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Derecho y Justicia Social en las

Democracias Latinoamericanas
contemporáneas: Ensayos.

Carlos J. Asselborn

1. Las democracias asediadas por el preocupado por el déficit fiscal y la so-


emprendedorismo jurídico-moral lución de las anomalías macroeconó-
a. La situación social, política y econó- micas como madre de todos los males.
mica de las democracias latinoameri- esto, sólo por nombrar dos formas de
canas contemporáneas, y la argentina gobierno en regímenes estatales “de-
en particular, pone en tensión los tres mocráticos”.
ejes conceptuales mencionados en el tí- b. La tensión entre un estado preocu-
tulo: Derecho, Justicia Social y Demo- pado por la administración de los
cracia. Según el sentido común, no es bienes “siempre escasos” y un estado
posible la democracia sin el respeto que focaliza su razón de ser en los
irrestricto a la ley, garantizada por el modos políticos de construir colectiva-
Derecho como instancia jurídica-insti- mente el orden social sigue expresán-
tucional irrebasable. Y la justicia so- dose en términos históricos, ahora
cial, dependiendo de las variantes azuzada por fuertes demandas conser-
ideológicas, es el horizonte social y po- vadoras de tono fascista. el primer tipo
lítico hacia el cual se orientan las ac- de estado exige el protagonismo de
ciones de los estados. claro está que el “expertos” (economistas, políticos y
camino para alcanzar dicho horizonte divulgadores) con lo cual la cosa pú-
no será el mismo para quienes gobier- blica queda en manos de técnicos ad-
nan; para algunos se recorrerá con un ministradores que deciden el destino de
estado que distribuye ingresos y am- la sociedad; el segundo apuesta a la
plía derechos, para otros con un estado participación popular orientada a la
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disputa por la democratización de la la corrupción. La lucha internaciona-
riqueza, lo cual exige tiempo y la con- lista contra la corrupción se convertirá
flictiva tarea de construir lenguajes co- en la lucha por mantener el orden glo-
munes con los cuales dirimir los bal de la economía de mercado, de la
conflictos sociales. el primero alude a mano del Departamento de estado y el
expresiones históricas concretas; el se- Departamento de Justicia de los eeUU
gundo da cuenta, más que de realida- (p. 82).
des, a un deseo que, sólo de vez en e. almeida señala que el concepto de
cuando, opera como postulado para emprendedores jurídicos ha sido estu-
una razón política crítica. diado por el sociólogo del Derecho
c. Desde hace un tiempo esa tensión in- Yves Dezalay. Dicho concepto,
tenta ser anulada recurriendo al Dere- resulta útil para analizar la capaci-
cho como herramienta legal para dad que tienen determinados juris-
reprimir, desmantelar y aplastar los tas, portadores estructurales de un
múltiples, ambiguos y plurales intentos capital jurídico, político y social di-
de interpelación a las democracias for- ferenciado, de participar activa-
males que reproducen políticas neoli- mente en aquellos procesos de
berales. el recrudecimiento de la exportación-importación de prácti-
persecución a movimientos sociales y cas y modelos jurídicos y de gene-
referentes políticos opositores es legi- rar innovaciones en sus lugares de
timado recurriendo al Derecho y sus origen, luego de haber hecho reco-
administradores en tanto emprendedo- rridos académicos y de calificación
res moralizantes que demonizan las al- individual en instituciones univer-
ternativas, en el caso de que existan. sitarias y judiciales de eeUU (p.
d. el concepto de emprendedor moral 83).
es propuesto por el profesor e investi-
gador brasileño Frederico de almeida esto es claro para Brasil con el juez
quien afirma que todo proceso de cri- Sérgio moro y su protagonismo en la
minalización es a su vez, un proceso de investigación de la operación Lava
clasificación moral (almeida, 2018, Jato. podríamos encontrar casos simi-
74). esta moralización de la disputa lares en el contexto argentino. asi-
política es producido por una serie de mismo agrega:
emprendedores jurídicos que aparecie- ...el protagonismo de estos juristas
ron en escena luego de la finalización no debe ser entendido simplemente
de la Guerra Fría y el estallido de la a partir de su espíritu emprendedor
economía de mercado. La internacio- a la hora de introducir cambios ins-
nalización de dicha economía produ- titucionales y culturales en el ám-
cirá también la internacionalización de bito jurídico brasileño, a partir de su
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participación en los circuitos inter- permite, a su vez, emprender un
nacionales de exportación e impor- análisis más preciso de los presu-
tación de prácticas y modelos de puestos y de los efectos de la
combate contra la corrupción. ade- «mano derecha del estado» (el con-
más de emprendedores jurídicos en junto de instituciones económicas y
un sentido técnico-profesional, penales de la gobernanza neolibe-
estos juristas pueden ser considera- ral, entre las que se incluyen estas
dos auténticos emprendedores mo- políticas y moralidades anticorrup-
rales en cualquiera de los dos ción que emergieron a escala global
sentidos que Howard Becker su- en los años 90) sobre la dinámica
giere al respecto: el de imponedores política y social de las democracias
de reglas y el de creadores de re- jóvenes como la brasileña. (p. 89).
glas (p. 86)
La década de los noventa del siglo
el acento es puesto en la dimensión pasado no sólo estuvo jalonada por las
moral por encima de la dimensión políticas neoliberales que desmantela-
legal. para el caso brasileño del Lava ron las bases sociales de los estados,
Jato “la idea de una «cruzada» contra sino también coadyuvaron a la profun-
la corrupción es muy recurrente en las dización de nuevas sensibilidades so-
intervenciones públicas de los empren- ciales meritocráticas y defensoras de
dedores jurídicos y morales” (p. 87). jerarquías sociales, étnicas y de género.
no sería difícil encontrar algunas de a ello también se sumó una sobredi-
estas expresiones en la vida política ar- mensión de discursos éticos y morali-
gentina. zantes esperanzados en cambiar los
f. respecto de este proceso en las de- corazones de los ciudadanos individua-
mocracias periféricas latinoamericanas listas sin tocar las matrices de acumu-
y específicamente la brasileña, el autor lación de capital. esto tuvo también su
concluye: desarrollo en las oficinas de los tribu-
pensar el combate jurídico contra la nales de las nuevas democracias neoli-
corrupción en sus dimensiones mo- berales. De allí la discusión presente en
rales e institucionales es importante el sentido común que no puede pensar
para comprender los procesos lega- horizontes democráticos más amplios,
les, sociales y políticos de crimina- dado que los mismos se encuentran en-
lización cara a cara con sus corsetados en la imposición de un su-
contenidos morales, que muchas puesto “realismo político” que vincula
veces se camuflan bajo las formali- inexorablemente democracia con co-
dades y los discursos oficiales. co- rrupción y economía de mercado (cfr.
nocer esos contenidos morales almeida, 2018, 89).
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2. La “democracia” como interpela- esta interpretación, serán expresiones
ción a la ley de una infalible moral cívica, ahora sí
a. Ya lo hemos afirmado en otras oca- madura, completa y realista. en otras
siones: la reorientación ideológico-po- palabras: una moral cívica predis-
lítica que sucede en algunos países puesta a regirse por el “imperio de la
latinoamericanos, y particularmente en ley”. esta demanda cristaliza el sueño
argentina desde el año 2015, exige re- por alcanzar un tiempo y un lugar sin
visar, entre otras cuestiones, las com- contradicciones, sin conflicto, sin inte-
plejas relaciones entre democracia, las reses en disputa; donde la verdadera
demandas de orden social y la subjeti- subjetividad gozaría de la merecida
vidad social que sostiene y emerge de paz, seguridad, tranquilidad y armonía.
las mismas. Desde ciertas perspectivas Sin embargo, algo real ocurre en la vi-
sociológicas, tales categorías se imbri- gilia para que persista ese sueño deve-
can dentro de un sistema de organiza- nido deseo de orden.
ción social en el que coexisten b. La imaginación de una armonía so-
subsistemas que organizan la convi- cial final subyace en ideologías conser-
vencia social y pretenden garantizar la vadoras y liberales. Y no se descarta su
reproducción de la vida humana. otras presencia en ideologías de izquierda y
teorías críticas señalan que el capita- nacional-populares. en las conservado-
lismo, en tanto macro sistema de orga- ras aparece adherida a un modo de en-
nización social, cuenta con la tender la historia que aspira al
formidable capacidad para desarrollar restablecimiento de un tiempo verda-
y extender fábricas de legitimación de dero a partir del cual surgiría la an-
procesos de colonización de la con- siada armonía social. Su praxis
ciencia y del deseo. La naturalización política supone la sacrificada tarea por
de la explotación como condición para recuperar una edad de oro perdida u ol-
la producción de bienes y servicios; y vidada. La recuperación estaría en
el despliegue del consumo, activado manos de instituciones cuyo objetivo
por la pasión por la desigualdad, son sería restituir y defender ciertos pro-
dos posibles expresiones de ello. estos ductos morales; además de educar a la
procesos de legitimación se asientan en ciudadanía para su respeto y obedien-
una exigencia social por un determi- cia.
nado tipo de orden que, en caso de su en ideologías liberales, la imagina-
imposición y adaptación a su lógica, ción de una sociedad perfecta soporta,
sentaría las bases para alcanzar el co- hasta cierto punto, una filosofía de la
rrecto funcionamiento de “la auténtica historia un tanto más dinámica que la
democracia” y “las verdaderas leyes de conservadora. Las contradicciones e
mercado”. Democracia y mercado, en imprevisibilidades de la historia son re-
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lativamente asumidas sin mayores
cuestionamientos. pese a ello, las con-
tingencias y conflictos de la historia La década de los noventa del
deben ser amortiguados por la aplica- siglo pasado no sólo estuvo
ción de determinadas técnicas sociales
jalonada por las políticas neo-
y políticas, otra vez, enseñadas e im-
plementadas por ciertas instituciones y liberales que desmantelaron
sus ingenieros. La antropología de esta las bases sociales de los esta-
filosofía de la historia se asienta en una
dos, sino también coadyuva-
interpretación pesimista y estática de
la subjetividad: los seres humanos ron a la profundización de
nunca dejarán de ser egoístas y ambi- nuevas sensibilidades sociales
ciosos tanto en el plano económico meritocráticas y defensoras de
(tener), como el político (poder) y el
epistémico (saber). razón por la cual jerarquías sociales, étnicas y
las instituciones y su instrumental téc- de género.
nico (normas, leyes, métodos, discur-
sos, pedagogos, académicos,
divulgadores, guardianes, lugares y visible y conflictiva construcción de la
ritos) serán las llaves maestras para in- convivencia humana a la aplicación de
gresar a la felicidad futura. La produc- la “Ley” mediante sus instituciones
ción de autonomía, indispensable para predilectas. esta solución instrumen-
decidir sentidos colectivos vitales, es- tal-institucionalista desconoce y hasta
tará entonces en manos de estas máqui- demoniza la persistente capacidad de
nas. De allí que, si las instituciones son interpelación y reflexión de los sujetos.
el salvoconducto de tal bienaventu- en definitiva, reprime procesos de po-
ranza, atentar contra ellas será atentar litización crítica que colectivos huma-
contra la humanidad porque tales nos llevan a cabo para sobrevivir y
transgresiones trastornan la autonomía vivir con dignidad. o los normaliza
ganada y la felicidad merecida. propie- con el lenguaje de las instituciones. De
dad, Familia, escuela, estado, moral allí que el Derecho, en tanto expresión
(religiosa o laica), mercado y Derecho cristalizada de la Ley, tiene su génesis
serán instituciones privilegiadas para en la violencia por imponer una suerte
la consecución de tamaña responsabi- de solución final al problema del orden
lidad histórica. Serán la Ley misma; social. La violencia funda el Derecho
sus portadoras y reproductoras. y el Derecho se conserva recurriendo a
c. el problema de tales ideologías y la violencia. La paradoja se confirma
sensibilidades atisba en ceder la impre- históricamente cuando la democracia
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es entendida como desasida de proce- ajustada a su lógica, reforzada en las
sos democratizadores. La lógica de la instituciones, en detrimento de la capa-
Ley, expuesta con fuerza letrada en el cidad autónoma y colectiva de resis-
Derecho, tiende a imponer y normali- tencia o rebelión. cabe aclarar que la
zar una definición estática de la demo- crítica a la democracia abatida por la
cracia. así, en nombre de la Ley no significa democracia sin ley.
democracia se reprime la intensifica- Significa más bien la posibilidad de
ción de la democracia. Las pretensio- pensar y hacer democracias capaces de
nes de cambio y transformación con interpelar su lógica, que tiende a tota-
horizontes sociales que demandan dis- lizarse en cuanto se distancia o invisi-
tribución de la riqueza, reconoci- biliza los conflictos históricos que le
miento, ampliación y profundización dieron origen.
de derechos para las clases y sujetos por lo dicho, democracia sin demo-
subalternos, es decir, las praxis que cratización no es democracia. Y demo-
ponen en cuestión dominaciones de cratización sin sensibilidad colectiva,
clase, raza y género, son excomulgadas deseosa por desinstalar pasiones y
como amenazas a la institucionalidad emociones que refuerzan jerarquías so-
democrática. La regla parece ser que la ciales y procesos de dominación, es
democracia, cuando es embotada por políticamente impotente. De allí que
el Derecho, no desea el cambio o, peor desinstalar tales pasiones y emociones
aún, en caso de desearlo es para cance- adheridas a la dominación supone pre-
lar e inhabilitar procesos de transfor- guntarse, al menos, sobre los modos en
mación: cómo se constituyen históricamente. Y
d. el “verdadero cambio” parece anhe- ello también es tarea ineludiblemente
lar entonces el establecimiento de una democrática y democratizadora.
cultura conformista y adaptada a la ins-
trumentalidad de la Ley, esto es, pre-
tende constituir una subjetividad

Bibliografía

ALMEIDA Frederico: “Los emprendedores jurídicos DEZALAY Y. y GARTH B.: La internacionalización


como emprendedores morales. La lucha contra la de las luchas por el poder. La competencia entre
corrupción en Brasil”, en Revista Nueva Sociedad abogados y economistas por transformar los Esta-
276, julio-agosto de 2018, pp. 73-90. dos latinoamericanos, ILSA / Universidad Nacional
de Colombia, Bogotá, 2002.

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