Professional Documents
Culture Documents
Prólogo........................................................................................................9
Invitados Especiales
Profesionales y Universitarios
9
los Principios de Gobierno y Política en la Edad Media (1961) que en la Alta Edad
Media (siglos V-XII) existía una primacía de la “visión descendente” (descending
thesis). En tal, el orden político-social obedece a un ejercicio piramidal del poder,
en cuya cima se sitúan fundamentos divinos que establecen la supremacía del
poder espiritual sobre el poder temporal. Esta división se debería a la influencia
agustiniana que concibe a la naturaleza humana como un estado natural
contaminado por el pecado original (ratio peccati); la función de los príncipes,
entonces, sería la de reprimir a los malvados.
La bula Unam Sanctam (1302) arremetió enérgicamente contra las nuevas
corrientes filosófico-políticas que iban emergiendo a partir del siglo XII. Esta
pestífera enfermedad, según la interpretación del papado, amenazaría a la
cosmovisión cristiana de la época y, junto a ella, a la organización medievalista
de la sociedad. Tal documento, que no tiene destinatario, demuestra la fuerza
con la que estas nuevas ideas reclamaban un nuevo statu quo. Se trata pues de
ideas que conciben una naturaleza humana político-social que se guía por los
preceptos de la razón natural humana, la cual anula a la razón divina dominante
en aquella larguísima época. Una naturaleza que se considera como fuerza y
causa eficiente, propia e independiente. De ahí que la sociedad tenga como
premisa un orden propio y naturalmente también leyes propias. Según Ullman,
estas ideas tienen su origen en la recuperación de la Política, obra que permitió
dar un giro copernicano a la concepción y ejercicio de la política en la Baja Edad
Media (siglos XIII-XV). Paralelamente a ello, también se fortifica el concepto
jurídico de ciudadano, el cual es ya imposible de conciliar con la figura del fiel
cristiano (fidelis christianus) que guarda devoción a las normas establecidas por
las autoridades eclesiásticas, es decir, al papado.
Es en esta dirección como Ullman arguye que se va afianzando una “visión
ascendente” del poder (ascending thesis) que ya no concibe a las relaciones de poder
de manera teológicamente jerarquizada, sino –racionalmente- a la inversa. Esto
habría ocurrido gracias a la recepción de las doctrinas políticas aristotélicas, un
renacer, que le devuelve a la persona su posición jurídica de civis. Es menester señalar
que tal teoría, aunque muy reconocida, es también criticada por su reduccionismo.
Es bajo este sentido que la investigación del Dr. Bertelloni que parte del
paradigma descrito anteriormente, reivindica la importantísima influencia
que tuvo la Política en el Medievo, pero por otras causas a las alegadas por
Ullman. Pues el rol que jugó esta obra fue el de “completar el esquema
tripartito de la philosophia practica en ethica individualis, oeconomica y politica y,
consecuentemente, sin el cual la tercera rama de ese esquema, es decir la politica,
no habría podido constituirse como ciencia dentro de la tripartición”(p. 13).
10
Quisiera también comentar el aporte del Dr. HCF Mansilla, doctor honoris
causa de nuestra Casa Superior de Estudios. Gracias a su enfoque, la interpretación
que realiza el profesor sobre la obra aristótelica es muy original y se trata de una
lectura muy gentil y atrapante. Su artículo, como bien lo indica, nos ofrece un
breve acercamiento al pensamiento aristotélico. A la par del artículo del Dr. Blithz
Lozada, estos dos textos explicativos pueden ser muy bien aprovechados para las
clases universitarias, investigaciones o simplemente para aprender más sobre este
gran pensador. Se me ocurre muy conveniente su uso en las cátedras de filosofía
griega, filosofía política, introducción a la filosofía, teoría política, ética, historia
antigua y muchas más; sospecho, también, que los estudiantes que los utilicen para
rendir sus exámenes habrán tenido una intuición muy acertada.
Es asimismo muy interesante cómo Lozada –de manera muy creativa–
reconstruye el sistema aristótelico a la vez que va deduciendo conclusiones que
insinúan la baja probabilidad de que Aristóteles (en su senectud) haya permitido
que Filis haya cabalgado sobre su lomo para conseguir sus favores sexuales.
Como bien lo enfatiza, “es impensable que por una pizca de consecuencia con
sus propias ideas (…) Aristóteles sea protagonista de tal alegoría”(p. 40).
Sin ser suficientes estos grandes aportes, se encuentra disponible un excelente
resumen de la tesis doctoral del Dr. Josef Mehringer realizado por él mismo para
esta publicación. Es fascinante cómo el investigador alemán clasifica el complejo
sistema aristotélico, explicándonos que tal tarea es difícil (sino imposible) sin
descifrar el núcleo de la filosofía aristotélica: el mesón o regla de oro. Pues como él
bien lo apunta, “para comprender el sistema o el núcleo de la filosófica aristotélica
es decisivo entender las estructuras dialécticas que lo organizan” (p. 98). Aún más,
¡tales estructuras dialécticas están derivadas del mito!
Esta nueva ordenación constituye una auténtica novedad en el mundo
académico y estoy seguro de que abrirá –como quizá ya lo ha hecho– las puertas
de nuevos paradigmas investigativos. Que la poética sea la causa finalis del todo
aristotélico es algo que no se lee continuamente, pero el rigor metodológico con el
que Mehringer sostiene tal propuesta es muy persuasivo. El mensaje es claro: no se
puede comprender la obra de Aristóteles si no es con un método interdisciplinario,
pues es así como el estagirita trabajaba, es decir, de manera fácil, sencilla y hermosa.
Esta investigación finaliza con una buena apreciación sobre Aristóteles
como filósofo de la libertad. Fue gracias a su atrevimiento a pensar por sí mismo
que pudo revolucionar el conocimiento, aunque no hacerlo posiblemente
le hubiera otorgado más facilidades existenciales, recuerdo, pues, que La
Academia (donde pudo haber permanecido) tenía más prestigio que su
11
escuela, El Liceo. Pero fue debido a su magnánime espíritu libertario que El
Liceo fundó la primera biblioteca pública de la historia.
No podría omitir el trabajo del Lic. Rudy Santiváñez, quien
lamentablemente falleció el año 2016. Este profesor era un especialista en
estudios de filosofía griega y desde la Socienfil estamos muy contentos de
brindarle un homenaje mediante la transcripción y publicación de uno de sus
manuscritos. Invito a que otros estudiantes se sumen a la tarea de rescatar sus
investigaciones, la cuales sin duda tienen una calidad encomiable.
Finalmente, los artículos de los estudiantes son muy elocuentes por sí
mismos y cuentan con un contenido de muy alta calidad. El concepto de salud
en Aristóteles del Dr. Gonzalo Amador resulta muy provechoso en tanto no
solamente muestra el significado de la salud en la obra del estagirita, sino
también que lo compara con el de la Organización Mundial de la Salud
(OMS). También define un concepto particular el Lic. Andrés Rioja, cuyo
artículo me parece muy fructífero porque emprende su investigación en
el idioma original, es decir: griego antiguo. Además de indicarnos que la
naturaleza (physis) se opone a lo artificial, también nos insinúa un ciudado
de la naturaleza desde la visión aristotélica. El Univ. Franz Emerson Aguilar,
por su parte, desafía la noción clásica de felicidad como jerarquía de fines,
llegando a la conclusión de que la infelicidad es también una vía para alcanzar
la eudaimonía. Para ello recurre a la filosofía epicureísta, sirviéndose de varios
ejemplos y analogías. A continuación, el Univ. Mauricio Montealegre muestra
una parte de su trabajo que elabora para su Tesis de Grado. Una de las fuentes
principales para estudiar el vacío en los presocráticos Demócrito y Leucipo es
la Metafísica y son innumerables los estudiosos que se han dedicado a descifrar
tal cuestión, habiéndose escrito ríos de tinta sobre ello; Montealegre, bajo este
sentido, selecciona bibliografía de la más alta calidad en varios idiomas, por lo
cual su investigación constituye un genuino aporte a la comunidad académica.
Mantengo altas expectativas sobre su Tesis de grado.
Por último agradezco encarecidamente a Gabriela Alfred y a Mauricio
Montealegre por toda su colaboración a la Socienfil y al Dr. Blithz Lozada
Pereira por sus notas a la edición y diseño de este texto.
12
Francisco Bertelloni La tradición medieval prearistotélica
Francisco Bertelloni1
Resumen
La influencia aristotélica sobre la teoría política medieval tuvo lugar en el papel
desempeñado por el conocimiento de la Politica de Aristóteles como texto sin
el cual no se habría podido completar el esquema tripartito de la philosophia
practica en ethica individualis, oeconomica y politica y, consecuentemente, sin
el cual la tercera rama de ese esquema, es decir la politica, no habría podido
constituirse como ciencia dentro de la tripartición. En este sentido debe
decirse que el conocimiento de la Politica fue realmente un punto de inflexión
revolucionario en la historia de la teoría política.
* *
13
2400 años de Aristóteles
2 Martin Grabmann, Studien über den Einfluss der aristotelischen Philosophie auf die
mittelalterlichen Theorien ueber das Verhältnis von Kirche und Staat (Sitzungsberichte der
Bayerischen Akademie der Wissenschaften, Heft 2), München, 1934.
3 Para esas críticas, v. infra, nota 7.
4 Se trata de los tratados involucrados en controversias políticas concretas, a los que la
historiografía alemana denominó staatstheoretische y kirchenpolitische Traktate.
14
Francisco Bertelloni La tradición medieval prearistotélica
y con ese modelo intentó leer el desarrollo de las ideas políticas de la edad
media entendido un todo global, es decir como un período que, a lo largo de
casi diez siglos, se extiende desde el siglo V hasta el siglo XV. Ullmann imaginó
una pirámide política y utilizó la fórmula descending thesis para referirse a las
ideas políticas de carácter teocrático-papal que colocaron en la cúspide de esa
pirámide el origen de un poder que es delegado parcialmente, de arriba hacia
abajo, en instancias políticas inferiores definidas como receptoras ministeriales
de ese poder. En sentido inverso, con la fórmula ascending thesis, Ullmann
pretendió explicar la estructura de las teorías que colocan el origen del poder
en la base de la pirámide, es decir en el pueblo, que lo transfiere a instancias
superiores entendidas no como sede originaria, sino como simples ejecutoras
de ese poder recibido por concesión.
Dentro de este esquema piramidal, descendente o ascendente, el papel
protagónico en la formación de la descending thesis fue atribuido por Ullmann
predominantemente al ius canonicum, es decir al corpus jurídico emanado del
papado medieval. Ese corpus habría dominado -al menos como cuerpo teórico-
en las ideas políticas de Occidente hasta mediados del siglo XIII. En cambio
Ullmann atribuye un protagonismo exclusivo en la constitución de la ascendig
thesis a la recepción medieval de los libri morales de Aristóteles, es decir a la Ethica
Nicomachea en la versión de Roberto Grosseteste traducida en torno del 1248 y
en especial a la recepción de la Politica en la versión de Guillermo de Moerbecke
traducida entre 1260 y 1265. La revolución copernicana que según Ullmann,
produjo Aristóteles al contribuir a invertir la pirámide política teocrática, habría
sido algo así como el preludio del pensamiento político moderno5.
La historiografía del pensamiento politico medieval ha conocido
recientemente algunos intentos de atenuar el alcance de estas tesis de
Ullmann. Las críticas a su modelo, articulado en descending y ascending thesis,
no han sido motivadas solamente por la gran extensión del período de diez
siglos de ideas políticas al que ha aplicado un modelo de interpretación único,
sino sobre todo por su atribución de carácter exclusivo y revolucionario al
papel desempeñado por los tratados aristotélicos en lo que llama el nuevo
desarrollo del pensamiento político a partir de mediados del siglo XIII. Pues
Ullmann estereotipa la ascending thesis, es decir la nueva dirección que asume
5 Cfr. W. Ullmann, Principles of Government and Politics in the Middle Ages, Londres, 19784
(en la ed. española, Principios de gobierno y política en la edad media, Madrid, 1961, pp. 235
ss.); id., A History of Political Thought: The Middle Ages, Harmondsworth, 19753 (en la ed.
española., Historia del pensamiento político en la edad media, Barcelona, 1983, pp. 152 ss.).
16
Francisco Bertelloni La tradición medieval prearistotélica
17
2400 años de Aristóteles
18
Francisco Bertelloni La tradición medieval prearistotélica
lugar Aristóteles caracteriza cada una de esas partes como ámbitos dentro de los
que se verifican relaciones de subordinación entre un sujeto que manda y otro
que obedece10. En segundo lugar, esos vínculos de subordinación son específicos
de cada parte y diferencian cualitativamente a las partes entre sí11. En tercer
lugar existe una primacía histórico-genética de la ethica sobre la oeconomica y
de la oeconomica sobre la politica; pero al mismo tiempo existe una primacía
ontológica de la politica sobre la ethica y sobre la oeconomica, primacía que es
equivalente a la primacía del todo sobre las partes y que transforma a la politica
en polo hacia el cual tienden los fines de las otras dos partes de la philosophia
practica12. En cuarto lugar, aunque en la ethica y la oeconomica no se verifican
relaciones políticas en sentido estricto, sin embargo, durante el proceso de
formación de las relaciones propias del individuo en la ethica y de la casa en la
oeconomica, esas dos partes adquieren una dimensión política, pues tienden a
la constitución de la pólis como la comunidad más perfecta; por ello la politica,
como ciencia arquitectónica, se sirve de ellas para efectivizar los fines de la
pólis13. Esta primacía de la politica otorga unidad sistemática a las tres partes de
la philosophia practica, supera el aislamiento entre ellas y coloca a la politicidad
propia de la tercera parte como fundamento de esa unidad.
Durante casi ocho siglos, desde fines del siglo V hasta poco después de
mediados del siglo XIII, la edad media también conoció un esquema tripartito de
la philosophia practica. Aunque con algunas variantes terminológicas, este esquema
estaba articulado en ethica individual, oeconomica y politica. Sin embargo la edad
media no parece haber recibido este esquema de Aristóteles -por lo menos por
vía directa-, ya que si bien el espíritu de la tripartición responde al pensamiento
10 Cfr. Politica, 1252a 10 ss. Los vínculos de subordinación afectan inclusive la parte de
la philosophia practica en la que esos vínculos parecen difícilmente verificables: la ética
individual, en la que el alma debe gobernar al cuerpo y el intelecto debe gobernar las
tendencias del apetito: “Anima quidem corpori enim dominatur despotico principatu,
intellectus enim apetitui politico et regali. In quibus manifestum est, quod secundum
naturam et expediens corpori regi ab anima, et passibili parti ab intellectu, et parte
rationem habente; ex aequo autem aut e contrario, nocivum omnibus. Iterum in homine
et in aliis animalibus similiter se habet...” (ibid., 1254b 1 -10)
11 «Quicumque igitur quidem existimant politicum et regalem et oeconomicum et
despoticum, idem non bene dicunt» (ibid.,1252a 7 ss.)
12 «Quoniam omnem civitatem videmus communitate quamdam existentem, et omnem
communitatem boni alicuius institutam; eius enim quod videtur boni gratia, omnia
operantur omnes: manifestum quod omnis bonum aliquod coniecturat. Maxime autem
principalissimum omnium maxime principalis, et omnes alias circumplectens. Haec autem
est quae vocatur civitas, et communicatio politica» (ibid, 1252a 1- 6)
13 ibid.
19
2400 años de Aristóteles
14 Los historiadores se rehúsan a atribuir a Aristóteles esa tripartición. Por ejemplo: «Cette
tripartition paraître remonter, en dernier lieu, à Aristote” (cfr. Alcinoos, Enseignement des doctrines
de Platon, Introduction, texte établie et commenté par John Whittaker et traduit par Pierre
Louis, Paris, 1990, p. 81). La misma duda en L. Baur, Dominicus Gundissalinus. De divisione
philosophiae, Münster, 1903 (Beiträge zur Geschichte der Philosophie des Mittelalters, IV, 2-3),
p. 310. Véase además F. Volpi, “Réhabilitation de la philosophie pratique et néo-aristotelisme”,
en: Aristote politique. Études sur la Politique d’Aristote (Sous la direction de Pierre Aubenque,
publiées par Alonso Tordesillas), Paris, 1993, esp. p. 465, n. 11 y también Claude Lafleur,
“L’Introduction à la Philosophie Ut testatur Aristotiles (vers 1265-1270)”, en: Laval théologique
et philosophique, 48 (1992), p. 103, n. 45. En efecto, el pasaje de Eth. Nic., VI, 9 1142a 9
sugiere esa división, pero no la formula explícitamente: «Quamvis forte non est hoc <bonum
individuale> sine oeconomica, neque sine urbanitate <i.e. sine politica>». Del mismo modo,
aunque desconocida en la edad media, la Ethica Eudemia, 1218b 13 ss. se refiere a la distinción
entre politiké, oikonomiké et phrónesis, pero sin mencionar a la ethica individualis.
15 “Practicae vero philosophiae...triplex est divisio; est enim prima quae sui curam gerens cunctis
sese erigit, exornat augetque virtutibus, nihil in vita admittens quo non gaudeat, nihil faciens
paenitendum; secunda vero est quae rei publicae curam suspiciens cunctorum saluti suae
providentiae sollertia et iustitiae libra et fortitudinis stabilitate et temperantiae patientia medetur;
tertia vero, quae familiaris rei officium mediocri componens dispositione distribuit” (In Isagogen
Porphyrii commenta, ed. G. Schepss/S. Brand, CSEL 48, Vindobonae-Lipsiae, 1906, p. 9).
16 “Moralis dicitur, per quam mos vivendi honestus appetitur, et instituta ad virtutem
tendentia praeparantur. Dispensativa dicitur, domesticarum rerum sapienter ordo
dispositus. Civilis dicitur, per quam totius civitatis administratur utilitas“ (De artibus et
disciplinis liberalium litteratum, III, in: Migne, PL, 70, col.1169)
17 Sobre el problema véase mi trabajo, “Les schèmes de la philosophia practica antérieures à 1265:
leur vocabulaire concernant la politique et leur rôle dans la réception de la Politique d´Aristote”
20
Francisco Bertelloni La tradición medieval prearistotélica
21
2400 años de Aristóteles
22
Francisco Bertelloni La tradición medieval prearistotélica
ya desde mediados del siglo XII y, sobre todo, en la primera mitad del siglo
XIII, se percibe la aparición de multitud de textos conocidos como divisiones
philosophiae. Su objetivo es integrar orgánicamente los datos transmitidos por
la tradición junto con los conocimientos filosóficos recientemente descubiertos.
Esta situación se verifica en especial en textos provenientes del ambiente
intelectual de los magistri de la Facultad de Artes de la Universidad de París26 que
han sido estudiados recientemente, desde el punto de vista de su contribución a
la ética, por Georg Wieland27.
En todos estos textos también se registra ausencia de sistematicidad y
de relaciones recíprocas entre las partes de la philosophia practica. Además, un
motivo permanente de estos textos es su insistencia en tipificar la ética individual
-que las divisiones llaman monastica o monostica- en referencia directa al carácter
unitario de su sujeto, el individuo, contrapuesto a la pluralidad de los sujetos
de la politica28. Ello muestra una tendencia a considerar cuantitativamente las
diferencias entre las partes, descuidando las características ontológicas que
definen la naturaleza específica de cada una de ellas. Como consecuencia de
26 Cfr. Claude Lafleur, Quatre introductions à la philosophie au XIIIe. siècle. Textes critiques et étude
historique, Montréal-Paris, 1988 e id., L’enseignement de la philosophie au XIIIe. siècle. Autour du
“Guide de l’étudiant” du ms. Ripoll 109 (Actes du colloque international édités, avec un complément
d’études et de textes par Claude Lafleur avec la collaboration de Joanne Carrier), Turnhout, 1997.
Ambos trabajos mencionan abundante bibliografía sobre el tema de las divisiones philosophiae.
Me permito remitir asimismo a mis trabajos: “Die Rolle der Natur in den Commentarii in Libros
Politicorum Aristotelis’ des Albertus Magnus”, en: Miscellanea Mediaevalia, Bd. 21/2 (Mensch und
Natur im Mittelalter), ed. Albert Zimmermann, Berlin-N.York, 1992, pp. 685 ss. (versión esp.: “De
la politica como ‘scientia legislativa’ a lo politico ‘secundum naturam’”, en: Patristica et Mediaevalia
XII, 1991], pp. 3/32) y “Politologische Ansichten bei den Artisten um 1230/1240. Zur Deutung des
anonymen Studienplans Hs Ripoll 109”, in: Theologie und Philosophie, 69 (1994), pp. 34 ss
27 V. Georg Wieland, “L´émergence de l´éthique philosophique au XIIIe siècle, avec une
attention spéciale pour le Guide de l´étudiant parisien”, en: C. Lafleur, L’enseignement de
la philosophie au XIIIe. siècle..., ut supra, nota 26, pp. 167 ss.
28 El prototipo de la concepción de la philosophia practica propio del ambiente artista puede
leerse en un testo de Oliverus Brito: “Practica [philosophia] dividitur in monosticam,
yconomicam et politicam. Monostica est quae ordinat hominem ad regimen sui, et dicitur
a monos, quod est unus, et ycos, quod est scientia, quasi scientia unius ... Et hec datur ab
Aristotile in Ethicis. Yconomica est que docet propriam familiam ordinare, unde yconomos
grece, dispensator latine; vel dicitur ab Yconomo, huius scientie primitur inventore. Et
hec a Tullio libro suo De Officiis enodatur. Politica nominatur que docet regere populos
et civitates, unde dicitur a polis, quod est civitas vel pluralitas. Et hec traditur in legibus et
decretis» (MS Oxford, Bodleian Library, Corpus Christi College, 283 fol. 151 ra-b; tomo el
texto de R. A. Gauthier, “Arnoul de Provence et la doctrine de la ‘Fronesis’, vertu mystique
suprême”, dans: Revue du moyen âge latin, 19 (1963), p. 140.
23
2400 años de Aristóteles
24
Francisco Bertelloni La tradición medieval prearistotélica
divisiones refleja una gran paradoja: por una parte ella es expresión de un esquema
tripartito que, como tal, nunca había sido formulado así por Aristóteles, pero
que responde bien al espíritu de su filosofía; por la otra ella delata una suerte de
“vacío” de aristotelismo, pues presenta un frágil sistema teórico, muy lejano de
la sólida estructura de relaciones que Aristóteles había establecido entre las tres
partes de su philosophia practica. Este frágil sistema teórico es, precisamente, el
que encuentra Alberto cuando escribe su Prologus al Super Ethica.
En el Prologo a su tratado Super Ethica, escrito entre 1248 y 1252, Alberto
plantea cinco problemas concernientes a la cientificidad, a la unidad, al tema,
al fin y al modo de la scientia moralis, es decir de la philosophia practica. Cuando
trata el problema de su unidad, pregunta utrum disciplina moralis sit una32 y
menciona un argumento que atenta contra esa unidad:
...hay tres ciencias acerca de las costumbres de los hombres, la moral [individual],
la económica y la política o [ciencia] de la ley positiva; del mismo modo como ellas se
diversifican en cuanto a los tratados, así también se diversifican en cuanto a los fines,
pues el fin de la moral es la felicidad, el de la económica las riquezas y el de la civil
la tranquilidad de la cosa pública; difieren también en cuanto a la materia, porque
de la primera es el bien humano, de la segunda la casa y la ciudad de la tercera. En
consecuencia no parece que estas tres convengan bajo una ciencia 33...
El argumento que presenta Alberto reproduce la misma concepción de la
philosophia practica que transmite la tradición. Precisamente, la conclusión del
argumento muestra una característica negativa de la philosophia practica que
Alberto quiere refutar y superar: puesto que son tres los motivos por los cuales
las tres ciencias se diversifican, la philosophia practica parece articularse en tres
partes aisladas entre sí, sin relación con las otras, con lo cual la unidad y la
completitud de la philosophia practica queda desintegrada. Si a ello agregamos
el hecho de que, según el argumento, cada parte se identifica con un tratado
diferente, percibimos que todas esas características coinciden con la tipología
de la philosophia practica presente en las divisiones philosophiae, es decir con el
prototipo de la tripartición que es formulado en la primera mitad del siglo XIII
sobre la base de la herencia la tradición que se remonta hasta Boecio y Casiodoro.
32 Cfr. Alberti Magni Super Ethica. Commentum et Quaestiones, in: Alberti Magni Opera
Omnia, T. XIV, Pars I-II, ed. W. Kübel, Münster, 1968 ss., p. 2 a.
33 “...tres tradidit scientias de moribus hominum, scilicet moralem, oeconomicam et
politicam vel legis positivam, et sicut istae tres diversificantur in tractatibus, sic differunt
in finibus, quia moralis finis est felicitas, oeconomicae divitiae, civilis rei publicae
tranquillitas; differunt etiam in materia, quia primae humanum bonum, secundae domus,
tertiae civitas; ergo non videtur, quod istae tres conveniant sub una sciencia” (ibid., 2b)
25
2400 años de Aristóteles
Es como si, en este argumento, Alberto hubiera intentado concentrar todas las
falencias y las lagunas con que toda la tradición presentó el problema.
Alberto asume una actitud muy crítica frente a esta concepción que disuelve
la integridad de la philosophia practica y se propone superarla. De hecho, sobre
el final del Super Ethica, Alberto parece hacer suya una idea de Aristóteles34, en
la que éste exhorta a tratar los problemas de la politica, que es la última parte de
la filosofía, para completar, a través de ese tratamiento, toda la enciclopedia del
saber filosófico35. Se trata de un proyecto que Alberto empieza a efectivizar desde
el Prologus del Super Ethica. Podemos sin embargo preguntar: ¿cómo es posible
llevar adelante ese proyecto que exhorta a ocuparse de la politica sin contar con
algún texto que informe acerca de su contenido?
Para realizar su tarea de tránsito desde esa concepción desintegrada de la
philosophia practica hacia una concepción que la presente de modo completo y
orgánico Alberto cuenta con escasos elementos. Por una parte, de la tradición que
se remonta hasta Boecio y Casiodoro y que concluye en las divisiones philosophiae
de la primera mitad del siglo XIII, recibe un esquema de la philosophia practica
que la divide en tres partes aisladas y que no ofrece ninguna información
acerca del contenido teórico de cada una de ellas o de sus posibles relaciones
mutuas. Además conoce el texto de la Ethica Nicomachea que está comentando.
En el Libro I de este tratado aristotélico puede informarse acerca del carácter
arquitectónico de la politica como disciplina hacia la que se ordenan los fines de
las otras dos partes de la philosophia practica36. Sin embargo, estas referencias solo
se entienden a la luz de la Politica, aún desconocida. Del libro VI recibe algunas
breves referencias a la oeconomica37, pero que son insuficientes para determinar su
contenido teórico o sus relaciones con las otras partes de la philosophia practica.
Y del libro X recibe algunas referencias al contenido de la politica, que sugieren
una identificación de la politica con la doctrina de la ley38, pero que, por ello
mismo, también son insuficientes como especificativas del contenido teórico
34 ”Relinquentibus igitur prioribus imperscrutabile, quod de legispositione, ipsos intendere
magis melius forte et totaliter utique de politeia, ut ad potentiam [politicam?], quae circa
humana, philosophia perficiatur” (Et. Nic., 1181b 13).
35 ”ut tota philosophia perficiatur ad potentiam, quae est circa humana, idest ad doctrinam
humanorum, quia haec est ultima pars philosophiae et completa ea completur tota
philosophia” (ut supra, nota 1, p. 794a).
36 “Utente vero hac reliquis practicis disciplinarum, amplius autem legem ponente, quid
oportet operari et a quibus abstinere, huius finis complectitur utique eos qui aliarum,
quapropter hic utique erit humanum bonum” (Et. Nic., 1094b 1 ss.)
37 ibid., 1141b 22 ss.
38 “Leges autem politicis operibus assimulantur” (ibid., 1181b 1)
26
Francisco Bertelloni La tradición medieval prearistotélica
39 Muchos textos muestran que los magistri artium sabían que Aristóteles había escrito un
tratado sobre la ciencia política. D.Gundissalinus, en la mitad del siglo XII, identifica
una parte de la philosophia practica, la scientia gubernandi civitatem -o civilis ratio- con
la politica, que habría sido tratada “in libro Aristotelis, qui politica dicitur” (cfr. L. Baur,
Dominicus Gundissalinus..., ut supra, nota 23, p. 136). Más tarde, hacia mediados del siglo
XIII, el texto conocido como Sicut dicit Ysaac, atribuído por Grabmann a Nicolas de París
(cfr. M. Grabmann, “Die logischen Schriften des Nikolaus von Paris und ihre Stellung in
der aristotelischen Bewegung des XIII. Jahrhunderts”, en id., Mittelalterliches Geistesleben,
Vol. I, München, 1926, p. 244.) y luego considerado anónimo por C. Lafleur (cfr. Quatre
introductions..., ut supra, nota 26, p. 391, nota 12) sugiere tambien su sospecha acerca de
la existencia de la Politica (“Yconomica dicitur ab yconos quod est dispensatio quando aliquis
bene scit dispensare proprie familie, propriis filiis et filiabus, famulis et famulabus. Politica
dicitur a `polis’, quod est civitas, secundum quod huius prelati dicuntur regere civitates ut
prepositi et alii. Due ultime partes scilicet yconomica et politica, sicut quidam dicunt, traditur
in legibus et decretis, alii dicunt, quod traditur a Tullio in libro de officiis. Alii dicunt,
quod Aristoteles fecit in lingua arabica quandam scientiam de hoc, que nobis adhuc non est
translata”; cfr. Grabmann, Martin Grabmann, “Die logischen Schriften des Nikolaus
von Paris und ihre Stellung in der aristotelischen Bewegung des XIII. Jahrhunderts”, en
Mittelalterliches Geistesleben..., pp. 245/6). Lo mismo sucede con el ms. anonimo Bruges,
Bibliotèque de la Ville 496, fol. 80 ra, tambien del ambiente artista, para el que la politica
habría sido tratada por Aristóteles en un libro en el que “composuit scientiam de hiis” (cfr.
Gauthier, “Arnoul de Provence...” , ut supra, nota. 28, pp. 141/2).
27
2400 años de Aristóteles
40 ”Tres autem sunt partes huius [scientiae] secundum commentatorem arabem sic
differentes, quod in morali traduntur principia moralium...., in aliis autem duabus
traditur exercitium morum secundum secundum usum illorum principium in
specialibus casibus...Sic ergo hic traduntur principia, quibus illae utuntur; quarum una
docet, qualiter convivendum sit domesticis, altera, qualiter convivendum sit civibus. Et
sic planum est, quod reducuntur ad unam scientiam communem., ex quo ex eisdem
principiis procedunt” (ut supra, nota 32, 2b-3a)
41 “...nec omnes per eadem principia regulantur in regimine domus et sui ipsius et civitatis,
sed per diversa” (ibid.)
42 ”...modus huius, inquantum est utens, est persuasivus, inquantum est docens, est
demonstrativus sicut cuiuslibet alterius scientiae. Et hic modus sufficit ad scire,
inquantum est docens, sed non inquantum utens. Et ideo nec moralis nec oeconomica
sufficit ad illum finem qui est, ‘ut boni fiamus’, sine legislativa, quae cogit” (ibid., 4b)
28
Francisco Bertelloni La tradición medieval prearistotélica
29
2400 años de Aristóteles
en la edición de Borgnet ocupa apenas cuatro columnas- y que bien puede ser
considerado como una exposición de las propias ideas de Alberto presentadas
y construidas haciendo uso exclusivamente de recursos teóricos propios46.
En ese proemio Alberto presenta su concepción de la politica de modo
sintético y arquitectónico. Para ello se apoya en diversos autores árabes y latinos,
incluso en el mismo Aristóteles, pero en ningún momento cita textualmemte la
Politica, de modo de salvar la independencia entre las ideas que expone como
propias y el texto que debe comentar. Es verdad que a pesar de ello, en algunas
de sus afirmaciones se puede percibir la influencia de ese tratado aristotélico.
Pero si en ese proemio Alberto coincide con Aristóteles, esa coincidencia no
atenta contra su intención de no actuar aún como comentador. Simplemente,
Alberto hace suyas, sin mencionar su fuente, ideas aristotélicas que en este texto
ejercen una influencia evidente sobre su nueva concepción acerca del significado
de la integración de la politica dentro del esquema de las tres ciencias prácticas.
Y no podía ser de otra manera, ya que, en rigor, la influencia aristotélica es, en
este contexto, difícil de obviar, sobre todo si tenemos en cuenta que Alberto se
encuentra frente a una situación que, desde el punto de vista histórico-teórico,
es muy novedosa respecto de la situación en que se encontraba cuando escribía
su prólogo al Super Ethica. Porque si bien ahora vuelve a decir lo suyo acerca
de la politica, lo hace disponiendo de toda la información que acerca de ella
le ofrecen los libri morales aristotélicos cuya recepción Occidente acaba de
completar al conocer el texto de la Politica de Aristóteles.
En su comentario a la Politica Alberto introduce la doctrina del intellectus
adeptus. Se trata de una doctrina acerca del modo y las condiciones en que se puede
alcanzar la felicidad humana en los términos formulados por la “teología” filosófica
del Libro X de la Ethica Nicomachea. De allí que la doctrina del intellectus adeptus se
articule fundamentalmente en dos ejes: uno psicológico-cognoscitivo y otro ético-
práctico, cada uno de ellos correspondiente a la propia lectura que hace Alberto del
De anima y de la Ethica Nicomachea respectivamente. Con la expresión intellectus
adeptus Alberto se refería a la situación en la que se alcanza el logro de un estado
intelectual equivalente a la unión del alma humana con el intelecto agente separado.
En ese estado el alma está coniuncta con el Intelecto agente; ello la coloca en una
46 En glosas a la Politica del siglo XV, por ejemplo, esta pars proemialis tambien fue leída como
expresión, no de las ideas de Aristóteles, sino de las propias ideas políticas de Alberto: “Et
ratio istius divisionis secundum Albertum, quia consideratio hominis secundum naturam
est triplex, scilicet in supposito, in domo et in civitate...”, cfr. P. Czartoryski, “Gloses
et commentaires inconnus sur la Politique d´Aristote d´après les MSS de la Bibliotéque
Jagellone de Cracovie”, en: Mediaevalia philosophica polonorum, V (1960), p. 17.
30
Francisco Bertelloni La tradición medieval prearistotélica
situación de visión contemplativa o sabiduría teórica, una suerte de non plus ultra de
la existencia humana, es decir un fin que puede ser tipificado como efectivamente
último en el orden humano47.
El aspecto más importante de esta doctrina es que ella habla de un estado
de perfección en el orden de la realización de las posibilidades propiamente
humanas que no es un estado que Alberto haya entendido en términos
teológicos, sino como propio de los filósofos, es decir como estado caracterizado
como culminación de la vida filosófica, pero que de ninguna manera excluye el
fin de la otra vida, sino que es anticipatorio de la felicidad que puede alcanzarse
en la otra vida. En suma, el intellectus adeptus es un estado exclusivamente
humano y natural, completo, suficiente y autónomo en el orden puramente
humano, que equivale a la llamada plena felicidad intelectual, un tema cuya
importancia en relación con la polémica medieval acerca de la interpretación
de la psicología y la ética aristotélica es vastamente conocida.
En su proemio a su comentario a la Politica Alberto argumenta en dos
momentos. En el primero vuelve sobre el tema del intellectus adeptus y tematiza
y subraya la idea de independencia y de sufficientia intelectual resultante de ese
conocimiento; y en el segundo momento pasa a la idea de independencia y
sufficientia resultante de la completitud de la philosophia practica, la cual a su
vez se logra como consecuencia del conocimiento del contenido de todas sus
partes. En otras palabras, en el primer momento Alberto tematiza la sufficientia
que alcanza el filósofo a través del conocimiento, y en el segundo ahonda y
se concentra en la sufficientia que alcanza la philosophia practica a través del
conocimiento de todas y cada una de sus partes.
Alberto comienza su desarrollo del primer momento realizando una suerte
de alegato en favor de la inmortalidad resultante del cultivo de la ciencia. Primero
menciona un supuesto pasaje del Almagesto de Ptolomeo que opone el binomio
mortalidad-pobreza al binomio inmortalidad-riqueza. Éstas, dice, son accesibles
al hombre que cultiva la scientia y que posee el intelecto48. Alberto se refiere aquí
47 “...cum omnes homines natura scire desiderant, finis desiderii est stare in intellectu
divino: quia ultra illum non ascendit aliquis nec ascendere potest” (cfr. De intellectu et
intelligibili, II, tr. un., c. 9, en la edic. de Borgnet, 9, 517 b). Sobre el problema v. B.
Mojsisch, “La psychologie philosophique d´Albert le Grand et la théorie de l´intellect de
Dietrich de Freiberg”, en: Archives de Philosophie 43 (1980), pp. 675 ss. y especialmente
A. de Libera, “Psychologie philosophique et théologie de l´intellect. Pour une histoire de
la philosophie allemande au XIVe siècle”, en: Dialogue, XXXI/3 (1992), pp. 377/397
48 “Ptolomaeus in Almagesto dicit, quod non est mortuus, qui scientiam vivificavit: nec
fuit pauper, qui intellectui dominatus est, sive qui intellectum possedit” (Borgnet, VIII,
31
2400 años de Aristóteles
a la recepción, por parte del alma humana, de la luz del intelecto agente. Cuando
el alma ha recibido lo inteligido por el intelecto agente se constituye el intellectus
adeptus o intelecto adquirido, que se llama divino y gracias al cual el hombre es
perfecto y se asemeja a Dios. A estas características agrega de inmediato quiénes
son los que pueden llegar a esa situación y en qué consiste esa situación:
todos los filósofos colocaron la raíz de la inmortalidad en el intelecto adepto49.
Alberto insiste en el tema de la independencia de la filosofía
fundamentándola en la idea de la autosuficiencia y de la riqueza de quien logra
la plenitud cognoscitiva en el orden humano:
He aquí otra causa en virtud de la cual [uno] tal no puede ser pobre:
pues como el pobre no es autosuficiente; y [uno] tal, a causa de la
posesión y la preferencia de todas las cosas bellas y buenas se basta
a sí mismo para [alcanzar] cada una de las dos felicidades, es decir
de la [felicidad] política y de la [felicidad] contemplativa, entonces
no puede ser pobre.
Y de inmediato añade que la nota que especifica a la filosofía es el
autoconocimiento:
Por otra parte, dice Isaac en el libro acerca de las Definiciones, que
Platón, definiendo la filosofía, afirmó que la primera definición es el
conocimiento de sí misma50.
En el segundo momento Alberto se desliza rápidamente desde la
autosuficiencia del filósofo y de la filosofía como autoconocimiento, i.e. como
ámbito que para conocerse, no necesita de nada fuera de sí misma, hacia la
idea de sufficientia y perfectio resultantes de la completitud de la philosophia
practica cuando ella es completada mediante el conocimiento de todas sus partes.
6a). In Almagesto non invenitur.
49 “Ratio autem dicti est quod dicit Alfarabius in libro de Intellectu et Intelligibili, quod
omnes Philosophi radicem immortalitatis vere possuerunt in intellectu adepto: secundum
enim illum intellectum extendit se anima rationalis ad principia incorruptibilis veritatis:
nec potest esse quod mortale sit, quod subjectum est incorruptibilis veritatis. Quia
dicit Aristoteles in VI Ethicorum, quod unumquodque quod in aliquo est, est in eo
secundum potestatem ejus cui inest, et non secundum potestatem ejus quod inest: et
ideo si incorruptibilis veritas est in intellectu adepto, oportet quod et ipse incorruptibilis
sit” (ibid.). El destacado en el cuerpo del artículo es mío.
50 “Haec etiam causa quare talis pauper esse non posset: quia cum pauper sit non sibi
sufficiens, et talis ex possessione et superpositione et pulchrorum et bonorum omnium
sibi sufficiat ad utramque felicitatem, politicam scilicet et contemplativam, pauper esse
nunquam potest. Dicit autem Isaac in libro de Diffinitionibus, quod Plato diffiniens
Philosophiam dixit, quod prima diffinitio est suiipsius cognitio” (ibid., 6a).
32
Francisco Bertelloni La tradición medieval prearistotélica
51 “Est autem hominis consideratio triplex secundum naturam, scilicet in seipso, in domo
et in civitate. In seipso cognoscitur, in passionibus, operationibus et contemplatione, et
sic cognitio hominis determinata est in Ethicis, ubi determinavit Aristoteles de virtute
morali et contemplativa, et felicitate morali et contemplativa. Sed quia alia est virtus
hominis, et alia virtus civis, ut dicit Aristoteles in VI Ethicorum, et in unoquoque
extremum in bono, est virtus ejus, ut dicit in IV Ethicorum, ideo ad perfectionem
hominis in virtute, quia homo est animal naturaliter conjugale et civile, ideo post
perfectionem Ethicorum, quibus docetur virtus hominis in seipso, et utraque felicitas,
moralis scilicet et contemplativa.... Subjectum autem sive materia est communicatio
oeconomica et communicatio civilis secundum ordinem recti et justi, in qua ostenditur
homo perfectus secundum virtutem secundum quam naturaliter est homo animal
conjugale, et secundum quam homo naturaliter est animal civile” (ibid., 6b).
52 “ideo post perfectionem Ethicorum, quibus docetur virtus hominis in seipso..., oportuit
suscipere hoc negotium, ut perfecte traderetur moralis scientia: et hoc est causa suscepti
operis” (ibid). El destacado en el cuerpo del artículo es mío.
53 “In hoc enim est sufficientia moralis doctrinae, quando ostensum est qualiter homo est
in virtute perfecta secundum se, et in domo et in civitate.. Et ex hoc patet ordo hujus
scientiae ad scientiam Ethicorum, et etiam hujus doctrinae sufficientia” (ibid).
33
2400 años de Aristóteles
34
Francisco Bertelloni La tradición medieval prearistotélica
científico integral, recepción que hace posible que ella se constituya como un
sistema completo y sufficiens, es decir autónomo.
Se trata, pues, de un caso prototípico de inserción, en el esquema de la
philosophia practica, del contenido teórico de una disciplina que Alberto conocía
solamente de nombre, pero cuyo contenido teórico desconocía. Por ello en el
Super Ethica utiliza y esgrime su propia argumentación acerca de la politica, es
decir fabrica un contenido teórico que aún le faltaba. Pero en cuanto conoce
la Politica la argumentación del Super Ethica deja paso al contenido teórico
aristotélico contenido en la Politica.
La comprensión del proceso de progresiva recepción occidental, a partir de
principios del siglo XII, de todos los textos aristotélicos, exige tener en cuenta el
modo como los nuevos textos que iban siendo recibidos se incorporaban al esquema
de organización del conocimiento representado por las divisiones philosophiae, es
decir a la nueva organización del conocimiento filosófico que sustituía de modo
gradual el viejo esquema de las artes liberales54. Al incorporarse al esquema de
las divisiones philosophiae los textos aristotélicos recientemente conocidos llenaban
con un nuevo contenido las distintas ramas del saber, pero de todos modos siempre
quedaban ramas vacías, con nombre pero sin contenido, es decir sin textos que
pudiesen satisfacer las exigencias teóricas puestas por esas ramas del conocimiento.
Por ese motivo, aunque las divisiones philosophiae, consideradas como esquemas
formales de organización del conocimiento, fuesen esquemas completos en cuanto
esquemas, a veces quedaban truncos en cuanto a su contenido. Pero precisamente
por este motivo esos esquemas constituían un proyecto estimulante para continuar
la búsqueda de textos que pudiesen completar las ramas del conocimiento aún
vacías. Así, a medida que los textos aparecían, llenaban con contenido teórico el
esquema del nuevo saber científico 55.
Precisamente, la tercera parte de la philosophia practica fue un paradigma de
esa situación. Hasta el siglo XIII esta tercera parte aparecía en el esquema a veces
con nombre, a veces sin nombre, pero siempre sin contenido preciso, pues desde
54 Sobre el proceso de gradual pérdida de importancia de las artes liberales en relación con el
espacio que comenzaban a ocupar los nuevos esquemas de organización del conocimiento
v. Philippe Delhaye, “La place des arts libéraux dans les programmes scolaires du
XIIIe. siècle”, en: Arts libéraux et philosophie au moyen âge (Actes du quatrième congrès
international de philosophie médiévale), Montréal-Paris, 1969, pp. 161/173.
55 La tesis ha sido sostenida por Charles Lohr: ”By the middle of the twelfth century these
younger masters had come to realise that there were whole areas of knowledge of which
they knew only the names. It was only natural that they should try to learn more of
their subject matter” (cfr. “The medieval interpretation on Aristotle”, en: The Cambridge
History of Later Medieval Philosophy, Cambridge, 1982, p. 83).
35
2400 años de Aristóteles
Boecio ningún autor había logrado definir con precisión su contenido teórico.
En efecto, desde el siglo VI esa tercera parte había gozado de un espacio como
parte del esquema de lo que Boecio había denominado, por vez primera en el
mundo latino, philosophia practica56, pero a veces ella aparecía en el esquema sin
nombre -es el caso del mismo Boecio, que la describe como cura rei publicae,
pero sin atribuirle un nombre- o a veces con nombre, pero siempre con un
contenido muy vago. Ésta fue la situación hasta que fue conocido el texto de la
Politica en torno de 126557. En ese momento la tercera parte de la philosophia
practica se incorporó de iure en el esquema del saber. La disciplina representada
por esa tercera parte encontró en la Politica un texto que le permitía ocupar un
espacio como parte de la tripartición, legitimar su contenido teórico como saber
científico y justificar su nombre de “politica” como nombre de una parte del
sistema de las tres disciplinas prácticas unificadas en la nueva philosophia practica
de impronta aristotelica. De ese modo, el contenido del esquema se transforma
en un contenido específicamente aristotélico y adquiere una dimensión teórica
de la que había carecido durante siglos.
Son, pues, dos los motivos que hacen de las divisiones philosophiae de la
primera mitad del siglo XIII un momento de máximo interés en el desarrollo
histórico de la tripartición de philosophia practica. En primer lugar, porque
ellas representan lo que se conoce de la philosophia practica en el momento
inmediatamente anterior a la recepción completa de los libri morales de
Aristóteles. Y en segundo lugar porque ellas constituyen el esquema sobre
el cual esos libri morales actúan directamente tan pronto como ellos son
conocidos. Esta posición cronológica de las divisiones permite considerarlas
como el momento de transición hacia la nueva concepción científica de la
philosophia practica. El punto de inflexión, pues, en el que se verifica el cambio
radical de la concepción acerca de la estructura de la philosophia practica y en
el cual ésta adquiere una impronta científica tuvo lugar en 1265, cuando se
encuentran dos tradiciones: por una parte, la tradición iniciada por Boecio
y especialmente por Casiodoro, que presenta un esquema de la philosophia
36
Francisco Bertelloni La tradición medieval prearistotélica
37
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
Resumen
El ensayo tiene como objeto de estudio una anécdota atribuida a Aristóteles:
su relación con Filis, la cortesana de Alejandro Magno. El propósito del
texto no es establecer históricamente si el filósofo fue montado desnudo
por Filis como muestra cierta iconografía renacentista o si solo se trata de
una fábula. El ensayo analiza cómo sería posible que Aristóteles viejo y con
un sistema filosófico terminado, tuviese tratativas carnales con una hetaira
al grado de ponerlo en una situación humillante. Siguiendo sus ideas sobre
1 Miembro de número de la Academia Boliviana de la Lengua y miembro correspondiente
de la Real Academia Española. Docente emérito de la Carrera de Historia y de la Carrera
de Ciencia Política y Gestión Pública de la Universidad Mayor de San Andrés; docente e
investigador titular en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Ha publicado
23 libros y escrito 86 artículos para revistas especializadas incluidos textos periodísticos
en formato físico y electrónico. Licenciado en filosofía con estudios de economía. Tiene
maestría en gestión de la investigación científica y tecnológica, y maestría en Filosofía y
ciencia política. Es doctor en Gestión del desarrollo y políticas públicas. Diplomado en
educación superior y ciencias sociales. Obtuvo varios premios y fue miembro del Comité
Ejecutivo de la Confederación Universitaria Boliviana y de la Central Obrera Boliviana.
39
2400 años de Aristóteles
el orden natural de las cosas, tanto a nivel cósmico como social y político,
es impensable que por una pizca de consecuencia con sus propias ideas, su
visión estamental de las clases, su concepción de la esclavitud y el conjunto de
imperativos morales e intelectuales que sostiene; Aristóteles sea protagonista
de tal alegoría. Es posible que según el hiperbólico prurito de justificación
filosófica de toda acción, lógicamente se refiera la conveniencia y validez
moral de tener transacciones con hetairas, pero que se den al precio de una
humillación como la referida en el relato, es increíble. Sin embargo, el texto
dice que en el ámbito soberano de las decisiones personales, en contra de toda
probabilidad, es remotamente posible que Aristóteles subvierta sus propias
concepciones morales y políticas y tal vez lúdicamente, se haya prestado a la
fanfarria; en tal caso, se trataría de una acción senil rebosante de irracionalidad
que solo le habría dado el placer de la transgresión extrema, en primer lugar,
a sus propias concepciones y pensamientos, con el agravante de que sea
inevitable el más alto costo social en cuanto a la vergüenza y el ridículo: algo
impensable para el filósofo augur de la medianía y quien justifica el poder
patriarcal filosóficamente sin ambages.
* *
40
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
2 Véase el libro de Rubén Carrasco de la Vega Diálogo con Heidegger: Aprendamos a filosofar.
Tomo I, pp. 87-8.
42
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
43
2400 años de Aristóteles
44
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
45
2400 años de Aristóteles
46
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
sería casual, arbitrario e imperfecto, sin que sea dable anticiparlo y sin que exista
la posibilidad de explicitar conocimiento científico alguno al respecto.
El modelo de Aristóteles se inspiró en las ideas de Eudoxo de Cnido y en los
pitagóricos que establecieron la forma esférica de los planetas como disposición
perfecta. La disposición del sistema del mundo incluía elementos cosmológicos
que dieron sentido a la teoría aristotélica. Habría ocho cielos alrededor de la
Tierra, todo se movería por el impulso original del primum mobile y el universo
mismo tendría forma esférica con lo periférico arriba (lo superior absoluto),
y con el interior de la Tierra abajo (lo inferior absoluto). Dentro de la esfera
mayor, habría otras esferas impulsadas también por el primer movimiento,
concéntricas y etéreas. Cada una tendría realidad material quedando insertos
los planetas en su superficie, de modo que el conjunto del sistema se movería
alrededor de la Tierra. El modelo, por su elegancia y disposición, tuvo una
influencia milenaria de largo alcance, evidenciándose profundas consecuencias,
por ejemplo, a inicios del siglo XIV, Dante Alighieri distribuyó las partes del
mundo cristiano en ensamblaje perfecto con la cosmología aristotélica.
Por lo demás, recién a principios del siglo XIV, filósofos y teólogos como
Juan Buridán y Nicolás de Oresme cuestionaron el modelo de unicidad y
quietud de la Tierra, dando lugar a una influencia profunda sobre Galileo
Galilei y Nicolás Copérnico. Buridán explicitó con claro contenido anti-
aristotélico, la teoría del impetus que constituyó la antesala intelectual de la ley
de la inercia de Galileo. Para el filósofo francés, el movimiento de un objeto se
explicaría por el impulso de una fuerza externa que se agotaría gradualmente
haciendo posible algo impensable para Aristóteles: que una flecha por ejemplo,
atraviese el vacío. El impetus también anticipó la revolución copernicana. Por
su parte, Nicolás de Oresme, además de creer en la existencia de otros mundos,
defendió la rotación de la Tierra y aplicó el impetus a los fenómenos celestes.
El modelo de Aristóteles es un sistema filosófico construido con
prejuicios metafísicos, y destinado a dar cuenta de contenidos de especulación
ontológica. Sin embargo, en la mente del estagirita, pese al llamado de su
cuerpo; siguiendo la teoría de los lugares naturales que deberían ocupar las
cosas y ateniéndose a las diferencias entre los cinco elementos del mundo, el
mismo Aristóteles no encontraría nada perfecto en los eventuales movimientos
caprichosos de Filis. Ningún movimiento sobre el filósofo evidenciaría el
carácter supra-lunar, y menos los zarandeos de Filis cabalgándolo como a un
solípedo y, para colmo, sin aporte alguno de placer sexual. En comparación
al elemento eminentemente etéreo de la inteligencia aristotélica, tendiente a
desplegar movimientos perfectos y bucles de reconocimiento volando entre
47
2400 años de Aristóteles
las esencias tal y como soñaba su maestro, Platón, la masa corporal de Filis
aparecería ante el estagirita como demasiado terrosa, tendiente siempre hacia
abajo y con la única posibilidad de ofrecer placer si se revolcaba entre la materia
inmoderadamente cósica de lo que concierne al mundo ínfimo.
Aristóteles construyó un sistema siguiendo relaciones críticas entre
las observaciones empíricas, las generalizaciones inductivas, la aplicación de
proposiciones universales y la contrastación con la experiencia. Dijo que la
Tierra estaría inmóvil en el centro del sistema y que a su alrededor giraban
los cinco planetas conocidos en la antigüedad, además del Sol y la Luna. Su
experiencia indirecta y sus observaciones personales le mostraron que la Tierra
estaba quieta, que por tal disposición era posible que las aves volasen y que los
astros, siempre esféricos como dijeron los pitagóricos; girasen a su alrededor.
Tales apreciaciones coincidentes con el sentido común, según enfatiza
Thomas Khun, serían frecuentes en las visiones recurrentes de los pueblos
primitivos y entre los niños, dándose la subsistencia inclusive hoy día, de
nociones ampliamente extendidas coincidentes con el paradigma aristotélico.
En efecto, en muchas culturas primitivas, el Sol y el fuego tienen carácter
sobrenatural, divino y perfecto; lo propio sucede con los planetas que barrerían
órbitas sagradas. Por su parte, los niños espontáneamente creen que existirían
movimientos naturales e invariables en el mundo; por ejemplo, las cosas caen
para ocupar el lugar que les corresponde, en tanto que el fuego y el aire se
levantan siempre hacia el cielo porque quieren y deben hacerlo.
El itinerario intelectual del modelo geocéntrico consubstanciado
filosóficamente por Aristóteles y sustentado matemáticamente por Ptolomeo
seis siglos después con útiles y precisas predicciones, incluye varios astrónomos,
filósofos y teólogos hasta llegar a Nicolás Copérnico. Ptolomeo mantuvo los
contenidos sustantivos del sistema del mundo diseñado por Aristóteles. La Tierra
seguía siendo el centro inmóvil del sistema y alrededor de ella girarían los planetas,
aunque excluyéndose la idea peregrina de Eudoxo de Cnido y del estagirita,
concerniente a las esferas. Para responder el problema de la retrogradación de
los planetas, esto es el barrido de bucle de las órbitas planetarias, Ptolomeo
ideó la teoría de los epiciclos y deferentes: el movimiento orbital de los planetas
alrededor de la Tierra tendría dos círculos, uno mayor que marca el movimiento
de traslación, y otro menor dentro del anterior. La combinación de ambos daría
lugar al movimiento irregular de bucle percibido desde la Tierra.
Nicolás Copérnico publicó en 1543 su libro De revolutionibus orbium
cælestium. La obra terminó socavando las bases aristotélicas referidas a las
48
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
49
2400 años de Aristóteles
50
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
51
2400 años de Aristóteles
sobre los seres inferiores por naturaleza, de modo que el gobierno legal fuese
compatible con la dignidad del súbdito. Según el estagirita, gobernar implicaría
relacionar dos sujetos: el que rige y el que es regido, para lograr una obra común
según el destino y la jerarquía de cada miembro.
La finalidad de la polis radicaría en la autonomía del gobierno y la
autarquía de su estructura9. La autonomía refiere la posibilidad de establecer
racionalmente, el conjunto de su normativa; mientras que la autarquía es
la determinación por derecho propio según decisión soberana del régimen,
de tomar decisiones económicas, políticas y morales que permitan realizar la
autosuficiencia y la estabilidad de la comunidad, en procura de una vida buena y
digna para la mayoría de la ciudadanía. En este caso, la división de las leyes como
“naturales” -physis (φυσις)- y “convencionales” -nomos (νόμοι)- se diluiría, al
abandonar Aristóteles el supuesto platónico de hipostasiar el ideal del mundo de
las esencias como modelo que constituya toda realidad de existencia contingente.
El gobierno en cualquiera de sus expresiones es justo, si en quien lo ejerce
prevalece la virtud y el cumplimiento de los derechos cívicos. Por eso la máxima
injusticia es la del tirano, reprimiendo, persiguiendo o eliminando a los hombres
que descuellan10. El gobierno justo ejercido por un rey y varios patriarcas,
tanto sobre los esclavos y mujeres como sobre los hombres libres, cumpliría los
designios de la naturaleza para cada cosa11. En la relación heril y en la relación de
dominio del varón sobre las mujeres, la virtud se realizaría en la “natural” aptitud
patriarcal para dirigir las cosas y a las personas, predisposición ratificada en el
logro masculino de la riqueza. Se trataría de reinar sobre los seres vivientes, sobre
el cuerpo del señor y su apetito, de modo que las relaciones conyugales en su casa
le provean descendencia y autarquía, subordinando a su mujer y sometiendo a
sus esclavos para beneficio y felicidad de todos. En tal contexto, cualquier desliz
sexual que se produjese con alguna hetaira, no tendría sino el pintoresco carácter
de la narración de una anécdota señorial para presumir frente a otros patriarcas.
Si bien el buen gobierno heril preserva la propiedad y consolida los intereses
políticos de la ciudad, no se compara al gobierno ejercido entre hombres
libres. Paralelamente, existe una analogía respecto del mandato que ejerce el
9 La política, III, 1. 1275b. La numeración corresponde a la edición de las obras de Aristóteles
realizada por la Academia de Berlín a dos columnas (a y b) y cinco volúmenes, entre 1831
y 1870. El número romano corresponde al libro, después está el párrafo y, finalmente, la
columna en la página respectiva. La edición mencionada es referida por Julián Marías en
su traducción directa del griego en la edición bilingüe citada en la bibliografía.
10 La política, III, 17. 1287b.
11 La política, III, 13. 1284a.
52
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
53
2400 años de Aristóteles
el término drester (δρεστερ) denotaba “alguien que trabaja o sirve”, sin que el
hombre libre se diferencie taxativamente del que no lo era. El término doulos
(δούλος) prevaleció en el siglo IV antes de nuestra era, traduciéndose como
“esclavo”; aunque hubo otras palabras similares. El término ilota (ειλώτας)
en Esparta denotaba un esclavo con familia, dedicado a la agricultura, con la
posibilidad de liberarse en conjunto y que refería la categoría de siervo; similar
situación se dio en Tesalia donde la palabra penestai (πενέστες) fue la más
usada y en Asia Menor tuvo preeminencia el término laoi (λαώι).
Aristóteles asume la existencia original de una desigualdad antropológica
estructural: se trata de la naturaleza del esclavo. En teoría, el esclavo es por
naturaleza, no por convención. La naturaleza -physis (φυσις)- de un ente se
da según su finalidad. Ser de cierto modo implica mantener un movimiento
constante hacia una meta, puesto que todo es siendo. Tal movimiento
patentiza y hace real lo posible, según los límites cronológicamente
establecidos dirigiendo el estatuto categorial de los objetos hacia la finalidad
-telos (τέλος)- que les corresponde. Los objetos adquieren la plenitud de “ser
así” y son lo que “deben ser” cuando existen perfectamente dirigiéndose a la
perpetuación de su valor y sentido: así realizan su “naturaleza”.
Que Aristóteles haya pensado la naturaleza del esclavo como inferior a
la del amo, y el sentido de su existencia se realice como “ser para otro”; se
explica porque en Atenas -desde el siglo VI antes de nuestra era- hubo un
notorio incremento de la demanda de esclavos, dada por la privatización de
la propiedad de la tierra, el fomento de la producción mercantil y la falta
de fuerza de trabajo. Porque Atenas atrajo una ingente población, con alta
demanda de ingresos líquidos de las élites, tal contexto económico y político
explica cómo los esclavos fueron piezas imprescindibles para el buen gobierno
político y para la vida moral de la colectividad.
“La naturaleza es lo que cada cosa es, una vez acabada su generación”15. El
esclavo perfecto es el que cumple la finalidad hacia la cual su naturaleza le
impele a ser así, el que consiente que exista la esclavitud, y que obra y actúa
según lo que realiza siendo. Para el estagirita, los esclavos deberían practicar
su destino de obedecer y actualizar la perfección de su mismidad. viviendo
placenteramente su ser, puesto que “a cada uno le produce placer aquello que
está adecuado a su naturaleza”16. Sin embargo, lo particular del esclavo es
“vivir como no quiere”17; puesto que está ubicado en relación con los demás,
15 La política, I, 2, 1252b. 30-34.
16 La política, V, 7. 1342a.
17 La política, VIII, 2. 1317b.
55
2400 años de Aristóteles
por debajo de los hombres libres y por encima de las bestias. Es en tanto y en
cuanto cumple lo que el buen gobierno de la relación heril establece unilateral
y absolutamente: hacer lo que su amo quiera y ordene.
En el Ática, los esclavos no podían formar una familia y la relación
heril era personal y fundada en una eficaz coerción extraeconómica. Había
esclavos en diversas actividades; desde los que trabajaban en las minas
descansando solamente cinco días al año, a gran profundidad de la tierra en
angostas y bajas galerías con aire enrarecido y luz tenue; hasta los esclavos
que se hacían pasar por hombres libres con consentimiento de sus amos y
efectuaban encargos administrando capitales monetarios de alta cuantía, por
ejemplo, compraban y vendían mercancías en misiones ultramarinas. Por
lo demás, hombres y mujeres servían como domésticos en la casa principal
como “propiedad animada” de los amos. Satisfacían los deseos sexuales de sus
señores y señoras, que los disponían para diversión y servicio de los invitados
y amigos en relaciones hetero y homosexuales y en diversas perversiones,
incluidos los castigos corporales para su cruel solaz. Las esclavas jóvenes eran
alquiladas en casas de diversión rentables, dándose también el alquiler de la
fuerza de trabajo de los esclavos fuertes; en tales casos, los señores cobraban el
salario de los esclavos como si se tratase de personas libres.
Tener esclavos no era privativo de los grandes latifundistas, productores y
comerciantes; aunque solo ellos podían contarlos en cantidades considerables.
También los pequeños mercaderes, los campesinos con escasas tierras y los
artesanos de mínimos recursos, adquirían uno o varios esclavos para colmar sus
expectativas de beneficio legítimo dada su superior naturaleza de amos. Muchos
esclavistas griegos creían que el esclavo no merecía un nombre, un apodo bastaba
y mejor si tenía relación con el lugar de procedencia. Tampoco se permitía creer
en el testimonio de un esclavo y si en un proceso era imprescindible su palabra,
se la tomaba en cuenta solo si se la obtuvo bajo tortura.
Los esclavos-agentes administraban los negocios del dueño, usualmente
dirigiendo a otros esclavos. Tenían prerrogativas para formar una familia y
pretendían la manumisión a largo plazo, para lo que hacían lo que su iniciativa
y voluntad les permitía y aconsejaba. Servir con solicitud al patrón para que
algún día les otorgue la libertad, era el principal incentivo para obedecerle y
complacerlo con buen talante. Los esclavos con familia vivían desvinculados
de sus compradores, tenían actividades artesanales o mercantiles y debían
entregar una suma determinada de dinero a sus patrones.
En los ergasterios o talleres de producción metalúrgica, armamentista
y de curtido, se obtenía los mayores beneficios del trabajo de los esclavos. La
56
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
57
2400 años de Aristóteles
58
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
59
2400 años de Aristóteles
60
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
61
2400 años de Aristóteles
62
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
63
2400 años de Aristóteles
33 La política, V, 3. 1338a.
64
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
artesanos, campesinos y hetairas por naturaleza, radicaría apenas en que sean ajenos
a sí mismos, para que otros sean plenamente. Tal sería el sentido de la alienación
como destino irremediable para los estamentos subalternos, gravitando sobre ellos
el conjunto de formas laborales coercitivas, de dominio y sometimiento.
El trabajo manual de los actores subalternos –esclavos, artesanos,
campesinos y hetairas- no adquiriría plenitud política ni sería humano. Estaría
enajenado en su raíz y desarraigado en su apropiación. Si bien los sujetos
subalternos emplearían la razón para su eficaz desempeño, para Aristóteles, su
saber no sería práctico (ético y político). No les orientaría de modo individual
ni colectivo para seguir la entelequia de la comunidad. El saber subalterno
tampoco sería productivo porque no desplegaría la creación artística ni
retórica; y mucho menos sería un saber teórico porque no expresaría el ocio del
ciudadano libre. Pese a que el sujeto subalterno piense, llegaría apenas a alguna
iniciativa complaciente para su amo o señor. Su razón simplemente sería
técnica, instrumental en el sentido de que lo único que alcanzaría fuese dirigir
sus logros según la naturaleza servil de su alma. Los hábitos y las costumbres de
los sujetos subalternos nunca realizarían virtudes éticas como la generosidad
o la templanza. Si bien sus intereses les motivarían a conservar las relaciones
de servidumbre, la eudaimonía entendida como el florecer del alma racional
(virtudes dianoéticas) e irracional (virtudes éticas) también les estaría vedada.
65
2400 años de Aristóteles
alma inferior que reconoce su ser servil para otro, genera labores esclavas
restringidas por la imposibilidad material. La eficiencia de la esclavitud se
restringe a la habilidad intelectual y eventualmente artística del esclavo.
* Materia esclava unida a un alma libre. Un cuerpo fuerte esclavizado,
apto para las labores manuales y físicas queda unido a un alma libre
que no acepta ni asimila la naturaleza inferior destinada a servir a
otro. Se constituye en el origen de diversas rebeliones sociales, de los
desequilibrios, la disconformidad, la ausencia de estabilidad política y de
la sedición -stases (στάσης)-. Expresa una desproporción ética y estética
aberrante, y una situación lacerante y bochornosa para las almas libres.
* Combinación plausible de forma y materia convenientes. Un cuerpo
fuerte, apto para las labores manuales y físicas que no ha sido esclavizado,
yace latente para unirse con un alma inferior que reconozca su ser
para otro y que asimile el fin de existir para la servidumbre. Se trata
del reservorio del plus-trabajo esclavo destinado en última instancia, a
favorecer al colectivo superior de la cultura y la civilización.
En el caso de la mujer
* Combinación plena de forma y materia perfectas. En el caso de la matriarca
se trata de un cuerpo fuerte y saludable, apto para la concepción, el
alumbramiento y la maternidad, con la textura suficiente para efectuar
eventualmente quehaceres domésticos. El alma que le conviene de manera
perfecta es la disposición psíquica a la obediencia, reconociendo el mando
y guía del señor. En el caso de la hetaira se trata de un cuerpo voluptuoso
constituido con la finalidad de despertar el deseo y otorgar placer al amo,
unido a un alma que se reconoce para otro descubriendo su finalidad ulterior
de servir al cliente.
* Forma medida en cuerpo inapropiado. En el caso de la matriarca se trata
de un cuerpo enfermizo, débil, quebradizo, inhábil para la maternidad
e incapaz de realizar cualquier labor doméstica; unido a un alma que
dispone a la mujer para la obediencia y el servicio a su señor, aunque con
escasa gratificación. En el caso de la hetaira se trata de un cuerpo enfermo
por el abuso sexual, contagioso, repugnante e inhábil para la sensualidad;
unido a un alma que no encuentra su entelequia, frustada porque no
puede ejercer el poder que emana de la administración del placer del otro.
* Materia pulcra unida a forma inconveniente. En el caso de la matriarca
se trata de un cuerpo fuerte y saludable, apto para la concepción, el
66
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
67
2400 años de Aristóteles
68
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
el sistema aristotélico como lo otro, es el objeto animado que sería alguien solo
gracias a la acción del varón. Ella representa la negación de la masculinidad,
por lo que únicamente en tanto y el cuanto el varón la afirmase como algo de
él, sería parte del mundo alcanzando unidad con alguien: siendo pareja del
hombre. Aristóteles asume que el sentido de la mujer que es esposa, madre y
gestora de la esfera doméstica, descubre el fin y razón de su propia vida, en el
ser del marido, del patriarca y del señor y amo, que detentaría la prerrogativa
exclusiva de reconocerla como su pareja dándole existencia en el mundo.
En La política, el estagirita expone el deber del ciudadano libre de
regir su casa, es decir de ejercer gobierno diferenciado sobre su mujer, hijos
y esclavos. En la comunidad elemental, en la casa -oikía (οίκία)- donde
se congrega la familia, los bienes domésticos y los esclavos, las relaciones
naturales de género definirían el lugar superior del hombre frente a la mujer
principal y el resto de las mujeres. Las relaciones de generación establecerían
el lugar de los padres sobre los hijos, siendo las relaciones de dirección las que
concernirían al régimen heril, subordinando el esclavo al amo. Tal régimen
sería “natural” y se justificaría porque para el filósofo, mandar y ser mandado
serían las expresiones de dos dimensiones que corresponderían al mismo
interés, según la naturaleza y proyección de perfección de los actores. En este
sentido, es posible que Aristóteles haya aceptado obedecer a Filis, postrado
ante su belleza y consciente de que el sometimiento temporal implicaría un
beneficio mayor para él en una relación perfecta; pese a su superioridad en
casi todos los aspectos del filósofo y la cortesana. Tal relación plena supondría
la unión sexual del más sabio de los filósofos con la más bella de las hetairas.
La ciudad, la polis, es un agregado evolucionado, históricamente superior
y teóricamente posterior a la familia y a la reunión de familias (la aldea). Sin
embargo, su origen radica en la organización familiar y aldeana, desde la que se
constituyó la vida con plenitud ética y política de la ciudad-Estado. La ciudad
es una comunidad política constituida por una multitud de ciudadanos libres
capaces de deliberar y resolver los asuntos públicos acudiendo a la discusión
racional, para la realización plena del ideal de vivir bien. Tal ideal instituye
necesariamente el patriarcado como condición para alcanzar seguridad y
plasmar la cooperación, formando a los ciudadanos para que obedezcan los
mandatos, de manera que tanto gobernantes como gobernados coadyuven al
propósito individual y colectivo de alcanzar el bien común.
El principio de la entelequia aplicado a la polis determina taxativamente
el sentido final de la comunidad -koinonia (κοινόντα)- política y civil -politiké
69
2400 años de Aristóteles
70
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
conjunto de los súbditos. Gobernar relacionaría a quien rija con quienes serían
regidos; inmediatamente, al patriarca con las mujeres y los esclavos tendiendo
relaciones perfectas y naturales. Adicionalmente y para terminar, existirían
otras formas de gobierno natural descritas a continuación:
1. Gobierno del alma sobre el cuerpo. Relación despótica que impone el
alma sobre todas las funciones corporales, desde la nutrición hasta el
pensamiento. Implica someter la fuerza bruta del cuerpo equilibrándolo.
2. Gobierno de la inteligencia sobre el apetito. Relación política porque el alma
racional (virtudes intelectuales como la prudencia y la sabiduría) restringe el
alma irracional (virtudes morales como la templanza, la pasión y el instinto).
3. Gobierno del hombre sobre los animales. Relación potencialmente
beneficiosa. Se aplica sobre los animales salvajes (gobierno inferior) o
domésticos (gobierno superior). Los animales existen para satisfacer las
necesidades de los hombres, en particular del ciudadano libre.
4. Gobierno del macho sobre la hembra. Relación plenamente natural
verificada tanto entre los animales como en los seres humanos. Excluye
la posibilidad de la humillación de Aristóteles montado, ensillado y con
brida manejada por Filis.
5. Gobierno del amo sobre el esclavo. Relación natural y perfecta. Forma de
gobierno pleno que realiza absolutamente los intereses comunes de los actores.
Bibliografía
ARIES, Philippe (comp.)
Sexualidadades occidentales. Trad. Carlos García. Paidós Studio. 1ª ed. México, 1987.
ARISTÓTELES.
Obras. Trad. Francisco de P. Samaranch. Editorial Aguilar. 2ª reimpresión. Madrid, 1991.
La Política. Traducción de Julián Marías y de María Araujo. Edición bilingüe griego-
español. Centro de Estudios Constitucionales. Madrid, 1983.
Gran ética. Trad. Francisco Samaranch. Aguilar. Iniciación filosófica, Madrid, 1975.
Órganon: Escritos de lógica. Editorial de Ciencias Sociales. Según edición de Aguilar
S.A. Clásicos de la filosofía. La Habana, 1973.
ARTOUS, Antoine.
Los orígenes de la opresión de la mujer. Trad. H. Pawlowsky. Fontamara. México, 1996.
71
2400 años de Aristóteles
BARNES, Jonathan.
Aristóteles. Trad. Marta Sansigre. Editorial Cátedra. Colección Teorema. Madrid, 1982.
BARREAU, Hervé.
Aristóteles y el análisis del saber. Trad. Isidro Gómez. Biblioteca EDAF. Madrid, 1978.
BOGLIOLO, Luis.
La filosofía antigua desde sus orígenes hasta el siglo II: China, persa, hindú y griega. Trad.
Gabriel Feyles. Editorial Difusión. Biblioteca filosófica. Buenos Aires, 1953.
BRUGGER, Walter.
Diccionario de filosofía. Trad. José María Vélez. Ed. Herder, 7ª ed. Barcelona, 1972.
CARRASCO DE LA VEGA, Rubén.
Diálogo con Heidegger: Aprendamos a filosofar. Cinco volúmenes. Ed. Signo, Instituto de
Estudios Bolivianos & Filosofía. Universidad Mayor de San Andrés. La Paz.
CHATELET, François (ed.).
Diccionario de filosofía: Ideas y doctrinas. Cuatro volúmenes. Trad. Vicotio Peral
Domínguez. Editorial Espasa Calpe. Madrid, 1982.
CRANSTON, Maurice.
Filósofos políticos de Occidente. Trad. Odón Durán. Trillas. México, 1966.
DECARIE, Vianney.
“Virtud total, virtud perfecta y kalokagathía en la Etica a Eudemo”. En Sentido y
Existencia: En Homenaje a Paul Ricoeur. Verbo Divino. Pg. 77-100. Navarra, 1976.
DE MIGUEL, Raimundo.
Nuevo diccionario latino español etimológico. Agustín Jubera editor. Madrid, 1881.
DIÓGENES LAERCIO.
Vida de los filósofos ilustres. Alianza editorial, 1ª reimp. Madrid, 1988.
DURANT, Will.
Historia de la filosofía: Vida, doctrinas y pensamiento político de los grandes filósofos
antiguos y modernos. Trad. J. Farrán Mayoral. Cúspide. Buenos Aires, 1942.
FALCÓN, Constantino, FERNÁNDEZ-GALIANO, Emilio & LÓPEZ, Raquel. Diccionario de
la mitología clásica. Dos volúmenes. Alianza editorial. Madrid, 1980.
FINLEY, Moses.
“Riqueza y Trabajo”. De Historia de la antigüedad. En Selección de Lecturas de Historia
Antigua. Editorial de Ciencias Políticas. La Habana, 1983.
“¿Quiénes eran los griegos?”. De Los griegos en la Antigüedad. En Selección de Lecturas
de Historia Antigua. Ed. de Ciencias Políticas. La Habana, 1983.
Esclavitud antigua y moderna. Trad. de Antonio Naya. Editorial Crítica. Barcelona, 1982.
72
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
FOUCAULT, Michel.
Historia de la sexualidad. (Tomo 2: El uso de los placeres). Trad. Martí Soler. Editorial
siglo XXI. 4ª edición. México, 1990.
Historia de la sexualidad. (Tomo 3: La inquietud de sí). Trad. Tomás Segovia. Editorial
siglo XXI. 3ª edición. México, 1990.
FRAILE, Guillermo.
Historia de la filosofía. Siete volúmenes. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, 1967.
FRANKFORT, Henry; WILSON, John A. & JACOBSEN, Thorkild.
El pensamiento pre-filosófico: Egipto y Mesopotamia. Trad. Eli de Gortari. Fondo de
Cultura Económica. Colección Breviarios, 3ª reimpresión. México, 1974.
FRANK, Philip.
Filosofía de la ciencia: El eslabón entre la ciencia y la filosofía. Trad. Francisco González.
Herrero Hermanos Sucesores. México, 1965.
GAMBRA, Rafael.
Historia sencilla de la filosofía. Ediciones Rialp, 12ª ed. Madrid, 1981.
GARCÍA MORENTE, Manuel.
Lecciones preliminares de filosofía. Editorial Losada, 4ª ed. Buenos Aires, 1948.
GAYTÁN, Carlos.
Diccionario mitológico: Dioses, semidioses y héroes de la mitología universal. Editorial
Diana, 8ª reimp. México, 1995.
GINER, Salvador.
Historia del pensamiento social. Ariel. Colección Demos, 2ª reimpresión. Barcelona, 1978.
GOLDBERG, Steven.
La inevitabilidad del patriarcado. Trad. Amalia Martín. Alianza. Madrid, 1974.
GRAVES, Robert.
La diosa blanca: Gramática histórica del mito poético. Trad. Luis Etchavarri. Alianza
Universidad. Sección Humanidades. Madrid, 1996.
Los mitos griegos. Dos volúmenes. Trad. de Luis Etchavarri. Losada. Buenos Aires, 1967.
GUREV Grigorii Abramovich.
Los sistemas del mundo: Desde la antigüedad hasta Newton. Trad. N. Caplán. Editorial
Problemas. Biblioteca Científica. Buenos Aires, 1947.
HALDER,Alois & MÜLLER, Max (ed.).
Breve diccionario de filosofía. Trad. Alejandra Lator Ros. Ed. Herder. Barcelona, 1976.
73
2400 años de Aristóteles
HARTNACK, Justus.
Breve historia de la filosofía. Trad. José Antonio Llorente. Editorial Cátedra. Colección
Teorema, 9ª ed. Madrid, 1987.
JAEGER, Werner.
Paideia: Los ideales de la cultura griega. Traducción de Joaquín Xirau & Wenceslao Roces.
Fondo de Cultura Económica, 10ª reimp. México, 1987.
KRINGS, Hermann (ed.).
Conceptos fundamentales de filosofía. Trad. Raúl Gabás. Tres volúmenes. Editorial
Herder. Barcelona, 1978.
KUHN, Thomas.
La revolución copernicana. Trad. Domènec Bergada. Dos volúmenes. Editorial Orbis
S.A. Hyspamérica. Madrid, 1985.
La estructura de las revoluciones científicas. Trad. Agustín Contin. Fondo de Cultura
Económica. Colección Breviarios. México, 1975.
LOZADA, Blithz.
Nuevas sugerencias intempestivas. Diez ensayos filosóficos, políticos y culturales. Instituto de
Estudios Bolivianos. Facultad de Humanidades, UMSA. La Paz, 2015.
Theatrum ginecologicum: Filosofía del guion femíneo. Instituto de Estudios Bolivianos
de la UMSA & Academia Boliviana de la Lengua. La Paz, 2012.
Filosofía de la historia I: Ensayos sobre el retorno, la utopía y el final de la historia. Instituto
de Estudios Bolivianos. UMSA. La Paz, 2009.
“Discursos epistemológicos” (Cuadernos I y II). Cuaderno de Investigación 9A y 9B.
Instituto de Estudios Bolivianos, UMSA. La Paz, 2001 y 2002.
Foucault, feminismo, filosofía... UMSA. Instituto de Estudios Bolivianos, La Paz, 2000.
Sugerencias intempestivas. Ensayos filosóficos, políticos y económicos. Instituto de
Estudios Bolivianos. Facultad de Humanidades, UMSA. La Paz, 1996.
MARÍAS, Julián.
“Introducción” publicada antes de La Política de Aristóteles. Centro de Estudios
Constitucionales. Madrid, 1983.
MAVROMATAKI, María.
Mitología griega: La cosmogonía, los dioses, el culto y los héroes. Xaitali. Atenas, 1997.
MENDIZÁBAL, Rufo; PÉREZ PICÓN, C.; IBIRICU, F. & MUGURZA, M.
Diccionario griego-español ilustrado. Dos Vol. Ed. Razón y fe, 5ª ed. Madrid, 1995.
PAUSANIAS.
Descripción de Grecia: Ática y Laconia. Traducción, introducción y notas de A. Díaz
Tejera. Editorial Aguilar. Colección Iniciación al humanismo. Madrid, 1964.
74
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
PIEPER, Josef.
Sobre los mitos platónicos. Trad. Claudio Gancho. Editorial Herder. Barcelona, 1984.
PRIOR, Arthur N.
Historia de la lógica. Trad. Amador Antón & Esteban Requena. Tecnos. Madrid, 1976.
ROBERT, Fernand.
La literatura griega. Trad. Agustín Contín & Hotencia C. de Contín. Editorial Diana,
3ª edición. Madrid, 1969.
RODHE, Erwin.
Psyche: La idea del alma y la inmortalidad entre los griegos. Trad. Wenceslao Roces.
Fondo de Cultura Económica. Madrid, 1987.
RODRÍGUEZ, Francisco.
Ilustración y política en la Grecia clásica. Editorial Revista de Occidente. Biblioteca de
política y sociología. Madrid, 1966.
ROSS, William David.
Aristóteles. Trad. Diego F. Pró. Charcas. Bib. de Filosofía, 2ª ed. Buenos Aires, 1981.
ROWE, Christopher. Introducción a la ética griega. Trad. Francisco González, FCE. México,
1979.
SABINE, George. Historia de la teoría política. Trad. Vicente Herrero. Fondo de Cultura
Económica. Obras de política, 6ª reimpresión. México, 1975.
SARTON, George.
Ciencia antigua y civilización moderna. Trad. Concha Albornoz. Fondo de Cultura
Económica. Colección Breviarios, 1ª reimpresión. México, 1971.
SEBASTIÁN YARZA, Florencio.
Diccionario griego español. Editorial Sopena. Barcelona, 1954.
SMELLIE, K. B.
“Aristóteles”. En Filósofos políticos de Occidente. Compilación de Maurice Cranston.
Traducción de Odón Durán. Editorial Trillas. México, 1966.
SOULI, Sofía.
Vida erótica de los griegos antiguos. Trad. María Estamatopoulou & Fedra Metaxa.
Ediciones Toubi´s. Colección Conozca Grecia. Atenas, 1997.
STEWART, Matthew.
La verdad sobre todo: Una historia irreverente de la filosofía. Trad. Pablo de Lora.
Editorial Taurus. Santa Fe de Bogotá, 1997.
75
2400 años de Aristóteles
STRUVE, V. V.
“Consolidación del régimen de la democracia esclavista en Atenas: Pericles”. De
Historia de Grecia. En Selección de Lecturas de Historia Antigua. Editorial de Ciencias
Políticas. La Habana, 1983.
“La vida económica de Grecia en el periodo clásico”. En Selección de Lecturas de
Historia Antigua. Editorial de Ciencias Políticas. La Habana, 1983.
TAYLOR, Alfred Edward.
El platonismo y su influencia. Trad. Luis Farré. Editorial Nova. Buenos Aires, 1946.
THOMPSON, J. W.
“La revolución democrática”. De Historia de la Antigüedad. En Selección de Lecturas de
Historia Antigua. Editorial de Ciencias Políticas. La Habana, 1983.
VINTEUIL, Frédérique.
“Sobre los orígenes de la opresión de la mujer”. En Los orígenes de la opresión de la
mujer de A. Artous. Trad. H. Pawlowsky. Fontamara. México, 1996.
WELTER, Gustave.
El amor entre los primitivos. Trad. Rafael Sarió. Editorial Caralt. Barcelona, 1963.
WERNER, Charles.
La filosofía griega. Trad. Juan E. Cirlot. Nueva Colección Labor, 4ª ed. Barcelona, 1973.
76
Blithz Lozada Pereira Filis en la vida y el sistema filosófico de Aristóteles
77
HCF Mansilla Breve acercamiento al pensamiento aristotélico
Resumen
Este texto, de carácter estrictamente introductorio, pretende mostrar la inmensa
significación de la obra aristotélica para el desarrollo de la filosofía occidental,
con especial énfasis en los aspectos políticos y sociales. Aristóteles fundamentó
su propio enfoque teórico al criticar el idealismo platónico y, simultáneamente,
al reconstruir detalladamente los esfuerzos filosóficos anteriores. Aplicó el
pensamiento filosófico a la evolución de la misma filosofía, como lo hizo con
su obra magna, la Metafísica. Por otra parte, Aristóteles puede ser considerado
como el primer investigador sistemático de fenómenos políticos y éticos, así
como el iniciador de análisis metódicos en los campos de la psicología, la
comunicación (la retórica) y la estética y como el creador de la lógica formal.
* *
79
2400 años de Aristóteles
Grecia; su padre fue un médico muy reputado que trabajó en la corte real de
Macedonia. Desde pequeño Aristóteles estuvo en contacto con las ciencias
naturales de su tiempo. Una parte importante de su fama se debe a la dilatada
observación empírica que condujo o que animó, por un lado, y a la compilación
ordenada y sistemática de datos documentales, por otro. Durante veinte años
fue discípulo de Platón en la Academia. A partir de 342 a. C. fue preceptor
del joven Alejandro Magno en Pella, la capital de Macedonia, ocupación que
duró poco tiempo. Es dudoso que el gran conquistador le prestase mucha
atención3. Se trata, en todo caso, de una influencia muy debatida, que tiene
que ver con las políticas públicas de helenización que Alejandro inició en los
territorios conquistados en detrimento del Imperio Persa a partir de 334 a.
C., cuando empezó su brillante campaña militar que lo llevó a la India y al
Asia Central. En 335 a. C. Aristóteles fundó en Atenas el Liceo, tal vez como
alternativa a la Academia platónica; la institución aristotélica no tuvo ni la
duración ni el prestigio de la platónica4 pero contó con la primera biblioteca
pública de la historia. En 323 a. C. Alejandro murió inesperadamente en
Babilonia; W. K. C. Guthrie afirma sobre las consecuencias:
En la oleada anti-macedónica que se desató, se inventó un cargo
contra Aristóteles: la vieja acusación de impiedad que se les había
asestado a Anaxágoras y a Sócrates. Se dice que Aristóteles, pen-
sando en Sócrates, advirtió al retirarse a su destierro voluntario en
Calcis, Eubea, que quería ‘evitar a los atenienses un segundo crimen
contra la filosofía’. Llevaba un año en Calcis cuando murió en 322
a. C., a los sesenta y dos años de edad5.
Es superfluo mencionar que su influencia ha sido enorme, sobre todo
en la Antigüedad y en la Edad Media, hasta bien entrado el Renacimiento.
Hasta el siglo XVI Aristóteles fue considerado como la autoridad indubitable
en las ciencias naturales. Por otra parte, su obra fundamental, la Metafísica, era
tratada como el compendio definitivo de conceptos filosóficos con definiciones
devenidas clásicas acerca de las más distintas materias filosóficas. Muchos de
sus escritos han tenido un gran peso sobre la posteridad, sobre todo sus obras
3 Una opinión diferente en: Wilhelm Nestle, Einleitung. Das Leben des Aristoteles (Introducción.
La vida de Aristóteles), en: Aristóteles, Hauptwerke (Obras principales), compilación de
Wilhelm Nestle, Stuttgart: Kröner 1963, pp. IX-XLVIII, aquí pp. XVI-XVIII.
4 Cf. Johannes Hübner, Aristotelismus (Aristotelismo), en: Stefan Jordan / Christian Nimtz
(comps.), Lexikon Philosophie (Diccionario de filosofía), Stuttgart: Reclam 2009, pp. 35-38.
5 W. K. C. Guthrie, Los filósofos griegos, México: FCE 1964, p. 125.
80
HCF Mansilla Breve acercamiento al pensamiento aristotélico
sobre lógica6, ética, política, estética y retórica, que durante dos mil años
contribuyeron a configurar lo que hoy llamamos la filosofía occidental. Sus
apreciaciones sobre poesía, literatura, arte y música han ayudado hasta hoy a
formar el canon occidental en terrenos culturales. Por otra parte, Aristóteles
puede ser visto como un notable naturalista: el primer zoólogo y botánico que
ordenó y sistematizó los conocimientos en estos campos. Fue también un gran
investigador de la vida cotidiana de los hombres: probablemente el fundador
de la psicología7 y el primer teórico crítico de la retórica (hoy diríamos: la
comunicación) y de la estética (estudió y ordenó, por ejemplo, los estilos
literarios). Aristóteles sostuvo que la música y la literatura representan factores
positivos e irrenunciables para la educación de los jóvenes8.
Pese a su larga estadía en la Academia, Aristóteles desarrolló una brillante
crítica del idealismo platónico. Se le atribuye el dicho: “Soy amigo de Platón,
pero soy más amigo de la verdad”. Dice a este respecto el ya citado Guthrie:
El rasgo definitivo de Aristóteles como filósofo es un vigoroso sentido
común, que se negaba a creer que este mundo no sea plenamente real.
La filosofía, según le parecía, era un intento para explicar el mundo
natural, y si no lograba hacerlo, o sólo consigue explicarlo mediante
un mundo misterioso y transcendental de prototipos, privado de la
propiedad característicamente natural del movimiento, hay que pen-
sar que ha fracasado. Es típico este comentario suyo sobre las ideas
platónicas: ‘Pero llamarlas modelos, o decir que las demás cosas par-
ticipan en ellas, es decir palabras vacías y metáforas poéticas’9 10.
Contra el idealismo dogmático de la escuela platónica, Aristóteles
reivindicó la relevancia de un realismo atenuado: no creía, por ejemplo, que
los objetos reales sean meras copias, sólo imágenes degradadas – de segunda
clase – con respecto a las ideas perennes11. Mostró que la doctrina platónica
implicaría (a) la innecesaria duplicación de las cosas y la duplicidad de dos
mundos; (b) la inflacionaria multiplicación de ideas si uno compara el
6 Aristóteles, Texte zur Logik (Textos sobre lógica), Reinbek: Rowohlt 1969 (compendio
de los principales textos aristotélicos sobre la temática, con los conocidos comentarios
explicativos de Adolf Trendelenburg, Erläuterungen, en: ibid., pp. 77-210).
7 Aristóteles, Über die Seele (Sobre el alma / De anima), Reinbek: Rowohlt 1968,
especialmente el libro I, pp. 9- 34 (= 402a-411b).
8 Aristóteles, Politik (Política), Reinbek: Rowohlt 1965, pp. 270-284 (= 1337b-1342b).
9 Aristóteles, Metaphysik (Metafísica), Reinbek: Rowohlt 1966, p. 34 (= 991a).
10 W. K. C. Guthrie, op. cit. (nota 5), p. 125.
11 Sobre esta temática cf. el resumen de Otfried Höffe, op. cit. (nota 2), pp. 177-181.
81
2400 años de Aristóteles
82
Sociedad Científica de Filosofía
83
2400 años de Aristóteles
puede ser vista como una primera guía para pensar sin enredarse y para aclarar
nociones que nos parecen confusas y contradictorias.
Además de la tendencia a la sistematicidad, la Metafísica nos puede ayudar
a establecer unos procedimientos elementales (una especie de protocolo de
investigación)20 que desde el Renacimiento tienen la reputación de científicos:
(1) Constatar los fenómenos a estudiar, “asegurarlos”; ordenarlos
provisionalmente; realizar la primera comparación con fenómenos similares
de otros ámbitos geográficos.
(2) Estudiar las opiniones previas acerca de la misma temática; recurrir
a los pensadores anteriores. Aquí es adecuado recordar que Aristóteles, al
comienzo de la Metafísica, expuso la primera historia de las ideas filosóficas,
donde admitió, sin envidia, los logros de los pensadores que lo precedieron y
así salvó a varios de ellos del olvido total21.
(3) Analizar cuidadosamente las dificultades de los fenómenos analizados.
Es la parte más ardua y más fructífera. No creer o presuponer que ya se
tiene la verdadera explicación sobre los fenómenos. Se puede superar así las
aporías socráticas mediante la euporía (“el buen camino”), y por ello alcanzar
un progreso cognoscitivo genuino. No todas las aporías son fructíferas, y las
llamadas circulares estropean todo conocimiento.
(4) Establecer hipótesis explicativas provisionales en discusión con los
otros filósofos o expertos.
(5) Realizar un análisis lingüístico en torno a las ambigüedades del lenguaje
empleado para estas operaciones22. Aristóteles, pese a sus estudios sobre la
hermenéutica, parte – ingenuamente para nuestro gusto contemporáneo – de
una confianza liminar en el carácter cognoscible del universo fenoménico, que
poco después fue cuestionado por la escuela escéptica.
Uno de los aportes de Aristóteles a la especificidad de la filosofía
occidental ha sido su clasificación de las ciencias y los saberes, que fue, al
mismo tiempo, una primera jerarquización de los mismos. En esta última los
conocimientos teóricos ocupan el lugar más elevado y de mayor prestigio y los
20 Sigo aquí parcial y aproximadamente a Otfried Höffe, Kleine Geschichte der Philosophie
(Breve historia de la filosofía), Munich: Beck 2005, pp. 49-50.
21 Aristóteles, Metaphysik, op. cit. (nota 9), pp. 16-24 (= 983b-987a).
22 Cf. la interesante discusión sobre este punto en: Otfried Höffe, Aristoteles, op. cit. (nota 2),
pp. 181-186.
84
HCF Mansilla Breve acercamiento al pensamiento aristotélico
23 Sigo aquí parcial y aproximadamente a Otfried Höffe, Kleine…, op. cit. (nota 20), p. 51.-
La clasificación aquí presentada no es de Aristóteles propiamente dicho, sino la que yo, de
acuerdo con la tradición, le atribuyo.
24 Aristóteles, Metaphysik, op. cit. (nota 9), p. 9 (= 980a).
25 J. M. Zemb, op. cit. (nota 2), pp. 27-38.
85
2400 años de Aristóteles
86
HCF Mansilla Breve acercamiento al pensamiento aristotélico
30 Cf. Werner Jaeger, Paideia: los ideales de la cultura griega, México: FCE 1962, passim.
31 Aristóteles, Poetik (Poética), en: Aristóteles, Hauptwerke, op. cit. (nota 3), pp. 336-376, aquí p. 350.
87
2400 años de Aristóteles
32 Ibid., p. 369.
33 Ibid., pp. 346-349.
34 Ibid., pp. 357-359.
35 Cf. Otfried Höffe, Aristoteles, op. cit. (nota 2), pp. 215-224; Friedo Ricken, Glück
(Felicidad), en: Stefan Jordan / Christian Nimtz (comps.), op. cit. (nota 4), pp. 117-119;
Karl Vorländer, Philosophie des Altertums (Filosofía de la Antigüedad), vol. I de: Geschichte
der Philosophie mit Quellentexten (Historia de la filosofía con textos de las fuentes),
Reinbek: Rowohlt 1963, pp. 129-130; W. K. C. Guthrie, op. cit. (nota 5), p. 150.
36 Aristóteles, Die Nikomachische Ethik (Ética a Nicómaco), edición de Olof Gigon, Munich:
dtv 1972, pp. 63-72 (= 1097a-1099a).
37 Ibid., p. 65 (= 1097b).
38 Ibid., pp. 113-151 (= 1114b-1128b).
88
HCF Mansilla Breve acercamiento al pensamiento aristotélico
89
2400 años de Aristóteles
90
HCF Mansilla Breve acercamiento al pensamiento aristotélico
91
2400 años de Aristóteles
92
HCF Mansilla Breve acercamiento al pensamiento aristotélico
Bibliografía
ARISTÓTELES.
Texte zur Logik (Textos sobre lógica), Reinbek: Rowohlt 1969.
Über die Seele (Sobre el alma / De anima), Reinbek: Rowohlt 1968.
Politik (Política), Reinbek: Rowohlt 1965.
Metaphysik (Metafísica), Reinbek: Rowohlt 1966.
Die Nikomachische Ethik (Ética a Nicómaco), edición de Olof Gigon, Munich: dtv 1972.
GARCÍA MORENTE, Manuel.
Lecciones preliminares de filosofía, Buenos Aires: Losada 1957.
GUTHRIE, W. K. C.
Los filósofos griegos, México: FCE 1964, p. 125.
HÖFFE, Otfried.
Aristoteles, Munich: Beck 2006, pp. 13-21, 297; J. M. Zemb, Aristoteles, Reinbek:
Rowohlt 1961. Kleine Geschichte der Philosophie (Breve historia de la filosofía), Munich:
Beck 2005.
HÜBNER, Johannes.
Aristotelismus (Aristotelismo), en: Stefan Jordan / Christian Nimtz (comps.), Lexikon
Philosophie (Diccionario de filosofía), Stuttgart: Reclam 2009.
JAEGER, Werner.
Paideia: los ideales de la cultura griega, México: FCE 1962.
NESTLE, Wilhelm.
Einleitung. Das Leben des Aristoteles (Introducción. La vida de Aristóteles), en: Aristóteles,
Hauptwerke (Obras principales), compilación de Wilhelm Nestle, Stuttgart: Kröner 1963.
RUSSELL, Bertrand.
History of Western Philosophy, Londres: Allen & Unwin 1975
SABINE, George H.
Historia de la teoría política, México: FCE, 2006.
VORLÄNDER, Karl.
Philosophie des Altertums (Filosofía de la Antigüedad), vol. I de: Geschichte der Philosophie mit
Quellentexten (Historia de la filosofía con textos de las fuentes), Reinbek: Rowohlt 1963.
93
Josef Mehringer El Mesón aristotélico
El Mesón aristotélico
Josef Mehringer1
Resumen
En este artículo se muestra que aunque Aristóteles recibe grandes elogios por casi
todos lados, hasta hoy existen grandes problemas para interpretar su filosofía. Se
explica que ni siquiera los mejores filósofos o humanistas pudieron ofrecer una
interpretación adecuada, que nos permita entender su obra interdisciplinaria.
Y si los filósofos actuales se limitan sólo a describir su obra, a veces muy
exactamente, esto no nos lleva adelante. Este artículo muestra también que sí
hay ciertos avances en la interpretación de varios temas específicos, pero que
en general, a todos los intérpretes les falta encontrar y demostrar el núcleo de
la filosofía aristotélica. Hasta hoy nadie encontró el sitema que organiza no
1 Josef Mehringer (Universidad Ludwig Maximilian, LMU) nació el año 1959, estudió
primero matemáticas, especialmente geometría y astronomía, y así obtuvo el título
del Dipl. Ing. Después se especializó en mediciones arqueológicas, con una beca para
graduados con el fin de especializarse en este campo, recibiendo finalmente un derecho de
patente. Después de esto, también apoyado por una beca de la LMU, estudió etnología,
filosofía, sociología, filología clásica (latin y griego antiguo), arqueología y paleontología.
Primero realizó su maestría y después su primera tesis doctoral en etnología (nota: magna
cum laude). En su segunda tesis doctoral, cuya ejecución duró diez años, la realizó en
forma de habilitacion, la cual le permite dar clases como profesor (catedrático) en la
universidad. Josef Mehringer estudió filosofía más de 20 años y se especializó en filosofía
griega. Él es uno de los mejores conocedores de Aristóteles. Su obra sobre este filósofo
griego (”Die Aristotelische Mitte”, 657 páginas, 2011) es publicada en Europa y Estados
Unidos. Además hay varios artículos en renombrados periódicos sobre este libro, así como
un entrevista en internet, con el título “Aristoteles entschlüsselt” (Aristóteles descifrado).
95
2400 años de Aristóteles
sólo los libros específicos, sino también toda la obra aristotelica. Y justamente
este es el logro de mi segunda tesis doctoral (657 páginas), con el título “Die
Aristotelische Mitte” (El MÉSON ARISTOTÉLICO). El presente artículo
se basa en este libro, pero es obvio que en el mismo no es posible demostrar
detalladamente la forma en que los libros específicos de Aristóteles están
concatenados. Pero este artículo quiere demostrar que la obra aristotélica
describe un Ser (τὸ ὂν), que se muestra como una unidad dialéctica plural,
como un continuum (συνεχὲς) con estructuras mediales (μέσον). Se muestra
además la cercanía de su filosofía al mito, especialmente al de la Iliada y de la
Odisea de Homero, ya que la obra de Aristóteles, la cual siempre se refiere a
un medio áureo, y de Homero está organizada de forma medial. En la filosofía
de Aristóteles se muestra esto especialmente en el modelo de un constructor,
a quien Aristóteles menciona varias veces, para explicar su filosofía. Se trata de
un constructor parecido a Zeus, que construye un templo griego antiguo. Así
se puede decir pues que Aristóteles actúa como un filósofo de la libertad, que
se encuentra en un umbral que une el mito con el logos.
* *
1. Problematización
Aristóteles (384-322 a.C.) es sin duda el filósofo más grande de la antigüedad,
él es incluso el pensador más poderoso de la tradición occidental2. Así, es
colmado con grandes elogios por casi todos lados: se le llama «el genio», el
«gigante intelectual» y aún el «divino Aristóteles». Por eso el juicio de Hegel es
muy acertado cuando escribe:
... él [Aristóteles] es sin duda uno de los genios científicos más ricos,
más profundos y más completos que jamás hayan existido, - un
hombre que nunca pudo ser igualado3.
2 Ver M. Hose 1999 p. 131.
3 G.W.F. Hegel: Vorlesungen über die Geschichte der Philosophie II. Suhrkamp
Werkausgabe, Vol. 19, Suhrkamp Taschenbuch Wissenschaft 619, 3. Edición. Frankfurt
am Main, 1998, pp. 132. Traducción de Yara Lizárraga-Mehringer. Elogios similares
recibió Aristóteles también de Karl Marx, quien lo llamó un „genio“; véase K. Marx, El
capital. En: Marx/Engels, Obras completas, vol 23, Instituto de Marxismo-Leninismo en
el Comité Central del PCUS. Berlín, 1989, pp. 74.
96
Josef Mehringer El Mesón aristotélico
97
2400 años de Aristóteles
Más bien se las retoma repetidamente para replantear las áreas problemáticas, que
causó la filosofía Aristotélica7. Ya sea entre estudiosos profesionales o estudiantes
– ni pensar entre laicos –, seguir el pensamiento de Aristóteles es todavía una tarea
muy difícil. De todos modos el filósofo nativo de Estagira analizó el movimiento
(κίνησισ), respectivamente el desarrollo, en todos los niveles del Ser (τό ὂν): un
proyecto de investigación interdisciplinario gigantesco.
Seguro, sus libros fueron escritos de forma clara, sencilla y hermosa en
griego clásico, pero este hecho no facilita demasiado su interpretación, debido
a que Aristóteles explica todo el Ser (τό ὂν) de forma sumaria. Las dificultades
se acumulan con el hecho de que el Corpus aristotelicum8 hasta hoy en
día no es completo como la obra de Platón: Los escritos exotéricos faltan
completamente y los escritos esotéricos no son plenamente disponibles9.
Ciertamente, la investigación no se ha detenido y por eso también
fué posible, que algunas ideas aristotélicas específicas sean descifradas. Aún
así, hasta ahora falta todavía el fácil, claro y verdadero acceso a la filosofía
aristotélica. Es decir, lo que falta es un estudio que muestre sistemática - y
sucesivamente - el sistema de la filosofía aristotélica. Esto significa que todavía
hay que responder la pregunta: ¿cómo es posible comprender plenamente este
enorme trabajo interdisciplinario? Al parecer hasta hoy nadie pudo descubrir
el sistema de la filosofía aristotélica.
2. Objetivo
En este artículo, que se refiere al análisis de mi segunda tésis doctoral presentada
a la LMU (J. Mehringer 2011), con el título “Die Aristotelische Mitte”, la meta
es la siguiente: para comprender el sistema o el núcleo de la filosófica aristotélica
es decisivo entender las estructuras dialécticas que lo organizan. A primera vista
se podría pensar que se trata de unas estructuras dialécticas en el sentido de
Hegel y Marx, sin embargo, si se investiga más en la obra aristotélica existente, es
7 Ver por ejmeplo A. Pieper (Hrsg.): Aristoteles. In: Philosophie jetzt! Hrsg. von Peter Sloterdijk.
Ausgewählt und vorgestellt von Annemarie Pieper. München, 1995, p. 15–16 o R. Ruffing:
Einführung in die Geschichte der Philosophie. UTB 2622. Paderborn, 2004, p. 59–60.
8 Aquí se citan los libros de Aristóteles según la edición completa elaborada por Immanuel
Bekker en el siglo 19. En la paginación de Bekker existen los siguientes detalles: ([título]
[libro], [capítulo] [página y columna (a/b)] [línea]). Ejemplo: (Metafísica 6, 1. 1025 1 b 1).
9 Aristóteles escribió por una parte libros exotéricos (ἐξωτερικοὶ λόγοι: „dirigidos al público en
general, para quienes no tienen conocimietos filosóficos en general“), por otra parte libros esotéricos
(ἐσώτεροι λόγοι: „dirigidos a sus estudiantes, que ya tienen muchos conociemientos“, son también
llamados textos acroamáticos (el nombre esta derivado de ἀκροάομαι, que significa „escuchar“).
98
Josef Mehringer El Mesón aristotélico
3. Método
Para acercarse a esta meta, es necesario hacer el análisis con un método adecuado,
evitando los caminos únicamente positivistas-empíricos o metafísicos, por
ser incompletos y restringidos. Con estos métodos obviamente no se puede
comprender la filosofía universal de Aristóteles. Por eso es necesario elegir un
camino intedisciplinario que abarque toda la complejidad de esta obra. Hay que
elegir un camino que se oriente en primer lugar al objeto de análisis. Esto quiere
decir que es necesario partir de la filosofía aristotélica misma, para descubrir
sucecivamente la estructura áurea, que ya se encuentra en el mito griego antiguo.
En primer lugar es importante encontrar la estructura general, lo cual significa que
se necesita descubrir primero la gran estructura del Corpus aristotélicum. Sólo así
es posible entender las ideas específicas de los diversos libros: lo específico puede
entenderse obviamente sólo en su conjunto, ya que los libros aristotélicos no
fueron escritos de forma separada. En este sentido es además favorable combinar
– como Aristóteles hizo – los métodos inductivo y deductivo. Justamente en esta
combinación se muestra una unidad entre lo histórico y lo lógico.
4. El concepto de Méson
Por medio de un exámen exacto del Corpus aristotelicum, hecho en la
mencionada tesis doctoral (J. Mehringer 2011), fue posible reconocer
estructuras mediales organizadas de forma compleja. Sin embargo estas no
fueron percibidas suficientemente en la discusión científica, e incluso fueron
ignoradas muchas veces, a pesar de que caracterizan la obra de Aristóteles.
Sí, es cierto, en la literatura se informa generalmente sobre el concepto de
Mesón (μέσον) o el concepto de Mesótês (μεσότες), descritos por Aristóteles
en sus libros sobre la ética. Sin embargo, se ignora en general que este concepto
(Mesón o Mesótes) organiza toda la filosofía aristotélica10. También se ignora
10 La tesis doctoral de H. Kalchreuter (1911) puede ser vista como una excepción, ya que
muestra la importancia del concepto Mesótês (μεσότης) en toda la filosofía aristotélica;
únicamente falta un estudio sistemático de la obra existente.
99
2400 años de Aristóteles
que este concepto no sólo significa un principio formal, sino también que
detrás del medio áureo se encuentra un modelo de desarrollo natural, el cual es
ordenado de forma lógica y también de forma matemática. Se trata pues de un
modelo que se encuentra en el arte griego y también en los pensamientos de
antiguos filósofos griegos como Anaximandro y Pitágoras.
Esto quiere decir, siempre que examinemos la filosofía de Aristóteles,
hay que tomar en serio que el paradigma dialéctico del Mesón (μέσον)
juega un rol decisivo. Por lo tanto, sería un projecto inadecuado el querer
explicar apropiadamente el pensamiento Aristótelico, sin tomar en cuenta
este concepto medial. Y si no lo hacemos, cómo podríamos comprender y
explicar en detalle, en particular y en general sus libros teóricos, prácticos y
poéticos. Además cómo podríamos explicar el complejo concepto del Ser o la
compleja organización de la enseñanza del alma, que son fundamentales para
la comprensión de la filosofía aristotélica. Se podrían citar pues numerosos
ejemplos para demostrar lo inadecuada que sería una explicación sin este
concepto aristotélico del “Mesón” (μέσον) o la idea del Mesótês (μεσότες).
Insuficiente sería también el suponer que Aristóteles recurre en su filosofía
a un simple Mesón (μέσον) unidimensional; la estructura de la obra aristotélica
es comprensible si uno reconoce que Aristóteles consideraba estructuras mediales
complejas. Esto quiere decir que en su obra aparecen diferentes nombres griegos,
que finalmente se refieren a una diferente forma medial: μέσον, μεταξύ, μεσότης.
Este hecho es hasta ahora difícil de entender, porque el estagirita no hizo
referencia explícita a esta diferenciación. Por ejemplo el término Mesón (μέσον)
puede aparecer con diferentes significados. Esencialmente se trata de un centro
de mediación11, un Mesón silogístico y un Mesón áureo, que también podemos
llamar el Méson aristotélico12. De ello se desprende una reflexión importante:
100
Josef Mehringer El Mesón aristotélico
13 Τὸ δὲ ὂν λέγεται μὲν πολλαχῶς, ἀλλὰ πρὸς ἓν καὶ μίαν τινὰ φύσιν „El Ser se expresa
con múltiples significados, pero siempre en relación a una cosa y a una sóla esencia... “
(Metafísica 4, 2. 1003 a 33–34). Traducción hecha por Y. Lizárraga-Mehringer.
14 Traducción del texto alemán hecha por Y. Lizárraga-Mehringer. El texto original es el
siguiente: „…Aristoteles’ System [ist] .. eine Bewegungsphysik auf allen Ebenen des
Seins…“ (M. Hose 1999:133).
101
2400 años de Aristóteles
102
Josef Mehringer El Mesón aristotélico
103
2400 años de Aristóteles
20 Ver Metafísica 5, 2. 1013 b 22-23. Las palabras εἶδος y μορφή aparecen en la obra de
Aristóteles a menudo juntas. εἶδος significa el aspecto de la forma a partir del sujeto, por
otra parte μορφή significa la forma misma del objeto.
21 Aristóteles explica: “... pero a la forma llamo esencia...” (εἶδος δὲ λέγω τὸ τί ἦν εἶναι)
(Metafísica 5, 2. 1035 b 32).
104
Josef Mehringer El Mesón aristotélico
105
2400 años de Aristóteles
107
2400 años de Aristóteles
108
Josef Mehringer El Mesón aristotélico
109
2400 años de Aristóteles
8. Síntesis
Aristóteles es sin duda el filósofo más grande de la antigüedad; se le considera
incluso el pensador más potente y eficaz, porque inició la filosofía como
ciencia, que es la base de la cultura occidental. Por consecuencia es glorificado
por casi todos lados con alabanzas adecuadas – lo llaman "el genio", se habla
del "gigante intelectual", sí, se le llama incluso el "divino Aristóteles".
A pesar de todo muchos pensadores están claramente abrumados con la
obra aristotélica. Ya sea entre los estudiosos profesionales o estudiantes, ni hablar
de los laicos: seguir el pensamiento de Aristóteles hoy en día sigue resultando
ser una tarea muy difícil. Después de todo el filósofo nativo de Estagira analiza
los movimientos, respectivamente el desarrollo a todos los niveles del Ser – este
es pues un proyecto de investigación interdisciplinario gigantesco.
En la presente investigación se intentó examinar el Corpus aristotelicum
desde un nuevo punto de vista, a partir del cual se puede observar cuánto
Aristóteles se basó no sólo en los conocimiento de los presocráticos, sino
también en la experiencia mítica documentada – especialmente en los mitos
de Ilias y Odiseo escritos por Homero. En todo caso, esta nueva interpretación
es fascinante al descubrir que Aristóteles no se basó tanto en las deliberaciones
de la filosofía de Platón, sino más bien en el helenismo; porque tanto en la
filosofía de Aristóteles, así como en el helenismo, se encuentran la Medida
y las Estructuras Mediales, que experimentan sus momentos más elevados en
el Mesón aristotélico. Emocionante también son los resultados de esta nueva
110
Josef Mehringer El Mesón aristotélico
111
2400 años de Aristóteles
han convertido en el símbolo de este singular deseo de libertad, que los griegos
desarrollaron en la lucha contra los persas. Esta tradición continúa Aristóteles,
a mi juicio, pero de forma científica. De hecho, él no se deja prohibir el
pensamiento libre, ni siquiera de su maestro de gran prestigio Platón, incluso
con el riesgo de no conseguir un cargo honroso de docente en la Academia.
Aristóteles avanza de manera valiente su rumbo autodeterminado. Por eso
muestra a continuación las posibilidades del desarrollo de un hombre libre. Un
hombre libre, que se interpone entre tiranos y esclavos, entre amo y sirviente,
puede organizarse y protegerse sólo debido a las leyes internas y externas que
se dirigen a la justicia. Aristóteles es en este sentido un filósofo de la libertad.
Él es principalmente un filósofo honesto, puro; sin ideología ni rastros de
poder alienado; ni estuvo entregado a algún grupo político o económico. Su interés
radica en el desarrollo libre, en la realización de los múltiples talentos del hombre.
Es necesario decir que la filosofía de Aristóteles es hasta hoy insuperable
en su genialidad, no sólo porque él formuló muchas cosas nuevas, sino también
porque él tenía la fuerza y el coraje para acentuar nuevamente antiguos
pensamientos y conocimientos míticos, los cuales fueron vistos en aquellos días
negativamente. Y justamente por eso sus conocimientos logrados exigen en
general una validez eterna. Por este motivo sería necesario que también nuevos
proyectos científicos, no sólo en el campo de las ciencias humanas, sino también
en el de las ciencias naturales, se refieran a los conocimientos aristotélicos.
A modo de resumen se puede decir, que la estructura de la filosofía
aristotélica, de hecho descubierta recientemente, surge debido a las siguientes
reflexiones: central en la filosofía de Aristóteles es el templo antiguo, que es
construido por un constructor (οἰκοδόμος) – semejante al dios Zeus; este templo
refleja una cosmovisión antigua organizada silogísticamente por el Medio áureo.
Por lo tanto Aristóteles sigue la tradición de uno de los poetas más grandes
de la historia, por eso se puede afirmar lo siguiente:
Aristóteles es el Homero racional de la Grecia Clásica.
112
Josef Mehringer El Mesón aristotélico
Bibliografía
ARISTOTELES.
Aristotelis Opera. Ex recensione Immanuelis Bekkeri, Edidit Academia Regia Borussica.
Edition altera quam curavit Olof Gigon. Volumen I-V. Berolini: Apud W. de Gruyter
et Socios. 1960.
DIELS, Hermann.
Die Fragmente der Vorsokratiker, Bd. 1–2. griechisch und deutsch. 4. Auflage, Abdruck der
dritten mit Nachträgen. Berlin: Weidmannsche Verlagsbuchandlung. 1922.
DIOGENES LAERTIUS.
Leben und Meinungen berühmter Philosophen. Aus dem Griechischen übersetzt von Otto
Apelt. Unter Mitarbeit von Hans Günter Zekl neu hrsg. sowie mit Vorwort, Einleitung
und neuen Anmerkungen zu Text und Übersetzungen versehen von Klaus Reich.
Philosophische Bibliothek, 53/54. 3. Aufl. Hamburg: Meiner. 1991.
GOEDECKEMEYER, Albert.
Die Gliederung der Aristotelischen Philosophie. Halle a, S.: Verlag von Max Niemeyer. 1912.
HEGEL, Georg W. F.
Vorlesungen über die Philosophie der Geschichte, Werke [in 20 Bd.], Bd. 12, Suhrkamp
Taschenbuch Wissenschaft, 612. Frankfurt am Main: Suhrkamp.
1987. Phänomenologie des Geistes. Universal Bibliothek 8460 [6]. Stuttgart: Reclam.
HEGEL, Georg W. F.
Vorlesungen über die Geschichte der Philosophie, Teil II, Werke [in 20 Bd.], Bd. 19, Suhrkamp
Taschenbuch Wissenschaft, 619, 3. Aufl. Frankfurt am Main: Suhrkamp. 1998.
HEMENWAY, Priya.
Der geheime Code. Die rätselhafte Formel, die Kunst, Natur und Wissenschaft bestimmt.
Originaltitel: Divine Proportion. F Phi in Art, Nature, and Science. Übersetzung: Anita
Weinberger. Wien: Print Company Verlagsgesellschaft mbH. 2008.
HESIOD.
Werke und Tage. Vom Ursprung der Götter; griechisch/-deutsch. Übersetzt und herausgegeben
von Otto Schönberger. Universal-Bibliothek, Nr. 9445. Stuttgart: Reclam. 1996.
Theogonie. Vom Ursprung der Götter; griechisch/deutsch. Übersetzt und herausgegeben von
Otto Schönberger. Universal-Bibliothek, Nr. 9763. Stuttgart: Reclam. 2002.
HÖFFE, Otfried.
Warum soll man heute (noch) Aristoteles lesen? In: Information Philosophie. Bd. 3. August
2002. Hamburg: Meiner, S. 7–21. 2002.
113
2400 años de Aristóteles
HOMERO. J.
Ilias und Odyssee. Übersetzt von Johann Heinrich Voss mit 16 Illustrationen von
Bonaventura Genelli. Anmerkungen von J. Peers und herausgegeben von Henry
Francis Cavy. Essen: Emil Vollmer Verlag.
HOSE, Martin.
Kleine griechische Literaturgeschichte: von bis zum Ende der Antike. Beck‘sche Reihe,
1326. München: Beck. 1999.
Aristoteles: Die historischen Fragmente. Übersetzt und erläutert von Martin Hose.
Wissenschaftliche Buchgesellschaft. Darmstadt. In: Aristoteles Werke in Deutscher
Übersetzung. Begründet von Ernst Grumach. Herausgegeben von Hellmut Flashar,
Bd. 20. Fragmente, Teil III. Berlin: Akademie Verlag. 2002.
KALCHREUTER, Hermann.
Die Mesotes bei und vor Aristoteles. Dissertationsschrift. Tübingen: Druck von H.
Laupp JR. 1911.
LIZARRAGA-MEHRINGER, Yara und Mehringer, Josef.
Dialektik: Dialektikformen in der Philosophie und im Mythos. München: Mes´Arista-
internationaler Verlag. 2013.
MARX, Karl.
Das Kapital: Kritik der politischen Ökonomie. In: Karl Marx Friedrich/Engels Werke,
Bd. 23–25. Institut für Marxismus-Leninismus beim ZK der KPdSU. Berlin: Dietz
Verlag. 1989.
MEHRINGER, Josef.
Ästhetik und Natur: dialektische Philosophie heute. In: Widerspruch, Nr. 38.
Ökologische Ästhetik. München, S. 21–39. 2002.
Das Pferd in der Religion der Mapuche unter besonderer Berücksichtigung des Pferdeopfers.
Dissertation, LMU, Philosophische Fakultät, 2000. München. 2003.
MEHRINGER, Josef.
Die Aristotelische Mitte: Dialektik, Mythos und Interdisziplinarität in Aristoteles`
Philosophie als Philosophie der Mitte. 1. Auflage. München: Mes´Arista-internationaler
Verlag. 2011.
Das Drama. Problemfelder und Möglichkeiten bei der Suche nacb Ursprung und Wesen
des Dramas. 1. Auflage. München: Mes´Arista-internationaler Verlag. 2013.
PIEPER, Annemarie (Hrsg.).
Aristoteles. In: Philosophie jetzt! Hrsg. von Peter Sloterdijk. Ausgewählt und vorgestellt
von Annemarie Pieper. München: Diederichs. 1995.
114
Josef Mehringer El Mesón aristotélico
PLATÓN.
Sämtliche Werke: Meisterdialoge. Eingeleitet von Olof Gigon. Übertragen von Rudolf
Rufener. Jübiläumsausgabe sämtlicher Werke zum 2400. Geburtstag, Artemis Paperback.
Ausgabe in acht Bänden. Zürich und München: Artemis Verlag. 1974.
VALLA, Laurentius.
Repastinatio Dialecticae et Philosophiae (Retractatio totius dialectice cum fundamentis
universe philosophie). Umarbeitung der ganzen Dialektik mit den Grundlagen der
gesamten Philosophie. Ed. Gianni Zippel, Padova, Antenore. 1982.
ZELLER, Eduard.
Aristoteles und die alten Peripatetiker. In: Philosophie der Griechen in ihrer
geschichtlichen Entwicklung, Zweiter Theil, zweite Abtheilung. Dritte Auflage.
Leipzig: Fues’s Verlag (R. Reisland). 1879.
115
Rodolfo Santiváñez Beltrán Aristipo y Aristóteles. Dos estrategias en torno al placer
Aristipo y Aristóteles.
Dos estrategias en torno al placer1
Resumen3
El presente artículo constituye una exposición de las teorías de Aristóteles y
Aristipo en torno a una de las principales temáticas de la filosofía griega: el
placer. Posteriormente, el autor compara ambas teorías para realzar la posición
hedonista de Aristipo, la cual reivindica el placer como un fin en sí mismo y
a la virtud humana como la actividad racional que lo maximiza y reduce el
dolor al mínimo posible. Para Aristóteles, en cambio, el placer no se constituye
como un fin en sí, sino mas bién como un fin subalterno (y por tanto medio)
en la estructura jerárquica del bien.
* *
117
2400 años de Aristóteles
118
Rodolfo Santiváñez Beltrán Aristipo y Aristóteles. Dos estrategias en torno al placer
6 De Eudoxo nos Informa Diógenes Larercio que nació en Cnido (s. -IV) y fue astrólogo,
geómetra, médico, profesando luego la filosofía y reuniendo a numerosos discípulos.
7 Espeusipo, sobrino y sucesor de Platón en la Academia. De los muchos libros que
Diógenes Laercio le atribuye cito dos, Aristipo Cireneo y Del Delite, ninguna llegó a
nosotros pero ilustran su interés en el tema.
8 En griego la expresión es la siguiente, “ (...) δοκεῖ συνῳκειῶσθαι τῷ γένει ἡμῶν”,
(1172a20). La traducción es mía, pues, me parece que si se la hace “absolutamente
consustancial”, como en la traducción de Samaranch, no sería posible ni siquiera pensar
en la posibilidad de prescindir de él, cosa que es posible pensar en ciertas versiones del
cinismo y el estoicismo.
9 “διατέινει γὰρ ταῦτα διὰ παντὸς τοῦ βίου” (1172a 20).
10 “ἃ γὰρ πᾶσι δοκεῖ, τοῦτ’εἶναι φαμεν· ὁ δ’ ἀναιρῶν ταύτην τὴν πίστιν οὐ Πάνυ πιστότερα
ἐρεῖ” (1173a). Traducción: «Decimos que, lo que parece a todos esto mismo es (existe,
tiene realidad); el que suprime esta creencia no expresará (algo) que sea más creíble».
119
2400 años de Aristóteles
120
Rodolfo Santiváñez Beltrán Aristipo y Aristóteles. Dos estrategias en torno al placer
121
2400 años de Aristóteles
122
Rodolfo Santiváñez Beltrán Aristipo y Aristóteles. Dos estrategias en torno al placer
privativos del hombre otros comunes con los demás animales. La analítica de los
placeres, permite ordenarlos conforme a sus diferencias específicas, clasificarlos
y, lo más importante: jerarquizarlos. Dentro de los sentidos, comunes con los
animales, serán más dignos de aprecio aquellos que son menos animales, así la
vista, por ejemplo a diferencia del olfato; el oído a diferencia del tacto y el gusto.
Los placeres del pensamiento serán superiores a los de los sentidos.
Pero como el hombre no es solamente un ser natural sino un ser
moral, las actividades humanas difieren moralmente, ‘los placeres difieren
específicamente: los que tiene una causa noble se distinguen de los que tienen
una causa vergonzosa”, los placeres que calificados moralmente, luego serán
buenos y malos. El placer que corresponde a una actividad moralmente
mala, es vicio. La problemática se traslada a determinar, entre los placeres
buenos, cuáles son esencialmente propios del hombre. La teoría del placer
como consumación o perfeccionamiento de la acción despeja, en la propuesta
aristotélica, el que se lo postule como bien supremo. Si no hay placer sin
acción, entonces no es autosuficiente. La analítica de los placeres conduce
a su clasificación y jerarquización, los placeres intelectuales son preferibles a
los corporales, y su moralización divide los placeres en buenos y viciosos. La
medida y el árbitro de los placeres deseables es el hombre virtuoso, “lo real es
lo que parece al hombre normal”, “la medida de todas las cosas es la virtud y el
hombre virtuoso en cuanto tal”15. Las dificultades surgen cuando abstraemos
este “arbitro del bien” del contexto preciso de toda la propuesta ética aristotélica
e intentamos dotarle de un contenido que exprese esa “normalidad” y esa
“moralidad” unívocamente. Una encuesta hecha en varios estados de los E.U.
arrojó el siguiente perfil: hombre blanco, profesional, exitoso económicamente,
heterosexual y creyente. En nuestro complejo mundo no todos estarán de
acuerdo en convertirlo en el árbitro de la virtud.
Aristipo: la razón una función del animal humano
Resulta evidente que los placeres sensibles que postula Aristipo no califican
para el bien supremo, dadas las características que debe cumplir el mismo. Los
placeres particulares se renuevan constantemente y su saciedad es momentánea,
pues la corriente del deseo no puede detenerse jamás salvo con la muerte fin de
lo vivo y, por esto precisamente, del deseo.
Lo interesante de la propuesta de Aristipo, es postular la animalidad en su
inmediatez, en su simplicidad como determinante de la conducta del hombre.
123
2400 años de Aristóteles
No existe ninguna perfección ni bien superlativo y último para el que haya que
encontrar un contenido que responda a las exigencias formales previamente
definidas. ¿Es posible determinar de una manera unívoca y absoluta el bien
como objeto de la aspiración humana? Aristipo responderá: no. Precisamente
porque el hombre no significa una ruptura del orden vital, animal. El
hombre es corporalidad viva, ésta última es su diferencia. Su perfección es
el cumplimiento de su naturaleza. No existe ninguna perfección, ningún
absoluto por el que deba sacrificar el agrado, el contento y el goce simple e
inmediato. La ética hedonista no admite la renuncia al goce, la castración ni la
condena moral al cuerpo y la sensibilidad.
Pero, más allá de su postulación y su determinación formal, ¿qué es este
“absoluto perfecto” sino el remate de un relato teleológico, que parte de un
paradigma central que ofrece dar una significación a la existencia e interpretarla
como una totalidad unitaria? ¿No estamos aquí en los inicios de esa larga búsqueda
de un principio primordial, absoluto, de un valor esencial que sea el fundamento
de un imperio universal? Los altares del bien y de la verdad absolutos están
llenos de sangre. La realidad pensada como unidad de sentido, de finalidad y de
estructura es una trampa ¿Cuánto tiempo ha sido necesario para que aprendamos
a desconfiar de toda perfección que aspira a realizarse por el sacrificio individual?
Todo depende, como puede verse, de lo que deba entenderse como
“perfección”. Si ponemos el acento en la razón, en tanto diferencia específica
del hombre y la escindimos de la totalidad en la que se halla inserta: el hombre
es también, sensibilidad, afectividad, voluntad, corporalidad y la postulamos
seguidamente como razón dominadora: el amo pensante, y declaramos que
sólo a ella compete determinar el fin último, lo que hemos hecho es resolver
dogmáticamente el problema, pues lo que cabe preguntarse es si la razón es
lo que se pretende que es: la esencialidad en la que se resuelve de manera
radical y absoluta el hombre. Veamos el asunto más concretamente, ¿es la
razón el hombre o el hombre es otra cosa, de la que la razón es simplemente
un instrumento, una ventaja al servicio de su conservación así como la vista
para el águila, el olfato para el lobo, la agilidad y velocidad para el jaguar?
Todo ser vivo ha desarrollado una ventaja que le garantiza su supervivencia,
la razón en una entre ellas y no define ningún orden transnatural, no hace
del hombre algo esencialmente distinto al animal. La razón está anclada en la
animalidad humana y el hombre, postula Aristipo, es en primer lugar un ser
sensible regido, como todo lo vivo, por las fuerzas de atracción y repulsión del
placer y del dolor. La razón es secundaria y como tal, está al servicio de esta
“naturaleza humana” que no es distinta de la animal.
124
Rodolfo Santiváñez Beltrán Aristipo y Aristóteles. Dos estrategias en torno al placer
125
2400 años de Aristóteles
126
Rodolfo Santiváñez Beltrán Aristipo y Aristóteles. Dos estrategias en torno al placer
127
2400 años de Aristóteles
joven a casa de una puta y cómo viera que el muchacho se avergonzaba dice,
“no es pernicioso el entrar, sino el no poder salir”. Comentando su relación con
Layda sostiene, “yo poseo a Layda, pero no ella a mí”. La virtud del hedonista
consiste en este autodominio que ejerce sobre sí mismo y que le permite cierta
indiferencia y prescindencia del goce inmediato necesario para el cálculo que
permite operativizar el principio de búsqueda y huida pero, Aristipo deja bien
sentado que la virtud no consiste en privarse en absoluto de los placeres sino en
no dejarse dominar por ellos. El hombre, animal inteligente, administra su vida,
empleando su discernimiento, en aumentar su capacidad de goce y disminuir la
inevitable dosis de sufrimiento ligada a su naturaleza mortal y corruptible. De
ahí la preeminencia del placer actual, del goce sensible inmediato.
Mientras Aristóteles sigue la línea de la ética de la aspiración a la perfección
iniciada por Sócrates, tomando distancia de las posiciones que condenan de manera
radical el goce, pero reinsertándolo en posición subalterna dentro de su estructura
jerárquica y teleológica del bien, Aristipo al declarar la unicidad cualitativa del
placer, su amoralidad y su posición en un orden finito, ajeno a toda trascendencia
e ideal de perfección, propone un reconocimiento y reafirmación de nuestra
condición mortal, contradictoria, cambiante, insustancial pero que, gracias a un
arte de vida puede ser deseable, sin el costo desmedido y de dudosos resultados
que nos impone el cuito al ideal y su funcionalidad a diversas propuestas de poder.
Bibliografía
ARISTÓTELES.
Etica a Nicómaco, en Opera Omnia. Trad, de Francisco de P. Samarach. Aguilar,
Madrid-España. 1973.
Etica Nocomachea. Trad.,di Marcello Zanatta. (Testo greco, edizione critica di I.
Bywater, Aristotelis Ethica Nocomachea, Oxford, rist. 1984.). Biblioteca Universale
Rizzoli. Milano, Italia.1993.
CASSIRER, Ernest.
Kant, Vida y Doctrina. Trad., por Wenceslao Roces. Fondo de Cultura Económica.
México. 1968.
LAERCIO, Diógenes.
Vidas, Opiniones y Sentencias de los Filósofos más Ilustres. Trad. Por José Ortiz y Sanz. El
Ateneo. Buenos Aires, Argentina. 1959.
PLATÓN.
Gorgias, en Opera Omnia. Trad. Por Francisco García Yagüe. Aguilar, Madrid-España. 1974.
129
Franz Emerson Aguilar De la dicha de haber nacido infeliz
Resumen
El escrito trata acerca de la infelicidad como camino, aunque no parezca, hacia
la felicidad. Es decir: la infelicidad, dolor, enfermedad, etc., ya no son atributos
malignos o dañinos; sino, características positivas. Acostumbrarse a vivir
con los males es un acto noble porque se conoce aquella parte fundamental
de la existencia: la infelicidad, olvidada y aborrecida por la mayoría. Aquel
individuo que renuncia a los bienes materiales, físicos, sociales, etc., en favor
de otras metas, por ejemplo del conocimiento, es un sujeto admirable pues
experimenta que la bienaventuranza no solo se encuentra en la felicidad:
posesión de riqueza, salud, etc., sino también en la infelicidad. De este modo, la
oscuridad que atemorizaba ahora se ha convertido en la amiga más entrañable.
Por consiguiente, la desdicha sí es un derrotero para una vida plena.
* *
1. Introducción
Es muy probable que la noción de felicidad haya sido abordada ampliamente
porque buscando bibliografía se puede conseguir trabajos sobre ella,los cuales,
además, son aplicables a la vida cotidiana. Es obvio esto, puesto que el presente
trabajo surge a partir de ellos y, por supuesto, de una reflexión propia. Pero
1 El autor de este ensayo, Franz Aguilar, es estudiante de la carrera de Filosofía de la
UMSA. El año 2016 fue auxiliar de Lenguaje II y Filosofía griega II. Actualmente, 2017,
ejerce las auxiliaturas: Lógica Formal y nuevamente Lenguaje II.
131
2400 años de Aristóteles
132
Franz Emerson Aguilar De la dicha de haber nacido infeliz
de algo, en este caso de felicidad, Menciono esto no para redefinir términos como
felicidad o infelicidad, sino más bien para acoplarme a sus definiciones usuales. En
otras palabras, no voy a brindar una nueva acepción de felicidad ni de infelicidad;
solamente voy a mostrar que la infelicidad sí es un derrotero hacia el bienestar.
La felicidad es la posesión de los mayores bienes: belleza, riqueza, etc.
Todos estos producen bienestar al alma. No obstante, qué sucede si se asimila
sufrimiento a gran escala. Es evidente que éste no genera placer, pero no hay
duda que el sufrimiento es intenso. Por ejemplo: si a Pedro a menudo le va
mal en los negocios, es decir, es una persona pobre, ¿realmente es una desgracia
que le ocurra esto? La respuesta más fácil sería una afirmación; sin embargo
no siempre es así. A través de la desdicha, Pedro puede conocer aquello que
es aborrecido por los ricos: la pobreza; puede vivir en ella y, por medio del
tiempo, acostumbrarse a la miseria, y al ser una costumbre puede convertirse
en algo común. De ahí se sigue que el sufrimiento, por medio del día a día, es
otra vía para adecuarse y acostumbrarse a la realidad, sufrimiento.
El hecho de soportar hasta cierto nivel las calamidades, y además
conformarse con ello, es un acto heroico. Pues una persona que aprenda
a convivir con los males, según este esquema, o, mejor aún, a conocerlos,
simplemente ha conocido otra faceta de la vida, el dolor.Por eso lo correcto en
estos casos es conocer los infortunios, porque la infelicidad también es parte de
la vida, también otorga alegría. Es decir, si uno aprende a vivir con la desdicha,
la vida ya no es un sinsentido, ya no es cruel, simplemente es la vida y nada
más. De ahí que el hombre que se acostumbre a las calamidades, tolerables
hasta cierto punto, es más noble a diferencia del que no lo hace.
Vivir infeliz por supuesto que en un principio es duro e insoportable, no
obstante con el tiempo esta infelicidad lleva al olvido del prójimo, conduce al
amor solamente de uno mismo. Pues por qué habría de amar al otro si éste
posiblemente no sepa que la felicidad sí es alcanzable y además una de las rutas
es el sufrimiento. Por qué decirle todo esto si lo que escribo solo es aplicable
para mí. Qué motivos tengo para ayudar al otro a encontrar la felicidad, si, al
fin y al cabo, en lo más profundo de mi ser, no me importa lo que le suceda.
Por este y otros motivos pienso que el dolor conduce a la más añorada dicha:
la tranquilidad exclusiva de uno mismo.
133
2400 años de Aristóteles
necesario. Pues este pensador escribió no solo sobre filosofía, sino también
acerca de biología, psicología, etc. No obstante, el hecho de que sea un gran
erudito no garantiza que tenga la última palabra, es más, ¿existe el conocimiento
absoluto? Por otro lado, que no tenga la verdad no implica que sus escritos sean
basura; si fuese así, cualquier texto sería abyecto. Por este motivo, emplearé
nomás su pensamiento acerca de la felicidad.
En el libro de “El arte de la retórica”el filósofo estagirita menciona que el fin
más anhelado por los hombres, tanto individualmente como colectivamente, es
la felicidad. Hasta aquí no hay ninguna objeción, ya que se ve que muchos seres
humanos buscan vivir bien. Por ejemplo: aquel sujeto que se suicida probablemente
lo hace porque la vida ya no le da felicidad. Aquel mendigo que no busca superarse:
tener casa, esposa, dinero, etc., no es que sea un opositor de la felicidad, es otro
partidario; ya que para él la dicha está en no tener metas: fortuna, familia, salud, ni
nada, o sea, se conforma con el presente. Por eso la mayoría de los hombres buscan
felicidad, aunque sus medios para hacerlo sea distinto uno del otro.
¿Y qué es la felicidad? Para contestar esta pregunta daré la definición de
Aristóteles. El discípulo de Platón asevera:
Entendamos, pues, por felicidad el bienestar acompañado de la vir-
tud, o la posesión de los medios suficientes para vivir, o la vida muy
agradable junto con la seguridad de continuar en ella, o el buen
estado de las riquezas y de los cuerpos junto con la posibilidad de
conservar y usar de éstos3.
En otros términos, la felicidad, siguiendo a Aristóteles, sería un estado
donde hay bienestar. Por ejemplo: si Juan obra con justicia es virtuoso, si tiene
lo necesario para vivir y además goza de buena salud, entonces es feliz. No
obstante, si Juan lastima a sus padres, si no posee un lugar para dormir ni
comida, si además está enfermo, entonces es infeliz y, peor aún, practica lo
contrario a la felicidad. Y eso, según él, hay que evitar hacerlo. En otras palabras,
según mi criterio personal, la definición aristotélica sobre la eudaimonía no es
aplicable en todos los casos, porque sencillamente Juan puede ser muy feliz
lastimando a sus padres –esto solo es un ejemplo.
134
Franz Emerson Aguilar De la dicha de haber nacido infeliz
135
2400 años de Aristóteles
3. La vía de la riqueza
Para el padre de la lógica la conservación de riquezas materiales es un bien, por
ende conduce a la felicidad. Al respecto menciona:
Las partes de la riqueza son la abundancia de dinero y de tierras, la
posesión de lugares; además, la posesión de bienes muebles, de ganado
y de esclavos superiores en número, en tamaño y en belleza; pero todos
estos bienes deberán ser seguros, dignos de un hombre libre y útiles5.
Actualmente esta definición tiene su aplicación en la vida. La mayoría de
los hombres buscan acumular riquezas, sea cual fuere el motivo; mucha gente
vive para progresar económicamente. Los seres humanos encuentran felicidad
cuando pueden gozar de extensas ganancias. Así que la acepción aristotélica sobre
la riqueza tiene vigencia en la actualidad. Sin embargo, qué sucede con aquella
minoría que no tiene afán de progresar. En seguida se responderá dicha pregunta.
Se puede hablar de los mendigos, de los individuos que viven en lugares
paupérrimos, de los reos de clase baja, etc., todos éstos tienen o muy poca o
nada de riqueza. Mas es claro que hombres pertenecientes a estos grupos pueden
sobresalir, es decir, pueden convertirse en ricos. De esto surge una interrogante:
¿la fortuna es el único camino para la felicidad? No, dado que existen sujetos
que tienen las posibilidades de ser millonarios, pero no lo hacen. Por qué un ser
racional, sabiendo que la posesión de dinero otorga placer, puede elegir no hacerlo.
Al principio había puesto en duda la existencia de la verdad absoluta,
así que, bajo este sentido, un hombre tranquilamente puede escoger no
acumular dinero y, al mismo tiempo, ser feliz, nada le impide realizar esto ya
que no hay un camino totalmente certero hacia la dicha. Puede hacerlo, no
porque considere que los bienes materiales son la desgracia de la humanidad
o porque son innobles, sino porque simplemente piensa que lo material no es
lo principal; es importante, sí, mas no es el fin último de la vida. Pero cómo
puede existir un sujeto que, teniendo todas las posibilidades, escoge no ser
pudiente. La prueba de que existe un hombre así es, por ejemplo, el filósofo,
por supuesto existen otros individuos más.
Evidentemente en la antigüedad no era tan así. La mayoría de las personas
que se dedicaban a la filosofía eran hombres adinerados, como Aristóteles. Sin
embargo había filósofos como Diógenes el cínico, cuyo único bien era su ropa.
A pesar de las vicisitudes de la vida, él era feliz siendo pobre –pobre en lo
material y no en lo intelectual. Con esto quiero mostrar que los seres humanos
136
Franz Emerson Aguilar De la dicha de haber nacido infeliz
137
2400 años de Aristóteles
4. La vía de la salud
Es sabido que Aristóteles vivió 62 años, edad no muy alejada del promedio de vida
actual. Por una parte, el discípulo de Platón tuvo una vida larga. Probablemente
podía haber vivido igual que su maestro, empero tuvo que salir dos veces de
Atenas, la última fue prácticamente una huida, y eso probablemente haya
tenido repercusiones en su salud. Por otra parte, era el hijo de un médicoquien
no era un doctor cualquiera, pues era el médico de Filipo II, padre de Alejandro
Magno. Tal vez eso lo motivó a estudiar biología; no por nada es visto como el
padre de la medicina. El punto es que él consideraba a la salud como virtud.
El primer taxónomo asevera: “La cualidad del cuerpo es la salud, pero
ésta debe poseerse de tal manera que, haciendo uso del cuerpo, esté uno
libre de enfermedades”7. En esta proposición se nota el énfasis que se hace
respecto de la salud, ya que su pertenencia garantiza una vida sana, por ende
una existencia gozosa. Es evidente la validez de dicho principio, pues, cómo
se podría vivir padeciendo horribles enfermedades. Obviamente cuando uno
está sano físicamente, vive tranquilo, al menos corporalmente. De ahí se sigue
que, siguiendo al fundador del Liceo, la salud es una vía para una vida plena.
Por un lado es cierto que la carencia de anormalidades produce bienestar,
por otro lado la presencia de enfermedades no necesariamente es sinónimo de una
vida pecaminosa. Es decir, estar enfermo no implica ser una persona defectuosa
o perversa. La salud de Epicuro es prueba de ello: “Epicuro estuvo enfermo de la
vejiga hasta su muerte, que vomitaba dos veces por día (…), pero que pese a estas
adversidades, conservaba una simpatía y trato afectuoso con los amigos”8. Con
este ejemplo se ve que Epicuro físicamente era defectuoso, más no mentalmente.
Puede haber muchísimos factores para la dolencia corporal: el nacer ciego, un
accidente externo, etc. Es así que este principio aristotélico debería aplicarse
a personas que no han sufrido ninguna desgracia externa. La regla debería
modificarse para las personas que por el azar han adquirido enfermedades.
De manera que está claro lo siguiente: Aristóteles piensa que la salud
conduce a una vida buena, a la felicidad. O sea, la salud está en estrecha
7 Aristóteles, El arte de la retórica,Ed. Eudeba 2007, p. 63.
8 Boris Inti Chamani Velasco, la teología eudaimónica de epicuro, Ed. Instituto de Estudios
Bolivianos 2010, p. 82.
138
Franz Emerson Aguilar De la dicha de haber nacido infeliz
conexión con el estar vivo, en este caso con el poseer alegría. En el arte de la
retórica afirma lo siguiente: “Asimismo, la salud y la belleza y otras cualidades
semejantes, pues son virtudes del cuerpo y causa de muchos bienes, como la salud
que es causa del placer y de la vida”9. De este enunciado se nota que la opción
contraria a la vida no está presente. De ahí se deriva quela salud jamás puede
conducir a la muerte porque la labor de los hombres es justamente suprimir
las enfermedades para no cesar.
No obstante, si vivir feliz implica estar sano, y cuando aparece algún
dolor es imperativo eliminarlo, entonces la felicidad no es duradera. Pues,
en cualquier momento del tiempo, uno siempre se enferma. ¿No será que la
felicidad también se manifiesta en la enfermedad?, o mejor todavía, ¿no será
que la felicidad consiste en eliminar cualquier preocupación? Para responder
estas preguntas recurro a Epicuro, él dice:
Es estúpido quien confiese temer la muerte no por el dolor que pue-
da causarle en el momento que se presente, sino, porque, pensando
en ella, siente dolor, porque aquello que nos perturba, no es sensato
que nos angustie durante su espera. El peor de los males, la muerte,
no significa nada para nosotros, porque mientras vivimos no existe,
y cuando está presente nosotros no existimos10.
Respondiendo a las interrogantes, padecer alguna enfermedad genera
sufrimiento corporal –la enfermedad es uno de los conductos más eficaces
para desfallecer–y, para lo peor,eso ya genera aflicción, por ende infelicidad.
Entonces,lo más sensatoes suprimir la preocupación; después de haberlo hecho ya
no es relevante si se padece alguna enfermedad; uno puede seguir siendo dichoso
a pesar, por ejemplo, de tener cáncer. Es decir, la extirpación de la preocupación
o aflicción por la llegada de la muerte es un bien ya que uno se alivia al hacerlo.
Por ejemplo: si Martín padece de cáncer pulmonar, obviamente eso
le producirá dolores tremendos; empero si tiene la posibilidad de sanarse,
puede realizarlo. Pero si no tiene los recursos materiales suficientes, entonces
la mejor opción es escoger acabar con el sufrimiento corporal: matándose.
Pues si realmente se ha llegado a un punto donde ya no se puede soportar
la enfermedad, lo más prudente es vencer totalmente ese mal, a través de la
muerte. Claro está que para alcanzar esa dicha de liberarse plenamente del
malestar necesariamente antes se ha tenido que estar enfermo. De ahí se
concluye que la muerte también es una ruta para la felicidad.
9 Aristóteles, El arte de la retórica,Ed. Eudeba 2007, p. 67.
10 Epicuro, Carta a Meneceo, Ed. tecnos 2013, p. 59.
139
2400 años de Aristóteles
5. Conclusiones
De todo lo mencionado se concluye que la felicidad, una vida alegre, no es el
único camino para vivir afortunado, el sufrimiento también lo es. Por medio
de los males se puede conocer aquello que es detestado por los aparentemente
felices: la enfermedad, la pérdida de un ser querido, la pobreza, etc. Y convivir
con los tormentos es, pues, un acto noble. Aunque Aristóteles no esté de
acuerdo con lo escrito, lo cierto es que la felicidad debe ser buscada, de
cualquier manera que se la conciba, por uno mismo. De ahí se extrae que,
según mi opinión, el gozo es alcanzado también por la infelicidad.
Sin embargo la miseria, infelicidad, etc., no son actualmente medios para
el bienestar. Ya el primer compilador de la lógica había dicho que ser feliz es
poseer riquezas. Evidentemente esta noción tiene vigencia en la actualidad,
mas hay excepciones. A veces algunos seres humanos escogen no priorizar el
dinero y hacerlo no está mal. Se puede buscar otras metas: conocimiento,
fama, etc., es decir, anteponer otro fin antes que la riqueza es moralmente
válido. De ahí que el dinero no sea el único trayecto para la felicidad.
Para tener buena salud, ¿será bueno no concentrarse en acumular fortuna?
Es claro que para eliminar o combatir cualquier enfermedad es sumamente
imprescindible la posesión de riquezas. Si la finalidad es suprimir alguna dolencia,
entonces el dinero es útil y de este modo también se logra recuperar la buena
salud. Pero si ya no es posible suprimirlo, entonces lo más razonable es aliviar
dicho dolor definitivamente, esto es, a través de la muerte. Pues, la muerte no es
un mal, por consiguiente, para ya no estar convaleciente lo más aconsejable es
alcanzarla. De esto se sigue que el principio aristotélico sobre la salud tiene sus
limitaciones porque la felicidad no siempre se halla en la buena salud.
140
Franz Emerson Aguilar De la dicha de haber nacido infeliz
Bibliografía
CHAMANI, Boris Inti.
La teología eudaimónica de Epicuro. La Paz: Ed. Instituto de Estudios Bolivianos. 2010.
EPICURO.
Máximas capitales. Madrid: Ed. Tecnos. 2013.
Carta a Meneceo. Madrid: Ed. Tecnos. 2013.
MANSILLA, H.C.F.
Filosofía Occidental y Filosofía Andina. La Paz: Ed. rincón ediciones. 2016.
MONDOLFO, Rodolfo.
El pensamiento antiguo: Historia de la filosofía grecorromana. Buenos Aires: Ed. Losada. 2004.
141
Gonzalo H. Amador Rivera Consecuencias, dimensiones y derivadas
Resumen
El presente trabajo tiene como objetivo, a partir de la lectura de Aristóteles
y de sus conceptos más relevantes, definir la salud desde el punto de vista
del estagirita. La Organización Mundial de la salud contempla una definición
que aún nos parece limitada, lineal, no sujeta a mayores cambios, cerrada
y mecanicista. La definición aristotélica, por otra parte, es gradual, presta
atención a los cambios, las irregularidades son propias del sistema endógeno
(el cuerpo) y sobre todo exógeno (el medio ambiente y las noxas).
El método que utilizo es narrativo e histórico y se analiza el concepto de
alma, de hombre, de virtud, de funcionalidad y de ser social para luego integrarlo
en un sistema del cual emergerá su acto la salud y su potencia de estar saludable.
* *
1. Introducción
Hacía 1952, Jorge Luis Borges escribió: “Observa Coleridge que todos los
hombres nacen aristotélicos o platónicos. Los últimos sienten que las clases,
143
2400 años de Aristóteles
los órdenes y los géneros son realidades; los primeros, que son generalizaciones;
para éstos, el lenguaje no es otra cosa que un aproximativo juego de símbolos;
para aquellos es el mapa del universo”2. Si existen hombres que nacen ya sea
platónicos o ya sea aristotélicos, me pregunto ¿existen entonces, pensamientos,
ideas, conceptos o construcciones que pueden ser definidas desde el punto de
vista de uno u otro pensador? Esa pregunta me lleva directamente al concepto
de salud, por una parte ligada solo a si misma “la salud” per sé que tal vez sería
el aproximado a Platón, por otro lado uno más amplio y rico que involucra
al ser humano, su medio, su rol y funcionalidad que sería el aristotélico, así
entonces habría una forma platónica de entender salud y otra forma aristotélica.
Nuestro objetivo será, pues representar esta última.
La medicina ha debatido mucho tiempo el concepto de salud y por
oposición ha planteado su concepto de enfermedad. A la fecha el concepto
de salud aceptado por conveniencia es el de la Organización Mundial de la
Salud (OMS) que señala lo siguiente: “La salud es un estado de completo
bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones
o enfermedades”3. Este concepto ha cerrado el debate de lo que representa
la salud en general, pero se ha valido de una heurística de conceptos que
fácilmente son rastreables hasta los griegos mas encuentran en Aristóteles,
quien ya ha renunciado a Platón y se halla autoafirmado, esa conjunción de
cualidades necesarias para hablar de salud.
El presente ensayo tiene como objetivo, a partir de una lectura de
Aristóteles, repensar los conceptos de cuerpo, alma, eudaimonía y areté y su
relación en torno al concepto de salud.
2 Jorge Luis Borges. (1997). Otras Inquisiciones. Madrid: Alianza. pp. 296.
3 Moreno, G. A. (2008). La definición de salud de la Organización Mundial de la Salud y la
interdisciplinariedad. Sapiens. Revista Universitaria de Investigación, 9(1), pp. 96.
4 Calvo, T. (2003). Aristoteles. Acerca del Alma. Madrid: Ed. Gredos, pp 48.
144
Gonzalo H. Amador Rivera Consecuencias, dimensiones y derivadas
145
2400 años de Aristóteles
146
Gonzalo H. Amador Rivera Consecuencias, dimensiones y derivadas
147
2400 años de Aristóteles
148
Gonzalo H. Amador Rivera Consecuencias, dimensiones y derivadas
149
2400 años de Aristóteles
parte, es gradual, presta atención a los cambios, las irregularidades son propias
del sistema endógeno (el cuerpo) y sobre todo exógeno (el medio ambiente
y las noxas). Este nuevo concepto en salud, nacido de Aristóteles, ofrece una
ventaja: esta es, una nueva visión del proceso salud/enfermedad, dicha visión
es darwiniana porque implica la necesidad de siempre estarse adaptando para
lo cual una relación mente-cuerpo siempre presente, la necesidad constante de
adaptación social y una funcionalidad que responda, aunque sea mínimamente
a su sociedad y fundamentalmente a uno mismo estén activos. De este sistema
podrán extraerse también sus contrarias, las enfermedades, pero ya no solo
estarán ubicadas en el cuerpo (como la OMS pretende), sino también en lo
mental, social y funcional. La desventaja de esta visión es evidente, al existir
tantas formas de enfermarse, las enfermedades nunca serán curadas.
El sistema aristotélico de salud es la esencia misma, su acto, para luego
hacerse potencia, esto será ser saludable. Todo esto es pues, no más que un
intento de Metafísica y Ontología de la salud desde Aristóteles.
Bibliografía
BORGES, José Luis.
Otras Inquisiciones. Madrid. Alianza. 1997.
CALVO, T.
Aristóteles. Acerca del Alma. Madrid, Gredos. 2003.
CAMPILLO, A.
Animal político. Aristóteles, Arendt y nosotros. Revista de filosofía, 39 (2). 2014
GARCÍA VALDEZ, M.
Aristóteles: Política. Madrid. Editorial Gredos. 1974. 2014.
GÓMEZ ROBLEDO, A.
Aristóteles: Ética Nicomáquea. México. Editorial UNAM. 2010.
MORENO, G.A.
La definición de salud de la Organización Mundial de la Salus y la interdisciplinariedad.
Sapiens. Revista Universitaria de investigación. 2008.
REALE, G.
Introducción a Aristóteles. Barcelona, Herder. 1985.
150
Mauricio Montealegre Oblitas ¿De dónde viene el movimiento?
Resumen
La filosofía atomista, perteneciente al llamado periodo presocrático, fue
criticada por el gran Aristóteles a razón de que los atomistas no habrían
dado una explicación satisfactoria del origen y naturaleza del movimiento.
Aristóteles admite que los atomistas aceptaron el movimiento de los átomos,
pero les reprocha la negligencia de dejar el tema donde empieza y no haber
filosofado acertadamente sobre el movimiento. Sin embargo, ¿hasta qué punto
los reproches de Aristóteles a los atomistas son aceptables y pertinentes?
* *
1. Introducción
En el primer libro de la gran obra “La Metafísica” del gran Aristóteles, se
encuentra el siguiente pasaje sobre la filosofía preplatónica o presocrática:
151
2400 años de Aristóteles
152
Mauricio Montealegre Oblitas ¿De dónde viene el movimiento?
simplemente le interesó extraer lo que, según él, era de estima y valor. No condeno
a Aristóteles por esto, al fin y al cabo él tenía todo el derecho de interpretar y
de servirse del saber de la filosofía precedente como mejor le pareciese. Pero sí
me opongo a ver en Aristóteles un sujeto imparcial en su disertación y examen
sobre la filosofía presocrática como algunos estudiosos ingenuamente podrían
creer. La siguiente nota de un reconocido estudioso de Aristóteles, demuestra el
desinterés histórico de Aristóteles por la filosofía presocrática:
(…) Aristóteles no está, en ninguna de las obras que poseemos de él, in-
tentando dar una explicación histórica de la filosofía temprana [es decir,
la filosofía presocrática]. Está usando estas teorías como interlocutoras
en los artificiales debates y discusiones que él construye, para llegar
“inevitablemente” a sus propias soluciones (…) (Cherniss, 1935, p.xii).
Vemos pues que el examen aristotélico de la filosofía presocrática es, para
utilizar algún término, instrumental, cuyo uso responde a los intereses de la
filosofía aristotélica.
Todo lo anteriormente dicho me da pie para poder entrar al tema
de la filosofía atomista. Dentro de los llamados filósofos presocráticos
se encuentran Leucipo y Demócrito, los primeros filósofos atomistas de
occidente. Del atomismo solo nos quedan algunos pocos fragmentos que
pueden ser llamados auténticos, concernientes principalmente a la teoría del
conocimiento o gnoseología. Aparte de estos exiguos fragmentos, nos queda
una serie de testimonios de autores de la antigüedad (obviamente posteriores
a Leucipo y Demócrito) sobre el atomismo. Estos testimonios van desde el
mismísimo Aristóteles (siglo IV a.C.) hasta Simplicio (VI d.C.), quienes nos
dan información acerca de qué fue el atomismo como filosofía.
Ahora bien, conocer una filosofía de manera indirecta, es decir, a partir de
otros autores y no de los fundadores de tal filosofía es sumamente problemático,
y se entra inevitablemente en un terreno inestable. El atomismo, al parecer,
no tuvo una aceptación benévola a lo largo del tiempo, por ello se perdieron
las obras de Leucipo y Demócrito. Tenemos la suerte de que autores como
Aristóteles y su discípulo y amigo Teofrasto nos hayan dejado testimonios
sobre la filosofía atomista. No obstante, es una verdad que a lo largo del
tiempo, la filosofía atomista ha sido interpretada de varias y polémicas maneras
(teniendo como fuente común los testimonios de Aristóteles y Teofrasto como
veremos a continuación) y, por lo tanto, ha sido trastocada y cambiada de su
forma original. De esta forma, los autores que realizan testimonios sobre el
atomismo, en realidad, hicieron reelaboraciones. Por ello, un estudioso de la
evolución interpretativa del atomismo de Leucipo y Demócrito nos dice:
153
2400 años de Aristóteles
154
Mauricio Montealegre Oblitas ¿De dónde viene el movimiento?
155
2400 años de Aristóteles
4 Por la naturaleza de este pequeño artículo, no tengo espacio para tratar con vastedad
sobre la filosofía atomista. De haber algún interesado o interesada, en la sección de la
bibliografía encontrará excelentes trabajos sobre el atomismo. También le invito a que
me haga un seguimiento académico, puesto que el tema de mi tesis ceteris paribus será
una disertación sobre el atomismo de Leucipo y Demócrito.
156
Mauricio Montealegre Oblitas ¿De dónde viene el movimiento?
5 «Todos aquellos que han dicho algo sobre la naturaleza afirman que el movimiento
existe» (Aristóteles, p.423, 1995).
157
2400 años de Aristóteles
158
Mauricio Montealegre Oblitas ¿De dónde viene el movimiento?
159
2400 años de Aristóteles
160
Mauricio Montealegre Oblitas ¿De dónde viene el movimiento?
non cominciarono col sollevare il problema della causa del movimiento, ma accettarono
il movimento come un dato di fatto (…)» (Sambursky, 1959, pp.138-139).
14 «(…) the eternal atomic motion was, in Democritus’ view, beyond all causes, and was
itself the cause of all (…) empty space not merely separates pieces of matter, but it
enables them to move. Separation and movement to their notion so nearly implied
each other, that movement was an essential part of the new conception: it is therefore
‘causeless’, or, as Democritus preferred to put it, ‘necessary’. The very existence of atoms
and void carried with it atomic motion» (Bailey, 1964, pp.133-134).
Véase también: «(…) muchos estarán perfectamente de acuerdo con Sambursky en que
fue «un instinto lógico» el que indujo a los atomistas a aceptar el movimiento como algo
dado en lugar de plantear el problema de la causa primera» (Guthrie, 1993, p.405).
15 «Leucippus might well suppose that having demonstrated the existence of a world in which
matter was already discrete, it was unnecessary to account further for motion: the existence
of empty space was, as it were, itself the cause of motion as it was of separation. Motion was
eternal and therefore ‘natural’: you cannot ask for its cause any more than you can for the
reason why the primary matter existed in the form of particles» (Bailey, 1964, p.85).
16 «If Leucippus gave any answer to of the questions at all, it must have been that the cause
of motion was ‘necessity’: there are traces of this answer In the doxographers and in the
onIy aphorism attributed to Leucippus, He is recorded as saying that ‘nothing occurs at
random but everything for a reason (ἐκ λόγου) and by necessity’» (Bailey, 1964, p.85).
161
2400 años de Aristóteles
162
Mauricio Montealegre Oblitas ¿De dónde viene el movimiento?
De esta forma lo que tenemos que decir acerca del movimiento de los átomos
y del sistema atomista en general, simplemente son construcciones mentales,
simples hipótesis, si bien basadas en doxógrafos y filósofos que nos transmiten
información y pensamientos coherentes del atomismo de Leucipo y Demócrito.
Bibliografía
ARISTÓTELES.
Aristotelis de caelo. Oxonii: Oxford University Press, 1936.
Aristotelis Physica. Oxonii: Oxford University Press, 1950.
Metafísica. Madrid: Gredos, 1994.
La física. Madrid: Gredos, 1995.
Metafísica (edición trilingüe). Madrid: Gredos, 1998.
BAILEY, Cyril.
The greek atomists and Epicurus. Russell & Russell, 1964.
CHERNISS, Harold.
Aristole’s criticism of presocratic philosophy. Baltimore: The Johns Hopkins press, 1935.
CORNFORD, Francis.
De la religión a la filosofía. Barcelona: Ariel, 1984.
EGGERS, Conrado y JULIÁ, Victoria.
Los filósofos presocráticos (vol.I). Madrid: Gredos, 1981.
GEMELLI, Marciano.
Democrito e l’Accademia. Studi sulla trasmissione dell’atomismo antico da Aristotele a
Simplicio. Berlin: Walter de Gruyter GmbH & Co., 2007.
GOMPERZ, Theodor.
Pensatori greci. Storia della filosofía greca (vol.II). Firenze: La nuova Italia,1964.
GUTHRIE, W.K.C.
Historia de la filosofía griega (vol. II). Madrid: Gredos, 1993.
KIRK, G. S. and RAVEN, J.E.
The presocratic philosophers. A critical history with a selection of texts. Cambridge:
Cambridge university press, 1957.
KIRK, G.S, RAVEN, J.E. y SCHOFIELD, M.
Los filósofos presocráticos. Madrid: Gredos, 1987.
163
2400 años de Aristóteles
LURIA, Salomon.
Democrito. Raccolta dei frammenti, interpretazione e commenatrio di Salomon Luria.
Milano: Bompiani, 2007.
REALE, Giovanni.
Storia della filosofia antica. Dalle origini a Socrate (vol.I). Milano: Vita e Pensiero, 1987.
SAMBURSKY, S.
Il mondo físico dei greci. Milano: Feltrinelli, 1959.
TAYLOR, C.C.W.
The atomists Leucippus and Democritus. Toronto: University of Toronto press, 1999.
164
Andrés Adán Rioja F. La cura del estagirita
Resumen
Se intenta proponer un cuidado de la naturaleza en un sentido diferente al
de la protección del medio ambiente. Para ello, se plantea la necesidad de
preguntar por lo que sea la naturaleza misma. En principio, se define la idea
de naturaleza como aquella que permite establecer la distinción entre lo
“natural” y lo “artificial”. Luego, se postula que dicha distinción se habría
originado en la investigación aristotélica de la phýsis. A continuación se ofrece
una aproximación al significado de esta palabra, y, finalmente, se sugiere, de
manera muy breve, en qué podría consistir un cuidado de la naturaleza en el
sentido de phýsis.
* *
165
2400 años de Aristóteles
167
2400 años de Aristóteles
169
2400 años de Aristóteles
170
Andrés Adán Rioja F. La cura del estagirita
animales, los árboles o los ríos, son esencialmente distintos de cosas como el
martillo, el foco o la chompa? Después de todo, los árboles no dan focos y
los martillos no crecen de la tierra. Hay seres naturales y hay cosas hechas,
éstas las produce el ser humano, aquellas la naturaleza. Esto es sobradamente
conocido, y hasta se diría que demasiado obvio. A fin de cuentas, la diferencia
entre lo natural y lo artificial ¿no es para nosotros tan sólo un lugar común?
Ciertamente, lo es, pero, como se recordará, precisamente andábamos en busca
de eso, puesto que, según la indicación que nos brindó Aristóteles, el camino
que deseamos recorrer va de lo más conocido y claro para nosotros (hemîn), a
lo más claro y conocido por naturaleza (tei phýsei).
Ahora bien, puede que nos cause sorpresa saber que fue nada menos que
Aristóteles el primero en establecer esa distinción que a nosotros, hoy en día,
nos parece ya una mera obviedad. Para un griego de aquella época no lo era
absoluto. Por cierto, antes de Aristóteles los sofistas ya habían contrapuesto
nómos y phýsis, distinguiendo lo que es “por convención” de lo que es “por
natura”5. Sin embargo, esta contraposición no apuntaba a lo mismo que la
distinción aristotélica, ya que el concepto opuesto a la phýsis, el nómos, no tenía
aún en los sofistas el carácter específicamente productivo que llegará a tener la
tékhne en Aristóteles, el entender en la producción de algo, la destreza o pericia,
el “arte”, en el más amplio sentido de la palabra. La distinción aristotélica
introdujo algo nuevo en ese sentido, algo que continúa resonando inclusive
hasta hoy, débilmente, toda vez que hablamos de lo natural y al hacerlo lo
diferenciamos de lo artificial. Claro que para nosotros dicho modo de hablar
no es más que un lugar común, un lugar común bastante fuera de lo común,
habría que añadir, porque últimamente nadie parece estar de acuerdo sobre sus
límites, sino que todos discrepan en lo tocante a definir dónde comienza y
dónde termina, con la consecuencia de que el tan conocido y casi tan obvio
lugar común se ha convertido en el más des-comunal de los lugares. Todo puede
ser natural, pero al mismo tiempo todo puede ser artificial: hay “productos
naturales” empaquetados en bolsas y “semillas de maíz” genéticamente
modificadas. Pareciera, así, que los límites de la consabida distinción poco a
poco se van desvaneciendo, pues lo que hace la mano del hombre se confunde
con lo que no puede nunca hacer, las cosas con los seres, lo producido con lo
que se da. Frente a este desquiciamiento, la sorpresa de saber que fue Aristóteles
el primero en delimitar el campo de los seres naturales (phýsei ónta), frente al
campo de las cosas hechas (poiúmena) ¿no debería transformarse en el asombro
171
2400 años de Aristóteles
172
Andrés Adán Rioja F. La cura del estagirita
173
2400 años de Aristóteles
174
Andrés Adán Rioja F. La cura del estagirita
llega a ser a partir de algo: la flor llega a ser de la semilla, el ave llega a ser del
huevo, el día de la noche, la primavera del invierno, etc. De ahí que Aristóteles
descubra los principios constitutivos de la phýsis, cuántos y cuáles son, en el
marco de un examen minucioso del llegar a ser en cuanto tal12.
Con todo, la razón última de la preponderancia de la génesis en la ontología
de la phýsis nos la da una palabrita sumamente importante y muchas veces
repetida a lo largo de todo el corpus aristotélico, no sólo en la Física; una palabrita
fundamental para entender el pensamiento de Aristóteles, en primer lugar, por
sí mismo, pero también en su ambigua relación con el pensamiento de Platón;
una palabrita maravillosamente rica y sugerente, llena de resonancias y ecos
de otras palabras, de otras experiencias, de otros dominios, todos típicamente
griegos; una palabrita, en fin, común y corriente en la lengua de la época,
según informan los lingüistas13, y por ello mismo, prácticamente imposible de
“traducir”. Se trata de eîdos. Este sustantivo o nombre se encuentra sensiblemente
relacionado con uno de los verbos griegos para “ver” (eidéō), por lo que viene
a significar poco más o menos el “aspecto”, el “brillo” o la “apariencia” de algo,
lo que de algo salta a la vista. Pero hemos de advertir enseguida que el eîdos, en
cuanto aspecto o apariencia, no esconde todavía otra cosa que estuviera “detrás”
de él, llámese “realidad de verdad”, “cosa en sí” o “esencia”. Al contrario, el
eîdos mismo es aquello en lo que consiste esencialmente el ente, sin que haya
en absoluto cosa alguna por “detrás”. Nuestra vulgar oposición entre “esencia”
y “apariencia”, entre “ser” y “parecer”, convengamos, no nos aprovecha
demasiado a la hora de explicar el eîdos en cuanto aspecto. Más aun, dicha
oposición podría nublarnos la vista ante el hecho de que, según Aristóteles,
es cabalmente el eîdos el que constituye ya de antemano, para el ente del caso,
lo que era “ser”: tó tì ên eînai14. Por ejemplo, lo que cada vez era ser para esa
mosca, es el eîdos “mosca”, el aspecto concreto mediante el cual dicha mosca se
nos presenta como tal, digamos, la presencia-mosca; lo que cada vez era ser para
aquel sapo, es el eîdos “sapo”, el aspecto concreto mediante cual se nos presenta
precisamente aquel sapo, como si dijéramos, la presencia-sapo. El eîdos es, pues,
la presencia de un ente. Empero, así como no hablaríamos de la presencia-
mosca si lo que viéramos fuese sólo una manchita negra estampada en la pared,
tampoco diríamos que nos hallamos ante la presencia-sapo si lo que viéramos
fuese sólo un renacuajo nadando en un charco de agua sucia. El ente del caso,
necesariamente, ha de llegar a ser lo que esencialmente es para que quepa hablar
12 Cfr. Fís. I, 7
13 Cfr. Martínez Marzoa, 2010: 91-92, 138-139
14 Cfr. Fís. B, 3: 194b 26-29, 195a 20-21
175
2400 años de Aristóteles
176
Andrés Adán Rioja F. La cura del estagirita
177
2400 años de Aristóteles
Bibliografía
ARISTÓTELES.
Physique, Les Belles Lettres, Paris. Texte établi et traduit par Henri Carteron. 2002.
HEIDEGGER, Martin.
Hitos, Alianza Editorial, Madrid. Traducción de Helena Cortés y Arturo Leyte. 2007.
¿Qué significa pensar?, Trotta, Madrid. Traducción de Raúl Gabás. 2010.
MARTÍNEZ MARZOA, Felipe.
Historia de la filosofía antigua, Akal, Madrid. 2010.
SAENZ, Jaime.
Obra poética, Biblioteca del Sesquicentenario de la República, La Paz. 1975.
178
Se terminó de imprimir en los talleres
del Instituto Internacional de Integración
Convenio Andrés Bello - 2017