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NO SOLO QUEMA EL FUEGO

La charla de hoy la quiero enfocar directamente al problema de las quemaduras, sobre todo a las de naturaleza química.
Como todos saben, hay muchas formas en que en nuestra planta podemos sufrir quemaduras. De todas ellas voy a
mencionar tan solo las que estimo más frecuentes y graves:

Por Explosión, que afectan en general las áreas expuestas, como manos, cara, etc.; por vapor, usualmente superficiales,
sobre las áreas expuestas (más graves si existe contacto con los ojos o tracto respiratorio); por agua caliente, que
provocan con frecuencia ampollas, dependiendo de la temperatura del agua, siendo más severas si la víctima lleva ropa
pesada y permeable; por metales fundidos, que afectan con frecuencia las extremidades inferiores, a menudo muy
profundas con metal incrustado en la piel; por sólidos calientes, normalmente no extensas, pero que pueden ser muy
profundas; por llamas, casi siempre profundas, con frecuencia extensas, siendo del tipo de ropa el principal factor en
determinar la gravedad; y por energía eléctrica y radiante, generalmente severas, y con frecuencia con complicaciones (la
ropa común proporciona poca protección).

Tenga presente que las quemaduras provocadas por substancias químicas son semejantes a las causadas por el calor. En
realidad, algunas substancias, como el hidróxido de sodio, no solo causan quemaduras químicas debido a su acción
caústica, sino también térmicas, provocadas por el calor, que pueden generar cuando reaccionan con la humedad de la piel.
Tenga en cuenta que una vez proporcionados los primeros auxilios de emergencia, las quemaduras químicas se tratan
como las producidas por calor. Ambas destruyen los tejidos del organismo. Pero algunas substancias químicas continuarán
actuando hasta que la reacción con el tejido sea completa, o hasta que la substancia haya sido eliminada por un prolongado
lavado con agua.

Muchas soluciones concentradas tienen afinidad por el agua. Cuando entran en contacto con los tejidos, extraen agua de
ellos con tanta rapidez que destruyen la composición química primitiva del tejido (y, por lo tanto, el tejido mismo). En
realidad, un caústico fuerte puede disolver un tejido animal aun deshidratado. Cuando más concentrada sea la solución,
más rápida será la destrucción.

La gravedad de las quemaduras químicas depende de los siguientes factores: capacidad corrosiva, concentración,
temperatura y duración del contacto. Los tres primeros factores están determinados por la propia naturaleza de la
substancia química y los requerimientos del proceso en el cual se usa; pero, en cambio, el cuarto factor, duración del
contacto, puede ser controlado por el adecuado tratamiento de primeros auxilios proporcionado sin demora.

Las quemaduras se clasifican en primero, segundo y tercer grado.

Quemaduras de Primer Grado. Se caracterizan por enrojecimiento y calor acompañado de escozor, ardor y dolor
considerable. Solo se afecta la capa externa de la epidermis.

Quemaduras de Segundo Grado. Son muy dolorosas y afectan las capas más profundas de la epidermis. En general la
piel aparece moteada de rojo con la superficie húmeda y se forman vesículas. Estas quemaduras se infectan con facilidad.

Quemaduras de Tercer Grado. Son lesiones muy graves, que incluyen pérdida de piel y tejidos más profundos. Tienen un
aspecto blanco perlado o carbonizado y la superficie es seca. Al principio no son demasiado dolorosas debido a que las
terminaciones nerviosas son destruidas o dañadas.

Las quemaduras no son nada graciosas, las quemaduras extensas pueden poner en peligro la vida como consecuencia de
infecciones (que causan la mayoría de las complicaciones), pérdida de fluidos orgánicos (plasma o linfa) y shock debido al
dolor intenso.

La pérdida de fluido orgánico no es un problema en las quemaduras de primer grado, aun cuando el área afectada sea
extensa, como en el caso de las quemaduras solares. En las quemaduras de segundo grado se forman ampollas, que se
llenan con fluido exudado por el tejido interno dañado.

En las quemaduras de tercer grado se pierden fluidos orgánicos, pero no en la forma visible de vesícula, sino que pueda
deberse a una pérdida directa de los vasos sanguíneos y tiene el mismo efecto que la hemorragia severa. Es indispensable
la atención médica inmediata para reemplazar esos fluidos, pues de lo contrario el paciente podría morir.

Entre las causas de shock se encuentran el dolor intenso, pérdida de sangre, miedo y la visión del propio daño o el de otros.
El shock puede ser causado por el dolor intenso que resulta de la destrucción de la capa externa de la piel con la
consiguiente exposición de masas de terminaciones nerviosas delicadas y muy sensibles ubicadas en las capas más
profundas de la piel.

Quiero terminar esta charla con esta recomendación. Aunque todas las quemaduras son prevenibles, es posible que algún
día alguno de ustedes se queme de alguna forma. Si eso fuera el caso, no pierda un solo segundo en buscar los primeros
auxilios necesarios, pues el tiempo es un factor importante en la reducción del mal que puede producir una quemadura.

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