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Un poco de revelaciones fantásticas y llenas de sabiduría sobre la “Tierra Hueca”, que los

ignorantes de este conocimiento difícilmente entenderán y/o descalificarán insolentemente


sin fundamento o conocimiento alguno.

La Ubicación de el Jardín del Edén.

Adaptado ligeramente de las publicaciones de Ariel Bar Tzadok

Hay un gran misterio oculto en la historia de la Torá (Biblia Hebrea Escrita y “Oral”) sobre el
entierro de Avraham a su esposa Sarah. Este misterio no será otra lección religiosa aburrida de
superstición mística filosófica que nos haría querer bostezar…. No, este misterio se trata de
una realidad geológica y geográfica, referenciada, discutida e investigada durante muchos
siglos en la literatura de la Torá y que se hizo eco en la literatura de numerosas culturas de
todo el mundo. Lo que estoy hablando es acerca del Jardín del Edén siendo un verdadero lugar
físico y el secreto de su ubicación real.

Entonces, ¿dónde está el jardín usted puede preguntar? ¿Y quién vive allí ahora? Para
responder a estas preguntas, ahondemos en la Torá, hasta la muerte de Sara y el lugar de su
entierro, la "doble" cueva de Makhpelah en Hevron.

La historia de la Torá es bien conocida; Sarah, la amada esposa de Avraham, madre de Yitzhak,
fallece a la vejez madura de 127. Avraham, rico en “dinero” y/o bienes, todavía no posee
ninguna propiedad en su recién adoptada patria llamada Canaán (hoy día Israel). En aquellos
días, no había cementerios. Los muertos se colocaban generalmente en cuevas que fueron
selladas y protegidas como tumbas familiares. Avraham procuró comprar tal cueva para una
herencia familiar, donde más tarde sería enterrado junto a sus hijos y nietos. De hecho,
sabemos qué es lo que sucedió, y la Cueva de los Patriarcas en Hevron es todavía un lugar
venerado hasta este mismo día.

Ahora bien, de todas las cuevas del área, ¿por qué Avraham escogió ésta específica, que
conocemos como Makhpelah? Mientras que el texto escrito de la Torá no profundiza en el
tema (la Torá escrita rara vez se adentra o muestra profundidad en cualquier tema, a menos
que se le decodifique apropiadamente), la “Tradición Oral” que data de aquellos días nos trae
tremendos detalles, sin los cuales gran parte de la Torá escrita nunca será entendida. La Torá
“Oral” relata una historia contada en muchos comentarios de la Torá.

Nota: Entiéndase “Tora Oral” o “Tradición” como el compendio que se ha registrado de forma
escrita, obras gigantescas en todos los sentidos y que se conocen como Talmud, Guemará,
Mishná, Hagadá, Kabalá (en todas sus vertientes), Zohar, Halajá, Targum, Textos Apócrifos y
miles y miles de obras de infinita sabiduría legados por los sabios de Israel y que tienen
características únicas de revelación, evidencia, decodificación demostrable, apertura del
entendimiento, avales “sobrenaturales”, certezas de todo tipo, superación, elevación
espiritual, acceso a realidades desconocidas, acceso a poderes y dominios inimaginables,
sublimación del mal, reconocimiento de la Divinidad, su Voluntad y Ordenamiento, entre
muchos más aspectos trascendentales y desconocidos para las masas. Sin la “Tradición Oral” o
la “Tora Oral” es imposible decodificar y/o entender la Torá Escrita (Biblia), haciendo que ésta
se interprete como un cuento para niños, o cuento de hadas, absurdo, lleno de
contradicciones y paradigmas inentendibles al profano ignorante, al cual sólo le causará
motivos de burla para su propia desgracia.

Es algo parecido a esto. Según la leyenda midrashíca, que puede o no ser histórica, Avraham
estaba en el campo cuidando ovejas un día cuando una de ellas se escapó. La siguió a través de
las colinas y entró en una cueva. Al entrar en dicha cueva, Avraham fue abrumado por las
fragancias dulces que salían de lo profundo de ésta misma. Así Avraham entra más profundo y
para su sorpresa, se encuentra con que hay una segunda cueva dentro de la primera y dentro
de esta segunda cueva había enterrado un hombre y una mujer cuyos cuerpos no se habían
descompuesto en absoluto. Asombrado por esta visión, Avraham reza a Di-s por respuestas,
¿qué es este lugar y quién está enterrado aquí? El cuerpo masculino súbitamente entonces se
sienta y habla, diciéndole a Avraham que “Él es Su Adán” y que esta cueva es el camino de
entrada al Jardín del Edén. Esta cueva era la cueva de Makhpelah y este episodio es por lo cual
Avraham específicamente lo quiere para su propia tumba y sus seres queridos a seguir. Así va
la historia.

Ahora, dejemos de lado la “leyenda” y hagamos las preguntas necesarias. En el caso que sea
cierto de que ésta historia tenga alguna legitimidad y que la cueva de Makhpelah sea un
camino de entrada al Edén, ¿cómo es esto físicamente posible? Por otro lado… Los jardines se
colocan donde los árboles crecen y la flora florece. Pero estos requieren la luz del sol para que
crezcan. Todos sabemos que las cuevas son agujeros en la tierra, algunos bastante profundos,
algunos van por millas y millas, y sin embargo, lo que todos comparten es que están bajo tierra
profunda sin ninguna exposición a la luz solar. Si asumimos nuestro actuales arquetipos
acostumbrados de pensamiento “aparentemente lógicos”, a fuerzas tendríamos que concluir
que uno no puede tener un jardín creciendo en una cueva. ¿Cómo es entonces posible que la
cueva de Makhpelah sea el camino de entrada al Jardín del Edén? ¿Dónde en la Tierra está el
Jardín? o tal vez mejor preguntar ¿dónde fuera de la superficie de la Tierra está el Jardín?

Los Sabios de la Torá (gigantes en conocimiento de los secretos dela existencia) han
reconocido indiscutiblemente por siempre que el Jardín del Edén es un lugar físico en algún
lugar de la Tierra. Desde los tiempos más remotos, la Cueva Makhpelah ha sido asociada con
el jardín y es reconocida como el camino de entrada. Nuevamente, si hay algo más que
leyenda en esto, ¿dónde está el jardín? … Para responder a esto, debemos ahondar en uno de
los mayores secretos guardados por los Sabios de la Torá….. No hay mejor manera de
revelarlo que no sea siendo directa y abiertamente.

Hay una Tierra Interior y el Jardín del Edén está en el centro de la Tierra a miles de kilómetros
abajo, directamente debajo de la Cueva de Makhpelah. Esta asombrosa proclamación se
expresa con absoluta claridad en el Sagrado Zohar y en múltiples otras fuentes antiguas,
desde hace cientos y cientos de años.

La existencia de la Tierra Interior (o Tierra Hueca como la describen algunas actuales teorías de
la conspiración) no debe sorprender a nadie. Este conocimiento se conoce desde hace tiempo
en las culturas antiguas durante miles de años, incluso expandiéndose a través de los océanos.
Incluso los antiguos Hopis nativos americanos saben de estos lugares. Incluso en el reino de la
ciencia han existido algunos nombres famosos que abrazan lo que se ha conocido como la
teoría de la Tierra Hueca. Tales científicos incluyen entre otros sir Edmund Haley, famoso por
el cometa llamado después de su descubrimiento del cometa de Haley.

La existencia de la Tierra Interior o Hueca es mucho más que una mera declaración teológica
hecha por los Sabios de la Torá. Han habido numerosos encuentros registrados, evidenciados,
comprobados, testimoniados, investigados y dejado huella entre los seres humanos que
habitan en la superficie y los numerosos otros tipos de vida que habitan los reinos internos. No
todos estos encuentros han sido benignos. Nuestros Sabios (los sabios de Israel) han esbozado
que la Tierra Interior está dividida en siete secciones que en hebreo se llaman Sheva Artzot.
Estos son enumerados en detalle en el Zohar (Hashmetut 1, 254a, Hesed L'Avraham 2,4 y Emek
HaMelekh, Sha'ar 21).

Tristemente algunos o muchos modernos rabinos quieren describir a la Sheva Artzot como
masas terrestres aquí en la superficie de la Tierra. Los que proclaman ésto lo están haciendo
de manera falsa. Ellos no están leyendo lo que nuestros Sabios han enseñado; o de otra
manera están mintiendo sobre lo que nuestros Sabios han enseñado. Si esto sucede dentro del
mismo seno del judaísmo, quienes son los directos depositarios de las revelaciones celestiales
incuestionables (en la Torá), ¿qué podría decirse de todos aquellos advenedizos carentes de
todo requisito para el entendimiento de la Torá (Biblia) como los “interpretes” y usuarios de la
Biblia Judía, en todas la religiones cristianas, como el catolicismo y demás vertientes? Ni hablar
de todos aquellos sin ningún tipo de conocimiento versado en la biblia, seculares, ateos y que
distan a infinitas distancias del entendimiento, y que se atreven de especular, concluir y opinar
de lo que desconocen abismalmente.

Desde un punto de vista académico y en el ámbito exclusivo del judaísmo, no podemos tolerar
ni condonar a los que malinterpreten o mientan sobre el material de la Torá. Sus osadas
declaraciones al desconocer las fuentes existentes e indiscutibles de los sabios de Israel les
descalifica su legitimidad en el Rabinato o de mantener cualquier tipo de posición docente en
el mundo de la Torá. Como ya se mencionó anteriormente; hablar de las opiniones por fuera
del judaísmo en esta materia es una tarea completamente estéril e inútil.

Con respecto a las enseñanzas de la Torá, cuando hay un desacuerdo entre las fuentes clásicas
sobre una cosa, entonces uno puede elegir qué lado abrazar basado en su opinión personal
(con la excepción de las cuestiones de Halakha). Cuando, sin embargo, no hay tal desacuerdo,
sino sólo una proclamación que pontifique sobre la realidad de la vida, el universo y cosas
similares, de tal forma que se nieguen las enseñanzas de los Sabios, esto se equivale a la
negación de las enseñanzas de la Torá y el Judaísmo.

Al hacerlo, los llamados “profesores” se colocan fuera de los límites de la aceptabilidad. Esto es
cierto independientemente de si son miembros de los campos liberales o incluso de los Haredi.
La ilegitimidad existe en los extremos tanto de derecha como de izquierda. Valga la pena
acotar que no obstante este tema no se circunscribe a un punto de vista académico, ni
religioso, ni mucho menos subjetivo y sin importancia. Desentenderse de los legados de los
sabios de Israel no es asunto menor, ni para el judío, ni para el no judío. Es desentenderse y
desconectarse de la única fuente de conocimiento real y confiable que permite al ser humano
enfrentar los protocolos de “guerra” que todo ser humano tiene sobre sus espaldas y sobre su
alma, lo sepa o no lo sepa.
El Jardín del Edén se dice que es sólo uno de los muchos lugares en la Tierra Interior. El Zohar
enseña que fue aquí en donde “Adán” se materializó en la Tierra (entiéndase Adán como
arquetipo); fue desde el dominio más central en la Tierra Interior (Edén) que “Adán” fue
expulsado; Fue en otros dominios en la Tierra Interior que “Adán” vivió y que Kayin y Abel
nacieron. Incluso se dice que Adán dejó muchos otros descendientes a lo largo de la Tierra
Interior durante los siglos de su vida. No es difícil imaginar las burlas que deben suscitar estos
comentarios en todos aquellos que jamás habrán leído más de 10 páginas en su vida, o
estudiado la biblia más de una hora, cuando el tema exige involucramiento de miles y miles de
horas de arduo estudio. Estos mismos que pontifican con su ignorancia son los mismos que
todo lo suponen y difícilmente saben algo de algo…. No saben nada de nada y como tal
supondrán que hablar de vida humana por encima de los 100 años es descabellado y como tal
sus verdades serán inamovibles e inmutables, mientras que se encasillan en paradigmas de
vida limitados aberrantemente a una existencia minúscula en el contexto infinito del cosmos y
su historia.

El Zohar dice que muchos de los que escaparon a la destrucción de la Torre de Babel lo
hicieron al trasladarse a la Tierra Interior. La Tierra Interior se ha identificado durante mucho
tiempo como el dominio de los “ángeles caídos” y de los Nefilim mencionados en Génesis 6. Se
dice que la Tierra Interior también es el dominio de muchos animales que desde hace tiempo
hemos considerado mitológicos, como el unicornio, el fénix , el minotauro, el centauro y el
dragón (ref. Hesed L'Avraham 2: 4). Se dice que los habitantes de la Tierra Interior vienen en
muchas formas y tamaños diferentes, desde los que podríamos llamar gigantes, a los que
llamaríamos hobbits; de hecho, incluso se dice que hay seres humanos de dos cabezas. Todas
estas cosas son proclamadas por nuestros Sabios por ser físicamente reales.

El Zohar afirma que el Jardín del Edén es un lugar físico real que existe en la Tierra Interior. En
el "Jardín" se dice que hay numerosos "palacios". Esto indica que el Jardín no es una mera
localización botánica. Parece implicar que el jardín no puede ser un dominio botánico en
absoluto, sino un dominio construido similar a una ciudad moderna.

Se dice que uno de los "palacios" en el jardín, es el Palacio de Mashiah. El Zohar enseña que
Mashiah reside aquí y desde aquí recibe "poderes y habilidades mucho más allá de los de los
hombres mortales". Desde aquí en el Jardín, Mashiah se ha dispuesto para pelear las guerras
de HaShem en la Tierra Externa y conquistar aquí la superficie para Él (para Hashem). Como
se ve claramente en Zacarías 14, Mashíah viene del cielo con un ejército de ángeles. Sí…. Si
Mashiah viene de la Tierra Interna, ¿de dónde vienen los ángeles con quienes se encuentra y
toma la iniciativa? ¿También ascienden con él desde el interior de la Tierra? Si es así, ¿cómo y
cuándo acceden a su medio de transporte y cuál es éste?

Las preguntas abundan. Las respuestas son abundantes en todas las obras de nuestros Sabios
de la Torá. LAS RESPUESTAS ESTAN DADAS. Una cuestión que nuestros Sabios aseguran es
cierto…. NO ESTAMOS SOLOS EN NUESTRA TIERRA.

Hay muchas razas de seres autóctonos inteligentes sensibles viviendo en la Tierra Interior.
Muchas de estas especies saben de nosotros y muchos de ellos han interactuado con nosotros
durante mucho tiempo. Algunas de estas razas son benignas o incluso benevolentes. Otros,
por otro lado, no son más que problemas.
Una de estas razas problemáticas es referida como las Nishaya, resultado del nombre de su
dominio. Ellos son uno de los "Shedim" (demonios) de los que hablan nuestros sabios a lo
largo de los siglos. El Zohar y otras literaturas describen su aspecto como frágil, pequeños, con
un tono de piel grisáceo, sin narices, sólo hendiduras para respirar. Supuestamente no tienen
hembras de su especie y así buscan nuestras hembras humanas con las que procrear. Muchos
podrían reconocer las similitudes entre los Nishaya y los modernamente llamados los
extraterrestres “grises” y/o las llamadas abducciones alienígenas. Si bien estas experiencias
son definitivamente reales, aun así, no son lo que la gente piensa que son. Hay mucho más
que discutir acerca de esto que puede estar relacionado aquí. Tal vez, podríamos recoger la
discusión en escritos futuros, o quizá no. La evidencia, las explicaciones de los Sabios de Israel
desde hace siglos es abundante, es explícita, es reveladora…. O quizás, tal vez es mejor que la
gente no sepa.

El Jardín del Edén es por lo tanto aceptado por nuestros Sabios como un dominio físico
profundo dentro de la Tierra Interior. Sin embargo, al igual que el Jardín se encuentra allí,
existen otros dominios, incluso la ubicación física del Gehinnom (Infierno). Estos no son
lugares de mito o el reposo de las almas en la otra vida. Son aceptados como dominios
habitados físicamente, cuyos habitantes interactúan mucho con nosotros de manera regular.
Ellos saben todo sobre nosotros. Somos nosotros quienes vivimos en la ignorancia de ellos. Si
realmente hay algún tipo de conspiración de silencio "allá afuera" en alguna parte, entonces
esto es lo que "ellos" están tratando de mantener en secreto. Tal vez, tienen muy buena razón.

Hay mucho más qué decir, mucho más que explicar…. La pregunta relevante es: ¿quién de
verdad quiere saber?

La soberanía de Hashem es absoluta. Ya se dijo... No hay posibilidad de desafío a la Voluntad


Divina en nuestros términos. La Torá establece que los hay en otros y no obstante acorde a la
misma Voluntad Divina. De igual forma se establece por dicha Voluntad que la Torá es revelada
para el hombre. A los ángeles se les negó. Y todo lo revelado en la Torá (escrita y oral) es
enseñanza, obligación y desfío para nosotros los humanos. Así toda letra es enseñanza de la
Torá, no es ni relato, ni historia, ni superficial, ni desconectada de nada. Lo registrado con
Amalek no es solo historia, tampoco el diluvio, ni sodoma y gomorra. Dichas "historias" nos
obligan a entenderlas pues tienen mensajes para nosotros que deben ser aplicado y vividos.
No los puedo enunciar en mi ignorancia. Sin embargo hay mucho más que debe ser entendido.
La Torá no es un "libro" de guerra, es un "libro" para la alcanzar la paz entre muchos otros
desafíos..... pero bien que se puede aprender muchísimo sobre la guerra. Empezando por
todos los libros de jueces. No en vano está escrito: Tiempos de paz y tiempos de guerra.

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