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PRÁCTICAS DE SUELOS

TOMA DE MUESTRA

PROFUNDIDAD DE LAS MUESTRAS

Normalmente se extraen muestras en varias profundidades del suelo. En general, son


recomendables las siguientes profundidades como mínimo:

- Superficial, aproximadamente de 0-20 cm.


- Zona intermedia del perfil de suelo, aproximadamente de 20-50 cm.
- Zona profunda del perfil, aproximadamente >50 cm.

MUESTRA ESTÁNDAR:

Extraer muestras del suelo superficial, de una profundidad de aproximadamente 20 cm. (0 -20
cm.). Ello es válido si en ese estrato se encuentra un sólo horizonte, o bien si existe una transición
gradual desde el horizonte superior al siguiente.
Si la diferencia es muy grande entre los horizontes que se encuentran en el estrato de 20 cm. de
profundidad, conviene tomar muestras separadas por horizonte. En casos como este se toma la
primera muestra que abarca el primer horizonte (menos de 20 cm. de profundidad) y luego se
toma una segunda muestra continuando hacia abajo hasta completar los 20 cm. de profundidad.
Este es el caso típico de muchos arenales que presentan un horizonte superficial A o AC delgado
(menor a 10 cm.) y luego un horizonte C muy pobre en materia orgánica.

CARACTERIZACIÓN DEL SUELO

Primero determinaremos la presencia de horizontes (A-B-C) en tres suelos y, posteriormente


con la cinta métrica, determinaremos su espesor. Para observar el color de cada horizonte,
tomamos una muestra en la palma de la mano y la humedecemos ligeramente con un poco de
agua de la botella. Posteriormente colocamos al lado de la muestra el cuadro de colores y
decidimos qué color se parece más al de nuestra muestra.

Para determinar la temperatura del suelo utilizaremos el termómetro de campo. Lo


introducimos en el terreno y procedemos a su medida.

Para la estructura de cada horizonte, ponemos en la palma de la mano una muestra de cada
uno de los horizontes y puede ser:

Suelto. Si las partículas que lo forman se encuentran independientes y no se adhieren entre sí,
decimos que no presenta estructura, (arena de playa, dunas, etc.).

Compacto. Cuando el suelo aparece en masas apelotonadas que no se sueltan y se mantiene


todo más o menos unido en cuyo caso, hay que observar el perfil y determinar si presenta
continuidad horizontal (estructura laminar) o continuidad vertical (estructura prismática o
columnar).
Para observar la consistencia de cada horizonte, tomamos una muestra en la palma de la mano.
Si está seca la humedecemos y tomando un pequeño grumo, apretamos suavemente hasta que
se deshaga o se rompa y decidimos consistencia:

Suelta: Resulta difícil coger un grumo y se deshace antes de poder apretar.


Deleznable: El grumo se rompe rápidamente al presionar un poco.
Firme: El grumo se rompe al presionar y deja una marca en el dedo.
Compacta: El grumo no puede romperse entre los dedos.

Cada grupo de alumnos deberá rellenar las fichas y realizar las actividades.

PARA DETERMINAR EL TIPO DE SUELO

1. Secado. La forma más sencilla y segura de realizar esta operación consiste en extender la
muestra sobre una bandeja de papel sin satinar (anotando en el margen de la misma el número
de suelo) y pesarlo, luego con la ayuda del sol, se procede a secar la muestra (24 horas), y pesarlo
nuevamente.

2. Tamizado. Después de pesar la muestra seca al aire, se pasa a través de coladores con
diferentes tamaños de agujeros (3 coladores), agitando a mano hasta que no pase más suelo. Se
vacía lo que queda en cada colador sobre una tabla lisa y se pasa (sin apretar demasiado). La
extracción final de las fracciones se realiza por tamizado para las arenas, limos y arcillas,
teniendo en cuenta el tamaño de cada partícula.

Según el tamaño de las partículas que forman el suelo, consideramos:


Grava: Partículas mayores de 2 mm.
Arena: Partículas hasta 2 mm.
Limo: Partículas hasta 0,002 mm.
Arcilla: Partículas menores de 0,002 mm.
Otra forma de conocer el porcentaje de los distintos componentes de la muestra

El análisis granulométrico permite determinar los porcentajes de los distintos componentes de


la muestra, pero también se puede llegar a dicho resultado a través de un procedimiento simple:

Se retira la grava de la muestra mediante un colador.


Se coloca, en una botella blanca de lados rectos, la muestra hasta 1/3 de su capacidad.
Se completa el contenido de la botella con agua clara.
Se agita el frasco con la muestra vigorosamente durante varios minutos.
Se deja reposar por 24 horas, observándose luego como el material más grueso, la arena, se
deposita al fondo, seguido del limo y finalmente el más fino, la arcilla, se ubica en el estrato
superior.
Análisis de la porosidad

1. Se introduce una porción de la muestra en un tubo de ensayo o un tubo de vidrio, hasta los
3/4 de su capacidad. Agitamos ligeramente el tubo con el fin de acomodar las muestras.

2. Tomamos el tubo y completamos su llenado con agua, cronometrando un minuto de tiempo


y procedemos de inmediato a medir con la regla graduada la profundidad de penetración del
agua y lo anotamos.

Posteriormente realizamos la operación con el resto de los suelos

Presencia de materia orgánica

1. Observamos y anotamos la presencia de pequeñas raíces.

2. Ponemos las muestras de los suelos en tres vasos de precipitados y le añadimos agua
oxigenada, si salen burbujas, esto nos indica la presencia de materia orgánica. En los suelos muy
orgánicos es necesario tener especial cuidado en añadir poco a poco el agua oxigenada, ya que
la reacción es bastante violenta una vez iniciada y se forma abundante espuma, que produce
rebosamiento del vaso, inutilizando el análisis.

3. Posteriormente anotaremos:

Ninguna: si no hay efervescencia (no contiene materia orgánica).


Ligera: si observamos una leve efervescencia (hay presencia pero en pequeñas cantidades).
Fuerte: si se observa una efervescencia fuerte (contiene gran cantidad de materia orgánica)

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