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pues son las que mueven la economía en consecuencia con las políticas del estado. En un mundo
donde abundan los problemas sociales, las organizaciones deben asumir una responsabilidad que
vaya en consecuencia con las necesidades de las personas. Klisberg, enmarca lo que él llama
escándalos éticos, que son esos grandes desafíos sociales que van contra el bienestar y la calidad
de vida en una sociedad.
Uno de estos desafíos es la discriminación de géneros, que como lo expone el autor aunque ha
habido avances significativos, hay barreras que siguen siendo difíciles de sobrepasar; como
queda en evidencia cuando hablamos de que en América Latina la mujer gana un 30% menos
que el hombre cuando ocupan iguales cargos y que menos del 10% de los altos ejecutivos son
mujeres. A nivel mundial, aún en lo político, solo 8% de los altos cargos de Gobierno están
ocupados por mujeres.
Entonces, ¿son suficientes los avances en esta materia? Pues no. Hay que seguir trabajando por
la equidad de género en el área laboral y quienes deben hacer parte activa de esta lucha son las
empresas. Nos apoyaremos en Chamorro (2017) para exponer 5 medidas que pueden tomarse
desde las organizaciones para solventar el problema de la discriminación de géneros:
Por otra parte, sin dejar de lado esta problemática, otro desafío que aqueja a la sociedad es el
cambio climático. Como sigue exponiendo Klisberg, continua en el mundo la intoxicación de la
atmosfera, la desaparición de especies, la desforestación y la ruptura de equilibrios ecológicos
básicos. Aquí las empresas juegan un papel fundamental porque al año proporcionan grandes
cantidades de desechos tóxicos y gases invernadero. Parte de las acciones de las empresas sobre
esta situación deben estar enfocados a: