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En un día se filtran y llegan a los túbulos un total de 180 litros de plasma, que
arrastran agua, sales minerales, vitaminas, hormonas, lípidos, azúcares
sencillos, aminoácidos y proteínas de peso molecular inferior a 70.000, así como
subproductos de desecho metabólico (urea, ácido úrico, bilirrubina, creatinina) y
productos de naturaleza exógena, como medicamentos.
La composición inicial del ultrafiltrado sufre una serie de variaciones, por efecto
del transporte tubular. Estas variaciones permiten ajustar de forma precisa los
solutos y el agua que debe abandonar el organismo y los que deben ser
recuperados impidiendo su salida.
Los mecanismos de transporte que tienen lugar entre los túbulos de la nefrona y
los capilares peritubulares son:
1. La vía transcelular.
2. La vía paracelular
1. Osmosis.
2. Difusión simple.
3. Difusión facilitada. Que permite el paso de sustancias a mayor velocidad
que la que cabe esperar por la simple difusión y es importante destacar
su carácter saturable, que impone un límite a la máxima cantidad de
soluto, que puede ser transportado por unidad de tiempo.
Transcitosis
Las células epiteliales que forman este túbulo tienen en su membrana luminal (la
que mira hacia el centro del túbulo) un desarrollado ribete en cepillo, que indica
el intenso proceso de absorción que tiene lugar a este nivel. La gran cantidad de
mitocondrias que poseen viene a subrayar la elevada tasa metabólica que hay
en ese tramo del epitelio tubular.
Por término medio, se filtran al día unos 30 g de proteínas con peso molecular
inferior a 70.000, que se recuperan en su totalidad en el túbulo proximal por
endocitosis en el borde en cepillo de la cara apical.
El asa de Henle
Este proceso por el cual la vejiga se vacía de la orina almacenada, tiene lugar
cuando se produce el llenado y se desencadena un reflejo nervioso o reflejo de
micción. Se produce la contracción del músculo detrusor de la vejiga, de la pared
abdominal y del suelo de la pelvis y la relajación de los esfínteres interno y
externo de la uretra.
La micción es un reflejo espinal (médula espinal) simple
que está sujeto a control consciente e inconsciente por parte de los centros
cerebrales superiores. Se inicia por la estimulación de los receptores de
estiramiento de la pared vesical causada por el llenado de la vejiga, iniciándose
con un volumen de 150 ml. siendo muy fuerte con 300-400 ml. El reflejo se
controla en el SNC en la médula sacra; la información sensorial llega a través de
los nervios pélvicos y las fibras motoras parasimpáticas contraen el músculo
detrusor y relajan el esfínter interno; las fibras motoras somáticas se inhiben
dando lugar a la relajación del esfínter externo. La onda de contracción que
recorre la pared de la vejiga empuja la orina en dirección descendente hacia la
uretra y sale al exterior ayudada por la fuerza de la gravedad.
Este reflejo simple se produce en los niños hasta que aprenden el control de las
necesidades fisiológicas. El reflejo aprendido para el control voluntario del reflejo
de la micción requiere la integración a niveles superiores del SNC existiendo
áreas facilitadoras del reflejo y otras inhibidoras. Fibras sensitivas adicionales
proporcionan información a estos centros respecto al grado de replección o
llenado de la vejiga, si voluntariamente se anula el reflejo de micción se inhiben
las neuronas parasimpáticas y se estimula la contracción del esfínter externo. En
el momento deseado estos mismos centros retiran la inhibición y liberan el
reflejo.
La orina que se excreta normalmente es alrededor de 1-1,5 litros/día.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS