi ch cum van Amim
280 Capítulo 12 Cosmos, hálito y teleología 281

. Este ~~xto es la continuación de 15.3. Para los temas aquí tratados, cf. 12.4, 12,11 Y 12.14 yeltestimo- 26 tlO"l DE trov ano tJ'io; aip{;m;~ eÓ<X;E yiiv tO ~'Y6110VIKOV BTvo\ toO KÓO'I10U Es una tesis sostenida por
mo de Filón en DAM.94 (= SI~F 2 ..6~8). La idea de qU,e el hálito se difunde a lo la rgo del cosmos bajo la Arquedemo (cf. Estobeo, Ec!. 1.1 87, 6·7: i\px.¿o11l..l0~ tO ~'YqlOvtKOV toú 1<óo¡..tou f-V 1ft il1IÓPXE1V
fonna de a lma tambIén está lmphclta en el uso estoIco del concepto platónico de "alma del cosmos" áncq:¡~vato = SVF 3 Archedemus 15). La tesis también aparece (aunque sin referencia a Arquedemo) en
(o/UX~ lO\) KOO¡lOU), cr. textos 18.6, 18.8 Y 18.12. Sobre la divinidad del éter cf. 17.3. Sexto Empírico, AM9. 12 1-1 22. En ninguna de estas fuentes se indican las razones que pudieron haber
estado por detrás de esta creencia heterodoxa. Una posibilidad es que la parte rectora de un ser vivo debe
. 17 ffi~ voü~ C f. SV~ ~.460. Sin embargo, no todos los testimonios sobre [os tipos de hálito en el estoi- de situarse en su centro geométrico y, por lo lanto, ya que la Tierra ocupa e l centro geométrico del cos-
cismo se refieren al hahta raciona l. ef. los dos testimonios de Pseudo-Galeno en SVF 2.7 16 donde úni- mos, ésta debe ser su parte rectora. Probablemente es tos estoicos sean los mismos que sosruvieron que la
cameme se mencionan t:;1C;, <púO"~ y o/uxlÍ. cosmogonía tiene su punto de partida en la lierra ( 15.9 y SVF 2.583) y no en el fuego o el agua como
argumentaron los Zenón, Cleantes y Crisipo (15.2, 15.3, 15.7), por considerar, aquí también, que la Tierra
12.4 Eus ebio, PE 15. 15.1-9 (SVF 2.528 y 642; LS 67L) es el centro geométrico del cosmos y el centro geométrico de un cuerpo esférico es su principio rector
"OAOV SE tov KÓcr).lOV cnJv roí'~ ÉOUTOÜ ).l€PEO"I npocmyopruoucrl eeóv' (o.PX~)·
wúrov Be Eva ).I6vov dvaí <pam Kal n:EnEpacr).ltvov Kal ~0ov Kal &rBlOv Kal
9E6v. ev yap tOÚtC9návra nEpu§XEo9at ta crcO).Iam, KEVOV oe ~llOEV unápXElv 12.5 Cicerón, ND 2.39 (SVF 2.684; LS 54H)
ev autCQ. tO yap eK nácrTJ~ tft~ oucría~ notov npocrayopEúEcr8al <K6a).lov Kat> Atque hae munru divinitate perspecta tribuenda est sideribus eadem divinitas; quae ex
5 TO KaTa TllV olaK6a).lllCl'1V t~V 'tOtamllV Ka! ouha~tv Exov. otO Kata ).IEV mobilissima purissimaque aetheris parte gignuntur neque ulla praeterea sunt adrnixta na
T11V npOT€paV cm600crLv a'toLOv tOV KÓO).lOV efvaí <paO'l, KaTo. 8€ t11V otaKÓO).l11C1'1V tura totaque sunl calida atque perlucida, ut ea quoque rectiss ime et animantia esse et sentire
YBVll'tOV Kal peta~).lltOV Kara nEplóooU~ aTl:eípou~ y€yovuía~ te: Kal ¿ao)lÉva~ . atque intellegere dicantur.
Kal ro ).Iev 8K Tft~ 1ráCIT)~ oúaíat; T1:otov KÓO)lOV o.fótOV etval Kal OEÓV' 2 nobilissima P
IJ:YEaOat OE Kóapov crUO"tll).1a E~ oúpavou Kal a¿po~ Kal y~~ Kili ElIl)'áTtll~ 3 perlucida Cf. Mayor 1883 ad loco (vol. 2: 131): "Are we to take this in the sense of 'vel)' bright' as in
10 Ka! trov BV aUTou; <PÚcrEroV' Aé"yEcrOIlI OE KÓcr).lOV Kili TO OIK1lTlíplOV OBOOV Kal Div. 1.130 illustris el perlucida stella, and probably ND 2.30, or in the more usual sense of 'transparem'
avOPÓ)7tOOV <Kat> <TOV EK O€OOV KilI avOpW1tOOV> Kal tOOV EveKa Toúroov y€VO- as in 1.75, 2.142, cf. perlucens 2.54?" Cf. Pease 1958: 634.
).Iévc,t}v cruVEO"trora. av yap TpÓ1tOV nÓ).l~ UyBtat lhX&~ , TÓ TE OlKlltlíplOV Kili
to €K trov BVOIKOÚvrwv oUv "rol~ j'[OAÍTat~ O'ÚOtll).la, OÜTOO~ KCtlÓ KÓO').Ioc;; OlOVEl. 12.6 Cleómedes, Cael. 1.1 ,3-18 (SVF 2.529)
n6AI<; €O"tlv éK Oe:&v Kili avOpc.í':)1tú)v cruvBOlIDOll, T&V ).Iev Oe&v t~V l1rqlovíav TOl> KÓcr).lOU noUaxro<; Aeyo~tvou Ó vUv ~Jl'iv Aóyoe; tVEcrT1l Kro~ 1tep!
oe
15 EXÓvrWV, rrov &vOp6:ntWV únot€tay).lÉVrov. Kotvrovíav o' ún:áPXetv 1tpO~ TOl) KOTo. T1)v 8taKócr)1110Ív EO"t\V, av Ópí~OVTa.t oütw. KóaJ.1o~ E:ml oú-
aU..i)Aou<; Sla tO AóyOU ~IET¿XEtV, o~ E(jn <pÚOBI VÓIlO<;' Ta S' rua návtll yeyOVÉVQl O'1'11).1a E~ OÚpIlVOl> Kal y~r; Kol -roov EV tOÚTO\¡;; <pÚOEWV. Oóroe; BE
Toúroov EVBKa. oT<; aKOAOÚOW<; VO).lHJT€OV npovoeiv T&V av9pómwv tOV ra DAIl mlvrll ).lEY Ta crro )10Ta €).I1tEplÉX,EI, ou8evoe; ó'nAro<; tICTOc; OÚTOD
81otKOUvra OEÓV, BÚepYBtlKOV ovra Kat XPll0TOV Kat <P IAávOpro1tOV oiKalÓV rE 5 ú1tápxovrO<;, ro<; tv hÉpOlr; 8EÍ1cVutat· oú )1~V cÍ1tElpél; yE, &AAa nElTE-
Ka!nácrlle; exovta ta<; 6.pErá~. 810 8~ Ka! ZBU~ AéyBrat Ó KÓcr).lO<;, EnEI8~ pacr¡"¡ÉVoe; Eotiv, roe; muto 6~A.ov EK tO\) ÚlTO <púcr€OOe; OUTOV 8t01KetOOm.
20 TOD ~f¡v alTlOe; ~PlV ECI'1:t. KaS' ecrov 8€ BlpO).lÉVC9 AóyC9 lTávra OlotKEl a1tapa- AlTBÍpou ~EY yap ouoevoe; CPÚcrlV etVat SUVOtóv' 8€l yap Ka-rCtKpatElV
Pénwe; É~ aT8íou npoO'oVO)1á~BoOat Eíllllp~I¿VT]V' 'A8pácrtBlaV 8& on oóSev T~V <PÚ01V, O'ÓtIVÓe; EO'tIV'
E:O"tIV aurov cmo818púOKE1V' npÓvotav S' on npoe; tO xpi)CI'1~tOV ~¡KOVO!. U::l eTl 8e <púcrtv EXEl t~V 8lolKouoav aútóv, yvropt~OV lTp&tOV ).IEV EK
EKaow. lÍYe).lOVIKOV 8e -rOD KÓa)1O\J .KAeáVOEI )lEV iíPBcrE -rov iíA10V dvOt 1O T~e; 'tá~ero<; rwv b; aur0 ~Eprov, enEtTa f-K rile; téOv ylVO).ltvrov tá~ero~,
81a ro péy lorov trov acrtprov ÚlTáPXEIV Ka! T1:A€lma O"U)1PáAAEcrOal npoe; r~v tpítov EK r~~ cru~lTCt9€íae; TOOV tv o.UTCQ ~ep&v npoe; MAllAa, rÉtoprov
25 rwv OAWV 810lK'llOLV, ~).I¿pav Kal ÉVlaurov lTOlOUVTCt Kol rOO; UAAae; ropm;. 6K tOU EKCtOTo. npór; TI nEnol~O'eCtl, KCtl AOL1tOV EK tOU lTávTa ~EyaA­
Tlal &i: trov ano rf¡e; a¡p¿O'EúJ~ €80~E y~v tO ~YE)10VIKOV €lVCll TOO KÓcrpOU, OO<pEAEO"tárae; lTap¿X6cr8w ta<; XPB(ae;' alTep i.OIO Ka! t&v 8nl J..l€pOVe; <pú-
XpucrllTlTCfl88 TOV aiOépa rov KaOapWTawv Kal E1AIKpLvÉ;oTaTOv, éhe: návrrov O€rov ecrTlv. ".om€ cpúmv exrov r~v OlOlKOUcrUV <a.Útóv> auror; ).lEY lTE-
EUKlvllrÓTarOv ovta Kili -r~v OAllv lTeplúyovw TOi) KÓcrJ.10U <popáv. lS nÉpavtat IlvayKuíw<;' 1'0 BE ÉKTOe; CtUTOU KEVÓV Émlv ano navro<;
).Iépoue; EÍe; an€l pOV 81ftKOV'
2 ncncpo.o).i¿vov] 1tcq¡Qo¡..ttvov B 2-3 Ko.t OEÓv om. B 4 <1<ócr¡..tov Ka!> add. Mras cum Diels : <aeóv
ou> von Amim 9 1<6o¡..tov OÚOtl1¡..u:t Mras cum codd : <Kal> ante OÚO'tll¡..t(1 add. Diels 11 <Kal> add: 3 CV "[OÚ"[OIo; DFMPLC : €v toú"['!? SVEBH 8 OÚtlVó~] oi) q¡ÚO'l~ PL 14 <ouróv> add. Renehan 14-15
~ras : <~> add. ~icls I ~tO~ l1<" acrov Kat a~jXÍl1[Wv> ad~. M:as :~m _ ~el( 12 ouvccrtrota codd : m:7IEp6.TWtal L : n€7t¿pavnll ceU. : ncnf;paO'tat corroTodd
OUOtT]¡..tQ von Amlm IJ OtOV€l] OlOV ONV 15 Ó om. B 20 Elpo¡..t€v(9 ~om. B 21lé, ct'ioíou om. B
12.7 Filón, QD 35-45 (SVF 2.458; LS 47Q)
1 "DAov óe tOV K60').iov aUv toi~ Éautoú ¡..t¿ptcr! npooayopeúouOl €Ieóv Esta tesis corresponde a la terce- rrev yap croo ).lároov ta ).lEY EVE8i)cra-ro
ra defi nición de "cosmos" en 12" 1 ya la primera el] 12.3.
e~el. ra 8i: <púcrEl, -ra BE 'Vuxtl. TU8E Aoyl1cñ 'Vuxfi. AíOwv ~Ev o~v KU.
12 ov yap tj}Ónov nÓAI~ ÁÉ:yEtat otXro~ Cf. 30.9. a
~ÚAOOV, 8~ rile; O"U).Iqmlae; ebtÉ01tuO'tcll, oea).lov Kpat ató-rurov tstV
15 t ooV oi; avOpó)'1[WV únorE'taY)lf:vúJv Cf. 12. 14 y 29.7, así como nuestraS nn. a esos textos.
E¡pyá~Bro' ~ 8É ecrTI1rVeUJ.1U avaorpé<pov e<p' tuuró' aPXEtCtI J.1E-v yap
16-17 'la o' IDJ...a n6.vta yqovtvUl TOÚtWV Ev€KU El TOÚtWV, al igual que el tOÚTWV de la línea 11, se
refiere a los hombres y los dioses. En 12.14, se presenta, como veremos más abajo, una división más
s 01tO TroV ~Écrwv E:nl ta nÉpata rB[vEa9w, \Vaucrav 3€ Q1CPoo; É1ttcpavEíur;
compleja de la estmctllra teleol6gica del cosmos. &voKá~1tl'EI náA.1V, aXPI<; av En! tOV IlÚ-rOV acp(Klltat tÓ1tOV, a<p' Oó ro
23 l;ye¡..tOVIKOV Ó€ toú 1<60'1100 KA.eúv8s¡ )lEV ~P€O'€ tOV ~AIOV €rVCU Ce. Estobeo, Ec!. 1.187. 4-5 Y los npliJTov cbW~e~ · E~gCO\ ó cruVgx~\ OÓTO\ ¡¡iauAaI QepOapTOI, [ .. .]
demas testimonios recogidos por van Amim en SVF ! .499. t~V 8E:: <púcrtv alT¿VEl)..l.G to'i~ <pmo'i~ KEpaoá.~€Vo¡; aÚT~v
Cosmos, hálito y teleología 283
282 Capítulo 12
12.9 Sexto Empíríco, AM 9.78-80 (SVF 2.10 13)
EK 7tMlmffiV ÓUVá¡.t€ffiV, 9pa1rtl1cí;c; tE Kal ~.u::t(tPAllTlKfi<; Kal (t'ó~T]ltKiis· [ .. ] \jIUX~V
10 O€ epÚO'ECOS tplcrl OtaMáttoucrav 6 lt01roV ¿nolEI, Cticre~a8t, cpavracríq, óPlxrr tOOV tE O'OO I.UXtOOV
ta ~lev yap <¡)Uta aÓPJl'ltCt, ac.pénrraCJta, aiO'O~OeOOS a¡.tÉwxa. trov bE s4rov
"Ca ¡.t.év scrnv ~vú))lÉVa, ta BE: ÉK cruvU7ttOl-lÉvrov, 'Te! OE EK
EKCtmOV &Opórov ~le1"txel trov dpllJlÉvrov. [... ] '{8oo)l€v 8E OtEOt<Í)tOOV. ~vú)Jléva llev ouv tatt 'ta úno JltOe; e~Eú)e;
KpUtOÚ)lEVU Ku8á1tep q>Uta Kal ~4lu, El( crovumo)l¿vrov 86
.ÍVI .oov aUrov ~cfxuv ú1tepf3épAl)KeV avOpo),1tOS. E~aípEl"ov OÚtOS
tOívuv yÉpaS eAaxs 81ávOtCtv, ~ tOS cm:ávroov q>ÚO'el<; O'ill¡.táTOOV tE ÓJ.tOu 5 ta eK te 1tUpUKEtJ.LtvwV KCtl1tpO<; Ev ti K€!páAalOV veuóv-
15 Kalnpay¡.témov d'roOe KCnaAa¡.tf3á.V€lV. TOOV cruvEcnrota <b~ áAÚO'Ete; Kal 7tUpyiOlCOt Kal vflec;, EK OlE-
crt(Ínrov oe ta eK ote1;euYl-lévrov Ka! KEXOOPtOll€VOOV KUt
1 ¿VeOúauTo AH : tvwúcraV'!O E 2 ES1V UE / ¡púaw UE / \jfU;olV E I SE Kal AoylKlÍ UF : O€ AOY1JOlV Ka8' ama únOKEtJ..lévrov cruYKEí)lEva roe; mpattat Kat 1IOI-
'VUX1lv E I ÁlSov MH1p 3 ~ÚAOV MH 2 P / t~~ (JUIlCPú)V¡a~ b : Tfj (JU1lCt'uia A 4 ~] d A 7 ante g~€(i}C; add.
(jlUtWV OUVCll.1elC; tpdC;, OpelftUCi¡, aU~Trwd¡, ¡.u;:rapAlltIlCTl MAGHP I aQlaapt~ om. E 9 9p€ltlIlCfiC; 'tE
¡.tVUl Kul xopoí. E7tet ouv Kal6 KÓO'l10C; o&l-\-á eonv, ~tOl
Kal ysw'1tIKfjc; Kal aU~'ltIKftc; E: Kal aÚ~'l nKfj'i om. UF 11 to. ~v or¡ CPUto. toÚtrov á~toxa E: )lev 10 i¡vOJ¡.t.ÉVov eml. O'&¡.tu ~ eK cruva1no~ÉVrov ~ EX OtE<nOOtooV.
yup ¡PUto. 6.6p)lllta om. AG 12 a9póov AUHPE 13 {mtpf3{:f3AllKEv MAH1p : il1tEp~éf311KEV ceno 14 ~ oiSTE os. el( cruvamo¡.tÉvrov ome EK OIE<nOOtroV. roe; oEiKVUJlEV
MG : ~ A: Úvon Amim EK trov nepl autov CfU)lrra8€l&v. Katll yap tnc; t~e; crEAi¡-
De manera general, sobre la escala natural de los estoicos, cf. (además del texto siguiente) Orígenes, VfJe; au~i¡O'e\l:; Kat ep8imnc; 1tOAAa tOOV tE E1tlYEirov 1;c9wv Kal
DPR 3.1.2-3 (cf. Orar. 6.1), Simplicio, fn cat.306, 19-27, Séneca Ep. 58.8-11 Y 14. Véase también el 9aAaooíoov cp8ívet tE Kut a1J~etcn, á)l7t(Í)t Ele; 'te Kal 7tAIl)l-
testimonio de Alejandro de Afrodisia en 13.23. La escala natural dc los estoicos se discute en Inwood 15 ¡.tupíO€C; 1t€p( nva llÉpll tf¡e; 8aAó:O'CfllS yívovtat. roOo.Útroc;
1985: 23-7, Long J 982 Y Hahm 1992: 31-34 y 1994: 178-203 y, más recientemente, en Gelinas 2006 (con ()& KUI KatÓ tlvac; t&v ácrt€prov ÉlIltOAUC; Ka' Mm:\(; ¡.tE"tU-
especial concentración en Cicerón, ND 2) YSénatouil2005b. ~oAa\ 'to-o 1tEpléxovtOe; KUI nu¡.t1tOíK1ÁOl 7t€pl !OV ¿u~pa tpO-
4 1tVEU)la avacrrpápov €q'l' Éautó Sobre este movimiento tónico del hálito (tOVIlCl) KíVl10tC;), cf. SVF nal O'UJlPaivouO'lv, OtE: I-Iev enl to Kpdttov, OtE BE 10l1-\-1-
2.448, 451, 454, 14.27 Y 24.6. Sobre la noción de tensión como concepto clave en la explicación de la KWC;. É~ cbv O'u¡.t<pa v€t;, Ott líVOOI-I€VOV tt 0001-\-(1 Ku8€crtT\KEV
estabilidad del cosmos y sus partes, cf. SVF 2.447 , 457 , 546 Y 14.25. Para el uso del concepto de tensión 20 6 K6oflOe;. bt't ¡.ffiv yap trov eK cruvU1ItOIlÉvrov ~ ou::<noo-
(tóvo~) en la filosofia estoica de la mente y, en particular, su teoría de las pasiones, cf. nuestro capítulo
TCüV ou O'U¡.t1táOXEl ta I-I€PTl áUi¡AOlS, ei'ye Év OtpatlQ. 7táv-
25.
trov, el tÓXOl, olac.p8apÉvtoov t rov crtpatloo't&v OUOEV KUTO:
7 líq'l9aptoc; Como se indica en el aparato crítico el ténnino es omitido en uno de los códices junto con
las líneas que le siguen. En cualquier caso su sign ificado en este contexto es oscuro. cr. LS vol. 2: 285. oe
otá6ootv rráOX€lV cpaívcrut ó 1tEplO'oo8eic;' enl t&V ~vro­
9 9psJItucrjc; tE Ka! )lEtaf3A1lttKi;c; Ka! U\)~'lnKi;c; Cf. 12. 12. Nótese que ni en este texto ni en 12. 12 se ¡.tÉVrov cru¡.t1tá8elá nc; €O"rtV, e'{YE 8cuc'túAOU tEllVOI-I€vOU tO
incluye a la facultad reproductiva - tO OJIEp)lanKÓv- en la lista de las facultades propias de los seres 25 Of...OV cruv8tat i8e'wl ooo¡.ta.lÍvoo¡.t.ÉVov Toívuv ¿mi (J(:(l l-\-a
vivos, pues, con la excepción de Panecio (según el testimonio de Ncmcsio de Emesa recogido en los frs. KU1. 6 KÓOI-IO<;.
86 y 87 van Strnlen), los estoicos sostienen que esta facultad es propia del alma. Cf. 13.4, 13. 17 y 13.19. 5 tE Bekker trov codd. 7 KeXOOP\O)lÉVrov Sekker €K K&X,ropIO¡ll;VroV LEABVR EyKE';(roPIO)lÉVOlV N 12
Por su parte, "la facultad de tmnsfonnación" aquí referida ()lEta~Al1tl K1Í) se refiere, según las secciones
37-40 que omitimos, a la facu ltad de transfonnarse en función de los ciclos climáticos de las estaciones. autrov N 23 nó'OXE1v LEABVR n:UOl N
Sobre esta clasificación, cf. 3.9, 13.3 Yasimismo Sexto Empírico, AM7 .102, Plotino, Enn. 6.6.12.1-30
12.8 Filón, Leg. A I/eg. 2.22 -23 (SVF 2.458; LS 47P) (FDS 319). La discusión filosófica en torno a la unidad de las substancias sensibles tiene un claro antece-
o
'wú-wu 7tPO€tPTlI1€VOU KCtKeiVO AEK'TÉov, 3rt YU)lVOt; Ked CtvÉVO€to¡; dente en Aristóteles. Ce. Mer. 1014b 24-26 YFis. 2l3a 9-11
o(Í)l1an VO'OC;- 1I€pl yap tO'O ~1~1IOO SvO€O€l1évoU Ecrtlv 6 AóyOC;-
12 cru)l1tu9cui)V Cf. 13.10,13.16 Y 13.23. Sobre el concepto estoico de crull1Tó'aElCt Y su relación con la
1IOMat; eX€t óuvá~€tt;, éKtuCllv c.pUWCT]V '!fUXllC11v AoyUCT]V ütavo'1ttK1Ív,
causalidad cf. Meyer 2009.
lílla¡; ¡.mp íat; Karú 1'e EtÜ'1 Kal y€VTj. ~ llEV m;tt; KOtvt1 Kal tOOV
5 a'VÚxoov scrrl f...mrov Ko.l ~ÚAwV, ~C; j.ffit€xel K0.1 ta €v ~lllV EOlKÓta 12.10 Cíceró n, ND 2.83
Aí80tt; oot€a. ~ üE q>úcrtC; 81rItdVEl Ka! Enl 'ta c.putá: Kat €V ~I-IIV Quod si ea quae aterra stirpibus continentur arte naturae vivunt et vigent, profecto ipsa
oÉ eonv €OtKÓta q>1.ltOIC;, OVUX€C; tE Ka! tpíX€C;' eonoE lí epÚOlt; terra eadem vi cantinetur [arte naturae], quippe quae gravidata seminibus onmia pariat et
E~t¡; ~OTj KIVOul-lévTj. 'JIuxll Dé Ecm tpÚcrlt; npoO'€tAr¡epula c.pav'tOO'íav Kar - - - - - fundat ex sese, stirpes amplexa alat et augeat ipsaque alarur vicissim a superis externisque
óp¡.t~v· aÜtll KOlV~ Kul t&v aAóyrov E<nlV' eXE1 oE Ku1 Ó ~¡.tétEPOC; voúc; naturis; eiusdemque exspirationibus et ael' alirur et aether el omnia supera. Ita si tetTa
10 avaf...oyouv tl cü.óyou 'JIUXU. náÁlv ~ 81av0'1ttKft 8úVU~lC; roía TOÚ voú 5 natura tenetur et viget, eadem ratio in reliquo mundo est; stirpes enim terrae inhaerent,
Ecyn, Kal ~ AOYUC~ KOlVT] I1€V táXa Kul t&v OEIOtÉpú)V q>ÚOEOOV, ¡oía oE animantes autem adspiralione aeris sustinentur; ipseque aer nobiscum videt nobiscum
oo¡; tv 8v'1'tOle; av8pó:mou' aihll üE ütn~, ~ I1EV KaO' flv AoYIKOí ÉO')1EV audit nobiscum sonat, nihi l enim eorum sine ca fieri potest; quin etiam movetur nobiscum,
va\) ¡.t€t€XOVt €e;, ~ o€ K0.8' ~v O¡aAeyóI-\-E8a. quacumque cnim ¡mus qua rnovemur videtur quasi lacum dare et cedere.
1
1 Ó om. AP 3 qroX\K~VJ q'l UotKT)v versio Armenia / AOYUcr)V om. versio Armenia 4 ~ }.UN ya.p versio 1 a om. H 2 {arte naruraeJ del. Davies 8 qua<cllmqlle> add. y1Sl ¡ movebilllr B
Annenia ¡ ~It;] At41<; A ¡ KotvT¡ om. versio Arnlcnia 7 Éanv codd. : Eiow Mangcy 10 ciAóyq¡ versio
Annenia 12 tv OVTJtOlr; M (et versio Armenia) : t,) Bvr¡t~r; AP 12.11 Cicerón, N D 2.29-30 (LS 47C)
Natura es! igitur, quae contineat mundum omnem eumque tucatur, el ea quidem non sine
Sobre esta división, vease también Sexto Empírico, AM9.86 (SVF2.1014) y la parte de nuestro comen- sensu atque ratione. Omnem enim naturam neccsse est, quae non solitaria sit neque
tario del capítulo 13 referente al lugar del alma en relación con los demás tipos de hálito.
Cosmos, hálito y teleología 285
284 Capitulo 12

simplex sed cwn alio iunela atque conexa, habere aliquem in se principatum, ut in homine aliorum causa esse generata, ut eas fl1lgcs atque fructus, quos terra gignit, anirnantium
mentcm, in belua quiddam simile mentís, unde oriantur rerum adpetirus; in arborum autem S causa, animantes autem hominum, ut ecum vehendi causa, arandi bovem, venandi et
5 el earum rcrum. quae gignunnrr e terra, radicibus inesse principatus putatur, principatum custodiendi canem; ipse autem horno ortus est ad mundum contemplandum et imitandum -
autem id dico, quod Graeci ~yq.lOVtKÓV vocant, que nihi l in quoque genere oec potest nec null o modo perfectus, sed est quaedam particula perfecti. sed mundus quoniam omnia
debet esse praestantius, ita necesse est illud etiam, in que sil totius naturac principatus, esse conplexus est neque est quicquam, quod non insit in eo, perfectus unruque est; qui igitur
omniul1l optimum omniwnque rerum potestate dominatuque digllissimum. videmus autcm potest ei desse id, quod est optimum? nihil autem est mente et ratione melius; ergo hace
in partibus mundi (nihil esLenim in Omnl mundo, quod non pars universi sit) incsse scnsum 10 mundo deesse non possunt.
2 2 2 I
10 atque rationem. in ea parte ¡gitur, in qua mundi ¡oest principatus, haee inesse necesse est, el 1 quoi} cui B2: quo AY: Clun B I 3 cUpe A1yIB 19 iidesse B I : ei deesse A va / id om. H y B
acriora quidcm alque maiora. quocirca sapientem esse rnundum necesse est, naturamque Es importante notar la diferencia entre la clasificación presentada aquí y la que hallamos en 12.4: en
eam, quae res omn es conplexa teneat, perfectione rationis excellere, eoque deum esse 12.4 todo existe en vista del hombre y aquí, en cambio, los seres inanimados no existen todos sólo en
mundum omnernquc vim mundi natura divina contineri. vista del hombre, sino en vista de los seres animados en general, los cuales existen, todos, en vista del
hombre. Esta teleología más matizada también aparece en Orígenes, c. Cel. 4.54.11-22 (SVF 2.1 155)
Para otro texto importante sobre este concepto amplio de ~Y€1l0VtKÓV, como algo que no es exclusivo
quien la remite a Zenón y en el testimonio de Porfirio en SVF 2.1152. La teleología más sencilla de 12.4
de los seres animados, cf. Sex to Empírico, AM9.119- 120 (omitido por von Arnim).
también aparece claramente en este testimonio de Porfirio y en un pasaje de Cicerón recogido en SVF
13 deum esse mundulll Cr. nuestro texto 17.1 en que se atribuye es\'a tesis tumbién a Crisipo. 2.1 13 1 (::: ND 2.133) que pertenece a la parte del libro 2 de! ND (ND 2.73 -153) dedicada a la defensa del
providencialismo divino. Cf. también los textos incluídos en SVF 2. 1153-1 167. En cualqu iera de sus dos
12.12 Galeno, Adv./Ill. IS. 266 (SVF 2.71S) versiones, sin embargo, la teleología estoica no es antropocentrista sino, como explicamos en el comenta-
01WV ¡..tsv yap <pUtOV '01[0 <pÚCH:;roS 8tOtK€itat, rio, "cosmocentrista" (o "teocentrista" habida cuenta de que el cosmos es dios). El supuesto antropocen-
1[ÚV 8e ~<9ov '01[0 <púcre(Í)s tE o¡..ta Ka!\lfuxfjs, Ei' yE 8~ t~v lleV tOÜ tpe<pe- trismo estoico fue duramente criticado por los epicúreos (cf. Plutarco, SR 1051 O-E Y CN J07SE) y los
u8aí te Kal aú~áveoeat Ka! t &v towúnov E'pyrov airíav 6vo¡..tá~o~lev escépticos (cf. Sexto Empírico, PH 1.32 Y 3.9-12). En Diss. 1.6.23-43, Epicteto se ocupa de algunas de
01CCtvtEs ñv9pwnot <púo'tV, t~V c,s tfjs alo8i¡oEws tE Ka! tfjs <t<p>E~fjs estas objeciones. Cf. Dobbin 1998: 103.
5 auTti KIVi¡OEws wuxi¡v. 7 conremp/andum et imitandum cr. 9eoú llíJ.lllllO en 17.4 y Séneca, De Olio 5. 1: "natura nos ad utrum-
que genuit, el contemplationi rerum et actioni" discutido en lnwood 2009: 213~2 1 4. Para la noción de
4 <ecp>e¿;r;r; aútfi coni. Wenkebach : íf~e(Or; OÚtOu L
particula en esta línea, cf. a1toanÚOlla en 12.13. Para la noción, emparentada a ésta, de OIlOÍOlot¡; Oeep, cf.
12.13 DL 7. 142-143 (SVF 2.633, 3 Apollodorus 9; LS 53X) Scdley 1997 y 1999.
"On OS Kal ~é9ov Ó KóO'j1Ol; Ka! AOytKOV Ka1. Ej1IVUXOV Ka! 12.15 Sexto Empírico,AM9.SS-91 (SVF 1.529)
VOEPOV Kat XPÚOl7rn0s €V npWTQ;l <P'lO!V nepInpovoía~ Ka! f\noA- 'O óB KAEáv911S oüno::; cruvllPÓ:no' el q)'ú~
Aóáropo~ [<pl)O'tv] tv tfj <l.>uuuoj Kal I1oO'l;:18rovlO';' ~00v j1eV <OUV> oüno~ Ol~ CPÚ(Jf;roS €O'tl KpEÍ'ttrov, elll av tl~ ap{Otll <pÚ01<;·
ovtO, oucriav <EXe1V> Ej11.IIUXOV otcre11tlKlÍv. 1'0 yap ~00v tO\) j1~ ~c9ou d 'lfUx~ \lfUxf¡~ Eutt KpEinCilv, el1l av n~ ap{ut"1
S Kpeittov' OUOEV óE tOU KÓcrj10U KpEÍHOV' ~0°v o.p' Ó KÓO'j10';. 'Vuxi¡' Kal El ~~ov toívuv Kp€inóv tan ~c90u, Ell)
ii~'I'uxov Bé, W, 8~Áov éK t~, ~~t,pa, 'I'uX~, ,dieev ou,,~, S av t l KpátlO"tov 1;Ó)OY' ou yap et~ anelpOV €K1tí1ttCIV
anocrnáO'IlOtOS. 8ó1100'; M; <PllOlV OUK dvm ~00v tOV KÓ0j10V. náqmKe ta tOlOUta. cOO'1tEPOUV oú8e ~ cpÚO'l'; ~1[' anel~
éht O' ds ~Ott Zlívwv <PllO'lv tv t0 D€pl tOU OAOU KOt XpúO'm1to~ pov e8úvotO aÜ~ECJOCLl Kat&. tO KpeittOV, oü8' ~ 'Vuxi¡
Kat AnoAAó8ropos év tfj <I>uO'uql Kal rroO' €láó)VtO~ €V 1tpciltQ;l oüte tO ~Qlov. aMa j1~V ~00Y ~C9OU Kpeittóv ¿crttV,
10 toü <l>UO'lKOU AóyOU. tO áE 1tUv A.Éy€tOl, ro~ <Pl101V J\1[oAAóárop~, cO'; 11t1tOS XEAroVl1~, el TÚX01, Kal ta:ópo~ i'1t1tOU Kal
o
t € KÓcrj10¡; Kat KaS' íh€pov tpónov 1'0 EK tOU KÓcr¡..tOU Kal tOÓ 10 Mmv taúpou. n:6:vtmv OE oxEc,ov t&v tmyEiwv ~c.9cov
E~rogev KEVOU oúO'tllj1a. Ó ¡..tEV ouv KÓO'j10S 1tEnEpocrj1É:Vo~ Eutí, Kol O'Wj1atIK"fj KOL 1.VUXllQl ~:ho9É:OEl 1tpoÉ:Xel tE Kal
tO óe Kevov anElpOV. KpOttO'tEÚEIO o.v9pW1t0l;' toivuy KpátlO'tOV av ei'll
2 lv 1[p~t(!l <P11CJIV. BPD : lv.1'9 F 2~3 Kal - .rrOOttÓ~VI1:X; om. F 3 [<pl1CJIV] de~. C~e.u.-<oúv> add. ~00v KO!ap lOtOV. KaÍtOl oú n:ávu ti O o.vOprono~
Marcovlch cum Dlels 4 <fxelv> add. Marcovlch 12 CJUUTTllla Fp<lH : (Jl)O'l1Í~tatO¡; BP QD KpátlutOV elVOl 8úVatOl ~~ov, otov &Ú9Éú.)~ Olt Oto.
4-5 lO yop ~é9ov .o\) J.I~ ~~ou Kpl:lnOV Para esta tesis, que vuelve a aparecer en 12.15, cf. Marco Aure- 1S KOKÍoo; nope"Úcrat tOV návTCt ;wóvov, ti Oe ~i¡ rE, tOV
lio AS/S. 16 citado en Sedley 2007: 228n53. Sobre la intel igencia del cosmos en Marco Aureli o, cf. 30.22 1[AEiutov (Ka1. yap d notE nEptyÉvOltO apEtii.¡;, o'Ve
discutido en Sedley 2012: 397-398. KatnpO¡; tait; mu l3(ou áucr~ai~ neplyÍveTCll), €1[(-
7 a1toanéLOIlO Cf. 13.6 y el comentario en el capítulo 13. Veáse tamb ién Kidd 1988: 405. La idea que KfJpóv t' Eutl KOI acreevE~ Ka, ¡..t.upirov ÓEÓj1€VOV ~Ol)-
subyace a es te argumento vuelve a aparecer en ]2.16. En lo tocante a BOCIO, Di ógenes Laereío también 8l)llátrov, Ka9ánEp tpcxpfj~ KOI. oKe1taO'j1átrov KOt
menciona que, scgún él, sólo la capa de éter del cosmos es divina (cf. 7. 148). 20 tfj~ (í)J..ll<; 1'Ou cr(Í)j1ato~ emJ1EAeia~, 1tlKpOU tlVO¡; t1)-
12.14 Cicerón, ND 2.37-38 (SVF 2.1153; LS 54H) páwou tpónov Eq>Eut&tOS ~IlLV Kol tOV n:po~ ~).ttpav
Neque enim est quicquam aliud praeter mundwn quoi nihil absit quodque undique aptum 8acr¡..tov anoltouvtOS. Kal. El ¡..t.~ nopÉXOl¡..t€v óSO't€
atque perfecnml cxpletumque sit omnibus suis llumeris et partibus. Scite enim Chrysippus, AOÚElV aúto Kol uAeiq>ElV Ka, nepll3á/..,AelV Kal tPÉ-
ut cl ipei causa involucrum vaginam autem gladii, sic praeter mundum cetera omnia <P€LV, v6oou~ Kal8ú.vatov a1teIA.oUVtoS. mOte oú tÉ~
286 Capítulo 12 Cosmos, hálito y teleología 287

25 MtOV ~<90V Ó aVep(i)l!O~ a:u:Ah; 5E Kal1toAu KEXroPtO- 35 a7tavteOV!e<; ltapapOA~v 01 LrrolKoí cpacrtv. on Z~voov ro
IJÉVOV TOO tEAEÍOU. TOM t€lE10V Kal aptO"l"ov Kpeit- KaOárra~ KpeittOV elAr¡cpev, tOUtÉcTn ro AOylKOVrol) JlT¡ AOyl-
't"OV IJf:V av imápxot avOpw1tOU Kat rráoat<; rai<; apE- KOÜ Ka.l tO voepov tOÜ ¡.tT¡ VO€POU Kal tO EJl'VUXOV roD ¡.t~
'tcite; cru)l1tf:1tA:rlPro)ltvov Ka! navroc; KaKoü aVE1tlOE- E~IJIÚXOU, ó De f\Az~¡VO, O"KÉn O" yap Ev ni> KaOána~ ro
KtOV' 'touro oe ou OLOioEt OEoD. Ecrnv apa ElE6C;. 1t:Olr¡ttKOV tOu ¡.tT¡ 1W1lltlKOÜ Kal ro ypa).lJlatlKOV rOÜ).IT¡ ypa¡.t·
6 ouSC G aun: Bekker 6-' tMvato en' am;;tpov ABVR 7 0159' cadd. : <OÜ tro~> 0159' Mutschmann in
40 ¡.tatlKOO KpeittOv. mOT€ )JEYáAllV év Toie; AÓy01~ O€ropeicr9cn
app. crit. 8 oün; cadd. : ouo€ von Arnim 9 tTC1tOU Rüstow : OVO\) cadd. 13 KOÍ!Ol Wachsmuth : Kol 81ac:popétv· ioou yap 'APXiAoxoC; 1tOlllTlKOe; &v OUK acrtl :Ero-
cadd. : o),),.' vel Kal <)lEv> Bekker 19 tpO<p~¡; ABVR 24 oó Bekker: 01516 codd. Kpétrouc; toG).l~ 1W111tlKoG Kpeitt(¡)v, Kal J\.picrtapxo~ ypa).l).w-
Sobre esta línea argumemariva, Cf. ND 2.33·36.
tlKOC; &v OUK Ecrtl n AátrovoC; roG ).In ypa).l).latlKoG Kpeittoov.
5 "tOÚTOU codd. roe SEOe Bekker coni. in app. cril. 14 Ó K6a~IOr;, <Kat aúro~ AoytKÓr; ron v,
29 gallv apa Eh::ó~ Tradujimos como "por lo tanto [el cosmos] es un dios" e interpretamos este argu-
1tpoi€cr9ut óÉ qlT]crtv (se. ó Z~voov) AoyIKOG ~00u o1I€p )la n\v KÓO/lOV> o-ox: roe; "tav üvBp<lI1IOV Heintz :
mento como a fa vor de la identidad de dios con el cosmos. Pero estas palabras también pueden traducirse rov iívOpro1tov codd. : 6 av9poo1tOr; Fabricius 16 <1tf;pIÉXEt ÓO OUX Bekker dubit. 19"to A€'fÓ}lEVOV·
como "por lo tanto, dios existe" y, en consecuencia, interpretarse el razonamiento en su conjunto como un <El KÓa}lOr; 1tEptÉXEt O"1tEP¡.WtlK01:'r; >..óyO\)r; /"OYIK&V ~c[:¡rov. >..oytKOl; Eartv Ó KÓO}lO¡;> Ó M 'le K6o)l~
argumento a favor de la existencia de dios . Así se interpreta en Dragona·Monachou 1976: 92 -96. Heintz 20 O"1tEp)lUTtKOUr; Bekker O1[Ép]la"to¡; codd. 22 [dJ del. Bekker 23-24 oúMv óé yE KÓO)lO\)
12.16 Sexto Empíríco,AM9.101 -104 y 108-110 (SVF 1.111, 113; LS 54F) Kp€l"tróv EO"TW· om . ABVR 26 <TO> add. Bekker
Z~vO)v 86 6 Kltt8U~ émo =:EVOcpeOvro~ 1 a1tO =: cvoq>&vt~ Cf. Jenofonte, Mem. 1.4.8 discutido en Sedley 2007: 78-86 y 217-2 19, 2012: 397-
t~v acpop~~v Aaprov OÚtOOcr1 crvVEprotq: "tO rrpOrÉ~8VOV 398 Y Powers 2009: 264. De acuerdo con Sedley, el argumento de Zenón directamente relacionado con el
o1tÉp¡..ta AoytKOÜ Ka!. al110 AOYIKÓV eonv· ó 86 Kócr¡..tDl; argumenlo de Jenofonte es el primero (líneas 2·5 ro 1tpoIÉ)lEVOV o1tÉp}la AoytKOU - ~ TOÚtOU ü1ta~t~).
npotetat crrrÉp~a AOylKOÜ· AoylKOV apa ecrT!.v Ó K6- Como bien señala Sedley (2007: 82, 195,21 8 Y 223 n.41), el argumento de Jenofonte. a su vez, parece
tener su origen en Platón, PhI. 29a9-30d9 y haber ejercido cierta influencia en Aristóteles (cf. PA 64 1bl 0-
5 cr¡.tO~. 4> cruvElcráye-WI Kat ~ tOÚtOU Ü1tap~I~." Kat 23). Otro argumento de Jenofonte a favor de la racionalidad del cosmos que también tuvo un impacto en
SO"T IV ti tii~ cruvEprot~crE(o~ 1tlElaVÓtTl~ 1tpOÜ1ttO~. rráOT]~ yap los estoicos (cf. Sexto Empírico, AM9.94) figura en Mem. 1.4.2-7, estudiado en Sedley 2007: 212 -217.
cpúcrEro~ Kat1.Vuxii~ ti Katapx~ tí1~ KIV~crEro~ yiv8crSat OOKtl ano Para un argumento emparentado al de Zcnón en este pasaje, porque también recurre a la idea de que la
tiy8~OVIKOÜ, Ka!. rréicrat al €1d ta ). H~pll tOÜ OA.oU é~a1tocrteAAÓ­ causa generadora del alma raciona l tiene que poseer una alma racional y que el cosmos es la causa gene·
).I8Vat 8uvá).l81~ cO~ an6 "ttVO~ lt'lyii~ tOU tiYE).IOVIKOÜ €~anocrtÉA· radora del alma animal, cf. Cicerón ND 2.22 (SVF 1.113), citado en FDS 850. De modo más general,
10 A.oV!at, rocrtE néicrav 8úva~nv tl)V n:epl tO IlÉp~ oÚcrav Kat m::pl. según lo apuntamos en el comentario, a esta línea argumentativa ("familia F2") pertenece el argumento de
Cleantes en ND 2.23-36 (parte del cual aparece en 15.7). Para la familia F 1, cf. Cicerón, ND 2.2 1 Y 3.22
tO OAOV dvat 810. 10 altO wü Sv aurc$ tiYE~OVIKOU olaoíoo- (SVF 1.1 11 ). Para un estudio detallado del tema, cf. Salles 2013.
crSal. oSev ofóv ecrtl tO ).IÉpDl; rft 8uvá).lEl, t OIOÜtOV nOAU 2 roúTou sc. TOU arou En nuestra traducción seguimos la conjelUra de Bekk.er (e( Sedley 2007: 222 n.
npÓtEpÓV ¿un ro OAOV. KCl.tOla rouro, el rrpoietat AoylKOÜ 36). Sobre este argumento de Zenón, cf. Dragona·Monachou 1976: 50-59. Regresaremos a los argumen·
t;40u orrÉPlla Ó K6o¡..t0~. OUx có~ Ó avSpomo~ Kata arro- tos estoicos a favor de la existencia de dios en el capítulo 17.
15 ppao).lóv. áA.Aa KaOo nEpIÉX81 onÉPllata AOYlKeOV ~4rov. 22-23 ro AoytKOV rou }l~ ).ayIKOÚ KpEtnóv ¿anv Sobre esta premisa, cf. 12.13 y nuestras nn. a ese tex·
m:plÉxel tO néiv, OUx cO~av tlnol¡.tf.V t~v aJl1tEAOV Ylyáp· too
toov etvat neplElC"tlK"i]v, toutÉon Kata nEpl"ypacp~v, aM' Otl 28 [... ] Aquí figuran las secciones 105-107 del texto de Sexto dedicadas a trazar el paralelo entre el ar·
A6yOl onep¡..tattKol. AOylKeOV ~c9rov f:.¡ auró) 1teplÉX0Vtat. gumcnto de Zenón y el de Platón en Tim. 29B·30D. Como bien se muestra en Sedley 2007: 228·229, el
texto de Platón es citado por Sexto con la omisión de una tesis importante dentro del argumento platónico
rocrte etVat tOlOÜtO ro uyóllevov· "6 SÉ yE KÓO~tO¡; 1t8plÉXEI (pero irrelevante en el argumento estoico) a saber que nada no·racional cs superior a algo racional en el
20 crrrep).IanKOU~ A.óyou~ AoylKeOV t;4xov· AOYlKO~ apa €O"Ttv ó dominio de las cosas visibles (30B 1: EK roov Kura. qlÚOW OpUT&V ouM:v avó11TOV TOU vouv exoVTOe; OAOV
KÓOflO¡;" . DAO\) K6.U10VeO"scr€laí ltOtt €pyov).
KalnáAlV Ó Z~vrov 'PllO"Ív· "[ei] t OAo· 29 'A~ivor; Filósofo de la escuela dialéctica de Megara, discípu lo de Eubúlides, contemporáneo de
yllcov tOÜ ).I~ AOYIKOü Kpeittóv ¿on v· OÚOEV oÉ ye ~ Zenón. Para un estudio de esta objeción de Alexino a Zenón, cf. Meijer 2007: 234~237.
KÓO).lOU KpEÍtt6v €onv· AOylKOV opa ó KÓO).lO~. Kat ~ 3501 LroolKoí No se sabe de qué estoico, o estoicos, proviene esta respuesta. Cf. Sedley 2007: 230.
25 wouút(o~ Ent TOÜ voepoG Kal éIl'VUXíCl.~ Jl€tÉxovroc;. 12.17 Ga leno, De callsis contentiuis 1.1-5 (LS 55F)
ro yap voepov roG ¡.t~ VOEPOÜ Kal. <to> s¡.t'Vuxov toD
volunt enim ex quator quidem ele menti s
).In EJl1.VÚXOU KP€ÍtTÓV écrtlV· ouoev OÉ ye KÓcr).lOU facta esse vocata ab Aristoti lc quidem omiomera corpora, prirno~
Kpeinov· VOEpO~ apa Kat a¡.tI.IIUXó~ EcrtlV ó Kócrl..lO~". [ ... ] genita autem a PIatone, ex hiis autem alia corpora componi. elernen·
o
fU.l' y€ A.u~ivot; tc$ Z~VCOVt 1tapÉpaÁ.f; ,"(PÓ1tf9 r4>oe· torum autem quedam quidem materialia nuncupal1t, quedam autem
30 "tO 7WITl'tlKOv toG Jl~ 1tOllltlKoG Kal ro ypa).l).latl- 5 activa et virtuosa, et contineri dicunt a virtuosis materiaJia, el esse
KOV '"(oí) ¡.t~ ypa).l¡.tanKoG Kpeinóv Eon, Ka! tO Ka·
ignem quidem et aerem activa. terram vera el aquam malerialia, et
ro ta~ lílAa~ tÉXvac; OEcop06).1evov KP€lttÓV éan tOO pcrtrans ire tota per tata in concrec ionibus, scilicet virtuosa per mate-
¡.t~ rOloúrou· oU8e €v oE KÓOJlOU KpEitróv EcrtlV· 1tonl-
dalia. ut aerem et ignem per aquam et terraro, et es se aerem quidem
tlKOV opa Ka!. ypa¡..t¡.tat¡·KÓV €crtlV 6 K60).loe;". 1tpOC; ~v
fr igidum, ignem uero caIidurn, et congregari et impiIari substantiam
Cosmos, hálito y teleología 289
288 Capítulo 12

10 ah aerea natura, extendi vero el effundi et multum accipere locum ah EV OOpIOJ.lÉV(9 oE A6y(9 ~ "trov OEPI1OOV tE Ka! 'VUXPOOv KOI ~llp&v Kal úyPOOv
ígnea el esse leptomerea qu idem elementa activa, grossiparcia vero J.li~tr;, "tourÉcrrlv TÍ tOOv CfTOlXEirov, ~t; J.li~Ero<; erSor; ~ 'VuX~· ~ yap aUTl)
reliqua. spiritum autem vocant leptomeream substantiam omnem, 25 'lfUX~ !lÉVEl Kal. E1tltEIVOJ.ltvrov Ka\. &vtEJ.lévrov Eror; TtVOt; tOOv tv TÜ !-,i~€t
el eius opus esse continere alia corpora physica el ca que animalium. Suváj..l.Ecov. OA.ror; yap ei AtyOl nr; áp).loviav T~V TroV ruxóv"tÚ)v J.li~lV Kanl
nomino autem physica, quorum generatio non ab hominibus sed a Myov n vá, cruJ..lP~O"Etal "tDú"t(91tÓVtCt Ta OUyKEÍ).lEVa ~Pl1600at AÉ"(EIV. EV-
15 natura fit: taJia autem sunt es el ferrum el aurum el ligna el parti- peO~oeral yáp n~ Aóyor; ev 1taatV roir; cruyKEt).lévOlr;. pauov oe KaTa rout;
cu larum que in animatibus prime et omiomere vocate, sc ilicet nervus T~V 'lfUX~v yEVVó'.WWr; EK 1rolar; pí~E(hr; tE Kal. auvOécrEÓJr; nvrov Ei''l av ~
el vena el arteria el cartillago et os el quecumque al ie tales. sicuI 30 'lfUxTl ~TOl ápllovía ~ O"ÚVOEatr; KaS' ápJ.loviav nvoov oú)~unrov. c1v EtO"lV
autem homines ligna per coll am el coll igationcm el clavos el lutum el 0\ t E arra tfj<; ¿tOar;, rrvWJ.lO aÚT~v Atyovu:t; ElVal O"U"'(KEÍIlEVóv 1tror; eK TE
g ipsum el calcem cauniunt ad invicem, sic videmus et naturam rrupO¡; Kal Mpor;, Ka! oí 1tEPI 'E1tiKOUpOV' Kal ya p Kat' EKEÍvour; O"ÚVeEtOr; ~
20 per colligationem <el> cartillaginem el carnem unientcm el applicantem ad 'Vux.~ EK rrAElóvrov "ttvrov KOl Olaq"lEpóVTC.OV aWllá"toov.
invicem onmes particulas animal is [ ... ] 4 <~> add. Bruos 5 ~€)lly~¿vov a: ~€~tyl.U;v V 10 áp~ov{av a 16 ~X.€tV V: &x.€iva 20 nOta a
vocantur autem a Stoycis non hec con iuncte cause entium, sed 29-30 ~ \jfUX~ ~tOI cÍp)lovío ~ cruv9€0"IC; K09' áp~oviav tlvrov O"oo)látoov Esta tesis, que podria tener su
suptilipartis substantia materi al is. origen en el pilagórico Filolao (cf. Huffman 1993 : 323-332) es objeto de discusión en Platón (Fedón
11 elementa Kalbtleisch : electa P 13 ea que om. P 19-20 naturam per colligationell1 om. P 20 <ef> 86 B5- 0 4, 92E4-95A3), Aristóteles (DA 407b27408a30) y Lucrecio (DRN 3.94-175), Yvuelve a aparecer
cartillaginem add. Kollesch-Nickel-Strohmaier I car,i/Iaginem om. O en los peripatéticos Dicearco (frs. 5-12 Wehrli) y Aristoxeno (frs. 11 8-121 Wehrli). Para citar la formula-
ción platónica (Fed. 86b7-c5): rocrm:p tvn:tallÉVou TOi) acO~oTOC; ~)l6)v K(xt auvsxojlÉVou \)1tO gep~oü Kal
El tex.to reproducido aquí es el de la traducción latina del siglo XIV editada por Kollesch, Nickel y 'VuXPQu Ka\ ;r¡pou Kal irrpoü Ka\ TOIOÚtOOV T1V6)V, KpaO"lV €Ival Kol Ctp)lovíav omwv TQÚtrov nlV 'lfUxTlV
Slroh mmer de 1969 sobre la base de la de Ka lbtleisch dc 1904. Nuestra traducción fue hecha a partir del ~)ló)v, bU:lÓav tOÜt O KW..roc; Ka\ )lETpiroC; Kpa9fi 1tpOC; Cfllr¡A.a - ei OÚv nryxáv€1 ~ 1fUXT1 obaa áp/lovía "[\1;,
texto de la traducción latina que aquí reproducimos. Cr. 14.22, SVF 2.4 18 (LS 47D), 2.84 1 (LS 47H, FDS SijAOV lSTl,lStav XaAaa9fi tO O"(1l~a ~J.lWV Q)lSrProc; II &1tua9fi U1tO voooov Ka\ MA.roV KOKWV, tT¡v ¡.t€v 'IfUX~V
278). ává"fKr¡ ruG1\c; UnápX€1 Cm:oAwA.tval. Para la discusión a la que Platón somete esta tesis y el significado que
él le asocia, cf. Gallop 1975: 146-167 y Bostock 1986: 122-134. Para la posrura de Aristóteles, cf. Po-
2 omiomera cr. O)lo\O¡.u;p~C;
lansky 2007: 103-122 y, para la de Dicearco, cf. Gottschalk 1971 y Caston 200 1. Para una discusión
5-6 esse ignem quidem el aerem activll, terrnm vcro et nquam matcrialia Cf. 15.9 y 14.22, 14.23 Y
amplia y detallada de la teoría armónica antigua, cf. Barker 2004.
14.25.
7 pe/"transire tota per tata Probablemente se trate de la traducción del griego OAúlV 51' OAroV 5níKE!V Cf.
16.1 y 16.3.

12. /8 Alej andro de Afrod isia, DA 25,9-26,18 (SVF 2.786)


OIXOOr; oE r~r; áp~ovíar; Atyo~tvl1r;, tile; J.lEV btl tilr; tOOV aW~lárú)v
auvOtcrEror; ((hav yap OÜtror; TI auyKEí~Eva, ror; J.lllOeV OUtOOv cruyycvEr; rrapa-
OÉXEO·eat I1Eta~Ú, ~P11600at ).,tyETat, Kat ápJ.lov(a 1; TOláSE cnJVOEOlr;), t~r;
Se bd roú AÓyou TWV plyVUI1ÉVrov, otov El KaTa SmAómov AÓyov <11> Errí-
5 "tpltOV el'll l1El1tylJévov ("toyap OÜTro~ IJElJtnlévov, <pep' d1tEiv ror;"to ¡.tf;v
dven 6mláowv, TO 6E. il~uO"u TOOV €V TÚ !lí~Et, KaO' áp~lovíav nva ~IElJi­
Xeen OOKEl Kat dVal Kal ~ tOHIOE lJi~l~ ápllovía), E:rr[ tilr; 1tpÓJTllr; áp~lOvíar;
ou TaUtOV ~ ápJ.lovía Kat TO ytV6¡..tEVOV EK tOOv ~PIlOO~ltVWV. ou y&.p ErrEI
KaS' áp~ovíov 1tapáKEltal Ta ~ÚAa aU~AO\t; ta EV T~ páOp(9. Ola 1:01ho
lOTO pó8pov ápl1ovia. oUB' 6tEt oí Aí80t EicrlV KaS ' ápl..lOviav OUYKEíIJEVOl,
ií611 Kal Ó VEOOc; áplJovía ó eK tilr; TOÚTWV yqovror; ap~lovíar;. ror; oe in!
TaúTllr; rilr; O:Pllovíat; aAAO lí aplJovía Ka!aAAO tO YEyovor; EX rOOv KaO' ~
O:Pl1ovíav auyKEtlltvrov, oÜTror; ÉXEl KCtt Errt n;t; Kata tOV AÓyov áp~ovíar;.
ou yap El' nva Ev Aóy(9 nv! pÉ~UKtal Kal KaO' ápJ.lovíov, iíOll Kal tO EK
15 n;t; rOtaÚtllr; YEyOVOr; I.LÍ~Eror; áplJovia "tE Kal AóyOr;, oóM rauTov tO ~pp6·
O"Oal T~V KIOápav tc'9 "totoíhov ~X€Ív. ~p).lOO"TClllliv yap ouSev ~TtOV Kal
).lllOev ~xoüoa· b óe EX "tf¡t; TOiCtÚtllr; Kal E1tt TÚ TOlaÚtn áp).lovíQ. yIVÓ¡..tfVOt;
IVÓ<pOr; aAAOt; ti¡r; áp~loviar; Eq"l' ÚyívETaL AtyOI o' av nr; 1l116e mlVTrov
tOOv KaTa AÓyov tlVa Il lyvu!-,évrov áp~oviav EÍVal TOV Mryov. OU yo.p áppovía
20 Ó ol1tA.ámor; AóyO~, otav tv OlV(9 Ka! J.lÉAm U. f..v yo.p rrOlQ. cruv9ÉaEl
PEAWV tE Kal p1)O~I&V ~ appovía, ciAA' Ol> r cov "tUXÓVTWV ouoe Kata tOV
TUXÓVW ylvo!-,Évr¡ A6yov. 7toO"a !lEV ya p áp!-,ov ía ev roplO"l1tV(9 AÓyCQ. OUK
291
El alma

Capítulo 13 13.5 Ps. Galeno, De Historia Philosoplrica 35, 24-29


Los estoicos juzgan que dios es un fuego productor o un hálito que se encamina metódi-
El alma camente hacia la generación del cosmos, que ha abarcado a todas las razones seminales en
virtud de las cuales cada cosa sucede por destino y se difunde por la totalidad del cosmos
mientras cambia sus denominaciones de acuerdo con las alteraciones de la materia a través de
la cual ha pasado. Juzgan que no sólo el cosmos, sino también las estrellas y la tierra son
13.1 Ps. Ga leno, DM 19.355, 11-17 (SVF2.780)
dioses, y que lo más elevado de todo, el intelecto, es dios.
Alma es una sustancia ¡ncorpórea, semoviente, según Platón. Según los estoicos, en cam-
bio, es un cuerpo suti l que se mueve por sí mismo de acuerdo con las razones seminales. 13.6 Eusebio, PE 15.20.1-7 (SVF 1.128; 141; 519; LS 53W; FDS 423)
Según Aristóteles, es una actualidad de un cuerpo natural orgánico que en potencia tiene vida. Zenón afirma que el esperma que el hombre emite es un hálito húmedo que reúne una
Dicho de otro modo: alma es un hálito di seminado en todo el cuerpo, gracias al cual vivimos, parte y un fragmento del alma, una mezcla del esperma de sus padres y una combinación de
razonamos, y actual izamos por medio de las demás sensaciones cuando el cuerpo está a su las partes del alma. Pues este {esperma], al contener las mismas razones que el todo, cuando
servicio. se lo emite en la matriz y es reunido por otro hálito, se convierte en una parte del alma de la
hembra y llega a ser connatural, mientras crece oculto al ser puesto en movimiento y salta por
13.2 Galeno, 1" Hippocratis Iibrum VI epidemiarulII commelltarii 17b.246, 14-247, 5 (SVF la acción de aquél [se. del hálito], pues continuamente es agregado a lo húmedo y crec~ desde
2.782; LS 53 E)
sí mismo. Y un poco después agrega: respecto del alma, Cleantes, al establecer las doctnnas de
Pues los que creen que el alma es hálito dic en que ella se conserva no só lo gracias a la Zenón para combinarlas con la de los demás fisicos, sostiene que Zenón dice que el alma sensitiva
exha lación de la sangre, sino tambi én gracias al aire que se absorbe en la inspiración dentro es una exhalación, tal como [afirma] Heráclito. Pues al querer aclarar que las almas exhaladas
del cuerpo a través de la tráquea. siempre se vuelven inteligentes, las compara con ríos, cuando dice del siguiente modo: "aunque
13.3 DL 7.156-157 (SVF 1.135; 171; 522; 2.774; 811; LS 53N; FDS 421) [las personas] se meten en los mismos lÍos, unas y otras aguas fluyen, y las almas son exhaladas a
Ellos creen que la naturaleza es un fuego artesano, que se encamina metódicamente hacia partir de la hwnedad". Así, pues, Zenón, como Heráclito, exhibe el alma como una exhalación, y
la generación, i.e. un hálito ígneo de carácter artesanal. El alma, en cambio, es una <potencia> dice que es sensitiva porque su parte rectora puede ser impresionada a trav~s .d~ los ó~ganos sen-
dotada de sensac ión, y es el hál ito connatural a nosotros; es por eso que también es un cuerpo soriales a partir de lo que es y de lo que existe, es decir, que es capaz de reCibir ImpreSiones. Pues
y permanece después de la mu el1e. Sin embargo, es destructible, pero el [alma] del todo, de la esto es propio del alma". Y un poco después, agrega: "Sostienen que hay un alma en el todo, a la
cual son partes las [almas] que están en los ani males , es indestructible. Zenón de Citio y que llaman 'éter', y que hay aire que en círculo rodea la tierra y el mar, y que des?e ellos [se
Antípatro en los tratados Sobre el alma, y Posidonio [sostien en] que el alma es un hálito producen] exhalaciones. [También sostienen] que a esta [alma] están natura~ent~ unidaS el resto
cálido. En efecto, es en virnld de él que nosotros respiramos y somos movidos por él. Ahora de las almas, tanto las que están en los animales como las que están en el [alre1 ClIcundante, pues
bien, Cleantes [a firma] que todas [las almas] permanecen hasta la conflagración; Crisipo, en las almas de los muertos todavía persisten. Algunos [dicen] que el [alma] del todo es eterna, pero
cambio, que so lamente las de los sabios. Dicen que las partes del a lma son ocho: los cinco el resto [de las almas] en la fina lización [de un ciclo] se mezclan con aquélla, y que toda alma
sentidos, las razones seminal es en nosotros, la fonética y la racional. El ver [suced e] cuando la tiene en sí misma un factor rector, que, claro está, es vida, sensación, e impulso". Un ¡x:x;o des-
luz que es tá entre la vista y el objeto [visto] se extiende en forma de cono, según dice Crisipo pués agrega: "Dicen que el alma es no sólo generada sino también destructible, pero que no se
en el libro JI de su Física, y Apolodoro. Pero el ai re [que está] en la vista forma la punta del destruye de inmediato cuando se separa del cuerpo, sino que persiste por sí misma dw:ante un
cono, y la base [del cono cstá junto] al objeto visto. Lo visto es informado a través del aire cierto tiempo: la de los virtuosos hasta la disolución de todas las cosas en fuego, .Ia de los 1.ns~nsa­
extendido como si fuer a a través de un bastón. El oír [sucede] cuando el aire entre el que tos por una cierta cantidad de tiempo. Pero la persistenc ia de las almas la explican del SiguIente
emite una voz y el que la oye es golpeado en forma esférica, y luego cuando se agita en forma modo: nosotros, al volvernos almas, persistimos, habiendo sido separados del cuerpo y al haber
de ola y cae en los oídos, tal corno el agua en un receptáculo se agita en forma de o la en círcu- cambiado en la sustancia menor del alma. Pero las almas de los insensatos y de los animales
los cuando uno arroja una piedra. El sueño se produce cuando la tens ión sensitiva se afloja en irracionales perecen junto con sus cuerpos.
relación con 10 rector. Admiten como causas de los estados pasionales las conversiones en
13.7 Nemesio, NH 16, 12-16 (SVF 2.773; FDS 420)
relación con el hálito. ~
Prácticamente todos los antiguos discrepan en cuanto a sus explicaciones del alma; en
13.4 Ps. Galeno, De Historia Philosophica 24,39-46 efecto, Demócrito, Epicuro y todo el conjunto de los filósofos estoicos declaran que el alma es
Los estoicos afirman que las partes del alma son cuatro: racional, sensit iva, fonética, re- un cuerpo. Incluso éstos mismos, que declaran que el alma es un cuerpo, difieren respecto de
productiva. Algunos, en camb io, han dicho que el alma es simple y sin partes, pues suponen su sustancia mi sma, pues los estoicos dicen que el alma es un hálito cálido e ígneo.
que el alma no es más que inteligencia, a la cual previamente han llamado no sólo "intelecto",
13.8 Tertuliano, De anima 5, 2-6 (SVF 1.5 18; 2.773; FDS 426)
sino también " intelección". Mnesarco, cuando juzga la suposición de los estoicos, eliminó lo
Pero también me refiero a los estoicos, quie nes, a diferencia de nosotros, declaran que el
fonético <y> lo reproductor por creer que estas [partes] participan de la facultad sensitiva, y
alma es hálito, por la proximidad que hay entre aliento y hálito. Y fácilmente [nos] persua-
creyó que las partes del alma son solamente la racional y la sensitiva, posición con la cual uno
dirán de que el alma es un cuerpo. Por fin, Zenón enseña del siguiente modo cuando define el
razonablemente estaría más de acuerdo.
alma corno un hálito connatura l: "Lo que por su partida [hace] que el animal muera", dice, "es
un cuerpo". "Cuando el hálito connatural parte el animal muere; por lo tanto, el hálito conna-
292 Capitulo 13 El alma 293

~al es un cuerpo. Por consiguiente, el alma es un cuerpo", Cleantes tambi én pretende que no cosa semejante a éstas. En segundo lugar, además de esto, hay que considerar que el alma no
solo por los r~sgos corpóreos, sino también por los indicios anímicos los hijos se parecen es contenida por el cuerpo como en un recipiente, como los líquidos contenidos en barri les,
como un espejo a sus padres, es decir, en cuanto a sus caracteres, disposiciones naturales y sino que se encuentra mezclada de un modo admirable y mixturada por completo, de manera
estados emocionales, sino que también reciben una semejanza y desemejanza en cuanto al tal que ni siquiera la más mínima parte de la mezcla está excluida de participar la una de la
cuerpo; y el alma, como el cuerpo, es tá sujeta a la semej anza y desemejanza. Del mismo otra. Pues la mixtura es completamente simi lar a lo que sucede en el caso del hierro incandes-
modo, los estados pasionales corpóreos e incorpóreos no pueden comunicarse entre sí. Ahora cente, pues en ese caso y en éste la yuxtaposición es totalmente semejante. De este modo, la
bien, el a lma comparte su afección con el cuerpo: cuando és te es herido por los golpes, cortes co-afecc ión de ambas cosas es completa, pues lo uno es ca-afectado con lo otro, y ni el alma
o llagas, el alma comparte el dolor. También el cuerpo (comparte su afección} con el alma: es desobediente a las afecciones corpóreas, ni , a su vez, el cuerpo es completamente sordo a
cuand.o ~sta está afligi.d~ po~ una preo~upación, una angustia o el amor, [el cuerpo] comparte las dificultades del alma. Es por eso que, tal como la locura y el movimiento portentoso de la
su a~lcc l ón por el debilitamiento del vigor de su compañera, cuyo pudor y pavor se demuestra mente acompañan a las infl amaciones de las parles vitales del cuerpo, o incluso un impedi-
mediante el rubor y la palidez [del cuerpo]. A partir de la comunicación de los es tados afecti- mento de todo el estado representativo, así también el cuerpo se resiente con los dolores, los
vos se sigue que el alma es un cuerpo. Pero Crisipo también le ex ti ende su mano [se. a Clean- temores, los estados de iracundia y, en general, con las afecciones del alma . Y ello ocurre
~esJ, c~ando establece que las cosas corpóreas de ningún modo pueden estar separadas de las hasta el punto que sobreviene un cambio de color, UD temblor de los miembros, emisión de
lIlcorporeas, porque no están en contacto entre ellas. De donde Lucrecio también [di ce]: "pues orina, rechinar de dientes, abatimiento de la voz y una impresionante transfonnación de todo
nada, a no ser un cuerpo, puede tocar o ser tocado". Sin embargo, hay separación entre cuerpo [el organismo]. No hay duda de que [cuerpo y al ma] no estarían preparados para transmitir y
y alma, (pues cu~ndo el cuerpo es] abandonado [sobreviene] la muerte. El alma, por tanto, es recibir afecciones si no estuvieran completamente mixturados entre sí del modo en que está-
un cuerpo, pues SI no fuera corpórea, el cuerpo no se separaría [de ella). bamos diciendo.
13.9 Hicroclcs, Elemellta Ethica 1.5-35 (LS 538) En tercer lugar, además de estos detalles, considero que ni siquiera Margites objetaría
que el alma no es una facultad sensitiva. Es por eso, en efecto, que el alma excede a la natura-
El semen, a l caer en la matriz en el momento oportuno y, al mismo tiempo, al ser reunido
leza y, además, porque es impulsiva; pues si [el alma] estuviera privada de impulso y sensa-
por un vaso en buenas condiciones, ya no se queda en reposo como hasta ese momento, sino
ción, solamente quedaría "naturaleza" en vez de "alma".
que, una vez en movimiento, comienza sus actividades peculiares. Y al cu idar la materi a
Además, en cuarto lugar, ¿qué es lo que necesita lo que estamos diciendo? Es evidente
desde un cuerpo enci nta, plasma el embrión de acuerdo con ciertas disposiciones ordenada s
que mostrar de qué manera el a lma participa del movimiento. De acuerdo con la opinión más
que son intransgredibles hasta que llega al fin y prepara su producto para el nacimiento. Pero
persuas iva de [nuestra] escuela, parece que [el movimiento] no es propio del alma pero tam-
durante todo este tiempo (quiero decir, el que va desde la concepc ión al nacimiento), persiste
poco está desacoplado [de ella], sino que es común a alma y cuerpo. En efecto, todos los
como "nahtraleza", esto es, como "hálito", que se ha transformado desde el semen y metód i-
cuerpos no estarían cohesionados, desde el centro a la periferia, gracias a la tensión y al mo-
camente se pone en movimiento desde el comienzo ha sta el fin. En un primer momento la
vimiento tensional, si no existiese en absoluto este tipo de movimiento de todas las facultades
n~turaleza, en cierto modo, ya es un hálito más denso, y está muy lejos del alma. Más tarde,
cohesivas. Pero también el alma es una facultad cohesiva y debería moverse también ella
sm ~mbargo, .c~a ndo casi llega el momento del nac imiento, se ra reface cuando es agitada por
misma con un movimiento tensional.
contmuas acti Vidades, y en cuanto a la cantidad es alma. Es por eso, e ntonces, que, cuando [la
natural eza] ll ega a l exterior, se adapta al medio ambiente, de manera tal que, como si estuvie- 13.11 Hicroclcs, Elementa Etllica 4.38-58 (LS 538)
ra ~emplada por el medio, se transforma en alma en relación con él. En efecto, tal como el Pues bien, dado que el anima l no es otro género, sino el compuesto de cuerpo y alma, y
h~~ lto que está en las pi~dras es rápidamente encendido por un golpe a causa de la predisposi- ambos son tocables, impactables, y sujetos a presión, y además se encuentran completamente
ClOn a esta transformacIón, del mismo modo también la naturaleza del embrión, que ya está mixturados , y dado que uno de ellos (se. el alma) es una facultad sensitiva y se mueve de la
maduro, no tarda en tra nsformarse en alma que se proyecta sobre el medio ambiente. De este manera que indicamos, es manifiesto que el ani mal se percibe a sí mismo continuamente. En
modo, todo lo que desemboca en la matri z es directamente un an ima l, aunque, en cuanto a efecto, cuando el alma se extiende hacia fue ra junto con su expansión impacta en todas las
otras cosas, pasa por alto las regularidades apropiadas, tal como sin duda se cuenta mítica- partes del cuerpo porque también está mixturada con todas ellas, y cuando impacta, [también]
men:e acerca de los ~ástagos de la osa y de otros casos similares. A partir de aquí hay que es impactada [por el cuerpo]. En efecto, el cuerpo tiene resi stenc ia, como también la tiene el
conS iderar que todo alllmal se diferencia del no an imal por dos factores: sensaci ón e impulso. De /"" alma . La afección se completa a la vez como una presión conjunta y una resistencia recíproca;
estas dos cosas, por el momento no precisamos h.,blar; pero parece oportuno hablar brevemente y [dicha afección]. al inclinarse desde las partes externas hacia lo rector del pecho, se produce
sobre la sensación, pues ello nos conduce hacia el conocimiento de lo primero familiar la discu- así una captac ión de todas las partes, tanto de las del cuerpo corno de las del alma. Eso es
sión que, precisamente, estábamos dic iendo que sería el mejor comienzo de los Elemen/~ E/hiea. igual al hecho de que el anima l se percibe a sí mismo. Testimonios no desconfiables de nues-
13.10 HierocJcs, Elementa E/ldca 3.56-4.36 tros argumentos es lo que sucede, pues es confiable que si, en general, nunca el animal se
encuentra privado de la percepción de si mi smo, esto suceda especialmente y por completo en
Pues bien, en primer lugar, no hay que ignorar que tal como el cue rpo del animal es toca-
el momento del sueño. Vemos que, incluso en ese momento, de una manera no fácil de seguir
ble, por así decir, y tan.g ibl e, as í también lo es el alma. Pu es también ella pertenece al género
en la mayor parte de los casos, e l animal, en efecto, tiene una percepción conjunta de sí mis-
de los cu~rpos .. ~to, Slll embargo, está detallado en nuestros prop ios tratados, que muestran
que son madmlslbles los movimientos de los otros que argumentan a fa vor de una cierta mo.
extravagancia del alma. Dado que es un cuerpo, [el alma] admite el contacto como estaba
diciendo; por ejemplo, hace presión y opone resistencia, recibe y da un golpe, /cua lquier otra
294 Capitulo 13 El alma 295

13.12 Sexto Empírico, AM7.234-236 (LS 53F; FDS 259) miento interno del alma es una facultad racional" . Tamb ién los animales mudos, en efecto, tienen
Otros, partiendo de la misma posición, se defendi eron de un modo más refinado. Pues la facultad rectora del alma, con la que distinguen sus comidas, se representan y evitan los daños,
sostienen que "alma" se dice de dos maneras: como lo que cohes iona el compuesto completo saltan las quebradas y precipicios, y reconocen lo que necesitan. Sin embargo, [tal parte rectora en
y como lo que en particular [se refiere a] lo rector. Pues cuando decimos que el hombre está ellos] no es racional, sino más bien narural. No hay duda de que únicamente el ser hmnano, entre
compuesto de alma y cuerpo, o q ue la muerte es la separación del alma del cuerpo, nos esta- los mortales, hace uso del bien rector de la mente, esto es, "de la razón", como dice el mismo
mos refiriendo en particular a " lo rector" , De la mis ma m anera también clIando al hacer un a Crisipo: "Tal como la araña en el centro de la telaraBa ti ene con sus patas todas los principios de
di stinción afir mamos que entre los bienes , unos son del alma, otros del cuerpo, y otros exter- sus hijos, de manera tal que cuando algunas pequeñas criaturas atacan en alguna parte de la red lo
nos, no estamos mostrando el al ma completa, sino su parte rectora, pues es en relación con ella siente como próximo, así también la parte rectora del alma, situada en medio de la sede del co-
que las pasiones y los bienes se constituyen. razón, tiene bajo su control los principios de los sentidos, de modo que, cuando i n~orman algo, lo
reconocerá como próximo". [ ... ] Por consiguiente, al decir que el alma es un háhto, claramente
13. 13 Aedo, Placita 4.21.1-4 (SVF 2.836; LS 53H; FDS 441)
están admitiendo que el alma es un cuerpo. Si esto es así, es un cuerpo unido a otro cuerpo. Ahora
Los estoicos sostienen que la parte más importante de l alma es lo rector, que p roduce las
bien, una unión ocurre o por yuxtaposición, o por mezcla o por adición. Si alma y cuerpo estuvie-
presentaciones, los asenti mientos, las sensaciones y los impulsos . Tambi én lo llaman "cálculo
sen yuxtapuestos, ¿qué es lo que estará compuesto de la yuxtaposición de est~s dos cosas,. de
racional", A partir de lo rector surgen siete partes del alma que se extienden en el cuerpo
manera tal que todo esté vivo? Pues, según ellos, la vida está solamente en el hálito, el cual, SI es
como los tentáculos de un pulpo. Cinco de esas siete partes del alm a son los sentidos: vista,
yuxtapuesto, no se difunde al interior del cuerpo (pues nada puede penetrar en algo yuxtapuesto).
olfato, o ído, gusto y tacto. La vis ta es un hálito que se ex tiende desde 10 rector hasta los ojos,
y dicen que todo animal está vivo; el cuerpo y el alma, por consiguiente, no están unidos por
e! oído es un hálito que se ex ti ende desde lo rector hasta los oídos, el olfato es un hál ito que se
yuxtaposición. No hay duda de que, si están mezclados, el alma no será algo único, sino muchas
extiende desde lo rector hasta los orifi cios de la nariz, el gus to es un há lito que se extiende
cosas mezcladas juntas. Pero los estoicos afmnan que el hálito, esto es, el alma es algo único. Por
desde lo rector hasta la lengua, el tacto es lU1 hálito que se extiende desde lo rector hasta la
ende, no están mezclados. Queda que pennanezcan a partir de una adición; dos cuerpos, por tanto,
superficie [de la piel] en el contacto sensible de las cosas que la impactan. De lo demás, lo
pasan el uno a traves del otro, y un lugar que contiene un cuerpo pennitirá la capacidad de conte-
uno se llama "semen", que tambié n ello mismo es un hálito que se extiende desde lo rector
ner dos cuerpos. Un vaso que recibe agua no puede contener a la vez vino yagua . Consecuente-
hasta los genitales. Y aque llo a lo que Ze nón ha denomi nado "lo voca l" , a lo que también
mente, cuerpo y alma no están unidos ni por yuxtaposición, ni por mezcla ni por adición; de lo
llaman "voz", es un hálito que se extiende desde lo rec tor a la garganta , la lengua y los órga-
cua l resulta que el alma no es un cuerpo. Es, por tanto, una facultad y un poder que carece de un
nos apropiados. Y lo rector mismo habita en nuestra cabeza esférica como en un cosmos.
cuerpo, y es necesario que lo que está en ella sea lo rector y tenga una sede adecuada a su natlU"a-
13.14 Caleidio, In Tim. 220-221 (SVF 2.879; LS 53G ; FDS 424) leza.
Los estoicos están sin duda de acuerdo en que la sede d e la parte rectora del alma es el
13.15 Galeno, De utilitate respiratiolle liber 4. 501, 12-502,8
corazón, aunque no que lo sea la sangre, que nace junto con el cuerpo. Zenón, en efecto ,
Veamos a continuación si es posible que el hálito aní mico se alimente de la respiración.
invest iga el há lito del siguiente modo: "e l alma es, ciertamente, aquello que, cuando falta al
Digamos, en primer lugar, en qué sentido llamamos a algo " hálito anímico", aun cuando
cuerpo, el animal muere; pero el animal muere cuando le falta el hálito natural. Por consi-
reconocemos que ignoramos la esencia del alma. P ues bien, dado que las cavidades del cere-
guiente, el alma es un hálito nanlra!. Del mi smo modo dice Crisipo: "con una y la m isma cosa
bro corresponden al hálito, cuando son nutridas y operan directamente sin cambio y sin sensa-
respi ramos y vivimos; pero respiramos gracias a un hálito natural. Por tanto, también vivi mos por
ción, este hálito debe de cualquier modo o ser la esencia mi s ma del alma o ser al menos su
el mi smo hálito. Pero vivi mos gracias a Wl alma; resul ta manifiesto, entonces, que el alma es un
instrumento prioritario. Ya se ha hab lado de él en otra parte con más precisión a través de
hálito natura l". "Ésta, por ende, dice, resulta dividida en ocho partes, pues consta de una parte
muchís imas [exp licaci ones], en las que se ha dicho eso directamente, que es evidente que este
rectora y de los cinco sentidos, además de la sustancia de la voz y de la fa cultad de generar y
hálito tiene que alimentarse. Ahora bien , ¿de dónde o de qué otra parte podría tener su alimen-
procrear. Más aún, las partes del alma, que proceden de la sede del corazón como de una fuente,
to s i no es de lo que absorbe a través de la inspiración? Desde luego que no es inveros ímil que
se extienden a todo el cuerpo y rodean todos los mjembros por todas panes con hál ito vital, y los
él también se alimente de la exhalación de la sangre, como creyeron muchos médicos y filóso-
rigen y gobiernan con innumerables y diferentes capac idades: la de nutrición, la de crecimiento, la
del movi miento, consisteme en el movi miento locati vo, la de la instrucción a través de los senti- > famados.
dos, la del impulso a actuar. El alma entera despliega los sentidos que, como ramas que se apartan 13.16 Neme' io, NH20, 12-1 7; 21,6-9; 22, 3-6 (SVFI 518; LS 45C; FDS 427)
de su parte rectora como de un árbol, son sus funcio nes y que serán como infonnantes de las cosas Dado que se transmiten ciertos argumentos que no son desdeñables de los estoicos C lean-
que sienten. Y luego, ella misma, como una soberana, discierne aquello que los sentidos han tes y Cri sipo, también tenemos que exponer sus soluciones, tal como las dirimieron los plató-
informado. Más tarde, aquell as cosas que son sentidas, en cuanto cuerpos, son compuestos, y nicos. Cleantes urde este argumento: No sólo -dice- somos semejantes a nuestros padres en el
[cada uno de] los sentidos individuales sienten una cosa particular: éste colores, otro sonidos, cuerpo, s ino también con respecto a lo anímico, en las afecciones, los estados del carác~er y l~s
aquél discierne los sabores de los gustos, éste los aromas de los perfumes, [este otro] lo que es disposiciones del alma. La semejanza y la desemejanza son propias del cuerpo, no de lo Illcorpo:
áspero y liso al tacto, y lodas estas cosas [las hace] en el presente. Sin embargo, ningún sentido reo. El alma, por tanto, es cuerpo. [... ] Además dice: "nada incorpóreo co-padece con un cuerpo DI
recuerda las cosas pasadas ni conj etura las futuras. Sin duda es propio de una reflexió n y conside- un cuerpo [lo hace1 con un incorpóreo; el alma, empero, co-padece con el cuerpo cuando éste se
ración internas entender la afección de cada sentido y coleg ir de lo que los sentidos informan qué encuentra enfenno o cuando está siendo seccionado y el cuerpo [también co-padece] con el alma.
es una cosa dada, y aceptarla cuando está presente, recordarla cuando está ausente y, del mismo En efecto, cuando [el alma] está avergonzada enrojece, y cuando es tá temerosa empa1id ~ce. El
modo, prever el futuro", [Crisipo] siempre define así esa reflexión interna de la mente: "El movi- alma, por tanto, es un cuerpo. [ .. .] Cri sipo, por su parte, afirma: " la muerte es la separación del
296 Capitulo 13 El alma 297

alma del cuerpo; nada incorpóreo, sin embargo, puede separarse de un cuerpo porque lo incorpó- punto por punto y no hay un cuerpo intermedio que no sea cortado, habrá dividido ~l cu~rpo
reo no puede estar en conl'acto con un cuerpo. Pero el alma está en contacto con y puede separarse en puntos, lo cual es imposible. Pero si [efectivamente lo corta], dado que el corte es mfimto -
de un cuerpo. El alma, por tanto, no es iocorpórea", pues el cuerpo que se tome es divisib le [al infinito]- habrá infinitas [partes], no sólo en poten-
cia, sino también en acto. Por tanto, no es posible que un cuerpo atraviese a otro completa-
13.17 DL 7.110 (FDS436)
mente; pero el al ma [lo atraviesa] completamente. Por consiguiente, es incorpórea.
Afirman que el alma tiene ocho partes: en efecto, sus partes son los cinco sentidos, la
parte fonética, la dianoética - que, precisamente, es el pensamiento mismo- y la reproductora. 13.22 Plotino 4.7 8' 1-23
Argumentar que el hálito mi smo también es, primero, naturaleza, y que [ésta] con el frío
13.18 Estobeo, Ec!. 1.49, 33, 367, 17-22; 368, 12-20; 369, 6-10
se vuelve alma templada al hacerse más sutil en el fria - lo cual sin duda también es ello mis-
Pero Jos fi lósofos (discípulos] de Crisipo y de Zenón y lodos los que conciben el alma
mo un absurdo, ya que muchos ani males nacen en el calor, es decir que tienen un alma que no
como un cuerpo enseñan que las facu ltades [del alma] son como cualidades en un sustrato, y
es fría - [constituye un absurdo]. Sin embargo, sin duda sostienen que la naturaleza es anterior
establecen que el alm8 es como una sustancia que previamente subyace a sus facultades, y a
al alma la cua l nace por circunstancias azarosas externas. Por consiguiente, les ocurre que
partir de estas dos [característicasJ infieren que es una naturaleza co mpuesta a partir de ítems
produc~n primero lo inferior y antes que esto alguna otra cosa menor que llaman "co~dición",
dese mejantes. [... ] Según los estoicos, algunas [almas se distinguen] por la diferencia de los
en tanto que el inte lecto, que c laramente nace del alma, es último. En realidad, si elmtelecto
cuerpos subyacentes, pues éstos sostienen que las [corrientes de] hál ito se extienden unas en
es anterior a todos ellos, deberían producir el alma a continuación [de aquell os], luego la
otras des de lo rector: unas a los ojos, otras a Jos oídos, otras a otros órganos se nsoriales . Otras,
naturaleza, y siempre lo posterior es inferior, según lo que es por naturaleza. Ahora bien, si
en cambio, [se distinguen] por una cual idad pecul iar [que se da] en relación con el mismo
para ellos incluso dios es, según el intelecto, posterior, generado y adventicio, y posee intelec-
sustrato; en efecto, tal como el fruto posee dulzura y fragancia en el mismo cuerpo, as í tam-
c ión, será posible que ni el alma ni el intelecto ni dios existan. (Esto es lo que] ocu~irá si 10
bién lo rector comprende en él mismo presentac ión, asentimiento, impulso, razón. [... J. Los
que es en potencia no va a llegar a su actualidad, a menos que lo que es en acto y e l lIltelecto
discípulos de Zenón tienen la fi rme opinión de que el alma, en lo que respecta a sus múltiples
ex istan antes. ¿Pues qué lo conducirá [hacia su actualidad] si no hay otra cosa que antes (esté
facultades, tiene ocho partes; en la parte rectora, por ejemplo, están presentes las facu ltades de
en acto] respecto de ello? Si (lo potencial] en sí mismo va a conducirse hacia su acto: lo cual
la presentación, el asentimiento, e l impulso y la razón.
es absurdo, lo hará mirando a algo que no es en potenc ia, sino que será en acto. Sm duda,
13 .19 Nemesio, NH 72, 7-13 persistir siempre como lo mismo y por sí mismo, si en realidad va a tener lo que es en poten-
El estoico Zenón afirma que el alma tiene ocho partes, y la divide en la rectora , los cinco cia, 10 conducirá hacia el acto, yeso será más poderoso que lo que es potencia l; por ejemp lo,
sentidos, la fonética y la reproductora. El filósofo Panecio, en cambio, expresándose del modo lo que es objeto de deseo [es más poderoso] que lo que [lo desea]. Por consiguiente, 10 más
más correcto, pretende que la fonética sea una parte del movimiento según impulso, y que 10 poderoso es anterior, posee una naturaleza diferente de l cuerpo y es siempre en acto. Por lo
reproductor no sea una parte del al ma, sino de la natura leza. tanto, intelecto y alma son anteriores a la naturaleza. Por ende, el alma no es así ni como el
hálito ni como el cuerpo.
13.20 Plotino, 4.7. 8' 1-9
Pero si cuando observan las acciones de los cuerpos (ca lentar, enfriar, empuj ar, producir 13.23 Alejandro de Afrodisia, Mal/l. 113,26-118,4 (SVF2.792)
peso) ubican el alma aquí, como insta lándola en un lugar activo, [al hacerlo] ignoran, primero, Es suficiente establecer la explicación de que el alma es incorpórea, explicación en virtud
que incluso los cuerpos mismos real izan esas acciones con los poderes incorpóreos que están de la cual Aristóteles muestra el alma como siendo una forma. Pues ninguna fonna es cuerpo;
en ellos. En segundo lugar, que no son éstos los poderes que cons ideramos apropiados en por cierto que no, sino que a partir de estos argumentos podría mostrarse que es incorpórea.
relación con el a lma, sino pensar, percibir sensorial mente, ca lcular, desear, y cuidar sensata y [ 1] Si las cua lidades de cua lqu ier cuerpo son sensibles, y si las cualidades del al ma no son
adecuada mente, todas acciones que reclaman una esencia diferente. sensibles (pues las virtudes y los vicios no son de esta índole), entonces, el alma no es un
cuerpo. [2J <Además> si el alma es un cuerpo y si todo cuerpo es perceptible por un solo
13.21 Plotino, 4.7 8" 1-22
sentido en virtud de su prop ia na turaleza (me refiero a los cuerpos que existen en acto Y.
Además, si el a lma, que es un cuerpo, pasó a través de todo [cuerpo], estaría mezclada según dicen ellos. que han actuado), <entonces> el alma también será perceptible (por cierto
[con él], del modo en que se da la mezcla con los demás cuerpos. Pero si la mezcla de los que no habrán de lI~fla "cuerpo sin cual idad", pues [en ese caso) será materia); sin embar-
cuerpos no permite que exista en acto ninguno de los [cuerposJ mezclados, tampoco el alma go, no 10 es. Ponanto, no es un cuerpo, por cuanto no es perceptible en el sentido en. el que
estaría en acto todavía en los cuerpos, sino sólo en potencia y habría perdido su "ser alma" . Es son imperceptib les los cuerpos por su pequeñez. [3] Además, todo cuerpo es perceptIble en
como si dulce y amargo se mezc laran, 10 dulce [ya] no exis te. Por ende, no tenemos alma. acto o en potencia, pero el al ma no es perceptible ni en acto ni en potencia. Consecuentemen-
Pero desde luego que [la tesis de que1 el cuerpo, al estar todo él completamente mezclado con te, no es cuerpo. <4> Además, si el alma se percibe a sí misma como perceptible, tamb ién
[otro] cuerpo, de manera que donde esté uno, también esté el otro, ocupando ambas masas e percibirá otra [alma]. Pero no percibe otra [alma]; por tanto, no se percibe a sí mi sma como
incluso igual lugar, sin que haya habido ningún aumento cuando el otro [cuerpo] es intercala- perceptible. [5] Además, si el a lma es un cuerpo, o es animada o inanimada. Por cierto que es
do, no se dej aría nada que no esté c0l1ado. Pues la mezcla no se da alternativamente en las absurdo que sea inanimada; y si es animada, será un ser viviente, y otra vez, aquella alma
partes grandes - pues sostiene [Crisipo] que en ese caso habría yuxtaposición -, sino que el <deberá ser> animada o inani mada, y así ad infinitum. Y, establecidos en este punto, en rela-
(cuerpoJ intercalado, aun siendo más pequeño, ha atravesado [al otro] completamente. lo cual ción con la división de los cuerpos que sostiene que algunos de ellos son animados y otros
es imposible [por cuanto] el menor no puede llegar a se r igual que el mayor. Pero como lo ha inanimados, que digan que no se está dividiendo correctamente, pues en tanto unos son ani-
atravesado por completo lo corta rá por comp leto. Pues bien, es necesario que , si (lo corta] mados, otros son inanimados y otros son almas; debe deci rse que para quienes hacen la divi-
298 Capitulo 13 El alma 299

sión de acuerdo con la contradicción nunca se distingue aquell o de lo cua l hay afir mación. Por agua, [e l alma] es la vasija llena de ella. Esto, empero, es absurdo. [ 12] Además , si el alma es
ejemplo, si al dividir dijeran que, entre los cuerpos, unos son coloreados, otros sin colorear alguno de los cuerpos simples, todo compuesto en el cual también se encuentre este cuerpo
(pues en el mismo género receptivo del estado la privac ión puede [ser] 10 mismo que la afir- será no sólo anim ado, sino también viviente. Pero si el alma es un compuesto de [cuerpos]
mación), ya no decimos " los colores", pues la diferencia de los cuerpos es haber sido colorea- simples, nuestro cuerpo también será alma. [1 3] Además, si hay un cierto movimi ento propio
do o ser sin colorear, pero no " colores". Y, de nuevo, entre los cuerpos, unos tienen olfato, de todo cuerpo, como el simpl e del [cuerpo] simp le, el compuesto del [cuerpo] compuesto o
otros no 10 tienen, o sea que carecen de olfato, y ya no decimos que una s cosas son "olfatos", según lo que es predominante, ningún movimiento locativo es propio del al ma. Tampoco lo
y que unas cosas tienen cualida d y otras no tienen cualidad, es decir que son carentes de cua- sería de los cuerpos simples ni compuestos, pues los movimientos según la percepción y la
lida~. O que, [entre los cuerpos], unos son compuestos, otros no compuestos, pero ya no presentación o la afección, al ser [movimientos] de alteración, no son movimientos locativos
[deClinas] que otros son composiciones, pues la compos ición no es un cuerpo. De manera del alma por sí misma, sino de ambas cosas (se. del compuesto de alma y cuerpo). [ 14]
si milar también entre los animal es, unos son mortales, otros no monales, es decir, inmortales, Además, si el alma es un cuerpo, ¿cómo es que el cuerpo participa del alma, y cómo está el
pero ya no [decimos] "otros son mortales". Pues la muerte no es un viviente. De nuevo, entre alma en é l? Pues existirá o bien como una parte -y si es así, ninguna de las demás partes del
I ~s vivientes, unos son raciona les, otros no racionales, es decir, irracionales, pero ya no [de- cuerpo es animada y nada es en general más animado que él, sino que son a lma y cuerpo en
clinas] " otros son razones", pues los vivientes no son razones. Por consiguiente, de la misma particular. Pero el alma tampoco será como lo que está en un recipiente como en un cuerpo,
manera di remos también , entre los cuerpos, unos son animados, otros no animados es decir pues así no sería el cuerpo comp leto animado . Pero tampoco por yuxtaposición, pues tampoco
inanimados, pero ya no [diremos] "almas". Pues las almas no son cuerpos. [6] Adc~nás, si ei así e l cuerpo completo estará animado y, más aún, ni siquiera estará animado en absoluto . En
alma es un cuerpo, o es cohesionada por algo o lo es por sí misma. Pero no es posible que lo efecto, el trigo no está en un montón de cebada. Y si está [presente] como un todo a través de
sea por si misma, por ser una sola similinld total. En efecto, es impos ibl e que lo mi smo co- un todo, puesto que todo el cuerpo es animado , hay que mostrar cómo un cuerpo se difunde
hesio~e y sea cohesionado respecto de 10 mi smo. Queda, entonces, que una parte de ella por [otro] cuerpo. Efectivamente, puesto que las cualidades del alma y las del cuerpo son,
coh~slOne y otra sea cohes ionada . Y si es as í, la parte cohesionante será el alma, no lo ce- según ell os, cuerpos, hay muchos cuerpos en lo mis mo y [cuerpos] di ferentes que se difunden
he.s lOnado, lo cual, aun siendo ello mismo un cuerpo, o es cohesionado por otra cosa o por sí entre sí en el mi smo lugar, lo cual requiere de un argumento y de demostración. (15] Además,
mismo, y así ad infinitum. En efecto, si argwnentaran que ella en su totalidad cohes iona y es ¿cómo es que el cuerpo no crecerá ni decrecerá si [ciertas cosas] sobrevienen y están ausen-
c~hesionada, c.omo si fuera una sola y misma cosa, algo podrá contener y ser conteni do por si tes? [16] Además, cuando la s cualidades cambian, las primeras que son separadas , al ser
mismo, y la mIsma cosa podrá actuar y rec ibir la acció n. Desde luego que ni siqui era la mano cuerpos, se corromperán en el no ser, pues no son en modo alguno. Así también existirán a
que fr ota y experimenta la acción no só lo actúa si no que recibe la acción según la misma partir del no ser. [17] Además , si el alma se difunde completamente por el cuerpo y está mez-
fuerza; y, en general, ninguna de las cosas contenidas por algo también conti enen di cho algo, clada con el cuerpo, ya no será en un sentido alma del animal y en otro cuerpo, sino que a
pues [no lo bacen] ni el ca lor, ni la dulzura, ni la figura ni el color ni la salud, ni la armonía. partir de ambos se corrompe y preserva en forma conjunta una sola cosa diferente, ta l como la
Pero tampoco [lo hacen] la virtud o el conocim iento. y de tal índole es también el alma. [7] "leche-miel". Y ya no es que una cosa va a mandar y la otra a obedecer, ni que la una es más
Adem.á s, s i el alma, que es un cuerpo sutil, cohesiona ella misma al cuerpo, y a su vez es valiosa y la otra menos, ni que el cuerpo tendrá alma o que el alma estará en el cuerpo. Pues
coheslonada por él, el alma también será este cuerpo densísimo, si es que lo cohes ionante es tampoco en un sentido el alma será principio del anima l, y en otro el cuerpo, sino que la mez-
al ma .. De modo que el cuerpo será alma del alma, al cohes ionarla. En efecto, que nada se cla de ellos es únicamente un animal, y es algo único y, en general, semejante a sí rnlsmo,
coheslOna a sí mi smo es evidente a partir del hecho de que ni siquiera los pareces son tales de como el "vino-miel", lo cual es absurdo. En efecto, en un sentido, el alma es de un ani mal, y
es te modo, pues ni la cola se cohesiona a s í mi sma ni la s cosas encoladas. En efecto, una cosa en otro el cuerpo, tal como en un sentido es una cosa y en otro otra, razón por la cual también
es lo cohesionante de ell a y otra lo cohesionado, pues en cuanto corpóreo, es cohesionado, está separado. [18] Además, si tanto las virtudes como las habi lidades técnicas son cuerpos,
pero lo cohesionante es la cualidad, es decir, la facuItad que es incorpórea . Ciertamente, al ¿có mo, cuando éstos sobrevienen a algo, no entorpecerán al cuerpo o lo harán crecer? [19]
destruirse una cua lidad tal , lo material y lo corpóreo que permanece no puede cohesionarse ni Además, si la fo rma es [y] eso es lo que se dice que es, y [si] "ser animal" es para animal
a sí mismo ni a los leños. [8] Además, si el alma es un cuerpo es o bien fuego, o bien un hálito según su alma, el alma es una fo nna. Pero dado que el alma es una fOnTIa, es evidente tamb ién
suti l que se difunde a través de todo el cuerpo animado. Y si es así, es evidente que no es que no es posible mostrar el animal de otro modo que a partir de lo que se compone de alma y
bri l.lant~ ni dirán que e.ll o mismo resulta contener [algo], pues no cua lqui er fuego ni cua lquier cuerpo. [20] Además. Si un cue rpo, en tanto cuerpo de un cuerpo no difiere en nada, sino que
hálito tIene esta capaCidad. Ahora bien, como ellos dicen, existirá junto con una cierta forma difiere por tener alma, el alma no es un cuerpo. Pues las mismas cosas en género tienen una
p.ropia, una razón, una capacidad y una tensión. Pero si es así, el alma no será hálito o fuego naturaleza común, y las cosas que tienen ul)a/naturaleza común son indiferentes en cuanto a 10
Sl!10 la forma, la capac idad o la tensi ón en ellos, en la medida en que difiere de las otras cosas común. Por cons iguiente, las cosas 9'rñUñes en género son indiferentes en cuanto al género,
del ml smo género. [9J Además, como es un cucrpo sin forma, así también es razonable que pero el cuerpo es su género. De manera que los cuerpos son indiferentes en cuanto cuerpos.
sea una forma inmateria l e incorpórea, pue s ambos se dan a partir de estas cosas. [ 10] Por lo tanto, un cuerpo no difiere, en cuanto cuerpo, de [otro] cuerpo. Se sigue que las cosas
~demás, si es un cuerpo inanimado, ¿por qué el alma no es también inan imada? [11] Además, por las cuales los cuerpos difieren entre sí no son cuerpos. (2 1] Por cierto que los incorpóreos
SI el al ma es un cuerpo, es o bien simple o bien compuesta; pero si es simple, es o tierra, o no son idénticos en género, de manera que tampoco son indiferentes en cuanto incorpóreos,
fuego, o aire o agua. Y si alguna de estas cosas es por sí mi sma alma, todo lo que es de esa pues lo incorpóreo es un homónimo. En efecto, entre los incorpóreos, unos están en la [cate-
Índole también será alma (por ej emplo, cualquier [tipo de] fuego, [cualquier tipo de] aire) , y goría de] sustancia, otros en la de cantidad, otros en las demás categorías. Sin embargo, si
todo lo que lo abarca es un cuerpo animado. De modo que, si el aire es alma, la arteria, el alguien dijera que un cuerpo no difiere de [otro] cuerpo respecto del cuerpo común, y cada
pulmón, el odre inflamado, y todo lo que en sí mi smo contiene aire será un cuerpo . Y si es uno de ellos difiere en que es un cierto cuerpo, hay que decir que cada cuerpo tiene su ser a
El alma 301
300 Capítulo 13
alma. Pero [se difundeJ más a través de ciertas [partes] y menos a través de otras. En efecto, a
partir de sus propias diferencias y propias especies, que son diferentes entre sí, y que ellas son
través de algunas - tales como a través de huesos y nervios- atraviesa como condición; a
incorpóreas. De manera que las cosas por las cuales ciertos cuerpos difieren entre sí no son
través de otras - tales como a través de lo rector- como intelecto. Así entonces, el cosmos
cuerpos. [22] Además, si el alma es prioritariamente hálito, o {está] en el hálito o en el fuego
completo, que es un ser vivo, animado y racional, tiene el éter como lo rector, se~n dice
en nosotros, también será posible que esté en ellos, aun cuando estén separados. Pues una vez
Antípatro de Tiro en el libro VIII de Sobre el cosmos. Crisipo, en cambio, en el lIbro 1 de
separados del animal, tanto el hálito como el fuego persisten y son lo que SOI1. Y si esto es así,
Sobre la providencia y Posidonio en Sobre los dioses, afirman que lo rector del cosmos es el
también el hálito y el fuego serán seres vivos; pero si esto es imposible, también es imposible
cielo; Cleantes, por su parte, que el sol. Crisipo, sin embargo, en el mismo libro [diceJ que es
que el alma esté en alguna de estas cosas, sino [que está] en la combinación que resulta de los
lo más puro de l éter, lo cual dicen que es dios en primer lugar, el cual pasa en un sentido
cuatro [cuerpos simples1. por encontrarse, en cierto modo, así mezclado y compuesto, tal
sensitivo como si fuera través de las cosas que están en el aire y a través de todos los anima-
como está mezclado el cuerpo de los animales. [23] Sin embargo, lo que dicen cuando procu-
les, y en un sentido natural a través de las plantas, y a través de la tierra misma en cuanto
ran probar que el alma es un cuerpo no es congruente. En efecto, el hecho de que lo semejante
se predica de ella, no es por eso un cuerpo, pues lo semejante no está en los cuerpos, ya que condición.
está en las líneas y en las figuras, en las superficies y, más aún, en los colores y en las cuali- 13.25 Galeno, Quod Anim; Mores Corporis Temperame"ta Sequantllr 4.783,10-784,13
dades, ítems que no son cuerpos. Pero el cuerpo es, en general, una sustancia, y es propio de (SVF 2.787) .
la sustanc ia que se dice lo mismo respecto de ella mi sma, no 10 semejante, pero 10 semejante En el mismo tipo de realidad también está incluida la opinión de los estOlcos, pues pre-
[es propio] de la cualidad que es incorpórea, de manera que se dice "semejante" de otras tenden que el alma es un cierto hálito, como también [es hálito] la naturaleza; pero el [há lito
cosas, [y] en cuanto participa de la cualidad, se llamará "semejante". Ahora bien, "alma" es que corresponde] a la naturaleza es más húmedo y más ~río, en tant? que el qu~ [corre~pondeJ
semejante a "alma", [aunque] no en cuanto alma. Pues no es en cuanto alma [que es alma], al alma es más seco y más cálido. De modo que este hálIto es una Cierta matena apropIada del
sino en cuanto ha participado de una cierta cual idad y disposición semejante. [24] Pero la alma, en tanto que la forma de [esta] materia consiste en un cierto tipo ~e mixtura que se
explicación que di ce que lo incorpóreo no ca-padece con un cuerpo - de modo que el alma no produce en una prop orción de sustancia aeriforme e ígnea. Pues no es pOSIble af~mar q~e el
es incorpórea- es fa lsa. En efecto, no es cierto que lo incorpóreo no ca-padece con un cuerpo alma es únicamente aire o fuego, porque el cuerpo del animal no puede resultar 01 demasiado
- pues cuando los cuerpos padecen una afección los incorpóreos en ellos también ca-padecen frío ni demasiado caliente, ni tampoco puede estar dominado por una preminencia excesiva de
[junto con ellosJ, la mayoría por accidente, pero otros ya en sentido absoluto, como la superfi- uno u otro. Porque aun cuando llegue a excederse la proporción [de frío y calor] por un breve
cie de un cuerpo que es aplastado-, sino que el alma no co-padece con el cuerpo por ser otra y espacio de tiempo, en el caso de una preminencia desmedida ~e fuego, el anima~ tendrá fiebre,
estar separada, tal como se dice que los amigos ca-padecen, sino que lo que sufre la afección y en los casos de preminencia de aire tendrá frío y estará líVIdo y apenas senSIble o comple-
es el compuesto, pues el anima l, siendo un compuesto de alma y cuerpo, es c0l1ado en su tamente insensible. Pues este [aireJ mismo, en la medida en que en sí mismo es frío, se vuelve
cuerpo, pero siente dolor en su alma. Pero lo que siente dolor es el animal, como también lo bien temperado a partir de la mezcla con el elemento ígneo. Ahora bien, [esto] ya se te ha
que canuna, 10 que ve, lo que apetece y 10 que ama y odia. Pero las afecciones prop ias del hecho manifiesto, que la sustancia del alma, según los estoicos, se genera de acuerdo con una
cuerpo, como recibir ca lor o un corte, ya no lo son de l alma; por esa razón, el cuerpo también cierta mixtura de aire y fuego. lncluso el sagaz Crisipo está hecho gracias a la mezcla bien
subsiste si n alma pero el alma sin el cuerpo no, pues [ellaJ es su actua lidad o, más precisa- temperada de estas cosas.
mente, su forma. [25J Por otra parte, el argumento que sostiene que ningún incorpóreo está
separado de un cuerpo, y que el alma está separada del cuerpo -de manera que no es un in- 13.26 Estobeo, Ec/. 2.65, 1-6
co rpóreo- tampoco es congruente. En efecto, "estar separado" tiene un doble sentido: una También pretenden que nuestra alma sea un ser viviente, por cuanto está viva y tiene sen-
cosa {es estar separado] en cuanto a la subsistencia, cuando uno y otro permanecen separados, sación y, sobre todo, su parte rectora, a la que, sin duda se denomina "p~nsamien~o". ~s por
y otra cosa es [estar separado] en cuanto a la destrucción de [o otro, como " blanco" está sepa- eso también que toda virtud es un ser viviente, porque ella es sustancialmente Idénttca al
rado de un cuerpo que es negro. En el segundo significado lo incorpóreo también se encuentra pensamiento.
separado de un cuerpo; as í también el alma [está separada] del cuerpo. [26J También existen 13.27 AnoD., in Hermogenem RIJet. Commelltarilll1l i1l librmll de ideiis 7, 884, 18-27 (SVF
ciertas cosas incorpóreas que son conceptualmente separables de los cuerpos, como la forma
2.789)
de la materia, como el cuerpo del lugar. [27] No es cierto tampoco, sin embargo, decir que En efecto los estoicos dicen que no hay alma sino una generación que se completa a par-
aquellas cosas que están en mutuo contacto se encuentren separadas las unas respecto de las tir de la mezcla de los elementos. Pues cuando lo caliente se da en exceso, produce el león,
otras. Todos los accidentes, en efecto, son susceptibles de ser separados, aunque ciertamente por lo cual, afirman, [éste] también es colérico. Pero Sh!ªDdo1l0 caliente] se .c?ncentra se~n
no están en contacto. [28] Además, no es cierto que somos animados por aquello con lo cual la razón y es prácticamente igual [a ella] produce el.-(er humano: De esta opllllón fue el J¡~er
respiramos, sino que somos animados por el alma. Los animales tampoco podrían existir sin [de la escuela estoica] y Galeno. De otro modo han vuelto a deCir otros portentos.y. tontena.s,
el hálito connatural; es por eso que eso es alma, pues también hay algunas otras cosas -que pues un cuerpo de tal tipo, afinnan, habiéndose escogido en relación con una condiCión propia
ellos no ll aman "alma"- si n las cuales el animal no puede existir. En efecto, los animales de tal índole, también admite el alma.
sanguíneos no pueden ex istir sin sangre ni, en general, sin humedad.
13.28 Galeno, De ¡oetrlllm formatiolle libellus 4.674, 7-17; 698, 2-17; 699,4-700, 12 (SVF
13.24 DL 7.138-139 (SVF 2.634; LS 470; FDS 196)
2.761; LS 53D)
De acuerdo con lo quc afirma Crisipo en el libo V de Sobre la providencia y Posidollio Ahora bien, ¿por qué Crisipo y otros muchos filósofos estoicos y p~ripatético~ creyeron
en el libro III de Sobre los dioses, el cosmos es administrado de acuerdo con el intelecto y la haber mostrado que, respecto del corazón, él es, entre las partes del ammal, la pnmera que
providencia, puesto que el intelecto se difunde por cada parte de él, tal como en nosotros el
302 Capítulo 13 El alma 303

crece, y que gracias a él se generarían las demás, y que es necesario que el principio de las nuevo, procesos de crecimiento o decrecimiento son anímicos, pero claramente no tienen nada
venas y los nervios pertenezca a lo que en sentido priorita rio forma? En efecto, claramente [el de mental en el sentido en que Aris tóteles usaría esa expresión.
corazón] no se genera primero; además, se ha mostrado antes que en todas las artes el artesano Un filósofo de la mente contemporáneo siempre preferiría decir "mente", de modo de
rea liza no sólo la parte primera de lo que se construye, s ino también todas las que están con evitar cualquier tipo de compromi so espiritualista y. por ende, la creencia de una trascenden-
ella hasta SlI comp leta miento, y es necesario que tanto la s arterias como las venas se hayan cia de la \IIUXIÍ más allá de la vida del ser vivo que evoca nuestra palabra "alma". Independien-
generado a partir de la sustancia del esperma, tal como también se ha mostrado en nuestros temente de los usos habituales de la palabra "alma" o mente" en la filosofia actual, en sede
comenlarios sobre el esperma. [ ... ] Directamente suponen la primera hipótesis como incog- esto ica hay razones sistemáticas de fondo para evi tar cualquier tipo de interpretación espiri-
noscible por la sensac ión e inhall able por la razón, cuando dicen que el corazón se genera tualista evocada por nuestra palabra "alma" como algo diferente del cuerpo, ya que ésta se
primero que todo ; segundo, que él forma las otras partes, como si lo que lo forma, cualquiera encuentra anclada al ser vivo como entidad biológica. Es cierto, sin embargo, que aunque los
que sea, fuera des truido y aún no existiera. Tercero, a continuación y como consecuencia [de estoicos defienden una tesis fisicalista en la que el alma es un cuerpo, no es el mismo tipo de
10 anterior] , concluyen que la parte deliberativa de nuestra a lma se encuentra en el corazón. cuerpo que nuestras manos o nuestros brazos; es, como informa el texto 13.1, un "cuerpo
Pero si lo de liberativo [está situado en el corazón], también, como dicen, [debe estarlo] lo que suti l", "hálito" (cf. 13.2; 13.7), concepto del cual nos ocupamos en el capítulo 12, o, más
ape tece comida, bebida, plac er sexual y dinero, y, claramente, también lo colérico y lo que precisamente, "hálito anímico" (13.15)
ama ganar, nada de lo cual es necesario. [. .. ] En efecto, de nuevo parece que el alma, al for. El "fisicalismo" yace en el núcleo mismo de la onto logía estoica; la tesis de que algo es
mar el cuerpo, llega desde los padres hasta el feto por cuanto es rodeada en el esperma. Ahora efectivamente real si y sólo si es corpóreo es tan fuerte en las fuentes estoicas que la sospecha
bien, cuál es su sustanc ia, no puedo decirlo por el hecho de haber oído a algunas personas que de que los estoicos habrían respaldado el fisicalismo en alguna de sus formas se ve como un
están convencidas de que, como dicen, el alma, que es incorpórea, entra conjuntamente en el enfoque muy prometedor (véanse nuestros capítu los 2 y J 4, y los textos allí discutidos). Aho-
esperma, y que ella se vale del esperma para la formac ión del feto, como corresponde a la ra bien. si la doctrina fisicalista estoica general se analiza dentro de la esfera psicológica, lUlO
materia. Algunos de el los dicen que el esperma no es materia, sino su instrumento pues la podría tener la tentación de alinear a los estoicos con la teoría de la identidad mente-cuerpo,
materia es la sangre de la madre, y otros dicen lo contrario. Pues les parece que el artesano es decir, el enfoque contemporáneo en filosofia de la mente que está dispuesta a abogar por la
mismo es e l esperma , para algunos en su totalidad, para otros el hálito que en él lo rodea. identificación de los estados y eventos mentales con los procesos fís icos en el cerebro. No hay
Incluso para mí en privado está escrito lo concerniente a estas cosas en un libro en el cual duda de que los estoicos no van tan lejos como para afirmar que hay una identidad entre los
examino lo que Crisipo dice en sus escritos acerca del alma y, además, en otro [li bro1, en el estados mentales y algunos procesos fisicos en el cerebro. De hecho, erróneamen te considera-
cual investigo acerca de los temas con los que Platón parece difer ir consigo mismo en sus ron que los "estados mentales" tenían lugar no en el cerebro, sino en el corazón (cf. textos
tratados sobre e l alma. Pero, como decía, al no encontrar nínguna opinión que se haya dado 13.14 y 13.28). No obstante, la explicación es estructuralmente similar en la medida en que
científicamente, reconozco que dudo respecto de la sus tancia del alma, y que no soy capaz de supusieron que los estados mentales o anímicos son corpóreos y que, por ende, tienen una
llegar hasta lo persuasivo. Ahora bien, yo reconozc o que dudo acerca de la causa que forma el sede en un órgano específico del cuerpo. Más aún, los estoicos están dispuestos a argumentar
embrión, pues veo como [o más alto en dicha formación a la sabiduria y a la potencia a la vez, que este hecho es posible porque tanto los items psicológicos como el corazón son corpóreos.
no al alma en el esperma - llamada "vegetativa" por los discípulos de Aristóteles, "apetitiva" Como muchos filósofos contemporáneos de la mentc, los estoicos fueron monistas (todo
por los de Platón, ni, en general, "alma", [como la llaman] los estoicos- , sino que, considero Jo que existe es materia o, mejor aún, "es corpóreo"; esta distinción es relevante: aunque dios
que el embrión forma a la naturaleza, la cual no sólo no es sabia, sino que además es comple. - "lo activo"- es un cuerpo, no es "materia", que es " lo pasivo"; cf, nuestro capítu lo 14, textos
tamente irracional. 14.1-14.5). Los estoicos comparten con el fisicalismo contemporáneo la opinión de que lo que
COMENTARIO es ex istente está físicamente constituido, es decir, el fisicalismo estoico también es una tesi s
ontológica); también creían, como el fisicalisl110 contemporáneo, que el mundo físico está
"Alma" es la pa labra que habitua lmcnte utilizamos para traducir el griego \IIUX~ pero,
auto·contenido y es explicativamente autosuficiente (Kim 2005: 154). Por cons iguiente, re-
como sabemos desde Pl atón, la expresión griega tiene un ca mpo semántico mucho más am.
chazaron vigorosamente el dualismo sustancial y la posibilidad de que ítems inmateria les
plio que lo que normalmente se entiende: el "al ma" es para Jos griegos el principio de vida
(tales como formas y fines) puedan tener poder causal. Uno incluso podría sugerir que el
(cc. Platón, Fed. I 05C9-D4; Aristóteles, DA 402a6-7), pero también es la sede de un conjunto
monismo psicológico estoico constituye un significativo adelanto de la "tesis del cierre cau·
de operaciones complejas propias del ser vivo dotado de sensación - tales como estados afee.
sa l"- j.e. la tesis de que el mundo físico es un dominio causalmente cerrado o, dicho de otra
tivos o emociona les (núOll), facu ltades cognitivas como sensación (aloOl"]crt<;) y presentación
manera , lo que es fisico sólo puede tener causas fisicas (Kim 1998: 146)-. Es bastante claro a
(<pavtacr(a)-, y en el ser humano tiene que ver de modo directo con la facultad racional misma
partir de la evidencia textual que la insatisfacci ón estoica respecto del dualismo pl atónico y el
entendida en términos de "pensar", "opi nar", «j uzgar", etc. Ni siqu iera Aristóteles, quien muy
problema alma·cuerpo probablemente debe buscarse en la explicación de Platón respecto de
platónicamente sostiene que el alma es una entidad inmaterial, cree que ella es un item "espi-
la manera en que el alma, siendo un ítem inmaterial, es capaz de producir algún efecto en algo
ritua l" en e l sentido de una enti dad trascendente: los procesos digestivos o resp irator ios son,
material. Como puede verse en nuestros texto 13.8 y 13.16, una premisa relevante de los
segú? Aristóteles, esta dos anímicos o psicológ icos que claramente no tienen nada de espi ritua l
argumentos estoicos contra e l dualismo sustancial se centra en el hecho de que entre los items
(es cierto que en el caso del alma racional Aristóteles tiene algunas dudas acerca de su sobre-
materiales e inmateriales hay una brecha inconmensurable que hace imposible la acción cau·
vivencia tras [a disolución del compuesto; sin embargo, nunca presenta un argumento a favor
sal de las cosas inmateriales sobre los cuerpos. Por cierto que, si éste es exactamente el caso,
de la inmortalidad del alma, aunque sí ofrece un argumento en contra de la persistencia numé-
esta crítica se aplica a cualquier ítem inmateria l (incluidas las formas y los fines) que pretenda
rica del alma independientemente del compuesto: DA 415a26·b7; Boeri 2009b: 73-77). Pero
tener poderes causales. Este tipo de insatisfacción no es esencialmente diferente de la del
precisamente por esa misma razón resulta inconveniente entender 'lfUx'í como "mente": de
304 Capitulo 13 El alma 305

fisical ismo contemporáneo que, al menos en parte, puede verse como una especie de reacción apuesta estoica por el fisicalismo. Los estoicos, como Aristóteles (en Fís. 7), sostienen que
a la "psicología popular" que da por supuesto que la mente y el cuerpo son dos cosas diferen- entre cuerpo y alma hay una cierta interacción, pero para que dicha interacción pueda tener
tes y que, de todos modos , la mente tiene poder causal sobre el cuerpo, descuidando de ese lugar presuponen que debe haber una semejanza dc naturaleza entre dichos ítems. Aunque
modo el hecho de que los estados mentales no pueden entenderse independ ientemente del Aristóteles avala hasta cierto punto un cierto "interaccionismo" entre alma y cuerpo (cf. Fís.
cerebro. Au nque los estoicos no dicen que los estados psicológ icos pueden identificarse con el 247a3-19, una posición ciertamente abandonada en DA), tiene que estar aclarando todo el
cerebro o con cualquier otro órgano, argumentan enérgicamente que alma y cuerpo interact- tiempo que el alma no está mezclada con el cuerpo (DA 429a24) y que no es un cuerpo, aun·
úan, pero para intera ctuar deben ser de la misma naturaleza. Si no fuera as í, la mencionada que solamente se da a través de un cuerpo (DA 403aI6- 19; 414aI9-20). Esto último puede
brecha no puede superarse (para más detalles sobre este contrapun to entre el fi sicalismo psi- entenderse como un sensato intento por parte de Aristóteles de abandonar el dualismo sustan-
cológico estoico y el contemporáneo, nos permitimos remitir a Boeri 2010d). cialisra de Platón, quien cree que el alma puede existir independientemente del cuerpo (Fed.
Este comentario se divide en tres partes: (i) en la primera, estab leceremos los trasfondos 78c-79b). Aristóteles cree que alma y cuerpo son ítems diferentes (como sin duda también
de la psicología es toica y procuraremos mostrar cómo resuelven los estoicos la aporía en la pensaba Platón) pero, a diferencia de lo que sosruvo Platón (y de lo que varios siglos después
que se encontraba la psicología platónica y ari stotél ica para dar cuenta de la relación entre pensó Descartes), argumenta que entre cuerpo y alma hay una relación que, en cierto modo,
alma y cue rpo. En la segunda parte (ii) comentaremos las definiciones estoicas de alma así uno podría calificar de "co-dependencia", Uno razonablemente podría defender esta caracteri-
como la base fi siológica de la psicología estoica, la fisio logía de la percepción, la teoría de las zac ión de la relación entre cuerpo y alma en la psicología aristotélica porque (1) sin alma no
partes de l alma, el alma individual y el alma cósmica. En la tercera parte (iji) , finalmente, hay cuerpo ( orgánico) en sentido estricto (ya que un cuerpo en sentido estricto es uno que
discutiremos brevemente algunas objec iones y argumentos que dirigen platónicos y aristotéli- func iona como tal, para lo cual la presencia de un alma es conditio sine qua non) y (2) porque
cos (representados por Plotino y Alejandro, respectivamente) contra la psicología fisicalista si n cuerpo el alma carece del "sustrato" en el cual realizar sus capacidades (recuérdese la
estoica. caracterización de los estados afectivos -que para Aristóteles constituyen excelentes ejemplos
(i) La primera impresión que uno puede tener alicer los textos inc luidos en este capítulo de ítems anímicos- como "estructuras formales materializadas o que se dan en la materia":
es que los estoicos parecen apartarse de manera conciente dc Pl atón y Aristóteles en la consi- A.6ym €vuAOl; DA 403a25). Los estoicos, en cambio, al partir de la premisa de que el alma
deración del alma y las facultades a ella relacionadas. Como sabemos, en la medida en que también es un cuerpo (c c. textos 13.1, 13.3 Y 13.10), ya no tienen necesidad de explicar que no
Ari stóteles sosti ene que el alma es el principio de los seres vivos y, por ende, de la vida, hay una mezcla entre alma y cuerpo (que tal mezcla ex iste es, en realidad, una parte decisiva
puede atribuir alma a las plantas (cf. DA 402a6-7: el alma "es como un principio de los seres de los presupuestos de la psicología estoica), ni tampoco tienen las dificultades que tenía
vivos": o!ov apXT) tOOV ~4{Ov) . La palabra griega ~<9a, que puede significa r tanto "animales" Ari stóteles para explicar cómo es posible que dos entidades de naturaleza diferente pueden
como, más en general , "seres vivos", debe tener este último signifi cado en el pasaje recién entrar en relación mutua. La solución de los estoicos es sugerir que, en realidad, la interacción
citado, pues es claro que Aristóteles extiende el alma incluso a las plantas (cf. también DA que Aristóteles sospechaba que se daba entre el alma y el cuerpo puede explicarse de una
409a9-10; 410b2 3; 411b19-28 el passim). Los estoicos, en ca mb io, reservan el a lma única- manera bastante simple: lo que ocurre es que el alma, igual que el cuerpo, es in Ítem de carác-
mente para los animales, i.e. para aquellos seres que son ca paces de tener sensación, presenta- ter corpóreo. La plausibilidad de la premisa según la cual el alma es un cuerpo es argwnenta-
ción e impul so (eL texto 13.13 y 13.15, donde se aclara que el hálito que, como cuerpo, es el da por los estoicos en los textos 13.8 y 13.16; en vista de la brevedad nos limitamos a discutir
alma es " hálito anímico"); la plantas so lamente ti enen "natura leza" (lo "vegetativo" o "natu- brevemente uno de los aspectos de los argumentos estoicos a favor de la corporeidad del
ral" en nosotros está representado por U11as y cabe ll os; cf. 12.8 y Sexto AM 9.86 = SVF alma: el aspecto de la "co-afectividad", por así decir. Dicho aspecto, en efecto, recoge una
2.1014). Esto sugiere que las Funciones vegetativas, de crecimiento y camb ios metabólicos en tesis cara al estoicismo que se encuentra presente en otras posiciones básicas de su ontología:
genera l se dcben no al alma (como pensaba Aristóteles, que ademá s reserva ese tipo de fun- para que haya una relación causal entre dos Ílems x e y, x e y deben tener la misma naturaleza
ciones para una parte o es pecie de alma: Op€1ttlKÓV; DA 413b7-8) , sino a la naturaleza, de o, fonnulado el problema de un modo más preciso, para que haya interacción causal entre x e
donde también parece segu irse que el alma no es la marca distintiva de lo viviente, ya que hay y, x e y deben ser cuerpos (para la relevancia de esta tesis en la teoría de la causalidad cf.
seres vivos (las planta s, o los embriones antes de nacer) que no poseen alma (cf. Aunas 1992; nuestro capítulo 14 y los textos allí discutidos). E l primer argumento, que enfatiza el aspecto
54). Pero, como informa Sexto en nuestro texto 13.12, el a lma estoica, además de ser lo que de la co-afectividad entre alma y cuerpo, puede articularse en los siguientes pasos: (1) los
distingue a los animales y humanos (con sus funciones percepti vas e impulsivas) de las plan· estados afectivos corpóreos e incorpóreos no pueden comunicarse entre sí; pero (2) el alma
tas, puede entenderse tamb ién (a) como lo que cohesiona a l compuesto en su tota lidad, y (b) comparte sus afecciones con el cuerpo y se comunica con él; eso es relativamente obvio por-
como lo rector (que, como veremos enseguida, es el núcleo de la vida aními ca de l ani mal). El que cuando el cuerp o es herido, el alma comparte con él su dolor. Además, (3) también el
punto (b) adelanta ya e l hecho de que e l alma estoica, aunque es un cuerpo, no es cualquier cuerpo comparte su afección con el alma: cuando ésta está afligida o angustiada el cuerpo
lipo de cuerpo; lo que se sugiere es un concepto de alma que, en cierto modo, contrasta con el comparte ese estado afectivo ruborizándose o empalideciendo, i.e. hay manifestac iones so má~
de "cuerpo" si n más, de donde parece seguirse que los estoicos deben usar "al ma" en los dos ticas de los estados anímicos. Si esto es así, (4) se s ig ue que el alma es un cuerpo porque
sentidos ind icados por Sexto: uno para la "mente" (i.e. el alma en el senti do de lo rector) y únicamente pueden compartir sus estados afectivos (que son estados corpóreos) dos ítcms de
otro para lo que se encuentra comp letamente mixturado con el cuerpo y produce lo que habi- igual naturaleza, y como alma y cuerpo comparten sus estados afectivos, el alma es un cuerpo
tuahnente llamamos "cuerpo" (brazos, piernas, manos , órganos en general, etc.), es decir, (cC texto 13.8 y 13.16). Tanto Platón como Aristóteles siempre tuvieron problemas para
cuerpos funcionales a l animal. expl icar cómo es posible que cuerpo y alma, siendo entidades de naturaleza diferente entre sí
El otro detalle importante en el que los estoicos se apartan de la tradición platónico- de acuerdo con su ontología, se relacionen entre sí. Los estoicos piensan, como Platón y
aristotélica en cuanto a la consideración del alma tiene que ver de manera directa con la fuerte Aristóteles, que no hay duda de que entre cuerpo y alma hay una cierta interacción pero, a
306 Capitulo 13 El alma 307

diferencia de aquellos, creen que esto se debe al hecho de que el alma es de la misma natura- cuerpo.
leza que el cuerpo, i.e. corpórea. De este modo, resuelven el problema y muestran que es
perfectamente plausible plantear una psicología que, sin quedar reducida a un materialismo (d) El alma, por tanto, es un cuerpo.
burdo, resulta mucho más plausible y evita las aporías del platonismo y el ari stotelismo. La premisa (a) nos remite directamente a la tesis platónica de que la muerte es la separa-
La mezcla entre cuerpo y alma es, como hemos sugerido arriba, una parte importante del ción del alma del cuerpo (cf. Platón, Gor. 524B; Fed. 67D4-10). La premisa (b) es en realidad
presupuesto básico de la psicología estoica (ef. el importante pasaje de Hierocles -texto la conclusión de un argumento independiente, cuyas premi sas pueden ser: (1) nada incorpóreo
13.10-, quien sostiene que el alma está completamente mixturada con el cuerpo). El fisicalis- puede estar en contacto con lo corpóreo y (2) estar separado es lo opuesto de estar en contacto
mo, tanto el estoico como el contemporáneo, ofrece una explicación bastante si mple y persua- (cf. Hahm 1977: 15). Asi, dado que (/) nada incorpóreo puede separarse de un cuerpo - porque
siva de por qué alma y cuerpo interactúan entre sí: al ser cuerpos, a lma y cuerpo establecen un incorpóreo no puede entrar en contacto con un cuerpo - y (jI) puesto que el alma está en
una relación perfectamente plausible y análoga a la que se da en el plano de la expl icación de contacto con y se separa del cuerpo, se sigue que el alma es un cuerpo. Como hace notar An-
dos entidades fisicas que interactúan entre sí (para el caso de los estoicos, véase su explica- nas (1992: 42), los estoicos piensan que la interacción del alma y el cuerpo debe ser una interac-
ción causal general y el ejemplo clásico del bisturí con un trozo de carne que es cortado por el ción causal; cualquiera fuera el tipo de causación que se dé, debe ser uniforme para almas y
bisturí; cC capítu lo 14, texto 14.15). Se podría argumentar, sin embargo, que, aun cuando se cuerpos. Pero lo decisivo aquí es que el alma, no menos que el cuerpo, es efectivamente un
defienda una teoría materialista de la mente, no parece superarse por comp leto el dualismo "cuerpo" o, si se quiere, es de "naturaleza corpórea", de modo de evitar la potencial confus ión o
mente-cuerpo (que Aristóteles y, probablemente también tos estoicos, objetaba a Platón; sobre ambigüedad de decir que el alma es un cuerpo, sin señalar que, de todos modos, no es un cuerpo
el duali smo sustancialista de Platón cf. Fed. 67A-B) ; si no fuera así, no se explicaría por qué idéntico a 10 que intuitivamente llamamos "cuerpo" (brazos, piernas, manos , etc.). Los estoi cos
tantos filósofos contemporáneos que abogan por un enfoque materiali sta de la me nte siguen entonces hacen suya la caracterización platónica de "muerte" como "separación del al ma del
encontrando dificil, cuando no imposible, atribuir poderes causales a la mente, generando de cuerpo", pero sobre la base de una reformulac ión ontológica que hace del al ma un cuerpo y
ese modo un nuevo duali smo metafísico (para este punto en la filosofia de la mente contem- que, al mi smo tiempo, permite que haya "separac ión" entre alma y cuerpo. En efecto, según
poránea cf. Kim 2005: 21-23). Es decir, habrá que explicar en qué consiste la mente como los estoicos A (alma) no puede estar separado de e (cuerpo) si antes no estuvo en contacto;
ítem material diferente del elle/po. De acuerdo con esta objeción, uno podría argumentar que pero como el contacto solamente es posible entre cuerpos, A, igual que e, debe ser un cuerpo.
hay posiciones fisicalistas que han vuelto a defender un c ierlO dualismo metafísico, sólo que La definición de alma de 13.1 es ampliada en el texto 13.3 donde se agrega que, además
ahora el dua lis mo no es entre un ítem inmaterial (la mente o alma) y otro material (el cuerpo), de hálito connatura l a nosotros, el alma es una naturaleza sensit iva o "dotada de sensación"
sino entre dos ítems materiales. Es probable que los estoicos hayan sido sensib les a esta tipo (aiO'eT1't'lK~). Lo que este importante detalle agrega es que si un objeto cualquiera del mundo
de objeción, ya que, aunque están dispuestos a sostener que el alma es un cuerpo. no creen posee alma, dicho objeto será capaz de tener ciertos poderes psíquicos o anímicos (la natura-
que sea cualquier tipo de cuerpo, sino un "cuerpo sutil" (crrolla AE1ITop€pá;: texto 13.1), lo cual leza de tales poderes se especifica en el texto 13.13: presentaciones, asentimientos, sensacio-
alinea a los estoicos del lado de los atomistas (y de Diógenes de Apo lon ia) que, según Aristó- nes, impulsos. Pero, ¿qué tendría de peculiar argumentar que el alma es un hálito connatura l a
teles, postu laban el alma como un cierto cuerpo sutil (cf. DA 402a6-22; 409a32. Véase tam- nosotros? Después de todo, toda la rea lidad corpórea es, según los estoicos, hál ito en un ~e­
bién Epicuro, eH 63: ~ 'VUX~ O'OOI.Ul €.O'Tt AE1IToJl€p6; y nuestro texto 13.23, línea 46). terminado grado de ten sión. Pero, como ya hemos indi cado al comienzo de este Comentano,
(ii) La definición estoica canónica de alma afirma que ésta es un cuerpo sutil que se el alma es un determinado tipo de hálito: hálito "ps íquico o anímico" (como nos informa
mueve por sí mismo de acuerdo con la s razones seminales (cf. texto 13.1). Esto es lo mismo Galeno en el texto 13.15: ro ,+,UXtKOV 1rV€Ülla). La relevancia de este importante detalle difí-
que decir que el alma es háli to (1tVeÜJla), ya que éste es el único cuerpo sutil que se mueve por cilmente puede ser exagerada pues, entre otras cosas, ayuda a entender y a explicar la fisiolog-
sí mismo según las razones semina les y que, C0l110 se aclara en el texto 13.12 , es capaz de ía de la percepción (tal como está documentada en los textos 13.3 y 13.13). El alcance de los
cohesional' el compuesto (una tes is que se remonta a Aristóteles, aunque con un trasfondo podcres senso-perceptivos del alma es aclarado en el texto 13.10 por el estoico Hi crocles
ontológico diferente; cf. Aristóteles, DA 4 1Ob 12- 13). La posic ión estoica es, entonces, que en cuando a rgumenta que el alma "excede" a la naturaleza por poseer impulso y sensación. dos
el compues to alma-cuerpo (compuesto en el cua l tanto el alma como el cuerpo son ítems potencias claramente anímicas que están ausentes en lo que los estoicos entienden por "na tu-
corpóreos) lo que cohesiona al compuesto es el a lma en su carácter de hálito (cf. ]3.12). Si raleza" , i.e. el grado de tens ión del hálito que corresponde básicamente a las plantas y a aque-
hemos de creerle a Calcidio (J3.14) , Zenón habría recogido una doctrina que ya está presente llos ítems (tales como el embrión) que carecen de sensación, presentación o impulso. En
en el DA de Aristóteles, donde éste sostiene que el alma cohesiona al cuerpo y no el cuerpo al efecto, de acuerdo con la embriología estoica, el embrión es todavía "naturaleza", es decir,
alma porque cuando el alma abandona el cuerpo, éste se dispersa y descompone (DA 4l1b7- tiene la vida de una planta, no de un animal (cf. texto 13.9). Es bastante obvio por qué pueden
9). Del mismo modo, Zenón argumenta que cuando el alma no está presente en el cuerpo, el haber sospechado los estoicos que un embrión carece de impul so, aunque no parece tan claro
an imal mucre, y muere cuando le fa lta el hálito connatural (un argumento sim ilar puede en- por qué pueden haber pensado que carece de sensación (para los complejos detalles de la
contrarse en el mismo pasaje de Ca lcidio pero atribuido a Crisipo). El argumento más comple- embriología estoica cf. las nota s de Bastianini-Long 1992 ad loe. de nuestros textos 13.9-
to (que encontramos en los textos 13.8, 13.12 Y 13.16) puede articularse del sigu iente modo: 13.10, Y Long 1996b: 236-237).
(a) Sólo pueden separarse las cosas que están en contacto. Como indicamos arriba, cuando los estoicos argumentan que el alma es un cuerpo uno
(a.1)Muerte es la separación del alma del cuerpo. podría preguntarse qué es lo que quieren decir con "cuerpo", pues es bastante claro que, aun-
(b) Nada incorpóreo está separado de 10 corpóreo, pues nada que el alma es un cuerpo, no es un cuerpo sin más en el sentido de lo que habitualmente en-
incorpóreo está en contacto con 10 corpóreo. tendemos por "cuerpo". De acuerdo con la definición general de cuerpo, un crOO)lCL es "lo que
(c) El alma se encuentra en contacto con y está separada del se extiende en tres [dimensiones]: en ancho, en profundidad, y en largo" (crmllá ÉOtl 'to 'tptxf!
308 Capítulo 13 El alma 309

8WGTatóv, nAám, ~áeEt, ~~KEl; Estobeo, EcI. 1. 143,24; SVF 2.357; DG, p. 457. Cf. también debe ser claro cómo, dentro de su fis icalismo, los estoicos pueden decir que el animal es un
nuestro capítulo 2, texto 2.3). Nuestro texto 13.10 en este capítulo no deja dudas respecto de compuesto de cuerpo y alma (dos ítems corp6reos que, sin embargo, son diferentes) y en qué
que el alma se aj usta perfectamente bien a esa definición, ya que es un cuerpo "tocable" que, sentido admiten, como sus predecesores P latón y Arist6teles, que el animal muere cuando el
por tanto, admite el contacto, hace presión y opone resistencia, recibe y da un golpe, etc. En el alma no está presente en el cuerpo (cf. 13.8 y 13.14). De este modo, uno puede decir que los
contexto de su embriología el estoico Hi erocles argumenta que el hálito en su carácter de estoicos fueron fis ical istas, pero ciertamente no puede decir que hayan sido materialistas
"naturaleza" es un "hálito más denso" (lIaxún:pov 7tVEUj.W), razón por la cua l está muy lejos burdos; además, probablemente habrían tenido una respuesta a la objec ión planteada al co-
de ser "alma" (cf. 13.9). Dicho de otro modo, lo que garantizaría la posibilidad de que el mienzo de este Comentario al fisica lismo: aunque tal vez los estoicos estarían dispuestos a
há lito tenga poderes anímicos es su sutil idad o finura (Galeno también subraya las prop ieda- suscribir un cierto dualismo metafísico (claramente diferente del plat6nico y del aristotélico),
des de sequedad y calidez que debe tener el hálito para ser an ímico; cf. texto 13.25); además tienen razones para explicar en qué difieren cuerpo de alma, aun cuando se trate de dos ítems
del hecho de que la explicación de cómo el embr ión pasa de ser hálito en el sentido de "natu- corpóreos.
raleza" a ser hálito en el sentido de "alma" es algo extravagante ("cuando cas i llega el mo- En lo que resta de esta sección (H) del Comentario a este capítulo nos centraremos en el
mento del nac imiento, se rareface cuando es agitada -re. la ' naturaleza' que es el hálito del prob lema de las partes del alma, la fisiología de la percepc i6n, el alma individual y el alma
embri6n- por continuas actividades") , no se argumenta de modo explíc ito por qué la finura cósmica, para luego pasar a la sección (iii) , donde examinaremos algunos de los argumentos
del há lito posib ilitaría la capacidad de desempeñar poderes aním icos. Podría tratarse de un que obj etan la tesis estoica de que el alma es un cuerpo. Como Platón y Aristóteles, los estoi-
modo de evi tar el material ismo burdo (que ya intentaron evitar Dem6crito y Di6genes de cos tamb ién hablan de "panes" del alma y, aunque el lenguaje de "partes" resulta en los estoi-
Apolonia cuando argumentaban que el alma es un cierto cuerpo sutil o el cuerpo "más sutil de cos menos incómodo que en sus ilustres predecesores (que, al sostener que el alma es un ítem
todos ") y de distingui r en qué se diferencia el alma (como ítem material) del cuerpo. En efec- inmaterial, ven en cierto modo comprometida su cons ideración del alma en términos de "par-
to, uno podr ía preguntarse si un ser humano o un anima l es para un estoico un cuerpo o un tes", que es un lenguaje que presupone extens i6n), puede generar algunas confusiones. En
compuesto de dos cuerpos (Long 1996b: 229) . Pero la respuesta estoica ya está adelantada en primer lugar, aunque los textos abnunadoramente dicen que los estoicos distinguen ocho
su definición de alma como " cuerpo sutil capaz de moverse por sí mismo". Tanto un an imal panes del alma (ef. 13.3, 13.14, 13.16, 13.17, 13. 19), a l menos un pasaje (texto 13.4) reporta
como un ser humano son para los estoicos, como ya 10 habían sido para Platón y Arist6teles que los estoicos hablan de cuatro partes. Pero como hemos sugerido en nota al texto I3.4 (en
(cf. Platón, Fed. 102B -I OSA y Aristóteles , DA 4 12aI6-19) compiles/os (ef. textos 13.11 y la secci6n b de este capítulo), puede tratarse de una versión abreviada, pues lo "sensitivo" allí
13.12). La diferencia entre los estoicos, por un lado, y Platón y Arist6teles, por el otro, es la mencionado claramente impl ica los cinco sentidos. El hecho de que de las ocho partes del
naturaleza de los ingredientes del compuesto. Más aún, los estoicos sostienen que los anima- alma cinco pertenezcan a los cinco sentidos nos indica que las "partes" corresponden, en
les so n, además de compuestos de cuerpo y alma, ciertos ti pos de cuerpos que llaman "unifi- realidad, afllnciones anímicas (como ver, oír, tocar, etc.), una idea que ya es bastante clara
cados y de crecimiento conjunto" (l;vroIlÉva KCÚ cru l.HpU~; cf. Plutarco, Conjllgalia praecepta desde Platón (cf. Rep. 435E4-436A3) y que reaparece de manera implícita en el texto 13. 14,
142F; SVF 2.366). Destacamos la conjunci6n "y" porque, si dijeran únicamente que un animal donde Calcidio afirma que los sentidos son funciones del alma entera (operandum totaque
es un cuerpo un ificado, una piedra o un trozo de madera podrían calificar como animales, ya anima sensus) y agrega el interesante dato de que son "informantes" (qlli Sllnt eills oficia) de
que estos son los ejemplos típicos de "cuerpo unificado" (cf. Aqui les Tacio, /sagoga excelpta, lo que siente o percibe el anima1. Pero es el alma en su total idad la que discierne lo que han
14, 14-15; SVF 2.368). Pero un animal es una combinaci6n de ambas cosas: en efecto, es un informado los sentidos, haciendo hincapié de este modo en la unidad de la experiencia percep-
cuerpo unificado pues tiene ingredientes parecidos a maderos (sus huesos, por ejemplo), pero tiva; o sea, "el alma entera" es, en realidad, lo rector, q ue es el "centro de mando" de la expe-
también tiene aspectos anímicos (cru)..HrU~) que es lo que, fina lmente, permite entenderlo como riencia perceptiva. Como pensaba Arist6teles, cada sentido tiene un sens ible propio: un senti-
un ser vivo o, má s específicamente, como un "animal" pues es capaz de desplegar poderes do siente o percibe colores (vista), otro sonidos (oído) , etc., pero es propio de una "reflexión y
anímicos (cf. Long 1996b: 229). Dichos ingredientes anímicos deben corresponder al "hálito consideración interna" entender la afección de cada sentido e inferir, a partir de lo que cada
anímico" (del texto 13.15), lo cual explica el hecho de que los estoicos piensen que el alma sentido informa, qué es cada cosa. Por lo que indica el contexto, dicha "refl exión o considera-
misma (o, mejor dicho, su parte rectora) es un " ani mal" (como informa el texto 13.26). Por lo ci6n interna" es la facultad rectora del alma, alguna de cuyas funciones (en los animales en
demás, hayal menos un testimonio que atribuye a Zenón y Crisipo la tesis de que los poderes general) es distinguir las comidas, representarse y evitar los daños y, en general, reconocer lo
o facu ltades del alma son clIalidades en un sustrato o sujeto (cf. texto 13.18). Este enfoque que necesitan. Pero Calcidio apropiadamente indica que esa facu ltad rectora no es racional en
acerca, al menos en parte, la psicología estoica a la interpretación atributista de la ps icología los animales, sino natural (para una evaluac ión similar pero en conexi6n con la otKEÍrom¡;;, cf.
aristotélica , i.e. la interpretación de que el alma no es más que un conjunto de rasgos que nuestro capítulo 22 y los textos allí discutidos, sobre todo texto 22.3). El pape l que Calcidio
pueden predicarse de un sujeto (cf. sobre todo Barnes 1979 y Boeri 2009b). Aunque el len- asigna a la parte rectora como una especie de "centro de control" de la vida ps íquica, confir-
guaje de cualidad y sujeto parece revelar una cierta contaminaci6n aristotélica, resulta úti l mada por otras fuen tes (cf. textos 13.3 y 13.13), es relevante para advertir que ella es el centro
para advertir que los poderes anímicos estoicos se distinguen entre sí por el hecho de pertene- de la vida estrictamente an ímica pues es en lo ~YS~OV tKÓV donde ilTumpe lo propiamente
cer a diferentes sujetos. O sea, "el sujeto neumático" que está teniendo una sensaci6n visual es anímico : presentac iones, asentimientos, sensaciones, impulsos y razón (en el caso de los
diferente del que está teniendo una sensaci6n auditiva porque se trata de há litos en diferentes humanos) . Un tema re levante respecto del ~yE~OVtKÓV es el de su localizaci6n en el animal: de
grados de tensi6n y, en ese sentido, de dos sujetos neumáticos diferentes. En esta misma línea modo mayoritari o los testimonios indican que los estoicos lo ubican en el coraz6n, que sería
interpretativa uno podría entender los diferentes poderes anímicos (sensac ión, presentaci6n, el 6rgano sensorial por excelenc ia y el centro de la vida anímica (cf textos 13,14 y 13.28). Se
asentimiento, impulso) como hálito en dife rentes grados de tensi6n. Si se ha seguido hasta trata de una pos ición que tiene su antecedente más inmediato en Aristóteles, para quien el
aquí la secuencia de la explicación psicológica estoica que hemos intentado reconstruir, ya corazón es el centro fisico de la vida afectiva y mental (cf. DA 403a3 1; 432b3 1; véase tam-
31 0 Capítulo 13 El alma 3 11

~ién De S0111. el vigo 456a4·6, donde Aristóteles sost iene que todos los an imal es sanguíneos halación" (&vae u~íacrtc;), creen que, de todos modos, la expresión describe correctamente lo
tienen corazón y que éste constituye el principio del movimiento y de la sensación o "sentido" que pensaba (Long 1996a). La imagen del río representaría el alma que debe su continua y
dominante: a'ícrfl'lcrt¡; K1Jpía). No deja de ser sorprendente (y tal vez desafortunado) el hecho renovada ex istencia al fluj o permanente de la humedad que se evapora (o se "ex ha la"). De
de que Aristóteles y los estoicos piensen en el corazón como en el centro de la vida anímica y acuerdo con nuestro texto 13.6, lanto Zenón como Cleantes encontraron apropiada la imagen
no c,n el cerebro (cf. Ar istótel es De ¡l/ven!. 469a20-23; De parto ano 656a27-657a 12 y, para los del río para explicar la tesis de que el alma sensitiva es una especie de exhalación. Galeno
estOIcos, nuestro texto 13.14 y DL 7.159. Ellexto 13.13 sugiere que lo rector está localizado también informa que el alma se conserva gracias a la exhalación de la sangre y al aire inspira-
en la cabeza, pero eso quizá puede entenderse como una contaminación platónica). Platón, en do dentro del cuerpo (texto 13.2); pero si el alma precisa "conservarse" es porque también
cambio, aunque no dice exp lícitamente que el cerebro sea el centro de la vida aními ca, creía necesita "ali mentarse". Es en este sentido que Galeno también reporta que el hálito (más que
que la cabeza acoge la parte más di vi na del alma: la inteligencia (cf. Tim.44D). el alma en sí) debe alimentarse y sugiere que su a limento lo obtiene de lo que a bsorbe a través
Con es te tr~sfon~o los estoicos exp lican la sensación (o semido; ai'cr9r¡crte;) como un pro- de la inspiración y de la exhal ación de la sangre (13.15; la idea de que el hálito, como ítem
ceso en e l que mlerVlene lo rector del alma (un cuerpo) y el hálito (otro cuerpo), que es el ígneo, se alimenta se hace extensivo también a las es tre llas y todas las cosas íg neas del mun-
sentid o o sensación en sí mi sma. Decir que la vis ta, por ejemplo, es un hálito parece constituir do, como infonna Cicerón en nuestro capírulo 18, texto 18.2). Por consiguiente, puede dec irse
una toma de posición contrari a al enfoque aristotélico, para el cual el sentido, en cuanto facul- que el alma sensitiva es una exhalación porque debe su existencia y conservación a procesos
tad, es inextenso. Para los estoicos, en cambio, la vista o el olfato son hálito, es decir, cuerpos de exha lación como los descriptos. Por inverosími l que pueda parecer (y que probab lemente
(otros detalles sobre la fisiología de la sensac ión pueden verse en nuestro capítulo 7, texto 7.9 sea) es ta explicación, conserva un núcleo de coherenc ia sistemática con las tes is básicas de la
con nuestro Comentario). Aunque la explicación estoica ti ene una semejanza con la de Aristó- psicolog ía es toica: si el alma (y su hálito constitutivo) es un ser vivo (como informa el texto
teles (para qui en lo que pone en movimiento la sensación es el sensib le, i.e. un objeto corpó- 13.26), debe desempeñar las funciones propias de cualquier ser vivo, y, principalmente, la de
reo extra- mental), se distanc ia del enfoque aristoté lico en e l hecho de que la sensación misma alimentarse.
es c?lls iderada por los estoicos como un evento corpóreo. Cada sensación o ex perienc ia per- El animal y el humano son, como hemos visto, compuestos de dos entidades materia les:
ccpllva es, como queda dicho, un há lito que, al ex tenderse desde lo rec tor hasta cada uno de alma y cuerpo. Ya explicamos que esta afirmación no comp romete a los estoicos a un mate-
los ~rganos de los sentidos, produce cada sensación (cf. texto 13.1 3 y, de un modo ligeramen- rialismo burdo, pues el alma no es cualquier tipo de cuerpo, sino un cuerpo sutil que, grac ias a
te diferente, texto 13.3 al final). Como se ve, cada sensac ión se explica también en términos su sutil eza y otras propiedades (como sequedad y calor), es capaz de tener poderes animicos.
fis ical istas : es la luz o el aire el que produce la visión o el oído, respect ivament e, pero en El alma individual es entonces un cierto hálito (que, a su vez, es un compuesto de aire y fue-
ambos casos debe tratarse, de nuevo, del hálito en un cierto grado de tensión pues, como se go; cf. texto 13.25 y Alejandro, Mixl. 224, 14 ss.). Por razones poco claras Clealltes pensó que
advierte ensegui da, el sueño se expl ica como un "afl ojam ien to" de la tensión sensi tiva, y la todas las almas permanecen o persisten hasta la conflagración, mientras qu e Cri sipo creyó que
tensión es sicmpre la tensión del há li to. La sensación, entonces, se entiend e co mo un proceso sólo las de los sabios (cf. texto 13 .3) . Si hemos de confiar en el testimonio de Teodoreto
ca usal en e l que intervienen dos cuerpos: lo rector y el órgano sensorial, y donde el medio (Graec. Aff. Curro 5.23; SVF2.810) y de Aecio (4. 7 3; SVF2.810), Crisipo habría pensado así
entre lo rector y el órgano del sentido es también un cuerpo: hál ito. El órga no sensorio si n porque las almas de los necios son "más débiles" que las de los sabios, una sugerencia que
dlld~ es afectado, pero la sensació n (visua l auditiva o de dolor) se da en lo rector del alma (cf. puede tener cierto fundamento en la teoría física estoica: hay cosas en el mundo cuyo grado
:lotll1o, ~.7, 7; S~~ 2.858 y en especial Aecio, 4.23.[; SVF 2.854: tae; o' a.ioe~oe le; Év t<'9 de tensión es más fuert e que el de otras (cf. capítulo 14, texto 14.3 y especialmente Galeno,
llyepovIKú). Por ultltno, el alma reproductora y fonética también pueden entenderse como De loeis affeetis 5.1, 8.301; SVF 2.876). En cualquier caso la persistencia del alma basta la
distintasfi.mciones del animal en general y del se r humano en particular: la reproductora es la conflagración no puede entenderse como trascendencia, pues la totalidad de las cosas, inclui-
versión es toi ca del alma nutritiva aristotélica, de modo que debe explicar las fu nciones nutri- das las almas, se reabsorben en el fuego cósmico, un proceso qu e no presupone ningu na forma
tivas y metaból icas en genera l; la fonética es un hálito que se extiende hasta la tráquea y nos de trascendencia (para los detalles de esta teoría cf. nuestro capítulo 18). Ahora bien, si el
permite habl ar (en el sent ido de articular signos signifi cativos; es, como parece sugerir nues- a lma individual es hálito y si el todo es hálito, nuestra alma individua l puede entenderse como
tro texlO 13.27, hálito rac ional o " que existe según razón"). Desde el punto de vista de su una parte del hálito universa l o principio activo racional que se difunde por la tota lidad del
constitución física las partes del alma no se di ferenc ian entre sí: todas ell as son hál ito; en lo cos mos (como parece sugerir nuestro texto 13.24). Ése es el sentido en que los estoicos argu-
que si difieren es en sus funciones , pero el alma como lal es una unidad. Es por eso que, aun- mentan que " nuestras naturalezas son partes de la del todo" (er. capírulo 23, texto 23. 1 y aqu í
q ue los es toi cos "aumentan" las partes del alma, siguen dispuestos a enfatizar la unidad del 13.6). Nuestra almas individua les son partes o fragmentos del alma del todo, son un hálito
alma en genera l y la unidad de la experiencia perceptiva en particu lar. Como es obvio en como e l resto de la realidad, de donde se si gue que pueden enlenderse como pequeñas particu-
nuestros textos 13. 13 y 13.14, es el llrepOvlK6v el encargad o de centralizar y unificar lo ocu- las del alma del cosmos o de dios que cambia sus denominaciones según las alteraciones de la
rre en I~s demás "partes" del alma y es el responsable último de la unidad de la experiencia materia (para el antecedente platónico de la teoría de "dios en nosotros" cf. Platón Fed. 1070;
perceptiva (cf. Annas 1992: 64). Pero además de sus aspectos "i ntencionales", el a lma estoica Rep. 617E; Tim. 90B-D;). Dicho de otro modo, mi alma es dios (o el hálito o intelecto univer-
también tiene una raíz fisiológica que enfa tiza su aspecto físico. En efecto, "el alma sensiti va sal; texto 13.5). Como el cos mos es una sustancia sensitiva animada, un anima l racio nal e
es una exhalac ión" (cf. 13.6). En el texto 13.25 Galeno hace notar que, según los estoi cos, inteligente, entonces, también debe tener alma (cf. DL 7.142-143; SVF 2.633). El alma, q ue
para que el hálito posea poderes anímicos debe ser seco y cál ido. Esta idea sin duda se remon- posee una existencia propia como "alma del mundo" o "principio activo" (para el cual cf.
ta a He ráclito, quien exp lícitamente afIrma (en B 36 DK) que el mejor estado de las almas es nuestro capírulo 14), se difunde a través de la totalidad del cuerpo del mundo y, de todos
como una sustancia seca e ígnea, dos propiedades que tamb ién, según los estoicos, debe tener modos, conserva su propia sustancia, según los estoicos (cf. capítu lo 16, texto 16.1 ). Como
el hálito anímico. Aunque a lgunos estudiosos pi ensan que Heráclito no usó la palabra "ex- dice nuestro texto 13.25, el intelecto se difunde por cada parte del cosmos, ta l como nuestra
312 Capitulo 13 El alma 313

alma en nosotros: cada individuo es entonces un microcosmos. Ese intelecto o alma del mun- de la totalidad del cuerpo en su mezcla con él, conservando, sin embargo, su propia sustancia,
do, como nuestra alma, es, una vez más el hálito, como es evidente a partir del hecho de que ya que no hay ninguna parte del alma que no posea una porción del cuerpo que contiene al
en nosotros dicho hálito se difunde de diferentes maneras según sea el grado de tensión: como alma (el ejemplo que da Crisipo en 16.1 del fuego que atraviesa completamente al hierro es el
condición (en huesos y nervios) y como intelecto en lo rector. Asimismo, a escala cósmica, mismo que da Hierocles en 13.10 para ejemplificar la mixtura completa entre cuerpo y alma).
también debe haber un alma porque, como queda dicho, el cosmos completo es un ser vivo, En nuestro texto 13.23 Alejandro ensaya una objeción similar contra los estoicos al argumen-
~ni~~do y racional. La idea que está en el trasfondo de este contraste entre el cosmos y el tar que, si las cualidades del alma y las del cuerpo son, de acuerdo con los estoicos, cuerpos,
mdlvlduo da por supuesta la concepción "organicista", por así decir, propia del pensamiento habrá muchos cuerpos en el mismo cuerpo, además de cuerpos diferentes que se difunden
de Platón, consistente en suponer que lo que existe en el todo tiene una especie de manifesta- entre sí en el mismo lugar. Pero un estoico podría replicar que tanto las cualidades del alma
ción o réplica a nivel microcósmico en los individuos (de manera inequívoca Platón enfatiza como las del cuerpo no son más que 1tV6UIlU, sólo que en grados diferentes de tensión, de
que el universo es el punto de referencia respecto del cual las partes adquieren su valor y donde puede seguirse fáci lmente que no es que haya muchos cuerpos en el mismo cuerpo,
realidad; cf. Fil, 29B-30A; Tim. 90Bl-D7). El supuesto implícito que está en el trasfondo de sino el mismo cuerpo en diferentes grados de tensión (hemos desarrollado con un poco más de
este argumento organicista es que el todo es anterior a la parte, una sugerencia platónica que detalle esta línea argumental en la sección final de nuestro Comentario al capítulo 14) . .
tuvo importantes consecuencias en el "funcionalismo" aristotélico (cf. Politica 1253a20-23). El tercer argumento de Plotino (en el texto 13.22) es útil para confirmar como estoica la
Los estoicos, una vez más, hacen suya tina tesis platónica (como la del alma del mundo; cf. tesis testimoniada por Hierocles en 13.9: el hálito pasa de "naturaleza" a "alma" cuando,
Tim . 30A-33A), pero la adaptan a su ontología corporeísta. gracias al frío, se hace más sutil. En este caso Plotino recurre a un argumento empírico para
(iü) El grupo de textos en el que se documentan algunos argumentos en contra de la psi- mostrar que la tesis estoica es un absurdo porque, de hecho, muchos animales nacen en el
cología corporeísta estoica es importante no sólo porque ayuda a darse una idea de cómo se calor, de modo que tienen un alma que no es fría. Probablemente un estoico podría argumen-
recibieron las tesis estoicas ya en la antigüedad, sino porque indirectamente confirman la tar que el nacimiento de un animal, que sin duda ya presupone la existencia de "alma" en él,
filiación estoica de ciertos puntos de deta!1e dentro de una tesis general atribuida a los estoi- se da en el momento en que el hálito natural se ha transformado ya en hálito anímico. No deja,
cos. Como es habitual, la batería de argumentos que platónicos (Plotino) y aristotélicos (Ale- sin embargo, de ser interesante la objeción de Plotino para mostrar que, como ya hemos seña-
jandro) dirigen contra los estoicos parten de algunas premisas que éstos últimos consideran lado arriba, el pasaje de naturaleza a alma se produce de un modo un poco azaroso y no hay
falsas, pero los argumentos son interesantes para advertir el modo en que se recibió la psico- una explicación clara por parte de los estoicos de cómo o por qué - más allá de la observación
logía estoica en la antigüedad y para imaginar el modo en que los estoicos habrían respondido de que el frío "sutiliza" el hálito- se produce esta transformación. Pero el núcleo de las obje-
a esas objeciones. Nuestro texto 13.20 es ilustrativo de lo que acabamos de decir pues el ciones de Plotino son conceptuales y, en su mayor parte, se basan en distinciones que los
argumento plotiniana de que no son los poderes de ca lentar o enfriar los que caracterizan al estoicos no habrían aceptado (como acto-potencia, anterior-posterior, etc.).
a lma, sino pensar, percibir, calcular o desear parte del implícito de que pensar o percibir son Pero el modelo más acabado de objeciones en contra de la corporeidad del alma es el ex-
actividades incorpóreas. Los estoicos, en cambio, piensan que si son actividades, como creen tenso texto de Alejandro que reproducimos en 13.23. Se trata, por lo general, de argumentos
que lo son, son cuerpos: en efecto, para un estoico pensar o percibir, no menos que calentar o por reducción al absurdo, pero al menos en algunos casos es bastante obvio que las premisas
enfriar, es un evento corpóreo. La segunda objeción de Plotino (documentada en el texto de los argumentos no son verdaderas desde el punto de vista estoico. Tomemos el primer
13.21) se centra en la noción de mezcla y, particularmente, en el tipo de mezcla que hay, argumento de Alejandro: [1] "(a) si las cua lidades de cualquier cuerpo son sensibles, y (b) si
según los estoicos, entre cuerpo y alma: interpenetración recíproca (para lo cual cf. nuestro las cualidades del alma no son sensibles, entonces (c) el alma no es un cuerpo." Para los
texto 13.10). La objeción de Plotino, habitual en platónicos y aristotélicos, es que este tipo de estoicos el antecedente (b) es falso, razón por la cual la conclusión (c) no se sigue. Un argu-
mezcla termina por diluir la distinción entre dos ítems (en este caso, cuerpo y alma). La com- mento interesante de Alejandro es el número [24]: según él, la exp licación que dice que lo
pleta mixtura entre alma y cuerpo hace que desaparezca el "ser alma", tal como sucede en la incorpóreo no ca-padece con un cuerpo es fa lsa (Alejandro claramente está pensando en los
c?~pleta mixtura entre dulce y amargo que termina por diluir lo dulce (una objeción muy argumentos de Cleantes y Crisipo, reproducidos en nuestros textos 13.8 y 13.16). Lo intere-
sllTIllar se encuentra en el Alejandro; cf. texto 13.23). Los estoicos, en cambio, piensan que sante de la opinión de Alejandro es que él, igual que los estoicos, cree que entre alma y cuer-
puede defenderse la tesis de que (i) dos cuerpos pueden estar completamente interpenetrados, po hay interacción, pero, a diferencia de los estoicos, no cree que necesariamente deba haber
de modo tal que cada uno de ellos conserve tanto su sustancia C0l110 sus cualidades, y (ii) que identidad de naturaleza entre alma y cuerpo para que se dé tal interacción. Para mostrar que es
puedan separarse de nuevo el uno del otro. Pero (iii) esto so lamente puede suceder cuando los falsa la explicación que argumenta que 10 incorpóreo no ca-padece con un cuerpo Alejandro
cuerpos mixturados se atraviesan mutuamente. Si esto no ocurriera, (iv) lo que se tendría no dice que "cuando los cuerpos padecen una afección los incorpóreos que están en ellos (nI Ev
es una mixtura, sino una yuxtaposición (cf. 16.1). La prueba aducida por los estoicos recurre a al),"wl~ acroolla:m) son ca-afectados" (cf. texto 13.23, argumento [24]). Pero un estoico proba-
ejemplos empíricos, que muestran que muchos cuerpos conservan sus propias cualidades blemente podría replicar que los incorpóreos no están en los cuerpos porque para que eso
cuando se hallan presentes tanto en volúmenes menores como en volúmenes mayores. Por fuera posible debería haber contacto entre cuerpo e incorpóreo; pero para que haya contacto
ejemplo, cuando el incienso se consume, se rareface; no obstante, conserva en gran medida su entre dos ítems, tales ítems deben ser de la misma naturaleza. El ejemplo de la superficie que
propia cualidad lo cual, de acuerdo con la física estoica, significa que conserva su propia da Alejandro es como el del límite, discutido polémicamente por Plutarco en el capítulo 2 (cf.
Identidad como "incienso". Lo mismo puede suceder con una gota de vino que, mezclada con texto 2.8). Pero lo que los estoicos piensan es que, aunque los cuerpos tienen extremidades,
una enorme masa de agua, conserva, sin embargo, su "ser vino" (para usar la expresión de dichas extremidades son limites incorpóreos de los cuerpos, no partes de los cuerpos que
Plotino en 13.21). En el mismo texto 16.1 Crisipo recurre al ejemplo del alma, que tiene una limitan. El límite, entonces, no es la parte extrema de un cuerpo ni tampoco la superficie. Sin
existencia individual (del mismo modo que el cuerpo que la recibe), y que se difunde a través duda, Alejandro tampoco cree que una superficie sea parte de un cuerpo ni que tenga la mis-
3 14 Cap ítulo 13

ma naturaleza que un cuerpo; su argumento apunta más bien a mos trar que, como las fannas Textos Anotados
¡ncorpóreas se dan en los compuestos (que son cuerpos), lo mismo ocurre con la superficie. El alma
Pero lo que desde el punto de vista estoico no queda sufic ientemente probado es que cuando
los cuerpos son afectado, tambi én son ca-afectados los incorpóreos "que están ellos", La
obj eción estoica, pace Alejandro, es tá dirigida un antiguo probl ema que procede del platonis-
mo: cómo es pos ible que dos ent idades de naturaleza di ferente (según la ontología platón ico- 13.1 Ps. Galeno, DM 29, 19.355, 11 -17 (SVF 2.780)
aristotélica) pueden interactuar ent re sí. La so luc ión estoica, decididamente fisical ista, es 'f'uX~ t<J'rtV oúcría aO"(:b~aTo~, aUtOKív'lTOr; KUla
bastan te económica: Platón y Aristóte les tenían razón a l creer que entre alma y cuerpo hay n Achrova. KalU O€ lOU~ rtú),iKou~ crrolla Ae1t1O~LepE~ E~ Éau-
cierta in teracc ión; en lo que se equ ivocaban es en creer que eran de natura leza dife rente. toi) KlVOÚ¡.tEVOV Kata O1TeppUll1(OUr; A6your;. Kala l(JV oe
'AplcrlOl tAll EVleAé):eLG crro¡..tUTO~ c.pUO"lKOU ópyaVtKOU ouvíÍ.pel
5 scoTtv EXOVtD<;. liMoo~. o/UX~ ecm 1tVeÜpa 1tapecrnap~lÉvov
BV OAo} lcp crcó~lallol' oú s&~lev Ka! AüYIsó¡..teOa Ka! lal~
AOl1[al~ atcrO~creo"lV Svepyoüpev Um1P610ÜVlOr; lOÜ crcópOtO~.
1-2 lpuX-lí €crn v ouerta ... nA.átrovu cr. Platón, Fd¡·. 245 c5, dondc al mcnos lino de los codd . (Oxyrh .
10 17) lec autoKÍv'ln:x; en vez de Ub1.K-h'''ltOV (que es l:l lcclura dc Burnel (¡d loe.).
2-3 O"ffi~1Cl AE1ttO)..lE p ~ B<; tautoü K IVOÚ~U:vov er. Plutu rco, SI? I05 2F; para el antecedente presocnltico
de esta tesis y la discusión aristotélica, véase Ari stóte les, DA 405a6-22; 409a32.
4-5 'Apu:YrOtD.r¡ ... ~ú)T1V txovroc; Cf. Aristóteles, DA 412a27-28.
5-7 'VUX'1 tan 1[\IctJ~la ... TOU O"ÓJ)..Ictt~ La tesis de que el alma es un hálito diseminado por todo el cucrpo
es de nuevo una posición estoica bien documen tada, cntre Ol ros, por el esloico Hieroc les (cr. in/ra tex lo
Ij. 10). Sobr~ el concepto estoico de hál ito cn gcnem l, cr. nuestro capítulo 12.

13.2 Galeno, 111 Hippocratis libruIII VI epillemillfum cOlltmentarii 17b.246, 14-247,3 (SVF
2. 782; LS 53E)
0001 yap oi'ovrcu T~V 'IIUXTtV dvat 1tVEUpa, OlUcr~l;EcrOCU Atyou-
crlV aunlv CK TEn¡~ avaOuplácreroc; TOi) aYw(t(~ Kal lOi) KUla l~V
EkmVOllV<&époc;> tAKO).l€VOU Ola Tllc; lpo.xefa~ apt11P{ac; ei'crco 10i) oro-
~ lalOC;.

3 <nér09" add. van Amim


13.3 DL 7.156-157 (SVF 1.135; 171 ; 522; 2.774; HIl; LS 53N; FDS421)
~oKd o' autoi~ TllV ~lev c.púcnv dvOI 1tÜp Tc,(VtK6v, 00<9 paOísov
d~ yÉvc.CJlV, onEp E<J'tI 1tv€i)pa nupo€toer; Kol tEXVOt>\OÉ~' nlv se
o/UX1lv aioOr¡nJd¡v <8úva~llv>. taú111v o' etvcu 10 cruP(pu€c; li~llV
1tveü~la' 010 Ka, O"(j)).Ict dVal Kal ).Ic.1Ct t OV OávalOV E7rtpévEIV'
5 ~Oal)T11v 8' únápXElV, tllv BE TWV BAillv "<j)OapTOV, '1, f,ép'l dvm
Tro; EV lOl~ s4>ot~. Z~VCOV o' ó KlltcVC; Kat 'Avrínotpoc; EV loir;
Ilepl "'uX~c; Kal nOOf:l&:ÍJVtO~ 1tVei)~la EvOep~IOV dvat l ~V 'VUX~V'
lOÚtC9 yop ~pa~ dvat EIl1tVOUC; Kal U1tO tOÚ10U K"lvl>icrOat. KAeávOllC;
~ltv OUV n:ácra~ Émotallév€lV IlÉXP I <líi~> f.¡(7rupWcr&ro~, XpÚOl1mo~
10 OE l W; tooV crocp&v pÓVCOV.
M€Pll oe ",ux~r; AÉyOUO"lV OKTOO, TOO; n:€VTE aicrO~cr€t~ Kat tOUr;
tv lÍlllv (J1[c.ppanKo~ ÁÓyOUC; Kal TOq>rovlltlKOVKal"to AoylO"t IK6v.
se
ópnv mi) f.l€la~U l~r; ópócrec.oc; KOt -¡oi) urroKelllÉVOU q>COtOl;
MELVO¡.tÉvOU K(oVOElOO)~, KaOó c.pllm XpÚOUt1IOC; f:v o&l.HéJX9l())v
15 <I>umKoov Kal 'A1[oA.A6ooop~. yívEcrOal ~vrOl lO K(oVOEIOE~ toi)
6.épo~ 1tpOC; lU Do/El, l~V OE ¡3ámv rrpoc; tcp ópoopb.l(9· roe; ou):
paK"tllpío~ oUv mu lctOévtO~ ciépoc; 10 pAt1t6pevov avarréllioOm.
'AKOÚEIV8€ lOU pela~U 10U (jlOOVOUV1D<; Kat TOi) aKoúovror;
MpoC; 1tAlltlOPÉvou mpatpoeto&c;, dw KU).laloupÉvoU Kat lal~
316 Capítulo 13 El alma 317

20 QKOOIC; rrpo<J1li'7rtovroc;, cb~ KU~ta'[OÜtat l OEV tfi BEl;a~lcvfi Ü&úp 1· 2: ETÚltKOt ... AOYIKOVakr9r¡ttKOv <púlV11TIKOV o][l::PIlOttK6v Como se ve en este texto y otros parecidos
KUta K"ÚKAoUC; 01[0 TOi) EllPA1leMDI; AfeOU. 10V oe Ü1tVOV Y1VEcr8at (cf. infra 13. 13), los estoicos también sostienen, como Platón y Aristóteles, que el alma tiene " partes". Lo
EKA00f.1ÉVOU TO\) aicrer¡TIKOU T6vou 1tEPl lO ~Y€1l0vtK6v. ah(a~ oe que no hay entre esas partes (a diferencia de la psicología platónica y aristotélica) es conflicto (sobre este
punto cr. nuestro capítulo 24). En los textos 13.3 y 13.1 4 et passim se informa que los estoicos dicen que
lroV na8&v a1to).,eí1l:oum rae; m:pl lO 7rVEÜ¡.ta tporrác;. el alma tiene ocho, no cuatro partes. Pero este texto 13.4 podría ser una versión abreviada de aquellos en
3 OúVO¡.uv con. LS, vol. 2: 3 12 : <pÚcrLV von Amim 5 dvCt\ F 6 KITTIf:U¡; P 7 Tl:OO"\OCÓVlO~ B I 8EPIl6v F 8 los que se dice que tiene ocho partes: en efecto, los cinco sentidos (cada uno de los cuales representa una
~1l1tVOOU¡; Marcovlch 9 ante P€XPl add. ta.; BPFD / tfi¡; add. Meibom. 13 .oi) B2$D p4: TOUe: 8 1p lQF "parte" en los textos 13.3 y l3.13) están implicados en lo que aquí se llama alo9Tl'!lKÓV, la ex presión
15 IlBV TI p4 : Iley Bpl Q . general desde Aristóte les para hablar de la facultad sensitiva (cf. Ari stóteles, DA 402b13 ; 408a 13; 413b 12
el passim).
1-2 : TI]V j..I €V q>úow ... óóCí? j3o:óf~ov de; yevtatv Para la idea de un " fu ego creativo o productor" y su co- 4 MVlÍOClPX~ Se trata, probablemente, del estoico discípulo de Panecio (er. capímlo 3, texto 3.6).
nexión con el elerno ciclo de conflagración del mundo cf. capítulo 18.
2-3: 10 OUJ.upu¡); ~¡.¡iv 1tVtüpa Es una tes is cara al estoicismo que el hálito, que atraviesa todo el univer- 13.5 Ps. Ga leno, De Historia Pltilosopltica 35, 24-29
so, es connatural a ,nosotros y ~ue nuest~s. almas son " rragmen tos" de ese hálito universal (c r. nuestra Oí. EtOltKol óf: tOV esov trUp M€',:(VOV ~ 1tVtü~o vopf~ouow,
nola al ~ex.to 1 3 .~, lmeas 2·3). I?ra los dlstmtos grados de tensión del hálito y su consiguien te presencia 6&9 pao¡~ov €nl K60'~tou yÉvecrtv, ép1tEpt€tAr¡cP~ návtac; lO~ CJ'ltSp~anKou~
en ;~s dlstln~o.~ ntveles de, la realtdad .c r. 3.9, ,12.9 Y asim ismo Aquiles Tacio, Isagoga excelpta, 14, 14.15
(S I F 2.368) . se Ilam~n. cuerpos Ll~lfi cados a los que, como una pi edra o un leño, son gobernados por AóyOU¡;, KaO' OÜ¡; EKamo KaS' ei.~lappévT]v yívtcr9al, Kal Od¡K€lV 8t' OAoU
un 501.0 estad<: o condIcIón (U1(Ó ).uw; 8~f,(!)~ [ ... ] Kpa'!aitCll); y un es tado o condición (c~t~) es un hálito tOÜ K60'pou t a¡; 1tPoOllyop(a¡; IlElaAappávov n ; Kat a t~ t~~ ÜAr¡~ 8t' ~~ KE·
cohesIvo (1tvc~)la ~vE."'!l,,6v) de un cuerpo". Cf. tamb ién Plutarco, De primo frigido, 94Gb I I-el (SVF 5 xúÍp~Ke napaM~e~. Seo\), se Ka\ rov K6cr~ov Kal ro\), &crrtpa, Kal n'¡v y~v
2.407) Esa tesIs fislca tIene su contraparte en el ideal moral de "vivi r según la naturaleza" (cf. capitulo 22 dva t vOllíSoucrtv, 10 8€. a.vroratov návlrov TOV vouv erVat, lOV OE6v.
tex to 22.1 ). '
3. Es probable .~uc e,l a~regado de von Arnim en esta línea (epúmv) sea injustifi cado, pues puede imm- 4 ¡.tCtaAa)l~ávO)v n: A: w;rcWx)l~ávov T€ B
duc Il' uru~ connlslOn: tecmcamcnle para los estoicos CPÚO'I~ es 10 que carece de alma. Por eso seguimos la 1-2 1tVtu¡.ta ... 60(9 pao í~ov En! K60'pou yÉvtO'lV cf. supra tex to 13.1.
sugerenclll de LS vol. 2: 3 12 y leemos Oúva)llv.
4-5 ta; 1tpocrTlyopía; .. , KSXropfJ Kt 1tapa1Aá~Et¡; Una npoOllyopla es para los estoicos, en
4 owpa ... )lUU TOV OáVflTOV b[l~lévclv La persistencia del alma después de la muerte claramente no
puede en tenderse en el se ntido de trascendencia; el alma, en su carácter de entidad corpórea persiste su uso técnic o más estricto, un nombre de clase, es una parte del A6yo~ que signi fi ca una
después ~de I~ muerte pO,rquc se "reabsorbe" en el CUClpO del mundo (cr. Plutarco, SR I052C). ' cualidad común ("hombre", "caballo"; DL 7.58), Los nombres en cuanto signos son obj etos
7 ltvt:U~IO ÉVO¡;P~lOV EIVOI TllV IfUX11V La idea del alma como "hidi to cá lido" se remonta a Aristóteles (cf. fís icos, pero sus significados son incorpóreos. De acue rdo con es te pasaje, 10 que los estoicos
De 1110(11 703a8· J9). parecen estar sug iriendo es que las cosas que clas ificamo s bajo una clase ("caballo", " h01l1 R

~ 3 Ópav ... UltOKal)l€V?U qxo,~~ ~r. ~ecio, 4; 15:3 (DG 406; SVF 2.866), donde se atribuye a Crisipo la bre") no son más que porciones de 1tVsu).1a que cambia sus denominaciones (de clase) según
teSIs de que vemos graciaS al hall to VIsual ti OptlCO que se difunde desde lo rector hasta la pupila" (U1tO sea la al teración de la materia por la que pasa. O sea que el tipo de materia por la que pasa el
toOÓPOTlKOÜ (~~,tobeo Ice ÓIt~tKO~) ltVaÚ)lOTOt;, Olt€P úrro TOÜ~Y€)lOVIKOO )lt-,(p l T11~ K6p'l~ OlllK€l). 1tVtullCl también desempeña un papel en el resultado de la actividad causal de "lo activo", de
2 1·22 tO" O€ ~nvov ... m:pl tO T)ycpovurov Véase también Aecio 5.24 (DG 436), donde la generación
modo q ue en algunos casos el resultado de ta l acción causa l sea "ser buey" o "ser piedr a". El
det stle.10 se expllca como el erecto del "aflojam iento del hi,lito sens itivo".
pasaje es importante también para advertir el alcance de la causa cohesiva, que se difunde y
13.4 IJs. Ga leno, De H istoria Pltilosophica 24, 39-46 pene tra toda la realidad (cf. capítulo 14). P ara un pasaj e parale lo cf. nuestro texto 17.3 , cO R

~>rro lKoI 8i: l Éooapa péP'llii~ \jIUX'l~ dval <paol AOYlKOV aioOllrtKOV rrespond iente a Aecio, 1.7.33 (=Ps. Plutarco, De Placitis Philosophorum 882a y Estobeo, Ec!.
<proV'llIKOV Cí1teppallKÓV' tlV~ 8E l~V 'fUX11v IÍ1tAllv Kal apePll ruyxáVetV 1.37,20-38,3; SVF 2.1 027; LS 4 6A).
~tplíK?Ol~. O1j~V yap allo tl1v 'rUXI1V u1to~aJ.lPávouO\v ~ <PpóvllOlv UltáPXEtV.
'lV Ka! VOUV Ka! VÓ110lV npOOEtp11Kaot. Mvr¡crapxO!; M ll1v EnulKoov 13.6 Euse bio, PE 15.20. 1- 7 (SVF 1.128; 141 ; 519; LS 53W; FDS 423 )
Tú OE cmÉp¡.ta q>r¡crl.V ó Z~vrov dvat O¡.ttOíT](JlV ávOpro1tD¡; 1tVsU).1a IlES'
5 U~ÓA~lo/IV €n:Kpívú)~ ro <prov~nKov <Ka1> 10 07tEPPCLlIKOV neptEiÁEV OtTJOSII;
úypou, 'lfUX~¡; pÉpo~ Kal árróO'1tocrlla Kol to\} CJ'ltÉPllalO¡; to\} t ooV npoyóvoov
tl1~ atcrO'lnKTJ~ 8lJvaflfro~ lalJW J.ltTÉ;(EIV, pÉp1l & T~~ \jIUxii~ ~~OT]
Képacr~a Kal ~(wa "[rov r~, IJIUXÍÍ, ~lEprov cruveA~AUe~· llxov yap "[ou.; A6you,
J.I?VOV TO AOytKOV Kal to aioOll1tKÓV, c9 Kal pWJ..ov av t U; <J\J'yl.rop~crtlEV
euAóyúl'. r0 o~ rou.; auro\¡, romo, orav &<peOií el, n'¡v ~~rpav, cruM~<pStv Íln' líA·
5 AOU 1tVeú~aro, ~épo, 'lfUxii, r~, roü !híAEO, Kal cru~<pu" yev6~levov Kpu<pOév
5 <Ked> add. Diels n: CPÚEt KtvOÚlltvOV KCtl O:vC1pptm~6J.1tvov un' €Ksívou, npooA.apPÚVOV asl [Ei~]
ro Ílypov Kal aN;ó¡.¡evov ~ éau-roü.
Ka\ ~era ~paxéa EmÁÉyer
IlEp\ BE IJ'UX~, KAEáv8~, ¡>Bv ra Z~VúlVO, Oówara napatlOé¡.¡evo,
I O 1tpO~ o'ÚyKplOW l~V npo¡; tOU~ áUou~ q>ootKOÚ~ <PT\<JIV o'tt Z~vrov nlv 'lfUX'l v
AÉytt oicreTJtUcTlv ava Gu¡.tíaO'lV, Ka8<Í1tsp ' HpáKAstt~, pOUA6).1tvD¡; yap €Ilcpaví-
OCll &n a l 'lfUXal ÚVa9ulltroP.tvCll VOtp01. áel ytVOvtCtt, ttKUO'EV aUTO:; tOi~ nOTa·
poi;, U::yrov omoo;' n OTa¡.tOtcrt lOtOlV aUtotOlv €ppaívouotv ErEprL Ka! €tspa
ooata €1ttppE'i' Kat 'lfUXal OS ano l IDV úyp&v u"aOullu'.ovtat.' avaOullíacrtv
15 )lEY ol1v 6pO(0l~ t 0 'HpCtKA.eÍtC9 t~V o/UxTlV cl1to<pa(vs l Z~vrov, aio811ttKftV oe
318 Capítulo 13 El alma 319

ClUnlV e!VCll &\(1 tOÜtO AtySl orl TUltoüafJaí tE OúVUWI ro Ilépo~ tO ~YOÚ).levov oe
arrexpaívovtal. Kal a&ol oÚrOl, oi crrolla nlv 'INX~V a1tO-
autf¡c; IÍno t ooV OVTroV Kal {mapxÓVtúJv 81a tOOv aia911tllPírov KalnapaoqEcr9cn S q>atVÓIlSVOl, OtacpÉpoV!at lI:Epl rf¡t; oucrín; aur~t;. oí. ¡.tSv yap
tOO; TU1tCÓcret;. -ramo yap rOla 'Vuxíit; ion. LrwlKol mlSulla AÉyOU01V aúnlv MEPIlOV Kal olárrupov [ .. .].
Ku! ¡lEO' rnpu· 1 Se <1Xwov K.F 3 qllAOCfÓ<pWV aipÉaEwv P
20 Etvat eSe 'VUX~v év Tó) OAC9 c.p acrív, o KaAoUcrtV aiOépa, Kai O:épa JOJKA<9
1lEpi TllV yi¡v Kal 9áAacrcrav, Kal EK 1011'[(OV ava6ulllácrelt;' lae; se Aol1tac; \fU-
13.8 Tertuliano, D e anima 5, 2-6 (SVF 1.518; 2.773; FDS 426)
ev
la<; rrpoomq:m.reval 'taúttl, oua¡ te Sc90U; &101 Ka\ ocrat f:v 16) 1tEPléxoVtl' Sed etiam Stoicos allego, qui spiritum praedicantes animam
paene nobiscum, qua proxima ínter se fla tus et spirítus, tamen
6la~IÉvetv yap En rae; nov 0:1to9avóvtoov 'lfUXác;. EvIOl OE: t~v ~ t OD
OAoU átalov, tal:; oe AOutru; (J1J~I¡.tíyvu(Jeat Érrl teJ..€uTÜ etc; €KEíVT]V. ExEtV 8e corpus animam facile persuadebunt. Denique Zeno consitum
25 naaav \VUX~v ~yq.tOVIKÓV ti EV aI,'rrfj, 8 811 ~ro~ Kal ai'cr9110'ír; Ear! Ka! ÓPIl~. espiritum definiens animam hoc modo instruit. Quo, ¡nquit,
Ka! en ~tE1' OAíyu' 5 digresso animal emoritur, corpus est; consito autem spiritu
T~v Be \IIUX~V yevrrr~v n; Kal <pOapt~v MyOUOlV' OUK dJOUc; TOO oe aw- digresso anima l emoritur, ergo consitus spiritus corpus est; ergo
corpus est anima. Vu lt el C leanthes non solum corporis lineamentis,
~lalOC; &1t~UaYElcrav <pOeípecrOm, WJ..' Ent~lévEIV tlvac; xp6vouc; KaO' €au'nív,
't11V pEV teov O7touoaírov PÉXPI 'tl;¡;; st¡;; 1tÜp aVaAÚm;ro~ rwv mivrrov, rT¡v Se sed et animae notis simi li tud inem parentibus in filiis respondere, de
30 rcov a(Ppóvrov 1tpO~ 1tOOOÚ~ !lva~ xpÓVOUt;. ro M Ota~U~V€IV rat; IfIUxa~ speculo sici licet morium et ingeniorum et adfectuum, corporis autem
oihwt; MyOU01V, on olapévopEV ~~I¡;; IfIUXal YEVÓ¡.reVOI roú oroparo~ Xropl- 10 similitudinem ate dissimil itudinem capcre et animam, itaque corpus
aOsV!Et; Kal €i~ €Aáuro pE!a~aAóvrE~ ouoíav !llV rl;~ o/Ux~~. rat; SS rcov similitudin i ve} dissimilitudini obnoxium. Ite m corporalium et
[c'uppóvwv Kal] aADyrov ~<9rov 'tIUXat; cruva1tóUuoOat roit; oro ~laO"\. incorporaliwn pass iones inter se non communicare; porro el an imam
compati corpori, cui laeso ¡ctibus vulneribus ulceribus condolescit, el
5 Kpuq>ÉV vulgo : KepacrOév .e Ijlúel coni. Diels 6 ci~ del. Diels 7 oiX;ávov vulgo I OOUtoÚ vulgo: (11).00 corpus animae, cuí afflictae cura angore amare coaesgrescit, per detri-
corro Diels 11 aimhlttKl,V Wel1mann ap. Diels: a'ía911<YlV ~ cocido 13 wim autoim Bywater 16 .0 Ilf.po; 15 mentum socii vigoris, cuius pudorem et pavorem rubore atque pallore
Vigerus in margo :.0 ~cOoc;.o IlÉpo<; codd. 33 [cicpp6vwv Kal] del. A.A . Long testetur. Igitur anima corpus ex corporalium passionum conununione.
2-3 'J'Uxft; ).Iépo<; <KClt> c'l1tÓOnUO)lCl [... ] Ilínta roov rfit; o/Uxfjt; ~IEJXÚV Epicteto explota esta idea Sed el Chrysippus manum ci porrigit constituens corporalia ab
para argumcmar que nuestras almas son partes y fragmen tos de dios (cf. Diss. 1. 14,6; 2.8, 11). incorporalibus derel inqui omnino non posse, quia nee cont ingantur ab eis
10- 11 Z~vwv .~v 'VUX~v ... cLl09rrrucr)v aVflOullíflmv Para la idea recurrente de que el alma sensitiva es (unde Lucretius: tangere en im et tangi nisi corpus nulla
una "ex halación" cf. Scltolia il1/1iadcm 2.857 (= SVF2.778) y Plutarco eN I084F (=SVF 2.847). La tesis 20 potest res), dereliclo autem corpore ab anima affici morte.
del alma como "ex halación" está seguramente inspirada en Heráclito B12 (DK), citado cnseguida. Igitur corpus anima, quae nisi eorporalis corpus non derelinquet.
13- 14 nOnlpoim .oiow ... 'VUxol OC ano ntlv irypwv o.VOOUllléi')V!O\ Heráclito DK.22B 12. Sobre la presen-
5 digresso om. B 6 consitus autem B 7 cleanrhes B : Cleanthes Bmg 8 filiis 11/11 : filios B Gel 10
cia de Heráclito aquí, cf. Co lvin 2005.
17.- 18 o.1tO .~v ov'.wv ... 1to.pooéxcaOat .a~ n)1[roaEt~ Desarrollamos in exrenso este importante tema de corporis Rfd 11 obnoxiam von Amim (SVF 1.518) 14 cohaerescit B Gel 15 societ B I pavore B I
la epls terno logm estOIca en nuestros capítulos 6 y 7. cuiusque Rfd 16 animam lun I communicatione von Amim (SVF 1.518) 21 animam IlIn I quae nisi
corporalis Gel / quam si eorporali B
20 Ij/UXT1V C.V '4J.oÁ~) cp~a[v , a KCtl..OÚOlV atoápfl Se refiere al "alma del mundo" y, probablemente, a
Clea ntes, que Identifico a dIOS con el éter. Sobre este importante punto cf. Meij er 2007: 69-76. 19-20 tangere ... nulla potest res Lucrecio, De reNlfl/nat/lra I J05.
2S nuaav Ij/U;(llV IÍYEPOVIKÓV ... araOr¡(J¡~ 8cm Kal ÓPf1~ Cf. inlm texto 13. 13, donde lo ~yqlOVIK6v es
"lo que produce las presentaciones, los asentimientos, las sensaciones y los imp ulsos". 13.9 Hie r oel es, Elementa Etltica 1.5-35 (1.5 538)
. 27 T:lv BE ~U;('1V YEVr¡DÍV ! ~ Ko.lIjlOa~!llv Átyou<J\v Este testimonio puede contrastarse con el de Hipó~ TO.oívuv cmÉppa. lCOW1tEOOV EL; úmépav ev
11to, qU!~n atnbuye a los es toIcos la teSIs de que el alma es inmortal , aunque un cuerpo: " Dicen que el t E Ka.!-
alma es 1Ill11ortal, pero quc cs un cuetpo, y que se genera a partir de la refrigeración del aire circundante pan run1tpOO1íKoV!1 lCal Q¡..ta 1)1t' eppropSvou 'tOÜ
razón por la cual también es llamada 'alma'. También reconocen que hay una trasmigració~ ayyElou aullf]q:>9ev
(pUEVO"wpÓ!Wau;) [dc las almas] al ex istir detenninadas almas. Admiten que habrá una conflagración es
decir, una puri.ficación de este cosmos (KÓ9a:p<Jt~), unos que de todo [el cosmos], otros que de una p~rte 5 OUlCé-t1 ~pE¡.u;:l, Ka9áltEp tÉco<;, ID' ava.Klvr¡Oev ap-
[de él], pues dIcen que en pane el cosmos se purifica. Y prácticamente llaman 'purificación' a la destruc- XE!a.! tWV ioícov EPYrov 1tCIpá rE lO\) KUOCPOPOÚV-
ción ya la ~cne raci~n que por sí misma. se ~a de otro [cosmos]" (Hipólito, Re! 1.21,3-5). Sin embargo, !Ot; arollaroc; E1n-
la supuesta lIlmonahdad del alma que Hlpóhto atribuye a los estoicos debería entenderse en el sentido de cmOOpEvov rT¡v ÜA'lVOtmtl.ártEt ro EIlPPUOV ICcnÚ
la absorción de los cuerpos en cI tado en cada proceso de conflagración. En erecto, como el mismo Hipó-
li to advie,",:~, la "destrucci~n" es u~a forma de gene ración; el mundo no mucre, sino que los procesos de
nvru; a-
10 nupupál0U<; lá~,,<;, Effi<mEp 00 npo<; l ÉAo<; a~(K1l1Ul
conflagraclOn y reordenaCIón cósmIca pueden entenderse como fases en la vida del mundo (o de dios, que
para el caso es, según tos estoicos, lo mismo; cf. Plutarco, SR 1052C; véase. también aquí texto 13.3). KOI 1tpOc; a1tó-
'tE~IV eUtPE1t&; a1tEpyá0111"tC1.l ro O'l~toúP'Yr¡~a.
13.7 Nemeslo, NH 16,12-16 (SVF 2.773; F DS 420) TOÜlOV ¡¡btOL mivru 10V xpóvov -),f;yffi 68 10V ano
tJ.latpwVe:l!Cll Ci',(EMv arraal roít; 1[(lAatOl~ Ó 1tEpl.~t; cruM~-
I.Vl)Xl;~ Aóyo<;. tJ.11P6Kplro<; ~gy yap KUI 'E1tiKOUpO<; Ka! 1tfu¡ 15 I.VErot; pÉxpt a1tOrÉ~€ro<;- Ota¡.tÉVEl q:>úcrt<;, roBró
ro 'tWV Lrcoi'Kcov <jHAOcrÓtproV <JÚOTllPU mñpa. .~v 'VUX~v
320 Capítulo 13 El alma 321

S' ecrn 1tVSU- 13.10 H ierocles, E lemento Ethica 3.56-4.36


).la, ¡.tEtapEpATJKO~ be CJ'1ffiPJlaT~ Kal ó&'in KE1VOÚ- nponov toívuv O\)K ayvOT]lÉoV ÓJ~,
jlEVOV cm' ápxi1~ EU; TtAo:;' ~(i11 Si Kata )J.f:v Ka8á1tEp tO arel.la toí) ~rolOU 8tKt6v SOT1V, IV' OÜtOOt;
tCt.rrpOltCl 'roí) xpóvou Etm:il, Kal
20 na;(\hepóv mD¡; Ecrtl 1rV&U)J.a TÍ q>úcrtr; Kal j.laKpaV a- ámóv, oü"rco¡; ouv Kal ~ 'VUX~· Kal yap aotT¡ toí)
<pecrtllK1Jia I¡fUXlir;, Karómv &: 'tOÚT(!)V Ka1tEIOOv 5 yévou¡; sOTI lOOV oco-
crx,eSov fíKrJl t~r; O:1totél;eror;, OOrOAe1míVEl"Ol ':l\1n- ~álOOV .- ciAA' [l]v lOU; OiKEíou; tomo 7rapícrta"tal ).6..
~oIlÉvlllOir; cruVCXéOlV epyo\!; Kal KUto. 10 1tocróv yOl~, ~KÉOTOU~ MOf.PaívoUOl tOO; trov WJ..oov
laTl 'IfUX~. ún€p IJIUX~I aTOn,,,, NoyÓ"'",v <pOpó,. a&~a
25 Oto 6~ Kall1úpa~e xú)p~O'aaa tKaVOUtCll 1"(1n m:plé- BE ouaa eí~1V, ro~ Ec:pTjV, otov 7rpOaépmOlv Kal &vd·
xovn, 10 ~oalv
rome oTov mO)lroOeiaa rrpor; crlrrOU )lEtapóllilV Kal POA.~V Kat 1tpócrpA.T]OW Kal1tav El' tl lOÚtOI<;;
sU; 'VVX~v. KaGánep yap ro év TOie; AíeOle; rrvru- 1Iapa1tA.~cn6v
).la. "wxÉror; uno 1tA11YlÍr; borupolrrat úUl nlV ]tpae; lOÓ· EOT1V €1tloÉXEtut.
30 t1lv 'rllV ).lEmpOA1lv brOI).lÓtr¡TQ, TOV cItrtov tpónov D-.&ÚtepOV BE Ent trolO€. npoo-
Kal c:pÚCJlr; ÉJlpPÚOU n€Jwvor; ií8r¡ ygyoVÓtor; ou 15 evOu~~téov rol
ppaóúvet ro ).l€rapáwlv dr; ~1UxT1V E).l1tecrOÚ- Ol)XI Ka8ánep €v ayyelo:n trol crw).!atl1tEpleípyerat ~
cra tOOllteplExovT1. WÚtT]\ oi: 1tUV 10 E!<1rEOOV '6- 't">xll Kata. la. 1tEpucrxó¡.tEva lair.; m8áKVau; úypá, CJU~-
atépm; euOéoor; E01"I so:nov, KaV tWJ..o. ¡cOV olKEÍ- 7relpÚpatat os oat).!ov(w~ Kal cruyKtKpa. tCll Ka-
35 ú)v cmoÑ::í1tlltat puOJ..toov, ro:; o~ )J.uOoAoyeiTw to.1téiv, ÓJ~ ).!.r¡oe
nepl 20 tOUJ...áX1OTov tOU ).!.íy~ato~ JlÉpo~ tii~ 01IOtÉpou autrov a-
'[(úv TÍle; apK'tou ÉKYÓVülV Kal WJ..oov Ó~oíc.ov. ~Otpeiv lJ.El"oxflc;· 7rpOcrc:pEpEcrtátTj yop ~ Kpá.O"l~ toi~
U.nJtT]l &1tl tOU
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€vtEí)Oe:v €VOu~T]ttov EOTÍV, &n lIOV ~ii:llOV olamípou OlO~pOU ylVO~OI~' EKEi lE yop 6~OlOOr.;
40 lOU Jl~ ~ó)tou ouoiv €xEI Ú1CHpOpáV, atcre~aEl KavtaU-
t E Kal 6p~liil' rov Oattpou ~tv ouoi:v lIpO; l O 25 Sa 01' OAroV Ecrtlv ~ napáeEcn~. raÚ"tl,IKal to. Tii~
napov oe- O"U~naeE¡ar.; ÉCJttV all-
ó¡te90· ~paXÉu O, oOKEiye nepl TIiI u¡ae~­ c:poiv KataKop~. 9CÍtepov yap tó')! hÉpCOl crul..l1ta-
O"ECO~ EÍ- stc; Kal OlYtE -rrov
45 7rEiv' IpÉPEl yap d~ yvroow lOí) 1tprorou OtKEÍOU, OCOllatlK6'JV na9&v aVlÍKoo~ ~ \IfUXIl OÜtE aÚ tÉAsOV EK·
av o~ )..óyov apx~v ap'''''lv e'l'a~eV eae- 30 KeKó:HjnlTat npo~ Ta Tii~ I{Nxft<;; OEIVa tO aro~a. ota lOUtO Ka-
crOat lfj~ ~e\l(~~ OTOlXE\{DaEro~. Oá1tEP !pA.ey).!ovát~ -rrov KCllpírov"tOU crropalo~ -r6-
23 cPYOl<; Baslianini-Long : 8KPyoi~ Schenkl IKata TO nocr6v Bastiallini-Long: KaTa TO ruxóv ed. 1ICOV e7rEt at
princ. : napa ro tOX6v Blass 32\ )l€rapÓMslV Bastian ini-Long : lluapaUelv ed. princ. 34-35 1tapaKOrnl Kat cüJ..óKOtO~ !popa l~r.; oiavoía~ ~
olKaíroved. princ. : olKEíoov Bastianini-Long 37 a(uv) .. "'[ .... ] ed. princ. : Kal /J."),J.rov Ólloíc.ov Bastiani- Kat náO"T]~ tii~ c:pav·
ni-Long 38 -39 raÚTT]1 oe eVTeuOEv Bastianini-Long: TOUVTWOCV ed. prine. 35 taatu(ii~ napanoolapOr.; e~E;w~, OÜtro¡;; Kal A.ÚnCll<;;
8-1 5 OtanA.á.TTEI TO BIlPpUOV .. . Ota~€v€1 <pÚ(J I~ Si el embrión persiste como cpúmo;, significa que no es Kat !pópot<;; Kal
todavía un animal, sino que tiene el carácter de una planta; cf. también Aecio 5.15: "los estoicos [dicen] ópyui, Kal 8"", tO~ TIi, IJIUX~, nógem cruv010-
que él (se. el embrión) es parte del vientre, no un animal, pues tal como los frutos, que son partes de las lieElat lO crw~a
plantas, caen [del árbol) cuando están maduros, así también [sucede] con el embrión". Las nva~ ~txPI~ ÉtEpoxpoíar.; Kal tpÓ~OU crKEJ..&v 1tpoéaeÓ>~
o:xapapáTouo; TÓ~CI~ deben ser las leyes intransgredibles c inmutables del destino; véase SVF 2.528 : 40 tE oi)·
návta OtolKei <in:apapát~ l~ ClIoíou, npoaovo~á¡;eaaat f:Í~apl-lÉvr¡v (cf. tamb ién SVF 2.9 17-918 el pas-
sim). pOU Kal <JUYKPOOOEID¡;; ÓOOvtrov €ti OE c:pw·
vfj~ &mcrxé(jeco~ Kal tO\) OAOU
23 -24 !Cata tO noo6v l:crn 'lfUxrlla línea es dificil no sólo desde el punto de vista paleográfico, sino
también interpretativo: como sugieren Bastianini-Long ( 1992: 376), si su conjetura (se. KaTa l O itoa6v) es Ka,.a7rAT]K1t~~ lJ.El"a~opcpcDO"Ecor.;. 00 ")'o.p &v
plaus ible, lo que es tá diciendo Hierocles es que la transformación final del hálito en alma que se da en el o{hco~ ~v €mprnfllIpOr.; ~E"tá·
nacimiento es una alterac ión de la cualidad del hálito del feto, no de su cantidad. La expresión KaTo. tO 45 ooenv KU\ ¡u;táA~lJIlV .o9&v_ el ~~ tpónov ill~­
rtoaóv s610 indicaría la densidad del1tVeU)la. Naturaleza y alma son 1tvc()lla, pero su grado de densidad es Ao11, Bv e-
direrente: en cuanto a su cantidad (densidad) el alma es un 1tVeü~a. sutil.
cpa¡.u;v, CJUvEKÉKpa-ro. tpÍTov y€ Il~V &nt tOÚlOtr.; OUK av
ouo€: lOV MapyEÍTTlv avremEiv VOllísco, cO~ O"l)K
322 El alma 323
Capítulo 13

eonv ~ lVU- MJV on 81-


50 Xl1 oúva¡.w; aiaellTIKlÍ" raúlTll yap !Cal CPÚcrEroC; 1t"MO- aveKro~ o.icr9áv01t' tlv 1'0 ~rolOV €IlUtOÜ. tEIVO¡..tÉvll
Vá~El Kal1tpooÉ'n tOOI OPIlTlnK1) 't'l1yXcÍVEIV' bmí rap E-
tOI Ñ::Áe1o/sral cpÚOIC; J.lÓVOV clvd IJIUxflC; ópJ.uic; Kal ~ú) ~ lfUX.~ ¡..teT' a<p€crEw:; rrpocr(3áJ..AEl tréien t ou
aiaalí- 15 crcó¡..t.lltOe; tOle;
oec..x; crrepo¡..tÉvl1. t(vO!; J..l~V ftl OEi lETÓ.ptOU ta ¡..t.ÉpEenv, ErrE10T¡ Kal KÉKpatat nucrt, npoopáU.ou-
55 4:yópEVa; Ji OijAOV roe; ov tpónov elA11XEV ~ IfUxTl aa oE O:vrmpool3áAA.é.,at· aVnl3atlKOVyo.p Ka!
t~C; KIVlí- tO crw¡..ta,
creme; 1tap(mT~U(u. KlvóuvroEl o' OUK ¡oía al>- Ka8ónEp Kal ~ 'IfUXIÍ' Kal ro náOo<; cruvepEu::rt lKOV
rile; J(Qtú re t11V 20 o¡..toü Kal avr€pet<IT1KOV a1tOTEAEl'ral. Ka! ano
1tIOUVWtáT'lV S6¡;av
dvctI tlle; alpécrewc; lrov e~OJ
60 OÚDE Ií~ET"" iW.a KOl- lCOV )1Epffiv Elcrco V€UOV Enl l~V fry€¡..tovíav tou O't~­
v~ \IIUXÜ t E Kal crCÓJ.1CHt. OU yap EK TWV pécrwv Ooue; cruvava<pÉp&tlll, cb~ avrÍA:rl'.jnV yívEcr91ll
av' aKpov O'UV- ¡..teprov cmávtcov rrov r€ TOU crCÓ¡.ÁIllO~ Kallrov
dXeto 1tcí.vra TU awpo:ra OU1 tóvov 8~ Kat nlv 25 T~, 'l"'xfí,' TOÚ-
mV lKll v 10 8É tcrrlV laov tml ro SmlOV alaOó.v€oScu
65 KíV110'lV, el J.l111táv!roC; umipxe tPÓ1tOC; oúwc; rile; Kt- €aUlou. MapTÚplll
VlícrEWC; 7rClOWV O1)VEKtLKWV &uváJ.l€wv. ~v 8' apa BE OUK amO't1l '[&v Aóyrov TlI cru¡..tJlaívovra· mOa-
Kal ~ \/fU- vOy ~v yeip eanv, El-
Xll OÚVClJ-W; croveKtIK~ Kal Klvoir' av Kal am~ t~v 30 1t€P DAme; noS' Éaulou YlV€'[al '[o Srol0V av€1taícr9Tl-
rovlIC11v KíVf]O'tV ( ... J. 10V, tv t4J ünvou 1teivt«ll; Xpóveg ¡..t.6.AIO'ta tauro
7-8 aVTJIC&rrou<; ". Q)O~ suppl. Long 9-10 ávtí¡3aGlVconi. Long 32 €tr€(rcIl) Bastian ini-Long : Eñ&T [ ed cru¡..t.(3aíVEtV.
pI'. (Abschrifl:) 34 1t60('l~) coni. Bastianini-Long : oAr~ ed pr.43 KatCt1[AlllC'f lKTi<; Bastianini-Long: .(.. ]o[.]ou óp&¡¡EV o' ro, Kal ,Ó'tE, oú ~áAa ~Ev wi, nOAAoi,
54-55 to. ).qó,.uwa BaSlianini-Long : ta/ [nap6v]ta coni. Schenkl: ta/[~ÓlJvta coni. Pohlenz : to.. [.]v (tu) ed e\>1tapa-
pro 59 t(fD~ [(ai)péo(Eox;) Bastianini-Long: T(fl); [.]E[ .....] ed pI'. 61 o/UXÜ tE] [K(al)] ow¡.¡[aTl coni. Bastianini- 35 KOA.OUS~rWe;, ouvmcr9áverm O' oov Éauroú ro SOOIOV.
Long: .... ]~ ... t ed. pI'. 65 OOfO¡; coni. Bastianini-Long: OÜf[E ed pr. 66 OUVÓp]Ero(V) coni. Bastianini-Long : 2-3 Toíwv ... aóveerov con. Basrianini-Long : TO.[......]E'tep[.. ]/[..]¡;o' .[ ... ] a'9erov ed. pro (Abschrift) :
KIVllacooved. pri. toíwvel; a,.u:potépwv bnl tO ~a)\Ov ... oóv9erov ed. pI'. (Umschrift) 5-6 tU [n]p(oo)l€peí[aEI] Baslianini-Long :
. 18-19 Pam In. tesis de la mixtura total como "interpenetración reciproca" ct: capítulo 16, texto 16. 1 yel T[.]pl€p€l[O€l ed. pI'. 10 úne.OE~a).l€V K€IVeifUl ed. pro : vltrod~a,. lCv K\VClTUi Bastianini-Long 20-22 ano TWV
Importanle pasaje de Galeno, PHP 170, 9- 10, donde Crisipo afirma que "El alma cs UIl hálito cormunlral a áKpotó'TúlV ).l€p&v ed. pr. : anO toov g~úl TOOV ~¡EpWV coni. Bastianini-Long / toi) ot~aOtx; coni. Long: t
nasal ros que, COIllO un continuo se difunde por lodo el cuerpo" y el comentario de Almas 1992: 61-64. [ .... ]Oov:; ed. pro. 23 ávac.pépcrm ed. pI'. : auvavac.pliperm Bastianini-Lollg 31 ItIlvtO; xp6vou ed pr.: neXvrrot;
23 Ola7tÚpOU CJlOllPOU Alejundro de Afrodisia (ef. nuestro capítulo 16, texto 16. 1) uliliza el mismo xpóvctJ Bastianini-Long
ejemplo para mostrar un caso de "mixture lolal".
48 TOV Mapydnlv Titulo de un poema épico griego perdido (la obra fue atribuida a Homero en la anti- 13. 12 Sexto Empír ico,AM 7.234-236 (LS 53F; FDS 259)
güedad). Margiles es un personaje de estupidez proverbial; ése debe ser el sentido en que está utilizado
aquí su nombre, como li i dijera "ni siquiera un estúpido objetaría que el alma no es una facultad sensiti-
áMoI oe
ano '[~c; aÚTii~
va". óp,.Hh~evOl ouvá)1Eco~ yÁoctlupóm:;pov (l1t€ÁOY~O'llvtO. <paol
r ap 'l"'X~v )JrEal)at OIXó'l" ,6 TE lJUV<XOV n'¡v OA~V rr&y-
60-~ 1 oóót ... KOIVll o/UXÜ n:.Kat oW).Iafl Para los estados anímicos que son comunes a alma y cuerpo
cf. un lIl tcrcsante pamlelo en ArIStóteles, De senSII 436a7-1 O; 436b14. DA 403a4-7; 433b20-2 1. KplOlV Klll K(u' i3íav ro ~YE¡..tOVtKÓV. DtaV yap €lnoo¡..u;v
5 auvE<ITávOI tOV avepro1tov EK \jfUXii~ Kal crwparoc;, 11 rov
13.1 1 Hieroc les, Elem ento Etltico 4.38-58 (LS 538) Só.vatov ETvat XCOplO¡..t.OV ¡yuxfjc; ano crcó¡..t.a.toc;, 10íro~ KaAoÚ-
Err€l ¡..t.EV 10 ~ye~ovlKÓV. wcraútroe; BE Klll mav otalpoú¡..t.evol
roÍvuv yÉvo; ouotv eTEpov E<ITI TO ~rotOV ~ TO <páCJKro ~ev aya9rov nI J.lEv etVat m:p1lfUxilv ta 8B 1tepl
<JÚvOerov, EK acó¡..t.a- crwj..la la o' ElCtÓe;, Ol> n,v OAllV WUXJ1v éj..lc.pa(voj..ltV clUa
to<; KaL lfUXf¡¡;;, a p'Poo o' EcrrlO ucra Kalnpócr(3A11- 10 1'0 ~ye¡..toVtKOV TaÚtTJ~ ¡..t.6PIOV·
5 ta Kal tD rrpocr-
3 <T~V> 1VUX.~V NE 7 oE om. ~
epeícrct O~ úTCórrnora, En & 01' oAillv KÉKpatm,
Kal8ó-
tepov ~tÉv ecrrlv autrov 6úval.u~ aicr911t1K1í, '[o O'
Cllho
10 '[OUlO Kal tp6nov, Bv t)1t€oEÍ~a!lgv, Klv€lrat, 8ii-
324 Capítulo 13 El alma 325

6 8ávcftoV tlVCl.t Xropl<J!lOV \jf1Jxfi~ &1[0 O"w¡..¡ato~ Ésta es una premisa (tomada de Platón: ci Fed. 64c- velut ex capite fontis cordis sede manantes per universum corpus porriguntur omniaque
67c-d; Gor. 524b; Rep. 609d y Tim. 81d) de un argumento que puede reconstruirse de la siguiente manera: 10 membra usque quaque vitali spiritu complent reguntque et moderantur iIll1umerabilibus
(a) S6lo pueden separarse las cosas que están en contacto. (a. 1) El alma está en contacto con el cuerpo. (h) diversisque virtutibus nutriendo adolendo movendo motibus localibus instruendo sensibus
Muerte es la separación del alma del CUClpO. (e) Nada incorpóreo está separado de lo corpóreo, pues nada
compelIendo ad operandum totaque anima sensus, qui sunt eius oficia, velut ramos ex
incorpóreo está en contacto con lo corpóreo. (d) El alma se encuentra en contacto con y está separada del
cuerpo. (e) El alma, por tanto, está en contacto con y separada del cuerpo (cf. Tertuliano, De anocap. 5 = principali parte illa tamquam trabe pandit futuros eorum quae sentiunt nuntios, ipsa de his
SVF 1. 137 Y 518; Nemesio, NH 20, 12-17 =SVF 2.790). Para una explicación más detallada eL nuestro quae nuntiaverint iudicat ut rex. Ea porro quae sentiuntur composita sunt tupote corpora
comentario. 15 singulique item sensus unum quiddam sewntiunt, hie colores, sonos alius, ast ilIe sueorum
sapores discernit, hix vapores odoraminum, ilIe asperwn levigationemque tactu, atque
13.13 Aecio, Placita 4.21.1-4 (SVF 2.836; LS 53H; FDS 441)
haee omnia ad praesens; neque tamen praeteritorum meminit sensus ul1us nec suspicatur
al L!WtKOí <pUO"lV Etvm TI,';; o/Uxiis avcówlOv pÉpo~ 10 futura. Intimae yero deliberationis et considerationis proprium cuiusque sensus intelligere
~YE)lOV1KOV ro 1WIOllV nlt; epavrao(ac; KOl auyKaWeÉcrEli;
passionem et ex his quae nuntiant colligere quid sit iHud et praesens quidem accipere,
Ka! atcrO~m:lS Kal óP!lás· Kal toúrü AoY\(Jj.UJV KaAoumv.
20 absentis autem meminisse, futurum item providere". Definit idem intimam mentis
ano 88 reD ~YE)lOV1KOU €1t'ta pÉp1l ¿mI rflc; o/Uxfj~ EK1rE<PlJ-
deliberationem sic: "lntimus est motus animae vis rationabilis". Habent quippe etiam muta
5 K6ta KUL eKtEtv6)lEVCi de; ro múpa, KaOálmp ai ano
mi>
virn animae principalem, quae discemunt cibos, imaginantur, declinant insidias, praerupta
rroAúrrooos lTN::K'táva¡· ,rov 8' sma
~18p&V rile; o/Uxfls
et praecipitia supersi liunt, necessitudinem recognoscunt, non tamen rationabilem, quin
nÉvr€ ¡.tÉv €im ta aicrOllTIÍPtO, opacnS OmpPll(J"lS &KO~ yEUOlt;
potius naturalem; solus vero horno ex mortalibus principali mentis bono, hoc est ratione,
KCtl á<p~' cbv ~ ~lliv opnaí.;; Eml 1tv€UpCt OlCtTElVOV &1'[0
25 utitur, ut ait iden Chrysippus: "Sicut aranea in medietate cassis omnia filorum tenet
TOl} lÍyE)lOV1KOG ~1É',(pIS o<pElaA)lOOv, aKo~ OE. 1tVEUpU Ota-
pedibus exordia, ut, cum quid ex bcstiolis plagas incurrerit ex quacumque parte, de
10 n:lvov c'mo TOU lÍySpOVIKOG ~IÉxpIS ronDv, ocrc.pPTlcrtS oE
proximo sentiat, sic animae principa le positum in media sede cordis sensuum exordia
rrvEU)la OtaTelVOV (bro roD l;YEf_tOvucou ~pl )lUK"t"~pWV
retinere, ut, cum quid nuntiabunt, de proximo recognoscat". [...] Ergo spiritum animam
[Ñ>1truvov), ysucnS 881tVtUJ-LC1 OICtlElVOV ano
toD lÍYEpovl-
esse dicentes corpus esse arumam plane fatentur. Quod si ita est, corpus corpori sociatum
KOU )1Éypt yAc&TIT]S. á<p~ Se rrv€D~lCL OlaTEtVOV ano TOU
30 est. Societas porro vel ex applicatione fit vel ex permixtione vel ex concretione. Si
lÍyqlOVtKOD )lÉXP1S em<.pavBÍw; €ts eí~lV Eua(cr9ryrov ní)v
applicitia sint corpus et anima, quid ex applicatione compositum horum duum, quatenus
15 rrpocmtmóvnov. rwv 8E Aomwv ro ~ Ab¡ETC11 mrÉp)lu,
totum erit vivum? Vita enim secundum ipsos in solo spiritu, qui applicitus non permanat ad
on€p KCL1 utrro 7rVEU)lá ¿O'tl owr€tvov alto "[QU ~yqlOVtKOU
corpus intimum (nihil enim penetrat applicitum); et totum animal vivere aiunt: non igitur
~lÉXJ:)t TOOV nupoO'tatoov' ro M CPCOVu€V úno TO'Ó Z~vcovo<;
anima et corpus applicatione sociantur. Si vero permixta sunt, anima unum aliquid non erit,
dpll~Évov, 1) KOl <pÜWtlv KaAoUOW, f:C>tt1tV8U)lO
35 sed permixta multa; Stoici spiritum, id est anima, unum quid esse profitentur: non ergo
altO rou ~yqlOVtKOU ~I cpápuyyo<; KUt y),D:r!TT]<; KUt roov
permixta sunt. Superest, ut ex concretione manent; ergo et per se invicem transeunt duo
20 OlKEÍcov opyávcov. auro OE. ro ~yS¡.tOVIKOV wcmep tv KÓcr¡.t(f>
corporate locus unus quo corpus continetur duobus corporibus praebebit capacitatem, cum
KarOlK€t f:v tú ~pErÉpq mpatpo€tO€Í K€<paAti.
vas quod aquam recipit vinum et aquam simul capere non posit. Neque igitur ex
2 KCt! to..; BC 4 dal C 12 Asmuvov secl. Beck cum Reiskeo 13 toO B : om. AC 14 rwv ut Reiske app licatione neque permixtione neque yero eoncretione corpus et anima sociantur; ex quo
coni. : Qm. (A)C 16 OB 19 ¡.téxpl BC : Ero.; A 40 confit animam non es se cOllJus. Est igitur virtus et poten tia carens corpore, quodque est in
1-3 t~<; \jI\)X~'; avootaTQv ¡..¡épo.; tO 1ÍYSflOVIKOV tO 1tOloDv to..; <jlClvrucría<; ... óp¡..¡á.; La rectora es la parte ea principale competentem naturae suae sedem habeat necesse est.
más importante del alma porque, como se ve en estas líneas, es el centro de la vida anímica y mental del
animal y del humano. 6 igiflll' vel elgo codd. 20 abselltis vel absel1s codd.
4 ano O€ 10D ~YS¡.tOV1KOD smcl ¡..¡épr¡ €01l t~.; \jfUXr,.; Las distintas percepciones del animal deben , en 1·2 Stoici .. . parties consentium Ce. DL 7.159 (SVF2.837):
virtud del corporeísmo estoico, explicarse como "corrientes del hálito" corpóreo que se extiende desde lo 2·4 Spiritum ... naturalis igitur spiritus anima es!. Como sugiere Gourinat, el argumento de Zenón se
rector (un cuerpo) hacia cada uno de los órganos de los sentidos (obviamente, también cuerpos). basa en la experiencia y consiste en el criterio médico que dice que para saber si un animal está vivo o
7 to. aiaOr¡tlípta En muchos casos esta expresión significa "órganos sensorios", no "sentidos"; pero en muerto hay que examinar si respira (cf. su 2005: 563·564).
este caso es evidente que significa "sentidos" (vista, olfato, oído, gusto y tacto), un uso que también se 4·6 Item Chrysippus ... spiritus anima esse inuenitur El argumento de Crisipo parece tener un eco en
encuentra en Aristóteles (ef. DA 42Ib27). Alejandro de Afrodisia Mant . 117, 31 (cí. Gourinat 2005b: 564 y nuestro texto 13.23).
13.14 Calcidio, 111 Tim. 220-221 (SVF 2.796; 879; LS 53G; FDS 424) 13.15 Galeno, De militate respiratione liber 4.501, 12-502, 8
Stoici vero cor quidem sedem esse principalis animae parties eonsentiunt nee tamen "Iocu]ltv o' f:<p€~~~, €Í OúVUtat tpé<p€cr9at tO \lfUXtKOV
sanguinem qui cum cOlpore nascitur. Spiritum quipped Zeno quae rit hactenus: "Quo 1t\JEUj.la 1tpO~ Tii~ Uva1tVo~~. €lncojJEV OE.npÓtspov, n&<; KUAoUJlÉv
recedente a cOllJore moritur animal, hoe certre anima est; naturali porro spiritu recedente tl 'tfUXIKOV ffilEUJlU, ayvo€tv Ój.lOAoyouvr€~ oucrlav IjfUX~~. Én€L
moritur animal, naturalis igitur spiritus anima est". ltem Chrysippus "Una et eadem", toíV1JV ai. KUta rov brKÉcpUAoV KOiA{at mu 7rV€Ú)lmo;, EnEtMv
5 inquit, "certe respiramus et vivirnus; spiramus autem naturali spiritu, ergo etiam vivimus 5 1PC09f¡, €Ú8U<; aK1V~10U~ te XUL clvatcr911tOüvra<; Epyá~oV'!at, XPtl
eodem spiritu; vivimus autem anima, naturalis igitur spiritus anima esse inuenitur". "Haec toUto 'to 1tVEU)lU náVTro~ ~Wl1~V oUo1av a:uttlv etvm 111<; 'VVX~<;
igitur", inquit, "octo in partes divisa inuenitur; eonstat enim e principali et quinque ~ ro npó'J'tóv y€ aurfj<; Opyavov. etPllTUl 8E É'tÉpro91nepl uu'tOU
sen si bus, etiam vocali substantia et serendi procreandique potentia. Porro partes animae
326 Capitulo 13 El alma 327

OUI1tAetÓVWV aKptpÉcnSpov, ev t
Or~ roih' ciG~ ElprrW18i1/..ov t 1tVEÚJla,U yap á1to ,ou ~yEJlOVIKOU <paaw O-oTOl OlO'TEÍ-
cb~ avayKoT6v ECITt TaUro 1"0 nvEU~Hl1"pÉ<pEcreat. nó8ev oDv WJ.o8EV 10 VEIV aMa Km' aMa, "ta )lEY d~ o<p9aA¡.toú~, ,a 6E El~
10 E~et nlv lpOc.p~V, ei 11~ napa lDD Ota Ti1~ ¡:;icrnvoils éAKolltvou; ,a
Jna, OE Ele; WU ai.a911T~pIU· i-.'vlat oE 1.0tÓtll'Tl1J:Ol-
KUÍtot KCt.K 'rile; "col> OY~taTOS ava8UlltáOl:ror; OUK a¡tI::ucor; auro óTt")'TOs mpt ,0 amo ÚrrOKEíJlGVOV· roatrEp yap ,o JlllA.oV
tpÉqn;cr8m, Ka8árrEp KCÚ 1toU01S trov EMüyíJ.lWV icrrp&v 'tE KUl €V T(9 amó) crool.tan ,~v yA.UKÚ'll,a EXEl Kat TI¡v eUrooíav,
q:nA.ücr6c.prov e8o~€v. omco KOt ,o ~yE)lOVIKOV f:v w\nó) 'Puvracríav, c::n.ryKa,ú-
15 eEaW, óp~,ív, A/r¡OV cruVEíA'NE. [... ]
1-2 tO o/UX1KOV 1tvsD~.ta Corresponde al grado de tensión del1Ivciiflu que permite desplegar funciones
propiamente anímicas (sensación, impulso, etc.) y convertir así al individuo en un animal. Oí arra Z~vwvoc; OKTOIlEp~ TI¡v I.IfUX~V OtaOO~á~OU01,
rrEp! Tas OUVá¡.u:l~ dVal 1tA.dovo~, Cócr1tEp Ev T(9 ~rE-
13.16 Neme,io, NH 20,12-17; 21, 6-9; 22,3-6 (SVF 1518; LS 45C; FDS 427) JlOVtKó) €vu1tapxouawv <pavraaío~, cruyKa,aO€aECO~, Óp)l~~,
e1twSTj DE Kal KAeávOour; roü LtWIKOU KUt A&yau.
XpucrÍ1t1tOU c.pÉPOVWl ÁóyOl TtVES O'UK sUKurac.ppóv11TOI, f:K-
5 1tpOTlOéaa!V FP : n8éao"IV corro Wachsmuth 8 ItvIOI P I Trov add. Heeren 10 üJJ...a Kal üUa FP :
OEtÉOV Ka! Toúrwv TCu; MO"as roe;
bts)..ucrav aL ano
nAá- ÜAAa Km' roa Meineke: üUa d¡; üUa Heeren 16 oo~á~ol)01.v Heeren 17 1tept cUt; FP: 1tBPl <~v>
novor;. Ó 1OeúVOllS 10lóvúe rrA.ÉKEI cruUoYlO"J..l6v. OU ~16vov, TU¡; ser. Waehsmuth
5 <pqmv, O~lotot ,OIS yovEUOlV rLvóIJ1>8a Kanl TO croollo, UAAU
Kal KCHU ,~v \jfUXlív, TOlS ltáOE<Jl, ,ols ~8E<J\, w1s Ota- 13.19 Nemesio, NH72, 7-13
,o ,o
8€0€<Jl· OW~ta,Os Of; OIlOIOV KCll c'tVÓIlOlOV ouxIM Z1Ívwv oE Ó r,WtKOs oKta).lEpii 'Pl101V EtVat
aaú.l¡uhou· a&~a opa ~ '!fUX'Í. [... ] t~V \jIUx1Ív, OlOlProV aUT~v d~ ,E tO ~rEJlOVIKÓV, Kat Et~
En 'P1Wív · oMEV Ta~ 1t€vre atcrO~OEls, Ka! TO <j>COVT],lKOV Kat TO cmEp-
10 aOcOllmov cnJllltáOXEt ooo¡.ton, OUOE aocolláTqJ crrollO· )lOTIKÓV.
crullnácrXEI Of; ~ 1.JfUX~ Tó) 000 )Jan VOOOUVT\ 5 navaÍ'Tlos SE Ó<j>tAócro<.pos ,o )l8v <¡lCOVT]nKOV ,ii~
'In
Kal ,q..lVO~vú) KOL TO crrollO l./IlJXÚ· Olcrxuvo).lÉvlls youv KUO' Óp)l~V KtV~crEroS Jl€PO~ ctVal ~OÚAmat, f.1ycov óp9Ótaw'
¿PlJOpOV yíVI;.-Wl Ka! 'Po~OUIlÉVlls wxpóv· cr&1l0 apa ~ 'f'1JX~. [ ... ] TO oE mtEp)larUCóv, ou T~~ o/Uxfi~ ~pos, aMO. Tf1s q>úcrEWs·
Xpú OL1tlt0s M 1 icrtOPIK6¡; D 3 TO ante <PO)Vl]TlKOV] d<; TO H 6 6pOóTllTa BW
15 q:H]<JtV' Óeávo,ó~ ¿(In XCOptOPOs l./IUX~s altO ooo~ta-
13.20 Plotino, 4.7. 8' 1-9
'TOs' ouOf;v 6E o:owpawv altO ocOpOTOs XWpí~EWt· OUOE rap
€'PámE"tat crro).lOTO~ aocópo'TOv· ~ Of; l./IUX11 KOI ¿q>úmcrat Ei 8E nu; nov crwJlá,rov rrol1ÍcrE1s ÓprovrE~ 8Ep-
Kal XCOp(~EWt ,ou Oc6llaTO~ · OUK apo acrcO¡.lOTOS ~ l.jfUX~. )latVoúoac; Ka! \jIUXOúcrw; Kat có90úous Ka! ~apuvoúcras
€VTau9o ,ánouot nlv 'VlIX~V orov tv OpacrrllpíqJ ,Ó1t<fl
1 K(.tt ante lQeúvOout;om. B 4 KÑ;ÚvOllt;] add. 8€ B 7 Kal áVÓ)lOlOV F 10 aW)lan] add. (ll)vaAyei tt B 15 Ó iopÚOvrEs utmív, rrpanov )lEY ayvoouO"lv, ros Kal aúTa
xwplapo:; K 16 á1to TOi) aW).J.aw; P : áa(J.)púnDt; B I ouotv B 18 aw).J.o o.pa D : apa ampa F 5 ta aroJlClW ouváW:m 'Tals gy au,oi~ aOW)láTOtt; tcLiha
46 KAeávOll<; TOIÓVOE 1t)..éKel (J1)Moyta)lÓV Un argumento similar es infOlmado por Tertuliano (ef. €PYÓ.SEtcLl· irmma, on ou ,aúTO~ Ta~ OUvúlJ1>lS rrEpl \jIUX~v
s upra texto 13.8). dvat áS:tO"U)lEV, a')..)..U ,o VOElV, tO ala8ávEcrOat, AoyísEa8at,
€1tl9uJlElv, bttlJ1>Mla8at EJl'Pp6vcos KaAéü~, a. 1távw. UM.11V
13.17 DL 7.110 (FDS 436)
OUcrlav slltEt.
(l)aoL oE 'TllV \jJUX~v dvat ÓK"rUJlEp~· ¡.t€Pll yap aUTlls ,ú "tE
,o
n€vn:: aio91lTlípta Kat <j>COVllTtKOV ¡.tÓplOV Ka1. tO 8tavOllTtKÓV, 4 allTCl KirchhofT: Tall"W Eusebius
OltEp emtv am~ ~ OIó.Vota, Ka!. ,o yEvVllTtK6v. 13.21 Plotino, 4.7 8 b 1-22 (FDS 432)
3 post yeWllTtKÓV laeunam indicavit Reiske "En El crro)lO oDcra lÍ \jI1JxT101liA9E Oto. rruvr&:;, Kliv
KpaOElao €i.'r¡, Bv ,p6rrov TOl~ aMo1S ooo).lacrlV lÍ KpUO"It;. Ei
2 TO OlaVOl]TlK6v Es otro modo de hablar del ~ye)lOVIKóV.
oE lÍ TWV crcoJlá,cov KpUO"I~ OUO€\! tvE¡YyEÍQ. €q. dvU\ """[oov
13.18 E,tobeo, Ecl. 1.49,33,367,17-22; 368, 12-20; 369, 6-10 av
Kpa8Évtcov, OUO' lÍ \jfUX~ E,I EvEpyEíq EVElll ,Ol~ acó-
AMa p~V Otre alto Xpucrílt1tou 5 )lamv, ciMa. OUVá.lJ1>l )lÓVOV arroUoaoa ,0 etVat \jI1Jx.1Í'
Kat Z~vcovos rpMoo'Pol Ka!rráVTEs 3am oW)la "tllV CómtEP, el yAulCO Ka1. ffiKpOV Kpa9dll, ,6 yAulCO OUK EO"ttV·
\jIUX~V VOOU<J\ Tas pEv OUVá)lEU; ros tv T0 UIWKEt)lÉv(fl OUK apa exo)lGV l.V1JX1Ív. T6 8E o~ crW)lO Bv ampaT\ KEKpéi-
rrotÓ'lltW; (1))lPl~áSou<Jl, ri¡v os l./IUX~V ro~ ou<JÍav rrpo- av
crea¡ OAoV Ot' oMov, ro~ orrou U9á,EPOV, Ko!8áT€POV
5 ÚIWKE1¡.t€vr¡V TUIS ouvá.PECH n9éaO"lv, €K o' Ct).u.pOtépcov ctVat, laov OyKroV all<¡lO'T€pWV Kal,6rrov KaTEXóvrcov, KUt
TOÚtOJV <JÚV9ETOV q>Ú01V E¿; avopoícov cruváyoucnv. [ ... ] 10 JlllOE)líav aÜ~llv rtrOv€vm €1tE)lPA.1l8€vTot; TOU !hepou, OUOEv
Ka10: )lEY TOUs rnúlKou~ o
u1tOAEí'VEl p-~ t€~1l Ou ra.p Ka,O; ~tyáAa )1iPllrrapaA-
EVWt )lEY OW<j>OPÓ"rllH <trov> úrroKE1)lÉvcov oco)lá,cov' Aa.~ ~ KpUcrtS - oihw yáp <j>r¡a t 1tapá8EcrlV eo€crBm-
328 Capinllo 13 El alma 329

OI8AT]AU80S 08 OUl nuvroS ro É1l:E)lPAT]OEv, srt El o)ltKp6- aV dooe; otaa OeíKVlYtCll napa'AptmoréAüuc; Y¡ 't'UXIÍ (O'UOEv yap e100~
tEpOV - 01tl:.:p aOúvalOv, 1{J sAunov 10"0V YEVÉcrOat 1W o&).1a), ou ¡..t~v aMa Ka!.@cTrovoE'rooVA&yoov OelXOeíll av otaa acrOO ).laros·
15 )lEí1;OVt - aM' ouv OU),11AU90S nov r¿I1Ol Kura n<iv" • Ei 1tavroe; aCÓ).la'rOe; aí nO\érrll'rE~ aicr811'raí, ríl~ \lfUxfle; OE al not6rr¡ree; OUK
aváYK1l1oívuv, ei KaO' ónouv mll.1Elov Kal )l~ )lE1a~U 5 atoOl']taí (ai yap aperal Kat aí KaKÍat ou tOlaDtat), OUK apa a&).1a Y¡ \jfU;d¡.
o
croo¡..to e01m )l~ tér)ll1TC1t, ¡:;iS a'l)lEí'a 1"~V 8taípemv roí} oe
<ert> el Y¡ 'VUm a&~ta, nav oropa ¡..ttt~ yÉ ttVt alcrfhícret aicrf.hlTov Tti au-
crW)lU1"OS; ycyovÉVat, orrep d:8úvarov. Ei OÉ, clnEÍpou nís rOD q>úaeL (J..iyco OE 1tEpl trov EvEpyEÍq. ovrrov crro).látoov Ka~ w~ q'la01v au-
o
TOPDS oüar¡S - yap av ÁÓPlV; O"w)la, OlatpeT6v emw - rO L,1tc1t01oopévrov), Ell'] av Ka!. 1; 'VUX'l aia911.ní (OU yap o~ anOt6v y8
20 01> 8UV6)lel ¡.t6vov, ev€pyEíg. OE rO a1telpa emat. aú mívuv crro~la aUr~v EpODal\!, ecrrat yap ÜAll)' OUK emlv oÉ' OUK apa a&po. ou
oAov 8t' OAeU Xropetv OUVOtOV TO crW).IO' ~ O€ \jIlJX~ 01' 10 yup o~ oürro écrrtv OUK ala911r~ cO~ ra Oto. a).1tKpÓrllTa avaícrOl']r a aoo).lata.
OAroV' acrw)lctlOS; apa. oe
€rl 1tdv crropa ~ Evepysíq ~ ouvápet aia8l']'róv, Y¡ 1.IfUXl1 OÜte €VEpyEíq
9 raov ONDQ? / OYKOV D : 1Ó1[OV Schwyzer 12 <pam M 13 En El Schwyzer : ¿lte! TJMV: br\. OÜte ouvápet ai08l']'róv' reme ou crro¡..ta. En el Y¡ 'VUX'l we; alo911.Tfie; crurfie;
ONDQP 15 t€Ptl ONPTJM: Tt~l el DQV: té)lv€1 Stephanus oe
aiaOávcrat, Ka!. UMll~ alcr91íoETat. OUK alcrOáveral 0),),..11.e;, ouo' a&ní~
opa rb~ aicr8l']rfie;. Erl ti Y¡ o/UX~ crCÍJ/la, ~rOt E).1\IfUXOV ~ a\IfUXov. aMa
1 el <HÚ~la oÚcrCl ~ IjIUXI1 81~/..Oe 031a navT6s Ésta es la premisa estoica que Plotino no COmp3!1e y en con-
tra de la cual a rgumenta . 15 fl~V ato1tov ro a'f'UXov. si oe E¡..tI.jfUXOV, 1;<$6v re eCITm Ka!. nÓÁtv €KEÍvOU
12 oihw yáp t¡lr¡0I 1IUP&'OcOlV !-;m;crOa¡ cf. capitulo 16, texto J 6.1. Y¡ 'tfUX~ ~rOl e/lI.VUXOe; ~ chVUXo~, Kat romo ei~ aneLpov. av o' Evlcrrá-
¡..t8VOt npo~ TI¡v OiCtíp80"tV r&v oOO).lá'rrov tl1VAtyouaav 'ro. PEY EP\IfUXa eivat
13.22 1)lotino 4.7 Se 1-23 auroov, ru M a\¡lUxa, J..iyrocrtV).l~ Uytoo~ ortlPf¡cr8at, eIvat yup rO. IlEv 8).l-
To OE Ka! cpúcrtv ~ev lTpotÉpav 'rO auro J[Vf':U~La IfUXa. rO. Of: a't'uxa, ru OE \lfUxáe;, pll'réov, on tate; Karu avríq'lacrtv oLal-
AtyelV, €V OE ~fUXpcg YEVOpÉVTjV KCtt mO).lúlOctaav \lfUX~V 20 pOU ).l€VOtc; OUOÉ1rotE aVT\otatpetrCll muto, Oó Éonv 1i anóq'laO"t~' otov el OtCll-
YlvEof)m AElrtOrÉpav tv ,+,UXPc9 ylyvOI.H~V'1V - 13 011 KU!. au- poú¡..ttvot rCÍJv oOO/lároov ru ¡.tkv AÉyot).lEV eIva\ KEXJx.ocr)lÉva, 'Ta Of: axpoa
ro ¿holTov' TroMa yap I;<$u EV OEpp<$ yíYVerat Ka!lJfOX~v (tv yap t<$ aur<$ yével 'r<$ !líe; €~ero~ OEKt\K<$ TClUtOV 8úvarat rti anoq'láa€l
5 EXU ou 'f'UxOctauv - aM' OÚv <pucrí yE nporÉpav <púalv oc
Y¡ crrÉpT]O"te;), OUKétt pSvrot AÉYO/lEV' rO. x.pwpara. Otaq>opa yap aW/lá-
\Vuxf¡~ e1VQl Kara cruvruxía~ ra.~ E~ro yLyvOp€v'1~, Lupf3aíveL roov ro Kex.proaOat ;, ax.poa elvat, WJ...' 0'0 'la x.pw~la'ra. Ka! náAtV rrov
OÚv auroíl; ro XElpOV nproTOv nOlslv KCl!npO roúTOu aJJ..o 25 crOJ/lárrov ra ¡..u:."v ócr~n1v qovrá tcrrlv, ru OE OUK qovra Kal aoopa, oUKtn
E/..arTOV, llv Atyouow El;tV, ó O€ vou~ üCITa'ro~ ano T1í~ \lfUxf¡~ J..iyO~ltv· rO. Of: ócrpaL Kal ru ¡.lliv nOtÓrll'ru 8xovra, 'ro. 08 OUK €xoV!a
OllAovór l YEVÓPEVO~. " H d npo 1t(:tv!oov vou~, Eq>El;lí<; EOEl oe
1totÓTT]TCl Kal anota, oUKÉrt· 'ro. nOlórll'r8e;. ;, [nDv crropároov] 'ru ~ LEY
10 ,+,UX1lv notEi'v, sira (PÚOlV, Kal aie! 'ro ikITepOv XetpOV, nnep oc
CJÚvOera, rO. ou oúvOera, OUK€'rl' rO. oE cruv8Éoele;. ou yap crro/la ~ oúv-
nÉq'lUKEv. El oÚv Ka! Ó OeO<; aurole; KarU 'rOV VODV Ü(j!EpO~ oe os
8EOU;. Ó).lo(ro~ Ka!. 'Trov 1;4>rov 'la ).lev OV1lrá, rO. ou OVllrá re Kal
Kal YEWr¡TO~ Kal €trwCTov ro vodv ex.rov, €vo&XOIro av P11OE: 30 a9ávaw, OUK€n' 'la OE Oávarol. ou yap 1;iPov Ó Oávaro~. náAlv roov I;cQrov
,+,UX11v ).111 0E vouv ~11108 8sov elvm. El 'ro OUVállel, ]l~ OVTO~ rO. IlEY AoyIKá, 'tu o' 00 AoytKá 're Kat aAoya, oUKÉrl' rD. SE AóYOL OU yap
npóTEpoV rou EvEP'Ysíq: Ka!. VOD , yÉVOltO, ooM ~~EI d~ EvÉp- Aóyot ru 1;<$a. rov aU'TOv OUV rpÓ1tOv tpOU).1EV Kal tooV oOO)lálrov ra p8V
15 yELav. Tí yap 8crtUi 'ro ayov 1.01 ovro~ hÉpou nap' aUTO eTvat E).l'fUXa, '[(1 08 OUK E).l't'UXa Kal alJfUXa, OUKÉ'r1 oe Kal ,+,IJXá~' ou yap
npoTÉpoU; El o' aú'ro a~E L E~ ¿vÉpYElav, orrep aTonov, WJ.a ai '+'UXa1 ooopata. Ert El. Y¡ \lfUX~ oCÍJ).la, ~rOL únó nvo~ cruvéxETClI ~ uq>'
f3Aén:ov yE npóe; rl a~cl, a 00 OUVá)1€l, éVepyeíq: oe Ecrtal. 35 aurik &J...A' uq>' aurfje; ).lev OUX otóv r8 che; /lléi~ Kal 01' OAll~ ó~Loía<;.
Kahot ro osi pÉvelv ro aUTO d'nep TO ouvá/let El;et, KaO' aoúvarov yap tO aura Koru 'rO aura cruV€xelV re Ka! cruvt¡::ecr0m, AEí1teTClt
éaur6, ete; evÉpye\Qv a~et, Kal roiho KPEIrTOV 8mat TOU oe
apa )lÉpo~ ).1f:v cruvÉxetv auríl~, pépo~ cruvÉxecrOa l. el SE 'romo, elll av
20 ouva~LÉvou orov OpEKTOV Bv EKeívou. npórepOV apa ro KPEIr- 'ro ).1Époe; 'ro cruv€xov ~ \lfUXlí, ou ro cruvexó)lEVOV, 0, el Kal aura croo~La,
TOV KCll hÉpav ípúmv EXOV crCÓ).1aro~ Ka!. €VepyEíq oV aeÍ' ~'rOt uno UMOU cruvéxetat, ~ u<p' auroD, Kal touro 8U; an8lpov. el yup
npón:pov apa Kal voue; KallfUX~ q'lúcrECOe;. OUK apa oünoe; 40 OAl']V J..i:yOt8V auñ)v cruVéXElV rE Kat cruvéxecrOm ro~ €V 'r l Kal 'raurov ov,
IfUX11 roe; 7rV8Dpa OUO' rb~ croo).la. oUVlíaeraí n Kat €xctV Kal execr8m Uq'l' amou Kal1totEtV tauro Kalná-
3 yevO]ltvr¡v DMV I o8~ om. TJMV 6 yryvopÉVTjV Bus. 10 ei'm:p ONDQPT 13 OV TJMV OXE\V. ouoe yup ~ 'rplpouaa Xdp Kat aV!máoxoucra Kara ñ)v a&r~v Oú-
va¡..ttv 1tOtEl r8 Kal nácrxet. Ka!. KaOóAüu ouoev rwv 1)n6 t1VOe; &xo)lÉvrov
1-3 To M Ka\. tpÓ<HV .. , IJfUXPÓ) y!:.:VO]l€vr]v Kat ato/lwf)staav IJfUX~v y(Vea8u l ).emo"dpav EV \jI1JXPó) Cf.
supra texto 13.9. Ka!. aUlo Exet. o15rE yap OEPJ..lÓTrI~ oürE yAulCÚrll~, 015'te crxfj/la o15rE x.pro~la
5-~ tp.aa( ye 1tpo.rtp~v q¡óow I.VUxilo; Como argumenta l-lierocles en 13.9, el embrión, que todavía está
45 n
OÜTE uyí8ta oürE áp).1ovía. aM' ouoe apE-n1 t1tlO"'T~ ).111 . rowurov M Kat
constlÍllldo por un hahto denso, es "naturaleza". Luego, "cuando llega el momento del nacimiento", se Y¡ 'VUX,lÍ. En El Y¡ 'tfUX~ AE1tTO¡..tEpÉe; tt crCÍJ)lO otcra cruvÉxe\ ¡.lliv ro crwpo
rareface y se convierte en alma. Plotino puede muy bien estar pensando en un pasaje estoico como éste. auní, 1tMtv SE cruvéxetat Ú1t' auroD, Ecrtm Kat 'rOuro 'rO naXW18pÉma'tov
Véase también el testimonio de Plutarco en 15.8, crw/la IjfUX~, El' yE 'ro cruvéxov I.\IUX~. wmE emat la crm¡..ta \lfUX'l rfie;
lfUxf¡e;, cruv€xov yE aUrf¡v. ort yap OUOf:v amo cruVÉXEt, of¡Aov f;K 'rOD IlllOf:
13.23 Alejandro de Afr odisia, Mant. 113,26-118,4 (SVF 2.792)
50 'ro oOKouvra roGrov Exetv 'rov 'rpónov rotaura EIVllt. 015re yap T¡ KÓAAa
"On ~tS\! 1; 'VUm acrropa'To~, iKavOe; pEv 1tapacrrf¡crat Kal Ó AÓyo~, Ka9'
330 Capitulo 13 El alma 331

aúnlv cruvÉX€1 Kai 'ro. K€KOMTudva. ETepOV yap aóril-; iD auvÉXov Kat oe
100 c.b~ tO p.ev a'Mo, ro ruo. OtO Kat xrop{SEtat. €tt el Kat ai. apEtat
ifrepov'trJ O1)VeXÓj.lGVOV. ocrov ).lEY yap aro¡.tanKóv, cruvÉXErat, 10 OE cruvéxov O'ro).lara Kat ai rÉ;(vat, n&~ ou npoO)'svó).lsva raurá nVl CITSVOXrop~OEl ro
EmtV ~ JrOtÓ'rTj¡:; Kol ~ Oúva¡..u-; am:ü¡.tCfto.; oÚcra. q>OapdOT]~ yoúv T11-; 'Wl- O'&).la 11 au~~m:'l; Ett El KaEl' 8 tO Efvu( TtVt Ecrn 'tOUtO, orrEp dvat AZyEtal.,
aÚTllS ltotÓtlltOt;, la ÚA1KOV Kal O"(O).lUtIKOV ~ov OÜt€ Cllrro €TI 0\)11> ta tomo dOó~ ÉOlt, Kat'a OE r~v \lNXJ1v re{! sc9C9 tO ~c9C(l dvat Éonv, 11'VUX~
55 ~úAa cruVÉXE1V 6úVfftCtI. s-n El 1Í IfIUX~ GruJ.la, ~ rrfip ~ ltVEUIlU Aemo- doo~. Ott OE doce; ~ 'VUx~, OfiAOV Kat ÉK mu J..l~ oúvacr8at Kar' wov
)lEpÉr; Ecrn DH:J. navTOr; OltlKOV lOU €¡.to/ÚXou O"wJ.latOr;. d oE TOUTO, OllAOV 105 tpórrov odsat ro ~éQov ÉK 'VDXfi~ av Ka\. aro).laroc;. en tt O'&p.a ooo).lam¡;;
ror; OÓK apyov oóM roS eruXEv EXOV EpOUCHV aóró. ou yap nav rrúp aucE ii O'W).la ouoev OWc.pÉpEt, tÚ;> OE 'Vu;olv ~Etv Otac.pÉpEt, OUK EcrttV ~ 1.¡f1JXJ1
miv 1tVEU)la WÚTllV EXEl t~V óúva¡.llv. !JEtÓ nvor; OÚv ECITm etoOur; total) o&p.o.. ta yap tÚ;> yévEl ta aura c.púcnv KOtvt1V ExEt. 1'0. c.púmv KOlvT)V
KUl AóyOU KCtl ouvá)leror; Kaí, cbr; amol )JyOUcrlV, tóvou. alli d 'WUtO, ou EXOvrU &otác.popa Kara tO KOtVÓV. ra tú) )'ÉveL apa KOtVa aotác.popa Kata
60 lO 1tV€UPO amat ~ TI) rrOp ~ I.I'UXlí, cilJJi TO tv ToÚrOtr; dúos KallÍ Mva)us TO yévoC;, yévo~ OE autrov 1'0 oro).la· rocrtE ta O'có).lata &olác.popa Ka80 0'00-
Kat Ó tÓV~, KaOo tOOv O¡.lOyC:Vrov 'tmv UM.rov OtmpépEI. En roS (jéó~la av- 11 O ~tara. oUK apa O'&).lQ orop.ato<; KaGo o&p.a Otac.pépEt. roO'tE, or~ olac.pépEt
dosov, a{5nos EÜAoyOV KUt dúcx; aÜAov Kal acrool-.tatOV e1vUL EK roúrúJv )'ap ta O'W).lata &AA~A.roV, OU O'oop.ata raura. ra p.ÉvtOt aaoo)1aro. OUK Ecrtt reQ
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vúsov, tTl~ OE \fIUxii~ oúoE)lía rorrlKl1 K(vTlm~ OiKeta. OUK av ouv OiStE tCÚV t~V 'VuXlív, cl.),),.U Év Te{! ).ltK"T41 te{! ÉK rrov t8croáprov, t0 OÜtro~ nro~ ¡..u:-
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VlícrEt~ KaO' a&r~v, aUa rou crtJva)lc.poTÉpOU. €tt El oW)1a ~ 'VUX~, 1tW~ Érrd KatT]yOpEltat tO O)1OtOV m')tii~, Ola roUTÓ ean O'w~ta. tO yap op.OtOV
)1etéxEI tO awpa T~~ 'VUxfit;; KaL1Ccú~ ÉcrttV ~ 'VUX11 Év aúte{!; 11 yap c.b~ OUK bd oCO)1átcov. Kal )'ap Év )'pa).l).lo.l¡;; Kal OX1íl..laOLV Kal ErctlTéoOt<; Ka!
pépo~ ecrtal, Kal OÜtffi~ ouoev trov o}.)ú.Ov PEProV to'O croo)1ato~ E)1Ij.1UXOV, €tI ~léi.AAov Ev xpOO).lamv KCllnotm110tV tO O).lOIOV, anEp ou O'wp.aro.. Ka-
80 péiAAOV OE ouoEv OAro~ €)1Ij.1UXOV autou, aMa I.JfUXl1 KaL oro)la Km' ¡otav. 8ÓAoU OE 1'0 )lEV O'&~la ouata. OUOta<; os lotov ro taUtOV Kat' autl¡v M-
aMa oMe w~ tv ayydC9 tú) crc.6¡..tatt Ei'l1 av ~ \lNXlí. E1ll yap av Kat olí- 130 yEoOat, ou ro O).lOlOV, n:ot6Tllto~ 8€ ro O).lOtOV OÜcrTl~ acrwp.átou, wmE K&V
rffi~ OUX OAOV E~tI.jJ1JXOV ro oro¡.ta. aMa ouoE Kata rrapáOEcnv. oME yap rrov o.McoV n O~lOtoV Ai,Yl1-eat, Ka80 n:OtÓtT]tO~ ¡..tStBx.Et, O).lotOV {.n191íO'Etal.
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yap Ka!, Énd al rIle; 'lfUxfl~ nOLÓt11rE~ oro)1ata KaT' autOUC; KaL al tOU 135 'JIUX~v. OÜtE )'op ro uow)1atOV ooo).lan p.~ crtJ¡.mÚOXElv &A'lot~ (cru¡.t1ráOX8t
OWJ..lC1tO~, 1toW mb).latá ÉO'n v tv T<9 aure{! Kal olá<popa OL' cw..~AroV Ot~­ yap t&v oro).lárrov naoxóVTffiv Kat ra Év aúrol~ aow)1ata, ta t-tf:v TrAetO'ta
KOVTa Kal Év re{! aunj) Tón(f>, 8 AÓYOU o€lrat Ka1 árrooEÍ~Ero~. en npoO)'I- KaTa ()"\)~~EP~K6" ~6~ ot Tlva Kal árrM'ó" w, ~ gm~ávEta wu 64D¡tÉvou
vÓ~IEva Kat árroylvó¡..u:va rr&~ oiSrE aU~lío"EL oürE ¡..u:tCÓOEt ro oro)1a; e-n unaA- O'w)lmo~), aM' ouM ~ \lNX~ tú) O'wpan crtJ)l1táOXEt w~ OUll 01300. Kat
90 AaYEtcrwv TroV lTolonírrov, ai np&tal Xropt08EtO'aL oW)1ata oÚOaL d~ ro).l~ KEXroplO"p.Évr¡, ro~ Ol <píAol t.1YOvtat oup.rráO'XElv, áM.á €crtl tO náoxov ro
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OV <pOaplícroVTat, ouoa).lou yáp Eimv' ODtro KOt f:K rou ).l~ ovrce; EOOVtat. 140 cruva)lc.pÓtEpOV, tO )'ap se{!ov, av ÉK o/Uxfi<; Kat awpo'roe;, Kato. p.€v ro O'ro¡.ta
EtI El oürro~ ~ 'fUX11 TÚ;> OW)1an ro~ OAoV 01' OAOU OtlíKEIV Ka\. KEKpfi.oOat rE)lVóp.8VOV, aAYoüv 8€ Kata t~V 'lfUx.~v· Kat ecrtl tO O:Ayouv tO ~<j)ov, ooonEp
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r4> crcó~latl, OUKÉtt €crtat tOU sc90U tO ).tEV o/UX~, tO crw).la, aUa E~ Ka! ro ~aoíSov Kal tO óprov Kat 't0 ÉrrtGu).louv Kat qnAouv Kal p.lO'OÜv, náOT]
ap<potv iN rl aMO cruvEcp0appivov Kal crtJVT]AAOlffi).lÉvOV, w~ tO )lEAÍKpat'ov. DE rou )1€v O'W)1aT&; ÉcrtLV YOta, W<J7tEP 'to OEp)1aívEcr8m Ka\. tÉ).lVEcrOat, n;e;
95 oe
Kal OUKÉtt ti ro ).lEV rl)'1ícrETCtl, 1"0 Ú1tT]pETIÍO'Et, ouoe tO ).leV n¡..urotEpOV, O€ 'VUxfj~ OUKÉtl, otón O'ro)1Cl ¡.tEv Ka! aVEU 'VUXii~ {¡<p{enatm, 'JIUXTl oe
TO 8E ~nov, ouoE ro oW).la E~Et 'fUxrlV, ouoE ~ I.¡f1JX~ ecrtat EV TÚ;> OW)1an. 145 o.VElJ O'ro).laro~ oiS. ÉvtEAÉ:;(Eta yap Kat dooe; toÚrou. oúx tYyt~~ OE Aóyo~
oú8E )'up t~v apx~v -eo )1EV 'VUX~ emat roü Sc9ou, 'to oE cr&~ta, aMa oUOE Ó Mycov P.l1oev aow).latov crCÓ)latO~ XcoptS808m, tll VOE I.IfUX11V tOU
ev
)lÓVOV ~41ov tO ÉK tOÚ!rov Kpéilla Kal Tt Kal OAoV oP.OtOV ÉautÚ;>, 6nolov oro)1ato~ XffiPlSEO'Oat, remE ).l~ dvat aO'oop.atov. tO yap Xropí~ecrOm ottt6v,
tO OLv6).lEAt, om:p ¿horrov. Ecrn )'ap tOU ~c90U TO)lEV 'If\JXlí, TO OE O'&)1a, ro )lEy Ú1tO<YtáO'El, Otav €Ká'tEPOV XroploOEV )1€vn, tO OE tU 8atépou r.p80pq.,

n
332 El alma
Capítulo 13 333

10 AruKOV Xú)pi~f:'Wl TO;) crCÓ¡.1O'TOC; ~éAaVOC; yEVO~OU. KUTcl lO Oe:ú-


roe; 133-135 Ó AóyoC; o/EUO~¡; o A¿YWV acrw¡.tatov crOO¡.WTt)l~ (JI))11tá<Y,(EtV Éste es el argumento de Cleantes
ISO TEpOV CIT])la¡v6~lEVOV Kal acrcó¡.tatov crro)lUtOC; xcopít;f;tat. OÜtW Kat ~ 'VDX~ infonnado por Tertuliano (texto 13.8) y Nemesio (texto 13.16).
TOi> crCÓ)lC1!OC;. ~(rn tlva Kal AóyCf) xroplma UcrOO)lCfW crooIJátwy, roe; rfjc; 144-145 8t6n aro¡.ta)lb; Ka! aVElJ IVUxfi~ úq¡ícrtatat, IVUXT¡ os aVEU aoo¡.tatOC; 01) Cf. AI~ja.nd r.o, DA 17,
ÜAll~ 'rO dooe;, roe; tOÚ tÓ1tOU 'rO crru)lCl. OÓK UA1l8EC; 08 DUDE T() AÉyE1V 11-15 (citado por Accatino 2005: 192, n.65). La tesis de que el cuerpo es capaz de S U~SlStlr sm el alma
raUta Xwpít;Ecrtlm chr' oJJ.N\.ÚJv, oaa alrtETQl6J.A~N.oV. 1távra yap la parece un poco alejada de Aristóteles, quien par~ce favorec~r una c:e~ co-dependencl.a entre cuerpo 7
alma (cf. DA 2.2 Y Boeri 2009b). Pero, como suglCren Accattmo-Don:lll (l99.6: 133), Alejandro debe estar
cru)l~EBllKÓta xoop(t;EcrBat ¡.uN oró tE, ou )l~v Kal éhm:Tat. ffn OUK O:Ar¡eet; pensando en un cuerpo inanimado o, más precisamente, en un cuerpo morgámco. .
155 TO ~ aVClrrVSO)JEv lOÚTq;J €O")lEV €¡.t\/fUXOI, tft 6S \jIuxtj €)l\jlUX01' DÚOS El aveu 156 TOl) crD)1<pÚTOU 1tVEÚ)1aW¡; Cf. Aristóteles, De motu 703a10-11 y el comentano de Annas 1992: 19-
tOU cru¡.HpÚroU nvEÚ)laTOC; /.01 Oúvano 10: t;~a dVCH, Ola Touro roihó Ecrtl 20.
IjIUX~· 1(01 yap olla nvá 8<JTtV, rov OUX oIóv tE xroplt; ro s<9ov dvat, a
OUOE (llHOl \lfUX11VMyOUO"IV. aucE yap al)lClrOC; XWPD; tel evm)lQ Oóo¿ úypó. 13.24 Cicerón, ND 2.58 (SJP 1.172; LS 53Y) . .
TlltOC; OAcot;. ipsius yero mundi, qui omnia conplexu suo coercet et continet, natura non artIfiCIOsa
solum sed plane artifex ab eodem Zenone dicitur, consultrix et provida utiJita~m
1 &O"ro~latO-; ~ o/UX~ A 3 &JJ.a add. in margine A 4 01.>1( aio9r¡taí V ABKa 6 Kn d B : el Vka : en A oportunilatumque onullum, atque ut ceterae naturae suis seminibus q.uaeque glgnuntur
6-7 m.Jtou VAKa 7 tv¿pY€laV Ka 12 aunl~ AK 13 aurij~ AB Ka 14 ~ a 15 €KEívr¡ : ABKa, Sharples:
augescunt conrinentur, sic natura mundi omnis motus habet vo.luntan?s, co~atusque et
eKEívou Bruns 18 UYElcOC; Bka 21 dvall.tYOl~EV Ka 27 TDN crW!láTWV deL Bruns 32 ouv om. Ka 49
alno ABKa / €K TWV Ka 50 OU08 coni. Bruns 51 aU-r11v Ka 52 cruv¿xcral y 53 aO'w~aw Ka 59 aMa 5 adpetitiones, quas óPllá~ Graeci vocant, et is consenlaneas actlOnes SIC adhlbet ut nosmet
o:d Ka 62 acrW~latoC; Ka 72 TO ~~t.EpOV ~ <O'WllO> coni . Bruns / [~] del. Sharp les 76 01)<u; ai> ipsi qui animis movemur et sensibus. Talis igitur.mens mundi.cum sy ob e ~~que causam
!OrtlKa! Kupreeva, Sharplcs 86 €rrd Ka! von Amim (SVF 2.797) 88-891tpocryev6~Eva YAB 92 <tv> vel prudentia vel providentia appellari recte possIt (Graece elllrn 1tpOVOta dicltur! , ~aec .
B I 94 cruv€q¡8ap¡.ttvwv KUI O'Uvr¡UOIW¡.ttvWV coni. Bruns 99 wi) K 108 apa nvy¿VCl A 136 ante potissimum providet et in is maxime est occupata, primum ut ~llundus. q~am aptI s.slmus ~lt
nacrxóYTwv crup ersum Y 137 TE90AW!l¿VOU y 3 140 cruva¡.Hp6rEpov cruv- add. in margine y 3 148 ¡.ttva ad p ermanendum, deinde ut nulla re egeat, maxume autem ut In eo cxnrua pulchntudo Slt
Ka 149 acrcópcuoc; Ka 153 c1n' VAS : om. Ka 155 E¡.tI./'Uxol Gourinat: E)lnVOIOl y l: E)l1tVOl ylABKa
10 atque omnis omatus.
n,
15 ~6)óv EmU! Éste es, en efecto, el punto de vista estoico (cf. in/m texto 13.26).
3 quaeque AE : quaequae BCPY
34-35 En d ~ \If1JX1l crw)la, ... uq¡' aurijc; Una objeción similar hace Galeno (cf. capítu lo 14, textos 14.22
y 14.23).
13.25 Galeno, Quod Animi Mores Corporis Temperamenta Seqllantur 4.783,10-784,13
38 ro )lÉpo~ 'TO cruvtxov ~ o/UX~ Alejandro puede estar pensando en Aristóteles, DA 41Ib7-8: "el alma (SJP 2.787)
más bien es, por el contrario, lo que cohesiona (cruV€XEIV) al cuerpo, ya que cuando ella lo abandona se
€v"wlrr0 88 yév€l Til-; oucr(~ KCÚ ~ 'rrov L'rrolKrov
dispersa y descompone (olaJr\lElTal Kal <J1í1tETal). , - , , , ,,.
n:€p1Éx€m18 o~a. n:v€u¡.ta ¡.t€V yap 'Tt TllV \jfUX11V Elvm
4748 €mat 1(at 'To-u!O ro 1taXU)lt:pÉcrTaTOV aW)la \IIUX~ Los estoicos argumentan en la dirección contra-
ria: cuanto más sutil es un cuerpo, más capaz de cohesionar es pues es capaz de moverse por sí mismo (cf. POÚt..oVTal Ka8ún€p Ka! TI¡v tpúow, &U' úypÓ1:€POV
supra texto 13.1 y la sección final de nuestro comentario al capítulo 14). IlBv Ka!. 'VUxp6t€POV TO ní~ <púcr€W-;, ~l1PÓ'r€POV 88 Kat
53 Ji rroló-rr¡~ Kal ~ OúVU!llC; oO'olpaTOC; oucra Los estoicos argumentan en contra de esta tesis , pues la 5 eepMórepov TO rií, 1jIV)QiI- wme Kal TOUe· ül.~ Mév
cualidad es un estado de lo cualificado y, como eIJo, es un cuerpo (cf. capítulo 3, texto 3.8). n~ OiK€ía ri]~ \jfUxii~ €crn 'rO n:v€Ülla, 'ro 88 ní~ ÜAr¡~
63 En el awpa ao/UXov Para los es toicos este antecedente es falso (cf. inJi"a texto 13.26). dooe; ~ n:oto. Kpume; tv OlJ¡.t¡.tcrpíq ytyvo¡.tivr¡ Tlíe; (lEpW-
71-72 el OE crúYKpl¡.ta EK tOOv á1tAOOv ~ I./'U;(!í La objeción aprovecha la idea estoica de que el 1tVEu)1a (el 8oue; 'rE Kat n:upffi80u-; oucrí~' om€ yo.p áépa ¡.tóvov
alma es rtw:upa en un cierto grado de tensión) es un compuesto de fuego y aire (cf. Alejandro, Mixt. 224,
15;SVF2.442). ot6v tE <pávUl t~V \jfUX~v OÜt€ n:Dp, on ¡.t~tE 'J.IlYXPov
82 aUo. ouóe I<:aTo. 1tapá9Ecrtv Para esta misma objeción cf. supra Calcidio, texto 13.14. 1O CiKpro~ brXropd yíyvecr9at Sc90U crrollCl Il~T' aKproe;
84 €rtl w-u aropou €V -rfí KplOn ó nupó~ Cf. Aristóteles ce 382a2-3 (citado por Sharples 2008: 160). 9EP¡.tOV aMa ¡.tl18' E1tlKparoÚ)lCVov 1mO 8atépou Ka'ra
86-87 ¿mol ai 'Tll¡; I./'Uxfic; lwl6TTITe~ aWWHa [...] 11:0).),0. acópaTá €anv tv TC\l aut~ Para el posible modo Il€yM11V Ú1tEPOX~V, 01tOU y€, KaV PpaX€i n:4iov yéV11W.1
en que los estoicos podrían haber en frentado esta objeción cf. la sección final de nuestro comentario a rou crufllJÉtpou, 1rUpÉTIEl ¡.tBv tO ~éQov tv tai~ TOU
este capítulo. 1tUpO~ alJÉtPot~ ún:Epoxaí(;, Kaw'1'úxerat óE Kal1tEA18-
87 1tOAACt croo)1Crrá tanv BV 1'6) aur(9 Tal vez en el sentido de "hay muchos cuerpos en el mismo cuerpo" 15 VOUtat Ka! oucraicrEh1TOv ~ 7ravt€l..roe; avaicr811tOV yiYVE-
(e r. Sharples 2008: 160).
TaL Kma Ta~ 'tou aépoe; E1tlKpanía€t~ · OtTOS yap amáS,
113-1I4 TWV ocrw)1áT{j)v [ ... ] ev taíC; aAAal¡; Ka'TT]yopíat~ Como es obvio, se trata de una distinción aris- ocrov ¡ID; eql' Éaur0, \jf1JXPÓS €crrtV, €K 08 nís n:PD<; tO
totélica que los estoicos no pueden haber aceptado : ninguno de los incorpóreos estoicos (tiempo, lugar,
vacío y decible) podría darse en la categoría de la cantidad, que presupone cuerpos.
118 WcrTE of~ ola<pépoualv Esto es, las diferencias y las formas específicas de cada cosa.
" ,,' , ..
mJpó'J8EC CITOtXEiov €1ttfl#ac; clíKpaTOS yíyverat. OíiAoV
- -"
ouv 11011 crOl y€yOVEV, roS 11 tlle; 'l'UX1le; ouma Kata
,
20 n:OtaV KpUOlV UÉpoS 'TE KUL1tl)pOS yíYV€Ta.l Kata rouS
Ln01Koús' Kal cruYE'tD<; ~ 6 Xpúm1t1tOe; an:Eipyucrr(lL
OUt nlV 'tOÚtrov €ÜKpatOV ¡.tistv, [ ... ].

13.26 Estobeo, Ec/. 2.65, 1-4


Boút..ovtat 08 Ka!. T~V tv ~¡.tiv 'JfU;o1v ~~ov ctVat, ~~v
'T6 yap Kal aicr9óvEcr9al' Ka! flMtma to ~YE¡.tOVIKOV ~poe;
334 El alma 335
Capítulo 13

aurii~, Oc5~ KcW:ttat OtávOlU. fUD Kat1tucrav apeT1)v oúliEv avayKutÓv Emlv [... ].
~0ov etval, ¿¡telÓ~ ~ Olh~ Olavoíq imt Kata nlV oucríav. q>a{vcrat
3 oloíKelO. P 4 OU1VOlU FP ; OlUvoíq. corro Heeren P 25 yap lIáAIV ti oHI1Ií..ánoucra l OcrOO)1a \jfUXTllIapa tó.':lv yo-
véoov Ei¡; tO KUOÚ)1CVOV ~KelV, ro¡; tv t 0 cmÉpl-tunn:epteXo-
13.27 Anon., i" Hermogenem Rltet. COlllmelltari"lII illlibrulII de ideiis 7, 884,1 8-27 (S VF ¡..t.Évrl· lÚ; ~ OOv a&r~<; ¿cmv ~ ouma, )J;ye:IVOÓK ExW Óla
2.789)
lO napó tlVOlV OKTJKoévat n:rnC\cr~oov, (he; q>acrtv, acrrol-ta-
oí ~IEv yap ¿ t ro'iKOI ASyOUOl
rov únópxoooav nlv \jfUXTlv cruvcloépxccr9cc1 le?> on:ép)1atl,
¡.111 EÍVal o/Ux~v. ñU' EK n;¡; KpÚcrEWC; T<OV crtOlXEÍWV 30 x.pOlI-tÉvrlV aót<p npÜl; nlv rou lCU'l8'lcroj,lévou OlánAaOlV, roe;
a1tOn:A.elOOCll T1lv yÉv€01V' orav ~ yap 1CAcová01J tO ÜAIJ n:poarjKOÚOT]. Ka( noú ttV~ aUt&v oUx m..llv, WJ..' op-
O€PIJOV, 1tolti lOV }.1ovra, o9ev, <pacrl, Kal eu~ltK6c; yavov unópx:EtV ai)"r~e; tO crn:Ép)1a c.pamv, üí..llv yap e:lvat tO
5 €OTtv' orav 06 KaTa )..6yov Kal CJXebOv E~ lOou cruvÉA8lh n;<; )111tPO~ at)1a, Ñ::yóvrrov étéprov ta.vavda. oOKel yo.p
nOlSt 10V avOpúmOV' <aúTIl, nj, Oó~~, npomá1~, tyé- autoi<; ó t exv1tr¡<; amo<; e:tVat tO crrcÉp)1a, t l01 ¡.rEy BAoV,
VEtO Kal raA:r1v6c;' €tEpOV O€ rcMlv ollar; teparoAoyícu;
35 ev(ol<; 8€: t Om,pteXÓflcvov €:v ccut0 nveG)1a. Ka( ~IOt
Ka, Alípouc; elpf¡KOOW' ro yap TOlóvoe O"cO).la, cpacrl, 1tpOC; nep! lOmOlV toíq yÉypct7ITat Kat á 1\ PIP),,(OV, ev c9 nBpl
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40 tOte; nepl. \jfUX~ ~ AóyO~. a.M', on:ep ec.pr¡v, Olx¡'ellíav eúpícrKrov
5-6 (hav se Kan! ).óyov rrou:í "Cav ñvOpw1toV Tal como interpretamos esta elíptica sentencia, lo que
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06~av anooeOe ly~11v bn(jfIl)10VtK~, unopeiv 6)1oAüyro 1tEpl


"se concentra" o "une" de acuerdo con el ÁÓyoc;; debe ser el calor del rrvru¡.Ia. En efecto, como ¡n forman
aIras fuentes (Sexto Empír¡co, PH 3.188; SVF 2.96), lo rector del alma (que produce ciertos estados \jfUX~C; oÓcría.c;, ouo' ax.pt tOÜ mOccvou npoúBeiv OUVál-te-
anímicos propios del ser racional -como asentimiento e impulso- y que está conectado con la razón en el voe;. eyoo J.iEv OOv anOpE1v Ój,lOAOYro rrep1 r ou otan:)..áoavrOt;
ser humano; cr. supra textos 13.13 y 13.18) es rrvEÜIJa en cieno grado de tensión. Los tres grados de airíou tO B!lPPUOV. tlKpaV yap óp& €v tü otan:A.ácrel 00-
tensión caracteristicos del ;[VEÚ,.H) estoico U·e. €S~, I.pÚ<H~, vuxl1) que, respectivamente, corresponden a 45 c.píav te Q)1a Kal Oúval-tlv, ome nlV f:v l<9 onépl-tan \jfU-
los tres niveles de realidad corpórea (minerales y objetos inorgánicos en general, plantas, animales) están
bien descriptos en el texto 13.25. xTIv, c.puTIlQ1V I-tf:v Ú7tO trov 1tepl tOV ' Apt<:rtotÉA11v KaAou-
~évl]v. bneu~~nJdlV 0< uno 1I"'"wv",. úno se 1&V
13.28 Ga leno, De f oetuumformatione libellus 4.674, 7-1 7; 698, 2-1 7; 699, 4-700, 12 (SVF L1{\liKWV oóoe 1fUXllv OND<;, wa CPÚOtV ~youl-tévwv, ota~
2.761; LS53D) n:AáTIelV to Ej,l~pUOV, 01) )l6vov OUK oocrav O"c:xp~v. aMa
Tí ¡rOt' OOv Eoo;e Xpucrí1t1tCQ KClt WJ..oH; 50 Kcc!navtánamv ñAoyov [ ... J.
n:oUoi¡; q)¡AOcrÓ<pOt~ LtúiiKOi'¡; l E Kal n epl1ran¡tIKOic; ano-
<jnívacrOm n:epl KapOía~, w¡; n:ptfnll tE c.pÚelOt lroV 10i) ~roou
,·lOplrov, {m' U\J1~¡; lE laMa yíYVOHO, Ka1ro¡; t0n:protoo~
5 OlarrAa.OOtvtl Kal c.pí..ep&v Kal VeÚpWV avayKa10v ún:ápXELV
apXlív; OiStE yap n:proTl1 crac.pwJ:; c.paíver at YlvOJ.iy'l, Kal 013-
OEllctat npóoOcv, ro~ ¿nI nacrwv rwv rexvrov Ó aUtO~ re;(Ví-
<~I tpyá~E1O\ 1610 npiinov ~Iépo, <oü o~~loupyou~tvou
Kal ta ~let' aUtO návra ~xpl nl¡; aullnJ...llpfficrEW~, apn1pía~
10 rE Ka! c.pMBa~ avayKai'óv €(ITIV €:K r~<; rou 01tÉp)1(,lt~ 0'11-
crí~ npcót~ curávroov y€VVl]e~Vat, KaOón Kg,V 101<; nepl
(m€p~I(lTO<; únoj..l.V1hlacrt &€&UCTaL. [ ... J
00 t11v rrpOOnlv eU-
Oéox; tmóOe:ow ayvroorov JtEv aicr6TícrEI. A6yCQ Ó' aveúperov
15 únot l9evral, nlV Kccpoíav cmávrrov nl)(;)111V yiYVEcr9at ÁéyOvrE¡;'
oEUTÉpav o' bt1 TfiÓE, lrua ¡..t.óptCC olanAó.netv €KEíVI1v, roe;
O:1toUUI-tÉvou tOU ólunAcícravroc; ooYn)v, ocrn~ not' €:orl, Ka!
j,l'lKÉl' éh't"o~' dr' ec.pcl;ft<; ro¡; UKÓAOUOOV €1tIq>ÉpovrEe;, éSn
Ka! to BouAimó¡..t.Evov ~j,lrov )1ÉpoC; ~<; 'VUX~~ tv raútn
20 KaOécrt'lKCV. el oe 1'0 POUAeUÓ¡..tEVOV, Ka! rrov mtlWv, 00<; q)((~
OlV, Katno)1átwv Ka!ac.ppootcríoov Ka1 xpll)1árwv €1tIOU)10UV,
Ka! O'lA.aO~ Kat tO OU)10Ú¡.r.evóv l E KOl ql\AOVelKoüv, cbv
Teoría de los de la causalidad 337
Capítulo 14 Pero la sustancia -que es en realidad la <misma>- se diferencia de la materia sólo en un
Teoría de los principios y de la causalidad sentido conceptual.
14.5 Alejandro de Afrodisia, Mixt. 224,32-225,3 (SVF 2.310; LS 45H)
Habiendo llegado a este punto del argumento, uno también podria objetarles con razón el
14.1 DL 7.134 (SVF 1.85; 493; 2.299-300; LS 448; FDS 744-745) hecho de que, cuando afirman que existen dos principios de todas las cosas, materia y dios, de
los cuales éste es activo y aquélla pasiva, sostienen que dios está mezclado con la materia
Creen que ~os ~rincip.ios del universo son dos, 10 activo y lo pasivo. Ahora bien, lo pasi-
V? es la sustanCia Sin cualidad, la materia; lo activo, en cambio, es la razón que se da en ella porque se difunde a través de toda ella y la configura y, de esta manera, le da forma y produce
dIOS" En efecto, dado que éste es eterno, produce demiúrgicamente cada cosa a través de l~ el cosmos.
totallda~ de la materia. Esta doctrina la establecen Zenón de Ci tio en su tratado Sobre la 14.6. Sexto Empírico, PH 3.1
sl~s~(jncla, Cleantes en su tratado Sobre los indivisibles, Crisipo hacia el fina l del libro 1 de su Sobre los principios activos: puesto que la mayoría se ha puesto de acuerdo en que, entre
FISlC~, Arque~emo en. su tratado Sobre los elementos, y Posidonio en el libro II de su Tratado los principios, unos son materiales y otros activos, comenzaremos nuestra explicación por los
de fislca. SostIenen,. SlU, e.mbargo, ~ue los principios y los elementos son diferentes, pues en activos. También sostienen, en efecto, que estos [últimos] son [principios] en sentido más
tanto aquéllos son I?~cmtos <~> .I~corruptibles, los elementos, en cambio, se corrompen estricto que los materiales.
durante la c~nflagr~clon. Los prmclplOS también son cuerpos y carecen de forma; los elemen-
tos, en cambIO, estan dotados de forma. 14.7. Sexto Empírico, AM9.11-12 (SVF 2.301)
Los de la Estoa, al mencionar dos principios, dios y la materia sin cualidad, han supuesto
14.2 Estobeo, Ee/. 1.133, 6-11 (SVF 2.317; FDS 741) que dios produce y que la materia padece la acción y el cambio.
~ pr~pósito de,1 estoico Crisipo: entre lo que subs iste según la cualidad se encuentra la
matena pn~lera,. y. ~s.ta es etern.a, ya que no experimenta aumento ni disminución y, según las 14.8 DL 7.150 (SVF 2.316 y 2.482; LS 508; FDS 742)
parte~, admIte ?lVISIOn y cofuslon, de modo que, a partir de ciertas partes, se producen des- Afirman que la materia primera es la sustancia de todas las cosas existentes, como [di-
truccl~nes en ciertas [?~ras partes] de acuerdo con la división; al mismo tiempo, por analogía cen] tanto Crisipo en el libro 1 de su Física como Zenón. Materia es aquello desde 10 cual se
yen Virtud de la cofuslOn, algunas cosas se generan de algunas [otras]. genera una cosa cualquiera. Por otra parte, [los términos] "sustancia" y "materia" se dicen de
dos maneras: la [materia o sustancia] de todas las cosas y la de las partes. Ahora bien, la
14.3. Origenes, Oral. 27.8,9-27 (SVF 2.318) [materia o sustanc ia] de todas las cosas no aumenta ni disminuye, en tanto que la de las partes
~~s definiciones de los que consider~n que ella (se. la sustancia de los incorpóreos) es <no sólo aumenta sino que también disminuye>. La sustancia es, según eUos, un cuerpo y,
po.stellor y que I~ de los cuerpos es antenor son las siguientes: sustancia es (1) o la materia según dicen Antipatro en el libro II de Sobre la sustancia y Apolodoro en su Física, es limita-
pnmera de los eXIstentes y de ella [proceden] los existentes, o (ii) es la materia de los cuerpos da. Pero también es susceptible de padecer una acción, como él mismo dice (se. Apolodoro),
y de ella [p~oc eden] l.os cuer~os, o (iii) la de las cosas nombradas y de ella [proceden] las ya que si no fuera pasible al cambio las cosas sujetas a generación no podrían generarse a
co~as nombl8d~s , o (IV) lo pnmero subs istente sin cualidad, o (v) lo que pre-subsiste a los partir de ella. De donde aquél <afirma> que la división es al infinito. Crisipo sostiene que la
eXls,tentes, o (~/) lo que admIte tanto la totalidad de los cambios como de las alteraciones pero división es infinita, <no al infinito> pues no hay un infinito respecto del cual se produzca la
s~gun su proplO argumento, ello mismo es inalterable, o (vi) lo que permanece a toda altera~ división, sino que [tal división] es incesante.
~,6n y. cambIo: Según ~!Ios: la sustancia es , de acuerdo con su propio argumento, no sólo
lllcua l!ti cada Silla t~mblen sm c~nfiguración, y no tiene una magnitud determinada, sino que 14.9 Plutarco, eN 10858-C (SVF 2.313; LS·47G)
subyace a tod~ , cua l~dad, ~?mo SI se .tr~tara de un espacio dispuesto [a recibirla]. Yordenada- Una concepción común de "elemento" y "principio" se ha implantado, por así decir, en
mente llaman cllal~da.des a las actIVidades y producciones en general, en las cuales sucede todos los seres humanos: que es simple, sin mezcla y sin composición. En efecto, no es ele-
que se ?an los I~o~mllen t~s y los estados. Sostienen, siguiendo su propio argumento, que la mento ni principio lo mezclado, sino lo que resulta de la mezcla. Éstos (se. los estoicos), sin
sustanCI a no participa de mngun.a, de estas cosas, sino que ella siempre es inseparable de algu- embargo, al postular a dios, que es un principio, como un cuerpo inteligente y un intelecto en
n~ de ellas en cu~nto a su afecclon y que en no menor medida también admite todas las acti- la materia, no lo muestran como algo puro, simple o sin composición, sino [como algo que se
Vidades de lo actIVo, como ~i ello activara y produjera cambio. En efecto, la tensión que está da] a partir de otra cosa y por otra cosa. La materia, sin embargo, al ser por sí misma irracio-
con ~I,la y que se ha e~parcldo por completo será la causa no sólo de toda la cualidad, sino nal y sin cualidad, tiene simplicidad y el aspecto de un principio. Si dios efectivamente no es
tamblen de la s ord.enaclOnes [~ue se dan] en relación con ella. Y dicen que [la sustanc ia] está incorpóreo ni inmaterial, participa de la materia como de un principio pues si la materia y la
completam.ente s.u~ eta a cambIO .Y que es completamente divisible, y qu e cualquier sustancia razón son una y la misma cosa, no han dado una buena explicación de la materia irracional.
puede esta¡ espalclda por cualqUIer [otra], porque [la sustancia] está unificada. Pero si son cosas distintas, dios será un administrador de ambas cosas, y no será una cosa
simple, sino compuesta, que ha agregado 10 corpóreo - que deriva de la materia- a lo inteli-
14.4 Estobeo, Ee/. 1.133, 18-23 (FDS 741)
gente.
. A ~ropósi .to de Posi donio: Posidonio dijo que la sustancia del universo es no sólo materia
Slll cua.!Jdad, s~no tambi~n amorfa, en la medida que en modo alguno tiene una figura propia 14.10 E,tobeo, Ecl. 1. 138, 14-139,8 (SVF 1.89; 2.336; LS 55A; FDS 762)
determmada ll! una cuaildad por sí, sino que siempre se da en una cierta figura y cualidad. A propósito de Zenón: Zenón afirma que causa es un "por lo cual", pero aquello de lo
cual es causa es "lo que le sucede" [a algo]; y [afirma] que la causa es un cuerpo, pero aquello
de lo cual es causa es un predicado. Es imposible que la causa esté presente y que aquello de
Teoria de los principios y de la causalidad 339
338 Caphu lo 14

generac ión. Es lo mismo, por tanto, "causa" y "agente". Aunque algo sea causa y agente [y]
lo cual es causa no exista. Y lo mencionado tiene la siguiente fuerza: causa es aquello por lo
ello sea también en todos los casos un "por lo cual", sin embargo, si algo es un "por lo cual",
cual algo sucede; por ejemplo, por la prudencia sucede "ser prudente", por el alma "estar
vivo", por la moderación "ser moderado". Pues es imposible no ser moderado si hay modera- no es también en todos los casos una causa. Muchas cosas, en efecto, por las cua les se produ-
ce el fm concurren hacia un único efecto; no todas ellas, empero, son causas. Pues Medea no
ción respecto de ciertas cosas, o no estar vivo si hay alma, o no ser prudente si hay prudenc ia.
habría matado a sus hijos si no se hubiese enfurecido; ni se habría enfurecido si no hub iese
A propósi to de Crisipo: Crisipo dice que causa es un "por lo cual". También [dice] que causa
es un existente, es decir, un cuerpo; aquello de lo cual es causa, en cambio, no es un ex istente, estado celosa· ni habría estado celosa si no se hubiese enamorado; yeso no habría ocurrido si
Jasón no hubiese navegado hacia Calco; ni habría ocurrido eso si el Argo no hubiese estado
es decir no es un cuerpo; y [dice] que causa es un "porque". Aquello de lo cual es causa, en
cambio, es un "en razón de algo". Por otra parte, dice que una explicación causal es la fórmu- di spuesto para la expedición; y esto último no habría sucedido si las maderas para la nave no
la proposicional de una causa o una fórmu la proposicional que se refi ere a una causa en cuan- hubi esen sido extraídas del Pelión. Pues aunque en todas esas cosas, en efecto, se da el "por lo
to causa. A propósito de Posidonio: Posidonio [dice] así: "causa de algo es aquello por lo cual" no todas resultan ser causas del asesinato de los hijos, sino só lo Medea. [Por tanto] , lo
cual, o el agente primero, o el autor de una producción. También <dice> que la causa es un que no impide es inactivo; por eso lo que no impidc no es causa, sino lo que impide. Pues en
existente, es decir, un cuerpo; aque ll o de lo cua l es causa, en cambio, no es un ex istente ni un el actuar y el producir algo se concibe la causa. Además, lo que no impide está separado. de lo
cuerpo, s ino lo que le sucede [a algo], es dec ir, un predicado. que sucede (es por lo siguiente, en efecto, que ll eva a cabo [algo], porque lo que p~e~e Impe-
dir no está presente), pero la causa se da en relación con lo que sucede. Por conSigUIente, lo
14.1 1 Cleme nte, Strom. 8.9.25. 1.1-27.5.3; 31.1-33.9 (SVF 1.488; 2.344-351; LS 55C-D; 1 ; que no impide no será causa. Pues todo aquello sin lo cual no es posible que se produzca el
FDS 763-764) efecto es forzosamente causa, pero no causa en sentido estricto, pues "aquello sin lo cual no"
Entre las causas unas son preliminares, otras cohesivas, otras auxil iares y otras son [con- no es una [causa] cohesiva, sino auxi liar. Todo lo activo produce el efecto junto con la aptitud
diciones] si n las cua les no [se produce el efecto]. Preliminares son aquellas que, prioritaria- de lo que recibe la acción, pues la causa produce una disposición [en .10 causado] y cad~ cosa
mente, proporcionan el punto de partida para la generación de algo, como la belleza para los recibe la acción en relación con lo que es por naturaleza, pues la aptitud [de lo que reCIbe la
intemperantes en el amor ya que, una vez contemplada, só lo produce en ellos una disposición acción] es capaz de causar y ofrece la exp licac ión de [las condiciones] sin las cuales ~o [se
erótica, [aunque ello] , por cierto, no se da necesariamente. Cohes ivas, en cambio, son las que, produce el e fecto]. Por consiguiente, la causa es inactiva sin la ap~itud [d~ lo qu~ reCibe la
med iante un sinónimo, ta mbién son llamadas " perfectas", precisamente porque, de un modo acción causal; dicha aptitud], sin embargo, no es un a causa [en senti do estncto], smo [causa]
autosuliciente y por sí mismas, producen el efecto. Hay que señalar a continuación todas las auxiliar, porque toda causa se concibe en el actuar. [ ... ] Pero sería ridículo decir ~ue el fuego
causas [que se dan] en el aprendiz: el padre es la causa preliminar del aprendizaje; el maestro no es causa de la quemadura, sino los leños, o que el cuchillo no lo es del c.orte, ~ mo la carn~,
la causa cohesiva; la disposición natural del aprendiz es la causa auxilia r, y el tiempo ofrece la o que no es la fuerza del contrincante [la causa] de que el atleta sea vencido, Silla ~u propia
expl icac ión de las [condiciones] si n las cuales no [se produce el efecto]. En sentido estricto se debilidad. La causa cohesiva no requiere tiempo pues la quemadura produce dolor Junto con
llama ca usa a lo que es capaz de producir algo de una manera activa, pues decimos que la la recepción del impacto en la carne. De las causas preliminares, unas requieren tiempo hast.a
espada es cortante tanto en el cortar como cuando no está cortando. Así pues, lo que en este que se produzca el efecto, otras no lo requieren, como sucede. con una frac~ra. Por c~nsl­
sentido es capaz de producir un efecto indica ambas cosas, tanto lo que ya está actuando como gu iente, se dice que estas [causas1 no son atemporales en el sent1~? de estar pnvad.as de tiem-
lo que todavía no actúa pero tiene la capacidad de actuar. Ahora bien, unos di cen que las po. sino en el de la brevedad [de tiempo], tal como sucede tamblen c~n lo repemlllo, qu~ no
causas se encuentran entre los cuerpos, Olros que entre los incorpóreos. Aquéllos llaman al sucede ello mismo sin tiempo. Toda causa en cuanto causa es aprehenslble con un pensamien-
cuerpo "causa en sentido estricto" y [causa] "en sentido impropio" y "a la manera de causa" a to [doble], porque se concibe [como causa] "de algo" y "en relación con algo"; "de algo"
lo in corpóreo. Éstos , a su vez, in vierten la s cosas y admiten como causas en sentido estricto a [porque es causa] del efecto, como el cuchillo [es causa] de "cortar"; "en relació n con algo"
los incorpóreos, yen sentido improp io, a los cuerpos. Por ejemplo, el corte, siendo una activi- [porque lo es] respecto de lo que está aptamente dispuesto, como el fue?o para la leña, p~es
dad, es un incorpóreo, y es causa de l cortar ya que la actividad tambi én es un incorpóreo. Y, [el fuego] no quema el adamante. La causa se encuentra entre los relatiVOS pues se concibe
de modo simil ar, [es causa] de l "ser cortado" tanto para el cuchlllo como para el [objeto] según el estado respecto de otra cosa, de modo que desembocamos en dos factores para c~n­
cortado, que son cuerpos. [ ... ] Es por esa razón que las causas [son ca usas] o de predicados o, ceblr la causa en cuanto causa. [ ... ] No hay causas [que sean tales11as unas de las otras, Silla
como [dicen] algunos, de "decibles". Cleantes y Arquedcmo, en efecto, llaman "decibles" a que hay causas que [operan] recíprocamente pues la disposición es~lénica preexistente no es
los predicados; o lo que es más, unas serán llamadas "causas de predicados", como por ejem- causa de la fiebre, sino del "generarse la fiebre", y la fiebre prexlstente no es ~causa] del
plo de "es cortado", cuyo caso recto es "ser cortado", otras, en cambio, [serán ll amadas "cau- esplín, sino del "incrementarse la disposic ión [esplénica]". Es así también que las vlIr.udes son
sas] de proposiciones", como por ejemplo "se genera una nave", cuyo caso recto es "generar- causas recíprocas de "no estar separadas" deb ido a su impli cación recíproca, y las pi edras de
se una nave". Aristóteles, por su parte, [piensa que las causas lo son] de términos de este tipo: una bóveda son causas recíprocas del predicado "permanecer firmes", pero no son causas las
"casa", "nave", "quemadura", "corte"; y está de acuerdo en que el caso recto es incorpóreo. unas de las otras. También el maestro y el aprendiz son causas recíprocas del predicado "pro-
Ésa es la razón por la cual también aquel sofisma se resuelve del sigu iente modo: " lo que gresar". A veces se llaman "ca usas recíprocas" [a las que lo son de] los mismos [efectos]: por
dices pasa a través de ti por tu boca", lo cual es sin duda verdadero. "Y dices 'casa'; casa, por ejemplo el proveedor y el comerciante minorista son causas recíprocas de " lucrar"; otras
tanto, pasa a través de tu boca", lo cual es sin duda falso. En efecto, no nos es tamos refiriendo veces, I~ son de [lo que produce] uno y otro [efecto], como el cuchillo y la carne. En ~fecto,
a la casa entendi da como 1Ul cuerpo sino al caso recto, del cual resulta una casa, que es in- aquél es causa para la carne de "ser cortada", en tanto que la carne es causa para el cuchillo ?e
corpóreo. [ ... ]. Lo acti vo, en efecto, indica la actividad; pero lo act ivo no existe en relación "cortar". [ ... ] Además, se investiga si múltiples causas se vuelven, por su concurrenCIa,
con una cosa y la causa en relación con otra, sino que lo son en relación a lo mismo. En efec- múltiples de un único [efecto]. Pues los hombres que están reunidos son causas de "arrastrar
to, respecto de esto es causa de "generarse" y respecto de esto [otro] también es agente de la
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Capitulo 14 Teoría de los principios y de la causa lidad 34 1

la na,ve",. [pero no por~uc cada uno en particular sea causa], si no (porque lo es] j unto con los concibe en relación con lo pasivo, habrá una sola noción pero tendrá dos nombres: lo acti vo y
d~mas, SI es que, cf~ct~vamente, la cencausa ta mbién es causa. Otros, en cambio, afinnan que, lo pasivo. Es por eso también que la fuerza activa no res idirá más en lo activo que en lo que se
SI las ca~,sas SO~ ~ultlp les. cada una en particular se vuelve causa de un único [efecto]. Así llama " pasivo", pues tal como lo activo no puede actuar independientemente de lo llamado
pues,.de ser fehz , que es una sola cosa, son causas las virtudes, que son muchas; y, de modo "pasivo", as í también lo que se llama "padecer una acción" no puede padecer tal acción inde-
semejante, las causas de "estar caliente" y "estar dolorido" son muchas. Pues bien en modo pendi entemente de la presencia de lo activo. De donde se sigue que la fuerza activa del efecto
alguno las múltiples virtudes son una sola en cuanto a su fuerza, y lo mismo sucede ~on lo que no reside más en lo activo que en lo pasivo. Por ejemplo - en efecto, 10 que estamos diciendo
produce ca lor y dolor. Pero la multiplicidad de virtudes se vuelve causa única en género de un se hará claro con un ejemplo-, si el fuego es causa de la quemadura, o es ( 1) productivo de la
úni co [efecto): "ser fe liz". Pero, en realidad, las causas preliminares se vuelven múltiples quemadura perfectamente y por sí valiéndose únicamente de su fuerza , o (2) precisa de la
[causas] , en genero y en especie, de un ún ico [efecto): en género [son causas] de "estar en- materia quemada como de algo auxiliar para ell o. Y si perfectamente y por sí produce la
~ermo de u.o modo cua lqui er~" (por ejemplo, un enfri ami ento, una quemadura, fat iga, indiges- quemadura cuando auxilia a su naturaleza, tambi én deberá quemar siempre porque tiene su
tión, embriaguez). En especie, [son causas] de la fi ebre. Las causas cohesivas en cambio propia naturaleza todo el tiempo; sin embargo, no quema siempre, sino que quema algunas
única mente [s?n muchasJ en género, pero ya no en espec ie, pues de "oler bien':, que es un~ cosas y otras no. Por consiguiente, no quema perfectamente y por sí valiéndose de su propia
sola cosa e~ genero, muchas son las causas [en especie]; por ejemplo, incienso, rosa, azafrán, naturaleza. Y si [quema] junto con la aptitud de los leños quemados, ¿por qué podemos decir
estorque, mma, ungüento aro mático. La rosa, en efec to, no podría oler tan bien como la mirra. que el fuego es causa de la quemadura pero que la aptihtd de los leños no lo es? En efecto, tal
[ ... ] Unas [causas] son prelimina res, otras cohesivas, otras concausas y otras aux il iares. Unas como al no haber fuego no se produce la quemadura, así también cuando la aptitud de los
[causas son propias] de .Jo que es según naturaleza, otras de lo que es contra naturaleza, otras leños está ausente no se produce la quemadura. Así, si el fuego es causa - porque cuando está
de la en.fermedad, y aCCidentalmente otras lo son de las pasiones , otras de su intensidad, otras presente se produce el efecto y cuando está ausente no se produce- también la aptitud será
d~ los tiempos y de las oportunidades. Ahora bien, cuando las [causas] preliminares son eli- causa debido a cada una de estas dos cosas. Asimi smo, tal como la sílaba "di" se compone de
mmadas el ef~c~o continúa. Causa cohesiva, en cambio, es aquella que, en tanto es tá presente, "d" y de " i" y es absurdo el que sostiene que la <Id" es causa de "producirse tal sílaba" y que la
el e fecto contmua, y cuando se elimina, desaparece el efe cto. A la causa cohesiva también la " i" no es causa, así también, dado que "quemar" se parece a la sílaba y el fuego y los leños a
llaman " perfecta", ut il izando un sinónimo, porque por sí mi sma produce el efecto de un modo la letra, es en extremo absurdo el que sostiene que el fuego es causa de "estar quemado" pero
autosuri.c i.ente. Pero. si la causa perfecta indica una actividad perfecta, la causa auxiliar indica los leños no lo son en modo alguno. En efecto, "quemar" no se produce ni sin fue go ni si n
U~l S~rVJ C IO, es d~c~ r, ~na colaboración junto con otra cosa. Ahora bien, si no se produce leños, como tampoco [se produce] la sílaba ["di"] sin "d" o "i" . De aquí se sigue de nuevo
nmgun [efccto] m sIqUI era se llamará "[causa] auxiliar"; pero si se produce el efecto, se vuel- que, si la causa no es productiva de algo perfectamente ni <se da solamente> con la aptitud de
ve caus.a de aqu~I,l o que, en todos los casos sucede, esto es, de lo que está sucediendo [a lo lo que padece la acción, la causa no es productiva de nada .
que reCibe la aeclon causal] a través de ella. Por tan to, [causa] auxiliar es aque ll a que, cuando
es taba presente, se producía el efecto. Pues bi en, si la causa está presente de un modo eviden- 14.13 Galeno, Adv.llll. 18.279, 12-280,4 (SVF 2.355)
te, [su e~eeto] es evidente, mi entras que si está presente de un modo no evidente, [su efecto] Ta mbién se ha hablado de las causas cohesivas en otra parte, cuando nosotros mostrába-
es no eVIdente. ~a concausa, por su parte, también se encuentra incluida en el género de la s mos que: (i) no sólo el nombre sino también la cosa misma de la cual <se dice> el nombre
causas en el sentido en que, por ejemplo, el soldado auxili ar es un soldado yel efebo auxiliar pertenecen a la escuela estoica; (ii) que los médicos más recientes no han interpretado ni
es un efebo. Ahora bi en, la causa auxiliar presta su ayuda a la cohesi va en vista de la intensi- denominan correctamente ese género [de causas] en su totalidad; (iii) que también nosotros, al
dad de lo que el la está produciendo; la concausa, en ca mbio, no se aplica a la misma noción seguirlos mucha s veces para que no parezca que estamos di scutiendo sobre el nombre, adm i-
[de causa], ya qu~ la .concausa puede existir aunque no exista causa cohesiva a lguna pues la timos que algunas causas sean llamadas así , [aunque] ino por Zeus! las que [son causas] de lo
canea usa se conc Ibe Junto C?11 otra cosa que por si sola ni siquiera es capaz de producir el que existe en sentido absoluto, sino de lo que ha obten ido su ser en el generarse.
efec to, por c~anto es causa Junto con [otra] causa. La diferencia entre la causa auxiliar y la
14.14 Ps. Galeno, Introdllctio sive Medicll:I 14.691, 13 - 692, 13
concausa radIca ~n el hecho de q ue la concausa produce el efecto [junIo con otra] cosa que no
Entre las causas, unas son preliminares, otras cohesivas, otras auxiliares, otras concausas,
lo pro~uce por SI so la',en ta nto que la c~usa aux iliar no produce el efecto por sí so la , sino que
otras precedentes. Ahora bien, preliminares son las que dan inicio o ponen fin [a algoJ una vez
se adhiere a otra que SI lo produce por SI so la y entonces la auxilia para que el efecto se vuelva
que uno lo ha hecho; por ejemplo, un enfriamiento, una fatiga, una quemadura, una indiges-
más. poderoso. Y más exactamente, el hecho de que se haya producido una ca usa auxiliar a
tión. Causa cohesiva, en cambio, es la que cuando está presente, también está presente la
partir de una preliminar contribuye [para que la causa aux iliar] amplíe la fuerza de la causa.
enfermedad, y cuando es eliminada [la enfermedad] se disipa; por ejemplo, una espin a o un
14.12 Sexto Empírico, AM 9.237-245 (LS 72N) dardo. Concausa es la que por sí mi sma es capaz de producir una afección, pero la produce
Más aún, si hay una causa, o (1) ~s una causa de algo que perfectamente y por sí única~ junto con otra cosa, como ocurre con una piedra en la vej iga o una inflamación. Pues ambas
mente se va le de su fuerza ,.o (2) necesIta la materia afectada como al go auxiliar para ello, de cosas son causas de la retención de la orina, y cada una de ellas por sí misma también puede
modo qu e. el efecto se concIbe según la conjunción común de ambas cosas. y si su naturaleza ocasionar la suspensión de la orina. Causa auxiliar es una parte de la causa que por sí misma
es prodl~cJ r algo perfectamente y por sí vali éndose de su fuerza, tiene que producir el efecto no puede producir una afección, sino que opera j unto con otra cosa, tal como opera la lascivia
todo el ll empo - por cu.anto .todo el tie~po se tiene a sí mis mo y a su propia fue rza-, no actuar en relación con la artritis, y la remadura en relación con la transmisión de la sangre. Preceden-
a veces y a veces ser mactlVo. Pero SI, como sostienen algunos dogmáticos no se encuentra te es la causa que o está equipada por la preliminar o que recibe colaboración de ella; por
en l~e lo que ~~ absoluto ~ independiente,. ~i no entre lo que es relativo, dado 'que ella y lo que ejemplo, el exceso de sangre es producido por la cantidad excesiva de alimento pero, según
reCIbe la aCClOn se conSideran en coneXlOn mutua, resultará algo peor. Pues si lo activo se
Teoria de los principios y de la causalidad 343
342 Capítulo 14

Erasístrato, precede al flujo (de sangre], el cual es cau sa cohesiva de lodas las enfermedades. porque tiene que haber una causa establecida del hecho de que nos parezca q~e ellas est.án a la
Sin embargo, sin la [causa1 precedente no se produce [tal exceso de sangre]. base de los [procesos] cuando en realidad no lo están ..Desde luego que, .S l no hay nmg~~a
causa, cualquier cosa deberá generarse a partir de cual~uler cosa, e~ cualqUl e: lugar y tamblen
14.15 Sexto Empirico, AM 9.207-208 en cualquier momento, lo cual es absurdo. Pues, senCillamente, SI no hay .mngun~ ca.usa, no
Pues bi en, la causa, dicen, se encuentra entre lo que es relativo, pues una causa lo es de habrá ningún impedimento para que de un hombre nazca un caballo; y SI nada ImpIde que
algo y <para algo>; el bisturí, por ejemplo, es causa de algo en el corte, y para algo en la alguna vez de un hombre nazca un caballo, así también, si se di~ra el caso, de un ca~a llo
carne. podría nacer una planta. Del mi smo modo, no será posib.le que la llleve se congele ~n ~glpto,
que haya sequía en el Ponto, ni que los fenómenos proplo~ del veran~ sucedan en mVle~o y
14.16 Sexto Empirico, AM 9.21 1-212 (SVF 2.341; LS 55B)
los propios del invierno sucedan en verano. De lo cual se sigue que, SI aquello ~ lo cua l sigue
< Los> estoicos afirm an que toda causa es un cuerpo causante de algo incorpóreo para un
algo imposible es ello mismo imposible, y al ?echo. de que no haya causa siguen m~lchos
cuerpo; por ejempl o, el bi sturí - un cuerpo-- es <causa> para la carne - un cuerpo- del predi ca-
imposibles, debemos decir también que la no eXl stencl~ de ca~sa s~ encuentra ~ntre los Impo-
do incorpóreo "ser cortada", Y de nuevo, el fuego - un cuerpo-- es <causa> para la madera - un
sibles. Además , el que sostiene que no hay causa lo dice o b!en Slll causa o bien con al~na
cuerpo- del predi cado incorpóreo "ser quemado".
causa; y si lo dice sin causa alguna, no es confiable por seg~lIfle ~I hech~ de qu~ esa tesIs no
14.17 C lemente, Slrolll. 1.17.82.1-6 (SVF 2.353) es más confiable que su contradictori a, ya que no hay eXistencia preV1a de lllnguna causa
Sé que muchos incesantement e y de un modo crec iente nos dicen que 10 que no impide es plaus ible por la cual diga que la causa es inexisten.te. P~ro si lo dice co~ al~na cau~a , se
causa, pues sostienen que causa del robo es el que no cuidó o no lo impidió, como si el que no refuta a sí mismo; es decir que al sostener que no eXiste mnguna causa, se nnphca la eXisten-
extinguió un [fuego] terrible en su comienzo fu era [ca usa] de! incendio, y como si el piloto cia de una causa. Por lo cual también a partir de la misma posibilidad es líc ito propon~r el
que no preparó el vejamen lo fuera del naufragio. A los causantes de esos hechos la ley los argument o dado en la prueba anterior y en la demostración de las tesis precedent~~; dl.cho
castiga enseguida, pues a aquel que era capaz de impedi r [un hecho ta l] la causa de lo sucedi- argumento tendrá el siguiente esquema: "si hay alguna causa, hay causa. Pero tamblen SI no
do también le compete. Contra e llos sin duda afirmamos que la causa se concibe en el actuar, hay ninguna causa, hay causa. Por cierto, o bien hayo bien no hay. Luego, hay". Porquc a la
es dec ir, en el acti var y el hacer. Lo que no se presenta como un imped imento, empero, es, [tesis de] la existencia de causa sigue la existencia de al~na c~usa, porque el anteced~nte no
segú n esto, inactivo. Además, la causa se da en la acti vidad, tal como el armador en el gene- se diferencia del consecuente; ya la [tesis de] la no eXistencia de causa de nu~vo sl.gue la
rarse una nave y el constructor en el construirse la casa. Lo que no impide, sin embargo, está existencia de alguna causa puesto que, efect ivamente, quien sostiene que no eXiste .m.nguna
separad o de lo que le sucede a [algo]. Por lo siguiente, en efecto, lleva a cabo [al goJ: porque causa lo dice movido por alguna causa. De modo que, además de las dos <propOSIciones>
lo que es capaz de impedir no ac tiva ni impide. Pues, ¿por qué lo que no impide activa? Sin co ndicionales también la disyunción resulta una disyunción verdadera a partir de contra-
embargo, si va n a pedir que se trate como ca usa de la herida 110 al dardo sino al escudo que no dictorias, y la 'conclusión está incluida en tales premisas, según explicamos más arriba.
impidió el dardo, su argumento se encamina hacia Ulla incoherencia. En efecto, tampoco
reprocharán al ladrón, sino al que no impidió [l a acción del] ladrón. 14.19 Sexto Empírico, PH3.14-15
Pues unOS sostienen que la causa es un cuerpo, otros que un incorpóreo. Según ~I~os , pa-
14.1 8 Sexto Empírico, AM 9.196-206 (SVF 2. 337) recería que la causa es lo quc, en el sentido más general, es aqueJJ~, por cuya a.ctl~ldad se
Así pues, si hay sim iente, también hay causa puesto que la simiente es. prec isamente, produce el efecto. Por ejemplo, el solo el calor del sol (es causa] del estar dcrrettda la cera
causa de las cosas que de ella crecen y se desarro ll an. Pero hay efectivamente si miente, como o del "derretimiento" de la cera. Por cierto que no se han puesto de acuerdo en esto, porque
se reve la por los vegetales que se producen por siembra de simiente y por los [vivientes} unos sostienen que la causa es causa de nombres (por ejemplo, del " derretimiento") , otros que
producidos por generación animal. Por tanto, hay causa . A su vez, si en cierto modo existe la lo es de predicados (por ejemplo de "estar derretida"). Por e~o, como dij~, en general la c~usa
naturaleza, en cierto modo ex iste la causa, pues la nahlraleza es causa de las cosas que están es aquello por cuya actividad se produce el erecto. La mayorla de ellos, Slll. ~mbargo, consld~­
en proceso de na cimiento o de la s que ya existen, y la naturaleza existe, como resulta mani- ra que, entre estas causas, unas son cohesivas, otras concausas y otras aUXiliares. Son ~ohesl­
fies to por sus efectos. Así pues, si hay natura leza, hay una causa. Pero, por cierto, lo primero. vas aquellas que, cuando están presentes, está presente el e~ecto, cuando son remOVIdas es
Luego, lo segu ndo. Dicho de otra manera: si en cierto modo exi.ste el alma, hay causa, porque rcmovido [el efecto] y cuando merman merma [su efecto]. DIcen, en efeclo~ que de esta ma-
ella es causa tanto del vivir como del morir: del vivir cuando está presente; del morir cuando nera el poner una cuerda es causa del ahorcamiento . U~a co~causa, en cambl,o, es aquell~ que
se separa de los cuerpos . Pero por cierto hay alma, dicen, toda vez quc quien dice que 110 hay contribuye con igua l fuerza a otra concausa para la eXistencia del efecto. ASl es c~~o, dicen,
alma, al estar haciendo uso de ella, pone de manifiesto su existencia. Luego, hay alma. cada uno de los bueyes que arrastra el arado es causa del alTastre del arado. Es auxil iar: por s.u
Además, si hay dios, hay ca usa , pues él es el que gobierna el un iverso. Pero por cierto según parte [la causa] que con faci lidad también contribuye con una fuerza pequeña a la eXistencia
las nociones comun es de los hombres, hay dios. Luego, hay causa. Y aun cuando no hubiese del efecto, como cuando dos [personas] están levant~ndo con dificulta~ un objeto pesad~'y
dios, hay causa, pues el que no haya dioses responde a alguna causa. En consecuencia, a la una tercera se acerca y ayuda a aligerarlo. Algunos, SIn embargo, han dicho que hay ta~b~~n
existencia de d ios y a su inexi stenc ia sigue igualmente la existenc ia de causa. Y puesto que, causas presentes de efectos futuros, esto es, causas preliminares; por ejemplo, una exposlclOn
por cierto, muchas cosas se generan y se corrompen, crecen y decrecen, es decir se mueven y intensa al sol (es causa] de la fiebre.
dejan de moverse, es preci so, por necesidad, reconocer la existencia de algunas causas de esos
[procesos], unas de la generación, otras de la corrupción; unas del crecimiento, otras del 14.20 Séneca, Ep. 65, 2-4; 23-24 (LS 55E)
Como sabes nuestros estoicos dicen que hay dos factores en la naturaleza de las cosas, a
decrec imiento, es decir ya del movimiento, ya de la inmovilidad. Además, aunque no existie-
partir de los cllal~s todo se hace: la causa y la materia. Ésta yace inerte, preparada para todo,
ran esos efectos y aunque sólo fueran aparentes, hay que inferir la existencia de las causas
344 Teoría de los principios y de la causalidad 345
Capítu lo 14

Í~a.ctiva si nadie l,a mueve; la causa, en cambio, - esto es la razón- conforma la materia y la causa cohesiva de sí mismo y también de las demás cosas, en tanto que el agua y la tierra
dmge a donde qUIere, y a partir de la materia produce variadas obras . Por cons iguiente debe requieren de otro [factor] cohesivo. Ciertamente, en el dominio de la representación corriente
existir a lgo a partir de lo cua l [una cosa] se produce y ademá s aquello que la produc~: esto se podría decir que es causa cohesiva de sí mismo 10 duro, lo que ofrece resistencia y lo den-
último es la causa, aquello la materia. [ ... ] Los estoicos sostienen que hay una sola causa: so; en cambio, lo delgado, lo blando y lo suave requieren de otro [factor] cohesivo. Sin em-
aquello que produce [ ... ]. Conque la total idad de las cosas consta de maleria y de dios. Dios bargo, [estos] hombres consideran que su hipótesis es confiable no sólo sin haber enunciado
ordena es tas cosas que, dispersas, lo siguen como a un conductor y guía. Ahora bien, es más demostración alguna, sino también sin darse cuenta todavía de que están suponiendo una
potente y poderos? lo que hace - que es dios- que la materia, la cual es afectada por dios. El [hipótesis] incompatible consigo misma. Sostienen, en efecto, que, entre todas las cosas, las
lugar que ocupa dIOs en este mundo, lo ocupa el alma en el hombre; lo que allí es la materia, que están más enrarecidas son más blandas y dúctiles - re. el fuego y el aire-, ésas son causas
en 110sotros es cuerpo. no sólo de la dureza sino también de la resistencia de la tierra, como si fuera posible que una
14.21 Aleja ndro, Fal. 192, 14-25 cosa hici era partícipe a alguna otra de la fuerza, o de la naturaleza, o de la actividad, o de la
cualidad en la cual [ella mi sma] no tiene participación. Por cierto que otra vez se muestra con
Igua lmente, también afirman que es similarmente imposible lo que se da de un modo in-
toda evidencia y claridad no sólo que ninguna cosa recibe la acción cohesiva del fuego, sino
causado por el hecho de que algo se genere desde el no ser. Y la administración del uni verso
se produce clara e incesanteme nte desde lo infinito a lo infinit o; y dado que hay una diferen- que, además, todas las cosas se di suelven. Contra la hipótesis de los estoicos se ha argumen-
cia entre las causas que ya hemos exp licado - pues enumeran un enjambre de causas: unas tado in extenso en otra parte.
preliminares, otras concausas, otras condiciones, otras cohesivas y otras de algún otro tipo. En 14.24 Ga leno, PI/ls. 9.458, 8-1 4 (SVF 2.356)
efecto, no tenemos que prolongar la explicación agregando todas las que se menc ionan, [s ino Sin embargo, debemos recordar ante todo en qué sentido decíamos que a veces hab lamos
que] tenemos que mostrar la intención de su doctrina del destino -, y como efectiva mente hay de "causa cohesiva", porque [la nombrábamos] no en sentido propio, sino haci endo un uso
muchas causas, afirman que es igualmente imposible que sea verdadero en todos los casos [erróneo] del término. En efecto, lo que en sentido prop io se ll ama "causa cohesiva" ningú n
que, cuando todas las mi smas [circunstancias] se dan respecto de la causa y de aque llo de lo otro lo denominó así antes de los estoicos ni admitió su existencia. Pero [las causas] de alguna
cua l hay causa, el rcsultado a veces, en cierto modo, no sea así, y otras veces sí lo sea. Pues si producción que, antes de nosotros , eran mencionadas al modo de las cohesivas, no son causas
así sucediera, habría un movimiento inca usado. de la existencia.
14.22 Ga leno, DP 7. 525, 7-14 (SVF 2.439) 14.25 Plutarco, eN 1085 e-E (SVF 2.444)
Decir que una cosa cualquiera actúa sobre sí misma o se act iva a sí misma es contrario al Por supuesto que, al denominar a los cuatro cuerpos - tierra, agua, ai re y fuego- "elemen-
sentido común. Entonces, así también [lo es decir que algo] es causa cohes iva de sí mismo. En tos primarios" hacen - ¡no sé cómo! - a algunos simples y puros, en tanto que a otros compues-
efecto, los que en mayor med ida introdujeron la fuerza cohes iva, como los estoicos, hacen de tos y mezclados. Pues sostienen que tierra yagua no ejercen una acción cohesionante sobre sí
lo cohesiv.o una cos~ y de lo que rec ibe la acción cohes iva otra diferente, ya que sos ti enen que mismos ni sobre otros, sino que conservan su unidad debido a la participación neumática y a
la sustanCla neu mática es 10 cohesivo y que la [sus tancia] materia l es lo que rec ibe la acc ión la fuerza ígnea. Aire y fuego, en cambio, debido a su buena tensión, son cohesivos respecto de
cohesiva. Por lo cua l afirman que aire y fuego produccnla acción cohesiva, en tanto que tierra sí mismos y cuando se mezclan con aquellos dos les suministran tensión, permanencia y
y agua la reciben. sustancialidad. Ahora bien, ¿cómo es que tierra o agua son todavía elementos si no son sim-
14.23 Galeno, DP 7.526,12 -528, 12 (SVF 2.440) ples, primeros ni autosuficientes, sino que siempre requieren de algo externo que ejerza lUla
Pues bi en, te expongo cómo el argumento se reduce necesari amente a un absurdo si esta- actividad cohesionante y los preserve en su existencia? [ ... ] Luego, ¿cómo es que la tierra
blecemos que todo lo ex istente requiere de una causa cohesiva. En c uanto a cuá l es la causa ex iste por sí misma y precisa del aire que la constituya y que ejerza una acción cohesionante?
cohesiva, sea cual fuere - en efecto, los seguidores de Herófilo no están de acuerdo en recono- Pero es que tierra yagua no existen por sí, sino que el aire, al reunir y condensar de este modo
cerla-, ¿acaso también ell os (se. los es toicos] suponen que es algo que procede de lo existente a la materia, hizo a la tierra y, de nuevo, al disolverla y ablandarla de este otro modo [hizo] el
o de lo no ex istente? Porque si es alguna de las cosas no existentes, si efectivamente sostienen agua. Por consigu iente, ninguno de estos dos es un elemento pues otra cosa les sum in istró a
que cada una de las cosas existentes necesita de alguna de las no ex istentes me admiro de la ambos su sustancia y su generación.
sabidurfa de esos hombres. Con todo, si postul an la ca usa cohes iva com~ perteneciente al 14.26. P luta rco, SR 1053F- 10548 (SVF 2.449)
dominio de los exis tentes, que recuerden que afirmaron que todo lo existente requiere de una En sus tratados Sobre los estados disposicionales dice (se. Cris ipo) que dich os estados
causa cohesiva para existir. Así resu ltará, en efecto, que la mis ma causa requiere de otra causa disposiciona les no SOI1 más que aires: "pues los cuerpos son cohesionados por esos (aires], y
para su exis~enc ia, y esta últ i n~a, a su vez, de otra, y así al infinito. Y si han de decir que entre el aire cohesivo - que llaman 'dureza' en el hierro, 'solidez' en la piedra y 'blancura' en la
las cosas eXIstentes unas precIsa n de alguna otra causa para existir y otras puede n existir por plata- es la causa de que cada una de las cosas cohes ionadas por su estado disposicional esté
sí mismas, que reconozcan primero que ya están desatendiendo su posición inicial, la cual era cualificado [como lo está]". [ ... ] Sin duda, en todas partes declaran que la materia es por sí
en todo más verdadera: que todo lo existente neces ita de una causa cohesiva para existir. En misma un sustrato inerte e inmóvil de las cualidades y que éstas, que son hálitos y tens iones
se~ndo lugar, (que ta~lbi én reconozcan] que carecen de un argumento de más peso sobre por aeriformes, dan forma a las porciones de materia en las que se gcneran y configuran a cada
que algunas cosas reqUIeren (de una causa cohesiva] en tanto que otras no, o incluso cuáles de cosa.
esas cosas son una u otra. En efecto, ni siquiera la mayoría de los segu idores de Herófilo, ni
los estoicos más recientes presentan una demostración de que el hálito, esto es el fuego, es
346 Capítulo 14 Teoría de los principios y de la causalidad 347

14.27 Simplicio, in cal.269, 14-16 (SVF 2.452) sus opiniones, discrepan de palabra, no de hecho. En general, después de que se ha hecho esta
Los estoicos postulan una fu erza 0, más precisamente, un movimiento de expansión y distinción, puede decirse con verdad que en algunos casos, cuando hay causas antecedentes,
contracción - aquél hac ia fuera, éste hacia adentro-- y consideran que en tanto lo uno es causa no depende de nosotros impedir que sucedan aquellas cosas de las cuales [dichas causas ante-
de la existencia, lo otro lo es del [individuo] cualificado. cedentes] son causas, pero que en otros casos, aunque haya causas antecedentes, depende, no
obstante, de nosotros que aquello ocurra de otra manera. Unos y otros aprueban esta distin-
14.28 Cicerón, Fal. 41-45 (SVF 2.974; LS 62C) ción, pero unos creen que no depende de nosotros que los hechos que suceden por destino en
Crisipo, sin embargo, puesto que también ha desaprobado la necesidad y ha sostenido los casos en los que hay causas antecedentes sucedan de otra manera, pero aquellos hechos
que nada sucede sin causas antecedentes , distingue <dos> tipos de causa, no sólo para evitar que dependen de nosotros, se libran del destino [ ... ].
la necesidad sino también para conservar el destino. "En efecto, dice, entre las causas, unas
son perfectas y principales, otras auxiliares y próximas, Es por eso que cuando decimos que 14.29 Ps. Plutarco, De fato, 570Ej 574E
todas las cosas suceden por destino por causas antecedentes no queremos que con esto se Solamente son destinados y según destino los [eventos] que en la ordenación divina si~
entienda 'por causas perfectas y principales', sino 'por causas auxiliares y próximas' ". Así guen a sus antecedentes, de manera que el destino comprende todas las cosas que suceden,
pues , el argumento que hace un momento presenté, [Crisipo] lo resuelve así: "s i todas las pero no es COtTecto decir que muchos de los [eventos] que están en él y prácticamente cuantos
cosas suceden por destino, sin duda se sigue que todas las cosas suceden por causas antece- son antecedentes son según destino. [.. .J Según el [argumento] contrario, parecería que [l o que
dentes, por supuesto que no por causas principales y perfectas, sino por [causas] auxil iares y ocurre] especialmente y en primer lugar es que nada sucede de un modo incausado, sino de
próximas. Si éstas no dependen de nosotros, sin duda no se sigue que el impulso tampoco acuerdo con causas antecedentes. Segundo, que este cosmos, que es animado por un hálito
dependa de nosotros. Esto se seguiría si dijéramos que todas las cosas suceden por causas común y es afín consigo mismo, es admin istrado por la naturaleza; tercero, las cosas que,
principales perfectas, de modo que, dado que estas causas no dependen de nosotros, tampoco además de éstas, mayormente parecen ser testimonios [de todo esto]: la ad ivinac ión, que entre
el impulso dependerá de nosotros . Por lo tanto, contra aquellos que introducen el destino a tal todos los seres humanos es bien reputada, en verdad, coexiste con dios, y en segundo lugar la
punto que lo atan a la necesidad aquella concl usión será válida; no será válida en nada, en satisfacción de los sabios hacia lo que sucede, por cuanto todo ocurre de acuerdo con la Moi-
cambio, contra aquellos que no llamen a las causas antecedentes 'perfectas' o 'principales' " . ra, y tercero esa celebrada [sentencia] de que toda proposición es verdadera o fa lsa .
No hay duda de que el hecho de que se considere que los asentimientos suceden por causas
COMENTARIO
antecedentes [Crisipo] piensa que 10 puede explicar fácilmente. En efecto, aun cuando el
En toda teoría filosófica que pretende dar cuenta de la realidad en su totalidad hay dos
asentimiento no puede suceder si no es estimulado por una impresión, no obstante, dado que
temas que aparecen como cruciales a tal expl icaci ón: lo s principios (textos 14.1-14.9) y la
tiene esa impres ión como su causa próx ima , no principal, ello tiene su exp licac ión, según
causalidad (textos 14.10~14.28). El tópico sobre el que no parece haber habido mayor discu-
pretende Crisipo, como dijimos recién : no es que el asentimiento pueda suceder sin que nin-
sión entre los estoicos es que lo verdaderamente existente son los cuerpos (Plotino, 6.1, 28;
guna impresión sea excitada desde fuera, pues es necesario que el asentimiento sea puesto en
2.4, 1; Alejandro de Afrodisia, in Top. 301, 19; para la traducc ión y comentario de estos
movimiento por una impresión; pero recurre a su cilindro y a su cono, los que no pueden
pasajes cf. capítulo 2). Zenón sostuvo que los principios de todas las cosas son lo activo y lo
comenzar a moverse sin un empuje. Pero cuando esto ha ocurrido, piensa que cada uno sigue
pasivo; al decir esto, implicaba que todo lo que es existente (ov) es o activo o pasivo. Esta
moviéndose en virtud de su propia naturaleza: el cilindro rueda en línea recta y el cono en
afirmación también parece sugerir que cualquier cosa que carezca de estas características debe
círculo. "Por lo tanto, dice, ta l como el que empujó el ci lindro le dio el principio del movi-
ser, necesariamente, no existente (cf. texto 14.1). Como veremos enseguida, la diferencia
mien to pero no le dio su 'rodabilidad ', así también sin duda una impresión de un objeto im-
existente-no existente también desempeña un papel importante en el contexto de la teoría de
presionará y, prácticamente, grabará en el alma su apariencia, pero el asentimiento dependerá
la causalidad, y ello es así por dos razones: (1) la causa se identifica con lo activo y (2) para
de nosotros. El asentimiento, como dijimos en el caso del ci lindro, aunque es empujado desde
que se establezca una relación de causalidad es un requisito indispensable que los factores
el exterior, será puesto en movimiento por su propia fuerza y naturaleza. Si algo se produjera
intervinientes sean cuerpos.
sin una causa antecedente, sería falso que todo sucede por destino; pero si es probable que una
Lo activo es dios o la razón que se da en la materia, la "sustancia sin cua lidad" (lo activo
causa antecede a todas las cosas que suceden, ¿por qué no habría de suceder que todas las
también se identifica con e1rrVf:U)la o hálito vital - que se difunde por la totalidad de la mate-
cosas se producen por destino? Basta comprender la distinción y diferencia en tre las causas".
ria- , gracias a cuya tensión se produce toda cualidad y las distintas ordenaciones que se dan
Después que Crisipo ha explicado el asunto de este modo, si los que niegan que los asenti-
en relación con el sustrato material; para este punto cf. texto 14.3). La relación de ambos
mientos suceden por destino concedieran, sin embargo, que no suceden sin una impresión
principios entre sí genera un problema interesante desde el punto de vista de la discusión
antecedente, ello es por otra razón. Pero si conceden que las impresiones anteceden y, sin
sistemática. La materia como principio es "incualifícada" (ñ1toto~), amorfa (a)lopq:>o~), inerte
embargo, que los asentimientos no suceden por destino -s obre la base de que aquella causa
e inacti va (cf. 14.1, 14.3, 14.4, 14.7, 14.9 y 14.20). Sin embargo, el texto 14.2 habla de la
próxima y cohesiva no mueve el asentimiento- advierte que están diciento lo mismo [que
materia primera como de algo "subsistente según la cualidad'; esta materia primera debe ser
Crisipo]. Éste, en efecto, aunque concede que la causa próxima y cohesiva del asentimiento
la materia entendida como principio pues es eterna y no experimenta aumento ni disminución,
está ubicada en la impresión, no concede que ella es la causa necesaria para prestar asenti-
lo cual indica que no puede ser identificada con un objeto material. Hay que notar que el uso
miento, de modo que, si todas las cosas suceden por destino, todas las cosas sucederán por
del verbo "subsistir" (úq)l(}[ávcu) para referirse a la materia primera no es trivial. La materia
causas antecedentes y necesarias . Igualmente, los que discrepan con él y confiesan que los
primera como principio es algo subsistente por cuanto los principios, aunque son cuerpos (cf.
asentimientos no suceden sin la presencia previa de impresiones dirán que, si todo sucede por
14.1), no son cuerpos discretos, como "esta silla" o "esta rosa", ejemplos de lo "existente"
destino, habrá que confesar que todo sucede por destino. A partir de aquí es fácil comprender
(úrrúpxov, ov). Por eso la materia primera es un subsistente más que un existente. Los princi-
que, dado que ambas posiciones llegan al mismo resultado una vez establecidas y explicadas
348 Teoría de los principios y de la causalidad 349
Capítulo 14

pios (pasivo y activo) son cuerpos, pero no lo son en el sentido de lo triplemente extenso' no quema causal estoico que transmiten las diferentes doxografias que se ocupan del tema mues-
son cuerpos detenninados en el sentido de cuerpos discretos que exhiben una cierta magnitud tra que desde un comienzo el estoicismo dejó de lado el modelo cuatripartito de Aristóteles.
pues, si no fue ra as í, no se entendería en qué sentido puede decirse que son cuerpos carentes Los tipos de causas distinguidos son los siguientes: causas preliminares, cohesivas, auxiliares,
de forma (todo cuerpo tridimensional tiene, en efecto, una forma ; cf. 14.1 ). Los principios son concausas, "condiciones sin las cua les no" y causas precedentes (cf. 14.11 y 14.14). Entre los
cuerpos en el sentido de lo que puede producir una acción (lo activo) o recibirla (lo pasivo), tipos de causa d istinguidos, sobresale la causa cohesiva que, según Galeno (texto 14.13),
una caracteri zación de cuerpo mucho más funcional que cuadra perfectamente con el carácter constituye una distinción original de los estoicos.
corpóreo de los principios y con el hecho de que son amorfos. Se trata, por lo demás, de una En lo que sigue adoptaremos la sigu iente estrategia: primero examinaremos el modo en
c~racterizaci6n de cuerpo lo su fi cientemente bien atestiguada en las fuentes como estoica (cf. que los estoicos entendieron el fenómeno de la causalidad y luego nos detendremos en el
Cicerón, Acad. 1.39; Sexto, AM 8.263 YPH 3.38-39; Ps. Galcno, De historia philosofica cap. siguiente problema: si los esto icos enti enden la causalidad como un fenómeno triádico (según
23; p~ra una trad.uc~i~n y c~mentario de estos pasajes cf. capítu lo 2). Por otro lado, aunque la lo atestigua el texto 14.10: A - un cuerp()- es causa para B - otro cuerpo- del efecto incorpóreo
matena como pnnclplO es Sin cualidad respecto de un objeto matcrial que pertenece al domi- F, un predicado, algo que le ocurre o le sucede al cuerpo que recibe la acción causal, o una
nio de lo "existentc" (ov), respecto del otro principio ("lo activo") "subsiste según la cuali- proposición comp leta, en todo caso un A.eK1ÓV o "decible", es decir un incorpóreo; cf. capítulo
dad" pues la materia es cualificada como materia, de modo que sea pos ible distingu irla del 8), ¿cómo explican la identificación entre la causa cohes iva (la causa en sentido estricto,
otro princ ipio. Esto último es puramente especulativo (el texto 14.2 no da mayores detalles en según los estoicos) y el 1tVEÚj.lO, el "aliento" o "hálito" que penetra todas las cosas? Que la
este sentido), pero creemos que puede ser una interpretación razonable para que tenga sentido °
causa cohesiva puede identificarse con el1tVEú po principio activo es una posición estoica
la afirma ción de que la materia primera - que no exper imenta ningún cambi (}- se encuentra bien documentada en los textos (cf. Nemesio, NH 18, 5-8, SVF 2. 451; Simplicio, in cat.269,
entre lo subsistente según la cualidad. 14, SVF 2.452; Alejandro de Afrodisia, Mixl. 224, 24-5, SVF 2.442). Luego de exp licar el
Ahora bien, según lo que preexiste o subiste a los existentes, la materia es sin cualidad, problema de la causalidad en sus rasgos generales y de exami nar las formas de causalidad
care nte de configurac ión y de Ulla magnitud determinada (cf. 14.3), pero admite "todas las distingu idas por los estoicos, exploraremos dos problemas conectados: (1) si el fenómeno de
actividades de lo act ivo". Dado que dios o la razón (i. e. el princ ipio activo) es inmanente a la la causalidad se entiende como la interacción entre dos cuerpos (o dos ítems de carácter
mater ia (cf. 14.I..y 14.5), la materia siempre debe lener una cual idad u otra, a saber, la que corpóreo) y el efecto como un incorpóreo, ¿cuá l es el efecto incorpóreo de la relación causal
resulta de la acclOn causal de lo activo sobre ell a. La ma teria sin cua lidad, debe ser la noción que se da entre lo activo (ro rrOlouv, que para los estoicos es lo mismo que ltVEÜpO o dios en el
de materia entend ida en su máxima generalidad, es decir, como principio; es lo que se ob- plano cósmico, un principio) y lo que recibe la acción (la materia sin cualidad, el otro princi-
tendría si fuera posib le (qllod non) eli minar todas las características particulares de un objeto pio)? (2) ¿Cuá l es la condición, aptitud o adecuación (E1t11'l8EIÓ1'lC;) en que debe encontrarse
qu~ 10 hacen s~r algo particu lar. Hay otra razón para pensar q ue esto es así: si el principio "lo pas ivo" (10 rrclcrxov) y qué func ión desempeña tal aptitud o adecuación -s i es que desem-
activo es efect Iva mente activo, está actuando (sobre la materia) todo el tiempo. La materia peña a lguna función- para que se dé la acción causal? Ésta segunda pregunta tiene que ver
(principio pasivo) requiere de dios o la razón (principio activo) para ser una entidad particular con la explicación que parecen haber dado los estoicos para argumentar que "aquello sin 10
con sus propie.dades pecu liares, y dios o la razón requiere de la materia para que haya algo cual no" (t&v rov OUK aveu), la condición necesaria, puede llamarse causa únicamente en un
sobre lo cual ejerza su acción. Esto indica que lo pasivo y lo activo son términos correlativos, sentido amplio.
i.e. .el uno no ex iste sin el otro: se dice que A es lo activo porque actúa sobre B, y que B es 10 Para responder a la primera pregllilta argumentaremos que el efecto incorpóreo que resul-
pasIvo porque recibe la acción de A. Pero tanto A como B necesitan del otro para ser lo que ta de la interacción entre lo activo y lo pasivo - tanto en su nivel cósmico como microcósm ico
son: el uno lo activo, el otro lo pasivo, una idea que es ade lantada por Platón en Teef. 157 A-B O empíric(}- es el "estar dispuesto de un modo determinado"; aunque esta respuesta no dice
Y q.ue los estoicos inc.orporan como propia. La permanente acción de dios (como principio mucho más de lo que ya sabemos, puede ser útil para entender cómo funciona el modelo
actIvo) sobre la matena (cf. 14.5 y 14.9) hace que el mundo sea, finalmente, idéntico a dios causal estoico en el plano de lo activo y lo pas ivo en general, sin que pueda identificarse lo
pues se considera que el mundo es dios mi smo, "un individuo peculiarmente cua lificado a uno o lo otro con ningún objeto determinado del mundo físico. Como es obvio, no tenemos
partir de toda la sustancia", que es indestructible e ingénito por cuanto es el demiurgo de la ningún tipo de experiencia o percepción sensible de la actividad de lo activo como principio
reorganización cósmica (8taKócrJ.lT}crt~) que se produce después de la conflagración (cf. DL sobre lo pasivo como principio. "Estar dispuesto de un modo determinado" es, por otra parte,
7.137-138; Estobeo, Ec!. 1.184,8 ss.; SVF 2.527 y cap ítulos 18 -1 9). un predicado general que puede ser satisfecho por todo objeto d iscreto del mundo fisico; si
Pasemos a hora a la teoría de la causalidad. Cuando los estoicos aparecen en el escenario esto es así, cada instancia individual de causac ión no sería más que una manifestación particu-
filosófico la cuestión de la causalidad (a'ínov - a!tía) ya ocupaba un lugar importante en la lar de lo activo (en general) sobre lo pasivo (en general). Para responder a la segunda pregunta
rica tradición filosófica que precedió al estoic ismo. Platón dedicó muchas páginas de su obra argumentaremos que la "aptitud" o "adecuación" (Émt T} 8E~6tT}~; cf. 14.11-14.12) en que debe
a di scutir qué es una ca usa y a mostrar la relevancia que este tratamiento tenía en distintos encontrarse lo pasivo tiene que ser la apropiada para que puedan desarrollarse los poderes
aspectos de su filosofía (cf. Fed. 96A-97C; 98C-99B, Phi. 26E Y Tim. 46C-48B; 68E-69A). causa les del factor activo y que, por lo tanto, es admisible pensar que, al menos en parte, el
~n .Aristóteles el tema de la ca usalidad encontró también un amp lio tratamiento y, como se ha escéptico Enesidemo (citado por Sexto en el texto 14.12) tenía una razón para argumentar
I~dlcado con frecuencia, su posición contiene una importante cantidad de ingredientes plató- contra los estoicos que lo que recibe la acción también tiene un cierto poder causal. Hay un
mcos (como Platón -Leyes 888E-, Aristóteles, cree que la naturaleza no es en sí misma una sentido, entonces, en que la objeción de Enesidemo parece razonable; sin embargo, como
entidad respecto de la cual se buscan las causas, sino que es una de las posibles causas de las veremos más adelante, la explicación escéptica no está muy lejos de lo que parecen haber
cosas en devenir; cf. Met. ! 070a6-9; 1032a 12-1 3. Sobre la cuestión de la causalidad en sugeri do los mismos estoicos cuando indican que lo pasivo puede tener dicho poder causal
Aristóte les véase Fís. 2.3 y 2.7, Met. 1 3 y GC, 1.1). La sola inspección de las listas del es- pero solamente en un sentido débil de lo que es "ser activo". De nuevo, esta respuesta parece
350 Capítu lo 14 Teoría de los principios y de la causalidad 351

no agregar nada nuevo pues no se ve cómo algo pasivo puede tener una cierta aptitud respecto Pero la causa también satisface un predicado cuando tiene lugar la acción causal: cuando el
de lo que actúa sobre ello si no es una "aptitud apropiada". Pero la acl aración que sugerimos, bisturí corta la carne satisface el predicado "cortar" (lo que puede observarse en este caso es
aunque parece redundante, puede ayudar a aclarar en qué sentido los estoicos pi ensan que "la que la causa satisface un predicado activo o recto, en tanto que lo causado satisface un predi-
causa es tá o se encuentra cntre los relativos" ("el bisturí es causa del 'estar cortada' para la cado pasivo o indirecto; cf. DL 7.63). Esta observación muestra por qué la aptitud o adecua-
carne"; cf. 14.15-14.16). Por lo demás, en los textos a veces se sugiere que la €1ttTTloeI6tll<; ción de lo que recibe la acción no puede ser causa en sentido estricto: la €1tltr¡OEl6tr¡~ de algo
puede no ser la apropiada, de modo que los estoicos 110 pensaron que una ¿1tltT]8et6tT]~ es sin nunca ti ene la capacidad de actuar en el sentido de producir un efecto de manera activa.
más ulla aptitud o adecuac ión apropiada, sino que debe darse una aptitud apropiada para que Cuando hay una interacción entre A y B, siendo A lo que actúa y B lo que recibe la ac-
se dé la acción causal. ción, la causa debe ser contemporánea al efecto (tal contemporaneidad sólo se aplica a la
Los es toicos describen el fe nómeno de la causalidad del siguiente modo: entre los faclO- causa cohesiva; para un signifi cativo ade lanto en Aristóteles de esta característica cf. Fís.
res A y B puede establecerse una relación causal si y só lo si ( 1) A Y S son cuerpos, y si y sólo 195b 16-20; AP 95a22-b 1 y 98a35-b5). O sea, cuando A sucede (i.e. cuando ocurre que A está
si (2) S , lo que recibe la acción causal de A, se encuen tra en una condición o aptitud ej erciendo su poder causal), B sucede (t.e. B recibe la acción causal, lo cual quiere decir que
(ÉltItllOEtÓt'lC;) tal como para que sea posible la acc ión causal. Por ejemp lo, el fuego (un cuer- en B se da o sucede el efecto incorpóreo, que resulta de la interacción entre A y S). Esto es lo
po) quema la leña (otro cuerpo); de la relación entre fuego y leña resulta como efecto el predi- que en el informe de Clemente (texto 14.11) debe significar que "la causa cohesiva no requie-
cado incorpóreo "está quemada", que es sati sfecho por la leila. Pero ell o es sólo posible si la re tiempo": en el ejemplo, el tizón produce dolor "j unto con la recepción del impacto en la
condición o aptitud de la leJ1a lo permite cuando recibe la acción causal del fuego, es decir, carne", es decir, en el momento en que se aplica a la carne. Clemente oscila entre considerar
cuando está seca o en cond iciones tales que pemúta la combustión (cf. 14.12). Por ejemplo, la el efecto como un nombre (como en este caso: "dolor") o como un predicado ("estar dolori-
leña podría estar mojada, en cuyo caso el fuego no puede des plegar su fuerza activa ("que- do"); ello responde, probablemente, no sólo al hecho de que las distinciones de Clemente no
mar", "producir combustión"); pero si la humedad de la leña se debe a que ha sido rociada son sistemáticas, s ino también al hecho de que di stintos estoicos -como informan Clemente y
con gasolina, no con agua, el predicado "ser quemada" o "está quemada" podrá ser satisfecho Sexto (cf. 14.11 y 14.19)- parecen haber osci lado entre defender la tesis de que el efeclo es un
po r la leña, ;lue es lo mi smo que decir que la potenc ia o fuerza activa del fuego puede ser nombre o un predicado, o incluso una proposición completa.
"ac ti vada". Esta es una razón para decir que, al menos en sentido amplio, "aquello sin lo cual La causa cohesiva también tiene otras peculiaridades: en tanto está presente, el efecto
no" es causa. continúa, cuando merma, merma el efecto y cuando desaparece, desaparece el efecto (texto
Como hemos seña lado, los estoicos pensaron que para que haya una relación causal entre 14.19); además, es capaz de produc ir por sí misma y de un modo autosuficiente el efecto
A y B ambos factores deben ser cuerpos; en virtud de su ontología corporeista según la cual lo (corno veremos enseguida, esto úl timo fue seriamente puesto en duda, en particular por el
corpóreo es el rasgo esencial de 10 existente, únicamente lo corpóreo es capaz de actuar o de escéptico Enesidemo; cf. 14.12). Ahora bien, si la causa cohesiva puede identificarse con la
recibir una acción y "lo que es capaz de produci r o de recibir una acción" resu lta una descrip- acción cohesiva del 7tVeu~", ¿en qué sentido puede decirse que la acc ión cohesiva dcl1tVeu~"
ción apropiada de "cuerpo" (es mejor evitar el adjelivo "materialista" para describir la posi- desaparece o que merma? Porque si es posible identificar la activi dad de lo activo con la
ción estoica y hablar de "corporeís mo", porque aunque la razón, dios o el principio activo- actividad neumática y la actividad neumática con la causa cohesiva, no se ve en qué sentido
que para los es toicos son lo mismo- son cuerpos - en el sentido de lo que es capaz de producir puede mermar su actividad o, peor aún, en qué sentido puede decirse que puede desaparecer.
una acción-, no son materia - i.e. lo que es capaz de recibir una acción- en el sentido técnico Una respuesta plausible, que tiene base textual, sería la siguiente: cuando el objeto deja de ser
del término, i.e. en el se ntido de " lo pasivo", lo que puede recibir la acción). Es por eso, ar- lo que es. En el caso de un animal, la acción cohesiva del 1tVeu J1Cl puede mermar cuando el
gum entan los estoicos, que, aunque pueda decirse que la aptitud o condi ción de lo que está animal comienza a decaer en sus funciones vitales y desaparece cuando el animal muere; pero
recibiendo la acción de un factor activo puede llamarse "causa" en un sentido amplio, no es eso no significa que la actividad del rrVeuJ1Cl cese sin más, sino que cesa en la ejemplificación
una ca usa en sentido estricto (cf. 14.11). Algo x es causa en sentido estricto (KUpíwt;, ó:1tAro~) que constituye una porción de 1tVEÜJ1" determinada en un objeto detenninado. Según el infor-
de un efecto F si x es activo (ÉVEPYOUV, 1tOI'lttKOV, ópao'tlíptov), es decir, si es capaz de pro- me de Clemente (cf. 14.11), la causa cohesiva puede ser llamada " perfecta", porque de un
ducir un efecto de un modo activo o "en el actuar" (EV€P'YllnK&~; €V té?J opav; cf. 14.11). La modo autosufic iente y por sí misma produce el efecto. Pero si eso es así, no es muy claro en
causa, entonces, es aquell o por cuya actividad se produce el efecto (con esto los estoicos le qué sentido hay que entender que la causa auxiliar sea capaz de prestar su ayuda a la cohesiva
quitan el estatuto de causa a los motores inmóviles ya las fonnas aristotélicas). Por ejemplo, en vistas de la intensidad de lo que ell a está produciendo (véase texto 14.11 , al fina l). En el
el sol (un cuerpo) o el ca lor del sol (otro cuerpo) son causa del "estar derretida" de la cera o texto 14.28 Cicerón atribuye a Crisipo una distinción entre causas perfectas y principales
del "derretimiento" de la cera (texto 14.19); el efecto -que resulta de la interacción entre el sol (pelfectae et principales), por un lado, y auxiliares y próximas (adiuvantes el proximae), por
y la cera- es o un nombre o un predic ado. Clemente (cf. 14.11) da el siguiente ejemplo: la el otro. Es altamente probable que con pelfectae Cicerón esté traduciendo el griego "UtOteA~
espada es "cortante" (WlltIK6v) tanto en el cortar C01110 cuando no está cortando, pero es en la y con adiuvantes el griego cruvEPYÚ. Lo que en todo caso queda claro en el contexto es que las
act ividad de cortar que constituye una verdadera causa, pues lo que en sentido estricto es causas perfectas deben distinguirse de las auxiliares; en el contexto del argumento no se habla
capaz de producir un efecto indica ambas cosas, tanto lo que ya está actuando como lo que de la ayuda que las causas auxi liares pueden prestar a las principales; el interés es más bien
todavía DO actúa pero tiene la capacidad de actuar. Esto es, cuando la causa es tá operando distinguir una ca usa de la arra, de modo de explicar cómo todo sucede por destino, sign ifican-
como tal también satisface un predicado: "cortar". Esto indica que en una relación causal se do esto que todo sucede por causas anlecedentes, no por causas perfectas o principa les, sino
da una verdadera interacción entre la causa y lo causado: cuando el factor causal ejerce efecti- por causas auxi liares y próximas. Esto parece indicar que, de acuerdo con Cicerón, Crisipo
vamente sus poderes causales lo que recibe la acción causa l satisface un cierto predicado; por habría pensado que las causas anlecedentes, las auxiliares y las próximas son las mismas, y
ejemp lo, cuando el bisturí corta la carne, ésta sat isface el predicado "ser cortada" (cf. 14.16). que ninguna de ellas depende de nosotros. No es fácil saber con precisión a qué término grie-
352 Capítulo 14 Teoría de los principios y de la causalidad 353

go se refiere Cicerón cuando habla de causas "principales" y "próx imas"; con principalis tado sino simplemente si es necesitado por causas externas (ésta es exactamente la opinión
puede estar traduciendo JC1Jp IOO'tOl"OV, un término que refiere a lo que es causa en sentido es- atribuida por Alejandro a sus oponentes - probablemente los estoicos- en Fat. 13 , 26ss y
tricto, en cuyo caso se hace claro en qué sentido la "causa principal" se asocia a la perfecta. Quaes. 2.4, 50, 30).
En el texto 14.28 el interés es mostrar que, aunque se niegue la necesidad, puede mantenerse Ahora bien, a partir de lo dicho parece que queda claro por qué solamente son causas en
el destino ( para más deta lles sobre el probl ema del destino cf. capítulo 20). Las causas auxilia- sentido estricto las "causas acti vas", i.e. los ítems que contribuyen de un modo activo al efec-
res son ca usas externas que no dependen del sujeto. Las causas principales o perfectas, en to. Pero si esto es así, hay que explicar por qué " lo prel im inar" (1tpOKatapK'ttKóv), " lo aux i-
cambio, son internas al sujeto y, por tanto, dependen de él (el asentimiento, que es interno al liar" (OUVEpyÓV) o " lo cocausante" (ouvaÍl'tOv) son mmbién "causas". Parece que hubo una
sujeto, es si n duda la causa perfecta y principal. Bobzien 1999, sin embargo, sostiene que hay discusión en la antigüedad sobre este problema. Los estoicos sostuvieron que, en sen/ido
casos en los que la causa perfecta y principal puede ser externa). Ésta es, dicha de un modo estricto, ni lo prellminar, ni lo auxil iar ni lo cocausa nte son causas. La razón para sostener
general, la solución compatibilista defendida por Crisipo en este pasaje; una interpretación esta tesis es la que acabamos de mencionar: no son faclores activos en sentido estricto, aunque
pos ible es pensar que Crisipo habría sostenido que no todo lo causado es forzosamente nece- contribuyen a la activi dad de la causa en sentido estricto. En el clásico pasaje de Clemente (cf.
sa rio. Pero también puede haber pensado que, aunque nuestras acc iones están sujetas a la 14.1 1) se explica el proceso de aprendizaje en [os siguientes términos: e! padre es la causa
necesidad, no están sujetas a la necesidad externa ya que, entre los factores que las producen, preliminar (n:poKurapK'ttKov ul''ttov), la disposición natural de! aprendiz es la causa aux iliar
se cuenta el asentimi ento, que es un factor interno. Si esto es así, no basta con los faclores (cruvepyov al''ttov), el maestro es la causa cohes iva (cruV€KtlKOV atnov). Clemente no dice cuá l
externos (necesarios) para producir una acción. es la concausa en este ejemplo, pero si [as concausas son "múltiples causas que, por su concu-
Para ilustrar la relación existente entre causa próxima y causa principal Crisipo propuso rrencia, se vuelven causas múltip les de un único efecto" podemos pensar que en el proceso de
el siguiente ej emplo: para comenzar a moverse un cil indro requiere de un movimiento exte- aprendizaje las concausas son tanto el maestro como el discípulo (o incluso otros med ios que
rior: un empuj e. Pero para que el cilindro se mueva también necesita tener una cualidad o facil iten el efecto que debe seguirse de la interacción entre maestro y alumno) , ya que reuni-
naturaleza propia que le permita moverse como consecuenc ia del empuje inicial. Tal empuje dos son concausas del predicado "aprender" (cf. textos ]4.11 y 14.19). De este ejemp lo podría
imprime el mov imiento pero no la cualidad o naturaleza propia del obj eto que hace que se infe rirse la existenc ia de una especie de relación de complementación entre todas las fonnas
mueva de una forma determinada (en el caso del c ilindro será su " rodabilidad"). E l movimien- de causalidad, lo cua l indicaría que, por un lado, para que la explicación del fe nómeno sea
to del ci li ndro, entonces, se expl ica por dos causas: (1 ) un agente exterior (que no depende del co mpleta la presencia de la sola causa cohes iva no bas ta y, por otro lado y en consecuencia
c ilindro) y (2) una cierta naturaleza propia del ci lindro que le permite roda r. Si se apli ca este con 10 anterior, la autosuficien cia de este tipo de causalidad parece quedar mitigada. En el
ejemplo al de la presentación y el asent imi ento, también en la acción humana debe haber una texto 14.11 Clemente señala que la causa auxiliar (la disposición natural del aprendi z a l
causa antecedente (el destino) y una causa principal (el asentimien to), que depende de noso- aprendizaje) debe comportar un mínimo de "responsabil idad" pues, si no fuera así, ni siquiera
tros (para los deta lles sobre la psico logía estoica de la acción cf. cap ítulo 23. En nuestro texto merecería el nombre de "causa" . La causa cohesiva, entonces, no puede ser ella sola respon-
14.29 también Ps. Plutarco enfatiza la idea de que e! destino estoico se identifica con causas sable del efecto ("aprender" , " haber aprendido") porque para que tal efecto se produzca deben
antecedentes). La concl usión genera l de todo el argumento es que, como no todo sucede darse algunas condiciones previas (la presencia del alumno, una di sposición suficientemente
exclusivamente por causas antecedentes (=dest ino) , si no que es necesaria también la partici- apropiada por parte de éste para que el aprendizaje pueda llevarse a cabo, el momento debe
pación de causas principa les, destino y determinación del agente (en e[ ejemplo la presenta- ser el apropiado, debe darse un lapso de tiempo entre lo que enseña el maestro y la incorpora-
ción y el asentimiento) son compatibles. La inferencia que probab lemente hizo Crisipo es que ción que el alumno hace de su enseñanza), y todas esas condiciones son "por lo cuales", aun-
nuestro asentimiento no está sujeto a la necesidad externa. Cicerón sugiere que Crisipo in- que no todas son causas en sentido estri cto. El hecho de que a lgo sea un "por lo cual", pensa-
tentó adoptar una postura intermedia entre los que decían que todas las cosas suceden por ron los estoicos, no significa que también sea en todos los casos una causa, porque aunque son
destino en el sentid o de que este destino ejerce la fuerza de la neces idad (omnia ita fato fieri muchas las cosas por las cuales se produce el efecto (cosas que "concUlTen hacia un úni co
ut id fatt/m vim necessitatis afferret), y aquellos que decían que el movim1ento de nuestras efecto"), no todas ellas son causas. Medea 110 habría matado a sus hijos sl no se hub iese enfu-
mentes es voluntario, es decir, que nuestros pensamientos o decisiones actúan de un modo recido; ni se habría enfurecido si no hubiese estado ce losa; ni habría estado celosa si no se
independiente de cualquier destino en absoluto (s ine 11110 fato esse animorwn mollls volunta- hubiese enamorado; yeso no habría ocurrido si Jasón no hubiese navegado hacia Calco; ni
rii), aunque parecen quedar pocas dudas de que Crisipo coincidía más con aquellos que quer- habría ocurrido eso si el Argo no hubiese estado dispuesto para la expedición; y esto últ imo
ían que nuestras mentes estuvieran libres de cualquier necesidad en cuanto a su movimiento. no habría sucedido si las maderas para la nave no hubiesen sido extraídas del Pelión. Todas
La posición intennedia que Crisipo pretende adoptar se ve con claridad cuando se advierte esas condiciones son "por lo cuales", pero hay una sola causa en sentido estricto del ases inato
que con frecuenc ia trata de negar, no la neces idad si n más, sino la necesidad del deslino , y de los niños: Medea (texto 14.11).
que su ataque está dirigido a los que unen la necesidad a l destino. En el texto 14.28 también Como hemos indicado, entre agente (maest ro) y paciente (el alumno) debe haber una
se considera la alterna tiva de que el destino consiste sólo en causas externas; al negar la nece- cierta adecuación que permita el desarrollo efectivo del proceso causal. El pasaje de Clemente
sidad del destino Crisipo no estaría negando la existencia del destino, sino que sólo estaría (texto 14.11) hace hincapié en la relación ex istente entre agente y paciente en el proceso
haciendo una observación acerca de cómo es. Según Cicerón, entonces, Crisipo lTata de esca- causal así como en el hecho de que la causa tiene una cierta dependencia de [o causado para
par de la necesidad y retener el destino (necessitalem eflllgiat el retineat fatum ); sostiene que producir su efecto y, a pesar de eso, sigue siendo una causa en sentido estricto. Pero según el
el impulso y el asentimiento están en mi poder, pues su causa perfecta es el carácter o el modo mismo Clemente todo lo que actúa (es decir, la causa en sentido estricto) produce el efecto
de ser propio de mi mente, que puede ser comparado a la naturaleza interna del cilindro. El con la asistencia de lo actuado (o, más literalmente, "con la aptitud-adecuaclón de lo actua-
criterio de Crisipo para determinar si algo está o no en mi poder no es, entonces, si es necesi- do"). Si bien la causa produce una cierta disposición sobre lo actuado, el efecto no puede
354 Capítulo 14 Teoría de los principios y de la causalidad 355

producirse si no hay una adecuación entre agente y paciente, de modo que lo actuado también tran en conexión mutua, resultará que la acción causal es resultado de la interacción de ambos
es, en cierto modo, capaz de producir el efecto pues ofrece las condic iones sin las cuales es factores, lo activo y lo pa sivo. En efecto, no hay acción causal si falta uno de estos ingredien-
imposibl e que éste se produzca. La causa, entonces, es inactiva sin la aptitud o adecuación tes; de ah í Enesidemo infi ere que lo que recibe la acti vidad causal también es causa, pues si lo
(btrt'lóE I6tllr;) apropiada del objeto causado para que se lleve a cabo una acción causal deter- que recibe tal actividad no tiene la aptitud apropiada, no puede darse el efecto. ¿Por qué,
minada y no otra. Clemente dice que "la causa cohes iva no requi ere de tiempo, pues el tizón entonces, ~se pregunta Sexto- el fuego mismo es causa de la quemadura, pero no lo es la
causa dolor en el momento en que es apoyado sobre la carne" (texto 14.11). La idea aquí aptitud o adecuación de los leños? Sin duda , si no hay fuego no puede haber quemadura, pero
parece ser que el tiempo no es una condición para la capacidad operativa o actuante de la si los leños no se encuentran apta o apropiadamente di spuestos para la combustión, o sea, si
causa cohesiva (no podría serlo en sentido estricto de ca usa, por lo demás, pues el tiempo es no se da la "aptitud apropiada" de los leños, tampoco se producirá combustión (texto 14.12).
un incorpóreo y, por defini ción. los incorpóreos no son causa). En el ejemplo, del aprendiz y Sin embargo, si hemos de creerle a Clemente -y es mejor creerle. pues si no lo hacemos
el maestro, no obstante, resulta claro que si no hay una re lación de antera-posterioridad en el tendremos que desechar una fuente crucial para la reconstrucc ión de la teoría estoica de la
proceso causal --entre tiempo y causa cohesiva~, parece haber al menos una especie de rela- causa lidad-, los estoicos ya habían tenido en cuenta la interacción entre lo que actúa y lo que
ción de complementación entre ambos factores. recibe la acción cuando argumentan que A y B, siendo ambos cuerpos y el uno 10 activo y el
Repa semos brevemente ahora algunos detall es de las demás formas de causalidad y algu- otro lo pasivo, pueden ser causas uno del otro, aunque no del mismo modo en que se dice que
nas dificu ltades que surgen a partir de lo informado sobre ellas por Clemente en el texto algo es causa. El cuchillo es para la carne causa del predicado "estar cortada" (que es la con-
14.11. La causa preliminar se describe como el punto de pattida de la acción causal (una dición o estado en que queda la carne después de la acción causal del cuchillo) y la carne (lo
exposición intensa al sol, por ejemplo, es causa preliminar de la fieb re; texto 14.19) o incluso pasivo en la relación cuchillo-carne) es causa para el cuch ill o del predicado "cortar", o sea, la
como aquello que no só lo da ini cio sino también pone fin a algo una vez que uno lo ha hecho carne ~que es lo que recibe la acción~ hace que, causa que el cuchillo, lo activo, también
(por ejemplo, un enfr iami ento, la fatiga, una quemadura, una indigestión; cf. texto 14.14. Es satisfaga un predicado: "cortar" (cf. 14.11). Pero, ¿por qué los estoicos habrán pensado que la
más o menos claro en qué sentido un enfriamiento, la fa ti ga o una indigestión pueden ser aptitud, estado o condición de lo que recibe la acción no puede ser causa más que como con-
causas preli minares en el sentido de " 10 que da inicio a a lgo", pues son causas que claramente dición necesaria? Porque la diferenc ia entre 10 que es causa en sentido estricto -que es causa
pueden dar inicio a una enfermedad. No es tan claro, sin embargo, en qué sentido una causa en el actuar y porque puede o es capaz de producir una acción en sentido activo- y lo que es
prel iminar puede poner fin a algo). Cuando desaparece, el efecto continúa, de modo que no "causa" como condición necesaria es que esto último solamente es capaz de recibir la acción,
contribuye en nada a la persistenc ia del efecto, aunque sí condi ciona el punto de partida de la nunca de producirla en un sentido activo. La actividad es del cuchillo, no de la carne, pero sin
actividad causa l (en el ejemplo del maestro y el alumno, el padre es la causa prel iminar del la carne no puede haber un efecto como "ser cortada" (dicho de la carne) ni una acción como
proceso de aprend izaje del estudiante) . Hay sí prob lemas en cuanto a la "causa auxi liar" y la "cortar" (dicho del cuchillo). P ero, inversamente, lo aCli vo puede ejercer su acción si se dan
" concausa". La causa auxi liar (cruVEpyOV aYnov), como seña lamos antes, presta una ayuda a la ciertas condiciones. Los estoicos de hecho aceptaron que el fenómeno causal es un "relativo":
causa cohesiva y, en ese sentido, parece tener una relac ión de compl ementariedad con ésta; el bisturí es causa de algo en el corte, y para algo en la carne (cf. 14.15), pero eso no significa
además contribuye a la intensidad del efecto (como dice Clemente en 14.11 ). Pero si la causa que la carne tenga algún tipo de potencia activa. En el ejemplo el fuego es 10 activo, el leño lo
co hesiva es "autosuficiente" en el sentido de que por sí sola es capaz de producir el efecto, pasivo. El fuego es causa en sentido estricto porque hace que, causa que el leño satisfaga el
¿cómo pueden decir los estoicos que la causa auxil iar ayuda a la cohesiva? Tal vez en el predicado "estar quemado" . Pero para que eso ocurra lo pasivo, i.e. lo que recibe la acc ión
sentido indi cado antes al describir la relación maestro-alumn o en el proceso de aprendizaje: causal, debe encontrarse en una cierta aptitud o condición. El fuego puede tener la fuerza o
sin la dispos ic ión aprop iada de aquello que recib irá la acción causal no se produce el efecto. potencia activa de quemar, pero si la leña está mojada no podrá hacerlo. Dicho de otro modo,
La concausa (cruvaínov), en cambio, produce el efect o junto con otra cosa (cf. Ps. Galeno, el fuego no puede ejercer su fuerza activa si lo que ha de recibirla no se encuentra apropiada-
De! med. 19, 393 Y tex to 14.14) ~s iendo esa "otra cosa" algo que también puede describirse mente apto o dispuesto para ello. La aptitud de lo que recibe la fuerza activa, entonces, no es
como una "concausa"- y puede existir aun cuando no ex isti era la causa cohesiva. Ésta es una causa en sentido estricto, sino la condición si n la cual no puede producirse el efecto en la
di fe rencia importante con la causa auxiliar, porque en tanto ésta no puede existir si no es interacción entre el fuego y la leña porque la aptitud es solamente una condición necesaria,
depend iendo de la causa cohesiva , la concausa puede ex istir por sí misma (en el ejemplo de nunca suficiente. Éste es el sentido en el que Clemente (texto 14.11) dice que sería ridícul o
Clemente en el tex to 14.11 , un grupo de personas reunidas son concausas del efecto incorpó- decir que el fuego no es causa de la quemadura, sino los leños, o que la daga no es la causa
reo "arrastrar la na ve"). Que la concausa puede exist ir por sí misma debe significar que puede de l corte, si no la carne, o que no es la fuerza de su contrincante la causa de que un atleta sea
existir como fuerza causa l productora de un efecto junto con otra cosa que por sí misma no es vencido, s ino su propia debilidad. El mismo Clemente presenta una discusión sobre el sentido
capaz de produci r el efecto cuando de lo que se trata es de explicar un efecto como el resulta- en el que puede decirse que las condiciones necesarias son causas, aunque no causas en senti-
do de múltiples facto res individua les que, por su concurrencia, dan lugar a un único efecto. do estricto. Clemente observa que la condilio sine qua non no puede ser causa porque no es
Al menos el escépti co Enesidemo objetó la tesis de que ni lo preliminar ni lo auxi li ar ni algo cohesivo, sino algo auxiliar, y concluye que la causa se concibe en el actuar. Ahora bi en,
lo cocausante, ni "aquell o sin lo cual no" son causas. Su argumento, transm itido y avalado por si todo lo que actúa produce e l efecto jWHo con la aptitud o adecuación de lo actuado -ya que
Sexto Emp írico en 14.12, es como sigue: si hay una causa o (/) es una causa que perfectamen- la causa produce una cierta disposición en lo actuado y cada cosa recibe la acción causal de
te y por sí únicamente utiliza su fuerza o (ti) requiere la materia afectada como algo auxiliar acuerdo con su propia natura l eza~, entonces, la aptitud de l objeto que recibe la acción causal
para ello, de modo que (iii) el efecto debe entenderse como la conjunción común de (i) y (h). es capaz de producir el efecto, pero en un sentido débil, y es causa en el sentido de "explica-
Pero si los estoicos sostienen que la causa no se encuentra entre lo que es absoluto e indepen- ción causal" (ahía) -que es un incorpóreo- pues ofrece la explicación (A6yo~) de las condi-
diente, sino entre lo que es relativo (cf. 14.15), dado que lo que ca usa y lo causado se encuen- ciones sin las cuales no se produce tal efecto. En el ejemplo del maestro y el estudiante Cle-
356 Capítulo 14 Teoría de los principios y de la causalidad 357

mente (cf. t4.11 ) identifica " la explicación de las condic iones sin las cuales no" con el tiempo en un efecto. Los estoicos tomaron en serio la dificultad (que probablemente se les presentó)
que implica un proceso de aprendizaje (proceso en el cual el maestro es la causa cohesiva, el de en qué sentido el efecto es un predicado, aunque no porque pensaran que el efecto no podía
padre la ca usa prelimi nar del aprendizaje, la condición natural del que está aprendiendo la ser un decible, sino porque creyeron que no podía ser lÍnicamente un dec ible deficiente o
causa auxiliar y el tiempo la expli cación de la condición sin la cual no se da el aprendizaje). incomp leto (i.e. un predicado, el decible cuya expres ión -ÉK<popá- es incompleta, como "es-
De todos modos, la "explicación de las condiciones sin las cuales no" es en ambos casos un cribe"; el decible completo - un c't~íooJ.1a - es aquel cuya expresión es comp leta, corno "Sócra-
incorpóreo: en el ejemplo del maestro y el alumno el tiempo, en éste la aptitud en la que debe tes escribe"; DL 7.63). Si el efecto de la interacción causal entre dos cuerpos se describe con
encontrarse lo que es causado, un estado. La pregunta en este caso es cuál es el estatuto on- una proposición se expl ica mejor cuál es el cuerpo que recibe una modificación en su estado
tológico de los estados para los estoicos; si es un efecto (y los estados son modelos apropiados dando lugar así, en cierto modo, a un nuevo cuerpo: " la carne es cortada" . Con esto no que-
de e fectos; cc. 14.10), debe ser un incorpóreo. Sin embargo, Galeno informa que los estoicos remos dec ir que un cuerpo, "carne no cortada", deje de existir en absoluto y sea remp lazado
sostenían que los movimientos (o procesos: K1vrlmw;) son cuerpos y un estado puede enten- por "otro" cuerpo ("carne cortada"). Pero en la medida en que la carne es cualificada de una
derse como un cierto tipo de proceso (Sobre las cualidades il1cOIpóreas, 19, 480, SVF 2.385). manera distinta después de recibir la acción causal de l cuchillo se convierte en un cuerpo
Ahora bien, ¿qué sign ifica que la causa produce una cierta disposic ión en lo actuado? diferente.
Debe significar que produce un cierto estado di ferente del que el objeto ya tenía antes de Los ejemplos que encontram os en los textos estoicos se refieren, mayormente, a estados
recibir la acc ión causa l y que era condición previa de la acción causal de la causa en sentido (o camb ios de es tado) o a cosas que le suceden a entidades ya existentes. Ahora bien, si el
es tricto. Uno podria pensar que la discusión del va lor de la aptitu d o condición de lo actuado efecto es no sólo un predicado sino también una proposición, e l efecto sigue siendo un in-
no es una posic ión estoica, si no que se trata de un desarrollo de Clemente; pero C01110 vimos, corpóreo, pues una proposición, igual que un predicado, es para los estoicos un incorpóreo.
el mi smo tema aparece en el contexto de una discus ión crítica de Sexto (aparentemente citan- Pero, ¿por qué insis ten tanto los estoicos en sugerir que el efecto debe ser un incorpóreo? (cf.
do un argumento del escéptico Enesidemo; texto 14.12), quien concluye que "el que sostiene 14.10 y 14.19). Porque lo que hay que expl icar es cómo es cual ifi cado (por la causa cohes iva,
que el fuego es causa de 'estar q uemado' es el más extravagante o abs urdo (c'tTo1Tó)taro~)"; el i.e. por elnv8uf.la) "lo pasivo". O sea, la totalidad de lo rea l es el resultado de la actividad de
que sosti ene eso es, claramente, un estoico. Lo que en realidad le resulta absurdo o extrava- lo activo sobre 10 pasivo, siendo "lo activo" el 7tV8ÜJ.la que se difunde por todo y que, a l di s-
ga nte a Sexto es la tesis de que el efecto es un predicado. Algunos intérpretes piensan que poner o cualificar de d ife rentes maneras lo pasivo, da lugar a la distinción de los cuerpos
cuando los esto icos dicen que el efecto es un predicado deben querer decir que el erecto no es discretos y s us cualidades peculiares (cf. texto 14.2 7). La generación de un anima l, una perso-
el predicado mismo, si no que lo que recibe la acción causa l satisfaga lo que descri be el predi- na o una cualidad en una entidad luego de generada se explica como el efecto incorpóreo de la
cado. Esto es tanto como dec ir que cuando el predicado es satis fecho "se actualiza" o "se da". interacc ión entre lo activo y lo pasivo: cuando lo activo actúa sobre lo pasivo y e l grado de
Cuando C ri sipo argumenta que "pasear (un predicado y. por tanto, un incorpóreo) me perte- tensión de lo activo ocasiona que lo predominante en una ent idad particu lar sea el grado de
nece o ex iste para mí cuando estoy paseando, pero cuando es toy acostado o sentado no me tensión de l 1tV8ú¡.ta que da lugar a los entes naturales (i.e. <púm¡;) el efecto entre lo activo y lo
pertenece o no existe" (Estobeo, Ec/., 1.1 06,22-23, incluido en SVF 2.509, LS 51 8 ), lo que pasivo es "se genera una rosa"; cua ndo el j ardi nero poda la rosa el efec to de la interacción de
está indi cando es que el predicado incorpóreo coincide con un cierto hecho o suceso y que por la tijera sobre la rosa y de la rosa sobre la tijera es "es tar podada" y "podar", respectivamente.
eso lino puede decir (en sentido ampl io, Kanl 7rAáro¡;) que el incorpóreo pertenece o existe Lo mismo debe valer para las infinitas entidades del mundo y para sus infinitas cualificacio-
("en sentido amplio" porque en senti do estricto los incorpóreos no existen, sólo subs isten; cf. Iles.
Sexto, AM9.2 l2; Estobeo, Ec!. 1. 106,5-23). Esta explicación ayuda a entender la sofistica- En el texto 14.10 nos enteramos de que Cri si po parece haber introducido una sofisticada
ción de la tcsis de que el efecto es un pred icado, porque un predicado esto ico describe el distinción entre alrlCt y alnov. Ambos términos ya habían sido usados indi stintamente por
estado en que se encuentra algo (el dedo dolorido después de la acción de la daga) o lo que le Pl atón y Aristótel es (Tim. 28A4-5, Fed. 95E9, 96A9, 97C3-7, 9983-4; para Aristóteles véase
sucede o acontece a algo (el cam inar de alguien que está caminando). La expli cación de los Frs. 2.3) . Aunque es cierto que Ari stóte les utiliza indisti ntamente ohía y a'{nov, no es menos
esto icos suena extravagante porque, como a veces nosotros, los contemporáneos de los estoi- cierto que no siempre piensa en "causas", si no también en "explicaciones causa les". Hay
cos tendían a pensar que los efectos eran entidades corpóreas. Las objeciones a los estoicos algunos pasajes aris totélicos que muestran que el eToo~ fu nciona como un princ ipio de ex pli -
parecen baber si do que si los efectos son predicados, 110 se explica cómo deben entenderse cac ión causal más que co mo causa qua principio activo, ya que es el enunciado ( A6yO~] de la
aquell os procesos cuyo resultado es la producción de nuevas entidades corpóreas. O sea, los esencia [ro tí lV dvat] de algo: Fis. 194b26ss .. Esto expli ca tambi én que en los A.Po. las
que presentaron objeciones a los estoicos creyeron que los efectos eran predicados, no sólo altíat sean términos medios de silogi smos demostra ti vos; cf. 94a35-36; 95aI9-bI6). De
que lo ca usado sat isfaga el predicado; cada vez que se produce el efecto el cuerpo causado acuerdo con Estobeo, sin embargo, Crisipo sos tuvo que una at-ría es un AÓyO¡; de un altlov
debe satisfac er el pred icado, pero esto, en opinión de los críticos de los estoicos, no expl ica la (Estobeo, EcI. 1.138, 23-1 39, 4; SVF 2.336; cf. LS 55 A). El problema es cómo debe entender-
producción de nuevas entidades. Esta dificultad es la que, probablemente, llevó a pensar a se la d istinción ah ía-alr lov y si, efectivamente, hay ta l dislinción. Para hacer notar la diferen-
algunos estoicos que el efecto no es sólo un predicado, sino una proposic ión: "las llamadas cia entre ambos términos varios estud iosos han interpretado oIr ía como un ítem proposiciona l
'causas de proposic iones', como por ejemplo 'se genera un barco', cuyo caso recto es 'gene- o como una exp licación. Si se entiende así el pasaje uno podría traducir estas líneas como lo
rarse un barco' "(cf. 14.11 ), la cual resulta verdadera a part ir de la actividad del constructor he mos hecho: "Y [dice] que una explicación causal (o.hía) es la fórmu la proposicional (o el
de barcos. Cuando los estoicos decian que el efecto es un predicado no lo hacían solamente enunc iado: AÓYO¡;) de una causa (aln ov) o una fórmula propos icional que se refiere a una
porque pensaban que lo que recibe la acc ión satisface el predicado; la causa no rec ibe un a causa en cuanto causa". Para nosotros, que solemos distinguir entre "causa" -como un íte m
acción (por eso es causa en sentido estricto), pero cuando ejerce su acc ión satisface 1m predi- " real", un agente, un hecho- por un lado, y una expl icaci6n como un ítem proposicional, por
cado (cuando el cuchi ll o corta la carne satisface el predi cado "cortar"), lo cual no la convierte el otro, la distinción cdría-a.lnov (siendo la ahía el ítem prop os icional y el alnov el Ítem rea l)

L
358 14 Teoría de los principios y de la causalidad 359

resulta muy convincente. Si haya l menos una razón para pensar que ai'da debe entenderse en son cohesivos respecto de sí mismos y cuando se mezclan con la tierra y el agua - que son
un sentido proposicional, el pasaje debe entenderse de la siguiente manera: cuando uno des- elementos pasivos-les proveen unidad, tensión (róvo~), permanencia (I1ÓVtI10v) Y sustanciall-
cribe el calentarse de la piedra en la sentencia "el so l calienta la piedra" dice la explicación dad (ou(n&Oe~; Plutarco, eN 1085C). El ffileUl1a como causa cohes iva es responsable de la
causal (nitía), i.e. el ítem proposicional que describe el hecho o evento causado por el sol (el eXlstencia del obj eto, evento o estado de cosas, así como de sus estados y cualidades (cf.
a '(nov) y, eventua lmente, lo verdadero (un incorpóreo, según los estoicos, porque es un predi- 14.26· 14.27).
cado que participa de un discurso, es lma "cual idad incorpórea" que pertenece al género de los Pero, ¿qué hace al ffiI€Ulla tan especial para operar como factor activo y, como lo indican
AEKTTá; cf. capítulo 8) de la propos ición que describe tal hecho o evento. Dicha "explicación algunos textos, para identificarse con la causa cohesiva? La respuesta es de nuevo que el
causal" describe el fenómeno del aumento de temperatura que le sucede a la piedra o, más 1rVeÜ~a, que es un cuerpo sutil en mov imiento cuya tensión dinámica se manifiesta en un
precisamente, el significado de la sentencia "el sol calienta la piedra" cuando uno dice esa constante movimiento hacia adentro y hacia fuera (Alejandro, Mixt. 224,23-24, Nemesio, NH
frase a una persona que entiende el castellano. La ahía, entonces, que es ca-extensiva al 70-71 Y texto 14.27), puede estar presente en todos los estratos de la realidad y esto debe
AÓyO~ entendido como la fórmu la proposicional portadora del signlficado de la oración, es la entenderse no en el sentido de que es un cuerpo distinto del cuerpo en cuestión (como esta
explicac ión causal de la causa en sentido estricto (al'nov): el sol, que actúa sobre la piedra y silla, esta planta o este animal), sino que se trata siempre del mismo 1tVeUl1a "cualificante" en
que produce el efecto "estar caliente" (cf. 14. 19). diferentes grados de tensión. Por eso, sostienen los esto icos, en cua lquier cuerpo el ffiI€u~a es
La interacción entre cuerpos discretos, como la carne y el bisturí , el sol y la cera, el ma- lo que hace que el cuerpo tenga la forma que tiene, lo que 10 informa y, por lo tanto, lo que
estro y el a lumno ofrece los ejemp los más claros de cómo opera una causa cohesiva estoica. hace que un cuerpo discreto particular sea ese cuerpo y no otro en tanto es ese cuerpo. El
Pero antes de que uno pueda decir que x es bisturí o que y es carne, debe haber alguna rela- 1tveVl1a, entonces, cualifica la materia sin cualidad dando lugar así a "nuevas" entidades y
ción causal previa entre los ingredientes activo y pasivo de las cosas, i.e. entre los elementos cuando se difunde (oU1 KOV) a través de la totalidad del cosmos, camb ia sus denominaciones
activos (aire y fuego) y los elementos pasivos (agua y tierra) que, como ya lo había sido en la (1tpocrr¡yopíat) de acuerdo con las alteraclones (1tapaAAá~e l~) de la materia a través de la cua l
fís ica griega tradicional , son los ingredientes elementa les de los que todas las cosas se consti- ha pasado (Ps . Plutarco, 882a, SVF 2.1 027, LS 46A). Este pasaje resulta particularmente útil
tuyen (sobre los elementos cf. capítulo 15). Según la explicación estoica, el factor activo es, para mostrar cómo el predicado incorpóreo que resulta de la interacción entre lo activo y lo
valga la redundancia, " 10 activo" o "productivo" (7tOlOÜV) y el pasivo " lo pasivo", o "lo que pasivo puede ser entendido como un "estar dispuesto de una determ inada manera". Una
recibe o experimenta la acción" (7tácrxov) que, en un objeto como el bisturí, puede entenderse npocrr¡yopía es para los estoicos, en su uso técnico más estricto, un nombre de clase, es una
a partir del examen de los elementos de los que se compone: fuego y aire (elementos activos) parte del A6yO~ que signlfica una cualidad común ("hombre", "caballo"; DL 7.58). Los nom-
yagua y tien'a (elemen tos pasivos). Lo activo y lo pasivo son los dos principios básicos de la bres en cua nto signos son objetos físicos, pero sus significados son incorpóreos. Los estoicos
ontología estoica; que el 1rVEü~a es corpóreo no presenta demasiadas dificultades para los parecen sugerir que las cosas que clasificamos bajo una clase ("caba ll o", "hombre") no son
estoicos, pues, por definición, si es algo activo - como lo es- debe ser corpóreo. Aunque lo más que porciones de hálito (1tV€Ulla) que cambia sus denominaciones (de clase) según sea la
pasivo ~la sustancia sin cualidad, la materia (cf. 14.1) - no sea un cuerpo en el sentido de uno alterac ión de la materia por la que pasa. O sea, parece que, tal como sucedía con lo que actúa
de los tipos de cuerpo distinguidos por los estoicos (c uerpos "unificados", "contiguos", "dis- y 10 que recibe la acción en el caso de los objetos concretos de nuestro mundo empírico, el
cretos"; Simplicio, ill caf.2 14, 28, SVF 2.391), es de todos modos corpóreo, pues es capaz de tipo de materia por la que pasa el nv€ul1a también desempeña un papel en el resultado de la
recibir una acción . AllOra bien , si es cierto que siempre que está presente la causa también actividad causal de "lo activo", de modo que en algunos casos el resultado de tal acción causal
debe estar presente el efecto, y si el JtVEu~a está presente en todo lo real , re. en todo lo corpó- sea "ser buey" o "ser piedra".
reo, ¿cómo se explican los diferentes efectos que el rrv€u~a produce en un mismo cuerpo? Para terminar con este comentario, regresaremos brevemente a estudiar la causa cohesi-
Una respuesta que tiene cierta base textual es que eso se explica debido a los diferentes grados va, un tipo de causalidad que, según Galeno (cf. 14.24) , nadie llamó así antes de los estoicos.
de tens ión del nvEü~a . Cleantes, informa Plutarco, pa rece haber sostenido que la tensión A pesar de su aceptación de algunas tesis estoicas como la de la tensión del 1rV€Úl1a, Galeno es
(róvo~) del 1tVeÜ~a es un golpe de fuego y que si dicha tensión en el alma se vuelve conve- parti cularmente crítico del concepto de causa cohesiva en su forma de "poder cohesivo". En
niente para cumplir 10 que le compete se llama "fuerza" o " poder" (Oúva~t~) y, así los diferen- sus estudios sobre los múscu los, arterias, y venas Ga leno repara en la noción de "tensión"
tes grados de tens ión neumática en que se encuentra el alma es con tinencia (ÉyKpáreHl), va- como un recurso exp li cativo legítimo para dar cuenta de ciertos fenómenos que se observan
lent ía, justicia o templanza, dependiendo de si la situación del caso debe ser soportada o en los animales . En uno de sus ejemplos explica de qué modo un ave en 10 alto de l cielo pare-
resistida, si se trata de merecimientos o de elecciones y evitaciones, respectivamente (p lutar- ce estar en el mismo lugar. Según Galeno, lo que ocurre es que el ave está contrabalanceando
co, SR I 034 D-E). Esto significa que las dispos iciones virtuosas de un agente racional también el movlmiento hac ia abajo (debido al peso de su propio cuerpo) por una suces ión de movi-
son entendidas como casos de buena tensión (eurov(a) del JtVeUlla (cf. Galeno, PHP 270, 10- mientos musculares; el ave permanece suspendida porque su empuje hac ia arriba iguala su
24; 272, 9-274, 26). Estos pasaj es que acabamos de citar son, a nuestro juicio, muy úti les para peso (que la empuja hacia abajo) . Lo que hace el ave es estar moviéndose hacia arriba y hacia
advertir la funcional idad que tiene poshliar el nveVlla como causa cohes iva en diferentes abajo, pero ese movimiento es imperceptible y por eso da una apariencia de inmovilidad. Si el
dominios de exp licación; el problema de la causalidad y, en particular, de la causa cohesiva o animal fuera privado de su tensión muscular, caería rápidamente hacia abajo (Motu musco
cohesiva no se limita a ser una expl icación puramente física, sino que se extiende al dominio 4.402, 12-403, 10, SVF 2.45 0). Como se ve, Ga leno admite la posibi li dad de u n movimiento
de la ética y de la teoría de la acción, aunque el origen de la teoría tiene probablemente un tensional pues debe distinguirse entre el reposo y el estado en que se encuentra un cuerpo
acento espec ial en el aspecto físico pues e l llveu~a es descrito, en su sentido fís ico más estric- sobre el cual se apl ican fuerzas igua les en cuanto a la intensidad pero opuestas . A pesar de
to, como un compuesto de aire y fuego (cf. capítu lo 14.15). En efecto, el aire y el fuego -los que Galeno parece adm itir la exp licación del movimiento tensiona l (proplo del JtV€u ~a estoi-
ingredientes básicos de los que se compone el ffilEu~a- a causa de su etrcovía o buena tensión, co), argumenta que si se admite que todo lo existente req uiere de una causa coh es iva se con-
360 Capítulo 14

cluirá en un absurdo. El argumento de Galeno en el texto 14.23 tiene la siguiente secuencia: Textos Anotados
se afirma (1) que todo lo existente requiere de una ca usa cohesiva; ello es absurdo porque (2) Teoría de los Principios y de la Causalidad
la causa cohes iva es o bien algo que procede del dominio de lo ex istente o algo que procede
del de lo no existente; pero (3) si procede del de lo no existente y sostiene que cada existente
requiere de un no ex istente pa ra ex istir, se cae en un absurdo. Pero (4) si la causa cohesiva
pertenece al dominio de lo existente, por ( 1) también neces itará de una causa cohesiva. Por 10 14.1 OL 7. 134 (SVF 1.85; 493; 2.299-300; LS 448; FDS 744-745)
tanto, (5) si todo 10 existente requ iere de una causa cohesiva para existir, resultará que la 60K€l 5' auroTt; apxo.c; etVat '!oov OAwV Búo, lO 1tOlOÚV Kal TO
ca usa cohesiva misma requ iere de otra causa cohesiva, y ésta de otra, y así al infinito. La náaxov. lO PE:v oñv nácr,(ov EtVal 'T1)v arrOlov oucrÍav nlVÜATJV, lO
imputación que Ga leno hace en (3) es claramente incorrecta, pues si algo va a ser causa de bE nOlOÚVlOV f.v aÚ'rfi )jyyov tOV Oéov' toúrov yap atOlov OVta
otra cosa debe, ex hypolhesi ser un ov, un existente, no un no existente. Si esto es así, el ab- 8u:1 náCIT]C; a\rrilc; 011)ltOUpyclV EKacrtct. 'ríOTJ(J1 & lO ó6ypa tOmo
surdo denu nciado en (3) no se da. Galeno cree encontra r otro absurdo en el texto 14.23; según 5 Zrlvrov ~v ó KmcUC; tv '[0 n €pl ouo(ac;, KAtávOTJ<; Ó' tv t41 nepl
él, los estoicos no han dado una demostración de que el nveú~lcx se cohesione a sí mismo y a trov at6).lúJv, Xpúcmmoc; 8' ev tfl 1CproTtl '[cov (DUO'lKeOv 1tpOe; teí)
las demás cosas. Galeno cree encontrar una prueba del absurdo estoico en el do minio sens ible, rÉM:l, 'APX¿Óll ll0C; 6' tv T(9 Ilepl OLOlX€Írov KCXt n OO'€ lorovlOC; tv tcp
porque lo que se cohes ion3 3 sí mismo es lo duro O resis tente, en tanto que lo blando y dúctil oEm Ép(9 'wü <I>ucnKOU ÁÓYou. ótaepépmv 8É c.paaw ap;(ac; Kal
requ iere algo que lo cohes ione. Pero el presupuesto estoico es muy diferente: lo que en mayor mOlxeia' tae; pev yapdvat aYEV1ít ouc; <Ka1> aQlOáprouc;, la oe:
gra do conti ene partículas finas, bl andas y ten ues (el 1tveúpa), eso es causa de la dureza y 10 motxeia leUTa T~V ÉK1tÚproCHV cpOeípeaOcu. &IJ..& Kal crcó~taW
resistencia de los cuerpos. Lo que los es toicos sugieren en su noción de nvd}~la como factor dvat 'tue; apxac; Kal o)l6pc.pou;, la 06 pe)loP4'oocrOal.
cohesionante es una susta ncia material y act iva que se define mejor COmo una fuerza.
Co mo puede advertirse a partir de lo discutido, en los textos estoicos es posib le leer entre 2 StvCII om. F 4 ante Oll)ltOuP'{siv Marcovich suppl. O I~KOvta 9 <Ka\> add. Stephanus 10 áaúl¡.tó.tOUl;
líneas las teorías causa les de Pl atón y Aris tóteles, aunque la teoría causal estoica tiene una Suda, von Amim, Todd, Sandbach : aoro)lQtCl (J>D : O'Ó.l~lata BPF Edclstein·Kidd, Marcovich, Long-Sedlcy,
ontología subyacente completa mente dife rente que ha ce que la propia teoría introduzca ele- Mansfcld : o.arol.uho~ Lipsius
mentos novedosos significativos q ue no habían sido consi derados por la fi losofia precedente.
9 ciY&V1ho~ <Kul> cicp9áptou¡; L'l idea de que los elementos, a diferencia de los pri ncipios, no son ni
ingénitos ni indcstrutibles también fi gura, aunque de modo implícito, en Sexto Empírico, AM 10.3 12,
quien afinna que, para los estoicos, los cuatro elementos se generan por alteración de una materia carente
de cualidades.
10 Las lecturas ci(JrojlálO\)~ y ci(Jro~wta plantean no sólo dificultades fil ológicas -es probable que
O:(JrollálO\)~ sca una anticipación de ó~16pq>Ou¡;, dicho también de los principios-, si no también dificultades
filosóficas de peso. La lecrura de van Arnim (O:(Jrojlátou~, seguida por Edelstein-Kidd 1972: 40, Todd
1978: 139- 143 y Christensen 1962: 11) va en contra de la mayor pane de los testimonios que informan
que, para los es toicos, sólo es causa aquello cuya naturaleza es de carácter corpóreo, y dios (e l principio
activo) sin duda es causa. Para una explicación más detallada sobre la conveniencia de leer (Jw~l(m.l cf.
Long-Sedley 1987; 1, 273-74 Y M.ansfeld 1978: 162 y 168-69. El problema de los principio (que son
cuerpos) es discutido en detalle por Kidd (1988: 105-106), qui en muestra la dificu ltad fil osófi ca e históri-
ca de seguir la lectu ra del léx ico Suda.

14.2 E,lobeo, EcI. 1. 133,6-11 (FDS 741)


Xpuaímrou LtrolKOU. T&v Karo: n:m6r11ta uqllOTapévoov n:pwrr¡v ÜA11v ' talrr11V OS &:{bIOV, oürc
aÜS11mv omE )1EíroOlV úno)1Évouaav, blaípé:ow oe Kat OÚrxuOlV €1t1oqopéVf]v Kara ~lépl1 ,
mOTE c.p80pCt~ y(yv€a8m eK 'tlVOlV jl€P&v dr;; tlva [oú] KaTa 8ta(pECJ1V, apa Kar' avaAoyíav TU
OUYXÚcrEl llVWV ytyvop.€vrov EKltv<OV.
3 [ou] del. Usener lalla Usener: üJJ.a FP 4 ~K t l Vú)V Wachsmuth: EK n vo; FP
1-4 El contexto en el que aparece el pasaje es el de la discus ión del problema de la materia; unas líneas
antes se cita la tesis del estoico Zenón, según la cual " la sustancia de todo lo existente es la materia prime-
ra" (cf. la misma tesis abajo, texto 14.8), y dicha materia en su totalidad es eterna y no admite el más o el
menos, En ambos casos el en foque es pare<:ido: la mate ria es siempre la sustancia de alguna cosa.

14.3 Orígenes, Oral. 27.8,9-27 (SVF 2.318)


tole. 8s SIraKOAOu8'llUcTlv cdrr~v Elvat vopl1;oUOl n:pOllYOUIlÉVfJV & 't~v 't&v aropá'trov OpOl
o.-u;~~ OÚ'to( EÍOlV' ouaía Emlv ~ 1tpw'tT] lrov Ovrrov 1)1..11, Kal E~ ~C; 'tu ovta, ~ 'trov aropárrov
ÜA11, Kat ¿~ ~C; 'ta crm)lat~ ~ 't&v 6VOI..ta1;o~vrov, KClt ES ~c; l a ÓVO)1a~ó¡.u:;va, ~ 't0 n:p&rov
únócrtu'tov an:OLOV ~ ro n:poüc.ptcrtá)1EVOV 'tOi~ O~OlV ~ lO náaac; oexó)lEVOV tUr;; pzrcxPoAár;; 'tE.
362 Capítulo 14 Teoría de los principios y de la causalidad 363

5 Ka! &AAO\cóm;t~, autO &; avCt/J...oícorov KUtO tOV tÚ10V "Ó'yOV, ~ la lmO)l!NOV n"UcrCtv aNcolCOO1V 14.5 Alejandro de Afrodísía, Mixt. 224,32-225.3 (SVF 2.310; LS 45H)
Kal ~IEta~OA~V. K(tTU 'tOÚ''WU~ oe
~ DuCJÍa ¿mlv U1tOlÓl; 'te KCtl ¿Hj'XT1I. !Ó'nCJto~ Ka'rU rav tOIOV alnácrCltlo o' av tl~ €úAóyro~ amoov mauea -rou Aóyou ycv6)18V0~ Kat tO Mo upxa~ tOOV
os
Aóyov UAA' aMe )ltyd)o~ cmOtc'wY)lÉvov exoucra, n<Ícrn eyKEtTOJ 1t016rr¡n KaElá¡u:p EW1)..tÓV 1távnov Aiyovrcu; dvClt ÜA1)V 1E Kal 8e6v, álv tOV ~ 1tOlouvra dvClt t~V O€ 1tácrxoucrav,
t i xcoplOV. 1t0l6rrrws M OHltaKTtK&~ Aiyoum Tat; EvEpyElao; Ka! TaO; 1[Ol~creIO; K01Vroo;, tv are; IlQ.líxeClt tU ÜAU AéyEtV tOV SE6v, o\(l1táO"ll~ aúti1~ Ot~Kovra Ka! crxfl¡..tmí~ovra oo.'rr~v, Kat
efvClL 'toe; KIVlÍoeu; KClL cr;(80EI<; OUI1P¿Pr¡K€V' ou8É nvoo; yap roún.ov Km'u lay iOtov Aóyov llop<pouvra Ka! Kocrl101tOtOUV!Cl 'tOmO? té) lpÓ1IO?
J o ~1€'téxelV <pum n)v oucríav, aeIBÉ TtVOC; Ctlrt<Dv axcóptmov eiVCtl1t<ÍElel nívoe, ouoev ~HOV KCtt 2 llOiOUV1Ct Bruns : 1tOIOUV codd. 3 Alymv Apeit : Alyet codd.
bnoeKt1lv 1CUcr&V t&v 106 1tOlOuvtO<; evepyelÚJv, roo; av fKElvo 1tOlTI KCtl )lcraPáUlJ' ó yap 2-3 IlE¡.ilXOQ! Til {SAn AtyElV TOV ge6v Que dios está "mezc lado con la materia" es una de las tesis estoi J
cruvwv a:trcfl t6vOo; KCtI 0 1' OArov KEXWPr¡KW<; 1'(ú011<; t E lWtÓ'tTjrOC; Kat1"rov nepl CtUnlY arnaC; av cas inaceptables para cua lquier platónico o peripatético (como Alejandro). La difusión de dios por la
oiKovo~IIÓJv- 61' oAú:lv lE )letapA:rlt~V Kal Ot' OAooV otatpeTllV AZyOUOlV dvat, Kcxlnéicrav oúcrtav totalidad de la materia es la tesis que da lugar a la afimlación de que los estoicos son "panteístas", y es un
1táOlJ croyx€í'crOaL Oúvacr9aL, lÍvro ~UNflV ~vrOl. tipo de actividad que debe ser entendida en conexión con la actividad del1tw:Olla (cf. supra texto 14.3,
nota a las líneas ]2.13).
2 ~ 1tPWT11 von Arnim I ~ nov CfW fláTUlV von Arnim 3 ~ TWV óvo~lasO~U~v())V van Arnim 8 Kal TalO;
erx¿erElO; van Arnim 10 1raOl1T1)V oc ouSEv von Arnim 12 ahlOO; 11V von Amim 14.6 Sexto Empírico, PH3.1
6-7 lí ouola eCf1tV allo l6o; TC Kal aaX1HlúTICfTO<; llúan 08 L'y tn::nal 1l016nlTl Kaeám::p e't0l1l6v 1:1 1tEPI apxoov ópa01 IKwv. Ka! É1t€tóll1tapa tO~ 1tAeí(Jt"Ol~ (J1)~l1teq><Í)VflTmloov ápxillv tu~ ~
XUlpíov. La sustancia sin cualidad ni forma es la materia entendida COIllO el sustrato universal, la materia UA1KU~ ErVat, ta~ OE: ópa01IKá~, á1to lillv ópamlKwv TllV áPXllv tOU Aóyou 1tOtlloópe8a' tCll'rra~
primero que es eterna y que no varía en magnitud (eC. texto 14.8. donde se habla de "materia de todas las yup Ka! KUptúJt¿pa~ lWV ÚAIKillv <!lClO1V dvat.
cosas" pam designar a esa sustan cia sin cualidad ni forma).
10-1 1 ouot:v línov Kal CtUOCKtllV .. TOU 1l0100VTOo; eVEpY€H:OV Se trata de la actividad del principo acti- 14.7 Sexto Empírico, AM 9.11 -12 (SVF 2.301)
vo sob re la materia, el principio pusivo. oi U1tO tl1~ L-roa~ OÚO iJ:yovr€~ apxá~, O€OV Kallhrolov ÜA11V, 10V ~v 8EOV 1tOlelV {¡1telA~q>a01,
11 -13 oyap eruvrov aUTft 1ÓVOo; Ka) 01' oAWV . . al1l0<; av OiKOVOfllWV De nuevo aparece aquí el princi- l~V ó€ {SA11V 1!áOXE1V t€ KCtl tpbtEOeaL
pio activo, pe ro, esta vez, en su forma de llvtOpa, el aliento o hálito que penetra todas las cosas y gracias
al cual cnda cosa es lo que es y cOl1t il1(1a siendo lo que es y no Olra cosa en tanto su ltVrillla se encuentre 14.8 DL 7.150 (SVF 2.316 y 2.482; LS 50B; FDS 742)
en un grado de tensión tal que permi te que el objeto seH ese objeto y no otro (para la identificación del üúolav ÓÉ: <pacrl lwv ovrOJv á:1!ávrOJv T1lv npOOTllV ÜA11V, cO~ Kal Xpúcrtmro~ Év lU 1tPCÍYrtllwv
ltVet)fla con la cllusa cohesivll y, en ge neral, con el princi pio activo cf. Nemes io, NH 18, 5-8, SVF 2.451; (DUcrIK&V Ka! Zlívrov. ÜA110é Écmv É~ ~~ OnÓfl1t010UV yíVETClI. KaAettm O€. Otx&~, OÚCJÍa 1:e Kal
texto 14.27; Al ejandro de Afrodisia, Mix!. 224, 24-5). ElltveO~La, que es un cuerpo sutil en movimiento
{JAll, ~ 18 t OOV rrávrOJv KallÍ t rov 81t1 ¡.tÉpou~. 1; ~v oov tooV OMoV OÜ1:€ 1tAeíOJV am' ¿AáTIrov
cuya tensión dinámica sc manifi esta en un constante movimiento hacia adentro y hacia fu era (Alejandro,
Mixt. 224, 23-24, NClllcsio, NfI 70-7 1), puede estar presente en tQ(los los estratos de la realidad y esto Y1V€1Cll, lÍ ó€ l&V ¿nI ~IÉpOU~ < Kat1tAeírov Kal ÉAÓTIOJV> . crwlla óé ¿011 Kal ' aú1:Ou~ lÍ ouO"ía,
dcbc entenderse no en el senti do de que es un cuerpo distinto del cuerpo en cuestión, sino que se trata 5 Kal 1t€1t€pacrpÉvfl KaOá q)llCl"lV Avri1tatpo~ ¿v O€OtÉpO? n €p! oúcría~ Ka! A1tOUÓOú)pO~ tv Tft
siempre del mismo llvcOpa "cualifícante" en dife rentes grados de tensión. En cualquier cuerpo el rrvrillla (l>ucrUCU. Kal noOrr(1) O¿ ÉCfnv, cO~ Ó OÚTÓ~ CP11crtV· E¡ yap llV (hpE:1tto~, OÚK av 1:U YlvÓIl€Va É~
es lo que hace que el cuerpo tenga la forma y cualidades que tiene y, por lo tanto, 10 que hace que un aurij~ ty[veto' EVOEV Ka.KEiVO~ <<P11Cl"\V} 011 íí 1:E1:0flrlEt~ arr€lpóv BmIV. (nv a1T€tpOV <OUK EÜ;
CLLerpo discreto particu lar seH ese cuerpo y no otro en t;mlO es ese cuerpo. EI1tvcillla, entonces, cualifica
la materia sin cual idad dando lugar así a " llu evas" entidades, y cuando atraviesa o "se difunde" (orflKov) a
o o
a1tEtpÓV> tp11Cl"\V XpÚ01mrcx;' oú yáp Bm i 11 arr€lpOV, d~ yíVEtaL ~ 'tOfllí. lli' aKmáAllK'tÓ~
trnvés de 111 totalidad del cosmos, cambia sus denominaciones (rrpoO"llyopíUl) de acuerdo con las altera- ¿"n.)
ciOnes (TrftpaUásclO;) de la materia a través de la cua l ha pasado. Cf. DC 305, 15-306, 1 1, que citamos en 2 OnOTlllOTOUV D : ÓÓllltOrOOV BPF 4 <Kal llAEÍwv Ka\ eA6.TTUlv> add. Stephanus 7 KaKElvoo; «(jlllCftV}
el cap ítulo 17 (texto 17.7). on Hermann : KCtK(oAouO,dv ro.; von Arnim, Hülser : KO-KelVOo; BP : KOXeiVO dg 7-8 <OÚK d~
14.4 Estobeo, Ec!. 1.133, 18-23 (FDS 741) a1tELpóv> add. van Arnim 8 li <TOO erw~lCtl:09 101111 Marcovich
n ocr€tóúJvíou."Eq>qcre O€ 6 n ocrcLóffiv\o~ 'r11v 1:&V 2 ÜA1l M smlv es ~o; ... yívewl Para el antecedente aristoté lico de esta caracteri7..ación de materia cf.
ON.ov oúcríav Kal ÜA1lv a1tOlOV Ka! ClflOP<POV dvcu, KaS' Fís. 194b24.
ocrov ou8Ev o:n:oT€1:aYflÉvov '\OIOV l'xE\ crxllpa oúSE 1W161:11Ta 3-4 ~ <sc. DA11> Te Tó'lV .. btl ¡l€POUo; La materia de todas las cosas es el sustrato universal de todo lo
KaO' aúnív, MIo' cv t lVI crx1ífla1:1 Kal 7tOlÓtllll dvClt. que existe (Calcidio, in Tim. 292-293; SVF 1.888; LS 44 D-8); la materia de las partes, en cambio, debe
se r "materia próxima o detenninada".
S ~1(L(pÉpClV óe tllv oúcr íav tll~ {SAI1~, 1:11V <a1h~v> oucra v
KatU T1lv {m:ócfwcrtV, bavolQ fl6vov. 14.9 Plutarco, eN 1085B-C (SVF 2.313; LS 47G)
5 111V ouerav del. !-I eeren I aUnlv add. Hirzel L'tOtXEÍou yE ~~v M ota Kal apX1i~ KOIVll1tucrtV cO~ €1!O~ E11tE1V avSpw1tot~ ¿1-.m ÉcpuK€V, ~
á1tAoUV Ka! aKpmov etVat Ka! áOÚVOEWV' ou yap (í[OlXeí'ov oVó' UPX1l 1:0 pefl1Y!-lÉVov aU' ~
1-4 El tex to aparece en un pasaje de Estobeo en el que se está discutiendo el problema de la materia
cbv ¡..tÉfllK!Cl1. Ka! ll~V OU'tOl tOV OEOV ápxtlv ovra cr&)..ta VO€POV Ka! VOUV tv ÜAU 1tOlOUvtE~ oú
(ÜAll) y se la definc como "lo que subyace a toda generación, destrucción y los demás cambios". Algunos
es tudiosos han visto en este pasaje una nueva posición heterodoxa de Posidonio respecto de la tesis Ka8apov oúó' a1TAouv OUo' aoúveelov uu' ~ ÉtÉpou Kal Ót' f:t:EpOV á1to<paívoumv' lÍ O' ÜA11
estoica de los dos principios (a partir de este tex to Edelstein sostiene que Posidonio separó los elementos 5 KaS' aúTIjv aAoyo~ oOcra Kal ürroto~ 1:0 cmAouv €Xe1 Ka! 10 ápXO€IO€~. 6 e€O~ Olí, ei.'1tEp OÚK
activos y pasivos, y que el elemento pasivo sólo existe en la forma de los cuatro elementos, es decir, Ecmv acrropa1:O~ OÚo' üuAo~, ro~ apxfj~ ¡..t€""CÉcr;QlKE nl~ ÜA11~. El flEv yup Ev Kal tooJ-rov lÍ ÜAll Kal
como sustanc ias cualifi cadas. Cf. Edelstein 1936: 291-293). La supuesta diferencia entre ouería y ü),.r¡ es
sólo conceptual (EJlIvoíq) pues, en realidad (K((1(l T~V lmócrwmv) son lo mismo.
o av
A6yoc;, OÚK cO TI]V ÜAflV fiAüyov cmOÓ€ÓWKaCl"\v' Ei Ó' fhEpa, Kal aflq>olÉpOJV 1:OIlíro; TI~ 6
OEO~ E\'l1 Kal OÚX árrAouv álJ.J.t mJvOelOV 1tpuYlla 10 VO€pé)1:0 crro~a"[\Kov ÉK. rf¡~ ÜAfl~
rrpocr€tAflCPro<;.
364 Capítulo 14 Teoría de los de la causalidad 365

t ¡.t~v €VVOlU Kal &pxf\~ B : J.1~V Kal apxf\¡; €VVOtU E, Chemiss 4 aU' <crúv8c'tOv~ ¿~ Wyttenbach I EL Myo~ (como razón, no así como "decible" o A8Cr6v) es un corpóreo, pues no es más que 1IYEÜ)lU (cf.
€t€POV ES : É1:épou Aldina, Basi!. 7 Ctf1<jlotépoov T<I¡.tía¡; av tl~ ó Eh¡o¡; ei'l] E : Ct¡.t<jlotépcov av no; Ó 8to:; Bobzien 1998: 51-53; 1999: 199-200). Nuestras razones para rechazar esta interpretaci6n pueden verse en
d'T] ta!líG<; B el comentario a este capítulo.
1-2 :EtotXEÍou ye Il~V tvvOlCl ... Kal &GÚV86toV' Ésta es la premisa que le sirve a Plutarco para argumen- 14.11 Clemente, Strom. 8.9, 25.1.1-27, 5.3; 32.1 (SVF 2.344-351; L8 SSC-D; 1 ; FDS 763-
tar en contra del carácter corpóreo de dios como principio: si es un cuerpo, debe ser algo compuesto, no 764; 766; 768-770)
puro y no simple. Pero si es algo compuesto, no puro y no simple, no puede tratarse de un principio, sino
Trov attírov ra )liv 1tpOKatapKTIKá, ro OE <J1JV8KT1Ká, ro OE cruv€pyá, ro CE rov OÚK aVEU.
de algo que se deriva de un principio. Éste es el supuesto plalónico-aristotélico que no es compartido por
los estoicos, para quienes lo ontológicamente relevante no es lo incorpóreo, sino los cuerpos. 1CpOKarapKTtKa )liv rO. 1tpámoe; aepoPIl~v napq6)lEVa d; ro yiYVEa6at TI, Ka8á1IEp ro KáMoe; /
4 aAA: E;; &répou !Cal eSt' En:pov O:1toepaívouow' ef. Sexto Empírico, AM 10.10 (SVF2.50l). rOle; aKoAáO'!Ole; tOÚ EprotOe;' Oep8Ev yap aúrot~ r~v epcoTlK1lv OtáS€01V E).I1IOlEl ).IÓVOV, oú ).I~V
6 El )lEV yap cv Kal Tm'rrov ~ ÜAll Kal 6 AÓ'{oc, Los estoicos no dicen que la materia y la razón sean lo Karr¡vaYKaO').lÉvcoe;. cruv8KTtKO CE éÍ1rEp cruvroVÚ).lroe; Kal aÚtotúfi KaAettat, t1t€tO~1IEp
mismo. Como puede verse arriba en el texto 14.1, razón (=d ios), por un lado, y materia, por el otro, son 5 aúrápKroe; Ot' aÚ'rwv 1tOlllTlKá Éon rou cmorÜÉO').la1'CX;, é~fie; OE 1Iávra ro al"[ta ¿ni tOú
respectivamente los principios activo y pasivo. Plutarco infiere la identidad entre razón y materia del llavSávovrrn; O€ucrwv. Ó ¡..tEY 1tan'lP aln6v ecm npOKarapKTtKoV rile; ).laef¡aEcoe;, 6 OtOácrKaAoc;
hecho de que, para los estoicos, dios no es incorpóreo ni inmaterial, sino corpóreo, aunque no necesaria- BE cruV€KT1KÓV, ~ 8E rou ).Iaveávovro~ ([)úcrtC; cruvEpyOV ai'nov, 6 BE XPÓVOC; rcOv rov OÚK aVE\)
mente "material" en el sentido de un cuerpo material (en la medida que dios se identifica con el rrvEU)la,
Aóyov É1If:x81. AITlOV BE KUpíroe; AÉy€tat ro nap€JcrlKóV nvo:; EvEpyr¡TtKWe;, É1tEl Kal rov oí0llPoV
es un cuerpo suti l). Que la materia y la razón no pueden ser lo mismo se muestra a partir del hecho de que
son dos principios distintos (aunque complementarios), a saber, el principio pasivo y activo, respectiva- r¡..tl)TlKÓV ((la)lEV dVUl oú /lÓVOV Ev ró) ré).lv€tv, aA.AO. Kal Ev rep Il~ té¡..tVEtV' oürroe; oÚv Kal ro
mente. 10 ítapEKTIKOV a).l([)CO CITl).laív8\ Kal ro ~Oll EVEpyODV Kal ro IlllÜÉnro I1Év, ouváll€t oE KEXPll)lÉvOV
8-9 cüJ..o. crúv9Etov . .. SK nl~ ÜA11C; npOd'ElAI]tpcDC;. ef. Sexto, AM 9.180-181, Alejandro, Mixt. 224, 32- rou Ev€pyfiO'al. O'1).lEY oÚv aro).látrov, 0'10' aO'rol1árrov epacrlv Elvat rO: ahm' o\. oE ro ¡.tEv O'cO).Ia
226,34 Y Plotino, 6.1,26-27. KUpícoe; alnóv ((lam, TO OE aawllatOv KaraxpllO'!lKroe; Kal otov ahlcooooe; ' aMolO' E¡..t1taAlV
avacrtpÉepouO't, ro ~tEv acrc6).1ata. KUpiroe; alna AÉyovrcc;, Kata.XPllO'!IKOOC; OE rO. crwllata., otov
14.10 E,tobeo, EcI.1. 138,14- 139,8 (SVF 1.89; 2. 336; L5 SSA; FDS 762)
r~v TO).I~V evépy€tav o'Úaav amb).larov €iVUl Kal alríav EtVat rou rÉIlV€lV, €v€py€íac; OÜCITle; Kal
Z~vcovo~. Altlov O' Ó Z~vÚ)v ([)llcr1V ElvCll Ot' O· Oú oE alTlov cru)lPEPllKÓe;' Ka! TO )lEY alTtov
15 aaco).lárou, Kal rOD rÉ).Iv€08at o).loícoe; rft t€ l1axaípq. Kal tep r€l1vo).lÉvú) oW).Iacrtv OOOIV. [... ]
mO)la, 00 BE altlov KaTl1yóplwa' aOúvmov o' ctVat TO ~ al'ttov 1IUpEtVCll, Oú oé ÉcrtlV alTlov
Ele; Bv ),jyyov KaTllyoPIl).lÓrWV~, ooe; TlVEC;, AeKTrov (AEKTO yap ro Karllyop~/lC11'a KaAoucrtv
)l~ ú1tápXElv. To oE AsyÓ)lEVOV Towúnlv EXEl oúva)llv ' ulTlóv Ecrtl 01' 8 yíVEtaí Tl, otov Ola T~V
KJ...Eáv81lC; Kal f\pxéOllIlOe;) (alnm ta ui'na'~, OítEP KallldUov, ro)liv KaTllYOPll¡..tó"[wv atna
epPÓVllcrtV yív€tat tO eppov8tV Kal Ola t~V IfUXIlV yíverCtl "[o ~fiv Kaloul t~V aroeppomJVllV yíVEtat
A.eX8~O'atat, otov tOD réllvcrm, OÚ 1Irwme; tO rÉ).IvEcr6m, rO. o' a~tcol1árrov, roe; mu vaue; yívatat,
5 ro crro([)POVatv. aMva'wv yap €IvCll aroeppOcnJVIle; 1I€pí "[\va oüO'lle; ~l~ O'roeppOVElV, ~ 'fIUxfie; Il~
oú 1IMlV [~] moome; Ecm ro vaUv yíVEa6at· AptcrtotÉAlle; OE npomlyoptrov, otov rwv rOlOÚtCOV,
~fiv, ~ eppov~a€roC;)l~ eppOV€lv. Xpuairurou. XPÚatruroc; alnov dVCllIJ:y€1 Ot' O. Ka! rO)lEv
20 olKío.c;, VEWe;, KaúO'€roe;, ro¡.ti'¡c;. ~ m&me; oE ciOc6)laroe; ctVUl Of.lOAo-y€íral' 010 Kal to a6epla).la
ahtov Bv Kal aro)la, (00 oE ai'Tlov )l~r€ Bv )l~r8 O'&).Ia·) Kal ai'nov)lEv on, OÚ OE alrlov otá ti.
ÉKEIVO OÜtroe; MErat· OAÉy8V;, otÉpxEtaí aou 010: rou O'ró).Iatrn;, 01tEp M1l8&;, o;xlav oE AÉyEtc;,
At"[íav o' ctVUl A&yOV airíou, ~ AÓYOV rov nEpt rou air{ou roe; ahíou, (DOO'EtOroV{ou.
otKÍa apa OtO: toú crró).IarÓe; aou otÉpxeral, 01I€P 'tIsiJOOC;' OUOE yop r~v oiKíav Aéyo¡..t€v O'&¡.ta
nocr810WV\Oe; OE oihroe;' atnOV o' Éarí tlVOC;, 01' OEKEIVO, ~ tO 1tpó'nov 1tOlOÚV, ~ ro apxrlYov
oúcrav, aua r~v mromv acrw).IaTov oúcrav, ~c; olKía TUYXáv81. [ ... ] ro yop 1IOIOUV €vEpy€ÍW;
10 1ColllcrEroC;. Kol tO )lEY OltlOV Bv Kal croo)la, oÚ oE ai'rlov 01h€ OV OÜtE cr&).la, aMo
cru~~E~~KO\ Kal KaTTly6p~~a.
0llAroTtKOV Ú1IcÍpx€1. OUK EcrtlOE &tÉpou ~ tO 1IOtOUV, ÉrÉpou oE ro ai'rlOv, aua roo.'rwu [Tfje;
, , 25 XA.a)lÚOOe; Kal Tfjc; oiKíae;]' KaS' Oyop atTlOe; rou yiv€aSat, KatO roiho Kal1IOlllTlKÓe; Ean rou
1 Ol) O€ P : 01.18' FP L 7 <OD 8E. atrtov .. , !-nírE O'&¡..tu·> add. Wachsmuth coll. 139 1OlUTt codd: yív€cr9m. ro rOE] amo apa ai'Tlov Kal1tOll)TlKÓV [Kal 01' o]. Kal €l I1Év tÍ Ecrnv alTlOv Kal
olClrí codd: OIÚ n Heeren : OLÚ Tí Long-Sedley o,
1tOtl)TlKÓV, rouro 1tóvrroe; Ecrrl Kal 01' O, el Oé Tí Ecrn ot' ou návrroe; muro Kal at"[tov, 1COAAO:
El contexto general es el de una doxografia estoica que trata el tema de la causa según Zenón, Crisipo y youv Eep' ev cmorÉÁ€o)la <J1JvrPÉX€I, 01' ayíV€rUl ro tÉ~, all' OUK Ecrn n6:vra ai'na, ou yap av
Posidonio. Ét EKVOKTóV1laev MlíOEIO, ei ¡..t~ ropyíO'8f], OUo' av ropyíO'Sr¡, ei)l~ É~~AcoO'€V, OUOE rouro, 8i).l~
30 ~páaSll, oúoE rouTO, et ).I~ 'I<Íarov E1tAzua€V ete; K6AXOUe;, oME rouro, et)l~ f\pyw
3-4 oH1 T~V tpp6V11OLV .. .tO oCOtpPOV¡;;lV Los estoicos entienden la causalidad como un fenómeno triádico:
Kar€crJCcuáO'8f], OUOE romo, Ei ¡..t~ tO ~ÚAo. ÉK rou n11Aíou É:t1l~811 . Év rOúTOtc; yap a1tacrtv rou
la prudencia (un cuerpo para los estoicos) es causa de l efecto incorpóreo "ser prudente" (tppovetv), un
predicado, algo que le ocurre o sucede (ytVl>tUl) al alma, otro cuerpo segun los estoicos. 101' Ot rur,(á.vovr~ oú mÍvra r~~ r€KVoKtovlae; atrta wyx<ÍV€l, )l6Vll OE ~ M~oela. [D.to] ro ).I~
7-8 Ahtav 8' e{ven "A6yov ahíou , . .. cb~ aÍT(ou Este pasaje ha sido objeto de especial discusión y con- KOOAÚOV aVEvépY'lr6v Écrrlv, OtO 01>K EcrtlV ai'Tlov ro ¡.ti¡ KCOAUOV, ÜAM ro KroA.UOV. €v yap rtQ
troversia. El texto parece establecer una distinción entre airia y a'(nov, siendo la airra un ítem proposi- ÉvEP'{€tv Kal opéiv rl tO oi'nov v08ÍTaL €-tI ro /l~ KroAUOV K8xwplcrrat rou YIVO).lÉvOU (010 "[ouro
cional (o una explicación) y el alnov la causa o ítem real. Frede (1980: 222) interpreta ahía como "expli- 35 youv É1Im:M:ÍTat, on ro ouvá.).I€VOV KroAú81v ou 1ItÍpEcrnv), ro OE alTlov npo~ ro ytVól1evov' O'OK
cación"; lo mismo hace Inwood (1985: 58). Long-Sedley (LS vol.] : 333) traducen ah(Ct por "explanation áv ol)v €tll alTlov ro fl~ KroAUOV. [",] ndv yap Oú xúJplc; mJK Évoc,(Ó)levov y€VÉcr8at "[o
y ulnov por "cause"; Hülser (\987: 898) traduce oiría por "Die Ursliclichkeit/Erklarung", y alnov por anoréA.ecr).la, Kara crváYKr¡v ÉcrrlV alrlOV, a'íttov BE oUx á1tNO~. 00 yáp Ecrn O1JVEKtlKOV ro OÚ
"Ursache"; Kidd (1999: 55) da "explanatíon" para ah(a y "cause" para ui'nov. lsnardi Parente traduce
fl~ aVEU, cruV€pyov .sé. 1Itiv ro ÉvEpyOUV ítapÉ;(El tO anOTÉA.Ea)la Iler' Emrr¡oEtÓTl)roe; rou
airía y otnov por "causa" y agrega en nota: "es imposible traducir adecuadamente en italiano el juego de
palabras del texto entre air(a y el más concreto ai'nov" (cf. su 1989, vol. 1,504, n.331), con lo cual no 1t<Ícrxovroe;' otarí811ol ¡.tEv yap ro ai'rlov, lláOX€t OE EKacrrov de; O1tÉ([)UKÉv TI, 1Cap€KtlKf1e; t~~
aclara nada. Bobzien, en cambio, ha vuelto a la vida una interpretación que, hasta donde sabemos, fue 40 Emrr¡O€lóT1]'tOC; oücrr¡~ Kal "[rov rov OUK aVEU A&yOV E:1t€Xoúcrr¡e;. anpaKrov oÚv "[o alTtov avEU
propuesta por primera vez por Jaap Mansfeld en un artículo de 1978; Bobzien sostiene que no hay razo- r~e; E1ttTIlO€tÓTIlTOe;, OUK EcrtlV 8E aLría, WJ..O. cruVEpyÓ;, EnElmiv alttov Év rep op&v vO€lrat, [ .. ,]
nes lo sufic ientemente poderosas para incluir a la airía de este pasaje de Estobeo entre los incorpóreos y KarayÉAoorov OE to '),f:yEIV J-l~ ro 1tÜp ai'Tlov rfie; KaúcrEcoc;, aAAa rO: ~úAa, I1110E r~v Iláxmpav
es un error convertirla en una proposición, en una explicación o, en general, en un ítem proposicional. En r~c; rOIlf¡~, allo r~v O'ápKa, J-lllOE rou KaWnaA.alo!hlvm TOV a8Allr~V r~v iO'xUv rou
el pasaje de Estobeo, entonces, oiría es, en su opinión, coextensivo a AóyoC;, razón, (como causa lo es a
ratio en Séneca, Ep. 65 .2 Y como ahía lo es a AÓYOS en Estobeo, Ecl. 1.139, 3-4); pero para los estoicos
aVTlnáA.ou, r~v Éaurou oE aa8Év8tav. To cruv8KTtKOV ai'''[lov ou oEirm xpóvou' to yap
366 Capítul o 14 Teoría de los principios y de la causalidad 367

45 Kau'r~ptoV D./lCl r4l KCltcl r~~ crapKo~ Em::pemBiivat nlv OAYllOóva napéxet tWV van Amim, Wilamowitz / 1tpoOllyoPloov SUihlin : 1tpOO1lYOpÍctv codd. 24-25 [n1~ y"a)lúSOC; Ka! tíi~
se
itpOKCltapKTIKrov rO. ¡.W xr6vou 8éttat, éíxpl~ av yÉvlltal 10 anOtfucr/lCl, t U OU ocí:Tat, ro~ ~ ohdw;] SUihlin 26 {M] del. Mewaldt. / [Kal SI' 5] del. Schwartz 32 [l!.to] del. Wilamowitz 49 <5I1tA:(j)
1t't&crt~ TOO KCltáY/lOTO¡;. /1~ n Ouv OU Kc.na OTépllcrtv xpóvou axpova AÉyétcn tofITa, wa KUta add. Stiihlin / !lV\ Wedel : n codd. / ~v. toÍl Heyse: !lÉVTOt codd. 50 [KCl9wn:p] del. Stlihlin 55 TOÍl
/le{oocftv, ro~ Kat "[o Esaíqw'lC;, ¡..tllói auto xroplC; xpóvou yevÓ/1evov. n ñv al'Hov roe; alnov alS.;w9al Sylburg : Tc9 ai5.;€o9al cocld. 62 <oh add. SHlhlin 62-63 <&AA' OUX EKactTo:; Kat' iS(av
<Ot1tA:ft) OlavoíQ. ATl1rrOV tUyxáV€I, OU:1. nvQ¡; KaLnp&; t1VI VOeltal, nvoc; ¡J.t'V, TOU a\tlOV add. 5tiihlin 70 [KflT' €150<;] del. van Wedel 78 aUtOlv..&; add. 5tiihlin, Schwartz : <tOÚto> TO
50 &non;A.tcr~talOr;. KaOárrep ~ IlclXmpa TOU TtllVEIV, npóc; t tVt ót, [KCl8ó1Uop] Tc9 EnlTT]&íroC; a\tlov Sedley 82 <npoótlAou> add. Poner 86 aú tc9 cocld. : aUtc9 Hervet 88 !lEe' ETÉpoU add. SUlhlin
&xovn, Ko.Oánep t O1tÜp Teg ~ú1q,l' tOV <ioá/lClvra -yo.p ou KClOOEl. 10 at'nov tWV htp6r; 'ni' Kma 89 €v rq, del. Stahlin / auW:PYcl<v> add. SUlhlin 90 er<paopótepov van Amim: ercpoOp6tatov codd. 9 1
yap TI]V 1tpOt; Etepov VOE;(TCU OXÉmv, menE ouelv érrl~áJJ..o~lev, lva la attlOV roe; lll'TtOV (1[~ lO auvspyov> add. St1l.hlin
VOlícrroflEV. (... ] AU~AroV OUK EO'n -ra Ot1:10, a.u~AOIC; Si atTICl. ~ yap cm).:rlV1KT1 ótágemc; 2 npoKaTaptcrlKu )llh, Ta ... do; tO yíyv€er9aí t i La causa preli minar se describe como el punto de partida
rrpoÜltOKm¡.uN'l ou nuperou urnor;, a.u.a rou y1vecr8cu rov 7rUpet6v' Kal Ó 1t1JpEtOt; de la acción causal (una exposición intensa al sol, por ejemplo, es causa preliminar de la fieb re - cf. texto
55 1fPOÜ1fOKEÍp.eVO~ 00 O'7tA;llvó:;, &iJJt 'to'O a~€af)at 't~v ou10ealv. OÜtCO~ Kal al apElal WJ..~AaU; 14. 19- o, en el ejemplo del maestro, el alumno y el aprendizaje, el padre es causa prelimina r del aprendi-
a'l'tlat wú ~.II1 Xropí~Ecrf.lat Olt) 't~v avraKoAouOíav, Kal Ol €rrl Til~ l.I'aAíoo~ AíOOl áM~AOl~ Etolv zaje, ya que sin padre no hay alumno que pueda aprender). Cuando desaparece el efecto continúa, de
a'l'tIOl toD pévetv Ka't11YOplípaw~, áM~Arov & OOK dolv al'nOl, Ka1 Ó ollSáoKnAo~ 6E Kctl ó modo que no contribuye en nada a la p ersistencia del efecto, aunque sí condiciona el punto de partida de
la actividad causal.
se
pavOávrov áA.A~AO\~ eíolv cttn Ol 'toí} rrpOKÓm€IVKct'tqyOplípct'tO~. Aére'tm WJ...~AOlC; a'lna
4 auVroVÚjlúlo; Kal a1.JtonJ..li KeV,€iTOl ce texto 14.28 ca/lsae pelfectae el principales (cf. Frcdc 1980:
rro'te 116V 't&v 01)1&V, roc; 6 E~ITt'OpOC; KClt Ó Ká1tT]AO~ aU~AOIC; dolv ol'nOl W'O Kepoaívetv, rro't6 23 7).
60 Ii6/íAAou Kal líAAou, Ku9árrEp ~ ~6Xatpa Kal ~ cr6p~· ;\ ~v yap TU crapKI TOO TÉ~vecr9at, ~ oc
7-8 Ó Xpóvo~ . .. J....ÓYov E1tÉX€t. La causa en el sentido de condilio sine qua non es una fo rma de cau-
oap~ 6E 't'6 l1axa¡p~ 't06 'téllvelv. [... J"E'tI1;ll'tetWI el noMa KOta CfÚVOOOV tvo~ al'no yívewl salidad (derivada) reconocida ya por Platón (Fed. 998). El ejemplo que de esta forma de causalidad da
<ct'lTIO> ltoUá. oi yap avepwrrol <oÍ> ouV€AOóvrec; o'ln oí elol toO KaOéAKeoOm TI)v va'Ov ' (CtJJ.,,' Clemen te es el tiempo, lo cual genera una interesante dificultad: aunque únicamente es causa aquello
OVX€KaO't~ KOt' ioíov a'{n~,) OJJJJ. crUVtO«; OMotc;, et 11~ n KollO cruvaÍtlov OtTlov.l:iJJ...ot oé cuya naturaleza es corpórea (cf. Sexto Empírico, AM 9.2 11, Alejandro, in Top. 301, 22-23 el passim), el
cpaalv, el rroAAa airla , Km' iSíav €KOmOV Évex; a'lnov yíVCtOI. toí} yo'Ov eU8atpove'lv €VCx; ovrú<; tiempo -que es uno de los incorpóreos: AM 9.218- es, de todos modos, pensado como una causa. El
65 alTlctl tuYXávoualv aí apetallIoMal oÚOctl. Kal tOÜ OeppaívecrOat Kalloü ciAyeiv ópoíro~ tiempo es causa porque es la condic ión necesaria de todo aque llo que se genera y destruye: en el ejemplo
que da Clemente, el ti empo que involucra el proceso del aprendizaje es "causa" como condición necesaria
noUu la a'ltla. ~l~ n OÚV aí lIoUal &p€lol l1ía eml Kal u &úvaplv Kal Ta OepllaívovtCl Kal ta del aprendizaje. Esto es, debe darse un lapso de tiempo en tre 10 que enseña el maestro y la incorporación
oc
áAYÚvovra. Kal tO lIAiiOo:; l roV aper&v Kala ytv~ iN tuyxó'vov tvOc; alnov yíverat lOU que el alumno hace de su enseñaza; en sentido estricto, sin embargo, sólo los cuerpos son causas porque
eooal~loveiv. 1<9 ovrl OE 1tpoKatapKttKa ~1E\! a'lllCt. évO<; yíveral 1tAefova Kma ySvÜ<; Kal Kal' son lo único capaz de producir un efecto de un modo activo.
eto~, Kal Km&. yÉV~ ~IEv lOU vocreiv ó1twaouv. o!ov 'IfÜ~IS. &yKetUalS, KÓ1r(X;, arrel.l'ía, ~tée'l, 11 -12 O~ jlEY Oúv OCOJ.láTúlV, ... KUpíox; a'íttóv ipaol Los que dicen que las causas se encuentran entre los
70 Kal' eT&~ oE lOU 1fUpcroU. 10: OE OUVeKtIKU arna Kalu y~vo~ p6vov, oUKÉn oE Ka1. KaT' €Toü<;. cuerpos y que el cuerpo es causa en sentido estricto deben ser los eslOicos; los que dicen que se encuen-
roí'> yap eÓ<oolá~€creOI KCt.1U ytv~ É;vo~ ovrOS rroA!..&. Ta a'lna [Kat' €loosJ, oTov AlpaVWtó;, tran entre los incorpóreos, los platónicos y pcripatéticos. Si los estoicos son los que dicen que lo incorpó-
pó&ov, Kp6KOS, crrúpa~, opúpvo, )lÚpov' TO yap p680v OÚK av omwc; eU&&:~ elll roc; ~ crl1úpva. rco es causa pero "en sentido impropio" y "a la manera de una causa", entonces, puede entenderse que el
tiempo -que es un incorpóreo-- sea causa como condición necesaria (cf. arriba en este mismo texto el
[... J Kal la pEv 1tpOKOtapKtIKá, ta SE OUV€KtIKá, la OE ouvaÍtICt., Ta SE ouv€pyá. Kol la p-Ev comentario a las líneas 7-8).
tO'O Kala cpúcrtv, la ó6 toO lIopa <púenv, ta oE v6crou, Kal KCt.la tO úrropePllKOc; ta p.Ev 1t09rov, la 16-17 AeKta yap ... ta S' a';lúl)l6:rrov Parece que en algún momento de la escuela - y, probablemente n
75 oe tOU ¡..teyÉOou<; aUtrov, ta O€ xpóvcov Kal KatproV. Toov pt'v oov rrpOKCXtapKtIKWV cxlpo¡.tSvcov propósito de alguna objeción a la teoria- se admitió que una causa puede serlo de un pred icado o de una
~L¿V€1 tO a1torÉA.eO'I1a, cruveK'tLKOV Oé emIv altlOV, o,) ltap6vroc; péV€1 lO O:nolét..eopa Ka1 proposición completa. En cualquier caso, lo que no cambió es la afirmación de que el efecto es un in-
alpo~Lévou cx'lpetal. tO 86 cruveKtLKOV cruvcovúpco~ Kal aUtOlWC; KOAoUO'IV, €nEI011 aUlápKco~ corpóreo, pues tanto los predicados como las proposiciones son ÁEKTá y, por 10 tanto, incorpóreos (sobre
01' aÚloü n01111IKóV €ml tO'O arroleAlO).lato~. ti BE 10 <aÓtotBM.9 a'ltlOV aÚíOteAoU~ Evepy€Ía~ este pun to cf. nuestro comentari o a este capítulo, el capítulo 8 y los textos allí discutidos). El "caso recto"
(1tTWOIC;) es un incorpóreo, en este caso un predicado representado por el verbo en infinitivo (TÉjlV€o(lCtl).
¿mi 01lAwtlK6v, lO cruvepyov U1tT]pecr1CXV Ollpaív€1 Kat l~V crUv É:tépq¡ AelíOupyíav. el ~ oúv
19 f\plcrtOl€Ál]o; S81tpOO1WOpu'i)v La palabra 1tpoOllyopío. es ya un tecnicismo estoico en esta doxograf-
80 111106v rrapÉXEtCt.I, ov36 cnN€PYOv A.exO'ícrerat, d 8E lIap€xetat, tOÚ10U 1távrco~ yívetat alllov 0'Ú
ía estoico-pcripatética; una 1tp<XJl1yopía es un término o nombre común (una parte del discurso ->-.6yo<;-
Kal1tapÉXetat. tOulÉcrnv lOÜ 01' aUloú y¡vopévou. emlv oov cruvEpyov o,) 1tap6vros EyÍveto TO que significa una cualidad común; cf. DL 7.58:: capítulo 8, texto 8.1 ).
ánoTfuapa, lIpOO~~ I1EY oov 1tap6vr~ <1IpoO~AoU}, &o~Ál9 36 aOlíAcu. Kal TO OUVOÍtIOV re o
21-22 Aty&I~, SI€px.uaí O'ou Sta TOÚ O't6)laTO<;, ... Ota tOU O'T6)laT(x; eral) StÉpxeTat Un ejemplo similar
eK tOU yévo~ cml lIDV ailícov, KaeÓm:p Ó mx:rtpatlCÓTI1~ O'tPCXtlCÓtll~ Ka, Ó cruvÉ<PllPOS E<Pllf30¡;. de este sofisma se encuentra en DL 7. 187 (véase nuestTOcap ítulo 10).
10 ¡..tE\! OOv ouvepyov a'lttov 1<9 cruV€K'tIK0 1tpex; nlv €rrílacnv pO'l9éi t06 \>rr' autOu ytvopÉvou, 26-28 d)lév tí EcnlV atnov Kal 1toll]n~6v ... nó'vra urna Toda causa es un "por lo cua l", pero no todo
85 10 &e O'UvoítlOV OÓK btl Tfi~ OÓtfi~ ¿mlv lwoí~' 8úvatctt yap cruvaítlov UltÓPXetv, Kcrv ¡..t~ "por lo cual" es causa; en sentido estricto solamente es causa aquello que produce de un modo activo. El
n
cruveKtlKOV al'tlov tl. Voeltat yap crUv É:té¡xy TO cruvaÍtlov ouo' OÓtó) OUVO}.ltvq¡ Kal ' ioíav que Medea haya estado celosa de Jasón es un "por lo cual" en re lación con el asesinato de los nil1os, pero
Medea sola es causa en sentido estricto del asesinato.
1totficrOI lO 0:1toté4o}J.a, altLov Bv crUv aitíCQ. olacpépet oE lOÜ cruvaníou tO cruvepyov €v T0 TO
¡..tEY cruvalt lov <pee' ÉtÉpom Km' ¡&íav )l~ 1tOIOUvrD<; lO ¿mOlÉA.eO~ICt. 1ta pÉXelV, 10 óE crovepyov
se
35 TO a'íllov 1tpOc; TO yIVÓ)l€Vov' Tal vez, es ésta una fonna de decir que causa es aquello por lo cual
le sucede algo a lo que recibe la acción causal: por la prudencia le sucede al alma "ser prudente" (cf. texto
[tv T0] Kat' ioíav )l~ note'lv, É:tÉpCQ 6E npocr€px6f.lEVOV 1'0 KaT' iOíav 1totoúvn ouvepy€1<V) aút0 14.10).
90 1tpOS TO cr<poopÓtepov yíve0'9ctl 10 O:nolÉA€O')la. )láA1O'ta 8E tO eK 1tpOKampKtlKOU OUV€pyov 36-3 8 1taV yap o,) .. . ta!l auV€Ktt~OV tO eró )l11 aveu, auw:pyóv La causa en el sentido de "aquello sin lo
ycyovÉvm <1IpO~ lO OUVEPYOV) t~V lOU ailiou olcttEÍvelv 8úva)llv naptcrtTj01v. cual no" es causa, pero no es causa en sentido estricto porque no es causa cohesiva, la única que es pro-
ductiva (y, por tanto, causa) en sentido estricto.
4 cruvroVÚ~lWC; Sylburg : auvwVl)~a codd. 5 aÚlwv 1rotlln~á von Amim : autou 1tOll]nKá codd. 16 EIC;
codd. : KaS' van Arnim : lh' Stahlin 17 altlCl add. SUihlin 18 TOO add. van Amim : TO cocld. 19 ~ del.
368 Capítulo 14 Teoría de los principios y de la causalidad 369

41 1tñv alnov Ev tú) ópñv VO€iTUl La causa en sentido estricto se concibe como lo activo; éste es el sen- 1-2 Éa-tIV alnov om. N 8 rov G : Ob Hervetus : ou Heintz I t~EtOI N 9 <tOU) ltáaxovro~ L 12
tido en el que Clemente argumenta que seria ridículo decir que el fuego no es causa de la quemadura, sino l>1tOKEioeal <; 16 tOí~ (~ÓVOV) Heintz: <PÚOEI </.J.ÓVOV) Rüstow : <PÚO€I q.lÓVOV) Mutschmann 23 oéÁt o
los leños, O que la daga no es la causa del corte, sino la carne, o que no es la fu erza de s u contrincante la NLE 25 crtOlXdQ) Mutschmann : Ot01XEícov N 26 t OKaícoElal Y{VEtCtt L
causa de que un atleta sea vencido, sino su propia debilidad. Ni los leños, ni la carne ni la debilidad del
atleta producen nada en sentido activo. Es por eso que, aunque son condiciones de la relación causal, no S ~ <¡laoí tlvt<; tWVBOY).lCttlKG)V Los "dogmáticos" son, claramente, los estoicos quienes explícitamen-
son causas en sentido eSlricto. te argumentan que la causa se encuentra entre las cosas relativas (cf. textos 14.10 y 14.1 5).
44 To CJ1.)VCK'fIKOV .. ,o\' ÓeltOl xpóvou La idea aquí parece ser que elliempo no es una condición para la 25-26 6:t01tó)tctt~ ... "tO\} KCtíEcreat El que dice o argumenta que el fuego es causa de "quemar" es, ob·
capacidad operativa o actuante de la causa cohesiva. En el ejemp lo del aprendiz y el maestro, no obstante, viamente, un estoico; aparentemente, 10 que a Sexto le parece extremadamente absurdo es que el efecto
resulta claro que si no hay una relación temporal de antero·posterioridad en el proceso causal -entre sea un predicado.
tiempo y causa sinéctica- , parece haber al menos una especie de relación de complememación entre
ambos factores. 14.13. Gale no, Adv. JII/. 18.279,12-280,4 (SVF 2.355)
SS-56 ai apEtal ... ~l~ Xropí~EoElOl oU1 t~V avraKo).olJElíav Para la tesis es toica de la implicación recí- €tPll"tal BE Kal II€pt "trov cruV€lCttK&V aitírov ÉtÉproOt SWCVÚvtrov ~J.l&v 15tl TE toüvo~a Kot to
proca de las virtudes cf. DL 7. 125 Y Plutarco, SR I046E (= texto 26.18, capítu lo 26). lIpay~a amo KaS' oú 10üvo~a rijr; L"tco'iK"lie; atpÉO'&Or; tenl Kal ro~ OUK operoe; oüO' t)1t€tA~q>aO"\v
59-61 note óe cw..OlJ KCtluJJ.OIJ ... oups se rñ ).ICtXCtípg "tou t É).IVElV El cuchillo es para la carne causa oiSt' ovo~á~ouO"lv oi v€lÍrrEpot trov latp&v altav tOU10 10 ytvoc;, KaítOl yE Kat T¡~cir; ÉlIÓ¡.¡.evOl
del predicado "estar cortada" (que es la condición o estado en que queda la carne después de la acción lIOUáKlr; autOÜ;, 157tf:or; ~~ 86~co¡.¡.ev ¿pí~€LV ÚlIEP OVÓllatO~, Evlf.L l00V altícov omco KaA.c"ia8at
causal del cuchillo) y la carne (lo pasivo en la relación cuchillo-carne) es causa para el cuchillo del predi- 5 ouyxcopou¡.¡.ev, ou ~a ~í', 15O'a tOOV O:1tAro<; OVtrov EO'¡(V, aMO: tOOV EV 16) yíyv€cr8Clt TO stvat
cado "cortar", o sea, la camc -que es 10 que recibe la acción- hace que, causa que el cuchi llo, lo activo,
también satisfaga un predicado: "cortar". El factor activo, entonces, también satisface un predicado que es KSlCtll~tvOJV.
el efecto de su relación con lo que recibe la acción. 1 "t6 t E ovo).la von Amim 2 OOK ópElro~ UItEIA~<paOtv von Arnim 3 Otl t E Kal van Arnim 4 únep toG
14.12 Sexto Empírico, AM9.237-245 (LS 72N) óvó).lato~ van Amim / €vIO ).lEY "trov van Amim
Kal J.J.11V €i errn t i a'ítlov, ~tOl autotf)..&~ Kat iSi~ ~óvov l!poOXPoo~vov OUVá~€l nvó~ EO"nv 14.14 Ps. Galeno, IlltrodllCtio s;ve Mediclls 14.691, 13 - 692, 13
alnov, ~ cruvspyoú lIpO; touto &:itm T~~ nacrxoúO"l"]r; ÜAllr;, rom€ TO alIotÉA.cO'~a Ka.Ta KOlvtlV oe
ahkov BE ta ~€v rrpoKaraplCttKa, ta ÓE cruVSICtIKa, ta. cruV€PYa, la BE O"Uvaína, Ta óE
a Ju.pOtéprov vocioOcu oúvOOov. Kal ei ~ amOtcAWr; Kat ioí~ lIpoOXJXÚ~lCVOV OUVá~l1tOtEiV n nPOllyoú~EVa. rrpoKOtapKtIKa ~ oúv Éon v ooa npoKatápxsI Kaln01~oavra O:lIaMáO'O'etal,
1tÉ<PUKEV, úS<p€tA.c Ola lIavtO<; Éauto ExOV Kat t~V ioíav 6úva~LV rrávrot€ lIol€iv tO a1tOtw O'lla roe; ~U;, Kónoc;, EytcauO'tr;, O:n:€o/ía'OUVelCttKOVBE: aItl6v Écrn v, Oó llapóvroc; lIápeml "at lO
5 Ka! ~l~ E<p' ctv ~ev 1tOlclV Etp' rov OE arrpQlCTElv. El oé, oor; <paO"í nVE<; t OOV ¿)oy~anKwv, ou trov w,
vó",wa Kal &;utpou~Évou l.úcrut, OKÓl.o'l' Kal pt"". ,,"vaínov &. <o Kae' amo ~v
a1tOAMU~f:vrov Kal a<pWtllKÓtrov EOTiv, aua lWVlIpÓr; ti Ola tO Kat auto 1tpOC;"tú) 1tácrxovrl 5 ouvá~vov 1tOl€iv TO náOoc;, 1I010ÚVBE: Kal oUv ÉtEpCfl, oor; Atoor; €v KÚ<:rr€t Kal <pAtyJ.lovT¡.
S€ropeioOm Ka! 10 lIácrxov lIpOC; aUtú), XEipáv TI avaKÚo/EI. El yap t Oihspov lIpo<; T6) É"tÉPCfl <i~<p6tEpa yap iaxoupíac; aIna. óúvatat BE: Kat KaS' t auro EK1ÍtEpOV t~V btoxilv TroV oüprov
vooital, cbv t O J.LEv 1tOlOÚV 10 OE rrácrx.ov, gcrml Ilia ~ EwOla, OU€lVO' 6vo~ál(i)V u;ú~Etm, 10U t m<pÉpElv. cruV€pyov U tO"H ~pOC; ahíou, Ka8' ÉaUTo ~ ou 8uvá¡.t€Vov E7tttEAlOat tO náeo~,
t€ 1I0loúvror; Katrrácrxovror;' Kal oUl1OuTO ou lléiUov I::v aut6) i,fN 16) AEyo¡.t.EvCfl lIáOXElV ouv€pya~6¡.¡.evov OE É"tÉpC9 , cO~ cruv€pyEi AaYVSta 7Cpo<; <ipOpinv Kal Elp€ala1tpOr; aY~atCX;
10 EyKEÍOet"CU ~ SpacmíPlo~ Oúvalll~. ror; yap aUtO oú8f:v OÚVatCllrrOlS1V xcoplr; tOU AqOflf:vOU avaycoYlÍv. rrpollYoÚJ.lEVOV oÉ EO"n alttov TOúno tOÚ rrpOKatClplCtlKOU ~ Ka1ClO"KEUa~Ó).lEVOV ~
1tácrx€lV, OÜtro~ ouoe 10 AeyÓ~OV rrácrx€IV OúVaTctI xroplr; T~r; EK€ívou rrapoocríar; 1tá<:r;(EIV. 10 cruV€PYO\JJ.lEVov, otov nAEovao~o:; aY~a"tor; y(Vetal ~ev úrro lIA~8ou~ lpO<p~r;, npottYEltat BE: n;r;
¿SaS' Err€tm tO ~l~ ~illov €v W'H(f, ~ tv lú) rrá<:r;(ovn úlIOKcí"crflat t~V SpaO"T~plov tOÜ Kat' 'EpaalO'tpalov lIapE~1ttCÚO€ro~, litU; t crtl Q1.lVEK'tlKTl ohla tOOV vOO"l"]~á"tOJv ltávtrov· aveu
alIotEMO'~f.L1or; oúva~lv. oiov (eCITat yap O'o:c:pe<; TO AsYÓ)l€VOV E1t1 úlIo8dy~(l'toC;), elrrEp tO 1tÚp BE "tOU rrpof[YouJ.!ÉVou ou yívElaL
KalÍO'sooc; EO"1IV a'{nov, ~tOl amotüror; Kal "tÚ toiq. ~IÓVOV rrpoOXP(Í)~€VOV OUVá¡..u::1 Kaúas(Í)e; ¿an
Este pasaje es útil para advertir cómo aplica Galeno el esq uema causal estoico a la etiología médica.
15 1tOllltlKÓV, 11 cruV€pyou O€l1CH 1tPO; 10UTO TIlC; KCllOpf:vll<; üAlle;. Kat si !lev al)"tOtsA&~ Kat "tÚ iOíq.
c:pUcrEl &pKOÚ~OV lIOlt"i tllV KUUO"IV, ExptlV Ka!l!ávr01€ exov aino TI]v iSiav c:púmv OHllIavrex; 14.15 Sexto Empírico, AM 9.207-208
Kaí€IV. ouxt8t návrOTE Kalel, aua oe
nvo: p.ev KaíEl t1va ou Kaíel' OUK apa aUtOtEAror; Ka! Tfj tO aItlOV toivuv, c:paO'í, trov lIpÓr; 11 tcrriv· "ttvOr; yáp ¿ouv atTlov Kai <tlvi>, oiov TO O"~tAiov
ioí~ <plÍO'€llIpOcrx.pOO¡.¡.evov Kaísl. ei os crUV1ft E1t1t11&lóTIln TWV Kalo¡.tévrov ~UAroV, rróeev TlVOr; ).J.év ecrnv atttov KaSárrsp tilr; tO~~~, tlVI OE: KaOálI€p t11 oapri.
EXO~EV My€tV, on aUTó eO""n TIl<; KauO'ero~ attlov, &AA' oux ~ BrrlT110€IÓt11<; trov ~ÚAroV; ov yap
1 tlYÍ add. Bekker
20 tpÓlIOV ~~ OV10; mhou ou yiVelat KaÜ(Jl~, OÜtro Ka! t~C; €1t1tllOetÓtt¡tOr; trov ~ÚA.roV ulIouml';
ou yív€tal KaÜO"1.r;. raÚtl.l TE, El auró ecrnv attlOV, 0 11 lIapóvror; a utOÜ yiv&1"al 10 urrotÉA.ca~a 1-2 El "de algo" (nvÓc;) es el efecto incorpóreo "ser cortado"; el "para algo" (nví) es el factor que reci -
Ka! an:óvrDl; ou yiv&1"at, E01Cll Kal ~ Emn¡oStÓtll; Ot' ÉKát €poV tOÚtCOV attlov. oocrm::p Oúv TIl~ be la acción causal, en este caso la carne.
"Ól" O"UMaP~r; EK 1&tou otA.la Kal trota O"UVeO'lroml~ tl101I6c; ecrn v ó Af:yrov aI1lov IlEv 10Ú 14.16 Sexto Empírico, AM 9.211-212 (SVF 2.344; LS 55B)
os
anot€AeiO'Oal t~V tOlaÚtllV (J"\)Uap~v "to oÉ.ba, OUK at"tlov ro trota, OÜt ro crulJ..aPñ ¡.tEv <ot> LTWtKOl ~Ev nav a'íttov O'&~á C:PO.O"l aOO~atl aaroJ.látou nvQc; al"tlov yíVEaBal, otov aro~a
25 EDtKÓtOC; TOÚKaÍEO'Sal, crtOlXEiCfl8e toU 1tUpo<; Kal trov 9)AwV, chOlIOOtatÓl; eanv 010 ~ nUp ~Ev tO O'~tAiov, O'(Í)~an óf; tfI oapKÍ, acrcoJ.láTOU & "tOü tÉ~V€O'8at Kan¡yop~Ila"tcx;. KallIáALV
aInov )J;yrov TO\) KaíeaOat, "ta oi. 9JAa ~LT1BaJ.l&t;. OÜtS yap oiXa tOÚ 1tUp&; OÜtE xroplc; l&V aro~a ~ tO 7tÚp, OOO~(l"t1 ú€ tú) ~úÁ<9 , aoro~á"tou Be "tOU KatEcr8at Kan¡yop~ ¡.ta"toc;.
~ÚAroV yivetat t OKai€o8at, Ka8án€p OUOE T¡ (J"\)lJ.ap~ xroplr; roú oÉAla ~ toú trota. oSev mÍAIV
1 <oÍ> add. Mutschmann
el ~li¡"tC aútOtEAroe; 1I0llltlKÓV "tIV&; ccrn 10 OrtlOV ~i¡tE crUv eltltll¿)€lÓ"n]tl tOÚ ltáaxOvto;,
OOO€VOr; n:Otl1tlKóv ¿mI "to alTlov. 14.17 Clemente, Strom.1.l7.82.1-6 (SVF 2.353)
OIoa lIOAAoU<; &oulAeímro; É1t:1<pUO~OUr; T¡1l"iv Kal "to ~~ KcoAüov atllov etVat Aéyovra.c;· q>aal
yap aLnov Efvat KAonf¡r; TOv ¡.t~ <puAá~avra ~ 10V ¡.t~ KOJAúaavm, ro~ tOU Ef.l.1tPr¡O'¡.tou tOV ~~
Tcoría dc los principios y de la causalidad 371
370 Capítulo 14

crpéoavra lO OE1VOV &pX6~lEVOV Ka1 rou vauayíou ¡av K\)pepV~tT]V)l~ cnsíAavra TI]V 6GóVT]v.
a.t-nov. Sl BE 1l€T6. Ttvo; ahía.c;. 1t€pllpé1ffiTat, Káv T(9 Aty61V Il~ Btvaí n alnov n8r¡m TO Etval TI
aUtÍKCt KOM:í:~Ovtat 7tpO~ tOÜ VÓ)lOU 01 tOlÍTCúV alnoL c9 yap KOOAUOat OúVClJ.W; l;V. lOÚtC9 KUt ~
alT\Ov. o8ev Ka! ano rile; aútiie; 8uv6.¡.mror:; Eprotfiv f:~ecm Kal Tav em tOU OTlllE:íou Kal nls
5 ai"tÍa tOl> cru~lpa(vOVtO~ 1tpOOámCTat. <¡>UpEV 8~ 1tpO¡; autou~ 10 Cllt10V tv 10 1t01SLV KCt.l
30 ¿m08€í~eWS 81u TWV i::¡.mpooOav a1t0800évta "A&yov, oc; E~€l TI]v crúvr~lV 'tOtaÚTT]v' "el eGn Tl
, , Kat" el ~ll,"EOTI TI alTlov,
a'ínov, eOTtV alTlov' &JJ..iJ. " "
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alnOv' 1:'"ecrtlV ,
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OUK "
B<JnV' Bcrnv
tVepyeiv Ka! opav vOEioOm, ro oE )l~ KCOAUOV KCltá rE tOUtO aVEVÉpYIltOV &tvat. en 10 )l€v
atnov 1t~ tti Evspyeíg ~CJTí, KueáxEp Ó )lSv VIlU1ITJY&'; rrp&.; 1<9 yíyvcaBm 'rO crKÓepoc;. 6 SE opa." lro te yap dVOl a'ínov aKOAou8Ei TO etvaí tI ai'nov, Il~ ~lo.c.pSpovr~ napa TO tiYoúlID'OV
OiKO(6)lor; 1tpOr; T(9 KTí~cr9a\ nlv oiKÍav' lO O€ )l~ KOOAUOV KeXOOplmat tOO YlVOJ.tivOU. OHl
mu A'ÍY~vrCX;, lc9 Te ~11&v dvat altlov aKoAou8s'i nó.Atv lO Btvaí TI alnov, bre:ínep ó Atyrov
ro
lomo youv btltEAEltal, Otl KOO)..Ucrat OUV<Í)leYOV OUK evepyci 0"6& KOOAOOt. Tí yap Evepyei ó IlflOCv €tVOt a'ínov Ú1tÓ TIVCX; ahíetc; KtVT]OdC; MySI ~lló&v etvUl ai.'nov. roCJ'te Kat tO
35 OIEl;EUY~évov rrplx; 101<; cual cruVl1~~Ol<; &A~e<<; yivecrOm tI; UV'tlKEl¡¡ÉVroV Ole¡;W(~OV, Kal
1O )l~ KWAúrov; ~O'1 bE Kat eL; a1tÉ¡.H.paO"IV auroir; 6 Aóyoc; xropei, e'í re nir; tpwo€(Oc; oux1 lO ptAoc;,
l~V ¿¡mpopav TOle; TOtOÚTOI¡; A'Í~lla(J1 cruVBlcráy€cr9at, Ka8cúr:; avÓ)TepOV 1tapellu8r¡ crálleOa.
aMO: T~V amtÍoa -dlV ~lll KCúA.úcracrav ro péAoC; OtsABelv aináaovwr 0008 yap lOV rl.É1rrT]v,
áUa lOV )l~ KcoAúaavta nlv KA.01t~V Kaw~~nvovrCtl. 2 t E om. <; 7 Xropl~o~eV11 ¡;; 10 tvvoía<; N : ahia<; LE.; 12 ylvo~évrov NLE:'BR : 'Pao.~évro~ V 19
alnov opa ti gena\. secl. Bekker 21 tmm] Bekker: ta,ha G 23 &Oúvatov (bIS) van Armm: ouvalov
2 Kw}.úaavra Sylburg : Koo).ooovra L 3 KU~epvÍt'lv L 6 n)v lvepyEluv Bywater 11 KwAúauvra
(bis) G 26 aútC9 om. N 27 CPllOlv N: <paalv LE.; 30 tWV Bekker: tOV G 31 El Kat pft N
Dindorf : KCilAooaovra L
1-7 Los argumentos tienen la forma del primero de los cinco "argu~entos ind~~ostrables" de la lógica
1-7 Clemente argumenta estoicamente en contra de aquellos que sostienen que lo que no impide es proposicional estoica (que cs el modus ponendo ponens de la lógIca proposIcional modema). Véase
causa. Como en el texto 14. 11 , la premisa estoica fundamental es que toda causa se da en el achlar (ro nuestro capitulo 9. . . .
aYnov tv Tú) 1COl€IV Kal EVEpyEIV Kal ópñv vodo9aL). Si esto es así, nada que no sea activo puede ser causa 26-27 ¿humó(; €.01'lV, . .. O:~lOÜv ~ tO civrtKEí¡.u;vov. t.o~t({I. Se refiere a I~ .~ulp,?lencla .escéptlca
en sentido estricto (c f. texto 14. 11 , nota a la línea 46). (iaoa9évEla), esto es, "la igualdad en cuanto a la cre<hblhdad o falta de credib ilidad. la t~IS de que
10 de; á1té ~L(paOlV ... A6y~ tropel Si fuera cierta la tesis de los que afirman que lo que no impide es ninguna explicación o argumento (Xóyo<;) en conflicto es anterior o mejor que atTO, como SI fuera más
causa, entonces el factor acti vo responsable del proceso ya no será tal factor activo y se caerá en un creíble o confiable. Véase Sexto Empírico, PH 1.10 (cf. también 1.1 90).
absurdo (por ejemplo, que la causa real de la herida sea el escudo que no impidió el paso del dardo y no el
dardo). 14.19 Sexto E mp írico, PH 3.14-1 5
se
01 ~€v yap oro~a, 01 acr(Í)~aTov TO alT lov €tvaí epamv. ÓÓ~((l ó' av alnov dvat KOIVÓTepOV
14.18 Sexto Empíríco, AM 9.196-2 06 (SVF 2. 337) o
KaT' amou<; Ót' EvBpyOUV yiVSTOI TO ancrtf:Ascrlla, orov oo~ ó ~AI~ 11 ~ TOU ~Aíou O€PIlÓTlle;
Ern€p tOlvov. q>acrív, Ecrn 07[ép~la, Ecrn Kal a'lttOV, brdlr1::p lO 07t¿Plla a'ínóv EO'Tl l &V El; mJ.oi) TOÚ xeicrOa\ TOV KllPOV ~ t~~ x6o€ffit; TOU KllPÚÚ. Ka! yap f:.J lOÚT<9 ~taneepwvi¡Ka(j\v. oi ~
epuo)ltvrov le Kal yCVVW ~ÉVWv' ecrn &: ys 07IÉPlla. oo~ EX lOOV <:m€IPOIlEvOJV Kal ~<9OYOVOU­ 'to
npoOTlyoploov a'ínov etvat a'ínov q>ácrKOvrs.c;, otov l~e; ;(Úm:ror:;, 01~E KaTllyop~álrov, otOV
~EvroV ~siKVUtCtl· Ecrnv opa. a'ínov. Ka! rrMW si Errn Tl <púcrU;. €mI TI a'ínov' lWV yap 5 TOi) xEÍcrOal. ~IÓ, Ka8árr€p etnov, KOIVÓtBpoV av et1l TO alTlov TOUTO Ot' 8 f:vspyouv yiV€Wl TO
epuo)lévrov ~ e,rnsepUKÓTrov a'ínóv ECJ'nv ~ epúme;. úrrápxsI BE aVtll. ror:; a1tO tWV altOleAscrllálrov se
&7tOTéAscr~a. TOÚTrov l&V ahírov 011lev ltAeíou¡; ~youvrOl Tel p.EY cruV€1CtIKa dval, To. SE
5 ou~q>avÉe;' [ ...} roivuv el Ecrn epúcrts, Ecrn n a'íTlov. clMa ~~v lO ltproTOV' opa TO ~BÚl€POV. Kal se
cruvaínCt, Ta cruvepyá. Kal cruVe1CtIKa ~v únópxElv <bv napóvtwv rrópeOTI TO a1tOTÉ4cr lla
oJJ..roc;· d ecrn n 'lfUX'Í, EOTIV al'nov' aÜTll yap Kal rou ~~V Ka! tOu OvDcnc€IV aitía yíverat, TOÚ Ka! atpopÉVrov aí'p€Tal Kal ~€tOUIlEvrov j.l€loÜtal (oihro yap r~v nepíO€mv tii¡; crrpayyllAllr:;
Ili:v ~flv napoucra, TOU Be 9VÚcrK€tv xoop~o~ TOOV croo~éLTrov. fOTt ~é ys 'IfUX'Í, q>o.criv, elye Ka\ a'í'tlov sivni c.pam t OÚ 1tV\y~oú), cruvainov &e 8 T~V 'íOllv €icr<pÉp8Tal óúva~tv trf:PC9 cruV~~TíC9
Ó Ai:yrov ~l~ eTvat 'J'U'XTlv aótü npocr;(JXÍ)llE:vo; tOUTO o1[(xpaivBTat· ecmv apa a'íTlov.np&; 10 n:pOs 'to B(VCU TO altOtéAeOJlC1 (OÜTW <yap> EKaOTov l roV €AKÓvtrov TO oporpov ~o&v amov
TOÚTO\~' el fOTI OeÓr:;, ecnw ai'Tlov' OÓToc; yap tlV Ó la DAn alolKwv. Ecrn oc ye KaTa Tae; KOIVelr:; €tvaí epacrt tilr:; OAKtlC; TOU apótpou) , cruV€pyov &e 8 ~paxdav dcrepéperm ~úva~lv Kal npor:; la
10 ¿woLar:; tOOV avOfXÓl'[(l)V Se~' EOTIV o.pa alllov. KaírOl Knv Il~ Oeó<; lmáPXl1, Ecrnv alllov' tO yap JlETa PQcrtWVTJr:; úrrópxelV lO anOtÉAEcr~a, otov orav OUOlv ~ápoc; n ~C1Crta~Óvtrov ~(ÓAU; TpÍTOS
Il~ dVC1l Swus alá nva aíTiov yiVBTat. Ka! Tc9 ouv UnápxEIV O€OV Ka\ T6)I1~ ÚJrápx€IV ht' lOll~ n¡; ltpocrBAOroV cruyKouepiOl] TOUrO. €vlO1 ~Ol KallCapÓvta ¡.mM.óvrrov a'{Tla EepacrCtV e(vm,
OKoA.ouOei t OeTvaí TI alnov. noMWV ye I1~V Ylvollévwv KO\ epS€lpO}lÉVroV aó~o~tvoov Te Kat roe; ra npOKCtTapK'tlKá, otov T~V E1t1t€ta~v ~Airocrtv itUpzt'OU,
~€lou)lévrov KIVOUIlÉ;VúJV n: Kol aK1VTJn~óvtrov, E~ av{rytClle; OIlOAoyEiv Oe! TO €tvaí Ttva mÚlOOV
alno, la ~ yf:VtOCoor:; Ta & q>Oopa~, Kat la ~.ev aú9ícrF.WC; Ta Be ~elfficrEroe; Kal ~~Il KlVlÍcrewC; 9 ai'tlov T : aYtI~ G 10 <yap> add. T
15 ~ ciKIVl1cr(ae;. crUv l6) KaV Il~ únóPXTI múta la &nOl€ÁÉcrJlOm, <palVtlTat M IlÓVOV, nllAIV 1 oi pSv yap 0&).10, . .. t O ai'nov eTvat Cflaalv Deben ser los estoicos, por un lado. y los platónicos y pe-
EicráyecrOat n,v ünop~lv TroV ai'ríoov' rou yap <paívEcrtlat pev li~t¡v al)7:41 roS ú1toKsí~eva, ~ll ripatéticos (quienes admiten como causas a las forma s y los fines), por el otro ..Cf texto 14 ..11 , II- I ~ ..
UnoKc1crOat Oé, alnóv II Ka8écmlKEV. Kal ¡,lllv Ei ~.lT10¿v EOTlV altlov, mlvro éK navroc; ÓBlÍcrel o
201' evepyouv ... 10 6.1to"[éA.Ea~a Según Frede (1980: 218), ya e~ la antigüedad t~rd\a la noclon de
yíVeoeal Kal Év navrl rÓlt<9, en Ka'i. Kata návra Kalpóv. Mep oTorrov' EÓ8éroc; yap el ~11&v causa habia sido delimitada como para hacerla co incidir con la noción de causa activa .. C~n:o señala
Sexto en este pasaje, a pesar de los desacuerdos entre los filósofos, todos ellos parecen comcldlr en que
EOTIV a'ínov, OOOEv lO KWA;ÚOV El; &vepctmou 'ímrov cruvimncrOal. [aí'nov opa ti roral.] ~tl&vOC; causa es aquello por lo cual, en virtud de su ser activo, se produce el efecto. L:ns causas, entonces, son
20 BE ovror:; lOU KWAúovrD; O'UOT'Ícreraí ltmE t~ av8p<Ímol) i'mrOS. Kal OÜtoos, Eí lúXOI, el; 'iírnou cosas que producen cosas; no son meros prerequisitos para los procesos o las accIOnes.
qmtóv. Kata mina os OUK a~vvC1tov ecmn Xlóva ~ Év Aiyú7ttCfl m')yvucrOal, ci~poxíav & Ev 3-4 tOU ;(1)109c1I ... oi BE l(UTT1YOPl1~átrov Si los filósofos a los que implícitamente se refiere aquí Sexto
n óvrcp crup~a¡velv, KOl Ta !leV TOÚ 9¿pouC; Év X€tproVI yiYVBcrOOI, Ta 8e TOU XetIlWVOr:; Ev Sép€1 son los estoicos, parece que ellos dudaron entre defender la tesis de que el efecto es un nombre o un
cruvícrtacr0al. ü9ev €'lltep c9 E7tcraí TI &Oúvarov, Kal amo se
eCJ'tat &8úvaTov, T(9 ~nl etVat a'ínov predicado, o incluso una proposición completa. ,
Iht€TalnoUa TroV&ÓUVÓTWV, P11TÉOV Ka! TO ~~ BÍval ai'TlOv tOOVaóuvét"rwv UnÓPX€IV. ü TS 5-6 lO o.'(nov tOuto 01' o... TO O:1tOTD..w~a Cf. aqu í mismo nota a la línea 2 y texto 14. 11 , hnea 42 .
25 }.i;ywv Jl~ eival alnov ~tOt XWP!r:; aiTíru; TOUlO )J;y€l ~ ~ETá n voc; aiTiru;. Kal ti ¡.LEY xropíe; n voc;
14.20 Séneca, Ep. 65, 2-4; 23-24 (LS 55E)
aítiru;, lútlcn&; EOTtV, IlSta TOÚ aKoAou8eí:V aung ro p~ ~aAAov tOi)m ru;IOÜV ~ TO D icunt ut se is Stoici nostri duo esse in rerum natura ex quibus ornnia fiant, causa m et
OvtlKeípevov lOÚt<9, ah ias €uAóyou Jl.~ rrpOÜltOK€IIlÉVr[e;, Ót' ~v <Pllmv avúnaplCtov €tvC1l la materi~m Mat'eria iacet iners, res ad omnia parata. cessatura si nem o moveat; causa autem, id
372 Capítulo 14 Teoría de los principios y de la causalidad 373

est ratio, materiam formal et quocrunque vult versat, ex illa varia opera producit. Esse ergo OUK OvtOOV; El ¡J.tv yap t&v OUK ovrrov ti, 8au¡..tó~ro t~v O'cxplav trov avóprov, El Ka\. 'trov OvtOOV
debet unde fiat aliquid, deinde a quo fial: hoc causa est, ilJud materia. [... ] Stoicis placet unam 5 eKaOtOV &:íaeol q>acrt trov OUK ovrrov ttv6e;' El O€ trov Ovtrov tteEVTm ti¡v cruvEKTtK1)V ahlav,
5 causam esse, id quod fac it. [... ) nempe universa ex materia et ex deo constant. Deus ista ava~VT)cre~tooO'av, ro~ anav 'to Bv ecpacrav ahía~ o€lcr9m cruVEKttKii~ EL; to Etvat. cru~~~a€tm
temperat quae circurnfusa rectorem sequuntur et ducem. Potentius autem esl ac pretiosius yap OÜtro~ Kal autT¡v nlv ah(av altfoo; i:tépac;, lva úrcáPXlJ, oeTlS~vat, KQ.KEíVT]V a~81~ líll.TI~,
quod facit, quod est deus, quam materia patiens dei. Quem in hoc mundo ¡ocum deus obtinet, Ka! tOUtO él~ a1tElpov. el & trov ovrrov ta ~ hépou nvOl; ahlOU oEicr9m1tpOc; tO etvat, ta OE
hune in homille animus; quod est ¡Ilie materia, id in nobis corpus est. €; at'rtoov Ex,EIV't0 Etvm q>~aouO'l, 7t:POOt OV ¡.ffiv lOtroO'av OUKcrl olClq>uMTIovre:c; tO ~ aPXÍi~
I ut sis p 2 sine moveat LI : sinemovea Qpr : si non moveatur Q l : nemo moveat p 3 forma L1 4
1O ~íro~a, 8 7tavtOl; ~illov w..r¡Ob; EAeyOV, 00c; anuv tO ov alnoo; OEltCU cruVEKTtKil~ EL; to etwr
pace! p 7 obtinet pQ: oplinel VPb oe
OeVtEpOV OE, jlaKpOT<Ítou XPÚ~ovr~ Aóyoo, OtO tí ta ¡.ffiv &titat, tO OU 8Elt at, ~ Kat onoia
EK tOÚtrov E<JTIV aÓt&v ÉKátEpa. ouoE yap ouo' oi 1tOAAO! trov ' HpocplMírov, 01.)15' OL vErotEpOt
1-3 causam ... id est ratio El fac tor activo (la razón) es idemificado sin más con "la causa".
Ltro'iKOl AÉ'youcrl tlVa &rrÓ8El~lV tOU tO 1tVeU¡..ta Kal tO 7tÜp cruVÉXE1V ecrutó tE Kal to. 5ll.a, tO
7 quod facit, quod est deus La identificación entre el principio activo (quod facit, nI:. 1tOlOÜV en las
doxografias griegas) y dios es la tesis estoica clásica (c f. texto 14.1). ceÜÓoop Kat tT¡v yijv trépou OElcr8m toG O'Uvé~ovt<)<;. ocrov ~ yop bd 'tfj 1tpDXE1PC9 Cflavtaolq,
15 tO jlev mcAr¡pOV Kal avtt'!1mov Ka\. 1tUKVOV Éauto cruV€XEIV AkyOttO, tO 15' apatÓV t E Kat
14.21 Alejandro de Afrodisia, Fat. 192,14-25 jlaAOKOV Ka\. U1te1KOV hépou oElaOm toú aové~ovtoe;. ou IlÓVOV O€ oooejlíav a1tÓOE1~IV
OpotÓV tE dvaí q>aalv Kal b~oíú)~ aúúvatov tO avattíroe; t0 yLvEaeaÍ t i EK p~ OvtO~. tOlaÚtllV el1tÓvtEe; oi. OVOP&; ru;lOúm 1(lO'TEÚeaOm t~V urróO€mv autrov, &/..Aa KOL 1tpO~ eaunlv
8~ oúauv n'1v tOU rravroe; 810íKr]O'lV ~ cmEÍpou et~ orrElpov E:vapyoo~ tE Ka\. aKatacrtp6q>m~ unOnOé)1EVOl jlOXOIlSvr,V Ol>K e-n a iaOávovral. ta yop Ct.1l:ÚVtOOV A.e1ttoJlEpécrtEpa Kat
yív€crOal. OÜ0"11~ 813 tIVO~ olUc.popéi~ f.v tOl~ ahíOle;, ~v E:KtIOévrEe; (a¡..t~vo~ yap ahimv ~aAa.Kó),[Epa Kal elKTIKrotEpa, tO 1tÜp Kal aépa, taUt' alna tti ni Tii~ m<Ar¡PÓtlltÓ~ tE Kal
KataAtyouO'lv, tO p.ev rrpOKatapKtlKá, ta M O'Uvaítla, tO ú~ eKTIKá, ta M O'UV€KtlKá, ta & 20 avtttl)7tía~ dva( q>acrtv, w~ EvOexÓpzvov BtEPOV i:tépcp tlvl pEtaoouvat ouváJ1Eoo~, ~ c.púO'Ero~, ~
5 "AAa ti· o"BEv yo.p óeitov l.óyov ~~KÚVEIV rrávra To. Aeyó~eva rrapatl9É~eva TO ~oúAwa €V€PYE(ac;, ~ 7tOtÓtr¡tüt;, ~~ ou ~E1EíAll<PEV amó. Kal yo.p au Kal c.paívetat aac.proe; Ol> jlÓVOV
aUt6.'>v O€l~al tOO rr€p\. t~~ dl..taPjlÉvll~ oÓYjlat~), OvtúJv o~ rrAetóvúJv ahírov, En' 'í0T]~ hd OMEv úrro TOÜ 1rupl>, lJUVEX6~ov, tiMO. Kal ólaAu6~eva rrávra. rrpl>, ~Ev ó~ n'¡v TroV
rrávtrov autwv aATl8f.c; q>aolV €fvm tO aOúvatov dVal. trov autrov <lnávtrov rr€pl€<JTTlK6trov LtOO1KWV Ú1tóOSOlV trÉproOl AtA.e:KTat Oto. 1tAetóvrov'
nEpí t E to a'ínov Kal ~ E:crtlV al'tlOv, Ote lleV O~ p~ omrom rrw~ O'Ulll3aíVEIV, Óte se OÜtro~. 1 cho1tov tOV ')..6yov QUe: aTo1t6v t i ')..6yov AEM 2 IJUV€K1'IKTi~ ahía<; AE : O'UVElCtt KTi~ oóo(w; M 3
ea€a9al yóp, el OÜtroc; yíVOltO, avaítlóv Tlva KÍVT)OW. 'HpOCPW;lOI Bas : ~pc:xpíAIOI AEM I )'lyvroOKEIV' Que 5-6 Ei .s' EK T6)V lSvtúlV Tí6tvTat QUe 12 tO ).IEv
12 12
3 ollfiV<Xj EQ : ¡.UIVO¡; Va 4 f:1crIK~J<. : O:K1"lIcá V : aplCrlKá E : €K1"IKá a 5 d¡; 1távta Lond. Q : 1tV€U).ICl Que 15 f:auT6 p 1 : f:autou AEM I O'Uv€xEIV (aV) AtyOltO add. van Arnim, QUe 18 OUK aioeávovTal
oú~l1[avta Usener l 1[apatte¿~€va Va : rrapan9EJ.1ÉvoU¡; HKE QUe 19 tO 1tUp Kal TOV aÉpa AEM, Qtte

3 f:K1"IKá La expresión ap.'lreee lambien en arras fue ntes (cr. Plutarco, eN 10850; SVF2.444) asociada 301 'HPOepi'4101 Los seguidores de Herófilo, una de las dos grandes figuras de la medicina alejandrina
a la fuerza cohesionante de l "aliento ígneo" (la lectura IJUvtKt"IKá en este pasaje de Plutarco es corrección Uunto con Erasistrato). Sus fragmentos están reunidos en van Staden 1989.
de Pohlenz). Véase también [Galeno], Inlrodllclio sive mediclIs, vol. XIV, p. 697, 6 ss., quien señala que 4 el ).ISv yap r6)v OÓK OVl'CilV ... nlv oocpíav TooV Para los estoicos el antecedente de este condicional es
"los an tiguos" distinguen dos tipos de 1tVEÜ~a (el anímico y el fisico), y que los estoicos introducen un claramente falso, pues si algo va a se r causa de otra cosa debe, ex hYPOlhesi, ser un OV, un existente , no un
tercero: el tKtlK6v, al que llaman €Sl~, que es el1tV€u~a que cohesiona las piedras (ef. arriba texto 14.3, no-existente. Si esto es así, el absurdo denunciado por Galeno no se da.
nOla a las línen 12-13).
14.24 Ga leno, PI/ls. 9. 458, 8-14 (SVF 2.356)
14.22 Ga leno, DP 7. 525, 7-14 (SVF 2.439) ¡..tE~lviicr8at pMOl xp~ 7tpO nóvrrov ()7troe; ec.pa).lEV 6voJlá~ElV EvíOTE O'UVeKtlKOV altlOv, on jl~
l'
rrOlslv o' €ie; eauto MyElv ÓttOÚV, ÉvEpyEiv Ei~ taoro, napa t~V €wOláv E:crttv' OÜtroe; OOV Ka!
O'OVéXEIV eauró. Kat yap Di I1ÓÁHna Ei01lYllO'ó.PZVOt nlV cruvEKTIKl]V Mva¡. nv, we; 01 LtQ)'iKO~ ro
KUpíro~, OJJ..a KOtOxpro¡.u>VOl Tfl1tpOO1lYopíq.. tO I1EY yop KUpíroe; Áé:yÓjlEVOV a'ínov O'lIVEK1:IKOV
OÜt' cOvópacré t U; fíiJ..o~ 1tpO tOOV LtOJ1Koov o{ít' eiVCtl aoVexroPTlcrE' tO 8€ Ka\. npo ~jlOOV orov
¡,U"v auvÉxov EtepOv notouO'l, ro O'OVt,(Ó~lEVOV oE UMO' ·t11v ).!kv yop 1tVEUlland¡v oucr(ov ro cruvEKTlKa ÁE)'6~o yEVÉcrEÓl~ TtVO~, OUx. úná~Eú)~ alna.
ce
~véxov, tllV UAtK11V tO auvex6)1EVov, 08cv a€pa )leV Kal 1tÜp cruvéxelv ¡pacrl, y~v Kal oe 1 6VOllál;EIV tO otov IJUVEKTlKOV van Amim
5 uómp lJUVExEaOal.
I f:Cturo plpc: aUTO AEMp1ac 14.25 Plutarco, eN 1085 C-E (SVF 2.444)
Tú ye jl~V tÉcmapa oopata., yflv Ka! ü8rop aépa tE Kal 1tÜp, 1tjXJ)ta crtOlxeta npocrayopeúovrt;
. 1 1tolciv .s' tÍ<; tauro ... itapa nlv MOláv €01:IVSegún Galeno, los estoicos no han dado una demostra- OUK of8' onro~ ta ).!kv cÍ1tAn Kal Ka8apo tO 8E oúvOeru Kalll€I1Ly~a 7tOtoüm. y11v jlEV yap
cIón de que el1tVEUlla se cohesione a sí mismo y a las demás cosas. Como se ve en el texto 14.23, Galeno
cree encontrar una prueba del absurdo estoico en el ámbilo sensible, porque lo que se cohesiona a si
n Maal Ka\ ü800p oiJe' ama O'UvéxE\.V oüe' BtEpa, 1(VEU)lattKft~ &: pttoxfi Ka! 7tUpw8ouc;
ouvá~Ero~ t~V tvÓt11ta ótaqmA,áTIEtv' aEpa &: Ka!1rÜp amrov't' dVUl 8t' EUTOVíav cruVEKttKá,
mismo, argumenta, es lo duro o resistente, en tan to que lo blando y dúctil requiere algo que lo cohesione.
Su presupuesto y el de los estoicos es claramente diferente pues para los esto icos lo que en mayor grado 5 Kal tOl!; OUcrlv tKEívOt~ trKEKpUjlÉva t óvov napéxElV Kal tO PÓVtjlOVKa! oumooSa;. 1r(í)~ OOV etl
contiene partículas finas , blandas y tenues (el 1tVEÜ).ta), eso es causa de la dureza y resistencia de los yi¡ <TCOlXeiov ~ ÜÓ<op, El ~~9' árrAow ~~Tf rrpÓÍTov ~~9' aÚT0 BtUpKÉ" OJJ,.' EvÓ~ E.;m9EV
cuerpos. Q sea el factor activo cohesionante no está en lo duro y resistente, sino en lo tenue y dúctil. etcrael toú cruv.ÉXovrOt;; [... ] elra 7t@; 000'(( yft KaS' eauti¡v Qépo~ ÓEltal cruVl(j't'ávto<; alm)v Ka\.
cruvéxovro~; aM' OUK ecrtl yfi KaS' ÉaUt~v ouó' üÓúJp, 6).)Ji. nlv ÜAllv Ó a~p roSE ¡.ffiv
14.23 Ga leno, DP 7. 526, 12-528, 12 (SVF 2.440)
O'Uvayoywv Ka!7n)KVrocro~ yf¡v e1l:oír¡crEV, áJÓ€ BE rr6.Alv OlaAUSElaUV KalllaAaxSElcrCtV u&üp.4)
orrro~ to(vov crvayKatÓv eottv €Í~ lÍtorróv ti ),áyov aXO~VaL, Oe¡..t¿vrov ~p&v a1tav tO Bv oelcrSm
10 OUOStEpOV oÚv toÚtwv crtOlXElOV, ot~ E-tEPOV a~c.potépou:; oucrlav Kal yÉvEO'lV napéoxr¡KEV.
cruvEKtlKile; att(oo;, ~Óll crOl Ó1Eljll '0v cruvEKrIlCtlV ahíav, ~tí~ 7tOt' EcrtIV, ou yap ÓPOAoyoúcrtv
aUT~v OL ' HPOc.piAetOl ytYVWcrKEIV, apó. yE E:K tWV ovrrov 'tI Ka! a0t01 u1toAa.pf3ávoualv ~ trov
374 Capítulo 14 Teoría de los principios y dc la causalidad 375

3 nOéClO"l Pohlenz : <¡Xl0'1 von Amim : 10(((11 EB I )l€Toxft Wyttenbach : !.U:TOX~~ EB 4 Ol)V€K'tUCÓ Poh- adsensionem viso eommoveri), sed revertitur ad cylindrurn et ad turbinern suuro, quae moved
¡cnz : ÉKtI Ká van Amim, Chemiss : €KtCltlKá ES 7 etaClél ES : €i~ cis' Aldina: sanv ud Wittenbach incipere nisi pulsa non possunt. Id autem cum accidit, suapte natura, quod superest, et
8 OÚK Ccrtl yii E : OUK etl y~ D 9 M rrw..lv Wittenbach : n6A.lv óe ES cylindrum volvi el versari turbinem putat. 'Ut igitur', inquit, 'qui protrusit cylindrum, dedit eí
!peten von Arnim : loum EB 20 principium motionis, volubilitatem autem non dedit, sic vi sum obiectum inprimet illud
Continuoción del texto 14.9. quidem et quasi signabit in an imo suam spcciem, sed adsensio nostra erit in potestate, eaque,
quem ad moduro in cylindro dictum est, extrinsecus pulsa, quod reliquum esl, suapte vi et
1-2 Tá yE ).I~V ttaaapa aOOJlClta, o ••1tpooayoptúoV'n;~ oinc oT5' 01tÚ)~ Si hemos de confi ar en lo que dice
Estobco (capítulo 15, texto 15.5), tendremos que admitir que al menos Crisipo no llamó a los cuatro natura movebitur. Quodsi aliqua res efficerctur sine causa antecedente, falsum esset omoia
elementos "elementos primarios". Es solamente el fuego el que se llama "elemenlO por excelencia" (Kat' fato tieri; sin omnibus, quaecurnque fiunt, veri si mile est causam antecedere, quid adferri
&;OX~v), ya que, según Cr¡sipo, los demás elementos se derivan de él. Véase el comentario de nuestro 25 potent, Cuf non omrua fato fieri fatendum sit? modo intellegatur, quae sil causarum disrinerio
capi[Ulo 15. ae dissimilitudo.' ec curo ita sint a Chrysippo explicata, si illi, qui ncgant adsensiones fato
5 1t~ oov ~tl ... cl1!AOÜV }l~T¡:; rrpünov La respuesta a la pregunta de Plutarco hay que buscarla por el fieri, fateantur lamcn eas non sine viso antecedente fleri, alia ratio est; sed, si conccdunt anteire
lado de la distinción de significados de "elemento" que hizo Crisipo (véase nota anterior): tierra yagua visa, nec tamcn fato fieri adsensiones, quod proxima i11a et eontinel1s causa non movea!
siguen siendo elementos por el hecho de que son ingredientes primarios a partir de los cuales se constitu- adsensionem, vide, ne idem dicant. Neque enim Chrysippus, concedens adsensionis
yen laS demás cosas.
30 proximam et continentem causam esse in viso positam, [neque] eam causam es se ad
14.26 l'l uta rco, SR 1053F-1054B (SVF 2.449) adsentiendum necessariam concedet, ut, si omnia fato fiant, omnia causis fiant antecedcntibus
EV'tOl<; nEp! "ESEOOV OÚOfV CiMO '['(1<; &;et<; ),[A~V CtÉpo.<; dvaí <PT]OW' uno roúrcov yap cruVÉXEtal et necessariis; iteroque illi, qui ab hoc dissentiunt eonfitentes non fíeri adsensiones sine
ra mopara' Ka! tOU 1IOIOV EKacrrov dvo.l rrov ESel cruvEXOpSVCOV ai't lo<; Ó auvSxcov alíp Ecrnv, av praecursione visorum, dicent, si omnia fato fierent eius modi , ut nihil fieret nis i praegressione
O'KAT]p6r1lTCl lleV tv m&~p<y IT'U}(VÓTT1ta 8' tv Ateü;l AeuK6tllta 8' tv apyú!X9 KoAoikn [ ... ] Ko.ÍTOl causae, confitendum esse fato fieri omnia; ex quo facile intellectu esl, quoniarn utrique
1IavtClXoü tllViSA11Vó.pyov el; éamij<; Ka! óxívtrrov U1IOKeiaBCll ral<; nOlÓtrlOlV Cmmpuívoum, 35 patefacta alque explicata sententia sua ad eundem exitum venian!, verbis cos, non re dissidere.
5 rr.t<; 8e 1IOIÓrllta<; nveÚ~laT' 01)0'0.<; Kal róvou<; áejXÓ8€ te;, oie; av ÉyytvC:OVtal ¡.IÉpeOl rij<; iSAT]<;, Omninoque cum haec sit distincrio, ut quibusdam in rebus vere diei possit, cwn hae causae
el801IOIelv EKacrra Kal axT]¡.Iarí~elV. antegressae sint, non esse in nostra potestate, quin i11a eveniant, quorwn causae fuerint,
1 <ÍÉPOl; 1 ó:¿poc; E 2 Ó cruV€XO~¿vO)v aluD<; g ! 8v FXgB : Oc; l\ et codd. 3 mncvóTorov ... O'KAl1PÓTQTOY quibusdaro autem in rebus causis anlegressis in nostra tamen esse potestate, ut illud aliter
-AWK6TO!OV g 4 6:pyt)v KU\ CU,'V1FOV tE;, ÉOUTtiC; E 5 oooac; X (al; super rasuram) gB : oüe; M codd. / eveniat, hanc distínctionem utrique adprobant, sed alteri censent, quibus in rebus, cum causae
o!cx;¡ ay tyy¿vrovraL X 40 antecesserint, non sit in nostra potestate, ut aliter iIla eveniant, eas fato fieri; quae autem in
nostra potestate sint, ab iis fatum abesse [... ].
14.27 Si mplicio, i/l c({I.269, 14-16 (SVF 2.452)
oe
Oí rrú)¡KOI óúva~uv ~ ¡.IoAAüv KÍ"'lOW tT]v paVCOttK~V Ko.l1IUlCVO)r U(~V ríOlNTUI, nlv !-uN tbrl 4 antecedentibus del. Davies
Ta EO'ül, r~v 8E E1I1 rO. 6l;ro, Kal TI]V JlEv rol) dvctl, nlv ót 'tou nOlov etVCll vO"tí~ouO'1V o.i:tíav. 3 aliae sunt perfectae et principales, aUae adiuvantes et proximae Para la versión griega de estas fonnas
2 cE;,w' von Amim de causalidad cf. 14.11, donde, probablemente, cruV€PYO: Kal1tpmwtapK1tKel corresponden a adiuvantes et
proximae y auvElCTtKU Kal cnhoteAfí a perfectae et principales
1-2 El movimiento simultáneo hacia adentro y hacia afu era es el movimiento tcnsional del1IV€ÜJla. Cf. 14 visum Según, Acad. 1.40, ésta es la traducción de Cicerón del griego qlavmola. Sin embargo, hay
Nemesio, NI-! 18, 5-8 (SVF 2.45 1; LS 47J). Para la versión de Alejandro de Afrodisia del mismo proble- buenas razones para pensar que, en el contexto específico de este argumento, visum se refiere, no a la
ma cf. Mixt. 224,24-25 (SVF2.442; LS 47I). impresión misma, sino al objeto o estado de cosas que causa la impresión, lo que algunas fuentes llaman
el qlUVtacrróv (cf. Salles 2005a: 44 n. 35). Véase nuestro capítulo 6. Regresamos a este asunto en el
14.28 Ciceró n, Fal. 41-45 (SVF 2.974; LS 62C) capítulo 23.
Chrysippus aulem CUI11 el necessitatem inprobaret el nihil vellet sine praepositis causis 20 volubilitas Para comenzar a moverse el cilindro requiere de un movimiento exterior, un empuje que
even ire, causarWll genera distinguit, ut et necessitatem effugiat et retineat fatwll. 'Causarum cumple la función de principio del movimiento. Pero para que el cilindro se mueva también necesita tener
eni m', inquit, 'aliae sunt perfectae et principales, aliae adiuvantes et proximae. Quam ob rem, una cualidad o naturaleza propia que le pennita moverse como consecuencia del empuje inicial. Tal
CUI11 dicimus omnia fato fieri caus is antecedentibus, non hoc intell egi volumus: causis empuje imprime el movimiento pero no la cualidad o naturaleza propia del objeto que hace que se mueva
5 perfectis et principalibus, sed causis adiuvantibus [antecedentibus] el proximis'. ltaque illi de una fonna determinada; en el caso del cilindro, tal cualidad o naturaleza propia es su "rodabilidad",
que como causa interna pennite el movimiento del cilindro. Para un comentario detallado del argumento
rationi, quam paulo ante conclusi, sic occunit: si omnia fato fian!, sequi illud quidem, ut omnia
del cilindro véase Bobzien 1999 y, más recientemente, Salles 2005a.
causis fian! antepositis, verum non principalibus causis et perfectis, sed adiuvantibus et 28 continens Ésta debe ser la traducción del griego G\.IV€1CttKÓV. Cf. nuestro comentario y nuestras notas
proximis. Quae si ipsae non sunt in nostra potestate, non sequitur, ut ne adpetitus quidem sit in al texto 15. 1 del capítulo 15.
nostra potes tale. At hoc sequeretur, si omnia perfectis pri ncipalibus causis fiel; diceremus, ut,
10 cwn cae causae non essent in nostra potestate, ne ¡lIe quidem esset in nostra potestate. Quam 14.29 Ps.Plutarco, Defato 570E; 574e
ob rem, qui ita fatum introducunt, ut necessitatem adiungant, in eos valebit iUa conc1usio; qui ¡.t6va ó' el¡.tap¡.Wa Kal KaS' EÍ¡.tapllÉv'lv nJ: aK6-
autem causas antecedentis non dicent perfectas neque principalis, in eos nihil valebit. Quod AouSa TOl¡;; f:v -rñ edq. OlatáSel 1IpOl1YT1O'a~tévOle;. &rrr:e
enim dicantur adsensioncs ficri causis antepositis, id quale sit, faci le a se explicari putat. Nam 1IávtCl ¡.IEv to. ytVÓJlEV' ~ el¡.tapJ.iv'1 1tEptA.al-l~áv€l, ¡rOM.a
quamquam adsensio non possit fieri nisi commota viso, tamen, cum id visum prox imaro 8€ '[rev tv a&rft Kal O'X:¿OOV oO'a ¡rpOl1YEtrOl OUK 6pOov
15 causam habeat, non principalem, hane habet rationem, ut Chrysippus vult, quam dudum 5 'J.1:¡Etv KaS' ó~awÉvTjv. [ ... ]
diximus, non ut illa quidem fieri possit nulla vi eXlrinsecus excitata (necesse est enim KU'ta 8E. rev INavttov ¡.táA1<:rra ~v KCtI
376 Capitulo 14

rrp6rrov <ay> EÍVat 5~ele ro ~.lTloev avcurtroc; ytyvecrOa¡ Capítulo 15


áAAd KUTa 1tpo'lYou~évw; ahíro;, oeún:pov ót ro CPÚO€l Cosmogonía y teoría de los elementos
a tOlKEicrtlat tóvóe tov K6cr~ov crup1tVOUV KUt ouJ.lnaeTl
10 0.1)'[0 ovra, rplrov oÉ, él )"[pOc; roúlOIC; ~LCtptÚPlO
Ql)'t()V
lliiMov EotKIN dvar ~lavttJdl ¡..tSv éhracnv ávepó:molC; cU-
MKtj.lOC; roe; O)\X10roC; Oe0 <cruv>urrápxoucra, ~ SE tCOV crotpéüv 15.1 E,tobeo, Ec!. U7l, 2-7 (SVF 1.107)
rrpoc; -ca O1.lJ.l~aíVOVTa euapÉOTr)Olt;, roe; návta KOro. ,..lOipav Zenón, Cleantes y Crisipo son favora bles a la idea de que la substanci a se transforma
YIyvÓj.leva, óEUrÉpa. rpÍtov oe 10 1tOAUOpÚA.ll'tOV tOilto, como el fuego en una semi lla y [de que], a partir de ésta, lleva a cabo nuevamente la reorde-
15 ¿h, 1Hiv O:~íWI.la il aA1l9éc; €CTHV ~ '1n:;uo~. rom:rov "fE: ).l~V nación cósmica tal como existía antes. Panecio piensa que es más persuasiva la eternidad del
Ent rocroihov €Jl"lÍcre,,¡.ttv, lva <ó<; be, ppaxu rO. n;c; elpap- cosmos y le parece más satisfactoria que la transformación de todas las cosas en fuego.
IlÉv'lr; <Keq>áAcUCt OTJA.roOeíll>· axp~ Ólepeuv~cracreal KQT<l 15.2 DL 7. 142 (SVF 1.102 y 2.581 ; LS 46C)
t~V a.Kplp~
pácravov ÉKCHépou Trov AéryOJV, la. &: 1<0.0'
EKQmQ TOmOJV ecraGOlt; ). Uhl ~lEV. [Afinnan que] el cosmos se genera cada vez que, a partir del fuego, la subs tanc ia se con-
vierte en humedad por medio del aire. Luego, cuando su parte espesa se condensa, acaba
7 <ay> add. Bem 10 rO. codd . : corro Wyttenbac h 12 <cruv> (in UltÓPX.OUCH.L) add. Schwartz 14 como tierra, pero su parte sutil , al haberse transformado en aire, se vuelve aún má s sutil y
oEón:pa codd.: corro Patzig: del. von Amim
genera fuego. Enseguida, de acuerdo con una mezcla que se da a partir de ellos [sc. los ele-
mentos antes mencionados], no só lo [se generan] plantas sino también animales y los demás
géneros (naturales]. Respecto de la generación y destrucc ión del cos mos hablan lenón en el
(tratado) Sobre el todo, Crisipo en el primero de los [libros] Físicos, P os idonio en el (libro]
primero del [tratado] Sobre el Cosmos, Cleantes, y Antípatro en el décimo (libro] de Sobre el
Cosmos. Panecio, por su parte, declaró que el cosmos es indestructible.
15.3 DL 7.135-137 (SVF1.102 y 2.580; LS 46B)
[Tambi én afirman que] dios, el pensamiento, el de stino y leus son una sola cosa que re-
ci be muy diversas denominacion es. Al principio, al ex istir para sí mismo, convierte a toda la
substancia en agua a través del aire, y así como en la matriz la semilla está contenida por lo
húmedo, de ese modo, también él [se. dios}, al ser la razón seminal del cosmos, se mantiene,
como ta l, retraído en lo húmedo y hace de la materia algo que le es úti l a él mismo, con vistas
a la generación de las etapas siguientes [de la cosmogonía]. Enseguida, creó, en primer lugar,
los cuatro elementos: fuego, agua, aire y tierra. Zenón habla acerca de ellos en Sobre el IOdo y
Crisipo en la primera parte de los [libros] Físicos y también Arquedemo en algún [libro)
Sobre los elementos. Por otra parte, elemento es lo primero a partir de lo cual se generan las
cosas que se generan y en lo cual se disuelven en última in stanc ia. Los cuatro elementos co-
existen con la substancia carenle de cual idades, la materia. El fllego es lo ca liente, el agua lo
húmedo, el aire lo frío, y la tierra lo seco. Sin embargo, este mi smo componente [de la tierra,
es decir, lo seco] también existe en el aire. El más alto es el fuego, el cual se llama "éter" en el
cual se da la primera esfera de las estrellas fijas y, enseguida, la de los planetas. Después de
ésta, el aire y, a continuación, el agua. El fundamento de todos ellos es la tierra, al ex istir en el
centro de todas las cosas.
15.4 E,tobeo, Ec/. 1.129, 2-130, 20 (SVF 2.413; LS 47 A)
A propós ito de Crisipo. Sobre los elementos que proviene n de la substancia, declara al-
gunas cosas de este tipo, sigui endo a lenón, el fundador de la escuela, al decir que son cuatro
los elementos -fuego, aire, agua, tierra- a partir de los cuales se constituyen todas las cos as
(es decir, animales, plantas, el cos mos en su totalidad y las cosas contenida s en él) y en los
cuales se disuelven. [Un elemento) se llama 'elemento por excelenc ia' por el hecho de que,
por transfo rmac ión, los demás [elementos] se constituyen a partir de él como elemento prime-
ro, y todos, al dispersarse, se disuelven en él como ele mento último, pero éste no admite la
di spersión o disolución en otro. Si bien de acuerdo con esta definición se dice que el fuego es
perfectamente elemental - en efecto, no se da junto con otro- según la definición an terior
378 Capitulo 15 Cosmogonía y teoría de los elementos 379

también es constitutivo junto con Jos otros, pues la primera transformación que se produce es 15.6 Anon., Se/rolia in Apollonium Rhodium A rgonautica 44, 4-6 (SVF 1.104)
del fuego, por condensación, en aire; la segunda, de éste en agua; y la tercera, por analogía, al y Zenón, afirma que el caos en Hesíodo es agua, de cuyo asentamiento se genera el lodo,
condensarse en mayor medida el agua en tierra. Y de nuevo, a partir de ésta, cuando se di- del cual, al compactarse, se solidifica la tierra.
sue lve y dispersa, la primera dispersión es en agua, la segunda del agua en aire, y la tercera y 15.7 Cicerón, ND 2.23-28 (SVF 1.5\3; LS 47C)
última en fuego. Asimismo, el ténnino 'fuego' se aplica a todo lo que es ígneo, ' aire ' a todo lo En efecto, el hecho es que todo lo que se alimenta y crece contiene dentro de sí la fuerza
que es aéreo y asimismo en los demás casos. Según Crisipo, hay precisamente tres acepciones del calor, si n la cual no podría ni alimentarse ni crecer, pues todo lo que es cálido e ígneo se
de 'elemento', En una, se aplica al fuego debido a que 105 demás [e lementos] se constituyen mueve y se agita gracias a su propio movimiento, pero 10 que se alimenta y crece emplea un
por transformación a partir de é l y se disuelven en él. Otra acepción es aquella según la cual, movimiento regular y uniforme, y cuánto más perdura en nosotros, tanto más perdura la sen-
se predica de los cuatro elementos -fuego, aire, agua, tierra- (pues las demás cosas se consti- sación y la vida, pero, al enfriarse y extinguirse ese ca lor, nosotros mismos morimos y nos
tuyen a través de alguno o algunos de ellos o también de todos ellos: de los cuatro, cosas extingu imos. En verdad, Cleantes también estab lece con estos argumentos cuánto calor se
como los animales y todas las cosas compuestas que hay sobre la ticrra; de dos, cosas como la halla en todo cuerpo. Niega, en efecto, que haya algún alimento tan pesado que no sea digeri-
luna que se constituye de fuego y aire; de uno, cosas como el so l, pues el so l se constituye do en una noche y un día y en cuyos desechos, que la naturaleza expulsa, no se halle tambi én
sólo por fuego y, en efecto, el sol es fuego puro). En una tercera explicación, se dice que es el calor. Ahora mismo, las venas y las arterias no dejan de latir como si fuera un movimiento
'elemen to' aquello que está constitu ido primariamente de tal modo que produce generación a [gneo y, a menudo, se ha puesto de manifiesto que, cuando el corazón de un ser animado se
partir de sí mismo, de una manera metódica , hasta alcanzar un término y a partir del cual se extirpa, palpita con tal rápidez que imita la velocidad del fuego. Por lo tanto, todo lo que vive,
disuelve en si mismo de una manera metódica similar. También afirmó que surgieron estas sea un animal, sea una planta, vive por causa del ca lor contenido en él. A partir de esto, debe
tesis acerca de [la noc ión de] elemento porque es lo que cambia más fác ilmente por sí mismo concluirse que esta naturaleza del ca lor posee en sí una fuerza vital que se difunde a través de
y también es el principio y la razón seminal, así como el poder eterno que posee una naturale- la totalidad del cosmos. Asimismo, nos percatamos más faci lmente de esto al explicarse en
za tal que se mueve a sí misma hacia abajo en la dirección del camb io y desde del cambio más detalle este elemento ígneo que penetra todas las cosas. En efecto, todas las partes del
hacia arriba, de manera enteramente cíclica, consumiendo todas las cosas en sí mismo y re- cosmos (sólo me referiré a las más grandes) se cohesionan con base en el calor, lo cua l puede
constituyéndose nuevamente a partir de sí mismo de manera ordenada y metódica. apreciarse, en primer lugar, en la naturaleza térrea. En efecto, vemos, por un lado, que sale
15.5 E,tobeo, Ecl.1.152, 19-154, 8 (SVF 1.102, 1.497 J' 2.471) fuego del choque y la fricción de piedras y que, de una fosa recién cavada, humea la tierra
Y así lo declara Zenón explícitamente: será necesario que, a partir de la substancia, se cal iente y, por otro, que de las fuentes brota agua cal iente, y esto ocurre especialmente en el
produzca periódicamente la reordenación del uni verso de la siguiente manera. Cuando se invierno porque una gran poder ca lórico está contenido en las profundidades de la tierra, la
produce una convers ión de fuego en agua pasando por el aire, una parte se sedi menta y se cual es más densa en el invierno y, por esa mi sma causa , conserva más estrechamente el calor
forma tierra ; de lo que resta, una parte permanece co mo agua , y, de lo que se evapora, se que se halla en la tierra. Largo es el argumento y diversas las razones que podrían aducirse
genera aire; a su vez, al rarefacerse el aire, el fu ego se inflama, pero la mezcla y la mixtura se para mostrar que todas las semillas implantadas en la tierra y [todas] las plantas, generadas a
producen por el cambio recíproco de los elementos, cuando la tota lidad de un cuerpo atraviesa partir de ella, que ella mantiene fIj as por SllS raíces, nacen y crecen deb ido a la suave tempera-
la totalidad de otro. C leantes, por su parte, de cierto mod o habla así. Una vez que el todo tura del ca lor [de la tierra]. Asimismo, que el calor esté mezclado con el agua, se hace patente
terminó de incendiarse, primero su centro se asienta y, ensegu ida, las cosas contiglJas [al por la liquidez misma del agua, la cual ni se congelaría por el frío ni se condensaría en nieve y
centro] se apagan completame nte. Al humedecerse cI todo, el último vestigio de fuego vuelve escarcha si tampoco se esparciera al licuarse y derretirse por el calor con el cual está mezclada
a dirigirse en una dirección opuesta pues el centr o le ofrece resistencia. Y luego dice que, al y es por ello que, por influencia tanto de los vientos de l norte como de otros fríos, se endurece
dirigirse hacia arriba de ese modo, aumenta de tamaílo e inicia la reordenación del todo. La y, despué s, al entibiarse, ella mi sma se ablanda y se evapora por el calor. Además, también el
tensión que ex is te en la substa ncia del universo no cesa de producir siempre esta clase de mar, al agitarse eon fuerza por los vientos, se entibia tanto que uno puede fácilmente percatar-
período y reordenación. En efecto, tal como toda s las partes de una única cosa crecen en los se de que esa enorme masa líquida contiene calor. En efecto, no debe considerarse dicho ca lor
tiempos estab lec idos a partir de semillas, así también crecen en los tiempos establecidos las como externo y adventicio, sino extraído de las profundidades del mar debido a su violenta
partes del universo, entre las cuales se encuentran tanto los anima les como las plantas. Y tal agitación, lo cual también ocurre con nuestros cuerpos cuando recobran su calor con movi-
como ciertas razones [seminales} de las par tes, al unirse a una semilla, se mezcla n y nueva- miento y ejercicio. Y el aire mismo, que por naturaleza es el más frío [de los elementos], de
mente se separan cuando surgen las partes, así también, al atravesa r el ciclo metódica yarmo- ninguna manera está desprovisto de calor. De hecho, no cabe duda de que está mezclado con
niosamente su curso, todas las cosas se generan a partir de una y una se obtiene a partir de la mucho calor. En efecto, él mis mo nace de la exhalación de las aguas pues se ha de considerar
mezcla de todas. Crisipo, por su parte, sostenía algo como lo siguiente: lo existente es hálito al aire como una especie de vapor de agua, pero éste surge por el movimiento de aquel calor
que se mueve a sí mismo, hacia sí mismo y a partir de sí mismo, o há li to que se mueve a sí contenido en el agua. Podemos observar un caso similar en aquellas aguas que hierven puestas
mi smo hac ia adelante y hacia atrás. Toma como hálito [a lo existente] porque se dice que éste al fuego. Pero ahora resta la cuarta parte del cosmos. Ésta, por su propia naturaleza, es toda
es aire que se mueve y algo análogo ocurre con el éter de modo que caen bajo una definición caliente e imparte un calor saludable y vital a todas las demás entidades naturales. De esto, se
común. Tal movimiento ocurre sólo de acuerdo con quienes piensan que la transformación de concluye que, puesto que todas las partes del cosmos se eohesionan por el calor, incluso el
la totalidad de la subs tancia admite tanto cofusión, como constitución, ca- mezcla, unión cosmos mismo perdura por un tiempo tan largo gracias a un elemento parecido o igual [al
connatural y procesos simil ares a éstos. calor], y tanto más en cuanto que debe entenderse que ese elemento cálido e ígneo está com-
penetrado de tal manera con todo, que en él radica la fuerza procreadora y causa generadora , y
380 Capítulo 15 Cosmogonía y teoría de los elementos 381

aquello por lo cual es necesario que nazcan y se desarrollen tanto los seres animados como cosas dotadas de vida. Sin embargo, este fuego nuestro que el uso de la vida requiere, es
también aquellos cuyas raíces son contenidas por la tierra. destructor y él mismo consume todas las cosas y, dondequiera que se propaga, arruina y disipa
todo. Por el contrario, aquel fuego corpóreo, vital y sa ludable, conserva todas las cosas, las
15.8 Plutarco, SR 1052F-I053B (SVF 2.579) alimenta, las hace crecer, las cohesiona y les confiere sensación." Niega, por tanto, que sea
Piensa (Crisipo] que el embrión en el vientre se nutre natura lmente como una planta y dudoso a cuál de estos dos fuegos se asemej a el sol, puesto que también [el sol] hace que
que, una vez que nace, al enfriarse y endurecerse por el ai re, el hálito se transfonna y genera todas las cosas florezcan y crezcan en su género. Por consiguiente, por ser el fuego del sol
al animal, por lo cua l no es absurdo que el alma se denomine por comparación con el frío. Y semejante a aquellos fuegos que se hallan en los cuerpos de los seres animados, es necesar io
autocontradic iéndose nuevamente cree que el alma es un hál ito más sut il y tenue que la natu- que también el sol sea un ser animado, así como [es necesario que lo sean] los demás astros,
raleza, pues ¿cómo es posible que lo tenue y sutil se genere a partir de lo espeso por enfria- los cuales surgen del calor celeste llamado "éter" o "cielo".
miento y condensación? Y lo que es [una contradicción] mayor, ¿cómo es posible que, al
declarar que lo animado se genera por enfriamiento, crea que el so l es animado por ser ígneo COMENTARIO
y gene rado por una ex halación que se transforma en fuego? En efecto, dic e en el [l ibro] pri- Siguiendo una tradición que se remonta a la fí(osofia presocrática, los estoicos sostuvie-
mero Sobre la Naturaleza : "la transformación del fuego es de este modo: por medio del aire ron que los cuatro elementos -tierra, agua, aire y fuego- son los constituyentes más básicos
se vuelve agua y, a partir de esto, al asentarse la tierra, el aire se exhala y, al rarcfaccrse éste, del mundo natural. Sin embargo, a diferencia de algunos presocráticos, por ejemplo Empédo-
cl éter se difunde circularmente [alrededor del cosmos]; las estrellas, junto con el sol, se en- eJes, qu ien sostuvo que los cuatro son igualmente bás icos (DK 31 B6 Y 21, KRS 346 y 355),
cienden a partir del mar". Ahora bien ¿qué es má s opuesto al encendimiento que el enfria- los estoicos argumentaron que uno de ellos, el fuego, es más básico que los otros tres en el
miento y a la difusión que la condensac ión? de modo que las unas producen agua y tierra a sentido de que éstos están compuestos de fuego y se generaron a partir de él durante la cos-
partir de fuego y aire y, las otras, convierten en fuego y aire lo líquido y terroso, aunque, a mogonía. En este comentario, nos ocuparemos principa lmente de tres temas: las razones que
pesar de ell o, en unas partes hace que el principio de la animación sca cl encendimiento y, cn adujeron los estoicos para sostener que el fu ego ocupa este lugar predominante respecto de los
otras, que sea el enfriami ento. demás elementos, el debate que hubo al interior del estoicismo sobre la naturaleza y la estruc-
tura de la cosmogonía y el problema de la generac ión de los cuerpos complejos a partir de los
15.9 E,tobeo, Ec!. 1.183,3-5 (SVF 2.582) cuatro elementos.
Los estoicos afirman que la generación del cosmos comienza a partir de la tierra, como Entre los estoicos, existen al menos dos concepciones complementarias, pero cons idera-
de su centro, [habida cuenta de que] el centro es el princ ipio de la esfera. blemente di stintas, de por qué el fuego es el más básico de los elementos. Una de ellas es la de
15.10 E,tobeo, Ecl. 1.213, 15-21 (SVF 1.120; LS 46D) Cleantes: el fuego, bajo la forma de calor, es más básico que los otros tres por ser su "causa
Zenón afirma que el sol, la luna y cada uno de los demás astros son inteligentes y sabios, cohesiva" (es decir, aquello que, por su presencia en ellos, los mantiene en existencia, cf.
y que son ígneos en virnld de un fuego artesa no. En efecto, hay dos tipos de fuego: uno es no nuestro capítulo 14). Otra concepción es la de Cri sipo, quien sostiene que el fuego es el más
artesano y transforma en sí mismo su alimento; el otro es artesano y no só lo es causa de cre- básico porque es aquello a partir de lo cual los olros tres se constituyen y en lo cual se disuel-
cimiento sin o de conservación, tal como el que está en las plantas y en las cosas dotadas de ven.
vida , el cual es, por supuesto, naturaleza y alma respectivamente. Así pues, la substancia de La tesis cleantina de que el fuego es el más básico de los elementos porque los cohesiona,
los astros está hecha de este tipo de fuego. figura en el texto 15.7, una de la s principales fuentes sobre su física. Según lo apunta el texto
15.10 de Estobeo, se trata de una tesis que ya figuraba en Zenón, quien sostuvo que hay dos
15.11 Plutarco, eN 1075D (SVF 1.510; I.S 46L) tipos de fuego, uno de los cuales, el fuego "artesano" , es causa del crecimiento de los seres
Y, además, Cleantes, presionado en el debate sobre el tema de la conflagración, dice que vivos y de la conservac ión de todas las cosas. Pero, como veremos ahora, es con Cleantes que
el sol <en cuanto principio conductor del cosmos> asimila por comp leto a sí mi smo a la luna esta idea se sistematiza a través de la noción de causa cohesiva y se sustenta con base en
y a todos los demá s astros y los transforma en sí mi smo. Sin embargo, <si> los astros, siendo argumentos detallados.
dioses, contribuyen a su propia destrucción al contribuir en algo con el sol a la conflagración, En 15.7, la tesis de que el fuego es el má s básico de los elementos porque cohesiona a los
¿no sería muy ridículo que nosotros les recemos para nu estra sa lvación y que los considere- otros tres, figura en un argumento cuyo propósito es demostrar que el fuego, bajo la forma del
mos salvadores de los seres humanos, a ell os para quienes es natura l afanarse en su propia calor, es lo que cohesiona al cosmos en su conjunto. Nótese que la inferencia va de la idea de
destrucción y desaparición? que el ca lor cohes iona todas las "partes" del cos mos a la idea de que el "cosmos mi smo" se
cohesiona por él. La transición de una idea a otra se justifica por el hecho de que, como vere-
15.12 Cicerón, ND 2.40-41 (SVF 1.504)
mos en un instante, el calor cohesiona a todo lo que ex iste, en virtud de que lo penetra y se
Ta mbién Cleanles piensa que el hecho de que los astros sean tota lmente ígneos se con-
difunde en su interior. Por lo tanto, si esto es así, no existe una parte del cosmos que no se
firma por el test imonio de dos sentidos: el del tacto y el de la vista. Pues el calor y el brillo del
cohesione por el calor. Es por ello que el "cosmos mismo", esto es, el cosmos en su totali dad,
sol es más radiante que cualquier fuego, en la medida en que resplandece tanto a lo largo
se cohesiona por el fuego. (En este sentido, el cosmos no sería nada por encima de sus partes.)
como a lo ancho del inmenso cosmos, y [su brillo] es su tacto, de modo que no sólo calienta
En lo que sigue, y a modo de ejemplo, centrémonos en la parte del texto 15.7 en que se
sino que tamb ién a menudo quema, nada de lo cual haría si no fuese ígneo. "Por tanto - dice-
demuestra que el calor penetra y se difunde al inlerior del agua. El argumento puede entender-
puesto que el sol es ígneo y se alimenta de los vapores del océano (porque ningún fuego
se de la manera siguiente. Un posible motivo para pensar, contra Cleantes, que el agua no
puede perdurar sin alimento) , es necesario que, o bien sea se mejante a aquel fuego que em-
contiene ca lor sería que ésta se vuelve hielo y escarcha. En efecto, el hielo y la escarcha son
pl eamos para nuestro uso y sustento, o bien a aquél que está contenido en los cuerpos de las
fríos, pero algo capaz de enfriarse a ese grado, como sucede con el agua, dificilmente podría
382 Capítulo 15 Cosmogonía y teoría de los elementos 383

contener calor. Sin embargo, en contra de esta posible objeción, en el texto se señala que el generarse a partir de otro ni disolverse en otro, porque, dado que la generación se da por
agua s610 se congela cuando se esparce en cantidades más o menos pequeñas. Una masa condensación y la disolución por rarefacción, tendría que haber un elemento más sutil que él,
enorme de agua como el mar dificilmente se congela por completo. Ahora bien, para esparcir- lo cual no es el caso. De este argumento se sigue que el fuego es también el más básico de los
se, el agua tiene que estar líquida. Por ejemplo, no se puede esparcir el agua de un cubo de elementos, si por "el más básico" entendemos el elemento que no se genera a partir de ningún
hielo sobre las hojas de una plan ta a menos que se derrita el cubo, esto es, a menos que el otro ni tampoco se disuelve en ningún otro. Según hemos argumentado hasta aquí, Cleantes y
agua de la cua l el cubo de hielo está compuesto, recobre su estado liquido. Sin embargo, para Crisipo explica n de modos distintos por qué el fuego es el elemento más básico. Esta diferen-
mantenerse líquida, el agua debe estar a una cierta temperatura y, por ende, contener cierto cia también se manifiesta en dos ámbitos: (i) en su teoría de cuáles elementos son pasivos y
calor. Por ende, el hecho de que el agua contenga calor es condic ión necesaria de que se cuáles son activos (a diferencia de Cleantes, quien piensa que el fuego cohesiona a los otros
esparza y su esparcimiento es, a su vez, condición necesaria de que se congele. Con ello se elementos, Crisipo sostiene que fuego y aire son igualmente cohesivos de los otros dos, cf.
debilita considerablemente la posible objeción de que el agua no puede contener ca lor porque 14.22, 14.23, 14,25 Y 16.1) Y (ii) en su cos mogonía, como veremos a continuación.
se vuelve hielo y escarcha. Contrariamente a algunas apariencias, el agua debe contener calor. Aunque en términos generales la cosmogonía es el resultado de la acción de dios sobre
A este argumento, se añade la siguiente observación. Cuando el agua se halla expuesta a un una cierta materia básica (cf. 14.5), una de nuestras fuentes (15.5) indica que hubo una con-
frío intenso, como el de los vientos del norte, su catar interno no basta para mantenerla líqui- troversia en el interior del estoicismo respecto de cómo exactamente se dio es te proceso. Por
da . Pero esto no implica que, al congelarse, el agua deja de tener este calor interno. Prueba de una parte, estaba la concepción de Zenón seguido de Crisipo. De acuerdo con ella, el fuego
ello es que, al desaparecer el agente externo que la congela, el agua recobra por sí misma su que existe actualmente en el cosmos (que es el fuego que terminará por causar la conflagra-
estado liquido original ("ella misma se ablanda"). Y este estado líquido, como ya vimos, se ción al final de este ciclo cósmico, cf. nuestro capítulo 18) proviene del agua que ocupó la
debe a su calor interno. total idad del cosmos una vez que se extinguió el fuego de la conflagración del ciclo anterior.
Hasta aquí hemos visto en qué sentido, según Cleantes, el fuego es el más básico de los Por otra parte, estaba la concepción de Cleantes, quien se apartó de Zenón y sostuvo, al con-
cuatro elementos. Es el más básico porque, en una de sus modal idades, el calor, el fuego es la trario, que el fuego que ex iste actualmente en el cosmos proviene directamente del fuego de la
causa cohesiva de todas y cada una de las partes del cosmos. conflagración: éste nunca se extinguió por completo y logró mantenerse encendido dejando
Según indicamos a l inicio, Crisipo propuso una explicación complementa ri a, pero muy un vestigio de él cuando, al concluir la conflagración, todo lo demás se convierte en agua. En
distinta, de por qué el fuego es el elemento más básico. Esta explicación se desarrolla en el línea con esta diferencia entre las concepciones de Zenón-Crisipo y de Cleantes, el texto
texto 15.4 de Estobeo. Se trata de un testimonio cuyo principal objet ivo es poner de manifies- 15.12 afirma que para Cleantes el fuego de los astros proviene del éter (orianlllr in m'dore
to tres sentidos de l término "elemento" en Crisipo. En primer lugar, el término se ap lica a los cae/esti qui aelher ve/ cae/11m nominatur), no del agua. El texto 15.5 describe en detalle la
cuatro elememos por igual - tierra, agua, aire y fuego- porque SOI1 aquello a partir de lo cual diferencia entre las dos concepciones, que cabe representar mediante los siguientes diagra-
se constituyen y aquello a partir de lo cual se disuelven los cuerpos no-elementales e incluso mas:
el "cos mos en su total idad". En segundo lugar, el término se aplica a l fuego en parti~ular, po;

<
Diagram a 2: La cosmogonía seg ún Zenón y C risipo
ser él aquello a partir de lo cual los demás elementos se constituyen yen lo cua l se disuelven.

<
En este segundo sentido, el fuego, a diferencia de los otros tres elementos, es "completamente 5a.agua
elementa l" o el elemento "por excelencia". En tercer lugar, el término "elemento" se ap lica en
un sentido más laxo a todo aquello a partir de lo cua l se inicia un camb io generador de otra 4a. agua 6a. aire
cosa y en lo cua l esa otra cosa posteriormente se transforma por disolución. Para que algo sea 5b. aire
elemental en este tercer sentido, no tiene que ser forzosamente uno de los cuatro elementos,
pues en principio podría imaginarse un cuerpo complejo que genera a otro más complejo, el 6b. fuego
cual posterion11Cl1te acaba por disolverse en él.
Por ahora, el sentido que nos interesa es, desde luego, el segundo. En efecto, si bien de
acuerdo con el primer sentido los cuatro elementos parecen ser igualmente bás icos, de acuer- 4b. tierra
do con el segundo el fuego es más básico que los otros tres. Ahora bi en, ¿por qué hay un
Diagra ma 3: La cosmogonía según Clea ntes
sentido (a saber éste) el1 que el más básico de los elemel1tos es el fuego y no, por ejemplo, la
tierra? El texto ofrece un argumento que descansa sobre el supuesto implícito de que el fuego 2a. fuego
es ~I más suti l o raro de todos, esto es, el menos denso. Bajo es te supuesto, el argumento sería
el SIguiente: un elemento es más básico que otro si, y sólo si, el segundo se genera a partir del

<
primero, pero no viceversa, pero un elemento se genera a partir de otro por condensación, es 1. fuego 4a. (7) tierra
decir, por un aumento de la densidad y una disminución de l volumen y, correlativamente, un

<
elemento se disuelve en él por dispersión o rarefacción, esto es, por una disminución en la 3a.agua
densidad y aumento del volumen; pero si esto es así se sigue que, cuanto más sutil sea un 2b. agua 4b. (?) agua
elemento, menos susceptib le será de generarse a partir de aIro, pues, dado que la generación
se da por condensación, ese otro e lemento tendría que ser más sutil que él; pero, ex hYPolhesi, 3b. aire
el fuego es el elemento más suti l de todos; por lo tanto, dada su naturaleza, el fuego no podría
384 Capítulo 15 Cosmogonía y teoría de los elementos 385

Otro aspecto importante de la cosmogonía de los estoicos y de su teoría de los elementos, para generar la mano que es cuerpos complejo no-homogéneo. Por razones que haremos
es la expli cación que ofrecen de la generac ión de los cuerpos complejos. Ésta, según ellos, se explícitas en el siguiente capítulo, esta ligazón no debe considerarse como una mezcla y en
da a partir de los cuatro elementos. De este tercer tema nos ocuparemos en lo que resta de este esto, por lo tanto, radica la difere ncia entre el modo de generación entre los cuerpos comple-
comentario . Es úti l partir de la observación de que, según lo indica el testimonio de Estobeo jos homogéneos y los heterogéneos.
en 15.4, no todos los cuerpos complejos en el cosmos se generan realmente a partir de los ¿Es compatible esta diferencia con la teoría de C ris ipo, expuesta en 15.4, de que todos
cuatro elementos. Algunos, como la luna, se generan o constituyen a partir de dos de ellos y los cuerpos los cuerpos no-elementales se generan a partir de los cuatro elementos? Creemos
otros, como el sol, a partir de sólo uno. Los únicos cuerpos complejos que se generan a partir que sí, aunque, a primera vista, parecería haber un problema: la única fuente en que se men-
de los cuatro son los terrestres. Aunque en este comentari o nos centraremos exclusivamente ciona explícitamente el nombre de Crisipo en relación con la generación de los cuerpos natu-
en ellos (usaremos la expresión "cuerpos complejos" para referiremos únicamente a los cuer- rales no-elementales y en que, al mi smo tiempo, se afinna que ésta es distinta de la genera-
pos complejos terrestres), no hay que olvidar que la teoría estoica acerca de cómo se generan ción de los elementos, no establece una di st inción cntre cuerpos complej os homogéneos y
estas entidades también debe aplicarse a los cuerpos comp lejos ce lestes. heterogéneos y, a fortiari, tampoco menciona ninguna d iferencia en el modo de generación de
Una lectura rápida de 15.4 podría sugerir que, para Crisipo, los cuerpos complejos se ge- estos dos tipos de cuerpos. Se trata, como ya vim os, del testimonio de Diógenes Laercio en el
neran a partir de los elementos del mismo modo en que el aire, el agua y la tierra se generan a texto 15.2. Sin embargo, a menos de que tuviéramos razones de peso, e independi entes del
partir de l fuego. En efecto, Estobeo usa exactamente el mi smo término griego para describir testimonio de Diógenes, para pensar que según Cri sipo los cuerpos complejos heterogéneos
el proceso mediante el cual los cuerpos complejos se di suelven en los cuatro elementos yel también se generan por una mezcla de los elementos, se puede suponer que se trata de una
proceso por el cual la tierra , el agua y el aire se di suelven en fuego, a saber, el término di storsión de la postura original de Crisipo, la cual deja lado la distinción original entre cuer-
OIÓAUO'll; y sus cognados. Esto puede llevarnos a pensar que, dado que para Crisipo el proceso pos compl ejos homogéneos y cuerpos complejos heterogéneos.
por el cual la ti erra, el agua y el aire se di suelven en fuego es uno de rarefacción, el proceso es Para terminar , conviene detenernos en el problema de si para los estoicos existe una ma-
el mis mo en el caso de los cuerpos complejos en general, pues se usa en ambos casos el mi s- teria má s básica que los elementos, esto es, una materia común a los cuatros y tal que cada
mo térm ino: estos cuerpos se generarían por condensación de los cuatro eleme ntos y se disol- elemento en analizable en términos de esa materia dotada de ciertas cualidades, a la manera
verían en ellos por rarefa cción. Si n embargo, hay una razón de peso dentro del texto 15.4 para en que, según una cierta interpretación de Aristóteles, él parece haber concebido la naturaleza
pensar que Crisipo negaría esto. El modelo de generación y di solución de los cuerpos comple- de los cuatro elementos. Sin embargo, algunas de las fuentes exami nadas en el presente capí-
jos debe ser di stinto del modelo de generación y disoluc ión de los elementos porque así como tulo apuntan en otra dirección al sugerir que en real idad los estoicos no adoptaron ese modelo.
los cuerpos complejos se disuelven en los cuatro e lementos mediante un proceso di stinto del Por ejemplo, del testimonio de Cicerón sobre Cleantes en el texto 15.7 y, en particular de la
proceso de disolución del aire, el agua y la tierra en fue go, así también estos cuerpos se gene- idea de el fueg o es causa cohes iva del cosmos en su totalidad, se desprende que siempre ti ene
ran a partir de los elemen tos mediante un proceso que debe ser distinto del proceso de genera- que haber fu ego en él y, por 10 tanto, que el fu ego, uno de los cuatro elementos, es ingénito e
ción de la ti erra, el agua y el aire a partir del fuego. ¿Cuá l es ese proceso? Aunque en el texto indestructible, contrariamente a lo que parecen a firmar el texto 14.1 del capítulo 14, en el cual
15.4 no se halla la respuesta a esta pregunta, podemos suponer que para Cri sipo se trata de la se sostiene que los "e lementos" (sin excepción expresa, cf. Sexto Empírico, AM 10.312) son
mezcla: los eleme ntos generan los cuerpos comp lejos, no por condensación , sino mezclándose generables. Regresaremos a este problema de la materia prima en el siguiente capítulo, dedi-
entre si y éstos, a su vez, se disuelven en los elementos, no por rarefacció n, sino cuando se cado al problema de la mezcla.
descompone esa mezcla. Regresaremos a este asunto y nos ocuparemos de él en detalle en el
siguiente capítu lo, dedicado a la mezcla .
En lo anterior nos ocupamos de la generación de los cuerpos complejos terrestres en su
conj unto sin atender a posi bles diferencias que pudi era al interior de ese conjunto. Sin embar-
go, según lo s estoicos, ha ya l menos dos grandes tipos de cuerpos compl ejos terrestres. Por
una parte, están los que podríamos llamar "homogéneos". De acuerdo con una tradición que
los estoicos aceptaron y qu e, según el testimonio de A ristóteles (DK 59A46, KRS 496, cf.
KRS 494), parece iniciarse con e l presocrático Anaxágoras, existen, en efecto, cuerpos tales
que cada una de sus partes, por menor que sea, tiene la misma naturaleza que las demás y que
el todo. Un supuesto ejemplo de esto sería el oro, pues cada parte de un pedazo de oro seria, a
su vez, oro. Por Olra parte, se ha llan los cuerpos complejos no homogéneos, o heterogéneos,
los cuales inc luyen los seres vivos y sus partes. Una mano, por ejemplo, no es homogénea
sino heterogénea porque ninguna parte de una mano es, a su vez, una mano. El modo de gene-
ración por mezcla a partir los cuatro elementos es exc lusivo de los cuerpos complejos
hom ogéneos. La generac ión de los heterogéneos no se da ni por la condensación de cuerpos
más básicos ni por su mezcla, sino por la ligazón de c uerpos homogéneos mediante otros
cuerpos homogéneos. Un ejemplo, sería la generación de una mano, que implicaría, entre
otras cosas, la ligazón de músculo con hueso por medio de tendones. Los músculos, los hue-
sos y los tendones son, según la teoría, cuerpos homogéneos complejos que se unen entre sí
Cosmogonía y teona de los elementos 387

Textos Anotados 1tAavro~évrov· J.l€O' ~v rov oépa, Et-ta ro ü&op, tl1t00"t6:0).lllV oe


Cosmogonía y teoría de los elementos 1t6.vrrov n1v yfjv, ).lÉCIT)v C11l6.vrrov oÚcrav.
1·2 nofJ..ác; tE tTtpru; óvo~acríac; B 3 npénEtv B 4 <t~ Ú"yPt9> add. Marcovich in app. eri t. 5 rOlóvSE
OP"H : tOlOUrov 8 : t010oo(; plF : om. $ / \m04ínEcrem p IQF$: tmoAÍ1u:;cr9m B : únoAmtcr9al von
Ami m eum P"HD 6 ruEPYOVBPFD : €vepyov <lJ1 aútc:?> von Amim: mh& BPO: autO F 8~10 AkyEl -
15.1 [stobeo, Ecl. 1.171,2-7 (SVF 1.107) Ol"01XEíoov in mg. super. F2 10 post óB add. <qla~t> F 11 yEVÓ~f:\Io. B 12 r~v UXOlOV PFOID : n vO.
nOlov S 14 En om. F 15 B O et Suda: 8v BPF / OEI P
Zi¡VOOV¡ Kal. KA.€ávOel Kal Xpucrímrq? apOOKEl
T~V oucríClv ~.u:;ta~álliIV oTov sir; cm:¿p~a la rrDp, !Cat Este texto y 15.2 describen las etapas 1 a 6 de la cosmog~ n ía en el esquema propuestoyor Zenón y
nétAlv 6IC lOúrou TOlamT]V Q1totcl.EicreOl nlVOlaK60'~"crtv. Crisipo (cf. Diagrama 2). La cosmogonía completa se describe en 15.5. Para las diferenCias en 15.2 y
15.3 cf. Cooper 2009: 105-6. Para la idea de que la tierra se hal la en el centro del cosmos, cf. 12.1 .
ota 1tpórepov ~v. n avaíno¡; 1tIOavootÉpav dvat vOJ..lí~el
5 Kal. ¡.tillov apécrKoucrav a{rréf> 't11V oXOtÓtTJTa t01l KÓcrpOU 10 Ecrn ÓE Ol"OIlEtOV O; oú nproroo cr. Aris tóteles, Met. 5 10 14a26·27
~ TIlv TroV oÁillv el, 1rÜp flETU~OA~V. o
15 tO 1tÜp, 15~ alOtpa xaAdcreul Para la idea de que el éter es un tipo de fuego, no un quinto elemento
irreducible a los otros cuatro como en Aristóteles, cf. 12.3 asl como SVF 2.436 y 2.1 067.
Lemma ZlíVO,lvot; Kal h¿púlV F (in tcx hl) P (in mrg) 2 oTov crntp~w: €i~ ro nüp Heeren 4 vOllí~EIV FP
corroCa nter : dVaI VO~tÍ~SI] ¿~I<pavíI;EI Usener S cd)'t~ FP corro Mcin ekc 15.4 E'lobeo, EcI. 1.129, 2-130, 20 (SVF 2.413; LS 47 A)
Sobre la regeneración del cosmos a partir del fuego- semilla, cf. SVF 2.618-6 19. Sobre la postura hete- Xpucrínnou. n spl OE: rwv eK tf¡c; oucria~ O"t01xeírov
rodoxa de Panccio respecto de la con fl agración, cf. 15.2, así corno 18.2 y 18.12. t Olam6. t1va ono<paivetat, t(9 tile; aipÉ:creroe; ~y€~tÓVl Zlí-
vroVt KaraKoAouOó'W, tmapa J..f.yrov eIval O"t01xsia <1tÜp,
15.2 DL 7.142 (SVF 1.102 y 2.58 1; LS 46C) áÉ:pa, üorop, yfjv, El; <Iw crlJvícrcaaOClln6.vra Kal ~c9a> Ka!
ríveaOat ó€: TOV KÓU~LOV OtaV EK rrupor;: ~ ouota rparrfi 0\ ' ciépor;
5 <pmo: Kal tOV OAoV KÓ<Jt-tOV Kal ta tv alrrQ- neplsxól·u::va
Ei~ -órp6tllTa, Ella ro nUXUJl€pec; amoü OU01tlv cmon:AecrOft Kal siC; rama (iwJ,.Ú€Oeat. t OóE Kar' ~ox~ v
y~, TO BE 4mo~ep", €SuepOle¡¡, Ka, TOUT' br, nAtov AemuvOEv O"tOtxelOV Akyecr8at ÓUl tO ~ alrrou np<Í:ltou rO. AOIno:
JtÜp (h[QYBw~mJ. €Ira Kara pí~IV f:K roúrwv q"n6: n: Ka! ~i9a ouvíO"tacr6CX1 Kara 1..IE"WPOAtlV Kal ele; auto f:OXat ov návra
5 Ka, ra liJ.J..u. y~:VTI . rrep\ o~ ouv T~C; yevEcrewC; Ka! <pOopoe; ro\)
xeój.l€Va OUIAÚEcr6CX1, roUto oE Jl~ E1l10éx€oeat r~v de;
KÓcr~IOU <PIlal Z~VOJv ¡.iv É;v T(9 n Epl OAoU, Xpúal1rn:oc; (i' tv rc$
10 WJ..o XÚ<JIV~ civáAu<JIV' [cruvíO"tao8at óe E~ aut oú rO.
1tpcílr<fl rwv c:J>U<JIKroV Ka! n oaEloroVto¡; €v rrp<Í)r<!,) n Epl K6crflOU A.o11l0. Kal X€óJl€va ele; mutO EOXatov r EAemfrv· napo Kal
Kal Kk6:vOll<; Ka! Avrí1tarpo¡; tv rc$ oEKár<fl n Epl Kóapou. crrOlXEiov )J;yEcrOal, onprnrov EO"tllK€V OÜtú.)~, i1xrre O"Úcrra·
n avaíno¡; o' a<peaprov o1te<p~varo rov Kóapov.
<JIV OlOóV(Xl o<p' aÚtoú Ka} autO rwv Mt11WV xW1VKal
1 tK 7rUpOC; om. (1) 2 úYPÓtllTa SD : uypov PF<ll 3 ll;aEpwOñ (I)P4)-1 : él;ap(UooOfi BplQFD 5 )'EVÉCn:;OOt; OtóJ...U<JIV otx€cr6Clt eie; aútó J' Kata ¡.tSv tOV ').jyyOV roúrov
te Kal q'lOopáC; Bp l 6 ~lev om. F / Kal XpúcrllTnoc; F 6·7 8' ev ni) npó)tql t oov (I)UO"IKWV om. F 8 Kal 15 aUtOt EAWe; Aeyot-tévou tOU 7tUpO~ OtOlX€lOU' ou Jl€"t' aMaU
KAi:<lVOllC; - KÓcrf.lOO om. F I óEKó:nl} BrD : del. van Amim
y6.p. Kat a O€ "tov npótepov KallJ.€T' lf>..A.rov oucrratlKOV
Este texto es pamlelo a 15.3 . Cf. nuestras notas a ese texto . etVa\, rrpÓYrlle; ¡.tSv )'lyvo¡.lBvllC; r~e; ÉK7tUpOe; Kata O"Úcrta·
15.3 DL 7.135-137 (SVF 1.102 y 2.580; LS 46B)
ano
<JIV €ie; á€pa p.f:"tClPOAlÍC;, OEUr Épac; o' toúrou dc; üorop,
tpttl1e; o' Etl ~I&)..)"oV Karo: t Oav6J..oyov cruvtcrra~lévou tOÜ
"Ev t' d'vCXl OEOV Kal vouv Kal dllapt-tfVT]V Kal il.ía·rroA.A..ciie; 20 üoaroc; eic; y~v. nóJ...lv S' ano raúTT)e; 81aAuot-tÉvr¡~ Kal
t' érépall; 6vo~l(xcría L<; ltpooovo~láSEcrOCXl. Kat' ojJXaC; pBv OUv KaO' olOx<o~év11, np<DT1l ~v )'Í)'Vem, xOOt\ <1, G&op, oWTÉpa
aurov ovra tpf:rrelv t l1v 1tocrav oúmav 01' atpoe; eic; ü¿)wp· Kal o' €S GOatO, el<; Uépa, TpiTIl OE Ka, taxáT~ el, 1rÜp. M-
W(J1[€P ev Tti yovfi rO (J1[épJla <r<$ "ÚypÚ» 1tEptéXetat, OÜtW Kal Tomov yecr6Cll <3&> 1tÜp to 1tUp&oe<; nav Kal aÉ:pa tO aepwóee; Kal
5 crn€p~latlKOV A..6yov ovra TOU KÓcrJlOU, totóv¿)€ lmoAeí1tweCll tv téQ oJloiroc; "ta AoI1lá. Tplxax; Ól} AEyO~ou Kato: Xpúot1tnov
iryp6), eU€Pyov aúró) nOlouvra t~V ÜAllVnpo; tl}v tooV ~~e; yéVEcrtV· 25 tOÜ O"tOlX€íou, Kaa' Eva !lEY tp6nov tOÚ 1Wp6e;, Ola r o
Bit' onoyewo.v nprotov tO: tÉoaapa crrolXEta, 1lÜp, ü&op, áépa, ~ aotou ta AOmCt crlJviatao8at Kar a Jl€"tapoAl)v Kal elC;
y~V. Aty€t OE nepl aúrrov Z~vrov r' iv Tó) n epl tOU OAoU Kal
auto Ao.!lPávEtV t~V civáAucrtv· KaG' Et€POV ÓÉ, KaeO AÉ-
XPÚOl1t1tD<; tv tft npWtlJ TooV <l>UcrlKWV Kal AjJXEOIWDI; f:V tlVt y€'tal tO: tÉcrcrapa crtOlxeia, 1tÜp, olÍP, üówp, yfj (enEI (ila
10 n epl crtOlX€írov. Eatl OE O"tOlXEí"OV E:~ 0-0 npónou yíverat rO: tOÚt rov tlVOc; ~ tlvroV~ Kalnávrrov rO: Aol1la crlJVÉ:0"t11K€,
ylvópeva Kal de; 8 roxatov avw...úeroL -rO: o~ tmapa crtOlxeia 30 Ota).lEY trov ter"t6.prov. rot; ra ~<9a Kat rO: Enl rile; nó:vta
os
stvat Ó~tOÜ t~v anotOV oúoiav rf)V ÜAllv· etvat tO flEv 1tÜp tO cruyKpi~ata, Ota ODOIV lit, ro, ~ cr<A~V~ Ota ltUpO\ Ka\
Oepllóv, tO o' üorop rO úypóv, tÓV t' aÉpa tO o/Uxpov, Kal rf)V YlÍv
t O~11PÓV. ou ~~v au.a Kal EH f:v -r4> &épl eIval tO aún) ~po~.
aÉpo, cruvéClTIlKe, Ot· Évi>; oé, ro, ó ~AtO\, Ota nupO\ yap
"ÓVOU ó yap ~AlOe; 1tUp ÉcrtlV eiAIKpIVÉe;), Kara~ tpitov 'A.&~
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15 avroT6.tro ¡..!Ev ouv elVClL t O7tUp, Ol} aiOépa KaMioOal, tv c9 ~ , T
a
yov Myerat O"tOlXEiov <*> EIVCXI nprorov OUVt.0111K6\I OUtro¡;,
ltpÓJTI)v t11Vtwv anAavwv O"Ipaipav ygyy&crOat, elra t~V t OOv 35 wcrte yÉ:VE<JIV otOóval a<p' aúroü ó8ó) ~1É.xpl rÉAoLl~ Kal
Cosmogonía y teoría de los elementos 389
388 Capitulo 15
yíw:oOm, 1tU"KVOÚ)lEVOV 8€ aVE)lOv, sita v¿<jlo-;, En SE IlnAAOV uowp, cho: Y11v, Eha Ideou.;, ta a€ (í)J.o tIC
E~ EKGlvou tT¡v aváAumv ÚÉXEaOat Ei~ €aUTO 16 ó)loiq. ó80.
'tOÚtwv).
fS)'ovÉVat 8' E<pllO"E Kat TOUIÚTW; O:1tOOóaEt<; trEpt <ITOtXEÍou,
19-20 tphl1'; a' €tI )lallov lC<l!o. !OV aváÁoyov O1.lvm!U)lÉvou 1:OU Mato.; d~ Y11v En esta oración, en
roe; E0'11TÓ TE Ot' amoü EUKlvr¡rértcrwv Kat ~ 0:P'..0l <Kal ¡..tcrMov parecería modificar a O1.lVtato¡..tÉvou !OÚ ooato.;, como lo han supuesto algunos estudiosos (cf. LS
Ó cmEp)1UttKOC;> Aóyo<; Kol ~ 0.1010<; 6úvo¡.w; <pÚ(JlV Exovan vol. 2: 280). Esta lectura, sin embargo, es problemática, pues sugiere que, en la tercera transfonnaeión
40 lotaÚ1T]v, roan: aUTlÍv TE KtVEIV Kátro npoc; [y~v] tT¡v TpO- elemental, al condensarse el agua se condensa "en mayor medida", como si ya se hubiera condensado en
nT¡v Kul anorfj<; tp01t11<; avüJ
náVT1] KÓKAeg, Et<; aúnív lE alguna medida en la primera o segunda transformación.
návra KawvuAlaKoucru KUt acp' cdrníc; náAlv anoKaOl<Ytocra 33 o yúp ~AIO'; núp f.rrnv ciÁIKplVér; Cf. Aristóteles, ce II 3 330b30-34.
1"&taypÉVúJ<; Kal 080. 15.5 Estobeo, Ee/. 1.152, 19-154,8 (SVF 1.102, 1.497 Y 2.471)
3-4 <rru¡:H;0et> add. Diels 6 1(J óE Kar' É~o;d¡v Long-Sedley et Cooper cum codd: -ro SE <lIUp Kat> ZlÍvrova SE oürOl~ alto<pa.ívECJ9m olClPPlÍ0llv· "1"otaú-
Ka!' É';ox~v add. Wachsmuth et Usencr : ro OE <1tUp> Ka'! ' É';OX11V Heercn 7 KUt post Aty€a8m P 10- 1"r¡v oE OElÍCJEl etvm tv 1Ie.pIÓOú) r~v rou OAoU OWKÓCJ)lllCJ\v
14 [auvLmuaOm - de; aDró] sed Wachsmuth 12 €O"TT¡KEV FP 13 U1t' (tuwu FP corro Meineke I a{rro
ante r&v Usener : uno FP 14 EÍ;; alrró FP corro Meinekc 15 m01X€lOV p i 15-16 o,) flET' ¿;UOlJ yáp
elC 1:~~ OUCJíru;, onrv EK 1tUpO~ 1"pOrnl et~ üorop Ot' crepo~
post npón:pov FP : transp, Heeren 18 OSlm:pOe; p i 19 Ihl p2 : tatt Fp i 21 ataaExo~lév'le; p i / asutépa Yévrlrm, 10 )lÉV 1"1 úcp(crracr9at Kal yf¡v cruvícrracrf)m, [Kat]
p2 : OE\H€pOV Fp l 23 <aE> add . Heeren 24 o~ Wachsmuth : o€ FP 27 me' ó P 29 KOl om. P 34 <*> 5 eK LOU Aot1IOU OE 10 ~ Ota)léve.1V UOOJP, eK SE 1"OU ar)ll-
lac. ind. Wachsmuth : post AÓYOV lac. ind, Usener : sine lac . Long-Sedley, Cooper 35 o.n' m'noú FP sO)lÉVou á8pa yíyve.crBat, N::.1tTUvo)lÉvou SE rou á8po~ 1tíJp
COITo Meineke 38-39 <Kat o am;p~lOtlKO~> Usener : <Kat o> Meineke 40 WatS aút~v tS Wachsmuth ¿~á1Ite.crBcn, l~V & ~~tV <Ka\> Kpcr01V yíYVEcrBm 11] e.L;
: W(J'!E yfjv tS FP / [Y11v] deL Hirzel 40-41 !porp~v FP corro Usener / cOO"ts návtoJV nOldv KátO) np&;; líUllAn lmv mOlXEÍOlv ).lliwpoA:ii crcb)lalO~ OAOU 01' OAoU
y~v t11V tP0Jt11V Diels 411:poQl\1'; FP corro Usener / uun'1v FP corro Meilleke 42 lCal. tO al:l!11e; FP : ICCtl
tlV(x; ÉtÉpOU ot.ep;(o)lévou."
a<p' aút~ .; Meineke : ICUt ts ain:fj~ Zeller
I O K4ávO~, i58 o{hú)
Para un estudio detallado de este texto y del lugar de esta teoría elemental dentro del estoicismo, cf. 1tW~ CP110lV' EKcpAoyl(J9tvto~ rou 1IaV10~ cruvíSe.tV 10 ).lÉCJOV
Cooper 2009. autou 1tpC01"OV, e:'ha rO. exó)l€.va altocrpévvucr9at Ot' OAoU.
6 ltÚp lCal. Según lo indican Long y Sedley, esta inserción, originalmente propuesta por Usener, entor- Tou OE: 1IaV10~ ~ypavf)tvto~ ro €OXarov rou 1tUPÓC;, avn~
pece la estructura argumentativa que se desprende del texto tal como aparece en los códices. El propósito "I\mlÍcrav1:0e; aÚt4J tOU )licrov, rp¿1tEcr8at 1tw...\V Ele; 'tOU-
del argumento que se desarrolla aquí es definir, en términos generales, cuándo algo puede considerarse un 15 vavdov, de' oü'tOJ lpE1tÓ)le.vov avro CPllcrtV aü~e.crBat Kat
elemento, sin todavía sostener que el fuego es el único cuerpo que se ajusta a esa definición. apxe.crBm 01CLKOcr)le.1V 1"0 OAoV· Kal 'totamllV 1tEpíooov atEt
10 xúalv ~ aVIÍAUO"IV Se tmta de un proceso de rarefacción el cual, por motivos que expusimos en el
comentario, abarca únicamente la disolución de la tierra, el agua y el aire en fuego (y no a la disolución
ev
KalotaKóCJ).ll101V 1t010U)lSvOU <lOV t1] lroV OAwV oucriQ
1"óvov> )l~ naúe.crBat. ".Q.crn:EP yo.p f.:vÓe; nvo~ ta ).lSp11náV"ta
de los cuerpos comp lejos en los elementos, la cual no se da por rarefacción), Esto implica que el proceso
inverso, la transformación del fuego en aire, de aire en agua y de agua en tierra, es uno de condensación. cpúE1"m be O1te:p)látOJv tv 1"01'; Ka9lÍICouOl xpÓVOlC;, oün.o
En ambos casos, la transformación recíproca de los elementos debe entenderse como algo que implica un 20 KatlOU OA.oU rO. )liPll, J)v Ka! rO. s<i)a Kat1:f1. <puta ovw
cambio de densidad y volumen. Esta tesis, que también aparece en otros testimonios (por ejemplo, SVF tuyxávEt, tv tot.; lCaelÍKOUOl xpóvo~ cpúerat. Kat rocmEp
2.414,2.619 Y nuestro texto 15.8, todos ellos comentados en Hahm 1977: 83 n. 4), tiene un claro antece- tlVE'; AóyOl tCOV IlBP&V eto; O1tÉPIlCL CJUvlÓVtEc; ~LÍyvuV!at
dente en Anaxímenes (DK 13A5 Y A 7), quien sostiene que el aire se transforma en los demás elementos KOt Oú8tc; olaKpivoV!at ye.vo!lÉvrov rcov ).lliprov, o{hroe; e~
al "enrarecerse" (apmOÚ)..lEVOV; cf. ow;(U!tD o "compactarse" (mHcvoú¡,¡Vov). Sobre esta interpretación
aristotélica de Anaxímenes, cf. Lloyd 1970: 19-22 y Bames 1982: 38-44. Una interpretación distinta év&; 1"E 1Iávra yívecreat Ka!. €K návrrov [Etc;] Ev cruyKpí-
parece ser la ofrecida en Platón, Tim. 49B7-C7. Cf. Graham 2003a y 2003b. Existe sin embargo una 25 ve:cr9at, óó<i) Kat OU)lcpwvroo; OlE~toÚcrr¡C; rilo; ltEptÓOOU.
diferencia fundamental entre Anaxímenes (en la interpretación aristotélica) y Crisipo: a diferencia del XpúCJl1t1IO~ Of; TOtOU-róv 1"1 ot.epe.patOUto· dvUl tO
segundo, el primero sostiene que el aire es más básico que el fuego porque el aire es donde empieza y av 1!VEU)la KtVOUV gamo 1tpo.; Éamo lCat ¿~ aútOu, ~
termina el cambio recíproco de los elementos (es él quien se transforma en los demás). Al respecto, véase 1tVEU)la Éo;wo ICLVOUV rrpócrOJ Kal.onícrw· 1tVEU)la 8E dAll-
Salles 2005b: 70-72. 1trat Oto. lO Mye.cr9at autO crepa Etvat KlVOÚ)lEVOV' c'rvá-
10-14 cruvimoa9al - d~ aDró Escolio omitido por Wachsmuth (y, junto con Wachsmuth, por diversos 30 Aoyov 8E yívEO"eat Kam. rou ate¿po.;, wcr'tE KUt El~ KOLVOV
lectores, por ejemplo, LS vol. 2: 277 y Coopcr 2009: 116).
Aóyov 1tEOEIV auróv. 'H 1"OlaÚtll oe Kivr¡crtc; KOla IlÓVOU~
t 5 aU!O!EAÚl~ Cf. aU!O!EA'Í'; en 14. t 1 Ypeljecta en 14.28,
16-17lCota ó€ tOV npón:pov Kal ~lIh' ünrov (J1)O"tanlCov dvol Es aquí donde parece sugerirse que, en el yiVE1"at lOU~ VOllísovtaC; r~v oUcrío.v 1tcrcrav ).llitaPOA~Vem-
primer sentido de "elemento", los cuatros elementos son igualmente básicos respecto de los cuerpos 8É:XEcr9m Ka! cnJrxuOlV Ka! CÚcrrOOlV Kat cnJ)l)lt~lV Kal
complejos. (Esta misma idea aparece en 15.3, donde se afirma que los cuatro elementos "juntos" - D)..lO\}- cr6)l<puow Kat rO. tomot~ nOpo.7IAlÍcrto..
son aquello a partir de lo cual se generan los cuerpos complejos .) De esto se sigue que, como explicamos J Z 1'1 v ro v o.; lemma add. P 2 SE deL Heeren / ante 't~v add. Diels nv13 tpOm; FP : tp01t~ Heeren :
en el comentario, el modo en que estos últimos se generan a partir de los cuatro elementos diftere del tp01tU Meineke (deL yévr¡tat) 4 u<píatuO"tal FP corro Canter / [lCal] del. Heeren 6 AEnwvo¡.¡évou SE
modo en que los cuatro elementos se generan entre sí (a saber, por rarefacción/condensación). En esto mú aépo.; Wachsmuth: €IC nvor; M toú aépo.; FP : Asrrwve¿vro M tOV aépa Usener 7 e';lÍmElv FP :
Crisipo se aparta claramente de Anaxímenes quien sostiene que al menos varios cuerpos complejos ¿sÚ1ttEaOal Diels : ts~ttf:lV Meineke ( <ICOt> add. Diels 9 tíVa<; F 10 K As ó. veo u lemma add. P
también se generan a partir de los elementos por condensación. Cf. DK 13A5: "<el aire> se hace diferente 13 esuypovOévro.; Wachsmuth : f.Suyp09ÉVror; P 15 tPE1tO¡..t¿vou FP corro Canter 16 1:oaOÚt'lv FP co-
en cuanto a las sustancias por rarefacción y condensación; esto es, al hacerse más raro, se vuelve fuego, rr. Meineke 17-18 !av - tóvov (sive mue; - 'tÓVOUt;) Meineke : mú - t"óvou FP 22 crrr¿plla F
pero al condensarse, viento, luego nube, y aún más, agua , luego tíerra, luego piedras y lo demás a partir onép)Aata P 23 YEvo¡.¡,évrov F : ylVO)lÉVroV P corr. Meineke 24 tE p2 : n Fpi / tK núV!wv del. Hirzel (
de estas cosas" (8Ia<t"lEpE1V 8€ )..lavótT]n ICOL 1WKVÓtT]t\ Kara 1"á-; ouoío.;. Kal apOloú¡..tEVOV )A€V Jillp
Cosmogonía y teoría de los elcmentos 391
390 Capitulo 15

[El~] sed Meineke 26 X P u a i 7t 1t o u ¡emma add, P 28npóaro p2: npo(J(Í)1T{1) Fpl 30 Kan\ <oil Diels 35 fusum esse natura, ut in ea iusit procreandi vis et causa gignendi, a qua et animantia OInnia el
: KOttlma TOO FP 33 ;(Úcrlv FP : Cf'Úy;(uow Heeren 34 81.Hpucnv P ea, quorum stirpes terra continentur, et nasci sil necesse et augescere.
Este texto describe en detalle la concepción de la cosmogonía de Zen6n y la distingue de la de Clean- 7 ¡nest] est V l 17 continetur dett. 20-211iquor tum aquae y2 21 effusio quae A2Hl~: cffi¡~io aquac
tes . Véanse los Diagramas 2 y 3 Y nuestro comentario. Para un estudio ponncnorizado de la cosmogonía Alyl: effusaeque B I : [effusio] quae Mayor, Peas e : et fusio, quae Ax cum GronovlUs 30 elS ferves~
estoica, distimo del que proponemos en el comentario, cf. Hahm 1977: 57 -90 (esp. 80 n. 64) y 240-48. La cunt Ay l 31 subiectis dett. : subitis AVIS: subditis y 233 calorem A1y 1B
continuación inmediata de este tcX(O es 16.4. Este texto pertenece a un argumento a favor de la racionalidad del cosmos atribuído a Cleantes desaITO~
7-12 É;á1tttO'Oat - Ct1tooptvwcllat 01' OAO\) cr. Heráclito DK 830. liado en Cicerón ND 2. 23·36 (con comentario de Dragona~Monachou 1976: 96~105).

15.6 Anon., Scholia in Apollollilllll Rltodillfll Argonallfica 44, 4-6 (SVF 1.104) 15.8 Plutarco, SR 1052F-1053B (SVF 2.579)
!Cal Z~vrov oe "Co 1tap' 'Hcrtó&? To ~pÉ<¡>", iN 'U yampl <¡>ÚOEt ' JlÉ<¡>€CJeat vOflÍ~Et
Xáo~ üorop e:tvaí <Pllcr1V, 00 c:ruvt~ávovtoC; v..uv yive:a9m, líe; 1t'1YVU~Vf}C; ~ Ka9á7ttp qnrróv· (huy oe lex8Ü. o/UXó~€Vov U7r.O 10Ü MpOe;
y~ crtepe).lV10mCU' KallTIo¡.toú~ov TO 1tVSU¡.tC1 ~C1I3á)).,elV KC11 yivEcr8m
~éflov· B9ev OUK CutO TpÓ7r.OU T~V lVUX~v rovo¡.tóoBm 7tapa
Este texto (cf. SVF 1.105) descri be las etapas 3 y 4b de la cosmogonía de Zenón y Crisipo según nues~
tro Diagrama 2. 5 l~V 'tfÜ~lV. aútOe; o€ 7tétALV lT¡V ~X~v apmóTEpov trVEu¡.ta
rile; ~úoeroe; KC11 A.Emo~EpéO""tepov ~)'EíTCll ).laxó~evac; aÚtéfl·
15.7 Cicerón, ND 2.23-28 (SVF 1.513; LS 47C) :n:OOC; )'ap otóv TE A.e1t"tO~p€e; eK :n:axu~poúe; Kal apC110V
Sic enitn res se habet, ut omnia, quae alantur et quae crescant, eontineant in se vim caloris, sine o
"yEVt09a.l KUTo. 7tEpi.'VU~lV Ko.11t"Úlcvroolv; S€ J.lE~ÓV E<Y[1,
qua neque ali possent !lec crescere. nam omnc quod est calidum el ignewn cieM el agitur rrooe; 1tEpn,flX;El )'ÍVEcr9u\ 10 e~lVUXov Wto<pa\VÓ¡..t.evOC; E).l'VU·
motu suo; quod autem alitur et crescit motu quodam utitur certo et aequabili; qui quam diu 10 XOv ~'Ye"hul "[ov ~AlOV,1!ÚplVOV ovra Kal 'YEYEVll¡.ttvov Ex·
remanet in nobis, tam diu sensus el vita remanet, refrigerato autem et extincto calore "Ifjc; 6.va8U).lláoEID<; ele; rrGp ¡.tE"!C1paAoÚOlle;; )J:.¡el "yap f:v "Ic9
5 occidimus ipsi et cxtinguimur. Quod quidem Cleanthcs his etiam argumentis docet, quanta vis "púm\l nepl tl>ÚOEOl'· "~ M 1tUp", f\E,a~OA~ "mt ,otaún]"
insit caloris in omni corpore: negat enim esse ullum cibum tam gravem, quin is nocre et die 81' aépae; etc; ü&op "Ipé1tEta.!· KaK 10ÚTOU yf¡e; \xp\01(1).lÉVtle;
concoqllatur; CUillS etiam in rel iquns inest calor i¡s, quas natura respuerit. ¡am yero venae et Of)P aVU8u).llUTal· AE1m)VO~ÉVOU ó€ 'toü atpoe; ó ai8i}p
arteriae mieare non desimmt quasi quodam ígneo motu, animadversmnque saepe est, cum cor 15 1tep1XS1tm KÚKÁql· oí ó' aO""ttpec; EK 8aJ..ó.oCTlle; )lE"t0. 10Ü
animanns alicuius evolsum ila mobil íter palpitaret, ut imitaretur igneam celeritatem. Omne ~Aíou avámovta1. " Tí Oúv 6.vét\Vel7tepl'lfÚ~eroc; f:vavtl.Ónepov
10 igitur, quod vivit, sive animal, sive terra editum, id vivit propler inclusum in eo calorem, ex ~ ÓtaxU0el1t1)KVroOeOOC;; <che;> "[a. ¡.tSv ÜOwp Kul yilv EK
quo intellegi debet cam caloris naturam vim habere in se vitalem per omnem tnllndum 1tIJpOe; Kul atpoe; 1COlEí, 'ta o' Ele; nUp Kal &€pa lpÉ1tEl 10
peltinentem. Atque id facilius cememus toto genere hoc igneo, quod tranat omnia subtilius iJypov Kal YEói&<;. OJJ,.' 3~0l, onou ~iN n\v aVOII"v onou
explicalo. Omnes igiM partes mundi (tangam autem maximas) calare fultae sllstinentur. 20 & li}V rrEpí'VU~lV CtPXl1v tJ.l'IfUXíac; 1Ime1-
Quod primum in terrena natura perspici potest. nam et lapidum conflictu atque rritu elici
12 :n:PÓ)t(9 Pohlenz cum g ; "tpí"IqI codd. ceu. 13-17 y~¡; e\ y~v] t~¡; et "t~v X1F 15 1t~pl{;Xcro.l c<><;ld. ~o~
15 ignem videmus et recellti fossione terram fuma re calentem, atque etiam ex puteis iugibus rr. Wyttenbach 17 <o:.¡;> ante ta fl€v add . Pohlenz : <rov> ante ta. fl€v add. RClske 20 ltapo.'VU¡;;lV
aquam ca Jidam trahi, el id maxime fieri temporibus hibernis, quod magna vis terrae cavemis XIFaA
contineatur ca loris eaque hieme sit densior ob eamque causam caJorem insitum in tenis
En 18.8 damos la continuación de este pasaje, en el cual se describen las etapas 1 a 6 de la cosmogonía
contineat artius. longa est oratio multaeqlle rationes, quibus doceri possit omnia, quae terra
de Zenón y Crisipo según nuestro Diagrama 2. Aquí también se hace mención de la idca de q~e, para
concipiat, semina quaeque ipsa ex se generata stirpibus infixa contineat ea temperatione Crisipo, el éter, que es un tipo de fuego, proviene del aire mientras que el fuego estela~t en cambiO, pro~
20 caloris el oriri el augescerc. Atque aquae etiam admixtum esse calorem primum ipse liquor viene del agua por exhalación (cf. SVF 2.652). La idea de que el fuego estelar provIene del agua por
aquae declarat et fusio, quae neque conglaciaret frigoribus neque nive pruinaque concresceret, exhalación _ ava8uflíaO"t¡; - viene del propio Zenón (cf. SVF 1.12 1). Cabe notar que Cleanl~s no parece
nisi eadem se admixto calore liquefacta et diJapsa diffunderet; itaque et aquiJonibus haber aceptado que el fuego estelar y, en especial, el fuego solar provenga del agua, pues, segun Cleantes,
reliquisque frigoribus adiectis durescit umor, el idem vicissim mollitur tepefacrus et tabescit el fuego solar es un vestigio del fuego de la conflagración del ciclo cósmico anterior y, por tanto, a:go que
calore. atque etiam maria agitata ventis ita tepescunt, ut intellegi faciJe possit in tantis illis proviene directamente de él y no del agua. La única fuente que afinna que Cleantes aceptó la Idea de
Zenón de que el fuego solar proviene del agua (por &va9u~ictau;) cs SVF 1.501. las demás fuentes le
25 umoribus esse inclusllm calorem; nec enim iHe externus et adventicius habendus est tepor, sed atribuyen la idea más débil de que el sol se alimenta de las exhalaciones del agua t~ITestre. Véanse, por
ex inrumis maris partibus agitatione excitatus, quod nostris quoque corporibus conringit, cum ejemplo, los textos 15.5 y 15.12 (en 15.12 se afinna que el fuego de los astros. proviene del ~ter, no del
motu atque exercitanone recalescunt. ipse vero aer, qui natura est ll13xime frigidus. minime est agua) así como nuestro comentario y nuestras nn. a 18.2. Sobre el conceptoestolco de Ctva9u~I(lQ"\¡; cf. I~s
expers caJoris; ille yero et multo quidem calore admixrus est: ipse enim oritur ex respiratione textos 13.2, 13.6 Y 13.15. Sobre la embriología estoica cf. el testimonio de Hierocles en 13.9, el de P10h~
aquanlm; earum enim quasi vapor quidam aer habendus est, is autem existit motu eius caloris, no en 13.22 y el de Galeno en 13.28.
30 qui aquis continetur, quam similitudinem ccmere possumus in hi s aquis, quae effcrvescunt
15.9 E,tobeo, EcI. 1.183, 3-5 (SVF 2.582)
subiectis ignibus. lam vero rc1iqua quarta pars mundi: ea et ipsa tota llaMa fervida est el (Oí :EtOO1KoI) 01(0 )'f¡c; O€ ap-
ceteris naturis omnibus salutarem inpertit el vita lem calorem. Ex quo conclllditur. eum amnes l;aOeQll~V yÉVemv TOÜ KÓOIlOU, Ku8á1tEp arra KÉVtpou,
mundi partes sustineantur ca lore, mundum etiam ipsum simili parique natura in tanta
apx~ 8E o<¡>aípa, ,& KMpOV.
diutumitate servari, coque magis, quod intellegi debet calidum ¡llud atque ignewn ita in omni
392 Capitulo 15 Cosmogonía y teona de los elementos 393

Esta vis ión heterodoxa del punto de partida de la cosmogonía también aparece en SVF 2.583 . Una idea 2 calO/· el om. codd. dett. / inlustrior esl} iIIustriores yl 3 qui <in> inmenso Davisius / non uf AYB I
emparentada a ésta es la que hallamos en Arquedemo, según el cual [a Tierra es el ~YEIlOVIKÓV del cosmos : Iff non a 2 6 posset Müller I est] esset Vi 7 con fin eatur n i / a/qui delt. : a/que A VE 11 utrius Bailer
(cf. nuestras nn . a 12.4).
2 candor Cf. uUy'Í en 18.4.
15.10 E,tobeo, EcI. 1.213, 15-21 (SVF 1.120; LS 46D) 10-11 negaf ergo esse dubium, hOn/m ignium sol l/tri similis sil. El sujeto es Cleantes, quien, como se
Z~VOOVOC;. Z~voov tOV ílAtÓV ~r¡011((l1 n)v mA~Vllv sugiere aquí, afirmaría que el fuego del sol es calor y no flama. La distinción cleantina entre calor y flama
no debe confundirse con la distinción ze noniana entre fuego artesano y fuego no-artesano (tEX\lIKÓV
Kal tOOV WJ..rov aO'tjXOv €KUmOVEtVal voepOY Kal <ppÓV1- Iiht;(Vov) expuesta en 15.10. Aunque a primera vista son equivalemes (tanto el fuego no-artesano de
IlOv, mipwov 1tUPOc; téXV1KOU. 6,úo yap YÉVrl 7rUpóI;, lO Zenón como la fl ama de Cleantes son destructivos; tanto el fuego artesano de Zenón como el calor de
J.d;y lÍtEXVOV Kal ~tapillov de; Éaulo nlV tpO<p~v. TO O€ Cleantes son causa del crecimiento de los seres vivos y de que se mantengan en existencia y también
5 l"€XV1KÓV, (ll)~l1tlKÓV t E Kal TIlPlltlKÓV, otov Ev loíe; q:n)totc; aquello de 10 cual están compuestos los astros), hay una diferencia fundamental entre ellas, a saber, que el
Ecrn Kal ~<9otC;, 8 6~ qnxnr; E011 Kal o/UX1í" totomou o~ calor de C leantes posee caracterísiticas que Zenón usa, o usaría, para definir su fuego no-artesano. Una de
1tUpO~ dVaL t~V ¡rey acrrpcov oucríav' ellas es la capacidad de quemar (comburat), según se indica en la línea 4. Esta capacidad es una carac-
terística negativa que Cleantes opone a la capacidad positiva y benéfica de calentar (tepefac iat). Si bien
t Z li v ú) v o ~ P (in mrg): om. F 3 míplVOV JrupO~ Wachsmuth : núplvov 1tÚp cO<; P : rrDp ~ F : Zenón no atribuye explícitamente a su fuego no-artesano la capacidad de quemar, su fuego artesano no
núplvov <56> 1tUpo<; Diels : <Kat> 1tÚptVOV Jrupo<; Heeren 5 olcrrllprrClKÓV Usener parece tcnerla pues todos sus efectos son benéficos. Otra característica del calor de Cleantes que en Zenón
debería corresponder al fil ego no-artesano es el poder de transformar a otras cosas en sí mismo, el cual
Para la idea, aquí presente, de que el sol y los astros son seres inteligentes, ef. nuestro texto 13.3 en que
Clcantes atribuye según el testimonio de Plutarco en el texto 15.11 , al fuego del sol , el cual es ca lor
se expone la tesis, también de Zenón, de que el fuego mismo, en su modalidad de fuego artesano, es
«1[ávm> !.U:tU~w..elv EL; €:ClUtÓV). Pero este poder de transformación es uno que, según Zenón en 15.10,
inteligente. Para la di stinción entre tipos de fuego, cf. 15.12 y 18.13.
es propio del fuego no-artesano (~Eta~ÓMov Ei~ euo'tot~V tpo<p~v). Es un hecho paradójico que el calor
15.l! Plutarco, eN 1075D (SVF 1.510; LS 46L) de Cleantes tenga poderes y efectos contrarios. Sobre esta paradoja, véase Salles 200Sb.
el! toívuv tht:llyrovt~6-
).levo~ Ó K4ável1~ rft €lC1rujXÓcrEl AéyEl nlv crEÁ~V1lv Ka.l ta
AOma ampo. r ov ~AtOV <roe; lÍYE).lOvtKOV> €~O).lOl&cr(ll 1távro. routCi) Ko.!
).lEro.~o.AElv Ele; éa.uróv. WJ,.' OÜrt <y', Ei> 01 amÉpEC; eEol OvrEC;
5 rrpOC; nlV éaurrov 'Peopav auvEpyoüm tc9 lÍA1Cfl, cruvEp-
yOÜvt~ <"lb llrrpO¡; t~V iK7tÚpwmv, 7tOA~ av Etll "IéAcüe;
~pae; 7tEPl arotllPío.c; amolC; 7tpocrEÚ;(E08m Kal a(¡)t~pac;
av€lpcí:moov VO).lí~EIV. ole; Kata q>úcrtv €ml ro crrrEÚBEIV€Id
t11V o.ÚtWV q>9opCtv KCll ávo.ípEmv
3 <*> lac. indo edd. : <Ól~ ~YE¡.LOVII(OV> suppl. Chemiss : < cruVEK1t1)pOU~EV> suppl. Pohlenz in app.
cric : <t Ót &CJ\)Q"1[cuoovr> suppl. Sandbach 4 <iiJ..' Otl <*> lac. indo edd. : a)J,' aUn <y', d > suppl.
Cherniss: aM' on: < ó~ KUL> supp1. Pohlenz in app. cril. : MA' el <1[ÓVWj> suppl. Sandbach 5-6 tc9
~AíC9-eK1[ÚpwO"lV sec!. Sandbac h I cruvEPYOÜvrO~ eO'1'l EB corro Pohlenz

Este texto introduce una diferencia importante entre la concepción Zenón sobre las propiedades del
fuego solar (descritas en el texto anterior) y la concepción de Clean tes. Ce. Salles 2005b: 65-67.

15.12 Cicerón, ND 2.40-41 (SVF 1.504)


Atque ea quidem tola esse ignea duorum sensuum testimonio confirmari Cleanthes putat,
lactus el oculorum. nam solis ca lor et candor inlustrior esl quam ullius ignis, quippe qui
inmenso mundo lam longe lateque conluceat, et is eius tactus est, non ut tepefacial solum, sed
etiam saepe comburat, quorwn neutrum faceret, nisi essel igneus. "ergo" inquit "cum sol
5 ign eus s ir Oceanique alatur umoribus" (q uia nullus ign is s ine pas tu aliquo poss it perrnanere)
"necesse esl aul ei simi lis sir igni, quem adhibemus ad us um atque vicnun, aut ei, qui
corporibus animantium contin etur. atqui hic noster ignis, q uem usus vitae requint, confector
est e l consumplor omnium idemque, quocumque invasit, cuneta disturba! ae dissipat; contra
ill e corporeus vilalis el salutaris omnia conservat, alit, auget, s ustinet sens uque adficit." negat
10 ergo esse dubium horum ignium sol utri sirnilis sit, cum is quoquc cfficiat, ut omnia floreant et
in s uo quaeque genere pubescant, quare, cum solis ignis similis eorum ignium sit, qui sunt in
corporibus animantium, solem quoque animantem esse oportct, et quidem reli qua a5tra, quae
oriantur in ardore caelesti, qui aether vel caelum nominatur.
Mezcla 395
Capítulo 16 tuamente, de modo q ue no exista una parte en ellos que no participe en todas las cosas que se
Mezcla hallan en tal mezcla de cosas mixturadas. En efecto, si esto no ocurriera, el resultado ya no
sería una mixtura si no una yuxtaposición. Quienes proponen esta doctrina aducen como prue-
bas para pensar que éste es el caso, el hecho de que muchos cuerpos preservan sus propias
cualidades cuando se hallan presentes tanto en volúmenes evidentemente menores o mayores
16.1 Alejandro de Afrodisia, mixt. 216, 1-218,10 (SVF 2.470, 2.473 3 Sosigenes l· LS (según es posible advertirlo en el caso del inc ienso, el cual se rareface al consumi rse, pero
48C) , ,
conserva su propia cualidad cn gran medida) y, además, el hecho de que existen muchas cosas
. Pero regresemos a quienes afirman que la materia está unificada en general, es decir, [a que, no siendo ta les que puedan alcanzar una cierta magnitud por sí mi smas, la alcanzan al ser
qUl~nes] pr~suponen que [la materia~ ~s una y la misma en todas las cosas que se dan y, ayudadas por otras. En todo caso, el oro se dispersa y rareface por ciertos fármacos que se
ha,bIendo deJ a~o de lado aquellas [opmiOnes] suyas que son más superficiales y burdas, cxa- mezclan [con él] en gran cantidad a un grado tal que por sí mismo no sería capaz (de alcanzar]
1TI1?Cmos. habIéndonos preparado [para ello}. las que más parecen tener cierta razón. Entre al ser martillado. Inc luso nosotros reali zamos, con la ayuda de otros, actividades que no es
qUienes afirman que la materia está unificada, los estoicos parecen ser los que se enfocan en posible que realicemos por nosotros mismos. En efecto, al apoyarnos los unos sobre los otros,
mayor grado ~ ~e manera preponderante en [el tema de] la mixtura. Aunque hay discordancia cruzamos ríos que no es posibe que cruzaramos por nosotros mismos. Asimismo cargamos
entre e lJos (dlstmtos [estoIcos] afirman que la mezcla ocurre de formas distinras), la doctrina ciertos pesos con otros que no somos capaces de cargar cuando se nos deja (cargar) solos la
de . l ~ mezcla que pare~e gozar de mayor grado de aprobación entre ellos es la que sostiene parte que nos corresponde. Y hay vides incapaces de mantenerse de pie por sí solas, pero que
Cn~lpo. Entre sus seguidores, algunos de ellos concuerdan con él y otros, en cambio, al haber sobresalen al combinarse con otras. Puesto que esto es así, afirman, no es nada sorprendente
podido escuchar p~steriormc?te la doctrina de Aristóteles, también sostienen muchas de las que, al ayudarse mutuamente de este modo, ciertos cuerpos se unifiquen los unos a los otros
cos~s que fueron dichas por este (uno de ellos es Sosígenes, discípu lo de Antípatro), pero, a l por completo al grado de que, al conservarse junto con sus cualidades propias, se interpene-
ser mcapaces de concordar enteramente con ellas debido a su discordancia con otras doctri nas tren mutuamente todos por completo, aun cuando algunos (de ellos] posean un volumen me-
[d.e Aristótel~s], se les de~cubre afirmando inconsistencias en mucha s de la s cosas que ellos nor y no sean capaces por sí mismos de dispersarse a ese grado y conservar sus cualidades
ml.smos sostienen. Pues ?Ien, ésta es la doctrina de Crisipo sobre la mixtura: se postula, en propias. En efecto, de este modo una gota de vino puede mixturarse con una g ran cantidad de
p~l~er lugar, que la totalidad de la substancia se unifica a l atraversarla completamente cierto agua y alcanzar esa extensión ayudada por ella. De que esto es así, usan como testi monios
halIto por el cual el todo s~ cohesiona, es decir, perdura y es ca-afectado [en todas sus partes] [supuestamente] evidentes el hecho de que el alma, que tiene una existencia indi vidual (del
y, por .otro, que" en ella, ciertas mezc las se dan por yuxtaposición (cuando, según afirma él, mismo modo en que el cuerpo que la recibe), se difunde a través de la totalidad del cuerpo en
~os o I11cluso mas substancias se sintetizan en una mis ma cosa y se yuxtaponen entre sí por su mezcl a con él y, no obstante, conserva su propia substancia (en efecto, no hay ninguna
J~ntura, preservando cada una de ellas, en tal yuxtaposición de su superficie, tanto su substan- parte del alma que no posea una porc ión de l cuerpo que contiene al alma). Lo mi smo ocurre
CJa propia :omo su cualida~ [pecu liar], como sucede, digamos, con granos de frij ol y de trigo también con la naturaleza de las plantas y, además, con la disposición de los [cuerpos] co-
cuando estan p~esto~ unos junto al otro), otras se dan por cofusión debido a que la totalidad hesionados por una disposición. Asimismo, dicen que el fuego atraviesa por completo al
de las substanCias ml ~~as. y las, cualidades ~peculi ares] que hay en ell as se des truyen mutua- hierro, conservando cada uno de ellos su propia substancia. Y afirman también que, de los
mente por la destrucclOn simultanea de los [lIlgredientes] mezclados (como sucede afirma en cuatro elementos, hay dos -el fuego y el aire- que, siendo sutiles, ligeros y estando bien
el c~so de los fármacos medicina les (que se mezclan] según la destrucción mutu~ de los' in- tensionados, atraviesan por completo a dos de ellos - la tierra y el agua- que son densos,
gl."edlentes, generándose a partir de ellos otro cuerpo distinto [de los ingredientes originales]). pesados y carentes de tensión, conservando, aquéll os y éstos, su naturaleza propia y cohesión.
S.In embargo, ~tras mezclas más, dice, se dan en virtud de que la tota lidad de ciertas substan- (piensan que las drogas deletéreas y los olores, y cuantas cosas haya de esta clase, se mixturan
CiaS y sus cuah~ades (peculiares] se interpenetran recíprocamente, y se preservan en tal mez- por compl eto con aquellos cuerpos que reciben su acción, yuxtaponiéndose con ellos.) Cris ipo
cla las substa nCIas y las cua lidades origina les. Dice que esta clase de mezcla es mixtura en un también afirma que la luz se mixtura con el aire. Ésta es, pues,la doctrina de Cris ipo sobre la
senti.do específic~ .. En efecto, dice que, de las mezclas, la mixtura es la única que consiste en mixtura y la de quienes hacen fil osofía con él.
una IDterpenetraclon recíp:oca de dos o inc luso más cuerpos en su totalidad, tal que cada uno
de ellos preserva, en semejante mezcla, tanto su substanc ia prop ia como las cualidades que se 16.2. DL 7.151 (SVF 2.479; LS 48A)
dan e~Ja., pues es propio de las cosas mixturadas poder separarse de nuevo unas de otras, lo y las mixturas suceden por completo, según lo afirma Crisipo en el libro In de su Física,
cual umcamente sucede porque las cosas mixturadas conservan en la mezcla sus propias y no por contacto superficia l ni por yuxtaposición (de los ingredientes]. En efecto, al haberse
natura lezas. E~ hecho de que exis tan estas diferencias entre mezclas, [Cri sipoJ intenta estable- arrojado un poco de vino en el mar, se interpenetrarán recíprocamente por un tiempo y luego
cerlo po~ m~dlO d~ n~estros conceptos comunes y afirma q ue nosotros [mismos] los toma mos se unirán en una mixtura.
como pnnclpal cr~teno de verdad. En todo caso, tenemos una presentación de [substancias] 16.3 Plut arco, eN 1077E-1078E (SVF 2.465, 2.480; LS 48E)
superpuestas por Juntura, otra de [substancias] en confusión destruyéndose mutuamente y Es contrario al sentido común que un cuerpo sea el lugar de un cuerpo y que un cuerpo
otra de [substanc ias] en mi xtura que se interpenetran completamente las unas con las otras'de atraviese a un cuerpo si ninguno de ellos conti ene vacío, al penetrar el pleno al pleno y al
tal m~do que, en .relació.n con cada una de ellas, se preserva la naturaleza propia. Pero no rec ib ir lo mezclado a aquello que, debido a la continuidad, carece de fisura y espacio al inter-
tendnamos esta d~ferencla ~ntre pres.entaciones si todas la s cosas que se mezclan de algún ior de sí mismo. Sin embargo, ellos [se. los estoicos], al no empuj ar en una cosa una, dos, tres
~lodo ~e yuxtapusieran por juntura. Sm embargo, él presupone que tal interpenetración de los o diez cosas, sino arrojar en cualquier cosa que encuentran todas las partes de l cosmos dividi-
lIlgredlcntes de una mixtura [sólo] ocurre cuando los cuerpos mixturados se atraviesan mu- das en partículas y <al negar> que la cosa perceptible más pequeña será insufic iente [para
396 Capítulo 16 Mezcla 397

recibir] a la cosa de mayor tamaDo que se le acerca, actúan impulsivamente al convertir en 16.4 Estobeo, Ecl. 1. 154, 8-155, 14 (SVF 2. 471; LS 48D)
tes is [propia] la objeción [que su oponente les hace] como ocurre en muchos otros casos en la Es aceptado por los estoicos que son diferentes la yuxtapos ición, la mezcla, la mixtura y
medida en que adop tan hipótesis que chocan con el sentido común. En todo caso, por 'ejem- la cofusión. Una yuxtaposición es una juntura de cuerpos en su superficie, como vemos [que
plo, es una consecuencia de esta doctrina que quienes mixturan cuerpos completos con cucr- sucede] con los montones en que están contenidos granos de trigo, cebada, lentejas u otras
pos comp letos sostengan muchas cosas prodigiosas y extrañas, entre la s cuales se halla inclu- cosas semejantes a ellos, así como con los guijarros y la arena que se hallan en las playas. Una
so la tesis de que tres cosas son cuatro. Otros, en efecto, afirman esto con el ánimo de exage- mezc la es una interpenetración total de dos o incluso más cuerpos, cuando se preserva en ellos
rar, como un ejemplo de cosas inconcebibles, pero sucede que ellos, en cambio, convierten en sus cual idades congénitas, como ocurre en el caso del fuego y el hierro inca ndescente, pues,
dos a lo que es uno en virtud de que [una taza de vino] se iguala con dos [de agua1 por mez- en efecto, en estos casos la interpenetración de los cuerpos resulta ser total. Ocurre lo mismo
cla , [pues]. si se mezcla una taza de vi no con dos de agua, se introduce y se dispersa [el vin01 también en el caso de nuestras almas, pues se interpenetran totalmente con nuestros cuerpos.
en la totahdad [del agua] con el propósito de que [el vino] no se quede corto y se iguale [con En efecto, ellos aceptan que se inlerpenetra con lID cuerpo. Una mixtura, dicen, es una inter-
~I agua]. En efecto, el hecho de permanecer uno y de hacer que <él mi smo> se iguale y se penetración total de dos o más cuerpos húmedos preservándose en ellos sus cualidades
mterpenetre con dos <seria [hacer] que la mitad se iguale con> lo doble. Pero si , con el fin de [congénitas). <Mientras que la mezcla también se da en el caso de cuerpos secos (por ejemplo
ser s~ficiente ~ara la mezcla con dos, [el uno] cobra la medida de dos en su dispersión, esta en el del fuego y el hierro, y el del alma y el cuerpo que la contiene), la mixtura , afirman, sólo
[me(hdaJ también debe ser la medida de tres y, al mismo tiempo, la dc cuatro: de tres porque se da en el caso de los húmedos.> En efecto, a partir de la mixtura se manifiestan conjunta-
uno ~e me~cla con dos y de cuatro porque, al haber sido mezc lado con dos, tuvo que tener una mente la cua lidad de cada uno de los ingredientes húmedos [que intervienen en su compos i-
cantidad [Igual a la de] aquellas cosas que se mezclaron. Así pues resulta que, quienes arrojan ción], por ejemp lo, del vino, de la miel, del agua, del vinagre y de cosas semejantes. El que en
cuerpos en un cuerpo, [sostienen] esta cosa notable y también la inconcebib le contenencia [de ta les mixturas se preserven las cua lidades de los ingredientes, se hace manifiesto por el hecho
un cuerpo por otro]. En efecto, cuando [dos cuerpos] se atraviesan recíprocamente en virtud de que muchas veces se separan el un o del otro de modo artificial. En todo caso, si uno remo-
de mezclarse [entre sí], es necesario que e l uno no con tenga al otro y el otro no sea contenido ja en una mixtura de agua con vino una esponj a empapada de aceite, el agua se separa del
por él y: ta mbi én, que e l uno no reciba (a l otro) y que e l otro no se dé [en él] (pues, de ese vino al irse el agua hacia la esponj a. La cO[USiÓll, por su parte, es la transformación relat iva a
modo, SI uno subyace, estando al interior, y e l otro contiene, estando al exterior, y las demás los cuerpos de dos <o> incl uso más cualidades en la producción de olra cualidad que se dife-
partes no se mezclan y se mantienen pura s, siendo individual mente distintas entre sí no habr- rencia de éstas, como ocurre en el caso de la composición de perfumes y de fármacos médi-
ía mi xtura sino contacto o tocamiento de las superfic ies [de los cuerpos]). Pero, si l ~ mixtura cos.
se da del modo en que (los estoicos] piensan, es necesario que las cosas que se mezcJan entre
s ~ se den la s unas en la s otras, es decir, que el mi smo [cuerpo] esté contenido por el otro en COMENTARIO
virtud de que se da en é l y que [ese cuerpo] contenga simultáneamente al otro en virtud de La teoría esto ica de la mezcla fue desarrollada principalmente por Crisipo y el texto 16.1
recibirlo. Si ~l embargo, una vez más, es imposible que alguna de estas cosas sea e l caso, pues- es la principal fuente sobre la versión crisip iana de esa lcoría. Esta versión ayuda a resolver un
to que la mixtura obliga a ambos [cuerpos) a atravesarse mutuamente y a que ni ngu na parte prob lema filosófico que se plantea en su teoría de los elementos, expuesta en el capítulo ante-
(de uno] le falte alguna [parte del otro] y a que <todo> quede rep leto de lodo. Por cierto, aquí rior. Esta teoría sostiene que la generac ión de los cuerpos homogéneos compl ejos como el
entra en escena la pierna que aparece repetidamente en las di atribas de Arcesilao pisoteando oro, la carne y la madera, se da, por una mezcla de los cua tro elementos y, su destrucción, por
de modo irrisorio los absurdos de estas tesis. En efecto, si existen las mixturas completas, una descomposición de esa mezcla. Pero si es así parece producirse un dilema: o bien los
¿q ué impide, si la pierna fue amputada y se descompuso y fue arrojada al mar y se disolvió, cuatro elementos siguen existiendo al interior de los cuerpos homogéneos compl ejos, en cuyo
no só~o que. la flota. de Antígono navegue en la pierna, como dijo Arcesilao, sino también que caso parece seguirse que estos cuerpos no serían homogéneos después de todo, o bien los
Jos mtl dOCIentas tnrremes de Jeljes y los trecientos de los griegos llevaran a cabo en ella una cuatro elementos se destruyen a l generar estos cuerpos , en cuyo caso se plantea la pregunta de
ba~alla naval? En efecto, no cabe duda que lo menor, a l aden trarse en lo mayor, no será ins u- cómo vuelven a obtenerse cuando los segundos se destruyen. En este come ntario, nos centra-
fiCle~lte [para abarcarlo] ni se detendrá o en la nces la mixtura tendría un límite y su punto remos en cómo la teoría cri sipiana de la mezcla expuesta en los textos del cap ítul o presente
term ma l. al hacer contacto [con lo mayor] ahí donde cesa [la mixtura] , no atravesará el todo puede ayuda r a resolver este dilema.
sino que renunciará a mezclarse. Sin embargo, si [lo menor] se mixturara por completo [con Una salida sería simplemente nega r que existan cuerpos complejos homogéneos o inclu-
lo mayor], la pi erna no acogería a los griegos para su batalla, por Zeus, sino que la pi erna so, si queremos aceptar su existencia y posibilidad, negar que se gene ran por una mezcla de
necesit~ descOl~posición, es decir, una transformación y, en cambio, una taza o una gota, al otros cuerpos. Pero otra sal ida sería enfrentarse directamente al dilema argumentado que, en
haber SI do arrOjada en alta mar en e l Egeo o en el Mar de Creta, alcanzará inmediatamente el realidad , sí son pos ibles las mezc las que, sin destruir sus ingredientes , son genuinamente
o~éano, es decir, el mar Atlántico, sin tocar la superfi c ie externa [de estos cuerpos], sino homogé neas. En otras palabras, esta salida consistiría en encontrar un concepto co herente de
dispersándose en todas la s direcciones a lo largo y ancho simultáneamen te y en toda la exten- mezcla que haga compatible la idea de que es homogénea, con la idea de que en ella se pre-
sión. Y estas cosas las acepta Cris ipo sin reservas en [el libro] primero de las Investigaciones servan sus ingred ientes. Ésta es la vía por la que opta Crisipo según el testimoni o de Alejan-
Físicas, al afirmar que nada imp ide que una gOla de vi no se mixture con el mar y, ciertamente dro de Afrodisia en 16.1. En primer lugar, en efecto, la tcoría indica dos tipos de mezcla en
con el propósito de que es to no nos sorprenda, afirma que, en virtud de la mixtura, la gota se que o bien el resultado no es homogéneo o bien no se preservan los ingredientes. En segundo
extiende por la totalidad del cosmos. lugar, pero sólo posteriormente, se argumenta a favor de un tercer tipo de mezcla, distinto de
los anter iores, que sí satisface esas condiciones. Sólo este tercer tipo es adecuado para expl i-
car cómo se mezclan entre sí los cuatros elementos al generar los cuerpos complej os homogé-
neos y, en general, cómo pueden mezclarse sin destruirse dos o más cuerpos para generar un
398 Capitulo 16 Mezcla 399

cuerpo homogéneo. El primer tipo de mezcla es el que se da por una "yuxtaposición"de los B. Si es así, una división de e no daría nunca como resultado partes propias de A y B , como
ingredientes que intervienen en el1 a. Dos conceptos clave en la noción de yuxtaposición son el sucede en las yuxtaposiciones, sino partes siempre menores de C. Por lo tanto, dado que cada
de juntura superficial y el de parle. Dos cuerpos se mezclan por yuxtaposición cuando ocurre parte de e, resultado de su divi sión, siempre tendría la misma composición y naturaleza que
una j untura de la superficie de los cuerpos, pero, más precisamente, cuando esa juntura se da, e, ese cuerpo e sería enteramente homogéneo. En pocas palabras, para que dos o más cuerpos
no entre los cuerpos mismos, sino, de modo más radical , entre lo que podríamos llamar las se destruyan al mezclarse (como 10 requ iere el concepto de cofusión de Cri sipo), es al menos
"partes propias" del uno ,con las " partes propias" del otro si definimos parte propia como necesario que el cuerpo que se genera con la mezcla sea enteramente homogéneo. En la teoría
sIgue: x es una parle propm de X cuando, y sólo cuando, se describe a X como un conjunto de de Crisipo, por lo tanto, los cuerpos que se generan por eofus ión deben ser homogéneos. Con
xs (c~: Simons 1987 y Wigg,ins 200 1: xi). Por consiguiente la juntura superficial de cada grano esto, las cofusiones satisfacen la condición de homogeneidad que no sati sfacen las yuxtaposi-
de frijol con un grano de tngo en 16.1 es una mezcla por yuxtaposición de las dos masas de ciones. Sin embargo, a diferencia de las yuxtaposiciones, las cofusiones conllevan la destruc-
granos siempre y cuando se las describa, la una, como una masa de granos de frijol y, la otra, ción de sus ingredientes. Por ese motivo, tampoco son lo que estamos buscando: un concepto
como una masa de granos de trigo. Desde luego, se las puede describir de más de una manera, coherente de mezc la que haga compatible la idea de que es homogénea con la idea de que en
lo cual a~e~~a cuá les son sus partes propias y, por consiguiente, en qué cons iste su mezcla por ella se preservan sus ingredientes. En suma: tanto las cofusiones como las yuxtaposiciones
yuxtaposlclon. El problema con las yuxtaposiciones es que no tienen una composición com- satisfacen alguna de las dos condiciones que debe satisfacer una mezcla para resolver este
pletamente homogénea. Si divido en dos la masa que obtuve al unir los granos de frijol con problema. Pero ninguna satisface ambas: homogeneidad y conservación de los ingredientes.
los granos de trigo, obtendré dos masas menores de frijol con tri go . Si ahora divido en dos El tipo especia l de mezcla que satisface estas dos condiciones es la que Crisipo llama
cada una .de esas .masas menores, de modo de obtener cuatro masas todavía menores, y repito " mixtura" (Kpncn¡;;). La mixtura ocupa, en cierto sentido, un lugar intermedio entre la s dos
la operación un cierto número de veces , llegará un punto en que el resultado de la división ya mezclas anteriores. Es a ella que él dedica la mayor parte de su teoría. Una diferencia esencial
n~ serán masas pequeñas de frijol con trigo, sino un grano de frijol, por un lado, y un grano de entre las mixturas y las yuxtapos iciones radica en el concepto clave de "interpenetración" y la
tngo, por otro. En otras palabras, a diferencia de las di vis iones previas, es ta última división idea de cosas que "se atraviesan completamente las unas a la otras". En las mixturas, las
desembocará e~.cosas qu~ ya no tendrán la misma naturaleza que la masa inicial, pues ésta era partes de los ingredientes se interpenetran totalmente. Esto no OCUlTe en las mezclas por yux-
una masa. de fnJol eDil tngo, mi entras que el resultado de la última división es frijol, por un taposición, pues en ellas se conservan íntegras las partes propias de los cuerpos originales, las
lado, y tngo, por otro. Lo mismo sucedería si continuamos la división y se divide a l infin ito cuales sólo se juntan al nivel de su superfic ie. Un ejemplo de mixtura, según Crisipo, es la
c~~a frijo.1 ?~ten~do y. tambi én cada grano de trigo. Si la mezcla es rea lmente por yux taposi- mezcla de vino con agua. Según la teoría, si divido esa mezcla en parles menores, y reitero
c l on ,. ~ a divIsIón infinita "desembocaría", por así decir lo, en partículas infinitamente pequeñas esa división al infinito, nunca llegaré al punto en que e l resultado sea agua o vi no separada-
de .fnJol, por un lado~ y p~rtícul as infinitamente pequeñas de trigo, por otro, tocándose super- mente, pues cada parte de la masa inicial de agua, incluyendo las infinitamente pequeñas, se
fi~i3lmente (lo eua.1 Implica que, au~ en ese caso, la mezcla por yuxtaposición de frijol con interpenetró totalmente con cada una de las partes de la masa inicial de vino, incluyendo
tngo no es homogenea). Para reSUlmr, los cuerpos que se obtienen por una mera mezcla por también las infinitamente pequeñas. Una consecuencia de esto es que las mixturas, a diferen-
y.uxtaposición de cuerpos más básicos no son enteramenle homogéneos y, por esa razón, no cia de las yuxtaposiciones, y al igual que las cofusiones, ti enen una composición enteramente
sirven para e:tablec~r lo que estamos buscando, a saber, un concepto coherente de mezcla que homogénea: cada una de sus partes tiene la misma composición que las demás y que el todo
haga compatible la Idea de que en ella se preservan sus ingredientes con la idea de que es (idea que aparece con énfas is tanto en 16.1 como en 16.3). Ahora bien ¿son realmente posi-
homogénea. bles las mixturas así entendidas? Por ejemplo ¿cómo es posible que el fuego, el aire, el agua y
Las "cofusiones" son el .se.gundo tipo de mezcla al que se refiere el testimonio de Alejan- la tierra estén realmente presentes en un cuerpo comp lejo dado si ése es enteramente homogé-
~ro. ~n ell as , I~s ~,uerpos ongmales y sus partes se destruyen porque, al unirse, se pierde la neo? Según el testimonio de Estobeo en 16.4, hay una prueba empírica, de hecho experimen-
cualidad peculIar de cada uno, la cual parece preservarse en las yuxtaposicones (en virtud tal, de la posibilidad de este fenómeno. Al mezclarse vino con agua en un recipiente, se gene-
de ~ue e? ellas se preservan al menos las partes propias de los cuerpos origina les). En ningún ra un cuerpo enteramente homogéneo. (La tesis de que la mezcla de vino con agua es efecti-
testlm011l0 sobre la teoría crisipiana de la mezcla se indica claramente por qué es preciso vamente homogénea es, por supuesto, una presuposición clave del argumento.) Ahora bien, si
reconocer la existencia de cofusiones, esto es, de mezclas en que se destruyen los cuerpos uno remoja en esa mezcla una esponja empapada de aceite, la esponja absorbe el agua dejan-
originales. La única razón vagamente sugerida aparece en 16.1: hay mezclas en que se genera do el vino dentro del recipiente. Por lo tanto, si bien la mezcla inicial de agua con vino era
un cuerpo I~uevo, ~istinto de los ingredientes. Esta observación es un tanto sorprendente enteramente homogénea, tanto el vino como el agua existían dentro de ella porque se separa-
porque, a pnmera VIsta, es te hecho no es algo exclusivo de las ca fu siones: también se obtiene ron con la ayuda de la esponja. Luego, esa mezcla homogénea no era una cofusión sino una
ot.~o cuerpo. distinto al mezclarse dos cuerpos por y w;taposición. En efecto, en el ejemplo del mixtura. Podría objetarse contra este argumento que el experimento no es concluyente porque,
fflJol con trigo, el resultado de la mezcla no es ni frijo l ni trigo, sino algo nuevo que no existía a primera vista, muy bien podría suponerse que la acción de la esponja sobre la mezcla fue
an tes , a saber, frijol co n trigo. Por consiguiente, la mera constatación de que, al unirse dos generar el agua y el vino, los cuales se habían destruido al mezclarse. Dicho de otro modo, no
cuerpos, se generó uno distinto no parece bastar para establecer que los cuerpos originales se es claro que la mezcla inicial fuera una mixtura y no una cofusión. Sin embargo, la objeción
destruyeron, como lo requiere el concepto de cofusión. Si queremos hallar en la noción de no parece sostenerse. Como lo indica Estobeo, se puede observar que, al remojarse la esponja
~'generar otro cuerpo distinto" una razón para la existencia de cofusiones, estamos obligados a en la mezcla, el agua sale de la mezcla para irse a la esponja, 10 cual no sucede cuando un
lllterpretarla de manera que sí implique la destrucción de los cuerpos originales. Una posibili- cuerpo se genera a partir de otro. En este último caso, el primero no sale del segundo sino que
dad es suponer ~lIe por "~istinto" se entiende UI1 cuerpo e de otro tipo, por ejemplo, uno el segundo, o una de sus partes, se transforma en el pr imero. Este hecho observab le apoya la
cuyas partes no tienen la lTIlsma naturaleza que las partes propias de los cuerpos originales A y idea de que, por lo tanto, el agua ya estaba dentro de la mezcla y de que, por esa razón, la
400 Capitulo 16

acción de la esponja fue la de causar que se separaran el agua del vino y no la de generarlos Textos Anotados
como supone la objeción. Pero para separarse el uno del otro ya deben ambos existir dentro de Mezcla
la mezcla. Por consiguiente, la mezcla era una mixtura y no una cofusión. Este último argu-
mento ayuda a establecer la tesis general de que las mixnlras son posibles y, por consiguiente,
que la homogenidad de una mezcla 110 implica necesariamente la destrucción de sus ingre-
dientes. Con ello se podría, en principio, resolver el dilema que nos ocupó hasta aquí. 16.1 Alejandro de Afrodisia, mixto 216,1-218,10 (SVF 2.470, 2.473, 3 Sosigenes 1; LS
Para concluir, cabe preguntarse si es realmente coherente el mecanismo mediante el cual, 48C)
según Crisipo, los ingredientes de una mixtura ll egan a mixrurarse para formar 1illa masa ME'téASro~CV oE brt 'tOu~ KOLVOO~ ~vrocr9m nlV ÜAr¡V A.éyovro.~ Ko.l ~íav 1taen
homogénea. A diferencia de las mezclas aristotélicas , cuya homogene idad se debe a que los 'tOle; ytVOp¿VOl~ Kal 't~v au't~v &ro8{;vro.~, O)V Ko.l o.maN 1to.pmrr¡crápcvOl
ingredientes, al unirse, se transfonnan en otra cosa, adquiriendo nueva s cualidades intrínsecas t~ emnOAatÓtEPÓV 'tE Ko.tnpOXElpÓ'tepOV dp'1~ÉVa~ 'ta~ púAICfW oOKoúcra~
(ef. GC 328a28-29), en las mixturas de Crisipo los ingredientes no adquieren nuevas cualida - ExEcr9o.í nvo~ Aóyou o.ura~ ÉSEtácrrolJSv npOXEtptcrápEVoL. 'toov o~ ~vwcr8m
des, sino que cada uno de ellos permanece con todas sus cual idades intrínsecas. Como ya 5 tT]V VA.l1V Aztóv'trov OOKOÚOlpáAIcrtá tE KalnEpl KpácrEro~ 01 ano tll~ :Eto&;
vimos, la homogeneidad se debe, más bien, a que sus ingredientes se atraviesan completamen- 1tZpt Kpácrero~ OUlAappávE\V. OÜCJT]~ oE Kat év 'tOÚtOl~ noA.u<proví~ (aAAoI
te el uno al otro de tal modo que no hay una parte de la mixtura, por menor que sea, en el cual yap a).J...ro~ amrov ta<; Kpácr8t~ yivecrSm AéyOU01V), ~ pétAun:o. OOKOÜcro. 06-
los ingred ientes se hallen meramente yuxtapuestos. Pero esto plantea una dificultad en torno a sa cUoOKtpEtV nap' o.Utot~ nEpl Kpácrs(Í)~ 8crtlV tí úno Xpucrúmou A€yop.É-
cómo se realiza esta interpenetrac ión. Aunque las fuentes no explican este proceso, una conje- VT]. trov yap P.8t' a:iY'cov oi pSv Xpucrbmq;¡ c:rup.<p{;povrat, oi O{; nvs~ au-
tura que podríamos hacer es que, para Crisipo, esa interpenetración recíproca se realiza ins- 10 'toov n;~ AptcnOt€AOU~ OÓ~l1~ í,kITEpOV aKoücrat OUVT]8ÉV'tE~ 1tOMa trov el-
tantáneamente. De otro modo, dado que la interpenetración abarca todas las partes de los PT]¡.tÉVcov Ú1t' 8KeíVOU nEpl KpácrEro~ Kal autot AéyOUOlV o)v EI~ ¿mI Ko.!
ingredientes, incluyendo las infinitamente pequeñas, entonces, si la mixtura se realizara gra- :ErocrtyÉVT]~, cro.lpo~ Avrmá'tpou or~ ou OUVáP.CVOl návrlJ c:rup<pÉpecr8at
dualmente, tomaría un tiempo infinito en completarse. Pero ésa es justamente la dificultad: Ola TI]V év tOl~ aUoI<; ota.<pOJvio.v Ev 7tOUot~ o.Útot~ Ai:yOvrE~ súplcncOVtat
¿cómo puede realizarse instantáneamente un proceso dotado de un número infinito de etapas? paxóp.eva. Ecrn 8E ~ Xpucrínnou Oó~o. 1tEPl Kpácr8ro~ ~Oe' ~vrocr9at pSv
15 únotí8Etat 't~v oVll1to.crav oUcrío.v, 1tVeÚp.o.tÓ<; nvo~ otO: 1tácr'1~ am1;<; orTI-
KOvtO~, ú<p' o'Ó cruVÉXEtaí tE Kat c:ru~lpÉVSl Ka! oVp.no.8¿~ e(J1'\V ClÚtó) 'to
1taV, tWV oe PIYVO)lÉVrov EV auti] crrop.átrov 'ta<; ~ napo.8écreI p.íl~,EI<; yí-
VEcr9at AtyE1., oúo tlVroV ~ Kal 7tAetóvrov oucrtwv e~ tamov cruvrESelpÉVroV
Ko.l. no.panSsp.ÉVrov aM~Aa1~, ro~ <P'1OlV, Ko.S' ápp.~v, crOJsoúcr'1~ éKáOTll~
20 o.UtWV ev tlJ tOlClÚrlJ 7tapa8ÉcrEl Ka'ta TI]V nEpIypo.<p~V nlv OiKeío.V oucríav
tZ Ko.tnoIértllw, ro~ Enl KUétP.rov <pépE €Í1tElV Ko.l7rUProv tv 't'tl nap' aM~­
AOU~ 8écrEI yívEto.1., n:u; oc nva~ cruyxúcr81 01' OAroV trov te oucrtwv o.UtWV
Kat tWV Ev a&rat~ nOlOt*cov crup<p8elpOpÉVrov o.M.~Ac1t~, ro~ yívecr8ai qJl1env
Enl 'tOOV io.'tptKWV qJappÚKCOV KatO OÚI.H¡>8apmv tWV )..l1yvt.lpÉVroV, ruou t1-
25 vo<; eS autrov YEvvroflÉVOU crcbp.Clto~· ta~ 8é. t1Vo.~ yivecr8m pi~EI~ AéyelOt'
OA.roV nvwv oucnwv tE Kat tWV tOÚtrov 1tOIO't~tOJV aVt1.no.pElcrelVOpÉVCOV aA-
A.~AaI~ peta tOÜ tru; E~ o.rxñ.<; oUcrío.~ tE KatnOlót'ltru; crmSEIV Év tU pi-
SeL ti] tOlgOE, ~vrlVo. t WV p.(~eCOV KpacrtV ioíco~ etveu AtyE1. 't~V yap 8úo
~ KalnA.c1óvrov tlvrov crrop.átrov OAcoV ot' OAroV avrmapéKtaO'lV &.M~AOl<;
30 OÜtro~, ro~ crms8Iv EKo.cnOV amoov Ev 't'tl píSEI tü tOiClú'ttl nív 't6 oiKElav
oucríav Ka't 'ta~ €v o.UtU n01órl1ta~, AtyE\. KpamV eiVat P.Óvr¡v trov píSerov.
stVat yap 1Olov'toov KEKpo.pÉVrov tO Oúvacr8at Xropí~EcrSa.t 1tétAIV a1t' &.M~ ­
/..rov, (} póvco<; yíVEtat t0 crroselV €v t'tl P.í~El tO K8Kpa)lÉVa tas Q'lYrrov
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35 0111 'tWV KOlVrov f:vvOlcDV, )láAuno. 8E. Kplt~pla Tfl.~ aATl8Eío.~ qJT]crtV típa~
no.pa t1;S qJÚcrEros Aa~óvrru;. ru'1V yoUv qJaYrWJÍo.v ExEtV ~fla~ trov Ko.S'
&.p)l~v auyKE1)lÉVroV, Kat üMl1v tcDV OUyKEXUpÉvrov 'te: Ko.t crovEqJ8ap¡.tÉVrov,
Kal lliT]V trov KeKpo.flÉVroV tE Ko.! a)J.~AoI~ ot' OAcoV Uvtmo.pSKtEIVO)lÉVCOV
OÜtro~, ro~ crroSZtv EKacrtOV au'toov -nlV OiKeío.V qJúmv. ~V Olo.qJOpaV <po.vw-
40 (JIOOV OUK liv E1XOlJSv, el návw TlI Ó1trocroüv pryvúpsvo. no.pÉKEHO all~Aot~
Ko.S' ápp~v. 't~V oe tOlo.m'1v avtlno.pÉKto.cnv trov Ktpva)lÉVOJv lJ1tOAaP.~ávEl
yíve:crOat xropoúvrrov 01' aM~AcoV tWV KtpVo.pÉVrov crwPÚtrov, ~ PTlOEv
402 Capitulo 16 Mezcla 403

~Ópl0V SV OU1"01<; stVat Il~ Ilertxov návtrov ¡ rov €v 1"(9 TOlOÚTCfl KEKpa~C9 21 nOlótTJta Se trata de la cualidad peculiar (ioia nOtótTJc;). Cf. 16.4: C1J)lq:mwv 1tOtoTIÍtrov y, para la
Ilíy¡.w:tl. OÓKÉn yap liv, El Il~ touto El.,.
KpaolV, aUn 1tapá8eOw t OY1-
noción general de cualidad peculiar, nuestros capítulos 2 y 3. Sin embargo, aquí se habla de las "cualida-
des", en plural, de cada uno de los ingredientes (eKaG'tov allt6.iv); cf. también Simplicio, in Phys. 530,9-
45 VÓ¡'¡'INOV etvat. Toú os tOUtO olecrem yivEaeat lIíO'tEt<; <pépouow oí npOl- 14 (SVF2. 467). Con ello parece sugerirse que se preservan las cualidades en general de los ingredientes,
O'1á.IlEVOI t~crOe TJic; 86l;'l<; t6 TE 1[OAACt tOOv OWllúrwv crW~EtV rae; ~aut&v no sólo su cualidad peculiar. Pero esta tesis más fuerte es innecesaria para el argumento que se desarrolla
1t:OtÓtT]l oo; É1tí t' €AaTIóvrov Evapy&v OyKúlV Kat bd ¡..mt1;óvrov Ovtll (roe; aquí, cuyo objetivo es establecer que en las yux taposiciones y las mixturas, los ingredientes siguen exis-
ópéiv ecrtlv be'¡ T06 Alj3avroTOÜ, &; Év 1<'9 au¡.llO:a90l A.e7nuVÓ)lEVOC; bd tiendo cn vez de destruirse como en las cofusiones. Para establecer la no-destrucción de algo, basta que se
ro
1l1eicrrov TJlV aúroú qlUMlaO"Et 1Wtótllta), En TE rr.o").},jJ. dvat, KaS ' a preserve su cualidad peculiar.
50 Éaura ~I~ otó. n: 5vm lro ti D.9EtV ¡.tÉ:yE9oC; un' a:U.rov pOTJ80ÚJ1EVa En' 24 Én\ trov iatpIKwv epaP)lÓKrov KUta 0'Ú1.Hp6ClpCJlV trov J.1lyYUJ.1ÉVWV Sobre este ejemplo cf. los testimo-
nios de Filón en SVF2. 472 y en 18.12.
allto np&:tcrt, TOY yO\)V x.puO'ov únó n VffiV ~llyvu~ffiV <pap}16:Kffiv Ént
43-44 roe; J.1TJSf;v J.1 6pwv tv UUtOI~ dva¡ Il~ IlEtéxov 1tÚvtOOV t ooV tv t0 tOWÚtC9 KEKPUIlÉvC9 )l¡Y)lCltl. Las
1tAt:10lOV XElcrOaí TE Kat AE1ttÚveo8at, ¿<p' OO"OV KaS' amov SAClUV6).l€voc; mixturas en sentido estricto son, por esta razón, cuerpos enteramente homogéneos: la división de una
OUK ¿ÓÚValO. Kut ~~lE:Ü; St, aKUe' aúrouc; ovr~ OÜK eO"¡.tev oraí tE Evep- mixtura nunca dará como resultado algo cuya naturaleza es distinta de la del todo. C f. también 16.3 .
reiv, aUv WJ..OtC; evepyoU)..4ev. 1"0'6e; TE yc'tp 1tOtctIlO1x; otapaivo).l€v á.M~Aú)V Antecedentes de la noc ión de cuerpo homogéneo se hallan en Aristóteles, quien la atribuye a Anaxágoras
55 t<pamó~levol, afie; OUX oroí t e ecr)..lEv olapaívElv KaO' aúroúe;. Kal Pápq (DK 59A46) aunque cabe dudar de que los O'1tépllata o "semillas" de Anaxágoras, llamadas Ó).IOIO).llÍPBla l
tlva cpé:pO)..lSV /lEt' aMOOv, J:,v tO empillov ~Ilí'v /lé:poC; ~lÓVOl YSVÓ~tSVOl por Aristóteles, sean entidades enteramente homogéneas (c r. Kirk-Raven-Schofield 1983: 377). Nótese
cpepElv ou ÓUVá/lESa. Kal af.meAol ce KaS' aúnle; lcrraoOaL)..l~ oUVá)..lSVal que, en Crisipo, los ingredientes de una mixtura existen cn acto dentro de la mixtura, no potencia lmente
como argumenta Aristóteles en CC 327b22-3 1. cr. Sorabji 1988: 79-85 y Cooper 2004.
ávíO'Tavtat CtAA1íAo.ll) E)..l1tA.€KÓ)..lSVCll. d)v olhooC; txÓvtOOV ouoev epacrt Sau·
45-46 Toü oe toÜtO otEa8a! y ívBoOCllníO'tE I~ cpépouo'IV 01 1tPOIOtÚ)lEVOl tliooe tli; ó6~r¡e; No queda cla-
)..laOTOV ro Kal uoollará Ttva pOT]Ooú)..leva Úl!' ill~A.rov oürooe; &U~AOtc; ro cómo los ejemplos que siguen - ejemplos que ilustran cómo un cuerpo puede aumentar su volumen
60 evoüuOcu 01 ' oAoov, CÍle; aura crO)~ó)..lsva ).lEta t COV OiKEÍrov 1!0l0tlítwV avtt- con la ayuda de otro - podrían servi r para apoyar la tesis de que dos cuerpos pueden atraversarse comple-
l!apEK'teívecrOat aM~AOle; 01' OAooV OAo., KUV TI Ttva eAáttro tOV Oy¡cOV Ka! tamente el uno al otro. La fun ción de los ejemplos podría ser simplemente mostrar que dos cuerpos
,.n1 auvá).lEVa KaO' ama enl touoürov xeí'crOaí tE Ka, ooo~etv t ae; oileeíae; dotados de volúmenes distintos pueden, sin embargo, igualar su volumen al actuar el uno sobre el otro en
1tOlÓTqtoo;. oihoo yap Kal tav ICÚ<lOOVroü ol'vou KtPVÜcr(lat T(9 Boatl t c:í) el supuesto de que dos cuerpos sólo pueden interpenetrarse mutuamente si pueden ocupar el mismo
1toU@ pOT]eOú~Ov un' ClUtoÜ Ele; nlV Ero. <üOOÜtOV tKTClO'1V. roú oE volumen. Cf. LS vol. 1: 292-293.
49 AmwVÓJ.1EVo<; Los ingredientes de una mixtura se rare facen : su densidad dentro de la mixtura cs
65 tooo ' OÜtOOl) 6xE1V <he; tvapyÉ:crt xpcoV!at )..laptupiol/; t(9 te t~V \jIUX~v ISiav
menor que antes de fonnar parte de la mix tura. Cf. nuestro comentario. Sobre este tema, c r. Sorabji 1988:
ÚnÓO'lClcnv 6xouuav, rocrnEp Kal tO SexÓJ1éVOV aUt~V UOOf.la, St' OAoU t OÜ 100.
u(Í)J.lata<; SI~Kelv tv Tfj )..líg:t t fi npCx; aUto ucól;ouuav t~V OIKEiav oucríav 64-65 tOV .ruaOov tOU OtvOU KlpVo.a8ClI .('9 iSoatl t('9 TtofJ...é9 POIl90úJ.1 €vOV un' autoü de; .~v bd
(ou8tv yap "'UX~, a¡IOlpOV TO" T~V "",x~v lixovr", crw~aT09. ó~oíOJ, M t oooürov gK'tClOlV El ejemplo de la gota de vino disuelta en una masa de agua mucho mayor ya fig ura en
€XEtVKa! tllV trov eptnrov cpúmv, illil Ka, t~v ~lV tv toí'e; uuvexOJ.lÉVOIl) Ari stóteles, CC I lO 328a26·28. Aristóteles argumenta que el vino de la gota se trans ronna ().I€tClPétJJ..sI)
70 úno <rile;> ~Erol). QUa Ka, tO nUp OAOV al' OAOU XropEí'V t OÚ O'IS~pOu en agua en vez de mezclarse con e lla y usa este ejemp lo para intentar establecer que, en general, cuando
UyOUUI, Ucó~Ovt<><; OÓt&v €xat Épou t~V OiKEiov ouuiav. Ka! t rov crrOlXEirov un cuerpo se une con otro, el primero se transforma en el segundo si la cantidad del segundo es mucho
mayor que la del primero. Esto es, Aristóteles y los estoicos usan el mismo ejemplo para ilustrar tesis
8é: q¡om t rov tEooáprov tCl Búo, tó t E1tÚp Ka, tov aÉpo, Ae1t'tO).lEp~ tE
contrarias . Para las posibles repercusiones que este hecho pudiese tener para el debate, iniciado en Sand-
Ka! KOÜq¡O Ka! eihova ovta, 81a. trov Mo, YlÍc; t E Kal ü8atoe;, naxuJ.lSprov bach 1985, sobre si los estoicos conocían la obra esotérica de Aristóteles cf. Sorabji [988: 8 1. Sobre este
Ka! papérov Kal atóvwv OVtCOV OICll!E<poltT]KÉval oAa 01' OA.wV, u(Í)~ovw t~V ejemplo como un ejemplo de interpenetración total de dos cuerpos, véase también SVF2.472.
75 olKEíav CPÚO'1V Kal UUVéXElClV autá te Ka! eKe'iva. SllAl1t~plá tE t a <páp)..laKa 66 rl¡v 'Vu;d¡v Sobre este ejemplo, cr. 16.4 así como 13.10 y 13.23. Cf. también los testimonios de Ale~
Ka! taS ócrJ.láC;, oual tOlaUtal, ~youvtal KlpVo.oOal toil; ún' aútwv j andro de Afrodisia en SVF2 . 477 y Simplicio en SVF2 . 467.
l!ácrxouO"lV, OAo. SI' oAoov napanOÉ).lEVa. Kal tO <proS SE t (9 &tpl Ó Xpú- 70-71 t ~V ~IV f.v tO\(; cruvEXOIl€vOU;; uno <tli~> 12;l::ro; Según lo apuntamos en el comentario del capitu-
oumo<; KlPV(iUOat AtyEI. Kat aütq ~ ~ mpl Kpúoeroe; óól;a Xpuoínnou lo 12, el término e~te; en un contexto físico-cosmológico como éste tiene el signi fi cado de "disposición"
tE Kal. trov Kat' autOv <pv..ooo<poúV!oov. (ténnino que reservamos para el griego bIÓO€O'Ie; cuando OIÓOCO'Ie; se contrapone a ESU;, como ocurre en
contextos éticos, cf. cap. 23).
2 \lIfoOévta<; Ideler : il1l:00étU<; Ra : úr[QSéoeO)~ p 3 t~ - e¡PTJ~éV~ Bruos cum codd. : ta - dpTJIlSvu 71 tO 1tÜp oAOv 01' OAO\) Xropelv m il O'IÓ~PO\) Sobre este ejemplo, cf. los lestimonios de Hierocles cn El.
Todd 4 aut~ Bruos cum codd. : óó~w; Todd cum Diels 5 nEpi KpáoeO)~ Bruns cu m codd. Elh. 4.3- 10 (discutido en Kupreeva 2004: 305-306) y Alejandro de Afrodisia en SVF 2. 477.
neptKpU.ooe; Todd cum Rex 16-1 7 tO )'[tlV, t rov Apelt : tO návtwv AIRa: tooV nóvtrov A 2SCPS 17 72 trov O'tOlX€.ÍroV Nótese que esta mixlUra ocurre cuando el fu ego y el aire, quienes cumplen una fun-
napuOtocl ll í~EIe; Ideler : 1l'apaO€OEIe; J.1í~EIe; codd. 19 ápJ.11Ív Bruns : ÓPJ.11Ív ABCPS : óPJ.1 lie; Ra 22 ción activa, atraviesan (ÓIClñeq>OIT'1KtvCll) al agua y a la tierra, las cuales son pasivas (cf 14.22, 14.23,
StOEI yívEtUI, tae; Bnms : 9tO'EI' yívooOnt tOe; Todd cum codd . / GUYX60cI Ideler : GUYXlÍoEIe; ABCS- 14.25 Y 15.7). Cabe suponer que los primeros atraviesan los segundos y no viceversa porque son menos
Ra : otryX\:IOCCOe; P 36 AUpÓvtCle; codd. : AClPEIV taút~ coni. Bruns 37 Ó:PJ.1~V Bmns : ÓPJ.11Ív codd. 38 densos que ellos (de modo más general: para que un cuerpo A atraviese un cuerpo B, A tiene que ser, entre
6JJ..1ÍAOte; Apclt : á)J..1ÍAO~ codd . 41 &'PJ.1T¡v Bm ns : ÓPJ.11Ív codd. 70 <tlie;> add. Ideler 75 <pápJ.1UKU otras cosas, menos denso que B, pues un cuerpo ofrece menor resistencia, o.vtlrunía, a algo menos denso
Ideler : epOdpovta codd. que él q ue a algo más denso) aunque esto no explicaría por qué el fuego no atraviesa el aire y. en términos
16 aUllnaOtc; La idea es que lo que es padecido por una parte del cosmos también es padec ido por todas generales, por qué fuego y aire son cohesivos en Crisipo y no sólo el fuego como en Cleantes (c f.15.7). Al
las demas partes, idea estrec hamente relacionada con la tesis de que todos los cuerpos están causalmente respeclo, cf. Sorabji 1988: 98-99. El tema se discute en Salles 2005b : 72-73 .
unidos entre sí (cf. 19.22). El concepto de OUIl1tó9EIa usado aquí ocupa un hlgar central en la teoría
, 16.2. DL 7. 151 (SVF 2. 479; LS 48A)
estoica de la relación alma-cuerpo. ef. 13.8, 13.10 Y 13.16. Sobre la aplicación de este concepto a la
cosmología, cf. 12.9, 13.10, 13.16, 13. 23, Rahm 1977: 163-174 y Meyer 2009: 80-85: 118-1 19. Ka! tae; KPÚOEtC; oe ÚL&OU yívEcrOal, KuOá CP'l0IV oXpÚ01.1t1tO~ tv tU tpltlJ tó'>v <l>uOLKroV, leal
404 Capítulo 16 Mezcla 405

)..!~ KCXTcl neplypQ(p~V Kulltupágecnv' Kal yap ek; mAaYo~ ÓAíyo~ oTvo~ ~AT]Oel¡; Em 1tocrov 40 i;ofJÉVTlI. <vtaVea o~ Kal TO epuAoú~evov <v taíl O\aTpl-
ávtl1tupelC'ta9lícrtTCll, dm cruyKpa81ím;rat. ~ole; ApKemAétou OKM.Dl; ~KSl Taic; at01llate; e1lellPalVov
OÚtrov J.tEto. yw.oto¡;. el yáp elcrtv ai. KpáaEte; 01' ()!..oov, Tí
3 civnn(lpeK1avO~aetQl F I c:ruyKpae~aE-ra1 Long-Sedley in comm. : cruJ.lq>Oap~creta l codd. ceno
Kro)..,Úel, tOU mcÉMUr; O:1tOKOrrMCX; Kal Katacra7lMOC; Kal
3 cruYKpae~O"€tat Cf. LS vol. 2: 287. En Lewi5 1988, se ofrece un argumento detallado contra la lectura lncptvroe; de; r~v OáAattav Kal otaxoOtvroe;, oú tOv A. vn-
de Long y Sed ley y a favor de la lectura original de los códices. Para una discusi6n del problema, ef. 45 yóvou ~óvov móAov OIEK1lA.elV, ror; EA.eyEV ApKecriAao¡;,
Sorabji 1988: 81 (quien parece concordar con Lewis hasta cierto punto). La lectura de Long y Sedley es la
que hace mejor sentido. El problema que vemos en ella, sin embargo, es que, además de no estar apoyada
á:ll.O. tele; :::¿pl;ou xtlíac; Kal6laKocríar; Kal tUe; 'EUllvlKar;
e n ningún códice, implica que la o:vn:n:ap€Kwcn¡; es algo previo a la mixtura cuando, según la teoría de ó~OU TpIOKOcri~ tpt~petr; €v t~ cncé4t vaullaxoúcrae;; ou
Crisipo (cf. 16.1 ), la mixnlra parece consistir en la aVtl1tapÉKtaOu; y no ser algo posterior a ella. yo.p €1tlA.eío/€l 01Í1tou9EV 1tpolov oME 1laÚO"etal tv t<$ ~í·
~OVt tOÜAa.TIov· ~ 1tépae; ~ Kpa.O"le; E~EI Kal ro r€A.euto.iov
16.3. Plutarco, eN I077E-1078E (SVF 2.465,2.480; LS 48E) 50 CLÚtfie; á.q>~v 01tOU A1Íyel1tOLllaÚj.lEvOv de; ()!..ov oú 8íElalV
napcX·n)v ewmáv €an aro~a O"(Í)~aro~ EfvCLl tÓ1tOV Kal os
ID' unayopeúO"Et ).n)'VÚ¡.¡.evov. el ¡.u;).l~et((L al' OAroV, eU
aoo~ul x<.OpEl"v Ola o(Í)¡.¡.atDl;, KevOV 11110E!ÉpOU 1t€ptÉ:Xovro~ ~láAa tO OOAoe; évvau).laxftaCLI 1tapf1;el toie; "EAAllO"l.v.
aAAO. roO nA~pouc; dC; tO 1tA~P€C; €vouo¡..tf;vou KaloEXO).lé~ aMO: "tOmo ¡.tEv 06Tal cITp-veroe; Kal ¡.u;tapOA~e;· etr; Oé "tte;
vou tO €1t\~lIyVú¡,¡, €VOV "toO olétmamv OÚK €xovroc; oúOs KÚaOoc; ~ ¡.¡.ía crtayc1v aÚ'tó9sv eie; tO Alyalov ej.lmcroüaa
5 xoopav ev aút<$ Ola t~V cruvÉXE1av. oi O' oux €V Etc; €V OUO€
i,
Búo ouos tpía MKa ovvcoOouvres, 6:AAO. 1távta ¡.téPTl roü
55 1téAayoe; ~ tO KpT]"ttKav €q>i~etat tOU 'ílKEavoO Kal tilc;
AtAovnKíle; 9o.Aúcrcrr¡r;, OÚK e1tmOA~e; \IIaúouaa "tile; em-
K60110U KataKepllatlcrOévrcx; ¿¡..¡~WJ,..ovtec; ei~ 6v o ti av ~avEÍ", áJJ..O. nérvrn OH]. ~á.eouI .~ nAáToI ó~OV Kal
tÚXwcrt, Kal touMXI<::rrov al00TltOV <a1to><páOKOVT&; ¡..t~KOe; avaxeoj.lÉVll· Kal. tauta 1lpOOOéXetCLl Xpúcrut1tD<;
€1ttA.EÍ\V€IV €1tl6vtt t<'fl ¡.H~yíO"l"C9, V€tlV1EÚOvrat 8óy~a 1roIOÚ- €Ó0Ur; EV t<$ 1tpÓ.ltí9 tOOV <DualKoov Zlltll~átrov oúó&v u7tt~
1o ~EV01 TOV EAerXOV wc; tv líU01C; 1tOMolC;, atE O~ ~axo~ 60 xe1V cpá).lSVoe; OlVOU O"l"aA.ay¡..tov Eva KEpácrat t~V 8áAaTIav·
}1tv~ urroOto€l<; Tal~ €woíate; Aa}1~ávovtec;. aúríKa yoOv Kal lva o~ ~~ Tomo 8ou¡..tá~w¡..tev, de; OAOV CPT]OI tOV K6-
<aKóMuOoV> t<'fl MYyO) toúto) rrolli tepmooolllCol &ll.ó- a¡..tov 6\CL1EVelV tfi Kpáa€t "[av O""taAaYllÓV.
KOta npocr8txeoOQ! rou; to. aoollaw toie; aoollamv OA..c)l(;
oAa Kepavvúvmc;· c1v €on Kal TÓ to. tpía rtoaopa 6 ~ Pohlenz Kal codd. 8 tOÚAó.X10l"0V aioe'ltov btlcpétOKOvtE~ codd. : toúAó.XtalOV aioe~"tov
<a1to>q¡éto"KOvt&; Chem iss : <oúSE> tOÚMX10t0V aio811tOV [hn]q¡IÍO"Kovt&; Kmnenberg : <ouób
15 dvat. tOurl yap OllleV Ú)J..OI Atyoumv €v ú1lep~oAñ 1tCL- tOÚMX10l"OV aioe'ltov &rncpóoKOvt&; Pohlenz 9 btlOvtl Chemiss cum codd. : bnov Pohlenz cum von
páOetnlO trev áOUXVOIílwv, tOmOle; os cru¡..¡paívEl rav Eva Arnim 10 tOV 19,.eyxov Chemiss cum codd. : tO áVÉA.eylCtov Pohlenz 12 <áKÓA.ou90v> add. Pohlenz
lCÚa8ov"tOO OlVOU npoe; Dúo KEpowúllevov üoaroe;, ei j.l¿ll.et 17 1tpO¡; l:OW; ÓÚO Pohlenz et Chemiss cum E: 1tpO~ óúo Sandbach cum B 18 ~1tl Wynenbach : Ei.' tl
111) UlTOA.eílTEIV ID' é~looooOat, 1tapáyov1a~ €1tI1t(lV Kal codd. 21 Ka! 1tOlElV del. Rasmus / 1tOl€lV IOOV <EautOV SOtal tO ~1.W:ro IOOV> 1"(9 ol1tAooiq¡ Chemiss :
olaovyxéovrae; BV' ovra Dúo notelv rtllTpO~ tOUe; Mo t~e; 1tOlElV IOOV <'íoov> no ÓmAo.oíro Pohlenz: 1tOlElV IOOV té9 ot1tAaoíq¡ <tO ~¡.tl(l1) 1tOpáAoyóv E<tUV>
20 Kpáo€we; e~lo(Í)a€l· tO yap ~ÉVetv Eva Kal ouoiv 1tapeK- Sandbach 24 [v] de l: Amyot '26 tOÜtÓ <te> add. Sandbach 33 Ku9apwv <Ka! Kae'> EV SE
Óta<pEpO}1ÉVWV Cheniss : KaOapwv· Ev SE ola<pepo¡.tÉVwv codd. : KaOapwv &vOta~Epo¡..¡évwv POhle,?z
telV€IV Kolnol€lv laov <éaurov Emm ro ~).llcru laov> t(9 o11tMxaíú). d &', 01[(0<; cum Wyttenbach: Ka8aprov ouoe om<pEpo}1Évrov RasmtlS 38 cmAsi1t€o8a1 Chernlss cum codd. : En
¿~¡K11ral Tíi "páo" npol TOu~8úo, ouoív Aa~pávEl[vl ¡ill- Aeí1teo8ul Pohlenz cum von Amim 40 <1tav> add. Madvig 51 cl1taYOpeúel codd. : cmuyopeúoel corro
tpOV €V tft olaxúa€l, toúro j.lsrPov a~ta Kal tptrev €ml Sandbach cum Hubert 51-52 ou ¡.ta ~ía Cherniss : ou ¡..¡a óía codd. : €"O ¡.tÓAo. Pohlcnz 55 ETc; Dubner:
Kal 1:EO"aáprov, tplOOV ¡..tf;v, on foi~ Búo ete; ¡.¡.t~1K101, t€O~ el codd. 57 ~<pí';Eml Wyttenbach : a<pí';etal cocld. 62 O1"o.Aay¡.t(9 Evl Giesen
25 crápwv Sé, Otl ouol¡.¡.e~ly¡.¡.évo~ laov EOX11Ke 1tA~eOe; ote; ~í· Sobre las pamdojas que Plutarco plantea en este pasaje, cf. el capítulo 8 del libro 3 de. Sexto Empírico,
ywrOl. toU1:Ó &1) ov~~alV€1 la Kct.AOV aútoic; e~páA~ PH (secciones 56-62), también dedicado a exponer y criticar la teoría estoica de .Ia m~xtura. Sobre los
Aoumv eie; cr&¡..¡a oc:OJlata Kal ro "t~e; 1teptOm~ aOICLVÓTllOV. orígenes de la teoría que Plutarco tiene aquí en mente, cf. Sandbach 1985: 33·34 discutido en L5 vol. 2:
aVÚyt<ll yap dC; WJ..llAa xroPOÚvtWV t(9 K€pávvucrOat. ¡..¡~ 288 y White 1986.
Oénepov llSv 1leptéxelv xepléxecr€lm oe Oátepov, Kal tO 14 ~ 15 tó ta tpía tÉaoapa dval Sobre este ejemplo, cf. Plutarco, SR 1038F. Sobre esta paradoja, cf.
30 ~€V &¿xeaOat tO o' 6vunápXe1V(OÜtro yap oú Kpiicrt~ áq>~ Sexto Empírico PH 3.59.(51 quien la discute a través de ejemplos simi lares.
8e KOI o/aucrte; EO""tOl t OOV oncpavel<ov, t~e; ~ M6c; 000- 41 <1tnv> 1tavto~ aVUni¡.t1tAaaeOl Cf. 16.1 : 1l11otv IlÓPIOV b.> aÚtOl~ EivOl Il~ ¡.tE.tÉXov 1tlÍvtrov trov tv tt'9
OUO~ÉV~I -0;1 O' tK"TOI neplexoÚ"'lI, TWV o· "MmV ~póiv t010"Út!.9 KeKpafltvC9 }1íYllan (Mixt. 217, 10·12).
u~íKtrov Kal KaOap&v <KallCaO'> Ev os oletcpepoj.lévwv)· ill' áváYKl1 42-43 &v mt~ Ó tatpl~Ut~ }\pK€CHAétOU Como bien se indica en L5 vo l. 1: 293 y vol. 2: 288, esta ref~ ­
YIVOIlÉVll~ W01tep a~tou(Jt t~e; clvaKpácreroe; €v 6)J. .~AoI~ tU rencia a la crítica de Arcesilao a la teoría estoica de la mezcla sugiere, por el simple hecho de que Arcesl·
35 j.llyvú~eva yive.oOat KaltaÚtOV ÓJloO 1:(9 €vunápxelv rrepl- lao es anterior de Crisipo, que la teoría es{oica de la mezcla (incluyendo el concepto de mixtura en sentido
estricto) ya había sido desarrollada en detalle por ZenÓn y Cleantes.
eXecreal Kat t(9 OÉXeaOCLI 1tepli;xelv 8úlepov, Kat WIO¿te-
pOV autoov au rrMlv ouvatov dvOl cruj.lpaíVetV, á~cpótepa 16.4. Estobeo, Ecl. 1.154,8-155,14 (SVF 2.471; LS 48D)
t~r; KpáoEroe; 01 ' ID~/w)v OItÉ:Vat KatllTlOEv g·1t1.A..€Í"TtEcr€lat 8laqJépElv yap
~T]OSVO~ ¡'¡'ÓPIOV 6:Ua <m'iv> navror; uvo1tlJlrrAuaOm ~IU~
406 Capitulo 16 Mezcla 407

apéoKet 'toie; alIo T~<; ¿t(¡)lK~<; CtlpécrEúl<; 1ra.pá8EUlV, 25-26 'Eav yofiv (J1[óyyov ~A.alw~évov Ka9fi ne; ele; otvov iSóan KEKpCl~ÉvOV Este experimento también
figura en el testimonio de Filón SVF 2.472 y con el mismo propósito, a saber, demostrar que la interpene- .
J.li~tv, KpnmV, aú'yxuOlV. n apá.9Eow )lSv yap tración total (Ó1' OAWV aVtl1tapt1ctClm¡;) de dos o más cuerpos es compatible COD que no se destruyan.
,wv
etvcu crrollát cov (j\)vacp~v KUta ten; E.1tt(pavEí~, roe; btl Además, Filón ofrece una posible explicación de por qué la esponja separa el agua del vino absorbiéndo-
5 crroprov Ópw¡.u:v, IN ote; 1t'UpOl tE Kal Kpteal Kal <¡>CtKol Kal la: la esponja cs algo cuyo origen es agua y, por consiguiente, siendo afm a ella, la atrae (hr610~rrcp E~
e'í uva TOÚTOt<; aMa lla po.1tA~O"la 1r€plÉxeral Kal "trov bri ÜÓatOC; T¡ (J1[oyyltlc; yÉVEO'íC; Eotl, 1'0 ~€V otKEiov, üOúJp, 1tb:¡lUKCV avaJ..a~pávéOaat 1tpO¡; aUn;¡; €K toO
t rov aiYICtAWv 1jI~q'>(Ov KCtI a¡.tI.HOv . Mí~tv S' etvcu Mo KpétjlatOC;) .
~ KUlltAEtÓVroV O'CúJ.látrov avtutClpSKtucnv Ot' OAroV, óno- 26-27 arroxropíO'E1 tO üorop tOO orvolJ avaópallÓvtOC; tofi iSóaroc; EtC; 'fOV rm6yyov. En nuestro comenta-
rio argumentamos que el hecho mismo de que el agua absorbida por la esponja proviene, o sale, de la
~1 €VOUcr&V T('j)v CJ1J}.HpUroV 1tepl a\mx1wtoníTOOV, roe; br'i 'tOó
mixrnra, puede ser una razón para suponer que el agua en cuestión no se generó, sino que ya existía
10 nupoc; exe1 Kal tOÜ ltEnupaKtÚ}~tévou cnOlípou,lhd roÓ'tC.llv dentro de la mixtura. Cf. Aristóteles, GC 1 S 320b7- l2: el hecho de que una cosa "salga" (SSlOOV) de otra
yap <Ot'> OAroV yíyveoOQl T&V (JOOJ.látúlV t~V aVttnapÉKtumv. en un momento t es condición suficiente para que, antes de 1, la primera ya existicra en acto dentro de la
'0110íoo<; bE Keml t&v tv ~)liv \lIUXcOV ExE1V' Ót' OAroV yap segunda y, por 10 tanto, para que, en 1, no se haya generado a panir de ella.
trov O"ooJlátrov IÍJ.lOOV avrmap€lCTEÍvoumv, ápÉOKEI yap amote;
crcO~.w SUl crwwltOC; aV!l7tClP1ÍKEtV. Kpámv oe etvw M-
15 roum búa ~ Kul1tAslóvrov crOJ~lá:rrov {yyp&v 8\' OAroV av-
Tt1tUpÉK'WOW tOOV 7tepl Cdml1tOloTlí'[ú)v únopEvoucrroV'
[T~v}-Iev p~tV KOl en'l ~llp&v yiyvecrElm crwPÓtWV, ofov
mJpo~ Kal Glo,,;pou, 'lfUx.~~ te Kal tOÜ neptéxovro; aút~v
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20 Urp&v·] ouveK<paiveoOm yap eK tfjt; Kpáoew~ n)v éKÓcrrOU
toov cruyKpaOÉvrrov óyp&v 7rOlótllta, oIov olvou, péAtlOr;,
i.í&not;, O~OUt;, trov 1tapa1tAlloíwv. "On o' btl t010ÚtwV
Kpúoecov OIOP€vOUGlV al 7t01ÓtlltE~ rrov ouyKpaOévrcov,
7tPÓOllA.oV eK rol) nolláKl~ ¿~ é7tll. rrlxav";crf:(i)~ a1toxwpí-
25 ~EoOat raura cm' aJJ,líAffiv. 'Eav yoüv rmóyyov ~AatW­
~IÉVOV KaOñ n~ e¡~ oTvov ÜOOt¡ KEKpo.pÉVOV, a7tOXropíoel
tO ü&.op TOl) OtVOU avaopCtpóvrot; rou üoan~ ei~ tOV
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onóyyov. T1)v OÚYXUOlV oúo <~> Kal nutóvrov 7tOt-
onínllv 1rEpl ta OCÓ¡.HltCt JlEt(lPOA~V EU; trÉpa~ oUl<PEPOÚOllt;
30 tOÚtWV 1rO¡Ótlltot; yéVEOW, rot; Enl t~t; OUv9ÉOEWt; eXEl
t&v ~lÚP(oV Ka! trov íatplK&v <papJlÓKwv.
5 O'IP&V Meineke I1 <01'> OACOV Wachsffiuth cum Meineke: 5Aou F: DAov P 17-20 [T~v ~f:V ~i~lv -
1(vcO'Oal tooV &yp&v'] del. Wachsmuth 25 ouv FP : yoDv Meineke 28 1\ add. Wachsmuth cum Mei-
necke
{ ÓiCl<j)tpE1V 'fUp Este texto es la continuación inmediata de 15.5.
7..8 Mi~lv o' EtVUl Mo ~ Kal 1tAClóvrov aw~átrov aVtlnap6cromv 01' oArov En este pasaje se usan los
térmirtQs 'mezcla' (~i~Ie;) y ' mi xtura' (Kpaat~) en un sentido distinto del que, de acuerdo con los textos
anteriores, especialmente 16. 1, Cris ipo les asigna. Según este testi monio de Estobeo, la mezcla no es un
género del cual la mixtura, la yux taposición y la cofus ión son especies. Aquí la mezcla es la especie
particular que en 16.1 Crisipo llama "mixtura": la interpenetración total de dos o más cuerpos. Asimismo,
la mixtura en Estobeo tiene un sentido más restringido que en 16.1 , pues en Estobco s610 abarca la inter-
penetración total de dos o más cuerpos húmedos, mientras que en Alejandro abarca la interpenetración
total de dos o más cuerpos en general (tanto los húmedos como los secos). El hecho de establecer distin-
ciones entre estas nociones en función de la humedad O sequedad de los ingredientes involucrados, ya se
halla en Aristóteles, Tóp. 122b2S-31 , citado en D. Frede 2004: 289 n. 1. Ce. tambien eltcstimonio de
Filón en SVF (2. 472), donde se propone una lercera caracterización de estos conceptos: la mezcla co-
rresponde a lo que 16. 1 llama "yuxtaposición" (¡.iiSI¡; ~tV oov oro~árwv ola<pEpóvroov EotlV OUK f.v Kócr~<9
1tapáOEO'u;) mientras que la mixtura es, como en 16.1, la interpenetración total de dos o más cuerpos
(Kp6.ot¡; o' oú rmpÚOEO'I¡;, aAJ.a teov civo~oírov ~épWV d¡; ñU'1ACl étoóOO~¿Yoov 01' OAwV clvtl1taptKtam~),
aunque, a diferencia de 16.1 , Filón sugiere que sólo puede haber tal interpenetración entre liquidos (en
ello concuerda con Aristóteles, Tóp. 122b30-3l).
12-14 Kil.1tt - aVtl1tap~Kélv Sobre este ejemplo, cf. nuestras nn. a 16.1.
Teología y religión 409

Capítulo 17 ninguna es tal que, en ella, la fuerza divina parezca estar presente. Esto es lo que contiene ~l
libro primero de Sobre la Naturaleza de los Dioses. En el segundo, se propone hacer compatI-
Teología y religión bles los mitos de Orfeo, Museo, Hesíodo y Homero con aquello que él mismo había dicho en
el libro primero respecto de los dioses inmortales, de modo tal q.ue, incl~so los ~oe.tas más
antiguos, que ni siquiera sospechaban estas cosas, parecen haber sIdo es~Olcos y, s¡gu¡e~d~ al
cual, Diógenes de Babilonia, en el libro intitulado Minerva separa del mlfo el parto de JupJter
17.1 Cicerón, ND 1.36-41 (SVF 1. 161, 165, 167, 378, 530, 534, 1 Persaeus 448; LS 54B)
y el nacimiento de la virgen transflriéndolos al dominio de la fis iología.
y además, del mismo modo, en otra parte, [Zenón] llama a dios "éter", si es que puede
entenderse un dios que carece de conciencia y nunca se nos aparece ni en las suplicas, ni en 17.2 Estobeo, Ec/. 1.25,4-27,4 (SVF 1.537; LS 541)
los anhelos ni en los votos. Pero, en otros libros, él considera que la razón que se difunde en la Más ilustre de los inmortales, de muchos nombres, siempre omnipotente, Zeus, guía de la
naturaleza de todas las cosas está afectada por una fuerza divina. Y esto mi smo lo atribuye a naturaleza, gobernando con tu ley todas las cosas, salud; pues es lícito para ~od?s I~s mort~les
los astros Y. en otras ocasiones, a los años, a los meses y a las estaciones del año. A decir invocarte. En efecto, de ti nacimos, por haber alcanzado, sólo nosotros, una llnltaC¡Ón de dJOs,
verdad, cuando interpreta la Teogonía de Hesíodo, esto es, el origen de Jos dioses, desecha en entre cuantos seres mortales viven y transitan sobre la tierra; por eso te cantaré constantemen-
su totalidad las percepciones y concepciones comunes de los dioses pues no incluye entre te y tu gobierno siempre alabaré. A ti ciertamente todo este cosmos, girando en torno a l.a
ellos ni a Júpiter, ni a Juno ni a Vesta, ni a nada que se denomine de ese modo, sino que pro- tierra, obedece, de la manera que lo guíes, y es gobernado por ti de buen grado; tal es el servI-
fesa que son nombres que se apl ican por su significado a cosas inanimadas y carentes de dor que tienes en tus invenc ibles manos , el ardiente rayo perenne de doble filo; pues por su
lenguaje. Las opi niones de su discípulo Aristón no son menos equivocadas, [pues] tanto esti- golpe todas las obras de la naturaleza se compl etan, con él mantienes recta la razón común, la
ma que la forma de di os no puede entenderse, como afirma que en los dioses no hay concien- cual, a través de todas las cosas, va y viene mezclándose con las luces pequcña~ y grandes,
cia. Incl uso duda por compl eto de si dios es o no es un ser animado. Asimismo, Cleantes, +en cuá n máximo rey te has convertido (por difundirte] a través del todo+. Nmguna obra
quien fue alumno de Zenón al mismo tiempo que aquél a quien acabo de referirme, por una surge sobre la tierra sin ti, divinidad, ni en la etérea bóveda divina, ni en el mar, excepto
parte, dice que dios es el cosmos mismo, por otra, da este nombre a la mente y al alma de la cuantas cosas realizan los malos en su propia insensatez. Pero tú sabes tanto enderezar lo
tota lidad de la naturaleza y, por otra, decreta que el dios más verdadero es el calor más remoto torcido como ordenar lo desordenado, y para ti las cosas hostiles son amigables. A tal punto
al que llama "éter", altísimo y por todas partes circundante, que rodea y abraza todas las cosas has puesto en armoní a todas las buenas con las malas en una sola, que se vuelven todas una
al extremo. Y él mismo, casi delirando, en esos libros que escribió en contra del placer, por sola razón eterna de todas. De ésta huyen cuantos son malos entre los mortales, desafortuna-
momentos imagina una forma y un aspecto propio de los dioses, por momentos atribuye toda dos , quienes anhelan siempre la posesión de bienes, pero ni ven ni escuchan la l~y lI~ivers~1
divinidad a los astros, y por momentos determina que no hay nada más divino que la razón. Y de dios obedeciendo a la cual tendrían una buena vida con intelecto: carentes de mtehgencla
así resulta que aquel dios , al que conocemos con la mente y al que queremos hacer coincidir se prccipitan a un mal u a otro, los unos mostrando un empeño beligerante por la fama , los
con un concepto men tal como una huella, se desvanece por compl eto. Perseo, por su parte, otros dedicándose sin orden al lucro, y otros más a la di solución y a las actividades placente-
otro discípulo de Zenón, dice que se han cons iderado dioses a aquellas cosas a través de las ras del cuerpo <*> son llevados sin rumbo de un lugar a otro, buscando afa nosamente que se
cuales se descubre una gran ut ilidad para la vida y que las cosas mismas que son útiles y den todos los ~puestos de estas cosas. Pero, Zeus que todo lo das, de las nubes som~rías y del
saludables han recibido el nombre de "dioses", de modo que ni siqui era di ce que [estas cosas] rayo destellante, salva a los humanos de su perniciosa torpeza, la cual, pad~~, dIspersa de
son un descubrimiento de los dioses, sino que SOI1, ellas mismas, divinas. Sin embargo, ¿qué nuestra alma, y pem1Ítenos alcanzar el buen juicio, confiando en el cual tú dlflges todas las
es más absurdo que otorgar honores divinos a cosas sórdidas y retorcidas o colocar entre los cosas con j usticia, para que, al ser honrados, te retribuyamos con honores,. c~nt~ndo tus obras
dioses a hombres desaparecidos por la muerte y cuyo culto completo ocurrirá en el luto? ininterrumpidamente, como corresponde a quien es mortal, pues no hay pnvlleglo más grande
Ahora bien, Crisipo, a quien se cons idera entre los estoicos el intérprete más hábil de los para los mortales y los dioses que cantar siempre con justicia la ley universal.
sueños, congrega una muchedumbre de dioses desconoc idos, y a tal grado desconocidos que
no ~de ll1os darles fonna por inferencia a pesar de que nuestra mente parece poder represen- 17.3 Estobeo, Ecl. 1.37, 20-38,3 (SVF 2.1027; LS 46A)
Los estoicos declaran que dios es inteligente, un fuego creador que procede metódica-
tarse c ualquier cosa a tra vés del pensamiento. En efecto, afirma que el poder divino radica en
la ra zón y el alma y la mente de la nahrraleza universal. Dice que dios es el mundo mismo y la mente en la generación del cosmos y que abarca todas las razones seminales, según las cuales
difus ión universal de su alma y, enseguida, que es su parte conductora pues opera en la mente todas las cosas se producen según desti no. Además, es un hálito que se difunde a través de
y la razón y que la naturaleza común y universa l de las cosas las contiene todas y, enseguida, todo el cosmos y, cambiando sus denominaciones a través de la materia por la cual ha pas.ado,
se altera. Asimismo <declaran que> el cosmos, los astros y la tierra son dioses y que el mte-
que es la fue rza del destino y la necesidad de las cosas futuras. Además, afi rma que es ígneo
el éter del que hablé anteriormente y, también, aquellas cosas que, por naturaleza, fluyen y se lecto más elevado de todos es un dios etéreo.
mantienen estables como el agua, la tierra, el aire, el sol, la luna y las estrellas, así como la 17.4 Sexto Empírico, AM 9.133-135 (SVF 1.152, 3 Diogenes Baby10nius 32; LS 54D)
unidad de las cosas que las contiene todas e incluso a aquellos hombres que han alcanzado la Zenón también proponía un argumento corno el que sigue: "alguien razonablemente ho~­
inmortalidad. También argumenta que el dios que los hombres llaman "Júpiter" es el éter y raria a los dioses , <pero alguien no honraría razonablemente a quienes no existen,> por consI-
que Neptuno es el aire que nuye por el agua y tierra es la que llaman "Cercs" y, de modo guiente existen dioses", argumento contra el cual algunos dicen: "~lguien hoo.raría razonabl~­
similar, procede con los nombres de los demás dioses. Él mismo dice que Júpiter es la fuerza mente a los sabios, pero alguien no honraría razonablemente a qUIenes no eXIs ten, por conSI-
de la ley perpetua y eterna, quien es nuestra guía en la vida e instructora de los actos debidos, guiente ex isten los sabios", lo cual incomodaba a los estoicos en la medida en que, hasta
y a qu ien llama "necesidad del destino" y la eterna verdad de las cosas futuras. De estas cosas
410 Capínilo 17 Teología y religión 41 1

ahora, según ellos, no se ha encontrado un sa bio. Diógenes de Babilonia, contesta ndo esta 17.8 Gelio NA 7. 1. 1-13 (SVF 2. 1169-1170; LS 54Q)
parodia, afIrma que la segunda premisa del argumento de Zenón es prácticamente de este tipo: <Quienes no creen que el cosmos fue creado para dios y los seres humanos y que los
"a quienes no son suscept ib les de existir llaturalmente, no sería razonable que alguien los asuntos humanos son gobernados por la providencia piensa n que se valen de un argumento de
honrara", Si se toma como tal, es manifiesto que los dioses son susceptibles de existir natu- peso cuando dicen así 'si hubiera providencia, no existiría ninguna cosa mala ' , porque, dicen
ralmente, pero, si esto es así, entonces ciertamente existen. En efecto, si existían en algún un ellos, no hay nada menos congruente con la providencia que el hecho de que, en este mundo,
momento previo, también ahora existen, tal como si los átomos existían, también ahora exis- al cual> se dice que [la providencia] ha hecho para los seres humanos, hubiera una cantidad
ten, pues, de acuerdo con el concepto [que tenemos] de los cuerpos, tales cosas son indestruc- tan grande de aflicciones y males. Contra esto Crisipo argumentaba en el libro cuarto del
tibles e ingénitas. Por ello, el argumento inferirá una conc lusi ón que se sigue de las premisas. tratado De la providencia: 'No hay absolutamente nada más tonto que estas personas que
En camb io, no es porque los sabios son susceptibles de existir por naturaleza que ya existen. creen que podría baber cosas buenas si no bubiera igualmente cosas malas. En efecto, dado
que las cosas buenas son contrarias a las malas, es necesario para ambas partes que se opon-
17.5 Cicerón, ND 2.16 (SVF 2.1012; LS 54E)
gan la una a la otra y que prácticamente se mantengan en mutua oposición apoyándose entre
'E n efec to', dice [Crisipo], 's i existe algo en la naturaleza de las cosas que la mente, la
sí en la medida en que ningún contrario existe sin el otro. En efecto, ¿por qué medio podría
razón, la fuerza y el poder humano no pueden producir, es manifi esto que aquello que lo
percibirse la justicia, si no existieran injusticias? Más aún, ¿qué es la justicia sino la privación
produce es mejor que el ser humano. Ahora bi en, los cuerpos celestes y todas aquella s cosas
de injusticia? También, ¿cómo podría entenderse la va lentía si no es contraponiéndola con la
cuyo orden es sempiterno no pueden ser producidos por el ser humano. Por lo tanto, aquello
cobardía y la moderación con la intemperancia? Asimismo, ¿cómo podría existir la prudencia
que los produjo es mejor que el ser humano y ¿no es lo más conveniente llamar a esto 'dios'?
si en oposición [a ella] no existiera la imprudencia? Del mi smo modo, ¿acaso los seres h uma ~
En efecto, si los dioses no existen, ¿qué puede haber en la naturaleza de las cosas mejor que el
nos carentes de inteligencia no habrán de desear también esto, que haya verdad pero no fa lse-
ser humano? Pues sólo en él hay razón, mejor que la cua l nada puede haber y es una arrogan-
dad? En verdad, precisamente así son las cosas buenas y las malas, la felic idad yel infortunio,
cia idiota que haya un ser humano que piense que nada en el cosmos es mejor que éL Por
el do lor y el placer: cada uno, como afirma Platón, está ligado al otro por sus extremos que
consiguiente, existe algo mejor (que el ser humano]. Por lo tanto, dios cienamente ex iste'.
son contrarios entre sí. Si eliminaras uno, eliminarías ambos.' Asimismo Crisipo, en el mismo
17.6 Sexto E mpírico, AM 9.75-76 (SVF 2.311; LS 44C) libro, considera y piensa que es digno investigar esto, a saber, 's i las enfermedades de los
El argumento que proviene de la opinión común y connatural sobre dios es de ta l tipo y hwnanos se producen por naturaleza', esto es, si la naturaleza misma de las cosas o la provi~
[ahora] consideremos tambi én el que proviene de la reordenación del [cosmos] circundante. dencia, la cual hizo esta estructura cósmica y el género humano, hizo también las enfenneda-
La subs tancia de lo que ex iste, dicen [los estoicosL al ser inmóvi l por sí misma y carente de des, las debilidades y las dolencias de los cuerpos, que los humanos padecen. Cons idera, sin
forma, necesita ser movida y dotada de forma por alguna causa. Por ello, así como al admirar embargo, que no fue el principal propósito de la naturaleza hacer que los seres humanos estén
una muy bella estatua ansiamos conocer el artista porque la materia por sí misma se encuentra sometidos a las enfermedades. En efecto, nunca esto habría concordado con la naturaleza,
in móvil, as í también al observar la materia móvi l de todas las cosas dotada de fonna y de autora y progenitora de todas las cosas buenas. ' Pero - añade- cuando engendraba y daba a luz
ordenación, sería razonable inves tigar la causa que la mueve e informa. No es convincente muchas y magnas cosas, muy aptas y mu y útiles, al mi smo tiempo se engendraron también
que esto sea algo distinto de un poder que se difunde a través de ella, del mismo modo en que otras, inconvenientes para las prim eras, con las cuales la naturaleza haCÍa que fueran coheren-
el alma se difunde en nosotros. Ahora bien, este poder es o bien semoviente o bien movido tes.' Y dice que éstas no fueron hecha s por naturaleza sino por ciertas consecuencias nece sa ~
I por otro poder [se. un terccr poder]. Pero si es movido por otro, no será capaz de ser movido a
menos que sea movido por otro (se. un cuarto poder], lo cual es absurdo. Por consiguiente,
rias, 10 que él mismo llama ' por concomitancia'. 'As í como -dice- cuando la naturaleza
forma los cuerpos de los seres hu manos, la razón más sutil y la utilidad misma de la obra
existe un poder que es semoviente por sí mismo, el cua l será divino y eterno. En efecto, se exigieron que configurara la cabeza con huesecillos delgadísimos y minúsculos , pero esta
hallará en movimiento o bien desde la eternidad o bien a partir de un cierto momento. Pero no util idad de la obra más importante fue seguida por cierta inconveniencia extrínseca, de modo
se hallará en movimiento a partir de un cierto momento, pues no habrá una causa de que se que la cabeza resultara frágil e insuficientemente fortificada para agresiones y golpes peque~
mueva [sólo] a partir de un cierto tiempo. Así pues, el poder que mueve la materia y la condu- Bos, así ta mbi én se experimentan las enfermedades y las dolencias mientras se produce la
ce ordenadamente hacia las generaciones y transformac iones es eterno. Por lo tanto, este salud. Asimismo - dice-, por Hércules, cuando por un propósito de la naturaleza se engendra
poder será dios. la virtud para los seres humanos, al mismo tiempo nacen los vicios debido a su afin idad con-
traria [a la vi rtud]'.
17.7 Lactancio, de ira de; 13. 9-10 (SVF 2.1J72; L8 54R)
Pero los académicos, discrepando de los estoicos, suelen preguntar[les] por qué, si dios 17.9 Plutarco, SR 1051B-C (SVF2.1178; LS 548)
hace todas las cosas para los seres hwnanos, ex isten también, tanto en la ti erra como en el Además, aunque [Crisipo] ha escrito varias veces acerca del hecho de que, puesto que to-
mar, mucha s cosas contrarias, adversas y dañinas para nosotros. A esto los estoicos, sin adver~ das las cosas se realizan conforme a la mejor naturaleza, no hay nada ni reprochable ni censu~
ti: la verda?, responden de un modo ineptísimo. En efecto, afirman que, entre las plantas y rab ie en el cosmos, hay lugares en los cuales concede ciertos casos de negligencia reprochable
dIversos ammales, hay muchos cuya utilidad no se ha apreciado hasta ahora, pero que ésta se en asuntos que no son ni pequeños ni deleznables. En todo caso, en el [libro] tercero del trata-
descubrirá con el paso del tiempo, tal como se descubrieron por la neces idad y el uso muchas do Sobre la substancia, recordando que algunas cosas de este tipo les suceden a personas
cosas desconocidas en épocas anteriores. honorables y buenas, pregunta "¿es acaso porque hay ciertas cosas que son descu idadas (por
los dioses]. que sucede que, en grandes explotaciones, se echen a perder algunas cáscaras y
cierta cantidad de trigo, pero el todo en su conjunto se administra bien? ¿o porque se asignó a
412 Capítulo 17 Teología y religión 413

divinidades malignas el encargarse de aquellos casos en los cuales se da efectivamente la aparta de lo que le parece dañino y de sus causas y, en cambio, busca y admira lo que lo [que
negligencia reprochab le?" Y afinna también que en gran medida interviene la neces idad. le parece] beneficioso y sus causas.

17.10 Epictcto, Diss. 1.1.10-23 (LS 62K) COMENTARlO


Por lo tanto, como era apropiado, los dioses hicieron que s61 0 dependiera de nosotros lo El concepto de dios de los estoicos es la piedra angular de su fisica en la medida en que
más poderoso de todas las cosas y lo que las domina, el uso correcto de las presentaciones. su dios no sólo está presente en todas las partes del cos mos sino que también es el agente de
Las demás cosas, en ca mb io, no las hicieron depender de nosotros. ¿Acaso fue porque no todo lo que ocurre en ellas y en el cosmos en su conjunto. La teología estoica, sin embargo, es
querían hacerlo? Yo pienso que, si hubieran tenido la capacidad, también nos habrían dotado difíci l de clasificar en el plano ontológico. Si bien dios es el principio activo del cosmos , no es
de ellas. Sin embargo, eran completamente incapaces [de elloJ pues, ¿cómo era posib le que, el único principio, pues, los estoicos también llaman "principio" (apxTÍ) a aquello que, en
estando sobre la tierra, unidos a es te lipo de cuerpo y viviendo con esta clase de congéneres, última instancia, recibe la acción de dios, a saber, la materia (ÜA'l) que subyace a todos los
las cosas externas no nos pusieran impedimentos respecto a estas cosas? Pero ¿qué dice Zeus? cambios que se dan en el cosmos (véase por ejemplo ]4.1 -2, 14.5-8). Por consiguiente, aun-
'Epicteto, si fuera posible, habría hecho que tu pobre cuerpo y tus pobres pertenencias fueran que todo lo que existe en el cosmos es material por poseer materia como uno de sus compo-
libres y sin trabas. Pero ahora que no se te escape que esto no es tuyo, sino barro hábilmente nentes, los estoicos se apartan del monismo materialista según el cual todo lo que existe en el
amasado. Sin embargo, puesto que no tenía la capacidad de hacerlo, te hemos dado una parte cosmos, incluso dios, proviene de la materia y es físicamente reducible a ella. Por otra parte,
nuestra: esta capacidad de impulso y de repuls ión, de desear y de evitar y, sencillamente, la sin embargo, la teolog ía estoica no es estric tamente dua lista. Pues, según ella, tanto dios como
capacidad de usar presentac iones, cuidando de la cual y poniendo en ella las cosas que te son la materia sobre la que éste actúa son cuerpos y, por consiguiente, los dos poseen propiedades
propias, nunca será s impedido ni obstaculizado, no te lamentarás ni ha rás reproches ni adu- comunes, a saber, las que son definitorias de los cuerpos: resistencia al contacto yespaciali-
larás a nadie'. Pues bien, no te parecen insignificantes estas cosas, ¿verdad? - No. - ¿Les es dad. La complejidad de esta ontología conduce a preguntas teológicas fundamentales, que
esto suficiente a los hombres? - Le ruego a los dioses que sí. dejaremos abiertas, respecto de la individualización de dios y de la materia como principios
distintos. Por ejemplo, si ambos son cuerpos y, por lo tanto, su corporeidad no puede servir
! 7.11 DL 7.119 (SVF3 .606, 609) para distinguirlos entre sí, ¿qué explica que uno sea activo y el otro pasivo? ¿Acaso su dife-
Además, [los virtuosos] son divinos, pues es como s i hubiera un dios dentro de ellos. El renciación es un dato primitivo de la rea lidad (dios y la materia son distintos por el hecho
hombre inferior, en cambio, carece de dios aunque [el uso de la expresión] "carente de dios" mismo - no expli cable en términos de algo más básico- de que el primero es activo y el se-
es doble: en uno se predica de forma contrru'ia a " divino" y, en otro, del que desdeña a lo gundo pasivo)? ¿O más bien su diferenciación se debe a nociones más básicas que la distin-
divino, lo cual no es [correcto1 en referencia a todo hombre inferi or. Además, los vi rtuosos ción entre pasivo y activo? Estos problemas ontológicos y la forma extrema de panteísmo que
son piadosos, pues tienen experiencia en ritos y la piedad es el conocimiento del cuidado de adoptan los estoicos no tiene antecedentes claros en la historia de la filosofia anterior a los
los dioses, y ofrecen sacrificios a los dioses y son puros, pues evitan [real izar] los actos inco- estoicos y esto ha ll evado a diversos especia listas, entre ellos David Sedley (2002 y 2007:
rrectos en re lación con los dioses , y los dioses los complacen pues [los vi rtuosos] son piado- 205 -23 8), Miehae! Frede (2005) y Jean-Baptiste Gourinat (2009), a estudiar detall adamente el
sos y justos con lo divino. Además, sólo los sabios son sacerdotes pues [sólo ellos] investiga- origen del concepto estoico de dios.
ron sobre los sacrificios, el arte de construir templos, las purificaciones y las cosas propias de El presente capitulo está dedicado a cuatro temas: la concepción alegórica de dios y su
los dioses. lugar en la teología (textos 17.1-3), las pruebas a favor de la existencia de dios (textos 17.4-6),
J 17.12 Clemente de Alejand ría, SIro",. 5.11.76.1 (SVF 1.264) el prob lema del ma l y su relación con la providencia (textos 17.7-10) y, finalmente, la rela-
También Zenón, fundador de la esc uela estoica, en su libro De la República dice que no ción entre religión y teología, tema a su vez relacionado con el prob lema de la religión de los
tienen que construirse ni templos ni estatuas, pues ninguna obra humana es digna de los dio- estoicos y su relación con el teísmo (textos 17.11-13).
ses y no teme escribir estas cosas con es tas palabras: "no hay ninguna necesidad de edificar Empezando por el segundo tema, la pregunta de si dios existe fue ampl iamente debatida
santuarios, pues no tiene utilidad alguna servirse de un templo carente de gran valor y santi- en la filosofia griega anterior a los estoicos. Trabajos recientes (en especial, Kahn 1997 y
dad pero nada de gran valor y santidad es obra de los arquitectos y artesanos". Mansfeld 1999) indican que el debate se remonta a fines del siglo V y principios del IV a.e. a
través de figuras como Protágoras, Pródico, eritias, Diágoras de Melas y Teodoro de Cireneo
17.13 Epictcto,Ellch.31 .J-3 Varios defensores de la existencia de dios argumentaron específicamente contra estos autores,
En relación con la piedad respecto de los dioses , es preciso que sepas que lo más impor- entre los cuales cabe destacar a Jenofonte (Mem. 1.1-4), Platón (Leg. 885B) y Aristóteles (ap.
tante es esto: poseer las creencias correctas sobre ell os en cuanto que ex isten y administran Simplicio, in Cael. 289, 2-4), a quien regresaremos más adelante en este come ntario. Los
todas las cosas de forma buena y justa y ponerte a ti mismo a obedecerlos ya ceder a todo lo argumentos esto icos se inscriben en esta tradición y sus argumentos a favor de la existencia de
que OCUlTe y seguirlo voluntariamente en el supuesto de q ue se llevan a cabo deb ido al mej or dios son muy diversos. Las principales fuentes de que disponemos son las largas secuencias
juicio. De ta l modo, en efecto, nunc a le reprocharás nada a los dioses ni los culparás por argumentales en Sexto Empírico AM 9.111- 136 y C icerón, ND 2.16-22, aunque también
ignoral1e. Pero no es posible que esto suceda a menos que te alejes de las cosas que no depen- existen otros testimonios dispersos, por ejemplo, el que aparece en 17.6 y en los textos reco-
den de nosotros y coloques el bien y el mal únicamente en las que dependen de nosotros, gidos en SVF 2.1 O13- 1O15. Para estudios pormenorizados de estos argumentos nos rerrlitimos
porque si supones que alguna de aquéllas es buena o ma la, es totalmente necesario que, cada a dos libros importantes enteramente dedicados a ellos: Dragona-Monachou 1976 y Meijer
vez que no alcances las cosas que deseas o des por casualidad con las que no quieres, te re- 2007.
proches y detestes a las causas [de que esto pase]. Pues por naturaleza todo animal escapa y se La secuencia en Sexto desarrolla ocho argumentos distintos. De acuerdo con los siete
primeros, dios existe (8crtl 88Óg porque: (1) la causa del movim iento del cosmos tiene que
414 Capitulo 17 Teolog ía y religión 41 5

tener un primer motor y, dado que este movimiento es ordenado, este primer motor tiene que Cae/o 289, 2-4). La presencia de ideas aristotéli cas en la teología estoica también se hace
ser inteligente (vOllPÓ¡;); (2) la causa del cosmos debe ser más poderosa (Kpa:rícrtTl) que la patente en argumentos que infieren la existencia de dios a partir de la necesidad de un pri mer
causa de cualqui era de sus partes y, por ende, la más poderosa de todas las causas, de 10 cual motor. Tal es el caso de 17.6 Y del argumento ( 1) en la secuencia de Sexto.
se sigue que debe ser racional, inteligente y cterna (t..oyIKlí. VOllPÓ. áí81O¡;); (3) en toda entidad El mal representa un problema agudo dentro de la teología estoica, pues si dios es bueno,
cuyas partes son distintas entre sí, una de ellas, su naturaleza (<púcrtC;), es rectora (KUpU;UOV) providente y omnipotente, ¿cómo es posible que dentro del cosmos exista el mal? El problema
del conjunto de todas las demás y, dado que las partes del cosmos son di stintas entre sí, una no se li mita a la existencia del mal en sentido estricto, es decir, el vicio (el único mal en senti-
de ell as rige al conjunto de todas las demás; (4) si los dioses fu eran fueran inexistentes do estricw según el estoicismo, cf. nuestros capítulos 26 y 27). También se apl ica a la ex isten-
(&VÚ1tapKtOl) como 10 son la s entidades ficticias como el hipocentauro, la piedad (EUO"l~pEla) cia de todo lo que, si n ser ni bueno ni ma lo, es indiferente pero no obstante dispreferido
no tendría sentido; (5) si no hub iera dioses (El ~~ Eial 8€Oí), entonces, contrariamente a lo que (&1t01tpOTjY~tvov), por ejemplo, la enfermedad y la pobreza. ¿Por qué, dada la teología provi-
ind ican nuestros conceptos comunes (Kolvas lwoíuS) lo sagrado (~ 6cnÓtllS) sería no- denc ial de los estoicos, existen tales cosas en el cosmos? Algunos filósofos antiguos, para
existente; (6) si no hubiera dioses, la justicia (oluKUloaÚv'l) que regula nuestra relación con explicar la existencia del mal y, en general, de cosas negativas, argumentan precisamente que
los demás seres humanos y con los animales , carecería de fuerza prescriptiva (oÍ) dios no es providente. Tal es el caso de los epicúreos. Otros, en cambio, como ocurre con los
aucrrlÍaetm); y (7) si no hubiera dioses, la mántica, así como la teoría de la inspirac ión y la gnósticos, sostienen no sólo que dios no es providente, sino también que el cosmos está a
adivinación po r los astros, serían inex istentes (aVÚ7rUpKtot). El texto 17.4 conti ene el octavo cargo de una deidad inferior a dios que, por ser imperfecta e incluso maligna, es responsable
argumento de esta secuencia. Este argumento, propuesto por Zenón en primera instancia y de todos los males y cosas negativas al interior del cosmos. Pero los estoicos, a diferencia de
perfeccionado posteri ormente por Oiógenes de Babilonia en respuesta a una parodia los epicúreos y los gnósticos, deben de explicar cómo la existencia de estas cosas es compati-
(ltapapoA,1Í) que había sido formulada en contra de la ve rsión de Zenón, es difícil de interpre- ble con un dios bueno, perfecto y providente (para un estudio comparativo de estas tres postu-
tar. En la vers ión zenoniana, se infiere la existencia de dioses a partir de que es razonable ras, cf. Mansfeld 198 1).
honrarlos (euAÓ'yrot;) y de que no sería razonable hacerlo si no existieran. El principal proble- Siguiendo esta pauta, cabe distinguir en el estoicismo al meDOS tres modos alternativos
ma con esta inferencia es que no es claro por qué, según Zenón, es razonab le honrarlos. Si la de exp licación del mal y de lo negativo. (A) En ciertos casos, el valor negativo de una cosa es
razón fuera que los dioses existen, el argumento sería una petición de pri ncipio. El principal só lo aparente porque, en real idad, es positivo pero no lo notamos; (B) toda cosa va liosa tiene
interés de 17.4, sin embargo, radica en la versión que Diógenes propuso de este argumento. A un contrario y "ningún contrario existe sin el otro" de lo cual se sigue que, para toda cosa X
diferencia de Zenón, Di6genes explica por qué es razonab le honrar a los dioses: sólo es razo- dotada de un valor VI existe una cosa Y con un valor V 2, opuesto a VI; (e) en ciertos casos, el
nable honrar a algo si esa cosa es "susceptible por naturaleza de ex istir" (1teq)UJ(ó¡; eTvat) y es valor negativo de una cosa se da por concomitancia (Kula 1tapaKOAOú8TjOlV) con ciertos pro-
razonable honrarlos j ustamente porque son susceptibl es por natura leza de existir . Esta noción cesos teleológicos, en virtud de que los únicos medios disponibles para alcanzar ciertos fines
de "ser suscept ib le por natura leza de ex istir" podría ser de ca rácter conceptual: existir, según buenos, o positivos, acarrean consigo efectos negativos inevitables. Las explicaciones (8) y
Oiógenes, estada en la naturaleza mi sma de ciertas cosas. Visto así, la versión propuesta por (C) se atribuyen al tratado Sobre la Providencia de Crisipo en el texto 17.8, siendo que (B)
Diógenes de l argumento de Zenón podría constitu ir un antecedente sign ificativo del argtunen- podría tener su origen en Cleantes según 17.2 y tiene, sin dudas, resonancias heracl iteanas (cf.
to ontológico de Anselm o de Callterbury en el siglo Xl, que pretende derivar la ex istenc ia de Teet. 176A). La explicación (A) aparece en el texto 17.7 y es atribuida por Plutarco (SR
dios a partir de su conceplo. Las razones en pro y en contra de esta lechlra de 17.4 han sido 10440 = SVF 2.1 163) al tratado Sobre la Naturaleza de Crisipo. Una cuarta forma de expli-

/ estudi adas en detalle por Jacques Brullschwig en un artículo clásico (Brunschwig 1994a) y no
nos detendremos aquí en ellas.
cac ión consiste en afirmar que las cosas negativas son el resultado de pequeños descuidos por
parte de dios, los cuales, por su supuesta insignificancia, no ponen en duda ni la bondad y ni
Un argumento estoico importante que no figura en la secuenc ia a la que acabamos de re- la racionalidad de la providencia divina. Esto aparece en el testimonio de Plutarco en 17.9 en
ferirnos es el conocido como ex gradibus entiu/1/ y aparece claramellte en 17.5; todas las que se cita el tratado Sobre la subslancia de Crisipo. Sin embargo, como la apunta el propio
cosas que existen en el cosmos, incluyendo al cosmos mi smo como un conjunto, se ordenan Pl utarco, Crisipo se limita a preguntarse si podrían existir descuidos de esta naturaleza, 10 cual
jerárquicament e las unas en relación con las otras en func ión de su valor, de modo que, para no implica que él mismo haya aceptado su posibilidad.
cualesqu iera dos de ellas, es posible determinar cuál es mejor que la otra; esta jerarquía DO Es importante notar que, a diferencia de (A), los modos de explicación (B) y (C) supo-
puede ser infinita y, por ende, existe una cosa que es mejor que cua lquier otra; por consi- nen , en cierta medida, una limitación del poder di vino: por las razones lógico-conceptuales de
guien te, dios, entendido como la entidad óptima, tiene que existi r. La versión de este argu- (B) o fisico-causales de (C), dios es incapaz de sólo producir cosas buenas o positivas. En el
mento que aparece 17.5 se atribuye Crisipo. Pero también hay vers iones que se atribuyen a plano cós mi co, un resultado claro de esta incapacidad es la conflagración periódica del cos-
CIeames (12.5) y a ZeDón (ND 2.18-2 1), el cua l ha sido recientemente objeto de un estudio mos según la concepción de Cleantes, pues como veremos en el capítulo siguiente Cleantes
deta ll ado en Gelillas 2006. El argumento (2) de la secuencia de Sexto no es, en sentido estric- sostiene, a diferencia de otros estoieos como Crisipo, que la conflagración es algo negativo.
to, ex gradibus enlillm, pues no recurre explícitamente a la idea de que la jerarquía de valor La idea de que el poder divino es li mitado también aparece con fuerza en es toi cos romanos
abarca abso lutamen te todo lo que hay en el cosmos. Pero descansa sobre ideas que lo aseme- como Hierocles y Epicteto, para lo cual pueden cotlsultarse, respectivamente, Estobeo, Ec!.
jan, en cierta medida, a un argumento e.x gradibus entiwn, enlre ellas, la idea mi sma de que el 1.181 , 8- l82, 30 y nuestro texto 17.10. En ellos dos, se hace hincapié en que esta incapac idad
valor de una entidad natural - en este caso, la causa de una entidad natural- depende de su divina se debe a la naruraleza recalcitrante de la materi a sobre la que dios actúa, idea que se
lugar dentro de una jerarquía. En cualquier caso, los argumentos de esta índole a favor de la formul a con gran claridad en pasajes clave del Tim. de Platón corno 74A-C y, de modo más
exis tencia de dios no fueron inventados por los estoicos. Como lo indican algunas fuentes, ya abstracto, 298-30D.
se encontraba un argumento de este tipo en el De Philosophia de Aristóteles (cf. Simplicio, in
416 Capitulo 17

Los estoicos eran filósofos rel igiosos y un buen ejemplo de ell o es el texto 17.13. Sin Textos Anotados
embargo, la naturaleza exacta de la rel igión que ellos practicaba n no es del todo clara debido a Teología y religión
que la relación enlre la teo logía fi losófica de los estoicos y la religión tradicional es, en gran
parte, crítica. Según Marie-Odile Goulet-Cazé, estudiosa actua l del cinismo y del estoicismo,
Crisipo aceptó en buena medida la religión tradicional y. por ell o, adoptó frente a ella una
postura conservadora muy distinta a la de los cínicos (Goulet-Cazé 1996: 67). Existen algunos 17. 1 Cic erón, ND 1.36-41 (S VF 1. 161, 165, 167, 378, 530, 534, 1 Persaeus 448; LS 548)
test imonios que, en pr incipio, podrían servir de punto de apoyo para esta interpretación. Un atque hic ídem alio loco aethera dewn dicit: si intellegi potest nihil sentiens deus, qui
ejemp lo es el pasaje de Diógenes Laercio que recogimos en 17.11 . Pero según lo apunta nurnquam nobis occurrit neque in precibus negue in optatis negue in votis. Aliis aulem Iibris
Ke impe AIgra en un trabajo reciente (AIgra 2009), si bien algunos estoicos efectivamente rationem quandam per omnium naturam renun pertinentem vi divina esse adfectarn putal.
acepta ron partes importantes de la religión tradiciona l, esta aceptación iba acompañada por Idem astris hoc idem tribuit, tum annis mensibus annorurnque mutationibus. Cum vero
parte de ellos de una innovadora labor de fundamentación de la religión tradicional en doctri- 5 Hesiodi Theogoniam, id est originem deorum, interpretatur, tollir omnino usitatas
nas filosóficas. Esta labor puede apreciarse a través de la interpretación alegórica de mitos perceptasque cognitiones deorum; negue enim lovem negue funonem neque Vestam neque
re ligiosos trad icionales y del aná lis is etimológico de los nombre divinos que encontramos en quemquam, qui ita appelletur, in deorum habet numero, sed rcbus inanimis atque mutis per
a lgunas fllentes como, por ejemp lo, 17.1. P or otra parte, los estoicos también rechazaron quandam significationem hacc docet tributa nomina. Cuius discipuli Aristonis non minus
importantes partes de la religión tradic ional con el argumento de que nuestras preconcepcio- magno in errore sententiast, qui negue fonnam dei intellegi posse censeat neque in dis sensum
nes naturales sobre los dioses, preconcepciones que desarrollan poetas tradicionales como 10 esse dicat dubitetque omnino, deus animans neene sit. Cleanthes autem, qui Zenonern audivit
Homero y Hesíodo, se hallan a menudo contam inadas por ideas falsas, como se sugiere en una cum ea, quem proxime nominavi, tum ipsum mundum dewn dicit esse, tum totius naturae
Cicerón, NO 2.70 (cf. Algra 2009: 233). En vista de esto, una func ión de la teología filosófic a mentí atque animo tribuit hoc nomen, tum ultimum el altissimum atque Wldique circurnfuswn
de los estoicos es depurar la religión de estas ideas falsas y, con base en las ideas correctas de et exlremum omnia cingentem atque conplexum ardorem, qui aether nominetur, certissimum
la rel igión tradicional, de sentar los fundamentos de una práctica religiosa reformada y acorde deum iudicat; ¡deroque quasi delirans in his libris, guas scripsit contra voluptatem, tum fingit
con los principios fisicos y cosmológicos del estoicis mo. Esta doble acti tud de aceptación y 15 fonnam quandam el speciem deorum, tum divinitatem omnem tribuit asnis, tum nihil ratione
reforma puede apreciarse concretamente en la relación de los esto icos con el culto religioso. censet esse divi nius. Ita fil, ut deus ilIe, quem mente noscimus atque in animi natiane
Un caso particu lar es la actitud de Zenón respecto de los santuarios (vaoí) y de las representa- tarnquam in vestigio volumus reponere, nusquam prorsus appareat. At Persaeus eiusdem
ciones de dioses (áyáA~aTa) en 17. 12. Como bien lo seña la Algra (2009: 238·243), su actitud Zenonis auditor eos esse hab itas deos, a quibus aliqua magna utilitas ad vitae culrum esset
negativa debe interpretarse, no en e l sentido de que es incorrecto construir santuarios yelabo- inventa, ipsasque res utiles et salutares deorurn esse vocabulis mmcupatas, ut ne hoc quidem
rar representaciones de los dioses, sino en e l senti do de q ue, en una ci udad de sabios como la 20 diceretilla inventa esse deorum, sed ipsa divina; quo quid absurdius quam allt res sordidas
que él describe su Polileia, tratado al que se remi te 17.12 , no es necesario hacerlo (cf. capítu- atque deformis deorum honore adficere aul hornines iam morte deletos reponere in deos,
lo 30). quorum ornnis cultus esset futurus in luctu. lam vero Chrysippus , qui Stoicorum somniorum
Este últ imo tema conduce a la pregunta filosófica de fondo de cómo son compatibles eo- vaferrumus habetur interpres, magnam turbam congregat ignotorum deorum, atque ita

l
tre sí, por una parte, el panteísmo estoico ejemplificado en un texto como 17.3, del cua l se ignotorum, ut eos ne coniectura quidem infonnare possirnus, cum mens nostra quidvis
sigue que dios no puede tener las formas humanas que le atribuyen las representaciones que 25 videatur cogitatione posse depi ngere. Ait enim vim d ivinam in ratione esse positam et in
I hace de ellos la religión tradic ional. y, por otra, la concepción de dios como una persona, universae naturae animo atque mente, ipsumque mundum deum dicit esse et eius animi
concepc ión que aparece, por ejemplo, en 17.2 y 17.13 Y que está implícita en la teorla estoica fusionem universam, tum eius ipsius principatum, qui in mente et ratione versetur,
de dios como un demiurgo guiado por propósitos e intenc iones. Panteísmo y teísmo parecen communemque renun naturam universam atque omnia continentem, tum fata lem et
contradec irse entre sí y, no obstante, ambos parecen ser piezas clave de la teología estoica. necessitatem rcrum futurarum, ignern practerea et eum, qucm ante dixi, aethera, tum ea, quae
Esta tensión desaparece en cierto grado si tenemos presente que, para los estoicos, el concepto 30 natura fluerent atque manarent, ut et aquam et terram et aera, so)em, lunam, sidera
de persona no impl ica necesariamente el de cuerpo humano, pues, de acuerdo con los esto i- universitatemque rerum, qua omnia continerentur, atque etiam hOlnines eos, qui
cos, el alma de una persona es, por sí sola, lo que fija su identidad personal. Este identifica- inmortal itatem essent consecuti. Idemque disputat aethera esse ewn, quem homines Iovem
ción de la persona con su alma es tá estrechamente asociada con la tes is de la sobrevivencia appeJlarent, quique aer per maria manaret, eum esse Neptunum, terrarnque eam esse, quae
de l alma después de su separación con el cuerpo (cf. 13.3, 13.8, 13.12 Y 13.16) Y que con la Ceres diceretur. similique ratione persequitur vocabula reliquorum deorum. Idemque etiam
idea de que, a l separarse nuestra al ma del cuerpo "nosotros [mismos] sobrevivi mos" 35 legis perpetuae et aetemae vi m, quae quasi dux vitae et magistra officiorum sit, lovem dicit
(8 la~Évo~lSV ~~ei<;: SVF 2.809). Aplicado al caso de dios, d ios es una persona, pero el ser una esse, eandernque fatalem necessinatem appellat sempiternam rerum futurarum veritatem;
persona no implica que tenga que guardar un vínculo esencia l con algún tipo específi co de quorum nihil tale est, ut in ea vis divina inessc videatur. Et hace quidem in primo libro de
cuerpo y, en particular, con el cuerpo humano. Esta idea, como veremos en el capítulo 18, natura deorurn; in secundo autem volt Orphei, Musaei, Hesiodi Homerique fabellas
vuelve a aparecer con fuerza en la teoría estoica de la conflagración enlendida en el sentido de accommodare ad ea, quae ipse primo lib ro de deis inmortalibus dixerit, ut etiam veterrimi
un proceso en que el alma del cosmos, identificada con dios, consume tota lmente su cuerpo. 40 poetae, qui haec oe suspicati quidem sint, Stoici fuisse videantur. Quem Diogenes B abylonius
Al cabo de este proceso, dios como alma cósmica permanece, durante un tiempo, en un estado consequens in eo libro, qui inscribitur de Minerva, partum Iovis Oftumque virginis ad
total mente desencarnado. Pero no por el lo pierde su ident idad, lo cua l implica que efectiva- physiologiam traducens deiungit a fabula.
mente su identidad no depende de ningún modo de las distintas formas que puede adquirir.
418 Capitulo 17 Conflagración 419

3 omnem dett. I vi det! : uf AS 4 lempommque Reitzeos tein 9 senfen/íaSI Ax cum Plasberg : oü"t€ O€OIe;, ~ KOIVOV ad vó¡.tov €v oiK'lJ Ú¡.tVSIv.
2
sen/en/ia esr A : sententias A1DS 11 ml/ndl/m del/m dett. : deum lI11llldulIl AS 13 nominatur
Lamb inus 14 volllptalem A J : vo/unla/cm A1B 18 eos dici! esse N ! aliqua om. ACPN 24 nc OGPN : 3 naO't F corro Scaliger : Kcd mlO'l Mosheim 4 ysv6¡.t€oOa OEOU Long-Sedley cum Pcarson : yÉV~
lo~v ~xou codd. : ysvó)lecrOa AóyOU Meineke : ysvó)leoEla oEElév Zuntz 6 atoro F : Ó'.€(Oül Wachs-
nee AB 31 universam alque cadd. universum arque Orell i universitatemqlle Heindorf 32 ul
<ae/llera> Plasberg muth: adoro Ursinus ll nó.vt ' ~pya <t€AEltat> von Amim : 7tÓ.Vt' gp*yo F : 7távt' ÉppíyaO'lv Ursinus
: návr ' &pya <péPllKsv> Long-Sedley cum Powell : návr' €pya tÉt\)l(tat Dragona-Monachou 13 <. >
Sobre la representación e interpretación alegórica de los mitos religiosos y el aná lisis etimológico de lac. indoMeineke 14 corrup. indo von Amim et al. : ro~ tóocro¡; F : ~ crU tOOOC; von Amim 16 €nI corro
los nombres d ivinos en los estoicos, cf. SVF 2. 1061-11 00 Y los estudios recientes de Goule! 2005 , Gouri- Brunck 17 tU líKOO)lU corro Saupe 18 <t'> ante Éitio,uoot add. Wachsmuth cum Sauppe 26 o.VOI
nat 2005a, A lgra 2001 Y 2009 Y Meijer 2007: 32-36, 69-77 Y 95- 109. Sobre la idea de que Zeus-Júpiter es Wachsmuth : o.vr:u F 30 vacat codd. : <á.lla KUKOl~ €7t6cupoav> Én' liAÁOt€ o' o.Uu c.pÉpovtal suppl.
la personifi cac ión de la ley natural, cf. 17.2,30.29 Y30.42. Sobre el estudio fisi ológico dc la teogonía, cf. von Amim 32 Ó'. pxIKÉpalJV€ F corroMeineke 33 <)lCv> púou vel púouO'Om Scaliger : PÚO\) <¡.tBv> Wi-
la eti ología en Posidonio en 11.2 . lamowitz: Púou <O'"Ú y'>Thom 35 ~ corro Ursinus
17.2 E,tobeo, EcI. 1.25,4-27, 4 (SVF 1.537; LS 541) Véanse nuestras nn. al texto anterior. Para un estudio filológ ico ponnenorizado del Himno de Cleantes,
KÚÓtcrT' &OaYÓ.loov, 1tOAlX.ÓVU¡le, 1tayKpatE<; ai€~ incluyendo un análisis detallado de sus homerismos y alusiones a Heráclito, cf. Tbom 2005.
Z&ü, q)"ÚO€W~ O:PXTlyé, vó¡.tou ¡.ttra 1tétvra KUP€PVWV, 17.3 E,tobeo, Ecl. 1.37,20-38,3 (SVF 2.1027; LS 46A)
xalpe' O"e yap 1távt€O"OI OÉ¡.tt~ 9Vf]lOI0l1tpoO"auó&v. O i r t ro t K OL VOepOV OE.OV amxpaívovrat, 1tÚp tEX\lI-
EK oou yap yevó~l€aOa Oeou ~lí¡.tl)¡.ta AaX6vt€~ KÓV, 600 paoi~ov enL yevécrsl Kóa)lOU, e¡.t1(EpISlA.Tlc.pOC; náv-
5 )lOUVOl, oaa ~roel te Kal epn€l 9v~t' 1;1[1 yalav' t", to", (J1le p~at"'o\), Aóyo"" KaS' on, anJlVta KaS'
l<9 o'€ Ka9u)lV11O'W Ka. o'ov Kpát~ aii:v a€íO'oo. EÍ.¡.tapJ.lÉVllv yíVE"tat. Ka, 1tV&Üpa ¡.¡tv EvotflKOV 81' DADu
oOL ó~ 1(ilC; Oo€ KÓO"~loc;, €AIOO'Ó)l€VOC; 1tepL yalav, 5 tOÜ KOO¡.tOU, "tue; ót npoal1yopiae; ¡.tCTaÁa¡.tPávov Ót' DAlle;
neiSElOl, ÚK€V aYtlC;, Kal EKQW 1mo O'eio Kpar€lrOl' t~, ÜA~" 01' ~, KEX",p~Ke, napaMitl',av, Seo\>; BE Ka! t OV
tOIOV ExCle; uno€pyov O:VIK~tOle; €Vi Xepcrlv KÓO)lOV Kal lOUe; amépae; Kal nlV yiiv' clvw"tá"túJ bE 1táv-
I O o:~upil'(Th 1tUPÓ€Vt ' , ai€I1;ÓJovta Kepauvóv' tCOV voúv EvatOÉPIOV eiVat OsÓY.
rou yap U1tO 1tAl1yfte; <púO'€OOC; 1(ávt' Epya <teAeltOl>'
o O'u KarcuOÜVetC; KOlVOV Aóyov, oe; !SUI návrrov 4 ~EV evon;Kov Fpl : €v ón;Kov p2
<pO IT ~, ,.uyvúpevoe; )ley6J...o1C; ~lIKpOle; re <páEcrOI <*> Sobre la idea de que dios cambia su denominación en funci ón de su cambio de fonna, cf. nuestro texto
+ ~ tóocro:; yeyaroe; vnaroe; paOlArue; !SUI rravr&;, + 13.5 y los testimonios de Atenágoras en el resto de SVF 2.1027 y de Diógenes Laercio en 2.1021 (= LS
15 ouoé n yiyverOl lipyov €1tt XOov1 crou óíxa, oal~tOV, 54A). Sobre la divinidad del sol y los as tros, cf. 12.4 y 12.5.
OÜtE Kar' aiOÉplov OelOV nó').s;v OÜt' tvlnóvrC¡), 5 itpomlYop ¡a~ Para la definición de este concepto, cf. 8.1.
1(A~V 61(60a Pé~oucrt KaKol a<p&tÉp'.lO"lv avoiatc;·
au& aU Kal "ta m;;ptO"oá eníOlacrat apna OelVat, 17.4 Sexto Empírico, AM 9.133-135 (SVF 1.152, 3 Diogene, Babyloniu, 32; LS 54D)
Kol KOO)l€IV "ta:Koo~la KO' ou tp íAa CJoltpíAa eOliv. Ztívrov ot KaLtOlOÚ"tOV ~pÓJ·ta AÓYOV' "tOUC;
20 oooe yap de; EV návra auV1íp~loKac; eaOAa KaKolcrtv, Seo", eúAóy"" Iív tU; tlfu9~' <tOU, oe ~~ ovta, OUK
( 000'0' eva yíYVeoOOl1táVtrov Myov atEY ÉÓvta, av tle; E.uAóycoe; "tt)lri>ll'> ei.crlv apa 9EOi." <9 ').jyyú) "ttVE:C;
aV c.pEÚYOvtec; É&crtv 30m 9vll"t&v KaKoí Eim, napapóUovrÉ, ~am' "tO\), OO~OU\ av tl, eúA6yOl, tl~4>~' tO\),
OUO)lOpOt, Ol "t' ayaOwv ~IEv &t,;L Ktflmv noOéOvtEe; 5 O€ ~~ ovta, OUK liv tU; eúAóyOl\ tl~4>~' do\v lipa oo~oí."
oü"t ' eoopWOI OEaú KO\VOV VÓ~tOV OÜtE KAÚOOOIV, Dm:p OUK ~pe:crKe: ,ole; 0:1(0 t~e; r'"[o&~, ¡.tÉXPt tOÜ WV &veo-
25 c9 K€V 1teIOÓ¡.tevOl crUv v0 piov ecr9A.óv ExOlSV. PÉ'tOu ovroc; "TOÜ KOt ' amolle; [toü] aocpoü. O:1(avnóv DE 1(pOe;
OlJ"tol o' a'ÚG' óp¡.tWO"lV aVOl KaKov CíM.o~ É1(' aMo, t~V napaiJoA~v L'.IOYÉV1j, Ó BapuMbVlO; tO
01 pev unep OóS'], onouollv OUOÉPIIYTOV !!xovre" OE"ÚtEpÓV c.pllcrt Afl)l¡.tC1 t oú Z~vrovoc; Á.Óyou totoüwv eTVat tti
01. o' brl KEpooO"Úvac; tCTpa)l~UNOl ouócvl KÓcr¡.tqJ, 10 OUVá)lEl' "tOVe; DE: )l~ nec.pUKÓta.C; Slvat OUK éfv '[le; eUA6yroe; 'tI-
ÜUoI o' sie; aV€OIV Kal crro¡.taroc; ~óéa. Epya )lt911" t OlOúmu yap Aa)lPavo)lÉVou OflAoV roe; 1[¡:.q>ÚKacrtV EtVat
30 <*> e1(' líU..otE o' a'J.J...a. c.ptpovtat, 8S01. el & lOUro, Kal sicrlv líOf]. d yop lí1(~ nOte ~crav,
onEÚÓOvt€e; ¡.táAa 1tá.¡.tnav €vavtía "tOOVOE ysvéa9at. Kal vOV elaív, roO"1tEp el lito~Ot ~crav, Ka, vUv derlV'
o:Ua ZEÚ 1táv8wp€, KEAatVSc.ptc;, apylKépauvE, ac.p9apta. yap Ka, ayévrj"ta 'ta wlaUtá eCJ'tI Kata TI¡v Ev-
av9pÓJ1(oue; < ~IEv> púou anelpoO"ÚVf]e; a1(o AUyp1iC;, 15 vO lav 'lrov crCú)látwv. OtO KaL Kata O:KÓAoUOOV EnHpopav
~v aú, 1(a"t~p, CJKwaa ov \jIUx~e; ano, Me; óe KUpflcrat auvá~p Ó A.6yoe;. 01 Oé y€ croc.pol OUK Uml1(€c.púKa01.V ctval,
~Ól1 Kal deriv.
35 YV"'~~" ii nícruvo, ero OíK~, ~Ta návta KUpepVa"
oc.pp' av TI¡.tllOtvw; a)l€tpÓJ)lf:crOá OE tl¡.tu, 2-3 <roo.; BE ].t~ ovrru; OUIC av 1t<; ciAóyo')~ t l)l<9l1'> add. Fabricius 4 tI)lc911) tI].toov N 7 [toO] om.
Ú¡.tVOÚvtEC; "ta. ao Epya OlllVf:KÉc;, ooe; hcOOtKE ABVR 10-11 tt)l<Qll] n].toov N 11 Aa].tpavolltvou <tOU ÁOyou> Mutschmann in app. crit. 1S Kata del.
OVlltOV E6vt', E1td OÜ"tE PpotOI~ ytpro; líJJ.,o tl ¡.t€I~OV, ve l lCataKÓÁouOov Mutschmann in app. cri t.
420 Capítulo 17 Conflagración 421

Dos estudios pormenorizados de los argumentos estoicos a favor de la ex istencia de dios son Dragona-
Sobre este argumento y su relación con Crisipo, er. Meijer 2007: 122-125. Este argumento tiene un
Monachou 1976 y Meijer 2007 (esp. 1-30, 37-68 Y 78-94). Para un estudio de los antecedentes del coo-
antecedente importante en Aristóteles, Fís. 7.1 241 b34ss. En 10 tocante a la pregunta de por qué 10 exis-
cepto es toico de dios, cf. Sedley 2002 y 2007: 205-238, Frede 2005 y Gourinat 2009. Este argumento es
tente habría empezado a moverse a partir de un momento dado y no de mm, CL Fís. 8.1 y Pannénides DK
el último de una secuencia de ocho argumentos en las secciones 111-136 de AM9. Véase e l comentario
B8,9 ·1 0.
de Dragona-Manchau en 1976: 42-50 y 92-96 (la secuencia podría iniciarse en 88-9 1, cf. nn. al texto
12.15). Un argumento emparentado con éste es el de Crisipa en SVF 2.1019. Sobre la relación entre el 17.7 Lactancio, de ira dei 13.9-10 (SVF 2.1172; LS 54R)
argumento de Diógenes de Babilonia y el argumento ontológico clásico de Anselmo de Canterbury, cf. sed Academici contra Stoicos disserentes so lent quaerere cur, si otrulia deus hominum causa
Bmnschwig 1994a.
fecent, etiarn multa contraria et inimica et pestifera nobis reperiantur tam in mari quam in
17.5 Ciccrón, ND 2.16 (SVF 2.1012; LS 54E) terra. Quod Stoici veritatem non perspicientes ineptissime rcppulcrunt. Aiunt enim multa esse
"Si enim" ¡nquit "est aliquid in rerum natura qllod hominis mens, quod ratio, quod vis, quod in gignentibus et in numero animalium quorum adhuc lateat utilitas, sed eam processu
patestas humana efficere non possil, est certe id, quod illud efficit, homine melius; atqui res 5 temporum inventu<i>ri, sicut iam multa prioribus saeculis incognita ncccssitas et usus
caelcstcs omnesque cae, quarum est ardo sempiternus, ab hemine confici non passunt; est invenerit.
igitur id, qua illa conficilUltur, hornine melius. id autcm quid potius dixeris guam dewn? 6 inventu<t> ri Brandt: inven!uri codd. : invenin· edd. eeteri
5 Eten im si di non sunt, quid esse potest in renun natura hominc meJius; in ea enim solo est
ratio, qua nihil polest esse praestantius; esse autem hominem, guí nihi l in omni mundo melius Para esta forma de explicar el mal y lo negativo, ef. Plutarco (SR 1044D = SVF 2.1163) quien la atri-
buye al libro 5 del tratado Sobre la Naturaleza de Crisipo.
esse quam se putet, dcsipientis adrogantiae est; ergo es! aliquid melius. est igitur profecto
deus", 17.8 Gelio NA 7. 1. 1-13 (SVF 2. 1169-1170; LS 54Q)
2 ¡"1II11 A 1B I 4 idatj/lodctt.; idqllodHM 1 <Quibus non videtur mundus dei et hominum causa institutus neque res humanae providentia
gubernari, gravi se argumento uti putant, eum ita dicunt: "si esset providentia, nulla essent
Sobre este argumento, atribuído por Cicerón a Crisipo, cf. Dragona-Monachou 1976: 11 2-1 16. En mala." Nihil enim minus aiunt providentiae congruere, quam in eo mundo, quem propter>
ND 2. 18-2 1, Cicerón presenta la versión de Zenón estudiada en Gelinas 2006. Esta clase de argumento, e:r
gradiblls emiulII, también figura en De Leg. 2.16 citado en Locke 1666: 4. 10.6. Cf. 15.7. homines fecisse dicatur, tantam vim esse aerurnnarum et malorum. Adversus ea Chrysippus
5 cum in libro IlEp!7tpovoía.¡;; quarto dissereret: "nihil est prorsus ¡stis" inquit "insubidius, qui
17.6 Sexto Empirico, AM 9.75-76 (SVF 2.311; LS 44C) opinantur bona esse potuisse, si non essent ibidern mala. Narn cum bona malis contraria sint,
'0 pev oov a1tO t íi¡; KOIV1l¡; KUt cru~lqxílVOU oi~oWX; urraquc necessum est opposita ínter sese et quasi mutuo adverso quaeque fulta rusu consistere;
tOU Oeou A6y~ EO"tl t010U1<><;· <JKorroopev BE Kal tOV an:o nullum adeo contrarium est sine contrario altero. Quo enim pacto iustitiae sensus esse posset,
ti)¡; TOU 7tEpIQOVIDI; OlaKooplíoECU<;. ~ LOívuv t&v ovrwv nisi essent iniuriae? aut quid aliud iustitia est quam in iustitiae privatio? quid ítem fortitudo
ouoía, lPaoív, ci.KíVTJTO~ ooao E~ aún1~ KaL aOXllpáTlmO¡;; 10 intellegi posset nisi ex ignaviae adpositionc? quid continentia nisi ex intemperantiae? quo item
5 ún6 TIVO¡;; ahío¡;; ÓlPEÍAtI KIV€iaOaí TE Kal OXT1 ~tatít,;EOOat· modo prudentia esset, nisi foret contra inprudentia? Proinde" ¡nquit "homines stulti cur non
KUt Ola touro, w¡;; Xa),KOÚpyl1~LU 7tEptKc.tM.t<; OcaoápevOl hoc etiam desiderant, ut veritas sir el non sit mendacium? Narnque itidem sunt bona et mala,
n:oOoüpev paOciv TOV rE';(VÍ1"llv atE KaS' aún,v nl¡; fe licitas et infortunítas, dolor et voluptas. Alterum enim ex altero, sicuti Plato ait, verticibus
OA.ll<; OK1v1írou KaOE<JTWO'l<;, OÜtW Kal·nlv TOOV OM.oV ÜA'lV inter se contrariis deligatum est; si ruleris unum, abstuleris utrurnque." Idem Chrysippus in
Oewpoüvte¡;; KIVOU~Il;V 'lV Kal EV ~lOP'í)"t1 Te Ku18taKoap~OEI 15 eodem libro tractat consideratque dignumque esse id quaeri putat, EL al trov &v8p6)1tcov v600t
10 turxávouaav euA.óyroc; av aKE1t"tOípEOa ro KIVOÜV aút~v KCl.ta cpúmv yivovtat , id est, <si> natura ipsa rerwn vel providentia, quae eompagem hane
Kal n:oAueloroc; pOPlPOUV alTlOv. tOUto & OÚK aM.o ti Tn - mundi el genus hominum fecit, morbos quoque el debilitates el aegritudines eorporum, quas
Oavóv éa-nv dveu 1, Oúvapív uva 01' aÚT1lc; n:e<pOltr¡- paliuntur homines, feeerit. Existimat autem non fuisse hoc principale naturae consiliurn, ut
KUiav, KaOémEp l;~liv 'lfUXI11tEq>oítl1Kev. nihil oov 1; Oú- faceret homines morbis obnoxios; nurnquam enim hoc convenisse naturae auctori parentique
vaplC; ~tOI autOKíVTJtóC; tm¡v 11 ún:o WJ..11C; KtVEitm ouvá- 20 omnium rerum bonarurn. "Sed eum multa" inquit "atque magna gigneret pareretque aptissima
15 ~I&:OC;. Kat Ei ~ ulp' €tÉpaC; <*> KIVE'itUl, t~V érÉpav aoúva- et utilissima. alia quoque simul adgnata sunt incommoda his ipsis, quae faciebat, cohaerentia";
TOV cmat KlvEiaOal p~ {m' WJ..11C; KlVOUpiV'lv, om;.p cÍtorrov. eaque <non> per naturam, sed per sequellas quasdam necessarias [acta dieit, quod ipse appellal
cm l nc; lipa KaO' €aut~v aútoKív'lLO<; 8úvapIC;, ~ttC; a v Ell1 Kata 1tapaKOAoÚ9'101V. "Sicut," inquit "cum corpora hominum natura fingeret, ratio subtilior
n
Oda Ka! ai¿;tor;. yap ~ airovoe; Ktvi]aewl ~ a1tó nvor; et utilitas ipsa operis posndavit, ut tenuissimis minutisque ossiculis caput compingeret. Sed
XJ)Óvou. a U' o.rr6 n voc; xpóvou ~v OU K1V1ím:ra¡' ou 25 hane util itatem rei maioris alía quaedam incornmoditas extrinsecus consecuta est, ut fieret
20 yap eO"tCtl TI~ airía TOU 61tó TIVOC; aUnlv :xpóvou KtVEloOul. caput tenuiter munitum et ictibus ofIensionibusque parvis fragile. Proinde morbi quoque el
aíOto<; "Toívuv EO"T!V ~ Klvoooa n,v ÜAT)V 8úvap~ KaL tE- aegrirudines partae sunt, dum salus paritur. Sicut herej e," ¡nquit "dum virrus hominibus per
wnlÉVwc; autllv de; yEvécr€l<; Kat peta~oA.a<; ayoucra. WO"TE. consilium naturae gignirur, vitia ibidem per adfinitatem contrariam nata sun1."
OEO<; av El'l aihll.
1-4 <quibus - propter> suppl. edd. cett. ex Lactantius epi!. Div. Ins!. 24.5 16 <si> add. MarshalJ 24
6 m:pIKaA.€<; ABVR : nspu;:w..A.&; codd. alter. 10 KOIVOÜV NL : KIVOÜV codd. alter. 13 Ko9án€p ~JltV post eaque <non> vel <neque> vulgo
Mutschmann cum omn. codd. : Ku9ó.nsp<sv> ~Jliv von Amim: KuOárrsp ÓI'~Jl&V Kayser IS lac. indo
von Amim 16 ~ato l N : dvctI LEABVR : eYr¡ áv Apelt / Kut OÜ1:Ol~ d~ ¿btE¡pov add. Heintz post 15 Plato Cf. Fed. 6081-C7.
KIVOUpév'lV
422 Capítulo 17 Con flagración 423

16 ¡den¡ CJuysipplls ill eodem libro Sobre la atribución a Crisipo de esta segunda teoría, cf. Salles epaÜAov, 900crepE\(; -ce 'tOU¡; O1touoaiouc;' €llnsipouc; yap e1Val 'trov
2005b: 75-76. Sobre las resonancias heracJiteanas de este pasaje, cf. Platón, Teel. 176A. 5 nEpl OEOUe; vo~i).lrov· Elva{ t e TI¡v eUO'ÉpStaV €1tIcrtillJr¡v ge&v
22-31 Cf. Tim. 75A4-C7 (cf. Salles 2005b: 59-61). 9Epaneia~. WJJi.llftV Kal.9úoElV autour; OEoiC; ayvoúr; O' Ú1táJ'XElV'

17.9 Plularco, SR 1051B-C (SVF 2.1178; LS 54S) eKVEÚEtVyap la n:ept 9EOUe; á).lapt1ílJara, KallOU<; 9EOU¡; éíyacr9at
"Etl 1tepl toí) IlTJ8ev EyICAr¡rov dVUl J..l'lOE JlQt7rtOY a\>lOÚe;' ómour; 'te yap Etvat Kal olKaiou¡; npOe; r o 8Elov. ).lÓVOUe; O'
<i;v t q,> KÓO}.J.O), Katcl t ~V apícrrllv <púcrtv ó.1tWtwv 1tEpm-
¡eproe; tOUo; O"()(poú~· em:cncÉepOal yap nsp19umrov, iopúOE<ilv,
vOlléveov, nolláKI<; y€ypCl<Pro~ ecrnv ono\) náÁtv 6yKA.'lt W; 10 Ka9aplJrov, Kal -crov WJ.rov l rov 1tpee; tOUr; 9EOU¡; OiKEírov.
tlVm; o.JlEAeía~ 0-0 nSpllllKp(L Kal q>auMx KatClÁEÍJl:el. tv 1 t"ov 800v F 2 clveu FDp4H et Suda: om, BP1Q<ll 1 €vavriov <ll el SlIda 5 nepl BPFD el Suda : 1t~
4
5 yoüv t<$ tpíto) nepl üoma<; )..lVll09dC; on oullPa(vet uva I n:epl SeoUe;; CJ> : nEpt SEWV BPFD : n:epl aeoO Suda 7 m:pl 8eoug BFP H: nepl SeoO Suda: nep\
(]>

lOÜ; KCl>..oÜ; Kcii ayaOolc; '{olCltita "nótepoy" <Pllo1V "clJlE- toug Seoug P1QD]0 tOOelov Suda
Aoulltvrov T1V&V, Ka06.rrep f:.¡ oixía~ ~(~oO"l1[apa7rÍ1ITel Sobre la divinidad del sabio y su relación con la religión, cf. SVF 3.604-610. Sobre la aparente incon-
n va. nirupa KCxt1tOOOl mJpoí, 'toov oAú:lv El) oiKovo)loullévwv; sistencia entre este texto y t 7.12 Y 30.12 (c f. SVF 1.1 46 y 1.264), cf. Algra 2009: 238-243 .
~ oUI 1"0 KaOírrrClcrOm Enl t rov lOIOÚtOJV OalllÓVIo. q>auAa, €v
17.12 Clemente de Alejandría, SlrQm. 5.11.76.1 (SVF 1.264)
10 oTe; 10 ovn yivovtCt.t Kal ¿YKA1TtÉat a~IÉA.elat;" qJ1lcrl M 1rOA:U
UyEt M Kal Zitvrov ó tile; Ltoo'úa¡g Ktkrrr¡e; aípéoEWr;
Kal t Ot1l¡; aváylC'l¡; ~IEJ.ltXOat,
tv té9 tile; nOAltEí~ ~lPAiC9 ~l'ÍtE vaoue; OEtV nOlEiv ).littE ayáAJl.ata'
2 <ev t('9> add, Wyttenbach 2-3 1rEPatvOllÉVOOV Pohlenz : 1rapatvoJ.lÉVwv Xl : 1rapayopÉvwv 11lloev ya.p dvat t rov OeIDV oo;lOV KataO'KEÚaO).la, Kat ypáepElVou oÉ-
gX' 1I T~, avétYK1l,] Ka' sav Ka, g oteV aura.ir; U~Em tó:OE' "lEpó: t e 01KOOO).lElV ouoev 0ElÍcrel' tepov yap
Para los problemas relacionados con este testimonio y, en particular, la idea de que puede haber en el 5 ¡.n) nOAAoü ~tOV Kat Üylov oúoev XPft VOllí~Etv' ouoev 1tOAAO\) ce
estoicismo detalles que la providencia divina descuidaría, cf, Bénatou'il2009, éí~lov Kal éíy¡ov OlKOOólJrov epyov Ka! ~avaúowv,"

17.10 Epic!CIO, Diss. 1.1.10-23 (LS 62K) Sobre este lema, cf. 30.1 2 Y nuestras nn. al tex to anterior.
"ncmEp ouv ~v ~IOV, tO Kpáttcrt:ov ánáVlwv Kal Kl)- 17.13 Epicteto, Elle". 31.1-3
plEUOV oí Oeol ~tóvov EqJ' li~ltV broi'lcrav, T11v xpiimv Tfie; nEpl l aU¡; 9EOUe; EÓcrEPEiro; 10th BtI lO KUp¡(Í)-
t 1lv 6pO~v -cai¡; qJaVTacriUl~, ta o' 0J...Aa OUK lep' ~lltV, tatOV éKeivó écrttv, opOar; U1tOA~IjISI¡; m:pl autoov ExEtVro~ ov-
apá rE OT! OUK ~9EAoV; tyro pev OOKID Otl, Ei ~oúvaVlo, t(r)V Kat OlOlKOÚvtroV ta OM KaMO¡; Kal olKairo¡; Kal O'aurov
S KelXf.lVa av llJltv EnÉTpE\(ICtV' 0:ll.U návHoe; OUK ~Oúvavro, BU; tomo KarCUEtaxÉ:Vat, tO m í9Ecr9at autoir; Kal ei.'KetV nQm
Enl YiiC; ya.p OVla¡; Kal crrollaT! cruvoEoq.livoue; tOlOtrr41 ro,
5 TO~ ylVOpÉVO" Ka' aKOMUO,¡V eKÓVta lirro ni, apíOTll,
Kat KotvwvoiC; tOtOÚtOtC; nwe; otóv t ' ~v de; wih"a 'Í:mo yvÓ3~~, ÉrrlTEMU~VO". OUTro yap OÚ ~¿~'I'!I rrorEtm\ OEOU,
Tóiv ';KTO, p~ eprro5í¡;,oOm; oe
oüte éytcaJJ:OEle; ro~ cl)lEAoÚ)lEVor;, l:JJJ..we; oUx otóv tE tOÜtO
:4J.1a t í A€yEI Ó Zeúe;; " 'EnÍlcrlltE, El oTóv tE: l;V, Kal yivEOOat, Mv ~~ apu, arro Tóiv OÚK €~' ~p¡v Kal f:,¡ TO~ €~.
lO to oW).lémov av crou Kal ro 1\t110iotov Enoír¡cra EA.eÚOEpOV ~).ltV IJÓVOl~ 9fl¡;; tO ayaOov Kal tO KaKÓV. roe;, av yé lt €Kel-
Kal a1tapU1tÓÓlcrtOV, VÜV lié, ~llí Oc Aav9avétw, tOmO 10 vrov únoAó:~n~ aya90v ~ KaK6v, 1tncra avayK'l, ehav a1romyxó:-
OIJK s<rnv cróv, á)J..Q.1l11AD<; KOIlIt'ó'x; :n:eepupa~tÉvoe;, €nEl vu, rov OéÁEt, Ka, rrepmi11tu, 01, ~~ OéÁE", ~f"l'aoBaí o, Ka'
oE roUto OUK ~O\)v6.Il'lV , E&lJKa).lSv crolllÉpOe; 'ti ~~tétE­ ).llcrEtV taUe; ahioue;, 1tÉ:epuKe yap 1tpOr; t omo nnv ~é9ov ta. ).ltv
pov, n,v 8úva).llv WÚt11V t~V Óp).lr¡'t1K1ÍV tE Kal. aqlOp- ~A.ap€pa epatvó)lEVa Kal ta a'ítta aUtrov q>EÚYEtV Kat é1CtpÉne-
15 J.l'ltltcTtVKal6pEKttK1ív t e Kal EKKAltlKT,V Kal ánAroe; n)v oe
crem, ta dxpéA1lla Kat -ca at-Cla ctÚtrov IJStttvat -CE
XPllO'tItcT]v tal!; c.paVlacríatc;, lÍe; Ent)1EAoÚllEVOe; Kat EV ñ 15 Kat tEOr¡nÉ:Vm.
rO. ocunoú 'n9É).IEVOC; ouMnon: KroAu9i¡crn, oU8Énor ' €).l-
Sobre cuál es la actitud correcta que debe adoptarse en el culto reliogioso, c[ Séneca, Ben. 1.6.3 citado
1tOOtoO'Í01J, ou O1EVáq:;~, ou ).lÉ:~t\Vll, ou KOAaKEÚcrE~ ou- en Algra 2009: 239 n. 48. Sobre la religiosidad de los estoicos, véase también 17.2 y 29.7,
oÉva. -ci OOv; IJ~ tllJlKpá O'ot epaiVErat taÜta;" "IJ~ yÉ-
20 VOltO," "apKfi ouv auroi¡;;" "ru;(OIJCtI + 8E toi~ 900i¡;."
3 fort. (Schenkl) rwv <pavraatoov 13 ro(¡)Ka ¡.tÉV S corro Schenkl 20 + CnlX indoedd, : Wxo¡lat SE. role;
Owí~ codd. : euxapíarel Schweighauser : ruXUPICJTOO (ve l mXO¡lClt' vr) roó~ eeou~) Schenkl : oux
~pola oto Elter : ou yop OPOt~ Diels

17.11 DL 7.119 (SVF 3.606,609)


0eíou¡; t ' dvat, exetv yó:p €v Éamote; oiovd Oeóv. t ev O€ <paúAov
CWEOV. OlTIOV o' dvm tev ñOwv, tÓV t' Evavtiro~ t4> 0Eícp )..zyó-
llEVOVKal. tOV É~OUOEVlltlKOV tOl) 08iou' om:p OUK elvat rreplnávra
Conflagración 425

Capítulo 18 entre el resplandor y la brasa, pues cuando se exti ngue termina siendo brasa; cuando se aviva,
en cambio, tiene un brillo que relampaguea, aun euando carece de una fuerza que sea combus-
Conflagración tible. Ahora bien, si afirmáramos que durante la conflagración el cosmos se disuelve, no se
convertirá en brasa, porque la totalidad de la masa terrestre, en la cual el fuego resulta estar
contenida, quedará como residuo, y opinan que en ese momento ninguno de los demás cuer-
pos subsiste, sino que tierra, agua y aire se disuelven en un fuego sin mezcla. Por supuesto
18. 1 Alej andro de Licópolis, Mall. 19, 2-12 (LS 461)
que tampoco se convertirá en flama, pues está atada al alimento y, si nada queda, se extinguirá
Pues se ha argumentado acertadamente contra el argumen to de Zcn6n de Citio que [dice
enseguida por estar privada de alimento. A ello sigue que tampoco acabará en resplandor,
que] "el todo se incendiará" afirmando [que si] " Iodo lo que quema, teniendo <a lguna cosa>
pues no tiene subsistencia por sí mismo, sino que deriva de las dos [formas de fuego] anterio-
que quemar, lo quemará todo y el sol es fuego ¿acaso [el fuego] no quemará lo que tiene [para
res -brasa y flama-, en menor grado de la brasa, y mucho de la flama, pues se di funde a una
quemar]?". Dc esto se infería, como creía [Zenón}, que el lodo se incendiará, en contra del
enorme distancia. Sin embargo, dado que, como se most ró, aquellas [dos formas de fuego] no
cua l se dice que uno de sus oponentes más agudos ha afinnado: "Yo al menos, no vi ayer,
existen durante la conflagración, [el cosmos] tampoco podría convertirse en resplandor. Desde
hace un año o hace mucho tiempo, ni tampoco veo ahora, que nada haya sufrido por la acción
luego que el abundante y espeso resplandor diurno, cuando el sol toma su curs o bajo la tierra ,
del fuego y del sol, pero es preciso que, con el tiempo, este hecho hubiese ocurrido gradual-
es inmediatamente ocultado por la noche, en especial si no hay luna. El cosmos, por tanto, no
mente, para convencemos de que, en algun momento, el todo habrá de incendiarse".
sufre una conflagración, sino que es incorruptible. Pero si fuera a sufrir una conflagración, no
18.2 Ciceró n, NO 2.118 (SVF 2.593) podría generarse otro cosmos. Es también por esta razón que, cuando algunos estoicos advir-
Las estrellas, sin embargo, son fla mígeras por na turaleza, razón por la cua l se nutren de tieron de lejos y con más agudeza la refutación que implicaba [su tesis de la conflagración del
las exha laciones de la tierra, del mar y de las aguas, que el sol levanta de los campos y de las cosmos1, consideraron que debían tener li sta una ayuda para su [posición] fundamental, como
aguas que ca lienta. Una vez que las estrellas y todo el éter se nutrieron y renovaron, del mis- si ésta estuviera en peligro de muerte. Sin embargo, no les si rvió de nada, pues , dado que el
mo modo las regresan y, de nueva cuenta, las extraen de las mi smas fuentes. [En este proceso] fuego es causa del movimiento y el movimiento es principio de la generación pero es imposi-
no se pierde casi nada, o sólo una parte diminuta, que el fuego de los astros y la flama del éter ble que una cosa cualquiera se genere si n movi miento, a firmaron que después de la conflagra-
consumen. A partir de lo que va a suceder, los nuestros creen aquello acerca de lo cual decían ción, cuando el nuevo cosmos está por ser producido demiúrgieamente, la total idad del fuego
que Panec io dudaba , a saber, que en última instancia la totalidad del cosmos se incendiará, no se extingue, sino que queda una cant idad parcia l de él. No hay duda de que se preocuparon
puesto que ni la ticrra podrá nutrirse ni el aire podrá circular, pues su ascenso no podrá darse mucho porque, si de go lpe se extinguiera, la totalidad de las cosas que están en reposo perma-
una vez que se consume la totalidad del agua, de modo que no quedará nada sino fuego, y necerá sin orden, por cuanto ya no habrá causa del movimiento. Éstas son las ficciones de
gracias a él, inve rsamente, que es tá dotado de vida y es dios, se producirá una renovación del quienes son ingeniosos para encontrar argumentos y maquinar en contra de la verdad. ¿Por
cosmos y él mi smo surgirá ordenado. qué? Porque, como se ha mostrado, es inviable que si e l cosmos sufre una conflagración, se
torne semejante a una brasa porque, [si así ocurriera], quedaría una vasta cantidad de sustan-
18.3 Alejandro de Afrodi sia, in Meteor. 61, 34-62,1 1 (SVF 2. 594)
cia terrestre, a la cual el fuego estará amarrado para es tar al asecho. En ese caso, sin embargo,
A partir de esto, [Aris tóteles] afirma que quiene s fijan su atenc ión en los detalles e inten-
ta l vez la conflagración no tiene poder porque si permanece el más pesado de los elementos e
tan hablar acerca del todo a partir de los detalles, diccn que el ca mbio y la destrucción del
inc luso el más resistente, la tierra que no se disuelve, [el cosmos] tiene que transfonn arse en
todo es ca usa de dicho ca mbio en la tierra según el cua l <lugares> lodosos y húmedos se
flama, o en resp landor. En flama, corno pen saba Clea ntes, en resplandor, como pensaba Crisi-
vuelven habitab les y adecuados por la sequedad, mientras que los que antes eran adecuados,
po. Pero si se vuelve flama, cuando se encam ine a su extinción de una vez, no se extinguirá
se vuelven inhabitables debido al incremen to de la sequedad. En efecto, estas personas, va-
por partes sino de golpe, pues existe junto con su alimento. Es por eso que, cuando hay abun-
liéndose de ta les pruebas, piensan que se da la conflagrac ión del todo, por ejemplo, antes de
dante [alimento1, crece y se expande; cuando escasea, en cambio, decrece. Se podría proba r lo
él, Heráclito y quienes eran de la misma opinión que és te [se. He ráclito] y, después de él,
que sucede por lo que nos ocurre: mientras uno alimenta la antorcha con aceite, da una fl ama
quienes provenían de la Estoa. Y a partir de esto dicen, en la creenc ia de que el todo es gene-
muy brillante. Pero en cuanto se deja de hacerlo, se consume el resto de alimento e inmedia -
rable y destructible, que es preciso suponer que la generación del cosmos es causa de que
tamente, al ya no tener parte a lguna de flama, se apaga. Pero si no se vuelve flama sino res-
a lgunas partes de la ticrra se deshidraten y que otras vuelva n a humedecerse. En efecto, es
plandor, vuelve a transformarse por completo. ¿Por qué? Porque no tiene una existencia pro-
abs urdo hacer que el todo ca mbie, y se genere y se destruya, debido a transfonnaciones pe-
pia, sino que nace de la flama y si ésta se extingue por completo, también es forzoso que el
queñas, pues el tamaño de la tierra no es nada en comparac ión con la total idad del cielo. En
resplandor se suprima no parcia l, sino absolutamente, pues lo que la flama es al al imento, eso
todo caso, sos tienen la tesis de que, en relación con el todo, ella ocupa el lugar del centro.
es el resplandor a la fla ma. Consecuentemente, la flam a es supr imida junto con el alimento y
18.4 Filón, OAM 86-93 (SI'F 1.511, 2.611-612) el respla ndor con la flama. Es inviable, por tanto, que el cosmos tenga una regeneración, ya
No obstante, debemos examinar el argumento eon más prec isión del sigu iente modo: hay que no hay ninguna razón seminal que se queme en [él] sino que todo se ha consumido: lo
tres clases de fuego: brasa, flama, resplandor. Ahora bien, "brasa" es el fuego que se da en la demás por el fuego, y éste por falta [de alimento}, De donde se hace manifiesto que [el cos-
sustancia terrestre, y que ha abandonado el modo de una condición neumática y que, al exten- mos] sigue siendo ingénito e indestructible.
derse, asecha a través de toda [la sustancia] hasta los límites. "Flama" es [el fuego] que se
18.5 Hipólito, Re! 1.21.3-5 (SVF 2.598)
eleva en el aire desde su alimento. "Resplandor" es el que procede de la flama y colabora con
y [los estoicos] dicen que el alma es inmortal, pero que es un cuerpo y que se generó a
los ojos para la captación de las cosas visibles. Pero la fla ma ha adoptado un lugar intermedio
partir del enfriamiento del a ire circundante. También es por ello que se llama "'alma". Incluso
426 Capítulo 18 Conflagración 427

conceden que, al estar las almas determinadas [en cuanto a su número J se da su transmigra- adquiere una proporción distinta". No cabe duda de que aquí [Crisipo] afirma que incluso las
ción y aceptan que habrá una conflagración, es decir, una purificación, de este cosmos; según partes inanimadas del cosmos se tornan animadas en virtud de la conflagración pero que, en
algunos, de su totalidad, según otros, de una parte. En efecto, dicen que éste habrá de purifi- virtud de la extinción, incluso el alma se afloja y licúa al transformarse en lo corpóreo.
carse parcialmente y, a grandes rasgos, dan el nombre de "purificación" a la destrucción y
18.9 DL 7.141 (SVF 2.589; LS 46J)
generación de otro [cosmos] a partir de ella.
y aquello cuyas partes son destructibles, también lo es en su totalidad; pero las partes del
18.6 Plutarco, SR 1052B-D (SVF 2.604,1068; LS 46E) cosmos son destructibles puesto que se transforman las unas en las otras; por lo tanto, el
y ciertamente en el libro tercero del tratado Sobre los dioses , Crisipo afirma estas cosas cosmos es destructible. Y <además,> algo es destructi ble si es capaz de recibir la transforma-
respecto de la alimentación de los demás dioses: " El alimento es usado de modo similar por el ción hacia lo peor. Pero el cosmos [es capaz de recibir esta clase de transformación]; en efec-
resto de los dioses, [pues] es a través de él que se cohesionan. Pero Zeus, es decir, el cosmos, to, se seca y se vuelve agua. <Por lo tanto, el cosmos es destructible>.
[se cohesiona] de modo distinto [que las cosas que se consumen periódicamente en fuego] y
18.10 Eusebio, PE 15.18.3 (SVF 3 Zeno Tarsicnsis 5)
que se generan a partir del fuego. Aquí, por tanto, asevera que todos los dioses se alimentan
Zenón [de TarsoJ, discípulo suyo [sc. de Crisipo], y director de la escuela, suspendió el
excepto el cosmos, es decir, Zeus. Sin embargo, en el libro primero de l tratado Sobre la Pro-
juicio respecto de la conflagración del todo.
videncia, [Crisipo] afirma que Zeus crece hasta que consume en él mismo todas las cosas: "en
efecto, dado que la muerte es la separación del alma del cuerpo, pero el alma del cosmos no se 18.11 Filón, DAM 77 (SVF 3 Diogcnes Babyloniu s 27)
separa sino que crece sin inteITupción hasta que absorbe en ella misma la materia, no debe Se dice que Diógenes [de Babilonia], cuando era joven, suscribió la doctrina de la con-
decirse que el cosmos muere". Ahora bien, ¿quién parecería estarse contradiciendo más que flagración, pero, tiempo después comenzó a dudar y suspendió el juicio [al respecto].
aquel que afirma ahora que el mismo dios crece y en otro momento que no se alimenta? No
hace falta argumentar esto, pues es claro que en el mismo tratado ha escrito: "Sólo se llama 18.12. Filón, DAM 78-84 (SVF 3 Boethus Sidonius 7)
Los del círculo de Boeto, por su parte, han uti lizado las demostraciones más persuasivas,
autosuficiente al cosmos porque sólo él contiene en sí mismo todas las cosas que necesita y
que vamos a exponer enseguida. Si el cosmos, dicen, es generado y destructible, se generará
desde sí mismo se alimenta y crece, cuando sus partes se intercambian las unas con las otras."
algo a pa11ir del no ser, 10 cual incluso a los estoicos parece en extremo absurdo. ¿Por qué?
[CrisipoJ se contradice consigo mismo no sólo al aseverar en aquellas [partes del libro tercero
de Sobre la Providencia] que, con la excepción del cosmos - esto es, Zeus- , los demás dioses Porque no es posible encontrar ninguna causa productora de destrucción, ni interna ni externa,
se alimentan pero al decir en éstas que incluso el cosmos se alimenta, sino también y en ma- que elimine el cosmos. Pues en el exterior [del cosmos] no hay nada, a no ser que tal vez haya
yor grado porque afirma que el cosmos aumenta de tamaño alimentándose de sí mismo. Era vacío, por cuanto los elementos fueron dispersados en su totalidad en el cosmos, y dentro de
verosími l justo lo opuesto, [a saber que] sólo éste [se. el cosmos] no crece, pues su propio él no hay ninguna enfennedad de una Índole tal que pudiera volverse causa de disolución para
decaimiento es su alimento. un dios de tal magnitud. Pero si se destruye de un modo incausado, es manifiesto que el ori-
gen de la destrucción procederá del no ser, cosa que ni siquiera aceptará el pensamien~
18.7 Eusebio, PE 15.18.1-3 (SVF 2.596; LS 46K) tO.También afirman que las modalidades genéricas de destrucción son tres: la que se da por
" Para los miembros más antiguos de esta escue la, es cosa establecida que, según ciertos división, por eliminación de la cual idad dominante y por cofusión. Ahora bien, las cosas que
períodos máximos, todas las cosas se vuelven éter al disolverse todas en fuego etéreo." Y se dan a partir de [cuerpos] discretos -rebaños de ovejas, manadas de bueyes, coros, ejércitos-
enseguida [Ario Didimo] agrega: " a partir de estas cosas es manifiesto que Crisipo no ha o los cuerpos compactos que se dan a partir de los que están en contacto se disuelven por
admitido que ésta [se. diso lución] es la cofusión respecto de la sustancia (pues esto es imposi~ separación y por división. La cera que cambia de fonna y es pulida para que no admita una
ble), sino la que [así] se llama en vez de transformación. En efecto, en la destrucción periódi- impresión diferente de su forma [es un caso de destrucción] por eliminación de la cualidad
ca del cosmos que se produce según períodos máximos, los que sostienen que todas las cosas dominante; por cofus ión, en cambio, como en el caso del tetrafátmaco de los médicos. En
se disuelven en fuego (a lo cua l, por cierto, llaman "conflagración"), no admiten que haya una efecto, los poderes [curativos de los ingredientes] reun idos desaparecieron [en su individuali-
destrucción en sentido estricto, sino que usan el término "destrucción" en lugar de "transfor- dad] para dar lugar al nac imiento de uno distinto, único y acabado. ¿Mediante cuál de [las
mación natural". En efecto, es cosa establecida para los filósofos estoicos que la totalidad de mencionadas modalidades] es válido afirmar que el cosmos es destruido? ¿Por división? No,
la sustancia se transforma en fuego, como en un esperma , y que, nuevamente, a partir de él, se porque el cosmos no está compuesto de [cuerpos] discretos, de modo que sus partes pudieran
lleva a cabo la misma reordenación que existía antes. Los primeros y más antiguos miembros dispersarse, ni tampoco de [cuerpos] que están en contacto, de modo que [sus partes pudieran]
de la escuela - Zenón, Cleantes y Cri sipo-- defendieron esta doctrina. disolverse; y el modo en que se unen a nuestros cuerpos tampoco es el mismo, pues [las partes
del cosmos] son perecederas por sí mismas y están dominadas por miles de factores que las
18.8 Plutarco, SR 1053B-C (SVF 2.605; LS 46F)
dañan . El cosmos, sin embargo, tiene una fuerza invencible que con una enorme superioridad
Además, [Crisipo] afirma que, cada vez que se produce la conflagración, <el cosmos> en
prevalece sobre todas las cosas. Pero ¿acaso [la destrucción se produce] por la eliminación
su totalidad está vivo y es un viviente <animado>, pero, al volver a extinguirse y condensarse,
comp leta de la cualidad? Esto es sin duda inviable, pues de acuerdo con los que escogen la
se vuelve agua y tierra, esto es, de naturaleza corpórea. En el [libro] 1 del tratado Sobre la
opin ión contraria, la cualidad de la reorganización cósmica permanece en una sustancia menor
Providencia dice: "En efecto, si el cosmos en su totalidad <se hizo> ígneo [durante la confla~
que la de Zeus, aunque compactada durante la conflagración Pero ¿se produce por cofusión?
gración], también es directamente su propia alma y principio conductor. Sin embargo, cuando
¡Para nada! Pues habrá que volver a admitir que la destrucción se produce en dirección del no
se transforma no só lo en 10 húmedo <y terroso>, sino también en alma residual, [el cosmos]
ser. ¿Por qué? Porque si cada uno de los elementos fuera parcialmente destruido, podría admi -
se transforma en cierto sentido en cuerpo y alma, de modo que está compuesto de ellos, y
tirse un cambio hacia otra cosa; y, en suma, si todos ellos fueran eliminados de golpe por
428 Capitulo 18 Conflagración 429

cofusión, habrá que suponer lo imposible. Además, afirman, si todas las cosas sufren una Cleantes, la conflagración es la última etapa de un proceso lento y gradual de resecamiento
conflagración, ¿qué estará haciendo dios durante ese tiempo? ¿Nada en absoluto? Eso es lo causado por el calor mismo que, según vimos en el Capítulo 15, cohesiona al cosmos y sus
que tal vez se sigue. En efecto, ahora mismo [dios] está vigi lando cada cosa y, como un autén- partes. De acucrdo con 15.12 el sol ~ fuente primaria dc calor en el cosmos- "se alimenta dc
tico padre, gobierna todo y, si tenemos que decir la verdad, como un auriga y un timonel lleva los vapores del océano". Según 18.2, la mayoría de esta humedad que lo alimenta regresa a la
las riendas y timonea la totalidad de las cosas, pues presta su ayuda no sólo al sol y a la luna tierra bajo la forma de agua. Pero una pequeña parte es consumida por el fuego del sol y las
sino también a los demás planetas y estrellas fijas, incluidos el aire y las <demás> partes del estrellas, de modo que la humedad que regresa a la tierra es cada vez menor. Esta pérdida es
cosmos, pues ayuda a hacer cuanto hace falta para la permanencia del todo y la intachable lo que reseca progresivamente al cosmos y, a la larga, causa su conflagración. En la teoría de
administración según recta razón. Pero si la tota lidad de las cosas fuera eliminada , [dios] Cleantes, el resecamiento progresivo del cosmos causado por el calor, así como el proceso
tendría una vida invivible debido a una pereza e inacción terribles. ¿Qué podría ser más ab~ mismo mediante el cual éste termina consumiéndolo por completo, tienen un carácter negati~
surdo que esto? No me atrevo a decir - lo que ni siquiera está permitido suponer- que, si va que Cleantes asocia explícitamente con una destrucción. Esto se indica en 15.12, testimo·
efectivamente se da dicho reposo, la muerte sobrevendrá a dios . Pues si eliminas el movi~ nio de Cicerón, pero también en el testimonio de Plutarco en 15.11: en el proceso mediante el
miento perpetuo del alma, también la destruirás por completo. Sin embargo, según los que cual en la conflagración el sol asimila por completo a los demás astros, las estrellas contribu-
sostienen la tesis contraria, Dios es el alma del cosmos. yen a su propia destrucción. En la teoría de Cleantes, por lo tanto, el efecto del calor sobre el
cosmos es paradójico: el mismo calor que cohesiona al cosmos y sus partes es, a la larga, el
18.13 Filón, DAM 8-1 0 (SVF 2.620) responsable de resecarlos y consumirlos por completo. Pero este paradoja sólo surge si uno
Ahora bien, Demócri to, Epicuro y la mayor parte de los filósofos estoicos admiten la ge- supone, junto con Cleantes, que el resecamiento del cosmos y su consunción implican su
neración y destrucción del cosmos, aunque no de igual modo . En efecto, aquellos esbozan una destrucción, entendida como algo contrario a su conservación. Y es aquí donde interviene el
multiplicidad de cosmos, cuya generación atribuyen a los mutuos impactos y comb inaciones argumento de Crisipo contra Cleantes.
de átomos, y su destrucción a los choques y colisiones de las cosas así generadas. Los estoi~ El argumento de Crisipo aparece en el texto 18.6. Uno de sus supuestos es la tesis estoica
cos, en cambio, admiten un solo cosmos, causa de cuya generación es dios - aunque ya no lo de que el cosmos es un animal y, por lo tanto, un ser dotado de alma (cf. 18.8) . A partir de
sea de su destrucción- , que es la fuerza de un fuego infatigable que se produce en lo existente este supuesto, el razonamiento se desarrolla como sigue: (1) para todo animal, incluyendo el
y que disuelve durante largos períodos de tiempo todas las cosas en sí misma, ya partir de ella cosmos, la muerte consiste en que su alma se separa de su cuerpo, (2) en la conflagración, el
reconstituye la regeneración del cosmos gracias al designio del artesano. Según ellos, el cos~ alma del cosmos consume su propio cuerpo o "materia", pero (3) la absorción de una cosa por
mos puede, en un sentido, ser llamado "eterno" y, en otro, "destructible": el que se da en la otra y la separación de ambas son dos procesos distintos y, en particular, el primero no impli-
reorganización cósmica es destructible, el que se da en la conflagración es eterno, pues se ca el segundo; por consiguiente, (4) al ocurrir la conflagración, el cosmos no muere. Pero (5)
inmortaliza con sus regeneraciones y ciclos que no cesan jamás. la muerte es el modo en que se destruye un animal y el cosmos es un anima L Por lo tanto, la
COMENTARIO conflagración no destruye el cosmos como piensa Cleantes. Para evaluar la fuerza de este
La teoría estoic a de la conflagración afirma que el cosmos habrá de incendiarse por un argumento, es necesario determinar si Cleantes aceptaría sus premisas, por lo cual cabe pre-
gran fuego que lo consumirá por completo. Aunque se trata de una de las teorías más cara~ guntarse si acaso su propia cosmología no lo obligaría a aceptarlas (cf. Salles 2009b).
terísticas del estoicismo, no todos los estoicos la compartieron. Inclu so entre quienes la de- La adversidad entre Cleantes y Cris ipo no es la única que hubo dentro de la escuela es-
fendieron existen divergencias importantes. Entre estos últimos se encuentran Cleantes y toica respecto de la conflagración. De hecho, la diferencia que existe entre ellos dos es, en un
Crisipo, a quienes estará dedicada la mayor parte de este comentario. Después de estudiar la sentido importante, menor que la que los separa de otros estoicos. Los estoicos que se aparta-
postura de estos dos autores, 110S detendremos en las de otros estoicos que se apartaron tanto ron de Cleantes y Crisipo pueden agruparse en tres facciones. Por un lado, están aquellos que,
de Cleantes como de Crisipo poniendo en duda o negando la conflagración. si bien aceptaron la idea de que habrá una conflagración, sostuvieron que su causa no es dios
Clcantes y Crisipo coinciden en que habrá una conflagra ción y la tesis misma se remonta sino una fuerza distinta, rival de la dios. Dios es responsable de la creación del cosmos, pero
a Zenón (texto 18.1). Según Cleantes en 18.2, habrá un momento en que "no quedará nada no de su destrucción, la cual se debe a un tipo de fuego distinto y, hasta cierto punto, autóno·
sino fuego" y para Crisipo en 18.8, el cosmos será "ígneo s in más en su totalidad". Asimismo, mo de dios, según se sugiere en el texto 18.13. Por otra parte, están aquellos estoicos que
como veremos en el capítulo siguiente, ambos aceptaron que, al concluir la conflagración, el dudaron de la tesis misma de que habrá una conflagración, suspendiendo el juicio sobre este
cosmos se regenera y vuelve a reconstituirse como era antes. El asunto respecto del cual asunto. Las fuentes de que disponemos mencionan en este grupo a Zenón de Tarso y a Dióge-
Cleantes y Crisipo discordaron es el de si, durante la conflagración, el cosmos se destruye o nes Babilonio (textos 18.10 y 18.11). En ninguna fuente se indican las razones de su duda . Por
corrompe, esto es, si deja de existir. Cleantes sostuvo que sí y Crisipo argumentó que no . A otra, en una tercera facción, se hallan aquellos estoicos que, a diferencia de Zenón de Tarso y
primera vista, la posición de Crisipo es paradójica y Cleantes parece tener la razÓn en al me· Diógenes Babilonio, negaron categóricamente la conflagración porque sostuvieron que el
nos un sentido importante. En efecto, si durante la conflagración todo es consumido por el cosmos es indestructible. Tal es el caso de Boeto de Sidonia y Panecio, según se afirma en 18.
fuego, ¿en qué sentido puede decirse que el cosmos mismo se preserva? Esta pregunta gu iará 2 Y 18.12.
nuestro análisis de las dos posturas . Para concluir, cabe preguntamos qué tan apartadas están realmente estas dos últimas fac-
Para empezar ¿cuál es la causa de la conflagración? A Cleantes debemos la única res- ciones de las posturas de Cleantes y Crisipo. Aunque ambas están muy apartadas de la de
puesta detallada de que disponemos. Su teoría de la conflagración, la más desarrollada dentro ellos por el hecho mismo de que no aceptan la conflagración, son menos distantes de la de
del estoicismo, figw-a en el libro 2 de ND. Un pasaje especialmente significativo es el que Cleantes que de la de Crisipo, pues comparten con la primera el supuesto importante de que la
aparece en 18.2, aunque un elemento clave de la re spuesta también aparece en 18.3 . Según conflagración es destructiva, supuesto que la distingue de la postura de Crisipo. En efecto,
430 18

pensemos en Baeto y Panecia, quienes negaron la conflagración. El texto 18.12 sugiere que la
negaron por su creenc ia en la inde structibilidad del cosmos y también su creenc ia en que una Textos Anotados
conflagración sería destructiva. Por consiguiente, su argumento para negar la conflagración Conflagración
pudo haber sido: el cosmos es indestructible, pero la conflagración sería destructiva, luego, no
puede haber una conflagración. Si éste fue el argumento, entonces, efectivamente, compartie-
ron con Cleantes la idea fundamental, negada por Crisipo, de que la conflagración es destruc-
tiva. Otra diferenc ia importante entre Crisipo y la facción de Baeto y Panecia es que, según 18.1 Alejandro de Licópolis, Man. 19, 2-12 (LS 461)
ésta, es imposible no sólo la conflagración misma, SillO la causa que Chsipo tiene en mente KaAói, yó.p ¡;~ npo, TOV Z~Vúl-
para la conflagración. En efecto, según el texto 18.12, ciertos di scípulos de Boeto sostuvieron VO~ tOD Krns(O~ E1Plltat AÓ'yOV, o~ "tO ndv 8K1tUproGlÍ-
que no puede haber algo dentro del cosmos capaz de producir la "disolución" (OtáAUcrV;) de Ai:yrov "náv tO Ka'lov 8XOV <ou > Kaúcrn OAOV KaVOSt,
O'!::t(U"
todas las cosas en fuego. Pero esta disolución en fuego corresponde justamente a la absorción o
Kal Ó ~A10~ JtÜp Ecrnv Kal EXEt oú KavoEl;" 8; oÚ
de la que habla Crisipo al referirse a la conflagración, pues, según el texto 18.7, esta absorción 5 cruvi¡yEtO, ro~ t'tSE'tO, tO nov €K1tUpco9lÍoeo9at· 1tpO~ av
es la disolución (8táAUcrt~) de todas las cosas en fuego. Esto parece sugerir que, al negar la n~ trov XaptEcrtsprov etpllKtvat Ai:yEtUt' "OJJ.: erro tOl
conflagración, los discípulos de Hocto, y probab lemente Boeto mismo, pretendían atacar la xGE~ KUt 1tpO €vlOUtOD KaL npo nJ...eíovo~ xpóvou etoov
teoría específica de Crisipo. KUl vUV OI.lOiro~ op& OÚOf:v lmo tOD 1tUpO~ tOU ~Aíou
tre1tov9ó~' xpf¡v oE crUv XPÓVql Kat' oAiyov yev€o8m
10 tOuto, lva Kat au trOtE €K7rUpro8lÍoe'tat tO OAoV mlTIEÚ-
oroIlEV."
2-3 bC1tupú)9~O'EO'eCll C 3 n:áv TO Kalov EXOV Kaúau OAOV KaúO'EI codd : n:áv TO Kaiov Ifxov <¿ht>
KOÚcru o),ov KaúO'Et Mansfe1d-Horst : nnv TO Kaiov <o> ExEI KaúO'Cll, OA.oV KaúO'EI ve/nnv TO Kaiov
EXOV (1(<<Ú0'1"1], OAOV KaúO'EI vel n:éiv TO Kalov EXOV <o> Ka1>O'EI, OA.oV Kaú0'81 Brinkmann in app. crit. 9
1tEn:OVeÓ~ P nE1l:0vecí:J~ corro M

1 '!av Zf¡vú)vo~ TúU KlTIsÚ)~ A pesar de esta alusión explicita a Zenón, el pasaje no figura en SVF. Para
una discusión detallada de este testimonio, véase Mansfeld-Horst 1974: 74 nn. 293-296 y Mansfeld 1979:
147-155 .
2 TO n:nv Este término no parece usarse en el sentido técnico de la suma del cosmos con el vacío extra-
cósmico. Cf. 12.2.
18.2 Cicerón, ND 2.118 (SVF 2.593)
Sunt autem stellae natura flanuneae; quocirca terrae maris aquarum<que reliquarurn>
vaporibus aluntur is, qui a sole ex agris tepefa¡,:tis et ex aquis excitantur; quibus altae
renovataeque stellae atque omnis aether effundunt eadem et rursum trahunt indidem, nihil
ut fere intereat aut admodum paululum, quod astrorum ignis et aetheris flamma consumat.
5 Ex quo eventurum nostri putant id, de quo Panaetium addubitare dicebant, ut ad extremum
omnis mundus ignesceret, cum umore consumpto neque terra aJi posset nec remearet aer,
cuius ortus aqua omni exhausta esse non posset: ita rclinqui nihil praeter ignem, a qua
rursum animante ac deo renovatio mundi fieret atque idem omatus oreretur.
1 naturae H I aquarum<que reliquarum> add. AY. cum edd . alt. 3 effundunt Ax : efimdat B 1 :
re.fmdat AYS 2 : refundunt Mayor et Pease cum Marsus : <in terram> effundunr Plasberg I itidem
A probo Ax 4 paulum dett. probo Ax
1-2 terrae maris aquarum <que reliquarum> vaporibus aluntur. Véase también ND 3.37, discutido en
Mansfeld 1979: 150-151, donde Cicerón vuelve a atribuir a Cleantes una idea parecida, a saber, que el sol
no se aleja de los trópicos para mantenerse cerca de su alimento, y DG 346, 13 -15 (SVF 2. 690) donde se
atribuye a los estoicos (junto con Heráclito) la tesis de que los astros se alimentan de las exhalaciones de
la tierra (SK T~~ ÉmyElou cwa9ul-náoWlc;). Es quizá en este sentido que deba entenderse la tesis atribuida a
Cleantes de que el sol es una exhalación del mar (Estobeo, Ecl. 1.211, 18- 19). Yéanse asimismo nuestras
nn. a 15.8. La tesis de que la conflagración es causada por un resecamiento del cosmos también aparece
en el texto siguiente y en 19.8 (Eusebio, PE 15 .19.1-3). La idea de que el sol y los astros se nutren de la
humedad que proviene del mar y la tierra se remonta a la filosofía presocrática más antigua. Véase Ale-
jandro de Afrodisia, in metaph. 23,26-29. Para más referencias, cf. Pease 1958: ad loc. y Sedley 1998b:
79.
432 18 Conflagración 433

5 nostri putant id de qua Panaetium addubitarc dicebant Cf 15.1 y 15.2 (con comentario de Kidd en ÉJatÚpWCJLV OUK ovtrov, OUo' av ouyT¡ yÉVOl'tO' Kat yap ~ ).lEOrH.u:plV~
1?88 : 118-120). Nótese en .15,2 que Posidonio, cercano a Panecio, no sólo no duda de la conflagración, ltOAA~ Kat paOEia a&yr¡, rov úno yf]~ ~Aíou opó¡.tov ióvro~, WOU~ ulJ'aví-
SinO que parece adoptar la lmea dura de Cleantes , según la cual la conflagración conlleva destrucción. 20 SEWI VI.Hctt Kat ¡..tétAIO'Ta acrEAlÍvc:p. ou 1'Oívuv ÉK7t1Jpou1'm Ó KÓcrPOt;;, aU'
7 ita relinqui nihil praeter ignem. A unque parece que el fuego de la conflagración en Cleantes es calor, €O'TlV aep9aproo;' El o' ÉK1rUp(J)9~crErOl, ercpo~ OUK av yÉVOl'to.
no flama, supuesto que se apoya en el argumento de Cleantes citado por Cicerón en 15.12, existen testí-
t3.10 Kaí 'ttveo; 1'&v ano r~~ L1'Oa~ Ó~UoepKécrtEpOV EK llaKpOO
m~nios sobre Cleantes que sugieren que es flama y no calor. Cf. Filón en 18.4, quien atribuye a Cleantes
la Idea de qll~ ,en la conflagración el cosmos se transforma en <j>AÓ~ y Estobeo en 15.2, donde se describe a OEaO'Ó).lCVOl1'OV E1ttlJ'EPÓllevov €).;:;YXov ~~ícocrav rocrnEp OavarOOvtl K€lJ'OAaíc:p
la conflagraclOll en ~leantes como un estado en el cual i:KqlAoytaBtvto¡;; toO navto¡;; (además de que aquí, pOllOlÍ).laW npOEmpems€crOal' 1'(10' ouoev ~V O<P€Ao~. snEuS~ yap at1'lOV
en 18.2, se ~ace alUSión a la ~atureleza 'flamigera' de los astros). Sin embargo, el ténnino epAó~ no signi~ 25 KrVlíO'l;ro~ Éml 1'0 níJp, K1VT1crto; OE y€VécrEOOo; cipX1Í, yevÉcrOm o' aV€lJ K1VJÍ~
fica necesanamente flama.Vease LSJ s. v. 3 y Homero, 11. 8.135 con comentario en Graz 1965; 200. CJeroo; ortoUV aoúvOTOv, €epacrav OH ).lE1'(1 TI)V EJatÚproCJtV, ÉnEloav Ó VÉO~
18.3 Alejandro de Afrodisia, in Meteor. 61,34-62,11 (SVF 2. 594)
KÓcrpoo; pEM;!] 0T]).l.loupy€ícr9al, crú)lltaV).lEY 1'0 1tÚp ou O'pÉwmUl, nocnl
ÜÉ 1'\.(; au't()\) ¡.tolpa l>1to).;:;inetal· návu yap lluAuplÍOllcrnv, p~ crpEO'OÉvro~
"09EV 1'OU~ E1r1 ¡.tIKpOV PAbrOvr6.~ <pllO't Kat ano nDv 1l1KpOOV 1rEpt
1'&v OAroV lTElpCO~lévou~ AtrElV 1'~~ 1'OlaÚ1'll~ Kata TI)V Yl1v IlE'taPO)c~~, Ka9' ci.Opóou pEÍvn 1'0. mivta ~cruxétCJavra clotaKÓcr).l.llW, 'tOU rf]<; K1V~crE.OOo;
ílv TU ~¡~ EAroOr¡ Kat Ú'fpa oÍfC1íCJ1llú TE Kat mlll).lE1'pa y{VEtat Ola ~T]pÓ~ 30 ai1'íou ¡.tllKÉ1" ovroo;. cúpecnAoyoÚvtrov 8E nÁ.ácrp.a1'a TOur' smL KU1 Kma
tílo; UAT]Ogiao; 1'cxvasóvtWv. Tí o~ltOte; OTt 1'OV KÓCJ).lOV ÉK1tUproOévta
1'r¡ta, 1'a OE.npón:pov O1lJ.l~.uhpco~ exov'ta aoíKT]1'a Ola 1'11V 1'~~ ~T]pÓ1'T]1'O~
5 EnÍ'tamv, ahíav AÉyEIV dvat 1'~V 1'00 OMU I. U;'taPOA~V TE Kat ep90páv. YEVÉcrOat p~ avElpaK1napanAlÍO'lOV cilllÍxavov, cb~ OéOEUctat, Yemoouo;
ltOM~o; av únoAt;lepOei01l~ oucría~, ti oE1'¡crEl 1'0 1tÚp ÉAAoXáv, tCJCOo; (5' OUo'
~yoúv'tat yap CJr¡llcíOI~ tOÚtOl~ xprollcVOl EtmúproolV yrvcCJ9at toO OAOU, cb~
b(1rupmCJeoo~ 1'Ó1'e Kpa1'OúO'l1~, el ye )lÉVEl ro mOLxeírov papúw'tOv Ka1
'HpáKM:rrO~ ¡lliv 1rpO autoü Kat oí n1~ ÉKdvou 06~11~, oi OE ono n1~
L1'Oa.~ ).lE1" autóv. KaL ÉK 1'OÚ1'OU AÉyOUO'lV, cb~ OV1'O~ yEV'11'00 n: Kllt cp9llp~
35 oucravaAro1'Ó1'O't'OV En, Yil ).l~ OlaA.UOEíO'a, petapétAAeIV 08 1, dO; epAóya ~
1'00 1'00 navró~, 00<; 1'00 1'11<; y11<; 1'a pEv ~llpa(vtCJOat, TU OE nÚAlv dO; auy~v ovayKalov, eio; ¡.tEv epAóya, oo~ (§ero KAeétv8r¡~, EL; O' auy~v,
1o E~uypaíw;cr9at aÍtíav xp~ 1'~V 1'OU KÓcr).lOU yÉ:vEOlV liYElcrOat· chonov yap 00<; Ó Xpúcrl1tno~. all' el yE lJ'AO~ yívetat, rpanopévllnpo~ CJpéO'lV altn~
oH1 ppaxda<; ).lEWpOAao; KIVclV ro miv Kal YEvrrróv TE KaL epOap1'OV nOtctv. OUK EK ¡..tépou~ aU' a9póo crpECJ9~crerat· cruvunápxe1 yap TU 1'poeprr Ola
nOM~O; pEv OÜ01lo; Émoí8rom Kal XEí1'at, O'TEM.o¡..tévr¡o; oE f..lEIOOWl. 1' eK~
ro yap rf]<; yfj~ l.lÉyE.OO~ ouMv EatlV w~ ltpo<; oAüv tav oupavov napa-
paU6pEvoV' KÉvrpOU yoOv aU1'1lv A6yov €X€lV epaCJtv 000; npo~ tO mlv. 40 p.llPlmCJano o' av no; OltO 1'&v nap' ~p.ív 1'0 YIVÓ)lEVOV' Ó A.ÚXVO~, Ero~
pÉV n!,; EAalOV apoEI, ltE.pupeyyE.CJtá1'llV oí8rom epAóya, €n€loav o' ÉníCJXl.l,
3 post EAWOr¡ add. tE: AWa I ohctÍ)la<n A 7 oí ü€] Kal oí [ 9 eh<; van Arnim cum a : ou )l~V Hayduck oanavríO'a~ ocrov 'rilo; 1'po<pf]o; AeÍ\Vavov amíKa KO!EcrpéCJOr¡, )lllo~ pÉpo~
cum ceU.
W).l.IEUCJáIlCVOo; ñt~ epAüyó~. el. oE p~ roiho aU' auy~ yíV€TOI, náAlv
6 ClT[)léÍOl¡;; tOÚtol¡;; XpW~IE.VO l Como ocurre en la teoría de Cleantes expuesta en 18.2, aquí se usa como ciOpón ).lEWPó.M.el. Ola Ti; o'tt lmóCJ'TOO'lv ioíav OUK Exel, ylMlá1'Ul O'
prueba de la conflagración el resecamiento progresivo del cosmos que se observa en el incremento de la 45 EK q>AoyÓ,,~, OA~, Ot' oMúv cr~¿crtv w~~avoúcrr¡" aváYK11 Kal TI¡v auy~v
~equedad sobre la tierra (t~V n1¡;; ~r¡pÓ'tr¡tO¡; €nÍta<J\v). En la oración anterior, sin embargo, se invierte la Jl~ Kma pEpO~ a/J.' &epóav avatpeícrOal' oyap npoo; 1'poep~v <pAÓ~,
1dea al presentarse la destrucción del cosmos como causa de este resecamiento. Sobre este tema véase.
Aristóteles, Meteor. 1.14 y muy especialmente 352a28-3! (el pasaje comentado por Alejandro 'en este 1'Ouro aUr11npo<; epAóya' KaOÓltEp ot)v 1'poepU cruvaVatpelwl epAó~, Kat
texto). er. Sorabji 1983: 183. auy~ epAoyi. mm' op~xavov naAlyyeveO'íav 1'av KÓcr).lOV AapelV, P1l8EVO~
€Yruepopévou CJnE.ppa1'IKOU AóyOU, nétvrrov OE oan(X"\r'lOévtrov, r&v ¡.tEv
18.4 Filón, DAM 86-93 (SVF 1.511, 2.611-612) 50 OAA.oov ÚltO 7tupÓ~, au1'ou o' vn' ÉvoEíao;. E~ ebv scrn 3f]AOV, on aYÉVTlro~
1'OV oE AÓYOV aKplp¿O'n;pov cbOE 01€PEUVlltéov" 1[1)pO~ 1'pl1'tOV Eioo~ ' tO Ka1 aepOaptOo; cOv otateJ..el.
Ilev livepa~, 1'0 oE epAó~, 1'0 OE auy~.livOpa~ PEV ouv ¿aH 1tÚp Év 3 oUcriq. om. VE I o] OV E 10 toÚ y€ÓJOOU¡;;] tO yEw8€¡;; coni. Mangey 11 €yKUt€tAf¡ep8a1 E :
ouaiQ YEWOE1, O1'pónov €~€ro<; nVEUpanKf]o; ltEtptOAEUKE Kat ÉMOXQ. 01' eYKUt€W:lcr8ul MUH : eyxan:A€A.ctcreat vid. P 13 ¿(Ill.m PE : alllla u : alla MH / 'Ipoepf¡¡;; codd . .
OAll<; aXPl nEpÓtrov 1'EtapÉVOV' epAO~ oÉ Ecrnv on€p ¿K rpoep~~ otpe1'm tpoep~ Turnebus : tpoqrfi Mangey 16 ~1 7 aep' oú - <¡)AO)'Ó¡;; om. M 37 ana~] an€p M 42 Kat€cr~¿cr811 M
5 peterop1Só).l€Vov· aUy~ bE 1'0 anoCJn:UÓ).lEVOV EK lJ'Aoyó<;, cruvEPYOV oepOaA- : KatÉcrllrl U ; EQ'¡3T] P : KatÉcr~r¡CJ€ H : KatÉQ'¡3€O'€ Tumebus
1l0í~ el<; 1'~V nDV ópanDv avtíAT]l{flV. ~L¿mlv OE xropav o.t'ry~~ rE Kat
ovOpaKO~ e1A11xe <p)-ó~ . CJpecr9€lO'a )lEY yap élo; avOpaKa 1'E41ltl~., sú)1[1)~ 18.5 HipóJito, Ref. 1.21.3-5 (SVF 2.598)
POU).lÉVll o' eXEI epéyyo~, Orf]v KaumlK~v aepUPll).l¿VOV OÚVa)llV ompétm€l. T~v oE l.¡tU;olV UyOUcrl ¡.tEv a9ávarov, etVUl 08 O'&).l.a Ka1 yevéCJOat EK
El KOTU 1'~V ÉK1tÚPCOCJ1V ouv tev KÓCJ).lOV avoAÚEcrBat epalllEV, ovepo~ ).lev tílo; 1tEpl'+fÚ~eü>o; tOu étépoo; '1'OU nE.ptÉXOV1'Oo;· 010 Ka1 KaAElCJ9alI.j!UX~v.
10 OUK av yév0\1'O, olón nallltA1l9E:~ úno4hVE1'Ol roí) YEWOOU~, ~ ro 7tÚp Ó).lOAoyOOCJ10e Kal. pE1'evcrro).lá1'roCJtv yivecrOm, cbplcr).l~;VCOV ouO'&v t&V
ÉyK(l'tEtAf]lJ'90l CiU)lP¿PllK€V, apÉcrKel M PllOEV rÓ1'E 1'CÚV allrov u<pEcrróvOl 'fUX&v. npocrOéxovrat OE eK1tÚpoocrtV €creO'Oat Kat Kó9apmv toU KÓcr).lOU
O'ropárrov, WJ..u y~v Kat ÜbWp Kat o¿pa El<; oKpatOV nup OVOM:MoOat. 5 tOÚtOU, oi pE.v 1tuvróo;, ol DE ¡..tépou<;· Kal Ka1'a pépoo; <yap> aurov KaOai~
Ka1 )lllv ouoE lJ'Aó~· ü).l)la yap tpoep~!,; Eml, ll11oCVOo; 8E KmaAElepOÉVtO~, pEcrOat /.ZyOUCJlv. Ka1 OXeOOV t~V epElopav KOt1'~V h¿pou s~ aUn1~ yÉVECJlV
Utpoep~CJacra aUtíKa onocrpEcrO~crE.nu. 1'OÚ1'O\~ €netOl1'O Pllo' auyrlv KóOapmv ovopáSOUO'IV. crrollU1'a oE návra vn¿Oevro KOI. O'&).la ola
15 altOrEM:lCJOOl' KaW Éa1)t~v yap unómacnv OUK EXEI, pEl OE: altO 1'OOV CJwpa1'O~ pEv xcopeív, om avóxpaCJtv dvat Kaln€1tAl1P&CJOalnávra Kat
ltporÉpcov, avOpoKoo; KaL epAOyÓ~, a4" ot)).lEY É/cónrov, noll~ o' ano JlT]OEY etvat Kcvóv. 1'aura Kat oí L1'ro'iKOl.
epAOYÓ<;' XElWI yo.p Enl p~K1CJ1'OV' EKEÍvwv o', ro.; ÉoeíXOr], K01:a r~v
434 Capítulo 18 Conflagración 435

1 )J;youm f1€v<C1V IlE1">a Elávmov Roeper I6.Eláveuov, €tVat 8€ crwflu ml yeVÉcrElcu Marcovich cum 'EK 'tOÚtrov oE OflAOV on XPÚat7t1tO~ ent1"flr; ouaíw; ou 1"aÚtllV 1tapEÍ-
codd. : aElávcfl:OV atval. cr&¡.w SE Aiyoua! yevÉcrElm Cedrenus : aOávU"rov €iVUl, aWlla OS, Ka!
YEVÉcrElat Diels 3 Ka! J..l~ 8V(Jú)jlÓTro(JW T 4 8f.l1rÓpWow O 5 yap Marcovich ; oc codd. 7
5 AllCPc 1"~V CfÚYXUmv' a8úvatov yáp · Olla
nlV avr1. 1:11<; )l€lCX~O).11S AEyOJ.1Évllv.
codd. corro Roeper
KaElápO"lov
OD yap ¿m tfjr; 'toí) KÓO)JOU Ka'ta n€p16oou~ 'tar; )Jf;ylO'"t!l1; ylVOP.É:vT]<; <p8opéis
KUpl(Ü~ napuAap.pávouOl 1:~V q>80pcrv oí nlV Ei.~ 7tÜp aVÚAU(itV 1"rov OAroV 8oyp.a'tl-
18.6 Plutarco, SR 1052B-D (SVF 2.604, 1068; LS 46E) SOvrE~, nv 811 KaÁ.Oücrtv eK1tÚproOlv, ID' avd 1"11<; Kura cpÚcrlV J-lE'taPOA11<; xproV'ta1
Kal¡.ulv rn1tpOCl1lrOplq. Tiic; q>80péi<;. a pÉCiKel yap 1"0te; ¿lCü'iKOí'<; cplÁOaócpoLr; 'tT¡v
ev ! ~ rphep trEpl 0swv Ó Xpvm1tltOC; 1tEpl.lOG tpécp€cr6at 10 OAllv ouaíav dS trUp P.€1"UPÚMsIV, olov sL; an:ÉpJ.1a, Ka! 1tÚALV eK 1"OÚWU au't~v
't'OUC; lÍAA.üuC; Seoue; táoe A.ÉYE1· "tpocpfi tE oí)lEY aAAm cl1t01"€AEí'a8m 't~v OlaKócrJ.111crtV, ola tO 1tp6n;pov ~v. KUt1"OútO 1"0 OóY)lU 1"&V
DEO\. xp&vrm 1tapalt"AT]aíú)~, cruvqÓ)lCVot 01' (n'rr~v' 6 O€ a1to 1"flr; aipÉaEro<; oi 1tpWtOl Kat1tp€crpú1"a1"ot 1tpO<nÍKUvrO, Z~vcov rE Kat KÁE-
5 ZEVe; Kat Ó KÓq.lOC; KaO' E'U;POV tpónov <>fe> aVaAtaKO- áv8T]<; Ka! Xpúcrt1tnos.
¡..tSvrov Ka\. EK 1tUpOC; YLVo¡.tévoov ." eVTQú8a ~tEV a1tocpaíV€Wl 6 tCu; )lgy(<JtU<; Stephanus : tfjo; lle:yícrtTl~ codd 6-9 06 - "rijo; <pElopdt; om. B 10 eK tOÚtOU UUnlv] ai
1távrw; '[oue; aAAOuc; SEOUe; rpÉcpmOcu 1'(A~V 'tOu KócrllOU 10ÚtOU autou B 13-14 tOV - oAcov om . B
KUt toU t3.tÓC;' ev oe l"01tp(Í)T(y1tEpl Dpovo(ac; tav !1ía
5 T~V av1'1. 1'fj~ Jl.Eta[30Afj~ Asyo)lÉvllv A primera vista, esto implica una cofusión que no conlleva des-
CPllrn.v aÜ~EcrOat, ¡..téXPl av de; aúrov éi7tavta KamvaArocrll trucción "en sentido estricto" (K1Jpíco~) de los ingredientes. Sólo la cofusión "respecto de la substancia"
la "btel yap ó Oávato~ )lév Eon 'V1>X11~ XOOptO~lO~ ano tOU (Enl tfi.; ouaía.;) la conllevaría. La distinción no es del todo clara. Una forma de entenderla es que si bien
oro)l.a1"o~, ~ 8f: 1"00 KÓO)lOU 'V1>X~ ou XCOpíSeWl PEY aÜ~E1"at los ingredientes de la cofusión "en el sentido de transformación" no siguen existiendo como tales dentro
8f: cruvEX&~ péXPl av d; aútl1v KaWVaM:OOll 't11V ÜAllv, ou de ella, no se destmyen en un sentido estricto porque vuelven a generarse cuando, al concluir la confla-
Pl11"€OV cinoev~oKEtV 1"OV KÓO)l.OV" , 1"í~ av Oúv Evavmin€pa gración, el fuego inicia la reordenación del cosmos. En cambio, la cofusión ''respecto de la substancia" sí
Af:yoov Éaun'9 tpavEÍl11"OU 1"OV alnov o€OV VÜV PEY aü~€oOat implicaría una destrucción en sentido estricto, que sería pennanente, sin nunca volver a generarse. (Este
tipo de destrucción no tiene cabida dentro de la filosofia estoica ortodoxa, pues significaría el abandono
15 vüv O€)l~ 1"pÉcpco8at Myovro~; KatWm' 0-0 8€1 cruUo-
de la doctrina del eterno retomo. Véase capítulo 19.)
y~Ea8at· aacp&~ yap m'noc; év 1"6) aU1"6) yéypacpgy· "aD't-
8-9 a.vtt tf\t; KatÓ ¡púcnv )ltta~oAfjt; xpmv1UI tU 1tpOCillYopíq: tf\~ <pElopdt; Se trata de la destrucción en
ápKTJC; 8' Eivat AtYE1"at )lÓVOC; Ó Kóa~lO~ 8u1 ro póvo~ tv sentido "no estricto". Además de ésta, hay otras dos fuentes sobre el concepto estoico de <peopá: el texto
aúr6) návr' €XEtV dlv 8€í'Wl, Kat1"pÉtpErat ¿~ aúrov Kat 3.6 de Estobeo sobre Posidonio y el 18.12 de Filón sobre Boeto. En ninguna de ellas se menciona explici-
aü~srat, 1"&V [OAAwV] )lopírov de; üllllAa KaWAAartO- tamente la distinción que aparece aquí.
20 pÉVcov." ou póvov Oúv EV EKsívO\~ rou~ aAAou~ 8c:ouC; uno-
18.8 Plutarco, SR 1053B-C (SVF 2.605; LS 46F)
epaivcov 1"pEtpO)lÉVOU~ nA~v rou Kóap-ou Ka'¡ rou Ó1Óe;, Ev
Kal J.1~V o1"av
w(r[OI~ 8i: Ka'¡ tOV KÓcr)lOV Atycov 1"p¿q>EaOat )láX€Wl1tpO~
eK7tÚprocrtt; yÉVT]tal, OlÓ),.OU S11V Ka\. s6)ov <Efl'tfUXOV 'tov
aÚtóv' &)J..' en )lwJ..ov, 01"I1"OV KÓcrpOV aüs€aOai tpllcrtV
KÓa)lOv> Eivai <PllO"1 aPEVVÚ)JEVOV 8' uú8t<; Kat1taxuVó)lEVov
ES atnov 'tpEq>Ó)lEVOV. touvavtiov 6' tiKOC; ~v 1"OV'l'OV ~IÓVOV
de; ü8rop Kat Y11v Ka'¡ t O aco¡..tU'l'OEiO€e; 'tpÉ1t€cr9at. )J:Y€1 O'
25 p~ aüs€aOat tT¡v athou tp8ialv exovra tpo<p~v, wi~ 6'
5 EV "t6)1tPWtü;l ncp'¡ I1povoíae;· "Otó),.ou flSv yup av Ó Kóa)JOe;
CíllOl~ 8EOit; e~co8EV tP€q>Op-évOI~ Eníoomv yiv€a8at Ka!
7rnpro811e; <yÉVlltat>, €ueue; KatltluXIÍ Écmv éamou Kat ~YE-
aÜ~11a'\V Kat )léillov €tC; 'tOÚtoU<; KawvaAlaKco8at 1"OV KÓ-
1l0VtKÓV' orE OÉ, )lstapw..rov d '<; 1"€ to úypov <Kat'tO
cr¡.lOV, el' y' EKEÍvü;I )lEY el; a{Yrov WÚ1"Ol<; O' an' EK€ívou
ysro8€<;> Ka'¡ nlV i:vanoAelep8€taav 'tfUXlÍv, rpó1tov nva de;
Aa)lpáv€IV a€í 1"1 Kat tp¿q>€cr9al cruJ.1P¿PllKE.
o&)la Ka\. 'tfU;olV ~t¿PaAEV rocrtE cruvEcrtávat eK tO\)1"COV,
4 <~¡.¡'tv> ante rrapan),;rloíco~ add. Reiske 5 <*> lac. ind. Xylander : <avo )lépo~ tWV návrcov d~ nup> 10 aMov 1"lva eaxE ).Jyyov." Ev'tC1u8a O~1tOU aa<pw~ 'tU P.Ev
suppl. van Amim ; <cruvéxovtm tmv KOtÓ n€pló8ou~ tlVao; El.; rrup> suppl. Cherniss 6 yEvolltvcov eKmJproo€1 KUt'ta a\jltlxa 't'üü KÓa)lOU <Pllalv €t<; 'to eJ.l'tfUXOV
F 0An 7 aMou,; om. B 10 XCOptO!lO<; IfUXlÍ~ g 12 KataVoÁlÍlcru g : e1;ovoAoocru codd. alter. 12-23-24
2
1"pÉ1tEcr9at, 'tf¡ oE crp¿a€11tM1V Kat t~V 'VUX~v aviEa8at Ka\.
OUt~V er OU1'ÓV et auroíJ] EOU1~V et EOUtÓV et Eaurou 14-15 vUv )l€V-Aéyovro~ XgB om . codd. alter.
19 [aJJ..wv] del. Pohlenz 23 &XAó 1'Í g 25 <púcnv g avuypaíVEcr8at, )lE"lapáMouaav d~ 1"0 aco)JatOE1ÚÉ<; .

Sobre la teoría de la conflagración de Crisipo, cf. Plutarco, eN 1077B-C y 3.18 así como las referen- 1-2 otóAoU ¡;fjv Kal séVov Elvo{ ¡PllO"t codd.: 15tóAol) 1;fjv Kal 1;éVov dvai <íJllO"t <tOV KÓO)lOV> von Arnim
cias señaladas en la nn. a y b de Cherniss ad Joc. Para el tema del alma del cosmos, cf. también 12.3, 18.8 : OtÓAoU ¡;f¡v Kol 1;q,ov <E)l\IfUXOV tOV 1CÓO)J.OV> Etvai ¡PllO"t Pohlenz : O¡ÓAOU, <tOV KócrllOV 01óAoo>
Y [8.12. 1;fjv Ka\. 1;éVov €tvaí ¡Pllcrl Long·Sedley cum Chemiss 5 yap om. g I av FXg : &v Cherniss et Long-
Sedley curn A~yNBE 6 <yÉVT]tat> add. Pohlenz 7-8 <1(a\ tO yEw6E~> add. Pohlenz 9 )lEt¿POA.f:V
5 <*> Para suplir esta laguna, en la traducción usarnos la conjetura de Chemiss: cruv8XOVTUt t&v Kata Reiske : !lE1'(l~áAOl gX 3 : Jl.Et opáMcov codd. alto / CiIlV\<JtÓVOt X1F
neplÓOOU~ ttva~ ei~ rrup.
2-3 1;éVov <E)lIfUXOV tOV KÓcr)J.OV> dVUl Sobre la idea de que el cosmos es un animal y, por ende, un ser
18.7 Eusebio, PE 15.18.1-3 (SVF 2.596; LS 46K) dotado de alma, cf. 12.3, 18.6, 18.12 Y30.29.
ApÉaKEl oE 'to1~ npcapU1"á'tol~ lCDV U1tO 1"11S o.lpÉaE(Ü~ 1"aÚtll~ E~m8Epoua- 6-7 \lfUX~ Ecrnv EaUtOU Kal ~YE)lOVtK6v En Mansfeld 1979 : 174-83 (cf. 1981: 304-309 Y 1999: 468) se
8al nrlvw, KatO: nEplóooU~ nvw; 'tW; J.lBYtcrrac; €¡<; 1ñJp ai8€pó'JoeS avaAuo- argumenta que, al transformarse en su propia alma y principio conductor, el cosmos llega al punto más
alto y positivo que puede alcanzar en el interior de cada ciclo, de modo que la razón que tendría el dios de
)JÉvrov núvrrov. Kat é~fl~ enrlYEt·
Crisipo para causar la conflagración es que representa un estado de cosas mejor que el orden actual del
436 Capítulo 18 Conflagración 437

cosmos (cf. SVF 2. 1052 Y Cicerón, ND 2.29, en que se atribuye a Cleantes que el fuego que consume al KaTo. M avaípeO'lV r~e; ¿rrEXoúCITlC; notóTr¡We; Ó )lnaOX'1~o't~ó~EVO~ Kr¡pO~
cosmos en la conflagración es, de hecho, su ~YEIlOvtKÓV). Para una discusión crítica de esta imerpretación, 15 ~ KataAeatVÓ¡.tEVO~, lva IlTloe ÉtepOEtOfj tlva 1rapácrxu W1rOV JlOP<P~C; '
cf. Long 1985: 24-25. Otra razón por la cua l podría considerarse a la conflagración como algo positivo es
Kara oe mJYXUmv, ro.;; ~ lIapa impote; rE'rpa<páp¡.tOKOe;· ai. yap OUVá¡.tEIC;
que permite purgar al cosmos de la maldad que se acumula en él a lo largo de cada ciclo. er. Plutarco, eN
1067A (SVF 2. 606) e Hipólito, Re! 1.21.3-4 (SVF 2. 598). Sin embargo, la idea de que la conflagración rrov auvEVSX8évrrov ~<pavia81lcrav ei.;; e~atpÉwu )llae; yévemv ¿motEAscrBsícrr¡C;.
es una purificación (Káeapa~) parece ser cristiana, no estoica. Véanse Mansfeld 1983: 220 y Long 1985: 1roiep 8~ roúrCüv l.í:~IOV 'tov K6a¡.tov <p8EípEof)m <pávm; tep Ka'ta otaipEolV;
34 n. 68. Además, según Crisipo Cap. Plutarco, eN 1065B), la eliminación del mal acarrearía la del bien aM' OÜtE: EK oteaTrlKórCüv sOliv, cb~ ta )lÉPll (JJ(E8acr9~vm, OÜTE: eK auvo-
y, por 10 tanto, el cosmos no podría ser "mejor" durante la conflagración. 20 mOllévCüv, roe; 8taA.ue~vat, OÜ'tE rov alnov tp61toV 'tOte; ~¡.u;rÉpOlO; ~vrorat
18.9 DL 7.141 (SVF 2.589; LS 46J) crcó¡.tam· rO. ¡.tBv yap €mlGÍpCüO; tE E~ Éautrov EXEl Kat OUVamE'ÚErat 1tpO¡;;
)lupírov úc.p' c1v pAámEtat, 1'OU o' atíTIlltOC; ~ pWllll1tOUti TlVt 7tEpl-
oil yap la ~épll cpSaprá Eern, Kat ro OAOV' ta DE ¡.tép1l TOl) KÓO¡.tOU cpSoptá (El~ aU11AO yap oucriq 1rávtrov KoraKparoüaa. 0),.1' avmpÉcrEt 1ravrEA€l Tfj.;; 1tOlmr¡wo;;
IlEta~áAAEI)' (peOpTO~ apo b KÓO¡.tO~. Kat <En' > El n bnOE:JCttKÓV Eern T~~ Errt ro xE'ipov
aM' a¡.t~xovov rOl)'r6 yE' )lBvEl yo.p Kata 'rOlJ';; ravavria aípou)l-Évou,;; ~
~tEta~OA~~, cp8aptóv €crn' Kat Ó KÓ(j~IO~ M· €~aUXIlOUTat yap Kal E~uoawGrat. <<peapto~
25 rfje; olaKocr~li¡crsroe; 1tOlÓTI1~ E1r' EAáTtOVO~ oúcríac; r~e; TOU ~tOo; crwA€lcra
apo Ó KócrIlO';;>.
KUta 't~v E1aruproQlv. aUa Tep Kata cnJyxucnv; a1tayE, oEi¡OEt yo.p 1tMIV
2 <gTt ·> suppl. Marcovich 4 <<p8apnJe; apa Ó 1C6crIl0e;> suppl. von Amim EU; TO ¡.t~ av yívea8at r~v <p8opav 1ropaoÉXEcr8at. rol) XáptV; OTl El IlEY
1-2 üú Te Ta IlÉPIl <pOapTá f:crn - <p8apTOe; apa Ó K6crIlOC; Otra versión de este argumento, casi idéntica €KamOV Ev IlÉpEt rrov mOlXEíCüv ¿cp8ElpEro, ¡.tEtaPOA~V ¿OúVatO TI¡v sl';;
a ésta, es desarrollada y atacada por Teofrasto ap. Filón, DAM 117 Y 124: ;Wó.iVTnt <sc. TOUe; y€V€O'lV Kal os
EtEpOV ÚÉXEcr8m, 1rávtCüv auAAi¡pollv a8p6rov Kato. cnJwcrtV avmpou-
<p90pav roo Kóa~lou KaTI]yopOuV'we;> Myri) TOI(98e: <pgeípe'WI návrwc; sKeivo, OQ náv'W 'ta IlÉPll <pOap'tá 30 )lSvOOV, avayKatOV U1tOVOEIV 'to aOúvatov.
sart, If'OapTá ¿art, If'OaprOe; apa Ó KóapOe; f:O''tív. Según se indica en Sedley 1998: 167 (contra Zeller 1876 "ETl1tpoe; TOÚWl';, Efr,; €K1t1JpCü8lj, <pacrí, la 1ráVla, 1'1 Kat' EKetVOV
y Long y Sedlcy 1987: 2. 275), esto es lIna fuerte razón para dudar de que este argumento se originó con
ó OEO';; 1rpá~EL tOV xpóvov; ~ la rrapá1rav oúúév; Ka1IllÍ1tOt' E1KÓlOOo;'
los estoicos. En todo caso, no todos los estoicos aceptaron este argumento. De hecho Boeto, quien sostu-
vo que el cosmos es indestructible, parece haberlo atacado. Cf. nuestras nn. al texto 8.12 . Sobre el origen VUVt )ley yop €KOma E<POPQ Kol1róvtCüV oto yvi¡crlOo; 1tar~p Émrp01tE'ÚEl
de la versión del argumento atacada por Teofrasto, véase la discusión en Sedley 1998b: 178-179, quien Kai, El. OEt rw..r¡8e~ E:l.rrEtv, ~VIÓXOU Kal ICUpEpvlÍrou rpÓ1tov ~vtoXEi
propone Platón, Tim. 28B. 35 Kalm¡ooAlOuxet 'to O'Ú)l1tavra, ~Aiep tE Kal crEA.~Vu Kal 'tOio; WJ..Ol';;
2 <grl'> Lo que sigue, de acuerdo con Marcovich, es otro argumento, distinto del anterior, y cuyo posi- lIA.áVllOl KOt a1tAovÉoW EtlO' a¿pl Kat roi~ <üMol¡;;> )lÉpE:m lO\) K6cr¡.tou
ble origen es Met. 1074b25-27, en el cua l Aristóteles sostiene que el objeto del pensamiento divino debe 1raptcrtáIlEVO';; Ka!. (J1)v8prov ccra rrpoe; 't~v 'tOÚ OAoU OlaJl-OV~V Kal t~V Kat'
ser inmutable porque , dado que ese objeto es lo más valioso que puede baber, un cambio en él sería un op80v A(ryOV avun:aínov oloíKT)mv. 1táVlrov o' avolpE:8ÉvtCüv, Ú1t' apyía.;;
cambio para peor (de; x.eipov yap lleTapo/,~). Siguiendo esta idea de Aristóteles , si algo es susceptible de
"recibir la transfonnación hacia lo peor", no puede ser lo mús valioso que existe y, por lo tanto, cabe que Kul alIpo~íao; oElvij¡;; aplw'tep Pít9 xplÍcr€rat· ~ ti YSvon' av
arOrrWtEpOv;
se destmya. Véase también Aristóteles, fragme nto 19c Ross. 40 OKVcO AtyEIV, él Jl'lOe 8¿)ll'; ÚlIOVOE:tV, O'tl aKOAou81íaEt 8E0 8óvoroo;, E'í
yE Kal ~pE~{ía' 1'0 yo:p aEt1GVr¡TOV ECtV avÉAU~ 'f'Uxrlo;, Kat m'nTlv rróvrroo;
18.10 Eusebio, PE 15.18.3 (SVF 3 Zeno Tarsiensis 5) auvaVEA€t~· 'f'UX~ 8e 'toú KÓcrpOU' Kata tOU~ avtloo~ouvta~ ó OE6~.
'tov ~u~v yap TOÚ'tOU pa81F11v Katotáooxov 't~.;; OXOAfj¡;; Z~vü)vá <pacrtv bttcrX€iv 1tepl 't~.;;
eK1nJpWaEúJ¡;; ¡rev OAwV. 7 geé9 Cwnont 't<9 codd. 9 tf¡<; If'Oopae;] Kal If'Bopa<; Mangey 15 KU'taAeatVó)levoe; Diels Kal
MofllVÓ)lt.-VOe; MHP 30 avayKaiov Reiter : avuyKT] codd . : aváYKll TOOTO lmovoeiv aOúvalov Cumont
18.11 Filón, DAM 77 (SVF 3 Diogenes Babylonius 27) 36 <aÁAole;> add . Cumont 39 PíC9] píQ M 40 unovoElv Cumont : eineiv codd.
AÉ)'E:'tat oe Kal ~toytV'l~ l;víKa véo~ ~v auvsmypO\váJlEVO~ r0 oóy~¡atl 't~~ EK1t1Jpmcrseo~ O'f'E 4-5 oMellíav If'OOp01!O\ov ahíav eúpeiv Em:1V, oih' Evroc; oür' EK'tÓe; Este argumento ya había sido ex-
tfjr; ~AtKÍa<; s.voOláaw; E1WJ'XEtV. pucsto por Filón en DAM 21-24 (aunque no en nombre de los discípulos de Bocto como es el caso aquí) y
es el mismo que el ofrecido por Aristóteles en el fragmento 19a Ross. Véase también Platón, Tim. 32C-
18.12 Filón, DAM 78-84 (SVF 3 Boethus Sidonius 7) 33B. Para una discusión de esta posible influencia de Aristóteles en el pensamiento estoico, cf. Mansfeld
cmoodSE:O'I o' oi n:E:pt TOV B01l80v KBxPllVtOl mSavrorúratl;, o.;; 1979: 136-144.
CfIhlKa At~OpEV' d, <POcrl, YEVT]'tO<; Kal <p8apro~ ó KÓcr¡.tO<;, ¿K 'toü Jl~ 26-30 El simple hecho de que las partes del cosmos (y, en particular, los elementos) se transfonnen las
av'toe; 'tI YEV~crErat, 01rEp Kal wi~ LTroIKOtC; a't01tÓJTaTOV dvat OOKEt. unas en las otras no imp lica que todas ellas se destruyan de golpe, como lo requiere la conclusión del
Ota tí; O'tl Ouo€¡..tÍav cpOOp01tOlOV atdav €updv Ecrnv, 0151' EvtO~ oür' argumento al que Filón está atacando (que puede ser el que aparece en 18.9 y tiene su origen en Teofras-
to) . Dicha conclusión expresa algo imposible según Boeto puesto que toda destrucción por transfonna-
5 €Jetó.;;, ~ 1'OV KócrllOV aVE:A€t· €K'tO~ )leV yap oUOÉv Ecrnv on Jl~ tÓXa ción en otra cosa es necesariamente una transformación en algo.
1rOU KEVÓV, trov CITOLXEÍrov an:oKp18Évroov de; mJtov ÓAOKA~p(oV, €lcrCü O' 31 -32 f:Cr.V f:J(11:1.1pro9fí - 11 'to 1tctpánav ou8&. La objeción parece sustentarse en que, si dios, a través del
ouMv vÓCITllla WIOÚtOV, él yevolr' av altlOV 8ec9 1'ocroúnp OtaAúcrECü';;. fuego, es la causa cohesiva del cosmos y si se concibe a la conflagración como un estado del cosmos en
d O' aVattlOO~ <p8EípSTOI, ofjAov Otl EK TOl) Jl~ ovro~ Eatal ~ ytvEcr~ que dios deja de cohesionarlo para dejar que se destruya, como parece seguirse de una teona como la de
T11<; r.peopar;, éht€p OÚo' ~ otÓVOla lIapaoÉ~Etat. Cleanles, entonces debería concluirse que dios permanece inactivo durante la conflagración, 10 cual iría
o
10 Kal )ltív <pacrlv, Otl YEV1KOI tPÓ1tOl <p8opu<; siO'l 1'PEic;' 'rE Kara en contra de su naturaleza como principio activo (véase capítulos 14 y 17). Sin embargo, la objeción no se
sostiene porque una cosa no implicaría la otra. Véase Salles 2005b: 67 n. 15. Sobre la idea de que el dios
olaipEO'IV Kol Ó KO'tO aVaipECnV T~';; Én€xOÚCITlC; rrOló't'lW';; Kal Ó Kora O'Úy-
estoico no puede estar inactivo, cf. Bénatoull 2009.
;cumv. ta p.tv oÚv EK Ou::mllKóTrov, alnó),ta, PouKÓAta, xopoí, crrpatsú)laTa, 32 Kalll~nor' eiK6rroe; Esto contiene la conclusión del argumento. Nótese que 1l~1!on; no tiene aquí el
~ 1tétA1V EK (J1)vamo)lÉveov cr(Í)Jl-a'ta lIoyÉVTa Olomóm;l Kal otalpÉcrSl Aúnav valor de "nunca" sino de "tal vez". Cf. LSJ s. v. I 3.
438 Capítu lo 18

41 tO O:UKIVllTOV IjfUX~<; La tesis de que el alma está siempre en movimiento figura en Platón, Fdr.
245C5, como una de las premisas centrales del argumento que se desarrolla en 245C5-246A2 a favor de Capítulo 19
que es inmortaL Cf. Cicerón, ND 2.32.
42 IjfUX~ .oí) KÓOj.lOU En el estoicismo el alma es una fonna de hál ito. Cf. capírulo 12. Para la idea de
Determinismo, fatalismo y eterno retorno
que el cosmos tiene un alma cf. 3.4. La idea de un "a lma del cosmos" aparece por vez primera en Platón,
Phi.. 29A-30D , Tim. 30B-D y 34B-37C y Leyes X (896E-898C) , aunque podría tener su origen en Di6ge-
nes de Apolonia (véase DK 6485 aunque cf. DK 6487). Al respecto, véase Eggers Lan 1999: 49-50 y
nuestras nn. a 3.4. La tesis sostenida por los estoicos -los "oponentes" aquÍ aludidos- de que dios es el 19.1 Simplicio, in cat406, 34-407, 5 (SVF 2. 198; FDS 881)
alma del cosmos también aparece reflejada en los testimonios de Plutarco sobre Crisipo contenidos en los Respecto de las afirmaciones que se refieren al futuro, los estoicos admiten las mismas
textos 18.6 y 18.8. cosas que también [admiten] en los demás casos. En efecto, así como sucede con los opuestos
18.13 Filón, DAM 8-10 (SVF 2.620) que versan sobre cosas presentes y sobre cosas pasadas, así también sucede con las cosas
1111~IÓKpttO~ futuras mismas y sus partes: o bien es el caso de que serán verdaderas o bien el caso de que no
IlW o-ov Kat 'E1tÍKOUpO~ KCll ÓnO/ou~ O¡.l.tAO~ TroV ano
Tf¡~ ETo&; <¡nAo- 10 serán, si es que deben ser O falsas o verdaderas (en efecto, según ellos, las cosas futuras
crÓ'tlcov yÉVEcnv KClt <p8opav cmoAeírrou(j[ tOU KÓ<JJlOU, rrA~v oux ÓJloíúJ~· están determinadas). Esto es, si habrá una batalla naval mañana, es verdadero decir que la
oí ¡.uN yap rrollou~ KÓcr¡.tOUt; lmoypéHpoumv, <bv t~V Jlf:v yÉVEcrlV aJ.J. ll- habrá. Pero si no la habrá, es falso decir que la habrá. Ahora bien, ciertamente o la habrá o no
5 AOTUrríatt; Kat E1HnAOKa"U; ató¡.tcov avaTt8ÉClO"l, tT¡v SE. 'tl8opaV &vnKorraí'~ la habrá. Por consiguiente, una [de las afirmaciones] es verdadera y, la otra, fa lsa.
KCllnpocrpá~EO"I TCOV yc-YOVÓTúJV· oi 08 EtúJtKot KÓcr¡.tOV I-UN Sva, yCVÉC"EúJC; 19.2 Cicerón, Fal. 20 (SVF 2. 952; LS 38G; FDS 884)
O' ClVtOu 8EOV al'nov, <j)80püt; OE JlllKÉtt 8EÓV, álJ..& tllV lmúpxoucrClv EV En efecto, Crisipo infiere [que existe una serie eterna de causas] de este modo: "Si hay
tOí'~ oOcrt 1n.lpO~ áKClJlátou OÚVClJllV xpóvrov paKpaí'~ 7rEptÓoOlS avaAúoucrav movimiento sin causa, no toda proposición (a la que los dialécticos llaman a~iú)!lu) será o
Ta rrávra de; Éautl;V, E~ ~t; náAtV aVClyÉVV110"lV KÓcrJlOU cruvímacr8at npoJl'l- verdadera o falsa, pues aquello que no tiene causas eficientes, no será ni verdadero ni falso.
10 8eig TOi) tEX'.rhOU. Oúvatat OE KaTCt TOÚtoUC; Ó ¡.tÉv tle; Kócr¡.tOe; aíoloe;, Pero toda proposición es verdadera o falsa. Por consiguiente, no hay ningún movimiento sin
6 M tte; <p8apto~ Atyecr8at, cp8aptoc; )JEv 6 Kata t11V olaKócrllllcrtV, áiolOC; causa."
OE Ó Kata t11v f.K1rÚpCOmV 7rUA1YYEVEcríatC; KClt1tEplól5Ol~ &8avClnSÓJl€vOC;
OU81';7rOTE A11YOúcrCll<;. 19.3 Cicerón, Fal. 26 (LS 70G)
Puesto que esto es así, ¿por qué toda proposición no ha de ser o verdadera o falsa si no
8 1l"UPOC; CtKa~látol}] 1l"pOC; o.Ka¡.tám:ou U : npoc; óxa¡.táHov E I áva),úoucrav MHP : ávaAÉ)'oucrav UE :
CtvaAloKoucrav Mangey 9 avaYÉVvllow E: Ctvay¿vvllcrlv vUv U : vUv ávayévvr¡ow M: au avayblvr¡O"lv concedemos que toda cosa que sucede sucede por destino? "Porque", dice [Crisipo], "no
HP: aú vÉavyÉVEcrlv Diels: "!IV' ávayévvr¡cnv Bücheler pueden ser verdaderas en el futuro aquellas cosas que no tengan causas para ser en el futuro;
de modo que aquellas que son verdaderas necesariamente tienen causas; y, por tanto, cuando
oe
7 ([l8opa.~ PIlKÉ"!I ElEov Esto implica un dualismo ajeno a las teorías ortodoxas de Cleantes y Crisipo
hayan sucedido, lo habrán hecho por destino."
(aunque un dualismo semejante a éste parezca insinuarse en Séneca, ir. 2.27 y NQ 6.3 . I citados en Mans-
feld 1979: 157-8). Véase también Platón, PoJ. 269C4-D3 donde se sostiene que el cosmos se rige por dos 19.4 Calcidio, in Tim. 144 (SVF 2. 933; LS 54U)
ciclos sucesivos, uno de ellos causado y guiado por dios y, el otro, exactamente inverso a éste, por causas
ajenas a la nahlraleza divina.
De este modo, algunos consideran que se presupone una diferencia entre la providencia y
10 TOO texvhov Sobre la distinción entre los dos tipos de fuego , cf. DAM20 y nuestros textos 15.10 y el destino, cuando en realidad son una sola cosa. En efecto, la providencia será la voluntad de
15.12. dios y, a su vez, su voluntad es la serie de causas y, por el hecho mismo de ser su voluntad, es
11-12 áfl:itoC;oeÓ Katcl t~v lKm.ÍpwQ"lv Aunque a primem vista pueda parecer extraño que la eternidad providencia. Además, porque es la serie de causas, también se denomina 'destino' . Por consi-
del cosmos se asocie justamente con su destrucción, la razón de ello es que su destrucción supone una guiente, aquellas cosas que son según destino también son el resultado de la providencia del
regeneración (a l concluir la conflagración, que dios no puede evitar, él debe retomar su actividad inician- mismo modo en que aquellas cosas que son según la providencia también son el resultado del
do una reordenación del cosmos). Cf. los sentidos de cosmos distinguidos en 12.1. destino. Así piensa Crisipo. Pero por cierto que otros, como Cleantes, [piensan] que lo que es
resultado de la providencia también se da por destino, pero no por ello proviene de la provi-
dencia lo que se da por destino. Así, Cleantes.
19.5 Eusebio, PE 15. 14.2 (SVF 1.98; LS 46G; FDS 327A)
Enseguida [Zenón] tamb ién [afirma que] la totalidad del cosmos se conflagra de acuerdo
con períodos predestinados y, de nuevo, vuelve a reordenarse, [que] el fuego primario es una
suerte de esperma que contiene las razones de todas las cosas y las causas de 10 que se han
dado, de lo se da y de lo que se dará, [que] la concatenación e implicación mutua de todas las
cosas es destino, conocimiento, verdad y una ley inevitable e ineludible de los seres, y [que]
de este modo todas las cosas que están de acuerdo con el cosmos están perfectamente admi-
nistradas como en una ciudad perfectamente legislada.
440 19 Determinismo, fatalismo y eterno retomo 44 1

19.6 Nemesio de Emesa, NH 111 , 14-112,3 (SVF 2.625; LS 52C) ra más que de acuerdo con la razón de Zeus, la cual es lo mismo que el destino. Además, la
Los estoicos afirman que los planetas, al reconstituirse en su misma constelación, a lo causa preliminar es más débil que la perfecta y no cumple su propósi to al ser dominada por
largo y a lo ancho, allí donde cada uno se hallaba al principio, cuando el cosmos se consti- otras [causas] que la obstruyen, pero el destino, declara él, es una causa invencible, inimpedi-
tuyó, en períodos determinados de tiempo, producen la conflagración y destrucción de las blc e inflexible y llama [al destino] lndoblegable, Ineludible, Necesidad y Fatalidad, estable-
cosas. Y, desde el comienzo, el cosmos se reconstituye en lo mismo, y cuando, de la misma ciéndolo como límite de todas las cosas.
manera, los astros retoman su curso, cada una de las cosas que ocurrió en el período anterior
19.11 P luta rco, SR 10560-E (SI-'F 2. 935)
termina ocurriendo indiscerniblemcl1te. En efecto, nuevamente existirán Sócrates, Platón y
No una vez ni dos, sino por doquier, y sobretodo en todos los libros de la Física, Crisipo
cada uno de los seres humanos junto con las mismas personas, amigos y conciudadanos.
ha escrito que, para las naturalezas y cambios particulares, surgen muchos obstáculos e impe-
Padecerá las mismas cosas, se cruzará con las mismas personas y emprenderá las mismas
dimentos, pero para la naturaleza y cambio del todo, ninglUlo.
cosas; y toda ciudad, pueblo y campo se reconstituirá del mismo modo. La reconstitución del
todo no se produce una sola vez si no muchas; mejor dicho, las mismas cosas se reconstituyen 19.12 Alejandro de Afrodisia, Fal . 181, 15-182,4 (SI-'F 2. 979; LS 62G)
interminablemente un número infinito de veces. Los dioses, que no están sujetos a esta des- En efecto, afirman, puesto que las natura lezas de los seres y de las cosas que se dan son
trucción, por medio de su comprens ión de un sólo período, conocen a partir de él todas las dis tintas y diversas (pues no son las mismas las naturalezas de los seres animados y las de los
cosas futuras que existirán en los períodos subsecuentes. A decir verdad, no habrá nada ajeno inanimados, pero a su vez tampoco son las mismas las de todos los animados, pues las dife-
a las cosas que se dieron primero, sino que todas [se darán] del mismo modo indiscernible- rencias específicas de los seres revelan las diferencias de sus mismas naturalezas), las cosas
mente hasta en los más ínfimos detall es. que se dan por cada uno de los seres, se dan según su naturaleza propia: las que se dan por la
19.7 Estobeo, Ecl. 1. 171, 13-16 (SVF 2.597)
piedra, según la de la piedra, las que se dan por el fuego, según la del fuego, y las que se dan
Quienes afirman que la reordenación es eterna [también] afirman que son periódicos los por el animal, según la del animal. Dicen que ninguna de las cosas que se dan por cada uno de
lapsos de tiempo de acuerdo con los cuales todas las cosas se dan idénticamente y del mi smo los seres de acuerdo con su naturaleza propia, puede ser de otro modo, sino que cada una de
modo, y preservan el mismo orden del cosmos y la misma reordenación. las cosas que se dan por ellos se da necesariamente, pero de acuerdo con la necesidad que
procede, no de la coacción, sino del hecho de que lo que está naturalmente constituido de
19.8 Eusebio, PE 15.19.1-3 (SI-'F 2.599; LS 520) determinada manera no es capaz de ser movido en ese momento de alguna otra manera y no
La razón común, habiendo avanzado hasta este punto, esto es, habiendo la naturaleza de ésa, al darse ciertas circunstancias, las cuales es imposible que no se den en él. Ni siquiera
común crecido y aumentado, terminó resecando todas las cosas y, habiéndolas tomado para sí, la piedra, en efecto, si es tirada desde cierta altura, es capaz de no moverse hac ia abajo cuando
se dio en la totalidad de la substanc ia. Regresó a la razón primera antes mencionada y a esa nada se lo impide, <pues,> en virtud de que tiene peso en sí misma (y ésta es <la causa natural
expansión que produce el gran año, de acuerdo con el cual vuelve a darse la reconstitución a de> este tipo de movimiento), cuando también están presentes los factores causales externos
partir de y hacia ella. Y habiendo regresado, debido al orden a partir del cual empezó a reor- que cooperan con la piedra para su movimiento natural, es necesario que la piedra se mueva,
denar [al cosmos] del mismo modo, vuelve a producir según la razón el mismo equilibrio, en como debe por naturaleza. Es totalmente necesario que estén presentes en ella estas causas por
vi rtud de que tales períodos de tiempo se dan desde la eternidad y sin cesar. En efecto, ni de la las cuales se mueve en ese momento: no s610 no es capaz de no moverse estando éstas presen-
causa [de la reconstitución] ni de lo que administra [todas las cosas] es posib le que haya un tes, sino que también es por necesidad que se mueve en ese momento, y que tal movimiento
principio y un fin. se dé por el destino a través de la piedra. El mismo argumento también se apl ica a las demás
cosas. Tal como es en el caso de los seres inanimados, afinnan, así también lo es en el caso de
19.9 Plutarco, SR 1049F- I050B (SI-'F 2.937)
los animales.
En efecto, primeramente, en el primer libro del tratado Sobre la Nafuraleza, después de
haber comparado la eternidad de l movimiento con una poción que revuelve y agita de diver- 19.13 Nemesio de Emesa, NH 105, 18-22
sas maneras las cosas que se dan, [Crisipo] ha dicho estas cosas: "Dado que la administración En efecto, cuando las mismas causas circundantes se hallan presentes, entonces, como
del todo se lleva a cabo de esta manera, es necesario que, sea cual sea el estado en que nos sostienen ellos, es comp letamente necesario que las mismas cosas se generen, esto es, dado
hallemos, estemos en ese estado de acuerdo con esa administración, sea que estemos enfennos que a estas cosas les ha tocado ser así de este modo desde la eternidad, no es posible que, en
contra nuestra naturaleza individ ual o que estemos incapacitados o que nos hayamos vuelto un momento dado, [se den] de este modo pero que, en otro, [se den] de otro modo y también
gramáticos o músicos." Y de nuevo, poco después: "De acuerdo con esta teoría, como afirmé, es necesario que se genere el impu lso del animal de este modo, al estar presentes, en cua lquier
diremos cosas similares tanto de nuestra virtud como de nuestro vicio y, en conjunto, de las parte y de cualquier modo, las causas circundantes.
habilidades y de la falta de ellas". Y poco después, el iminando toda ambigüedad [añade]: "En
efecto, ninguna de las cosas particulares, ni la más pequeña, puede suceder de otro modo más 19.14 Aleja ndro de Afrodisia, Fal . 191,30-192,14 (SI-'F 2.945; LS 55N)
que de acuerdo con la naturaleza común y según la razón de ésta. El hecho de que la naturale- Afirman ciertamente que este cosmos, al ser uno y contener en sí mismo a todos los se-
za común y la razón común de la naturaleza sea destino, providencia y Zeus, no ha pasado res, al ser administrado por una naturaleza viviente, racional e inteligente, contiene la admi-
inadvertido ni siquiera a quienes adoptan una postura diametralmente opuesta [a la nuestra]". nistración eterna de los seres, que avanza según cierta concatenaci6n y orden, siendo causas
las cosas que se dan primero de las cosas que se dan después, y, en este sentido, estando
19.10 Plutarco, SR 1056C (SVF 2. 937) unidas todas las cosas entre ellas . No hay ninguna cosa en el cosmos que se dé de modo que
Él [Crisipo] escribe muchas cosas que concuerdan que éstas y al final afirma que nada, ni alguna otra cosa no se siga necesariamente de ella y esté en contacto con ella como con una
siquiera la cosa más pequeña, puede ofrecer resistencia o estar sujeta al cambio de otra mane- causa, ni, a su vez, ninguna de las cosas que sobreviene es capaz de liberarse de las cosas que
442 Capítulo 19 Detenninismo, fatalismo y eterno rcmmo 443

la han precedido, de forma que no se siga de ninguna de ellas , como si no eshIviera unida con 19.19 Simplicio, in Phys. 732, 26·733, 1 (LS 52i)
ellas. Por el contrario, a toda cosa que se da le sigue alguna otra, atada ésta a aquélla por De este modo, incluso los Pitagóricos decían que, de cierta forma, [todas las cosas] son
necesidad como a su causa, y todo 10 que se da tiene algo que le precede, con lo cual está las mismas en número que las que se generan una y otra vez. Tal vez sea mejor escuchar las
enganchado como con su causa. De las cosas que se dan en el cosmos, nada es ni se da sin cosas dichas aquí [por los Pitagóricos] parafraseando la formulación de Eudemo en el libro
causa, debido al hecho de que, de las cosas que se dan en él , no hay ninguna que esté liberada tercero de Sobre la Naturaleza: "Uno podría plantearse la dificultad de si el mismo tiempo
o separada de todas las cosas que le han precedido. En efecto, el cosmos se despedazaría y se viene a existir, como algunos afirman, o no. Ciertamente, el término 'lo mismo' se predica de
dividiría y dejaría de permanecer siempre uno, administrado según un orden y un único siste- muchas maneras: por una parte, lo mismo parece darse en género, por ejemplo, el invierno y
ma, si alguien introdujera un movimiento sin causa, el cual sería introducido si todos los seres las demás estaciones y períodos. Asimismo los cambios celestes también resultan ser los
y todas las cosas que se dan no tuvieran determinadas causas que los precedieran y a las cua~ mismos genéricamente, pues el sol lleva a cabo los solsticios y equinoccios y las demás órbi·
les siguen por necesidad. tas planetarias. Pero si uno creyera a los Pitagóricos que las mismas cosas se dan de nuevo
numéricamente, también yo de esta manera les contaré ficciones, con vara en mano, a ustedes
19.15 Simplicio, ill Pltys. 886, 12-16 (SVF 2. 627; LS 52E) sentados, y todas las demás cosas serán del mismo modo; [por consiguiente] es razonable que
En efecto, estos [estoicos] que dicen que el mismo yo vuelve a darse durante la regene- incluso el tiempo sea el mismo. Pues si el mismo movimiento es uno solo, y de modo seme~
ración, investigan con razón si acaso el que soy ahora y el que seré entonces es uno numéri~ jante el antes y el después de muchas cosas iguales son uno y el mismo, también lo cs, sin
camente, debido a que soy el mismo por la substancia, o si seré diferente debido a la reorde- duda, el número de éstas. Por tanto todas las cosas son las mismas, de modo que también lo es
nación que tiene lugar de una a otra creac ión del cosmos. el tiempo".
19.16 Orígenes, C. Cel. 4. 68 (SVF 2. 626; LS 52G) 19.20 Alejandro de Afrodisía, ill A. Pro 181, 25-31 (SVF 2.624; LS 52F; FDS 994)
En efecto, después de la conflagración del todo, ocurrida innumerables veces y habiendo También dicen que, incluso entre los cual ificados peculiarmente que se producen des~
de ocurrir ümumerables veces , el mismo orden de todas las cosas ha existido y existirá desde pués, sólo surgen variaciones respecto de los de antes de acuerdo con ciertas características
el principio al fin. Sin embargo, intentando subsanar de algún modo las incongruencias, los externas, variaciones que, tanto en el caso del que permanece siendo el mismo como en el de
estoicos , no sé cómo, afirman que, en cada período, todos serán indiscernibles respecto de los Dión mientras vive, no los convierten en otra cosa. En efecto, [alguien] no se vuelve otro si,
individuos que existieron en los períodos anteriores , de modo que Sócrates no vuelva a gene~ de tener antes pecas en el rostro, ya no las tuviera después. Y afinnan que son de este tipo las
rarse, sino alguien indiscernible de Sócrates, y de modo que se case con alguien indiscernible variaciones que se producen en quienes están cualificados de manera peculiar en un cosmos
de Jantipa y sea acusado por personas indiscemibles de Anito y Meleto. En efecto, no sé respecto de los que están en otro.
cómo, por una parte, el cosmos siempre es el mismo [numéricamente], pero no es indiscerni-
ble de otro cosmos, pero, por otra, las cosas que hay en él son indiscemibles pero no las mis~ 19.2\ Orígenes, C. Celo 5. 20 (SVF 2. 626; LS 52G)
mas [numéricamente]. Los estoicos afirman que la conflagrac ión del todo sucede periódicamente y que, en la si~
guiente reordenación, todas las cosas son ind iscernibles en relac ión con la anterior. Entre los
19.17. Filópono,;n GC314, 9~22 estoicos, aquellos que se mostraron insatisfechos con la doctrina [de la indiscernibilidad], han
Como afirma Alejandro [de Afrodisia] , alguien podría plantearle una dificultad a Aristó~ afirmado que hay periódicamente una pequeña variación, muy menor, entre las cosas que se
teles. En efecto, si la misma materia permanece siempre y la causa productora es siempre la dan en un período y las que se dan en el siguiente.
misma, ¿por qué razón, en un período de mayor duración, algunas cosas, al producirse a partir
de la misma materia y por las mismas [causas] , no serían nuevamente las mismas en número? 19.22 OL 7.75-76 (SVF 2.201; LS 380)
Lo cual es efectivamente 10 que algunos afirman que sucede en cada regeneración y en cada Además, algunas cosas son posibles y otras imposibles, y algunas son necesarias y otras
Gran Año en el cual se produce la reconstitución de todas las mismas cosas. Si esto es así, no~necesarias. Posible es aquello que es susceptib le de ser verdadero y que no está impedido
habrá regeneración y retorno en número incluso en las cosas singulares cuya substancia es por factores externos de ser verdadero, por ejemplo, Diocles está vivo. Imposible es aquello
destnlctiblc. Hay que añadir a esto que, si incluso fuera el caso que Sócrates se genera, el que no es susceptible de ser verdadero <o que es susceptible de ser verdadero pero está impe~
generado después no sería numéricamente el mismo que el Sócrates generado primero, pues dido por factores externos de ser verdadero>, por ejemplo, la tierra vuela. Necesario es aque~
no es posible que una sola y misma cosa en número tenga intervalos [de no~existencia]. En 1I0 que, siendo verdadero, no es susceptible de ser falso, o es capaz de ser falso pero está
efecto, no se genera algo que sea uno en número por el hecho de proceder de los mismos impedido por factores externos de ser falso, por ejemplo, la virtud es benéfica. No~necesario
[elementos materiales] , sino en virtud de permenecer el mismo antes y después. Por eso el sol es aquello que tanto es verdadero como susceptible de ser falso y no está impedido por facto~
es el mismo numéricamente, en cambio Sócrates, como dije, no es el mismo numéricamente. res externos de ser fa lso, por ejemplo, Dión camina.
Pues la forma individual no permanece aunque la materia permanezca.
COMENTARIO
19.18 Alejandro de Afrodisia, in A. Pr.180, 33-36 (SVF 2.624; LS 52F; FDS 994) Los estoicos eran deterministas, pues sostenían que es necesario todo suceso y todo esta~
Está establecido por los estoicos que, después de la conflagración, todas las mismas co~ do de cosas que de hecho se da. Su determinismo es el resultado de la conjunción de dos tesis:
sas en el cosmos vuelven a darse en número de modo que, en ese cosmos [sc. el que se da (1) todo suceso y todo estado de cosas tiene una causa y (2) toda relación causal es necesaria,
después de la conflagración], incluso el que está cualificado peculiarmente es y deviene de esto es, es necesario que, si se da la causa de algo, ese algo también se dé. La primera se
nuevo el mismo que el de antes, como dice Cris ipo en los libros del Sobre el Cosmos. apoya en un argumento que recurre al principio de bivalencia, mientras que la segunda, en la
teoría del eterno retomo. La inferencia que permite concluir el determinismo a partir de (1) y
444 Capítulo 19 Detenninismo, fatalismo y eterno retorno 445

(2) es muy clara. Sea un suceso o estado de cosas A. De ( 1) se sigue que A tiene una causa que razonamiento, todo suceso del pasado tiene una causa; en consecuencia, todo suceso (pasado,
llamaremos B. Y de la existencia de B se sigue, gracias a (2), que A se da necesariamente: el presente y fUrufO) tiene una causa. Para concluir, recordemos que en el contexto de este argu-
que B se haya dado bastó para que también se dicra A y, por tanlo, A es necesario en la medi- mento. no se pretende en ningún momento inferir la predeterminación, esto es, la tesis de que
da en que efectiva mente se dio B. En otras palabras: es imposible que, habiéndose dado A, no ya es necesario lo que habrá de suceder. No cabe duda de que los estoicos en general. y Crisi-
se di era B. Dado que el argumento a favor de (1) liene consecuencias fatalistas, en este capítu- po en particular, aceptan la predeterminación, pero sólo dada la tesis adicional de que toda
lo, principalmente dedi cado al determinismo, presentamos también la teoría estoica del desti- causa es suficiente, la cual Cris ipo también defiende. Sin embargo. él no la emplea en relación
no y su teoría del eterno retorno. con el argumento que hemos examinado hasta aquÍ, cuyo propósito es establecer únicamente
Consideremos primero el argumento a favor de la tesis (1) en 19.2 y 19.3. En esencia, que todo tiene una causa. Otro argumento importante a favo r de esta tesis es el descrito en
procede del siguiente modo: (i) si hubiera sucesos sin causa, las proposiciones que se refieren 19. 14: todos los objetos y suceso que se dan en el cosmos están causalmente relacionados
al futuro no serían ni verdaderas ni falsas; pero (ii) toda proposición, incluyendo aquellas que entre ellos, de modo que, si llegara a darse un movimiento sin causa, entonces, por menor que
se refieren al futuro, es o verdadera o falsa; por consiguiente, no puede haber sucesos sin éste fuera, el cosmos en su conjunto se colapsaría. Este argumento, del que no nos ocupare-
causa; por lo tanto, todo suceso tiene una causa. El argumento en su conjunto es válido en mos aquí, tiene su fundamento en la teoría estoica de la simpatía cósmica (cf. 12.9, 13.10,
virhld de su forma lógica, que es la de un modus tollendo to/lens. Su solidez depende de que 13.16 Y 13. 23).
cada una de sus dos premisas - (i) y (ii)- sea verdadera o, al menos, mínimamente verosímjl. Podemos ahora ocuparnos de la premisa (2) del argumento general a favor del detenni-
La prcmi sa (i i) expresa lo que suele llamarse en lógica contemporánea el "Principio de nismo, es decir. la que expresa la tesis de que toda relación causal es necesaria. Esta tesis
8iva[encia". En la formulación de Crisipo, el principio pretende abarcar inc luso las proposi- aparece claramente en 19.9-11 y, como vimos en el capírulo 14, en textos clave sobre la cau-
ciones que se refieren al futuro como 10 sería, por ejemplo, "Pedro va al cine el día 20 de salidad como, por ejemplo, 14.10 y 14.12-13. ¿Cuál es el argumento sobre el cual se apoya
agosto dc 2020". ¿Cómo ha de entenderse la aplicación de este principio a esta clase de pro- esta tesis? Aunque ninguna de las fuentes lo enuncia, es una consecuencia lógica de la versión
posiciones? Como bien lo indica 19.1 , los estoicos en general sostienen que el futuro ya está original de la doctrina del eterno retomo, que probablemente debemos a Zenón. Esta versión
definido, esto es, una proposic ión como la anterior ya ti ene, en el presente. un valor de ver- fi gura en 19.6-8 y afirma que, al finali zar la conflagración, tema del que nos ocupamos en el
dad. De este modo. Crisipo no sostiene la tesis trivia l de que toda propos ición que se refiere al capítulo 18, el cosmos se reconstituirá por completo y volverá a existir de forma idéntica a
futuro será o verdadera o falsa en e l tiempo futuro indicado por su indicador temporal; para cómo existe ahora. Esta serie de conflagraciones no tiene fin ni tuvo un principio. Es fácil
seguir con el ejemplo anterior. que " Pedro va a l c ine el día 20 de agosto de 2020" será o advertir las consecuencias deterministas de esta idea. Pensemos en un ejemplo. Sea c el con-
verdadera o fa lsa el 20 de agosto de 2020. La idea, más bien, es que esta proposición. a pesar junto de factores que causaron que Napoleón perdiera la batalla de Waterloo en el cosmos
de no expresar un suceso presente. sino futuro, ya posee. en el presente, un valor de verdad. actual y sea r el suceso que consiste en que e causa esa derrota. Esto es, r es la relación causal
Veamos ahora la premisa (i) del argumento: si hubiera sucesos sin causa, el principio de misma que une a e con la derrota de Napoleón. Ahora bien, supongamos también que. en el
bivalencia no se aplicaría a las proposiciones en futuro. La s proposiciones que carecerían de próximo cosmos. Napoleón vence la batalla de Waterloo. En ese caso. el próximo cosmos
valor de verdad si hubiese sucesos sin causa sertan aquellas que describen los sucesos en sería distinto del actual en lo que respecta a este suceso: en este cosmos se da r mientras que
cuestión y que afirman su ocurrencia en algún tiempo futuro. Por eje mplo, "Pedro va al cine en el próximo r no se da. Esto, sin embargo, es algo imposible. Según la versión original de la
el día 20 de agosto de 2020" carecería de valor de verdad si carec iera de causa el suceso doctrina del eterno retorno es imposible que se dé alguna diferencia. Por lo tanto, r tiene que
futuro que consiste en que Pedro va al cine el día 20 de agosto de 2020. Aunque ninguno de darse en ambos cosmos, lo cual significa que si se da c en el próximo cosmos, también debe
[os textos ofrezca un argumento a favor de esta tesis. cabe conjeturar algunas razones pos ibles de ocurrir la derrota de Napoleón. En consecuencia, la relación causal que, en el próximo
a su favor. Una proposición como la anterior no podría ser fa lsa porque, para que lo fuera. el cosmos, unirá a c co~n la derrota de Napoleón tendrá que darse por necesidad. De modo más
suceso tendría que no ocurrir. Por lo tanto. si el suceso ocurre sin causa, la proposición no general, toda relación causal que ocurra en el próximo cosmos será necesaria. Un argumento
puede ser falsa. Ahora bi en, ¿por qué tampoco puede ser verdadera? Una razón sería la si- similar puede ofrecerse para mostrar que. en el caso de Napoleón, r tuvo que haberse dado en
guiente: " Pedro va al cine el día 20 de agosto de 2020" no puede ser verdadera ahora si no el cosmos actual. A partir del hecho de que se dio en este cosmos, podemos inferir que tuvo
hay nada en e l presente que garantice su verdad, pero nada en el presente podría garantizar su que haberse dado en los cosmos anteriores a éste; pero, si se dio en ellos, tuvo que darse en
verdad más que el hecho de que ya está presente la causa, aunque muy anticipadamente. de éste por necesidad. Mutatis mUlandis, el argumento se aplica a todo ciclo pasado, pues. como
q ue Pedro vaya al cine ese día (o. en todo caso. la causa de la causa de la causa, etc. de que ya vi mos. la secuencia de ciclos cósmicos no tiene ni principio ni fin. La doctrina del eterno
vaya). Dicho de otra forma y de modo más genera l, debe existir una cadena causal entre el retomo, en resumen, tiene consecuencias detenninistas y sirve de apoyo a la tesis de que toda
presente y el futuro para que las proposic iones que se refieren al funlro ya sean verdaderas. relación causal es necesaria. Los textos 19.12-13 pueden interpretarse como testimonios de
Junto con la premisa (i), lo anterior impl ica que ningún suceso futuro carece de causa. esta regularidad y necesidad transcíclida de los sucesos y estados de cosas. Dedicaremos el
Pero podemos fácilmente generalizar la tesis a todos los tiempos, que es el resultado que resto de este comentario a estudiar algunos elementos de la doctrina del eterno retomo. Antes
Crisipo pretendía alcanzar, a saber, que ningún suceso - pasado. presente o fu turo-- carece de de pasar a eso, sin embargo, es preciso apuntar que, dentro del determinismo estoico, el que
causa ("monis ergo sine causa nu/lus est"). El argumento aquí sería el siguiente: dado que en un suceso o estado de cosas que de hecho sea necesario no excluye que el suceso o estado
el pasado lo que ahora es presente estaba en el futuro y lo que ahora es pasado fue presente, opuesto sea posible. Esto se desprende la definición esto ica de los conceptos modales que
entonces, para todo suceso presente había en el pasado una proposición verdadera que, en ese aparece en 19.22, tema del que no nos ocuparemos aquí, pero al cual volveremos en el capítu-
entonces, aseveraba su ocurrencia; en consecuencia, había en ese tiempo una causa de su lo 29.
(entonces) futura ocurrencia; ergo, todo suceso del presente tiene una causa; por paridad de
446 Capítulo 19 Determinismo, fatalismo y eterno retorno 447

Una pregunta que debemos hacernos respecto de la doctrina del eterno retomo es la de vuelve a generarse tiempo después pueda seguir siendo numéricamente el mismo que era
cuáles son las razones sobre las que descansa la versión que propuso Zenón. Asimi smo, cabe antes (ef. Fís. 5.4 228a3 -6).
advertir que esta versión no es la única. En efecto, cabe distinguir otras dos versiones de la El texto 19.18 parece contener lo que fue una réplica de Crisipo a la primera vers ión di-
doctrina, di stintas de la de Zenón. Al referirnos a estas versiones di vergentes procuraremos vergente. En él, se cita el tratado Sobre el Cosmos de Cris ipo y, en particular, su idea de que,
explicar los posi bles motivos de su desacuerdo. El estudio de estas diferencias es importante de un cosmos a arra, se repiten los mismos indi viduos "cualifi cados peculiannente". ¿Por qué
para el tema del determi nismo. Una de estas versiones conserva las impl icaciones determinis- es relevante el uso de esta idea para una réplica? Para responder esta pregunta es prec iso
tas, pero a costa de violar principios metafisicos fundamentales de la filosofia estoica. La otra, detenernos en la noción de indi viduo cualificado pecul iarmente recordando que, según Crisi-
cn ca mbio, no vio la dichos principios, pero abandona por completo las implicaciones deter- po, la cualidad pecul iar de un individuo es aquella que lo di stingue como ta l dentro de una
mini stas de la vers ión origina l. especie. Como vimos en el capítulo 7, es lo que detennina que el indi viduo en cuestión sea
Empecemos con la versión original de Zenón en 19.6- 19.8. Aunque no sabemos cúal fue ese individuo particular y no otro de la mi sma especie y, por lo tanto, 10 que fija su identidad
el argumento que Zenón empleó para defenderla , una posibilidad es que el argumento haya individual. Ahora bien, esa cualidad peculiar es, como su nombre lo indica, una cualidad. Por
partido de cons ideraciones acerca de la naturaleza de dios, en concreto, su incapacidad para lo tanto, si A y B comparten todas sus cua li dades, A y B deben compartir su cualidad peculiar
crear un cosmos que no fuera idéntico al actual (Sandbach 1975: 79, Mansfeld 1979: 160-163 y, ex hYPo fh esi, ser el mismo individuo: A y 8 no pueden ser dos cosas, sino numéricamente
y Furley 1999 : 438-439). En efecto, imaginemos que, al terminar la conflagración de este la misma . La rép lica que se insinúa a través dc Crisipo sería entonces que, si los individuos de
cosmos, dios creara uno distinto de l actual. En ese caso, tendría que ser o mejor o peor que el este cosmos tienen las mi smas cualidades que los individuos del próximo (como de hecho lo
actual. Pero dada la natural eza de dios , ninguna de estas opciones es taría realmente a su al- concede la primera versión divergente), entonces tienen que tener las mismas cualidades
cance. Un cambio para mejor o para mejor en el nuevo cosmos presupone un cambio para peculiares; pero si esto es así, entonces, contra lo que sostiene la primera versión divergente,
mejor o peor en la naturaleza de dios al momento de crearlo, lo cual es imposible si dios es lo también deben ser numéricamente los mismos, como había sostenido Zenón en la versión
que es por necesidad . En consecuenc ia , el nuevo cosmos no puede ser distinto del actual. El orig ina l de la doctrina del eterno retorno. La eficacia de este argumento crisipiano depende de
argumento es vá lido y cl aro, aunque su sol idez, es dec ir, la verdad de sus premi sas, es cues- que sea efectivamente una cualidad lo que fija la identidad indi vidual de un individuo. Si se
tionable (véase Sa ll es 2003: 261). acepta esto, es preciso aceptar también la conclusión del argumento. En pocas palabras, si se
La primera versión divergente (textos 19.15-19.16) se apartó de la original al argumentar acepta que una cualidad es lo que fija la identidad indi vidual de un individuo, la primera
que, si bien e l nuevo cosmos será "indi scernible" del actua l, no será numéri camente el mismo. vers ión divergente se vuelve incoherente.
La versión de Zenón hab ía sostenido que el cosmos actua l es indiscern ible de l cos mos de Para concluir es te comentario, consideremos la segunda versión divergente, que hallamos
cualquier otro ciclo en cuanto a todas y cada una de sus propiedades: en las cualidades de sus en los textos 19.20 y 19.21. A diferencia de la primera versión di vergente, esta otra concede
obj etos, en cómo cada uno de ellos está internamente disp uesto, y en las relaciones extrínse- que se repiten numéricamente los mismos individuos de un cosmos a otro. El punto de di ver-
cas que guardan entre sí. Una consecuencia de esto (q ue, sin embargo, no se hace explícita en gencia es que, en esta nue va versión, los individuos no comparten todas sus propiedades.
los textos 6-8) es que el cosmos que se confla gra y vuelve a generarse infi nitas veces es Comparten varias y, entre ellas, las peculi ares (de otro modo los indivi duos no serían numéri-
num éricamente el mismo. En efecto, una tesi s fundamental de la metafísica y la epistemología camente las mismos). Pero los indi viduos difieren entre sí respecto de "ciertas característ icas
del es toic ismo ortodoxo es que la identidad de prop iedades impli ca la identi dad numérica extemas ... que no los convierten en otra cosa". Nótese que la idea no es únicamente que tales
(7.16). Esto implica qu e cada objeto de este cosmos vo lverá a generarse en el próximo y será variac iones de hecho ocurren, sino también que deben ocurrir. La segunda versión divergente
numéricamente el mismo que era en éste en la medi da en q ue tiene las mi smas propiedades. postula dichas variaciones y 10 hace con el propósito de resolver supuestos problemas que se
Por " numéricamente el mi smo" se entiende que, si uno cuenta, por ejemp lo, cuántos Sócrates plantean al interior de la versión origina l. Sin embargo, esta postulación hace que el eterno
mueren envenenados por la cicuta a lo largo de la suces ión infinita de cosmos, el resultado es retorno deje de tener consecuencias deterministas. Si hay variaciones entre un cosmos y otro,
uno: es una sola y misma persona que muere envenenada un infi nito número de veces y que muchas de las relaciones causales que se dan en cada uno dejan de ser necesari as. Cabe en-
vuelve a generarse un número también infin ito de veces. La primera versión divergente, en tonces preguntarse ¿cuál es la dificultad que prentende resolverse con esta postulación tan
cambio, afirma que, si bien se conserva la identidad de propiedades, se pierde la identidad probl emática?
numérica. Por ejemp lo, Sócrates no volverá generarse en el próximo ciclo cósmico "sino Una vez más, las fuentes de que disponemos son insuficientes para dar una respuesta ca-
a lguien indiscernible de Sócrates" (19.16) . En este caso, si uno cuenta cuántos Sócrates mue- tegórica. Sin embargo, una posibilidad es que, baj o la influencia de la escuela peripatética,
ren envenenados por la cicuta a lo largo de la sucesión in fin ita de cosmos, el resultado no es algunos estoicos (incluyendo tal vez al propio Crisipo, según se sostiene en Gourinat 2002:
uno sino un número tan infinito como el número de cosmos. Con es to, los autores de la prime- 226) hayan llegado a la convicción de que dos tiempos sólo pueden ser distintos si es distinto
ra versión divergente violan el principio de la identidad de los indi scemibles supuesta en la lo que existe en cada uno, en pocas palabras, que el paso del tiempo exige que ocurran cam-
versión original, la cual excluía que dos cosas numéricamente di stintas pudieran compartir bios. Como veremos en el siguiente capítulo, esta concepc ión viene de Aristóteles y los estoi-
todas sus propiedades. No puede saberse con certeza qué motivos ll evaron a estos autores a cos ortodoxos parecen haberle rechazado. Pero aparece en el texto 19.19, un testimonio sobre
proponer una versión tan prob lemática de la doctrina. Sin embargo, es posible que, bajo la Euderno de Rodas, filósofo peripatético contemporáneo de Zenón. Es posible que haya sido
influencia de la escuela peripatética (ef. 19.17), les haya parecido dudoso que numéricamente bajo la influencia del primero que los autores estoicos de la segunda versión divergente hayan
el mismo individuo pueda tener una ex istencia discontinua. Esta duda proviene del propio argumentado que son imprescindibles las variaciones que postulan. Dado que bastarían cam-
Aristóte les quien parece considerar como absurdo que un individuo que deja de existir y bios insignificantes para que los ticmpos fueran distintos, estos autores se limitaron a postular
448 Capítulo 19

variaciones míni mas, las cuales no ponen en entredicho la identidad numérica. Pero aun así se
pierden las consecuencias detenninistas de la teoría, como ya vimos . Textos Anotados
Si bien ésta pudo haber sido la motivación que subyace a la segunda versión divergente, Determinismo, fatalismo y eterno retorno
según lo ha sostenido Jonathan Bames (Barnes 1978), cabe preguntarse si acaso el concepto
estoico de tiempo no permite, a diferencia del aristotélico, que una diferenciación temporal
sea posible sin que ocurran cambios. De este tema nos ocuparemos en el capítulo 20. Si lo
permite, la versión original de la doctrina del eterno retorno es inmune a la objeción que le 19.1 Simplicio, in caL406, 34-407,5 (SVF 2.198; FDS 881)
dirigen los autores de la segunda versión divergente. En ese caso, el eterno retorno no pierde 1tEpt óE trov Ei..;
sus consecuencias deterministas. La doctrina ofrecería un fundamento suficiente para la tesis tOV Iléllovw xpóvov CtVncpáaEoov oí IlEY LtOO'(KOt ta ama.OOK1¡..tá~OUOW, o.1rEp
de que toda relación causal es necesaria, como lo exige el determinismo estoico. Kal. bd t&v OJ.J..wv. wr; yop tO 1rEpl trov 1rUPÓVtOOV KcLl1rapEAf]AU8ótoov
aVtlKEÍIlEVa, oihoo..; Kat ta ¡..téUovta amó. té <pam Kal. ta IlÓpta autrov.
5 ~ yop tO eOtat aA118é..; EO"[lV ~ tO OUK eOtat, ti OEí ~tOl 'Veuo~ ~ aAf]8~
t:tVUl (ropíOtat yop Km' utml ta. lléAAOvta). Kal. d IlEY €mat vaUllaxía
aüptov, clA118ES d1rEív en eatUl' Ei oE Il~ EmUl, 'VeDao..; tO d1rEív en
gata\. ~tOt eatat ~ OUK eatOl, ~tOl apa aA118Er; ~ 'VEUOO"; 8ÓtEpOV.
4 Kal. 't0: <KCHa 'ttl> w:UOVta Gercke
La tesis de que las proposiciones que se refieren a hechos futuros estén "definidas" puede significar
simplemente que tienen un valor de verdad definido, esto es, que no carecen de uno y que no tienen
ambos, lo cual no imp lica por sí solo que los hechos y sucesos futuros a los quc se refieren ya sean nece-
sarios o imposibles. Desde un punto de vista filosófico general, una cosa no implica forzosamente la otra:
véase Hintikka 1964: 487-488 y el quinto apartado de McCall 1966. Algunos estudiosos recientes han
sostenido que en el capítulo 9 del De interpretatione, texto al que se remite 19.1, Aristóteles sostiene que
una cosa s¡ implicaría la otra, lo cual, según esta interpretación, Aristóteles consideraría como una razón
suficiente para rechazar la aplicación del principio de bivalencia a estas proposiciones. Para una discusión
detallada de este tema en Aristóteles cf. Sorabji 1980a: 91-103 Y Gaskin 1995.

19.2 Cicerón, Fal. 20 (SVF 2. 952; LS 38G; FDS 884)


Concludit enim Chrysippus hoc modo: "Si est motus sine causa, non omnis enuntiato
(quod a~írolladialectici appellant) aut vera aut falsa erit. causas enim efficientis quod non
habebit, id nec verum nec falsum erit. orrmis autem enuntiatio aut vera aut falsa est; motus
ergo sine causa nullus est" .
la tesis de que no hay movimiento sin causa es una pieza clave en el argumento estoico a favor de la
unidad y cohesión del cosmos (cf. 19.14).
2 a~íro~a Se trata del concepto estoico de proposición como portador de verdad. Cf. nuestro capítulo 8.
3-4 motus ergo sine causa nullus est Ésta es la conclusión del argumento, la cual se obtiene por la apli-
cación del principio de bivalencia a las proposiciones que se refieren al futuro. Pero esa conclusión no
implica por sí sola que el futuro ya está predetenninado por necesidad. Según 10 apunta Sharples (1991:
174): "It is important that Chrysippus is no! presented as arguing that ¡he truth ofprediction itself causally
necessitates the event (...) and lo say that being caused is a necessary condition for future truth is not the
same as to say that future truth itself causes the event". Otro argumento importante a favor de que todo
suceso futuro tiene una causa en el presente, es el desarrollado por Crisipo en su teoría de los sucesos
codestinados (cf. nuestro capítulo 27) .

19.3 Cicerón, Fal. 26 (LS 70G)


Quod cum ita sit, quid est cur non orrmis pronuntiatio aut vera aut falsa sit nisi
concesserimus fato fieri quaecumque fiant? "Quia futura vera," inquit, "non possunt esse
ea quae causas cm futura sint non habeot; habeant igitur causas necesse eat ea, quae vera
sunt; ita, cum evenerint, fato evenerinl."
El contexto de este pasaje es la discusión por parte de, en las secciones 23-25 de este tratado, de la pos-
tura de Carnéades respecto del debate entre Epicuro y Crisipo acerca de sucesos carentes de causa. Contra
Epicuro, Carnéades sostiene que el hecho de que algo carezca de una causa externa no implica que carez-
450 Capítulo 19 Determinismo, fata lismo eterno retomo 45\

ca de toda causa. Aquí se hace referencia a esta sugerencia para introducir el problema de la relación entre fuerte por afirmar la identidad misma de los tiempos) que [a versión original de Zenón presentada en este
causalidad y bivalenc ia. Sobre la postura de Carnéades en este debate cf. Sharples 199 1: 10-1 1 Y 176-177. texto. Cf. 19.19.
4 n)v os 1'oúnuv ElttnAOIcT¡V Kal UKOJ,olJ9ílIV Esto es, la concatenación e implicación causal entre el pa-
1-2 quid est cur... flant? El sentido de esta pregunta es que, si no todo se debiera al destino, no toda sado, el presente y cl futuro (como sc desprende la noción de causa usada en la afinnaeión anterior).
proposición sería o verdadera o falsa y, por contraposición, que si toda proposición es o verdadera o falsa, 5-6 uOUlopucnóv nva Kal aqlUK1'OV El hecho de que la ley (causal) que une a todas las cosas tenga estas
todo se debe al destino (o "todo tiene una causa", pues en este contexto el que algo se deba al destino características, refleja la tesis zenoniana, claramente expresada en 14.10 y 19.14 de que las relaciones
significa que tiene una causa; cf 19.4-5 y Cicerón, Fat. 21, Nemesio, NH 108, 15-17 Y DL 7. 149). Se causa les son necesarias (aOúvmov o' €{vm 1'0 ~EV at1'lov napslvm, 0.0 OE Écrnv a1TIOV)l~ Ú1tap;(.€tv) .
trata, por lo tanto, de exactamente la misma inferencia que la que se presenta en el texto anterior.
3 habeant igitur causas necesse eal ea. quae vera sunt Aquí se afirma simplemente la necesidad de que 19.6 Nemesio de Emesa, NH lll, 14-112,3 (SVF 2.625; LS 52C)
todo lo verdarero tenga una causa. No se sugiere que toda causa sea suficiente para su efecto (ni por ende
que todo lo verdadero sea necesario dada su causa).
oí oe IrCOLKoí cpacrtv a7tOKaOtOra).IÉvou~ '!ou<; 1tAáVl1taC; E1.<; TO aUTO
O11~EtOV Kará TE j..tl1KOe; Kal nAáTo~, t:v8a T~V apx~v EKamo~ ~v, OtE 'TO
19.4 ealeidio, in Tim.144 (SVF 2. 933; LS 54U) npéihov Ó K60}IO~ cruVÉcrtr¡, Ev pr¡1'Ot<; xpÓVWV 1tEptÓ001~ 8K1tÚpW01V Kal
ltaque non nulli putant praesumi differentiam providcntiae fatique, cum reapse una sit. cpOopav téüv ovrcov anEpyát;€crOat Ka!náAlV E~ únapX1l'; Et~ 'TO aUTO rov
quippe providentiam dei fore voluntatem, voluntatem porro eius seriem esse causarum . et 5 KócrllOV anoKaOímacr8at Ka! nov am¿pwv ój..toico~ náAtV <P€po).IÉvwv,
ex ea quidem, quia uoluntas, providentia est. porro quia eadem series causarum est, fahun EKacrTov <TroV> Ev Tíj 1tPüt¿pq. m;ptóocp yevollÉVwv al[apaJJ..áKtco~ áno-
cognominatam. ex quo fieri ut quae secundum fatum sunt etiam ex providentia sint, TEAEtcrBat· €crEcrBm yap 1táA1V LCOKpá'tT] Ka! fIÁá1'ffiVa Kal EKamov 1'OOv
5 eodemquc modo quae secundum providentiam ex fato, ut putat Chrysippus. a li i uero, avOp6mffiv aUv 'TOt.; autOtC; Kal <piA.ot.; Ka!noAÍ'tate;, Ka! Ta at)"[a n€la€aOat
quae quidem ex providentiae auctor itate fatal iter quoque provenire, nec tamen quae fatal iter Ka! tate; aUTOte; cruvTeú~Ea8m Kai Ta ama
).IE'taXElplElaOm, Kal nuaav nÓAlv
ex providentia, ut Cleanthes . 10 Kal KWj..tr¡v Ka! aypov ó~oí(üe; anoKaOímaaOm' yív€crBm OE '!~v anoKa-
1'ácrTOO'lV TOU l[avto~ 00. éíl[a~, MM l!oMáKl<;, ¡.t.UAAoV 011 d.; Cl7telpOV Kal.
1 11011 nul/i pulanr praesllmi differentiam providentiae jafique Cf. Platón, Tim. 4 1D8-E3, pasaje al que
(heAeU1'i¡tffi~ Ta auto. a1toKaOimaaOm. tOU~ 8E. OEOU'; 'tOu,; Il~ ÚnOKeL-
Calcidio alude aquí para atribuir a Platón [a tesis de que la providencia es anterior al destino.
3-4 porro quia eadem series causarunI est, fatI/m cognominafam La identidad entre el destino y [a red ~ÉVou~ Tft cpOopq taúTlJ, napaKoAouO~cravrae; Iltq nEptóocp, ylvroaK€lV EK
de causas que mantiene unido al cosmos (razón por la cual, según Calcidio, se identifica al destino con la mú'tT]e; náv1'O ,a j..tillovra EcrecrOm f.v rrur; É~iic; n€ptóootc;' ouoev yap
providencia, pues ésta también es idéntica a la red o "serie" de causas) también está supuesta en 19.3, 15 ~ÉVOV EaEaOm napa ta YINóllINa npó'tEpoV, au.a
1távta WcrClÚ'tWC; Kal
19.5 y hecha explícita en J9.J4. Véase también Cicerón , Fat. 2 1, Nemesio, NH 108, 15-17 (SVF2. 918) y a1tapaMáK'tú)~ axpt Kal 'tOOv 8AaXicrtCüv.
DL 7. 149 (SVF 2. 915). Sobre esta identidad, véase Sharples 1991: 8 y 29-30.
6 TOOV add . Morani I y€vo~ÉvrovJ y€VÓ¡.tEVOV H : y€VO).l.€voov] ytVóll€Vov K
7 lit C/eantlles Cabe dudar de si Cleantes efectivamente sostuvo la tesis que Ca[cidio le atribuye aquí.
Véase Dragona-Monachou 1973: 289 y Sharples 199 1: 29 n. 5. En Bobzien 1998: 47 se considera que el 1-2 a1toKa9tO'1'a~évou~ 1'Q'Ú~ nMvr¡'ta.:; do; 1'Ú au1'o <Jr1jl€lOV Ka'tá 1'10 jlllKo~ Kat1tAá1'o<; Para la idea de
testimonio de Calcidio es probab lemente correcto. que el ciclo cósmico coincide con el ciclo planetario (o "gran año": evwutov tOV )lÉ)'u!1'ov) cf. 19.8 y
19.17. La noción misma de gran año ya está presente Platón, Tim. 39D y vuelve a aparecer en fuentes
\9.5 Eusebio, PE 15.14.2 (SVF 1.98; LS 46G; FDS 327A) sobre el estoicismo. Cf. SVF 3 Diogenes Babylonius 28 y Séneca QN 3.29 .1 . Según Diógenes, el gran año
emma oe Ka! Kará ttva~ ¡:>i~ap~l¿voU~ XPÓVOU¡; EK1tUpoucrOm dura 657 x 104 aftas solares. Sobre el concepto antiguo de gran año, cf. Waerden 1952 y Mansfeld 1979:
rov crú¡.l1tavra KÓcr¡..tOV, eh' auOte; náAtV OtaKocrj..t€lcrOm. ro ).lMot rrpéürov 146-1 47 n. 52 .
1tiJp dVOl Ka9a1tf:pEi n cmÉpj..ta, téüv arrávrffiv exov mue; AÓyOU~ Ka! Ta~ aitíac; Téüv e
6 (t1tapaM,áK'tco~ Para esta tesis fuerte, véase también Orígenes , Ce/s . 4.12 (SVF 2.628) citado en LS
yEyovÓTúJV Kal rrov ylyvOj..tÉVúJv Ka! réüv EcrO).lÉVCüV· nlV 8€ roútCüv E7n1tAOK~V vol. 2: 308. El primer uso registrado de la noción de unapctIJ.aSía en la época helenística, anque en un
5 Kal oxoAou9íav €Íj..tapl.lINIlV Kal bnmlí¡.t.r¡v KCÚ aA1ígeloV KCtl vó¡.t.ov dvm sentido más débil, se encuentra en Arcesilas (ap . Sexto Empírico, AM7.409- 10). Para un uso anterior en
un contexto filósofico, aunque también en un sentido más débil, véase Jenófanes ap. DL 9.19 (DK 21A 1):
tOOV l:SVtCüV áo¡áOpamóv nva Ka! acpUKtov. raútn OE l[ávra OlOtKelcr8at Ta Kara
ou napolJ.uK1'OÚ<;. Por otra parte, aunque es claro en general que la serie de ciclos cósmicos no ti ene fin,
tOV KÓcr¡.t.OV {m¿pE1J, Ka8ám;p f:.v dlVOj..tcotáTlJ nVl noAm:iq.. cabe observar que, en este texto, con la expresión 6v ,TI np01'Epq; nep\óocy se hace explícito que lampoco
1 d!lap¡.t¿voo~ xpóvou.:; BONV : d~LQPJ.l¿vOU~ Wpl<J~I¿VOlJ~ xp6\'olJ<; rb 3 nup €i\'cu BONV : napcuv€Í tiene principio, pues para cada ciclo cósmico habría uno que le es anterior. Véase también el testimonio
]b7 cUvollroténn nvl BONV : €UVO)lcotéttW tíVl ]b de Orígenes en 19.16 (r&v 1tpor¿prov nEplóocoV).
6 í:wKpán¡ Sobre este ejemplo, cf. 19.21 y Taciano, Oralio ad Graecos 3.J -2 (SVF 1.1 09 Y 159), anali-
Se trata de un testimonio sobre Zenón (cf. 15.14.1). Sobre la comparación entre e[ cosmos y una ciu- zado en detalle en Mansfeld 1983: 227-228.
dad, idea clave del cosmopolitimo estoico, cf. 12.4,3 0.8,3 0.21-23 , 30.29 Y30.41.
10-12 eo€cr9al - anoKa9ícr1'a<J9al Los ejemplos contenidos en estas líneas sugieren que, según la teoría,
1-2 Para una formulación parecida de [a tesis de la conflagración, véase SVF 2. 603 (DK 22A I O): }tOtE el eterno retomo abarca todos los géneros corpóreos de la ontología estoica (véase capítulo 3): (i) las
)ley €KnUpOUoOcu "'f:yU ,o\'KÓOjlOV. nOTE os €K 1'OD nupo~ Cf1)V(otQo8UlnáÁ1V mhov K(l1'Ú nvacr Xpóvou cualidades de los objetos junto con su substancia (para que se repita Sócrates tiene que repetirse sus
n€plÓooU~. La idea de que el cosmos en su conjunto está sujeto a un desarrollo cíclico dentro del cual se cualidades, incluyendo la cualidad peculiar -ioía}totótT\<;- que fija su identidad individual; cf. 19.16), (ii)
destruye periódicamente para volver a constituirse en tiempos predetenninados, es más antigua que los las disposiciones que poseen (pues también se repiten las acciones de las personas - cruV!I>ÚS€cr9cl.l,
estoicos y, según el testimonio de Simplicio, parece remontarse a Anaxímenes COK 13A I 1). Al respecto, ll€'TaX€lpl€lo9a\- las cua les dependen de sus disposiciones, cf. capítulo 23) y Oii) las disposiciones relati-
cf. Sorabji 1983: 182. Sorabji también observa que en Plotino 5.7. 1-3 se halla de igual manera un argu- vas de las cosas (pues según el texto se repiten nucrav nÓAtv Ka\. KIDIlT\V Kat aypóv, y éstas no parecen ser
mento a favor de que el cosmos debe repetirse en ciclos (1983: 186). El argumento de Plotino puede tener otra cosa sino objetos ordenados de cierto modo entre sí).
un origen estoico pues se basa en el concepto estoico de crn:€Plla1'lKó~ Aóyo;. Es impo rtante notar que 12-13 1'O'U~os 9eou~ 1'ou<;).l.~ ÚnOK€t)lÉVOu~ tft <p90pg El plural parece indicar que ninguno de los dio-
Eudemo de Rodas atribuye a los pitagóricos una versión del eterno retomo igual de fuerte (o incluso más ses se destruye en la confl agración, lo cual podría contradecir el testimonio de Plutarco en eN 1075A-B
quien afinna que para CJeantes y Crisipo sólo Zeus no se destruye. Sobre este problema. cf. LS vol. 2:
452 Capitulo 19 Determinismo, fatalismo eterno retorno 453

307 Y 454, Long 1990: 284-287 y Salles 2003: 266 n. 33. Asimismo, adoptamos la puntuación de Morani 1 aíotov E : Ctíoolov O 2 'tpúpOV'tl FaABy : cnpÉ<povn Pohlenz et Chemiss cum cet!. 11 IlÉpo~ Poh-
(toU~ ~ltl tmOKf.l~ltvouC; eft q¡OoPti- taÚTtl, 1[ClpaKoAou6i]O"uvTo:C; !.w~ m¡ptó8cp, Y¡VWO"K€IV EK WÚtljC; návra
tel lenz et Chemiss cum XgB R: )ltpO\)~ ceU. 15 av'tí1CatoO¡; gX3B
IlÉMovra ltaEa6(11 f.v Taie; t.;~c; 1TEplÓ8otl;). La puntuación en LS vol. 2 : 306 es distinta (roue; ¡..ti;
2 KUKEÓW11tUpE1Káoll<; Esta comparación pudo haber sido hecha, no por el propio Crisipo, sino por Plu-
U1tOKE1)lÉVOUC; rti q>Oopg, taÚttl n:o.paKoAouOi]cruvwC; JlH~ m:ptó,sú), yIVÓ>CíKEtV tIC TaÚn]c; 1tO:VW 10:
tarco para fines polémicos. Esta misma expresión (KUKtroV) es usada en tono despectivo por los propios
¡.tÉ')..OVTU €ascrOa¡ EV Tate; g.;~c; 1tEptÓOotC;) y el significado cambia ligeramente: "los dioses, que no están
sujetos a destrucción, por medio de conocer este único período, conocen a partir de él todas las cosas
estoicos para referirse a la concepción del cosmos de sus adversarios. Cf. Marco Aurelio, ASI4.27, 6. 10 Y
futtlras que existirán en los períodos subsecuentes", 9.39.
4 avayKulov Las obras referidas aquí por Plutarco son de Crisipo y éste es uno de los pocos textos en
19.7 Estobeo, Ec!. 1.171, 13-16 (SVF 2.597) que se atribuye a él la tesis modal de que todo 10 destinado sucede por necesidad. Cf. 19.1 2 y Estobeo,
[Kal] Di cpállEVOl oE T11V O¡OKócrJlll0W Ol(Í)V10V lmáp- EcI. 1.78, 4-6 (SVF 2.916) en que se atribuye a Crisipo la identidad de 10 destinado con 'tÚ
XEIV rr!::plOoEmIKouc; etvaí <paen xpóvouc;, KaS' oü~ Kat"a
KU'OlvayKCto)ltvov. Otro testimonio importante sobre este tema es Musonio Rufo, Frag. 42.127, 1-4:
'tOlCtÚ'tT] ~ 'tou KÓq.LOU 'PÚ01~ KCt! ~v Kal EO'tl Kal EO'tat KCtl OÚX otóv 'tE lílJ..t:o~ yíYVEd8at 'ta ylyvóllEVCt ~ ro~
mirra Kal cOcraúrco~ yíYVEcr80lnávta Kal r~v m'rrllV 01U- vUv €XEt.
crc9sEcr8al rou KÓcr)lOU otáta~ív rE Kal olaKócr¡.H]crtV.
19.10 P lutarco, SR 1056C (SVF 2. 937)
1 [Kal] del. Wachsmuth cum Heeren 2 KCtnl F: KOt P 3 'tOUto. Wachsmuth cum Heeren : tauta FP /
aúro~ OE nOMa tOÚrOl~ 6)l.OAoyoú~a ypá<pEl, réAo~ Oé
o{)"r~v Wachsmuth cum Die ls : aútoG FP
epT]O"\.V )..tT]OEY l'crxEcrElal ).lT]OE lC1vEicr8at )l.T]OE 'tOÚÁáXHYrOV
19.8 Eusebio, PE 15.19.1-3 (SVF 2.599; LS 52D) aAND~ ~ Kara 'tov rou ÓtOC; AóyOV, av tU Ei)..tap)l.évlj t OV aurov ErVat.
enl tocrourov OE npoEA8rov Ó KOIVO~ AóyO~ Ka! KotV~ <púcrtC; )lEíSCOV en 'tOívuv ro ¡.tEv npOKatapK'ttKOV al'nov
Katn4ícov yEVO)lév'1. réAo~ ava~l1pávacra návtO Kal ete; eau!llv avaAapoucra 5 acr8ev¿mEpóv eml 'tou aúrOTEAou~ Kat OÚK E:~lJCW;lt at Kpa-
ev rñ nácn.l oUcríq. yíVEtm, BnavEAGoucra Ete; tOV np&rov pT]8ÉVra AóyOV Kal Ele; rOÚ).lEVOV un' aAMov BVlcrta)l.¿VCOv, tT]V o' El)l.ap¡..ttvr]vahiav
r~v aváraOlv eKEtvT]v tT]v nOlOucrav tvtautov tOV )léytcrtov, KaS' Bv an' autii~ avílCT]tov Kal oxmAUTov Kal atpE1trOV anocpaívwv aútOr;
5 )..tÓVT]~ d~ autT]v náAlv yíVELat 1i &noKarámaO"l~. EnavEAEloucra OE Ola 'Í\.'tponov Ka4i Kal AopácrtEtaV Kat 'A váy1Cllv Kal IIenpro-
rá~IV, a<p' oYa~ OtaKocr)l.E1v wcraúrco~ iíp~aro, Kata Myov 1rÚA1V rT¡v aút~v ¡.uM]v cO~ n¿pa~ anaO"lv emnElsioav.
otE~aycoy11v notE1Wt, trov WIOÚtCOV nEptÓOCOV e~ atoíou ytvopÉVcov aKara- 4 npOKUWpK'tlKOV Pohlenz et Chemiss cum X3gBn KUWpK'tIKOV ceU. 6 €Vld'tU)lÉVroV Xg
naúcncoe;. oüte yap rii~ ahía~ apx~v KavánauO"lv oróv tE yívecrGOl oihE rou e~a.vlo'talltv())V ceU. codd.
OIOIKOUvtO~ autá.
8 'Arpo1Cov - t\OpácnEIUV Nombres alternativos de una de las Moiras y de Némesis respectivamente.
J <tí> KO\V~ Diels 4 avátacnv Mansfeld: avámomv codd. 8 t~¡; oucría¡; apx.~v Diels : t~~ oitiCli; Cf. Platón, Rep. 451 A Y Leyes 960C. Sobre el uso de estos nombres propios en Crisipo, cf. las nn. de
CtPX~v B : Tfj~ apxfi~ ahíav ONV / KCtvá1ICl:umv Dicls : Ka1CórrauCflv Mras : KUl mlOlv edd. al. Chemiss ad loco Para la distinción presentada aquí entre estos dos tipos de causa - perfecta y preliminar -
cf. nuestro capítulo 14.
4 Ctvátuow Según se argumenta en Mansfeld 1983: 229-230 (véase también umg 1985: 26 y 35 n. 72),
la lectura de los códices (avámumv, 'resurrección') puede ser inferpolario christiana. Por otra parte, 19.1 1 Plutarco, SR 1056D-E (SVF 2.935)
aVátClcr~ , cognado del verbo avem:ívoo y del sustantivo 'tóvo~, ambos términos técnicos del estoicismo (cf.
OuoE yap ana~
véase nuestro capítulo 12) parece tener más sentido en este contexto específico. En efecto, la tesis de que
en la conflagración estoica se produce una expansión del cosmos, está ampliamente documentada. ~ oic; aMa navraxou 1l0MOV O' Bv noO"l roie; $UO"lKOle;
yÉypa<ps rair; ).lEY Kara )..t¿por; <pÚcrScrl Kal KtVr,crSO"lV E:vmlÍ-
19.9 Plutarco, SR 1049F-I050B (SVF 2.937) llCt'ta noMa yívEcrflaL Ka! Km).ú).laTa tf¡ OE t rov OMoV
1tprorov yap EV r4J npCÍJrQ,) nEpl (t>Ú(rECO~ tO Uíotov rile; 5 ~~ÚÉv .
Ktvi¡CrECOC; KUKSroVt 1[apEtKácra~ líAÁ' allooe; arpÚpOvtl Kal
3 K1VTÍO€OIV om. Xg
rapácrcrovn trov ytVO)l.¿VCOV, raut' ELPT]KEV· 'oürco 08 rfl~
trov OAroV OiKOVo)l.ía~ 1tpoayoúcrr¡~, avayKalov Kata taÚtllV, Para la idea de que no existen obstáculos para el destino estoico (identificado aquí con la "naturaleza
5 w~ av nor' exco)lcv, eXElv ~~u'ie;, slrs napa cpúcrtv n)v toiav del todo"), idea también presente en el texto anterior, cf. Nemesio, NH 108, 15 -1 7 (SVF 2. 918).
vocrOUVtS~ ElrE nE1rl1PCOI-4¿VOI ElrE ypa)l.¡..ta'tlKOt yEyovórE~ 19.12 Alejaud ro de Afrodisia, Fal . 181, 15-182, 5 (SVF 2. 979; LS 62G)
~ lloumKoí" KU!náAtV ¡..tEt' OA{YOV' 'Kata tOUtov BE rov EnEl yáp, <pacrív, n))v OV'TCOV r E Kat ytvo)l.É;vrov aí cpúcrSt~ €-tspaí re Kat
Aóyov 'ta napanAlÍma EpOU).1i:V Kat nEpl tf¡~ apeTi1~ ~~lroV 81áepopoI (ou yap ai aUtal r&v BIlIfÚXCOV tE Kat rrov a'VÚXcov, aM' UUOE
KalnEpt Tlle; KaKim; Kal ro OAOV rwv rEXVrov Kat trov atE- rrov E).lIfÚXCOV á.návrcov ai aural mÍÁIV' ai yap KaT' doo~ trov ovrcov ota-
10 XVU]N, Ú)~ ecpT]v,' Kat ¡.J.Et' OAíyov éÍ1racruv avCtLprov a)l.<pt- epopal ra~ trov CPÚC5¡;;rov aúr rov otO.<pOPOO; OEtJCVÚoumv), yívErm OE ra uep'
pOAíav' 'OMEV yap ikftlV MAW~ trov Karc1 Il¿PO~ YEVÉcrElm 5 ÉK6.cnOU ylvó)l.eva Kara r~v olKEiav epÚO"IV, t a ~v úno AíGOU Kata rT¡v
oúoE tOuAáXlcrtOV ~ Kata r~v KOlV~V <púmv Kal Kara rov AíElOU, 'ta o' uno 1t\lpO~ Ka'ta t~V 1t1)pO~ Kal 'to. Ú1tO Sc90u Kara tT]v
EKEÍVT]~ 'Aóyov.' on o' 11 KO\vt1 cpúcrt~ Ka16 KOlVO~ r~e; Sc901), OUbEv)lEY r&v Ka'tu TllV olKEÍav <púmv uep' ÉKácnou ytvo)lÉ-
cpúcrSWt; Mycy; Ei)l.ap).lÉV11 KalnpóvOla Ka1. ZCÚt; ecrtlV, OÚOE voov oúvacr8aí <paO"lv (J).)..w~ ~XSIV, aM' EKaOtOV róJv ytvO)lSvCOV Ú7r' aur&v
15 w¡)~ avtÍ1toou~ I.1A118E· yívEcrflm KUtT]VayKacr)l.évror;, Kar' aváy1Cllv ou TI)v EX píac;, aÁA' eK tOU)l.~
10 Oúvacr8at ro o~ nsepuKo~ oü'tOJ~ (OVTOJV róJv nsptscrtóncov rOloúrcov <cO~>
454 Capítulo 19 Determinismo, fatalismo y eterno retomo 455

&8ÚVaTOV aDró) 11~ 1tEPIEcrrávat) rÓTE aUro~ 1tW~ KOI. ).L~ oüno~ KtVlle~Vat. 5 llETa tauta ytVOflÉV01<; ahírov ytvollÉVCOV Ka\. TomO} 10 TpónCfl cruv8eo~ÉVrov
)..l~TE yap rav Al80Y, El arra i.h¡lQvc; l.'HpE8Eír¡ n vóc.;, 6úvaaOat 11~ cpÉpecr8Cl! MAi¡A01C; á1távTmV, Kal IllÍTe oU'tm<; Tlvo<; f;v aut0 y1vOIlÉVOU, ro<; )l~ náv-
KÓ'tOO Il'lDEVOC; E¡. l1roi5i1;oVTOC;' Tc9 <yap> papún¡m I-UN SXEIV aUTov Ev aúró), tro<; ¿naKoAou8E1V au't0 Kal cruvilcp8m ro<; ahúp EtEPÓV t1, ~li¡t' au leOV
raúTI]v 8' dvat <t~v> t~C; TOlOVrll<; KtV~crEffiC; KOTa cpúrnv <ahíav>, éhav Kal nI EmylVO)ltvmv TlVO~ a1toAeAúcr8at ouva¡.tÉVou -rÓJv 1tPOYEyoVÓtmv, ro~)llÍ TlV1
15 e~ú)eEV utna ta npoc; t~V Kanl <púmv KíV1l0W 10 Aí8ey ouV't"EAouvra naPD, E~ aUtmv aKoAouOeiv rocrnEp cruv8Eó~vav, aMa navtí tE Tcp yEVO)lÉV!!?
¿~ aváYK11C; TOY Aí80V roe; 1tÉcpUKEV cpÉpecr8Ct.1. rrávrcoc; 6' drr0 Kal. ¿~ 10 ElepÓV tl braKoAou9Elv, ~prr¡J1ÉVov <E~> autou E~ áváYKl1<; ro~ ahíou, Ka\.
aváYK1lC; 1tapEtVat raiha '[a al'na, Ot' él KtVEltat tÓtE, - au /lÓVOV Il~ nov tO ytVÓ)JEVOV EX€lV tlnpo aUtOD, ~ 00<; ahí!!? cruvi¡prr¡tal. ~r¡8Ev
ouváJ-lcvOV I-l~ KIVE10"8at Toúrrov [J.l~] napóvrrov, aUa Kal. ¿~ áváYKTJ<; Kt- yap áVatTímr; )llÍtE dvat )llÍTe yiVEcr9at TÓJV f;v 1'0 Kócr)lCfl81a la )lr¡8€v
vEla8a¡ rÓtE, Kal y{vEcr8cu T~V 't"OWÚtr¡v KíVl10lV úno tfiC; e1J.lopMivr¡c; 01(1 Etvm tmv f:.¡ aUT0 anOA.EAuIlÉVOV TE Kal KEXCOptcr)l~"VOV tÓJV npoyEyovÓtrov
20 1:05 )"íBou' Ó 8' aUTor; Ka! ¿tri T&V aMrov Aóy~. roe; bE ¿nI. trov al.V1>xrov cmúvtcov. 8ta<mocr8at yap Ka\. 81atpElcr8at Ka! ~r¡K¿tl tOV KÓcr¡..tOV Eva ~É -
oe
EXEl, oün:oc; Katbct trov ¡;4rov eXElv cpacrív. 15 VEtv aid, Kata ~íav tá~lV TE Kol oiKovo~íav OlOlKOÚIlEVOV, el avainó<; nc;
I Én:el] btl Lond. 9-11 yívecr9at K(nllvaYKaO"¡.tévw~ (Kfl'[ ' civáylCt]v OD t~V 8K pía~, ill' aK ton ¡.t~ elcráYOltO Kívr¡crt<;· ~v eicrúYEcrOm, el ¡..t~ návtCt ta ovra tE KOl Y1VÓ¡.tEVO
oúvacr9cn tO o~ m:<puKo~ OÜ t(O~ OVtWV t&v 1t€pu¡cnó)twv tOlOÚtWV) ciOúvmov autq, p~ 1teptemóvat EXOl 'ttva aLtla 1tpoyeyovóta, or<; E~ áváYKr¡<; EnEtCtl'
tÓte éiAAW<; mo<;, Kal ¡.t~ OÜtW~ KlvT]9'lval. Thillet lOro o~ 1recpUKO<; Sharples : 'to l.ul1teípuKo~ OÜWl<; 2 mJ't(p Gercke in app. : at')'t~ codd. 9 no.vtí B 2 Orelli : návrn V: 1tÓVtll a l2 10 <a~> add. Orelli 11
Bmns cum codd. (Il~ om. ES) / <w<;> add. Bruos , Sharples cum Orelli, Lond. : <&.> van Amim 13 npo]ls H
t~.I1toOí~ov'tO<;· tq, <yap> Sharp les cum von Arnim : 8¡l1tooí~ov'tO<; Hí} codd. 14 tetút'lv o' elva! <nlv>
't T1~ tolCtúrT]<; KIV~(J!::W~ Kma ípÚOIV <ahíav> Bruns, Sharples «nlv> add. Bmns <ahíav> add. B2) 19.15 Simplicio, in Phys. 886, 12-16 (SVF 2.627; LS 52E)
18 OUVÓfl€VOV Bmns, 8harples cum Trincavelli : ouva¡.tÉvoov VB 1ES : ouvaflÉvou B2 : ouvallÉVO} H I lÉ'{ov-
(Il~] secl . Bruns, Sharples cum Orel1i
lE<; yap EKeLVOl TOV autov ¿¡..tE náA1v yiVEcrOat f:.¡ 'tU naA1yyevEcríq 1;r¡wucrtv
5 nlV otKEíav ípúcr¡V Se trata de una noción técnica del es toicismo, clave en la teOlía de la responsabili- EtKÓtro<;, nÓtEpOv eL; El¡..tl t0 apt8)l0 Ó VÜV Kal tÓlE 81a tO 'tu oucríq
dad. Cf. nues tro comentario en el capítulo 28. En este tratado Alejandro atribuye varias veces a sus adver- EtVat 6 OU1Ó<;, ~ tU Katatá~E1 rf¡ (;l<; aMr¡v Ka! o.Mr¡V Kocr)lOnolÍav 8ta-
sarios detenninistas la tesis de que a cada especie de la scala l1aft/rae le corresponde un tipo característico 5 qlopoü)lal.
de comportamiento. Cf. 28.2 y Fa!. 189,21ss., 208,65. y 2355. Sobre la escala de los estoicos, cf. nuestro
capítulo 12. 2 'tov o.lJtOV aCF: a\}'tov AM / !lE aF I ycv€cr8at a I av om. aF 3 Ó] rov F 4 KcnCHó~lV M / KocrJl01tOlia
6-7 El término ~00v, que tradujimos por "animal", se emplea aquí como sinónimo de Efl'fUXOV, "ani- M
mado" (cf. 185,16- 17) Y ésa es justamente la razón por la cual tradujimos ~q,ov por "animal" (y no por 3 1tÓtEPOV investigan con razón "si acaso" la identidad transcíclica de los objetos implica su identidad
"ser vivo"), pues para los estoicos las plantas son seres vivos que, sin embargo, carecen de alma: los numérica, es decir, no afinnan que se preserva (contra 10 que se sostiene en L8 vol. 2: 309). Pero tampoco
únicos seres vivos que tienen alma son los animales . En particular, las plantas carecen de alma a pesar de se está negando que se preserva, como será el caso en el texto siguiente. Según se apunta en LS vol. 2:
tener vida. Al respecto cf. SVF2.708-713.
308 , la idea de que una cosa puede ser la "misma" (~ o:Ót~ Ilév) sin ser la misma numéricamente (Ilía O€
9 Km' avóylCt]v OlJ 't~v 8K pia<; La distinción que se presenta aquí entre una necesidad cuya fuente es oi.í) viene de Aristóteles, Fís . 228a3-6, objeto del comentario de Simplicio en este texto.
completamente extema al objeto en movimiento (que es el significado que 8K pía<; parece tener aquí) y
una necesidad más general, que procede de la conjunción de factores externos con cómo está constituido 19.16 Origenes, C. Cel. 4.68 (SVF 2.626; LS 52G)
el objeto "naturalmente" (1tےpUKO~), necesidad a la cual este texto se refiere mediante el adverbio Meta yap
KanlvayKacr~lÉvco<; (cf. notas al texto 9), también es clave en la teoría estoica de la acción y de la respon-
t~V 'COü ltaVlOe; EK1tÚprocrLv, anElpáKl<; YEVOflÉVllV Kal anet-
sabilidad. Véase nuestro comentario en los capítulos 23 y 28. El principio de la regularidad de la expe-
riencia enunciado aquí y en 19.13 vuelve aparecer en el De Fato de Alejandro en 192,23-24. páJCl<; Ecrolltvr¡V, ~ aUnl1:á~1<; an' apx~<; ~Éxpl tÉA.ou<; 1távtmv
17-19 Sobre este principio de la regularidad de la experiencia, usado nuevamente más adelante en el y¿yov¿ 'tE Kol Ecrtal. nelpÓJIlEVot fl¿vtOl 8Epa1tEÚElV nme; tar;
tratado, cf. 183, 13- 16 Y 192, 23-24. Véase también el testimonio de Nemesio de Emesa en 29.1. 5 anql<pácretC; oi ano Til<; Ltoa,<; OUK oI8' onco<; anopaAAcucrour;
19.13 Nemesio de Emesa, NH 105,18-22
cpacrlv EO€CJ8at Ka'ta m:pío8ov tOte; anot&v npotÉprov
nEptó8mv návta<;, '{va )..l~ ¿ffiKpÚrr¡<; náÁtv ytvr¡tat, aM'
EÍ yap TooV
unapúM.aK'rÓ<; nr; té\> LCúKpátE1, ya~i¡crmv U1tapáMaKtOV
alHoov ahírov nEpu:mr¡KÓtCúV, roe; cpaow amoí, nocra aváYKl1 Ta aUTa tU =:av8ín1t1J Kal Karr¡yopr¡9r¡cróIlEVoC; uno anapaUÚKtrov
oe
yív€cr8at, Ka! OÓX oTóv tE 1toTe ¡iliv OÜtro, nOte o.Uroe; YEVÉcr8at Ola TO 10 'AVÚtCfl Kal MEAi¡tCfl. OUK ol8a 8€ n&<; 6 ¡iliv KÓO)..lO<; aE! Ó
E~ ah.üvo~ oUtro.; ánOKEKAllpoocr8m muta, aváYKl1 Ka\. T~V óp~~v t~V tOD aútó<; scrn Kal OUK anapáAAwcror; StEpO<; ÉtÉP!!?, ta o' f:.¡
5 ~4ou náVTlJ Ka! návlCOC; tOOV aUTOOv altícov 1tf.pu:mr¡KÓ'tcov omco yevÉcrOat· au'Cep OU 'Ca aUla a'MO. anapáM.aKta.
2 ta auto. Morani cum pDP : w ih(l KF 3 yivw8at] y€vÉcr8al K I Ka! OllX - ycvÉcr8(lL om. F 9 tU .=.av9ímtlJ Borret et Long-Sedley cum Delarue : tlva S(lvElimq:¡ von Amim cum Gundermann :
't~v 3 av9¡1t1ru codd.
19.14 Alejandro de Afrodisia, Fat. 191,30-192, 14 (SVF 2.945; LS 55N)
<pacr!v o~ lOV KÓcr~OV Los objetos que se repiten de un ciclo a otro son los mismos en el sentido de que son indiscemib les,
tÓVOE, Eva ovra Ka!návra la O\'la f;v atlT0 nEptÉxovTa, Ka\. uno cpÚcreroc; pero no son los mismos numéricamente. Coincidimos con Long-Sedley (LS vol. 2: 308) en interpretar así
OlOlKOÚ~EVOV smnKll<; TE Ka\. AoylKll'; Ka! VOep&;, eXelV 't~v tmv Ovtrov el texto . Una interpretación alternativa es la de Barnes (1978: 10), quien sostiene, erróneamente a nuestro
parecer, que la teoría que se presenta aquí es la misma que la que acepta la identidad numérica y se pre-
OloíKT]cnv awtov Ka'ta Eíp~óv !lva Ka! 'tá~lV npowúcrav, tooV npO)Tm\' TOi'~
senta en 19.20-21.
456 Capítulo 19 Determinismo, fatalismo y eterno retorno 457

19.17 Filópono, ill GC314, 9-22 9 apt9¡.tcP om. F 10 KaElTHlÉVol~ oürffi, Kat Diels cum Zeller : KaElTlIl¿vO\~, omoo Ka! vulgo 12 ro ante
A1top~creu:: 8' av Tl~, éó~ <pr¡cnv J\)J;~avopo~, 1tpO~ Aptcrroú;)"r¡v' el npÓTt:pov om. F
yap ~ ÜAT] ~ aun1 ud Olalltv€l, Ecrn OE Kal ro 1tOtr¡!lKOV al'rlOv 10 aUTO Según este testimonio, del hecho de que los objetos conservan su identidad numérica de un ciclo a otro
¿ud, 8111ltoíuv ahíav OUX1 Kata nEpíoOóv ttva 1tAeíovo~ xpóvou tK ni~ (náAlv TO: aUTO. ap¡e¡.tcP), se infiere que el tiempo durante el cual existen en un ciclo es el mismo que el
auri]¡;; ÜAr¡~ 'tu u\na núALv Kar ' apt8IJoY {mo TroV mYrrov Eorm; om:p nvé~ tiempo durante el cual existen en otro. Se ha discutido en años recientes si esta inferencia es hecha por los
5 <pum Kmu tT¡v n:UAlyyEV€cnav Kal Tav ~lÉ'yav €vtaurov <JU)lpaíVElv, EV ~ propios pitagóricos o por Eudemo, autor de este testimonio, con el propósito de ridicu lizar a los pitagóri-
náv!wv TcOV ulnruv {X1wKU'támam<; yíverat. TüÚWU o' ov'tO<; s'íT] O:v Kal cos. Véase Sorabji 1983: 183 y LS vol. 2: 209. La identidad de los tiempos sería fatal para cualquier
versión del eterno retomo porque el concepto mismo de retorno parece presuponer que los tiempos son
thd rrov l<uO' EKacrm, (bv <peap1"~ ~ ouoía, 1l:aA1Y'(EvEma Kal Kat' aplO).lOV diferentes. Cf. Barnes 1978 y el Problema 17 de Ps.-Aristóteles. Barnes también argumenta que este
aváKu).t\jfV;. ¡rpoe; "coiho OE tllrr¿ov Otl El Kal ooOdllnáA.lV LWKpá:tT]<; problema podría ser el que intenta resolver la segunda versión divergente de la doctrina estoica del eterno
yívEaBm, ou tó) apt8¡.t1$ 6 UlYCO<; av €l'T] 1"1$ n:pro!qJ yevO¡.tÉvC9 LCOKpáTEI retomo en 19.20-21. Sin embargo, cabe dudar de si los estoicos autores de la versión orginal están real-
lOó ücrn:po<; Y/:.l'ovcO<; Kal eto;. ou yap otóv re &v Kal "WUTOV KU'[' aptOJlov mente obligados a aceptar la inferencia que se presenta en este texto ("si los objetos son numéricamente
olaAsÍ1rmv' 01> yap 1"ó) EK lWV ctlrcrov dVCll EV Kar' aplO)J.ov yiVEtat, los mismos, los tiempos también lo son"). Cf. Salles 2002: 8-12, 2005c: 96-103 y Boeri 2003 .
ij),J..a r~ ro auro OIUllévEtV n:pórEpov KUL ücrrEpov OVo 0'0 ~AIO';)lEY Ó 19.20 Alejandro de Afrodisia, ill A. Pro 181,25-31 (SVF 2.624; LS 52F; FDS 994)
auro.; Kar' ciptO)lóv, LCúKpór1le; oé, ro.; Etn:OV, oUX oamo.; KaT' aptOllóv· Kal ASyoum Kat oe
ou yap ~1€vE¡ ro aro)lov dooe;, Ei Kal ~ ÜAllIlÉVEt. role; tóíw~ nOtoíe; roíe; ÜcrtEPOV Ylyo¡..tévOte; 1rpO~ mue; 1tpócrOev napallayó.c;
9 ou om . T / ylvO~IÉV(9 a 10 Kal m UTov Z: Kar' nUTov a 11 TcPJ TO GT 13 ElJIOV coni. Vitell i : d1tEV IlÓVOY yíYEcrOat Katá Ttva ""Crov ESWOEV cru¡.t~E~llKótroY, otUl1tapaJJ...ayal Kat
codd. Ero. 1"Ol) aurou ¡.t€vOyró.;"tE Ka!. srovroe; .ó.írovo~ OUK w..AÓcrcrOUcnv auróy· ou
1 JIPOC; .~plcrr~rül1v C~. ':ís.
22 8a3-6 donde Aristóteles parece sugerir que sería absurdo que un objeto 5 yap üM.o.; y{VE"tat d 1rpÓ"t"EPOV EXCúV btl. Tfi.; O\lfEroe; e.paKo~ ÜCJ"tEPOV IlllKé""C'
dado pudtera dejar de eXIstIr por un tiempo y, al reconstituirse, seguir siendo numéricamente el mismo EXOl· rOlaMae; oÉ <pam rae; EY r01~ toiro.; 1t0l01'; rote; €v a~ KÓcr)l<tl
(cf. Ross 1936 ad. loc. ). Una razón de porqué Aristóteles pensaría esto es, quizás , la que ofrece Filópono napa 1"Ou,; EV aUcp yíYECJ9m.
en las lín eas 10-14: "no es posible que una sola y misma cosa en número tenga intervalos <de no-
existencia>" porque , en ese caso, "la forma individual (TO cho¡.toC; Btoo~,) no permanece aunque la materia 2 1.8íOl~ M I tllJIpóa9ev a I 1IC1pcUJ..uyac; aM : JIapa)J,ayEv B 3 (J1J).I~a¡VÓvT(J)V a
permanezca".
El contexto de 19.20 y 19.18 es la discusión por parte de Alejandro de la tesis de Crisipo de que algo
19.18 Alejandro de Afrodisia, il/ A. Pro 180,33-36 (SVF 2. 624; LS 52F; FDS994) imposible puede seguirse de algo posible (cf. svr
2.202a): según Crisipo, 'éste esta muerto' es imposible
en relación con Dión si Dión está muerto, y no obstante se sigue de 'Dión está muerto', a lo cual Alejan-
apéaKEl yap aUTo~ ro )lE1"a nlV EK1rÚpCOO"lV n:áA1V
dro responde que 'éste está muerto' no es realmente imposible si significa 'el alma y el cuerpo de este
1távra Taina tv T0 KÓcr¡.tI:Q y[vecrOat Ka. ' aplOpÓV, roe; Ka! "tOY toíCúC; 1totOV hombre se separaron' porque, si se acepta la doctrina del eterno retorno, es cierto de cualquier hombre
1ráA1V "tov aurov reg 1tpÓcrOEV dvaí TE Ka!. yivccrOat EY EKEívú) reg K6cr)lcp, que su alma y su cuerpo se separaron en los ciclos cósmicos pasados. Sobre esta discusión, cf. también los
W.; tv rOl'; 1tEPI K6cr)loU Xpúcrl1t1ro,; M-yEt. textos recogidos en FDS 995-997 y las notas en LS vol. 2: 308. En Gourinat 2002: 226, se afirma que esta
versión que hemos calificado de heterodoxa y divergente pudo, en realidad, haber sido la que Crisipo
1-2 1távm 1tÓ.A.1V M 2 yíw;oOm BM: yevt'¡O"€aElm coni. Zeller: y€vÉaElUl a
propuso.
Es p.osibl e que Alejandro haya invertido el orden de la inferencia original de Crisipo, la cual pudo
haber sIdo qu e, dado que se repiten los mismos individuos cualificados peculiarmente, se repiten numéri- 19.21 Orígenes, C. Cel. 5. 20 (SVF 2.626; LS 52G)
camente Jos mismos individuos. <Da(Jlo~ oi a1tO rii.; Lrod.; Ka""Ca 1tEpíooov EK1rÚproO"lV 1"OU
1taVTOe; yívEcr8m Ka!. €~~C; aUrD olaKócr)lr¡OlV, nóvt' anapáA-
19.19 Simplicio, ill Phys. 732,26-733,1 (LS 521) A.aK"tU 8xoucrav rot; 1tpCx; "t~v 1tpo""Cépav OtaKÓO)lT]crtY. "0001
oe
Oihco Kal oi nuSayópElO l Ta auró 1tCO~ Ka! reg aplS¡..t~ r4J nMlV 6' aUTcDv Uo¿a811oav TO oÓY)la, OAlnV dp1ÍKaOl1tapaM.ay~v
KUI1táA1V EAEyOV yívEOSa¡· OUOEY OE taco.; XEí'pov Kal tfj~ EUOlí¡..tou PlÍcrECO'; 5 Ka!. ocpóopa ppaXE1av yíYEa9m Kara 1tEpiooov ""Caí.; Em riie;
EK roí} ""Cpirou "tÚJv <l>UOIKroV rO. Evraí}Sa AEyÓ~IEVa napacppa~oúOlle; aKoúElv' 1rpO au""C~.; 1tEptÓOOU.
'6 158 aUTo~ xpóvo.; n:órEpov yívETUi ¿kT1tEP evtoí <pucrtv 1, 0-0, CtnoPlÍCJElEV
La teoría aquí descrita es probablemente la misma que la que aparece en el texto anterior. Véase nues-
5 av ne;. nAEovaxro.; o~ AzYO).lÉVOU rou rauTou ró) PEY EtOEl tpa[vEtat yíYE-
tro comentario.
crSa¡ ro aura oiov 8époe; Kal XEI¡..tcOv Ka! ai A.ol1ta!. oopai rE Kal1tEpíoooL,
O¡..toíw.; 08 Kal aí KtYlÍCJEl'; aí aural ylVOV""Cat T0 clOEl, "tp01ta~ yap Ka! 19.22 DL 7.75-76 (SVF 2.201; LS 38D)
tcrr¡pEpía~ Kal rae; AOl1l:a.; nopdac; 6 ~A\Oe; cmon;ML El 6é "tI'; mcrrEúaEIE "E"t\ rE ra)lév ECJn ouvu"tú,"ta. o' &6úvara· Kal"ta)!€v ava)'Kaía,
rOle; IlueayopEÍot~, rocrrE 1táAty""Ca aUTO. ap18¡.t0, Kaym ¡..tUOOAO')'lÍOW ""CO rO. 8' OUK avayKa1a. ouva""COY ¡.tEY""Co emoE1CTlKoV tOu CtAr¡OE';
10 papoíoy EXCúV u¡.tIY KaOll¡.tévOl'; oü"tco, Kal"ta wa 1tóyra O¡.toíoo~ eSE1, Kal dym, TroV EKTOt; ¡.t~ EYavtlOU)lévCúY d.; TO aA1l9Ee; dvat, oiov SU
TOV xpóvov EÜAO')'ÓY Eon "tOY auroy Elvat. )l10:'; yap Kal Tii~ aun;e; KtVlÍ- dlOKAiie;· a8úvarov 8E B)llÍ ECrtlV EmOEKT1KOY ""CaD áAY]8E~
aEroe;, ópoíw~ OE Ka! 1rollóJv Troy alnrov"to n:pÓTEpOV Kal ümEpov €V Kal 5 dvm <*> otov TÍ yf¡ lnTUTUi. UyaYKalOY 6¿ EcrtlV OItEp &AY]OE~ Bv
rauTóv, Kal Ó ""Coúrrov o~ apt8)ló,;· núvra apa"ta auró, rocrtE Kal Ó n
OUK Ecrnv emOE1CTtKOv rou \lfci'loo~ dYat, emoElct"lKOV ¡.tév Eon, ""Ca
xpÓYO~. ' o' ÉKTOt; aUTep tvavnomm 1tpoe;"to o/ciloot; dvat, OrOY TÍ apEnl
W<pEAEI. OUK avayKalov o¿ Eonv BKal aA1l8ée; EartY Ka!. o/WOO';
458 Capítulo 19

atóv t Eervat, toov €KTO~ ~r¡OEv tvavnouJ..l€vrov, otov l O1tEP1-


10 nC1'u:l fiimv. Capítulo 20
1 "En te <TroV á~\Ol~áTWV> suppl. Marcovich 3 el, TO /¡),~e", BPF : xpOs TO áA~e", Cobet, Lugar, vacío y tiempo
ta.
van Armm, MarcoV1ch 5 ~ ÉmOEKTIKOV ~ scrtl, 8' SK10l; alm:$ tvavtloiha¡ 1tpOC; l O
o/sUooc; ETvCll suppl. Bobzien cum Fredc 6-7 ~ bn8€K'TIKOV - eTVr.u codd.: secJ. Marcovich
cum Becker 13 l OdeL Marcovich.
20.1 Estobeo, Ecl. 1. 161, 8-26 (SVF 2. 503; 1.8 49A; FDS 728)
~ara la definici61~ ~sto.ica de los conceptos modales, cr. también Plutarco, SR 105SD-F (SVF 2.202),
De Crisipo. Cris ipo afirmaba que un lugar es lo que está completamente ocupado por un
AleJa,odro de Afrodls la, m ,A. Pr. 177,25-1 78,7 (SVF2.202a ) y Boecio, in /111.2.234-5 (cf. Bobzien
1998. ,1 12 n. 39). Esta leon a debe entenderse a la luz de la discusión iniciada por Aristóteles contra los ex istente, o lo que puede ser ocupado por un existente y está completamente ocupado, ya sea
~e~áncos en Met. 03 Ycontinuada por Diódoro Crano y Filón de Megara (cr. respectivamente Boceio, por un existente o por muchos. En cambio, si de lo que puede ser ocupado por un existente
111 ~nt. 2.~34, 22-26 Y 2.234, 10-22) sobre cómo dis tinguir lo fáctico de lo necesario y lo contra fáctico de una parte fuera ocupada y la otra no, el todo no sería ni vacío ni lugar, sino alguna otra cosa,
lo Jnlposl ble. Al respecto, cf. B?bzien .1998: 97-12 1 y Makin 2006: 60-96. La postura estoica respecto de carente de nombre. En efecto, se hace referencia al vacío del mismo modo que a los recipien-
estos conceptos pudo haber temdo un Impacto en su discusión del problema de la responsabilidad moral tes vacíos , al lugar, en cambio, [del mi smo modo] que a los llenos. ¿Es acaso el espacio aque-
tema del que nos ocupa mos en el capitulo 29. '
llo que es mayor y puede ocuparse por un existente (como un recipiente mayor que un cuerpo)
5 <i\ €7UOeKTlKOV - ttVCt1> Cf. nota siguiente. o simplemente lo que deja espacio para un cuerpo mayor? Ahora bien, se dice que el vacío es
ilimitado, pues lo que es exterior al cosmos es tal, y que el lugar, por su parte, es limitado
6-7 ~ ~1l"lOeKTlKOV - €tv.at Cf. F.red.e 1974: 107-14 Y Bobzien 1986: 40-9. Según lo explica Frede, la lec- debido a que no hay ningún cuerpo ilimitado. Pero ta l como lo corpóreo es limitado, así tam-
tura ~ngma l d~ los ~6?:ces es mdlspensable para garantizar la interdefinibilidad de los conceptos de bién lo incorpóreo es ilimitado, pues el tiempo y el vacío son ilimitados. En efecto, del mi smo
neces lda? y de 1ll1pos lblltdad, tal como ocurre en Plutarco, SR 1055 D-F (SVF 2.202). Lo mismo se aplica
a la oracIón que debe suplirse en la línea 5. modo en que lo que no es nada no es un límite, de ese modo tampoco [hay un límite] de él, y
tal es el vacío, pues es ilimitado según su propia subsistencia. Al llenarse, se limita pero no es
posible concebirle un límite cuando el relleno se quita.
20,2 Sexto Empíríco, AM 10.3-5 (SVF 2. 505; L8 498; FDS 725)
También los estoicos afirman que vacío es aquello que puede ser ocupado por un existen-
te pero no está ocupado, o un intervalo privado de cuerpo, o un interva lo que no está lleno de
cuerpo. Lugar es aquello que está ocupado por un ex istente y es igualado con aquello que lo
ocupa (en este contexto, llaman 'existente' al cuerpo, según se hace evidente también a partir
del intercambio de ténninos) . Y afirman que espacio es un intervalo que, en parte, está ocupa-
do por un cuerpo y que, en parte, no está ll eno. Pero algunos dijeron que espacio es el lugar de
un cuerpo mayor, de modo que el espacio difiere del lugar en la medida en que éste no hace
manifiesto el tamafto del cuerpo abarcado (pues aunque abarque un cuerpo mínimo, en no
menor medida se denomina "lugar"), mientras que aquél hace manifiesto el tamaño consi de-
rable del cuerpo [que está] en él.
20,3 Simplicio, ill Cael. 284, 28-285, 2 (SVF 2.535; L8 49F)
Los filósofos de la Estoa, deseando que fu era del cos mos haya vacío, lo establecen me-
diante esta clase de supuesto. Considérese, afi nnan ell os, a una persona que, posicionada en la
última esfera de estrellas fijas, estira su mano hacia arriba. Pues bien, si la estira, consideran
ellos, es porque hay algo fuera del cosmos, hacia lo cua l la persona estiró [su mano] ; en cam-
bio, si no es capaz de estirarla, habrá algo afuera que, de este modo, impidió el estiramiento
de la mano. Y si, de nueva cuenta, se posicionara contra el límite de esto y estirara [la manoL
la pregunta es semejante. En efecto, se habrá indicado que también hay algo afuera de esto.
20.4 Cleómedes, Cael. 1.1 , 39-54 (SVF 2.537; 1.849G)
También podemos concebir al cosmos moviéndose del lugar que resulta estar ocupando
ahora y, junto con su desplazamiento, [conceb ir] como vacío el lugar que abandonó y como
tomado y ocupado a l que se desplazó. Este último debe ser vacío que se llenó. Si, según la
doctrina de los más expertos de los fil ósofos naturales, la totalidad de la substancia se di suel-
ve en fuego, debe [al disolverse] ocupar un lugar inmensamente mayor, como ocurre con
cuerpos sólidos que se evaporan en humo. Por cons iguiente, el lugar ocupado en la conflagra-
460
Capítulo 20 Lugar, vacío y tiempo 461

ción ~or la substan~ia cu~ndo se,dispersa está actualmente vacío, pues ningún cuerpo lo Deu. tiempo es tal como es el ahora, parece que la totalidad del tiempo no tiene ninguna parte, sino
pa. Sm embargo, SI algU1~n so~t1ene que no habrá de suceder una conflagración, tal cosa no que se disuelve por completo en límites, encuentros y junturas. Por otra parte, Crisipo, deseo·
choca en nada con la eXistencia del vacío . En efecto, aun cuando s6lo concibiéramos a la so de mostrar su habilidad en la división en Sobre el Vacío y algunos otros tratados, dice que
substa,nc ia ,dispersa est!rándose aún más, entonces, no pudiendo darse nada que obstaculizara lo pasado del tiempo y el futuro no existen sino que subsisten y que sólo el presente existe.
tal :StIramle?to, eso mlSlno sobre Jo cual se concibe que avanza según su estiramiento estaría Sin embargo, en los libros tres, cuatro y cinco de Sobre las Partes establece que, del tiempo
vaclO, del mismo modo que [e l lugarJ efectivamente ocupado por ella sería vació que se llenó. presente, una parte es futura y, otra, pasada. De este modo, resulta que divide a lo que existe
20.5 Clcómede" Cael. 1.1, 112-123 del tiempo en partes suyas que no existen o, más bien, que no deja en absoluto que exista
Qu~ es necesario que haya vaCÍo fuera del cosmos, es manifiesto a partir de lo que ya se [alguna parte] del tiempo, si el presente no tiene una parte que no sea ni futura ni pasada.
demostro. Pero que sea absolutamente necesario que este vacío se extienda sin límite desde 20.9 Simplicio, in cat350, 14-16 (SVF 2.510; I.S 51A)
t?d~s las ~artes del cosmos, puede aprenderse a través de los argumentos siguientes. Todo lo Aristóteles afirma que el tiempo es el número del movimiento mientras que, de los estoi-
InTIltado tle~e su límite. en algo gené~icamente distinto de aquello que es limitado por él. Para cos , Zenón dijo que el tiempo es la dimensión de todo movimiento sin más y, Crisipo, que es
tomar un ejemplo ObVIO, en la totahdad del cosmos el aire, por estar limitado cesa en dos la dimensión del movimiento del cosmos.
c~erpos genéricamente distintos: el éter y el agua. De modo similar, el éter ce~a tanto en el
a ~re como en el vacío, el agu~, tanto,en .la .tierra como en el aire, y la tierra en el agua <y el 20.10 E,tobeo, Ecl. 1.105,8-106,23 (SVF 2. 509 Y3 Apollodorus 8; I.S 51B, D, E; FDS
a:re> . Nuestros :uerpo~ tamb len estan limitados por algo genéricamente distinto: su superfi- 808)
Cie, y.es.to es lm mcorp?r~o. Por lo tanto, es necesario que, si el vacío que envuelve al cosmos De Apolodoro. En El Arte Natural, asf define Apolodoro el tiempo: el tiempo es la di-
está lnmtado y no es tllmltado, [el vacío] cesa en algo genéricamente distinto del vacío Pero mensión del movimiento del cosmos. Es ilimitado del mismo modo en que se dice que es
no. puede concebirse nada genéricamente distinto del vaCÍo que pudiera limitarlo. Por ~onsi­ ilimi tada la totalidad del número. En efecto, de él, una parte es pasada, otra, presente y, otra,
gUiente, el vacío es ilimitado. futura. Pero, de acuerdo con un parámetro más amplio, la totalidad del tiempo es presente tal
como [decimos] que el año es presente. Se dice incluso que la totalidad del tiempo existe
20.6 Clcómedes, Cael. 1.1,96-103 (SVF 2.540; LS 49H) aunque, en sentido estricto, ninguna de sus partes exista. De Posidonio. Algunas cosas son
Ellos argumenta~ tambi.én est~: si hubiera un vacío fuera del cosmos, la substancia que se totalmente ilimitadas, como la tota lidad del tiempo, otras, respecto de algo particular, como el
expande a través de el se dlsolvena y desbarataría en el infinito. Sin embargo, diremos que tiempo pasado y el futuro, pues cada uno está limitado únicamente por el presente. Y de este
tamp~co esto pU,ede suce.dc:, pues [la substancia del cosmos] posee una disposición que la modo define el tiempo: dimensión del movimiento o medida de su rapidez y lentitud. Y [afir·
coheslOna y ~re~erva. ASllTIlSmO, el vacío que la circunda no hace nada y, en cambio, ella se ma que] el tiempo que se conc ibe en términos del "cuando", de él una parte es pasada, otra,
conserva a SI mIsma empleando un poder que sobrepasa [al de las substanc ias individuales futura y, otra, presente, la cual está constituida una parte, de pasado y, otra, de futuro. Y la
dentr~ del cosmos] al .contraerse ~ expanderse en el [cosmos] conforme a los patrones de división tiene la forma de un punto. El "ahora" y cosas de ese tipo se conciben como un tiem·
cambIO que I~ son propiOs: en ocaSIOnes expandiéndose en fuego, en otras impulsándose hacia po en un sentido amplio y no confonne a la definición. Pero se habla del "ahora" también en
la cosmogoma.
relación con el menor tiempo perceptible constituido de la división del futuro y del pasado.
20.7 E,tobeo, Ecl. 1. 166,4-22 (SVF 1.99; I.S 49J) De Crisipo. Crisipo, por su parte, [afirma] que el tiempo es la dimensión del movimiento
~e Ze.n~? Las ~arte~ de todas las cosas que hay en el cosmos que están constituidas por según la cual en determinado momento se habla de la medida de su rapidez y lentitud, o la
llna dlSposIcIO.n propIa, e Igualmente las del cosmos mismo, se mueven en dirección al centro dimensión que acompaña al movimiento del cosmos, y que cada cosa se mueve y existe según
del todo. PrecIsamente por ello es correcto decir que todas las partes del cosmos, y principal- el tiempo, a menos que, como a la tierra, al mar y al vacío, uno se refiera al tiempo en dos
mente las pesadas, se mueven cn dirección al centro del cosmos. La causa es la misma tanto sentidos: tanto a los todos como a sus partes. Y así como todo el vacío es ilimitado en todas
de la conservación del cosmos en el vacío ilimitado como del hecho de que de igual manera las direcciones, así también el tiempo es ilimitado en la totalidad de cada una, pues el pasado
se sitúa la tielT.a al interior del cosmos (en torno a su centro de forma balandeada). Sin embar~ y el futuro son ilimitados. Además, dice lo siguiente del modo más manifiesto: ningún tiempo
g.o, no nec~sanamente un cuerpo tiene peso, sino que el aire y el fuego carecen de él; pero, en es enteramente presente, pues dado que el corte de las cosas continuas va al infinito, sobre la
cIerto sentido, también ellos se extienden en dirección al centro de toda la esfera del cosmos base de esta división, todo tiempo también tiene un corte que va al infinito. Por consiguiente,
y p:oduc.e n su ~ropia constitución hacia su periferia. En efecto, por naturaleza se mueve~ ningún tiempo es por definición presente, sino que se dice [que lo es] en un sentido amplio.
haCIa a.rnba debido a ~ue no partici~an de ningún peso. De igua l forma, afirman que el cos. Sin embargo, también afirma que sólo el tiempo presente existe y, en cambio, que el tiempo
mas mIsmo ~ampoco tIene peso debIdo a que toda su constitución consiste tanto de los ele. pasado y el futuro subs isten, pero no existen de ningún modo, así como también dice que sólo
I~en~os que tienen peso com? de.l,os que carecen de él. Para ellos, toda la tierra tiene peso por existen los predicados que son atributos, por ejemplo, caminar existe en mí cuando camino,
SI misma. Pero por su locahzaclOn -puesto que está en la región central (y a tales cuerpos pero no lo hace cuando me recuesto o me siento.
pesados les corresponde el movimiento hacia el centro)- permanece en ese lugar. COMENTARIO
20.8 Plutarco, CN 1081E-F (SVF 3 Archedemu, 14; I.S SIC) Los textos aquí incluidos sobre las concepciones estoicas de lugar, vacío y tiempo, se di-
., SIn embargo, entre ellos, Arquedemo, al afirmar que el ahora es una cierta juntura o jun- viden en cuatro grupos. El primero (20.1-2) se ocupa de la definición de lugar y vacío de
c.lOn de lo pasado y lo futuro, pasa por alto, según parece, que elimina la totalidad misma del Crisipo; el segundo (20.3-5), de tres argumentos a favor de la existencia e infinitud del vacío
tiempo. En efecto, si el ahora no es un tiempo, sino un límite del ti empo, y toda parte del extra-cósmico; el tercero (20.6-7), de la teoría de Zenón, retomada por el estoico tardío Cleó-
462 Capítulo 20 Lugar, vacío y tiempo 463

medcs, sobre la estab il idad del cosmos dentro del vacío. Finalmente, el cuarto (2 0.8-10) versa, en general), no en el conjunto de las entidades que no son absolutamente nada ("no-a1gos"),
por una parte, sobre la concepción estoica del tiempo como un continuo y, por otra, sobre las sino en el de los algas que carecen de los atributos característicos de los cuerpos. Los miem-
definiciones de tiempo de Zenón, Crisipo, Apolodoro, Arquedemo y Posidonio en relación bros de este conj unto -que incluye a los cuatro incorpóreos canónicos, a saber, el üempo, los
con el prob lema cl ásico de si e l paso del tiempo presupone necesari amente que ocurran cam- decibles, los lugares y el vacío--no existen en el sentido fue rte en que lo hacen los cuerpos. No
bios. obstante, son "algo" que, a pesar de su incorporeidad, son constitutivos de la realidad (cf.
Respecto del pr imer grupo de textos, conviene empezar indicando las relaciones que Soeri 200 1). Dado esta aparente inconsis tencia entre el texto 20.1 y la ontología estoica, no
guarda la teoría estoica de lugar con otras partes de su física. Ya en textos como 12.1 y 12.3, debemos descartar la posibilidad de que la teoría del vac ío ahí descrita refleje opiniones hete-
los es toicos piensa n que el cosmos es un continuo de materia que está completamente ocupa- rodoxas dentro del estoicismo.
do por cuerpos de difere nte dens idad. Por esta razón, no hay vacío en su interior. Esta concep- Otro argumento para demostrar la infinitud del vacío extra-cósmico tambi én recurre a la
ción parece reflejarse en la defi nic ión que da Crisipo de lugar en 20.1 , según la cual un lugar idea de que, por su naturaleza, es imposible limitar ese vacío. Se trata del argumento que se
siempre debe estar comp letamente ocupado por un cuerpo o un ser. Por ejemp lo, un lugar L presenta en 20.5, del estoico tardío Cleómedes. El razonamiento de Cleómedes puede expo-
que puede estar ocupado por un cuerpo X, pero que no lo está en este momento, debe estar, nerse como sigue: (1) para que una cosa limite a otra, es necesario que no sean del mismo
ahora, compl etamente oCllpado por otro cuerpo Y (o má s de uno) dist into de X El texto 20.2 género (por ejemplo, una masa de agua no puede limitar a otra masa de agua), (2) si algo X
también parece referirse a la imposibili dad de un lugar vacío al afirma rse que el cuerpo que limita al vacío extra-cósmico, X no puede ser un vacío y, por ende, tiene que contener uno o
ocupa un luga r no deja dentro de ese lugar ningún espacio vacío. más cuerpos, sin embargo (3) no existen cuerpos extra-cósmicos; por lo tanto, (4) no hay
En este mismo texto 20.2, la afinnación de qlle "espacio es un intervalo que, en parte, límites al vacío extra-cósmico. La premisa (3) implica que, fuera del cosmos, hay vacío, esto
está ocupado por un cuerpo y que, en parte, no está de ll eno <de cuerpo>", podría aparente- es, que existe un vacío extra-cósmico. Como en el anterior, en este argumento esta tesis se da
mente interpretarse en el sentido de que hay lugares, llamados "espacios", que, en un momen- por supuesta, lo cual, por 10 tanto, nos lleva a la pregunta más básica de por qué debe de haber
to dado, no están tota lmente ocupados por ningún cuerpo. Pero nada nos obliga a esta inter- un vacío extra-cósmico.
pretación. La idea a la cual se refiere esa afirmac ión podría ser si mpl emente el hecho obvio de Una respuesta que podría desprenderse de 20.3, aunque no figure en él de modo exp líci-
que hay luga res o espacios que 110 están tota lmente ocupados por un determ inado cuerpo. Tal to, es la siguiente: si no hubiera de un vacío extra-cósmico necesari amente habría un cuerpo
es el caso de un espacio que separa dos porc iones de un mismo cuerpo. En efec to, tal espacio infi nitamente grande, lo cual, según la ontología estoica, es imposible. En efecto, una inter-
no puede estar totalmente ocupado por una porc ión de ese cuerpo: si llegara a estarlo, dejaría pretación posible del argumento de 20.3 es que, si afuera del cosmos no hubiera vac ío sino
de separarlos. Esto es relevante para la interpretac ión de 20.2 porque, en ténninos generales, otro cuerpo, entonces, suponi endo que yo pudiera viajar a través de las capas superiores del
para cump lir una func ión separadora, un espac io no tiene que estar vacío: puede cumplirla cosmos y llegar hasta su límite, yo no podría sacar mi mano fuera del cosmos, pues ese otro
estando comp letamente ocupado por olro cuerpo. Los textos 20.1 y 20.2, por lo tanto, y con- cuerpo me lo impediría; asimismo, si afuera de ese otro cuerpo no hubiera vacío sino un tercer
trariamente a ciertas apariencias, son enteramente consistentes con la teoría estoica del conti - cuerpo, entonces, suponiendo que pude atravesar el segundo cuerpo y colocarme donde ter-
nuo. También conviene mencionar la relación de la teoría esto ica del lugar con otra de las mina, tampoco podría sacar mi mano fuera del segundo cuerpo, pues el tercer cuerpo me lo
partes fundamenta les de la filosofía natura l de los estoicos: la teoría crisi piana de la mezcla. impediría, y así hasta el infinito. La conclusión de que, si no hay un vacío extra-cósmico,
Segú n ya vimos en el ca pítulo 16, los estoicos sostienen q ue dos o más cuerpos pueden ocupar tendría que haber un cuerpo infin itamente grande, compuesto de la suma del cosmos con la
simultáncamcnte un mi smo lugar cuando están mezclados entre sí por "mixtura". Cada una de infini dad de cuerpos que lo envuelven, no es explíc ita en el texto, según ya la apuntamos.
la s partcs de una mixtura , por más infinitamente pequeña que sea, cont iene partes de cada uno Pero es posible que ésa haya sido la conc lusión a la que pretendía llegar. En todo caso, el
de los cuerpos mezclados. Por consigu iente, cada UllO de los luga res que ocupan las partes de argumento tiene una larga historia dentro de la filosofía antigua (Sorabji 1988: 125- 129) y en
dicha mezcla estaria ocupado por varios cuerpos. Pues bien, es posiblemente a esta tesis que el pensador que primero lo desarrolló, a saber, el pitagórico Arquitas, ésa era su conclusión.
se refiere la defin ición crisipiana de lugar en 20.1 , cuando esta definición alude a la idea de un Otro argumento a favor de la existencia de un vacío extra-cósmico, figura en 20.4 de
lugar que está ocupado por uno o varios cuerpos. En términos genera les, el hecho de que la Cleómedes. La idea principal es que tal vacío es condición de posibilidad para la conflagra-
definición de Cris ipo se refiera, aunque sea imp lícitamente, a las teorías estoicas del continuo ción. El razonamiento, implícito, es el siguiente: ( 1) en la conflagración, todos los cuerpos
y de la mezcla, pero no viceversa, es una indicación de que, para Crisipo, éstas son más bási- que existen dentro del cosmos se transforman en fuego y (2) todo cuerpo se transfonna en
cas dentro de la fi losofia de la naturaleza que la teoría del lugar. fuego por rarefacción, la cual acarrea consigo un aumento de volumen; por consiguiente (3)
Si bien no hay vacío al interi or del cos mos estoico, ti ene que haberl o al exterior. Esta ne- en la conflagración, el cosmos aumenta de volumen. Ahora bien, (4) si hubiera un cuerpo
ces idad, j unto con la necesidad de que sea infi nito, se enuncia ya en el texto 20.1. Aunque éste extra-cósmico que envuelve al cosmos, el primero bloquearía la dilatación del segundo y, con
no explica por qué tiene que haber un vacío extra-cósmico, nos ofrece una razón, aunque ell o, al no poder el segundo rarefacerse lo suficiente para transfonnarse en fuego. no suceder-
oscura, por la cual debe ser infinito. El ténnino que traduj imos por " infinito" significa literal- ía la conflagración. Sin embargo, por razones que vimos en el capítulo 18, (5) es necesario
mente "ca rente de lími tes" (cÍ1relpov) y el argumcnto de Crisipo parece ser el siguiente: (1) que ocurra la conflagración. Por lo tanto, (6) existe un vacío extra-cósmico que envuelve al
para que una cosa limite a otra, o para que sea limitada por ella, ambas tienen que ser algo, cosmos y es lo suficientemente grande para pennitir que éste se dilate lo necesario para trans-
por oposición a nada, (2) el vacío es nada; en consecuenc ia, (3) el vacío no puede ni limitar ni formarse en fuego. Según lo señala el propio Cleómedes, el argumento no depende de la tesis
ser limitado por algo, de lo cual se sigue que no tiene límites. La oscuridad de este argumento polémica de que habrá necesariamente de ocurrir una conflagración. Basta con que ésta sea
radica principalmente en su segunda premisa, la cua l parcce contradecir la ontología estoic a imaginable y, por ende, posib le.
que estudiamos en los capítulos 2 y 4. Como vimos, ésta clasifica al vacío (y a los incorpóreos
464 Capítulo 20 Lugar, vacio y tiempo 465

Es preciso notar que este argumento sólo permite establecer la necesidad de un gran vac- Para concluir este comentario, pasemos al tema del tiempo. De él, se ocupan los textos
ío que envuelve al cosmos. Esto no es suficiente para conc luir, como pretende Cleómedes, 20.8-10. El primero y parte del tercero exponen la concepción estoica del tiempo como un
que este vacío es ilimitadamente extenso. En efecto, la dilatación propia de la conflagración continuo y las paradojas que aparentemente se siguen de esto. Nos ocuparemos de ellas en
podría darse aun cuando el vacío que envuelve al cosmos estuviera a su vez envuelto por un primer lugar.
cuerpo ex tra-cósmico gigante: sólo se necesitaría que la capa de vacío entre el cosmos y ese La idea de que el tiempo es un continuo significa, entre otras cosas, que todo instante, por
otro cuerpo fuera lo suficientemente grande para permitir esa dilatación. En ese caso, el vacío más breve que sea, es infinitamente divisible y, por consiguiente, que no hay instantes atómi-
0 0 sería infinito pues estaría limitado por ese cuerpo gigante que lo envuelve. Posidonio, cos o carentes de partes. Esta tesis se hall a claramente en Aristóteles (Fis. 4. 11 220a24-26).
consciente de esta limitación del argumento, parece haber concedido que el vacío extra- En Crisipo figura una de las versiones más desarrolladas de la concepción estoica del tiempo
cós mico debe ser, no infinito, sino sólo lo suficientemente grande para penn itir la conflagra- como continuo. Según lo indica 20.10: "ningún tiempo es enteramente presente, pues dado
ción (Estobco, EcI. 1. 160,13-14; cf. Kidd 1988: 391-394, Sorabji 1988: 129 y AIgra 1995: que la división de las cosas continuas va al infinito, sobre la base de esta definición, todo
331-336). Para concluir que el vacío extra-cósmico debe ser rea lmente ilimitadamente exten- tiempo también tiene una división infinita. Por consiguiente, ningún tiempo es exactamente
so, se necesitan argumentos distintos de éstos, como lo son los que, según ya vimos, figuran presente, sino que se dice [que lo es] en un sentido amplio." Además de poner de manifiesto
en 20.1 y 20.5. que para Crisipo el tiempo es un continuo, se indica una consecuencia que él mismo extrajo
El tercer terna del que queremos ocuparnos en este comentario aparece en 20.6-7: la teor- de esto, a saber, que no es posible determinar con exactitud si un tiempo es presente. La razón
ia de Zenón sobre la estabilidad, o conservación ÜlOVlí), del cosmos dentro del vacío y cómo por la cua l no es posible hacerlo es que, si lo intentáramos, se generaría un regreso al infinito.
esta teoría se manifiesta en Cleómedes. ¿Cuál es el problema? La idea de que es el cosmos se Por ejemplo, si tomamos un lapso de tiempo cualquiera tlo t2 Y t3 Y optamos por llamar "pre-
halla inmerso en un vacío infinito suscita la pregunta de por qué el cosmos se mantiene esta- sente" a t2, entonces, dado que t2 está compuesto de una cantidad infinita de instantes (por ser
ble en vez de despedazarse y dispersarse en ese vacío. La pregunta se formula de manera todo tiempo un continuo), de nuevo surg iría la pregunta de cuál de esos sub-instantes de t2 es
explicita en el texto 20.6 por parte de los adversarios peripatéticos de Cleómedes. En este el presente. La misma paradoja aparece en 20.8: dada la infinita divis ibilidad del tiempo, en
contexto, la pregunta ta l vez tomó la forma de una objeción contra la existencia de un vacío cualquier intervalo de tiempo que uno decida llamar "presente", una de sus partes es futura y,
extra-cósmico: dado que el cosmos no se ha desagregado ni dispersado, y dado que ya lo la otra, pasada.
habría hecho si hubiera un vacío extra-cósmico, se s igue que tal vacío no existe. Sea como Una objeción contra esta paradoj a y la concepción del tiempo que la subyace es que cho-
fuere, tanto la pregunta como la posible objeción parecen descansar sobre un argumento que, ca con la afirmación, hecha por el propio Crisipo en 20.8 y 20.10 , de que, a diferencia del
como se iudica en los 20.6-7, los estoicos rechazan. El argumento sería: (1) el cosmos no pasado y del futuro, que se limitan a subsistir (\xps\TIávat), el presente ocurre realmente o "es
puede, por sí mismo, mantener su propia estabilidad, sino que necesita de algo externo que lo el caso" (únápxslv), distinción técnica a la que nos referimos en los capítulos 2 y 4. En efecto,
mantenga unido, a la manera, por así dec irlo, de las paredes de vidrio de un acuario: sin ellas, esta distinción no podría aplicarse al presente y el pasado-futuro si, como ya vimos, el presen-
el agua y todo el contenido de l acuario se desparramaría; sin embargo (2) el vacío extra- te está efectivamente compuesto de pasado y futuro. Para resolver esta contradicción es nece-
cósmico, si lo hubiere, no podría ejercer esa función cohesiva, pues , según lo argumentan los sario s uponer que el concepto de presente que se emplea en cada tesis no es exactamente el
propios estoicos, sólo los cuerpos pueden actuar sobre otros cuerpos, pero el vacío, como ya mismo. En realidad, esto lo sugieren las propias fuentes cuando se refieren a que hay concep-
vimos, es un incorpóreo; en consecuencia, (3) si hubiera un vacío extra-cósmico, el cosmos se tos de tiempo más "exactos" que otros. Tal es el caso de 20.10 sobre Apolodoro y Posidonio.
desagregaría y dispersaría en él (y por lo tanto, afirmar la objeción, no puede haber tal vacío). De hecho, cabe identificar al menos dos conceptos distintos de tiempo en los textos 20.8 y
Los estoicos rechazan la conclusión de este argumento porque no aceptan su primera premisa. 20.10. El primero, que podríamos llamar de "metafísico", es el que se emplea al enunciarse la
Según ellos, el Cosmos está cohesionado desde dentro, a saber, por la tensión del hálito que, al tesis de que el tiempo es una entidad continua infinitamente divisible. Es de este concepto
estirarse y difundirse en él, lo permea comp letamente. Como vimos en los capítulos 12, 14 Y metafísico de tiempo que se desprende que todo tiempo supuestamente "presente" está, en
17, los estoicos identifican a este hálito con dios y la causa cohesiva del cosmos. realidad, compuesto de pasado y futuro . El segundo, que podríamos llamar de "fisico", se
Cabe también hacer hincapié en que, según 20.7, Zenón sostuvo que la fuerza cohesiva refiere a la medición de procesos naturales. Según este segundo concepto de tiempo, puedo
del hálito que permea al cosmos, causa que éste no se disperse en el vacío porque esta fuerza con toda propiedad llamar "presente" a un intervalo de tiempo siempre y cuando su duración
cohesiva tiene un efecto centrípeto. Este efecto se debe al hecho de que el hálito, como cual- sea la de un proceso físico bien defin ido y conceptualmente unitario. Por ejemplo, un año
quier entidad elástica que se tensa, tiende a contraerse. Esta tendencia exp lica el efecto centrÍ- sería un intervalo de este tipo porque, según la astronomía estoica, su duración es la de un
peto que el hálito ejerce sobre el cosmos. En el caso de los cuerpos pesados, tal efecto se ciclo estelar bien definido; asimismo, es unitario en la medida en que ayuda a medir ciclos
Suma a l peso de los cuerpos pesados, el cual también los dirige hacia el centro del cosmos. estelares más largos, como el ciclo cósmico que termina con la conflagración o «Gran Año"
Pero el efecto centrípeto del hálito afecta a todos los cuerpos, incluso a los carentes de peso, (cf. capítulo 18).
Como el fuego y al aire. En un trabajo reciente, se ha ofrecido una interpretación interesante En resumen: el concepto metafisico de tiempo sostiene que no hay átomos de tiempo y
de esta tesis (Mouraviev 2005: 236-239). Por ser los cuerpos más ligeros del cosmos, el fuego que, por ello, no existe un tiempo que sea enteramente presente; el concepto físico de tiempo,
y el aire tienen la tendencia a alejarse de su centro. Esta tendencia contrarresta hasta cierto en cambio, afirma que hay intervalos de tiempo que son presentes como totalidad porque su
punto la fuerza centrípeta del hálito, lo cual explica que el fuego y el aire se concentren en duración corresponde a la de un proceso fisico del mundo natural, definido y unitario. Estos
partes del COSmos alejadas del centro; pero su tendencia centrífuga no es lo suficientemente intervalos siguen siendo divisibles en abstracto, como lo pide la metafí sica estoica, pero son
fuerte para vencer la fuerza contraria del hálito, lo cual explica que el fuego y el aire, a pesar indivisibles desde un punto de vista lógico, y en cierto sentido pragmático, en cuanto medida
de no tener peso, no salen fuera del cosmos para dispersarse en el vacío. y unidad de procesos físicos. En este sentido fis ico, ninguna de sus partes es pasada o futura.
466 Capítulo 20 Lugar, vacío y tiempo 467

Por consiguiente, en este rnl s mo sentido puede aseverarse que, como totalidades , dichos que ser el mismo para todos si, como afirma Aristóteles, una diferenciación temporal presu~
intervalos son realmente el caso en vez de limitarse a subsistir. No hay ninguna contradicción pone necesariamente que ocurran cambios en los cuerpos que existen en el tiempo .
en que un mismo intervalo de tiempo sea divisible en abstracto y, a la vez, indivisible corno No existen pruebas textuales de que los estoicos se pronunciaron en contra de la tesis
medida y unidad de un proceso físico. aristotélica de la dependencia. Sin embargo, contrariamente a algunas apariencias, tampoco
Apolodoro es quien parece exponer con mayor claridad esta idea. Su teoría del tiempo se hay pruebas de que se pronunciaran a su favor. Por ejemplo, en las definiciones estoicas de
describe en el texto 20.10. Según ella, uno estaría justificado en sostener, por ejemplo, que el tiempo, no hay ninguna indicación de que la aceptaron . Según el texto 20.10, Crisipo y Posi ~
año presente es el presente, lo cual (1) excluye que algunas de sus partes sean pasadas y, donio coincidieron en que el tiempo es la "dimensión" (61áCJt1l~a) del cambio, esto es, la
otras, fll turas, a la vez que (2) implica que ese intervalo como totalidad es realmente el caso medida que permite determinar la rapidez o lentitud de un cambio. Por ejemp lo, si un cambio
(en vez de meramente subsistir): "de él , una parte es pasada, otra, presente y, otra, futura . Pero e ] ocurre en un intervalo 1] y un cambio e 2 ocurre en un intervalo 12, y 1] es más corto que 12,
la totalidad del tiempo es presente como cuando decimos, usando parámetros más amp lios, C 1 es más rápido que C 2. Pero esta teoría física sobre la medición del cambio, nada tiene que
que el año es presente. Incluso la totalidad del tiempo es el caso aunque exactamente ninguna ver con el problema metafis ico de si el paso del tiempo presupone cambio. La primera es
de sus partes sea el caso". El concepto "exacto" de tiempo al que aquí alude Apolodoro co~ neutral respecto de la segunda y, por consiguiente, no implica (ni niega) la tesis aristotélica de
rresponde al que hemos llamado "metafísico", por oposición al "fisico", al cual Posidonio la dependencia. Tampoco hay nada en la filosofía estoica, ortodoxa que presuponga lógica~
parece referirse como " amplio" más adelante en el texto . Apolodoro no hace explícito que el mente la tesis. En esto nos apartamos de Jonathan Barnes, según quien está presupuesta en la
hecho de que pueda llamarse "presentes" a ciertos intervalos como el año, se debe a que son concepción estoica del tiempo como un incorpóreo (cf. Bames 1978, discutido en Salles
medida y unidad de procesos físicos. Pero ya desde Crisipo existe la tendencia a fijar las 2005c).
medidas de tiempo en función de la duración de procesos físicos particulares y definidos (cf. Todo lo anterior nos lleva a concluir que la versión original de la teoría del eterno retorno
10.11). es perfectamente cons istente con su concepción del tiempo. Habría una inconsistencia sólo si
Por últ imo, detengámonos en el problema filosófico del tiempo en su relac ión con el los estoicos afirmaran, o sus afinnaciones presupusieran, la tesis aristotélica de la dependen~
cambio. El problema, en pocas palabras, es el de si el paso del tiempo necesariamente requie- cia. Pero ni lo uno ni 10 otro es el caso. Al contrario, el hecho de que la versión original de la
re que ocurran cambios. Este problema es distinto del de si el cambio presupone el tiempo. A teoría sea inconsistente con la tesis aristotélica, es un signo probable de que los estoicos orto~
menos que existan cambios instantáneos, lodo cambio parece requerir el paso del tiempo. El doxos no la aceptaron. En esto, así como en la concepción del vaCÍo a la cual nos referimos
paso del tiempo es condición necesaria del cambio. El problema que nos ocupa aquí es el antes, existe una diferencia profunda entre la fís ica de Aristóteles y la de los estoicos.
inverso: ¿es el cambio condición necesaria del paso del tiempo? Por ejemplo, si de un tiempo
t ] a un tiempo t2 no ocurre ningún cambio, ¿puede decirse que, pesar de ello, t 1 y t2 son real~
mente dos tiempos distintos (y, por ende, que el tiempo ha pasado de t 1 a t2)? ¿o es necesario
concluir que, como no ha habido cambios, t J y t2 no son dos tiempos distintos sino uno solo
(y, por ende, que de t] a t2 el tiempo no ha pasado por el hecho mismo de que t] y t2 son el
mis mo tiempo)? Para Aristóteles la respuesta a esta pregunta debe ser la segunda. Según él
" es manifiesto que, sin movimiento ni cambio, no hay tiempo" (Fís . 4.11 218b34~2 1 9al)
porque siendo "el número del cambio respecto del antes y después" (219b2; cf. 20.9), el tiem-
po presupone, en cuanto aspecto enumerable del cambio, la existencia de éste para su paso. El
cambio puede ser substancial, cualitativo, cuantitativo o simplemente locativo o posicional.
Pero alguno debe de haber. El cambio para Aristóteles es condición necesaria del paso del
tiempo. En lo que sigue argumentaremos que la postura de los estoicos sobre este asunto
parece haber sido contraria a la de él: puede haber tiempo sin cambio, porque éste no es con-
dición necesaria del paso de aquél.
Este tema es de gran importancia para la coherencia interna de la filosofía estoica. A me-
nos de que efectivamente adopten una postura contraria a la de Aristóteles, su teoría del eter~
no retorno entrañaría una incongruencia. Según vimos en el capítu lo 19, la vers ión original de
esta teoría sosti ene que el cosmos que ahora existe habrá de repetirse cíclicamente un número
infinito de veces en el futuro, s1n variación alguna en sus substancias y cualidades, intrínsecas
y relativas. En realidad, este cosmos no es otra cosa sino la repetición exacta de uno que
existió infinitas veces en ciclos anteriores . Un corolario de esto, por supuesto, es que existe
una diferenciac ión temporal entre ciclos: para cada ciclo Cx existe un ciclo Cx_1 temporalmente
anterior a C x y un ciclo Cx+ 1 temporalmente posterior a C x ' Sin embargo, si Aristóteles estuviera
en lo correcto, esta idea no tendría sentido. Dado que el cosmos de este ciclo es igual al de
cualquier otro ciclo respecto de sus substancias y cualidades, el tiempo de los ciclos tendría
Lugar, vacío y tiempo 469

aXU9tXTOÚPEVOV) y, por otra, de un texto significativo que no hemos incluído en nuestra selecció~ (Esto-
Textos Anotados beo, Ec!. 1.(56,27- 157,3 , DG 317, 3 1-36, SVF 1.95) el cual, refiriéndose a "Zenón y sus seguidores",
afinna que "espacio es lo que está parcialmente lleno <de cuerpo>" (T~V SS xcopav TO ¿~. Jlépou~
Lugar, vacío y tiempo htSXÓJlEVOV). Tanto Algra como Mouraviev ofrecen soluciones tentativas para re.s~lver esta tenSlOn. En la
interpretación que proponemos aquí, por las razones que hemos expuesto, la tenSlon no ocurre.
7 ciYYE¡Ol~ Cf. Aristóteles, Fís. 4.2 209b28-30 y 6 213aI5-19.
10 tO Xú.lpoGv JlElSOV O'&po El espacio es un tipo de lugar. Cf. 20.2: EvIOl M xwpav EAe<;OV unápXElv TOV
20.1 E,tobeo, Ecl. 1.161, 8·26 (SVF 2. 503; LS 49A; FDS 728) TOG IlEU;ovo~ OCO!lCl'to~ TÓn:OV.
Xpucrí1!1tou. Tónov 8' etvCll Ó XpÚOUt1tOs á1!c~
20.2 Sexto Empirico, AM 10.3-5 (SVF 2.505; LS 49B; FDS 725)
qmiVEto ro KUTeXÓIlEVOV Ot' oAou uno ov'tOs ~ tO ofóv <Te>
Kal oi LrcolKolos K8VOV ~v
KUTÉ;(c.crSm {¡no OV'Ws Kalol' OMU Karex6!lEVOV d't€ unO
dvaí qJaOl ro oIóv tI:: uno ovro~ 1(arÉx€0'9m ~~ Kar8-
tlVÓC; < Elte> UnO llvroV. 'Eav oE toú ataD tE KUtSXEcr9at
XÓIlEVOV oÉ, 116tácrrTllla spr¡llov cr(Í)llaro~, 1101ácrrrl-
5 o OV1"OC; tt ~lEv KurÉXTl'Wt, t1 oE )l~ , ro OAOV <aiSlE>
Ila CtKaf)EKtOVIlEVOV uno croollara¡;;, rónov oE ro uno
KEVOV €crecrf)at oürE tórcov, erepov O¿ tl OUK OOVO¡JucrIlÉvOV'
5 ro¡;; KatEXÓllevov Kal ESlcra~óll€Vov t0 Karéxovn
TO ¡.lEV yap KEVOV 1"01<; K€VOtC; ayyeiotc; )"érecr9cu 1tUpUnAT]-
a\JTó, (vüv OV Ko:AOÜVT€~ ro crcOlla, KaElwr; Kal ÉK Til¡;; 1l€T(l-
Gime;, tav 68 tónov role; n),,:ilpeal' xcüpav DE 1tótepov ro
),.T¡\jIero¡;; rruv 6vollárrov €crrl oullq>avÉ¡;;)' xropav 6t q>UO'LV
IlEtsOV otóv tE KaTÉXEcr9m {¡no OVTOC; KUt oiov ¡.u~í¡;ov
dvm olácrrTl~a Kara IlÉv tl KarExó~EvOV ímo crrolla-
10 ayydov crÓ}¡.turoc;, ~ lO xoopOUV )..IEl'sOV crW)lU; Tú !lEV ouv
ro¡;;, Kara 8é n CtKaf)EKrovIlEvoV. eVIOl 6€ xropav EA..e~aV
KEVOV am;lpOV dvat A.éy€cr80,v tO yap EKTOC; 101) KÓcr)lOU
10 PXElV tOV roD Jl.Eisovo~ O'roJl.CltO~ 'tónov, ro¡;; taúrIJ
1"010U1 ' dvCl.l· '[av oE tórrov 1tE1tEpacrIlÉVOV bUl ro )lT]oev
OlCltpÉPElV toi) Tónou r~v xoopav, r0 €KEtVOV IlEV Il~ EIlq>aívElv
crW¡.w anEtpOv dVal. Ka8ám:p OE ro (jÚ)~tanKOV 1CE1tE-
)lÉyE80¡;; roi) eJl.1tl::plEXOIlÉVOU crrollaTO~ (KUV yap EAÓXlO'tOV 1tE~

po'cr)lEVQV elVat,
'l'
OUTro¡;;
"
tO"acrrollatOv
,
anElpov,
"
o'" tI:: yap
plÉXIJ crrulla, ouoev ~TIOV TÓnO¡;; npoO'ayopEúETUl), t~V o' aSló-
15 XPÓVO¡;; anElpO¡;; Kal ro KEVÓV. "ncrn:Ep yap ro IlTloEv ouoÉv
'A..oyov ÉIlq>oíVElV ll¡';yEf)O~ tOD Év UU'tD crro)laro~.
EO'tl nÉpa¡;;, oürro¡;; ouos ron 1l110EVÓ~, oIóv €crt! ro KEVÓV.
Kara yap r11v aureu unócrraO'tv ¿htElpÓV Ecrrl ' nEparOUtal 4-6 TO - Cl1JrÓ coní. Long-Sedley: TOV - cUJróv Mutschmann cum cocido
o' aD rauTO EKnAl1POÚIlI::VOV' roü 08 nATlPouvro¡;; Ctp0ÉVra¡;; Para la concepción del tiempo propia de los escépticos, cf. AM 10.169-247 Y PH 3.136-150, textos am-
OUK €(Jl'IV aurau voilcral népa~. pliamente discutidos en Bobzien: en proceso.
2 <TI,> add. Oiels 4 <€YT!? add. Heeren 5 <oün:> add. Canter 7 ayydol~ Cante r : ahíol~ FP 10 1-3 KEVOV JlEY dvai </lam 'to otóv TE ,)no OVTo~ KClTÉXf:<J9ut ¡..t~ lWTEXÓIlEVOV liÉ Según se indica en Long-
ayydov Canter: utrtOV FP / ¡.lI::'is ov O'w~wn P 17 ClUWí} Oiels : auTOu FP 18 UD TOUTO Wachsmuth Sed ley 1987: vol. 2.292), esta definición de vacío es parecida a la aristotélica en DC 1.9 279a14-15:
c um F : mJroD TO P KevOV O· Etvaí </l0mv f:v c9 Il~ BvultápXEl a&pa, ouvatov O· eO'Tt yevÉ0'9at. Véase también Cleómedes,
La defin ición de lugar presentada aquí es equivalente a la que se ofrece en 20.2. La idea de que todo Cae/. 1A,12-15 .
Jugar está ocupado "completamente" (01' OAOU) por un cuerpo corresponde a la expuesta en 20.2 de que 9-10 Evlot se xcópav €M:';OV {múpXElv TOV TOí) pEísovo~ crCÓ¡WtO~ Tónov El el espacio serí~ un tipo, o
todo lugar "se iguala" (E';IO'a~ó~IEVoV) con aquello que lo ocupa. Ambas implican la tesis, defendida más especie , de lugar, a saber, el ocupado por un cuerpo muy grande. Cf. nuestras nn. al texto amenoro
adelante en 20.1 , de que todo lugar es limitado: dado que todo cuerpo es limitado (cf nuestro capítulo
12), se sigue todo lugar también debe serlo en la medida en que todo lugar se iguala con algún cuerpo
20.3 Simplicio, in Cael. 284, 28·285, 2 (SVF 2.535; LS 49F)
(TOV.se Tónov ncm:paO'pÉvov OUl TO pr¡SEY cr&¡W anetpov dVCH). Ol oE ano til~ :Eroa~ e~ro rOD oupavoú KEVOV EtvUl POUAÓIlEVOI OUl
rOlaÚrTl~ aura Kara01CEUá~ol)crlv únoElÉcrEW¡;;. gcrtO), <pacrlv, tv rú) €crXÚTcy
4-6 'Eav S€ - OUK wvopaO'~uNov Con esto parece sugerirse la imposibilidad de un lugar parcialmente
til~ an'A..avou~ ém&tá tlva e.ctEÍvE1V npo~ ro avO) rT¡v XE1pa' Kal ei ~v
vacío. El argume nto, implícito, parece ser: tal lugar no sería ni un lugar en sentido estricto (pues, por
definición, todo lugar está completamente lleno) ni tampoco un vacío (pues un vacío, por oposición a un €KtEÍvEl, AallPávou(Jlv, ot! scrtt tt €KrO¡;; rol) oupavoD, d¡;; aE~ÉrElvEv, El oe
lugar, debe estar completamente desocupado), sino una cosa indeterminada carente de nombre, lo cual es 5 Il~ 6úvCllro ÉKtElVUl, E(Jl'at n Kal oürro¡;; tKrO¡;; tO KCOADcruv rT¡v Ti;¡;; XE1PO¡;;
absurdo; por lo tanto, no puede rea lmente haber un lugar parcialmente vacio. La función esta tesis en la SKtacrlv. KQV npo~ r0 nÉparlnáAw 6KEívou crra~ €KrE1VU, DIlOta ~ epro-
exposición de la teoría parece ser ilustrar la idea, defendida en las líneas inmediatamente anteriores, de 'tl]crl~' I::tvm yap oElx0~crErat KaKI::1VOu tt ÉKtO~ av.
que todo lugar está completamente ocupado por algún cuerpo. Por consiguiente, su función no sería,
como ha supuesto rnwood (1991: 248), la de introducir la noción de espacio, XCÍlpa, expuesta más adelan- Para una presentación pormenorizada de las fuentes y ramificaciones de este . argum~nto ~~ la filos~fia
te. Tampoco sería, como ha supuesto Mouraviev (2005: 245) contra rnwood, la de descartar una fonna antigua, cf. Sorabji 1988: 125-129. El primero en desarrollarlo parece haber Sido el ~l~gonco Ar9U1tas
errónea de entender esa noción. En la interpretación que defendemos aquí la oración de las líneas 2-4 no (OK 47A24) para demostrar que e l cosmos carece de límite espacial (n:Épao;). Los eplCureos ta.mblén lo
se refiere en absoluto a la noción de XCÍlpa, ni positiva ni negativamente. Nótese que en la interpretación usaron con ese fin (DRN 1.958-997, LS lOB) y lo mismo se aplica a la versión que figura en Alejandro .de
de Mouraviev, que también es la de AIgra (2002: 168- 176), habría una cielta tensión en nuestras fuentes Afrodisia, Quaes. 3.12 (SVF 2.536) . Todas estas versiones, sin embargo, difieren de la presente ~Ia ú~lca
respecto de la definición de xcopa en los estoicos. En efecto, si, como suponen ellos, en la oración de las que asocia este argumento con los estoicos) en que ésta pretende argumentar, no a favor de la lllfimtud
líneas 2-4 se está descartando que XCÍlpa pueda ser un lugar parcialmente desocupado, estas líneas irían en espacial del cosmos, sino de la existencia de un vacío extra-cósmico.
contra, por una parte, de 20.2 (que se refiere a "los estoicos" en general y define XÓlpcr precisamente en
esos ténninos: XÓlpUV Sé cpOO'IV ElvCll OlÓO'Tr¡¡W KaTa ¡. UN TI KUn:xÓj.1EVOV ,)no O'collaTo~, KaTu M TI
7 EtVat yap OEIX9f¡O'ETUI KCtKEÍVOU t1 eKTo~ avSegún lo apuntamos en nuestro comentario, el argumento
descrito aquí parece inferir la necesidad del vacío extra-cósmico a partir de la imposibilidad de un cuerpo
470 Capítulo 20 Lugar, vacío y tiempo 471

extra-cósmico infinito. En Fis. 3.4 Aristóteles presenta un argumento en el cual parece llevarse a caho la Ele; te tOVaÉpa [Kal rov oúpavóv, Ka, Ó oupavoe;
inferencia contraria: si hay un espacio exlr3-i;ósmico infinito, entonces, dado que ese espacio tiene que ete; r e tOV aletpa] Kal ro Kevóv, Ka' ro üocop dt; n : TI¡v y~v Ka! r ov
estar totalmente ocupado, tiene que haber un cuerpo extra-cósmico infinito (203b25-30¡ vease también atpa, Ka' 11 yft El; ro ÜOwp <Ka! rov at pa.>. Kal ó~oico<; ra ~~É:tEpa aÓll1ata ete; trEpO·
Alejandro de Afrodisia ap. Simplicio, in cael. 285, 32-286, 2). Al respecto, cf. Sorabj i 1988: 125-6. Sobre 10 YEvee; neparoürat, t~V bttcpávEtaV, oúaav a.aÓll1arov. A.vayKal0v roí-
la noción de vacío extra cósmico, véase igualmente 2.6 .
vuv KCti, el tO nEptéxov rov Kócrflov KEVOV 1teparoürat, <lAM. ~~
20.4 Cleómedes, Cuel, 1.1 , 39-54 (SVF 2.537; LS 49G) anelpÓV ea'TlV, Ele; ÉrEpoyevee; KaraAi¡yetV aútó. OóMv ot avearlv trepo·
Kal ~I~V Kal TOV K6o ~IOV Ul>TOV ouválleOa ¿mvOl;crat KIVOÚIl€VOV EK a
yEvEe; E1ttVO~Oat rol) KEVOÜ, Ete; KaraATÍyel' anelpov apa eor iv.
tOÚ '[61[ou, ov vOv lUYXáv€t KC1tE1.A:rI<ProC;. Taútn 8E autou Tñ )..l&'tapáaEI 4.5 Kal o ron v ETepov TOÜ 1t€TI:Epao¡.ttvou codd: del. Zieglcr 7~8 Kal TOV oupuvóv, Kal Ó oupavo<; di;
auvt1lwo~CjOJl€V t ÓV t e arro),et<pOÉVw t61tov K€VOV OV'Hl, Kal E:iC; OV )..Iet- t &tOV aieÉpa codd: del. Ziegler 9 <Kal TOV ru:pa> add. Ziegler 12 €crn v DFMCE: lv€oTlv SVPLBH
ÉcrHl, KUtElA:IUJJI.ÉVOV Kal KatqÓI1EVOV {)]t' aútoü· OUt~ o' aVe1Tj
Ésta es la primera parte de un largo pasaje dedicado a mostrar que el vacío extra-cósmico es ilimitado
5 Kevov nEnATjpro l1tvov. Ei Be Kal eit; 1tÜp avaAúetUt ~ noaa ouaía, ro~ porque no hay nada que podría li mitarlo. En esta parte se descarta de modo generol ~ue algo genérica-
toi<; XapIE<JtátOI<; t OOV qmcrtKWV OOKel, aváyKr¡ nAZov ~ I1UplO1tAacriova mente distinto pudiera limitarlo. En las partes siguientes se demuestra esta conclUSión en detalle: no
tÓ1tOV aut~v Ka'WAal1~ávelv, roanep Kal to. el<; a.r~ov €KOU~IW~Eva puede haber un cuerpo extra-cósmico que lo limite (14, 13-25), ni tampoco algún incorpóreo que pudiera
trov atepEó'Jv aWl1árrov. 'O roívuv EV ru EK1llJpwcret úno r~<; ouaía<; EK· limitarlo (14, 25·16, 12).
xe o~l!ivll<; Ka'WAa~paVÓl1 e vo<; ró1tOC; VÚV KEVÓC; ¿OtIV, OUOEVÓC; ye aro· 10 -rfIv brlipétV€tav, OU<HIV aOÚlflaTOV La superficie es un tipo de límite y sobrc la incorporei?ad ~e los
¡ O ~aroe; aurov nE1l),ll PWKÓtOC;. Ei os ¡p~aEI tle;, ~l~ yíveaOat EK1lÚPCOOIV, límites, c f. 2.8. Sin embargo, parece haber habido una controversia importante sobre el tema a lllltenor de
OUOEV npo~ ro ¡.t~ etvat KEVOV€vavtloütal to rOloürov. Kal yo.p d la escuela. C f. 2.11 y, más detalladamente, los textos discutidos en Eunyoung Ju 2009.
póvov emv0TÍaatpev XEOI1É.VTjV r~v ouaíav Kal trd 1tAéov EJC'[EIVOI1É:VTjv,
ouOevóe; aútfi npÓl; t OlaÚtllV eKtamv E ~.moorov yevtcrOat ouva¡.tsvou, 20.6 Cleómedes, Cuelo 1.1,96-103 (SVF 2.540; LS 49H)
auto av tOUtO, de; 8 TÜ E7tlvoíq. xoopoír¡ Kelt(! r~v €KTamv, KEVOVav Aéyum KaKEivo Ú1t ' autoov, <b<; Et ~v e~ú) tOÜKÓcr~Ol> KEVÓV, Xeo-
¡ 5 et11WO"1tEp a¡.téAé:1 Ka! to vüv Karexó¡.tEvOV un ' aUt~<; KEVÓV ¿mt 1tE·
fltVTj 01' autoü ~ ouma EIt' anetpov OI€o'KEoáaf)Tj av Kal eaKopnía9'1.
1tAllPCOI1 ÉVOV. AMa ¡p~aoJ-lev, roe; ¡.t'106 tOl)tO 8úvatal naOElv' e~tv yo.p EXel r~v cruv·
É:xouaav aUt~v Kal auvtllPoüaav. KalTo ~Ev 1tEpl8XOV aut~v KEVOV oú·
3 (JUV€1tIvo~<Jw!lev SVdF 8·9 X€O~lliVll~ Zieg [er 9 Kevóv MPL 12 €mVo~<Jo~lCV N 13 T~V ante 5 osv nOIEi· aur~ o' Ú1tep~aMoúcrn ouVá~Et xpro~É:vTj cruVtT]PEt EaUTTÍv,
TOlaúrrlv Ziegler cum MPL 14 avante TOUtO cett : del. Ziegler cum PL I ei~ om. B
cruatewl1évTj r E KalnáAlv XeOJ-lÉ:Vr¡ EV atlTé9 KaTo. to.<; ¡PUOIKclC; aur~e;
Se trota del segundo argumento de Cleómedes a favo r del vacio extracósmico. Inmediatamente después I1Eta~OAÚe;, aUote ~EV ele; 1tÜp XEol1évTj, CiMate OE Kal en, t~V
se afirma que, por 10 tanto, están equivocados quienes sostienen que fuera del cosmos no hay nada (6, 26- KO(J~oyov íav óp~ &(J a.
27: "Oecv oi 1J:y0vw; ~w t OÜ KOOllOU ¡.tr¡ÓEv dvCll ip~uapouow). Es to indica que, a d iferencia de lo que
ocurre en 20.1 , en este pasaje Cleómedes presupone que el vacío extracósmico, a pesar de s u incorporei· 2 81€crKopnia811 Ziegler : €m<opnlaOr¡ Todd
dad es un algo (n). De hecho, ésta es la postura ortodoxa de los estoicos respecto del vacío . Al respecto, Sobre esta objeción, basada en el propio Aristóteles (Fís. 215a22·24), cf. Alejandro de Afrodisia ap.
cf. 2.4. La identificación del vacío con nada, posturu que Cleómedes critica aquí, es defendida, en nombre Simplicio, in Cae/o 286, 10·23 Y también in Phys. 671, 8-13 .
de Aristóteles y la escuela peripatéli ca, por Alejandro de Afrodisia (Quaes. 3. 12) y, posterionnente,
Simplicio (in cae/. 285, 21-24; in Phys . 468 , 1·3). 6-7 <rUOt€MO¡.tévr¡ Te Kul náAtv XEo¡.tévll 6v aUt(9 KaTa Tll~ qlUmK~ UUT~~ !lStapo).{.t~ Es una referencia
a la conflagración cíc lica del cosmos. Cf. capítulo 18.
5·8 Ei óE Kal eÍl; 1tÚp ava~úerat - TCOV (Heperuv OW~áT{J)V Según lo apuntamos en el comentario, esta
razón no garantiza la in fin itud del vacío extra-cósmico como pretende el argumento. Si bien el cosmos 20.7 Estobeo, EcI. 1. 166,4-22 (SVF 1.99; LS 49J)
aumenta de volumen, no tiene por qué expandirse infi nitamente al transformarse en fuego durante la Z~vrovoe;. T&v o' EV r4> KÓOI1"9 návtwv ró'Jv Kat'
confl agración. Hay pruebas de que Posidonio percibió esta defi ciencia del argumento. Ce. ESlobeo, Ecl. l .
160,13·14 (DG 338,19· 2 1: "Posidonio afinnó que el (vacío] fuera del cosmos no es ilimitado, sino
toíav t~tv auvem ónoov t o. ~ÉpTj nlv ¡popav ExEIV Elt; ro
su fi ciente para la disol ución {del cosmos en fuego]" (Il 00€ IÓWvtO~ Eipllm: TO tKtO~ TOÚ KoolloU OU" oe
t oü OAoU J-Iéoov, Ol1oícoe; Ka! aútoü roü Kóa~ou ' ol6nep
IÍJtElpúv, ill' OOOV aihapK&; do; Ótó:AU<J\V). Véase también el testimonio de Aquiles Tacio en SVF 2.61 O, cpOme; Aty€a9at návta ra ¡.tÉp'1 t OU KÓCfflOU E1tl to ~t(Jov
probab lemente basado en Posi donio (cf. Kidd 1988: 39 1-392): Oi óe I:TW'iKOI SK1tÚpw<J\v A.tyOvt~ 1(oo¡.tO)) 5 t OD Kóallou rT¡v <poPo.v €XEtV, l1áAujta OE rO. Pápo<; Exovra'
KaTú TlvCt~ WPIO¡.ttvou~ xpóvou~ dvat, Kevov )lÉv, ou ¡.t~v cÍ1t€tPÓV q>aolv' o:~M TO<JOUWV ocrov X<opftO(ll taurov o' al'Tlov EtVUl Kal tf¡e; toí) KÓcrl10U ~ov~; BV a.nEi.·
AUOEV TO 1tUv. Sobre este argumento, véase, además de Kidd 1988: 391~394, Sorabji 1988: 129 y Algra
pcg KEvé9, Ka! Tf¡e; yft; napa1tA1laíwc; tv t4> KÓOJlCtJ 1tEP'
1995 , 33 1·336.
tO roúrou Kévtpov KaOLOpUJ-IÉVT]e; iOOKpatroe;. Ou návtw;
20.5 Cleómedes, Cael. 1.1, 112-123 M crro~a ~ápoe; EXelv, CUJ..' a~apf1 dvm aspa Ka, 7rÜp'
"On OE e~OJ roü KÓO~IOU KEVOV dvat avayKaiov, yvWPI¡.IOV Ola 10 t eíveoOm O€ Kal raütú 1troe; en, t Ot~e; OAl1; oc.paipa~
rmv npOa7rooeoery ~évOJv' Otl ÓE tOÜtO ano
navtOe; I1ÉpOUe; a utOü Eie; oe
toü KÓcr~OO l1écrov, TI¡v oúcrtaOlv npo~ TI¡v 1tEpHpépelav
anElpov OI~KEIV avaYKatÓtatóv ECfn, Ola roúrwv av KataflÚ90l11EV. autoü notelcr9a.t· c.pÚOEt 'Yo.p avw<pOtta. taüt ' elVCl1 5Ul
o
rrQV TO 1tE1tEpao~évov ele; erEPOYEVEc; neparoürat Kat ¿crn v ihEpOV 10 ~~OgVOI ~gTÉXglV ~ápOUI. napanl.~criúl<; OE 10ÚWl<;
5 tOD 1tEm;pao~évou. otov euOue; ev rOle; oAoll; Ó a~p 1tEpatOVflcvOe; d<; oú5' autóv qmOl rov KÓcr~OV pápo~ €Xetv OU1. 'IDtftV OATjV
€rEpoyEVf¡ KataAlíyet, tÓV t E aWépa Kal ro üorop' Kal 6~oiw~ Ó aW~p 15 auroü oúoracrtv EK rE roov ~6.poe; Bxóvrrov arOtXEíwv etvat
472 Capítulo 20 Lugar, vacío y tiempo 473

KCt1. eIC trov &papoov. T~v o' OAllV Yilv KaS' eaU't~v )lEV instante presente o "ahora" (ro 'vOy') en términos de límite del tiempo (rctpClo; ;r:póvou), esto es, como
eX€lV apécrKEl Pápo~' napa bE t~V 9éo"lV OH1 TO t~V ¡.tÉ:- línea divisoria entre pasado y fururo, es, hasta cierto punto, semejante a la que Aristóteles defiende en Fís.
O11V E'XEIV XCÍlpav (7rpOr; eSE ro I. U~crov dvat t~V <popav toie; 4.13 222aI0- 12, donde también se usa la expresión nÉpa~ xpóvou para defi nirlo.
lOlOÚtO IC; crCÍJ)lOOlV) btl tO\) -rÓ¡WU 1"OÚ1"OU )ltvEtV. 2 y 7 <Íp~f¡ Es el término empleado en la teoría estoica de la mezcla para indicar el modo en que se
unen los ingredientes de una mezcla por yuxtaposición (1tClpá9€crto;). Cf 16.1. Sobre cru¡.tf30Af¡, cf. Scho~
I Zi!vrovoc; schol. FP 7 t~¡; yJic; Heercn : Tft yfi FP 9 r:ip(lP~ P : apapEi F 10 tEÍvEcrElo l Diels : field 1988: 345 n. 15.
ICIVEÍOOCU Meineke : yivEaeat FP 12 M<POItO Canter ; U\lWqlUtO FI" : clVÓmlTO p2
13-14 ro\) SvOOLllKÓTOo; xpóvou TO ¡.tev ¡.tD.Aov €Tvat TO M 1[ClP€Ar¡AU9ór; Según se indica muy claramen-
Según lo apuntamos en nuestro comentario, Mouraviev (2005: 236-239) ofrece buenas razones para te en el texto 20.10, Apolodoro y Pos idonio también defendieron esta idea. Antes de Crisipo, Diódoro
pensar que la teoría descri ta en estas líneas es parte esencial de la explicación de por qué el cosmos no se Crono había sostenido que la división del presente en pasado y futuro, se sigue de afirmar que el tiempo
dispersa en el vacío. Sobre la eSlnLctura del cosmos, cr. también 12.1. presente es divisible. Pretendiendo que esta consec uencia es absurda (pues conduce a la conclusión de
que el tiempo presente ''ya no es presente"), Diódoro la emplea para refutar la divisibilidad del tiempo y
I Zlívrov~ En Algra 1988: 176 y 176 n. 43 (cf. 2002: 164-5), se pone en duda que la doctrina aquí des. apoyar, con ello, el atomismo temporal. Cf. AM 10.119: "En efecto, si se divide el tiempo presente, se
crita sea "particularmente o exclusivamente zenoniana". La posttlra de Algra es discutida por Mouraviev dividirá por completo en pasado y futuro y, de esle modo, ya no será presente" (Ei '1o.p f.L€Pí~Etcu 6
en 2005; 240-244. tvEO'tcOC¡ xpóvCX;, 1[áVTO)(j de; TOV 1[ClPCfJXr¡)J.tvov lW\ ¡.ttíJJ.ovra )J.Ep lcr9~crl:..'Cll, Kal oihC:O(j OUK¿T' gOTCll
1-3 T&v 8' Sv re(> KócrpC9 - ro rou OAOU Il¿crov Cf. Cleómedes, 10, 15-23. Con esto se pretende exp li car SV€O'T(Í)~.) Según lo apunta Schofield (1988: 332-333), el propio Sexto Empírico usa esta idea para su-
por qué el cosmos no se di spersa en el vacío extra-cósmico, problema que, según los pe ripatéticos (cf. puestamente refutar, en propia persona y desde una perspecti va escéptica, la idea del continuo temporal:
texto 10.6), es suficiente para rechazar que haya tal vacío. La ineficiencia causa l del vacío es algo que el si el tiempo presente fuera divisible: "ya no habrá un todo presente y existente pues una de sus partes ya
propio Aristóteles ya había insinuado en su critica al vacío en el libro 4 de la Física (4.8 214b 16-17). no es y, la otra, aún no es" (AM 10.199-200: OUKttl gO'tClt (SA.~ €V€crtcOC; Kal \l1tápxcov, toU ¡.t€v ¡.tr¡K€tl
Sobre la respuesta estoica a la objeción, cf. Sambursky 1959: 110-115, Hahm 1977: 103-126 y 249-259, ()VTOC; Clt'nou, t OU i5€. ).lf¡1tc:o ()vtoC;.)
Sorabji 1983: 151-153. AIgra 1988 y Mouraviev 2005: 233-244. 14-18 En su critica, Plutarco parece tener la razón: si el presente está enteramente compuesto de pasado
6 r~~ rou lCóa)J.ou )J.ov~C; Aunque en un sentido primario, ¡.toVJÍ es uno de los antónimos de de KívllOlC; y, y futu ro pero éstos no son el caso (o "existen"), el presen te tampoco puede ser el caso, lo cual choca con
en consecuencia, podría traducirse por "inmovilidad" (entendida como la negación del cambio de lugar, la afinnación, hecha en el tratado Sobre el vacío, de que el tiempo presente es el único en ser el caso (o
cf. 20.4), nuestra traducción ("conselVación", cf. LSJ JloVJÍ s. v. 1 3) obedece a que hemos seguido la "existir")' Los tratados Sobre el vacío y Sobre las parles parecen efectivamente entrar en contradicción
interpretación de AIgra (1988: 161) y Mouraviev (2005: 234-235), quienes sostienen que la doctri na respecto de la concepción del tiempo que cada uno defiende . Sorabji (1983: 22) atribuye esta tensión a un
descrita en el texto prcsenle no guarda relación alguna con el problema de la movi lidad del cosmos dentro cambio de opinión en Crisipo. Otra solución es la propuesta por Schofield (1988: 347-348), basada en la
del vacío extra-cósm ico. noción de "retrenchabitity". Una tercera, distinta de la de Sorabji pero parecida a la de Schofield, es la
ofrecida por nosotros en el comentario (no bay cambio de opinión en Crisipo porque las afinnaciones de
20.8 Plutarco, eN 1081 [-F (SVF 3 Are hedemus 14; LS SI C)
Sobre el vaCÍo y las de Sobre las par/es son en realidad compatibles entre sí: el presente que "es el caso"
tOÚtrov <a'> APXÉOT}).lOC; es indivisible en cuanto medida y unidad de procesos físicos y, por ende, no se compone de pasado y
~Iev étP~t~V nvCl Kal cru¡.tPOA~V etvOl AtyroV tOÜ 1tUPC9X.,,- futuro).
).lÉvou Kul -ro\) bnlf>€po).lÉvou tÓ 'vOy' A.f:A'l8EV cnJTov roe;
eOlKE tOV 1távta Xpóvov avmpmv. El yap tO vOv ou
Xp6vo~ 20.9 Simplicio, in caL3S0, 14- 16 (SVF 2.510; LS SIA)
6 ).lev AplCITOtÉA."C; apl91l0v KIV~O'EOJ~ etvai ip."crt tOV xpóvov, trov BE !:tíOIK&V Zitvrov ll€v
5 eOlLv aUn llépae; xpóvou 1tUV oE ).lÓplOV xpóvou tOloihov
otov tO vOv eO't lV, ouoEv <paíVEt at llépOC; €Xrov Ó crú).l1ta~ 1táOTJ~ á1tAroC; KlV1ÍOEro~ olácrt'l).la tOV xpóvov dllEV, Xpúol1trrOC; SE atácm1).lu t~~ tOÚ
xPóvo~ dAA' d~ 1t6pata OIÓAOU Kal (1)¡.tpoAac; Kal áppa~ KÓO').lOU KtV1Í OE(o~.
civaAuó~IEVO~. XpúO't1t1tO~ oE POUAÓ).l€VO~ <¡JlAOrEXVSlv 1tEpt Este pasaje corresponde al comentario de Simplicio a Categorías 9 IIb IO-IS. En el texto, Simplicio se
t11V a laípEolv ev pEv t('9 1tEpl tOÜ KevoO KalliUOlC; tlO'l to refiere a la definición aristotélica en Física 4. 11: el tiempo es "el número del cambio respecto del antes y
10 ).leV 1tap<flxr¡).lévov TOO Xpóvou Kallo ~1¿UOV OUX ÚlláPXEIV después" (219b 1-2: ap19l1oc; KlvTjm:WC; KGtU tO npótepov KCll ÜOt€pov).
OAA' Úip€Ol."Kéval ¡Plloí, IlÓVOV o' úrrápXElv TO evEOl."KÓ~, 20. 10 E,tobeo, EcI. 1.105, 8-106, 23 (SVF 2. 509 Y3 Apollodoru s 8; LS SIB, D, [; FDS
ev Be teí) tpit<fl Kul TEtápt4l Kal1tÉ)l1tTC9 1tEPI trov MEProv 808)
tí8110'l TOG ÉVEOlT}KÓtO~ xpóvou TO )lEY ).lÉUov EtVat tO O€ AnoUooÓJpou. AnoUóOúl po, o' EV T(i <I>umK(i
1tapEAllAu8&;. ¿SOllO: au¡.tpaívEI TO ÚllÚPXOV aótt'9 toO tÉXVll OÜtro~ ÓpíCEtaI tOV Xpóvov· XpÓVOC; o' e0l1 n;~ tüÜ
15 xpóvou OtalpElv d~ TU ).l~ imúpxovta TOÜ Ú1tÓPXOVtOe;, KócrllOU KIVlÍcrEroC; olá<llll).la· OÜtro~ a' tO"clV li1[ElpO~, roe;
).laMOv o' OA(()(; mü xpóvou ).l'l0EV a1toJ...EírrEtV ú1táPXov, €i ó 1ta~ apl8).l0~ a1t€lpOC; AÉYEtal dvat· tO ).lev yáp EO'nv
o
TO tveOlll Ko~ ouoev EXEI ~IÉpOC;, Jl~ ).lÉMov icrrlv ll1tap- 5 .UTO" napel.~l.ueé><;, TO oE Evecrr~Kóc;, TO líE ~¿Uov. 'Eve-
<flX'l).l€vov. crtával 13e tOV 1távra xpóvov ro~ tOV tvtaUtOV ÉVEOT."KtvC1l
I <8'> add. Sandbach 2 apx~v codd. sed COIT o indo edd.: áp¡.t~v von Amim, Long-Sedley: áp,lOY~V AtyollEV Kata. ).lEíCova llEptypaiplÍv' Kal ú1táPXEIV Ó 7ra~
Pohlenz in app. crit 7 &p¡'Ulo; cadd. sed COITo indo edd.: &p,.d.t~ von Amim, Long-Sedley : áp)J.oyao; XPÓVOC; AkyETat, OÚOEVOC; au-roG tmV IlEpmv imápxovtoC;
Pohlenz in app. cri!. &.1tapnCóvrro~.
En 108 \ C-E, Plutarco había afirmado que la concepción estoica delliempo va en contra de las concep- 10 n ooEIorovíou. Tu
pÉV ¿mI Kata 1tC1V Ct1tEtpa, ro~
ciones comunes porque ésta, al sostener que el presente se compone de pasado y futu ro, implica que el 6 oú ).lllac; xpóvo~· ta BE KatÓ n, cb~ Ó 1tap€AI1AU9cO~ xp6-
pasado y el futuro existen, pero no el presente. Para un comentario detallado de 1081 O-E, cf. Schofie ld VO~ Kal Ó llÉMOOV' Kata yap t OV 1rapóvla IlÓVOV É:Kát EpOr;
1988: 341-344. La concepción que Plutarco atribuye a Arquedemo en estas lineas, en la cua l se define al 7rE1tÉpaVtat. Tov BE xpóvov OÜtroc; opí1;EtOl' olétO'tll).la
474 Capítulo 20 Lugar, vacío y tiempo 475

KLv~m;ú)~ ~ ¡.tÉ'rpov táxou~ 'tE Kai ppaOútllTO~, Kat


oc
argumenta que su tesis de que "la totalidad del tiempo es presente" (evearával 'tov 1távro xpóvov) debe
entenderse como una alusión a la doctrina del etemo retorno, en la cual la frase ,ov ltávra x.póvov se
15 lav EmVOOÚ)lEVOV KUTo. 10 1[ÓtE TOl) Xpóvou "Cov )..u~:v
refiere al Oran Año. La interpretación de Schofield, basada en una hipótesis de Sambursky (1959: 106),
Elvm nupüT]Au8ónx, Tav 08 ~U~AAOV'W, tOV 1Tapóvra, oe presupone que el tiempo mismo nace y se destruye periódicamente con el cosmos. Por razones que hemos
OC; EK nvo~ ~H~POU~ 'WÜ 1[apEAr¡AUeÓ"W~ Kat 'fOU !l¿)'AOV1"O~ expuesto en el comentario del capítulo 19, esta hipótesis nos parece cuestionable. (En sentido estricto, la
1tEpl Tav ÓtOplOjlOV aútov O'1)V¿crtTjKc' .av oE OIOP1(J!lOV "totalidad" del tiempo debe ser lo que llamamos la línea absoluta --e infinita- del tiempo, en la cual se
Cfl1l1ElcOO'l cfvm. To oe vúv Kat TlI O)lOHl EV 1tAátEl ordenan los distintos ciclos y que, por esa razón, no puede ella misma destruirse y renacer en cada ciclo.)
20 Xpóvov Kal ovxl Ka!' altopno)lov vOEtcr9aL A¿YE08cn 08 10-23 Estas líneas corresponden al fragmento 98 de Posidonio según la numeración de Edelstein y
ro VÜV Kai KC1T(:l .av éAáXLCrTOV 1!pO~ ai'crOT]ow xpóvov Kidd. En Kidd 1988: ad loco se ofrece un análisis detallado del problema textual que se plantea en las
1tEp1. tav olOptO)lOV TOU )l¿UOvtO~ Kulnapdr¡Au9ól"ot; lineas 8-9 de este pasaje. Hemos seguido la lectura de Long y Sedley quienes se limitan a suponer que
cruvLmá)léVov. hay una corrupción del texto en ItCOC; 8¡:et.
XpucrÍ1tltou. 'O oE Xpúaut7tOC; xpóvov EtVat Kl- 38-39 La distinción entre un:ápXf.IV y úcpemáv(lI ya había aparecido en el texto 20.8. En el texto presen-
te, se intenta aclarar cómo se aplica la distinción a tiempos, a través de una explicación de cómo se aplica
25 v~(Jeú)C; OU1CJ111)lU, KaS' B 1tOTl~ A&yEtat IlÉTpOV '[(ixoue; TE Kal a predicados, los cuales, al igual que los tiempos, son incorpóreos (capítulos 2 y 8). La explicación de
ppaBútr¡toC;" 11 ro nupaKoAouOoUV otáat'l).lo rfi tOÚ KÓcr)10U cómo se aplica a predicados es bastante clara: un predicado P es el caso (o "existe") cuando algo x lo
K1VlíOEt,Kat KUta )lEY -rov Xpóvov K1VEtaOaí tE EKwno Kal satisface y, por ende, cuando la proposición Px es verdadera. Cuando esto ocurre, P es el caso, o existe,'
Etvw· Ei)l~ apa orrtOC; AéYElCll Ó XPÓVOC;, Ku8á1tEp ~ rE y~ "en" x. De otro modo, cuando x no satisface el predicado P, P se limita a subsistir en relación con x. Cf.
Kat ~ eÚAarra Kal. ro KEVÓV, rá rE DAn Kat rO. l1tpll rO. AM 8. 100: "Ahora bien, dicen que esta proposición definida: 'éste está sentado' (o ' éste camina') es
oe
30 auroov. "!1011EP ro KEVOV m'iv al1Elpov EÍyat l1ávrn Kal. verdadera cuando lo predicado, por ejemplo 'está sentado' (o 'camina'), es atributo de 10 que denota el
demostrativo" (Ka1 &~ ,o roplO"j.lÉVov WUtO a~íú)!la, tO 'oúw~ Ká9r¡1"cl.l' ~ 'o~w<; 1!SpmenEI', 1"Óte tpaatv
roy XPÓYOV l1ávtCl al1f.tpOV dVCll E<p' ÉKárepa· Ka\ yap rov
7tCXptAllAuOóra Kal. rav l1Éllovra 07tElpOV dVCll. 'E~<pcxvt­
CtAr¡O!\ {mápXElv, 3mv 1"ó) uno 'ttlV Of:iSW ltímov'tt ou¡..t~¡:;~i¡JCU 1"0 Kan¡y6pr¡llu, otov 1"0 KuOf¡a9m Tl1"O
JIspmu'teiv). Sin embargo, en principio es dificil ver cuál es la analogía entre predicados y tiempos a la
orara oE roúro AtYEt, Drt ou9els oAms EVlCITawl Xpóvo~ . que se refiere Crisipo. Una posibilidad es la que Schofield parece tener en mente (1988: 358): para que un
'E7tel yap dC; 07ttlPOV ~ to~tl roov cruvExóvrmv Eorí, Kara tiempo sea el caso, o exista, en vez de meramente subsistir, es suficiente y necesario que en ese tiempo un
35 rtlv OWlPEcrlV raúrllv Kal. míc; Xpóvoc; EtC; a7tEtpOV BxEt r11V predicado sea satisfecho por un sujeto. De este modo, si P es satisfecho por x en t, entonces f, al igual que
ro~tív· rocrrt ~1l9tva Kar ' á7tcxptlO"ll0V EVecrrávCll XPÓVOV, P, es el caso. En cambio, f se limitaría a subsistir si en t no hay sujetos que satisfagan predicados. Según
esta lectura, s6lo el presente existe (unápXel) porque sólo en él hay sujetos que satisfacen predicados (en
O:AAcl Karcl 7tAároC; AByecr9m. Móvov O' tl7táPXEtV <PllO"I.
el pasado los hubo y, en el futuro, los habrá; pero en ninguno [os hay).
rov EV€CITOOra, rov OE 7taPC9XTJptvov Ka\ rov )lÜAOVrCX Ú<pE-
crrávCll ~l¿V, Ú7táPXEtV 8E OUoa~l(:OC;, [Ei ~ltlJ cO~ Ka1. KcxrllYo-
40 pll~lara úrrápxe1v MyErCll ~lÓVCX ra (JUP.~E~T]KÓta, ofov ro
7t€pl7tatEtV Ú7tÚPXEt ¡.tOt orE 1tEpl7tarW, orE OE Ka'CcxKó<Al-
)la[ ~ Káell~at 01lX lmápXEt <*>

9 &1tapn¡;óvLúJ~ Heeren : c't1lap,í¡;ovTO~ FP 12-13 éKém: po~ rrerrÉpCtVWI Diels: éK(H ÉPOt~ rreJIÉpCtaTCll
FP 14-15 KCtt JIúJ~ €Xel LOv EmvOOÚ).leVOV KClTO: LO JIón: ,0D Xpóvou codd. : KaI [JIúJ~ ~~elJ ,av
EJI\VOOÚfleVOV Ka,o. ,o ltón: 1"OD Xpóvou Long-Sedley : Kalltú)~ SXelV ,ov cmvooúfl€VOV KClTO: 1"0 ltÓtf:
wu xpóvou· Kidd : OltÚ)~ ¿;Xf:1 1"0 ÉmvootJ)lEVOV. <Ka\> Ka1"O: 1"0 ltÓ1"e 1"oD xpóvou Wachsmuth 17 SK
nvo<; fltpou~ Wachsmuth SK 1"e ¡.tt pou<; Usener 19 tv 1tAátel sed. Usener 20 Xpóvov Usener,
Wachsmuth, Kidd xpóvou FP . del. Herren, Long-Sedley 21 Karo: Heeren, Long-Sedley : sed .
Wachsmulh , Kidd KCt9' OV FP 22 m:pt Wachsmuth <,ov> Itepl Usener 32-33 'E~J.(pCtv¿am,o
Wachsmuth : 'EK<pavÉcmna FP 33 OH OUOet<; Wachsmuth : ou9' eT<; F : OUK et<; P 37 CPllat Canter :
cpaa\ FP 38-39 úcpeOtávO! F : EcpeO'távO! P 39 el ~t~ Canter, Wachsmuth : sed . van Amim, Long-
Sed ley : daív· FP 41 ¡.tal che Wachsmuth, Callter : ¡.tot OH P : ~lOt ~n F 42 lac. ind. edd.
Según hemos argumentado en el comentario, la postura de Apolodoro sobre el tiempo refleja la idea de
que hay unidades de tiempo, como el ailo, que son, desde cierto punto de vista, indivisibles por ser medi-
da de la duración de procesos fisicos unitarios. Como prueba de que los estoicos fijan las medidas de
tiempo en función de la duración de procesos fisicos particulares y definidos, cf. Plutarco, eN \084C
(SVF 2.665 , LS 510) donde se afirma que unidades de tiempo como la noche, las partes del día, el mes,
las estaciones y el año son cuerpos. Cf. también SVF 2.165 : "Lús estoicos definen e[ presente como
presente duradero porque se extiende incluso hacia el futuro. En efecto, quien dice 'hago' manifiesta tanto
que hizo algo como que lo hará" (Tov iVeO"'rwra oi l:túiiKOt evearwra rrapmat\Kov ópíl;ovrcu OH
rruprueívé1"at KUt et<; )1illovra· 6 yap Af:ywv 'ltOtw ' Kal 071 uwír¡aÉ 71 €¡.tCPCdVCl KUl 01"lltO If¡ael): el tiempo
presente en que se realiza una acción es, en cuanto tal , duradero y no puntual, pues las acciones tienen
una cierta duración. Por consiguiente, en cuanto tal, el presente sería de algún modo indivisible. Para una
discusión interesante de la postura de Apolodoro en este pasaje, cf. Schofield 1988: 365-370, quien
La di visión de la ética 477

debes llevar a cabo una acción? En efecto, una cosa es haber conocido las dignidades y los
Capítulo 21 precios de las cosas, otra los momentos, otra refrenar los impulsos y dirigirse a lo que debe
llevarse a cabo, no precipitarse. Consecuentemente, la vida concuerda con lUlO mismo allí
La división de la ética
donde la acción no ha dejado de lado el impulso, Y cuando éste se concibe a partir de la dig-
nidad de cada cosa y, por ende, [cuando dicho impulso] es más suave o más violento, dicha
vida es digna de ser alcanzada.
21.1 DL 7.84 (SVF3.1; LS 56A) COMENTARIO
Dividen la parte ética de la fi losofía en área concern iente al impulso, a los bienes y los Probablemente no hay otra expresión tan característicamente estoica como "vivir de
males, a las pasiones, a la virtud, al fin, al valor primario y a las acciones, a los actos debidos, acuerdo con la naturaleza" (cf. capítulo 23, texto 23.1). Aunque ese giro aparece por primera
a las exhortaciones y a las di suasiones. Así subd ividen [la ética] los del entorno de Crisipo, de vez entre los cínicos (de quienes los estoicos son deudores directos; cf. Giannantoni 1990, vol.
Arquedemo, de Zenón de Tarso, de Apolodoro, de Diógenes, de Antípatro y de Posidonio. P or 11, V A, textos 135- 140), los estoicos fueron particularmente enfáticos en tratar de aplicar ese
cierto que Zenón de Citio y CJcantes, por ser los más antiguos, hicieron una distinción más ideal de vida, a punto tal que "ser feliz" no es más que "vivir de acuerdo con la naturaleza".
si mple de las cosas; sin embargo, también ellos distinguieron el [discurso] lógico y físico. Pero este dictum es también una expresión del interés estoico por conservar la coherenc ia de
21.2 Epiet.to, Diss. 3.2.1-5 (LS 56C) su sistema; la "coherencia" o "acuerdo" (Ó¡.lOAoyía) que presupone ese ideal de vida es abor-
Son tres las áreas en las que debe ejercitarse el que va a ser noble y bueno: (i) la que trata de dado por los estoicos a partir de la física, la ética y la lógica, las tres partes de la filosofía (cf
tos deseos y evitaciones, para que obtenga 10 que desea y no se encuentre con lo que procura nuestro capítulo I y los textos allí discutidos).
evitar. (ii) La de los impulsos y repulsiones y, en general, de lo debido, para que [actúe] ordenada, La divis ión de los tópicos (o "áreas") éticos no hace más que confirmar, una vez más, el
razonable y cuidadosamente. (iii) La tercera es la que tiene que ver con la ausencia del error y de interés de los estoicos por presentar la filosofía y cada una de sus partes como un "sistema"
cuidado y, en general, la que tiene que ver con los asentimientos. De estas tres áreas, la más (una discusión pormenorizada sobre las conexiones entre las tres partes de la filosofía y sobre
importante y urgente es la que tiene que ver con las pasiones. Pues una pasión sólo se produce los vínculos internos de las sub-partes dentro de cada parte puede verse en Forschner 1995:
cuando no se obtiene lo que se desea o cuando se encuentra lo que se trataba de evitar. Ésta es el 22-24). Según el texto 21.1, fue probablemente Crisipo o sus discípulos (cf. 21.1: oi. Trepl
área que nos procura perturbaciones, confusiones, ma la suerte, desgracias, lamentos, penas y XpÚ01TI:1tOV) quienes propusieron la división fundamenta l dc los temas éticos en áreas que
envidia; es la que nos hace envidiosos y celosos, [estados pasionales] por los cuales somos corresponden (i) al impulso, (ji) a los bienes y los males, (iii) a las pasiones, (jv) a la virtud,
incapaces de oír a la razón. En segundo lugar, se encuentra el área concerniente al acto debido, (v) al fin, (vi) al valor primario y a las acciones, (vii) a los actos debidos, y (viii) a las exhor-
pues no lengo que estar libre de pasiones como una estatua, sino que debo conservar mis taciones y disuasiones. En rea lidad, lo que presenta nuestro primer pasaje es técnicamente una
relaciones, tanlo naturales como adquiridas, como un hombre pío, como un hijo, como un "subdivisión", es decir, "una división en una división" (cf. DL 7.61). La división fundamenta l
hermano, como un padre, como un ciudadano. La tercera área tiene que ver con aquellos que ya debe ser la que se hace de la filosofía en tres partes (física, ética, lógica), y lo que aquí se
están progresando y se relaciona con la seguridad de estas mismas cosas, para que ni en sueños, presenta es una subdivis ión de la parte ética.
en estado de ebriedad o de melanco lía una persona pueda ser sorprendida desprevenida por lUla Co mo es claro a partir de la descripción ofrecida en 21.1 y 21.2, aunque todas y cada una
presentación no sometida a examen. de las áreas descritas pueden tematizarse como comportamientos separados, solamente fun-
cionan en un sentido efectivo si se los integra como una totalidad. Aunque los estoicos son los
21.3 Epictcto, Diss. 2.17.15-16 defensores de la idea de que la fi losofía es un "sistema" o estructura coherente y organizada
Dejemos de lado ahora mismo la segunda área, la que se refiere a los impulsos y al ejer- (crúcrnUla), dicho sistema no debe entenderse solamente en el sentido de la coherencia teórica
cicio del propio arte concerniente al acto debido en relación con tal es impulsos. Dejemos entre el conjunto de afinnaciones y los correspondientes argumentos para hacer plausibles las
también de lado el [área] que se refiere a los as entimientos. Te concedo todo esto; continue- tesis. También posee una impronta práctica que, de nuevo, enfatiza el carácter teórico y
mos con la primer [área], que es la que prácticamente proporciona la demostrac ión sensible de práctico de la fi losofía estoica y su ejemplificación ideal en la persona virtuosa o completa-
que las preconcepciones no se ap lican correctamente. mente sabia (cf nuestro capítulo 26, textos 26.15 y 26.26). Esto último es en buena medida
21.4 Séneca, Ep. 89.14-15 (LS 568) subrayado por Epictcto en el texto 21.2, pues aunque las áreas de los deseos y evitaciones, de
Por consiguiente, dado que la filosofía tiene tres partes, comencemos primero por dispo- los impulsos y repulsiones, del acto debido, etc. pueden tratarse en términos de una discusión
ner su parte moral. A ésta, a su vez, nos pareció bien dividirla en tres para que la primera teórica, la ejerc itación de la comprensión de qué significa desear apropiadamente y generar
fuera el examen de distribuir a cada uno lo suyo y de valorar cuán digna es cada cosa - (un impulsos apropiados (una vez que se ha prestado asentimiento a las presentac iones impuls ivas
examen] extremadamente útil- , pues ¿qué puede ser tan necesario como poner precio a las correctas) es decisiva para "quien va a ser noble y bueno" (tOV EcrÓ)1€VOV KaAov KaL aya86v).
cosas? La segunda [parte] se refiere al impulso, la tercera a las acciones. Lo primero, en efec- Epicteto, como es habitual, enfatiza el área que trata sobre las pas iones, las que se producen
to, es que juzgues cuánto vale cada cosa; lo segundo es que tomes un impu lso ordenado y cuando no se obtiene 10 que se deseaba o cuando uno se topa con 10 que intentaba evitar. Por
moderado hacia ellas; lo tercero es que entre tu impulso y tu acción haya coherencia, para que eso cree que, aunque puede hacerse un paréntesis, por así decir, respecto de la segunda área
entre todos ellos estés de acuerdo contigo mismo. Cual quier ingrediente que falte de los tres (la que se refiere a los impulsos y al acto deb ido) y de la tercera (que trata con los asentimien-
perturba también a los demás, pues ¿de qué te sirve tener todas las cosas valoradas entre sí si tos), hay que concentrarse en la primera área, que investiga los deseos y evitaciones. Si no se
tienes un impulso excesivo? ¿De qué te sirve haber reprimido los impu lsos y tener en tu poder procede de este modo, puede ocurrir que uno no aplique correctamente las preconcepciones
tus deseos si en la acción misma ignoras los tiempos y no sabes cuándo, qué, dónde y cómo (texto 21.3). Seguramente, se trata de un procedimiento metodo lógico que no implica que

l
478 Capítulo 2\

deba aba ndonarse sin más el estudio y entrenamiento en la segunda y tercera área; sin duda no
es casua l la mención que Epictcto hace de las 1tPOÁTÍ'I'€l; y de su correcta apl icación, ya que, Textos Anotados
como vimos en nuestro capítulo 6, textos 6.24 , 6.27 Y nuestro comenta rio ad loe.), los ejem. La división de la ética
plos típ icos de preconcepcioncs son conceptos prácticos o eva lua tivos como "bueno", "bello",
etc.
Si uno examina las subd ivisiones reportadas en 21.1, puede tener algunas dudas respecto
de la razón por la cual, por ejemplo, los bienes forman parte de un área y las vi rtudes de otra, 21.\ DL 7.84 (SVF 3. \ ; LS 56A)
ya que los bi enes en sentido estricto son virtudes. Otro tanto puede decirse respecto del área To B' ~9IKOV ~poe; ril; qllAoaoq>Ía; OIClLPOUOlV ele; te: t OV
de los impulsos y la de las pasiones, ya que éstas son definidas como cierto tipo de impu lsos n:epl óp~~; Kal d; tOV n:Epl ayaS&v Kal KaKOOV t6rrov Ka11'>1; tOV
("impul sos exces ivos"; cf. capítulo 25 , textos 25.1-25.2). Pero puede tratarse simplemente de n:epl n:aS&v Kal n:Epl ap€lf¡; Kal n:epl tÜOU; 7tepí tE rile; n:pWTIle;
un problema de énfasis en el examen concentrado de cado uno de los ítems descritos; por Ct~ta; Kal t&v npcí;erov Kal1tEp1 trov KaGl)K6vrrov n:pOtp01tOOV te
ejemplo, aunque no hay manera de desvincular el asent imiento del impulso y, por ende, tam~ 5 Kat a1tOtpo1t&v. oihro o' \m08IClLpoU01V oí nepl XpÚ011t7tOV Kal
bién de la s pasiones, puede estud iarse cada uno de esos fenómenos por separado. Finalmente, 'Apx.€8l)).loV Kal Z~vrova tOV Tapaéa Kat 'A1toU68ropov Kalólo-
la última área que trata las exhortaciones y disuasiones ocupa ese lugar pues puede entenderse YÉvTlv Kat 'Avtt1tatpoV KaL TIooel8cóVlOV' 6 ~v yo.p KltUrUr; Z~vrov
como un conjunto de prescripciones educativas basadas en las áreas anteriores y que resultan Kal Ó KAzáv8l)r;, ror; av apXCtlÓlepot, aq>eA.Scrt€pov 7tep1 tóJv npa-
necesaria s para el progreso mora l (cf. LS , vol. 1,346). y~átrov OtéAapov. o1)tot DE ÚleÍÁov Kal tOV AOY1KOV Kat tOV ípUOlKÓV.
Los textos 2 1.2 y 21.4 coi nciden en el hecho de que ambos presentan una triple división 6 apx.aíor¡~ov F 6-7 olOyévr¡ B 7 1tOOlOCÓVlOV B : 1toolv6vtov F I K1tTldx; P 8 av om. F
de la ética; lu ego de señalar que la filosofía tiene tres partes, Séneca procede a subdividir la
parte ética en (i) la que conciern e a la distribución y el valor, (ii) la que se refiere al impulso y 21.2 Epicteto, Diss. 3.2.1-5 (LS 56C)
(iii) la que trata de las acc iones. La explicación suministrada por Séneca de cada sub-parte y Tpe«; ElO1 tÓ1tot, 1tEpl oüe; (kn(r¡8~vClL OE\ tOV €OÓ-
del modo en que se vi ncu lan entre sí se ve bastante coherente: primero, el agente hace un ).lEVov KaAOV KaL ayaOóv' Ó 7tEpl tae; opé~eu; Kat ta<;
j uic io respecto del valor de cada cosa; luego, se dirige impulsivamente, siguiendo el orden y €iCKAíaEle;, lva J..l~t' opty6¡.u;vo<; a1tonryxávtl ~~t' €KKAl-
la moderación racionales, hacia lo que j uzga que es va li oso. Y tercero lleva a cabo su acción, V(j)V 7tEpmÍ1m:r Ó 1tEpl tU<; óp~a<; Kal a<pop~ae; Kal
cui dando que haya una cierta coherencia entre impulso y acción. Séneca se preocupa por 5 á7tAooe; Ó 7tEpl tO J(Q8~KOV, lva tru;et, lva EÚAoyÍcrtror;,
subrya r el hecho de que ninguno de estos tres ingredientes (o momentos) debe faltar, subra- lva 11~ a¡.teA.&e;· TpíTOe; E<JtIV Ó 1repl n)v ave~a1taT11críav
yando un a vez más el hecho de que, aunque en la teoría uno puede proceder a hacer estas Kat avelKClLÓtTlta Kal OA.wl; Ó 7tepi rae; <ruyKaraOécrele;.
di visiones, en la práctica cada sub-parte debe darse integrada con las demás. tOÚtrov KUplCÓtatOe; Kal ~áA.lcrra E7tEÍyroV €crrlv Ó1tepl
,,\ mlarr rráe", yap "Uro; O" yíV€Tal el ~~ ópÉ~€ú);
10 anoTtYyXavoúcrr¡e; ~ EruÍaeooe; 1tepl1tlmOÚOl)e;. OÓt6<;
EatlV Ó tapaxá<;, Oopúpou<;, tltUxíw;, Ó Buaruxíae; €1tl-
~Épú)v. 6 nÉvOl], otwúyá;. ~06vou;, ó ~eOV€pOú,. ó
~l1AOtÚ1tOUe; ltOiOOV, BL' rov ouB' UKOUcr(lL ),.óyou ouvá-
).leSa. 8eútepóe; Errnv Ó ltepl t OKa8~Kov' 01> BE\ reíp
i 5 I-'e e:tvm &1taOil cbC; clvoPleíVta, ulJ..a tar; crxécretc; T'l-
poüvta ta~ <pucrtKae; Kal ht1eétou~ á>~ eUcrep~, roe; ui6v,
ro; ao€N¡>6v, ro;
nUTÉpa, ro; noAÍT~v.
o
TpÍTo¡;; €atlV ~Br¡ tole; 7tpoK6mouow cmpá).)w)v, 6
Ttepl nlv amoov tOÚT<OV aa<páA.elav, lva 1Jr¡0' €v Ü1tVOl¡;;
20 MGll t le; civ~€ta01~ nape)J)oücra <pavracr1Cl ~r¡ú' tv
OlvOOcrEl I-'r¡BE ¡.tV,ayxoA&VT~.
11 TaX.OXÓl; S pr. / ó deL R 12 q>Ój30Ut; R 13 ÓI' 8 Coraes / 'A6yov vel "A.6yoov s 19 el 21 ~~ SE S : I.Hl0' el
~r¡O€ COITo s
20-2 1 ttt; Ctvt<;Étamoc; 1TapEJ,90ücra cpavtacría ... Il11M ¡..tclayxo)..ó)VT~ Quien tiene sus capacidades
cognitivas correctamente entrenadas también tendrá su carácter bien dispuesto, y advertirá que el bien del
hombre es su 1tpOaípEOtt; bien dispuesta (Diss. 1.8. 16; 1.29.1). l a tesis que se encuentra en el trasfondo de
esta explicación es que uno tendrá una vida práctica de buena calidad si y sólo si hace un uso correcto de
sus presentaciones o apariencias, que es 10 único que, en sentido estricto, depende del agente (Diss. 1.1.7;
1.1. 12; 1.6.13; 1.20.5. Incluso la detenninación de la "esencia del bien" depende, en cierto modo, del uso
de las presentaciones (cf. Diss. 2.1.4; 2.8.7-8). Sobre este importante aspecto de la filosofia de Epicteto
cf. la ponnenorizada discusión de Long 1996b: 275 ·281 y, m ás recientemente, 2002: 85, y 214-2 17. los
480 Capítulo 21

seres humanos no podemos eliminar las presentaciones de nuestra vida; lo que sí podemos hacer es
exam inarlas, de manera de rechazar aquellas que no pasen el examen de la razón. Epicleto sostiene que la Capítulo 22
naturaleza nos ha dotado de razón para hacer un uso correcto de las presentaciones, y hacer un uso correc-
to de las presentaciones no es ot ra cosa que someterlas a prueba, distinguirlas y no asentir a ninguna que El impulso primario y la autoconservación
no haya sido sometida a prueba (Diss. 1.20, 5-8).

21.3 Epiclelo, Diss. 2.17.15-16


a<p&- 22.1 DL 7.85-86 (SVF3.178; LS 57A)
lJ.ev apn lOV Oeútepov t61toV l OV 1tepl lOO; 6p~.l(1<; Kal Afirman que el animal di rige el primer impulso hacia la propia conservación, porque la
t~V Kanl lama; 1tEpt lOKae~KOV qHAon:xvíav. a.q>ro¡.LeV naturaleza lo familiariza [consigo mismo] desde el principio, como dice Crisipo en el libro 1
Kal r ov t pÍTov TC)V rrepl t<l<; <ruyKura9écrtl<;. xapí~oJlaí de su obra Sobre los fines , cuando sostiene que su propia constitución y su consciencia de ella
5 0'01 tcriha návra. Ol"&~lev btl tO\) npóJlou Kal oxeBov es lo primero famil iar a todo animal. No es veros ímil, en efe cto, que la naturaleza hiciera al
{liaeT]t~v rrCtpÉxOvt~ nlv c'm68E t~IV TOU ¡..t~ EcpapJl6~elV animal extraño a sí mismo ni que, habiéndolo producido, no lo haya hecho extraño ni familiar
KaAOOe; tOe; ltpOAlí'l'ete;. [a sí mismo]. Queda decir, entonces, que, después de haber constituido al animal, 10 familia-
21.4 Séneca, Ep. 89. 14-15 (LS 568) rizó consigo mismo. De este modo, pues, se aleja de las cosas que lo dañan y se acerca a las
[1 4] Ergo cum tripert ita si! philosophia, moralem eius partem primum incipiamus que le son familiares. Consideran fal so lo que dicen algunos: que el impulso primario para los
disponere. Quam in tria rursus dividi placuit , ut pr ima esse! inspectio suum cuique animales es hacia el placer. Pues afirman que el placer, si efec ti vamente 10 hay, es un añadido
distribuens el aestimans quanto quidque dignum Sil , maxime util is - qu id enim est tam que se da cuando la naturaleza misma, por sí misma, habiendo buscado lo que se ajusta a la
Ilecessarium quam pretia rebus inponere? - secunda de impetu, de actionibus lerlia. constitución [del animal]. lo obtiene. Así es como los animales alcanzan su esplendor y las
5 Primum enim es l ul quant i qu idque si! iudices, secundum ut impetum ad iIIa capias plantas florecen. En nada, afirman, se di stingue la natural eza en las plantas y en los animales,
ordinatum temperahunque, tertium ut inler impetum tuum actionemque convenia!, ut in porque a aquellas las admini stra sin impul so ni sensación, yen nosotros hay algunos procesos
omnibus ¡stis ti bi ip se consentías. [15J Quidqu id ex tribus defuit hlrbat et cetera. Quid que tienen un carácter vegetativo. Pero dado que a los animales además se les añade el impul-
enim prodest ínter se aestimata habere omnia, si sis in impetu nimius? quid prodest so, haciendo uso del cual se dirigen hacia lo que les es familiar, para ellos 10 que es confonne
impetus repress isse et habere cupiditales in sua potes tate, si in ipsa rerum actione a la naturaleza es ser adm inistrado de acuerdo con el impul so. Y una vez que la razón les ha
10 tempora ignores nec sc ias quando quidque et ubi el quemadmodum agi debeat? Aliud est sido dada a los raciona les como el gobernante más perfecto, el vivir según razón correctamen-
enim dignitates el pretia rerum nosse, aliud articulas, aliud ímpetus refrenare et ad agenda te se vuelve para ellos 10 que es según natura leza, pues la razón sobreviene como artesana del
¡re, non ruere. Tunc ergo vita concors sibi est ubi actio non destituit impclum, impetus ex impulso.
dignitate rei cu iusquc concipihlr, proinde remissus <ve]> acrior prout ilIa digna est peti. 22.2 Cicerón, Dejill. 3.16-19 (SVF 3.182 y 189; LS 59D); 3.20 (SVF 3.188)
2 inspectio S : inspecio IJr. O 4 secu nda de actionibus tertia de impetu BO S Quanti Muret : Quantum Se trata - dijo [Catón]- de la posición de aquellos cuya doctrina apruebo: que en cuanto
SQ 7 defuit Hense : defucrit BO uulg. 8 inter se aestimata Gloeckner, Hcnse2 coll. 95, 59 : inter nace el ani mal - en efecto, debemos comenzar desde aquí- siente apego hacia sí mismo y una
aestimata 8 12 mere O: ex el1l- B I vita B : vitia O I destituit Q : ex - destitui B 13 <vel> acrior den. inclinación no sólo hacia su propia conservación, sino también hacia su propia cond ición, y
afiqui teste Rossbach. Heme! : ac rior BQ : acriorque dett. Érasme : acriorue Muret hacia aquell as cosas que conservan su propia condición. Y, por el contrario, se siente extraña-
do por la destrucción y por todo aquello que parece producir destmcción. Que esto es efecti-
vamen te así lo prueban de la siguiente manera: antes de sentir placer o dolor los neonatos
apetecen las cosas que proveen bienestar y rechazan las contrarias. Pero esto no ocurriría a
menos que aprecien su propia condición y teman su destrucc ión. Sin embargo, no podría
suceder que apetezcan algo a menos que tuvieran consciencia de sí mismos y hlvieran así
aprecio por sí mis mos. Hay que comprender, por lo tanto, que del aprecio de sí mismo surge
el princ ipio que 10 conduce. Ahora bien, la mayor parte de los estoicos piensa que e l placer no
debe incluirs e entre las cosas primeras por naturaleza. Por mi parte, yo estoy completamente
de acuerdo con ellos, pues temo que si no se entiende que, si la naturaleza hubiese puesto el
placer entre aque llas co sas que prioritariamente apetecemos, muchas acciones deshonrosas se
seguirían de ello. Sin embargo, parece que es argumento sufi ciente para mostrar que sentimos
esti ma poI' aquellas cosas que han sido adoptadas como prioritarias por naturaleza el hecho de
que no hay nadie que, teniendo la posibilidad de elegir, no prefiera tener todas las partes de su
cuerpo bien formadas e íntegras antes que tenerlas di sminui das o deformadas, aun cuando
pueda utilizarlas. [ ... ] En cuanto a los miembros, es dec ir las partes del cuerpo, parece que
unos nos han sido dados por la naturaleza en vista de su uso, como las manos, las piernas, los
pies, o aq uellos que son internos en el cuerpo, cuyo grado de util idad es discutido incluso por
482 Capítulo 22 El impulso primario y la autoconservación 483

en el orden y límite adecuado en todo lo que se hace y dice (en lo cual se incluye la modestia
los médicos. Otros, en cambio, que no tienen utilidad alguna, parecen haber sido dados prácti-
y la templanza). Aunque estas cuatro cosas se vinculan e implican entre sí, no obstante, c ier-
camente en vista del ornato, como la cola del pavo real, las plumas multicolores en la palo-
tos tipos de actos debidos nacen de cada una de ellas tomadas individualmente. Por ejemplo. a
mas, las teti llas y la barba en los hombres.
partir de aq uella parte que se describió antes, en la que ubicamos la sabiduría y la prudencia,
22.3 Cicerón, De off 1.11-17 ahí se encuentra la investigación y el descubrimiento de la verdad, y ésa es la función propia
Desde un comienzo la naturaleza ha dotado a todo tipo de seres an imados de una tenden- de esta virtud . En efecto. cuando una persona cualquiera percibe muy bien lo que es más
cia a conserva rse a sí mismo, su vida y su cuerpo, y a rechazar aquellas cosas que parezcan verdadero en cada cosa particular, y cuando es capaz de ver y expl icar la razón de un modo
dañarlos , de modo que adquieran y se procuren todas las que son necesarias para vivir, como extremadamente agudo y veloz, entonces, según la cosnunbre, suele considerárselo extrema-
el alime nto, el refug io y las demás que son de este mismo tipo. Es también común a todos los damente prudente y sabio. Por consiguiente, lo que subyace a esta [virtud]. el asunto que
seres animados el impu lso a unirse con el fín de procrear y para el cuidado de aquellos que prácticamente la maneja y sobre la que versa, es la verdad. Pero en cuanto a las otras tres
han sido procreados. Pero entre el ser humano y las bestias hay una diferencia fundamental, a virtudes, sus propósitos son las necesidades, en relación con la s cuales tiene que procurar y
saber, que éstas, en la medida en que únicamente son puestas en movimiento por los sentidos , conservar 10 que la actividad propia de la vida abarca para guardar la asociación y la unión
se adaptan a eso solo que está presente ya la mano, pero apenas son conscientes de los hechos entre los seres humanos, y permitir que la excelencia y la grandeza de alma brille, tanto en
pasados o futuros. El ser humano, en cambio, al participar de la razón, distingue a través de aumentar el poder como en procurar beneficios para uno mismo y para los suyos, y también,
ella las consecuencias, comprende las causas de las cosas, de aquellas que son precursoras y, mucho más, en despreciar estas mismas cosas. Sin embargo, el orden, la constancia y la mo-
prácticamente, 110 ignora las que las preceden. Compara las semejanzas, enlaza y conecta los deración, y aquellas cosas que son semejantes a ellas, se ocupan de aquel tipo de cosa que
hechos futuros con los presentes, advierte con facilidad el curso de la vida en su totalidad y precisa no sólo una actividad mental, sino tambi én una cierta acción. Pues conservaremos la
prepara las cosas necesarias para vivirlas apropiadamente. Además, la naturaleza, con el poder honorabilidad y la dignidad si aplicamos un cierto límite adecuado y un orden a aquellas cosas
de la razón, une a un hombre con otro para la asociación no sólo del lenguaje, sino también de con las que tratamos en nuestra vida.
la vida , y produce especialmente un particular amor por su prole. Lo impulsa a desear las
uniones y reuniones entre seres humanos y a que él se una a ell os , y por la misma razón a que
22.4 Sé neca, Ep. 121.5-21; 23-24 (SVF 3.184; LS 578)
Entre tanto, penníteme examinar aquellos asuntos que parecen estar un poco más lejanos
se dedique a proveer aquellas cosas que contribuyan a la comodidad y al sustento, no sólo de
{de nuestra conversación actual]. Estábamos investigando si todos los animales tienen cons-
sí mismo, sino de su esposa, sus hijos y otros a quienes tiene por queridos y debe proteger.
ciencia de su propia constitución. Que sí la tienen es especialmente obvio por el hecho de que
Dicho c uidado tamb ién suscita los ánimos [de las personas], y los hace más grandes para
alcanzar (lo que quieren). La búsqueda de la verdad y su investigación son, sobre todo, pro- mueven sus miembros de un modo apropiado y libre, como si hubiesen sido instru idos para
pias del ser humano. Así pues, cuando estamos libres de las ocupaciones necesarias y otros ello. Todo animal tiene contro l de sus parles. El arti sta maneja sus instrumentos con facilidad:
asuntos. en ese momento nos alegramos de ver algo, de oír, de aprender, y consi deramos el el piloto sabe cómo gobernar su nave con facilidad, el pintor es capaz de poner con rapidez
conocimiento de las cosas, oscuras o maravillosas, como necesario para vivir con dicha. A ante sí los muchos y variados colores con el fin de captar una semejanza, y con un simple
rasgo y hábil mano pasa de la pal eta a su obra; así también el animal es ágil en cuanto al
partir de aquí se entiende que lo verdadero, simple y puro sea lo más apto a la naturaleza del
funcionamiento total de su propio [cuerpo]. Solemos sorprendernos de los bailarines expertos
hombre. Además de esta ansia de ver la verdad, ha y un cierto impu lso pecul iar a la primacía,
porque sus gestos se adaptan al significado total de los hechos [que representan] y de sus
de manera que una mente que está bien informada por la naturaleza no estará dispuesta a
emociones, y se ajustan a la velocidad de sus discursos. Pero lo que el arte concede a los
obedecer por su propio provecho a alguien cuyo consejo, enseñanza y mandato no sea justo y
legítimo. De aquí surge la magnanimidad y el desprecio por las cosas humanas. Por cierto que artesanos, al animal se lo concede la natura leza. Ningún animal pone en movimiento sus
el poder de la naturaleza y de la razón no es insignificante, que este único anima l es conscien- miembros con dificu ltad, ninguno duda en cuanto al func ionamiento de su propio cuerpo; y
te de qué orden hay, de qué es lo apropiado, de qué límite adecuado hay en los hechos y en los esto 10 hacen en cuanto nacen. comienzan su vida con este conocimiento, [es decir que] nacen
dichos. N ingún otro animal, por ende, percibe la belleza, la agudeza y la coherencia de las ya instruidos. En consecuencia, dice, los animales mueven sus partes de un modo apropiado,
partes de aquetlas mismas cosas que percibe con la vista. La naturaleza y la razón, al transferir porque si las movieran de otro modo sentirían dolor. Así, como ustedes han dicho, los anima-
(esto] gracias a la semejanza desde los ojos a la mente, piensa que la belleza, la constancia y les son obl igados a hacer [lo que hacen], y es el miedo lo que los impulsa en dirección de lo
el orden deben ser conservados, y mucho más aún en el caso de las decisiones y las acciones. correcto, no su voluntad. Esta tesis es falsa, pues las cosas que son puestas en movimiento por
y la naturaleza y la razón se precaven de no hacer nada de una manera indecorosa y afemina- necesidad son lentas; la agilidad, sin embargo, se encuentra entre 10 que se mueve de manera
da , y lo hacen y lo piensan en ese momento de un modo no li cencioso en todas sus opiniones espontánea. Más aún. no es el temor al dolor, sin embargo, el que las impulsa, de modo que,
y acciones. Aquello que buscamos como honroso surge y se logra a partir de aquellas cosas; y aun cuando el dolor se presente como un impedimento, se inclinan hacia su movimiento
aun cua ndo no sea algo noble, es, no obstante, honroso, y, como en verdad decimos, aunque natural. Así, el bebe que se propone ponerse de pie y está acostumbrado a soportar [su propio
nadie lo elogie, es elogiable por naturaleza. Ves, entonces, hijo mío Marco, la fo rma misma y cuerpo], al tiempo que comienza a comprobar su propia fuerza. se cae y se levanta una y otra
el rostro de lo honroso, la que, si pudiera verse con los ojos inspiraría, como dice P latón, un vez en medio del llanto hasta que, a través del dolor, ya se ha entrenado para aquell o que la
maravilloso amor a la sabiduría. Pero todo aquello que es honroso se origina de alguna de las naturaleza le exige. [ ... ] Todos [estos animales], por lo tanto. tienen consciencia de su propia
cuatro partes: pues o se encuentra en la percepción de la verdad y en la astucia, o en conservar constitución y, por esa razón, tienen un manejo tan expedito de sus miembros; y no tenemos
la asociación entre los seres humanos, asignándole a cada uno lo q ue le corresponde y con la mejor indicio de que llegan a la vida dotados de es te conocimiento que el hecho de que
confianza en los contratos, o en la grandeza y el vigor de un alma excelsa e inconquistable, o ningún anima l es ignorante en cuanto al func ionamiento de su prop io [cuerpo]. [Pero alguien]
puede decir: "de acuerdo a lo que ustedes argumentan. la propia constitución es lo rector del
El impulso primario y la autoconservación 485
484 Capihllo 22

que no depende de la experiencia, pues evitan algo antes de que sean capaces de tener expe-
alma dispuesto de una cierta manera respecto del cuerpo. ¿Pero cómo puede comprender un riencia de ella. Además, para que no consideres que esto sucede como resul tado del azar, no
bebé esta cuestión tan intrincada y sutil que para mí es tan dificil de explicarles? ¡Todos los tienen miedo de otras cosas de las que deberían lenerl o, y nunca pasan por alto el cuidado ni
an imales deberían nacer siendo lógicos para ser capaces de comprender esta definición que es la atención que ello merece. Para ellos es igual la evitación de lo que les es pernicioso. Más
tan oscura para la mayor parte de los romanos!" Lo que objetas sería verdadero si yo estuviera aún, no se vuelven más temerosos a medida que van creciendo. Por eso también resulta evi-
dic iendo que los animales comprenden una "defin ición de constitución" y no "su misma dente que no es por la práctica que han alcanzado el estado en que se encuentran, sino que es
constitución", Es más fácil comprender la naturaleza que explicarl a; por esa razón aquel niño debido a un deseo natural de auto-conservación. Lo que la experi encia práctica enseña es
del que hablábamos no sabe qué es "constitución", pero conoce su propia constitución. Tam- lento y variado, pero todo lo que la natura leza concede es igual para todo el mundo y se da en
poco sabe qué es "animal", pero es consciente de que él es un animaL Más aún, su misma for ma inmediata. Sin embargo, si todavía me ex iges [que te lo explique], ¿he de decirte cómo
constituc ión la comprende de una manera confusa, superficial y oscura; también sabemos que es que todo animal se propone comprender lo que le hace daño? T iene consciencia de que está
tenemos un alma, pero qué es e l alma, dónde está, cuál es su cua lidad y de dónde procede no constituido de carne, y así tiene conscienc ia de hasta qué punto la carne puede ser cortada,
10 sabemos. Tal como llega a nosotros la consciencia de nuestra alma, aunque ignoremos su quemada u oprimida; también tiene consciencia de cuáles son los animales dotados de la
naturaleza y posición, así también todos los ani males tienen consciencia de su propia consti- capac idad de hacer daño. A partir de estos an imales se sigue una imagen dañina y hostil; estas
tución. Es en efecto necesario que sean conscien tes de aquello por [o cual también son cons- cosas están conectadas entre sí, pues todo anima l al mismo tiempo siente apego por su propia
cientes de otras cosas. Deben ser conscientes de aquel lo que obedecen y por lo cua l son regi- conservac ión, busca lo que lo beneficia y te me lo que lo daña . Naturales so n los impul sos
dos . Todo el mundo comprende que hay algo que pone e n movimiento sus impulsos, aunque hacia las cosas útiles y el rechazo de lo que es contrario. Sin un conoc imiento y sin consejo
ignore qué sea; también sabe que tiene una fuerza instintiva, aunque ignore qué es o de dónde que indique esto, la nahlraleza presc ribe cualquier cosa. [ ... ] Lo que el arte concede es incier-
proviene. De este modo [os niños pequeños y también los animales son conscientes de su to y desigual, pero lo que la naturaleza otorga es siemp re equilibrado. Lo que la natu:a leza ha
parte rectora, aun cuando la cuestión no sea demasiado clara ni distinta. "Ustedes dicen", otorgado no es más que el cuidado de sí y la hab ilidad técnica [para llevarlo a cabo]. Esta es la
argumenta, "que todo anima l al comienzo siente apego a su propia constiulción y que la cons-
razón de que el aprendizaje y la vida también comiencen al mismo tiempo.
titución del hombre es rac ional y, por [o tanto, siente apego cons igo mismo no só lo en cuanto
ani ma l, sino también en cuanto racional. Pues el hombre siente estima por sí mismo respecto 22.5 Hierocl es, Elem enta Etlrica 1.1-5; 1.31-47; 1.51-2.9; 2.18-31; 2.33-46; 3.19-27¡ 3.46-
de aquella parte por la cual es hombre. Entonces, ¿cómo es posible que un bebé sienta apego a 51; 6.1-30; 6.40-59; 7.3-10; 7.15-17 (LS 57q
su constitución racional si todavía no es racional?" Cada edad tiene su propia constitución: Considero que el mejor comienzo de los Elementos de ética es la discusión acerca de lo
una cosa es en el caso del bebé, otra en el del niño, (otra en el del ado lescente], otra en el del primero familiar al animal. Sin embargo, pensaba que no está mal, comenzando desde el
anc iano: lodos ellos sienten apego a la propia constitución en la que se encuentran . [ ... ] Los mismo principio, establecer de qué tipo es la generación de las cosas animadas y cuáles son
períodos de la nillez temprana, la niñez, la adolescencia y la ancianidad son diferentes; yo, sin las cosas prioritarias que le suceden al ani mal. [ ... ] A partir de aquí hay que considerar que el
embargo, que fui un bebé, un niño y un adolescente, soy el mismo. Así, aunque cada uno tiene animal se diferenc ia del no animal por dos cosas: percepción e impulso. De estas dos cosas,
una constitución diferente en momentos diferentes, el apego a su propia constirución es el por el momento no precisamos hablar del [impu lso]; pero parece oporrnno hab lar brevemente
mislllo. La naturaleza, en efecto, no me inclina hacia la niñez, la juventud o la ancianidad, sobre la percepción, pues ello nos conduce hacia el conocimiento de lo primero familia r, la
sino hacia mí mismo. Por lo tanto, el bebé siente apego a su propia constitución quc es suya discus ión que, prec isamente, estábamos diciendo que seria el mej or comienzo de los Elemen-
en el momento en que es un bebé, no la que lo será cuando sea un joven. [ ... ] Ante todo, el tos de Ética . No debemos ignorar que el an imal, de modo directo y simultáneo a su nac imien-
anima l siente apego a si mi smo, pues debe habe r algo hac ia lo cual las demás cosas se refie- to, se percibe a sí mismo y, para los más lentos, hay que decir algunas cosas para recordar
ran. Busco el placer; ¿para quién? Para mí. Me ocupo, por 10 tanto, de mi propio cu idado. Me esto. Sin embargo, se nos presenta otro argumento y nos llama hac ia sí mi smo como primero,
aparto de l dolor; ¿en interés de quién? De mí mismo. Me ocupo, por [o tanto, de mi propio pues a lgunos son tan lentos y están lan lejos de comprender que tienen una absoluta ignoran-
cuidado. Si llevo a cabo todos mis actos por mi propio cuidado, me estoy ocupando de mí cia respecto de que el animal se perciba a si mismo. Creen, en efecto, que la natura leza con-
mismo ante todo. Este cuidado se da en todos los animales, y no se trata de algo implantado, fiere la percepc ión al animal para que capte las cosas externas y no para que también se perci-
si no que es innato. La naturaleza produce sus vástagos y no se deshace de ellos. Y puesto que ba a sí mismo. [ ...1Los anima les perciben, en primer lugar, sus propias partes; así los alados
el mayor cuidado es el que está próximo, cualquier persona ha sido confiada a sí misma. Por perciben la disponibilidad y la adecuación de las alas para el vuelo, y los seres terrestres
lo tanto, como he dicho en mis cartas anteriores, incluso los anima les j óvenes, cuando salen perc iben cada una de sus propias partes, no sólo que las tienen sino también para qué uso las
del útero materno o del huevo, se familiariza n de inmediato con lo que les es host il y evitan lo tienen. Nosotros mismos también [percibimos] nuestros ojos, oídos y los demás [órganos
que les es letal. También se apartan cuando advierten que están a merced de las aves de rapiña sensorios]. De este modo, entonces, cuando deseamos ver algo extendemos nuestros ojos
que vuelan sobre ellos. Ningún animal llega a la vida sin micdo a la muerte. "¿Cómo, pregun- hacia el objeto visible, no los oídos; y cuando deseamos oír algo extendemos nuestros oidos,
ta, puede un animal recién nac ido tener una comprensión de las cosas que promueven su no nuestros oj os; y cuando deseamos dar un paseo no usamos nuestras manos para pasear,
bienestar o su dest rucción?" Lo primero que hay que investigar es si puede comprender, no sino [que usamos] por completo los pies y las piernas y, del mismo modo, cuando queremos
cómo puede comprender. Sin emba rgo, es obvio que tienen esa comprensión a partir del sujetar o dar algo desde luego no usamos las piernas, sino las manos. Por lo tanto, la primera
hecho de que, una vez supuesta esa comprens ión [en ellos], no actuarían mejor que como 10 prueba de que todo anima l se percibe a si mismo es la consciencia de sus partes y de las fun-
hacen . ¿Por qué la galli na no se aleja del pavo o del ganso y sin emba rgo se alej a del halcón, ciones por las cuales tales partes le fueron conferi das. La segunda prueba es que los ani males
que es un animal más pequeño y con el que no está faml li arizada? ¿Por qué los pollitos tienen no son encuentra n inconscientemente di spuestos respecto de los equipamientos de los cuales
miedo del gato pero no del perro? Es evidente que en estas aves hay un conoc imi ento del daño están dotados para su de fensa. En efecto, cuando los toros se preparan para combatir contra
486 Capítulo 22 El impulso primario y la autoconservación 487

otros toros o con ciertos an imales de otras especies ponen ade lante sus cuernos, como si fue- (iii) le da lo mismo. [... } Pero la naturaleza tamb ién podría recibir la acusación de que se afana
sen sus armas connaturales para la contienda. También cada uno de los demás [animales) se en vano sobre tales cosas antes del nacimiento si, recién nacido, el animal no va a complacer-
encuentra así en relación con su anna apropiada y, por así decirlo, "connatural", [ ... ] Más se a sí mismo. Es por eso que me parece que nadie, aun siendo Margites, diría que una vez
aún, los anima les son conscientes de qué (parles] son débiles en ell os mi smos y de qué partes, nacido el animal no se complace consigo mismo y con la presentación de sí mismo. Desde
entre las que están en ellos mismos , son fuertes y resistentes. Así el toro, cuando se prepara luego que tampoco le da lo mismo, pues el mi smo no complacerse, no menos que el estado de
para el ataque, pone sus cuernos delante de todo el resto del cuerpo. La tortuga, cuando es no complacencia, ll eva a la destrucción del animal y al desprecio de la naturaleza. De donde
consc iente de algún ataque, esconde su cabeza y sus patas en su propio caparazón, las partes se sigue que este argumento nos fuerza a reconocer que el animal, al recibir la primera per-
vulnerables en la parte dura y menos atacable. El caracol también hace algo parecido al refu- cepción de sí mismo, inmediatamente está famili arizado consigo mismo y con su propia cons-
giarse en su conc ha cua ndo es consciente de un peligro. La osa parece no ignorar la debilidad titución. Me parece que incluso los acontecimientos mi smos confIrman el argumento; ¿por
de su cabeza, por lo cual cuando es golpeada con palos o algunas otras cosas capaces de herir qué? No es el caso de que cada [animal], en la medida de sus propias posibilidades, hace lo
esa parte pone sobre ell a sus manos, que reciben la vio lencia de los impactos. Algo parecido que le concierne por su propia conservación, evitando de lejos toda trama e ingeniándosela
también hace el sapo, un anima l muy hábil para saltar, que sin duda no es superado en el salto para permanecer inafectado por los riesgos, lanzándose a los factores de conservación y pro-
por ningún otro, de entre los que son del mismo tamaño. Y, ciertamente, es consciente de curándose todos los bienes para su permanencia. [... ] La naturaleza, en efecto, también es
cuánto se extiende un intervalo; pues bien, si es impulsado por un barranco, no se confía en su hábil para infundir un intenso amor por sí mismos en es tos [animales], ya que, de ser de otra
propia capacidad de saltar hacia el frente, y se arroja a sí mi smo al suelo. Pero no se arroja de manera, su conservación sería inviable. Es por eso, por tanto, que tamb ién me parece que los
cualqu iera manera, sino que, hinchándose a sí mismo todo lo que puede y hac iéndose seme- niños pequeños no soportan fácilmente permanecer encerrados en habitaciones oscuras sin
jante 10 más posible a un odre ll eno de aire, se deja caer mientras levanta sus patas y su cabe- sonido alguno. En efecto, al estirar sus órganos sensorios, y al no poder oír ni ver nada, reci-
za, y se la s ingenia [respecto de cómo] atenuar con sus partes hinchada s los daños de la caída. ben la presentación de su propia destrucción y por eso sufren. [... ] Tanta es, por consiguiente,
[... ] Por cierto que había que exponer aquellos casos en los que los animales tienen conscien- la abundancia de pruebas de que el animal se familiariza consigo mismo que incluso también
cia no sólo de las debilidades de otros animales, sino también de su fuerza, y de cuáles son a partir de cosas contra naturaleza es posible recordar que lo que pensamos es congruente.
una amenaza pa ra ellos y con cuá les pueden evitarse las host ilidades y, por así decirlo, hay un 22.6 Porfirio, De abslillelltia 3.19-20 (SVF 1.197)
acuerdo indi soluble. Pues bien, si un león peleara con un toro, pondría su vista en los cuernos Desde luego que comparar a las plantas con los animales es algo enteramente forzado,
pero las demás parl es del toro lo tienen sin cuidado. Y en las luchas con un asno salvaje con- porque estos están naturalmente ligados al sentir, es dec ir a sentir dolor y miedo, y a ser daña-
centra su atención en las patadas y se apresura a evitar sus patas. [ ... ] Me parece que también dos y, por lo tanto, lo están a padecer injusticia. Las plantas, en camb io, no tienen nada sensi-
todo tipo de [animales] irracionales, no sólo los que no son naturalmente dOlados, si no tam- ble, de modo que tampoco tienen nada aj eno, malo, ni daño alguno o injusticia. Sentir tambi én
bién los que nos superan en velocidad, en tamaño o en fuerza, al percibir, sin embargo, nues- es, en efecto, el punto de partida de toda familiaridad y extrañamiento. Los discípulos de
tra superi oridad racional, se alejan y evitan al se r humano. Si los animales no percibiesen las Zenón postulan la familiaridad como principio de la justicia. Pero, ¿cómo no habrá de ser
ventajas que hacen superiores a los demá s animales, esto no ocurriría así. [.. .} En efecto, por absurdo que muchos seres humanos que sólo viven en el dominio de la sensación vean pero
lo general la ca ptación de algo externo no se cumple sin la percepción de sí mismo, pues es no posean intelecto o razón, y que, a su vez, la mayoría haya superado a las bestias más temi-
junto con la percepción de blanco, por así decir, que también nos percibimos a nosotros mis- bles en crueldad, en furia y en abuso, a saber, los asesinos de sus hijos, de sus padres, los
mos "emblanquec idos", y junto con la de dulce "endulzados ", y junto con la de caliente "ca- tiranos y los aduladores de los reyes? Por lo demás, ¿cómo no habrá de ser de 10 más contrario
lentados", y de manera análoga también sucede en los demás casos . Por consiguiente, desde el a la razón pensar que nosotros tenemos un cierto sentido de justicia para estos individuos y
momento en que, sin duda, el animal recién nacido percibe algo y junto con la percepción de que no tengamos ninguno para el buey de labranza, para el perro que vive con uno y para con
alguna ot ra cosa nace la de sí mismo, es manifiesto que los animales desde un comienzo los ani males que nos alimentan con su leche y nos proveen de su lana? Con lodo, es convin-
podrían percibirse a sí mismos. En términos genera les no hay que ignorar que todo poder cente - ¡por Zeus que lo es! - aquello de erisipo de que los dioses nos hicieron para nosotros
rector comienza por sí mismo. Así también la condición, que se cohesiona por sí mi sma, es mi smos y para los unos con los otros, y a los animales para nosotros: a los caballos para que
primero cohes ionadora de sí mi sma. Desde luego que no podría cohes ionar a otra cosa, admi- hagan la guerra con nosotros, a los perros para que cacen con nosotros, y a los leopardos, osos
tiendo sus partes, si antes no hubi ese ocasi onado eso a sus propias partes. La naturaleza que y leones como un ejercicio de nuestra valentía.
cohesiona, conserva, nutre y hace crecer a la planta, parti cipa ell a mi sma antes por sí misma
de estas mis mas [partes]. Un argumemo simila r se apl ica también a cua lquier tipo de princi- 22.7 Plutarco, SR I038B-C (SVF SVF 2.724; 3.179. LS 57E)
pio, de manera que incluso a la percepción, puesto que ella misma es un poder que tiene el Del mismo modo "nada es ajeno al civilizado y nada es fami liar al vil, porque lo uno es
carácter de un principio y es una cosa más cohesiva que la condición y también que la natura- bueno y lo otro es malo". ¿Cómo es, entonces, que una y otra vez en todos sus libros de fisica
leza, es manifi es to que podría comenzar a partir de sí misma y que, antes de aprehender algu- (¡y por cierto que también en los de ética!) se preocupa por escribir que, en cuanto nacemos,
na de las otras cosas, se percibiría a sí misma. Ahora bien, pongamos como aspecto principal estamos familiarizados con nosotros mismos, con nuestras partes y con nuestros propios
y genera l de todo el argumento precedente que el animal, ni bien nace, se percibe a sí mismo. vástagos? En el libro 1 de su obra Sobre la justicia [Crisipo] sostiene que incluso las bestias
Después de eSlo, entonces, es obvio que cuando en él surge una presentación de sí mismo, están familiarizadas consigo mi smas en proporción a la necesidad de sus vástagos, con excep-
retiene lo persuasivo que concierne a la presentación - en efecto, ¿cómo podría ser de otro ción de los peces pues sus embriones se alimentan por sí mismos. Sin embargo, no hay sensa-
modo?- y a ello asiente. De cualquier modo, hay que entender Jo relativo a tres cosas: (i) O [el ción en aquellos para los cuales no hay nada sensible, ni familiaridad en aquellos para los
animal] se complace con la presentac ión que ha recibido de sí mismo, o Oi) no se comp lace, o
488 Capítulo 22 El impulso primario y la autoconservación 489

como una ciudad y un estado constituido de hombres y dioses, y que cada uno de nosotros es
cuales no hay nada familia r. Pues la familiaridad parece ser una percepción y una captación
parte de ese cosmos. De aquí se sigue el hecho de que, por naturaleza, antepongamos la con-
de lo famil iar [a uno].
veniencia común a la nuestra [particular]. En efecto, tal como las leyes anteponen la conser-
22.8 Plutarco, De amore prolis 495B-C vación de todos a la de los individuos, así la persona buena y sabia, que obedece a las leyes y
No obstante, el argumento no es verdadero ni vale la pena escucharlo. Pues tal como en no ignora el deber cívico, se ocupa más por la conveniencia de todos que por la de algui en en
las plantas si lvestres - como viñas, higueras y olivos silvestres- la naturaleza implantó princi- particular y por la suya propia. [ ... ] Del sentimiento de apego de las almas han nacido los
pios crudos e imperfectos de frutos cultivados, así también ha dotado a los irracionales de un testamen tos y las recomendaciones de los moribundos. Y dado que nadie querría pasar su vida
amor imperfecto por su prole e insuficiente en lo que respecta a la justicia, un amor que no en comp leta soledad, aun cuando tuviera una abundancia infinita de placeres, se entiende con
avanza más allá de la [mera] utilidad. Al hombre, en cambio, que es un animal racional y facilidad que hemos nacido para unimos y asociamos a otros hombres, es decir para formar
político, la natura leza lo introdujo al dominio de la justicia y la ley, de la honra a los dioses, una comunidad natural. Pero la naturaleza nos impulsa a que deseemos ser útiles a la mayor
de la fundación de ciudades y de la disposición de amistad. También procuró nobles, bellas y cantidad posible de personas, especialmente enseñándoles y transmitiéndoles las razones de la
fructíferas si mientes de estas cosas en la satisfacción y amor que tenemos por nuestra prole, el prudenc ia. De esta manera no es fácil encontrar a alguien que no transmita a otra persona lo
cua l acompaña sus primeros comienzos. que él mismo sabe; y así no sólo somos propensos a aprender, sino también a enseñar. [... ] Por
tanto, de la misma manera en que nos valemos de los miembros antes de que aprendamos a
22.9 Cicerón, De jill. 5.24
causa de qué utilidad los tenemos, así también nos encontramos unidos y asociados por natu-
Todo animal se ama a sí mi smo y, ni bien ha nacido, hace esto para conservarse, porque,
raleza entre nosotros para la comunidad civi l. Si esto no fuera así, no habría lugar para la
para proteger toda su vi da, la naturaleza le confiere este primer impulso: que se conserve y
justicia ni para la bondad. [ ... ] Y tal como piensan que los vínculos de los seres humanos con
que se encuentre de tal modo dispuesto que sea capaz de estar óptimamente dispuesto de
otros seres humanos son los del derecho, así también piensan que los seres humanos carecen
acuerdo con la naturaleza. Al comienzo posee esta práctica de un modo confuso e incierto con
de cualquier vínculo de derecho con las bestias. De una manera brillante, en efecto, Crisipo
el so lo propósito de protegerse, pero no comprende qué es ni qué puede ni qué es su propia
dijo que las demás cosas han nacido por mor de hombres y de dioses, en tanto que éstos (los
natura leza. Sin embargo, cuando ha avanzado un poco y ha comenzado a di scernir hasta qué
hombres) han nacido por mor de su comunidad y de su sociedad, de manera tal que los seres
punto cada cosa lo alcanza y le concierne, entonces lentamente empieza a progresar, a reco-
humanos pueden hacer uso de las bestias para su ut ilidad si n cometer injusticia. Y puesto que
nocerse y a comprender la razón por la cual tiene ese apetito del alma que mencionamos, y
la naturaleza del ser humano es tal que entre él y el género humano intercede una especie de
emp ieza no sólo a apetecer aquellas cosas que percibe que son apropiadas a la naturaleza, sino
derecho civil, quien lo conserve es justo, y quien lo trasgreda injusto. Pero de la misma mane-
también a rechazar las que le son contrarias. Por cons iguiente, para todo animal aquello que
ra en que siendo el teatro un sitio común puede dec irse correctamente que el lugar que cada
apetece está puesto en lo que es apropiado a la nanlraleza.
uno ocupa es suyo, así también en la urbe o en el cosmos común el derecho no se opone a que
22.10 Cicerón, Defin. 3.62-67 (LS 57F; FDS 1000) cada cosa sea propia de cada uno.
Cons ideran, sin embargo, que es decisivo entender que la naturaleza hace que los hijos
22.11 Epiclelo, Diss. 1.19.11-15
sean amados por sus padres; por esa razón nos preocupamos por alcanzar la provechosa co-
Esto es egoísmo. Así, en efecto, es el animal: hace todo en vista de sí mismo. Y por cier-
munidad universal de la raza humana. Lo que hay que entender en primer lugar es que la
to que también el sol hace todo en vista de sí mismo, y queda que el propio Zeus también lo
forma de los cuerpos y los miembros por sí mismos ponen de manifiesto que la procreación es
haga. Y cuando quiere ser "Productor de lluvia" o "Fructífero" o "Padre de hombres y de
un prin cipio raciona l por naturaleza. Pero no sería compatible que la natura leza quisiera pro-
dioses", ves que no puede alcanzar esas obras y apelativos a menos que adopte una actitud
crear y que no se ocupara de que sus vástagos fueran objeto de cuidado. hlCluso entre las
benéfica respecto de la comunidad. Y, en general, dispuso de una manera talla naturaleza del
bestias puede advertirse la fuerza de la naturaleza: cuando vemos el esfuerzo que ponen en el
animal racional, que éste es incapaz de alcanzar alguno de sus bienes peculiares a menos que
parto y en la crianza, nos parece estar oyendo la voz de la natura leza en pcrsona. Tal como es
contribuya con algún beneficio para la comunidad. De esta manera ya no es algo carente de un
evidente que la naturaleza nos aparta del dolor, así también es evidente que la naturaleza
sentido comunitario el hacer todo en vista de sí mismo. ¿Qué es lo que esperas entonces?
misma nos impul sa a amar a aq uellos que hemos engendrado. De aq uí se sigue que la estima
¿Qué uno se aparte de sí mismo, es decir de su propia conveniencia? ¿Y cómo habrá de ser la
mutua entre los seres humanos es también algo nanltal, de modo tal que, el mero hecho de que
familiaridad uno y el mismo principio para todos respecto de las propias cosas?
uno sea un ser humano hace que no sea visto como extraño por otro ser humano. Pues tal
como algunas partes del cuerpo (como ojos Y oídos) han sido hechas como si fueran en vista 22.12 Epiclelo, Diss. 2.22.1-5
de sí mi smas , en tanto que otras también prestan su ayuda para las funciones de los demás Es razonable que [uno] ame aquellas cosas respecto de las cuales se ha ocupado. Ahora
miembros (como las piernas o las manos), así también a lgunas bestias sa lvajes han nacido bien, ¿los hombres se ocupan de los males? De ningún modo. ¿Pero tampoco se ocupan de
s610 para sí mi smas, pero el que habita en una ampl ia concha y es llamado "pi nna", y el que cosas que no les conciernen? Tampoco de eso. Resta, entonces, que únicamente se hayan
nada fuera de su concha - que, dado que la custodia, se llama "pinoteres" ("cuidador de con- ocupado de los bienes; y si se han ocupado de ellos, tamb ién los aman. Por lo tanto, cualquie-
cha"), y cuando se aceptó a sí misma, se cierra, de modo tal que parece haber aconsejado que ra que conozca los bienes, también sabrá amarlos. Pero el que es incapaz de distinguir los
se precaviera, del mismo modo también las hormigas, las abejas y las cigüeñas hacen ciertas bienes de los males y lo que no es ninguna de las dos cosas anteriores, ¿cómo podría esa
cosas por causa de otros. Mucho más estrecha es esta relación entre los seres humanos, a persona ser todavía capaz de amar? En consccucncia, sólo es propio del prudente el amar. "¿Y
punto tal que por naturaleza somos aptos para que tengan lugar las uniones, las asambleas o cómo es eso?", alguien pregunta. Porque yo, aunque soy imprudente, amo a mi hijo.
las ciudades. [Los estoicos] piensan que el cosmos está regido por un poder divino, y que es

L
490 Capítulo 22 El impulso primario y la autoconscrvación 491

Crisipo omitió dos tipos de familiaridad, resulta razonable que se esté en dificultades respecto del
22.13 Epiclelo, Diss. 2.22.15-21
origen del vicio, que no pueda explicar su causa ni los modos en que se constituye y que sea
No se engañen, pues, en general cua lquier animal con nada se encuentra tan familiarizado
incapaz de descubrir cómo es que los nifios pequei\os se equivocan. Es razonable también, crco,
como con su propia conveniencia. Así, pues, lo que le parece que es un impedimento para eso
que Posidonio lo censure y refute en todo. Pues si efectivamente los niños pequeños están direc-
-ya sea que se trate de un hermano, un padre, un vástago, un amado o un amante- lo odia, lo
tamente fami liarizados desde un principio con lo noble. el vicio no podría surgir desde dentro de
rechaza, y lo maldi ce. Pues por naturaleza [uno] no ama tanto algo como su propia canve·
sí mismos, sino que únicamente debería llegarles desde fuera. Pero, por cierto, se ve que [los
ni encia; ell a es padre, hermano, pariente, patria y dios. Desde luego que cuando nos parece
niños pequeños] se equivocan en algo completamente, aun cuando hayan sido fonnados en las
que son los dioses los que ponen impedimentos para dicha conveniencia, no sólo los vi tupe-
buenas costumbres y hayan sido convenientemente educados; incluso Crisipo está de acuerdo
ramos sino que también derribamos sus estatuas e incendiamos sus templos, tal como Alejan-
exactamente con eso. Sin duda, puede haber pasado por alto 10 que se presenta con evidencia
dro ordenó incendiar los de Asclepio cuando murió su amado. Es por eso que si uno pone en
y solamente haber reconoc ido lo que se sigue de sus propias suposiciones: si los niños peque-
lo mismo la conveniencia, 10 piadoso, lo noble, la patria, los padres y los amigos, todo esto se
ños estaban bien formados, para quien completamente sostiene eso [resultará que], a medida
preserva . Pero si pone en un lugar la convenienc ia y en otro a los am igos, la patria, los parien-
que avance el tiempo, se convertirán en personas sabias. Sin embargo, no se atrevió a falsear
tes y la justicia misma, todo esto desaparece abrumado por [el peso de] la conveniencia. Pues
10 que se presenta hasta este punto, sino que [sostiene] que aun en caso de que [los niños]
donde uno ponga el "yo" y "lo mío" , hacia al lí debe inclinarse el animal : si en la carne, allí
hayan sido criados únicamente por un filósofo y aunque no hayan visto ni oído nunca ningún
debe es tar 10 dominante; si en la arbitrio, allí debe estar; si en lo exterior, allí debe estar. Pues
ejemplo de vicio, no obstante eso, ellos no necesariamente filosofarán. En efecto, la causa de
bien, si yo estoy allí donde se encuentra mi arbitrio, así so lamente seré amigo, hijo y padre
la perversión es doble: la una se genera por la instrucc ión [que deriva] de muchos hombres; la
como se debe. En efecto, esto es lo que me convendrá: conservar al que es fiel , modesto,
otra por la naturaleza mi sma de las cosas. Yo, sin embargo, me encuentro perplejo respecto de
paciente, abstinente, co laborador, y cuidar de mi s estados. Pero si me pongo a mí mismo en
ambas y, primero, la que se genera de las personas cercanas. En efecto, ¿por qué, cuando ven
un lugar y a lo noble en otro, así se vue lve poderoso el argumento de Epicuro, pues muestra o
y oyen un ejemplo de vicio no lo odian y lo evitan por no tener familiaridad alguna con él?
que lo noble 110 es nada o que es lo glorioso.
Esto me impacta como algo sorprendente; y sin duda es mucho más [sorprendente] cuando si n
22.14 Porfirio, De abstine"tia 1.7 (LS 22M) haber visto u oído [ejemplo alg uno] son engañados respecto de [la naturaleza] de las cosas
y a l punto, aun cuando existe una cierta fami liaridad natural mutua entre los seres huma- mismas. Pues, ¿qué necesidad hay de que los niños, que no poseen fa miliaridad con el placer,
nos, debido a la semeja nza de su aspecto exterior y de su a lma, [famil iaridad que hace que] no sean atraídos como por un cebo por el placer como si fuera un bien, y de que se desvíen y
se pueda des truir a un ser vivo de la misma especie, como sí puede hacerse con a lgún otro de eviten el do lor, si es que, en realidad, no se encuentran extrañados por naturaleza con él? ¿Y
los que se encuentran cerca, supusieron, sin embargo, que la causa más frecuente de que este qué necesidad hay de que no sólo estén ansiosos respecto de los elogios y los honores, sino
hecho produjera irritación y de que se lo declarara impío es que no es conveniente para la también de que disfruten de ellos, y que, en cambio, es tén irritados y eviten no sólo las censu-
conformac ión total de la vida. ras, sino también las deshonras, si, en realidad, no tienen ninguna familiaridad ni extraña-
miento con ellos? Pues si Crisipo no parece reconocerl o con sus palabras, sí lo hace con el
22.15 Galeno, PHP316, 28-320, 28 (SVF 3.229a)
poder de lo dicho : que tenemos una cierta fami li aridad y extrañamiento por naturaleza con
Estas cosas, en efecto, no se siguen de las doctrinas de Crisipo, tal como tampoco [se si-
cada una de las cosas mencionadas. En efecto, cuando dice que las perversiones respecto de
guen] del hecho de que por natura leza no hay familiari dad alguna con el placer o extraña-
los bienes y los males sobrevienen a las personas viles debido no sólo a la persuasividad de
miento con el do lor. Pues todos los niños pequeños sin enseñanza [alguna] se precipitan hacia
las presentaciones, sino tambi én a la instrucc ión, hay que preguntarle cuál es la causa por la
el placer y huyen y evitan los dolores. Vemos, en efecto, que ell os no s610 se encolerizan, sino
cual el placer proyecta una presentación persuasiva como si fuera un bien, en tanto que el
que además patalean y se irritan, y quieren vencer y regir a los demás, tal como sucede con
dolor una presentación persuasiva como si fuera un mal. Así también, [debemos preguntarle]:
algunos animales, aun cuando no se proponga una contienda además de ganar. Parece que,
¿por qué ya estamos persuadidos cuando oímos que muchos elogian y consideran dichosa la
cl aramente, algo de ta l índole es lo que ocurre no sólo con las codornices, los gallos, las per-
victoria en las Olimpíadas y la erección de estatuas corno si fueran bienes, y se refieren a la
dices, si no también con la mangosta, la serpiente, el cocodrilo y con miles de otros [animales].
derrota y el deshonor como males? Sin duda Posidonio también censura esas cosas y procura
Por consiguiente, de este modo los niños pequeños parecen estar familiarizados no sólo con el
mostrar que las causas de todas las suposiciones fa lsas se generan en el dominio teórico debi-
placer, si no tamb ién con la victoria, como más larde en algún momento muestran , cuando
do a la ignorancia, y que en el práctico debido al arrastre pasional. También trata de mostrar
crecen en edad, que tienen una familiaridad natural hacia lo noble. En efecto a medida que
que las opiniones falsas preceden a dicho arrastre cuando lo calculador se debilitó en relación
avanzan en edad se avergüenzan de sus errores y se alegran de sus acciones nobles, reivindi-
con el juicio. Pues a veces el impulso se genera para el anima l debido al juicio de lo calcula-
can la justicia y las demás virtudes, y llevan a cabo muchas acciones de acuerdo con sus
dor, pero con frecuencia debido al movimiento de lo pasionaL
conceplos de esas virtudes, en tanto que antes, cuando todavía eran peq ueños, vivían sumidos
en sus estados pasiona les, sin preocuparse de las prescripc iones que procedían de la razón. 22.16 Musonio Rufo, Dissert. 3, 1-20
Pues bien, dado que tenemos estos tres tipos de fa mil iaridad que por nanu"aleza se dan de acuerdo Cuando alguien le preguntó si también las mujeres debían filosofar, comenzó a enseñar
con cada tipo de partes del alma -<::on el placer debido a la apetitiva, con la victoria debido a la cómo debían filosofar más o menos asÍ. "Las mujeres", decía [Muson io], "han recibido de los
colérica y con lo bello debido a la racional-, Epicuro puso su atención só lo en la familiaridad de la dioses la misma racionalidad que los varones, de la cual nos valemos y en virtud de la cual
peor parte de l alma, y Crisipo en la de la mejor parte, pues sost iene que nosotros estamos familia- pensamos acerca de cada cosa, <si> es buena o mala, noble o vergonzosa. Del mismo modo,
rizados solamente con lo noble, 10 cual, obviamente, también es bueno. Únicamente los filós ofos lo femeni no tiene los mismos sentidos que lo masculino: ver, oír, oler, etc. Del mismo modo,
antiguos pusieron atención en los tres tipos de familiaridad en su totalidad. Por tanto, puesto que cada uno de ellos tiene también las mismas partes corpóreas, y ni nguna más. Además, el
492 Capítulo 22 El impulso primario y la autoconservación 493

que nosotros, ni bien nacemos, nos familiarizamos con nuestra propia constitución y conser·
deseo y la familiaridad por naturaleza con la vil1ud surge no sólo para los varones, sino tam~
vación. A los del entorno de Epicuro, en cambio, les pareció que lo primero familiar en senti-
bién para las mujeres. Pues en nada se encuentran ellas menos complacidas por nahrraleza que
do absoluto es el placer, pero dicen que con el pasar del tiempo este placer se articul a.
los varones con las acciones nobles y justas, y rechazan lo opuesto a esas acciones. Pero si
esto es así, ¿por qué entonces convendría a los varones investigar y examinar cómo vivir bien, 22.20 Hierocles, en Estobeo, Ee/. 4.671, 7-673, 11 (LS 57G)
cosa en lo que, precisamente, consiste el filosofar, y no a las mujeres? ¿Es que acaso conviene De Hierocles: del [tratado] Cómo hay que comportarse con 1m' parientes
que los varones sean buenos y no las mujeres? Examinemos también [el asunto] de acuerdo A lo que se ha dicho acerca de la conducta con los padres, los hermanos, la esposa y los
con cada una de las cosas que convienen a la mujer que va a ser buena, pues cuando a cada hijos sigue agregar también una discusión sobre los parientes que, en cierto modo, se sienten
una de ellas le sobrevenga se mostrará especialmente a partir de la filosofía. La mujer debe, como aquellos y, por eso mismo, puede exponerse de una manera sucinta. En efecto, cada uno
primero, dedicarse a la administración de la casa, seleccionar 10 que caD viene a la casa y de nosotros está completamente rodeado como por muchos círculos, unos más pequeños,
hacerse cargo de los que habitan la casa. otros más grandes, estos últimos incluyen [a los primeros] y éstos son incluidos, de acuerdo
con sus diferentes y desiguales relaciones recíprocas. El primer y más próximo círculo, en
22.17 Clemente, Strom . 6.9.73.2-75.1
efecto, el que alguien ha dibujado como en torno de un centro, es la mente de uno mismo. En
Pues bien, si toda la familiaridad con lo noble ocurre junto con un deseo, ¿cómo es que
ese círculo se incluye no sólo el cuerpo, sino tamb ién las cosas que se tomen en vista del
permanece impasible, dicen, el que desea lo noble? Al parecer, éstos no conocen lo divino del
cuerpo. Pues este círculo, que es virtualmente el más pequeño, casi toca el centro mismo. El
amor, pues el amor no es ya un deseo del que ama, sino una familiaridad afectiva, que restitu-
segundo [círculo] es el que se aparta más de este [círculo] y del centro, pero incluye el prime-
ye al gnóstico a la unidad de la fe, sin que requiera de tiempo ni lugar. Pues lo que se dará en
ro, en el que se ub ican los padres, hermanos, esposa, e hijos. El tercero de ellos es aquel en el
ellos, habiéndose generado ya a través del amor y habiendo abarcado la esperanza a través de
cual hay tíos y tías, abuelos, sobrinos, sobrinas y primos. El siguiente círculo incluye los
la gnosis, ya no desea nada por cuanto [ya] tiene lo mismo que puede ser objeto de deseo.
demás parientes, y a éste sigue el círculo de los del mismo demo, después de él el de los de la
Pues bien, razonablemente, al amar gnósticamente, permanece en el único estado inmutable y,
misma tribu, luego el de los conciudadanos; queda así [finalmente] el [círculo] del de los de
por ende, no se esforzará por ser semejante a las cosas nobles ya que a través del amor posee
urbes vecinas y el de los de la misma etnia. El [círculo] más externo y el más grande, que
el ser de la belleza. ¿ Y qué necesidad tiene él de audacia o apetito si ha conseguido la fami lia-
incluye a todos los demás círculos, es el de todo el género humano. Ahora bien, una vez
ridad que deriva del amor con el Dios impasib le y está él mismo inscripto entre sus amigos a
hechas estas consideraciones, es posible comenzar de acuerdo con [el círculo] más amplio
través del amor? Debemos, por tanto, separar al gnóstico y al que es perfecto de toda pasión
para reun ir, en cierto modo, los círculos -en relación con la conducta que se debe a cada uno--
anímica, pues la gnosis produce ascesis y la ascesis un estado o disposición, pero la condición
como hacia un centro, y siempre transferir diligentemente los círculos desde los que incluyen
produce un cierto tipo de ausencia de pasión, no moderación de la pasión. En efecto, la ampu-
hacia los que son incluidos. En cuanto a amar la propia familia, es posible amar padres y
tación de todo apetito tiene como frulo la ausencia de pasión. El gnóstico, sin embargo, ni
hermanos <*>. Y, por tanto, según la misma proporción, también entre nuestros parientes
siquiera participa de aquellos repetidos bienes, esto es, de los bienes pasionales que se dan
debemos tratar a los más ancianos y ancianas como a abuelos, tíos y tías, a los de la misma
junto a las pasiones; digo, por ejemplo, del regocijo (que está junto al placer), de la tristeza
edad como primos, y a los más jóvenes como hijos de los primeros de uno . Por ende, se ha
(ésta, en efecto, está unida al dolor) , de la precaución (pues se subord ina al temor), ni tampo-
dado concisamente una recomendación clara de cómo hay que comportarse con los parientes,
co de la cólera (ésta se ordena junto a la ira), aun cuando algunos digan que estos nunca son
dado que ya hemos aprendido cómo comportarnos con nosotros mismos y cómo con nuestros
males, sino ya bienes.
parientes y hermanos y, más aún, cómo con nuestra esposa e hijos. Se añade [a esto] que hay
22.18 AJejandro de Afrodisia, Mant. 163,24-32 que honrar igualmente a los que proceden del tercer círculo que a estos [del segundo círculo],
Además , si la naturaleza no hace nada en vano - pues ningún otro arte hace nada de lo y, de nuevo, a nuestros parientes [igualmente que] a estos, pues aunque la distancia sanguínea,
que es producido por él en vano, sino que cada una de las cosas producidas por el arte contri· que es mucha, eliminará en algo el afecto, debemos esforzarnos, no obstante, por asemejar-
buye a su propio fin , y si la naturaleza también es un cierto arte divino, de modo tal que las nos. Se podría llegar a la medida si, a través de nuestra iniciativa, acortamos la distancia de la
cosas que de ella se derivan contribuirían al fin propio de aquello en lo cual se producen, y si relación con cada persona. Ahora bien, el [procedimiento] principal y más eficaz ya se ha
los bienes corpóreos y los externos nos fam il iarizarán con este [fin], entonces también ellos discutido. No obstante, debemos hacer una adición a esa medida, también de acuerdo con el
son auxil iares respecto de nuestro fin segun naturaleza y la familiaridad con ellos no será uso [que hacemos] de las denominaciones, y llamar "hermanos" a nuestros primos, tíos y tías,
vana- , entonces la virtud no es autosuficiente para el fin del hombre según naturaleza, si en padres y madres; y entre nuestros parientes, unos son tíos, otros sobrinos, otros primos, como
realidad no es autosuficiente ni para la adquisición ni para la conservación de aquellas cosas si los asuntos de la edad lo permitieran en vista de la asiduidad en los nombres. Pues este
con las que estamos famil iarizados por naturaleza. modo de nombrarlos no sería a la vez una señal confusa de nuestro cuidado por cada uno de
ellos, sino que al mismo tiempo suscitaría e intensificaría la ya indicada contracción de los
22.19 Alejandro de Afrodisia, Mallt. 150,25-34 (SVF 3.183)
círculos.
Los filósofos investigan cuá l es esta primera cosa fam iliar y no les parec ió lo mismo a
todos, sino que, prácticamente de acuerdo con la diferencia del objeto último de deseo, tam- 22.21 Anoo., Comentario al Teeteto de Platón, Columna 5. 18-8.6 (LS 57H)
bién es la diferencia de 10 primero [familiar] para los que hablan sobre ello. Ahora bien, los En efecto, nos hemos fami liarizado con los de nuestra misma especie; sin embargo, uno
estoicos, aunque no todos, dicen que el animal es lo primero familiar a sí mismo, pues cada está más familiarizado con sus propios conciudadanos, ya que la fami liaridad puede tener
animal, y por ende también el ser humano, ni bien ha nacido, se familiariza consigo mismo. mayor o menor intensidad. Así, si los que introducen la justicia a partir de la familiar idad
Los que entre ellos parecen hablar de un modo más refinado y articular mejor dicen sobre esto dicen que es igual la propia [familiaridad] con uno mismo y con el último de los Miseos, una
494 Capítulo 22 El impulso primario y la autoconservación 495

espec ialmente relevante en la discusión ética, pues describe el estadio inicial del ser vivo (~é9ov)
vez establecido esto, se conserva la justicia; pero no se reconocerá que sea igual, pues esto va
acompañado de impulso (óPJ..l~; animales y seres humanos) y, en el caso específico del ser htuna-
en contra de la evidencia y de la consciencia [de uno mismo]. En efecto, la familiaridad con
no, el punto de partida mismo de la reflexión moral que, como nos informa nuestro texto 22.6,
uno mismo es natural y no racional, en tanto que la fam iliaridad con los vecinos es también
tiene también una proyección "etico-política", pues la OlKeÍffiOlC; constituye el origen de la justicia.
el,la misma natural , aunque no sin razón. Pues si juzgamos la ma ldad de ciertas personas, no
Como también sucede con otros términos técnicos claves del estoicismo, todas las opciones
solo las estamos censurando, sino que también las eSLamos haciendo extrañas para consigo
de traducción de la palabra OlKelOOOlC; parecen resultar insatisfactorias pues, de hecho, ni en caste-
mi smas. Pero cuando las personas cometen errores, no admiten las consecuencias [de tales
llano ni en el resto de las lenguas modernas hay un único vocablo que exprese acabadameme el
errores] y son incapaces de odiarse a sí misma s. Así resulta que la fa miliaridad no es igual
significado de esta palabra. El término olKElooOlC; está conectado con OtKOC;, la casa, el lugar en el
respecto de uno mismo y respecto de cualquier otro, en cuanto que incluso con nuestras pro-
que hay personas con una relación de parentesco, personas que, al menos en principio, mantienen
pias partes no estamos igua lmente familiarizados. En efecto, no nos encontramos igualmente
o pueden mantener algún tipo de asociación favorable sobre la base de intereses comunes y de
dispuestos respecto de l ojo y del dedo, para no hablar de las uñas o los cabellos, porque tam-
lazos de sangre. En la propia casa rnlO se siente en el sitio que le pertenece o le es propio; en
poco en cuanto a su pérdida estamos igualmente extrañados, sino que lo estamos en mayor o
efecto, es el lugar en el que las cosas le son familiares y, por lo tanto, uno reconoce tales cosas
menor medida [cuando se trata de una parte u otra]. Pero si ellos tambi én van a decirnos que
como propias. Las traducciones generalmente sugeridas son "apropiación", "afmidad", "sentido
la fam ilia ridad se incrementa, se tratará de filantropía. Pero las circunstancias en que se en-
de parentesco", "asociación", "apego", "cercanía o proximidad", "familiaridad", "pertenencia",
cuentran los náufragos los refutarán, por lo cual sólo uno de ellos tendrá que salvarse. Y aun
etc. Un elenco bastante nutrido de intentos de traducción - con comentario e interpretación
cuando no se produjera este tipo de circunstancias, ellos mi smos , sin embargo, se encuentran
fiJosófica- puede verse en los siguientes estudios: Pembroke 1970: 115-1 16; foppolo 1980:
dispuestos de un modo tal como para ser refutados. Ésa es la razón por la cua l los de la Aca-
142-165 -quien sin embargo, deja sin traducir el término griego, aunque parece entenderlo en
demi a presentan el sigu iente problema: no se conserva igualmente la justicia según los epicú-
el sentido de "inclinación"; cf. p. 165- ; véase también Ioppolo 1986: 175, donde sugiere
reos ni según los estoicos. Pero, según los epicúreos, la justicia no se conserva, como convie-
"atracción". Forschner 1985: 145 traduce el verbo oikeioústhai por "familiarizarse" (die Nat lO'
nen aque llos contra los cuales se dirige el argumento. Por consiguiente, tampoco se conserva
... sich selbst vertrazll mache); lnwood 1985: 184-1 94 ("orientiation"); LS vol. 1: 346-350
según los estoicos. Porque si alguno de ellos le preguntara por qué, según los epicúreos no se
conserva, responderían: " porque los epicúreos no admiten la fam iliaridad con los vecinos". sugieren "appropriateness"; «appropriati on"; Engberg-Pedersen 1990: 36, n.2 sugiere
Por lo tanto, si ustedes admi tieron que [la famil iaridad] es des igua l, ¿no ven entonces que este "perlenenecia" ("nature from the start makes it belong to itself'); Aunas 1992: 56-6 1; 1993,
grado más alto [de fam iliaridad] obligará a veces a apunta r a la propia conveniencia de una 262-263 ("familiariza. ion"), 56-61; Kidd 1999: 211; Cooper, 1999: 434-437 ("atlachmen.";
manera diferente del modo en que se aprnlta a la de los vecinos? Sin embargo, ya sea en el "instinct"); Inwood 1999: 677 ("affiliation").
arte o en la virtud, aun cuando se transgreda un solo número, es suficiente para eliminar am- En lo que sigue articu laremos nuestrc? comentario a este importante terna en los siguien-
bos tipos de familiaridad. De aquí que Platón no introduzca la justicia a partir de la familiari- tes cuatro pasos: (i) comentaremos con cierto detalle el texto 22.1, que es el pasaje clásico a
dad, si no a partir de la semejanza con dios, como mostraremos. Y en cua nto a esta familiari- partir del cual suele presentarse el problema de la OlKeloocnc; en el estoicismo. En la discusión
dad tan renombrada, no sólo la introduce Sócrates sino también los so fi stas en Platón. Claro enfatizaremos el tema del auto-reconocimiento del ser vivo y, conectado con él, el de la auto-
que de la fam iliaridad en sí, una es "conservadora", no só lo de nosotros mi smos sino también conservación (esa discusión la presentaremos a partir del texto 22.1 pero articulada con otros
de nuestros vecinos (como si, en cierto modo, fueran iguales [a nosotros]), y la otra es "electi- importantes pasajes --como nuestro texto 22.5-que, a veces, desarrollan con un poco más de
va", por med io de la cual elegimos los bienes para nosotros mismos, sin cuidarnos de ellos detalle lo que en el pasaje de DL está sola mente indicado o sugerido). También en el contexto
por sí mismos, sino deseando que tales bienes estén ahí para nosotros. [Esto] muestra que la de discusión de ese pasaje expli caremos el argumento teleológico que ofrece D iógenes Laer-
[fam~liaridad] respecto de nosotros mismos y de los miembros de la mi sma especie no es
cio, as í como el debate que aparentemente se dio entre estoicos y epicúreos respecto del obj e-
electIva, porque nadie se elige a sí mismo, sino que para s í mismo (elige] existir y quc cl bien to del impulso primario (una parte de este debate es desarrollada por Cicerón y Séneca en
sea para sí mismo, y se preocupa por sí mismo y por los vecinos. Por eso solía decir "si me nuestros textos 22.2 y 22.3). Luego (i i) discutiremos algunos desarrollos de la llamada "fami-
ocupase más de los de Cirene", mostrando que una familiaridad de tal índole es "conservado- liaridad social", esto es, el cambio de orientación que puede experimentar un ser vivo que
ra". empieza por el autornterés al comienzo mi smo de su vida y se dirige al interés por los miem-
bros de su misma especie en un movimiento altruista. Más tarde, (iii) debatiremos la tesis
22.22 Ma r co Au relio 3.9 estoica de que la familiaridad es el principio de la j usticia y otros detalles de la teoría de la
Venera la fac ultad del juicio; en ella está todo, para que nunca se encuentre en lo rector oiKeíwcru;, tal como es posible reconstruirla a partir de los pasajes seleccionados e incluidos en
[de ti] un j uic io que no sea coherente con la naturaleza y con la di spos ición de un animal este capítulo. Por úl timo, (iv) presentaremos la discusión de algunos textos en los que, incluso
racional. Esta [facultad] anuncia la ausencia de precipitación, la familiaridad con los seres en un contexto más o menos hostil al estoicismo (como es el caso de Galeno en nuestro texto
humanos y la coherencia con los dioses. 22. 15), parece incorporarse la teoría estoica de la fam iliaridad.
Nuestro texto 22.1 es el lugar clásico que suele citarse para introducir el tema de la "fa-
COMENTARIO
miliaridad" en el estoicismo antiguo. El pasaje puede articularse en tres partes: (a) "lo primero
Parece haber sido un lugar común en la discusión de las escuelas helenísticas la tesis de que
familiar" a uno mismo es el reconocimiento del propio yo. Dado que la naturaleza familiariza
lo que nos es familiar nos es conveniente, y lo que nos es extraño 110S es inconveniente o dañino
al animal desde el comienzo de su vida consigo mismo (es decir, con su propia constirución -
(cf. Cicerón, De fin. 1.29-31 , citando una posición de Epicuro, pero véase también nuestro texto
crócrracrtc;- y con la consc iencia -auveíOllcr\C;- de dicha constitución), el primer impulso del
22.3, que, en una dirección muy parecida, informa una pos ición estoica). En el caso de los estoi-
animal se dirige hacia la propia conservación (€7rl tO 'tTJpelv ÉCiUt Ó). (b) Luego se introduce un
cos antiguos el tema de la "familiaridad" o "apropiación" (OlKEíwcru;) constinlyó una cuestión
496 Capítulo 22 El impulso primario y la autoconscrvación 497

argumento teleológico que presenta varias alternativas: la naturaleza ha producido al animal y raya Séneca, esta "consciencia" no significa que haya una comprensión rac ional-intelectual
pud~ ,haberlo, hech? (b. l ) extraño a sí mismo, (b.2) ni extraño ni famil iar a sí mismo o (b .3) por parte del anima l (si así fuera, todos deberían nacer siendo lógicos; cf. texto 23.4). Se trata
fa nllllar consigo mismo. Las alternativas (b. 1) Y (b.2) son descartadas, pues no es razonable 0, más bien de una comprensión pre-intelectual dc los mi embros y sus funciones. Que el origen
más bien, veros ímil o plausible (eiK6<;) pensar que la naturaleza, después de haber creado un de la teoría tenga un carácter fuertemente biológico es un enfoque completamente razonable si
animal, no lo hubiera dotado de los medios necesarios para su autoconservación (para un uno atiende al primer movimiento in stintivo de autoconservación (que es común a irracionales
argumento simi lar, seguramente de inspiración estoica, cf. Cicerón en nuestro texto 22.10). Si ya racionales; cf. Radice 2000: 89; 263 ss ,). En camb io, que la teoría tenga solamente alcance
así fuere, cabría preguntarse para qué lo produjo. En medio del argumento teleológico que biológico (como sostiene Bees 2004: 200 ss.) es altamente implausible, ya que si ése fuera el
presenta a la naturaleza como la ca usa de la familiaridad, se introduce la objeción a la tesis caso no podría explicarse la segIDlda fase de la OiKdroO't~ y su función como fundamento o
epicúrea: el placer só lo aparece una vez que la naturaleza busca y obtiene lo que se ajusta a la principio (apx~) de la justicia.
constitución del anima l; es decir que el placer es sólo un añadido y presupone la Fami liar idad Cicerón (en nuestro texto 22.2) y Séneca (en 23.4) ofrecen dos interesantes argumentos
del ser vivo consigo mismo. Va le la pena detenerse un momento en la objeción a la tesis en contra del placer como objeto primario de orientación del anima l: según Cicerón, antes de
epicúrea, según la cual el impu lso primario para el ani mal es hacia el placer. Los estoicos sentir placer o dolor los neonatos (parvl) desean lo que les sumini stra un cierto bienestar y
ne~aban ~ue hubiera un impulso natural hac ia el placer; como puede verse en el texto 22.1, la rechazan lo contrario de eso. Pero esto solamente puede ocurrir en el caso de que, como un
teSIs esto l?a es que el impulso primario del anima l no es hacia el placer, sino hacia la auto- hecho previo, el animal sea capaz de apreciar su propia condición y tema su destrucción. Pero
conservacIón de la propia naturaleza (véase, sin embargo, DL 7.148, donde se sugiere que la uno no puede desear algo a menos que tenga consciencia (senslIs) de sí, de donde se sigue que
naturaleza Uapunta.a la con~enienc ia y al placer" (fOU O1) I..l(pÉ;povr~ crtoxá~t:creal Kcii ~80viis), la consciencia de sí es anterior al placer como objeto hacia el cual se orienta e l animal. Séne-
y que esto es obVIO a partir de la demiurgia humana (EK 'ffjs 'fOU avOpdmou ÚTJ~..Lloupyím;). ca, por su parte, argwnenta que el animal se mueve con cierta agi lidad desde su mismo co-
Como observan LS (vo!.2: 264-265), no se conoce otro testimonio que confirme o explique en mienzo, lo cual parece indicar que no es el miedo lo que orienta su movimiento, sino una
forma completa esta afirmaci ón. Con cierta duda sugieren interpretar la palabra ~80v~ como suerte de conocimiento implícito que, aun en un sentido pre-intelectual, le permite ser cons-
un térmi no muy general para "gra tificación". Ahora bien, los estoicos consideraron falsa la ciente de sus partes y sus func iones. No es el temor al dolor lo que impulsa a l animal pues,
tesis epicúrea de que el primer impulso es hacia el placer pues éste, en su opinión, no es más aun cuando el dolor se presente como WI impedimento, se esfuerza por desarrollar su movi-
que un "ailadido" (EmyÉwTJ~IU; el testimonio de Clemente, Strom. 2.20.118.7- 1 19 .3=SVF miento natural. Esto mostraría que el anima l no se encuentra prioritariamente orientado al
3.405 sel1ala que el placer no es más que un acompañami en to - E1tUKOA..oÚ011)..1U- de necesida- placer; de hecho, lleva a cabo acciones que involucran dolor (como el bebé que intenta poner-
des naturales, tales como hambre o sed. El antecedente filosófico más importante sobre este se de pie, y se cae y levanta una y otra vez en medio del llanto) , pero a través del dolor logra
punt.o es Aristóteles, EN 1 I 74b3 1-33). Como lo indica la exp licación de Séneca de la oiK€íroOl~ alcanzar un cierto entrenamiento que le descubre lo que su propia naturaleza le exige (estar de
estOIca (texto 22.4), que favorece la anterioridad del inte rés del anima l por sí mismo, tanto el pie). Es decir, no es cierto que el animal solamente se orienta al placer desde el comienzo de
placer como el dolor se derivan de la fam ili aridad, de modo que el placer no puede ser el su vida: hay casos en los que el dolor puede constituir un entrenamiento apropiado para llevar
impulso primario del ser vivo pues se trata de algo derivado y esto es así, según los estoicos, a cabo aquello que le es naturalmente apropiado.
porque el auto-reconocimiento de sí mi smo (de sus partes y para qué sirven) parece ser lógi- Las metas humanas experimentan un desarrollo paralelo al de la persona, de modo que, el
camcnte anterior al placer (cf. texto 22.5). Es decir, antes de reconocer mi yo corpóreo no hecho de que los recién nacidos dirijan su deseo hacia ciertas cosas no nos muestra necesa-
puedo sabe~ qué es lo que lo gratifica o complace. El platónico Eudoxo ya había sugerido riamente aquell o que los adultos deberían desear (Striker 1983: 152- 153). Por eso, en el caso
antes de Ep lcuro qLle hay una cosa que, sin discusión, el hombre y todos los demás animales eventual de que sea cierta la posición epicúrea de que el impulso primario es hacia el placer
desean: el placer (cf. Aristóteles, EN 1172b9-1 O y, antes de él, Platón, PhI.. lIB). Epicuro fue por el hecho de que los recién nacidos ti enden hacia lo placentero y evitan lo doloroso, eso no
aú~ .más Ic~os pues trató de mos tTar que el placer es el único fin natural al argumentar que los indica que la meta de los seres humanos (adultos) deba ser el placer. Pero el punto de vista
reClen naCIdos, que todavía se encuentran libres de cua lquier influencia destructiva de la estoico es que ni siquiera en el caso de los recién nacidos el impu lso primario es hacia el
propia naturaleza, dirigen su primer impulso hacia el placer y a evitar el dolor. El placer, placer; antes de dirigirse hacia a lgo placentero el ser vivo tiene que tener un reconocimiento
entonces, no sólo es punto de partida sino tan1bién fin final (cf. Sexto Empí rico, PH 3. I 94=Fr. de su propio yo, de cómo es su propia constitución, de cómo está equ ipado y de cómo usar los
398 Usener. Véase también Cicerón, Defin. 1.29-31). El placer (y también el dolor) serían, recursos con los que ha si do equipado. Es decir, la condición previa a cualquier movimiento
según la explicac ión epicúrea, el instrumento fundamental con el que nos ha dotado la natura- del animal hacia algo que identifica como placentero debe ser el reconocimiento del propio
leza para juzgar qué es aquello que es según naturaleza y qué lo que no lo es. Esto bastaría yo. Pero este auto-reconocimiento no se da como el resultado de un análisis racional (como
para mostrar que el deseo de placer es algo natural a cualquier ser vivo y que el primer impu l- observa el estoico Hierocles - texto 22.5- , en forma inmediata y simultánea a su nacimiento el
so es hacia el placer, no hacia la autoconservac ión. Pero en una expl icación teleológica como animal se percibe a sí mismo: no sólo percibe sus órganos, sino también para qué sirven; la
la ~s~oica esto no ~s tan claro; los estoicos pueden haber sido influenciados por la expl icación importancia que Hierocles le otorga a la percepción de sí mismo como el fundamento de la
e~lcurea. que cO~llenza por. el exame~ del estadio más primitivo de la vida humana pero, a olKdrocnS ha sido especia lmente enfatizada por Bastianini-Long 1992: 289-290; 380-383,
diferenCIa de EpICUJ'O , sosttencn que mcluso los recién nacidos pueden tener la consciencia quienes convincentemente muestran-en contra de Inwood 1984- que no es cierto que Crisipo
(01)vt:{8~0'J(; : 23 . 1; cHlvaicrBllO'lS: 23 .5; senslIS: 23.4) correcta de lo que es bueno para sí mis- y sus antecesores hayan puesto el acento en lo desiderativo (la 6pf.l~) más que en la base
mos. Dicha consciencia comi enza por advertir la propia constitución, lo cual faci litaría el sensorial de la olKt:íroCflS. Otros desarrollos de esta idea se encuentran ahora en el reciente estudio
~ontrol de las propias partes, y significa "percibir" no sólo que se las tiene, sino también para de Ramelli 2009: xl-xli, n.48; xliii-xl iv; lix el passim).
qué LISO se las tiene (cf. texto 23.4 y, sobrc esto último, especia lmente 23 .5). Pero como sub- (c) La tercera parte del texto 23.1 se centra en ciertos detalles de la naturaleza como
498 Capítulo 22 El impulso primario y la autoconscrvación 499

agente causa l en la constitución de los seres vivos. La naturaleza 110 hace distinciones de al funcionamiento de su propio cuerpo y mueve sus miembros de un modo apropiado y, lo que es
n!ng~n tipo en l~~ pla~;as yen los animales, porque aun cuando aquellas carecen de impulso más relevante en la teoría, el animal hace esto en cuanto nace, un detalle advertido y enfatizado
(op~rü y sensaCJOn (CllcreT]Ol~) y en los seres ani mados hay procesos de tipo vegetativo, la por prácticamente todas nuestras fuentes. Hay un cierto "conocimiento" (sciel1tia; notitia), con el
naturaleza "administra" o "gobicma" (olKOVO}lEí) ambos órdenes por igual. En los animales el que vienen dotados los animales, que les permite ser conscientes de las partes de su cuerpo y del
impulso es un agregado importante pues es aquello a través de 10 cual se dirigen hacia lo que funcionamiento apropiado de las mismas. Veamos las objeciones y las respuestas de Séneca: ( 1)
les es fami~iar (aquí cabría preguntarse entonces en virtud de qué capacidad las plantas, que el miedo (metus) es lo que impulsa a los animales en dirección de 10 correcto, no su voluntad
carecen de Impulso, se dirigen hacia su autoconservacióD. En el caso concreto de las plantas el (vo/untas). Según la posición estoica, esto es falso porque aquello que es puesto en movimiento
término " impu lso" en la expresión "primer impul so" del comienzo del texto 22.1 puede, por necesidad es lento, y la agilidad está incluida entre lo que se mueve en forma espontánea. Hay
probablemente, tene r el sentido a mplio de "tendencia"). En cuanto a los seres humanos com~ Wla prueba fáctica que muestra que esta primera objeción es falsa: aunque el dolor se presenta con
pa.rti~l.oS con I.os animales no racionales el hecho de que, desde muy pequeños , de un 'modo frecuencia como un impedimento, los animales de todos modos se esfuerzan por desarrollar su
pnmlt lVO y gUIados por el deseo de autoconservación, buscamos lo que nos beneficia y evita- movimiento natural. El caso del bebé, como vimos arriba, es en este sentido muy ilustrativo: tan
r.n0s~lo ~ue nos daña: Pero .el añadi ~o. de la razón como "artesana del impulso" - texvÍtl1<; Ti1<; pronto como se acostumbra a soportar el peso de su propio cuerpo y a medir sus propias fuerzas,
OP~lll~- mtroduce el mgredlente deCISIVO en la capacidad de los seres humanos para compren~ intenta ponerse de pie y, aunque se caiga, en medio del llanto y del dolor se levanta y vuelve a
der las reglas y llevar a cabo "acciones apropiadas o debidas" (cf. nuestro capítulo 27 y los intentarlo. El miedo al dolor, entonces, lejos de ser lo que impulsa al animal en la dirección de lo
textos allí discutidos; sobre este particular nos permitimos remitir a Boeri 2009a: 196-197. correcto, es decir, lo que 10 impulsa hacia el desarrollo de sus movimientos naturales, es un medio
Véase tambi én [nwood 2009: 203-204; 214). En los animales, entonces. lo conforme a natura- a través del cual el animal se entrena para aquello que la naturaleza le exige. Los animales, en
leza es ser admini strados o gobernados según lo que es conforme a l impulso. Pero en el caso consecuencia, tienen un manejo apropiado y ágil de sus miembros y del funcionamiento del pro-
de los seres humanos hay todavía otro componente que es cualitativamente diferente: la razón pio cuerpo por el hecho de tener consciencia de su propia constitución. (2) La segunda objeción
(A.6yo~). Esto es lo que determina el hecho de que Jos seres humanos lleven a cabo "acciones" procura desarticular la tesis estoica de que la propia constitución es lo rector del alma dispuesto de
en el sentido estricto de la palabra. En este plano puede advertirse también cómo se conecta el una cierta manera. La objeción es que si la tesis estoica es cierta, todos los bebés deberían nacer
i mpu~s~ primario de la autoconservación del ser vivo con la acción: la "famil iaridad" puede siendo lógicos pues, si no es así, ¿cómo podrían comprender algo tan complicado los recién naci-
descnblrse, entonces, como el proceso inherente a todo ser vivo por el cual los impulsos de dos? La respuesta de Séneca es que la objeción sería cierta si con "comprender" se implica que los
los que están dotados los animales pueden desarrollarse en los humanos , gracias al añadido de animales saben qué es su constitución, es decir, si conocen su definición. En el mismo sentido (y
la razón, en dirección de la virtud moral y, eventualmente, del interés por los demás (sobre la contra lo que se objeta), el bebé no sabe qué es "animal". pero tiene una cierta consciencia de que
"fami liaridad social", ese "senti m iento de apego entre las almas" -ex !tae animorum affectio- es un animal. (3) La tercera objeción se concentra en la tesis estoica de que el animal "siente
ne- .c:.. texto 22.10. Véase también 22.3 y la siguiente sección de este Comentario). La razón apego a" o "está familiarizado con" (conciliari; ésta es la palabra con que Séneca traduce el grie-
pOSIbilita entonces que el ser humano reconozca como algo familiar o propio el vivir racio~ go OtKEIOÜcreOl; cc. también texto 22.2) a su propia constitución y que la constitución del ser
na lmente y el buscar 110 sólo la autoconservación, sino también la conservación y cuidado de humano es racional. Pero como el bebé no es todavía racional, ¿cómo puede estar familiarizado
los demás. Esto último explica qu e el próximo tema tratado por Diógenes Laerc io inmediata- con su constitución racional? Séneca responde que cada edad tiene su propia constitución: una
mente después del de la familiaridad sea la cues tión del fin final del hombre: "vivir de un cosa es la constitución del bebé (infans), otra la del niño (puer) , otra la del adolescente (adules~
modo coherente con la naturaleza", que no es más que vivir según la virtud, porque la natura- cens) y otra la del anciano (senex). Pero un individuo adu lto o anciano ha sido bebé, niño yado-
leza nos guía hacia la virtud (cf. DL 7.87, capítulo 23, texto 23.1 y aquí texto 22.16, donde el lescente y, aunque cada uno de estos períodos de la vida es diferente, la persona es siempre una y
esto ico Musonio Rufo entiende la OlKd(Ocrt~ como una verdadera "i nclinación" hacia la vir- la misma y, consecuentemente, el apego a la propia constitución también es el mismo. (4) La
tud). cuarta objeción pregunta cómo es posible que un animal recién nacido tenga comprensión (inte-
Sé~ec~ (en 22.4) hace hincapié en el problema de la auto-percepción del ser vivo y, aunque /Iee/us) de las cosas que promueven su bienestar o su destrucción. Para Séneca es obvio que la
su deSCripC Ión de este problema parece ajustarse más a lo que sostenían algunos estoicos posterio- tienen porque, si así no fuera, no podría explicarse cómo los animales evitan lo que es capaz de
res (en efecto, Séneca nos informa que sus fuentes son Arquedemo - siglo n a.c., discípulo de dañarlos antes de tener experiencia de ello. El estado en que se encuentran, por ende, 10 han al ~
Diógenes de Babilonia - y Posidonio. s. ll~I a.c.), su exposición coincide en sus ténninos gene- canzado gracias a su deseo natural de autoconservación.
rales con ~I texto 22.1 y desarrolla un poco más el problema de la auto-percepción, que en Dióge- El que más se detiene en la cuestión de la autoconsciencia del animal es el estoico Hierocles
n~s Laerclo se encuentra muy resumido (por lo demás, aunque el comentado pasaje 22.1 suele (texto 22.5). Los dos factores que distinguen a un animal de los que no lo es son, dice Hierocles,
citarse como fuente del estoicismo antiguo, conviene advertir que, a juzgar por las referencias a son la sensación y el impulso, una observación bastante común en las fuentes que dan cuenta de
los estoicos Hecatón y Posidonio en la parte dedicada a la cuestión del fin que sigue inmediata- doctrinas pertenecientes a los estoicos antiguos. Su interés principal, nos dice explícitamente
~)ente -ce: nues~o cap ítulo 23, texto 23.1-, el compendio en el que se basa Diógenes Laercio Hieroc1es, es concentrarse en la sensación, no en el impulso; en efecto, el objeto de estudio (la
tI.ene que haber SIdo, probablemente, posterior al estoicismo antiguo; Hecatón, discípulo de Pane- familiaridad) así lo requiere. La afIrmación más relevante aquí es que en cuanto nace, el animal se
Cto debe ser ub icado aproximadamente en el s. I a.c.). El extenso pasaje de Séneca reproducido percibe a sí mismo, de modo que es necesario exponer lo relativo a la percepción (al'crer¡cr~) del
en este capítulo (texto 22.4) es especialmente interesante por el hecho de que presenta objeciones ser vivo (o, más precisamente, a la autopercepc ión que en el contexto es sinónimo de "conscien-
a algu~os aspec~os específicos de la tesis estoica de la fa miliaridad La tesis estoica más general, cia". En efecto, la ai'ae llcr~ le ha sido conferida al anima l por la nanualeza no sólo para la percep~
d~fendlda por Seneca, es que todos los animales tienen consciencia (sensus) de su propia constitu- ción de las cosas externas, sino también para la captación -O:vrtAl1\jJl¡;- de sí mismo). En la prime-
CIón (constitutio). Esto es evidente, según Séneca, por el hecho de que el animal es ágil en cuanto ra parte de su exposición Hierocles polemiza con quienes piensan que la sensación le ha sido
500 Capítulo 22 El impulso primario y la aUloconservaci6n 501

c~nferida al anima l para que perciba las cosas extemas y no para que también se perciba a sí uniones entre los seres humanos, y que contribuya a la comodidad y sustento no s610 de sí mismo,
nusm~. Su argumen~o ,se apoya, bás,icamente. en la constatación empírica: lo primero que hacen sino también de su esposa, hijos y otras personas, lo cual supone superar el movimiento inicial
los ammales es percibir y ser conSCientes de sus propias partes (es bastante claro en el contexto egoísta de autoconservación en dirección de la conservación de los demás miembros de la espe-
que el verbo oia9ávccr9at es lo sufi cientemente ambiguo como para signi ficar "sentir" o "percibir cie. Es decir, con el desarrollo pleno de la razón el impulso natural primario hacia la autoconser-
sensori a l~11ente", pero también "darse cuenta de" o "advertir", que es probablemente el significado vaeión puede cambiar de objeto y orientarse como un impulso natural hacia los congéneres más
que está mtercsado en enfatizar Hierlocles, un significado que ya tiene claros adelantos en muchos inmediatos (padres, hermanos, familiares Oamigos) y mediatos (los demás miembros de la comu-
y variados pasajes platónicos y aristotélicos; cf. aicreáverm €cmrou. Para el carácter prioritario del nidad), de modo que se orienta (o puede orientarse) como una "familiaridad" hacia los demás.
"sentir", o "percibir': -aia9ávecr9al- en la discusión de la fami liaridad véase texto 22.6). Esto se Epicteto es un poco más específico todavía cuando argumenta que en el caso del animal racional
hace e~ldente a partl~ de la observación empuica: los animales alados no sólo perciben que tienen no es posible que alcance un bien a menos que contribuya con algún beneficio para la comunidad.
alas, SinO para qué Sirven. Lo mi smo ocurre con los anima les terrestres' en cierto modo "saben" Es decir, cuando uno hace algo en vista de sí mismo, eso mismo que hace debe suponer un bene-
que ti enen detenninadas partes que son apropiadas para la marcha. En el 'caso de los humanos este ficio a la comunidad, de donde debe seguirse que de esta manera se supera el aparente carácter
hecho es todavía más o~vio: percibimos nuestros órganos de los sentidos y cuál es su función, ya egoísta de la autoconservación al comienzo mismo de la vida (cf. texto 22.11 y la tematización de
que cuando queremos olr nos va.lemos de los oídos, no de los ojos, e, inversamente, cuando que- esta idea de Epicteto en Marco Aurelio, que puede leerse como la presencia de la teoría de la
remos ver nos valemos de los oJos, no de los oídos. La primera prueba, concluye Hierocles de olKStrocrtC; en sede aureliana. Cf AS! 4.33, 5.1, 6.7, 6.30: 1lpá~SlC; KDtVroV1Ka.í; 5.6: epyov
que todo animal se percibe a sí mismo es la consciencia de sus partes y de las funciones de t~les KDtvroV1KÓV).
pat1es (11 tWV lleprov Kal rwv €PYrov ... ta ¡.tlpr¡ avvaÍOO'/OIr;; sobre la cuestión de la "autoconscien- El paso de la fami liaridad entendida en ténninos de autoconservación a la "familiaridad so-
cia" o auta-percepcióll del ser vivo véase Ramelli 2009: 40-4 1). La observación mues tra también cial" no aparece expuesto con claridad en las fuentes y. a juzgar por las críticas de la Academia
que I. os an imales no son inconsci~ntes de los equipamientos de los cuales están dotados para su escéptica del siglo II a.e. (en especial Carnéades, cuyos argumentos son probablemente recogidos
prop ia defensa; esto se ve con cJandad cuando dos animales se enfrentan en combate: cada uno de por el comentador anónimo al Teeteto en nuestro texto 22.21; cf. Lévy 1998: 156-157) a la expli-
~l1os uti liza sus amlas cOlmaturales para su defensa. Este hecho se explica en razón del primer cación de la transición de una "conducta egoísta" por parte del ser vivo a una "conducta altrui sta",
impulso: la autoconservación. Hierocles también muestra que algunos animales tienen conscien- el problema debe haber sido discutido por las escuelas rivales. Aunque la explicación estoica no
cia de cuá les son sus partes más débiles y cuáles sus partes más fuertes; esto también se hace parece haber gozado de aceptación general (nuestro texto 30.12, en el capítulo 30, puede enten-
extensivo a.la consciencia que tiene todo anima l de los factores de debi lidad y de fuerza presentes derse como una crítica radica lizada a la noción estoica de familiaridad, la que, para ser cierta,
en ,otros anllnales. Pero va todavía más lejos y sostiene que los animales irracionales, no importa requeriría, según el escéptico Casio, que todos sean virtuosos), de todos modos el terna de la
cuan veloces, grandes o fuertes puedan ser, son capaces de percibir la superioridad raci onal de los familiaridad social y de la famil iaridad en general como principio de la justicia fue considerado
seres h.uma~os. Esta afinnación compromete a Hierocles a pensar que, al menos en algunos ani- como un problema filosófico genuino que mereció una discusión seria. Parte de las críticas escép-
males II-raclOnales) hay un cierto componente racional que posibilita "adveI1ir" que la razón, una ticas aparecen probablemente reproducidas en el pasaje del comentador anónimo al Teetelo de
facultad puramente humana según la ortodoxia estoica, hace superiores a los seres humanos. lo Platón (texto 22.2 1), en el que se ve que la cuestión de la OiKeírocrtC; estoica generó cierta polémica.
cual es un absurdo. Esto explicaría, según Hierocles, que los animales se alejen de los seres El autor de este comentario se propone mostrar en el pasaje reproducido en este capítulo que la
humanos y los evilen. Como hemos sugerido, no sólo hay un absurdo manifiesto, sino que además tesis estoica de la " famil iaridad social" (esto es, la tesis según la cual estamos familiarizados con
se po~rían ofrecer .muchos. contra-ejemplos para mostrar la tesis contraria: por ejemplo, no todos los demás miembros de nuestra especie por cuanto hay una estima mutua entre los seres humanos
los al1lmales se alejan y eVItan al hombre, sino que, por el contrario, 10 buscan y en algunos casos y 1m sentimiento de apego; cf. texto 22.10) es falsa porque, como puede constatarse de hecho, no
lo atacan, de modo que la percepción en los irracionales de la facultad raciona l como nota distinti- tenemos la mi sma afinidad con ni el mismo interés por todo el mundo. Si los argwnentos estoicos
va de la superioridad humana no parece tan clara. Claro que decir, como di ce Hieroc les en las dos a favor de la familiaridad con uno mismo y con los semejantes pueden entenderse como argumen-
últim~s líneas de 22.6, q~e si los animales no fuesen capaces de percibir las ventaj as que hacen tos a favor de la sociabilidad universal del ser humano, el argumento del comentador anónimo
supenores a los demás ammales, esto no ocun'iría así, no ayuda mucho, pues una cosa es sostener puede comprenderse como una explicación a favor del egoísmo de la naturaleza humana, de
qu~ los animale.s ÍlTacionales son capaces de percibir las ventajas que hacen superiores a otros donde se seguiría que, en contra de lo que piensan los estoicos (cf. 22.6; 22.8), la familiaridad no
alll~lales (por eJ.emplo, un león que se disponc a luchar con un toro de fi losos cuernos es muy puede ser el origen de la justicia. El argwnento del comentador anónimo se basa en la evidencia
poslbl~ q.ue perciba? advierta que los cuernos pueden ser poderosas armas en su contra); otra cosa empírica que nos muestra que, de hecho, uno está más fa mi liarizado con sus propios conciudada-
mu~ distinta es decu' que los animales irracionales son capaces de percibir nuestra superioridad nos (y, obviamente, tiene más "afmidad" con ellos) que con los extraños. Esto se hace extensivo a
racl~nal..EI ,h~cho de advertir ~l s~pe.ri oridad debería informar al animal irracional que, aunque la todas las relaciones de afinidad o fami liaridad: uno tiene más familiaridad con los padres, herma-
apanencl3 fls lca del hombre es inslgmficante en comparación con la suya, la capacidad racional 10 nos o hijos que con aquellos que no tiene lazos de sangre, porque la familiaridad puede tener
hace potencialmente peligroso. Pero esto no es lo que eventualmente ocurre en la mayor parte de mayor o menor intens idad. El comentador anónimo admite, con los estoicos, que la familiaridad
los casos. con uno mismo es natural, no racional , es decir que se da en un nivel puramente "instintivo", por
(li) Los de~á s textos incluidos en este capitulo ofrecen también algunos otros deta lles impor- así decir, en el comienzo mismo de la vida del animal cuando nuestras facultades racionales
tantes de la leona .q~e no se encuentran en los pasajes mencionados hasta ahora. Cicerón (en 22.3) todavía no se han desarrollado (cf. 22.1). Pero aunque puede admitirse que la familiaridad con los
h~ce algunas precIsiones sobre el tema de la "fami liaridad social": según su argumento, la presen- vecinos tiene un cierto componente natural, esa relación de afmidad o familiaridad ya presupone
CIa de la naturaleza (probablemente la naturaleza universal) en el ser humano, a través de la razón, algún elemento racional: un estoico está interesado en mostrar que la racionalidad es ya una ex-
hace que un hombre se una a otro en vista de la asociación (cf. también 22.] 0), que desee las presión de "lo natural" (cf. texto 22.3). El ejemplo que sirve para concluir el argumento es, de
502 Capítulo 22 El impulso primario y la autoconservación 503

hecho, bastante convincente: s i juzgamos la conducta de otros, no sólo los estamos censurando fuentes (Crisipo escribió un libro completo sobre la justicia; algunas referencias a ese tratado
cU,ando cometen (~la las acciones, si no que además los estamos haciendo extraños para consigo pueden verse en Plutarco, SR I 040A-I 042A, aunque sus permanentes comentarios polémicos
mIsmos. En camb io, cuando las personas se equivocan o cometen actos incorrectos no admiten contribuyen a oscurecer lo que a partir de este texto podemos identificar como las probables
las con~ecuencias de sus actos y son incapaces de tener sentimientos de odio para ~onsigo rrllS- posiciones de Crisipo sobre la cuestión. Zenón y Cleantes tamb ién escribieron sobre el tema
ll1?s. DIcho de otro modo, los individuos no tienen el mismo grado de imparcialidad consigo de la ley, pero lo que conocemos es muy escaso; cf. DL 7.4; 166; 175; 178). El núcleo del
J1~ISI~10S y con los d:más. La conc lusión del comenlador anónimo al Teeteto es, entonces, que la
argumento sobre el cual se basaba probablemente la tes is de que la familiaridad es el origen
OIKEIWcr.l~ no es l~ mIsma cuando se trata de uno mismo que cuando se trata de tul extraño y, como
de la justicia podría, no obstante, reconstTuirse en los siguientes pasos: (i) dado que la
los estOICOS arumten que hay grados de familiaridad, ésta no puede ser el principio de la justicia OiKE;írocn~ le ha sido dada a todo ser vivo por la naturaleza (y constituye por lo tanto algo
pues, si as í fuera, la justicia sería imparcial, lo cual es claramente injusto. Dicho de otra manera natural a todo ser vivo), y como (i1) eso permite que los seres vivos estén fami liarizados
si, P?r ejemplo, es cierto que uno se encuentra más fam iliarizado consigo mismo que con su~ consigo mismos y con sus propios vástagos, y (iii) dado que el desarrollo de la racionalidad ~
concIUdadanos, debe seguirse que la familiaridad no puede ser el origen de la justicia como argu- que en el humano es algo natural~ permite extender la fami liaridad más allá de la
mentan los estoicos (cf. textos 22.6 y 22.8). "conservación instintiva" de sí mismo y de los propios vástagos y, en genera l, de la familia
Ahora bien, un estoico podría admitir que no es igual la familiaridad que tiene el animal con- sanguínea, entonces, (iv) los animales racionales son capaces de extender a sus semejantes el
sigo mismo y la que tiene con otro: en efecto, al comienzo mismo de la vida la familiaridad es principio de la autoconservación y hacer de éste no un sent imiento egoísta, sino altruista. La
pura y exclusivamente consigo mismo. Si n embargo, la familiaridad no es una noción estática premisa (iU) es confirmada en el argumento de los círculos concéntricos de Hieroc les (texto
sino dinámica ya que no es la misma la fami liaridad del animal al comienzo mismo de la vida qu~ 22.20), quien expresamente recomienda homar de la misma manera a los que "proceden del
en el curso de.s u desarroll o. En efecto, el desarrollo de la capacidad racional , natural en el huma- tercer círculo" -es decir, tíos, abuelos, sobrinos, etc. ~ y, probablemente también, a los de los
no, trae aparcJado el desarrollo de la famil iaridad con los demás. Los estoicos siempre podrían demás círculos ~que incluyen a los demás parientes más lejanos, a los habitantes del mismo
argumentar en contra del comentador anónimo que qui enes no sienten apego hacia los demás demo, a los conciudadanos, a los de urbes vecinas, a los del mismo país y, finalmente, al
scres h.um~nos no han desarrollado correctamente su propia naturaleza (que en un sentido impor- círculo de "todo el género humano"-, y, aunque la distancia sanguínea, que es mucha, vaya a
tante Significa desarrolla r correctamente la propia racionalidad). Además, la o¡Kdcocrt~ no debe eliminar en algo el afecto, hay que esforzarse por asemejarnosos. Este modelo de círculos
entc~derse .en términos puramente cuantitativos de in tens idad, como argumenta el comentador concéntricos que parte de la mente, que es el propio yo, y se dirige hacia los demás, otras
anÓl1 11110, Sll10 que es más bien un problema de lipa cualitativo. En efecto, a medida que el animal mentes, otros yoes, describe el movimiento de la otKdcoO'l.~en su etapa social y del autointcrés
se de~arrolla hace extensivo el cuidado de sí mi smo al de su prole y miembros cercanos de su que ahora se proyecta junto al interés por los demás. Uno podría comparar este interesante
~specle. EI~ el ~a~~ del human.o la situación es mucho más sofisticada ya que, al hecho de que el
pasaje de Hierocles con 22.1 y 22.5: en ambos textos el punto de partida es el yo, y lo que
mterés egOlsta IIlICla l del ser VIVO se hace extensivo a un interés por su prole y parientes cercanos parece primar es exclusivamente el autointerés. El centro del análisis estoico en 22,1 es el
hay .que agregar el ingrediente raciona l, que es el que pennite al humano reconocer a otro com~ propio yo corpóreo, que comienza con un proceso de auto-reconocimiento de la propia
un l~iell1bro d~ la lTI.is.1l13 especie. Esta explicación, como veremos en nuestro capítulo 30, tiene constitución y las partes propias. El modelo de los círculos concéntricos también comienza
una IInportancJa deciSiva en el dominio ético-político, ya que el reconocimiento de otra persona por el propio yo, identificado ahora con la ÓtávOlO, que tambi én es un cuerpo. Pero el énfasis
como miembro de la propia especie posibilita, al menos e.x: hypothesi, el cosmopolitismo (todos del argumento está ahora no en el autocuidado egoísta, sino en la afumación de que dicho
los humanos somos miembros de UI1 mismo orden, es decir, de IDl mismo K6o~IO~) y la igualdad autocuidado sólo es posible si se extiende al cuidado del interés por los demás. Hiercoles
natural e.n~r~ todos I.os seres humanos, [o cual llega a const ituir un poderoso argumento en contra señala que es posible reunir, en cierto modo, los círculos en relación con la conducta debida a
del homiCidiO: asesmar a otro ser humano es destruir un fragmento de la racionalidad cósmica cada círculo como hacia un celltro y "transferir siempre los círcu los desde los que incluyen
que, de modo microcósmic o, se encuentra presente en cada persona (otros detalles sobre este tema hacia los incluidos". Esta frase tal vez puede entenderse en el sentido de que, aunque el
pucde~l verse enseguida en la sección iU de este comentario). Esto se explica de nuevo si se tiene comienzo del proceso surge desde el centro, de mi ÓtáVOlCl, y se extiende al círculo más
a la vista el trasfondo de la tesis estoica de la ley natural - q ue se identifica con la razón uni- amplio, i.e. a la totalidad de la raza humana, H ierocl es parece sugerir que hay un movimiento
vers~ I~. un pri.n~ipio común del que todos los humanos somos por naturaleza capaces de de "contracción" que va desde el circulo más amplio (el que incluye a los demás) a los
partiCipar. Lo ~II1IC~ ~ue nos .posiciona en un plano superior respecto de nuestros congéneres círculos contenidos entre los que, claro está, se encuentra el primer círculo, i.e. mi yo (la
es tener una diSPOSICIón habitual mejor, es decir, tener un carácter virtuoso (cf. capítulo 30, versión de la teoría de los círculos concéntricos provista por Cicerón, De off! 1.53-54, a
texto 30.38). diferencia del modelo de HierocJes, parte de la esfera más extensa del género humano, la que
(iii) El primer pasaje de Porfirio incluido en este capítulo (texto 22.6) introduce un necesariamente comprende a todas las esferas incluidas en ella; cf. Alesse 1994, 143-144. Una
complemento muy importante a la tesis estoica de la oiKd(¡)crt~ que, aparentemente, también discusión dctallada del pasaje de ¡'¡¡eroc1es es proporcionada por Kühn 2011: 341-347). La
d~spertó la p olém.ica en la antigüedad: la fami liaridad es principio de la j ustic ia. En el pasaje idea parece ser que tal como mi OtáV01U hace extensivo su afecto o familiaridad con las
citado la referenCia es muy escueta y no sabemos con exactitud cuál habría sido la teoría en ÓtáVOlU de quienes se encuentran en los demás círculos, quienes se encuentran en los demás
detalle ni conoc~m.os con precisión cuál habría sido el argumento de fon do. Adela ntemos por circulas deben hacer esa misma ex tens ión respecto de mÍ. ¿Por qué? Presumibl emente, porque
ahora. q~le la t~SlS tiene que ver con otr~ posición estoica que discutiremos en nues tro capítulo todos tenemos la misma natura leza racional, y como lo justo lo es por naturaleza (no por
23: VIVir segun la naturaleza es lo lll1smo que vivir según la viltUd. Los estoicos hicieron convención; cf. capítulo 30, texto 30.19) y la 01Ke1rocru; es principio de la justicia (cf. texto
hincapié en la naturaleza social de la justicia; nuestro conocimiento de la teoría estoica de la 26.6), entonces no hay nada de extravagante en pensar no sólo que yo, como centro del
justicia y, en general, del derecho es muy limitado debido a l estado fragmentario de nuestras esquema de los círculos concéntricos, deba extender mi interés propio en interés por los
504 Capítulo 22 El impulso primario y la auloconservación 505

demás, s ino que los demás, en su propio movimiento de autocuidado o aUEocanservación se apropiados", aquellos que una vez rea lizados tienen una justificación razonable, tal como la
dirijan a mí con el mismo in terés co n que se dirigen a sí mi smos. HiercoIes es explícito a ~ste "consistencia" o "coherencia" (Ó~loAoyÍa) en la vida, y esto ya requiere la presencia de la
respecto: hay que honrar igualmente a los que proceden del tercer circulo como a Jos que razón (cf. capítulo 27, textos 27.1 y 27.2 ). En 27.2 tal coherencia se extiende a las plantas;
p~oced~n ,de cualquier otro círculo; es natural que la di stancia sanguínea disminuya, o más pero, como sensatamente observa Engberg~Pedersen (1990: 127), al incl uir los actos debidos
bIen ehmmc en algo, el aCecto, pero hay que esforzarse por asemejarse. Esto parece una dentro de las actividades según impulso y sostener que tales actividades también están pre sen ~
utopía completa, pero Hierocles cree que puede lograrse en la medida de /0 posible, i.e. si a tes en las plantas, Diógenes Laercio parece cometer un error. En efecto, en las plantas los
travé~ de la in iciativa individual acortamos la distancia en relación con cada persona. Este es actos debidos no están entendidos como "actividades según el impulso", y esto es así por la
el r~'u~mo enf~que del. estoicismo antiguo y medio (transmitido por Cicerón) y por el sencilla razón de que el impulso no es una característica propia de las plantas, sino de los
estOIcIsmo, tardlO de Eplcteto (texto 22.11): el animal hace todo en vista de sí mismo, pero eso anima les irracionales y raciona les. Plutarco, como es habitual, presenta una objeción a la tesis
no es egolsl~o. Pues tal como Zeus, cuando es productor de lluvias, fructífero o padre de de la familiaridad social: si efectivamente nada es ajeno o extra ño al "civilizado" o "virtuoso"
ho~bres y ?lOSeS, no pu~de alcanzar esas obras ni denominaciones a menos que adopte una ni nada es familiar al vil (siendo lo famil iar bueno y lo ajeno malo), ¿por qué Crisipo dice que
actitud benefic.a en relación con la comunidad, así también el animal racional es incapaz de en cuanto nacemos estamos familiarizados no sólo con nosotros mi smos y con nuestras partes,
alcanzar sus bienes propios si no contribuye con algún beneficio para la comunidad. Visto sino también con nuestros prop ios vástagos? (cf. texto 22.7; si se sigue la rigurosa distinción
desde e~t~ perspectiva, el hecho de hacer todo en vista de uno mismo no puede verse como estoica entre sabios -o virtuosos- e ignorantes - o viles- y si nada es familiar al vil, entonces
una actiVIdad carente de un sentido comunitario. Pero, ¿por qué el surg imiento de la un vil nunca puede estar familiarizado consigo mismo ni con sus vástagos). Pero un estoico
racion,a lidad debería re?rientar mi interés egoísta en un interés comu nitario o altruista? Porque siempre podría replicar que cualqu ier ser vivo, incluido el que es vil, se tiene a sí mismo como
la razon, cre,en l?s est~lCos, es una capacidad que permite establecer mediaciones que, de otra su primer objeto familiar o apropiado. Otra cosa es que ese ser vivo no sea capaz de desarro~
manera, senan ImpOSIbles de establecer. Esas mediaciones son entendidas en términos de llar las capac idades que le son propias (en el caso del humano, su raciona lidad), en cuyo caso
o~den,(es I~ " med ida" d: la que hab la Hi ercoles en 22.20, o la recta razón de la que hablan será -en un segundo momento de su desarrollo, es decir, en el momento posterior al del mo-
Clceron, Dlógenes LaerclO y Estobeo, atribuyendo ese tipo de enfoque a Zenón o Crisipo). mento inicial al comienzo mismo de la vida en que lo único apropiado o fami liar es uno mis-
Los supuestos del argumento estoico se explican en razón de su natural ismo moral el cual mo- un individuo "vil" y extraBo cons igo mismo. En efecto, quien no logre desarrollar la
t~duce la rac.io.nalida,d en el. plano práctico a la fónnula "vivir según la naturaleza", q~e es lo propia racionalidad en la dirección adecuada, desarrollo que le permitirá superar el estadio
mIsmo que VIVir segun la V1l1ud (cf. capítu lo 23, texto 23.1 ). La tesis estoica de la naturaleza egoísta de la mera autoconservación inicial, será extraño consigo mismo. En parte la solución
soc ial de la justicia y de que lo justo es aquello hacia lo que el individuo racional está orientado a la objeción de Plutarco es tá dada en nuestro texto 22.8: la naturaleza, al dotar al ser humano
por naturaleza se explica por el hecho de que los estoicos consideraron que la razón " le ha sido de razón, lo introdujo al dornimo de la justicia y la ley.
dada ,a los racionales c?mo el.gobernante más perfecto" (texto 22.1), pero ningún gobernante de (iv) Esta última parte de nuestro comentario está consagrada a la discusión de algunos
esta ·mdole puede ser lmparCl31. Con todas las dificultades que presenta la teoría se trata sin pasajes que, en un contexto a veces hostil, parecen incorporar la teoria estoica de la familiari-
embargo, de una expl icación coherente de por qué el primer impulso egoísta de autoconserva~i ón dad. Como puede verse en nuestros textos 22.17, 22 .18 Y 22.19, la doctrina estoica de la
que se da en un plano puramente instintivo al comienzo de la vida se transfonna o puede OlKEÍOJO'lC; parece haber llegado a ser parte del uso común entre los filósofos y escritores de
transfonnarse en un genuino interés por los demás en la comunidad política. temas filosóficos. Así, Clemente parece dar por supuesta la doctrina de la familiaridad e inte-
Como es claro, ésta es la posición que en (ü) discutimos bajo el rótulo "familiaridad so- grarla a su discusión sobre la naturaleza del amor como un tema propio de la "restitución" del
cial": la tesis de que, dado que el ser humano tiene su razón C01110 un ingrediente distintivo de hombre. Preguntarse por cómo es que el que desea lo noble permanece impasible si toda
su human idad, la fami li aridad consigo mismo se desarrolla en dirección de la famil iaridad con famil iaridad con lo noble se da junto con el deseo, es, en realidad, ignorar "lo divino del
los demás miembros de su misma especie por el hecho de que ellos también tienen razón. La amor" (tO 9Eiov t~C; &yárrTJC;) pues el amor no es el mero deseo del que ama, sino una "familia-
aparición de la racionalidad introduce un matiz que está ausente en los estadios de la vida ridad afectiva" (O'tEpKtIKT] oiKEÍcocnc;). El tema del "retomo" (a1tOKatÓatamc;) es bastante
animal irrac ional: el irracional, como el humano al comienzo de su vida, siente un interés recurrente en Clemente y la literatura gnóstica, y se refiere al hecho de que la llegada a la
ego~sta por sí mismo que luego hace extensivo a su prole. Pero la irrupción de la razón hace meta del hombre es el retorno a donde es tuvo o a donde siempre debería haber cstado, a su
pOSible ~uc el humano vaya aún más allá del puro interés instintivo por la propia prole, pues prioridad ontológica que coincide con su sa lvaci ón (cf. especialmente Strom. 2.22.134.2-4).
Je permIte ver en el otro ser humano su propio yo (una indicación en esta dirección parece Es en este sentido que Clemente introduce el tema de la familiaridad, que restituye al hombre
estar .presente e~ .nu.estro texto 22.13) y, como señala nuestro texto 22.14, dado que hay una perfecto o al gnóstico (el verdadero cristiano) a la unidad de la fe. En 22.18 Alejandro de
relaCIón de falnlhandad o parentesco entre los humanos, es un acto impío dar muerte a otro Afrodisia incorpora la familiaridad a una explicación teleológica en la que discute el problema
ser humano (esa familiaridad o parcntesco se expl ica no sólo a causa del aspecto exterior de la autosuficiencia de la virtud. Asimismo, en 22.19 Alejandro parece suscribir a la tesis
corpóreo, sino también debido a la "familiaridad anímica" entre los humanos). El humano, estoica de que, ni bien nacemos, nos famil iarizamos con nuestra propia constitución y conser-
entonces, se compol1a (o debería comportarse) de un modo justo con sus semejantes en razón vación. Otros escritores (como Filón) utilizaron la terminología estoica de la OlKEÍCOcnS, pero
de su facultad racional (cf. Cicerón en 22.10 y la discusión de este tema en Boeri 2009a: 179- dándole un significado sensiblemente di ferente. En efecto, Filón se propone mostrar que la
182). Este f~nóm.e no, como parece sugerir el texto 22.7, mutatis mwandis, también parece familiaridad no debe entenderse en el sentido de una adaptación natural del ser humano a su
darse en los lffaclOnales pues es un hecho de experi encia que las bestias están fa miliarizadas propio ser. Según Filón, la presencia del pensamiento en el cuerpo revela no una familiaridad,
consigo mismas en proporción a las neces idades de sus vás Lagos. Pero en el ser humano la sino un extrañamiento (&M.OtpÍoocnc;; cf. DeL 82 y Lévy 1998: 157). Aunque Filón admite la
familiaridad social conecta el problema del impulso primario con el de los "actos debidos o armonía cósmica de inspiración estoica, se rehúsa a aceptar que la conducta humana tenga su
506 Capitulo 22 El impulso primario y la autoconservación 507

origen en e l nivel más bajo de la percepción (como argumentan los estoicos; cf. nuestro texto presentaciones" (t~V 7tl9av6t1)to trov q>avtamrov). Enseg~ida .regr~s are~os a esta obser.va~
22.5 con el comentario de Bastianin i-Long 1992: 368; 38 1-387; véase también Lévy 1998: ción; señalemos ahora que, en opinión de Galeno, esta exphcaclón SIgue SIendo pr O? l e~átIca.
158). si, ex hipo/hesi, los niños pequeños están familiar izados con lo noble y bu e ~o e mch~ado s
Pero el texto tal vez más rep resentativo de esta sección es el extenso pasaje de Galeno hacia ello cuando se les presenta un ejemp lo de vicio o maldad, deberían odiarlo y eVItarlo.
(22.15); lo primero que llama la atención en d icho pasaje es q ue Galeno, basado en la triparti- El mismo' argumento apl ica Galeno respecto de la aparent~ inclinació.n natura l al .placer y a
ción platón ica del alma aceptada por Posidon io, distingue tres tipos di ferentes de familiaridad evitar el vicio: aunque, según los estoicos, lo primero fami har o apropIado al ser VIVO (y, por
que, en su opin ión, corresponderían a cada una de las partes del alma: la que se da de acuerdo ende, también a los niños) es la autoconservación (cf. 22.1 el passim), cuando se les presenta
con la parte apetitiva y que se enfoca en el placer, la que se da según la parte colérica y que se el placer directamente se precipitan hacia él y no se encue?tTan extrañados con. ~ 1. ~a conclu-
centra en la victoria y, por último, la que se da según lo raciona l y que tiene que ver con lo sión de Galeno es que, aunque Crisipo no lo reconozca, Sll1 duda estamos fam Ili arizados con
bello o bueno. Pero Galeno, fiel a sus fines polém icos, se propone mos trar que, dado que el placer y extrañados con el dolor. A la pregunta de. Galeno "¿c.uál es la causa por la cual el
Crisipo únicamente puso su atenc ió n en la mejor parte del alma que se ocupa de lo bello y placer proyecta una presentación persuasiva como SI fuera un bIen, y el dolor una presenta-
bueno, es incapaz de exp li car el origen del vic io. Como veremos cn nuestro capítulo dcdicado ción persuasiva como si fuera un mal?" Cr isipo sin duda pued.e dar una respuesta a d e,c~ da:
a la teoría del valor y de la virtud (capítulo 26), los estoicos en genera l y Crisipo en particular aunque el placer se presente como un bien, el alma del agente vIrtuoso nun~a ~ncontrara ~Ic ha
ti enen una exp li cación perfectamente coherente de la virtud y de su ori gen, sólo que basada en presentación 10 suficientemente persuasiva como ~ara pre st,~rle su asentlI:ue.?to (lo mismo
una psico logía moni sta sin partes en conflicto, quc es 10 que Galeno encuentra absurdo. En vale para el dolor), que es casi 10 mismo que deCir que el . carácter de bIen del placer es
cualquier caso, lo que resulta in tcresa nte del texto es que Ga leno desafía la tesis estoica de la solamente un aspecto meramente aparente, i. e. no ' es un bien rea l. Como argumentan los
ramiliaridad , según la cua l (i) el primer impulso del anima l no es el placer, sino la autocon- es to icos, tanto el placer como el dolor son un bien y un mal, pero meramente aparentes (cf.
servción y (ii) la idea esto ica de que hay una incli nac ión u orientación natura l hac ia el bi en. capítulo 25 y Boeri 2004b: 135-36).
Ga leno se rehúsa a admit ir (i) pues los ni ños (s in enseñanza alguna se precipi tan hacia e l
placer y evit an el dolor. En cl con texto es relevante la restricción "s in ensefiallza" (aB lBáKtú)~)
pues, en caso de que hubi era ensci~anza, se podría argum~ntar quc esa inclinación al placer se
debe a ella , no a la naturaleza. Pero el caso es, argumenta Ga leno, que no hay ningún entre-
na miento didác tico que sea el res ponsa ble de esa orientación hacia el placer. La tesis (ii)
también debe ser evitada pues , de hecho, los niños se encolerizan e irritan, lo cual p rueba que
lo primero natural no es una propensión al bien, sino a los estados pasionales (un hec ho que se
registra no sólo en los nil10s, sino también en los irracionales; en es te punto de deta ll e Galeno
seguramen te se inspira en Platón, Rep. 441A8-9 y ofrece un nutrido ejemplo de animales en
los que se da esa situación: codornices, ga ll os, perdices, mangostas, serpientes , cocodrilos,
etc.). Sin embargo, está di spues to a admitir que, aunque al comienzo los niños es tán famil iari-
zados con el placer y la victoria, c uando crecen, tienen una cierta rami li aridad natural (ttvo.
((JurJIKJIV olKdwow) hacia lo bueno y noble. Una primera eval uación de la objeción de Galeno
a la OtKEíCOO' I~ es toica es clara, aun que, de todo modos, es obvio que también admite que
cuando el humano desa rrolla su rac iona lidad aparece una familiaridad hacia lo nob le y bueno
que también es natural. En efecto, las prescripc iones que p roceden de la raZÓn son parte de la
naturaleza hu ma na y es grac ias a esas prescri pciones que el humano es capaz de reconocer sus
errores, re ivind icar las virtudes y lleva r a cabo sus acciones de aClle rdo con dichas virtudes.
De manera que la propia objeción de Ga leno contiene en parte la respuesta estoica, que puede
encontrarse tambi én en otros pasaj es (cf. la sección ljil de este comentario): la primera incl i-
nación natural hacia la propia conservac ión - que al principio puede entenderse como un
senti mi ento egoísta- puede converti rse en un sentimiento altruista que se dirige no sólo al
propio interés, sino tambi én al interés del Olro (sobre el particular cf. las observa ciones de
McCabe 2005: 430-432; véase tambi én Graver 2007: 153).
Ahora bien, Ga leno parece conceder a los estoicos, al mellOS ex hyporhesi, que los ni fios
están fami liarizados con "lo nob le" (o "b ueno") directamente desde el comienzo mismo de su
vida. Pero si ése es efectivamente el caso, el vicio no pued e surgir dentro de ellos mismos,
sino que debe llegarles desde fuera. La causa de semejante perversión es, argumenta Galeno,
doble: (a) la que deriva de la instn lcción (Kat~Xllmc;) y (b) la que deri va de " la naturaleza
misma de las cosas" (cf. 23. t S, línea 52: i~ a\mi~ trov npaY).lát cov t~~ <PÚcrEÚ)~), una expresión
ciertamente vaga que más tarde se reformula en el texto con el giro "la persuasividad de las
El impulso primario y la autoconservación 509

13-15 oúótv tE ... nva ql\ltOel0&~ Ylvttal El sentido del pasaje parece ser éste: la natural:za opera de
Textos Anotados un modo similar tanto en plantas como en animales, en la medida en que administra o gobIerna ambos
órdenes (el ani~al y el vegetal). La naturaleza gobierna también los ciclos vital.es de las ~lantas, aun
El impulso primario y la auto conservación cuando en ellas no haya impulso ni sensación, dos características propias de los amm~le.s. ~: mv~rsa~~n­
te, también en nosotros hay procesos vegetativos. Aquí parece darse por supuesta la dlstmclon anstotehca
de los tipos de alma y las facultades correspondientes; vegetativa, sensitiva y ra~iona~,. así como el a r~~ ­
mcnto aris totélico ex gradiblls vitae (cf. DA 4I3a20-b32; 4 14a30-b 5), para la dlscuslQn del cual remiti-
22.1DL7.85-86 (SVF3.178 ; LS 57A) mos a Boeri 2009b, § 2,
T~v M 7tPCÓt11VÓPJ..lTtV c.pctO¡ ro ~é9ov 10",(EtV btl ro tllPE1V 22.2 Cicerón, Defin. 3.16-19 (SVF 3.182 y 189; LS 59D); 3.20 (SJ'F 3.188). .
saur6, OltCElOÚcrTJ<; aUTO ril<; cpÚOf;ror; un' cíp;(iir;, KUOÓ. (¡)llcrtv ó Placet bis, inquit, quorum ratio mihi probatur, simulatque natum sir animal-hmc emm est
Xpúmmcor; tv TC9 1tpó:rrq;J n epl TEA.WV, npó'rrov OlKElOV ')J;yroy ordiendum-, ipsum sibi conciliari et commendari ad se conservandum et a~ s~.um statum
efVat 1tctvd sc:[lC9 t~v cdrroú crucrraow Ka.l TI]V WÚTTj<; cruVEíOllOlV' eaque, quae conservantia sint eius status, diligenda, alienari autem ab intentu llsque rehus,
5 aün: yap &Uorptroom eiKor; ~v aUTO <aúr6» 1:0 ~6jov, oütS1rOllí- quae interitum videantur adferre. id ita es se sic probant, quod ante, quam voluptas ~~t
oacrav aUtó, ).oír' IÍUorp¡oocrm ).oír' [OUK] olKElroom, a1tOAzÍ1cctctt 5 dolor attigerit, salutaria appetant parvi aspernenturque contraria, quod non fieret, ~I SI.
Toívuv AéyEIV c:ruml1oa!.-u~v'1v aúto oiKEloocrm 11:1'0<; eC.tUtó· oihro yap statum suum diligerent, interitum timerent. fieri autem non posset ut appeterent ahqUld,
lÓ t E pA.ánTovra olroOdwl KUt TU OtKEtU rrpocríEtal. nisi sensum haberent suí eoque se diligerent. ex quo intellegi debet principium ductum esse
"O Se Atyoucrí 't"IVE<;, 1Ipo<; li6ov~v yíYVEcrOm TI]V 1tPÚ)TllV OP!.lllV a se diligendo. [17] in principiis autem naturalibus [di ligendi sui] plerique Stoici non
10 ro'ir; ~~Olr;, 'l'EUOOr; cutOc.paÍvouOlv. ETnyÉw1lI1ct ráp tpamv, si apa putant voluptatem esse ponendam. quibus ego vehementer adsentior, ne,. si voluptatem .
ecrnv, ~Oov'lv Elvm orav aut~ KaS' aúrijv ~ cpúmr; €m~T]T~O'acra la 10 natura posuisse in iis rebus videatur, quae primae appetuntur, multa turpla sequa~~. satiS
€:vap/1ól;ovta tft O'UOTáoEl a1tOAÚPtl Bv rpó1tov acptÁapúVEWt ta csse autcm argumenti videtur quam ob rcm illa, quae prima sunt adscita na~ra, dlhg~mu s,
~C9a Kal Oá),Am TCI <putá. oóOÉv n:, <pam, Ot~AAa~sv li <púcr\~ ¿TCI quod est nema, quin, cum utrumvi s liceat, aptas malit et integras amnis .partls co~ons
toov <plJtOOV KClI En:l tWV ~4oov, on xoopl~ óPl-ni~ Kal aicr8~crcro~ quam, eodem usu, inminutas aut detortas habcrc. [ .. .] iam membrorurn, Id est partlUm
15 KaKElva O¡KOVO~ei Kal E<p' ~~cOv t lVO <PUtoE10&~ Y(VEtOI. EK corporis, alia videntur propter eorum usum a natura esse donata, ut manus" crura, ped~, ut
nEpm:oü Se tli~ bp~~~ tOI~ ~40l~ É1t1yEVO~ÉVT]~, ñ(JlJyxpó>~svo 1S ea, quae sunt intus in corpore, quorum utilitas quanta sit a medicis etia~ dlsputatur, alta
nopEÚETat npO~ rO. OiKEIo, tOÚT01~ ~ev tO KOta <púaw t<9 KOta. T~V autem nullam ob utilitatem quasi ad quendam omatum, ut cauda pavoru, plumae
óp~llv OlOlKei09cu' tOÜ óe ÁÓyou tOI~ AoylKOi~ KatCt T€A.elOtépav versicolores co lumbis, viris marnmae atque barba.
npooroaíav oEOo~évou, tO KCLtCt )..,óyov s~v 6peoo~ yívEa9Ut
S diligendi sui Ors ini edd.
20 <tOÚ>tOl~ KUto: c.pÚOlV.o TEXVírll~ yap OÚtDl; bny(vEtCLl t~~ ÓPl-l~~.
2-3 ipsum sibi conciliari et commendari ad se conservandum et ad SUUffi .s~atu~ eague .o" alicna~
2 CLÚt(9 ante ni~ q:níoe(J)~ Coraes, Marcovich : Éaun9 F 4 crúvÓEol~ Suda 5 aun9 von Arnim auto
autem ab interitu Como es claro, conciliari y commendari son los verbos que utlhza Cicerón para tTaduclr
BPr / <CLiJT~v> ante o.\h~ TO ~i9ov add. Marcovich 5-6 7tOlllOnOav Reiske, Zeller: 7toniom av BPF
2
el griego otKelWOat ; con alienar¡ traduce WorPIWcrCll (cr. 22.1).
6 [OÚK] del. Zeller 7 O\K:elWOCLI van Amim: olKdw.; BPF I €aut~ r 9 AéyeoOclI F 11 n)v ante ~oov~v
Marcovich I aún) Cobet: aún)v BPFD et Suda 12 aqnAapívetat B : avtAappáveto.\ Suda 13 <paoí 4-8 quam valuptas aut dolor attigerit ... debet principium du~tu~ esse a se di~igendo El ar~mento es-
om. F 14 t&v ante bti t6)v ~<9{úv add. Marcovich / ¡hE Marcovich: on Frobenius 20 <tOÚ>tOI'; Kay- toico en contra del hedonismo epicúreo puede articularse en los sigUIentes pasos: (1) an~es de s~ntlr placer o
ser, Hermann : 'mi.; BPF et Sllda dolor el recién nacido desea 10 que le produce placer y rechaza lo que le produce dolor; (11) per~ (1) s610 ~uede
ocurrir si y sólo si el viviente aprecia su propia condición O e~ta.do y, por ~llde~ teme ~a d.estrucclón del ~ts.ma.
Aunque la palabra obmírom.; no aparece una sola vez en el pasaje, sí lo hacen distintas fomlas verbales y (iii) un viviente solamente puede apetecer o desear algo SI t~ene c~nsclencla d~ SI. ~Ismo, lo cual slgm~ca
de oiKelwoClI. Hay muchos estudios importantes que se ocupan del tema ; algunos de los más significativos que tiene aprecio por sí mismo. Por consiguiente, (iv) del aprecIO de SI surge el pnnclplo que lleva a la .acc.I~.
son los siguientes Graeser 1975: 180- 183; Ioppolo 1980: 154-157; Inwood 1984; 1985: 184-201; 219- Lévy sostiene que la sabiduría ya deriva de esta familiaridad inicial pues ."de~pués de ha?er b~cado mstmn-
223 , aunque su traducción de OiKeí(fHn~ por "orientation" puede resultar un poco problemática, pues vamente los objetos favorables a su constitución, el hombre toma consCiencia de l~ eXlstencJa de un orden
pierde de vista la impronta de "familiaridad o apropiación" que tiene la olKEÍoo<n.;. Su interpretación W1iversal" (cf. su 1998; 155). El texto de Cicerón, sin embargo, parece ser un poco mas modesto en su alcance
puede estar inspirada en nuestro texto 22.2 , donde se enfatiza el apego del animal hacia sí mismo y la en este primer estadio, ya que s610 establece que "del aprecio de si mism.o surge el principio que lo conduce";
incl inación u "orientación" (co mmendatio; commendari) hacia su propia conservación. En su 1999: 677 para que aparezca la sabiduría debe darse ya el desarrollo de la razón (cf. mfra texto 22.3).
Inwood ha cambiado de opinión respecto de su traducción del ténni no y ahora propone "a ffiliation". 8-9 plerique Stoici non putant voluptalem esse ponendam Cf. texto 22.1 , líneas 9-10 y nota ad locum.
Véase también ¡oppolo 1986: 174- 182; Engberg-Pedersen 1990; 36-50; Bastianini-Long 1992; Annas 16-1 7 ut cauda pavoni, .o .. atque barba Para una explicación de la teleología estoica cf. nuestro capítulo
1993: 159-179; 262-276 y, más recientemente, Graver 2007: cap. 7.
17.
110zelv 67t1 tO 11lptiv Cf. texto 22 .1 8. En el texto 22.13 Epictcto aclara en qué consiste el Enl. tO tr¡peiv
€Clut6. Véase también Au lo Gelio, NA 12.7 (SVF 3. 181). 22.3 Ciceró n, De off. 1.11-17
[11 ] Principio generi animantium omni est a natu~ tributum, ~t se, vit~m corpusque .
9-10 "O ÓE Myoooí tlV~, ... óp)J.~v toi~ ~c\l0I';, \}'eüóo.; Los destinatarios de esta crítica son Epicuro y
sus seguidores: "sos tienen - Epi curo y sus seguidores- que los animales, en cuanto nacen y se encuentran tueatur, decJinet ea, quae nocitura videaotUf, omOlaque, quae smt ad vlvendum necessana
todavía libres de corrupción, tienen 1m impulso hacia el placer y evitan los dolores " (Sexto Empírico, PH anquirat et paret, ut pastum, ut latibula, ut alia generis eiusdem. Cornmune ítem
3. 194=Fr. 398 Uso Véase también Cicerón, Defin. 1. 29-31). animantium omníum est coniunctionis appetitus procreandi causa et cura quaedam eorum,
10 cmytvvllJ.l.a yeip <pClO"lV Cf. Aristóteles, EN 1174b3 l -33. 5 quae procreata sint Sed ínter hominem et beluam hoc maxime interest, quod haec tantum,
510 Capítulo 22 El impulso primario y la autoconservación 511

codd. : quid Unger 28 conservandum XI (8amb. 27) : conservanda XIII (Guelf. 4454) 34 sapientiae om.
quantum sensu movetur, ad id solum, quod adest quodque praesens est se accommodat,
1418: del. Gernhard 40 descripta codd. : discripta Heine 47 tum 82~ 48 autem codd.: item Pearce
paulum admodum sentiens praeteritum aut futurum. Horno autem, quod rationis est
particeps, per quam consequcntia cemit, causas rerum videt earumque praegressus et quasi 1 vitam corpusque La oposición parece ser entre "alma" (vita) y cuerpo (corpus).
antecessiones non ignorat, simililudines comparat rebusque praesentibus adiungit atque 4 coniunctionis appetitus procreandi El impulso a unirse en vista de la procreación también es un
10 adnectit futuras, facile totius vitae curSU111 videt ad eamque degendam praeparat res aspecto de la Ol.KEÍCOcn-; estoica (cf. Musonio Rufo, Dissert. 12-13).
5-11 Sed ínter hominem ... degendam praeparat res necessarias El pasaje no debe entenderse en el sen-
necessarias. [12] Eademque nalura vi rationi s homincm conciliat homini et ad orationis et
tido de que el ser humano (o algunos seres humanos: los sabios) puede ser omnisciente. La capacidad
ad vitae societatem ingencratque ¡oprimís praecipuum quendam amorem in eos, gui racional le permite al ser humano (yen particular al sabio, que se identifica completamente con ella, tanto
procreati sunt impellitque, ut hominum coetus et cclebrationes et esse et a se obiri velit ob en sentido teórico como práctico) distinguir el modo como se entrelazan los hechos y las consecuencias
casque causas shldeat parare ea, quae suppeditent ad cultum et ad victum, nec sibi soli, sed que se siguen de tal entrelazamiento. El sabio estoico comprende el nexo causal del destino ya que en-
15 con iugi, liberis, cetcrisque quos caros habeat tueriquc debeat, quae cura cxsuscitat etiam tiende el principio de causalidad universal, según el cual todos los fenómenos se explican y todos los
animos et maiores ad rcm gerendam faeir. [13] Inprimisque hominis est propria veri acontecimientos y hechos particulares del mundo pueden ser predichos.
inquisitio atque investigatio. !taque eum sumus neeessariis negotiis curisque vacui, tum 7 paulum admodum sentiens praeterirum aut futurum El argumento parece evocar la explicación de
Aristóteles en DA : dado que los seres humanos, que están dotados de razón, tiene "consciencia del tiem-
avernus aliquid videre, audire, addiscere cognitionemque rerurn aut occultarum aut
po" (Xp6vou a'ía9'lCSlV; DA 433b7), son capaces de calcular a futuro cursos de acción. Esta "consciencia"
admirabilium ad beate vivendum necessariam ducimus. Ex quo intellegitur, quod verum, o "percepción" del tiempo, argumenta Aristóteles, está asociada a la facultad racional que "ordena resistir
20 simplex sincenllnque sit, id esse naturac hominis aptissimum. Huic veri videndi cupiditati a causa del futuro", en tanto que el apetito irracional opera teniendo en cuenta solamente lo inmediato, lo
adiuncta est appeti tio quacdam principatus, ut nemini parere animus bene informa tus a cual, a su vez, está vinculado con lo placentero que se identifica con lo que es bueno en sentido estricto
natura velit nisi praec ip ienti aut docenti aut utilitatis causa iuste et legitime imperanti; ex por el mero hecho de que es agradab le o placentero en el momento presente (DA 433b6·1 O).
quo magnitudo animi existit humanarumque rerum contemptio. [14] Nec vel'O illa parva 11-12 Eademque naturan ... societatem ingenerat Esta es la "familiaridad social", i.e. el apego hacia
vis naturae est rationisque, quod unum hoc animal sentil, quid sit ordo, quid sir quod los demás miembros de la especie (cf. Inwood 1985: 184-186; 218, n.6). Cf. también en este texto la linea
25 deceat, in factis dictisque qui modus. ltaque eorum ipsorum, qllae aspectu sentiuntur, 65.
16-17 ved inquisitio atque investigatio La búsqueda y la investigación de la verdad son propias del ser
nullum aliud anima l pulchritudillem, venustatcm, convenientiam partium sentit; quam humano porque le es ínsita también la racionalidad. Según DL (capítulo 7, texto 7.2), los estoicos sostie-
similitudinem natura ratioque ab ocuJis ad animum transferens multo etiam magis nen que una preconcepción es "un concepto natural de los universales" (cf. también nuestro capítulo 6,
pulchritudinem, constantiam, ordinem in consiliis faetisque conservandam putat eavetque comentario). La función de una preconcepción parece haber sido "buscar" y eventualmente "encontrar"
ne quid indecorc cffeminateve faciat, tum in omnibus et opinionibus et faetis ne quid un nuevo conocimiento (cf. Clemente, Strom. 6.15. 121.4-5; SVF 2. 102; Cicerón, Acad. 2.26; SVF 2. 103;
30 libidinose aut faciat aut cogitet. Quibus ex rebus conflatur et cffieitur id, quod quaerimus, Plutarco, SR 10378; SVF 2. 129; LS 31 P).
honestum, quod etiamsi nobilitatum non sit, tamen honcstum si t, qllodquc vere dicimus, 24-25 quod unum hoc animal sentit, ... deceat El ser humano es el único consciente del orden y de qué
es 10 apropiado gracias, una vez más, a su naturaleza racional. Como réplica microcósmica del orden
eriamsi a Bullo laudehu', natura esse laudabile. [15J Fonnam quidem ipsam, Maree fili, et
cósmico el ser humano está habilitado para entender la estructura cósmica.
tarnquam faciem honesti vides , "quae si oeulis cerneretur mi rabiles amores ut ait Plato 33 quae si oculis ... ut ait Plato Cf. Platón, Fdr. 250D3-4: "La vista, en efecto, nos es la más aguda de
excitaret sapientiae". Sed Ol11ne, quod esl honestum, id qt;attllor partium oritur ex aliqu~. las percepciones que nos llegan a través del cuerpo, pero con ella no se ve la sabiduría"; trad. esp. M.l.
35 Aut enim in perspicientia veri sollertiaque versatur aut in hominum societate tuenda tri Santa Cruz y M.l. Crespo).
buendoque suUtn cuique et rerum contraetarum fide aut in animi excelsi atque invicti 38-39 Quae quattuor ... implícata sunt Ésta es la implicación recíproca de las virtudes (avroKoAou8ío),
magnitudine ac robore allt in omnium, quae fiunt quaeque dicuntur ordine et modo, in quo es decir, la tesis de que quien tiene una virtud las tiene todas (cf. Plutarco, SR 1046E·1047A; SVF 3.243;
inest modestia et temperantia. Quae quattuor quamquam inter se colligata atque implicata 299; cf. LS 61F) y nuestro capítulo 26.
sunt, tamen ex singuJis certa officiorum genera nascuntur, velut ex ea parte, quae prima 22.4 Séneca, Ep. 121.5-21; 23-24 (SVF 3.184; LS 57B)
40 discripta est, in qua sap ientiam et pmdentiam ponimus, ¡nest indagatio atque inventio veri, (5) Interim permitte mihi ea quae paulo remotiora uidentur excutere. Quaerebamus an
eiusque virtutis hoc munus est proprium. [16] Ut enim quisque maximc perspicit, quid in esset omnibus animalibus constirutionis suae sensus. Esse autem ex eo maxime apparet
re quaque verissimum sit quique acutissime et celerrime potest et videre et explicare ra quod membra apte et expedite mouent non aliterquam in hoe erudita; nulli non parrium
tionem, is prudenti ssimus et sapienti ssimus rite haberi soler. Quocirca huic quasi materia, suarum agilitas est. Artifex instrumenta sua tractat ex facili, rector nauis scite
quam tractet et in qua versetur, subiecta est veritas. [17] Reliquis autem tribus virtulibus 5 gubemaculum flecrit, pictor colores quos ad reddendam similitudinem multas uariosque
45 necessitates propositae sunt ad eas res parandas tuendasque, quibus aerio vitae continetur,
ante se posuit celerrime denotat el inter ceram opus que faeil i uultu ac manu epmmeat sic
ut et societas hominwn eoníunetioque serventr el animi exeellentia magnitudoque cum in animal in ornnem usum suí mobilest. (6) Mirari solemus saltandi peritos quod in omnem
augendi s opibus utilitatibusque et sibi et suis comparandis, tum multo magis in hi s ipsis significationem rerum et adfectuum parata illorum est manuset uerbarum uelocitatem
despiciendis eluceat. Ordo autem et constantia et moderatio et ea quae sunt his simil ia gestus adsequitur: quod iBis ars praestat, his natura. Nemo aegre molitur artus suas, nema
versantur in ea genere ad quod est adhibenda actio quaedam, no~ solum mentis agitati~. Is 10 in usu sui haesitat. Hoc edita protinus faciunt; cum hac scientia prodeunt; instituta
50 enim rehus, quae tractantur in vita, modum quendam et ordinem adhibentes, honestatem et nascuntur. (7) 'Ideo', inquit, 'partes suas animalia apte mouent quia, si aliter mOllerint,
declls conservabimus.
dolorem sensura sunt. Ita, ut uos dicitis, coguntur, merusque illa in reetum, non uoluntas
3 acquirat 8 2 : anquiret 8 1 5 procreata sint 8Hb : procreata sunt A8 : procreantur e 8 praegressus Hb : mouet'. 'Quod est falsum; tarda enim sunt quae necess itate inpeBuntur, agilitas sponte
progressus 8~ 10 eurSllS ~ 18 habemus PV~ 22 praecipienti del. Sappius 24 qui codd . : quid Unger 25 qui motis est. Adeo autem non adigitilla ad hoc dolaris timar ut in naturalem motum etiam
15 dolore prohibente nitantur. (8) Sic infans qui stare meditatur et ferre se adsuescit, simul
El impulso primario y la autoconservación 513
512 Capitulo 22

65 carne constare; itaque sentir quid sit qua secan caro, qua uri, quo obteri possit, quae si nt
temptare uires suas coepit, cadir el cum fIetu totiens resurgit donce se per dolorem ad id
animalia armata ad nocendum: horum speciem trahit inimicam et hostilem. Inter se ista
quod natura poscit exercuit. [... J (9) Ergo omnibus constitutionis suae sensus es! et iode
membrOlum tam expedita n'aetario, nec uHum maius indicium habemus cum hac ¡lIa coniuncta SWlt; simu1 enim conciliatur saluti suae quidque et iuuatura petit, laesura
aduiuendulTI uenire notitia quam quod nullum ani mal ad usum suí fude est. (lO) formi dat. Naturales ad utilia impetus, naturales a contrariis aspernationes sunt; sine ulla
20 'Constitutio' inquit 'est, ut UDS dicitis, principale animi quodam modo se habens erga
cogitatione quae hoc dictet, sine consilio tit quidquid natura praecepit. [ ...] (23) Incertum
corpus. Hoc tam perplexum e l subtile et uobis quoque uix enarrabile quomado iufans 70 est el inaequabi le quidquid ars tradit: ex aequo uenit quod natura distribuit. Haec nihil
intellegit? Omnia ani mali a diaJectica nascí oportet ut islam fi nitionem magnae partí magis quam tutelam sui et eius peritiam tradidit, ideoque etiam simul incipiunt el discere et
hom inulll togatorum obscuram intellegant. (1 1) ' Verum erat quod opponis si ego ab muere.
animalibus constitutionis finit ionem inteltegi dicerem, non ipsam cons titutionem. Facilius 4 scit codd. vulg.: scite Windhaus 5 flecti B 6 facile q 7 saltandi Gronov:satiant B : sariat q / peritos
25 natura intellegitur quam enalTatur. Itaque infans ille quid sit constitutio non nouit, B : partes q 9 aegro B 10 hesitat at hec q 11nascentur B 13 falsum est q 14 spontaneus motus est
cOllstitutionem suam nouit; et quid sit animal nescit, anima l esse se sentit. ( 12) Praeterea vulg. V1.llg. oli m 15 ad hec q / assuescit q I simult ut q 16 resurgat B 20 constitution ibus B 21
ipsam constitutionem suam crasse intell egit el summatim et obscure. Nos qUlX)ue animum inenarrabile 25 iIle om. q 26 suam om. pq 27-28 habere animum q 28 noscimus Bp 29 peruenerit
habere nos sci mus: quid sil animus, uhi sit, qua lis sit aut unde nescimu s. Qualis ad nos sec1. Haasc (cf. 120, 1) 34 inquis pl 38 alia infantia pi 39 alia puero alia seni codd. vulg. : alia puero
[penlcneril} animi nos tri sensus, quamui s naturam eius ignorcmus ac sedem, tali s ad omnia <alia adulescentis> alia senis Gertz Hense coll. 16 40 surn ex sunt B m. corroetp : om. q 41 cuique
30 animalia const itutionis suae sensus est. Necesse es! enim id sentían! per quod alia quoque Bp : om q 42 constitutionis ex - ni B m. corro / eadem sui q Jenim in puerum B 43 ei om. p / concilia
sentiunt; necesse es! eius sensum habeant cui parent, a quo reguntur. (13) Nemo non ex tus p i 48 hoc q 50 dixi tencra Bq : ex dixenero. p SI ex materno q I ipsis Bpl 53 ad vitam om q 54 sa
lutatis q 55 non quemadmodum intellegat om. q 57 ne fugiat si :refugiat p1 59 poseent Bp q J expe
nobis inlellegit esse aliqui d quod impetus suos moueat: quid si! illud ignorat. Et conanun
riri cauenl p I : experisci cauenl Buecheler 63 et aequale codd.: aequale q 64 conatu.r codd. vulg. 68
sibi esse scit: quis sit au! unde sit nesc i!. Sic in fantibus quoq ue ani ma libus que principalis
impetus om. pq 69 dictet ex diclir B
partis suae sensus est non satis dilucidus nec expressus. (14) 'Dicitis' inquit ' omne ani mal
35 primutn constitutioni suae conciliari, homini s autem constitutionem rationalem esse et 4-7 Artifex instrumenta sua ... usum sui mobilest El artista o "artesano" (como el piloto dc una nave o
ideo conciliari hominem sibi non tamquam an imali sed tamquam rat ionali; ea en im parte el pintor) posee algún tipo de habilidad que presupone un conocimiento experto; tal conocimiento permite
sibi carus est hamo qua hamo esto Quomado ergo infans conc iliari constitutioni rationali que el individuo en cuestión sea un profesional en su área de especialización y, dada su competencia en
un área específica, sea capaz de explicar lo que ocurre en ella. Del mismo modo, el animal es ágil en
potest, cllm rationalis nondum sit?' ( 15) Unicuique actati sua constitutio est, alia infanti, cuanto al funcio namiento de su propio cuerpo pues posee un conocimiento de él (i.e. "es consciente de su
alia puero, <alia adulescenti>, alia seni: orones ei constitutioni conci liantur in qua sunt. [... ] propia constitución").
40 (16) Al ia es l aetas infa nti s, pueri, adulescentis, senis; ego tamen idem sum qui et infans fui 9 quod ilJis ars praestat, his natura Esta correlación arte-naturaleza parece estar inspirada en Aristóteles
et puer et adulescens. Sic, quamuis alia atqlle a!ia cuique constituti o sit, concil iatio y la idea de que el arte imita a la naturaleza (cf. Fís. 194a2 1; 199a15; Meteor. 38 1b; Prolrep. Frag. 13 , ed.
constitut ionis suae eadem es\. Non enim puerum mihi aut iuuenem aut senem, sed me Düring).
natura com1TIendat. Ergo infans ei constitutioni suae conci liatur quae tunc infanti est, non 10 Hoc .. faciunt Cf. texto 22.1 : OiKE:l.OÓcrTJC; a\rt"o ri¡c; q')\)(n:ox; cm' o."X~<;·
quae futura iuuen i est; neq ue enim si aliquid i1li maius in quod transeat restat, non hoc 11 Ideo, inquit .. animalia El que "dice" es el que, eventualmente, está presentando una objeción a la
45 quoque in quo nascitur secllndum naruram esto (17) Prirnllm sibi ipsum conci liatur animal; posición estoica que expone Séneca.
20-21 Constitutio . . se habcns erga corpus Sin duda, constitutio es la traducción de Séneca del griego
debet enilll al iquid esse ad quod alia referantur. Voluptatem peto. Cui? mihi; ergo mei oúmaO"lC; (cf. SI/pra 22.1 ). Para "lo rector" (t O ~YEJ.lOVlK6v) del alma cf. capitulo 13, textos 13.6, 13.12,
cura m ago. Dolorem refugio. Pro qua? pro me; ergo mei curam ago. Si omnia propter 13.13,13.14, 13.18 Y nuestro comentario.
Clll"am mei facio, ante omnia est mei cura. Hace animalibus inest cunctis, nec inserihrr sed 38-39 Unicuique aetati sua constitutio est, . . conciliantur in qua sunt. Con esta distinción entre "bebé"
Ílll1asc itur. ( 18) Producit fetus suos nahrra, non abicit; et quia tutela certissima ex proximo (infans) y "niño" (pller) Séneca se propone describir con precisión los di ferentes estadios de evolución de l
50 est, si bi qu isque comrnissus est. !taque, ut in prioribus epistulis dix i, tenera quoque ser humano, de modo de refutar la objeción. Un bebé aún no ha adquirido el lenguaje y,
animalia et materno utero ucJ ouo modo efusa quid sil infestum ipsa protinus norunt et consecuentemente, aún no ha desarrollado su capacidad racional. De modo que la objeción no puede ser
mortífera deuitant; umbram quoq ue transuolantium reformi dant obnoxia auibus rapto válida paro. el caso del bebé, quien todavía se encuentra en un nivel similar al de los animales que no
uiuentibus. Nullum animal ad uitam prodit sine metu mortis. (19) ' Quemadmodum' inquit tienen razón.
'editum anima l intellechllll habere aut sa lutaris aut mortiferae rei potest?' Primum 22.5 Hierocl." Elemenla EI"ica 1.1-5; 1.31-47; 1.51-2.9; 2.18-31; 2.33-46; 3.19'27; 3.46-
55 quaeritur an inteHegat, non quemadmodum intellegat. Esse aulem iH is intellectum ex eo 51; 6.1-30; 6.40-59; 7.3-10; 7.15-17 (LS 57C)
apparet quod nihil amplius, si inteJlexerint, fac ient. Quid est qllare pauonem, quarc Tilc; ~etKliC; crrOlXf:U:úcrsroe; apxt)v apícrrllv t'¡yaú~aI "[ov
anserem gallina non fugi at, al tanto minorem et ne notum quidem sib i accipitrem? quare 1If:p1. ro\) 1tpónou OlKelOU not ~rotú.)t Al:Jyov, aMO: BID o\' XE'i-
pu1li fae lem timeant, canem non timeant? Apparet illis inesse nocituri scientiam non pov ÉvOU~110i1Vat 1tprorov avroOf:V a~a~OtC; on:o(o.
experiment o collectam; l1am antequam poss int experisci, cauent. (20) Deinde ne hoc casu "tU; 1Í yÉvscrv; rrov EIllVÚXrov ¿()tI Kal ·ríva rO. n:prota (jI)~pa(vovta rrol
60 existimes tieri, !lec metuunt alia quam debent necumquam obliuiscuntur huius tutelae et 5 '~Wl(j)l. [ ... ]
dil igenliae: aequa lis est illis a pernicioso fuga. Praeterea non fi unt timidiara uiuendo; ex !OuvrEÜGev Év6u~rrrÉov ¿crtlV, &n ro ~allOV
qua quidem apparet non usu iII a in hoc perueni re sed naturali amore salutis suae. Et tardum "lO\) ~~ ~(í:nou
ouolv exsl OIO<pOpáV, atcrBlÍcrst
est et uarium quod usus docet: quidquid natura tradit et aequale omnibus es t et statim. (21) tE KIii op~~r
ebv Sar&pou ~ OMEV n:por; ro 1tUpOV86-
Si tamen exigis, dicam quomodo onille animal perniciosa intellegere cogatur. Sentit se 6~60a· ppaxÉa oe
OOKEt ye 1tEpl. rile; a¡cr81ÍcrsroC; et-
5 14 Capítulo 22 El impulso primario y la autoconservación 515

10 1telV' <pÉpSl yap sU; yvromv m\) npcótou OlKEiou, i3~ta Kal aUtOu rou 01tOOOV EKtsívetat i3táOT1lpa
OV ó~ >..áyov apx~v O:plcrtT]V E'c.paJ.LEV EO€- 60 cruvatcrSáveral' el o' oov 01WKOllÉvll Kata TOU p~YllatOC;
'oOat rile; ~Oll<fi<; OTOlX€UDm:;oo<;. OUK ayvorrréov Olt Il~ 8app~m;l&V Éaunil che; d; TO KataVtuCpu Su-
(tO ~áHOV eUeUc; éí~a t&l yEVÉoOm aicreóvE'Wl Éau- VllOOI1Év1l olCxAicrSat, pUITEt ÉauT~v Eie; TOüi3a-
TOÜ' Kal 3d j..tev Ev,eKCL tooV ppaoutÉprov 4x9ii- cpa<;, pl1t1:et S' OUX ~ IhuXEV, OJJ..' EI·HpuOlÍcraoa
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B' ¡hEpo, AóyO, lq>' ÉauTov ~~Ia, KaM¡ np6- 65 ~oaoa 1trnvEUpanDIl€vOOl n:apa1tATjcríav, KaracpÉpe-
tepov' oihro yap un ppaoei<; Kalnóppro cruvÉasroc; e- tat, t a OKÉAT] Kal. n,v Ke<paA~v hIaípouoa Kal 'Toi; Ep1tecpu-
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twv np~ alluvav n:apaoKEuacr9Évrrov aUT01~ avato911troe; i3ló'- 85 Ka96Aou yo.p ou cruvre-
KEltUI. Kal yap taÜpol ~ d~ Pó'XllV Ka91crtállEVOl taÚpOle; Aettat trov EKtÓe; tlYoc; &vro..ll'Vte; i3íxa t~e; É-
étépOle; ~ Kaí 'ttcrtv ÉtepoyevÉcrt ~WIOIC; Ta K¿pata 1rpotcrxov- aurwv aicr9JícrEro~. peto. yap rile; rou AeUKOU q>Épe ebu:tv
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40 Kal tOOV A.omoov sKaoTov npoc; TO OtK€tOV Kaí, LV' OÜtooe; errroo, crull- lOU YAUKÉWe; yAuKa1;o¡.¡Svrov Kat pe'to. t~C; tOU Oepll0\)
~u ¿, on),,:lV. [... ] 90 Oe;p¡.tutvollévwv Ka1tt 'toov ID.),rov taVáAoYOV' &01' b ret-
Ka! ~1~V T(- ol¡ n:ávtroe; IlEY YEVV1lGEY euOU~ atcr8ávcraí tlVOC;
va rE acrOevll TOOV SV aurOt~ Kal T{va pWllaAéa Kal oucr- ro 1;OOlOV, t11t o' ÉtÉpou tlVO~ aicr8~crel crull1tÉ<puKev <~> Éau-
naO~ cruvatoOávetat Ta ~oola. TaÚnlt Kal w'Üpoe; pév, Qrr6re tOU, q>avepOv ro~ 0,1[' apxilc; ato8áv01t' av É:auroov ta
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50 KatetAoÚlleVOe; eie; tO Kepatoooe<;, on6te KIVOú- 1tapEiXE lJ.opíotc;· ~ te cpú~, ~ cruvÉxouoa Kal oc&~ouoa Kal
vou cruva1090lto. "H yE Il~V lípKTOC; OUK allaO~c; 100 tpecpouoa Kal aü~oooa tO qmr6v, aUtOOV toúroov np6re-
SOIKEV EtV(U rfic; 1[Epl tl¡v Keq>aA~V d)1[a010(;, OOEV 1tatO~Vll pov aUnlllE'TÉXEt lIap' aurfie;. Ó 8e 1tapa1tA~OtOC; Aóyoe;
gJAole; tí tlcrtV ÉtÉpOle;, Opauom TOUtO Suva¡..tévole; Ka'Ta 1ICIO"T]e; aPXfle;, mOlE Kal ~ aYcrSllOle;, énet&~ Kal au-
TO ~tpo" TaúT~llmTíe.lcrt Ta, xEipa, &noBEso~lva, n;v n, oúvalJ.{~ Ecrtlv apxuoí, cruvqÉcrtepov oé SOlt XPTt-
55 T"'V nAm"'V p¡av· [... ] a-
¡.ta ~ ~~tc; tS Kal cprote;, ÓflAOV Otl apxOlt' av
notE¡ Be TO Tot6vBE Ka\ ~ q>pÚVl] n~B~oOl ~€v 105 !p' Éaurilc; KaL nplv trov EtÉprov tlV~ aVtlAapÉaGat, E-
yáp BcrttV eurrpetécrtatov 1;OOIOV, ovoevoe; 8~1rou Atl1t6- auti]c; alcrOávolto. naVToc; o-ov t ou 1tpoy€.yov6toC;
Ilevov ÉtÉpou tOOY 1crolleye8oov BY tOOl w..Af:crElar Kal Aóyou KOtvOV SW¡'¡'ESa KEq>MCUOV, 00<; (fila nil
516 Capítulo 22 El impu lso primario y la aUloconservación 517

yCV€O'61 ro ~c7HOV aicrBávetcu eaurou. MEta. WÜt' ouv 8r;AOV 4-5 n¡; ~ yÉvem~ ... ,ún t;Ó:lIWI Este pasaje continúa en nuestro capítulo 13, texto 13.9. Lo que sigue es una
3n !.pClvraolw; tlVOr; ÉCtUTOÜ YEVO¡.tÉVl1t; ctlmxn descripción detallada de cómo se produce la fecundación y cómo se pasa del1tVeü~a en su carácter de
<púcru; (propio de las plantas) al1tVeUllCl en su carácter de \jfUX~ (propio de los animales). En el momento
110 tO meuvov l"X" (m;'\ yap av IiAAw\ OúVUltO;) nepl
de la concepción hasta el nacimiento el 1tVeUlla sigue siendo "naturaleza", es decir "a liento" o "hálito
¡lit; <pavrClolCll; Ka\. TOÚtúH ouYKatatíOetal. 3ei vital" que se ha transfonnado a partir del semen y que se ha desarrollado metódicamente desde su
ye ¡.t~v 1tEpl tplWV bmrríicrat návrwr;' ~ ~MOI eóapeun:.l "[lit comienzo hasta su fin. Según la embriología de Hierocles, cuando llega el momento del nacimiento el
cpavra.mQl, ~v éau'roü EiAll<p6V, ~ ouoapeOT€1 J[\IeUlla como naturaleza se hace más tenue o sutil y se transfonna en "alma", y así se adapta al medio
~ appenro\ l"X'" [... ] ambiente (1.5-22). Ésta es la explicación biológica de cómo se adapta el animal al medio ambiente. Para
115 EXOlO' av T~V at-ríav KClL ~ una explicación deta llada de la embriología estoica cf. Bastianini-Long 1992: 368-373.
!.Injerte;, roe; ~át'1V la. TOlaúw KCl)lQucra <pal· 13-14 alcr8áveral rouwí) Un sinónimo de cruvatcr8áv€CJ8al €amoí) (cf. 4.58; véase también injra 33-35 y
Bastianini-Long 1992: 386). Otra expresión equivalente en nuestro texto para dar cuenta de la "percepción o
vtoea!, el ~11 ~llil tO ~rolOv ",eu yEVó~OV apt- consciencia de si" o de otra cosa es avtv..TJ'V1v Exelv (cf. infra lineas 70-71: ,a.l;únCl Kal .oov ... ao9SVC1rov Ka!
cr€tV enul&l. &u1 wum OUKav ¡.!Ol OoKeI ne;, óuvó.¡.uxov ávtv..TJ'VIV qetv. Sobre la terminología de Hierocles ver Bastianini-LoDg 1992: 399-400).
auoE Mapyeínv; cnv, ebrdv ¿Se; lE yEWT]- 83-84 aVnATJ1rtIKéhI; elxe 'fa ~ana ... ye:vO).1tvou Para la continuación de este texto c( nuestro capítulo 13,
120 otv 'HJ ~&10V éauteol rE Kal ¡lit cpavrcxolm t r; l texto 13.10.
ÉauTOU ouoapecnei' KCl11.lllv DUO' appenoor; l- 104-106 8~AOV on ... 1tP!V , oov a.Épwv nv~ avttAapla9at, €autfjc; ata9ávOlto La percepción de sí mismo
axE1' OUX l;ttOV yap nic; oucmpeoTlíoEroC; Ka'¡ au- es lógicamente anterior a la percepción de las demás cosas. Puede tratarse dc un argumenlo estoico en contra
TO 10 J1~ cóapemeiv rrp(x; Te OAEOpov TOU ~<Í)lOU del escepticismo académico que sostenía -en contra de 10 que afinna Crisipo en nuestro texto 22.7- que, al
eliminar el asentimiento y la cognición, no podía haber ai'crOr¡~ ni avtv.:rl'¡ll~ de lo que es familiar o apropiado
Kalnpoc; KCllCíyvromv <pÉpet TIl<; <púosroc;' oOev Ó cruv-
(c( Ioppolo 1986: 176, n.38). Para una versión un poco más detallada de la polémica entre estoicoo y
125 AOyIO¡.tO<; oúrex; a.vaYKá~et ó~loAoyelv 3rt escépticos sobre este asunto c( Cicerón, Acad. 2.25-26 y loppolo 1986: 177-178.
ro ~állOV, !I1v 1tProulVa'{cr0'l0w enUlO\) AOPÓV, eú- 110-111 tO m9avov i'OX€l ... 1tEp\ tfjc; q>avtaoíoo; Ka\ <OÚtúl l <myKa,a.{Oeral El argumento claramente evoca
Ou~ ro lK€IOOfh11tPO~ tauro Ka! r11V Éauroü oúma- la psicología estoica de la acción (para la cual c ( nuestro capítulo 24 y los textos allí discutidos). Véase
crlV. ¡palveral 6' t:¡..tOlye Ka! aún} ta ylvólleva ~€PcnoGv tOV también el final de este texto, líneas 140-14 1.
Myov. tÍ yáp; OÚXI. Kata TI1V €:auToü 8úva¡..tlv E- 119 ouM MapydTIl~ &v Margites es un personaje de estupidez proverbial (cf. capítulo 13, texto 13.10, nota
130 Ka()[oV1told ro b npillov {m€p rfl~ Éautoü (J\)VtT}P~­ a la linea 40).
cr€ro¡;:, €KKM:IVOV ~u~:v lrncrav E1tIPOU).~v 1tÓp- 140-141 1l~t' aKoúcral ... áVQlplcrerot; aircWv Aalll3áv€l cf supra líneas 11 0-11 1.

pCOOEV KalolmpeúyelV ¡..tT]xaVW~IEvOV á:lraOt~ ÉK trov 22.6 Porfirio, De abstillentia, 3.19-20 (SVF 1.197; LS 54P)
mpakprov, &lHOV 8' Enl ta crro't~p la KaL1I:ÚVr' ó;. ou ¡..t~v aMa Ka!. TOt~ ~cilOt<; 'ta <pUTa lrapapú).-
yaOa KaI1l0pl~ÓIl8VOV ra rrp~ 8Ia¡..tov~v. [... ] ta.
A.eIV KO~IOÜ pímov. ~ yap aloOÚVecr6al1tÉ<puKE
135 8e lv~ yap 11 cpÚcrl~ Ka} rOl:; rOlolcr6e crrp&v aúr&v
Kal6.Ay€iv Kat cpopeí:crSm Kal ~M:hrt€crOm, 010 Kal
tvni~at mpo6pOv tllepov. t&l r~v crWTIlPlaV (iJJ..w¡;: aOIK€icr8m' 'TO'\(; BE oú9év e(}{lv alo9T]'tóv, oürro~ BE
lhmpov Ú1l:ÚPXEIV. raÚtl11apa OoKE1 1l0l Kal Ta veapa 5 ouoE &AA6tpIOV ou& KaKov OUOE ~ÁÚPll .t¡; 06& aOlKía.
1tm8<Ípla ~n) pmoíro<; c:pÉpetv KatWCAtlólleva ~oq>Epoi<; Ol- Kal yap olK€lcóo€ro¡; 1t<ÍCJ11~ Ka!. &)'M)TplCÓ(jero~ apxTl to
KOI~ Ka! 1I:<Í011<; q:>rovfl~ UlletÓxol<;. Evtdvovta yap ra aicr811t~- alcrSáve:of) at. tT¡v & OlKElro01v aPX~v tíOevrat otKmO-
140 pta Kal ~n10tv 1l1ít' aKoucrcn ~l1ír' ioeiv 8uvá~leva qlOvtacrí- mJvr¡<; Ol a1tO Zlív(Ovo~. lt&~ BE OÚK lfAoyov no)J..ou~
av avatpécrew<; aút&v AaIlPável Kal Ola rouro oucravaOXE- TOOV O:veproltrov En' ctlcre~o€t ¡.tóvov srovt~ óprovrac;,
tel. [... ]
Tocraún1 o' apa 1tEPloucría reK¡..tTJPlrov
10 voüv oe Ka! Á6yov OUK MxoV'mc;, 1tOAAoUC; 1tóJ..IV os
wJl6tT}tt Kal 9uJl0 Kal 1tA€OV€~{q: ta <pOpepcóta'ta trev
sm!. t&t tO ~ro tOV OtKetOÜOOal Éaurrot, wm' ~O'l Kav t01<; e~p¡úlV úneppepA~KÓta" nCtllio~óvou\ Kal natpoKtó-
napa q>ÚcrIV ~e(ntv Ú1tO¡..ttIlVlíOK€IVúyu~t; Bv ro a~\OúJ..l€vov. vouc;, 't\lpÓ-WOUC; Kal ~(lcnAé(Ov Ú1toupyoúC;. rrpoc; }lEY
2 w,h 9G:l coni. Bastianini-Long : 0[ .. 1w ed.pr. 3 llillov coni. Bastianini-Long : npó)toved. p I'. 6 roútOuc; oleoSm8iKatÓV tt etvClt ~lJ.iv. 7tPOC; oe tav
touvn:OOev ed pI'. (von Amim) : brreOOe:v coni. Bastianini-Long I naved. pI'. : 'fO coni. Bastianini-Long 15 apotfl pa ~oüv Kal 'tov c:nJvrpocpov KÚva Kal yáAaKTI ta.
18 &.,.vodv ed pr. : a1tlCiCdv coni. Bastianini-Long 57 dmSTána.ov ed pI'. : etmp€Tlotmov coni.
Bastianini-Long 59.0 óláCiCTl~ta ed pI'. : €KTeíVeTal óUlCiCTllla coni. Bastianini·Long 60 P~Yllato; ed pI'. :
oe
IlEY . péq>ovra, KOUpij ICOcrlJ.OÜvtct SpÉ)..lJ.lUta }l'l0EY
etVUt, 7t&C; ou lrapw...oyó)tu.6v ÉcrtIV; WJ....' SK€lVO vt1
Kma p~ypa,oc; coni. Bastianini-Long 103 1tpoo€;(lCiCepOV ed. pI'. : cruve;:oo.epov coni. Bastianini-Long
133-134 cunoved. pr. : q.uov coni. Bastianini-Long J 1távt' ayaBa Kal 1tOpl~ÓIlBVOV ed. pr. : 1tavtCtx6eev Ma . ou Xpuoúrnou 1tl8avov ~v, roo; ~Ila~ aútrov Ka}
1topll;ó~ov 81ass uU~A.rov 01 O€ol XáplV bT01~ OavtO, ~Il&v M t a ~ó)a,

1 Ti;s ~9 IKll¡; crTOIX€IOO<J'Eúl.:; El estoico Eudromo (d capirulo 1, texto 1.2) ya habia escrito una obra con el
20 (fl)J.l7toAe~eiv}lEY 17t1l0U<; Ka! cruv6T]p€Ú€lV KÚva~, av-
óp€ta<; oE YOJl.vácrta1tapóá.ktc; lCal apK1:ouc; Kal Mov'tac;.
mismo título y, como sugieren Bastianini-Long 1992: 373-374, con CiC01XB(~ se indica un tratamiento
"e lemental" en el sentido de "fundamental" (no en el sentido de "rudimentario" o "simple"; CL también 14 oi'roOat óíKalóv ti etvat R : oi'r09at elvm ,0 óíKatÓV coni . Fogerolles 18 ~ vel ~ codd. : COIT. Duebner I
ll1wood 1984: 156). aUtrov codd. : COIT. Herch
2 1tepl toí) 1tpWtOu oiKeíou tfrnl;OOIWI Cf. texto 22.1 supra. 22.7 Plutarco, SR 10388-C (SVF SVF 2.724; 3.179. LS 57E)
518 Capítulo 22 El impulso primario y la autocollservación 5 19

KUT!l TatHCl se lep )lev O:(Heíq) oM6TplOv ouMv 6-7 av9proltov M, AoytKOv KUl 1tOAlm:ov séilov Dos pasajes paralelos pueden verse en Estobeo, Ec!. 2.59, 6
T<9oe qJaú~ ouó/h! OiK€tÓV amlV, ¿1tel0~ 10 /lev áyaOov y, especialmente, Plutarco, SR 1033E.
TO M KaKóV tOlw UUt&v', 1[&~ cov QrrOKVutEl 1rá}..IV BV 22.9 Cicerón, De fin. 5.24
navTl ~IPAíC9 qmatK<9 v~ lita Ka! ~8tKé9 ypáqxov 00<; Omne animal se ipSlUU diligit ac, simul et ortrnn est, id agit, se ut conserver, quod hic ei
5 oiKelOú~Oa 1I:po<; aÚTOUr; euOU<; YeVÓ~lEVOl KUt la. )lÉpr¡ primus ad omnem vitam tuendam appetitus a natura datur, se ut conservet atque ita sit
Kat rO. EK)'OVa la~a\)TcOV'; BV BE: 1(9 ltProtC9 1tept 6 IKalO- affecturn. Ut optime, secundum naturam affectum esse possit. Hanc initio institutionem
OÚVIl<; Ka1 ta O'lPta 'P'lol O1J~I~létpro<; 1ft xpeíQ- ¡rov eK- confusam habet et incertam, ut tantum modo se tueatur, qualecumque sit, sed nec quid Sil
yóvwv cbKet&crOat 1tPOt; autó, 1tA~V tOOViXOúrov' OÚla 5 nec quid possit nec quid ipsius natura sit intellegit. Cum autem processit paulum et
yop rO. Kl)~)lata rpÉcps'[(u 0\' aút&v'. OJ...A' OÜt' atcrO'lO"lC:; quatenus quidquid se attingat ad seque pertineat perspicere coepit, tum sensim incipit
10 E01'lV ote:; ~llloeV o.to0111"OV OÜt' OiKEÍroOV; ate:; JlTloev oi- progredi seseque agnoscere et intellegere quam ob causarn habeat eum, quem diximus,
KEtOV' ~ yap olKeíwO"\<; u\'o011O"\<; EOIK€ Tal) oÍKeíou Kal animi appetitum coeptatque et ea, quae naturae sentit apta, appetere et propulsare
avrlA'l \IIlt; eTvOl. contraria. Ergo omni animali ilIud, quod appetiti positum est in eo, quod naturae est
t rautu - dvz : K~t' Ta\na cee. cocld. 2 OiKEiov oúOtv g 4 vf¡.6.fa Rieske, Chemiss : <"ra> ,'Ola Bury: lóía 10 accornmodatum.
ce!. cocido 8 mK€K¡)CJ(lcr9m g : &KElrocrCO dvz : q;.KEIWcrOru Chemiss I airro~ d, v : fll)'Ut Chemiss
1 simul et RBENV Schiche : simul ut P Martha I se ut se ut RPNV Schiche : ut se BE, Manha 6
quidquid codd. Madvig, Schiche : quidque Bajter, Martha
1-3 1<Uto. Tum-a6~ ... bU;ló~ tO IlCv ayuGav tO 6E KUK6v Eonv aÚtcllV Según Plutarco estas son palabras
22.10 Cicerón, Defin. 3.62-66 (FDS 1000; LS 57F)
tex tu.a lcs de Crisipo. "~ivil izado" (ciateio~) y "vil" (<pum.o-;) son los términos con que' se designa al sabio
~ al ~gnorant e~ res p~ct1vomentc, los dos. tip~s morales antitéticos distinguidos por los estoicos. Aunque [62] Pertinere autem ad rem arbitrantur intellegi natura fieri ut ¡iberí a parentibus amentur.
aot€lo~ y 'Pal)AO~ llenen el sentIdo pnmano de "urbano" o "citadino" y de "ordinario" o "rustico" a qUQ initio profectam cornrnunem humani generis societatem persequimur. quod primum
respectivamente, en el uso estoico habitual estas pa labras tienen ulla clara connotación moral (cf. Filón ' intellegi debet figura membrisque corporum, quae ipsa declarant procreaodi a natura
QOP 59-60; SVF2.362-36J). ' habitam esse rationem. neque yero haec inter se congruere possent, ut natura el procreari
1.1-12 il yap otKdwm:; uYofh,ot~ ... avro..l1o/l~ tivUI Sobre estas líneas véase loppolo 1986: 175-1 76. Striker 5 vellet et diligi procreatos non curaret. atque etiam in bestiis vis naturae perspici potest;
suglere que Plutarco no está citando una definición estoica, sino explicando cómo en tiende el termino (cf.
quarum in fetu et io educatione laborem cum cernimus, naturae ipsius vocem videmur
su 1983: 145, n:2). Es cielto ~ue el pasaje se encuentra en un contexto polémico en el que Plutarco,
ad~~ás d~ expltcar cómo ent Iende el término oIKdco<ru;, está tratando de desacreditar la posición de audire. quare <ut> perspicuum est natura nos adolore abhorrere, sic apparet a natura ipsa,
~nslpo. SI n ~mbargo, como es obvio en el pasaje de Hieroc les (texto 22.5), los ténninos uYa9r¡cru; y ut eos, quos genuerirnus, amemus, inpelli. [63] ex hac nascitur ut etiam carnrnunis
u~o..l1\VU; (asl como sus correspondien tes verbos: aíaOávoWII y avrtAallf3ávOllat) son usados como sinó- hominum inter homines naturalis sit cornmendatio, ut oporteat hominern ab homine oh id
mm?~ y In otKt:í~tc; es c.amcterizada por Hierocles como una percepción, captación o consciencia de lo t O ipsum, quod horno sit, non alienum videri. ut enim in membris alia sunt tamquam sibi nata,
fam¡[Iar a uno mIsmo. Siendo esto así, al menos la terminología y el contenido de lo que cita Plutarco ut oculi, ut aures, alia etiam ceterorum membrarum usum adiuvant, ut crura, ut manus, sic
debe proceder de una fu ente genuinamente estoica.
inmanes quaedam bestiae sibi solum natae sunt, al iIIa, quae in concha patula pina dicitur,
22.8 Plutarco, De (¡more prolis, 495B-C isque, qui enat e concha, quí, quod eam custodit, pinoteres vocatur in eandemque cwn se
AlA' 015,' &A~Oll, Ó 1.6yo, 015,' W;10, OKOÚClV. ~ yap recepit includitur, ut videatur monuisse ut caveret, itemque formicae, apes, ciconiae
<.¡:rúm~ (tSonep ev tpmoi<; áypíOt<; oíov oiváveCt\~ eplv€oi~ 15 aliorum etiam causa quaedam faciunt. multo haec coniunctius homines. itaque natura
KOTívOt~ ápXOO; á1rénTou~ Kili atudr; ~l1épCr.)v Kllpnrov sumus apti ad caetus, concilia, civitates. [64] mundum autem censent regi nUmlne deorum,
EvÉqmcr&v, oü-roo -roi<; J.l€v &AóyOt<; t O1tpO~ ta &yyova qn16- eumque esse quasi communem urbem et civitatem hominwn et deorum, el unum quemque
5 010pyov árilir; Kat ou O\ClpKB<; 1tpOr; OlKatOOÚV'lV oóoe t11<; Dostrum eius mundi esse partem; ex qua ilIud natura consequi, ut communem uti litatem
xpcía~ nopproTÉpro npO€Px6p6VOV eoroK6v, av8pro1tov oé, nos trae anteponamus. ut enim leges omnium salutem singulorum saluti anteponunt, sic vir
AOYIKOV KalnOAItIKOV ~é9ov, enl oíKr)V Kat v6pov etcrá- 20 bonus el sapiens ellegibus parens et civilis officii non ignarus utilitati omnium plus guam
-youcra Kat9€wv TIJ.Ul<; KalnÓA.eOOV tOpÚcr€l<; Kal. qHAOeppO- unius alicuius aut suae consulit. [... ] [65] ex hac animorum affectione testamenta
oúvr¡v, -YEwaia Kal KaACt Kal q>EpéKapnn TOÚTOOV crnépJlata cornmendationesque morientium natae StU1t. quodque nema in surnrna solitudine vitam
10 napÉaxe T~V 1tpOr; tct. eyyova XcLplV KilI á-YcL1t1lOlV, aXOAoU- agere velit ne cum infinita quidem voluptatum abundantia, faciJe intellegitur nos ad
BoGanv tate; 1tpCÓtatr; ápXlli<;' coniunctionem congregationemque hominum el ad naturalem communitatem esse natos.
25 Inpellimur autem natura, ul prodesse velimus quaro plurimis in primisque docendo
1 ~IOV c~d. : corro Reiske 4 E1V(U q¡ÚOlV codd. : €vbpooEVcorr. Reiske 10-1 J alCo~..ou90ooa codd. : corro
W.lamowltz rationibusque prudentiae tradendis. [66] itaque non facile esl invenire quí quod sciat ipse
non tradal alteri; ita non solum ad discendum propensi sumus, verum etiam ad docendlUU.
J AJJ..' om'. Ml1Eh)t; 61.6yo:; 01h:' a~IO; OKOÚ€IVSe refie re al argumento, presumiblemente de Epicuro, que [... ] Quem ad modum igirur membris utimur prius, quam didicimus, cuius ea causa
se encuentra IIlmed!atam~nte antes de este pasaje, según el cual los padres aman a sus hijos y estos a sus
padres por ~na suene de lI1terés mutuo puramente utilitario (cf. 494F-495A= Epicuro, Frag. 527 Us.). utilitatis habeamus, sic inter nos natura ad civilem cornmunitatem coniuncti el consociati
Véase tambIén PIUlarco, Col. 1123A (Epicuro, Frag. 528 Us.). 30 sumus. quod ni ita se haberet, nec iustitiae ullus esset nec bonitati locus. (67] Et quo modo
4-5 tO 1tPO; ta moya q)lÁOOtopyov Sobre la cpv,OOtopyia cf. Epicteto, Diss. l .] ]. hominum inter homines iuris esse vincula putant, sic homini nihil iuris esse cum bestiis.
praeclare enim Chrysippus, cetera nata esse hominum causa et deorum, eas aulem
520 22 El impulso primario y la autoconservación 521

cornmunitatis et societatis suae, ut bestiis homines uti ad utilitatem suam possinl sine KaKEÍvou<; A.ütOOPOU)JEV Ka! 'ta lOpÚJ-lara aÚtrov Karacrrpé-
iniuria. Quoniamque ea natura esset hominis, ut ei cum genere humano quasi civile ¡us 10 <po¡.u;v Kal "tou<; vaou<; EJ..lltL1tpól).lEV, roonep 'AAÉ~avopo<;
35 interccderet, qui id conservaret, eum iustum, qui migraret, iniusturn rore. sed quem ad EKéAEUcrEv É).In:P11crOíivat 1'"U 'AcrKÁ~JtEla á1toOavóvro~ 1'"OU
madum, lheatrum cum commune sit, recte tamen dici potest eius esse eum locum, quem eproJ.lévou. Ola 1'"OU1'"O av )..ltv év "taú1'"6) n~ 8U TO crDJ.l-
quisque occuparit, sic in urbe mundove communi non adversatur ¡us, qua minus suum <pépov Kat tO amov Ka! 1'"0 KUAOV Katna1'"plOa Kat yovei<;
quidque cuiusque sir. Ka! <píAou~, cr4~ETal WU"tO návw· av o' UAAaXOU ~
15 1'"0 O'U).upépov, WJ.axou oE "toU<; <pv..ou<; Kat TI]V na'!píoa
7 ut add. Manuzio 15 coniunctius homines Madvig : coniunctio est hominis codd.
Ka! 1'"OU<; cruyyevei~ Kat aUTO la olKatOV, OlXE'tUt návm
22.11 Epicteto, Diss. 1.19.11-15 mura KaTa~apOúJ..leva -Uno rou OUJ.l<pÉpOvto<;. 01tOU yap
TOlreo OUK EO"nv r.píAaU10V· yf:yOV6 yap OÜlÚ)~ 10 av 1'"0 qill' Ka! 1'"0 eJ..lév', ¿KEi UVáYK11 pÉnetv 'to ~6)ov' ti
~é9ov' o:trmG EvEKO 1tcÍVTCl1tOlel. Ka\' yap 6 ~Ato~ cnJtOu ev
év crapKÍ, EKEi 1'"0 lCUPleUOV e1var el npOUtpécrEl, eKEi[vo]
EVEKU ncÍvra ¡rolEl KOl 10 AOl1[OV aút6~ Ó ZGÚ~. nA"A' 20 Eivat· el tv tOi<; b(tó~, EKEi[ vol. ti 'toívuv eKel Et).U tyro,
o'mv EléAlJ Elvat 'y ÉtlO~ Kat 'EmKápmo~ Kat ¡rat~p av- onou ~ 1tpoa(pEcrt~, OÜtCO~ J..lóvro<; Ka! <píAO¡;; EcrOJ..lUt 010<;
5 opwv 'te Oerov n:, ópq~ on múwlv rrov epyrov Ka! nDv oei Ka! uto<; KatnOl~p. 1'"OUtO yáp ).IOt OUVOlcrEt TTlpeiv
JtpO<JllYOptrov OU Oúvawl rUXelV, av )Dl ei<; ro KOlVOV lOV 1tlmóv, lOV alo~J..lova, 1'"OV avEK:rIK6v, rov á<pEK'tlKOV
W<P€AIj..lO<; TI. KaOó)",ou rE 'tOlaÚtllV <TIlv> q>úenv rou wyt- Ka! ouvePrT]'!lK6v, <pu)..,ácrcrElV 1'"a<; OXÉcrEl<;. av o' aAAaXOU
KOU s40u Kat8oKeúuo8v, [va ~1'lSevo<; 'tcOv tSlroV uyaOrov 25 J-l€v €).Iautov ero, áA.AaxoÜ oE 1'"0 KaA6v, OÜ1'"ro<; lOXUPo<;
OúV11TClt ruyxávetv, <ay> I.ní n e~ to K01VOV roq>€AtJ-lOV ylVETat ó 'E1tlKOÚpOU )",6Y0<;, anoq>aívcov ~ J.lllo€v €1Val
10 JtPOOq>€P11tat. o{hro~ OUK€n UKOtVCÓVrrmv yívEWt 'to la KaAOV ~ el apa TO evoo~ov .
návru UUtOU EvEKU JtOlelV. EJte! tí EKO€Xl1; [va 'tl<; 2 OiKe10)'!Ul S : COIT. s 6 amOD S 7 <ruyyevTJt; S. S OOKW<J1. S COIT. 9 iOpulltva ta S 10 €f.I.1U1tpá)lEV S pro 11
uJtomD autou Ka! tOU iOlou O'U!..Hp€pOvm<;; Kal Jtw<; €1l1tptcrefjvat. S I 'amCAll1tEla S ]S av <u> s 19-20 €KEtVO ElvUl et 20 €Kt<X;, éKávo S corro Upt. 22-23
etl ).lía Ka! ~ aun) upX~ néiolV ecnat ~ JtpO<; aUta Tllpciv· ,ov S : corro ed. Bas.
OiKelCOcrt<;; 27 tO evoo~ov Ésta es la única vez que aparece esta palabra en las Diss. y, a diferencia de 10 que ocurre en
1-2 OÜtmt;· tO 1;6;lov· CtUtoU S 3 A.U1t11pOv S 4 efut S 7 <n)v> suppl. Cor. 9 <éiv> suppl. Trinc. Cor. 12 Aristóteles (Top. lO0a20-30; lOOb2l-23 el passim), no parece tener un valor técnico especial. El otro pasaje en
autou S 13 rréiaív oo-rtV s el que aparece el ténnino es Ench. 51, 2-3: "si [uno] se encuentra con algo doloroso O placentero, glorioso o no
glorioso, recuerda que el momento de la competencia es ahora y que ya están presentes los juegos Olímpicos, y
22.12 Epicteto, Dús. 2.22.1-5 que ya no es posible dilatar [las cosas] y que depende de un solo día y una sola acción si se pierde o conserva
a
IIEpl tt~ E(J7[OÚSaKev, (fl\Aeí 'tauw eiK6rco<;. j..l~ n tu progreso moral" (cmó;M:lrrat 1tPOKom1 Kal ac9~STat).
Oúv Jtepl "[a KaKa Ecr1touSáKao'tV Ol avOpro1tOl; oUOa)1ro<;.
22.14 Porfirio, De abstinentia 1.7, 6-13 (LS 22M)
aAAa ¡Dí 'tI Jt€P! ta )1110EV 1tpo<; uumú<;; ouiSE m:pl 'tUu-
táXa J.l€v Ka! cpUcrtKi1~ ttvo<; otKEICÓcrEro~
w. -U1tOAEí1tE'tU1 mlvuv 1tep! ~lóva TO: ayaBa EcrnouOaK€-
únapxoúcr11<; 1'"Oi<; avBprottot<; 1tpo<; av8pcónou¡;; ota TI]v
5 Vat autoú<;' el o' €(J7[OUOaKSVat, Kal qnN;ív WUta. omt<;
Ó~Ol6t~ta Tií, ~op<j>~, KaL Tií, 'l'\JX~, Ei, TO ~~ .po·
OÚV ayaB&v E1tt<Yt1Í)1CüV ¿enív, OÚta<; av Ka! qnAeív el-
xEÍpro<; <pOeíPE1V 1'"0 'towüwv ~6)ov Q)(J7[Ep ~hEpÓV n
oeÍTr Ó CE )..l~ ouvá)..levo<; owxpivat ta ayaBa ano TroV
5 1ólv cruyKExroPll).lévrov· ou J-lftV aUa TIÍv yE nAEícrtT]v
KaKeOv Kal Ta ouO€repa an'
aj..lq>oTÉprov 7teO~ av en 0.0-
ahíav 1"0'0 oU<JXEpav9íivOl 'tOÜTO Ka! ávócrtov em<P11-
tO<; <plAelV Oúvcmo; mu <ppOVrj..lOU Toívuv ¿mi J.lÓVOU tO
).IlcrO~VU\ "to J..l~ crD).Iq>épElV d.~ n)v o)..,l1V rou píou
10 <j>tAEív.
mJcrtacrtv únoAapEiv.
Kat1tCD<;; <P110(V· Eym yap a<ppcov rov O)..lco<; <ptAro )..lOU
tO 1talMov. Porfirio está explicando la posición epicúrea sobre el homicidio; aunque no está haciendo una exposi-
ción puntual de la OIKEíoxru; estoica, parece darla por supuesta: constituye un acto impío matar a otro
1 €01tOÚOaKIO: S COIT. hombre porque hay una relación de parentesco o familiaridad entre los seres humanos, no porque el
asesinato no fuera de provecho para la constitución o estructura general de la vida humana, como parecen
22.13 Epicteto, Diss. 2.22.15-21
haber pensado los epicúreos.
KaOówu yup - )l~ ¿~anató.cr08 - nav ~00v O6OE-
VI OÜtro<; e9Kc:lroTat cO<; t0 tOlú) O'UJ.I<pÉpOVTl. o TI av Oúv 22.15 Galeno, PHP 5.4, 316, 28-320, 28 (SVF 3.229a)
1tpo<; 'tOUtO <paíVllTat aur0 €J-l1"[OOí~EtV, av r' UOEA<pO<; U ou )..l~V OKOAOUOei yE '!aüra roi:; Xpucrínnou oóy).lucrtv, roonEp
touro a.v rE nanlp av TET€ICVOV av t' epWJ-lf:vo<; a.v t' ouoe 16) )llloEJ..líav OlKEÍroOW dvat <pÚcrEt npo<; ~oovf¡v ~
5 epaoT~~, J-ltGE1, 1tpoJ3áWtat, KUWpOWt. oúoev yap oü- illorpíúJcrtv npo<; 1tóvov. gnEl).lkv yup áOtoáKtro<; an:avra
tro<; <pIAElv nÉqmKEV <:0<; 'to aúrou crDJ..l<PÉpOV· taUTO na- 1'"U natoía xpü<; TU:; ~oová<;, onocrrpÉq>Etal DE KOt ¡pelryEt tOu<;
1'"~p Kal UOeA<pO:; Kal O'UyyEVEi<; Kalnmp~ Ka! eEÓ<;. 5 nóvou<;. ópó'l¡.u;v o' alnu Kut8uJ..lOú)lEVo Kal ACHct{~oV'ta Kal
amv youv et<; 1'"omo e~l1tool~etv ~)liv oí. Oeo!OOK&crtV, oáKVoVTa Kat VlKéiv ¿O€A.üv'to Kat KpU'telV 1'"cOV 1'"O!OÚtrov,
522 Capítulo 22 El impulso primario y la autoconscrvación 523

W07U::p evUI trov ~cf>(úV, OUOEVOc; áOAoU 1rpoJ3aUo~€Vo1) ¡retpo. obCelcocnv EX€tV 1tpOC; aut ó, eau~Ú~EIV enÉpxEta( ~ot, Kal1toAu
ro V1KQV ((uró. <pa(vElCtt 3' Evapyw~ ro t otoihov be' 6prú- o~ ~illov €nEl8ñv ~~'tE 8Eocrállcva )1~t' aKOÚOaVtClnpO;
yoov Ka, OAsK't"puóvrov Kal1tEpolKOOV iXVEÚflov6~ tE Ka1 &01[(- aUTrov TroV 1tpaYf,lát rov e~arratTJSfi.
10 OC!; [tE} KClI KpOKOOEv..oU Ka1lluptoov ÉtÉprov. tíe; yap aváYK11 t O\'>e;
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OiKE10ÚcrOCtl K(ÚrU 1tQloía c.paívetat KatrrpCx; ~oov~v Kat npo¡; oe
olKEÍco01v exOVtCl.e; n:poe; auTlÍv, on:ocrrpé<pEo8at Ka, q>EÚyEIV
YlKT]V, lócmEp ücrn:póv nOTE oeÍKVUmv. brmoav 1lpopalVU KCtta tOv 1tÓVOV d'n:EP ¡.t~ Kat 1tpOc; tO'ÜtOV liUot pÍco<v>t at <púcret;
1~V ~A1KíCtv, on npo¡; TO KClAOV txet n va cpOOIKr1V oiKEÍromv. tíe; O' áváyK111tpoe; IlEv tOUe; é1tarvol>¡; Ka\. tae; TI~ae; 'íEaeal
15 a iOElta.l yallY Cr)lCtptávovm 1tpoi:oúcrr¡~ aUTolS nl<; ~A1Kía<; Ka, n: Ka, XaípEIV aUTOi~, üX8EaSm OE Ka, q>eúye lVtOÚe; t E \jIÓYOl.><;
xaípet tOI<; KaAOlS epyOl<; KC11 OIKCllOmJVllS KCllloov ü)J..oov 65 Kat tae; aTlf,llaC;, El1tEp Il~ Kal1tpOt; rama q:lÚcrEl tlva i.~ouo1V
aper&v áVTl7t01EltCU KatlIpárcEl ltolla Kato. taS t&V apEtOOV olKe(oocrív tE Kat &UOtpÍWOlV;
tOórrov €vvoía<;, e¡..t1tpoaOev, ~víKa ~v e-rl O!.-llKpá, KCtTa náOoS ei yap p~ t alC; <pcovaic;,
~&Vta Kal trov €K tOÜ AOyOU rrpoowy).HX1:rov oúOelltaV c.ppov- aM.iJ. rjj y, ouvá~" róiv AzyO~v",v Ó~OAoy'¡V EOIKEV Ó
20 tíóa 1tOtOú~leva. XPÚOl1tn:OC; me; EcrtlVOl1CelrocrÍe; t Étle; ~f,ltV Kal CtUOtp(OOOle;
rpH1v oov Toúrwv ~Iliv o1xElrocrerov {map- 70 <PÚOEI1tpOC; EKam ov trov dpll¡.tévoov. sneloav yap MYl1 t ae;
xouO'rov <PÚcrEI KaO' EKa(j[ov TWV f.lopícov T~S \If1Jxft~ 1tepl aya9rov Kal KaKrov €rr(VEOOat t Ole; q>aÚA.cHe; Otacrtpo-
dBo¡;, rrpo¡; ~UN T~V IlOOV11V Bu:l. TO €1U8u~111TlKÓV, rrpo¡; 06 cpae; Olá t E t~V m9avót r¡ra t rov <pavtaOlOOv Kal r~v Kat~xr¡­
T~V víK1lV OU:l. TO OU~IOEl Oés, rrpo¡; Be TO KaAOV Bux TO Aoyl~ O"IV, epooTlltéov aut Ov tT¡v ahíav 01' ~v ~oovt) ¡.tev roe; ayo.-
25 (j[IK6v, 'ErríKOUpO¡; ~UN T~V mü XElpícrrou f.lopíou Tf¡~ \jI1Jxf¡~ Sov aAyr¡orov o' roe; KOKOV mOo.v~v 1tpoPáUOUOl <pavto.críav.
oiKEíromv éOEácrclTO f.lÓV11V, ó eS€: XPÚO"l1t1tO¡; T~V TOÜ ~&A.Tícrrou, oe
75 OÜt roc; Ka, Ola tí TI¡v f16v vílCllV nlV [€v] 'OAu¡.tníaO'1v Ka,
q>á.tl6VO~ li~la~ olKEloucrBat rrpO~ f,lÓVOV TO KaAóv, 01tEp etVat n)v trov avoplávn:ov avá9EOIv EnaIVOÚ)1EVá t e Kal ~taKapt­
OllAOVÓTI Kal a:yaOóv. arrúcrac; OE Ta~ Tpei~ OiKElCÓOEl~ OEá~' ~6~EVa .po.; roov .o)).jjjv aKOÚOvr" ro,
ayaOá, "PI Ii€ ríi,
oaoOm f,lóvOt~ Toi¡; 7raN.1.I0l~ Úm;p~E q>lÁooócpOt~. roc;
~nlle; t€ Ka\. Tf¡c; a tt¡.tíac; KCtKOOV. €toípw; 1tt19ó)1EOa; Kal
30 Moa, yap Kat raGO' o n OOtt&&Vto¡; pÉIlq>etal Kal8eucvúvCl\ nElpa-
oov Ta¡; Búo 6 Xpúollrn~ dK6Tro~ O:1tOpEi 1tEPI Tfi¡; Ka'ta 80 tat 1tacroov trov \jItuorov Ún:OA~\jI€(OV tae; aiTÍar.; f.v ¡.tev t cp
'tllVKaKíav yéVÉcrEro~ oih ' ahíav €xcov Einelv aUtf¡~ OÜtE OtOOPTJtlKCP <yíyvtcrBCl\ Ot' a pa8ía¡;, tv Be T<Í) 1tpCtKTlKé9>
tp6n:ou~ nl¡; cru(j[ácrEÚ)~ 0150' 01tro¡; áVaptÚVEI ta 1tOlOla ouvá- ou> ríi, ..O~rllc~, 6Nct¡" .po~y,¡cr6al
~I€VOe; e~eupetv, an:Ep eUA6yroe; OT~IOl1táVTa Ka! Ó n ocrEloro- o' a:iJT~, rUc; 'l'ruoEl, Iió~", aoOEV!Íoavro, <EpI n'¡v KpíOlV[r~vl
35 VtO~ autoü KatallÉf,lcpEtal Ka! e)J;yXEI. ei yap o~ n:po<; 'to tOU Aoyl(j[IKOÚ '
KaAOv &DOUe; e~ apXll~ c9KEÍOOtCtl ta 7rCtloía, nlV KaKÍav OUK 85 yewno8m yap t @~c9o) t~V óp~~v f.vÍot e
6VOOOeV ouo' s~ €aurrov O.M.: e~roOf:V IlÓVOV sxpliv aUtOle; ¡.tt.'v enl tfi tOD AoytcrttKoU KpÍOEL, noUáKle; o' ¿tcl tÚ KlVlÍoEI
syyíyvecrOal. tOu 1tC.t0lltlKOD.
aAAa ~1l1v 6p8.taí ye, KUV xpr¡(j[Ol~ eO€01V ev- 2 oiSTe 'tO HL: COITo Müller 7 1t POBcW..O¡.H~VOU M: 1tpOKaAr:l ¡.te." ou LlO n: om. Ald. 27 otKelouoOol
40 tptcp1ltal Kal1tpocr'1K6Vl'úJ~ 1tatOEÚr¡t at, 1távtroe; é~a)laptávovtá BChK : otKEI&a8a MA : c9KEI&o9al MUller 30 atEpro Mow; L 35 fJ;yEt pro !:)J,/XEl L 39 'tE pro rE L
o
TI, Kal tOUt' aUtO Kal Xpúcnn1tOe; OIlOA.oyEl. KUÍtOt y' 40 1tPOcri¡KOvtCU; L 41-42 yéyovEv pro y' tvilv A 42 évopY1i ABCh I <peovou¡.!éveov pro <patVO)l€vrov M
évf¡v aut(9 U1tEpIOÓVn tWV evapywe; <palVollévrov auto p6vov 52 amrov L 54 óUl]ióta L 62liUO'Cptwm l HL : ~Uo'tp(eo<v>m\ COIToMüller 63 leo9clI HL : ¡roea
o~IOAoylloat t Otate; roía te; Ú1tOOÉcr€01V aKÓAOUOOV, El KaA&~ COIToDe Lacy : ííÓEoGcn Ald. 68 trov AEyo¡.téveov om. L 71 clya90u Ka. KaKou L: Ka. KaKó)v del. Mü-
aXOeÍll ta muoía, 1tÚvtCOe; auto. q>Ú<JKOVtl crocpoue; avopw; ller 74 rrpO~aAAoÚcru <pavtaala L 75 lv 'oAu¡.l1tláOl(V) HL : COIToCharitonides 77 KClKo. HL : clyaGá
COIToMüller 81 OEroPll¡.lan Kro L I oKé~J.lan "(woJ.lévwv Ola n;<; tWV Ovteov oux iKaVli<; éf.Ut€ípla<;, €v ót
45 YEV~O'I:;crOal tOÜ xpóvou n:potóvt()(;. ill' OUK hÓAf,lr¡ae tOÜtÓ t<9 n:pCllCTlK(9 add. Pohlenz : <"(ÍYVEoOal 51' clJ.la9¡a<;, ev M 't0) 1IpaK'ttK(9) add. De Lacy : aKÉ,.q.lClTt
yE Kata\jlEÚoacrOat trov <pCtlvopévrov, illa KUV Ú1tO q>tÁooéxpQ;J "(lVO¡.lÉVOOV 0111 'ttl<; a¡.ta9ia<;, tv M t0 1tpClKTut(9 Edelstein 83 claGEVf¡aCtV L : ácr9EVf¡o(lvt!l<; H
tP€CPlltat f,lóvQ;J Kal PllO€v p~te Orocrr¡tCtl p~t' aXOÚOl.l 1tfb- aaBEVf¡oavto<; De Lacy I post KpíO'lV add. n"¡v H 85 rwv ~cóeov L
nOtEnCtpá8tly~ta KOKla¡;, OIlWs OUK E~ aváYK11C; aUto. q>IAO-
12-14 OiKElouaGm Kal ... ex!':! nva qlUOlK~V OtKEíOXJlV Ésta parece ser una tesis del estoico Posidonio
ooq>~oelv'
(cf. Frag.158; 160 EK), pero probablemente también fue propia del estoicismo antiguo (cf. Estobeo, EcI.
50 Oltt~V yap etval tf¡¡; OtU(j[Pocplle; t~V aitíav, &TÉ- 2.62,7-14; 2.107, 16-1 08,3; Calcidio, In Tim. 165 (26_12 );SVF3.229 y nuestro capítulo 26).
pav ~IEV €K Kat11xTtcrEooe; t éiJv 1toUrov avOpcón:cov tyylyvO~UN'1V, 18-20 t¡.t1tpoa9Ev, KO'ta miSo<; .. . cppovtíóa 1tOlOÚ).leVa Cf. Posidoruo, Frag. 31 (EK).
hipav o. É~ a&r~, roov .pay~ár",v r~, ~úo'''''' tyro OE SO-52 om~v "(ap Etval n;<; ótaO'"tjxxpf¡<; ... 8K KaTT¡Xncreror; ÉtÉpav O€ ~ atrrf¡r; 'trov 1tpay¡.tá'tOlv n;r;
U1tEp f:Ka'tÉpa¡; UUtOOV an:opro Ka! 1tpCÓt TjC; yE 't~e; eK tOOV ¡[¿Aae; <púaEror; Hay varios pasajes paralelos que confirman que este argumento fue efectivamente usado por los
ytYVO~évllC;. Ka, yap Ola 'tí 9wuápGVa Kal aKOÚcraVra estoicos antiguos (particulannente Crisipo; cf. capínllo 26, texto 26.1 ): "El animal racional se pervierte, a
55 napá8etn Lo KaKíae; oÚxt¡. um;t toGtO Kal q>€ÚyEt 't(9 P110E)l(av veces por la persuasión de las ocupaciones exteri ores, a veces por la instrucción de los allegados, porque la
naturaleza proporciona tendencias incontrovertibles" (a<pop¡.¡,ar; ao\acrtpó<pour;). "Incontrovertibles" o
524 Capitulo 22 El impulso primario y la autoconservación 525

"inapartables" (ao\aOl"p6cpo~) tiene el sentido de "inconuptibles". Véase también Orígenes, DPR 3. 1.3 t pyá1;Etat, ou J.tElplOnÚSEtav· anáSelav yap Kapn:oÜTat n:OvteATte; tilS
(incluido en SVF 2.988), quien enfatiza el hecho de que "en la natura leza de la razón hay tendencias a &1tI(1upía¡; EKKOmí. á)')" ouM ~:KE1VWV TroV OpuAoupévwv icyaOoov,
contemplar lo bello y 10 feo" y que, "siguie ndo tales tendencias contemplamos lo bello y lo feo (en senti- Touté011 tooV napaKElpÉvrov TOl<; nágernv naOTJTlK&v dyaOoov, IlE1a-
do moral, no estético), y elegimos (aipoú¡.u::eu) lo bello y desechamos (iKdívo~f;V) lo feo", Es deci r, la
AaIl~ÚVEt Ó YVW(J'!tKÓS, oTov eU<PPOtJÚvllC; ').J;yro (~tl<; napáKelTat tñ
natura leza es, en sí misma, incorruptible y, de acuerdo a la tes is es toica de la fam iliaridad, proporciona
"tendencias", "i nclinaciones" (o incluso "puntos de partida": atpopJ.laí) incomlptibles o inmodificables. 20 ~oovíD Ka, Ka"l!jlEÍa, (alln] yap TÍÍ ).Ú1t1l "aptl;eulCtat) Ka' E1iAa~EÍa,
La tes is de "doble causa de la perversión" puede estar inspirada en Platón, Rep. 431 A7-8 (OTaV oE \mo «(,"tmuAK<V yap T<\i cpó~'!l), ,,)X oúOE eu~oí) (napa nlv 6pyt\v OOTO,
-rpO<p~C; Ko.Kll ~ 1 .¡VO<; Ó}lv..(~ KpntT)Oñ). Para una discusión del texto 26.1 (citado al comienzo de esta 'tÉtalCTat), KaV Mywm ttV&; IlTJKér' etvCtt taiha KaKá, dU' ~OTJ ayaSú.
nota) y de este texto de Galeno c( Graver 2007: 154~155.
2 <pr¡oiv L: <paoiv Sililhin 10 <"rO> coniec. Frilchtel 16 yap Wilamowitz~Moellendorff: oe L 20 iCaTIl~ía.l
22.16 Musonio Rufo, Dissert. 3, 1-20 L : Katr¡cptíq. POlter / eU;w,/3&Íal L : cú;w,!k(q. Potter
'Enct o' ¿núOcr6 n<; aÚtoü, ei Ka! yUVat~! eptAocroqnrcÉOV, oürro 4-5 F.iC; nlv kv6njta Tfj<; lttmcox; ... Il~ itpooo oo~u;vov La ''unidad de la fe" significa el punto de fusión, por
"ro, ~p~atO oIMaK"V ro, ~IAocrO~~Téov m'nal,. Aóyov ~év, e!jlll, así decir, de todos los seres humanos en uno, que es Cristo (el pasaje de Clemente está inspirado en San Pablo,
tOV autOV ELA~epa(Jl 7ropa OecOV ai YUVOlK€.<; tOl<; avoplÍolV, <f> Carta a los Efesios 4, 13, 1-4). No se requiere tiempo ni lugar porque en el momento de la perfección ya no se
t ExpropEOa npó<; (UJ.1;AOU<; Kal KafJ' Bv OtaVOOÚpEOa nEp! transita en categorias espacio~temporales; lo que carece de lugar y tiempo indica en Clemente el ámbito divino
(Strom. 5.71,5).
5 éKáotou npántato<;, <el> ayaOov ~ KaKóv 8cr!t, Kal KaAOv ~ 13-14 6.;cupcrÉov apa TO'" YV<OcrtlKOV ... IfUXliCOÜ n:áOov:;; El "gnóstico" es en este pasaje el "hombre
se
aicrxp6v. ÓPOtro<; Ka1 aioOlícrel<; ta<; aura<; e;(et ro 011Au 10 perfecto", perfeccionado por el conocimiento (cf. San Pablo, Carta a los Efesios 4, 13). El gnóstico es el
appEVt, ópav, aKoúElv, ocreppatVEcrOm Ka1. la aAAa. Ó}lOlro<; Ka't se verdadero cristiano en el esquema paulina que sigue Clemente.
~IÉPl1 crropato<; ta aura lmárxet ÉKarÉpQ;l, Kal oU8ev Oa1épC9 nAtov.
en M 5pe~t<; Kal OIKEtrocrt<; epÚcrel 7rpo<; apcrTtv 0-0 p6vov y(VeTat 22.18 Alejandro de Afrodisia, Mant. 163,24-32
10 t Ol<; avopácrtv, áAAa Ka\ yuva l~(v ' ouoSv yap ~TTOV aÚTaí ye t &v etl el J.llloev Ilátr¡v ~ <pÚOtc; n:Otei (ou& yap &llll tl<; 'téxvTJ TroV ún' au~
Ctvóp&v 'tol<; ~IEv KaAOl<; Ka\ ÓtKatOl<; epyOl<; apémeecrSat n:eepúKo01, tfis ylvOIlÉvWV páTllv n notEl, OJJ..' eKacrrov tOOV úno téXVTJ<; ytvop.Svrov
ta o' evavtlo TOÚTroV npopállicrOat. TOÚTroV013 taútlJ f:xÓvtrov, oUl cruvtEÍVEt npo<; 'to olKElov amil¡; TéAo<;, t éXV'l óÉ'tl<; Seta Kal ~ IPúrnt;. roan:
tí 7rOt' oov t Ol<; !lEV civópám npomlKot av 1;;11U:lV Kol crK07rElV Kal ta &1r' aun;<; ytvÓ¡.tEVO croVTEíVOI av n:po<; tO OIKelOV TOÜ EV <f> yívetat
on:OO¡; ~ 1CÍ>OOvtat KaA&¡;, onep 10 <ptÁOO'(xpEiv lcm , yuValS't '013 oiS; 5 TéA.o<;, oiKelrooet OE ~J.laC; npo<; t oüt Otá te crw¡.tatlKa Ka't EK'tO<; &raSá,
15 7rótepOv on avópa¡; ).ISv n:PO<nÍKEl ayaSou<; étvat, yuVCtiKa<; óE oiS; cruvepya apa Ka't nruTa npo<; t OKant <púmv ~ Ilrov Té).oc;, Ka! OU p.áTllv tí
crK07r&Jl€V ÓE Ka1 KaO' Ev EKacrrov T&V7rPOOTlKóvrrov yuvaud Tñ olKEÍrocrtC; ~ ltpas toiha) , OUK apa aUTáplOl<; ~ aperTt rrpoc; tO Kata <pÚcrlV
¿crO~lItVlJ ayaO!'r <pavEitat yap ano r.pl).ooo<pí~ 10ÚtroV cKacrrov lO\) dv9pronou t V.oc;, El ye IltÍte npo<; tTtV K'Tilcrtv J.llÍt e lIpO<; nlVníP'lcrtv
páAlcrr' av autti ncplytVÓIlEVOV. aUTíKa óei OiKovO~llK1)V elval TTtV a
tOúTrov 7rpOc; EK epúcrEú)e; olKelro).le8á. ecrtlv aUTápKTJC;·
yuvoiKa Ka! 6KA.oyIOtIK11v t&v olkQ;l cruP<PEpóVTWV Kal aPXlK11v 3 aOtfjc; Aa: a&n¡c; sic V 4 O'UVIelVOl VABy : Cfl)VIE(V€1a
20 TOOV oiKeTcOv.
6 O'UVepyo: apa Kal mma Esta tenninología es claramente estoica; cf. capírulo 14, texto] 4.11.
5 <Ei> lacite add. Nieuwland 6 aicr61ícrE¡ L 9 OP¿~E~ K(Ú OiKCU:ócr&I~ L: corro Halm 13 TtQt' oúv Hense : 8ltpOc; nlV TIÍpr¡mv cf. supra texto 22.1 , Unea 1: í'OXEtV eit! TO .r¡pEIV.
on
TtPÓL(:pov L 14 ~ 15 oi) ; n:ÓL(:pov lacobs: oú 7Ipón::pov'on L 17 aTtO ql1.AooQ(p(a~ Wachsmuth : tO
qllAooQ(pía~ L 18 nEplyEvÓW:VOv L 22.19 Alejandro de Afrodisia, Mal/t., 150,25-34 (SVF 3.183)
tOmo OTt 10 npWTOV OiKElOV
22.17 Clemente, Strom. 6.9.73.2-75.1
el;;T¡tT]tat, .{ 7r0't'€ Ecrll, ltapa TOlC; <ptAocr6<pot<;, Ka! O'U .aUto 1I00'lV €80~ev,
El yoüv 11 nacra oiKeíwcrt¡; 11 n:pO¡;
aMa crxroov KaTO: rT¡v TOO eoxátou opeK'roü óta<popav Ka! ~ n:ep't 1'OD 7rpro-
To. KaAa ~leT' opé~eco<; yíVeTCtl, 1too¡; a7ra0TtC; !lÉvet, <paolv, /) 'tOOv KaAOOv
tOU Toi¡; n:Ep't amoO AZyoucnv yívetat. al Ilev oov LTC01KO\ ou n:ávr&; Ó€,
ópcyópevo<;; &Al' OUK IcrCtO'lV, roe; eOlK&V, OUtOl TO OelOV n; <; ayáltTJS' ou
5 ASyoucrtVlIpOOtOV OiKElOV etVat tO l;;Ó)ov aút0 (sKacrrov yap 1;;0ov EUeDS
yáp cmlv En opeS1S TOÜayanooVToe; ~ áyán'l, mepK11Kr1 óe olKetcoo I<;,
yevóllEvOV npó; TE amo olKelouoSal, Ka't 3Tt KO\ lav avOfXOltov' oí. oc xa~
5 (de; T11v €v6t11ta t il<; ní01Eros) anoKu8ecrtm"\ita . . 'tov YVOOcrT IK6v, xpóvou
plécrrepov ÓOKOUvr&; Akyetv aUTrov Kal llaJJ..ov ótapOpoüv nEp\ 'tOUDÉ <pamv
Kal T6ltoU p.~ n:pooóeó~léVov. 8 o' tv oi<; rorO!, o.' ayá7I'lC; ~O'l yev6--
XPo¡; nlVOÚcrtacrtv Ka't TIÍPllOtv OltCEtWa90.. ei>ao<; yevop.tvou<; ~ !laS 'tTtv
}lEVoc;, TI¡v lAníou n:poEtA11<PWS Ola Tfj¡; yvwoecoe;, OUOE op6y&luí nv~,
~p.rov amoov), tOle; óE xEpl 'EnlKoupov li8ovT¡ tO np&tov OiXclOV EOoSEV e1vm
EXroV00<; ofóv t E auto 'to OpEK1ÓV. eiKÓtw<; toívuv Ev tñ J..L\Q. eSEl
10 ánA&e;, n:po'(óvrrov OE ómpSpoüoSat TaúTllv rT¡v ~oovT¡v cpamv, [ ... ].
pével tñ a peta!3ó)..ql yvrocrttKOOS ayunoov, oMi' apa ~1lA.OOcrE t tSO}lOlúl-
10 Oilvat TOte; KaAOle; <to> elvclt 01' ayá7tll~ €xWV toÜ Ká)J..ouC;. Oápcroue; t e 5 autc9 a 6 Ylv6W;vov a I nUTO Bruns : auto VAS: aó.ov a 7 l)¡ap9pouv VAB : ÓlapapoÜVI~ a 8
Kol t1tlOUllla¡; Tle; En toÚTC9 xpeía, TTtV EK n;<; ayált'lS OlKEíroO'lV ltpOe; 4ncmoo0'9uI Ba. : OiKEl1:o0'9m Sharples
TOV a1tafhl Oeov anetA1l<pÓTt Kal Ola nl<; ayá1IT]S EauTov el<; t OUe; 22.20 Hierocles, en Estobeo, Ecl. 4.671, 7-673, 11 (LS 57G)
epíAoue; eyyeypa<pón; ¿~atpEtÉOV apa TOV yvW(JttKOV ~p.iv Kal TÉA.elOV IEpoKAéouC; EK tOD TIooe; cruyyéVÉal XPTJOtÉov.
an:o ltavtOe; \jIUXIKOÜ náSous' ~ pEv yap yvooav; cnJvácrKT]crtv, ~ crt.lvá- Tote; EIPTJpÉvot<; 7rep't yovÉrov xp~crews Kal OOEN.p&V
15 crlOlcrt<; 86 e~lv i' OláOeO'lv, ~ KUTÚmaO'l<; OE ~ TOláoE cmúOelav yuvatK6c; TE Kat tÉKVWVoK6)..ouOóv tcrtlltpocrOdvUt Kat
526 Capítulo 22 El impulso primario y la autoconservación 527

rov 1rEpl OlY'(Yevrov Myov, OU¡..t1te7rOV9ÓW Il€V 1t(o~ EKdvOll;, KÚK.f...roV. maúea pÉvtOt y&VopÉvO\<; OUK aKalpoc; toú PT]-
5 oe
&t' al)lO TaUtO O1Jvt6)..tro~ G.1toOo9iiVal ouválJEvov. OAro¡; OMOe; Enl yovÉrov D10plOllOÚ q>avrá~etal IlVlÍIlTl. f).J;yo-
yap BKacrt~ ~Jl&v otov KÚldot<; 1tOAAoIC; 1tEplyÉ)'pcnrral, 55 IlEY yap ou Kat' EK€tVOV ~v(Ka tOVtórrov ~)lEV, Ma
rote; J.J.f;V O'~lIKPOtÉp01~, TOte; OE I..U:;l~ocn, l(al1"ol<; ¡..tev ~T]tspa natpl cruveKp{vollEv, roc; xp~ Tfj )lSv Illltpl t~<;
1tEptÉXOUcn, TOle; óE m:p1exOl-ltvOl<;, Kata lae; ow.cpópOUC; crtopyfjc;, rile; O€ tI~i1<; t1'9 rratplrrUov ánovÉIlEIV' ore;
I(al áV1CJouc; 1tpO<; &AA~AOUC; OXécrEtC;. 1tpó'llae; ¡JEv yáp énopSvroe; Kal &Gpo tleEt~ev av, ro~ tOU~ )lev )lTltpÓ6EV
10 eOTI ciKAO!; Kal1tpoaexÉCITat~, Bv O:UtÓC; tu; Ka9ún:Ep n:pootíKoVTae; OtÉpyEIVn:AJ.ov n:pÉ1rEl, taUe; o' an Kata
1tEpl KÉvrpov t~V sauToü yÉypantal óHlvotav' f:v ~ K'ÚKAql 60 7tCt.tÉpa cruyyeVEtC; Ola Ileí~ovo~ liye,v Tt~fle;.
t6 "te cr&~ta 1tSpIÉX€tat Ka! rO. tOÜ móparoc; Ev€KU 1tapet- slSAo<; S : (S).,ax; MA 15 tomwv codd: tOÚtOU TrincavelJi 24-25 lOv Mtta~v S : tO ivtf:ray)lÉvov MA
All¡..lI.tÉva. crxeoov yc't.p Ó ppaxúrCtlOC; Ka11-llKpOÜ 8eiv au- 30 ,a~ ser. von Amim 31 ~ ní9ru; add. Wachsmuth 33 &n:oOtíICllr; c).(p' ~ codd.: corro Madvig 34
T06 rrpocramó¡J.evoc; ¡oi) KÉvtpOU KÚKA~ OÚt~. own:po--; 1tporotSáx9T1 ~ A 35 OOuto«; S : auto~ A 38 ácproPlíottOl M 40 É~O)lOíro; Trincavetti 44 brl)lETPElV
15 S' o.n:o lOÚtOU KutnMov ~IEv acpeOLcOC; tOU KÉV't"pOU, Bentley : br\ ¡..tetp{av SM : )lf:tpícuv A 58 61tollévollj codd. : corro Needham
oe
rreptéxcov tOV 1tpWtOv, tv c9 TcrÚXCLTUl YOVEle; aOEMpol Sobre este importante pasaje de Hieroctes y la proyección que tuvo en los pensadores cristianos de los
yuv111tai8ec;. 68' arcO 10Ú!rov 'tp('WC;, EV (9 esio! Kal primeros siglos cf. Sombji 2006: 43-44. Un comentario ponnenoriado del pasaje se encuentra en Ramelli
tTlOíoec;, 1tá1t1rol t e Ka! T~Oat, Kat &8ENpWV 11:awe~, etl 2009: 125-128.
D' o.VE'l'IOl. lleO' Bv Ó tO~ ctUou~ 11:epLÉXCOv (JlJyyEVel~. 34·35 mIlC; tE XPTlO'1'tov Para esta expresión y su valor técnico en el estoicismo cf. Isnardi Parente 1990:
20 tOÚtCfl D' sq>El;íi~ Ó T(OV 0llIlOtWV Ka1llet' aútov ó t&v 2206 y, más nx:ientemente, Bénatoult2007: 271-276
q>UA.et&v, de' onOAtt&v, Kal Aomov OÜtCO~ ÓIlev o.mu- 40 ItEpl n'¡v ~O)loíroaív BatlV La palabra tl;O)loí~ evoca la óllo{cocnc; 9€Ql de Platón: Teet. 17681; Fdr.
ym6voov, ÓlíE ó~osOvrov. ó o' e~OOTúTOO Kal ~éy¡<no, 253A-B; Rep. 383C; 500C-D; 613A-B; nm. 90A; Leyes 716C-D (eL texto 22 .21. linea 25).
nEpuixwv Te rráVTac; t OU~ KÓKAOU~ ó tou rravtOl; avepro- 43 tO )ltv cUv cruvtxov En este contexto la expresión no tiene el sentido técnico de "causa cohesionante o
rrwv y€vou~. tOÚtrov OUv teeEroPTl~I€vúlV, Kllta tOV Meta- cohesiva" (para este uso cf. nuestro capítulo 14).
25 Il€vov Émlnepl tllV O€ouoav €Kám(Ov XP110W TO S1tl- 22.2 1 Anon., Comentario al Teeteto de Plató" , Col. 5. 18-8. 6 (LS 57H)
auváyelv 1[(OC; tOU~ KÚKAOU~ Ól~ inl tO KÉVTpOV Kal tft <9Ke1OO)lEea yap TO'i~ ó~oel8t(J\' IlnUov ~OI OOIKelrotOl to[ie; éa]mo\)' '1tOAÍtOl[ C;'S1rt-
O1tOuDfj ~Etaq>Épelv lid lOU~ SK t rov neplcx6VTúlV eic; tOu~ teÍve]tal yap Kol a[ víet]a[ t] ~ oitceÍroOle;' B[001 to] ívuv ano rii~ olKe[ l]roOeú)~ eiaáyouOI
nEplexo~l€vOU~. Kata TOV qllAoíKelov youv Eml yovéa~ Ilev n'¡v ol[KJm[OJmJVllv, E{ ~<v Uyoumv lcrr¡v aÚTou TS 'pO<; mJTOV Kal 'POI [TOV q[ ahaTov
Kal a8eNpou<; <. >. OUKOUV KaTU Tllv aót~v aVaAoyíav Kal Muowv, tE9tvror; ~Ev tOÚtOU OOO~ETal ~ OtK010~[Ú]VT]. ou (Jl))'Xropet'tal [olE[EÍ]val tOT]v'
30 t&v cruyyevrov 1:OU~ ~ npea~utÉpou~ Ka!. <ta~> npecrputspw; 5 .apa ya[pT~VJ <váp)'E'áv eaTlv [KJa[IJ T~V auva(ae~mv. ~ ¡W ytlp 'pOl tauTOV
CÚ, .á..ou, <~ T~Oa<;>, Odou, ~ T~O(oal, TOUI O' ó~'í- olKEÍromc;, q>umKlÍ Emlv Ka!. éíAoyO~, ~ OS npo~ tOUe; nAT]crÍOv r.pUOlK1, IlEY Kal aún), ou
AIKa<; cb~ avel.¡f\Oú~, tOUr; DE verotÉpour; ror; natoa~ áveltl\wv. ll€vtOl aveu Aóyou. EaV yoúv KatayvrollEV 1tOVT]plCLV Ttvrov, Ol> )lÓVOV 'V€yO~€V aÚTOÚr;,
mot' elPTlTCt.l Ola crUvt6~úlV u1toEhíKT] oar.p~<;, n&<; xp~ aMa Ka't aMOtploú¡..te9a 1tpO~ autOÚe;, auto!. D6 Óllapt ó'vovn;:e; OUK a'1to8É.KOVTat IlEY
npoar.pÉpeoOCI.I ouyyevsOlv. bte lo~ npoeoloáxOTlPev, nw<; ta y' tDEXÓ~EVO, oú Oúvavt[ al 0]6 )lEtcrfiaat OlJ.OÚ<;. OU,K, emlV1'Oívuv lar¡ ~ o[i]Ke[qúlme;
35 tE XPT]OTÉOV s.autot<; Kaln&r; yoveuOl Ka't aoel,r.poir;, en 10 npOI tauTov [Kal . Jpo.; óvnvouv, 3.ou ~~oe .popa [éJamrov ~p~ ¿."{crr¡[,J
oe yuvatKl Ka't tb(vO\<;' npÓOKEltat D' (Su Kal tOÚtO\~ ~tE:v 1\>KS[ ljcó¡JE8a. O" yap Ó~O(OOI ~xo~"" 'PO<; 6lp[eaJA~[ oJv Ka[IJ óáKnJAoV, Lva ~~ . Uyoo 'POI
ÓIlOlúl<; tlj..UltSOV tOUr; EKtO\) tpítou KÚ0.0U, tOÚtolt; O' ovuXal [KJal TP(Xal, e.sI oúo< 'POI. t1,V ImopoA~v aúTrov Ó~O(OOI ~AAoTp,CÓ~[ s8Ja, &ill
au mÍAtV tOUr; ouyyevei~. aq>alp~Oeta\ ~ yáp 't1 t11<; ~éiMov K[ al ~t ]tov. el 06 Kal a[út]ol qnícroum 6meí[ v]eo9a[ 1] TI¡v olKe{ro[ CJlV, Ecr]tot !lEY
euvola<; tO KaO' aT~o DlámTllla nUov ovo ~)ltV O' B)lúl~ lptAovllp[ oo1tlla, éUy~oum o¿ T[OÚTOUI aJ{ mplOTúos" v[auayro Jv, 3.ou lÍváy[ KT\ ~óJvov
40 O1touoaO'tÉa nEpl T11v e,;o)loíooO'ív EO'tlV. ~KO\ ~v yap av 15 O'(:ó~eoem tOV €-cepov OÚtoov' KaV ~~ y€vrovrOt OS 1teptmácrele;, OJJ...' autoí ye oü-
e~ tO ~UhplOV, el Ola tflt; ~IlEtÉpw; aurrov Év<ITácrEúle; TOO, O'ÚK[ E1VTmJ CÚI éAsn8'la6f1BV01. 08"" Kal Epw[TJ&mv o{ E~ 'AKaO~¡JE[(a, oJ\í[ TJoo[, l
E1tlt EIlVÓlleOa tO Il~Koc; ni~ npoc; &KamOV tO npóO'wnov En' lcrr¡[, J oú [acó~S1:mJ KaTa . [oull 'EmKo[upsíoJu, ~ olKatomJVll Ka[IJ Ka.a ro",
aXÉoeroe;. TO ~ev OUv cruvf:x.ov Kalnpay)latlKfinepov elpT]- ¿tWIKOÚ[c;]. WJ..cl )l~v KOTa tOUC; 'ErrlKoupeíou~ ou aro~€'tal ~ olKalOoúVTl, ro~
Tm ' xp~ 8' trn~IErpeí:v Kal Kata T~V trov npoc:nryoplú>v ó~oAoyoiJ(J\, npoe; oüe; Ó A&yoc;. oúOe KaTa toO<; LtOO1KOUC; apa. DU1 TÍ yap ou crro~etat
45 XP110lV, tOUe; ~ev aVEl.¡flOUC; Kal eeíou~ Kal111eíoW; aDeA.- 20 KClTa toUe; 'E1rtKOUpdouc;, El' Tl~ alJtrov 1rUv9áv[ OIt] o, q>líoOU01, on OUK Wrot..eÍ1tOUOl oi-
q>ou~ ánoKaAouvrac; natÉpw; t e Kal IlTltÉpW;, trov DE cruy- Keíromv npOe; TOUe; nAT]mov. Mv oov ano4í7rTlte ú~eie; avo)lo{av, apá yE OUX opa-
yevrov TOUe; IlEV Oeíouc;, tOUe; DE aOSÁqnSoüe;, tOUe; SE tE, on tOmO tO 1tA.eiov avoYKácrEl nOtE. Il~ ólloíro~ O'toxá~eoeat tOO Te éautrov
aV€\VlOÚe;, oo~ av Kal ta nic; ~AIKtae; nopeílCl] EvEKa tile; Sv AUOlteAoUr; Kal tOU trov 1tAllO[QOV, t[~a]pKei 06 K,al EID tÉ[xJVT]e; Kal Enl apen'l<; nopa-
toie; 6vó~ao'lV EKT&VEÍa<;. 0,)10<; yap l~<; npoop~O'€úle; Ó pa9elc; KClv de; apl0)lCx; ÉKáTEpOV a[u]nov a!.pOV{OCl l· o9ev OUK ano n1<; OiKEloooeü)~ ,
50 tpónoc; al-la )lsv av O'Tl)lEtOV OUK a~aupov elf] tf1e; OOCJl1<; 25 eloáyel ó nAútrov TI¡v OI[KO]lOmJvr¡V, aMa a1to t~~ 1tp[ o]e; tOV Seov Ó)lOlW [ oero~] ro~ oel-
~~ltV (J1tOUO~r; 1tepl ÉKácrtouC;, t1)la o' av
E1rotpÚVOl Kcd ~o¡.¡"". T~ [V &eJ O{KsíooolV .a[ÚT~J vn[OJAUOpÚA~TOV oú ~6[voJv Ó LOOKpáTT]1
1tpOOEvt€íVOl1tpO~ t~V tmOOEoe ly)lÉV'lV olov cruVOAKl,V trov e[IJo[áYJE1, &ill Kal ol.apa Tro, IJAáTOOVl. aO~l<n[aLJ [aJUTÍÍI OE o[~J TÍÍIO{-
528 Capitulo 22

KElro[ o ]Ero[,] ~ ~Év, [ton]v K1l8E~Ovlldl [~ "PO, Éa]u[TOU, <a\] ["]p[ o]pOU, "A[~oíov EO-]
-r[ívJ, ro~ av TI El [110m [~crav, ~ 8' ulpE111OÍ, ~ ctÍpO[Ú])lEOo: Éumot<; taya[O]á, 0-6K
Capítulo 23
30 K110ÓJlEVOl, &[A]Aó: POUAó)lEVOl aura
yevtcr9m ~ IlLV, OT]AOl, on ~ rrpoc; ÉUU!OV Ka1 TOU~ Felicidad y fin final
Ó)lOE18el~ OÓK Errl'l,V atpetllaí' o-o8e1S yap
Ctlpettat Éamóv, aUa
Éautov l!~V sivat,
-rUya8ov os Éamó) EÍVal, Kt10etat OE Éauroú KCll trov l[Allcr{OV. oUlwGtO Eqnr El !lEv 'tcOv f.v
KUP~VT11 f.lillov ¡hcrl86)lT]v or¡A&v Ort ~ 'WtUÚtT] OÍKEÍoooíc; EC1'ttV KTloq.lovuaí·
23,1 DL 7,87-89 (eL SVF 3A, LS 59J; 61A; 63C)
9 y' ¿os,(6~.II.N(l coni. Sedley: [1l]ax6¡.teVu ed pro 14 v[auay&]v ed. pI', in app. 25 ÓJ.1otffi[cr&O~] cb~
Bastianini·Sedley : 6,.LO\(¡)[cn;ú)~] Praechter : 6)lotó[nrr~ ed. pr., <d)(; > add, in app. 28-29 [~ npo; Por esa razón, precisamente, Zenón fue el primero en decir en su tratado Sobre /a natura-
ta]u[wi>~ KCt\] [n]p[o]¡;1"oUt;l'tA[Tlcríov Uconi. Sedley
o ••
leza del hombre que el fin es vivi r en coherenc ia con la naturaleza, lo cual no es más que vivir
según la virtud . Pues la naturaleza nos conduce hacia la virtud. Del mismo modo tamb ién [lo
Un comentario detallado a este pasaje se encuentra en Radice 2000: 230-234 (aunque su traducción de
WKttW~ect por ''noi sentiamo nostri" nos genera dudas, por cuanto la misma no da cuenta del carácter de dicen] Cleantes en su tratado Sobre el placer, y Posidonio y Hecatón en su tratado Sobre los
'¡apropiación" o "familiaridad" de la O¡KEÍ«)CH~ estoica). C( también Alesse 1994: 147-J48 y, más fines. Y, de nuevo, según dice Crisipo en el libro 1 de su tratado Sobre los fines, vivir según la
detalladamente, KUhn 2011: 347-364 virtud es lo mismo que vivir según la experiencia de las cosas que ocurren por naturaleza,
pues nuestras naturalezas son partes de la del todo. Por esa razón, precisamente, vivir en
1-2 D;lKElwl.u::6a yap TOt~ ofloeIMm ... ~ O¡K€íoo(n~ Según McCabe (2005: 440), esta observación parece
indicar el compromiso variado con los otros, característico de los circulas concéntricos de Hierocles (cf. coherencia con la naturaleza es el fin, lo cual consiste en vivir tanto de acuerdo con la propia
supra texto 22.20). Pero en el argumento general del comentador anónimo esta premisa es funcional a su naturaleza como con la del todo, y no hacer nada de lo que la ley universal - que es la recla
tesis de que los "grados de familiaridad" son diferentes , razón por la cual la O ¡ KEÍú)OI~ no puede ser el razón que discurre a través de todas las cosas y es lo mismo que Zeus, el rector de la adminis~
principio de la justicia. Es probable que la sugerencia de McCabe sea la que mejor interpreta el modelo de tración de las cosas existentes- suele prohibir hacer. Eso mismo es la virtud del hombre fe liz,
los círculos concéntricos de Hierocles; pero 10 que el comentador anónimo parece querer enfatizar es que el correcto fl uir de la vida, cuando hace todo de acuerdo con la armonía de la divinidad en
es falso (pace los estoicos) que los circulas que se alejan del primero (que Hieroc!es identifica con la cada uno de nosotros y el deseo de l administrador del universo . Ahora bien, Diógenes dice
propia mente) son cada uno de nosotros.
expresamente que el fin consiste en el razonar bien en la selección de las cosas según natura~
3-4 irPO; [rov k1[0"]xcl"roV Muoruv El giro es una adaptación de Platón, Teet. 209B7-8. Misia era un país lo-
calizado en el Asia Menor; la mención de los misios ejemplifica un sentido de lejanía. En el pasaje el leza; Arquedemo que consiste en vivir cumpliendo todos los actos debidos. Por "naturaleza en
sentido debe ser que la familiaridad de uno respecto de sí mismo no es igual a la familiaridad respecto de conformidad con la cual hay que vivir" Crisip o entiende tanto la universal como la propia-
alguien que está lejos o distante de uno mismo. Pero el argumento estoico probablemente es que, aunque mente humana; Cleantes, en cambio, únicamente admite la naturaleza universal, a la cual hay
la autoconsciencia conduce a la autoconservación y al amor de sí mismo, este amor de sí mismo puede que seguir, y de ningún modo a la particular.
ampliarse de modo de incluir al "más distante de los Miseos" (cf. McCabe 2005: 430-432).
25 ano Tfj~ ... 6flO\W[O"fX.o~] ef. Platón, Teet. 176BI -2 y Rep. 613A-B. La misma interpretación de la 23,2 Epicteto, Diss, lA, 28-29; 2,)3,8-9; 2,16, 27-28; 3,22,97; 3,24,2-4; 4A, 39-40
OiK€Í(J)<Jt~ (i. e. como semejanza con o asimilación a dios) se encuentra en Prado, In Tim. 211, 13-15.
Ahora bien, ¿qué nos proporciona Crisipo? "Con el fin de que sepas, dice, que no es fa lso
Véase también 287, ]-3, donde el conocimiento (yv&<Jt~) es una conversión (e1tl0"TpO{tl1í) hacia lo cognos-
cible, y una "familiaridad y una unión" (o "adaptación"; OiKdcoO"\~ KCll e<páPflom~) con lo mismo. En Teet. aquello aquello desde 10 cual se da el 'correcto fluir' y desde lo cual surge la impasibilidad,
176B Platón afinna, en realidad, que "ese escape - es decir, el escape del mundo fenoménico del cambio- toma mis libros y entenderás que lo que me hace impasible es no sólo consistente con, sino
consiste en volverse semejante al dios en la medida de lo posible. Dicha semejanza es volverse justo y pío también conforme a la naturaleza". [ ... ] No sabe (re. el legislador) que quiere las cosas que
con sabiduría", y no que la asimi lación o semejanza con el dios es el fundamento de la justicia, como no le han sido dadas, y que no quiere las que le son necesarias, es decir que no conoce ni las
sostiene el comentador anónimo (sobre este punto cf. Radice 2000: 232, n.193) . que le son propias ni las que le son ajenas. Pero si las conociera, nunca sería obstaculizado ni
29 ~ av 1"1 ••• ~(J(lV Como observa Sedley (en Bastianini-Sedley, 1995 : 492), la aclaración "en cierto
impedido, y no estaría ansioso [ ... ]. ¿Cuáles son esas cosas? Las que si el ser humano cuida
modo" (n) se explica por el hecho de que el comentador anónimo no admite la tesis de que se pueda tratar
a los demás de una manera completamente igual a como nos tratamos a nosotros mismos. todo el día, es forzos o que no se dedique a ninguna de las que le son aj enas : ni a un
companero, ni a un lugar, ni a los gimnasios, ni siquiera a su propio cuerpo. Y debe recordar
22.22 Marco Aurelio, ASI3.9 la ley y tenerla frente a sus ojos. ¿Cuál es la ley divina? Cuidar Jo propio, no reclamar lo
T~v imoAr¡mtK~V 8úvO,Utv OépE. Ev WÚ"tD T() nuv, i.'va i)Jl:ÓAr¡'V t~ ajeno, sino usar lo que nos ha sido dado. [. .. ] Por eso, quien está dispuesto así, no es indiscre-
t4J ~rE).10VIK4J 00l) Ilr¡KÉtt ¿yySVT]tat o.vaKó)oOUeo~ tfi <pÚO"Et Kal tfi to ni entrometido, pues cuando uno examina los asuntos humanos, no se está entrometiendo
10U AOylKOU 1.;40u KOW<JKEUñ· ctÜtr¡ OE EtrayyÉAAETat a1rpo1rtwO"íav en lo ajeno, sino en lo propio. [ . .. ] Si alguien es desdichado, recuerda que lo es a causa de sí
KOl T~V 1tpO~ Ct.vepómou~ OiKEÍWcrtV Kal t~V TOt~ eEOt~ Ct.KoAou8íav. mismo, pues el dios produjo a todos los seres humanos para que sean felices, para que estén
tranquilos. Para eso nos ha dado recursos, pues dio a cada uno cosas propias y ajenas: las que
I m~pou T 2 áVUK6AOueOV T 3 O:1tpoomoooíav A pueden ser impedidas, arrebatadas y necesarias no son propias; las libres de impedimento, en
3 aün¡ . . cmpoltt ooO"Íav La airpomúJO"ía es la virtud de la "no precipitación", que se define como el "cono- camb io, son propias. La esencia del b ien y del mal, como era d igno de quien nos cuida y
cimiento de cuándo uno debe asentir y cuándo no" (cf. capítulo 5, texto 5.6). Es una excelencia "dialéctica" protege paterna lmente, la ubicó entre las cosas propias. [ ... ] Hay un solo camino hacia el
propia del sabio estoico; su opuesto es la npomh.::tCl. Estobeo define el precipitarse (np01tÍltT8tV) como "dar correcto fl uir -tenIa a mano cuando amanezca, durante el día y durante la noche-: apartarse
asentimiento antes de que haya una cognición" (Ee!. 2.11 2, 5-7; SVF 3.548; LS 41G; para esta misma de lo que no depende del arbitrio, no considerar nada como propio, entregar todo a la divini~
caracterización cí. también PHerc 1020; SVF 2.131, con los comentarios de Gorler: 1977, 85-86). Una
dad y la fortuna, poner como cuidadores de tales cosas a aquellos que Zeus ha producido [para
discusión ponnet1orizada del problema de la acción precipitada en Epicteto se encuentra en Salles 2007.
ello], y dedicarte tú mismo a una sola cosa : a lo que te es propio, a lo libre de impedimento.
530 Capítulo 23 Felicidad y fin fina l 531

23.3 E,tobeo, Ec!. 2.75, 7-77, 5 (SVF 3.3; LS 638 y 58K) del alma. Algunos de los estoicos más recientes admitieron así que el fin era vivir en coheren·
Dado que el hombre es un animal racional mortal , político por naturaleza, también sos - cía con la constitución del hombre.
tienen que toda virtud y felicidad humana es una vida coherente y concordante con la natura- 23.6 DL 7.165 (SVF 1.411 ; LS 581; FDS 144)
leza. Zenón caracterizó el fin del siguiente modo: "vivir en concordancia", esto es vivir según Herilo de Calcedonia dijo que el conocimiento es el fin, lo cual no es más que vivir refi·
una razón única y armónica, porque los que viven en confl icto con ella son infelices. Sus riendo siempre todo al vivir con conocimiento y no ser desacreditado por la ignorancia. El
sucesores, al hacer ulteriores distinciones, ampliaron su caracterización del siguiente modo: conocimiento es un estado inmodificable por un argumento que se da en la aceptación de las
"vivir en concordancia con la naturaleza" porque supusieron que la formulación de Zenón era presentaciones. En ocasiones solía dec ir que el fin no es uno, sino que éste cambiaba de
un predicarlo incompleto. Cleantes, en efecto, su primer sucesor en la escuela, agregó "con la acuerdo con las circunstancias y los hechos, tal como la misma pieza de bronce se transforma
naturaleza", e hizo la siguiente caracterización: "el fin consiste en vivir en concordanc ia con en una estatua de Alejandro o de Sócrates. "Fin" y "fin subordinado" son diferentes, pues
la naturaleza". Crisipo quería hacerla más clara y la expresó del siguiente modo : "vivir según incluso los que no son sabios alcanzan este último, en tanto que s610 el sabio alcanza aquél.
la experiencia de las cosas que suceden por naturaleza". Y Diógenes: "es el cálculo correcto Pero los intermediarios entre virtud y vicio son indiferentes.
en la selección y rechazo de las cosas naturales"; y Arquedemo: "vivir cumpliendo todos los
actos debidos"; Antípatro: ';vivir selecc ionando continuamente las cosas según naturaleza y 23.7 DL 7.160 (SVF 1.351; LS58G; FDS 139)
rechazando las cosas contrarias a la natura leza". Y a menudo ha caracterizado el fin así: Aristón de Quíos, el calvo, de sobrenombre "Sirena", dijo que el fin consiste en vivir en
" hacer todo por uno mismo, en forma continua y sin alteración, para alcanzar las cosas prefe· un estado de indi ferencia respecto de las cosas que son intermedias entre virtud y vicio, sin
ridas según naturaleza". Los de esta escuela sostienen que "fin" se dice de tres maneras: el admitir distinción alguna entre ellas sino encontrándose igualmente dispuesto en todas. Pues
bien final, en efecto, es llamado "fin" de acuerdo a un uso académico, como cuando dicen que el sabio es semejante a un buen actor que interpreta el papel tanto de Tersites como de Aga·
la concordancia es un fin. También llaman fin a la meta, como cuando hablan de la "vida menón, y ambos papeles los interpreta adecuadamente.
concordante" haciendo referencia al predicado adjunto. Y, de acuerdo con un tercer significa·
23.8 Cicerón, De off. 3.3
do, llaman fin al objeto último de deseo, aquel al cual todo lo demás se refiere. Consideran
Lo que los estoicos dicen que es el sumo bien, "vi vir en concordancia con la natura leza",
que fin y meta son diferentes, ya que meta es el cuerp o propuesto que las personas aspiran
tiene, en mi opinión, el siguiente sentido: estar siempre de acuerdo con la virtud. Y las demás
alcanzar r... ],
pero los que apuntan a la felic idad, por cuanto todo excelente es feliz y todo vil,
cosas que fue sen según naturaleza, hay que interpretarl as así si no se oponen a la virtud.
por el contrario, es infeliz.
23.9 Galeno, PHP 326, 24-328, 30 (SVF 3.12; Frag. 187 EK)
23.4 E'tobeo, EcI. 2.77, 16-78, 6
En estos pasajes, Posidonio claramente nos enseBó hasta qué punto se equivocan los se·
Dicen que ser feliz es el fin en vista del cual todo se hace y que él mi smo no se hace en
guidores de Crisipo, no sólo en sus argumentos sobre las pasiones, sino también los que se
vista de nada; y esto consiste en vivir según la virtud, en vivir coherentemente, y de nuevo -lo
refieren al fin. Pues "vivir en coherencia con la naturaleza" no es como dicen aquellos, si no
que es lo mismo- en vivir de acuerdo con la naturaleza. Zenón definió la felic idad de este
como nos ensenó Platón, ya que al ser mejor una parte del alma en nosotros y otra peor, se
modo: "felicidad es un correcto fluir de la vida". Cleantes también ha hecho uso de esta defi·
diría que quien sigue a la que es mejor vive en concordancia con la naturaleza, pero quien
nición en sus propios tratados, y lo mismo hizo Crisipo y todos sus discípulos, cuando dicen
sigue a la que es peor más bien [vive] en discordancia. Éste último vive de acuerdo con su
que la felicidad no es otra cosa más que la "vida feliz", aunque dicen que la felicidad se pro·
pasión, aquél, en cambio, de acuerdo con su razón. Si [esto] no fuese suficiente, Posidonio
pone como una meta, en tanto que "alcanzar la felicidad", que es lo mismo que "ser feliz", es
ataca con estos [argumentos] de un modo mucho más claro y violento a los seguidores de
el fin. Es evidente a partir de esto, por lo tanto, que [las expresiones] "vivir según la natura le·
Crisipo, por cuanto no han interpretado correctamente el fin. Estas son sus palabras: "algunos,
za", "vivir noblemente", "vivir bien" y, a su vez, "lo noble y lo bueno" y " la virtud y lo que
al descuidar estos asuntos, restringen el 'vivir en coherencia' a todo lo que es posibl e hacer en
participa de ella" tienen la misma capacidad expresiva. También es evidente que todo bien es
vista de las cosas 'primeras según naturaleza', haciéndolo semejante a proponer el placer, el
noble y que, de modo semejante, todo lo vergonzoso es malo. Esa es la razón por la cual
bienestar o alguna otra cosa semejante como meta". Pero en este mismo aserto se muestra un
también el fin estoico tiene la mjsma capacidad expresiva que "modo de vida según virtud".
conflicto, y no hay nada de bello o feliz {en él], pues estas cosas siguen necesariamente al fin,
23.5 C lemente, Slrom. 2.21.129.1-5 (SVF 1.180) pero (p lacer o bienestar] no son el fin. Sin embargo, si se lo distinguiera correctamente, sería
Y, a su vez, el estoico Zenón vuel ve a considerar que el fin es vivir según virtud, y Cle· posible usarlo para zanjar las dificultades que presentan los sofistas, pero [uno] no [puede usar
antes que es vivir en concordancia con la naturaleza, y Diógcnes consideró que el fin yace en la definición1 "vivir según la experiencia de las cosas que suceden de acuerdo con la natura le·
el cálculo correcto que distinguía en la selección de las cosas según natura leza. Antípatro, su za universal", que es equivalente a decir "vivir en coherencia cuando esto no tiende indigna-
discípulo, supone que el fin yace en seleccionar continua y permanentemente lo que es según mente a dar con las diferencias". Ahora bien, tal vez eso basta para mostrar el absurdo de lo
naturaleza, y en no seleccionar lo que es contrario a la naturaleza . Arquedemo, por su parte, que ha dicho Crisipo acerca del fin, cuando interpreta cómo uno podría alcanzar el vivir en
pens6 que el fin es del siguiente modo: ser capaz de pasar la vida seleccionando lo más deci- coherenc ia con la naturaleza". Desde luego que considero que es mejor citar lo que a conti·
sivo e importante según naturaleza. Además, Panecio manifestó que el fin era vivir de acuerdo nuación de esto ha escrito Posidonio, que es del siguiente modo: "una vez que se advirtió la
con las inclinaciones que nos son conferidas a partir de la naturaleza. Por último, Posidonio causa de los estados pasionales, sin duda [ella] eliminó este absurdo, mostró las fuc ntes de
[dice que el fin] en todos los casos es vivir contemplando la verdad y el orden de todo, ayudan distorsión en lo deseable y evitable, distinguió los modos de entrenamiento, y aclaró las difi·
a establecer dicho orden en la medida de lo posible, sin ser conduc ido por la parte irracional cultades acerca del impulso que procede de un estado pasional". Sostiene que no son bienes
insignificantes ni azarosos los que nosotros obtenemos del descubrimiento de la causa de los
532 Capítulo 23 Felicidad y fin final 533

es tados pasionales. En efecto, no s beneficiamos del descubrimiento de la causa de los estados pueden ser impedidas, arrebatadas y que son necesarias. Son propias, en camb io, las libres de
pasionales para comprender con precisión qué es "vivir en coherencia con la naturaleza", pues impedimento. Es propio de uno hacer uso de lo que está libre de impedimento, y es propio "la
el que vive segú n su es tado pasional no vive en coherenc ia con la nanualeza, y el que no vi ve esencia del bien y del mal". Por otros pasajes sabemos que lo que prioritariamente depende de
según su estado pasional vive en coherencia con la naturaleza. nosotros es hacer un uso correcto de nuestras presentaciones (cf. capítulo 17, texto 17.10 y
capítulo 24, texto 24.14).
23.10 C icerón , Dejill. 4.40 (SVF 1.412) Siguiendo la tradición platónico-aristotélica, los estoicos postu laron una definición for-
En efecto, de ni ngún modo puede introducirse la vi rtud si todo lo que [uno] el ige y re- mal del fin (u "objeto último de deseo": texto 23.4) como aquello en vistas de lo cua l las
chaza no se refiere a una sola totalidad. Pues si nos descuidamos por compl eto caeremos en demás cosas son hechas pero ello no es hecho en vistas de nada más (para el antecedente
los vic ios y errores de Aristón y olvidaremos los principios que hemos conferido a la virtud platóni co y aristotélico de esta importante idea cf. Platón, GOl". 4688 7-C6; 499E8-9; Aristóte-
mi sma . Pero si no descuidamos esas cosas Y. [no obstante]. no las referimos al fi n del supre- les, EN 1094a1 8-22; 1095aI4-20). El hecho de que el eudemonismo estoico comparta varios
mo bien, no nos encontraremos muy lejos de la extravagancia de I-Ierilo, pues tendremos que puntos de partida y conceptos de la tradici6n moral socrático-platónica y aristotélica podría
adoptar dos formas de vida [a la vez]. El establece, en efecto, los bi enes úl timos como separa- hacernos pensar que el enfoque estoico solamente constituye una variante de una tradición
dos, los que, aun cuando fueran verdaderos, deberían estar juntos. Pero ahora se encuentran moral ya establecida (esta observación pCI1enece a Long 1996a: 185). No hay duda de que los
tan separados que se exc luyen entre si, lo cual es el extremo de la perversidad. estoicos dan por supuestos varios conceptos y estrategias de la tradición moral que los prece-
23.11 Estobco, Ec!. 2.63, 25-64, 12 (LS 63G) dió: el hecho de que ellos se cons ideren a sí mismos como continuadores de Sócrates y de que
Panecio, en efecto, solía decir que se produce un resu ltado sim il ar en el caso de las virtu- hayan tomado en serio varios de los desafíos más importantes del soc ratismo -incluidas algu-
des; es como si se pusiera un único blanco para muchos arqueros, y este blanco contuviera nas de sus tesis más contra-mtuitivas- los ubica dentro de dicha tradición. Pero los estoicos,
dentro de sí mi smo lí neas de diferentes colores. Luego, si cada arquero apuntara para dar en el au n siguiendo el socratismo, parten de una ontología muy diferente de la socrático-platónica y
blanco, uno de ellos daría [en el blanco] por dar en la [línea] bla nca, otro por dar en la [línea] aristotélica, un deta lle que no puede ser pasado por alto a la hora de examinar el eudaimonis-
negra y otro por dar en una línea de diferente co lor. Porque tal como estos arqueros hacen de mo estoico y su contribuci ón a la discusión mora l dent ro de la tradición eudaimonista. Como
dar en el blanco su fin más elevado pero se proponen lograrlo de di fe rente manera, del mi smo esperamos mostrar en las siguientes secciones de este comentario, la sofisticada distinción
modo también todas las virtudes hacen del ser feliz su fin -que consiste en vivi r de acuerdo estoica entre " fin" (l€AOg y "meta" (o"K01t6~; cf. texto 23.4) tiene una razón de ser relevante
con la natura leza- , pero alcanzan dicho fin de diferente manera . para precisar el verdadero objeto de deseo de un agente racional, y ta l distinción debe leerse a
la luz de la teoría de la acción estoica, o ése es el modo en que argumentaremos. Esperamos
COMENTARIO demostrar que (1) aunque los estoicos dan por supuesta la defin ición forma l del fin tal como
Es un hecho admi tido que las éticas antiguas (con la excepc ión de los cirenaicos; cf. An- había sido establecida por Platón y Ar is tóteles, (ii ) creyeron que tal definición era insuficiente
nas 1993: 38; 230; 322) son "eudemonistas", i.e. su (in último es la "felic idad", "prosperidad si no se la matizaba con otros ingredi entes que, aunque propios de la lógica y ontología estoi-
vital" o " fl orec imiento" (Eó8at ~ov ía). Aunque por lo general solemos echar mano de Aristóte- cas, resultaban imprescindibles para una comprensión acabada del fin, no sólo en el plano
les cuando queremos ejemplificar este tipo aselto, se trata, en realidad, de una posición que ya teóri co sino también práctico. En la sección final de este comentario discutiremos las diferen-
aparece claramente delineada por Platón. En efecto, en varios y sign ificativos pasaj es de sus tes versiones de la caracterización del fin y alguna de las objeciones presentadas por el plató-
diálogos argumenta que el fin último es que a uno " le vaya bien" (€Ú 1tpátrEtV) o "ser feliz" ni co Galeno a tal caracterización
(eUOOl~OVEiv) (Eutí. 278E3-279A7; 280B5-6; Go/'. 496E9-497A3; Rep. 353E5 , 41206. Para De acuerdo con nuestros textos 23.3 y 23.4, Cr isipo y sus seguidores sostenían que la fe-
una di scusión porme norizada de estos textos cf. Boeri 2004b). Platón ade lanta el mismo licidad es una meta o blanco ·(oKo1t6<;), en tanto que " alcanzar la felicidad" (ruXEiv nl<;
problema y, C0l110 Aristóteles (EN 1095a20-21), identifi ca EÚ npát"t"€tv con w8aL~ovEiv (cf. eU8cn~ovía<;) es el fin (lÉAü<;). "Alcanzar o lograr la felicidad" es, en realidad, lo mismo que
Euti. 278C3) . Pero los es to icos agregan un ingrediente nuevo al concepto de "felicidad" o "ser feliz" (Eu8Ul~OVEiV). Sólo "ser feliz" es para los estoicos el fin; al sostener que sólo la
prosperidad vital: ese encontrarse bien o feliz es un "correc to fluir" (EüpOta) de la vi da (23.1, virtud o excelencia (O:P€T~) es el único componente del "ser feliz" (cf. capítulo 26 y los textos
23.2, 23.4), es dec ir, un es tado que presupone una cierta serenidad o ausencia de perturbación allí discutidos), rechazaron la posición aristotélica según la cual algunos bienes externos son
que se logra cuando la divinidad interior (la razón) está en armonía con la razón del universo necesarios para ser feliz o para el logro efectivo de la felicidad. A diferencia de Ari stóteles,
(cf. 23.1 ), un enfoque que abre la teoría de la fe licidad a la considerac ión de una ética cos- qui en había usado los términos l ÉAO<; y OKo1t6C; de un modo intercambiable para referirse al
mológica. En nuestro texto 23.2 Epicteto provee varios detall es respecto de cuál es el modo de fin (c r. Política 133 1b30-34), los estoicos distinguieron dos clases de fina lidad (en este caso
encontrar el camino hac ia el "correcto flu ir": (i) una condic ión esencial del autocuidado es ser particular el testimonio de Estobeo es decisivo pues es el único que nos informa al respecto).
capaz de dis ti ngui r lo que es propio de uno de lo que es aj eno: si uno realmente conociera lo " Alcanzar la felic idad" es el fi n, el logro efecti vo de la feli cidad, poseer la feli cidad en el
que le es propio, nunca sería impedido y no experimentaría dolor ps icológ ico a lguno (angus- sent ido de tenerla por completo, es "aquello en vistas de lo cual todo es hecho pero ello no es
tia, ansiedad, rrustración). (ii) Las cosas ajenas son las que generan dano porque no dependen hecho en vistas de nada", " el objeto último de deseo al cua l todo lo demás se refiere". El
de uno mi smo; entre di chas cosas se encuentran no sólo los campaneros, los lugares o gimna- agente está interesado por la felicidad en el sentido del logro efectivo de la misma (tÉAü~), no
sios, sino incluso el prop io cuerpo. Pero entonces, (iii) ¿qué es lo que efectivamente es propio por la felicidad en el sentido de la " meta o blanco propuesto" (oxo1t6C;), aunque éste sea en
de uno? La ley, o más precisamente, la ley divina, i. e. usar lo que nos ha sido dado (iv) ¿Y cierto modo una condición de aquélla. Es decir, cada uno se propone una meta que debe ser
qué nos ha sido dado? Hacer uso de lo que nos ha sido dado j ¿y qué nos ha sido dado? Epicte- al canzada, pero el objeto último de deseo no es la meta propuesta, sino el logro efectivo de
to no lo di ce expresa mente en esos pasajes, aunque sug iere que nos son ajenas las cosas que
534 Capítulo 23 Felicidad y fin final 535

esa meta. Sólo somos felices cuando efectivamente hemos alcanzado el estado completo de ra del impulso (pues el impulso constituye un movi miento intencional-desiderativo hacia lo
fe licidad, que es "ser feliz", que el agente considera bueno) y, "los deseos, como también los impulsos, son predicados"
Es importante advertir aquí que la dis tinción "felicidad"-"alcanzar la fel icidad" presupo- (cf. capítulo 8, texto 8.14).
ne la diferenciación ontológica fundamental cuerpo-incorpóreo; en efecto, en tanto una meta Hasta ahora hemos tratado de mostrar U) cuál es la lógica de la distinción estoica entre
(expresada por un nombre: "feli cidad") es un cuerpo, un fin (expresado por un verbo o, en la meta (crKOrcÓ~) y fin (réAo~), Ui) la coherencia que dicha distinción tiene si se la lee con el
jerga estoica, por un "predicado": "ser feliz") es un incorpóreo. Las expresiones vivir ("de trasfondo de la ontología estoica, y (iii) cuál es el posible aporte que dicha distinción introdu-
acuerdo a la virtud" o "en coherenc ia con la naturaleza") y ser feliz usadas en las definiciones ce en el eudemonismo griego. A modo de conclusión de esta parte de nuestro comentario
estoicas del fin son, técnicamente, predicados . El fin resulta ser un predicado, un incorpóreo, querríamos ahora amp liar un poco más este tercer punto. Si la distinción que se ha discutido
no la cosa misma sino el logro de l agente de la cosa. Los nombres (como "felicidad"), en efectivamente introduce una aclaración o un avance en la precisión del fin, no dej a de ser
cuanto signos, son objetos fís icos (son una parte del AÓyO~ y, como él, son ítems físicos; cf. curioso que los peripatéticos (cuyas posic iones ESlobeo recoge en su extracto de ética peri-
capítulo 8, texto 8.1), pero sus significados son incorpóreos. Los predicados (como "ser feliz" patética) la hayan dejado de lado, prefirieran "seguir la costumbre de los antiguos" y dijeran
o "alcanzar la felicidad") también son incorpóreos en el mapa ontológico estoico. En ocasio- simplemente que el fin es aquello en vista de lo cual hacemos todo, pero ello no lo hacemos
nes, como señala Aristóteles (Política 1331 b31), la meta puede proponerse ante el agente, en vista de nada, o que es el objeto último de deseo (Ee/. 2.131,2-4). Esta formulación del fin
pero en la práctica puede ocurrir que no la alcance; el hecho de que la meta sea propuesta coincide con la que también hacen los estoicos (quizá siguiendo a Aristóteles; EN 1094a18-
frente al agente no es suficiente para ser feliz. El lenguaje en este pasaje aristotél ico es muy 20), pero en el contexto del extracto de ética peripatética es evidente que lo que el autor peri-
parecido al que más tarde encontramos en el estoicismo, pero en el caso de Aristóteles no patético quiere mostrar es que no tiene mayor relevancia distinguir entre "fin" y "meta".
parece haber una diferencia significativa entre meta (o"K01t6~) y fin (téAo~; véase también Según su argumento, si ser fe liz es el fin, y si la felicidad es una meta, y la riqueza es un bien,
Aristóteles, Rhel. 1360b4-7, EN 1094a22-24 y EE 1214b6-8 Y 1227a6- 13). En nuestro texto entonces "ser rico" está entre lo que se requiere "para los que definen de esta manera en vista
23.4, en camb io, la diferenc ia es decisiva, y la misma constituye un buen ejemplo en contra de de la precisión de las palabras". El peripatético cree, sin embargo, que hay que seguir la cos-
la interpretación puramente nominalista que sostiene que los incorpóreos son "realidades tumbre de los antiguos (i.e. el fin es "aquello en vista de lo cual llevamos a cabo todo, pero
inferiores" y puramente mentales; en la explicac ión estoica, por el contrario, lo decisivo es ello no lo llevamos a cabo en vista de nada"; cf. Estobeo, Ec!. 2.130, 21 - 131, 2). En este
"ser feliz", no la "felicidad", y "ser feliz", el objeto último de deseo, es un predicado U.e. un pasaj e es bastante claro que los peripatéticos consideraron completamente irrelevante la dis-
incorpóreo). tinción estoica entre O"K01tÓ~ y rÉAo~, y que, por ende, encontraron suficiente la caracterización
Ahora bien, desde un sano sentido común uno podría muy razonablemente preguntarse del fin como aquello en vista de lo cual lo demás se hace, pero ello no se hace en vista de
cómo es posible que uno desee no un objeto concreto (como la salud, la riqueza, etc.) en el nada. Pero el argumento peripatético tiene un problema, porque para los estoicos el antece-
plan raciona l de la propia vida, sino un predicado, esto es, un ítem incorpóreo. La distinción dente " la riqueza es un bien" es falso . En efecto, la riqueza (como la salud o la belleza) es un
estoica entre cuerpo e incorpóreo, así como la aplicación de dicha distinción a la explicación indiferente, es decir, no es ni un bien ni un mal en la medida en que no daña ni beneficia (cf.
del fin es sin duda muy sofisticada y, a simple vista, podría parecer una complicación innece- capítulo 26, textos 26.27 y 26.33). Si somos caritativos con los peripatéticos que cita Estobeo,
saria en la explicación eudemonista; sin embargo, si se la considera con cuidado, se advierte tendríamos que pensar que la distinc ión estoica no es importante para ellos porque, vista con
que la misma exhibe un aspecto sistemático razonable e importante en el contexto del eude- el trasfondo de su ontología, la distinción cuerpo (O"Ko1tó~)-incorpóreo (réAo~) ap licada a la
monismo estoico que se conecta con la teoría de la acción y que, probablemente, constituye explicación del fin último del ser humano es completamente irrelevante, de modo que podría
una precis ión relevante para eliminar un equívoco más o menos frecuente en la consideración ser algo más que un "rechazo pedante" de la distinción estoica (como sugiere Annas 1993 : 34,
habitua l del fin. Si de acuerdo con el modelo de la psicología estoica de la acción (para la cual n.20) . Uno podría suponer, por tanto, que si los peripatéticos cuyas posiciones expone Esto-
cf. capítulo 24), el asentimiento lo es a una propos ición y el impulso al predicado contenido en la beo en su extracto de ética peripatética no vieron la necesidad de introduci r la distinción
proposición a la que se asiente (cf. capítulo 24, texto 24.1), parece que el predicado al que se ontológica entre cuerpo e incorpóreo, tampoco vieron la necesidad de pensar que se trataba de
dirige el impulso es algo que debe ser causalmente producido por el agente a través de su ítems diferentes y siguieron pensando, muy aristotélicamente, que "fin" y "meta" eran lo
acción (beber con moderación; esto, sin embargo, iría en contra de la tesis estoica de que el mismo. Pero si esto es así, lo que debemos preguntarnos es si la distinción estoica constituye
impulso es previo a la acción). Esto es lo mismo que decir que es el asentimiento dado a la un aporte signi fi cativo a la discusión eudemonista o no . Los esto icos parecen haber pensando
proposic ión total lo que motiva inmediatamente el impulso a la real ización efectiva del conte- que sí constituyó un aporte relevante, porque la distinc ión contribuía a despejar la confusión
nido proposicional de la cláusula subordinada, pues provee la razón por la cual el deseo debe que se genera entre el objeto al que se apunta, que puede ser obtenido a través de varios me-
apuntar en esa dirección. Es por eso que, como dice Clemente citando una posición estoica, dios, y el fin final, que constituye una ocurrencia real, i.e. la actividad del agente o, más prec i-
"nadie desea la bebida, sino beber la beb ida" (Cf. Clemente, Strom. 7.7.38.2-3 . Véase tam- samente, su hacer o lograr algo.
bién Estobeo, EcI. 2.97, 22-98, 3. El eco platónico de la tes is de que el deseo se refiere no al Nosotros siempre tenemos dificultades para traducir el griego Eu8uq.loviu a una lengua
obj eto, sino a la acción es bastante claro; cf. Rep. 439A9-b2, aunque en Platón esta afirmac ión moderna y, aunque hay cierto consen so en traducirlo por "felicidad", hay también consenso
es la conclusión de un argumento independiente y no presupone la teoría de la predicación en la necesidad de advertir que cuando los griegos dicen EU8at~ov íu no están p ensando en un
que subyace a la teoría de la acción estoica). En el nivel general del plan racional de la propia estado psicológico más o menos pasajero como la alegría momentánea o el estar contento por
vida, lo que uno desea no es el objeto, sino más bien el predicado que expresa la acción, algo más o menos trivial. En las discusiones morales de Aristóteles, por ejemplo, es bastante
porque, como dice Estobeo (Ee/. 2.88, 4-6; SVF 3.171), los estoicos piensan que los impulsos obvio que él piensa en su eú8at¡..tovia como el logro más o menos permanente de una vida
se di~igen a los predicados contenidos en las proposiciones, y los deseos tienen ya la estructu- objetivamente val iosa. En efecto, la actividad en que consiste la Eú8at)lovlu debe ll evarse a

l
536 Capítulo 23 Felicidad y fin final
537

cabo en una vida completa (EN 1098a 16-20 el passim). Este tipo de énfasis en la descripción modo en ninguna fuente. Hay sí al menos un aspecto de esta exp licación que tiene un apoyo
de la felicidad como un estado permanente del alma indica que Aristóteles, como probable- textual firme: según la versión del lÉAO~ elaborada por Cris ipo, el fin cons iste en vivir de
mente también Platón, se vio en la necesidad de aclarar que la eUÓal¡..lOvía no es un estado acuerdo con la naturaleza, lo cua l significa vivir tanto de acuerdo con líl propia naturaleza
ps icológico pasajero, y ese tipo de ambigüedad es el que, sugerimos, la distinción estoica como con la del todo (23.1 ). Eso explica también en qué sentido debe entenderse que "vivir
entre "felicidad" y "ser feli z" intenta eliminar. Aunque la felicidad, entendida como el estar en ~onc~rda?cia" sea "vivir según una razón única y armónica" (texto 23.3). Aunque hay
contento con la propia vida, constituye una condición necesaria del ser feliz, no es todavía testu:no~1O directo de que al ser humano le ha sido otorgada su razón para la búsqueda y des-
suficiente para ser feliz. La ética estoica es, como la platónica y la aristotélica una "ética del cubrImiento de la verdad (cf. Plutarco, SR 1037B), no hay una indicación que muestre que en
carácter o de la virtud"; eso explica en buena medida su concordancia básica con el eudemo- el contexto en el que se discute la cuestión del fin la palabra "razón" (A6yo~) signifique una
nismo. Pero la inversión ontológica que se da en el estoicismo 110 podía pasar inadvertida ni capac idad cuyo propósito sea la búsqueda y descubrimiento de la verdad. El vocablo A6yo¡;;
en la ética, ni en la teoría de la acción, ni tampoco en el contexto más general del eudemoni s- tuvo en ~I e~toicismo, como ocurrió en la rica tradición filosófica que lo precedió, multiplici-
mo, donde, si lo que hemos argumentado es al menos razonable, los estoicos parecen haber dad de slgmficados. De los muchos significados conviene disti nguir al menos los siguientes:
contribuido a aclarar una ambigüedad importante entre "felicidad" y "ser (efectivamente) (1) capacidad o función de la parte conductora del alma (ro ~yqlovlK6v); (2) conjunto de
feliz". conceptos y preconcepciones (Galeno, PHP 304, 33-35); (3) "argumento" o "razonamiento",
Regresemos ahora a la discusión del fin: nuestro texto 23.11 conecta el problema de la es decir una estructura (oúcrnu.w) compuesta de premisas y conclusión (cf. DL 7.45 ; SVF
felicidad y del logro de la felicidad con la discusión de la virtud. Aunque el pasaje es atribui- 2.235) y (4) "razón" o "principio activo raciona l", "conductor de lo que hay en el cosmos" o"
do al estoico medio Panecio, es de todos modos ilustrativo de la distinción "felicidad"-"ser administrador del universo" (cf. capítulo 19, texto 19.8); capítulo 15, texto 15.3 ; Filodemo,
feliz", probablemente formulada por Cris ipo y retomada luego por Antípatro. Las virtudes, De pie/ate 11; SVF 2. 1076. El "Himno a Zeus" de Cleames, (reproducido en el capítul o 17,
sugiere P anecio, tienen su propio objetivo y cada virtud es representada por un blanco con t~xt~ 17.2) tambi~n es un buen testimonio de este significado de la palabra A6yo¡;;. Éste último
diferentes colores (una imagen que representa bastante bien la tesis estoica de la inseparabili- slgmficado es el que parece tener preeminencia en los contextos en que se disc ute la cuestión
dad y la unidad de las virtudes, cuyo antecedente soc rático es bastante claro). La meta del del ~n. N? sólo la explicación del fin como "vivir en concordancia con la naturaleza" (una
arquero es no sólo dar en el blanco (crKo7t6~), si no hacer todo lo que de él depende para dar en modificaCión hecha por Cleantes de la fórmu la original de lenón "vivir en concordancia"; cf.
el blanco. La imagen de la arquería (como la medicina o la navegación) recuerda también la texto 23.3) fue interpretada de diversas maneras, sino que la formulac ión misma del fin tuvo
tesis de que la virtud es una cierta habilidad técnica, cuya meta no es el resultado, sino la distintas expres iones en los autores inmediatamente posteriores a Zenón, Cleantes y Crisipo.
realización de todo aquello que corresponde a esa habilidad técnica en vistas del fin propues- S~~n Crisipo, la fónnula "vivir en concordancia con la naturaleza" significa que hay que
to. Dar en el blanco es el fin más elevado de cada arquero (réAo~), pero cada uno de ellos se lo VIVir tanto de acuerdo con la propia naturaleza particular como con la naturaleza universal (es
propone de diferente manera. probable que, como sugiere Striker, la diferencia entre ambas fórmulas sea sólo una cuestión
El texto 23.1, con el que comenzamos este capítulo, es la continuación del pasaje clásico de expl icitación, pues es claro que una vida de "coherencia" es una vida guiada por el cono-
en el que los estoicos tratan la cuestión de la familiaridad o apropiación (olKEÍrocrv;; cf. capítu- c~miento, y el conocimiento es también conocimiento de la naturaleza, de modo que coheren-
lo 22, texto 22. 1). Lo que en cierto modo puede resultar sorprendente desde el punto de vista Cia o concordancia con la naturaleza deben coi nc idir; cf. 1996: 287, ll. 10). Esto es, no hacer
de la coherencia interna del argumento es que la tesis de que "lo primero fami liar" a nosotros nada de lo que la ley universal - que es la " recta razón"- prohíbe hacer. Porque en eso mismo
(la autoconsciencia o propio reconocimiento) desemboque en la conclusión de que el fin es consiste la virtud del hombre fe liz (o sea del virtuoso): hacer todo de acuerdo o en annonía
"vivir de un modo coherente" o "vivir de un modo coherente con la naturaleza" (véase la con la divinidad en cada uno de nosotros y el querer (o intención) del administrador del uni-
partícula conclusiva o161lep: "por lo cual, precisamente", "por esa razón, prec isamente" en verso (texto 23.1; la cuestión de la "divinidad en cada uno de nosotros" es platónica en su
23.1). La parte final del argumento de la familiaridad (en el esquema de una sca/a naturae) origen: cf. Platón, Fed. 107D; Rep. 617E). La ley universal de la que habla Cris ipo en 23.1,
indica que, en el plano superior de la esca la, para los seres vivos que, además de impulso describe, más que un código legal o una ley fundamental dentro de un código, un cierto estado
instintivo, están dotados de razón, el vivir según razón se vuelve vivir según naturaleza. La disposicional, pues regula lo noble y lo vergonzoso en las acciones (cf. capítu lo 30, texto
conclusión general (con la que se introduce el tema del fin) es que el ser humano se preocupa 30.1). Debe tratarse, entonces, de la perfecta O acabada disposición rac ional del sabio o vir-
por sí mi smo no en cuanto anima l, sino en cuanto racional. Dicho de otra manera , lo primero tuoso estoico, el cual constituye una ejemplificación de la recta razón (para una rec iente de-
familiar y apropiado para el ser humano es un deseo o tendencia hacia su auto-perfección o, lo fensa del enfoq ue disposiciona l de la ley estoica cf. Vogt 2008: 16; 22; 13 1; 162- 164; 186.
que es 10 mismo, el logro efectivo de una vida guiada por la razón. Otra de las dificultades 187. Para un adelanto de esta interpretación véase Soeri 2004a: 167-169). La ley universal
con la que nos enfrentamos al tratar la cuestión del fin en el estoicismo antiguo es la de expli- es toica prescribe cómo debe ser la di sposición habitual del carácter de la persona, de modo
car en qué cons iste la identidad entre "vivir según razón" y "vivir según natura leza" (cf. tex- que ésta sea virtuosa. Esto, a nuestro juicio, de nuevo expl ica por qué lenón pone tanto énfa-
tos 23.11 y 23.24). En su influyente trabajo sobre la noción estoica de otKEÍrom¡;; G. Striker sis en la necesidad de abol ir la acunación de moneda o los tribunales de justicia (cf. nuestro
sugiere que ser guiado por la razón es lo mi smo que vivir de acuerdo con la naluraleza porque cap ítul o 30, los textos allí citados y nuestro comentario).
al hombre le ha sido dada su razón para la búsqueda de la verdad y, descubrir la verdad equi- Es muy probable que las interpretaciones en las que las afirmaciones acerca de la natura-
vale a descubrir la naturaleza (tanto la naturaleza universal como la propia natura leza indivi- leza cósmica desempeñan un papel relevante para la ética dependan de nuestro texto 23.1. Es
dual). Así, ser guiado por la razón es lo mismo q ue ser guiado por el propio discernimiento de la carta de presentación del naturalismo estoico, así como de su "ética cosmológica", en la
la naturaleza (Striker 1996: 286-287). Esta expl icación del problema es muy sugestiva, aun- medida en que sugiere por qué la vida p ráctica humana requiere el conocimiento tanto de
que como la misma Striker reconoce, este argumento no se encuentra desarrollado de este fís ica como de teología. La física es importante para conocer cl modo en que el cos mos (o la


538 Capítulo 23 Felicidad y fin final 539

naruraleza) funciona; pero la teología también es relevante en la medida en que los estoicos tecimientos desde un punto de vista cósmico, una tesis que está manifiestamente presente en
sostenían que, en un sentido, el cosmos es dios mismo peculiannente cualificado, que consiste el estoicismo tardío (Marco Aurelio, AS] 8.46; 5.8 el passim), pero que es significativamente
en la sustancia total (ef. capítulo 12, texto 12.37). Además , la teología es importante porque el adelantada por algunos estoicos tempranos. Si hemos de creer en lo que dice Plutarco, erisipo
agente debe hacer un esfuerzo por entender lo que Zeus desea, deseo en concordancia con el habría sugerido que algunos males aparentes, si se los examina de cerca, pueden ser vistos
cual su propio 8aíWllv debe estar para tener un correcto o "suave" flui r de su vida (EÜpOlO: como bienes. Así, cuando las ciudades son demasiado populosas, se muda el pueblo a las
píou: textos 23.1 y 23.2 ; en es te último pasaje parece claro que la vida flu irá sin impedimen- colonias o se comienza una guerra contra algu ien y, de este modo, parece haber dicho Crisipo,
tos si uno no actúa en contra de la naturaleza, sino en coherencia con e lla, tanto con la univer- "el dios ofrece el momento para que com ience la destrucción", destrucción que, sin embrago,
sal como con la propia , siendo esta últ ima una ejemplificación microcósmica de la naturaleza está contemplada en la economía del todo (Pl utarco, SR 1049B). Lo que debemos hacer es
cósmica). El texto 23.1 también indica el problema de la consistenc ia o annonía interna y la pasar de considerar los fenómenos desde la perspectiva de la parte a la del todo; esto es exac-
armonía con la naturaleza, ya que la virtud también se entiende como una "disposición co- tamente lo que significa comprender la "administración del universo" (texto 23.1) y hacer
herente o concordante consigo misma respecto de la vida total" (cf. capítulo 26, texto 26.1). concordar el propio liaí~rov con el deseo del administrador del universo. Esto es lo que, en
Hay varios detalles del texto 23.1 que conviene destacar: (i) si para los an imales irracionales palabras de Epicteto, debe verse como "el sistema en el que hombres y dioses están asocia-
lo que es según la naturaleza es lo que es según el impu lso (y, de este modo, ellos tienen que dos" (Diss. 1.9. 4), o cuando considera que todas [as oposiciones (incluyendo virtud y vicio,
vivir según el impulso), y si para los humanos lo que es según la natLlraleza es lo que es racio- abundancia y carencia) son en vista de la armonía del universo (1.12, 16; en un sentido si milar
nal, se sigue que para que los seres humanos tengan una vida humana real, tienen que vivir cf. Marco Aurelio, AS] 5.8; 2. 17).
racionalmente, porque ése es el modo de cumplir su naturaleza. No hay duda de que la natura- La fórmula "ortodoxa" del fin ("el fin es vivir en coherencia o concordancia con la natu-
leza en los an imales no tiene el mismo carácter normativo que en los humanos; uno incluso raleza": 23.1; 23.3; cf. también 23.8, donde Cicerón, de un modo conservadoramente estoico
podría pensar que en los animales no tiene ningún carácter normativo (en el sent ido de cum- - cf. 23.1 al comienzo y 23.5-, interpreta la fórmula como "estar siempre de acuerdo con la
plir un deber) , pues vivir según impulso es lo que los anima les simpl emente hacen, sin que virtud") fue modificada por Diógenes de Babilonia y adaptada a la doctrina general de los
ello impl ique ningún tipo de esfuerzo por reconocer y adecuarse a lo que tienen que hacer. indiferentes (para la cual véase nuestro capítulo 26). En efecto, según Diógenes el fin consiste
Pero uno podría entender el "tienen" en el caso de los animales en un sentido normativo am- en razonar bien en la selección y rechazo de las cosas naturales, o sea en la selección de las
plio, sin que ello impli que adecuarse a un fin o norma, porque "vivi r segun impulso" también cosas preferidas por naturaleza (los "indiferentes preferidos", como salud, vida, riqueza, fa ma
es algo que la nanlraleza ha dispuesto y normado. (iI) Dado que nuestra naturaleza humana y placer) y en el rechazo de las cosas dispreferidas por naturaleza (enfermedad. muerte, po-
coincide con la razón, y dado que vivir es una actividad práctica, parece plausible inferir que breza, falta de fama y dolor). Como se ve. hay en Diógenes un intento de otorgar la categoría
para los humanos vivir según la naturaleza es vivir según la vi rtud. De hecho, la virtud es lo de "bienes" a ciertas cosas (los indi ferentes preferidos) que, desde la perspectiva ortodoxa,
mejor que podemos alcanzar en el nivel práctico. (iii) Nosotros, como el resto de los seres eran consideradas neutras, es decir, ni buenas ni malas, o sea "indiferentes". La innovación de
vivientes, tenemos un tipo de tendencia a realizar nuestra propia naturaleza; ésa es la razón Di6genes parece bastante legítima en la medida en que re interpreta la noción de naturaleza, el
por la cual la natura leza nos conduce a la virtud, porque ser un agente virtuoso es realizar la componente decisivo en la formulación clásica de Zenón, Cleantes y Crisipo del fin. Según
propia naturaleza individual. (iv) Si vivir según la virtud significa vivir tanto según la propia naturaleza (y también según razón) preferimos la salud a la enfermedad, por ejemplo. Es decir
naturaleza como según la naturaleza del todo, y si nuestras acciones deben llevarse a cabo que Diógenes conserva la identidad entre naturaleza y razón (que en forma más O menos
siguiendo lo que indica la ley universal que debe hacerse, entonces, la ley universal se con- explícita aparece en la fOlTIlu lación tradicional del fin), pero la reinterpreta en la valoración de
vierte en un criterio práctico de nuestras acciones. La interpretación heterodoxa (cf. Annas ciertos tipos de cosas que seleccionamos raciona lmente, y les otorga el estatuto de "bienes".
1993: 160-163; Annas 2007) se ha esforzado por establecer que la idea de que somos partes Como se ve, Diógenes se aparta de la tesis tradic ional según la cual el único bien es la virtud
de un todo más grande pertenece esencialmente al estoic ismo tardío de Marco Aurelio y (cf. capítulo 26). La misma posición se encuentra en Antípatro (sucesor de Diógenes de Babi-
Epicteto. Sin embargo, como es claro a partir de nuestro texto 23.1 , el énfasis en el hecho de lonia en la conducción de la escuela), quien hace hincapié en el hecho de que el proceso de
que somos partes de un todo más grande ya está presente en Crisipo (este pasaje de DL es selección de lo que es según naturaleza y de rechazo de 10 que es contrario a la naturaleza
citado por Annas 1993: 160, quien no ofrece, sin embargo, un comen tario más o menos deta- debe ser continuo, una reformulación que recoge la idea de que el estado disposicional correc-
llado sobre la afirmación de Crisipo de que nuestras naturalezas son partes de la naturaleza to del agente es permanente. Un poco más problemática parece la versión del fin de Arque-
del todo; sólo dice que esta tesis es común en e l estoicismo tardío, y que en las versiones dcmo (texto 23.3), ya que los actos debidos (ta Ka9~KOVta) no son, en sentido est ricto, actos
tempranas de la ética estoica las estrategias que se derivan directamente de la idea de que virtuosos (para más detalles sobre esta importante distinción cf. nuestro capítulo 27 y los
somos partes de un todo más grande «están visiblemente ausentes"; cf. Annas 1993: 162. El textos allí discutidos). Puede tratarse, sin embargo, de un uso más general de Klle~Kov"ra
texto 23.1 , no obstante, parece mostrar exactamente lo contrario). Parece más natu ral, por lo como " lo más decisivo e importante según naturaleza" (nI Kllttl cpúmv ,.tÉ"yu:rra KQl.
tanto, considerar las continuas observaciones en Marco y Epicteto sobre los humanos como ICUpu:í} tQta) del texto 23.5.
siendo "partes de un todo" como desarrollos hechos a la luz de la tesis de Crisipo. (v) Final- También hemos incluido en este capítu lo dos breves pasajes que dan cuenta de la defini-
mente, si la virhld y la felicidad consisten en llevar a cabo todo de acuerdo con el ooíllwv de ción de Herilo (23.6) y de Aristón (23.7) del fin, dos discípulos directos de Zenón de Citio
cada uno y con el deseo del administrador del universo, y si efectivamente podemos alcanzar que, aparentemente, se apartaron de la ortodoxia del maestro. Según Herilo, el fin es lo mismo
esa concordanc ia o armonía, parece que lo que los estoicos están sugiriendo es que los huma- que el conocimiento, 10 cual significa vivi r siempre refiriendo la totalidad de las cosas al vivir
nos tenemos la posibilidad de compartir la perfecta racionalidad y felicidad de dios (Estobeo, con conocimiento. Puede argumentarse que esta caracterización del fin no difiere notablemen-
Ecl. 2.98, 19-99,2). Si ése es el caso, sería natura l alcanzar la comprensión de todos los acon- te de la caracterización ortodoxa (i.e. "el fin es vivir en coherencia con la natura leza, lo cual
540 Capítulo 23 Felicidad y fin final 541

no es más que vivir según la virtud"; textos 23.1 , 23.4 Y 23.8) , pues, como se ha señalado Por último, en el texto 23.9 hemos incluido un pasaje en el que Galeno, apoyado en el es-
antes, vivir en concordancia con la naturaleza no difiere de vivir según virtud, y si la virtud es toico Posidonio, critica la interpretación del fin de los seguidores de Crisipo como "vivir en
conocimiento (eL nuestro capítulo 26), no parece constituir una modificación demasiado concordancia con la natura leza". Según la objeción que Galeno pone en boca de Posidonio,
importante argumentar, como hace Herilo, que el fin es vivir refi riendo todo a vivir con cono- éste último habría objetado que si el vivir en coherencia se restringe a lo que es posible hacer
cimiento (un argumento ligeramente diferente para mostrar por qué la fó rmula de Herilo del en vista de lo que es primero por naturaleza, se lo asemeja a proponer el placer o el bienestar
fin no difiere sustancia lmente de la de Zenón se encuentra en loppolo 1985: 61-62). Algtu10S como meta. Pero estas cosas siguen necesariamente al fm, pero placer y bienestar no son el
intérpretes (Tsekourakis 1974: 81) han sugerido, sin embargo, que la noción de conocimiento fin. Ahora bien, no hay ningún pasaje en el que "los seguidores de Crisipo" (¿Antípatro?)
de HeriJo apunta más bi en a un "conocimiento intelectual", Pero si esto fuera cierto, no se aleguen que vivir en coherencia como lo que se restringe a lo que es primero por naturaleza
entendería por qué Herilo enfatiza el hecho de que el fin es "vivir refiriendo todo a vivir con sea semejante a proponer el placer o el bienes tar como meta. La objeción de Posidonio, sin
conocimiento", de lo cual parece seguirse que el conocimiento del que habla es un conoci- embargo, tiene una razón de ser: si las "cosas primeras por naturaleza" (cf. texto 23.3) son los
miento referido a la acción (Ioppolo 1985: 64-65). La tesis de Herilo de que "el fin no es uno indiferentes preferidos (cf. nuestro capítu lo 26), entonces es coherente objetar que se está
sino que cambia de acuerdo con las circunstancias y los hechos" (23 .6), sin embargo, parece proponiendo el placer como meta o fin. En efecto, el placer (como la vida, salud, riqueza o
presentar una posición más relativista, por así decir, del fin, pues éste, según él, varía. Pero si fama) es lU1 indiferente preferido. El otro aspecto interesante de la crítica de Galeno se con-
se pone atención en la analogía que da Herilo, se advierte que ése no es el caso: lo que perma- centra en la definición del fin de Cris ipo: "vivir según la experiencia de las cosas que suceden
nece es el bronce, lo que cambia es la estatua particular o "circunstancial". Si llevamos la de acuerdo con la naturaleza universa l", una versión ligeramente modi ficada respecto de la
analogía al caso de la acción, habrá que dec ir que lo que permanece es el tipo de acción, que que encontramos en el texto 23.1. La objeción que Galeno pone en boca de Pos idonio consis-
siempre debe ser recta, lo que cambia es el contenido. La contribución más interesante de tiría en decir que la formulac ión del fin de Crisipo no deja lugar a las diferencias individuales
Herilo, sin embargo, es la distinción entre "fin" (tSAO¡;;) y " fin subordinado" (úrrOtEAíc;). Este ("vivir en coherencia cuando esto no tiende indignamente a dar con las diferencias"). Pero eso
último pueden alcanzarlo los que no son sabios, aquél solamente los sabios. Esto se ajusta no es lo que dice la fórmula de Crisipo como la presenta nuestro texto 23.1, donde es claro
bastante bien a la dis tinción entre "ser feliz" (el "fin", es decir el logro efectivo de la felici- que la noc ión de "naturaleza" incluye la propia naturaleza individual y la naturaleza universal,
dad) y " felicidad" en la versión ortodoxa, probablemen te inaugurada por Crisipo. La noción siendo esta última el parámetro de corrección de la pr imera. Lo que probablemente hay que
de " fin subordinado" de Heril o da cuenta del hecho de que antes de que el ser humano sea entender, sin embargo, es que Posidonio está objetando postular a la natura leza universal
capaz de usar la facultad del razonamiento, liene una tendencia instinti va a pensar en su vida como parámetro de la indi vidual.
como un todo. En una doxografía que nos recuerda la doctrina estoica de la "familiaridad" se
argumenta que " la primera afección familiar al animal" es el fin subordinado, y que la cons-
ciencia que el animal tiene de su propia constitución surge a partir de dicha afección primaria.
Esa afección no es aún racional sino carente de razón (aAüyov; Estobeo, EcI. 2.47,12- 14). Es
decir, el fin subordinado parece coincidir con la "meta", como el "cuerpo propuesto", que es
lo inmediato en la propia consideración del ser vivo.
En cuanto a Aristón, es interesante notar que su caracterización del fin lo acerca bastante
al planteo escéptico de Timón y Enes idemo (y probab lemente también de Pirrón), quienes
cons ideraban que el fin de la vida era la suspensión del juicio (e1toX1í), a la cual seguía la
imperturbabilidad (&!apCt.~íCt.; DL 9.107); ésta es al menos la interpretación que ofrece Cicerón
(De fin. 2.43) cuando sugiere que para Aristón no hay diferencia entre un estado de perfecta
salud y uno de gravísima enfermedad. En nuestro texto 23.7 la imperturbabilidad sería ese
"estado de indiferencia" (tO &lhacpóproc; E'XOVta) respecto de lo que está en medio de virtud y
vicio. En realidad, la posic ión de Aristón es un poco má s refinada y apunta a cuestionar una
doctrina básica del es toicismo ortodoxo (Zenón): la doctrina de los indiferentes. De acuerdo
con Aristón, ll amar a ciertas cosas (como salud) "preferidos" es equiva lente a ll amarlas " bie-
nes". Pero si lo único bueno es la virtud, se sigue que la diferencia entre bien e indiferentes
preferidos es sólo nominal (cf. Sexto, AM 11.64-67). Éste es, en efecto, el modo que entendie-
ron ya los antiguos la objeción de Aristón a su maestro Zenón: "Aristón, que había sido discí-
pulo de Zenón, aprobó en los hechos lo que su maestro estableció de pa labra: que nada es un
bien a no ser la virtud, y nada es un mal a no ser 10 que es contrario a la virtud" (Cicerón
Acad. 2.130; SVF 1.362). Pero la analogía del sabio con el actor competente, capaz de repre-
sentar bien cualquier papel (tanto el de TersÍtes -el más despreciable de los griegos- como el
de Agamenón - el más noble de los griegos - ), se propone mostrar que el sabio pone el fi n en
la coherencia con su razón , si n importar cuál sea su papel específico en un momento dado (cf.
Alesse 1994 : 70, y antes loppolo, 1980: 163).
Felicidad y fin final 543

&Un:ó'Sf.laI, para las cuales cf. nuestro capítulo 25 y los textos allí citados y comentados), aquel cuya alma
está dispuesta racional o virtuosamente en su fotalidad, no una de las parles de su alma. Para un
Textos Anotados pormenorizado examen de la historia de la pa labra pOÚATjO'le; véase Oihle 1982: 20-47.
Felicidad y fi n final
23.2 Epiciclo, Diss. 1.4. 28-29; 2.13.8-9; 2.16. 27-28; 3.22.97; 3.24.2-4; 4.4,39-40
Tí crOv ~1l1V 1tapÉX€l Xpúcr11t1tOe;; 1va yvt$e;. <pTJcrlv,
OTl ou ",,,,,ó~ mu, lÍ ro-tlV, SI; <1v ~ EÍlpOllÍ Éon
23.1 DL 7.87-89 (SVF 3.4. LS 59J, 61A, 63C) Ka! cl1tá8Eta unavrq., AáPe )lOO ta p\pAía Kal
8 16n:ep 1tp&tOC; Ó Z~vrov Ev tc$ n epl tivOpó:mou q¡úcreooc; té)..oc; yvCÓCJl] m¡; aKoAou8á t E Kal cnJll<ProvÓ. scrt\ tU c.pÚOE\
ElTC€'to O)lOAoYOU)lÉvCOC; tU CPÚcrEl ~i1v. OTCEp ¿enl Km' &p€t~V ~i1v' 5 t a altaBTi )le nOlouvra [ ... ].
ayEI yo.p rrpoc; t a.ÚTIlV ~ ).tac; ~ q¡úcrtc;. O)loírot; oE Ka1 KAEóvOllC; BV OUK OTÚEV en eÜI.¿l
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5 1táAIV 8' 'íaov 60ft 'T OKat' 6:petTtv ~i1v t0 Km' OTbEV OÜtE ta 101a OÜtE ta MlÓt pla. ei oé y' ÜOEt, ou-
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eCrt\ Kot6 t e t1lv al.YroG Kal KU'rCt TI¡v l&V OACOV, ouoev tve:pyouvwC; 1táOXElV lroV cw"Olpícov, 11118' ~raipC9 ¡.l~t€ tÓ1tQ? ¡.l~tE
10 rov Ctnayopeúelv elroSEV Ó VÓ).lOC; Ó KOIV6C;, ocmep ¿crtlv Ó óp8oC; YU)lVaolOle;, aMa llT]oe t{9 otO)lan 10 mnoo, ¡.lE¡.tvf¡-
AÓ'yOC;, ou): n:áV'tcov EPx6~levor;, Ó CllHOC; wv .0 6tí, Ka9r¡ye)l6vl cr8ar os tOU vó~ou Kat tOut'Ov npo Ó<p8etA.~rov EXEtV.
wm<;l n;c; trov Ovtrov olOlKlÍoeroc; Ovtl' etvat 8' nuro lOUro t~V roí) 15 tíe; b' Ó VÓ)lOC;; Ó SE10e;; ta lota TIlpdv, r&v cillotpírov
euocd~tOvor; &pE'tf,v KCtI clípOlav P(ou, otav ll<Ívta 1tpáttllto.l Kata ~~ avrmou;¡"Om, a)J,a 81ÓO~tvOl, ~tv xp~"OOl, [ ... ].
t~V cru~t(poov(av 10Ü 1tap' €KácrtQ? baí~ovcx; 1tp<X; TI]v t06 t rov OAOOV 0\11 t 06TO omE 1tEpíEpyO~ OÜtE nOAu1tpáYIlOOv
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cJ>úcrtv O€ Xpúcn1t1tOt; ¡.ltv ~aKOúEt, ti oxoAoú8ooe; OEl ~~v. t~V uruXE1. ó yap SEDe; 1távm ¡; avep6:mOut; bd t O BÓomllo-
tE KOlvfJV Kat ,0(OOC;; n,v av8pom1v1lv' Ó 08 K AEáv8Tle; t~V K01V~V velv, Enl tO eUcrta8eiv E1toíTJOEV. rrpo; Toüro a<poPl1at;
20 )lÓVT]V €KoéX€tat <púmv, TI aKoAou8€lv bEl, oUKÉn 8€ KCL' n,v E1t' eowKEv, ta)lSv lOta bOU¡; ÉKáO'tQ? , rO. o' &Mót pta.· ta
~'pou,. ~ KOOAuta Kal a<patpeta Kal O:vayKa<J'tCt OUK t'Ola, la
TE t~V Cobet, Marcovich : KCUÚ ye T~V PF : Km' &p€t~V BD J Ctu'tOÜ BPF : Ct{HoD Huehner,
9 Kerrá 2S Ú' uK(Í)Auta l'Ola' T~V o' oucríav tOU ayaOou Ka! tOU
Marcovich / EvcpyoDvTCt Rciske 10 Oitep BPF : oormp Hu ebner 11 CtPX6)lCVOe; plQ / &v Aldobr. KllK06, rocr1tEp ~v O:~toV TOV KTJ8ó)lZVov ~J.1rov Kal nCLtpt-
Menug. : EV BPF JOte; BplQ 12 TroV ¡¡;úvroov F 14 <trov> OAWV Cobe! : 3AOU BPFO 18 )lEV om . F Kro¡; npOtotá)lEVOV, €v tOle; t8íOte;. [ ... 1
3 a:Yf.1yap ... ~ C¡¡ÚO'lC; Cf. Musonio Rufo, Dissert. 17.89. J 5-1 6: "Pues la naturaleza de cada uno 10 con- Mill ó80¡; E1t1 CÜpOHIV (tO"Ú10 Kal op8pou Kal j.1€8'
dllce a la virtud". ~¡.tépCLV Kal VÚKtWP E<J'tO) npóXElpOV), a1tóoracns trov
5-6 ro Km' CtPCt~V ~fjv ... W, C¡¡TjO't XpúO'tlt1tOC; Para la interpretación de Galeno de la definición de Cri- 30 clllpompÉttov, tO IlTJú¡h¡ 10tOV ~reio8at, 10 1tapaoo"ÚvCtl
sipo del fin cf. in/ro 23 .9. návtCL t{9 oat)lovíq;¡, tU TÚXU, EKEÍVOU¡; E1tllpÓnOUe; au-
7-8 )lÉp'1 yáp ... tfje; toÍl o},ou Sobre la relevancia de estas líneas para una "ética cosmológica" en .el t rov nOt~oao8at, oüe; Ka, Ó aus ltEnoiT]KEV, aUlov os
estoicismo, cf Boeri 2009a: 176-182. Para la relevancia del pseudo platónico Epinomis en la cos molog\a, 1tpO¡; évl ETva l )lóvq;¡. t ep ioi(fl, t {9 aKCOAÚt ep. [. ··l·
teologia y élica estoicas cf. Alesse 201 2 (especialmente 22 1 ss.).
10-11 Ó v6)loe; 6 Kotv6c;, ... 6 auto~ rov T~ dtí Para la identificación d~ la ley u~~versal con la recta 1 U)llV ed. Bas. Marg 4 CtKOAou9a suppl. Schcnkl 11 )lTj5tv S: corro Se 12 )lt'¡t ' S : corroS IJ autou 5:
corr .s I 5tÍ s: T~ R
razón y con Zeus cf. el " Himno a Zeus" de Cleantes (17.2) con los comentarlOS de MelJer 2007: 209-228
13 EÜPOICtV píou Cf. Epicteto, Diss. 1.4.3-4: "Si la virtud contiene esta promesa (abtayy€Á(Ct) de producir 2 dlpota El "correcto flu ir" de la vida en que consiste la felicidad es la armonía entre el oai)lwv de cada
la felicidad, la impasibilidad y un 'correcto fluir', el progreso (1tpOKOmí) hacia ella es también de todos uno de nosotros y el deseo del administrador del universo (cf. supra 23 .1 ). Como se ve aquí, Epictcto
modos un progreso hac ia cada una de estas cosas". interpreta el correcto fluir como una cmáSsla (también como una atapasia; cf. Diss. 2.2), que se traduce
14 tO\) 1tap' tdotü;J oaí)lovoc; Para la idea del "oa í~wv o divinidad en nosotros" cf. Platón, Fed. 107D; en el cuidado de lo que es propio de un ser rac ional: las libres de impedimento, esto es, el uso (correcto)
Rep. 6 17E; Tim. 90B-0. Cf. también Marco Aurelio, ASI5.27 ; 10.13. de las presentaciones, que depende del agente.
14-15 rrpae; T~V ... POÚATjO'IV Evitamos traducir ~OÚATjO'lC; por "voluntad"; tanto para los estoicos como
para Aristóteles la POVAllot; es un tipo peculiar de deseo (Ope;\~): "deseo racional" (para Aristóteles cf. 23.3 E'lobeo, Ec/. 2.75, 7-77, 5 (SVF 3.3; LS 638 y 58K)
DA 4 14b2; 43 2b5 -6; 433a26-27) "o deseo razonable" (para los estoicos cf Estobeo, Ec!. 2.87, 21-~2). En Toü os av8pómou avtOS ¡;;4>ou AoyIKO"Ú 9vT]lOÜ,
el caso de Aristóteles es claro que cuando el deseo está asociado a la parte racional del alma es pOUATlO'le;, c.pÚO'el 1tOA.tttKOU, c.pcml Kat t~V clPcr~v nñoav n,v 1tepl
en tanto que cuando lo está a la parte irracional es apetito (btl8ullía) o "furia" (Ou.1l6¡;;). En el caso de los av8poo1tov Kat t~V BÓoatj.1ovíav ¡;;ro~v aKóAouOOVtl1táp-
estoicos, en cambio, la POÚAllO'I~ es el tipo de deseo que experimenta el sabiO (es una de las tres
544 Capítulo 23 Felicidad y fin final 545

xetv Kal OpOAoyOUJ.lévr¡V epúaEl. 24-25 ró TE yap TEAIKOV ayaBov . .. Ó).toAoyíav A.tyOVOt Se trata del uso técnico estoico que identifica el
5 Tú OS .tAo, ó ~Sv Z~vrov o,,,ro, "néBroKE' 'tO
ÓjloAoyo'UJli-vror; l;iiv" Toiho O· EO"tl KaS' Eva lóyov Kal
fin con la concordancia en la medida en que el fin cons iste en la conCOrdancia con la naturaleza.
3 1 ~32llt~<pépt:tv aE dJ,.~ Kal oKonov ... ro 8KKeíllevov oooj.la El "cuerpo propuesto" es, probablemente,
el objeto fislco externo La distinción estoica fue incorporada en la discus ión filosófica en la antigiledad
crú~upwvov l;flv, roe; t &v puxo¡.tÉvwr; ~CÓvt(i)V KaKOOat~tOVoúv. t~d.ía. <?alcno, un crítico extremadamente hosti l de los estoicos, acepta la distinción cntre meta y fin al
t rovo Oí os !-J.Stu r OUTOY 1tpocrOIap9poÜvrE~ oi.hoor; distingUir la meta de la medicina de su fin: la meta es la salud, pero el fi n lener salud (De secris, 1.3. 1;
E~éq>Epov ó~oAOYou~évro, TÍÍ q>ÚOEl i;~v' ímoAcr~óV"tE, lRat- Scripta Minora). Lo mismo puede advertirse en Aristón (probablemente un colega o estudiante de Crito-
10 roy ctVaI KCltl)y6prU.l.a ro úno TOU Z~V(i)V~ P'lotv. lO..E- lao alrededor del 150 a.C ., pero no el estoico Arislón ni el peripalélico que fue jefe del Peripato), quien al
ávO'lr; yap 7tprotOr; Otaog¿;áJlEVOr; mhou n)v atpeo'tV hablar de l.a retórica, dice que la persuasión es propuesta o establecida (EKlCf:iaBat) como la meta (oKon6¡;)
de la retónca, en tanto que su fin (rD..o¡;:> es lograr la persuasión (ruXEiv..qt; nEtBoik;). Véase Sexto Empí-
1tpocré8T]K€ tfl epúcret' Kal OÜt ror; CtnÉowKE' ttAor; Ecrrt ro rico,AM2.6! y Boeri 2001: 745 -750.
OJloloyou¡..tévror; 111 <púas! l;flv'. "Oltep Ó XpúourJtor;
cra<pÉcrn:pov pouA6¡..tf:Vor; 1tOtflocu, E~~v€yKe .ay tp6rcov 23.4 Estobco, Ecl. 2.77, 16-78, 6
15 routOy ' l;f¡v Ka!' €!..l'n:e¡ptuv ¡cOV <pvatt ouppmv6vtwv'. TéAo¡; Sé qJaO\v dvat 'to &UOalIlOVEiv, oó 6vEKa
ÓtOyÉvr¡r; M· eUAoYlmetV tv r6 tWV Kma <púcnv €JCAOYn návra npá'tTEW1, aun) oenpá'tTe'toIIlEv ouoevO¡; oe 6vEKa'
Kal á:n:cKAoyft'. 'Apxé8TH10r; Sé· návra ta Ka8~KovTC1 'toüro oeúnáp;(clv €V 'tó) Km' ápet~v ~f¡v, f:v Tó) O).l.OAo-
¿mtEAoúvw, i;~v', 'Avtínatpo, OÉ ' i;~v EKAErO~OU, you)lévro¡; ¡;fjv, En, wuroü ovro~, f:v T<'9 KarCt c.púenv ~~v.
¡.lEv rO. Kata <púcnv, alteKÑ::yojlÉvour; os Ta llOpa qnÍ(nv 5 T~v oe €uoat)lovíav Ó Z~vcov ropíoa'tO r ov rpÓ1tov
20 Ot'1VeK&r;'. n olJ...álClr; M Kal oü'tCür; (l7mOíoou' ' miv ro KaS' 'tOü'tOv' eUoCllll-ovía o' eCJ1"tv eüpOta ~íou. KéxpT]ral oe
aúrov 1[oteiv Oll1veKOO~ Ka] a1[apapúrco~ 1[pO~ r o Tuyxúvelv Kal KAt:ávell~ r ó) opO) roú'tO) tv roi¡; ~au'toü auyypá)l)laen
r oov 1tporlYOU~Évcov Kata epúaw '. Ka! Ó Xpúamno¡; Ka! oí árro r oúrrov návre<;, r~v eUom-
To OS r€A.o~ )JyecrSal rplXiO~ úno riOv E;K T~~ Ilovíav eTvat AtyOvtce; OUX trépav TOÜ &Uool~iOv<><; ~íou,
aiptcreú>!; raórlK ró n: yap r€A.1KOV ayaSov AéyeaSa t 10 KaÍtOt ye AtyOVT&;. r~v ~ euoal)lovlO:V OK01tOV bactia901,
25 téAo, Ev <ti q>lAoAóy'9 cruvl18Eíg, ro, t~V Ó~OAoyíuv MyOUOl réAo~ o' eTvat l O TIJXcW r~¡; eooal)lOVta<;, ontp raurov
rtAo~ etvar Aéyoum oE Kal1"OV crKonov 1"éA.o~, otov r ov etVat rifl eUoCll)lovciv.
ÓIlOAOyoÓIl€VOV plov ávaepoptKro~ Aiyovre<; ent ro napa- .6.íiAov OÚv EK roúrcov, on icroouva)lei 1"0 KO'ta epóenv
Kel~gVOV KarllYÓpl)~ta' Kata. oE 1"0 rpÍl"ov <J1lllatvóllevov ¡;~v' Ka1 r o KaA.W<; ¡;~v' Kal ro eU sf¡v' Ka! n:w..tV ro
o
AtyOOOt rD..ot; ro roXQ1"OV 1"flw OpeK1"rov, Eq¡' náv1"Q rO. 15 KaAOV Kol áyaeov ' Kat ~ apcr~ Kal ""Co Jléroxov ápE:rij{ Kol
30 aUu avuq>épea8Ul, cnnav ároeov KaA6V, olloíro¡; oe Kal nav oiaxpov KaKóv'
oe
.6.1Qlpépew 't€Aot; Kal OI(01[OV ~yoüvrQl' OICO- o,' BKal 'to LrcolKov 'tÉAo<; toov óúvaa9at ró) Ka't' ápe-
nov j..J..Ev yap dvat ro EKKe1llevov oiOlla, Oú 'tUXeiv Eq¡í- r~v ~íO) .
ecr9al <*> 1"OUt; rf¡~ eUoat)lovía~ o'toxa~o~ou<;, OHl ro 2 aúro aE 1tpÓTIETQ¡ om. P 4 roí) ovro¡; FP: taútoí) ovrOt; Heeren 6 clí PPOIO'. FP: COITo Heeren EiSpola
návra Ilev crnouoaiov euom)loveiv, návra os q¡aü)..ov EK 14 nclAIVCOITo Meineke pro nav 15 Kal ayaOov FP: KayaBóv scri. Wachsmuth / ~ 'to FP : Kal TO Can-
35 r oov €vavrloov KClKOOatIlOVeiv. ler

7IloXOIl€VWV ~J¡wv FP : f.WXOIlÉv(i)~ sóm:wv scho\. Luc . 16 cUAoyto"ríov FP : ei:JMylcrtOV ~w~v scho\. 10-12 't~v Il€.v ei:Jaatllovíav OK01tOV ... rÉAO¡; a' eival 'to ruxclv tfjc; eúaatllovía~ La distinción "felicidad-
Luc. : cÚAoylO"tetv DL 7.88, Plut. eN I072C 26 oíov ro P 29 8qJ' ~ FP 32 crWlJ.O F : ¿¡cOl.la P : aijllo meta", por un lado, y "alcanzar la fe licidad-fin", por el otro, refiere a la di stinción ontológica más general
Heercn 33 lacunam statuit Wachsmuth I ante r~t; add. nepl Heeren cuerpo-incorpóreo (c f. nuestro comentario a este pasaje y, para la distinción ontológica más general
nuestro capítulo 2). '
os
1-2 ToO &vOpcímou ... ¡PÚOEt nOAItIKoí) Cf. capítulo 30, tex to 30.t.
2-4 r~v ciptt~v nñcrav ... 61l0f,oyoullÉvr¡v qUXJE\ Cf. capítulo 26, texto 26.1 . 23.5 Clemente, Slrolll. 2.21.129.1-5 (SVF 1.180)
9-10 Ój.lOAoYOVllévro<; ti] <pÚOEI ... Ka111yóP'llla En un sentido técnico estricto un predicado nMIV a' au Z~voov )lEY Ó LtOOYKO¡; 1"€M; ~YEitm 'tO Km ' áper~v
(Karr¡y6pl1lla) es 10 que se afinna de algo, o una cosa (o "estado de cosas"; npiiYlla) puesta junto a alguna
i;~v, KAEávO~, 8E t OÓ~oAoyou~évro, TÍÍ 'PÚOE1i;~v, <tuoyévl], OS tO
°
o algunas cosas. Un predicado (como ro <ppovt:iv, "ser prudente" "comportarse prudememente": Simp li-
'téA.cx; Keia9Q1 ~yúro> f.v""Có) &UA.oyHneiv, 8 tv Tfj 'trov Kot a qJúenv
cio, in cal.388, 24-27;;:: SVF 2.173) es un "decible" (At:Któv) incompleto que se construye con un caso
nominativo para producir una proposición. Una proposición, en cambio, es una "cosa completa" en la EKAoyñ Keicrf:lat ol€Áá)lpavEV. ore 'Avr ín:Q'tpo; 6 'toú'tou yvwptJ.!O¡;""Co
medida en que es un "decible completo", es decir un decible que tiene un enunciado completo (por ejem- 5 'tÉA.o¡; Ktia8Q1 f:v 'tó) OI'lVeK&¡; Kal án:opapároo¡; eKAtyea9at IlEY 'ta Kara
plo, "lo debido es comportarse con prudenc ia", una proposición que comprende el predicado "comportar- qJúmv, ámxAÉyEcr9m oe rO. n:apa q¡úmv ú1loMJlPávEl. 'ApxtO'1)lÓ¡;"tE a.o
se con prudencia"). Sobre los "decibles" en general y los decibles "incompletos" cf. Atberton 1993 y el o{h(O~ E~11Y€iro elvOi TO 'tÉA.o¡;, <l;fjv> €KAtrÓ¡'U;vov""Ca Ka'tCt c.púenv )li-
capitulo 8, textos 8.2 y 8.4. yuna Kal KUpu:&t a ra, OUX oróv r E ovta Ú1tf:p~aívelV. npot; rOÚTQlt; En
20-22 nav ... npo'1Youlllvwv I((ltO: ¡púenv Para la teoría de los indiferentes U.e. ítems que no son ni
buenos ni malos, sino neutros desde el punto de vista moral), preferidos (f.c. ítems que no son ni buenos n avaíno<; ro ¡;f¡v Ka'tCt t ae; oeoO)lévoe; T])liv eK c.púaeoo¡; áqJop)la<; "tÉAce;
ni malos pero raciona lmente preferidos) y dispreferidos (i.e. items que no son ni buenos ni malos pero 1O cilll.::q¡~vato· Enlnacrí t e b noaE10CÓVt~ tO ~f¡v geropoüvw -rT¡v r&v
racionalmente disprcferidos) cf nuestro capítulo 26 con nuestro comen tari o. OAroV ciA~getaV Kat tá~IV Kal auyKawoKeuá¡;ovro: aUrf]v Ku'ta ""Co ou-
vcuóv, KO'ta 1l-118tv áyó)lEVoV úno roü &A6you )lépou<; tfj~ o/U;dk
546 Capítulo 23 Felicidad y fin final 547

Tlvec; Be lroV VECútÉpOOV LtrolKIDV oüno~ arrtBooov, t éAoc; dvat 10 Kat KaKía~ J.lr¡o' ~vnvouv IN auto~ 1tapWJ..ay~v a1tOA.E:Í1tovra,
~~v ChCOAOÚOro<; 1ft tOl) O:VOfXÜ1COU Karam<:eufi· aM' htícrr¡~ E:m 1tÓvtrov exovra' etVIl1 yap O)lOlOV lOV oo<pov
5 't4> aya9í9 ónoKpltfj, &; av l e 0epcrÍtou av te 'AyoJ.lÉ)lvOVO~
2-3 <.ó.toyévr¡~ ... KtlaBal ~y€itO> suppl. Slilhlin (cf. DL 7.88 el textus 23.3 supra) 4 ú1t€Aá)l~aVEV
von Amim 7 <~fjv> bc)..ey6)ltvov von Amim : lKÁeyo)lt'Vou~ L 11 aUnlv L : aútov Sylburg 1tp6ow1tov avaA.á~tl, EKÓtepOv urroKpívEtat 1tpocrr¡K6vtro~,

5-6 SKAq€oElcll )lev la KUta (¡nímv, cun:KA8y€a9at se ta 7tO:pa 4'lÚOW Éste es otro modo de habla r de in- 21:1cocld. et Suida 4-5 TOV cro<pov Tc:p a-ya96) unoKpt'Ü BP : UnOKpl1l1 Tav croq¡ov r6} 0.-y(96) F
diferentes preferidos y dispreferidos (cf. nuestro capítulo 26). 23.8 Cicerón, De off. 3.13
9 tO 1;fjv Kn.O: 'ta~ o&óo)ltva~ ~)liv El( cpúm::w¡; a<¡>oPllao:; t é).oo:; Para la tesis de la "tendencia" o "inclina- Etenim quod surnmurn bonum a
ción" narural del ser humano hacia la virtud cf. ESlobeo, Ec/. 2.62, 7-1 4; 107, 16- 108,3 Y Musonio Rufo,
Disserr. 2-3 (citados y discutidos en nuestro capítulo 26). Staicis dicitur, convenienter naturae vivere, id habet hane,
12 Ilr¡Sev ayóflf:VOv óno tO\) ñAóyou )l€pouo:; Tlio:; 'fUmo:; Para el regreso de Posidon io al modelo ut opinar, sente ntiam, cum cum virtute congruere s imper,
platónico tripartito de partes en conflicto cf. Galeno, PHP 332,22-334, 15 y, especia lmente, Galeno, PHP cetera autem, quae secundum naturam essent, ita legere si
J 18, 12-26 (Frag. 160 EK; ef. SVFl.229a). 5 ea virtuti non repugnarent. Quod eum ita sit, putant
quidam hane comparationem non recte introductam nee
23,6 DL 7,165 (SVF 1.411 ; LS 581; FDS 144)
omnino de eo genere quicq uam praecipiendum fuisse.
"H ptA).o~ o' Ó XaA.Kr¡06vlO~ TéA.o~ d1tE: 'dlv €1tI011í~lllv, orrE:p
€O1l ~f¡v ad rrávt' avcupÉpovra 1tpO~ tO )lE:T' btlO1~)lll~ ~~v Kal 3 senlentiam ¡; : sententiam naturam ~
~~ TÍÍ &yvoí~ ola~E~A~~ÉvOV. E¡Val o. tt\v emm~~llv e~IV Év 23.9 Galeno, PHP 326,24-328, 30 (SVF 3.12; Frag. 187 EK)
l.Pavtamwv rrpooot~e l avu1t61tt rotOv ;J1tO A.6you. 1tOte 8' €AEye tv 10Ú-
5 Jl~ Sv dVaJ TÉA.~, aMO: Kata Ta<; 1tE:ptcrtáOE:I<; Kal 'to. rrpáY)lat' tOIl; <pav€pWe; Ó TIOOSIÓCÓVID<; lófOa~e 1tfJA.lKOV á)laptóvouO"tv
&llát'u:oOat a\)'[6, ro~ Kal tOV amov XaA.KOV ~ •AAE:~ávf:,pou ytVÓ- ol 1tEPt 'tav Xpúoumov ou )l6vav EV to'il; 1tepI t rov rrllOOOv
)lcvov avoptávm ~ LroKpátou~. ota<pÉPE:lV oe
tÉ~ Kat u1t01'eA.toa· A.üyto)loi~, aUn Kat1tept tOU tÉAo~. ou ynp roe; E:KeivOl
't~~ )lEv yap Kat tOU~ ~t~ oo<pou~ crtoxá~eaOaJ, t OÜ M )lóvov TOV 5 )fyOUOlV IJJ,x ro, o
Oi.<hrov eoíOaI;E, 10 1ii ~ÚcrEl S~V ó~o­
00<p6v. ta oe )letCl~U apE:t~~ Kal KaKía<; &otá<popa Etvm. A.üyOUJlÉvro<; EOTív.
1 KapXT]OóvlO~ ed pnnc., Long : X o:AKr¡OóVIO~ BFP Gigante, Hülser, Ma rcovich 4 neocrOé~€\ OVW, yap Év ~~¡v wu ¡ffiv PEA1íovo, 1~,
avurr6mwTOv plQ (et DL 747) npo::; 8€~IO:v unómoJTov BF / A6-yfiN B2pFD 5 ~1r¡OCV CIVUl von 'I'1'xií, ~Épou, wu o. XEípovo" ó ~€v 1<\i ~EA1íOVI cruvEn6-
Amim, Long, Marcovich : Il~ h €tval Ioppolo 1lE:V~ Ó)lOA.oyOU)lÉvro~ av A.ÉyOlt O Tft <púaSt ~~v, Ó oe tí9
I "Hpt.Uo¡; 8' ó KapXTlMvlOC; Herilo es el estoico "heterodoxo", discípulo directo de Zenón de Ci tio. 10 XEÍpOVI ~illov Én6~0, ávo~o),oyouflÉvro,' ,mIo' 01)10,
Algunas fuentes (Cicerón, Orot. 3.62) hab lan de Herilo como del nmdador de una nueva escuela o secta )lEY Ó Ka'tu rrá9ü<; l;wv, E:KelVO¡; oe
6 Kata J..iJyov. OUK
(los "heri leos''). Para los detalles dc las tesis de Herilo cf. loppolo 1985: 60-68. apKEoOE:l<; óe 1OÚtOl<; Ó rrOO€IOCÓVtO~ E:vapy€crt€pÓV t € Ka.
3-4 clV(lI O€ T~V E1tIcrt~Il11V ... CtVU1tÓnTWTOv uno A6-you Para esta importante tesis dc la epis temología Q'<poop6t €pov KaOÓmE:tat t &v 1tSpl tOV Xpúm1t1wv roe; OUK
estoica cf, nuestro capítulo 7, textos 7.5 Y 7.8 (con nuestro comentario ad locllm).
opero, e91you~ÉvO)v 10 1É),o,.
5 Il~ tV dval La mayor parte de los editores (van Arnim, Long, Marcovich) lee Il110CV dva\; pero si ése
fucra el caso, como acertadamente, en nuestra opinión, señala loppolo (1985: 60, n. ] 1), lo que Beri lo 15 eXEl o. li ¡\~(J1, J,OE' "& o~
estaría diciendo es que no hay ningún fin y, a la vez, que el fin es el conocimiento. El que propone leer Il~ 1I:apÉvtf;~ ~VIOl tO Ó)lOAoyOU¡.téVro<; ~~v OUOtWOUO'lV E:l<; to
BV €tVIlI es van Arnim (en un trabajo posterior a los SVF; cf. von Amim 19 12, col. 64, citado por Ioppolo 1tliv tO evOSXÓ)lEVOV 1tOt€lV €v€Ka tOOv 1tpónrov Kat a <púow,
1985: 60, n. 11), quien, sin embargo, edita el texto Jl"O€V d\'O.1 en SVF 1.4 11. OIlOIOV IlUt c9 1tOlOUvt~ té?> OKorrov EK'tí9s001ll nlv lÍOOvtlv
5 Ko.Ta 'Tuo:; n€ptOTá(JEI~ Pam el valor de las "circunstanc ias" en la distinción de los actos debidos ~ TI)V aoxA.'lcríav ~ 0JJ..0 'ti tOlOUtOV. €OnOe )lÓX'lV BJ.l-
(Ko.8~!CovTa) cf. DL 7.109, nuestro capitulo 28 y Boeri 2009a: 194-197. 20 <paivov Kat ' aun)v n)v EK(f)OpáV, KaAOV oe Kat EÓOOt)lOV1-
' -9 OIIl<pÉp€\V obD..oo:; Kal UnOT€Aíóa' ... TOÚ O€ J16vov TOV (Joq>Óv En Ec!. 2.47, 12- 18 Estobeo, sin atri- KOV oMÉv' 1tapÉ1tGtat yap Kata 'to avaytCatov tí9 't€A.E:t,
buirlo a ningún autor es toico, ofrece la siguiente definición de urroTu..ío:;: "Fin subordinado es el primer
estado afectivo familiar al animal (TO nponov oi!C€loV 'toú ¡;c(lou ná80o:;), a partir del cual dic ho animal
tÉA.o~ oe OtJK eOtlv.
comenzó a ser consciente (cruvclIo8áv€CJ'8Ct1) de su propia constitución, [estado afectivo que), sin ser tIMa Ka! lOÚ10U 0IaA~~eÉvte<; opero"
racional, sino irracional [se da] según las razones naturales y seminales (l'Ouo:; 'JlUO'IKOUO:; !Col O'n€PIlOnKOuc; &~€crtt Il€v 01>T0 xp~crOat 1tpOe; tO ólClKÓntE:IV 'ta~ a1l:opía<;
AóYOUC;), como [ocurre] con la facultad nutritiva y sensitiva [ .. ,]. En efecto, el animal, una vez nacido, se 25 a~ oi ao<plcrtal1tpOldvouot, )l~ Il€VtOt yE 10 Kat' E)l1tSlptaV
familiarizó completa y directamente desde el comienzo con algo (4)1<:1>100911 TlVl n:áVTWO:; €uGUo:; E~ apxf1o:;), trov Kata l~V OAllV cpúmv 0'U)lpatv6vt<Dv ~~v. onep i.croouva-
lo que, precisamente, es el fin subordinado (unor€Áíc;), el cual se da en alguna de las tres [siguientes] )let Tc9 Ó)lOA.oyOUJltvoo~ slrre1v ~i1v ~v{Ka J.l~ lOÜtO IltKpO-
cosas: pues [se da] o en el placer, o en la tranquilidad o en las cosas primeras según naturaleza". La
1tperr&~ OUvtEÍvEl de; to 'trov 8ta<pop&v TUrx.ÓV€tv." ~PK€t
presencia de la tesis de la autoconsciencia como aUlo-reconocimiento de la propia constitución haría
pensar que hay un esto ico detrás de este texto (cf. nuestro capítulo 22, lextos 22.1 y 22.4). J-l€v ouv loroe; Kili TOUto 1tpO~ ev8St~tv ril~ ato1tíac; rov
ó
30 Xpúoumoe; ElP'lKS 1tE:pl toü ttAou~ ll;'lYOÚ)lEV~ 011:00<; av n <;
23.7 DL 7.160 (SVF 1.351; LS58G; FDS 139) TIrfXávot tOU Ó)lOA.o-YOU)ltvro<; t 11 cpÚcrSl ~f¡v '
Apíot rov Ó Xio~ Ó <DáAavOo~ E1ttKaAOÚ).IEVO~ Lelp~v. léAo~ a)l€lVOV Jl~V
€<t>r¡oev etVat tO aota<p6pwc; €xovra ~~v 1tPO~ '[(1. ~1&ta9.l apeTil~
Capitulo 23 Felicidad y fin final 549
548

~yOU~lUl KClt ta TOÚ'tOl~ É~i1~ úno rou ITocrE10rovíou ysypa)l- 23.11 E,tobeo, Ecl. 2.63, 25-64, 12 (LS 63G)
"OIlOlOV yap eAe~
)lÉva napa9écr8m tóv8€ lOV 'tp61toV E'XOV1U' "WÚTT)V'tE 8i¡
35 t~V a1"01rlav bt€Aucr€v ~ otría t&v na8wv ópa8s1on KUl yEv dvm ó nIlVU1!lO~ 10 cru¡..tpuivov btl
Ta.; apxa~ €OEto;E lii~ tv tOl~ OpEKTOí~ KCÜ <peuK10t~ olacrrpo- úily apcl&v, ro~ ti 1toUo'ü; lO~értal~ d~ crK01tO~ cLT] Kcí~
cpii~ Kal. TOU~ tp61to1)~ tf¡c; o:crK~cr€ú)C; 8tElN: KClt ,[(lotanopoú- IlCVO~, exOl o' O"Ú10~ IN U{)lój YPullllffi; 01uep6pou~ toi~
Ilcva 1rEpt 'r11e; éK nú8ouc; óPllilc; E:~é<PllVEV". ouO)llKpá ye 5 XJXOIlUOlV' do' EKacrro~ ~ crtOXá~OllO 1O"U TUXclv loV
01>06 'ta TUxóvra <pr¡crlv ~)laC; ano/,aúoElv ayaSa níc; ahíac; crK01tOU, ~OT] O' ó IlEY Ola lOU 1talá~Ul d~ n)v AtutcT¡y ti
40 nov na8rov EUpE8dar¡c;. ruxot ypall¡..t~v, ó OE Ola lOD eh; l~V ~Amvuv, aUoe; <oS>
EtC; yap ro ¡.ta8EtV oxpt~0C; otóv OUI10 d~ aUo !l xp&IlU ypullll~~. KaOá1tcp yap lOÚ-
n 'Co Ó)lOAOYOU~U~vÚ)C; rt1 qrúcret s11V Ecrt\V, eK rile; tWV naEléOv tOUe; roe; ¡.tiv aVOJ"tálOJ "tÉAoC; 1tOlElcr8m 10 ruXEiy 10U crKO~
ahíac; éÚPE8EíOTls ÓJcpeA~et,!-lEV. Ó )lEY yap KClru nciElos OUX 10 1tOD, ~OT] o' aUov Kal' aMov lpÓ1tOV rrpolíElEcr8m l~V
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1;f1v ~VíKU] 1;~vo)Vt" KUl L 28 cruvTdvEIV HL (llJVTdvEI COIT. Comarius 31 TU'fXávEI L 1 3 á1aEI FP : EXEL m. I 4 yP(l)l)ltU~ F 6"t0 \}¡[oT6sm FP : TO"U 1tClr6S(ll Usener 6~7 El TÚXEl P : bmúxOI
OPOA.oy r¡).IÉV())~ H 36 6PEKtdi~) ópmcroi~ H L : ulpEToi~ Müller Wyttenbach 7 ó€ om. FP: add . Heeren 8 OHl TO FP, Meineke: Ota TOO COITo Heeren, Wachsmuth 9 ~ IO
toí) aKoTwí) ... TrpoT19w9cH om . F, habet P 13 üM.r¡v Heine: aMov codd.
1 ~3 l-v TOÚtol<; cpavEp&~ Ó nocrEtoo)Vto~ ¿8(oaSE ... oi 1tEPl. TOV Xpúcrl1t1tOV En el pasaje inmediatamente
anterior Galeno pone en boca de Posidonio la tesis de que la causa de los estados pasionales (y de la 6-7 ó ).tf:v ola roí) TraTÚ';at E~ nlv AEmcT\V Ei TÚXOl ypa)l¡.t.~v, Ó ó€ OUl toí) El<; tT¡v ~fA(llvav Las líneas
discordia e infelicidad) es que las personas no siguen a su ou(¡.uJ.)v, que es afín a la divinidad que gobierna coloreadas deben ser las diferentes virtudes . Cf. Alesse 1994: 44, quien hace la interesante sugerencia de
el universo, sino que siguen la parte peor y bestial en ellos. Como es obvio, Galeno aprueba la tesis de que para Panecio el fin no es seguir la naturaleza común a todos los seres humanos, sino el ser coherente
Posidonio porque parte de una psicología de partes en conflicto como la platónica. con el propio carácter. Este enfoque puede tener un importante adelanto en nuestro texto 23.1, donde se
13 rrov TrEpl tbv Xpúcrl1ITlOV Entre los "seguidores de Crisipo" se encuentra, probablemente, Antipalro; habla de "hacer todo de acuerdo con la annonía de la divinidad en cada uno de nosotros" (KClTU T~V
cf. texto 23.3. (llJllq)(ilvíav roí) nap' f:KáCTTC9 oaí~ovo~).
J8 ~22 T{9 O"K01tOV EtCTíOEcrSat T~V ~OO\rf]V ~ t11v áoxAr¡aíav ... T€A.O~ OE OÓK €cmv De Lacy (1984, vol. 4,
655) sugiere que aquí está presente la diferencia entre "meta" y "fin". El contexto, sin embargo, parece
indicar lo contrario. Entre los que proponen la CtOxA.r¡cr(a como fin podría encontrarse Epicuro (cf. CM
127, aunque en este pasaje no dice estrictamente que la CtoX)"llaía sea el fin, sino que hay "deseos necesa~
rios para el bienestar del cuerpo").
25~26 T{9 Km' epm:lp(av .. . (llJ~PatVÓVTCOV 1;fiv Ésta es una refonnu lación ligeramente modificada de la
definición del fin de Crisipo (cf. 23.1).

23.10 Cicerón, Dejill. 4.40 (SVF 1.412)


Introduei enim virms nu1l0 modo potest, nisi orrmia, quae leget quaque rcicict, unam
referentur ad surnman. Nam si omnino + nos neglegemus, in Aristonea vitia ineidemus
et peccata obliviscemurque, quae virtuti ¡psi principia dederimus; sin ea non neglegemus
neque tamen sunum boni referemus, non multum ab EriUi levitate aberrabimus. Duarum
5 enim vitarum nobis erunt instimta capienda. Facit enim ille duo seiuncta ultima bonomm,
quae ut essent vera, coniungi debuerunt; nune ita separantur, ut disiuncta sint, quo nihil
potest esse perversius.
1 legi El reficiet EPCR 2 referantur LPCROr. ! omnino ea neglegemus Or. 1incidemus transp. post
peccata LPCROr. (incidimus LC) 3 inteligemus E 1 referimus R Eerilli (LP)CROr. 4 aberravimus E
1~2 una m referentur ad summan Es decir, una totalidad o "suma" de bien.
4 non multum ab Erilli levitate abetTabimus En De fin. 4.36 Cicerón alega que la posición
intelectualista de Herilo (que identifica el fin con el conocimiento, i.e. el fin es "referir todo a vivir con
conocimiento") se centra en el conocimiento y abandona la acción (cognitionem amplexarenrur, actionem
relinqucrcnt). Pero Herilo (y seguramente también Crisipo) podría argumentar que ese conocimiento
nunca se encuentra separado de la acción. sino que se trata de un saber intemalizado en un sentido
práctico efectivo (cf. capítulo 26, texto 26.19) .
Teoría de la acción 551

pre a las que están mejor adaptadas para la obtención de aquellas que están de acuerdo con la
Capítulo 24 naturaleza, pues dios mismo hizo que yo tenga la capacidad de seleccionarlas. Sin embargo, si
Teoría de la acción yo supiera que me está destinado estar enfermo en este momento, también tendría un impulso
por esto, pues también el pie, si tuviera inteligencia, tendría un impulso por estar enlodado".
24.6 Galeno, De motu musculorum libri ii 4.402,12-403,16 (SVF 2.450; LS 47K)
Sea un ave en lo alto que parece permanecer en el mismo lugar. ¿Acaso debe decirse que
24.1 Estobeo, Ecl. 2.86, 17-88, 2 (SVF 3.169, 171, 173; LS 53Q) ésta se encuentra inmóvil, como si resultara hallarse suspendida desde arriba o, más bien, que
Dicen que lo que pone en movimiento al impulso no es otra cosa sino la presentación di- se mueve hacia arriba en la misma medida en que lo conduce hacia abajo el peso de su cuer·
rectamente impulsiva de lo que es debido. El impulso es, en sentido genérico, un movimiento po? Esto último me parece más veraz. En todo caso, al haber sido privado de alma o de ten·
del alma hacia algo, y se considera que son sus especies el impulso que se produce en los sión muscular, se verá que rápidamente cae a tierra, por lo cual es manifiesto que la tendencia
anima les racionales y el que se produce en los irracionales. Sin embargo, [estas dos especies] hacia abajo, connatural al peso del cuerpo, compensaba el desplazamiento hacia arriba que iba
no han recibido un nombre. El deseo, en efecto, no es el impulso racional sino una especie de de acuerdo con la tensión del alma. No podemos investigar en la presente ocasión si, en todas
impulso racional. Uno podría definir con propiedad al impulso racional al decir que es un las cosas constituidas de ese modo, cuando el cuerpo es llevado unas veces hacia abajo y otras
movimiento de la mente hacia algo en el dominio de la acción. Repulsión, en cambio, se hacia arriba, padeciendo [fuerzas] contrarias alternadamente, ese cuerpo parece pennanecer
opone al impulso y es un cierto movimiento <de la mente apartado de algo en el dominio de la en el mismo lugar (debido al hecho de que los cambios son rápidos y enérgicos y los movi·
acción>. Asimismo, de un modo peculiar también llaman apetición a un impulso, porque [la mientas se realizan según intervalos cortísimos) o realmente ocupa un solo lugar durante todo
apetición] es una espec ie de impulso práctico. Y la apetición es un movimiento de la mente el tiempo. En efecto , es más justo ocuparse de tales asuntos en las teorías físicas sobre el
hacia algo futuro. De modo que, hasta aquí, "impulso" se dice de cuatro modos en tanto que movimiento. Sin embargo, en vista de las circunstancias presentes, es suficiente haber descu-
"repulsión" de dos. Sin embargo, cuando también se agrega la disposición impulsiva, a la cual bierto lo siguiente: no diferirá en nada llamar tensional, o de otra forma que uno pudiera
obviamente llaman "impulso" de un modo peculiar, y desde la cua l surge el impulso, <"im· desear, a la generación de determinada clase de actividad; sin embargo, es posible y mejor
pulso"> se entiende de cinco maneras. Las especies de impulso práctico son muchas y, entre saber [que es una actividad] para no creer que los músculos están inactivos cuando se tiene la
ellas, se encuentran las siguientes: propósito, proyecto, preparación, emprendimiento, <deci· mano estirada.
sión,> elección, anhelo, volición. Ahora bien, dicen que un propósito es una indicación de
acabamiento; un proyecto, un impulso anterior a un impulso; una preparación, una acción 24.7 Séneca, Ep. 113.23 (SVF 2.836; LS 53L; FDS 443)
anterior a la acción; un emprendimiento, un impulso hacia algo que ya está a la mano; una No pienses que yo, de entre los nuestros, soy el primero en hablar no por mandato, sino a
decisión, un anhelo que surge de una reconsideración; una elección, una decis ión anterior a partir de mi juicio: entre Cleantes y su discípulo Crisipo no hay acuerdo sobre qué es el acto
una decisión; un anhelo, un deseo razonable; una volición, un anhelo voluntario. de caminar. Cleantes dice que es el hálito que se estira desde la parte conductora del alma
hasta los pies; Crisipo, que es la parte conductora misma.
24.2 Plutarco, SR 1057A (SVF 3.177; LS 53S; FDS 363A)
En las disputas contra los académicos, ¿sobre qué ha versado el argumento más significa. 24.8 Alejandro de Afrodisía, Fat. 178, 17-28
tivo no sólo para el mismo Crisipo sino también para Antípatro? Sobre el hecho de que no hay Todos están de acuerdo en que el ser humano es, por naturaleza, superior a los demás
ni acción ni impulso sin asentimiento, sino que se refieren a ficciones e hipótesis vanas quie· animales en que, a diferencia de ellos, no es arrastrado por sus presentaciones, sino que tiene,
nes creen que, generándose una presentación apropiada, de inmediato se da el impulso, no por ella, un juez de las presentaciones que le acaecen ace rca de ciertas cosas elegibles, usando
habiendo ellos ni cedido ni asentido. el cual, si, al ser examinadas, las cosas que se presentan parecen tal y como le parecieron al
principio, y lo son, asiente a la presentación, y de este modo sigue a las cosas que se presen-
24.3 Clemen te, StrOIll. 6.8.69.1 (FDS 298) tan; en cambio, si le parecen distintas, o alguna otra cosa le parece más elegible, elige ésta,
El impulso, siendo un movimiento, se encuentra después de un asentimiento. Pues el que abandonando 10 que al principio le pareció elegible. En todo caso, muchas cosas que nos
tiene un impulso hacia una acción tiene, en primer lugar, el conocimiento de la acción, y, en parecían distintas en primeras presentaciones, una vez que el razonamiento las refutó, ya no
segundo lugar, el impulso. permanecen en nuestra preconcepción. Por eso, si bien habrían sido realizadas en la medida
24.4 Filón, Leg. Alleg. 1.30 (SVF 2.844; LS 53P; FDS 299) en que se dio la presentación que de ellas se tiene, no se realizaron por haber deliberado acer-
En efecto, el animal aventaja al inanimado en dos cosas: en la presentación y en el impul· ca de ellas, si es que efectivamente nosotros tenemos el control tanto de haber deliberado
so. Ahora bien, la presentación se constituye de acuerdo con el ingreso del objeto extemo que como de la elección de aquellas cosas que proceden de la deliberación.
provoca una impresión en el intelecto a través de la percepción. Por su parte, el impulso, 24.9 Clemente, Strom. 2.20.110.4-111.2 (SVF 2.714)
hermano de la presentación, se constituye de acuerdo con la fuerza tensional del intelecto, la
Entre las cosas que son puestas en movimiento, unas son movidas según el impulso y la
cual, cuando se extiende a través de la percepción, entra en contacto con el objeto subyacente
presentación, como los anima le s, mientras que otras según la translación, como los inanima·
y va hacia él, intentando llegar a él y abarcarlo.
dos. Sin embargo, afirman que, también entre los inanimados, las plantas, al crecer, son mo-
24.5 Epicleto, Diss. 2.6.9-10 (SVF 3. 191 ; LS 58J) vidas por translación, si uno les concede que las plantas son inanimadas. De la disposición,
Si siempre recuerdas 10 que es tuyo y lo que es ajeno, nunca serás perturbado. Por ello, [participan] las piedras, de la naturaleza, las plantas, y tanto del impulso y la presentación
bien dijo Cris ipo que "en tanto que las cosas futuras no me sean manifiestas, me ajusto siem· como de las cosas que se enunciaron antes, incluso lo s animales irracionales. Pero, la capaci·
552 Capítulo 24 Teoría de la acción 553

dad racional, siendo privativa del alma humana, no deben produci r impulsos del mismo modo evitas la enfermedad, la muerte o la pobreza, serás desafortunado. Por tanto, ll eva tu evitación
en que los anima les irracionales, sino seleccionar las presentaciones y no dejarse llevar por lejos de todas las cosas que no dependen de nosotros y cambia su rumbo en dirección de las
ellas. cosas contrarias a la naturaleza que dependen de nosotros. Sin embargo, por el momento,
anul a comp letamente el deseo, pues si deseas alguna de las cosas que no dependen de noso-
24.10 Epicteto, Diss. 1.28.2 8-33
tros, es necesario que falles en la obtención de las cosas que dependen de nosotros, y ya nin-
Por ello, no es posible admirarse suficientemente de lo que ocurre. Cuando queremos guna de las cosas que es bell o desear está a tu alcance. Usa únicamente el impulso y la repul-
j uzgar sobre pesos, no juzgamos al azar y cuando [queremos juzgar] sobre las cosas derechas sión, pero muy ligeramente, esto es, con reserva y no de manera estricta.
o torcidas, no es al azar. En general, cuando para nosotros hace una diferencia conocer la
verdad del caso, nunca ninguno de nosotros hace algo a l azar. Sin embargo, cuando se trata de 24.14 E picteto, Diss. 2. 18.23-28
la causa primaria y ún ica del obrar correcta o incorrectamente, del ser feliz o desdichado, del Oponiendo estas cosas a la presentación, vencerás, pues no fuiste jalado por ella. Pero en
fallar o acertar, s610 entonces actuamos al azar y somos precipitados. En ningún lugar hay primer lugar, una vez que no te dejaste arrastrar por su agudeza, di más bien "espérame un
algo parecido a una balanza, en ningún lugar, algo parecido a una reg la, sino que algo se poco, presentac ión, deja que yo vea quién eres y qué representas, deja que te someta a prue-
presenta y de inmediato realizo lo que se presenta. Pues ¿soy yo mejor que Agamenón o ba". Por lo demás, no permitas que te lleve por el hecho de que en ell a las cosas que siguen
Aquiles en vista de que ell os, p or haber seguido las cosas que se les presentan, real izan y aparecen perfectamente del ineadas, pues de lo contrario, apoderándose de tí, te guiará a donde
padecen semejantes ma les, mi entras que a mí, ét! cambio, me basta lo que se me presenta? Y ell a qui era. Más bien, intercámbiala por otra presentación, bella y noble, y deshecha ésta, la
¿qué tragedia tiene otro princip io? ¿Qué es el AIreo de Euripides? Lo que aparece en una sórdida . Y si te acostumbras a ej ercitarte de este modo, verás qué hombros, qué tendones y
presentación. ¿Qué es el Edipo de Sófocles? Lo que aparece en una presentación. ¿El Fénix? qué vigor se crean. Por ahora, sólo discursos servi les y nada más . Ésta es la persona que de
Lo que aparece en una presentación. ¿El Hipó/il0? Lo que aparece es una presentación. Ahora verdad se ej ercita ; la que se entrena a sí misma para enfrentarse a tales presentaciones. Man·
bien, en op inión de ustedes ¿de quién es propio no dedica r ninguna atenc ión a esto? ¿Cómo se tente firme, ¡desdichado! ¡No te dejes arrastrar! El combate es grande y, la obra, divina: es
llama a los que siguen cualqu ier cosa que se presente? Locos. ¿Estamos nosotros haciendo para bien de un remo y para bien de la libertad, de l correcto fluir y de la imperturbabilidad.
algo distinto?
24.15 Plutarco, SR 1045B-C (SVF 2.973)
24.11 Estob eo, EcJ. 2. 111, 18-112, 8 (SVF3 .548; LS 41 G) Ciertos fil ósofos, creyendo proporcionar a los impulsos una liberación respecto del estar
Pero afirman que el sabio nunca hace una suposición fa lsa ni asiente en modo alguno a necesaria mente sometidos a las causas externas, establecen un movimiento adventicio en la
a lgo que no sea cogni tivo, por cuanto él tampoco opina ni ignora nada, pues la ignorancia es parte conductora del alma, volviéndose manifiesta sobre todo en el caso de indiscemibles. En
un asentim iento cambiante y débil. Sin embargo, el sabio no supone nada débilmente sino, efecto, cada vez que es necesario tomar una de dos cosas siendo las dos de igual fuerza y
más bien, con seguridad y finneza. Ésa es la razón por la cual no opina nada. En efecto, las estando ambas dispuestas del mismo modo, pero no habiendo ninguna causa que lleve a cual-
opiniones son de dos tipos; el asentimiento a lo no-cognitivo y la suposición débil. Esos [tipos quiera de ell as en vi rtud de que una no difiere en nada de la otra, esta fuerza adventicia, adop-
de opiniónJ son ajenos a la disposición del sabio, por lo cual el prec ipitarse y el asentir antes tando una inclinación a partir de sí misma, resuelve la dificultad. En la creencia de que [estos
de una cognic ión se dan en la persona vil precipitada, pero tales cosas no caen en el dominio filósofos] violentan si n causa a la naturaleza, Crisipo, contradiciéndolos, recurre a l j uego de
de l hombre natura lmente bien dispuesto, perfecto y excelente. dados ya la balanza, y muchas cosas que no son capaces de caer o incl inarse de modos distin-
tos en tiempos di st intos sin c ierta causa, es decir, [s in cierta] diferencia ya sea respecto de
24. 12 Epi cteto, Di". 3.3.2-5 (LS 60F)
todo lo que hay en ellas o respecto de las cosas que suceden afuera [de ellas]. En efecto, [dice
Así como toda al ma por naturaleza acepta lo verdadero, niega lo falso y suspende el jui-
que] lo incausado y lo espontáneo son inexistentes por completo y [que], en estos [movimien-
cio ante lo no evidente, así también es movida con deseo ante el bien, con evitación ante el
tos], concebidos y llamados por algunos 'adventicios' , se cuelan causas no evidentes que nos
mal y, ante lo que no es ni malo ni bueno, de ni nguna de las dos maneras. Y así como no le es
pasan desapercibidas al con ducir el impulso hacia una de las dos cosas.
posible ni al banquero ni al comerciante rechazar la moneda del César, sino que, si la mues-
tras, él tendrá que ent regarte, quiera o no quiera, la mercancía a cambio de ella, así también COMENTARIO
ocurre en el caso del al ma. Cuando se le presenta lo bueno, inmediatamente se mueve hacia Los tres conceptos centrales de la teoría estoica de la acción son los de presentación im-
ello, cuando el mal, se aparta de ello. El alma nunca rechazará una presentac ión evidente del pulsiva (q>a.vtacría óp~r¡tud¡), asentimiento (<nrfKu-rCtgeOlr.;) e impulso (óPJl~). En el capítulo
bien, no menos que la moneda de César. De es to depende todo movimiento, tanto del ser 6, estudiamos los conceptos de presentación y de asentimiento en general. El presente cap ítu-
humano como de dios. Por eso es preferible el bien a todo parentesco; nada hay para nú o para lo, dedicado a cómo estos dos conceptos funcio nan en contex tos prácticos, pone en reli eve
mi padre, sino para el bien. ¿Tan duro eres? Sí, as í soy por naturaleza. El dios me ha dado esta nuevos aspectos de ellos y se ocupa en deta lle del tercero.
moneda. Los textos 24.1-4 y 24.6 se ocupan de describir los tres conceptos e indicar el modo en
que se combinan entre sí para producir una acción. Los textos 24.7 y 24.8 se dan a la tarea
24. t 3 Epi eteto, Ellch. 2
más básica de defmir qué es una acción y, en especial, de determinar a qué clase de movi -
Recuerda que la promesa del deseo es la obtención de aquello que deseas y la promesa de
miento pertenece. Los ocho textos siguientes - 24.9 a 24.15- se centran en el examen crítico
la evitación es que no habrás de encontrarte con eso que se evita. Aquel que falla en el deseo
de presentaciones impulsivas, el cual representa, en un sentido que especi fi caremos más tarde,
no es afortunado, pero aquel que, en la evitación, se encuentra [con lo que se evita] es des-
el equivalente de la deliberac ión en el aristotelismo. Según el estoicismo, este examen es ca-
afortunado. Por co nsiguiente, si, de las cosas que dependen de tí, evitas únicamente las que
racterísti co de la acción plenamente racional. En ella, intervienen los tres fa ctores ya descritos
son contrarias a la naturaleza, no te encontrarás con ninguna de las cosas que evitas . Pero si
554 Capítulo 24 Teoría de la acción 555

- presentación impulsiva, asentimiento e impulso- porque son comunes a todas las acciones. una propos ición eval uativa como ésta consiste en adoptar una pro-actitud respecto de la ac-
Pero en la acción plenamente raciona l, el examen de presentaciones es un cuarto factor: se ción y, dado que en el estoicismo todas las pro-actitudes son impulsos, asentir a una proposi-
trata de un razonamiento que precede al asentimiento, en el cual el agente investiga la veraci- ción evaluativa cons iste en ejercer un impulso hac ia la acción. Esta tes is de la identidad es una
dad de las presentaciones impulsivas que rec ibe, lo cual, según los estoicos, no hace el agente versión fuerte de una idea que figura en ciertas teorías contemporáneas de la acción como, por
precipitado. En 24.5, a su vez, ofrece una idea de los criterios a los cua les acude el agente ple- ejemplo, la de Davidson (1970 : 23), a saber, la idea de que quien acepta como verdadera una
namente racional en examen para determinar la veracidad de una presentación impuls iva. proposición como Debo de hacer F, necesariamente adopta una pro-actitud respecto de esa
La presentación impu lsiva, el asentim iento y el impulso son tres condiciones necesarias acc ión.
para que una acción se lleve a cabo. En otras fuentes, sin embargo, no aparece esta tesis de la identidad. Por ejemplo, el texto
( 1) La presentación impu lsiva es un tipo de presentación (<pavlacría), la cual, según 24.2 (Plutarco) se limita a afirmar que un acto de asentimiento es condición necesaria para
vimos en el cap ítulo 6, es, de modo genérico, un cierto estado ep istémico dotado de contenido que se dé un impulso, lo cual no implica por sí solo identidad numérica. El texto 24.3 (C le-
proposicional. En el caso específico de una presentación impulúva, el conten ido, de acuerdo mente) va más allá en este senti do, pues sostiene que el asentimiento es previo al impulso, lo
con 24.1, es una proposición cuya forma es Es debido que yo haga F o, según lo sugiere 24.3, cual parece excluir que puedan ser numéricamente el mismo. Algunos estudiosos recientes,
Es bueno O beneficioso que yo haga F. En todo caso, se trata una proposición en la cual se entre ellos Brad Inwood (1985: 42-66 y 92 -95), han desarrollado una interpretación de la teo-
atribuye un valor positivo a que el agente realice una determinada acción o, en términos técni- ría estoica de la acción basado en esta lectura: asentimiento e impulso son dos sucesos estre-
cos, un valor po sitivo al hecho de que el predicado que expresa la acción sea satisfecho por el chamente relacionados, pero lógica y ontológ icamente separados. Según Inwood, los impulsos
agente. Como suele suceder con las presentac iones en general las presentaciones impuls ivas son "paralelos" a los actos de asentimiento en el sentido de que éstos causan (en el sentido de
son provocadas, en última instancia, por un objeto o estado de cosas externo al agente. Para causa princ ipal) a aquéllos sin ser idénticos a ellos. En concreto, el asentimiento a una propo-
tomar un ejemplo, al ver un niño atrapado en una casa en llamas y tener la presentación de sición como Debo hacer F es causa (principal) de un impulso, el cual, a su vez, involucra la
que es debido, bueno o provechoso que intente salvarlo, la presentación es impuls iva pues es emisión de una orden que el agente dirige a sí mismo mediante el imperativo Haz F. Esta in-
provocada por el niño atrapado en la casa en llamas y posee el contenido proposiciona l terpretación descansa, en gran medida, en el testimonio de Plutarco sobre Crisipo en 24.5, se-
característico de las presentaciones impulsivas. gún el cual "el impu lso es la razón prescr iptiva del ser humano" y "la repuls ión y la evitación
(2) El asentimiento es la segunda condición necesaria para que una acc ión se lleve a son la razón prohibitiva".
cabo. Según indicamos en el capítu lo 6, todo asentimiento es un tipo de acto mental mediante La controversia sobre la relación entre asentimiento e impulso, sin embargo, no afecta la
el cual la persona acepta como verdadero el conten ido proposicional de una presentac ión. En idea básica de que los impu lsos son pro-actitudes respecto de acciones, que dependen- ya sea
el ej emp lo anterior, la proposición que el agente acepta como verdadera al asentir a la por causal idad o identidad - de actos de asentimiento entendidos como la aceptación por parte
presentación es la de que, efectivamente, Es debido (bueno o provechoso) que yo intente del agente de ciertas proposiciones evaluativas sobre acciones. Podemos entonces resumir así
salvar alnUio. Puede ocurrir que un agente 110 asienta a una proposición de este tipo, en cuyo la secuencia mediante la cua l se genera una acción de acuerdo con la teoría estoica: (i) el
caso tampoco rea lizará la acción. El lexto de 24.2 de Plutarco sobre Crisipo y Antípatro hace agente recibe de un objeto o estado de cosas una presentación impulsiva cuyo conteni do es
hincapié en esta ind ispensabilidad del asentimiento para la acción. una proposición del tipo Es debido (bueno o provechoso) que yo lleve a cabo la acción F, (ii)
(3) La tercera condición necesaria para una acción es el impulso. Según 24.1, un impulso el agente asiente a la presentación, aceptando como verdadera esa propos ición y (i ii) tiene un
es un "movimiento del alma hacia algo" y, en el caso de los humanos, un " movimiento de la impulso para actuar de cierto modo. Si nada externo obstruye el impulso (o el agente no cam-
mente hacia algo en la esfera de l actuar" (q)Qpav otavoíw; bel n tOOV BV t~ rrpánetv). Mientras bia de parecer), el agente real iza la acción.
que el objeto del asentimiento es, como vimos, una proposición, el objeto del impulso es la Como hemos visto, es relativamente abundante la información sobre la teoría estoica de la
acción que se presenta como va liosa en la esa proposición. En nuestro ejemplo, esta acción es sicología de las acc iones. En cambio, se sabe poco acerca de qué era, según ellos, una acc ión y,
intentar sa lva r al niño atrapado en la casa en llamas. Según el texto: " los actos de asentimiento en particular, cuál es su lugar dentro de la ontología estoica y cómo se relacionan las acciones
van dirigidos a una cosa, mientras que los impulsos a otra: los actos de asentimiento a ciertas con los movimientos del cuerpo. En lo que sigue, ofrecemos una reconstrucción posible.
proposiciones pero los impulsos a los predicados que están de cierto modo contenidos en las A un nivel ontológ ico básico, las acciones pertenecen al conjunto de los sucesos o movi -
proposiciones a las cuales se da asentimiento". Para seguir con nuestro ejemplo, a l asentir a la mientos (ytyvÓ¡.u;vu, KtVlÍcret<;), los cuales, dentro de la ontología estoica, son entidades corpó-
propos ición Es debido (bueno o provechoso) que in/ente salvar al niño de la casa en llamas, reas ana lizab les en términos de la posesión por parte de un cuerpo de ciertas cualidades y
tengo un impulso hac ia esa acción. Según 24.1, otra propiedad importante del concepto estoi- disposiciones. Por ejemplo, una acción como el caminar de Platón de la Academia a las mura-
co de impu lso es que es genérico, pues bajo él se subsume la gran variedad de estados de l1as de Atenas, se anal iza en ténninos de, por una parte, (a) las cualidades en virtud de las
deseo y, en pa rticular, los siete tipos siguientes: propósito, proyecto, preparación, emprendi- cuales el cuerpo que camina ese trayecto es P latón y no otra persona, esto es, como vimos en
miento, decis ión, elecc ión, anhelo y vo luntad. el capítulo 3, las cualidades que hacen de él un individuo p eculiarmente cuali ficado, un 18iro~
Hasta aquí nos hemos referido al asentim iento y el impulso como si se tratara de sucesos rrOlóv y de, por otra, (b) la disposición (S~l~) en virtud de la cual Platón está dispuesto de
distintos, siendo uno de ellos, el asentimiento, anterior al otro. Sin embargo, al interior mismo cierto modo (nro~ EXOV), a saber, de modo a caminar.
de las fuentes, hay cierta controversia sobre este asunto. De acuerdo nuevamente con 24.1 Ahora bien, ¿qué clase de movimiento o suceso son las acciones? Toda acc ión requiere
(Estobeo), todo impulso humano es un acto de asentimiento, esto es, hay una identidad numé- un impulso, el cual, como ya vimos es un movimiento del alma (texto 24.1). Pero la acción
rica entre el impulso que va di rigido a una acción F y el acto de asentimiento a la proposición misma no es este movimiento del alma. En efecto, no todo impulso desemboca en una acción,
en que F aparece como valiosa. Una intuición que parece subyacer a esta tes is es que asentir a pues puede surgir un obstáculo externo imprevisto que obstacul iza el impulso. P or ej emplo, al
556 Capítulo 24 Teoría de la acción 557

ejercer un impulso por llegar nadando al otro lado del río, puede suceder que la fuerte corrien- consiste la acción propiamente dicha y, finalmente, (c) el movimiento de las piernas carac-
te me impida llegar al otro lado. En un caso como éste, tengo un impulso pero la acción co- terístico del caminar, el cual es causado por (b), pero es disti nto tanto de (a) como de (b).
rrespondi ente nunca se realiza porque éste se ve frustrado por un obstáculo externo. A partir Hasta ahora nos hemos ocupado de la sicología común a todas las acciones y, desde el
de esto, puede concluirse, según lo apuntamos, que el movi miento síquico en que consiste el punto de vista ontológico y fisico, de la definición de acción que parece haber ofrecido Clean-
impulso - un movimiento del alma hacia algo- no debe identi fica rse con la acción. Sin embar- tes. Pasemos ahora a un tipo particular de acción, a saber, la plenamente racional. Se trata de
go, una acción tampoco debe identifi carse, por otra parte, con un movimiento de las partes del aquella en la cual interviene el uso pleno y completo de la razón que distinguiría, en última
cuerpo. Ciertas acciones presuponen necesariamente ciertos movi mientos de las partes del instancia, al sabio estoico.
cuerpo. Por ej emplo, caminar requiere cierto movimiento de las pi emas y, sonreír, cierto mo- La acción plenamente racional se dist ingue por la sicología que la subyace y, en particu-
vi mi ento de l rostro. Pero no toda acción requiere un movimiento de ese tipo. Por ejemplo, lar, por el examen crítico de presentaciones impulsivas que precede al asentimiento y al im-
permanecer inmóvil o, según el testimonio de Ga leno en 24.6, conservar la mano estirada, son pulso. Una fuente importante para entender este examen es el texto 27.8 de Alejandro de
sucesos que los estoicos considerarían como acciones pues responden (o, al menos, pueden Afrodisía, en el cual se presenta a la razón como juez de presentaciones. ¿En qué consiste el
responder) a un acto de asentimiento y un impul so. Pero son acc iones que, por su naturaleza, examen al cual la razón las somete? Uno de sus rasgos esenciales es que determina, con la
presuponen la ausencia de movimientos del cuerpo o, al menos, de sus extremidades. Por con- ayuda de criter ios a los que nos referiremos más adelante, si realmente son valiosas las accio-
siguiente, una definición genera l de acción acorde con el estoicismo, debe respetar cuando nes que las presentaciones impulsivas presentan como tales. Si no lo son, se le niega asent i-
menos dos restricciones: no puede identificarse ni con el movimiento de un impul so ni con miento a la presentación. En camb io, "si, al ser examinadas, las cosas que causaron sus pre-
algún tipo de movimiento del cuerpo. sentaciones parecen tal y como le parecieron al princip io, y lo son, asiente a la presentación, y
Una definición que se ajustaría a estas dos restricciones es la que podemos reconstruir a de este modo sigue a las cosas que la causaron".EI examen crítico de presentaciones es clave
partir de los testimonios de Galeno en 24.6 y Séneca en 24.7. Según Galeno, una acción como en la ética estoica. El motivo es simple: si es realizado exitosamente, éste nos permite sólo a-
conservar la mano extendida presupone una cierta tensión muscu lar , la cual es parte de la acti- sentir a presentaciones impulsivas verdaderas. Con ello, garantiza que nuestros impulsos nun-
vidad tens ional (tOVItcT] BVÉpyela.) del hálito (1tVeü~a.) que, bajo la forma del alma, se difunde a ca se verán impedidos por obstáculos externos y, por consiguiente, que nunca experimenta-
través de la total idad del cuerpo, cohesionándolo y controlándolo. Esta actividad, explica Ga- remos frustración, la cual sería contraria a la serenidad (o.tapa~ía) y la fe licidad (eó8a.I~ov¡a)
leno, debe entenderse por analogía con la de un ave que planea: es el res ultado de una tensión entendida como un "correcto flui r" (d5pOla. cf. los textos 23.1, 23.2 Y23.4 del capítulo 23).
entre dos fuerzas opuestas pero iguales, a saber, el peso del ave, por una parte, y la fuerza El éxito de un examen adecuado de presentaciones depende, en parte, de la fuerza que
ej erc ida por sus alas sobre el aire que la soporta, por otra. La ana log ía sería ésta: así como la posee el agente para no dejarse llevar por ellas cuando surgen, como se indica en 24.14 y
inmovil idad del pájaro pres upone la intervenc ión de dos fuerzas acti vas, así también una ac- otros textos clave dentro del estoicismo sobre el examen crítico de presentaciones (por ejem-
ción corno mantener la mano estirada presupone una cierta tensión del hál ito, resultado de un plo, el texto 29.7). Desde este punto de vi sta, la sicología de la acción plenamente racional se
movimiento que éste realiza con la misma fuerza en direcciones opuestas. El texto 24.6 no nos distingue claramente de la sicología de un agente que no es plenamente racional: en el primer
informa si, de acuerdo con la teoría estoica a la que se refiere, la acc ión consiste en esta acti- caso, el agente no se deja llevar por sus presentaciones, sino que las somete a un examen que
vi dad tensional de l hálito o sólo la presupone. Pero el texto 24.7 indica que, según Cleantes, puede conducirla a negarles asentimiento; en el segundo caso, en camb io, el agente se deja
lo primero es el caso. Es importante notar que, según él, incluso las acc iones que involucran cl llevar por sus presentaciones y les da asentimiento sin haberlas examinado previamente y, por
movimiento de pa rtes del cuerpo no consisten en este movimiento, sino en esa actividad ten- este motivo, se comporta de modo simi lar al de un animal irracional. En el estoicismo, este
sional del hálito de la que habla 24.6. "Cleantes dice que [caminar] es el hálito que se estira último fenómeno se conoce como la "precipitación" y es descrito con precisión en los textos
desde la parte conductora del alma hasta los pies." En el texto no se ofrecen detalles sobre có- 24.10 y 24.11 (cC. 6.17 y 7.13). Una parte cons iderable de la ética estoica tardía, la de Ep icteto
mo fun ciona exactamente el ejemp lo, pero algo que podemos tal vez inferir es que el equili- en particular, está orientada a correg ir la precipitación de las personas a través de ejercicios
brio de fuerzas opuestas en que consiste la actividad tensional del hálito es el que se da entre mentales destinados crear y consolidar en eHas la capacidad de no dejarse llevar por las pre-
el movimiento alternado que el hálito imparte a cada una de las piernas. En él, el desplaza- sen taciones que reciben. Un texto que pone en relieve la importancia de este tema en Epicteto
miento rítm ico de la pierna izquierda hacia adelante debe es tar seguido y contrabalanceado es 24.14: no dejarse llevar por nuestras presentaciones es condición necesaria para alcanzar el
por el de la derecha. correcto fluir de la vida (eiípOla.) en que, según veremos en el capítulo, consiste la fe licidad.
El texto 24.7 no entra en detalles sobre la teoría de Cleantes, aunque una reconstrucción Por último, debe subrayarse que, según algunos estoicos, la plena racionalidad no exige
posible es la siguiente: las acciones, según Cleantes, son aquellos act ividades tensionales del que el agente siempre examine sus presentaciones antes de asentir o no asentir a ellas. En pri-
alma causadas por el movimiento de un impulso; estas actividades pueden, a su vez, depen- mer lugar, según se indica en 24.12, el propio Epictem considera que es imposible no asentir
diendo de la acción que se trate, causar o no ciertos movimientos del cuerpo: en la acción de inmediatamente a una presentación clara de 10 que es bueno (cf. 6.21 y 6.22). En segundo lu-
caminar, la actividad tensional imparte a las piernas un cierto movimiento, mientras que, en la gar, la noción de impulso "con reserva" (lleO' ú1te~a lpÉaeroQ que aparece en 24.13 sugiere una
acción de conservar la mano estirada, la actividad, al contrario, inhibe cua lquier movimiento táctica alternativa para lidiar con presentaciones impulsivas. Según lo ha mostrado Tad Bren-
de la mano. En cualquier caso, la acción no consiste en un movimiento del cuerpo, sino del nan (2000), un impulso con reserva es aquel que va acompañado de una creencia condicional
alma: un o distinto de, pero causado por el movimiento del impul so, el cual también es un cuyo contenido podemos especificar de este modo: "la acción F hacia la cual se dirige el im-
movimi ento del alma. En suma, una acción como caminar involucraría tres movimientos pulso es debida (K(le~KOV) si y sólo si F no va en contra de la voluntad divina". Gracias a esta
distintos: (a) el del impulso, (b) la actividad tensional del alma causada por (a) y en la cua l creencia, no se suscita un sentimiento de frustración en el agente si éste termina enfrentándose
con 1m obstáculo que le impide realizar F, pues si surge tal obstáculo, diría Epictcto, es porque
558 Capitulo 24

F era contraria a la voluntad divina y, por lo tanto, no era un acto realmente debido cuya no-
realización amerite un sentimiento de frustración. En este caso, el agente no se detuvo a exami- Textos Anotados
nar la presentación impulsiva antes de asentir a ella. Su única proteccjón contra el riesgo de que Teoría de la acción
sea falsa es la creencia antes mencionada, la cual le permite evitar la frustración que experi-
mentaría si fuera falsa. En tercer y último lugar, según lo ha mostrado George Boys-Stones
(1996), el texto 24.15 sugiere que, en la época helenística, ciertos estoicos - probablemente
inspirados por la doctrina de Aristón de extracción cínica según la cual, salvo la virtud y el 24.1 E,tobeo, Ecl. 2.86, 17-88, 2 (SVF 3.169, 171,173; LS 53Q)
vicio, todo es igual y totalmente caren te de valor- sostuvieron que nuestras elecciones en gene- To oe KtVOÜV TI¡v ÓPJl~V ouMv €tEpOV dvat 1J:y0lJ-
ral sólo pueden estar guiadas por un movimiento adventicio del alma, en el cual no interviene O"tV a.").)..' ~ cpavraaiov ÓPJlllnKi]v "toü Ka8~KOvtOS auró8sv,
en ningún sentido el razonamiento característico del examen crítico de presentaciones. t~V oe ÓPIl~v Elvat q:¡opav \jIuXlÍe; bn n Kara ro yÉVac;.
¿Cuáles son los criterios que debe emplear el agente plenamente racional para aceptar o raúTIle; o' tv Ei&t 8EroPEtoeat nív rE tv tate; A.oytKoie;
rechazar una presentación cuando la somete a un examen crítico? Un texto que podría arrojar 5 ylyvO~€vr¡V óp~~v Ka! n]v €v mi, UAóYOl, ~00u;' o'"
luz sobre esto es el 27.2, del capítulo 27. En efecto, vimos al inici o, a través de del texto 24.1 KOtWVOllaOjlÉVat o' Eiaiv. ~ yap OpE~te; OUK eon A.Oyt1cTl
que, según la teoría estoica de la acción, una presentación directamente impulsiva presenta óp~~, ál,AI) l,oYlKfi, óp~~, do",. T~v & AoylK11v ÓP~11v
una acción como "debida" (Ka9flKov auró9Ev). Por consiguiente, en su examen crítico, el OEÓV'tWS av tls acpop~ot!o, IJ:yrov EtVat q>opav otavoías
agente deberá preguntarse, entre otras cosas, si la acción es en verdad debida y en modo y ¿1ri"tt roov EV rcp npáTIEtv' raÚTl.lo' a.vttrl9Ecr901 acpop--
grado lo es. En efecto, según lo apunta 27.2, hay var ios modos y grados en que una acción I O l1~V, epopáv rtva <olovoíae; a.1tÓ nvoe; rrov tv t<"fl Jl~
puede ser deb ida: algunas lo son directa o incondicionalmente (KaOlíKovW av€U 1tpáTIEtv>. 'Ioíroe; OE Kol r~v OpOUffiV ÓPJl~v AtyouO"t Tf¡e;
1tEptcrtácrEroe;), mientras que otras lo son sólo condicionalmente, asimismo algunas lo son 1tpaK"tIKiie; ÓPJlllS o-ocrav erooe;. dvat OE t~V OpOUO"lV cpopav
siempre y otras no siempre. Dependiendo de cómo el agente termine clasificando la acción, él olavoí~ bd rl Jlé/.Aov. ''(lcrrE jléXpt Ilev roÚtrov rE"tpa-
dará o no asentimiento a la presentación impulsiva inicial. Ppr ejemplo, si el examen crítico x"', óp~~v AtrEcr9at, OlX"',O' a~op~~v' npocr-rE-
determina quela acción só lo es condicionalmente debida, no habrá necesariamente asenti- oe
15 9EÍcr~, Ka! ni, €~EOl, ni, óp~~nKfi" ~v O~ Ka!
miento, pues el agente podrá posponer la acc ión para otra ocasión o simplemente no rea lizarla 10íOl, óp~~v Atroumv, &~'~, (J1)~~aíVEl óp~av, <óp~~v>
nunca (si nunca se presentan las cond iciones bajo las cuales es debida). 1tEVtaxooe;.
El texto 24.5, de Epicteto sobre Crisi po, aborda el tema de los criterios desde un ángulo Tfie; OE npcuC!ucfie; ópJlfie; E\ol11tAEiova dvot,
distinto. Lo dicho en él no contradice 27.2, sino que 10 complementa. Epicteto, citando a ev ote; KaL raüra' npó8Ecrlv, Em~oA~v, 1tapa(jl(€u~v, ErXEí-
Cri sipo y concordando con él, argumenta que, para seleccionar adecuadamente qué acción 20 Pllcrtv, <atpEO"tv,>rrpoaípeotv, POÚAllffiv, 9M.llcrlv. Ilpó-
realizo en un momento dado, es necesario determinar si ésta es tá "de acuerdo con la naturale- 8ECrtV jlEv o-ov EÍVat UyOUcrl OT]j.lEiroffiV E1tttEAtcrEú)~·
za", en el sent ido de que, si me está destinado (Ko8EíJlaptat) rea lizarla en ese momento o no. Em~ol,~v BB óp~~v npo óp~~,· napa(J1(eu~v oe
Por lo tamo, la selección adecuada presupone el conoci miento de qué acciones estoy destina- npa~lV npo npru;EOl,' éyxEíp~mv oE óp~~v Éní nvo,
do realizar, lo cual, a su vez, presupone, según lo sugiere Epictcto al introducir la cita, el EV XEpcrlv ~ol1 ovro~· OtPEcrtV 8€ POÚAll0W ~ a.VOAo-
conoc imi ento de lo que nos es propio y lo que nos es ajeno, esto es, de uno mismo. El vínculo 25 ylollOÜ' npoaipEcrtv 8E atpEO"lV 1tpO aipécrEroe;· poú--
ent re este este texto y 27.2 es es trecho pues en 27.2 el criterio era si una acción es debida o AllO"tV oe rllAOYOV OpEl;LV· OD.T}crtv OE EKoúcnov poúAllcrtv.
no, cuando la noción de se lección empl eada en 24.5 (¿KA.Oy~ ) es justamente el impulso que va 2 ID' ~ corro Meurer: 6.Uá codd. / a\n60ev F : QUTÓ P 4 taúTTj<; o' tv docI Bine! : taút11<; 8' itvt
dirigido a actos debidos (al respecto véanse nuest ras nn. al tex to 24.1). ud F : ó' aYl UEl (om. taútl1<;) P 6 KatWvollaa)lÉv(U COITo Heeren : KettWVOllll0J.LÉva FP 8 av "tI.<;
Para concluir este comentario, conviene indicar que el examen crítico de presentaciones, uqlOpit;olto Sa!masius : uvmcpopít;ol"tO FP 9 Ctvtl9to9m F: Ctvti9so9ll1 P : ávtlt(9sa9al COITo Heeren
ademá s de constituir, como ya vimos, una pieza clave de la teoría estoica de la felicidad, es un 10-11 <olavoia<; c{1ró tlvo<; t&v Ev té9)l~ npa.tt!>lv> add. Wachsmuth, cf. PHP 4.211 OPOUO"lV codd. :
concepto central de la teoría es toica de la responsabilidad moral y la libertad y, por 10 tanto, OPE<;\V Zeller 12 dMval M t~v OpOU01V P : t~V M opouO"tv dótval M F : dVCH 8¿ r~v c5pouotv Canter
un puente importante entre estas dos teorlas. En el capítulo 28 nos ocuparemos en detalle de 16 <óp)l~v> add. Wachsmuth 17 nEvtax&<; F : m:tvtaxou P 19-20 eyxsipf]olV (om. óc) 20 <alpEO"tv,>
add. Sa!masius I BOÚA'lOlv om. P P 24 eyXEÍPS01V codd. : 6V x.EPO\V corro Sa!masius 26 BKoúmov FP :
este tema.
€Kouaíav vulg.
Este texto es la continuación de 27.1 y antecede 6. 15. El valor de 24.1 como testimonio sobre la teoría
estoica de la acción radica principalmente en que recoge dos de sus elementos capitales: (1) la definición
de los rasgos que debe de tener una presentación para suscitar un impulso, o ser impulsiva y (2) la defini-
ción del impulso y la repulsión como los estados cona ti vos básicos y genéricos, de los cuales todos los
demás estados conativos son especies Para un estudio c1asico sobre estos dos elementos, cf. Inwood 1985:
42- 101 , 224.242 Y 243-249.
1-2 <pavtaaiav ÓPI. UltlK~V TO\) Ko9~KOvtO<; o:OtóOSV Suponemos que au"tó96V modifica a óPllfltucrlV: la
presentación que representa a algo como x:a9t;KOV es capaz de suscitar directamente (mJt6gev), esto es,
sin mediación alguna, el asentimiento del agente. er. Long y Sedley 1987: vol. 1,317: "an impression
560 Capítulo 24 Teoría de la acción 561

eapable of directly impelling a proper functio n". Sin embargo, también podría modificar a Kae~KOvtO<; entre los impulsos y los imperativos. El estudio más detallado de esta relación fi gura en Inwood 1985: 46-
("presentac ión impulsiva de lo que es directamente debido"). cr. [n\Vacd 1985: "a honnetic prescn tation 47.61·66 Y92·95.
of what is obviously [ar irnmediately] appropriate". Nos incli namos por la primera lectura porque en las
clasificaciones canónicas de tipos de Kae~KOvta en el estoicismo no fig ura la noción de Kae~KOV autó9¡;v 24.3 Clemente, Slrom. 6.8.69.1 (FDS 298)
(véase, por ejemplo, 27.2), además de que sería extraño que los estoicos afirmaran que las presentaciones &ópicrKETUl o' ~ Óp)l~ j.!ETá tlVct ouYKctTá8tow KiVl1me; oÚcrct·
impu lsivas se limitan a expresar un solo tipo de Kae~KOV. Ó yap óPJl~crae; Ete; Tlva 1tp~tV 1tpÓrEpOv t~V yvrocnv Ti'ie; itpá~€W"
6-7 ~ yap apeSte; OUK tan AOYU,~ óP~TÍ , áUn Aoyuá;C; óPJliiC; efooc; Lo que se entiende aquí por impulso Aaj.!PáVEl, ÓEÚt EpOV oE nlV ÓPI.tT'!V.
racional es simplemente un impulso que se da en un ser racional. dotado de razón o <hávola, por oposi-
ción al que se da en un ser no-mcional, carente de mzón. La aclaración que se hace en estas lineas es que A diferencia de 24.1 y 24.2 , este texto no parece ser compatible con la tesis de la identidad impulso-
el ténni no OPE~I¡; no es coextensivo con el término t..O'ylKi¡ óp~~: hay impulsos racionales que no son asentimiento, pues la sucesión indicada por 1tpOl spOV - SEÚtEpúV parece ser fisica y temporal (por oposi -
3pE~I~, el cual es sólo una especie de AOYIKi¡ óPP~. Sobre el impulso como el género más amplio de todos ción a puramente lógica). Es posible que algunos estoicos hayan recurrido a la no-dentidad para cx.plicar
los estados conativos, véase también el tes timonio de Orígenes cn SVF 3.170. Dentro del estoicismo, esto la debilidad de la voluntad. Al respecto, cf. Boeri 2005 y Gourinat 2007.
cambia con Epicteto quien afirma que i5pc.;l~ no es una especie de óp~~, ni un género subordinado a él:
ÓPE:~I~ y ÓPI.ní son dos géneros coordinados y mutuamente excluyentes. La diferencia entre ambos es que 24.4 Filón, Leg. Alleg. 1.30 (SVF 2.844; LS 53P; FDS 299)
un OpE~U:; tiene como objeto al bien aparente (ce. Diss. 1.4.1-2 y 3.3.2), mientras que un impulso tiene TO yap s00v rol) )l~
como objeto lo debido (KaOf]Kov, cf. 3.2 .1-2) siendo que para Epicteto, a diferencia de lo que sostuvieron sc.[lou óucrl npOÜXEI, cpavtacr[~ KatÓp)lÜ' 1i )lSv ouv IpCtvtCtGÍCt cruví-
los estoicos helcníst icos, lo bueno no es una especie de lo KC18f]Kov (cr. 3.3.5). Sobre es te asunto, véasc crtaTCLt Kata T~V TOD ÉK't(Je; 1I:pócroóov 'tUitOUvto<; vouv Ól' CL{cr9lÍcrEÚ)~, tl
BonhMrer 1890: 19-28, lnwood 1985: 116-119, Long-Sedley 1987: vol. 2.342 y Brennan 2000 : 172. oE op)llÍ, TO &OtAcpov tíic; epavtao(ae;, Kata t~V rou voü tOVIK1,V Oúvaj.!lv,
11 -12 rr¡~ rrp(1KtlK~~ ÓPIl~~ El impulso práctico parece ser, junto con [a disposición impulsiva en la 5 ~v TEivac; o,t' alcr9tícrEcoC; am€tCtl TOU U1I:OKElj.!tvOU Kat npoe; aino xcopd
lí nea 15 (il'~I~ ÓP~l'1t1Kli), uno de los "cinco" sub-géneros del impulso (cf. 17: rr€Vtaxoo~). El impulso
práctico, a su vez, posee diversas especies (18- 19: tr,¡; OE rrpaKtlKfi~ Óp~Ll;<; Ei'Sr¡rrAEíova Elvul). En el caso
"IAlXÓllEVOe; ÉeplKÉcr8CLt KOt <ruAAap€lv autó.
de los seres humanos, en quienes se da el impulso práctico racional, estas especies parecen ser las si- 3 1:oU om. FL I xpOooov UFL : itpO<; óaov versio Armenia 4 tOvlKi¡V] YEVttolV versio Armenia
guien tes: deseo (O~I<;), apetic ión (opoum<;), propósito (rrpOO&OI<;), proyccto (f1tlPoA~) , preparación
(napaoK&Ull), emprendimiento (€yxEÍp1lm<;), decisión (aí'pEOI<;), elección (rrpooípEOI~), anhe lo (POÚA.llaU;), S an:tEtal 1:0Ü ÚrrOKEI)ltvou Kal itpO.:; auto xwpEi Se tmta de dos momentos distintos: el primero corres-
volición (Otl..r¡OI~). Ce. 8.14. Para una d iscusión pormenorizada de las dificultades exegéticas que el texto ponde al movimiento del alma en que consiste la percepción, mediante el cua l el alma entm en contacto
plantea en tomo al problema de las especies de impulso, ce. Inwood 1985: 112- 11 8 y 224-242. Nótese con el objeto (amElo:! toÜ ÚnOKEI)lÉVOU); el segundo también corresponde a un movimiento del alma y es
también que el carácter práctico del impulso práctico no debe entenderse en el sentido de que habría aquél en que consiste el impulso (cf. 24.1 : tTtv M Óp)l~V dVC1Iqlopav '!'Ux'fj<; bti Tl Kata tO YÉVo~). El texto
impulsos "no-práct icos" como, sin embargo, parecerían sugerirlo las líneas 88, 1-2 de este texto. Véanse sugiere que este segundo movimiento es uno mediante el cual el agente intenta (yl..l;(.ó)l.f:vo<;) llegar al
más abajo nuestras notas al respecto. Para una in terpretación distinta, ce. Gourinat 1996: 87 y 2007: 222- objeto. El impulso sería esta intención para actuar. Nótese que ninguno de estos dos movimientos ya es la
22 3. Según Gourinat, una pasión o emoción (ltáO<><;), cuando no conlleva esencialmente una acción sería acción misma. Al respecto, véase nuestro comentario.
un impulso no-práct ico. '
24.5 Epicteto, Diss. 2.6.9-10 (SVF 3.191 ; LS 58J)
24.2 Plutarco, SR 1057A (SVF 3.177; LS 53S; FDS 363A) o
ad ¡.u:j.!VT]llÉVoe; Tl crov KUt
Kal ti &M.6TPtoV [KCtt] ou TapCLXetíOlJ. óUI TOUtO KaA&~ Ó
~Illv 8V "lE 'l:01~ npo~ mu~ f\KaOlll.laikou~ aywcrlv o 1I:AtlCf'!Oe; Xpúcr\'ltrroe; AqEt OTl ' IlÉXptC; av aOIlA6. ~lOt Uta
A6yo¡; aU'tC9 t6 Xpucr[nm:!l KCLl f\ V'tmárpcp 1t&PI tívoe; yé- '~~I, ud lóív ru~v€mépú)v ~xo~al npollo ruy-
yOVE; 1I:Epl rou PlítE npÓttEtV ~tlí8 ' Op)lcrv U<ru"lKCLW9¿- 5 XáVElV t cOVKCtTa cpÚOlV' UiHO¡; yóp 11' ó eEOe;
5 tOOS, uU&' rrAóowxw AtyetV KaL KEVae; imo9¿ciEte; mue; €:noillcr€v TOÚTCOV EKAeKtIKÓV. ti M yE ~8elV ()'I:l
a~louvrae; oIK€Íac; Ipavtacríae; YeVO~¡¿V11C; ciOue; óppcrv )l~ vooElv 1101 KCL8Ei)lopTUl vüv, Kul &p)lOOV o.v err'
E\~avtCL¡; )l'loe <ruyKCLTaOqttvouC;. ' umó' Kal yap Ó1[OÚ~, ti cppévae; etxEV, &p)lu o.v
2-4 Ó 1t~.EiOtO<; A.6yo<; autÓ) te Xpuobrnrp Kal Avrmátprp J"[epl tívo<; yéyovs; J"[Epl toU PohlellZ et Ént TO m]Aoucr8at. '
Cherniss Cllm gX : Ón:AEioto~ a\mí) tE Xpucrí1t1t(Q Kal AvrmÓtpC9 tÓVO~ yéyovE' rrspl tOÜ O : Ó
l
1 <!tao> a d IlE)lvr¡)ltvcx; Schenkl in app. cril. cum s 2 KaL del. S 4 t ooV <1tpOc; ÉlcAcrrlV> Kata qlÚOlV
ltt..cicno<; autÓ) te Xpuoíltrr(Q Kal Avrmátpw J"[óvo<; n:epl tív<><; ytyovt; rrEpl lOU Pohlenz in app. crit. add . Renner 6 tO\n:wv SKMK1:IKÓV Cnoil1aEv s
5-6 ún:oaécrel~ la<; O:~íco.; n;<; o¡KE í a~ q>avrC1aía~ y€Vo)ltva¡; gXl B
Aunque en este tex.to no figura el término de impulso con "reserva" ()lES' Úrr~(llptOf:O)~), nos parece
A diferencia de 24.1 , este texto no afirma la identidad entre impulso y asentim iento sino sólo la tesis que está implícito en la teoría expuesta aquí. Cf. nuestras nn . a l texto 24.14.
más débil (au nque compatible con la tesis de la identidad) de que el asentimiento es condición necesaria 4 ta e#l¡; literalmente significa "las consecuencias" o "las cosas que vienen a continuación", aunque es
para el impulso. Esta misma tesis aparece claramente formulada en Cicerón, Acad. 2. 24-25 (SVF2.1 16) y evidente por el contexto que Crisipo se refiere en un sentido temporal a aquellas que vienen a continua-
108 (SVF 2.73). Sin embargo, hay dos fue ntes en las cuales parece afirmarse que el impu lso es anterior al ción del presente, de ahí nuestra traducción "las cosas fururas". Cf. Long-Sedley 1987: vol. 1.356 ("Ibe
asentimiento. Una de ellas es el testimonio de Cicerón en el texto 14.28 y, la otra, Séneca Ep. 113.18: furure").
"omne rationa le animal ni hil agit, nisi primum specie alicuius rei inritatum est, deinde impetum cepit, 7 Ka9EíllOptal término técnico de la teoría de los sucesos co-destinados de Crisipo. Cf. 28.6.
dei nde adsensio confinnavit hune impetum". ("Todo animal mcional no hace nada si no es motivado en
primer lugar por alguna presemación de un objeto, enseguida viene el impulso y enseguida el asenlimien- 24.6 Ga leno, De motu l1Iusculorum libri ii 4.402, 12-403, 16 (SVF 2.450j LS 47K)
t~ confirma el impulso".) Para este problema, cfIoppolo 1988: 407417, Inwood 1993: 166 n. 29 y Bob- ecrtco ne;
zlen 1998: 247. El texto 30.27 es el principal testimonio sobre [a rclación que establecieron los estoicos
U\If11M¡; OpVl~ Év wlm'Q t611:CQ c.patVÓ¡..tEVOe; j.!tvEIV. 1t6TepOV
aKÍVT]TOV dvat tOUtOV AtKtéov, OOcmEp d KUt Kp€llá~ltvOe; avO)-
562 Capitulo 24 Teoría de la acción 563

Bev eruXEV, il KlVEl08m t~V mI nI avw Kivr]o"tV ele; LO- 5 Ta. <pavrocrG¿vra, oto n)v ap:01v €<páVl'], Kat €'mt, cruYKataTi9Eraí TE Tft
S crOUl"OV, eic; oCJov ~ya.yEV aUTov Kárw ro ToD acOllara:; ~ápo<;; <pavtacriQ Kcd OÜTWr; )JÉ1"E10'lV aúrú,el DE w...Aota q>aíVETat ~ MM TI aÚ
a).
8)10t )lEY -mUTO 118É.cJ"n:pov dva¡ 001(1::1. crn;p~cra<; youv alpEr(Í)Tepov, ~;KElVO ai.petrat KaraAeÍ1trov -ro nlv apx~v ro¡; aipetov aúré¡>
Cl-lyt"OV 't~<; \jfUX~<;, ~ -rOD rwv )1urov t"óvou, 'WXÉw<; bel t~V q>avÉ\!. nOMa youv tatr; npcOrat~ q>avracríat~ ~¡.ttV aMota Oó~avta OÚ'KÉ1"'
y~v O\jlEl Kaw<p8pÓ)lEVOV' <9 of¡)...ov, on t~V crú~HpurOV 1"(9 e¡..teIV€V €nt Tflr; npOA~\jIEWr; ¿Aty~avtOr; aúra 'tOU Aóyou. OtOnpaxG¿vra
tn
-ro\) m:tl¡.!a'!Ot; ~ápEL Káreo p07r~v de; 10"0Y avn::cri]Kou 10 av ocrov 8n1 rfi aúrrov yevo¡.tÉvtl q>avwcrlq. [yevo).lÉV11], Ola. 1"0 pouAeúcracr8cu
10 KCfTa laV ¡f¡s o/lIxf¡s róvov avw <pop~. 1tÓ1"epov DOY ¿v nEpl aútrov OÚK 6npáx9r¡, ~).I&v rou rE pouAGúcracr9at Kal tf¡¡; a¡pÉcrEro~
tate; TOmÚtat<; émácrat<; Kawotácrecrt nOTE ).lEY KÚtro, TroV ~:K Tt;r; pouAt;r; OVTWV KUp(OOV.
nOTE oa avOJ 10 crropa <pÉpETat ¡avavría 1tácrxov f:.; JlÉpet,
6 ~ BIES: d V8 2a l 2 : Kat Lond. O 10 Y€VO~ttvr,2 deL V: y€VO!lSvn 8 2 : YIVO)l¿vn a I2
Ola DE ro wxeíac; tE Ka16~uPPÓ1rOU<; yiVEcrOat TaS )lEtapo-
Aa:; Kal. !Caca PpaXUTáTWV Ota01TllláTúJv <pÉpw8at leY; IC1- La teoría expuesta en este pasaje del capitulo II del tratado es la que Alejandro presenta como propia
de los peripatéticos. En cierta medida, la teoría tiene su origen en Aristóteles, quien ya emplea ocasional-
15 v~crelC; tv talITó) <paíVEtal tórrq;¡ ~etv, ~ aYUDe; Eva 8ul
mente el término KpíO"\~ y sus cognados para referirse, como es el caso aquí, a un examen critico de
n:ClvrOC; rOD xpóvou KatÉXEl tórrov, 01> TOD 1tapóvro<; KatpaÜ opciones alternativas. Véase por ejemplo Met. 8 995b2-4 : BtI M po.:nov IlváYKT1 BX€IV 1tpO~ TO 1(pivat cOv
OlEA€k'tv' Év yap Toi<; qmOtKOtC; rrep't Klvi¡crero<; AóyOl<; rO. fficmEP IlVTI~HKCüV Kul 'trov Il)lCjllcrPllTOúvrCüv AértCüV aK1lKOÓTu J[ávTO)v ("Además, es necesario que se
1"OlOlrra EpEUVéicr8at OIKcnÓ!f:pov' O:AA' o:pKet 1TpÓ~ ye 'ta encuentre en una mejor posición para juzgar aquel que ha oído los argumentos que se oponen como en un
1Tapóvra 'tOUtO 8~EUpt;cr8at, tO yíyvecr8ai Tl Kal tOtOUtOV litigio".) Sin embargo, la idea de que la diferencia especifica del ser humano al interior del género animal
a
20 d8o<; ¿vepyeía~, KaAetv)JBv elre 'tOVIKOV, elt' aMw~, cO~ radica en el tipo de examen crítico de presentaciones descrito en este pasaje, fue desarrollada por los
estoicos, según lo prueba 24.9 y textos clave sobre la scala naturae en los estoicos como 29.3. Al respec-
av éeéAll~, oú oloícre1. Ylv(Í)crKe¡V o', oIóv EO"l'l, KálllOV
to, cf. Inwood 1985: 18-41 y Hahm 1998. Para un análisis del proceso de selección descrito en este texto,
unEp roD )J~ OOKetV apyou~ etvcn rou¡; )Ju~, avaretatJÉV11~ cf. Salles 2005a: 57-9 .
tlí¡; X€IPÓ¡;.
24.9 Clemente, Slrom. 2.20.110.4-111.2 (Sn' 2.714)
12 ravavría J[ácrxov BV ¡.J.É:pEI Las fuerzas opuestas que intervienen' en la inmovilidad del ave actúan
alternadamcnte (BV )lÉpEl), en el sentido de que, en cada aleteo, el ave sube lo que había descendido Trov yap KlVOU).IévWV ro.. ~EV KaS' Óp)J~v Ka1 t:pavraeríav K1V€trat,
l?media,ta~ente antes bajo [a acción de su peso. Esto parece implicar, contrariamente a lo que afinnan las oe
w¡; ta. ~é¡>a, Ta oE KOta. ).IGtá8€mv, ror; 1"a. a\jluxa. KtvEtcr8at 1(at
11n~as SIgUIentes, que el ave no se mantiene realmente en un mismo lugar, sino que sube y baja muy rrov a'VÚXrov ra íflUra ¡..tetapattKOOr; íflamv €i¡;; aÜ~T]mv, El tU; aútot¡;;
~ápId.amente. En el argumento de Galeno, este fenómeno sirve para ilustrar, por analogía, lo que sucede al lhlruxa dVOl cruYXOOp~crEt ta q>urá. 6~ew~ ¡.w oÚv 01 AlGot, q>úcrew¡;
Infenor.del ~lma cuando ocurre una acción, a saber, el movimiento tensionante del hálito (1tVEÜ)lU) síqui-
co en dIreCCIones opl;estas. Es.t~ movimiento o actividad (TOVlKl,l-vÉpYE¡a: 403, 13) es, según argumen-
5 os Ta q>mó, Ópj.lt;¡;; oE KaI <pavrocríQl; TOOV tE aú OU€tV tOOV 1TpOetpr¡-
~ÉVoov Kal ta aAoya ).l€rÉX€l ~<9a. ~ Aoyno) OE Oúva).lt¡;;, ioia ouera
tamos en el comcnta.n~, la acclo~l mIsma. Sobre el fimdamento fisico de esta teoría, cf. Sambursky 1959:
32-33. Sobre el mOVImiento tenSlOnante del hálito cósmico, cf. nuestro capitulo 12. rii~ &v8pwneía~ \jIUXlÍ~, oux rocraútw~ tOl~ d:AóyOl¡; ~c90l~ óp¡.tav
OíflEíAE1, UJJ...a Ka! OtaKpíVEtV ta¡;; q>avracria¡; Kat ¡.t~ cruvanoq>Épe-
24.7 Séneca, Ep. 113.23 (SVF 2.836; LS 53L; FDS 443) crOal autat¡;.
Ne putes autem primum < me> ex nostris non ex prae-
scriplo laqui, sed meae sententiae esse: inter Cleanthen et
t 't0: SHihlin : a L 5 Óp)l~~ óE Hil1er: Óp)l~~ T€ L
discipulus eius Chrysippum non convenit, quid sit ambula tia. Véanse nuestras nn. al texto anterior.
C leanthes ait spirihlffi esse a principali usque in pedes per-
24.10 Epictcto, Diss. 1.28.28-33
5 missum, Chrysippus ipsul1l principale.
~Hl Toiho yap OÚK EcrTlV iKllvror; 8au)Jácrat TO )'lVÓ-
1 primum <me> Hermes: <me> primllm ~3 ambulatio] animalio Madvig ~evav. onau pápll KptVal 9¿AO¡.u::v, OÚK eiJefi Kpivo¡...tEV·
En el comentario explicamos el lugar central que ocupa este texto en nuestra reconstrucción de la teoría 01TOU TCl eU8éa KOl mpEpAá, OÚK elJefi' anAOOr; onou ola-
estoica de la acción. ífl¿p€l ~!ltV YV&VOI to Kata. tOV tónov &AT]Oé~, oU8¿rro8'
5 ~)J&v auoeu; OÚDEV elteD 1tOL~cr€1. on:ou oE TO npoo'tOv
~ Chlysippus ipsum principale No es claro cuál es exactamente la postura de Crisipo ni, por tanto, en
9ue se ap~rta de la ~lea~t es. Es posible que el propósito de Crisipo al afirmar la identidad entre acción y KaI !lÓVOV alt1óv E:mt tOU Katop8ouv 11 á).laprávetv,
l1~g)lOVtKOV, haya SIdo sImplemente poner énfaSIS en la idea de que una acción no consiste en un movi- 'rOí) eUpaetv ~ oucrpOetV, TOU aruxetv 11 e1rrUX€Í:v, Ev0áoe
mIento del elle/po. Al respecto, cf. 80bzien 1998: 241. Otra posible interpretación es la que se ofrece en jlÓVOV dKatOl Klllnponeu:t¡;. oúoajlou Oj.lOtÓV tt ~uyé9,
Inwood 1985: 50-51. oúoa).lou OjJ.OIÓV TI KC1VÓVL, allá tt 8q>áVl'] Ka\. có8U¡;
24.8 Alejandro de Afrodisia, Fat. 178, 17-28 10 notro to q>avÉ\! . KP€lcrcrWV yáp el)Jl rou AyajJ.éjJ.vovo~ 11
'rOí) AXtllioo¡;, 'ív' E:KEtVOl ¡.ti;v Oto.. TO aKOAou8t;crat 'rOle;
O¡.tOAoyElTUl o~ npo~ o:mivTwv ro rwv CüJ...rov ~c9rov TOV avGpro-
q>atVO)lÉVOl¡; TOtUma KaKa 1T01~crCOcn Kalná9coow, E:).IOl
nov Tauro napa r~¡; qJúcrcW¡; EX€lV nJ..¿ov TO ¡.t~ O¡. WlWr; ÉK€ÍVOt¡; Tat¡; q>av-
racriau; E1TecrOat, OJJ...' EXE1V n:op' alrrii¡; Kplt~V rwv npacrm1t'toucrrov q>ov- DE ).l~ apKTI ro epalVÓ!l€Vov; Ko1noia TpaYC9o{a aUr¡v
apx~v Exel; AtpeU~ Eup11tiOou rl 8mtV; tO q>UlVÓIlC-
Tacrt&v nepi nvÜ)v ror; alpErwv TOV Aóyav, c9 xpro).l€Vor;, El PEY É~S"TaS6¡.t€va
15 Voy. Oioí1TOU¡;; LOCPOteAtOU¡;; Tí ¿crnv; 't0 cpcuv6)J€vav.
564 24 Teoría de la acción 565

cDOlvt~; 1:0 tpmvó¡.u:vov. ' I1móAuroc;; ro epatvÓ)lEVOV. toÚ- 9ÉAtl, ltPO¿cr00l UUtOV oeí tO aVT' UU'tOD ltúJA.OV)lEVOV,
WU o-ov )lT]os)liav Em)lÉA.t;tav 1tou;lo8at TlVOC; Ú,..tlV 00- OVtWs exelKat Eltt t11e; 'VUx~s. to ayaBov <puvSv m'Jeuc;
K€l; TÍvec; ó€ Atyovtal oí nClvrll(9 qmlvo¡..t€vql aKoAou- 10 bávr¡o~;v Etp' aútó, 'TO KaKov u<p' aúroD. UUOÉltOTE o'
8ouvrec;; MmVÓ)lEVOL 'Hilete; o-ov liMO Tt ltOlOÚ¡.tev; ayaOoD <pavraoíuv évapY1l altoOOKtfJáoEt 1.jfUX~, ou I·HiA.~
AOv ~ tO Kaíoapos VÓ!..L\cr!.ta. ifv8ev E~~pt11rUlltacra Ki~
1 n~rfj(ml Upton 13 J.l~ del. Schweighauser 17 VI.!iv s : ~)liv <elvcu> Wolf
vr¡cne; Kul avBpÓJltou Kul BeoD.
8 ttPOlIE'tc:io:; Aunque el ténnino 1tp01t€Tf>lU y sus cognados no es uno de los más frecuentes en Epiclelo D.la touro rrácrT]e; oixelón¡tOs ltpOKpíVETat tO ayaBóv.
(cf. Diss. 2.1.9-10, 3.22.104, 4. 1.2, 4.4.46, 4.8.1-2 Y 4. 13.5), la 1tpontTEIU, entendida como una disposi- 15 ouoSv E)lOt Kat réfl ltutpí, clM.ó. té) uyuBú) . 'oi)reoe; d
ción a dejarse llevar por sus presentaciones, es un tema fundamental dentro de su filosofia , pues es uno de
crJCA.T]pÓ~; 'oürco~ yap ltÉcpUKU' tODTÓ ¡..Iot tO VÓ)llGfJa ÜÉ-
[os principales obstáculos a vencer para el progreso moral (cf. 24.14).
OWKev Ó Oeó~.
9 euOuo:; cr. Aristóteles, De motu animalium 70IaI4- 15. El significado de este ténnino aquí no es tem -
poral, puesto que, en términos generales, una acción no necesariamente ocurre justo después de la acepta- 10 (hp' aUTou S corro s 11 tv€pyfj S corro s
ción de una presentación (por ejemplo, si asiento a la presentación impulsiva de que debo ir mañana a la
playa en vez de al trabajo, la acción de ir a la playa sucederá mañana, no ahora), El significado de €u9ix; Sobre este pasaje, véase Salles 2005a: 56 n. 17. Según se indica en Dobbin 1998: 219, Epicteto intro-
en estas líneas tal vez sea lógico: la acción se sigue inmediatamente de la aceptación de la presentación duce en este pasaje un cierto grado de determinismo psicológico (tal como también parece suceder en el
impulsiva, en el sentido de no hay de por medio ninguna se lección o examen critico de presentaciones. texto 6.22). Sobre este tipo determinismo en el estoicismo temprano, cf. Cicerón, Acad. 2.37~38. Para un
19 Meuv6)l1.l'0I Son MUtVÓ)leVOI los agentes que son precipitados en el sentido en que se describe el estudio clásico sobre el problema en el estoicismo y el escepticismo, véase Bumyeat 1980: 3742.
fenómeno de la lIponÉtEta al inicio del texto. El término griego )lavía y sus distintos eognados también 24.13 Epicteto, Ench. 2
pueden referirs e al fenómeno de la locura o demencia, estudiado por otros estoicos y el propio Epicteto en
relación con problemas epistemológicos (cf. texto 6.5 y Diss. 3.2.5), pero no es el objeto 24.10. MÉ)lvf[GO Otl OpÉ~Ero~ fJSv €ltUyyEAíu €1llTUXía, Oú oPÉ:'fll,
a
€KJCI,.icrEffie; OE ÉltayyeAlu tO )l~ lTEptrreOElv €Keívcy, €KKA.íVETUI Kat· Ó
24.11 E,tobeo, Ec!. 2.111,18-112,8 (SVF 3.548; LS 41G) ¡.tSv <€v> 6pÉ~Et altoruyxúveov aTUXlÍs, ó 8E <kv> éiCKA.ioellti:pmíltTúJv
\'Peuoo~ o' úrroAa)l~áVE;tV ouoÉrrOTÉ <pacn TOV cro<póv, oucrroX!ÍC;. av )lSv ouv ¡..tóva €KKA.ívUe; Ta napa cpúmv tooV €ltt GOl,
oME. TO rrupánav a.KaWA:rpncy tlVI. cruYKuwT(8ecr9m, Ola 5 ouoevl rov €KKÁ.lvels, lteplltEcrf¡' vócrov o' av EKKA.íVD~ ~ OávUtov ~
TO ~lT10€ oo~á¡;eLV autóv, ,..1110' ayvoeiv )lllÜÉV. TI,v yap lteviav, oUcrrUXlÍcrEU;. apov ouv rlJv ~KKA.lmV altO ltávtúJV trov OUK
ayvolflv )lBTO.ltnoTlKT¡v dvat cruyKaTáOeO"lv Kul acrOEVii. E<p' ~)l.ív Kat ¡..u;:TáBi:~ €ltt 'Ta ltapa <púcrtv TWv E<p' ~J..lív. t~V OpE~tV 8E
5 MT]oEv o' u7roAa)lpávetv acrSEvoo~, aAAO )laUOV acrqJaAó)~ ltavn:A.ros €ltl tOU ltapÓVTO~ aVEAe' av 'TE yap opÉ:)'l1 tOOV OUK E.tp'
Kul pE~aiúJ~, OtO Kal )lT]8E oo~á¡;etv TOV cro<póv. Llt1ta~ ~)l.lV tlVOC;, aroXEív avárK1"1 tOOV tE ¿<p' ~Ilív, ocroov ópÉ:'f€o9at KUAOV
yop Elvm 0ó~(lC;, T~V fJEV uKUTuAlÍltTCQ cruYKutáOecrtv, t~V 10 ay, ouoSv ouoÉltW oOlltápectTt. ~óVCfl8€ tú) óp)ldv Kal acpop)láv
oe úrróA1Nlv ucrSev~' WÚTO.~ <o'> ciA.A.otpiou~ dVUl tr¡~ ;(poo, KOÚ<peoC; IlÉVtot Kat 1li:8' ulte~atpÉcrEw~ Kat clVi:lfJÉVúJ~.
·wu o
oocpou otuOÉoeúJC;' Ot' Kul toltpOrrilttEIV ltpO KaTa-
1 Errttuxía S : tO ErrtnJX€IV Boter cum ACY : ro WXelV Simpl. 3 <f:v> bis add. Nil! Op¿~el ACSio :
o
1 A.~'VEo)~ < KU\.> <ruyKUwTíOEoOm KUta TOV ltpOltEtf¡ <pauAov 6p¿~r¡ Yy: 6p¿~c.w<; Par. Christ. et Vat 9 eutuXEiv AC: onoroyxáveiv Par. Christ. 10 ouoev om BC
dvat Ka! fJ~ ltÍ1nElv de; TOV cUqJUll Kul TÉAtlOV avopa KUt 11 KOÚ!flW~ Boter cum SiGHT : KOÚcpW~ )l€vtOl ACYySiJ I KClt )lEe' Úm::~Cltp¿(j!:W~ post mt
oltouoaíov. civet~tévúl~ transp . Simpl.
2 cruyKat01i9E09Cll P . OUYKCltí9co9cu F 4 )l&1"a1tHOT~V FP COITo Usener I M ao6EVIl Salmasius 6 tOV Sobre este este texto y, en general, la noción de impulso con reserva, cf. Brennan: 2000. Según lo men·
om . Heeren 7 aKaWA1ÍntC9 Wachsmuth: aKataAllnTúlv FP : aK01MT]1rtOV vulg. 8 o' post taúta~ cionamos en el comentario, concordamos con Brennan sobre cómo reconstruir el contenido de los impul-
add. Heeren 9 otón Mullach 10 <Ka\> add. Salmasius ! cpauAov Wachsmuth : )lanOv FP : <paúAou sos con reserva. Para otras interpretaciones, discutidas por Brennan, cf. Inwood 1985: 121-122, Long-
Salmasius Sed ley 1987: vol. 2.4 17 y Nussbaum 1994: 399. Para una interpretación más reciente, cf. Stephens 2007:
97-109 y Salles 2012: 108-116. Aunque el tema del impulso con reserva es fundamenta l en el estoicismo,
Este texto, que indica la presencia del concepto de npolIl':tUCI en el estoicismo temprano (cf. también
el ténnino mismo )lE9' úlIe-;atp¿creú)~ es raro en las fuentes estoicas (cf. Marco Aurelio, AS/4.1, 5.20,
PHerc. 1020 citado en SVF 2.131 y estudiado en Gorler 1977: 85-6), debe entenderse en el marco de dos
6.50 y 11.37 Y Estobeo, Ec!. 2.115, 5-9 Y exceptio en Séneca, Ben 4.34 y 4.39). Otros pasajes de Epicteto
contextos: el de la teoría estoica del asentimiento, en relación con su concepto de asentimiento "débil"
en que esta noción está supuesta son 24.14, 24.16, Diss. 3.24.84-87 y 4.1.67-73 , así como 29.10.
(véase, por ejemplo, el texto 6.17 y, en general, nuestro capítulo 6) y el de la teoría estoica del conoci-
miento (véase, por ejemplo, el texto 7.13 y, en genera l, nuestro capítulo 7). 24.14 Epieteto, Diss. 2.18.23-28
24.12 Epicteto, Diss. 3.3.2-5 (LS 60F) tauta av-
rrÉ<puKev OC rrócru 'VUX~ rocmep ni) nOEtc; vlldlcrEl~ t~V cpuvrumav, OUX éAK1)cre ~rrn un' au ~
aAT]Oeí émvEúELv, rrpo~ tO o/eUoos avavi:vi:tv, ltpOe; TO Tf¡~. tO ltpOOTOV o' ÚltO tilc; 6~ÚTT]TO~ Il~ cruvupltucrenC;,
aOT]Aov EltÉXEIV, OÜTCO~ ltpO~ ~ISv tO ayuSov 6petcrlKoo~ aAA' €Ílte '€KOE~ui)lE fJlKPÓV, <puVTacria' acpec; \000 'TÚ;
KlvEícrOm, ltpex; oc
TO KaKov érumKoos, ltpOe; 8E tO 5 el Kal m;pl tívo~, aqJec; crE OOKt)lácrú) . 'Kat tO AOtrrOV ¡..t~
5 ~l1irE KUKOV Il~t' ayuSov OUOEtÉpeo~. ros yap TO TOD E<PUS umU ltpoó.yetv ava~wypu<pOÚcru ta é~~s· el OE !llÍ,
KUlcropoC; VÓfJlcrfJU OUK E~Ecrnv altOOOKlfJácrm té) TpUltE~ olXEtai GE Exoucra OlTOU av OÉAlJ. aMO. ¡..tillov alJ..11V
¡;ÍTll oMe té) AaXUVOltWA1], nA.A' av oEÍ~1]e;, 8¿Atl ou ttVa aVTelCJáyuyE KaA~V Kat yevvuiav <pavrucriav Kal taú-
566 Capítulo 24

tl1 V't~v pmrapav EKpaAz. Kéiv ¿e laeft~ omro~ YUJlvásew


10 crSat, O'f'Et, Dial 6>1101 yíVOV1:at, ata vd}pa, OiOl TÓVOl' vOv Capítulo 25
se. ¡.tóvov 1"0. Aoyápto: Kat1tA¿OV OUOE~. Las pasiones o estados emocionales
O¡)TÓ~ Ecmv Ó Tal~ aA'1e€íCtl~ am(fI1;~~ ó TCpO~ Ta~
TOlaÚta~ 1pavracría~ YU)lvá~cov Éauróv. ¡.tElvov, táAUt;,
Jl~ cruvaplTacreU~· ~a~ Ó aycüv ¿CHIV, eStOV 10 epyov,
t5 Ú1tEP pa(JtA.€ia~, U1tEp ¿AeueEpía~, lJ1r:Ep EÜpoía~, U1tSp 25.1 DL 7.110-116 (SVF 1.205; LS 65F)
atapa~ía~. la distorsión para la mente -de la cual brotan muchas pasiones, es decir, las causas de la
Iw2 ávtrneEl~ s 2 OUX S (X in ras .) : aUó' Coraes 1827 / tI,KUcrEl~<JU S : ae~ in ras. Se 6 Éqrfl<; S corro inestabilidad- sobreviene a partir de las falsedades . Pero según Zenón la pasión misma es un
Sd 7 exoucra codd. : EAKouO"a Comes 1827 • movimiento irracional del alma y contrario a la naturaleza, o un impulso excesivo. Hay, según
dicen Hecatón en Sobre las pasiones II y Zenón en Sobre las pasiones, cuatro géneros de
Sobre este texto, c( nuestras nn.a 24.JO y 24.11 . El ténnino EUPOIU en la línea 188, 12 se usa en el
contexto de la teoría estoica de la felicidad para definir qué es la EUOm¡.lOvía . ef. 23.1, 23.2 Y 23.4. pasiones principales: dolor, miedo, apetito, placer. Creen que las pasiones son juicios, según
dice Crisipo en su libro Sobre las pasiones, pues la avaricia es la creencia de que el dinero es
24.15 Plutarco, SR 1045B-C (SVF 2.973) algo noble y, de manera semejante, la embriaguez, la intemperancia y las demás [pasiones]. El
T oi) KUT'llvayKácr8m OOKOGVTES úno tmv e~roOev dolor es una contracción irracional, y sus especies son compasión, envidia, celos, rivalidad,
aht&v taí'~ 6p¡.ta'i~ CmÓA.UOlV nopí~¡.HV eVlOt rrov cpv..oaórpwv aflicción, turbación, disgusto, tristeza, confusión. Ahora bien, la compasión es un dolor por
E1teNmcrtuo'jv rlva KívY]crtv EV rú) líye~lOVtK4l Karaoxwá- quien sufre inmerec idamente; la envidia un dolor por los bienes ajenos; los celos un dolor
~oucrtv, en[ 'twv cmapw,ÁÚKTÚlV ¡..táÁlcrro ytvo~Lév'lv eKOll- porque en otro está presente 10 que uno apetece; la rivalidad un dolor porque en otro está
5 Aov· Otav yap ouo'iv laov ouva¡..tévrov Ka\ Ó¡..toíw~ exóV'twv presente lo que uno mismo tamb ién posee; el pesar un dolor agobiante; la turbación un do lor
Oá'tepov Uf..«pelv aváYKll, ¡.t'lOe¡..tta~ (dríO(; Eni OátepOv angustiante y que produce dificultad para avanzar; el disgusto un dolor que permanece o se
ayoV(J"ll~ 't4lIl'loev 'toD étépou OtarpéPEIV, ~ É1tEAeucrtUQl expande y que se debe a cálculos [sobre lo ocurrido]; la tristeza, un dolor penoso; la confu-
Oúva~u~ aürll T11~ l.IfUxf¡~ É1tíKAtcrtV ¿~ a{l"ti1~ AapoDaa olé- sión, un dolor irracional que atormenta e impide ver las cosas presentes . El temor es una
KOIVE r~v ánopíav. 1tpO~ roú'tOu~ Ó Xpúcrl1t1tO~ ávnMywv, expectativa de un mal. Los siguientes [estados pasionales] también llevan al miedo: espanto,
1O cb~ pta~ol--!évouS 't4l aVOlri(fl 'tllV <púcrtv, EV 1tOIJ...O'i~ napa- vacilación, vergüenza, susto, agitación, congoja. Ahora bien, el espanto es un miedo que
riOllal rov acrrpáyaAov Kai TOV ~uyov Ka[1to!J,.Q 'twv ¡..t~ produce terror; la vergüenza, miedo a la mala reputación; la vacilación, un miedo ante una
ouva/lÉVrov éillor' rua~ Aa¡.tpávelV mc.Í)crel~ Kai pona~ actividad a desarrollar; el susto, un miedo producido por la presentación de una cosa no habi-
a.vw nvo~ airía~ Kal OIWPOpaS ~ 1tepl aúnlnáV"rú)~ ~ m:pl tual; la agitación un miedo acompañado de excitación en la voz; la congoja, un miedo produ-
TO: e~ro0Ev YIVO~lÉVTK ro yap avaítlov OAro~ avúnaplCTov cido por una cosa incierta. El apetito es un deseo irracional, al cual también se subordinan las
15 dVOl Kal ro aÚTÓ~tarov· ev oE 'ta'i~ 1tAa'tTo¡..tÉ;vatS {¡n' siguientes [pas iones]: necesidad insatisfecha, odio, amor al triunfo, ira, deseo erótico, cólera,
ev{rov Kal AeyOJ..lÉVOl~ rOÚTOts E1teAeÚaEcrtv aiTÍa~ aO~Aous ímpetu. Una necesidad insatisfecha es un apetito que se da en un fracaso y que, como se
úrrorpÉXelv Kal AavOáv€IV ~J..Iéi~ Errl Oá'tepa r~v Óp~l~V encuentra separada de su objeto, se ordena y arrastra hacia él en vano; el odio es un apetito de
ayoúaas· que, de un modo progresivo y duradero, a alguien le vaya mal. El amor al triunfo es un apetito
I 50Kouvn::¡; Pohlenz cum Madvig : 50KOÚVT~ n 2 nopíl;;€lv <¿9€1,ovw;> von Arnim 4 que es prop io de una escuela. La ira es un apetito de venganza de quien parece haber sido
o.napoAAáKTCOV von Amim, Pohlenz, Chemiss cum A in mg. : napoHó.KTcov codd. 5 800lV gEB ; injuriado de una manera indebida; el deseo erótico es un apetito que no se da en relación con
8uelv O 7 1l1l8CVt codd. : Pl18tv von Amim, Pohlenz, Chemiss cum Stegmann 8 aihT] 5úval.H~ g / los virtuosos, pues es una tendencia a hacer una amistad a causa de una belleza manifiesta. La
€1tÍk.1''l<;IV codd. : €n~1(),\atv van Amim, Pohlenz, Chemiss cum Stegmann 9 roúrou; XgE 10 avolTí(9 cólera es una ira antigua y vengativa, pero que espera por una oportunidad, cosa que queda
g €vovnq¡ O 10-11 Tr¡V - I·H] om. g 17 U1tOTpÉ<peIV Vaticanus Gr. 1676
clara a partir de lo siguiente: "pues si precisamente en ese día reprime la furia, sin embargo,
Sobre este texto, cf. Chemiss 1976: 508-509, Ioppolo 1980: 183 n. 32, Long-Sedley 1987: vol. 2.339, conserva el resent imiento para el futuro, hasta que lo cumple". Y el ímpetu es una ira que
Boys-St?nes 1996 y Bobzie~ 1998: 34-38 y 274-276. Los filósofos a los que se refiere Plutarco pueden comienza. El placer, por su parte, es una exaltación irracional sobre algo que parece que es
ser estOlcoS, como ha sostemdo Boys-Stones (cf. nuestro comentario). Pero, si lo son, no son ortodoxos, elegible; a él se subordinan encantamiento, goce malévolo, deleite, disipación. Ahora bien,
sino adversarios de los ortodoxos, pues Crisipo contm esta teoría (aun cuando, como señala Plutarco, el
encantamiento es un placer que encanta a través de los oídos; el goce ma lévolo es un placer
propio .Crisipo parece haber postulado, en Sil teoría de la decisión, la existencia de una cierta "inclinación
aleatona" - ÉníKAIO"lV- semejante, al menos en apariencia, a la ETl:e),eoan!d¡ OúVall\~ criticada aquí. Cf. SR por los males ajenos; el deleite, como si se tratara de un giro, es una conversión del alma [que
1045D). se dirige] hacia lo que es disoluto; la dispersión, en camb io, es una disolución de la virtud. Tal
como se habla de ciertas flaquezas que se dan en el cuerpo, como podagra y artritis, así tam-
bién el amor a la fama, al placer y cosas semejantes [son flaquezas] que se dan en el alma. En
efecto, la flaqueza es una enfermedad acompañada de debilidad, y la enfermedad es una fuerte
creencia en algo que parece elegible. Y tal como se habla de ciertas predisposiciones que se
dan en el cuerpo, como catarro y diarrea, así también se habla de propensiones que se dan en
el alma, tales como envidia, conmiseración, discordias y cosas semejantes.
568 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 569

25.2 E,tobeo, EcI. 2.88, 8-93, 13 (SVF 3.378; 389; 394; LS 65A, 65C, 65E) placer es un apetito por los placeres, amor a la riqueza lo es por la riqueza, amor al honor por el
Afi rman que una pasión es un impulso excesivo y desobediente a la razón selectiva, o un honor. El goce malévolo es un placer por los males ajenos; autogratificación es un placer por las
movimiento <irraciona l> del alma que es contrario a la naturaleza - todas las pasiones perte- situaciones inesperadas; encantamiento es un placer que se logra gracias a una visión engañosa.
necen a lo rector del alma-, por lo cual también toda excitación es pasión y, a su vez, toda Vacilación es un temor por una actividad futura; angustia es el temor al fracaso o, [dicho] de otra
pasión es excitación. Puesto que la pasión es de tal índole, hay que suponer que en tanto unas manera, el temor a la frustración; consternación es el temor por una presentación desacostumbra-
pasiones son primarias y fundantes, otras, en cambio, se refieren a éstas. Primarias en género son da; vergüenza es el temor por la falta de reputación; zozobra es un temor apremiante acompañado
estas cuatro: apetilo, temor, dolor, placer. Ahom bien, apetito y temor preceden, aquél con rela- de un sonido de la voz; superstición es el temor a los dioses o a las divinidades; pavor es el temor
ción a lo que se muestra como bueno, éste en relación a lo que se muestra como malo. Placer y a lo terrible; terror es un temor causado por la razón. Envidia es un dolor por los bienes ajenos; los
dolor, por su parte, sobrevienen al apetito y al temor: placer toda vez que logramos aquello que celos son un dolor por el hecho de que otra persona obtenga lo que uno desea y no (obtiene]; pero
apetecíamos o evitamos lo que tenúamos . Dolor, en cambio, [Oda vez que no logramos lo que los celos también se entienden de otra manera: como un elogio de lo que se carece, y todavía de
apetecíamos o nos encontramos con lo que temíamos. Pero en el caso de todas las pasiones del otra manera, como una imitación [de lo que se consideraría] mejor [que lo que se posee]. Rivali-
alma, cuando dicen que son opiniones, adoptan [la expresión] "opinión" en vez de "supos ición dad es un dolor por el hecho de que otro también obtiene lo que uno deseaba; compasión es un
débil" y "vivaz" en vez de "[factor] motor de una contracción o una expansión irracionales". [Las dolor porque alguien parece estar sufriendo inmerecidamente; pesar es un dolor por lUla muerte
expresiones] "ilTacional" y "contrario a la naMaleza" no [se utilizan con su signjticado] común, premaMa; disgusto es un dolor opresivo; aflicción es un dolor que lleva a silencio; tribulación es
sino que "irracional" es igual a "desobediente a la razón". Toda pasión, en efecto, es violenta dado un dolor en la conversación; tris teza es Wl dolor penetrante y dañino; tonnento es Wl dolor acom-
que los que se cncucntran imnersos en estados pasionales con frecuencia se dan cuenta de que no pañado de maltrato. De estas pasiones, unas muestran de dónde provienen, tal como compasión,
conviene hacer esto, pero al ser arrastrados por la vehemencia como por un caballo desobediente, envidia, goce malévolo, vergüenza. Otras, en cambio, muestran la naturaleza peculiar del movi-
son conducidos a hacerlo, por referencia a lo cual también muchas veces al hablar comparan esto miento, como pena, terror. La proclividad es una propensión hacia la pasión, que es como una de
al dicho: " Pese a mi convicción, la naMaleza me fuerza". En efecto, ahora llama "convicción" a las funciones contrarias a la naturaleza; por ejemplo, depresión, irascibilidad, malevolencia, apa-
la comprensión y al conocimiento de las cosas rectas. En el esbozo de la explicación de la pasión sionamiento y cosas semejantes. La proclividad también se produce en relación con otras funcio-
se adopta (la expresión] "contrario a la naturaleza" como algo que sucede en contra de la razón nes que son contrarias a la natura leza; por ejemplo, en relación con robos, adulterios y soberbias,
recta y natural. Pero todos los que se encuentran inmersos en estados pasionales rechazan la en virtud de las cuales las personas son llamadas ladronas, adúlteras y soberbias. La enfennedad,
razón, si bien no como quienes han sido totalmente engañados en cua lquier cosa, sino de una por otra parte, es una opinión propia del deseo que se ha extendido hasta convertirse en un estado
manera pecul iar. En efecto, quienes han sido engañados en razón de que los principios son áto- habitua l y se ha hecho fIrme, estado según el cual las personas suponen que lo que no es digno de
mos, una vez que se les ha enseñado que no lo son, se apar tan de ese juicio. No obstante, los que ser elegido es extremadamente digno de ser elegido, tal como la pasión por las mujeres, por el
se encuentran inmersos en estados pasionales, aun cuando lo advierten o aun cuando se les enseñe vino o por el dinero. Hay ciertos [estados pasionales] que también son contrarios a estas enferme-
que no hay que sentir dolor o temor o, en general, que su alma no debe estar inmersa en estados dades y se producen por rencor, tal como la misoginia, la aversión al vino y la misantropía. Las
pasionales, sin embargo, no dejan de lado tales estados, sino que son conducidos por las pasiones enfennedades que ocurren junto con debilidad son llamadas "flaquezas morales".
a ser dominados por la tiranía [que ellas les imponen]. Ahora bien, dicen que el apetito es un
25.3 Plutarco, 1111441C-E (SVF 1.202; LS 618)
deseo desobediente a la razón, que su causa es creer que un bien se aprox ima, y que cuando dicho
bien está presente nos encontraremos bien, por cuanto la creencia misma de que ese bien sea en También consideran que lo pasional y lo irracional no se distinguen de lo racional por
una diferencia ni por la naturaleza del alma, sino que la misma parte del alma, a la que sin
verdad el objeto de deseo contiene el [carácter] vivaz que mueve desordenadamente. Temor, por
su parte, es una desviac ión desobediente a la razón, cuya causa es creer que algo malo se aproxi- duda llaman "mente" y "lo rector", se vuelve vicio y virtud cuando se transforma y cambia
ma, porque ta l creencia contiene el [carácter] vivaz que promueve que ello mismo sea realmente completamente no sólo en los estados pasionales, sino también en los cambios de condición o
disposición, y [dicen] que en sí misma no contiene nada irracional. Y [lo rector] se llama
evitable. Dolor es una contracción del alma desobed iente a la razón, cuya causa es creer que un
"irracional" cuando, por la fuerza excesiva del impulso, fuerza que además se ha vuelto do-
mal vivaz está presente, ante el cual es apropiado contraerse. Placer, en cambio, es una expansión
minante, es arrastrado hacia algo absurdo y contrario a la razón selectiva. La pasión también
del alma desobediente a la razón, cuya causa es creer que un bien vivaz está presente, por el cual
es, en efecto, una razón perversa e intemperante que adquiere fuerza y vigor a partir de un
es apropiado expandirse. Ahora bien, las siguientes [emociones] se clasifican bajo el apetito: ira y
sus especies - ímpetu, furia, cólera, resentimiento, amarguras y [estados emocionales] por el esti- juicio malo y erróneo. Sin emba rgo, parece que ninguno de estos filósofos se dio cuenta de
qué manera cada uno de nosotros es, en verdad, doble y compuesto, pues no advirtió nuestra
lo-, deseos sexuales intensos, anhelos, am ias, amor a los placeres, a la riqueza, a la fama y cosas
otra doble naturaleza, sino sólo la que es más evidente: la mezcla de alma y cuerpo.
semejantes. Bajo el placer, en cambio, el goce malévolo, aulogratificaciones, encantamientos y
cosas semejantes. Bajo el temor, vacilaciones, angustias, consternación, vergüenzas, zozobras, 25.4 Galeno, PHP 246, 36-248, 3 (SVF 1.209; LS 65K)
supersticiones, pavor y terrores. Bajo el dolor, envidia, celos, ma levolencia, compasión, pesa- Pero cuando a continuación se investiga si hay que considerar que las pas iones son cierto
dumbre, d isgusto, aflicción, tribulación, pena, fastidio. Pues bien, ira es el apetito de castigar al tipo de juicios o que siguen a los juicios [Cris ip01 se aparta de los antiguos en ambas [a lterna-
que parece haber cometido injusticia contra lo que conviene; ímpetu es una ira en su comienzo; tivas]. Y lo hace por considerar la [alternativa] que es mucho peor y [, al hacerlo.] sin duda se
furia es ira inflamada; có lera es una ira aplazada y guardada desde hace tiempo; resentimiento es encuentra en conflicto con Zenón, consigo mismo y con muchos otros estoicos, quienes no
una ira que acecha por la oportunidad de venganza; amargura es una ira que estalla de repente; suponen que las pasiones del alma son los juicios mismos del alma, sino las contracciones
deseo erótico es ulla tendencia a hacer amigos por causa de belleza manifiesta; anhelo es un apeti- irracionales, los abatimientos y aflicciones, las expansiones y exaltaciones que se dan en esos
to amoroso por lo que está ausente; ansia es un apetito por la compañía del amigo ausente; amor al [juicios]. Al menos Posidonio se apartó completamente de ambas opiniones, pues [cree que
570 Capitulo 25 Las pasiones o estados emocionales 57 1

las pasiones] no son juicios ni sobrevienen a ellos, sino que sigue la explicación antigua y los bienes presentes, y el apetito a los futuros. Piensan que el miedo y el dolor se generan de
considera que en todo las pasiones se generan a causa de la facultad colérica y apetitiva. Y no los males -el miedo de [los ma les] futuros, el dolor de los presentes. En efecto, estos [males]
pocas veces en su propio tratado Sobre las pasiones le pregunla a Crisipo cuál es la causa del que se teme que vengan son los mismos que afectan cuando está presente el dolor. El goce y
impulso excesivo, pues la razón no sería capaz de exceder su propias actividades y medidas. el apeti to, sin embargo, dependen de la opinión de los bienes (se. de lo que se opina que es un
bien), porque el apetito, cuando se lo seduce e inflama, es arrastrado a aquell o que parece un
25.5 GaJeno, PHP 292,17-25 (SVF3.461)
bien, en tanto que el goce, cuando obtuvo lo que desea ba, se desborda y se regocija. Pues es
Pues bien, en el libro 1 de su tratado Sobre las pasiones Cri sipo procura demostrar que las
evidente que todos por naturaleza persiguen lo que les parece bien y evitan lo contr ario; es por
pasiones son ciertos juicios de lo racional; Zenón, en cambio, consideraba que las pasiones
eso que en el momento en que se nos presenta algo que tiene la apariencia de un bien, es la
del alma no son los juicios mismos, sino contracciones, exa ltaciones, expansiones y abati-
naturaleza misma la que nos empuja a obtenerlo. Y cuando ello ocurre con finneza y pruden-
mientos que les sobrevienen a ta les juicios. Posidonio, en cambio, en desacuerdo con ambos,
cia, a un deseo de esta índole los estoicos lo llaman boúlesis, y nosotros lo llamaremos "vo-
no só lo e logia sino que a la vez admite la doctrina de P latón y contradice las afinnaciones de
luntad", la cual ellos piensan que solamente se da en el sabio y que definen así: " voluntad es
Crisipo a l mostrar que las pasiones no son juicios ni ocurren a los juicios, sino que son ciertos
la que desea algo racionalmente". Pero si ese deseo es incitado de un modo excesivo contrario
movi mientos de facultades irracionales diferentes, a las que Platón llam a "apetitiva" y "colé-
a la razón, es apetito o deseo de senfrenado, los que se encuentran en todos los necios. Del
rica".
mismo modo, cuando somos movidos de un modo tal que nos encontramos en [presencia de]
25.6 Galeno, PHP 280, 19-30 (SVF 1.21 2) un cierto bien ello sucede de dos maneras: cuando el alma se mueve de un modo plácido y
Pasaré a algunas respuestas que Posidonio da a Cris ipo: "Esta definición de ceguera", di- firme conforme a la razón, entonces se llama "regocij o". Pero cuando el alma se desborda de
ce, (se. Posi donio), "como también muchas otras definiciones de pasiones formuladas por un modo carente de firme za e inmoderado puede llamarse entonces goce desmedido o excesi~
Zenón y escritas por Cris ipo, claramente refutan su opini ón (se. la de Crisipo). Pues [Zenón] va, al cua l definen así: "exaltación irracional del alma". Puesto que por naturaleza deseamos
afirma que el dolor es un a opinión rec iente de que hay presenle un mal para uno mismo". los bienes, así también por naturaleza nos apartamos del mal ; si ese apartamiento se hace
Tambi én allí a veces, diciéndolo de un modo más breve, afirm an: "dolor es una opinión re- raciona lmente, llámese "precaución" y entiéndase que únicamente se da en el sabio. Si, en
c ielne de la presencia de un ma l". Ciertamente, dice que " lo reciente" lo es en el tiempo y cambio, se hace irraciona lmente y acompañado de un espanto abyecto y abatido, llámese
pide que le digan cuál es la causa por la cua l cuando la opini ón del ma l es reciente contrae el " miedo". El miedo es, por tanto, una precaución contraria a la razón. Pero al sabio no le afecta
alma y produce dolor, pero cua ndo pasó el tiempo, no la contrae en absoluto o ya no la con- en nada el ma l presente, mientras que el dolor es propio de los necios y son afectados por los
trae de igual manera. supues tos males, y [dichos males] abaten y contraen sus almas, ya que ellos no se someten a
la razón. Por eso, ésta es la primera definición: el dol or es una contracción del alma contraria
25.7 Cicerón, TD 3.74-75 (SVF 1.212)
a la razón. De esta manera hay cuatro perturbaciones y tres finnezas, porque ninguna firmeza
Pero aquí me aducen sus términos medios (se. los de las perturbaciones o estados pasio- se opone al dolor. Pero [los estoicos] creen que todas las perturbaciones se generan a causa
nales); si ell as (se. las perturbac iones) son naturales, ¿c uál es la tarea de la consolación? En del juicio y la opinión. E s por eso que las definen de un modo más preciso para que se entien-
efecto, la naturaleza mi sma determinará la medi da; pero si son asuntos de opinión se elimina da no só lo cuán viciosas son, sino también cuánlo dependen de nosotros. El dolor, es, por
la opinión por comp leto. Creo que se ha dicho suficicntemente que el dolor es la opinión de tanto, una opinión reciente de un mal presente, ante el cual parece que es correcto que el alma
un mal presente, opinión en la cual se incluye aquello de que " hay que sufrir el do lor". Zenón se encuentre abatida y contraída; el goce es la opinión reciente de un bien presente, ante el
correctamente ailade a esta definición que aquella opinión de un ma l presen te es reciente. Pero cual parece que es correcto exaltarse; el mi edo es una opinión de un mal amenazante que
esta palabra "reciente" la interpretan del siguiente modo: pretenden que no solamente es parece que es intolerable; el apetito es la opinión de que un bien, que ya se encuentra presente
"reciente" aquello que ha ocurrido hace poco, sino que, en aquel su puesto mal, hace tiempo se para nuestro uso y que es inminente, va a llegar. Pero no dicen que las perturbaciones única-
llama "recien te" a aq uella fuerza que se encuentra en él por largo tiempo, a tal punto que tiene mente se ubican en ellos que, dije, son juicios y opiniones de las perturbac iones, sino aquellas
vig~r y tiene una cierta lozanía. Es como el caso de Artemisa, esposa de Mausolo, rey de cosas que como efectos [proceden] de las perturbaciones, de modo que el dolor produce una
Cana , que co nstruyó aque l célebre sepulcro en Halicarnaso; durante todo el tiempo que vivió especie de mordi sco doloroso; el miedo una especie de retroceso y evitación del alma; el goce
[Artemisa], lo hizo sumi da en su do lor y, mientras se consumía en él, murió. Para ella aquella una hilaridad excesiva; el apetito un ansia desenfrenada. Sin emb rago, sostienen que la opi~
opinión (o creencia) era cada día "reciente", y aque lla opin ión solamente dejó de llamarse Dión, que incluimos en las definiciones dadas antes, es un asenti miento débil. Pero a cada una
" reciente" cuando se secó debido a l paso del tiempo.
de las perturbaciones se les subordinan muchas especies del mi smo género, como la envidia al
25.8 Ciceró n, TD 4. 11-21; 23-24 (SVF 3.403; 410; 4 15) dolor -en efecto, hay que usar la palabra menos usada en vista de la claridad, porque "envi~
Pero util icemos las defi niciones y distinciones de los estoicos, q uienes me parece que al dia" se dice no sólo respecto de qui en envi dia, sino también respecto de quien es envidiado-,
describi r estas perturbaciones exami nan este asunto con mucha agudeza. Éste es, por lo tanto, la ri va lidad, los celos, la compasión, la angustia, el pesar, la tristeza, la tribulación. el dolor, el
el modo en que Zenón define "perturbación" - que él llama páthos- : una agitación del alma lamento, la inquietud, la pena, la aflicción, la desesperación, y si hay algunas otra s que sean
contraria a la recta razón y contraria a la naturaleza. De un modo más breve, la perturbación de la misma índole. Al miedo, en cambio, se subordi nan la pereza, la vergüenza, el terror, el
es un impul so excesivo y, quieren decir que es "excesivo" porque se ha alejado demasiado de temor, el pavor, la consternación, la turbación, el espanto. Al placer [se subordinan] la male-
la firmeza de la naturaleza. Sostienen, sin embargo, que las clases de perturbaciones se gene- volencia, que se alegra por el mal ajenoj la delectación, la jactancia y cosas similares. Al
ran de dos supuestos bienes y de dos supuestos ma les, de modo tal que hay cuatro clases [de apetito [se subordina] la ira, la furia, el odio, la enemistad, la discordia, la insaciabilidad, el
perturbación]: de los bienes [proceden] el apeti to y el goce, de man era que el goce se refiere a ans ia, y las demás [emociones] de este tipo. Pero defi nen estas [perturbaciones] del siguiente
572 Capitulo 25 Las pasiones o estados emocionales 573

n:odo : d icen que envidia e~ ~n dolor po~ la prosperidad de otra persona, aunque dicha pros pe- turbación de las opiniones perversas que se contradicen entre sí mismas despoja al alma de su
nda~ en nada dañe al envidIOso. Por cIerto que no se dice correctamente "tener envidia" si sa lud y la perturba con enfermedades. Pero a partir de las perturbaciones proceden las enfer-
alguien se duele, ~or la p~osperidad de quien lo dañ a; por ejemplo [es incorrecto decir] que medades -a las que ellos llaman nosémara- , y aquellas cosas que son contrarias a estas en-
Agamenón [envIdIa] a Hector. En cambio, aquel a quien las cond iciones favorab les del otro fermedades, que tienen una aversión viciosa y una repugnancia respecto de ciertas cosas, y
no lo dañan en absol uto y, no obstante, le duele que disfrute de ta les condiciones ése desde luego las flaquezas que los estoicos llaman arrostémata, y del mismo modo las aversiones
lueg~ siente envid ia. Pero "rivalidad" ta mbi én se dice de dos maneras, de mod~ que este contrarias que se le oponen. En este lugar los estoicos despliegan enormes esfuerzos, en parti-
ténnmo se da tanto en el dominio del elogio como en el del vicio. En efecto, se llama "rivali- cular Crisipo, de modo de establecer una semejanza entre las enfermedades del cuerpo y las
dad" no s610 a la imitaci~n de ,la virtud - aunque en este lugar no la usamos [en ese semidoJ, del a lma. Exa minemos lo que se refiere a nuestro tema y dejemos de lado estos detalles que
pues correspon~e al eloglO- , SinO que también se llama " riva lidad" al dolor que se produce en modo alguno son necesarios. Compréndase, por tanto, que la perturbación, dado que las
cuando uno habla des.eado algo, el otro lo posee y él mi smo carece de ell o. Los celos, por su opiniones se agitan de un modo inconstante y turbulento, siempre se encuentra en movimien-
parte - aquella [emocIón] con la que quiero entender [el griego] zelorupía- es el dolor que to. Pero cuando este fervor y excitación se han arraigado y fijado, como si fuera en las venas y
procede del ~ecbo de que otra ~ersona posea lo que uno mi smo deseaba. La compasión es el en la médula, entonces surgen no sólo la enfermedad, sino también la flaqu eza y la avers ión,
~~Ior 'p1.·OdUCldo por la desgraC Ia de otra persona que se encuentra angustiada a causa de una las cuales son contrarias a estas enfermedad y flaquezas.
InjustI cIa (pues n.adic se conmueve por el suplicio de un parricida o un traidor). La angustia es
un dolo~ que op nllle; el pesar cs un dolor producid o por la muerte prematura de un ser quer i- 25.9 Galeno, PHP 254, 13-256, 14 (SVF 3.476)
d?; la tflsteza es un dolor con llanto; la tribu lac ión es un dolor agotador; el dolor es una aflic- Cri sipo mismo también muestra esto (se, que no hay un tercer significado de " irracional"
cIón atorll1~ntadora; el lamento cs un dolor con gritos; la inqu ietud es un dolor que se da con además de los dos indicados: [i] en el sentido de carecer por completo de la razón, y [ii] en el
un penS~ll1l ento; la pena es un dolor permanente; la aflicción es un dolor acompañado de una de hacer un uso incorrecto de la razón) en el siguiente pasaje: "Por tanto, también algunos
co~moc lón corpórea; la desesperación es un dolor que carece de la es peranza de que las cosas dicen con propiedad que la pasión del alma es un movimiento contra naturaleza, como ocurre
meJo~en. En cuanto a las [perturbaciones] subordinadas al miedo, las definen así: la pereza es
en el caso del temor, el apetito y [emociones] similares. Pues todos los movimientos y estados
un mIedo ante un esfuerzo que se sigue [a continuación)' el terror es un miedo estremecedor de este tipo son desobedientes a y rechazadores de la razón. Por eso también afi rmamos que
y por él oculTe que el rubor siga a la vergüenza, la pal'idez al terror, el estremec imi ento ai tales personas son movidas irracionalmente, [aunque] no en el sentido de argumentar mal,
crepitar de los dientes. El temor es el miedo ante un mal que se aproxima; el pavor un miedo como si uno hablara de una persona que argumenta en la dirección contraria a lo razonable,
q ue saca a la ~ente de su luga r, d~ donde se sigue aquello de Ennio: "Entonces el pavor de mi sino en el sentido del rechazo de la razón" . En estas líneas Crisipo claramente muestra los dos
agotado coraZOl1 expulsa toda sabiduría". La consternación es el miedo que sigue y práctica- signi ficados de la expresión " irrac ional" que, en realidad, existe entre los griegos: uno es el
ment~ acompaña al pavor; la.turbación es un miedo que sacude lo que se piensa ; el espanto es
sentido de lo que es contrario a lo razonable, otro el sentido de no participar en nada de la
un miedo permanente. DescrIben las partes del placer de la siguiente manera: la malevolencia razón. Ahora bien, lo que se opone a lo razonable cs error y juicio perverso; el otro [significa-
es un pl~cer [produc idoJ.por el mal ajeno sin que haya ganancia; la delectación es un placer do se refiere a] lo que se da independientemente de toda razón, el impul so y movimiento
que cautIva el alma medIante una dulzura auditiva, y tal como son estas [afecciones] auditi- pasionales. Si hubiese más significados de la palabra " irraciona l", no habría dudado en hablar
~as, tales son la visuales, táctiles, olfativas, gustativas. Todas ellas son placeres de un solo sobre ellos y en mostrar que no se está usando ninguno de tales significados cuando se dice
tIpO que, al modo de líquidos: riega n el al ma. La jactancia es el placer insólito que se regocija que la pasión del alma es irracional , sino únicamente el signi fi cado que él mismo mencionó:
y en.orgllllec~. Las [perturbaCIones] subordinadas al apetito las defmen así: ira es el apetito de el que se da en el rechazo de la razó n. Pues todo 10 qu e uno juzga mal no constituye un recha-
castIgar a qU.len nos parece qlle nos ha herido con una injusticia; la fur ia, en cambio, es una ira zo de la razón, sino que se trata de un error respecto de ella. Sin embargo, todos los impulsos
~ ue está naclend~ y que en~egu id a existe (la que en griego se dice rhymosis); odio es una ira que se ll evan a cabo siguiendo a la fu ria o al apetito, aunque no asienten a la razón, los deno-
~nvet erada; enemIstad es la Ira que pone atención al momento de la venganza; discord ia es una mina " irraciona les" siguiendo el otro de los significados de esta palabra, a saber, aquel en el
Ira 1~1Uy. ama.rga, que se conc ibe en lo ín timo del alma y del corazón; in saciabilidad es un cua l estábamos diciendo que el sonido i [en la palabra "irracional"] niega y suprim e el signi fi -
apetito II1saclable; anhelo es el apetito de ver a quien aún no está delante de uno. También cado de la palabra de la que es un prefijo. Pues el movimiento del alma desobediente a la
dis.tinguen lo siguiente: que el apetito se encuentra entre aquellas cosas que se dicen de al- razón es irraciona l d e acuerdo con el significado según el cual no se incluye ningún uso de la
gUIen o de algunos , las que los dia lécticos llaman kategorémata, tal como "tener riquezas", razón en absoluto. Porque si usamos la razón incluso en el [movimiento mencionado], se
"obtener honores", en tanto que la insaciabi lidad lo es de las mismas cosas, tal como de hono- sigue que Crisipo se expresó incorrectamente en el libro 1 de su tratado Sobre las pasiones
res o de d ine:~. Pero dicen que la fuente de todas las perturbaciones es la intemperancia, que cuando afim m que una persona no "es llevada erróneamente incluso cuando descuida alguna
es la desapanclón de la recta razón por parte de la mente en su tota li dad la cual es tan adversa cosa según la razón", sino "de un modo que rechaza y desobedece la razón". Y de nuevo
a I ~ prescripción de la razón que los apetitos del alma de ninguna ~anera son capaces de [estaba equ ivocado] en La terapéutica de las pasiones cuando dice eso mi smo que yo cité
regl~se o contenerse. Por consiguiente, del mismo modo en que la templanza apacigua los poco antes del pasaje en el que negaba que en la defini ción de "pasión" se quis iera decir lo
apentos, hace que ellos obedezcan a la recta razón, y conse rva los j uicios atentamente exami- opuesto de "razonable", sino que sign ificaba otra cosa, a saber, "desobediente y rechazador de
nados d.e. la men te, asf tamb ién la intemperancia, su enemiga, inflama, perturba y excita toda la razón". Y un poco más adelante dice: "Y estados de este tipo son incontinentes; es como si
la estab¡J~d~d d el a l m~, de manera ta l que los dolores, el miedo y todas las demás perturbacio- las personas no tuvieran control , sino que fuesen arrastradas, como los corredores que, a causa
nes se ongman a partir de ella. Tal como cuando la sangre se encucntra corrompida o la mu- dc la tensión, son llevados demasiado lejos y no tienen control sobre un movimiento de este
cosidad o la bilis abundan, en el cuerpo nacen las enfermedades y fl aquezas, así (también] la tipo. Pcro aquellos que se mueven siguiendo a la razón, como si fuera su conductora, y se
manejan con ella, cua lquiera fuere tal razón, tienen control sobre o no están afectados por un
574 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 575

movimiento de esa índole o por los impulsos según ese movimi ento", Aquí de nuevo el agrcw según este 'ser agitado' y 'ser llevado al azar' ". Crisipo, si por "al azar" quieres decir " incau-
gada "cualquiera fuere tal razón" claramente muestra la distinción entre "errores" y "pasión". sado", estás en contradicción contigo mismo, con Aristóteles, con Platón y con las nociones
de todos los seres humanos y, mucho antes, con la naturaleza misma de las cosas, porque nada
25. 10 Galeno, PHP 240, 11-242, 11 (SVF 3.462; LS 65J)
puede ocurrir de un modo inca usado. Pero si para ti la expresión "por azar" significa "inde-
En efecto, no s6 lo difiere consigo mismo en estas cosas, sino también cuando, al escribir pendiente de la razón", lo irracional compartiría, de esta manera al menos, [algo con la razón],
acerca de las definiciones de pasión, afirma que el[a es tanto un movimiento irracional del y lo que estábamos preguntando desde el principio aún no se ha respondido: este movimiento
alma contrario a la naturaleza como un impulso excesivo. Y luego, al explicar el [término] contrario a la razón, que no es producido por la razón pero que es producido por una causa, te
"i rracional", sostiene que se dice independientemente de la razón y del juicio, y loma como preguntamos, ¿qué causa lo produjo? Desde luego que nosotros sostenemos que a veces lo
ejemplo del impulso excesivo a los que corren impetuosamente. Ambas cosas, en efecto, se produce la facultad colérica y otras veces la apetitiva. Tú, sin embargo, ni estás de acuerdo
encuentran en confl icto con la tesis de que las pas iones son juicios. Lo veremos más clara- con esto ni te atreves a decir que [su causa es la facultad] racional, sino que, habiendo afirma-
mente luego de citar sus mismas palabras; el primer pasaje es del siguiente modo: "primero, do que se produce al azar, consideras que has respondido lo que se estaba investigando e
hay que considerar que e l anima l racional por naturaleza sigue a la razón y actúa siguiendo a ignora s lo que se dice: que todo lo que se produce al azar o por espontaneidad se denomina así
la razón, como si fuera su guía. Sin embargo, con frecuencia, cuando es demasiado presiona- de acuerdo al conocimiento que tenemos de ello. En verdad, ninguna de estas cosas sucede
do, se mueve de otra manera hacia ciertas cosas y se aparta de ciertas cosas desobedeciendo a así, como también [lo ha dicho] el extremadamente divino Hipócrates: "en cuanto a. nosotros
la razón. Ambas dcfiniciones se refieren a este movimiento: el movimiento contrario a la es espontáneo, en cuanto a la causa no lo es". De este modo, cuando en su tratado ético Sobre
naturaleza y el exceso en los impulsos surge así irrac ionalmente. Pues, de este modo, "irracio-
las pasiones y en el libro 1 de sus estudios Sobre la razón Crisipo interpreta que la pasión es
nal" hay que entenderlo como desobediente a la razón y rechazador de ella; y de acuerdo con un impul so excesivo, sostiene que el exceso de movimiento sobrepasa la medida de la razón,
ese movimiento, sostenem os en el uso habitual que ciertas personas son presionadas y que se aunque, ciertamente, no agrega la causa del exceso. Y en este punto habría sido conveniente
mueven irracionalmente sin razón ni juicio. Pues seña lamos estas cosas no como si [la perso- no complicar ni confundir la explicación extendiéndola de un modo superfluo, sino que deber-
na] se moviera erróneamente y descuidara algo que es según la razón, sino que especialmente ía haber dado por terminado el asunto y decir cuál es la causa de que el impul so se vuelva
[n os re ferim osJ a ese movi miento que dicha persona describe, porque el animal racional no se excesivo. Pues tal como cuando los que corren cuesta abajo el peso de su cuerpo junto con su
mueve por naturaleza de esta manera en conformidad con su alma, sino según la razón" .
deseo es la causa del movimiento, así también en las pasiones del alma debería haber explica-
Ahora bien, uno de los pasajes de Crisipo que expone la primera de las definiciones de "pa-
do cuál es esa otra cosa que, al ser agregada a la facultad racional, se convierte en causa de un
sión" termina aquí; el pasaje que queda, en el que expone la otra definición, está escrito des-
movimi ento sin medida y, como el mismo Crisipo suele decir, "descarriado". Ahora bien, el
pués de éste en el libro 1 de su tra tado Sobre las pasiones, y te lo presentaré ahora mismo: "De
pasaje en su obra Terapélltica de las pasiones es el siguiente: "También se dice con propiedad
acuerdo con esto, también se ha mencionado el exceso de impulso, porque excede la medida
que la pasi ón es un impulso excesivo, como si se dijera que el movimiento excesivo está entre
de los impulsos, incluso la que es natural, que concuerda consigo mismos. Lo que se ha dicho
los movi mi entos descarriados, y que se produce exceso en ese movimiento debido al rechazo
se vo lvería más comprensible a traves de lo siguiente: por ejemplo, cuando una persona cami-
a la razón, y que lo que carece de ese exceso preserva [l a razón] . Pues el impulso que sobre-
na según el impulso el movim iento de sus piernas no es excesivo, sino que, en cierto modo, es
pasa a la razón y apresuradamente se mueve en contra de ella con propiedad se llamaría 'ex-
conmensurab le con el impulso, de modo que puede detenerse cuando el caminante lo desea y
cesivo' y, en este sentido, se produciría contra naturaleza y sería irracional, como lo hemo s
cambiar de dirección. Pero en el caso de los que corren según el impu lso ya no se produce
indicado". "El impulso que sobrepasa a la razón", dice, "y apresuradamente se mueve en
algo de la índole indi cada, sino que el movimiento de las piernas es a tal punto exces ivo con
contra de ella" produce el movimiento pasional descarriado. Seguramente entonces , Crisipo,
relac ión al impulso, que los corredores son arrastrados, no pueden cambiar de dirección ni
la razón no es causa del movimiento descarriado y sin medida pues tú mismo convienes en
obedecer [a la razón] ni bien las piernas empiezan a moverse. Creo que algo semej ante a esos
que ta l movimiento se produce en contra de la razón. No puede admitirse, sin embargo, que
[movimientos] también sucede con los impulsos debido a un exceso en la med ida racional, de
algo se produzca al mismo tiempo contra la razón y por la razón; pero de todos modos debe
modo que cuando un corredor se impulsa no obedece a la razón. Y mientras el exceso de
ser producido por una causa. Aquella causa, sin embargo, no es racional; en consecuenc ia, es
carrera es llamado "contrario al impul so", el exceso de impulso es llamado "contrario a la
una fac ultad irracional la que produce la pasión. "En cuando a estas cosas, somos vencidos no
razón". En efecto, la medida del impulso natural es la que es según la razón y es de la magni-
por otros, sino por nuestras propias alas"; por cierto, nobilísimo Crisipo, nos es posible ambas
tud que la razón considera adecuada. Por tanto, también resulta obvio que cuando el exceso
surge en este sentido y de este modo se dice que el impulso no sólo es excesivo, sino también
°
cosas : o que las pasión en nada se diferencie del error que las pasiones les sobrevengan a los
errores. Pues habiendo [onnulado cualquiera de los dos juicios, no nos veríamos forzados a
contrario a la nanrraleza, es decir, es un movimiento irracional del a lma.
responder la causa del movimiento desmedido que es contrario a la razón . Sin embargo, no
25.11 Ga leno, PHP 260,10-262,28 (SVF 3.476, 479) toleraste decir ninguna de las dos afirmaciones por vergüenza a contradecirte con los fenóme -
[Crisipo] dice que las pasiones surgen independientemente de toda razón, y de nuevo, nos manifi estos, aunque no te das cuenta de que te estás contradiciendo contigo mismo cuan-
que son propias de la fa cultad racional so lamente, de modo que por este motivo no se dan en do sostienes que ciertos movimientos se generan en contra de la razón, rechazan la razón y se
los anima les irracionales. También dice que surgen independientemente del juicio y, de nue- desbocan respecto de ella, y luego, un poco después, d ices que estos mismos [movimientos]
vo, que son juicios. A veces tennina en la afirmación de quc los movimientos pasionales se son generados por la facultad racional.
producen "al azar", lo cual, si uno examinara con precisión la expresión, no es d iferente de
" incausado" . Así, después de los pasajes que he citado hace un momento, a continuación
agrega: " la exc itac ión también se ha asignado apropiadamente al género de las pasiones,
576 Capírulo 25 Las pasiones o estados emocionales 577

25.12 Séneca, ir. 1.3.2-8; 1.7.1-4; 1.8.1-7; 1.16,1; 1.16, 7; 1.20.1-2; 2.1.3-4; 2.2.2-5; 2.4.1 cuerpos arrojados al abismo no tienen arbitrio de sí mismos, y una vez que han sido arrojados
(SVF 1.215) son incapaces de detenerse o de regresar, sino que la caída irrevocable suprime toda decisión
Para que sepas, dice, que la ira no es un deseo de castigo, los que son más débiles con de arrepentimiento, y no es posible no llegar all í donde habría sido posible no ir, así también
frecuencia se ponen iracundos con los más poderosos y no desean un castigo que no espe ran. el alma, si se abalanza sobre la ira, el amor y otras pasiones, no se le permite reprimir el im~
Primero dijimos que es un deseo de lograr un castigo, no una posibilidad. Sin embargo, los pulso. Es forzoso que su peso lo arras tre y lo lleve hasta el fondo, con la naturaleza de los
seres humanos también desean aquello que no pueden. Luego, no hay nadie que sea tan vicios que es propensa [a dicho impulso]. Lo mejor es rechazar inmediatamente el primer
humi lde que no pueda esperar el castigo de un hombre, incluido el más importante. Todos factor excitante de la ira, res istir a las semillas mismas de la ira y hacer un esfuerzo por no
somos capaces de dañar. La definic ión de Aristóteles no es muy diferente de la nuestra, pues caer en ell a. Pues si empieza a dominarnos, es difícil el regreso al estado sal udable, porque,
dice que la ira es el deseo de devolver el dolor; en qué se distingue nuestra definición y ésta, una vez que se introdujo la pasión y nuestra voluntad le ha concedido algo, no hay razón:
es largo de examinar. Contra ambas [definiciones] se argumenta que las fieras se ponen ira~ desde ese momento hará todo lo que quiera, no lo que le permitas. En las propias fronteras,
cundas aunque no se encuentren irritadas por la injustic ia ni a causa del castigo o el dolor digo, hay que detener al enemigo, pues una vez que ha entrado y ha avanzado a las puertas, no
ajeno, pues aun cuando éste sea el efecto [de su conducta], no es lo que buscan. Pero debe hay límite que los que están cautivos puedan hacerle aceptar. El alma, en efecto, no está sepa~
decirse que las fieras y todos (los demás animales] , excepto el ser humano, carecen de ira rada ni contempla desde fuera las pasiones para no tolerar que se aproximen más allá de lo
pues aunque [la ira] es enemiga de la razón, nunca surge si no es allí donde hay lugar para la que conviene, sino que el alma misma se transforma en pasión y por eso no puede hacer retro~
razón. Las fieras tienen impulsos (rab ia, ferocidad, agresión), pero no tienen más ira que 10 ceder a aquella fuerza aprovechable y favorable que ya se ha propagado y que está debil itada .
que tienen afán de placer, aunque en relación con ciertos placeres, son más intemperantes que Éstas, en efecto, no tienen, como dije, sus sedes separadas y apartadas, sino que pas ión y
el ser humano. No hay razón para creer a quien dice "el verraco olvida estar iracundo, y la razón son una transformación del alma a lo mejor o a lo peor. Por consiguiente, ¿de qué modo
cierva no confía en la carrera, ni los osos atacan a las valerosas manadas". Por "estar iracun- podrá resurgir la razón, poseída y oprimida por los vicios si ya ha cedido a la ira? ¿O cómo
do" quiere decir "excitarse", "abalanzarse". Sin duda, [las bestias] no saben más estar iracun- podrá liberarse de la confusión en la que preva lece la mezcla de lo que es peor? "Sin embar~
das que perdonar. Los animales que carecen de lenguaje carecen de pasiones humanas, pero go", dice, "algunos se contienen en un estado de ira". ¿Es entonces de tal modo que no hacen
tienen impulsos simi lares a ellas; de otro modo, si en ellos hubiera amor y odio, tendrían ninguna de aquellas cosas que la ira dicta o hacen algo? Si no hacen nada, es obvio que la ira,
amistad y animos idad, desacuerdo y acuerdo. Algunos vestigios de ellas quedan en las bestias, a la que ustedes invocan como si fuera más fuerte que la razón, no es necesaria para las acc io-
pero los bienes y los males pertenecen a los corazones humanos. A ninguna criatura, salvo al nes. Finalmente, pregunto: ¿es más fuerte o más débil que la razón? Si es más fuerte, ¿cómo
ser humano, se le ha conferido prudencia, previsión, escrupulosidad, del iberación. Los anima- será la razón capaz de imponerle un límite, dado que sólo suelen obedecer los que son más
les no sólo se encuentran privados de las virtudes humanas, sino también de los vicios. Su débiles? Si es más débil, la razón se basta por sí sin ell a para lograr lo que le interesa y no
forma completa, tanto la exterior como la interior es diferente de la humana : 10 regente, es desea la ayuda de algo más déb il. "Algunos iracundos permanecen firmes y se contienen";
decir, aquel principio conductor ha sido adquirido de manera dife rente. Tal como sin duda [las ¿cuándo? Cuando la ira ya se desvanece y declina por sí misma , no cuando se encuentra en
bestias] tienen voz, pero no clara, perturbada e incapaz de formar palabras, tal como tienen pleno furor, pues en ese momento es más potente. "¿Y entonces qué? ¿No es que a veces, en
lengua, pero atada, es decir, no suelta en cuanto a los variados movimientos, así también su medio de un estado de ira, dejan incólumes e intactos a quien odian y se abstienen de dañar~
facul tad conductora misma es poco sutil, poco exacta. Por ende, captan la presentación y el los?" Lo hacen; ¿cuándo? Cuando la pasión ha rechazado la pas ión y el miedo o el apetito ha
aspecto de las cosas mediante las cuales son atraídas al impulso, pero de un modo desordena~ obtenido algo. En ese momento no se calmó gracias a la razón, sino a una serenidad no fide~
do y confuso. Es por eso que sus embestidas e irrupciones son violentas, y no experimentan digna y ma la entre las pasiones. (.. . ] Por consiguiente, para castigar a los que se equivocan y
miedo, preocupaciones, tristeza, ira, sino ciertos [estados] simi lares a éstos. Es por eso que se a los criminales no hace falta un castigador iracundo, pues dado que la ira es un error del
calman y cambian al estado contrario con facilidad; mientras que muy enérgicamente se alma, el que fa lla no debe corregir las fallas . "¿Y qué entonces? ¿No estará iracundo con el
enfurecen y sienten espanto, se alimentan, y de un bramido y una alocada carrera enseguida se ladrón? ¿Y qué, no se enco lerizará con el que envenena?" No, porque no estoy iracundo
siguen la calma y el sueño. [ ... ] ¿Es que acaso, aun cuando la ira no sea natural, hay que corunigo cuando derramo sangre; aplico toda clase de castigo como remedio. [ ... ] "¿Y enton-
adoptarla porque frecuentemente fue útil? Eleva las almas y las exc ita, y sin ella en la guerra ces qué? ¿Cuando el sabio tenga en sus manos algo de este tipo su alma no será afectada y no
la valentía no lleva a cabo nada magnífico, a no ser que se le infunda la flama y el aguijón se conmocionará más de lo acostumbrado?" Lo confieso: sentirá un leve y tenue movimiento
hostigue y lance a los peligros a los audaces. Es así que algunos piensan que es mejor moderar pues, como dice Zenón, tamb ién en el alma del sabio, incluso cuando la herida ha sanado, la
la ira, no eliminarla. Y una vez que se ha apartado 10 que está demás, hay que reducirla a su cicatriz permanece. As í, pues, sentirá ciertas sospechas y sombras de pasiones, aunque en
medida aprop iada, mantener realmente aquello sin lo cual la acción se debilitará y la fuerza y realidad carecerá de ellas. [ .. .] Tampoco hay que juzgar que la ira confiere algo a la grandeza
el vigor del alma se disiparán. En primer lugar, es más fácil deshacerse de 10 que es pernicioso del alma, pues no es dicha grandeza, es inflamación. Tampoco para los cuerpos amenazados
que gobernarlo, no admitirlo que moderar lo que se admite. Pues cuando las personas están en por la abundancia de un humor malsano la enfermedad es un aumento, sino una abundancia
posesión de lo que sucede son más poderosas que el que dirige, y no soportan que se las limite pestilente. Todos a quienes un alma infatuada eleva por enc ima de los pensamientos humanos
o disminuya. Después, la razón misma, a la que se entregan las riendas, es poderosa en la creen que aspiran a algo elevado y sublime; además, [los estados de ira] no tienen ningún
medida en que está apartada de las pasiones; si se mezcla y se mancha con ellas, no puede cimiento sólido, sino que lo que crece sin un fundame nto es propenso a caer en la ruina. La ira
contener las pasiones que hubiese podido alejar. Pues una vez que la mente ha sido exc itada y no tiene donde apoyarse; no se origina de algo firme y estable, sino que es ligera y vacía, y se
alterada, se pone al servic io de lo que la impulsa. Los inicios de ciertos procesos están en encuentra tan lejos de la magnanimidad como la audac ia de la valentía, la arrogancia de la
nuestro poder; lo que sigue nos arrastra con su fuerza y no permite un regreso. Tal como los confianza, la tristeza de la austeridad, la crueldad de la severidad. [ ... ] No hay duda de que es
578 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 579

una presentación de la injusticia que se manifiesta la que pone en movimiento la ira; pero lo que tienen una impetuosidad y violencia que carece de seguridad y firmeza debido a su debi-
que estamos investigando es (i) si sigue de inmediato a la mencionada presentación y se desa- lidad.
rrolla si n que intervenga el alma, o (ii) si se pone en movimiento cuando el alma presta asen- 25.14 Cicerón, Acad. 1.39 (LS 45A)
timiento. Nosotros creemos que la ira por sí sola no se atreve a nada, salvo que el alma lo y aun cuando los antiguos decían que estas perturbaciones eran naturales y que no parti-
apruebe. En efecto, captar la presentación de haber recibido una injusticia, desear la venganza cipaban de la razón, y ub icaban el ansia y la razón en una parte del alma diferente, él (se.
de dicha injusticia, unir ambas cosas, no haber tenido que ser dañado y tener que vengarse no Zenón) tampoco estuvo de acuerdo con estas posiciones, pues pensaba que incluso las pertur-
es un impulso que sea excitado independientemente de nuestra voluntad. Aqué l es simple, éste baciones eran voluntari as y eran recibidas a causa de un juicio de opinión, y sostenía que la
es comp lejo y contiene muchos [aspectos]: [el agente] comprendió algo, se indignó, lo des- madre de todas las perturbaciones era una suerte de falta de templanza inmoderada.
aprobó, se venga. Estas cosas no pueden ocurr ir si el alma no asiente a aquellas cosas que la
afectan. [ ... ] La ira evita las prescripciones, pues es un vicio voluntario del alma, aunque no 25.15 Lactancio, Divi"ae Inslitlltiolles 6.14-15 (SVF 3.435j 444)
por aquellas cosas que suceden debido a una cierta condición de la especie humana, y que por Efectivamente, los estoicos eliminan del hombre todas las pasiones que excitan el alma a
eso también le suceden a los más sabios. Entre estas cosas hay que tener en cuenta aquella causa de un impu lso; eliminan el ansia, el goce, el miedo, y la aflicción. De estas [pasiones],
primera conmoción del alma que nos pone en movimiento tras la opinión de la injusticia. las dos primeras se dan a partir de los bienes, ya sea de los futuros o de los presentes, las dos
Dicho golpe también se hace presente en los espectáculos de entreteni miento y teatrales, y en posteriores de los males. De esta mi sma manera, como dije, llaman a estas cuatro enfermeda-
las lecturas de historias antiguas . Con frecuencia parece que nos encolerizamos con Clodio des no tanto "implantadas por naturaleza", como "adoptadas a causa de una opinión perver-
cuando destierra a Cicerón, o con Antonio cuando lo asesina. ¿Quién no se excita contra las sa", y por esa razón sostienen que pueden extirparse de raíz, siempre y cuando la falsa opinión
armas de Mario o contra la proscripción de Sila? ¿Quién no es enemigo de Teodoto y Aquilas, de los bienes y los males sea eliminada. En efecto, si e l sabio no habrá de juzgar nada como
e incluso del niño mismo que comete un crimen no infantil? A veces nos instiga un canto y un un bien ni como un mal, no estará ardiendo a causa de un ansia, ni se regocijará de goce, ni se
ritmo ligero, y aquel soni do marcia l de las trompetas bélicas: un cuadro atroz pone en movi- aterrará de miedo, ni se contraerá de dolor. Pronto veremos si ll evan a cabo 10 que quieren o si
miento nuestras mentes o el si niestro aspecto de los casti gos más justos. Es por eso que reí- llevan a cabo algo; por el momento es una propuesta arrogante y, prácticamente, son unos
mos con quienes ríen y nos entristece la muchedumbre de los afligidos y nos enfurecemos delirantes quienes piensan que pueden administrar remedios y esforzarse en contra de la
frente a certámenes ajenos. Éstos no son estados de ira, ni es tristeza lo qlle nos hace contraer fuerza y la razón de la naturaleza. Es, en efecto, la disposición de todos los seres vivientes la
la frente ante la vista de un naufragio fingido, ni es temor el que recorre al lector cuando que demuestra que estas [pas iones] son naturales, no voluntar ias; dichos seres vivientes son
Aníba l sitia las murallas después de Caonas. Todos estos, empero, son movimientos involun- sacudidos por todas las pasiones. Los peripatéticos, por tanto, que niegan que todas esas
tarios de las almas, y no son pasiones, sino principios que anticipan las pasiones. [ ... ] Si pasiones puedan ser eliminadas porque nacen con nosotros , son más razonables. Se esfuerzan
quieres saber cómo comienzan, crecen o se desarrollan las pasiones, el primer movimiento es (se. los peripatéticos) por mostrar cuán providencial y necesariamente Dios o la naturaleza
involuntario, es, por así decir, una preparación para la pasión, una cierta amenaza. Lo que (así, en efecto, lo ll aman) nos ha dotado de estas pasiones. Pero, dado que estas pasiones por
sigue es vol untario, pero no insistente. Por ej emplo, puedo pensar que es correcto vengarme 10 general se vuelven vic iosas en caso de que sean excesivas, pueden ser saludabl emente
porque he sido dañ.ado, o que alguien sea castigado porque ha cometido un crimen. El tercer moderadas por el ser humano del modo indicado, de manera tal que se conserva tanto [de
movimiento es ya la pérdida de control, el cual reclama venganza no sólo "si es correcto", ellas} cuanto es natural al hombre. No se trata de una controvers ia estúpida si, como dije, no
si no a como dé lugar; [dicho movimiento J ya ha superado a la razón. El primer paso es aque- todo se refiere a esta vida. Por consiguiente, los estoicos deliran cuando no moderan las pa-
lla conmoción del alma, que no podemos evita r por medio de la razón, como tampoco pode- siones, sino que las suprimen: aunque se encuentran implantadas en las cosas, de algún modo
mos evitar las reacciones corpóreas que mencionamos antes: que no nos contag ie un bostezo pretenden castrar al ser humano. Pero tal cosa es como querer eliminar el miedo del ciervo, o
ajeno, que no se nos cierren los ojos ante el chasquido súb ito de los dedos. La razón es inca- el veneno de las serpientes, o la placidez del ganado. En efecto, estas cualidades, que fueron
paz de vencer estas [situaciones] , [aunque] quizá la costumbre y la observación asidua las dadas a los animales que están privados de lenguaje uno a uno, fueron en verdad dadas todas
atenúan. Aquel otro movimiento, el que nace por una decisión, se suprime por medio de dicha ellas al ser humano a la vez. Pero si la pasión del goce está en el bazo, como afirman los
decisión. médicos, la ira en el veneno, el apetito en el hígado, y el temor en el corazón, es más fácil
destruir al animal mismo que extirpar algo de su cuerpo. Esto último es querer cambiar la
25.13 Plutarco, VM 446F-447B (SVF 3.459; LS 65G) naturaleza del animal. Estas personas sensatas, sin embargo, no comprenden que cuando
Algunos afirman que la pasión no es diferente de la razón, y que entre pasión y razón no
el iminan los vicios del ser humano también se elimina la virtud, a la cual le estaban haciendo
hay conflicto ni guerra civil, sino la conversión de una única razón hacia dos direcciones.
lugar. En efecto, si es una virtud contener en medio el impulso de la ira, el cual no pueden
Dicha conversión nos pasa inadvertida a causa de la agudeza y velocidad del ca mbio, y no nos
negar, entonces, cualquiera que carece de ira carece de virtud. Si la virtud cons iste en conte-
percatamos de que es lo mismo del alma aquello con lo cual naturalmente apetecemos y nos
ner el ansia del cuerpo, quien no tiene ansia a la que moderar debe carecer de virtud. Si la
arrepentimos, estamos iracundos y temerosos, y somos conducidos por el placer hacia un acto
virtud consiste en refrenar el apetito del deseo de lo ajeno, ciertamente no puede tener ningu-
deshonroso, y cuando el alma está siendo conducida volvemos a recuperarnos. También dicen
na virtud quien carece de aquello que hay que contener y recurre al uso de la virtud. Por tanto,
que el apetito, la ira, el temor y todas las [emociones] por el estilo son opiniones y juicios
donde no hay vicios, tampoco hay lugar para la virtud, como no hay victoria donde no hay
perversos, que no surgen en una cierta parle del alma sino que son incl inaciones, concesiones,
adversari o. De manera que en esta vida no puede haber bien si n mal ; por consiguiente, las
asentimientos e impulsos de lo rector en su totalidad y, en general, ciertas actividades que en
pasiones son una especie de abundancia natural de las almas. En efecto, tal como el campo
poco [tiempo] pueden cambiar, tal como sucede con las irrupciones repentinas de los niños
que por natura leza es fértil reboza en las zarzamoras, as í también un alma no cultivada se
580 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 581

ensombrece a sí misma espontáneamente con los vicios que se forta lecen como espinos. Pero 25.17 Séneca, Ep. 116. 1-8 (LS 66C)
cuando llega el verdadero labrador al punto irrumpen los frutos de la vi rtud frente a los vicios Con frecuencia se ha planteado la cuestión de si es mejor tener pasiones moderadas o no
que comienzan a ceder. [ .. .] Veamos ahora lo que obtienen aquellos que eliminan por com- tener ninguna pasión. Nuestros filósofos las eliminan, los peripatéticos las moderan. No veo
pleto los vicios. Ellos piensan que aquellas cuatro pasiones que provienen de la opinión de Jos de qué modo una enfermedad moderada pueda ser saludable o útil. No hay que tener miedo;
bienes y los males, y cuya eliminación consideran apropiada para sanar el alma del sabio, no te estoy quitando ninguna de aquellas cosas que no quieres que se te nieguen. Me presen-
puesto que entienden que están ínsitas por natura leza y que sin e lJas nada puede moverse o taré amable e indulgente con las cosas a las que aspiras y consideras necesarias, útiles o agra-
actuar, suponen alguna otra cosa en el lugar y el espac io de ellas. Substituyen la "voluntad" en dables para la vida. Extirparé el vicio, pues después de que te he prohibido que tengas ansias
lugar del apetito, como si, en verdad, fuera no mucho más ventajoso apetecer el bien que pennitiré que quieras hacer aquellas mismas cosas con valentía y con el juicio más exacto,
quererlo. Igualmente, en lugar del goce [introducenJ la "alegría", en lugar del miedo la " pre- para que sientas los mismos placeres más que antes. Y si dominas los placeres más que si
caución". Y en el caso de la cuarta [pasión] la explicación abandona dichas pasiones por estás a su servicio, ¿por qué no habrán de alcanzarte más que antes? Pero es natural - dices-
cuanto no hay modo de cambiar el nombre, y así suprimen por completo la pena, esto es, la sufrir por la nostalgia de un amigo: da derecho a unas lágrimas que tan justamente se derra-
aflicción y el dolor, lo cual es absolutamente imposible. En efeclo, ¿quién podría no dolerse si man. Es natural ser alcanzado por las opiniones de los hombres y entristecerse por las que nos
la peste devastara su patria, o los enemigos la arruinaran o un tirano la oprimiera? ¿Puede son adversas. "¿Por qué no me permites este miedo tan honesto a una mala opinión?" [Por-
alguien no dolerse si viera su libertad arrebatada, si sus vecinos y amigos, si hombres buenos que] no hay ningún vicio sin una justificación. Todo vic io tiene un comienzo discreto e indul-
fueran exterminados o degollados con extrema crueldad? Eso sólo es posible si su mente ha gente, pero desde ese punto se extiende más ampliamente. Si permites que comience, no
quedado pasmada a tal punto que todo su sentimiento ha sido arrebatado. Es por eso que o han lograrás que acabe. Al comienzo toda pasión es débi l; luego ella misma se excita y adquiere
tenido que suprimir todo o este incompleto y débil debate debería haberse completado. Es fuerzas a medida que avanza. Es más fácil cortarle el paso que expulsarla. ¿Quién niega que
decir, también habría que reponer algo en lugar de la flaqueza [del alma], porque haberlo toda pasión fluye, por así decir, de un principio natural? La naturaleza nos confió el cuidado
hecho era una consecuencia de lo antes estipulado. En efecto, tal como gozamos con los de nosotros mismos, pero allí donde has sido demasiado indulgente con el vicio, [dicho cui-
bienes presentes, así también nos angustiamos y dolemos con los males. Por lo tanto, si intro- dado] es vicio. La naturaleza ha mezclado el placer con las cosas necesarias, no para que lo
dujeron otro nombre en lugar de "goce" porque pensaban que [goce implicaba algo] vicioso, buscáramos, sino para que en cuanto a aquell as cosas sin las cuales no podemos vivir, se nos
así tamb ién era coherente que asignaran otra palabra en vez de "flaqueza", por cuanto también hiciera más grato su acceso. Es lujuria si llega por derecho propio. Resistamos, por consi-
pensaban que era viciosa. A partir de esto es obvio que lo que a ellos les ha fa ltado no es la guiente, mientras están entrando por, como dije, no acogerlos que hacerlos salir. Penníteme
cosa (se. la emoción), sino la palabra; y por falta de una palabra, quisieron eliminar esta pa- " Permíteme", dices, "que hasta cierto punto experimente dolor y temor". Pero aquel "hasta
sión en su total idad en contra de lo que la naturaleza permite, [pas ión] que es muy relevante. cierto punto" es llevado lejos y no termina donde tú quieras. E l sabio tiene un sitio seguro
Sin duda, yo podría haber refutado detalladamente aquellos cambios de nombres, y podría para protegerse a sí mismo sin mayor cuidado, y detiene sus lágrimas y deseos donde quiere.
haber mostrado que se ponen muchos nombres a las mi smas cosas, ya sea para adornar el Nosotros, dado que no nos es fácil retroceder, lo mejor en todo sentido es no avanzar. Me
vocabulario o para aumentarlo en recursos, aunque, ciertamente, difieren muy poco entre sí parece que Panecio respondió elegantemente a un adolescente que le preguntaba si el sabio
[en cuanto a su signifi cado] . Pues el deseo comienza por la voluntad, la precaución se origina tenía que amar. "Sobre el sabio -dice- veremos; en cuanto a mí y a ti, que aún estamos lejos
del miedo, y el goce no es otra cosa más que una alegría expresada. Pensemos, no obstante, del sabio, no debemos permitirnos caer en una situación impetuosa, desenfrenada, dependien-
que son diferentes, tal como pretenden ellos mismos (se. los estoicos). Desde luego que van a te de otro, vil por sí misma. Pues si nos toma en cuenta su humanidad, nos estimula, pero si
decir que el deseo es una voluntad continua e ininterrumpida, que el goce es, en verdad, una nos desprecia, la soberbia nos inflama. Tanto la facilidad del amor como su dificultad nos
alegría que se manifiesta de una manera insolente; el miedo, en cambio, es una precaución perjudica: por la facilidad somos subyugados, pero cuando se presenta la dificultad nos po-
excesiva que excede el límite. Así, pues, sucede que aquellas cosas que piensan que deben ser nemos a luchar. [ ... J Lo que Panecio le respondió al que le preguntaba sobre el amor, lo digo
suprimidas no se suprimen, sino que se moderan, puesto que meramente cambian los nom- de todas las pasiones: alejémonos de lo resba ladizo cuanto podamos; en lo que está seco
bres, pero las cosas mismas (se. las pasiones) permanecen. Por cons iguiente, como impruden- también nos mantenemos con poca firmeza. En este lugar me enfrentarás con aquel dicho
tes regresan a aquello a lo que los peripatéticos llegan mediante la razón: a que los vicios, vulgar contra los estoicos: "ustedes prometen cosas demasiado grandes, prescriben cosas
dado que no pueden ser eliminados, deben ser medianamente moderados. Por tanto, yerran demasiado duras. Nosotros somos unos hombrecitos que no podemos negamos todas las
por~ue no llevan a cabo lo que quieren, y regresan, con un largo y áspero rodeo, al mismo cosas. Sentiremos dolor, pero poco; apeteceremos pero con templanza; nos pondremos ira-
cammo. cundos pero nos aplacaremos. ¿Sabes por qué razón somos incapaces de cumplir con estas
prescripciones? Porque no creemos que nosotros podamos hacerlo. Más aún, ¡por Hércules!,
25.16 Plutarco, VJlf 443C
hay otra razón: porque amamos nuestros vicios, los defendemos y preferimos justificarlos
Por lo tanto, también al carácter se lo denomina correctamente pues, para decirlo de un
antes que extirparlos. La naturaleza dotó al hombre de suficiente fortaleza, si de algún modo
modo esquemático, el carácter es una cualidad de lo irracional [del alma]. Y se denomina así
hacemos uso de ella, si concentramos todas nuestras fuerzas a favor de nosotros y, desde
porque lo irracional, al ser modelado por la razón, adquiere esta cualidad y diferencia por
luego, si no las lanzamos contra nosotros. El no querer es la razón (se. de que seamos incapa-
costumbre, pero [la razón] no pretende extirpar la pasión en abso luto - pues no es posible ni es
ces de cumplir con las prescripciones estoicas), el no poder el pretexto.
lo mejor-, sino que pone en ella un cierto límite y orden, es decir, implanta las virtudes éticas,
que no son ausencia de pa sión, sino medidas y términos medios de las pas iones. 25.18 Séneca, Ep. 9.2-3
Caeremos en una ambigüedad si queremos expresar con rapidez y con una sola palabra
apátheia y decirnos " impaciencia". En efecto, podría entenderse lo contrario de lo que quere-
582 Capitulo 25 Las pasiones o estados emocionales 583

mas significar: nosotros queremos decir aq uel que rechaza toda sensación de padecimiento, y cuando la tensión del alma flaquea, no persiste y no obedece las órdenes de la razón. Así
se lo cons ideraría como aquel que no puede soportar ningún padecimiento. Fíjate, por tanto, si muestra con claridad cómo es posib le un cierto estado pasional en personas de esta índole.
no seria mejor decir "un alma invulnerable" o "un alma ubicada más allá de todo sufrimien· Citaré ahora un pasaje suyo que nos enseña sobre estos temas; procede de su ética, del tratado
to", És ta es la diferenc ia entre nosotros y aquell os: nuestro sabio sin duda vence toda incomo- Sobre las pasiones: "Además, quizá también en este asunto, tal como las tensiones que están
didad, pero la siente; el de ell os sin duda no siente. Lo que es común a nosotros y ellos es que en el cuerpo se dice que son carentes de tensión o que tienen una tensión correcta respecto de
el sabio está contento consigo mi smo. los nervios - por el hecho de que nosotros somos capaces o incapaces en el dominio de las
acciones que se llevan a cabo a través de ellos-, as! también se habla de la tensión que se da
25.19 Galeno, PHP 332,16-334, 15 (SVF 1.570; LS 651; Frag.33; 166 EK) en el alma en el sentido de correcta tens ión o ausencia de tensión". Y a continuación [agrega]:
Evidentemente, esto es en efecto lo que ocurre con frecuenc ia, y al menos quienes entre-
"En efecto, es tal corno en la carrera y en lo se mantiene firme a algo, y también en el caso de
nan anima les jóvenes, tras criarlos, luego se dedican a cansarl os y a la vez ta mbién a satisfa-
las cosas se mejantes que se llevan a cabo a través de los nervios, hay una condición que es
cerlos siguiendo sus movimi entos descontrolados. Pues bien, Crisipo se encontró perplejo capaz de cumplir y de ceder cuando los nervios se ablandan y flaquean". De manera análoga,
respecto de tales cosas por cuanto no fue capaz de referir sus causas a la (parte] pasional del
también en el alma hay un cierto aspecto nervioso de esta índole, como también hablamos en
alma. Y además, también Posidonio muestra esta [dificu ltad] en lo que sigue, y no sólo está en
un sentido metafórico de quienes carecen de nervios y de qui enes tienen nervios". Y luego, al
desacuerdo con lo que se presenta, sino tambi én con Zenón y Cleantes. Ahora bi en, [Posido-
interpretar esto mismo, escribe 10 siguiente: "Quien está asustado se detiene [cuando el objeto
nio] dice que la opinión de Cleantes sobre lo pasional del alma se hace evidente a partir de
de su miedo] se presenta; otro se ablanda y flaquea cuando una ganancia o un castigo se
estas pa labras:
aprox ima, otro [cuando se encuentra] con otras cosas de esta índole, que no son pocas. Cada
Razonamiento: ¿Qué es lo que quieres, cólera? MuéstrameJo. una de tales cosas, en efecto, no sólo nos altera sino que también nos esclaviza, porque cuan-
Cólera: ¿ Yo, razonami ento? Hacer todo 10 que quiero. do cedemos a ellas, no sólo traicionamos a nuestros amigos y ciudades, sino que además nos
Razonamiento: Eso al menos es regio; pero dilo otra vez. abandonamos a nosotros mismos a muchas acciones que también son desvergonzadas, una
Cólera: Que lo que apetezco, vaya a suceder. vez que nuestro primer movimiento se ha ablandado. Menelao es presentado por Eurípides
Posidonio sostiene que las réplicas de Cleantes claramente muestran su op in ión acerca de como ese tipo de persona: al desenvainar su espada, la mueve hacia Helena para matarla; pero
lo pasional del alma, porque [Cleantes] ha hecho que el razonamiento converse con la có lera, cuando la vio, impresionado por su belleza, soltó la espada y ya no fue capaz de sostenerla. Y
como si lo uno fuera distinto de lo otro. Crisipo, en cambi o, no considera que lo pas iona l del a él se le ha dirigido esta reprimenda: ' Pero tú, cuando viste su pecho, soltaste tu espada y
alma sea diferente de lo racional, y elimina las pasiones de los animales irracionales, aun aceptaste su amor, mientras halagabas a la perra traidora'." En todas estas afirmaciones Crisi-
cuando ellos están claramente gobernados no sólo por el apetilo sino también por la cólera, po tiene razón, pero lo que ha dicho es incompatible con [su tesis de que] las pasiones son
como Posidonio lo explica con mucho más detall e en su tratamiento del tema. Así, pues, dice juicios. Menelao, en efecto, habiendo formado su juicio de matar a Helena, desenvainó su
que todos los animales que no se mueven fácilmente y que se encuentran adheridos como espada; pero cuando se acercó a ella, conmovido por su bell eza y a causa de la ausencia de
plantas a las rocas o a algunas otras cosas por el estilo son gobernados ún icamente por el tensión y la debi lidad de su alma - esto es, efectivamente lo que Crisipo enfatiza a través de
apetito. Todos los demás animales, en cambio, usan ambos poderes, el apet itivo y el co lérico, loda la explicac ión- no só lo se deshizo de su espada, sino que besó a la mujer y, se podría
y solamente el hombre usa los tres, pues también ha adquirido el principio rac ional. Por con- decir, se puso en sus manos, como si fue ra su esclavo. No fue inducido a camb iar de actitud
siguiente, Posidon io ha dicho correctamente estas cosas y muchas otras en su tratado comple- por un argumento, como si adquiriera unjuicio por otro, sino que sin juicio ni razón dirigió su
to Acerca de las pasiones. Ahora bien, tal como Cris ipo se equ ivocó en los elementos mismos impulso en dirección opuesta a la que hab ía decidido desde un principio. Ésa es la razón por
de teorl a concerniente a las pasiones, se podrí a decir, y cometió un error sobre muchos asun- la cual el mismo Crisipo añadirá: "Por 10 tanto, dado que todos los vi les actúan así con rebe-
tos, así también quien haya hecho uso de principios verdaderos, si observó con precisión lo lión y cediendo por muchas causas, podría decirse que en cada caso actúan con debilidad y
que de ellos se sigue, debe decir todo correctamente. Y si no [lo observó] con precisión, no mal ". Ahora bien, es completamente cierto lo que dice en cuanto a que todos los viles acman
obstante, estará en lo correcto al menos en la mayor parte de las cosas. con rebelión y cediendo a causa de sus pasiones, y que tales personas revelan una cierta debi~
lidad y ausencia de tensión en su alma. También tiene razón cuando dice que el lo sucede "por
25.20 Ga leno, PHP 270, 10·274, 39 (SVF 3.473) muchas causas", expresión que él mismo agregó en el pasaje citado. Sin embargo, habría sido
Crisipo mi smo conviene, no una vez o dos sino muchas más veces, en que una cierta fa - mejor si hubiese explicado a continuación cuá les son esas muchas causas. Pues si se presta
cultad en el a lma humana distinta de la racional es la causa de las pasiones. Podemos advertir atención, se descubrirá que no hay nada así que confiera unidad al tratado Sobre fas pasiones
esto en aq uellos pasajes en los que pone como ca usa de las acciones no sólo una incorrecta y, en especial, a La terapéutica de las pasiones, en donde esto está escrito, de modo de cono-
fa lta de tensión, sino también la debilidad del alma. Así es, en efeclo, como las denomina, y a cer la tota lidad de las causas por las cuales los que llevan a cabo una acción inmersos en un
sus opuestos los llama, a uno "buena tensión", al otro "fuerza". Pues en cuanto a las acciones cierto estado pasional se apartan de sus juicios iniciales. Pero hasta ahora no logra dar cuenta
que los hombres llevan a cabo incorrectamente hace referenc ia a unas como "juicio perverso" con exactitud de todas esas causas, a punto tal que tampoco recuerda esa misma causa que
ya otras como "falta de tensión" y "debilidad del alma", tal como el juicio correcto junto con recién mostró con claridad. Desde luego que no bastará con decimos que es la debilidad del
la buena tensión del alma gobierna a los que obran correctamente. Pero como en los que alma, porque ella es la causa común a todas las pasiones y es una sola. Pero Cri sipo sostiene
actúan correctamente el juicio es la obra de la facultad racional, así la buena tensión es no que las causas -que obviamente ponen como prueba la debilidad del alrna- son muchas, como
só lo el vigor sino también la virtud de una facultad dife rente de la racional, a la que el mismo Ocurre con la be lleza de Helena que era la causa de [la conducta] de Menelao, y el oro que era
Crisipo denomina "tensión" . Dice que es posible perder lo que conocemos correctamente la causa de la de Erifila, y otra cosa en el caso de algún otro. Hay miles de razones por las
Las pasiones o estados emocionales 585
584 Capítulo 25

cuales quienes viven inmersos en un estado pasional dejan de lado su juicio inicial, pero no por completo, a tal punto que [tales movimientos] ya no pueden ser excitados por e~ deseo
hay que recordar esas mi les de razones sino que hay que ofrecer la explicación en sus pocos racional. De esta manera, en efecto, se advertirá la lucha y el conflicto entre la razon y la
rasgos fundamentales, como hizo Platón al dec ir que el conocimiento es algo regio y despóti- pasión, y las facultades del alma serán claramente conservadas, porque c.stos [fenómenos] no
co, y que, cuando el conocimiento está presente uno nunca yerra. Pero los que súbitamente suceden - ¡por Zeus que no! - , como dice Crisipo, por ciertas causas malcanzables por la
cambian de opinión, o les pasa algo inadvertido, o han sido sometidos a la fuerza o al engañ.o razón, sino por las causas mencionadas por los antiguos.
se equivocan, uno en una acción, otro en otra. Pero el pasar inadvertido algo y el cambio 25.22 Aulo Gelio, NA 19.1.14-21 (E picteto Frag. 9; LS 65Y)
súbito de opinión no son aún pasiones, como tampoco lo es el no tener conocimiento en abso- y ante mí sacó de sus pertenencias personales el libro V de las Disertaciones del filósofo
luto, pues esto es estulticia, es decir, ignorancia, no pasión. Pero si una persona, a l ser forzada Epicteto, que, tal como fueron ordenadas por Arriano, sin duda concuerdan con los escri~os de
por su cólera, o a l ser engañada por el placer se aparta de sus ju}cios inicia les, su alma es Zenón y de Crisipo. En este libro leemos el siguiente pasaje (que desde luego fue es.cnto en
débil, es decir "carece de tensión" y su movimiento es la pasión. Este es el modo en que, en griego): "Las presentaciones del alma - a las que los filósofos llaman phantasíai - , mediante las
alguna parte de la tragedia, el al ma de Menelao, luego de ser engañada por su apetito y el cuales la mente humana es golpeada al comienzo mismo por la primera imagen de una cosa que
alma de Medea, forzada por su có lera, abandonó su juicio. No sé cómo en este último caso penetra en el alma, no dependen de la voluntad ni de la propia decisión, sin~ ~ue, gracias a su
Crisipo no percibe que, contra su propia posición, recuerda las palabras de Eurípides: "Sé que propia fuerza, exigen a los seres hmnanos a que las reconozcan. Pero los asentll11lentos (a I~s que
lo que estoy por hacer es malo, pero mi cólera es más poderosa que mis decis iones raciona- denominan sunkatathéseis), a través de los cuales las presentaciones mismas son reconoc idas y
les". Si Eurípides tuviese la intención de apoyar las doctrinas de Crisipo, no habría sido nece- juzgadas, son voluntarios y se producen por medio del arbitrio de los ser~s humanos. Es por eso
sario que hubiera dicho "sé", sino exactamente lo contrario, que es ignorante y no sabe que lo que cuando se produce un sonido aterrador, ya sea que provenga del clcl~ o ~e un derrumbe
que está a punto de hacer es malo. Pero saberlo y, 110 obstante, ser venc ida por la cólera, ¿qué súbito o de un aviso repentino de peligro o cualquier Olro hecho de este upo, mcluso el alma
otra cosa puede ser eso más que un hombre que introduce dos principios de los impulsos de del sabio debe conmoverse, contraerse, palidecer por un breve período de tiempo, [aunque] no
Medea, uno gracias al cual sabemos las cosas, es decir tenemos conocimiento de ell as, que es debido a una opinión preconcebida de un mal , sino a ciertos movimientos rápidos e inespera-
la facultad racional, y otro la facultad irracional, cuya tarea es estar colérica? Esta facultad, dos que se anticipan a lo que deben hacer la mente y la razón. Per~ el sabio no aprueba ense-
por lo tanto, es la que forzó el alma de Medea, en tanto que aquella, la apetitiva, al engañar el guida "tales presentaciones", es decir, tales aterradoras [presentacIOnes] de su alma, esto es,
alma de Menelao, lo obligó a seguir sus órdenes. Cr isipo, sin embargo, no percibe la contra- "no da su asentimiento ni su aprobación", sino que las rechaza, las deja de lado y no le parece
dicción en este punto y escribe otras mi les de cosas por el estilo, como cuando dice: " este que haya en ellas algo digno de ser temido. Y dicen que ésta es la. diferencia entr.e el alma del
movimiento, irracional y que repele la razón, es, así creo, el más común [de todos]. En con- vil y la del sabio: que el vi l en verdad piensa que tales presentacIones son efectl v~n~ente tan
formidad con ese movimiento también afumamos que algunas personas son puestas en mo- terribles y amargas como aparecen a su a!ma en el impacto inicial y: con su asentmuento las
vimi ento por la cólera". Y de nuevo; "por tanto, nos comportamos con estos que se encuen- aprueba, es decir " les da su aprobación". Esta es, en efecto, la expresión de la que se valen los
tran en estados pasionales como con quienes están fue ra de sí, y les dirigi mos la palabra como estoicos cuando discurren sobre este asunto. El sabio, sin embargo, cuando es perturbado por
a quienes están alterados y no es tán en sus cabales ni en si mismos". Ya continuación vuel ve un breve período de tiempo y en forma superficial en su color y aspecto, «no asiente" sino que
a explicar estas mismas afim1ac iones: "el apartamiento y retirada de uno mismo no es otra conserva su estado y la fuerza de la forma de pensar que siempre tuvo ac~rca ~e. la s pr.esenta-
cosa que el rechazo de la razón, como dijimos antes". Por cierto que "ser movido por la cóle- ciones de este tipo: que tales presentaciones no deben ser temidas en lo mas mlmmo, silla .que
ra", "estar alterado", "no es tar en sus cabales ni en sí mismos" y todas las [expresiones] de las mi smas producen temor debido a una falsa apariencia ya un miedo vano". E? este libro
este tipo claramente testifican en contra de [la tesis de que] las pasiones son juicios y de que que menc ioné leemos que Epicteto ha pensado y ha dicho estas cosas, que den van de las
se constituyen en la facultad racional del alma, tal como también lo es lo siguiente: "es tam- doctrinas de los estoicos.
bién por eso que es posible oír tales sonidos no só lo en el caso de los amantes si no tamb ién en
los que de otro modo tienen apetitos vigorosos y en los que están coléri cos, porque qu ieren 25.23 DL 7. 116-117 (S VF3.431; LS 65F)
complacer su cólera y permiti r tales estados coléricos, ya sea que sea mejor o no, sin decirles También afirman que las pasiones positivas son tres: alegría, precaución, deseo racional.
nada, y que ha y que llevarlos a cabo de cualqu ier modo que sea, aun cuando sean erróneos y Dicen que la alegría se opone al placer, pues es una exaltación razo~able, ~ qU,e la precaució~
si es inconveniente para ell os." se opone al temor pues es una evitación razonable. En efecto~ el sabiO de mngun n~odo tendra
miedo, sino que estará precavido. Sostienen que el deseo raCIOnal se op.one al apetlt~, pues ~s
25.21 Galeno, PHP 288, 19-290, 1 (SVF 3.466) un deseo razonable. Ahora bien, tal como algunas [pasiones] se subordman a las pasIOnes pn-
[Posidonio] censura con razón a Crisipo cuando éste dice "podría suceder que aunque el marias, del mismo modo sucede [con las pasiones positivas1 que se subordinan a las pasiones
impulso persista, lo que se sigue no le hará caso por el hecho de que haya una disposición positivas primarias: al deseo racional [se subordinan] la benevolencia, la bon.dad, el afec.~o, el
diferente que le sobrevenga". En efecto, [Posidonio] sostiene que es inviable que el impulso cariño; a la precaución [se subordinan] el pudor, la pureza; a la alegría el delette, el regocIJo, la
esté presente y la actividad acorde a dicho impul so sea impedida por alguna otra causa. De
serenidad.
aquí que, cada vez que [Crisipo] dice: "de este modo, las personas dejan de llorar y, aunque
110 quieran llorar, lloran cuando las cosas producen presentaciones desemejantes", en este 25.24 Andrónico de Rodas, De paso 6, 1-4 (SVF 3.432)
mi smo punto Posidonio pregunta cuál es la razón por la cual la mayor parte de la gente con Clases de pasión positiva: deseo racional, alegría, precaución [docilidad].
frecuenc ia llora, aunque no quiera, y es incapaz de contener las lágrimas, y otros, que quieren Ahora bien, deseo racional es un deseo razonable.
seguir llorando, dejan de hacerlo. Obviamente, esto ocurre porque los movimientos pasionales Alegría es una expansión razonable .
son tan violentos que no pueden ser controlados por el deseo racional, o porque han cesado
586 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 587

Precaución es una expansión (o exaltación) razonable [o una custodia del mal; O un la palabra misma, podría llamarlas "enfermedades", pero no convendría a todos los casos.
cuidado de la custodia]. Pues, ¿quién suele llamar "enfermedad" a la compasión o a la misma iracundia?) No obstante,
Obediencia es una condición que acoge a las jóvenes calmadas. aquellos dicen páthos. Sea, por tanto, perturbación que, por su mismo nombre, parece llamar-
Clases de deseo racional: benevolencia, bondad, afecto, <cariño>. se "viciosa" [y aquellas perturbaciones no son puestas en movimiento por una fuerza natural].
Ahora bien, benevolencia es un deseo racional de los bienes <para otra persona> [Aunque] todas ellas son cuatro en género, son más por sus partes: el dolor, el miedo, el apeti-
en vista de ella misma. to, y la que los es toicos, valiéndose de un nombre común a cuerpo y alma, llaman hedoné y yo
Bondad es una benevolenci a duradera. prefiero llamar "goce", que es como una suerte de exaltación placentera del alma que se rego-
Afecto es un .. continuo. cija. Las perturbaciones, sin embargo, no son excitadas por ninguna fuerza de la naturaleza, y
Carit10 . todas ellas son opiniones y juicios de la inconstancia. De este modo, el sabio siempre estará
Clases de alegría: deleite, regocijo, serenida d. libre de ellas.
l. Pues bien, deleite es una alegría que conviene. a los beneficios que se refieren a 25.27 Porfirio, De abstinentia, 3.22, 3
uno. Dado que reconocen que todas las pasiones son en general juicios y opiniones perversas,
2. Regocijo es una alegría por las acciones del que es sensato. es sin duda sorprendente que descuiden las acciones y movimientos que se dan entre las bes-
3. Serenidad es una alegría por el curso [de las cosas] o por la falta de investigación tias, muchos de furia, otros muchos de temores y -¡por Zeus!- muchos de envidia y de ri vali-
de todo. dad.
CJases de a legría de precauci ón : pudor, pureza.
25.28 Galeno, PHP 246, 36-248, 13 (LS 65K)
1. Pues bien, pudor es la precaución por un reproche correcto.
Pero cuando a continuac ión se investiga si hay que considerar que las pasiones son cierto
2. Pureza es la precaución por los errores que se refieren <l los dioses. tipo de juicios o [estados] que siguen a los juicios [Crisipo] se aparta de los antiguos en ambas
alternativas. Y se aparta por tener en cuenta la [alternativa] que es mucho peor y, al hacerlo,
25.25 Plutarco VM 449A-D (SVF 3.439; 384) se encuentra en conflicto con Zenón, consigo mismo y con muchos otros estoicos, quienes no
Aunque ell os mi smos en cierto modo ceden a tales [argumentos] a causa de su evi dencia, suponen que las pasiones del alma son los juicios mismos del alma, sino tanto las contraccio-
siguen llamando "sentir pudor" a es tar avergonzado, "alegrarse" a complacerse, y"precaucio- nes irracionales como los abatimientos y aflicciones, las expansiones y exaltaciones que se
nes" a los temores. Nadie [os haría responsables de este eufemismo si a las mismas pasiones dan en esos juicios. Posidon io, por su parte, se apartó completamente de ambas opiniones,
las llamaran con estos nombres cuando se añaden a la razón, y [si las denominaran] con aque- pues cree que no son juicios ni [estados] que sobrevienen a los juicios, sino que las pasiones
llos [nombres] cuando [tales pasiones] están en conflicto con y violentan la razón . Sin embar- son generadas tanto por la facu ltad colérica como por la apetitiva, siguiendo en todo sentido el
go, cuando son refutados por los llantos, los estremecimientos, y los cambios de color, en antiguo argumento. Y en no pocas oportunidades en su propio tratado Sobre las pasiones le
lugar de " dolor" y "temor" llaman a tal es [pasi ones] "sufrimientos" y "perplejidades", y aten- pregunta a Crisipo cuál es la causa de l impulso excesivo, pues la razón no sería capaz de
úan los apetitos [llamándolos] "ardores". Parece que, a través de [as palabras, maquinan enga- exceder sus propios actos y medidas. Por consiguiente, es manifiesto de antemano que alguna
ños y escapes de las cosas que son sofisticas, no filosóficos. Y ellos mismos vuelven a llamar otra facultad irracional es la causa de que el impulso exceda las medidas (determinadas] por la
" pa siones positivas", no "ausencia s de pa sión", a aquellas alegrías, deseos racionales y pre- razón, tal como es irracional la causa de que el corredor exceda las medidas [determinadas]
cauciones, y en este caso utilizan correctamente la s palabras. En efecto, una pasión positiva por su decisión: el peso de su cuerpo.
surge cuando la razón no destruye la pasión, si no que la ordena y la dispone en los sensatos.
Pero qué es lo que les pasa a los viles y los incontinentes cuando juzgan que aman a su padre 25.29 Temistio, In Aristotelis libros de anima paraphrasis, 107, 17-21 (SVF 1.208)
y su madre en vez de a su amado o amada no pueden [decirlo]; pero tras juzgar [que aman] a Los discípulos de Zenón correctamente establecen que las pasiones del alma humana son
su concubina o a su adulador, ¿inmediatamente los aman? Pues si la pasión fuera un juicio, distorsiones de la razón y juicios erróneos de la razón. Sería lo mismo decir "pasional" , "inte-
odiar y amar deberían seguir al juicio de Jo que hay que amar y odiar. Ahora, sin embargo, lecto", "pasión raciona l", esto es, "pasión del alma humana", cosas que, debido al estableci-
ocurre lo contrario: la pasión asiente a ciertos juicios y se rehúsa a asentir a otros. Es por eso miento del intelecto en el cuerpo, llegan a ser partícipes y oyentes de la razón.
que inc luso ellos mismos sostienen que, dado que las cosas los fuerzan, no todo juicio es una
COMENTARIO
pasión, sino el que pone en movimiento un impulso vio lento y excesivo, reconociendo así que
Como hicimos notar en nuestro capítulo 13, en el léxico filosófico contemporáneo resulta
en nosotros lo que juzga y lo que es afectado son [facultades] diferentes, en la medida en que
extraño hablar de "partes del alma"; puede resultar extraño incluso hablar de "alma" y en
aquello pone en movimiento y esto es movido. Crisipo mismo, cuando en muchos lugares
algunos casos los intérpretes prefieren traducir el término griego 'lfUX~ como "mente". Hemos
define la resistencia y la continenc ia como estados que siguen la razón selectiva, es obviamen-
preferido, sin embargo, conservar la traducción "alma" para vux~, aunque haciendo la salve-
te forzado por los hechos a reconocer que "lo que sigue" en nosotros es diferente de "aquello
dad de que la palabra en el uso filosófico griego tuvo un significado mucho más amplio que el
a lo que sigue" cuando es persuadido, o, de nuevo, que se encuentra en conflicto cuando no es
que podemos atribuirle desde nuestro sentido común y nuestros supuestos filosóficos habitua-
persuadido.
les (cf. la parte introductoria de nuestro comentario al capítulo 13). Para los antiguos el "al-
25.26 Cicerón, De fin. 3.35 ma" era no sólo la sede de las emociones y otros estados anímicos (como la sensación, la
En verdad, tampoco [es así] en cuanto a las perturbaciones de las almas, que vuelven mi- presentación, el impulso, etc.), sino también de las capacidades intelectuales, y en muchos
serable y amarga la vida de los insensatos, las que los griegos llaman páthe (yo, si interpreto caso se identificaba sin más con el "yo". Platón fue el primer filósofo griego en introducir una
588 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 589

distinción entre distintas partes del alma que, aunque diferentes en cuanto a sus funciones y definición de pasión. Los dos textos claves son aquí nuestros pasajes 25.3 y 25.13, donde se
formas específicas de deseo (Rep. 43984s5.; 439C; 506055.; 580E-581C), tienen una relación argumenta a favor de la tesis de que pasión y razón son lo mismo, porque, lo que en realidad
de familiaridad unas con otras y se encuentran conectadas entre sí (Rep. 5530). Como tam- sucede, es una conversión (tpomí) de una sola razón en dos direcciones diferentes: virtud y
bién vimos en nuestro capítulo dedicado a la psicología estoica, al menos los estoicos antiguos vicio. Si la razón (o la parte conductora del alma) se convierte en virtud, el agente no tiene
rechazaron la división tripartita del alma que presuponía partes en conflicto; defendieron un pasiones; si se convierte en vicio, en cambio, esa razón o principio rector del alma no es más
monismo psicológico que, aun cuando presuponía la existencia de "partes" del alma, las que pasión. Es decisivo advertir aquí que los estados diferentes de la parte rectora del alma no
mismas no eran entendidas como si tuvieran motivaciones diferentes y, por tanto, no pensaron son simultáneos; lo que los estoicos están sugiriendo es un modelo diacrónico de oscilación
que entre ellas había conflicto. Esto, en cierto modo, significa una vuelta al socratismo, ya que entre un estado y el otro, el cual permite dar cuenta de la debilidad psicológica del agente sin
la conducta irracional no se explica ahora como un conflicto entre distintas partes del alma, recurrir al modelo sincrónico de conflicto entre partes opuestas del alma que, al mismo tiem~
sino que es el alma misma o, mejor dicho, su "parte rectora" (no "la parte racional", como po, tratan de imponerse las unas a las otras según sus propios intereses o motivaciones. La
prefiere entender el asunto el platónico Galeno) la que ep su totalidad se encuentra dispuesta ausencia de partes del alma en conflicto no significa necesariamente que no haya conflicto de
de un modo u otro. El monismo psicológico resulta así un punto de partida esencial para creencias (como puede ser entendido el diálogo entre la razón y la fur ia del texto 25.19), pero
entender la teoría estoica de las pasiones, ya que una pasión no es esencialmente algo diferen- lo que los estoicos enfatizan es que ese conflicto de creencias no es entre partes antagónicas
te de la razón, sino que, como informa Plutarco en este capítulo (cf. texto 25.3), es más bien la del alma y no es un proceso sincrónico. Como sucede en el caso del que actúa mal en la expli~
mi sma razón (o lo rector del alma) la que como una tota lidad se ha vuelto vicio. Es por eso cación socrática, el ruin estoico está permanentemente dudando, oscilando entre un curso de
que los estoicos sostenían que el alma no contiene nada irraciona l, salvo que por "irracional" acción u otro. Sus asentimientos débiles no son seguros; no son, claro está, los asentimientos
se entienda el estado de l al ma convertido como un todo en una fuerza excesiva (o en un "im- infalibles, fuertes y estables del sabio. En un sentido socrático lo que la explicación estoica
pulso excesivo"; cf. textos 25.1 y 25.) que es contraria a la "razón selectiva", es decir, la razón parece estar sugiriendo es que el vicioso siempre seguirá el curso incorrecto (actuará sin
dispuesta correctamente como virtud o perfección. moderación, sin justicia, etc.). Esto se debe a su estado cognitivo, S6~a, el cual en el nivel
La doctrina estoica de las pasiones suscitó un intenso debate ya en la antigüedad (nues- práctico no le permite evaluar correctamente lo que es realmente bueno para sí mismo, y en el
tros textos, y la mayor parte de los pasajes de Galeno citados en este capítulo son prueba de psicológico 10 muestra como un individuo débil de carácter y vacilante que no es capaz de
ello). Para tener una idea de las dificultades que generó la posición estoica sobre esta cuestión, identificar el bien práctico y, aun cuando fuere capaz de visualizar el bien práctico correclo,
conviene recordar que la teoría fue controvertida no sólo en su definición genera l ("la pasión no es capaz de llevarlo a cabo (esta explicación tal vez no logra dar cuenta del modo en que el
misma es un movimiento irracional del alma y contrario a la nahrraleza, o un impulso excesi- agente cuya disposición es débil es, de todos modos, capaz de llevar a cabo "actos debidos o
vo"; textos y), sino también en su formulación cognitivista más detallada ~muy probablemen- apropiados" (Ko81íKOVta, acciones tales como honrar a los padres, a los amigos, servir como
te debida a Crisipo- (textos 25. L, 25.4 , 25.8 el passim). embajador, etc.; cf. capílulo 27). Sin embargo, tales acciones, al no tener un carácter firme y
Este comentario se divide en cuatro secc iones: en (i) examinamos las definiciones canó- habitual, no son actos morales o virtuosos en sentido estricto. Así, aunque el ruin puede llevar
nicas de ná.Oo~ ("pasión", "emoción"); (ii) trata la discusión crítica de la tesis estoica de las a cabo una acción que contenga una "justificación razonable" - la definición canónica de "acto
pasiones como juicios o creencias o como estados que siguen a los juicios; (iii) se enfoca en el debido o apropiado" (cf. capítulo 27, texto 27.1)- , no logra hacer lo que es realmente bueno
debate sobre la sugerencia estoica de la eliminac ión de las pasiones (y la objeción peripatética para sí mismo, es decir, no logra llevar a cabo los Ka'[op8c&~ata, "actos correctos" o virtuosos
de moderarlas) y las pasiones positivas o correctas (€UnÓ8Etat) y, finalmente (yen conexión en sentido estricto). Los que se encuentran inmersos en estados pasionales o emocionales,
con el punto iii), (iv) discute la figura del sabio estoico como el único agente que es ¿m:aGlí~ y dice Estobeo en nuestro texto 25.2 recogiendo una discusión estoica, con frecuencia "ven" o
cuyos estados emocionales son Eu1táO€tat. "advierten" (1tOUÓKt~ oproVtO<;) que lo ventajoso o conveniente es no llevar a cabo un curso
(i) La definición de pasión como "un movimiento irracional del alma que es contrario a la de acción determinado, pero aun cuando lo advierten (KUV ~áO(ücrt), son arrastrados a llevarlo
naturaleza" o "como impulso excesivo" (cf. textos 25.1-25.2; 25.9-25. LO; véase también SVF a cabo debido a la violencia de la pasión. El contexto parece sugerir más que una psicología
3.377,391,446 et passim) sintetiza en sí misma varias tes is relevantes de la psicología estoica monista, una psicología de partes en conflicto (Inwood ha sostenido que este pasaje de Esto·
en genera l y de la psicología de la acción en particular. Si como argumentan Zenón y Crisipo beo está influenciado por Posidonio o por una lectura platonizante; cf. su 1985: 142-143. Más
en varios pasajes, la pasión y la razón no son dos cosas diferentes, sino que la pasión es la recientemente ha reconocido lo dificil que es argumentar que el pasaje en cuestión use la
razón misma dispuesta de un modo vicioso o pasional (cf. 25.3; 25.13), hay que explicar el imagen platónica del caballo deliberadamente y ha mostrado lo difícil que es decidir si el
significado de "irracional" cllando se dice que la pasión es un movimiento irracional (de dualismo platónico es consistente o no con las opiniones estoicas; véase su 1993: 158-160).
hecho, parece que Cri sipo en especial se dedicó a ofrecer dicha explicación). Pero además, si Si n duda, la comparación del estado pasional con un caballo desobediente recuerda el pasaje
una pasión es toica es un "impulso excesivo", también debe exp licarse en qué consiste ese tipo platónico de Fdr. 246A-249C. Sin embargo, en el texto de Estobeo lo que se compara con el
de impulso y por qué una pasión puede entenderse como un impulso, un término que en el caballo desobediente no es la parte irracional del alma, sino la pasión misma o, más precisa-
marco de la psicología de la acción estoica tiene un significado peculiar muy preciso (cf. mente, el ~Y&~OVIK6v del alma dispuesto en su totalidad emocional o pasionalmente.
nuestro capítulo 24, textos 24.L-24.4). Si esta explicación resulta apropiada. no hay ninguna dificultad para comprender que 10
La parte más sencilla de explicar en la definición de pasión es qué significa que es un irracional no es diferente de lo pasional, pues no es más que la razón pasionalmente dispuesta.
"movimiento contrario a la naturaleza": los estoicos argwnentan a favor de la tesis de que el Dicho de otro modo, cuando lo rector del alma es pasión no contiene en sí mismo nada irra-
ser humano tiene una tendencia natural al bien (cf. capítulo 26, textos 26.10, 26.12 Y 26.14, cional (en el sentido de 10 diferente u opuesto a la razón; como es el caso en una psicología de
entre otros pasajes). Un poco más complejo es saber que quieren decir por "irracional" en la partes en conflicto) porque en ese caso nuestra mente o parte rectora del alma no es más que
590 Capitulo 25 Las pasiones o estados emocionales 59 1

"razón apasionada". La razón puede entenderse en el sentido de "razón selecti va" (i.e. recta y AoyIO").16c;). A pesar de lo que piensa Galeno y de lo persuasivas de varias de sus sugerencias,
razón) y también como razón perversa, i.e. cuando por la fuerza excesiva de un impulso (que, hay una manera de entender el diá logo entre la furia y el razonam iento en clave monista. En
como veremos enseguida, es el resultado del asentimiento a una presentación impulsiva falsa) primer lugar, el testimonio ga lénico es muy controvertido, sobre todo por el hecho de que
es arrastrada a lo absurdo, que es contrario a la recta razón o razón selectiva. Naturalmente, ni nuestra fuente para Cleantes es el propio Galeno, un antagonista del modelo monista de Crisi-
Galeno ni Plutarco (ef. el comentario de este último en las líneas finales del texto 25.3) pue~ po, con quien está polemizando. Ya sea que se suponga que Crisipo haya hecho o no modifi-
den admitir este tipo de expl icac ión; no obstante, a pesar de las difi cultades que exhibe el caciones significativas a la doctrina psicológica supuestamente "ortodoxa" de lenón, es difí-
modelo estoico, es un expl icación razonable para dar cuenta de los estados emociona les pre· cil saber eso con precisión sobre la base del testimonio de Galeno. La evidencia que éste
suponiendo un monismo psicológico: sin duda, también Jos estoicos sostienen que hay "par- suministra debería ser tomada con extremo cuidado pues su descripción de la psicología de la
tes" de l alma, pero niegan que cada una de esas partes tenga motivaciones opuestas que pue- teoría psicológica de Cleantes puede no ser más que una interpretación polémica. Como ha
dan dar lugar al conflicto psicológico. El famoso símil del corredor (documentado, entre otros señalado Rist (I969: 29), incluso para Crisipo la razón y la furia podrían surgir en el alma,
pasajes, por Galeno en nuestro texto 25.20) muestra que la conducta emocional o pasional no pero esto no necesariamente significa que lo q ue esté en cuestión sea una teoría de partes
es vista por los estoicos como el resul tado de un conflicto' interno, sino como la personalidad opuestas del alma. Sin duda, para los estoicos la fur ia es un tipo de pasión subordinado al
mi sma del agente que, como una totalidad, se encuentra emoc ional o pasionalmente dispuesta. apetito (¿m8ullla), uno de los cuatro tipos básicos o genéricos de pasión o estado emocional
Si como informa Plutarco (en 25.3), es el alma misma la que como una totalidad se vuelve junto con el dolor, el pl acer y el miedo (cf. textos 23.1 , 23.2 Y 25.8), Y si la pasión se entiende
vicio o virtud, y si el caminante (que es capaz de contro lar sus impulsos y de detener su pa so) como tm jui cio (como pensó Crisipo), no hay necesidad de creer que Cleantes estaba plante-
es el análogo del alma virtuosa, en tanto que el corredor, en cambio, es el aná logo del alma ando una psico logía diferente. Tenemos cierta certeza acerca del hecho de que lenón y Crisi-
viciosa, el problema no puede entenderse en términos de una psicolog ía de partes en confl icto po solían decir que la pas ión se relaciona con el juicio o que es un cierto tipo de juicio, res-
(incluso Séneca -en 25.12- sigue sosteniendo que es "el a lma misma la que se transforma en pecti vamente. En la medida en que el juicio es la razón del agente d ispuesta de cierta manera
pas ión"). Si bien el pasaje exhibe un cierto tono platóni co -en la medida en q ue el juicio -si n que se registre la presencia de una lucha interna ent re partes opuestas desde el punto de
pa rece ser superado por un factor sobre el cual la razón no puede ejercer su control; ésta es la vista motivacional-, esta posición podría interpretarse en clave de una ps ico logía monista.
objec ión de Galeno en los textos 25.10 y 25.1- , es bastante claro que el caminante y el corre- Ahora bien, según Galeno, Posidonio no sólo estaba en desacuerdo con Zenón, sino también
dor son la misma persona en estados diferentes . El caminante no es la "parte racional", sino la con Cris ipo, y al hacerlo, estaba dispuesto a seguir el modelo platónico de partes en conflicto.
total idad unificada y racion almente dispuesta en el sentido de "recta razón"; el corredor, en La s pasiones para Posidonio serían ciertos movimientos de las facultades irraci ona les (i.e. la
cambio, es la mi sma totalidad pero pas ionalmente dispuesta, es decir, en el sentido de una apetitiva y la colérica). Pero si comparamos el texto 25.19 con el pasaje 25.5 (tambi én de
"razón perversa e intemperante" (cf. el testimonio de Plutarco en nuestros textos 25.3 y Galeno, donde se testimonia que lenón, a diferencia de Crisipo, creía que las pasiones no son
25.13). los juicios mi smos, sino ciertas contracciones o exaltaciones que les sobrevienen a dichos
Es bastante claro que Galeno encuentra más razonable la posición de Posidonio que la de juicios), advertimos que el testimon io de Ga leno es al menos tendenc ioso, pues, a pesar de su
Crisipo porque aquél, aun manteniendo los postu lados básicos del estoicismo, parece haber diferencia de detalle, Zenón y Crisipo defendieron un enfoque intelecrualista. Si ése es el
regresado a una psico logía de partes en confl ic to (así lo muestra, por ejemplo, la división de la caso, no hay lugar para pensar que las doctrinas psicológicas de Cleantes y Crisipo son sus-
olKdwOlC; estoica que hace Posidonio siguiendo el mode lo psico lógico tripartito de Pl atón. Cf. tancialmente diferentes: las pasiones son jui cios, pero juicios perversos o corruptos, son "dis-
capínll o 22, texto 22.15). Sin embargo, en años recientes se ha vuel to a recons iderar la posi- torsiones" de la razón (como informa nuestro texto 25.28). La razón y la furia pueden " dialo-
ción de Posi donio y se ha sosten ido que no rechazó el monismo psicológico de Crisipo (véase gar", pero muy bien puede tratarse de un caso de deseos de primer y segundo orden: el agente
especialmente Fillion-Lahille 1984: 122-1 23, 153 ; Gill 1998 Y Cooper 1999: 45 1-455; 467- puede desear hacer todo lo que quiere (8UIlÓC;) , pero también puede desear no tener dicho
468. Sorabj i incluso ha cuest ionado la supuesta "ortodoxia" de Crisipo; cf. su 2000: 101- deseo (Aoytcr)l6~). Siendo esto así, no hay por qué suponer un genuino conflicto entre un deseo
108).). La idea básica de este lipa de interpretación es que en todas las fuentes, con la excep- y otro si por tal conflicto se entiende "partes del alma en confl icto".
ción de Galeno, Posidonio parece haber sido siempre considerado como un "estoico orto- Para fin alizar con esta primera parte del comentario, veamos brevemente qué puede sig-
doxo" en psicología moral. El problema es en este caso que Galeno es, muy probablemente, la nificar que una pasión es un "impulso excesivo". Que un estado pasional es un "impulso" se
fue nte pri ncipal para reconstruir buena parte de las posiciones de Crisipo y de Posidonio en comprende a partir de la exp licación estoica de la psico logía de la acción por medio de la
materia de psicología moral, y lo que Galeno nos informa es que Crisipo sostuvo (una contra- secuenc ia presentación, asentimiento, impulso (para los detalles de la psicología de la acción
intuitiva en opi nión de Ga leno) posición mon ista que no presupone partes en conflicto y cf. capítulo 24 y los textos allí examinados). La presentación - que en el caso de los seres
Pos id onio, siguiendo una línea platónica (Ga leno piensa fundamentalmente cn Rep. 4 y en humanos tiene es tructura proposicional o es sin más una propos ición, y es expresada predica-
algunos pasajes de l Tim.) , una posición tripartita que considera mucho más razonable (cf. tivamente a través del lenguaje (SVF 2.52}- es seguida por el asent imiento (es decir , la acep-
Galeno, PHP 5 el passim). A pesar de los sofisticados argumentos ofrecidos por los estudio- tación de la proposición o de la presentación corno verdadera). Pero para que haya acción la
sos recién mencionados, nos parece que hay razones para seguir creyendo que Posidonio debe presentación a la que se presta asentimiento debe ser impulsiva (cf. texto 24.1 en el capítulo
ha ber defend ido una psicología tripartita (si as í no fue ra, no serían comprensibles los tres anterior); en efecto, el asentimiento a una "presentación impulsiva de 10 debido" produce un
tipos de OtKelú)(JlC; distingu idos en 22.15, los que, obviamente, coinciden con cada una de las impu lso y la acción correspondi ente. Una acción es un movimiento corpóreo que presupone
tres partes del alma en su versión platónica). Posidonio sin duda pensó que Zenón y, sobre una intención por parte del agente; en la medida en que es un movimiento intencional, una
todo, Cleantes defendieron un modelo ps icológico basado en la partición del alma (cc. texto acción presupone un impulso previo y algo que lo "impulse" o ponga en movi miento y, como
25.19, donde Cleantes describe el alma como una entidad con dos factores en conflicto: eU)lÓC; queda dicho, si una presentac ión pone en movimiento un impulso dic ha presentación debe ser
592 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 593

impulsiva de "lo apropiado o debido" (ro Kae~KOV), que en el caso de los seres humanos considerar que la posición de Zenón y de Crisipo se encuentran estrechamente relacionadas
provee el fundamento de la acción moralmente correcta (K(nóp8(o~la), es decir, la acción entre sí, pues todo impulso es el resultado de haber prestado asentimiento a un juicio que
propiamente virtuosa. Como nos recuerda Séneca en el texto 25.12, no hay pasión (Séneca expresa el contenido de una presentación impulsiva (presentación impulsiva que dcscribirá un
piensa en la ira, pero esto vale para cua lquier pasión) sin asentimiento; esto es, sin una media- acto pasional; por ejemplo, "lo correcto es beber en exceso"). Por otra parte, hay un sugerente
ción racional de aprobación previa " la ira por sí sola no se atreve a nada". Pero [o que es más pasaje en Galeno (PHP 334,24-30) en el que la tesis de Zenón es vista como intermedia entre
importante aquí es que los agen te s raciona les son capaces de dar o de rehusarse a dar asenti- "la peor posición" (Cris ipo) y "la mejor" (Hip6crates y Platón). Así, aunque Galeno no está
miento a una proposición (o presentación), que puede ser verdadera o falsa. En la medida en diciendo que las posiciones de Zenón y de Crisipo sean idénticas, probablemente está sugi-
que son capaces o no de dar asentimiento y en la medida en que cada uno es responsab le del riendo que están bastante cercanas en cuanto a su sign ificado.
estado caracterológico que posee, cada agente es responsable de sus estados cognitivos así Hay un detalle relevante de la teoría, según el cual la pasión es un cierto tipo de juicio u
como de las acciones que se derivan de la evaluación que hagan de las presentaciones a partir opinión "reciente o vivaz" (ótx;a 1tpócr<patex;; opinio recens). E l adjetivo " reciente" aparece
de tales es tados cognitivos ( para una lectura en esta dirección cf. Nussbaum 1994: 376-381). especialmente incorporado a la de fini ción de las pas iones principales o básicas (cf. textos
La pasión es un "impulso excesivo" porque, como resultadi:> de haber pres tado asentimiento a 25.1, 25.6-25.8 y 25.26). Ga leno aclara que debe entenderse que "la opinión reciente" lo es en
una presentación impulsiva falsa o incorrecta, excede los límites de la "razón selecti va", que el tiempo, ya que cuando es "reciente" el suj eto contrae su alma y la opinión produce dolor, y
es la recta razón o razón virtuosa (al comentar la tesis cri sipea na de que el juicio que es idén- cuando ya pasó el tiempo la persona no contrae su alma o la contrae de otra manera (cf. 25.6).
tico a la pasión es él mi smo una rrAwvúsoucra óp~.ní , Nussbaum sugiere que el tipo de movi- Ese modo de entender el significado de "reciente" en la definición de las pasiones básicas es,
miento tumultuoso en qué consiste este juicio tiene su sede en el alma racional, y que los en cierto sentido, confirmado por el texto 25.1 cuando explica que las creencias u opiniones
estoicos solamente reconocieron una so la parte de l alma: la racional; cf. Nussbaum 1994: 373. del agente son la causa de las pasiones: el apetito, por ejemplo, es un deseo desobediente a la
La evaluación de Cooper parece más precisa: las emociones son funciones del poder racional razón, cuya causa es creer u opinar que un bien se aproxima, y esa creencia u opinión contiene
o dc la facultad raciona l; cf. Cooper 1999: 451 -452; 455. Hasta donde podemos ver, no hay un "carácter vivaz o reciente" (tO rrpócr<patOv) que mueve de modo desordenado. Es ese mis-
evidencia textua l para hablar de "la parte racional del alma"; cf. nuestro capítu lo 13 y los mo carácter vivaz o reciente el que promueve que uno desee evitar lo que cree que es malo
textos citados y discutidos). Como se sabe bien, para lo s estoicos un impul so no es sinónimo para sí mismo (miedo), o el que un mal vivaz o reciente (dolor) está presente, etc. Pero hay
de "conducta reactiva o instintiva" (es quizá por eso que pueden hablar de impulso excesivo: otra manera de entender ese carácter reciente o vivaz propio del juicio u opinión que es la
una conducta virtuosa presupone un impulso correcto u obediente a la razón se lectiva). A pasión: no sólo es reciente o vivaz lo que ha sucedido hace poco tiempo, sino también aquello
diferencia de los instintos, los impulsos pueden ser mod ificados (a pesar de la elegante y en que ha sucedido hace mucho tiempo pero conserva aún su vigor. Un dolor profundo sufr ido
genera precisa discusión que Cou loubaritsis hace de la psicología estoica, el impulso no es hace mucho tiempo, por ejemplo, puede mantener su carácter reciente o vivaz durante mucho
una de las funciones del alma - cE. su 1986; 116- , sino una de las funciones de lo rector del tiempo (cf. nuestro texto 25.7 y el ejemplo que da Cicerón de Artemi sa, esposa del rey de
alma. Sobre las dificultades de traducir óp~~ por "impulso" cf. Sorabji 2000: 42-43). Caria, quien después de mucho tiempo de muerto éste seguía sumida en su dolor. Véase tam-
(ii) El modo en que Zenón y Crisipo parecen haber entendido las pasiones ha sido un bién la discusión de Graver de este problema en su 2007: 78-79).
problema muy debatido entre los especialistas en las últimas décadas. La reciente discusión de (iü) Galeno y Plutarco son muy críticos de la teoría estoica de las pasiones pero, al mis-
Sorabj i (cf. su 2000) ha contribuido a revivir el debate. En su opinión, la diferente caracteri- mo tie mpo, nos dan una idea bastante acabada de cómo habría sido la polémica entre peripaté-
zación que dieron Zenón y Crisipo de pasión debe ser tomada en serio, pues hay una diferen- ticos y platónicos, por un lado, y estoicos por el otro (cc. especialmente textos 25.3-25.6 y
cia crucial, argumenla Sorabj i, entre considerar una emoción como una contracción y una 25.9-25-11). Como paso previo conviene señalar el fuerte contraste existente entre el enfoque
expansión que se da "en ocasión" de los juicios acerca de lo que es bueno o malo y considerar aristotélico del tema de las pasiones y el estoico. Ya en la antigüedad se enfatizaba la diferen-
que una emoción es un tipo de juicio falso (cf. textos 25.5 y 25.27). Sorabji hace notar el cia entre ambos enfoques (cf. Cicerón, TD 3.71 -76; 4.37-47, Y aquí textos 25.12 y 25.15).
hecho de que Zenón reconoció que los juicios son causa de las emociones pero nunca identi- Dicho de un modo muy general, el punto de vista aristotélico es que las pasiones o emociones
fica a las emociones con juicios. Ése ya sería un movimiento propio de Crisipo (Sorabj i 2000: son constitutivos esenciales de nuestra naturaleza y que deben ser incorporadas a la vida
34-35). No obstante, aún hay razones para seguir pensando que debe seguirse el punto de vista buena; una tarea relevante de nuestra vida práctica consiste en modelarlas o moderarlas dentro
ortodoxo, según el cual la d ivergencia entre Zenón y Crisipo es solamente un cambio de de los parámetros apropiados que dicta la recta razón. Aristóteles sugiere que la virtud se
énfasis en la opinión de ZeDón (para la vers ión ortodoxa cf. Rist 1969: 30-36; Inwood 1985: expresa en el logro del término medio en la acción, pero tamb ién en dar con el término medio
130-131 ). No hay duda de que en la mayor parte de los testimonios Zenón se refiere a las en las emociones, es decir, en dar con el medio en el que la pasión o emoción es apropiada a
emociones o pasione s como contracciones y expansiones que se dan "en ocasión de" ciertos la situación concreta de acción. Un agente virtuoso, cree Aristóteles y los peripatéticos, no
juicios. Sin embargo, en dos pasajes claves (cf. aquí textos 25.5 y 25.27, citados por Sorabji puede ser insensible: Aristóteles piensa que el que está enojado (ó oPYtSó)lZvoe;) por lo que
2000: 35, n.27) Zenón dice explicitamente que el dolor es una creencia u opinión (opinio; debe (¿<p' ole; &&1) y con los que debe (otc; &&1), o más aún, como debe, cuando debe y por el
&ó~a), no algo que sólo ocurre en ocasión de un juicio (en 25.6 define el dolor como "una tiempo q ue debe estarlo, es elogiado, y ése es precisamente el agente calmado (npdoc;), quien
opinión reciente de que hay presente un mal para uno mi smo"). Tenemos entonces una razón quiere estar libre de perturbación (Ihápaxex;) y DO ser conducido por la pasión (EN 1125b3 1-
para pensar que Zenón también consideró a las emociones como juicios. Pero también hay 35; II04b I2; II06bI8-23; 1115bll-18. VéasetambiénEE 1230bl3-22). Claro que en el caso
una justificación de orden sistemático para creer que esto fue así: tanto Zenón (texto 25.1; cf. de Aristóteles "ser conducido por la pasión" significa ser vencido por la parte irraciona l del
también Estobeo, Ecl. 2.7, 1,39) como Crisipo (texto 25.10) sostuvieron que una emoc ión es alma; para los estoicos, en cambio, eso significa que el agente tiene su razón totalmente dis-
un tipo de impulso (un "impulso excesivo"). Si esto es así, no habría mayor problema en puesta de un modo vicioso. Pero en ambos casos el virtuoso es aquel en el que coinciden los
594 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 595

intereses de la recta razón y del deseo racional, yeso no es más que identificar razón (virtuo- prerrogativa de ser capaz de detener un estado emocional; nosotros, en cambio, (es decir,
samente dispuesta, según los estoicos) y deseo, el cual ya no es más un apetito o deseo irra- todos los que no somos sabios, i.e. la mayor parte de la humanidad) carecemos de tal privile-
ciona l, s ino un deseo razonable (POÚA.,O"I~, una pasión o emoción positiva; ef. los textos 25.23 gio. El comentario de Séneca respecto de que el sabio es capaz de detener un estado emocio-
y 25.24; una discusión renovada de este tema se encuentra ahora en Frede 20 JI: 42-43), e l nal genera una dificultad sistemática interesante: si, como informa nuestro texto 30.55 (capí-
cual coincide con la razón recta o, para decirlo con un tecnic ismo estoico, es "un impulso tulo 30), el sabio es el único que en sentido estricto es ana9~<;, ¿cómo es posible que el sabio
práctico" completamente al ineado con la recta razón (Estobeo, Ec1. 2.87, 2 1-22 Y texto 25.1 ; derrame lágrimas - presumiblemente debido a un estado emocional como la tristeza o el dolor
para la versión aristotéli ca de la coincidencia entre deseo recto y razón recta, aunque en el anímico-, o que tenga deseos que, no obstante será capaz de detener? Tal vez solamente se
contexto de una psico logía de partes en conflicto, ef. DA 433323-25). trata de una expresión poco feliz de Séneca, aunque él sin duda admite que un sabio puede
De acuerdo con el modelo de una psicología de partes en conflicto, no es necesario, en- experimentar "pasiones incipientes" (cf. Frede 20 11: 39-40) o, más precisamente, " principios
tonces, eliminar las pasiones de nuestra vida, sino adaptarlas a los parámetros racionales que anticipan las pasiones" (25.12), aunque no cree que, en rigor, se trate de pasiones: más
apropiados. En este sentido, la persona que tiene un "buen temperamento", es decir, un carác- bien son "pre-pasiones" (npon6.9ElaL). Estas "pre-pasiones", lo que los autores alejandrinos
ter calmado (rrpa6tfJ~), puede estar iracunda con las cosas debidas, con las personas debidas, llamaron np01tÚ9S1at, son, como dice Séneca en 25.13, ciertos "movimientos involuntarios del
como se debe y por el tiempo que debe y ello no sólo es posi ble, sino también necesario para alma" que no llegan a ser pasiones en sentido estricto porque el agente no presta su asenti-
ca lificar apropiadamente como un virtuoso aristotélico. Quien tiene calma, entonces, pretende miento a una presentación (Jos ej emplos de Séneca son casos como quien se excita cuando
estar libre de perturbación y no dejar llevarse por la pasión, si no que sus estados de ira son tal recuerda la proscripción de Sila, quien se enfurece cuando recuerda a Clodio desterrando a
y como la razón lo prescribe, y ello es así porque la calma es un término med io entre los Cicerón, la contemplación de un cuadro que reproduce escenas atroces, etc.).
estados de ira (EN 11 25b26-1126a l ). En la posición aristotélica, por tanto, no hay ningún Es Séneca, como hemos visto, qui en se interesa por subrayar que la emoción no es puesta
problema en admitir un grado (moderado) de emoción en un individuo que posee una virtud en movimiento por las presentaciones que se reciben de las cosas, sino porque uno cede ante
como la mansedumbre o buen temperamento. Es to es en parle así porque, aunque el juicio es ellas: sin asentimiento no hay emoción. Es por eso que quien confunde la palidez, las lágrimas
la causa de la pasión, la pasión no es un juicio, sino aquello por lo cual los seres humanos derramándose, la excitación sexual, un profundo susp iro, un repentino destello en los ojos,
experimenta mos c iertos cambios y, al hacerlo, d iferimos respecto de nues tros juicios (Rhel. con emociones, está equivocado ya que estas cosas sola mente pueden ser agitaciones (pulsus)
1378a 19-21 ). El juicio (y, en general , nuestra razón), entonces, no es lo mi smo que la pasión. del cuerpo. Eso explica que incluso el hombre más va liente empalidezca en cuanto se pone su
No obstante, aunque Aristóteles no identifica " pasión" con "j uicio", piensa, de todos modos , armadura, o que las rodillas del soldado más feroz tiemblen un poco cuando se da la señal de
que ~oda pasión presupone un cierto tipo de juicio o creencia : una persona está enojada con la batalla. Son todos movimientos involuntarios; para que se dé una emoción en sentido estric-
algUIen o temerosa por algo porque cree que alguien la está despreciando o que algo malo va a to debe haber un asentimiento del alma (para estos ejemplos, cf. Séneca ir. 2.3.1-5). Dichos
pasarle (Rhet. I 378a30-b2; 1382a21-22). Para Aristóteles, entonces, el estado cognitivo del movimientos no son más que "pre-emociones", y aunque ni los estoicos griegos ni los latinos
agente no puede disociarse de la s pasiones o estados emocionales y dichos estados emociona - tenían todavía el término técnico, la idea es la mis ma.
les afectan el juicio (Rhe t. 1356aI5-16; 1378aI9-24). Como ha mostrado Graver (1999; 2007: 87-88), el más influyente alejandrino en el desa-
Los es toicos, en ca mbio, no están interesados en moderar las pas iones según parámetros rrollo de la teoría de la "pre-pasión" es Origenes, aunque hay un claro antecedente en Filón
racionales - ello, en realidad, sería imposib le en una teoría como la estoica que sostiene que (Quaesliones in Genesim 1.79). Además de Séneca, contamos también con el testimonio de
una pasión es la razón mi sma en un estado peculiar, i.e. vicioso--, sino que proponen eliminar- Aula Gelio, quien reproduce un pasaje de Epicteto (nuestro texto 25.22). El argumento es
las por completo como un método terapéutico adecuado para el individuo que pretende ser relativamente simple y procura mostrar que ante una situación que sin duda inspira un cierto
virtuoso, 10 cual probablemente significa refol'mularlas de manera radical, como argumenta- estado emocional, el sabio puede mantenerse en calma porque no ha prestado asentimiento a
remos en lo que sigue, no eliminar sin más el ingrediente afectivo natural del ser humano las presentaciones que se le presentan; las presentaciones no dependen de uno, pero sí depen-
(esto dicho en contra de lo que argumenta Lactancia en 25.15). A pesar de que carecemos de de del agente darles asentimiento o no. Eso explica, argumenta Ep icteto en 25.22, que cuando,
textos demasiado detallados sobre la tesis estoica de la eliminación de las pasiones (sobre por ejemplo, se produce un sonido aterrador, incluso el alma del sabio se conmueve, se con-
todo en lo que se refiere a los argumentos detallados que habrían empleado los estoicos), no trae, etc. (aunque más no sea por un breve período de tiempo). Eso, sin embargo, no se debe a
hay duda de que ésa debe haber sido la tesis principal defendida por Zenón y Crisipo, habida una opinión preconcebida, como en el caso de un vi l estoico, sino a un movimiento rápido e
cuenta de la fama que tuvo en la ant igüedad esa propues ta y de las reacciones polémicas que inesperado, que "se anticipa a lo que debe hacer la mente". Pero el sabio no aprueba ni asiente
suscitó (como hemos dicho, en n~estro texto 25.15 Lactanc ia presenta varios argumentos en enseguida a tales presentaciones, sino que las rechaza, de modo que cree que no hay nada
contra de la eliminación de las pasiones; en los textos 25.12 , y 25.17, en cambio, Séneca digno de temerse. Esta explicación, que tiene una vigorosa conexión con la psicología estoica
presenta una defensa del enfoque estoico). La explicación fundamental de Séneca en contra de de la acción, ayuda a explicar ciertos estados afectivos incipientes de conmoción incluso en el
la tesis aristotél ica de moderar las pasiones es, en realidad, bastante simple: si las pasiones son sab io, el mismo que, según los estoicos, está libre de pasiones; al mismo tiempo es útil para
enfermedades (como infonnan varias fuentes griegas y como asumen también Cicerón y entender por qué ta les estados afectivos incipientes no constituyen genuinos casos de " pa-
Séneca), no hay ninguna razón para moderar la enfennedad. Lo razonable es, en rigor, elimi- sión".
narla (cf. 25.17); es más fácil, cree Séneca, deshacerse d e lo que es dañino que gobernarlo, (iv) Como hemos visto arriba, la razón y las pasiones son para Plutarco y Galeno - claros
porque una vez que la pasión comienza a adquirir fuerza y vigor, no hay modo de someterla representantes de la posición platónica que defiende una psicología de partes en conOicto--
(texto 25.12). Esto último explica la definición de pasión como "impulso excesivo" (como dos cosas claramente distintas, con motivaciones e intereses diferentes; desde la perspectiva
vimos en la sección Ul de este comentario). Solamente e l sabio, cree Séneca (25.17), tiene la que explica la conducta como el resultado del triunfo de una parte del alma sobre la otra lo
596 Las pasiones o estados emocionales 597
Cap ítulo 2S

único que es posible eliminar es el temor excesivo, no el temor (rov <p6~ov OUK aq>e1Azv aMO. la explicación aristotélica de las emociones ya su papel en la teoría de la virtud. Según esto,
tOV úyav qxSpov; ef. Plutarco, VM 452A). El problema aquí es que, para los estoicos, no hay los estoicos habrían planteado la objeción de que las pasiones no son estados mentales que
grados de temor: si X es un estado emocional que puede ser ca lificado como " temor", X es un puedan ser moderados, sino que deben ser eliminados. La dificultad radica en cómo compren-
estado emocional cuya característica fundamental es ser un impulso excesivo o un movimiento der esa supresión o eliminación de las pasiones que, como muestta la evidencia textual cuan-
irracional. do la mi sma no tiene un propósito polémico, no significa la supresión sin más de afecciones
El pasaje de Plutarco recién citado vuelve a retomar el problema de la eliminación de los en la persona del sabio (para una discusión balanceada de la teoría de las pasiones en general,
estados pasionales y nos permi te pasar al último tema de es te comentario: la teoría estoica de con interesante sugerencias para comprender los eS lados pasionales correctos, cr. Donin i
las pasio nes correctas o positivas (clntú9€ lat; para un tratamiento balanceado de las pasiones 1995: 314-318).
correclas estoicas ef. Lozano 2009 : 475-478). E l sabio no tiene pasiones (en el senti do técnico La tradición platónico-aristotélica, con una intención claramente polémica, recibió la te-
estricto de " movimientos irracionales del alma contrarios a la nanlraleza o movimientos exce. sis estoica de las "pasiones buenas" como un absurdo estoico más de los que van "en contra
sivos" o de "juicios erróneos"), sino pasiones correctas o positivas (textos 25.8, 25.15, 25.23. del sentido común" (cf. Plutarco, VM 443C), pero el asunto no puede ser tan sencillo pues si
25.24). No experimentará miedo, sino precaución (eu)..ápsta), no sentirá apetito o deseo irra- se tratara de la simple "eliminación" de los estados afectivos no se entiende por qué los estoi-
cional, sino deseo racional (POÚAf]O'V;), sentirá alegría o satisfacción (Xapá), pero no placer. cos introdujeron la noción de "estado afectivo correcto o bueno" (el término €u1Tágew ya está
Claro que podría pensarse que esta doctrina de los estados afectivos correctos o buenos se en Platón -er. Rep. 404D9; 615A3- Y en Aristóteles - EN 1159a21; 1171b24-, pero todavía no
ajusta bastante bien a lo que propone Plutarco, pues en algún sentido la precaución puede tiene el uso técnico con el que se encuentra en contextos de psicología moral estoica). A pesar
entenderse como un temor no excesivo, en el sentido de que es un temor gobernable o mane- de la mala prensa que tuvieron los estoicos ya en la antigüedad y de la excentricidad que
jable (aunque, en rigor, la precaución no es una emoción, sino una actitud, una cierta cautela algunas de sus tesis parece exhibir, no fueron menos excéntricos que otros filósofos en sus
que uno puede adoptar para evitar cosas dañinas). Pero para un estoico una pasión técnica. formu laciones y argumentos. Debe haber al menos un sentido que haga razonable su tesis de
mente siemp re implica exceso (o el error práctico·cognitlvo que da lugar al exceso), de modo la "eliminación de las pasiones".
que, ta l como no hay estados intermedios entre virtud y vicio - y como tampoco hay estados Una estrategia posib le para entender las emociones correctas estoicas es a la luz de la su-
cognit ivos intermedios ent re conocimiento e ignorancia- tampoco puede haber un grado más gerencia de Aristóteles de procurar moderar los estados emocionales en la tarea de entrena-
o menos aceptable de temor o de cualquier otro es tado pasional que, por definición, es vicio. miento y habituación que el agente debe hacer de su carácter. Hayal menos un sentido en que
Es claro que talllO al vi lo igllorante como al virtuoso o sabio las presentaciones se les apare- los estoicos parecen reformular (seguramente de un modo radical) la tesis de la moderación
cen para ser eval uadas por su razón. Pero la evaluación del vil sistemáti camente no logra ser aristotélica de las pasiones pues "eliminar los estados afectivos o emocionales" no es si n más
una buena evaluación porq ue sus capacidades cognitivas están limitadas a y determinadas por erradicar en sentido estricto cualquier forma de afecto. El virtuoso aristotélico, igual que el
una razón que es opinión, y para un estoico uno debe tener €1ttOT~J.lf] como su estado cogniti- virtuoso estoico, no es dominado por la pasión, pero, como vimos antes, tampoco es un insen-
vo característico para lograr una correcta comprensión y hacer una correcta evaluación del sible. La eliminación de las pasiones debe apuntar a su tratamiento a través de la filosofía para
estado de cosas (nótese que prácticamente todas las definic iones de pasión se hacen desde el transformar las pasiones en "buenas pasiones". El tratamiento debe conducirse por medio de
punto de vista del vic ioso estoico, quien, en el caso del miedo, por ejemplo, cree u opina que un esclarecimiento cognitivo que permitirá al agente cambiar radicalmente su disposición
lo que se aproxima es malo pero ignora que puede no serlo). Como el sabio, el vil intentará psicológ ica. Si este enfoque fuera plausible, ciertamente no probaría que los estoicos fueron
discernir lo que se le presenta o aparece antes de asentir a ello y de hacer su juicio práctico. positivamente influenciados por Aristóteles (no es ése, por [o demás, nuestro objetivo aquí),
Pero su eva luación de lo que se le presenta inevitablemente será deficiente y, al intentar eva- pero al menos ayudaría a mostrar que los estoicos tal vez tomaron en cuenta la opinión aris-
~ uar las c.osas COtTectamente, fracasará. Dado que para los estoicos entre vicio y virtud no hay totélica de que las emociones pueden ser refinadas y que el conocimiento no debe disociarse
mtermedlO - como tampoco lo hay entre ignorancia y conocimiento, los estados cognitivos de la emoción (Aristóteles, Rhet. 1356a 15-16; 1378a 19-24). Para un agente estoico "refinar
que, respectivamente, corresponden a las disposiciones del carácter vic io y virtud; cf. capítulo las pasiones o emociones" debe significar convertir sus pasiones en estados pasionales correc-
26 , texto 26.1- la explicación resulta ser absolutamente coherente con una posición intelec- tos. Una emoción no sería tal sin la creencia u opinión por parte del agente de que, de alguna
tualista que reconoce el apotegma socrático: la única acción mala es verse privado de conoci. manera, está siendo afectado. Es manifiesto que un dato importante en contra de nuestra
miento (Platón, Prol. 34585).
sugerencia de entender las emociones correctas estoicas como una refonnulación de la teoría
Como Aristóteles, los estoicos reconoc ieron que el conocimiento es decisivo en la res- aristotél ica de la moderación de las emociones es que, como señalamos arriba, ya desde la
puesta emocional, y (también como Aristóteles) reconocieron que las emociones no son reac- antigüedad se las presentaba como posiciones antitéticas. Las pasiones o emoc iones aristotéli·
ciones automáticas, si no que el agente actúa sigu iendo su propio j uicio (juicio que, en la teoría camente consideradas son constirutivos esencial es de nuestra naturaleza y no podemos desen-
estoica se identifica con la emoción). El punto decis ivo sigue siendo el estado cognitivo del tendernos de ellas (cf. texto 25.15; Lactancio cal ifica de "delirantes" a los estoicos por sugerir
agente y e l hecho de que tal estado cognitivo se refleje en el carácter, porque, en realidad, eliminar las pasiones:furiosl); una tarea importante de nuestra vida práctica consiste en mode-
según los estoicos, el estado cognitivo de cada uno es su carácter. larlas dentro de los parámetros apropiados que dicta la razón recta. A pesar de eso, las pasio-
Dicho esto, podernos ya, para concluir, concentramos en los estados emociona les correc- nes correctas estoicas sin duda pueden asociarse a la tesis aristotélica de las emociones porque
tos y sugerir algunas conexiones entre esos estados emocionales apropiados, que muestran los estoicos piensan que el virtuoso tampoco, finalmente, puede desentenderse de ellas, aun-
que el sabio no es un "apático" en el sentido de una persona que carece por completo de esta- que haya "eliminado" las pasiones, que no son más que los estados afectivos inapropiados ,
dos afectivos (corno incorrectamente sugiere Lactancia en su crítica; 25.15). Las emociones aunque eso no signifique el imi nar sin más los componentes afectivos de la vida humana.
correctas estoicas a veces han sido interpretadas como si contuvieran una objeción implícita a Visto el problema desde esta perspectiva, puede comprenderse la mentada eliminación estoica
598 Capítulo 25

de las pasiones, aunque no corno si eso significara la erradicación defin itiva de los estados
afectivos, porque lo paradójico es que, aunque el sabio esto ico está libre de pasiones, no es Textos Anotados
insensib le ni apático. El hecho de que el sabio estoico carezca de pasión no significa, por Las pasiones o estados emocionales
tanto, la completa aniquilación de su esfera afectiva, pues el sabio es gentil, calmado, ordena-
do (cf. Estobeo, Ec/. 2.115, 10-17; LS 65W), afabl e, encantador, alentador, di spuesto a buscar
la buena voluntad, adorable, gracioso (cf. capínlio 30, texto 30.47), amab le y generoso (estos
dos último sentimientos se derivan del deseo racional, uno de los tres estados afectivos correc- 25.1 DL 7.110-116 (SVF 1.205; LS 65F)
tos (texto 25.23). Además, como informa nuestro texto 30.55 (capítu lo 30) los estoicos distin- eK be trov 'VEUOrov
guen dos sentidos de ¿má8Ela: el del sabio, que está libre de caer en las pasiones (de modo bnyívecr8at t~V blO.O"TpOc.p11V En! TI¡v ol<ÍvOlav, ac.p' ~<; nof,)JJ..
que carece de impulsos excesivos), y el de la persona vil, que es insensible por ser dura de oe
rr<Í811 pAaO"TáVelV Ka! aKutaO"Tucría<; attla. Ecrtl auro ro rr<Í80<;
corazón e inflexible. Los estados afectivos buenos o positivos son las reacciones emocionales Kata Z1Ívúlva ~ (i).,oyo<; Ka! napa c.pÚCHV 'VUX~<; KÍVI"]CH<; ~ ÓPIl~
que pertenecen a la persona sa bi a, de modo que la afirmación de que el sabio está libre de 5 nAGovásouaa.
estados afectivos no puede querer deci r que carece de todo tipo de emociones si no, má s bien, Troy be rra8&v ta avrot<Ítco, Ka8á q>l"]aLV 'EK<Ítrov f;y tú)
que está libre de impu lsos excesivos. Sus impul sos están perfectamente ali neados con la razón oeurepcp ITept rraOéOv KUt ZlívúlV EV tú) n epL 1ta8cüv,
o SO/1 su razón. La noción de "pasión correcta", entonces, exc luye el campo se mántico de la e{val yÉvr] tÉttapa, AÚ7t1]V, q>6pov, EmSu~l(av, ~oov1Ív. OOKeIO'
pasión, con su connotación negativa de intensidad excesiva, y apunta a la noción más amp lia autol<; ta ná811 Kpíaet<; elVaL, KaOá q>l"[at Xpúal1t1to<; BY té\> n ep1.
de emoción qu e no necesita ser un estado excesivo. Esto es completamente coherente con [a 10 rra8cüv' ~ n: yap q>IAapyupía Ú1t6ATl'.¡.rí<; EOtl toí) ro apyúplov Ka).,Ov
tesis estoica de que las pasiones no pueden ser moderadas porque, por definición, son estados oe
elyC1l, Kal ~ )leSI"] Kat ~ aKoAacría O~lOíw<; KU1. trua.
característicamente excesivos. Dicho de otro modo, si uno es virtuoso en sentido estoi co sus Kat t11V )ley Aúm1v e{W.tL crucrtOA~V o.AoyOV· e'tOl1 o' m'nt;<;
es tados emocionales dejarán de ser pasiones y se volverán estados emocionales con'ectos. Así, EAGOV, q>06vov, S~AOV, sl1Ao"t1míav, ax80<;, Ev6XA11atV, avíuv, óOÚVI"]V,
en una situac ión de real peligro, el sabio será afectado, pero no como el que es afectado por el oúYXUOlv. eAeov )ley o"Úv dyC1l ).,Ún11Y ro<; err' áva~íw<; KaKO-
miedo, sino como el que puede ser afectado por la precaución (e l estado emociona l correcto 15 rraeouvrl. ~06vov oe MnllV En' aAAorpíOl, ayaOol" ~11Aov ce Aúmlv
co rrespondiente al temor C0l110 estado emoc iona l incorrecto; aunque, como hemos sugerido brl t0 aJJ.(9 n:apeivC1l rov auto<; E1tI8u)lI':I, S11AotUrríav oe M-
arriba , para nosotros la precaución no se ve como una emoción, los estoicos sin duda la en- 7nlV Errl. t(9 Kat cDJ.cp rrap€lvaL a Kal auto<; €xel, ax80<; oe Mrrllv
tendieron como una emoción buena). papúvoucruv, EVÓXAllCHV AÚTr11V crtevoxropoucrav Kal ouoxropíav
Si lo que hemos sugerido en este comentario es razonable, será claro que la sofisticada napao"Keuásoucrav, avíav AÚTrI"]V EK olaAoYlcr~l&V ¡.ttvoucrav 1, E1tI-
doctrina es toica de las pasiones introduce innovaciones que no habían aparec ido hasta ese 20 t EIVO¡.téV1lV, óOúV11V Aúm¡v Enírrovov, mYyXUcr lVAú7t1]v aAoyov,
momento cn el pensamiento griego, pero su trasfon do es el platonismo y el aristotelismo, de a1tOlcva(ouoav Kat KWAúoucrav ta 1tapóvta cruvopéiv.
los cual es (y por di stintas razones) los estoicos fuero n deudores directos. oe
'O bE c.pópo<; Ecn:I1tpocrooKía KaKOU. el<; tOV c.pópov aváyetat
Kal taUta· 8el).la, OKVO<;, a1crXÓV11, EK1tAl1~1<;, 86pupoc;, ayrovía.
o€l)la )lev Oúv eon c.pópo<; Oéo<; e)l1tOléOv, atoxúvl"] oe (PÓpo<;
25 "ool;ía" OKVO, oe 'l'6~0, f1e)),OÚ011 , Evcpyda" eK1tl.~l;l, 06 1j16~0,
ce
EK c.pavraoía<; f.tcruVlí8ou<; 1tpáy~l(l'[O<;, eópupo<; c.p6po~ )leta
Kate1teí~ero<; q"lcovf¡<;, úyeov la oe <c.pó~o<; aOlíAou 1tpáY~lcno<;>.
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taUta· 01táVl<;, )l100<;, (ptAOVeIKía, 6py~, €pro<;, PllVI<;, OU~lÓ<;,
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pIO~l8V1l EK tOu 1tpáypato<;, "Ieta)ltv118E 8IaKEV"il<; e1t' autO Kal
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nEpt alpÉcreúl<;· opyil o' bn8u)lía ttllropía<; "tou OOKOÜVtO<; ~81K11-
3S KÉvat ou 1tPOOTjKÓV"[ro<;' epco<; o¿ eO"Ttv B1tIOu~da n<; OUX1. m:pt OJTOU-
8aíou~' eon yap émpoAT¡ <pIAOTro\{W; 8Ul K<ÍUO<; Epc.patv6IlEYov.
~lt;Vl<; 8É Eonv ÓPY1Í t l<; 1te1taAatWpÉV11 Kal bríKOtO<;, emrl1PTl-
tud¡ OÉ, onep B).lc.pa(V€tat OUX trovoe'
El1tep yáp te XÓÁov y8 KUL auúj)lap KaW1tÉo/U,
40 ciAAú tE Kat ¡.tetÓ1t\cr8ev eXel KÓtOV, oq>pa teAioon,
6 0611u~6, Ecmv opyi¡ apxoflÉv11.
'Hoov~ 8t ecn:lv o.AO)'O<; ETrapOI<; e<p' al.pet(9 80Kouvn Ú1tápxelV,
600 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 60 1

Uq)' ~v lánetOl K'líA'l(J\(;. bnXCUpeKuKía, tép'lf\~, Ol(iXUOl~. K1íAl]~ 15 'En, návrúlv os róiv r~, 1JIUx!i, noSóiv, Éne, 06~",
m<; ¡...LEY oov ecr[\v ~oov~ 31' W1"OOV KCttaKl1AOUcrQ' E:1tIxcupeKQKla UUta ASyOOOIV dvat, nupaAallJkÍvecrOat tf¡v ó6~av avtl
45 M ~oovl¡ Én' <w'orpíOl, KOKO¡,· rÉp'i'I, M, orov rpÉ'i'I<;, nporpon~ oe
rflt; &oBt.\loüe; unoA~",e(j)t;, tO 1tpóa<patov avtl TOÜ
tto:; 'llUXTlc; ¿ni ro aVElptvoV· 81áxumo:; 8' aváAucrt<; apetfj<;. Klvr¡TlKOG cruO'TOA~r; <iAóyou <~> énápcreror;.
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'n e; Atyeraí tlva tbd TOU croollUto<; aPPwO'tlí¡...tCtta., otov To & f:J.."ADyov' Kal tO 7tapO. <pÚO'IV' ou KOl-
n08áypa Kal apOpín8ec;, OÜTOJ Ktl1tl Tilo:; \IfUX~C; ~1Á08~ía Kal 20 vror;, &AAa tO ¡.lliv w...oyov' lcrov t4> a1tel8tt; t4> A6y0).
~tA.'l8ovía Kal 'reI 7[apa1tA~O"\a. la yap appcbcrtT]~lá tan v601Wa nav yap náSo, ~,"crTlK6v ÉcrTl, ro, noUáKI, ópióvro,
SO ¡..tEl' acrOeveíac;, ro ói: v60T]~1C( 011101<; mpó8pa 8oKoüvroc; aipEtoG. tO\)(; tv tOle; n:á9EO'IV ovrat; (St l cru/l<ptpel t65e ou 1tOtetV,
Kal roe; bd taO crwl. unoc; tUE¡...trrtroClÍm nv€<; AtyOvtCU, otov KCttÓp- uno nis oq>OOpÓT1]TO, ÉK'I'epO~Ous, KoOánep unó TlVD<;
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rpOovepía, eAel1~loO'ÚV'l, €ploec; Kal tU 1tapa1TA~cr1(t.. 25 B Kaln:olJ..áKIe; tlvae; €~OlloAoye1aOal AéyovTC1r; tO Opu-
4
4 h Br : 11 F 13 dvíav p HD: CtvOlUV BP1QF el Suda 14 oúv om. F 16 01' IÍlv B 17 a o : rov BPF 18
Aoúpevov tomo'
óuaxépetCtv coni. Reis kc 19 avíav P4 HO : avo\Gv Bp lQF el Suda 21 o.noKVaíoucrav p4¡.¡ f VCÓP11V8' €xovtá ¡.t' ~ <púcrtr; ptá~etal'
o.noKofoucrav FI : CtnoKÁEfoucrav plQF2 0 et Suda: IÍnoKMoucrov B I Kal KWAúoucrav PF et Suda:
am. 13 0 26 (PÓrja~ O el Suda: om, S PF 27 KaH;m;íSEw~ S P : bmMsew~ F: KO:Ta1tMsEro~ O / aywvkt yvrollT]Vyap 'Myet vUV tf¡v elOT]mV KaL yvó)mv TooV ópOrov
51~ om. srp I <<ról3o~ &8IíAOU 1lpÚy).lOTO~> Slcpha nus c Suda: om. BPrO 33 1tpoK01l~~ F' P4 HO : n:paYllátrov. Kal t Onapa I.púmv' o' e'tAT]7nat €V Tfj
1tpocrKonf¡~ BpIQ, Madvig, Reiske, Marcovich J 1taparúO"f':~ p4¡.¡ : 1tpo(jt'úcrI.\W~ plQO et Suda: 30 ro,
roü náOous unoypo'l'íi, ""p~OíVOVTO, nopa rov ópOov
npootúO"I:w~ p2J <rlAovlKía B 34 1ll.\pl aiptcreox; eOOd: 1teplC11ptcreax; Madvig, von Arnim, Marcavich Kal Kata <pÚO'lV A6yOV. návrer; o' oi €V toTr; n:áGemv
I an te T1pwpí(L~ add. <tu;> Marcovich 35 post tt~ add. tlVO¡; Marcovich 1 OÚX li B : OÚX ~ P2FD 35-36
0\';(1 7tCPI crrrouSoíou~ codd.: wcrrrcp cmouóaíou scrip. Marcovieh 37 ¿níKoTO~ FP4 1-J et Suda ovrer; clnompél.povwt tOV AÓYOV, ou napan:A1la(rot; 5e TOle;
tnío'Kot~ Bp lQO 39 tE ólcl x6A.ov F J l«Ltmtt~tll"1 Blr 43 bp' codd. : Uip' Suda, Stephanus 44 é/;IlnOTllpÉvOlS IN órq>oüv, <w" 10lo~óvrúl,. 01 plN yap
](CX!ClK11Aouon Suda, Stephanus : KnTaK'-ú':lon codd. 45 tPb.II\~ BP4 HO el Suda : ttP\IIt¡; ceu, codd. 48 ~n:anH.ttvOl, Aóyou XáptV1tepl <t oü> tae; ató¡.tOUr; apxw;
noSáypa pS el Froben ius : noóúypat eeu. codd. 49 1mpa1tA1lata BPO : oj..tOln ceno eodd. SI tOU 3S sTvat, 510axOévrEr; Ott OÜK elatv, á<pímavtcn t~t; Kpícreroe;'
Bf411 D : om. ceU. cOOd. et Suda 53 q>6ovEpía BplQD el Suda : cp06vot cell. cOOd. 1 avEA.81).10OÚVl1 010' tv toTr; 1láOemv Ovter;, KfrV ).IáGrocrt, Kav ~unaot -
S-O, Marcovlc h
8aXO&O'IV Ott ou oSI AU1tetaOat 11¡popeToOm, ~ OA.wC; tv
Cont inuaci ón del texto 13. 17 (cap itu lo 13) tOl!; n:áOEO'IV dvat tijt; IfUxfir;, O~lrot; OUK a<pímavrCtl 1'OÚ-
1-2 éK 5c t OOV \jIw500v ... bd tl]V 8túvOlov Ce. infra, texto 25.28. trov, ciM.' ayovrat ún:o T&V n:uO&v Ele; tO un:o nit; toú-
4-5 Kata ZllvwvCl ~ ÜAOY~ ... "ívllote; ~ ópj..tll nA.tovÚ~ouOCl Sobre esta de fi nición y el valor de la dis-
40 trov KpateTaOat rupavví8<><;.
yunción "0" cf. Striker 1996: 272 , 11.38. Se trata de la defini ción cnraclerística de pasión o estado emocio- Ttlv /lEY Oúv bnOupíav ASyOUOtV OP€~tv dvat
nal hab itua lmente atribuida a [os estoicos (cf. también aqui texto 25.2, Andrónico, De pass. 1. 1; SVF "n .. O~ A!ryq>· ofnov o' "''¡ni, ro oo~á~..v "yoOov Ém-
J.J9 1, Aspacio In Arü'l, El/¡' Nic . 44, 12-14; SVF 3.386, y [os pasajes de Galeno aquí citados). <p~pcoOat, oú 1tapÓVTOr; eú analJ..á~op€v, ri\r; 86~T]r; al'mic;
22 '0 Ól; tp6l3o~ 80tt npooómda KClKOÜ Esta sentencia tiene una clara !1[iación platónica (cf. Platón, hOúOTlr; tO atáK1roc; K1VllTlKOV <n:pómpatov toG ovnúc; aUTO
Pro!. 358 0 6-7. La caracterizac ión del tcmor como In "ex peetativn de un mal" es también recordada por 4S opmcrov dvm>. cDópov o' dvat EKKA-10lV anelEhi MY<9,
Ari stóteles, EN I I 15(9).
ofnov o' auro;; ro oo~á~..v KOKOV Émq>ÉpEoO .. , rf¡, 0ó~11S
39-40 d' 1tep yáp t e ;r:6AOV .. , oQ>pa tEAtOOl] Homero, JI. 1.81 -82.
tO K1Vl1ttKOV [Kal] npócr<putOV hoúar¡c; TOG 5V1roe; aUTO
25.2 Esto bco, Ec!. 2.88, 8-93, 13 (SVF 3.378; 389; 394; LS 65A, 65C, 65E) ¡PEUKTOV dVOl. /\Ú1l:T]v o' dval crucrtOA~V ~fUxiir; án:elOíi
náOo¡; 5' eiva( <pao'lV Óp~l.llV nAeov6:~oucrav Kal Á.ÓY<9, UlttOV 8' aUTijc; tO oo~á~€tv n:póocpatov KaKov n:apeT-
i,
am:IOli t6) aipoOvtl A6y<9 KíV1l<J\V 'lfUXt;t; <w..oyov> rrapa 50 vm, E<p' c9 KaO~KEI <cruO'T~lJ..eoOat. ' H8ov1lv 5' dvat En:ap-
<púaw (dvat O€ n:áOl11távra toO I;YCllovlKoiJ l ije; \lfUXt;e;), OIV IJIUX~, "nelO~ Myq>, ofnov o' our~, .0 o~á~..v
010 Kal1tfraav 1t1'oíav n:áOO!; €ÍVat, <Kal> rrw..tv <n:éiv> n:p6cr¡paTov aya80v napeTvat, e¡p' c9 KaO~Kel> E1taíptaOat.
5 n:á80!; ntoíav. Tou 8€ náOoue; tOlOÚroU ovrcx; lntOAl']- 'Y1tO PSv Oúv tf¡v bn9u/l(av ónáYEtal ta totaüra'
1ttéov, ta J..I €V npcOta dvat Kal apxrrrá, ta 8' de; taGta ópyT¡ KO' ra efo~ ounis, (Supo, KO' xó),oS KO' p~VI, KO'
t 1lv ávuepopav exelV. n p&ta 5' eiVat 1'{9 yÉvct taGta 55 KÓTO<; Kal 7rtKp(m Kal Ta TOla iha,) eproter; a<¡>OOpol Kal
t a t Éacrapo., em8uJ..líav, <pópov, AÚn:llV, ~8ov~v. 7CÓOOl Kal tPEPOl Kal q>tA.llOovlcn Kal <ptA01tAOUTíal Kal
'E1TI8u/líav J..I 8V oúv Kal epópov n:pOJwclaOal, t1lv q>v..ooo~í.. KO' .a iípOlO· uno o. n'¡v ~ooVllv ÉmXUlpe-
10 J..ISv npO<; tO <patVÓpEVOV ayClOóv, TOV o€ 1tpOC; TO <patVÓ- KaKÍal Kal acrllEVlo¡.tol Kal YO'lteTat Kat ta o~lola' urro
llEVOV KaKóv. 'Eltly(yveoOat O€ tOÚTOlt; ~50vllv Kul 8e tOV <pópov OKVOI KUt ayrovíat KUt €K7rAll~lt; Kal cdr;-
AÚ7tT]V, ~8ov~v ¡.lliv otav TUYXávcolléV rov €nCOu~loG~teV 60 xúvQ\ Kal8ópupOl KaloElcnoa1llovínt KalMo¡; Kal óe{~l<lta·
a
~ €K<PÚYWI·U::V ¿<popoú~Oa' ).únT]v OÉ, otav arroTDY,(á- uno OE n'¡v AÚ1I1]V 'l'SÓVOI, ~~),oS, ~~AoTUnío, ~),¡¡Ol,
vropev c1v €rr€OU~loG~u::V ~ rrspmÉcrrop.€v ole; e<popoú~¡eOa. 1ttvooe;, ax80r;, axor;, avía, MÓVIl, «aT].
602 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 603

'Opyll J.lSv Ouv €<rnv É1n9ullía 111l0)p~O'aO'e(H Usener 22 lSvtCt<; om. P / 10 5S el) ltOLElV F : t6ó& ou :n:OIelv Canler : t6&e, ou nOlelv Salmasius 25-26
r ov oOKoúvra ~otK11Kéval1tapa ro 1tpO~KOV' 8u)lo~ oe 9PUAAOÚIl&vOV FP ; COIT. Moineke 29 ei.'pr¡ml Mullach 34 toO add. Wachsmuth 42 anel8ei P 44-45
65 6py~ hapxo~¿v~ ' XÓAOI ó. 6py~ OIOIOOUcrO' ~~Vl\ o, :n:póo<pa10v add. Wachsmuth I tOU oVTroe; au.o ÓPSKlOV elVal Meineke 47 Kal del. Meineke 50-52
<O'UotÉMc08cll ... c9 Ka8~Ke1.> add. Salmasius 54-55 Ópyl) ... ta .Olaihu om . F 55 OKÓ10,; P : corr.
6pyT¡ St~ 1taAaíroow cmon:Oel)..IÉvT) ~ evmWK€IJ.lÉv'l ' K6tO~ Can ter 59 t O tpÓ~ov P 62 áv{r¡ Heeren 66 a:n:on 8ellÉVrl FP : corro Meineke 69 Sta Kci)J..OU<; FP : corr.
oe
ópyT¡ eltltTlPouao KatpOV f:i.~ !tJloopíav' 1tlKpía os Wachsmuth / CllqlUIVOIl&vÓIl&vOV P ; €IlCflawo¡.1Évou F 70 .o\¡ I!pú)n FP : Km' eprota toO Heine 75 ÓI'
om xapoxp~~o ¿Kp~yvu~h~' epOlI ó. ÉmpoA~ !plÁo- ~óovf¡~ FP : corro Heeren 80 ~ FP : Ka\ vulg. 83 .0 ttepov P 86 <KO\> add. Heine 87 D.tov scrip.
1tolía¡; BUl KáAA~ e~upa\V6~IEVOV' 1[690<; oe
ém9u)lía Wachsmuth pro t4~ / ÁÚ1tTJ F 93 Élll.j>UlVEt Fp l : tll~u ¡vet p 2 : corro Heeren 97 el'<; "[l FP : corroMei ·
70 Kar ' epcota a1tÓVl os' í'~poC; o8lm8ullía <pO"ou an6v- neke 105 <10Ú'0le;> add. Heeren / 1IpOKOn~v P I061ltooyuYÍav om. Heeren
rOl Ó~IAíOI ' !pIA~oovío M Émilu~ía ~oovú)V' !ptAO- 4-5 <nuv> n6.80~ :n:tOlav Cf. Estobeo, Ecl. 2.39, 5-9.
Ó.
xAouría M XAOÚroU' !plAoOtX;ía ó6~~I, 19-20 To 56 (Uoyov ... t4J dmaO~ t4J A6y~ Es decir, "irracional" no significa "que carece de razón",
'EltIXalpeKoKía oe ~oovf¡ Err' O:A.AorpíOlC; KaKOte; ' sino que la desobedece. Esta aclaración recuerda la dislinción arislOtélica del dobl~ signific~do de la
se
O:O'J.l€vla~t~ ~8ovi] ErrllbtpoaoolClÍlOlS' YOTJu:ía expresión " irracional": (i) lo que no participa en modo alguno de la razón (lo vegetativo, por ejemplo) y
75 oe ~8ov~ <:h' OIJfEroC; Kata cmátTfv. (ii) lo que, en algún sentido, en cuanto oye y obedece a la razón, participa de ella (como ocurre con lo
"OKVOI M !pópo, ¡lBAAüú'"11 hEpyEÍal' ayOlvío óE apetitivo y desiderativo; cf. EN II02b28 -31).
!PÓPOI óloxroícrEOlI KOI hÉpOlI !pópo, ~TIlll' eKnA~~I<; 27 rVÓl~lllv ... ~ qJúm<; p tá~f.to.t Eurípides, Frag. 837 (ed. Nauck).
33-35 Di )lAv yap ~nanwévOl, ... tae; Út ÓIlOUe; ap;(ae; eTval Véase Epicuro, CP 85-86; eH 43-44. Cf.
ó. !póllo<; É~ ácruv~90uI !povracría,' at"Xúv~ DE !pópo<;
también el epicúreo Lucrecio, DRN 2.80-1 24.
6óo~íal' 9ópUPOI DE !pópo<; ~ETlI !POlv~1 KarExEÍyOlv' OEI-
48-51 Aúnr¡v Ó' eTvol OUOtOA~V 'lfUxf¡<; .... 'Hóov~v S' tTvat rnapmv o/Uxf¡~ El dolor y el placer son, re~­
80 crtoO!~ovía DE !póPo<; OE<i>v ~ OOI~ÓVOlV' ÚÉOI DE !pó- pectivamcnte estados de depresión ("conlraerse') y exaltación ("expandirse'). Hemos optado por tradUCir
POI OEIVOÜ' oEI~a DE !pópo<; ¿K l.óyou, literalmente en ambos casos porque, de otro modo, se pierde de vista el hecho de que dolor y placer son
t!>9óVOI DE AÚX~ ex' 6UorpíOll ay0901l' S~AoI estados del1tVeU~la, cuyos movimientos de contracción y expansión detenninan que estemos deprimidos o
DE AÚ1tT] Enl rcp ifIEPOV E1rLTUyxávetv cbv alJtOC; Em8u¡..tei, exaltados (el movimiento neumático es descripto como un movimiento tensional de los cuerpos, "que se
alhov oe ~t11' Aiyecr9m oe Kal É:TÉPWC; ~ílAov. ,.HlKapto¡..tov mueve hacia afuera y hacia adentro simultáneamente" (cf. Nemesio, NH 18, 5-8; SVF II 451; Simplicio, in
cat.269, 14 ss.; SVF2.452; Alejandro. Mixt. 224,24·25 Ynuestro capitulo 12)
85 evoeot)(; Kili En aUwr; J.lí¡.UlO"lV roe; av KpeíHovo<;' ~r¡AO­
runlav &t Aúmlv brlte!> <Ka1> erepov bnruyxávElv c1v
79 eópupo<; se (j)Ópo~ I-lUa q>Wvf¡~ KatenelYrov Véase, sin embargo, D.L. 7.1 13: ''zozobra es un temor
aeompal1ado de excitación en la voz".
a:l)'tO~ hceOú~er EMOV oe AÚ1tT]V bute!> OOKOÚVtl ava-
81 oe1llO st tpÓ~CX; €K AÓyOU El significado de esta camcterización no parece muy claro; tal vez quiere
~ícoC; KaKon:aOeíV n:svOCX; óE Aúnr¡v bd OavátO) acópw decir que, al tomar consciencia (gracias a la razón) de un hecho digno de temer, uno entra en estado de terror.
axGo~ Se AÚn:fjV ~apúvouoav· axo~ 06 AÚn:'lV ac.províav No obstante, uno asociaría más intuitivamente el terror con tul estado emocional en el cual no desempeñaría
90 É~1roloúcrav· ó.víav S€ AÚn:T]V Katcl OIaA.oylO'~óv· OóÚV11V papel alguno la razón en el sentido de un principio que puede distinguir u hecho temible, pues una emoción
6E AÚn:r¡V eiooúvouoav Kal KaOucvouJ-ivr¡v· aor¡v & AÚrrr¡V estoica es la razón dispuesta emocionalmente.
~Eta pl1ttao~oú.
25.3 Plutarco, VM 441 C-E (S VF 1.202; LS 618 )
Toútrov SE tOOv naSOOv ta ~tl2:V EJl<paíVEIV tO ¿c.p' Ka! VO).lí~OUOlV
c9 yíYVEtD.l, oIov EAeOV, c.p8óvov, el!lXalpeKaKíav, atOXÚV11v· OUK dvat t Ona811tlKOV Kal If"Aoyov Ota<popq. n v! Kal
95 TCX 3E t 11V t316tllta t~C; K1V1íOEroC;, ofov óSúV11V, oEllla. c.púcr€t ['I'uxfle;] tüÜ AO)'tKOU StaK€Kpt¡..t6vOV, c'tUcl tO auto
EÚSJlmroolav o' dvOl sUKatac.popíav dC; n:á- a
t~C; 'lfUX~C; ~poc;, S11 KaAoúOl olávOtav Kal ~yEjlOVlKÓV.
OO¡;, éóC; ti t&v n:apa c.pÚO!V epyrov, oTov f:1tIAun:íav, opyt- 5 Ot' OAOU tpEn:6}lEVoV Kal ).leta~áll.ov Ev tS tOI~ n:ú9€ffi
AÓTIlta, c.pOovepíav, UKPOXOAíav Kal ta o~Ola. fÍyvEoGa l Ka! t ale; KaS' E~1V ~ oló9€crtv ~etaJ30Aal~ KaKíav t€ yiv€-
6E EUEJln:tcocríae; Kal Ele; aMa epya tooV napa <púow, oIov crSat Kal c'tpet ~v, Kal ).lT]O€v eXElv lfAoyov tv Éaut{9, Af:y€-
100 Elr; KAOn:a~ Kal )JOlXElac; Kal ÜPpEle;, KaO' UC; KAÉmD.l 'tE 000! Ó' Moyov, orav r<i> 1t).sová~oVTl r~1 ÓP~~I icrxuP<i>
Kal ¡.tOlxol Kal ú~plO'tal AByOVtat. Nócnwa O' dvCtl oó- YEVO~<9 Kal Kpat~cravn npó~ ti 'trov c'ttÓ1t(í)V lt"apa 'tov
~av hctOUjlíW; ÉpPuT]K1Jlav EiC; El;lV Kal EvEcrKipol).ltvr¡V, KaS' 10 atpoüvra Aóyov €K<p6pT]tal· Kal yap tO ná8~ ETval MJyOV
~V ún:OAajlfkÍvOUOl ta Jl~ aipEtcl mpóSpa aip€ta etVCtl, 1tOVllpOV Kal aKÓAacrtov €K c.paÚAll~ Ka! OtllllapTr¡ I1M,C;
otov <pIAoyuVÍav, <ptAOlv(av. c.ptAapyupíav· etVat 56 tlva Kp ío€(!)~ ac.poopárllt a Kal POOllllVnpoowpóvta.
105 Ka! evavtía <tOÚtOl~> tOle; VOcní )JCtOl Kat a n:pocnc07rllV se
EOLK€ AaOEIV t Oú'tou<; éhtavta~, ñolne)¡; ~J.lrov ro~
ytvó¡..tEva. ofov jllaoyuvíav, ¡..tIOOlVíav, ¡..ttaav8pwn:íav. Tu UAT]O&C; eKaCJ't6~ ecm Kat crúveEtO~· t~V yap hÉpav
OE vOOlí¡..tata jlet' aaOEvdw; crullPaívovw c'tppcooní- 15 omAóllv ou Kat E'toov, c'tUa t~V 'lfUxfl~ Ka\ aro~atOC; llt;lV
~ata KaÁ.tloOat.
e~cpavEmÉpav oÚcrav.
2 dnel9f¡ F : ana9f¡ P / <w..O'yov> add. Wachsmuth 3 roü 1ÍyeIlO"IKOO scrip. Wachsmuth pro .00 ytvE\ 3 'lfUXlie; del. Hartman 12 npooA.Cl~6vta codd. : npooAuf}oúOTlt; Helmbold
~ 4 Kal add. Heeren / 1tñv add. Meineke 10 tO" BE. FP : ntv BE. vu lg. 16 aunl] ClhlCl~ z'eller I
1rapaAa~I~ó.voUcrt Heeren : napoAall~ávovtf:~ Meineke 18 ~ add. Salmasius 20 -rt'¡l c'tnEI8&~ FP : corr.
604 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 605

25.4 Galeno, PHP 246, 36-248, 3 (SVF 1.209; LS 65K) 15 oucnéA41.


'01[6rav o' bp~~C; huaxÉmrrw.1lIón:pa Kpíactc; tlvru; ~
2 811:( AB : 8n:el H 4 at11~] t..ún:'l ~ Como 7 ,"[ou] ,o H : corro Milller I cu'm'9] EClU,0 Bake 8 Sv <9] ov vel
KpÍcrC<J\V énó~a 1.P~ VO¡..tí~EIV dvat rO. 1(ú811, Kae' tKátspa B von Amim : EvtOI Reinhardt 9 npoo<pÉpOvtal H : COIT. Ald. 12 aUTrov H corro Einarson : tino autrov
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A6rspov ~YEtcre<ll. Kal yap ZlÍVOOVI Kalá yt touro ~al Éaur&
5 Kal 7toAAaie; WJ..0l<; ¡..táXcrat 1"&v LnMK&v. al al> T~ KpícrEl~
Cltml<; rfje; o/Uxílc; OJJ..d: Kal rae; brl WÚtat<; ciAóyouc; OUOTOAClc 25.7 Cice rón, TD 3.74-75 (SVF 1.212)
KUt rurrstvrocrst<; Kal OlÍ~El<; €n:ÚPOEU; TE Kal OLaXÚcrEI<; ún:o- ~ [74} Hic mihi adferunt mediocritates. Quae si naturales sunt, quid opus est consolatione?
Aa)..l~ávoumv elVat rO. Tilc; 'VUxfie; ]táO.,. IIooElowvl(X; pÉv ye; nahlra enim ipsa terminabit rnodum; sin opinabiles, opin io tota tollatur. Satis dicturn esse
tEA€WC; am::XCÓpTJOf;V a¡..tepotÉprov "trov oüS&v' arbitror aegritudinem esse opinionem mali praesentis, in qua opinione illud insit, ut
10 OÜTe yap KpíOEte; aegritudinem susc ipere oporteat. [75] Additur ad hane definitionem a Zenone recte, ut iHa
oün: ernytyv6¡..teva KpÍOE01V, aU' úno rijc; Su¡..toEt50ik 5 opinio praesentis mali sit reeens. Hoc autem verbum sic intcrpretantur, ut non tantum illud
tE Kol €7tlOUJ.l'lttJ<1ir; OUVá¡..tEOO<; ~yEitat yíyvtoSat rO: ;áOT] recens esse velint, guod pauto ante acciderit, sed guam diu in illo opinato malo vis
Kerra nav c1xoAouSlÍaar; T~ 1taA.at~ Aóyú). KOI 1WvOávETaí quaedam insit, ut vigeat et habeat quandam viriditatem, tam diu appelletur recens. Ut
yE rwv 7rcpl TOV XpúcrUt1tOV OUK 6AIyáKlr; Ev -rfl7t€ptnaO&v Artemisia iHa, Mausoli Cariae regis uxor, quae nobile il1ud Halicarnasi fecit sepulerum,
15 Éau'tou xpay¡.tan:íQ., tí<; ~ t~<; nAeOvasoú01l~ óp¡..t~<; ÉcrtlV quam diu vixit, vixit in luetu eodemque etiam eonfecta eontabuit. Huie erat illa opinio
oiría. 6 IlEv yap /..6yo<; OUK üv 8úvottó yE rrAeováSElv nopa 10 eotidie reeens; quae tum denique non appellatur reeens, cum vetustate exaruit.
ta f:outO'o TCpcíYllotá tE KOI ~tpa. 1 mediocntas X : mediocritates Vc 7 ut S et X I apellatur K 8 alicamasi X 10 apellabatur X : corro V2
1 1I:6TE~V R Ald. 1 tlvU H : COIT. Ald. 6 KI.1I del. Como 11 post Kpím:o"IV add. dVUl Milller 14 trov] rot\; H 1 Hic mihi adferunt mediocntates Cicerón está pesando en la teoría aristotélica del ténnino medio que,
: COIT. Kidd como se sabe, Aristóteles y los peripatéticos también aplican a los estados afectivos o emocionales (EN
1106bI6- 17; 110804-9; 1109026-29; 1125b29-31).
25.5 Galeno, PHP 292, 17-25 (SVF 3.461)
Xpúcrurnos IlEY 03v tv t(9 1tp<ÓtC9 m~pt 25.8 Cicer ón, TD 4.11-21 ; 23-24 (SVF 3.403; 410; 415)
1toOó)v Qn08etKVÚVOlnEtpéitat KpíaEt<; tlVa<; eTVat toí) Aoy l~ [1 1] utamur tamen in his perturbationibus desc ribendis Stoicorurn definirionibus et
O'tIKOU ta. náOTJ, Z~vwv 8' ou ta<; Kpíaet<; outáS, &Ud 'taS partitionibus, qui mihi videntur in hac quaestione versari acutissime. Est igirur Zenonis
é1nytyvoJlévas outats aumo).,aS Kat XÚaE1S ÉnópcretS 'tE Kal haee definitio, ut perturbatio sit, quod Teáeo~ ille dicit, aversa a recta ratioDe contra naturam
ta
5 tan€lVCÍJcrel<; tilS 'lfUxiiS tv6¡..t ll;ev etvat nóS.,. Ó nooe l8ó>vloS animi commotio. Quidam brevius perturbationem esse adpetitum vehementiorem, sed
8' QJlq>otápotS ou::vexOels ÉnatvEt tE alla Kat1tpoCfÍetal tO 5 vehementiorem eum volunt esse, qui longius discesserit a naturae constantia. Partes autem
nAÓtWVOS 86YIlo Kal avnAéYEl rois nepl tOV Xpúat1t1tov OÜtE perturbationum voluot ex duobus opinatis bonis nasci et ex duobus opinatis malis; ita esse
KpfcrelS eTVOl ta. TeáO., OEl!CVÚWV oüte btlytyvóW;vo KpíaeO"tv, quattuor, ex bonis Jibidinem et laetitiam, ut sit laetitia praesentium bonorum libido
aMa KlV~CfetS uvas hépwv 8uvállECüv aAÓyroV as ó nAá~ fururorum, ex malis metum et acgritudincm nasci censent, metum futuris, aegritudinem
10 tOOV o)Vó¡..tocrev Ém8u¡..trrnlClÍv te Kal EhJlloetoli. praesentibus; quae enirn venientis metuuntur, eadem adficiunt aegritudine instantia. (12]
10 Laetitia autero et libido in bonorum opinione versantur, cum libido ad id, quod videtur
4 XÚO"E17] Mal>\(; ;; ld. : 8WXÚO"el~ Milller S ta1l:elvc6ael~J reís 1I:tooaEts H : corro Petersen : mcócrelS Ba~
ke 8 KpIO"COlV] Kplael H : corro Milller bonum, inleeta et inflarnmata rapiatur, laetitia ut adepta ¡am aliquid eoncupitum ecferatur
et gestiat. Natura enim omnes ea, quae bona videntur, secuntur fugiuntque contraria; quam
25.6 Galeno, PHP 280,19-30 (SVF 1.212) ob rcm simul obiecta species est cuiuspiam, quod bonum videatur, ad id adipiscendum
~eTUp~- impellit ipsa natura. Id cum constanter prudenterque fit, eius modi adpetitionem Stoici
cropal 8' ¿nl tlva truv ¡mo tOO nocrElorovlou 1tpOS tOV Xpú~ 15 POÚAllcrtv appellant, nos appel lemus voluntatem. Eam illi putant in solo esse sapiente; quam
cr\1[TCOV clVTElpIU.téVrov. 'ó youv opOS ouros', CPTJalV,'6 rlis sic defmiunt: voluntas est, quae quid cum ratione desiderat. Quae autem rationc advcrsantc
atTJS, wcmep o3v Kal aAAot TeoUot trov rro8&v Ú1tÓ te Z~~ incitata est vehementius, ea libido est vel cupiditas effrenata, quae in omnibus stultis
5 v~vCX; dpll/lÉvOl KOI1tp~ rol) Xpucrtrurou yeypoll~IÉv01, cro- invenitur. [13} Itemque cum ita movemur, ut in bono simus aliquo, dupliciter id contingit.
ipW¡; t~eA.éyxOUO"l tT¡v YVÓ>Jl11V autou. 86sav yap eTVOl npó~ Nam cum ratione animus movetur placide atque constanter, tum illud gaudium dicitur;
crCPOtOV tOl) KOKOV aUt(9 lIopeivctl epT]O"t nlv /..Ú7rf]v. 20 cum autem inaniter el effuse animus exultat, tum ilIa laetitia gestiens vel nimia dici potest,
évq, quam ita defmiunt: sine ratione anim i elationem. Quoniarnque, ut bona natura adpeti mus,
Kal cruvroJl.Ó>tepov tvíote )J;yoVTe<; c1&.lIws npexpÉpovtat· sic a malis natura decl inamus, quae declinatio si cum ratione fiet, cautio appellehlr, eaque
10 'Mm¡ Écrt18ósa npócrepato<; KOKOU 1topouaía'. etvOl flEv 8~ intellegatur in solo esse sapiente; quae autem sine ratione et cum exanimatione humili
tO TepócrepOtÓV qlTJO"t 'to únóyuov Kara rov xpóvov, astoi oe alque fraeta, nominerur merus; est igitur metus ratione aversa cautio. [1 4] Praesentis autem
'f~V aitíOov OoUteg Pf]OliVOl Ot' ~v ~ rou KaKOU Oósa 25 mal i sapientis adfectio nulla est, stultorum aegritudo est, eaque adfieiuntur in malis
¡rp6cr<paro<; ¡.uN o-0aa CfUO"téM.el tE t~V \lfUxT¡v Kal MTCl1v opinatis animosque demittunt et contrahunt rationi non obtemperantes. ltague hace prima
Épyásetat, XpovlcrO€icra O' ~ ovo'of..o:¡~ ~ OUK eO' Ólloíco~ defmitio est, ut aegrirndo sit animi adversante ratione contraetio. Sie quattuor
606 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 607

perrurbationes sunt, tres constantiae, quoniam aegritudini 11Ulla constantia opponitur. Sed libido sit earum rerum, quae di cuntur, de quodarn aut quibusdam,
omnes perturbationes iudicio censent fieri el apiniane. ltaque eas definiunt pressius, ut quae Kan¡'Yop~Jlata dialectici appellant, ut habere divitias, capere honores, indigentia
30 intcllegatur, non modo quam vitiosae, sed etiam guarn in nostra sint potes tate. Est ergo rerum ipsarum sit, ut honorum, ut pecuniac. [22] Omnium autem perturbationum fontem
aegritudo apioio recens mali praesentis, in qua demitti contrahique animo rectum esse 80 esse dicunt intemperantiam, quae est [a] tota mente a recta ratione dcfectio, sic aversa a
videahlI, laetitia apioio rccens boni praesentis, in qua ecferri rectum esse videatur, metus praescriptione rationi s, ut nullo modo adpetitiones animi nec regi oec contineri queant.
apinio impendcl1tis mali , quod intolerabile esse videatur, libido apioio venturi boni , quod Quem ad modum igitur temperantia sedat adpetitiones et efficit, ut eae rcctae rationi
sil ex usu ¡am praesens esse atque adesse. [1 5] Sed quac iudicia quasque opin iones pareant, conservatquc considerata iudicia mentis , sic hui e inimica intempcrantia omnem
35 perturbationum esse dixi, non in eis perturbationes sa lum positas esse dicunt, verum illa anirni staturn infiarnmat conturbat incitat, itaque et acgritudines et metus et reliquae
etiam quae efficiunrur perturbationibus, ut aegritudo quasi morsum ali quem doloris 85 pernrrbationes omnes gignuntur ex ea. [23] Quem ad modum, cum sanguis corruptus est
efficiat, metus recessum quendam animi et fugam, laetitia profusam hilaritatern, libido aut pituita redundat aut bilis, in cOl-pore morbi aegrotationesque nascuntur, sic pravarum
effrenatam adpetemiam. Opinationem autem, quam in omnis dcfinitiones superiores opinionum connrrbatio et ipsanun inter te repugnantia sanitate spoliat animum morbisque
inclusimus, volunt esse inbecillam adsensionem. [161 Sed singulis perturbationibus partes perturbat. Ex perturbationibus autem primum morbi conficiuntur, quae vocant
40 eiusdem gcneris piures subiciuntur, ut aegritudini invidentía - utendum est enim docendi iIIi vOO1Í¡.to"CQ, eaque quae sunt eis morbis contraria, quae babeot ad res certas
causa verbo minus usitato, quoniam invidia non in ea qui invidet solum dicitur, sed etiam 90 viriosam offensionem atque fastidium, deinde aegrotationcs, quae appellantur a
in eo cui invidehlr - , aemulatio, obtrectatio, misericordia, angor, luctus, maeror, aerunma, Stoicis approcrtl͡.tara, isque item oppositae contrariae offensiooes. Hoc loco nimium
dolor, lamentatio, sollieitudo, molestia, adflietatio, desperatio, et si quae slmt de genere operae consuminrr a Stoicis, maxime a Chrysippo, dum morbis corporum comparatur
eodem . Sub metum autem subiecta sunt p igritia, pudor, terror, timor, pavor, exanimatio, morborum animi sirnllitudo; qua oratione praetennissa minime necessaria ea, quae rem
45 connrrbatio, fonnido, voluptati malevolentia luetans malo alieno, deleetatío, iactatío et continenti pertractemus. [24] Intellegatur iginrr perturbationem iactantibus se op inionibus
sim ilia, lubidini ira, exeandeseentia, odium, inimicitia, discordia, indigentia, desiderium et 95 inconstanter et turbide in motu esse semper; cum autem hic fervor coneitatioque animi
cetera eius modi o[171 Haee autem definiunt hoc modo: invidentiam esse dicunt inveteraverit et tarnquam in venis medullisque insederit, tum existet et morbus et
aegritudinem suseeptam propter alterius res secundas, quae nihil noceant invidenti. (Nam aegrotatio et offensiones eae, quae sunt eis morbis aegrotationibusque contrariae.
si qui doleat eius rebus seeundis a quo ipse laedatur, non recte dicatur invidere, ut s i
50 Hectori Agamemno; qui autem, cui alterius commoda nihil noceant, tamen eum doleat is 2 participationibus RI : particionibus CVH 3 nCl. OCK I a om. Vi : add. C 9 aegritudinem K : corr.
fmi, is invideat profecto.) Aemulatio autcm dupliciter illa quidem dieitur, ut et in laude et RH 11 inlecta ~ : ini ecta X 12 natura ~ V : naturae X 15 appellemus W : appellamus X liam V 16
in vitio nomen hoe sit; nam et imitatío virtutis aemuJatio dicitur - sed ea nihil hoc loco adversante Po : a ratione adversa X 18 ita om. H 19 curationc KI 21 quoniam quae X 22 cum ante
ralione del. Benll. I appellatur K I V rec~ 25 ca qua X : ea que MI 27 difinitio V 30 vitiose GKR I
utimur; est enim laudis -, et esl aemulatio aegritudo, si eo quod concupierit alius potiatur, igitur H~ 31 aegritudo om G I : add. I el2 32 baec felT i VKc : effem K2 / videatur om. G I : add. G2
ipse careat. [ 18] Obtrectatio autem est, ea quam intellegi ~l1Aoru1t"íav volo, aegritudo ex eo, in margo 33 intollerabile V / Iubido K : COIT. G I 36 eliam ¡Iia H 37 lubido Kx : libido R 38 effrenata
55 quod alter quoque potiarur eo quod ipse concupiverit. Misericordia est aegritudo ex X : COIT. K2 Rc 39 in singulis G 40 dicendi Vi 43 adt1ectatio KIR I 44 examinatio GK I 45 voluptatis X
miseria alterius in iuria laborantis (nemo enim parricidae aut proditoris supplic io : voluptati ~ / Iaetari H 46 Iibidinis Vrec 49 quid KI 50 haectori X / ut ... Agamemno om. H I
commovetur); angor aegritudo premens, luctus aegritudo ex cius qui carus fuerit, interitu comoda GRVI 51 frui is Rrec ~ : rrui se GR IYK2: fuisse K153 et om. a 54 ea H 56 patricidae aly I
acerbo, maeror aegritudo flebilis, aerumna aegrinldo laboriosa, dolor aegrirudo clUcians, subplicio 60 adflic{io Y 62 pudorem metum dedecoris add. Sey. 64 metumientem V : metu mentem
GKRH Iloquo KI I Ennius X : Enni YrecM~ 65 expectorat om. H 67 describit K1 68 dec\aratio KI
lamentatío aegrihldo cum eiulatu, sollicitudo aegritudo cum cogitatione, molestia
73 peniendi V2 : puniendi Hvrec 74 desistens V3 75 indigentia KI 76 distingunt X 78 diligentia X:
60 aegritudo pennanens, adflictatio aegritudo CU Il1 vexatione corporis, desperatio aegritudo indigentia ~V3 79 et pecun iae H 80 a del. von Arnim 81 aperte scriptione Vi 82 aeae K 11 recte GIVH
sine ulla remll1 expectalione meliorum. [19] Quae autcm subiecta sunt sub metum, ea sic 83 si VI 84-85 reliqu. conturbationes a l 88 conturbat VI 90 vitiosa offensione X: vitiosam
detiniunt pigritiam metwl1 consequentis laboris, tcrrorem ll1etum concutientcm, ex quo tit offensioncm ~ 91 contraria Vi 92 opere GKV 93 ratione y l 96 existit X: existet Kühn
ut pudorem rubor, terrorem pallor et tremor el dentium crepitus consequatur, timorem Ha habido una importante cantidad de discusión erud ita respecto de la fuen tes griegas de Cicerón;
metum ma li adpropinquantis , pavorem metum menrem loco moventem, ex quo ¡llud Enni: Giusta sugirió que TD 4 se basa en la misma doxografia (probablemente un epitome en circulación en su
65 "Tum pavor sap ientiam omncm mi exanimalo expectorat", Exanimationem metum época) que Cicerón utilizó para componer De fin. 3 (cf. Giusta 1964- 1967: vol. 1 45-50; vo l. 11 88-92).
subsequentem el quasi comitem pavoris, conturbationem metum excutientem cog itata, Más recientemente Fi llion-Lahille intentó mostrar la dependencia que tiene Cicerón de Crisipo (cf. su
fonnidinem metulTI permanentem. [20] Voluptatis autem partes hoc modo describunt, ut 1984: 82-93; 112-1 15; si esto así, los compendios usados por Cicerón deben haber reproducido pasajes
malevolentia sil voluptas ex malo alterius sine emolumento suo, delectatio voluptas fundam ental mente pertenecientes a Crisipo). Algunas definiciones de pasiones (particularmente de las
pasiones básicas o primarias; cf. la definición de "dolor") que Cicerón provee en este texto 25.8 parecen
suavitate auditus animum delenicns; et qualis es! hace auriul11, tales sunt oculorum et ser traducciones directas de las versiones griegas de tales definiciones (tal como las encontmmos en
70 tactionum et odorationum et saporum, quae sunt omnes unius generis ad perfundendum nuestros textos 25.1 y 25.2). Una discusión actualizada del problema de las fuentes de Cicerón se encuen-
animum tamquam inliquefactae voluptates, laetatio es! voluptas gestiens et se efferens tra en Tieleman 2003, cap. 6.
insolentius. [21] Quae autem libidini subíecta sunt, ea sic definiuntur, ut ira sit libido
1-2 perturbationibus ... deflnitionibus et partitionibus Se refiere a las pasiones que, como ha dicho an-
poeniendi eius qui videamr laes isse ini uria, excandescentia autem Si l ira nascens et modo tes (3.7), prefiere denominar ''perturbaciones'' (perfurbariones) más que enfennedades (morbi: véase
existens, quae 9úpooO"l~ Graece dicitur, odium ira inveterata, inimicitia ira ulciscendi también 25.24 infra, y Acad. 1.38). Inwood tiene toda la razón en señalar que la interpretación de Cicerón
75 tempus observans, discordia ira acerbior intimo animo et corde concepta, indigentia libido no es afommada, pues parece confundir el estado el alma que produce un ¡¡;áeo~ con el n6.901; mismo
inexplebilis, dcsiderium lib ido eius, qui nondum adsit, videndi. Distingu unt illud ctiam, ut (lnwood 1985: 127- 128). En las fuentes griegas nunca se dice que las pasiones son "perturbaciones", sino
que éstas surgen como un resultado del "estado patológico" en el que se encuentra el agente. Para un
Las pasiones o estados emocionales 609
608 Capítulo 25

tratamiento iluminador de este aspecto de la cuestión cf. Donini 1995: 324·326. 15 oÚv &vtlKeí~ov "T<9 EUA6yU} állápllUJá Ecrtl Kal Kpí01.~
3-4 perturbatio sit, ... aversa a recta ratione contra naturam animi cornmotio En esta caracterización de ~ox9~pá· ,0 ¡¡' íftEpOV, Oxoop" M-you yíyvlITUI mxV"Có" ~
pasión o emoción (perturba/io en la traducción c iceroniana del griego 1táO~) Cicerón parece estar pen- Ka.ra ro 1táeo~ 0PIlT¡ Kal Klvr¡cne;. el Oé rE ~v 7tA.eíro "Ta
sando en la tesis estoica, testimoniada aquí por nuestro texto 25.2 , de que la pasión es una "excitación"
(ntoía). Sin embargo, la definición ciceroniana de perwrbatio coincide mucho más con la definición
O"ll}latVÓIlEVa roü a'A.oyov ov61la.ro~, OUK av mlCV1lCJev ou8e
1tep! ÉKElvroV d1telv É7t1oell(vU~ roe; OUDe KaS' Ev uurrov OAcryOV
habitl1al de 1CáOo~ como "movimiento del alma que es irracional y contrario a la nanlraleza" (cf. texto
25.1) . Si ése es el caso, Cicerón parece estar traduciendo el griego KíVT]O"I~ por camma/io (véase también
20 ei'Plltal ro T~e; 'V1JX~r; 7táOor;, D.M..a KeX"Ta }l6vov 01t€P aV"TOr;
Sexto Empírico, AM 7.2). En cualquier caso, el aspecto relevante que capta Cicerón es que se trata de un roV6}lClcre ro Ka"TCt TI¡v cl1tOcrtPOq:l~v rou Aóyou ylV6Il EVOV .
movimiento que revela una dena ag itación o conmoción en quien se encuentra sumido en un estado ocra ~ yáp rle; eKptVE KClKroe;. OUK &1toorpamat rov A6yOV,
emocional. WJ...' Empw..rat Ka"T' aln6v· ocral o' óp)lal KClrcl 9u)lov ~
4 perturbationem esse adpetitum vehementiorem És ta es la traducción ciceroniana de ÓP~I~ tm.9u)lÍav Q.1t01EAoUvrat 1l111tpocrxJXÍ:l)lEVat A6yO), raúta~ á:A6-
1tl.Eová~oucra (cC supra 25.1 ). 25 you~ ovollál;El Kara ro eu:pov rrov O"ll}latvo}lévrov, iN c9 TI¡v
12 Natura enim omnes ea, quae bona videntur, sccuntur fugiunlque contraria Para la inspiración socrá- eprovr)v Q.m){flácrKelv r e Kat &VatPElV EA.éyo~ ro O1Wmvó·
tico-platónica de esta fra se cf. Platón, Prol. 35886-D4: Gor. 46887-C6; 499E8-9.
¡..tevov r~r; lle"T' ClU"TO rEtay¡..¡Évlle;· ~ yap &n:etST¡r; A6yOl
14-15 adpetitionem Stoici PoúÁno"tV appcllant, nos appellemus voluntatem Este pasaje indica que Ci-
cerón es el responsable de interpretar poúAnat<; como "voluntad" (i.e. como una cierta facultad), aunque KÍvr¡crtC; \If\.Ixfjr; CíAoy6e; Éun Kura lOÜrO"TO crllllatv6}lEVov €v
él mismo es consciente de que para los estoicos (como 10 había sido para la tradición filosófica griega ~ ,0 ~~O€ 0).0), xp~creat Alryo¡ neptéxE"CUI.
anterior), se trata más bien de un tipo de deseo (deseo racional. racionalizado o razonable. También 30 we; e1.'ye xpro·
Lactancia parece entender poúÁIlUl<; como vo/untas; cf. infi"a texto 25.15). Es cierto que en algunos ¡..¡eSa. Urr(ij KClI KClr' a&nív, OUK 6p8ro~ ó Xpúcrl1t1tOe; et1tEV
pasajes aristotélicos la palabra l3oúÁllcru; tal vez podría interpretarse como "voluntad" (cf. EN 1136b7), Ev re "Tc1> 1tpror(ij 7tEpt1ta.Orov OUX! 'onwapt11¡..¡Évro~ q:lÉperal
pero en un sentido técnico es tricto para Aristóteles ~OÚATJOt¡; es un tipo peculiar de deseo ("deseo racio- Kat 1tap\ooov ti KClrll rov A6yOV,' OJJ..' 'Ct1tecrtpa~~ror; "TE Kat
nal"; véase DA 414b2 y, especialmente, 432b5-6 y 433a26-27, donde queda claro que, cuando el deseo
está asoc iado a la parte racional del alma, es POÚÁTJO I ~, en tanto que cuando lo está a la pane irrac ional es Q.1tetOOOc; Clur6)' Ka!míAlv év ré{) 8epa.mn>tlK<9 "TOOV1taOrov
apetito (lntSu¡..tla), animosidad o arrebato (Sl)¡..t6~; cf. también EE 1223a26-27). 35 a,m, o~ míha '" ~tKP4> npócr9¡¡v ~Ot napaY"Ypa~~éva Ota
21 sine ratione animi clationem Cicerón parece estar pensando en la definición de placer como "exalta- r~e; p~creroe; f:v Úro Ilev evavríror; r(9 e"ÓAóyror; AEy6¡..¡evov
ción (o expansión: ~1tapOl~) irracional del alma. Cf. slIpra texto 25.1 y 25.2 (nota a las líneas 48-51). IfA.cryov OUK E<.pUO"KEV IN "T0 lOÜ n:áOour; Oplcr}l(9 O11~aívecrOat.
24 metus ratione aversa caurio Esta definición de miedo o temor (metus) es un poco confusa: en reali- Oá"TepOV 8E rO a1tE10É~"Te Ka! a.1tecrrpa)l}lÉvov rov AÓ'yOV.
dad, la precaución es el estado emocional positivo que es propio del sabio (cf. infra texto 25.23), de modo É1tUpÉp<ilV yoüv epllO"tv" 'otal Ka! a.Kpa"TEt~ al totaÜral KatCl-
que se trata de una emoción completamente racionalizada. Si esto es así, no puede haber una precaución
que sea contraria a la razón. Es por eso que en su edición crítica de las TD Pohlcnz anota: Cicero dicere
40 crtácretr; elcrlv, roe;av ou KparOúvtoov Éaurrov, Ü).)..' €K<.pepo-
}lévrov Ka8án8p ol r0 r6vOJ "TpÉxovtee; npOcreK<.pÉpOvtat ou
debebat declinatio (pohlenz 1918 ad locum).
27 aegrirudo sil animi adversante ralione contractio Cf. supra texto 25.1. KparOüVte<; Tilr; lOIUÚn¡~ KtV~aEror;. oí. BE Ka."Ta rov Aóyov
27-28 Sic qualluor pertUrbationes sunt, tres constantiae, quoniam aegritudini nulla constantia opponitur KlVOÚ}levOI che; av ~ye}lóva KallOúrOJ oiatá~ovte~, KUv 01tot·
Las cuatro "perturbaciones" son las pasiones o estados empcionales básicos (placer, dolor, apetito y ocroüv TI, Kparoümv ~rol an:a.Oei<; eto"\' tíi~ rotaúrr¡r; K1V1Ícreror; Ka.l
miedo); las tres "finnezas" (constantiae) son los tres estados emocionales correctos o positivos: alegría, 45 't&v KClr' ClU"T~V opwú'. Maüea yap 7táAIV ro "Káv 07tOl-
deseo racional y precaución (cf. infra textos 25.23-25.25). ocrouv TI" 1tpOO"Keí~.uNOV e1tt rou J-...6you crClq:l&e; tv8EÍKVlltCl\ "TOV
38-39 Opinationcm ... inbecillam adsensionem Para la "op inión " como asentimiento débil cf. nuestro a1tO r&v nllapnH.J.ó.rrov 8tOpla}lOV "TOÜ 1tá8our;.
capítulo 6, texto 6.17.
7 KCtS' o e 12 áA.6you H : corr. KUhn: MOyO; Müller 14 anle A6yOU add. tOO e 16 navt&;] 1tó.~o.x;
25.9 Galeno, PHP 254, 13-256, 14 (SVF 3.476) cO<; C 20 Eipf109nt He: corro De Lacy 32 post OUXl add. d Müller 33 rl] rE H: COrTo Chart. 36 tuÁ6yro
O'lW¡ C 37 t&taoxEV e 38 trov '"A.6yrov C 40-41 EKt:pEp6IlEVOV 44 titOI O:1tCted~ Eim om. C I tOlaÚTIJ<; om. e
oe muto Kal auro~ o Xpúcrt1t1tO<; EV rfiOE"TU p~crer "OtO 46 KEíllEVOV C
Kal OUK altO -rp6nou )iyerat un6 nvrov ro r~~ WUX~~ 25.10 Galeno, PHP 240, 11-242, 11 (SVF 3.462; LS 65J)
ná8oe; Etvm KíVl1CJt~ 1tClpa epúcnv, ro~ Énl q:l6~ou exet
Kal Kal yap ou Ka"Ta raü'ta
5 bnOu}líae; Kal rrov O~toíoov. ncrcral yap Cll "TOlaÜral KIVlí- }l6vov aúroe; Éa.ur0 81C1q:lÉpe"Tat epCtVepro~, w....Aa KO:7tetoav
CJel~ te Ka! Kawcrrácrele; a1teIOEte; re r<$ AóyO) €tcrl KaL eme- lmep r&v KCl"Ta tO ltáOoe; Ópla}lrov ypácpoov aAoy6v tE KCl!
crrpCl}l~Évar Ka80 Kat &A6yooC; q)U~. UN q:lÉpecrOm tOUe; lOlOÚ- napa epúcnv Kívr¡crtv o/Uxfjc; auro q:lácrKl] Ka1 nAoová~oucrav
toue; OUx oIov KClK&~ ev ré¡> otaAoyí~ecrem, roe; a.v r tc; clnol 5 bp}l~v, et-rCl"TO }lev o.wyov e~llYoúJ.lEvO~ "TO XOOpt~ A6you "Te
KClra ro €xE1V Évavdoo~ 1tPOl; "TO d>A6yroe;, &AJ..a Kara nlv Kal Kp'Clero~ eip~cr8at epácrK1l, Tile; O€ 1tAeOV~oúcrr¡~ op}lfle;
10 roü AÓyOU a1rocrrpocp~v" napáoeW).Ia rou¡;; tPtxovra~ mpoopooe; 1tapa)..a).lj3áV1]· "TalJ"Tl
evapy&r; &v toúrov; o XpÚ01.1t1tDl; yap a}lcp6repa }láXera.t "T0 Kp(Clet~ etvUl ra 7tá9r¡. da6}lE9a
€V~dKVUtal "Ta Mo crll}latVó¡.uNa ri1e; OJ...oyov epOOV1;r;, a.1tep Ka! o' Eva.pyÉmepov aurae; rae; p~crEl~ Cluroü 1tClpaypá'Vavre<;
OVHOe; ecrrl1tapa role; "EUllcH, ro ¡.UN E"T€POV ~ to eüAoyov 10 EXe¡ o' ~ }lev ÉtÉpa róvoE "TOV rp61tov· '8e"i OE 7tpoorov Ev-
€vavríov écrrl, "TO 8' cr€pov c9 1l110EV )lÉreO""H A6you. ro ~u~v 'teeu~lflCleat en 10 AoyIKOV ~0ov &KOAou81111KOV <púcret €ml
610 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 611

t0 'A&yU) KaL Kata rov )"6yov roe; ü:v ~yf:¡.t6va 7rpCtKtIK6v. 1tpOoOev yÉypa<¡)Cl PTÍO'EcnVEep~fjr; <P'1mv 'oIKEtroc; Se t(9t&V
1toUáJru; J.lMot Ka! alJ..oor; <pÉpEtat brí nva Kal a1t6 T1VroV nCl8&v yf.vel a1tooí&nat KClI ~ moía KaHl tO €vO'EOOP'1flÉvov
0:1teI9&C; 10 A.6yep cbOoú¡..tevov brl. 1tM:'iov, Kae' ~v cpopav 10 touro Kal <pepó~ov e\Kfj'. &AA' d J.lBv rO &vattícor; <tO>
15 dw.p6r€pol ExOUOlV oi BPOI, t~r; napa rpúcrtv 1(1v~creú)r; UAóyOJr; dKfj AéyElr;, ro XpúmnnE, Kal otcrut(9 Iláxn KClI 'AplOtOtful
OOtror; ylvo¡.tÉvl]C; KCtL toOI;,:v ta'ie; óp¡.taic; 1tAtovaO')JoG. Kal nA.á.tCOVI Kal taí'r; ánávtwv avOpd)1[rov MOtate; KalnoAu
.0 1tp6tEPOV ClurU r&v 1tpay¡.tárcov 'tU <pÚOEl j..l1l6EVOr; avattícor;
yap ID.ayov tOUTI Al]méov o:mne~ MyO} Kal (i1'[f;Ol'pa¡.t~ov y{v€oBal 8uvaj..lf.vou' El 8E to xoople; Aóyou O'1l1laív€1 0'01 'to
tOV AÓyOV, KaS' ~v cpopdv Kal Ev t0 E'9El TlváC; cpa¡..tev 15 dK'fi, ro ~ MoyOV OÜtro yE ~E1A'1¡.t¡.ttvOV av Eill, ro 8'
20 c:hOeiuOat Kal OJ..óyroc; c.pépecrOat avEU Aóyeu <Ka'¡> Kp tcrecor;' <0'11 yap> en
té, apX~II;~wú~evov ~et- TI¡v napáAoyov "'úTIlv K(VIl-
roe; Eí otr¡¡.tapnu.lÉvroC; cpépetat KCtI1taptoo,v 11 Kcm), ¡OV O'lV, n)v úno AóyOU ~ Il~ yIVollévllv, ún' Cllnro; Sé ttVO<; ylVO-
Mryov, 'm ur' bncrrlJ1Ctlv6¡.teOa, aUa )..u1.AIO"1(1 KaO' ~v tmoypáC:PEl (flOpáv, ou ~év~v, ép(j"iiJ~év oe, .1, ¡¡;'1 ~IOÚpyr¡Oev ah(a; ~!U'¡, ¡lÉv yáp
nEcpuK6tOC; tOO Aoyncoü ~cpou KtvEicr6m oorroe; KUta TIlv \/fU. epaflSV tvíotE ¡.ttv nlV OUIlOE18~ Oúva~uv, €vÍotE 8e TI,V bu-
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25 crí1I1tou p~m:;OJv 6~l1Y01)llévT] rov npótepov trov oprov toi} EinEtv tOAIlQ.S, OAA' dJCfi yívEoOCU ep~O'ro; a1t11UáxSat vo¡.tí-
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roUro 0& Kal ÓnAt:ovaot-to~ rfl; OPt-tll; Eiplltal., OUl tO 't"~v 25 O\)too yÍyvetat, KaOá7tEp Kal Ó 8EtÓrato:; 'I1rnoKpáTIl
30 KaS' aú't"our; Ka! epU<JlKi¡v 't"&v óPt-t&v au~It-tE1píav únEp~al­ '~fltV IlEY autój..latov, ah(~ [)' OUK aUT6j..lCltOV' OÜtoo 6e Kal
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CJTi1Vat, orav tetAD, Kal ¡lcrapáMElv. Énl SE rwv tp/zxóv- 30 unEppoA~V Til.c; KtV1ÍO'ECOC;, 0-0 fl~V nív y' aitíav aUT~r; npoOt(-
35 rrov KaO' ÓPfl~V OUKétl t010GTOv yívcrat, aUa TrAsová~El 8'l0'Iv. 6XP11V 8É yE KuvtaUOa Il~ n€pmAÉK€lV Ka! tapáttEIV
napa 't"~v Óp¡l~V ~ tOOV OKEAroV KíVT]mr; reO"tE éKq>épEo9at tOV Aóyov EtC; nEptHOV éKTEtVOvtn flfiKOC;, cüJJt tO\) nAsová-
Ka! fl~ ¡leta~állitv ell1tEISWr; oihoor; ruOur; €vctpSa¡.tévoov. 1;;EoBat TI)v ÓPfl~V Eln6vra nlv ahlav a1tlllláxSal. roe; yap
atr; oTflaí rl1tapanA~O"lOV Kal bd t&v ÓPfl&V ytvEcr8al Ola 8nt t&v Elr; TO KárClVT&; OE6vtrov Olla. T~ POUATÍcrEI TO ~ápor;
to TI)v Kara Myov únEp~aívElv O"UflllErpíav, 000' (hav 35 tO\) O'CÍ>¡.tator; ainov únápXEI ti)r; Klvf¡O€(i)t;, OÜtroe; I:.v rote; ti)r;
40 óPJ.u~ fl~ rune18&r; 6xElV npor; autóv, bd ~tSv tO\) oPÓ¡.tou o
IVUxfi~ ncí.9Emv Tí not' WJ..o t'fi AOYUC~ 8uvállElnpomov
roG nAeovaofloG A.eyoj..lévou napO: t~V óPt-t~v, btl óe tflr; nlTtOV yíVEtat tilr; a¡.térpou Kal rot; autOr; ciroOev OVOj..lá~EIV
óPllilr; napa tOV )..6yov. cruJ.l~lcrpía yáp éml <pU<Jl!Oir; óPflilr; EKcpÓpoU KtvT]m:roc;, expilv autov Ol€ASEí"V. ~ ó' ouv pl'imc;
~ Kata tOV l..6yov Kal gror; rocrovrou, [Kal] ecor; autor; a~lOl. ~ KClta ro OEpanEunKOv trov naO&v PtPAíov 000' eX€!.
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45 8~ Kal tilr; únepPúoEror; Kata TOoro Kal OÜtro~ ylvoflÉVT]r; KElroe; 8& Kal ÓPIl~ 7tAeová1;;o\JO'a M.y€tat ttVClt tO 1táOo~, ror;
nAsová1;;ouoá rE ÓPIl~ AZy€tat eIVat Kalnapa <púcnv KClllíJ...o- av ne; ero .mv eKq>Epo¡.tÉvrov K1V1ÍO'EWV nAeová1;;ouO'av Kív'l-
yo<; KíVllOtc; \jfUxilr;." crlV Einol., tOU nArovClolloU I:.v aut'fi Ylv0t-tÉvou KClTa. nlV TOO
I ou K(lT(X] OUK aUTO. 1-1 COITo Como . OUK Kma auto. Müller 6 cp6UK€\ H : corro Müller 7 Aóyou anOO'tpO<p~v, Kal to líVEU toG 1tAEOvaO'flou Toúrou
1I:apaAa)ll3avH H : COIToMülter 19 T1va Müller 20 <Ka\> add. Pelersen I ror; Ei H : OU yo.p suppl. De 45 OroOttKÓV. únEppaívoucra yap tOV AóyOV ~ óp¡.t~ KCllnClpa
Lacy : Kal OUXI El MillIer : Kal yap ouXI El Pohlenz 22 POS( "A.{yyov add. aMa a1t€U"tpu)l)lÉVw<; TE KUt tOUtOV &8póror; q>EpollÉVTJ OlKelror; t' iiv nAeová1;;ElV PllOei'1
&1I:EI0&r; ul.lT(9 Müller I cw..o.] aAoya Diels I llll:OYP(Í<po!.l€V Müller 33 nír; OPIll1r; H : COIT, Müller 37 Kal KCltCt toúro napa cpúmv ylyvEOeal Kal EIval Moyor;,
¿vuP~U~¿V{I)V ex -IlÉvcor; corro H 43 ante íúor; del. KUI Müller ror; unoypá<pOj..lEV'. 'únEPPClívo\Joa', <¡:l'1crí, ''t"ov A&yov ~
25.11 Galeno, PHP 260, 10-262,28 (SVF 3.476, 479) Ópj..l~ Kalnapa 'COlhov aOpóror; <pEP0¡.téVT]'. n)v KatCt tO
Ka! yap Kal xroptr; AÓyOU navtOr; 50 7t600r; eKípOpOV anEpyú~€tCll KiVl1O'1V. OÜKOUV ÓJ...óyor; alt\O~
yíYVE09a{ CP'1Cf1V ra 1[úO'1 Kal au01r; nir; Aor1Kli<; dvllt ouvá- ro XpúcrurnE rile; ÉKepÓpOU t E KalallÉtpou Klv~crEroe;. ClU-
¡.tEW~ flÓVll<;, OO<J1t Sla toGm ¡.tllót Ev TOí'~ dAóyolr; ~cilO1r; tOe; yap Ót-tOA.oyElI; aUnlv yÍVE09at napa tOV Aóyov' OUK
crovícrtacr9at, Kat xooplr; KptO'Eror; yívEO'Om Kal aoOIr; Kplm:le; iyxropd O' Q¡..tCl tE napa t OV A&yOV yÍV€.cr9aí n Kal uno toG
5 dVal. s¡.tnímEl 8¿ non: Kal de; ro cpáO'KEIV EIKfj yívEcrSat AÓYOU· návtroe; [)' únó ltVOC; ahíac;' OUK Eun 8' EKelVll
tar; KOta Hl núO'1 KlY1lO'Elr;, onEp ouotv aUo 8O"ttV ~ aVat- 55 ÁOYUClí- MOY'" lipa nI ~ . 0 náOol Epyal;o~Év11 óúva~ll_
ttCOS, El ttr; aKpl~&r; B~etá1;;OI tO P~llo. air; youv oJ...tyov efl- Kal 'tá8' OUX ún' liAArov, nAAa tate; nutrov mepotc; áAIO'KÓ-
6 12 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 613

~e:0"8a'. KCl ÍtOl y' évov ~)llV ).i:YE1V, ti> YEVVatÓ"ratS XpÚO'I1t1tE, 20 humanae rnssimilis est; regium est illud et principale aJiter ducturn.Yt uox est quidem, sed
ouoiv aáfepov, ~ <Í:l~ ouotv owcpspet 1táOo~ á).!Upt~lla:ro<; 11 non explanabilis el perturbata et uerborum inefficax, ut lingua, sed deuincta nec in motus
ro; bttyívetcu Toi~ al.lQPt~)lam TU 1[ú9rr tOÚtrov yap 61[0- uarios soluta, ita ipsum princÍpale parum subtile, parum exactum. Capit ergo uisus
60 tEpOVOUV e{¡tóvn:c; OUK av ~vayKasó¡"¡Eea t~v (l1rlaV 6.1[0- speciesque renun quibus ad impetus euocetur, sed turbidas el confusas. 8. Ex ea procursus
Kpív¡::a9at t~<; napa lOV ,,-&yov Q)lt-rpou KtVlíOEroC;. duo. l OÚ- iIIorum tumultusque uebcmentes SUDt , metus autem sollicitudinesque et tristitia et ira non
'((ilV Ilev oúóétepov u1té)l€tvar; El1u:lv aiMÚ)lEVOr; évuVTía 25 SUDt, sed his quaedam similia; ideo cito cadunt el mutantur in contrarium el, cum acernme
AtyEIV lO', Évapy6i, tpatvO~évOt" amI><; os npt\, aútOV évav- saeuierunt expaueruntque, pascuntur, el ex fremitu discursuque uesano statim quies
tIOAOYOÚjJEVOr; OUK aicreávTI napa lOV "Aóyov yívecrOat cpácrKCOV soporque scquitur. [ ... ] 1.7.1. Nurnq uid, quamui s non sit naturalis ira, adsumenda est, quia
65 t1vac; KWTÍoEl<; Kut 61tE<ITpác.p9m lOV 'AfJyov Kul cic.pllvlá~etv utili s saepe fuit? Extollit animas et incitat, nec quicquam sine illa magnjficum in bello
autov KanEltCt f11KPOV ücru:pOV lar; m'ycar; tomar; uno Aoyl- fortitudo gerit, nisi bine flamma subdita est et hic sti mulus peragitauit misitque in pericula
Kilc; yíVEO'Oat ouváp,eroc; c.páOKCOV. 30 audaces. Optimum itaque quidam putant temperare iram, non tollere, eoque detracto quod
8 ytypac.pe M Ald. : corro Mül1cr I EiKd(ü~ Ald. 10-11 aAA' ... dKft am. M 10 óvemíwc;) tvavrí(I~ Ald. exundat ad salutarem modum cogere, id uero retinere sine quo languebit actio et uis ac
: corro Como / <l O> add. Kühn 12 Motar; ex €votar; corro M 161tapIÍÁoyov) yap aAoyov Petersen 17 uigor animi resoluetur. 2. Primwn facilius est excludere pemic iosa quam regere et non
uno "-Óyou ~¡ev t~V M . úno Aóyou ¡ÚV Ald . : corro Einarson 17-18 un' aitía~ ... "y1vo¡.téVllV om. M J8 admittere quam admissa moderari; nam cum se in posscssione posuerunt, potentiora
ait(a ex ahía COrl" . M 26 aúró¡.tat01 . .. autó¡.tatot Müller! aitíll Müller : étcft B)'\valer 28 KÓ.V] KUV rectore sunt nec recidi se minuiue patiuntur. 3. Deinde ratio ipsa, cui freni traduntur, tam
Ald. 38 XP~O"\~ M : COIT. R2 Ald. 44 ante Kal add. ro~ von Amim 45 napa] n€pl M 56 tá811:áx' M 35 diu potens est quam diu diducta est ab adfectibus; si miscuit se illis el inquinauit, non
Ald. : COIT. Cabe! 56-57 áAlo"Kó).1f:Oa M Ald. : COIT. Cobet 57 A.éyCIV ex AtY€I COIT. M2 58 8taql6P~1 M potest continere quos surnmouere pornisset. Commota enim sernel et excussa mens ei
Ald. corro Chaft. 60 av om. Kühn I avaYKa1;6~IC9a Ald. ! post ahíav add. OUK Ald. 63 aV1:ov] autov
M seruit quo inpellitur. 4. Quarundam rerum initia in nostra potes tate sunt, ulteriora nos ui
sua rapiunt nec regressum relinquunt. Vt in praeceps datis corporibus nullum sui arbitrium
26 ~¡.tiv ¡.t&v a\n:6¡.tatov, aidg 8' OUK aUtó/lU1:0V Esta caracterización de lo espontáneo (aul"ó).1ct1:Ov) no est ncc rcsistcrc morariue deiecta potuerunt, sed consilium omne et paenitentiam
se encuentra así en ningún tratado hipocrático. Que 10 espontáneo o azarozo es algo no evidente al cono-
40 irueuocabilis praecipitatio abscidit et non licet eo non peruenire quo non ¡re licuisset, ita
cimiento humano es un punto de vista testimoniado por Aristóteles (cf. Fís. 196b5-7; aunque allí no se
dice esto respecto de lo aln:ó¡.tcttOV, sino de la tÚXll). Esta misma idea es atribuida a Anaxágoras y los animus, si in ¡ram amorem aliosque se proiecit adfectus, non permittitur reprimere
estoicos (para Anaxágoras ef. A66, DK; para los estoicos ef. SVF 2.965-966; 97 1). Esta posición es impetum; rap iat ¡lIum oportet el ad ¡mum agat pondus suum et uitiorum natura procliuis.
severamente criticada por Alejandro, Fat. 174, 1 ss.; en su opinión, los estoicos estarían haciendo un uso 1.8.1 Optimum est priroum inritarnentum irae protinus spemere ipsisque repugnare
impropio de la expresión "espontáneo" y "azar". Como seña la Natali (1996: 239), Simp licio (en SVF seminibus el dare operam ne incidamus in iram. Nam si coepit ferre transuersos, difficilis
2.965) tiene la clara il1lención de reducir la explicación estoica a la posición que Aristóteles describe en el 45 ad salutem recursus est, quoniam nihil rationis est ubi semel adfecrns inductus est iusque
pasaje de la Fís. citado al comienzo de esta nota. Tal reducción probablernt:nle tiene cierto sustcnto, toda
illi aliquod uoluntate nostra datum est: facÍel de cetero quantum uolet, non quantum
vez que los estoicos niegan la existencia de movimientos incausados en el mundo (ef. SVF 2.9 12,973).
permiseris. 2. In primis, inquam, finibus hostis arcendus est; nam cum intrauit et portis se
25.12 Séneca, ir. 1.3.2-8; 1.7.1-4; 1.8.1-7; 1.16,1; 1.1 6,7; 1.20.1-2; 2.1.3-4; 2.2.2-5; 2.4.1 intul it, moduro a captiuis non accipit. Neque enim seposirns est animus et extrinsecus
(SVF 1.215) speculaulr adfectus, ut illos non patiatur ultra quam oportet procedere, sed in adfectum ipse
1.3.2. 'Vt sc ias', inquit, non esse iram poenac cupiditatem, infinnissimi sacpe 50 mutatur ideoque non potest utilem ilIam uim et salutarem proditam iam inftrmatamque
potent issimis irascuntur nec poenam concupiscunt quam non sperant.' Primum diximus reuocare. 3. Non enim, ut dixi, separatas ista sedes suas diductasque habent, sed adfectus et
cupiditatem esse poenae exigendae, non facu ltatem; concupiscunt autem homines et quae ratio in melius peiusque mutario animi est. Quomodo ergo ratio occupata et oppressa uiriis
non possunt. Deinde nemo tam humilis est qui poenam uel sununi hominis sperare non resurget, quae irae cessit? aut quemadmodum ex confusione se liberabit in qua peiorum
5 poss it: ad nocendum <omnes> potentes sumus. 3. Aristotelis finitio non multum a nostra mixtura praeualuit? 4. 'Sed quidam' inquit ' in ira se continent.' Ytrum ergo ita ut nihil
abest; ait enim iram csse cupiditatem dolori s reponendi. Quid in ter nostram el hanc 55 faciant eorum quae ira dictat an ut aliqu id? Si nihil faciunt, apparet non esse ad actiones
finitioncm inters it, exequi longum est. Contra utramque dicirnr feras irasci nec iniuria rerum necessariam iram, quam uos, qua si fortius aliquid ratione baberet, aduocabatis. 5.
inritatas nec poenae dolorisue alieni causa; nam etiarn si hace efficiunt, non hacc pernnt. 4. Denique interrogo: ualentior est quarn ratio an infmnior? Si ualentior, quomodo illi
Sed dicendum est feras ira carere el omnia praeter hominem; nam cum Sil inimica rationi, modwn ratio poterit inponere, cum parere nisi inbecilliora non soleant? Si infinruor est,
10 nusquam tamen nascirur nisi ubi rationi locus esl. lmperus habent ferae, rabiem feritatem sine hac per se ad rerum effectus sufficit ratio nec desiderat inbecillioris auxilium. 6. 'At
incursum, iram quidem non magis quam luxuriam, et in quasdam uoluptates 60 irati quidarn constant sibi et se continent.' Quando? cwn iam ira euanescit el sua sponle
intemperantiores homine sunt. 5. Non cst quod credas iIIi qui dicit non aper irasci decedit, non cum in ipso feruore est; tunc enim potentior es!. 7. 'Quid ergo? non aliquando
meminit, non fidere cursu cerua nec armentis incurrere forribus lU"si. Irasci d icit incitari, in ira quoque el dimirtunt incolumes intactosque quos oderunt et a nocendo abstinent?'
inpi ngi ; irasci quidcm non magis sciunt quam ignoscere. 6. Muta animalia humanis Faciunt: quando? cum adfectus repercussit adfectum et aut metus aul cupiditas aliquid
15 adfectibus carent, habent autem si miles illis quosdam inpulsus; alioqui, si amor in illis inpetrauit. Non rationis tune beneficio quieuit, sed adfecruurn infida el mala pace. [ ... ]
esset et odi um, csset amicitia et simultas, dissensio et concordia; quorum aliqua in illis 65 1.16. l. Ergo ad coercitionem errantium seeleratorurnque irato castigatore non opus est;
quoque extant uestigia, ceterurn humanorum pectorum propria bona malaque sun!. 7. Nulli nam cum ira delictum animi Sil, non oportet peecata corrigere peccantem. 'Quid ergo? non
nisi homini concessa prudentia est, prouidentia diligentia cogitatio, ncc rantum uirtutibus irascar latroni? Quid ergo? non irascar uenefico?' Non; neque enim mihi irascor, cum
humanis animalia sed etiam uitiis prohibita sunt. Tota illorum ut ex tra ita intra forma sanguinem mirto. OllU1e pocnae genus remedi loco admoueo. [ ... ] 7. 'Quid ergo? non, cum
614 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 615

eiusmodi aliquid sapicns habebit in manibus, tangetur animus eius eritque solito 5-6 Aristotelís finitio ... iram esse cupiditatem doloris reponendi Cf. Aristóteles, DA 403a30-31: la ira
"es un deseo de devolver dolor por dolor" (ÚpESlV &VttAUrr~crEo)~). Esta es la definición "dialéctica" de ira
70 conunotior?' Fatcar: sentiet leuem quendam tenuemque motum; nam, ut dieit Zenon, in
(si es un deseo, puede entenderse como una actitud proposicional); Aristóteles también proporciona una
sapicntis quoquc animo, etiam cum uulnus sanatum est, cicatrix manet. Sentiet itaque definición "fisica" ("la ebullición de la sangre o de lo caliente en torno del corazón"; DA 403a31-b 1), lo
suspiciones quasdam el umbras adfectuum, ipsis quidem carebit. [ ... J 1.20.1 Ne illud cual explica por qué la ira (como estado afectivo) es un A6yo~ materializado o "enmateriado" (403a25:
quidem iudicandum est, aliquid ¡ram ad magnitudinem animi conferre. Non est enim ilIa MyCX; eVDACX;): es un A6yo~ porque tiene contenido proposicional, y es materializado porque los deseos se
magnitudo: tumor est; nec corporibus copia uitiosi umoris intcntis morbus incremenhlm dan en un cuerpo. Siendo esto así, Séneca únicamente debe estar pensando en la definición diálectica de
75 est sed pestilens abundantia. 2. Qrrmes guas uecors animus supra cogitationes extollit ira que provee Aristóteles, la cual enfatiza (como la definición estoica: "apetito o deseo de venganza de
quien ha sido injuriado indebidamente"; cf. texto 25.1 ) que la ira es un apetito o deseo.
humanas altum quiddam et sublime spirare se credunt; ccterum nil solidi subest, sed in
12-13 non aper irasci meminit ... nec armentis incurrere fortibus ursi Cf. Ovidio, Metamorfosis 7.545-
ruinam prona sunt quae sine fundamcntis creuere. Non habet ira cui insistat; Don ex firmo
546.
mansuroque oritur, sed ueotosa et ¡nanis est, tantumque abcst a magnitudine animi 20 regium ...et pnncipale Se trata de 10 conductor del alma, TO ~YEIlOV1K6v, (para lo cual cf. capítulo 13,
quantum a fortitudine audacia, a fiduci a insolentia, ab austeritate tristitia, a seueritate textos 13.3, 13.6 Y Cicerón ND 2.29) .
80 crudelitas. [ ... ] 2. 1.3. Iram quin species oblata iniuriae moueat non est dubium; sed utrum 30 Optimum itaque quidam putant temperare iram, non tollere Los peripatéticos creen que hay que
speciem ipsam statim sequatur et non accedente animo excurrat, an illo adsentiente moderar la ira (y, en general, las pasiones o estados emocionales), los estoicos que sencillamante hay que
moueatur quaerimus. 4. Nobis placet nihil illam per se audere sed animo adprobante; nam eliminarla.
speciem capere acceptae iniuriae et ultionem eius concupiscere et utrumque coniungere,
25.13 Plutarco, VM 446F-447B (SVF 3.459; LS 65G)
nec laedi se debuisse et uindicari debere, non est eius impetus gui sine uoluntate nostra
€vlOI OÉ ¡paolV OUX E"CEPOV
85 concitatur. Ille simplex est, hic compositus et plura continens: intellexit aliquid, indignatus
EtVat "túD Á6you "Co nc180s ouos OUelV Otacpopav Kal a-rc10lV,
est, damnauit, ulciscitur: haee non possunt fieri, nisi animus eis guibus tangebatur
o.M' /;,.vos Áóyou tPom1V be' &¡.l{pó"mpa, Áav8ávoucrav ~1..His
adsensus est. [ ... ] 2.2.2 Ira praeceptis fugatur; est enim uoluntarium animi uitiurn, non ex
o~únrn Kal tc1Xel IJf:W~OAllt;, ou O1lVOprovtas en tautóv
his guae condicione guadam humanae sortis eueniunt ideoque etiam sapientissimis
5 éan ri'is I.jfUXlls ~ nt.¡puKf:V Em8u)lElv Kal IJEtavoElv,
aceidunt, inter quae et primus ille ictus animi ponendus est qui nos post opinionem iniuriae
opyl~ecr8at Kaloú,lÉvat, ¡pépecr80l npos tO alcrxpov ú¡p'
90 mouet. 3. Rie subit etiam inter ludiera seaenae spectacula et lectiones rerum uetustarum.
~ooví)s Ka! <Pf:pO].lévr¡s náAIV a1mí~ 8ntAa)lpávEcr80l' Kal
Saepe Clodio Ciceronem expellenti et Antonio occidenti uidemur irasci . Quis non contra
yo:p 8m8u!J.íav Kal oP'Y~v Kat <pó~ov Kat ta T01alha návta
Mari ruma, contra Sullae proscriptionem concitatur? Quis non Theodoto et Achillae et ipsi
puero non puerile auso facinus infestus est? 4. Cantus nos nonnumquam et citata modulatio
ev
8ó~Q.¡; etVUl Kal Kpícrels 1tovr¡pás , ou nepl ti ytvolJévro;
10 Tlls '4fUXtls )lépos, WJ..' eAou TOD ~yEIJOV1KOU ponas Ka!
instigat Martiusque ¡He tubarum sonus; mouet mentes et atrox pictura et iustissimorum
f;'t~EU; Kal auyKa-m8úJEls Kal óp)la~ Kal oMos 8Vf:pydas
95 suppliciorum tristis aspectus; 5. inde est quod adridemus ridentibus et contristat nos turba
nvas oücras BY o""ÍyCQ )lETanTOlTás, rocr1tEp aí. TOOV nalOCüv
maerentium et efferuescimus ad aliena certamina. Quae non sunt irae, non magis quam
8mopo!J.al tO payoalov Kal TO cr¡poopov Emcr<pa/J;s ún'
tristitia est quae ad conspectum mimici naufragii contrahit frontem, non magis guam timor
o.cr8eveías Kat o.~éPalOV Exoucrl.
gui Hanoibale post Canoas moeuia circumsidente lectorum percUlTit animos, sed omnia
ista motus sunt animorum moueri nolentium, nec adfectus sed principia proludentia 4 cruvopWvTa~ Tannotius : cruvOP&VTCW; codd.
100 adfectibus. [ .. J 2.4.1. Et ut scias guemadmodum incipiant adfectus aut crescant aut Algunos intérpretes sospechan que no es del todo seguro que este pasaje de Plutarco refleje una doctri-
efferantur, est primus motus non uoluntarius, quasi praeparatio adfectus et quacdarn na genuinamente estoica. Aun cuando éste fuera el caso, podemos encontrar en otras fuentes la misma
eomminatio; alter cum uoluntate non contumaci, tamquam oporteat me uindicari cum concepción atribuida a los estoicos. Véase, por ejemplo, Galeno (texto 25.20), Epicteto (Diss. 1.28,6-10),
laesus sim! aut oporteat hunc poenas dare curo scelus fecerit; tertius motus est iam y Estobeo Ecl. 2.111, 20-21. En todos estos pasajes la debilidad del alma - propia del agente inmerso en
inpoteos, qui non si oportet ulcisci uult sed utigue, quí rationem euicit. 2. Primum illum un estado pasional- se describe en términos de "un alma vacilante" que pasa de un estado a otro sin tener
una convicción segura de cuál es el curso de acción correcto.
105 animi ietum effugere ratione non possumus, sicut ne illa quidem quae diximus acc idere
corporibus, oe nos oscitatio aliena sollicitet, oc oeuIi ad intentationem subitam digitOlum 25.14 Cicerón, Acad. 1.39 (LS 45A)
eomprimantur: ista non potest ratio uincere, consuetudo fortasse et adsidua obseruatio cumque eas perturbationes antiquti naturales esse dicerent et rationis expertes aliaque in
extenuat. Alter iIJe motus, gui iudicio nascitur, iudicio tollitur. parte animi cupiditatem aIia rationem rollocarent, ne his quidem assentiebatur; narn et
S orones vel homnes Al : COIT. A S / finito A: deffinítio P 11 uoluplates L dett. : uoluntates AP 12 perturbationes voluntarias esse putabat opinionisque iudicio suscipi et onmium
hominc L det\. : homines AP 14 multa AP [punctis COIT. A] 20 regium L dett. : regum Ap 1 / ut ante perturbationum matrem esse arbitrabatur immoderatam quandam intemperantiam.
uox in rasura A3 24 illorum dett. : illarum APL 26 uaesano Al: corroA6 in margo34 rectore dett . .
rectores A 36-37 eis eruit Al : ei seruit A S et cett. codd. ea mit : mit Winhaus 40 non reUicuisset in 2 in alía codd.: alia Plasberg
non ire relicuisset COITo Al 53 se libera bit P uulgo : seliberabit A 67 uenefic*o (i crasa) A 68 remedii
25.15 Lactancio, Divinae Institutiones, 6.14-15 (SJIF 3.444)
A 74 uitiosium oris Al : corro A3 in uitiosi humons 81 ira in rasura Al : ipsam A : ipsa Gertz 84 nec
ledi se A5 in rasura : Al habuisse uidetur necledisse ut L et alii dett. 88 et iam A 91 clodio ciceronem Nam Stoici adfectus omnes quorum impuIsu animus cornmouetur ex homine tollunt,
expellenti LP uulgo : claudio ciceron* expellenti A S : in margo A6 ciceronem 94 in*stigat A / post cupiditatem laetitiam metum maestitiam, quorum duo priora ex bonis sint aut futuris aut
sonus interpunctionem add. Madvig 95 id est quod AP : inde est quod L uulgo 102 oporteat LP praesentibus, posteriora ex rnalis. Eodem modo haee guattor morbos, ut dixi, uocant non
uulgo : oportet A 106 intentationem subitam L uulgo : inpotentationem [imp- P] subita AP tam natura ins itos quam praua opinione susceptos et idcirco eos censent extirpari posse
616 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 617

5 radicitus, si bonorum malorumque opinio falsa tollatur. Si en im nihil censeat sapiens gaudium. Sed putemus, ut ipsi uolunt, esse diuersa. Nempe igitur cupiditatem esse dicent,
bODum, nihil malum, nec cup iditatc ardescet nec laetitia gestiet nee metu terrebinrr nec 55 perseuerantcm ae perpetuam uoluntatem; Jaetitiam uero, insolenter se efferens gaudium;
aegrirudine contrahetur. Mox videbimus an efficiant q uod uelint aut qu id efficiant, interim metum autem, nimiam et exccdentem modwn cautionem. Ita tit, ut ca, quae tollenda esse
propositum adrogans ac paene furios<or>um, qui se putent mederi et eniti posse contra censent, non tollant, sed temperent; siquidem nomina tantununodo inunutant, res ipsae
uim rationemque naturac. Hace eni m naturalia esse, non uoluntaria, omnium uiuentium manent. Eo igitur imprudentes rcuoluuntur, quo Peripatetici ratione perueniunt; ut uitia,
10 ratio demonstrat, quae isdem omnibus quatitur adfectibus. Peripatetici ergo rectius, quí quoniam tolli non possunt, medie temperanda sint. Ergo errant, quia non efficiunt, quod
hace onmia detrahi negant pos se, quia nobiscum simu l nata sint, el conantur ostendere 60 uolunt, et longo asperoque circuitu in eamdem uiam redeunt.
quam prouidenter el quam necessario deus si ue natura - sic enim dicunt - his nos annarit I adfectum pi : corro p3 ; impulsus H 2 sunt e : corro P 3 morbor Y 3-4 uocam notam H : uocantirun
adfectibus: ques tamen, quia uitiosi plerumque fiunt, si nimii sint, posse ab homíne pi 4 naturam P 6 gesti S L : gestit e l : gestiet e l ; terretur s 7 uidemus e l : corro8 2 8 agitans R :
adhib ito modo salubriler temperari , ut tantum homini quantum naturae satis est adrogans S ; poene S i : corro 8 3 /furios <or>urn Schoellius : furiosum e ; putet 8 10 qui om . H 11
L5 rclinquatur. Non insipiens disputatío, si, ut díxi, non ad hane uitam omnia referrentur. nati R : nata H2 Isunt S 12 dorninus 8 1 : corro S l 13 nimis S I : COIT. e ) / sun! S i : corro S l 14
Stoici ergo fu riosi, quí ea non temperant, sed abscidunt rebusque natura inistis castrare athibitio S R ; natura S : creaturae R 15 relinquantur H I referentur 8 L : referrentur P 16 tem ~erent R
J abscindunt B 1 Irebus quatura R 17 quodadmodo S I 18 sanguinibus 8 3 : angibus p i : COIT. P / qua P
hominem quodamrnodo uolunt. Quod tale est, quaJe s i uelint aut rnetum detrahere ceruis
18 multis pI 20 ¡iuidinis 8 1 : corro 8 2 / timore Y 21 est post quod om. R 22 cum uitia) curn prudentia
aut uenenum anguibus aut ¡ram fe ris aut pJaciditatem pecudibus. Nam quae singula mutis R 23 setollere 8 3 : extollere P : setonore B I I impetus R / se ipsum] se su 8 1 : seip sO COtT. 8 3 26
animalibus data sunt, ca ucro uniuersa homini simu!. Quodsi, ut mediei adfimlant, laetitiae temperat V : temperet B 27 athibetur 8R 29 in hac uita om. R / igitur om. P 32 orientur RH 33
20 adfectus in splene est, irae in felle, Jibidini s in ieeore, lirnoris in eorde, faei lius est penetus Rtf abscindunt B 34 sapientes al 35 iis R : his cett. codd.! mereri R 36 aHí 8 ; pro] ut pro
interfieere animal ipsum quam ex corpore aliquid eueUere: quod est animantis naturam 8 / subtituant 8 2 37 [malum] del. Betllleius 39 defecit Spl : dcficit cett. codd. 40 nequamqllam Y 41
uelle mutare. Sed hornines prudentes non intellegunt, e um uitia ex horn ine tollunt, etiam hostes Si : corr. 8 2 ; aliqui 8 42 bonos uiros] uicínos 8 44 fuerit SI ; cur ita Y : curta B I ita est]
uirtutem se to11ere, cui soli locum faeiunt. Nam si uirtus cst in medio ¡rae inpetu se ipswn idem P 46 tangimllr S ; dolemur PY I si] sicut Heumannus 48 concruebat S i : corro al : conguebant
H 49 indigent R : índigentia P ; motum H 52 inposita cdicere B I aUI) aut nihil aut codd. 54 dicunt H
cohibere ac reprimere, quod negare non possunt, caret ergo uirtute quisque ira carel. si
55 perpetua 8 ; uoro R 56 animam 8 1 : nimiam Sl; cautiorem 8 2 56-57 esse consent] essent R 57
25 uirtus est libidincm corpori s continere, uirtute careal neeesse est quí libidincm quam nominalli turnmodo H 58 maneant S ; reuolbuntur a l: corro8 l
temperet non habel. Si uirtus est eupiditatem ab alieni adpetitione frenare, nullam certe
uirtutern potest habere qui caret eo ad quod cohibendum uirtutis usus adhibetur. Ubi ergo 25.16 Plutarco, VM 443C
uitia non sunl, ne uirtuti quidem locus est, sieut ne uieloriae quidem, ubi aduersarius nullus fHO Ka, KaA&t; rovÓJ1acrral 't0 ~OOt;. ecrrl Jlev yáp,
cst. Ita fit ut bonurn sine malo esse in hac uita non possit. adfectus igitur quasi ubertas est ro¡; TÚm-g El7rElv, 1tOlÓTllt; t oí) aA6you tO ~OOt;, royó·
30 naruralis animorum. Nam sicut in sentes agcr qui est natura fecu ndus exuberat, s ic animus )..laO't'at O' en nlV1tOlÓTllta. 'taÚ"n1v Kat n,v ola<popav eOEl
incultus uitiis sua sponte inualescentibus uelut spinis obducitur. Sed cum uerus cultor AaJlr>áVEl 'to líAOYOV \mo tOO AÓ"yOU 1tACl'rrÓJleVOv, 01> POUAO·
accesserit, slatim cedentibus uitiis fruges uirtutis oriuntur. [ ... ] Videamus nunc idem illi, 5 )..lÉvou tO 1táOot; t~alpEív 1tavtá1tCto'lV (o\)te yap ouvat ov
qui vitia peninls excidunt, quid effeceri nt. Quattuor illos affectus, guos ex opinione O\)t ' líJ1elvov), OJ)..' epov tlva Kat tá~lV E1tlttOévtot; aut <'9
bonotUm ma lorumque nasci putant, quibus evulsis sanandum esse animum sapientis Kat tat; ~elKa~ apet át;, OtJK a1taOeíat; o\)oat; &Mo. cruJl~
35 existimant, quoniam intelligunt et natura insitos esse et sine his nihil moved , nih il agi JlStpíat; 1taO&v Kat ¡...u;crÓtlltat;, Ej..l1tOlOUVTOt;·
posse, alia quaedam in corum loeum vicemque supponunt. pro cupiditate substituunt 2 1tOtÓtllC; toí) UAÓYOU tO ~8CX; Ésta es la defi nición aristotélica de "carácter": "el carácter (~8o<;) es una
voluntatem guasi vero non multo sit praestabi lius, bonum cupere guam [malum] velle item cualidad de 10 irracional del alma, pero capaz de seguir la razón (AÓYO<;) según una determinación racional
pro laetitia gaudium, pro metu cautionem. At in illo quarto immutandi nomini s eos ratio prescripliva (Katcl STmaKttKOV AÓ'yOV)" (EE 1220bS·6).
defecil. Itaque aegritudinem penitus, id est maestitiam doloremque an imi sustulerunt. 6-7 OUK una8EÍru; ... auJl~tpía<; 1tCt8&v Kal Jlccr6tr¡t~, SJl1tOIOí)VTOC; ' Esta última frase es claramente
40 Quod tieri nequaquam potest. Quis enim possit non dolere, si patriam aut pestilentia polémica en contra de los estoicos y sigue la recomendación aristotélica de modelar el carácter y de
prepararlo o "cultivarlo" por medio de hábitos adecuados, de modo que uno "modere" sus pasiones o
exhauserit aut hostis euerterit aut tyrannus oppreserit ? potest aliquis non dolere, s i sub lata,
estados afectivos y sea capaz de "disfru tar y odiar de una manera adecuada" (cf. Aristóteles, EN 1179b24-
uiderit libertatem, si proximos, si amicos, si bonos uiros aut exterminatos aut crudelissirne 32; véase también EN 1I03a17 y el extracto de ética peripatética citado por Estobeo, EcJ. 2. 117,2-7).
tmcidatos? nisi cuius mens ita obstipuerit, UI site sensus omnis ereptus. Quare aut omnia
tollere debucrunt, aut irnplenda fuerat curta hace el debilis disputatio; id est, etiam pro 25.17 Séneca, Ep. 116.1-8 (SJP 66C)
45 aegritudine aliquid reponendum, quoniam, superiorib us ita ordinati s, hoc consequens eral. [ 1] Utrum satius sit modicos habere adrectus an nullos saepe quaesitum est. Nostri illos
Ut enim praesentib us laetamur bonis: sic malis angirnllr, ac dolemus. Si ergo laetitiae, expcllunt, Peripateti ci temperant. Ego non video quomado salubris esse aut uti lis poss it
quoniam uitiosam putabant, nomen alilld indiderunt: s ic aegritudini. guoniam el ip sam ulla mediocritas morbi. Noli timere: nih il eorurn quae tibi non vis negari eripio. Facilem
uitiosam putaban!, aliud uocabulum tribuí congruebat. Unde apparet non illis rem defuisse, me indulgentemque praebebo rebus ad quas tendis et quas aut necessarias vitae aut utiles
sed lIerbum; cuius indigentia eum totum affectum, qui est uel maximus, contra quam 5 aut iucundas putas: detraham vitium. Nam curn tibi cupere interdixero, velle pennittam, ut
50 natura pateretur, aufcrre uoluerunt. Nam ill as nominum commutati oncs poteram coarguere eadern illa intrepidus facias, ut certiore consi lio, ut voluptates ipsas magis sentias: quidni
pluribus, el ostcndere, aut sermonis omandi, augendaeque copiae gratia, multa nomina ad te magis perventurae sint si illis imperabis quam si servi es? [2] 'Sed naturale est' inquis
iisdem rcbus imposita, aut certe non multum inter se illa distare. Nam et cupiditas a ' ut dcsiderio amici torquear: da ius lacrimi s tam iuste cadentibus. Naturale est op inionibus
uol untate incipil ; et cautio a metu oritur; et laetitia nihil aliud est, quam professum hominum tangi et adversis contristari: quare mihi non permittas hunc tam honestum malae
618 Capitulo 25 Las pasiones o estados emocionales 6 19

10 opinionis metum?' Nullum est vitium sine patroci nio; nullí non initium verecundum est et 1-2 En latín impatientia -que sería un equivalente etimológico casi exacto del griego UtrÚ8Wl- es am-
exorab iJe, sed ab hoc latius funditur. Non obrinebis ut deSIDa! si incipere permiseris. [3] biguo pues puede signi ficar tanto la privación de sufrimiento o afección (que es el sentido estoico del
lnbecillus esl primo ornrus adfectus; deinde ipse se concitat el vires dum procedit parat: ténnino) como la impaciencia (el significado habitual en castellano).
excluditur facilius quam expellitur. Quis negar omnis adfectus a quodam quasi naturaJ i 5-6 nostcr sapiens vincit ... iIIorum ne sentit quidem Se refiere a la diferencia entre el sabio estoico
flucre principio? Curam nobis nostri natura mandavit, sed huie ubi nimium indulscris, (lIoster sapiens) y el de los epicúreos.
15 vitium est. Voluptatem natura necessariis rebus admiscuit, non ut ¡lIam peteremus, sed ut 25.19 Ga leno, PHP 332, 16-334,15 (SJIF 1.570; LS 651; Frag. 33; 166 EK)
ea sine quibus non possumus vivere gratiora nobis illius [aceret accessio: sua veniat iure, tpalv&tat yap touto
luxuria est. Ergo intrantibus resistamus, quia facilius, ul dixi, non recipiuntur quam exeunt. 1to/.J..áK1~ ytyvó~evov Kal Ol rE 1tCllOf.ÚOvtE~"to. vÉa "trov ~~rov
[4J 'Aliquatenus' inquis 'dolere, aliquatenus timere permine.' Sed illud 'aliquatenus' €1tltpÉl.lfClv"m~ aÓtot~ Ká~ve\V"te éi~a Kal t}l1tAllo9~vClt Kata
longe producitur nec ubi v1S accipit finem. Sapienti non sollicite custodire se rutum est, et tOO; €KC:PÓPOU¡; ICtvfjaEt¡;, üarEpov €7m(8Evtal. m::pl "te ouv trov
20 lacrimas suas et voluptates ubi volet sistet: nobis, qu ia non est regredi faci le, optirnum est 5 totOÚtrov ~1tÓPl1O'EV Ó XpúO'l1tno~ ro¡; av ou óuvá~evo; Et~
omnino non progredi. [5] Eleganter mihi videtur Panaetius respondisse adulescentulo ro naOr¡ttKOV -rt1~ \jfUxr1~ avac:pÉpElv at'>trov t a.¡; ahía¡;, Kal
cuidam quaerenti an sapiens amaturus esset. ' De sapiente' inquit 'videbimus: mihi et tibi, trpoaÉn, Kal yap Kal tOmO oeÍlcvucnv tv tate; €~~~ ó nOOEt-
qui adhuc a sapiente looge absumus, non est cornminendum ut incida mus in rem OCÓVtO¡;, ou to"i¡; c:patVO~év01e; )lÓVot¡; CUJ..o. Kal Z~VWVt Kal
commotam, inpotentem, alteri emancupatam, v1 lem sib i. Sive eni m nos respicit, KAEáv9EI Ótac:pÉpEtat. rTtv )lEY ouv tOU IO.eávOou~ yvcó~llv
25 humanitate eius inritamur, sive contempsit, superbia accendimur. Aeque faci litas amoris la ll1tEp tOÚ 1taOlltIKOÚ -rt1~ 'VUXlÍ~ tK trovOE c:paíveaBai C:P1l0"l
quam difficultas nocet: facilitate capimur, cum difficultate certamus. llaque conscii nobis trov €nrov·
inbecillitatis nostrae quiescamus; nee vino infirmum animum eOffiminamus nec formae
nee adulationi nec ullis rebus blande trahentibus.' [6] Quod Panaetius de amore quaerenti
o
{).oYlcr~6,} Tí no! ecrO' POÚ"l, OU~É; TOUT6 ~OI cppácrov.
{OW~} 'Eyro, Aoytcr~É; niiv a POÚAo~at no",¡v.
respondit, hoc ego de omnibus adfeetibus dico: quantum possumus nos a lubrico {AoYlO)l6¡;} paOtA1KÓV YE· 1tA~V 5}lW~ et1tOV náAw.
30 recedamus; in siceo quoquc parum fortiter stamus. [7] Occurres hoc loco mihi illa publica 15 {eu~~ }'0 , Iiv brleu~ói, wü9' ano>, YEV1Ícrerol. '
contra Stoicos voce: 'nimis magna promittitis, nimis dura praecipitis. Nos homUDciones talltl ta a)lotpata KJ..sáv8oue; f.P 1l0"lv Etvat nOOEIóó)VIOC;
sumus; oomia nobis negare non possumus. Dolebimus, sed parum; eoncupiscemus, sed tvapyroe; tvoEIKVlÍ)leva n)v 1tepl t OU 1ta8TJtlKOU -n;¡; o/uxii~
temperate; irascemur, sed placabimur.' [8] Seis quare non possumus ista? quia nos posse yvOO}lIlVamoü, El re 8~ 1tE1COÍIlKE tOV AoyIO)lOV TC9 8u~f$
35
non credimus. ¡mmo mehercu]es aliud est in re: v1tia nostra quia amamus defendi mus et
malumus excusare illa quam excutere. Satis natura homini dedit roboris si illo modo
8l0Al;¡6¡u;vov ro, crepov ÉTÉp"!.
20 Ó oe Xpúol1mo; 0\58' StEpOV
utamur, si vires nos tras colligamus ac tatas pro nobis, certe non contra nos concitemus. EtVCl\ vO)lí~el "to tra81lttKOV rile; o/Uxii¡; tOÜ AoylOtIKOU Kal
Nolle in causa est, non posse praetenditur. Vale. tOOV &Myrov ~0rov aq>atpe"i"tC1.t ta ná8r} c:pavep&¡; €1tlGu)..lÍq.
3 negar( ex - re B 6 ut certiore B : aul certiore Q Seltrami cum Casti~lioni 8 amici B : animici O / tE Kal eu)l~ ÓtOlKOU)lÉvrov, ro¡; Kat Ó n OOEtOCÓVIO¡; ú1Cep aú-
torquear S : tor/quat Q / da ius Lipse : datus SO 9 adversis S : adversus O 16 gratora OQ : gratia B trov €1tt TtAtov OIE~8PXEtat. oaa )l€V oov "toov ~0rov oucnd-
17 luxuria est O : ex - riet Est B 18 dolere B : dolore O 19 se tutum ex se totum B : secutum Q 20 et 25 vr¡tá r' €ml Kul 1tpoanEc:puKÓta oÍK'lv C:PUtOOV ttÉtpau; tí ttcrtv
voluptates B : voluptates O 22 quarenti an (ex - ent iam) B : -ent an pr. 01 amaturus Q : ex maturus
hÉpOl~ totoúrot¡;, em9u)líQ. )l6Vl,lOI0IKe'ioSal Aéy€t [aútá], ta.
S I sapiente B : ex - tem O / inquit B : quid Q 23 committendum B : -¡tendum O 24 emancupatam B
: emancipatam Q I nos respicit Q vulg, : non respicit B 25 lmmanitate Q : bumanitatem B / superbia ó' lJ)).,r;. "ta. Moya mJ}l1taVTU tate; ÓUVá)..l€OIV &)lc.¡>OtÉpa.t¡;; xp~creClt,
B : -biae O 26 cOllscii B : -sii Q 29 adfectibus B Sehweighacuser : om. Q vul~. oHm 30 hoc ex bol - tti "t' Em9u¡.tlltt1C'f¡ Kal "tti Ou)lOEIÓEt, tOV avOprotrOV OB )l6vov
S 31 promittitis B : -mittis Q 33 temperate SQ: -tet B I placabimur B : -mus Q I possumus codd . . ta'i¡;; t PIO{, npoO'Eu:r]c.¡>Évm yap Kal nlv AoylcrtlKY1lV a.pX~v.
possimis Madvig 34 amamus B : amantis Q 35 illo S : ¡lIam Q 36 utamur Q (ex mutamur) : modo
utamur ex pro B
30 tautá te oov 6p6roC; EIPlltC1.t tf$ n OOEtorovlí9 Kal rua 1tá)l-
1tOOO KaS' OA.IlV "t~v 1tEp\. "toov 1taO&v ttpaY}luretav. &crrrEP
25.18 Séneca, Ep . 9.2-3 oOv ó XpÚOl1t1tO~ eaq>aA¡.tÉvoe; IN a:&roic;, ro~ av tt~ El1tO\,
[2] ln ambiguitatem incidendum est, si exprimere cmá8etav uno verbo cito voluerimus et toif; O'tOlxEÍOle; -rt1¡; 1t€Pl "toov 1ta8&v SEropía~ €~ o:váylCTJ¡;;
impatientiam dicere; poterit ernm contrarium ei quod sign ifica re volumus intellegi. Nos ná}ln:oAAa. KaK&c; et1tev, OÜtOJ~ aváylCTJ tOV a.A.1l9éol tatl;
eum volumus dicere qui respuat omnis mali sensum: aceipictur is qui nullum ferre possit 35 QpxOtr; XPlloá)lEVov si )lEv aKpl~ro~ <pUAá~E1E"tO 1Cpo.; auta¡;
malwn. Vide ergo flum satius sit aut invulnerabi lem a ni mum dicere aut animum extra aK6Aou90v, o:n:av Ein:EtV op8roC;, Ei. ó' OUK aKptp&~ aMa "(6
5 omnem pat ientiam positum. [3] Hoc ínter nos el illos interese noster sapiens v1neit quidem YE1CA.etcrta Katop8rooat.
incommodum onme sed sentit, il10rum ne senti t quidem. lIl ud nobis et ill is cornmune est, 5 ~1IÓP€1 L 6 UV(upÉp€09at H.L : corro Müller 7 Kal ante To\rro om . L 13 'Eyro] "Aéyw Powell : <O>E y'
sapientem se ipso esse contentum. von Amim 14 pam"AtK6v yE] ~ pamAIK6v ye Powell : val paolAucóV yE Meineke : paCJIA1KOV cú yE
Sca liger : paOlAIKOV <EI>nE~> von Amim : Po.CJlAUCa ,.uN y& Wilarnowitz : -rupawlIcóv rE Cobet,15
1 CtTtá8elOV : aPHaTHaN L : apalhian pP 2 impatienliam: impacicntiam rinp- b1 pb / poteril: ex 'n ¡;;) rov Como : 00' Wyttenbach apud Bake / bd 8u)lro H 17 tvÓEIKVÚ)levO~ HL : corroBake 18 el] ~ L
pract- P I illtellegi: -igi p2QLb rex ---e~i p 21 3 eum : ex cnim Q I is: his pb I ferre P : referre pQL : 200M' SrEPOV] OMÉ'rEpOV L 26 lJ:yoov HL : corro Ald./ (a{mi] del. Petersen 27 to. ante Moya del.
perferre Chatelian 4 num pQPb : non L1 I aUI invulnembilem : ut invuln- Q I animum dicere: ex Müller 30 "tE om. L 32 tO'q>cu...)lÉvro¡;; L
anmum d.p 5 el illos : ex et inter ilIos b / nosler : nostri p 6 sentit : ex sen ti ti b
))D!30DD3'{3g ~Xn!h. OJ3'tji\3W nOA?rlI3:>10llt} A1J)gÓJÁ))dl '91)):>1 · UO~)ll J?l lD/\}3
Q-0l ~ pl)1 nOll d3lLDS? '/\)W? SOSplt \11 J!J1,Q-D ,g :HOlMpt ~ '13D)d)l (l.)! ~g lD13Xprl 'rollll)OodX <91 ScpSd9 UJlltd,13 DlApll -g
':,oi\OlP. 10)( ÓJJ.9.01 \tXruh. ~ 1\.111 JIf'.30D't/ '/\00i\:}rlld)l3)1 JllXd't/ ~~ ~6 .,1)~ AClJ'f(p>llD Al19godlL ro~t:!?? ,rlu'Qm
ACP> Uw¡¡"~ S!¡Ao2~ ,d>~ s\39"03'(3g \! S\30001~ ~orl"il 9"~ Sod»~ A<¡>'(O~>? [SltA)3~?] A9wo n O3g!30? S<p ,g ~ ,p
SU¡¡2P .Q;)l{,m lDIUd,l3 Ul~D Jl~lt'(lt}lL? ~
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-0l!.D3g 11))1 ml\}3 /\ooKrt 11 i\:}rl /\~)ll'(10tlg 30UJOll? A(T}19'(ll 9 11)>1 SJi,(,(OlL Sp JQ.olt}D lD)t llJA9g1godll SI3'(gll \U)I 5n0'Om
Jql '1\13Ap /\oÁ9Y. 1\~ 1 'OroY9d>3)( 'OÁ},,(9 SJ3.'('(9 1\13<;131\0rlllArI ~8 lD>I S!01Q-D SDlA9g1g/\? 5qJ 'Sprf~ llJlljO'(Oog lD)I 31 JD13l!idl
1\001<;101 /\oo)dorl 1\Q?1 ~dX 1].0 .m 1\{l)19-0l01 /\l[l1 dl{Á 1\0W1))lg ·'OÁ),(9 )tQ-0 Dl{1.D101 003.l7, ,SD>I ~€
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SnJll'O /\wlteb )JJ/\P JV'C'(OlL ~g ;OlLlLlD<;IdX /\019010111O? SUXnth Pl? lD)I SCOAg'(O/\J¡) '/\COi\jrl13/\l? 1n)l /\OOAirl
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Scp /\~311J3 A!rl~ ,Á 130~dXolLJ¡) ~g d~Á Q-o ·S'PcD)')o 300Jl(~!?? I\QA ~L S!011JJ )! ~i\11 13~O~ 1D)I rorlgdg tq dl{Á d3llDW. 'jU~3d>? lD>I
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Jnopl!rlO!l 13g nOH}OOo13Á jg 9 ·:ralAollpdll11 SOSPll '911))1 SlOA?rIn0"'(311ll? /\co1901 Vlg 5~01 tq /\PlDMgJ¡) " SQrf~ mf).DD/\9-!?
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/\J)d?~ J<p 'J9A11 noA.9'( ~llq. S13S.D1311Dl3Ti Q.O 13JJd13XÁ? /\0'( !)!) tqri \,1 1J}li\DA1?l 1D)! 3Á d311POl))I '13JprlOi\9 S1{lQ-1J dJ?Á OJlQ.0
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\0> ~Y:I.~ Sodt)~ 9> .ih,dd'"9 AOA9 ri ~o 'Sollll10~dX 9 A0Á9'( AQ?llDIQlllD JIO i\j' 1\!30Dti1J11)>I 1\(1)1<;10101 I\Q;U)!? /\!rI~
/\\11 AO"'(g ,dDlL13J903>IDDlD>I g I\IW? dpA. 0lC}01 'SUXo.ffi. J~l /\1103~ '/\glODll AQ?l i\D)11D 1\00UcpdOA1? Agll S!DXo.ffi. J~1)l /\'t
I\D13A?O!)'9 lD)l i\1J)i\OlJ¡) /\~l l{lg Snom>l g.01 SpÁlJ'(ll)I? 'S!:¡.l. JtptlÁCl'( S!J1I1JAP i\Dd?lj DI\U i\Jr1DA~!? 13ÁO"{Olil,) S\,lI)D SI,)1
-~O ""~~ AO)Olt'(" ~gl3U? 'SotD)~ 91 So""rlpOOllO ID> Alt"?'(3. O, -mOl! MylL mJt 519 ~ ~DUH XQ-O JolLl!lDC,ldX 9 ,g 110"
A~11D/\!3l.)tOlLl? sOD""(?i\3W 9 Ag.OÁ SDA)d:>l (tLP·E ,[AS) 6E ' PH-OI 'OH <lH<l 'ou'['~ OZ·SZ

[<9 Sdleuo!:)oUl~ SOpU1S:iI o s:iluo!sed SP."J ~l O!ill!deJ 0<9


622 Capitulo 25 Las pasiones o estados emocionales 623

rrpo, t~, btlOu~(a, b;Écrt~ tooV K<Kpl~OlV, ~ OS yE M~oda, Lacy : i:autoio; Ald. 124 WtOX:c&PTJOI~ Milllcr 126 ró] tOO H : COIT. Müller 127·128 )laprupai H : COIT.
ptacrOeicra repo¡; mi} Gu¡.tou, 1tEpl ~~ KUl aut~~ OUK oTo' Kalbfleisch : avtl¡.taplUpcTvon Amim 134 ASyEW] }.lD..elv Diels
100 onCi>r.; Ó Xpúcrl1rno~ OÚK aicr9ávttat KaS' ÉaUIOO t&v EUpl- 81 'EP1<pÓA.TJ¡; tOV XJ>UOóv Según el mito, Polinices le dio un coUarde oro a Erifi la y a cambio ella debía
ntoou ~lBJ.tvtWÉv~ crr.&v enviar a su marido Amfi aro con la expedición contra Tebas (cf. Diodoro Sículo, 4.65,5).
86·87 ó nA.átlílV €ltOíTJO"E paOlAIKov ... Ó€O"1tOtlKOV é1tIOT~}.l'1V Se trata de un enfoque platónico Cf.
'KClt J.mv9ávro )1E:v ora opav JlÉAÁro KClKá, Plalón, Rep. 47JC-D; 499B.
aUIJO<; Be Kpeícrorov trov €).iWV !k>UAru).lCÍtrov' . 87·88 ¡..t~1tOrE av tl¡..taplelv ... t1tI(j[~¡..t'1¡; napoúar¡¡; Cf. Platón, Pro!. 352B·C.
o\' yap ¡laveáV€IV€XP~v €ipT}KEvm tOV EupmíóTjv, El 'roir; 102·103 ¡..tavOávw ...trev €}.l&v pou4ulJárrov Eurípides, Medea, vv. 1078·1079. Para que la objeción de
105 roú XpuoÍ1mou OÓYJIUOW €)..lEIJ..E jJ.apnlp~creIV, Oll.' ro auto Galeno tenga efecto debe entenderse el texto del modo en que lo hemos traducido (que es, por lo demás,
la manera ex igida por la gramática): "Comprendo que lo que estoy por hacer es malo, pero mi cólera es
evavndmxrov, ayvoeiv tE KUl J.l~ )J.aveáVEtV ota opáv ¡..ttAM:t más poderosa que mis decisiones racionales". Estas Hneas, sin embargo, podrían interpretarse en ténninos
KClKeX. ro 8€ ytVWcrKE1V ~tf:v mJTO VIKUcr9cu 6'"Ímú laG de una psicología que no supone partes en conflicto: "mi OU~16o; es el amo de mis decisiones racionales" o
eU~lOÚ ·d WJ..o ¿mtv ~ Ma apxar.; Etcráyovmt; av9pw7tou tOOv "la más poderosa de mis decisiones racionales" (éste es probablemete el modo en que Crisipo debe haber
rAr; MT]oeíw; 6pJ1OOV, StÉpav )lev TI ytyvÓ:lcrKO¡.tf:v te 'ra npáy- leido el texto, de modo que sea compatible con una psicología monista sin partes en conflicto). A favor de
110 ¡..tata KCÜ ¿¡tlm~ )1 Tlv Sxo¡.w almov, ~T lr.; EcrtlV ~ AOyld¡ Crisipo podría argumentarse que en la tragedia es claro en más de un pasaje que el contenido del 9u).l.60; y
el de los POuÁEÚ).I.Ctta de Medea es el mismo (cf. Medea, vv. 37·39; 1236·1250). Podría tratarse, por tanto,
Mva~w:;, ÉtÉpav é' a"Aoyov, ~r; i::pyov 10 9u)1oucr9m; a'Üt TJ
no del conflicto entre razón y pasión (como piensa Galeno), sino del cambio del alma en una dirección u
)1€v ouv Mlloelur.; epleXoatO nlv 'l'uXlÍv' otra, como sostiene Crisipo. Epicteto retoma el problema y cita textualmente los mismos versos de la
~ O' erÉpa '1im- Medea de Eurípides para mostrar que no es posible que uno crea que algo le conviene y que no lo elija.
OUIlTJTtK1) t~V toO MevéAeW oEAt:áaacra K<lll1váyKíXO"!::V aKo· Medea se engaña al creer que complacer su cólera y vengarse de su marido es más conveniente que salvar
115 Aou8e'1v ol; aúnl npocrércxTIE. XpúO"\lrno~ o' OUtE n;¡; €v a sus hijos. El análisis de Epicteto muestra de nuevo que, en la huella socrática, los estoicos sostienen que
lOÚtOl~ evaV!1(ócrEw~ atcr8ávElCH Ka\. ¡..tupl EtEpa ypácpEt un agente puede pensar que algo es bueno para si mismo, pero si su estado cognitivo no es el correcto, su
Se
tOlaiha, Ka8ánEp enElóav AÉy1J 'son oo~ oT/lat Kotv6ta· creencia es fa lsa y, por ende, el agente está en el error. Medea, de acuerdo con Epicleto, es entonces digna
de compasión, no de enojo (CL Epicteto, Diss. 1.28.6·10). Sobre este tema CL GiII 1983 Y 1998:12 1;
lOV ~ aAoyO¡; aünl <popa Ka. UnEO"1"pa¡..¡J.LévtltOv Aóyov, KaO· 2005: 455-456. Boeri 2005: 395-396; 405.
(, Kat Ou¡.!4> <pa¡..tSv lIVOO; <pépEaf)m'. KUt rrMlv 'ÓID Ka. &ni
120 TiúvOE trov e¡.!na8&v ro~ TrEpt E~ECJU]KÓtú)v €xO)lEV Kat oo~ 1Cpex; 25.2 1 G aleno, PHP 288, 19-290, 1 (SVF 3.466)
rrapllUaXÓtU~ nOloú¡.!EOa tOV )"óyov Kat olÍ nap' éaUtOt~ oúO' em.¡.té¡.t<petat o' op9ror; lon XpuoÍ1rn:ou Kat -ro
ev aútoi~ 5vrcx{ qlávat ruxov óE Tfj¡;; óp¡.!~¡;; 31a¡.!evoú01l~ OOX ún:oxoúocrat
Kal t<pcl;~, ot rr<lAlv b;~yOÚ~EVO, aiJtlI -ro. t9;¡;; Oto. lIotav (i"JJ..T]v OttytVOPM,v ótá9EOlV.
taíha, '11 óe 1tapaUay~ Y(YVETcn Kat ~ ~ autoü avaXWp1101¡; oú á~~Xavov
125 Kat' aMo ti ~ nlV toü )cóyou altoO"1"pocp~v, ro¡; TrpOEíltop.ev'. 5 yap etval CPTlOl ltapEtVm ¡.tf;v r~v ÓPIl~V, un:' (iUT]~ Sé lIVO¡;
t6tE yap 'Ou¡.tó) cpépEo8cn' Ka. 'E~ecn:T]1Cgycn' Kat 'ou rrap' taUtOt~ al-d ar; KroAÚEOOat nlV Kal"' aur~v evépyElav. ÜOEV Ka1l8tOaV
OúO' ev
éautot~ EtVat' Ka! rráv8' ooa t OlaÜta cpavEpro¡; Kata).lClp· M-tn, 'oür ro ya p Kat KACdovw; 1taúovtat Kalll~ POUAÓ¡.lf:Vot daí-
tupd tOÜ Kp¡crEI~ EtVat ta ltá8Tl Ka v t ñ AOYllcft ÓUVá¡.tEl t~~ etv KÁalOUOW, otav <¡.t~> ópolae; t a U1tOKEÍ¡.lEVU <¡luvt acríac; 1t011],' t~V
""uX~~ cruvícn:acrOat, Ka8ánEp Kat tU o{hú)~ Exovra o
ahíav eprorQ. KavraüOa n ooEloroV10C; 01' 11V Kal oí 1I0AAOl )l~
130 '010 10 POUAÓ).lf:Vot 1tO"JJ..áK«; KAaíOU01V ¿n:tcrxeiv p~ óuvápevot t a
Kal tOlaÚta~ ecrtlV UKoüoal cpú)va~ Ení t E t&V EprovrroV Kat óó.Kpua ¡(al (l"JJ..ot claíElv en pOU)"Ó¡.lf:VOI cpOávouow erl 1taUÓ/lE-
tWV WJ..ro~ crepóOpa em8u¡.toúvrwv Kal mt trov 6pyt~0¡..tévú.)v, VOl, <óTlÁ.Ovón > 8u1 t m; 1ta8I1tlKW; KtVlÍOEt¡; ocp6ópa
Otl tE tc:9 8u¡.!0 OD.oUO"l xap(~Eaf)at Kal ¿av autoú¡;, Ei.'n: tyKE1~a, 00, ~~ KpatEicr9at rrpl><,> t~, ~OUA~crEOl" ~ navtE-
apEtVOV ELn: ~l~, Kut JlTlOEv )J;yEIV aulO~, Ka. ro~ toUt O EK ),jj)¡; 1tEltau!ltva~ me; PT]K&r' ellsyslpecr6at óúvao8m npOc;
135 navtÓ~ ye tpónou nOtTltéov, Ka. El óta¡..wptávOuOl Kat si 15 auTfjc;. oüt ro yap ~ t E tOU Aóyou l-láXTJ te ¡(al ólacpopO. lIpex; -ro
aoú¡.t<pop6v ecrtlv aUlOt{ 1tá80~ eUpE9~crE1at Kal Tfj<; 'VUxii¡; ai ÓUVá¡.!El~ evapyw~ 000·

12 rOloótrov] roívuv von Amim : rOl roúrúlV Einarson 17 j.l'lt' H : COIT. Müller 22 &n ex eO"n COIT. H 8~oovrat, Ol> pa L\.la íÓ<; Xpúcrurn:ÓC; <PT]0"l ótá nvar; ahíoo;
/ ro¡; add. Einarson 25 [chc;] del. Milller 26 tPÓl1f9 H: corro Mi.iI ler 26·27 trov 1tapcmAllO"iwv H : COIT. acruAAoyícn:ou~ toúrrov ylvo~Évú)v 6JJ..O. ÓU1 ta~ úno tWV
o
Milller 29 -rolOOro M 30 Ka9' P 33 ódj.lwV H : core Kilhn 37 cpv.ou¡;l1toAJ..oU¡; H : COIT. Coen 38 1taAalrov Eipll PÉ:voo;.
1tpóaOev] 1tpO~ OÉatpa H : COIT. Schone : 1tpO¡; eÓ-rEpO Diels 41 <pépErol ex cpaiv&lCll COIT. H 42 [ét¡;]
1 té9 Xpuo1rrné9 Müller / Kal tO] Kav tq, Ald. 8 <Il~> add. Como(cC 284, 13) 9 Kal al del. Müller / 01
de l. Porson 44 o&rft d'pTJKEV H : COIT. Die ls 45 f.; tio&; H : corro Ald. / [€KdVl1~J del. Greenhill 46
OiKáÁrov H : corr. Chart. 47 a 1távto] a1tClVla P 54 wJtov 1-1 : corro Ald. 57 KEKpl¡.tj.lÉVOl¡; H : COIT. tantum Kalbfleisch 12 4ir¡A.üvón> add. Einarson / ante (J(j)Óopo add. i1 Milller 13 JtpO H : corro R. Como
Chart. 61 MyOlvrO Müllt:r 69 ltpOÚXOl H : COIT. Kühn 71 Itypa'VEV Chart. 75 a1toxplíoélo; H : COIT.
Ald. 89 [Ctl:mDV] del. Müller 95 et 98 KéKPIIlIlÉ:vWV H : corro Chart. 98 j.l~S€la H : COITo De Lacy 120 25.22 A ulo GeUo , NA 19.1.14-21 (LS 65Y)
m;;pu::~€ (j['1KK6twv H : corro Ald. 120·121 ltpomrapr¡Uaxóta.o; H : COIT. Ald. 122 aútoTo; H : COITo De (14) atque ib i coram ex sarcinula sua librum prolulit Epicteti philosophi quintum
LHa i.1~Ewv, quas ab Arriano digestas congruerc scrip tis Zenonis et Chrysippi non dubium
624 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 625

est. In ea libro Graeca scilicet oratione scriptum ad hane sententiam legimus: (15) "Visa I EtvClt oe Kal dl1taeE(a~ ... xapó.v, eUl...ó.~EtaV, poúl.TJmv La precaución, al menos en el sentido habitual
ani mi, quas <pavracríac; philosophi appellallt, quibus mens hominis prima statim specie en que la entendemos, no es una emoción. Como es obvio, no hay un estado emocional correcto que
corresponda al dolor (cf. supra 25.8); varios criticos antiguos de esta teoría creen que el hecho de que no
5 accidcntis ad anirnum reí pellitur, non uoluntatis sunt, neque arbitraria; sed uí quadam sua
haya una emoción positiva en la que pueda refonTIularse la pasión "dolor" significa que los estoicos
inferum sese hominibus noscitanda. (16) Probationes autem, quas auyKata9ÉcrelC; uocant, eliminan sin más el dolor (cf. 25.15). Ése, sin embargo, no puede ser el caso pues el dolor es una pasión ,
quihus eadem uisa noscunrur ac diiudicantur uoluntariae sum, fiwuque horninum arbitra tu. no una pasión posit iva o buena. No deja de ser interesante advertir la ausencia de una emoción positiva
( 17) Propterea cum sonus aliquis fonnidabilis aut caclo aut ex ruina aut repentinus nescio que corresponda a la transformación de la pasión "dolor" en una pasión buena. Aunque ante una situación
cuius periculi nuntius ud quid aliud est eiusrnodi fa cturn; sapientis quoque animum aterradora el alma del sabio se contrae y conmueve ("por un breve periodo de tiempo"; cf. 25.22), ese
10 paulisper moueri e l contrahi el pallescere necessum est non opinionc alicuius mali estado no es dolor en sentido estricto porque él no presta asentimiento a la presentación de algo aterrador.
Quizá simplemente los estoicos no encontraron un nombre apropiado para describir ese estado anímico
praecepta, sed quibusdam motibus rapidis et inconsultis officiwn mentis atque rationis que, de cualquier modo, es dificil de caracterizar.
praeuertentibus. (18) Mox tamen iHe sapiens ibidem ta~ tOlaÚtCt~ <pCtvtCtoia~ id est uisa 9 {mo M nlV xapav ttp\jllV Adviértase que en el texto 25.1 se caracterizó a la ttp\jll~ como un estado
istaec animi sui terrifica, non adprobat, hoc est, ou cruYKatatí8elCtl OUOE npocre1tlOO~Ósel, pasional subordinado al placer.
sed abicit respuitque; nec ei metuendum esse in his quicquam uidetur. (19) Atque hoc ¡nter
15 insipientis sapientisq ue animum differre dicunt; quod insipiens, qualia sibi esse primo 25.24 Andrónico de Rodas, De pass. 6, 1-4 (SVF 3.432)
animi sui pul su ui sa sunt saeua et aspera, talia esse uero putat; et eadem incepta, tarnquam {Eórrae.ía, 6t1í~ }
si iure metuenda sint, sua quoque adsensione adprobat Ka.l1tpocre1tloo~ósel (hoc en im BOÚA~ crt,'
Xap6: .uM~.ta. [.urrde.ta].
uerbo Stoici, cum super ista re disserunt, utuntur), (20) sapiens autem, cum brcuiter et (l. BoÚA.Tlcn~ J.1é.'-v Oúv ECJtlV eüA.oyo~ OpE~~.
strictim colore atque uultu motus est, ou cruYKatat(S¡:;tm, sed statum uigoremque ~. Xa¡x\ oE rnMIyo, €rrap",<;.
20 sententiae suae retinet, guam de huiuscemodi uisis semper habuit ut de minime rnetuendis, 5 y. EóM~Ela oE díMIYO, €K1d.lcrt<;· [~<pUMIKI] KaKou· \, bn-
sed fronte falsa et formidine inani territantibus." (21) Haee Epietetum philosophum ex ¡¡ÉAeta <puAaKii'] ·
deeretis Stoicorum sensisse atque dixisse in eo, quo dixi, libro legimus. [o. Eó""íe.ta 6E '/;t<; KárOl Kar."raA~eva<; ra<; K6p", 'xoooa].
{BOUA~".Ol, .r¡¡~ }
5 arbitraria lo Carrio : arbitrariae codd. 6 noscitanda Salmasius : noscilandae codd. 9 cuius
Greifswa ld : nescius cocid. / est Gronov : ex codd.
EüvOla' ru¡.tÉvElO· a07tao¡.tÓ¡;· <ayá1tT]ot¡;.>
10 O. EüvolO IlEY o-ov E.CJTl poúAr¡m~ a:yaSrov <é1"Ép<p> ruhoü EvEKEV
10 moueri et contr'dhi el pallescerc necessum eSI Técnicamente, los eSI~dos pasionales son contraccio- EKEÍVOU.
nes del alma. El dolor y el placer son, respectivamente, estados de depresión y exaltación y, mas concre-
p. Eu¡.tÉvelU oE EÜVOlO bd¡..tovo~.
tamente, ''pasiones''. El "contraerse" (en el lenguaje de Gelio conlrahi) corresponde al dolor, el "expan-
dirse" al p lacer. Son los movimientos de contracción y expansión del rrvf:Üj.Hl (el alma es un cierto tipo de y. 'AcmaCJ llo~ oE aOláOL(ltO¡; <*>
7rV&ü~Cl) que determinan que estemos deprimidos o exaltados. <O.> 'Ayó1tT]cn~ <*>.
13 oooe 1tpoO"E1ttOO~Ó.~El Éste es, probablemente, el único registro de este verbo; debe tratarse de un uso 15 {Xap~ ó'6~ y}
técnico de Epicteto, aunque en los textos conservados no hay ningún pasaje, además dc éste, en el que TÉp'IIt,· .u<ppocrúv~ · .u9ul'ía.
aparezca. (l. Tép'-lll~ ~ ouv €(,n xopa 1tpÉllOUCJ!l 1"(l1~ 1tEpl (lÚ1"OV cbcpú.dCt1~.
Este pasaje reproduciría una sección del libro 5 de las Diss. de Epiclelo (perdido para nosotros); se ~. Eó<ppocrúv~ oE xapa ¿m rol, rou "w<ppovo, epyOl"
conscrva como Fragmento 9. Graver 2007: 85-87 provee lIna discusión pormenoriza de este texto. <y.> Eó9u~ía oE xapu 1m olayOlYÍi ~ "v.m¡;~r~oí~ rravr6,.
20 {EóMI~da, .ro~ ~}
25.23 DL 7.116-117 (SVF 3.431,448,637,646; LS 65F) Atoc:ó~' áyvda..
se
EtvCtL Ka! eúrraOe{w; lPaol1"pEl~, xopáv, eU/..ápmav, ~OÚA.llmv. 0.. Al0ro~)lEY oDv Ecr1"lV EUA.ápelCt. op8oú 'l'6you.
Ka! TI¡v ~tv Xapov EvavtÍav cpacrlv efva¡ [rij AÚnu] tfj ~OOVÜ, OUOClV ¡:;ÜAoyOV p. 'AyvEÍo SE EÓAáPElU tWV rrep! SEOU~ á¡.toptTl¡.tÓU)v.
i:"tapmv· 1"llV 8' ElJMpElav t(9 <p6/3q;l, o&-ov EÜAoyOV eKKAlOlV,
<po~~e~".oenl ~ev yap rov "o<pOv OóO"~&" .ÓMI~~e~".oeat Oé. 2 wm~teEta Esta pasión positiva no aparece en ninguna de las demás listas de EU1tó.8Etnt; cr. sin em-
bargo el uso de este vocablo en Zenón (SVF 1.235) y Epictelo, Diss. 1.10.8; 4.1. 159.
5 tfi 8' €1tIeu~rq. €VaVtlOV c:pa.mv ErVCt\ 1"~V POÚAT]cnV, oocrav EÜloyov
ope~lv. KaOá7tEp oOv Ú1tO Ta rrprota rráOr¡ rrímEl1"lvá, tev autev 25.25 Plutarco 1M 449A-D (SVF 3.439; 384)
Tpórrov Ka! Ú1tO 1"~ rrpC(l1"a~ EUllaSd~' Kol Ú1tO ¡.t&v n)v POÚAll0"IV oT¡; Kal autOl TpÓllOV t lVa. OtO t~V tvápyetClV úneí-
eüvOIav, eó~elOV, (hmocrIlÓV, ayÓ1tT]01v' {me, BE nlV eUAápEtCtV KOvte~ CltOEicrOOl tO oicr;cúveCJ8C11 KaAOVcrl
aloro, áyveíav' Ú1tO 8& nlV xapav tÉp'I'lV, dlcppocruvllv, eúOu¡.tlav. KCll.1"O ~8EcreOl XUÍpElV KOl. t OU~ <pópou~ tUACl-
2 tft AÚ1tij secl. Frobenius : t ñ AÚ1tU Kal Suda I n,v ~óovt)v 8 2 3 d>AápetClV PFO et Suda: oEtAíav B 4 pEío~, 1"OÚTllV ~ ouoevO¡; av ClhlClCJO)lévou nlv EtJ<pl1¡.ttOV,
EUAaPTJa~O"Ecr60t F et Suda : EUAap~crEcreOt BPO 5 <paalv om. F 61tí1tt€tv B 5 d.1"O ClUta mí9r¡ 1tpOOLl8t¡..tEva ¡.tEv tep A.oylCJ)lep 1"OÚ"TOl~
Éste es uno de los pasajes cruciales para reconstmir la doctrina de las pasiones positivas o afectos
oe
KClA.OÚm 1"oi~ Ovó¡.tucrt, ¡.tax6¡.tEVu Kal PlCl~Ó)levU lOV
razonables; Isnardi Parente ( 1989) ubica en el estoicismo medio el surgimiento de dicha doctrina. FlUldamenta A.oylo¡.tov EKdvolr;' OtaV BE OOKpÚOl~ €AsyXÓIl€VOl Kal
su opinión especialmente en los Frag. 162-165 (EK) de Posidonio. rp6~ol, Kal xp6ru; ~a~oAal<; áV'Cl Mm\<; Kal <p6pou
8TlY~Oú~ t1vm; KUl. cruvSpO~crEI¡; UyúJOl Kul1tpoeuJ.1.{a~
10 'r~ E7tleU¡.t(a~ únoKopÍSrovtal, OocplOLlKa~ OOKOUCJLV oú
626 Capítulo 25 Las pasiones o estados emocionales 627

qltAocrÓcpOUt; ÓtaXpOúaElt; Kal anoopácrstt; ix téóv ¡rpaY)lá- 25.28 Galeno, PHP 246, 36-248, 13 (LS 65K)
TooV )lT]xaVaaeat 8to. tooV ovo¡.tán:ov. KUÍt017táA1V a1n:ol '01tÓWV o' Elpe~flt; bnO'KÉ1Itr¡wl 1tÓtEpa KpícrEtt; "[lVaS ~
rúe.; TE xapa¡;; EKElvm; Kal Tae; ~OUA~mnt; Kal rae.; EDAa~Eíac.; KpícrEO"lV f;1tÓWVa xp~ VO)lí~E1V elvaL ta 1Iá811, KaS' ÉKátEpa
Ell1ra8dcr<; KUAoúmv OlJK ana8EtW;, op8me.; maú8a xpcó- J..I8v a1IOxropEl trov 1IaA.atwv, rroM M flaAAOV Ev tii;l "[o lpau-
15 IlEVOl T01<; 6v6¡.tuO't' Y{VEtat yap wná8Eta tal) AoytCJ)lOÜ A6tEpOV ~rElcr8at . KOt yap Z ~vroVt Katá yE tODtO KaL Éautii;l
ro n&80.; miK avmpouvtoc.; aMa KOcr)lOUvroc.; Ketl tátTOVroc.; 5 Kat 1IOMo1S aM.ott; )láXEtat TWV Ltro'iK&V, olou tat; KpícrElt;
IN TOD; Olú<ppovoumv. 01 bE epaúAOl Kal aKpUlEt<; Tí náaxou- autas Tf¡S 'Vuxftt; áÁÁcl Kal tat; 81tt WÚWtt; UAóy01Jt; crumoAW;
OlV, éSTav rov 1tatÉpa Kal t~V ,.rrltÉpa KplvavrE<; qnAELv Kat ta1tEtVrocrELt; Kul Olí~Ets E1rápcrEtS t E Kat otUXÚcrEtt; Ú1tO-
c1vd 10U EProllÉvOU Kal. tiíc.; Epro¡.tÉVf]t; )l~ 6úvrovtat, TI,V )"a¡.J..pávouOlV dvat ta ríls o/Uxf¡t; 1Iá8r¡. IlOcrElorovlOt; J..IÉv yE
20 8' haipav Kal tOV KÓAUKU Kp{vavrE<; Eu8uc.; KaL qnA.&mv; ,,[EAÉro~ á1tEXropr¡crEV a)llpOTÉpCOV trov oo~wv·
~d. yap TO náeoc.; ~v KpíOl<;, eOEl rfl TOi) CPlAzí:v xPlÍVat Kal 10 015TE yap KpícrEtt;
)llO"ELV Kpíen;t 'rO eptAEiv E1H;cr€)m Kal TO )ltO"Elv' VDvl SE 015"[E 81ItyryvÓJ..IEVa KpícrEcrtV, OJJ...' ÚlIO n;t; SuJ.-lOE100l>t;
GU¡.tpaíV€l 'tuvavria, tate.; ¡.tEv 1tpOCrn8EJlÉvou 'COD náElouc.; n: Kat E1ttSu¡..tr¡ttJcf¡~ ouvá)lEWS ~yEltal yíYVEcr8at Ta 1táOr¡
KpícreOl Tate.; 6' a1t8t8ouvroc.;. DKaí <pUC)tV amor, Kma 1IOV áKoAouS~cras tq, naAatii;l Aóyep. Kat1tUv8áve"[aí
25 ¡rov 1tpay~á:TcoV EKpla~o~Évwv, ou 1tucruv yE "[oov 1IEPl "[OV XpÚO"l1UtOV OÚK OAlyáKtt; f:v TU 1IEptnaSwv
dval Kpícnv 1tá9ot; ci)J.a TllV KlvrrTucr1v óp~f¡t; p1aíou Kat 15 ÉamoD npay)la"[Elq., Tí~ 1; Tflt; 1tMOVa~oúm¡t; Óp¡..tf¡t; 8(J"TlV
1IMOVa~oúm¡t;, ó~oAoyoDvrE~ ErEpOV E{Val tO Kplvov Kat tO ahia. Ó )lEY yap Aóyos OUK clv OúVattÓ yE 1tAeOVá~EtV 1tapa
1Iácrxov EV 11)llV óScmep tO KtVODV KUt tO KlV01J~EVOV. "[a Éamol> 1Ipáy~aTá tE Kat ~LÉtpU.
UUTÓ~ "[E Xpúcrt1I1tOt; 8V 1tOMOlt; Ópt~ÓWvo~ t~V KUptE- lIp60T]AOV oÚv ros ÉtÉpa
30 píav Ka! tllV EyKpáteUIV E~Elt; aKOAoUSr¡tlKat; tii;l atpoDvn 'Ttt; l:JJ...oyÓt; ¿m1 8úvo¡.uS ahía tOl> 1tA.eOVá~Ecr8at t~V Óp)l~v
AÓYep, of¡Aót; Ecrnv úno tWV 1tpay~átcov o~o)..oyelV avayKa- 20 Ú1tEP ta ~uhpa tOl> AóyOU, Ko8ó1IEp tOU 1tA.eOVá~Ecr8at "[ov
~Ó~tEvOt;, ro~ iin:póv ¿crIl tO aKOAou90üv ¿v ~J.-llV tOD OpÓ)lOV Ú1tEp"ta flÉtpa tflt; 1tpOmpÉcrErot; aAoyo~ ~ ahía, "[o
~ UKOAOu8Ell1:Et9ó)lEVOV ~ 1táAIV ~láXE"rat ~~ 1IE18ó- pápos toD crcó¡..tatos.
)lEVOV. l1tÓt€pov RAId. / "tlva. H : COITo Ald. 6 mt del. Como 11 post KpíoeCílV add clvOt Müller 141WV] lO\\; H :
1 01 Kat aUToi~ eOIT. Tunebus I EVÉpyEtav GE : evápyelfIV eeU. cocIdo 9 Ol)vE6pCíEt~ COIT. Haupt 1t COIT. l(jdd
OlaK(ll.íCíEt~ corro Xylander 22 Kat tO del. Sieveking
11-13 \mO lile; tJu)lOE100u.; 110 Kal É1tIEru)lT[tllcfjC; ouvá)l€ce>; ... 1(9 1IaAaló) AóYrJ) Claramente, se refiere a
25.26 Cicerón, Defin. 3.35 (SVF 3.381) Platón (cf. Rep. 439D-E).
Nec yero perturbationes animorum, quae vitam insipientium miseram acerbamque 25.29 Temistio, In Aristotelis libros de anima paraphrasis 107, 17-21 (SVF 1.208)
reddunt, quas Graeci ná9r¡ appellant-poteram ego verbum ipsum interpretans morbos Kat ou KUKwt; 01 áno Z~vcovo~ t<l1táSr¡ tf¡t; avOpro1[íVl1t; wuxf¡¡;
appellare, sed non conveniret ad omnia; quis enim misericordiam aut ipsam iracundia m lOU AÓYOU OtacrrPOlpa¡; dvat tlSÉJ.-lEVot Kat AóyOU Kpícre1S ~)lap-rll¡.tÉva¡;· Kat
morbum solet dicere? at illi dicunt 1tá80t;. sit igitur perturbatio, quae nomine ipso vitiosa E'(r¡ av wu"[ov El1tEív 1taSlltlKÓV tE VODV Kal1tá80~ AOYlKÓV. lOmÉcrT\ 1[(íeo~
5 declarari videtur [nec eae perturbationes vi aliqua naturali moventur]. omnesque eae
sunt genere quattuor, partibus piures, aegritudo, formjdo, libido, quamque Stoici communi
a
~xf¡t; av~pro~{vr¡t;, ata "[~v Eit; crw)la 'TOU vol> KU'TOíKtcrtV Aóyou J..IÉ'TOXa
5 ylVE:.Tat Km ¿1ITIKoa'
nomine corporis et animi ~oov~ appellant, ego malo laetitiam appellare, quasi gestientis
animi elationem voluptariam. perturbationes autem nulla naturae vi cornmoventur, 2 10-0 Á6you olampocpa.e; ef. texto 25.1 y Estobeo, Ec!. 2.104, 10-14: "El vil no es amante de argumentar
ni de escuchar, por cuanto, en primer lugar, no está preparado para recibir argumentos correctos a causa de la
omniaque ea sunt opiniones ac iudicia levitatis. ¡taque his sapiens semper vacabit. condescendiente necedad que deriva de la distorsión (OUl t~V lmEÍxouoov ex tile; olUmpocpile; acppoCí'Úvr¡v)
5 [nec eae perturbationes vi aliqua naturali moventur] add. Madvig, Schiche [de su alma]".
3-5 €111 &v taUloV d1tdv 1ta9T]T\KÓV tE VOUV Kal 1Iá90e; A.O)'tKÓV ... 10U vou XatoÍK1CílV AÓYOU liÉtOXa
25.27 Porfirio, De abstillentia, 3.22, 3 yíV€T(ll Ka1. emíKoa' El primer comentario de Temistio ("seria 10 mismo decir 'pasional', 'intelecto',
ta bE 1tá8r¡ crúll1taVra 'pasi6n racional' ") es apropiado: Temistio advierte que lo que los estoicos están diciendo es que la
KO\V&t; KpícrEtS lpaú,,,w; Kat86~as ÓflOAoYOl>Vn:s dvat, pasión es sin más razón. La segunda parte de su comentario, sin embargo, ("cosas que, debido al estable-
8au¡..tamov OIl o~ napopwcrlV Ev tOl~ Sr¡pí01t; Epya Ka! cimiento del intelecto en el cuerpo, llegan a ser partícipes y oyentes de la razón") es incorrecto como
interpretación de la tesis estoica: aunque el intelecto O razón está en el cuerpo, los estados pasionales no
Ktvf¡J.-lata, 1to).)..Q ¡..tEv 9uJ..l&v, noMa oE lpÓ~ffiV Ka] v~ oyen ni participan de la razón en el sentido (platónico) que parece sugerir Temistio, sino que son esa
5 óÍa lp8óvrov KOt ~r¡AOW1IlroV. misma razón, si bien dispuesta de una manera viciosa.
Es evidente que ni Porfirio en este texto ni Galeno en otros advierten --o quieren advertir, tal vez por
motivos polémicos- que, en un sentido técnico estoico estricto, los animales no pueden tener emociones o
pasiones, ya que éstas son formas desviadas o deficientes de la razón, y los animales no tienen razón.
Teoría del valor y de las virtudes 629

26.2 Plutarco, VM 441C (SVF 1.202; LS 6 1 B)


Capítulo 26 Todos estos en común suponen que la virtud es una cierta disposición de lo rector del al-
Teoría del valor y de la virtud ma y una fuer.la generada por la razón o, más aún, que la virtud es una razón coherente, segu-
ra e inm odificable.
26.3 E,tobeo, Ecl. 2.60,7-8 (SVF 3.262)
En su sentido más genera l afirman que la virtud es la disposición del alma concordante
26.1 DL 7.89-93 (SVF3.39; 197; 223 LS 61A; 61K) cons igo misma respecto de la vida total.
La virtud es una disposición coherente; y es elegida por sí misma, no por algún temor o
esperanza o por algo exterior. Y en ella también reside la felicidad, por cuanto se trata de un 26.4 Ga leno, In Hippocral;s de humoribus 11,16.303 , 11-17 (SVF 3.260)
a lma que ha sido hecha para la coherencia de la vida total. Pero el animal racional se pervier- Pero, sin embargo, algunos afirman que la esencia del alma es una sola y pretenden que
te, unas veces, por la persuasión de las cosas exteriores, otras, por la instrucción de los allega- la virtud sea una perfección del alma de cada uno. Por tanto, si la virtud es algo de esta índole,
dos, porque la naturaleza proporciona tendencias incontrovertibles. Virtud, en sentido general, será una, si es que en verdad también es una la perfección. Y así la virwd es, forzosamente, un
es para todo una cierta perfección, como por ejemplo la de una estatua. Hay una virtud no conocimiento que se da en la parte racional del alma; y dado que en nuestras almas hay só lo
teórica, como la sa lud, y una teórica, como la prudencia. En efecto, en el libro 1 de su tratado una [parte], la racional, no hay que buscar muchas virtudes.
Sobre las virtudes !-Iecatón sostiene que son científicas y teóricas las que se constituyen a
26.5 Anecdota Graeca, vol. 1, p. 171 (SVF 3.214)
partir de principios teóricos, como prudencia y justicia. Son no teóricas, en cambio las que se
Aristóteles [cree que] por naturaleza, por costumbre o por medio de la razón. Los estoi-
consideran de manera teórica por extensión junto con las que se cons tituyen a paltir de princi-
cos sin duda también lo creen pues la virtud es un arte y todo arte es una estructura que consta
pios teóricos, como salud y fuerza. Pues ocurre que a la prudencia, que se ha considerado
de principios teóricos que se ejercitan. La razón se da en conformidad con los principios
teóricamente, sigue y es ca-extensiva la salud, ta l como la fuerza sobreviene a la curvatura de
teóricos, y la costumbre en conformidad con la ejercitación. Todos nacemos [con una tenden-
una bóveda. Se llaman " no teóricas" porque no comportan asentimientos, sino que también
cia que] por naturaleza es hacia la virtud, en la medida en que tenemos inclinaciones (hacia
sobrevie nen a los viles, como salud y valentía. En el libro 1 de su Discurso ético Posidonio
ella].
afirma que una prueba de que la virtud es existente es que los que estaban en el entorno de
Sócrates, Diógenes y Antístenes progresaron en ella, y el vicio tan1bi én es existente porque se 26.6 E,tobeo, Ee/. 2.62, 15-24 (SVF 3.278)
opone a la virtud. Y que ella, me refiero a la virtud, es enseñab le lo sostiene Crisipo en el Ahora bien, dicen que estas virtudes ya mencionadas (i.e. las cuatro prioritarias: pruden-
libro 1 de su tratado Sobre los fines y Cleantes y Posidonio en los Pro/réplicos, y Hecatón. cia, moderación, valentía y justicia) son perfectas en relación con el modo de vida y que están
Que es enseñable es evidente a partir del hecho de que [las personas] de viles se vuelven constituidas a partir de ciertos principios teóricos. Otras, en cambio, sobrevienen a éstas, aun
buenas. Ahora bien, Panecio dice que hay dos [tipos de] virtud: teórica y práctica, pero otros cuando ellas no son todavía artes, sino ciertas capacidades que son el resultado de la práctica.
[dicen] que son [tres], lógica, física y ética. Los dd entorno de Posidonio dicen que son cuatro Por ejemplo, la salud del alma, su integridad, vigor y belleza. Pues tal como la salud del cuer-
y los del entorno de Clcantes, Crisipo y Antípatro [dicen] que más. Por cierto que Apolófanes po consiste en una mezcla equilibrada de los factores calientes, fríos, secos y húmedos que
dice que es una sola, la prudencia. Entre las virwdes, unas son primarias, y otras subordinadas hay en el cuerpo, así también la salud del alma consiste en una mezcla equilibrada de las
a éstas; primar ias son las siguientes: prudencia, valentía, justicia , moderación. Son especies de creencias que hay en el alma.
éstas la magnanimidad, la continencia, la resistencia, la agudeza, la buena deliberación. La
26.7 Clemente, Strom . 7.3.19.3-5 (SVF 3.224)
prudencia es un conocimiento de males, bienes y de 10 que no es ni lo uno ni 10 otro; la valent-
ía es un conocimiento de lo que hay que elegir, de lo que hay que precaverse y de lo que no es En efecto, no nacemos poseyendo por naturaleza la virtud ni, una vez nacidos, [nos] so-
ni 10 uno ni 10 otro; la j usticia <"'>; la magnanimidad es un conocimiento <o> una condición breviene de una manera natural más tarde, como ocurre con algunas otras partes del cuerpo.
[del alma] que hace [a uno] superior a las cosas que suceden en común, tanto entre los viles Puesto que, [si así fuera], no habría nada voluntario ni digno de elogio. Y la virtud tampoco se
como entre los virtuosos; la continencia es una di spos ición sobresa liente de quienes [obran] perfecciona por la costumbre que sobreviene a partir de lo que sucede, como ocurre con una
según recta razón, o un estado inquebrantable de los placeres; la resistencia es un conocimien- lengua. Ése es, en efecto, prácticamente el modo en que sobreviene el vicio. El conocimiento,
to o un estado de lo que hay que soportar, de lo que no y de ni lo uno ni lo otro; la agudeza es por cierto, no deriva de un arte, ya sea de los que proporcionan (algo] o de terapéuticas en
un estado que descubre lo debido desde lo que está a la mano; la buena deliberación es un relación con el cuerpo; tampoco deriva de la educación convencional, pues sería digna de
conocimiento que procede del examen de cuáles [acciones] y de cómo al actuar actuaremos de estima si solamente pudiera preparar y poner en orden el alma.
manera apropiada. De modo análogo, también ent re los vicios unos son primarios y otros 26.8 Séneca, Ep. 49.11 (SVF 3.219)
subordinados; por ejemplo, insensatez, cobardía injusticia e intemperancias se encuentran Yerras si consideras que sólo en la navegación se encuentra el punto más pequeño en el
entre los primarios. Lncontinencia, torpeza y mala de liberac ión entre los subordinados. Los que se distingue la vida de la muerte: en todo lugar el intervalo es igualmente tenue. La muer-
vicios son formas de ignoranc ia cuyas formas de conoci miento son las virtudes. te no se muestra tan próxima en ninguna parte; no obstante, está muy próxima en cualquier
sitio. Disipa estas tinieblas y más fácilmente me darás aquellas cosas para las que ya estoy
preparado. La naturaleza nos ha hecho dóciles y nos dio una razón imperfecta, pero que puede
ser perfeccionada.
630 Capítulo 26 Teoría del valor y de las virtudes 631

26.9 Musonio Rufo, Disserl. 5 26.12 Calcidio, In Ti",. 165 (SVF 3.229)
Además, se nos ocurrió la cuestión de si para la adquisición de la virtud es más eficaz la Dicen además que los de li tos o faltas no son espontáneos ya que toda alma, al participar
costumb re o la razón. si la razón podría enseñar correctamente qué habría que hacer o si la de la divinidad, sin duda siemp re tiende al bien a causa de una tendencia natural. No obstante,
costumbre surgiría entre los que se acostumbran a actuar de acuerdo con dicha razón. A Mu- a veces, cuando juzga lo que es bueno y lo que es ma lo, yerra.
sonio le parecía que era más eficaz la costumbre Y. defendiéndose con su propia opinión, solía
26.13 E,tobeo, EcI. 2.107, 16-108,3
interrogar a a lguno de los presentes del siguiente modo: "si hubiera dos médicos, uno capaz
Unos, en efecto, creen que el sabio no sólo llega a estar bien dispuesto por naturaleza
de hablar sobre los asuntos méd icos como si fuera alguien extremadamente experimentado,
hacia la virtud, sino que algunos llegan a estarlo por la práctica; y aceptaron lo que se dice en
pero sin ninguna práctica respecto del cuidado de los enfermos, y otro incapaz de hablar pero
el proverbio: "con el tiempo la práctica se vuelve naturaleza". También supusieron algo simi~
acostumbrado a cuidarlos según la razón médica, ¿a quién escogerías", dijo, "para que esté
lar respecto de la nob leza de nac imiento, de modo que la capacidad natural es, en general, un
presente cuando estés enfenno?" Y el otro respondió: "al que está acos tumbrado a cuidarlos".
estado di sposicional que por naturaleza o por la práctica es apropiado para la virtud, o bien es
Entonces [dijo) Musonio: "¿Y qué? Si hubiera dos hombres, uno que hubiera navegado con
un estado disposicional según el cua l ciertas personas poseen una buena capacidad para la
frecuencia y piloteado ya suficientes barcos, y el otro que hubiera navegado pocas veces y no
virtud. Y la nob leza de nacimiento es un estado disposicional apropiado para la virtud, [que se
hubiera piloteado nunca; y si éste que no piloteó hablara muchísimo de cómo hay que pilote~
produce] por nacimiento o por la práctica.
ar, y el otro [que piloteó] de modo insuficiente y comp letamente débi l, ¿de cuál de los dos te
servirías como pil oto para la navegación?" Y el otro dijo : "del que piloteó con frecuenc ia". 26.14 Musonio Rufo, Dissert. 2
Entonces volvió [a decir]: "si hubiera dos mús icos, uno que conoce las razones musicales y Todos - no uno de nosotros sí y otro na-, decía [Musonio], hemos nacido por naturaleza
las enuncia de Ulla manera muy convincente, pero es incapaz de cantar, de tocar la cítara o la de modo tal de vivir sin error y con nobleza. Una prueba significativa de esto es que los l egis~
lira, y el otro que es inferior en cuanto a dichas razones, pero toca bien la cítara y la lira, y ladores prescriben 10 que hay que hacer y prohíben lo que no hay que hacer a todos por igual,
además canta, ¿a cuál de los dos confiarías una obra musica l, o cuá l querrías que se convirtie~ y no excluyen a ninguno de los que desobedecen o yerran - ni al joven ni al viejo, ni al fuerte
ra en maestro de música de un niño que no sabe?" Y el otro respondió que el que es entendido ni al débil , ni a ningún otro -, de manera tal que quede sin castigo. Pues bien, si todo lo relati~
en las obras. "¿Entonces qué?", agregó Musonio, "Esto es así; ¿pero no es mucho mejor vol~ va a la virtud viniera de afuera, habría sido necesario que nada de ello se encontrara en noso-
verse continente y moderado respecto de todo lo que se lleva a cabo que ser capaz de decir lo tros por naturaleza, sino que, tal como en las tareas que dependen de otras artes nadie que no
que sea necesario respecto de la moderación o la continencia?" En -ese caso el joven concedió haya aprendido el arte afirma que está libre de error, así tampoco nadie que no haya aprendido
que era peor y más vil hablar suficientemente sobre la moderación que ser de hecho modera~ la virtud afIrmará que está libre de error en los asuntos de la vida, precisamente, porque sólo
do. De aquí que Muson io, resumiendo lo que an tes había dicho, agregó: "¿Cómo es entonces la virtud hace que uno no yerre en la vida. Ahora bien, en el cuidado de los enfermos no hay
que en estos casos sería mejor conocer la razón de cada cosa que estar acostumbrado y llevar ningún otro que considere que se encuentra libre de error a no ser el médico; y en el uso de la
a cabo las cosas según la guía de la razón? Porque la costumbre lleva a ser capaz de actuar y lira ningún otro a no ser el mús ico, yen el uso del timón ningún otro a no ser el timonel. En la
conocer la razón de la cosa a ser capaz de hablar, pues la razón, al enseñar cómo hay que vida, en cambio, ya no consideran que solamente el filósofo se encuentre libre de error, que
actuar, también contribuye a la acc ión y es anterior en el orden a la costumbre. En efecto, no parece que es el único que se preocupa por la virtud, sino que todos por igual, incluso quienes
es posib le acostumbrarse a algo noble si uno no se acostumbra según la razón. Pero virtua l~ no han tenido ninguna preocupación por ella. Es obvio, entonces, que no hay ninguna otra
mente la costumbre antecede a la razón . Porque es más importante que la razón para llevar al expl icación de esto que el hecho de que el ser humano ha nacido para la virtud. Y por cierto
ser humano hac ia sus acciones". que una prueba significativa de que la virtud se encuentra por natura leza en nosotros es la
siguiente: que todos hablamos sobre nosotros mismos de modo tal como si poseyéramos la
26.10 E,tobeo, EcI. 2.62,7-14
virtud y fuéramos buenos. En efecto, entre la gente, no hay nadie que, si se le pregunta si es
El fin de todas estas virtudes consiste en vivir en concordancia con la naturaleza, y cada
imprudente o prudente, vaya a reconocer que es imprudente, ni tampoco [nad ie que] si se le
una de ellas hace posible, mediante sus peculiaridades, que el ser humano logre dicho fin. En
pregunta si es injusto o justo, vaya a dec ir que es injusto. De modo similar, si alguien le pre~
efecto, a partir de la natura leza el hombre posee las inclinaciones para el descubrimiento de 10
gunta si es moderado o inmoderado, luego, todo el mundo, cuando se lo interrogue, respon~
que es debido, el equilibrio de los impulsos, los actos de constancia y de distribución. Y cada
derá que es moderado . Y, simplemente, si alguien le pregunta si es bueno o malo, dirá que es
virtud, al actuar en armonía y según lo que es propio de ell a misma, hace posible que el hom~
bueno, y esto lo dirá aun cuando no sea capaz de mencionar a un maestro suyo de nobleza y
bre viva en concordancia con la naturaleza.
bondad, o qué aprendizaje o práctica de la virtud ha hecho. Por ende, ¿prueba de qué otra cosa
26. 11 E'tobeo, EcI. 2.65, 7-9 (SVF 1.566; LS 61 L) es esto sino de que el alma humana tiene una advertencia natura l para la nobleza y la bondad
Entre virtud y vicio no hay nada intennedio, pues todos los hombres tienen incl inaciones y de que en cada uno de nosotros se encuentra presente una semilla de virtud? Y dado que nos
hacia la virtud que proceden de la naturaleza y, según Cleantes, es como si tuvieran la propor~ conviene ser completamente buenos, unos nos engañamos como si fuéramos realmente bue~
ción de los versos yámbicos. De ahí que, si son incompletos, son viles, y si completos exce- nos, otros nos avergonzamos de reconocer que no lo somos. ¡Por los dioses! ¿Por qué, [si no
lentes. fuera así], nadie dice que conoce las letras, la música o el arte de la palestra sin haberlos
aprendido antes, ni simula que posee dichas artes a no ser que sea capaz de nombrar el maes-
tro al que frecuentó, pero todo el mundo asegura que posee la virtud? Porque por nanlraleza
ninguna de aquellas [artes] se encuentra por naturaleza en el ser humano, ni ll ega nadie a la
vida con las advertencias <*>.
632 Capítulo 26 Teoría del de las virtudes 633

26.15 Estobeo, Ec!. 2.63, 6-25 (SVF 3.280; LS 6ID) Crisipo, cuando reprocha a Aristón porque éste solía decir que las demás virtudes no son más
Todas las virtudes, que son conocimientos y artes, tienen principios teóricos comunes y, que estados de una sola virtud, y cuando está de acuerdo con Zenón, quien define cada virtud
como se ha dicho, el mismo fin, por lo cual también son inseparables. Pues quien tiene una de este modo. Cleantes, por su parte, en sus Disertaciones fisicas, habiendo dicho que la
virtud las tiene todas , y quien actúa según una virtud actúa según todas ellas. Se diferencian tensión es un golpe de fuego y que si dicha tensión en el alma se vuelve conveniente para
entre sí, sin embargo, en sus rasgos fundamentales pues los rasgos fundamentales de la pru- cumplir lo que le compete es llamada "fuerza" o "poder", literalmente agrega: "Esta fuerza o
dencia son, principalmente, la teoría y la práctica de lo que hay que hacer y, de acuerdo con poder, cuando sobreviene en situaciones que manifiestamente deben ser soportadas, es conti-
una segunda explicac ión, también son la teoría de lo que hay que distribuir, de lo que hay que nencia, pero cuando sobreviene en situaciones que deben ser resistidas es valentía. Respecto
elegir y de 10 que hay que resistir para llevar a cabo de un modo infalible lo que hay que de los merecimientos es justicia; respecto de las elecciones y evitaciones es moderación".
hacer. El rasgo fundamenta l peculiar de la moderación es, por su parte, en primer lugar, hacer 26.18 Plutarco, SR 1046E-I047A (SVF3.243, 299; LS 61F)
estables los impulsos y hacer una consideración teórica de ellos. Y, de acuerdo con una se- Sostienen que las virhldes se implican recíprocamente, no sólo porque quien tiene una las
gunda exp licación, [los rasgos fundamentales de la moderación consisten en considerar teóri- tiene todas, sino también porque quien lleva a cabo una acción cualquiera según una virtud la
camente] lo que está subordinado a las demás virtudes, para comportarse de un modo infalible lleva a cabo según todas ellas. Afirman, en efecto, que ni es un hombre perfecto el que no
en cuanto a los propios impulsos. Y, de una manera similar, la va lentía en primer lugar consi- tiene todas las virtudes ni es una acción perfecta la que no se hace de acuerdo con todas las
dera teóricamente todo lo que hay que resistir y, en segundo lugar, considera lo que está su- virtudes. Por cierto que en el libro VI de sus Investigaciones éticas Crisipo dice que el civili-
bordinado a las demás virtudes. Y la justicia examina, en primer lugar, lo que está de acuerdo zado no siemp re es valiente y que el vil no siempre es cobarde, pues cuando surgen ciertas
con el valor para cada persona y, en segundo lugar, también examina lo demás. Todas las cosas en sus presentaciones aquél debe permanecer firme en sus juicios, y éste apartarse de
virtudes, en efecto, ponen atención en los rasgos fundamentales de todas las demás virtudes y ellos. Es plausible, sin embargo, dice, que el vil no siempre sea inmoderado. Ahora bien, si en
en los que se subordinan unos a otros. realidad ser valiente es algo tal como ejercitar la valentía y ser cobarde es algo tal como ejer-
26.16 Musonio Rufo, Dissert. 6,1-22 citar la cobardía, cuando dicen que el que tiene las virtudes o los vicios actlla al mismo tiempo
Con entusiasmo animaba a la práctica a lo s que estaban con él valiéndose siempre de de acuerdo con todos ellos y que el civilizado no siempre es valiente y el vil no siempre co-
ciertos argumentos del siguiente tipo: "la virtud", decía, "es un conocimiento no sólo teórico, barde hacen afirmaciones contradictorias.
sino también práctico, como la medicina y la música. Por consiguiente, como el médico y el 26.19 DL 7.125-126 (LS 61I)
músico, cada uno no sólo debe admitir los principios teóricos de su propio arte, sino también
Dicen que las virtudes se implican recíprocamente y que quien tiene una las tiene todas,
ejercitarse en actuar según dichos principios teóricos. De este modo, también la persona que ya que sus principios teóricos son comunes, tal como dice Crisipo en el libro 1 de su tratado
va a ser buena no sólo debe aprender los conocimientos que 10 conducen a la virtud, sino Sobre las virtudes, Apolodoro en su Física según la antigua [escuela] y Hecatón en el libro
también a ejercitarse celosa y laboriosamente según ellos. Porque, ¿cómo podría alguien
III de su tratado Sobre las virtudes. Pues el virtuoso es no sólo teórico, sino también práctico
llegar a ser directamente moderado si solamente supiera que no hay que ser vencido por los de lo que hay que hacer; y lo que debe hacerse también debe elegi~se, mantenerse firme, debe
placeres, pero no se ejercitara en oponerse a los placeres? ¿Cómo podría alguien llegar a ser ser constante y debe distribuirse. De modo que, si hace unas cosas selectivamente, otras con
justo habiendo aprendido que hay que amar lo equitativo pero sin haber aprendido a evitar firmeza, otras distributivamente, y otras con constancia, será entonces no sólo prudente y
tornar ventaja? ¿Cómo podríamos adquirir la valentía si hemos comprendido, por una parte, valiente, sino también justo y moderado.
que no es temible lo que le parece a la mayoría de la gente que es terrible y, por otra parte, sin
habernos cuidado de estar libres de temor respecto de ello? ¿Cómo llegaríamos a ser pruden- 26.20 Estobeo, Ec!. 2.64,18-29 (SVF 3.305)
tes si conocemos cuáles son los verdaderos bienes y males, pero sin habernos ejercitado en Afirman que las virtudes son muchas e inseparables entre sí y que ellas son sustancial-
despreciar las cosas que parecen bienes? Es conveniente, por tanto, que también la práctica mente idénticas a la [parte] conductora del alma, según la cual sin duda toda virtud no sólo
siga por completo al aprendizaje de los conocimientos que convienen a cada virtud, si es que existe sino que es llamada "cuerpo", pues la mente y el alma son cuerpos. Consideran, en
al menos también vamos a tener un beneficio del mismo aprendizaje. También es necesario efecto, como "alma" al hálito caliente que es connatural a nosotros. También quieren que el
que el que estima el fi losofar lo practique tanto más que el que aspira a la medicina o a algún alma en nosotros sea un ser vivo, pues no só lo está viva, sino que además percibe, y espe-
otro arte semejante, en la medida en que la filosofía es más significativa y más difícil de cialmente su parte conductora, que, claro está, se llama "mente". Esa es tambi én la razón por la
obtener que cualquier otra ocupación. cual toda virtud es un ser vivo, pues ella es sustancialmente idéntica a la mente. En efecto, de
acuerdo con esto también aflrman que la prudencia consiste en "ser prudente", pues es compatible
26.17 Plutarco, SR 1034C-E (SVF 1.200,563; 3.258; LS 61C)
con ellos que argumenten de este modo.
Zenón, como Platón, admite muchas virtudes diferentes, como prudencia, valentía, mode-
ración, justicia. Porque, aunque inseparables, son, sin embargo, diversas y diferentes las unas 26.21 Séneca, Ep. 67.10
de las otras. Ya su vez, cuando define cada una de ellas, afirma que la valentía es prudencia Cuando uno soporta los tormentos con valentía, está haciendo uso de todas las virtudes.
<en lo que hay que resistir, y que la moderación es prudencia en lo que hay que elegir, y que La persistencia, que es una única virtud, tiene una posición prominente y es particularmente
la denominada "prudencia" en sentido propio, es prudencia> en lo que hay que llevar a cabo, manifiesta. Pero la valentía, cuyas ramas son la persistencia, la resistencia y la tolerancia,
y la justicia es prudencia en las cosas que hay que distribuir, porque, aunque la virtud es una también está allí. También está presente la prudencia, sin la cual ninguna decisión puede
sola, según sean sus actividades en sus [diversos] estados parece que es diferente en relación comenzar. La prudencia recomienda apartarse y sobrellevar con la mayor valentía posible lo
con las cosas. No sólo Zenón parece contradecirse respecto de estos asuntos, sino también que no puede evitarse. También está presente la constancia, que no puede ser sacada de su
634 Capitulo 26 Teoría del valor y de las virtudes 635

lugar y que no descuida su propósito por la acción de ninguna fuerza perturbadora. Allí tam- una, y la virtud es una perfección de la naturaleza de cada cosa, como él mismo reconoce.
bién está aquella escolta indivisible de virtudes. Todo lo que se hace con nobleza se hace con Ahora bien, cuando Aristón de Quíos afirma que las virtudes del alma no son muchas, sino
una virtud y proviene del juicio de una decisión. Pero aquello que es aprobado por la totalidad que es una, la cual sostiene que es "conocimiento de bienes y males", [lo hace] mejor, yacer-
de las virtudes, aunque parece que ha sido hecho por una sola virtud, es deseable. ca de las pasiones no escribe cosas contradictorias con sus propias hipótesis, como Crisipo.

26.22 DL 7.16 1 (SVF 1.351; LS 31N) 26.25 E,tobeo, Ec!. 2.60,9-62,6 (SVF 3.264; LS 61H)
[Aristón] no introdujo muchas virtudes como Zenón ni [dij o], como los megáricos, que se Entre las virtudes unas son primarias y otras subordinadas a las primarias. Las primarias
trataba de una única virtud denominada con muchos nombres, sino que [entendió la virtud] son cuatro: prudencia, moderación, valentía, justicia. La prudencia se produce en relación con
según lo dispuesto de algún modo respecto de algo. los actos debidos; la moderación en relación con los impulsos humanos; la valentía en rela-
ción con la resistencia y la justicia en relación con las distribuciones. De las virtudes subordi-
26.23 Plutarco, VM 440E-441D (SVF 1.201; 3.255. LS 61B) nadas a éstas, unas se subordinan a la pnldencia, otras a la moderación, otras a la valentía y
Menedemo de Eretria suprirrúa no sólo la multiplic idad de virtudes, sino tamb ién sus di- otras a la justicia. Ahora bien, a la prudencia se subordinan la correcta deliberación, el razo-
ferencias, ya que la virtud es y se vale de muchos nomb res. En efecto, se quiere decir lo mis- namiento correcto, la perspicacia, la discreción, el tino y la inventiva. A la moderación se
mo con "moderación", "valentía" y "justicia", tal como ocurre con "mortal" y "hombre". El subordin an el buen orden, la ordenación, el recato y la continencia. A la valentía la constan-
mismo Aristón de Quíos tamb ién hacía a la virtud sustancialmente una y la denominaba "sa- cia, la audacia, la magnanimidad, el buen ánimo y la laborios idad. A la justicia la piedad, la
lud", pero en su estar dispuesta de algún modo las hacía diferentes y múltip les. Es como si servicialidad, la sociabilidad y el correcto intercamb io. Pues bien dicen que el buen consejo es
uno quisiera llamar a nuestra vista "blanca" cuando se refiere a cosas blancas y "negra" cuan- un conocimiento de qué cosas y de cómo, al actuar, actuaremos convenientemente. El razo-
do a cosas negras, o alguna otra cosa de esta índole. Pues la virtud, cuando examina lo que namiento correcto es un conocimiento que elige esto en vez de esto otro y recapitula los actos
hay que hacer o lo que no hay que hacer se llama "prudencia"; cuando pone en orden el apeti- que se producen y se llevan a cabo. Perspicac ia es un conocimiento que al punto descubre 10
to y determ ina la medida y la oportunidad apropiada en los placeres se llama "moderación". Y apropiado. Discreción es un conocimiento de las cosas mejores y peores. Tino es un conoci-
cuando tiene que ver con los contratos y con las relaciones de unos con otros se llama "justi- miento apto para lograr la meta en cada caso. Inventiva es un conocimiento capaz de descu-
cia". Es como el cuchillo que, siendo uno, en un momento corta una cosa y en otro otra, o brir la viabilidad de las cosas. El buen orden es un conocimiento de cuándo hay que actuar,
como el fuego que actúa en diferentes materiales y se va le de una única naturaleza. También qué hay que hacer después de qué y, en términos generales, del orden de las acciones. Orde-
Zenón de Ci ti o en cierto modo parece referirse a esto porque define la prudencia como justicia nación es un conocimiento de las acciones decorosas e indecorosas. Recato es un conocimien-
cuando se trata de cosas distribuib les; en el caso de cosas elegibles, como moderación; en el to que atiende a la correcta censura. Continencia es un conocimiento sobresaliente de los
de cosas que deben ser resistidas, como valentía. Y los que defienden la tesis zenoniana esti- hechos que se manifiestan según la recta razón. Constancia es un conocimiento que se man-
man que en estas [definiciones] Zenón denomina "prudencia" al conocimiento. En cuanto a tiene firme en los que disciernen correctamente. Audacia es un conocimiento por el cual
Crisipo, en cambio, que consideraba que la virtud se constituye debido a una cualidad propia sabemos que no habremos de desembocar en nada temible. Magnanimidad un conocimiento
en el individuo cualificado, le pasó inadvertido ~a pesar de estar despierto- el no habitual e que nos hace superiores a lo que por naturaleza sucede, tanto entre los virtuosos como entre
incluso no conocido "enjambre de virtudes" del que hab la Platón. En efecto, tal como pone la los vi les. El buen ánimo es un conocimiento del alma que se presenta a sí misma como inven-
valentía en el hombre valiente, la mansedumbre en el manso, la justicia en el justo, así tam- cible. Laboriosidad es un conocimiento que, si no es impedido por un dolor, es capaz de llevar
bién pone el agradecimiento en el agradecido, la bondad en el bueno, la grandeza en el gran- a cabo lo propuesto. Piedad es un conocimiento relativo al cuidado de los dioses. Serviciali-
de, la nob leza en el noble, y otras virhldes tales como agudeza, afabilidad, vivacidad. De este dad es un conocimiento benéfico. Sociabilidad es un conoc imiento de la igualdad en la comu-
modo llenó la filosofía de muchos y absurdos nombres que eran innecesarios. Todos estos en nidad política. El correcto intercamb io es un conocimiento relativo a ejercer de un modo
común suponen que la virtud consiste en cierta disposición de 10 rector del alma y en una irreprochable el intercambio con los vecinos.
fuerza generada por la razón o, más aún, que la virtud es una razón coherente, segura e inmo-
dificable. 26.26 E,tobeo, Ec!. 2.59,4-60,5 (SVF 3.262; LS 61H)
Prudencia es un conocimiento de lo que hay que hacer, de lo que no hay que hacer y de
26.24. Galeno, PHP 324,24-326,8 (SVF 3.257) lo que no es ni lo uno ni lo otro, o es un conocimiento de las cosas buenas, de las cosas malas
A estas cuestiones también sigue directamente la explicación sobre las virtudes, y tal ex- y de las cosas que no son ni buenas ni malas, que son propias del animal político por naturale-
plicación contiene un doble error, ya sea que uno supusiera que ellas son todas formas de za (los estoicos recomiendan que se haga este tipo de cons ideración también en el caso de las
conocimiento o que son poderes. Pues es forzoso que también las virtudes de las partes irra- restantes virtudes). Moderación es conoc imiento de lo que hay que elegir, de lo que hay que
cionales del alma sean irracionales, y que solamente la de la racional sea racional. Por ende, evitar y de lo que ni hay que elegir ni hay que evitar. Justicia es un conocimiento de la distri-
es razonable que las virrudes de aquellas [partes] sean poderes, pero el conocimiento lo es bución del valor de cada persona. Valentía es un conocimiento de las cosas temibles, de las no
solamente de la [parte] racional. Crisipo, sin embargo, comete un enorme error, [aunque] no temibles y de las que no son ni temibles ni no temibles . Imprudencia es la ignorancia de las
porque no haya hecho de ninguna virtud un poder ~pues semejante error es insignificante y no cosas buenas, de las malas y de las que no son ni 10 uno ni 10 otro, O la ignorancia de lo que
diferimos en relación con dicho error~, sino porque, aunque afirma que hay muchas formas de hay que hacer, de lo que no hay que hacer y de 10 que ni hay que hacer ni hay que no hacer.
conocimiento y de virtudes, afirmó que es uno solo el poder del alma. En efecto, no es posible Intemperancia es ignorancia de las cosas elegibles, de las evitables y de las que no son ni
que muchas virtudes lo sean de un solo poder, si es que tampoco [es posible] que haya mu- elegibles ni evitables. Injusticia es la ignorancia de la distribución del valor de cada persona.
chas perfecciones de una sola cosa. Pues la perfeccion de cada una de las cosas existentes es Cobardía es la ignorancia de las cosas temibles, de las que no son temibles y de las que no son
636 Capítulo 26 Teoría del valor de las virtudes 637

ni lo uno ni lo otro. De un modo similar y a continuación de las mencionados también definen feliz, sino que la felicidad le sobreviene cuando estas acciones intermedias adquieren firmeza,
las demás virtudes y vicios. De una manera más general afirman que la virtud es una disposi- un estado habitual y una peculiar fijeza.
ción del alma conforme consigo misma respecto de la vida total. 26.30 Séneca, Ep. 75.8-15
26.27 E,tobeo, Ec!. 2.57,18-58,4 Pero, ¿entonces qué? ¿No hay grados bajo él? (re. el sabio) ¿Se sigue el precipicio en
Zenón afinna que las cosas que participan de la sustancia son existentes. Y entre las co- forma inmediata de la sabiduría? No, según creo, pues el que progresa también se encuentra
sas existentes, unas son bienes, otras males y otras indiferentes. Bienes son cosas de este tipo: entre el número de los estúpidos, aunque se encuentra separado de ellos por una significativa
prudencia, moderación, justicia, valentía y todo lo que es virtud o participa de ella. Ma les, en distancia. Entre los mismos que están progresando también hay vastas diferencias; como les
cambio, son cosas de este tipo: imprudencia, ausencia de moderación, injusticia, cobardía y gusta a algunos, se dividen en tres clases: (i) primero están los que aún no tienen la sabiduría,
todo lo que es vicio o participa de él. Indiferentes, por su parte, son cosas de esta índole: vida- pero ya se ubicaron en sus cercanías. También lo que está cerca, sin embargo, está fuera [de la
muerte, reputación-falta de reputación, placer-dolor, riqueza-pobreza, salud-enfermedad y lo sabiduría]. ¿Preguntas quiénes son ellos? Todos los que ya abandonaron las pasiones y los
similar a esto. vicios, y aprendieron las cosas a las que tenían que abocarse pero tienen una confianza todav-
ía inexperta. Aún no ponen en práctica su bien pero ya no pueden caer en aquellas cosas de las
26.28 Galeno, PHP 434, 31-436, 29 (SVF 3.256) que se apartaron. Ya se encuentran allí, de donde no hay un resbalón hacia atrás. Esto, no
Así pues, habiendo considerado que hay una sola potencia del alma gracias a la cual re- obstante, no es todavía claro para ellos, lo que recuerdo que te escribí en una carta: "no saben
flexionamos, Aristón también postuló a la virtud del alma como una sola: conocimiento de que saben". Ya les ha tocado en suerte disfrutar de su bien, pero aún no tienen confianza.
bienes y males. Ahora bien, cuando hay que elegir los bienes y evitar los males llama a este Algunos comprenden esta clase de los que están progresando, clase de la que te he hablado,
conocimiento "moderación"; cuando hay que llevar a cabo los bienes y no llevar a cabo los de una manera tal que dicen que ellos ya se apartaron de las enfennedades del alma, aunque
males "prudencia; "valentía" cuando hay que tener audacia en algunas cosas y evitar otras; aún no de las pasiones, y que todavía se encuentran en terreno resbaladizo, porque ninguno
cuando se distr ibuye según el valor de cada uno "justicia". En una palabra, cuando el alma está fuera del peligro de la maldad, salvo el que se deshizo de ella por completo. Sin embargo,
conoce, independientemente de llevar a cabo tanto bienes como males, es no sólo sabiduría, nadie se deshizo de ella, salvo el que adoptó la sabiduría en lugar de la maldad. Cuál es la
sino también conocimiento. Pero cuando se encamina a las acciones de la vida, adopta mu- diferencia entre las enfermedades del alma y las pasiones ya la mencioné a menudo; también
chos de los nombres antes mencionados: prudencia y moderación,justicia y la llamada valent- te la recordaré en este momento.: las enfermedades son vicios inveterados y duros, como la
ía. Tal es la opinión de Aristón sobre las virtudes del alma. Pero Crisipo, no sé cómo, procura avaricia o como la ambición. Éstas envolvieron y comenzaron a ser sus males permanentes.
refutar al hombre que, con exactitud, sostiene la tesis que el mismo Crisipo comparte. En Éstas envolvieron el alma de un modo muy compacto y comenzaron a ser sus males perma-
efecto, si nosotros tuviéramos conocimiento y lleváramos a cabo bien todo, nuestra vida sería nentes. Para finalizar brevemente, la enfermedad es el juicio obstinado en la maldad: que hay
administrada según conocimiento; pero si tuviéramos un conocimiento falso y lleváramos a que desear con vehemenc ia lo que hay que desear ligeramente, o si lo prefieres, precisémoslo
cabo ma l nuestras acciones, [nuestra vida] sería gobernada según ignorancia, como Crisipo aSÍ: aguardar con demasiada impaciencia lo que hay que buscar ligeramente o 10 que no hay
mismo pretende. Por esa razón, habría mla sola ~irtud, el conocimiento y, del mismo modo, que buscar en absoluto, o tener en gran valor 10 que debe tenerse en cierto [valor] o en ningu-
también habría un solo vicio; este vicio a veces es denominado " ignorancia", y otras "desco- no. Las pas iones son movimientos reprochables del alma, repentinos y violentos, que, si eran
nocimiento". Ahora bien, si alguien 'tuviera temor a la muerte, a la pobreza o a la enfermedad frecuentes y fueron descuidados, produjeron la enfermedad. [ ... ] Así, pues, quienes progresa-
como si fueran males, aunque hay que estar confiado [respecto de ellos] en la medida en que ron mucho se encuentran exentos de las enfermedades y, aunque se encuentran cerca de lo
son indiferentes, esa persona establece su posición por falta de conocimiento, pues ignora la perfecto, aún sienten pasiones. (ii) La segunda clase es la de aquellos que renunciaron a los
verdad, como dirían no sólo Aristón sino también Crisipo, y tiene un vicio del alma al que males más grandes del alma y a las pasiones, pero de un modo tal que no tienen una posesión
denominan "cobardía", cuya virtud contraria, dicen ellos, es la valentía, que consiste en un certera de su seguridad. Pueden, en efecto, recaer en tales [males y pasiones]. (iii) La tercera
conocimiento de aquello en lo que hay que tener y no hay que tener confianza, es decir [un clase está fuera de muchos y grandes vicios, pero no de todos; [el agente] evita la avaricia
conocimiento] de los bienes y los ma les que en realidad son evidentemente tales. No se supo- pero todavía siente ira, ya no lo excita el deseo erótico pero aún lo hace la ambición, ya no
ne que dichos bienes y males son así debido a una falsa opinión, como precisamente sucede tiene apetito, pero todavía teme, y en el miedo mismo es lo suficientemente firme ante ciertas
con la salud y la riqueza, la enfermedad y la pobreza. Pues sostienen que ninguno de ellos es cosas, pero cede ante otras: desprecia la muerte, pero se amilana ante el dolor. Pensemos algo
un bien ni un mal, sino que todos son indiferentes. Y más aún, si lU1a persona, tras considerar sobre este tópico: será bueno para nosotros si somos admitidos en esta clase. El segundo
lo placentero como un bien y 10 d isplacentero como un ma l y si al seguir esta opinión elige lo grado se obtiene con un muy a fortunado talante en cuanto a nuestras dotes natura les y por una
uno y evita lo otro, ignora la esencia del bien, también por eso es un inmoderado. En efecto, enorme y reculTente aplicación al estudio. Pero ni siqu iera hay que despreciar este tercer tipo:
puesto que nosotros en todas nuestras acciones elegimos lo que se nos presenta como un bien piensa cuántos males ves en tomo de ti; date cuenta de que no hay crimen alguno sin un
y evitamos lo que se nos presenta como un mal, y puesto que por naturaleza tenemos estos ejemplo, de cuánto avanza a diario la maldad, de cuánto se yerra tanto públicamente como en
impulsos para ambas cosas, la filosofía, que nos instruye en 10 que es verdaderamente bueno y privado. Entenderás [entonces] que nosotros conseguimos bastante si no nos encontramos
malo, nos hace infalibles. entre los que son pésimos.

26.29 E,tobeo, Ec!. 5.906, 18-907, S (SVF3.510; LS 591) 26.31 DL 7.127-128 (SVF3.237; LS 611)
A propósito de Crisipo: el que progresa hasta el punto más alto, dice, lleva a cabo todos Convienen en que entre virtud y vicio no hay nada intermedio, aun cuando los peripatéti-
los actos debidos sin excepción y no omite ninguno. Dice que su vida, sin embargo, aún no es cos dicen que el progreso moral es un intermedio entre virtud y vicio. En efecto, sostienen los
estoicos que tal como un madero debe ser o bien recto o bien torc ido, así también una persona
638 Capítulo 26 Teoría del valor y de las virtudes 639

es o bien justa o bien injusta, pero no más justa o más injusta; lo mismo se aplica en los demás Afirman que, entre las cosas ex istentes, unas son bienes, otras males y otras no son ni 10 uno
casos. Crisipo sostiene que la virtud puede perderse, Cleantes que es imperdible; aqué l dice ni lo otro. Ahora bien, bienes son las virtudes: prudencia, justicia, valentía moderación, etc.
que puede perderse debido a una borrachera y a un estado de melancolía, éste que es imperdi- Males son los contrarios [a éstos]: imprudencia, injusticia, etc. Ni lo uno ni lo otro son aque-
ble a causa de las cogniciones firmes, y que ella es elegible por sí misma. Por cierto que nos llas cosas que ni benefician ni dañan; por ejemplo, vida, salud, placer, belleza, fuerza, riqueza,
avergonzamos por 10 que hacemos mal porque sabemos que sólo lo bello es bueno. La virtud es reputación, nobleza de nacimiento, y también sus contrari os, como muerte, enfermedad, dolor,
autosuficiente para la fe licidad, como dicen Zenón y Crisipo en el libro 1 del tratado Sobre las fealdad, debilidad, pobreza, falta de reputación, falta de nobleza de nacimiento y cosas de este
virtudes, y Hecatón en el libro II del tratado Sobre los bienes. Dice: "en efecto, si la magna- tipo, segUn dice Becatón en el libro VII de su tratado Sobre el fin, Apolodoro en su Ética y
nimidad es autosuficiente para obrar por encima de todas [las demás cosas] y si es parte de la Cris ipo. Esas cosas (i.e. vida, salud, placer, etc.), sin duda no son bienes, sino indiferentes del
virtud, entonces la virtud, al desdeñar las cosas que parecen perturbadoras, tamb ién es autosu· tipo "preferidos". En efecto, tal como es propio de 10 caliente calentar, no enfriar, as í también
ficiente para la felicidad." Panecio y Posidonio, en cambio, dicen que la virtud no es autosufi· es propio de lo bueno beneficiar, no dañar. No es más 10 que benefician la riqueza y la salud
ciente sino que sostienen que necesita salud, fondos económicos y fuerza. que lo que dañan; por tanto, ni la riqueza ni la salud son bienes. Además, sostienen que aque-
llo que es posible usar bien o mal no es un bien. Es posible usar bien o mal la riqueza. Por
26.32 Cicerón, De leg. 1.27-30 (SVF 3 .220) consiguiente, la riqueza y la salud no son bienes. Sin embargo, Posidonio afirma que también
Ahora bien, puesto que dios quiso que el ser humano fuera el principio de las demas ca· estas cosas se encuentran entre los bienes. Recatón en el libro IX de su obra Sobre los bienes
sas y lo ha generado y ornamentado de tal manera que [fuera dicho principio], que sea mani· y Crisipo en sus tratados Sobre el placer dicen que el p lacer tampoco es un bien pues también
fiesta (¡no todo puede debatirse!) que la naturaleza misma por sí progresa más lejos, y que hay placeres vergonzosos y nada que sea vergonzoso es un bien. Beneficiar es poner en mo-
ella, sin que nadie la instruya y habiendo partido de aquellas cosas de las cuales, por una vimiento o detener [de un modo tal que sea] según la virtud; dañar, en cambi o, es poner en
originaria e incoada inteligencia, ha conocido los tipos [de cosas], ella misma confirma por sí movimiento o detener [de un modo tal que sea] según el vicio. " Indiferentes" se dice de dos
misma la razón y la perfecciona. [ ... ] Nada es, en efecto, tan similar 10 uno a lo otro, tan maneras: por una parte, en un sentido absoluto, las cosas que no cooperan con la felicidad ni con
semejante, como Jo somos todos entre nosotros mismos. Porque si la conupción de las cos· la infelicidad, como por ejemplo riqueza, salud, fuerza y similares, pues también es posible ser
tumbres, si la variedad de las opiniones no torciera y doblegara la debilidad de las almas en feliz sin ellas porque su uso puede producir felicidad o desdicha. En otro sentido se denomina
cualquier parte que hubiera comenzado, nadie sería el mismo tan similar a sí mismo como indiferentes a cosas que no producen un movimiento de impulso ni de rechazo, como el tener en
todos lc~ son a todos. De esta manera, cualquiera sea la definición de hombre, una vale para la cabeza un número par o impar de pelos, o extender o encoger el dedo. Los indiferentes mencio-
todos. Este es un argumento sufic iente de que no hay ninguna desemejanza en el género nados en primer lugar nunca son mentados en este segundo sentido, pues son productores de
[humano]; si la hubiera, una definición no contendría a todos [los seres humanos]. Pues la movimientos de impulso y de evitación; por eso entre ellos, unos son elegibles y otros no, pero los
razón, por la que aventajamos a las bestias ya través de la cual utilizamos la conjetura, argu- segundos se encuentran en igual situación respecto de la elección y de la evitación. Dicen que de
mentamos, refutamos, discutimos, preparamos algo, ciertamente es común a la totalidad de los indiferentes, llilOS son preferidos, otros dispreferidos; preferidos los que tienen valor, disprefe~
los seres humanos, [y] aunque difiera en doctrina sin duda es semejante en cuanto a la facul- ridos los que tienen disvalor. Denominan valor, en un sentido, a una contribución para el estilo de
tad de aprender. En efecto, todas las cosas son del mismo modo captadas por los sentidos, y vida coherente, que es propia de todo bien; en otro sentido a una capacidad o utilidad intermedia
aquellas cosas que ponen en movimiento los sentidos ponen en movimiento de la misma que contribuye a la vida conforme con la naturaleza, como si se dijera que la riqueza o la salud
manera los de todos; y las inteligencias incoadas, de las cuales he hablado antes, que están aportan una cierta utilidad intermedia para una vida conforme con la naturaleza; en un tercer
impresas en nuestras almas, se encuentran impresas de modo similar en todos. El lenguaje, sentido denominan valor al intercambio de algo aprobado, que pudiere establecer el perito en la
que es un intérprete de la mente, discrepa en las palabras aunque concuerde con las afirma- materia, como por ejemplo intercambiar una carga de trigo por <una de> cebada más la mula. Así
ciones. No hay nadie de ningún pueblo que, habiendo tomado a la naturaleza como su guía, no entonces son preferidas las cosas que tienen valor, como por ejemplo, entre las del alma el inge-
pueda llegar a la virtud . nio, el arte, el progreso y similares; entre las del cuerpo la vida, la salud, el vigor, el buen estado,
26.33 DL 7.100-1 07 (SVF3. 117, 119; 3.82; LS 58A·B) la buena proporción, la belleza y otras por el estilo; y entre las externas, la riqueza, la fama, el
Llaman "bello" al bien perfecto por el hecho de que abarca todos los números buscados buen linaje y cosas semejantes. De las cosas relativas al alma son dispreferidas la falta de ingenio,
por la naturaleza, o por el hecho de ser perfectamente armónico. Hay cuatro especies de lo la carencia de arte y simi lares; entre las del cuerpo, muerte, enfermedad, debilidad, malestar,
bello: justo, valiente, ordenado, científico, pues en ellos se cumplen las acciones bellas. Aná- invalidez, fealdad y otras por el esti lo; entre las exteriores, la pobreza, la mala reputación, el
logamente, también de lo feo hay cuatro especies: injusto, cobarde, desordenado, insensato. anonimato y cosas semejantes. Pero no son preferidas ni dispreferidas las cosas que son neutras.
En un sentido se llama "bello" a lo que hace elogiables a los que lo tienen, o un bien digno de Además, de las cosas preferidas unas son preferidas por sí mismas, otras por otras cosas, y otras
elogio. En otro sentido, [bello] es lo que es bueno por naturaleza para su tarea propia; en otro por sí y por otras. Preferidas por sí son el ingenio, el progreso y semejantes; por otras la riqueza, el
sentido, es aquello que ornamenta, como cuando decirnos que sólo el sab io es bueno y bello. buen linaje y semejantes; por síy por otras la fuerza, la sensibilidad fina, la buena proporción. Las
Dicen que sólo lo bello es bueno, como afirma Recatón en el libro III de Sobre los bienes y preferidas por sí mismas lo son por ser conforme a naturaleza; las preferidas por otras, porque
Crisipo en sus tratados Sobre lo bello. Y que eso es la virtud y lo que participa de virtud, lo procuran no pocas utilidades. Y algo semejante ocurre con lo dispreferido por la razón contraria.
cual equivale a decir que todo lo bueno es bello, y que lo bueno es equivalente a lo bello. En 26.34 Sexto Emplrico, AM 11.64-67; 73-75 (SVF 1.361; LS 58F)
efecto, dado que es bueno, es bello. Pero es bello. Por tanto, es bueno. En efecto, puesto que Aristón de Quíos dijo que la salud y todo lo que es como ella no es un indiferente prefe·
es bueno, es bello; y es bello. Por tanto, es bueno. Creen que todos los bienes son iguales y rido. Pues llamarla "indiferente preferido" es equivalente a considerarla un bien y la diferen-
que todo bien es elegible en el máximo grado, y que no admite ser más o menos intenso. cia es casi sólo nominal. En efecto, por lo general los indiferentes entre virtud y vicio no se
640 26 Teoria dt:l valor y de las virtudes 641

distinguen en nada ni son algunos de ellos por naturaleza preferidos y otros dispreferidos, sino los estados excelentes y, en general, las actividades dignas de elogio. Exteriores son los ami-
que, debido a distintas circunstancias que difieren en distintas ocasiones, ni las cosas llamadas gos, los familiares y cosas semejantes. Ni del alma ni exteriores son los excelentes y, en gene-
"preferidas" se toman invariablemente preferidas ni las llamadas "dispreferidas" son necesa- ral, los que poseen las virtudes. De manera similar, entre los males unos lo son del alma, otros
riamente dispreferidas. Ahora bien, si las personas sanas deben servir a un tirano y por esa exteriores y otros no son del alma ni exteriores. Del alma son los vicios acompañados de
razón deben ser destruidas, en tanto que los enfermos, al ser liberados de su servidumbre, al estados miserables y, en general, actividades dignas de censma. Exteriores son los enemigos
mismo tiempo están exentos de la destrucción, el sabio elegirá en esta ocasión estar enfermo en sus diferentes clases; pero ni del alma ni exteriores son los viles y todos los que poseen
más que estar sano. Y así, ni la salud es algo absolutamente preferido ni la enfermedad algo vicios. Entre los bienes del alma unos son disposiciones, otros son estados, pero no disposi-
dispreferido. Así entonces, como al escribir nombres ponemos a veces primero unas letras y a ciones, y otros no son estados ni disposiciones. Disposiciones son todas las virtudes; sólo
veces otras y las adaptamos a las diferentes circunstancias ~D cuando escribimos el nombre estados y no disposiciones son las ocupaciones, como la mántica y cosas similares. N i estados
"Dión", I cuando Ión y O cuando Orión~, no porque algunas letras precedan a otras por natu- ni disposiciones son las actividades según las virtudes, como la conducta prudente, la adquisi-
raleza sino porque las circunstancias nos exigen hacerlo, así también en las cosas que se en- ción de la moderación y cosas similares. De modo semejante también entre los males del alma
cuentran entre virtud y vicio no hay una preferencia natural dc unas sobre otras, sino más bien unos son disposiciones, otros estados pero no disposic iones , otros no son ni estados ni dispo-
una preferencia según las circunstancias. [ ... ] Los de la Estoa [sostienen que el placer] tam- siciones. Disposiciones son todos los vicios, estados son sólo las propensiones, como la male-
bién es un indiferente no preferido, pero Cleantes que no 10 es según naturaleza y que no tiene volencia, la depresión y cosas similares; y, más aún, las enfermedades, esto es las flaquezas
valor en la vida, tal como un cepillo no es según naturaleza. Arquedemo, en cambio, [dice] morales, como la codicia, la embriaguez y cosas simi lares. Las actividades según vicio, sin
que los pelos bajo la axila son según naturaleza, pero no tienen ningún valor, Panecio que embargo, no son ni estados ni disposiciones; por ejemplo, el ejercicio de la imprudencia, de la
algunas cosas son según naturaleza y otras contra naturaleza. Si, efectivamente, todo lo que se injusticia y cosas similares a éstas. Entre los bienes unos son finales, otros productivos y otros
le aparece a alguien es un bien y si eso es invariablemente un bien, dado que el placer se le son bienes en ambos sentidos. Ahora bien, el hombre prudente y el amigo sólo son bienes
aparece a Epicuro como un bien, pero a algunos cínicos como un mal y a alguno de los de la productivos. El gozo, el regocijo, la audacia y una caminata moderada, en cambio, só lo son
bienes finales. Pero todas las virtudes son no sólo bienes productivos sino también finales, por
Estoa como un indiferente, el placer será a la vez un bien, un mal y un indiferente. Sin embar-
cuanto producen la felicidad y la completan, ya que se convierten en partes de ella. De manera
go, por natmaleza 10 mismo no puede ser cosas contrarias: a la vez bien, mal e indiferente; por
análoga, entre los males unos son productivos de la desdicha, otros son finales y otros son
consiguiente, no todo lo que se le aparece a alguien es un bien o un mal y hay que decir que
males en ambos sentidos. Pues bien, el hombre insensato y el enemigo sólo ~on majes produc-
eso es un bien o un mal.
tivos; en cambio, el dolor, el temor, el robo, una pregunta insensata y cosas semejantes sólo
26.35 Alejandro de Afrodisia, Fal. 199, 14-22 (SVF 3.658; LS 61N) son males finales. Los vicios, por su parte, son no sólo males productivos sino también fina-
En efecto, si, según ellos, (¡) virtud y vicio son lo único que [respectivamente] son bien y les, ya que producen la desdicha y la completan, por volverse partes de ella. Además, entre los
mal , y (ii) ningún otro viviente recibe ninguna de estas cosas; y si (iil) los hombres en su bienes unos son elegibles por sí mismos y otros son productivos. Pues bien, elegibles por sí
mayor parte son malos o, más bien cuentan a modo de fábula que uno o dos de ellos se ha mismos son todos aquellos que, en vistas de ningún otro, se encaminan a una elección razona-
vuelto bueno, como si se tratara de un viviente extraño, contrario a la naturaleza y más raro ble. Pero aquellos que, por ser preparatorios de ciertas cosas diferentes <se encaminan a una
que el fénix etíope, y si (iv) también todos son igualmente malos los unos con los otros, de elección razonable>, son denominados "productivos". Todo bien también es elegible, pues es
modo que no hay ninguna diferencia entre ellos, y todos los que no son sabios están igualmen- aceptable, digno de aprobación y de elogio. Todo mal, en cambio, es evitable. El bien, en
te locos, ¿cómo no habrá de ser el hombre el vivi ente más miserable de todos, y cómo no va a efecto, en cuanto pone en movimiento una elección razonable, es elegible y, en cuanto gracias
estar loco con el vicio y la locura como [sus componentes] connaturales y asignados en suerte a él se llega a una elección sin dudar, es grato; y en cuanto <*>, es digno de aprobación. Y, de
a sí mismo? nuevo, en cuanto uno razonablemente podría suponer sobre él que se encuentra entre las cosas
que proceden de la virtud, <es digno de elogio>. Además, entre los bienes unos están en
26.36 Estobeo, Ec!. 2.69, 17-73, 19; 74, 15-20 (LS 411, 60L) movimiento y otros en estado de reposo. En movimiento están los siguientes: gozo, regocijo,
Todos los bienes son beneficiosos, útiles, convenientes, ventajosos, excelentes, adecua- una conversación moderada. En estado de reposo, en cambio, los siguientes: una calma bien
dos, bellos y apropiados. Todos los males, en cambio, son dañinos, inútiles, inconvenientes, ordenada, un descanso libre de perturbación, una atención varonil. Entre los bienes que están
desventajosos, viles, inadecuados, feos e inapropiados. Afmnan que "bien" se dice de muchas en estado de reposo unos también consisten en una condición, como las virtudes; otros se
maneras; el primer [significado de bien] es como si tuviera el lugar de una fuente, el cual, encuentran sólo en estado de reposo, como los [bienes] mencionados . Entre los que consisten
precisamente, es caracterizado de esta manera: aquello por lo cual resulta <que algo> sea en una condición se encuentran no sólo las virtudes, sino también las habilidades que, en el
beneficiado, o aquello por cuya acción <algo es beneficiado> (lo que prioritariamente es hombre excelente, se transforman gracias a su virtud y se vuelven inmodificables, pues es
causa). En un segundo <sentido bien es> aque llo en virtud de 10 cual resulta <que algo> sea como si tales habilidades se convirtieran en virtudes. También afirman que entre los bienes en
beneficiado. Y <en tercer lugar hay un significado> más general de bien que se hace extensi- la esfera del estado se encuentran incluso las llamadas "aficiones", como el amor a la música,
vo también a los significados mencionados con anterioridad: lo que es capaz de producir el amor a los libros, el amor a la geometría y cosas semejantes, pues hay como una especie de
beneficio. De un modo simi lar, también el mal es caracterizado según la analogía del bien: método capaz de seleccionar las cosas apropiadas en esas hab ilidades hacia la virtud, un
aquello por lo cual resulta <que algo> sea dañado, o aquello por cuya acción <algo es daña- método que las conduce hacia el fin de la vida. Además, entre los bienes unos son por sí
do>. En un segundo sentido mal es aquello en virtud de lo cual resulta que algo es dañado y, mismos y otros se encuentran relativamente dispuestos. Por sí mismos son el conocimiento, el
en un sentido más general que éstos, mal es aquello que puede dañar. Entre los bienes, unos actuar justamente y cosas semejantes. Relativamente dispuestos se encuentran el honor, la
son del alma, otros exteriores y otros no son del alma ni exteriores. Del alma son las virtudes, buena voluntad, la amistad, el acuerdo. [ ... ] Además, entre los bienes unos son sin mezcla,

L
642 Capítulo 26 Teoría del valor y de las viltUdcs 643

como el conocimiento, otros mezclados, como la buena procreación, la buena vejez, la buena alma por ellos [esgrimidos], sino también lo que ha escrito Crisipo sobre las pasiones del
vida . La buena procreación consiste en un trato excelente de los vástagos segú n natura leza; la alma, y ello en sus tres tratados teóricos y en su [tratado] terapéutico, luego de mostrar que el
buena vej ez cons iste en la uti lizac ión exce lente de una vej ez segun naturaleza y, de una mane- mi smo Crisipo difiere consigo mi smo. Tambi én recordamos los escritos de Posidonio, en los
ra similar, la buena vida. En esto se pone siempre de manifiesto q ue también se aplicarán que elogia la expl icación antigua mi entras refu ta lo que Crisipo dice mal respecto de las pa-
distinciones similares para los males. siones del alma y de la diferencia de las virtudes. En efecto, tal como las pasiones del alma
son eli minadas si solamente existiera lo racional del alma mi sma y no hubiera ninguna [parte]
26.37 Estobeo, Ecl. 2.84, 18-85, 11 (SVF 3.128; LS 58E) apetiti va ni colérica, así también todas las demás vi rtudes [son eli minadas] excepto la pruden-
Entre las cosas que tienen valor, unas tienen mucho valor, otras poco. De modo similar cia. Desde lucgo que aquí tamb ién, si uno procurara explicar lo que Crisipo ha escrito en
tamb ién, entre las cosas que tienen disvalor, unas tienen mucho disva lor, otras poco. Las que cuatro libros sobre la diferencia de las virtudes y lo verificara, así como cuanto expuso en otro
tienen mucho valor son llamadas "preferidas", en tanto que las que tienen mucho disva lor libro, en donde, como refutación del argumento de Ari stón, muestra que las virtudes son
" dispreferidas". Zenón fue el primero en establecer estas denominaciones para las cosas. cualidades, se precisaría no de uno ni dos, sino que de tres o cuatro libros. Aquí también hay
Dicen que "preferido" es aquello que, a pesar de ser indiferente, lo elegimos segú n una razón una so la y breve explicación científica que refuta a Crisipo quien no respeta la verdad y de un
preferencial. Un argumento similar se aplica a lo di spreferido, y los ejemplos son idénticos modo superfluo prolonga [la discusión]. Pero quienes no fueron educados en el método de-
por analogía. Ninguno de los bienes es preferido, por cuanto ellos poseen un valor supremo; mostrativo y en general ignoran en qué consiste, y únicamente prestan atención a la magnitud
lo preferido, en cambio, al poseer un lugar y valor secundarios, se encuentra, en cierto modo, y cantidad de los libros escritos por Crisipo juzgan que todo [lo incluido en] ellos es verdade-
muy próximo a la naturaleza de los bienes. En efecto, en la corte, el rey no se encuentra entre ro. Por cierto que, la mayor parte de lo [inc luido en] ellos es, en realidad, verdadero y, espe-
los preferidos, sino que preferidos son quienes están ubicados por debajo de él (y tales cosas] cialmente, 10 que está en aquel libro en el que muestra que las virtudes son cualidades. Pero a
se llama n "preferidas" no por contribuir a un cierto estado de felic idad ni por colaborar con quien supone que hay un solo poder en el alma, el llamado "racional" y "discernidor", y su-
eIJa, sino por ser necesario que la selección de esas [cosas preferidas] prevalezca sobre la de prime el apetitivo y el colérico, como los suprimió Crisipo, se le presenta un con fli cto con lo
las dispreferidas. ya mencionado en ese libro, y uno lo podría reprender en ese detalle. Pero nadie lo reprender-
ía por el hecho de que la escuela de Aristón es, en verdad, refutada por sus escritos (i.e. los de
26.38 Estobeo, Ec/. 2.79, 4-17 (SVF 3.11 8)
Crisipo). En efecto, aquel hombre (i.e. Aristón) juzga que, aunque la virtud es una, recibe
Dicen que las cosas intermediarias entre los bienes y los males son indiferentes, al afir-
múltiples nombres según el estado en que [uno] se encuentra respecto de algo. Crisipo, en
mar que lo indi ferente se entiende de dos modos: según un primer modo, es aquello que no es
cambio, muestra que la mu ltip licidad de virtudes y vic ios no ocurre [debido] al estado en que
bueno ni malo, y que 110 es objeto de elección ni de evitac ión. Según otro modo, es 10 que no
[uno] se encuentra respecto de algo, sino por las cualidades en sus esencias propias que son
pone en mov imi ento ni un impul so ni una repulsión; de acuerdo con este modo, algunas cosas
modificadas, como lo pretendía el argumento de los antiguos. Es precisamente esta [expl ica-
son llamadas indi ferentes en un sentido absoluto. Por ej emplo, el tener en la cabeza un núme-
ción] la que Crisipo, cambiándola un poco, expuso con otras palabras en [su tesis] de que las
ro de cabellos par o impar o el esti rar el dedo de esta manera o de esta otra manera, o el reco-
virtudes son cualidades, con pruebas inapropiadas para quien ha establecido que solamente
ger algo que está por delante, una brizna o un pétalo. De acuerdo con el primer modo, obvia-
existe lo racional del alma y ha suprimido lo pasional. Consiguientemente, ¿cómo vaya ser
mente debe decirse que, según los de esta escuela, los intermediarios entre virtud y vicio se
yo responsab le de la extensión de las discusiones si ahora me veo forzado a mostrar que Cri-
llaman " indiferentes", aunque por cierto no [son indiferentes] en 10 que respecta a la selección
sipo, valiéndose de pruebas extrañas de otra escuela, plausiblemente refuta la opinión de
o rechazo. Ésa es la razón por la cual también alguno s de ellos conti enen un valor se lectivo en
Ari stón? Pues quienes ignoran lo que es el método demostrativo, no están entrenados en é l y
tanto que otros conlienen un disvalor no selectivo, pero de ningún modo [contienen un valor]
no honran la verdad son, con justicia, los responsables de la extensión de las discusiones .
que contribuya a la vida fel iz.
26.41 Cicerón, Defin . 3.33-34 (SVF 3.72; LS 60D)
26.39 C icerón Defill. 2.43
Pero [el término] "bien", que es tan usado en este debate, también se explica mediante
Éstas son las cosas que a Aristón y Pirrón les parecieron completamente di svaliosas, a
una definición; pero en cuanto a sus definic iones se diferencian poco entre sí y, no obstante,
punto ta l que, como no había absolutamente ninguna diferencia entre encontrarse en excelente
consideran 10 mi smo. Yo coincido con Diógenes, quien define el bien como aquello que es
estado de salud y encontrarse gravemente enfermo, con razón ya hace tiempo se dejó de se-
perfecto por naturaleza; pero al seguir a aquello dijo q ue "lo benéfico" -en efecto, así deno-
guir disc uti endo contra ellos. E n efecto, pues to que qui sieron que todo estuviese en la sola
minamos el [térmi no griego] roC:PÉA1Wa- , es el movimie nto o el reposo que deriva de lo que
virtud a punto tal que la excluyeron de la selección de las cosas y no le confIrieron nada o
por naturaleza es perfecto. Dado que los conceptos de las cosas surgen en nuestras almas si
bien desde donde naciera o bien donde se apoyara, removieron la virtud mi sma que estaban
algo ha sido conocido o por experiencia, o por combinación [o asociación de ideas] o por
abrazando. Herilo, sin embargo, al reducir todo al conoc imiento, vio un cierto bi en que no era
semejanza o por inferencia racional, es gracias a este cuarto y último modo que el concepto de
ni óptimo ni de tal tipo que con él pueda gobernarse la vida. Así, pues, ya hace tiempo este
bien ha surgido. Pues cuando e l alma por medio de una inferencia racional asciende desde
mismo [también] fue rechazado, pues después de Crisipo en realidad no se ha di scutido en su
aquellas cosas que son según naturaleza, entonces llega a la noción de bien. No obstante, no
contra.
só lo percibimos este bien mismo, si no que también lo llamamos "bien" no a causa de la adi-
26.40 Galeno, PHP 430, 5-432, 10 (SVF 3.259) ción ni aumento o comparación con otras cosas, sino por su propio poder. Pues tal como se
También se mostró que el argumento mismo es sufi ciente, no si utiliza premisas plausi- perc ibe que la miel, aun siendo muy dulce, es dulce por su propia clase de sabor y no por
bles como sus puntos de partida, sino científicas, cosa que es propi a del método demostrativo. comparación con otras cosas, así también este bien, a partir del cual actuamos, es aquello que
Pero no sólo nos he mos extendido al refutar los argumentos erróneos sobre lo conductor del es máximamente val ioso, pero este valor lo va le por su clase, no por su magnitud. Pues dado
644 26 Teoría del valor de las vittudes 645

que el va lor, que se llama a~ía, no se cuenta ni entre los bienes ni, a su vez, entre los males rector del alma, debe scr un cuerpo, pues el alma, igua l que su parte rectora, es un cuerpo: cf.
(sin importar cuánto le agregues), permanecerá en su propia clase. Por lo tanto, el valor propio nuestro capítulo 13 y los textos allí discutidos). En 26.23 se dice que es "una razón
de la viltud, que tiene valor en cuanto a su clase y no por aumento, es diferente. coherente"; ese detalle, sin embargo, no agrega nada nuevo, sino que se trata de un énfasis
diferente: si la virtud es el alma disp uesta de cierta manera, es decir, racional mente dispuesta,
COMENTARlO no hay nada de extraño en afirmar que es una razón coherente. Lo que se quiere decir es, en
El prob lema de la virtud como tema central en la discusión mora l gr iega es iniciado de un realidad, que una virtud es un estado disposiciona l de la razón como un todo, una razón
modo sistemático por Platón en los llamados "diálogos socráticos" (ef. especialmente, La- coherente, segura e inmodificable, es decir, un estado firme que no admite una variación (cf.
ques, Cármides, Men., Gor., Pro!.), y por Jenofonte (espec ialmente en los Mem .). Con la texto 26.2 y texto 7.8, cap ítulo 7) y que suministra la consecuencia práctica de una vida
palabra &p8t~ tenemos las mismas dificultades que con otros términos que los estoicos hicie- armónica y coherente que es acorde a la propia naturaleza y a la natura leza del cosmos (como
ron suyos pero que, cuando los incorporaron a su vocabulario filosófico, ya tenían una impor- explícitamente sugiere Crisipo en nuestro capítulo 23, texto 23.l. Jedan 2009: 59-65 también
tante tradición en la filosofía griega. Hemos mantenido la traducción "virtud" en todos los explota el tema de la coherencia en esta dirección). No obstante, esta auto-coherencia que un
casos, aunque somos conscientes de las limitaciones de este término en castellano (como en alma debe tener para ser virtuosa no deja de ser, en cierto modo, intrigante. Pero en sede
casi cualquier otra lengua contemporánea). Una ap€l~ es una cierta cual idad especial que un estoica se explica de una manera bastante clara: la felicidad, argumentan los estoicos (como
ser humano posee y lo hace "excelente" y, por eso mismo, es (como dice nuestro texto 26.1) sus ilustres predecesores Platón y Aristóteles), reside en la virtud, porque ésta es una alma que
una "perfección" (en nuestra interpretación "virtuoso" traduce Evápc't"o~ - texto 26.19- o ha sido hecha para la coherencia de la vida completa del agente (26.3; después de todo, el fin
(mou8aio~ - texto 26.36 el passirn - , vocablos en los que aparece recogida la idea de "exce- es vivi r en coherencia con la natura leza, lo cual no es más que vivir según la virtud, y ser feliz
lencia" o "perfección", propia de una &pc't"~ griega pero centrada en la persona y sus cualida- es el fin en vista del cual todo se hace y consiste en vivir según la virtud, en vivir
des aními cas), por tanto, lo que lo distingue de los demás que no la poseen. Pero la pa labra se coherentemente, y de nuevo - lo que es lo mismo- en vivir de acuerdo con la naturaleza; cf.
aplica a más cualidades que lo que evoca la palabra "virtud" en un sentido moral, ya que capítulo 23, textos 23.1 y 23.4 con nuestro Comentario y aquí texto 26.10, donde cada una de
también es apropiada para designar aspectos que de ninguna manera son específicamente las virtudes hace posible que e l agente viva en concordancia o coherencia con la naturaleza).
humanos y, mucho menos, " morales". Como muestra Platón en un célebre pasaje de Rep. Dicho de otra manera, sin coherencia o acuerdo (OlloAoyÍa), no hay felicidad, que es lo mismo
(352D-354A), también puede hablarse de la ap8't"~ de los instrumentos o de los animales, un que dec ir que sin coherencia no hay una vida rac ional real. Un ser vivo vive según la
uso que también aparece en Aristóteles. En el curso de un argumento tendienle a dilucidar en naturaleza cuando exhibe su propia perfección o excelencia (ap€!~), argLUnenta Musonio
qué consiste la virtud, perfección o excelencia del ser humano, Aristóteles indica que toda Rufo (Dissert. 17.89,12-90, 1), mediante la cual el ser vivo actúa según su propia naturaleza.
c't.pE't"~ perfecciona o completa (cmo't"EA8i) la condición o estado de aquello de lo que es c't.pE!~ De acuerdo con nuestras fuentes, los esto icos distinguían diversos tipos de virtud: (a)
y hace que lleve a cabo bien su spyov, su obra o función apropiada. Por ejemplo, "la &pcr~ del teórica y no teórica (texto 26.1, una distinción que, como muestra Jedan 2009: 55-57,
ojo" hace bueno o excelente (G1rouoaio~) alojo y a su función, pues vemos gracias a la per- probablemente no es de Crisipo) y (b) primarias (prudencia, valentía, justicia, moderación) y
fección o excelencia del ojo. La "c't.p8't~ del caballo" hace excelente al caballo, esto es, lo "subordinadas" a las primarias (la magnanimidad, la continencia, la resistencia, la agudeza, la
capacita para correr, llevar al jinete y enfrentar a sus enemigos (EN Il06a 14-24). Aunque en buena deliberación, que son sus especies; textos 26.1, 26.6 y 26.25, donde hay una versión más
el uso general una apE't~ no constituye una cualidad específicamente humana, en el uso es- completa de la distinción) . Al parecer, la distinción (a) se debe al estoico Hecatón, y su argumento
pecífico que tiene el término en las discusiones filosóficas sobre la conducta humana, el habría sido que son teóricas (o científicas: brHTIllllovlKaO las que se constituyen a partir de
término siempre se utiliza en el sentido de ciertas cualidades "anímicas" o "ps icológicas" que "principios teóricos" (e€ffip~llata; ejemplos de virtudes teóricas o científicas son q:>p6vr¡cr~ y
los seres humanos pueden adquirir, desarrollar e incorporar a sí mismos de un modo definitivo OlKalO<JÚvr¡, formas de conocirnlento que, en el modelo intelectualista estoico heredado del
gracias a haber hab ituado su carácter en una determinada dirección (como dice Aristóteles, se socratismo, tiene pleno sentido), en tanto que no teóricas son las que solamente se consideran de
llama "virtud humana" no a la del cuerpo, sino a la del alma; EN 1102aI6-17). En la rnlsma un modo teórico por extensión, como salud o fuerza . Uno podría entender esto de la siguiente
línea de discusión los estoicos hablarán de la virtud como de una disposición del alma o, más manera: la salud sigue a la prudencia o sabiduría práctica (GJPÓYr¡crt.!;), pero el principio teórico-
precisamente, como de una disposición -ólá8€0"l~- de la palte rectora del alma (cf. textos cognitivo que establece las cond iciones para poseer salud no es lo mismo que la salud que, aunque
26.1, 26.2, 26.3, 26.23, 26.26) . Cua lquier descripción de una vida humana buena incluirá en sí misma es una perfección o excelencia (y por eso una "virtud"), no es, en sentido estricto, un
ciertos componentes (las virtudes, perfecciones o excelencias del carácter) que, aunque no son conocimiento o saber. En 26.1 la expl icación es bastante más lacónica: son no teóricas las virtudes
evidentes en el comienzo mismo de la vida de un ser humano, pueden ser adquiridos y des- que no comportan asentimiento, razón por la cual pueden poseerlas también los viciosos. Pero eso
arrollados en la direcc ión indicada. sería tanto como sugerir que, dado que el agente no posee el conocimienlo apropiado que lo
Este comentario se divide en cinco secciones: (i) la definición de virtud y los tipos de vir- llevaría a ser valiente o saludable, la eventua l posesión de salud o valentía constituye algo más o
tud (teórica y no teórica, primarias y secundarias), la unidad de la virtud y la impl icación menos azaroso. Hay tal vez una manera de conectar la distinción entre virtud teórica y no teórica
recíproca de las virtudes; (ii) el problema de la adquis ición, conservación y eventual pérdida con un detalle caro a los estoicos tardíos (Musonio, Ep icteto, Marco Aurelio), pero que,
de la virtud; (iii) el inte lectua lismo estoico, la autosuficiencia de la virtud y la teoría del valor: ciertamente, tiene un importante adelanto en el estoicismo antiguo (si es que podemos confiar en
bienes, males e indiferentes; (iv) las crít icas del esto ico Aristón a la teoría de Zenón y (v) el que Estobeo informa posiciones propias del estoicismo antiguo). En nuestro texto 26.9 Musonio
problema del progreso moral. es particularmente enfático respecto de la necesidad de volverse continente y moderado y no
(i) De acuerdo con la definición estoica una virtud es una "disposición coherente" (texto quedarse en la mera declamación, por así decir, de la continencia y la moderación: la diferencia
26.1) o, en una versión un poco más completa, es una " di sposición de lo rector del alma que entre volverse virtuoso y declamar la posesión de una virtud es, claramente, la diferencia entre
es coherente consigo misma" (cf. textos 26.2, 26.3 y 26.4; si la virtud es una disposición de lo

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646 Capítulo 26 Teoría del de las virtudes 647

haber intemalizado e incorporado a la acción efectiva el contenido teórico-intelectual de una situación (cf. textos 26.17, 26.23). Es por eso que los estoicos pueden argumentar que la
virtud, por un lado, y la mera declaración de que es un virtud, por el otro (en este sentido, valentía y la justicia son formas de prudencia, lo cua l también explica la implicación recíproca
Musonio sugiere que es mejor ponerse en manos de un médico que no sólo hable como alguien de las virtudes ("quien tiene una virtud las tiene todas, y quien lleva a cabo una acción según
experimentado, sino que además posea la suficiente práctica o experiencia médica; énfasis una virtud la lleva a cabo según todas ellas": 26.18) y subraya además el hecho de que la
similares pueden encontrarse en otros estoicos tardíos donde cobra particular fuerza la tesis de que virtud es la <pp6vl1(Jl~ (esta interpretación es claramente avalada por Séneca en 26.21: sin
la filosofia es, más que mera teoría, la práctica de llll modo de vida: cf. Epicteto, Diss. 2.9. 13-17; prudencia no puede dar inicio ninguna decisión), algo muy apropiado en el contexto de la
Marco, AS! 2.17, 1-2; 12.31 el passim) . Pero cuando en nuestro texto 26.15 Estobeo infonna teoría para acentuar la idea de que la virtud es conocimiento (aunque no un conocimiento
que los estoicos (probab lemente los estoicos antiguos y medios - re. Zenón, Cleantes, Crisipo, puramente intelectual, sino también práctico: cf. textos 26.15, 26.19 Y la encendida defensa de
Panecio y Posidonio-, que son los principales protagonistas del extracto de ética estoica de ese enfoque en el estoico tardío Musonio Rufo: 26.9. Una vez más, la tesis de que la virtud no
Estobeo) sostienen que todas las virtudes tienen principios teóricos comunes y el mismo fin, es más que una forma de <ppÓVl1 O'1S se remonta al Sócrates platónico; cf. Men. 88D2·3). La
aunque se distinguen por sus rasgos fundamentales (siendo el rasgo fundamental de la tesis de la implicación recíproca de las virtudes debe entenderse no sólo por el hecho de que la
rpp6Vl1(Jl~ la teoría y la práctica de lo que hay que hacer; véase una expresión casi idéntica de virtud es el estado en que se encuentra el alma (como entidad unitaria), sino tamb ién por el
Musonio en 26.16) parecen estar pensando 10 mismo. En realidad, se trata de un importante hecho de que todas las virtudes se constituyen a partir de los mismos "principi os teóricos"
aspecto del "intelectualismo socrático" que los estoicos hacen suyo: a pesar de las objeciones (eE",p~~aTa; 26.1, 26.6, 26.15 Y 26.19) . Esto puede significar que si la virtud es
de Aristóteles, hay razones para pensar que Sócrates no creía que el mero conocimiento conocimiento, el contenido cogn itivo de las virtudes particulares no puede ser diferente del de
teórico q ue es la virtud haga al agente virtuoso. Si uno no es capaz de aplicar dicho la virtud. La multiplicidad de virtudes solamente se diferencia de la virtud en sus "rasgos
conocimiento a la acción efectiva, en realidad, no posee tal conocimiento: cree saber pero en fundamentales" (KE<páNllU; 26. J5). Como resulta bastante claro, la razón de primacía de la
realidad no sabe (para ésta y otras conexiones entre los estoicos y Sócrates cf. loppolo 1980: 'llPÓVl1O'1S como la virtud es, una vez más, bastante convincente en el marco de la teoría: no
70-79; 86-89. Sedley 1993 : 3 13-314; 317-318 Y Alesse 2000: 299-334). hay ninguna virtud que pueda prescindir de ser teórica y práctica de lo que hay que hacer (que
La distinción (h) - virtudes primarias y virtudes subordinadas a las primarias- se elabora son los rasgos fundamentales de la prudencia), pues toda virtud tiene un contenido cognitivo
sobre la base de las cuatro virhldes fundamentales (ya distinguidas por Platón, Rep. 4 el correcto y también habilita al agente a aplicar en el plano práctico dicho contenido cognitivo.
passim): prudencia o sab iduría práctica (<PPÓVl101~), moderación (O'co<pp0oVvl1), va lentía No obstante, en las situaciones que requieren resistenc ia y constanc ia esa teoría y praxis de lo
(avopdu) y justicia (OlKUlOoVV11; la misma distinción entre primarios y secundarios se aplica a que hay que hacer es valentía, en las que se requiere una cierta estabilidad de los impulsos es
los vicios: texto 26. 1). Si uno considera estas cuatro vittudes básicas y la multitud de virtudes moderación, y en las que se ajusta al valor de cada persona esa teoría y praxis de 10 que hay
subordinadas a ellas (a la prudencia correcta deliberación y razonamiento, discreción, tino; a que hacer es justicia.
la moderación buen orden, recato, continencia; a la valentía constancia, audacia, Galeno (yen parte también Plutarco) proporciona las objeciones más o menos típicas a la
magnanimidad; a la justicia piedad, sociabil idad y correcto intercambio; la lista completa se tesis de la unidad de la virtud (cf. textos 26.23 y 26.24). Plutarco, como es hab itual, objeta el
encuentra en el texto 26.25) , parece difíc il entender el énfasis de muchas fuentes en sostener modo en que Crisipo describe la unidad de la virtud y 10 acusa de "llenar la filosofia de
que la virtud es una sola. Como parecen surgir con cierta claridad los textos, la tesis fue la muchos y absurdos nombres que eran innecesarios", pero, en real idad, Crisipo no parece estar
siguiente: (i) la virtud es una sola porque (ii) no es más que cJ alma - que es una unidad, diciendo algo sustancialmente diferente de lo que dice Aristón y Zenón (a quienes Plutarco
aunque, desde el punto de vista de sus funciones o pode res anímicos tiene ocho "partes"; cf. aparentemente cita con cierta aprobación; cf. Ioppolo 1980: 238-240) ; el valiente, el manso y
capítulo 13, textos 13.3, 13.13 Y 13.14-. Además, (iii) la virtud es "conocimiento" - un estado el justo no son personas diferentes ni dichas virtudes son necesariamente distintos, siDo la
del alma o, más precisamente, lo conductor del alma dispuesto de cierta manera: cf. Sexto misma, sólo que con su alma -que para Crisipo, como para Aristón y Zenón, es una unidad-
Empírico, AM7.39 y cf. aquí textos 26.15 y 26.26-. Ahora bien, si la virtud no es más que el dispuesta de la manera apropiada a la condición propia de la valentía, la mansedumbre o la
alma individual dispuesta de cierta manera ("virtuosamente"; como parece haber pensado el justicia. Galeno, por su parte. introduce una objec ión más interesante, aunque claramente
"herético" Ar istón, "las demás virtudes no son más que estados de una sola virtud"; texto basada en una premisa que los estoicos rechazan abiertamente y en contra de la cual
26.17 y 26.22) yel alma es una entidad unitaria (y su "esencia" es una sola: 26.4), la tesis de argumentan: el alma tiene partes con motivaciones diferentes y en conflicto (var ias de las
que la virtud es una sola parece exhibir cierta coherencia porque, en rigor, lo que es uno es el objeciones de Galeno en el texto 26.40 también se basan en esas prem isas). Según Galeno, la
alma y la virtud (o vicio = ignorancia: texto 26.1) el estado en que se encuentra. El vicio explicación estoica centrada en el terna de la virtud contiene un doble error, ya sea que se la
también es un estado de lo rector del alma, pero dispuesto emocional o pasionalmente; es, cons idere comouna forma de conocimiento o como un poder. Su argumento es que, dado que
pues, una razón "perversa e inmoderada", un "impulso excesivo" o un alma dispuesta en su las virtudes de las partes irrac ionales también deben ser irracionales, y solamente la de la
total idad de una manera viciosa (cf. capítulo 25). La virtud es al conocimiento, entonces, raciona l puede ser racional, se sigue que las virtudes de esas partes irracionales sean poderes,
como el vicio es a la ignorancia o, lo que es lo mismo, el vicio consiste en un estado pasional pero el conocimiento solamente pertenece a la parte racional. El error de Crisipo, entonces,
que no es más que una razón perversa (n:ovl1póS) e intemperante (aKóAa(JTo~; cf. Plutarco, VM sería que, aun afinnando que hay muchas formas de conocimiento y de virtudes, sostiene a la
441 D). No obstante, con la misma fuerza nuestras fuen tes hacen hincapié en el hecho de que, vez que el poder del alma es uno solo (26.24) . Pero, como es bastante obvio, esta objeción
a pesar de que en sentido est ricto la virtud es una, hay múltiples virtudes, "aunque presupone que hay partes del alma diferentes (por eso Galeno puede decir que "las virtudes de
inseparables las unas de las otras" (26.15, 26.17) . Dicho de otra manera, aunque la virtud es las partes irracionales son irracionales y la virtud de la parte racional es racional") . Hay que
una, se manifiesta de maneras diversas según sea el modo en que 10 requiera la situación reconocer a Galeno, no obstante, que Crisipo (en COnt ra de Aristón; cf. 26.28 y 26.39)
concreta de acción y la manera en que el agente se encuentre dispuesto de acuerdo con esa sostiene que la virtud es un estado único del alma, pero eso no impide que haya formas
648 Capírnlo 26 Teoría del de las virtudes 649

diferentes de conocimiento, que se identifican con múltiples virtudes. Ahora bien, aunque racionalidad imperfecta que, sin embargo. puede ser perfeccionada (aunque hay una "inteli-
Crisipo (y probablemente otros estoicos) diga que las vittudes son "formas de conocimiento" gencia incoada" impresa en nuestra alma, subraya Cicerón, la naturaleza "progresa"). Esto
(E1tla"tfl~at), eso seguramente no debe significar que haya muchas perfecciones de una sola explica el énfasis de pasajes en los que se subraya el hecho de que algunos estoicos creen que
cosa, sino, más bien, que la virtud como una entidad unitaria puede tener diversas el sabio no sólo llega a estar bien dispuesto por naturaleza hacia la virtud, sino que llegan a
manifestaciones según se trate de cosas distribuibles (o sea justicia, como dice Zenón en estarlo por la práctica, recordando el dictum aristotélico de la "segunda naturaleza" (cf. texto
26.23) o de cosas elegibles (moderación). Para Crisipo la perfección en que consiste la virtud 26.13).
es, igual que para Galeno, una Y. en sentido estricto, la justicia o la moderación no son (iü) En la ética griega la original idea de sostener que la virtud O perfección moral
diferentes de la prudencia o sabiduría práctica. (&p€'[~) no es más que una forma de conocimiento procede de Sócrates (tanto en su versión
(ii) En su discusión del problema concerniente a si la virtud es algo natural o adquirido platónica -Men. 88D2-3 y los pasajes platónicos que se citan a continuación- como
Aristóteles señala que, aunque estamos naturalmente dispuestos para recibir la virtud, sólo la Jenofonte: Mem. 3.9.5). En los restos fragmentarios del estoicismo antiguo encontramos tres
desarrollamos y la ponemos en práctica a través de la costumbre (EN 1103a23-26). Las virtu- tesis típicamente "socráticas": (i) la virtud es conocimiento, (ii) entre las virtudes hay unidad
des, por tanto, no se producen ni por naturaleza ni contra naturaleza, sino que tenemos una (Platón, Prat. 331E; 359B; 361A-B), y (ih) la virtud y la felicidad son 10 mismo, yeso es así
disposición natural para recibirlas y perfeccionarlas o "completarlas" mediante la costumbre porque la virtud es un conocimiento teórico y práctico de lo que hay que hacer y además
(EN 11 03a24-26). Según Aristóteles, en lo que es por naturaleza primero adquirirnos la facul- garantiza un uso correcto de los bienes condicionales, tales como belleza, riqueza, etc.
tad y después producimos la actividad; no adquirimos los sentidos por ver u oír muchas veces, (Platón, Euti. 280D-281C; para los estoicos cf. texto 26.15, 26.26 Y Galenn, PHP 434-436
sino que, al contrario, los usamos porque los tenemos, es decir, no los tenemos por haberlos [SVF 3.256]. Para una interpretación de conjunto de las posiciones socráticas cf. Gómez-Lobo
usado (EN II03a26-31). La cuestión de la habituación y la famación del carácter fue sin 1998 y Brickhouse-Smith 2000. Un detallado examen del intelectualismo estoico a la luz del
duda un tema favorito de discusión en la ética aristotélica; pero en el estoicismo antiguo socratismo se encuentra ahora en 8rickhouse-Smith 2010: 240-247). Suele decirse que tanto
también se encuentran ciertos vestigios de la posición según la cual tenemos la posibilidad de Sócrates como sus herederos estoicos sostuvieron teorías "intelectualistas". En las discusiones
adquirir disposiciones del carácter virtuosas y de hacer nuestras dichas disposiciones mediante que encontramos en los fi lósofos antiguos una posición es intelectualista si sostiene las
la habituación o costumbre. En el contexto de una doxografía de tono estoicizante (nuestro siguientes tesis: (a) la virtud es conocimiento y éste es necesario y suficiente para actuar
texto 26.5) se atribuye a los estoicos el siguiente argumento: (a) la virtud es una habilidad correctamente. Quien conoce lo que es bueno. actuará de acuerdo con ello. En palabras del
técnica o artesanal , un "arte" (TÉXVr¡); y (h) toda habilidad técnica o artesanal es una estructura Sócrates platónico, "la única mala acción es estar privado de conocimiento" (Platón, Prol.
(OÚO'TT])lu) compuesta de principios teóricos que se ejercitan, ponen en práctica o consolidan 34585). Crisipo parece seguir de cerca esta sugerencia cuando dice que habría únicamente
mediante la práctica (lK 8€CüpT])..H.h:wv (Jl)YY€YU)lvacr)..u~vrov). (e) En tanto la razón se da en una virtud (conocimiento) y un solo vicio (ignorancia; texto 26.28. cf. 26.15 y 26.26), de
conformidad con dichos principios teóricos , la habituación o costumbre (€eo~) se da en con- donde se sigue que (b) el vicio y, en general. las malas acciones no son más que ignorancia.
formidad con la ejercitación de los principios teóricos a partir de los cuales se da la virtud. No Esto significa que quien actúa mal no lo hace "de buen grado" (o "voluntariamente": éKrov;
obstante, (el) todos por naturaleza nacemos con una inclinación hacia la virtud en la medida en Platón, Gar. 468Bl-E5; 509E). (e) La tercera tesis conecta lógicamente las dos anteriores:
que tenemos tendencias o inclinaciones (c:UPOp)luí) hacia ella (para esto último cf. también todo el mundo desea o quiere lo que es bueno. Nadie elige voluntariamente 10 que es malo;
textos 26.10, 26.12 y 26.14). El texto 26.5 muestra una interesante combinación de ingredien- ésta es la conclus ión de un argumento ofrecido por el Sócrates platónico, que puede resumirse
tes aristotélicos y estoicos: por un lado, parece haber un rechazo de la tesis aristotélica según en los siguientes pasos: (1) hay quienes eligen lo que es ma lo para sí mismos; (2) las cosas
la cual la virtud no puede ser algo que se produce por naturaleza, aunque tanto la posición malas dañan al agente, pero nadie quiere ser dañado ni ser miserable o infeliz. De aquí que (3)
estoica como la de Aristóteles comparten algunos presupuestos y exhiben algunos rasgos quien elige las cosas malas eree (o le parece) que son buenas (Platón, Men. 77B-78B). El que
similares. En el enfoque aristotélico, ninguna virtud ética se produce por naturaleza pues no obra mal no lo hace porque quiere o desea obrar mal. sino porque ignora lo que es verdadera
hay ninguna cosa natural que sea susceptible de ser modificada por la costumbre (en nuestro o realmente bueno. El agente cree que lo que está haciendo es bueno, pero en realidad no lo
texto 26.7 Clemente enfatiza lo mismo y parece rechazar la idea estoica de la tendencia o sabe . Si alguien hace lo que es malo, sólo puede ser porque es ignorante y está en el error. La
inclinación hacia la virtud: si ése fuera el caso, no habría nada voluntario ni digno de elogio; virtud consiste en el correcto reconocimiento del bien; el que conoce lo que es justo, por
cf. Aristóteles, EN 3). Sin embargo, nuestro carácter es susceptible de ser modificado en ejemplo, será una persona justa y actuará con justicia (Platón, Gar. 460B). Pero si esto es
dirección de la virtud mediante un adecuado entrenamiento y habituación en las disposiciones realmente así, ¿cómo se explican aquellos casos en los que el sujeto "sabe" que lo que está
correctas del carácter. La posición estoica debe ubicarse también en esta misma línea explica- por hacer es ma lo para s[ mismo pero, de todos modos, lo hace? O sea, ¿cómo se explica la
tiva en la medida en que los estoicos admiten que tenemos la disposición natura l a la virtud; acción incontinente? Como ya había sido denunciado por Aristóteles , éste es el atolladero al
pero van aún más lejos: en el ser humano está presente desde su nacimiento no sólo la dispo- que conduce una posición que identifique la virtud con el conocimiento y el vicio con la
sición natural para recibir y perfeccionar la virtud, sino también la tendencia o inclinación ignorancia: no es posible exp licar aquel tipo de acción en el que el agente "sabe" (en algún
natural (o "procedente de la naturaleza": ¿l.(pOp~l(I~ napa t~-; c.¡nkm(ü~; texto 26.10) hacia la sentido muy general de "saber") que lo que está por hacer es malo pero lo hace de todos
virtud. Eso no significa, claro está, que por tener una inclinación hacia la virtud, seremos modos (ef. Aristóteles, EN?3).
necesariamente virtuosos. La idea parece haber sido que estamos bien dispuestos hacia la Ahora bien, si la virtud no es más que una fonna de conocimiento y éste es garantía sufi-
virtud e inclinados a ella dada nuestra propia constitución racional que se identifica con una ciente para distinguir lo que es verdaderamente bueno y valioso para la vida práctica del
naturaleza racional que en el plano de la acción presupone actuar virtuosamente. Pero como agente (independientemente de la posesión de ciertos "bienes condicionales" que, como ve-
señala Séneca en nuestro texto 26.8 y Cicerón en 26.32, la naturaleza nos ha dotado de una remos enseguida, los estoicos califican de indiferentes), la virtud debe ser autosuficiente.
650 Capítulo 26 Teoría del valor y de las virtudes 65 1

Como reporta nuestro texto 26.31 la tesis de la autosuficienc ia de la virtud para la felicidad se no son ni buenas ni malas en la medida en que no contribuyen ni para la producción ni para la
remonta a Zenón y Crisipo; el argumento que proporciona el estoico Hecatón es el siguiente: destrucción de la felicidad, es decir, no tienen el carácter instrumental necesario ni para la
si la magnanimidad es autosuficiente para obrar por encima de todas las demás cosas y si es felicidad ni para la infelicidad (una completa y útil discusión de los indiferentes se encuentra
parte de la virtud, entonces la virtud - que deja de lado todo lo que parece perturbador- tam- en Barney 2003: 307-319). Pero entre los indiferentes los hay (a) preferidos y (b) dispreferi-
bién es autosuficiente para la felicidad. Uno podría preguntarse por qué ejemplificar la auto- dos. (a) Son aquellos que elegimos según una razón preferencial (por ejemplo, vida, salud,
suficiencia de la virtud con la magnanimidad, una virtud subordinada a la valentía; de acuerdo riqueza, reputación, placer). Pero ningún bien es preferido porque todo bien (en sentido estric-
con nuestro texto 26.25, ella es "un conocimiento que nos hace superiores a lo que por natura- to, i. e. toda virtud) posee un valor supremo, de donde debe seguirse que no puede preferirse a
leza sucede tanto entre los virtuosos como entre los viles", Si esto es así, se tratará de un otra cosa pues su valor es absoluto (texto 26.37). Nuestro texto 26.41 proporciona una idea
conocimiento que nos permite evaluar apropiadamente qué es aquello que debe preocupamos clara de en qué sentido la virtud, que es el bien en sentido estricto, posee un valor absoluto:
y qué no (aunque esta caracterización no explica convenientemente en que sentido el magná- Cicerón, probab lemente basándose en una explicación estoica estándar sobre la formación de
nimo sería superior a lo que por naturaleza sucede entre los virtuosos, ya que él también es conceptos (para la cual cf. capítulo 6, texto 6.3), señala que percibimos el bien real y 10 lla-
una persona virtuosa). La tesis de la autosuficiencia claramente excluye a los "bienes exterio- mamos "bien" no como el resultado de la adición o aumento o comparación con otras cosas,
res" de la categoría de verdaderos bienes y, por muy contra-intuitiva que pueda parecer, es sino a partir de su poder (vis) propio. Tal como la miel, aunque es muy dulce, se la percibe
coherente con la teoría: si la virtud es el único bien, los llamados bienes exteriores (cf. Aristó- como dulce por su propio tipo específico de sabor y no por comparación con otras cosas, así
teles, EN 1098b13; 1099a31-32; 1123b20-21) -<¡ne, como ya pensaba Platón, en el mejor de también el bien es 10 supremamente valioso, pero ese valor es especifico de sí mismo y no
los casos solamente pueden ser condicionales en la medida en que su correcto uso depende de depende de su magnitud. Dicho de otro modo, el bien se diferencia cualitativamente de todas
la posesión de conocimiento- no pueden calificar como verdaderos bienes, aunque tampoco las demás cosas por su propia fuerza o capacidad, sin que sea necesario compararlo con otra
son males, sino "indiferentes" (para un significativo adelanto de la tesis de los indiferentes cosa.
como ítems neutros que no son ni buenos ni malos cf. Platón, Euti. 281D; Gar. 467E6- Un indiferente es "preferido" (1lpor¡y~Évov), en cambio, cuando contiene un cierto valor
468A4). Parece, no obstante, que hubo una discusión en relación con la autosuficiencia de la selectivo (aSía bCAsKtlK~) yes "dispreferido" (a1t01tp01lY~€VOV) cuando contiene un disva lor
virtud pues Pallecio y Posidonio (texto 26.25) decían que la virtud no es autosuficiente, sino no selectivo (a1losío am:mK"!lKlÍ; cf. texto 26.38). El desarrollo que hacen los estoicos Dió-
que requiere de salud, fon dos económicos y fuerza (regresando de este modo a un enfoque genes de Babilonia y Antípatro de Tarso de la definición original de fin no sólo ofrece una
más aristotélico del tema). expl icación plausible del fin como "vivir en coherencia con la naturaleza", sino que además
Fue una tesis fundamental de la ética estoica sostener la identidad de "10 bello (en sentido pone de manifiesto la importancia decisiva de los indiferentes en la vida práctica efectiva de
moral, no estético) o noble" (ro KUA6v) con lo bueno (ro aya8óv; texto 26.33); eso se explica un agente moral. Aunque en sentido técnico estricto los indiferentes son neutros desde el
en razón de que lo moralmente bello es el bien en sentido estricto, es decir, la virtud o lo que punto de vista de su contenido moral, y aun cuando los estoicos rechazan de un modo explíci-
participa de virtud (una tes is que, una vez más se remonta a Platón: Cármides l59D-160C; to la necesidad de los bienes externos para el logro de la felicidad, no parece posible, sin
Laques 192D7-8; 193D4. Gorg. 480C7; 48401-2). ·En una posic ión como la estoica que embargo, que pueda ser realizable una vida humana buena si se prescinde completamente de
identifica el bien en sentido estricto con la virtud el papel que desempeñan los llamados "bie- los indiferentes preferidos. Esta posic ión fue probablemente ava lada por Crisipo, quien sos-
nes externos" debe ser reducido a la categoría de "indiferentes", es decir, ítems que no son tenía que no hay que medir la vida mediante los bienes y los males, sino mediante lo que es
bienes ni males por no contribuir ni a la felicidad ni a la infelicidad del agente. Como vimos según naturaleza y contra naturaleza (cf. Plutarco, SR 1063D). Hay, con todo, algunas parado-
antes en el capítulo 23, el fin de la vida humana consiste en "vivir en coherencia" (Zenón), o jas que parecen hacer inconsistente la tesis estoica general del bien: si el único bien en sentido
en "vivir en coherencia con la naturaleza" (Clcantes), o en "vivir según la experiencia de las estricto es la virtud, pero la vida virtuosa depende en alguna medida de la preferencia de cosas
cosas que suceden por naturaleza" (Crisipo; cf. textos 23.1 y 23.3). En este punto es relevante indiferentes, no se entiende bien en qué sentido la virtud es el único bien; ésta es en parte la
la interpretación que tuvo esta caracterización del fin por parte de Diógenes de Babilonia y objeción de Aristón a su maestro Zenón, que discutimos en el siguiente apartado (para un
Antípatro de Tarso, no sólo porque explica el significado del fin, sino porque ofrece datos análisis detallado de ésta y otras dificultades puede verse White 1990).
significativos para tratar de comprender cómo se encuadran aquellas cosas que, sin ser bienes (iv) Como hemos visto en nuestro capítulo 23 (texto 23.7), Aristón, discípulo directo de
en sentido estricto (por no ser virtudes), pueden ser relevantes en una vida humana efectiva. Zenón de Citio, presentó objeciones a la teoría de los indiferentes y, de hecho, la rechazó
Diógenes dice (capítulo 23, texto 23.3) que "el fin consiste en el buen razonamiento en la abiertamente. Al decir que el fin consiste en vivir en un estado de indiferencia respecto de lo
selección (€KA0YTÍ) y rechazo (ci7rcKAOY~) de las cosas según naturaleza", Antípatro que el fin que se encuentra entre virtud y vicio, negó que cosas tales como salud, placer, riqueza,
es "vivir seleccionando continuamente las cosas según naturaleza y rechazando las contrarias reputación o vida sean "preferidos". En efecto, en su op inión, dec ir que algo A es preferido es
a la naturaleza, o hacer todo continuamente para alcanzar las cosas preferidas según naturale- lo mismo que atribuirle el carácter de bien (un agente prefiere A y no B, porque cree que A es
za". Estas definiciones del fin parecen acentuar el hecho de que uno ·no puede alcanzar el fin bueno o mejor que B), y la diferencia entre el bien y un indiferente (preferido) sería sólo
último si prescinde de las cosas preferidas según naturaleza. Este dato es importante porque nominal. Es decir, si la virtud es lo único bueno, ¿cómo puede haber algo preferido? Si algo
otorga a los indiferentes, el tercer tipo de ítem que distinguían los esto icos además de bien (= es preferido no es indiferente. Hay situaciones, muestra Aristón, en las que es mejor no elegir
virtud) y mal (= el vicio; cf. aquí texto 26.27), un papel importante en la bú~queda y ejercicio los supuestos indiferentes "preferidos"; por ejemplo, si los que están sanos deben servir a un
de la vida buena. En la concepción ortodoxa, el único bien es la virtud, que es autosuficiente tirano, el sabio preferirá estar enfermo, de modo de no servir al tirano (texto 26.34). El
para la felicidad o prosperidad vital (EUÓC1t¡..lOvía) y nos pone a resguardo de las contingencias argumento de Aristón es interesante y provocativo pues, en cierto modo, profundiza la tesis
externas. El único mal es el vicio; todo lo demás es indiferente. Los indiferentes son cosas que ortodoxa de Zenón, según la cual el único bien o "bien incondicional" es la virtud, de modo
652 Capítulo 26 Teoria del valor y de las virtudes 653

que no vale la pena distinguir entre "bien" (= virtud) e "indiferentes preferidos" que, versión que suministra Séneca de cómo un agente puede comenzar a modificar su estado
precisamente, son preferidos por el hecho de contener un cierto va lor selectivo. Si la tesis de anímico incorrecto (vicio) al correcto (virtud) parece reducir esa exigencia a ciertos niveles
Zenón es cierta, parece sugerir Aristón, no podemos hacer j uicios de valor acerca de otra cosa más practicables. Se trata de algo parecido a lo que también señala el estoico Panecio, cuando
que no sea la virtud, pues ella y nada más que ella es buena y, consecuentemente, es lo ún ico observa que pasamos la mayor parte de nuestras vidas no en compañía de personas perfectas y
que tiene va lor (la teoría de Zenón, sin embargo, habría s ido que son preferidas aquellas cosas verdaderamente sabias o virtuosas, sino de personas que muestran rasgos propios del virtuoso Ccc.
que poseen mucho valor; 26.37). Pero para Ari stón la posición fundamental de Zenón, según Panecio, citado por Cicerón, De off. 1.15).
la cual lo único bueno es la virtud, es cierta; y si Zenón qu iere ser consecuente con su Por último, de modo inverso al prob lema del progreso moral, en una ética que, como la
posición, no puede admitir la existenc ia de algo como un "indiferente preferido", pues un socrática, solamente admite la existencia de dos estados cognitivos y caracterológicos antitéticos
indiferente es preferido o dispreferido según sea que contenga un valor selectivo o un disvalor (dificultando así la explicación de estados cognitivos y caracterológicos intermedios entre el
no selectivo. No obstante, si un indiferente preferido lo es por contener un valor, entonces, la individuo completamente infalible en sentido epistémico y moral, por un lado, y el que es
virtud no es lo único bueno o valioso. completamente falible en el mismo sentido, por el otro), se presenta también el problema de cómo
(v) Si, como seña lan nuestras fuentes (cf. 26.11 y 26.3 t), lo único bueno es la virtud y lo exp licar la pérdida de la virtud, no ya su adquisición. Parece que en el seno de la Estoa antigua
úni co malo el vicio, y si entre virtud y vicio no hay disposiciones intermedias y virtud y vicio hubo una discusión al respecto, aunque, una vez más, carecemos de los detalles de dicho debate.
pueden identificarse con conocimiento e ignorancia, respectivamente, resulta difícil explicar La exp licación de la repetida afirmación de que entre virtud y vicio no hay intermedio (textos
el fenómeno del progreso moral: cómo pasa un agente de ser vicioso a virtuoso. Al menos 26.11,26.31) se explica por el hecho de que, si la virtud es conocimiento y el vicio ignorancia, y
algunos estoicos parecen haber reconocido que es posible el progreso moral , pues si el vicio y la ignorancia son estados cognitivos antitéticos, no puede haber estados
reconocieron que la virtud puede enseñarse, cosa que es evidente por el hecho de que un caracterológicos intermedios. Nuestra explicación de cómo puede darse el progreso moral en una
agente puede pasar de ser vil a ser virtuoso (cf. 26.1; el tema de la enseñabilidad o no de la teoría de esta índole parece contradecir este enfoque, aunque hayal menos un pasaje que, como
virtud se remonta, de nuevo, a Platón y a todas las conversac iones que éste reproduce en sus hemos indicado, parece respaldar nuestra interpretación (cf. texto 26.29). De acuerdo con 26.31 ,
diálogos con un ojo puesto en los sofistas; cf. Me11. 89C-96D, donde el personaje Sócrates Crisipo sostenia que la virtud podía perderse a causa de una borrachera o un estado de melancolía
argumenta en contra de la enseñabi lidad de la virtud dado que no hay verdaderos "maestros de (que, según Ps. Galeno, DM 19.416. 9-10 es un estado emocional que daña el entendimiento
virtud"). Si bien la característica del sabio o virtuoso estoico es la infalibilidad moral (que, [yvW¡.t'l] y está acompañado de un abatimiento [ouaOu).lía], una descripción de " melancolía"
claramente, coi ncide con su infalib ilidad cognitiva: cf. textos 26.15, 26.28) Y a pesar de la probablemente avalada por Epicteto, Diss. 2.17.33); Cleantes, en cambio, parece haber sostenido
estricta di stinción que se establece entre virrud y vicio, sin disposiciones intermedias, Crisipo que era imperdible debido a las cogniciones firmes que posee el agente virruoso. Si como
parece haber cons iderado la pos ibilidad de progreso moral al sugerir que puede haber "grados informan nuestras fuentes y nuestro texto 26.23, (i) la virtud es conocimiento y una razón
de imperfecció n moral ", por así decir (cf. texto 26.29). Todos los actos incorrectos son iguales coherente, segura e inmodificable. y si (ii) el conocimiento es una cognición segura, estable e
(cf. capítulo 27 , texto 27.5) , pero no todos los individuos llevan a cabo la misma cantidad de inmodificable por un argumento (cf. capítulo 7, texto 7.8), parece que habría que darle la
actos incorrectos ni con la misma frecuencia. Si esto es así, un vicioso que está progresando razón a Cleantes, no a Crisipo. Quien efectivamente posee virtud es porque su estado
en su carácter moral debería entenderse como alguien que lenta pero sostenidamente reduce la cognitivo es "conocimiento", lo cual es lo mismo que decir que el estado o condición de su
frecuencia de sus elecciones equivocadas en la medida en que, a través de un proceso de alma es firme y que en ningún caso podría caer en una borrachera o en un estado de
esclarecimiento cognitivo, comienza a dar con menos frecuencia asentimiento a melancolía, que habría que entender como una suerte de depresión anímica profunda que
presentaciones no cognitivas (cf. capítulo 7). Esto también debe significar que sus impulsos atentaría en contra de esa presunta estabilidad psicológica propia del virtuoso y que, además,
serán exces ivos con menos frecuencia y progresivamente se librará de los estados afectivos como está testimoniado en DL 7.118, es una acción en la que el sabio o virtuoso no incurriría.
negat ivos; se convertirá en virtuoso cuando solamente preste su asentimiento a presentaciones En cualquier caso, se trata de un asunto sobre el que nuestras fuentes no ofrecen una discusión
cognitivas (para un tratamiento más ponnenorizado de este punto cf. Boeri-Vigo 2002: 38-48; completamente clara.
52-55). De hecho, el mero progreso hasta el punto más alto, argumenta Crisipo en 26.29, no Nuestro texto 26.36 describe no sólo los tipos de bien (del alma -virtudes-, exteriores -
garantiza todavía que el agente esté en posesión de una felic idad verdadera; esto le los amigos, los fami liares-, ni del alma ni exteriores - los que poseen las virrudes- , finales-el
sobrevendrá cuando su nueva disposición interna tenga las propiedades de estabil idad gozo, una caminata moderada-, productivos - la persona prudente-, finales y productivos - la
(PéPOlOV), habituación (ÉKt lK6v) y fijeza (1tíl~l~), propias de un carácter virtuoso, que virtudes-, etc.) y sus características (beneficioso, útil , ventajoso, excelente. adecuado, etc.).
excluyen la existencia de "grados". La virtud es, en efecto, una OHXOeO"l¡;, que es el término sino también los tres significados de aya8óv que, a pesar de sus diferencias de detalle, enfati-
técnico esto ico favorito para indicar la pennanencia, constancia y fijeza del carácter. zan un importante aspecto: el bien posee poderes causales. Dado que tanto el bien como el
Hay un sentido general en el que esta interpretación parece respaldada por Séneca cuando mal son estados anímicos, y como el alma es un cuerpo, tanto el bien como el mal pueden
enfatiza que s i uno no es sabio "no se sigue el precipicio" (texto 26.30). El que está tener poderes causales, es por eso que si el bien es aquello por cuya acción algo es beneficia-
progresando también se encuentra entre los viles o estúpidos, aunque ya haya comenzado a do, el mal es aquello que puede dañar y que, de hecho, daña. Para concluir este comentario,
tomar distancia de ellos de una manera signifi cativa. Séneca distingue tres clases entre los que puede ser importante señalar que, según la ontología estoica, los bienes - al igual que los
están progresando: (a) los que aún no son sabios pero están cerca de serlo; (b) los que, por no mal es y los indiferentes- son existentes (5vta) , es dec ir, cuerpos, pues son capaces de produ-
poseer de modo certero y seguro la sabiduría, pueden recaer en sus vicios o estados cir una acción sobre algo o de recibirla (cf. texto 26,27). En conexión con la teoría del bien
pasionales, y Ce) los que son capaces de evitar ciertos vicios pero no otros. Ser un virtuoso hay una importante distinción que hacen los estoicos entre los adjetivos verbales terminados
estoico (como seguramente también ser un virtuoso aristotélico) es algo muy exigenle, pero la en -tov (olpetóv) y en - teov (a{petéov; cf. nuestro capítulo 8, texto 8.5). Aunque los testimo-
654 Capítulo 26

nios son a veces confl ictivos y un poco confusos en este punto (Galeno, PHP 436,30-33; 438,
5-6. Plutarco, SR 1039C; 1042D), la idea es que uno elige lo que debe ser elegido (olp"<¿ov), Textos Anotados
o sea, uno eli ge lo que técni camente se entiende por "predicado" (Ka.rTl y6pll ~a): "ser feliz", Teoría del valor y de las virtudes
"actuar con prudencia", etc. Lo elegible (aipct 6v), en cambio, son los bienes (ítcms corpóreos
como las virtudes). El presupuesto ontológico básico que está a la base de esta distinción es la
direrencia que se hace entre cuerpos e incorpóreos (para la cual cf. nuestro capitu lo 2 y los
textos a llí examinados): los bienes son cuerpos (la moderación, un estado del alma), el ejerci- 26.1 DL 7.89-93 (SVF 3.39; 197; LS 61A; 61K)
cio de dichos bienes (como "actuar con moderación", un predicado) son incorpóreos . T~v '["' clprolV OUIOEOlV sivm Ó~OAoyOU)lévr}V· Kat a:ut~v 0\'
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IJ:yro t~V o.pETIÍV, Kal XPÚOUt1tOC; €V teg ltpro1"(9 n epl1" ÉJ..oue;
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Klív' WJ..Ot )..oyU(~V Kal cpU(Jl~V Kal ~elK1ív' tsnupae; 8f: ol1tepl
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30 'Av«na<pov. ó ¡¡Ev yap 'AltoUo<pá"'1, ~(av Aiy"~ <~v <ppóV~OlV.
T&v o' apcr&v tae; ¡.W np((l'tm;, tclc; OE 'tuútat~ unore'taYWva<;.
nprora<;!lE\! ráooE, q>p6vr¡OlV, o:vopEÍav, OIKatocnívr¡v, oroq>pooúvr¡v'
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35 Kal aya9&v Kal OUOE1Éprov, 1"~V 8' ovopeíav €:nun~~lllv á>v
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T1)v Be IiEYaA.O\lfUXíav entoTIÍ!lllv <~> ~~IV ú1tEpávro nOtoüoav tOOV
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OtáOEOlV o.VU1tÉpputOv trov Kat' op90v AÓYOV t\ E~lV O~1"TTltOV
40 ~oovóiv. n'¡v os Kap<"p(ov €mOTJÍ~~v ~ eSlv '¡'v €~>lEv"<éov KOL ~~
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656 Capitulo 26 Teoría del valor y de las virtudes 657

tIota Kal mi)~ 1tpáTIOvtE~ 1tpá~OI1€V cru¡.HpEPÓVtú)~. 25·26 ()t! Be oloaKTlÍ ... ay(l90u~ tlC rpuút..wv Para el problema del progreso moral en el estoicismo ef.
'Ava )"6yov BE Ka'i t rov KClKlWV ta~ ~UN ctVat 1tpwta~, ta~ S' infra 26.29.
45 uno raútCU;' otov aq>pooúv'lv IlZv Ka, ó€tÁíav Ka! aSociav Ka' 36 mi oU&:tÉ¡xov <*> Marcovieh completa la laguna del siguiente modo: tT¡v &: a:vOpeíuv f:mcmípr¡v
&tVWV Kal ou S¡;;tvWV Ka! oúSerÉprov : " la valentía es un conocimiento de las cosas temibles, de las que no
o.KoAacrlav €v tai¡; 1tprotatr;. aKpacríav 8E Kal ~paoúvOlav Ka'i son temibles, y de las que no son ni 10 uno ni 10 otro".
KaKopouAíav €v '[ai~ urro taútm;' dvat 8' a:yvolm; t(l~ KaK(~,
ro" al apelal bncrrf¡J..lal. 26.2 Plutarco, VM 441C (SVF 1.202; LS 618)
2 aUtllV BPFI : aperi¡v B 5 ore BD el Suda : ¿hE F htjXlWcltrov Marcovich : 1tpaYJ!ClTf;IOOV BPO el Suda 7 KO\vw¡; ó' a1tavtEC; OÚtOl TJ1v apET~v TOl) rlYE~OV1KOÜ
ci:Ó¡Clmp&proc; F 8 post KO\vtlx; Marcov1ch add. tv : 1(ClV!1 KO\VWt; F 11 O€ülP'lTIKW; F 13 a€O)po\)J.Lévo~ F T~~ vuxfi~ ÓtáOEcrív uva Kal óúva¡.tlv YE"(EV1WÉv'lV uno
14 y' B : am. PO I &<ppOOÚVl1 BPO : cixpPOmJYIl F 15 9€ülP'wcltuCU Usener 16 Oi KOVo¡..lía i.m. F2 18 Aóyou, ¡.toUov 08 Áóyov oucrav (lÚT~V ó~oÁoyOÚ).l.6Vov Kal
Y1VOvtCl¡ sec!. Cabe! 19 ro P 20 Etc 1tpoK01rtiC; Suda 25 yíYVEoSm BP : post yívEOOctt Marcovich add. nvru; ~é~atov Ka! <Í).lE1"ántoo't'Ov únOtíeevral'
31 post tlit; ¡'¡Ev Marcovich add. dvcu 36 post OUO&1'Éprov Jae. 37 f\ add. Cabel / oooov \mepávw F 38
<POÚAOU; el (J1[ou5alOIt; Madvig el von Amim ex Andronico : qlCLÚJ...o:¡V te KCt! OTIouOUlwv codd. el Suda 39 I KalvW~ G 3 ÓIlOAOYOÚ<n G
post ),&yov Marcovich add. <pctVMOW I a~mtov B I post O:lÍtTlltOV Marcovich add. urp'43 np~w~ p lQ Continuación del texto 26.23 .
46 1::v tuiI; TCPWta\~ om. BPF I Ka! O.Kpacrlov BPF
2·4 Mva¡.uv yey¡;Vll~V Úno t..6you ... pÉpalOv Klll &IlEtámootov tmon9cvrat· Esta última caracterización
1 A diferencia de Aristóteles (Cat. 8b26), los estoicos sostien en que lo más permanente y duradero es de virtud coincide casi a la letra con la definición estoica ortodoxa de "conocimiento" (btICJt~)J.'l ; cf.
la 6\áae(n~, no la ~~\ ~. Cf Si mplicio,ln cat.237, 25-238, JO; véase también el testimonio de Estobeo, Ee/. capítulo 7, texto 7.13), el estado cognitivo propio del sabio, 10 cual se explica por el hecho de que sólo el
2.71, 1-6, donde se expone la tesis estoica de que las virtudes son disposiciones (o\aOÉ(n:' I~), en tanto que sabio o virtuoso tiene conocimiento y nunca opinión, y por la idcntidad entre conocimiento y virtud.
las ocupaciones (e7tltr]6EÚllata), como la mántica, son estados (el;e\~).
3-4 Év alHil t' elvat t11V eÜóaq.lOvíav, ... npO'; t~V óllOt..oy(av navto¡; toil Píou Para una discusión de esta 26.3 E,tobeo, Ecl. 2.60, 7-8 (SVF 3.262)
idea cf. Boeri 2009a. Kotvón:pov 08 nlv apet~v oláOEcrtV Eivaí
6-7nOt6 oe oU1 'tllV Kat~XT1ow ... aótucrrf:>Óq>OOC; Cf. capítulo 22, texto 22.15, nota a las líneas 50-52. <pucrt IVUX~C; CJÚ,.HProVOV aUTll nepl OAoV tOV ~íov.
8 'Ap€'ri; o' ... navri te4íOXJ1¡; La virtud es una "perfección" o "cumplimiento" porque, a l ser una exce-
lencia, es ya algo acabado (L e. algo que no necesita de otra cosa), una idea presente ya en Aristóteles, 2 aUtñ FP: rru'Ü corr. Meurer
Met. 1021b20 y Fís. 246a 13. En este último pasaje Aristóteles se propone mostrar que ni virtud ni vicio
26.4 Ga leno, In Hippocratis de IlIIlII orihus 11, 16.303,11-17 (SVF 3.260)
son alteraciones (o cambios cualitativos); la vinud es una cierta perfección o cumpli miento porque cuan-
6J,).' o~Ol,
do una cosa adquiere su propia virtud, entonces, se la llama "perfecta", porque es en ese momento con-
fonne a su naturaleza. Es deci r, la virtud es una perfecc ión y no una alterac ión porque ésta, como toda evloí c.pacrt ~íav ¡;;IvUl rijc; 'l'UX~c; ouaíav· n)v '6' ápETl)v eIVUl poúAoVmt TE-
foona de movimiento o proceso (Kí"'lO"U;), tiende a un fin , y la v irtud ya es algo acabado o perfecto y no At16't'T¡ta rijr; ÉKácrrou c.púcr¡;;ror;. El ¡.t€v ouv 't't t Oloutüv 1tpéiy).lá t crnv ~
tiende hacia otra cosa como a su fin. Esto explica el ejemplo de la estatua en el pasaje de Diógenes Laer- apETI¡, ¡.tía EO"tat, Ei'rrEp Kal TEAelÓ'nlr; scrtl ¡..lía' Kalo\)tro Kato. tO AoylcrrlKOv
cia. El antecedente platónico de esta teoría puede encontrarse en Platón, Rep. 352Dss. Para la laguna que 5 ¡.tÉpor; t~C; 'INX~¡; ava)'KatOv ÉmcrTtÍ).lr¡v dvat n)v apet~v· Kal El1tEp Ev ¡.tóvov
algunos editores indican después de ts4¡(U~ y la propuestas de los diferentes editores cf. Jedan 2009:
54-55. 'la
senl tOÜtO EV'['(ttC; l.j1VXatc; IÍ¡.twv, Aoyl~6).lEVOV, Ol> xp~ ~r¡tf;tV apElar;
9 ('}cJ"lIep Ú)'tela ... aCú) P'l~cttl1dl Al decir que la salud es una vi rtud (aunque sea "no teórica"), este pasa-
noAAá,.
je contradice la tesis general, supuestamente ortodoxa, pues si la sa lud es \Ina vi rtud debe, necesariamen- 2 ape."v ser. van Amim: OUcrlllV codd. 5 d'nep se r. van Arnim: U1t8P codd.
te, ser un bien. Pero la salud aparece en todas las listas de indiferentes, esto es, ítems neutros desde el
punto de vista mora! que no son ni buenos ni malos y que, por lo tanto, no contribuyen en nada ni a la El contexto de este pasaje es polémico. Galeno no acepta el monismo psicológico estoico que rechaza
feli cidad ni a la desdicha. la tesis de partes en conflicto y, por tanto, no admite la tesis estoica de la virtud como una disposición
10-12 qrrlO"l yap ó 'EKánov ... OtKatOo"ú"'lV Hecatón, Frag. 12 (Gomoll). virtuosa del alma entendida como algo unitario, y no <.le una de sus parles. Crisipo rechaza la posición
platónica (que sigue Galeno), según la cual hay diferentes partes del alma en conflicto (cf. capítulo 25).
17 KaA.oUvrat S' ó.9cwP'1to\ .. cruYKUtuawe~ Decir que hay virtudes que se llaman "no teóricas" porque
no comportan o implican asentimiento es un poco vago y confuso, porque los viles o no vi rtuosos también 26.5 Anecdota Graeca, vol. 1, p. 171 (SVF 3.214)
as ienten. El problcma es, en realidad, otro: dado que el estado cognitivo dc los viles es "opinión" (oM;a),
y como "opi nión" es para los estoicos -que siguen el modelo socrático- lo mismo que "ignorancia"
'APlcrtO'tÉA'l<; 08 <púcra Kal ESEl Kal Aóy(~r a¡.tÉA.Et
(üyvOta) o "asen timiento débi l", la razón de todos aquellos que no son sabios se encuentra dispuesta de un oe
Kal ol LT(i)lKO(' TéXV'l yap ti apEt~. noaa téxv'l oúo-r'l¡.t(l eK8EOl-
modo tal que, por no conocer los principios teóricos que caracterizan a las vi rtudes, ante la alternativa de pr¡~átOJv auYYE)'U¡.tvaa¡.tÉvúJv· Ka! Ka.ta ).l€v t a etO)p~~.Ul'ta ó ADro",'
asentir a una proposición verdadera o a una falsa pueden prestar su asentimiento a esta ú ltima. Claro que rota BE TI¡v CJUYYU¡.tvaaíav "t(J E"Oor;' c.púcrEt BE 1távtf:~ 1tpo<; aps-
esto no impide que den asentimiento a una proposición verdadera. 5 t~V YEWW~Eea, Kae' ocrov a<pop~II\., €xo~ [ .. .).
19~21 <P'lO"lV ó nooclBrovIOc; ... tO y(;VOO9al €v itpOKo1tfi Posidonio, Frag. 29 (EK) La admisión de
progreso moral (npoKonlÍ) es contradictoria con lo que el mismo texto 26.31 presenta como doctrina de la 2 téxvtl van Amim : t t;cvu Cramer
escuela; se trataría de una posición heterodoxa de Posidonio, aparentemente, más próxima a los 1 'AplcrtotÉt..'l<; SE epúO"tt ¡(al f8tl Kai A.6)'(i). Lo que se está discutiendo es de qué modo sobreviene la
peripatéticos. Como sugicre Kidd 2004: 152 -153, Posidonio está argumentando aquí a favor de la virtud; no es cierto que Aristóteles diga que la virtud sobreviene por naturaleza. Lo que Aristóteles dice
ex istencia de la virtud mediante una prueba empirica : si bien no es posible encontrar un hombre expresamente es que estamos naturalmente dispuestos para recibir las virtudes y perfeccionarlas por
realmente sabio, el hecho de que existan quienes progresaron en las virtud es suficien te pmeba de que ella medio de la habituación o costumbre (cf. EN 1103a23-26).
efectivamente existe o pltede existir. Así quedaría en parte atenuada la dificultad que deriva de postular 2-3 micru 08 tlxvr¡ crúO"Tl1flll €K 9EOOp11l1átwv croyycyu).lvao).lévwv· Para esta definición de t€xVTJ cf. capí~
por una parte la realidad de la virtud y, por otra, sostener que no existe ningún hombre a quien se pueda tulo 7, textos 7.11 y 7.1 2.
reconocer como sabi o en sentido estricto.
658 Capítulo 26 Teoría del valor y de las viltudes 659

26.6 Estobeo, Ec!. 2.62, 15-24 (SVF 3.278) 15 1tAwKÓtOS, KU~EPV1Íaavtos 8E )ll10hcDTe' ea.v OÚtO~ Ó)l~
TaÚ'ra~ I(I)~EPV1Íaas lKavcólata Áiytl OV tp61toy xp~ KUPf.pVc1V, Ó
)..lEY oOv Tat:; pll8Eíoa¡; apan.; TEAGía.; dval Atyoucn n€pl o' etEpOS E:V06ro~ KaL 1to.vtá1tamv &aelc.:vro~, no'nipCfl ay
10V píov, KaL cruvéCITllKévat EK 8sropr¡)láTOlV" aun.; DE nAZCOV xp~aatO KUPEpV~ll1; Kat o~ cf1teV, o'n 1:0 KU~€PV1Í­
€1tlyíyvw8cu wúratc;, OUK srl tÉ;(vac; oücra~, aMó. ou- cravtl noUáKtS. rráAtV ó MouawvlO~' MOU<Jl.Ko1y oE
5 VáIlE1C; nvác;, bd tfiC; aCfK1ÍocOJC; ltEPIYlyvO)lÉvac;, otO\l 20 ou01v, toí) )lBv TO'OS AóyouS bnma)lévou mus )lOUatKOUS
T~V úyíelaV rile; \lfUXiiC;, KOl nlv apnónrm, Kat TI¡v Kat AéyOVtOS o.uto1>S m8avrotata, Q.O€lV oE ~ KtOapí~Elv
icr;cUv avtile;, KUt 10 KMAOC;. ".QcrnEP yap t~v roD ~ 'AupísStV aouvCl10UVtOS, tOU oE 1tePl ~Ev tOU~ 'A6youe;
crro¡..turoc; úyielav wKpucriClV s\vcn 1rov Ev Leí) oro)lan ovroe; ~HOVOS, Kt8apí~ovroe; DE KaA&s Kat Aupí~ovroS, Etl
9sp¡..twv KUt 'Vuxprov, Kal ~l1P&v Kal uyprov, amO) Kal 06 Q.oovros· 1tOtépC9 av E1tl1:pÉ'lVatS EpyOV )lOUcrtKÓV, ~
1o t~v ef}e; \¡fUX~C; ÚYl€lOV cUKpacríav dveu trov tv TU 'VUXÜ 25 n6tepOv av ¿eéAOlS yevéoOat otoámcaAOV TcOV 1l0UcnKrov
OOYIlÚtOJ\!. 1tatOOS OUK E10ótOS; 'O oE urrEKpívato, on tOV tv 101S
4 WÚl"W; P <EpYOtS> lKavóv. Tí ouv, etn:ev ó MouacóvlOC;, raUta)lEY
a
mÚ111 EXEt· nEpl 8E aco4JpocníV11e; ~ €:y¡cpateíae; tOU xp~
26.7 Clemente, Slrom. 7.3.19.3-5 (SVF 3.224) 8úvaaOat AéyEIV 0'0 1tOAD KpEÍttOV 10 tyKpatfj yevÉcrOat
015't8 yap q:>ÚcrEl l~V apEn)V 30 Kal aW4Jpova 1tePl Ta 1tpan6).teva návto.; LUVEXWpel KUv-
yevvÓJ~ea EXOVTSC;, oün; yEVO~OtC;, cDcr1H::' p wa nva t0v "coi) crw- muOa Ó VEClVl<JKOS, ~HOV Kat epauAótEpov dvat tOl) aco-
ee'
¡..tC11"OC; )leprov, epUcrtKWC; ücm::pov €my(vETUl (¿¡[El ovo' av ~v €KOÚ- eppOVe1V epyq:¡ 1:0 Áiy61V 1tEpl acoeppocnJvr¡S ÍKav&e;. "OSev
atov auoE e:n:mVEtÓv) ouM ¡. ulv EK [Tí;c;] ¡rov <ru¡..tpávtrov Kat Tf]C; ó Mouarovloc; auvámrov lOte; 1tpOelPl1)lÉVole;, 1troe; ouv bcl
5 bnytvo).lÉvT]C; cruV118eíac;, OV tpÓltOV ~ olá4:KroC;, l"¡:;At:würat ~ apET~ tOÚtOlS, Eep'1, tO TCJv ÉKámou Aóyov ¿1t{macr8at 1tpáY)latos
(OX600V yap ~ KaKía TOÜTOV lyyíV€TOt tOV tpÓ1tov)" ou )l~V ouM ¿K 35 KpetnOVav El1110í) éOU;EcrOat Kal 1tpáttelV ta 1tpáY)1.ata
tÉXV11s nvoS iítOl twv 1tOptcrTIKÓ)V ~ trov 1t€Pl tO crw¡..ta O€pammn- Kata TI¡v úep~Y'1cnv t~V tOU Aóyou; €nEÍ1t6p tO IlEv EOOS
KroV ~ yvroOlS 1t€Plyívetat' aM' ouo' be 1talDdas tfjs eylcuKAíou' 1tpOe; tO OúvaaOat npáHEtV ayEL, 10 o' €nícrraaOat Aóyov
aya1tl1tov yap Ei 1tapacrKeuáaat ¡..tóvov t~V ",UX~v Kal otaKovfjaat tOU 1tpáYllatOe; rrpoe; to OúvaoOat )JyEIV. LUVEpyet)lEY
10 8úvano. yap Kal 'tti 1tpá~el ó 'Aóyo<; oloáaKrov 01tCOS 1tpaKtéov Kat
3 ih' L 4 Kat post oullPávrcov del. von Arnim / [Kal] tils: om. tfjs L, Barnard, Potter 40 emt tU táSEl 1tpÓtepOS 10'6 eOOUe;' OU yap ¿Otof)fjvaí tl
Ko.AOV oióv lE Il~ Kata 'A.6yov ¿Ol~Ó)levOV' OUVá)lEt )lÉvrOl
26.8 Séneca, Ep. 49.11 (SVF 3.219) 10 E8o~ 1tpO'rEpEt tOU Aóyou, Otl Eml KlJptWTEpOV €rrl. taS
Erras si in navigatione tantum existimas minimum esse quo a morte vita diducitur: in omni 1tpá~E~ ayelv TOV avOpco1tOV ~nEp 6 Aóyos.
loco aeque tenue intervallum est. Non ubique se mors tam prope ostendit: ubique tam prope
1 €V€1Uxn:v ¡.tEv L: corro WiUenbach 2 EYT] add. Usener I otSámcEl L : corro Wittenbach 5 Ol.lVlÍyopov L
est. Has tenebras discute, et facilius ea trades ad quae praeparatus sumoDoci les natura nos : COITo Usener 9 ¡.tT¡ OE L : COITo Halm 12 8Ep01WJOE1V L 13 Oúo avopwv L : COITo Meineke 16
edidit, et ratiol1em dedit imperfectam, sed quae perfici posset. tKClVÚ:rrO:rov L : corro Wyttenbach 18 llABO} L : COITo Meineke 21 m8avd:rnHov L : corro Peerlkamp 24
1 qua a Muret 2 loquo p 4 que profici p i:llttpB'+Iat L : corro Wyttenbach 26 OUK doO! L : COITo Wyttenbach 27 gPYOl~ add. Wyttenbach 30
Ol.lvEXápEI L
26.9 Musonio Rufo, Dissert. 5
6~7 ÓUOlV l)VtOIV iatpolv Este tipo de ejemplo y de argumento probablemente están inspirados en
AuOIS tvÉ1tEcrEv ~¡..tlv ~~t'1OlS, 1tÓtEpOV aVU01llúnepov Platón, Euti. 280A.
1tpOS Ktfjatv apEtfjs eSOS ~ Aóyos <ellP, el ó ¡.tBv AóyoS oloá- 7-8 tOU fffiv [,caVOD A.SYEtV Kal m:pl1'oov iatP1KIDV ... t&v KU¡..tVÓvrO}v Cf. Musonio Rufo, Dissert.
OKOl apOros tí ell11tOll1t€OV, tO ÓE MoS yíVOltO KCHa tOl- 3.12.15-19: "Pues tal como no es de ninguna utilidad el discurso médico si no conduce a la salud del
OUtOV Myov rrpáttEIV ¿SI~O)lÉVOJv. T<p DE Mouacoví(9 tO cuerpo humano, así tampoco, si el filósofo sostiene ante alguien un discurso o lo enseña, no tiene ninguna
5 EOOS ¿OóK61EtVal aVU01)lCÓtEPOV, Kat auV'1yoprov tti É:auwo utilidad si no conduce a la virtud del alma humana" (la misma idea se encuentra en Séneca, Ep. 75.6).
0ó~11 ~pEtO trov 1to.póvrOJv nva OÜtWS' Lluolv OVt01V 26.10 Estobeo, Ec/. 2.62,7-14
iatpo1v, tOU )lEV lKavoí) ÁiYEtV Kat1t6pt TroViatpIKrov IIacrcOv OE: 10ÚtCOV '!Cov apE~
roS on E)l1tElpÓt<ltU, 1tEpt DE SEpanEÍav TroV Ka)lVÓVtrov
TroV 10 tÉAoS dVCll, tO aKoAoúOCO~ Tf1 q>úael ~ilv.
).OloEv tEtpl)l)lÉVOU, 10í) o' clrrElV )lEY aouvátou, Sepamw- 'EKÚatl1V OE: tOÚ10U ola lroV ióíwv nClpÉXeaOO11:U)'xá-
10 €IV o' EtOla)ltvou KU'ta TOV 'Aóyov tOV tatptK6v, 1t6tEpOV, vovrCl. TOY avOpconov. "EXclV yap aqJop)la~ napa 1~C;
E<Pl1, ~laUOV iD.olO av 1tupEtvaí aOl vocrouvn; 'O o' an:E-
5 cpúaECtJS, Kal1tpOS t~V wi) KaOT¡Kovro~ E1SpEcnv, Kal.
Kpívuto, tOV OEpmrclEtv dOtal1Évov. Kal ó MouacóvlOS'
npos t~V TroV óp¡.t&v cUatáOElav, KUlnpos TUS úno)lo~
Tí OÉ; ouo1v avopolv toí) ¡.w m:;1tAtuK61OS 1totJ.áKtc Kal váS, Ko.L 1tpOe; taS a1tOVe)l~aEIS. Kal <Kat<l> tO OÚ!!<pcovov
I(I)~EpV~aav!O~ ~o'11t'Aota ÍKavá, toD oE OAtyáK1S)lh, 1tE- Kal to ÉUUlils ÉKáan¡ trov apetrov 1tpáTtouaa 1tap8x.Etal
660 26 Teoria del va lor y de las virtude5 66 1

tOV av9pumov O.KOAOÚe(O~ Ttl <pÚOEI ScOVTa. Jl~ ¡.tS)laOf[KOO~ T~V tÉXVllV, oí5tro~ )lr¡0' tv TO~ KaTo TOV
~íov )lr¡oéva an:alTEicr8at ELvm avap)lcÍptT]tOV, oml~ ap€-
210 deL Usener 3 WÓTWV FP: TOÚTOlJ COITo Heercn 4 acpop).lclr; P 7 {)1(OVf: ).l~O'f: IC; FP / Ka1Cr. add. Use-
ner 8 f:sfiC; FP : F.uurfíc; Heine n]v ~~ ¿~¿~UeEV, brEÍnEp apEn] ~ÓV1l notE¡ ~~ á~UpTá­
VEIV BV píO). Nuv oE tv ¡.lliv 8Epan:Eíq Ka)lVÓVtrov OUOEU;
2 tO axoAOÚeW<; tU <púan 1;11v cr. capítulo 23, texto 23.1 y nuestro comentario ad {ocumo 15 avu)lcÍptr¡tOV á~lOl dvm aMüv ~ tOV iatpov Kal t..:v XPYtaEl
4-5 "EXElv yap (}(popJ..lac; napa t~C; qrÚcrECüC; Para una discusión detallada de estas líneas ef. Alesse 1994: Aúpar; ouoÉva aMüv ~ tOV flOUcrtKÓV, <Ka\.> BV xplíaEI m¡-
30-3 1.
ou1.ícov ouOÉvu liMov ~ Tav KU~EpV~T~V' tv OE T0 ~('9
26.11 E,tobeo. Ecl. 2.65. 7-9 (SVF 1.566; LS 61L) OUKÉtl flÓVOV áva)láptT]t ov Elvm tOV IPIÁÓaolPov ~lOumv,
'ApETil~ 88 1({1l KUKíac; OUbEV dvat )l8ta~Ú. OC; OOKEl )1ÓVOr; eTI:L)lEÁ.EtaOat apEt~r;, aM' o)loíror; an:avwr;
ITó.vmc; yap av8pámouc; (lJpOPllac; EXEtV EK tpÚcrEroC; 1tpOC; 20 KOl tOUr; )1T]OEJ..líav bcl)lÉN::LaV taÚtT]~ rr€1rOlll)lévou~. 8~­
ap8TlÍv, 1<a1. OiOVE:ll-oV 1mv ~).lta!1p8Íú)v "Aóyov EXetV KUlU AOV ouv, w~ ouoev EtEpOV tOÚtOU ai'tlOV l1. tO n:p&; &p€T~V
1"OV K4áv9l]v ' éíSE\! U1EN>1C; PEv OVWC; ¡::tVOl <paúAouc;, YEyovévat tOV av8pron:ov. Kal )l~V KaK€ivo fltya tEK)lYtPlOV
5 1"E:A.sICúSévtac; O€ 0nouoaíouc;. taU fl€tdvat ápEn;r; q:¡úaEl ~1l1V, TO návra~ OÜTCO~ olaAÉ-
3 ro FP /i¡)ltaIlPW:fÍwv FP : i¡).lICt)lPdrov Wachsmuth YEcr8m nEpl EaUtrov, ror; txóvrrov apEnlv KaLovrrov ayu-
25 8óJv. OuoElr; yáp eml tóJv n:o'"J.J...iiJv, or; epwtro)lCVOC; n:ó-
1 'ApETfjC; oE Kal KCtKlCtl; ... IlEtaSÚ Sobre la inexistencia de intennedios entre virtud y vicio, cf. Cicerón, T€POV aq:¡prov ~ q:¡pÓV1¡.tOr; tu)'XávEI rov, a<ppcov óll0AoYlÍCiEl
De fin. 3.48.
dvat· OUo' uu BPWtro/1CVOr; n:Ó"rEpov a01KOC; ~ i5íKawr; tuy~
26.12 Calcidio, In Tim. 165 (SVF 3.229) XáVEl rov, cp~aEI Otl aolKOC;. 'O/1oíO)~ OE KaV epwtq tl~
Dicunt porro non spontanea esse delicta, ideo quod omnis anima particeps divinitatis n:ót€pa crroIPprov ~ áKóAamoc;, Ei8' éhrar; an:oKpívEtal Epro-
naturali adpetitu bonum quidem simper expetit, errat tamen aliquando in iudicio bonorum av
30 tr¡8E{~, Otl aroq:¡prov. Kal rmA.6Jr; eprotiitat tU; n:ó-
et malorurn. n;pov aya80r; Ei'T] ~ IPaUAO~, <paír¡ av aya8ó~, Kal tau"t'
OUK av EXroV EinEiv oihE oloámcaAOV aÚtOD KaAoKaya8 íar;,
26.13 E,tobeo, Ec!. 2.107, 16-108, 3 OlJt€ )lá8r¡crtv apEtfi~ ~ aOlcrlO"lV tlVU tuyxáVEl n:rnolll)1Évor;.
01 )lEY yap OlOVTW Tout' ouv tívo~ CiUou TEK)llÍPIÓV emlv, ~ TOU cpUc:nK~V
OU )lÓVOV €u<f)1)d~ yíyv€aOw 1tpO~ ap€T~V EK IP1.Ía€w~, aMa 35 dvm Ún:O~OA~V tU toí) av8pwrrou IfIUXU n:po~ KaA.oKaya~
Kaí lWat; EK Ka1"UOlC€U~~, Kal "to EV tai~ rrapQl)líalS ).zy6- 8lav Kat O1tÉp)lU ap€t~~ EKámO) ~)lrov tvElval. 810. oE
)lEVOV "!OUta an:€M~avto
tO návtror; aya80ur; unápXElV npoaYtKElv ~)11V, oí JlEY
5 )leAin¡ xpovlatl€ia' €iC; IP1.Ímv KaOíma"tat. anatW)lEOa cO~ Kal o~ OV"!E~ aya80í, oí oE aíCJXllvÓ)lE8a
To 'O' O)lOtov KCÜ n:€PL €uyEvEía~ únÉMl~ov, romE cUIPutav ó)loAoy€iv <Ott> OÚK ecr¡.W. 'En:€l Ola tí, n:por; 8Erov,
)lev eivm KOtvroC; €~IV EK IP1.ÍaE.wt; ~ EK Kataox€1Jiíc; otKEÍav 40 ypá ~l)lata)l€v ~ lloucnKt)v l1. n:aAUlcrtpuCllv OUO€t~ )111 )la~
¡rpOC; áp€"t1ív, ~ f:~LV KaO' ~v €UaváAr¡mOt ap€riíc; Etm
l'
tIV€C;' T~V o' cUyÉvElav f:~tV EK yévou~ EK KatacrK€Uii~
10 otKdav n:po~ ap€"tYtv.
800v €iOÉVUl <Pllolv, OUOS EXEIVta~ tÉXVac; TUÚtaC; n:pOcr1rOl~
Eltat,)lT¡ KaL OtoáaKUAov ¡rap' OV ¿¡.polta exrov cinEtV,
ápEnlV oE EXEtv n:t'ir; Ú1rl0XVElTm; Otl eK€lvrov )1EY ouocvor;
3 mí toU~ FP : Kuí Tlva~ Heine 5 xpovlcre~Vat P 8 EUaVelA.llTCTOV P 9 E0EVOÚ~ FP : EK yÉvou~ Canter cpúaEI téQ av8pwn:C9 IlÉTEatlV, ouoE iíKEl <tIC;> cír; TOV ~{ov
5 ~.H;MTll XPOV\cr8Eicr' Ei~ lPúmv Ku8ícrWWl El proverbio pertenece a un trágico anónimo (Nauck 227). Se
45 €xrov únopoAoc; <>1<>.
trata de la idea, presente ya en Aristóteles, según la cual a través de la repetición una capacidad adquirida se 2 Tomo F 16 KUt add. Meineke 28 cpr¡alv F 29 ~8' o{h(O~ F corrupte : El:e" lino¡; scr. Wachsmud130 tpona
vuelve prácticamente natural ("una segunda naturaleza''). Cf. Rhet. 1369b6-7; 1370a6- 10 y el comentario de FP 32 aUTou F 39 onadd. Hense 44 ou5&v F: OU8E corro Usener / "tl~ add. Meineke
Shennan 1989: 176-178.
25-33 OUÓE~ ... oihE ~eT]mv &peñj~ ~ Ctcncr¡01V tíva W'fXáv€\ n€1tOlllf!ÉVCX; El argumento para intentar
26.14 Musonio Rufo, Dissert. 2 probar que la virtud es algo que no viene de afi.Iera, sino que está por naturaleza en cada uno (a saber, que si a
náVtEr;, E<pr¡, <púaEIIWpÚKa)lEV OÜto)~, roCj'[E ~iív avCt- lUlO se le pregunta si es bueno Omalo responderá que es bueno, y ello independientemente de haber aprendido
la virtud o de haberla practicado) no resulta muy persuasivo. En efecto, lUl estoico podria explicar ese hecho
llaptlÍtcOr; Kal KaAro~, OUX Ó )lEY ~)lWV Oo' OlJ' Kal wúwu
como un error cognitivo: que uno diga que es bueno no significa que lo sea; puede tratarse de una creencia
Ilbl'Ct TEK)lYtPtoV Otl ¡úimv Ó)lo(roc; oí VO)loOÉtat Ka\ n:poa- falsa (cf. texto 25.15 y nuestro comentario).
a
táttoucnv xp~ n:O\.E1v KaI an:CtyopEÚOUOW )1~ XPYt, OÚX a
5 únE~mpOÚI..U::VOI ouMva tWV anEl8oúvtrov ~ trov á).tapta- 26.15 E,tobeo, E c!. 2.63.6-25 (SVF 3.280; LS 6ID)
v6vrrov, mmE atl)lropr¡taV Elvat 0-0 VÉOV, 0-0 npEOpÚtT]V, rráaar; oE tOO; apEtá~, 30m 81tlm~¡.tCtí dm Kal
OUK icrxupóv, OUK aaB€Vfl, oux ÓVtlVaoDv. Kaítol EXPiiv, téXVm., KOLvá "tE 8EúJp~~ata EXEIV Kal TÉAor;, ror; €i'p1ltal,
El OA.oV Bn:EíaaKtOV tO riír; apE'riír; ~v, KaL )1r¡oEv auroD to OUtó, 010 Kat axwpícrrouc; c1vUl· Tev
q:¡úaEI ~fliv )lEtiív, W<J1rEP DUO' BV ta~ 1mo tO~ auo~ yap )líav exovta náoar; EXEIV, Kat tOV KatCt. ).lÍav npát ~
1o tÉXVa~ oÚalv EpyOU; oMEi~ ¡bram:ttCtl dvat avalláptr¡to~, 5 tOvta Kata 1táaa~ ¡rpáTIElV. 81acpÉpElv o' 6../..AYtAwV
J"Q21D)I 5"Q23dl? 5"Q1 unR rqti JDi)'!:1ll 122u)I 5311l0A?'( lDnOA -'(J)U)ag 1'0)1 IIO;!31i ro.og 'l\oA3Tijl<D¡ S'O)oti9 'llAXtl- SOAll ~z:
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-lJdX i:>)3d211-¡¡> 11010 AUD1 11929,Ol02 mSD3J)d2A"J? \,2 II~O d31/P AO'('(Oti y.cf"( 3A¡j>l<).oOOll'O.'>I 'A}Ii~ mS030~i\3A }], '9'(3d>9.
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ua 0pow un sa pnu!A el :'OtiQ3i\lt ¡ap w?!sua¡ el e aJay:aJ as 501191. 9 5\,dfllL I,UÜ"(llllS? /\Q?lt~3 S[ ,!!lTJ)I IDS'o3J!JAtiaJ.. \D)I 'Qnli' '1I~13d"J? S((dlt 13d?cb D1'(Jrl
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3Á3"Q S130?XD S1J13dJ? Splti 11S? AQ?'(D:>lÁ? ~ '\(\rol.D}dy, SOlt ' \70'\7"'ZO'' ~9!;SS-!;8( :~OOZ !J;}()a Á 91'9Z: OIXJ1 v.!fu,/ J:J ¡\OjlUlOll SI '¡\1311'9du 11J:>I {\!3d(l)38 ¡\~rI ~l L
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1I(ij¡\~Z 9 ,9 i\OI\9 ti 9-0 '¡\'(J0Q0)log 1\13d?cbm9 S'(J}3Á.d3,,? J~l. 01
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I\Od31<)3g A\,l?g '!!ll))i '1\!3110XO ro1'oP.'>l1 I\D)~'9 ,l'(J:>t ((1
IIltw9)i1 ¡\tpl9-U SOIl31'i9Jld? ,g 1I1"tPlt 'Aory~Y'{'Q S'(JD<).od3cb
I\~ri Srolljli<10AUodlt ,\ltAt;tnOl'(J)!lg 1I\tl 1'0)1 ,S'(Jm. JJ?l
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AUI\I,ill0dcb(l)D ¡\'(J)3dg¡\J? 1\1.DUl\gd<b 1\°10 'AOJ19"(Il9 d3lillW
g ¡\'QlL rqli SWA?linOAUodll ¡\'O)3dgllJ? I\y~ 5OJ}otig ID)I ~ [
'Spdochmg '1(11))i SOi\O)3"tlt 13ll}3"(OltJ¡) AOJ¡\~Z 9 S1213dy,
,l'(J(}D3cb?dl.D'(JI\l? '}'(Jtid9 S}Dl "? SC01C}Jl-ltm9'9 \301 D)l3¡\~
t.H9 S'l ~ssn ~f9S 'oon dAS) ¡¡-:JPfOl NS 'O""lnld Lrn 'S'?13dJ? S'O"('('R S1{l \'lt<). 'Ql 1\0Ar;'( I\Od31<)32 ¡\\'], ?5! J?1'O)I
'Scoi\jtinoÁuodu S'Q1QU 1\}3dco38 1'(J:>I J!3SDl.D1(3 S12lid9 JQl
'SI'9Z 01xa1 j:> UJ!OlSa UJ9í'l U¡ ap mS03X?dull \,1 u.o? A9mY.9cb3:>1 ¡\0l2.~ SUI\<)Dod<bcoo
ump ?p aIITeUOdUI! alsa BJUd ~D111)iJ)dlt tJ))i ~'(('9 'AOA9rl1P'Uud{IJ'38 Q.0 ¡\lW1 urltp.out:¡l 'ud'Jfl 'lp.3d9 ~ f-z: ~9 SIJ1 'I\O?lUlOll g 1\1311'9dlt SOJ1C;Olumg"J? \301 1\1dpX 0 1
'<1\13i\jtiOllt} !3g f! 1'(J)! WSD}3dl'(J }39 '9 l'(J)I> 1113ti?I\OlLJ?
v AOJPrll0)i ! Ja 'VY\lS SroJor!9 SZ: ,v 10'('Q1i z:z: ¡ V {\!3¡\odtb 6r v S319)i~ LI VY\! i\D}dgA'9 SI ,V 'liOJ lS9 '91n)! A!3dOJ3S \,1 AO)..CfY. lIod31<)3g 1\\,1 ?9 1{1O)i 'Sro"fti
, ¡V Xp)!U81Jti31i ~DU ~rl tT W ¡\(IJA9rlII lV~], "{lO)!: JSVy\!S J?l. tD)! L 'ppOJ gou;n> 9 S Scoqri'(ll13lAf' 1 -no.tuodlt '¡\0?lU10lL g '/\13119dlt 1'(J)i 1\13dro3S lI~ti ((1 nm'(
'<\Od?11 50lDtiQ39u11lt? S((lI\'Olt '(J}<bo,Oo'(lcb Aod319l.DDÁ.d31 -9cb3)! ID¡\P d1{A rqrl Sro3'o~i\Od<D ·SlO}D"{O<b3)1 5!Ol

(99 S:;;IpnU!" SU¡ ap Á JO¡UA pp upoal 9Z OjtUfdu:J <:99


664 Capítulo 26 Teoria del valor y de las virtudes 665

Kwáa¡;; tvspyEiv 10V qOvta. <~iav>, Il~ del oe 10V amElOV virtutibus comprobatur, etiam si ah una fieri videtur, optabile esto
15 a.vopí~€O'e{I\ 1l110E o8lÁaívElv tOV cpaúAov. 1 alique P : aliqua b I promptus Qp 2 adpareat p : appareat cett. codd. 3 unitur Q 4 desci p 5 dimitti Q 6
1 fJl'l0"lV FgE : cpamv ceH. codd. 2 tllV ~(av exovra B I rov píov g 3 yap g : om. eeU. codd. 4 qrrlO'I d I qua, quicquid Préchae
€tvm om. G 7 fJl'lO"lV FgE : q><lo'tV ceH. codd. 9 t&v g 10 )l~ g 11 rolOurov Fgu : TO(lTO eeU. codd. I
oTa x 4 14 )líav add. Kronenberg
26.22 DL 7.161 (SVF 1.351; LS 31N)
upsrnr; t' OÜ"tE
26.19 DL 7.125-126 (LS 611) 1l:0A.A.O.~ doí1YEV, chr; ó Z~vc.ov, oürE Jlíav troÁAoi~ OVÓ¡..tClO"t KaAoU-
Ta.; 6' o:peta~ UyOUOlV CtvtaKoAou9C:lv áA/..~AatC; Kal 'tt)V f.líav llÉv11v, ror; Ol MEyaplKoí, aMa Kata ro ¡¡:pór;: "tí trúJr;: E"XElV.
EXOvta 1tácrw; EX81V' dVaL yap m'nrov 'to. ee(l)p~llat(l K01Vá,
26.23 Plutarco, J1If 440E-441 D (SVF 1.201; 3.255. LS 61B)
ev
Ka9ám:p Xpúmrrn:oc; t~ rrpcónfj TIEpl ap€1&v q>'lmv, 'Ano!J..ó-
MEVÉO~~O, ~Ii:v ó €E, 'Ep"'p(a, aVÚPEl1iOv apEtiOv
oe
oropos &v t~ <I>ucrucU KOta T~V apxaíav, 'EKáTOOV oE €v t~
Ka! TO 1tA~SOr; KUt "tOO; StaepoPCÚ;, rot; ¡.tlQ<; 01krllr; Kal
5 rpírt'.9 TIepl apct&v. TOV yap Evápetov geropYJtlKÓV l' XPúJ¡.tÉvrlt; 1tOAAolr; ov6¡.taO"l· tO yap auro oúJ<ppocrovr¡v Kal.
ctVat Kat7tpalCTIKOV t&v 1[0111tÉooV. rO. 8t 1tourréa. KCtt aipe-céa
avopEíav KalolKatOCTÚVT1v AÉyEcrOm, KaSÓtrep PpOlOV Ka\.
ECITl KCtl \mOIlEvTl rÉa Kcd EIlIl8Ve-rta Kal cmoW;¡.rrltÉa, rom' El ta 5 avOpúJtrov. 'AptcrtúJv &' Ó Xioc; tU).lEY oUcríq. ~íav
ta
!lEY atpEt IK&C; 7to18i, 6' úrro).ltvrrnK&c;, rO. S' atrOvq.l11nK&~, ta Kal auror;: apertlv brOÚ:l Kal uyÍElav d)vólla~E· r é9 O€ trp&;
S' Ef1f1EVT]tlK&~, C:PPÓVlI..lÓl; t ' eOlt Ka! av5pEio<; Ka! SíKalOt; Ka!
tí trOOr; 81acp6pour;: Kal. tr4íovoo;, ror;: El tl<; €9tAoI t~V
JO oroepp6lv.
OpaOIV ~~iOv AEUKiOv ~i:v áV"nAa~pavo~Évl1v AEUK09Éav
4 ciPx~v Hirzel, von Arnim: cipxafav eodd. 5 tO yap B 6 1tOllltu(OV p 4H1) I rrol'lttov F I rrpaKtÉa KaAEiv, ¡.tEwvrov OS ¡.tEAavo9Éav ~ tl "tOlOÜlOV srEpov. Ka\.
4
P~I·ID 7 úrropEVEtta p HD 8 uip€!wC; PF<l:l el Suda: altl(oc; B I úrrOJle:vCtlKWC; plQ<D 9 €)l)lEVE"!IK&C; (»
10 yc't.p ~ a.P€.-n11toU"1!Éa ~6v ETClO1<OtrOucra Ka\. ~~ tr01T1tÉa
et Suda I Mareovieh ser. ifotal : lotl eodd. et Suda
KÉKÁT1tat cpp6vr¡mr;, br19u¡..tíav Se Kocr¡.toücra Ka! tO ¡..té-
1-2 Para el anteeendente platónico de la tesis de la implicación reciproca de las virtudes cf. Platón, rplOv Ka! "t0 EÜKatPOV f:.J ~50vair; ópí~ouoa crúJeppoOÚVT],
PrOI. 329C-E; 330A7-B2;331 E4-6; 359B6-7; 36IA6-b3. Tanto la teoría de que la virtud es conocimiento KotvúJV1Í~am8e Kal O"Uj.lpOA.alotr; ó¡.ttAouoa toir; 1tpex; ÉTÉ-
como la de que las virtudes se implican recíprocamente y, por tanto, de que hay una cierta unidad de la
virtud son de origen sacratico-platónico (cf. Platón, Apología 29E-30A y los pasajes recién mencionados
ev
pouc; 81Katocruvrr KuSánEp "to Ilaxaíplov ~ €OtlV M-
del Prol. ; también hay rastros de esta idea en Aristóteles, EN 1144b30-1145aZ). 15 Aa" 1i' líAAo OlmpE¡, Ka! 10 nilp EvEpyE¡ nEpl ¡¡Aa, Ota<1'6-
pour; PIQ CPÚcrEl x.pWIlEVov. €OlKE oe Ka\. Z~VúJv Eir; rout6
26.20 E,tobeo, EcI. 2.64, 18-29 (SVF 3.305) nol, úno~ÉpEOe", ó KmEÚ" ópll;ó~EVO, TI1V
,ApEtat; 5' ETvat trAdout; <paol Ka.'¡ a.XúJpíO"tout; <pp6VT]O"1v Év ¡.tEv a1toV€~T1rtOlr; 51KatOOÚVT1V Év O' alpEtÉotr;:
an' aM~AúJv, Kat !at; autat;!{9 ~ye:¡.tOVIKq, ¡.tÉPEI tflt; Offiq>pocrúVT]V Év (i' irnOj.lEVEtÉ01r; av(ipeíav· atroÁoyoÚ~EVot
o
'Vuxflr; KaS' únÓO"tamv, KaS' 5~ Kal oó}¡.ta 1ta.oav ápE- 20 (i' ~touO"\.v Év roútOU; r~v €TClOTIÍ¡.tT]V <PPÓV110"\.V {:mo "tOu
t~V dvai tE Kal AÉyEa9a.I, T~V yap olávow.v Ka\. t~V 'VV- Z~vúJvoc; rovo¡..táoSm. XpúcrtTC1[or;: oe Kara
5 X~v O"(.ü~a EÍVat· tO yap O"U¡.tc:pUEr; nv&úJ.lU ~piv €VSEp¡.tOV lOV tr010V ap€"t~v tOlq. not6t11tl O"UvícrraoOat vO¡.t(~O)v
av 'VVXllV llyoüVW1. E"AaOEV aórov Kata tOV DÁárcova ol1flvor;
BOÚAoVWl Se Kal TI¡v f:.J ~~iv 'VVX~v ~~ov €tval, ~flv apEt&v' ou crtÍVT]Ser; 00& YVCÓpl~OV Eyeípar;:· ffic; yap trapO.
te: yap Kat aio8ávEcr9at· Ka! ~áAIO"ta to ~Y€l-tOVIKOV ~po<; 25 TOv uvoptiov av8pdav Kalnapa tOV 1tpdov 1tpaÓTtltU Ka\.
o
alÍtflr;, 8~ KaJ..zirat OUÍVOIO . .110 Kalrra.oav apEt~v 0lKal0crtÍvT1v trapa tOv otKalov, oürOJ napa tOV xupíEVta
I O ~c9OV sTval, Éll:EIO~ ~ ClU!~ olavoíq. Eorl Kara tI,V ouoíav. xaptEVt6tT]ta~ Kattrapa tOV ecr8AOv €OSA.6"tl1"too; KIl!trUpa.
Ka-ra tOÜtO yáp c:paOl Kat tl1V c:ppÓvr¡01V <ppovEiv, aKoAouSEi rov ~éyav PEYaA.ótf]ta~ Ka\.1tUpa "tov KaAOv KuÁ6tT1taS
yap uuroir;: tO oürúJr; AkyE1V. €rÉp~ r € tomúwr; Ém&~ló"tl1tar; eUa¡¡:avtT10lar; EÜtpa-
4 stvm bis scriptum in FP 9 óloíK&1n P 10 OICÍVOlCl FP: corro Heercn 11 ciKOA.oueciv FP : corro Hecren 30 1tEAíar; apEtOO; n9t~EVOt; nOMOOv Ka! ató1tOOV ovoj.látúJV
oUO€v 8€o~tvT1v ÉIl1tÉ1tÁT1KE <TI¡v> <ptA.oooc:p(av.
5 TO YO:P OUj.l<PU€l; TIVSí3)lU ~,.iiv lv9spj.lov cf. capitulo 13, texto 13.3.
6 UyElav cett. codd. 9 ].IEAa~tav cett. codd. 11 Emau,.lÍro; a 17 K1m€\x; 'PIS aipmov; Wyttenbach :
26.21 Séneca, Ep. 67.10 1'hmperÉOIC; cett. codd. 22 tO n : rov Pohlenz IIMuv cett. codd. / O1.MX"Óoeat al 24 yvoopíj.loov Helmbold
Cum aliquis tormenta fortiter patitur, Olmlibus virtutibus utitur. Fortasse una in promptu sit 31 ""t1)v add. Hartman
et maxime appareat, paticntia; ceterum iIIie est fortitudo, cuius patientia et perpessio et 1 MEVt511¡.to; )lE\' ó f1; 'EpuPla Menedemo de Eretri~ (ca. 345-361 a.e.) fue. discípulo de Estilpón de
tolerantia romi sunt; ill ie es! prudentia, sine qua nullum initur consilium, quae suadet quod Megara y más larde del académico Polemón y del peripatéttco Teofrdsto (c( Dorandl 1999: 48): ~cnedem.o no
effugere non possis quam fort issime ferre; iIIic est constantia, quae deici loco non potest et es paniculannente asociado al estoicismo, pero por este testimonio de Plutarco parece que adhinó a la tesIs de
5 propositum nul la vi extorquentc dimittit; il lie est individuus ¡Ile comitatus virtutum. la unidad de la virtud.
Quidquid honeste fit una virtus facit, sed ex consilii sen ten tia; quod autem ab onmibus 23 Kata tOV m..á-roova O)ltlvo; Platón, Men. nA.
666 Capítulo 26 Teoría del valor y de las virtudes 667

32 K0 1V~ o' anQvtet;; 0&01 Menedemo, Arist6n, Zenón y Crisipo. t OÚ tv 8xáotCfl OKonoü' eU¡J.T]Xavíav BE E1ttO"t~¡.tTlV &"Ópe-
ttlcrlVOte~6óou 1tpay~6:toov ' eUta~íav ot E1tlOT~~T]V t OU
26.24. Galeno, PHP 324, 24-326,8 (SVF 3.257) 25 1tmE1tpCUC1ÉOV, Kat Tl j.l6ta Lí, Kal KaOóAou tf¡r; tá~eoor;
enuut o' T&V 1tp~EroV' Koo¡.ttÓTT]ta BE <hnO"t~IlT]v> 1tPE1rouo&v
eUOu~ -rotaBE Kal Ó 1tEpl tOOVapEtrov WyOC;, Kal aUi oe; qrov Kal a1tp&7toov KlV1ÍOEOOV' aioT]¡.to<JÚVT]v oE E1tI<JT~¡.tT]V
TO oqlMIlO 8ttt6v. e:lu &m.cmílla~ TU; á1tácrac; at'ml<; Ell E ruAap~"td¡v opeoo l)Ióyou· Eytcp6TElaV Of. btltmí~~V
SUváJ.lE~ únoMípoL avurrÉppaLov t OOV Kllta. t OV ópOov Aóyov <pavÉVTOOV' Kap-
5 TOOv J.IEv yap liAóyoov T~IIJIUX~I ~€pOOv 30 TEplav oE EntOT~~'lV E¡.tllevTlTucrlv tOte; óp9me; Kpt9stor
&AóyouC; aváYKll Kal lile; apuro; clvat, TOU AOyt<JTIKOÜ 6€ eappaÁEóT~TO oE Em(JT~~~V Kae' ~v otoa~EV 8"
1l6vou A.O"(IKTÍV. (hOt' €ó.x.óycoC; EKEtVffiV ~ al aperal ouvá- ouoevloelvc1l ~~ 7tspmÉooo¡.tev· ¡..te"yaAo'VUXíav oe
¡.tEl<; atcrív, €1tlcrt1Í1111 SE ¡..tóvou toí) ÁOyuntKoü. Xpúcn1t7tOC; €1tIOl~~l1V Ú1teplÍvro 1totOooav tOOV 1te'tluK6nov tv cr1tOU-
Se )leyáAa O'<pálliTat oux 3rt fl1loEIlíav apEt1lv broÍtlcre 8úva- oaíOte; tE y(vE09m Kal. cpaÚAote;' EÓIVUXíav OE ¿1ttOt~-
10 IlLV, 0-0 yap Il€ya TO TOloürov mpáAlla Ecrr1V ouoe otacpep6- 35 ).J.T]V 'VUx~e; napEXo¡.ttvt,C; ÉIlUt~V a~tTI]Tov· c.ptAo1tovlav
!leOn npoc; auró, lli' ou 1toAAd<; E1tlcrní~tac; TE Kal apE'tac; oE ¿1tI<JT~~l1V É~€pyacrtl!djv tOD 1tpOKel~~vou, Ol> KOOAUO-
etVat q)llcr~ ¡..tlav Scpr¡O"EV elvCtt 8úva~uv Tlic; 'Vuxilc;. OU yap ).J.évTlv otO 1t6vov' eUcrÉpelClv M ¿1tloTIÍ~ll1v Oeoov O€pa-
€VSéXst"CllI.UOC; 8uveLJ.lEw<; apeta.; etVat 1toMáC;, el yE ~L118E 1telar;' XPTlO"t6tllLa BE E1ttO"!~)..L'lV EUnOI'ltucrlv' eUK01-
TCAEI6T~tal MU al évOI "p6y~aTOI· voov'lolav oE Err\(JT~¡.tT]v 10ÓTT]tO:; €v KOtveovlq' EUcruv-
15 !lía yap É:Kácrrou r&v 40 aMa~íav BE ÉltIcrTIÍ~TlV tOU cruvaUóttEIVa~É¡.t1ttroe; tOte;
ovrrov ~ TÚE1ÓtllS, 1Í 8' apen, TEAEIÓTllS ¿mI. nic; É:Kámou 1tAllcr10V.
<púO'eoo~, ro~ autDe; ó~oA.oyeí'. KÓMtoV ouv 'ApíO"toov ó ){lor;
3 SIKolocruvllv Heeren 11 tUO""tOXíov add. Wachsmuth 2 1-22 t&v XE1p6veov ... SE t1IlO""t~¡.illV. add.
oüt e 7toUde; eiVCl\ tar; aperar; rile; 'Vuxíic; ¿moq)"rlvó~evo~, &AAa
Wachsmuth (vide Andronicus, De pass. 10.2) 26 €1tUmíflllV add. Heeren 30 EJl¡.iCVEtlKt)V Memeke
~íav ~v ¿1tIcr1~~'lV a:yaOrov tE Ka! KaKIDv dval 'P'l0"lV, oüt e 36 tI;; FP: corroCanter 37 n6vou Canter 40 tv t {9 FP : toO ser. Wachsmuth
20 1tepl t WV 1ta9wv Evavda tat~ ioíatC; Ú1t08roCOl ypá'Va~, ro01tCp
ó XpÚ011t1tOS. 26.26 E,tobeo, EcI. 2.59, 4-60,5 (SVF 3.262; LS 61H)
2 aua l~ Ald. I ~;(Ú)V om. L : fJ..f:y;(WV Müller 7 I..oYIIJ"tl1dIV L 10-11 OlacpcpÓ¡.i&VOV L 11 autov L 12
<I>póVT]mv ó' elvUl bncmíllTlV c1v notlltÉov Ka,
¡.iíav t:CP1l<1CV ... \VUX~¡; om. L 15 fl~ pro flto. L 16 n;.4IÓt'1~ om.L 17 Ka)J.íwv H OU 1totllt~OV Ka! ouoert¡xov, ~ Sn:tOTIÍIl'lv aya9&v Ka!
KaKOOv Kal. oUOetÉpwv <pÚOEl 1tOA..tttKOU<AoytKOU> ~c90U (Kal
26.25 E,tobeo, Ecl. 2.60, 9-62,6 (SVF 3.264; LS 61 H) Ent t&v Mutwv OE aper&v OÜtOOr; aKOÚetV 1tapayyéA.A.üuot)·
Toov o' aperoov ta~ ~ev dvm 1tpónUC;, ta~ 5 crro'tlPOcnlVT]V o' Etvm ÉmO"t~~Tlv aipetoov Kal c.peUlcr&v
áe tale; 1tprotate; tmon::mY).J.Évac;· 1tpCÓtaC; DE tÉTIa- Kal ouoet~poov' OtKcnOOÚVTlV 8E ÉmcrTIÍIl'lV a1tOVellllttKTtV
pae; dval, <i>PÓV'lO"lV, oooq>pOOÚV'lV, avopEJav, OIKClIOcruVl1V. l~e; &~lar; ÉKÓcrtC9" avopEÍav oe eltloTIÍ¡.t'lv OEIVroV Ka\.
Kal "tllV ~l€v CJlp6vllcrtv 1tEPI ta KaO~KOVta yívEcrOar Ol> O€tv&v K(xI. OUOetÉpoov' a'tlPocruvr¡v 8E <ayvottlv> aya9&v
oe
5 t~V OOO<i>POOÚV11V 1tep! tOe; óp~ae; tOÜ avOpoo1tol)' Ka! KaK&V Kal O"UOetÉpWV, f¡ ayvotav rov nOI'ltÉov Ka\. OU
t~V oE av8p€íav 1tept tae; ulto¡J.ováe;· T~V 08 OtKatO- 10 rrOl'ltÉOV Ka! OUOEtÉpWV' aKoAaoíav óE ayvOtav a¡petrov
cruVllV 1t€pt tae; &1tOvql~m:lI;. TOOv M Ó1tOtEtay).J.tvoov Ka!. <p€VKtrov Ka! OUOEtÉpwv' <Muclav óE ayvotav ¡.ti¡
Tate; apEtaí'e; taÚtCUe; to.e; I-UN Tfj q>pov~crEI únotEtáxOm, &1tOVE~T]ttKf¡v tiic; a~íae; €KÓ<JTC9>' oEtAíav óE ayvOlav
Ta, BE TÍÍ (Joo~pocrúvTI, Ta, Ii€ TÍÍ avopdg, Tal SE Tji OCtvrov Kat OU OelV&V Kat OUOE1ÉpCOV. Oapa1tAllcrlroe; OE
10 OIKCUOOÚVIJ. Tft ~Ev ouv c.pp0V1Ío€t únOTátteo{)at EÓPOU- Kat tae; WJ...ar; aperae; Kal KClKíar; Ópí~OVtat. t &v elpll ~ltvcov
Aíav, eUAoytcrtíav, á:rxlvOlav, vouvSxetav, <wCYtOXlav,> EU¡J"rl- 15 EXÓ¡J.EVOl. KOtvÓtEpOV & TI¡v apeTI¡v BtáeEO"lV dval
xavíav' tft Bt crcoeppo<JÚV!.1 sUTa~íav, KOO~tÓtllta, ai81l- <pa.m 'VUx~r; OÚIl'tlOOvOv aútUltepll5)..ov TOV~íov.
¡..IOOÚV'lV, ErKpátelav' Tft oE avopEíg KaptEp(av, Oappa-
3 AoyIKofi add. Wachsmuth 5 croo<ppoO"Úvr¡ P I st Ko.'I FP : S' ETval Heeren 8tlyvolav add. Heeren 11 -
AE6-r~Ta, ~eyllAOllfUxíav, rulJlUXíav, ~tAo"ovíav· TÍÍ Ii€ 12 &6lKío.v SE ayvOlo.v ... &~ta~ &1<á01<9 add. Heeren 16 airrfl FP: COIT. Meurer
15 OIKtltOOÚVU eootpc¡av, XPll<ITÓt'ltCl, EUKO\vroVf}cr1aV, el><Jl.lv-
oJJ.u~íav. EupouAíav IlEv ouv dvat ÁÉyOU01Vrnlcmí- 26.27 E,tobeo, EcI. 2.57, 18-58, 4
~'lv tOU 1tota Kat1t&e; 1tpánovn:e; 1tpál;O~EV (J1)~epep6V"tCOe;' TauT' eTvaí <f'TlO"lV Ó Z~v{Ov, ooa oócrlru; ~etÉxel'
eUAoyt<JTíav oE E1tI0t~~Tlv avtClvmperudlv Ka! cruyKE- nav o' OVtCOV t o. ~v o.yaOá, to. 8E KaKá, lO. 8E &otá-
cpaAatootlK11V t &v y1vOllÉvrov KUl arrOtEAoU~VOOV' ayxí- c.popa. 'AyaDo. ~Ev ta tOlaUTa· c.ppóVT]01V, OO)q>pOOÚV'lV,
20 VOlClV Be E 1tIO"t~~TlV eÚpEtlKf¡v TOD KaO~KOVtOe; EK tOU OIKalOcnlVT]V, o.vopEÍav Kalnov o ¿mtv apEt~ ~ ¡.tEtÉXov
1ra.paxpli~ta· vouv~xetav M E1tI<JT~¡J.r¡V <t&v Xe1p6vOlV 5 apetiir;' 1<IlKo. oE ta tOtaGtu' a<ppooúV1lv, aKoAaolav,
oe
Kal peAtl6voov' eU(Jtoxíav Em Cft~!-rr¡v> E1meUKtt!djv aOlKlav, oeul-Íav KUt 1tOV éí Écrtt KaKía. ~ ~Et€XOV KaKíac;·
668 Capítulo 26 Teoría del valor y de las virtudes 669

aOlác.popa BE. rO. tOta:u'W' ~oo~v Oávarov, 66~av &00- 40 taútac; €<p' EKátEPOV, ~ cptAooOlPío. ót5áO'Koucra 10 Kat' ciA~­
~(av, ti80vfJv rr6vov, 1tAOUroV 1tEVíav, UyíelUV vócrov, Ka! geluv ayo.9óv te Kal KaKov avUf..tUPTTÍtOUr; €pyá~etat.
r O. tOÚtOt~ (5~Ota. 2 apíot{Ovoc; H: corro ed. Aldina 7 9áppEt H: corro Kühn IcpBÚYEt H: corroKühn 8 V¿ ~E I M ed. Aldina :
2 post }lev add. dvul Heeren 3-4 OIKU¡OO'ÚVr¡v crro<pPOO'ÚVTJV FP 6 5Ev..íav aOIKíav F CO IT. KUhn 17 amov Müller 26 aurov ed. Charterrii I rígevta! H 27 ExEtV Muller 28 iK GoulstoD 36
"¡¡aBí", H
2-3 Trev o' OVTroV ra ).ltv ... áOlác:popa Este tipo de di visión es una versión (menos precisa) de lo que los
estoicos técnicamente llaman "subdivisión" (u1toolaípE(H¡;), " una d ivisión en la contra-división o
16-18 yE Il~V Xpúcrt1[J'[(X; OUK oió' ... fur6000w aKplj3(i); ótClqmMnovn Se refie re a Anstón (cf. texto
(c:ivnólCl.ípEo~); por ejemplo, entre los existentes, unos son bienes, otros no bienes. Y entre los no bienes, 26.24), cuya posición Galeno encuentra mucho más razonable y consistente con la ortodoxia de Zenón.
unos son males, otros indiferentes" (cf. DL 7.61). 36-37 a¡.toOríc tcrrlV oOOí~ &yaGo\! Para una expresión similar en Epiclelo (aya90ü <pavtocría tvoPY~9
cf. Diss. 3.3.4 y'Boen 2004b: 139. En Epictelo la expresión "esencia del bien" (oOOía t O\! &ya90u) es a
26.28 Ga leno, PHP 434, 31-436,29 (SVF 3.256) veces sinónimo de 1tpoaíp€at¡; ("volición", "arbitrio") o, más precisamente, del modo en que se encuentra
vo~dO"a~ youv dispuesta nuestra 1tpoaípEcrl¡; (Diss . 1.29.1). En ocasiones también significa el uso apropiado de las
Ó 'ApÍ<:rtrov ~íav dven ni~ 'Vllxfj<; Mva~llv, ÚIcOY1~Ó!.U:ea, Kal propias presentaciones (1.20.15). Para el signifi cado de 1tPOOíP Eat~ en Epicteto y sus dificultades de
t~V cip€!~v tfj<; 'VUxfj<; ¿tOStO Míav, EmoTlÍllllv ciya8&v KOt traducción cf. Long 2002: 28-30.
KUKroV. eh av ~1€V ouv (tÍpeia8a! Le 8éll tayaOa Kal cpeúyetv 38·39 TO epa1vóllEVOV aya8óv ... tO ep(llVó¡,,¡gvov Se trata de la vieja tesis (socrático-p latónica) del "bien o
mal aparentes", i.e . aunque algo en el corto plazo se presente o aparezca como un bien (porque es
5 to: KaKel, t,~v bncrr1íf..tllV t~voe KUAet OTü<PpOOÚVl]V' ow:v os placentero) o como un mal (porque es doloroso) puede no ser, en realidad, ni un bien ni un mal (cf.
oe
7tpáttel v f..t EV tayaBo: f..tT¡ 7tpánelV tO: KUKel, cppóv'lO'tv' Platón, Prot. 354A-D; véase tambi én Gor. 467C5· 1O).
oe
avopeíav 5' ¿hay tO: f..tSv BapPD, t<l cpeúYll' Otav OE tO
KUt' a~íav éKelcrrcp VÉflll, OIKatOOÚVllv' 26.29 Estobeo, Ecl. 5.906, 18-907,5 (SVF 3.51 0; LS 59!)
év\ 6E Aóy"I y¡'(vm- XpuO'Úmou·
10 o'Kouoa}ltv li 'VUxrl Xropl¡;; tOU 7tpcínelv tciya9á te Kal Ko.Ko. '0 O' €1r' aKpov, <¡)Tlm, npOKÓ7t'tOOV a7tavta rrávroor;
oO<pía t' €O'tl Kal €1tlcrnífl'l, npo¡;; oe tO!; 7tpál;et¡;; chptlcvou· arrooí&ü01 'tU Ka8 ~ KOvtU KU\ ouoev nupaA.e(net. tOV 06
11M, t<l¡;; Ko.to. tov Píov ovóf..tato. nAeíro ÁallPávcl to. npoelp'l- t OÓtOU plov OUK slvuÍ nro <l'llolv eó&zí~IOVU, 0.'),)..: E1rtyí~
Ilévo., cpp6Vl1crí¡; t e Ko.l arocppooúvr¡ Kal OIKatOa'ÚVTJ Ko.l av- 5 vecr6Ul umc9 TI]v e-uOUtllovía.v, Otav ai J.LéOUt 1tp6.~Ct~
opeía KaAOUIlÉVTJ. totaólT] ~IÉv tl¡;; ~ 'Apícrtrovo¡; oóSa nepl UÓtat npooAápooO'l l Op¿patOVKul OOtKOV Kal i5íav
15 t&v t~¡; \IIuX'íir; apctoov. n~~tv tlva Aápromv.
o ye llT¡v XPÓO'I7t7tOt; OUK oTo' onror; 26.30 Séneca, Ep. 75. 8-15
avnAtyelv tJnxetpet 'tavópl 'tT¡v KotvT]V npor; éaut ov {m:ógemv ' Quid ergo? infr a illum nulli gradus sunt? statim a sapientia praeceps est?' Non, ut
aKptP&r; óta<puAónovl't. KUÁrot; yap anavta ytyvrocrKÓvtrov te existimo; nam qui proficit in numero quidem stultorum est, magno tamen intervallo ab iBis
Kalnpo.n6vtrov lÍf..tOOV av ó Píar; 0101KOho Kat' Emcmíll'lv, diducitur. Inter ipsas quoque proficientes sunt magna di scrimina: in tres c\asses, ut
20 KUKOOr; ó€: Kul \IIeu5&r; ytyvroO'KÓvtrov 'te Ko.t 7tpattóV'toov KUt' quibusdam placet, dividuntur. [9) Primi sunt qui sapientiam nondum habent sed iam in
üyvOtCl.V, ror; autor; Ó XpÚO'l7t7t~ poút..mat, Kal oUl taUta 5 vicinia eius constitcrunt; tamen etiam quod prope est extra est. Qui sint hi quaeris? qui
¡.tía ¡.tSv ape't1~ yíyvott' av 1; bttm~llll, flía O' rooUútror; Ka1 omnes iam adfectus ac viria posuerunt, quae erant conplectenda didiccrunt, sed il lis adhuc
~ KUKía, npocro.yopeUOf..ttvll KUt ~8e ltOte f..tSv ayvOta, non~ 5'
inexperta fiduc ia est. Bonum suum nondum in usu habent, iam tamen in illa quae fugerunt
aVe7ttcrtllf..tOOÚV1l· €.av ouv ttC; tOV Oávmov ~ ti¡v 7tcvíav;, dec ídere non possunt; iam ibi sunt unde non est retro lapsus , sed hoc illis de se nondum
25 t1lv v600v chr; Ko.K& oe5ubc; lí, Mov Oo.ppetV roc; E1t1 a8Lu- liquet: quod in quadam epi stula scripsisse me memini , 'scire se nesciunt' . lam cantigit illis
rpópOtt;, €vóeíQ IlSv tmO't~¡.tllC; aUtO 'tteeta¡, ayvo&v 'taA1l- 10 bono suo frui, nondum confidere. [10] Quidam hoc proficientiu m genus de quo locunts
9&;, d:>C; av 'Apícrt rov te Kal XpúO'llt7tOC; eInOt, KaKío.v Ó' eXel sum ita conplecntntur ut illos di cant iam effugisse morbos animi, affectus nondum, et
o/ux~r; ~v 6vollá~ouO't óetÁíav' oi¡;; evavríav o:pet~v autoí adhuc in lubrico stare, quia nemo sit extra periculum malitiae rusi qui tolam eam excussit;
!pUO'lVdvat t1lv avOpeío.v €1tl<:mÍ llllv o-ocro.v rov xp~ 8o.ppeiv nemo autem illam excussit nisi qui pro illa sapientiam adsumpsit. [ 11 ] Quid ínter morbos
30 ~ ¡.t~ Oappetv, toutÉcrnv aya8wv 'te Kul KaK&v TOOVovroor;
animi intersit et adfectus saepe iam dixi. Nunc quoque te admoneba: morbi sunt inveterata
Ó11Aovón lOtOÚt OOV, ou KUta \IIeuo~ Oó~av lntetÁllf..t¡.tÉvOOv, 15 vitia et dura, ut avaritia, ut ambitio; nimio artius hace animum inplicuerunt et perpetua eius
oÍánep €crtlv {¡yíeta Kal 1tAoütoC; Kul vócrO¡;; Kulnevla. 'tOó-
mala esse coeperunt. Ut breviter finia m, morbus est iudicium in pravo peninax, tamquam
t (t)V yap ouotv OUt' &.yuBov oÜTe KUKOVe!vuí <pUcrlV, 6JJ..:
valde expetemia sint quae leviter expetenda sunt; vel, si mavis, ita fmiamus: nimis inminere
áótáq>opa návru. K(ll Toívuv ei tO f..tSv lióU vOllíoac; TIC; lcviter petendis vel ex toto non petendis, aut in magno pretio habere in aliquo habenda vel
35 ayuOóv, t O5' o.vtapOv KUKÓV, OKOAou8ó'lv TD ÓÓ~1J tfioe 'tou in nullo. [12] Adfectus sunt motus animi inprobabiles, subiti et concitati, qui frequentes
~l€v tT¡v utpemv 1rmOtTO, t OU oe T~V cpu'flÍv, upaO~c; EO'ttV
20 neglectique fecere morbum [ . .. ]. Itaque quí plurimum profecere extra morbos sunt, adfectus
ouoíCtr; uy0.90ü Kal5ta taUt' uK6ACtOtot;. f:v o:nácrutc; yap
adhuc sentiunt perfecto proximi . [ 13] Secundum gcnus est eorum qui et maxima an imi mala
7I:pá~eO'tv atpou~I¿VOOV ~f..tóJv tO <putvópcvov ay0.9óv, cpeuy6v-
et affectus deposuerunt, sed ita ut non sit iUis securitatis suae certa possessio; possunt enim
t OOV óe tO <patVÓ~lEVOV KCtKÓV, SXÓVTffiV O€ <pÚO'et 'ta~ ÓNta~
in eadem relabi. [ 14] Tertium illud genus extra multa et magna vitia est, sed non extra oomia.
670 Capítulo 26 Teoría de l valor y de las virtudes 67 1

Effugit avaritiam sed rram adhuc sentit; ¡am non sollicitarur libidine, etiamnunc ambitione; ¡am intellegentia genera cognouit, confinnat ipsa per se rationem et perficit. [ ... ] [29] Nihi l est
25 non concupiscit, sed adhuc timet, et in ipso metu ad quaedam satis fmnus est, quibusdam 5 enim unum uni tam simile, tam par, quam omnes inter nosmet ipsos surnus. Quodsi
cedit: mortcm contcmnit, dolorem refonnidat. [15] De hoc loco aliquio cogitemus: bcnc deprauatio consuetudinum, si opin ionum ua<r>i<e>tas non inbecillitatem animorum
nobi scum agetur, si in hUlle admittimur numerum. Magna fe licitate naturae magnaque el lorqueret et fl ecteret, quocurnque coepisset, sui nemo ipse lam similis esset quam omnes
adsidua ¡ntenrione s tudii secundus occupatur gradus; sed De hic quidem conlemnendus est SUDI omnium. Itaque quaecumque est hominis definitio, una in omnis ualet. [30J Quod
color tertius. Cogita quantum circa te videas maJorom; aspice quam nullum sit nefas sine argumenti satis est nullarn dissimilitudinem esse in genere. Quae si esset, non una omnis
30 exemplo, quantum cotidie nequitia proficiat, quantum publice privatimque peccetur: 10 definitio contineret. Etenim ratio, qua una praestamus beluis, per quam coniectura
intelleges satis nos consequi, si inter pessimos non sumus. ualemus, argumentamur, refellimus, disserimus, conficimus aliquid, cunctis hominibus
1-2 Non, ut ... srultorum es! om. b 3 deducitur Qh 5 inquiris b 6 adfcctis P I crum Pb 9 ian P 10 sui
certe est cornmunis, doctrina differens, discendi quidem facultate par. Nam et sensibus
P 11 dícam Pb 12 scit Q 23 el magna P Haase 24 ambílionem PbO 26 loquo P 30 peccatur Pb eadem omni<um> conprehenduntur, et ea quae mouent sensus, itidem rnouent omnium,
quaeque in animis imprimuntur, de quibus ante dixi, inchoatae intellegentiae, similiter in
2 slultorum Ésta es la interpretación de Séneca del griego qlCtÚAOt.
15 omnibus imprirnuntur, interpresque mentis oratio uerbis discrepat, sententiis congruens.
9 in quadam epistula scripsisse Cf. Séneca, Ep. 71.4: "Sin embargo, a algunos les ocurre que ignoran
Nec est quisquam gentis ullius, qui ducem naturam nactus ad uirtutem peruenire non
que ellos saben algunas cosas: tal como con frecuenc ia buscamos a aquellos con quienes estamos, así
también con mucha frecuencia ignoramos que el fin del sumo bien se encuentra cerca". possit.
13-19 Quid ínter morbos animi ... vel in nullo En estas lineas Séneca establece Séneca establece una 2 sit V: fil Ziegler 6 uanitas V : uarielas Ziegler 8 essent Ascensius : sunt V 13 omnia V: omnium
diferencia entre "enfeonedades del alma" (morbi animi) y "pasiones o estados afectivos" (affecrus) . Una Reitzenstein
"enfennedad" del alma es un "juicio que se obstina en lo perverso o defecruoso" (iudicium in pravo
perrinax); ejemplos de enfermedades son ciertos vicios arraigados o duraderos (inveterata vilia er dura), 3-4 inchoata il1tellegentia Esta "inteligencia o comprensión incoada o esbozada" se conecta directa-
como avaricia o ambición. las pasiones o estados emocionales son "movimientos del alma inadmisibles menle con la lesis estoica, testimoniada por Séneca, Ep. 120.3, de que la naturaleza no nos ha dado el
repentinos y vehementes" (morlls animi improbabiles. subiti el concirari); son las causas de las enfem1e~ concepto o el conocimiento de bien o de rectitud, sino más bien "semillas de tal conocimiento".
dades del alma que se producen como consecuencia de la frecuente aparición de las pas iones que son
descuidadas (cf. Ep. 75, 11-12 Y el capítulo 25). 26.33 DL 7.100-107 (SVF 3.117,119; 3.82; LS 58A-B)
17 iam non concupisci t Obviamente, esto no signi fica que la persona no sienta ningún deseo, sino que KaAOV oE Aiyoum ro rÉAelOV aya80v napa ro návtae; CL1(€XEIV
no siente deseos irracionales.
lO", €ml;~TOu~ÉvOU, áp,e~ou, ",0 ni, <poo"o, ~ TO teAtw, crú~­
26.31 DL 7.127-128 (SVF 3.237; LS 611) J.lttpov. Elo'l o' EtVat 'tOu KaA.oO tÉTIClpa, o(Kalov, lÍvopeiov,
'AptcrKel 8' aUtOle; Jlll0ev JlEl'U9J elvcn apet~c; KUL KaKÍac;. KÓa¡.uov, €mOTTJJ.l0V1KóV· €v yap ro'iaoE -rae; KaAOO; npá~€:le; cruv-
t &v Tl€pmanrnKiílV JlETa~u apEn;C; KOt KUKlac; dVOl Aq6vtwv 5 rEAG'iaBal. lÍva AérrOV OE KClt roo ataxpoo etval ei.O'l ré!rapa,
t~V repoKomív' roe; yap OSlv ¡paolV ~ op8oy Etvell ~AOV ~ mpepA.óv, rór' éiOIKOV Kal ro OElAOV Kal éiKooflOV Ka1 aq>pov. AtYEa8at
oürCúC; ~ 8íKalOV ~ éiÓIKOV, OÜtS os
OIKatÓtEpoV oü.' &oIKwrEpov, oE ro KaAOV (lovax&~ )lEv ro bratVetOU~ n:apsxó)lEvov 'tOur; EXOvrru;
5 Kul €1rl t &v Oll.rov Ó,.lOíroC;. Kal Jl~V r~v apEnlV Xpúm1tTrOC; ~v <~> &.ya8ov En:alvou éi~IOV' hÉpror; óE ro eú 1tEqn.lKEvat 1tpO~ ro
á'OPl.~TI]V. Kl.eáve~, oE áva.6pl.~lOV· 6 ~Ev á'OPl.~T~V 011\ l.OIOV EPYOV' aAAWr; oE ro EmKOaI10UV, orav AtyWJ.lCV J.lÓVOV rov
o
¡.!É8r¡v Kul ~u:;AayxoA{a.v, OE aVClnópAIlTov 8U1 pEpatOUC; KCt't'Ct- 10 O'o<pov aya80v <KClt> KaAOV ETvat.
Alí't'EtC;' Kal aUTllv Ot' <aút~v> aipsnlv dVaL. aiOXuv6,.II;;Oa yoüv tep' oe
i\8youcn ).1ÓVOV ro KaAov ayaOov EtVat, Ka8ó qHI(HV 'EKúrffiv
ate; KClKroS npánO).lEV, roe; av J.lÓVOV ro KClAOV d86rEC; aya8óv. EV r6) rp(np nEp1 aya8&v Kal Xpúal1trrOr; EV !O'ie;
10 ulYráptCll t' etVat atrr~v 1tPOC; EUOatllovíav, Ka8á !pT}0l Zlívrov KU\ I1Epl TOU KaAOU' Etvm oE 'tauro &pEr~v 1<at ro ¡..t€tÉXov &pET~~,
Xpúcrt1t1tOC; év tc97rProtú) ITsp'¡ apEtó'lv Kal'EKátrov f:v Tcfloeu- c9 EO'tlV tcrov ro rráv &yaSov KaAOV ETvm Kat ro \oOÓUVa].lE'iv r6)
t EpO) TIE:pl ayaO&v. "Id ráp, ¡pr¡crlv, aurápKl1C; 15 1(aM!? ro aya8óv, OlrEp taov ECYt1 roúnp. bcEl yáp EO'!lV ayaOóv,
Emlv ~ W:YaAO\IIUXía rrpoc; ro 1táVHOV um;pávro 1tOlElv. ecm & oe
KaAóv OOrlV' Ecr!l ÓE: KaAÓV' ayaSov éipa Ecrcl. OoKe'i 1távra
~tpo, Tfj, dp€t~" at",ipK1J, 'enl Kal ~ ápcri¡ .p", sU&lI~ovíav ru araSa l'aa dVCll Kalnüv ayaOov En:' aKpov dVQl atpEtov !Cat
15 KClracppovoooa Kat nóv OOKOÚvrWV 0xA:rIPwv". 6 (lMOl navaí!l~ ].l~r' aVEmv I-l~r' OO'tUOlV bnoÉXEaBm. -r&v Ó' OvtWV cpaol -ra
Kal nOoEtOOOVlOt; OÚK aúróPKll AiyOUOl r~v apEr~v.llia xpEÍav !-lf;v aya9a cIval, ra oE KaKá, '[(1 S' ouoÉrEpa.
eTval q>aot Kal trylcÍa<; Kal XOP'lyíae; Kal. iOXÚot;. 20 'AyaSa J.lEv oúv TÓ<; t' apEt<Í<;, q>P6V11oW, Ol1<al0OÚV1lV, avopeíav,
2 I-lGt'a.;u n BPF1 in margo : ¡.t&T~V l-liO'ov n D 3 ~ CJtpe:PMv P~HD el Frobius : ~ trrpe:pA6v el ~
oe
oroepPOO'ÚVTJV 1<a1 rO. Aomá' KO.KU ta €vavdo, acppoO'ÚV11v,
6p90v Bp!F<l> et Suda : ~ óp90v ~ÚAOV F 4 SE post OiíT€ om. Bp! 8 aÚT~v add. Madvig 11 1tpómf' om. aOlKíav Kal. '[(x Aomó. oúóÉtEpa OE: 000 ~~r' ro'I'eJ..e'i JlTÍtE ~Aá1t'tEl,
B 14 tOtCtt ser. Marcovich : lenl codd. 15 leal post ICUtnqlpovouoa del. Marcovich 17 XOPllyEÍac; F etov ~w~, lryÍEla, ~oovrí, KríAAO~, loxú<;, 7tAoUrO¡;, óó~a, EÚYEvEla'
Kal ru rOÚtOlr; €vavría, 9ávato<;, vócro<;, 1tÓVOe;, oroxes, aa9tvEla,
26.32 Cicerón, De leg. 1. 27-30 (SVF 3.220) 25 7tEVla, aOo~la. OU<J"(tvEta 1<a1 ra 7tap07tA~OlO, KaGá CPl1O'lV 'EKÚtWV
[27] N llnc quoniam hominem, qllod principium reliquarum retum csse uoluit, ita generauit €v É~ii6~'9 lIEpl ttAou, Kal 'A.ol.l.60ropo, €v '1i
et ornauit deus, perspicuum <ti>t illud (ne emnia disserantur), ipsam pcr se naturam 'H8tKTI 1(at XpúO'lrr7to~. I-l~ yap Etvat taur' aya9á, áM' aOLárpopa
longius progrcdi, quae etiam nullo docente, profecta ab iis querum ex prima et iocheata Kar' dSoe; 1tpOllnlÉva. me; yap totOV Oap(loú ro 8ap¡.mlvELV, oú ro
672 26 Teoría del valor y de las virtudes 673

\jfÚXEIV, OÜtro KCl!. aya80ü 1"0 WcpEAE'iV, 0-0 ro pAcbrrelV' 011 ~éiMOV XuAOV no o.yaS& BPD et Suda 15 Ei ser. Marcovich ante yap ... o.ya8óv : imEl codd. 16 ayaSOY scr.
30 o' m<pEM:t ~ PÁ<Í1tTCl Ó TCAoU!O~ Kal ~ iryíEta" OUK o.p' ayaSov OiiTE Marcovich : KaAOv codd. I o.Penl adJ. Marcovich post son oE / m'no~ add. Marcovich post OOKel 18
1tA.otllO~ 0150' urícta. en té epumv, (9 ecnw dí Ka1. KaK&~ xp~O"eat, EIttmaO'lV B / 0€xEO'8m von Amim 23 EÓoo;ía Frobcnius : o&;a codd. 34 M F 35 DE Fp1 38 eXEIV
roÚT' O'UK ecrnv áya8óv· TCAoÚlq> DE 1«(Ú ÚYudQ. €(ynv c.u Kal KaK&~ BplQD ; aYEIVF : tOXElV p4H et Frobius 40 cruw:P'foDvta post EÓo(tl~ovíav F 47-48 1'U oE o.xOO..iysral
xp~O"eCLI· OUK ap' aya80v 1tAOÜTO~ KClt úyiEla. IlOcrelOCÓvlOr; suppl. von Amim : ru DE o.xo~áM.etat suppl. Reiske 48 o' del. Menagius 52 o.va';(av BPFD et Suda:
~ÉvlOl Ko.1. ro:urá <Pl10"l 1mv aya8&v dvat. WJ..' oME litV ~oov~v corro Goerenz 54 Q1)1J.a!ll3avo~v BPF et Suda 55 eiacpÉpsrat Sp l et Suda 58 !lÉpa scr. Marcovich
35 &ya9óv <paenv 'EKátrov t' BV tép tvá'tC9 IlEpl aya8&v post ~lltÓVC9 : erov ~1.u6vú) PFD et Suda ; Ol.l"'l~IOVú)V B 59 EXEtV Bpl et Suda 62 xat 1'& 1tapaM~O'1a om.
Kal Xpúcrmnor; Év roir; Ilepl ~8ovf¡r;' dvat yap KClt Cllcrxpar; BPD et Suda 67 WloctBPw,; pI et Suda: I.trlo€' y~pco¡; B 68 auto. B 73 EXElV B
~oovár;, Jll16SV 8' alcrxpov Ic:lVat aya8óv. w<PEAElv 6É Errn KLVElv 11 !lÓVOV tO KaAOv áyaOov etVat Cf. Séneca. Ep. 71.74 Y 120.3 : Nihil est bonum nisi quod honestum
~ laXElv Ka1' ap€:T~v, pAámElv OE KIVclV ~ tOX81V Kan} KClKíav. est; quod honestum, est utique bonum. Para este dietum clásico de la ética estoica (reportado también por
Ó1XWr; os AByEO"8m aotá<popu" a1ra~ f.lEv 'IQ )l~lE npor; Euoat- Plutarco, SR I038D Y 1039C) puede verse el argumento que Alejandro de Afrodisia (Quaes. 1.14; SVF
40 ¡.wvlav ll~tE npor; KOKOOCltllOvíav O1.lvepyouvra, roe; eX€l1TAoUWr;, 3.32) atribuye a los estoicos para justificar esta afinnación: "A partir del siguiente [argumento] es mani-
Oó~a, {¡riela, tcrxUr; Ka! rO. 0)10ta" tvOÉXEtat yap Ka1 xroplr; Toúrffiv fiesto que , de acuerdo con los antes mencionados (se. los estoicos), para los seres humanos ningún bien
procede de los dioses: lo noble está en nosotros; aquello que está en nosotros lo obtenemos por nosotros
8UOat)lOVe:lV, r~~ 1tOlá~ aur&v XP~<JEúlC; Euoaq.lOvlKÍl~ OÜ011~ ~ mismos. Lo que obtenemos por nosotros mismos no resulta por acción de ninguna otra cosa. Lo noble,
KaKOoatf10VIK~~. CíJA.ú)~ M UyErat aOlácpopa rO. f1~O' ÓPf1f¡~ I.l~r' por tanto, no resulta para nosotros por acción de alguna otra cosa; y si no resulta por acción de alguna otra
acpoPf111~ KIVll!1Ká, có~ EXEl ro apría~ EXElv bn TÍÍ~ KEcpaAf¡~ cosa, tampoco resulta por acción de los dioses. Pero, por cierto, de acuerdo con los que dicen que sólo lo
45 rpíxa~ ~ 1tEpt!!Ó~, ~ SK1'EtVat rov OáJcrVAOV ~ O'U<JrE.tAat, rrov noble es bueno, lo bueno y lo noble es lo mismo. Por consiguiente, ningún bien resulta para los hombres
1tporépcov áotacpópwv oude' oüno 4yo~wv' (,Pf1~~ yóp E<J!tV por acción de los dioses".
EKE.lva Kal (i<pOPI.l~~ Ktv'l!tKá. otO rO. ~ auroov EKA.éYEWt, <ro. 19,0. o' oU8é1'Epa Es decir, "indiferencias", items neutros desde el punto de vista axiológico.
88 a1tEKAiy€wt>, roov [01 érépcov brbll~ EXÓV'CWV 1tpae; aYpE.cnv 31-33 Ó) 61J'ttV tU Kal KaKW¡; xpr;a9m, ... ap' o.yaSov llAOU,O¡; Kal uyíE.ta Para el antecedente socrático-
platónico de este enfoque cf. Platón, Gor. 478-480; Euti. 279-281.
Kal cpuy~v.
50 T OOV áowcpópwv rO. )lEY AÉ'yOO<JI 1tpol1Y)lSva, nl0E a.1t01tPOl1- 26.34 Sexto Empírico, AM 11.64-67; 73-75 (SVF 1.361; LS 58F)
Y)lÉva' 1tpol1Y)lSva !lEY rO. EXOV'CCt &~íCtv. O:1t01tpol1Yl.léva oE ra ).l~ ttVat 58 npol1Yllévov áOlácpopov TI¡v
O:1ta~íav ExoV'Ca. ci~íav oE nlv ~lSv !1va AéYOV<Jl O'ÚJlpAl1<JLV 1tpO~ Uydav Kal1tuv 1'0 K01" OU1'~V ltapa1tA~OlOV 6ípllO'EV
1'Ov Ó)lOAOYOÚ)lSVOV píov, ~!lI; €<Jrl1tE.pt1tuV ayaElóv ' r~v oE dvat 'Apímúlv (, XtOe;. lOOV yáp Emt 1'0 npo-
)lé<JT]v !1VU OúVa¡.Hv ~ xpEÍav 0'U)lpaAAo)lÉv11v 1tpOC; ray Kara cpÚ<JIV l1Y!-lÉVov m'rr~v A€y€lV a.OtÓípOPOV 1'(9 áyaeov &~tOÚV,
55 píoy, O)lOlOV E.i1tElv ~v!1ya 1tpO<Jcp€pEWlnpCx; 1'OV Karo. q>Ú<JIV 5 Kal OXE.OOV ov6¡.ta1't JlÓVOV Ola<pÉpOV. K08óAOU yap 1'a
píov nAOU1'OC; ~ ÚyíEW' nlV o' EtVat á~íav &)lOlP~V OOKL)lOlJ!OU, ~a~i> aPETíj, Kal KaKia, aOlá~opa ~~ ~XElV ~~O,­
~v av (, EllltEtpOC; 1'OOV npay)l<Í1'wv rá~tl, O).WlOV ElltEtV &).lEtpE<JElm ¡..¡íav napaMayf¡v, )l1l8E 1'lVa ¡.tEv dvm cpÚ<JEI1tpOl1-
1tllpOU~ ltpO~ ra~ crUv ~¡.llÓVC9 KpleÓ~. Yl.léva, l'tva oE c11tonpol1Y)J.Éva, aMa napa 1'W; otacp6-
a
ITpol1ypÉva )lm" ouv dvm Kal a#av EXEt, oiov enl ¡"UN roov pou~ 1'rov KatproV nE.plmó<JEt~ ).l~rE. ro AeyÓ)lSVCt 1tpO-
60 'VVX1KWV EUípu{av, 1'€XVTlV, npoKo1tllv Kal1'o 0llota' €nl oE r&v 10 iix8m 1táV'Croe; yíVf,<JOat npolly~a, )l~rE.1'a 4yÓJ.lE-
<JCO).la!1K&v ~co~v, uytEtaV, pm).ll1v, EÓE~íav. ap!1ó!T]!a, KáMo~ va á1t01t'po~Xeat Km' áváYKT]V únópxEtV a1to1tpol1-
Kal1'u ltapa1tA~(Jla' E1ttOE n:ov SK1'O~ 1tAOUl'OV, 8ó~av, EUyÉvE.UlV y)1Éva. ¿av youv OÉtl mue; J.lm" lrylaívoV'Ca~ Ú7rTjpE1'Etv
KOt1'U o).1ota. Ct1t01tpol1y¡.tÉva o' E1t1 )lEY rrov \lNXtKWV áípu{av, 1'0 tupáw(9 Kal oto. rOU1'O avmpEt<JOm, 't'Ou~ OE vo-
ClrE.XVíav Kal ra 0).1010' E1tt oE rwv <Jú»)10!1KWV eávarov, vócrov, <Jouvra~ á1tOAVOJ1ÉvOV~ r~<; úm¡pEma~ O'1)Va1toÁÚE-
65 a<J8SvEwv, KaXE.~íov, 1t1ÍPCO(JlV, atoxo~ Kal rO: O)loto' EntoE 1'&v o
15 o8m Kat1'~~ avatpÉm;ro~, 8A011" av l.laAAOV <JOípO~ 1'0
EK1'O~ nEvíav, áoo~íov, ovcryévElav Ka1.1'O 1tapaltA~cna' OÜ1'E oE VOCJEtV Kma 't'OU1'OV 1'OV KatpOv ~ [o1'1J 1'0 úYla{vElV.
1tpO~xftr¡ oür' ¿t1t01tPO~XOl1 ro OUOE1'épO)~ Exovra. Kal1'aÚtll O\hE ~ ÚYE.lU 1tpor¡y~ov E(J!tnáV1'úl~ oü-
"En r&v1tpol1YP€Vú:lV Ta)lEY Ot' mha 1tpo~Jcral, 1'0. 8€ Ot' 1'E ~ v6<Joe; a1toxpo'lYJ.lÉvov. OOO'1lEp ol)v EV 1'al~ ovo-
~hEpa, 1'11 éSE Ka! éSl' aúro. Kat 01' E1'Epa. Ot' aúnx ).lEv EÓcpu{a, J.lal'Oypaq>{Cll~ aMor' aMa npOtáHOJ.lEV <J1'otXE1a,
70 npoKom1 Kal TU ollola' 01' E1'EPO oE 1ü,oihoC;, wyÉ:v€ta Kal rO: 20 1tpOe; ta~ olUíp6pou~ 1tEplO"tá<JE.l<; áp!tS6J.lEVOl, Kat
O).lOW· 01' aU1'a éSE Kalot' E1'E.pa ioxúe;, wCttoBl1<Jía, a.pn6!T]~. 01' 1'0).lm" OéA,1'a, (hE 1'() 1'OU .6,irovoe; ovoJ.la ypácpo¡.t€V, 1'0
aura ~1É:v, O!1 Kma ípÚOIV E<J1't' 01' Er€pa M, o!t n€pl1tOlEl )'pd~ BE t&1'a, orE ro rou "Iúlvoe;, ro M Ch. orE ro l'OU 'npíro-
OUK 6A{yo~. Ó).lOtroc; o' EX€I Kal ro a1tOí't'p01lYJ.lÉvOv K01'a rov VOC;, ou 1'Ú CPÚ<J€I hépúlV napo 1'0. 8rE.pa ypá)1J.lam
EvCtVrlOV AÓyOV. npOKptVO).lÉvwv, réüv OE Katpéüv 1'Ouro 1tOtElV avay-
1 á)XIt€x<>IV ser, Marcovkh : o.1t€x€lV codd. : 1l€P1€x€IV Usener 3 clVCU om. F 4 xóO'¡.uov D, Suda et 25 Ko~6V'Ccov, oihco Kav 'tOte; )leta~u apE.n;C; Ka! KaKÍae;
Frobenius : KOO'¡.tIKOV BPF 8 <~> add. von Arnim I mi) di 8 I 1tEtpUK~ von Amim : 1lEtpUKÉvCU codd. 1tp<Íy)laOlV OU cpU0110í 1'l~ yivErat héprov nap' ihEpa
o
9 A.tyo¡.t<>v BF lO <Ka\.> e Suda add. Huebner 14 BFD : 01lEP Suda! icruouvúl.wv BplQD 14-15 1'0 1tp6KPlcn~, KCt1'o. nEptmUOlV oe )láMov. [ ...]
674 Capítulo 26 Teoría del valor y de las virtudes 675

oi Be ano r~~ Etoa~ aOlácpopov Kat Ol> repoTW/lé· 5 Kal ci)..U011EA~ Kal c.paUAa Ka! anpeml Kat atcrxpa Kat
aMa lO..táv9'1; ).leV )1~lE Katcl epÚOlV
VOY, a.vOíKEta.
30 (lun)v stVQl ~I~T€ a¿;íav ExEtV ( aór~vJ EV t('9 J3í~. Ka- To 6' &-yaeov AÉ'yEcr9aí epacrtw¡ovaxw" ,,> ~
oe
9Ó1tEp ro KáU uvrpov Kanl epúow )1~ etVat, Ó & np&tov, orov myy~e; qov xropav, onep omro; anoO(-
'ApxÉOrU.lOr; Katcl cpúow ¡"¡€V dVa\ ror; rae; 60cr9a¡' aep' 00 mJ~paívEI mepEAElo9al ~ "ep' 00 (,o M
tv )1aOXMUrpíxw;, oúx1 Be Kal a~íav €XEtV, Ilavaí- 10 npro'!me; EIvat at'ttov)' 10 <SE> &Út€pOV, KaS' Bcru¡.t-
ncx; Be ttVa ~Iev KUta cpÚOlV únápXElv, j3a(VEt OO(¡lEAEtcrSm' Kotvámpov óe Kat Btatetvov Kat
35 t lva se napa. <pÚOlV. d ó~ l oívuv rrav té tlVl q>CllVÓJ.ffiVOV tmra npOStpll)lÉva, 't0 otov rocpeM:tv. 'O¡.toí<m; OE Ka!
aya9óv, Tomo mlvrroc; €crTtVayaOóv, EtrEt ~ ~óov~ 10 ¡..tev tO KaKOv Kata n,v 'tOü a.yaSo\) a.vaAoyíav lmoypá<pe-
'E1l:lKOÚp<9 cpaívE'Tal c'.ryaOóv, 'tWt Be t&v KUV1KWV KClKÓV, t0 a9at. To ¡.W OUv a<p' on (j\))l~a(vet pt..ámEa9at ~
6' aTeOl ije; Itoár; áouicpopov, e<JTen ~ ~oovT¡ aya80v a)1Cl Kcll 15 úq>' on' 1'0 BE KaS' ocru)lPaívet pt..ámecr8ar KOtvÓ-
KClKOV KClI áOláq>opov. oúx1 M yE ÓÚVUlal tU <púasl TO auro!CI t €POV M '!OÚtrov tO orov P)'á1tt€tv.
40 evo:vría WYXéÍ.VEtV, á:yaOov «!la Kal KCtKOV Ka. aótár.popov· OUK T&v O' ayaS&v ta ).1ev dvat nept '+fUX~v, ta
apa 1téiv t6 'tWI cpUlVÓ~OV ayaOov ~ KClK6v, TOUTO prrréov 6' ¿l<1ó" ,a 6' oU.. "EPI IJIIlrnv ou,' It<tó,. n EpI
d VUl áyaOov ~ KCtK6v. '+NxTlV )l€v 'ta~ apet ac; Ka! <tOe;> crnouBaíae; e~ete; Ka! KaS6-
9 post 1tI;plO1"áO'CI~ lacunam indicat Heintz 16 OH del. von Arnim 2 J rO ante roí) om. LV 22 1:0 ante 20 AoU '!o¡; t1tOlveTCle; tv€pyEíae;' EKrO¡; SE tOúe; t e c.píAoue; Ka!
1:0í} "IwvoC; om. NLE 26 É'TÉpwv N : É'rÉpa N SrSpou E: €'!cpu LEl;; 30 aúIT¡v del. Bekker 32 tOUe; yvmpí)loue; Ka! ta napanMota' oiSte se nept
o.p;(aíolWOC; N 41-42 H N '+NxTlV OÜt' EKt éx;, tOlle; cr1tou&aíoue; Kal KaSóAou <TOUe;>
ta~ ape'tW; ~OVtae;. 'O)lOtroe; SE Kat t OOV KaKrov 'ta
4 rO) áyaOov o.~lOÜV Tal vez el uso de a~lOiiv no es inocente: es como decir que si se dice que la salud
es un indiferente preferido se le confiere un cierto "va lor", pero si es un indiferente, es un ítem neutro ¡.tEv nept o/UX~v, ta 3' E!cr&;, la o' oüte 1tep!
desde el punto de vista ax iológico, es decir, no es ni buena ni mala. 25 o/UX~v OÜt' EJcr&;' nepl o/UX~v ~ev 'tá~ t e KaKÍa¡;

26.35 Aleja ndro de Afrodi sia, Fal. 199, 14-22 (SVF 3.658; LS 61N)
crUv ,al, ~oxO~pal, ¡;~EO\ Kal mOól.ou ,a, 'l'et<tu, €vEP-
y€Íru;' É!croe; M tol>¡; exSpoue; cUV tOte; elO€cnv' oüte
ei yap ~ ¡.tev ape'!~ n: Kat ~ KaKÍa ¡.tóvm Kat' mnouc; ~ ¡.tevaya- <&1> "EPI IJIIlrnv ou,' €1Ct", ,00, epaú).ou, Ka\ náv-
9óv, ~ ¿)e KaKóv, Kat ou¿)ev tooV líJJ..wv ~cf>mv OUOEtÉpou 1'OÚtOOV €crrtV €1tl- tae; 1'oue; lae; KaKÍae; ExOvtae;.
ÓeKtIKÓV, l &V M av9pwnwv oí nJ..et<rrOl KaKoí, ¡.to)J.,ov ót &ya8Ó1; ¡.tev eTe; 30 T&v M n€p! 'fUX~v ayaSalV ta ¡.tEY eIvat
~ OEÚt epOe; '6n' aut oov yeyovtvm ¡.tu8tmcral, &crm:p ti napáóo~ov ~0ov Kal otaSÉ(Jel~, ta oc E~ete; )lev ¿)taSÉcrete; o' 0\), ta o'
5 napa q>úmv O1wvlcInepov t oO q>OíVIKo; tO\) nap' AleíO\VIV, 01 ót návtet; o\)'te e~ete; OÜtE BtaSÉcrete; . .1.taSÉcrele; )lEY tae;
KaKol Kal sn(cr'le; &)J.,~AOte; tOlOÜrot, roe; ¡.tllocVOtaq>Épelv (i)J.,ov (iAA.OU, ~taí­ apetOe; nácrae;, ~Et<; oc ).1ÓVOV Kat o,,) ota9écrete; 1'0. €ítl-
vecrOm oe 6~lOíroe; návtae; ocrOl )l~ cro<poí, n&e; OlJK av c'tOAt«rralOv ~00v tY]otm)lata, roe; TI¡v ).lavtUcTIVKat 'to. napanA.~crta· oüte
cmúvtrov 6 av9pronoe; etll, EXroV t~V tE KaKÍav Kal ro ~latVecrSat OÚ~H.puta 35 SE E~Ete; oü'te otaSécrete; t ae; Km' aperne; tvepyeíae;,
aúréi) Ka! cruYK€KA11Pro¡.tÉva; oTov c.ppoví).lEu)la Ka! 't~v tfie; crW<PPO<JÚVlle; lC't~crtv Kal '! n
4 fortasse omhspoc; <!\I;;> 8 1távtwv a 12 1tapa1tA~crta. 'O)l.oíroe; o€ Kat tOOV nept o/U:01V KaKOOV

S crnavu{n:cpov ... Atoro\f1V El argumento general de Alejandro (pero en particular el énfasis de esta
1'a )l€v dvOl ota8écret~, ro O' E~et<; ¡.t€v otaSécret<; O'
línea) esta destinado a mostrar que el sabio estoi co es un ideal irrealizable. La tesis de que los sabios o ot), 'ta oe OÜ'tE €~ele; OiSt E&ta8écrEte;. ó¡a8écret.c;
virtuosos hacen uso dc [as viltudes durante toda su vida (Estobeo, Ec!. 2.99,3·12) dio a los estoicos antiguos 40 ).l&v tOe; KUKía¡; n6.crat;, ~Et.c; BE )lÓVOV ta<; eUKatacpoplae;,
la mala reputación de tratar de fundamentar una ética absolutamente impracticable. También Plutarco se queja orov nlv c.p6ovepíav, t~V €mA.uníav Ka! '!a o)lola KUt en
de la rareza del virtuoso estoico: "Si ni siquiera Crisipo se ve a sí mismo como lm virtuoso, ni a ninguno de sus ta vO<J1Í)lata Kat apPwcrn1J...lD.ra, o!ov q>tA.apyupíav, oivo-
conocidos o maestros, ¿que cabe esperar de los demás seres humanos?" (SR 1048; SVF 3.662 y 668; véase <pA.vyfav Kat 1'u 1tapanA.~ma. OütE <o'> E~8te; oüte Ota-
también Séneca, Ep. 42.1, OL 3.32, Cicerón, Acad. 2.145, Sex to Empírico, AA/. 9. 133 y, especialmente,
7.433 , donde irón icamente dice que los mismos estoicos Zenón, C leantcs y Crisipo se contaban a sí
Séome; tae; Kara KaKÍae; evepyeíac;, o!ov a<ppóvEUOIV, aoí-
mismos entre los viles, no entre [os sabios). El problema se complica aún más cuando se advierte que, al 45 KEUotVKat ta taúrate; napanAlÍma.
menos algún miembro de la ESlDa, parece haber admitido la posibilidad de que el vi l se vuelva sabio (Estobeo, T&v te ayaS&v ta ¡.tEY dvCl\ t eAtKá, ta oe not-
EcI. 2.107, 16-20 Y DL 7.91) y, por otro lado, parece también en cierto mooo di ficil reconciliar la rareza del ll1'lKá, 1'a bE a)lq>otÉpro¡; Exovra. 'O )lEv OOv <PPÓvt-
sabio con el orden providencial de l universo (cf. C icerón, ND 3.79). )loe; O:v9pro1t()(; Kal oCPlAD<; 1l0tll'ttKa )lóvov t crrtVaya06.·
26.36 Esto bco, EcI. 2.69, 17-73, 19; 74, 15-20 (LS 411, 60L) xapa oe Kal eU<Ppooúvll Kat 66.ppoe; KUt <PPoVí).111llepmá-
rr6.vra oe 't&yaSa roq>ÉAII.W.etVat Ka! XPllOH1 50 tll0te; 'tEAtKO ).lÓVOV eotlv aya6á ' al/)' c'tp€tal1táam
Kal O'U)l(¡lépovra Kal AuorreA~ Ka! O1touoatO Kutnpé- Kat nOlll'!tKá bJ'ttV ayuSo. Kat 1'et..tKá, Kat yap ano-
novta Ka! KOAa Ka! otKEta' la os KaKa EK r&v Évav- yevvwm rT,V e-uoat).1ovíav Kat cru)lnAllPoucn, )lép'l Ctúr~c;
t lrov návta ~t..apEpa Ka! OúOXPll<JTa Kal &crú~Hpopa ytVÓ)levat. 'AváAoyov oe Kal 'twv KaK&V tO).1Év BOH
676 Capítulo 26 Teoría del valor y de las virtudes 677

1tOI'1!IKCt t~~ KaKOO(XlJlOV{a~, 'tu 8i; tcA1Ká, OEta /l6vov ¿mI xm:ú add. Wachsmuth 64 M tWV FP : corro Heeren 70-71 Kae' 1) 5€ < *> OOKI).Iamóv>
55 a.JlCPOtépw~ Ex0VtCl. 'O JlEv o-ov acpprov livepÚ)7to~ KCll add. Heeren 72 ¿1IUlVEtÓV add. Wachsmuth 79-80 T~ lVJ..a~ t€xva~ P COIT. Wachsmuth 85
¿iliKTTlv FP : COITo Meurer 86 a1mi Wachsmuth: autu~ Usener 94 ~0"It; scr. Wachsmuth : xP~O"lt;
6 'X9po, nO\~TlKI! ~óvov 'ml KaKá · l.ún~ oc Kal ~óPo; codd. 95 tb(vo~ F : tÉXVOI~ P : tÉKVCOV Heeren I €XOUO"I FP : COIT. Heeren
Kal KA01tl) Ka! lícppwv EprotTJmc; Ka! tlI OJlota TeA,IKÚ
<¡..t6vov scrtl KClKá>' aí oc KaKÍm Kal 1tot'ltlKeJ. Kalle- 1-2 C( Estobeo, Ecl. 2.100, 15-101, 4 YDL 7.98-99.
A1Ká sO"n KClKÓ' o.7toyEVVro01. yap T~V KClKO&J.t,.lOviav Kal 7-12 To o' cl)'aOov A.ÉyEa9aí ... OrorEpoV, Ka€l' 8 O1)~pa íVe t QlIpcl.cla9at Lo que es capaz de beneficiar
60 cru~nl.~poilOl, ¡¡fp~ aúTI¡, ylvó~EVa\. es, claramente, la virtud o la acción según virtud . Cf. Sexto, PH 3. 171: "En un sentido, dicen, bien. es
aquello por lo cual algo puede ser beneficiado; éste es el bien principal y es virtud. En otro sentido, bien
"En 06 rOOv &yoO&v la ).l&v s(vm 81' es aquello por lo cual algo llega a ser beneficiado; por ejemplo, la virtud y las acciones según virtud. En
ClUta aípetá, ta ót 1I01'1tI Kel. 'Onócra )J.Sv OÚv ou8e- tercer lugar, bien es aquello que puede producir benefic io, y esto también es virtud y acción según virtud,
VO~ tlAA.OU eveK€V ei~ el)/"oyov ai.'peOlv EPX€Tal, al' mh&. pero también los virtuosos, los amigos, los dioses" (un pasaje paralelo puede verse en AM 11.25-28 con el
aip€tá' órr6aa oe téQ Srspcov tlV&V 1tapUOl(WClcrrIKu yí- comentario de BeU 1997: 65-79).
65 v€crOm, Kata ro 1tOUrnKOv ).1Y60'8at. 17-18 T&v O' ayaO&v ta ¡'w'v dVal1tEpl 'VUXlív, ta o' eK"t"ó~ Éste es un ejemplo típico del tipo de división
Kat1téiv ~uN ayaSov atp€tov EÍVCll" &p€CJTOV llamado "partición" (/lepta¡.tót;), que res ulta de la lista de partes de un todo o de un género (cf. DL 7.61 -
yap Kal oOKllJClOrOy Kat 8JtalV€tOV únápx€tv, nav oe 62).
32-34 6.ta.8éO"el~ I.l.!N . . e~m~ oE. A diferencia de Aristóteles (Cat. 8b26), los estoicos sostienen que
KClKOV cpcuK't6v. 10 yap &ya90Y KaS' B!lEY alPe-
lo más pennanente y duradero es la 5tú8EO"lt;, no la m;1~. Cf. Simplicio, In Arist. Cato237, 25-238, 10.
os
env w)..oyov KIV€i, aipet6v EOtt' Ka S' B aVU1r61ttros 77-78 T&v 0El:v crxÉO"El Ta~ ¡'w'v Kal EV €~Ct dvcu, oTov t&:~ ÓpEtÚ¡; Esta afinnación es problemática ya
70 eL; at'peo'IV epX€tat, a.pecrr6v· <KaS' o B6 <*> OOKt- que parece incompatible con lo dicho un poco antes respecto de que la virtud es una ot6a€m~, no una ~~t~. LS
a
¡..tClcr1"ÓV>· KaO' ÓE: 1táAIV eÓAóyOO¡; ÜV n¡; 1tepl aÓ1"oü (vol. 1: 376) sugieren que gsl~ es un tipo de estado duradero, en tanto que una O\(i8em~ es un estado duradero
KaOU1tOAa~~á.vOl 1"(OV cm' ape1"ii¡; eivCll, <t1talveróv>. qlle no admite grados. Si esto es así, iQ; 1~ se emplea en dos sentidos: a veces respecto del género del que
"En óe rrov ayaO&v rO. ~v dVCll €v K1V1Ícrel, rO. ol6ac~ es una especie, a veces para el estado o condición como una especie de estado junto con la

ó€ €V crxéael. 'Ev lCtvTtcret jltv 1"0. 1"OIaiha, Xapáv, disposición. Las virtudes como estados de perfección moral no admiten grados (son "disposiciones'') pero el
virtuoso tiene otras aficiones u ocupaciones (como el amor a la música o a los libros) que sí admiten tales
75 e\xppoO"ÚV11v, crCÓ<ppova ójllAíav' Ev crxÉcrEI óE nI -rOiaura, grados, y por usar tales aficiones con sabiduría son bienes. Esta ingeniosa interpretación no explica, sin
clhaK1"ov ~auxíav, ~ov~v arápaxov, 1tpocroX11v €navúpov. embargo, por qué para ejemplificar un "bien que se da en la ~~~" Estobeo pone a las virtudes y no a las
T cOV Be €v crxÉcrel -ra~ jlEv Kal €v fX;€l etVCll. orov "a ficiones" u "ocupaciones" (bnn}oElÍ).ICltCl).
ra~ aperá~' ta~ ú' f.v O",(écrel jlóvov. w~ ra P'leMa. 89 ta 0& J[~ Tí J[co~ €X€IV La expresión 1Ip6; t í 1tro¡; ~€tV remite al cuarto género del ser estoico: "lo ~is­
'Ev E~el ó€ oú ~óva~ efval ta~ apttác;, clM.a Kal -ra~ puesto de cierto modo respecto de algo". En su sentido más técnico la disposición relativa hace re~erencla a
80 téxvCl~ ta~ €v -rCf> crnouSaí<9 avSpl wJ..Oiooge{cra~ imo n;¡; ciertos tipos de relaciones, como ''paternidad'' (o "estar a la derecha''), casos en los que un ténnmo de la
ape-riir; Kal y€Vo~a~ a~tta.1ttrowur;, oiovel yap apeta¡; relación carece de significado independientemente del otro. La palabra ''padre'', por ejemplo, carece de
significado independientemente de "hijo" (cf. capítulo 3, texto 3.12, capítulo 3; véase también VaITón, De
yíveaSat. <I>acrlSe Kat trov Ev E~el ayaO&v eivcn KClt lingua latina, 10.59; Menn 1999; Boeri 1993 y 20 10a).
ta btlt110eú¡.tClta KaAoÚJl€Va, oiov c:plÁojloucríav, c:ptAO- 94- 96 ~ )lEY cUw(vía xpf¡O"1~ "!ÉKVúlV ... O"1touoaía, ~ Ot e"Óyr¡pía xpf¡O"1¡; O1touoaía y~pa:x; Resulta intui-
ypaJljlCltíav, c:plÁoyecojletpÍav Kal tO 1tapa1t)"~O'la. Eival tivamente claro en qué sentido se tiene una buena vejez cuando se hace un uso o empleo adecuado
85 yop óSóv Ttva bO.eK1"lK~V trov €v taÚtCllr; tair; t ÉXVCllr; (xp~O"1~ O1touoaía) de la vejez; es más dificil, en cambio, entender en qué sentido uno "haría uso" de la
O¡K€ÍWV npex; apEtlív, avac:pÉpoucrav aln o E1tl ro toü ~íou prole, aunque sí es comprensible que uno procree adecuadamente y tenga un "trato" (xp~O"1~) adecuado
r'Ao,. con sus hijos.
"En ó€ rrov ayaSrov to. ~v dvat KaO' Éautá, ta 26.3 7 Estobeo, E cL 2_84,18-85, 11 (S VF 3-128; LS 58E)
86 1tpÓr; tÍ 1tror; Exelv. KaS' Éau-ro. Jlev bncrt~- T6Jv o' n~íav txóvr[fJV rl! ~tlv ~xelv noM~V
90 Jl'lV, SlKCl101tpayíav Kat tU Oj..LOICl· rrpó<; n n -oe oe
6#av, rO. ppaxEiav. '0j.10íco¡;; óe Kat t&v cL1ta~(av
Jl~V, EÜvOlav, (flv..íav, <oujlc:pwvíav>. [... ] a
q6vt(ov él JlSv ex€lV 1Ioll~v a1t~íav, S€ ppaxstav.
oe
"En trov aya9&v -ra Jlev etVCll Üj.1IKta, TI! ~tlv nOM~v Exovra ti~íav npo~y~lva AI-
oiov €1tlcrt~Jll1v, ta Se j.1€jltyjltva, oiov EUteKVlav. 5 YEa9m, ta. BE 1tO;U~V &1ta~íav a1t01tPOlly¡..tÉva,
€óyr¡píav, eó~ooíav. "Ecrtl o' ~ j.1Ev eUrEKVÍa ;wilcrtr; Z~voovo; taÚta¡;; rar; ovo¡..ta.oiar; 8€j.1Évou 1tpWtOU roí:;
oe
95 téKVOOV !CCl-ra (flÚO"IV Exoooa crnouoaía, tí eUyt,pía a
1tpáyj.1a01. ITpO'lY¡..tÉvov Ó' dvCl\ AiyOUcrlV, aóuI<popov
;wf¡cn~ cmouoaía y~pooC; Kala <púcnv Exoucra, Kal óJ.wíoor; <Bv> ÉKA€y6j.1E8a KCl.ra 1tpOl1yOÚJl€VOV AóyOV. Tov S' (5¡..tOlOV
~ elK;wía. Afryov €1tl TCf> cl1tOltpor¡YJ.l.Év(9 €lVCll, Kat t a 1tapao€.íy-
1 1Iavd FP : corro Canter I E\);(P'lo"1(l COITo Meineke: XP'lO"tU codd. 8-9 a1IOOtóóCJflCll P 10 de add. 1o ~aTa Kara nlv aVaAoyíav tCl.\lTá. OÓOEv oe t WV c'tya8&v
Meineke ti KOlVÓl:ClTOV FP I 61tlOlaTeivov FP : olaTElvov Wachsmuth 19 TCt~ add. Wachsmuth 22 etval 1tpO'lYJlÉvov Otll tO n,v Jl€'fíO'"tTJV a~{cxv ama &x€.lV.
tOtx; add. Hceren ante Ta¡; 23 ()/lú)~ FP : COITo Can ter 28 B€ add. Meineke / Kal om. F 30 ta /lEY P :
tac; ~cv F 3 1 tU oce~El~ OiSte Ota8ÉO"Et~ om . P 36 Q'lpóvr¡ow FP: <ppoví/lcu/la scr. Wachsmuth (vide
TI> 8.
npo~y¡¡fvov, ri¡v oEUr'pav xolpav Ka\ &~íav Uxov,
OI)veyy(~ElV 1tWC; tft TÚJV aya 9&v c:púcr€t· ouoe yap I:;v
inrra 97,9) 39 Ta~ o' oihc FP : COIToHeeren 40 EÓlCaTQ<peopía~ FP : COITo Heeren 41 EOTJ"] P : en F 43
5' add. Meineke 47 ODV om. P 53 (el 60) YIVÓJ..lEVa FP : corro Usener : yevów;va Heeren / €!a! F 58 aÓAD t rov 1tPOllY~OOY €lvCl.l tey pacrlA.€a, WJ....a "tour; ¡..tet '
678 Capitulo 26 Teoría del valor y de las virtudes 679
o.
15 aurov rer<rf~tvou,. npo~wtva )Jyeoeal, ou r0
1t"pOC; sUoalJ.lovíav tlva O1)p~áM.ecreCLl cruVSPYE1V tE 1tpOe;
cruyypCl)l)lánov tv o~ E1tatvel tOV ¡WAcnOV "A.6yov fJJ:yxrov
ta XpuoÍ1t1Iú) KOKó.'JC; E1pT]~€VO 1tEpí rEtOOV 1ta8oov tflc; 1fUX~c;
ctlrnív, aJ.JJJ. t0 avayKulov eIvUl WÚtWV t~v tKAoYl1V 1t0i- Kal tooV apEtrov nlc; olaepop&c;. OOO"1tEp yap o.VCtlP€ÍTat ta.
ta
E100m 7rupa a1T01tpor¡Y)J.tva. .áS~ r~, t¡roX~, el ~6vov er~ ro Aoytt:rrtKOV r~, t¡roxfí, aur~" ~~Bevo,
a
I Tó)v om. P 2 ciS!av, OE ppaXElaV om. F 4 post Tu ~ add. oov Heeren 5 a1tporrYJ.1Éva FP ; COIT. 15 )l~r' €mOU)111tlKOÜ ).!~te [toO] Ou)lOEtOOÜe; Ovtoc;, OÜtOO Kal rrov
~Ieeren 7 npor¡youIU;VQV F : npoflY).1ÉvoV P 8 av add. Heeren 9 avá).oyov FP : corro Mullach / tro ape-roov 1t"A.1)v <ppov~OEffiC; al Aomal1tcroat. KUÍtOl Kavtaí)8'
ctlro1tp'!.r¡y¡J.~VC9 S:L Wachsmuth (vide 84, 24) I lnpor¡yoó).1EVOV F 12 1tpornoú¡J.cvov FP J3 ouó!hr FP el nc; t 1tES€Pxono r<'9 ).jyyff) tá tE 7tEpl tf¡c; (o/lIrnr;] olCtf.Popde; trov
13-14 a,v aUAr¡Tcov FP : corr. Canter 14 1tpoay6)..l€vov FP : corro Madvig 14-15 ).u~v ,(tutOV P 15 "perOOv tv rrnapm ~t~AíOl, (mo Xpucrí..ou yeypa~~tva
1tpOl1You)lE.vn FP: corro Heeren 16 cruV€py€IV ti FP : corroMeincke 18 npOlrYlltva P paouví~rov Boa n: KaS' ev éfM.O ol~"A.9/:.."V, <tv> c9 OdKVUcrt 7tOlae;
26.38 E,tobeo, Ecl. 2.79, 4-17 (SVF 3.118) 20 dVQl taC; ap€"tae; ÉAtyxcov rov 'A pím:rovoe; Aóyov, OUX EvO<; ~
,Aotáepopo o' ouotv, 0JJJt tplrov 11 rETIápoov OElÍcrEl P1PAlCOV. g(Jn
etvat Atyoum ta J.lna~u t&v aya8rov KCll t&v KUKWV, 8\- ~€v yap K&vraüSa Aóy~ El, ~paxU<; emcrnWOVtKO, EAf:rxrov
x&r; 1"0 a8tá((lopov voetcrOaL <pá)lEvOt, KaO' Eva ),ltv tpÓ- rov Xpúm1t1tov oüre t&AT]8~ 1tpEOpEÚOvta Ka11lT]KÚvovtQ
nOv TO ).1~tE. &ya8ov )l~te KUKOV Kal tO ¡. uíre aipetov ).!~te 1tC:pl"rtOOe;.
5 <peU1cróv' KaS' EtepOV Se to fl~te Óp¡.t~~ ).!~re aq)Qp).!fi~ 25 alA' oí ~~re MtoeuStvre, tv tI.oBeucrtKÍÍ ¡¡e06Bq>
o
KlVT]1"tKÓV, KaO' Kal Atyecr9aí tlVa KaOá7t~ aSláq>opa Jl~8' OAroC; yvÓvtEe; ó1toía ríe; EcrTl, Ilóvq¡ oe
réfl lleyégel Kal
erVat, orov ro <apt ía~ exelv enl T~~ Ke<paA~~ rpíxac; ~ 1tl~8El t&v úrro Xpum7rnou ypaq>Évrrov PtPAtroV 1tpocrÉXOvtEc;
7teplná~, ~ ro> 7tpotelvat rov SáKtUAOV 0001 ~ ooóí, ~ ro tOv vouv, aAT]8fi vo).!U;oum 7távO' \m<ÍpxElv aut<Í. Kat yap
aVeAZ08at tl roov E).!1WOroV, Kápc.poe; 11 <púUov. Kan! tO 7tpÓ- KUI ovrcoe; tcrr1. ta 1tAet()[' aurrov aATJ8il Kalllá"A.lcrTá ye ta
10 rspav o~ Af:IcrÉOV ra ~tat;u apetfic; Kat KUKlW; aOlá- 30 Kur' EKE1VO tO plp)..íov év c9 OElKVUcn 1tOlae; dval ra¡; apE-
c.popa Atyeo8at Kan} roue; ano tr;c; atpécreroc; ramT]e;, au ¡ <Í¡;. á:M' Otl t4$ )llaV ú1t08qtévcg Oúvalllv ú1tápXelV gy rft
)l~v 7tpOe; EK1-0YllV Kal a7teKAoytÍv' 61' 8 Ka! ta )1&v a¿;íav o/lIxft rT¡v A.OYUClív tE Kal KpmKi¡v ovo)..ta~o¡.tévr¡v, aVUóvtt
Eilif<TucrlV exelv, ra ó' a7tu~íav am>KÁ.eK!lKtÍv, O"U).!PAT]- & t ~V br18U).llltucrív rE KClI OU)loelofi, KaSá1tep Ó Xpúm1t1COe;
wcrlV O' oúóa¡.tooe; 7tpOe; rov ruSaí)lova píov. aveíJ...f;, ~táX€Tat ta KUto. roiho tO plp"A.íov eípll)lÉva, tautl
35 ).!É).!'Vatt' av !te; auréfl.
3-4 tp61!oV ta F ~ meo F,: Ku9a P ' -8 áp'tÍa<:; EXetV €1!L TIl<:; KCr.pctA.~<:; rpíxa<:; ~ 1!eptná<:;, ~ tO add.
Wachsmuth 11 Kat P : Katct F ro ~tvrOl Karapállioeat n1v 'Apí-
()[rovoe; a'{pemv aA1l8we; \mo toov yqpa).!).!évrov OÚK av !t~
12-1 4 St' 8 Kal ta )1~v á~íav €KM:KtlKT¡v hetV, ... npo.; tOV EOOal)10Va píov Cf. Cicerón, Defin. 3.50-54. ).!l).!'Vatro. vOflí~el yap ó av~p tKElvoc; ).líav oooav n)v apE-
26.39 Cicerón De fill . 2.43 t~V 6vó)lacrt 7tAéOOlv 6vo)..tá~BOeat KQTa t~V np6e; TI OXécnv.
Qua: q~od Aristoni et Pyrrhoni omnino visa sunt pro nihilo, ut ínter optime va1ere et 40 Ó tOlvuV Xpúm1t1COC; OdKVUcrtV OUK év tU 7tpÓe; tl crxécrS1
gravlsslme aegrotare nihil prorsus dicerent intcresse, recte iam pridem contra eos desitum yEV6)..tevov ro 1t)"~B<><; tWV apStwv re Kal KaKloov, aU' f..v
est di~putari. dum enim in una virtute sic omnia esse voluerunt, ut eam rerum selectione Wl¡; OlKE(CW; oumatc; u1ta/J..ano).!évate; Kata rae; 1t0l6rT]tac;,
expolJarcnt nec ei quicquam, aut unde oriretur, darent, aut ubi niteretur, virtutem ipsam, Úl, ó rOOv .aAotOOv E~OÚAztO ).6yo,·
5 quam amplexabantur, sustulerunt. Erillus autem ad scientiam omnia revocans unum o••p Kal autO ~pa;o\
qu.oddam bOI~um vidit, sed ncc optimum nec quo vita gubernari possit. Itaque hic ipse ¡am 45 7tuparpé\lfru; Ó XpÚOl1t1t<>c; et€pate; ).1J;Ecrt Ol~ASE<V €V rep 1tOto.e;
pndem est rClectus; post en im Chrys ippum <contra eum> non sane cst disputatum. etVat tac; o:pe-rae; tOle; t ' t1[(XElp~)lacJlV ou Jrpt7tOUO"l r<'9 tO
AOylKOV etval ¡.tóvov tr;e; 'Vuxfie; rE8el¡.tÉvq¡, tO 1taBT]!tKov o'
7 contra eum post sane est add. Koch : contra eum ante non sane add. Schiche
avtlPT]KÓrl. 1tOOC; oDv f:yW t oí) ).!~KOUe; r wv A.6yrov aLno~, Eav
26.40 Galeno, PHP 43 0, 5-432, 10 (SVF 3.259) avayKao9w vüv 81t10eU(VÚEtv alJ..otplac; uipécreroc; bnX€lp~llacn
eoeíxfh] oe Kal ro<; aUra, ó A6yo, 50 XPÓJ)lEVOV rov XpOOl1t1tOV slKÓtCOe; KurapaA.elv nlv 'ApícrTWvoc;
apxaíi; ~év €crnv apKOÚ)lEV<><; OUK ÉvOÓ~Ol~, OU ~~v aM' &S~av; oi yo.p ¡.t~re YVÓvtec; otóv n 1tpOy)lá Ecrn )1i8oooC;
imemwovlKoie; "TOie; A~~t~aOl KEXP'1¡.tivoc;, 01tl::p rOlÓV ionv a1tOSEtKTIKlÍ, Il~t' a<1KTl8évn:e; év at'nfj ).!~u; &A~OStaV TI~IWV­
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aJroSelK'tlKilc; ).!€8Mou. ou ~óvov mue; 7tBpl \jIuxiiC; ~y€_ tEe;, OOtOI olKulón:pOl tO\) I-l~KOUC; tmV }jyyoov eXEtv TI¡v al-
5 ).!OVlKOÜ AÓyOUC; ~PCOtrll.t6VOUC; 1)7[' autrov aÑÍrxovue; É)'!llKÚva- "dav.
)lev, a/J..a Kal ru ltEpl tOOV Jra8&v ¡~e; 'Ifl.lX~e; OrtO Xpucrfmwu
YE'"Ypa).!)lÉva, toillO flEv Év toie; AoYIKOi~ ó1to).!V1Í~aO"l tptcr1,
2 npK€i J.lÓV~ : COITo Milller 9 tOV Xpúmn1tov del. Milller 15 TOi) del. Kühn l' tá] tá<:; H : corro
Müller I IjIUxii~ ot(l(popO:~ H corr. MOller 19 €v add. Einarson 21 ó119€l<; H : COITo Einarson :
tOü¡o S' tv rc9 8EpU1tEUTlKcp, )1..eta tOÜ Kal &uevúe1v autov otf¡cr€to.\ Como : av 5cr¡9dl1 KUhn 26 yvwvu:¡; H : corr. Ald. lónol.ct H : COIT. Chart. 4S 5 1~A.9E H :
ÉaUtcp c)[a<pepó).!EVov tOV Xpúouurov. suppl. Milller 50 Katw..a~Elv H : COIT. Ald.
10 É1t€)1..V1ÍcrO'l).!BV oe Kal roov nocrelocovlou
680 Capítulo 26

26.41 Cicerón, Defin. 3.33-34 (SVF 3.72; LS 600)


[33] Bonum autem, quod in hoc selIDone toriens usurpahlill est, id etiam definitione Capítulo 27
explicatur. sed corum definitiones paulum oppido inter se differunt el tamen eadem Actos debidos, correctos e incorrectos
spectant. ego adsentior Diogcni, qui bonum definierit id, quod esset natura absolutum. id
autem sequens illud etiam, quod prodesset- w(j)ÉA1l)la enim sic appellemus- , motum aut
5 statum esse dixit e natura absoluto. cumque rerum notiones in animis fian!, si aut usu
aliquid cognitum sit aut coniunctiolle aut similitudine au! collatione rationis, hoc quarto, 27.1 E,tobeo, Ecl. 2.85, 13-86, 16 (SVF 3.494,499,503; LS 59B)
quod extremum posui, bani notitia facta est. cum enim ah iis rebus, quae sunt secundum Acto debido se define así: "coherencia en la vida, aquello que una vez realizado, compor~
naturam, ascendit animus collatione rationis, tum ad notionem boni pervenit. [34J hoc ta una justificación razonable". Lo contrario al acto debido es del modo contrario. Esto tam~
autcm ipsum bonum non accessione neque crescendo aut cum ceteris comparando, sed bién se hace extensivo a los animales irracionales, ya que también ellos llevan a cabo alguna
10 propria vi sua et sentimus et appellamus bonum. ut enim mel, etsi dulcissimum est, suo actividad de una manera coherente con su propia naturaleza. Pero en el caso de los animales
tamen proprio genere saporis, non comparatione cum aliis dulce esse sentitur, sic bonum racionales acto debido se define así: "la coherencia en el estilo de vida". Y sostienen que,
hoc, de qua agimus, est illud quidem plurimi aestimandum, sed ea aestimatio genere valet, entre los actos debidos, unos son perfectos, los que sin duda también son llamados "actos
non magnitudine. nam cum aestimatio, quae &~ía di.citur, negue in bonis numerata sit nec correctos". Actos correctos son las actividades según virtud, como el actuar con prudencia y
rursus in malis, quantumcurnque ea addideris, in suo genere manebit. alia est con justicia. No son actos correctos, en cambio, los que no son así, a los que, claro está, no
15 igitur propria aestimatio virtutis, quae genere, non crescendo valet. denominan "actos debidos perfectos" sino "intermedios", como contraer matrimonio, presidir
una embajada, conversar y cosas semejantes. Entre los actos correctos unos están entre las
3 esset enatum A : essel e natura RNV : esse a natura BE 7 nocio BE 9 boni Lambinus : bonum codd.
cosas que se requieren, otros no; entre las cosas que se requieren están los actos beneficiosos
3 ego adsentior Diogeni El estoico Diógenes de Babilonia; para una caracterización similar del bien ef. que son predicados, como "actuar con prudencia y con moderación". No están entre lo que se
supra texto 26.36 y DL 7.94.
requiere, los que no son así. De modo similar el mismo tratamiento se da también en el caso
6 eol1atione rationis: se trata del acto o proceso de comparar algo con otra cosa mediante la razón, es de los actos contrarios a lo debido. Pero todo lo contrario a lo debido se produce en el animal
decir, es un proceso que se lleva a cabo mediante una suerte de "inferencia racional" o por analogía.
racional como un acto incorrecto; y una vez cumplido, un acto debido se convierte en un acto
correcto. El acto debido intermedio, por su parte, se mide con ciertos indiferentes que, elegi M

dos en contra o según naturaleza, conllevan una abundancia tal que si no estuviéramos perma~
nentemente adoptándolos o rechazándolos no podríamos ser felices.

27.2 DL 7.107-110 (SVF 3.493; 495; LS 59C; 59E)


Dicen que acto debido es lo que, una vez llevado a cabo, comporta una justificación ra M

zonable, como por ejemplo la coherencia en el estilo de vida, que incluso se extiende a las
plantas y los animales, pues es posible observar también en eUos actos debidos. El primero en
llamar de este modo al acto debido fue Zenón, y [10 hizo así] porque la denominación escogi~
da deriva de " llegar [a un acuerdo] según algunos", y [dicen] que es un acto apropiado a las
condiciones según naturaleza. Entre las actividades según impulso, unas son actos debidos,
otras son actos contrarios a lo debido, <y otras ni actos debidos ni actos contrarios a lo debi~
do>. Ahora bien, actos debidos son los que la razón elige llevar a cabo, tal como honrar a los
padres, a los hermanos, a la patria, compartir la vida con los amigos. Contrarios a 10 debido,
en cambio, los que la razón no elige, tal como no cuidar a los padres, no preocuparse por los
hermanos, maltratar a los amigos, desatender a la patria y cosas semejantes. Ni debidos ni
contrarios a lo debido los que la razón no elige ni prohíbe llevar a cabo, como levantar una
brizna, sostener un pincelo un cepillo y cosas similares a éstas. Unos actos debidos se dan
independientemente de las circunstancias, otros dependen de ellas. Los siguientes se da inde~
pendientemente de las circunstancias: preocuparse por la salud y por el buen estado de los
órganos sensorios, y cosas semejantes; dependientes de las circunstancias son mutilarse a sí
mismo y dilapidar la propia fortuna. De modo análogo ocurre también con los actos contrarios
a lo debido. Además, de los actos debidos unos son siempre debidos, otros no siempre. Es
siempre debido vivir según la virtud; no siempre [debido] es preguntar, responder, caminar y
cosas semejantes. Y el mismo argumento se aplica también a los actos contrarios a lo debido.
Hay también entre los [actos] intermedios algo debido, como por ejemplo que los niños obe~
dezcan a sus pedagogos.
682 Capitulo 27 Actos debidos, correctos e incorrectos 683

27.3 Estobeo, EcI. 2.96, 18-97, 14 (SVF 3.501; LS 59M) entre las cosas hechas correctamente, devolver el depósito se incluye entre los actos debidos.
Además, afuman que entre las actividades unas son actos correctos, otras actos incorrec- En efecto, con el agregado "justamente" se lleva a cabo correctamente un acto; pero devolver
tos y otras no son ni lo uno ni lo otro. Actos correctos son los siguientes: actuar con pruden- esto mismo por sí se incluye en el acto debido. Puesto que no hay duda de que entre estos
cia, con moderación, con justicia, disfrutar, obrar bien, gozar, caminar moderadamente y todo [actos] que llamamos "intermedios", uno debe ser elegido y el otro rechazado, así cualquier
lo que se hace según recta razón. Actos incorrectos, en cambio, son el no gozar, el actuar con cosa que se haga o se diga se encuentra contenida en todo acto debido. Por lo cual se entiende
intemperancia y sin justicia, afligirse, sentir temor, robar y, en general, todo aquello que se que, dado que todos por naturaleza se aprecian a sí mismos, tanto el estúpido como el sabio
hace contra la recta razón. No son actos correc tos ni incorrectos los siguientes: hablar, hacer elegirán aquellas cosas que son según naturaleza y rechazarán las contrarias. De este modo
una pregunta y responder a ella, caminar, salir del propio país, y cosas semejantes a éstas. hay un acto debido que es común al sabio y al estúpido, de lo que resulta que [dicho acto
Todos los actos correctos son actos justos, conforme a las leyes, guardan un orden adecuado, debido] se incluye entre estos [actos] que denominamos "intermedios". [60] Pero dado que
comportan una práctica adecuada, ventaja y felicidad, una buena ocasión y decoro. Por cierto todos los actos debidos derivan de estos [actos] intermedios, con razón se dice que todos
que aún no son actos prudentes; sólo lo son los que surgen de la plUdencia y, de modo similar, nuestros pensamientos se refieren a ellos, entre los cuales se encuentran no sólo la salida de la
los que se dan en las demás virtudes, aun cuando no reciban un nombre. Por ejemplo, son vida, sino también la permanencia en ella. Pues en aquél que hay muchas cosas que son según
actos temperantes los que proceden de la temperancia, actos justos los que proceden de la naturaleza, su acto debido es permanecer en la vida; en quien hayo parece haber muchas
justicia. Los actos incorrectos, por el contrario, carecet1 del ejercicio de la justicia, no obser- cosas contrarias [a la naturaleza], en cambio, su acto debido es salir de la vida. De donde
van la ley ni guardan un orden adecuado. resulta manifiesto que a veces no sólo es un acto debido del sabio salir de la vida, aun cuando
sea feliz, sino también el del insensato permanecer en la vida, aunque sea infeliz. [61J Pues
27.4 Cicerón, Defin. 3.20; 22; 58-61 (SVF3.18; 188; 497-498; 763. LS 59F)
aquel bien y mal, del que ya se ha hablado con frecuencia, se siguen después. Pero aquellas
El primer acto debido - llamo en efecto así a 10 kathekon- es [que el animal] se conserve cosas primarias de la naturaleza, ya sea que estén de acuerdo [con ella] o en su contra, caen
en su condición natural. Luego, que tome aquellas cosas que son según naturaleza y rechace
bajo el juicio y la elección del sabio, y prácticamente son aquella materia que subyace a la
las contrarias. Una vez descubierta la selección y, del mismo modo, el rechazo, se sigue luego
sabiduría. Por eso la razón completa para permanecer en la vida o para abandonarla debe
la selección junto con el acto debido . Más tarde aquella [selección] es permanente y, por medirse con aquellas cosas que mencioné arriba, pues ni aquel (el sabio) es retenido en la vida
último, en ese momento es constante y coherente con la naturaleza, [coherencia] en la cual por su virtud ni los que no poseen virtud deben desear la muerte. Y a menudo el acto debido
aquello que verdaderamente puede llamarse "bien" por primera vez comienza y se entiende
del sabio es abandonar la vida, aunque sea extremadamente feliz, si es que puede hacer opor-
que existe. [ ... ] [22] En verdad, aquellos (actosJ que dije que son "debidos" se originan a
tunamente aquello que está de acuerdo con la naturaleza. En efecto, [los estoicos] de este
partir de los puntos de partida de la naturaleza, [de modo] que es necesario que aquellos (re.
modo piensan que vivir con felicidad es [un asunto] de oportunidad; y así el sabio es instruido
los actos debidos) se refieran a éstos (i.e. los puntos de partida de la naturaleza). De modo tal
por la sabiduría a apartarse de ella misma si le es útil. Como ningún vicio posee esta fuerza
que puede decirse correctamente que todos los actos debidos se refieren a aquello (i. e. a los
para justificar una muerte voluntaria, es evidente que también entre los insensatos, que son
puntos de partida de la naturaleza), de manera que alcancemos los principios de la naturaleza.
igualmente infelices, su acto debido es permanecer en la vida si [poseen] una mayor parte de
No obstante, éste no es el último entre los bienes, por cuanto la acción buena no se encuentra
aquellas cosas que dijimos que son según naturaleza. Y dado que, saliendo de la vida o per-
entre los apegos primarios de la [propia] naturaleza, pues [dicha acción] es una consecuencia
maneciendo en ella, [el insensatoJ es igualmente infeliz y la permanencia en ella no hace que
y se produce después, como dije. Pero ella también es según naturaleza y, mucho más que
su vida deba ser abandonada, se dice con razón que quienes pueden disfrutar de muchas cosas
todas las cosas anteriores, nos exhorta a que nos dirijamos hacia ella. [ ... ] [58] No obstante,
naturales deben permanecer en la vida.
aun cuando digamos que el único bien es lo noble, sin embargo, cumplir con lo debido es
conveniente, aunque no coloquemos eso debido ni entre los bienes ni entre los males. Pues en 27.5 Estobeo, Ec/. 2.106,21-107, l3 (SVF 3.528)
estos asuntos hay algo probable y, ciertamente, es tal que, como puede darse su explicación, También dicen que todos los actos incorrectos son iguales, pero de ninguna manera se-
también puede darse, por ende, de un modo probable la justificación de una acción. Pero es mejantes; en efecto, como de una sola fuente de vicio provienen por naturaleza, porque en
"debido" aquello que, una vez realizado, puede darse una justificación probable de lo realiza- todos los actos incorrectos el juicio es el mismo. Sin embargo, con relación a la causa externa,
do. Y de aquí se entiende que hay cierto acto debido intermedio, que no se coloca ni entre los los actos incorrectos resultan diferentes en cualidad, por cuanto hay diferencias entre las cosas
bienes ni entre sus contTarios. Porque en aquellas cosas que no se encuentran ni entre las intermedias respecto de las cuales los juicios se cumplen. Podrías obtener una imagen clara de
virtudes ni entre los vicios hay algo que, sin embargo, puede ser de utilidad y que no debe 10 que se está indicando si prestaras atención a 10 siguiente: toda falsedad, en efecto, resulta
eliminarse. Pero también corresponde a este tipo de acción aquella que es tal que la razón ser igualmente falsa, pues una cosa no es más falsa que otra. Sin duda es [tan1 falso [decir]
exige llevar a cabo y hacer algo. Y a aquello que se llevó a cabo racionalmente [o llamamos que [siempre] es de noche como [decir] que el centauro vive; y no es más posible decir que
"debido". Por consiguiente, 10 debido corresponde a ese tipo [de acciones] que no se coloca ni una [afumación] sea más falsa que decir que la otra lo sea. Pero no [porque] lo falso sea
entre los bienes ni entre sus contrarios. También es obvio que el sabio lleva a cabo alguna igualmente falso, y no [porque] los que están en la falsedad estén igualmente en la falsedad. Y
acción [que está incluida J entre estas cosas intennedias. Por tanto, cuando lleva a cabo una no es posible actuar más o menos incorrectamente, pues toda acción incorrecta se lleva a cabo
acción, juzga que aquello [que lleva acabo] es debido. Puesto que cuando juzga nunca se de acuerdo con una falsedad. Además, no se da el caso de que un acto correcto sea más o
equivoca, el acto debido se encontrará entre los [actos] intermedios. Esto también resulta menos correcto, ni tampoco un acto incorrecto puede ser más o menos incorrecto. Todos [los
gracias a la siguiente conclusión del [siguiente] argumento: en efecto, dado que vemos que actos correctos e incorrectos], en efecto, son completos, por 10 cual no podrían ser deficientes
hay algo que decimos que está hecho correctamente, yeso es el "acto debido perfecto", tam- o excesivos los unos respecto de los otros. Todos los actos incorrectos, por tanto, son iguales .
bién habrá un acto incoado; por ejemplo, si devolver un depósito de modo justo se encuentra
684 Capítulo 27 Actos debidos, correctos e incorrectos 685

27.6 Estobeo, Ecl. 2.93, 14-18 (SVF 3.500; LS 59K) efecto, cualquier cosa que parte de la sabiduría debe estar continuamente completa en todas
Dicen que un acto correcto es un acto debido que contiene todas las medidas o, como di- sus partes, pues en ello está puesto aquello que llamamos "deseable". Pues tal como es un
j imos antes, un acto debido perfecto. Y un acto incorrecto es aquel que se lleva a cabo en acto incorrecto traicionar a la patria, maltratar a los padres, robar los templos, [acciones cuyos
contra de la recta razón, o aquel en el cual algún acto debido ha sido omitido por un anima l efectos se encuentran] en el resultado [de di chas acc iones], así el temer, el entristecerse, yasí
racional. también en e l caso de la lujuria, son actos incorrectos, aun sin un resultado [de tales acciones].
En verdad, tal como estas [acciones] son actos incorrectos no en los [resultados] posteriores ni
27.7 Cice r ón TD 2. 55. 3.15; 68; 73; 75-76. 5.82
en sus consecuencias, sino de inmediato en sus comienzos, así aquellas [acciones] que co-
[2.55 ] Y si busca mos lo verdadero en la persecució n de lodos los aclos debidos, hay que
mienzan a partir de la virtud deben juzgarse como correctas en su primera aceptación, no en
aplicar la tensión del alma. Ella sola es como la custodia de l acto debido; no obstante, en el
su perfección o completitud.
dolor hay que prever a la vez especia lmente esto: que no hagamos nada abyecta, tímida, débi l,
servil o femen inamente y, en particular, que se rechace y desapruebe aquel reclamo de Filoc- 27.9 Cicerón, Acud. 1.37
tetes. [ .. .] [3. 15J Además, es necesario que quien es val iente sea una persona de alma noble, y Además, tal como [Zenón] había cambiado estos asuntos, no tanto en las cosas como en
que quien sea de alma noble sea invencible, y que quien es invencibl e menosprecie las cosas las palabras, así también entre lo hecho correctamente y el acto incorrecto localizaba el acto
humanas y considere que se ubican debajo de éL Sin embargo, nadie puede despreciar estas debido y lo que es contrario al acto debido, poniendo só lo a 10 hecho correctamente entre las
cosas a causa de las cuales puede padecer una afección' debido a lllla angustia, de donde se buenas acciones , y [a 10 hecho] incorrectamente, esto es, a las acciones incorrectas, entre los
sigue que el hombre va liente nunca padece una angustia. Pero todos los sabios son valientes; males. Pero, como dije, consideraba como intermedios los actos debidos y descuidados.
por tanto, la angustia no le ocurre al sabio. Y tal como el ojo, cuando se encuentra perturbado,
27.10 Cicerón, PS 3. 20-22
no está en una buena condi ción para llevar a cabo su propia función, y como las demás partes
[20J Es cosa insignificante, di ce, pero la culpa es grande, pues los actos incorrectos no
y la totalidad del cuerpo, cuando está inquieto, no puede reali zar lo que les es debido y su
deben medirse por los acontecimientos de los hechos, sino por los vicios de los seres huma-
función, así también el alma, cuando está perturbada, no es apta para ll evar a cabo su [unción.
nos. Aq uello en lo cual se actúa incorrectamente puede ser mayor o menor que otra cosa, pero
Pero la función del alma es usar bien la razón, yel alma del sabio se encuentra siempre en una
el actuar incorrectamente mismo, cualq uiera sea el modo en que lo consideres, es uno. Si un
cond ición tal que usa su razón de modo óptimo. Por lo tanto, nunca se encuentra perturbada.
Pero la angustia es una pertlli"bación del al ma ; el sabio, por consiguiente, siempre estará libre navegante pierde un navío lleno de oro o de paja hay en el hecho una considerable [diferen-
de ella. [ ... ] Los fil ósofos más destacados, aunque aún no han alcanzado la sabiduría, ¿no cia], aunque no hay ninguna diferencia en la torpeza del timoneL [ ... ] Por cierto que a nadie le
advierten que es tán en el sumo mal? Pues son insensatos y la insensatez es el ma l mayor; no está pcnnitido actuar incorrectamente; pero aquello que no está pennitido, si se demuestra que
obstante, no se lamentan. ¿Por qué es así? Porque aquella opinión no se aplica a este tipo de no está permitido, esto se tiene por una sola cosa. Si esto nunca puede ser mayor o menor -
males, [a saber], quc cs correcto y equitativo, y que pertenece al acto debido sobrellevar con porque el acto incorrecto, que es siempre uno y el mismo, reside en que no es lícito--, los actos
esfuerzo el hecho de que no seas sabio, y esto mismo lo ap licamos a esta angustia, en la que incorrectos que de ello surjan forzosamente son iguales. [21] Pues si las virtudes son iguales
reside el luto, que es la más importante de todas [las angustias o aflicciones]. [ ... } Aquello entre sí, también los vicios deben ser iguales. Pero que las virtudes son iguales, que nadi e
también es estupendo y, si preguntas, también correcto y verdadero: que a aquellos que deben puede llegar a ser mejor que la persona buena, ni más moderada que la moderada, ni más
sernos amadísimos los amemos igual que a nosotros mismos, que más, en verdad no puede valiente que la valiente, ni más sabia que la sabia puede advertirse fácilmente. ¿Es que acaso
ocurrir en modo alguno. Ni siquiera en la amistad hay que eleg ir que aqué l me ame más que a llamarás "hombre bueno" al que devuelve un depósito de diez libras de oro, cuando impune-
sí mismo, ni yo más a él. Si así fuera, se seguiría una perturbación de la vida y de todos los mente puede lucrar sin que haya ningún testigo, pero no 10 devuelve si se trata de diez mil
actos debidos. [ ... ] [75] Estos son, por tanto, los actos debidos de los que consuelan: eliminar libras? ¿O llamarás "moderado" a quien se contiene en un deseo y da rienda suelta en otro?
por completo la angustia, calmarla o mitigarla 10 más pos ibl e, o supri m..irla y no estar sujeto a [22] La vi rtud, que se encuentra en consonancia con la razón y es una constancia permanente,
que se pem1anezca demas iado o desviarla hacia otras cosas. [76] Hay qui enes piensan que el es una y nada puede añadírsele que sea más vi rtud ni quitársele, de modo que quede el nom-
bre de "virtud". En efecto, si los actos bien hechos están correctamente hechos y nada es más
único acto debido de quien consue la es enseñar aquello que no es en absoluto un mal, como le
parece a Clea ntes. [ ... ] Crisipo, en camb io, considera que lo decisivo cuando se consuela es correcto que lo correcto, ciertamente, tampoco puede encontrarse algo mejor que el bien. Se
eliminar aquella opinión del que está apenado si piensa que cumple con un acto debido que es sigue, por ende, que también los vicios son iguales, puesto que las perversiones del alma se
j usto y obligado. [5.82] En verdad, es fác il la conclusión de los estoicos quienes cuando llaman "vicios". Entonces, dado que las virtudes son iguales y las acciones están correctamen-
consi deran que el fin de los bienes es encontrarse en concordancia con la na~raleza ; vivir en te hechas cuando surgen de las virtudes, [éstas últimas] deben ser iguales; del mismo modo
coherencia con ella, y que esto está ubicado no sólo en el acto debido del sa bio, sino que tamb ién los actos incorrectos deben ser igua les, porque proceden de los vicios.
además en verdad se encuentra en su poder, se sigue que es forzoso que, si el sumo bien está 27.11 Sexto Empírieo,AM 11 .200-201 (SVF 3.516; LS 59G)
en poder de alguien, la vida dichosa tamb ién se encuentra [en poder] de la misma persona. De Pero cuando replican a esto, afirman que todas las acciones son comunes también a todos
este modo, la vida del sabio siempre llega a ser dichosa. [los seres humanos], y que se determinan por el hecho de producirse a partir de una disposi-
27.8 Cicerón, Defin. 3.32 (SVF 3.504; LS 59L) ción técnica o no técnica. En efecto, no es tarea del virtuoso cuidar de sus padres o, dicho de
Pero en las demás artes, como se dice "artísticamente", hay que pensar, en cierto modo, otro modo, honrarlos, sino que corresponde al virtuoso hacer esto a partir de la prudenci a. Y
que también es algo posterior y que se sigue (lo que aquell os llaman "añadido") . Pero cuando tal como curar es común tanto al médico como al lego, pero curar médicamente es propio del
en ello deci mos "sabiamente", aquello se dice muy correctamente desde el principio. En técnico, así también honrar a los padres es común tanto al virtuoso como al que no es virtuo-
686 Capítulo 27 Actos debidos, correctos e incorrcctos 687

so. Sin embargo, honrar a 105 padres a partir de la prudencia es propio del sabio, de manera los puntos de partida de la naturaleza". En esta línea interpretativa cf. Gill 2006: 130- 131,
que él tambi én posee una técnica en relación con su vida, cuya tarea propia es llevar a cabo quien sugiere que esas cosas naturales primarias son los indiferentes preferi dos). Un acto
cada una de sus acciones a partir de su mejor disposición. debido es (i) la "coherencia en la vida, aquello que una vez realizado, comporta una justifica-
ción razonab le" y (ji) " la coherencia en el estilo de vida" (cf. 27.1 y 27.4). Como indicamos
27.12 F ilón, De cherllbim 14-15 (SVF3.513 ; LS 59H) en nota al texto griego de 27.2, el alcance que Diógenes Laercio confiere al acto debido,
El deber con frecuencia no se lleva a cabo debidamente, y {a veces] es posible que un ac- haciéndolo extensivo a las plantas, es problemático, ya que un acto debido se encuentra entre
to indebido se haga de manera debida. Por ej emplo, la devoluci ón de un depósito, cuando no aquellas actividades que se llevan a cabo de acuerdo con un impulso, pero las plantas carecen
se produce por causa de un juicio razonable, sino por el perjuicio de quien lo recibe, o por el de impu lso. Naturalmente, no hay problema alguno en atribuir actos debidos a los ani males
engaño de un abuso que se refiere (a la obtención] de una mayor confianza, es un acto debido irracionales pues ellos también tienen impulso; en todo caso, la observación de nuestro texto
que se cumple de una manera indebida. En cambio, cua ndo el médico, en beneficio del en- 27.2 puede estar haciendo referencia al carácter más general del acto debido como una activi-
fermo, no dice la verdad a su paciente cuando ha decidido practicarle una purga, cortarlo o dad apropiada de la constitución de un ser vivo (cf. LS, vol. 1, 365). La "justifica ción razona-
cauterizarlo para que, cuando adiciona lm ente recibe [notic ias) terribles no evite el tratamiento ble" (Ei)A.oyo~ a1toA.oyra) que, de acuerdo con la pr imera caracterización de Ka8f\Kov, todo
o para que, debil itado, no renuncie a él, o cuando el sabio miente a sus enemigos por la salva- acto debido implica debe significar la exp licac ión que razonab lemente corresponde a un tipo
ción de su patria temiendo que, por decir la verdad, pueda fo rtalece r la condi ción de sus con- de actividad que es capaz de llevar a cabo un animal (racional o irracional). En el caso de los
tra rios, se lleva a cabo un acto indebido de una manera debida. humanos la cuestión es, una vez más, radicalmente di stinta porque la coherencia no lo es sólo
COMENTARIO respecto de la "vida" (S(l)11), sino más bi en del "es tilo o forma de vida" (~íoc;). Aunque, como
Los estoicos distinguieron tres tipos de acciones: (i) correctas o virtuosas sabemos, no siempre ni en todos los textos griegos hay diferencia entre Sú)~ y ~ío~ para hacer
(KarOpOCÓJ.lara), (ji) incorrectas o viciosas (áJ.lClpr~ lJ.ar a) y (iii) ni virtuosas ni viciosas referencia a la noción de "vida", en estos pasajes sí debe haberla, ya que los actos debidos en
(ouO€rEpa; cf. aquí texto 27.4). Estos últi mos tipos de actos en algunos casos corresponden a el humano son los que la razón elige llevar a cabo (cf. 27.2 y 27.4), Y lo que la razón el ige
los llamados "actos apropiados o debidos" (Kae~KovTa), un tipo de acto que, como sugieren ll evar a cabo para integrarlo a una forma de vida raciona l corresponde a lo apropi ado o debido
los ejemplos ("contraer matrimonio", " presidir una embaj ada", " hablar", "preguntar", "res- a la naturaleza racional, que debe ser más que la vida entendida en térmi nos meramente bio-
ponder", "ca mi nar", "honrar a padres, amigos y a la patria", "abandonar el país", etc.; cf. lógicos: tiene que ser un "estilo o forma de vida", i.e. "vida racional" (sobre este importante
tex tos 27.1 ; 27.2; 27.3), no son ni virtuosos ni viciosos (de ah í su denominación de " interme- detalle cf. nuestro capítulo 23 y nuestro comentario a los textos allí incluidos). 'Nuestro texto
dios": 27.1) , sino actos que, por así decir, se ubican en un plano pre- moral. Pero en su d istin- 27.4 ayuda a entender el tema en esta dirección ya que sostiene que "el primer acto debido" es
ción más técni ca nos encontramos con el hecho de que, aun cuando en sí mismos son actos que el ani mal se conserve a sí mismo, lo cual conecta la teoría del acto debido con la de la
pre-mora les, pueden constituirse en actos susceptibles de ca lificac ión moral (buenos o ma los) autoconservación (discutida en nuestro capítulo 22) que, como ya hemos visto, en el humano
según sea la d isposición de l agente que los lleva a cabo (cf. texto 27.11 , donde e l núcleo de la comienza como un movimiento de auto-interés egoísta q ue con el pleno desarrollo de la ra-
explicación es procurar mostrar que tanto un "artesano" - es dec ir alguien que posee un cono- cionalidad puede convertirse en auto-interés altruista, es decir, un auto-interés que no tiene
cimiento profesional o experto-- como un lego pueden llevar a cabo un acto aparentemente mayor sentido si no es integrado a l interés por los demás congéneres.
idéntico - como honrar a sus padres-, pero en tanto la disposición anímica del lego, que en el Ahora bien, entre los actos debidos o aprop iados también están aquellos actos debidos
contexto del texto 27.11 debe coinc idir con el que no es virtuoso o sabio en sentido estoico, es que (a) depende n o no dependen de las circunsta nci as, (b) los que son siempre o no siempre
defectuosa, la del "técnico" o virtuoso es óptima pues su punto de partida es la prudencia o debidos (cf. texto 27.2), (e) los que coinciden co n la conservación de la propia condición
sabiduría práctica; cf. nuestro capítulo 26 y los textos allí d iscutidos). Así se entiende que una natural (27.4), y (el) los denominados "actos debidos intermedios" (los que en el texto 27.3 se
"caminata moderada" (cf. 27.3) pueda ser un ejemp lo de "acto correcto" - ya que es un acto denominan "neutros", porque no son actividades correctas ni incorrectas: hab lar, preguntar,
que se lleva a cabo según una recta razón- y que vivir según la virtud sea siempre algo debido responder, caminar, etc. Ver también el texto 27.9, donde, según Cicerón, el estoico Zenón
(cf. 27.2 al fi nal). Ello también explica que los "actos debidos o apropiados perfectos" (rÉAsta localizaba el acto debido entre el correcto y el incorrecto). Los ejemplos de actos debidos (a),
Ka81íKovra) sean "actos correctos", pues son actos que se llevan a cabo sobre la base de una que son "independientes de las circunstancias", son preocuparse por la salud y por el buen
dis posic ión an ímica óptima que procede de un estado an ímico propio de una disposición estado de los órganos sensorios (27.2); en efecto, si un acto debido es aquel que, una vez
virtuosa (cf. textos 27.1 y 27.11). realizado, comporta una justifi cación razonable parece apropiado o debido que un ser racio-
Como es relativamente evidente en los textos, los actos correctos y los actos incorrectos nal, independientemente de las circunstancias, se preocupe por su salud pues eso es parte de la
corresponden a l ejercicio de las virrudes y de los vicios, respectivamente. Los actos debidos, conservación de la propia condi ción natura l (el sign ificado e de Ka9ilKov recién mencionado).
en cambio, si no son estrictamente actos buenos ni malos, sino in termed ios a ese tipo de actos, y aunque la salud es uno de los indifere ntes, es también un indiferente preferido, es dec ir, uno
parecen corresponder a los indiferentes (discutidos en nuestro capítulo 26) y, más precisamen- que se elige según una razón preferencial (cf. nuestro capítulo 26, textos 26.33 y 26.37), de
te, a los indiferentes preferidos (aunque, co mo veremos enseguida, hay un sentido en que todo modo que, lndependientemente de las circunstancias, un ser racional debe preocuparse por su
acto correcto es también un acto debido; lo inverso, obviame nte no es el caso). Uno podría estado de sa lud, pues eso contribuye a conservar su condición natural. Es probable que nues -
tener es ta sospecha a partir de las definiciones técnicas q ue de "acto debido" presentan los tro texto 27.12, si puede leerse como un pasaje que recoge una tes is estoica, informe con más
estoicos, y tam bi én a partir de las líneas fina les de 27.1 , donde el acto debido intennedio "se detalle sobre el acto debido qu e depende de las circunstancias (cf. LS vol. 1: 366): puede
mide con ciertos indiferentes q ue se eligen según la naturaleza o contra naturaleza" (véase darse el hecho de que (i) lo debido se lleve a cabo ind ebidamente e, inversamente, de que (ii)
también el reporte de Cicerón en 27.4, donde argumenta que los actos debidos "se originan de lo indebido se lleve a cabo como se debe: los depósitos deben ser devueltos pero siguiendo un
688 Capítulo 27 Actos correctos e incorrectos 689

juicio razonable, es decir, por las razones debidas (no en vista de generar un engaño para temer y entristecerse, estados pasionales, son actos incorrectos). Eso no impide que el sabio
ganarse la confianza de alguien; la misma idea en un contexto estoico ciceroniano puede verse lleve a cabo actos debidos (como caminar u honrar a sus padres o a la patria) pero, en la me-
en el texto 27.4). Por otro lado, es también posible que se lleve a cabo un acto indebido (OD dida en que hace todo lo que hace según la recta razón, sus actos debidos serán probablemente
Ku8í;KOV) pero de un modo debido (8Eóvrú)~). Hay actos debidos (como el que establece "actos debidos perfectos", es decir, "actos correctos". Los actos incorrectos se oponen fron-
cómo debe proceder el médico con su paciente para que éste acepte un tratamiento, o el caso talmente a los correctos o debidos perfectos, pero incluso una disposición anímica incorrecta
del sab io que debe mentir para salvar a su patria) que dependen de las circunstancias: aunque (como estar afligido o temeroso), constituye un acto incorrecto. Como vimos en el capítulo 25
la tesis estoica es que proceder mediante un engaño o una falsedad son actos incorrectos sin al tratar las emociones o pasiones (7tó8fl), cualquier estado emocional revela un error cogniti-
más (cf. texto 27.5), el engaño del médico y el del sabio (que se llevan a cabo en vista de un vo básico por parte del agente que no le permite evaluar correctamente las cosas y, aunque el
beneficio) parece neutral izar, por así decir, la maldad intrínseca del acto (i.e. mentir): si el mero estar afligido o temeroso no es todavía una acción, cualquier acción que se siga de esos
médico le dice la verdad a su paciente, éste puede morir, si el sabio hace lo mismo con sus estados afectivos, basados en creencias fa lsas, será necesariamente incorrecta y contraria a la
enemigos, éstos se harán más fuertes y destruirán su patria (la idea de hacer un uso debido de virtud o a la recta razón (de ahí la relevancia de la afirmación de Crisipo -en nueslro texto
un acto indebido parece inspirada en la tesis platónica de "la noble mentira", para la cual cf. 27.7 -según la cual, para que el apenado deje de estarlo, debe el ifl"rinarse su op inión) .
Platón, Rep. 414B-C). Hay, por tanto, circunstancias extremas que pueden hacer que actos La tesis de que todos los actos incorrectos son iguales constituye otra de las paradojas es-
extremos (como mentir) se vuelvan debidos (para una discusión más pormenorizada en este toicas más fuertemente contra~intuit i vas (textos 27.5 y 27.10), pero en el contexto de l intelec-
sentido véase Jedan 2009: 134, y Boeri 2009a: 194-195). Un poco más difícil de explicar son tualismo estoico se explica fác ilmente: la totalidad de los actos incorrectos tiene el mismo
los ejemplos de actos debidos que dependen de la circunstancia provistos por nuestro texto origen, a saber, un juicio erróneo o malo. Y como los estoicos no distinguen estados cogniti-
27.2: mutilarse a sí mismo y di lapidar la fortuna. Pero la explicación debe ser la misma: por vos intermedios - ni disposiciones intermedias entre virtud y vic io que correspondan a tales
ejemplo, si se da la circunstancia extrema de que un tirano me obligue a llevar a cabo un acto estados cognitivos- , todos los actos incorrectos son iguales (y todos los actos correctos son
ominoso y la mutilación de mis miembros o la dilapidación de mi fortuna ayuda a no cumplir iguales). Esto, sin embargo, no significa que todos los actos incorrectos sean idénticos: tanto
con lo que el tirano pretende que haga, actos extremos como mutilarse o dilapidar el dinero quien ha cometido un error más grande como quien ha cometido un error más pequeño, am~
pueden volverse actos debidos en tales circunstancias. Lo que parece seguirse en estas distin- bos han actuado incorrectamente (cf. DL 7.120), pero la incorrección no es la misma. Los
ciones, con frecuencia confusas, es que lo que en sentido estricto parece distinguir a un acto actos incorrectos se diferenc ian desde un punto de vista cualitativo dependiendo d~ la causa
debido de uno correcto no es tanto el contenido mismo del acto, sino la disposición del agente externa que da lugar al juicio del agente y que tiene mayor o menor relevancia en la medida
que lleva a cabo la acción (para un desarrollo del problema en esta dirección cf. Ioppolo 1980: en que hay diferencia entre las "cosas intennedias", las que, probablemente, remiten en este
97-10 1). De hecho, el término genérico es "acto debido" , del cual " acto correcto", "acto debi- contexto a los indiferentes. Tales indiferentes tienen menor o mayor valor según sean contra
do perfecto o completo" (= "acto correcto o virtuoso"), "acto debido intermedio", "acto debi- naturaleza o según naturaleza (sobre este punto en particular cf. Rist 1969: cap. 5 y Annas
do dependiente e independiente de las circunstancias", etc. son sus especies. Que un acto 1993: 407-408). Si uno sigue la exp licación de Cicerón en el texto 27.1 0, puede imaginar un
correcto es un tipo de acto debido lo muestra un aspecto del significado b de Ka6~Kov ("los ejemplo trivial para aclarar la aparente paradoja contra-intuitiva de que todos los actos inco-
que son siempre actos debidos: vivir según la virtud"; 27.2. Véase también nuestro texto rrectos son iguales: robar 10 Y robar 100.000 puede ser mayor o menor que otra cosa (robar
27.6), y también Cicerón, cuando argumenta que si devo lver un depósito de modo justo se 10 es menor que robar 100.000, y robar 100.000 mayor que robar 10), pero el acto incorrecto
encuentra entre lo que se hace correctamente, devolver el depósito (s in más) se incluye entre mismo (i.e. robar) es uno y el mismo. Es decir, es tan ilícito robar 10 como robar 100.000,
los actos debidos. El agregado "de modo j usto" convierte el acto debido en acto correcto o porque lo ilícito es robar sin más.
virtuoso (cf. texto 27.4; este texto también introduce la idea de que en el sabio 10 debido Finalmente, ellexto 27.7 introduce, entre otros, el importante tema de la "tensión del al-
puede ser "abandonar la vida". Aunque examinaremos con más detalle el su icidio en el capí- ma" (animi contentio), que es como la custodia, dice Cicerón, del acto debido. Aunque desde
tulo 30, adelantemos un problema que se sugiere aquí: el acto debido del sabio, aunque sea el punto de vista ontológico los actos o actividades son incorpóreos (pues son predicados
comp letamente fe liz, puede ser suicidarse. Esta observación introduce un problema, pues si el como "actuar con justicia", "honrar a los padres", etc.), los estoicos piensan que el alma (que
sabio es realmente feliz, lo es porque puede llevar a cabo aquello que es por naturaleza y es un cuerpo neumático; cf. capítulo 13) debe encontrarse en un determinado grado de tensión
ejercitar su racional idad que, en sede práctica, significa ejercer las virtudes. De donde parece (en el caso de los actos debidos o de los actos correctos, en una buena o correcta tensión:
seguirse que no hay razón de que abandone la vida). Eurovíct; cf. SVF 3.270, donde la EUIfUXía no es más que la correcta tensión del alma que
Un acto correcto en su sentido más técnico es el ejercicio efectivo de la virtud (cf. 27.1) y perm ite que ésta cumpla con sus propias acciones. Véase también capítulo 26, texto 26.19,
por eso es el tipo de acto que con más propiedad lleva a cabo el sabio; puede resultar descon- donde la vitiud de la valentía presupone invariabilidad y una correcta tensión). La tensión (o
certante que en 27.3 "disfrutar" (XaipE1V) y "gozar" (ElHppaívecr6at) formen parte del elenco de correcta tensión) del alma debe ser la custodia de los actos debidos porque (i) si hay ciertos
"actos correctos". Pero eso puede entenderse en el sentido de un disfrute o goce acompañado actos debidos (los completos o perfectos) que se identifican con los actos correctos o vit1uo~
de una virtud, como "caminar moderadamente". Es decir, disfrutar y gozar, como caminar, no sos, Y si (ii) los actos virtuosos deben tener una estabi lidad o fijeza (cf. capítulo 26, texto
están fuera del rango de acciones que un sabio estoico puede llevar a cabo, pero son activida- 26.29), parece que la correcta tensión del alma garantiza tal estado permanente que impide
des que deben llevarse a cabo siguiendo la " recta razón" (de hecho, como lo sugiere este que el agente esté cambiando de idea todo el tiempo o que exhiba un carácter débil, el cual le
mismo pasaje, "no gozar" - ácppaívElv- es un acto incorrecto que uno inmediatamente podria impediría prestar un asentimiento seguro a las presentaciones cognitivas (prácticas), cuyo
asociar con un estado de aflicción o dolor, ejemplos típicos de pasiones o estados emocionales contenido es correcto (como por ejemplo, "los padres deben ser honrados" o "hay que actuar
estoicos. Véase nuestro capítulo 25 y los textos all í citados; cf. también aquí 27.8, donde con justi cia"). De acuerdo con el argumento desarrollado por Cicerón en 27.7, si hay pertur-
690 Capítulo 27

bación o inquietud anímica, el agente es incapaz de realizar su función (que es su acto debi-
do). Pero la función del alma es hacer un uso correcto de la razón, acción que solamente Textos Anotados
puede llevarse a cabo si hay una correcta tensión anímica. A propósito de esto se introduce Actos debidos, correctos e incorrectos
una interesante discusión en torno del origen cognitivo de los estados pasionales o emociona-
les; según Cleantes, el único acto debido de quien consuela a una persona que ha perdido un
ser amado es enseñar lo que, en sentido absoluto, no es un mal (el significado de esta intrigan-
te frase ta l vez sea que la muerte no es un mal, sino un indiferente y parte del curso natural de 27.1 Estobeo, Ecl. 2.85, 13· 86, 16 (SVF 3.494; LS 59B)
las cosas). Crisipo, reporta Cicerón, cree que 10 más importante cuando uno consuela es eli- 'Op(sSTm OE
minar la opinión del que está apenado, y que ése es el acto debido de quien consuela. En tO Ka8i;Kov' tO UK6A.ou8ov f:v ~coú, 8 1tpax8ev eOAoyOV
efecto, si uno elimina la opinión de l que está sumido en ese estado emocional, también elim i- o1toAüyíav EX8t" 1tapa tO KaOiiKov 8E ro ÉvavtÍrot;. ToBto
nará la emoción (este enfoque coincide con la tesis básica de las pasiones estoicas; cf. capítulo 81a18ívEt Kat8it; ta uAoya 'Trov ~c9cov, f:v8py81 yáp n Ka-
25). s K8tVa aKOA..oÚ8roc; rú eum&v cpúcr81 ' €nt <8E> trov Ao)'lKWV
~0cov omcoc; ano818owl ' 1:0 oKówu8ov Év píq,t T&v 8E
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Ku8T]KÓvtCOV la flEV sivuí cpum tÉAtIU, 8~ KUt
KU'Top8w)J.aw ASy8crSm. Kurop8w)J.u1:U 8' 8ivm la
Km' apsri¡v €V8py~j.l.UW, olOV 1:0 CppovEÍv, 1:0 81KUlonpu-
10 yEtV. OUK ctVUl 8E Kutop8wflaw la)J.~ omroc; ex,ovru,
a 8~ Ou8E 'TÉAtm KaOf¡Kovra npocrayopruoumv, aMa j.l.Écra,
olOV 10 ya¡.t8tv, 'TO npwpwelv, ro 8mAéyw8Ul, ta WÚW1C;
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T&v 8E KUtopSco¡.tálCOV ta ¡.tSv dVUl c1v xp~,
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¡.ti¡ OÜtCOC; ex,ovw. 'OJ-loíroC; 8E Kat TcOV napa tO KaBi;-
KOV t~V aUl~v yívecr8at n:xvot..oyíav.
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J-IÉcrov Ka8i;Kov aOlacp6pOlC; 'Tlcrí, EJCAtyo)J.Évov; 8E
napa cpúmv Kat Kala <púmv, 'TOtaúrT]v 8' cU8T]víav 1tpOC;-
cpepoJ-iÉvOlC;, wcrr' el fJi¡ t..a¡.tpúVOlfJeV aura ~ 8tro80í¡..u;Su
25 aneplmúTroC;,)li¡ av e-u8aq.lOV81v.
1 o~ FP: oe corro Heeren 2 JtupaX8tv FP: 1tpaX8Ev corro Menagius ad Diogenes Laertills 7.107 5 8f:
add. Lynden 8 )..é')'E-ral P 8-9 1:0 .. . ÉvÉpYlJIla FP: corro Davis 15 KaTT]')'opoóIlEvn d)(pEA.~lla1:a scri.
Wachsmuth pro KC1!lJ,),ÓPlJIlU W<j'lIi.Al1)ln 19 ~c9Ú) add. Wachsmuth 24 wm' Jl~ FP: corro Lynden
22-24 €.!(AB'fOJlÉvOl~ 08 Jtapa <púow Kal Kuta ¡púow, .. . 1tpo(J¡PEpO¡.tÉVot~ er. Estobeo, EcI. 2.1 10, 13-15:
''Pero la vida y la muerte se miden mediante los actos debidos y los actos contrarios a lo debido" (véase
también el testimonio paralelo de Plutarco, SR I042c-d; 1063d: "No hay que medir la vida con los bienes y
los males, sino con lo acorde a la naturaleza y 10 contrario a la naturaleza).
27.2 DL 7.107-110 (SVF 3.493; 495; LS 59C; 59E)
"En 8E Ka8i;K6v c.pamv EÍvUL 8 npcq8Ev eOt..oyóv [tE] tcrXEl
anoAoylO¡.tÓv, OIOV ro ÓXÓAou80v ¿v ~roD, om;p Kal ¿nl tU CPUto:
Kat ~0a 81ureÍV€1' opdcr80l yap Kant tOÚ'Trov Ku8~KoV!a.
KatrovO)lácrSat8' o{hro~ \mÚ npcótou Z~vrovoc; 1:0 Ko8i;KOV,
5 ano tOU Kará rlVac; ~K8lV ri;c; npocrovoJ-lucríac; etAll~lfJÉvr¡C;. b¿p-
YT])lO 8' aUto EÍVUt tátC; Kma cpúmv KatacrK€Uat~ o[KetOv. t&v
yap Ka8' OPJ-li¡v ev€pyOU¡.UNOOV TU )lEv Ka8~KOvtO: d:Vat, rO. BE
napa to KuGi;KOV<, rO. O' O\)U: KaG~KOV1:a oih€ napa 'TO Ka8~Kov>.
692 27 Actos debidos, correctos e incorrectos 693

Kae~KoV'ta IlEY oUv dVUl ooa Aóyo~ cdpd 1r01EtV, cb~ E'XEl 27.4 Cicerón, Defin. 3.20; 22; 58-61 (SVF 3.18,188,497-498,763. LS 59F)
10 yovEl~ 't1!laV, aOEÁcpoúc;, nutpí8n, cnJl..f1tEpUpÉPEo8cn cpíA01~' napa [20] [ ... ] primum est officium-id enim appello KaElilKov- , ut se conservet in naturae statu,
10 KuSflKOV ot, (Sao ,.di aipEl AóyoC;, roe; EXEl la 'ImaUTa, yOVÉüJV deinceps ut ea teneat, quae secundum naturam sint, peBatque contraria. qua inventa
al1EAsív, aOEUprov aeppovncrtEiv, <pu..ot<; 11~ cruvolcrd8ecr9ul, 1!C.tTpf8a selectione et item reieetione sequitur deineeps cum offieio seleetio, deinde ea perpetua,
ú1tEpopdv Kal ta 1tapa1(A~ma' OÜt€ ol; Ka81íKovra oiS'!€ napa ro tum ad extremum constans eonsentaneaque naturae, in qua primum inesse ineipit et
KaOr;KOV oan 0\50' aipel Mryo<; npátretv OlS.' O:ltuyopevel, otov 5 intellegi, quid sit, quod vere bonum possit dici. [ . .. ] [22] cum yero illa, quae offieia esse
15 Káp<po<; clveAicr8at, ypmp¡;lOV KparElv <~> CITAsyyíOa Kat teIO)lOlCl dixi, proficiscantur ab initiis naturae, necesse est ea ad haee refem, ut recte dici possit
roÚTOlo;. omnia offieia eo referri, ut adipiscamur principia naturae, nec tamen ut hoc sit bonorum
Kal Ta ¡..u:.\I etvat Kae~KOvta avEV neplCITáaero<;, 'ta. O€ ltepl- ultimum, propterea quod non inest in primis naturae conciliationibus honesta actio;
O"tCH"lKá. KalavEu m::ptmácreroc; 1"á8e, úyu::íac; ÉnqlEÁ.Eí'cr8m Kat eonsequens enim est et post oritur, ut dixi. est tamen ea secundum naturam multoque nos
cda8rrrr¡pírov Kat TU Q)101a: Kata nepímacnv OE 'Ca 1ITlPoUV Éautov 10 ad se expetendam magis hortatur quaro superiora omnia. [ ... ] [58] Sed cum, quod
20 Ka! nlV K'rf]ow otappl1rn::lv. ava "Aóyov ói; KC.tl trov napa TO honestum sit, id solum bonuro esse dieamus, eonsentaneum tamen est fungi officio, cum id
Ka8i1Kov. En nov Ka811KÓvtwv tU )lev ácl Ka8~Ket, ta 8E. OUK officium nec in bonis ponamus nec in malis. est enim aliquid in his rebus probabile, et
c:id. Ka1 (h:l!lEY Ka81íKel1:0 Kcrr' cipet~v ~f]v, OUK c{I;;loE tO quidem ita, ut eius ratio reddi possit, ergo ut etiam probabiliter acti ratio reddi possit. Est
EprotUV Kal arroKpívEcrBm KaL 1tEpmatEtV Kal "rC'( o~Ola. ó o' autem officium, quod ita factum est, ut eius facti probabilis ratio reddi possit. Ex quo
auto~ A6yO~ Kal E1tl t&V napa tO KaEl~Kov. Eern 8€ Kal EV tOt~ 15 intellegitur officium medium quiddam esse, quod neque in bonis ponatur neque in
25 ~¿aOl~ ·n KaEl~Kov, ÓJ~ tO nEíOEaOm toU~ 1tatoa~ tOt~ 1tmoayruyo"V;. contrariis. quoniamque in iis rebus, quae neque in virtutibus sunt neque in vitiis, est tamen
quiddam, quod usui possit esse, tollendum id non est. est autem eius generis aetio quoque
1 1tpoax9ev BPFO : npax9sv Menagius / TE del,. von Amim 8 TU ó' ... TO Ko.e~KOV suppl. Menagius II
yovuíwv B 12 m.rrfeveOv FD 14 6nayopeúeIV BptF 15 ~ add. Cobbet 17 f:9~KOvrCl p tQ J aV8J quaedam, et quidem talis, ut ratio postulet agere aliquid et facere eorum. Quod autem
m:ptmáO"l;:w,; om F ratione actum est, id officium appellamus. Est igitur officium eius generis, quod nee in
20 bonis ponatur nec in contrariis. [59] Atque perspicuum etiam i\1ud est, in istis rebus rnediis
2-3 onep KCll ¿nI. To. cpUTo. KUl ~0Cl olClTdvel En el texto anterior (27.1 ) Estobeo hace extensiva só lo a los
aliquid agere sapientem. ludicat igitur, cum agit, officium illud esse. Quod quoniam
animales la noción de acto debido, no a las plantas. El problema que tiene el alcance que Di6genes le da
al acto debido es que el mismo se encuentra entre las actividades según impulso (DL 7.108) Y las plantas nurnquam fallitur in iudicando, erit in mediis rebus offieium. Quod effieitur hac etiam
no tienen impulso (Cf. Cicerón, Dejin. 3.20-22, reproducido en parte aquí en nuestro texto 27.4). conclusione rationis: Quoniam enim videmus esse quiddam, quod recte factum
appellemus, id autem est perfecturn officium, erit [autem] etiam inchoatum, ut, si iuste
27.3 E,tobeo. Ec!. 2.96, 18-97, 14 (SVF 3.501; LS 59M) 25 depositum reddere in recte faetis sit, in officiis ponatur depositum reddere; i110 enim addito
''En 8€ t&v EVEpyr¡¡.uhrov rpacrl "["o. )lEV dvat KU- 'iuste' fit recte factum, per se autem hoe ipsum reddere in officio ponitur. quoniamque non
tOpeCÓ~ata, ta oE á!-lapt~llcrra, ta o' ouMn;pa. dubium est quin in iis, quae media dicimus, sit aliud sumendum, ahud reiciendum,
KatOpOoJ~lC1ta ~Ev ta "IOluiha· cppOVEtV, ororppOVEtV, quicquid ita tit aut dieitur, omne offieio continetur. ex quo inte!legitur, quoniam se ipsi
olKatOnayetv, XaíPELV, sUEpy€tetv, w<ppaívEaOm, <ppoví!-lru~ omnes natura diligant, tam insipientem quam sapientem sumpturum, quae secundum
5 1tEptnatEív, návO' (Soa KatO: 10V opeov )..lJYov npáTIEtat· 30 naturam sint, reieeturumque contraria. ita est quoddam cornmune officium sapientis et
óvapní~ala o' dvat, "IÓ lE acppaíVEIV Kallo aKoAa- insipientis, ex quo efficitur versari in iis, quae media dicamus" [60] Sed cum ab his omnia
O"IaíVEIV Kallo &OIKc'iv Kal 10 AUItetaElat KallO cpOPEí- proficiscantur offieia, non sine causa dicitur ad ea referri orones nos tras cogitationes, in his
oElm Kallo mmEIV Kal KaElóAou oaa napa 10V opElov et excessrun evita et in vita mansionern. In quo enirn plura sunt quae secundum naturam
Aóyov npáTIEtaL· oihE 8€ Ka"IOpeCÓ)..lata oihE áJ-Lap- sunt, huius officium est in vita manere; in quo autem aut sunt plura contraria aut fore
1O T~WHa"Ia 1OIa"61O' ÁiyEIV, Eprotéiv, aItoKpívEcrElat, ItEpl- 35 videntur, huius officirun est de vita excedere. Ex quo apparet et sapientis es se aliquando
nalEtV, Ct1tOoll)..lEtV Kalla tOÚlot~ 1t:apanA~O"\a. Dávta officium excedere evita, cum beatus sit, et stulti manere in vita, Cunl sit m.iser. [61] Nam
OE la KCllop9cóllaw olKatOItpaYlÍwua EtVat Kal tUVO- bonum illud el malum, quod saepe iam dictum est, postea consequitur, prima autem illa
)..I~llata Kal EUtaKl~J-Lata Kal EUE1t:ttlloeú~ata KaL w!UX~­ naturae sive secunda sive contraria sub iudicium sapientis et dilectum cadunt, estque i11a
)..Iala Kal Woat).10V~).1a"IC1 Kal eUKUlp~).1ata Kal sUOX'1)..1.oVlÍ- subiecta quasi materia sapientiae. ltaque et manendi in vita et migrandi ratio omnis iis
15 Ilata· OUK En )..IÉvtOt yE CPPOVl)..tEúllaw, MM ~óva la ano 40 rebus, quas supra dixi, metienda. Nam neque virtute retinetur <ille> in vita, nec iis, qui sine
<ppov~oeru~ Kul Ó).1o(w~ EItl tooV a)J.(Ov apS"Ioov, Ei Kal )..111 virtute sunt, mors est oppetenda. Et saepe officium est sapientis desciscere a vita, eum sit
rovó)..Iaotat, otov crroCPPov~lla"W ~lEv ta. aIto aroqlpocrúvT]~, beatissirnus, si id oportune facere possit, quod est convenienter naturae. Sic ellÍm censent,
otKatro)..lam OE 1(1 aIto otKaloaúv'1~ . Ta OE állapt~- oportunitatis esse beate vivere. itaque a sapientia praecipitur se ipsam, si usus sit, sapiens
)..lata ¿K l&V Uv"IlKEI)..I.Évrov &0IKorrpaY1íJ..LUla KaL avoll1í- ut relinquat. quarn ob rem cum vitiorum ista vis non sit, ut causam afferant mortis
20 J-LaLO Kal a"IaJcr~~lCl1O. 45 voluntariae, perspicuurn est etiam stultorum, qui idem miseri sint, officium esse manere in
4 post XCX(pElV add. Meineke OappEtV 13 hrnEoeú~aTa P: corro Reeren 15 íppOVll!~l!aW Reereo 19-20 vita, si sint in maiore parte rerum earum, quas secundum naturam es se dicimus. et quoniarn
&VO~llaTCl. P excedens evita et manens aeque miser est nec diuturnitas magis ei vitam fugiendam faeit,
non sine causa dicitur ¡is, qui pluribus naturalibus frui possint, esse in vita manendurn.
694 Capítulo 27 Actos debidos, correctos e incorrectos 695

17 quiddam Madvig: quoddam codd. 26 fil recte Lambin: facit codd.40 ¡!le Schiche muliebriterve faeiamus, in primisque refutetur ae reiieiatur Philoeteteus ille clamor. [... ]
5 [15] Praeterea necesse est, qui fortis sit, eundem esse magoi animi; qui autem magoi animi
9 consequens enim es! el post oritur, ut dixi Ce. Cicerón Defin. 3.21.
sit, invictum; qui invictus sit, cum res humanas despicere atque infra se pos itas arbitrario
35-36 et sapientis esse aJiquando officium ... cum beatus sit, et stulti manere in vita, cum sil miser
Véase Estobeo, Ecl. 2. 110, 9-15, donde aparece la misma tesis (la idea de "acto debido" se expresa Despicere autem nemo potest eas res, propter quas aegritudine numquam adfici potest; ex
mediante el adverbio Ka9IlKÓ\I100t;). quo efficitur fortem virum aegritudine, nurnquam adfici. Omnes autcm sapientes fortes:
non cadit igitur in sapientem aegritudo. Et quem ad moduro oculus conturbarus non est
27.5 E,tobeo, Ec!. 2.106, 21 - 107,13 (ef. SVF 3.528) 10 probe adfectus ad suum munus fungendum, et reliquae partes toturnve corpus statu cum est
'10-6. 'tE náV'w AÉyOlJOW ctvm TU állapTIÍllow, motum, deest officio SUD et muneri, sic conturbatus animus non est aptus ad exequendum
oUKÉn 8' 0llota. KaOá1tEp yap anO ~ua~ llVO~ 1tTl'riS munus suum. Munus autem an imi est mtione bene uti; et sapientis animus ita semper
tll¡; KCtKíac; <pÉpEa8m nÉr.puKE, T~<; KpícrEW<; oücrr¡s f;y 11:&0"1 adfectus est, ut ratione optime utatur; numquam igitur est perturbatus. At aegritudo
t01<; al-lCtpn'l!.tam 'tllS Ctlrrtls' napa OE nlV 8~w8f:v ahíav, perturbatio est animi: semper igitur ea sapiens vacabit. [. ..][68] Philosophi surnmi
5 trov sep' oie; al KpícrEl<; cmOTEAouvrm IlÉcrwv otaAAaHÓV- 15 nequedum tamen sapientiam conseeuti nonne intellegunt in surnmo se malo esse? Sunt
tffiV, otá<popa KOta 1tOIÓtllta yívw9cn ta á)lapT~llaTa. enim insipientes, neque insipientia ullum maius malum est; neque tamen lugent. Quid ita?
i\ápo~ 8' av ELKóva cmqrf] 'tOU 81lAOUIlÉvOU TC90' bncmí- Quia huic generi malorum non adfingitur illa opinio, rectum esse et aequum et ad officium
crUi;' néiv )'ap tO l.!'eUoo~ En' 10"ll';; I.!'EÜOOr; cruIlI3ÉI3TlKEV, ou pertinere aegre ferre, quod sapiens non sis, quod idem adfing imus huie aegritudini, in qua
)'ap E1val E"tEpOV ÉtÉpou JlaMüv 81el.!'eUcr~UNOV· tO ['tE] )'ap luctus inest, quac omruum maxima est o[ . ..] [73] Praeclarum illud est et, si quacris, rectum
10 vúJcr' <a.Et> dVOl I.!'EUOó~ ÉcrTt, Ka8ám;p tO ínrroKÉvtaUpov 20 quoque et verum, ut eos, qui nobis carissimi esse debeant, aeque ac nosmet ipsos amemus;
sf¡v' Ka! OU ).lillov ElnEtV /tan I.!'EUOO';; dVOl 8áTEPOV ut yero plus, fier i nullo pacto potest. Ne optandum quidem est in amicitia, ut me ille plus
8atÉpou' WJ...' OUXt tO I.!'WOE,;; EnlcrTlr; \jfEUSÉ.;; EO""ttV, OUX1. quam se, ego iHum plus quam me; perturbatio vitae, si ita sit, atque offieiorum omnium
OE Kal oi OlE\jfEUcr).lÉvOl EníO"1lr; Elal OtEI.!'EUcr¡.tÉvOl. Kal consequatur. [ ... ] [75] Haec igitur offie ia sunt eonsolantium, tollere aegritudinem funditus
á).laptc1VetV oE JlQUOV Kat ~nov OUK EO""tt, 1to.aav )'ap aut sedare aut detrahere quam plurumum aut sopprimere nec pati manare longius aut ad
15 á).luptíav Kata otá\jfEUalV npc1ttEa9m. "E'tl OUXt KatÓp- 25 alia traducere. [76] Sunt qui unum officium consolantis putent malum illud omnino non
OOJJlU ¡.t€v ¡..tEtSov Kat D.attov 0-0 y(yv€aOat, o.¡..tc1ptll¡.ta oE esse, ut Cleanthi placet; [ .. .] Chrysippus aut caput esse censet in consolando detrahere
Jlet1;;OV Kat EAanov y{yvea8at· nc1VtC1 yáp EO""t1 "TtAeta, 81- illam opinionem maerenti, se officio fungi putet iusto atque debito. [ ... ][82] Stoicorum
ÓlC8P oih' elliínelv oM' tl1Iep€X€tv OúVOlT' av au~A.coV. quidem facilis conclusio est; qui cum finem bonorum esse senserint congruere naturae
llera "Toívuv É-O'1t1távra "Ta á.JlapTIÍ¡..tata. cumque ea eonvenienter vivere, cum id sir in sapientis situm non officio solum, verum
2 OUK ecrn FP : OOK en Heeren 7 EKf:Íva P 8 Ere' i.'O"TJ~ o/€DOO~ om. P 9 te deL Meineke 10 aet add. 30 etiam potestate, sequatur necesse est, ut, cuius in potes tate summum bonum, in eiusdem
Wachsmllth 12 l.!'elJOEt; ... IjfElJO&; scri. Wachsmuth pro ljfeUOOt; el \¡J€DOO<; 13-14 Kat á¡.taptcÍv€IV corr. vita beata sil. Ita fit semper vita beata sapientis.
Meineke pro Otal..taptávelv 19 1"loa te vuv FP : COIT. Meineke
1 persequentis X 2 maximi al 3 ve]ne o 7 eas res nemo potest H 9 turbatllS H 11 ad ex sequendllm
I ~lcrcÍ te recÍv"W AtyOUO"IV E:\V(H ta rif·wpt~¡.tata Ct: también Cicerón, De fin . 3.48, texto 27.10, DL 013 Ad 01 15 neque nondum X : COIT. y 3 17 non affingitur VI : nodfingitur KI 22 ullum V 26
7.120 (SVF 3.527) y Sexto Empírico AM 7.422-423. consulantis OK1y l 27 maerentis se X 28 esse om. H I congrue 0 1 30 etiam om. H
8-9 reéiv yc'tp tO Ijfeüóot; Ere' tO""I]t; .. . ¡.truov óte1f€UO"pévov Cf. DL 7.120; Cicerón, De fin. 3.48 Y texto
27.10. 4 reiiciatur Philocteteus ille clamor Cf. Cicerón, TD 2.33 .
14-151tuO"Clv yap állapdav ... repcÍneO"Oat Es decir, todo acto incorrecto (vicioso) como todo acto co- 27.8 Cicerón, Defin. 3.32 (SVF 3.504; LS 59L)
o'ecto (virtuoso) se origina en un cierto tipo de juicio, y el tipo de juicio qlle está a la base de un acto
[32] Sed in ceteris artibus eum dicitur artificiose, posterum quodam modo et conscquens
incorrecto es, claramente, un juicio (práctico) falso.
putandtun est, quod illi EmyswT1WX"TlKÓV appellant; cum autem in quo sapienter dieimus, id
27.6 E,tobeo, Ec!. 2.93, 14- 18 (SVF 3.500; LS 59K) a primo rectlssime dicitur. quicquid enim a sapientia proficiscitur, id continuo debet
Ka't6p8oolla 6' Eival AiyOUO"l Kae~KOV 1távta~ cxplctum esse omnibus suis partibus; in eo enim pos itum est id, quod dicimus esse
É-1t¿XOV tOUr; &'PI8JlOú,;;, ~ Ka8ánep 1IPO€Ílt"O).lEV, 5 expetendum. nam ut peccatum est patriam prodere, parentes vioJare, fana depeculari, quae
t¿AElOV KOe~KOV' á).láp"Tll).lá "TE "TO napa tOV op8ov sunt in effeetu, sic timere, sic maerere, sic in libidine esse peceaturn est etiam sine effectu.
Myov lt"pOt"TÓ).lEVOV, 11 tv ~ 1tapaAD,zt1tta{ 1"1 Ka8f¡Kov verum ut haec non in posteris et in consequentibus, sed in primis continuo peccata sunt, sic
5 {¡no AoytKOU sc?Ou. ea, quae proficiscuntur a virtute, susceptione prima, non perfectione recta sunt iudicanda.
2 cmé-xov FP; ¿rri:x.ov COIT. Canter 3 á~lapnípata FP : cÍ)lcÍP"1f.<á te Heeren 2 cum autem Emesti edditio: quod autem codd.
2 ~ KCl.8ánep rrpoeÍltoll€V Cf. texto 27.1. 2 quod illi €1ttYEVVTJllanKÓV appellant Seguramente, se refiere a los estoicos, quienes argumentan en
contra de los epicúreos que si hay placer, no es más que un añadido (€1tlyMTJf.1a; cf. capítulo 22, texto
27.7 Cicerón TD 2. 55. 3.15; 68; 73; 75-76. 5.82 22.1 ).
[55] Et, si verum quaerimus, in omnibus offíciis persequendis animi est adhibenda
contentio; ea est sola offici tamquam custodia. Sed hoc ídem in dolore maxime est 27.9 Cicerón, Acad. 1.37
providendum, ne quid abiecte, ne quid timide, ne quid ignave, ne quid serviliter [37] Atque ut haec non tam rebus quam vocabulis mutaverat, sic inter recte factum atque
Actos debidos, correctos e incorrectos 697
696 Capítulo 27

J 'AUO: npOl; ,oüa' U1!(lv,wvtb; <9o.ot Es decir, la objeción escéptica de que no hay ni nguna acción que
peccahun officium et contra officium media locabat quaedam: recte facta sola in bonis sea propia del sabio (toda vez que alguien que no es sabio también puede honrar a sus padres o devolver
action ibus ponens, prave, id est peccata, in malis; officia autem servata praetermissaque un depósito).
media putabat, ut dixi.
27.12 F ilón, De Chembim 14-15 (SVF3.513; LS 5911)
3 conservata PI. et serv- rÓ. serv- Lb. la Mov noUáKU:; &6Vl'ro<; O'OK evEpysital KUt ..o ).I~
27.10 Ciceró n, PS 3.20-22 KCl9~KOV €OttVOlE ÓpñlU\ Kullr'lKÓVl'OOr;' oiov ~ ).lEY tf\r; napaKata9~Kll~
[20] Parva, ¡nquit, est res. At magna culpa; oce enim peccata rerum eventis, sed vitiis arrÓOOcrlS ¡Stav ~~ arro yvÓl~~S ÍYylOils yí'fVl1ral !J.1J,,' ~ É1l\ ~l.á~n roí)
hominum merienda SWlt. In qua peccatur, id potest aliud alío maius esse aut minus, ipSU111 AalJpó.VOVlOr; ~ en' ÉvÉOpQ. tíi~ m:pt ).ISíSOVa1tlOtIV o:pv~(jeco~, Ko.~KOV
quidem illud peccare, quaqllo ver teris, unum est. Auri oavcm evcrtat gubemator an paleae, 5 EpyOV ou OEÓvtroo; bnt sAeilm' 10 8E 't~ Ká)lvOVl't)l~ ciA.,OEücrat tOV
in re aliquantum, in gubernatoris inscitia nihil interest. [ ... ] Peccare certe licet nemini. lCt:rpov KEVOÜV ~ téllvE1V ~ Ka\E1V 8IcyvOOK6tU En' roqmÁEíQ. lOG vocrOUVl'Oo;,
5 Quod autem non licet, id hac uno tenetur, si arguitur non licere. Id si oee maius oee minus lva )l~ npoAapmv 'tU oelva <f>ÚYU t~V 9EpU1tEÍav ~ él;acr9cvf¡ou<; o.nEí1tl]
urnq uam fieri potest, quoniam in eo eSI peccatum, si non licuit, quod semper unum el idem TCpOr; alrnív, ~ np~ tOUr; nOAsllíouc; -rov crüq)ov I.I'EÚcracr9Clt enl tfj tf\r;
est, quae ex eo peccata nascantur, aequalia sint oportet. [21] Quodsi virtutes sunt pares lHUpíoor; cr(1)lllPíQ., 8douvta ~.nl €K 10G 0AT]9EÜO'Ut procr8ñ ta tOOV avn-
inter se, paria esse etiam vitia necesse est. Atqui pares esse virtutes, nee bono viro 10 náA.ú.>v, ou K(lO~KOV epyov oeóvtCOr; EvEpyeital.
meliorem nec temperante temperantiorem nee forti fortiorem !lec sapiente sapientiorem
10 posse fieri facillume potest perspici. An virum bonum dices, qui depositum oul10 teste,
cum lucran iopune posser auri pondo decem, reddiderit, si idem io decem mi libus pondo
auri non idem fecerit? aut temperantem, qui se in aliqua libidine continuerit, in aliqua
effuderit? [22] Una virrus est consentiens cum ratione el perpetua constantia; nihil huc addi
potest, quo magis virtus sit, nihil demi, ut virtutis nomen rclinquatur. Etenim si bene facta
15 recte facta sunt el nihil recto rectius, certe nc bono quidem me lius quicquam inveniri
potest. Sequitur igitur, ut etiam vitia sin! paria, siquidem pravitates animi recte vitia
dicuntur. Atqui, quoniam pares virtutes sunt, recte [acta, quando a virtutibus
proficiscunnrr, paria esse debent, itemque peceata, quoniam ex viti is manant, s int aequalia
necesse esl.
3 unuest B : unum esl A vtbm 4 el peccare Anzius 8 necessest Plasberg : necesse esl Avlhm
10 perspici potesl 8 11 decem utrobique ex decim A 11-12 pondo auri del. Manutius: auri
del. Orellius 17 quando add. manu rec. : quoniam cum Bent leio lb
Cicerón titula esta paradoj a Aequalia ese peccala el reCle jacla (cr. supra texto 27.5: "'oú tE: 1távta
AÉyouolv c1val ,a.áf.l«p'~l-laLO.).
3-4 Auri navem evertat gubemator ... gubernatoris inscitia nihil interest Es decir, tal como el timonel
es torpe por el hecho de perder su carga (sin que importe el tipo de carga de que se trate), así también todo
acto incorrecto es igualmente malo.

27. 11 Sexto Em pír íco, AM 11.200- 201 (SVF 3.5 16; LS 59G)
,AJJ...u. np&; mOO' únClVlalVtf.r; q>O.Ol n:ávta IJSv KOtVa
oe
sfvQl KCltnávlCOV TU. Epya, alOp(~screa.l TóJ ano lqVt-
Kil~ ola0écmco~ ~ (bro (héxvou yrvscr8al. ou
yap 'to em).lú.€icr8m yovérov KaL élAAÚ)~ tt)l6.v yovó~ LOU U1tOU-
5 ÚCtíou EO"tLV epyov, OJ..M O'1t'OUOUtOU 10 anO q>pOV1Í O'EOJ~ tOUtO
notstv' Kal ro~ 10 ).Itv úyui~slV KOIVÓV Ecrn 'toi) tE 1cUPOU
oe
KulTOU i&tónou, TO iCllpIK&~ úYlá~ElV LOU n:xví'tOu t'OlOV,
ch8t: Kal TO )lBV tlIJaV lOU~ yovdr; KOIVOV '[oü "tE O'1COU-
8atOD Kal ).111 (JnouoClíou, la OE: ano c.ppOV1í(J'C(O~ 1l1.HXv LOU~
1o yovEl~ 1'81Ov lOU croepoG, (60'1'8 Kal lÉxV'lV aUlOV eXEtVnspl
10V j3tov, ~~ iÓIÓV EO'1'LV epyov la f:KacrLOv toov npa.Ho-
).Iévrov ano ap\<m1<; otaOécrEú)~ npáHElv.
3 otutpéocoo'i KUI ante OIClatoCOO'i del. Bekker 7 ,oü ante LOtro,OU om 'i
Fatalismo y motivación práctica 699

28.5 Cicerón, Fal. 30 (SVF 2.956; LS 55S)


Capítulo 28 Este razonamiento es refutado por Crisipo. 'En efecto', dice, 'en las cosas, algunas son
Fatalismo y motivación práctica simples y algunas concatenadas; es simple: 'Sócrates morirá ese día'; para él, sea que haga o
no haga algo, está determinado el día de morir. Pero si el destino es así: 'De Layo nacerá
Edipo', no podrá decirse: 'sea que Layo haya estado o que no haya estado con una mujer' ,
pues es un asunto concatenado, esto es, codestinado'. En efecto, así lo llama porque tal es el
28.1 Eusebio, PE 6.6.9-10 destino: no sólo que Layo tendrá relaciones sexuales con su mujer, sino que de ella procreará
En efecto, si pensáramos que tal cosa particular se dará por destino - sea que nos esforzá- a Edipo. Por ejemplo, si se dijera: ' Luchará Milón en las Olimp iadas', pero alguien replicara:
ramos y nos interesáramos por ello o no - ¿cómo alguien no querría elegir lo más fácil, deján- 'en consecuencia, sea que tenga un adversario o no 10 tenga, luchará', se equivocaría, pues
dose ir y descuidándose, en la creencia de que lo que habrá de hacerse se dará por destino y 'luchará' es concatenado, porque sin adversario no hay lucha alguna . Así pues, todos los
necesidad? Por ello, es posible escuchar a la gente diciendo "esto habrá de hacerse si me está razonamientos capciosos de ese género se refutan de este mismo modo. 'Sea que tú consultes
destinado y ¿qué necesidad tengo yo de preocuparme?" al médico sea que no lo consultes, te curarás', es capcioso: pues tan destinado es ll amar al
médico, como curarse. Estas cosas, como dije, aquél [se. Crisipo] las llama codestinadas'.
28.2 Alejandro de Afrodisia, Fat. 179, 12-23
Sin embargo, si hiciéramos todas las cosas que hacemos por ciertas causas antepuestas 28.6 Eusebio, PE 6.8.25-29 (SVF 2.998)
sin tener ningún poder para realizar esto o no, sino haciendo de una manera determinada cada En el libro primero del tratado Sobre el Destino, [Crisipo] ha empleado algunas demos-
una de las cosas que hacemos, de manera semejante al fuego que calienta y a la piedra que es traciones de este tipo [se. demostraciones del determinismo basadas en la etimología] y, en el
llevada hacia bajo y al cilindro que meda cuesta abajo, ¿qué ventaja obtendriamos, en cuanto segundo, intenta resolver los absurdos que parecen seguirse de la tesis que dice que todo está
al actuar, de haber deliberado acerca de lo que habría de hacerse?, pues sería necesario que sujeto a la necesidad y que también nosotros establecimos al principio; por ejemp lo, el hecho
hiciéramos, incluso después de haber deliberado, aquello que hubiéramos hecho sin haber de que a través de ell a se elimina el empeño que proviene de nosotros mismos respecto de las
deliberado, de manera que, por haber deliberado, no obtendríamos ninguna ventaja del solo censuras, los elogios y las exhortaciones y de todas aquellas cosas que parecen darse por
hecho de haber deliberado. Además, siendo capaces de hacer esto incluso en el caso de las nuestra causa. Ahora bien, él afinna en el libro segundo que es obvio el hecho de que muchas
cosas que no dependen de nosoLros, lo rechazaríamos por ser inútil [hacerlo]. Por tanto, sería cosas provienen de nosotros, aunque ni siquiera ellas están, por ello, menos destinadas a
inútil haber deliberado incluso en aquellos casos en que utilizamos el deliberar como algo que suceder junto con la administrac ión de todas las cosas. Y ha empleado algunos ejemplos de
nos proporciona cierta utilidad. este tipo. El hecho de que el abrigo no se destruya, dice, no está destinado de modo simple,
sino en conjunción con el hecho que se cuide; el hecho de que un individuo vaya a salvarse de
28.3 Cicerón, Fal. 28-29 (LS 55S, 70G) sus enemigos, en conjunción con el hecho de que huya de sus enemigos; yel hecho de que
En efecto, hay cierto argumento al que los filósofos llaman apyo~ AÓyO~, si nos sometié- procree hijos, en conjunción con el hecho de que quiera tener relaciones sexuales con una
ramos al cual, nada en absoluto haríamos en la vida, pues [nosJ interrogan del siguiente modo: mujer. En efecto, dice, así como si alguien afirmara que Hegesarco el boxeador saldrá com M

'Si para ti el destino es recuperarte de esta enfermedad, entonces te recuperarás, llames o no pletamente ileso de la contienda, sería absurdo que uno esperara [que eso sucediera] aun
llames a un médico; igualmente, si para ti el destino es que no te recuperes de esta enferme- cuando Hegesarco peleara con la guardia baja porque él estaba destinado a salir ileso (habien-
dad, entonces no te recuperarás, llames o no llames al médico. Pero Jo uno o lo otro está do dicho esto quien hizo la afirmación, debido a la excelente guardia que emplea este hombre
destinado; por consigu iente, no tiene caso llamar al médico.' Este tipo de cuestionamiento se para no ser golpeado), así también en los demás casos. En efecto, hay muchas cosas que no
llama correctamente perezoso y ocioso, pues, por el mismo argumento, toda actividad se pueden darse separadamente de que también nosotros las deseemos y demostremos respecto
retirará de la vida. En efecto, se puede camb iar el argumento de tal modo que no introduzcas de ellas el empeño y el celo más perseverante pues es en conjunción con éstas, dice, que
el término 'destino' pero se siga sosteniendo la misma posición: 'Si esto ha sido verdad por aquéllas están destinadas a darse .
toda la etern idad, ' Te recuperarás de esta enfermedad', entonces te recuperarás, llames o no
llames al médico; y de igual modo, si esto ha sido fa lso por toda la eternidad, 'Te recuperarás 28.7 Eusebio, PE 6.8.35
de esta enfermedad', entonces no te recuperarás, llames o no llames al médico'; y 10 demás se Por cierto, no decimos que todo ser humano habrá de morir si se diera esto y no habrá de
sigue. morir si no se diera, sino que morirá simplemente, aun cuando se diera cualquier cosa que, en
genera l, favoreciera que no muera. Asimismo, [tampoco decimos] que determinado hombre
28.4 Orígenes, c. Celo 2.2 0, 62-71 (SVF 2.957; FDS 1005) no será sensible al dolor aun cuando realizara determinadas acciones, sino que todo hombre es
Sin embargo, el llamado 'argumento perezoso', siendo un sofisma, es tal que, supuesta- sensible al dolor simplemente, quiéralo lo o no, y así también son todas las demás cosas que
mente, cuando se le enuncia a alguien enfermo y en cuanto sofisma, lo disuade de usar al están destinadas a no ser de otro modo.
médico para recuperar la salud. En todo caso, el argumento es como sigue: 'Si salir de la
enfermedad te está destinado, entonces saldrás [de ellaJ si traes al médico o no; pero si no 28.8 Hipólito, Re! 1.21.2 (SVF 2.975; LS 62A)
sal ir de la enfernledad te está destinado, entonces no saldrás [de ella] si traes al médico o no. y ellos mismos aseguraron que todo sucede según destino empleando un ejemp lo como
Sin embargo, o bien te está destinado sal ir de la enfennedad o bien te está destinado no salir éste: que un perro, si está atado como a un carro, si desea segu irlo, entonces es jalado y lo
[de ella]; por consigu iente, traes al médico en vano'. sigue, haciendo lo autodeterminado junto con la necesidad; en camb io, si no desea seguirlo,
estará necesariamente obligado [a hacerlo]. Lo mismo, por supuesto, también se aplica al caso
700 Capítulo 21S Fatali smo y motivación práctica 70 1

de los seres humanos: aunque no 10 quieran, en efecto, estarán necesariamente obligados a cripciones, entonces, mi conva lecencia, cuando ocurra, se habrá dado porque fu i al médico.
dirigirse hacia lo que está destinado. Esto no significa que yo puedo ir o no ir al médico en el sentido de que es contingente que yo
vaya o no vaya. La idea es simplemente que si mi convalecencia está ca-destinada con que yo
COMENTARlO acuda al médico entonces es necesario tanto el que yo conva lezca como el que yo vaya al
La teoría de la motivación, aunque es parte de la teoría de la acción, merece un capítulo médico y, además de ser ambos necesarios, existe un vínculo expl icativo entre ellos. De este
aparte debido a la agudeza del probl ema que plantea: si lOdo está predeterm inado, ¿qué senti - modo, existe una relación de presuposición entre ambos sucesos y este presuposición, como
do tiene esforzarse? ¿por qué mejor no cruzarse de brazos y esperar que suceda lo que tiene veremos en un instante, es de tipo lógico o conceptual.
que ocurrir? En este capítulo presentamos las posic iones filosóficas que están por detrás de Una pregunta obvia que debemos hacemos es ¿hay realmente sucesos futuros codestina-
estas preguntas y la s razones que aduj eron los estoicos contra la idea de que el fatalismo dos con sucesos presentes, como los define Crisipo? ¿Qué razones ofrece para creer los hay?
alienta la inacción. En el texto 28.6, se ofrece una razón sustantiva. Ciertos sucesos fu turos presuponen con-
El fa talismo, entendido como la tesis de que el futuro ya está fijado, es anterior a la fil o- ceptualmente ciertos sucesos presentes, de tal modo que, para que sucedan los futuros, es
sofía estoica. Es una idea que Aristóteles ya había atacado en el capitulo 9 de su tratado De conceptualmente necesario que sucedan los presentes. Con esto se cumple la princ ipal condi-
Interprelolione. De hecho, como ind icamos más adelante, Aristóteles es probablemente quien ción que establece la definición de suceso ca-destinado, a saber, la relación de presuposición
formuló, por primera vez en un contexto filosófico, la objeción de que el fata lismo alienta la entre fu turo y presente (s i no-P, no-F). Una consecuencia de esta teoría es epistemológica:
inacción. Después de Ari stóteles la objeción fue objeto de discusión durante el período para saber qué sucesos futuros están ca-destinados con qué sucesos presentes, basta un anál i-
helenísti co y no solamente en el ámbito exclusivo de las escuelas filosóficas, sino también sis de los conceptos que se emplean para describirlos. Veamos la idea en sus detalles.
entre la gente común, según parece sugerirlo el texto 28.1. Asimismo, sabemos que Crisipo Según el autor de la fuente de 28.6 (el epicúreo Diogeniano ap. Euseb io) , un ejemplo de
intentó refutarla. Los primeros siete textos de este cap ítulo se dividen en dos grupos: aquellos suceso futuro que parece estar ca-destinado con uno presente es el expresado por la proposi-
que formulan y desa rrollan la objeción (28.1-4) y aquellos en los cua lcs sc cxpone la refuta- ción Hegesarco el boxeador saldrá completamente ileso de la contienda . Siguiendo el texto,
ción de Crisipo (28.5-7). El último texto, 28.8, se refiere al símil del perro atado al carro. Al podríamos formular el suceso presente con el cual este suceso futuro está ca-destinado, me-
estudiarlo, nos pregun taremos en qué med ida este sími l es consistente con la postura de Crisi- diante la proposición Hegesarco emplea una guardia excelente para no ser golpeado. Ahora
po. bien, el motivo por el cual estos sucesos están ca-destinados es que sería ' absurdo' , dice
Según ya dijimos, la objeción de que el fatalismo al ienta la inacc ión figura en el capítulo Crisipo, que un hablante afirmara la primera proposición negando la segunda: la primera.
9 del tratado De lntelpretatione de Aristóteles. Si el fa tali smo fuera verdadero, nuestras deli- según Cris ipo, implica la segunda y, por 10 tanto, el suceso futuro presupone el suceso presen-
beraciones y esfue rzos serían superfluos porque, en ese caso, piensa él, sus consecuencias te. ¿Por qué esta presuposición es conceptualmente necesaria? El meoll o de l argumento de
ocurrirían de todas fo rmas, esto es, aun cuando no nos esforzáramos ni deliberáramos. Pero Cri sipo radica en su tesis de que sería abs urdo que un hablante afirmara la primera proposi-
entonces, se pregunta Aristóteles, ¿para qué deliberamos y nos esforzamos? Alejandro de ción negando la segunda. ¿En qué se apoya esta tes is? Esta pregunta es relevante porque,
Afrodisia formula el probl ema exactamente en los mismos términos en el texto 28.2, lo cual aparentemente, alguien puede salir ileso de una pelea de box simplemente corriendo a través
indi ca que la percepción que tuvo el propio Aristóteles del problema perduró en la escuela del ring esquivando al adversar io de modo que éste nunca le aseste un golpe. Para esto no se
peripatética durante, cuando menos, esos cinco siglos. Durante el período helenístico, la obje- necesita emplear ningún tipo de guardia. En ese caso, contrariamente a lo que piensa Crisipo,
ción recibió una formulación característica a la que se bautizó con el nombre de 'Argumento no habría ninguna relación conceptual entre la noción de salir ileso de la contienda y la noción
Perezoso' (&pyo~ Aóyo~, textos 28.3 y 28.4). Es bajo esta fo rma característica que Crisipo se de emplear una buena guardia. Pero éste es un mal contraejemplo. Si ate ndemos al contexto
enfrentó co n ell a. cu ltura l en que Cris ipo desarro lla su teorla, es fáci l percatarse de por qué hay un vínculo entre
El principal supuesto del &pyo~ AÓyO~ es que, si todo sucediera efecti vamente por desti- las dos nociones. Según las reglas que definen el box antiguo, cada luchador debe enfrentarse
no, lo que ha de darse en el futuro se daría independientemente de 10 que se dé en el presente. con su adversario soltándole golpes o paran do los que su adversario le suelta. Una pelea sólo
En particular, lo que sucede en el presente no sería condic ión necesaria para lo que sucede en termina cuando uno de los dos contrincantes queda fuera de combate ya sea por agotamiento
el futuro, pues esto último sucedería de todas/ormas, es dec ir, aun cuando sucedi era otra cosa ya sea por ' knock-out ' (ef. Poliakoff 1987: 80-85, 141-2). Por lo tanto, dadas las reglas que
en el presente. En consecuencia, no habría una relación expl icativa entre el presente y el definen el concepto de box antiguo, un boxeador no puede salir ileso de una pelea sin emplear
futuro, pues éste último estaría indetermi nado por el primero. La pregunta que cabe entonces algún tipo de guardia. Esto arroja luz sobre el tipo de absurdidad que advierte Crisipo: una
hacerse es la de si, como pretende el ápyo~ AÓyOt;, la tesis de que el futuro es tá predetennina- pelea en la cual un boxeador sa le ileso sin emplear nUDca una guardia defensiva u ofensiva, no
do implica efectivamente que no existe esa relación exp licativa entre presente y futuro. Para sería, propiamente hablando, una pelea de box. Por tanto, es conceptualmente necesario que,
lidiar con el o:pyo~ AÓYO~, Cris ipo diseñó una teoría de sucesos ' codes tinados' (con/alalia o para salir ileso de la contienda, Hegesarco emplee "excelente" guardia defensiva
cruyKa8EII..mP<~ltVa>: textos 28.5-7), cuyo principa l propósito es atacar este supues to del (lII::plTIo-répav: texto 28.6), la cual debe permitirle parar todos los go lpes de su adversario. El
argumento de modo a ofrecer una respuesta negativa a es ta pregunta. carácter conceptual o analítico de este vínculo entre los dos sucesos revela por qué el presente
La idea rectora de la teoría de Crisipo es que muchos sucesos futuros están 'co- explica el futuro como condic ión necesaria de és te. En los sucesos codestinados, el suceso
destinado s' con sucesos presentes, por lo cua l se entiende lo siguiente: un suceso futur o F está presente que funge como causa del suceso futuro, no sólo es condición sufic iente para que
ca-destinado con un suceso presente P si y sólo si es el caso que (1) está predeterminado tanto éste ocurra, sino tamb ién condición conceptualmente necesaria. Dado el concepto antiguo de
que ocurra F como que ocurra P y (2) F sucede porque P sucede, en el sentido de que, si no box, el que Hegesarco emplee una guardia efectiva es, de hecho, 10 único que podría exp licar
sucediera P, tampoco sucedería F. Por ejemplo, si estoy enfenno y está destinada mi convale-
cencia, pero ésta está co-destinada con que yo acuda en el presente al médico y siga sus pres-
702 Capítulo 28 Fatalismo y moti vación práctica 703

que sa lga ileso de la pelea. Conclusiones simi lares pueden extraerse respecto de los numero- las tesis de Crisipo. Para empezar, es preciso conceder que, si el futuro ya está fijado, deben
sos ejemp los de sucesos co-destinados que aparecen en los textos 28.4, 28.5 Y 28.6. exi stir Sucesos ·co-destinados'. Si está destinado el suceso futuro de que Hegesarco salga
Una corolario de la lesis de los sucesos co·destinados es que el hec ho de que dos sucesos ileso de la pelea, debe estar ca-destinado con el suceso presente de que Hegesarco empl ea una
estén co-destinados depende de qué conceptos se lIsan para describirlos. A quienqui era que guardia excelente para no ser golpeado, pues es conc eptualmente necesario que sa lga ileso de
dec ida no describir la pelea entre Hegesarco y su adve rsario como una pelea de box antiguo, la pelea debido a su exce lente guardia . Es te argumento echa por tierra el supuesto, implícito
podrá parecerle perfectamente plausible la idea de que Hegesarco salga ileso de una pelea en en el &.pyo~ AóyoS, de que, si el futuro ya está fijado, los sucesos que habrán de darse en él no
la cua l no emp lea guardia alguna. La relac ión diádica ' estar codestinado con' sólo es satisfe- se explican por los presentes. Con el argumento de Crisipo, y por razones que ya menciona-
cha bajo ciertas descripciones de los sucesos involucrados porque conceptos diferentes pue- mos, ta mbién parece venirse abajo la tesis de que, si el fatalismo es correcto, no tiene sentido
den usarse para describir los mismos sucesos. Por otra parte, el hecho de que sea una verdad esforzarse. Muchos sucesos ca-destinados con sucesos presentes están co-des ti nados precisa-
conceptual que ciertos sucesos futuros estén co-destinados con sucesos presentes, no implica mente con el esfuerzo que realizamos para que ocurran. Es justamente este esfuerzo lo que
que esa verdad sea trivial. En efecto, no toda verdad conceptual es trivial. Muchas no lo son. explica que ocurran (28.6).
Una proposic ión cuya ve rdad puede establecerse mediante el análisis de los conceptos que Finalmente, podría objetársele a Crisipo que, segun su propia teoría, hay sucesos que, por
figuran en ella, puede exp resar hec hos o sucesos sumamente co mplejos porque los conceptos ser simples, no dependen explicativamente de ninguna de las acc iones que podamos realizar
en cuestión pueden ser, el los mi smos, sumamente complejos, como sucede con el concepto en el presente. Por lo tanto, ¿acaso no está él concediendo, después de todo, que dentro del
antiguo de una lucha de box. fatalismo, hay cosas que no ti ene sentido intentar promover o evitar? En consecuencia, ¿no se
Regresando al apyo~ AÓyO~, la teoría de los sucesos co-destinados de Crisipo hecha abajo está con ello alentando la inacc ión? Probablemente, la respuesta de Crisipo a esta obj eción
su principal supuesto, a saber, toda forma de determini smo que sostiene que el futuro ya está sería que, para toda persona sensata y no sólo para el fa talista, hay cosas que, efectivamente,
fij ado, implica que el futuro está indeterminado por el presente: los sucesos fu turos que están no tiene sentido intentar evitar. Una de ellas es nuestra prop ia muerte. Si bien puedo co ntri~
destinados a ocurrir, habrán de suceder poco importa lo que ocurra en el presente. Ahora falta buir a retrasar mi muerte, no puedo volverme inmorta l, haga 10 que haga.
preg untarse si la teoría de Cr isipo logra resolver el problema de la motivac ión, que es la obje- Para concluir, ocupémonos brevemente del símil del perro atado al carro al q ue se refiere
ción de fondo del apyo~ A6yO~. De esto nos ocuparemos en un instante. el texto 28.8, una de las imágenes más fa mosas que nos ha legado el estoicismo, pero también
Antes de segui r adelante, resta expl icar la otra noción cla ve de la teoría de Cr isipo, a sa- una de las más polémicas. A primera vista, el símil parece desentonar con la teoría de las
ber, la de suceso 'simpl e' (simplex: 28.5) o ' des tinado simplemente' (émAro~ KaOEí¡.wpta\: confatafia de Crisi po, pues parece afirmar que todo suceso futuro predeterminado está desti -
28.7). Según Crisipo, sólo algunos sucesos futuros están co-destinados con sucesos presentes. nado a suceder independientem ente de lo que hagamos en el presente y esto, como lo vi mos,
Hay otros, llamados 'simp les', que no lo están. Es importante notar que, de acuerdo con él, es negado por la teoría de los confatafia de Crisipo. De acuerdo con ella, no todos los sucesos,
incluso los sucesos simpl es dependen explicativa men te de sucesos o estados anteriores en sino sólo a lgunos, están predeterminados de es e modo, a saber, los que Crisipo llama "sim-
cierto sentido. Por ejemplo, el que yo muera algún día ti ene su expl icación en varios sucesos y ples". E s dec ir, el símil parece implicar. contrariamente a la (eoria de los confa talia, que todo
estados presentes de cosas, entre ellos, el hecho de que no soy un dios inmortal, sino un ser suceso futuro predeterminado es simple en este sentido. En todo caso, es así como Hipólito,
humano (28.7). Ahora bien, si esto es as í ¿en qué di fiere un suceso simple como éste de un autor de 28.8, parece entender e l símil , pues según él, "todo" (1táV'ta) suceso destina do según
suceso codestinado como el que yo salga ileso de una pel ea de box? Una diferencia es que, los estoicos es así. Sin embargo, hay una lectura alternativa, en la cual esta tensión desapare-
contrariamente a los co-dest inados, los sucesos simples no tienen nunca su exp licación en ce. En griego clásico OX1l~a - término que tradujimos como "carro" - puede signifi car un
alguna de mis acciones (a unque sí la tengan en otros hec hos que no se relacionan con mis veh ículo especialmente grande y pesado, por ejemplo un carruaje. Suponiendo que ése es el
acciones, por ejemplo el hecho de que soy un ser humano) . Sea lo que yo haga o desee, moriré matiz correcto que pretende transmitir el texto, el OXTJ/la al que está atado el perro es uno que,
algú n día. Como se sugiere en el texto 28.7, los sucesos si mples que nos atañen habrán de por de finicióri, el perro no puede detener ni poner en movimiento. Por consiguiente, el mov i ~
ocurrir aun cuando no lo queramos. En cambio, el que yo salga ileso de una pelea de box sí se miento del 0X1lI.lU sería un suceso simple en relación con el perro, pues no hay nada que éste
explica por mi s acc iones presentes, entre e ll as, el que yo use mi guardia contra los golpes del pueda hacer para detenerlo. En esta lectura, los estoicos emplearon el sími l para ilustrar la
adve rsario (o que yo lo dej e a él fuera de combate antes de que me toque uno de sus golpes). noción de suceso simple y su mensaje sería únicamente que no debemos de ofrecer res istencia
Con base en lo anteri or, una definición posib le de suceso simple en Crisipo podría fonnularse a los sucesos simples que nos atai\en. Por tanto, contrariamente a lo que sostiene Hipólito, el
como sigue: un suceso o estado de cosas futuro F es simple relativamente a una persona S si y mensaje del texto no sería que todo suceso es simple en e l sentido de que ocurre independien-
sólo si F le sucederá a S pero la explicación de que F le suceda a Sno radica en ninguna de las temente de nuestras acciones. En esta interpretación, el símil es plenamente consi stente con la
acciones de S. Para seguir con e l ejemplo, el que yo muera algún día es simple en relación teoría de los confatalia de Cris ipo.
con mi go porque, si bien ti ene una expl icación en algo presente, es un suceso que habrá de
sucederme independientemente de lo que yo haga o evite hacer.
Res pecto del problema de la motivación, la teoría de los sucesos co-destinados de Crisipo
ofrece una solución fi losóficamente interesante aunque quizá no plenamente convincente para
a lguien que de entrada está persuadido de que nuestras acc iones tienen que ser contingentes
para que podemos rea lmente ser los agentes de ellas (en la creenc ia, ciertamente discutible, de
que, si estuvieran destinadas y fueran necesarias, no seríamos su verdadera causa). Pero inde-
pendientemente de cuáles sean nuestras intuic iones inic iales, es preciso reconocer la fuerza de
Fatalismo y motivación práctica 705

28.3 Cicerón, Fat. 28-29 (LS 558, 70G)


Textos A notados appel -
latur enim quidam a philosophis ci:.py~ A6yo~, cui si pa-
Fatali smo y motivación práctica reamus nihil omnino agamus in vita. sic enim interro-
gant: 'Si fatum tibi est ex hoc morbo convalescere, sive
5 tu medicum adhibueris sive non adhibueris, convaJesces;
28.1 Eusebio, PE 6.6.9- 10 item, si farurn tibi est ex hoc morbo non convalescere,
ei yap ¿~ d~ap~évll, sive tu medicum adhibueri s sive non adhibueri s, non
tooe 't\ Y€V1ÍaecrOOl vO)J.i~O\, €l'te 1tovoílll-lev ~~u:i¡; 1t&pl milo KUt O"1toUÓá~Ol­ convalesces; et alterutrum faturn est: medicum ergo ad-
!lEY e'tu: KC.tl pi¡, 1t&~ OUK av tl¡;; E8EA~mm: 10 fii:ov CttpElaOCtt, 1tapel~ ÉC(1nov hibere nihil attinet'.
10 reC le genus hac interrogationis ignavum atque iners
Kat a¡.u::A.OOV, ro~ e~ eipapllÉVTl~ KUt ávó.YKl1~ YEVT]tJOl1évou roú 1tpax9r¡ao)J.évou;
5 OOev KC1t Atyóvrrov acrnv aKoúcrat trov 1!oUrov OTt apa 1tpctXO~(JetCH tOU- nominatum est, quod eadem ratione omnis e vita ta lle~
10, el ye eY¡..tuptaí !l0l, KCtt ti ¡.te xp~ nupÉX€tV EIlatrr0 npáy¡.lata;
tur actio. licet etiam inmutare, ut fa ti nomen ne adiungas,
et eandem tamen teneas sententiam, hac modo: 'S i ex
2 VO~¡(~C L O 4 00<;) KCtt O 6 pe] ¿f.\C O : t)lumCO ND : lv éaut0 O aetemitate verum hoc fuit, 'Ex isto morbo canvalesces', si~
2-3 elte TCovoírnu;v n!lEICj m;pl mJto Kal crnoooát:OI ~LEV ci'te Kal ~lli er, oihe ~O\lM.ÚcO"eCtt óÉot av oüte 15 ve adhibueris medicum sive non adhi bueris, conva lcsces;
rrpaypCtw.Jea8ul en Aristóteles, inl. 18b26-33 (texto íntegro citado abajo en las nn. al texto 28.2). iternque, si ex aeternitate fa lsurn hoc fui!, 'Ex isto morbo
28.2 A l cj ~,"dro de Afr odisia, Fat. 179, 12-23
[non] convalesces', sive adhibueris medicum sive non ad~
hibueris, non convalesces'; deinde cetera.
ei oe el~-
¡..tEV n:ávro. a 1tpáHO~teV 7tpáTIovlE:~ otá n va; aÍtíw; 1tpm;:atap€pATj ~va~ cO~ 2 qllidam corro in quiddam AB : quiddam FM / }..óyO¡; corr. in locus V 3 nihil esl quod omnino O et
).lTjo€).líav Ex,CIV~oucriav toG 7rpéil;altóo€ tI Kal ).l~, aU' a<POOp\cr¡.tévüJ~ Ald us I agamlls corro in agemllS V 6-8 ilem. si falllm - non convalesces om. F 13 edem COITo in eall-
dem V 17 non ante convalesces del. Ax cum AB : supadd. V
fKacrtOV 7rpáTIElV &v npánO).lEV, 7rapa7rAl1crioo~ t(9 OEp).laívovn trupl Kal
5 ti9 AíO(9 t(9 Kátoo <p€PO).lévf9 Kat t0 KUta tOO 7rpavoú~ K\)A\o~\év<9 KUAív~ Cicerón es la fuente más antigua en registrar e l apyOc; Myo~ en la fonna detallada en que los estoicos
of)<.9, ti nA.€ov ~).liv Ei<; tO 1tpállE1V EK TOÚ pouAEúouoOat nEpltOO 1tpa- respondieron a él. En este texto, la objeción encierra una ambigüedad importante, pues dos lecturas
av
XthlOO).lévou yívetat; Byap E1rpétl;u~u;v ).l~ !3ou1euoá~IEVm, tomo KClI posibles son: (A) Para un suceso presente P y un suceso futu ro predetenninado F tales que P aparent e~
mente explica por qué ocurre F, se sigue del fatal ismo q ue F habrá de darse aun c uando P no se diera, en
).leta tO pou46oacrOalnpáTIEIVaváylCll, rom' oME\! l;¡..tiv 1tA.Éov tK lOÚ
el entendido de que (i) P es contingente (esto es, P puede no darse en el presente), y de que (ii) si P no se
pouAEÚcraoGat autoü 'ToG !3ouAEúcru08at 7rEptyívetal. aMa ).l~V mÜtO Kal diera, F se daría de todas formas, lo cual es absurdo; (B) pa ra un suceso presente P y un suceso futuro
10 t7rltrov <OÓK> El¡)' ~piv OUVá).lEVOI 7rOl{lV cO~ aXPllaTOV Bv 1tap1JtOúpEOU. predetenninado F tales que P aparentemente exp lica por qué ocurre F, se sigue del fatalismo que, si bien
aXPl1crTOv apa tO pouA.eúcracrOm, Kal El¡)' oov aut(9 &<; II XP~at~IOV ~~liv P y F son nccesarios (ambos tienen que darse), F no se dará porqlle se da P, esto es, no existe realmente
1tapExo~uivC9 Xp(Í)~LEOu. una relaciÓn explicativa entre F y P, lo cual es absurdo. En esta última lectura, la disyunción "que llames
o no al médico" no implica la contingencia de los disyuntos. La función de la disyunción es, más bien
10 bd tWV <OUK> ¿c.p' ~lllV add. Sharples el Bnms cum Lond. et Orelli : OUI( del. Thillel expresar, que e l presente, aunque necesario, no explica el fu turo: si llamo al médico y me recupero, no me
En Fal. Alejandro vue lve a referirse al cipYo~ AóyO~ en I 86,30ss. y 188, II ss. Dentro del aristotelismo, reCtlpero porque llamé al médico (me recupero aun cuando, per impossibile, no llame al médico). En
e l primero en postular una tensión entre la idea de destino y la motivación para actua r, parece ser el cambio, cn la lectura CA) los sucesos presentes son contingentes, mientras que los futuros son necesarios
propio Aristóteles. Cf. ¡/l!. 9 18b26-33: el1!Ep 1!áffil¡; KOotCtc.páoEúl¡; KCtI a1!oq¡áoEW¡; ( ... ) a.váYKIl t rov y lo que expresa la disyunción es precisamente la contingencia del presente. Sobre el significado filosófi-
avtlKElptvrov cTVOoI t1lv pev IlAl1911 nlV Ó€ l.j!f.:Uof¡ ( ...) Ol)tE pouM:ú€o9m Mal av oün; 1tpaYllatEÚeo9al, W<; co de esta ambigüedad, cf. Sa11es 2005a: 11-18. Para un análisis ponnenorizado del apyo<; }..óyO¡; en
lav Iltv toS, 1tOllímÚIlEV, lOTal toói, eav S€ Il~ toói, OUK sOTm ('si para toda afirmación y negación ( ... ) es Cicerón y Orígenes (texto 28.4) cf. Bobzien 1998: 180-198.
necesario que uno de los opuestos <ya> sea verdadero y el otro falso ( ... ) no haría falta deliberar ni tomar~
28.4 Orígenes, c. Celo2.20, 62-71 (SJIF 2.957; F DS 1005)
se la molestia de hacer nada, en el supuesto de q ue si hacemos esta cosa, esta otra ocurrirá , pero si no
<hacemos> es ta, <la otra> no ocurri rá'). En Bobzien 1998: 189, se sostiene que la fonnulación que i\llO: Kal Ó O:.pyO¡; KaA.oÚ~zvo<; A.óy~, crÓ<plO"~la rov,
Cicerón y Orígenes dan del O:PYO¡; AóyO<; tiene su o rigen e n el Argumento Segador (9epi1;úlV A.óYO<;), cuya tOIOÚtÓ~ Ecrn AeyÓ).lEVO<; btI ú1t08éoeOOl; 1tpO¡; t OV VOOOÚVta
autoría proviene de la Escuela Dialéctica, contemporánea de, o ligeramente posterior a, Aristóteles. Cf. Kal cO~ crÓ<ptcr).lU WtOt PÉItrov autov XPll08at 'Tó) iaTp<9 1tpo<;
Esteban , ill 111/. 34, 36~35 , 5: Ei 9EPU::i¡;, <pr¡oív, ou rétxa Il€V OEpltl¡; láXa ót ou 9Eplei¡;, aua 1!ávt!".l>c; úyíetctv, Kal exe1yE. OÜtro<; 6 A.óyo~· ei et~apTaí 001ci:.vac.níivm
8tptd¡;. 1!áAtV hd tf)¡; GXQ(páOEúl¡;;, d ou 8ep1f:i~, ou láXa Iltv Ol> 9EptEi~ táXa oC Otpld~, aun 1!ávt!".l>c; 5 EK Ti1~ vócrou, táv tE Eioa"yáyu~ tOV iatpov láv TE. ~D eicra-
<0U> gepU:;l¡;. 10 St ttávtcoc; tÍOéryEt tO aVa-yKCllOV' tO\) O€ IlvCtYKaiou Eloax8tvto<; oiXf¡oetnt tO
EVOE"',(ÓIlEVOV. Véase también Amonio, in 1m. 131,27-28 y, en general, See11993.
yétyn<;, avucrn'¡crtl· aAAa Kal t i E.t).lapml crOI p~ avaa-rilvat
eK 'Tll~ vooou, táv t E Etcrayáyu<; TOV tatpov f.6v n: ~~ elcra-
8-9 &ot' oUSev - 1tcplyivEtal La inutilidad de la deliberación, que según Alejandro se seguiría del yáYrl~, OUK avacrT~01J' ~tOl 6e Et).lapt al 00l avatrrf¡vat EK
detenninismo, es teleol6gicamente imposible según el argumento desarrollado al inicio de Fat. II (178,
tf¡~ VÓOOU ~ EI).laptai OOl ).lD avaotf¡val' ).lát llVapa eicráytt~
8~ 1 5). Por lo tanto, visto desde el ángulo de Fat. 11, el presente argumento representa una reducción al
absurdo: del detenni nismo se sigue la inutilidad de la deliberación, la cual, por ser teleológicamente 10 tOV iu'T póv.
imposible, implica la falsedad o impos ibilidad del detenn inismo.
706 Capítulo 28 Fatalismo y motivación práctica 707

Véanse nuestras notas al texto anterior. Para otras fuentes tardías (aunque menos precisas) sobre el T&V OAwV Ot01KlÍcrSL KÉxpT]Tui TE napaoEÍy).la01 tOlOÚT01~ Ttol' yap to
cl¡r(O-; AóyO~ y su refutación cf. Bobzien 1998: 181. Para la continuación de este texto, er. nn. a 28.5. Il~ Crlto'A.elcrOm, cpT]oi, 8oilláTtoV OUX ánA.&~ KaOEi¡.tapTO, CtAAU )1Eta TOD
3 w~ aóqHO"¡.ta er. Bobzien 1998: 193-198. 10 q>UM1TtE09m, Kal tO €K TroV ltoAs).lirov OCOO1l0EcrOm TÓVOE TtVa IlEtO: TOD c:pEÚyElv
m)-rov TOU~ 1to'A.e)líou~, Kal TO yEVÉcrOm naloa~ IlEtO: TOU ~OÚAEOOat KOlVrovEtY
28.5 Cicerón, Fat. 30 (SVF 2.956; LS 55S) yuvatKi. ooom:p yáp, c:pr]O'lv, €i Myovtó~ TlVO~ 'Hyi¡oapxov tOv 1tÚKTr]V €~E­
haee ratio a Chry- AEúosOOat taD áy&vo~ 1távtro~ a1tAT]KTOV aTÓ1tro~ av Tt~ ~~iou KaOtÉVta ta~ XE1-
sippo reprchenditur. 'Quaedam enim sunt', inquit, 'in rcbus pa~ Tav 'Hyi¡oapxov lláXEO'E1at, btEl Ü1tAT]KtOV amov KaOei].tupto lInEAOElv,
simplicia, quaedam copulata; simplex est: 'Morietur illo 15 Tal) tT1v alTócpamv 1t:OtT]cra1lÉVOU ota TI]V nEptT'tOtÉpav tavOpómou 1tpO~ TO ).I~
die Socrates'; huie, sive quid fecerit sive non fecerit, fini- ltAllT't€crOm I.]JUAaK~V tODtO etltÓVTO~, Oütro Ka! E1t1 TWV UAAroV EXSt. nOMO:
5 tus est moriendi dies. at si ita fanun sit, ' Nascetur Oedi- yo:p )l~ OúvacrElm YEVf;crOat xroP!~ tOD Kat T¡].ta~ ~oúA.i;crElat Kat ÉKtEVEO'TáTr¡V
pus Laio' , non poterit diei ' sive fuerit Laius cum mu- yE m:pt aUTO: ltpo9u)liav TI:: Kat crltOUO~V dOc:ptpEcrOm, ¿1tEIO~ )lEta TOÚtOU,
liere sive non fuerit'; copulata enim res est et confatali5 ' : q>r¡criv, aUTO. YEv¿oOm KaOEíllapto.
sic enim apellat quia ita fatum sit, et concubiturum cum
1 OÚv om. r 3 1táVla] 1tóte O 6 ytyvó¡.u::va om. B 8 na¡ 1 : om. BON 10 '!Ou) tO NO 14 KaOEÍ!lapto
uxore Laium et ex ea Oedípum procreaturum. ut, sí esset
om. ND 17 !l~ om" ND 18 yE] Kal O J 8KcpÉpeOOat ND
10 dictum: 'Luctabitur Olympiis Milo', et referret alí-
quis, 'Ergo sive habuerit adversarium sive non ha- El propósito del capítulo 6.8 de PE en su conjunto es recoger el tratado ITepl EI!laWÉvr¡<; de Diogenia-
buerit, luetabitur' , erraret; est enim eopulatum 'lucta- no, filósofo epicúreo del siglo II d.C. Otro testimonio importante sobre la teoría expuesta aquí es Séneca,
NQ 2.36-38.
bin¡r' , quía sine adversario nulla luctatio est. omnes igi-
tur istius generis eaptioncs eodem modo refelluntur. 'Sive 5-6 náv8' oaa 1tapa t~V ~¡.u::tépCtv ah¡av ylyvó!leva Estos sucesos son aquellos que Crisipo define bajo
15 nI adhibueris medieum sive non adhibueris, convalesces' el rubro de 10 1tap' ~!lU<; (cf. dentro de PE 6.8 las secciones 2, 6, 23, 30, 32, 33, 34 Y 38 y, sobre todo, el
captiosum; tam enim est fatale medicum adhibere quam texto 29.6 que corresponde a la continuación de este pasaje). El concepto de tO rrap' ~Ila<; puede estar
emparentado, en la teoría de Crisipo, con el de 10 tr.p'~!lív, del cual nos ocupamos en el siguiente capítulo.
convalescere. haee , ut dixi, confatalia ¡¡le appellat.
7 El verbo ou)'KaOelpópOal (o lCa8EI!lÓp<8Cl1> acompañado de la preposición !lB"tÓ con genitivo, cf.
líneas 6 y 15-16 Y texto 24.5) es el término técnico que la teoría emplea para referirse a la noción de
5 sit Ax cum ca:'d. : e~t Madvig : erit Müller 8 ql~ia) quasi Ve in m~rg. 9 el] hae~ B / ut) ¡tem Christ
sucesos que están co-destinados en el sentido que indicamos en el comentario (a saber, sucesos unidos de
11-12 adversanum sl ve non habuen! add. V In margo 13 ornms V 15 adhlbueris om. N 16
tal modo que , siendo uno futuro y el otro presente, ambos están destinados y el presente explica por qué
captiosum est V 17 va/escere COIT. in convalescere B
ocurre el futuro). En este sentido, el término OU"(KaOE\!lap<IlÉva> sería el equivalente del término
3 copulata Cicerón parece usar este término como sinónimo de con/a/alia, el cual es probablemenle la con/alafia en el testimonio de Cicerón en 28.5. En 28.6, el término se usa para indicar que las acciones
traducción que él hace del ténllino griego cruyKa8el~lap< IlÉva>, que recibe un uso técnico en la teoría de que "proceden de nosotros" (&; ~WDV), esto es, las que se dan "por nuestra causa" (napa l~V ~]lE1'€P(IV
Crisipo (cf 28.6). ahíav, línea 2) están codestinadas "con la administración de todas las cosas" (tU TroV OAÜN otollo'IOet),
34 simplex es': 'Morielur i1/o die Socrales' A diferencia del ejemplo de suceso simple ofrecido por esto es, con el sistema causal que unifica a la totalidad del cosmos. Esto remite a la tesis estoica de que
Eusebio en 28.7, el ejemplo de Cicerón se refiere a la muerte de alguien en un dia espec ifico. Pero es cada cosa está causalmente unida, en mayor o menor grado, con todas las demás. Cf. Alejandro de
dificil entender por qué un suceso como éste sería 'simple' en el sentido que le otorga la teoría a este Afrodisía, Fat. 191, 30-192, 3: r.poolv o~ 'tov KÓO!!OV 'tóvoe, evo: ona Kal1tóvtCl to. ovta ¿v a\m'.p
término. Una explicación posible es la que ofrecimos en el comentario. Cf. también Sedley 1993: 315-319 1tSpIÉxoV'ra, ICClI &ro r.pÚOHO<; otoIKOÚ!lBVOV ~ÜHlICfj<; tE Kal AoytlCfj<; Ka! voepu<;, ExEIV t~V 1éOv oV'!rov
y Bobzien 1998: 217-221. oloiKT]O\v aíOlOV ICClto. eiP!!ÓV Ttva Kal 'tó~tV 1tpOlOucrav, t&V 1tpÓltrov toí<; !lEta "WUTCl )'lVO!lÉvOI<; ahírov
5-6 Nas celur Oedipus Laio Sobre este ejemplo cf. también Orígenes, C. Ce!. 2.20, 71-77 (SVF2.957) , )'lvOIlÉvrov ICClI tOÚtev tO) tpÓ1tq1 cruvoeo!ltl/wv WJ...lÍAOt<; cmóV'rrov ("Afirman, ciertamente, que este
continuación de 28.4: el d!lapTClí 0'01 'tEICV01tOlftcrUl, Eáv 'tE cruvÉA811<; yuVUlK1 eáv 'te !lll cruv¿ASUS, cosmos , siendo uno y conteniendo en sí mismo a todos los seres, y siendo administrado por una
't61CV0nOl~crE\I;' uUo. Kal el eY!lapTClí 0'01 !l~ TEICV01tOlftoCtl, Eáv tE cruvtASn<; yuVatKI ~ !l~ cruvD.Sns, OU naturaleza viviente, racional y pensante, lleva a cabo la administración eterna de los seres, que avanza
tEICV01tOI~O'€\S' iÍtol ó€. Eí'~lapTClí 0'01 'tEICV01Wlftcrat ~ !l~ tE!CVonolfjO'Ctl· !látllv üpa OUV¿Pxtl )'uvaIKí. ("si según una cierta concatenación y seriación, siendo causas las cosas que se dan primero, de las que se dan
procear hijos te está destinado, entonces procrearás hijos, que hayas tenido o no relaciones sexuales con después, y, en este sentido, estando unidas todas las cosas entre ellas").
una mujer; pero si no procrear hijos te está destinado, entonces no procrearás hijos que hayas tenido o no 12-16 Jío1tep yáp, q¡lloiv, ti AEyOV1Ó<; nvo<; 'Hyrícrapxov - OÜtCO Kal ¿1t1 téOv (fUcov EXet Sobre
relaciones sexuales con una mujer. Sin embargo, o bien te está destinado procrear hijos o bien <le está Hegesarco, cf. Pausanias 6.12.8 y nuestro comentario.
destinado> no procrearlos; por consiguiente, has tenido en vano relaciones sexuales con una mujer"). 16-19 nOMa yap !l~ ÓÚVacrSlll )'evÉcr8al - Ka8Ei!lap'!O En estas líneas se pone de manifiesto la
Sobre este texto, Cf. Bobzien 1998: 205-208. concepción estoica del destino entendido como el vínculo causal que hila a los sucesos presentes con el
pasado y a los futuros con el presente. Esta concepción aparece supuesta en Alejandro de Afrodisia, Fal.
28.6 Eusebio, PE 6.8.25-29 (SVF 2.998) 191,30-192, 13 . Véase muy particularmente 192,3-6: Kal !l~te oihco~ tlVO<; BY auno )'IVO!lÉvou, w<; !l~
'Ev ¡.lliv OOv t0 npóY'cq? nEpl EÍllap).lÉVTl~ ~t~AíC9 totaútatr; ncrlv cmooEí- 1tÓvtCOS €1taKOAOUSdv aU1O) Ka\ cruvf¡q¡8at w<; ahíú) ihepóv ti, )1~t' aú t&v rnt)'tvo!lÉvcov tlVO~
~ecn KÉxpT]Tm, Ev OE. teí) ÚSlJTÉP0 MSIV lTEtpá"tal Ta uKoAouOElv OOKOUVTU éhorra a1tOAeAÚO'Sal ouvallf:VOU t&v 1tpOYeYOVÓtQ)V, roS Il~ nVI &; (tUtrov aKoAouOeív JíO'1tep cruvoeÓ!lEVOv ("ni
Tc9 AóyIJ) Tc9 rrávra KaTT]vayKácrOal Atyovn, alTEp KUt ~IlEl~ Km' apxa~ ÉTÍ- hay nada en él [sc. el cosmos] que se dé de modo que alguna otra cosa no lo siga necesariamente y esté en
contacto con él como con una causa, ni, a su vez, ninguna de las cosas que sobrevienen es capaz de
Oe).lEY· oIov TO avatP€laBat ot' aUToD 1~V ¿~ ~].lrov autó.':>v npoOu~Liav 1t€P! wó- liberarse de las cosas que la han pr~edido, de forma que no siga a ninguna de ellas, como si no estuviera
5 you~ TE Ka! ¿naívou~ Kat1tpoTpoJt(l~ Kul1távO' ooa napa T~V ~)l€TÉpav airiav unida a ellas".) En general, cf. nuestros capítulos 12 y 19.
yryvóllEva cpaivElat. q>llolv o~v €v Tc9 oEutÉplJ) ~l~Aicp tO ).lEY ¿~ ~).Ió.':>v
oe
noAM. yívEcrOm O~AOV ElVC1t, ouoev ~nov cruyKaOElllápOm Kal ratrca T'ñ
708 Capítulo 28

28.7 Eusebio, PE 6.8.35


OÜKOUV <PQJ.t8:v -r€9vTí~€cr9at návra (ivepoonov td róóe TI yévotto, )l~ TeOVTÍ~€- Capítulo 29
crOa! ó€ ei ~I~ yÉVOl'W, ñU' án).,&~ n;EMí~Eaeal, Kav onoüv ¡rplx; ro )l~ arrof)vil- Determinismo y responsabilidad moral
oxetv KaOÓAOU yíYVOlro' ~ Il~ UAY11Bóvo<; eae:oSm ÓEK1lKOV avOpooTCóV nva, KUV Tuói
7tpáTIOI, cüJ..' IÍxAOOt; návt' lívOpoJ1tOV w..YI18óvo<; dvat OEK1"IK6v, Eáv Te poú-
5 A'ltal Eáv t e IllÍ' Kat Qua aUa OÚtOOcrl Kalll~ aUroC; exSlv KaOeí¡.uxplCU.
I yÉVOllO 1 : YÉvr¡TCU ONV 2 oc om. ND I yÉvorro 1 ; yÉVl1tal ONV 3 y iyvOlTO 10 ; yivolto NV : 29. 1. Nemesio, NH lOS, 6-106,13 (SVF 2.991)
yÉVT]Tat Gercke 4 npóTTOII : ilpáTtlJ ONV I aU' u:n:A&¡; 1 : (1).),0: ONV Quienes dicen que se conserva tanto lo que depende de nosotros como 10 que es según
destino (en efecto, a cada cosa que se generó se le ha conferido algo por destino, como al agua
En los ejemplos ofrecidos aquí, se puede apreciar bien por qué hay sucesos "s imples" (o que suceden
"s implemente": cmAw~) por oposición a co-destinados, cf. 28.5. A diferencia de los ca-destinados, [os
[la capacidad de] enfriar, a cada planta [la de] hacer crecer un fruto determinado, a la piedra
simples nos atm1en pero ocurren independientemente de las acciones que llevemos a cabo. Según lo [la de] dirigirse hacia abajo, al fuego [la de] dirigirse hacia arriba, y así también al anima l [se
advertimos en las nn. a 28.5, el ejemp lo ofrecido por Cicerón no a)'1.1da a entender esto. le ha conferido la capacidad de] asentir y tener impulsos, y cada vez que ninguna cosa exterior
se resiste a este impulso y [és te] es según destino, entonces, caminar depende perfectamente
28.8 Hipólito, Ref. 1.21.2 (SVF 2.975; 1.S 62A) de nosotros y necesari amente caminaremos), los que dicen esto - entre los estoicos se cuentan
Ka! ctino! OE: ro KaO' ell.W.PMÉvllv EivC1l1távw olEpEpatwcravro, 1tapaoeiy- Crisipo, Filópatro y también muchos otros (fi lósofos] ilustres- no están mostrando más que
]..larl XPllcrá]..lsvol rOlOúrQ:>' ort 0007tEp Ox~]..la-ro~ €av lj E~llprll]..l¿VOC; KÚrov , todo es generado según destino. En efecto, si afirman que el destino nos ha conferido impul-
Eav ~u~:v POÚA1ltat €1(Scr9C1l, Kal €AK€tal Ka! €n:srUl, n:OlWV Kal tO autS~oú­ sos y que ellos a veces son impedidos por el destino y, a veces, no, es evidente que todo ocu-
oe
crtOV ].!Sta tll~ &váYK11C; [oTov rile; ElMap]..l€VTjC;]· EaV ~I~ pOÚAlrrOI rre según destino y que nuestras opiniones dependen de nosotros. Y, de nuevo, haremos uso
5 €1[Scr9al, n:ávrro; avayKacre~crErUl. ro auto O~1tOU Ka! E1t! tWV &vOpámoov' de los mismos argumentos frente a aquell os que muestran el absurdo de [esta] opinión. En
Kal ]..l~ POUAÓ]..lSVOI yap aKoAou8EtV &vayKacre~croVtal 1tIÍVTroC; de; t O efecto, si, cuando las mismas causas circundantes se hacen presentes, entonces, como sostie-
1t€1tpwJ..lévov EICJEA8e'iv. nen ellos, es completamente necesario que las mismas cosas ocurran, esto es, dado que a estas
4 otov tfi¡; ¡.d~tap~tv'1¡; secl. van Amim, Long-Sedley cum Roper 8 ¿J..Ociv Usener cosas les ha tocado ser así de este modo desde la etern idad, no es posible que, en un momento
Este tex.to, parte de los philosopltoumena de HipólilO, fue incluido por Diels en DG (571 , 9-16). Sobre dado, [ocurran] de este modo pero que, en otro, [ocurran] de otro modo, entonces es forzoso
esta analogía, cf. Cleantes ap. Epicleto, Enclt. 53: ayou se ].1 ', lÍl ZEÚ, Kal crú y' ~ nEXpro].1tV1)' I attO! naO' también que el impulso del animal de cualquier modo y en todo sentido se produzca así, al
Ú].1ív Ei].11 lhatEt(LY~Évo¡;·1 oo¡; E\VO~(L¡ y' aOKVD¡;' ~v se ye)..L~ 9€A.ro, I KaKO¡; yEVÓl1€VD¡;, ouMv 'lttOV €'Vo~at hacerse presentes las mismas causas ci rcundantes. Pero si el impulso también se sigue por
("Ilévame, Zeus, y tú también, Destino, I a dónde sea que ustedes hayan ordenado que yo esté! porque yo necesidad, ¿dónde queda lo que depende de nosotros? Pues lo que depende de nosotros debe
<los> seguiré sin titubear, aunque si no lo quisiera; habiéndome vuelto malo, no menos <los> seguiré"). ser libre y sería libre si, al hacerse presentes las mismas circunstancias, tener el impulso en un
El primer verso aparece sin los demás en Diss. 2.23.42, 3.22.95 Y 4.4.34; los dos primeros sin los demás caso y no tenerlo en otro dependiera de nosotros. Pero si tener el impulso también se sigue por
en 30.20. Los versos de Clcantes citados por Epicteto pueden pertenecer a un "segundo" himno a Zeus,
cf. lnwood-Gerson 2008: 59. Por otra parte, véase también Séneca, Ep. 107.1 1: ducunt volentem fata,
neces idad, es evidente que 10 propio del impulso también se producirá según destino, aun
nolentcm trahunt ("los destinos conducen a los que tienen la volllntad <de segui rlos> y arrastran a quienes cuando sea producido por nosotros y por nuestra naturaleza, es decir, impulso y discernimien-
no la tienen", citado por Kant en Hacia la paz Pe/petl/a - ed. Berlin Gesollllllelte Schriften 8.3.65). Todos to. Porque si el impulso fuera capaz de no producirse, la tesis que dice "al hacerse presentes
estos textos están temáticamente relacionados con el Himno a Zeus de Cleantcs (texto 17.2). Por motivos las mismas causas circundantes, deben seguirse las mismas cosas" sería falsa. Así se advertirá
que indicamos en el comentari o, estas ideas parecen desentonar con la tcoría dc los confaralia de Crisipo. tanto en los animales irraciona les como en las cosas inanimadas, pues si ponen el impulso
Bobzien (1998: 345-357) ha ido más lejos y argumentado, aunque por otras razones, que este símil es como dependiente de nosotros, porque lo tenemos por naturaleza, ¿qué impide decir que el
ajeno a la fílosofla estoica temprana. Para una discusión crítica de los argwnentos de Bobzien, cf. Shar-
pies 2005. quemar depende del fuego, ya que el fuego quema por naturaleza, como en alguna parte de su
tratado Sobre el Destino parece haber mostrado Fi lópatro? Lo que se produce a través de
nosotros por obra del destino, por tanto, no depende de nosotros. En efecto, mediante el mis-
mo argumento (puede mostrarse que] habrá algo que depende de la lira, de la flauta y de otros
instrumentos, así como de todos los animales irracionales y de las cosas inanimadas, cuando
algunos [de ellos] actúen a través de ellos mi smos. Eso, sin embargo, es absurdo.
29.2 Alejandro de Afrodisia, Fat. 181, 7-14; 182,5-20 (SVF 2.979; 1.S 62G)
Siendo esto así, ellos no intentan, ni siqu iera en principio, demostrar que esto (se. lo que
depende de nosotros] se preserva de acuerdo con quienes afIrman que todo se da según desti-
no, pues saben que emprenderían cosas impos ibles. Más bien, así corno en el caso del azar
postulan para el término "azar" un significado distinto y, en la creencia de que ellos también
preservan el hecho de que ciertas cosas se dan por azar, buscan desorientar a sus oyentes, así
tamb ién proceden en el caso de 10 que depende de nosotros, pues, eliminando el poder que
tiene el ser humano de elegir y de hacer cosas opuestas, afirman que depende de nosotros 10
que se da a través de nosotros. [ ... ] En efecto, también los animales tienen cierto movimiento
710 Capitulo 29 Dctcnninismo y responsabilidad moral 71 1

natural, y este movimiento es según el impulso, pues en todo animal que se mueve corno derán de los malvados, pues tampoco depende de éstos el ya no ser malvados . Ahora bien, es
animal, el movimiento según el impulso es producido por el destino a través del animal. Sien- absurdo no decir que las virtudes y los vicios dependen de nosotros y no decir que las alaban-
do las cosas de esta manera, y siendo que de los movimientos y las actividades que se dan por zas y las censuras se dan en estos casos. Por tanto, lo que depende de nosotros no es de este
el destino en el cosmos, algunos resultan darse a través de la tierra, otros a través del aire, tipo".
otros a través del fuego, y otros a través de alguna otra cosa, mientras que otros más también 29.5 Alejandro de Afrodisia, Fal. 205, 1-13 (SVF 2.1001)
se dan a través de los animales (tales son los movimientos según el impulso), afirman que los Decir que <se equivocaron> quienes no piensan que preservar la actividad de los anima-
movimientos que se dan por el destino a través de los anima les dependen de los animales , y les según impulso ya es preservar también lo que depende de nosotros (en virtud de que todo
que estos movimientos se relacionan con lo necesario del mismo modo en que lo hacen todos lo que es según impulso, depende de quienes tienen el impulso); y, por esa razón, preguntar si
los demás, en virtud de que también en el caso de estos movimientos las causas externas acaso no es una actividad lo que depende de nosotros; y, suponiendo esto, preguntar nueva-
deben por necesidad estar presentes en ese momento, de manera que los animales, de algún mente si acaso no parece que, de las actividades, algunas son según impulso mientras que
modo parecido, llevan a cabo por necesidad el movimiento a partir de sí mismos y según el otras, no; y, suponiendo lo cual, añadir a esto que lo que depende de nosotros no es algo que,
impulso. Dado que estos movimientos se dan a través del impulso y del asentimiento, mien- si bien se cuenta entre las actividades, no es según impulso; y, siendo esto concedido, supo-
tras que, de aquellos, algunos se dan a causa del peso, otros a causa del ca lor y otros según ner, además, que todo lo que se da según impulso depende de quienes actúan de ese modo
alguna otra < causa>, ellos afirman que éstos dependen del animal, pero que ca da uno de (puesto que lo que depende de nosotros no se cuenta entre las actividades que se dan de otro
aquéllos ya no [depende] el uno de la piedra y, el otro, del fuego. Y tal es su doctrina sobre lo modo); y decir que, por esto, según ell os, se preserva lo que depende de nosotros, entendido
que depende de nosotros, por decirlo en pocas palabras. como aquello que es capaz de darse o no debido a nosotros (puesto que también las cosas que
29.3 Orígenes, DPR 3.1.2-3 (SVF 2.988) se dan de ese modo están en las que se dan según impulso), ¿cómo no es todo esto prop io de
Entre las cosas que son puestas en movimiento, unas tienen en sí mismas la causa del quienes desconocen por completo aquellas cosas de las que hablan?
movimiento, pero otras sólo son movidas desde el exterior. Ahora bien, desde el exterior son 29.6 Eusebio, PE 6.8.30 (SVF 2.998)
movidas únicamente las cosas trasladables; por ejemplo, trozos de madera, piedras y toda Ahora bien, aquí de nuevo alguien podría admirarse de la falta de discern imiento y de
materia que es cohesionada por su sola disposición. Dejemos de lado por ahora el argumento sentido lógico de este hombre [se . erisipo], tanto respecto de las cosas evidentes como de la
que habla del movimiento del flujo de los cuerpos, porque eso no tienen utilidad alguna para invalidez de sus propios argumentos. En efecto, pienso que así como lo llamado "dulce"
lo que nos proponemos. En si mismos , tienen la causa del movimiento los animales y las resulta ser opuesto en grado sumo a lo llamado "amargo" y lo negro a lo blanco, y lo caliente
plantas y, en general, todo aquello que es cohesionado por una naturaleza o un alma. Entre a lo frío, así también lo que sucede por nosotros [resulta ser opuesto en grado sumo] a lo que
estas cosas sostienen que también se encuentran los metales y, además, que el fuego se mueve es según destino, si efectivamente él ha emprendido llamar "según destino" a cuantas cosas
a sí mismo y tal vez incluso las fuentes de agua. Entre las cosas que tienen la causa delmovi- ocurren necesariamente, tanto si son voluntarias como si son involuntarias respecto de noso-
miento en sí mismas sostienen que unas se mueven a partir de sí mismas, otras, en cambio, tros, mientras que suceden por nosotros cuantas cosas proceden del hecho de esforzamos y
por sí mismas: a partir de sí mismas, las cosas inan imadas, por sí mismas, las animadas. Las llevar a cabo actividades con vistas a un fin, o no se llevan a cabo por el hecho de que somos
cosas animadas se mueven por sí mismas cuando [en ellas] se produce una presentación que negligentes o descuidados.
incita al impulso. Y, de nuevo, en algunos animales se producen presentaciones que incitan al
impulso, ya que la naturaleza representativa pone en movirniento al impulso de una manera 29.7 Epicteto, Diss. 1.6.18-22 (LS 63E)
ordenada: así, surge en la araña la presentación del tejer y el impulso a tejer se sigue cuando la ¿Y bien? [Dios] constituye a cada uno de ellos [se. de los an imales irracionales], uno, de
naturaleza representativa de la araña la incita a cumplir esta tarea de un modo ordenado y, modo que sea comido, otro, para ayudar en el campo, otro, para producir queso y, otro, de
más allá de su nattlraleza representativa, el animal no confía en ninguna otra cosa. También igual manera, para otra cosa útil. Para estas cosas, ¿cuál es la uti lidad de comprender las
[ocurre lo mismo} en el caso de la abeja en relación con el fabricar cera. El animal racional, presentaciones y de ser capaces de discernirlas? Al ser humano, en cambio, [dios] lo introdujo
además de su naturaleza representativa, también cuenta con una razón que discierne las pre- en calidad de espectador suyo y de sus obras, y no sólo en calidad de espectador sino también
sentaciones, la cual rechaza una y admite otras, de modo tal que el animal sea conducido de en la de su intérprete. Por ello, es vergonzoso para el ser humano empezar y terminar donde
acuerdo con estas últimas. De aquí que, dado que en [a naturaleza de la razón existen tenden- los animales irracionales. Al contrario, debe empezar ahí, pero tenni nar donde termina nuestra
cias a considerar lo noble y lo deshonroso y, al seguirlas, habiendo nosotros considerado 10 naturaleza y ésta termina en la contemp lación, la comprensión y una forma de vida en armon-
noble y lo deshonroso, elegimos lo noble y rechazamos lo deshonroso, somos dignos de elo- ía con la naturaleza.
gio cuando nos abocamos nosotros mismos a la práctica de lo noble, y dignos de censura
29.8 Epicteto, Diss. 1.11.5-9
[cuando nos comportamos] de manera contraria.
- ¿Pues bien, te parece a ti mismo que estas cosas fue ron hechas correctamente? - [Fue-
29.4 Alejandro de Afrodisia, Fui. 196,23-197,3 (SVF 2.984; LS 61M) ron hechas] naturalmente, dijo. - Pues convénceme tú, dijo, de por qué [fueron hechas] natu-
Una de las cosas sobre las cuales ellos polemizan es la siguiente: "Si dependen de noso- ralmente y yo te convenceré a ti de que todo lo que es conforme a la naturaleza OCurre correc-
tros aquellas cosas de cuyos contrarios también somos capaces, yen tales casos - afirman- se tamente. - Pues eso, dijo, nos pasa a todos o a la mayoría de los padres. - Yo no digo contra ti
dan las alabanzas y las censuras, las exhortaciones y las disuasiones, los castigos y las recom- que no OCurre. Lo que está en discusión entre nosotros es si [ocurre] correctamente, pues para
pensas, entonces, ni ser sabio ni tener las virtudes dependerá de quienes las tienen, porque ya ello, habría que decir que incluso los abscesos existen para bien del cuerpo, ya que existen, y,
no pueden recibir los vicios opuestos a las virtudes, y asimismo tampoco los vicios depen-
Capítulo 29 Detemlinismo y responsabilidad moral 713
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en general, que el equivocarse es confOlme a la naturaleza ya que casi todos, o al menos la ponde un cierto tipo de constitución, la cual es fijada por el destino. El género animal se
mayoría, nos equivocamos. define por la posesión de impulso y asentimiento (cf. nuestros capítulos 6 y 23). Para indicar
qué es privativo de la espccie humana dentro del género animal, la teoría recurre a la noción
29.9 Epicteto, Diss. 4.1.128-131 de I(p[a~ o "discernimiento", la cual se refiere a la capacidad específicamente humana de
Es libre el hombre que no tiene impedimentos, el cual maneja las cosas como qu iere. apoyar nuestras decisiones prácticas, o impulsos, sobre un examen previo sobre la deseabili-
Aquél a quien es posible impedir, forzar, obstaculizar o empujar a algo de un modo involunta- dad de una determinada acción. La idea de que este examen critico de presentaciones previo a
rio, es esclavo. Y ¿quién no tiene impedimentos? El que no desea ninguna de las cosas ajenas: la acción es suficiente para ser moralmente responsables de la acción una vez que és ta se
Pero ¿qué cosas son ajenas? Aquellas que no depende de nosotros ni tenerlas ni no tenerlas, nI realiza, aparece también en el texto 29.3 (aunque en el contexto de una teoría probablemente
tampoco tenerlas cualificadas o dispuestas de cierta manera. Por consiguiente, el cuerpo es distinta de la expuesta en 29.1 y 29.2). Según 29.3, somos dignos de elogio o de censura por
ajeno, sus partes ~on ajenas y la posesión es ajena. Po~ tanto, si te inclinas por algu?a de estas aquellas acciones que elegimos realizar sobre la base de un examen previo de presentaciones,
cosas como propIa, pagarás las penas de las que es digno el que desea las cosas ajenas. Este entendido éste como aquello que nos distingue de los demás animales.
camino conduce a la libertad, sólo éste se aparta de la esclavitud, el tener la capacidad de Ahora bien ¿qué razones aduce la teoría para hacer semejante afirmación? Es decir ¿por
decir alguna vez con toda el alma: "Condúceme, Zeus, y tú, Destino a donde sea que ustedes qué las decisiones o impulsos que se basan en un examen de ese tipo serían suficientes para
hayan ordenado que yo esté" que la acc ión resultante dependa de nosotros y seamos moralmente responsables de ella? Hay
al menos una razón que podría estar implícita. Si un agente actúa sobre la base de un impul so
COMENTARIO
Según vimos en el capítulo 19, los estoicos sostienen que todos los sucesos y estados de de este tipo, entonces, debido al examen previo que uno realiza, uno adquiere la convicción de
cosas que se dan en el cosmos son causa hnente necesarios en virtud de la combinación de dos que la acción debía de realizarse y se considera a sí mismo plenamente justificado en realizar-
factores: (1) todos tienen una causa y (2) toda causa es suficiente para su efecto. Pero si todo la. Para apreciar correctamente el peso de esta idea, conviene compararla con la idea central
es causalmente necesario, incluyendo nuestras acciones y estados mentales, ¿somos moral- una teoría contemporánea afín a la de Crisipo, que ha tenido enorme influencia, a saber, la
mente responsables de nuestros actos? En otras palabras ¿es compatible la responsabilidad teoría compatibi lista de Harry Frankfurt (Frankfurt 1969 y 1971). No es éste el lugar para
moral con el determinismo? Los estoicos argumentaron que sí y los textos de este capítulo se comparar en detalle las dos teorías (para lo cual cf. Salles 2005a: 63-68). Pero el parecido
ocupan de sus argumentos. Algunos se refieren a las concepciones estoicas de 10 que depende fundamental radica entre el razonamiento que realiza el agente de Frankfurt y el examen
de nosotros y la responsabilidad moral (29.1 -8); el último, el texto 29.9, que debe leerse en crítico de presentaciones que lleva a cabo el agente de Crisipo. En ambos casos, el agente se
conjunción con la definición de Crisipo de libertad en 30.20, se refiere al problema de qué es pregunta sobre la deseabilidad de una acción dada y, al concluir que es deseable, se dispone a
la libertad y de si ésta es posible en un mundo causa lmente determinado. realizarla, ya sea bajo la forma de un impulso en el caso de Crisipo, o bajo la forma de una
Para reconstruir y evaluar los argumentos compatibilistas 'de los estoicos es preciso tener intención de actuar, en el caso de Frankfurt. De acuerdo con ambos autores, este cuestiona-
presente cuál es la postura contraria a la de ellos y que ellos combatieron: el incompatib ilis- miento previo es suficiente para que el agente sea responsable de la acción una vez que la
mo . Una primera tesis incompatibilista es: realiza. Otro parecido importante radica en que en ningún caso hay coerción externa sobre el
agente. En Frankfurt, B no ejerce ninguna actividad sobre A. La intervención de B sólo ocu-
(A) Sólo somos responsables de algo sucedido si dependió de nosotros que sucediera, lo rriría en el caso contrajáctico en que A se desviara del comportamiento que B espera de él.
cual presupone que tuvimos la capacidad de acciones alternativas: sólo somos moralmente Por lo tanto, no hay, de hecho, ninguna coerción: sólo la habría en ese caso contrafáctico. En
responsables de aquellas acciones que, al momento de realizarlas, tuvimos la capacidad de Crisipo, en cambio, el destino actúa sobre nosotros en el caso fáctico, es decir, en acciones
realizar o no realizar, pues sólo ellas dependen de nosotros. que de hecho realizamos (a saber, las que ocurren " a través de nosotros", pues éstas ocurren
Otra es: "por" - únó- el destino). Pero esto tampoco imp lica coerc ión externa, porque el destino estoi-
co, a diferencia del personaje B de Frankfurt, no es externo al agente, sino interno a él. En
(B) La capacidad de acciones alternativas es incompatible con el determinismo: sólo so-
efecto, la teoría expuesta en 29.1 y 29.2 hace énfasis en que el destino no es un obstáculo
mos capaces de realizar o no realizar una acción si no es necesario que la realicemos ni nece-
externo que frustraría nuestra inclinación por actuar de manera distinta a cómo está predeter-
sario que no la realicemos.
minado que actuemos. La idea de coerción externa es ajena al concepto de destino de Crisipo.
De la conjunción de estas dos tesis se sigue que el determinismo excluye que seamos res- En 29.1 , se sugiere que podría haber casos en los cuales el impulso se ve obstaculizado por
ponsables de nuestros actos o que ex ista algo que dependa de nosotros. Los argumentos com- factores que se dan por destino . Pero según esta misma teoría, el impulso mismo y, de hecho,
patib ilistas de los estoicos pueden reconstruirse como form as de rechazar cada una de ellas. toda la sicología de la acción del agente, también se da por destino . Tanto en Frankfurt como
Empezando por (A), la teoría estoica que se opone a ella aparece en los testimonios de en Crisipo, lo que expl ic a la responsabilidad moral del agente es la idea de que el agente
Nemesio y Alejandro que corresponden a los textos 29.1 y 29.2. Se trata probablemente de realiza un examen sobre la deseabilidad de sus acciones aunado al hecho de que no hay coer-
una teoría de Crisipo y ambas fuentes coinciden en cuál es su idea clave: lo que ocurre a ción externa.
través de nosotros por obra del destino depende de nosotros (29.1) o, según la formulación de Pasemos ahora al asunto de las acc iones alternativas. Según dijimos, la teoría de Crisipo
29.2, depende de nosotros lo que se da a través de nosotros . AqUÍ el ténnino "nosotros" se expuesta en 29.1 y 29.2 parece negar que la responsabilidad moral presuponga la capacidad
refiere a la especie humana en general, en cuanto distinta de las demás especies nanrrales. de acciones alternat ivas . Esto también se niega con mucha fuerza en el texto 29.4, donde se
Para entender el significado de esta teoría y las razones que aduce para poner en duda la tesis desarrolla un argumento que pretende refutar la tesis de que sólo dependen de nosotros aque-
(A), es preciso reconstruirla paso a paso. Una primera pregunta es cómo Crisipo distingue la llas acciones que tenemos la capacidad de o bien realizar o bien no realizar. Esto, por supues-
especie humana dentro del mundo natural. Según 29.1, a cada tipo de entidad natural corres-
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to, no demuestra que todos los estoicos adoptaron esta postura de Crisipo de negar el vínculo mera apariencia, porque, en realidad, el detenninismo causa l de los estoicos tampoco excluye
entre los dos conceptos. De hecho, el texto 29.5 sugiere que al men os algunos estoi cos pare- necesariamente esta seglUlda capacidad. Como ahora veremos, el concepto de capacidad
cen haberse apartado de él sobre este punto. Según los estoicos defensores de la teoría expues- e~ p ecífica es ambiguo y, en uno de sus sentidos, es perfectamente compatible con detenni -
ta en 29.5, dependen de nosotros todas aque llas acciones y actividades que se dan según msmo.
nuestros impulsos, pero dichas acc iones y actividades dependen de nosotros sólo si "es capaz Un modo de entender la capacidad especifica de real izar acciones alternativas es la si-
de darse o no debido a nosotros" (OUVatOV ú<p' ~~&v y€vÉcr9cu tB Ka't !l~) , lo cua l parece supo- guiente: un agente A tiene en t la capacidad específica de rea lizar tanto la acción X como la
ner, en efecto, la capacidad de acciones alternativas. Esto, como dijimos, contradiría la teoría acción Y (en vez de X) si A tiene en 1 la fuerza física necesaria mnto para hacer X como para
de Crisipo de los textos 29.1 y 29.2 Y podría representar un cambio de doctrina al interior del hacer Y y si no hay en t ningún ob stáculo ex terno que le impida a A ejercer esa fuerza.
estoicismo. Para ilustrar este principio, pensemos en la acción de permanecer inmóvil e imaginemos
Hasta aquí nos hemos ocupado de la tesis (A) del argumento incompatibil ista que expu- que, a pesar de permanece r inmóvil , tengo la fue rza física para caminar (por ejemplo, no
simos al ini cio de este comentario. Ahora resta estudiar la te sis (B): ¿es cierto que sólo somos tengo los músculos atrofiados) y nada externo me impide hacerlo (por ej emp lo, no hay un
capaces de acciones alternativas si las acciones que realizamos no están suj etas a la necesi- muro frente a mí). En ese caso, y si nos atenemos a este principio, tengo en ese momento la
dad? Los esto icos, argumentaron que no, afir mando que la necesi dad es compatible con la capacidad específica tanto de permanecer inmóvil, cosa que de hecho hago, corno de caminar
capacidad de acciones alternativas . en vez de permanecer inmóvil. Ahora podemos apreciar por qué la capacidad de realizar
Para exponer el argumento estoico es preciso, antes que nada, trazar una disti nc ión que acciones alternativas, así entendida, es compatible COIl el determinismo causal. El argumento
será útil para entenderlo. Se trata de la distinción entre una capacidad "general" de real izar es sencillo. El hecho de que yo tenga la fuerza física para caminar y de que ningún obstáculo
acciones alterna ti vas y una "específica". me lo impida, es, él mismo, compatible con que hubiera una causa suficiente interna de que
Técni camente, podemos expresarla del modo siguiente. Un agente A tiene en un momen- yo permanezca inmóvi l. Por ejemplo, se podría argumentar que mi inmovi lidad se deriva
to tIa ca pacidad específica de rea lizar una de dos acciones alternativas X y Ysi y sólo si (i) en necesariamente del proceso racional mediante el cual llegué a la conclusión de que debía de
I puede rea lizar X y (ii) en I puede real izar Yen vez de X. En ca mbio, A tiene en t la mera permanecer inmóvil. Dado este proceso y mi raciona lidad, los cuales causan mi inmovilidad,
capacidad general de realizar una de ellas si, en 1, X e Y caen en el rango de acciones que A es causalmente necesario que yo permanezca inmóvil.
puede realizar en general, aun cuando A no pueda rea lizar en t alguna de las dos o incluso Este argumento es relevante para la interpretación de los es toicos, pues, como vimos en
ninguna de ellas. La di fe rencia entre la capacidad genera l y la especí fi ca puede ilustrarse el capítulo 19, ellos, y en particular Crisipo, parecen haber definido las capacidades para
mediante un ejempl o. Si fu i la causa del asa lto al Expreso de Oriente y, por ello, estoy en la actuar en térmi nos de la conjunción de dos facto res: (i) la ausencia de obstáculos externos a la
cárcel cumpliendo una condena, no puedo, en este momento, emprender un viaje turístico a acción y (ii) la aptitud (Enlt110SlÓtT};) del agente para realizarla y, según sostuvi mos, una
Indones ia. Simp lemente, he que quedarme donde estoy. Por lo tanto, no tengo en este momen- interpretación posible de "aptitud" es, precisamente, fuerza fisica o habilidad. Esta concep-
to la capac idad específica de realizar las acciones alternativas "viajar o no viaj ar". Sin embar- ción, en efecto, se desprende de la definición estoica de posibilidad en 19.22.
go, aun as í puedo tener, en es te momento, la capacidad general de rea li zar cua lquiera de ellas. En conclusión, Crisipo ofrece pruebas para poner en duda las dos tesis incompatibilistas
En efecto, mi condena es de sólo un año, al cabo de l cua l podré sa lir y viaj ar a mi antojo y, en (A) y (B) que mencionamos al inicio de este comentario. La primera afirma que la responsabi-
ese contexto, ir a Indonesia. Por consigu iente, viajar es algo que, en este momento, ya cae lidad moral presupone la capacidad de acciones alternativas, y la segunda sostiene que esta
dentro del rango de las acciones que puedo realizar (a diferencia, por ej emplo, de memorizar capacidad es incompatible con el determini smo. Pero ambas tesis, dirá Crisipo, son al menos
el Thesau/'us Linguae Graeca o de retener mi resp irac ión dura nte med ia hora) . Por tanto, cuestionables y, por ello, no constituyen una razón sufici ente para dudar del compatibilismo
tengo, en este momento, la capac idad general de realizar las acc iones alternat ivas "viajar o no que defienden los estoicos.
viaj ar", pero carezco en este momento de la capacidad especí fi ca de rea lizar la primera . Si los argumentos compatib ilistas de Crisipo van efectivamente dirigidos contra las tesis
Si regresamos a la pregunta de si la capacidad de acciones alternativas es compatible con (A) y (B) ¿quién fue realmente su adversario? Es decir ¿quién fue el fil ósofo, o grupo de
la neces idad, la res puesta debe ser afirmativa si se trata de la capacidad general. En efecto, fi lósofos, a quien él tenía en la mira al atacar estas tes is? Una posibilidad es Aristóteles, pues
supongamos que, según lo exige el determini smo, hay una causa suficiente de que yo realice las dos son tesis que éste sostuvo en partes centrales de su obra temprana. Por ejemplo, (A)
una acción X en un momento t] y también una causa suficiente de que yo realice una acción Y fig ura en los capítulos del libro 3 de EN y 2 de la EE dedicados a la acción voluntaria y la
en un momento posterior t2 . El que yo haga X en t] es el resultado necesario de la primera elecc ión (dos pasajes clave al respecto son EN 3.5 1113b7-8 YEE 2. 10 1226a20-28). La tes is
causa y el que yo haga Y en t2 e l resultado necesario de la segunda causa. Ahora vamos a (B) también aparece en estos capítul os (véase. por ejemplo, EN 3.5 111 3b30-111 4a3), aunque
suponer que, en t b ya es tá destinado que en t2 realizaré la acción Y. Esto implica que en t] la el lugar en que se manifiesta con mayor claridad es inl. 9 y especialmente las líneas 19a7-1 9.
segunda acción ya está dentro del rango genera l de acciones que puedo realizar en el futuro. Y Es cierto que, en ningún pasaje del corpus, Aristóteles une estas dos tesis de manera explícita
esto es as í aun cua ndo, a todas luces, yo no pueda reali zar esa acción Yen ese mi smo momen- y extrae de ellas la conclusión incompatibilista de que sólo somos responsables de una acci ón
to ti, pues el hecho de yo rea lice X en tI parec iera excluir que yo rea lice Yen tI si, ex hypot- si és ta no estuvo sujeta a la neces idad. Pero dado que ambas tesis están presentes en partes
hesi, X e Y son acciones realmente alternativas. Por lo tanto, a pesar de un determinismo centrales de sus obras tempranas, el incompatibilismo que se desprende de ellas parece ser fiel
causal estricto como el de los estoicos, las dos acciones alternativas X e Y son tal es que tengo tanto al espíritu como a la letra de esas obras.
la capacidad general de rea lizarlas. Ahora bien, suponiendo que (A) y (B) tuvieron efect ivamente su origen en Ar istóteles,
El ejemplo anterior parece indicar que, si bien la capacidad genera l de realizar acciones ¿estaba Cri sipo consciente de e ll o? Es decir, ¿se vio e ris ipo a sí mismo como un oponente de
alternativas es co mpatible con la necesidad, la capacidad específica no lo es. Pero esto es una Aristóteles respecto del tema de la responsab ilidad moral? A la luz de la postura que ha de-
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fendido recientemente F. H. Sandbach (cf. Sandbach 1985), es posible que no haya sido así, compatible con 'e l determinismo, pues puedo querer en un momento dado hacer algo que estoy
pues, según Sandbach, los filósofos helenísticos externos a la escuela peripatética, entre ellos predetenninado a hacer por el destino. De hecho, según esta idea, la libertad parece requerir,
los estoicos y los epicúreos, no tenfan conocimiento de las obras de Aristóteles en que apare- hasta cierto punto, el determinismo, pues sólo seré realmente capaz de hacer todo lo que
cen CA) y (B) y, en general, de los tratados aristotélicos esotéricos. Si Sandbach tiene razón, quiero (y, por ende, ser libre) si incluyo el dominio de cosas que quiero dentro del conjunto de
surge la pregunta de dónde tomó Crisipo conocimiento de las tesis (A) y (B). Aquí sólo caben aquellas que estoy destinado a hacer. Esta idea se expresa de forma nítida en Epicteto, pero se
conjeturas. Una posibilidad es que supo de ellas, no a partir de la lectura de tratados de Aristó- remonta a Cleantes a quien Epicteto cita en 29.9. As í definida, la plena libertad es el privile-
teles, sino a través de un peripatético helenístico, anterior O contemporáneo de Crisipo, dotado gio del sabio estoico (cf. 30.20) a diferencia de la responsabilidad, que es común a todos .
de un conocimiento preciso de dichos tratados. Alternativamente, también es posible que estas
dos tesis hayan simplemente estado "en el aire" del ambiente filosófico de la época helenísti-
ca, por lo cual, al percibir sus consecuencias incompatibilistas, Crisipo se dio a la tarea de
argumentar en su contra.
Los argumentos compatibilistas de Crisipo, sin embargo, no agotan este tema dentro del
estoicismo. Epicteto también hizo contribuciones importantes a él y conviene referirnos a
algunas ellas. A diferencia de Crisipo, Epicteto no formula su propia posición en términos
compatibilistas. Si bien no hay en ella nada que contradiga el compatibi lismo, su propósito no
es demostrarlo. Su principal contribución a la teoría estoica de la responsabilidad es, más
bien, dar respuesta a una pregunta que los argumentos de Crisipo dejan abierta, pero que es
fundamental para una explicación completa de la responsabilidad. En efecto, la teoría de
Crisipo expuesta en los textos 29.1 y 29.2 busca indicar por qué puede ser responsable un
agente cuando carece de la capacidad de acciones allernativas: es responsable si la acción se
realiza a partir de un deseo plenamente racional, el cual presupone un razonamiento previo
sobre la deseabi lidad de la acción. El motivo por el cual es responsable es ese razonamiento
previo, el cual representa una condición suficiente para la responsabilidad del agente. Pero
cuando el agente actúa sin un razonamiento previo ¿qué explica, en ese caso, su responsabili-
dad? A través de textos corno 29.7, Epicteto sugiere una posible respuesta a esta pregunta que
Crisipo dejó abierta. En 29.7, en efecto, aparece claramente un conjunto de tesis que tiene
como consecuencia implícita que la falta de razonamiento práctico característica de un agente
que no examina críticamente sus presentaciones, no podría exculpar al agente cuando éste
hace algo incorrecto. El argumento que podríamos extraer del texto, y al podríamos llamar
"Argumento Normativo" (cf. S'alles 2005a: 97-110), se resume del modo siguiente. (1) La
actividad que consiste en examinar críticamente nuestras presentaciones antes de aceptarlas o
rechazarlas, es una actividad que está de acuerdo con la naturaleza humana. Ahora bien, (2)
debemos de realizar aquellas actividades que están de acuerdo con la naturaleza humana (cf
29.8), de tal modo que (3) uno merece ser censurado si omite realizar una actividad de este
tipo. Por consiguiente, (4) uno merece ser censurado si omite examinar de manera crítica sus
presentaciones antes de actuar. Por lo tanto, dado que el razonamiento práctico es una forma
de examen crítico de presentaciones, (5) si llevo a cabo una acción incorrecta por el hecho de
no haber realizado un razonamiento práctico previo, soy merecedor de censura por la acción
porque, siendo censurable mi falta de razonamiento, ésta no puede exculparme: el haber
actuado irracionalmente no es una excusa que yo pudiera para evadir mi responsabilidad por
la acción.
El último tema al que nos referiremos aquí es el de la libertad (E/..¡;u6€pía), pues no sólo
ocupa un lugar destacado en la ética estoica temprana y es fundamental en la de Epicteto, sino
que está estrechamente relacionado con los conceptos de lo que depende de nosotros y de
determinismo. La libertad en los estoicos consiste en tener la capacidad de hacer 10 que uno
quiere o desea hacer. En la definición que se ofrece al inicio de 30.20, y que parece provenir
de Cris ip o, la libertad es un cierto poder de autodeterminación (Él;oucríav aÚT01tpay{a~), 10
cual puede significar simplemente la capacidad de actuar a partir de los deseos y de las incli-
naciones de uno mismo. Esta idea, que también aparece en Epicteto (29.9), es perfectamente
Delenninismo y responsabilidad moral 719

se refiere en 106, 9M I0, fue su verdadero autor. La interpretación de Bobzien es discutible (cf. Salles
Textos Anotados 2005a: 69-89). En el comentario hemos supuesto que la teoría es de Crisipo.
Determinismo y responsabilidad moral 6M7 Kal nó.vnoc; nEpmatTÍao).tEv Tradujimos nó.Vf~ por "necesariamente" (véase también 29.6) pues,
en otros tres ocasiones, el texto de Nemesio indica de modo explícito que, dado el deseo y la ausencia de
obstáculos externos, la acción ocurre necesariamente: no.O"a o:váYKll en 105, 19, áváyKT¡ en 105, 21 Y ~
aváYKl1C; en 106, 2. Además, este significado modal es el que suele tener návteo" en contextos donde se
discute el concepto helenístico de destino y su relación con la necesidad. ef. el uso de xávtox; en el
29.1 Nemesio, NH 105,6·106,13 (SVF 2.991) Argumento Segador según Esteban, in inl. 34, 36M 35, 5 YAmonio, in int. 131, 27M28 (citados en las nn. a
al &6 M:')'ovrer; elt Kal. TO Eq>' TÍJ.1lV Kat TO KaO' Ei¡.mpJ.1éVllV crcf,l;€tal 28.2).
(Exácn(fl yap trov YEVOj.1ÉVrov oEoócr9m Tl KaO' El)lUPllév11v, oo~ T(9 ÜOOTt 22 M23 n)v lÍllEttpav ~úO"tv Kal ÓPIl~V KOI Kpíatv El primer Kal debe ser epcxegético. El ténnino KpíO"l"
10 \VÚXE1V leal €:KáOtQ;l tooV tpUTWV TO TOlóvoe KUP][OV <pépew leal 10 Ai841 se refiere a algo que distingue a los seres humanos de los demás animales al interior de la scala nafllrae
ro KaTrotpEp~C; Kal r41 rrupl ro tlvro<pEpÉc;, aüreo Kal. T(9 ~c94? 10 cruyKCtW- de los estoicos. Cf. el testimonio de Clemente en 24.9. Véase también Epicteto, Diss. 1.20.7 y Alejandro
de Afrodisia en 24.8. Este uso del término tiene probablemente su origen en Aristóteles, Met. B 995b2-4.
5 tíSEcr6cn Kal apllaV, ehav oE taúTlJ Tfi ÓPJ.1D Il'lMv ávtt1té01l ¡rov ~~roe€V
29M32 OUK apa - tOUtO SE atonov Esta objeción específica se discute en 29.2, lo cual parece implicar
Kal KaO' €iJ.1ap~llV, TórE ro 1tEpmarElV tÉAEOV ¿ep' ~~ítv stvcn Ka! 1táVTCOC; que es anterior a Alejandro de Afrodisia.
1t€p11ta't~crOJ.1t::v) - oi taúra AÉyOvtE<; (tiol8E TroV ~:-mfiK&V Xpúm7t1tÓC;
tE Kal <DtAonátrop Kext ÜM.Ol1toUúl Kal AClJ.11tPOi) ouoev
EU:pOV arrooEIK- 29.2 Alejandro de Afrodisia, Fut. 181,7-14; 182, 5·20 (SVF 2.979; LS 62G)
vúouow 111távw KOO' el).!aPlléVl1v yívecrBat" sl yap Kal. tae; Óp~l(lC; 1m.pa t010ÚtOU o' OvtO~ autoü, -ro
1O t~C; €11.UXP)l€v11C; <pumv TÍ)llv o8oócr9m, Kal rallTac; nOTE )lEv ano n;c; EÍ)lap- ~€v oEIKVÚvm tOÜtO CJea~óJ.lEvov Kata. lOUr; 7távta A.tyovtar; yívEoOal Ka9'
)lévl1t; €)l1tooil;E.cr9at, nOTE O€ )li¡, 8~AOV roe; návra KaO ' EtJ.1ap~Tlv EÍ~lap~v OUDe E1tlXE1poumv t~V apx.~v (ícrarnv yap érxEIP~OOVtEe; clouvá-
YlVetCll Kat ta OOKOÜvta ¿ep' ll lllV dval. Kalnó:Alv TOl~ aUT01¡; 16yOl~ tO~), w, o. Eni TIj, nix~, liJJ"o tl crJj~alvó~svoV úno9Évt" t0 t~, niX~,
XPll0Ó~eeanpO~ aUTOIJ<;, oeuCVÚVTB<; n;<; 0ó~11~ T~V at01tiav. el yap t rov 5 6vó~atlnapáyetv netprovtat tOUe; clKOÚOvta<; autrov roe; oro~ovtee; Ka1 Cllhol
autrov ahioov nEpt.ecrrTlKÓtOOV, 00<; cpaolv aUtol, no.oa D.váYKll ta. aunl TO IÍno TÚx..,C; yívecr9ai nva, OÜtc:or; oe
Ka1 f:1t1 tOÓ eep' lilllv notoüow.
15 YlvEcrBm, Ka1 oUx. otóv tE nOTe ~sv oihro, nOte oe WJ..coc; y€V¿cr9Cl1 Ola to avalpOUvtSe; yap -ro é~oucriav €XEtV tOV avOpomov tfie; alpéoE6>c; t E Kal1tpá-
E~ airovor; OÜtro~ D.nOKf:KATlP&crBClI mUtá, D.váylCTl Kal n,v 6p~~v TIlv tOÜ ~Eroe; T&V avttKEt¡.tÉVrov Akyouow sep' lilllV etvat tO ytvó~€Vov [Kal] ol'li)lrov.
~c9ou návtlJ Ka1návtoo~ t&v autrov ahírov 1tEplecrt'lKÓtOOV OÜtro y€Vicr9a!. [... ] etval ylÍp nva Kal t ole;
El oe Ka1 li ÓPJ.l~ €~ aváYICTJr; maKOAoU8€l, 1too AOurOV 'rO Écp' ~J.llv; 10 ~q,otr; KiV1lO1V KatO epúow, taúrr¡v o' etvat rr,v KaO' óp~tív'nav yop
EAEÚO€poV yap eIvCll oel tO Écp' ~Illv' ~v o' av iliúOEpOV, El t &v alnoov ~c$ov me; ~CQov KlVOÚ).tEVOV ICtve1'oSm nlv KaS' 6pJ.lT¡v KÍV1lOlv uno nic;
20 1tEplEcrt1lKÓTrov Ecp' ~1l1V ~v tO 1tO"tE IlEv ÓPllaV, 1tOtE BE Ili¡ óPllav. el oe €ÍllapJlÉV1le; Ola ~0ou yt.vollévl1v. oiJteor; Se tOÚt COV txÓvtrov, Kal ytvollÉ-
É~ aváylCllS E1taKoAou8el Kat lO OPllav, O~AOV mr; KaO' Eillapll¿vr¡v Ka1 ta VOlV uno n"le; Ei¡..tap)lÉVrlr; K1V~OE(Í)V tE Kal sv€pyetrov f:v t(9 KÓCJJ.lCfl trev
tf¡e; óPIlf¡S YEv~cretm, El Ka1 ú<p' li)looV yívetat Ka1 Kata n,v li)letspav ).lkv Óta yfjr;, av oí.ítro TÚxn, lroV ó€ Ot' Ctépoe;, trov ó€ Sta rrupóe;, 1"OOV OE
<pÚ01.V Ka! Óp)l~V Ka1. Kplmv. el yap otóv tE ~v aUnlv Ka1 p~ yevécr8at, 15 01' ruou nvóe;, ytvoJ.lÉVrov oÉ tlVrov Kat Sta ~0rov (1"OtaÜtolOe ai Ka8'
'VEuóT¡r; av ~v ~ npóW01r; 11 Atyouaa on tOOV autrov neptecrrTlKÓtrov aLtíeov óPIlT¡v K1V1íoEle;), lae; OU1 t&v Se9cov uno t~r; €t¡.tap¡.ttVl1e; ytvOlltvae; E1n
25 D.VáYKTl ta aut o. B1tecrOm. OÜtro oE Kat ¿nI. T01S &16YOIr; Ka1. t01S ¡h"úx.Olr; tole; t;cQotr; dVOl Atyoumv, ó)loíror; pev me; 1tpOe; tO clvaYKaiov tOle; lfAAole;
BÚpEO~oEtm' El yap tT¡v ÓPJ.l~v ¿<p' li)llv tó:noumv, on <pÚOBI tetútr¡v "'(Ivo¡.ttvae; a1t(lOlV, t0 oElv Ka1 tOÚtOte; E~ aváY1Clle; ta E~ro8EV ai'na 1tapElvat
exopev, tí KWAÚEl Ka\. br\ 1"CQ rrupl.lJ;yEtV dvm tO Kaí8lV, S1tfIOr¡ <pÚO"el TÓtE, rome alna Tf¡V ¿~ Éaulrov tE Kal KaO' óp~T¡v Kív.,01V E~ aváYKTJe;
KaíBI t O 1tÜp, roe; 1t0l) Kal. TCapeJ.l<paívetv EOIKEV Ó <!:llÁo7tátCop év t<9 nepl 20 oÜlea 1t0lr; EvEpyEiV. 3n oe o:Útat ¡.tEv 01' 6p¡.tf¡r; tE Kal O1J"'(KaraSéoEror;,
Etllap)lév.,c;; OUK apa tO 01' lillcDV uno lfir; EipapJ.l€V1l<; YLVÓ¡.UNOV s<p' ~J.llV se
EKEÍvrov ai. ~ Ola ~apÚTT]ra yivovtat., aloe Oto. Oep¡.tót.,w, aí BE
30 SO"H. t 0 yap aut0 A(yyü} Kal. mI. AÚPQ Ka1 aUAoie; Ka1 TOle; l:W.0lr; 6pyávOtr; Kat' ru.,v tlVIÍ <aitiav> taútr¡v Il€v €1t110l<; se9Ote; AtyOUOlV, OUKÉtl SE EKEivrov
Kal.naOW &AóyOtr; t 6 Ka1 a\/fÚXOU; EcrtCll n , omv tlvEr; ot' aU1"oov éVSpyroOl' ÉKá<JTl"jv, nlv IlEv bd. t4l Aí6Cfl, nlv OE 8nl te¡;, rrupL Kal totaútll ¡ffiv
. tOUtO oe atonov. autrov li 1tepl tOO Ecp' llJ.lIV Só~a roe; 01' O.Áíyrov eim::lv.
1 O"q,~El"a l ~KF :
yívetat DP 2 ylvO~o)V ITKFP : yEVOllÉVeov BHD I lh,,] add. yap K 4 Kal t(91tUpt tO 3 eyXElp~O"aVf~ Bnms, Thillet 8 [Kal] del. Sharples, Thillet / 100eo~ O€j AtyElV UyOU<HV bp' ~lljv dVUl
ávco~cpt<; om. K 6M 7 Kal nó.vn:oc; m:pman'¡O"ollsv om. K 7 nspmat1ÍO"ollsv npcHFDP tO \>trO 1"€ 1"~" dllapllÉVr)¡; ylVÓ).tEVOV Ka1. SI' ~).t61v in margo B2 10 tT¡v BIlIns, Sharples cum B1 : sec!o
nEpmatTÍO"w).u::v nacB 10 uno] napa Pt 13 XPTJO"<Ó~IEea H I áToníav] altíav DI 14 tO:. {lUta ~DP : Thillet B2 17 SE] JlIN Sbarples cum van Amim : se Bnms cum codd. 22 Kat' W 'lVtlvá <*> 1"a\Í"T'lv
1"aü1"(( KF 15 Ka1. OÚX oíóv 1"E nOtE ¡.tEv oi"eo, notE SE l.D..Aeo~ ysvéoOal om. F 22 úll&tÉpav P 25 tOo lac.ind. 8Il1ns: <ahíav> suppl. Sharples: <ql1)ow> suppl. Tbillet : aliam qllemdam na/lira lat. /
aUta] TaÜta KF 29 úno] tn1. B I ytvó¡.u:vov] Aey6~lSVOV PI AtyOVf&; codd. : AtyOUO"lV Sharples
La teoría estoica aqu í referida también figuro en 29.2 (en Nemesio. se hace explícito su origen estoico La teoría descrita aquí, la misma que en 29.1, vuelve a aparecer de fonna abreviada en Fat. 36208, 3M
en lOS , 12-13). En el comentario, argumentamos que la tesis principal de esta teoría es que el examen 15.
crítico de presentaciones, previo a la acción, es suficiente para adquirir responsabilidad por la acción.Esta
intuición también aparece en el estoicismo tardio de Epicteto. Cf. Diss. 1.11.2740 con comentario en 8 AtyOU<HV tq¡' ~Jliv gtVaL 1"0 ytVÓJlCVOV [Kal] Sl' ~1l6)v Es la tesis clave de la teoría. Cf. 29.1 : 1"0 SI'
Dobbin 1998: 136. Sobre la autoría de esta teoría cf. Bobzien 1998: 358-412, donde se argumenta que es ~f.l6)v -OtrO n;c; d f.lapllévr¡~ YlvÓllEVOV €q>' ~Iliv tan Según lo apuntamos en el aparato crítico, un escolio
en 8 también indica 1.'a~ &El AÉ)'Etv JJ:YOUO"IV C(P' ~~iv ElVCll tO óno tE 1"~" EÍf.laPIltvr¡c; ylvóllcvoV Kat SI'
2
una teoria tardía y que Filópatro, estoico posterior a Epicleto y a cuyo tratado Sob re el Destino Nemesio
720 Capítulo 29 Determinismo moral 721

~I.U))V . En Aristóteles, ya aparece la idea de que lo ¿<p' ~)liv también ocurre 01' ~!.l(DV aunque en un sentido
Hay dos puntos importantes de coincidencia entre la teoría expuesta aquí y la que figura en 29.1 y 29.2 :
distinto, ajeno al fatalismo estoico. ef. EN 3.3 1112a27 -3 1 y b27-28. El vínculo entre responsabilidad y lo en ambos casos (a) se afirma que el uso de la capacidad de examinar presentaciones es suficiente para la
que es err' l;l.liv - somo responsables de lo depende de nosotros - está bien documentado en la filosofía responsabilidad moral y (b) se pretende derivar esta tesis del lugar que ocupa el ser humano dentro de la
helenística (ef. Bobzien 1998: 234-329) aunque también aparece de manera clara en estoicos tardíos como scala naturae. Por ello las dos teorías parecen estar emparentadas aun cuando en la presente no encon-
Epicteto . Por ejemplo, cf. Diss. 1.12.32: "¿por qué, más bien, no estas agradecido con los dioses [... ] al tremos la formulación, característica de 29.1 y 29.2, de que lo depende de nosotros es aquello que sucede
haber ellos decidido que sólo eres responsable de las cosas que dependen de tí?" (Ilóvov o' u1tsú9uvov "a través de nosotros" (01' ~IlWv). Un texto paralelo a éste en Orígenes es Oral. 6.1 (SVF 2 .989). Ambos
ci1tÉ'Pllvav 1"rov bIt ooí). Sobre el tema de qué cosas son ¿<p' ~)liv y la tesis de que principalmente el asen- textos son ampliamente discutidos en Inwood 1985: 1841 y Hahm 1992. Yéase también Marco Aurelio,
timiento depende de nosotros cf. 14.28,6.14 YSVF 2.996. AS] 10.33.3. Marco Aurelio hace hincapié en que el movimiento natural de algo puede encontrar obstácu-
los y que sólo los seres inteligentes tienen, gracias su razón (Aóya;), la capacidad de prever posibles
21 -22 Ta~ Ola t&V 1;c9úlVuno t11~ EÍllctPIlÉVT]<; ... M"touo'\V C( 182, 18. Esto no quiere decir que haya
obstáculos y evitarlos.
actividades que dependen de animales distintos de los humanos en un sentido moral. Sólo las cosas que
son €'tl' ~lllV, esto es, que dependen de nosotros, humanos, pueden merecer censuras o alabanzas de ese 14-15 qlctvtaO'[ct<; i:yytvoIlÉVT]S 6PIl~v TCpOKaAOU)lÉV'llS ef. cpctvTuaíav óPIlr¡nd¡v en 24.1.
tipo. Sobre la noción de actividades que dependen de animales (ettt '!ol<; 1;cQOts), cf. Bobzien 1998: 381-
387. 29.4 Alejandro de Afrodisia, Fal. 196,23-197,3 (SVF 2.984; LS 61M)
25-29 Aquí se explica por qué la teoría no conduce a la consecuencia absurda de que hay movimientos Ecrrl o~
que dependen de cosas inanimadas: algo puede tener actividades que dependen de él sólo si es capaz de !l TroV anopoullévcov tm' olnrov Kat rOlo'Orov. 'd, epacriv, tamó: EcrrlV t<p'
asentimiento e impulso. cr. texto 29.1 al final (lineas 106, 10-13). Al respecto, véase Bobzien 1998: 386. ~¡..tí'v, c1v Kal la clvrlKElllE\!a 8uvállESa, Kal Enllo'ir; rOloútOl¡; 01 'tE Enm-
29.3 Orígenes, DPR 3.1.2-3 (SVF 2.988) VOl Kal Ol 'l'ÓY01, 1CpOlponai tE Kal O:ll:otpOíCai, KOWcrEU; lE Kal ll).lal, OÚK
Trov Ktvou~ÉVcov Ta ~¿v nva EV Eautol~ EXEt t~V 5 Ecrrat tO <ppOVíJ..lOl~ .stvm Katla~ apeta~ EXElV ¿ni toí'¡;; EXOUcrtV, O'tl f,l.r¡KÉ1'
T~~ KtV1í(jECO~ airícrv, €tEpa oE E~COSEV ~óvov KlVEltUl. dcrlV lroV O:VtlKEt¡..téVWV KOKt&V Tal~ O:PEtaí'¡;; OE1('flKOl, ó~oiw~ OE oúM ai
E~roeev ~ Oúv IlÓVOV KlVEltUlla epoprrrá, otov ~ÚAct Kett KOKÍat bd tO~ KaKoí'~' ouoe: ya.p tnt tOÚTOlr; TO Ilr¡KÉ't' dvat KaKo'ir;' óJJ..iJ.
Aí90l Kalnucra ~ uno €~EúJ~ IJ,óvrl~ cruvExollÉVTl ÜA'l. )l~V aTonov TO )l~ ASyElV 1'ar; apEta~ Kat Tll¡; KaKía~ E<p' ~1l1V ).lllOe rou~
5 Ú1tE~l1P~creco OE vÜV tO'O Aóyou tO KíV11crtV At'yE1V T~V púcrtV tnoívou~ Kat TOU~ 'l'Ó'you~ ¿nt TOÚtWV yivEcrBm' OUK apa tO tep' ~).lí'v 1'ol-
1'rov (jeo~álúJV, tnc1 ~~ Yj)Eía toÚtOU ll:pO~ 'to 1CpOKEí)levov. 10 OUtov.
€v ÉetUlO'i~ oE €XEll~V alTíav toÜ K1VElcrSat 1;;~a Ka! epUla 5-6 )lT¡K€t' etOtV Sharples, Bnms : Il~ 6€ no! y t : 1.lT16é stcrt Orelli 7 ouM yap eTC! Sharples, Bruns
Kal ána~anA&¡; ocra {¡no epÚGEOOr; Kal 'Jf1Jxf¡r; croVÉXETUl' cum B2 et vetus corrector V: ouM yap End)l~ VI Trincavelli : ouoe yap brl)lEY CaseJius, Orelli
€~ c1v epa<J1v .stVat Kat ta. ).lÉTaAAa, npo~ DE 1'OÚlot~ Ka! Este texto es una posible indicación de que, dentro del estoicismo, se desarrollaron argwnentos que, al
lOTO JrÜp autoKív'ltÓV Ecrn, táXa DE. Kat ai nr¡yai. lrev DE. igual que éste, van en contra de la tesis de que sólo dependen de nosotros aquellas acciones que tuvimos
EV ÉaUToí'~ 111V aiTÍav TOÜ K1Vélcr8at tXÓVtOOV ta ~ÉV la capacidad de o bien realizar o bien no realizar (= tesis (A) en nuestro comentario). Sin embargo, como
<.pamv E~ ÉaUtrov KlvE'icrOm, ta. oE aep' sautrev· B~ €aUtcOV ).lEv lo apunta Sharples (1983: 159), también es posible que este argumento en particular haya sida puesto por
TU ch¡fUxa, aep' Éautrov oE ta E~'Vuxa. Kat a<.p' sautrov Alejandro en boca de sus adversarios estoicos, quien estaría simplemente imaginando una posible obje"
Klv.st-rat ta E)l'VuXa <pavtwjtar; Eyy1vOlléVll¡; óp~~v npoKa- ción compatibilista a su propia postura, sin que sus adversarios la hayan realmente fonnulado. Para un
texto paralelo en Alejandro, cf. Quaes. 2.4 50, 30·51,5 (SVF 2 .1 007).
15 AoulJ,f\!T]~. Kal nMlV t;¡ Tlm nDv 1;;cProv epavraaiat )'íVOVTat
7 aMi yap 6ttt tOÚtOl<; tO ¡.IT]KÚ' EtvUl KctKott; La discusión clásica de si la persona viciosa es moral"
ÓPIl~v npOKaAOÚ)léVat epÚcrEOO~ epavtaO'nKf]¡;; lEtaY)lÉVúJ~
mente responsable de sus vicios cuando ya no depende de ella no tenerlos (por estar su carácter ya plena·
KLVOÚ<J11~ 'rllV óp¡.tlÍv, wr; €v rCfl apáxvu <pavtacria lOÜ úcpa{vElV mente fonnado) se encuentra en Aristóteles EN 3.5, 1114a12-21, quien sostiene que el vicioso sí es
yiVE1'at Kal óp~~ oxoAou8E'i bel tO {xpaíVEtV, tii~ epcrvtacrnKfl¡; responsable de sus vicios porque, si bien ya no puede deshacerse de ellos, es moralmente responsable de
Ulho'O epúcrEúJ~ tEtay~¿voo~ btl rouro amov 1'(pOKaAOU~tvr¡~ haberlos adquirido en la medida en que pudo haber evitado adquirirlos . Ésta es la postura que Alejandro
20 Kal OuOEVO~ aAAou ~la nlv <.pOVTClO'1'IJdjV aúrou <pÚO'IV también adopta (y con la cual pretende responder a la objeción que figura en 29.4) . Al respecto, cf. Fat.
197,3-8 y 199, 7"11. Sobre este asunto, cf. Salles 1998: 75"83 .
nEm(HEu~ÉVOU tO'O ~0ou, Kat BV lfj ).lEAícrcrl1 ¿nl tO 101PonAacrlElv.
To ¡.tévtOl AoytKOV 1;;~ov Kal AóyOV exElnpo~ lfj 29.5 Alejandro de Afrodisia, Fat. 205, 1-13 (SVF 2. 1001 )
epavtacrrucfi <pÚcrEt, 10V Kpívovta n!~ <pavtaGia~ KCÜ Tlva~ To DE UyEtV <E'V€ucr8at> 'tou~ OUX ~yOU)lÉVou~ €V 1'Cfl crCÍ)~EcrBat 1'~V
~EV CLll:OOOKIJ..lá1;;ovta, tlVa~ oE napaoEXÓ)lEVOV, i.\ra ayr¡rat KaS' ÓPIl~V l&V ~0úJV évÉpy€lUV ~ol1 crm~EcrSat Kut ro €<p' ~1l1V tt9 [].!~]
25 la 1;;0ov KaT' alJtá¡;. DeE\! EnEt Ev tU epÚO'Et 'to'O AÓ'yOU 1to.v ro KaS' óp~~V ytVÓ~EVOV 81'(l TOl~ ÓPIl&crtv dvm Ka! ota toÜ1'O EPeo-
Etcriv a<pop).w\ TOU SEwpiicr((t ro KaAOV Kal ro ai.crxpóv, at¡;; taV, él ].!~ EVÉpyr¡].!á 'tl to ¿<p' ~].!í'v Ecm, Kat AapóV'ta<; Enl tOÚTú) 1CM1V
Éll:Ó~evOL 8E(üp~craV'tE¡; tO KaAOV Kal 10 atcrxPOV aipOÚIJ,EOa 5 tpúJ't'éiv, Ei ~~ tWV ÉvEpyr¡¡..táTCOV to.)lEY Etvat OOKEt KaS ' Óp)l~V, ta. 8'
~EY 1'0 KaAóv, BKK)dvO)lEV DE 1'0 aioxpóv, btatv€tOt ¡.tÉV a
oú KaB' óp~~v, A.a~ÓvtW; 1CáAlV 1Cpocrn8tvm toúrú) ro Il~ rrov €vEpyr¡-
€cr)lEV B1ttOÓVt€~ saulOUr; ttl npá~El tO'O KaAOU, 'l'EKTOl oe ).lÓ:tWV IlÉV, Il~ KaS' ÓPIl~V OE Etvaí'tl ¿ep' tillí'v, o~ Kat auroü auYXOJ-
30 KaT<} TO €vavtíov. pou~tvou ud tOÚTot~ Aa¡.tj3ávElv tO 1'(áv 1'0 KaS' óp).l~V ytVÓ¡.tEVOV ¿nt TOí'~
3 ~ÚAOV B 5 u<pE~T¡p'Ío8úl B Pat 8 ~ IVDxfí~ Kotschau cum DB 9 Kal ante rO. om. B 11 ¿alJtot~] autol<; OÜTúJ~ EvEPYOUO'IV dvat, btElo~ €v ).lr¡OEVl Trov aAAm~ ÉvEpyOU)lÉVúJV Ecn:~
B 29 imol8óvte<; D 10 Kat ota TO'OW At)'E1V O'w1;;EcrSm Kat' aú't'Ou~ Ka!. ro 't'OlO'OtOV E<p' ~~í'v, o
ta
ouvalOV uep' ~j..lrov YEVÉcr8m rE Kat ¡.t~, tnEI0~ Kal OÜTCO~ ylVÓj..lEVa
722 Capítulo 29 Determinismo y responsabilidad moral 723

Év mi; KaS' óp~~v YlVO}lévOlt; Ecr!t, nror; Ol> 1I<lvtémaow uYVOOÚvtCOV taüra, Kal é~TJYTlr~v at'rrrov. OU1 Toúro atcrxpév oo-rl 1(9 avOpc'o-
a
1tpOc; ltOIOUVtal rou~ AóyOUC;; apxecrOat Kat Ka.WAr,ySlV onou Kat ta aAoya, aAAa.
nO)
1O ~éiU.ov Mkv )lCv apxccr9a.1., KataAr,YElV 0& iq>' 8 Kar€-
I To BE MySIV <.> ~yei(Jeal ¡ae. indo Bnms : To ót Atyetv <f:WcUcr8at> Sharples : To óf: Uyetv
<itAQ.vncr901> von Amim cum 8 2: To O€ Atyelv <ATÍPOU<;> ~yd(Jeat Thillet : To 8E Atyew <O\')lC> l.~~ev eq>' ~~óív Ka! ~ q>úm,. KaTtA~~ev 8' "d e"",píav
~y€icrfk.tl Orelli 2-3 t~ [)l~] na" del. Bruos, TIlillet : retinuit von Arnim 6 ~l~ Bruos : IlTÍle codd.: KalnapaKOAaúOllOW Kal O'Ú)lc.pcovov 81al;aycoy~v TIJ 'Púas\.
p..,óiv 8 2 11 ¿m;ló~ lcal tCt 0\)100<; ylvó~u:va Sharplcs cum von Amim : etvm ó~ Kal Ta Ol)fOl<; 1 tí o¿v €KdvOlV S : corr. Sa lmasius 6 autoü codd. : Aaut o\) Schweig hauser 9 apK€108w S : corr. s 9-
yIVÓ)lEVO Bruns, Thillet 12 YlvOflévou:; [~O"n) , noo¡; del. Bruos, Thillet : retinuit von Arnim, Sharples 10 o.'M.' svgev !lEY €Keiva KataAil)'El, apxco9al IlMI..OV Reiske cum r
En este texto, contrariamente a lo que se afinna en 29.4 , se sugiere que lo que depende de nosotros p~e­ El capitulo 6 del libro 1 de Diss. está dedicado a la providencia divina y presenta, en su conjunto, un
supone la capacidad de acciones alternativas. Para el estudio detallado del argumento desarro ll a~o aqUl y argumento a favor de que el hombre es el principal beneficiario del orden natural (aunque el hombre, a su
de su origen probablemente eSlOico, cf. Bobzien 1998: 389-394 . Si este argumento es. efectlva~ente vez, está supeditado a la func ión de imita r y contemplar el cosmos y dios, lo cual implica que el hombre
estoico, habría en Far. al menos dos teorías compatibi\istas esto icas, cf. nuestro comentarla. La pnmera existe en vista de ellos y no ellos en vista de él, cf nuestro capítulo 12 y. en particular, el texto 12.14).
(textos 29.1, 29.2 Y 29.4), sostiene que la realización de cosas que dependen de nosotros no supone la Puede compararse 29.7 con Diss., 1.28.19-22, 2.8.5-7, 2.9.1-5, 2.10.1-4 (cf. Marco Aurelio, AS! 3. 1). en
capacidad de acciones alternativas. La segunda teoría, en cambio, que aparece en el t.exto prese~t~, sos- los cuales tambicn se hace hincapié en que nuestro lugar dentro de la scala naturae se determina por una
tiene que esta capacidad es imprescindible: dependen de un ageme todas aquellas accIOnes y activIdades
función que nos es privativa como especie natural, a saber, el examen crítico de presentaciones o, en la
que se dan según sus impulsos (207, 7: nnv tO Ka8' ÓPI.lllV )'IVÓ)leVOV ¿¡ti tOl~ Óp)lroO'IV cTVo.l), pero dichas
terminología de Epicteto, la "comprensión" o n:opa;coAoú9r¡0'1~ (cf. abajo) . En esle texto, que también
acciones y actividades dependen de nosotros sólo si pueden o bien darse o bien no darse por nosotros
puede leerse como un signo de la religiosidad de Epicteto (cf. nuestro texto 17.3), se afirma que es ver-
(207, 10-11: tO tO\OUtOV €1p' ~).llV, 8 óuvatovu4J' ~).l&vYEVto8a\ t€ Kat Il~). Cf. Bobzien 1998 : 144- 145.
gonzoso (aioxpóv) no llevar a cabo la función específica para la cual fuimos creados, 10 cual implica que,
29.6 Eusebio, PE 6.8.30 (SVF 2.998) para Epicteto, no llevarla a cabo es censurable, pues, segun dice Epicteto en 3.26.9, "¿acaso nunca has
n:ú'AlV o\)v Kavraü8a 8au~ú'O'ElÉ Tte; escuchado que lo vergonzoso es censurable y lo censurable digno de censurar' (oooÉnOtc ~KOUO(l~, on tO
olcrxpOv IV€KlÓV tOttV, tO óll \II€KtOV a~16v €cm tOÜ \jIÉy&0'9al;). Para un estudio detallado de la relación de
av to:vOpúmou tO a9aOOPlltOv Kat aVEmÁÓytOTOV Kal tooV &vapywóv Kal n¡~ Epictelo con el problema determinjsmo, cL Braicovich 2010.
TOOV t8íwv Aóyoov O:vaKoMJU9 ím;. ot~w yap on
KaOémap TO KaAaú¡.tGVov yAUKU T(9
KaAou¡.ttvo) TnKp<g (j1)~pÉpr¡KEV €VaVmiHaTOv dvat, r(9 TE AeuK(9 tO ~D..av 12 nopaKOAoú9'lOlV (cf. 1tUpaKoAou8E'lv en la linea 5) Se trata de un término técnico en Epicteto, usado
para referirse a un examen crítico de presentaciones en el cual el principal criterio para aceptar o rechazar
5 Kat r<'P 'VUXPc9 tO 8Ep~6v, ourcocr18¿ Kat TO nap' ~~ae; tI'V KaS' al¡.tap)lÉvr¡v, al una presentación práctica o "impulsiva" (cf. capítulo 24) es si la acción que se presenta en ella va de
yE KaO' d¡.tap¡.tÉv11V ¡.t6V €KctVa KaN:iv npoEíAll<PSV 00'0. Kal ¿Kóvrcov lÍ,·u:Dv acuerdo con la voluntad divina y el orden del cosmos. Sobre el conceplo de napaKOAOÚer¡ot~ en Epicteto,
Ka! axóvrCOV návrcoc; yivEWl, nap ' ~¡.t.ae; 06 000. €K TOU crn:OUOá~E1V ~¡.taC; Kal véasc Hahm (1992), especialmente las pp. 39-46. Cf. 12.4.
n
€vsPYatV be\. TéAac; €Pxpal napa tO Ct)lsAaiv Kal pq.Ou)lElV OU_Kimu4iwt
29.8 E pi cIClO, Diss. 1.1 1.5-9
2 tvop)'€tiOv] €v€p)'€u:ov Taupius 4 UUJ.lptp'JK€V eV(lV'rt((mHOV €tvO t 1 tvuvn árta-rov dVUI Tí O.l)Vj bpeme; cp<lÍVEt crQUT(9 taÚta n:E-
O'UJ.lptp'1Ke ON 5 tO nap' h)la~ tO Kae' dJ.lap).ltVllv O 6 npoEÍAr¡1pEV Mras. cum codd.
1tpo€tA~<pa)l6v Schwartz, Gercke 7 Kal OXÓVTOlV om. ND nOlflKÉVal; <l>u01K&e;, E<Pl1. Wó: ¡¡~V TOfuó )lE
nElcrov, €<P11, aú, 8tÓTI <pU01Km¡;, Kal erro
as nEiO'O), Otl
Eusebio es la principal fuente sobre el uso del concepto de ro nap' ~J.l&; en los estoicos. Cf. PE 6.8.2, no.v 10 Kara CPÚ01V YIVÓ~evOV bpOOOe; yívsrat. TOúto,
6,23,30,32,33 ,34 Y 38. El interés de este texto radica en defin ir este concepto, el ~tlal, junto con el d.e
tO €4J',;,...iv, es usado por los estoicos para referirse a acciones responsables (y compallbles con el determI-
n
S €<Pll, rrú'vrs¡; OtYE rrMlOTOl n:aréps¡; nácrxO)lEV. OVo'
nismo). En lo tocante a la relación entre los conceptos de 'f0 1t«p' 11)la~ y de tO cCj'l'li~(lV, Bobzien (l998: kyw crOt UVTtMyW, "q>~ , OTt o,:, yíV61at, TOO' tl~q>tcr~~­
282-286 y 387-394) sostiene que el primero no presupone la posibilidad de acciones alternativas, pu~s roÚ)lEVOV ~)liv €KEivó EO'nv, El ópOro¡;. End roÚtOU y'
simplemente indica el origen causa l de la acción. En cambio, el segundo, tal como es usado por los estOI- ~VEKa Ka! ta <pÚ)lata &í' Aéy€lV en' aya8('9 yivs08al TOU
cos y en particular por Crisipo y Fil ópatro, sí presupondr!a, según ella, esa posibilidad. Sin e~n.ba!go~ cf. OOO)lat<><;, Otl yívETm, Kal cmA&e; tO á¡¡aptávstv dvm
29.4 y nuestras nn. a 29.5. Además, Bobzien (1998: 285) argumenta que el conceplo de tO trap rww:; tlene
un origen epicureo y sugiere que esta definición en particular puede no ser de Crisipo. Contra esto, cabe
10 Kara cpúmv, Ott návrE; crxeóOv n01 ys nl.aiOTOI Ct~ap­
observar que el contex to de 29.6 es la ex.posición de la teoría de los con¡atalia de Crisipo (28.6) y el
távoJ.lf:V.
sujeto de 1tpod).. r¡cp€v en la linea 21 de 29.6 parece ser Crisipo. I 1pO{VBt S <paíVU s
22 náVtOl~ "necesariamente". Sobre este sentido probable del término en este contexto, cf. nuestras nn . Sobre el carácter platón ico del diálogo al que pertenece este pasaje, cf. Dobbin 1998: 13 1-132. La im-
al texto 29.1 . portancia del pasaje dentro del "Argumento Normativo" de Epicleto (cf. nuestro comentario) radica en
que establece de modo enfático el carácter normativo de la naturaleza: si algo es "contra naturaleza" (en
29.7 E picIClO, Diss. 1.6.18-22 (L S 63E) este caso, la naturaleza del ser humano) entonces es incorrecto en un sentido moral. En el tex.to, esta tesis
Ti OÚv; EKSivcov se acompaña de orra, a saber, que no todo lo que ocurre (o no todo 10 que hace la mayoría de la gente) es,
eKaenov KataOKauá~t tO ~&v rocJt' EcrOíaoOat, 10 S' ooO'tS por ello, natural. El caso del padre que abandona su hija enferma - algo que, según el padre, haría cual-
U1t11pa-raiv d~ YEOJpyiav, 10 S' ¿Sens 'TUpOv <pÉPStV, 10 O' quier persona, pero no por ello, segun Epiclelo, algo natural- pretende ejemplificar estas tesis. Cf. Salles
a>J..o be' aAAll xpaiQ napan:Alloicy, trpo¡; ar i¡; xpsia tOU 2012.
S n:apaKoAouOEiv tale; <pavwoiate; Kal raúrae; olaKpÍvEIV 29_9 Ep iCIclo, Diss. 4.1.1 28-1 3 1
8úvacrOat; rovo' avOpcon:ov Osat~v Elcrf¡yayEV amou 6 tlKWAUTO,
TS Kal TOOV EpyCOV t&v auroú, Ka! OU )lÓVOV Ocaritv, &Ua. IívOptúno, eAl:úe,po" ~ npóX8tpa TanpáY~aTa tb\ ~oú-
724 Capítulo 29

Áe'tal. OY Ó' ECrnV ~ KOOAUcrat ~ avaYKácrm ~ É¡..mooicrat


~ aKOVtetEl:; 'tl E~lj3((N::IV, oouw:; Émlv. tí:; 8' aKCÍJAu- Capítulo 30
5 ro:;; Ó Jlll0EVO:; t&v aIJ.oTpiwv Éq>tÉ.¡.u;vo:;. "CÍva 8' cuJ..ó- Política y sabiduría
a
tpta; OUK ECJ!lV ¿q>' T¡¡.ttV oih·' eXE1v OÜrE)l~ EXELV
OÜTE nOla ext:lV ~ 1[&:; EXOV'W. OUKOUV 10 aw¡..tu &lli·
tptov, ta j.lSPll aUlou aAAórplu, 1Í K'tl;cn:; aUotpía. av
OUy tlVt lOÚTOOV 00:; tOlO) npocma8f1:;, oCÓaEt<; 6iKm; 30.1 M~'no, Instituciones 1 (SVF 3.314; LS 67R)
10 aC; a~lov tOV trov a!J,.otp((ov ÉqnÉpEvov. «ÜUl <,,> La ey s soberana de tod las cosas, tanto de las divinas como de las humanas. Debe
ó80:; ¿¡¡' ÉAGU8Epiav ayel, aürr¡ )lóvr¡ &1[aMay~ 001)- presidir nto los [actos] no~ como los vergonzosos, éOiñOun gobernante-y-Un guía, y,
AEía:;, [¡..tóvn)'ro oUvlle~vCtí not' Etm>lV ES OAI1<; 'Vu- según esto, debe ser el canon tanto de los [actos] justos como de los injustos, ydeBe pr~crib.j,¡:
X~ITO lo que hay que hacer a los vivientes políticos por naturaleza y prohibir lo que no Iiay que
ayoD oÉ )1', éb ZEÜ, KUt eró y' 1Í IlE1tpro).lf'Vl1, hacer.
] 5 oltol7ro8' Ú).ltV El¡lt 6taTEtay¡..tévO:;.
30.2 Cicerón, De re publica 3.33 (S~S 67S)
71totu S : nócra Reiske cum r 10 <~> itlS. Se 12 [¡.tÓVU] de! s : retinuit Elter : ¡.tóvn <nou:L> Schenkl La verdadera ley también es l~azórl, coherente con la naturaleza, se difunde por
in app. crit. 14 KClI crú y' ~ s : Kat <JÚ Kut ~ S todos, es constante, eterna, y al ordenar, llama al acto debjdo, y, al prohibir, aparta del enga-
Además de ofrecer una definición de libertad (o de ser "libre": ¡lJ... €ÚOEPO¡;) en ténninos de la capacidad de ño. Ella, sin embargo, no ordena ni prohíbe en vatio a los buenos ni pone en movimiento a los
hacer lo que uno desea, este pasaje se relaciona estrechamente con el problema de la motivación para malos al ordenar o prohibir. Y no está permitido que esta ley sea suprimida, ni es lícito que se
actuar estudiado en el capítulo anterior. Cf. nuestras nn. a 28.8. Esta definición de libertad es implícita- derogue alguna parte de ella, ni puede ser anulada ella en su totalidad, ni podemos ser librados
mente compatibilista, pues sugiere que, para ser libre, lejos de tener que poseer la supuesta capacidad de
de esta ley por el senado o por el pueblo, ni hay que buscar un inté[)Jr~ o exég~ ella. Y
desvianne de mi destino, debo restringir el objeto de mis impulsos y deseos al dominio de cosas que estoy
destinado a ser o hacer: de otro modo, éstos se verán frustados y, al no hacer lo que quiero, no seré libre no habrá una ley en Roma, otra en Atenas, una ahora, otra después, sino que una única ley,
(Cf. Ench. 8 y Diss. 2.26.23) . Esto se hace explícito en una de las versiones de la definición de libertad de J eterna e inmutable, contendrá a todos los pueblos y en todo tiempo, y el dios será, por así
Crisipo -Orígenes, in evo Joan. 2.16.112, 7: ¿~ODcr¡UV ut:l"t"Oltpayía¡; ano tOU edaD VÓj.lOD (cf. Suda s.v. 'l decir, el único maestro comun y emperador de todos, autor, árbitro, y promulgador de dicha
¿AEÚ8EPO¡; y Filón, QOP 21 y DJ 66)- pues se indica que para ser libre uno tiene que actuar a partir de la ley. Quien no la obedezca, huirá de sí mismo y, habiendo despreciado la naturaleza del hom-
"ley divina", esto es, la ley que dirige y detennina el desarrollo del cosmos en su conjunto. Sobre este bre, por esto mismo sufrirá los más grandes castigos, aun cuando escape de las demás cosas
tema véase Long 2002: 220-222. Cabe comparar esta definición de libertad con la definición de libertad
que se consideran como suplicios.
atribuida a Crisipo al principio de 30.20 en ténninos de poder de autodeterminación o ''poder de actuar
por uno mismo" (B~oDO"iav aut"Onpayia<;). Aunque el significado de alhonpayía en 30.20 no es del todo 30.3 Cicerón, De lego 1.18·19
claro en este contexto, puede decirse , en todo caso, que no se trata de la libertad social característica del
Por consiguiente, hombres muy doctos estuvieron complacidos en comenzar por la ley;
amo por oposición al "esclavo" entendido como alguien que tiene un dueño que puede disponer de su
vida o que está sujeto por fuerza a las órdenes de alguien (los cuales son aparentemente los sentidos probablemente correctamente, si es que, como ellos mismos la definen, la ley es una razón
segundo y tercero del concepto de OODAsía según este texto de Diógenes). Tampoco hay en 30.20 indicio suprema, ínsita en la naturaleza, que ordena lo que hay que hacer y prohíbe lo contrario. Esa
alguno de que la autQnpayía de Crisipo impliqlle la capacidad de acciones alternativas. Un posible signi- misma razón, cuando se confirma y se consuma en la mente del ser humano, es ley. Así, pues,
ficado del "poder de autodeterminación" al que se refiere Crisipo es la capacidad de actuar conforme a consideran que la leyes prudencia, cuyo poder es tal que ordena actuar con rectitud y prohíbe
nuestros deseos, la cual aparece asociada con la libertad en Epicteto en 29.9. La idea de que sólo el sabio de linquir; y ellos piensan que en griego se denomina con la palabra nómos por distribuir a
es libre también aparece en Estobeo, Ec!. 2. 101, 17-18 Y30.36 (cf. Cicerón, PS 5).
cada uno lo suyo, y yo en nuestra lengua [\lamo "ley" derivándola] del verbo "elegir" (lege-
re). Pues como ellos ponen en la ley el poder de la equidad, así nosotros ponemos el de la
elección; no obstante, ambas cosas son propias de la ley. Si esto se dice así correctamente,
como sin duda suele parecerme la mayor parte de las veces, de la ley hay que inferir el princi-
pio del derecho. Pues la leyes el poder de la naturaleza, ella es la mente y la razón del pru-
dente, la regla de lo justo e injusto. Pero dado que todo nuestro argumento se desarrolla en un
dominio de explicación popular, a veces será necesario hablar popularmente y llamar "ley",
como hace el vulgo, a la que por escrito sanciona lo que quiere, ya sea ordenando o prohi-
biendo. Tomemos en verdad el principio de constituir el derecho a partir de aquella ley su-
prema que, para todos los siglos, nació antes que cualquier ley escrita y que cualquier ciudad
completamente constituida.
30.4 Cicerón, De lego 1.22-23
No vaya hacerlo después, pues aquí es pertinente: este animal previsor, sagaz, versátil,
agudo, memorioso, lleno de razón y consejo que llamamos "ser humano" fue generado por el
dios supremo con una destacable condición. Pues, entre tantos géneros y especies de anima-
726 Capítulo 30 Política sabiduría 727

les, él solo paI1icipa de la razón y del pensam iento, en tanto que todos los demás están priva- 30.6 Cicerón, De lego 2.13
dos [de ellos]. Pero, ¿qué hay -no voy a decir en el hombre, sino en todo el cielo y la tierra- En efecto, no pueden verdaderamente llamarse preceptos médicos los que matan en vez
más divino que la razón? Y ella, una vez que maduró y se perfeccionó, correctamente se de curar, ni será algo perjudicial en lll1 pueblo de ningún tipo, aunque el pueblo la apruebe .
denomina "sabiduría", Por tanto, dado que no hay nada mejor que la razón y ésta se da tanto Por consiguiente, la leyes la distinción entre las cosas justas e injustas, y expresa aquella
en el ser humano como en dios, la primera sociedad del ser humano con dios es la de la razón. naturaleza antiquísima que gobierna todas las cosas, a la que se dirigen las leyes humanas, que
Pero entre aquellos en los que la razón es común, también lo es la recta razón; y como ella es castigan a los malvados con un suplicio y defienden y protegen a los buenos.
ley, a los seres humanos se nos debe considerar muy íntimamente asociados a los dioses
30.7 Plutarco, De Alexandri magni fortuna aul virlule 329a-b (SVF 1.262; LS 67 A)
debido a la ley. Más aún, entre aquellos en los que la leyes común, entre ellos también hay
No hay duda de que la muy admirada República de Zenón, el fundador de la escuela es-
comunidad de derecho o legalidad. Pero quienes tienen estas cosas en común, también deben
toica, apunta, principalmente, a este único objetivo: que no habitemos en ciudades ni pueblos,
ser considerados como partes del mismo Estado. Si, en verdad, obedecen los mandatos y
definidos cada uno de ellos por sus propios [sistemas] jurídicos, sino que consideremos a
poderes, mucho más obedecen este orden celestial, la mente divina y el dios todopoderoso, de
todos los seres humanos como nuestros paisanos y conciudadanos, y que haya un solo modo
manera tal que este mundo completo debe entenderse como un Estado común a dioses y
de vida y un solo orden, como si se tratara de un rebaño que pace junto y en conjunto se a1i~
hombres. Dado que se comprende que todo el género humano se encuentra asociado entre sí
menta de una ley común. Zenón escribió esto como si estuviera describiendo un sueño o una
por estas cosas (se. la bondad, el reconocimiento de los beneficios, etc.), se concluye aquello
imagen de la buena legislación y régimen político del filósofo.
de que toda razón de vivir correctamente hace mejores [a los seres humanos]. Si ustedes lo
aprueban, seguiré adelante. Pero si fuera necesario, primero lo explicaremos. [ ... ] Se sigue, 30.8 Filón, Opif. 142-143 (SVF 3.337)
por tanto, que estamos hechos para participar el uno con el otro y para compartir en tre todos Pero si llamamos a aquel fundador no sólo el primer hombre, sino también el único cos-
un derecho común. Y quiero que de esta manera se entienda que en todo este debate llamaré mopolita diremos lo más cierto, pues el cosmos era su casa y su ciudad [ .. .], en la cual, por no
"derecho" al que lo es por naturaleza. Sin embargo, dado que tanta es la corrupción debido a tener miedo, residió como en su patria con absoluta seguridad porque se lo cons ideró digno de
la mala costumbre, se podría dec ir que por su causa las endebles flamas [de virtud] que nos ha la hegemonía de las cosas terrestres, y cuantas cosas eran mortales le temían y habían sido
dado la naturaleza se extinguen, en tanto que brotan y se consolidan los vicios opuestos. instruidas y forzadas a obedecerlo como a un amo. Mientras tanto, él vivía de un modo irre-
Porque si los seres humanos con su juicio, debido a la manera en que [éste] es por naturaleza, prochable con la tranquilidad de una paz sin guerra. Y dado que toda ciudad bien legislada
pensaran que, como dice el poeta, "nada humano me es ajeno", todos culti varían el derecho de tiene una forma de gobierno, al cosmopolita necesariamente le ocurría valerse de la forma de
la misma manera. Pues la natura leza les ha dado la razón y, por ende, también la recta razón. gob ierno cosmopo lita de la que también [se valía] el cosmos entero. Ella es, en efecto, la recta
Por tanto, tamb ién [lo es] la ley, que es la recta razón en el dominio de 10 que se ordena y se razón de la naturaleza que, con un nombre muy apropiado, se llama "mandato", porque es una
prohíbe [hacer]. Y si [les ha dado] la ley, tamb ién les ha dado eLderecho. Y la razón es para ley divina en virtud de la cual se distribuyeron las conveniencias y deberes para todos.
todos; por consiguiente, también el derecho ha sido dado para todos; y Sócrates correctamente
30.9 Clemente, Strom. 4.26.172.2-3; 5.9.58.2 (SVF 3.327; 1.43)
solía maldecir al primero que separó la utilidad del derecho.
En efecto, también los estoicos llaman al universo "ciudad en sentido estricto", y dicen
30.5 Cicerón, De lego 2.9-11 que lo que hay aquí en la tierra aún no son ciudades pues, aunque así se las llame, no 10 son.
Pero, en verdad, hay que entender así que tanto éste como otros mandatos y prohibicio- La ciudad es, en efecto, algo virtuoso y el pueblo es una organización civilizada y un grupo de
nes de los pueb los tienen el poder de invitar a las [acciones] realizadas con rectitud y de apar- seres humanos administrado por la ley, tal como la Iglesia por la palabra, una ciudad inexpug-
tar de los actos incorrectos, poder que no só lo es anterior al de la época de los pueblos y las nable en la tierra, libre de tirania, una voluntad divina en la tierra como en el cielo. [ ... ]. Los
ciudadanías, sino también igual al dios que vigila y rige el cielo y la tierra. En efecto, la mente estoicos, sin embargo, tamb ién dicen que Zenón fue el primero en escribir ciertas cosas que
divina no puede ex istir sin razón ni la razón divina deja r de tener este poder que sanciona en no permiten leer fácilmente a sus discípulos, a no ser que antes hayan probado que son genui~
el dominio de lo recto y de lo malo. [ ... ] Pues había una razón, derivada de la naturaleza de nos filósofos.
las cosas, que impulsaba a actuar correctamente y apartaba del error, razón que no comienza a
ser ley en el momento en que es escrita, sino cuando nació. Pero nació al mismo tiempo que la 30.10 Cicerón, De off. 3.21-24
mente divina, por lo cual la ley verdadera y principal, apta para ordenar y prohibir, es la recta Por tanto, quitar algo a otro y que una persona aumente su conveniencia a costa de la
razón del supremo Júpiter. [ ... ] Por tanto, tal como aquella mente divina es ley suprema, así conveniencia de otro es más contrario a la naturaleza que la muerte, la pobreza, el dolor y que
también cuando está en el ser humano, es perfecta en la mente del sabio. Sin embargo, las todos los demás [males] que puedan ocurrir, ya sea a su cuerpo o a sus posesiones externas,
que de modo variado se describen por un tiempo para los pueblos tienen el nombre de ley más pues, en primer lugar, ello destruye la convivencia humana y la sociedad. En efecto, si vamos
por un favor que de hecho. Pues mediante los siguientes argumentos enseñan que toda ley que a estar de tal modo dispuestos como para que cada uno robe a alguien para su propio provecho
en sentido estricto pueda llamarse "ley" es elogiable: consta, sin duda, que las leyes se han o lo despoje, es forzoso que lo que se encuentra más de acuerdo con la naturaleza (la sociedad
inventado en vista de la salud de los ciudadanos y las ciudades, y para la seguridad y la vida del género humano) sea destruido. Tal como sería necesario que todo el cuerpo se debilitara y
pacífica y dichosa de los seres humanos . Y que los primeros que sancionaron decretos de este muriera si un miembro [del cuerpo] estuviera dispuesto a pensar que podría es tar sano si
tipo mostraron a los pueblos aquellas cosas que ellos escribirían y propondrían para aquellos atraj era hacia sí la sa lud del miembro vecino, as í también es necesario que se destruya la
con los que, adoptadas y establecidas, ellos vivirían honesta y dichosamente. Y las que así sociedad y la comunidad de Jos seres humanos si cada uno de nosotros arrebatara para sí
hubiesen sido compuestas y sanc ionadas, claramente las llamarían "leyes". mismo la conveniencias de los demás y quitara a cada uno lo que puede para su propio prove-
cho. Pues si alguien prefiere adqui rir para sí mismo y no para otro lo que concierne a la utili-
728 Capítulo 30 Política y sabiduría 729

dad de la vida, [eso] está permitido y no se opone a la naturaleza; lo que la naturaleza no sabio hará retórica y participará en política, como si la riqueza, la reputación y la salud fueran
soporta es que aumentemos nuestros poderes, recursos y medios mediante el despojo de los bienes, admite que sus argumentos son impracticables y apolíticos, y que sus doctrinas no
demás. Por cierto que esto está establecido del mi smo modo no s610 por la naturaleza, esto es, concuerdan con el uso y las acciones. Además, es doctrina de Zenón que no hay que construir
por el derecho de las naciones, sino también por las leyes de los pueblos, med iante las cuales templos a los dioses, pues un templo que no es digno de mucho tampoco es sagrado. Pero
se conservan los asuntos públicos en los Estados individuales: que no es lici to dañar a otro por ninguna obra de constructores o de obreros es digna de mucho. Sin embargo, los que elogian
causa de la propia conveniencia. Pues las leyes aspiran a esto y esto desean: que el vínculo estas cosas, como si se tratara de cosas que son correctas, celebran los mi sterios en los tem-
entre los ciudadanos se mantenga incólume, y a quienes 10 destruyen los casl'igan COll la muer- plos, suben a la Acrópolis, hacen reverencias a las estatuas, y coronan los santuarios, aunque
te, el exilio, con cadenas, con una multa. Y esto lo ejecuta en mayor medida la razón misma sean obras de constructores y obreros.
de la natura leza, que es ley divina y humana, y quien desee obedecerla (y todos los que quie- 30.14 Plutarco, De exilio 600E (SVF 1.371; LS 67H)
ren vivir según la naturaleza la obedecerán) nunca actuará para intentar tomar lo que es de Es tal como el cambio ahora presente en ti por tu considerada patria, pues, como solía
otro, ni se apropiará de aquello que ha tomado de otro. Y en verdad que es mucho más según decir Aristón, por naturaleza no hay patri a, como tampoco hay casa, campo, herrería o habita-
naturaleza la elevación y grandeza del alma, la afabi lidad, la justicia, y la liberalidad que el ción del médico, sino que cada una de estas cosas llega a ser así o, más bien así se las deno-
placer, que la vida y qu e las riquezas; no hay duda de que despreciar estas cosas y considerar- mina y llama, siempre en relación con quien reside [en la casa] y las usa .
las como nada en comparación con la utilidad común es prop io de un alma magna y elevada.
Pero quitar a otro por la propia conveniencia es más contrario a la naturaleza que la muerte, 30.15 Plutarco, SR I044F·1U45A (SVF 3.753-754; LS 67F)
que el dolor y que las demás desgracias del mismo tipo. y por cierto que en el [libro] de sus Exhortaciones, habiendo dicho que copular con ma-
dres, hijas o hermanas, comer cierta [comida], e ir desde un lecho nupcial o de un [lech01 de
30.11 Hicroclcs Elementa Ethica 11.15-21 muerte a un sitio sagrado se ha condenado sin razón, sostiene que hay que observar a las
En primer lugar, debemos considerar que somos un animal, pero sociable y que requiere bestias e inferir a partir de sus conductas que ninguna de tales [acciones1 es insólita ni contra-
de otro; es tamb ién por eso que habitamos en ciudades, pues no hay ningun ser humano que ria a la naturaleza. En efecto, en relación con estas cosas es oportuno presentar las compara-
no sea parte de una ciudad. En segundo lugar, fácilmente fo rmamos amistades, pues de haber ciones con los demás animales en contra del [enfoque según el cual] la divinidad ensucia por
comido juntos o de habemos sentado juntos en el teatro o de habemos encontrado en la misma
copular, engendrar o morir en lugares sagrados. Y, de nuevo, en el libro V de Sobre la natura-
situación surgen las amistades. leza dice que Hesíodo correcta mente prohíbe orinar en los ríos y las fuen tes, y que, aún más,
30.12 DL 7.32-34 (SVF 1.226; LS 67B) hay que abstenerse de orinar en un altar o en un santuario de un dios. Pues si los perros, los
Si n embargo, algunos de los que pertenecen al entorno de Cas io el escéptico, al censurar asnos y los niñitos lo hacen, [eso] no es contrario a la razón porque carecen de comprensión y
en muchos aspectos a Zenón, dicen, en primer lugar, que en el comienzo de su República decla- de entendimi ento de tales cosas. Por consigu iente, es insó lito decir que en aquel caso es favo-
ra que la educación convencional es inútil. En segundo lugar, que a todos los que no son virtuosos rable la consideración de los animales irracionales, pero que en este caso no es razonable.
él los llama "aborrecibles", "enemigos", "esclavos" y "extraños unos con otros", tanto a los pa- 30.16 Estobeo, Ecl. 2.96, 10-17; 102, 4-1 9; 103,9-104,9 (SVF1.587; 3.613; LS 671)
dres con respectos a sus hij os, como a los hennanos respecto de sus hermanos y a los familiares
Afirman que la leyes excelente, pues es una recta razón prescriptiva de lo que hay que
respecto de sus familiares. Y de nuevo 10 censuran porque en su República presenta como ciuda- hacer y prohibitiva de lo que no hay que hacer. Y puesto que la leyes civilizada, también el
danos, amigos, fami liares y libres solamente a los virtuosos, de donde se sigue que para los estoi- que observa la ley será civilizado, pues el hombre que observa la ley también está dispuesto a
cos los padres y los hijos son adversarios pues no son sabios. Y de modo similar en su República
seguirla y es práctico respecto de lo que está prescripto por ella. Y el intérprete de la ley es
establece como su doctrina que las mujeres son comunes, y en la línea dosc ientos [dice] que en las hombre de ley. Ningún vil, sin embargo, observa la ley ni es hombre de ley. [ ... ] Como diji-
ciudades no hay que construir temp los, tribunales de justicia o gi mnasios. Y [Zenó n] escribe así mos, dado que la leyes algo excelente, puesto que es una recta razón prescriptiva de lo que
respecto de la moneda: "no hay que creer que hay proveer moneda ni para el intercambio ni para hay que hacer y prohibitiva de lo que no hay que hacer, dicen que sólo el sab io es obediente a
viajar"; también prescribe que "varones y mujeres usen la misma ropa y que no tengan ninguna la ley, pues es práctico de lo q ue está prescripto por ella y únicamente él es su intérprete, por
parte [de su cuerpo] cubierta". Que la República es de él también lo dice Crisipo en su [tratado]
lo cual también es hombre de ley. Con los necios, en cambio, sucede lo contrario. Además,
Sobre la república. también asignan a los civilizados la autoridad fundamental y sus especies: reino, generalato,
30.13 P lutarco, SR 1034A-C (SVF 1.264; 3.698; LS 66D; 67C) a lmirantazgo, y las simi lares a éstas. Segun esto, obviamente, también sólo el excelente go-
Y por c ieno que Antípatro en su tratado Sobre fa diferencia entre Cleallles y Crisipo ha biema, aun cuando en realidad no lo haga en todos los casos; no obstante, en todas las c ir-
informado que Zenón y Cleantes no quisieron convertirse en aten ienses, no sea que crean que cunstanc ias [en que gobierna lo hace] segun su disposición. Y s610 el virtuoso está di spuesto a
son injustos con sus propias patrias. Porque si ellos [procedieron] b ien en esto, Crisipo no obedecer pues está dispuesto a seguir a l que gobierna. Ni ngUll necio, en cambio, es de esta
procedió correctamente dado que se inscribió como ciudadano; [pero] dejémoslo pasar. Sin índole, pues el necio no gobierna ni es capaz de ser gobernado, ya que es obstinado e inmane-
embargo, el conservar sus nombres para sus patrias cuando por mucho tiempo habían elimi- j able. [ ... ] También dicen que todo vi l es un exil iado, en la medida en que está privado de la
nado sus personas y sus vidas así, contiene una enorme y absurda inconsistencia. Es como si ley y de la forma de gobierno que es apropiada según naturaleza. En efecto, según dijimos, la
alguien, habiendo abandonado a su esposa, vivido y tenido relaciones sexuales con otra, y leyes algo excelente y, de un modo similar, también lo es la ciudad. También Cleantes for-
engendrado hijos con esa otra mujer no finnara un contrato de matrimonio para que no parez- muló adecuadamente el siguiente argumento sobre si la ciudad es a lgo excelente: si la ciudad
ca que es injusto con la primera [esposa]. Crisipo, de nuevo, al escribir en su retórica que el es una estructura edilicia en la que se refugian los que son capaces de dar y recibir justicia,
730 Capitulo 30 Polí tica y sabiduría 731

¿no es una ciudad sin duda algo civilizado? Pero por cierto que una ciudad es una estructura encuentran con sus escritos es apropiado a los virtuosos, así como ser condescendiente tanto
de es ta índole. La ciudad, por tanto, es algo civilizado. El término "ciudad", empero, se dice con el matrimonio como con la procreación, DO sólo en propio benefi cio sino también en el de
de tres modos: (i) según la estructura edi licia, (ii) según la estructura de seres humanos, y (iii) la patria. (También es apropiado al virtuoso] soportar, en lo que a ella respecta, padecimientos
según [la combinación de] ambos sentidos, ;.e. según los dos signi ficados en que se dice que y muerte, si la patria fuere moderada [en tales requerimientos]. Frente a éstos se encuentran
una ciudad es "civilizada"; (ii) según la estructura de seres humanos, (iii) según los dos juntos los actos vi les, como buscar el favor del pueblo, comportarse como un sofista y escribir cosas
por la referencia a los que habitan [en ella1. También afirman que todo individuo vil es rudo, nocivas para aquellos que se encuentran con ellas, actos que, precisamente, no caerían en el
pues la rudeza es la falta de famil iaridad con las costumbres y leyes de la ciudad; y todo indi- dominio de los virtuosos.
viduo vil está sujeto a tal falta de familiaridad. También es un salvaje pues se opone a la 30.20 DL 7.121-125 ;130-131 (SVF3.355; 642; 697; 757; 3 Apollodoru, 17; LS 66H; 67P;
manera acorde a la ley, y es un hombre bestial y dañino. Este mismo hombre es no domesti-
67U)
cado y tiránico, pues se encuentra dispuesto de una manera tal que lleva a cabo acciones Dicen que el sabio participa en política si nada se lo impide, según aftrma Crisipo en el libro
propias de un déspota y, lo que es más, acciones crueles, violentas y al margen de la ley,
primero de Sobre los estilos de vida, pues también enfrentará el vicio y promoverá la virtud. Y
cuando encuentra el momento oportuno. También es un desagradecido, pues no está apropia- también se casará y tendrá hijos, como dice Zerrón en la República. Además, el sabio no opinará,
damente dispuesto respecto de la retribución de gratitud ni respecto de su di stribución, por es decir no asentirá a nada que sea falso. También se comporta como un cínico, pues el cinismo es
cuanto no hace nada por el interés común, ni amigable ni desinteresadamente. un camino abreviado hacia la virtud, como dice Apolodoro en la Ética. Y según sea la
30.17 E,tobeo, Ee/. 2.111,3-9 circunstancia, incluso comerá carne humana. Y sólo el sabio es libre; los vi les, en cambio,
El sensato a veces gobernará como un rey y convivirá con un rey que exhiba no sólo una esclavos, pues la libertad es el poder de actuar por uno mismo, pero la esclavitud es privación de
buena disposición natural sino también amor al aprendi zaj e. Decíamos que tambi én es posible dicho poder. Hay también otro tipo de esclavitud, la que se da en un caso de subordinación, y una
que el sabio participe en política según la razón preferencial; pero si algo se 10 impidiere y, tercera, la de quien es propiedad de otro y es su subordinado, a la cua l se opone e l señorío, aunque
sobre todo, si no fuere a conferir beneficio alguno a su patria o si supusiere que grandes y también éste es viL Los sabios no sólo son libres sino también reyes, porque la realeza es el
arduos peligros se seguirían de la forma de gobierno, no participará en política. mando de quien no debe dar cuenta a nadie y únicamente podria darse entre los sabios, como dice
Crisipo en su tratado Sobre eómo Zenón ha hecho un uso apropiado de los nombres . Afirma, en
30.18 E,tobeo, Ee/. 2.109, 10-110, 8 (SVF 3.686; LS 67W) efecto, que el que ejerce el mando debe tener conocimiento de los bicncs y los males, pero ningún
Hay tres formas de vida preferidas: la regia, la política y, en tercer lugar, la científica. De vi l conoce esas cosas. De manera similar, los sabios son los únicos capaces de ejercer el mando, la
modo similar también hay tres fon11as preferidas de hacer dinero: la que procede de la realeza, justicia y de practicar retórica, pero ningún vil lo es. Además, se encuentran libres de error por
según la cual el sabio gobernará como un rey o tendrá abundancia de dinero monárquico. En estar libres de cometer un error. Sostienen también que están libres de daño, pues no dañan a los
segundo lugar, la que procede de la comunidad política, pues el sabio palticipará en política según demás ni a sí mismos. No son compasivos ni indulgentes con nadie; en efecto, no omiten los
la razón preferencial. En efecto, se casará y engendrará hijos, pues estas cosas son coherentes con castigos impuestos por la ley, puesto que el ceder, la compasión e incluso la benignidad misma
la naturaleza del animal racional, que es sociable y gregario. Por tanto, ganará su dinero no sólo son la insignificancia de un alma que procura bondad en relación con los castigos; y tampoco
de la comunidad política sino también de los amigos que ocupen cargos prominentes. En lo que creen que ellos (se. los castigos) sean demasiado severos. Además el sabio para nada se asombra
se refiere a ejercer como un sofista, es decir a tener abundancia de dinero a partir de tal actividad, de las cosas que parecen extraordinarias, como las cuevas de Caronte, el reflujo del mar, las
los miembros de la escuela estoica hicieron una dislinción en cuanto a su significado. Por cierto fuentes de aguas calientes y las exhalaciones de fuego. Pero también afirman que el virtuoso de
que estuvieron de acuerdo en que ganarían su dinero a partir de actividades relacionadas con la ningún modo vivirá en soledad, pues es por naturaleza sociable y una persona práctica. Por cierto
educación, y que a veces tomarían un salario de aquellos que estuvieran dispuestos a aprender. Sin aceptará el ejercicio para la resistencia del cuerpo. El sabio rezará -dicen- para pedir los bienes
embargo, entre ellos hubo una controversia respecto al significado, pues en tanto unos decían que procedentes de los dioses, según afirma Posi donio en el primer libro de Sobre los actos debidos y
"ejercer como un sofista" significaba "transmitir doctrinas filosóficas por un salario", otros, en R ecatón en el tercero de Sobre las cosas extraordinarias. También sostienen que la amistad se da
cambio, sospecharon que en "ejercer como un sofista" se encerraba algo vi l, como traficar con sólo entre los excelentes, a causa de la semejanza [que hay entre ellos] , y sostienen que ella (se. la
discursos, y afmnaban que no había que ganar d inero de la educación de las personas con las que amistad) es una comunidad de los que [comparten] un modo de vida, pues tratamos a los amigos
se encontraban, pues ese método de hacer dinero es inferior a la dignidad de la filosofia. como a nosotros mismos. Declaran que el amigo es elegible por sí mismo y que es un bien tener
30.19 Estobeo, Ee/. 2.93, 19-94, 20 (SVF 3.611) muchos amigos ; entre los viles, en cambio, no hay amistad y ninguno de los viles tiene un amigo.
También dicen que los bienes son todos comunes a los virtuosos, en la medida en que También [dice] que todos los necios están locos, pues no son prudentes sino que hacen todo según
quien beneficia a alguno de sus vecinos también se beneficia a sí mismo. Y la concordia es el su locura, que se identifica COIl su necedad. Además el sabio hace bien todas las cosas, en el
conocimiento de los bienes comunes, aquello en virtud de lo cual también todos los excelentes sentido en que también afirmamos que Ismenias interpreta bien las melodías para flauta; y todas
co ncuerdan los unos con los otros, porque coinciden en los asuntos de la vida. Los viles, en las cosas son propias de los sabios, pues la ley les ha dado un poder absoluto. Pero se dice que hay
cambio, al disentir unos con otros, son ad versari os, se inj urian entre sí y son enemigos. Y algunas cosas propias de los vi les, tal como también hay algunas cosas propias de los injustos; y
sostienen que lo justo lo es por naturaleza, no por convención. Para ellos se sigue que lo decimos en un sentido como cosas propias de la ciudad, en otro como propias de los que las
corresponde que el sabio participe en política y, sobre todo, en aquellos regímenes políticos usan. [ . ..] Puesto que hay tres estilos de vida, teórico, práctico y racional, sostienen que hay que
de una índole tal que exhiban un cierto progreso hac ia las formas de gobierno perfectas. elegir el tercero, pues la naturaleza ha producido adrede al animal racional para la teoría y la
Legislar, educar a las personas , y además escribir lo que puede benefi ciar a los que se práctica. También afirman que el sabio saldrá por sí mi smo de la vida de un modo razonable,
tanto por la patria como por los amigos, y también si se encontrara en una situación de sufrimiento
732 Capítulo 30 Política y sabiduría 733

muy severo, de mutilaciones o de enfennedades incurables. Ellos creen que entre los sabios las [naturaleza], la que también te ha producido, produce eso: quien separa su propia alma de la
mujeres deben ser comunes, de modo que aquel a quien le toque tenga trato con la que le toque, de los seres racionales -a lma que es una sola- es un fragmento de la ciudad.
según dicen Zenón en la República y Crisipo en el tratado Sobre la República, pero también 30.24 Epicteto, Diss. 2.10. 1-6
Diógenes el Cínico y Platón. Amaremos igualmente a todos los hijos como padres, y se suprimirá Examina quién eres. Ante todo, un ser humano, esto es, alguien que no tiene nada que sea
la rival idad por adulterio. Por otra parte, el mejor régimen político consiste en una combinación de superior a su arbitri o, sino que las demás cosas se subordinan a él, pero él está libre de escla-
democracia, realeza y aristocracia. En sus docninas éticas sostienen tales cosas y también más que vitud y de sujeción. Examina entonces de qué te distingues gracias a tu razón: te distingues de
éstas acompañadas de sus propias demostraciones, pero para nosotros baste con éstas, expuestas las bestias, de las cabras. A causa de eso eres un ciudadano del mundo y una parte de él, y no
en sus rasgos principales y básicos. eres una de las [partes) sirvientes, sino una de las que preceden. Pues eres capaz de compren-
30.21 Filón de Alejandria, DJ 28-32; 38-39 (SVF 3.323) der la admin istración divina y de razonar sobre 10 q ue de ellas se sigue. Ahora bien, ¿cuál es
La forma de gobierno en los demos es un apéndice de la naturaleza que impone su la profesión de un ciudadano? Carecer de cualquier ventaja propia, no deliberar sobre nada
autoridad sobre todas las cosas, pues este cosmos es una megalópolis y se va le de una sola como si se tratara de algo separado, sino como si se tratara de nuestra mano o pie que, si
forma de gobierno y de una sola ley. Es una razón que prescribe 10 que hay que hacer y tuvieran razón y comprendieran la constitución de la naturaleza, nunca tendrían un impulso o
prohíbe lo que no hay que hacer . Pero estas ciudades no sólo son ilimitadas en número en deseo de otra manera más que por referencia al todo. Es por eso que los filósofos dicen co-
cuanto a sus lugares, sino que se valen de diferentes fo rmas de gobierno y de leyes que no son rrectamente ql.le si una persona noble y buena supiera de antemano lo que va a ocurrir, traba-
las mismas, pues entre las diferentes [personas] se han descubierto y estab lecido diferentes jaríajunto con [la naturaleza], incluso en la enfermedad, la muerte y la mutilación, consciente
costumbres y legislaciones. La causa [de esto] es la ausencia de unión y de asociación no sólo de que esto está asignado por el orden del todo, y el todo es más importante que la parte, y la
de griegos con bárbaros, o de bárbaros con griegos , sino también de cada linaje en privado ciudad que el ciudadano. Pero dado que ahora no conocemos de antemano [lo que va a ocu-
con la misma fam ili a. Luego, al parecer, mientras culpan a lo que no es responsable (tal como rrir], nuestro deber es cuidar de las cosas que son naturalmente apropiadas para una selección,
oportunidades indeseadas, esterilidad de los frutos, pobreza del suelo, la situación de estar porque hemos nacido para eso.
junto al mar o en el interior de la tierra, o en una isla o en el continente, o cuantas cosas son 30.25. Epicteto, Diss. 2.15. lO-12
como éstas), se mantienen en silencio en cua nto a la verdad. Son la cod icia y desconfianza de Sin razón alguna te llevas de la vida a nuestro hombre, amigo y compañero, ciudadano de
unos con OtTOS la s razones por las cuales (los seres humanos] no se contentaron con los la misma ciudad, tanto de la ciudad grande como de la pequeña. Luego, mientras cometes un
mandatos de la naturaleza, y llamaron "leyes" a aquellas [prescripciones] que parecieron ser homicidio y destruyes una persona que no ha cometido injusticia alguna, dices que tienes que
ventajosas en común para las multitudes que es tán de acuerdo. Así, pues, es plaus ible que las pennanecer finne a causa de tus decisiones. Pero si, en cierto modo, en algún momento se te
formas de gob ierno parti culares sean más bien apéndices de la única [forma de gob ierno] que ocurrió matarme, ¿deberías permanecer firme a causa de tus decisiones?
10 es según naluf'dleza. Pues las leyes en las ciudades son apéndices de la recIa razón de la
naturaleza, y el hombre político es un apéndice de quien vive según naturaleza. [ ... ] Una casa, 30.26 Filón, Prov. 2.15,1-9
en efecto, es una ciudad compactada y abreviada, y la administración de la casa es un cierto Dios no es un tirano que practique la crueldad y la violencia, y todas las acciones que lle-
tipo de forma de gobierno condensada. Así también, una ciudad es una casa grande, y una va a cabo un déspota en su gobierno incivilizado, sino que es un rey que detenta una hege-
forma de gobierno es la administración común de la casa. Especialmente a través de esto se monía civilizada y legal, y dirige con justicia todo el universo y el cosmos. Pero para un rey
advierte que el administrador doméstico y el político son la misma persona, aunque difiera la no hay denominación más apropiada que la de "padre", pues lo que los padres son a sus hijos
cantidad y la magnitud de asuntos [que deben atender]. en las familias, eso es la ciudad a un rey y Dios al cosmos, el cual, por los preceptos inmuta-
bles de la naturaleza, está en armonía con una unión indisoluble con dos factores excelentes:
30.22 Marco Aurelio, AS/4.4 lo hegemónico y el cuidado.
Si la inteligencia es común a nosotros, también la razón, en virrud de la cua l somos ra-
cionales, es común. Y si esto [es así], también es común la razón prescriptiva de 10 que hay 30.27 Plutarco, SR 1037F-1038A (SVF 3.175)
que hacer o no hacer; y si esto [es así], también la leyes común; y si esto [es así], somos y desde luego que, al meDOS según él (se. Crisipo), el impulso del hombre es una razón
ciudadanos; y si esto [es así], participamos de una ciudadanía; y si esto (es así], el cosmos es prescriptiva de su obrar, como ha escrito en su tratado Sobre la ley. Y sin duda, la repulsión es
como una ciudad, pues ¿de qué otra ciudadanía común uno podrá dec ir que la totalidad del una razón prohibitiva y la evitación <*> una evitación razonable. Pues bien, también la pre-
género humano participa? De allí, de esta ciudad común, derivan para nosotros la intel igencia cauc ión es llila razón prohibitiva para el sabio, pues ser precavido es propio de los sabios, no
misma, la racionalidad y la legalidad, ¿o de dónde? de los viles. Ahora bien, si la raz6n del sabio es una cosa y la leyes otra, Jos sabios poseen
precaución como una razón que se encuentra en connicto con la ley; pero si la ley no es más
30.23 Marco Aurelio, AS14.29 que la razón del sabio, se descubre que la ley prohíbe a los sabios hacer aquellas cosas respec-
Si es extraño al cos mos quien ignora lo que hay en él, no menos extraño también es quien
to de las cuales están precavidos.
ignora lo que [en él] sucede. Exiliado es quien huye de la raz6n política; ciego el que cierra
sus ojos alojo inteligente; mendigo quien precisa de otro y carece en sí mismo de todo 10 que 30.28 Cicerón ND 2.154
es útil para su vida; está distanciado del cosmos quien se apa l1a y separa a sí mismo de la Me queda mostrar -para llegar a una conclusi6n- que todas las cosas que existen en este
razón de la naturaleza universal porque está descontento con lo que ocurre. En efecto, esta mundo y de las cuales se valen los hombres han sido hechas y provistas en vista de ell os. En
primer lugar, el mundo mismo fue hecho en vista de lo s dioses y los hombres, y las cosas que
734 30 Política sabiduría 735

están en él fueron provistas y descubiertas para que ellos las disfruten. Pues el mundo es hijos de sus travesuras. Pero habiendo desacreditado así los dichos de Platón, en otras partes
prácticamente como una morada común de dioses y hombres, o es como la ciudad de ambos; vuelve a elogiarlo y con frecuencia cita estos versos de Euripides: "Zeus y los dioses, que
ellos solos, en efecto, valiéndose de su razón, viven bajo el imperio del derecho y de la ley. observan nuestras congojas, existen, aun cuando alguien se burle de ellos con su palabra". Y
Por consiguiente, tal como hay que pensar que Atenas y Esparta se fundaron para los aten i en~ de manera similar, en el libro 1 de su tratado Sobre la justicia cita los siguientes versos de
ses y Jos espartanos, y con razón se dice que todas las cosas que se encuentran en estas ciuda- Hesíodo: "El Cronida les envió una enorme calamidad desde el cielo, la plaga y la hambruna a
des pertenecen a esos pueblos, así también hay que pensar que todas las cosas que se encuen- la vez; yel pueblo pereció". [Crisipo) dice que los dioses hacen estas cosas para que, cuando
tran en todo el mundo pertenecen a los dioses y a los hombres . los perversos son castigados, los demás, valiéndose de ellos como ejemplos, intenten menos
llevar a cabo una acción perversa. Y, de nuevo, en sus tratados Sobre la justicia, habiendo
30.29 Filodemo, De pietate cap. 14-15 (SVF 2.636) indicado que los que postulan el placer como un bien, no como un fin, tamb ién pueden con-
También en sus tratados Sobre la naturaleza escribe (se. Crisipo) cosas semejantes en, servar la justicia, habiéndolo postulado [así] ha dicho literalmente: " Pues si [el placer] es tal
junto con las que ya dijimos que son afines a las [afirmaciones] de Heráclito. Por cierto que vez un bien y no un fin, y si lo noble se encuentra en las cosas que son elegibles por sí mis-
también en el libro 1 sostiene que la noche es una diosa primerísima; en el JII que el cosmos mas, podríamos conservar la justicia luego de admitir que 10 noble y 10 justo son bienes más
de los seres inteligentes, co-gobernado por dioses y hombres, es uno solo, y que la guerra y grandes que el placer". Esto es 10 que dice en esos [pasajes] sobre el placer. Pero en sus trata-
Zeus son los mismo. Y en el libro V incluso propone argumentos que se refieren al hecho de dos contra Platón, cuando lo acusa de que él parece admitir la salud corno un bien, sostiene
que el cosmos es un viviente, que es no sólo racional , sino también inteligente y es dios . que no sólo la justicia, sino también la magnanimidad, la moderación y todas las demás virtu-
des son suprimidas si admitimos que sea un bien el placer, la salud o alguna de las demás
30.30 Cicerón Defin. 3.71 (SVF 3.309) cosas que no es noble. Ahora bien, lo que debe decirse a favor de Platón ya se ha escrito en
Pero el derecho, aquel que puede llamarse y denominarse así, es por naturaleza y es ajeno otra parte contra Cris ipo. Pero aquí es manifiesta su inconsistencia (re. la de Crisipo): en una
al sabio no sólo cometer una injusticia contra una persona, sino también dañarla. Por cierto parte él dice que la justicia es conservada si uno supone que el placer también es, junto con lo
q ue tampoco es correcto asociarse o unirse en una injusticia con sus amjgos o benefactores. noble, un bien, pero en otra parte ex ige que los que no admiten que só lo lo noble es bueno
Sin duda, se defiende con mucho vigor y verdad que la equidad nunca puede separarse de la destruyen la totalidad de las virtudes. [ ... ] y en sus Demostraciones sobre la justicia dice
utilidad. Cualquier cosa que es equitativa y justa, también es buena e, inversamente, cualquier literalmente: "todo acto correcto es no sólo un acto legal, sino también un acto justo; pero lo
cosa que sea buena también será justa y equitativa. que se lleva a cabo de acuerdo con la continencia, la resistencia, la prudencia o la valentía es
30.31 Cicerón, De lego 1.44-45 (SVF 3.311) un acto correcto. Por lanto, también es un acto justo". [ ... ] Puesto que Platón había dicho
Si hay un poder tan grande en las sentencias y decretos de los estúpidos que por sus su- [esto] de la injusticia: que es una discrepancia y una disens ión del alma y que no pierde su
fragios se revierte la naturaleza de las cosas, ¿por qué no ordenan que aquellas cosas que son fuerza en los mismos que la tienen, sino que lanza, enemista y perturba al perverso mismo
malas y perniciosas se las tenga por buenas y saludables? ¿O por qu~ cuando una ley puede consigo mismo, Crisipo le reprocha y le dice que hablar de cometer una injusticia contra uno
hacer un derecho de una injusticia no puede ella misma hacer un bien de un mal? Es que mismo es absurdo, pues la injusticia se da en relación con otro, no en relación con uno mismo.
nosotros por ninguna otra norma, a no ser la de la naturaleza, somos capaces de distinguir una Pero se olvida de esto y vuelve a decir en sus Demostraciones sobre la justicia que quien
ley buena de una mala. Y no es sólo la justicia y la injusticia que se distinguen por natura leza, comete inj usticia recibe una injusticia por obra de sí mismo y se comete una injusticia a sí
sino en general todos los [actos] nobles y estúpidos, pues una inteligencia común nos hace mismo cuando comete una injusticia en contra de otro, pues se ha vue lto causa de transgresión
conocer y 10 ha esbozado en nuestras mentes, que las cosas nobles se clasifican con la virtud y para sí mismo y se daña a sí mismo sin merecerlo. Lo siguiente es lo que ha dicho acerca de la
las estúpidas con los vicios. Sin embargo, considerar que estas cosas están puestas en la injusticia en sus tratados contra Pl atón, la cual se dice no respecto de uno mis mo, sino respec -
opinión, no en la naturaleza, es propio de un deménte. En efecto, ni siquiera en la llamada to de otro, "pues los individuos no son injustos ni los injustos se componen de muchos de los
"virtud del árbol O del caba llo" -en la que abusamos del nombre [virtud]- dichas cosas están que se dicen tales en un sentido opuesto, ya que la injusticia también se considera de otra
puestas en la op inión, sino en la naturaleza. Si esto es así, también las cosas nobles y las manera, como si se diera en muchos que se encuentran dispuestos de este modo respecto de sí
estúpidas deben ser discernidas por la naturaleza. En efecto, si la virtud universal fuese apro- mismos, pero [tal cosa] no se hace extensiva a uno solo, excepto en la medida en que se en-
bada por la opinión, por ella misma tamb ién serían aprobadas sus partes. Por tanto, ¿quién cuentre así dispuesto respecto de su vecino". Pero en sus Demostraciones ha propuesto argu-
juzgará al prudente y, por decirlo así, al que es inteligente, no según su propia disposición mentos del siguiente tipo en relación con el hecho de que el injusto cometa injustic ia contra si
habitual, sino por alguna cosa externa? Pues la virtud es la perfecta razón de un bien, 10 que, mismo: "la ley prohíbe que uno se vuelva co-responsable de una trasgresión; y cometer injus -
ciertamente, se encuentra en la naturaleza . Toda nobleza, por ende, se da del mismo modo . tic ia es una transgresión. Pues bien, quien se ha vuelto ca-responsable para sí mismo de come-
ter injusticia comete una trasgresión en contra de sí mismo; y el que comete una transgresión
30.32 Plutarco, SR 1040A·l041E (SVF 2.1175; 3.23; 288·289; 313) en contra de una persona también comete injusticia en su contra. Por consiguiente, quien
Directamente desde el comienzo en sus tratados Sobre ¡ajusticia contra el mismo Platón comete injusticia contra cualquiera también comete injusticia en contra de sí mismo". Y vuel-
[Cris ipo] ataca el argumento acerca de los dioses y afirma que Céfalo no aparta correctamente ve [a decir]: "Un acto inCOlTecto se encuentra entre los daños, y cualquiera que actúa incorrec-
[a los seres humanos] de la injusticia por temor a los dioses, y que [este enfoque] es fácilmen- tamente actúa incorrectamente contra sí mismo. Por tanto, cualquiera que actúa incorrecta-
te refutable y que, al proporcionar muchas distracciones y probabilidades que resisten el mente se daña a si mismo de u n modo inmerecido. Si es así, también comete injusticia contra
argumento sobre los castigos divinos, suscitan lo contrario, en la medida en que no se diferen- sí mismo". Más aún, también es así [en el siguiente argumento] : "quien es dañado por otro se
cian [de los cuentos] de Aco y Alfito, mediante los cuales las madres tratan de apartar a sus daña a si mismo, y lo hace de un modo inmerecido. Pero esto era 'cometer injus ticia'. Por lo
736 Capítulo 30 Politica y sabiduría 737

tanto, cualquiera que recibe una ¡njustica por quienqu iera que sea comete una injusticia contra nadie es más noble que otro a no ser por tener llila disposición más apta y capaz de buenas
sí mismo" . acciones. Quienes exhiben imágenes en el atrio y ponen en la entrada de sus casas los nom-
bres de su fam ilia, y los ordenan en una larga fila y los entrelazan en múltiples ramificaciones
30.33 Ateneo 561c (SVF 1.263) de un árbol genealógico, ¿no son ellos "conocidos" más que " nobles"? El mundo es un padre
Pontiano solía decir que Zenó n de Cilio creía que Eros era un dios de amistad y libertad, único de todos, y a él se reduce el primer origen de cada uno, ya sea que se trate de una posi-
que además también prepara para la concordi a, y para ninguna otra cosa. Es por eso que en su ción ilustre o de una oscura. Que no te engañen aquellos que, al hacer una reseña de sus an-
República también decía que Eros era un dios que ayudaba para la conservación de la ciudad. cestros, en cualquier parte que encuentren un nombre ilustre que falta, le endilgan el nombre
Pero a partir de lo siguiente es evidente que los que eran más ancianos que Zenón en [el ejer- de "dios". No desprecies a nadie, aunque pertenezca a aquellos cuyos nombres se han olvida-
cicio de) la fil osofía conocían a Eros como alguien venerable y que estaba lejos de ser algo do y hayan tenido un favor insignificante por parte de la fo rtuna.
innoble, razón por la cual en los gimnasios se lo consagra j unto a Hermes y Heracles, el pri-
mero presidiendo el discurso, el segundo la fu erza. Cua ndo ellos se encuentran unidos, surge 30.38 Filón, QOP 32-35 (SVF 3.357)
no sólo la amistad, sino también la concordia, a través de las cuales la más noble li bertad se Las guerras constituyen una prueba evidentísima de que los servicios no son indicios de
acrecienta para quienes van en busca de ellas. esclavitud, pues es posibl e advertir que todos los soldados hacen su propia tarea, no só lo los
que cuidan de sus panoplias, si no también quienes se echan encima, al modo de bestias de
30.34 Ateneo, 267b (SVF 3.353) carga, todo lo que se relaciona con el uso necesario y luego salen a buscar agua, leña y forraje
Al escribir en el libro n de su tratado Sobre la concordia, Crisipo afirma que "esclavo" para el ganado. Pues, ¿qué necesidad hay de hablar largamente sobre lo que [uno hace] contra
es diferente de "criado", por cuanto los libertos aún son esclavos, en tanto que quienes no han los enemigos durante las campañas militares, [actividades tales como] cavar trincheras, levan-
si do liberados de la posesión son criados. En efec to, dice [Crisipo], el criado es un esclavo tar murallas, construir trirremes o prestar un servicio a todas las tareas que corresponden a una
clasificado en el dominio de la posesión. ayuda o a todas las cosas que, con las manos y {cualqui er] otra parte del cuerpo, sean propias
30.35 E,tobeo, EcI. 2.101, 21-102, 3 (LS 60P) de un arte? Por otra parte, tamb ién hay durante la paz una guerra que no es menos relevante
Los bienes son todos comillles a los virtuosos, y los males a los viles. Es por eso también que que la que se da en el plano de las annas, la cual [los seres humanos] combaten: infamia,
quien beneficia a alguien también él mismo se beneficia, en tanto que quien daña [a alguien] pobreza, la terrible escasez de lo necesario, [guerra] por la cual, cuando se los violenta, son
también se daña a sí mi smo. Y todos los excelentes se benefician los unos a los otros, aun cuando obligados a entregarse incluso a las más serviles tareas, cavando, trabajando la tierra, ocupán-
no sean completamente amigos los llilOS de los otros, ni estén bien dispuestos ni sean bien dose de las artes manuales y sirviendo diligentemente para alimentarse. Y a menudo también
reputados ni aceptados por no conocerse ni vivir en el mismo lugar. No obstante, se enc uentran llevan cargas en medio del ágora ante los ojos de los de su misma edad, que no só lo frecuen-
dispuestos unos con otros de una manera favorable, amistosa, de aprobación y receptiva. Los taban su compañía, sino también eran efebos como ellos.
necios, en cambio, se encuentran en situaciones contrarias a ésas. 30.39 Filón QOP 37-42 (SVF 3.358-359)
30.36 Séneca, BeII. 3.22, 1-4 (SVF 3.351) y si a lguien, por advertir que algunas personas son vendidas a bajo precio por traficantes
Un esclavo, como le gusta decir a Crisipo, es un mercenario de por vida. Tal como un de esclavos, cree que son directamente esclavos, está muy errado respecto de la verdad. La
mercenario proporciona un beneficio cuando en su trabajo añade algo más que aquello para 10 venta, en efecto, no revela al comprador como amo o como esclavo al vendido, porque tam-
que se 10 arrendó, así también, cuando el amor del esclavo por su amo hace más que lo que su bién los padres pagaron un precio por sus hijos y con frecuencia los hijos por sus padres, ya
condición requería de él y en su servicio lleva a cabo algo más elevado que conferiría honor a sea en casos de piratería cuando fu eron hechos prisioneros o cuando en la guerra fueron cap-
cualquiera que hubiera nacido en una condición más fe liz y sobrepasa las esperanzas que su turados. Las leyes de la naturaleza, que son más flrmes que las de aquí, los registran como
amo [tenía en él], [lo que hizo] es un beneficio hallado dentro de la casa. ¿Es que acaso te personas libres. Pero ahora también hay algunos que, al ir más all á, llevaban consigo el as unto
parece justo que nos enojemos con ellos si hacen menos de 10 que deben, pero no les agradez- hacia la di rección opuesta y se convirtieron en amos de quien los había comprado, en vez de
camos si hacen más de lo que deben y de lo que suelen hacer? ¿Quieres saber cuándo no es esclavos. Sin duda, yo con frecuenc ia vi que j ovencitas hermosas y por naturaleza ingeniosas
un benefi cio [10 que hace un esclavo]? Cuando uno puede decir: "¿qué ocurriría si el esclavo arruinaban a quienes las habían comprado mediante dos estímulos: la belleza de su aspecto y
se hub iese rehusado {a hacerlo]? Pero cuando hace aquello que puede no hacer debe ser elo- la gracia de sus palabras. Estos {recursos] son, en efecto, maquinarias para sitiar las almas
giado el hecho de que quiso hacerlo. El beneficio y el daño son contrarios entre sí; si [el es- carentes de firmeza o estabi lidad, y todas estas máquinas más poderosas que las que se dise-
clavo] puede recibir un daño de su amo, también puede dar un beneficio a su amo. [ ... ] ¿Re- ñan para la destrucción de las murallas. Un indicio {de esto es el siguiente]: las cuidan, les
cibe un amo un benefi cio de su esclavo? No, sino un ser humano de otro ser humano. Final- imploran y es tán pendientes de ped irles favores, como si [los mismos procedieran] de la
mente, lo que estaba en su poder, 10 hizo: confirió un beneficio a su amo. Lo que uno no Fortuna o de una divinidad buena; y si son descuidadas, se desesperan. Pero si s610 recibieran
recibe de un esclavo está en su poder. ¿Pero quién es tan altivo que cree que la forruna puede una mirada propicia, bailarían contentas. Si no fu era así, también tendríamos que afirmar que
no obliga rlo a necesitar incluso de los más pequeños? es amo de los leones quien compró leones; en caso de [que dichos leones] solamente le dirij an
su mirada, el miserable de inmediato experimentará y advertirá qué difici les y feroces sobera-
30.37 Sé neca, BeIl. 3.28, 1-3 (SVF 3.349) nos compró. Pues bien, ¿y qué con eso? ¿No creemos que el sabio, gracias a su li bre e incon-
Después de tantos ejemp los, ¿hay alguna dud a de que a veces un amo recibe un beneficio movible al ma, se encuentra más libre de esclavitud que los leones y posee una fuerza mayor
de su esclavo? ¿Por qué habría de di sminuir la persona la cosa (i.e. su servicio) más que hon- que [quien], a causa de su cuerpo - que es esclavo por naturaleza- y de la extremadamente
rar la cosa misma a dicha persona? Los principios y el origen son los mismos para todos: poderosa buena tensión de su vigor podría caer en el desenfreno? Uno también podría com-
738 Capítulo 30 Política sabiduría 739

prender la libertad del virtuoso por otros medios. Ningún esclavo es verdaderamente feliz, 30.42 Plutarco Licurgo 31
pues, ¿qué puede ser más miserable que no ser dueño de nada, ni siquiera de sí mismo? Pero Por cierto que esto no era lo fundamental para Licurgo en ese momento: dejar una ciudad
el sabio al menos es feliz, mientras sobrelleva el lastre y la carga de su nobleza y bondad, en que comandara sobre muchas [otras], sino que, dado que juzgaba que la felicidad de una
la cual reside su dominio sobre todas las cosas. <Por tanto>, inequívoca y necesariamente el ciudad entera, como también [sucede] con la vida de una sola persona, depende de la virtud y
virtuoso es libre. Además, ¿quién podría decir que los amigos de Dios no son li bres? A menos la concordia consigo misma, coordinó y armonizó [todo] para que las personas, habiendo
que sea digno reconocer no sólo libertad sino también mando a Jos camaradas de los reyes, llegado a ser libres, autosuficientes y moderadas, pasaran su vida así la mayor parte del tiem-
por cuanto actúan como guardianes conjuntos y administran conjuntamente el gobierno, no po. Esta propuesta de forma de gobierno la adoptaron Platón, Diógenes, Zenón y todos los
hay que atribuir esclavitud a los [camaradas] de los dioses olímpicos, quienes, por su amor al que, habiendo intentado decir algo sobre esos asuntos, son elogiados, aunque solamente deja-
dios, al punto se vuelven amados de los dioses, pues son a su vez honrados con la misma ron palabras y discursos. Licurgo, en cambio, sacó a la luz no palabras ni discursos, sino, de
benevolencia que en verdad [dicha benevolencia] profesa, como afirman los poetas, y son no hecho, una forma de gobierno inimitable. Para quienes suponen que la mencionada disposi-
sólo gobernantes completos, sino también reyes de reyes. ción del sabio es inexistente, les mostró una ciudad entera que amaba la sabiduría y superó
adecuadamente en fama a los que alguna vez administraron una ciudad entre los griegos.
30.40 Epicteto, Diss. 1.9.1-9
Si estas cosas, que los filósofos dicen respecto del parentesco entre dios y los seres 30.43 Dión Crisóstomo, Orationes 36.23 (SVF 3.334)
humanos son ciertas, ¿q ué otra cosa queda que lo que decía Sócrates? Al que pregunta, "¿de No hay duda de que hay que llamar "forma de gobierno genuinamente feliz o ciudad" a
dónde eres?" no responderle nunca "ateniense o corintio", sino "del cosmos". Pues, ¿por qué ésta sola: a la comunidad recíproca de los dioses; y si uno también incluye todo lo que es
dices que tú mismo eres ateniense, y no que meramente eres de aquel ángulo [del cosmos] al racional, los seres humanos se cuentan junto con los dioses, tal como se dice que los niños
que tu cucrpecito fue arrojado cuando naciste? ¿O es que no es obvio que a ti mismo te llamas junto con Jos varones adultos participan de la ciudad, ya que son ciudadanos por naturaleza,
ateniense y corintio por 10 más importante, que abarca no sólo aquel ángulo exacto, sino no porque sean inteligentes y lleven a cabo acciones propias de ciudadanos, ni porque comu-
también tu casa entera y, en sentido estricto, por aquello desde donde procede el linaje de tus nitariamente participen de la ley, aunque la ignoren.
antepasados que ha desembocado en ti? Pues bien, quien haya comprendido la administración
30.44 Dión Crisóstomo, Orationes 1.42 (SVF 3.335)
del cosmos y haya entendido que la estructura más relevante, importante y que en grado sumo
Es bello, por tanto, hablar de la administración del universo, de cómo el todo mismo es
contiene todas las cosas es aquella que se compone de seres humanos y dc dios, y que de ella
no sólo feliz, sino también sabio, y de cómo siempre atraviesa una eternidad infinita de modo
han desembocado las semillas no só lo a mi padre y a mi abuelo, sino también a todo lo que ha
continuo en períodos infinitos de tiempo, en compañía de un alma buena, de una divinidad
nacido y crece sobre la tierra, y, preferentemente a los seres racionales, porque sólo ellos
buena, de providencia y de un gobierno que no sólo es el más justo sino también el mejor.
participan por naturaleza de la relación con dios , y se encuentran vinculados [a él] gracias a su
También [es bello hablar de cómo el todo] nos hace semejantes [a él], por encontrarnos orde-
razón, ¿por qué no habrá de llamarse a sí mismo "del cosmos"? ¿Por qué no "hijo de dios"?
nados por un solo mandato y una sola ley de acuerdo con una naturaleza universal, la que es
¿Por qué habrá de temer algo de lo que sucede entre los hombres? El parentesco con el César
propia de [todo] mismo y la nuestra, y por participar de la misma fonna de gobierno. Quien
o con algún otro de los que detentan un gran poder en Roma basta para garantizamos pasar la
honra y cuida dicha naturaleza universal y no lleva a cabo nada que sea contrario [a ella] es
vida con seguridad, sin desprecio y sin temer nada. Pero, tener a dios como hacedor, padre, y
una persona legal, amada por los dioses y del cosmos; en cambio, quien en lo que depende de
protector, ¿no nos librará de dolores y temores?
sí mismo la perturba, transgrede e ignora carece de ley y se encuentra apartado del cosmos, y
30.41 Dión Crisóstomo, Ora/iones 80.5-7 ello ocurre de manera semejante, ya sea que se trate de una persona llamada "privada" o de un
Pero, no obstante, aquellos no sólo decían que sufrían todo en defensa de las leyes, sino gobernante.
que ahora sostienen que la justicia reside en esas [leyes] yen cuantas cosas ellos mismos, aun
30.45 Cicerón, Defin. 3.64; 67-68 (SVF 3.333; 371)
siendo desafortunados, redactan o reciben de otras personas semejantes [a ellos mismos]. Es
Sin embargo, creen que el mundo es regido por el poder de los dioses y que el mundo es
evidente, sin embargo, que no ven ni convierten en guía de su vida a la ley que es verdadera y
como una urbe y una ciudad común de hombres y dioses, y que cada uno de nosotros es parte
autorizada. Así, pues, la ley de la naturaleza es abandonada y eclipsada entre ustedes, infeli-
de este mundo, de lo cual por natmaleza se sigue lo siguiente: que antepongamos la conve-
ces, que cuidan las tablas [en las que se la escribe], los documentos escritos, los monumentos,
niencia común a la nuestra pues, tal corno las leyes anteponen el bienestar de todos al de los
y los símbolos inservibles. Y mientras transgreden el antiguo mandato de Zeus, inspeccionan
individuos, así también el hombre bueno y sabio, que obedece las leyes y no ignora su deber
el de ésta o aquella persona para que nadie vaya a transgredirlo. Más aún, ustedes ignoran que
cívico, observa la conveniencia de todos más que la de cada uno o la suya. Y no hay que
la maldición que los atenienses establecieron respecto de las leyes de Solón en contra de
vituperar más al traidor a la patria que a quien abandona la conveniencia o bienestar comunes
qui enes intentaban destmirlas tiene más autoridad en el caso de las leyes de Zeus (pues es
a causa de su conveniencia o bienestar, de 10 cual ocurre que hay que elogiar a quien enfrente
absolutamente necesario que el que destruye dicho mandato sea deshonrado), con excepción
la muerte a favor del Estado, porque debernos amar la patria más que a nosotros mi smos. [ ... ]
de los niños y vástagos que no están incluidos [en este castigoJ, como en Atenas. Pero entre
y tal como piensan que los vínculos de los seres humanos entre ellos son los del derecho, así
los que cometen actos incorrectos, cada uno de ellos es responsable de su propia desgracia .
también [creen] que no hay vínculo alguno de derecho entre el hombre y las bestias. Crisipo,
Por tanto, yo nunca diría que quien intente conservar este [mandato] lo mejor que pueda y
en efecto, con claridad [dijo] que las demás cosas han sido producidas por causa de los seres
vigilar lo que [hace] por sí mismo es un insensato.
humanos y de los dioses, pero que éstos existen a causa de su comunidad y sociedad, de ma-
nera tal q ue pueden utilizar las bestias para su propia conveniencia sin por eso cometer injus-
140 Capítulo 30 Política sabiduría 14 1

ticia. Y dado que la naturaleza del hombre es tal que es como si intercediera un derecho civil tal como las uñas, los dientes o los cabellos- no fuera nada para nosotros, y nosotros no de-
entre él y el género humano, quien conserve dicho derecho civil será justo, y quien se aparte bemos prestarle atención ni cuidado a algo de tal índole. Es también por eso que si los trozos
de él, injusto. Pero tal como, aun cuando el teatro sea un sitio común, no obstante puede de carne son útiles, [las personas] los usarán como alimento, tal como las partes particulares,
decirse correctamente que el lugar que uno ha ocupado le pertenece, así también en la ciudad como un pie cortado: [uno] se proponía a usarlo [como alimento], y [lo mismo] con [otras
o en el mundo, aunque son comunes, el derecho no es adverso a que uno tenga lo suyo como partes] similares. Cuando [dichas partes] son inútiles, en cambio, [las personas] las dejarán de
propio. Sin embargo, puesto que vemos que el ser humano ha nacido para proteger y conser- lado luego de enterrarlas, o dejarán sus cenizas luego de quemarlas, o no pondrán más cuida-
var a los [demás] seres humanos, a partir de esta condic ión natural es coherente que el sabio do que a una uña o a los cabellos luego de haberlos desechado".
desee involucrarse en y administrar los asuntos públicos y, de manera de vivir según la natu-
30.48 Teófilo de Antioquía, Ad Autolyeum 3.5, 1-1; 3.6, 17-21 (SVF 3.750)
raleza, toma r una esposa y desear tener hijos con ella. Ni siquiera se considera que los deseos
Ahora bien, puesto que has leído mucho, ¿qué te parecieron las tesis que contienen los li-
eróticos puros sean ajenos al sabio. bros de Zenón, o las de Diógenes y de Cleantes, que enseñan la antropofagia, que los padres
30.46 E,tobeo, Ec/. 2.108, 5-28 sean cocinados por sus propios hijos y que se los coman, y que si alguien no quisiera [hacerlo]
Y el virtuoso, al ser sociable, recto, exhortativo, dispuesto para el afecto y la amistad debido o rechazara algún miembro del abominable alimento, el que no come debe ser comido?
a su sociabilidad, en la medida de lo posible está en annonía con la mayor parte de los seres Además de esto, se ha descubierto la expres ión más atea, la de Diógenes, quien enseña que los
humanos, por 10 cual también es encantador, amable y persuasivo; y, más aún, es halagador, hijos deben llevar al sacrificio a sus prop ios padres y comérselos. [ ... ] Desde Juego que Salón
atinado, oportuno, perspicaz, llano, libre de artificialidad, simple y natural. El vil, en cambio, está también legisló claramente sobre este tema, para que los hijos sean legalmente engendrados
sujeto a todo lo contrario. Muman que la ironía es propia de los viles, pues ningún hombre libre del esposo y para que no nazcan del adulterio, con el fin de que no se honre como padre al que
ni excelente ironiza; de modo simi lar también es en el caso del hablar sarcásticamente, que es no es padre y se deshonre al que en realidad es padre, por ignorar que no es padre. Las demás
ironizar con una cierta mueca. Sólo entre los sabios admiten la amistad, porque únicamente entre leyes, tanto de los romanos como de los griegos, impiden que se lleven a cabo todas las
ellos se produce una concordia relativa a las cosas de la vida; y la concordia es el conocimiento de prácticas de esta índole. ¿Por qué, entonces, Epicuro y los estoicos establecen como su doctri-
los bienes comunes, ya que es imposible que la verdadera amistad --esto es, aquella que no es na que se consuman uniones entre hermanos y uniones de pederastia, enseñanzas de las que
falsamente llamada ["amistad"]- exista sin confianza y estabi lidad. Entre los viles, en cambio, que han colmado las bibliotecas para que desde niños [las personas] aprendan uniones ilegítimas?
son desconfiados e inestables y que han adquirido creencias hostiles , no hay amistad, sino que se
30.49 Plutarco, SR 1033C-D (SVF 3.102; LS 61X)
producen ciertas uniones y vínculos diferentes que son controlados por las necesidades y
El mismo Crisipo, al menos en el libro IV de su tratado Sobre los modos de vida, piensa
op iniones exteriores. También afuman que el trato afectuoso, saludar con afecto y besar son
que la vida de ocio no es diferente de la vida placentera. Citaré sus mismas palabras : "me
propios sólo de los excelentes. Únicamente el sab io es no sólo rey, sino también regio, pero
parece que cuantos suponen que la vida de oc io especialmente concierne a los filósofos desde
ninguno de los viles, pues el gobierno regio no responde a nadie, es el más importante, y el que
el principio cometen un grave error, por cuanto conjeturan que uno debe hacer eso para [te-
está por enc ima de todas [las demás formas de gobierno].
ner] un pasatiempo o alguna otra cosa semejante a ésta y, en cierto modo, de esa manera
30.41 Sexto Empíríco, PH 3.245-249 (SVF 1.250,254,256; 3.745, 152; LS 61G) prolongan su estilo de vida entero. Sin embargo, si se lo cons idera con claridad, esto significa
Así, por ejemp lo, Zenón, el fundador de su escuela, en sus Discursos dice otras cosas si- 'p lacenteramente' , pues no nos debe pasar inadvertida su conjetura, dado que muchos clara-
milares acerca de la crianza de los niños, incluso las siguientes: "[hay que tener] relación mente dicen esto, y no pocos 10 dicen de un modo más oscuro".
carnal con mancebos no más ni menos que con los que no son mancebos, con mujeres [no
30.50 Cicerón, De off. 2.13 (LS 67 V)
más ni menos que] con varones, pues en nada difiere si se trata de mancebos o de los que no
Pero lo primero que deberá observar quien administre el Estado es que cada uno tenga lo
son mancebos, ni tampoco si se trata de mujeres o de varones, sino que lo mismo conviene y
suyo y que no se produzca a causa del Estado un menoscabo de los bienes de los privados.
es conveniente [para mancebos y los que no son mancebos, para mujeres y varones]. Pero en
Pues Filipo se condujo perniciosamente cuando fue tribuno al promulgar la ley agraria que,
lo que se refiere a la piedad para con los padres, la misma persona sostiene que, respecto de lo
sin embargo, fácilmente consintió a que cayera en desuso y en esto se comportó como una
que [se cuenta] de Yocasta y Edipo, no había nada terrib le en frotar a la [propia] madre: "si
persona extremadamente moderada. Pero al llevar a cabo muchas cosas en un sentido popular,
uno ayuda a [la madre de uno} cuando ésta se encuentra enferma y le frota con sus manos una
se condujo mal [al decir] aquell o de que " no había en la ciudad dos mil hombres que tuvieran
parte de su cuerpo, no hay nada de vergonzoso". ¿Pero era vergonzoso hacer cesar el sufri-
algo". Se trata de una afirmación gravísima que se refiere a la igualdad de los bienes; ¿qué
miento [de su madre] y darle alegría al frotarle otras partes y engendrar hijos nobles desde su
plaga puede ser más grande que ésta? Pues los Estados y las ciudades se han constituido
madre? También Crisipo concuerda con estas [sugerencias], pues así lo dice en su República:
especialmente para que las personas tengan lo suyo. Pues aunque es cierto que los hombres
"me parece que estas cosas se manejan así, tal como incluso ahora mucha gente rectamente
solían congregarse con la naturaleza como su guía, no obstante, buscaban la protección de las
acostumbra hacer, de manera tal que una madre procrea a partir de su hijo, un padre de su hija
urbes con la esperanza de que sus bienes sean custodiados .
y un hermano de una hermana". Y en los mismos escritos continuamente también introduce
entre nosotros la antropofagia; así pues, dice: "Y si de los vivientes se corta Ulla parte que sea 30.51 Cicerón, De off. 3.51-56
útil como alimento, no [tenemos que] enterrarla ni deshacernos de ella de otra manera, sino En tales asuntos, una cosa suele ser lo que le parece a Diógenes de Babilonia, destacado
consumirla, para que a partir de nuestras [partes] se genere otra parte". Y en sus tratados y riguroso estoico, y otra cosa lo que le parece a Antípatro, su discípulo, hombre agudísimo.
Sobre 'o debido literalmente dice [lo siguiente] acerca del funera l de nuestros padres: "cuando Antípatro cree que se debe revelar todo, para que nada de lo que sabe el vendedor 10 ignore el
mueren nuestros padres, debemos hacer uso de los funerales más simp les, como si el cuerpo- comprador; Diógenes [cree, en cambio,] que el vendedor debe decir los defectos en la medida
742 Capírulo 30 Política sabiduría 743

en que se encuentre decretado por el derecho civil y que las demás cosas las haga sin manejos lo van a admitir, y si su estado de salud se lo impide, tal como no botaría al mar una nave que
insidiosos y, dado que quiere vender, quiere hacerlo de una manera óptima. "Lo he transpor- se encuentra agrietada y como no se enlistaría en la milicia si se encuentra enfermo, así tam-
tado, lo he expuesto para la venta y vendo mi producto a un precio no mayor que los demás, y bién no se internará en un camino que sabe que es inmanejable. Por lo tanto, aquel que aún
quizá incluso menor cuando hay abundancia. ¿Contra quién se comete un ultraje?" Pero del disfruta de todo en completa integridad puede, antes de experimentar algunas tempestades,
otro lado se levanta el argumento de Antípatro: "¿Qué dices? Tú, dado que debes cuidar a los subsistir en completamente y confiarse permanentemente a las buenas artes y exigir un ocio
seres humanos y servir a la sociedad humana, y puesto que naciste dentro de aquella ley y de no dañado, y ser un cultor de las virtudes, que pueden ejercer incluso los más calmados.
ella tienes los principios de la naturaleza que debes obedecer y seguir para que tu utilidad sea
30.53 Séneca, De olio 3.8.1-4
la utilidad común y, contrariamente, para que la utilidad común sea tu utilidad, ¿vas a ocultar
Agrega ahora el hecho de que, por una norma de Crisipo, es lícito vivir ocioso: no digo
a los hombres la comodidad y abundancia que tendrán?" Tal vez Diógenes responderá así:
que se permita el ocio, sino que se Jo elija. Los nuestros niegan que el sabio deba acceder a un
"una cosa es ocultar, otra callar; ahora yo no te oculto nada si no te digo cuál es la naturaleza
cargo público. Pero, ¿qué interés puede tener el modo en que el sabio llegue al ocio, ya sea
de los dioses o cuál es el bien último, cosas que, si te fueran conocidas, te serían más prove-
porque el Estado no 10 tiene en cuenta o porque él mismo no tiene en cuenta el Estado? Pero
chosas que lo barato de! trigo. Pero no todo aquello que te es útil oír, es necesario que yo
siempre les fallará a quienes lo buscan desdeñosamente. Pregunto a qué Estado se integrará el
diga". "Sí, en verdad es necesario", dirá Antípatro, "si recuerdas que entre los seres humanos
sabio; ¿al de los atenienses, en el cual Sócrates es condenado y Aristóteles huye para no ser
hay una soc iedad unida por naturaleza". "Lo recuerdo", responderá Diógenes, "pero, ¿acaso
condenado, Estado en el cual la rivalidad oprime las virtudes? Me dirás que el sabio no ha de
esta sociedad es de tal tipo que nada sea propio de cada uno? Si ése fuera el caso, no debería
integrarse a este Estado. Consiguientemente, el sabio, ¿no se aproximará al Estado de los
venderse nada siquiera, sino que debería rega larse". ¿Adviertes que en todo este debate no se
cartagineses, en el que la sedición es continua y la libertad es dañina para quien es mejor, hay
dice "aunque esto es indecente, no obstante, lo haré porque es ventajoso", sino "es de tal
una absoluta vi leza de la equidad y la bondad, la crueldad con los enemigos es inhumana, e
modo ventajoso que no es indecente". Pero desde la otra parte [se dice] "no debe hacerse
incluso hostil en contra de los suyos? También escapará de este [Estado]. Si yo quisiera exa-
porque es indecente". [Si] un hombre bueno vende su casa porque descubre algunos defectos
minar a cada uno por separado, no podría encontrar ninguno que pudiera tolerar al sabio o al
en ella que los demás ignoran, [como] que sea insalubre y que [los demás] la consideren
que el sabio pudiera tolerar. Y si no se encuentra aquel Estado que nosotros imaginamos, el
salubre, que se ignore que en todas las habitaciones aparecen serpientes, que esté hecha de
ocio comienza a ser necesario para todos, porque lo único que podría preferirse al ocio no está
malos materiales y que esté arruinada, pero que, además del dueño, nadie sepa esto. Pregunto:
en ninguna parte.
si el vendedor no hubiese dicho estas cosas a los compradores y hubiese vendido su casa en
más de lo que habría pensado que se iba a vender, ¿actuó injustamente y ma l? "Sin duda", 30.54 DL 7.117 (SVF 3.448,637,646)
dice Antípatro, "¿qué otra cosa es esto sino no indicar el camino a quien se encuentra perdido También afirman que el sabio se encuentra libre de pasión, porque se encuentra libre de caer
- cosa que en Atenas se sanciona con imprecaciones públicas- y permitir que el comprador se en ella. Pero en otro sentido también el vil se encuentra libre de pasión, porque la expresión ["li-
arruine y que, debido a su error, incurra en un enorme engaño? Incluso es más que no indicar bre de pasión"] se aplica igualmente al que es rudo y rústico. El sabio también es inmune a la
e! camino, pues se trata de una persona que sabe y que induce a otro al error". Por el contra- vanidad, pues tanto ante la fama como ante la ausencia de ella se mantiene en la misma condición.
rio, Diógenes [replicará]: "¿Es que acaso te obligó a comprar quien ni siquiera te incitó a También hay otra fonna de "vanidad" que puede referirse a quien se clasifica como desconsidera-
hacerlo? Lo que no le agradaba lo puso en venta, y tú compraste 10 que te agradaba. Si los que do, que es el vil. También sostienen que todos los virtuosos son austeros porque entre ellos no
anuncian [para la venta] una casa de campo 'buena y bien construida', si razonablemente no tienen trato con el placer ni se dejan atraer hacia el placer por otras personas. [El sabio] también es
es buena ni está bien construida, no se estima que hayan engañado, mucho menos quienes no austero en otro sentido, como se llama "austero" al vino, del que se hace un uso medicinal pero no
elogiaron su casa. Pues si el comprador tiene juicio, ¿qué fraude puede haber por parte del se lo usa mucho para brindar.
vendedor? Pero si no debe garantizarse todo lo que se dice, ¿piensas que debe garantizarse
aquello que no se dice? Pero, en verdad, ¿qué hay más estúpido que el hecho de que el vende- 30.5511ierocles, en Estobeo, Ecl. 3.732, 1-733, 6
dor cuente los defectos de lo que vende? ¿Qué es tan absurdo como que el pregonero pregone Así, pues, tal como sería un estúpido quien prefiriera un solo dedo en vez de cinco, y como
por orden del dueño 'vendo una casa insalubre'?" Por consiguiente, en estos aSlliltos dudosos, es razonable [preferir] los cinco en vez de uno - pues el primero deshonra incluso el [dedo] prefe-
de una parte, se defiende la honestidad y, de otra, se habla de la utilidad, de tal modo que rido, mientras que el segundo entre los cinco también conserva uno--, de ese modo también quien
aquello que parece útil no sólo es honesto hacerlo, sino también es indecente no hacerlo. Esta quiere conservarse más a sí mismo que a su patria, además de cometer 1U1 acto ilegal, también es
es aquella disputa que con frecuencia parece haber entre lo honesto y lo útil. en otro sentido un estúpido, pues desea imposibles. En cambio, quien honra a su patria antes que a
sí mismo es no sólo un amado de los dioses, sino que además se encuentra provisto de argumen-
30.52 Séneca, De olio 3.2-4 tos. Se ha dicho, sin embargo, que aun cuando uno no se contara en el sistema y se reconocie-
Dos son las escuelas que más discrepan en este asunto: la de los epicúreos y la de los es- ra [a sí mismo] de un modo individual, debe preferir la conservación del sistema a la suya
toicos, pero ambas nos conducen al ocio por un camino diferente. Epicuro afirma: "el sabio no propia, porque la destrucción de la ciudad mostraba como inexistente la conservación del
participará de los asuntos públicos a menos que ocurra algo". Zenón afirma: "se involucrará ciudadano, como la eliminación de la mano la del dedo, en cuanto parte de la mano. En cuau-
en los asuntos públicos a menos que algo se 10 impida". Uno busca el ocio por un punto de to a estos temas, entonces, resumámoslos, porque no hay que separar lo que conviene en
partida, el otro como una consecuencia. Pero aquella causa se muestra ampliamente. Si los común de 10 [que lo hace] en un sentido individual, sino que hay que considerarlo como una y
asuntos públicos se encuentran tan corrompidos que no se puede ayudar, [es decir], si se la misma cosa. En efecto, lo que conviene a la patria es común también a cada una de las
encuentran oscurecidos por el mal, el sabio no se esforzará inútilmente ni se aplicará a ello partes ~pues el todo sin sus partes no es nada- , y lo que conviene al ciudadano también es útil
para no tener ningún beneficio. Si va a tener poca autoridad y fuerza y los asuntos públicos no
744 30 Política y sabiduría 745

a la ciudad, al menos si se lo toma como conveniente [para él] en cuanto ciudadano. En efee· nexión entre el estado cognitivo del agente virtuoso (conocimiento) y su acción. Algo similar
to , lo que es ventajoso a un coreuta en cuanto careuta también será provechoso para todo el puede decirse ahora respecto de la teoría política estoica que, al parecer, reclama como su
coro. Pues bien, si guardamos en el interior de nuestra mente este argumento en su totalidad antecedente más directo a Platón. Pero aunque la filosofia política estoica comienza como un
tendremos mucha luz en los casos particulares, de manera de no omitir en ninguna oportuni- diálogo implícito con Platón (cf. Schofield 1999b: 756), sus desarrollos van por caminos
dad nuestro deber con la patria. diferentes que, finalmente, terminan por presentar el enfoque estoico como una posición
bastante alejada del modelo platónico, o eso es lo que pretendemos mostrar. Si esto es así, uno
COMENTARlO debería pensar, una vez más, que aunque Platón siempre está en el horizonte de los estoicos,
Como Platón y Aristóteles, los estoicos también parecen haber desarrollado una refinada su modelo más relevante es Sócrates (en su versión platónica y Jenofonte), no Platón. Los
teoría política en la que los límites entre "política" y "ética" no siempre son claros o, más aún, rasgos "socráticos" de la teoría política estoica se encuentran en los aspectos cínicos que los
en la que la política y la ética son parte de una misma cosa (este enfoque está claramente estoicos incorporan a su teoría. Por extraño que parezca, el cinismo como movimiento filosó-
respaldado por muchos pasajes, pero nuestro texto 30.12 es lo suficientemente elocuente al fico siempre reclamó ser una corriente socrática; esto puede resultar un poco raro si el Sócra-
respecto: solamente pueden ser ciudadanos los "excelentes" o virtuosos). En el desarrollo de tes en el que uno habitualmente piensa es el de los diálogos tempranos de Platón. Pero incluso
este comentario regresaremos a este detalle, pero el texto indicado es bastante claro para en esos diálogos uno encuentra rasgos cínicos en el "Sócrates platónico". Crates (maestro de
mostrar que para ser un ciudadano en sentido cabal del Estado estoico uno debe ser una per- Zenón de Citio) yel cinismo en general captaron un aspecto importante de Sócrates que, aunque
sona virtuosa (para el virtuoso como quien posee la teoría y la praxis de lo que hay que hacer aparece menos enfatizado en los diálogos platónicos, no está completamente ausente de ellos.
cf. nuestro capítulo 26 y los textos 26.15 y 26.26). A diferencia de Platón y Aristóteles, sin Nuestro Sócrates, como recuerda Long, es fundamentalmente el platónico, pero para las per-
embargo, en el caso de los estoicos los límites que impone el estado fragmentario de los textos sonas de la época de Zenón o Epicuro Platón era solamente uno de los asociados renombrados
hace muy dificil tener precisiones respecto de los detalles de su teoría política. de Sócrates (cf. Long 1999: 621). Hay varios aspectos del cinismo de Sócrates que son reco-
Este comentario se divide en tres secciones: en la primera (i) discutiremos brevemente las gidos en los diálogos de Platón, tales como el modo desalineado de vestir de Sócrates o sus
conexiones entre el modelo político de Zenón y el de Platón: al menos en parte, Zenón parece actitudes poco convencionales (cf. Fdr. 229a, donde el personaje homónimo recuerda que lo
haberse inspirado en ciertos rasgos de la IloA\'tsía platónica (como Platón, Zenón escribió una habitual en Sócrates es estar siempre descalzo, lo cual recuerda el estilo desalineado de Sócra-
República, de la cual solamente conservarnos unos pocos restos textuales; cf. aquí los textos tes y "cínico"). Pero hay también tesis fi losóficas "socráticas" (tal como son testimoniadas y
30.7, 30.12, 30.20 Y 30.33. Crisipo, por su parte, escribió un tratado Sobre la República: debatidas en los diálogos platónicos y en algunos textos de Jenofonte) que constituyeron un
textos 30.12 y 30.20), aunque los rasgos cínicos del modelo estoico (como la aceptación del leitmotiv de los cínicos: todas aquellas cosas habitualmente cons ideradas corno necesarias
incesto, el canibalismo, la eliminación de los tribunales y los templos, etc.) alejan a los estoi- para la felicidad e incluso como bienes (riqueza, fama, belleza, etc.) no poseen un verdadero
cos de Platón en varios sentidos importantes. En la segunda sección (ii) nos centraremos en la valor ni son realmente necesarias para la felicidad o prosperidad vital.
noción estoica de ley y la relevancia que tiene la misma en el modelo cosmopolita estoico. En Este excurso tenía por objetivo introducir el problema de los aparentes ingredientes
este punto particular esperamos mostrar que el cosmopolitismo estoico no obedece pura y platónicos o platonizantes en la República de Zenón, además de mostrar que Zenón produce
exclusivamente a la coyuntura política reinante ni se deriva necesariamente de ella, sino que desarrollos que se apartan del modelo platónico. Nuestro texto 30.12 contiene uno de los
se explica a partir de aspectos sistemáticos que tienen que ver más bien con un enfoque filosó- informes más completos sobre las tesis generales defendidas por Zenón en su República,
fico diferente que se basa en una ontología subyacente nueva conectada con una forma de aunque, desafortunadamente, los argumentos o explicaciones de tales tesis no son comp leta-
racionalidad ajena al modelo clásico de Platón y Aristóteles . En lo que respecta al problema mente claros. Las siguientes son las tesis más importantes: (1) la educación convencional es
de la ley en particular, argumentaremos que la definición estoica canónica de ley ("la razón inútil; (2) todos aquellos que no son virtuosos son aborrecibles, enemigos, esclavos yextrafios
que prescribe lo que hay que hacer y prohíbe lo que no hay que hacer"; cf. textos 30.1, 30.2, entre sí; (3) las mujeres deben ser comunes; (4) no hay que construir templos, tribunales de
30.3,30.21,30.27 et passim) describe, más que un código lega l o una ley fundamental dentro justicia ni gimnasios, (5) la moneda debe ser eliminada; (6) hombres y mujeres deben usar la
de un código, un cierto estado disposicional: la perfecta o acabada disposición racional del misma ropa y deben exhibir su cuerpo desnudo . La tesis (3) es claramente platónica (Rep.
sabio o virtuoso estoico, esto es, la ley no es más que el alma racionalmente dispuesta, i.e. es 457C-O, aunque también el cínico Diógenes la suscribe: DL 6.72); aunque Platón no afirma
"la recta razón". En este contexto de discusión regresaremos brevemente a la tesis estoica de con tanta evidencia que la educación convencional o general es inútil , su plan de educación
la familiaridad o apropiación (oiKEícomt;) como origen de la justicia (discutida en nuestro (especialmente dirigido a los perfectos guardianes de su Estado) parece ir en una dirección
capítulo 22), de modo de hacer hincapié en el hecho de que el modelo está basado más en parecida, además de alguna otra observación de acuerdo con la cual la educación es mala y
consideraciones de tipo moral (e incluso epistemológico) que político (aun cuando probable- vergonzosa por el hecho de estar en manos de personas inexpertas (cf. Rep. 405A-B; una
mente los estoicos --como sus ilustres predecesores- habrían encontrado artificial esta distin- observación similar se hace respecto de los tribunales de justicia y del sistema jurídico en
ción). En esta sección (yen conexión con la discusión de la justicia) comentaremos los textos general, lo cual podría leerse como un adelanto de la tesis radicalizada de Zenón de eliminar
30.46,30.51 Y 30.52, en los que se presenta la posición de Crisipo y de los estoicos Diógenes los tribunales de justicia). La tesis (4) puede leerse como la versión zenoniana de la idea
de Babilonia y Antípatro de Tarso sobre la propiedad. Finalmente, (iii) comentaremos las platónica de que entre los guardianes no habrá litigios, razón por la cual pueden eliminarse los
formas de vida preferidas, el modelo estoico de forma de gobierno sana (30.18, 30.20) Y el tribunales (cf. Schofield 1999b: 757). El escéptico Casio o algunos de los de su entorno -que
modelo estoico de persona sabia, así corno la manera en que los estoicos creen que los agentes son quienes presentan este testimonio- objetan a Zenón que si solamente son ciudadanos los
morales virtuosos son los verdaderos ciudadanos del mejor Estado. virtuosos, se sigue que los padres e hijos, amigos o familiares son enemigos entre sí pues no
En los capítulos dedicados a la ética ya hemos advertido los vigorosos vínculos que los son sabios (al menos no necesariamente). Afortunadamente, algunas otras fuentes sí propor-
estoicos mantuvieron con ciertas posiciones platónicas, centradas especialmente en la co-
746 Capítulo 30 Politica y sabiduría 747

cionan algunos argumentos para fundamentar la tesis de que únicamente las personas virtuo- humanos), que serán capaces de participar de esa "comunidad recíproca" toda vcz que honren
sas son la s únicas capaces de establecer relaciones sociales en sentido propio. Las relaciones y cuiden la naturaleza uni versal y no lleven a cabo nada de lo que sea contrario a ella (textos
sociales propiamente entendidas presuponen estar en armonía con los demás seres humanos; 30.43 y 30.44), parece seguirse que únicamente habrá una ciudad justa (i.e. una comunidad
pero para que esto sea posib le, hay que disponer de una racionalidad desarrollada en un senti- política en sentido propio) cuando sus ciudadanos sean seres comp letamente racionales, es
do correceo, lo cual permitirá establecer verdaderas relaciones de amistad (qHAÍa) y concordia decir, cuando la ley "se perfecciona en la mente" y la razón del sabio (30.3 y 30.5). La pre-
(ó¡.tÓVOto). condi ciones necesarias y suficientes para la conformación de una comunidad. Debe gunta es, entonces, si la ciudad estoica es una (utópica) comunidad de sabios.
recordarse que la concordia se entiende como el conocimiento de los bienes comunes, lo cual Por otro lado, como indicamos arriba, el régimen político de Zenón incluye varios ingre-
garant izaría la inex istencia de conflictos de inlerés. Esto no significa, claro está, que, aunque dientes cínicos que, definitivamente, lo apartan del modelo platónico. Nuestros textos 30.47 y
los virtuosos se beneficien unos a otros, sean todos completamente amigos entre sí, pues 30.48 proporcionan detalles de la nOAl'r€Ía de Zenón que claramente 10 asocian con el cinis-
puede ocurrir que no vivan todos en el mismo sitio (texto 30.35); no obstante, al encontrarse mo:
dispuestos favo rable y amistosamente entre sí, tal disposición puede convertirse en garantía de (a) las relaciones sexuales que se dan entre adultos pueden ser heterosexuales u homo-
la ausencia de con fli cto. Pero solamente pueden hacer eso los virtuosos; por consiguiente, sexuales; pero además, tales relaciones pueden ser con "mancebos" (mxt01Ká) o con los que no
so lamente los virtuosos son ciudadanos del Estado estoico pues solamente ellos son capaces son mancebos; una relación sexual, creen los estoicos, no es más que el frotam iento de dos
de conformar y mantener una verdadera comunidad o asociación (Kolvrovía), en la que el cuerpos, y ello no tiene ninguna relevancia desde el punto de vista moral (M enfoque también
interés de un particular no es diferente del interés de la comunidad (como informa Ateneo en defendido por el cínico Diógenes; cf. DL. 6.72). Es también por eso que el caso del incesto
30.33, Zenón creía que Eros era un dios de amistad que preparaba para la concordia. Tal vez entre Yocasta y Edipo (o el hecho de que un padre procree a partir de su hija o una madre de
este Eros no deba entenderse en un sentido exclusivamente "erótico"; cf. texto 30.19 y Esto- su hijo) no constituye un acto censurable moralmente (además de los pasajes citados al co-
beo, Ec!. 2.66, 11-13 donde se argumenta que el amor no es un apetito ni es propio de algo mienzo de este parágrafo, véase también DL 7.188; SVF 3.744; Orígenes, c. Cel. 4.45 .16-33 ;
malo, sino una inclinac ión a hacer amistades a causa de la man ifestación de la belleza. No obstan- SVF 3.743). Ahora bien, aunque los estoicos admiten el incesto, hayal menos un testimonio
te, hay razones para pensar que las relaciones eróticas entre los miembros del Estado estoico en el que Zenón aparece rechazando el adulterio. Su argumento habría sido que para un ser
son necesarias para lograr la concordia buscada por Zenón (cf. Schofíeld 1999a). Los ingre- racional acostarse con una mujer que está legalmente casada con otro y destruir la familia de
dientes de la amistad y la concordia como condiciones de la comunidad política también Olro hombre va en contra de la sociedad (KOtvroV1K6v) y en contra de la naturaleza (napa.
pueden leerse como rasgos "platonizantes" del Estado de Zenón. A pesar de que la explica- cpúow; Orígenes, e.CeI. 7.63. 12-18 = SVF 3.729). Dicho de otro modo, el adulterio destruiría
ción de la concordia en el Platón maduro (Rep. 432A-B; PoI. 3 IlB- C) y en Zenón no es la "concordia" o "unanimidad" que debe reinar en e l Estado estoico, por eso va contra la
idéntica, e l Estado estoico como una comunidad de amigos (o de sabios) recuerda la sugeren- comunidad y es contra naturaleza. Pero si los sabios estoicos tienen (al modo platónico) las
cia platónica de que la ex istencia de grupos antagónicos amenaza la unidad del Estado: una muj eres en común, ¿cómo podría alguno de ellos cometer adulterio?
verdadera lIÓAt~, cree Platón, es aquella que constituye una unidad y no se encuentra dividida (b) El otro aspecto cínico relevante presente en Zenón es la antropofagia (cf. textos
(Rep. 422E-423A); tanto la riqueza como la pobreza en exceso son vistas como causas de enor- 30.47,30.48), un enfoque que ya aparece en Diógcnes el cínico, quien argumentaba que no es
mes males, ya que generarían la existencia de grupos con intereses antagónicos que, inevitable- sacrilego comer carne humana porque, en virtud de la recta razón (10 op80 AÓyeg) "todo está
mente, desarticularían la Midad del Estado y tenninarían por destruirlo (CL Rep. 42 ID-E). en todo y a través de todo" (návt' év lléiOl Kat OUJ,1tCXV1WV; DL. 6.73), un argumento que,
Pero los estoicos también parecen haber estado dispuestos a proporcionar un "argumento mutatis mutandis, reaparece en la sección final de nuestro texto 30.47: uno debe consumir una
cósmico" para tratar de mostrar que solamente puede haber comunidades políticas en sentido parte de alguien "para que a partir de nuestras partes se genere otra parte" (para una discusión
estricto entre personas sabias: (a) el todo en su conjunto (el universo) es feliz y sabio, posee un completa y actualizada de estos aspectos cínicos en la teoría política estoica véase ahora Sees
alma buena, es providente y tiene el mejor gobierno que también es el más justo. Se podría objetar 2004: 263 -277).
que se trata de una premisa a priori que no está suficientemente demostrada, sino que, más bien, (ii) La tesis de que hay una ley supra-positiva que opera como el estándar supremo de la
es dada por supuesta sin más. Pero los estoicos podrían ofrecer razones plausibles para mostrar moralidad, una ley que, eventualmente, podría identificarse con una ley divina, ha sido un
que si el universo es un ser vivo --como creen que lo es- que, por tanto, debe gobernarse, su modo muy atractivo de presentar la idea de la objetividad de las normas y de la corrección de
gobierno es el más justo y el mejor, pues es precisamente su gobierno el que garantiza el las acciones. Si fuera posible mostrar que hay una ley universal que subsume en sí misma la
funcionamiento de la totalidad, la cual exhibe secuencias armónicas y, por ende, "bellas" (un total idad de las leyes parciales y que es una expresión general u objetiva de 10 que es correcto
argumento de este tipo es testimoniado por Cicerón, De leg. 2.16; cf. también Aedo 1.6 = Ps. en sentido absoluto, las leyes particulares serían correctas únicamente como expresiones
Plutarco, De placitis philosophorum 879C-D; SVF 2.1009). (b) El todo nos hace semejantes parciales de la ley uni versal. Este modelo da lugar, a su vez, a la distinción entre macro y
a él porque nos encontramos ordenados por un solo mandato y una sola ley que está de microcosmos (cf. textos 30.2, 30.3, 30.21). Algunos hacen remontar esta idea a Jenofonte, un
acuerdo con la naturaleza universal, la cual corresponde a l todo y también a nosotros. Éste es escr itor que parece haber tenido una influencia importante en los estoicos (cf. Mem. 4.4.19-
un modo de hab lar de la racionalidad del universo, de la cual también nosotros partic ipamos, 20).
en la medida en que somos, además del cosmos, los llnicos seres racionales (cf. texto 30.29: Este tipo de enfoque, sin embargo, presenta muchas dificultades: algunas de ellas tienen
"el cosmos de los seres inteligentes es uno solo"). (e) Si eso es así, quien honra y cuida a la que ver con el hecho de que no se explica suficientemente cómo las leyes DO escritas (i.e. la
nattlraleza universal (de la que él mismo es parte) es bueno y legal; quien no, no (texto 30.45). ley universal, que se identifica con la ley de la naturaleza o que, como dice Cicerón, es "el
Ahora bien, si la verdadera o genuina ciudad es "[a comunidad recíproca de los dioses", y poder de la naturaleza"; cf. texto 30.3) pasaron a ser leyes divinas, ni cómo estas leyes termi-
si también hay que incluir (además de los dioses) a los demás seres racionales (los seres naron siendo leyes naturales (Striker 1996: 216-217). En contextos de discusión ético-política
748 Capitulo 30 Política y sabiduria 749

a veces se ha utilizado (y se sigue utilizando) la expres ión "ley natural" para hacer referencia un código. Es cierto, sin embargo, que en el estoicizante tratado De off de Cicerón sí se des-
a una regla o ley moral cuyo origen no debe buscarse en un legislador humano. Si uno analiza criben tipos específicos de acción que, aparentemente, son normados por la ley universal.
con cuidado la expresión y reflexiona sobre ella la misma pareciera exhibir una suerte de Cicerón menciona el robo o actuar en contra de los intereses de otro para beneliciar los pro~
contradicción en los términos, pues 10 que uno técnicamente designaría como ley pertenece pios como más contrar io a la naturaleza que la muerte, la pobreza, el dolor o cualquier otra
propiamente a la esfera de lo humano, algo que es el resultado de una elaboración intelectua l cosa que afecte a una persona o a sus bienes externos, pues ello "destruye la convivencia
y que, por tanto, no puede estar dado en la naturaleza. En este sentido la locución "ley natu- humana y la soc iedad" (texto 30.10). Pero como somos seres sociables que requieren de otros
ral" tiene un cierto carácter metafórico, pero dado que su uso es tan habitual dicho carácter se (cf. texLO 30.11), ese tipo acciones debe ser evitada. Aun cuando este tratado ciceroniano tiene
oculta con frecuencia (cf. Inwood 2003; 82-83). Cuando se habla de ley natural implícita o un indudable carácter estoico - probablemente reproduce tesis del estoico Panecio-, también
explícitamente se hace referencia al hecho de que, a diferencia de los códigos legales huma- tiene el trasfondo del derecho romano, al cual Cicerón integra la tes is estoica de la ley natural.
nos, la ley natural sería válida independientemente de los códigos legales positivos propios de Esto se ve con claridad cuando sugiere que las leyes se establecen para la protección de la
cada Estado, país o nación. El estándar supremo de 10 correcto, por tanto, habrí a que buscarlo sociedad y convivencia humana y que quienes las violan deben ser castigados con penas
en un cierto tipo de sistema lega l que trascienda cualquier sis tema positivo. El problema, apropiadas de prisión, exilio e incluso la muerte. Y que ello es así, argumenta Cicerón, lo
planteado de este modo , es, claro está, una simplificación pero expresa, en sus líneas más muestra el hecho de que eso "lo lleva a cabo mucho más la razón m isma de la naturaleza, que
generales, una idea más o menos aceptada. es ley divina y humana" (30.10). Esta afirmación indica, a nuestro juicio, que el argumento
Ahora bien, uno podría preguntarse por qué habría que llamar "ley natural" a un sistema ciceroniano está adaptando e incorporando lo que debió haber sido la posición estoica origina-
legal supra-positivo, o por qué, en caso de que dicho $istema efectivamente exista, debería ria sobre la ley natural o la naturaleza sin más como princip io normativo prioritario, pues lo
servir corno un estándar para evaluar no sólo la coherencia y corrección de cualquier código que las fuentes griegas sobre todo enfatizan es que, aunque la ley (re. la ley universal o
positivo, sino también para evaluar la corrección de las acciones individuales en cualquier común) es soberana de todas las cosas, tanto de las divinas como de las humanas (30.1), está
situac ión concreta de acción. Si ello fuera pos ible, habría que explicar cómo puede aplicarse siempre por encima de cualquier tipo de sistema jurídico particular (texto 30.7) y, consecuen-
esa legalidad universal a cada caso particu lar. Por lo demás, el caso de los estoicos puede temente, la razón o ley natural no puede ser entendida como ley humana y ley divina (tal vez
resultar paradójico porque, aun cuando es pos ible que muchos estén dispuestos a coincidir con lo que esta expresión quiere decir es que la ley humana, i .e. la ley existente en los estados
ellos en la identificac ión de la ley natural con un principio normativo que prescribe lo que es particulares, es una verdadera ley toda vez que se adapta a la ley natural universal). Aunque es
bueno siempre y en todos los casos (como por ejemplo, algunas teorías tomistas más o menos cierto que los estoicos habrían estado de acuerdo en que quien esté dispues to a obedecer la
clásicas del iusnaturalismo), es probable que no muchos de los que aceplan esa tesis estén razón de la naturaleza no cometerá el error de tratar de tener lo que no le pertenece, no es
también dispuestos a seguir a los estoicos en su aceptación de l incesto o de la antropofagia cierto que hayan identificado de ese modo la ley natural con las leyes particulares. Probable-
como prácticas que no sólo no violan la ley natura l, sino que, en ciertas circunstancias, son mente, se trata de un detalle, pero sin duda es uno muy importante pues ayuda a comprender
recomendab les (cf. texto 30.47, donde la sugerencia implícita es que, de~ ser necesario, pode- por qué es posible seguir la ley universal únicamente cuando uno está virtuosamente dispues-
mos comer los restos de nuestros propios padres). Los estoicos son quienes en la antigüedad to, sin que ello signifique conocer los códigos legales particulares de cada ciudad y sin que
postularon la existencia de una ley natural que identificaron con "la ley común o universal" (ó tales códigos sean decisivos para la conducta correcta de un ser racional. Por lo demás, aun-
vó~o~ Ó KOtVÓ~; cf. capítulo 23, texto 23.1 y aquí texto 30.22), y aunque su tesis y algunos de que Cicerón reconoce que sigue a los estoicos, también admite que lo hace tomando "de sus
sus argumentos para probarla pueden remonta rse al Sócrates de Jenofonte, fueron los estoicos fuentes a su juicio y arb itrio cuánto y cómo le parece más conveniente" (De off. 1.6).
quienes desarrollaron con más detalle y del modo más sistemático la posición que establece A pesar de que Crisipo dice que la ley preside los actos humanos y que es un canon o
como criterio último de corrección moral y como parámetro de cualquier organización huma- estándar de lo justo y lo injusto, no hay una descripción específica de qué es un acto justo o
na correcta la ley universal, que se identifica con la recta razón. Para el pasaje de Jenofonte, uno injusto en una situación concreta de acción cuando sostiene que esa leyes el patrón de lo
cf. Mem. 1.4.5-1 8 (citado y comentado por Long 1996a: 20-23; véase también la discusión de justo o de lo injusto (incluso en las definiciones canónicas de justicia, en las que se la caracte-
DeFil ippo-Mitsis, 1994: 253-255). De hecho es éste uno de los pocos textos que nos pennitir- riza como un cierto tipo de prudencia en las cosas que hay que distribuir; cf. capítulo 26, texto
Ían pensar en Sócrates como en un predecesor de la tesis estoica de que los principios de la 26.17) se evita hablar del contenido específico del acto justo, ta l como estaría formulado en
moralidad pueden derivarse de las leyes que gobiernan el mundo natural (sobre este problema una norma positiva que regule conductas específicas (como "no matar", "no robar"). Más aún,
cf. Annas 2007; Boeri 2009a). la recomendación explícita de Zenón de abolir los tribunales de justicia (texto 30.12) sugiere,
E l texto 30.1 contiene una de las definiciones estoicas canónicas de la ley como el crite- de una manera bastante explícita, que no puede tratarse de una ley en el sentido en el que
rio o estándar que, de un modo fuertemente normativo, indica lo que hay que hacer (lo nob le y entenderíamos una norma civil. Como sabemos por otros pasajes (cf. capítulo 23, texto 23.1),
lo justo) Y lo que no hay que hacer (lo vergonzoso y 10 injusto). Al leer estas líneas uno puede en la fórmul a de Crisipo la ley consiste en vivir en concordancia con la naturaleza, lo cual es
tener la fuerte tentación de pensar que de aquí se sigue que tal prescripción puede formularse el fin, que consiste en vivir tanto de acuerdo con la propia naturaleza como con la del todo, y
como un conj unto de reg las más o menos precisas y accesibles a todo ser humano (en virtud en no hacer nada de lo que la ley universal (ó VÓ)..lo~ Ó KotvÓ~) suele prohibir hacer. Esto es, la
de su naturaleza racional), normas o reglas que, enunciadas al modo de un código legal, podr- ley de la que habla el texto de Marciano (30.1) describe, más que un código legal o una ley
ían indicar qué es lo que hay que hacer en cada caso. Sin embargo, ni en éste ni en otros fundamental dentro de un código, un cierto estado dispos icional: la perfecta o acabada dispo-
pasajes similares encontramos formu lado el problema de ese modo: la ley tal como se la sición racional del sabio o virtuoso estoico, esto es, la recta razón. La ley universal a la que se
caracteriza en 30.1 y otros pasajes similares incluidos en este capitulo no debe ser entendida refieren los estoicos, entonces, no legis la al modo de un código sino que más bien prescribe
como si estuviera determinando tipos específicos de acc ión, al modo en que se determinan en cómo debe ser la disposición habitual del carácter de la persona, de modo que ésta sea virtuo-
750 Capítulo 30 Política y sabiduría 751

sao Esto, de nuevo, explica por qué Zenón pone tanto énfasis en la necesidad de abolir la amo recibe un beneficio de su esclavo lo que en realidad sucede es que un ser humano recibe
acuñac ión de moneda o los tribunales de justicia: en una sociedad constituida por personas Un beneficio de otro ser humano; cf. texto 30.36. En una dirección parecida Filón genera un
verdaderamente virtuosas nada de es to sería necesario, pues todo el mundo viviría "como hay conjunto de argumentos para mostrar que no hay act ividades, por muy serviles que parezcan,
que vivi r" según la ley natural, cuya expresión en el plano humano no es más que una vida que conviertan a qui en las lleva a cabo en esclavo; uno puede ser esclavo simpl emente por el
virtuosa (ef. 30.3 el passim). Dada la impl icación recíproca de las virtudes (i.e. quien tiene hecho de carecer de lU1 a lma firme o estable que sea fác ilmente seducida por la belleza fisica u
una virtud las tiene todas; capítu lo 26, texto 26.18), todo el mundo será justo, valiente, mode- otros encantos, soslayando así las leyes o mandatos de la naturaleza: cf. 30.38 y 30.39). Ahora
rado y prudente, con todo lo que eso implica para el correcto fu ncionamiento de una sociedad. bien, dado que " natural eza" debe entenderse no como el poder del más fuerte (como pensaban
Ahora bien, el hecho de que la ley sea soberana de todas las cosas, tanto de las divinas los sofistas), sino como el principio explicativo del orden universal, el "mundo" del que habla
como de las humanas, también sugiere que la ley de la que está hablando Crisipo puede iden- Séneca no es más que el orden subyacente, que es lo mi smo que la ley común o universal. El
tificarse con la ley universal o común, con la ley de la naturaleza, entendiendo por naturaleza argumento tiene un cierto carác ter apriorista en el sentido de que primero se establece qué es
el conjunto de lo real en la totalidad ordenada que es el mundo. Las "cosas divinas", de las lo que debería entenderse por uso correcto de la razón y luego se dice qué es lo que se adapta
que también es soberana la ley, pueden ser los cuerpos celestes, los procesos y cosas natura- a ese uso correcto. Pero, de todos modos, describe una posible estrategia para explicar por qué
les, el mundo en general y, sobre todo, el destino que, en la teoría estoica, es una secuencia de los humanos no pueden definir su conducta más prop ia a partir de las conductas que compa r-
causas por la cual "Zeus ha querido" que todo suceda en el mundo de acuerdo a sus planes ten con aquellos vivientes que no están dotados de razón. Una prueba indirecta de esto la
hasta en sus más mínimos detalles (cf. capítulo 19, textos 19.2, 19.3, 19.4 el passim). El sabio encuentran los estoicos en el hecho de que los seres humanos son los únicos que en la sca/a
estoico, cuya disposición anímica es la de la "recta razón". comprende el nexo causa l del nalllrae son capaces de actuar en contra de lo que son por naturaleza (cf. 30.2, donde se indica
destino, pues comprende el principio de causalidad universal , según el cual no sólo todos los que quien no obedece la ley huye de sí mismo; véase también 30.16 y 30.23), algo que no
fenómenos son explicados, sino también todos los acontecimientos y cosas particulares del puede hacer ningún irracional (para los modos diferentes - aunque conectados- en que se
mlU1do pueden predecirse (Diogeniano, en Eusebio, PE 4.3.1; SVF 2.939). Si la ley coincide entiende le término Aó'Y~ en el estoicismo cf. Bénatoui'l 2002).
con la recta razón y la recta razón no es más que el estado disposicional propio del sabio, se Para terminar esta sección del comentario y pasar a la parte final, quisiéramos tratar bre-
sigue que, aunque la ley presida los actos justos e injustos y prescriba lo que hay que hacer y vemente el prob lema de la ley universal y su relac ión con el cosmopolitismo. Nuestro texto
prohíba lo que no hay que hacer, no puede entendérsela como un código de normas que sean 30.7 se ha convertido en uno de los documentos fu ndamentales para sostener que los estoicos
posibles de ser individualizadas. proponían un Estado universal (para un análisis detallado del pasaje --con evaluaciones y
Séneca también va en esta dirección cuand o sostiene que la leyes una especie de fuerza resultados diferentes del rnisrne>- cf. Schofield 1999a: 104-1 11 ; Wander Waerdt 1994 : 281-
que carece de ingredientes emocionales; se trata de una fuerza capaz de castigar en los casos y 289 y. más recientemente, Sellars 2007: 12- 14). Es muy difici l, sin embargo, reconciliar este
situac iones en que se requiere, pero sin la pérdida de control y parcialidad que es propia de enfoque con otros testimonios que claramente muestran que Zenón -y probab lemente también
una persona iracunda (ir. 1.16,5-6). Lo que Séneca está enfatizando es-- el carácter que debe Crisipo- restringen la ciudadanía de ese Estado a los sabios o virtuosos (cf. la secc ión (i) de
tener la ley como expresión de la racionalidad o, más precisamente, como expres ión de una este comentario) . En este punto en particular la evidencia textual de que disponemos es bas-
recta razón, por un lado, y un estado emocional o pasiona l -que también es para los estoicos tante explícita: solamente los virtuosos son ciudadanos, pues los necios son hosti les, enemi-
una exp resión de la razón, sólo que se trata de una "razón perversa o desviada"; cf. el capítulo gos, esclavos y extraños los unos con los otros, lo cual haría imposib le la exi stenc ia de una
25 y [os textos a llí discutidos-, por el otro. Pero la ley de la que está habl ando Séneca en este comunidad política propiamente entendida (textos 30.12, 30.19 y 30.20). Zenón también
texto no es necesar iamente una norma supra-positiva, si no la ley pos itiva correcta mente for- establecía que en su Estado debía haber comunidad de mujeres y de hijos, y que eso sólo es
mu lada y aplicada. El trasfondo de esta discusión, sin embargo, parece ser que uno califica pos ible entre los sabios (3 0.20). Del contexto de éstos y otros pasajes resulta bastante evidente
como correcta una ley particular porque se ajusta a la ley universa l (cf. la misma idea en que el criterio último para decidir qui én puede ser ciudadano de la ciudad estoica y quién no
nuestro texto 30.31 ). En efecto, el hecho de que los principios y el origen sean los mismos es la poses ión de una excelencia del carácter (virtud) que permita al sujeto ser una ejemplifi-
para todos muestra que si las leyes particulares son expresiones de racionalidad y que si todos cación de la ley universal en el nivel microcósmico (cf. textos 30.3 y 30.5), Y si el sabio es el
compartimos una naturaleza racional, todos los humanos debemos ser capaces de reconocer la único que hace bien todo lo que hace (y solamente el sabio; cf. texto 30.20 y Estobeo, EcI.
racionalidad universal en las expresiones particulares de las leyes. La comunidad de origen y 2.ll3, 18-23; SVF 3.529), y si la ley co mún se identifica con la recta razón (que co incide con
de estructura racional tamb ién muestra que nadie es más noble que otro, a no ser en lo que se la disposición virtuosa del sabio), se sigue que solamente los sabi os o virtuosos estoicos están
refiere a una di sposición más recta (rectius ingenium) y más apta para las buenas artes (éste es habil itados para ser miembros de la ciudad estoica por cuanto son ellos y sólo ellos quienes
el sabio, cuya razón es recta porque su disposición aními ca es virtud; texto 30.38. Para una pueden garantizar la existencia y conservación de una verdadera comunidad.
discusión pormenorizada del tema de la esclavitud en el estoicismo - yen especial en el estoi- Esto úl timo nos permite pasar a d iscuti r brevemente lo que pensaban los estoicos sobre la
cismo de Séneca- cf. Griffin 2003: capítulo 8, sobre todo 256~262; 274-279). Correctamente propiedad. La tesis de que los bienes son comunes (a los sabios) podría hacemos sospechar
ubicado en su contexto, este pasaje explica y desarrolla la tesis estoica de que las distinciones que los estoicos suscriben un cierto "comunismo" económico, pero en el contexto de los
entre los seres humanos en función de sus t ítulos de nobleza o privil egios de cuna son com- pasajes que afirman esto es evidente que [os bienes de los que se está hablando son, más que
pletamente arb itrarias y convencionales, ya que para los estoicos lo justo lo es por naturaleza, bienes económicos, bienes morales (cr. textos 30.19, y 30.35). No obstante, si efectivamente
no por convenc ión (cf. 30.19 y DL 7.128; SVF 3.308), y como todos (incluidos los esclavos, pudiera pensarse en un Estado cosmopolita en el que, además, los únicos y verdaderos miem-
claro está) hemos nacido dotados de facultades rac ionales, todos somos igualmente capaces de bros de tal Estado fueran los sabios o virtuosos, sus bienes (morales y económicos) deberían
ejercerlas en la direcc ión correcta (Séneca incluso ha ce hincapié en el hecho de q ue cuando un ser comunes. Sin embargo, no es eso lo que informan nuestros textos 30045, 30.50 Y 30.51 ,
752 Capítulo 30 Política y sabiduría 753

donde se discute el tema de la propiedad. En el primer pasaje Cicerón atribuye el siguiente nidad política en sentido estricto si y sólo si sus miembros son sabios, así como por qué una
argumento a Crisipo: (a) entre los seres humanos hay un vínculo establecido por el derecho comunidad política en ese sentido debe ser un Estado universal en el que no haya instituciones
(ius), el cual deriva de la ley natural, pero tal vínculo no existe entre los hombres y las bestias como los tribunales de justicia, y por qué un verdadero ciudadano es un cosmopo lita o, como
(la explicación para negar dicho vínculo debe ser que la bestias carecen de razón; esta expli- también prefiere decir a veces Epicteto (y Dión Crisóstomo evocando a los estoicos), alguien
cación no se proporciona de modo explíc ito, pero parece seguirse en el contexto). (b) Todas "cósmico" o "del cosmos" (cf. textos 30.40 y 30.44; sobre el cosmopolitismo véase también
las cosas han sido producidas para los hombres y los dioses (i.e. para los seres racionales) , de 30.8,30.21,30.24 y 30.25. En 30.28 Cicerón habla del mundo como de una morada común a
modo que los humanos podemos ulili zar las bestias como deseemos sin por eso cometer un hombres y dioses, un enfoque estoico enfatizado con cierta frecuencia; cf. también textos
ultraje o una injusticia (iniuria) . Ce) Pero dado que entre los humanos hay un derecho (que es 30.4, 30.29, 30.43 Y 30.45).
expresión de la ley), quien lo conserva es justo; quien se aparta de él, injusto. (d) Ahora bien, Como ya hemos señalado, la tesis del cosmopolitismo y, asociada a ella, la de la existen-
aun cuando el Estado o la comunidad política es un dominio común (en virtud de nuestra cia de una ley natural que debe ser el parámetro de la acción moral y política tiene su origen
racionalidad común), eso no significa que no pueda haber algo que cada uno posea como en los cínicos (una discusión detallada del cosmopolitismo en la fi losofía griega se encuentra
propio. A decir verdad, el argumento se basa en una analogfa (el teatro es un lugar común, en Brown 2006). Como ya señalamos, nos interesa mostrar que el cosmopolitismo estoico no
pero cada uno puede reclamar como propio el sitio que ocupa) que no parece explicar dema- obedece pura y exclusivamente a la coyuntura política reinante ni se deriva necesariamente de
siado, pero hace la interesante sugerencia de que hay intereses propios o privados que no son ella, sino que se explica a partir de aspectos sistemáticos que tienen que ver más bien con un
adversos ni se oponen al interés común, razón por la cual no es contrario a la comunidad enfoque filosófico diferente y una concepción de racionalidad diferente de la platónico-
política la existencia de propiedad privada. La sugerencia parece ser que uno puede tener aristotélica. A veces se ha sugerido que el cosmopolitismo estoico no fue más que la traduc-
bienes privados pero su existencia y adquisición no pueden ir en contra de los intereses comu- ción filosófica del estado de cosas existente tras la desaparición de la 1tÓAV; griega clásica.
nes . Algo diferente es lo que encontramos en los textos 30.50 y 30.51. El primer pasaje sim- Con la llegada del imperio macedónico la 1t6Al~ definitivamente termina transformándose en
plemente advierte que quien administre el Estado debe garantizar la existencia de bienes KOcr~Ó7tOAli;, y ahora la ciudad en sentido estricto es el universo o la "tierra habitada" (C le-

privados; el segundo pasaje, en cambio, proporciona una detallada discusión entre Diógenes mente, Strom. 5.14, 127; 6.6.48: OiKOU).LÉvl1; cf. también nuestro texto 30.9). Pero la teoría que
de Babilonia y Antípatro de Tarso respecto de la propiedad y de la actitud que debe tener subyace a la idea de la unidad racional que nos reúne a todos los humanos (textos 30.22,
quien ponga a la venta un bien: según Antípatro (llamaremos a esta posición A), el vendedor 30.23, 30.24) no tiene su fundamento en la mera coyuntura política reinante. Tiene que ver,
debe revelar al comprador absolutamente todos los detalles respecto del objeto que pone a la más bien, con una visión nueva de racionalidad --que, obviamente, también se manifiesta en
venta. De acuerdo con Diógenes, en cambio, (posición B), el vendedor debe ajustarse al dere- una cosmovisión ético-política diferente~ que postula la tesis, extraña a los pensadores del
cho civil y declarar solamente los defectos del objeto en la medida en que dicho derecho se lo período clásico, de que a tal punto está todo el universo penetrado de razón que no hay nada
exige. Dicho de otro modo, a diferencia de A, la posición B declara que omitir cierta informa- que no sea una expresión de la razón universal que se difunde por la totalidad de lo real. Se
ción no constituye ningún ultraje en contra del comprador. La tesis A parece más acorde a los trata, corno sabernos, de una tesis bien desarrollada en sede física (cf. nuestro capítulo 12 y los
postulados más fundamentales del estoicismo cuando argumenta que, si el objetivo fundamen- textos allí discutidos) por los estoicos pero que, claramente, tiene su contraparte en la ética y
tal es cuidar a todos los seres hlUllanos, de manera que la propia utilidad no esté reñida con la la política. También puede entenderse en qué sentido el alcance de la posición estoica va más
utilidad común, el vendedor debe revelar no sólo las virtudes, sino también los vicios o defec- allá de la coyuntura polftica cuando se considera la opinión estoica de que todos los seres
tos del objeto puesto a la venta. El enfoque A parece poner cierto énfas is en el hecho de que humanos son iguales en la medida en que la justicia 10 es por naturaleza y se deriva de la
obrar por omisión puede calificar como un acto incorrecto moral y políticamente, de modo familiaridad o apropiación en su fase altruista en la que el núcleo es el autointerés pero inte-
que la distinción entre "ocultar" y "callar" invocada por B no sería apropiada, toda vez que ya grado en un interés por los demás (cf. capítulo 22). Esto se ve con cierta claridad si se tiene a
sea que se oculte o se calle, si eso resulta en un daño para un semejante, constiruye un mal que la vista el trasfondo de la tesis estoica de la ley natural--que se identifica con la razón univer-
está reñido con la comunidad política. En todo caso, esta discusión muestra que ni Antípatro sal~, un principio común del que todos los humanos somos por naturaleza capaces de partici-
ni Diógenes parecen haber pensado que podía instrumentarse en la realidad - al menos no del par (textos 30.4, 30.22, 30.44).
mismo modo en que se la formula- la tesis de la comunidad de sabios. Si ése fuera el caso, ni (iü) En la antigüedad tardía fue tan conocida como criticada la tesis estoica de que hay sólo
Antípatro debería estar preocupado por exigir al vendedor que revelara todos los defectos del dos clases de seres humanos: por lllllado, la de los sabios (cro<pol), virtuosos (cmOUOCllOl), civiliza-
producto a la venta ni Diógenes estarlo por "callar" esos mismos defectos. No obstante, que es dos (cl<TIE10l), prudentes (rppÓVt~Ol; cf. texto 30.17) y, por el otro, la de los viles o ruines (<paÜA.Ol;
posible la amistad y concordia entre los seres humanos es un desideratum al cual ningún Estobeo, Ecl. 2.99, 3-12). En tanto los sabios hacen uso de las virtudes durante toda su vida, los
estoico estaría dispuesto a renunciar; como informa nuestro texto 30.43, es un ideal que el viles, en cambio, hacen uso de los vicios durante toda su vida. Esto implica que los sabios ac-
espartano Licurgo fue probablemente capaz de concretar y si hemos de confiar en este testi- tuarán siempre con corrección, es decir, su conducta es siempre virtuosa. Esta división terminante
monio, es un ideal que Zenón y otros persiguieron imitando al espartano. entre sabio y vil es completamente compatible con la tesis de la inexistencia de un estado dispos i-
Como señalamos en la sección (i) de este comentario, 10 único que nos posiciona en un cional intennedio entre virtud y vicio (cf. capítulo 26 y los textos allf discutidos). La descripción
plano superior respecto de nuestros congéneres es tener un carácter virtuoso (cf. Séneca en el del sabio como aquél que hace uso de las virtudes durante toda su vida dio a los estoicos antiguos
texto 30.37). Los requisitos extremadamente exigentes que hay que tener para ser un sabio la mala reputación de tratar de fundamentar una ética y una política absolutamente impracticables:
e§toico (cf. infra sección {HiD ayudan a comprender la relevancia del tema de la amistad y, de hecho, el sabio estoico (con sus características de infalibilidad - ya que es incapaz de hacer
más precisamente, de la "concordia" o "unanimidad" (ó~óvOta) como una precondición para falsas suposiciones- , perfección racional ~su acción es siempre virtuosa- , absoluta coherencia-en
la conformación y estabilidad del Estado estoico; también explican por qué habrá una comu- él se da la perfecta ó~oAoy{a o coherencia con la naturaleza~ y el hecho de hacer bien todo lo que
754 Capítulo 30 Política y sabiduría 755

hace) es alguien extremadamente raro (Estobeo, Ecl. 2.100, 2; 11 2, 1-5). Plutarco ironiza que ni uno como persona deje de ser tal, y dado que la virtud es entendida como una disposición que
siquiera Cris ipo se ve a sí mi smo como un excelente, ni a ninguno de sus conocidos o maestros, se ejercita, la propia vida carecerá de valor si uno se ve privado de la posibilidad de ejercer la
de modo que uno debería preguntarse qué cabe esperar de los demás hombres (SR 1048E; SVF propi a vi rtud. En ese caso y sólo en ése, el suicidio se torna una posibilidad completamente
3.662 y 668. Véase también Séneca, Ep. 42.1 Y capítulo 26, texto 26.35; Sexto Empíri co, raciona l y jus tificada (Clemente parece ir en esta dirección; cf. Strom. 4.6, citado por Annas
(cap ítulo 17, tex to 17.2) y, especialmente, AM7.433, donde irónicamente dice que los mismos 1993: 409, n.82). Si esto así, puede verse con claridad por qué el sui cidio es una prerrogativa
estoicos Zenón, Cleantes y Crisipo se contaban a sí mi smos entre los viles, no entre los sa- exclusiva del sabio: dadas las cualidades en extremo negativas que caracterizan al vi l, es
bios). Probablemente teniendo a la vista estas objeciones el estoico Panecia intentó hacer más imposible que éste se sui cide como el resultado de una reflexión meditada. Esto, desde luego,
humana y practicable la ética estoica y humanizar la figura del sabio al observar que pasamos la no impide que el vil se suicide pero su acto no será una expresión de racionalidad (una versión
mayor parte de nuestras vidas no en compañía de personas perfectas y verdaderamente sabias (en levemente modificada del suicidio es toico se encuentra en Cicerón, Defin. 3.60).
el sentido estoico ortodoxo), sino de personas que muestran rasgos propios de un virtuoso (pane- Como vimos antes, aunque "idea lmente" el Estad o estoico constituye (como toda teoría
cio, citado por Cicerón, De off 1.46). política) un desiderarum que es irrea lizable en los mismos términos en que se lo describe en el
Como indicamos hacc un momento (yen el capítulo 6, texto 6.6), hay también otras carac- discurso (cf. Platón, Rep . 5), los estoicos también parecen haber considerado la circunstancia
terísticas del sabio que involucran cuestiones de tipo epistemológico. Tambi én hemos visto al de que haya sabios y no sabios convi viendo en ciudades que, aun sin serlo en sentido estricto,
tratar la cuestión de la virtud qllC ella es una fonna de conocimiento y una habilidad. Y si el sabio lo son en un sentido amp lio. Si bien pensaron que corresponde que el sabio participe en polfü-
es el único virtuoso en sentido estricto, también debe ser el único que tenga un conocimiento, ca y, sobre todo, en aquellos regímenes políticos de una índole tal que exhiban un cierto pro-
teórico y práctico, de 10 que hay que hacer. El hecho de que el sabio tenga ese conocimiento greso hacia las fornlas de gobierno perfectas - tales formas de gobierno se identifican con la
exp lica que nunca dé asentimiento a nada no cognitivo (cf. capítulo 7, textos 7.7 y 7.8) ni haga monarquía, régimen en el que qu ien gobierna no debe dar cuenta a nadie pues el gobernante
una suposic ión falsa, por lo cual tampoco opinará. Seguramente, las potentes ventajas cognitivas por derecho propio ejerce el mando por tener conocimiento de los bienes y los males-, también
del sabio estoico no pueden ser ignoradas; entre otras cosas le permüen no ser UD individuo preci- admitieron que si algo le impidiera participar en política "según la razón preferencial" y, sobre
pitado (cf. capítulo 24, texto 24.11). Otro aspecto relevante del sabio estoico es que carece de todo, si no fuera a conferir beneficio alguno a su patria o si supusiera que grandes y arduos peli-
pasiones o estados emocionales (es un ¿ma8~~; cf. texto 30.54), aunque posee emociones o pasio- gros se seguirían de la fonna de gobierno, no participará en política (cf. textos 30.20, 30.52 Y
nes correctas (eúTCá8mat; cf. capítulo 25, texto 25.23). 30.53. Como es claro en el contexto, el monarca en el que piensan los estoicos es un sabio, lo
Como el perfecto guardián platónico, el sabio es toi co es sociable y está dispuesto para el cua l hipotéticamente garantizaría que el rey no se convirtiera en un déspota). En el mismo
afecto y la amistad debido a su sociabilidad y, en la medida de sus pos ibi lidades, estará en texto 30.20 (hacia el final) se sugiere un régimen político mixto (de democracia, realeza y
armonía con la mayor parte de los seres humanos (texto 30.46). Siendo esto así, la amistad se aristocracia), un rasgo que, según algunos intérpretes (Schofield 1999b: 744), sería tentador
dará sólo entre los sabios porq ue solamente entre ellos se produce "concordia" . La s uniones conectar con la atención que los estoicos Esfera y Perseo prestaban al régimen político espar-
de los vi les, en cambio, (es dec ir, todos los que no son sabios estoicos, que es la condición tano (cf. 30.42). E s probable que la aristocracia que sería parte de ese régimen comb inado se
habirua l de prácticamente toda la humanidad) no pueden ll amarse "ami stosas", sino que son pareciera en algo a la platónica, es decir, una aristocracia entendida en el sentido del "gobier-
más bien vínculos circunstanciales regulados por la necesidad (éste es un argumento adicional no de los mejores" , siendo los mejores aquellos que lo son en virtud. Más dificil es saber en
para comprender por qué solamente puede haber una comunidad política en sentido propio qué habría consistido la democracia en la co nstitución mixta estoica. De los tres modos de vida
entre los sabios. Sobre este debatido tema véase las observaciones de Sehofield 1999a: 26-28, distinguidos por los estoicos - teórico, práctico y racional-, el tercero es el que debe ser elegido,
quien defiende una lectura en la que la " comunidad idea l" de Zenón se explica en razón del aunque por " modo de vida racional" entienden un modo de vida que abarca tanto la teoría como
grado de concordia alcanzado en ella a través de la virtud de sus ciudadanos. la praxis y, probablemente, no está muy lejos de lo que Crisipo llamaba "vida de ocio" (cf. texto
Una cuestión importante, que precisa ser discutida brevemente en relación con el sabio es 30.49: Ó crxoAaOttKOC; ~íoC;). En opinión de los estoicos, la razón fundamental para ejercer la
la del suicid io. En nuestro texto 30.20 se dice que el sabio saldrá por si mismo de la vida " de actividad teórica es comprender la naturaleza, de acuerdo con la cual hay que vivir (cf. capítu-
un modo razonab le", y las razones para hacerlo son la patria, los amigos, o una situación de lo 23, textos 23.1 y 23.3). El modo de vida preferible es e l racional, pues los animales racio-
sufrimiento extremo (como una enfermedad incurable). En el resumen de Estobeo no hay má s nales hemos sido hechos para la teoría y la praxis por obra de la naturaleza (texto 30.19).
que una breve mención al tema, en la cual sólo se señala que a veces o bajo ciertas circuns- Corno puede verse una vez más, aunque los ingredientes platónicos y aristotélicos de la
tancias el sabio puede optar por "una salida de la vida", un acto que pued e volverse apropiado política estoica -que solamente puede entenderse asociada a su ética y a su modelo de persona
de muc has maneras (Ka8I1Kóvno<; <")'íyvEo9m> Kanl noUou~ tpónou~; EcI. 2. 110, 9- 11). sab ia- se encuentran en el trasfondo de la teoría política estoica, la misma debe entenderse a
Como ha señalado Ri st (1980: 240-24 1), en este texto la cxpresión "a veces" (non:) es un luz de la ontología corporeís ta y del modelo holista que argumenta a favor de cada uno de
poco confusa porque parece poder aplicarse tanto al sabio como al vi l. Pero como el mismo nosotros y de la ciudad como expres iones microcósmicas de la razón universal y del cosmos
Rist reconoce, el vi l es incapaz de fonn ular una justificación racional de su eventual decisión universal que se erige como parámetro de organizac ión apropi ada.
de su icidarse, de modo q ue si decidiera hacerl o su decisión nunca podría ser un acto rac ional.
A hora bien, el problema presentado de esta manera parece compro meter a los estoicos a
contradecirse pues, como dicen con frecuencia, cosas ta les como enfermedad, pobreza, falta
de reputación etc. son sólo indiferentes, "algas" que no contribuyen ni para la infelicidad ni,
ciertamente, para la felicidad. Lo que los estoicos deben haber quer ido decir es que no cual-
quier tipo de en fermedad o de pobreza j ustific a sin más el suicidio, sino aquél que haga que
Política y sabiduría 757

uis, ea meos ratioque prudentis , ea iuris atque iniuriae regula. Sed quoniam in populari
Textos Anotados 10 ratione ornnis nostra uersatur oratio, populariter interdwn loqui necesse erit, et appellare
Política y sabiduría eam legem, quac scripta sancit quod uult aut iubendo <aut prohibendo>, ut uu lgus
appelat. Constituendi uero iuris ab illa summa lege capiamus exordium, quae, saeclis
omnibus, ante nata est quam scripta lex ulla aut quam omnino eiuitas constituta.
1 2 2
3 perfecta Vahlen : confecta V 5 <a> Tumebus 6 delectus H : dctectus A1B : intellectus A B : di-
30.1 Marciano, Illstilllciolles J (SVF 3.314; LS 67R) lectus Müller 7 qua sit ita AB JI aut vetando Baiter, Vahlen, Müller 12 appelaret -it V : appelat C,
Ó v6~o, .áVTOlV Eorl paOtAE", Stephanus J3 communibus V : omnibus Ascensius
Oeírov TE; Kal avepomívrov 1Ipay~árúJv ' OEt oc at)'tC)V npo<Jtá- I Igitur doctissimis uiris . . a lege Se refiere a Platón, Aristóteles y los estoicos.
tT]v te stVQl toov KaA.&v Kat1"rov aiOXp&v Ka! apxovta KCtt 4 arbitrantur prudentiam esse legem Sin duda, se trata de una tesis típicamente estoica. Cf. la definición
~yqJ.6va, Kul KCHU rouro Kav6va TE etvOl 81KOtroV Kat &SlKOOV estoica de "prudencia": "Prudencia (q¡PÓYl1cn9 es un conocimiento de lo que hay que hacer, de lo que no hay
5 Kal tOOV qrúcrEl 7tOAlttKIDV Z41rov npoCITaK'nKov lleV ffiv 7tOl'ltéov, que hacer y de lo que no es ni lo uno ni lo arra, o es un conocimiento de las cosas buenas, de las cosas malas y
O:7toyopeuwdw O€ rov o,) lIOtrrtÉOv. de las cosas que no son ni buenas ni malas, que son propias del animal por naturaleza político" (Estobeo, Eci.
2.59, 4-6 = texto 26.26 de nuestro capitulo 26). La leyes prudencia porque el contenido de la ley y el de la
1-2 Ó v6)lo~ lláv'tcov ca"eI paO"¡),gu~ 9drov TI> Kal uv9pom(vcov npanlúrwv Cf. [Píndaro], Fr. 169 (ed. prudencia es el mismo.
Snell): "la ley, rey de todos, tanto de mortales como de inmortales" (citado por Platón, Gor. 4848). 8-9 Ea est enim naturae uis, ea ruens ratioque prudentis Este tipo de pasaje sugiere que la ley (univer-
5-6 1tPOO"tQK1"IKOV )lEV OOV 1tOlllTtOV, o.1tcryopeunKOv oE ffiv ou 1tOlllTÉOV Ésta definición canóni ca de ley sal) no es diferente de la recta razón del sabio o "prudente". Para una discusión detallada de este enfoque
se repite en varios testimonios (tanto latinos como griegos; cf. aquí, entre otros, textos 30.3 y 30.16). cf. nuestro comentario a este capítulo.
30.2 Cicer ón, De re publica 3.33 (SVF 3.325; LS 67S) 30.4 Cicerón, De lego 1.22-23; 32-33
Est quidem vera lex recta ratio naturae congruens, diffusa in omnes, constaos, Non faciam longius. Huc enim pertinet: animal hoc prouidum, sagax, multiplex , acutum,
sempiterna, quae vocet ad officum iubendo, vetando a fraude deterreat; quae tamen memor, plenum rationis et consilii, quem uocamus hominem, praeclara quadam
neque probos frustra iubet aut vetat nec improbos iubendo auLvetando movet. Huie lcgi condicione generatum esse a supremo deo. Solwn est enim ex tot animantium generibus
nec obrogari fas est neque derogari ex hae aliquid licet neque tota abrogari potest, nee atque naturis parriceps rationis et cogitationis, quom cetera sint omnia expertia. Quid est
5 vero aut per senalum aut per populum solvi hac lege possumus, neque est quaerendus 5 autem, non dicam in homine, sed in omni eaeJo atque terra, ratione diuinius? Quae quom
explanator aut interpres eius a lius, nee erit alia lex Romae, alia Athenis, alia nunc, alia adole uit atque perfecta est, nominatur rite sapientia. [23J Est igitur, quoniam nihil est
posthac, sed el omnes gentes et omni tempore una lex et sempiterna et immutabilis ratione melius, eaque <est> et in homine et in deo, prima homini curo deo rationis
continebit, unusque erit cornmunis quasi magister el imperator omnium deus, ille legis societas. Inter quos autern ratio, ínter eosdem eliam recta ratio commums est: quae cum
huius inventor, disceptator, lator; cui non parebit, ipse se fugiet ac naturam hom ini s sit lex, lege quoque consociati homines cum dis putandi sumus. [oter quos porro est
10 aspematus hoc ipso luet máx imas paenas, etiamsi cetera suppl.lieia, qllae putantur, 10 communio legis, inter eos cornmunio iuds est. Quibus autem haec sunt ínter eos
affug ieri t [. ..l. co mmunia, ei ciuitatis eiusdem habendi sunt. Si uero isdem imperii s et potestatibus
Este pasaje de Cicerón es citado casi textualmente por Lactancia, instituciones divinas 6.8, 6-9. parent, multo ¡am magis parent hujc caelesti discripti oni mentique diuinae et praepotenti
deo, ut iam uniuersus hic mundus una ciuitas commllnis deorum atque hominurn sit
8-9 imperator omnium deus, ille legis huius inventor A veces se hace notar que Cicerón (y también
existirnanda. [ . .. J [32J Quibus ex rebus cum omne genus hominum sociatum inter se esse
Filón; cf. De vita Mosis 2.48: "el padre y hacedor del cosmos es en verdad su legislador") distingue a dios
de la ley, apartándose de ese modo del enfoque estoico que identifica a dios con la ley y la razón (cf. 15 intellegatur, illud extremum est, quod recte uiuendi ratio <omnis> meliores efficit. Quae
Horsley 1978: 42). Pero la idea de que dios (o Zeus) dirige todo con la (o su) ley aparece ya en Cleantes, si adprobatis, pergam ad reliqua; sin quid requiritis, id explicemus prius. [ ... ]
Himno a Zeus, v. 2 (cf. capítulo 17, texto 17.2). Además, aunque en el v. 12 del Himno Zeus también [33] Sequitur igitur ad participandwn aliurn <ab> alio comrnunieandumque inter omnes
parece ser di ferente de la "razón universal" (KOIV&;; A6yru; : "con él [i.e. con el rayo] con él mantienes recta ius <n>os natura esse factos. Atque hoc in omni hac disputatione sic intellegi uolo, <j us>
la razón común ... "), hacia el final del texto Cleantes indica que no hay mayor privilegio (ni para los quo<m> dicam natura esse; tantam autem esse corruptelam malae consuetudinis, ut ab ea
mortales ni para los dioses) que "cantar siempre himnos con justic ia a la ley universal" (vv. 38-39), donde
20 tarnquam igniculi exstinguantur a natura dati, exorianturque et eonfmnentur uitia
"ley universal" debe ser 10 mismo que el dios cósmico (sobre estos versos finales del Himno cf. Tbom
2005: 142; 156-163). contraria. Quodsi, quo modo est natura, sic iudicio homines 'humani, ut ait poeta, nihi l a
se alienum putarent', coleretur jus aeque ab omnibus. Quibus enim ratio <a> natura data
30.3 Cicerón, De lego 1.18-19 est, isdem etiam recta ratio data est; ergo et lex, quae est recta ratio in iubendo el
Igitur doclissimis uiris proficisci placuit a lege, haud scio an recte, s i modo, ut ídem uetando; si lex, ius quoque; et omnibus ralio. lus igitur datum est omnibus, recteque
defi niunt, lex est ratio surnma, ínsita in natura, quae iubel ea quae facienda sunt, 25 Socrates exseerari eum solebat qui primus utiJitatcm a < jure> seiunxi sset;
prohibetque contraria. Eadem ratio, cwn est in hominis mente confirmata et <per>fecta,
7 est add. Madvig 8 et communis V 11 ei Bake: et V, Vahlcn 12 etiam magis dett: 13-14 sit existi-
lex est. [19J llague arbitrantur prudentiam esse legem, cuius ea uis sit, lit recte [acere manda Ziegler: existimanda sit Tumebus 15 omnis Reifferscheid, D'Ors : hommes Halm I bea-
5 iubeat, uetet dclinquere, earnque rem illi Graeco putant nomine V6~lOV <a> suum cuique liares coni. Ziegler 17 cum Huschke, Ziegler : ab O'Oes 18 ius nos Davisius, D'Ors : iustos V I ius
tribuendo appellatam, ego nostro a Jegendo. Nam ut illi aequilatis, sic nos delectus uim in add. Pcarce 22 a om. AB 25 a iure Davisius : naturae V
lege ponimus, et proprium tamen utrumque legis est. QlIod si ita recte dicitur, ut mihi
quidem plerumque uideri solet, a lege ducendum est iuri s exordium. Ea est enim naturae
758 Capítulo 30 Politica y sabiduría 759

4·5 Quid est autem, non dicam in homine . ralione dillinius De acuerdo con el testimonio del propio,
éste era un argumento de Crisipo (cf. ND 2.16) . 6 v61lÚ) codd. : vOW9 Helmbold
21·22 Terencio, Heauton Timoroumenos 77; cr. Séneca, Ep. 95 .52-53. La relevancia de este testimonio ha sido cuestionada por Schofield (I999a: 104-1 11), quien argumenta
24·25 rceteque Socrates ... quí primus utilitatem Cf. Clemente, Strom . 2.22 .131: "También Cleantes, que la afinnación que Plutarco atribuye a Crisipo (según la cual nuestro "modo de vida" no debe basarse
en el libro 11 de su tratado Sobre el placer, afirma que Sócrates enseña que respecto de cada cosa la en las ciudades) parece incompatible con su preocupación por "la seguridad de la ciudad" (Ateneo 56 1c)
misma persona es no sólo justa, si no también feliz; también [enseña que Sócrates] maldice al primero que y su precaución de que en las ciudades no debería haber templos, tribunales o gimnasios (cf. DL 7.33
separ610 justo de lo úti l, (tO ÓÍl(CllOV 67[0 toí) crull<P€POvtO~) por cuanto comete un acto impío. En efecto, incluido en nuestro texto 30.12). El plural "ciudades", sin embargo, puede estar sugiriendo que, precisa-
son realmente impíos quienes separan lo útil de lo que es justo según la ley" (sobre este enfoque de mente, porque hay templos, tribunales y gimnasios no hay aún una ciudad gobernada por la ley universal
Cleantes cf. nuestro texto 30.30). Este último comentario ("son realmente impíos quienes separan lo útil (cf. Boeri 2010b: 89) . Para la respetabilidad de tomar este pasaje de Plutarco como fuente de información
de lo que es justo según la ley") debe propiamente atribuirse a Clememe, quien probablemente se propone fidedigna de una tesis de Zenón, véase Vogt 2007: 86-90.
enfatizar el hecho de que 10 justo siempre es tal si está asociado a la ley.
5~7 eT~ 08 P(o~ TI Ka1 K60"Ilo~, wcmep u)'ÉÁTJ~ cruw61l0u VÓIl'Y KotV<\J Cf. Heráclito, B2, 30 Y 89 (DK) . La
30.5 Cicerón, De lego 2.9-11 corrección de Helmbold en la línea 6 es sin duda innecesaria: es cierto que el ganado no se alimenta de la
Sed vero intellegi sic oportet, et hoc et alia iussa ac vetita populorum virn habere ad recte ley (VÓ).H\l), sino del pastizal (volléQ). Pero no es menos cierto que si se lee VOIl<\J pierde fuerza la analogía
facta vocandi et a peccatis avoeandi, quae vis non modo senior est quam aetas populorum que está haciendo Zenón así como su carácter filosófico: el cosmos de los seres humanos (que son
et civitatium, sed aequalis illius caelum atque terras tuentis et regentis dei. [lOJ Neque múltiples) se alimenta de una sola cosa : la ley universal.
enim esse mcns divina sine ratione potest, nee ratio divina non hane vim in reetis
30.8 Filón, OpiJ. 142-143 (SVF 3.337)
5 pravisque sanciendis habere, [ ... ] Erat en im ratio, profeeta a rerum natura, et ad recte
rov o' aPXllYSrllV €K€lVOV 0-0 Jl.6vov TCproroV av-
fac iendum inpellens et a del ieto avoeans, quae non tum denique incipit lex esse quom
9pro1toV aAAa Kal. Jl6vov KocrJlOTCOAÍt'lV ASyoV"w; (hvwoscnara ÉpOüIlEV' ~v
seripta est, sed tum quom orta est. Olt a autem est simul cum mente divina . Quam ob rem
yap olKo~ aur0 Kal1t6At~ oKÓaJl0C; [ ... ] 4> Ku9á.1IEp EV 1tUrpíOl
¡ex vera atque prineeps, apta ad iubendum et ad vetandum, ratio est recta summi rovis.
JlEra 1táO"T]~ acr<paAElac; SvOtllt dro ¡pópou ~v €ICtOC; roy, atE. t~C; roov
[ .. .] Ergo ut illa divina mcns sununa lex est, item quom in homine est <*> perfecta in
5 TCEpty€írov ~yEJlOv{ac; a~tro9d~ Kal1tÚvrrov oaa 9vl1ra KaTE.m'lx6Trov
10 mente sapientis. Quae sunt autem varie et ad tempus descriptae populis, ravore magis
Kal. Ú1WKOÚEtV roe; OE(J1[ÓTll oEol0aYJlévroy ~ ptacr8tvTrov, Sv Euora.9date;
quam re legum nomen tenent. Omnem enim Jegem, quae quidem recte lex appellari
possit, esse Jaudab ilem quidarn talibus argumentis docent. Constare profecto ad salutem
se Tale; f.v Eip~Vll anoAÉJlú) 1;rov aVEmA~mú)c;. ÉTCEL OE 1tuaa
ltÓA1~ EWOJlOC; EXEt ltoA1fElav, avayKaíroc; crovspaLvE r0 KOcrJl.OltO~
civium civitatumque incolumitatem vitamque hominurn quietam et beatam inventas esse
leges, eosque qui primum eiusrnodi seita sanxer¡nt, populis ostendisse ea se scripturos
o
Á(Tll Xp~cr9at 1tOA1ftÍq TI Ka\. OÚIl1Iac; K6crJl.oe;· aUTT] DÉ. €anv r~~ o
10 cpÚcrEroC; 6p8o~ A.óyoC;, oC; KUptrotSpq JCA.~O"Et ltpocrovoJl.á1;etCtl 8€crJl6C;, VÓJlOC;
15 atque laturos, quibus illi adseitis suseeptisque honeste beateque viverent, quaeque ita
BElOe; rov, KaO' Bv ta.ltp0oTtKOvra Ka\. EmpáAAOvrCt ÉKáCITOlC; aTCEVEj.l~er¡.
conpos ita sanetaque essent, eas leges videlicet nominarent.
3 ó OtKO~ G : OtKO~ cr:LnG) Kal .. . K6crllo~ M 4 t&v om. ABPl 6 áKOÚEIV ro~ oEO"1r6tG M: ro.; oE<m6tt1
9 post in homine est Vahlen cODi . perfecta ratio, lex est: ea vero est 12 quibusdam V UltaKOÚElv cet. codd./ O¡::Ol)'IlÉvroV Apl : oEoloaYIlSvrov Cohn-Wendland I eUCJta9E(at~ B : eUlta9EÍau;
9 ¡l1a divina mens summa lex est A veces se hace notar que Cicerón parece cambiar el enfoque estoico Cohn-Wendland 7 ÓlroÁ€llffi MFG áltOA8)..lCO'; cet. codd . O:ltOA8)..lQ.) Cohn-Wend land 8 EDV6wo~
en este punto, pues parece distinguir la mente divina de la ley o razón universal que en la versión estoica F101 H MO)..lO~ Mang. / úvu)'Kaiov MF : ÚVU)'K(l.{ox; Cohn-Wendland 9 ltOAltdav M : rroÁltdQ
coincidiría con dios (cf., sin embargo, nota al texto 30.2). Para la relación razón humana-razón divina cf. Cohn-Wendland I Ú om. M 10 roc; M : oC; Cohn-Wendland / npocrovo)..l(í/;Ea9m M : TCpoO"ovo).lá~E·tal
Bénatoui"l2002. Cohn-Wendland

30.6 Cicerón, De lego 2.13 Un comp leto y documentado comentario de este pasaje se encuentra en Runia 2001: 339-34 1.
Nam neque medicorum praecepta dici vere possunt, si quae inscii inperitique pro 1-2 tav 5' úPXllyÉTllv ¿K€ivov. Kocr).101tOAÍtllv M)'ovrE1; a\VeuMCJtata ÉPO\)IA€V La tesis de que quien
salutaribus mortifero conscripserint, neque in populo lex, cuicuimodi fuerit illa, etiam si respeta la leyes el único verdadero ciudadano del mundo es adelantada por Filón al comienzo mismo del
pernici osum aliguid populus aeceperit. Ergo est lex iustorum iniustorwnque distinctio, ad tratado (cf. §3). El cosmopolitismo estoico se funda en la teoría de la ley natural que es la ley universal,
de la cual dependen las legislaciones particulares que no son más que "apéndices" de ella (cf. infra texto
i11am antiquissimam et rerum ollmium principem expressa naturam, ad guam leges 30.21). El origen del cosmopolitismo estoico debe buscarse en los cínicos (cf. DL 6.38, 72 Y 98 con los
5 hominum diriguntur, quae suppl.licio inprobos adficiunt, defendunt ac tuentur bonos. comentarios de Schofield 1999a: 14 1-145. Para la influencia cínica en los estoicos véase los textos reco-
pilados por Giannantoni 1990, vol. n, V A, textos 135-140). Aunque el témino KOcr).lO¡¡OÁÍt'l'; está
30.7 Plutarco, De Alexandri mugni fortuna aul virIl/le 329a-b (SVF 1.262; LS 67 A) asociado al cínico Diógenes (cf. DL 6 .63) Y antes de él a Sócrates (cf. Cicerón, TD 5. 108), su uso más
Kal Jl~V ~ ][01..-0 8auJla!~oJ.lSV'l TroALlEía wü r~v prolífico (con frecuencia conectado con ideas estoicas) se encuentra en Filón (DeL 106; De gigantibus
ErQ)lKOOV alpEOlv KarapaAOJlSVOU Z~vQ)VOC; EÍI; 61; De specialibus legibus 2.45; De vita Mosis 1.157; De migratione 59). Véase también la expresión
EV touro cruvrEívEl K€cpciAatOV, lva Jl~ Ka""t"O: TrÓAtl~ Jllloe 1tOÁl'llC; ro\) K60").l01) en Epicteto (en el texto 30.24 y en 30.25: n;~ aun;.; lt6Áewc noÁÍtnv Ka1 nje bu:;yáAnc
O~JlOUe; OtKOOJlEV 18totr; EKao"tOt otÚ)plO~lSVOt otKaíotC;, aUa Kal rile ulKoñe).
5 návrac; av8pcó1touC; ~ycó JlE8a o'lJlórac; Kal.1tOAÍta.:;, Elc; 6 tv d)Q"ta8eí(lt~ Ésta es la lectura del cad. B; Cohn-Wendland sugieren leer eD1tO.8€{at~, aparentemente
para que el texto tenga un sabor más estoico. En ese caso habría que entender que "el primer hombre y
8~ píoC; TI Ka\. KÓcrJlOC;, WcrTC€p aysA'lC; cruw6JloU VÓJlú)
verdadero cosmopolita" vive sumido en sus emociones correctas (€"ÚrrÚ9€taL), lo cual indicaría que se trata
KotV0 cruvrp€cp0Jl.¿vr¡e;. tOÜW Z~vrov JlEV EYPU\VEV roCHrEp de una persona que posee un equilibrio emocional (cf. nuestro capítulo 25 y los textos 25.27 y 25.2 8 allí
ovap ~ dOroAov E1NOJlíw; qltAocr6cpou Kal1tOAltEÍCt<; aya- incluidos sobre las dmá8€lat) . Pero el sustantivo sucrtá8sla, aunque no constituye un tecnicismo estoico,
tunú)crá~evo\ [... J. también da la idea de estabilidad o tranquilidad en sentido psicológico (en su traducción del pasaje tam-
760 30 Política y sabiduría 76 1

bién parecen leer f;v cDCHa8Etat<; Runia 2001 ad loel/m y Lisi 2009 ad ¡oel/m). Por 10 demás , en la medida 2 dolor quam paupertas ~ 10 nam ut sibi M*+ : ut enim sibi c 23-24 Detrahere .. .eiusdem del
en que el codo B proporciona un sentido razonable, preferimos mantener la lectura del manuscrito. Gruterus
9-106 tfj¡; rpúcr€(¡)<; opBo.; l.6yo.; Como hace notar Runia (2001: 341), esta expresión no es habitual y,
30.11 Hicrocles Elementa Ethica] 1.15-21
probablemente, es Filón el primero que la registra (al menos siete veces; cf. infra texto 30.21). En el
estoicismo es habitual el giro 6 op8oo; "6yo.;, que describe la correcta disposición racional del sabio 1tproroV).lEY
estoico; pero la expresión fiJoniana puede ser una correcta adaptación de una idea, probablemente estoica, cúOutJ.Eréov Otl EOVEv ~¿¡'nov, OJJ...O. ouvaYElucruKov Kal
registrada por otras fuentes: la razón (recta, se entiende), que es el tipo de racionalidad que "se confirma y OEÓ).lEVOV thépou' OUl rofn:o Kat Kata TCÓÁtl<; OiKO"O).lCV· ou-
alcanza en la mente" del ser humano, es ley, la cual no es más que una expresión de la naturaleza humana, od~ yo.p ÜVOpOOTCO~ Be; ouXI1tóÁtcóe; Ean flépo¡;' eTCElTa
ya que la leyes el poder de la naturaleza, y dicha naturaleza debe entenderse como la mente y la razón de 5 Kul pmoícoe; cruvn8É).lE8a <plAla¡;' EK yap TOU OUVEcrtta-
la persona prudente (cf. aquí textos 30.2 y 30.3).
8fiVat ~ tOD cruyKaOlaat €v OEáTprot ~ de; TO auto KatU-
1O8~ K1JptWtÉp~ ... 8m).ló~ Filón puede estar pensando en el sentido bíblico de "mandamiento" cuando
habla de eEO").lÓ~; pero en este pasaje, de clara inspiración estoica, preferimos interpretar el vocablo de un mfivat <ai <plAfae; yíyvovrat·>
modo más neutro como "mandato", entre otras razones, porque la ley natural no figura entre los diez 7 aí. <jltA{(l~ Y{YVOVTCI.¡ conÍ. Bastianini-Long
mandamientos bíblicos.
30.12 DL 7.32·34 (SVF 1.226; LS 67B)
30.9 Clemente, StroJll. 4.26. 172.2-3; 5.9.58.2 (SVF 3.327; 1.43) <VIOL ~tv.OL, é~ c1v
AÉyOUcn yap Kal oí. LlcolKol Tav IlEV oupavov Elmv oí 1[I;:PI Kácratov tOV aKEttttKÓV, EV nOAAole; KatT]yopO"OVtEe;
K1Jpíco~ nÓAlv, rO. oe brl Yfi~ evraúOa ouKÉtt rrólSlC;' MyscrOal ).lev tOU Z~vú)voe;, 1tprorov ).lEV t~V EYKÚKAtOV 1tatOEÍav aXPllcrtov
yáp, OUK dvat oÉ ' cmouoalov yap ~ TCÓAlC; Kal Ó ofi).loe; acrn;lóv tt a1to<puívElV AÉyOUO"tV tv apxu rfie; IToAtTsíae;, oEÚtEpOV EX9POU¡;
crúcrtll).la KalTCAfiOoe; avOpc01tCOV UTCO VÓ).lOU OlotKOÚ).lEVOV, KaOóTCsp 11 5 Kal1toÁt).líouS Kal OOÚAOU~ Kal aA1...otpíoue; AtyEIV UUtOV 6ll~N:oV
5 EKKAllaia UITO Aóyou, aTCOAtÓpKT]TOe; arupáWllToe; 1tÓA1~ eTCI rfte;, OÉ- EtVat 1távrae; tOUS tJ.~ crnououíoue;, Kal yovEle; tÉKVOOV Kul aÓEA<pOUe;
Al1lla OStOV E1t1 yfie; roe; EV oupav6). [ ... ] aOEA<poov, <Ka1> OiKElOUe; OiKEícov.
0.1...1...0. Kal oi LrrolKol Atyouen Z{¡VCOVt rep 1tPcOTC9 Y8ypá<p9at ttvá, rrá1...lv EV TU nOAttEl~ TCoplcrtávra 1to1...l-rae; Ka\. <píAoue; Ka\.
a).l~ pq.OíCOl; e1tUpÉTCoucn TOle; ).laOl1tale; avaylVWaKE1V, ).l~ oux1nElpav OiKSíoue; Ka\. EAEu8Époue; tOue; crnouoaíoue; tJ.óvov, wmE tOle; crrw-
Oc()COKÓat TCpÓtEpOV, El YVllaícoe; <ptAOao<polEV. ta
10 tKOl¡; oi yovd~ Kol téKVa EX8POÍ' ou yáp Elm ao<poí. Kotvá¡;
30.10 Cicerón, De off. 3.21-24 tE ta~ yuvalKae; oOy).laTíSElV Ólloíco~ ev TU Ilo1...ltElq. Kat KOro.
[2 1] Detrahere igitur alteri aliquid et hominem hominis incommodo suum commodum tOUe; olaKocríoue; <atíXoue;> )1~8' tEpa ).l~n; olKacrtlípto. ).l~tE
augere magis est contra naturarn guam mors, guam paupertas, guam dolor, quam cetera, YU).lváato. tv rale; nÓÁtO"tv OiKOOO).lEtcrOm. TCspí rE VO).lícr).lotoe;
quae possunt aut corpori accidere aut rebus externis. Nam principio tollit convictum OÜtCOs ypá<pElV' VÓ).llcrlla O· ciJ¡' a)J.ayf]e; €VEK8V otEcr8at 08lV
humanum et societatem. Si enirn sic erimus adfecti, ut propter suum quisque 15 KataaKEuá~ElV O-ot' aTCool1)1íae; EvEKEV .. Kat ecrEh1TI OE ru aUlU
5 emolumentum spoliet aut violet alterum, disrwnpi necesse est eam, quae maxime est KEÁtÚEl xpfia8al avopae; Kal yuvolKae; Kal ).l110EV ).lÓplOV a1tOKE-
secundum naturam, humani generis societatem. [22] Ut, si unum quod.qlle membrum KpÚ<pOat. OTI o' aUtOD ¿crtlV ~ Ilo1...lrElo Kal Xpúm1t1tOS EV tep
sensum hune haberet, ut posse putaret se valere, si proximi membri valitudinem ad se ITEplno1...ltEÍae; <Pllcrív.
traduxisset, debilitari et interire totwn corpus necesse esset, sic, si unus quisque nostrum 2 Kó.mov BP I Ka1:T]YÓpouv Madvig : Kan¡yopoDv'w; codd. 4 f...€youo"tV Reiske: Myovn:~ Madvig :
ad se rapiat commoda aliorum detrahatque quod cuique possit, emolumenti sui gratia, AAYOVta BPF 5 ttOM).lIKOW; BPF : 1toA.e).líou~ Aldobr. 7 Ka! add. Huebner 8 1taplmó.vta codd
10 soeietas hominum et communitas evertatur nccesse est. Nam sibi ut quisque maEt, quod naptmó.vat ser. Marcovich 12 crtíxou~ add . Menagius
ad usum vitae pertil1eat, quam alteri adquirere, coneessum est non repugnante natura, Un detallado comentario sobre este pasaje se encuentra en Sehoficld 1999a: 3-21, quien argumenta que
illud natura non patitur, ut aliorum spoliis nostras facultates, copias, opes augeamus. [23J este texto constituye el informe más completo de algunos de los contenidos fundamentales de la Repúbli-
Neque yero hoc solum natura, id est iure gentium, sed etiam legibus populorum, quibus ca del estoico Zenón y que todo el material comentado deriva del escéptico Casio.
in singulis civitatibus res publica continetur, eodem modo constitlltum est, ut non liccat 8-9 IláAtv lv tft TIoAI't"EÍg 1taplmó.vta 1toÁh~ KCtl <píAou~ Ka1. OiKEÍOU~ KallM:ue¿pou~ tO"u~ a1touoa{ou~
15 sui commodi causa nocere alteri. Hoc emm spectant leges, hoc volunt, incolumem esse ).lÓVOV La tesis de que solamente puede haber un espíritu de verdadera amistad y comprensión mutua entre
civium coniunctionem; quam qui dirimunt, eos morte, exsilio, vinclis, damno coercent. los virtuosos o sabios es de inspiración cínica. Cf. los dichos de Antistenes en ese sentido en DL 6.12.
Atque hoc multo magís efficit ipsa naturae ratio, quae est lex divina et humana; cui 12-13 ).l~e' ÍI:pu ).l*E óIKaO"t"~plU ... f:v tat~ n:óÁ.emv oh~OOO).lEtaeal Cf. Plutarco SR 1034B. La no erec-
parere qui velit (orunes autem parebunt, qui secundum naturam volent vivere), nurnquam ción de templos puede entenderse como una reacción de Zenón a algunas recomendaciones de Platón en
Leyes 758A; 77lA y 778C (los pasajes son citados por Chroust 1965: 179, n.22). Es dificil probar si,
conunittet, ut alienum appetat, et id, quod alteri detraxerit, sibi adsumat. [24] Etenim
efectivamente, Zenón escribió o no su República como un ataque a la República platónica; sobre este
20 multo magis est secundum naturam excelsitas animi et magnitudo itemque comitas, asunto véase nuestro comentario.
iustitia, liberalitas quam voluptas, quam vita, quam divitiae; quae quidem contemnere et
pro nihil o ducere comparantem cum utilitate communi magni animi et exeelsi es!. 30.13 Plutarco, SR 1034A-C (SVF 1.264; 3.698; LS 66D; 67C)
[Detrahere autem de altero sui commodi causa magis est contra naturam quam rnors, Kal ).l~V l\vrÍ1tatpOe; EV t6) 1tEpl tfiS lOEáv8ou<; Ka\.
quam dolor, quam cetera generis eiusdem.] XpUcr11t1tOU om<popo.<; tm6PllKEv, OTl Z~vcov KatlOEáv811¡;
OUK ~8éAllaav :.\Ol1valol yevÉcrOal, ).l~ OÓ~ú)crt to.S autrov
762 Capítulo 30 Política y sabiduría 763

n:a:tp(oa~ &Ó1KEIV. otlllév, d KaA&~ OÓtOl, XpÚ(ll7r1'[O~ OUK PW).lOv oupeiv ~ atpíbpU].lo. Oeou' ¡.t~ yap etVat npoe; 'A6yov,
5 opero:; broíllOCV Enpaqn!tc; de; 1:~V 1IoAltcíav, trupEícrOoy el1CÚvEe; Kal OVOl touro trOtoúat Kal 7tatoápla VTÍma, IlT) O€-
TCOUr,V Be Jláx'l1V Kat1tapáAoyov Exct 'lO ta
croo}1Uta Kal 15 j..llav btl(J'l'poep~V J..lf'Jo' €mAOYIOIlOV ~xovra 1tEpl t&v tOlOlÍ-
'tou~
píouc; OÜtro lluKpav QrrO<;EvruaaVta<; ttlOVÓllata 'tale; tCOV. atonov ].Iev ouv ro EKei ).l€v EÜKo.tpOV dnEiv t~V trev
1{cfrpíol 1:11peiv, oocmep el ttC; 111v 'Yal1&t~v anOAutó)V, h€pQ- &A6yrov ~c9(i)V áno8EropT)O'lV, evraú8a o' ano A6you.
oe
cru~&v Kal cruvavIlTCIlU6IlEVOr; Kal1tCltOO7rOlOÚIlEVOC; E~
3 ALxouc; codd. 4 Ko.l n:poe; TU X3: Ko.l l'U cet. codd. 9 o.:n:09vftO'Kovra g 12 O:vauÉ.ov Xg: O:rpBICtÉ.OV
10 bÉpa<;, ~Il cruyypácpOlTO yá~ov, anO), &&IKelV ~~ &0K(i
cet. codd. 13 yap E!Víll Reiske: :n:apdval codd. 16 ~&v ante oov om. g 17 wwv g I a1t06EWpT]OW g :
t~V 1tpoTépav.
áno9r]píooolV cet. coddJ O:1tO Myou Hutten : án6ADyOV codd.
Xpúcrl7t1t~ O€ náA1VBY 10 1tI~:p'¡ 'PllTOpucf}c; ypácprov
oihro prrropEúaew KCllnoAllEúaecr8m tbv Q"o<p6v, roe; Kal 9-10 J..l~r' tvan09vt1oKovra f:v TOle; iEpole; ~laív€1V ro 9ciov cr. Heródoto 2.64.
11 anayopEÚEIV rov 'HaíoOov de; 7tOl'a~oUc; Hesíodo, Ergo vv. 757-758.
1:oG 1tAOÚtOU OVTOC; araSoü Kili tfic; ÓÓ~T]C; Ka! !11<; Uyldac;,
15 6~lOA.OYEi TOUe; A6youC; cdrrwv <ive~óOOU(; dvOl Kili c'mOA1- 30,16 E,tobeo, Ee/, 2.96, 10-17; 102,4-19; 103,9-104,9 (SVF 1,587; 3.613; LS 671)
reúrouc; Kili Ta OóYIlClW mic; xp8Íav; aVeLp)loO'ta Kili 'tate; T6v rE v6].1ov cr1touOo.iov dvaí tpOOt, A6yov 6p90v
npá~eo'tV. ovta 1tpOOTaK'tIKOV ].IEv ®v nOIT)tÉoV, a1tayopEu'!tKOV oe
"En óóy¡..ta Z~vú}v6C; Écrnv iepo. 8ewv Il~
OlKooo)leiv' cbv ou 7tOLT)rÉov. Tou oE v6¡.tou aatEÍou C>VtOe; Ka! Ó v6-
¡epov yap Il~ 1tOAAOÜ aslOV KilI aylOv OUK EO'ttV' OlKoó6- ].IlJ.lO<; acrtEior; av <EtT»' v6IJ.t].loV pev yap etval av8po. Kat
20 ¡.tcov o' spyov Kat pavaúcrcov ouoÉv Ecrtl 1tOAAoU a~lov.' 01 5 aKOAoUOT)tIKOV t0 VÓ¡.tCfl KatnpaK'tIKOV trov 1m' autou
8e tavt' É1ta1VOUVte~ ID~ E,) EXOVta IlUOUVtat ¡.tev Év ¡epoi~, 1tpOmo.ttOIlÉvcoV· VO¡.tIKOV bE tOV E~l']yT)tlKav tOÚ v6).lou.
avapaívoucrt o' El~ aKpónOAtV, 1tpo(Jl(t)voum ta EOT) Kat oe oe
Ml10éva t&v epo.ÚAOJV lJ.~t€ VÓJ..llJ..lOV etVal Il~t€ vo-
crtecpavoücr1 tOU!; vaoú~, otKoo6¡.trov OVta<; Epya Kat pavaú- ~IKÓV. [, .. ]
crcov <iv9pcimoov' Toü 8e VÓ).lOU OVta<; O1touoaíou, Ko9án:EP sl7toJ..lev,
1 Kliav90u 3 OUK ~9o.:rlaav om. g 8 f:raípQ. dvzg1 1Oétaípa~ dvz I ya~61v XJg: v6~ov B I oOKoÍll 1O Éne!&~ ).áy~ apeó, ¿mI npomaKTIKO,
Xlg 13 p11rop&OCIV X3dvz I :n:oArrw€o9at Xgdvz 15 aurou aAByE 18 rí E 23 OUqKl\'OUO'I 0& Xvz oe
lJ.ev ®V 7tOlT)téov, anayopEUtlKOe; cbv 01> 1tOtT)l&OV, 1J.6vov
tOv ao<pov etvat AiyOUO'l v6].1t].lov, 1tpaKtIKOV oV'ta r&v
30.14 Plutarco, De exilio 600E (SVF 1,371; LS 67H)
U7tO toú V6J..lOU npOmaHO).lÉvcoV KalIJ.6vov t~l1YT)tlKOv
Ot6v EcrtlV ~ vUv aOl napoücrQ ¡.tE1'ácrw(J't~ EX t~¡; Vo¡.tt-
toútOU, 81' 8 Ka! VOlJ.lKOV dvo.l' tOUe; o' ~At9íoue;
~o¡.tévT)~ 1Wtp(OOe;. cpúcrEt yó:p OOK Eott 1ta1'pí~, Wcr1tEp
15 tvovr{we; exetv.
ouo' otKoe; ouo' aypoe; oMe xaA.KctOV, ID~ Ap(mcov
}\(J"[ElOte; 6' E-tl Kal t~V apxucTlv KawvÉpouow
EM:yev, ouo' io.tpEiov· aMa yívEWL ¡. ttiMov o'
Émcrwoíav Ko.t ta taútT)e; EtOl1, po.O'lA.eíav, mpoTIlyíav,
5 6vo~tá~Etat Kat Ka4itat t oúnov EKUCj'WV aEtnpOe; tbv
vauo.pxíav Ko.! Ta<; Taútate; napanAT)oíoue;. Ko.ta '!Ovro
olKOúvw Ko.L Xpro).lEVOV.
o~ Kat ].IÓVOe; 6 O1touoatoe; aPXEt Kat El ).l~ návtcoe; Km'
1 Ko.rá(J't'CLol~ corro Xylandcr oe
20 tv¿pye1av, Kata otá8EOW Ko.lnávtw<;. Katn€lOapXL-
Como señala loppolo (1980: 253-255), el texto muestra el rechazo de Arist6n a la tesis de la confonni- KOe; ¡..t.6voe; ó crnoueaióe; Ém1v, aKOAOUOT)ttKOe; &Iv apxovtt.
dad con la naturaleza y a su doctrina de la circunstancia, lo cual implica una negación de la naturaleza Twv 8' ácpp6vffiV ouede; tOlOUtOe;' oüte yap aPXEtV OÜt'
como principio nonnativo o, de un modo más general, como criterio de la moralidad. Son las circunstan- apxecrOat 016e; <t'> E(J'l'lV Ó acpprov, aU9áoT)e; ttr; &v Kat
cias, no la naturaleza, las que delenninan que la patria, la casa, etc. se vuelvan casa o patria. &VáyOlYO" [ ... ]
30,15 Plutarco, SR 1044F-1045A (SVF 3.753-754; LS 67F) 25 AÉyoum oi; Kal <puyáoa n:ávta epaúAov erval, Ka9'
KatlJ.~v tv r@ <*> TroV npOTpE1rtIK&V Eimúv on
ocrov O"t'ÉpE'tUl Vópou Ka! 7to'Alteta<; KaTo. tplÍcrlV É1tIPaA.-
Kat tO ].I1FPáolV 11 9uyatpáo'lV ~ aOEAepaic; auYYEvécr6at AOÚO'l']¡;. Tov yap VÓJ..lOV dVUl, KoOán:ep Et1tOJ..lSV,
Kal tO tpaYElv tI <*> Ko.lnpoEA.OEiv añO AEXOU~ ~ Oavátou oe
O1tou8aiov, Ó].lOlffi~ Ka! t~V nÓAlv. 'b:::avooe; Kal oe
np", ¡epOv &),6yO), ¡¡Ia~é~).~ral , Kal npo, Ta e~pía '1'110\ lO..EávOT)¡; nEpt TO crllouoaiov dvat t~V 1t6AlV AÓYOV ~pro-
5 oeiv anOPA.S1tElVKClt toir; 1m' EKElvroV ylvO ~lévoU; tEK].Iaí- 30 TIlOS TOIOUTOV' n6A.le; ¡.uN <Ei> €O'tlV O{Kl1t~P\OV KatacrKEÚ-
aa].la, de; 8 KataepEÚyovra¡; €0'l'1 oÍKl'] VOOUVat KO\ A.apEiv,
pEoOm tO ~ll8€v atonov ~T)oe napa tpÚOlV eTVat trov
tOlOÚtroV' eUKaípro~ yap 1tpOr; tauta yívEOOa\ ta¡; t&v OUK aou:iov 8~ 1tÓAtr; Écrtív; aMa J.l.~V totour6v Éc}tw ~
aMwv ~c.9cov napa9tO'EI¡; E{<; tO ].I~tE cruyylVÓ]1f:VO lJ.~te nó'Ate; ohcrrníplOv' amElov ap' EO'ttV ~ n6'At¡;. Tp1x&e;
yEwrevro. ~lít' evo1tOOv~O'KOVW Ev rOI~ i.epoie; pto.íVE1V tO os 4yo)..lévT)<; Tiie; 1tÓAE(i)~, tii<; tE Kar&. tO OtKT)r~ptOv
10 OEiov. Ev 8B: Tq, né~t1ttC9 náA1v 1tEpt <DúoEwe; IJ:yEl KoA&r; 35 Kal tile; Kma tO cnJOTTlpa tOOV avOpronwv Kat tpítov tilr;
¡.tEv cmayope'ÚEIV rov 'HO'íooov ele; JrOW)..lOUe; Kat' Ú)..lcpÓtEpa TOÚTCOV, Kata Mo <.TIllla1v6¡.tEva AÉyscr9at
r~v n6'Alv amEÍav, KQ1·á 'rE tO OÚm11].1a trov úvOpúmoov
os
Ko.l Kplívae; oUpElv, En ).laMOv (UPEKtÉOV dvo.t tOÜ npae;
Capitulo 30 Política y sabiduna 765
764

KCll KCl'tCt 1"0 auva~Up6tEpOV OUl <T~V d~> roue; EVOlKOÜvtW;


30.18 E,tobeo, Ecl. 2.109, 10-110,8 (SVF 3.686; LS 67W)
&.vCl<popáv. Tpeie; BE rrporl)'ou~Évou" elvCll píove;, t6v tE paov...l-
K~)v Ka! tOV 1tOAlt\KOV Kal tpÍtov tOV S1t10tTlJlOVIKÓV·
40 <Daol os. Ka'¡ aypOtKOV étvOlltcÍVta q>aü).,ov· t~V
yap aypotKíav CtllElpíav E(vm -rrov Ka!&. nó).,w e9&v Kal ÓIl01W¡; OE Kal. XP111lallOJlOU¡; tpEi" 1tPOll)'OulltvoV¡;,
VÓ).lCl.W· Ú1tC1VW <paü)..ov EvOXOV úrrápXE1V. elVat OE Kal t6v tE o:no Tfjt; pamA.E.Íac;, KaS' 8v ~ auto" paO'lJ..eúoEl
aYPlov, EVaVtl CO tl KOV OVta tU KCl't&. VÓJ.lOV OU~~Clyroytl Kal
5 ~ JlOvapxlK&v XP'l)látrov d)J[Op~OSI' OMSpOV OS: tOV ano
9'lPtó>8T] KCt1 P)"C11t'tll(OV av9pro1tov. Tov ó' aUlOV lOUtOV tfj¡; nOAltEÍa", nOAlTEÚoEcrSat ydp Kata tOV npo11Yoú-
45 Kal &.V~f.lEpOV Un:áPXEIV Kat rupUVV1KÓV, oihroC; 010.- JlEVOV ')Jyyov· Ka1 yap yaJltlOE1V Ka! naIOQj'tOl~OEOSCll, O:KO-
Kel).levOV oocru: OE01rOttKa 7tou;'lv, ~tl Se W~U:l Kal píma Ka' Aou8eiv <yap> taiha tU rou AoYIKOÜ ~cPou Kat KOlvroV1KOU
1tapáVO~ICl KCllproV €1tlAaPÓIl€VOv. EtVClt SE Kal axápt- Ka! cpv...aM.~AOU <q:>ÚOEV. XPll)latl€lOOal ouv Kat a1tO
crtOV, oiSTe llpOC; avta1tMoO"lv XcÍptTOC; OtKElroc; EXOVW 10 tfi" nOAm::í~ Kat a1tO trov q:>íA.rov, tOOv f:..¡ tl1tEPOXai¡;
oüte 7tpOe; ~um:toocrtv BU1 10 ¡...t~te KOlV&C; tl1WletV ).l~te OVtú)v. IIEp1 OE tOÜ crOq:>lOtSÚOEIV Kili &no OOq:>lcrte:la¡;
50 <ll1AIKW, ~~1' &~EAE1~lOJ,. dmop~OElV XP11llátcov OIÉOTlloav Di anO 'tfic; aipÉosro¡;
Ka'ta 'to OTllletlVÓIlEVOV. To )ley yap XP11)llltlE100Ctl a1to
2 npaKtlKOV F 4 e1ll om. F: add. flor. 610 E~'1Y'ltlKOV P / VOfll)lOU FP 11 cmayopemlKOC; o" t&v Knto. TI¡v nCtlódav Ka1 )lLo90ú" no'te A~l.j.Ie0'9a1napo.
7tOtlltéOV om. F 16 aateícoc; S' eivUl FP : corro Heeren / 6.PX~v FP: corro Heeren 20 návn:e; 15 trov ql1.AO)laSOÚvtOJv O\WJlOAoyríoavro' 1tEpl OB tO O11¡..tat-
FP: corro Heeren 23 t' add. Heeren 30 El add. Heeren 38 tOUe; F t~V de; . wo~ ser. VÓIlEVOV f:yÉve't6 tiC; EV aUtOle; a)lc.p\OP~'t1101C;, tOOv )ley autO
Wachsmuth 42 11 FP: corro Memeke 43 OlayOJyU Mcineke: olE~ayaryD Wachsmuth 50 toUtO 1EyÓvtOJv OOq:>IO'tSÚELV, tO enlllloOi9 IlEtaOllSÓvat
O:IlEA~tO)e; P O:)lEU~tO)~ vel IlEAettítú)e; Heeren EUJltA.E.t~tú)e; Gaisford TI]Jlú..~tOJe; trov tfjc; cpv...oooq:>ía¡; oO)'llátrov, tOOV o' l>notonr¡oáv'trov
Meineke: O:)lú..u~tú)¡; Wachsmuth EV t<fl O'Oq:>lcrtWElV nEptqecr81ll tl cpauAov, olovel A6you¡;
20 Ka1t11AEÚ€lV, en) q:>a¡.Wrov oEiv o:no nawelllt; nllpa tOOv
]-2 T6v te v6¡..tov ... ).6yov óp90v ovta rrpomaJCtlKOV ¡..tEY J)V rrOnltÉov, arrayopeUttKOV 8t cIw ou
Enrrux6vTrov XP11}..latÍ~Ecreat, KatCl.oEÉon:pov yap eTvllI tOV
norrltÉov Ésta es, una vez más, la definición estoica canónica de ley (cf. texto 30.1 ).
tpónov tOUtOV tOU XP111lanOJloü tOu tfi¡; c.plAoO'()(f>íac;
9 Kaeó.ltI:p etno¡..tEV Cf. Ecl. 2.96, 10-13.
25-27 El vil carece de Estado porque, en la medida en que no respeta la ley, carece de ella y, por tanto, a~IÚl~alO,.
de la fonna de gobicrno que sc ajusta a la ley (cf. DL 6.38; Epictcto, Diss. 3.24, 66 y aquí texto 30.23). 1 rrpor¡YOp<lUIlÉvOU<; codd. corro Heeren 3 Xpr¡¡.w.tlCttIKOV P : COITo Wachsmutb 4 K09' ~v FP : COITo
30-33 n óAlo; ¡..tEv <el> ;rOtlV otK11t~ptOV KataCJKEúacrlla ... n6'-1o; Emív; ruó. ¡..t~v tOlOGt6v EcrtlV ~ nÓf...I~ Heeren 5 ¡.tovapXlKoi~ FP : corroHeeren 6 ltOf...ltEÚecr6at FP : corro Meineke 8 yap ad. Heeren 9 CPÓcr&l
ollcr¡t~p tov' o.crn:iov o.p' €cnIV~ n&t.;. Es un argumento con la fonna {[(p- q) . p] --+ q} (modus ponen- add. Heeren 11 croeplCttEÚEIV FP: COITo Usener 20 cpu¡.tSv!bV FP: corro Canter
do ponens), el primero de los cinco argumentos indemostrables (A6yOlo.vctn68EIKtOI; cf. capítulo 9, texto
9.7 y nuestro comentario ad locum). Según el testimonio de Di6genes Laercio (7.80), el primer indemos- 1·2 Cf. texto 30.20.
trable es aquel en el cual se construye un argumento completo cuya primera premisa es una proposición 7-9 ya~~O'€IV Kat ... tU toi) f...0YIKOi) ~c90u Kol KOlVOlVlKOi) Kal cptAcUJ..r¡}.ou <cpúO'Et> Cf. infra texto
condicional ("si es de día, hay luz"), la segunda premisa es el anteccdente del condicional ("es de día") y 30.20.
la conclusión es el consecuente del condicional ("hay luz"). Sobre este "argumento indemostrable" véase 19-20 A6yOU~ KanT1AWElv Cf. Platón, Rep. 525D; So! 223D, 224E et passim.
Lukasicwicz 1975: 87~ 1 07 y Mates 1985: 117-120.
30.19 E,tobeo, Ecl. 2.93, 19-94,20 (SVF 3.611)
30.17 E,tobeo, Ecl. 2.111,3-9 Tá tE ayaOa návta tcOV onouoalcov dVIlI
Ka! ~aO'(AEóoE1V tÉ nOtE 10V voüv <€XOvta> Kal a
<K01VO> AÉyOVcn, KaS' Kal. tOV roCPEAOÜVtá. tlVO tooV
paO'lAe'i (J\))lPl<ÍloEo8Cll Ka! Euqmtav E~Hpa{VOvtl Ko.1. ipv...o- 7tI..r¡mov Kal €Ctl)'tOV roc.pEA.elv. T~v tE O}..lÓVOlaV e1t1at~­
JláOElav. "Ecpa ~Ev O' 011 KalnOA1- a
Il11V dvat K01V&V a.yaOrov, ¿il' Kal tOUe; o1touoalovc;
tCÚCcr9al Ka'ta tOV npOTlYOÚ)lEVOV AÓ"yOV orÓV EOll,)l~ 5 1tá.vra¡; ollovoeiv aUJÍA01e; Ola tO OU)lc.proveiv tv toi"
5 nOAltEÚOO9cu oe Eáv tl <KroAún> Kal )lMIO'T' fu¡ ~'lo€v roCPE- oe
KaTa TOV píov' tOUC; c.paúAouc; Blaq>rovoüvwC; npor; w..-
M:iv )lÉUn l~V natpíoa, KIVOÚVOUt; oE 1tapaKOAou8civ tmO- A~M1)¡; qSpoue; dVUl Kal KaKonOllltlKOUt; aU~Arov Kal
Aa~pá.vn )lsyáAOU¡; Kal. X0M:1tOUt; EK Tfje; nOAltEÍa". 1tOAEI1ÍOUC;.
1 exovta add. Heeren 2 €¡..tcpatVOV1Ut P: corro Wachsmuth 4 olov J-ulll ~~ FP : olóv oo.t ¡..t~ Heeren T6 t € O(Ka.tÓV q:>am c.púoel E1VIll Kili ~~ 8Éae\.
5 KWf...Ún add. Heine 6-7 únof...UIlPó.V€1 P: úrrof...o.¡..tpávr¡ F: corro Wachsmuth 1o 'Enó~EVov oe toÚT01t; unáp):mv Ka1 TO nOAltEÚ€o6at
tOV OOipOv Ka! )ló.Atot' Ev Tai" TOlaÚtatt; 1tOAltEÍme;
1-3 pacrtA.eúoElv té nOtE tOV votiv <EXOVta> KUl pamMi GUIlPuócrEa9at Kal ... cpIA.o¡..tá9wIV. Esto evoca
la tesis platónica del rey-filósofo y la idea de que el filósofo puede ser consejero del gobernante (cC Platón, taic; E~c.patVoú(Jatt; tlva npoKon~v npoe; tae; t€A€lae; nOAI-
Epis. VII 128A-C; 119A-140A; Rep. 471A-D; SOl E-502C y Sedlcy 1989: 97-119). oe
tEÍae;· Ka1 tO VOllo8€tstv Kal tO nClloeúElv av-
3 ''E!pCllltV cf. Estobeo, Ec!. 2.109.13-14. Opámour;. Etl oE cruyypác.peLV ta oUVáJlEVa cbcpe41v tOVe;
5 nof...ltCÚccr9al 8etáv tl <KWf...ÚU> KalllÚAtcrt' av )J.r¡oSv K.t.A. La tesis de que el sabio debe participar 15 Evtu'YXávovr~ 'tole; ypá)lllacrlV OiKeiOV dva\ tOl¡; O'1tOU-
en política si nada se lo impide, como informa DL (texto 30.20), parece haber sido de Crisipo. oalOte; KOl tO cruyKatapaív€lV Kal dr; yá)lov Kllt etc;
766 Capítulo 30 Politica y sabiduría 767

teKVoyovlClv Kal aútOU XáplV Ko.1. tf¡c; 1w.tplOOC; Kal 81KaO"tlKOú~ tE Kal PlltoplKOUC; ~ÓVOUC; etVat, trov oe <paÚ.A.rov
ti
ÚnOj..lÉV61V lIEpl taÚt'lC;, ¿ay j..lEtpía, Kalrróvouc; ouUva. E'tl Kal ava~apt~tOUe;, t0 Q,nepm'trotOUC; etVat á¡.l(xpt~-
Kal eÚvatov. napm':€lcr8Cll OE TOÚlOtC; q>aüA.a, 16 re 20 ~atl. aPAaPE~ t' dvat· ou yap WJ..ouC; pAámEtV oüe' amoúc;.
20 O'lIlOKOneiv Kal 10 aO<jHOTEúEIV Kal 10 cruyypÚq>EIV bn- €AG~ llováe; 'te)l~ dval cruYYVWJlllV t ' ExEtV JlllOEYÍ' Il~ yap
~AaPii TOte; EVTUyx.lÍvoUcrIV. clnep de; O"nouoaíouc; OUK av 1taptÉval 'tele; EK tOÚ vó~ou E1tIpaUOÚoae; KOAó.crEt<;, Enet t6 y'
ntao\. EIKEtV Kal Ó EAGOS aut~ S' ~ 61nE1KEla oúotvelá €011 \¡tuxiJ<; n:poe;
2 KOIVa add. Wachsmulh 5 ill~Am<; P 14 Ecrn FP : corro Heeren 17 «úroí) FP : corro I-Ieeren 18 KOAácrEIC; npocrnOlou~ÉVTJ<; XPllO'TÓtllta' JlTlB' o'{ecrOat crKA'lPOtÉpae;
¡..¡{tpm codd. : corro Heeren 20-21 tmpA.(Í;rT]v P : b d PJ...á1tTJV F : btlpAa1t~ Meineke : bd P}.á1t11 Hee- 25 aUtaS E.tVal. En yE tOV O'O<pov ou8ev 8auJlá~EtV tOOv OOKOÚvrroV
ren : ¿mpA.ap~ Wachsmuth napa8ó~rov, otov XaprovElQ KCtl. aJl1trottOas Katn:llyac; eEp~rov
3-6 T~v te Ó).J.6VOlClV ¿1tHsr~¡..tT]V Ó¡.lOvoelv ÓJJ.~},Otr; 0\(110 OUlllPCOveiv SV TO¡~ KClTtl tov ~(ov Un inte-
o"'
uoátrov Kaln:upos avaqlUOlÍllata. aUa Jl~V ou8' EV EPll ~l~ <pacrt
resante adelanto de la noción de "concordia" como el acuerdo enrre los buenos o excelentes y la "discor- plcócrEta¡ Ó crn:ou8aioe;' KOlveoVlKOS yap <PÚcrEl Kal1tpuK"l'tKóe;. nlv
dia" como la característica de los viles puede verse en Aristóteles, EN 1167bl-1S. La concordia, argu- ~ÉVtOI aO'l('lO'lv anoU~Etat unEp tiJe; tOÚ crro~atOe; úno~ovii<;.
menta Aristóteles, es una característica de la gente equitativa, pues los que son equitativos están en con- 30 EÜ~Etaí tE., c.pacrív, 6 oo<póc;, aitoúllevoe; '((1. ayaGa n:apa tOOv
cordia consigo mismos y en concordia unos con otros, y ello es asi porque sus deseos son estables (EN Oerov, Ka8á c.p r¡crt nooEt8CÓVlOe; EV t0 n:PWtC9 n Epl KaOllKóvrcov
11 67b4-7). Aristóteles, adelantando el enfoque estoico, también sugiere que en tre los ruines no hay Kal 'EKátCüV BV tpÍtCQ rrEpl1tapa86~ú)v. ABYOUO'l BE Kal t~V <ptAfav
verdadera amistad, de modo que no puede haber concordia entre ellos, a no ser en pequeña medida (EE
1239bI2- 1S; EN 1167b9- 10). La razón de esto es que una persona ruin no es confiable y es mala con
ev )lÓVOl<; toie; c}'1tou8aíole; dvat, 8Ul t~V ÓJlOlÓtr¡ta' <paol8'
todos CEE 1237b28). Para una discusión del tema de la "concordia" y su adelanto en Platón y Aristóteles aUt~v KOlvcovíav tlVa etval tOOv Kata tOV píov, XPOOIlÉVCOV ~~&v
cf. Soeri 2004. 35 tO~ <píAou; roe; Éa1Jtoie;. 81' aútóv S' aip€tov tOV c.píAov ano-
9 Tó tE 5iKo.IÓV <pelOI CPÚOCI dval Kal Il~ 8BO€1 Según OL 7. 128, ésta afinnación pertenece a Crisipo y c.paívovtat Kal t~V nOAu<ptAlav ayaSóv. EV n: tOiC; c.paúAOl<; ~~
se encontraba en su tratado Sobre lo noble, aunque Crisipo agregaba que no sólo "10 justo" lo es por eTVUl <¡:nAlav ¡..lllOcvl tE trov cpaúMov cpíAoV dvat. 1távtac; te tOUe;
naturaleza y no por convención, sino también la ley y la recta razón (~ Kal tov VÓIlOV Kal tOV opeov ac.ppovae; JlUlvEo:f)at· ou yap cppovíJlou<; dvat, aUd KUta t~V IOTJV
)'6yov, Ka8á <1'110'1 Xp'Ú(fIruto~ Ev ni) IT€pt toí) KaÁOí)).
tft aeppomJvIJ ¡.tavlav 1távta 7[páttEIV.
16-17 -ro otryKcu:aj3aívelV Kal eI¡; yállov Kal d<; T€KVoyov(av ... llutpíóoc; Según Antípatro, una casa y un
40 návtCl t' EÚ nOletV tOv O'()(PÓV, ooe; Kalnávra q>aJlev ta aUA~-
modo de vida no pueden ser perfectos a menos que estén acompañados de mujeres y de prole pues una
casa (como una ciudad) constituida sólo de mujeres o sólo de hombres es imperfecta. Cuando el "bien Ilata EU uú4iv 'tov 'IoJlllVíav. Kal tOOv O'oc.pOOv oE 1távra erval'
nacido" ha advertido esto, debe hacer crecer a su patria como alguien que se ha vuelto político por natu- 8E8ooKÉvat yap uutOie; 1tavtEAt; ~oucrlav t OV VÓJlov. tOOv oe
raleza. Las ciudades (o "Estados": 1tóf..EtC;), sigue diciendo Antípatro, no podrían preservarse a no ser que <paúAcov E.tvaí uva Atyerat, OV tpónov Kal. t&v aoíKoov, aUroC; IlEV
los mejores ciudadanos pOI' naturaleza o los hijos de los nobles contraigan matrimonio en el momento t~, nÓMOl" aMOl, DE trov XPill~tvOlv <pa~tv. [... ]
correcto (cf. Estobeo, Flor. LXVII 25=SVF 3.63); sobre tos problemas que suscita la interpretación del 45 Bíeov 8E tpt&v ovrcov, 8ecoPlltlKOÚ Kat1tpaK"tlKOU Kal AoytKOÚ,
ténnino yallElv como la institución del matrimonio en el sentido modemo cf. Rist, 1980 : 66-68 y, más
recientemente, Erskine, 1990: 25-26. tov tpÍtov c.pacrlv alpEtéov' yeyOVÉVCll yap unO 'lile; cpÚcrEúJS ení-
t~De, tO 'OYlKOV q¡,ov npo, eeOlp(aV Ka\ npo!;lv. e"MlyOl, té
30.20 OL 7. 121·125 ;130-131 (SVF3.355; 642; 697; 757; 3 Apollodorus 17; LS 66H; 67P;" <paotv e~áseLV Éau'tov toÚ ~íou tOV croepov Kat unEp natpl8oe;
67U) Ka\ tlnEp tp().OlV. KaV'V crKÁ~potép~ yév~tat óAy~8óVl ~ 1t11poícrecrtv
nOAtt€ÚOEOOaí <paot tOV cro<pov av ¡.t~ n KCOÁ.Úl1, éó~ <PllO'l 50 ~ v6crOle; aVtátOl<;.
Xpúom1lo<; 8V nprorC9 n €pl picov' Kal yap KaKlav Eepé~€IV Kal En' ApÉcrK€l 8' autoi<; Kat KOIvae; dval tae; yuvaiKae; 8Elv napa
ap€t~v 1IapOp)l~O'EIV. Kal ya¡.dI0'f:1V, roS ó Z~vwv epllOtV EV n OI-I- toie; O'oc.poic;, WcrtE tOV EvruXÓVtCl tn €VtUXoúcru xpilcr9at, KCt8á
tdq, KalnatoonorrI0'f:cr8m. E'tt TE J.1~ OO~ácrf:1V 1'I.)V O'oepóv, CPllcrt Z~vrov EV tn nOA¡td~ Ka'¡ XpÚOIit1tOe; EV t0 neplnoAltEÍa<;,
5 tOUttOl't \Vf:OOEl ~l~ cruyKata8~crweUl )l'lóeví. KUVIElv t' autóv' aM' En D.lOytvllC; Ó KUVIKOe; Kal nAó.túJv. návtas te n:atoas
dVaI yap tOVKUViO')lOV O"ÚVtollOV E1I' apEtT¡v óOóv, chS A1IoUó- 55 En(cr~, crtép!;o~ev .atéprov ,pónov Ka\ ~ €n\ ~OlXdg ~~AotUn(a
oeopoe; ev rft 'H81KÜ. y€úO'w8al tE Kal avOpwnlvwv O'apKOOv Kat&. nEPlQlpE8~OEtal . rrOAltEÍav B' apíO"tT]V 't~v ¡.ttK"l'~V €K t E OllJlO-
1IEploracnv. IlÓVOV t' E4ú8Epov, tOU~ O€ cpaú).,ooc; OOÚAOUS' etvm Kpatla<; Kal pacrtÁeíae; Kal aplCTtOKpatfac;.
ydp t~V EAeu8eplav ~oucríav aótonpayía<;, t~v BE oouAeíav O'TéPll- Kal Év JlEY 'toie; ~SlKOit; ooYllaO't t OlaÜta AtYOUOt Kal tOÚtrov
10 O'lV aótOnpaylro;. EÍvm OE Kal WJ..llV oou4íav n)v f:v Ó1tOtá~El Kal 1tAelW Ilt>ta tOOv olKElwv a1tooEí~ECOV' toúta 8' ooe; tv K€qlaA010l<;
,~'t
n
tpÍT'lV n)v f:v K"l'~oet tE Kal unorásel, avtltíOt>tal ~ oeOnOtEla,
),1_ e'
60 ~Il'iv AeJ.1XOro Kal. atOlXEtíOO&e;.
cpaulI.ll ouO'a Kal.auul.
"
ou, IlÓVOY u0;:' c.J\GU 't
epouc; EtVat ,
'touS ,
crocpou<;, 2 áKaKíuv F 5 'VEUod Dp 4 : 'Veu5~ F I cruYKa-rat(9tcr9(u S et Suda : cruYKata9~0'€9al cet. codd. 6
&Ua Kat pacrtAéac;, riic; paO'\AEÍae; otO'lle; apxils avu1tcuOÚVOU, tÜtOIlOV Sp l et D in mg : clO"ÚVTOjJOV FO 10 tá~EI F 11 Ú1tOtá~€1 om B 12 auní Bpl et Suda: aütT]
~t¡e; 1tEpt IlÓVOUS av tOUC; cro<pou<; <Jl)OWlll, Ka8á <P'l0'l XpúO'l1tnoe; cet. codd. 1 06 om. F 12 O'OI.pOÓC; om. lb J4 cno.í11 SPFD: O"\)O'taí11 Menagius e Suda Ó. 1424 15 ~i¡vO)v
15 €V reí) n Epl toG KUpíeo<; KexpiJcr8m Z~vú)va 'tate; 6vÓIlCtcrtV' €yvco- aUtOl¡; F2 20 015tE F, van Amim : ou BPFO 22 rtaPE(Vo.t 23 ~K€tv F : EÍ'K€lV P<ll et Suda I cl0'8ÉvEla
KtVat yáp <PllO'l 5Eiv tov apxovra nEpl aya8<óv Kal KCtKOOV, ~111otva scr. Marcovich : ouoEjJía BPIOIb: oóóÉvcla Cobet: Oóo¿ ¡.na F 23 -24 npoc; KOAácr€l~ om. f: sec! o
86 trov epaúAoov Enlcrtacr8m taÚta. ólloíúJ<; OE Kal Ó:PXucou~ MarCOv1ch 25 OE1 8aulláselv Suda : Gau¡.táoElV <ll 26 o.¡.mÓJulC; p lQ<ll et Suda ü¡mCOtlv F
áll1t(ótlou~ BO 30 Eiísam B 3 J Kaef¡Kov-roc; Bcir ex DL 7.129: Ku9f1KÓVHOV codd. 34 aUtOl¡; FP4 :
1
768 Capítulo 30 Política y sabiduría 769

(u'n~v cet. cocido 37 ¡.ulotVO: Galesius: l111oev( codd. 39 návra om. FD 40 n(ÍVl"a<; BPFDcD : corro Fro· l oyov(o<; celo codd. 1 trov /..\}1tp6y€wv K: tO /..u1tp6yctov cet. codd. / 1tapclA..€to<; BMH 15
benius 43 tov aOIKOV Bp1FD$ 49 nupÓlm:O"lV r 51 om. <D 52000; BplQcD: &crtE ceL codd. 54 nAA' oPOYVCOj..lOVOD01V YO / v6j..lot<; BEMF 15-18 1tpOO'8~Kat j..lM/..OV al ... KaTa <pÚO'lV om. A
en Cobet: &A.Aá TE BPF aMa Krtl o 55 mép~o~u,v plQ corro p4 56-57 OlllloKpULf'Íao; F 57
apt<JToKpmíar; om. iD : ápL(HOKpo:tdo:~ BF 1-3 ltpoaEl~KrJ yáp ¿O'n ... <pÚO'cffi~ ~ KOTcl o~)lou<; 1to},ttEÍa. ~ ~tv yap ~syaM1to/..t<; aOE Ó K60')l0<; 6O'Tt
Kal ~IQ xpf\tat 1to/..t'tEÍg KOt v6jlf{) f.ví Aunque la palabra 1tpooO~lCTJ no es particulannente habitual en las
3-4 YO:)l~O"f.tV, eh; o Z~v(Ov qrrlcrlv BV no~,tn:íq., KCflltatoononíO'€a9m ef. Estobeo, Ecl. 2.114, 4-6 Y Ci- fuentes estoicas ni aparece especialmente asociada a ningún estoico (en Epicteto aparece una sola vez y
cerón, texto 30.45. en un uso no técnico - Diss. 1.8.9- , en Marco Aurelio ninguna, y en Crisipo una sola vez, siendo la fuente
15 tv 1:(9 TIcpt TOO K1Jpíws K€;wf]cr9m Z~vwva 10ío; ov61lCtow' Cf. Cicerón, D efin. 3.15. este mismo pasaje de Filón incluido por von Affiim entre los Fragmenta moralia), es relativamente
20 aPAapeíc; -r' etvar ou yap aMoue; P"Ó1!TEtV oü8' (lUWÚC; El infonne de Estobeo (2.101, 5-13) parece frecuente en Filón cuando, muy estoicamente, quiere indicar la precedencia del todo respecto de la parte
un poco más completo en este punto: las cosas adyacentes a los males (rO. nOpmeBIlf:.W ,o~ KO:KO~) suceden (cf. De vita Mosis 1.323: "tampoco [es justo] que el todo sea un apéndice de la parte": ouM ltpoo8~KT¡v tO
sólo a los malos. Dichas "cosas adyacentes" a los males son daños y por eso todos los buenos están libres de o/..ov )lip01.l<; dvm). La idea de "apéndice" o "complemento" da una idea muy apropiada para contrastar el
daño (ap/..opcU;) en ambos sentidos, pues si uno es bueno no puede dañar (porque un bueno solamente produce cosmos (que es el todo que se rige por la ley universal) con las ciudades particulares (que se rigen por
bienes), ni ser dañado (porque solamente tratan con los bienes y lo adyacente a los bienes solamente pueden leyes particulares que, para adquirir legitimidad, deben adecuarse a la ley universal).
ser bienes). se
3-5 lJryo<; ot ¿OH CPÚO€ffi<; 1tpOmaKTlKO<; ~€v cbv 1tpaK1:€OV, a1tayop€UTlKO~ rov OU ltOIr¡tÉOV Ésta es la
21-24 ¿/..€~~OV(i.; TE Il~ dvCtL cruYYVWIlTlV t' eXEtV Ilr¡oeví' ... IlTlO' 01Eo8m oKJ.l1PotÉpa<; OtlT(l<; EtvOl So- caracterización estoica habitual de "ley" (cf. aquí textos 30.1, 30.3 Y30.16).
bre la inexistencia de indulgencia o clemencia en el sabio respecto de quien ha cometido una falta o 17 tOU tf\~ <púO'cw~ Óp80D /..6/,ou Sobre esta expresión cf. nuestra nota al texto 30.8, líneas 9-10.
incluso un crimen cf. el estoico Hierocles (en Estobeo, Ecl. 1.64, 1-14). Hieroc1es presenta el tema del
castigo (y, más relevante aún, de la imposibilidad de que sea suspendido) en su discusión de cómo debe 30.22 Marco Aurelio, ASI 4.4
ser nuestra conducta hacia los dioses: dado que éstos son inmutables, no pueden cambiar de idea , y dado El to VOEpOV ~!_ÚV KOtVÓV, Kal Ó Aóyo~, KaO' Bv AoylKO{ ¿a¡.t€v,
que son sabios, no puede infringir castigos injustos (véase Rame!li 2009: 64-65; 97-100 y nuestro comen- KOlVÓ~· El toiho, Kal. Ó 1IpOataKtlKO¡;; tmv rrotlltÉWV ~ ¡..¡.~ AÓyo<;
tario) . KOlVÓ~· El tOUtO, Kal Ó VÓ).ID~ KotVÓ~· El tOUTO, 1IoAltaí ¿aj..lEV· Ei
45-46 Bícov 06 Tpt&V OVtCOV, 8€COPllTlKOD Kat ltpOKttKOD mt /..OYtKOD, ... oipct€ov Probablemente hay TOuro, 1tOAttEú)..J.at6~ tlVO~ )..J.EtÉXOJ..lSV· Ei tOUto, Ó KÓcr¡..tO~ roaavEI
que entender "Puesto que hay tres estilos de vida preferidos" (cf. texto 30.18). 5 1IÓAt~ ¿mí' tívo~ yap aAAou <p~(JE1 tl~ tO trov avOpcónffiv nav yÉvo~
47 TO /..oytKOV 1;iiJov 1tpO-:; 8Ecopíav KOt1tpéiStV Cf. capítulo 26, textos 26.15 y 26.26.
KOlVOU nOAtt€Új..laTO~ ¡..ttt¿X€lV; f:KEí:OEv ot, ¿K tf¡¡; K01Vtl~ 'taÚTll~
54 h.LOySVJ1<; o KUVIKO<; Kal rnÚ'rwv Para Diógenes el cínico cf. DL 6.76; para Platón Rep. 5. Véase
también Cicerón, Defin. 3.68 . 1IÓAEro~, Kal aUTO TO VOEPOV Kal AOY1KOV Kal VOj..l1KOV ~j..llV 11rróOEv;
ruarrEp yup to YEroOÉ~ ).101 o:nó "C1VO~ ytl~ O:rrOj..lE).IÉpmrat Kat to
30.21 Filón dc Alejandría, DJ28-32; 38-39 (SVF 3.323) uypov a<p' É'rÉpou mOlXEíou Kal TO rrvEU).Ia'T1KOV arra 1tT]ytl~ T1VO~
1Ipocre~Kl1 yóp f:an ttl~ tO Jdjpo~ 10 Kal TO OEp)..J.OV Kal1t1Jpt08€~ EK tlVO~ lúía~ 1tr¡yf]~ (ouo€v yap f:K tOU
árróvtrov avr¡)..J.)..J.Évr¡~ <púaEro<; ~ KatU 8~)..J.ou~ 1IOAm:{a. ~ )..J.EV yap J1eya- ¡..tr¡8EVO~ itp;(Etat, ru01tEp ).1-113' Ei¡;; tO OUK av a1tÉpXEtm), OÜtro 8T¡ Kal
AÓ1IOAt~ OOE Ó Kóa)..J.o~ ¿mI Kal ).Ilé! XPílTOt rrOAttEíQ Kal VÓj..lC9 Éví' Aóyo~ TO VOEpOV ~K€l noSÉv.
8t ¿an <púm;ro~ rrpOmaKtlKO~ )..J.EV ebv 1tpaK'T¿OV, anayopEunKo~ OE c1v 1 El<; tO A 2 1IotJ1Trov ADC I ~ jltl AóYOC;] ~f.LD..oyo<; AD 5 1t&t~ ¿cr1Í] 1to/"Í'rat<; 1:1 AD I <púmv ti<; AD
5 ou nOtTlt¿OV' ai 8E KaTa t6nou~ aútat 1IÓÁE1~ U1tEpíypa<poí 'TÉ dOtv 7 v6f.Lt)lOV Farquharson in app. / ~)ltv] ~K€t Trannoy in app. 8 TO y€roO&; ~ot Dalfen : TO yE roOE m::
apt8)..J.(9 KalrroAlTdat~ xPWVtat 81a<pEpoúcrat~ Kal VÓ)..J.01¡; OUXt tol~ aUTol¡;, j..l0l M 1001tojl¿punat AM lO yf\c; AD : 1tVO~-; Schenkl
olla yap 1Iap' OllOl~ itOll Kal. v6)..J.1¡..t.a 1IapE~EUpr¡)..J.¿va KalnpOatE8El)l¿va.
alttov 8E tO O)llKtOV Kal UKOLVroV1Fov ou ).IÓVOV 'Ell~vwv 1tpO~ pappápou~ 30.23 Marco Aurelio, ASI 4.29
11 pappóprov 1tpO~ "EMr¡va~, alla Kal TO ÉKat¿pOU yévou~ i3tQ 1IpO~ tO
El ~Évo~ KÓcr)..J.OU Ó )..J.i¡ yvropí¡;;rov ta 6v aut(9 ovta, OUX ~TIOV
10 Ó)..J.Ó<pUAOV· de' cO~ EOlKE ta avaína alnroj..lEVOl, KatpOU~ áPOUA~tOU~, ~Évo~ Kal Ó )..J.~ yvropí~rov Ta ylVÓ).I.Eva. <puya~ Ó lj>EÚyroV 'tov ltOA1-
ayovíav KapmBV, tO AU1IpÓyEWV, t~V O¿mv on napóALO~ 11 )lEcrÓyElO~ 11 tlKOV 'Aóyov· tU<pAO~ Ó Kata¡..¡.úrov t(9 vOEpéi) Oj..l)..J.at1· 1ttroxo~ Ó
KaTa v~crov 11 Kata ~1[EtpOV 11 eaa TOÚt01<; Ój..l.OlÓrp01ta, ráA1l0E~ ~O'UXó­ f:v8dl~ ÉtÉpou Kal )..J.i¡ nóvta itXrov nap' f;aUtOU tU El~ "Cov píov
~OUO'lV' itan 3' ~ rrAEOVE~ta Kal ~ 1tpO~ all~)"ou~ amatía, 31' a~ OUK 5 xp~01)..J.a· cmómr¡)..J.a KÓaj..lOU Ó a<p1má)..J.EVO~ Kal Xropí~rov Éautov
apKEaOtvTE~ tOl~ ttl~ <PÚ(jEro~ eEa)..J.ol~ ta oó~avTO O'U)..J.<P¿PElV KOlVii rOl~ tOU ttl~ KotVtl~ <púcrEro~ AÓyOU 8to. TOU SuaapEotElV tol~ GU)..J.paí-
VOualV' ¿K€ÍVr¡ yap <pépE1 'TOUtO, ~ Kal aE ~VEyKev· a1IÓOXtcr¡..ta
15 ó)..J.O)'Vcó)..J.OOtv ÓI..tÍA.o1~ raura VÓ)..J.ou~ eltE<p~)..J.lcrav. ruaTE €iKótro~ npoaO~Kat
)..J.allov ai Kata j..lépo~ nOAITElat )..J.ta~ ttl~ Kata t~V 'Púmv' 1IpocrOtlKat nÓÁEro~ Ó t~V 18íav \jfUxi¡v tf¡~ trov AOytKroV a1Iocrxí~rov, ¡..¡.ta~ oÜcrr¡~.
)..J.Ev yo.p 01 Kata nÓNw; VÓ).IOl TOU ríls <PÚcrEro~ opeou Á.óyou, npoa8f¡Kll 2 o<paya<; A 4 ta om A
3é ¿atlrrOAtTtKO~ aVllP tOU PlOUVtO~ ¡cata <púcrtv. [ ... ] 2-3 CP1.lya<; ó tpEÚYCOV tOV 1tO/..t1:lKOV /..6yov Cf. supra texto 30.16.
oiKía tE yap
20 1IÓA1~ emlv eataA)..J.Évr¡ Kal ppaXEla Kal OiKovo~lÍa cruvr¡y)..J.Évr¡ n~ 1tOAltEÍa, 30.24 Epicteto, Diss. 2.10. 1-6
cOS KalnóAl<; ).IEV oIKo<; ).IÉya~, 1tOAITEÍa OE K01Vlí t1~ OlKovo¡..t.ía. 01' 'EKÉl.jIat t{~ d. to 1IptOtOV avOpro1to¡;;, tOUtO o' Ecrt1v
<bv ).I-cíAlma rrapíataTOl tOV aUTov OiKOVO).l-tKÓv 'TE dvat Kal1tOA1nKÓv, ouo€v itXrov KUptCÓT€POV npompÉ.a€ro~, aMa raút1J ta
KaV ta 1tA~ell Kal ).IeyéOr¡ TtOV úrrOKEtj..li:vrov otaAMttn' aMa Ú1IOtEtay)..J.Éva, auti¡v o' aooúÁEutOV Kal avunó-
taKtOV. O1(ÓrrEl o-ov, tívrov KEXCÓptcrat KUta Aóyov. KEXro-
3 j..l(a F 4 ¿on om. A / npOTp€1trtKO<; V 0 / rwv 1tpaK'rÉcov V 20 / a1tanaK'rIKO~ A 5 ou]p~ A 7 ~811
2

A / ltOpESllllpr¡)lÉva C 9 f.K(("[ÉpOV HP / yÉvo-; K 10 TavavtÍa VO 11 áyovíav evo / aywvío<; K 5 plO'm Or¡pírov, K€;(OOptcrat npopáTwV. ¿rrl tOÚtOl~ 1tOAí-
770 Capítulo 30 Política y sabiduría 771

'["11~ et rou KOO)J.OU Kal )lÉpOC; aurofi, OÓX EV tOOV ú1tTlpe- ypcupeV. OUKOUV Kal. ~ acpoPI1~ ÁÓyoc; á.nayOpeU!tKOe; Ka!. ~
tlKOOV, aUn rrev rrpOl1yoU)lÉvrov' n:apaKOAOu8rrtlKOC; yap 5 Eruten, <o> E~AoyO, Erutcrt,' Kal ~ Et\AápEla tOívuv Aóyo,
d tfi 8eíQ. ÓIOIK~Oe l Kal rDi} t~flc; bnAoylcrrlK6~. tÍe; €Cft!'v 01tayopEUTtKOC; T<fl crOq><fl· TO yo.p eUMPeicr9m cro-
ouv maYYeA,lO 1tOAltOU; 1.l.TI0s\¡ EXelV ioiQ. O'U)..L<pÉpov, q.H.1v i'Ó tOV ou <paúAoov €O""tlv. ei ~v o-ov f:rspóv Ba1W Ó tOu
10 nEpl ~~1iEV~ PouAzúEcrOat ro, anÓÁUTOV, aAÁ' óímrep liv, cro'Pou Aóyo~ Kat gT€POV Ó v6~o;, llaxólleVOv t6) VÓIlC9 Aó-
ei ~ Xetp ~ 6 1lQUc; AOytcr).lOV dxov KUlnUPl1KOAOú8ouv yov oí cro'POt nlv clAá~elav EXOUOlV· el S' OUK aUo tt
-rfl epuGlKñ KataoKEufi, ouobror' av aAA.(J)C; rop ~frlO"av ~ IO vó~~ Éo-rlv ~ Ó TOO crO<jloO Aóy~, cl5p~ra t VÓ~~ ánay<>-
<hpÉx8'loav ~ E1tOV€Vé'YK6vre<; €ni TO OAOV. 8u1 tOUTO peUttKO~ tOle; cro'PoI~ TOU nO lelV a eUAapOUvtat.
KM&; léyouo"IV oí q:nAÓOOCPOI on
ei n:POÚOEl Ó KGAOC; 5 lD.oyoc:; g : ruAO¡O¡; XE / Kal EÜAoyO~ dVClAQyB / €yKAIO~ codd. / post EKKAIOlt; coni. Chemiss
15 Kal 6:yoOoc; tU ecr6)1EVU, cruV~pyel av Kal Tc9 ruAoy6¡; y' ooaa T1l OpBl;EI yap EvavtÍa' ~ O' eUAá~Ela lcat' autov
VOO'EtV Kal Tc9 Q1tOevÚOKelV Kal 10 1tll Poucr8Ctl,
aia0av6J-1ev6C; ye, Otl arro rile; trov OAcoV ÓICttá~eWC; "WUTO 30,28 Cicerón ND 2.154
clrrové¡.u::tOl, ICOplcón:pov os 'to OAOV 1"01) f,lépouC; Kal ~ [154] Restat, ut doccam atque aliquando perorem omnia, quae sint in hoc mundo, quibus
ou
wu 1tOAÍtOU. vOv 6' on 1rpOyLYVOOcrKO~IEv,
1I6AH; utantur homines, hominum causa facta esse el parata. Principio ipse mundus deorum
haminumque causa factus est, quaeque in ea soot, ea parata ad fructum hominum et
20 KaO~Ket tOOV 1tpOC; eKAoYllv El)(pueatÉprov eXe-
crOm, on Kulnpoc; Tauro yey6VCql€V. inventa sunt. Est eni m mundus quasi corrununís deorum atque hominum domus aut mbs
5 utrorumque; solí enim ratione utentes iure ac lege vivunt. Ut igitur Athenas et
3 ClÚt~ Sc : ClÚtÜ ed. Bas. / 6:00UAroTOV Wolf 7¡mpClKoAou6r¡Kw¡; s 12 ~ ÚlpÉX61loClv S : ~ Úlp ¡n ras. Lacedaemonem Atheniensium Lacedaemoniorumque causa putandmn est condilas esse
30.25 Epiclelo, Diss. 2.15.10·12 omniaque, quae sint in his urbibus eorum populorum recte esse dicuntur, sic,
aVeU rrácr'l<; ahía<; ~á- quaecurnque sunt in omni mundo, deorum atque hominum putanda sunt.
yel<; ~~iv avOpOO1tOV ÉK toU ~fjv cpÍÁOV Ka!. auv~e'l, tfj; 4-5 Se trata de una afinnación repelida en conleXIOS estoicos (que Cicerón cita varias veces; cf. Defin.
a\ltfj<; 11:6400<; 1tOAÍt'lVKa!. Ti¡; ~eyáAr¡; Ka!. Tfj<; IlIKpn<;· 3.64) y probablemente originaria del eSlOico Posidonio (ef. DL 7. 138).
ella cp6vov Épya~óllevo<; Kat a1to),Áúoov av9pw1tov ll'lOSV 30.29 Filodemo, De pielale 7.12-8.4 (SVF 2.636)
5 llOIKflK6ta AÉ:yet<; en Toie; Kptgelmv É¡.t!-J.ÉveIV&Ei. d o' ta. napa-
émiA9tv crOl ncó<; not' é~i: cl1tOK1"€IVat, EO€t cre é~tpÉvetV ¡[A~Ola M Kav TOlt; 1tept cDúcrew~ ypá'Pet, lle9' rov elnallEV Kat
tole; KplgelO"tv;
ro\~ 'Hpa~Ítal) O1JV01KtlOOV. Kat ó~ Kav t6) nproT<9 r~v vúlCTa
6 1ta,¡; s: corro Schcnk l 8táv <PllCJ1V dvat 1tpWrlcrt'lv. év Bi: 1"ep TpÍ"tey TOV KÓalJOV Eva TOOV
5 q¡POVlIlWV, cr1JV1toAelt€l.l6).lEVOV Oeol<; Kat civOpwrroli;, Kat tOV 1t6A.Sl10V
30.26 Filón, Prov. 2.15, 1-9
Kat TOV ..6.ía rev alnov E!Val, KaOá1tep Kal tOV 'HpáKÁ.€ITOv AtyelV·
Ou "tÚpavvoe; Ó 0e6C;, cb~6t r¡Ta Kat ~íav Ka!. ocra
BV 013 '[~ 1téll1ttey Kal AóIOU~ epw'tCl. 1tepl. tOU tov K6crllOV ~0ov dvCtl
tSecr1t6t'l<; clv1Wépou apxfj; Epya É1tltEtllBe1JKcóc;,
Kal. AOylKov Kat <t> povouv Kat geóv.
ana pamAzu, íí~EpOV Kal v6~t~ov av~~~évo,
~ye~ovíav, ).. t EtO. BncatOcnJvllC; tOVmJ)11tavtCl oupa- Este texto también aparece citado en DG 548.
5 vóv re Ka!. Kócrl..lOV ~papeúEt. ~acrtN;1 M OUK EO"TI
np6crP'lcrlC; olKEloTépa rrarp6c;. oyap Év Tal<; 30,30 Cicerón Defin. 3.71 (SVF 3.309)
cr1Jyyevdatc; 1tpOe; TéKVa yOV€I<;, ·taUtO pacrtA.euc; !lEV Ius autern, quod ita dici appellarique possit, id esse natura, alienurnque esse a sapiente
npo<; nÓÁtv, npoc; Bi: KÓcr~!OV Ó 0EÓC;, Oúo KáUtcrta non modo iniuriam cui facere, verum etiam nocerc. Ncc yero rectum est cum amicis aut
cpúcreCO<; gecr~ol; aKtV~tOt; atSlaAúTey hmcrEt ó.P!locrá- bene meritís consociare aut coniungere iniuriam, gravissimeque et verissime defenditur
10 IlEVO<;, tO ~yellOVtKOv IJETa. TOU KT]OEIlOVtKOU. numquam aequitatem ab militate posse seiungi, el quicquid aequum iustumque essct, id
5 ctiam honcstum vicissimque, quicquid esset honestum, id iustum etiam atque aequum
2 avr¡J.lÉpou Kal GlcAllPÓ:~ 6:px~~ Wendland : (}KI,.,pó.~ sed van Amim fore.
5-6 paO"lM:i or. OUK ECttl ¡tpóoPIlO"l~ olKEtOTtpa 1tatpól; Para la inspi ración platónica de esta línea cf. 4 numquam aequitalem ab utilitale posse sei ungi Parece tratarse de una tesis del esloico Cleantes (ef.
Platón, Tim. 28C3-4; 37C7; 41A7. Clemente, Slrom. 2.22. 131, d Iado en nota al texto 30.4).
9 <púcrc~ aOO"J.loí'~ dK1VlÍTOU; Para esta expres ión ef. Filón, Opif 172; De specialiblls legibus 2.58;
4.232. 30.31 Cicerón, De leg. 1.44-45 (SVF 3.311)
Quodsi tanta potestas est stultorum sententiis atque iussis, ut eorum suffragiis rerum
30.27 Plutarco, SR 1037F-I038A (SVF 3.175)
natura uertatur, cur non sanciunt ut quae ma la pcmiciosaquc sunt, habeantur pro bonis et
KCtl
sal utaribus? Aut <cur> cwn ¡us ex iniuria lex facere possit, bonum eadem [acere non
I-J.~V ~ ÓPIl~ Kotá y' OllteV !DU av8pcórrou AÓyO~ Bcrr!.rrpocr-
poss it ex malo? Atqui nos 1egem bonam a mala null a alia n¡si natura<e> norma diuidere
taKttKO¡; aU1"ep TOl) nOtElv, ro~ BV r0nspt NÓ!lOU yÉ-
5 possumus. Nec solum ius et <in>iuria natura diiudicatur, sed omnino omnia honesta et
772 Capítulo 30 Po lítica y sabiduría 773

turpia. Nam, <ut> communis intellegentia nobis notas res eff<e>cit easque in animis 3S EmIV, onou ¡.tÉV, av ¡.tera roú Ka'Aoú tlS únoOflWl Ka!.-rr,v
nostris inchoauit, honesta in uirtute ponuntur, in uitiis turpia. [45] Haee autem in ~óov~v uya80v etvUt, cr4>t;ecrOat OLKatOcrÚvr¡V Aiyovros,
opinione existimare, non in natura posita, dementis est. Nam nec arboris nec equi uirtus 01tOU M; n!ÍAlV rou; ~T¡ IlÓVOV la Ka'Aov <ayaOov> anOAl-
quae dicitur (in qua abutimur nomine) in opinione <po>s ita est, sed in natura. Quod si ita nóvlas aincollÉvOU "taS upnaS émácras O:Vatpelv. [... ]
10 est, honesta quoque et turpia natura diiudicanda sunt. Nam si opinione uniuersa uirtus, Ka!. llT¡v EV talS nepL
cadem eius etiam partes probarenttrr. Quis igitur prudentem et, ut ita dícam, catum non ex 40 'ó'tKalOOÚVllS Anoóei~EcrllJ:yeL Pllroos on mlv KatÓp-
ipsius habitu sed ex aliqua re externa iudicet? Est enim uirtus perfecta ratio, quod certe in Oco¡.ta KCÜ eUVÓ)..I.ll)..l.a Ka!.olKalOtrpáYllllá Ecrtr tO SÉ ye
natura est: igitur omnis honestas cadem modo. Ka-r' f.yKpÚtetaV ~ Kapteplav ~ r.ppóvllcrlV ~ o:vópeíav
npattó¡.tevov Kmóp8co)..IC1 Ecrnv' cOme Ka! OIKatonpá-
1 Quae si AB, Vahlcn, Müller 3 Aut quom V : Aut cur Bake: Aut cur cum codd. deteriores 5 iura V
y~~a.' [ ... ]
6 ita communis intellegentias Bake, D'Ors J nobis natura ef[ecit Ziegler : nobis del. Bake : nobis no-
tas res efficit V J <ut> honesta in virtute ponantur vul. D'Ors : ponuntur VIO <po>sita Ziegler 45 Toú oe IlA.<ltcovoS d1C6vtCX; t~V aoudav wC; ÓlaepOpa
\fIuxfls oucra Ka!. múO"l~ oúo' EV aurolS t01S EXOUOlV ano-
páUel t~V óúvallLV aA)..' aurov É.amÚ) crullpáUEt Ka\. <cruy>-
30.32 Plutarco, SR 1040A-I041E (SVF 2.1175; 3.23; 288-289; 313) KpOÚel Ka\. Wpáttel tOV 7rOVllPÓV, ÉyKaArov Xpúcr11tnOS
'Ev 0E.10IS npos atHOV nAÚlCúva nept 'ó'lKawoúvllS a"tóncos ct>llcrl 'Aéyecr8at tO d.8tKelV ÉaUtÓv' e1vat yap npos
su9uS É~ aPX~S ÉVÚAAETat r0 n:ept Elsrov AÓYCf} Kaí ct>llCHV 50 ihepov ou npoc; Éamov r~v &OIKíav· Én:tAaSÓj.levoe; OE roú-
oih' operoe; anorpÉnelv rÚ) a1tO lroV 8erov r.pÓpCf} rlÍS 0.0\- tCOV auSle; €V talS 1tep!.'ó'tKatoOÚVllS An:ood~ecrtv a01Kel-
Kíac; rov KÉcpaAov, eUOIúpAllróv r' etvat Kalnpos touvav- aSaí <Pllcrtv úep' Éamoú tOV aOIKOÚVW Ka\. aÚ"tov aÓLKelv,
5 110V €~úy<8\V nap€>XOVTa nOAAous treptCJ1Tacr¡.tO\\; Kat mEla- o-rav állov nOllefl, yevÓ¡.tEVOV eaut~ roú napavollelv alnov
VÓrlllO.e; aVTltrttrroúcrw; rov nept rrov ún:o 'wi) Oecu KOAá- Ka!. pAÚmOvta n:ap' a~íav Éautóv. Év ¡.tSv rOle; npoc; ITAá-
cr8COV 'Aóyov, roe; oúoev otacpÉpovra rlÍS AKKOUS Ka\. T11S 55 tcova taut' elPllKe nep\. tOU rT¡v aoudav AiyecrOat 1lT¡ npoc;
AAepllOUS, 01' d>v ta 1tatOápta 'tOU KaKocrxo'Aelv ai yu- Éautov OJ,J"a 1tpOe; Etepov' Ol yap Kar' ióiav <a01KOl OUK dcrtv
valK€S avdpyouO"lv. OÜ'U.ú OE. otaoúpae; ta lOU IT'AÚtOOVOS OUÓE Ol> aolKOL cruvEm~KaOlv ÉK nAelóvcov tOloútOOV tavavtia
10 EnatvelnáAtv Ev aAAotS Kat n:pOct>ÉpelOl ta tOU Eupmíoou AeyÓVtOOV, Ka! aAAros tlis aOlKíar.; AClIlPavOj.lÉvr¡s roS llv Év trAelOO"l
taOrtnOAAáKU;' n:po; É.amous oiÍtcos exoucrtv eis óE tOV EVCllllloevoC; OlateivOvtOe;
aAA' ecrnv, Ket ns syyeAq AÓYCfJ, 60 rOlOúlOv, KaS' ocrov OE 1tpOS "toue; nATlcr(ov eXe1 omcoS.' Ev
ZeUe; Kal ElEOl pp6te\U AeúcrcrOV1"es náElrr' 8€ talS A1COÓeí~eO"l -rOtoútQve; ~pÓJTIlKe AÓYOUC; nepl rou
tOV liOlKOV Ka!. É.autov aOlKElv' napa{nov yevÉcr8m napa-
Ka! óllOícoe; EV tú) 1tpúm);l 1rePI 'ó'IKatOcrÚVr¡s ta 'HO"tóoew vOIl~¡.tatOr.; a1tayopeÚet 6 v6)..1oS· Ka\. ro &Ó1KelV Ean trapa-
15 'wur\. npoevE"(Ká).IEVoS v6¡.tll¡.ta· 6 roívuv napaínos yevÓ¡.tEVOC; aurép "tOU uotKelV
tOlO"lV Ó' oupavó8ev IlÉy' ÉmíAacre n~¡.ta Kpovtcov, 65 n:apavo¡.tEl d<; Éaulóv' ó 8€ 1tapavollrov eie; eva Ka\. &ótKel
Al).lOV ÓIlOÜ Kal AOlIlÓV' anO<p8lvú8oucrl oe 'Aaoí' EKewov' Ó lipa Ka!.óVtlVoÚV &OtKWV Ka!. eamov &OlKe'i.'
ná'Alv tO á)lc1pnl¡.ta "trovopAa)..lllá"tcov Emí, KaLnéi<; á¡.tap-
tautá ct>llO't 'tOUS Beous nOU::lV, 01tCOS trov 1tOvr¡prov KOAa-
tc1VCOV 1tap' eaurov állaprávet' néi<; ap' 6 á¡.taptcXvrov ~'Aú­
t;OIlÉvOOV oí. Aol1tolnapaoeíy¡,tacrl tOÚtOlS xpcOllevOl ~ttOV
mel €aotov napa t~V &~íav' d OE "tOuro, Ka!. a01Kel Éamóv.'
20 E1tLxetprom rotOUtÓV n nOletV. ná/ctv Év ¡,tev tOte; nep!.
70 en Ka! 01)tCO; 'o pAamÓIlEVOS úct>' €rÉpou eamov pAámeL
'ó'IKalOOÚVllS ÚnEl1tcDV Otl tOUe; uyaElov aUa ¡.t~ tÉAOS
Ka\. napa -rr,v a~íav Éaurav p'Aún:teL' tOUtO 8' ~v tO &OL-
nOe¡,tÉvour.; T~V ~ÓoV~v ÉVoÉXeWl crct>t;etv Ka! t~V otKCUO-
KelV' o ap' aOLKOÚ)leVOS Kat ú<p' omuouv mis €ClOtOV a01Kel.'
cnJv11V, OclS touro Kma AÉ~tV ei'pr¡KE' rúxa yap aya80u
aut~S anoN::ltrO¡.tÉvllS tÉAOUS oe 1l1í, t&v oe0\' aúrrov
3 tcOV OeOlpóPcv X1Fa 1: 8e&v CPÓPC9 B 4 cUólÚPAr¡1:6v ¿(JTt X: aO lápAr¡r6v tc:rn g f Kat om. dz 5
25 alpcroov OVtOe; Ka!. tOU KaAou, cr4>t;O\)leV llv -n)v OIKatOcnJVr¡V,
j.lelt;OV ayaOov an:OAl1tÓVtes 10 Ka.AOV Kal tO 8íKUtOv tfls 2-4 rc9 1IEpt ScÚlV MyCV 1<a( <jlllO"lV oiíl:' ópO&~ u1Iorp€1IElv rc9 uno 1:&v Se&v <jlÓPC9 tfj<; oolKia<; t"ov
~oovfls.' tauta ~tv EV tOÚtOlS nePI Tfj; 1;8ovfl;. EV 8€ tOlS K€<jlaAOVCf. Platón, Rep . 330D-3"3 1B.
1tpOS IlAcÍlcova KaulYopooV aurou 00KOUV10S aya80v a1to- 12-13 MA' gcrnv, Keln<; ... 1IáS'1 Euripides, Frag. 991 (Nauck).
Al1tElV t~V úyíelav, ou ~óvov 'TT¡v OLKatOO"ÚVr¡V (fJ"'1crlV n'AAa 16-17 t"olmv é' oupavóS¡;;v ... mo( Hesíodo, Erga 242-243.
45-46 Toí) Se m.árwvo~ d¡¡6vl:O<; t1lV &út1<íav ... Kat cn:ám<; Cf. Platón, Rep. 351D4; 444BI-8; 47003-
30 Kal rT¡v ¡.teyaA01.vuxíav avmpeicrOat Ka! t~V crCOr.pPOcnJVllV
E2 el passim.
Kal taS aMas apETa; ólIúcras, llv ~ t~V ~oov~v ~ TT¡V
úyíetaV ~ tI TOOV aAAcov, B)..I~ KaAóv €crttv, ayaSov ano- 30.33 Ateneo 561c (SVF 1.263; L5 67D)
a
'Aín:co¡.tev. IlEV ouv PlltÉOv Ún:ep IUúrcovo~, €V áUOLS IlOvtlaVoe; oE Z~vrova E~r¡ tav KmÉa únoAoll-
yÉypan:rat npoc; aUtÓv' evrauOa 8' ~ j.l!ÍXll KataepClv~s pávelv lOV "Eprota Eleov dVUl cplAíar.; Kat EA.eUOeplas,
774 Capítulo 30 Política y sabiduría 775

Iht oe Kal ó¡.tovoía.;; napacrK8DacrrtKÓV, aMOD os ou8€vó~. 30.37 Séncca, Ben. 3.28.1-3 (SVF 3.349)
otO Ka! EV rfi TIOAHEÍq: Er,pT] "COV "EpWl"U 860V dVUl Post tot exempla num dubium est, quin beneficium aliquando a servo dominus
5 cruVEpyov úmlPxovro. J[po~ nlv 1"~~ 1tÓA€(o~ CJ(ÚTT]píav. aecipiat? Quare potius persona rem minuat, quam personam res ipsa cohonestet?
on oE Kul ol roúwu rrpEcrpÚtEpot Kara qHAoQ"mpiav Eadem omnibus principia cademque origo; nemo altero nobilior, nisi cui rectius
crqlVÓV nva lOV "EpwTa KaL rruVTo,;; cdcrxpou KEXWpl- ingenium et artibus bonis aptius.[2] Qui imagines in atrio exponunt et nomina familiae
Q"¡..lÉvov ií8ecrav O~AoV EK mi) Kanl 'H1 YUJ..lvácrta all',[ov 5 suae longo ordine ac multis sternmatum inligata flexuris in parte prima aedium
cruvlopucr8al 'EPMfj Kul 'HpaKAEt, 'C0 !lEY ),.óyou, 1(9 O' colloeant, non noti magis quam nobiles sunt? Uous omnium pareos mundus est, sive per
10 ciA.JCfj~ npOEO"UDlt" cbv Évw8Évrrov qnAía le Kal o¡.tóvota spleodidos sive per sordidos gradus ad hune prima cuiusque origo perducitur. Non est,
yew6tat, ot' cbv ~ KetAAícrtrl EÁsu8Epía 1"01';; Tuura quod te isti decipiant, qui, cum maiores suos reeensent,ubieumque nomen inlustre
)lETlOUOTV (J1)VaÚ~€Tat. defecit, iHo deum infulciunt.[3] Neminem despexeris, etiam si eirea ¡llum obsoleta
10 sunt nomina et parurn indulgente adiuta fortuna.
2 ql\Aía,;; Kuló¡.lOvo(a.;, Kal f.4uEleplw; e (et. om. En 8~): CjllAíw; Ka! BAw8epíw;' Bn oE KUt ó¡.tovaía.;;
A 6 en A: corro Ott Schweighauser 8 KUTa 'tu CE: Kma. A I quin N2 : qui NI 3 Eadem N2 : Eodem Nl 4 imagines N2 : imaginis Nl 6 collogant ed. Préchac :
collocant N2 7 splendidos N2 : splenditos NI/ gratos NI : COITo(gradus) N2 8 recensent NI : repensent
30.34 Ateneo, 267b (SVF 3.353) N'
otalpÉp€tV Oé q>llOl Xpú-
O"11t1tOr; OOUAOV OiKéwu, ypáq>wv f:v OEUTÉpO) ltEpl Ó!lOVOlar;, OUt 30.38 Filón, QOP 32-35 (SVF 3.357)
10 tOUr; Ct1tEAEU8Épour; J.!€V 60ÚAoU~ €n dvm, OiKÉ1U<; oE 1OV<; )l~ l~<; "On o' OUX al lntr¡pEaím I-lllvÚ)lUT' tia1. oouÁG{a<;, EvapYEcrtá"t11
K1~crEOO<; (X<pEl)lévou<;. ó yap oiKélT]<;, c.pT]crí, OOÜAO<; EV K1~crEt ní<J11~ oí ltÓÁG)lOl· TOV<; yap <J1PU"[SVOIlÉVOU<; iOElv Scr1W au1Oupyou<; anav-
5 KU1U1EWy)lÉvO<;. m~, o,) )l6vov 10.<; ltaVOltA{a~ KOI-l{¡';OVtU~, ellli Ka1 ocra ltpO~ T~V uvayKuúlv
XP11.crtv únol;uy{wv lp6nov Enr¡x81cr)lÉVOV<;, Eh' €c.p' úopEÍuv E~16vw<; Kal
ef. Platón, Leyes 763A; 777A, donde o1.l(étT\<; es el "esclavo de la casa".
5 <PPUYUVI0)10V Kal. XtAOV "KT1ÍVEcrt. la yap ltpO<; 10U<; €X8pov<; €v mi<;
30.35 !,s.t~beo" Ec!.
2.101, ~1-102, 3 (LS 60P) O"lpmEÍm<; tí OE! )1UKPllyopElv, tácppou<; aval€)1v6V"t"wv ~ lEÍXr¡ KamaKeua~
Ta o aya8a naVla K01va l;6vlOOV ~ lpl~pE1<; vaunr¡yovl-lévrov ~ ocra Últoupyía~ 11 lÉXVT]<; 11áV"t"u
dvm1<»v crrrouoaíoov, 1"éov oE c.paúA.mv la KaKá . Li1' 8 KU1.1()V W<pE- xepcrl. Ka1T(9 aAAú) acO)1atl ú1t1lpnOúvlCüv. son M n<; Kat KUt' elPlÍV11v
AOÜVlá llva Ku1 uilTov w<pEÁGlcr8m, 10V oE ~Aánlovla KUt Éamov pAánlEtv. n6AE)10<; tCOV €V TOi<; onAo1<; OUK anoOÉoov, Bv uoo~ía KU1. ltevía Ka1. O€lV~
rrána<; oE 10V<; crnouoaíou<; wq:>ú.Eiv UA/':líAOU<;, 01hE c.plAOU<; OV1U<; 10 cr1távt.<; Trov elvaYKuíwv (jl)YKPOtOÜcrtv, Úc.p' 0-0 ptaa9évrE<; €YXelpelV KalTol~
5 UAA~AOOv návlCü<; oün: EÜVOU<; <01ÍtE> euooKí)lOU<; oihE anooEXo~lÉVOU<; nupa oOVAOnpEltE<J1á101<; avayKál;ov1:Ut, oKámoVte<;, yEW110VOÜV·u:<;, pavuúcrou<;
10 )l~TE KU1UAU)l~áVEcr8Ul )l~T' €V 1"OU1(9 KUlO\KElV T6n{fl, EUVOT]llKCO<; )lÉvlOt ¿mTT10eúOvre<; Ttxva~, Últr¡pSl"oüne<; &6KVW<; €VEKa lOÜ napalpé<pEa9m,
yE npo<; UAAlÍAOU<; OtaKEicr8at Kal qHAIKW<; Ka! OOKt)1aanKro<; KU1. elnOOEKllKro<;· noUáK1<; oE KU1. Kala )léOllV &yopav uX8o<popounE<; €v ~AtKtWl"COV KUt
TOV<; OE acppovu<; év loi<; €vavtÍot<; 10Ú1WV lmápXElv. GUJ..lq:>OllT]TiOV Kat GUVsc.p~pwv o'VEcrtV.
5 oüu. suppl. Heeren 1 ai om. M / Ilr¡vóllata M / EvapyEOtátll om. M 4 Eh' codd. : éh' H2 / Eh' br' u8pEÍav om. in ras. F /
uoptav M 5-6 BV tr¡ <Jtpatda F 6 avat€J.lv6vnov] avoputt6V"tcov in ras. F2 8 t0 aM(9] t0 0/..(9 coní.
30.36 Séneca, Ben. 3.22. 1-4 (SVF 3.351) Mang. 10 aep' OD M / EYXE1P€1V Kf.tl. t01<;] 8yxElpOUcn KUÍtOI FGH\p 12 Bmtr¡óEÚOV1:U<; I U1tllP€toDvtEl;
Sernus, ut placet Chrysippo, perpetuus mercenarius est. Quemadmodum ille o.6KVCO~ om. cet. codd. / 1tapU1:péep809al MG II€PltpÉcp€o9ul FAHP tpéepEcr8at QT 14 Kal.
beneficium dat, ubi plus praestat, quam quod operas locauit: sic seruus ubi OUV8ep~PúlV om. H
beneuolentia erga dominum fortunae suae modum transiit, et altius aliquid 30.39 Filón QOP 37-42 (SVF 3.358-359)
ausus, quod etiam felicius nato decori esset, et spem domini antecessit, El oé ltva<; un' avopanOOOKaltlÍAmV Enwoovv:;o)1évou<;
5 beneficium est intra domum inuentum. An aequum tibi uidetur, quibus, si tocóv ltS 01€lat ooúAou<; w8v<; dvm, 110AV olU)laptávEt l~~ aAr¡8EÍa<;·
minus debito faciant, irascimUl", non haberi graliam, si plus debito solitoque ou yap ~ 11pácrt<; ~ KÚplOV atrocpaíVEt tOV trptá¡.tsvov ~ "[ov npu8évw
fecerint? Vis scire, quando non sit benefieium? ubi dici potest : quid si nollet? OOUAOV, €ltel Kal. rrulép8~ 1)1&V ll)la<; KU1É88crav Kal VlO1.nOMáKl<; 7talÉpwv
Ubi uero idpraestitit, quod nolle lieuit, uoluisse laudandum est. lnter se 5 ~ KaTa AllcrTEÍas unux8Évtwv ~ KaTa n6ÁG)lov at;atCWiHWV yevo)lÉvwv,
contraria sunr, beneficium et iniuria. Potest dare beoeficium domino, si adomino ou<; olTil<; cpúasw<; V6)l0l t&v KálW8ev on8<; psp(1l61EPOl ypá<poucrtv
10 iniuriam aecipere. [ .. .] Beneficium dominus a serno aecipit? lrnmo EÁGv8Épou<;. ~or¡ 6É ltVE~ Ka\.ltpocrultEppáAAOV1:€~ d<; louvuvríov trEp1-
horno ab homine. Deinde quod in illius potes tate fuit, feeit : benefieium ~yayov 10 ltpáY!1a, oEcrn61at yev6)1EVOll&V npla)lévwv nvrt OOÚA.mv· 6YOOy'
domino dedit: ne a seruo acceperis, in tua potes tate est. Quis autem tantus ouv e8Eaoá)lT]v 1tolláK1.<; EÜ)lOp<pa 1tatoHncáp1a Kat <púaEl crtW¡..tÚAU OUcr1.V
est, quem non fortuna indigere etiam infimis cogat? 10 ÓPJ..lr¡lllPíOl<;, ol.jlsw<; Ká.McL Katlñ nEpl Aóyou<; xápm, 1top8ouvw tOv<;
1 Chris ippo N 2 quam <in> ed. Préchac : quam N 3 altius N3 : alius NI 4 esset N2 : essit NI 6 KeK1T])léVou<;· ÉÁGlt6ÁGI<; yap tauw 'lfUX&v Ctv10pÚTWV Ka1. nVEp)lallanúv,
minus debito Préchac : rninus daebito N 13 indícere NI: COITo W )1r¡xaVT])lálOOv á7táV"t"wv oaa €n' avu"[porrfj tE1XroV KalaaKeuá~slm a8sva-
pCÓtEpa. m¡)1€lOV oé' 8€pa1tSÚoucrlv, iKetEúoucrtV, EU)lÉvEtaV ro<; napa
776 Capítulo 30 Política sabiduna 777

tÚXll~ Kal aya80u 6aíJlovoc; ahEicr8m yAíXOVWl, KUt1ta.pOpro)..lEVOl )..Iev aMO UltOAElltEtat tolr; avBpcónoli; ~ tO toil LúJKpctTOU~,
1S crtpaOQ.Soumv, Ei 8' aUTO ¡.tóvov 'to ~Aé)ll-.ta l'AEwv 8EctoatvtO, YEY118ÓTF-S P11oÉnoTE ltpOr; 'TOV 1tUOÓpEVOV ltOOUltÓr; ecr'Ttv €lltElV OTt
avopxoüvrat. d )l~ KUtlOV MovwC; rovr¡crá)lEVOV OEcrn:6nlV rpméov ctVat 5 A911vU10r; ~ KopívOLOr;, ü;J..' Olt K60Jl10r;; Ola tí yup
A.i:6vlCüV, 00;, el IlÓVOV 81tavandvmvtO TaC; O\jfEl<;, olaue; enpíuTO KUplOU<; Ó AÉyEU; A911valov ctVaL OWUtÓV, OÚXlo' ¿~ €KE1V11; ¡..tó-
OúOlllvOC;, roe; XUAE1tOUC; Kal cD¡.tOEtú¡.tOUC;. cLt)'tÍKa nu9ú)V etcr6Tal. tl o'Ov; VOy Tf¡~ ymvíar;, d<; ~v eppí<p11 YEVV110ÉV oou tO crúJJlct-
OUK Oi6Jle8a 10V crocpov aoouAwrón:pov stVat },,¿;ÓVTO)V, E.Acu8épq: KCÚ nov; ~ oftAov on altO tOU Kl)ptmtÉpou KUI n:EptÉxOVTOr;
20 ClrprolQ;l I./fUx6 t~V O:AKf]V Exovra ,.U1AAOV ~ ei crooflCtTl epÚcrel óoúAcy Kut OU JlÓVOV aút~V EKEtVT]V t~V ymvtav, <aAAU> Kal OA11v
EUTovíq KpawlOrÓ'TU lcr;(ÚoC; áCPllVlá~Ol; 10 O'ou n'jv OiKíuv Kal áltA.cü~ oOsv crou 'TO yÉvo<; TooV ltpO-
Má80t 8' av ne; T~V EAc.U8epíav, ~ 1tEpl rov onouoatóv Ecrtl, yóvcov E1<; crE KatEA~AU8€v €vtEfi9Év n:09EV KUAEt.; owu-
KCrL El; ÉTÉpú)V' óaDMe; euoaí)..lcov npoc; aA~eEtaV ouodS' Ti yap &8AlónEpov TOV i\911vuloV KUl KopívOLOV; Ó Toívuv Tft OlOlK~OEl
~ n:ávrrov OKUpOV Efvaí 'twa KCtt É:auTOu; Ó SÉ yE crorpÓC; ¡;;úoo.í¡.toov, Ep¡.ta rou K6cr~ou nap~Ko,oUe~KW, Kal ~<~o.e~Krol. Ort ro
25 Ku1.n),,:rlPCOjlU KClAoKáyaeíw; E,rru.pEpÓ¡. UovoC;, EV ñ10 KGpóc; ¿crnv áltctVWN pÉylO"toV Kal KuplCÓtatoV Kal1tEplEK'tlKCÓtatOV ltctV'Tmv
<rom'> c1vaIl4HPÓAro; KUI E~ c1vctyKT]~ Ó crltOUoalO~ EAEÚOEpÓr; Ecrn. ltpO; 15 mutó san TO <JÚcm-¡Jla tO E~ avOpcóltmv Kal OEOU,
tOÚWlr; tí; OUK av ElnOl tOUr; cplAOUe; tOU Ocoü EA€UOSpOUe; ctvm; 811-\.~ oe
an' EKEÍVOU ta O1rÉPIlU'TU KuwnémcoKev OÚK d.o; 'TOV
TOl; 1l8V 'TOOV pacrlAécov étatpOl~ a~lov ou IlÓVOV EA€UOEpíav aua Kal n:a'TÉpa tOV EJlOV póvov ODO' Ete; tOV n:ctnn:ov, au' Etr;
apx~v ólloAoyElv ouVEnllpOltEÚOUO"l Kal OUV01ÉltOUcrl 'T~V ~yE).tOvlav, TOlr; U][fJ.VTa p8V ta ¿ltl yil; ycvvcOpEvá tE Kul <pUÓJlCVU,
30 08 OEOOV tooV ol..ul-\.nícov oouAdav 8JtUPlllllO"'TÉOV, 01. OH1 TO cptAó8cov Eu8ur; ltP011yoUJlÉvmr; O' El~ 'Ta 1..0ytKá, on KOtvmvElv JlÓVOV
yevóllsvOl OEoqnAElr;, lcrn aVTlTlJl110ÉVTEr; EDVOÍq ltap' c1A118Eíq olKasOÚcrn, 20 tUUtCl ltÉ<pUK€V t0 8Eep "C~; cruvuvalJ1po<p~<; KUTa tOV
KoOctnEp oi ltOl11TUí <pum, nuvctPXOv!É~ TE Kal pamJ\.BE; pucrlAÉcov EicrL AÓYOV E1tt<ltE>ltAcYJlÉva', oU1 Tí!l~ El1t11 ['TI;] aútov KÓ-
crIlLOV; Ola tt Jl~ uíov tOU OEOU; oUl tt OE. r.pOP110~crE<Tuí>
22 Ó:A.~ac laV codd. : corroCohn-Wendland 26 wm' add. Cohn-Wendland 27 roú 9€OD codd., Colson :
tóiv 9€wv Cohn-Reiter
n 'TOOV ylYVOJlÉvroV €v av9pcónol<;; aMa
ltpOr; ~ tev
Kaícrapa ~ OUyyÉVEta ~ aUov nva 'TOOv pÉya OUVUJlÉ-
6-7 oi ti¡;; q>Úcr€Ol<; V6¡.tOl ... EN:UOÉpou<; El argumento tiene un eco claramente estoico: las leyes particu- 25 vú)v €V 'PW!!D iKuvr, ltUPÉXE1V €v acrcpaAEíq otáyovrur;
lares (que permiten el tráfico de esclavos) o las "leyes" que gobiernan actos de bandidaje pueden describir
Kul oxatw:ppov~tOU~ KaloEOOlK6w<; P110' ónoüv, 'TO OE:
a un ser humano como "esclavo" (con el resultado de un acto de piratería o de guerra). Pero las leyes de la
naturaleza, que están por encima de esas leyes particulares y convencionales, consideran a tales personas TOV 9EOV ltOl11t~V EXE1V KalltaTÉpu Kal IGlOEpÓva oÚKÉn
libres. Como sugiere el propio Filón, la constitución cosmopolita es la recta razón de /a naturaleza, la ley ~¡..tar; E~atp~crE'Tat AUltcDV Kal r.pópmv;
divina en virtud de la cual las conveniencias y los deberes fileron distribuidos para todos (cf. texto 30.8). 4 dnóvto<; Meib. 9 uIJ.tl suppl.. Schenkl2 1 ent1tAEy!-<Évu s : corro sin.:; del. Wilamowitz / m>tov S
24 ¿heupov eTva( 'Uva KU! sumaD Se trata de un enfoque platónico (cf. Platón, Pror. 358 B-0; Rep. : corro Sd 22 CjloP119~0'1l t S : corro s
430E43l B) que Filón hace suyo.
24-25 Parece contraintuitivo que la KUAOKCtyu9fu del sabio constituya una "carga y un lastre" (ep¡.ta 21-22 Su): tí!!~ €lÍI:u [n .:;] aiHov KÓcr¡.tIOV; la misma idea se encuentra en el texto 30.44, donde se con-
Kat 1tA~pú.))la). El sentido puede ser el que ya había sugerido Platón (quien probablemente inspira este trasta el que es K6cr!.uo~ ("del cosmos", y por eso mismo "ordenado") con el que es I.iKOCl'¡.t~ ("el que
pasaje de Filón): el virtuoso o sabio recibe con frecuencia "males", aparentemente causados por su propia carece de cosmos" porque se aparta de él y por eso es "desordenado").
bondad o nobleza (por ejemplo, en una sociedad entre un bueno y un malo, el bueno parece ser quien
resulta daI1ado). Pero dado que el único mal real es el vicio y el Í!nico bien real la virtud, la posesión de
30.41 Dión Crisóstomo, Orationes 80.5-7
bondad puede ser vista como una carga y un lastre por quien considera que los bienes son cosas tales OJ..X oJlm<; !1XElvoí tE EAt:yov ltáVTCl nctOXClV
como riqueza, belleza o salud (esto es, bienes condicionales que para serlo de modo efectivo requieren de Últ8P 'Trov VÓJlCOV, KUI vDV <¡:lacrlv €v tOÚtOl~ ElvCll T~V oílGlV, ÓltÓ~'
algún tipo de conocimiento). Pero el verdadero bien (1a virtud) es incluido por Platón (como también por av aUTOl oucrruXE1<; OV"!E~ cruyypcÍ<pcocrtV l1ltap' éíIJ..o)V ólloímv ltapa-
los estoicos, quienes en este punto sin duda siguen a Platón) entre el tipo de bien que lo es tanto en vista ActPCOO"lV. vópov OE 'TOV &A1l9~ Kal KtÍplOV Kat epCCVEpOV OUtE ÓpoocrlV
de sí mismo como de sus consecuencias (cf. Rep. 357C); la sugerencia es claramente que la virtud es un 5 OÜ'TE ~ yEpóva notOUVta1TOD Píou. [.. .]
bien en sí mismo y que las consecuencias de vivir una vida de buena calidad (I.e. virtuosa) son buenas
Ó ¡.t8V ODV Tft; <púcrECO; VÓJlo<; a<pd"tat Kal <tK>AÉ-
para el agente . En el contexto de Filón el giro "mientras el sabio sobrelleva el lastre y la carga de su
nobleza y bondad" (o DÉ ye Cl'otp(\ ru8aí)loov, EP!-<a Ka! TCA~pú.)¡.tU KaAOKÓ:ya9ía.:; 8JItCjlepÓ¡.tEVO<;) puede ser AOl1tE ltUp' ÚJllV, <1 KUKooaíllovE<;' a~ovae; 08 Kul ypaJlJluTEla Kul
irónico, ya que esa "carga" O "lastre" representada por su bondad es, precisamente, lo que le permite (Jt~AU<; qmMlUEtE Kul &VúJ<pEA~ cJTíypU'Ta. Kal tOV JlEY 'TOU .6.tOr;
ejercer un completo control sobre todas las cosas, es decir, ser dueño de sí mismo. OEcrJlOV ltáNllnupÉp11tE, 'TOV oE toU oElvo<; 11 TOV toi) oElvor; onwr;
27 Tíe; O'UK av et1tO l . 6€OD f:),eu6Épou<; eTvul No obstante, no es infrecuente que Filón hable de los 10 Jl110Elr; ltapup~crErm crKonElcr9E. Kul T~V apctv, ~v i\811valOlltEpl
cuerpos celestes como de "divinos" (Opif. 55; en Prov. 2 hab la de la naturaleza divina del sol y la luna) , o trov !:ÓACOVO<; 1t8svro vópmv tOlO; E1ttXE1poüm KUtaAÚE1V, ayvOElTE
como de "dioses" (de ahí la corrección de Cohn-Reiter: tóiv 6e&v). Sobre este detalle cf. Boeri 2010c: 67,
KUplCOtÉpUV obcrav ¿ltl. tOlo; éKEÍVOU VÓJlOl~ (nácra yap avctYKl1 tOV
n. 17.
cruYXÉOVTO TOV 9EO).!OV an)..lov tmápXElv) ltA~V ltaloar; Kal yÉvor;
30.40 EpicICl o, Diss. 1.9.1 -9 ODK éltÉ~elcrlv, cb~ ÉKE1, TroV állUpwVÓVtmv, &AI..' €Kacrto<; aUT0
El tuihá ecrtlV oA1l9ft ta ItEpl 'Tft; cruyyEvEÍur; TOU 15 yíyvETat Tf¡s atUxtar; ul'no;. TOV oÚv EmXElpouVTa toUtOV avUO'c9sElV
8wü Kul c1vOpCÓltCOV AEyÓ¡.tEVU 1JltO tOOv qHAooó<pmv, 'T í ror; av otós tE DKat tÓ yE KaS' UUTOV qmActHelV oooÉ1mTE
778 30 Política sabiduría 779

av J..l~ eppovElv <POlllV €yooY8. omnium sa lutcm singu10rum saluti anteponunt, sic vir bonus et sapiens et legibus parens
5 et civilis officii non ignarus utilitati omnium plus quam unius alicuius aut suae consulit.
6-7 "D.Ol1tE codd.: corro Emperius 13 cruvÉXOVta codd. : corro Casaubon I au¡.tov lmápX8¡v Empe-
rius : apaí'ov unápXElv van Amim 15 av O"c9sf:lV codd : COIT. Casaubon nec magis est vituperandus proditor paniae quam communis utilitatis aut sa1utis desertor
propter suam utilitatem aut salutem. ex quo fit, ut laudandus is sit, qui mortem oppetat
30.42 Plutarco Licurgo 31 pro re publica, quod deceat cariorem nobis esse patriam quam nosmet ipsos. [ ... ] [67] Et
Ou I. ulv TDuró rE 't0 AUKOÚPYÚ) K8<pá- quo modo hominum inter homines iuris esse vincula putant, sic homini nihil iuris esse
AatoV ~v tÓtE, 1tABíO"1"WV ~yOUJ..l€VT]v Ct1tOAl1t81V 10 cum bestiis. praeclare enim Chrysippus, cetera nata esse hominum causa et deorum, eos
t~V nÓAlV" aM' WO"1tEp Évo~ av&po~ j3íú) Kal autem communitatis et societatis suae, ut bestiis homines utí ad utilitatem suam possint
1t64(ü~ OAT]t; vo).!(~ü)v €uoaq.tovíav cm' apEtiir.; sine iniuria. Quoniamque ea natura esset horninis, ut ei cum genere humano quasi civi1e
5 EyyíVEcr6at KulóJlovolW; ttic; 1tpOi; a{mív, npo; ius intercederet, qui id conservaret, eum iustum, qui migraret, iniusnun fore. Sed quem
teuro (jl)Véta~E Ka\. cruV~P¡.tO(JEV, omor.; ÉAEUOÉplOl ad modum, theatrum cum cornmune sir, recte tamen dici potest eius esse eum locum,
Kal ul.'rtápKE1<; yevÓJ.lEVOl Kal (}"CO<ppOVOUV1E<; f;nt 15 quem quisque occuparit, sic in urbe mundove communi non adversatur ius, quo minus
1tAElO"-rOV XPÓVOV OLCftEAroO"l. laÚtTlV KaL IT)..átwv suum quidque cuiusque sit. [68] Cum autem ad tuendos conservandosque homines
EAa~E tfle; 1tOAttdw; {móElEolV Kall1lOyÉvr¡<; Kat hominem natum esse videamus, consentaneum est huic naturae, ut sapiens velit gerere el
1O Z~vrov KCt1nÓVn,c; oom n l1Epl TOÚ-rcOV É1tlXElp~­ administrare rem publicam atque, ut e natura vivat, uxorem adiungere et velle ex ea
oavm; El1tEIV 81!atVOUYtCil, ypáJ..lpara Kat "óyou; liberos. ne amores quidem sanctos a sapiente alienas esse arbitrantur.
oe
CmOAl1tÓV1EC; Ilóvov. Ó ou ypá)..l)1ura Kal AóyouC;,
8 et codd. : sed Madvig, Martha
o.AI..: EPYC9 nOAru:íav O:llíIlTl'tOV f:i:; <pro:; ltpm:vEyKá-
llEVO':;, Ka! 'tOl':; aVÚltapKTOV dvm t~V 4YOllévllV 18-19 ut sapiens velit gerere et administrare rem publicam ... uxorem adiungere et velle ex ea liberos
15 nEp! tOV (mepov olá8ECJlV tmOAallPúvoucnv 8moEí- ef.30.20.
sao; OAl]V t~V ltÓA1V c:pu.ocro<poucrav, dKóno.:; l)1tEp- 30.46 E,tobeo, Ec/. 2.108, 5-28
ilPE TÜ 86~tl tou:; nCÓnOtE nOAmmcrallÉvou:; 8V Tov oE onouoaiov, O).ltAl)'tlKOV evta Kat sm-
'tOlO; "EAAl]crl. 8é~tOV KalltpOrp€1TtlKOV Kat 8l]pf:UtlKOV Otll tf]~ Ó).llAía~
15-18 trno€Ís«e; 15A'lV -r~v 1t6AIV <p1Áoaoq>oDauv €v -rote; "EM'lO"l Esa ciudad es, claramente, dO; €ÜVOlClV Ka! rplÁtav, roS ouvatOV wáp¡.tootov ctVOl
Esparta, de la cual Licurgo fue su legislador a
npos nAf]Oos avOpwncov, ltap' Ka! Errarppó8nov ctvUl
30.43 Dión Crisóstomo, Orationes 36.23 (SVE 3.334) 5 Kal srríxaptv Katm8avóv, Etl oE aillúAov Kat cl5ato-
Ilíav yap o~ taÚUlv Kaeapros EUoaí!lOva ltOAHEiav EltE Ka!rrÓA1V XOV Ka! €ÜKatpOV Ka! ayxívouv Ka! o.<pEAf] Ka! am;pí€pyov
Ka! <ÍrrAoDv Ka! arrAaO'tOv' 'tov bE rpauAov EvOXOV nfim
XP~ KaAElV, t~V 8EOOV npoo; áAAlílou<; KOlvrovíav, Sáv tE Kal ~ÚIl1tav
toi~ EvaVTíOl~. To o' Eiprov€ú€o8at rpaúA.rov eivaí
tO lOylKov ltEplÁáPn ns, av9pcónwv crUv 9EOi.:; up191l0u!lÉvcov, roS
naíOES crUv uvopácn Aéyovtat ).1EtéXEIV rróAEros, <pÚOElnOAttal eVtES, rpaO'lV, ouOÉva yo.p €Mú8EPOV Ka! O'nouoaiov Eipcov€ÚEo8m'
5 ou tó} C:PPOVELV tE Ka\' rrpáttE1V -ro. trov nOALTrov OÚOS t0 KOLVúJVEiv o
1O o¡.tolro~ OE Ka!. 'tO oapKásElV, ecrnv dpoovruscrOm ).l€t'
tOD VÓIlOU, a~úvErol aVtE:; auroD. E1tlcruPlloD nvo~. 'Ev IlÓVOlS 'te tOto; cro<pol:; altoki-
noum rplAíav, EnE!. SV IlÓVOlS tOÚ-rOlS O).lÓVOla yíVEtal
30.44 Dión Cri,ó,tomo, Orafiones 1.42 (SVF 3.335) 1I:€P! 'trov Katcl tOV Píov' t~V o' O!lÓVOlaV elvat K01VWV
KaAov ouv á:yae&v Émm~¡.tT]v. <t>lAíav yo.p o.Al]81V~V Ka!)l~ 'VEU-
EinEív unEp TroV OAúJV -rilo; OlOlJaÍcrElDS cmoióv yE tO ~úllnav autó 15 8cóvu).loV o.8úvatov XCOP!S ltlmECOO; Kal P€PCllÓtT]tO~ Dnáp-
tE €ÜOatIlOV Kal OorpOV á:d ownop€úetat tOV cÍ1rElpov airova cruv- XEW' EV b€ toi~ <paúAOlS, cmícrtOl:; Ka\' o.pEpaíOt~ oUcrt
EXroS EV á:nEÍpou; nEplÓOOlS llEta. 1.jI1JXilS tE á:yae~:; Ka! oaíllOVO:; KalOóYJ.!awrrOAE).ltKu KEKtll).lÉvOl~, OUK dVCll rp¡),.lav, ÉtÉ-
5 ó~lOio'O Ka!npovoias Ka! apxiis tiis blKmorÚt11:; tE Ka! apíml]S, pas 8é tlvas €1tlltA.oKo.S Kal cruvbécrEl~ E~ro8Ev á:vciyKal~
~Ilas t€ 0IlOtO'O:; 1WpéXEtat, Ka-rU rpÚO'LV Kalv~v t~V aDtOD Kal t~V Ka! Oó~atS KatExo¡.tÉvas ylvEo8Cll. <Daal oE Kal tO o.ya-
~IlEtépav u<p' Évl eEOllcfJ Ka! VÓIlq:¡ KEKoolll)~lévo1JS Kal t~S autf]<; 20 1I:fiv Kal tO á:mrá1;scrOat K(tl tO rpv..eív !lóvrov ElvOl crnou-
I1EtÉXOvtao; noAltdUl;. ~v o!lEY tq.lrov Kal ((JUAátttov KalllT]oev baírov.
o
Evavtíov npáttcov VÓ¡.UIlOS Ka! 8EOrptA~S Ka! KÓO).HO<;, Be rapát- Kal ¡.tóvov Elvat tOV crorpov paolÁÉa tE Kat paot-
10 rcov ocrov s<p' {¡autó} Ka! napapaívrov Ka! uyvorov avo¡.tos Kat aKo- A1KÓV, trov OE <paúArov ,.H10Éva· t~V yap pamMíav o.PX~V
O).loS, O).loíco<;).lEY iblCÓnlS, O).loíco:; Be Ka! a.pxcov oVO).la1;ÓIlEVos· avunEÚeUVOV eTvat Kat t~V o.vrotátco Ka! t~V Err1rráome;.
30.45 Cicerón, Defin. 3.64; 67-68 (SVF 3.333; 371) 1 -rov u: vel ~n 8t -rav Meineke 3 KCll OUVCl'rOV FP : corro Meineke 8 <pUUAroV FP : !jlUUAOV vulgo 9
[64] mundum autem censent regi numine deorum, eumque esse quasi communem urbem I.pÚalv P: <¡lCtO'IV F 12 ÓIlÓVOlClV P 20 flÓVCüV P 23 -r~v yap F : n,v M P
et civitatem hominum et deorum, et unum quemque nostrum eius mundi esse partem; ex 8-9 Tü O' E1PlDvEúEcr8m qlUúAú.lv EivCtl I.pClOlV Aunque los estoicos se reconocen a si mismos como suce-
quo illud natura consequi, ut communem utilitatem nostrae anteponamus. ut enim leges sores más o menos directos de Sócrates (cf. Striker [1994]; Boeri 2004), no parecen haber conservado el
780 Capítulo 30 Política sabiduría 781

sentido positivo de la ironía como parte del método para llegar a la verdad. Sobre la ironía socrática cf. 30.48 Teófilo de Antioquía, Ad Autolycum 3.5, 1-7; 3.6, 17-21 (SVF 3.750)
Vlastos 199J: p. 21-44 Y Gómez-Lobo 1993. 'Emno~ o-ov nOMa civÉyvw~, ti 001 EOO~EV tU Z~vrovos ~ to.
11-12 'Ev !l6VOl<; OH; TOle; outpoiC; ono4(nouCH qHAíav, brd tv ~6vot<; WÚTOV; oll6vOlCt Es clara la inspi- tuoyévouC; KaL KAeáv90u~ onóoa 1tEptÉxoumv al prpAot aútrov,
ración platónica de la tesis según la cual solamente puede haber amistad donde hay concordia (cf. Platón, oloúmeouom av9pro1topopla~, natÉpac; 1l8V 1mo toícov tÉKVüJV E'l's.cr9at
Rep. 35ID5-6). KaL plppcOaKEo9m, Kut d' tte; ou poúÁ<mo ~ IlÉAO~ l"t tfjc; ¡.tuoc;péir.;
30.47 Sexto Empírico, PH 3.245-249 (SVF 1. 250, 254, 256; 3. 745, 752; LS 67G) 5 tpocpfje; anOppíl{lEtEV, aútov KatE09íEaBm rov ¡.t~ <payóvra; npor.;
otov youv 6 aipEOlápX'l~ TOÚT01~ &9EunÉpa tl~ cpwv~ rupíOKEtal, ~ tOÚ tnoyÉvom;, oloáoKOVTO~
autoov Z1Í.vrov év tal~ 01alptpai~ Ta tÉKVU ·WU~ Éaunov yovEi~ Ele; 9ualav ayELV Kal. tOÚtoU~ KmEa9íElV.
f.PllO"l1tSpt naíorov o:rroyf¡~ aAACJ. TE O~lota KUt 'rúoe Ota- [ ... ] Ó yap :E6AroV Kat1tEpl. WÚtOU aa<pror.; €vo¡.t09Étr¡OEV, onoor.; EK wu y~¡..tavto~ oi naloEr.;
).tTlpí~EtV ~Lll6€V ~éiAAOV 111188 ~crcrov TCULOIKO ~ Il~ VO).!lI-lCOr.; y{vWVtal, "/tpoe; tO Il~ EK
5 ltC1l01Ká, ¡lTIOE 81Í.Atu ~ app8lu' ou yap Ola<pÉpEl Ev 10 ¡.tOlx€{ar.; "Tour.; ygyyO)¡.ttvour.; dvat, lva ¡.t11 tOV OUK ovra 1tutÉpa n¡.t~au
1ra18lKol~ ~ Jl~ 1ra181Kol~, OUOE 911AEíav; ~ apPE- ne; roe; 1tClTÉpa, ~ TOV OVICOr.; 1tmÉpa an¡.táau TH; ayvo&v roe; ¡..t~ nmépa.
O"tv, aAAu raut<l1tpÉ1tEt lE KaL rrpÉ1roV'tá Ecrnv'. ónóoa te oí Aot1tol v61l0t KCOÁÚOUCflV 'Pco¡..lOicov tE KOt 'Ell~VffiV to:
1tEpl 08 rfi~ €i~ rov~ yovEi~ ócnónrtOS Ó (ruto~ (hníp <pr¡mv tOlaüta npácrcrEo8Cll.
Ei~ ta 1tEPl t~V ' IoKácrrllv Kat tOV OIM1tooa, OH OUK ~v I1pO¡; ti OUY 'EnlKoupor.; Ka! oi Ln.oi:KO! oOYllati~ouO"lv ciOEA<pO-
1O OEIVOV tpíPEIV nlV IlTltÉp. Kat d ¡.tEY 15 KOlTía~ Ka! ápp€vopacria~ bmEAElo9m, ¿~ cilv Oloam<aAIWV IlEmar.;
ao9Evouoav En¡,póv n JlÉpo~ tOU oc6Jlato~ tp{'Va~ P1PA109~KQI; ne1rot~KaatV, dr.; tO 6K naíorov ¡.tov9ávElV n,v éigeollOV
tat¡; XEpOlv cO<pÉAEl, OUOEY atcrXpóv' d 88 ifrEpa KOtvroVtav;
¡.tÉPll tpíl{la-; €ü<ppatv€v, 08uvroJlÉvr¡v 1taúoa~, Ka1 30.49 Plutarco SR 1033C-D (SVF 3.702; LS 67X)
1tatoa~ E.K tfj~ JllltPO~ yf:VVaíou~ e1toílloEV, aloxpóv;' autor.; youv XpÚOl1r1ro::; f:v t 0 tetáptQ) 1tEpl Bícov DUOEY
15 toÚtOl~ 08 o¡.tOyvro)lOVEt Ka10 Xpúm1t1[Q~' f:v yoUv tfl OtEtattOV aXOAaCJtlKOV píov tOU ~OOVlKOÜ otaepépElv' uinar.;
1tOAUEÍq <Pllo1 ' OOKtl ÓÉ ~lOl Ka1 taÚta OÜtro 88 1tapa9~O"o~tal tae; I..É~Elr.;· aaOl o' unoAa)lpávoum qnAo-
OlE~áyEIV, KaGá1tEp KaL vúv ou KaKóJ~ 1tapa 1tOAAOt~ aó<pOlr.; emPállitv lláAtOta tOV axoAamlKov prov, an'
EtOlOtm, romE Ka1 t11V )ll1tÉpa ~k toi) uioú tEKVO- 5 ápxfjr.; t( ¡.tOl oOKoum olO¡.taptávELV, unovooúvter.; OtayroYii~
1tOlEta9Cll KOI. tOV 1tatÉpa eK -rii~ 9uycnpo~ Ka! tOV nvor.; EVEKEV oEiv toího nOlElv ~ CVJ.ou nvor.; tOÚtep napa-
20 ó¡.tO)l~tplOV ¿Ktii~ ó¡.to¡.tTltPla~' . Ka\. <(j1JVEXOO ~ Kat nATjcr10U Ka1 tOY OAOV píov oiÍtw 1t0)-; Ot€AKÚOar "tOmo o'
to> av9pro1toq:>aYEív f:v tot~ autot~ crvvtáy)laO"lv Eotiv, av aa<p&~ 9EWP1l9tl, ~8ÉúJr.;· ov yap OEt AovOávElv
~¡.tív E1tElO"áyEl' <PTlOL yoúv Kat eav tcOV ~cbv- t~V únóvolav aútoov, 1tOAAroV ¡.tEY cra<pror.; wiho AeyóvnDv
tCOV anOK01t1] n )lÉpo~ npo~ tpo<p~v XpftO"l~lOV, Il~n: 10 OUK OAíyrov &' aOllÁÓtEpov.'
KatopÚHEtV autO )l~tE aMro~ pí1ttEIV, aVOA10K€lV
25 36 autó, 01tro~ ¿K tcOV ~.uttÉprov En¡,pov ¡.llipo~ 1 o-ov B XpúO"11tltor.; om v1 : XpÚ011tltor.; cet. codd. 3 ocrour.; g: ocrov v 4 81t1pullzív dz 5 tí Xg : ou "ti
J

vel ou "tÍ dvzaA l ~yE I o\O:y{Oyf¡~ om.A I 6 oeiv om. g 6-7 TOÚTO ltOPUltA1IOlOV g 8 aocp&~ Xg 10
yÉvlltat'. Ev Be -rOt~ 1tEP! túÚ Ka9~KOVtO~ trEpl. tii~ trov aOllAcóTepov g
yovÉrov ta<pfj~ PlltcO~ <Pl101v 'anoyEVO)lÉvrov
08 tOOV yovÉrov ta<paí~ XPllCftÉov tat~ Ct.1tAoucrtá- 30.50 Cicerón De off. 2.73 (LS 67 V)
tat~, ro~ av toi) oÓ)Jlato~, Ka9ánEp ovúxrov 11 [73] In primis autem videndum erit ei, qui rem publicam administrabit, ut suum quisque
30 üOóvrrov ~ -rptxrov, oMev OVtO~ npo~ ~Jla~, Kat terreat neque de bonis privatorum publice deminutia fíat. Pemiciose enim Philippus in
OU08 E1rtOtpO<pfj~ ~ 1toAuropía~ npoooEo¡.tÉvrov ~¡.trov tribunatu eum legem agrariam ferret, quam tamen antiquari fac iJ e passus est et in eo
tO\aÚtll~ nvó~. 010 Kat xp1wí¡.tcov IlEY OVtrov tOOV vehementer se moderatrun praebuit-sed cwn in agendo multa populariter, turn ¡llud
KpEOOV tpo<p1] xplÍoovnn autot~, Ko9únEp Kat trov 5 male, 'non esse in civitate duo milia hominurn, qui rem haberent'. Cap italis oratio est ad
¡Mcov llS.p&v, otov no80~ a1tOK01tÉVtO~, btépaAAE aequationem bonorum pertinens, qua peste quae potest esse maiar? Hane enim ob
35 XPT109cn aun'9 Ka! tot~ napanATloíOt~· aXPEírov causam maxime, ut sua tenererrtur, res publicae civitatesque constitutae SlU1t. Narn, etsi
08 ovu.ov ~ KatopÚ~aVtE~ EáoouO"\v, ~ KaWKaú- duce natura congregabantur homines , tamen spe custodiae rerum suarum urbium
aavtEO; t~V tÉ<ppav ci<p~aou01v, ~ llaKpÓtEpOV pi- praesidia quaerebant.
'VavtE~ oúoE¡.tlav autrov bnmpo<p~v 1tOt~oOVtat 2 deminutio 1; : diminutio PL 2 : minutio'; 5 oratio';: oratio est 1; 6 pestis .; / potest esse maior 1;:
Ka9á1tEp OVUXo~ ~ tPIXOOV.' maior ese potest e 7 tenerent S
20-21 <cruvEX&~ 1(a1 to> suppl.. Mutschmann-Mau 23 rrpor; TpO rp~V XPTícrL)10V am. T 31 ouüE. GT :
30.51 Cicerón, De off. 3.51-56
oU06v edd. 34 ¿ltg~anE Bekker : EltÉf3U4: G
[51] In huiusmodi causis ahud Diogeni Babylonio videri solet, magno et gravi Stoico,
Prácticamente todo este pasaje aparece reproducido casi textualmente por Sexto en AM 11.l 90-194. aliud Antipatro, discipulo eius, homini acutissimo; Antipatro omnia patefacienda, ut ne
Capítulo 30 Política y sabiduría 783
782

quid ollmino, quod venditor DDril, emptor ignoret, Diogeni venditorcm, quatenus iure bonis artibus et inlibatum otium exigere, uirtutium cultor, quae exerceri etiam
civili consritutum sit, dicere vitia oportere, cetera sine insidiis agere el, quoniam vendat, quietissimis possunt.
5 velle quam optime vendere. "Advexi, exposui, vendo meurn non pluris, quam ceteri, 5 quam <ut> uulg. : quam A I osculata A : corro Waltz 11 nob is A : corro Erasme
fortasse eliam minoris, cum maiar est copia; cui tít iniuria?" (52] Exoritur Anripatri ratio 2-3 Epicurus ait: 'non accedet ad rem publicam ... nisi si quid interuenerit' Cf. DL 10.119.
ex altera parte: "Quid ais? ID, cum hominibus consulere debeas el servire humanae
societati caque legc natus sis et ea habeas principia narorae, quibus parere el quae sequi 30.53 Séneca , De olio 3.8.1-3
debeas, ut utilitas tua communis sit utilitas vicissimque communi s utilitas tua sit, celabis l. Actice nune quod e lege Chrys ippi uiuere otioso Iicet: non dico ut onum patiatur, sed ut
10 homines, quid iis adsit cornmoditati s el copiae?" Respondebit Diogenes fortasse sic: eligat. Negant nostri sapientem ad quamlibet rem publicam accessurum; quid autem
"AHud est celare, aliud tacere, Ileque ego Dunc le celo, si tibi non dico, quae natura iuterest quomodo sapiens ad otium ueniat, utrum quia res publica illi deest an quia ipse
deorum sit, qui sil finis bODOrum, quae tibi plus prodessent cognita quam tritici vilitas. rei publicae, si omnibus dcfutura res publica est? Semper autern deerit fastidiase
Sed non, quiequid ribi audire unle est, idem mmi dieere necesse est". (53J "lrnrno vero", 5 quaerentibus. 2. Interrogo ad quam rem publicam sapiens sit accessurus. Ad
inquiet ille "necesse est, si quidem merninisti esse inter hornines natura coniunctam Atheniensium, in qua Socrates damnatur, Aristoteles ne damnetur fugit? in qua opprimit
15 societatcm". "Memini", inquiet ille, "sed num ista societas talis est, ut nihil suum inuidia uirtutes? Negabis mihi accessurum ad hane rem publicam sapientem. Ad
cuiusque sit? Quod si ita est, ne vendendum quidem quicquam est, sed donandum". Carthaginiensium ergo rem publicam sapiens accedet, in qua adsidua seditio et oprimo
Vides in hac tota disceptatione non illud dici "quamvis hoc turpe sit, tamen, quoniam cuique infesta libertas est, swnma aequi ac boni uilitas, aduersus hostes inhumana
expedit, faciam", sed ita expedire, ut turpe non sit, ex altera autem parte, ea re, quia turpe 10 crudelitas, etiam aduersus suos hosti lis? Et hane fugiet. 3. Si percensere singulas uoluero,
sit, non esse faciendum. [54] Vendar aedes vir bonus, propler aliqua vitia, quae ipse norit, nullam inueniam guae sapientem aut quam sapiens pati possit. Quodsi non inuenitur ¡lIa
20 ceteri ignorem, pesti lentes sint et habeantur salubres, ignoretur in omnibus cubiculis res publica guarn nob is fingimus, incipit omnibus esse otium necessarium, quia quod
apparere setpentes, male materiatae <sint et> ruinosae, sed hoc praeter dominum nemo unum praeferri poterat otio nusquam est.
seiat; quaero, si haee emptoribus venditor non dixerit aedesque vendiderit pluris multo, 1 nune hunc A : corro Haase 4 furura A: derurura den. 5 quaerentibus uulg .. querentibus A 6
quam se venditurum putarit, num id iniuste au! improbe fecerit? "IIIe vero", inquit damnarerur A: corro Gertz 8 accedit A: accedet uulg. 10 et iam A: et iam uulg.
Antipater. "Quid esl eni m aliud erranti viam non monstrare, quod Alhenis execrarionibus
I uiuere otioso Esta expresión (en español "vivir ocioso'? puede resultar un poco ambigua, pues lo que
25 publieis sanetum es(, si hoe non est, emptorem pan ruere el per errorem in maximam Séneca parece estar indicando no es que Crisipo afirma que es lícito vivi r ocioso en el sentido de no hacer
fraudem incurrere. Plus etiam est quam viam non monstrare; nam eSI se ientem in errorem nada, sino que lo es en el sentido de no ocuparse de los asuntos públicos (Le. de la res publica). Como se
alterum inducer". [55] Diogenes contra ''Num te emere coegit, qui ne hortatus quidem ve enseguida en el texto de Séneca, lo que él está indicando es que "los nuestros" (¿los estoicos de la
est? llIe, quod non placebat, proscripsit, tu quod placebat, emi sti. Quod si qui proscribunt época de Séneca?) niegan que el sabio deba ocupar cargos públicos, lo cual en parte parece contradecir
villam bonam beneque aedificatam non existimantur fefe ll isse, enam si i]la nec bona est otros testimonios (incluido uno del propio Séneca; cf. texto 30.53) donde se enfatiza que, si nada se lo
30 nec aedificata ratiane, multo rninus, qui domum non laudarunt. Ubi enim iudicium impide, el sabio participará en política (cf. textos 30.13, 30.17, 30.19 Y 30.20).
emptoris est, ibi fraus venditoris guae potest esse? Sin autem dicnlln non omne 30.54 DL. 7.117 (SVF 3.448,637,646)
praestandum est, quod dicturn non est, id praestandum putas? Quid yero est stultius quam <Daal oE Kal anu9fl elVUl 'tov aOqlÓv, OH). 'to civÉI11IToo'tov atVat·
venditorcm eius rei, quam vendat, vitia narrare? Quid autem tam absurdum quam si oe
elvat Kal o.uov (ma8~ 'tev cpaüA.ov, BV i.'aú) AEYÓl1evOV-reQ
domini iussu ita praeco praedicet: "domum pestilentem vcndo?" (56] Sic ergo in O'KAllPeQ Kal a-rÉyK1ú). éhu<póv -r' etVUl -rev crOlpóv· i.'crco~ yap e;(EtV
35 quibusdam eausis dubiis ex altera parte defenditur honestas, ex altera ita de utilitate 1tp6~ tE 1'0 EvSo~OV Kal 1'0 á8o~ov. Eivat oe Kal iJ.MOV atulpov,
dicitur, ut id, quod utile videatur, non modo facere hanestum sit, sed etiam non facere 5 lCO'ta tOV dKulov 1'El'oYl1évov, o~ eO"n <pa.UAO~. Kal UUO"tllPOU~
turpe. Haec est illa, quae videtur utilium fieri eum honestis saepe dissensio. SÉ cpaOlv dVUl návta~ 'tou~ crnou8aíout; teg l1~t' autOu~ npo~
3 dyogencs ~ 6 cum ~: quo ~ 9 sit utilitas ~: sit ~ 11 si ~: sed ~ 12 qui ~ : quis ~ 13 ¡dem~: id ~ 13- ~oov~v 0I1lM:1V ¡.ní1'E nap' IDJ..cov 'tU npo~ ~oov~v npoooéXEo8m.
14 Immo ... est om. ~ 20 ignoretur~: -entur ~ 21 <s int et> suppL Müller 35 alte ra~: altera utilitas; Kal ülJ.ov Se e\VUl auo-rllp6v, ltapanAllcríú)~ A&y6¡.u:vov teg aucrtllpeg
oi.'v<9, <9 1tpOC; ¡.tE\! <papl1aKOnO\Íav XPillvtat, ltpO~ Be np67tOOlV
30.52 Séneca, De olio 3.2-4
2. Duae maxime et in hac re dissident sectae, Epicureorum el Stoicorum, sed utraque ad 10 O" návu.
otium diuersa uia minie Epicurus ait: 'non accedet ad rem publicam sapiens, nisi si quid
4 1'0 ante aBosov om B IliAlov a:ruq>ov PF : l:iUa~ B : l:iUmx; D 5 lCata tO\) ellCuíou Reiske
interueneri t'; Zenon ait: ' accedet ad rem publ icam, nisi si quid inpedierit. ' 3. Alter otium
/ ""'¡~EVQ, F 7 ó~lAE¡v Qm. B' / ante ~¡;QV~v' .pO¡; PFD : KaS' <1> et Suda ' .pooii€xwOat
ex proposito perit, alter ex causa; causa autem ilIa late patet. Si res publica corruptior est
Dp4H 1W.pÉXEcl}at p1F<J> 9 <papl1aKOltOlíav Frobenius : epap¡.taK01too1av PF<I>
5 quam <ut> adiuuari possit, si obscurata est malis, non nitetur sapiens in superuacuum nec
se nihil profuturus inpendet; si parum habebit auctoritatis aut uirium nec ilJum erit <pap¡.taK01tocr{at; Suda I nócnv q>
admissura res publica, si ualetudo illum inpediet, quomodo nauern quassam non
dcduceret in mare, quomodo nomen in militiam non daret dcbilis, sic ad iter quod 30.55 Hicrocles, en Estobeo, Ee/. 3.732, 1-733, 6
inhabile sciet non accedet. 4. Potest ergo et ille cui amnia adhuc in integro sunt, "'o<J1tEP o,)v Ctv6r¡toC; I1EV o1'{J':¡v rrévtt. SaKruArov tOV
10 antequam ullas experiatur tempestates, in tuto subsistere el protinus commendare se eva 1tpOlCplVroV, EúAóYlmOt; Se 6 -rou~ 1ttVtE tOU évó~' 6
784 Capitulo 30

I..II~V yap a:n~á~cl Kall"ov npOKEKpl).lÉYOV, Ó 8' tv rot~


nÉvtE KUl1'OV Eva 1tEptcrc91;el' tODrOv 8' aÚ roy rpónov Anexo 1
5 KaL Ó ).lEY Eumov Tii.~ 1tatpí6o~ nAÉov <JcQSE.IV POUAó)lEVO~ Tablas de concordancia
]tpae; r0 opav &8É¡llW Kat aAAwc; aVÓllTOC; l).ldpcov &&u w

várrov, 6 OE €:alHou nporqJ.rov litV 1tUlploa eEoqHA~C; 'tE


Kat '!Ole; )",01\0").10'\<; apapcóc;. e1Plltat 8' o).!roc;, roe; KaV Ei
).1ft cruvap 18¡.wlTÓ TlC; tep crucrní)lu'tl, Ka"c' loíav 6' ¿~l:.Lá- J. Concordancia SVF-BS
10 1;orro, Ka8~KElv TlÍc; Éaulou oúYrllPtac; TitV tOD O1Jm~)la­
SVF BS 1.200 26.17
TOe; npOKp[VEIV, on TTtV roe; 1tOAÍ1"OU O'Ciltllpíav &vúnapK!Ov
1.43 30.9 1.201 26 .23
O:1tÉ<patVEV ~ tfle; ltÓAEW<; uncóAElU, Ka9ú1tEp Kal TTtV roc;
1.45 1.2 1.202 25.3; 26.2
OOKTÚAoU, roe; ).IÉpour.; XElpÓr.;, ~ lile; XEtpar.; avaíp€O'1r.;. Kal
1.46 1.2 1.205 25.1
Bit KaTa lOÚ'UOV ~,.úv cruYK6KE<PU)..{ltcócr8co, 01Ó11 XPTt 10
1.48 1.9; 5.13 1.208 25.29
15 KOIVÜ O1JI.UpÉpov 'COD l61Q )lTt Xrop{1;EIV, aM' EV ~y€l(Jeat
KilI. laDróv' t6 le yap 1"U nutpíat cru¡.upÉpov KotVÓV Ecrn 1.50 5.10 1.209 25.4
Kul trov Ka1"a ~Épo~ E:Kácr1"O), tO yap OAOV OtXa 1"rov ~€­ 1.51 5.14 1.212 25.6; 25.7
poov écrnv OÚO€v, 1"61"€ 1"(9 trOAÍtll cru~qJÉpov trpOcníKet 1.55 7.5 1.215 25.12
1.58 13.12 1.226 30.12
Kal1"U rrÓAtl, Eáv ye cO~ rrOAhll cru~qJÉpov AUIlPávT]1"ClI.
20 Kal yap <ro> ttO XOP€\)tfi cO~ XOP€\)tU AU01n;)J.~ KUlu\J 1.60 7.5 1.250 30.47
oAO) xoptO KepoaMov av €t11. roü't'Ov ODV 1"OV )..,6yov ev- 1.61 7.5 1.254
1.256
30.47
30.47
eÉ~€VOI rráV'ta Wt~ OlUvoíC1t~ rroAD qJoo~ E~O~ev EV rot~ 1.65 4.1; 4.2
1.66 6.6 1.260 5. 10
Ka1"a ~Épo~, mate EV Wl0eVt rrapaAmetV Kmpé[> ro rrpo~
1.67 7.8 1.262 30.7
"t"~v rru"t"p(oa KaefiKOV.
1.68 7.13 1.263 30.33
2 dJAóyuJ!O~ SM : c':tAÓytcrrO~ Al 3 tOV npOKf.Kpqlévov Bueeheler : tO 7tPOKf.íIU:VOV SMA : tOV
17.12; 30.13
1.69 7.8 1.264
Bentley 6npo~ tÚ) S2 : 7tpO~ 1"0 SIMA / c':tEMlllcrra ante ras. A 9 cruvapl8f1oor¡ SMA: co-
7tpOKVÓ¡.tf.VOV
rr. Bueeheler 9-10 I1;l>t6<;0\ Hirschig 10 Ka8tÍKf.lV eodd. : Ka8tÍKot ei. Meineke 13 ~l¿PO\)~ SM : 1.73 7.1 1; 7.12 1.351 1.8 ; 23 .7; 26.22
Il¿POl)~ A J4 cruyKf.Kf.qla),mwa8w M : m),yKf.q>aAcnw<J8w S 15 KOlVOV 11 : COIT. Halm 20 <t O> add. 1.74 8.1 1.352 1.5
Wachsmuth 1.75 5.7 1.353 1.6
1.78 5.10 1.356 1.7
1.85 14.1 1.361 26.34
1.89 14.1 0 1.371 30.14
1.90 2.10 1.378 17. 1
1.98 19.5 1.411 23.6
1.99 20.7 1.412 23.10
1.102 15.2; 15.3; 15.5 1.471 15.5
1.104 15.6 1.484 7.10
1.107 15.1 1.488 14.11
1.1 11 12.16 1.489 9.16
1.1 13 12.16 1.493 14.1
1.120 15. 10 1.497 15.5
1.135 13.3 1.504 15.12
1.141 13.6 1.5 10 15.1 1
1.152 17.4 1.51 1 18.4
1.161 17.1 1.513 15.7
1.162 17.1 1.518 13.8; 13.16
1.165 17.1 1.5 19 13.6
1.167 17.1 1.522 13 .3
1. 171 13.3 1.529 12.15
1.180 23.5 1.530 17. 1
1.197 22.6 1.534 17.1
786 Anexo 1 Tablas de concordancia: SVF-BS 787

1.5 37 17.2 2.140 8. 1 2.299 14.1 2.452 14.27


1.563 26.17 2.143 8. 10 2.300 14.1 2.458 12.7; 12.8
1.566 26.11 2.144 8.9 2.30 1 14.7 2.465 16.3
1.570 25.19 2.147 8.1 2.310 14.5 2.470 16.1
1.587 30.17 2.153 10.9 2.311 17.6 2.47 1 15.5; 16.4
1 Persaeus 448 17.1 2.166 8.3 2.313 14.9 2.473 16.1
2.3 1 5.4 2.1 67 8.7 2.316 14.8 2.479 16.2
2.35 1.1 2. 168 8.8 2.3 17 14.2 2.480 16.3
2 .37 1.2 2.177 8.1 7 2.318 14.3 2A82 14.8
2.38 1.2 2. 181 8.2 2.322 2.9 2.486 2.8
2.41 1.2 2. 183 8.2 2.329 2.2; 4.3 2.487 2.8
2.42 1.3 2.1 84 8.8 2.330 2.4; 2. 12 2.503 20.1
2.48 5.6 2.1 86 8.2 2.336 14.10 2.505 20.2
2.49" 1.10 2.1 87 8.4 2.337 14.18 2.509 20.10
2.49 1 1.9 2.1 95 8.3 2.34 1 14.16 2.510 20.9
2.49 3 1.11 2.1 97 8.6 2.344 14.11 2.524 12.2
2.50 1.9 2.1 98 19.1 2.345 14.11 2.525 2.6
2.52 6.1 2.1 99 8.7 2.346 14.11 2.526 12.3
2.53 7. 1 2.201 19.22 2.347 14.11 2.527 12.1
2.54 6.2 2.205 8.1 6 2.348 14.11 2.528 12.4
2.55 6.1 2.206 10.6 2.349 14.11 2.529 12.6
2.56 7.10 2.206a 5.1 1 2.350 14.11 2.535 20.3
2.61 6. 1 2.207 9.1 2.351 14.11 2.537 20A
2.64 6.1 6 2.218 9.1 4 2.353 14.17 2.540 20.6
2.65 6.5; 7.3 2.220 9.1 5 2.355 14.13 2.579 15.8
2.67 7.1 7 2.223 8.1 9; 9.6 2.3 56 14.24 2.580 15.3
2.68 7.6 2.224 4.6 2.360 4.2 2.581 15.2
2.71 7.9 2.238 9.7 2.364 4.5 2.582 15.9
2.74 6. 19 2.239a 9.9 2.369 3. 1 2.589 18.9
2.75 7.4 2.241 9.7 2.3 71 3.2 2.593 18.2
2.76 7.7 2.243 9.7 2.373 3.2 2.594 18.3
2.78 6.1 8 2.247 9.1 9 2.374 3.1 3 2.596 18.7
2.83 6.4 2.248 9.8 2.375 3.3 2.597 19.7
2.85 2.5 2.249 9.3 2.378 3.1 1 2.598 18.5
2.87 6.3 2.250 10.5 2.389 3.1 0 2.599 19.8
2.88 6.8 2.253 9. 17 2.390 3.8 2.604 18.6
2.90 7.8 2.255 9. 10 2.39 1 3.9 2.605 18.8
2.96 7. 11 2.260 9. 18 2.397 3.4 2.611 18.4
2.97 7. 12 2.264 9.1 7 2.398 3.1 7 2.612 18.4
2. 105 7.2 2.266 9.4 2.399 3. 15 2.620 18.1 3
2. 112 3.1 8; 7.13 2.274 10.7 2.400 3.2 1 2.624 19. 18; 19.20
2. 122 5. 1 2.278 4.4 2.401 3.20 2.625 19.6
2. 123 5.2 2.279 10.3 2.403 3.12; 3.19 2.626 19.1 6; 19.21
2.1 24 5.3 2.287 10.2 2.4 13 15.4 2.627 19.15
2. 126 5.4 2.292 5.12 2.439 14.22 2.633 12.13
2.1 27 5.5 2.294 5.7 2.440 14.23 2.634 12.3; 13.24
2.130 5.6; 5.8 2.295 5.6 2.444 14.25 2.636 30.29
2.135 8. 19 2.297 5.9 2.449 14.26 2.64 2 12.4
2.136 8.1 2.298 5.9 2.450 24.6 2.665 10.1 1
788 Anexo 1 Tablas de concordancia: SVF-BS 789

2 .684 12.5 3.1 21.1 3.280 26. 15 3.497 27.4


2.714 24.9 3.3 23.3 3.288 30.32 3,498 27.4
2.718 12.12 3,4 23 .1 3.289 30.32 3,499 27. 1
2.724 22.7 3.6 2.3 3.299 26.18 3.500 27.6
2.761 13.28 3.12 23.9 3.305 26.20 3.501 27.3
2.762 3.5 3.18 27.4 3.309 30.30 3.503 27.1
2 .773 13.7; 13.8 3.23 30.32 3.311 30.3 1 3.504 27.8
2.774 13.3 3.39 26.1 3.313 30.32 3.510 26.29
2.780 13.1 3.69 6.26 3.314 30.1 3.513 27. 12
2.782 13.2 3.72 26,4 1 3.323 30.21 3.516 27. 11
2.786 12,18 3.83 26.33 3.325 30.2 3.528 27.5
2.787 13.25 3.91 8.14 3.327 30.8; 30.9 3.545 6.26
2.789 13.27 3.11 7 26.33 3.333 30,45 3.548 24. 11
2.792 13.23 3.118 26.38 3.334 30,43 3.606 17.11
2.811 13.3 3.119 26.33 3.335 30,44 3.609 l7.ll
2.836 13.13; 24.7 3.128 26.37 3.33 7 30.8 3.611 30.19
2.844 24.4 3.169 24 .1 3.349 30.37 3.613 30.17
2.847 6.7; 6.9 3.171 6. 15; 24. 1 3.35 1 30.36 3.637 30.54
2.848 6.10 3.172 6.17 3.353 30.34 3.642 30.20
2.879 13. 14 3.173 24.1 3.355 30.20 3.646 30.54
2.933 19.4 3.175 30.27 3.357 30.38 3.658 26.35
2.935 19. 11 3.177 24 .2 3.358 30.39 3.686 30.18
2 .937 19.9; 19.10 3.178 22 .1 3.359 30.39 3.697 30.20
2 .945 19.1 4 3.179 22.7 3.37 1 30.45 3.698 30.13
2.9 52 19.2 3.1 82 22.2 3.378 25.2 3.702 30.49
2.954 9. 16 3. 183 22.19 3.38 1 25.26 3.745 30.47
2.956 28.5 3.1 84 22,4 3.384 25.25 3.750 30.48
2.957 28,4 3.188 22.2; 27.4 3.389 25.2 3.752 30,47
2.974 14.28 3.189 22.2 3.394 25 .2 3.753 30. 15
2 .973 24. 15 3. 191 24 .5 3.403 25 .8 3.754 30. 15
2.975 28.8 3.197 26.1 3.410 25.8 3.757 30.20
2.979 19.1 2; 29 .2 3.214 26.5 3,415 25 .8 3.763 27.04
2.984 29.4 3.2 19 26.8 3.431 25 .23 3 Antipater Tarsensis 3 1 9.8
2.988 29.3 3.220 26.32 3,432 25.24 3 Apollodorus 8 20. 10
2.99 1 29. 1 3.223 26.1 3.435 25 .1 5 3 Apollodorus 9 12.13
2.992 6. 14 3.224 26.7 3,439 25 .25 3 Apollodorus 17 30.20
2.998 28 .6; 29 .6 3.229 26. 12 3.444 25 .15 3 Archedemus 13 4.5
2. 1001 29.5 3.229a 22.15 3.448 30.54 3 Archedemus 14 20.8
2 .1012 17.5 3.237 26.31 3.459 25 .13 3 Boethus Sinonius 7 18.12
2.10 13 12.9 3.243 26. 18 3,461 25.5 3 Crinis 4 9.1
2.1 027 17.3 3.255 26.23 3.462 25 .10 3 Crinis 5 9.2
2.1153 12.14 3.256 26.28 3,466 25.21 3 Diogenes Babylonius 23 10.8
2.1064 3.18 3.257 26 .24 3.473 25 .20 3 Diogenes Babylonius 24 5.1 5
2.1068 18.6 3.258 26.17 3,476 25.9; 25.11 3 Diogenes Babylonius 27 18.11
2.1169 17.8 3.259 26.40 3,479 25.11 3 Diogenes Babylonius 32 17,4
2.1170 17.8 3.260 26,4 3,493 27.2 3 Sosigenes 1 16.1
2.1172 17.7 3.262 26.3; 26.26 3.494 27 . 1 3 Zeno Tarsensis 5 18.10
2.1175 30.32 3.264 26.25 3.495 27.2
2.1 178 17.9 3.278 26 .6
790 Anexo J
Tablas de concordancia: LS-BS 79 1

50B 14.8 56C 21.2 62K 17 .10


2. Concordancia LS-BS 50C 2.8 57A 22. 1 63B 23.3
51A 20.9 57B 22.4 63C 23 .1
LS BS 331 6.15; 24. 1 40N 6.11
51B 20.10 57C 22.5 63E 29.7
2G 26.J9 33J 8.14 400 6.12
51C 20.8 57E 22.7 63G 23.11
22M 22.14 33K 8.8 40P 7.9
5ID 20.10 57F 22.10 64n 26.33
26A 1.1 33M 8.1 40S 6.27
51E 20.10 57G 22.20 65A 25.2
26B 1.2 33N 8.8 41A 6.6
51G 10.11 57H 22.21 65C 25.2
26C 1.3 33P 8.11 4 1B 7.5
52C 19.6 58A 26.33 65E 25.2
26E 1.9 34H 8.16 4 1C 7.8
52D 19.8 58B 26.33 65F 25.1; 25.23
27B 2.2 35A 9.1 41G 24.11
52E 19.15 58E 26.37 65G 25.13
27C 2.12 35B 9.13 41H 7.13
52F 19.18; 19.20 58F 26.34 651 25.19
27D 2.4 J5C 9.12 41I 26.36
52G 19.16; 19.21 58G 23 .7 651 25.10
27E 2.5 35E 9.14 4JB 11.1
521 19.19 58J 24.5 65K 25.4; 25.27
27F J.I 36A 9.2; 9.7 44A 12 .2
53B 13.9; 13. 11 58K 23.3 65Y 25.22
27G 2.9 36B 9.5; 9.11 448 14.1
5JD 13.28 581 23 .6 66B 30.13
28A J.5 36C 9.3 44C 17.6
53F 7.10; 13.12 58m 27.2 66C 25.17
28D 3.6 36H 9.8 44F 12.3
53G 13.14 59B 27 .1 66H 30.20
28E 3.7 361 9.9 45A 2.10; 25.14
53 H 13.13 59C 22.3 ; 27.2 67A 30.7
28H 3. 11 36J 9.10 45C 13.16
53L 24.7 59D 22.2 67B 30.12
28J J. 14 37A 10.1 45E 2.J
53N 13.3 59E 27.2 67C 30.13
28L 3.10 37C 5.6 45H 14.5
53P 24.4 59F 27.4 67F 30.15
28M 3.9 37D 10 .7 46A 17.3
53Q 24. 1 59G 27. 11 67G 30.47
28N 3.8 J7F 7.7 46B 15.3
53R 30.27 59H 27 .1 2 67H 30.14
280 3.18 J7H 10.4 46C 15.2
53S 24.2 591 26.29 671 30.17
28P 3.4 371 10.5 46D 15.10
29C 3. 12 46E 18.6
53T 8.19 59J 23. 1 67L 12.4
37K 10.6
30A 4.1 46F 18.8 53W 13 .6 59K 27.6 67P 30.20
37L 10.2
5JX 12.13 59L 27.8 67R 30.1
JOB 4.2 37P 10.8 46G 19.5
30C 4.3; 6.13 54B 17.1 59M 27.3 67S 30.2
37Q 10.9 461 18.1
54D 17.4 60D 26.41 67U 30.20
30E 4.4 37R 10.3 46J 18.9
54E 17.5 60F 24.12 67V 30.50
30H 4.5 37S 10.10 46K 18.7
54F 12.16 60L 26.36 67W 30.18
301 4 .6 38D 19.22 46L 15.11
54H 12.5; 12.14 600 26.33 67X 30.49
31A 5.6 38E 9.1 6 47A 15.4
541 17.2 60P 30.35 70G 19.3; 28.3
31B 5.6 38G 19.2 47C 12.11; 15.7
54Q 17.8 60S 8.5 72N 14.12
31C 5.8 J9A 6. 1 47G 14.9
54R 17.7 61A 23.1; 26.1
J ID 5.3 39B 6.2 47K 24.6
54S 17.9 61B 25.3; 26.2; 26.23
31E 5.7 39D 6.3 470 12.3; 13.24
31H 5.9 47P 12.8 54U 19.4 61C 26.17
39E 6.4
31J 5.14 39F 6.7 47Q 12.7 55A 14.10 6ID 26.15
31L 5.10 48A 16.2 55B 14.16 61F 26.18
39G 6.5
31N 1.8; 26.22 40A 7.2 48C 16.1 55C 14.11 61H 26.25; 26.26
3 1P 5.5 40B 7.5 48D 16.4 55D 14.11 611 26.19; 26.31
33A 8.1 40C 7.1 48E 16.3 55E 14.20 61K 26.1
49A 20.1 55F 12.17 61L 26.11
33B 8.3 40E 7 .3
33C 8.4 49B 20.2 55N 19.14 61M 29.4
40H 7.17
33E 8.5 401 7.15 49F 20.3 551 14.11 61N 26.35
J3F 8.2 49G 20.4 55S 28.3; 28.8 62A 28.8
40J 7.16
J3G 8.2 49H 20.6 56A 21.1 62C 14.28
40K 7.3
JJH 8.1 40L 7 .6 49J 20.7 56B 21.4 62G 19.12; 29.2
792 Anexo 1 Tablas de concordancia: FDS -BS 793

1086 9.19 1207 10.7


3. Concordancia FDS-BS 1087 9.18 1212 10.4
1160 9.8 1213 10.5
FDS SS 363 6.12 789A 8.5
1.2 116 1 9.9 1228 10.2
363a 24.2 79 1 8.8
15 1.1 1167 9.10 1242 7.7
365 6. 14 792 8.13
24 1200 10.1 1247 4.4
l.3 369 6.6 808 20.10
27 1.10 1205 10.3 1257 10.10
370 7.8 826 9.16
28 1.9 378 7. 12 827 3.2
29 1.11 379 7.11 829 3.15
30 1.12 385 7.13 83 2 3.1
33 5.6; 7.1 420 13.7 833 3.1 2
35 5.7 421 13.3 834 3.7
57 5.3 423 13.6 835 3.1 3
61 5.2 424 13 .14 839A 3.3
79 5. 14 426 13.8 844 3.6
87 5.8 427 13.16 845 3.4
139 23.7 4 31 6.10 847 3. 14
144 23.6 436 13.1 7 85 1 3. 18
196 13.24 441 13.1 3 853 3.9
197 8.1 443 24.7 857 3.1 1
198 8.1 476 8.1 858 3.10
200 8.1 512 8.10 867 3. 20
208 1.5 529 8. 19 869 12.2
209 1.7 529A 8.21 872 3. 19
2 11 1.8 531 8.20 874 8.2
236 2.9 533 8.22 88 1 19.1
255 6.1; 6.3; 7.9 536 8. 1 893 8.7
259 7.10; 13.12 594 5.15 905 8.6
268 6.2 621 6.13; 10.8 9 14 9. 1
273 6.5; 6.16; 7.3 629 4 .6 9 16 8. 16
277 6.4 633 10.9 958 9. 13
281 6.7; 6.9 687 8.5 97 1 10.11
285 7.6 696 5.1 ; 8.2 976 9. 14
291 7.4 699 8.4 977 9.15
294 6. 19 702 8.8 989 9.1 6
296 6.18 709 4 .3 994 19. 18; 19.20
298 24.3 711 2 .2 1000 22. 10
299 24.4 717 2.9 1005 28.4
313 6.27 721 2.7 1025 10.6
316 4.1 725 20.2 1030 9.12
317 4.2 728 20.1 103 1 9.6
31 8A 4.5 74 1 14.2; 14.4 1036 9.2; 9.7
322 8. 11 742 14.8 1053 9.3
323 8.12 744 14. 1 1057 8. 15
327A 19.5 745 14.1 1058 9.11
336 7.12 762 14.10 1064 9.5
348 1.4 763 14. 11 1066 9.4
350 8.3 764 14.11 1084 9.1 7
351 5.5 776 8.8 1085 9.1 7
794 Anexo 1 Tablas de concordancia: BS-SVF 795

8.8 2.168; 2.184 13.7 2.773


4. Concordancia BS-SVF 8.9 2.144 13.8 1.518; 2.773
8. 10 2.143 13.13 2.836
BS SVF 5.5 2.127
8. 14 3.91 13.14 2.879
1.1 2.35 5.6 2.48; 2.130; 2.295
8.16 2.205 13.16 1.518
1.2 1.45-46; 2.37-38; 2.41 5.7 1.75; 2.294
8.17 2.177 13.23 2.792
1.3 2.42 5.8 2. 130
8.19 2.135 , 223 13.24 2.634
1.5 1.352 5.9 2.297-298
9. 1 2.207; 3 Crinis 4 13.25 2.787
1.6 1.353 5.10 1.50; 1.78; 1.260
9.2 3 Crinis 5 13.27 2.789
1.7 1.356 5.11 2.206a
9.3 2.249 13 .28 2.761
1.8 1.351 5.12 2.292
9.4 2.266 14.1 1.85; 493; 2.299-300
1.9 1.48; 2.49' , 50 5. 13 1.48
9.6 2.223 14.2 2.3 17
1.10 2.49a 5. 14 1.51
1. 11 2.49) 5.15 3 Diogenes Babyionius 24 9.7 2.238; 241;243 14.3 2.3 18
9.8 2.248; 3 AntipaterTarsensis 31 14.5 2.3 10
2.2 2.329 6.1 2.52; 55; 61
9.9 2.239a 14.7 2.301
2.3 3.6 6.2 2.54
9.10 2.255 14.8 2.316; 482
2.4 2.330 6.3 2.87
9.14 2.218 14.9 2.313
2.5 2.85 6.4 2.83
9.15 2.220 14.10 1.89; 2.336
2.6 2.525 6.5 2.65
2.8 2.486-487 9. 16 1.489; 2.954 14. 11 1.488;2.344-351
6.6 1.66
9. 17 2.253; 264 14. 13 2.355
2.9 2.322 6.7 2.847
2.10 1.90 9.18 2.260 14.16 2.341
6.8 2.88
9.19 2.247 14.1 7 2.353
2. 12 2.330 6.9 2.847
3. 1 2.369 6.10 2.848 10.2 2.287 14.18 2.337
3.2 2.371; 373 6.13 2.226 10.3 2.279 14.22 2.439
3.3 2.375 6.15 3.171 10.5 2.250 14.23 2.440
3.4 2.397 6.16 2.64 10.6 2.206 14.24 2.356
3.5 2.762 6.17 3. 172 10.7 2.274 14.25 2.444
3.8 2.390 10.8 3 Diogenes Babylonius 23 14.26 2.449
6.18 2.78
3.9 2.39 1 6.19 2.74 10.9 2.153 14.27 2.452
3.10 2.389 6.26 3.69; 545 10.11 2.665 14.28 2.974
3.1 1 2.378 7.1 2.53 12.1 2.527 15.1 1.107
3.12 2.403 7.2 2.105 12.2 2.524 15.2 1.102;2.581
3.13 2.374 7.3 2.65 12.3 2.526; 634 15.3 1.102; 2.580
3.15 2.399 7.4 2.75 12.4 2.528; 642 15.4 2.413
3.17 2.398 7.5 1.55; 60-61 12.5 2.684 15.5 1.102;497;2.471
3.18 2.11 2;2.1064 7.6 2.68 12.6 2.529 15.6 1.104
3.19 2.403 7.8 1.67- 69; 2.90 12.7 2.458 15.7 1.513
3.20 2.401 7.9 2.71 12.8 2.458 15.8 2.579
3.21 2.400 7.10 1.484; 2.56 12.9 2.1013 15.9 2.582
4.1 1.65 7.11 1.73; 2.96 12.12 2.718 15.10 1.120
4.2 1.65; 2,360 7.12 1.73; 2.97 12.1 3 2.633,3 Apollodorus 9 15.11 1.510
4.3 2.329 7.13 1.68;2.112 12.14 2.1153 15.12 1.504
4.4 2.278 7.1 7 2.67 12.15 1.529 16.l 2.470; 2.473; 3 Sosigenes 1
4.5 2.364; 3 Archedemus 13 8.1 1.74; 2.136; 140; 147 12.16 1. 111; 113 16.2 2.479
4.6 2.224 8.2 2.181; 183; 186 12.18 2.786 16.3 2.465,480
5.1 2.122 8.3 2.166; 195 13.1 2.780 16.4 2.471
5.2 2.123 8.4 2.187 13.2 2.782 17.1 1.161; 165; 167;378;530; 534; 1
5.3 2.124 8.6 2.1 97 13.3 1.135;171; 522; 2.774; 811 Persaeus 448
5.4 2.31;2.126 8.7 2.167; 199 13.6 1.141, 519 17.2 1.537
796 Anexo I Tablas de concordancia: BS-SVF 797

17.3 2 .1 027 22.1 3. 178 26.5 3.214 29.1 2.991


17,4 1.1 52; 3 Diogenes Babylonius 32 22.2 3. 182; 188-189 26.6 3.278 29.2 2.979
17.5 2. 1012 22,4 3.184 26.7 3.224 29.3 2.988
17.6 2.311 22.6 1.1 97 26.8 3.219 29.4 2.984
17 .7 2.1172 22.7 2.724; 3.179 26.11 1.566 29.5 2.1001
17.8 2.1169-1170 22.15 3.229a 26. 12 3.229 29.6 2.998
17.9 2.1178 22.19 3. 183 26. 15 3.280 30.1 3.314
17.11 3.606; 609 23.1 3,4 26. 17 1.200,563; 3.258 30.2 3.325
17.12 1.264 23.3 3.3 26.18 3.299,243 30.7 1.262
18.2 2.593 23.5 1.1 80 26.20 3.305 30.8 3.337
18.3 2.594 23.6 1.411 26.22 1.351 30.9 1.43; 3.327
18,4 1.511;2.611-612 23.7 1.351 26.23 1.201; 3.255 30.12 1.226
18.5 2 .598 23.9 3. 12 26.24 3.257 30.13 1.264; 3.698
18.6 2 .604, 1068 23.10 1.412 26.25 3.264 30.14 1.37 1
18.7 2 .596 24.1 3. 169; 171;173 26.26 3.262 30.15 3.753-754.
18.8 2.605 24.2 3.177 26.28 3.256 30.17 1.587; 3.613
18.9 2.589 24,4 2.844 26.29 3.510 30.18 3.686
18.10 3 Zeno Tarsensis 5 24.5 3.191 26.31 3.237 30.19 3.611
18.11 3 Diogenes Babylonius 27 24.6 2.450 26.32 3.220 30.20 3.355; 642;697; 757; 3 Apollodorus 17
18.12 3 Boethus Sidonius 7 24.7 2.836 26.33 3.83; 117; 119. 30.21 3.323
18.13 2 .620 24.9 2.714 26.34 1.361 30.27 3.175
19.1 2.198 24.11 3.548 26.35 3.658 30.29 2.636
19.2 2 .952 24.15 2.973 26.37 3.128 30JO 3.309
19.4 2.933 25.1 1.205 26.38 3.118 30.31 3.311
19.5 1.98 25.2 3.378; 389; 394 26.40 3.259 30.32 2.1175; 3.23; 288-289; 313
19.6 2.625 25.3 1.202 26.41 3.72 30.33 1.263
19.7 2 .597 25,4 1.209 27.1 3.494; 499; 503 30.35 3.353
19.8 2.599 25.5 3.46 1 27.2 3.493; 495 30.36 3.351
19.9 2.937 25 .6 1.212 27.3 3.501 30.37 3.349
19.10 2.937 25.7 1.212 27.4 3.18; 188; 497-498; 763 30.38 3.357
19.11 2.935 25.8 3.403; 410; 415 27.5 3.528 30.39 3.358-359
19.12 2.979 25.9 3.476 27.6 3.500 30.43 3.334
19.14 2.945 25.10 3.462 27.8 3.504 30.44 3.335
19.15 2. 627 25.11 3.476; 479 27.11 3.516 30.45 3.333,371
19.16 2. 626 25.12 1.215 27.12 3.513 30.47 1.250; 254; 256; 3.745; 752.
19.18 2.624 25.13 3.459 28.4 2.957 30.48 3.750
19.20 2.624 25.15 3,435; 444 28.5 2.956 30.49 3.702
19.21 2.626 25.19 1.570 28.6 2.998 30.54 3.448; 637; 646
19.22 2.201 25.20 3.473 28.8 2.975
20.1 2 .503 25.21 3.466
20.2 2.505 25.23 3.431
20.3 2.535 25.24 3.432
20.4 2.537 25.25 3.384,439 .
20.6 2.540 25.26 3.381
20.7 1.99 25.29 1.208
20.8 3 Archedemus 14 26.1 3.39; 197; 223
20.9 2.510 26.2 1.202
20.10 2.509; 3 Apollodorus 8 26.3 3.262
21.1 3.1 26.4 3.260
798 Anexo r Tablas de concordancia: BS-LS 799

17. 1 54B 22. 1 57A 26.23 61B


5. Concordancia BS-LS 6 1H
17.2 54l 22.2 59D 26.25
BS LS 6. 11 40N 10.7 37D 17.3 46 A 22.4 57B 26.26 61H
1. 1 26A 6. 12 400 10.8 37P 17.4 54D 22.5 57C 26.29 59!
1.2 26B 6. 13 30C 10.9 37Q 17.5 54E 22.7 57E 26.31 61I
1.3 26C 6. 15 331 10.10 37S 17.6 44C 22 .1 0 57F 26.33 58A; B; 600;
1.8 31N 6.27 40S 10.11 51G 17.7 54R 22.14 22M 64n
1.9 26E 7.1 40C 1 1.1 43B 17.8 54Q 22.20 57G 26.34 58F
2.2 27B 7.2 40A 12.2 44A 17.9 54S 22.21 57H 26.35 6 1N
2.3 45E 7.3 40E; 40K 12.3 44F; 470 17.10 62K 23 .1 59J; 6 1A; 63C 26.36 41I; 60L
2.4 27D 7 .5 40B; 41B 12 .4 67L 18.1 461 23.3 58K; 63B 26.37 58E
2.5 27E 7.6 40L 12 .5 54H 18.6 46E 23.6 581 26.41 60D
2.8 50C 7.7 37F 12 .7 47Q 18.7 46K 23.7 58G 27.1 59B
2.9 27G 7.8 41C 12.8 47P 18.8 46F 23.11 63G 27.2 59C; 59E
2.10 45A 7.9 40P 12. 11 47C 18.9 46J 24.1 53Q 27 .3 59M
2.12 27C 7. 10 53F 12. 13 53X 19.2 38G 24.2 53S 27.4 59F
3.1 27F 7.13 41H 12. 14 54H 19.3 70G 24.4 53P 27.6 59K
3.4 28P 7. 15 40r 12. 16 54F 19.4 54U 24.5 58J 27.8 59L
3.5 28A 7.1 6 40J 12. 17 55F 19.5 46G 24.6 47K 27.11 59G
3.6 28D 7. 17 40H 13.3 53N 19.6 52C 24.7 53 L 27.12 59H
3.7 28E 8. 1 33A; 33H; 33M 13.6 53W 19.8 52D 24.11 4 1G 28.3 55S; 70G
3.8 28N 8.2 33F; 33G 13.9 53B 19.12 62G 24.12 60F 28.5 55S
3.9 28M 8.3 33B 13.11 53B 19.14 55N 25. 1 65F 28.8 62 A
3.10 28L 8.4 33C 13.12 53F 19.15 52E 25.2 65A; C;E 29.2 62G
3.11 28H 8.5 33E;60S 13 .1 3 53H 19.16 52G 25.3 61B 29.4 61M
3.12 29C 8.8 33K; 33N 13.14 53G 19.18 52F 25.4 65K 29.7 63E
3.14 28J 8.11 33P 13 .1 6 45C 19.19 52! 25.10 65J 30.1 67R
3.18 280 8 .1 4 33J 13 .24 470 19.20 52F 25. 13 65G 30.2 67S
4.1 30A 8. 16 34H 13.28 53D 19.21 52G 25.14 45A 30.7 67 A
4.2 30B 8. 19 53T 14.1 44B 19.22 38D 25.17 66C 30.12 67B
4.3 30C 9. 1 35A 14.5 45H 20.1 49A 25. 19 65r 30.13 66B; 67C
4.4 30E 9.2 36A 14.8 50B 20.2 49B 25.22 65Y 30.14 67H
4.5 30 H 9.3 36C 14.9 47G 20.3 49F 25.23 65F 30.15 67F
4.6 301 9.5 36B 14.10 55A 20.4 49G 25.27 65K 30.17 671
5.3 310 9.7 36A 14.1 1 55C; 55D; 551 20 .6 49H 26.1 61A; 61K 30.1 8 67W
5.5 31P 9.8 36 H 14.12 72N 20.7 49J 26.2 61B 30.20 67P; 67U; 66H
5.6 31A; 31B; 37C 9.9 36l 14.16 55B 20.8 51C 26.1 1 61L 30.24 59Q
5.7 31E 9. 10 36J 14.20 55E 20.9 51A 26.15 610 30.27 53R
5.8 3 1C 9.11 36B 14.28 62C 20 .10 51B; 510; 51E 26 .17 61C 30.35 60P
5.9 3 1H 9.12 35C 15.2 46C 21.1 56A 26 .18 61F 30.47 67G
5.10 3 1L 9.13 35B 15.3 46B 21.2 56C 26.19 61 ! 30.49 67X
5.14 31J 9.14 35E 15.4 47 A 21.4 56B 26.22 31N 30.50 67V
6.1 39A 9.16 38E 15.7 47C
6.2 39B 10.1 37A 15. 10 46D
6.3 39D 10.2 37L 15 .11 46L
6.4 39E 10.3 37R 16. 1 48C
6.5 39G 10.4 37H 16.2 48A
6.6 41A 10.5 371 16.3 48E
6.7 39F 10.6 37K 16.4 48D
Anexo 1 Tablas de concordancia: BS- FDS 80 1
800

19.5 327A 20.10 808 24.3 298


6. Concordancia BS-FDS 19. 18 994 22.10 1000 24.4 299
OS FDS 6.2 268 9.3 1053 19.20 994 23 .6 144 24.7 443
1.1 15 6.3 255 9.4 1066 20.1 728 23.7 139 28.4 1005
1.2 6.4 277 9.5 1064 20.2 725 24.2 363a
1.3 24 6.5 273 9.6 1031
1.4 348 6.6 369 9.7 1036
1.5 208 6.7 281 9.8 1160
1.7 209 6.9 281 9.9 1161
1.8 2 11 6. 10 431 9. 10 1167
1.9 28 6.12 363 9. 11 1058
1.10 27 6.13 621 9 .12 1030
1.11 29 6.14 365 9.13 958
1.12 30 6.16 273 9.1 4 976
2.2 711 6.18 296 9.1 5 977
2.7 721 6.19 294 9.16 826;989
2.9 236; 717 6.27 313 9. 17 1084; 1085
3. 1 832 7. 1 33 9.18 1087
3.2 827 7.3 273 9. 19 1086
3.3 839A 7.4 29 1 10. 1 1200
3.4 845 7.6 285 10.2 1228
3.6 844 7.7 1242 10.3 1205
3.7 834 7.8 370 10.4 1212
3.9 853 7.9 255 10.5 1213
3. 10 858 7. 10 259 10.6 1025
3. 11 857 7.11 379 10.7 1207
3. 12 833 7.12 336;378 10.8 621
3. 13 835 7.13 385 10.9 633
3. 14 847 8.1 197-198; 200; 10.10 1257
3. 15 829 476; 536 10.11 97 1
3. 18 851 8.2 696; 874 12.2 869
3. 19 872 8.3 350 13 .3 42 1
3.20 867 8.4 699 13.6 423
4. 1 316 8.5 687; 789A 13.7 420
4.2 317 8.6 905 13.8 426
4. 3 709 8.7 893 13.1 2 259
4.4 1247 8.8 702; 776; 79 1 13.13 441
4.5 318A 8. 10 5 12 13. 14 424
4.6 629 8. 11 322 13.16 427
5.1 696 8.1 2 323 13.17 436
5.2 61 8.13 792 13 .24 196
5.3 57 8.15 1057 14.1 744; 745
5.5 351 8.16 9 16 14.2 741
5.6 33 8.1 9 529 14.4 74 1
5.7 35 8.20 531 14.8 742
5.8 87 8.21 529A 14.10 762
5. 14 79 8.22 533 14. 11 763; 764
5.15 594 9.1 9 14 19.1 88 1
6.1 255 9.2 1036 19.2 884
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t
Glosario 833

amxp6JJ..aKtOv: indiscernible aÜy~: brillo


Anexo III an-á'tTj:engaño aÜ~IlO"l~: aumento, crecimiento
ana~ío: disvalor aUt E~OÚO"lOV: autodeterminación
Glosarios an-slpov: infinito, ilimitado aut01tpayla: acción autónoma
arrSKA.€KtlKlÍ: no selectivo aq¡aípEcrtt.;: sustracción
a7tsKAo)'~: rechazo atpe01e;: expansión
anépavtot.;: inválido, no conclusivo (dicho a<pEtot.;: desacoplado
a~Aa~~,: libre de daño, invulnerable apopq¡ov: amorfo, sin fanna de un argumento; DL 7.77) &tpop).l~: repulsión; tendencia o inclinación
aya9óv: bi en, bueno a~q)l~oAía: ambigüedad ano~A~,~: que se puede perder (dicho de atppóvsu01S: imprudencia
ciyá1tTJOlC;: cariño ava)'€vvrtmc;: regeneración la virtud moral) aq¡pooúVTj: imprudencia, insensatez
ayÉvllTov: ingénito, inengendrado ávaYKOtOv: necesario anOBSIICtIKÓt.;: demostrable (dicho de un ax6p"ITo,: desagradecido
ayvOla: ignorancia ava8u).líamc;: exhalación argumento) al8oe;: pesar
ayx,ÍvoHl: perspicacia, penetración; com- avaltíro~: de un modo ¡n causado a7tMsl~tS: demostración, prueba píoS: modo o estilo de vida; vida
prensión aVáAUO"l~: disolución, análisis a7toKutácrwcne;: reconstitución ~ol.~: golpe
ayoovía: angustia, congoja avo).láptTlto~: infal ibl e (epistemológica y alIovt~llcrte;: distribución POÚI..TJO"It.;: deseo racional, anhelo; vo luntad
&8táPOAOC;: libre de calumnia moralmente); intachable ánonpollYllévov: disprefer ido (cf. "Himno a Zeus")
éi9sov: contrario a lo di vi no, que desdeña avcmvo ~ : respiración ánapEllnMIO'!o~: impedido )'É.vot.;: género
lo divino aVanÓpATjtOV: perdib le, que se puede an-o't éAEO'~a: resultado, efecto OEIAÍU: cobardía
atSIH100Úvrr recato perder ó:n-Óte~l~: nacimiento Bst~a: espanto
aOlácpopov: indiferente avan-óOEtlCror;: indemos trado, indemostable lÍn-ó<pacrtS: afinnación BE tcnoal~ovíu: superstición
á8íK€Umc;: injust icia avaq¡opá: referencia arro<pavtóv: afinnable, que puede afir- óÉ.ot.;: terror
áB1Kía: injusticia avopEía: valentía marse ÓTJ~loúpY'1lla: producto, producción arte-
a8o~ía: mala reputación aVEIK(llÓtrl~: ausencia dc descuido arro<pcll lKÓV: negativo (dicho de un sanal o demiúrgica
ctÍpEtÉav: lo que hay que elegir, lo que aVEA.Ey~ía: irrefutabilidad a~íOl~a) OtayúJy~: curso, transcurso, paso (de la
debe ser elegido aVEnaícr8TJtov: privado de percepción an-pon-trocr(a: ausencia de precipitación vida)
aip€T6v: elegible avía: disgusto ámóv: tangible otágecrts: dispos ición
aYpT)O"IC;: decisión, elección; escuela; fac- avtaKOAou8ía: implicación recíproca amrotov: indeclinable 0,6«vo,: vacío (adj.)
ción nvtEpE IO"t IKÓV: presionable recíprocamente apa'tlKóv: ma ldición otaKócr)..lllcne;: reordenación (cósmica)
atcr9TJcrtc;: sensación, percepción sensorial, nvttpatlKÓe;: resistente apscrróv: grato ouxAtyopat: argumentar dialécticamente;
sentido avt ípam~: resistenc ia a ps't~ : virtud, excelencia conversar, dialogar
alcreT]t~ptOv: órgano sensorial, sentido avnóluípEcrlS: contra-división ap9pov: artículo OlaAEKtlKlÍ: dialéctica
aioxúvTJ: vergüenza aVtlKSlllSvOv: opuesto apVlltlKóv: denegativo (un tipo de n~í(ü¡.ta) OIUASKllKÓt.;: dia léctico
atr(o.: causa, explicación causal aVtl)..;rl'Vv;: captación, aprehensión aptlÓtTjS: integridad Ot(lAOytcrI-lÓ~: cálculo, reflexión; cavilación
a'ínov: causa avtmapÉ.Ktam¡;;: interpenetración apVTjtlKóv: denegativo (dicho de un oláAucrt~: di so lución
atn&oE<;: causal (dicho de un &~íoo~a) avtmEn-ov8Ótov: reflexivo (dicho de un a~íOl~a) ólávola: mente, pensamiento
aKaráA1lmov: no cognitivo predicado; DL 7.64) ápxlÍ: principio, comi enzo olácrnwa: dimensión
aKwTjcría: inmovilidad avtlwrrÍa: resistencia áppc.úrrrll~a: flaqueza (moral), debil idad, olacr'tpo!p~: distorsión, perversión
aKoAama: intemperancia ávúPpt'tot.;: libre de ultraje abatimiento, enfermedad otaq¡opá: diferencia, distinción
áKOAaO"wívro: ser inlemperante avu7tómrotov: inmodificable acr9tvsla: debi lidad OHXXUO"l¡;;: dispersión; disipación (en senti-
óxoAou8tu: implicación; coherencia, con- avun6marov: insustancial, inexistente acreEVÉ,: débil do moral)
sistencia; inferencia; sucesión a~íu: valor acrKllcrte;: práctica, ejercicio ols~euY)..lévov: disyunción (exclusiva)
a Kpucrlu: incontinencia a~{(Q~a : proposición ("asertible"; Bobzien)
a(J7tacr~6,: afecto OI~KelV: atravesar; difundirse
aKwAuro~ : impedido aóptcrtov: indefinido (dicho de un á~í(ülla) acrrEíos: civilizado, citadino, refinado O¡O{KTJO"lS: administración
aAAo í(ü O"l~: alteración, cambio cualitativo aOXA110la: tranquilidad (sinónimo de O'1touoatos: vi rtuoso) 01' OAOU: completamente, totalmente
aUÓtplOv: extraño anaBla: ausencia de pasión o emoción acrro~a'tov: incorpóreo OÓ"yIlO: creencia; doctrina
aUotpíú)crt~: extrañamiento, enajenación an-aOlÍs: libre de pasión o emoción. impa- átapa~ía: imperturbabil idad ÓÓICTJ O"l~: figuración, apariencia
a~laBía: ignorancia, esrupidez sible aro¡.tov: indi visible, átomo OOKIf.lOrrróv: digno de aprobación
Ct~apt ía: error an-a~{a: disvalor atovía: ausencia de tensión (del alma) o&;a: creenc ia, opinión
apáptTj).la: error, acto incorrecto an-upáparos: inquebrantable, impercedero atu<pot.;: humilde opaOtLKóv: activo, productivo, eficiente
apat(ltÓt TJ~ : ausencia de frivolidad a7tupaA,A,o~{a: indiscernibi lidad
834 Anexo rn Glosario 835

oúva¡.w;: facultad, capacidad, poder (psi- émoúvos01<;: vínculo, nexo ~Xoc;: ruido o sonido (no articulado) posición, enunciado, argumento,
cológico) E1tI t~oeu¡.ta: ocupación eappaAótll<;: audacia teoría
ouvatóv: posible él'mpó.vl:;ta: superficie eáppo<;: audacia AúnT}: dolor
oucr9u)lía: abatimiento, desánimo éntq:lÉpro: concluir, tener como consecuen- eetOv: divino lláXTl: conflicto (psicológico)
óuO'x¿pavm.~: contrariedad, enfado, irrita- cia eéAllO"l<;: volición ~áXOf.lCl1: chocar con, ser incompatible con,
ción, bnq:lopá: conclusión, consecuencia eÉ~a: modo o regla básica (de reducción estar en confl icto con
éYXe(pf]O"l~: emprendimiento ÉmxatpSKaKía: goce malévolo de un argumento silogístico no inde- peyaJ...o",uxía: magnanimidad
lOo~ : costumbre, habiulación ÉnoxlÍ: suspens ión del juicio mostrable a un argumento indemos- ¡...tStOOOl<;: disminución
el0WAOV: imagen epyov: obra, actividad, función trable) J.1sptop6<;: partición
doo<;: especie; fonna, tipo, c lase epro<;: amor, deseo erótico geó,: dios llecrÓt'lC;: participio; adverbio
elKmÓtllC;: descuido 'o9A6,~,: bondad 9sCÓPllf.la: principio teórico ¡.teTapoA~: transformación, cambio
d)lap)l€Vll: destino euanavnlola: afabilidad 9ópupo<;: alboroto, agitación, confusión J.1stáesOI<;: trasposición
eT~lc;: consentim iento eupouAla: deliberación correcta 9IK,Ó,: tocable ~i1 VL<;: cólera
dp)l6C;: cadena, serie, concatenac ión (de euom~ovEúOJ: ser feliz Oí~l<;: contacto Ilíy~a: mezcla, combinación
eventos, de causas) EUOat¡.tov(a: felicidad, prosperidad vital OUf.l6~: cólera, ímpetu ~í~I,: mezcla (~í~l, .apaeéoet: mezcla por
EKKAtO"l<;: evitación euej.1lttrooía: proclividad, propensión; Kaei1KOV: acto debido o apropiado yuxtaposición; Il(~t<; mryXÚO'SI: mezcla
eKAaAl1tuaí: expresivo (dicho de la predisposición KaKía: vicio, maldad por cofusión)
olávOla) eUKataq:lopía: propens ión, inclinación KaA6tT}<;: nob leza, bondad, belleza moral pV~I..tr¡ : memoria, recuerdo
€:KAoyll: selección eUKolvcovr¡crÍa: sociabilidad KapTepía: resistencia, constancia ~oX0 11p6<;: incongruente (dicho de un
eK1tA'l~I<;: susto, estupor, sobresalto eUKocrpía: orden correcto KatáAll¡...tl1a: comprensión argumento; op. a ÚY1ÉC;); malo, perver-
eK1tÚpWcnc;: conflagración sUKpaoía: mezcla equilibrada KataAT}1tttK6v: cognitivo so (en sentido moral)
€:Kcpopá: enunciación eUAápela: precaución KatáAT}",t<;: cognición v611~a; pensamiento, cosa pensada
6Aamc;: expansión eUAoytatía: razonamiento correcto KataO'K€U~: estilo apropiado (como virtud V61101<;: pensamiento, intelección
eASO<;: compasión eU).l€vela: bondad del discurso; DL 7.59) v6po~: ley; costumb re
€)l<pacnc;: imagen eUIlT}xavía: inventiva Kataq)Clyt"6v: negable, que puede negarse VOUVéXEIO: discreción
e¡.
.L1relp(a: experiencia eüvOtu: benevolencia Ka1"cxO'Keu~: estilo apropiado (como virrud voú<;: intelecto, inteligencia, razón
evavtíov: contrario ~oucría : poder del discurso; DL 7.59) óM<;: camino, vía; método (60<'9: metódi-
évavllwcnc;: contrariedad, oposición eUOupía: serenidad, tranquilidad KaTCllfavt6v: negable, que puede negarse camente)
ÉvápEt~: virtuoso eunáOeta: pasión o emoción correcta o KaTT}yopStlK6v: categórico (dicho de un 6Mvll: tristeza
ÉVEpyOÜV: activo positiva ti~í",~a) oiKE10v: propio, apropiado, fami liar
evapepo~: articulado suneíOelCl: obediencia, docilidad KaT~yóp~~a: predicado OiKEÍOOOl<;: familiaridad, apropiación
evvota: concepto süpola: correcto fluir (de la vida) KatllvayKcxO').lÉvov: necesitado OiKovo¡.tía: administración
lvvó'1~a: concepción SUOSp€la: piedad, religiosidad KatÓpOcopa: acto correcto l5KVO~: vacilación
tvóXAllot<;: turbación cumoxia: tino KlVT}Ot<;: movimiento, proceso OJ..ov: todo, uni verso
EVOWO"t<;: objeción eóauva)J,a~ía: correcto intercambio KOIVÓV: común; universal 6¡.t0l61"T}<;: semejanza
e~I<;: disposición o estado habitual; condi- eutov{a: tens ión correcta o positiva (del KOO'J.11611K ordenación, decoro Ó¡.toAoyía: concordancia, coherencia
ción alma) K6ol..tO~: cosmos; orden ó~óvo,a: concordia, acuerdo
enalvstóv: digno de elogio EUTparrsAía: vivacidad KpOOl<;: mixtura opaO'1<;: visión
Elt apO"t~: expansión; exaltación sUCPPOOÚVT) : regocijo Kpl~a: juicio opylí: ira, cólera, enojo
é mpoA~: proyecto, proyección EUlfuia: capacidad natural, buena disposi- Kpím<;: juicio 5pe~l,: deseo
€mos~16tlK agudeza ción natural KpU~pIOV: criterio OplO'pó~: definición
buslKla: equidad; benignidad sU\j1UXla: buen ánimo AeKT6v; decible OpKtKÓV: juramento
EmOUpta: apetito S~Ao,: celos M:mopepé<;: de parte rara o sutil óp~áco: impulsar
€mAU1da: dolor, depresión ~l1Aotu1tía: rivalidad A.é~t<;: expresión, locución ÓPIl~: impulso
EmplAsta: cuidado ~yS~OVIKÓV: conductor, rector, regente (del A11YOV: consecuente opo<;: definición
€mcrt~Pll: conocimiento, di sc iplina cientí- al ma) A11I1¡...ta: premisa l5poum~: apetición
fica, ciencia ~oov~: placer AOYlO'~6<;: cálculo racional, razonamiento oucría: sustancia
81tlOÚVOEcrI<;: concatenación, nexo ~yOÚ~EVOV: antecedente de un condicional Aoy6Tporro~: modo argumental 5",,<;: vista (sentido de la)
bnníoEtov: hábil, apto ~eo~: carácter, estado del carácter AóyoC;: razón, fórmula proposicional, pro- rráGo<;: pasión, emoción, estado arectivo
836 Anexo III Glosario 837

rraJJ..ryyevEola: regeneración 7lpÓcrPAT]0\<;: impacto OUJl71€paOJ-la: conclusión (sinónimo de tlllropía: venganza, represalia
nnv: todo lrpoopAT]t6<;: impactable, que recibe un Érrupopá) tOVIKÓr;: "tensional", tónico
1tapaBu::~eI)YlJtvov: disyunción exclusiva, impacto OUJllrC1tÁ.cYJ-i€vov: conjuntivo (dicho de un tÓv~: tensión, tonicidad (del1tVeUIlCl)
sub-disyunción lrpOO€pctOtC;: presión á~íúl~a) tÓ710C;; lugar, área
napóOeot<;: yuxtapos ición :rrpocnwopía: ape lati vo, denominación, crull71AoK1Í: conj unción tpo7tlKáv: premisa mayor (de un argumen-
l[apaKaT'ly6pT}~Hl: cuasi-predicado nombre común cru¡.t~cov(a: acuerdo, concordancia, armon- to condicional)
nOpOK01tlÍ: in fatuación, locura 7lpócr9ccrt<;: adición ía tpÓ1tOC;: modo, esquema de argumento (por
1tapCtKtlKó~: duradero (dicho del presente) 1tpocrK07ll1: antipatía crull<¡)U€C;: connatural ejemplo, [(lo primero ---+ lo segundo) .
nCtpacn<euTÍ: preparación 1tPÓcrAT]I.IIU;: premisa adicional (de un cruvaycoy~: conclusión; (concluyente: Kata lo primero1- lo segundo)
napacnJf.1f3alJa: cuasi-suceso, cuasi- argumento hipotético de la lógica ""vayúlY~v) wYXcÍvov: objeto, la cosa externa
acontecimiento proposicional estoica) cruvafo8fJmc;: consciencia t Ú1tOC;: huella, impronta, marca
napoouvT}).IpÉvov: para-condicional lrpOOtalcrtKóv: prescriptivo cruvahlov: concausa tÚncolla: resultado de una impresión
1tapacruv~1tro~tal: unirse para- 1tpo<; rí 1troc; sxov: lo que se encuentra cruvaKtIKóc;: conclusivo, concluyente rÚ1trocrtC;: impresión
condicionalmente relativamente di spuesto (Sexto, PH2.135) uYlé,: congruente (op. a ~OXe~pó,)
rrácrxov: pasivo lrporpo711í: conversión ouvamIK6c;: condiciona l, hipotético í.íAfJ: materia
n€nepaO!. uNoV: limitado 1lrromc;: caso, sujeto cruvápr'lcrtC;: conectiva, conexión lógica í.í1tap~tC;: existencia
m:paívro: concluir (válidamente) 1lrro!tKóv: declinable cruvOs.o¡..tór;: conjunción, conectiva Ú1tcÍPX€lV: existir, ser el caso, darse, perte-
1tepCtvnK6~: vál ido, conclusivo (dicho de mJO¡.w.: averiguación cruvcíOllcrtC;: consciencia necer
un argumento; DL 7.77) moc; exov: dispuesto de cierto modo cruV€KtlKÓV: cohesivo (dicho de la causa o U71etl;aíp'lcnc;: circunspección
1tÉpa<;: límite p~Jla: verbo del1tvEUlla) unepa71O<pattKóV: hipemegativa (es la
1tepttxov: (lo) circundante, el med io am- Oal.p~vcl(l: claridad cruvEpy6v: auxiliar (dicho de la causa) proposición --ó.¿;íoo)la- equivalente a
biente OP€me;: extinción cruV€PEtOllKÓV: que recibe presión conjunta la propos ición aflrmativa: "no es el
1tepÍ1tTOJot<;: choque, experienc ia directa OllJlatvÓJleVOV: significado cruvÉxov: cohesionante, que cohesiona caso que no es de día" equivale a "es
1tEpíoWOlr;: ci rcunstancia OllJlaivov: significante, que significa OUVTJIlJ-itvOV: condicional de día")
mOavóv: persuasivo OllJla(vro: signifi car IJÚVOEcrtr;: composición ú1toypay~: esbozo (de explicación)
1tAOUroc;: riqueza OllJlClv!tK6C;: signi ficati vo oúUT]\¡ftC;: concepción ún:ootaíp€cnr;: subdivisión
1tVEUlla: hálito, al iento CJllJleiov: señal , signo; antecedente (de un cruAJ...oytOJlÓC;: si logismo, argumento de- U71ÓAT]'Vt:;: suposición, creencia
1t0l6v: cualificado condicional verdadero) ductivo Ú710KEÍIl€VOV: sustrato, sujeto, subyacente
1tOlÓrT]<;: cual idad OKo1t6<;: meta, objetivo cruvaywy~: (Katc1. cruvayroy~v): de madI) Ún:OIlOV~: resistencia
1tOtouv: activo OOAOLKlcrJlÓ<;: so lec ismo concluyente ú1tor€Aí~: fin subordinado
1tovT]p6<;: perverso, malo cro~poocrúvll: temp lanza, moderación cruvaío8fJOlC;: conciencia ú!pEmcÍvm: subsistir
1too6v: cuant ificado onávu;: falta, escasez; necesidad insatisfe- cruveKtlKóv: cohesivo epavtaoía; presentación, impresión
1too6rll<;: cantidad cha cruvcpy6v: aux iliar <pávraolla: ficción
1tpiiy~a: cosa, estado de cosas 071EPJla!tKóv: (lo) reproductor (i.e. la parte cruvr¡IlIl€VOV: condicional <pavrClcrróv: lo que se presenta
1tpa~t<;: acción del alma reproductora); seminal (di- ouVTollía: concisión <paVtacrrIKóV: lo fantástico
1tP€1tov: propiedad (como virtud del dis- cho de la razón). cru¡.mácrxw: co-padecer <pauAo<;: ruin, vi l, malvado; inferior
curso; DL 7.59) O7touoaio:;: vi rtuoso, excelente cruVatKtlKÓC;: concluyente, conclusivo <peOVEpta: envidia, malevolencia
1tpoCl'pecn~: elección; volición, arbitrio (en crr€Pll!tKÓV: privativo, negativo (dicho de lJÚo'tClmc;: constitución q>eóvor;: envidia
Epictcto) un á~íúl~a) oúcrrT]lla: estructura, sistema, conjunto <peopá: des trucción
7lPOllY~€vov: preferido crrOlxeiov: elemento; letra cruOTOA~: contracción <pv..apyupía: amor al dinero, codicia, avari-
1tpá9cotC;: propósito cruyyvOOIl'l: indulgencia <JX€cnC;: estado, condición cia
1tpoKCltClpK'ttK6v: preliIllinar (causa) cruYKatcÍO€OtC;: asentimiento O'&lla: cuerpo q>IAovctKía: amor al triunfo
1tpOK01t1Í: progreso (moral) cruyKatatí8€cr9at: asentir, prestar asenti- t€A.€tÓT'l<;: perfección (dicho de la virtud q>tAo710v(a: laboriosidad, amor al trabajo
:rrPÓKPlcrt<;: preferencia miento moral) q>lA.ottllla: pundonor
1tpÓAT]\¡n<;: preconcepción O'ÚYKp tOtr;: compuesto r€Á.círootC;: completirud. perfección (dicho ~AÓ~: flama
1lpÓVOlCl: providencia IJÚrrucnc;: cofusión de la virtud moral) <p6poC;: miedo, temor
1tpo1t€tcta: precipitación IJÚJl~aJla: suceso, aconteciIlliento, evento ,tAo,: fin <ppÓVT]otC;: sabiduría, prudencia, inteligen-
1tpooayopcutIK6v: el dirigir la palabra OUJl1táOS.ICl: ca-afección tépl.IIlC;: deleite, goce cia
1tpOOPáMOO: impactar cruJl1t€1tÁ.cY~l€VOV: conjunción rÉXV1': habil idad o destreza técnica, arte <pPOv(JlI.>Ulla: acto prudente
838 Anexo III Glosario 839

<puy~; evitación xropa: espacio pertineo Ol~KÚ) scientia brl0t~Pll


q>(¡)V~: sonido vocal, voz, lenguaje, sonido Xroptcr)l&;: separación perturbatio rráa~ sensus (sui) cruvaío8YJol<;
q:.wv'1tlKÓV; (lo) fonético (i.e. la parte del 'VUX~ : alma morbus 11&00<; serie Elp~6s
alma fonética) o/UXIK6v: anímico praepositum 1IpOll'YI.l€VOV sermo Á6yo,
xapá: regocijo, alegría roep€AEta: beneficio principale ~yel.lOVtK6v sine corpore claropatov
xpr¡o"rónl~: servicialidad WepéAYU.la: acto beneficioso principales (causae) cruVeK1IKÚ (a1t1«) species dooe;
xúO't~: dispersión principatum ~yql.OvlK6v stultus ~aíiAo,
pincipium ápX~ swnptio Á~~~a
privantium cnepr¡ttK6V sustineo cruVÉxOl
GLOSARIO LATÍN-GRIEGO probatio (j\)yKatáe601~ timor ~6~o,
adcommodarum olKeí'ov detrimentum ~Aá~l~a productum 1IpoYJy)l€VOV trano Ol~Ko)
adiuvantes (causac) cruvEpyá (arna) efIatum á~íOl~a promotum 1tpor¡y)l€VOV tranqui llitas EuOu)lía
adpetitio ~oúÁl1al, emolumentum w~É).11pa propositum eéal, turpe a ioxp6v
adpctitio óp~~ enuntiatio &~íOl~a providentia np6vota uni versa natura KOIV~ epÚOIe;
adpetitus óp~~ essentia ouota proximae (causae) xpOKatapK'ttKá virtus apet~
adprobati o cruyKatáOE01~ exaltatio exapcrt~ prudentia ~p6~crt, visum epavraota
adsensio crvY)Wró8eO'lC; excandesccnti a eÚ)lú)(JI<; quid tí (se. tO tí) visum ipavracn6v
adsensionis retentio ¿nox~ faulm El~ap ~év~ quod fac it tO 1IOtOUV vitiositas KaKÍa
adsensus crD)'Katá8ecrtt; forma etoo~ quod prodesset W~ÉA~~(l vitium KaKía
adsensus sustincre €rC¿XEIV formido ~6~o, ratio A6yo, voluntas poúl.~(",
aegritudo ).úrr~ furor I.\. EAayxoAía rectum factum Kat6pOw~a voluptas ~Bov~
aegrotatio approcrTT]).Ict furor )Javía sap iens ao~6,
acstimatio &~ía genus yÉvo,
alienad aAAOtplooocn honcstum KOAóv
anticipa tío rrp6)'~'I'l, idos dooe;
antecepta informatlo rrp6Á~'I'1, ignava ratio ápyo, Á6yo,
ars tÉX~ incorporaba áaro~atO
artificiosus tEXV'K6, indi fferens a.OtúqlOpov
as umptio rrp6aÁ~'I' I, inductio ÉrrayOlY~
benum áyaa6v in nostra potes tate É~' ~~iv
causa im68ecrt<; ira 6py~
cautio E"'ÁáPEIO laetitia ~Bov~
conunotio KíVl101<; libido tmOupía
comprehensio KatáÍl:rp.j!t(; ma lum KaK6v
conccntus O'U~l1táe€ Hl rnetus ~6~o,
conciliari oiKElrocrm mm-bus v6~pa
conc iliatio OlK€íoocrt<; morbus rráao,
conexio €1tIOÚVoeol<; mos ~ao,
commendatio OlK€íW(Jl<; nundus Kóa~os
coniunctio O'U)l1táOeta negantia O:1toepanKú
consensus (JWl1tÚOEta nota crú~POAOV
constitutio oúO'taot~ notio EVVOta
continens cruVEK'tlK6v notio rrp6l.~'I'I,
continuati OU¡_máOEta notilia MOta
contractio OUcnOA~ officium KaOllKOV
convenientia 6~loAoyía peccatum á )lápnum
commendari oiKElroam perceptio KatcÍA.ll'VU;
cupiditas 81ttOu)lía perceptum aErop~~a
dolor Aúrr~ perfectae (causae) aUtOt6}..f¡ (aIna)
Index Locorum 841

224, 24-25: eC14; NTl4.3; NTl4.27; 150,25-34: 22.19


NT25.2
Anexo IV 224,32-225,3 : 14.5
163,24-32: 22.IS
In Sophistici Elenchi (in SE)
Index Locorum 224,32-226,34: NT14.9
227, 19: NT3.5
I 79a26-b2: NN5.6
179a33-b6: NTlO.2
In Aristotelis Analyticorum Priorum 17%39-180a7: NTlO.9
Commentarium (in A. Pr')
Quaestiones (Quaes.)
1,9-2,2: 1.1 0
Las obras antiguas citadas a continuación aparecen ordenadas alfabéticamente. Cuando lib. 3 cap. 2: NT20.3; NT 20.4
2,22·33 : 9.20
cuentan con una edic ión moderna, aparecen según el título latino con que figuran en la bib lio- 50,30: CC14
17, 11-12: eC8
50,30-51,5: NT29.4
grafía de obras antiguas (por ejemplo, Aristóteles, De Anima). Cuando carecen de una edición 17, 32-18,7:8.15
moderna, generalmente por estar perdidas, aparecen según el título en español con que figuran 18, 5-6: NTS.2 ALEJANDRO DE UCOPOLIS
en nuestras traducciones de los textos básicos (por ejemplo, Antípatro de Tarso, Sobre el 21,28-22,23: NT9.7
De Placitis Manichaeonfm (Man.)
22,17-19: NT9.7
Alma). 19,2-12: 18.1
22,17·23: 9.1S
Los numerales en negritas se refieren a los textos básicos (por ejemplo, "1.1" al primer 24,1-12: NT9.7; NT9.1S AMONIO
texto del capítulo t), los numerales en negritas precedidos de "NT" se refieren a las notas a 68,22·69,4: NT9.7; NT9 .18
In Aristotelis Analyticorum Priorom Lihrum i
los textos básicos (por ejemplo, "NT1.1" a las notas al texto 1.1), los numerales precedidos de 84,12-14:NT9.7
Commentarium (in A. Pr')
"CC" se refieren a los comentarios (por ejemplo, "CC!" al comentario al capítulo 1) y los 84,12-19: 9.17
8,15- 10,8: 1.9
numerales precedidos de "INT" se refieren a la introducc ión general (por ejemplo, "INT n. 177,25-178,7: NTl9.22
8,15-1 1,2!:NT9.20
14" a la nota 14 de la introducción). 180,33-36: 19.18
181,25-31: 19.20 In Aristotelis Categorias Commentariwn
217, 10- 12: NTl6.3 xi, 27-36: NT9.14
278, 11-14: 9.10 In Aristotelis de ln/elpretalione
345,13-346,6: NT9.7; NT9.1S Commen/arium (in int.)
AEelO 182, 5-20: 29.2 345,24-30: NT9.7 17,24-18,7,8.S
182, 18: NT29.2 359, 10-16: 4.3 31,3-19: ee8
De Placitis Reliquiae (Plac') 372,29-30: NT9 .1 7
183,13-16: NT19.12 43, 5-20: 8.S
1. Proemio 2: 1.1 373, 16-30: NT9.17
185 , 16-17:NTI9.12 44, 11- 45, 7: S.8
1.6: ee30 373,29-35: NT9.7; NT9.18
186, 30: NT28.1 13 1,27-28: NT2S.2; NT29.1
1.7.33: ee3: NTl3.5
188, 11. NT28.1 373,31-35: 9.17
1.7.34: ee6 ANDRÓNleO DE RODAS
189,2I.NT19.12 373,34-35: NT9.7
I.I0.3·5: 4.2
191,30·192, 13: NT28.6 In Aristotelis Metaphysica Commentaria (in De Passionibus
4.7.3: eel3
4.8.12: ee6; Ce7; NT6 .12 19 1.30-192,14: 19.14 metaph.) 6. 14: 25.24
4.9.4: 6.18 192, 3-6: NT28.6 23, 26-29: NT18.2
ANEeDOTA GRAECA
4.1 1. 14: 6.4 192,14-25: 14.21 504,37-38 : NT8.1
4.12.1·5 : 6.2 192, 23-24: NTl9.12 717,34: NT3.7 Vol. 1 p.1 7!: 26.5
4.15 .3: NTl3.3 196, 23- 197, 3: 29.4
In Arislotelis Meteorologicorum Libros ANÓNIMOS
4.20.2: NT8.1 197, 3-8: NT29.4
Commentaria (in Meteor.)
4.21.1·4: Ce2; ee6; NT6.1I; NT7.10; 199,7-ll:NT29.4 Commentarium in Plafonis Theaetetum
61,34- 62, 11: IS.3
199,14-22: 26.35 5,18 -8,6: 22.21
13.13
199,16: CC30 In Aristotelis Topicorum Libros Octo
4.23.1. CCI3 In Aris/olelis Sophisticos Elenchos
205,1-13: 29.5 Commen/aria (in Top.)
5.24: NTl3.3 Paraphrasis (in SE)
207,7: NT29.5 1,8- 14: 5.3
58,29-33: NTI0.4
ALEJANDRO DE AFRODISIA 207,10-1 1: NT29.5 8, 16-20: NT9.3
125,13-18 : NTlO.2
208,3-15: NT29.2 10.5-12: NT9.13
De Anima (DA) In Hennogenem Rhet. Commen/arium in
208,6: NTl9.12 14, 18-15, 14: NT9.7; NT9.17
17, 11· 15: NTl3.23 Librum de ldeiis
208,23: NTI9.12 IS8, 19-28: NTlO.4
25,9- 26, 18: 12.18 7.884,18-27: 13.27
30 1,19: CCI4
97, 11·13: NT7.2 De Mixtione (Mixt.)
30 1,19-25: NTS.2 Scholia in Apollonium Rhodium Argonaulica
De Fato ad Imperatores (Fal.) 216,1-218,10: 16.1
301,19- 302,2: 2.2 44,4-6: 15.6
174, 1: NT25.1 1 217,3:NT3.5
301,22-23: NTl4.11
178,8-15: NT28.2 217,1O-12 : NTl6.3 ANTÍPATRO DE TARSO
359,4-18: 2.2
178,17-28:24.8 220.25: NT3.5
359,10-16: 4.3 Fisica
179,12-23: 28.2 224,15: CC13
Mantissa (Mant.) S.1
181,7-14: 29.2 224,15: NTl3.23
224,23-24: Ce14; NTl4.3 I 13, 26- 118, 4; 13.23 Sobre el Alma
181,15-182,4: 19.1 2
117,31. NT13.14 13.3
842 Anexo rv Index Locorum 843

Sobre el Cosmos De Anima (DA) 286a5 -11 : NTl2 .1 1095aI4-20: CC23


!l.3; 15.2 2.2: NTl3.23 2S6b32-2S785 : NTl2.1 10095820-2 1:CC23
402.6-7: CC 13 29Ib28 -292aJ: NT I2.1 109S.16-20: CC23
Sobre /a Diferencia entre Cleantes JI Crisipo 29384-11: NT12.1 I09Sbl3: CC26
30.13 40286-22: CC I3
402b 13: NTl3 .4 De Divinatione per somnllm 109983 1-32: CC26
Sobre la Expresión JI las Cosas Dichas 403a4-7: NTl 3. 1O 464blO-12: NT6.1 1102. 16-17 : CC26
S.I 403a I6- 19: CC I3 I 102b2S-3 1: NT25.2
De Generatione et Corruptiolle (CC) I 103a 17: NT25.t6
Sobre la Substancia 403a25: CC 13; NT25.12
li b.! cap. l: CC14 1103.23-26: CC26; NT26.5
14.S 403a3 0-3 1: NT25. 12
320b7- 12: NTl6.4 1103826-31: CC26
403a3 1: CC I3
APOLODORO DE SELEUelA 329a34: NT3.7; NT3 .1J I 104b12: CC25
403a31-bl: NT25.12
327b22-3 I :NTl6.1 1106814-24: Ce26
El Arre Nalural 405.6 -22: NTl3.1
328.26-28: NTI6.1 I 106b 16-1 7: NT25.7
20. 10 407b27-40S.30: CC I2; NT12.17
32S a28-29: CC I6 I 106b IS-23: eC25
Ética 40S8 13: NTI3.4
329834:NT3.13 I IOSa4-9 : NT25.7
26.33 ; 30.20 409a9 -10: CC I3
330b30-34: NTI5.4 1112a27-31 : NT29.2
409a32: CC I3; NTI3.1
Física 3S2.2 -3: NTl3 .23 11 12b27 -28 : NT29.2
410bI2- 13: CC I3
2.3 ; 12.13; 14.8 410b23: CC I3 De IncesSlI Animalium 111 3b7-S: CC29
Física según la Antigua Escuela 41 Ib7-S: NTl3.23 70Sb31: NT2.9 II 13b30- 1 I 14.3: CC29
26.19 41Ib7-9: CC I3 De lnterpretatione (in!.) 1114. 12-2 1: NT29.4
41IbI9-2S: CC I3 9: CC 19; CC28 11 15.9: NT25.1
Introducciones a las Doctrinas I I 15b l 1-18: CC25
1.2 412aI6-19:CCI3 16b: CCS
412a27-2S: NT I3.1 ISb26-3 3: NT2S.2 I 123b20-2 1: CC26; NT22.S
AQUILES TAelO 413a20-b32: NT22.1 19a7-19: CC29 I I 25b26-I 1268 I : CC25
413b7-S: CCI3 I I 25b29-3 1: NT25.7
Isagoga Excerplo De Ju ventllle el SeneCIlIIe (De il/ven,.) I 125 b31 -35: CC25
14,14- 15: CC2; CC I3 ; NT3.9; NT13.3 413b12: NTIJ.4
469820-23: e CI3 1140810-23: CC7
414aI9-20: CCI3
ARISTÓTELES 414a30-b5: NT22 .1 De Motu Animalium (DM) I 140b-1 14 181: CC7
4 I 4b2: NT25.S 701. 14- 15: NT24.10 I 144b30-1 14582: NT2 6.1 9
Ana/y/iea Posteriora (A.Po.) 703.S -1 9: NTl3.3 1159821: CC25
7 Ib2 1:NT9.4 414b12: NT23. 1
415a26-b7: ce l 3 703 al 0-11: NT 13.23 1167bl-1 5: NTJ O.19
74b5 -15 : CC7 1 I 67b4-7 : NT30.19
416b32-41789: NT6.2 De Partibus Allima/ium (PA)
798 I 7-20: CC7 I 167b9- 10: NTJO.1 9
4I Sa I0-1 3: NTS. I 64 l b I0-23: NTI2.16
95a22-b l : CC I4 117 1b24 : Ce25
9S835 -b5: CC I4 420b I4-16: ces 656.27-657. I 2: CCI3
420b32-3 3: ces I I 72b9- 1O: CC22
99b34·¡OOa8: NT6.4 De Philosophia
421b27 : NTl 3. 14 I 174b31-33: CC22; NT22 . 1
100aS-IO: CC7 CC I7
42s. 1-8: NT6.1 1177aI7-IS:NTI.9
Ana/yllea Priora (A .PI:) 42 8.25: CC6 De SenslI el Sensibilibus 1177. 2S: NT 1.9
708 12-1 6: NT9.12 42Sb3-4: CC6 43687-8: NT6.2 I 179b24-32: NT25.16
Categoriae (Cal.) 429a3-4: NT6.2 436a7- 10: NTt3 .1 0 Historia Animalilll/1
1.20-2a I0: CC3 429.24: CC I 3 436b l -4 : NTl3 .I O 588. 16-3 1: NTS.2 I
Ib27-2.3: eC3 429b29-43082: NT6.4 De Somno el Vigilia Melaphysica (Met.)
2a3: CC3 430826-b2: NT S.S 454a7 -11 : NT6.2 lib. l cap. 3: CC14
2aS-IO: NTS.S 43 la 14-17: N T6.1 456a4-6: CCI3 980a27-98Ia7: NT6.4
2b20-2 I :eC2 43286-10: NT6.4
Erhica Eudemia (EE) 9S0b29-9S I 8 1: NT6.4
3.34-37:CC3 432b5-6: NT23. 1; NT25.S
12 14b6-S: Ce23 9S 187: NT6.4
4a24-35: CCS 432b31: CCI3
1220b5-6: NT25 .1 6 9S7b l-4: CC I
6a36-37: Ce3 433.10: NT 6.1
1223a26-27: NT25.S 993 b20-2 1: eCI
7b I5-8a12: N T3 .12 433al3 -25: CC25
1226820-28: CC29 995 b2-4: NT24.S ; NT29.1
S. I 6-2S :CC3 433al6-27: NT23.1; NT25.S
1227a6-13: eC23 1005.6-7: Ce2
Sa3 I -32:CC3 433b6- 10: NT22.1
1230bI3-22 : CC25 10IObl-3 : Ce6
Sa32: NT3 .1 433b7: NT22.3
1237b2S: NTJO.19 1011 . 17-24: eC6
Sb l-3: NT3. 1 433b20: NT6.2
1239bI2-15: NT30.19 1014.26-27: NTl5.3
8b26: NT26.1 ; NT 26.36 433b20-21: NTl3.IO
Elhica Nicomachea (EN) 10 14b24-26: NTl2.9
9812: NT3.1 De Cae/o (DC)
I 094a I S-22: CC23 1018a35: NTI.2
9. 14-15: NTJ.S lib. 1 caps. 2-3 : NTl2.J
1094a22-24: eC23 1021b20 : NT26.1
I lbI0-15: NT20.9 279814-1 5: NT20.2 1025b25: ce l
844 Anexo IV Indcx Locorum 845

1026b5: CC I 1356. 15-16: CC25 1.67: 7.8 1.356: 1.7


1032.12- 13: CCI 4 1357b I3-2 1: NT9.12 1.68: 7.13 1.361: 26.34
105 I b6-9:CC8 1358b7: NTS.6 1.69: 7.8 1.362: CC23
1052.15: NT2_2 1360b4-7: CC23 1.73: 7.11 ; 7.12 1.371: 30.14
1053a3 0 : NTI_2 1369b6-7: NT26.13 1.74: 8.1 1.378: 17.1
1053.35-b3: CC6 1370.6- 10: NTl6.13 1.75: 5.7; NTS.7 1.4 1 \: 23.6; NT23.6
1062b33-1063.17: CC6 1377.30-3 1: NTS.s 1.78: 5.10 1.4 12:23.10
1064a I 6-17: cel 1378.19-21: CC25 1.83: NTS.6 1.471: 15.5
1070.6.9: CC I4 1378.19-24: CC25 1.85 : 14.1 1.484: 7.10
1074b25 -27: NTl8.9 1378a30-b2: CC25 1.89: 14. lO 1.488: 14.11
1078b I2-32: NT4.S 1382.21 -22: CC25 1.90: 2.10 1.489: 9.16
1.95: NT20.1 1.493: 14.1
Meteorologica (Meteor.) Sophistici Elenchi (SE)
1.98: 19.5 1.497: 15.5; [NT n. 14
lib. 1 cap. 14: NTl8.3 165.10-20: CCIO
1.99: 20.7 1.498: NTl2.1
345 b23: NT6.1 165b7-8: CCIO
1.102: 15.2 j 15.3; 15.5; LNT n. 14 1.499: NTI2.4
352a28-3 1: NTl8.3 165b23: ce l o
1.1 04 : 15.6 1.50 1: NTI 5.8
381 b: NT22.4 166bI0-19: NT4.4
1.105: NTlS.6 1.504: 15.12
Physica (Fis.) 167b7 -8: NT9.7
1. 107 : 15.1 1.508: Ce12; NTl2 .1
lib. 2 cap. 3: CC I4 179a26-b2: NTS.6
1.109: NT 19.6 1.5 10: 15.11
185b6: NT2.2 179.33-b6: NTlO.2
1.1 11: 12.16; CCI2; NTl2 .16 1.511: 18.4
194.21: NTI2.4 179b39- 180.7: NT10.9
1.11 3: 12.16; NTl2 .16 1.513: 15.7
194b24: NT14.8 180b2 -3: NTIO.4
1.1 20: 15.10 1.518: 13.8; NT13.12 ; 13 . 16
194b26: CC I4 Topica (Top.) 1.1 2 1: NTlS.8 1.519: 13.6
195b I6-20: CCI 4 100.20-30: NT22.13 1.128: 13.6 1.5 22: 13.3
196b5 -7: NT2S.11 100b2 1-23: NTl2.13 1.1 35 : 13.3 1.5 29: 12.15
199a 15: NT22.4 100b23- 10 Ia4: NT9.7; CCIO; NTIO.l 1.137: NTl3.12 1.530: 17.1
203b25-30: NT20.3 103 b20- 104.2: ee3 1.141 : 13.6 1.534: 17.1
204b20-22: CC2 113bI5-26: NTl.12 1.1 46: NT I7.11 1.537: 17.2
209b28-30: NnO.1 12 1alO: NTI.2 1.152: 17.4 1.563: 26.17
213.9- 11: NTl2.9 12Ia I0-15: CC2 1.154: IN T n. 14 1.566, 26.11
2 13aI5 -1 9: NT20.1 12 1. 13- 16:CC2 1.159: NTl9.6 1.570: 25.19
2 14b I6-17: NT20.7 122b25-31: NTl6.4 1.161: 17.1 1.587: 30.17
2 15.22-24: NT2 0.6 122b30-31: NTl6.4 1.162: 17.1 1.625: NT4.6
2 18b34-2 19. 1: CC20 124.26: NT4.3 1.165: 17.1 1.628: INT n. 14
2 19bl -2: NTIO.9 127.26: NTl. 2 1.167: 17.1 1.888: NT 14.8
219b2: CC20 142a29: NTI. I 1.17 1: 13.3 I.Persaeus448: 17.1
220.24-26: CC20 146b4: NTl .1 1.197: 22.6 2.3 1: 5.4
222. 10-12: NTlO.8 1.200: 26. 17 2.35: 1.1
228.3 -6: CC I9; NTl9.IS; NTl9.17 ARISTOXENO
1.20 1: 26.23 2.37: 1.2
241b34: NT 17.6 Fragmenta 1.202: 25.3; 26.2 2.38: 1.2
242b59-63: Ce2 118-121: CC I2; NT12.18 1.205: 25.1 2.41: 1.2
243.32 -34: CC2 1.208: 25.26 2.42: 1.3
244.14-244b2: CC2 ARNIM, 10ANNES VON
1.209: 25.4 2.48: 5.6
245.4-5: CC2 Sroicorwn Veten/m Fragmenta (SVF) 1.21 2: 25.6; 25.7 2.49 : 1.9; NT9.20
246. 13: NT26.1 1.43: 30.9 1.2 15: 25.12 2.49a: 1.10; NT9.20
247.3- 19: CC I3 1.45: 1.2 1.226: 30.12 2.50 : 1.9
254bl-2: Ce2 1.46: 1.2 1.235: NT2S.24 2.52: 6. 1; Ce25
Poetica 1.48: 1.9; 5.13 1.250:30.47 2.53: 7. 1
1457.22: CC8 1. 50: 5.10 1.254: 30.47 2.54: 6.2
1.51: 5.14 1.256: 30.4 7 2.55: 6.1
Poli/¡ea
1.5 5: 7.5 1.260: 5.10 2.5 6 :7.10
1253.20-23: CCI3 1.56: CC7
133 1b30-34: CC23 1.262: 30.7 2.61: 6.1
1.58: 13.1 2 1.263 :30.33 2.64:6. 16
ProtrepriclIs (Protrep.) 1.59: NT6.1 1264: 17.12 ; NTl 7.11 ; 30.13 2.65: 6.5; 7.3
Fr. 13: NT22 .4 1.60: 7.5 1.351: 1.8; 23.7 ; 26.22 2 .67: 7.1 7
Rhetorica (Rlter.) 1.6 1: 7.5 1.352: 1.5 2 .68 : 7.6
1355.6-7: NT9.12 1.65: 4.1 ; 4.2; NT6.13 1.353: 1.6 2.7 1: 7.9
1.66: 6.6
Anexo IV Úldcx Locorum 847
846
2.345: 14.11 2.468: CC2
2.nCC6;CC7 2.202" NTl9.20
2.205: 8.16 2.346: 14.11 2.469, CC2
2.nNTI4.2
2.206, 10.6 2.347: 14.11 2.470: 16.1
2.74: 6.19
2.348: 14.11 2.47 10 15.5; 16.4
2.75,7.4 2.206" 5.11
2.207, 9.1 2.349, 14.11 2.472: NTI6.1; NTl6.4
2.76, 7.7
2.217, NT9.15 2.350 , 14.11 2.473: 16. 1
2.78, 6.18
2.218 ,9.14 2.351, 14.11 2.4770 NT16.1
2.83, 6.4
2.220 ,9.15 2.353, 14.17 2.479, 16.2
2.85, 2.5
2.221, NT8.3 2.355, 14.13 2.4 80: 16.3
2.87, 6.3
2.222, NT8.3 2.356, 14.24 2.482, 14.8
2.88, 6.8
2.223, 8. 19; 9 .6 2.357: CC13 2.486: 2.8
2.90 , 7.8
2.224, 4.6 2.360, 4.2 2.487, 2.8
2.96, 7.11 ; NT 13.27
2.225: NT4.6 2.362: NT22 .7 2.503 , 20.1
2.970 7.12
2.227-230, NT4.6 2.363, NTI2.7 2.505 , 20.2
2.102 , NTl2 .3
2.235, CC23 2.364, 4.5 2.509: 20.10 ; CCI4; NT8.2
2.103, NTl2.3
2.238 ,9.7 2.365, NT4.1 2.5 10, 20.9
2.104 , NT7.2
2.239a: 9.9 2.366, CC I3; CC1 4 2.522, NTl2.2
2.105 ,7.2
2.24 109_7 2.368, CC2; CCI3; N T13.3 2.523: NTl 2.2
2.1 12: 3.18; 7.13
2.242 , NT9.7 2.369, 3.1 2.524: 12.2
2.1 16, NTl4.2
2.243 ,9.7 2.37 1, 3.2 2.525: 2.6
2.122, 5.1
2.247, 9.19 2.373, 3.2 2.526, 12.3
2.123, 5.2
2.248: 9.8 2.374, 3.13 2.527, 12.1 ; CC14
2.124 , 5.3
2.249, 9.3 2.375, 3.3 2.528: 12.4; NT13.9
2.126, 5.4
2.250, 10.5 2.378, 3.11 2.529: 12.6
2.127 : 5.5
2.253: 9.17 2.38 1,CC2 2.535: 20.3
2.129 , NTl2.3
2.255 ,9.10 2.385 , CC1 4 2.536 : NTlO .3
2.130: 5.6; 5.8
2.256 , NT9.10 2.389, 3.1 0 2.537: 20.4
2.1310 NT6.1 ; NT 24.11 ; NTl2.22
2.260,9.18 2.390 ,3 .8 2.540: 20.6
2.132 , NT8.11
2.264, 9.17 2.39 1,3.9; CC 14 2.546: NT12.7
2.135, 8.19
2.266, 9.4 2.397, 3.4 2.547: NT12.1
2.136: 8.1
2.269, NT9.13 2.398, 3.17 2.555: NT12.1
2.140, 8.1
2.274, 10.7 2.399,3 .15 2.558·573: NTl2 .1
2.143,8. 10
2.278: 4.4 2.400, 3.21 2.579, 15.8
2.144, 8.9
2.279, 10.3; CC7 2.401: 3.20 2.580, 15.3
2.147, 8.1
2.287: 10.2 2.403, 3.12; 3.19 2.581, 15.2
2.152 , CC10; NT10.9
2.292, 5.12 2.407: NTl3 .3 2.582: 15.9
2.153, 10.9
2.294,S.7 2.4 13, 15.4 2.583: NTl2.4; NTlS.9
2.1 5S , NTl6.36
2.29S, 5.6 2.4 14, NTl5.4 2.589: 18.9
2.160, NT5.1
2.297,5.9 2.4 18, NT12 .17 2.593: 18.2
2. 165, NTlO.1O
2.298" 5.9; CC8; NT9.15 ; NTlO.4 2.436, NTl5.3 2.594: 18.3
2. 166,8.3
2.299, 14.1 2.439, 14.22 2.596, 18.7
2. 167,8.7
2.300, 14.1 2.440, 14.23 2.597: 19.7
2. 168, 8.8
-2.301, 14.1 2.442, CC I2; NTl3.23; CC I4; NT14.27 2.598, 18.5; NT18.8
2. 173: I TI3.3
2.31 0 ,14.5 2.444 , 14.25; NTI 4.21 2.599, 19.8
2. 176, CC8
2.3110 17.6 2.447, NT12.7 2.603: NT19.5
2.177: 8.17
2.313, 14.9 2.44 8, NTl 2.7 2.604: 18.6
2.1 80: CC8
2.315, CC2 2.449, 14.26 2.605: 18.8
2.1 81: 8.2
2.316: 14.8 2.450, 24.6 ;CCI 4 2.606, NT18.8
2.1 83: 8.2
2.31 7, 14.2 2.45 1: CC I2; NT12 .7; CC I4; NTl4.3 ; 2.610: NT20.4
2. 184: 8.8
2.318: 14.3 NTl4.27 2 .6110 18.4
2. 186, 8.2
2.322,2 .9 2.452: 14.27; CCI2; CC 14 2.6 12: 18.4
2. 187, 8.4
2.329, 2.2; 4.3; NT8.2 2.454, NTl2.7 2.6 18, NT I 2.3 ; NTlS. 1
2. 195, 8.3
2.330, 2.4; 2.12 2.457: NT12.7 2.6 19, NTlS.I ; NTlS.4
2.197, 8.6
2.198: 19.1 2.336, 14.10; CC I4 2.458, 12.7; 12.8; NT7.\3 ;CC 13 2.620, 18.13; NTl2.1
2.199: 8.7 2.337, 14.18 2.460: NTl2.3 2.62 1: NT I 2.1
2.201: 19.22 2.341: 14.16 2.465: 16.3; CC2 2.624: 19.18; 19.20
2.202, NTl9.22 2.344,14.11 2.467: NT16.1 2.625: 19.6
Anexo IV Index Locorum 849
848

2.626, 19.16; 19.21 2.937, 19.9; 19.10 3.32, NT26.33 3.3 11 , 30.31
2.627, 19.15 2.939, CC30 3.39, 26.1 3.313,30.32
2.633, 12.13; CC13 2.945; 19.14 3.63, NTlO.19 3.314, 30.1
2.634 ,12.3; 13.24 2.952, 19.2 3.69, 6.26; NT6.4 3.323, 30.21
2.636 ,30.29 2.954, 9.16 3.72, 26.41 3.325, 30.2
2.642, 12.4 2.956; 28.5 3.83, 26.33 3.327,30.8; 30.9
2.650, NT12.1 2.957 , 28.4 ; N T28.5 3.9 1, 8.14 3.333, 30.45
2.652, NT15.8 2.965 , NT25.11 3.11 7, 26.33 3.334, 30,43
2.654, NT12.1 2.965 -966 , NTl5.11 3.118, 26.38 3.335, 30.44
2.665, 10.11 ; NTlO.IO 2.9710 NT25.11 3. 11 9, 26.33 3.337, 30.8; CC25
2.669, CCI2 2.9730 24.15 ; NTl5.11 3. 128, 26.37 3.349, 30.37
2.670, CC I2 2.974, 14.28 3. 169, 24.1 3.35 1, 30.36
2.67 1, CCI2 2.975, 28.8 3. 170, NTl4.1 3.353, 30.34
2.674 , CC I2 2.979, 19.12; 29.2 3. 171, 6.1 5; 24.1 ; CC23 3.355, 30.20
2.684, 12.5 2.980, INT n. 14 3. 172, 6. 17; CC23 3.357, 30.38
2.690, NT18.2 2.984, 29.4 3.1 73, 24.1 3.358, 30.39
2.708-7 1), NTl9.12 ; NT29.2 2.988, 29.3 ; NTl2.15 3. 175, 24.5 ; 30.27 3.359, 30.39
2.714, 24.9; CC23 2.989, NTl9.3 3.177, 24.2 3.371: 30.45
2.7 16, NT7.I3; NTl2.3 2.991, 29.1 3. 178, 22.1 3.378, 25.2
2.7 18, 12.12 2.992, 6. 14 3.179, 22 .7 3.384, 25.25
2.724, 22 .7 2.996, NTl9.2 3.181, NT22.1 3.386: NT25.1
2.7610 13.28 2.998, 28.6; 29.6 3.182, 22.2 3.389: 25.2
2.762, 3.5 2.1001, 29.5 3.183, 22.19 3.391, CC25; NT25. 1
2.773, 13.7; 13.8 2. 1007, NTl9.4 3. 184, 22.4 3.394, 25.2
2.774 , 13.3 2. 1008 , NTl.3 3. 188, 22.2; 27.4; INT n. 14 3.403, 25.8
2.77 8, NTI3.6 2. 1009, CC30 3.1 89 ,22.2 3.405, ccn
2.780, 13.1 2. 1012,17.5 3. 191 ,24.5 3,4 10, 25.8
2.782, 13.2 2. 101 ) ,12.9 3. 197, 26.1 3,4 15, 25.8
2.786 , 12.18 2. 10 13-1 0 15, CC I7 3.214,26.5 3,431, 25.23
2.787 , 13.25 2. 10 14: NT12.8; CC 13 3.219, 26.8 3,432, 25.24
2.789: 13.27 2. 10 19: NTl7.4 3.220, 26.32 3,435, 25.15
2.790, NTI3.12 2.J021:NT1 7.3 3.223, 26.1 3.439, 25.25
2.792, 13.23 2. 1027, 17.3; NTI3.5; CC I4; NT17.3 3.224, 26.7 3,444, 25.15
2.802 , CC I2 2.1052, NT18.8 3.229, 26.12 ; NTl2.15 3.446, CC25
2.809, CC I 7 2.1153; 12.14 3.22900 22.15 ; NTl3.5 3,448, 30.54
2.8 10, CC I3 2.106 1-1 100, NTl7.1 3.237, 26.31 ; NT7.3 3.459 ,25.13
2.8 110 13.3 2. 1164,3.18 3.238 , NT7.3 3.461, 25.5
2.836,13.13; 24.7; CC6; NT7.10 2. 1067, NT15.3 3.243, 26.18; NT22.3 3.462, 25.10
2.837 , NTl3.14 2. 1068, 18.6 3. 244, NT21.3 3.466, 25.21
2.839 , NT7.2 2. 1076, CC23 3.255, 26.23 3.4730 25.20
2.841, CC I2; NT ll.1 7 2.1 131 : NTl2. 14 3.256, 26.28 ; CC26 3.476, 25.9 ; 25.11
2.844, 24.4 2.1 152, NTl2.14 3.257, 26.24 3.479, 25. 11
2.847, 6.7 ; 6.9; NTI3.6 2.1 153-1167,NT12.14 3.258, 26.17 3.493, 27.2
2.848,6.10 2. 11 55, NTl2 .1 4 3.259, 26.40 3.494, 27.1
2.850, CC6 2. 1163 , CCI7; NT1 7.7 3.260, 26.4 3.495, 27.2
2.854, CC I3 2. 1169 ,1 7.8 3.262, 26.3; 26.26 3.497, 27.4
2.858, CCI3 2. 1170,1 7.8 3.264, 26.25 3.497-498, INT n. 14
2.866, NT13.3 2. 1172 , 17.7 3.270, CC2 7 3.498, 27.4
2.876, CCI3 2. 11 75 ,30.32 3.278, 26.6 3,499, 27.1
2.879 , 13.14 2. 11 78 ,1 7.9 3.280, 26.15 3.500, 27.6
2.912 , NTl5.11 3. 1021.1 3.285, INT n. 14 3.50 1, 27.3
2.915, NT19.4 3.3, 23 .3 3.288, 30.32 3.503, 27.1
2.916, NTl9.9 3,4, 23 .1 3.289, 30.32 3.504 , 27.8
2.917-918, NT13.9 3.6, 2.3 3.299, 26.18 ; NTl2.3 3.5 10, 26.29
2.918, NTl9.4 ; NT19.1 1 3. 12, 23.9 3.305, 26.20 3.513, 27.12
2.933, 19.4 3. 18: 27.4 ;INTn. 14 3.308, CC30 3.516, 27.11
2.93 5, 19.11 3.23 ,30.32 ).309, 30.30 3.5270 NT27.5
850 Anexo IV Index Locorum 851

3.528, 27.5 Sobre el Vacío 2.30-31,6.11 3 .nNTI.1


3.529 , ce30 20.8 2.32, NTl8.12 3.74,1.4
2.37-38,6. 12; NT24.12 3.79 ,NT26.35
3.544, NTlO.1
3.545, 6.26 ASPACIO 2.49, N17.7 4.40, 23.10
3.548, 24.11 ; NT22.22 Cammen/aria in Aristotelis Ethica 2.49-59, NT3.18 5.24,22.9
3.599, NTlO.l N icomachea 2.57,7.15 De Legibus (De Leg.)
3.604-6 10, NTl7 .11 44, 12·14, NT25.1 2.770 NT6.1 10 18-1 9,30.3
3.606, 17.11 2.83, 12.10 1.22-23,30.4
3.609, 17.11 AULOGELlO 2.83-85,7.16 1.27-30,26.32
3.6 11,30.19 Nocles Auicae (NA) 2.84-86, NT3.18 1.44-45, 30.31
3.6 13, 30.17 2.7.21.220 NT9.20 2.85, NT3.18 2.9-1 lo 30.5
3.637, 30.54 5. 11.8·9 , NT9.20 2.89, NT7.17 2.13,30.6
3.642 ,30.20 7. 1.1 -13 ,17.8 2.92-93, NT7.7 2.16, CC30; NT17.5
3.646, 30.54 11. 12.1-3, NTlO.9 ; CC IO 2.93, NT7.7;NTlO.10
2.95, 10.4 De Officiis (De off)
3.658, 26.35 12.7, CC22; NT22.1 1. 6, CC30
3.662, CC30 16.2.1 -13 , NT 10.3 2.108, NT24.2
2.130, CC23 1.11-17,22.3
3.663, CC7 16.8.12- 14,9.14 1.15, CC26
3.668, CC30 18.2.9- 10, NT l0A 2.144-1 45,6.6
2. 145,NT26.35 1046, CC30
3.686, 30.18 19. 1.1 4-2" 25.22 2.73, 30.50
3.697, 30.20 2. 154, 30.28
ATENEO 3.3,23.8
3.698, 30.13 De Divinatione (Div.) 3.2 1-24, 30.10
3. 702, 30.49 267b, 30.34 1.130, NTl 2.5 3.3 5,25.24
3.729, CC30 561c, 30.33; NT3 0.7 3.5 1-56,30.51
De falO (Fal.)
3.743, CC30 14-15, 9.16
3.744, CC30 BOECIO De Oratore
20, 19.2 1045, NT3.6
3.745, 30.47 Commentariul/I in Arisrote/is de
2L NT I9.3 ; NTl9.4 3.62, CC23; NT23.6
3.750,30.48 lnrerpretatione (in int.) 23-25, NTl9.3
3.752, 30.47 2.234,22-26, NTl9.22
26 ,19.3 De Na fllra Deonlm (ND)
3.753, 30.15 2.234,10-220 NTl9.22 1.36-41, 17.1
28-29,28.3
3.754, 30.15 2.234-235, NTI9.22 1043, CC6
30, 28.5
3.757, 30.20 40-42 ,NT6.12 1044, CC6
3 Antipater TarSCllsis 3 1: 9.8 CALCID10 1.75,2.30; NTl2.5
41-45,14.28
3 Apollodorus 8: 20.10 Commentarium in Platonis Timaellln (in. 1093 , NTJ.2
43, NT7.5
3 Apollodorus 9: 12.13 Tim.) 2.2-29,NTI8.8
3 Apollodorus 17: 30.20 144, 19.4 De Finiblls (Defin.) 2.16: 17.5; NT30.4
3 Archedemus 13: 4.5 165, 26.12 ; CC22; NT22. 15 1.29-310 CC22; NT22.1 2.16-22, CC 17
3 Archedemus 14: 20.8 220, NT 3.3 1.31,CC6 2.18-2 1, CC l7; NT 17.5
3 Archedemus 15: NTl2.4 220-22" 13.14 2. 17,NT5.7 2.2 10 CCI2
3 Bocthus Sidonius 7: 18.12 292-293, NTi4.8 2.43 , 26.39 ; CC23 2.22, NTl2.16
3 Crinis 1-5: NT9.1 3.1 5, NT30.20 2.23-28, 15.7
3 Crinis 4: 9.1 CICERÓN 3.16-19, 22.2 2.23-36, CC I2; NT I2.16; NTl5.7
3 erinis 5: 9.2 Academica (Acad.) 3.20,22.2 ; 27.4 2.29, NT I8.8 ; NT25.12
3 Diogenes Babylonius 23: 10.8 1.1 9, CC 1; NT1.3 3.20-22, NT27.2 2.29-30, 12.11
3 Diogenes Babylonius 24: 5.15 1.29, NT3.18 3.2 10 NT27.4 2.30, NTl2 .5
3 Diogcnes Babylonius 27: 18. 11 1.370 27.9 3.22 , 27.4 2.32 , NT18.12
3 Diogenes Babylonius 28: NT1 9.6 1.39, 2.10 ; 25.14 ; CC14 3.32, 27.8 2 .33 -36, NTI2.15
3 Diogenes Babylonius 32: 17.4 1.40, NT 14.28 3.33-34, 26.41 2.37-38, 12.14
3 Sosigenes 1: 16.1 1.40-42,7.5 3.35, 25.26 2.37-39, CC 12
3 Zeno Tarsensis 5: 18.10 1.41 , NT7.1 3.48: NT26. 11 ; NT27.5 2.39, 12.5
2. 16, 17.5 3.50-54, NT26.38 2.40-4 1, 15.12
ARQUEOEM O DE TARSO 2. 18-21 , CCI7; NT1 7.5 3.58-61, 27.4 2.58, NT3.18
Sobre los Elementos 2.2 1, CC6; N17.2 3.60 , CC30 2.70 , Ce17
14. 1; 15.3 2.24-25, NT24.2 3.62-66,22 .10 2.73 -15 3, NTI2.14
2.25 -26, NT22.5 3.64,30.45 2.83, 12.10
Sobre las Partes
2.26, CC22; NT22.3 3.67 -68, 30.45 2. 118, 18.2
20.8 3.68 , NTIO.20
2.29, NTl8.8 2.133, NT12.14
Sobre el Sonido Vocal 2.29-30 ,12.11 3.7 1,30.30 2.142, NT 12.5
8.1
852 Anexo IV lndex Locorum 853
2.154: 30.28 5.71.5: NT22.17 Sobre el Alma Sobre fa República (= ¿República?)
3.22: CC 12 6.6.48: CC3 0 6.1 30.20
3.37: N T18.2 6 .8.69.1: 24.3 Sobre el Algulllento Creciente Sobre la Substancia
De Re Publica 6.9.73.2-75 . 1: 22.17 3.4 17.9
3.33: 30.2 6.15. 121.4-5: CC22; NT22.3
7.3. 19.3-5: 26.7 Sobre la Concordia Sobre el Vacío
Paradoxa Stoicorum (PS) 7.7.38.2 -3: CC23 30.34 20.8
Proemium 4-5: N T10.1 8.9.25.1.1-27.5.3: 14.11 Sobre el Cosmos Sobre las V¡rwdes
3.20-22: 27.10 8.9 .26.5: NT10.3 19.18. 26.19 ; 26.31
5: NTI9.9 8.9.31.1-33.9 : 14.11 Sobre lo Debido Sobre cómo Zellón ha hecho /In /ISO
Tusculonae Disputationes (TD) 30.48
2.33: NT27.7 CLEÓMEDES Apropiado de los Nombres
Sobre el Destino 30.20
2.55: 27.7 Cae/estio (Cael.)
3.15: 27.7 1. 1,3- 18: 12.6 28.6 La terapémica de las Pasiones
3.68 : 27.7 1.1 ,39-54: 20.4 Sobre la Dialéctica 25.9; 25.11 ; 25.20
3.71-76: CC25 1.1,96-103: 20.6 5.4 Tesis Físicas
3.73 : 27.7 1. 1,112- 123: 20.5 Sobre los Dioses 5.5
3.75 -76: 27.7 1. 1,120: NT2.8 18.6
3. 74-75: 25.7 1.1. 141 -1 42: NT2.4
Tratado sobre el Uso del Discurso
Sobre 10$ Estados Disposicionales 5.5
4.11-2 1: 25.8 1.4, 12-15: NT20.2
4.23-24: 25.8 1.6,26-27: NT20.4 14.26 Tres Artes Silogísticas
4.37 -47: CC25 1.1 0,15-23 : NT20.7 Sobre 10$ Estilos de Vida 9.19
4.5 3: NT4.6 30.20
CORNUTO DÉX IPO
5.82: 27.7 Sobre los Fines
5.108 : NT30.8 De Natura Deorum In Aristotelis Categorías Commentarium (in
22.1 ; 23.1 ; 26.1
74. 10: NT8. 1 cat.)
CLEANT ES DE ASOS Sobre la justicia 23,25- 24, 18: 3. 13
Disertaciones Físicas CRISI PO DE SOLOS 6.26; 22.7; 30.32 30,20-26: 3.14
26.17 Acerca del Orden de las Parles del Discurso Sobre la Justicia contra el mismo Platón 34, 11-24: 3.15
Himno Zeus 5.11 30.32
DICEARCO
Ce ll ; eC1 7; 17.2; NT23 .1 , NT30 .2 El Arte Dialéctico Sobre la Ley
9.1 24.5; 30.27
Fragmenta
Protrépticos 5- 12: CC I2 ; NTt2.18
26. 1 Las Artes Dialéclicas Sobre los Modos de Vida
9.1 1.3; 5.5 DIELS
Sobre el Cosmos
15.2 De la Providencia (= ¿Sobre la providencia?) Sobre la Naturaleza Doxographi Graeci (DG)
Sobre el Placer 17.8 15.8; 17.7; 19.9; 19.11 305, 15-306, 11: N Tt4.3
23.1 317,31-36: NTIO.I
Definiciones Dialécticas Sobre la Naturaleza de los Dioses
8.2 338 , 19·21 : NT20.4
Sobre los Indivisibles 17.1
346, 13-15: NT18.2
14.1 Demostraciones sobre la Justicia Sobre lo Noble 406: NTl3.3
30.32 26.31 400, 26·30: CC4
CLEMENTE DE ALEJANDRÍA
Stromateis (Strom.) Exhortaciones Sobre las Partes 466: NT13.3
1.1 7.82. 1-6: 14.17 6.26 20.8 571 ,9- 16: NT28.8
1.2 1.1 42.3: NT8.1 Física 615,12-16: NT4.1
Sobre las Pasiones
2.12.54.5-55.1: 6.14 1.2; 7.2 ; 8. 1; 12.13 ; 13.3 ; 14.1 ; 14.8; 16.2 25.4 ; 25.5; 25.20 DIELS-KRANZ
2.20.110-1 11 : NT6.1 Físicos (=¿Sobre la naruraleza?) Sobre el Placer
2.20.110.4-1 11.2: 24.9 Die Fragmente der Vorsokratiker (DK)
15.2, 15.3 26.33 IJA5: NTt 5.4
2.20. 111.2: CC23
2.20. 118.7- 11 9.3: CC22 lm'esligaciones Éticas Sobre las Cosas Privativas 13 A7: NT15.4
2.21. 129. 1-5: 23.5 26.18 8.17 13AII: NTl9.5
21Al : NT 19.6
2.22 . 131: NT30.4 ; NT30.30 Investigaciones Físicas (= ¿Sobre la Sobre la Providencia
2.22. 134.2 -6: CC22 naturaleza?) 22830 : NTt 5.5
12.3; 12. 13; 18.6; 18.8
4.6: CC30 2888: NTt7.6
10.11 ; 16.3 Sobre la Razón
4.26.172.2-3: 30.9 3186:CC15
República 1.2; 5.5; 7.2 ; 25.11 31 8 21 : CC I5
5.11.76. 1: 17.12 30.48
5.1 4, 127: CC3 0
854 Anexo IV Index Locorum 855

47A24' NTIO.3 7.75-76 ,19.22 7.156, NTI6.20 EPICTETO


59A46, CCI5, NT16.1 7.76-n 9.2 7.156-15 7, 13.3 Dissertafiones (Diss.)
64B5, NT IS.12 7.77-SI ,9.7 7. 159, CC I 3; NT\3.14 1.1.1 0-23 , 17.10
64B7, NTIS.12 7.S0, NTIO.16 7. 160, 23.7 1.1.7, NT21.2
7.n 10.7 7.1 60-161, I.S 1. 1.12, NT21.2
DIÓGENES DE BABlLON IA 7.S3, 5.S 7. 161, 26.22 1.2.5-S , 6.24
Física 7. S4, 21.1 7.165,23.6 1.4.1-2, NT2 4.1
S.I 7.S5-S6,22.1 7.166, CC22 1.4.3 -4, NT23 .1
7.S7, CC22 7.175, CC22 1.4.12, NT7.S
Minerva 7. l n NT4 .6
7.S7-SS, CC5 1.4.2S-29, 23.2
17.1 7. 17S, CC22
7.SS -S9 , CC II 1.6, NT29.7
Sobre el sonido Vocal 7.S7-S9, 23.1 ; CC30 7. IS6-IS7, 10.3 1.6. 13, NT21.2
S.I 7.S9-93, 26.1 7. l n CC7; NTS.6; NT I4. 11 1.6.IS-22, 29.7
7.90 , N17.11 7. ISS, CC3 0 1.6.29-42, NT12 .1 4
DlÓGENES LAERCIO 7. 192· 19S, NTS.6
7.9L NTI6.3S I.S.9, NT30.21
Vitae Philosopho/'um (DL) 7.94 , NT26.41 7. 196· 19S, CC7 I.S.1 6, NT21.2
2.IOS , CC7; NTS.6; NT10.2 7.98·99 , NT26.36 S.6 1, CC I 1.9.1 ·9, 30.40
2.1 11 , NT5.6 7.100- 104, 26.33 9.1 9, NT 19.6 1.9.4, CC23
2. 11 9, NT4.4 7.107, CC7 9. 107, CC23 1.1 O.S, NT2S.24
3.32, NT26.3S 7.107- 110,27.2 10. 16: INT n.4 1.1 1, CC22; NTI2.S
3.56, CCI; NTI.3 7.IOS, NTI7.2; NT IO.4 10.32, NT6.3 1.1 1.5-9, 29.S
6. 12,NTIO.12 7.109, NTI 3.6 10.1 19, NT30.S2 1.1 1.27-40, NT29.1
6.38, NTIO.8;NnO.J 6 7.1 10, 13.17 1.1 2, 15-19, NT26.9
6.63, NTIO.S DIÓM EDES
7.11 0-11 6,25.1 1.1 2.32; NT29.2
6.72, CCJO; NT30.S 7.1 13, NT2S.2 Ars Grammatica 1. 14.6, NT13.5
6.n CCJO 7.116-117,25 .23 2.420,9-2 L CCS 1.17.1-12, 5.13
6.76, NT30.20 7. 117,30.54 1.1 S.6, CC6
6.9S , NT30.S DIÓN CRISÓSTOMO
7.I IS, CC26 1. 19.11-15,22.11
7.4, CC22 7.1 19, 17.11 Qrotiones 1.20.5, NT21.2
7.25, NTS.6 7.120, CC27; NTI7.5 1.42,30.44 1.20.5 -S, NT21.2
7.32 -34, 30.1 2 7.121: NnO.1 7; NnO. 18 36.n 30.43 1.20.7, NT29.1
7.39-41, 1.2; NTS.I 7.121-125, 30.20 SO.5-7, 30.41 1.20. 15, NT26.2S
7.HCC8 7.122, CC5 1.22. 1-11,6.27
7.41-44, 5.6 DlONISIO DE HALlCARNASO
7.125 , NT14. 11 I.2SA 6.20
7.45, CC23 7.125 - 126,26.19 De Compositione Verborum 1.28.6- 10, NT2S.13; NT25.20
7.45 -46,7.1 7.ln NT7.3 4, 129- 147, 5.11 1.2S. 19.22, NT29.7
7.46-48, 5.6 7.127-12S , 26.31 1.2S.2S, NT6.23
7.47, NT7.13 DlONIS IO TRAClO
7. 12S, NTlO.19; CC30 1.2S.2S-n 24.1 0
7.49, NT6.J 7. 130, NTl O.18 Ars Gram marico 1.29. 1. NT21.2 ; NT26.2S
7.49·5 1, 6.1 7. 130-13 1, 30.20 1.1.33-34.2, NT8.1 2. 1.4, NT2 1.2
7.52, 7.9 7.132 - 133, 11.1 2. 1.9- 10, NTl4.10
7.52-53, 6.3 ELlANO
7.134, 14.1 ; NTI.3 2.2, NT23.2
7.54, 7.2 7.135, 2.3 ; NTl .11 ; NT3.3 Varia Historia 2.6.9-10, 24.5
7.55, CC3; NT2.10 7.135 -137, 15.3 4.5 , 23, NT3.S 2.S.5-7, NTl9.7
7.55 -5 6, NT6.4 7.137, CC3; NT3.13 2.S.7-S, NTl1.2
7.55-5S, S.I ELÍA S
7.137-13S, CCI4 2.S. I I, NT13.5
7.5S , CC I4; NTl.13 ; NTl3.5; NT1 4.11 7.1 37·140, 12.3 Commentarillm in Aristotelis Analytica 2.9. 1-5, NT29.7
7.59 ,5.15 7. 138, NTI 1.2; NTlO.28 Priora (in A.Pr.) 2.9.13-17, CC26
7.60, NT3.S 7.1 3S-139, 13.24 134, 4-13S, n NT9.20 2. 10. 1-4, NT29.7
7.60-6L 6.13 7.1 4U8.9 In Aris tolelis Categorias Commentarill1n (in 2. 10. 1-6,30.24
7.61: CC2; NT 1.4; NT 1.10; NT26.27 7.142, 15.2 ; Nn.4 2. 11.1 - 11 , 6.23
cat.)
7.6 1-62, CCI 7.142 - lü 12.13; CC5; CCI3 17S,I-12,NT4.4 2.13, NT6.23
7.62, 5.1 ; 10.S 7.lü Nn.12 2.13.S-9, 23.2
7.63, CC I4 7. 14S, CC22; NT3.12 ; NT 12.1 3 EPICARMO 2.15.10- 12, 30.25
7.63-70,8.2 7.149, NTI9.3 ; NT19.4 Fragmenta 2.16, NT6.23
7.66, NTS.4 7. 150,14.8 2.16.27-30, 23.2
B2, NT3.5
7.7 1-n 9.1 ; NT8.2 7. 15 1, 16.2 2.1 7: NT6.23
7.74, NTS.2
Anexo IV Index Locorum 857
856

ESTEBAN DE ALEJANDRÍA 2.59,4-60,5, 26.26 2.109,10-1 10,8,30.18


2.17.15-16,21.3
2.59,4-6, NTlO.3 2.109,13-14, NTlO.!7
2.17.n CC26 In Aristotelis Librum de lnterpretatione Com-
2.18.23-28,24_14 2.59, 6, NT22.8 2.110,9-II,CC30
mentarium 2.60,7-8,26.3 2.110,9-15, NT27,4
2.20.21-n 5.16 II,S- 12,7,8.13
2.22.I-S, 22.[2 2.60,9-62,6,26.25 2.110,13-15, NT27.1
34, 36-3S, S, NT28.2 ; NT29.[ 2.62,7, NT26.15 2.111,3-9,30.17
2.22.IS-2L 22.[3
ESTOBEO 2.62, 7-14, 26.10, NT6.1I; NT22.15; 2.111,17-112, S, CC7
2.23.42: NT28.8
NT23.5 2.111, IS-I 12, 8, 24.11
2.26.23: NT29.9 , Eclogae Physicae el Ethicae (EcI.)
3.2.1-2, NT24.[ 2.62,15-24,26.6 2.111,20-2" NT25.13
1.20, NT3.6 2.62,7-14, NT6.1I; NT22.15 2.112,1-5, CCJO
3.2.I-S, 21.2 1.25.4-27,4, 17.2
3.2S NT24.[0 2.63,6-25,26.15 2.112,5 -7, NT22.22
1.37,20-38,3,17.3 2.63,25-64, 12, 23.11 2.1 12,5-8, CC30
3.3.2, NT24.[ [.49. 34, NT6.4
3.3.2-4, NT7.8 2.64, 18-29,26.20 2.1 13, IS-23, CC30
1.64,1-14, NTlO.20 2.65, NT26.1 2.114,4-6, NTlO.20
3.3.2-5,24.12 1.78,4-6, NTl 9.9
3.3.4, NT26.28 2.65, 1-6, 13.26 2.1 15, 5-9, NT24.13
1.10S, 8-106, n 20.10 2.65,7-9,26.11 2.1 15,10-17 , CC25
3.3.S, NT24.[ 1.106, s-n CC8; NT8.2 2.66, II-n CC30 2. 117,2-7: NT25.16
3.7.14-IS, 6.21 1.106, 22-n CCI4
3.12.3-4, NTl.l 2.66,14-67, 4, NTI.I 2.130,21-131,2, CC23
1.129,2-130,20, [5.4 2.68, 18-n CC7 2.130,21-131,8,23.13
3.22.42-43,6.22 1.133,6-1 U4.2
3.22.95, NT28.8 2.69,17-73,19,26.36 2.131,24, CC23
1.133, 18-n [4.4 2.71,1-6, NT26.1 3.732, 1-733,6,30.55
3.22.n 23.2 1.136,21, NT6.4;NT 6.13
3.22.104, NT24.[0 2.73,16, NT6.7 4.671,7-673,1 L 22.20
1.136,21-137, 6, 4.[ 2.73,19-74,3,7.13 5.906,18-907,5,26.29; NT26.1
3.24.66, NTlO.[6 1.138,14-139,8,14.10; NT8.2
3.24.84-87, NT24.13 2.74,15-20,26.36
1.138,23-139,4, CCI4 2.75,7-77,5,23.3; CC30 EUDEMO DE RODAS
3.26.9, NT29.7 1.139,3-4, NT14.10
3.34.2-4: 23.2 2.77,16-78,6,23.4 Sobre la Naturaleza
1.142,2: NT2.8 2.78,7-11,8.14 19.19
4.1.67-n NT24.[3 1.143,24, NT2.3 ; CCI3
4.1.128-131. 29.9 2.79,4-17,26.38
1.152,19-154, S, 15.5 2.84, 24-S5, 1,,26.37 EUDROMO
4.1.2, NT24.1O I.IS4, 8-155, 14,16.4
4.1.159, NT25.24 2.85, 13-S6,[6, 27.1 Elementos de Ética
1.156,27-157,3, NT20.1 2.87, 21-n CC25; NT23.1 1.2
4.4.34: NT28.8 1.160,13-14, CC20; NT20.4
4.4.39-40,23.2 2.86, 17-IS, CC6
1.161,8-26,20.1 2.86, 17-88,2, 24.1 EURÍPillES
4.4.46, NT24.10 1.166,4-22,20.7
4.8.1-2, NT24.1O 2.8S, 2-6 , 6.15 Bacchae (Bacantes)
1.171 ,2-7,15. 1 2.88,4-6, CC23 918-919, NTl.5
4.8.12, CCI 1.171,13-16,19.7
4.8.12-13,5.[4 2.88, 8-93, 13, 25.2 Fragmenta
1.177,21-179,17,3.6 2.93, 14-18, 27.6
4.13S NT24.10 1.179,6-8, NTl.6 8n NT25.2
2.93,19- 94, 20, 30.19 991, NT30.32
Enchiridion (Ench) 1.181, S-182, 30, CCI7 2.96,10-13, NTlO.16
2,24.13 1.183,3-5,15.9 2.96,10-17,30.16 Medea
8, NT29.9 1.184, S, CCI4 2.96,18-97,14,27.3 37-39, NT25.20
31.1-3,17.13 1.184,8-185, 24 , 12.1 2.97,15-98,6,8.14 107S-1079, NT25.20
S1.2-3, NT22.13 1.187,4-5, NT12.4 2.97,22-98,3, CC23 1236-1250, NT25.20
53, NT28.8 1.187,6-7, NTl2.4 2.98, 19-99,2, CC23 Orestes
1.211.18-19, NT[8.2 2.99,3-12, CC30 255-259, NT6.2
EPICURO 1.213,15-2U5.10 2.100,2, CC30 264, NT7.3
Deperdirorum LibrO/'um Reliquiae 1.349, 23-n 6.19
2.100,15-101,4, NT26.36
Frag . 13: NT6.1 1.367,17-22,13.18 2.101,5-13, NT30.20 EUSEBIO
Frag. 5n NT22.8 1.368,12-20,'3.18 2.101,17-IS,NT29.9 Praeparatio Evangelica (PE)
Frag . 528: NT22.8 1.369,6-10, 13.IS 2.101,21-102,3 , 30.35 4.3 ." CC30
Epistula ad Herodofum (eH) 1.621, 4-2L 8.6 2.102,4-19, 30.16 6. 6. 9-m 28.1
43-44 , NT25.2 2 .8.13: INT n.5 6.8, NT2S.6
2.IOJ, 9-104, 9, 30.16
2.8, 13-IS, 1.5 2.104,10-14, NT25.28 6.8.2, NT28.6; NT29.6
Epishifa ad Menoeceum (CM) 2.39,5-9, NT25.2
HCCI3 2.106,21, CC26 6.S .6, NT28.6; NT29.6
2.47,12-14 , CC23 2.106,21-107, n 27.5 6.8 .n NT28.6; NT29.6
In CC23; NT23.9 2.47, 12-18, NT23.6 2.107, 16-IOS, 3, 26.13; NT22.15; NT23.5 6.S.25-29 , 28.6
Epistufa ad Pyrhoclem (e?) 2.57,18-58,4,26.27 2.IOS, 5-2S, 30.46 6.S .30, 29.6; NT28.6; NT29.6
85-86, NT25.2 2.58,9-11, NT7.11
858 Anexo IV Index Locorum 859

6.8.n NT28.6; NT29.6 172: NT30.26 De Animi Cuiuslibet Peccatorum Dignotione De USll Partium
6.8.n NT28.6; NT29.6 et Curatione 3.644,11-18: NT8.1
De Providentia (Prov')
6.8.34: NT28.6; NT29.6 5.59,4-60.11: 6.17; CC23 De Utilitate Respiratione Liba
2: NT30.39
6.8.35: 28.7 2.15,1-9:30.26 De Causis Contentiuis 4.501. 12-502,8: 13.15
6.8.38: NT28.6; NT29.6 De Specialibus Legibus 1.1 -5: 12.17 In Hippocratis de Humoribus 1-1I
11.1.1: CCI 2.45: NT30.8 Defoetum Formatione Libelllls 16.204, 10-205,5: 8.9
11.3-6: NT 1.3 2.58: NT30.26 4.674,7-17: 13.28 16.303,11-17: 26.4
14.6.13: CC7 , 4.232: NnO.26 4.698,2-17: 13.28
15.14.2: 19.5 In Hippocratis Librum Epidemiarum
De Vita Mosis 4.699,4-700,12: 13.28 Commentarii
15.15.1-9: 12.4
15.18.1-3: 18.7 1.157: NDO.8 De LoGis Affectis 17a.757. 11 ss.: Ce8
15.18.3: 18.10 1.323: NnO.21 5.1.8.301: CC13 17b.246, 14-247,5 : 13.2
15.19.1-3: 19.8; NT18.2 2.48: NnO.2
De Methodo Medendi Libri In Hippocratis Librum de OjJicina Medici
15.20.1-7: 13.6 2.58: NnO.32
10.155,1-8: 2.9 Commentarii 1lI
15.62.7· 1\: INT n.S 2.127·129: 8.20
De Motu Musculorum Libri ii 18b.654, 7-658 , 8: 7.4
15.62.7-14: 1.6 Legum Allegoriaruln (Leg. Alleg.)
4.402. 12- 403, 16: 24.6; Cel4 Institutio Logica (Inst. Lag.)
1.30: 24.4
FANIAS 4.403,13: NTl4.6 1.3.4: NT8.2
2.22: CCI3
De Placitis Hippocratis et Platonis (PHP) 1.5: NT8.2
Conferencias posidoneos 2.22-23: 12.8; NT7.13
114,1-10: 9.8 3.5: NT9.17
1.2 Quaestiones in Genesim
170.9-10: NT13.IO 5. 1-2: 9.15
FILODEMO 1.79: CC25 14.1-1 1: NT9.20
240.11-242,11: 25.10
Quod Deus Sil lmmufabilis (QD) 246,36-248, 13: 25.28 17.2: NT9.7
De Pletare
35-36: NT7.13 246.36-248,3: 25.4 17.2-4: NT9.18
7.12-8.4: 30.29
35-45: 12.7 254, 13-256. 14: 25.9 18.8: NT9.18
11: CC23
37-40: NT1 2.7 260,10-262,28: 25.11 19.6: 9.19; NT9.7
FILÓN DE ALEJANDRÍA Quod Omnis Probus Liber Si! (QO?) 270,10-24: CCI4 Quod Animi Mores Corporis Temperamento
De Aelernilate Mundi (DAM) 21: NT29.9 270, 10-274, 39: 25.20 Sequantur
8-10: 18.13 32-35: 30.38 272,9-274.26: CCI4 4.783,10-784,13: 13.25
20: NTl8.13 37-42: 30.39 280, 19-30: 25.6 Synopsis Libron/m Suorum de Pulsibus
21-24: NTI 8.12 59-60: NT22.7 288,19-290,1:25.21 9.458,8-14: 14.24
47-51:3.4 292, 17-25: 25.5
48: CC3 FILÓPATRO 304.33-35: CC7; CC23 HECATÓN DE RODAS
77: 18.1\ Sobre el Destino 316,28-320,28: 22.15 Sobre los Bienes
78-84: 18.12 29.1 318, 12-26: NTl3.5 26.31; 26.33
86-93: 18.4 324,24-326,8: 26.24
FILÓPONO 326, 24-328, 30: 23.9 Sobre las Cosas Extraordinarias
94: NT12.3
332, 16-334, 15: 25.19 30.20
De Cherubim In Aristotelis Ana/yl¡ca Priora Commentaria
(in An.?r.) 332,22-334, 15: NTl3.5 Sobre el Fin
14-15: 27.12
6, 19- 7, 9: 1.1\ 334, 24-30: CC25 26.33
De Conjitsione Linguarwn (DeL) 6, 19-9, 20: NT9.20 430.5-432, lO: 26.40 Sobre los Fines
82: CC22 36.5-12: NT9.7; NT9.18 434,31-436,29: 26.28 23.1
106: NT30.8 243.4: NT8.3 436,30-33: CC26
438 , 5-6: CC26 Sobre las Pasiones
De Gigantibus In Aristotelis Categorias Commentarillln (in 25.1
61: NnO.8 cm.) De Plenitudine (DP)
7.525 .7- 14: 14.22 Sobre las Virtudes
De Josepho (DJ) 72: NT4.4
7.526,12-528,12 : 14.23 26.1; 26.19
28·32: 30.21 In AriSfote/is de Generalione el Corruptione
38-39: 30.21 De Qualitatiblls IncOlporeis Fragmenta
Cammen/aria (in Ce)
66: NT29 .9 314,9-22: 19.17 464,1-3: NT3.1O 12: NT26.1
De Migratione Abrahami 480: CCI4 HEUODORO
59: NT30.8 GALENO
De Sophismatis Seu Captionibus Penes Dic- Cammen/aria in Dionysii Thracis Arlem
78-80: 8.22 Adversus ea quae a Juliano in Hippocratis tionem
Aphorismos Enuntiata sunt Libellus (A dv. Grammaticam
De Opiflcio Mundi (Opif.) 106,7- 108,9: 10.9 482.3-32: NT8.1
55: NT30.39 fui.) 108,16- 110, 6: 10.9
18.266: 12.12 517,35-37: NT8.1
142-143: 30.8 De Secris ad eos qui lntrodllcllntur
143: NnO.39 18.279,12- 280, 4: 14.13
1.3. I:NT23.3
860 Anexo IV Index Locorum 86 1

HERÁCLITO HÜLSER 365,6.14 826, 9.16


369, 6.6 8n 3.2
82, NT30.7 Die Fragmente zlIr Dialekrik der Stoiker 370,7.8 829,3.15
81 2, NTl3 .6 (FDS)
378 ,7.12 832, 3.1
8 30, NTl5.5 1.L2 379, 7.11 S33, 3.12
8 89, NT30.7 15, LI 385,7. 13 S34, 3.7
24 , 1.3 420, 13.7 835,3. 13
HERÓDOTO n Llo 421. 13.3 839A,3.3
2.64, NT30.15 27·32, NT9.20 423,13.6 844,3.6
28, 1.9 424 , 13.14 845,3.4
HESÍODO 29,1.11 426, 13.S 847 , 3.14
30, 1.12 850, NT 12.16
Opera el Dies (erga) 4n 13.16
33: 5.6 ; 7.1 431, 6.10 851. 3.18
757·758, NT30.15
35, 5.7 436, 13.17 853, 3.9
242·243, NT30.32
57,5.3 441,1 3. 13;NT7. 10;CC6 857, 3.11
HIEROCLES 61. 5.2 4H 24.7 858, 3.10
79,5.14 476, S.I 867,3.20
Elementa Erhica (El. Eth.)
87,5.8 478, CC8 869, 12.2
1.1·5,22.5
1W 23.7 4S0, CC8 S72,3.19
1.5 · 35, 13.9
144, 23.6 S74, 8.2
1.3 1-47,22.5 48 1,CCS
196, 13.24 S81, 19.1 ; 19.2
1.5 1·2.9, 22.5 502, CC8
In S.1 504, CC8 893, 8.7
2. 18·31,22.5
198, 8.1 5 12, 8.10 905, 8.6
2.33-46, 22.5
200,8.1 914,9.1
3.19·n 22.5 529,8.19
208, 1.5, [NT n.5 916,8.16
3.46·51, 22.5 529k 8.21
209, 1.7 958,9.13
3.56-4.36, 13.1 0 531,8.20
21 1.I.S 533,8.22 97 1, 10.11 ; NTI0.7
4.3 ·1 0, NTl6.1
236, 2.9 536,8. 1 976,9. 14
4.38·58, 13.11
255,6.1 ; 6.3 ; 7.9 594,5.15
4.67 1,7·673,1 1, 22.20 9n 9.15
259,13 .12 ; 7.10
6.1·30, 22.5 6n 6.13 ; 10.8 978·98 1, NT9.14
268, 6.2 989,9.16
6.40·59, 22.5 622·628, NT4.6
270, NT6.2 994, 19.IS; 19.20
7.3·10,22.5 629, 4.6 ; NT4.6
2H 6.5 ; 6. 16; 7.3
7. 15·1 7, 22.5 633, 10.9 995·997, NTl9.20
2n6,4 1000,22.10
11.1 5·21,3 0.11 636, NT I0.9; CC IO
278, NTl2.1 7
687,8.5 1005, 28.4
HIPÓLITO 281. 6.7 ; 6.9
696: 5.1 ; 8.2 1025, 10.6
285,7.6
Refuta/iD Omnilllll Haeresill1l1 (Ref) 698 , NTlO,4 1030,9.12
2n 7,4
1. 18, CCI; NT I.3 699, 8,4 1031,9.6
294,6.19
1.21, CC2 702, S.S 1036,9.2; 9.7
296,6.18
1.21.2, 28.S 709, 4.3 1053,9.3
298, 24.3
1.21.3-4, NTl8.8 711, 2.2 1057, S.l5
299,24.4
1.21.3·5, IS.5 ; NTl3.6 717, 2.9 1058,9.11
313, 6.27
721,2.7 1064,9.5
HOMERO 316,4.1
725,20.2 1066,9,4
317, 4.2
Odyssea (Od.) 728, 20.1 10S4,9.17
3 ISA,4.5
4.3n NT I.4 741. 14.2; 14.4 1085,9.17
319, NTI2.9
9.190· 192, NT6.S 742, 14.S 10S6, 9.19
322, 8.11
9.366-460, NT4.4 744, 14.1 10S7, 9.1S
3n 8.12
Ilias (JI.) 745, 14.1 1136, NT9.15
327A, 19.5
1.1, NT8.7 336, 7.12 762, 14.10 1160,9.S
1.81·82, NT25.1 763, 14.11 ; NTIO.3 116 1, 9.9
34S, 1,4
2.434, NTS.2 764, 14.11 1167,9.10
350, S.3
3.300, NTS,4 776, S.S 1169·1177, NT9.13
35 1. 5.5
7.202, NTS,4 789A, S.5 II SI. NT9.S
3H 6.12
8. 135, NT18.2 79 1, 8.S 1200, 10.1
363" 24.2
792, S.13 1205, 10.3
808, 20.10 1206, NTl O.3
862 Anexo IV Index Locorum 863

30A: 4.1 38E: 9. 16 47K: 24.6


1207: 10.7
1209: NT IO.4 30B: 4.2 38G: 19.2 470: 12.3; 13.24
1212: 10.4 30C: 4.3; 6.13 39A: 6.1 47P : 12.8
1213: 10.5 30E: 4.4 39B: 6.2 47Q: 12.7
12 19-1226: NTlO.2 30H: 4.5 39C: NT7.2 47R: CC12
1227-1235: NTlO.2 301: 4.6 390 : 6.3 48A: 16.2
1228: 10.2 3 1A: 5.6 39E: 6.4 48C: 16.1
1236- 1243: NT10.7 31B: 5.6 39F: 6.7 480 : 16.4
1242: 7.7 31C: 5.8 39G : 6.5 48E: 16.3
1246: NT 10.3 3 10: 5.3 40A: 7.2 49A: 20.1
1247: 4.4 31E: 5.7 40B: 7.5 49B : 20.2
1257: 10.10 31H : 5.9 40C: 7.1 49F: 20.3
3 \J: 5.14 40E: 7.3 49G: 20.4
JENOFONTE 31L: 5.10 40F: NT4.6 49H: 20.6
Memorabilia (Mem.) 31N: 1.8; 26.22 40H: 7.17 49J: 20.7
1.1 -4: CC I7 31 P: 5.5; NT22.3 401: 7.15 50 B: 14.8
1.1.1-1 6: CC I 32H: NT4.6 40J: 7.16 50C: 2.8
1.4.2-7: NT12.16 33A: 8.1 40K: 7.3 51A: 20.9
1.4.5-18: CC30 33 B: 8.3 40L: 7.6 51B: 20. 10; CCI4; NT8.2
1.4.8: CC I2; NT12.16 33C: 8.4 40N: 6.11 51 C: 20.8
3.9.5: CC26 llE: 8.5; NT6.15 400: 6.12 5 ID: 20.10
4.4.19·20: CC30 33 F: 8.2 40P: 7.9 5 1E: 20.10
llG: 8.2 405: 6.27 51G: NT20. 10
LACTANCIO ll H: 8.1 4 IA: 6.6 52C: 19.6
Delra Dei )) 1: 6.15 4 1B: 7.5 52 0 : 19.8
13.9-10: 17.7 33): 8.14 4 1C: 7.8 52E: 19. 15
33 K: 8.8 4 1G: 24.11 ; NT22 .22 52 F: 19.18; 19.20
Divinae lnslilu/iolles 4 1H: 7.13 52G: 19.16 ; 19.21
6.8,6·9: NTlO.2 llM: 8.1
33N: 8.8 4 11: 26.36 52 i: 19.1 9
6.14- 15: 25.15 43 B: 11.1 53B: 13.9; 13.11
24.5 . 17: NTl7.8 330: NT IO.3
33 P: 8.1 1 44A: 12.2 53D: 13.28
LONG, AA & O.N. SEOLEY 34H: 8.16 44B: 14,1 53 F: 7.\0; 13.12
35A : 9.1 44C: 17.6 53G: 13.1 4
TIJe He/lenistic Philosophers (LS) 440-E: NT14.8 53 H: 13.13; NT7.10; CC6
2G : 26.39 35 B: 9.13
35C: 9.12 44F : 12.3 53L: 24.7
10B: NT2 0.3 45A: 2.10; 25.14 53N: 13.3
22M: 22.14 35E: 9.14
36A: 9.2 ; 9.7 45 C: 13.16 53P: 24.4
26A: 1.1 45E: 2.3 53Q: 24.1
26B: 1.2 36B: 9.5 ; 9.11
36C: 9.3 45H: 14.5 53 R: 30.27
26C: 1.3 46A : 17.3; CCI 4; NT13.5 53S: 24.2
26E: 1.9 36F: NT9.8
36H: 9.8 46B : 15.3 53T: 8.19
27B: 2.2 ; NT8.2 46C: 15.2 53W: 13.6
27C : 2.12 361: 9.9
36J: 9.10 46D: 15.10 53X: 12.13
27 0 : 2.4 46E: 18.6 54 A: NT17.3
27E: 2.5 37A: 10.1
37C: 5.6 46 F: 18.8 54B: 17.1
27F: 3.1 46G: 19.5 54 0 : 17.4
27G: 2.9 370: 10.7
37 F: 7.7 461: 18.1 54E: 17.5
28A: 3.5 46): 18.9 54F: 12.16
28 0 : 3.6 37H: 10.4
371: 10.5 46K: 18.7 54H: 12.5; 12.14
28E: 3.7 46L: 15.11 541: 17.2
28H: 3.11 37K: 10.6
37L: 10.2 47A: 15.4 54Q: 17.8
28): 3.14 47C: 12.11; 15.7 54R: 17.7
28L:3 .10 J7N: NTlO.9 ; CCI O
37 P: 10.8 47D : NTl2.17 54S: 17.9
28M: 3.9 47G : 14.9 54U: 19.4
28N: 3.8 37Q: 10.9
37R: 10.3 47H: CC I2 ; NT12.17 55A: 14.10; CC I4
280 : 3.18 471: NT14.27 55B: J 4.16
2BP: 3.4 37S : 10.10
38 0: 19.22 47J: NTl4.27 55C; 14.11
29C: 3.12
864 Anexo IV Index Locorum 865
55 D, 14.11 62K 17.10 3.9: 22.22 111 ,14-11 2,3: 19.6; CCJ
55E, 14.20 638: 23.3 4.1: NTl4.13
55 F, 12.17 63C, 23 .1 4.4: NT12.I3 ; 30.22 OLlMPIODORO
55N, 19.14 63E, 29.7 4.27: NT19.9 Prolegomena
551, 14.11 630: 23.11 4.29: 30.23 14,18·15,30,1.12
555 , 28.3; 28.8 64n: 26.33 4.33: CC22
In Platan!s Gorgiam Commentaria
56A, 21.1 65A: 25.2 5.1: CC22
12.I:CC7
56B, 21.4 65C: 25.2 5.6, CC22
56C, 21.2 65E, 25.2 5.8: CC23 In Platon;s Phaedonem Comm entaria (In
57A,2 2.1 65 F, 25.1 ; 25.23 5. 16: CC6; NTl2.I3 Plol. Phaed.)
57B, 22.4 650: 25.13 5.20: NTl4.13 125,7: NT7.2
57C, 22.5 65L 25.19 5.27: CC23; NTl3.1
ORÍOENES
57E, 22.7 6SJ: 25.10 6.7: CC22
57 F,22.10 6S K: 25.4 ; 25.28 6. 10, NTl9.9 Commenfarii in Evangelilllll Joonnis (in evo Joan.)
570,2 2.20 6SW: CC25 6.30: CC22 2.16.112, 7: NTl9.9
57H, 22.21 65Y: 25.22 6.50: NTl4.13
58A ,26.33 66B ,30.13 8.46, CC23 Contra Celsum (e. Ce!.)
58B,26.33 66C: 25.17 9.39, NT19.9 2.20.62 ·)L 28.4
58E, 26.37 66H:3 0.20 10. 13, NT23.1 2.20.71-77: NT28.5
58F,26.34 67A: 30.7 10.33.3: NT29.3 4.12: NT!9.6
580, 23.7 67B: 30.12 11.37, NTl4.I3 4.45.16·33: CC30
5H 24.5 67C: 30.13 12.3 1: CC26 4.54.1 1-22: NT12. 14
58K, 23.3 67 F: 30.15 4.68: 19.16
MUSON IO RUFO
581, 23.6 67H: 30.14 5.20: 19.21
58m: 27.2 671: 30.17 Dissertationum a Lucio Digestarum 7. 15: NT9.8
59B, 27.1 67 L: 12.4 Reliquiae (Dissert.) 7.63,12·18: CC30
59C 22.3; 27.2 67 P, 30.20 2: 26.14
De Orarione (Orat.)
59D,22.2 67R ,30.1 3,1-20: 22.16
5: 26.9 6.1: NTI2.7; NT29.3
59E,27.2 675: 30.2
6, 1-22: 26.16 27.8,9 ·n 14.3; NT3.3
59F, 27.4 67U: 30.20
590, 27.11 67V: 30.50 12,15·19: NT26.9 D e Principiis (DPR)
59 H, 27.12 67W: 30.18 3.1.2·3: 29.3 ; NTl 2.7
Fragmenta
591, 26.29 67X, 30.49 3.1.3: CC22; NT22.15
2-3: NT23.5
59J, 23.1 700: 19.3; 28.3 12-13: NTl2.3 Papyri Herculaneum (PHerc.)
59K,27.6 72N: 14.12 17: CC26; NT23.1 307
59L,27.8 42: NTl9.9 NTlO.4
59M, 27.3 LUC IANO
89, 12-90, I. CC26 1020
60D, 26.41 Vitar/lm AI/clio (Vil. aue.) NT22.22; NT24.11
6W 24.12 22: 10.2 NEMES 10 DE EMESA
60L 26.36 PÍNDARO
LUCRECrO De Narura Haminis (NH)
60D, 26.33 16, 12-16, 13.7 Fragmenta
60P, 30.35 De Reruf1I Natura (D RN)
18,5·8: CC I4; NTl4.3 ; NTl4.27 ; NTl5.2 169: NT30.1
605, 8.5 1.305, NT13.6 20,12-17, 13.16; NTI 3.12
61k 23.1 ; 26.1 1.958·997: NT20.3 PLATÓN
21,6-9: 13.16; NTl .I0
61R 25.3 ; 26.2; 26.23 2.80-124: )'ITl5.2 22,3 ·6: 13.16 Apologia
61C: 26.17 3.94-175, NTl2.18 55,9·56,2: NT6 .2 29E-30A: NT26.19
6 m 26.15 70-71: CC I4; NT14.3
MARCIANO Charmides (Cármides)
61F, 26.18 ; NTl2 .3 72,7-13, 13.19
61H , 26.25; 26.26 IS9D·160E: CC26
Jnsfit/lciones 105, 6-106,n 29.1
61L 26.19 ; 26.31 1: 30.! Cra/y/us (Crátilo)
105, 12-13: NT29.1
61 K, 26.1 390B·E: CC5
MARCO AUREUO 105, 18·22: 19.13
61L: 26.11 105, 19, NT29.1 Crifo (Oirán)
6IM, 29.4 Ad se ipsum (AS]) 105, n NT29.1 48B-C: CC5
61N: 26.35 1.9. 1: NT4.5 106,2: NT29.1 Epistu/a VIT (Epis. VII)
62k 28.8 2.17. 1-2: CC23; CC26 106,9-10: NTl9.1 328A·C: NT3 0.17
62C: 14.28 3. 1: NT 29.7 106, 10·13: NTl9.2 339A-340k NT30.17
620: 19.12; 29.2 3.2.3: NT4.5 108, 15· 17 : NTI9.3; NTl9.4; NTl9.!1
866 Anexo IV Index Locorum 867

ElIthydemus (El/ti.) 896D, CC2 17A,CCS 509D, NT9.5


2750·276C CCIO 896E-898C NTl8.l2 26E, CCI4 5IOAI, NT6.1
276D-27?k CCIO 960C NT19.10 29A-30D, NTl8.12 516BS, NT6.1
278A7-C2, CCIO 29A9-30D9, CCI2; NTi2.16 52SD, NnO.17
Menexenus (Menex.)
278E3-279A7, CC23 29B-30k CC13 533B, CC5
237E, NT9.12
279-28 L NT26.35 38E, NT8.21 533C7-E2, NT5.7
280A, NT26.9 Meno (Men.) SOB, CC5 53483-6, NT5.7
72A: NT26.23 534D-E, NTI.I2
28085-6, CC23 Politicus (Poi.)
280D-28 m CC26 7SC-D, CC5 609D, NTI3.12
269C4-D3, NTi8.13
28lD,CC26 77B-78B, CC26 613A-8, NT22.20; NT22.21
31lB-C CC30
297E-298k CCIO 8802-3, CC26 615A3, CC25
89C-96D, CC26 Prolagaras (Prol.)
298D-E, CCIO 617E, CCI3; CC23; NT23.l
3220-E, CCS
300k CCIO Parmenides (Parm')
331E, CC26 Sophista (Sof)
30lC CCIO 13 1B-C , CC4; NT4.1 223D, NnO.18
33SA-B, NT5.?
GOl'gias (Gor.) 132BII-C2,NT4.1 224E, NnO.18
33689-C I, NT5.?
448D, CCS 135d, NTI .12 246A-C NT2.1
337A-B, CC5
449B, CCS Phaedo (Fed) 3458S, CC25; CC26 25SC12-n CC3
449B4-5, NT5.6 6081-C7, NT17.8 354A-D, NT26.28 2S8D-259B, NT2.6
453A2, CCS 64C NTI3.I2 3S8B-0, NnO.39 263E3-S, NT8.21
4S4B-C , CC5 67k-B, CCI3 3S8B6-D4, NT25 .8 264A-R CC6
4S7B, CCS 67C-D, NTI3.12 358D6-7, NT25.1 266B9-C4, NT6.1
460B, CC26 6704-10, CCI3 3S9B, CC26 266D, NT6.2
46IAI-S, CCS 78C-79B, CC13 l6IA-B, CC26 Theaeterus (Teet.)
46IB8-9, CCS 86BS-D4, CCI2; NTI2.18 14SC5, CCS
Respub/ica (Rep.)
46lD-462A, NT5.7 86B7-CS, NTl2.18 ISIE-IS2E, CC6
lib.5, CC30
467CS-IO, NT26.28 92E4-9SA3, CCI2; NT12.18 154B-D, CC3
330D-331 B, NnO.32
467E6-468A4, CC26 94A3S -36, CCI4 IS4D-E, CCS
35lD4, NnO.32
468BI-E5 , CC26 9SAI9-BI6 , CCI4 15SE, CC2
35lDS-6, NnO.46
468B7-C6, CC23 ; NT25.8 95E9, CCI4 157A-B, CCI4
352D, NT26.1
468E2, CCS 96A9, CCI4 1630, NT5.7
470B 1-7, CCS 96A9-97C CCI4 352D-354k CC26
353ES, CC23; I 64C8-9, CC5
47 I E-472C, CC5 97C-98E, CCII 167E, CC5
357C, NnO.39
473BIO-I L NT5.6 97C3-7, CCI4 167E-168A, CC5; NT5.6
382A2, NT6.1
474BI-2, NT5.6 98C-998, CCI4 167E-168D, NT5.5
478-480, NT26.33 99B, NT14.1l 383C NT22.20
404D9, CC25 I 72C-D, CCS
480C7 , CC26 9983-4, CCI4 174k CCS
40SA-B, CC30
484B, NT30.1 IO\OS-102aL CC5 176A, CCI7; NTi7.8
4840\-2, CC26 41206, CC23
102B-IOSk CC13 176B, NT22.21
IOSC9-D4, CC 13 4148-C; CC27
49SA 7-9, CC5; NT5.6 176B 1, NT22.20
1070, CCll; CC23; NT23 .1 42lD-E, CC30
496E9-497A3, CC23 176BI-2, NT22.21
422E-423A, CC30
499E8-9, CC23; NT25.8 Phaedrus (Fdr.) l82A?, CC3
SOOB7, NTS.6 430E-43m NnO.39
229k CC30 43IA7-8, NT22.15 l89E-190A, ces; NT5.6; NT8.21
509E, CC26 245C5, NTI3.I; NT18.12 190E-196D, eC6; NT6.1
432A-R CCJO
S24B, ce13; NTI3.12 245CS-246A2, NT18.12 I 97E2-3 , CC6; NT6.4
43SE4-436A3, CCIl
Laches (Laques) 246A -249E CC2S 436A3, CCI3 202C NT5.7
19207-8, CC26 249C, NTI.3 439A9-B2 , Ce23 20987-8, NT22 .21
19304, eC26 250B -C, NT1.3 439D-E. NT2S.2? 223D, NnO.I7
Leges (Leyes) 2S003-4, NT22 .3 44IA8-9, CC22 Timaeus (Tim .)
716C-D, NT22.20 253A-B, NT22.20 44481-8, NT30.32 28A4-5, CC14
7S8A . NT30.l2 266D-267 A CC5 451A NT19.10 28B , NT18.9
763A, NT30.34 269B, NT5.7 457C-D, eC30 28C3-4, NT30.26
771A, NT30.12 269D-274B, eC5 47003-E2, NT30.32 29A9-30D9, CCI2
777A, NT30.34 Phi/ebus (PhI.) 473A-D, NT30.I7 298-30B, Ce 12; CCI7; NTl2.16
778C NT30.12 Ilb, CC22 473C-D, NT2S.20 30A-33A, CCI3
885B, CCI7 IICCC5 SOOC-D, NT22.20 30R CCI2
888E, eCI4 148, NT5.5 SOlE-S02e NnO.17 30B-C. NT18.12
868 Anexo IV Index Locorum 869

30B7-8: NTJ.4 1065B: NTl8.8 [044F-I045A: 30.15 Fragmenta


32C-33B: NT18.12 1067A: NTl8.8 [045B-C: 24.15 14: NTll.2
34B-368: NT3.4 I 070C-D : 6.25 1045D: NT24.15 29: NT26.1
34B-37C: NT18.12 1073 E: 2.6 1045F-I046B: 5.4 160: NT23.5
37C7: NT30.26 1074C-D: NT2.7 1046E: NTI4.11 162-165: NT25.23
39D: NTl9.6 1075A-B: NTl9.6 1046E-I047A: 26.18; NT22.3 176: NTl1.2
41A7: NT3 0.26 1075D: [5.11 1047 A-B: 5.9 223: NT11.2
4ID8-E3: NTl9.4 1075E: NTl2.14 1048: NT 26.35
Metereológicos
440: CC I3 I077B-C: NTl8.6 1048E: CC30 [1.2
46C-48B CCI4 I 077C-E : 3.18; NT3,4 1049B: CC23
1049F-I050B: 19.9 Profrépticos
48A: CCII 1077E: CC2
I 077E-I 078E: 16.3 1050D: NTJ.8 26.1
49B7-C7 NTl5.4
68E-69A: CCI4 1078E: NT2.8 105[B-(; 17.9 Sobre los Actos Debidos
74A-C: cel7 1079E-1080D: NTlO.ll I 05 ID-E: NT12.14 30.20
74A4-C7: NTl7.8 1080D-F: 2.8 I 052B-C: NT3.4
Sobre el Cosmos
81D : NTl3.[2 108 IC-E: NT20.8 1052B-0: 18.6 [5.2
90A: NT22.20 10810-E: NT20.8 1052C: NTl3.3; NT13.6
90B-D: CCI3; NT23 .[ 108I E·F: 20.8 1052F: NT13 .1 Sobre el Criterio
I083A-I 084A : 3.5 1052F-I053B: 15.8 7.2
PLOHNO 1084A: 6.10 1053B-C: 18.8 Sobre los Dioses
Enneades (Enn.) I 084C: NT20.10 1053F-[054B: 14.26 12.3
2.4.1: CCI4 1084C-D: 10.11 I 054B-C: NT2.6
Sobre los Fines
4.7,5: NT3.3 1084F: 6.9; NT13.6 1055D-F: NT19.22
23.1
4.7.7: CCI3 1085A-B: 6.7 1056C: 19.10
4.7.8a, 1·9: 13.20 1085B-C: 14.9 1056D-E: 19.11 Tratado de Física
4.7.8. ,9 ·35: 3.3 1085C: CCI4 1057A: 24.2 14.1
4.7.8b, 1-22: 13.21 1085C-E: 14.25 1059B: NT3.4 Sobre la Física
4.7.8c, 1-23: 13.22 1085D: NT14.21 I 063D: CC26; NT27.1 12.14
5.5: NT4.5 1085E-I086B: 3.16 De Virfllte Morali (VM) Sobre las Pasiones
5.7.1 -3:NTI9.5 De Exilio 440E-44ID: 26.23 25.19
6.1.25 , 1-33: 3.2 600E: 30.14 44[C: 26.2
6.1.26: NT2.3 44IC-E: 25.3 PROCLO
6.1.26-27: NT 2.3; NT14.9 De Primo Frigido
44ID: CC26 In primum Euelidís Elementormn Librum
6.1.28: CCI4 946BII-CI: NT13.3
443C: 25.16; CC25 Commentarii (in Euclid.)
6.1.29: NT3.16 De Stoicor/lfll RepugnantUs (SR) 446F- 4478: 25.13 De( 1: NT 2.8
6.1.30, 1-2 I : 3.21 I 033C-D: 30.49 449A-D: 25.25 89, 15-21: CC2
6.6.12.1-30: NTl2.9 1033E: NT22.8 395: NT4.1
1034A-C: 30.13
Lycurgus
PLUTARCO 1034B: CC5; NT30.12 31:30.42 in Platonis Timaeum Commentaria (In Plal.
AdverSIIS Cololem (Col.) 1034 E: 5.10 Tim.)
PORFIRIO
1116B7- C2: 2.7 1034C-E: 26.17 211,13-15 : NT22.21
1034D-E: CCI4 De Abstinentia 27ID: CC2
11 21C: NT6.13
1.7, [-3: 22.14 287,1-3: NT22.21
1123A:NT22.8 1035A: 1.3
3.2-3: 8.21
Conjugalia Praecepla 1035C: NT1.l PSEUDO ALEJANDRO
1035F-1036B : 5.5 3.7,1-7: 8.21
142F: CCI3 3.19-20: 22.6 In Aristofelis Sophisticos Elenchos Commen-
1037B: NT22.3
De Alexandri Magni Fortuna aUI Virtute 1037F-I038A: 30.27 3.22.3: 25.27 tarium
329a·b: 30.7 1038 B-C: 22.7 Vita Plotini [ 6[,12-14 : CC7
De Amare Prolis I 038D: NT26.33 14: NT4.5 PSEUDO APULEYO
478C : NT3 .5 I 038F: NT16.3 19-2 1: NT4.5
494F-495A: N T22.8 1039C: NT26.33; CC26 De Interpretatione (Inr.)
POSIDONIO [9[,5-10: 9.9
495B-(; 22.8 1040A-I041E: 30.32
1040A-I042A: CC22 Confonnación Me/ereo/ógica de los 200,15-[8: NT9.3
De Communiblls Notitiis AdverSIIS Sroicos
1041 E-1042A: 6.26; NT6.4 Elementos PSEUDO ARISTÓTELES
(eN)
1042C-D: NT27.1 12.3
1059B: NT3.4 De Mundo (MI/n.)
1059D-E: [0.5 ; NT5.6 10420: CC26 Discurso ético
1044D: CCI7; NTl7.7 39 I b9-[0: NTl2.1
10630: CC26; NT1.6 26.[
Anexo rv lndex Locorum 87 1
870
7.22, NT1.2 8.4ü 9.3
Problemata 2J. I-5, CC25
7J8-39, CC I; CC3 8.453 , NT3.11
17, NT19.19 2.4. 1, 25.12
7.38-40, NTS.11 9.1 1-1 2, 14.7
2.n NTlS.13
7J9, CC26 9.25 -26, CC6
PSEUDO GALENO De Olio 7.64-67, rNT n.5 9.75-76, 17.6
Definitiones Medicae (DM) 3.2-4, 30.52 7.n5.S 9.78 -80 , 12.9
19.350,3 -10 , 7.14 3.8. 1-4, 30.53 7.102, NTl2.9 9.86, NT I2.S; CC13
19.355, 11 · 17, 13.1 5. 1, NTl2.14 7. l nCCI 9.S8-9" 12.15;NTl7 .4
19.381, 12-13, NT6. 1 Epistulae Morales (Ep.) 7. 147, CCI 9.94, NTl2.16
19.393, CCI4 9.2-3, 25.IS 7. 151-157 , 7.S 9. 101- 104, 12.16
19.416,9-10, CC26 42. 1, CCJO 7. 168-169, NT6.I 9.105-107, NTI2.16
De Historia Philosophica 49.IU6.8 7. I7l ,NT7.1 9.1 08-110,12.16
9,2- 10: NT8.3 58.8-11, NT 12.7 7.227-228, NT6.1 9.111-136, CC I7; NTl7.4
13,2- l l, S.12 58. 11-15,2.1 7.227 -2 34,7.10 9. 11 9-120, NTl2.1l
23, CC I4 5S. 14, NT12.7 7.234-236, 13.12 9. 121 - 122, NT12,4
23,2-6, 2.11 65.2-4 , 14.20 7.241, 6.16 9. l n CC I
24,39-46, 13.4 65.2, NTl4.10 7.242-247,6.5 9. 13J, CC30; NT26.35
35, 24-29; 13.5 65.23-24 ,14.20 7.244 , NT7.3 9.133-135,17,4
92,1 - 15, NT6.4 67.10, 26.21 7.247-260,7.3 9.ISO-1 81, NT14.9
7 1.4, NT26.30 7.252, NTl.IS 9.ISI - IS3, NT7.7
Introductio sive Mediclls
75.6, Nn6.9 7J72-373, CC6 9 .196-206, 14.IS
14.6S5, 3-4, NT7. 14
75.11-12, Nn6.30 7Jn CC7 9.207-208, 14.15
14.691, 13-692,13 ,14.14
75. S-15, 26.30 7.402-403, NT7.3 9.2 11 , NTt4.11
14.697,6, NTl4.21
SS.2 1-2S, NT9 .20 7,402-410, 7.17 9.211-212, 14.16
14.726,1, NT7.13
S9.4-5, NT\.I 7.403-41 1, NTl.IS 9.212, CCI4
PS EUDO-PLUTARCO S9.9, NTt.2 7.409-410, NT19.6 9.2 18, NTl4.11
89. 14-15, 2\.4 7.415-417, NTlO.7 9.23 7-245, 14.12
De Falo
89.16, 1t.3 7.415-421, 7.7 9.258-261, CC2
570., 14.29
95.52-53, NTlO.4 7.422-423, NT27.5 9.261, NT2.8
574e: 14.29
106.2-7, NT2.IO 7,424,7.6 9.331 -336, 12.2
107.II,NT2S.S 7.4n CC30 9.332, CC2; NT2.6
De Placiris Philosophorum 113.IS, Nn4.2 8. 11 , NT5.1 9.352, NTt2.2
879E, CCJO 113. IS-19, NT6.1 8. 10-13 , S.3 IOJ -5,20.2
882A, I3.5 113.23, 24.7 8.56-6 1, 6.S 10. 10, NTl4.9
116.1-8, 25.17 8.70-7S, S.4 10.119, NT20.S
QUJNTfLIANO
11 7.2-5 , S.5 8. 79 -84, S.7 10.169-247, NT20.2
InSlifllrio Oratoria 11 7.6 , CCS 8.96-97, CC3 10.1 99 -200, NT2 0.S
2.15, J4-35 , 5.12 11 7.11- 13, S.5 8.96-98, S.16 10.216, Nn.4
Scholia in Iliadem 11 7. 13, NT6.15 S.100, NT20.10 10.2 IS, 2,4; NTS.2
2.857, NTI3.6 120J, NT26.32 8.1 12-117, NT9.13 10.238, CC2
121.5-2 1, 22.4 8.1 17, NTS.3 10.3 12, NT14.1 ; CC I5
SÉNECA 12 1.23-24, 22.4 8.1J5 , 5-7, NT9.4 11.8-1 1, 4.6
De Beneflciis (Ben.) 8.223-22 6, NT9.7 11.25-28, NT26.36
Natl/rales Quaestiones (QN)
1.6J, NTl7.13 8.244, NTS.3 11.29, CCS
2.36-38, NT2S.6
3.22, 1-4, 30.36 8.245, NT9.6 11.64-67, 26.34 ; CC23
3.29.1, NTl9.6
3.2S, 1-3 ,30.37 8.2H CC I4 ; NT2.10 11.73-75, 26.34
6.3. 1, NTlS.13
4. 34, NT24.13 8.2 75-276, 8.19 ; NT6.I 11.182-1 83, 7.12 ; CC6
4.39, NT24.13 SEXTO EMPÍRICO 8. 277-2 78, 9.6 11.1 87,5.2
De Ira (ir.) Adverslls Mathemalicos (AM) 8.2S7, NTS.21 11. 190- 194 , NTlO,47
1.3.2-8, 25.12 8.302, NT9.7 11.200-201, 27.11
1. 15-19,2 .12
1.7.1 -4,25.12 I.n NT6.S 8.303-305, NT9.11 Pyrrhoniae Hypotyposes (PH)
1.8.1-7, 25.12 8.314,9,4 1.7, NT8.4
2.6-7 , 5.7
1.16.1. 25.12 2.6 1, NT23.3 8.402, CC2 1.10, NT14.18
1.16.5-6, CC30 7.2, NT25.S 8.403-406, CC2 1.32, NT12.14
1.16.7, 25.12 7.12, 1.7 8.409-410 , 2.5 1.65-66, S.IS
1.20.1-2 ,25.12 7 .1 6,CCI; NT t.3 8.41 5-417, NT9.11 1. 190 , NTI4.IS
2.1.3-4, 25.12 7.19,NT9.20 8.4 17, NT9.1 1 1.220, NT5.5
2.2 .2-5,25.12
872 Anexo IV Index LOCOlUffi
873

2.51, NT8.1 350, 14·16, 20.9 TEÓFILO DE ANTIOQUIA


República
2.70, NT 7.11 373,7· 374, 6, 3.20 Ad. Autolycum 30.7; 30.12; 30.20; 30.21; 30.33
2.8L NT3.IO 388, 24·n NTl3.3 3.5,1 ·7,30.48
396, 3·22, 8.17 Sobre el Alma
2.81·83, cel 3,6,17·21,30.48
402,22·24 , NT7.3 13.3
2.81·84, 8.11
2.104·106,9.12 406,34· 407, 5, 19.1 TERENCIO Sobre la Naturaleza del Hombre
2.110·112,9.\3 In Aristotelis Physicorum Libros Heauton Timoroumenos 23.1
2.113·114,NT9.4 Cammen/aria (In Phys.) n NT30.4 Sobre las Pasiones
2.ln NT9.6 29 1,21·292,JLI1.2 25.1
2.13 1, NT9.6; NTl4.11 TERTULIANO
425,31·426,6, Ce8 'Sobre la Razón
2.135·136, NT9.2 468 , 1·3 , NTl O.4 De Anima
1.2
2.136, NT9.7 530,9-14: NT16.1 5, NTI3 .1 2
2.137,9.11 671,8·13, NTlO.6 5,2·6,13.8 Sobre la Substancia
2.138, NT9.11 732,26· 733, L 19.19 14,1
2.139· 143,9.5 VARRÓN
886, 12· 16, 19.15 Sobre el Todo
2.157·158, NT9.7 1299,36·1300, 10,10.6 De Lingua Latina 12.13; 15.1
2.229·23L 10.1 6,56,8.10
In A,-istotelis Qua/tuor Libros de Caelo Sobre la Totalidad (¿Sobre el todo?)
2.253 , NT7 .7; NTlO.7; NTlO.I0
Commentaria (in Cae!.) ZENÓN DE CITIO 15.3
3.L 14.6
237 ,2·4: NT9.10 Sobre {as Virtudes
3.9·12, NTl2.14 Discursos
284 ,28· 285, 2, 20.3 26.3
3.14·15,14.19 30.48
285,2 1-24 : NT20A
3.38·39, CC l 4
285,32·286,2, NT20.3
3.4546, NTl .8
286, lo·n NTlO.6
3.56·62, NT16.3
289,2-4, eC17
3.59-6J: NT1 6.3
3.136·150, NTlO.2 SIRIANO
3.17L NT26.36
in Aristotelis Metaphysica Commenfaria (in
3.188,7.11; NT13.27
3.194, CC22; NTl2.1 Metaph.)
28,18·29,11,3.17
3.245·249, 30.47
105, 19·30, 4.5
SIMPLICIO 106, 5·8, 4.5
In Aristotelis Categorias Cornmentarium (in SUDA
cat.) Chrysippos: NTI0.3
10.34, CC8 E1cutheros: NT29.9
24, 9·2L 10.10 0779 , NT3.5
48,11·26,3.7 Pi 1196: NT7. 14
48,11·49,9,3.7
48, n NT3.13 TACIANO
66,32· 67, 8, 3.1 Oratio ad Craecos
105,7·21,4.4 3,1·2, NTl9.6
165,32·166,29,3.12
172,1·10, 3.19 TEODORETO
208,30·]2, CC3 Graecarum affectionuJII cu;atio (Graec. Aff
212,12·213,7,3.8 Curr.)
2 14,24·215,18,3.9 5,nCC 13
214,28, eCI4
217,32·2 18, 4, 3.10 TEM1STIO
222,30·223, 11, 3.11 {n Aristorelis libros de Anima Paraphrasis
237,25, CC7 107, 17·2L 25.29
237,25·238, m NTl6.1; NTl6.37
In Aristotelis Physica Paraphrasis (In Phys.)
269,14, CCI4; NT25.2
104,14, 18, eC2
269, 14·16,14.27
306, 19·n NT12.7 Quae ferlllr in Aristotelis Analyticorum
324,26, NT 3.12 Priorum Librum i Porap/¡rasis (in A. Pr')
329,30, NT3.12 92,3 , NT8.3
Índice de Filósofos Estoicos 875

8.1 , 8.2,8.6,8.10,8.17, CC8, 9.1, 9.3, 9.7, 29.8, eC29, NT29.1, NT29.2, NT29.7,
9.8, 9.16, 9.19, CC9, NT9.2, NT9.13, NT29.8, 29,9, NT29.9, 30.40, eC3o, NT30.8,
Anexo V NI9.16, NI9.19, 10.2, 10.3, 10.5, 10.11, NT30.16, NT30.21, 30.24
CClO, NTlO.3, NTIO.4, NTlO.7, NTI0.9,
Índice de Filósofos Estoicos NTlO.JI, 12.1, 12.3, 12.4, 12.13, 12.14, ESFERO DE BORÍSTENES
CC12, NII2.1 , NTl2.4, NTl2.12, 13.3, 13.8, !NI, NT4.6, CC30
13.14, 13.16, 13.18, 13.21, 13.24, 13.2S, EUDROMO
13.28, CC13, NTl3.3, NT13.IO, NTl3.14, !NI, 1.2, ce 1, NT22.5
Este índice abarca los filósofos estoicos citados en la introducción, el cuerpo de los tex- 14.1, 14.2, 14.8, 14.10, 14.26, 14.28, CC14,
tos, los comentarios y las notas a los textos. Al igual que en el Anexo IV, los numerales en NTl4.10, NTl4.25, 15.1, 15.2, 15.3, 15.4, FILÓPAIRO
IS.4, 15.5, 15.8, CClS, NTl5.3, NTl5.4, , INT, 29.1 , NT29.1
negritas se refieren a los textos básicos, los numerales en negritas precedidos de "NT" a las
NTl5.6, NTl5.8, 16.1, 16.2, 16.3, CCI6,
notas a los textos básicos, los numerales precedidos de "ce" a los comentarios, e "rNT" a la NTl6.1 , NTl6.2 , NTl6.2, NTl6.3, NII6.4, FANIAS
introducción general. 17.1, I7.S, 17.8, 17.9, eC17, NII7.4, 1.2
NT17.5, NT17.6, NTl7.7, NT17.8, 18.4, HECA IÓN DE RODAS
18.6, 18.7, 18.8, 18.10, CCI8, NII8.6, lNI, eC22, 23.1 , 25.1, 26.1, 26.19,26.31,
NTl8.8, NTl8.12, NT18.13, 19.1, 19.2, 19.3, 26.33, eC26, NT26.1 , 30.20
19.4, 19.9, 19.10, 19.11, 19.18, CCI9,
ANIÍPATRO DE TARSO NTJ9.2, NTl9.3, NT19.6, NT19.9, NT19.10, HERACLIDES DE IARSO
INI, NT3.8, NI4.6, 7.2, NI7.2, NT7.3, 8.1, BOETO DE SIDÓN
[NT, 3.12, 3.20, CC3, NT3.12, 4.5, 7.2. NTl9.18, NTl9.20, 20.1, 20.8, 20.10, eC20,
Ce8, 9.3 , 9.8, CC9, NT9.2, NT9.3, 13.3, lNT
NT7.2, 12.13, CC[2, NTI2.13. 18.12, CC[8, NT20.8, NI20.10, 21.1, eC2l, 22.1, 22.6,
13.24,14.8,15.2,16.1,21.1 , 23.3,23.5,24.2 ,
NTl8.7, NTl8.9, NTI8.12 22.7, 22.1 , 22.1S. eC22, NT22.5, NT22.7, HERILO DE CALCEDONIA
CC26, NT23.9, CC23, Ce26, 30.13. 30.51, NT22.15, 23.1 , 23.1, 23.3, 23.4, 23.9, CC23,
CC30 INT, 23.6 , 23.10 , eC23, NT23.6, 26.39
CLEANTES DE ASOS NT23.1, NT23.9, 24.2. 24.5, 24.7, 24.15,
ANTÍPATRO DE IIRO INT, 1.2, CC [, 4.5, CC4, NT4.1. 5.12, 5.13. CC24, NT24.S, NT24.7, NT24.15, 2S.I, 2S.4, HIEROCLES
INT, 12.3, CC12 CCS, CC6, NT6.1, 7.10, CC7, NT7.2, NT7.3, 2S.5, 25.6, 25.8, 25.9, 25.10, 2S.11, 25.19, !NI, eC13, NTl3.1, NTl3.9, NT13.22,
8.6, CC8, 9.16, CCll, 12.3, 12.4, 12.15, 2S.20, 25.21, 25.22, 25.25, 2S.28, CC2S, NT15.8, NTl6.1, CC17, 22.20, CC22,
APOLODORO DE SELEUCIA CC[2, NT12.1, NTl2.4, NTJ2.16, 13.3, 13.6, NT2S.8, NT25.20, 26.1, 26.17, 26.18, 26.19, NT22.5, NT22.7, NT22.20, NT22.21,
!NI, 1.2, CCl, NI1.2, 2.3,7.2 , NT7.2, eC8, 13.7, 13.16,13.24. CC13, NTJ3.6 , NTJ3.23 , 26.23, 26.24, 26.28, 26.29, 26.31, 26.33. NT30.20
12.13,13.3,14.8,20.10, ce20, NIlO.S, 21.1 , 14.1, 14.11, CCI4, 15.1 , IS.2, 15.5, IS.7, 26.39, 26.40, CC26, NT26.4, NT26.23,
26.19, CC26, 30.20 15.11, 15.12, CC I5 , NT15.5 , NT15.7, NT26.35, 27.7, eC27, 28.5, 28.6, CC28, IFlC IANO
NTJ5.8, NTIS.II, NTlS.12, NTJ6.1, NT28.5, NT28.6, NT28.8, 29.1, 29.6, CC29, 7.4
APOLÓFANES DE ANTlOQUÍA NTJ6.3, 17.1, CC17, NTl7.2, 18.4, 18.7, NT29.1, NT29.6, NT29.9, 30.12, 30.13,
INI,26.1 MARCO AURELIO
CC18, NTl8.2, NTJ8.3, NTl8.8, NTI8.12, 30.20, 30.27, 30.32, 30.34, 30.36, 30.45, INT, NT4.S, CCll, NTl2.13 , CC22, CC23,
ARA TO DE SOLOS NTl 8.13, 19.4, NTI9.4, NTl9.6, 21.1, CC22, 30.47, 30.49, 3.53, ce30, NT30.4, NT30.7, NT23.1. CC26, NT29.3, NT30.21
INI,I.12 23.1 , 23.3 , 23.4, 23.5, CC23, NT23.1, 24.7, NT30.17, NT30.19, NT30.21, NT30.S3
CC24, NT24.7, 25.19, CC25, 26.1, 26.JI , MUSONIO RUFO
ARlSTOCREONTE DE SOLOS 26.17, 26.31, 26.34, CC26, NT26.35, 27.7, DlÓGENES DE SELEUeIA (O "BABILO- NTl9.9, 22.16, ee22, NT21.3 , 26.9, 26.14,
!NT CC27, NT28.8, CC29, 30.13, 30.16, 30.48, NIO") eC26
CC30, NDO.2, NT30.4. NDO.30 INI, 1.2, ec[, NTI.2, 21.1 , NT3.6, 8.1,
ARlSIÓN DE QUÍOS CC8, NI8.1, 9.1, eC12, 17.4, CC17, NII7.4, PANEClO DE RODAS
!NI, I.S , 1.6, 1.7, 1.8, cel, NTl.6, 17.1, CLEÓMEDES 18.11, eel8, CC22, 23.1, 23.5, ce23, CC26, !NT, 1.2, NT3.6, NTl2.7, 13.19, NT13.4,
23.7, 23.10, eC23, NT23.3, CC24, 26.17, INT, NT2.1, NT2.8, CC20, NT20.4, NT20.7 NT26.41 , 3D.48, 30.51, CC30 15.1, 15.2, NT1S.1, 18.2, eel8, NTl8.2,
26.22, 26.23, 26.24, 26.28, 26.34, 26.39, CC22, 23.5, 23.11, CC23, NT23.1l, 25.17,
26.40, CC26, NT26.23, NT26.28, 30.14, CORNUTO DlÓGENES PTOLOMEO 26.1,26.31 , 26.34, ce26, CC30
NI30.14 4.5, CC4, NT8.1 1.2
PERSEO DE ClTlO
ARRIANO DE NICOMEDlA CRINIS ' EPlCIETO DE HIERÁPOLlS !NT, 1.6, 17.1, CC30
INI, 2S.22 INT, CCl, 8.2 , 9.1 , 9.2, CC9 INT, eel, NII.I, 5.13, 5.14, 5.16, ces,
CC6, 6.20. 6.21 , 6.22. 6.23, 6.24, 6.27, POSIDONlO DE APAMEA
ARQUEDEMO DE IARSO CRlSIPO DE SOLOS
NT6.23, NT7.8, ee12, NTl2.14, NTl3.5, 11.2, Ce[l, 12.3, 12.13, cel2, 13.3, 13.24,
INT, 1.2, cel, 4.5, 8.1 , CC[2, NTl2.4, 14.1, lNT, 1.2, 1.3, CCl, NTI.3, NT2.8, 3.4, 3.S,
NTl3.6, 17.10, eC17, 21.3, CC2l, NT21.2, 14.1 , 14.4, 14.10, NTI4.4, NTl4.IO, IS.2,
14.11, 15.3, NT15 .9, 20.8, CC20, NT20.8, 3.18, CC3, NT3.4, NT3.IO, NT3.5, NT3.12,
CC22, NT22.1, NT22.8, 22.11, 22.12, 22.13, NTl7.1, NTl8.2, NTl8.7, 20.10, CC20,
21.1, eC22, 23.1, 23.3 , 23.5, ee23, 26.34 NT3.18, 4.4, 4.5 , 4.6, CC4, NT4.1 , NT4.6,
NT22.22, ce23, NT23.1, 23.2, NI23.2, NT20.4, NT20.8, NT20.IO, 21.1 , NT22.15,
5.1, S.5, 5.9, 5.11. S.12, S.I3, CCS, NTS.S,
eC24, NT24.1, 24.5, 24.10, NT24.10, eC22, NI22.IS, 23.1, 23.5, 23.9, eC23,
ATENODORO DE IARSO NT5.6, 6.1 , 6.2, 6.26, CC6, NT6.1, NT6.6,
NT24.12, NT24.13, 24.14, 2S.22, 25.22, NT23.2, NT23.9, 25.4, 25.5, 25.6, 25.19,
INI,8.2 7.2,7.7,7.10, eC7, NT7.2, NT7.3, NT7.7,
ce2S, NI25.13, NT25.20, NT25.22, 25.21, 25.28, CC25, NT2S.23, 26.1, 26.31,
NT2S.24, CC26, NT26.9, NT26.28, NT2S.8, 26.33,26.40, CC26, NT26.1, 30.20, NT30.28
876 Anexo V

SENECA CCI2, NTl2.2 , NT12.3, NTl2.14, NT\2 .1 6,


INT, NTl,I , NT I.2 , CO, 2.1, NTl.I .
NTl.IO, NT6.1, NT6.IS, 8.5, CC8, NT8.S,
13.3, 13.6, 13.8, 13.13, 13.14, 13.1 8, 13.19,
CCI3, NTl3 .14, 14.1, 14.8, 14.10, CCI4,
Abreviaturas
NT9.20, 11.3, CCII, NTI2.7 , 14.10, 14.20, NT1 4.2 , NTI 4.IO, 15.1 , 15.2, 15.3, 15.4,
CC21, 22.4, ccn, NTl2.4, 24.7 , CC24, 15.5, 15.6, 15.10, CCI5, NTlS.3, NT I S.S,
NT24.2, NT24.13 , 25.12, 25.17, 25.18, NTI5.6, NTlS.8, NT IS.IO , NTI5.1I ,
CC25, NTlS.I 2, 26.8, 26.21 , 26.30, CC26, NT1S.JJ, NTI5.12, NTl6.3, 17.1 , 17.4, Acod. Cicerón, Academica
NTl6.30, NTl6.32 , NT28.8, 30.36, 30.37, 17.12, CCI7, NTl7.S, 18.1 , 18.7, CCI8, AS/ Marco Aurelio, Ad se ipsum
30.52, 30.53, CC30, NT30.4, Nn0.53 NTI8.I , 19.5, CCI9, NTl9.S, 20.7, 20.9, Adv. /ul. Galeno, Adversus ea quae Q luliano in Hippocratis aphorismos
CC20, NTlO .I , 21.1 , 22.6, CC22, 23.1, 23.3,
SIMIAS 23.4, 23.5, C03 , 23.6, 25.1 , 25.4, 25.5, 25.6, enunliata Sllnt libellus
7.4 25.7,25.8, 25.1 2, 25.14, 25. 19, 2S.ll, 25.28, AM Sexto Empírico, AdverslIs Mathematicos
25.29, CC25, 25.24 , 26.17 , 26.22 , 26.23, A. Po. Ari stóteles, Analíticos Posteriores
SOS ÍGENES DE TARSO
INT, 16.1 26.27, 26.3 1, 26.37, CC26, NTl6.23, NT Ben. Séneca, De beneficiis
26.28 , NTl6.3S , 27.2 , 27.9, CC27, 30.7, 30.9, Cato Aristóteles, Categorias
ZENÓN DE cmo 30.12, 30.13, 30.20, 30.33, 30.42, 30.47, Coe/. Cleómedes, Caelestia
INT, 1.2, CCI, NTI.6, 2.10 , 4.1 , 4.2, CC4, 30,48, 30.52, CC30, NnO.7, NnO.12 C. Cel.
NT4.1, 5.7, 5.10, 5.13, 5.1 4, CCS, NTS.S , Orígenes, Contra Celsum
NTS.6, NTS.IO, 6.6, CC6, NT6.6, 7.5, 7.10, ZENÓN DE TARSO CN Plutarco, de Co mmunibus Notitiis adversus Stoicos
CC7, NTI.2 , NTI.3, NT9.20, 12.13, 12.1 6, INT, 1.2, CCI8, NTI8.IO, 21. 1 DA Aristóteles, De Anima
Alejandro de Afrodisia, De Anima
DAM Filón, De Aeternitate Mundi
DC Aristóteles, De Caelo
DCL Filón, De Confusione Linguarum
Defin. Cicerón, De Fimbus
De leg. Cicerón, De Legiblls
DG Diels, Doxographi Graeci
De off. Cicerón, De Officiis
DPR Orígenes, De Principiis
Diss. Epicteto, Dissertationes
Dissert. Musonio Rufo, Dissertalionllm a Lucio Digestarum Reliquiae
DJ Filón, De Josepho
DK Diels-Kranz, Die Fragmente der Vorsokratiker
DL Diógenes Laercio, Vitae Philosophorum
DM Ps. Galeno, Definitiones Medicae
DP Galeno, De Plenitudine
EcI. Estobeo, Ec/ogae Physicae el EtMeae
EE Aristóteles, E/hica Eudemia
EK Edelstein-Kidd, Posidonius /. The Fragments
EN Aristóteles, E/hica Nicomachea
Ench. Epictelo, Enchiridion
Enn. Plotino, Enneades
El. E/h. Hieroc\es, Elementa E/hica
Ep. Séneca, Epistulae Morales
Epis. VII Platón, Epislula VII
Euti. Platón, Euthydemus
Fot. Alejandro de Afrodis ia, De Fato ad Imperatores
Fat. Cicerón, De/ato
FDS Hülser, Die Fragmente zlIr Dialek/ik der Stoiker
Fdr. Platón, Phaedrus
Fed. Platón, Phaedo
Fís. Aristóteles, Physica
878 Abreviaturas Abreviaturas 879

GC Aristóteles, De Genera/iofle el Corruplione Orat. Orígenes, De Orotione


Gor. Platón, Gorgias PA Arist6teles, De Partibus Anima/ium
JI. Homero, ¡lias Parm. Plat6n, Parmenides
inA.Pr. Alejandro de Afrodisia, 1n Arisforelis Analyticorlllfl Priorll1n PE Eusebio, Praeparolio Evange/ica
co mmentarium PH Sexto Empírico, Pyrrhoniae Hypotyposes
Filópono, 1n Aristotehs Ana/y/iea Priora Commentaria Placo Aec io, De placilis reliquae
Amonio, In Aristotelis analylicorum priorum librwl1 i commentarium Phi. Platón, Phi/ebus
Elías, Commenlarius in Arisfotelis Analytica Priora PHP Galeno, De Placitis Hippocratis et Plalonis
Temistio, Quae jertur in Aristotelis analylicorum priorum lib111111 i Poi. Platón. Po/iticus
paraphrasis Pral. Platón, Profogaras
in Cae/o Simplicio, In Aristotelis QlIotluor Libros De Caelo Commentaria PS Cicerón, Paradoxa SlOicorum
in cal. Simplicio, In Aristotelis Calegorias Commentariul1l Puls. Galeno, Synopsis Librorum Suorwn de Pulsibus
Déxipo, In Aristotelis Categorias Commentariul1l QD Filón, Quod deus sil immutabilis
Elías, Eliae in Porphyrii isagogen et Aristotelis categorias commentaria QN Séneca, Naturales Quaestiones
Fi lópono, In Aristote/is Categorias Commentarium Quaes. Alejandro de Afrodisia, Quaestiones
In evoJaan. Orígenes, Commentarii in Evonge/ium Joannis QOP Filón, Quod omnis pro bus liber si!
In Euclid. Proclo, In primum Euc/idis elementorllm /ibnlln commentarii Rep. P lat6n, Respub/ica
¡"GC Filópono, In Arislote/is De Generatione et Corruptione Commentarium Re! H ip6lito, Re/ulalio Omnium Haeresium
in inl. Ammonio, In Aristote/is De Inte1pretatione Cammentarius Rhel. Arist6teles, Rhetorica
Boecio, In Librum Aristore/is De Interpretat fone SE Arist6teles. Sophislici E/enehi
in Meteor. Alejandro de Afrodisia, In Aristotelis Meteorologicorum Libros SR Plutarco, De Stoicorum Repugnanliis
Commentaria Q! Galeno, De qualilalibus ine01poreis
in me/aph. Alejandro de Afrodisia, In Aristotelis Me/aphysiea Commentaria. Strom. Clemente, Stromateis
Siriano, in Aristotelis Metaphysica Commentaria SVF van Arnim, SIoieoru111 Velerum Fragmenta
inPhys. Simplicio, In Aristote/is Physicorum Libros Cammentaria TD Cicer6n, Tuseulanae disputafiones
Temistio, In Aristotelis Physica paraphrasis Teel. Plat6n, Theaeletus
In Plal. Phaed. Ol impiodoro,ln Platonis Phaedonem commentaria Top. Aristóteles , Topiea
in Top. Alejandro de Afrodis ia, In Aristote/is Topieorum libros acto Tim. P lat6n, Timaeus
commenlaria Vito auc. Luciano, Vital'um auelfo
¡n SE An6nimo, in Saphistiei E/enchi Vito Plot. Porfirio, Vita Plolini
ir. Séneca, de ira. VM Plutarco, De Virtute Morali
111sI. Log. Ga leno, 1115fi/lItio Logica
inl. Arist6teles, De Interprelatione
Ps. Apuleyo, De bllelpretatione
Leg. AI/eg. filón, Legu111 AlIegoriarllm
LS Long-Sedley, TIle Hellenislic Philosophers
LSJ Liddell-Scott-Jones-McKenzie, Greek-Ellglish Lexicon
Long-Sedley AA. Long, D.N. Sedley, T71e Helfenistic Philosophers
Man. Alejandro de Licópolis, De PlaGitis Manichaeorum
Mant. Alejandro de Afrodisía, Mantissa
Men. Plat6n , Meno
Mem. Jenofonte, Memorabifia
Met. Arist6teles, Metaphysica
Meteor. Aristóteles, Meteor%gica
Mixt, Alej andro de Afrodisia, De Mixtione
Mun. Ps. Aristóteles, De Mundo
NA Aulo Gelio, Noetes Allicae
ND Cicerón, De Natura Deol'l/lfI
NH Nemesio, De Natura Hominis
Indice 881

Anexo I/. Bibliogrqfias


Índice A Bibliografía de obras antiguas 802
B. Literatura secundaria 818
C. Otros filósofos citados 830

Introducción Anexo 111. Glosarios 832


Capítulo 1. Las partes de la filosofia 8 Anexo IV. lndex Locorum 840

¡~} &n/. /. '


~{ Capítulo 2. El género supremo y su primera división: cuerpos e incorpóreos Anexo V. Índ;ce de Filósofos Estoicos 874
--)
--,..
Capítulo 3. Las subdivisiones del género del cuerpo o del ser
Capítulo 4. Los universales
Capítulo 5. Lógica, dialéctica y retórica
83
95
rr' Abreviaturas 877

~ Capítulo 6. Presentación, asentimiento y formación de conceptos 116


~ Capítulo 7. El criterio de verdad y las presentaciones cognitivas como criterio de
, ver dad. Conocimiento y opinión 146
\ Capítulo 8. Teoría del significado: los lektá 175
( { Capítulo 9. Teoría de la inferencia 215
..... ~ ti Capítulo 10. Sofismas 238
~ (l, Capítulo 11. La división de la fisica 253
.$lL.lliS ~ Capítulo 1,2. Cosmos, hálito y teleología 259
r
Capítulo 13 . El alma 290
!) l Capítulo 14. Teoría de los principios y de la causalidad 336

¡
Capítulo 15. Cosmogonía y teoría de los elementos 377
Capítulo 16. Mezcla 394
( I Capítulo 17. Teología y religión 408
JA, ~, ( Capítulo 18. Conflagración 424
Capítulo 19. Determinismo, fatalismo y eterno retomo 439
~ Capítulo 20. Lugar, vacío y tiempo 459
/ { CaPítulo 21. La división de la ética 476
~ Capítulo 22. El impu lso primario y la autoconservación 481
Capítulo 23. Fel icidad y fin final 529
~v&\ Capítulo 24. Teoría de la acción 550
Capítulo 25. Las pasiones o estados emocionales 567 ' /.
, ~(!p...
~ Capítulo
Capítulo
r
Capítulo
t 26 . Teoría del valor y de la virtud
27. Actos debidos, correctos e incorrectos
28. Fatal ismo y motivación práctica
628
681
698
l Capítulo 29. Determinismo y responsabilidad mora l 709
~ Capítulo 30. Política y sabiduría 725

Ane.xo l. Tablas de concordancia


1. SVF-BS 785
2. LS-BS 790
3. FDS-BS 792
4. BS-SVF 794
5. BS-LS 798
6. BS-FDS 800
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~f ~ "owd in P\,)IO'S 1'oIiIt/4 (Re-pub· IJagmt'lllS tI d!:!'l t~moignages de Oiogéne, a de los principales lextos griegos y lati· 11 Parmenlde'S realty !he s¡)f(U~liv, phllaso-
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physics, educatoon and al'StMlics, lOQeH'ItI ourw!vl!'l reHeclPd and dis«wer blind spot5 Enh9 ht enm4!nt. Edlted by !vela Naklti. comme t.l~ les ltavaUl< paru5 ;ji) (ours 00 lile PftsOCralÍCS Ihe iII fortullf 01 h.JvYlg had aslde Ihe 'philosophical' ,lSj.Umptklns INI
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. iop polo, Anna Maria.
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phtlo5ophies, such 15 bUen!. Ihe pas'>iom. 'Ntion5hip bo_n IhlS sdenct and my.1i- S. Vol. XXl1 (2012). Proce«lings of the
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IrtaI ....;..ersa1 hornogellOUSstal' as the goal vl'rSions. th, poIffrIÍ(S belWe~n Academics Giardina. Giovanna R. FlsI{a del ing lrom PlltIO·~ RepubIif: 10 the Noopl<!ton. Ehan Dlalogu4!S. Edtte<! by L.C ,
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Iribo.Jlrd to Ihe dr...... ing 01 Helltnislk and I"'croo t>elWeen lile Ar>!tote ian OOf\Cfjlr, 01 Rellglon and Phi losophy In the chased sepa ratel)', Vol I up vol ¡¡¡ «>st ~6. SO
T1'Ie<Wtel:[JS ~ oot &n aJ)(l/"tIc d;,1\ogue, but a Illoug~I, aod !:!'!pecially 01 115 C;rtek orIgtrrs lidad accidental en los procesos
89665·527· '
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alagues and one 01 the most difficult to read, and
and Christopher Rowe (Durham) 14 1E-1 42A. 2. Auflage , Eingel., abers. und er-
its term inal part pe rhaps constit utes its most enig·
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convers ing w ith and why, regard ing the "theory 01 89665-205-0.
the dream" expre"ed as follow,; "sdence is a t rue Prok los (410·485), einer der letIten VOllt eher der
opin ion accompan ied by logos" (201c9-d1); theth · Platon ischen Akadem ie in Athen, gllt neben Plo-
ree delinitions 01 logos given by Socrates al l preve tin als der bedeutendste neup latonische Philo-
insuffid ent lar delining sdence. soph. Auller seiner "E lementat io theo logica" und
dem z. T. ¡¡ul ihn zurQe kgehenden "L iber de eaus ls"
8 Vegett i, Mario. Dialoghl (On gli an! ichi. slnd seine ICommentare IU den Platon ischen Oialo-
348 s. 46.00 €. Hardeover. 978-3-89665-394-9 gen als Grundlagentexte der mittelalterliehen Ph i-
The esS<lys here collected show Vegett i's re,e.rch losophie anzusehen. Mit dem vor liegenden S,h lull
work in different l ields 01 History 01 Andent seines !Commentars zu Platons Parmenides·Oialog,
Tho ught sueh as: Ethics, Pol itles, Anthropology. HIs- der hier zum ersten Mal in einer deutschen Ober.
lory 01 Medicine and Science, and Phi losoph ieal setzu ng erseheint, entlaltet Pro klos in seiner Inter-
Historiography. pretation der Platon ischen Lehre vom Einen den
More and aboye, the book expounds a method 01 Grundgedanken seine r eigenen Ph llosoph ie.
working: t he "d ialog with the ane ients" is eonti-
nuously drawn by t he author by means 01 a tho- 3 ·Jedan, Ch ristoph; Strobach, Ni ko. Modalities
rough exam 01 the texts and by mea ns of questions by Perspective. Ar istotle, the Stoies and a mod-
as king for answers both On a historiographic and ern Reconst ru cti on. 144 S. 19,50 €. Ha rdcover.
o n a th eo retiC<lllevel. 3-89665-220-6.
The vol ume ineludes a presentation of the book by We all say sometimes that we cou ld have done
the ed itors, a wmplete list 01 Vegettl's wo rks and ot herwise, that possibilities were open to uSo Given
lifteen essays , The book endl w it h ar> index of the t hat determinism is true, how eould that be7 Can
quoted p.ss.ge, the world develop In One way on ly? If so, how can
we then talk 01 alternative possib ilit ies, 01 possib ili-
12 Boeri, Martelo D.; Salles, Rica rdo. Los 7 Masi. Francesca , fp icuro e la filosofia del- ti es open to us? Th is book shows that Aristotle and
Filósofos Eitoicos: Ontol091a, Lóg ica, Física y la mente, II xxv libro dell'opera Sulla Natura. the Stoics offered a so lut ion to the prob lem, whieh
~tica. Traducción, comentario fi losófico y edi. 284 S, 48,50 €. H"rdeover. 978-3 -89665-407.6. eonsists in relaxing the str ietness 01 the coneept 01
ción anotada de los princ ipa les t extos griegos y Thls boo k reconrtrueu Ep i(Urus' theory 01 mind by identity needed in statements sueh as 'in thesE elr-
latinos. 885 S. 49,00 € . 978-3-89665-586-8. a systemat ic examination of On nature book 25. eumstances, • cou ld have done otherwise', The the ·
The Anelent and Middle Stoits share with the Pre- The inqu iry on mental st~tes is Iramed w ith in " ory is also reconstructed in terms 01 contemporary
socrat ic! the iII fortune of having had their work more genera l inquiry on the pO!slbility lar human modal logic_ The book loeuses on the connection
lost. There is, however, an enourmous amount of be ings 01 realizlng their te lO! by the exercise 01 re· between the hori~o n 01 information that romebo-
Iragment s and reports that have come down to us ason and the aeguisit ion 01 adeguste crite ria 01 dy has at a particular t ime and the use 01 moda l
trom eontempo rary or later philO'iophers and wri· knowledge . Ep icurus' need 01 out lining a philoso- terms.
ters w it h an interest in phl losophy (such as Alexan- phy of mind arises I rom t he difficulty 01 combin ing
2 Reale, Giovanni: Scol nicov, Samue l. Oial09UeS
derof Aphrod isias, Cieero, Ga len, Plotinus, Plut arcll, an atomist lc p~cho l ogy with the idea that human
being. are re'ponsib le 1m th eir mental and mor~1 on Plato - The Idea of the Good. Proceedings
Produ, and Sextus Emplrlcus), theo log ians (fo r ex-
amp le, Clement and Phi lo 01 A lexandria, Eusebius development. Such difficu lty emerged for EpiculUs 01 the 1. Internationa l Plato-Symposium al t he
and Or igen), an d doxographers (Oiogenes Laert i. whi le debating against rome riva ls t rying to infer lA? LiEehtenstein, 444 pp. 59,50 €. pb. 3·89565 -
us and Stobaeus). Some 01 these sourees are host l- fatal iS! comeque nces from atom ism o 184-6.
le and, t herelore, they tend to distort the orig inal Twenty-seven Plato sCholar>, representing as di-
doctrine. But they all prev ide us a g reat amount 01 5· Greek Phi l osop hy In the New Millennium. Es- verse a range of approaches to Plato as poss ible,
evidenee lor t he knowledge 01 Stoieism. say! in Honour of Thomas M. Rob inson. Edited engaged in dired d ialogue with eaeh other, across
by Liv io Rossett i. 2004. 346 S. 44,50 €. Hárdeo - their sometimes profouna disagreements. In arder
11 . Petrucci, Feder i<o M. Teone di Sm irne; Ex- ver. 3-89565-205-2 to bring their difte renee' into locus, the part ici·
p os itlo rerum mathematicarum ad legendum While appearing to be a eonvent ion. 1Festschrift in pants Were asked t o ~ummarize the lr approa,hes to
Pl at onem util ium. Introduzione, Traduzione, honour 01 a reputed Pro/esso r 01 Philosophy at the Plato and bríng them to bear on one single text, a
Comment o. 609 5. 44,50 €. 97B-3·89565 -550-9. University 01 Toronto, t his boo k indudes a unique text whO'ie cent rality to Plato's thought goes by no
collect ion of essays by a number of disti nguished means undisputed, but wh lch is universally deemed
Theon was a teaeher of Platon ism and an exegete wort hy 01 discusslon, il only because 01 the place it
scho lars, I rom an impressive number 01 eou ntries,
01 Plato's text in the Ilourishing town 01 Smyrna hu held in PI.t onÍ( studies; the Simil.. oi the Sun in
on current , hange. in the lield of anclent ph iloso-
during the f irst and seeond century 01 our age (11.
phy (some might say res istanee to ehange) as 910- the Republ ie, The ' conlront ations presented in th is
125 a.D.). The ExpoljtiO is the only work of Theon
ba lization proloundly affecU local ,ulture and volume, in mattelS of method as in matters of in ter-
that has been transmined to us. It is an important
the education 01 new generations seems likely to pretat ion, help to clarify the severill methodologles
witness in order to grasp not on ly the approaeh to
be trans/ormed In sign ifleant ways. Although this thro ugh eontrast and by putl ing them to test on ~
mathematics (arlt hmetic. musk and astronomyJ t y·
work Is a tribut e to a we llknown and admired single, welldelined pasS<lge.
piea l of a middle-Platonist, but " Iso (and aboye all)
seholar, it is also meant to interest t he ent ire s,ho l-
the exegetie aims 01 this project. 1· Plato's Law5 and iu historieal sig ni fieance.
ar ly eomrnun ity of ancien! (prlmar il y Greek) phl-
losophy, phi lO!opher< and class idsts al ike : readers Se lected papers 01 the Internationa l Congress
10· Gill, Christ opher; Renaud, Fr" n, ois (eds.). wanting to inlOfm themselves about the status of on Ane ient t hought. Salama nca. Ed ited by Fran -
Hermeneutic Phllosophy and Plato. Gadamer's ane ient philosophy in a chang ing and mu lt ifaeeted cisco Leonardo Lis i. 352 S. 49,00 €. Hardeover,
Response to the Philebus , 270 5. 4B,00 €. Hard - wor ld w il! l ind here very much to diseover. 3-89665-1 15-3.
cover. 978 -3-89665-507-3.
S· Ways of Li le. Papen of the 3rd Meeti ng 01 01 all 01 Plato's dia logues the l aws was the most re-
This vo lume 01 new essays by an international lat ed to the socia l and po litiea l circumstances of the
group 01 seho lars examine' t he response 01 Hans- t he Co llegium Politicum, Madrid. Edited by
t ime and was more inlluential as theoret i(al writing
Georg Gadamer to Plat o, espedally to the Philebus. Franc isco Leona rdo Lisi. 284 S. 48,00 € . Hard- On the politks 01 eve ry subsequent epoch than his
It explores a laseinating ease-study of the ereative eover.3-89665-291-5. ot her major wo rk on the subjed, t he Republic_ For
recept ion 01 Plato by two major twent ieth·ce r"ltu- The ce ntra l issue of elass ica l pract i,al phi losophy modern democracy, sorne 01 the theoretical pr in·
ry phi losophers, Gadamer and Oavidson, while also Is, beyond all doubt, the quest ion of eudaimonia ciples that were uposed lar the l irst t ime in the
elarifying Gadamer's relat ionsh ip to Heidegger, It and the way In wh ich individual and society can Laws are f undamenta l; t he rule 01 law, the check
will be 01 interestto seholars and students of Plato, atta ln it. From ear ly on, the quest for eudaimonia and balance 01 power, etc. The understanding oi
espedally on th e Philebus, ~nd also to scho la" 01 was related to the prob lem eoncern ing the appro- the largen wo rk wr itlen by Plato has substant ial.
twentieth-century thought. prlate way 01 life needed to attai n it, The four ini- Iy improved in the last deeades than k, to inereas·

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tial paper< analyze the histori·cal eontext in which ing re'earch

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