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Asignatura
Física III
Investigación I:
Autora
Grupo
IC-31N
Docente
Lic.Mirna Elena
Se dice que dos puntos de una onda son coherentes cuando guardan una relación
de fase constante, es decir, cuando conocido el valor instantáneo del campo
eléctrico en uno de los puntos, es posible predecir el del otro
Se denomina luz coherente cuando está formada por ondas luminosas con fase
coherente y que por tanto conservan una relación de fase constante. Es decir,
cuando es conocido el valor instantáneo del campo eléctrico en uno de los puntos,
es posible predecir el del otro. Existen dos manifestaciones claramente
diferenciadas de coherencia: la coherencia temporal y la espacial.
A diferencia de la luz blanca, que está formada por muchos componentes, la luz
monocromática es aquella que está formada por componentes de un solo color. Es
decir, que tiene una sola longitud de onda, correspondiente a ese color.
El ejemplo más representativo de este tipo de luz son los diodos láser, puesto que
su longitud de onda varia sólo algunas milésimas de nanómetro. Cabe señalar que
la monocromaticidad pura no existe como tal, así que se trata, pues, de una
característica ideal.
En su experimento, Young empleó como fuente la luz solar que atravesaba una
rendija muy estrecha en una persiana S0. Este haz de luz incidía sobre una
pantalla opaca en la que había dos rendijas muy estrechas y cercanas entre sí
(S1 y S2). Veamos cómo se produce el patrón de interferencia sobre la pantalla:
Suponemos que las ondas que atraviesan las rendijas tienen una longitud de
onda λ y están separadas una distancia d. Al atravesar las rendijas S1 y S2, las
ondas se dispersan en todas direcciones. Las que llegan al centro de la pantalla
habrán recorrido la misma distancia, por lo que están en fase: la cresta de una
onda llega al mismo tiempo que le cresta de otra onda. Se forma entonces una
interferencia constructiva y las amplitudes de ambas ondas se suman. El resultado
de esta interferencia constructiva es un área brillante en el centro de la pantalla.
La interferencia constructiva también ocurrirá cuando las trayectorias de los dos
rayos difieran en una longitud de onda (o en cualquier número entero de
longitudes de onda, es decir, nλ, siendo nun número entero).
Las interferencias destructivas ocurrirán cuando un rayo recorre una distancia
adicional de media longitud de onda (o n + (1/2)λ siendo n un número entero). En
este caso las ondas estarían totalmente fuera de fase al llegar a la pantalla: la
cresta de una onda coincidiría con el valle de otra. Entonces, al sumar las
amplitudes de onda daría como resultado una amplitud cero. Se forma así una
interferencia destructiva y en la pantalla se ve una franja oscura. El patrón de
interferencia que se ve en la pantalla de visualización está formado, entonces, por
una sucesión de líneas brillantes y oscuras.
Las ondas que provienen de las dos rendijas no viajan distancias iguales para
llegar al mismo punto de la pantalla de visualización. Esta diferencia de trayectoria
viene dada por la expresión d sin(Θ) siendo Θ el ángulo que forman los haces de
luz con la pantalla. Ocurrirá una interferencia constructiva y una franja brillante
aparecerá en la pantalla cuando la diferencia de trayectoria sea igual a un número
entero de longitudes de onda:
d sin(Θ) = nλ, para n = 0, 1, 2, 3,…
Este valor es el orden de la franja de interferencia. El primer orden, n = 1, es la
primera franja a cada lado de la franja central. Las franjas brillantes son picos de
máxima intensidad de luz. La intensidad de las franjas brillantes es mayor en la
franja central (n = 0) y disminuye para órdenes de franja mayores. La manera en
que ocurre esta disminución viene determinada por la anchura de las dos rendijas.
Ocurrirá una interferencia destructiva y aparecerá una franja oscura en la pantalla
de visualización cuando la diferencia en trayectoria sea igual a (1/2)λ, (3/2)λ, etc.:
d sin(Θ) = (n + 1/2) λ, para n = 0, 1, 2, 3,…
En la siguiente imagen se muestra cómo se ve el patrón de interferencia del
experimento de Young en la pantalla de visualización:
INTERFERENCIA POR REFLEXION EN PELICULAS DELGADAS.
Las interferencias tienen lugar cuando la luz incidente en una lámina delgada es
reflejada por las superficies superior e inferior. Al llegar a la primera superficie de
separación parte de la luz se refleja (A) y parte se refracta. La parte que se
refracta llegará a la segunda superficie de separación donde, de nuevo, parte se
refleja y parte se refracta. La parte que se refleja vuelve a la primera superficie de
separación y se transmitirá al medio inicial (B). Si el espesor de la lámina es muy
pequeño la distancia entre A y B puede ser muy pequeña, del orden de la longitud
de onda, así que al final será como tener dos rendijas (experimento de Young), y
esto dará lugar a figuras de interferencia.
Parte de la luz se refleja en la superficie superior. Puesto que la luz se mueve más
lentamente en el agua que en el aire, existe un cambio de fase de 180º en esta
reflexión. parte de la luz entra en la película y es parcialmente reflejada por la
superficie interior agua-aire. Si la luz es casi perpendicular a la superficie, los dos
rayos reflejados pueden entrar en el ángulo de visión situado en el punto P de la
figura. La diferencia de caminos entre estos dos rayos es de 2t, siendo t el espesor
de la película. Esta diferencia de caminos produce una diferencia de fase de
(2t/l')360º, en donde l' es la longitud de onda de la luz en la película.
Cuando una película delgada de agua sobre una superficie de vidrio, el rayo que
se refleja en la superficie inferior agua-vidrio sufre también un cambio de fase de
180º debido a que el índice de refracción del vidrio es mayor que el del agua. Así
pues los dos rayos indicados en la figura siguiente sufren un cambio de 180º
después de la reflexión. La diferencia entre estos rayos se debe entonces
solamente a la diferencia de caminos y viene dada por d = (2t/l’) 360º. Cuando
existen dos cambios de fase de 180º en reflexiones las condiciones para la
interferencia son
A finales del siglo XIX se sabia que la luz era una onda electromagnética que se
propagaba a velocidad c (c= 300.000 km/s). Esto, sin embargo, tenía un matiz que
traía de cabeza a todo el mundo, hasta ese momento todas las ondas conocidas
necesitaban un medio por el que propagarse. Por lo que había que pensar que en
el espacio debería existir algo, un medio que permitiera que la luz se propagase, al
igual que con las ondas mecánicas aquí en la tierra; en ese momento, a ese medio
se le denominó éter, del cual no sabíamos en principio absolutamente nada, ni de
qué estaba “formado”. Entonces Michelson-Morley se preguntaron, que si existiese
de verdad dicho éter, deberíamos ser capaces de observarle de alguna forma, por
lo que propusieron un experimento para medir dicho éter. Este experimento dio
inicio al desarrollo de la interferometría, técnica de que hace uso de la
interferencia entre las ondas.
Patrón de interferencias.
El principio físico utilizado es la interferencia, la cual nos dice que, si dos ondas de
luz coinciden en fase, se amplifican, mientras que, si su fase es opuesta, se
cancelan, existiendo también cualquier combinación intermedia. Dicha técnica
permite mediante medición del grado de cancelación o amplificación de dos haces
de láser, realizar mediciones de superficies menores a la longitud de onda.
El experimento consistía en que cada año, la Tierra completa un giro alrededor del
Sol, viajando a una velocidad de 30 km/s (o lo que es lo mismo, a unos 100.000
km/h). A fines del Siglo XIX se creía que la dirección del “viento del éter” con
respecto a la posición del Sistema Solar debía variar cuando la Tierra se
desplazase en una u otra dirección, tal como un bote recibe un empuje diferente
por parte del agua de un río dependiendo de si avanza a favor, en contra o
transversalmente a su corriente.
Michelson y Morley supusieron que la Tierra era el bote y que el río era el éter.
Para tener éxito, el experimento debería llevarse a cabo en varios momentos del
año. De esta forma, la luz, al llegar a la Tierra con diferentes posiciones con
respecto al éter, lo haría con diferentes velocidades. El problema era que la
velocidad de la luz es de 300.000 km/s, y la de la Tierra “solo” 30 km/s, por lo que
la diferencia de velocidades a medir era muy pequeña. Sin embargo, Michelson,
que estaba muy entrenado en la medición de la velocidad de la luz, ideó una
manera de medir esta mínima diferencia. Este experimento consistía en el
siguiente arreglo:
(1)
Donde es la intensidad total de la luz incidente, r y t
(2)
Siendo θ el ángulo que forma con la normal a las láminas el rayo que incide sobre
ellas. Así la intensidad en cada punto depende de la distancia d de separación
entre placas y del ángulo θ.
Esto hace que la figura interferencial tenga simetría cilíndrica respecto del eje del
sistema, produciéndose una serie de anillos concéntricos. De acuerdo con (1) se
tendrá un máximo de intensidad (más exactamente, un máximo principal de
(3)
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Lic.Mirna Elena
La difracción es la desviación que sufren las ondas alrededor de los bordes que se
produce cuando un frente de onda (ya sea sonora, material o electromagnética) es
obstruido por algún obstáculo. No hay una distinción física significativa entre
interferencia y difracción.
Como la pantalla está muy alejada, los rayos procedentes de las fuentes puntuales
y que llegan a un punto P de dicha pantalla son aproximadamente paralelos. La
diferencia de los trayectos entre dos fuentes cualesquiera adyacentes es entonces
2𝜋
L sin θ y la diferencia de fases es: 𝛿 = sin 𝜃
𝜆
Si A es la amplitud de una sola fuente, la amplitud en el punto máximo central en
donde θ =0 y todas las ondas están en fase, es A Máx = NA . El valor de la
intensidad en otro punto cualquiera en un cierto ángulo θ se obtiene sumando las
ondas armónicas y se obtiene: 𝐼 = 𝐼0 (sin 𝜙)
𝜙
𝜋
𝜙= a sin 𝜃
𝜆
𝑑𝐼
Los extremos de I(θ) se presentan para valores que hacen que 𝑑𝜙 sea cero, esto
es:
=s se
𝐷2
X2+Z2= 4
x
Por lo tanto el elemento del area se podra
escribir como :
𝐷2
dA = 2√ 4 – z2 dz
CLdA i( k 0 r t )
dE = e
r0
Por otra parte, el campo radiado por la rendija situada a la distancia z del centro
será
2CLxdz i(k ( r0 ) t t )
dE= e
r0
La superficie de un cuerpo negro es un caso límite, en el que toda la energía incidente desde
el exterior es absorbida, y toda la energía incidente desde el interior es emitida.
Consideremos una cavidad cuyas paredes están a una cierta temperatura. Los átomos que
componen las paredes están emitiendo radiación electromagnética y al mismo tiempo
absorben la radiación emitida por otros átomos de las paredes. Cuando la radiación encerrada
dentro de la cavidad alcanza el equilibrio con los átomos de las paredes, la cantidad de
energía que emiten los átomos en la unidad de tiempo es igual a la que absorben. En
consecuencia, la densidad de energía del campo electromagnético existente en la cavidad es
constante.
La segunda hipótesis de Planck, establece que la energía de los osciladores está cuantizada.
La energía de un oscilador de frecuencia f sólo puede tener ciertos valores que son 0, hf ,
2hf ,3hf ....nhf .
dEf /df es la densidad de energía por unidad de frecuencia para la frecuencia f de la radiación
contenida en una cavidad a la temperatura absoluta T. Su unidad es (J·m-3)·s.
dEl /dl es la densidad de energía por unidad de longitud de onda para la longitud de onda l de
la radiación contenida en una cavidad a la temperatura absoluta T. Su unidad es (J·m-3)·m-1.
Intensidad de cuerpo Negro como función de la frecuencia
La curva de
Rayleigh-
Jeans está
de acuerdo
con
la fórmula
de radiación
de
Planck para
grandes
longitudes
de ondas,
bajas
frecuencias.
EFECTO FOTOELÉCTRICO
Albert Einstein publicó en 1905 varios artículos entre los cuales uno trataba del efecto
fotoeléctrico y por el cual recibió el premio Nobel de Física en 1922. Mucho antes, en 1900,
Max Plank había explicado el fenómeno de la radiación del cuerpo negro sugiriendo que la
energía estaba cuantizada, pero Einstein llegó aún más lejos explicando -de acuerdo a los
cuantos de Plank- que no solo la energía sino también la materia son discontinuas.
i = d(Q)/dt
i: Es la corriente eléctrica
Cuando una lámina de metal está expuesta a la luz a una sola frecuencia, digamos la luz
solar, se produce electricidad en su interior de esta manera: la luz cuando viaja se comporta
como una onda, pero al intercambiar su energía con cualquier objeto lo hace como una
partícula que es llamada fotón. Cuando el fotón choca con un electrón de un átomo de la
lámina metálica, desaparece y cede toda su energía al electrón, expulsándolo hacia otro
átomo. Esta expulsión electrónica es precisamente la corriente eléctrica.
Como el fotón desaparece durante la colisión, se hace fácil comprender que la energía de
movimiento absorbida por el electrón depende de un solo fotón. Esto nos indica que la
electricidad resultante no depende de la intensidad de la luz, sino más bien de la energía que
porta el fotón.
E = hF
'E' Es la energía que porta el fotón; 'h' es la constante de Planck, y 'F' es la frecuencia del
fotón de luz.
Tomando en cuenta que la lámina metálica contiene una cantidad enorme de átomos, debe
contener una cantidad mayor de electrones y como la frecuencia de la onda lumínica es
la misma, su intensidad será la misma; así cada electrón expulsado absorbe la misma
cantidad de energía.
Si '&' es la cantidad mínima de energía que necesita el fotón para expulsar un electrón del
átomo, entonces la máxima cantidad de energía que necesita el electrón para abandonar su
átomo y salir hacia otro, está dada por la ecuación:
E = hF-&
En este caso 'E' será la energía necesaria para producir la corriente eléctrica y '&' será el
trabajo que realiza el fotón.
DISPERSION DE COMPTON
El efecto Compton es un fenómeno por el cual la radiación electromagnética que incide sobre
ciertas superficies sale con una longitud de onda mayor que la de entrada.
Este fenómeno, observado en 1923 por el físico estadounidense Arthur Holly Compton (1892-
1962) en el curso de investigaciones realizadas sobre la difusión de los rayos X, sólo puede
explicarse a partir de los principios de la mecánica cuántica. Así, si se considera que la
radiación electromagnética está constituida por cuantos de energía llamados fotones, en su
interacción con la materia puede absorberse parte de estos fotones. En tal caso,
la energía global de la radiación disminuiría, y también su frecuencia, con lo que aumentaría la
longitud de onda.
Longitud de onda de Compton
El efecto Compton puede cuantificarse dentro del marco teórico ofrecido por Planck y Einstein
acerca de la energía electromagnética. Considerando que la masa de los cuantos de esta
radiación (fotones) es Ef = hn, que también se puede escribir como Ef = w, siendo = h / 2p,
el momento lineal de cada fotón viene definido por:
Mediante las leyes de conservación del momento lineal y de la energía se obtiene que la
diferencia entre las longitudes de onda de entrada y salida del fotón en la interacción viene
dada por:
siendo q el ángulo de desviación de la trayectoria del fotón y lc una constante llamada longitud
de onda de Compton del electrón, cuyo valor viene dado por:
Ondas de Broglie
De Broglie estableció que cualquier partícula que lleva una determinada velocidad, se
comporta como una onda de una determinada longitud de onda y relacionó longitud de onda y
momento lineal (cantidad de movimiento) con la expresión λ=h/p=h/(mv), siendo h la constante
de Planck, m la masa y v la velocidad.
En un trabajo publicado en 1924, De Broglie partía de una comparación entre las propiedades
del fotón y el electrón para suponer que esta última partícula podría poseer relaciones de
energía-frecuencia y longitud de onda-momento lineal análogas a la primera, y expresadas
como:
siendo un vector unitario que comparte dirección y sentido con el vector de onda .
Partiendo de las hipótesis relativistas, se podría establecer una equivalencia entre energía y el
momento lineal del electrón considerado como onda y como partícula material, de lo que se
deduciría que:
Si se aplica al postulado del modelo atómico de Bohr (ver t60), que sostiene que las órbitas de
los electrones en los átomos sólo pueden tener ciertos radios cuantificados, se deduce que:
Según esta fórmula, las órbitas permitidas (estacionarias) en el modelo de Bohr serían
aquellas cuyo radio fuera igual a un número entero de longitudes de onda de De Broglie.
Al igual que para detectar un comportamiento ondulatorio en la luz era preciso manejar
dimensiones del orden de su longitud de onda (por ejemplo, rejillas que provocaran patrones
de difracción a modo de interferencias luminosas), para observar los efectos de las ondas
asociadas a la materia se han de usar partículas de masa pequeñísima y que se desplacen a
baja velocidad, por ejemplo, los propios electrones. En estas partículas sería posible obtener
valores de la longitud de onda de De Broglie del orden de algunas décimas de nanómetro.
Validación experimental
La primera evidencia experimental de la existencia de las ondas de materia que había
predicho De Broglie llegó en 1927, cuando los estadounidenses Clinton Davisson (1881-1958)
y Lester Germer (1896-1971) y el inglés George Thomson (1892-1975), en trabajos
independientes, determinaron el valor de la longitud de onda de De Broglie según las
predicciones de esta teoría.