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Filosofía
- Introducción ………………………………………………………………..2
- Conclusión …………………………………………………………….…....14
- Referencias …………………………………………………………….…...15
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Introducción
Alimentación y Agricultura (FAO), cada año se consumen en todo el mundo más de 300
millones de toneladas de carne extraída de fauna terrestre y 250 millones de toneladas que
provienen de especies acuáticas (FAO, 2010). Tan solo en América del Norte, se utilizan más
existir grupos disidentes de tales prácticas, la mayor parte de la sociedad consume productos
adquiridos mediante el uso de procesos de tal naturaleza (Leahy, 2010). Desde el periodo
consecuencia, los sistemas de derecho -desde su concepción hasta su estado actual- han
permitido que esta relación de subordinación prevalezca y que la explotación animal continúe
Para no divagar en temas tangentes, se validarán las premisas de que los animales son seres
sensibles que pueden experimentar dolor y que sus capacidades cognitivas e intelecto son
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Pese a la recurrente explotación de la fauna, los paradigmas respecto al consumo de seres
animales han sido cuestionados múltiples veces a lo largo de la historia: desde las críticas del
fundador de la escuela utilitarista, Jeremy Bentham, quien afirmaba que los sistemas del
derecho inglés coadyuvaban a la cosificación de los animales (Bentham, 2010), hasta Peter
Singer, filósofo australiano partidario de las teorías de Bentham, quien sentó los fundamentos
del Movimiento por los derechos animales (también conocido como Movimiento de
Dado que existe disenso acerca de la clasificación de los animales no humanos como posibles
sujetos de derecho, es menester hacer una evaluación filosófica respecto a los fundamentos
que subyacen a la concesión de personalidad jurídica a estos seres para tasar su validez y, de
esta manera, saber si dentro de los sistemas de derecho occidental moderno es jurídica y
filosóficamente factible que se les dote de derechos a organismos no humanos. Para tales
efectos, se partirá del análisis de la teoría del contrato social, pues esta fue la piedra angular
en la erección de los códigos de derecho de los Estados occidentales en virtud de que ayudó a
cuestionamiento eje de este ensayo será: ¿En qué medida es justificable el reconocimiento
A lo largo de este ensayo se intentará demostrar que, por causas de naturaleza lógico-
del contrato social, es jurídicamente injustificable que el Estado dote de derechos a las
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investigación, se presentarán extractos de obras filosóficas de Jean-Jacques Rousseau y Hans
Bentham y Peter Singer. Estos filósofos fueron elegidos ya que, a pesar de sus obras no
fueron coetáneas, encuentran un punto de convergencia en la teoría del derecho aplicada a los
entendido como aquella entidad a la que el Estado confiere derechos y debe atenerse a un
sistema legal específico (Smith, 1928 p.1). Mientras que el adjetivo “jurídico-filosófico” será
Jean-Jacques Rousseau fue un filósofo francés del movimiento ilustrado que, junto con
Thomas Hobbes y John Locke, sentó las bases del contractualismo. Su teoría marcó un hito
respecto a la justificación que se tenía acerca de los derechos naturales y justificó el ejercicio
de poder del Estado con respecto a sus ciudadanos (Sevilla, 2011). Rousseau define “contrato
social” en su libro homónimo como aquel “acto de asociación donde cada individuo pone en
común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general; y cada
miembro es considerado como parte indivisible del todo … convirtiendo la persona particular
de cada contratante, en un cuerpo normal y colectivo” (Rousseau, 2011, p.270 ). Esto quiere
decir que, para vivir en un Estado civil, los humanos acuerdan voluntariamente un pacto
social tácito que les dota de algunos derechos a cambio de libertades que, de no existir el
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Es importante mencionar que la consecuencia del contrato social es la civilidad, que es
producida a efecto del anhelo racional y voluntario que tienen los hombres de abandonar su
Este paso del estado de naturaleza al estado civil produce en el hombre un cambio muy
importante, sustituyendo en su conducta al instinto por la justicia y dando a sus acciones la
moralidad que les faltaba antes. Sólo entonces, cuando la voz del deber sucede al impulso
físico y el derecho del apetito, el hombre, que hasta entonces no había mirado más que a sí
mismo, se ve obligado a obrar con arreglo a otros principios y a consultar su razón antes de
escuchar sus inclinaciones. (Rousseau, 2011, p. 273)
Es claro que, dadas las condiciones en las que se suscita el contrato social, este debe ocurrir
Dado que la capacidad limitada de pensamiento de los animales no humanas les impide
derechos. Esto sucede ya que, por su condición instintiva, no pueden regirse por estándares
Por otra parte, según asevera Rousseau, dada la naturaleza del pacto social, todo acto de
soberanía ejercido a través del poder del Estado debe ser emprendido en aras de favorecer a
los contratantes; por esta razón, las legislaciones de un país tienen como propósito el
beneficio de sus ciudadanos (Rousseau, 2011). Con base en esta premisa se puede explicar
que un Estado debe imponer normas que son benéficas para sus pobladores, a pesar de que
estas no son necesariamente benéficas para personas de otras nacionalidades, pues el Estado
solo tiene responsabilidad de proteger a aquellas personas que le hayan dotado de poder
renunciando a sus libertades. Por analogía, desde un ángulo contractualista, el Estado solo
debe de ver por el bien de los seres animales si este implica un beneficio para la comunidad
de contratistas. Y, debido a que la mayor parte de los abusos cometidos hacia los animales -
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como la ganadería y las investigaciones científicas- ocurren por voluntad de la sociedad, es
labor del Estado amparar estas prácticas, ignorando la crueldad con la que se realizan.
A pesar de la diferencia temporal entre ambos autores, el análisis de sus acervos se hace en
conjunto ya que ambos reflexionan guiados por una perspectiva de carácter utilitarista, cuyo
En otras palabras, el utilitarismo propone que la moralidad de un acto puede ser determinada
Es importante resaltar que, a pesar de que la teoría jurídica y moral de Jeremy Bentham no
del derecho. Ambas teorías conjugadas fueron cristalizadas en su libro Introducción a los
ilustrada del pacto social dado que, según sus fundamentos, el Estado solo debía buscar el
beneficio de los ciudadanos -es decir: los contratantes- en vez de optar por el bien de todos
intereses de todo ser sensible sin excluir a los animales, pues, al poder experimentar felicidad
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existe justificación válida para atormentar a los animales, mientras que, según él, existen
muchas razones morales que deberían propiciar que el hombre hiciera lo contrario (Bentham,
“llegará un día en que los animales no humanos adquieran los derechos que la tiranía nunca
En siglos anteriores, la mayoría de los teóricos disidentes de las ideas de Bentham atribuían la
posibilidad de contraer derechos a la inteligencia connatural del ser humano y, los animales al
contraste con estas ideologías, Bentham explicaba que no existe justificación válida que
respalde una diferencia sustantiva entre dotar de derechos a humanos y a animales, ya que, si
la inteligencia era el factor sine qua non para tener personalidad jurídica, entonces, seres
como los neonatos o las personas en estado vegetativo -que no poseen facultades
cognoscitivas al ser humano adulto promedio- tampoco serían poseedores de los mismos
(Bentham, 2010). Por otra parte, el asumir que la inteligencia es proporcional a la cantidad de
implicaría implícitamente que los humanos con mayor inteligencia deberían contraer una
de sus derechos; debido a que Isaac Newton era intelectualmente superior a los demás
hombres, él no era por lo tanto rey de la propiedad ajena” (Singer, 1975 p. 491).
Bentham logró desarrollar un sistema de derecho cuyo objetivo final era la felicidad de la
mayoría de los individuos sensibles. Por lo que su razonamiento versaba sobre la capacidad
que tenían las normas para evitar el dolor. Por consecuencia, para el padre del utilitarismo la
pregunta central que debería ser usada para evaluar la posibilidad de otorgar derechos a
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animales no es “¿pueden razonar?” o “¿pueden hablar?” sino “¿pueden sufrir?” (Bentham,
2010, p.144).
Las teorías de Bentham fueron secundadas por varios filósofos tiempo después, sin embargo,
el clímax de la ideología a favor de los derechos de los animales llegó en la última mitad del
siglo XX, en medio del movimiento de los bioderechos. Peter Singer ha sido hasta ahora el
filósofo utilitarista moderno con mayor aclamación académica. Sus mayores aportaciones a la
construcción del término que él mismo acuñó como “especismo” (Duignan, 2014).
explica en su libro Liberación Animal que a lo largo de los anales de la historia se han
buscado justificaciones infundadas para mantener el dominio de una clase sobre otra (Singer,
1975). Por ejemplo, la superioridad física para justificar la subordinación del sexo masculino
sobre el femenino, o la hegemonía cultural de Europa occidental sobre las colonias en África
y América cimentados en una presunta supremacía racial. Singer expresa que autores de la
talla de Thomas Taylor criticaron a lo largo del siglo XVIII las aportaciones de Mary
como absurdo. La isonomía -el principio la igualdad ante la ley- y la equidad ya eran factores
ampliamente valorados por la sociedad de la época de Singer (Singer, 1975); este filósofo
contemporáneo reputaba que estos principios deberían ser extendidos a los animales .
La extensión del principio básico de igualdad de un grupo a otro no implica que debemos
tratar a ambos grupos exactamente de la misma manera, u otorgar exactamente los mismos
derechos a ambos grupos. Si debemos hacerlo dependerá de la naturaleza de los miembros de
los dos grupos. El principio básico de igualdad no requiere un trato igual o idéntico; requiere
igual consideración. La igualdad de consideración para los diferentes seres puede conducir a
un trato diferenciado y a distintos derechos. (Singer, 1975, p. 436)
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La especiación se define como “un prejuicio o actitud de parcialidad a favor de los intereses
de los miembros de las propias especies y contra los miembros de otras especies” (Singer,
1975, p. 506). Estos estigmas se generan en virtud del sistema de valores antropocéntrico
Singer argumenta que los derechos deben ser distribuidos en función de las necesidades de
los individuos y no con base en la concesión de libertades hacia el Estado, como sería propio
de la teoría contractualista. Esto implicaría que los animales podrían tener derechos como el
derecho a la vida o a la integridad física, pero no tendrían -por razones lógicas- derecho a la
modelos reguladores de conducta humana que florecieron a causa de las ideas utilitaristas de
Singer. El principio de las 3Rs fue esbozado durante el auge de los movimientos de
bioderechos. Este planteaba tres primicias clave para la investigación ética en seres animales:
experimentos, aunada con la refinación de métodos para realizar ensayos sobre ellos. Se hace
mención de las 3Rs, ya que estas fueron producto del movimiento de liberación animal
protagonizado por Singer y debido que estos principios cristalizan la visión pragmática que
dicho filósofo poseía respecto a la experimentación y el abuso de seres animales. Esta lógica
puede ser extrapolada a otras áreas como la agronomía y la pesquería, pues proponiendo que
se reduzca el número de animales explotados por su carne, sustituirlos por otros productos de
origen vegetal y hacer más sofisticadas las técnicas de sacrificio de animales de granja para
que este proceso sea menos doloroso, lo que conduciría a la reducción de sufrimiento.
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Meditaciones de Hans Kelsen
Si bien es cierto que Hans Kelsen, filósofo austrohúngaro, sentó las bases del iuspositivismo -
rama de derecho que busca construir sistemas jurídicos lógicos desvinculándolos con la
humanos. Pese a esto, sus meditaciones cristalizadas en La teoría pura del derecho son
suficientes para esclarecer cuál era su visión respecto a la atribución de derechos a los seres
no humanos.
orden normativo que exige determinadas conductas humanas, pueden estar permitidas
determinadas conductas humanas” (Kelsen, 2015, p. 30). Por lo tanto, la relación que vincula
a los derechos con las obligaciones es de naturaleza isomórfica (Brunsma y Smith, 2015). En
términos más simples, las libertades de un individuo solo pueden ser salvaguardadas si se
limita la facultad de otro de interferir con el goce de dichas libertades, generando así, un
derecho para el primero y una obligación para el segundo. Sin embargo, dentro de sistema de
derecho justo y equitativo, la relación entre ambos debería ser reversible, es decir: este
segundo individuo también debería poseer libertades que serían recíprocamente respetadas
por el primero. Esta biyección entre ambos elementos nos conduce a la conclusión de que, en
aras de conservar la validez del sistema de derecho, aquellos que portan derechos deben
igualmente poseer obligaciones inversas a las facultades que le fueron atribuidas (Kelsen,
2015). En palabras de Kelsen: “La función tanto del permitir queda ligada esencialmente con
la función de obligar” (1934, p. 29). Dicha relación recíproca constituye para Kelsen lo que él
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Dada la naturaleza de las obligaciones, estas deben estar vinculadas con sanciones
proporcionales que deben ser activadas en caso de desacato. Las sanciones deben producir en
el ser humano un impulso consciente que lo incite a no volver a cometer la violación por la
delictivos (Kelsen, 2015). Con base en esta afirmación, es importante remarcar que la
poder experimentar este estímulo generado por las sanciones, es imposible que sean
portadores de obligaciones.
Según Kelsen, esta visión del derecho como un cuerpo regulador del comportamiento del
primitivas, el derecho también era visto como fuente de reglamentación y jurisdicción para la
conducta de animales, plantas y objetos inanimados, los cuales eran juzgados por el orden
El Tribunal Supremo de la Antigua Atenas, por ejemplo, llevaba a cabo juicios en contra de
objetos que habían sido usados para dar muerte a seres humanos (Encyclopædia Britannica,
2017). Asimismo, durante la Edad Media, los tribunales eclesiásticos sancionaban con pena
de muerte a animales que habían violado el derecho divino (Encyclopædia Britannica, 2007).
Incluso, a finales del año 2008, en la Chiapas, México -estado que, según el Instituto de
(IIJ-UNAM, s.f.)-, un burro fue encarcelado por morder y patear civiles (El Universal, 2008).
seres humanos, el Estado estaría implicando que es posible exigir una conducta moral por
parte de los animales (Kelsen, 2015). Según Kelsen: “Este contenido normativo, absurdo para
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las concepciones actuales, debe retrotraerse a una representación animista, según la cual …
los animales y los objetos inanimados tienen un alma, y, por ende, no existe ninguna
diferencia esencial entre ellos y los seres humanos” (Kelsen, 2015, p. 46).
Hans Kelsen, al definir el derecho animista como absurdo para el derecho contemporáneo,
establece tácitamente que es ilógico que los animales sean poseedores de derechos, ya que
esta atribución sería violatoria del principio de retribución, que es un pilar fundamental en la
validez de un sistema de derecho. Sin embargo, esto no significa que estos seres carezcan de
protección de la ley o que la sociedad pueda abusar de los animales sin repercusiones legales.
Los órdenes jurídicos modernos sólo regulen la conducta de los hombres, y no la de los
animales, las plantas o la de los objetos inanimados, en cuanto dirigen sanciones sólo contra
ellos, pero no contra estos, no excluye que esos órdenes jurídicos prescriban una determinada
conducta humana no sólo en relación con seres humanos, sino también en relación con
animales, plantas y objetos inanimados. Así, el dar muerte a ciertos animales o los daños
edificios históricamente valiosos pueden estar penalmente prohibidos. Pero estas normas
jurídicas no regulan el comportamiento de los animales, plantas u objetos inanimados, sino el
comportamiento de los hombres contra los cuales se dirige la amenaza de castigo. (Kelsen,
2015, p. 45)
A tenor de esta cita, es válido aseverar que existe la obligación del ser humano de respetar a
los animales y no cometer acciones que les provoquen sufrimiento, sin embargo, el derecho
que corresponde a tal obligación no recae en los animales que son incapaces de ejercerlo. En
que la mayoría de los derechos y obligaciones tengan un alcance individual -como es el caso
existen otros cuya trascendencia es colectiva (Kelsen, 2015). Hacer el servicio militar o
respetar la vía pública refieren a obligaciones individuales que están vinculadas a derechos
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colectivos, que serían el derecho a la seguridad y al libre tránsito respectivamente. De esta
manera, es lógicamente válido que exista la obligación de respetar a los animales, pues el
derecho cohesivo a esta puede ser ejercido colectivamente por la sociedad, siendo congruente
con el principio de retribución. Este presunto derecho que tienen las sociedades con la
protección de los animales, recursos naturales y otras entidades incapaces de ejercer derecho
existe porque el Estado como autoridad jurídica la considera valiosa para la comunidad
jurídica de los hombres que le dan legitimidad; las normas con respecto a estas entidades
derecho de la protección a la naturaleza solo se manifestaría cuando este sea conveniente para
los humanos, pues es su atribución como comunidad jurídica el ejercicio de tal derecho. Es
por esta clasificación antropocéntrica por lo que lastimar a algunos animales implica una
violación al derecho y otros que fueron criados para la ganadería o la experimentación sería
legal.
Conclusión
A través de este ensayo se han logrado exponer las meditaciones de distintos filósofos con
largo del texto, que según los lineamientos que emergen de la erección de un sistema de
derecho contractualista, es jurídicamente inválido que los animales sean sujetos de derecho
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hombres esté de acuerdo con ofrecer dicha protección. De esta manera, las legislaciones en
esta materia se harán en función de los sistemas de valores ambientales de cada sociedad.
Es importante mencionar que este ensayo solo analizó la teoría del contrato social definida
por Rousseau, excluyendo algunas aportaciones a esta teoría por parte de filósofos como
Thomas Hobbes o John Locke. Por otra parte, el análisis de esta monografía solo es válido en
sistemas de derecho occidental, pues en otros sistemas jurídicos que son ajenos al contrato
porque la cosmovisión de estas culturas es distinta y, por tanto, difieren del sistema de
derecho occidental. Además, por fines de practicidad, cuando se hacían comparaciones entre
discapacidades mentales o patologías similares que también pueden ser objeto de análisis
filosófico.
Este ensayo nos demuestra que, a pesar de que la humanidad haya cristalizado en el derecho
indeterminación que solo pueden ser llenadas a través del análisis de filosofía que rige este
Referencias
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https://www.britannica.com/biography/Peter-Singer
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Chiapas. Recuperado de http://archivo.eluniversal.com.mx/notas/508030.html
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