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Arterias medianas (arterias musculares)

Las arterias musculares tienen más músculo liso y menos elastina en la túnica media
que las arterias elásticas.

Se torna visible una membrana elástica interna prominente, lo cual ayuda a distinguir
las arterias musculares de las arterias elásticas. En muchos casos también se puede
reconocer una membrana elástica externa.

La túnica íntima es más delgada en las arterias musculares y contiene una membrana
elástica interna prominente. La túnica íntima es relativamente más delgada en las
arterias musculares que en las arterias elásticas

En algunas arterias musculares, la capa subendotelial es tan escasa que la lámina


basal del endotelio parece entrar en contacto con la membrana elástica interna.

La túnica media de las arterias musculares está compuesta casi en su totalidad por
tejido muscular liso con poco material elástico.

La túnica media de las arterias musculares consiste de células de músculo liso entre
fibras colágenas y relativamente poco material elástico. Las células de músculo liso
están dispuestas en forma de espiral en la pared arterial. Su contracción ayuda a
mantener la tensión arterial. Al igual que en las arterias elásticas, en esta capa no hay
fibroblastos.

La túnica adventicia de las arterias musculares es relativamente gruesa y con


frecuencia está separada de la túnica media por una membrana elástica externa
identificable.

La túnica adventicia de las arterias musculares está compuesta de fibroblastos, fibras


colágenas, fibras elásticas y, en algunos vasos, adipocitos diseminados. Es
relativamente gruesa. En la túnica adventicia se encuentran nervios y vasos de
pequeño calibre que se ramifican para penetrar en la capa media de las arterias
musculares grandes.

Arterias pequeñas y arteriolas


Las arterias pequeñas y las arteriolas se distinguen unas de otras por la cantidad de
capas de células de músculo liso en la túnica media.

Las arteriolas controlan el flujo sanguíneo hacia las redes capilares por contracción de
las células del músculo liso.
Las arteriolas sirven como reguladores del flujo hacia los lechos capilares. En la
relación normal entre una arteriola y una red capilar, la contracción del músculo liso en
la pared de la arteriola aumenta la resistencia vascular y reduce o bloquea la sangre
que va a los capilares. El engrosamiento leve del músculo liso en el origen de un lecho
capilar de una arteriola se llama el esfínter precapilar.

CAPILARES
Los capilares son los vasos sanguíneos de diámetro más pequeño; con frecuencia su
diámetro es menor que el de un eritrocito.

Los capilares forman redes vasculares sanguíneas que permiten que líquido con gases,
metabolitos y productos de dese- cho se muevan a través de sus paredes delgadas. El
cuerpo humano contiene aproximadamente 80 000 kilómetros de vasos capilares. Cada
uno consta de una sola capa simple de células endoteliales y su lámina basal. Las
células endoteliales forman un tubo lo suficientemente grande como para permitir el
paso de los eritrocitos, uno a la vez.

Clasificación de los capilares


Hay tres tipos de capilares: continuos, fenestrados y discontinuos (sinusoidales).

Los capilares continuos se encuentran normalmente en el tejido conjuntivo; músculo


cardíaco, esquelético y liso; en la piel; en los pulmones y en el SNC. Se caracterizan
por un endotelio vascular ininterrumpido que descansa sobre una lámina basal
continua. Las células endoteliales contienen los orgánulos habituales, unas pocas
microvellosidades cortas en su superficie luminal, una cantidad variable de vesículas
unidas a la membrana electrónica densa y mu- chas vesículas pinocíticas que son
contiguas con las superficies tanto luminal como basal de la membrana plasmática.

Los capilares fenestrados se encuentran normalmente en las glándulas endocrinas y


sitios de absorción de líquidos o metabolitos, como la vesícula biliar, los riñones, el
páncreas y el tubo digestivo. Sus células endoteliales se caracterizan por la presencia
de muchas aberturas circulares denominadas fenestraciones. La lámina basal continua
se encuentra a través de las fenestraciones en las superficies de la membrana
plasmática basal.

Una fenestración puede tener un diafragma no membranoso delgado a través de su


apertura. Deriva del glucocáliz englobado antes en la vesícula pinocítica.
Los capilares fenestrados en el tubo digestivo y la vesícula biliar tienen menos
fenestraciones y una pared más gruesa cuando no se está produciendo ninguna
absorción.

Los capilares discontinuos son normales en el hígado, el bazo y la médula ósea.


Tienen un diámetro más grande y una forma más irregular que otros capilares.

Las células endoteliales descansan sobre una lámina basal discontinua. Las
características estructurales de estos capilares varían de un órgano a otro e incluyen
células especializadas. Las células de Kupffer y las células de Ito, que almacenan
vitamina A,

En el bazo, las células endoteliales exhiben una forma ahusada singular con brechas
entre las células vecinas.

Los pericitos corresponden a una población de células madre mesenquimatosas


indiferenciadas que están asociadas con los capilares. Los pericitos son ejemplos de
células perivasculares que están asociadas con el endotelio. Los pericitos son
contráctiles y están controlados por el NO producido por las células endoteliales.

Los pericitos proveen sustento vascular y promueven la estabilidad de los capilares y


las vénulas poscapilares através de una comunicación físicoquímica compleja y
bidireccional con las células endoteliales vasculares. Desde el punto de vista
histológico, los pericitos exhiben características de células madre mesenquimatosas
indiferenciadas de núcleos grandes con abundante heterocromatina.

Aspectos funcionales de los capilares

Para comprender la función capilar hay que considerar dos puntos importantes, la
vasomotricidad y la extensión o densidad de la red capilar. La densidad de la red
capilar determina el área total de la superficie disponible para el intercambio entre la
sangre y el tejido.

ANASTOMOSIS ARTERIOVENOSAS
Las anastomosis arteriovenosas permiten que la sangre saltee los capilares porque
proveen rutas directas entre las arterias y las venas.
En un lecho microvascular, las arterias transportan sangre hacia los capilares, y las
venas transportan sangre desde los capilares. Sin embargo, no necesariamente toda la
sangre pasa desde las arterias hacia los capilares y las venas. En muchos tejidos, hay
rutas directas entre las arterias y las venas que desvían la sangre de los capilares.
Estas rutas se llaman anastomosis arteriovenosas, son comunes en la piel de la punta
de los dedos, la nariz y los labios, y en el tejido eréctil del pene y el clítoris.

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