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EXTRACTOS DEL LIBRO EN BUSCA DE LA VERDAD

Un niño juega con sus juguetes: una caja rota es una embarcación y él es el capitán; mientras el juego avanza la ilusión es una realidad. El barco es
tan real para el niño como las acciones de bolsa, los valores y los bienes raíces lo son para el adulto. El rabí Yisrael Salanter dijo en una ocasión
que el despojar a un niño de sus juguetes es comparativamente equivalente a destruir la fábrica o hundir el yate de un adulto. Al adulto no le
gustará la comparación, pero un poco de meditación mostrará que hay mucho de ilusión, también en nuestras muy humanas competencias. Incluso
una persona que está situada por encima de la búsqueda de honores se siente feliz si la gente a su alrededor reconoce su valía y se siente miserable
si esas personas lo consideran menos importante de lo que él se considera a sí mismo. Pero ¿qué es lo que recibe una persona cuando es importante
a los ojos de otras? El verdadero honor es la posesión de un valor intrínseco; si es dueño de éste ¿qué importa si sus colegas saben de él o no? Si
no lo tiene, ¿qué es lo que gana si otra gente cree que lo tiene? Se trata de la pura imaginación en acción. Todo lo que significa es que otras
personas creen que él es "alguien" y así se persuade a sí mismo de su propio valor. Mientras menos confianza tenga uno en su propio valor,- más
necesita uno del consuelo de la aprobación de otras personas.

Algunas personas tienen que ejercitar aún más a su imaginación. Piénsese por ejemplo en la persona que compra honores a cambio de dinero. Todo
el mundo sabe, incluyendo muchas veces al donador, que la gente en cuestión no quiere en verdad honrarlo; tan solo quieren su dinero: fingen tan
sólo cuando derraman sus alabanzas sobre él; pero el donador está dispuesto a gozar de este doble juego: aceptará la expresión exterior de honores
en lugar de la confianza real en sus cualidades especiales que en sí habrían sido tan sólo un substituto de la posesión real de esas cualidades. Lo
mismo sucede con todas las ambiciones humanas. La gente quiere ser rica y cree que con tan solo lograrlo sería feliz; pero basta con echar una
ojeada al diario para darse cuenta de que los ricos también tienen su paquete de molestias y problemas, de ira y angustias, como todo el mundo. Si
logran evitar los pesares del pobre, es para tener otros más grandes en su lugar. "A más posesiones, más preocupación."' Si tienen más ocio a su
disposición "la falta de ocupación lleva a la inmoralidad... y a la locura" 2 ¿Y dónde está la felicidad entonces? Hay una razón, no del todo obvia,
que explica porqué los seres humanos van en pos de los placeres mundanos con tanta avidez y es porque existe en ellos un impulso subconsciente
de calmar los dolores del hambre espiritual. Todo el mundo tiene este anhelo interior difícil de definir: el anhelo del alma por su estado de
perfección y el entregarse a placeres mundanos es tan solo un substituto ilusorio. (El Rabí M.H. Luzzatto insinúa ésto en el Mesilat Yeharim, en su
discusión del versículo "y nunca se harta su alma.")4 De modo que también el adulto tiene sus juguetes y juegos pero él es más insistente con ellos
que el niño. Mientras más se le demuestra su error, más insistirá en que las satisfacciones imaginarias son la realidad final.

Cuando lo pensamos mejor nos percatamos de que no sólo la caza de lujos, sino la vida misma-el mundo en sí- carecen de propósito o realidad
intrínsecos. Son nada más que un medio para alcanzar un fin. El autor del Tanya, el Rabí Shneour Zalman de Liady,5 señala que en vez de
referirnos al mundo como yesh me ayin ("algo creado de nada") como hacen los filósofos, debíamos mejor llamarlo ayin mi yesh("na.úa creada
por algo"). La esencia sagrada y la luz divina (el "algo") no necesitan ser creadas: ya existían en la Fuente de todo lo que existe. Lo novedoso de la
creación fue algo negativo: la restricción de esa suprema esencia y el obscurecimiento de su luz. El mundo, que obscurece la luz de D-s, es la
"nada" que emergió de "algo". (Véase Yesha'ya 45:7: "Aquel que forma luz y crea obscuridad. "Es la "obscuridad" lo que necesita ser creado; la
"luz" necesita tan solo ser formada y moldeada para su nuevo propósito.) De modo que la "realidad" de este inferior mundo nuestro es una
negación de la verdadera realidad: la realidad de la esencia suprema de Di-s. Es una suspensión de la plena fuerza de esta realidad a cambio del fin
verdadero de toda existencia: la revelación de la gloria de Di-s a través del libre albedrío de los seres humanos. (En el pleno resplandor de la luz de
Di-s no hay posibilidad de libre elección. Para obtener un mundo de seres libres Di-s tuvo que ocultar su luz. Es por ello que "mundo" en hebreo
es olam que procede de una raíz que significa "ocultar".) Por lo general la gente no quiere llenar su vacío interior con cosas del espíritu; cuando el
trabajo del día ha terminado tratan de llenar su tiempo con ocupaciones inútiles, con cualquier ocupación; "matar el tiempo" lo llaman
adecuadamente. Esto es esencial, pues de otro modo se verían obligados a enfrentarse a sí mismos y darse cuenta de que son...nada , de que sus
vidas son inútiles, una ronda constante de preparaciones...¿para qué?... una parábola carente de significado... una existencia que carece de
existencia.

POSIBLE INSERTO IDEA DEL ARTICULO DE REENCARNACION

Por otro lado, todo esfuerzo invertido en la vida real, toda libre elección entre Lo bueno por encima de lo malo, resulta en la elevación hacia un
nuevo nivel de existencia, con una mayor introspección en lo indigno de la búsqueda puramente material. Cuando una persona dedicada
sinceramente al estudio de la Tora observa a los cazadores de dinero sacrificándose a ellos mismos en cuerpo y alma en el altar de Mammón, se le
antojan como hombres enloquecidos. Todo aquél que renuncia a un deseo y en vez de ellos halla satisfacción en los intereses espirituales,
contempla a los esclavos del deseo con asco...y diversión. Cuando amanezca el gran día de la revelación, todas las preocupaciones mundanas con
sus altibajos, sufrimientos y éxitos — a un lado de sus logros espirituales reales— se antojarán como un sueño."
Quien haya probado el sufrimiento en esta vida y se haya visto obligado a verse con dureza a sí mismo, probablemente ha llegado a la conclusión
de que más le vale abandonar sus sueños materialistas. Cuando ésto suceda es indudable que percibirá un cambio muy notable: los sueños vanos
serán de inmediato reemplazados por valores espirituales verdaderos.

En la segunda guerra mundial, hubo gente que creían que las bases materiales de sus vidas estaban afianzadas y aseguradas para la eternidad y las
vieron entonces estallar en pedazos frente a sus ojos. Si Adonai los bendijo con algo de consistencia abandonaron entonces toda esperanza vana e
inmediatamente dejaron que una nueva conciencia de Dios brotase en sus corazones. Sintieron la fuerza interior y la tranquilidad de espíritu que
pertenece a aquéllos que ponen su confianza en Di-s. Se trata de algo que la experiencia ordinaria nos demuestra. Quienquiera que abandona la
persecución de las cosas de este mundo ha abierto sus ojos a la luz de la verdad, a la presencia viviente de Di-s. Se le revelan a esa persona cosas
que nunca pensó ver, cosas que están situadas por completo por encima de su nivel personal. Incluso si su renunciación es motivada por el
sufrimiento, el hecho mismo de que la obscuridad retroceda deja entrar la luz. Este es el sendero de Hashem: "Yo estoy con el que está abatido en
su espíritu-y él está conmigo", dice Adonai.

No a todo el mundo le es dado alcanzar esta revelación. La obstinación y el temor se combinan para evitar que uno abandone los puntos de apoyo
acostumbrados que le son propios y uno se vuelve a ellos en la desesperación, en forma análoga a como el hombre que se ahoga se agarra de una
pajilla. Esta es, empero, una doble ilusión. Incluso cuando la persona tenía esa seguridad mundana que tan ardientemente deseaba, fue tan sólo una
ilusión de seguridad. Aunque ahora ya no tiene ni eso, confía en la imaginación para crear la fantasía de que aún hay esperanza de que los días de
antaño retornen. Si tan solo abriese sus ojos un poco y se percatase del propósito del castigo que le fue enviado, o incluso si utilizase el sentido
común para ver cuan improbable es que sus esperanzas se realicen algún día , dejaría a un lado toda la vana empresa. Es entonces que Hashem de
inmediato lo haría partícipe de la maravillosa experiencia que es la existencia espiritual y empezaría a vivir en la realidad y no en la parábola.

En nuestros días hemos sido instruidos con terribles lecciones: se nos ha mostrado cómo las posesiones y la seguridad que supuestamente dan,
puede desaparecer súbitamente. Hemos visto que La paz no es paz y que la existencia de países enteros puede estar suspendida de un cabello
¡Cuánto tiempo nos tomará antes de que nos deshagamos de nuestras muletas, cuánto tiempo pasará antes de que aprendamos que no hay
posibilidad de garantizar una vida segura en este mundo! Si nos percatáramos de ello, Hashem pronto nos concedería la verdadera realidad en vez
de una parábola vacía, la satisfacción real en vez de vanas aspiraciones; la necesidad de alcanzar metas espirituales altas y sublimes reemplazaría a
los deseos viles y experimentaríamos la realidad de la vida espiritual, que es la única fuente de placer y felicidad en este mundo.

La luz de Di-s no tiene límites y quien la ve no tiene dudas de que la verdad es realidad y que lo que es falso no existe. Dice en este sentido el
Midrash que "Abraham reconoció a Di-s desde su propio ser." Es posible que un ser humano reconozca la verdad sin el beneficio de la entrega de
la Torah. Pero ¿qué sucede si el corazón está bloqueado y las ventanas ennegrecidas? Entonces si uno hace una abertura en su corazón, tan
pequeña incluso como la punta de una aguja, atrae la ayuda divina que lo "coloca junto a la buena porción". Esto es lo que se quiere dar a entender
con "la entrega de la Torah". El hecho desafortunado es que Di-s entrega la Torah a cada uno de nosotros pero gracias a nuestra propia estupidez se
la devolvemos cual diciendo "No lo quiero". Con nuestras propias manos nos privamos a nosotros mismos de nuestra "entrega de la Torah". En las
oraciones matutinas, en la bendición para la Torah, decimos: Fue por el bien de nuestros Padres que confiaron en Ti y a quienes Tu diste las leyes
de la vida, sé misericordioso con nosotros y enséñanos igual. Nuestro Padre, Padre Misericordioso...ten piedad de nosotros y pon en nuestros
corazones (la capacidad) de comprender... aprender y enseñar... todas las palabras de Tu Torah... Tiene que existir tan sólo "una abertura del
tamaño de la punta de una aguja" por nuestra parte y el acto mismo de rezar a Di-s pidiéndole ayuda para adquirir la Torah es esa abertura. Cuando
estamos de pie ante Di-s y le pedimos como un niño ante su padre, estamos abriendo nuestros corazones y aún si la abertura es insignificante, la
ayuda celestial es inmensa. Es lo mismo con todos los regalos que recibimos del Cielo. Cuando nos volvemos a Di-s y reconocemos en El la
fuente del regalo, ganamos el mérito necesario para que se nos dé el regalo. El recibir la Torah no es cosa fácil. El Rabí Simja Zissel Sieff escribió
que una persona comprende una palabra de la Torah, tan sólo si siente lo mismo acerca de ella cual si fuese un pensamiento original propio. La
comprensión viene a resultas de un pensamiento profundo y ésto es a su vez función de la fuerza del deseo propio de saber. Así encontramos que:
"La Torah de Di-s es Su deleite," y después: " y en su Torah"-su propia Torah— "él meditará día y noche"— y tan solo entonces la comprenderá.
La intensidad del estudio exigida es enorme y la resistencia de uno es igualmente fuerte. La intensidad del deseo de uno debe ser lo
suficientemente fuerte para oponerse a todo esto.

"La bendición, si escucháis las mitzvot de Hashem vuestro Di-s..." "La bendición —si escucháis..." significa que "la bendición está en la
comprensión ("escuchar" en hebreo a menudo significa "comprender")... y este es el placer más elevado que se puede "experimentar en este
mundo...y mientras más esfuerzos dedique una persona a tratar de comprender, más la ayudará Hashem en comprender mejor y mejor... La
comprensión conduce a un deleite aún mayor y el deleite lleva a una mayor comprensión en un proceso sin fin. Este gozo es la recompensa de la
Torah en este mundo, que es semejante a los deleites del mundo por venir: el inexpresable esplendor de "ser". Esta es en verdad la única forma de
resistir el impulso maléfico, como dicen nuestros Rabís:12 "He creado el impulso maléfico y he creado la Torah para su alivio. Nos encontramos
pues con que la única forma de recibir el regalo de la Torah es mediante el estudio de la Torah. Aquel que estudia con intensidad, aprende más y el
que invierte gran esfuerzo recibe aún más. Una persona que no invierte gran esfuerzo ni estudia con intensidad, ni aprende mussar, ni Torah, no ha
recibido la Torah.

"El dormir en la mañana, el vino en la tarde y el parloteo infantil empujan a un hombre fuera de este mundo." Dado que el hombre» es creado
solamente para ocuparse de la Torah — esta es la duración de sus días y los años de su vida— y se dedica a cosas como estas (durmiendo más en
la mañana y perdiendo su tiempo en tareas infantiles) ¿por qué ha de vivir? (Qué propósito hay en su vidal) Es correcto que sea empujado fuera de
este mundo (o sea, que muera por la mano del Cielo;"que muera inocente más bien que culpable"); es inútil (nada hay de valor en él o en su vida).
Puesto que ha vivido un número dado de años y ha estado ocupado sin provecho alguno ¿por qué se le ha de seguir concediendo vida? Esto es
como un siervo que dilapida el dinero que el rey le ha dado y lo tira al mar... Es correcto que ya no reciba más...
HUESTES DE SATANÁS
Uno puede preguntarse que si el estudio de la Torah es de tan vital importancia ¿cómo es que hay tantos individuos que descuidan la Torah y
siguen vivos? La respuesta es que esta gente vive por la gracia de Satanás; son los instrumentos del adversario, el poder del mal implantado en el
universo por el Di-s Todopoderoso para asegurar que los justos se enfrentan siempre a un reto. Los oponentes de la Torah pueden' ser utilizados
por este poder para seducir al que vive. Hubiera sido preferible para tal persona morir de hambre que venderse a la idolatría. La persona superficial
no puede percatarse de esto; la única persona que puede comprender la profundidad de este concepto, es aquella que aprecia el verdadero
propósito de la creación.

LA JUSTICIA PREVALECE
Este es el significado del versículo "Si escuchas... El te pondrá en alto..." y "El los hará subir a las alturas de la tierra." Esto es cuando el fluir de
arriba viene a través de la santidad y la santificación del nombre de Di-s es obvia para todos; pero cuando prevalece el atributo de la justicia
estricta (por fallas en el pueblo judío) el flujo proviene del Lado Oscuro y permite al pecado y a la deslealtad proseguir desenfrenadamente. (El
malvado aparece así como una vara de castigo para Israel; su aparente éxito también proporciona una "advertencia" del poder del mal, como
dijimos antes.) En esta forma se asegura el libre albedrío y la justicia prevalece al final.

De modo que la continuada existencia del malvado y su goce de este mundo se deben a que se han convertido en instrumentos del poder de la
idolatría.'4 Seria mejor que no rezásemos por obtener un goce de este mundo a menos que estemos seguros de que es por el bien del cielo y es un
vehículo para la santidad. Es por ello que Rabbi Yehuda el Príncipe, prefirió tomar un mínimo de este mundo y en su lecho de muerte pudo
levantar sus diez dedos hacia el cielo y declarar que no había derivado placer de este mundo, ni aún en la extensión de su dedo meñique ." Es por
ello que está dicho: "Uno debe rezar por que las golosinas nunca entren en el estómago de uno." La verdad es que todo aquello que no sea un
medio para el Kiddush Hashem viene del Otro Lado y tan solo es jillul Hashem. ¿Por qué decimos en las oraciones de los Días de Pavor:
"Inscríbenos en el libro de la vida, por Tu bien"? ¿Por Tu bien? ¿Qué es lo que Di-s obtiene de ésto? Desde luego que el significado es : "Por el
bien de la revelación de Tu gloria." No queremos vivir como miembros de las huestes de Satanás, sino tan solo para asociarnos en la revelación de
la gloria de Di-s.

Aquellos que no están versados en la Torah no pueden vivir (en el mundo por venir). Solo aquél que hace uso de la luz de la Torah (en este mundo)
puede ser revivido por la luz de la Torah (en el mundo por venir). Esto significa que la luz de la Torah es idéntica con la vida del mundo por venir.
Solo aquel que es capaz de usar la luz de la Torah* —que, por lo tanto, regula todas sus acciones (pues lo que el corazón desea el cuerpo ejecuta,
según sabemos)— solo una persona así puede vivir en el mundo por venir. La ejecución de mitzvot sin el beneficio de la Torah, o sea, mitzvot
efectuadas sin incentivo espiritual, sino tan solo por hábito o adiestramiento no es la clase de material del que está tejido el mundo por venir. Un
hombre ignorante de la Torah puede mantener buenas relaciones humanas y tener un 'excelente carácter... puede saber cómo protegerse —y
protegerse de hecho— contra el pecado. Puede ser justo y cumplir con las mitzvot adecuadamente...pero nunca se elevará al nivel de jasidut, pues
ésto no puede lograrlo más que uno grande en Torah; requiere pureza de corazón y claridad del alma... Esto nos parece muy extraño a primera
vista. ¿Puede significar que una persona justa, que cumple con todas las mitzvot no puede, sin embargo, alcanzar el mundo por venir? Tal vez no
debamos estar sorprendidos. Y el Rabbenu Yona escribió que una persona ignorante de la Torah no puede alcanzar pureza de corazón. Pero incluso
aquél que no ha alcanzado la pureza de corazón no queda por completo sin recompensa, puesto que Di-s "no retiene la recompensa de ninguna
criatura." En todo momento podemos concluir de lo anterior, que los que permanecen ignorantes de la Torah quedan excluidos del mundo por
venir, con la única excepción de gracia por asociación de aquél que sus esfuerzos mundanos los hace y/o se relacionan con los talmid jajam
(estudiosos de la Torah). Esta es pues la solución para la persona ignorante en Torah. Bien puede hacer méritos en el mundo por venir si su interés
en asuntos espirituales es tan grande y su amor a la Torah es tan fuerte, que él está dispuesto a separarse de sus asuntos personales y aceptar en
cambio la más difícil y la más humilde de las tareas para que el talmid jajam pueda estudiar Torah y tranquilamente se pueda entregar al servicio
de Hashem. Resumiendo: el mundo por venir puede ganarse solamente a través de la Torah (ya sea como Yissachar, el estudioso mismo, o como
Zevulun, el que apoya el estudio de la Torah). La realización de mitzvot también se relaciona con el mundo por venir en tanto emana de un
motivo de Torah, o sea de un anhelo estrictamente espiritual por la Torah.

La conclusión es por lo tanto muy apropiada: Pues ellos son nuestra vida y la duración de nuestros días. "La duración de nuestros días" se refiere a
la vida eterna en el mundo por venir. Lo que se señala es que el gozo en las palabras de la Torah y la meditación y la reflexión en las mitzvot son la
esencia de "nuestra vida y la duración de nuestros días." Si en verdad hemos logrado ese goce y esa inmersión en la Torah quedará demostrado
solamente en la prueba de nuestra ejecución práctica de las mitzvot. Tenemos aquí una clara declaración de uno de los principios básicos del Rabí
Dessler: que el éxito en la vida espiritual puede lograrse solamente mediante la devoción al estudio de la Torah en su más alto nivel. Esta devoción
puede expresarse en dos formas: ya sea uno mismo estudiando Torah o brindando apoyo a quienes estudian Torah. En cualquier caso, se precisa de
devoción absoluta, con la exclusión de otros intereses.

¡Feliz es el pueblo de Israel! Cuando se entregan a la Torah y a actos de bondad su yetzer ha-ra (fuerzas del mal) es colocado bajo su poder y ellos
no son colocados bajo el poder de su yetzer ha-ra...' ¿Cómo puede uno llegar a una situación tan privilegiada? Dedicándose al estudio de la Torah y
a actos de bondad. Entonces está uno adherido a la Torah en la mente, a través del estudio de la Torah, y a la Torah en el corazón y emociones a
través de los actos de bondad hacia otros. Una estrategia que da la esperanza de que las resoluciones de uno serán guardadas, es la estrategia de
adherirse uno mismo a la Torah y a las buenas acciones. Es decir, un compromiso consigo mismo al ejercicio del Libre Albedrío siguiendo las
instrucciones y la sabiduría de la Torah.

Este ejercicio tiene lugar en la frontera de las decisiones del libre albedrío (Bejirá en hebreo) en donde la verdad, como la ve la persona, se
enfrenta a la ilusión producida en él por el poder de la falsedad. Pero la mayor parte de las acciones de una persona se realizan sin choque alguno
entre la verdad y la falsedad. Muchas de las acciones de una persona pueden ser que coincidan con lo que es objetivamente correcto, porque él ha
sido educado en esa forma y no se le ocurre actuar en forma diferente y pueden tomarse muchas decisiones malas y falsas, simplemente porque la
persona no se da cuenta de que son malas. El libre albedrío ejercita y efectúa una bejirá válida, solamente en la frontera entre las fuerzas del bien y
las fuerzas del mal, dentro de esa persona. . La bejirá entra en juego, tan solo cuando uno se ve tentado a actuar contra la verdad como uno la ve, y
las fuerzas de cada lado están más o menos balanceadas. El punto en el que se alcanza este equilibrio, varía obviamente con el individuo y
depende de muchos factores, como la herencia, el medio ambiente, la educación, etc, pero no existe ser humano que no tenga un "punto de bejirá"
a lo largo de la escala.

Hay que percatarse de que este punto de bejirá no permanece estático en un individuo dado. Con cada buena bejirá efectuada con éxito, la persona
se eleva a un nivel más alto; o sea, que cosas que antes estaban en la línea de batalla están ahora en el área controlada por el yetzer ha-tov (las
fuerzas del bien) y las acciones que tienen lugar en esa área pueden efectuarse sin lucha y sin bejirá. En este sentido podemos comprender el dicho
de que "una mitzvá (precepto) conduce a otra." Y lo mismo sucede en la dirección contraria. El ceder al yetzer ha-ra (fuerzas del mal) hace
retroceder la frontera del bien y un acto que antes precisaba de una lucha con la conciencia se realizará ahora sin ninguna bejirá . El yetzer ha-tov
ya no funciona en forma eficiente en esa área, y de allí hemos aprendido:"Un pecado conduce a otro, y "tan pronto como uno ha cometido un
pecado dos veces, ha dejado de ser un pecado para él".

Como hemos dicho, la educación juega parte importante en la determinación del punto de bejirá de uno. Una persona puede haber sido educada
para realizar en forma natural muchas buenas acciones. Esto significa que su punto de bejirá está a un nivel alto. Por ejemplo, uno puede haber
sido educado en un medio lleno de- Torah, con gente dedicada a las buenas acciones. En este caso su punto de bejirá no será si cometer un pecado
o no, sino si efectuar una mitzvá con más o menos devoción y kavaná. Otro individuo puede haber sido educado entre malvados de la peor ralea,
entre ladrones y asaltantes. Para él, robar o no robar no representa una bejirá del todo; su punto de bejirá puede radicar en si debe o no usar un
arma de fuego cuando es descubierto. Para él esta puede ser la bejirá crucial, es aquí para él donde las fuerzas del bien y del mal, de la verdad y la
mentira están equitativamente balanceadas; puede ser que en el fondo de su corazón el asesinato sea algo que él sabe que es incorrecto; esta es la
verdad tal y cual se la revela a él su yetzer tov y es esta verdad la que se siente tentado a negar o deformar. De modo que vemos que la educación y
el medio ambiente no pueden en forma alguna modificar al acto esencial de bejirá, sino tan solo el lugar en donde se realiza: la posición del punto
de bejirá en la escala moral. Todo ser humano posee el poder de percibir la verdad que le es disponible a su nivel particular adhiriéndose a ella y
rehusándose a ser alejado de ella por las ilusiones seductoras de la falsedad. En esto no hay diferencia en absoluto acerca de si la educación hizo
subir o hizo bajar su punto de bejirá. La capacidad de adoptar la verdad ¡al como él la conoce es igual en todas las situaciones.

Resumiendo: todo el mundo es libre de elegir su punto de bejirá, pero la posición del punto de bejirá mismo es determinado por varios factores. La
posición puede ser afectada por sus propias elecciones previas, que pueden haber hecho subir o descender su punto de bejirá; o puede ser afectada
por factores fuera de control. La Providencia Divina puede haberlo colocado a él, desde la niñez en un cierto medio ambiente, más alto o más bajo,
según el caso (estos análisis nos proporcionan la respuesta al por qué arregla Di-s las cosas de modo que algunos tienen su bejirá a un nivel y otros
en otro, y el ¿Por qué sufren los Justos?"). No existe pues la libertad de elegir excepto "en el punto de libre elección" y este punto es fijado por
factores que nos anteceden; pero no hay factores extrínsecos que puedan afectar el acto de bejirá mismo. Aquí reina, supremo, el ser humano.

Dice Adonai: He puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge la vida, para que puedas vivir... "Vida y muerte" comprende
todo lo que le es "dado" a una persona, todas las facetas del carácter de una persona, sus rasgos y tendencias innatas, su educación y su medio
ambiente; todos estos factores que determinan lo que ella llama "vida", lo que se le presenta al individuo como "bueno" y "verdadero", y así
mismo lo que él llama "muerte" "maldad" y "falsedad". Todas estas cosas "las He puesto ante ti ". Literalmente "las He dado ante tí"; estas son las
cosas "dadas" de la situación humana, que existen independientemente de cualquier acción de nuestra parte, como todos los rasgos de nuestro
medio ambiente. Pero "escogerás la vida". "Escogiendo la vida", escogiéndola verdad y la realidad, es algo que sólo el ser humano mismo puede
hacer y algo que él hace sin ser afectado en absoluto por ningún factor externo.

Este es también el significado del famoso dicho de nuestros Rabís (Berajot 33b): "Todo viene del Cielo excepto el Temor del Cielo". "Todo viene
del Cielo": todo lo que le sucede a una persona, todo lo que determina dónde tendrá lugar su elección, el nivel de su bejirá así como la clase de
pruebas a las que será sometida. La única cosa en las manos del hombre es "el temor del Cielo", que es el sentido de responsabilidad hacia la
verdad que el hombre puede aceptar o rechazar según quiera. El temor de Dios, ya sea miedo a consecuencias materiales o el temor a más altos
niveles, es esencial para evitar que uno sea desviado de la verdad. Esta es la esencia de la bejirá.

Hemos visto como el nivel de bejirá de una persona puede ser modificado por factores externos y por las previas elecciones de la persona; pero
hay una diferencia grande entre éstos. Cuando se modifica el nivel por las propias elecciones de la persona, ésta es responsable de la nueva
situación que ha creado. El Talmud dice:"Si una persona comete un pecado y lo repite, se le vuelve permitido. ¿Permitido? No, a él le parece que
está permitido." No hubo en él lucha alguna la tercera vez; aparentemente la 'bejirá tal como la definimos no estaba en acción; pero en cualquier
forma es responsable del acto cada vez, pues él mismo fue la causa de su sensibilidad embotada. De ahora en adelante, será castigado cada vez que
realice el acto, que ya no se le presenta como una opción viviente. Pero nadie es considerado responsable por el mal al que está acostumbrado
desde su nacimiento y a resultas de su medio ambiente, ya que nunca supo de nada mejor. A este respecto tiene la posición halájica de "un niño
tomado cautivo y educado entre idólatras." Será considerado responsable solamente de lo que pudo y debió haber aprendido.

Cualquier conducta que una persona adopta a resultas de! adiestramiento o copiando a otros no es considerada como suya y no se le cuenta como
suya en el día del juicio. ¿Qué es lo que sí se le cuenta como suyo? Solamente lo que en verdad le es propio; el hecho de que conquistó su
inclinación maléfica es un asunto a su propio nivel, algo para lo que no había sido adiestrado, algo que era su bejirá particular.

Se deduce de todo lo que fijamos anteriormente que los méritos de una persona no son aquellas mitzvot y aquellas buenas acciones para las que ha
sido educada, sino tan solo sus actos libres de bejirá. Las acciones buenas en las que ha sido educada no son propiamente suyas; simplemente le
sirven para fijar la posición de su punto de bejirá. Si hay lugar a una recompensa, esta debe tocarle a los que educaron tan bien al individuo. Ellos
cumplieron con la mitzvá de la educación asegurándose de que sus primeros actos de bejirá tengan lugar a un alto nivel.

La mayor parte de los individuos que han sido educados para una vida de mitzvot y buenas acciones, realizan estas sin pensarlo o sentirlo mucho.
Para ellos se trata de "una mitzvá para los hombres, aprendida como rutina." Es verdad que Di-s no niega la recompensa de cualquier criatura" y
ciertamente serán recompensados por ajustarse a lo que han aprendido; pero si estamos hablando de altos niveles de observancia de las mitzvot,
estos están casi ausentes por completo. Estos niveles se alcanzan tan solo a través de la bejirá y estas gentes raramente se enfrentan a su
inclinación maléfica. El hombre feliz es el que utiliza todo lo que le ha sido proporcionado por su educación como un trampolín para elevarse a
niveles más altos, tanto en acciones como en devoción. (Una persona que está satisfecha con laborar rutinariamente, haciendo por rutina las cosas
para las que ha sido educada, lleva consigo una gran responsabilidad. No hay más grande pecado que el de malgastar las oportunidades propias. El
no hacer uso de la bejirá es el pecado más grande, en lo que a oportunidades perdidas se refiere, porque el propósito de la creación del hombre es
para que haga uso de su libre albedrío).

Cada bejirá practicada por una persona tiene algún efecto sobre toda su situación, durante toda su vida ; si es buena tiene un buen efecto, si es mala
tiene un mal efecto. Y no solo tiene un efecto sobre sí mismo, puede también tener un efecto sobre la forma en que influencia a sus hijos, con
incalculables resultados. En resumen, toda bejirá tiene un efecto sobre todo el mundo y el que decide es responsable de todos sus resultados y lo
mismo sucede con cada persona y con cada bejirá de cada persona. ¡Cuánto bien puede ganarse a través de una buena bejirá y qué tanto mayor es
su responsabilidad por una mala bejirá.

El principal objetivo en el mundo es llevar una vida adherida a la Torah y a las mitzvot, asegurándose de que las buenas acciones que uno realiza
lo sean a través de la bejirá. Ello implica enfrentarse al yetzer ha-ra (las fuerzas del mal) y habrá bastantes enfrentamientos porque el yetzer ha-ra
se opone en especial a nuestros esfuerzos para elevarnos moral y espiritualmente. Si uno se las arregla para obtener éxito en esto, entonces todas
las acciones serán "méritos". Mientras más amplio es el frente de batalla mayores son las oportunidades para actos de heroísmo y más valiosas son
las victorias.

La bejirá es conocida también como el libre albedrío, pero como hemos visto, la libertad existe tan solo en un área limitada. Es tan solo en el punto
de la bejirá que una persona es libre de escoger sin nada que la forcé hacia un lado o hacia otro. Arriba de este punto de la bejirá la persona está en
poder de su yetzer ha-ra (las fuerzas del mal); está en cierto sentido "obligado" a actuar de acuerdo con los dictados del yetzer ha-rá. En forma
similar, por debajo de su punto de bejirá está en cierto sentido obligado a escoger el bien, en aquellos asuntos que ya ha colocado detrás de él y ha
colocado bajo el poder de su yetzer há-tov (las fuerzas del bien). El abrazo del yetzer ha-rá se rompe en estos asuntos; el individuo ya ha aceptado
el yugo del Reino del Cielo y no tiene más alternativa que seguir sus dictados.

Esta es la posición en la que se encuentra una persona cuando consigue adoptar el temor del Cielo como su guía, y cuando llega a esta feliz
situación se entera de que en realidad nunca ha sido libre del todo. Fue tan solo un error de su parte el creer que había estado libre porque ¿qué
clase de libertad existe para escoger entre la verdad y la falsedad? La verdad es realidad y la falsedad es nada; no es en verdad una opción válida,
sino simplemente un error el considerar "nada" como "algo". El objeto final de todo nuestro servicio es graduarnos de la "libertad" a la
"compulsión". No queremos quedarnos en ese estado confuso en donde la "verdad" y la "falsedad" parecen alternativas igualmente válidas.
Nuestra meta está en llegar a esa feliz condición en la que sentimos una compulsión interior que nos lleva a hacer la voluntad de Dios; como dicen
los Rabís "las mitzvot son decretos que nos son impuestos desde arriba."

"Escoger bien" significa escoger para acercarse a una condición en donde uno ya no tiene opción. Esto sucede cuando la persona sabe y reconoce
que en la verdad no tiene más opciones que hacer la voluntad de Hashem. Una persona pondrá instintivamente en tensión cada nervio para evitar
lo peligroso. Se podría decir que está "compelido" a hacerlo. Hay tal cosa como la compulsión física, pero también está la modalidad de
compulsión representada por el claro reconocimiento de las alternativas, como cuando uno se .enfrenta a un asaltante armado y uno prefiere dar el
dinero en lugar de la vida. Adecuadamente, a esto también se le llama compulsión. Se deduce que aquél que en el fondo de su corazón conoce bien
la grandeza, de su Amo y el miserable destino de los que le desobedecen, se siente seguramente compelido a cumplir con Su voluntad.

Si toda acción precisa de una voluntad que le preceda y la capacidad de realizar esa voluntad, la capacidad es, pues, instrumento de la voluntad.
Ahora bien, la voluntad de Di-s es que observemos Sus mandamientos; pero en vez de retener la capacidad de realizar Su voluntad (obligándonos
a hacerlo), nos ha entregado la capacidad a nosotros, dándonos la capacidad de actuar como deseemos. Es pues nuestro deber devolver la
capacidad a Di-s colocándonos en un estado de compulsión interna para hacer Su voluntad.

Di-s quiso conceder méritos a Israel y por ello les dio una gran cantidad de Torah y de mitzvot." Es decir: Torá y Mandamientos, en otras palabras,
las instrucciones para que cumplamos con su voluntad. Hacer su voluntad. Los gentiles también hacen uso del libre albedrío en sus individuales
puntos de bejirá, de modo que tienen oportunidad de adquirir méritos en la misma forma ; pero Hashem quiso que toda la vida del judio estuviese
llena de buenas opciones, es decir, llena de méritos. Por ello multiplicó nuestras oportunidades para que practicásemos la Torah y las mitzvot.

Rabí Levi dijo: Seis cosas sirven al hombre; tres de ellas están en su poder y tres no están en su poder. El ojo, el oído y la nariz no están en su
poder; la boca, la mano y el pie están en su poder ... Cuando una persona lo merece, el Santo, bendito sea El, toma a esos que están en su poder y
los coloca fuera de su poder, es decir, otorga al individuo la ayuda celestial para guiarlo a transportarse a un estado de compulsión. En esta feliz
situación, la persona se siente obligada en todos sus asuntos a dirigirlos tan solo para el servicio de Dios; nada queda para sí, excepto el mínimo
necesario para revelar la gloria divina. Este es el estado de perfección alcanzado por nuestros Padres, Avraham, Yitzjak y Yaakov, quienes eran
llamados "la carroza de la Presencia Divina". En este sentido, son llamados ángeles los tzadikim (justos) puesto que no tienen libre albedrío.
Como está escrito: "No se volvían para atrás cuando caminaban"; nada los desviaba de su propósito.

EL HOMBRE LIBERADO
Hay aún un nivel más alto que este y consiste en reconocer lo falso y lo irreal de la maldad, con tal intensidad, que todo deseo de hacer el mal se
esfuma y la persona ama tan solo el bien con todo su corazón. A este nivel la persona ya no siente "compulsión". La compulsión es aplicable
solamente cuando existe resistencia. Uno no puede hablar de compulsión para hacer algo que a uno no le gusta hacer. Este es el nivel que nuestros
Rabís llamaron "aquellos que actúan por amor." Es en este punto que el ser humano se vuelve en verdad libre, dejando de hallar resistencia en su
interior a la bondad que ama. Esta es la condición a la que se refirieron nuestros Rabís cuando dijeron24 "Nadie es libre mas que el que se ocupa
de la Torah". "Aquel cuya ocupación es la Torah" se refiere al hombre cuyo único interés está en la Torah y cuyo único amor es por la Torah (en el
mismo grado y en la misma forma en que un hombre que "se ocupa" con los asuntos del mundo se dedica íntegramente a los objetivos mundanos.)
Este hombre del espíritu, es el individuo verdaderamente liberado.

Nuestros Rabís dijeron: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" es un principio de la Torah que lo abarca todo," y Hillel dijo:"Ño hagas a otros lo
que no quieres que te hagan a tí-esta es toda la Torah, etc." Esto significa que una persona benévola es aquella cuyo deseo ardiente es entregarse a
otros; en otras palabras, perderse en ellos.

Esto es todo lo contrario del "hombre ávido" cuya ambición es atraer todo y todos a sí mismo, o sea, reducir todo a una función de sí mismo.

De esta forma una persona benévola se percata de que la comunidad semeja a un organismo y él se ve a sí mismo como una pequeña parte de ese
gran organismo, cumpliendo con una función humilde, pero en todo caso esencial, para el funcionamiento del todo. El no ve a los otros miembros
de la comunidad como separados de él sino que ve a todo el mundo, incluyéndose a sí mismo, como una gran unidad. En este sentido puede
cumplir a la letra el mandamiento "Ama a tu prójimo como a ti mismo" — "precisamente como a ti mismo; como a ti mismo, sin distinción
alguna.

Y así como en el caso del organismo humano, ningún miembro individual tiene voluntad propia (tu dedo no puede querer algo que tu no quieres)
así uno se percibe a sí mismo como parte de la comunidad, sin pretensiones de individualidad; no puede tener un deseo que provenga de su
pequeña y egoísta particularidad. Debe señalarse que todos los impulsos de la inclinación maléfica, son presentados en términos de
"particularidad": "esto será bueno para tí, no te preocupes de los demás." Incluso cuando el impulso maléfico se presenta como bien público, una
introspección cuidadosa nos mostrará su origen egoísta. Si podemos aprender a perdernos en el bien de la comunidad, estamos en camino hacia el
feliz estado de compulsión interna. Estamos obligados a actuar de conformidad al verdadero bienestar de la comunidad; nuestra egoísta voluntad
individual ya no existe.

Y esto no se puede lograr sin el adecuado y exhaustivo adiestramiento del carácter individual.

La gran importancia que la Torah concede al adiestramiento del carácter al enseñarnos a lo largo de toda revelación buenas midot (rasgos de
carácter) y conducta adecuada, es debido a que éstas al final, son en verdad más importantes que los conceptos correctos acerca de la unidad del
Todopoderoso.
Esta es la explicación: Nadie cree algo sin un interés previo y si uno tiene un interés, la propia voluntad está implicada. Dado que la voluntad es
padre del pensamiento, y no viceversa, se deduce que debe haber un defecto en el pensamiento propio, ya que la mente no aceptará de buen grado
aquello que va contra la voluntad. Es por ello que nuestro pensamiento tiende tanto al error. La voluntad, que está estrechamente ligada a las
midot, afecta el proceso de razonamiento. Las midot son, pues, fuente de errores conceptuales, pero los errores conceptuales no son
necesariamente la causa de malas midot. Y está escrito: Aprende de tu Creador, quien creó los mundos superiores y los mundos inferiores, y sin
embargo cuando iba a crear al hombre El consultó a los...ángeles.

Y dice el Midrash que Dios mismo dijo a Moshe: "Si alguien quiere errar... que lo haga". Esto confirma nuestra tesis de que la gente comete
errores porque en su corazón quieren errar. Los conceptos básicos de la Torah son claros y obvios, y la verdad brilla a través de ellos; tan solo los
obscurece la voluntad contraria de los seres humanos. Es por ello que el arrepentimiento es tan difícil. Nadie ve las propias fallas. Cuando la
voluntad domina a la mente y evita que veamos nuestros defectos, ¿cómo puede existir el arrepentimiento y el discernimiento?

"Un pecado repetido es un pecado permitido". Uno ya no siente necesidad alguna de inventar excusas o modalidades de auto-engaño. El asunto es
sencillo, ya nada se siente equivocado. La chispa divina dentro del individuo ya no protesta. Tal persona, de hecho, está lejos del arrepentimiento.
"Los malvados son llamados muertos cuando aún viven". En Ellos se han perdido sus lazos con la vida verdadera, o sea, la Torah y las mitzvot.
Esto significa que el arrepentimiento es nada menos que una resurrección de los muertos.

El versículo dice "Escudriñemos nuestros caminos y examinémoslos, y regresemos a Hashem." Primero necesitamos escudriñar, una búsqueda
laboriosa en todos los rincones de la mente (como lo hacemos al buscar el jametz, la levadura en la fiesta de Pesaj). Los senderos de nuestra
conducta incorrecta, están ocultos en las profundidades y tan solo se le revelarán al que busca en forma paciente y determinada. Después de esto
necesitamos "investigar, examinar". Después de haber descubierto los senderos de los actos erróneos, aún tenemos que explorar sus raíces y
orígenes en las midot, en todas sus formas y tendencias. Solo después de muchos esfuerzos mentales y de sinceros exámenes de conciencia,
podemos aspirar a "regresar a Hashem".

No hay duda de que la voluntad es sumamente efectiva en lo que a ocultar la maldad de nuestra mente se refiere. Tiene también éxito en
descarriarnos con una multitud de errores e ilusiones; pero Hashem exige de nosotros nada menos que la verdad, y en ningún lugar más que en los
lugares obscuros del corazón: Y está escrito: "Tu deseas la verdad”, incluso en esos lugares de la mente que la voluntad ha logrado "cubrir”, de
modo que casi son inaccesibles. Casi, pero no del todo, puesto que nada resiste a un deseo sincero de hallar la verdad.

¡Cuan difícil es llegar a un avalúo correcto de uno mismo! El Rey David dijo en su salmo de penitencia “He aquí que en maldad fui formado y en
pecado me concibió mi madre". Cuando recordamos que Yishai, el padre de David, fue uno de los pocos tsaddikim en el curso de la historia que
no cometió pecado alguno durante su vida, (ver Talmud Shabbat 55b ) nos sentimos asombrados ante esta declaración de David. Podemos
aprender de esto la sutileza con que la contaminación actúa incluso dentro de una gran personalidad. ¿Qué podremos decir de nosotros?

Qué hay del alma que ha perdido la chispa de la verdad y para la cual los pecados ya no cuentan? Tal alma ya no puede aspirar a alcanzar una
resurrección espiritual.

Mucho peor es la condición en la que los pecados no solo se consideran equivocados, sino que incluso son considerados mitzvot y actos dignos de
alabanza. El principio del pecado es cuando los deseos mundanos gobiernan la mente... Uno vive inmerso en los deseos mundanos por falta de
conocimiento de la Torah... Aquellos que así viven se hunden en las profundidades... el mundo los gobierna...y cierran sus ojos (a la verdad). No
hay uno solo de ellos que no esté entregado a sus placeres...que se convierten en su Torah y religión... El mundo aparece tan grande ante sus ojos
que construyen a expensas de su ruina espiritual... Confunden lo malo con lo bueno, lo convierten en ley y ética; convierten a sus vientres en
dioses, sus vestimentas en su Torah y el adorno de sus habitaciones en su moralidad..." De modo que no solamente se vuelven permitidos los
pecados, se convierten en mitzvot (preceptos), leyes y principios justos. Cuando el vientre propio se convierte en dios ¿qué probabilidad hay de
teshuva! (retorno a Dios)?

Cada pecado tiene su propio nivel; en un pecado uno puede estar equivocado, en el otro cargado de contaminación, en un tercero insensible y en el
cuarto, convencido de que es una mitzvá de gran mérito; pero el quinto aspecto lo abarca todo. El que está bajo su dominio está metido hasta la
empuñadura; se trata del orgullo.

La Presencia Divina dice del hombre arrogante "Yo y él somos incapaces de vivir en el mismo mundo." "¿Incapaces?" Pero es seguro que la
misericordia de Di-s sea infinita? No,la incapacidad no está del lado de Di-s, está del lado del individuo arrogante. En el fondo de su corazón se
considera por encima de todo, ni tan siquiera Di-s puede bloquearle el camino. Es por ello que toda persona arrogante ha de tener tendencias
heréticas ocultas.

El hombre arrogante rechaza incluso el más pequeño reconocimiento interno de la soberanía de Di-s, así lo exprese externamente y aparente ser no
obstante hasta piadoso. Sus expresiones son mentira. Como dice el versículo: "El hombre malvado a la altura de su ira no busca; todas sus
cavilaciones son: No existe Di-s'" (salmos 51-7). Su único pensamiento, su único interés es mantener su posición "única", excluyendo todo lo
demás, incluso a Di-s. Su propio prejuicio evita que reconozca el pecado, y sin ello ¿cómo puede arrepentirse el individuo? Es aparente pues que
el hombre arrogante nunca puede aceptar el yugo del Reino de los Cielos.

El hombre arrogante está en gran peligro también en este mundo, dado que no es juzgado con misericordia, sino en los términos de la más severa
justicia.

El se considera a sí mismo en una clase diferente a todo el mundo y con ello se separa de la comunidad. Esto puede ser muy peligroso, puesto que
la misericordia se obtiene solo a través del mérito de ser parte de una comunidad.

Todo el mundo tiene un puesto en la corte celestial de justicia, en lo referente a los juicios de sí mismo. Y no solamente después de su muerte.
Incluso en esta vida una persona está constantemente pasando juicios sobre sí mismo, de palabra y de hecho. Por ejemplo, el hombre arrogante
alega que es demasiado grande para ser tratado junto con gente inferior. Debe tratársele por separado. Esta, pues, es la norma con la que es tratado
en el cielo. "Así como una persona mide así será medida." El sendero a la verdadera teshuvá es largo. Muchos túneles deben construirse alrededor
de los bloqueos en torno a su corazón, antes de que uno pueda decir que ha alcanzado verdadero arrepentimiento, por el cual rezamos:"Ayúdanos a
volver en perfecto arrepentimiento ante Ti".

La Torah nos habla del Faraón a quien Di-s aparentemente obstruyó en que pudiera hacer íeshuvá. Rambam explica que el Faraón "por su maldad,
habiendo infligido sobre Israel muchos males sin razón alguna, merecía que los caminos a la teshuvá le fuesen cerrados...". El Faraón cometió sus
actos malévolos "sin razón alguna", sin tener que explicarlos y sin tener que excusarse ante sí mismo o ante otros. Esto significa, como lo hemos
visto, que el pecado se "ha vuelto permitido" y es por ello que no puede haber arrepentimiento, dentro de las normas usuales del mundo espiritual.

Podría uno preguntarse: pero seguramente vemos hombres que son aparentemente gente temerosa de Di-s, que tienen gran influencia para el bien y
tienen éxito en acercar gente a la Torah y ¿son al mismo tiempo gente arrogante? La respuesta es que la adhesión de esta gente a la Torah y a las
mitzvot es externa en grado sumo. Sucede que esta es la forma en que han sido educados y su orgullo los hace partícipes entusiastas de esta forma
de vida particular. Tienen que demostrar que sea lo que sea en lo que estén envueltos, ello debe ser mejor que cualquier cosa en el mundo. Su
aparente amor por las mitzvot, significa simplemente que su arrogancia los hace intolerantes a cualquiera que se atreve a oponerse a sus deseos. Al
influenciar a otros a seguirlos en una vida de Torah, tan solo expresan su anhelo de dominar a otra gente. En resumen, su "servicio" al
Todopoderoso es marcadamente externo; apenas y puede ser descrito como shelo lishmah. Ciertamente que no califica como el servicio al
Todopoderoso, en los huecos más profundos del corazón.

Aquél cuyo servicio es solo externo, es ciertamente deficiente por dentro; el Rabban Yojanan ben Zakkai dijo a sus talmidim: "Que el temor del
Cielo sea tan fuerte en vuestras mentes como el temor del hombre". Ellos le dijeron:"Rabí ¿no más?" El respondió:"...Una persona peca y ve a su
alrededor diciendo... "Mientras nadie me haya visto.

"Di-s dice al rashá ¿por qué has de hablar de mis leyes?...." en donde Radak señala que una persona que estudia la Torah haciendo lo contrario de
lo que estudia, es odiosa a Di-s.

Y la arrogancia, el egoísmo, la codicia, la ceguera espiritual y el rechazo a la soberanía de Di-s son exactamente lo opuesto al servicio a Di-s, el
fundamento de la Torá y las Mitzvot (preceptos).

El contenido fundamental de todas las mitzvot es esa parte de la mitzvá que se realiza en el corazón. Es parte esencial de las mitzvot prácticas, la
intención con la que se ejecutan. La esencia de todas las mitzvot es el residuo que dejan en el corazón del que las practica, pero también es verdad
que toda mitzvá del corazón debe efectuarse a través de una forma adecuada de acción. También la esencia de todo pecado está en el corazón.
Aunque se ha dicho que Di-s no castiga por un mal pensamiento, ello tan solo significa que El no castiga un pensamiento en el mismo-grado que
una acción. Nuestros Sabios ya estaban al tanto de que el servicio del Todopoderoso tiene lugar sobre todo en el corazón. Dijeron: "Los
pensamientos de un pecado son peores que el pecado mismo". Como cita el versículo: "Aquel que habla verdad en su corazón".

Hay un mandamiento negativo en la Tora que parece necesitar de una aclaración. Se trata del mandamiento: "no codiciarás la propiedad de tu
vecino."¿Cómo es posible no codiciar? Seguramente cuando vemos que nuestro vecino tiene tantas más de las cosas buenas de este mundo, no
podremos resistirnos a codiciar, de modo que ¿cómo puede ]a Tora ordenarnos no hacerlo? El codiciar significa pensar que algo que le pertence a
otro puede (y debe) pertenecerme a mí. Esto es un robo en el corazón. Lo que le ha sido dado a otro debe estar tan lejos de mi alcance que no se
me ocurre ni tan siquiera tener el deseo en mi corazón. El rabí Menajem Recanati cita a nuestros Sabios diciendo que todos los mandamientos de
la Tora están incluidos en "No codiciarás". Esto se refiere al versículos:"Todos tus mandamientos son honestidad." La honestidad y la fe absolutas
que exige la mitzvá "No codiciarás", son la base de todas las mitzvot (preceptos) de la Tora.
Así "como Adam no trajo su ofrenda de aquello que no le pertenecía, porque todo le pertenecía, así tampoco tú has de ofrecer de aquello que no te
pertenece". Los Rabís nos revelan aquí un principio importante. El traer una ofrenda a Hashem es algo único; tiene sentido solamente cuando
alguien trae todo su ser a Hashem. Esto es posible tan solo con un "regalador"." Para los "tomadores" no puede existir el concepto de una ofrenda.
Un tomador nunca da y su ofrenda no es una verdadera ofrenda. Mientras una persona desea "tomar" sufre de "robo en el corazón", y no puede
presentar una ofrenda. Solo si una persona está libre de "robo del corazón", como Adam, para quien el deseo de la propiedad de otro era
lógicamente imposible, puede traer una ofrenda a Hashem. ¿Cómo puede uno llegar a esta condición feliz en donde uno no tiene deseo por aquello
que está fuera de uno? Esto es posible solamente para la persona que tiene una meta espiritual. En la vida espiritual, cada persona tiene su propio
mundo y el mundo de las otras personas le es inaccesible.

El que tiene como meta la vida espiritual ve a todas las cosas de este mundo meramente como instrumentos para el servicio del Todopoderoso. El
sabe que estas cosas le son dadas en la cantidad y calidad precisas para cumplir una tarea determinada en la vida. Sabe muy bien que las cosas
dadas a su vecino son las adecuadas para la tarea de su vecino, la cual es diferente de la suya. Para mí tiene tan poco sentido codiciar los bienes de
mi vecino, como lo es para un relojero codiciar las herramientas de un constructor de caminos o para un miope codiciar los anteojos preparados
para otro defecto de la vista. Las herramientas obviamente sirven tan solo para su propósito. Aquel que reconoce en su corazón que todas las cosas
de este mundo son tan solo herramientas, ha conquistado la codicia.

Por otro lado, aquel que solo tiene metas materiales nunca escapará de "robo del corazón". El mundo material es limitado por su misma naturaleza,
es el mundo de la separación y de la contradicción. Uno que vive en este y para este mundo ha de se deficiente, y él piensa que lo que le falta lo
tiene otra persona. Por ello siempre se siente tentado a reponerse de lo que cree es su pérdida traspasando la frontera de su vecino; pero el mundo
del espíritu es ilimitado, la unidad y la integridad rigen allí y el que vive en ese mundo no siente que le falte nada.

Este mundo inferior es el mundo del número. Esto es lo que significa "creado con una bet (la segunda letra del alfabeto hebreo). Y es precisamente
esta condición la que debe superarse y evitarse. En donde hay "dos" es inevitable la división y la lucha. La única forma de escapar, es reduciéndose
uno en este mundo y así acercarse al mundo de la unidad —el mundo del espíritu.

Lo malo en el corazón se rehusa, a toda costa, a aceptar lo bueno; es por ello que alguien con maldad en su corazón no acepta críticas. El punto de
maldad en su corazón las rechaza. Es por ello que nadie de esta generación está dispuesto a aceptar críticas. El pecado en el corazón, las ideas
equivocadas, no permiten a una persona reconocer las tendencias sanas y verdaderas en su propio corazón. Es por lo tanto fútil tratar de ayuda a tal
persona con críticas. Hay solo una forma de enseñar a alguien con pecado en el corazón y consiste en enseñarle la perfección y la unidad de la vida
espiritual, como lo es la cooperación unificada del "regalador" y el "recipiente". Esto puede verse en una familia con la delicada y animada
interacción de esposo, esposa e hijos; o en una yeshivá con la polifacética relación entre rav y talmidim (maestro y estudiantes)". Incluso alguien
con maldad en su corazón, no puede dejar de ver la verdad en otra gente y así eventualmente verá la maldad en su propio corazón y la corregirá.

Por otro lado, cualquier bien de parte del malvado es maldad para el justo; tal como dice el Midrash: "Cuídate de no hablar a Yaakov ni bien ni
mal". Mal, lo entiendo, pero ¿por qué no bien? Esto enseña que todo lo bueno de parte del malvado es malo para el justo...Tal vez haga mención de
los nombres de los ídolos, y añade el Midrash Agada, cuando él (lavan) hablaba de "bien" mencionó los nombres de los ídolos.

Tal como le fue dicho a Lavan: "Cuídate de no hablar a Yaakov ni bueno ni malo". El significado, …… es que lo que es malo en naturaleza no
puede tener buenos resultados. Incluso si uno ve resultados aparentemente buenos, son esencialmente malos. Lavan el arameo odiaba a Yaakov en
las profundidades de su corazón y no le era posible hablarle cosas buenas. Cualquier cosa buena que pudiese haberle dicho, debía ser
inevitablemente mala para Yaakov, puesto que vino de una fuente mala —la maldad del corazón de Lavan. Este es también el significado de la
respuesta: "él mencionó nombres de ídolos". Una vez que Lavan hubo hecho de la idolatría su meta, era inevitable que nombres idólatras se
mezclasen en todo su discurso, incluso en la mejor parte de éste.

Dice en la Tora´: "No comerás del árbol del conocimiento del bien y del mal." Rabi Pinjas ben Yair dijo: Antes de que el primer hombre comiese
de este árbol, era conocido simplemente como "árbol". Después de que comió y violó el decreto de Di-s, fue llamado "el árbol del conocimiento
del bien y del mal", en virtud del resultado rmal. Dice el Midrash Agadá: El piadoso Moshé le dio el nombre del "árbol del conocimiento del bien
y del mal" en virtud del resultado final ¿Y por qué fue llamado "...bien y mal"? Di-s le informó que no debía comer del bien ni del mal. El árbol
del conocimiento del bien y del mal contenía chispas sagradas, pero a Adam se le advirtió que no tomase nada de él-"ni bueno ni malo", Este es el
significado de la declaración del Midrash Agada que Moshé lo llamó el árbol del bien y del mal "por el resultado final", porque el mandamiento de
no comer de él, se refería al bien así como al mal.

Cómo se entiende lo anterior y cómo se relaciona con nuestro corazón y nuestras tendencias hacia el bien y el mal? . Digamos que el yetzer ha-rá
hace que una persona peque y el yetzer ha-tov contraataca entonces causándole remordimientos. La persona sufre de contradicciones dentro de sí
mismo. El yetzer ha-rá puede entonces tentarlo a librarse de las contradicciones a través del auto-engaño y una negación radical. Ello significa que
él decide invertir sus valores y de allí en adelante a considerar a lo malo como bueno y a lo falso como verdadero. El yetzer ha-rá ha conseguido
convertir a la exigencia del yeizer ha-tov en un factor que lleva a la negación y a la herejía. Este es el significado del dicho de nuestros Rabís: "No
es bastante para los malvados el haber convertido el yetzer rá en yetzer tov; han incluso convertido el yetzer tov en yetzer rá. La lección es que uno
tiene que examinar cuidadosamente las exigencias del yetzer tov. De lo contrario puede uno despertarse una mañana y enterarse que el yetzer ha-
tov ha perdido su voz. Es demasido fácil olvidar la verdadera perspectiva y adoptar el punto de vista opuesto. Este es aquél que tiene muchos
nombres —"práctico", "realista", "progresista"; pero su nombre verdadero es tan solo:"falso". El resultado puede ser que la persona se encuentra
con que está en paz —por lo menos temporalmente— consigo misma ¡pero cuídenos Di-s de esa clase de paz!

Erróneamente creemos que cuando nos olvidamos de una idea, esta ha dejado de existir. En realidad su impresión aún existe en nuestro cerebro,
pero ya no está cerca de nuestro consciente. Cuando nos esforzamos por recordar una idea olvidada, esta puede volver a nuestra conciencia. Las
fuerzas subconscientes están activas en traer, a veces, una idea al frente de nuestra mente, y otras veces al fondo de nuestra mente. Al no saber
nada de estos mecanismos llamamos al proceso simplemente "olvido". A veces una idea es enviada al fondo de nuestra mente porque no tiene
ninguna importancia para nosotros. Nuestras midot (rasgos de carácter) pueden habernos hecho atribuir poca importancia a la idea y así la han
relegado al fondo. Un hecho puede presentarse a nuestra mente consciente aunque ya no estamos al tanto de los pasos que la llevaron allí.
Sabemos inmediatamente que dos por dos son cuatro y no tenemos que pasar por el proceso que usamos para enseñar a los niños este hecho
elemental. En forma análoga cuando leemos un libro no necesitamos identificar primero las consonantes, luego las vocales, etc. La palabra, y a
veces la oración, se registra en el cerebro como un todo. Esto es debido a que el hábito de leer se ha insertado en tal forma en nuestra mente, que
ya no tenemos que pasar por los pasos particulares en el proceso.

En el curso del tiempo olvidamos nuestros problemas. "El tiempo lo cura todo". Esto se debe a que en el fondo de su corazón .una persona sabe
que sus problemas materiales no son tan importantes. Pueden haber parecido muy grandes en una época, pero una vez que ha pasado el fuego del
momento uno está preparado a consolarse. Una de las actividades subconscientes del yetzer ha-rá (inclinación al mal, el otro lado) es ocultarnos la
gravedad de nuestros pecados y evitar que nos arrepintamos de ellos. La gente tiende a olvidar sus pecados, pero Hashem nos Los recordará a su
tiempo, aún el pecado más pequeño. Los pecados están allí dentro de nosotros; alejamos nuestra atención de ellos y es esto lo que llamarnos
"olvidar". Feliz es el que está al tanto de la gravedad de sus pecados y el grado de su responsabilidad, de modo que el olvidar no se apodere de él.

Una idea puede estar formada por muchas pequeñas partes y cada una de las cuales no puede distinguirse por sí misma, así como en la percepción
física vemos una mano pero en realidad nos estamos enfrentando a innumerables células microscópicas. La motivación de una persona para
realizar cierta mitzvá (un precepto) puede ser casi perfecta, pero puede estar implicado, en forma pequeña, un motivo indigno. Este puede ser casi
indistinguible, pero aún forma parte de la motivación del acto, y será revelado un día por Hashem, y por esto también cada persona será
considerada responsable. ¿Por qué? Porque pudimos haberlo distinguido. Si hubiese él estudiado masar en forma adecuada y se hubiese dedicado a
adquirir el "sentido de la verdad"; si hubiese trabajado duro en mejorar sus midot (rasgos de carácter), hubiera tenido éxito en crearse dentro de sí
mismo el "microscopio" que le hubiera permitido distinguir cualquier cosa indigna o corrupta, aún en el grado más pequeño. Una persona puede
santificar el nombre de Di-s no solamente en sus acciones sino también en cada parte de sus acciones, aún en las que no son normalmente
accesibles a la observación. Cuando decimos "No existe el olvidar ante Tu trono celestial" queremos dar a entender que el juicio de Di-s traerá a
juicio, incluso las porciones infinitesimales de nuestros motivos con los que esperábamos santificar el nombre de Di-s. "...Y nada está oculto de
Tus ojos"2: estos son los ojos de Di-s que "examinan toda la tierra". Como dice el Zohar, estos son los "testigos" que rinden testimonio de las
acciones humanas. Los ojos de Di-s atestiguan las más pequeñas y las menos obvias. "Los seres humanos ven con los ojos" y ante el escrutinio
humano es difícil distinguir la pequeña mezcla de maldad, pero "Di-s ve con el Corazón", y ante su escrutinio, aún el punto más pequeño es
visible.

Dado que nuestra visión espiritual tiene tantos problemas con la percepción de lo ultra-pequeño, Di-s nos dio la Tora que puede ayudarnos a
distinguir lo que de otro modo estaría más allá de nuestra percepción. La Tora es la verdad absoluta y sus juicios penetran hasta la última verdad, y
sólo a través de ella podremos “recordar”. A su vez, también Di-s está listo para recordar, en beneficio de una persona, incluso una cantidad
infinitesimal de bien que ella pueda haber realizado; pero solo "para aquéllos que lo traen a El a la mente"; o sea, quienes tratan de recordar a Di-s
y que tratan de reconocer los puntos más pequeños dentro de su alma y los traen a la luz (que es lo que queremos dar a entender con "recordar").
Uno que hace esto con toda su capacidad y que presenta incluso el punto más pequeño ante Di-s, tratando de rectificarlo como parte de su servicio
a Di-s, está en efecto recordando a Di-s y Di-s a su vez lo recordará a él.

Dice la Torá: "Quien recuerda las buenas acciones para aquellos que lo aman "En las esquinas de sus mantos". Un sitio siempre fácilmente
accesible al escrutinio. Y también dice: "De generación en generación". "Y pondrán ... un cordón de lana azul obscura". Para un firme impacto se
precisa de una asociación adicional: "la lana azul obscura se asemeja al mar, el mar se asemeja al cielo, el cielo asemeja al trono celestial". Esto es
para despertar en nosotros la conciencia de que las mitzvot son de Hashem y que su propósito es santificar Su nombre y proclamarlo rey sobre
nosotros (este es el significado 'de "trono celestial")."Cuando una persona reconoce el verdadero valor de los mandamientos divinos, está
preparada para el concepto de tzitzit para la concentrada mirada interior que aleja el olvido del corazón. Pero esto no basta; se precisa de algo
adicional: "Serán para ustedes como tzitzit". Ustedes tendrán que prepararse; deben ustedes sentir que a través de este artefacto van a entrar en
profunda y especial concentración. Y entonces..." . "Lo veréis"… refiriéndose a Hashem.

¿Qué debe una persona hacer para poder recordar en la profundidad de su corazón? ¿Cómo puede recordar los valores olvidados? Podemos
aprender esto de la "Porción de las Tzitzit". Después de todo, la mitzva de las tzitzit nos fue entregada con el proposito expreso de recordar, cual
dice el versiculo: "para que puedas recordar todas las mitzvot..."

La mitzva de las tzitzit es introducida en forma algo desusual: "Habla al pueblo de Israel". "habla" (dabber) es a menudo utilizada para indicar
dureza. El hablar duramente (a una persona madura) la conmociona y le abre los oidos (espirituales). Después: "Y diles". "Di" señala un enfoque
más tierno; el amor y la ternura llevan el mensaje al corazón. La introducción debe ser tanto con temor como con amor. La palabra tzitzit significa
"mirada concentrada". "Harán tzitzit para ellos mismos". El objeto de la concentración deberá ser cuidadosamente preparada: ha de ser
absolutamente claro que está dirigida a nosotros mismos.

Y sólo a través del estudio constante de la Torá se estará en capacidad de ver con el ojo de la mente, con suma claridad, que todo el mundo existe
tan solo para hacer Su voluntad, la de Di-s. Es decir, su Torah, esto es ver a Di-s. Solo después de esta clara visión, que la Torah llama "y lo
veras," puede uno llegar con completa sinceridad al nivel llamado: "Y recordarás..." Solo en esta forma es posible el verdadero recordar.

Sin todos estos preliminares, nuestro "recordar" es indigno del nombre, porque está basado en ilusión y falsedad. No es en forma alguna, cosa fácil
el seguir recordando en la profundidad de nuestro corazón, como nos lo obliga a hacer la Torah cuando nos dice: ("Y recordareis) todos los
mandamientos de Hashem". Recordar todos sus mandamientos es tan solo posible para alguien cuyo corazón esté continuamente concentrado tan
solo en Hashem. Y viene luego: ..."Y los efectuaras". Cuando no hay memoria adecuada no habrá puesta en acción. De allí uno eleva a: "Y no os
desviareis..." Cada corazón humano posee el atributo de la curiosidad. Este fue creado para un propósito espiritual, para que la gente se vea
estimulada a buscar al máximo el estudio de la Torah y a proporcionar un incentivo para el estudio profundo.

Recordar verdaderamente es recordar todas las mitzvot no solamente como el ser humano evalúa los mandamientos de Hashem, sino como
Hashem evalúa Sus mitzvot para nosotros. Y está escrito: "Todos mis mandamientos." "Y seréis santos ..." Feliz es aquél que se las arregla para ver
las cosas a través de los ojos de Di-s. Es el santo que está tan lejos de enredarse con el yetzer ha-ra (las fuerzas del mal), que éste no puede
desviarlo ni confundir sus valores. Esta es la verdadera santidad, que es: "...vuestro Di-s" — Di-s mismo está dispuesto a testificar su carácter
genuino.

Y a dicha persona le dice Di-os: E invócame en el día de la angustia; Yo te salvaré y tu me glorificarás. Pero Di-s dice al malvado: ¿Quién eres tú
para enumerar mis mandamientos y tomar mi alianza en tus labios? Tú que aborreces el mussar (la introspección ética y moral de las parábolas de
la vida y la creación) y echas a la espalda mis palabras... Los Rabís nos dicen que Dios no quiere alabanzas del malvado. Y el rabí David Kimji, el
famoso comentarista, escribe en relación a lo anterior: Si tus ofrendas son sinceras, entonces te salvará... pero quien ofrece un sacrificio para
exhibirse, sin arrepentirse de sus errores, muestra desprecio hacia Di-s, ya que implica que Di-s no conoce su corazón... El que ofrece sa crificios y
exhibe bondad, sirviendo a Dios mientras su corazón es malvado y sus actos son malos en extremo, niega en efecto a Di-s, implicando que El no
sabe ni le escucha. Cree que puede ocultar su verdadera forma de El y está lejos del arrepentimiento.

Dicho de otra manera: El que presta un servicio externo, desprovisto de vida interior, muestra desprecio hacia Di-s porque en lo profundo de su
corazón cree que Di-s no sabe lo que piensa y que puede esconder su maldad tras de sus acciones externas. Tal individuo está lejos del
arrepentimiento.

Oimos que la gente dice a menudo: "Probemos equix por lo menos una vez en nuestra vida," y x es aquí algún trivial placer físico. ¿En verdad
importa si morimos sin probar x ? Desde luego que no. Pero la curiosidad puede convetir a lo trivial en algo tremendo y puede hacer creer a una
persona que la vida no vale la pena si no se ha probado x . Una vez que uno esta en manos de la curiosidad, existe el grave peligro de ser
arrastrado a la idolatría y la inmoralidad, en donde esta característica juega parte importante. (Cualquiera que se haya adentrado en escritos anti-
Torah, sabe hasta qué grado es la curiosidad un factor esencial, y ciertamente que lo mismo sucede con los deseos físicos). Es posible sobreponerse
a tal mal uso de la curiosidad solamente "viéndolo...recordando...y haciendo"; nada menos que (realizando) todos "los mandamientos". De otro
modo la naturaleza seguirá su curso y : "os desviareis". Esta es la única salida.

El encubrimiento es una de las formas preferidas de proceder del yetzer hará (las fuerzas del mal): urge a una persona a que realice acciones
superficialmente atractivas, para encubrir la maldad en su vida. Por ejemplo, encubre sus deficiencias en el área de "hombre-a-Di-s", con acciones
de caridad ilusorias y los déficits en el área "hombre-a-hombre" con prácticas religiosas exageradas y engañosas.

Dijo Yaakov Avinu a su hijo Yehuda: "A tí, Yehuda, te alabarán tus hermanos..." Nuestro Rabís comentan: "Quien domina a su .yeizer y admite sus
errores, merece la vida en el mundo por venir. De esto aprendemos que nadie reconoce sus errores a menos que primero haya dominado a su yetzer
Su mayor victoria consiste en evitar que lo desencamine y que cubra la maldad dentro de él, con ilusorias buenas acciones.

El rabí Simja Zissel escribe que "en el mismo grado que un hombre reconoce a su yetzer, él reconoce a su yotzer, es decir, a su Creador." Esto
significa que una persona distingue la luz de la obscuridad y la verdad de la falsedad, en el mismo grado en que consigue escapar de la astucia del
yetzer ha-ró. Y a ese grado conoce a Hashem

Hay que recordar que el hombre rashá (malvado) se define como uno "cuyo corazón es malvado y cuyas acciones son marcadamente malas."
Presuntamente oprime al que puede, y hace cosas desagradables a Di-s. El rashá es definido por sus acciones, más bien que por sus motivos.

Por ejemplo, Di-s no quiere que sus maravillas sean contadas por un hombre malvado. Porque la narración de milagros por un hombre malvado,
sería una profanación, no una santificación, del nombre de Di-s. ¿Qué hay del servicio divino, como la oración y el sacrificio? Su ejecución áspera
y superficial, sin espiritualidad, es mucho peor. Pero Di-s en su vasta misericordia nos permitió servirlo en esta forma con la esperanza de que a la
larga alcanzásemos la espiritualidad, pero ¡cuánto peligro de profanación existe si nunca llegamos allí! El único sendero, es intensificar nuestros
esfuerzos con el mussar (la introspección de las parábolas de la vida y la creación), para llevar la verdad que conocemos a nuestros corazones.
Cuando esto ocurra, la profanación finalmente se habrá convertido en santificación.

Es solamente estudiando mussar, que uno tiene oportunidad de llevar este punto de introspección en medio de nuestras vidas cotidianas. Con el
mussar es posible salvar la situación; sin mussar no hay ninguna oportunidad. Aquellos que tienen tan solo un servicio externo, añaden la
contaminación del pecado y el embotamiento del espíritu a todo lo que hacen a menos que arreglen para ellos una sesión de estudio de mussar en
forma organizada e intensa.

Por ejemplo, leemos que "Rachel estaba celosa de su hermana",mas ¿se trataba de celos de tipo nocivo, en el sentido de que le molestaba que su
hermana tuviese algo que ella no tenía? ¿O se trataba de celos de tipo positivo, en el sentido de que 'los celos de los escribas aumentan la
sabiduría". Es decir, los que lo hacen ver a uno algo bueno en el vecino y nos estimulan a alcanzar lo mismo. Es obvio, dice el rabí Simja Zissel,
que debemos aceptar la segunda opción. Sabemos que Rachel mostró grandeza de espíritu cuando vio a su hermana Leah preparándose a tomar su
lugar como novia de Ya'akov y le entregó a Leah las señales secretas que ella y Ya'akov habían acordado para una eventualidad de ese tipo. ¿Y por
qué? "Para que su hermana no fuese avergonzada."8 Una persona capaz de un amor tan supremo y de tal auto-sacrificio —entregando a su
hermana (hasta donde ella sabía) a su prometido, la oportunidad de engendrar a las tibus de Israel, al eventual Mashiaj y al propósito de la
creación, todo para preservar la dignidad de su hermana— no es capaz de sentir celos del tipo negativo.

SEGUNDA PARTE

LA PROTESTA DE MOSHEH
Nos encontramos con un problema análogo con Mosheh Rabbenu: su misión ante el Faraón ha fracasado y en vez de liberar a los israelitas, el
Faraón incrementa su carga a un grado intolerable; Mosheh vuelve hacia Di-s con lo que parece ser una amarga protesta. ¿Por qué trataste
duramente a esta gente? ¿Por qué me enviaste...? Si se hubiera tratado de otra persona y no Mosheh, habrían dicho que este ex abrupto exhibía
falta de fe en la bondad y benevolencia de Di-s; pero cuando vemos las otras cualidades de Mosheh— su humildad, sus simpatías por sus
hermanos en Israel, su perfecto y abnegado amor por su prójimo, su emulación del amor de Di-s y su total devoción a su Creador vemos
claramente que este
estallido expresaba solamente su dolor y su sufrimiento, frente a esta pérdida de honor de Israel, la que es al mismo tiempo una reducción de la
gloria de Di-s en el mundo. "¿Por qué me enviaste?" Mosheh expresa su sentimiento de incapacidad. En su humildad", se siente indigno de que la
gloria de Di-s se haya manifestado a través de él. Este pensamiento es expresado por nuestros Rabís en Midrash Rabba,n en donde dicen:"Cuando
Mosheh dijo ¿por qué trataste duramente? el atributo de justicia quiso atacarlo; pero Di-s dijo: Dejadlo en paz; habló por el honor de Israel"

Este puede ser otro significado de los dichos de nuestros Rabís: "Los justos cambian el atributo de justicia por el atributo de la misericordia, y los
malvados hacen lo contrario." Es decir, que los justos pueden hacer a veces cosas que parecen atraer el atributo de justicia y severidad; pero
cuando examinamos sus otras acciones, que muestran su abnegación, nos damos cuenta de que nuestra primera apreciación estaba equivocada, y la
crítica es reemplazada con admiración. Esto se debe a que las otras acciones muestran la verdadera dirección de sus vidas y al contrario, aún
cuando los malvados ejecutan acciones que parecen justas y parecen exigir misericordia, a la inspección de sus otras acciones, nos damos cuenta
de la falsedad de sus acciones aparentemente buenas; y entonces el atributo de la misericordia deja lugar al de la severidad.

El relato de Yosef nos proporciona un ejemplo adicional. Superficialmente su conducta hacia sus hermanos, parece ser típica de una actitud
vengativa; pero entonces leemos Yosef ya no pudo contenerse" y nos damos cuenta de que el trato a sus hermanos ya no reflejaba un resentimiento
en su corazón; al contrario, tuvo que controlarse hasta el extremo del sacrificio para poder proceder hasta el fin. ¿Su motivo? No se nos dice, pero
he oido .decir que su propósito fue mitigar el sufrimiento del subsecuente exilio en Egipto.

Las instrucciones que David dio en su lecho de muerte a su hijo Shlomó, proporcionan otro ejemplo. Comprenden dos partes. En la primera, David
lo exhorta, en general a seguir la Torah de Mosheh y recuerda a su hijo la promesa de Di-s de prolongar su reino si él lo sirve "con todo su corazón
y con toda su alma." En la segunda parte, hallamos instrucciones de llevar a Yoav y a Shim'i "en sangre a la tumba", mostrando en apariencia un
desagradable deseo de venganza; pero ¿es que alguien tiene tales pensamientos en su lecho de muerte, minutos antes de morir?
Sabemos algo del carácter del rey David, por el Libro de Salmos, en donde leemos, por ejemplo": "Mi corazón está muerto dentro de mí," es decir,
que no tiene ninguna tendencia a pecar. De ésto aprendemos que fueron completamente por el bien del Cielo. Resistió su natural tendencia a
perdonarles, dándose cuenta de que las obligaciones del trono exigían que no se mostrase misericordia alguna. Los Rabís dicen :"Un rey no puede
renunciar al honor que se le debe". Porque el gobernar adecuadamente al pueblo de Israel depende de que se honre al rey. Este punto de vista se
confirma por el hecho de que la segunda parte de las instrucciones de David, refiriéndose al castigo de Yoav, empezase con la preposición
“vegam” - "y también" mostrando que David no veía nada de incongruente en las dos partes de sus instrucciones; al contrario, formaban parte de
un tema único: la adecuada observancia de la Torah de Di-s.

Esto explica la regla de interpretación que nos dieron los Rabís:27 "Los actos de los tsaddikim deben ser siempre interpretados como buenos y los
actos de los malvados deben siempre interpretarse como malos. Todas las otras acciones del tsaddik, se unen para informarnos de la verdadera
naturaleza de este acto y todas las otras acciones del rashá, se combinan para decirnos que ésta tampoco es diferente. "Las acciones se prueban una
a la otra."

"Quien llame en el nombre de Di-s, escapará...". ¿Cómo puede un ser humano ser llamado por el nombre de Di-s? El Todopoderoso es llamado
misericordioso... tú también debes dar generosamente a todos. El Todopoderoso es llamado justo... también tú serás justo. El es considerado
afectuoso...tú también serás amoroso. El versículo dice: "Todo lo que es creado por Mi nombre y Yo he creado por Mi gloria," y dice,: "Di-s ha
formado todo por su bien..." Cierto hombre fue arrestado por los romanos y les dijo:"Yo soy uno de los hombres de Pompeyo" y lo dejaron ir.
Ahora bien, si alguien que invoca un nombre de carne y sangre escapa, con más razón escapará el que invoca el nombre del Creador del mundo.

"Siendo llamado por el nombre de Di-s" significa pertenecer al ejército de Di-s, como lo atestigua la comparación con "Yo soy uno de los hombres
de Pompeyo". El pertenecer a un ejército, sobre todo si se trata de un cuerpo de élite, implica renunciar a la propia familia, a su propiedad, a su
subsistencia, incluso a la salud y a la vida propia, sacrificándolo todo en aras de su gente. En forma análoga, un siervo de Hashem puede ser
llamado siervo de Su ejército solamente si ésta es su única ambición y si está preparado a olvidar su individualidad, a tal grado que su mismo
comer y beber son parte de su servicio al Todopoderoso. Nuestros Rabís nos revelan que quien ha alcanzado este nivel automáticamente podrá
"llamar en el nombre de Di-s". Antes de llegar a este nivel de servicio, sus oraciones no pueden ser sinceras y su "llamar en el nombre de Di-s" es
tan solo una farsa. Nunca es posible "llamar en el nombre de Di-s", a menos que uno "camine en los senderos de Di-s", siendo misericordioso
como Di-s lo es y dando libremente a todos, es decir, siendo un "dador" cuya única ambición sea hacer felices a otras personas.

Sabemos que para influenciar a otra gente en la dirección correcta, lo que se necesita no es la habilidad de predicar sino la capacidad de realizar
grandes acciones, diseminar actos de amor por todos lados y abandonar el egoísmo y el "recibir". Aquí está la clave de cómo influenciar a otros y
no en la predicación, la que puede tan solo tener un efecto mínimo. Todo el mundo está prejuiciado en favor de su propia voluntad y sus propios
deseos y nada habrá que lo haga aceptar aquellos alegatos que se oponen a sus deseos. No importa que tanta sabiduría haya en las palabras de un
predicador "el soborno ciega" y el que escucha no va a cambiar por lo que oye. El que puede influenciar a otros, es el que pertenece al ejército del
Creador, cuya meta en la vida es incrementar la gloria de Hashem y dedicarse a su Creador. Quien actúa con el poder de dar y se sacrifica sin
pensar en sus propias necesidades, su prestigio o su subsistencia o cualquier otra mundana consideración: ese es el que tendrá éxito en llevar la
gente a la Torah.

Hemos visto con nuestros propios ojos a gente grande en Torah, sumamente capaz, observante meticulosa de las mitzvot, pensadores brillantes, la
que nunca pudo tener éxito en imbuir a sus estudiantes con el espíritu de un "ben Torah" La razón es porque trataban a sus yeshivot como una
"posición"; como una fuente de subsistencia y de prestigio. Esta actitud nunca logrará modificar las actitudes básicas de otras personas. Nuestros
Rabís dicen "palabras que vienen del corazón penetran el corazón." Cualquier persona, incluso la más prejuiciada, puede distinguir palabras
salidas "del corazón", o sea, de un sentimiento interior de amor verdadero y de amor altruista, y no hay prejuicio que resista ésto. Allí donde está la
luz de la verdad, allí desaparecen las tinieblas.

La oración, puede tener éxito tan sólo si viene de un "dador", uno que tenga por meta en la vida la ejecución de actos de bondad. Tan sólo la
oración de tal persona puede ser sincera. ¿Por qué es así? Primero, porque un "tomador" no puede evitar el sentimiento de que básicamente debe
su propio éxito a sus propios esfuerzos. A tal persona le falta la fe en virtud de su arrogancia y sus oraciones nunca pueden ser sinceras. Y en
segundo lugar, porque la esencia de toda oración exige que el nombre de Di-s sea santificado a través de mí. Aún cuando rezo por mis necesidades
físicas, mi oración va impulsada a pedir a Di-s ayuda en mi tarea de proveerme de estas necesidades, sin las cuales no podré seguir tras mi meta,
que es acentuar la santificación del nombre de Di-s. El "tomador" no está interesado en estas metas y nunca puede rezar adecuadamente."

A través de la bondad humana, adquirimos la bondad de Di-s, medida por medida. La profundidad de este concepto radica en que la más grande
bondad de Di-s es su regalo a Israel del "punto interior" de la espiritualidad, que es entregado incluso a los indignos. Aquí se nos concede en forma
inigualada un inmerecido jesed. Desgraciadamente, nuestra generación se ha alejado de la Torah de los Padres. Hay que asir con firmeza las
acciones bondadosas; hay que aprender la Torah de la bondad. Còmo? A través de actos de bondad… es decir, a través de la dàdiva, de dar.

EL "DAR" CONDUCE A LA FE
Ya hemos explicado en "Las Raíces del Mussar", que todo pensamiento proviene del interés. Lo que una persona no quiere pensar nunca entra en
su mente. Se deduce que todo pensamiento está teñido en cierto grado por el interés y que "el soborno ciega el ojo del sabio". Me basta con aceptar
un regalo de alguien, para que ya no pueda ver la verdad respecto a él. No de cierto sí mi propio interés estuviese afectado. Concluimos que
nuestra única esperanza de llegar a la verdad en asuntos a los que el yetzer ha-rá se opone, es quitando todos los prejuicios de nuestro corazón y
haciendo un esfuerzo supremo por buscar la verdad y tan solo la verdad. Debemos de dejar claro que el prejuicio y el interés tienen sus raíces en el
poder de "tomar", que es la fuente de todos nuestros deseos; y puesto que son el prejuicio y el interés los que opacan nuestro reconocimiento de
Hashem y nuestra fe en El, la única forma de reconocer la verdad acerca de Hashem consiste en quitar el "tomar" de nuestro corazón y en su lugar
reforzar el poder de "dar". Esta es la única forma de despertar dentro de nosotros el interés por la verdad que, como sabemos, es una condición
indispensable para el reconocimiento de la verdad.

¿Qué es la fe? ¿Es parte de la psicología humana "tener fe,' creer"? Si así fuese sería aplicable a todo lo que oímos y solamente un bobo "cree
todo". Tampoco es correcto dignificar con el nombre de "fe" la adhesión intelectual a proposiciones que no estamos dispuestos a respetar. Puede
decirse que un hombre solo tiene fe en aquellos asuntos que en el fondo de su corazón reconoce como verdaderos y como decisivos para él. Se
deduce que el grado de fe de una persona, depende de su pureza de corazón. La Honestidad y la verdad están íntimamente relacionadas. Sólo una
persona que es honrada y fiel a sí misma (en hebreo: ne'eman) puede ser una persona de fe (en hebreo: ma'amin). El reforzamiento del poder de
"dar" retira nuestro prejuicio interior. Se deduce que mientras más se ocupa una persona en ayudar a otros, más fuerte y más profundo será su
reconocimiento de su Creador.

Nuestros Rabís han dicho que la hospitalidad hacia los extraños es más grande que recibir la presencia de la Shejiná. Esto lo deducimos del hecho
de que Avraham Avinu le rogó a Di-s que pospusiese su revelación, hasta que hubiese terminado de atender a los extraños que apenas habían
aparecido junto a su tienda." Pero debemos preguntar ¿por qué era '.correcto que Avraham Avinu "mantuviese a Di-s esperando", mientras que el
atendía a las necesidades de (hasta donde él sabía) humildes idólatras árabes?

La respuesta está en que la hospitalidad, aún la más insignificante, equivale a recibir la presencia de la Shejiná, y eso a un nivel más grande y más
profundo que la profecía misma que es el más destacado de los dones del cielo. La razón estriba en que la profecía es un don y no algo que uno
crea, y forma parte de la propia personalidad; por otro lado, un acto de bondad afecta en forma profunda y permanente toda la personalidad del
individuo. Como ya lo hemos visto, un acto de este tipo aleja del prejuicio interior de uno y le permite a uno ver la verdad con claridad. Se
adquiere así fe en una forma profunda y permanente: la persona adquiere una forma constante y estable de la "visión de la Divina Presencia",
profundamente arraigada en su corazón y ser. Esto es ahora algo que ha adquirido y ha convertido en propio, y no como la profecía, un don del
exterior. Como quien dice: La hospitalidad y el dar son màs grandes que la profecía.

Màs aùn…. La profecía puede ser algo exterior a la personalidad, que no afecta las acciones de uno. Podemos ver ésto en el caso de Caín, que fue
un profeta, a quien Di-s mismo prodigó palabras de aliento:"¿Por qué estás lastimando, y por qué tu cara caída? Si mejoras serás enaltecido, etc".
Así y todo, le fue posible matar a su hermano.

¿Por qué se le aparecieron a Avraham los ángeles en forma de los seres humanos más humildes? Porque mientras más humildes son los objetivos,
más grande es el acto de jesed. En otro lado (Talmud Bava Kama 16b), nos enteramos y se nos indica, de que no hay nada peor que enterarse que
el objeto de nuestra caridad han sido individuos indignos. La contadicción es tan solo aparente. En ese caso la Guemará está tan solo hablando
malvados acosadores que eran en verdad gente peligrosa, "tomadores" por excelencia. Su caridad no procedía de un puro deseo de jesed, bondad,
sino de lo opuesto. La caridad de un "tomador" es "tornar". La única posibilidad de ganar mérito de su caridad, estaría en que ésta fuese a parar a
manos de una persona como "instrumentos" para beneficio de otros. Si fuese asegurado que su caridad llegase a manos de gente indigna, no les
traería ningún mérito y ésto lo hubiesen merecido ampliamente. Es por esto que el Talmud afirma: La bondad de los gentiles es mentira. Los
gentiles desconocen la Toràh y el la entrega y servicio a Hashem, y sin Toràh y sin servicio a Hashem, no se puede ser dador, solo tomador.

Se nos dice que en el día del juicio se nos preguntará:¿Hiciste a tu Creador rey sobre tí cada mañana y tarde e hiciste a tu prójimo rey sobre tí con
dulzura de espíritu?". ¿Cuál es la relación entre estas dos preguntas? "Hacer a su prójimo rey sobre uno" significa ponerse uno mismo al servicio
del prójimo. Esto es "dar" por excelencia. Como lo hemos visto es tan sólo el "dador" quien es verdaderamente capaz de reconocer a su Creador y
aceptarlo como rey.

La gratitud es un producto del poder de dar. El amor brota de actos de dar y no al contrario. Es decir, no se es generoso como consecuencia de
amar a alguien, sino que se ama a alguien cuando se le dà, Se ama al que màs se le da y no se dà al que màs se ama. La relación entre fe en Di-s y
gratitud hacia Di-s sigue el mismo patrón. La gratitud y el "dar" llevan a la fe, y no es la fe la causa de la gratitud. Lo lógico sería que esta última
proposición fuese genuina; cuando uno reconoce la grandeza de Di-s, uno debería de estar agradecido por toda su generosidad; pero en la práctica
las cosas no funcionan así. Una persona no reconce a Di-s en su corazón en gratitud, a menos que se haya purificado primero en su corazón de la
enfermedad del prejuicio egoísta el producto del egoísmo y del "tomar". Una persona egoísta no ama a Dios. Una persona egoísta no posee
gratitud. Una persona egoísta no da. Una persona egoísta no posee fe. Incluso si a una persona se le exponen francos milagros, no son éstos los
que llevan a la persona a la fe en Di-s, sino la gratitud que los milagros producen. Mosheh Rabbenu describió todos los milagros que Di-s había
hecho por el pueblo judío, terminando con las palabras:"... y con todo ésto aún no tenéis fe en Hashem vuestro Di-s." Esto demuestra que sin
gratitud no hay milagros que lo lleven a uno a la fe.

Todas las acciones y pensamientos de la persona que vive por el poder de "tomar", están regidos por el principio del propio interés. Si hace algo
por otra persona ya habrá calculado con antelación que le "vale la pena". Las mitzvot que realiza y la Torah que estudia, todas están sometidas al
mismo principio: ¿en qué le sirven?. La respuesta puede ser honor, prestigio y cosas así. O puede ser peor: puede ser que quiera utilizar su
conocimiento y su posición para lastimar y oprimir a otros. El principio es: uno cuyo interés en sí mismo, no sirve a nadie sino a sí mismo.
La idea de ponerse uno sin reservas a la disposición de Di-s, el concepto de amar a Di-s con todo el corazón y toda el alma, le son completamente
extraños. Puede que no lo admita ante otros e incluso ante sí mismo, pero en el fondo de su corazón no cree en Di-s en absoluto, como hemos
explicado. ¿Qué relación puede tener con el servicio a Hashem?. SOLO EL DAR LLEVA AL VERDADERO SERVICIO DE HASHEM.

Este es el significado de la respuesta de Hillel al prosélito potencial: "Lo que no te guste no se lo hagas a tu prójimo: ésta es toda la Torah todo el
resto es comentario; ve y estudia". Uno que estudia un libro profundo sin un comentario, puede fácilmente juzgar mal su significado; pero uno que
estudia un comentario, sin examinar el libro en que está basado el comentario, no puede comprender el libro en absoluto.

Tal es el valor del estudio de la Torah y de la observancia de las mitzvot por el hombre dominado por el poder de "tomar". La persona sumergida
en el pantano de "tomar", es una que en el fondo de su corazón niega a Di-s. Las mitzvot de tal persona no pueden ser de modo alguno
consideradas mitzvot. Todas sus acciones son como "estudiar el comentario sin el libro"; lo que significa que nada entiende y nada aprende.
Debemos insistir en caminar por los senderos del jesed. .. Si no lo hacemos Di-s no lo quiera habremos pasado por alto no sólo una mitzva en
particular, sino toda la Torah y todo el servicio de Hashem.

Rashi escribe que la devoción en la oración está comprendida en el concepto de "actos de bondad", en conformidad con el versículo: "Aquél que
derrama lo bueno sobre su propia alma es un hombre de bondad". Al principio ésto nos suena enigmático ¿Existe tal cosa como "bondad para con
uno mismo? (Y si existe ¿no es idéntica con el egoísmo?). Esto se entiende como, NO HAY DESPERTAR ESPIRITUAL SIN JESED.

La explicación de lo anterior es como sigue:

La introspección revela que los pensamientos no ocurren, en todos, en la misma forma. Los pensamientos que surgen de nuestros deseos vienen en
la primera persona: "Yo quiero..", "Yo quiero eso". Asuntos de contenido espiritual, como las exigencias del yetzer ha-tov se nos presentan en
segunda persona: "Debes hacer tal cosa, no debes hacer tal cosa". Este es el significado intrínseco de la declaración, en las fuentes cabalísticas, de
que con el pecado de Adam el yetzer ha-rá "entró en él", mientras que el yetzer ha-tov se hizo exterior. Esto invirtió sus posiciones originales antes
del pecado, cuando el yetzer ha-tov había sido "interior" y el yetzer ha-rá "exterior". (Esto se insinúa en la tentación de la Serpiente que, al parecer,
no era "interior" sino "exterior" a Adam).

Los cabalistas escriben que los tres aspectos del alma llamados respectivamente nefesh, ruaj y neshamá, corresponden a las palabras ani (yo), attah
(tú) y hu (él). Hasta donde se nos permite entender estos temas, podemos hallar aquí un paralelo con lo anterior. Nefesh,que representa los anhelos
materiales, es percibida como "yo". Las inquietudes espirituales, que están representadas por ruaj habla con el "tú". Neshamá, que representa el
flujo de la santidad de arriba y que no tiene otra meta que la espiritualidad, no se identifica con nosotros en absoluto; está reprensentada por la
tercera person "hú". Los pensamientos de esta fuente elevada no se perciben en la actualidad en nuestro consciente; el yetzer ha-tov presenta los
argumentos de la neshamá en su lugar.

Una persona sumergida en el pantano del "tomar" se atiende sólo a sí misma y pisotea los derechos de otros, en ignorante indiferencia, y se
encontrará con que los niveles más altos de su yo le son también extraños. Los verá como fuerzas extrañas que le exigen cosas no por el bien de él,
sino por su propio bien y ya está acostumbrado a endurecer su corazón contra tales peticiones de otros. Aquí nos encontramos con el punto de
encuentro de estos dos principios, el poder de la bondad y la devoción a los valores espirituales. Podemos entender la terminología de Rabbenu
Yona en Shaarey Teshuva 1.10, cuando escribe que deberíamos confesar a Hashem, que "hemos actuado con crueldad hacia nuestra preciosa
alma".

Se deduce que simplemente no es posible que uno se esfuerce hacia el arrepentimiento o la elevación espiritual, a menos que esté preparado para
tratar las peticiones que vienen de su yo superior con misericordia y compasión. Después de que se ha arrepentido y ha logrado internalizar su yo
más alto, se dará cuenta de que los temas espirituales que le parecían extraños eran en realidad sus propias necesidades. De modo que hemos
podido comprender la profunda penetración de Rashi (citado anteriormente), quien nos dijo que el despertar espiritual y la devoción en la oración,
surgen del poder de la bondad. De modo que: Todo progreso espiritual depende del poder de "dar", que se traduce como….. COMPASIÓN POR
EL YO MAS ALTO.

Hay un versículo en Tehilim27 el cual traducimos como sigue: "El mundo está construido sobre bondad". Nos encontramos con que hay dos
significados a nuestras fuentes sagradas: (1) Si el propósito de la creación es accesible a las mentes mortales, entonces su más profunda
formulación es ésta: El propósito del Creador, es derramar bondad sobre Sus criaturas y permitirles gozar del esplendor de Su presencia. El
mundo ha sido construido sobre esta bondad. (2) Di-s derrama bondad continuamente sobre Sus criaturas, momento a momento, asegurando un
flujo sin fin de vida a Su mundo. En este sentido también "el mundo está construido por amor". Sea como sea, El camino de Di-s con nosotros es
todo "dar", y LA RECTIFICACIÓN DEL MUNDO DEPENDE DEL "DAR"…. Asì como LA GRATITUD DEPENDE DE "DAR".

¿Y qué de nosotros?

Si simplemente nos mantenemos pasivos y aceptamos su generosidad, nunca satisfechos, siempre pidiendo más, nos veremos sumergidos en el
"tomar" y el egoísmo. Los resultados serán ingratitud e indiferencia a todos los valores espirituales, como lo vimos anteriormente. En este caso
todo el propósito de la creación se habrá frustrado. ¿Cómo podemos ser capaces de gozar del radiante esplendor de la presencia de Di-s a todas
luces, una experiencia espiritual si nos alejamos más y más del jesed? Aún más: hemos explicado en tambièn que esta tremenda experiencia
espiritual depende de que poseamos una gran gratitud hacia la infinita generosidad de Di-s. Es imposible lograr ésto sin antes haberse convertido
en un "dador": sólo quien es un "dador" puede reconocer el "dar" en otros. Es un hecho observado que cuando un "tomador" ve a otra gente
realizando acciones completamente altruistas, no puede creer lo que ve. Insiste en calcular y especular sobre los motivos egoístas a los que sirven
estos actos. Es obvio que para él todo el mundo debe ser igual a él. Nunca ha experimentado la realización de jesed y por lo tanto no puede admitir
la existencia de tal falta de egoísmo. Dice el dicho popular…. El ladròn juzga por su condición. Así mismo, uno puede apreciar los atributos de
Hashem, tan solo al grado en que nosotros mismos poseemos algo de esos atributos. El versículo dice (Salmos 18-26): "Hacia el bondadoso
actuarás Tu con amor..." Tan solo la persona bondadosa reconoce el amor de Di-s. ¿Cómo puede entonces realizarse el propósito de la creación?
¿Cómo puede la gente prepararse para gozar del esplendor de la presencia divina? El único remedio está en tratar de adquirir el poder de
"dar".

El hombre de 'jesed no toma mucho del mundo. Di-s dijo del santo rabí Janina ben Dosa: "Todo el mundo recibe su sostén a través de mi hijo
Janina...". Es decir, a través del mérito de su caridad, su abnegación y sus oraciones para toda la comunidad, la consecuencia de su gran amor por
ellos. "...Y mi hijo Janina necesita tan solo una porción de algarrobos de viernes a viernes". Toma un mínimo del mundo y considera lo que recibe
como el más grande jesed del Benefactor del mundo. Su vida esta llena de gratitud hacia su Creador, gratitud que es en sí "dar". Existe un nivel de
logro espiritual, en el que el deseo de una persona de alimentos y otros placeres, tiene sólo como fin el estar en condiciones de bendecir a Di-s por
sus dones.

Así también sucede en el mundo por venir. Se trata de un estado de conciencia diferente a todo lo que conocemos en este mundo. El tremendo
placer que se experimenta en esa condición es "tomar para el que da por el amor de dar". Este gozo produce gratitud y éxtasis y al mismo tiempo
humildad ante el inmenso jesed de Hashem. Todos éstos son fundamentalmente actos de "dar" (pues la gratitud es una forma de dar, como
sabemos) y por medio de ellos nuestra aceptación de la generosidad de Di-s se covierte en "dar". En esta sublime condición… El "tener" se
convierte en "ser". De modo que es el poder de dar el que otorga la última rectificación y la realización del propósito de toda la creación. Gracias a
él las barreras del egoísmo se rompen y el jesed divino puede llegar a su plena realización. De modo que tenemos un significado adicional para el
versículo "El mundo es construido por amor". El amor y el jesed de las criaturas de Di-s, hacen posible que el jesed de Di-s juegue su papel
máximo en la esturctura del universo.

Cuando la condición de el Tener se convierte en la condición de Ser, entonces nos convertimos en una unidad de Ser y Tener….. Muy diferente y
opuesta a las condiciones actuales de nuestro mundo actual de ser o tener que son prácticamente excluyentes.

Y esta situación no està por demás reseñarla en nuestra sociedad. El gran dilema. ¿Me dedico a mi enriquecimiento interior o a mi enriquecimiento
material? ¿Nos valoran por lo que somos o por lo que tenemos? Estamos de paso por este mundo que es sólo un pasillo hacia el verdadero mundo.
Es por eso que no es un buen negocio dedicar todas nuestras fuerzas y nuestro dinero en un lugar en el que estamos de paso.

En una concepción de vida egoísta todos prestaràn atención a lo que tú tienes. Es muy triste percibír y percatarse que tú invites a alguien a tu casa
y el huésped en lugar de dedicarse a ti se dedique a lo que tú tienes. Pero por el contrario, que regocijo sentir que cuando la gente viene a visitarlo
a uno, asì sea a una humilde casa, no tener duda de que lo hacen porque es a mí a quien valoran. En mi casa no hay lo que ver, pero cuando vienen
a visitarte a ti a tu palacio, ¿es a ti a quien realmente visitan? ¿Es a ti a quien desean ver o a tus posesiones? Cuànto tienes cuànto vales? Debemos
dedicar tiempo y esfuerzo a nuestro enriquecimiento intelectual, a nuestro crecimiento espiritual, pues eso es lo que realmente queda.
Así como el cuerpito de un bebé es pequeño y precisa cuidados y alimento, el alma al venir al mundo es pequeña y precisa cuidado y alimentación.
Al bebé se lo alimenta con leche, luego puré y luego carnes, pero al alma no se la alimenta con hamburguesa ni con papas fritas. Si al bebé no lo
alimentamos, no crecerá, se enfermará y morirá. Análogamente, si no alimentamos al alma, ella no crece, no se desarrolla, se enferma y muere.

¿Cómo alimentamos al alma? El alma se alimenta con las Mitzvot, (preceptos). Y ya sabemos el prerrequisito para cumplir preceptos, mitzvot. Al
cumplirlas no sólo la alimentamos y la hacemos crecer, sino que logramos trascender en la vida. El alma es lo que queda cuando el cuerpo se va.
Pero si nunca nos dedicamos al cuidado o nutrición de nuestra alma, entonces mucho antes de que el cuerpo muera, el alma que estaba dentro de él
ya habrá muerto. El alma no es un ente que vive incondicionalmente. El alma también fenece, desaparece. Por eso debemos cuidarla, dedicarle
tiempo, no todo el tiempo de nuestras vidas... pero aunque sea un poco...

Es mejor vivir de una manera más sencilla materialmente, reduciendo un poco los lujos, para poder dedicar más tiempo a lo espiritual. Por lo tanto
dispongamos de un momento diariamente para nuestra alma, preocupémonos por crecer día a día, estudiando la Toràh, el judaísmo.
Disminuyamos un poco nuestra dedicación a lo material y llenemos nuestra alma de contenido, así como dice el famoso dicho: “No hay pobre más
pobre que el pobre en sabiduría y conocimiento”.

No estamos hablando de individuos muy selectos. Este destino es aplicable a toda criatura. Cada uno de nosotros está obligado a desarrollar sus
poderes de dar de modo que la creación logre su realización a través de nosotros. En esta forma seremos parte del propósito de toda la creación y
de la realización de la voluntad de nuestro amado Di-s. En otras palabras… ese es nuestro destino.

Como podemos observar de todo lo anteriormente expuesto, y mirando a nuestro alrededor, podemos darnos cuenta de la pauta general en la que
la mayoría de las personas están absortos, con las ambiciones erróneas y sus resultados. Todas aquellas personas que se encuentran atrapadas por
el deseo de disfrutar de la vida material no pueden entender la verdadera meta de la existencia terrenal. Uno que es muy apegado a los objetos de
la felicidad material no puede entender que está perdiendo un tiempo precioso, trabajando para mantener simplemente la casa y el hogar, o para
darse gustos en sus ambiciones materiales, de placer o poder. Ya lo vimos, Puro egoísmo.

El verdadero propósito de la vida es darse cuenta de la verdad espiritual absoluta de Dios y los reinos espirituales eternos, y esa oportunidad se
echa a perder por la búsqueda de demasiadas metas materialistas. Una persona necia no puede entender que la vida ofrece la oportunidad para la
verdadera liberación, la libertad de las limitaciones que capturan a una persona, mientras vive en la creación material de este mundo físico, asì
como la libertad de los problemas esenciales de la vida, comenzando con el nacimiento, la enfermedad, la vejez y muerte.

Lamentable, como ello puede ser, aquellos interesados en disfrutar de una llamada hermosa vida, rodeado de familiares y amigos, y la búsqueda
de la riqueza, creen que esas cosas son el objetivo final de la vida. Tales personas nunca encuentran su verdadero propósito, ni la felicidad interior
de la vida. Por lo tanto, se ven obligados a pasar por muchas reencarnaciones de vida dedicadas a las mismas actividades. De esta manera, el alma
condicionada continúa vagando por el mundo en varias vidas en búsquedas continua (si se le permite) de la misma felicidad de siempre.

Sin percatarse, en su búsqueda de la felicidad física material, se encuentra viviendo de manera negligente descuidando el camino hacia la
verdadera libertad espiritual de esta vida física en la que se encuentra atrapado. En contraste, un alma espiritualmente iluminada, confía en Dios y
nunca está interesada en todo lo que es temporal. Cuando dicha persona ha aprendido los verdaderos placeres de la vida espiritual y la claridad
mental, esa persona va a participar en las actividades espirituales que entregan la felicidad plena e ilimitada con la Verdad Espiritual Divina,
eterna y Absoluta, mediante la conexión con el mundo espiritual eterno y divino.

La persona de mentalidad espiritual màs bien usa su mente y su alma para conectar desde su interior hacia el mundo espiritual eterno que
proporciona a su alma con la energía, la paz interior y la felicidad en lugar de perder el tiempo inútilmente persiguiendo placeres solamente
fìsicos, que nunca van a saciar su alma con felicidad. En pocas palabras, sin la "ilusión de la felicidad" , mucha gente renunciarìa o se daría por
vencido en la vida, o incluso, cometerìan suicidio. El propósito de la ilusión de esta vida física tiene como propòsito dar a todos la esperanza de
un futuro mejor, un deseo de vivir, trabajar, amar, tener hijos y lograr metas.

Durante un período de introspección de la propia vida, sobre todo durante la crisis de la edad madura, donde uno despierta espiritualmente, uno
entonces ve atisbos de la "realidad" espiritual. Existe el peligro durante un tiempo en la vida de estar totalmente desilusionados por la vida, cuando
se ve la futilidad deprimente de la vida únicamente física, y el sin sentido y falto de significado total de todo lo que uno ha logrado materialmente.

Sin embargo, no hay que rendirse. Es simplemente el "período de transformación", donde se reconoce la futilidad de lo que uno ha hecho en el
pasado, el momento de aprender a dejar de centrarse en el mundo físico externo y comenzar a centrarse en el mundo espiritual eterno, en el alma y
en la conexión única con los reinos espirituales eternos Divinos desde dentro de nuestra propia mente, pensamientos y alma.

No hay manera de utilizar la ilusión de esta vida física! La ilusión es como un sueño! Tan pronto como se despierta la ilusión se desvanece. Del
mismo modo, cuando una persona "se despierta" espiritualmente, el choque sea tal vez desorientador, sin embargo, después de un corto tiempo,
entonces uno se acostumbra a la nueva realidad de tener un alma y que está conectado con el mundo espiritual eterno DIVINA.

"Nada Fìsico dura para siempre".

Lo bueno de la ilusión de la vida es que "nada es para siempre", por lo que si uno está en una situación difícil o dolorosa, física o mentalmente - no
hay necesidad de preocuparse - ya que tarde o temprano deberá desaparecer. "La verdad espiritual" no es física, material ni temporal. Es el
conocimiento eterno del alma y del espíritu divino eterno de Dios - el creador de este universo. Una vez que una persona ha despertado a la
realidad de que esta vida física es una ilusión, entonces uno empieza a centrarse en pensamientos espirituales más elevados.

El mundo físico externo influye en el estado de nuestra mente, pensamientos y alma, también, nuestra alma espiritual interior se conecta con el
espíritu divino eterno e influye en nuestro cuerpo físico irradiando una energía en nuestra alma para dinamizar nuestro entorno físico y las
personas con las que estemos conectados.

Del mismo modo, con respecto a la felicidad, cuando una persona vive y trabaja con el fin de tener el dinero para comprar la "felicidad", lo cual es
comprar artículos físicos que uno cree lo harán una persona "más feliz", se està identificando como uno que quiere vivir solo una existencia física
materialista y sólo quiere permitir que el mundo físico lo influencie en la mente y el alma con la ilusión de la vida física.

Considerando que, cuando una persona toma la decisión de cambiar y se niega a dejarse engañar por la ilusión de la vida, entonces deja de
perseguir las formas de "comprar la felicidad" y comienza a darse cuenta de que "la felicidad" está contenida dentro del alma, la mente y los
pensamientos.

Cuando se planta una semilla, se alimenta y se riega, inevitablemente va a convertirse en una maravillosa planta grande. Del mismo modo, con
respecto a nuestros pensamientos, cada pensamiento que tenemos es como una semilla, que necesita ser alimentado. Cuando una persona se centra
en un momento muy divertido y feliz de su vida, de pronto la mente de uno se llena de felicidad y vitalidad. Sólo hay que dejar lo que se está
haciendo y pensar de nuevo en la vida con algo muy reconfortante. Por ejemplo, con el propósito verdadero de la vida. Un pensamiento lleno de
propósito y trascendente es como una semilla. Empezaremos a hacer el trabajo por el cual nacimos en este mundo.

En otras palabras: Todas Los días y Todas Las Noches Debes Saber Para Qué Vives…

No se si recuerdan estando en el cine o viendo un programa de televisión en donde una pareja de enamorados se separan por un malentendido que
ni siquiera fue cierto, por haber visto una carta con otro nombre y sentir que tenía otro amado y eso provocó la separación de esta pareja a tal
grado, que cada uno creó en su mente una imagen completamente errónea y falsa del otro... ¡Qué frustración! ¿Acaso no provoca el sentimiento de
querer meterte en la pantalla y decirle: "No!!, él te ama, no seas tonta!!"

Así me siento muchas veces al ver a mi alrededor, al ver a cientos de amigos y conocidos que por cuestiones familiares, históricas o educativas
nunca tuvieron la oportunidad de conocer lo que es el Judaísmo de una forma auténtica. Nunca pudieron ver a los grandes sabios, estudiar su
profundidad, entender sus conceptos, y como consecuencia de eso, hoy viven una concepción completamente errónea y falsa de lo que es
realmente la Torá y el Judaísmo... (así como en la película).

Es por eso que me gustaría mostrarles un detalle de los miles que hay en la belleza de nuestra tradición. ¿Qué pueblo en el mundo tiene en su
literatura un libro con pasos descritos para llegar a un nivel de profecía? Es un libro fascinante el cual es un manual que nos instruye cómo llegar a
experimentar los niveles más altos de conciencia Divina, a tal grado de poder entablar un contacto con el Creador del universo. Y no crean que es
un libro como "Profecía para Muñecos" o "7 pasos para la profecía en 1 día", sino que es un libro en el cual se detalla increíblemente cómo el ser
humano debe cambiar y corregir su carácter interno, sus acciones, sus pensamientos, sus emociones, para que poco a poco se convierta en una
"vasija" que pueda recibir la influencia Divina... Què libro es? La Toràh y todo lo que se ha derivado de ella en 3500 años de intenso estudio por
los sabios del pueblo judío. ¿Cuánto tarda? Probablemente, para muy pocos toda una vida... para la mayoría probablemente muchas vidas más...
Lo que trato de decir es que el Judaísmo no es una serie de rituales y costumbres como el té de Inglaterra o el fondue Suizo, sino que es una
travesía que delinea crecimiento, conciencia… es una aventura por los confines de tu interior y de la sabiduría Divina, con el sublime objetivo de
llegar a una conexión con el Creador del Universo mismo, y entender Su voluntad, Su sabiduría. La vida para el judío es una travesía de
crecimiento, cada día es una "cita" más para intentar conquistarnos a nosotros mismos, cambiando nuestras imperfecciones internas,
convirtiéndonos en "alguien", no con títulos universitarios sino con buenas acciones. ¿Cuál es el primer paso? Preguntarte a ti mismo ¿para qué
vives realmente? ¿Cuál es el objetivo de la vida? Y si quieres encontrar una respuesta puedes buscarla en este fascinante libro… La Toràh.

La vida es una y se va muy rápido, y vivirla sin un objetivo claro o al menos intentar buscar un objetivo verdadero es como tener un negocio
multinacional y sentarnos en la oficina principal apretando botones y haciendo bromas. Hay tanto que se puede lograr con la vida de cada uno de
nosotros!! El Creador ha invertido en nosotros vida, talentos, y nos ha diseñado un objetivo claro para cada uno de nosotros, un objetivo que nadie
más que nosotros puede desempeñar. Si queremos llegar alto, por algo debemos comenzar… Entonces, comienza preguntándote ¿para qué vives?
¿Tienes pruebas al respecto? ¿Te llevará a ser alguien grande como ser humano? ¿Habrá un objetivo para el Universo?

Así como me enseñó mi Rabino: "Si no sabes por lo que estarías dispuesto a morir, no sabes para qué vives, y si no sabes para qué vives…
entonces, ¿para qué vives?".

Asì pues, se hace necesario ahora extender el concepto de "dar" y el propósito de la vida de la esfera material a la esfera espiritual. Se nos muestra
la interdependencia del individuo y la comunidad, y del tzaddik con su ambiente, que a veces es todo el mundo. Se nos muestra el "mecanismo"
espiritual a través del cual los méritos del tzaddik pueden quedar a disposición de otros. Aquí el rabí Dessler introduce, documenta y analiza, un
concepto que más tarde se convertirá en componente básico de su pensamiento, el concepto de "instrumento" o keli aplicado a los seres humanos.
No se hallará fácil todo ésto; pero se trata de un concepto que pagará con creces un estudio cuidadoso. En la vida humana, tanto en sus aspectos
interno como externo hallamos dos elementos diferentes: el individuo y la sociedad. Desde el punto de vista individualista el ser humano vive para
sí y cuida de sí, tanto en lo que se refiere a sus necesidades físicas como en lo referente a la responsabilidad que siente por su bienestar espiritual.
Desde el punto de vista comunal, él siente responsabilidad hacia el gran público. El se considera parte de un grupo más amplio como lo es la raza
humana o de un grupo parcial, como la nación, pero el individuo no es, en sí, una entidad completamente independiente. Si tan sólo una de estas
dos tendencias estuviesen presentes en cualquier individuo, éste apenas y sería humano. Sin algo de conciencia social, una persona se comportaría
como un animal salvaje y peor aún. Por otro lado, sin individualidad, no existiría la ambición personal; fuese en el área física o espiritual, los seres
humanos no tendrían más personalidad que las hormigas, entre quienes el individuo apenas existe.

Toda la creación funciona como una gran maquinaria, todas cuyas partes funcionan entre sí. Esto es, en verdad cierto, en el sentido exterior. Todas
las partes del mundo se necesitan entre sí y juntas mantienen al mundo en el orden decretado. También es verdad en el sentido interior y espiritual
que todo en el mundo sirve un propósito unificado, pero cada organismo individual siente su existencia independiente y parece andar en pos de sus
propios fines. La abeja recoge el néctar como alimento para su colmena; nada sabe del hecho de que al hacerlo ayuda a fecundar con polen las
plantas. Un ser humano está ocupado vendiendo su mercancía para su propio beneficio; difícilmente tiene en mente el hecho de que, desde un
punto de vista más elevado, su función es la de distribuir bienes entre un amplio público. ¿Qué propósito podemos distinguir en este hecho, que el
mundo está basado en dos tendencias conflictivas, cada una de ellas esencial? Si fuimos creados para vivir como seres sociales, ¿por qué se nos
dio una individualidad tan poderosa y tan arraigada? Si cada ser humano es un mundo en sí ¿por qué no recibió un mundo para sí, sin
resposabilidades hacia los demás y sin obstrucción de otros?

Podemos distinguir en todo ésto un propósito profundo y fundamental. El ser humano fue creado no solamente para realizarse a sí mismo sino para
influir sobre otros. En este sentido podemos comprender lo que se quiere dar a entender al decir que el hombre fue creado "en la imagen de Di-s".
Aquellas buenas middot que potencialmente fueron creadas en el hombre, semejan las middot divinas, a través de las cuales Di-s se revela a Sus
criaturas. (Es tan solo a través de esta comparación que somos capaces de apreciar las middot divinas.)

Si hay un atributo que resume todos los aspectos que nos son revelados por . la forma . en que Di-s rige al mundo, es que El concede dones por
excelencia. El da existencia y vida a todas sus criaturas y las inunda de bondad de todos tipos. Es por ello que el logro más grande de un ser
humano es asemejarse a su Creador en ésto; es decir derramar dones sobre los demás. El amor a los demás es el deseo de hacerlos felices; el
realizar actos de jesed en todos sus aspectos y detalles, significa traer felicidad concreta a otra gente. Esta es la "imitación de Di-s" que la Torah
llama "adherirse uno a Di-s", o sea, según dicen los Rabís, adherirse uno a sus middot: "Así como El es misericordioso, así deberás ser tu
misericordioso, etc.". Todo ésto es solamente posible si se individualiza la humanidad, de modo que cada individuo se sienta un ser separado, que
no está obligado por su naturaleza a ser parte de la sociedad, pero que así y todo, siente una obligación a ser parte de la sociedad. De este modo,
todo el mundo por su propia voluntad puede convertirse en un "dador". Este es el reto de la particularidad; por otro lado, si una persona no tuviese
en lo profundo de su corazón el sentido de pertenecer a la sociedad, nunca se preocuparía por el bienestar de los otros.

Hay muchas facetas y niveles del dar. Está el dar a nivel material, desde el dar una comida a una persona hambrienta, hasta la conducta honrada en
los asuntos públicos. (Y debe recordarse que las necesidades materiales del que recibe, son las necesidades espirituales del que da). Por otro lado,
está el dar en el área espiritual, desde la persona que educa e influye sobre otros, para que hagan el bien a un nivel personal, hasta el gran hombre
que proporciona liderazgo y guía a toda su generación. Hay otro modo más abstracto de dar, en donde el verdadero siervo de Hashem puede dar
existencia y vida a gente que nunca vio, e incluso a todo el mundo. Ya hemos discutido lo que la Guemara dice acerca del rabí Janina ben Dosa
('Todo el mundo recibe su sostén a través de mi hijo Janina...") y hay muchos otros ejemplos, en donde hallamos que los méritos de un tsaddik,
pueden traer bendiciones a gran número de gente.

¿Cómo pueden los méritos de una persona afectar a otra gente? Nuestros Sabios han revelado el secreto. En la Guemara discuten el significado del
versículo hacia el final de Kohelet, que dice: "Habiendo escuchado todo, el resumen final es: Teme a Di-s y guarda sus mandamientos pues
(literalmente) ésto es toda la humanidad." El rabí Elazar explica estas últimas palabras como sigue: "Di-s dice: Todo el mundo ("toda la
humanidad") fue creado tan Solo por éste" (es decir, por el que teme a Di-s y guarda sus mandamientos). Otra explicación es:'Todo el mundo fue
creado solamente como "compañía" para éste". Vemos que todo un mundo puede existir simplemente para proporcionar "compañía", o sea, apoyo
y consuelo, para el tsaddik. Hay pues dos formas en que una persona puede merecer el continuar viviendo en este mundo. Una es por sus propias
mitzvot, cuyos "frutos" puede gozar en este mundo. (Esto significa que uno que realiza mitzvot, recibe los medios para continuar realizando
mitzvot, según explica Rambam.) Otra forma consiste en proporcionar los medios que necesita alguien que realiza mitzvot. En esta forma se nos
conceden los medios para seguir viviendo en este mundo, en mérito de las mitzvot de otro.

Rambam (Moshe Ben Maimon, Maimonides) describe con detalle, cómo un hombre rico decide construir un palacio y plantar extensos jardines
con fuente, árboles frondosos y otras delicias. Un día pasa por allí un tsaddik y se sienta bajo la sombra de uno de los árboles y apaga su sed en
una de las fuentes. Puede haber sucedido, dice Rambam, que Hashem posibilitó al hombre rico que construyera el palacio y plantase los jardines y
los mantuviese por largos períodos de tiempo, tan solo para que proporcionasen una hora de alivio para el tsaddik. Hay un vasto tejido de
interrelaciones entre los seres humanos; la gente llena las necesidades de otra gente, en un número muy grande de formas. Esto proporciona una
oportunidad para que fluya la influencia bienhechora de aquéllos dedicados a revelar la gloria de Di-s en el mundo hacia los que no se ocupen de
ello. Esto sucede siempre que lo últimos llenen las necesidades aunque sean tan sólo las físicas de los primeros. En esta forma el mérito de los
tsaddikim puede tener un efecto benéfico sobre todo el mundo. Puede dar un derecho a la existencia a aquéllos que podrían no haberlo merecido
por sus propios méritos. Este es el caso de la sentencia de los sabios de Israel que dice: El mundo fue creado para Ti, para el justo (para el Tzadik).

Podemos ver ahora cómo puede ser adquirido un derecho a la existencia, incluso por aquéllos que no tienen la noción de servir al Todopoderoso,
sino que están solo ocupados haciendo el trabajo del mundo. Esto explica también el propósito general de las naciones del mundo (aparte de la
posiblidad que se da a cada individuo gentil de elevarse del nivel general y unirse al grupo de servidores del Todopoderoso). Su propósito es
construir un mundo en el que puedan vivir los pocos seres humanos activamente dedicados en revelar la gloria de Di-s. Si ellos los "auxiliares"-
cumplen conscientemente y con las intenciones adecuadas con este propósito, se les llama "Jasidim de las naciones del mundo" y tienen una
porción en el mundo por venir. Por libre voluntad, han decidido ayudar en el proceso de revelación de la gloria de Di-s. Pero aún aquéllos que no
hayan alcanzado este nivel, pueden tener derecho a la existencia en el mundo, puesto que se les precisa para mantener el mundo, como explicamos
arriba. Puede suceder, incluso que todo un país está tan corrompido que sus fallas superan a sus méritos y desde este punto de vista han perdió el
derecho de existir. Sin embargo, pueden seguir existiendo porque crían a animales que el mundo necesita. Esto lo aprendemos del Midrash donde
el rey de Cassia dice a Alejandro el Grande:"Si tienes lluvia y sol no es por tus méritos; sino por los méritos de los animales...""

Hay una forma más profunda y más directa por medio de la cual aquéllos que por sus pecados han perdido el derecho a existir puedan recuperar
los derechos a través de los méritos de un tsaddik. Hay un clásico ejemplo de ésto, cuando Israel no logró mantener el gran nivel de espiritualidad
que alcanzó durante la entrega de la Toràh (Mattan Torah) en el sinaì y moldeó un ternero de oro, tan sólo cuarenta días después del gran evento.
Di-s dijo a Mosheh que habían perdido su derecho a existir….'Déjame... y los destruiré, y crearé para tí una gran nación." (Como lo vimos antes,
otras naciones pueden existir meramente para proporcionar al mundo sus necesidades físicas; pero ésto nunca bastará a Israel. El servicio de Israel
a Di-s es necesario para dar al mundo un propósito de su misma existencia. Di-s dijo a las obras de la creación: "Si Israel acepta la Torah podéis
continuar existiendo, pero si no, volveréis al caos original"). En ese momento Mosheh Rabbenu "se levantó frente al quebranto" y ofreció su vida
para salvarlos. Dijo a Di-s: "Si no (no dejas vivir a Israel) bórrame de tu libro..." o sea no tendré existencia en este mundo o el siguiente." Se
rehusó a aceptar la oferta de Di-s, tal que la nación que había de cumplir con el propósito viniese tan sólo a través del existente pueblo de Israel. Y
tuvo éxito en su petición. ¿Qué es lo que sucede aquí? ¿Cómo es posible resistir la voluntad de Di-s y aparentemente con éxito? Sabemos que Di-s
no cambia de forma de pensar. Cualquier cambio de su dirección del mundo, sólo puede contemplarse si ha habido un cambio en la situación de
sus criaturas. Podemos preguntarnos ¿qué cambio hubo en la situación, aquí abajo, en virtud de los argumentos de Mosheh?

La respuesta está en que Mosheh "entregó su vida por Israel". En ese momento tremendo, Mosheh se elevó al más alto nivel, en el que se
identificó por completo con el pueblo de Israel. Prefirió estar con ellos en el olvido, antes que existir sin ellos; y no sólo en palabras, sino en la
realidad, la realidad del sentimiento. Sintió, supo, que no podía existir sin ellos. Este hecho mismo modificó su situación. Puesto que habían tenido
un pastor tan fiel, le fue posible a Hashem tratarlos con misericordia. Misericordia significa que las perspectivas futuras son tomadas en cuenta
cuando se juzga el presente, y con la guía de un líder amante corno Mosheh seguramente se arrepentirían. En la nueva situación que ahora había
aflorado, fue posible concederles una nueva oportunidad. (Compárese el cometario del rabí Ovadia Siforno al final de parashat Bereshit en donde
escribe que un tsaddik que extiende su mano a otros tiene el poder de salvarlos de la destrucción porque existe la esperanza de que los llevará al
arrepentimiento.

Vemos pues que el tsaddik, al identificarse con la gente a su alrededor, está en posición de salvarlos de la inminente destrucción. Podemos
distinguir tres aspectos de ese extraordinario proceso. (1)E1 tsaddik ama a la gente de su generación o de su medio con un amor que lo sacrifica
todo. Si el atributo de la justicia estricta los borrase, él no podría vivir sin ellos. Su existencia es algo que él necesita por encima de todo, algo que
es asunto de vida o muerte para él; y puesto que él tiene derecho a existir, los otros deben vivir también. (2)E1 amor del tsaddik que se sacrifica a
sí mismo y que anhela salvar a otros, y la misericordia de Hashem en responder afirmativamente al ruego del tsaddik, constituyen juntos una
tremenda revelación de la gloria de Hashem. Son infinitas las lecciones que se pueden aprender de ésto. Para que esta revelación tenga lugar, se
precisa de ambos: del tsaddik que derrama su amor en la comunidad y de la comunidad que es amada en esta forma. Se requiere de ambos en el
mundo puesto que son los "instrumentos" de esta revelación. A través de su existencia continuada se hace manifiesto el poder de la bondad de Di-s
a sus criaturas. (3)E1 tsaddik está cerca de Hashem y de sus caminos. Tiene una devoción sin límites hacia la comunidad en la que vive. Estos
hechos, no pueden dejar de despertar en los miembros de esa coumunidad ciertos sentimientos de proximidad al tsaddik mismo, de un lazo
perdurable entre ellos. Deben sentir algo de la grandeza del tsaddik, que los ama tanto, y que está dispuesto a entregar su vida por ellos. Cuando el
tsaddik trata de conducirlos lejos de los senderos del mal, cada uno oirá un eco de sus palabras en su propio corazón. Su yeizer tov, tal vez
dormido desde hace tiempo, despertará y ellos estarán listos para seguirle.(Esto es lo que en realidad secedió con Israel después del episodio del
becerro de oro. De inmediato aceptaron la crítica de Mosheh)20. Dado que hay posibilidades razonables de que se arrepientan, es ahora posible
para Hashem mostrar misericordia hacia ellos. El atributo de misericordia, siempre toma en cuenta las futuras posibilidades al juzgarla situación
presente."

Tenemos aquí tres aspectos que en realida son uno. La amorosa identificación del tsaddik con la comunidad revela la gloria de Di-s y santifica Su
nombre; y este amor hace que el tsaddik sienta que su vida es indigna sin la comunidad. Al mismo tiempo, la comunidad tiende a aceptar el
liderazgo de esa persona que está tan unida a ellos en las profundidades de su ser.

Pasemos ahora de la esfera de eventos mundanos a la esfera de lo individual. Digamos que tenemos a dos personas, A y B. B está en problemas. A
sabe que él está en dificultades y está de veras preocupado por él (Por "de veras", queremos dar a entender que su preocupación no está motivada
por lo que la otra gente pensará o por la falsa compasión que dice "no puedo verlo sufrir", implicando que tan pronto la víctima esté fuera de la
vista todo va a estar bien.) A siente que el sufrimiento de B es propio y trata de ayudarlo en lo que puede. En este caso podremos también
distinguir los tres aspectos de que hablamos más arriba. (1)A siente que su vida es incompleta mientra B esté sufriendo. De modo que lo que hace
que A merezca una vida feliz también ayudará a B (puesto que A solamente será feliz cuando B esté bien de nuevo). (2)A está ocupado con actos
de jesed, que son una revelación de la gloria de Di-s. Tiene derecho a recibir ayuda celestial en su esfuerzo, y ésto puede también incluir éxito en
sus esfuezos por ayudar. Existe ahora una razón y un propósito para que B sea salvado de sus dificultades. La ayuda que B recibe y B mismo se
han convertido en "instrumentos" de la revelación de la gloria de Di-s. (3)La estrecha relación que se ha entablado entre A y B, ciertamente
ayudará a A a dirigir a B en la dirección correcta. (Cuando B se dé cuenta de que alguien lo quiere en forma tan altruista, no puede dejar de
reaccionar, si tiene algún sentimiento humano, siendo más altruista en sus relaciones con la gente. Por sí mismo éste no es un cambio
insignificante). Así pues, ya B está adquiriendo méritos propios.

Es por lo tanto posible y deseable que una persona rece por su amigo cuando hay enfermedad u otro problema. Puede incluso tener la esperanza de
que Di-s responda a su oración; no precisamente porque sea un gran tsaddik, sino por la preocupación por su vecino, y ello junto con sus sinceras
oraciones, crean nuevos méritos y nuevas revelaciones de la gloria de Di-s en el mundo, lo que no es un logro pequeño. (Bien puede haber sido
que sólo se precisaba de este mérito adicional para mover la báscula del juicio en favor de B). Esto puede ayudar a B en las tres formas señaladas
arriba. (Uno podrá preguntarse ¿cómo puede ser aplicable el aspecto (3) dado que B puede no saber nada de los esfuerzos de A por él? La
respuesta es: puesto que la preocupación de A es real, tarde o temprano será del conocimiento de B; B puede sentirlo cuando se encuentren. Está
implicado aquí, igualmente, un principio más profundo, el cual esperamos discutir en otro lado, Di-s mediante.) Shemot 32:20-29 El rabí Dessler
se refiere aquí a la posibilidad de comunicación telepática. Véase Mijtav Me-Eliyahu IV, pág. 163.

Aún más, cualquier individuo puede rezar por toda la comunidad de Israel y así multiplicar los méritos de la comunidad. La mayoría de nuestros
rezos están basados en este principio; por esa misma razón nuestros Rabís formularon nuestras oraciones en plural. Cada individuo reza por toda la
comunidad, y estas oraciones son mil veces más valiosas que si cada individuo rezase por sí mismo. En esta forma, cada oración es más pura,
porque está desprovista de todo interés egoísta y se alienta el espíritu comunal. (Compárese a lo dicho por el rabí M. Cordovero en Tomar Devora
sobre la oración comunal.) Dice que cuando diez personas rezan juntas, todas están incluidas en cada una, de modo que es cual si cien personas
estuviesen orando.

El espíritu de la comunidad liga a todos los seres humanos en una amplia red de necesidades y responsabilidades mutuas. "Todo Israel es
responsable uno por otro." Talmud Shevu'ot 39ª. Asì por ejemplo segùn la halajá: una persona puede pronunciar una bendición por su prójimo,
solamente si está obligada a decir tal bendición en bien de si misma. De modo que si la bendición es por alimento, debe participar de ese alimento;
pero si la bendición es por una mitzva, puede hacer la bendición aún si no va a realizar esa mitzva ahora, porque ya la efectuó. ¿A qué se debe la
diferencia? Porque él no puede considerar que ha realizado enteramente la mitzva hasta que su prójimo la haya efectuado también. Cada uno es
responsable de otros. Alguien que puede afectar a su entorno es responsable por su entorno, de acuerdo con el grado y extensión en que se siente
su influencia; y puesto que es responsable por ellos, en cierto grado dependen de él. Es decir, los planes de Hashem para con la corona de su
creación, el hombre, Israel, no avalan ningún individualismo perse sino la responsabilidad comunal e interdependencia continua.

Por interdependencia de la gente, entendemos que las relaciones de uno con otro, y las cosas que hacen y dicen uno al otro, tienen efecto en el
mundo espiritual. Nuestros Rabís dicen en Talmud : Meguila 15a "Que la bendición de una persona ordinaria no sea cosa ligera a tus ojos". En
ciertas circunstancias, una maldición también puede tener efecto. Uno podrá estar necesitado del mérito de esa persona en la red de
interconexiones del ser humano. Su bendición, que semeja una oración, puede reforzar los lazos entre tú y él y llenarte de méritos. En forma
inversa, su maldición es una declaración de que él no ve necesaria tu existencia, de que interfieres en su camino.(El grado en el que dependes de El
espiritualmente, puede afectar tu situación en el mundo).

No sólo son las personas en situación inferior las que dependen de las más elevadas. Puede ser al revés. La gente que, sin pensar en sí misma,
trabaja por el bien de la comunidad, encuentra que es ayudada por el mérito de la comunidad. Incluso el mérito de los antepasados de la
comunidad Avraham, Yitzjak y Yaakov es llamado en su auxilio, ver Talmud Avot 2.2. Hoy en día nos encontramos a menudo con una cosa
extraordinaria. Una comunidad puede necesitar de una persona que venga a auxiliarla o rescatarla, material o espiritualmente, pero no hay a la
mano la persona apropiada para la tarea. Nos encontramos con que Hashem dará ayuda celestial desmesurada, a cualquiera que se ofrezca para la
tarea, aún cuando por sus propios méritos esté lejos de ser digno de ella. Si no es la persona apropiada podrá ser convertida en la persona
apropiada. ¿Qué es lo que ha producido este asombroso cambio? El mérito de la comunidad que lo necesita.

Aún el tsaddik más grande necesita y recibe ayuda celestial. Una gran parte de esta ayuda celestial, como ya lo vimos, le es dada en mérito de la
comunidad a la que sirve. No podemos tener un ejemplo más grande de ésto que la figura de Mosheh Rabbenu. Cuando Israel cometió su gran
pecado y moldeó el becerro de oro, Di-s dijo a Mosheh, Shemot 32:7: "Desciende; tu pueblo... se ha vuelto corrupto". Nuestros Rabís explican:
"Desciende de tu grandeza; puedo darte tan sólo grandeza por Israel; ahora que Israel ha pecado ¿para qué necesitas grandeza?" La ayuda celestial
que necesitaba para convertirse en líder del pueblo, le fue dada a él solamente por el bien del pueblo. El proceso se inició desde aquel momento en
su juventud cuando "él ofrendó sus ojos y su corazón para sentir el sufrimiento de sus hermanos." Berajot 32. Porque se entregó a su pueblo,
Hashem le dio ayuda celestial para hacerlo capaz de dar aún más. Y así prosiguió el proceso, mientras más daba, más grande se volvía, hasta que
estuvo listo para sacrificarse por completo por Israel, y mereció que todo Israel fuese llamado con su nombre, como dice, Yesha'ya (Isaías) 63:11,
citado en Shemot Rabba 30:4 Compárese con el volumen I, pág. 116 Bava Batra 10a. "El recordó los días de antaño; Mosheh, su pueblo."

"Todo Israel fue llamado por su nombre." ¿Cuál es el significado de ésto? Hay un profundo misterio aquí. La persona que por jesed se entrega a
otros, cree que está dando sus posesiones, su persona misma, a ellos; pero en verdad no pierde nada. Por el contrario, aquéllos a los que ha dado
tanto, son ahora, en cierto sentido, suyos, son "llamados por su nombre" porque su ser se extiende a todos ellos, Bava Batra 10a. Desde luego que
ésto no es su intención; de otro modo sus acciones no serían en principio jesed y no lograrían este resultado. Su intención es la de dar en forma
altruista y él nada pierde y mucho gana. Cualquiera que sabe de reacciones humanas, estará al tanto de ésto. Cuando una persona toma interés en
otro ser humano y lo ayuda activamente, aparte de su recompensa en este mundo y en el próximo, hallará que hay una recompensa inmediata que
es del acto de jesed en sí. El desea sentir la unidad que existe en él y su prójimo; ello lo impulsa ayudar a su prójimo y lo lleva a considerar el
bienestar de la otra persona como el propio. De modo que quien ofrece su corazón a otros se encontrará con que la esfera de interés se amplía
hasta el grado de sentir simultáneamente toda la felicidad que tiene lugar en las vidas de mucha gente. ¡Feliz es el que trae mérito a comunidad! Su
felicidad está aquí, ahora. Su corazón es el corazón de todos. Así como él se solidariza con ellos en su hora de dificultad (lo que en sí es una
extensión de su propia vida) así se regocija en su felicidad. Antes se entregó completamente a ellos y ahora puede sentir la insondable felicidad de
su ser amplificado.

De aquí se infiere la relación mutua entre el hombre rico y el pobre que recibe su caridad. El rico ciertamente ayuda al pobre llenando parte de sus
necesidades o todas ellas. Si lo hace en la forma apropiada da aún mucho más, preserva la dignidad del que recibe y además le da una lecciòn
acerca de la belleza y el poder de dar. Pero el que recibe también beneficia al que da, al convertirse en un instrumento del acto de dar (en el sentido
explicado anteriormente). Le permite al que da, realizar la mitzva; sin el que recibe, no se puede efectuar la mitzva. Realizar la mitzva es una
oportunidad. Se recibirà un pago, una recompensa. Una persona necesitada o no de un trabajo, si sabe que por realizar determinada labor (factible
y rápida, por ejemplo limpiar una casa) recibirà un pago de un millón de dólares, cuànto no se esforzarà porque se le permita realizar el trabajo?
Como quien solicita un empleo. Cuànto no se le alegrarà si le dan el trabajo? Cuànto no agradecerà la oportunidad? Cuànto no se esforzarà por
luchar una oportunidad asì, por conocerla? Y si lo llaman a su casa, a què se debe? Seguramente porque lo tuvieron en cuenta por algún motivo.
Sea cual sea èste, recomendación, hoja de vida, concurso, etc, esto se denomina… Mèrito.

Se requiere EL MÉRITO DE DAR.

Este concepto nos ayuda a entender la respuesta de Rabí Akiva a Tyrannus Rufus, ver Talmud Vayikra Rabba 34:8. El gobernador romano de la
tierra de Israel cambiada al nombre Palestina había preguntado al sabio: "Si tu Di-s ama a los pobres, ¿por qué no provee para ellos?" Rabí Akiva
respondió: "Para que nosotros ganemos méritos a través (del darles) a ellos." A primera vista ésto se antoja enigmático; pero en verdad, el que
recibe la caridad es socio del que da, como ya se explicò. Nuestros Rabís van más allá y dicen que la parte de la mitzva del que recibe es más
grande que la del que da. "El pobre hace por el rico más de lo que el rico hace por el pobre. Ver Talmud Nidda 16b.

La guemara nos dice que antes de que cualquier persona se forme en la matriz, el ángel designado para la concepción toma una gota del semen, la
presenta a Di-s y Le dice: "¿En qué se convertirá esta gota? ¿Fuerte o débil? ¿Sabio o estúpido? ¿Rico o pobre?" No pregunta si se convertirá en
malvado o justo, pues ésto depende de la libre voluntad de La persona. Sin embargo, la fuerza física, la capacidad intelectual y la posición
económica, forman las primeras condiciones a las que se enfrentará en la vida. El propósito en el universo de una persona, puede cumplirse
superando las pruebas de la pobreza, mientras que otro puede llegar a su destino final, superando la prueba de la riqueza. ¿Cuál es preferible?
Diremos sin vacilar que la prueba de la riqueza, pero ello es, tal vez, porque vemos las cosas desde el punto de vista de este mundo. Si las
viésemos desde la perspectiva del mundo por venir, tal vez veríamos las cosas en forma diferente. Nuestros Rabís dicen: Vayikra Rabba 31:3 "Si el
hombre rico pasa su prueba y ejecuta actos de caridad, goza de sus posesiones en este mundo y la recompensa queda intacta para él en el mundo
por venir; y el Santo(bendito sea El) lo salva del juicio del Gehinnom... Si el pobre pasa por su prueba y no se rebela contra su suerte, recibe una
doble porción en el mundo por venir." De esto vemos que en el mundo espiritual, la porción del pobre es más grande que la del rico. Pero ¿por qué
el doble? Recibe una porción como recompensa por las mitzvot que realizó y otra en recompensa al sufrimiento por el que pasó. Puede haber
realizado pasivamente sus mitzvot "no se rebeló contra su suerte"; se prestó a ser un instrumento que capacitó al rico a hacer actos de caridad. En
cualquier forma, la recompensa para el que sufre, aunque haga pocas mitzvot activas, es el doble de la recompensa del que hace sus mitzvot
activamente, pero sin sufrimiento.

Resumiendo: Hemos hablado superficialmente del propósito de la vida, del propósito de la creación, de trascendencia, de la importancia del
conocimiento de la Torà, de las Mitzvot, de la bondad, el significado de la fè, los rasgos de carácter, de recompensa y sufrimiento, y del rol del
pueblo judío y el judaísmo en la definición de la realidad. Estos son a duras penas algunos de los conceptos de los innumerables existentes para
abordar los misterios y significados de la existencia. Profundizaremos un poco màs.

Antes de que el Alma Divina descendiera a este mundo físico para habitar un cuerpo, ella existía en el estado más santo y elevado concebible. Sin
embargo deja ese estado de pura Santidad y se vuelve parte de una existencia burda y material. ¿Por qué ese ente tan elevado desciende tan abajo?
¿Por qué baja a este mundo inferior?

Algunos responden que el alma desciende con el propósito de alcanzar niveles espirituales más altos, pero esta respuesta no resulta suficiente,
porque aun los más altos niveles que alcance en este mundo físico nunca equivaldrán al nivel de Devekut -unicidad, apego- que experimentara en
los mundos superiores antes de descender aquí abajo. Como dice el Tania: "Porque aun si uno es una persona cabalmente justa, que sirve a Di-s
con temor y gran amor, no podría alcanzar el grado de unión con Di-s como el que tenía antes de bajar a este mundo inferior, ni una fracción de él.
Y no existe comparación o similitud alguna entre ellos, como resulta claro para toda persona entendida". Véase Rabí Schneur Zalman de Liadi,
cap. 37. La razón de que no se puedan alcanzar estos niveles en este mundo es que dado que el alma reside dentro de un cuerpo fìsico y un
universo fìsico, se halla obstruida y confinada por lo físico, lo material.

Así, se explica que el propósito del descenso del alma no es para su beneficio o logros personales, sino para refinar y elevar el cuerpo físico y por
extensión todo el mundo material (vèase Rabí Avraham Azulay, Jesed LeAvraham, parte 4, cap. 4). El propósito último de la creación es traer aquí
abajo la Divinidad para que habite y permee a todo este mundo físico, material. Véase Rabí M. M. Schneerson, Likutei Sijot, vol. 6. parshat
Shemot, 2 pág. 21, donde se explica que según todas las razones que figuran en la Cabalá como propósito de la creación, por ejemplo: a fin de que
los humanos - criaturas no-Divinas independientes- sirvan a Di-s [véase Zohar Parshat Bo, 44:2], o a fin de que el hombre reconozca Su grandeza
[véase Etz Jaím, Sháar Hakelalim en el comienzo]; todas concuerdan en que el propósito último de la creación de este mundo físico, material, es
crear una morada para Di-s en este mundo inferior. En las palabras del Midrash: "crear un lugar para que Di-s habite en este mundo". Ver Midrash
Tanjuma, parshat Naso, cap. 16. La razón de esto es que Di-s deseó habitar y permear, no sólo los mundos espirituales de arriba, sino también este
mundo material y terrenal, y hacer así de este mundo un lugar Divino. Podemos lograr este objetivo deshaciendo (por así decirlo) lo que Di-s ha
hecho. Di-s creó este mundo físico de la nada Ex-Nihilo "MeAin, LeIesh", y nosotros tenemos la tarea de deshacer y hacer de este "algo", "nada".

La anterior afirmación parecería contraria a la expuesta al inicio de estas reflexiones en la grabación No. 1 de estas serie. Pero no lo es. Es
exactamente el mismo concepto expresado de otra forma que nos da más claridad sobre los conceptos de la creación. Recordemos cómo inicia esta
serie de grabaciones de verdad y realidad basadas en el libro “en busca de la verdad” entre otras obras:

Así se expresó: ….. El autor del Tanya, el Rabí Shneour Zalman de Liady, señala que en vez de referirnos al mundo como yesh me ayin ("algo
creado de nada") como hacen los filósofos, debíamos mejor llamarlo ayin mi yesh("nada creada por algo"). La esencia sagrada y la luz divina (el
"algo") no necesitan ser creadas: ya existían en la Fuente de todo lo que existe. Lo novedoso de la creación fue algo negativo: la restricción de esa
suprema esencia y el obscurecimiento de su luz. El mundo, que obscurece la luz de D-s, es la "nada" que emergió de "algo". (Véase Yesha'ya 45:7:
"Aquel que forma luz y crea obscuridad. "Es la "obscuridad" lo que necesita ser creado; la "luz" necesita tan solo ser formada y moldeada para su
nuevo propósito.) De modo que la "realidad" de este inferior mundo nuestro es una negación de la verdadera realidad: la realidad de la esencia
suprema de Di-s. Es una suspensión de la plena fuerza de esta realidad a cambio del fin verdadero de toda existencia: la revelación de la gloria de
Di-s a través del libre albedrío de los seres humanos.

Prosiguiendo….. Para explicar brevemente este concepto debemos volver a lo que mencionamos anteriormente. Antes de que Di-s creara los
mundos, incluidos los mundos espirituales arriba, existía sólo el Ein Sof, la luz infinita de Di-s y a través del proceso de Tzimtzumim, de
contracción y ocultamiento del Ein Sof, comenzó el proceso del Seder Hishtalshelut, del encadenamiento continuo, de un nivel de espiritualidad al
siguiente, de un mundo de santidad al siguiente, hasta que finalmente se llega al más alto nivel del mundo de Asiá, (el mundo de la acción) que es
el más inferior de los mundos espirituales.

A nivel informativo detallamos resumidamente el desencadenamiento de los mundos según la cabalà, como sigue: Del infinito (einsoft) al mundo
de la emanación (el mundo de atzilut que es el mundo espritual), luego al mundo de la creación (el mundo de Beria que es el mundo mental o del
intelecto), luego al mundo de la formación (el mundo Yetzirà, que es el mundo emocional) y finalmente al mundo de la Acciòn (el mundo de Asià).
Cada uno de estos mundos tiene múltiples subdivisiones, gerarquias y regentes (àngeles, serafines, querubines etc) y están interrelacionados unos
con otros. Sòlo a los grandes sabios de Israel se les ha permitido conocer los secretos de estos mundos y sus misterios. Es lo que revela la Cabalà
sòlo a los tzadikim tras décadas de años y quizás vidas de dedicación.

Para crear un mundo físico, limitado por las dimensiones de tiempo y espacio, era necesario algo más aparte del encadenamiento continuo. Este
encadenamiento es parte de una cadena continua de espiritualidad, de un nivel más alto de espiritualidad al otro, y lo físico, lo material, no puede
surgir de lo espiritual. No importa cuántas contracciones y ocultamientos sufra lo espiritual, no saldrá de allí ninguna existencia física. Por lo tanto,
fue la esencia de Di-s, conocida como la Luz Infinita, el Ein Sof (aquella parte de lo Divino que existe por encima del "encadenamiento
continuo"), lo que creó este universo físico, material. Porque sólo Él, que está por encima del encadenamiento, puede crear una existencia que no
se origina en el encadenamiento, una existencia física.

De acuerdo a esto, llamamos a la creación de lo físico Ex-Nihilo, algo de la nada, porque el mundo físico no está incluido o no proviene del
encadenamiento continuo de los mundos. Este mundo material proviene de la nada, de una no-existencia, de una no-creación - del Ein Sof.
(Cuando nos referimos a la nada, hablamos de una nada positiva, una verdadera nada, un ser no-dimensional, no-material, no-físico, incluso no-
espiritual, el Ein Sof, que está más allá de toda definición). Ver Rabí Moshé Cordovero, Pardes Rimonim (Jerusalem: 1962), Sháar 23, cap. 1. Di-s
creó este mundo a Su imagen, la imagen del Ein Sof. Así como el Ein Sof no tiene ni principio ni origen, fue, es y siempre será, lo mismo sucede
con este mundo físico: la existencia material se siente a sí misma "ex-nihilo" y por lo tanto dice: "mi existencia proviene de mí misma"; Ver Tanya
Igueret HaKodesh, carta 20.
lo físico, lo material, proclama: "no tengo creador".

Esta sensación es verdad en un sentido positivo, porque el mundo verdaderamente sí viene de la nada, esa nada es el Ein Sof; sin embargo, el
mundo lo proclama en el sentido negativo, en el sentido de que no tiene creador. El hombre tiene la capacidad de revertir esto. Toma el Iesh, la
existencia física, "el algo", y lo transforma en Ain, la nada, en espiritualidad, que es la verdadera "nada". Dado que el hombre tiene el poder de lo
infinito, el poder del Ein Sof, puede, por lo tanto, desarmar -por así decirlo- lo que el Ein Sof creó. Rabí M. M. Schneerson, Likutei Sijot vol. 12,
parshat Tazria (2), pág. 74.

El Talmud nos dice que al recitar y proclamar en la víspera de Shabat que Di-s creó el mundo nos convertimos en "socios de Di-s en la creación".
Talmud, Shabat 119b. Él crea de la nada una existencia física y nosotros transformamos la existencia física en nada, en espiritualidad. Más aún, el
Talmud dice: "la obra y los logros de los justos son aún más grandes que los logros del Creador". Véase Talmud, Ketubot 5ª. De ahí que la
intención del descenso del Alma Divina a este mundo es elevar el cuerpo que ella habita, elevar y transformar lo físico, lo material del mundo en
santidad.

El propósito último del descenso del alma es la elevación del cuerpo físico, que ella habita; esta es la misión del alma y su razón de ser. Es así que
Di-s recompensa al alma por cumplir con su misión, ya que Di-s asigna a cada creación su apropiada recompensa. Como expresa el Talmud12:
"Di-s no retiene la recompensa de ninguna criatura viviente". La recompensa del alma es su elevación. Más aún, la elevación que ella recibe como
recompensa es una elevación aún más grande, que la eleva a alturas espirituales aún más excelsas y elevadas que las que tenía cuando estaba
arriba. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de la elevación del alma y cómo se logra ello?

La Cabalá explica que el propósito del descenso del Alma Divina a este mundo es el Tikún, rectificación. Cuando hablamos del "Tikún" estamos
hablando de compleción. No significa que el alma tenga faltas y necesite rectificación y purificación sino más bien el Tikún en este caso quiere
decir que el alma alcanza una realización aún más grande, volviéndose más completa que cuando estaba en los mundos espirituales arriba. Ver
Sefer Sháar HaGuilgulím, Hakdamá 16; Sefer HaGuilgulím, cap. 4. Está escrito que la elevación que logra el alma es una nueva forma de unión
revelada entre el alma y Di-s. Véase Rabí Meyer Eben Aldavia, Shevilei Emuná, Netiv Teshií, pág. 379. Cuando el Alma Divina habitaba en los
reinos espirituales, estaba en su hábitat natural. La conexión con la Divinidad que el alma tenía en ese estado era natural e instintiva, porque sólo
existe santidad en los mundos espirituales de arriba y no hay desafío a esa conexión. El nivel de unión
que el alma tiene en los reinos espirituales es casi un hábito.

Sin embargo, cuando el alma desciende a un mundo que proclama: "No tengo creador, mi existencia proviene de mí", y allí el alma sirve y
permanece conectada a Di-s, entonces ella revela una nueva y más profunda relación con Di-s. Porque el alma ahora demuestra que, aun en un
medio hostil, ella permanece muy apegada a la Divinidad. Y este vínculo se demuestra al servir a Di-s elevando todo lo físico de uno y todo el
medio físico a la espiritualidad.
Hay una parábola que ilustra la idea antes mencionada: un niño nació y se crió en una comunidad religiosa situada en una isla remota. La práctica
común en esa comunidad era que todos sirvieran al maestro, el santo, porque él era su maestro y su gobernante. El maestro era para ellos todo lo
que necesitaban y querían en la vida. El niño del que hablamos también fue educado desde su nacimiento a amar y reverenciar al maestro. Cuando
el niño creció, al maestro se le ocurrió una idea: decidió mandar a este joven muy lejos en un viaje por diferentes culturas y civilizaciones para que
el joven ganara mayor experiencia del mundo en general y fuera un ser humano más completo. Además, este viaje le serviría al joven como prueba
para ver si verdaderamente y con todo su corazón quería y reverenciaba a su maestro. En la isla todo el entorno era de amor y reverencia por el
maestro; era natural que el niño hiciera lo mismo. Sin embargo, en tierras lejanas, el entorno no promovía estos sentimientos. Si el joven
continuara amando y reverenciando al maestro como lo hacía en la remota isla, ello sería prueba de la absoluta devoción por el maestro.

Lo mismo ocurre con respecto al descenso del alma a la tierra. Las ventajas de este descenso son dobles: primero, las dimensiones agregadas del
mundo físico hacen que el alma sea más completa y abarcadora; segundo, el alma puede probar su fuerte conexión a la Divinidad a través de su
servicio a Di-s, aun en un mundo físico. A través de este descenso el alma se vuelve en cierto sentido infinita.

Cuando el alma desciende a esta esfera terrenal, su tarea es transformarla en un mundo espiritual. En hebreo el mundo es llamado Olam, palabra
que contiene las mismas tres letras básicas de la palabra hebrea para ocultamiento, que es Heelém. Estas letras son: Ain, Lamed y Mem. Este
mundo denota un ocultamiento de la Divinidad. La tarea del alma es cambiar la naturaleza de este mundo y transformarlo en un mundo en el que
la Divinidad esté revelada. Así, el alma, en realidad, rompe con la naturaleza del mundo. Va por encima de las limitaciones del mundo, más allá de
su propia naturaleza. En cierto sentido el mundo se vuelve sobrenatural, por encima de su naturaleza. Por lo tanto, el alma recibe la misma
elevación que ella da al mundo. Logra una ilimitada e infinita conexión con Di-s, una conexión que va más allá de lo natural. Ver Rabí Schneur
Zalman de Liadi, Likutei Torá Parshat Reé, pág. 29a.

La Mishná declara: "Contra tu voluntad vives y contra tu voluntad mueres". Ver Avot 4:22. Esto quiere decir que uno no quiere venir a esta vida y
tampoco desea dejarla. Por ende, uno vive y muere a la fuerza, en contra de su voluntad. Pero debemos comprender esto: si uno en principio no
quiere venir a esta vida, parecería que no hay necesidad luego de obligarlo a abandonar este mundo y viceversa. Así, el Jasidut explica que esta
Mishná se refiere al Alma Divina del hombre. Vèase Rabí Shalom Dovber, el quinto Rebe de Jabad, Sefer HaMaamarim 5659. Antes del descenso
del alma a este mundo inferior, el alma exclama: "¡No quiero ir! ¿Por qué debo dejar la presencia de la Divinidad? ¿Por qué entrar a un mundo que
está vacío de Divinidad? ¡Quiero estar aquí arriba, en estos mundos espirituales y estar continuamente en presencia de lo santo!" Esta es la protesta
del alma antes de su descenso a este mundo inferior. En referencia a esto es que la Mishná dice: "Contra tu voluntad vives". Tu alma se vio forzada
a descender a este mundo.

Sin embargo, una vez que el alma desciende y se da cuenta de cuánto puede lograr espiritualmente y el nivel de elevaciones posibles en este
universo inferior, llora cuando su tiempo en este mundo se ha acabado y debe separarse de su cuerpo. Por eso es que la Mishná dice: "contra tu
voluntad mueres". (Debe observarse que la elevación que el alma recibe en este mundo es sólo aplicable a los niveles inferiores del alma: el
Nefesh, el Rúaj y la Neshamá, y que el nivel de Jaiá y especialmente el de Iejidá no necesitan ni tampoco pueden tener ningún tipo de Tikún).
Sefer Sháar HaGuilgulím, Hakdamá 1.

Lo inmediatamente anterior mencionado requiere de una pequeña aclaración: El alma divina se compone de 5 partes a saber en orden de lo inferior
a lo màs elevado: nefesh, ruaj, neshamà, haya y yehidà. La màs inferior es nefesh, que corresponde al alma animal. Cada una de estas partes del
alma a su vez se subdividen en partes denominadas igualmente NFRHY las cuales se conectan con los diferentes mundos. Las subdivisiones del
alma en total dentro los desencadenamiento de los mundos suman 125 partes que deben ser elevadas o ascendidas como una escalera. Este es un
procedimiento que hoy dìa ha sido revelado por el gran sabio cabalista el Baal Hasulam de bendita memoria en su obra comentada sobre el santo
Zohar, Hasulam (la escalera).

La manera en que el alma judía (los que alcanzan el grado de neshama) logra esta elevación es a través de la observancia de los 613
mandamientos, las mitzvot. Está explicado que cada alma tiene 613 compartimentos y de la misma forma hay 613 recipientes para recibir las 613
partes del alma. Estos son los 613 órganos y venas generales del cuerpo humano que absorben al alma. Rabí Jaím Vital, Shaare Kedushá, cap. 1,
Sháar 1. Di-s nos dio (al ser humano hecho hombre, Adam, como propósito de la creación, como prototipo Israel, el pueblo judío) 613
mandamientos correspondientes a los 613 compartimentos. Por medio de la observancia de cada mitzvá, elevamos el compartimento
correspondiente del alma. Si embargo, para que cada mitzvá eleve la correspondiente parte del alma, la mitzvá tiene que ser hecha, como dice el
Talmud, "con cuidado y con gran intensidad y fervor". Talmud, Shabat 118b . Más aún, la mitzvá debe ser hecha con los tres ropajes del alma: con
los pensamientos, la palabra y la acción. Véase Sefer Sháar HaGuilgulím, Hakdamá 11. La mitzvá no debe ser una simple acción sino que debe
permear al ser entero, tanto a la mente como a la capacidad de comunicación. Por medio de esto, se elevará la parte correspondiente del alma.

El proceso de Tikún (elevación) consiste primeramente en la elevación de todo el nivel inferior del alma, el Nefesh. Este nivel del alma es análogo
al nivel de Asiá, que como explica la Cabalá, contiene los cinco niveles del alma. (Cada uno de los cinco niveles tiene en sí mismo cinco
subdivisiones.) Así, el nivel de Nefesh tiene el Nefesh de Nefesh, el Rúaj de Nefesh y la Neshamá de Nefesh(e inclusive la Jaiá y la Iejidá de
Nefesh). Luego de que una persona ha elevado su nivel entero del Nefesh con sus cinco subdivisiones - haciendo las 613 mitzvot con gran cuidado
y esmero-, sólo entonces, con mucho esfuerzo y como Rabí Jaím Vital escribe, "con grandes dificultades y tribulaciones (y sólo si es
suficientemente meritorio)", cambiará Di-s su alma de Nefesh (que para este entonces estará completamente elevada) por un nivel superior de
alma, el nivel de Rúaj, que corresponde al mundo siguiente más elevado: Ietzirá. Y si la persona eleva todo el nivel de Rúaj - con todas sus
subdivisiones-podrá elevar el próximo nivel superior del alma, el nivel de Neshamá. (Los niveles deJaiá y Iejidá no pueden ni necesitan ningún
tipo de elevación.)

El proceso que acabamos de mencionar es el que sigue la mayoría de las personas, que tienen "almas comunes". Sin embargo, existen personas
que tienen un nivel más alto de alma, un "alma verdaderamente nueva" (que está por encima del "alma general de Adám", como se explicará en el
párrafo siguiente). Para ellas es fácil y no exige casi esfuerzo alcanzar los niveles por encima del Nefesh, llegar a Rúaj, Neshamá e incluso a Jaiá y
Iejidá. Es más, es muy probable que, cuando estas almas desciendan a esta tierra para habitar una forma humana, no pequen y sean
verdaderamente personas virtuosas. No existe, sin embargo, garantía de que nunca pecarán, sólo que ello es lo más probable ya que se inclinan por
naturaleza propia a hacer el bien.

En la Cabalá se explica que cuando Di-s creó al hombre primordial, Adám, el primero de todos los seres humanos, el curso entero de la humanidad
estaba contenido dentro de él. Todas las generaciones que le seguirían, estaban contenidas en él. Adám no fue ni masculino ni femenino. El cuerpo
de Adám era una síntesis de masculino y femenino, como dice la Torá: "y Di-s creó al hombre (Adám), masculino y femenino los creó". Véase
Génesis 1:27. Véase Talmud, Eruvin 18a. En sus genes estaban ya incluidos los genes de toda la humanidad hasta el fin de los tiempos. El fue el
ser todo abarcador. Adám fue el padre y la madre físicos de la humanidad. Véase Rabí Iehudá Loew, Tiferet Israel), cap. 47.

La Cabalá explica que así como Adám fue el padre y madre físicos de la humanidad, también fue el padre y madre espiritual de ella. El alma de
Adám es el alma general "de donde emanan todas las almas". Incluso el primer nivel de las almas (que dijimos que está por encima de Adám) tiene
una conexión con "el alma general de Adám". Véase Hakdamá 12 en el comienzo. Todas las almas se originan en el alma general de Adám. Véase
también Midrash Rabá, Exodo, parsha 40, cap. 3. Midrash Tanjuman, parshat Ki Tissa 12. Rabí Schneur Zalman de Liadi, Tanya, Igueret
HaKodesh. La estructura física de Adám, la forma de su cuerpo, era en cierto sentido análoga a su forma espiritual. Las dimensiones físicas del
cuerpo de Adám eran paralelas a la estructura de su alma, que es el "alma general". Por lo tanto, la Cabalá enseña que hay almas cuyo origen está
en la cabeza de Adám, hay almas cuyo origen está en las manos de Adám, etc.

(En términos prácticos esto quiere decir que aquellas almas cuyas raíces provienen de la cabeza de Adám son las partes intelectuales del alma
general y por lo tanto se inclinan hacia el intelecto, y aquellas almas cuyas raíces se originan en las manos del alma general, se inclinan más hacia
la actividad física, etc.) El Talmud dice: "cuando Adám fue creado, medía desde los cielos arriba hasta la tierra abajo, pero cuando Adám pecó, Di-
s achicó su cuerpo", lo que significa que sus dimensiones físicas -su cuerpo-como sus dimensiones espirituales -su alma-se achicaron. Véase
Talmud, Sanhedrin 38b; Jaguigá 12a. Pirkei deRabí Eliezer cap. 11. En sentido espiritual, esto quiere decir que las partes de su alma que se
correspondían a las partes de su cuerpo que se achicaron, también se achicaron, y estas almas "se desprendieron de su cuerpo y cayeron en lo no-
santo". A estas almas se las llama "almas viejas". A las partes de su alma que permanecieron "unidas" a su cuerpo (hablamos aquí en términos
antropomórficos) se las denomina en la Cabalá "almas nuevas", y las almas que están por encima de Adám se denominan "almas verdaderamente
nuevas".

Estos son los tres tipos de alma. Las almas de la mayoría de los seres humanos hoy en día son "almas nuevas". Véase Sefer Sháar HaGuilgulím,
Hakdamá 3. Estas "almas nuevas" provenientes del alma de Adám, fueron luego divididas en dos partes, correspondientes a los dos hijos de
Adám. Una parte es el alma conectada con Abel, que contiene las almas cuyo origen es Jésed -bondad, gracia y benevolencia- y la otra parte
contiene las almas conectadas con Caín, que corresponden a Guevurá -fuerza, poder, predominio. Para que estas "almas nuevas" alcancen el
siguiente nivel de alma, el de Rúaj, primero tienen que elevar la total dimensión de su Nefesh. Más aún, estos alcances superiores del alma se
pueden lograr sólo a través de grandes dificultades. Por otro lado, aquellos que poseen el nivel de "almas viejas" pueden alcanzar el siguiente nivel
superior del alma, Rúaj, aun sin elevar el Nefesh entero. (Sin embargo, para que esto suceda, primero tienen que recitar la "plegaria del
arrepentimiento" con gran concentración.) Véase Sefer Sháar HaGuilgulím, Hakdamá 7.

Esta es la ventaja de las "almas viejas" por sobre las "almas nuevas", ya que las primeras pueden elevar el nivel de Rúaj antes de que el Nefesh
haya sido refinado. Pero incluso estas almas no pueden alcanzar el nivel siguiente deNeshamá hasta tanto no eleven su nivel entero de Rúaj.
(Existe todavía otro nivel de alma que es el alma de un converso, que una vez convertido, recibe un Alma Divina, un alma cuyo origen es la
santidad.) Ver, sin embargo, Rabí Itzjak de Acco, Meirat Einaim, Parshat Bereshit 4:1; Rabí Nathan Shapiro (1585- 1633), Megalé Amukot sobre
la Torá, parshat Vaieshev, cap. 101. y véase también Sidur Rabí Iaacov Emdin, "leyes de la noche de Shabat". Donde ellos escriben que las almas
de los conversos al judaísmo son en principio judías. Por lo tanto, en todo el Talmud cuando se menciona una conversión, se dice: "un converso
que se convirtió" (véase Talmud, Ievamot 22a), indicando que este se considera un converso aun antes de que se haya convertido en la práctica.

Se informa no obstante, que No se ha mencionado nada acerca de todas aquellas entidades provenientes del sitra ajarà (el otro lado), las clipot (las
càscaras), shedim (demonios) y toda una serie de descendencias que no serán abordadas en esta serie de grabaciones.
Hemos hablado del descenso del alma al mundo físico y su travesía de Tikún (rectificación). La búsqueda del Tikún (la rectificación) es ardua y
formidable. Muchas personas viven su vida entera sin experimentar nunca una sola elevación total del alma. Si uno ha vivido toda una vida y no
ha elevado su alma a todos los niveles posibles, entonces para lograr su completa elevación el alma debe reencarnarse en otra forma humana hasta
que llegue a elevarse completamente. Es importante hacer hincapié en que cuando el alma desciende a este mundo para elevarse, esta elevación es
la recompensa, y no el propósito de su descenso. El propósito del descenso es elevar el cuerpo, lo físico. Las elevaciones del alma son sólo una
recompensa por descender a elevar lo físico

Como se ha señalado en todo el material expuesto hasta ahora. No debemos desperdiciar nuestra oportunidad de vida en este mundo para hacer
nuestro trabajo de rectificación. Es el propósito de la existencia, y podemos perder dicha oportunidad. Podemos ir a la perdición. Es apenas
predecible y lógico que este tema requiere de infinitas màs aclaraciones y revelaciones. Tarea aunque quizás imposible (para nuestra lamentable
condición humana actual), no obstante debe ser enfrentada y estudiada de manera comprometida, asì sea sòlo empezando. No se nos juzgarà por el
resultado obtenido, sino por estar en el sendero correcto. Dònde sea que lleguemos. Asì pues prosiguiendo……

El Maharal dice que no hay “mal” en el mundo. Toda la cuestión depende de si uno quiere ser material o espiritual. De aquí aprendemos que no es
por causa de lo espiritual que existen cosas a las que llamamos “mal”. Si observas que hay oscuridad en el mundo, significa que tu deber es
trabajar para traer más luz. Si eres valiente, todos los lugares del mundo estarán de tu lado, y no habrá fuerza en el mundo capaz de evitar que
realices tu trabajo. No se puede traer paz al mundo si no estamos conectados con un lugar más elevado que el mundo.

La cuestión no es cuán bueno se ès. La cuestión es cuán conectado estas y cuanto ansías retornar a Hashem. El Yehudí HaKadosh solía decir: “un
judío que vive para si mismo no es un judío”. “en el momento en que un hombre reza, todas las puertas del cielo se abren para él, absolutamente
todas”. En el momento en que el Kadósh Barúj Hú contesta tus rezos esto provoca que se cierren los portones, dando el “negocio” por terminado.
Pediste algo, recibiste lo que querías, eso es todo, listo. Moshé Rabeinu quiso mostrarle al pueblo de Israel que las puertas del cielo iban a
permanecer abiertas siempre, hasta la mismísima llegada del Mashíaj. Las puertas jamás se volveran a cerrar hasta la llegada del Mashíaj. Es por
ello que Moshé Rabeinu nos dice: ustedes deben saber que yo empecé a rezar y Hashem aún no ha contestado a mis rezos.

No tenemos noción, ningún hombre tiene noción y quizás ni siquiera los profetas tenían noción acerca de qué rezaron los seis millones de judíos
en las cámaras de gas. La verdad es que Hashem no contestó sus rezos. Sin embargo, ellos abrieron enormidad de puertas en el cielo. Si ustedes y
yo estamos hoy sentados aquí, esto significa que algo sucedió en el mundo. Algo muy especial està sucediendo en el mundo.

“Aquél que quiere probar el sabor de la luz que se halla oculta en los secretos de la Torá que se han de revelar en el futuro, que aumente los
momentos de intimidad entre él y su Creador”. Nadie viene a este mundo solamente a divertirse. Vinimos a este mundo para corregir nuestra alma.
¿si ya corregiste tu alma, que estás haciendo en este mundo?” Aquel que dice que està sano y que se siente plenamente realizado, es inclusive
pelígroso quedarse parado cerca de él ... ¿Quién sabe?

Naturalmente que el ser humano debe esforzarse por corregir todos sus errores. Sin embargo existe un asunto mucho más profundo aún que
corregir los errores. La pregunta crucial que cada uno debe hacerse es: ¿Cuál es mi relación con el Kadósh Barúj Hú? ¿Cuán grande es la
profundidad de esta relación? Un judío puede sentirse completo, haber cumplido con todas las mitzvot y aún no haber probado el “gusto”
verdadero de su alma. “A través del diálogo que entabla el hombre consigo mismo y con el Kadósh Barúj Hú, éste logra descubrir sus voluntades y
deseos. Hay secretos en el relato de la Creación, y hay secretos de la Torá. Sin embargo, los secretos más profundos son aquellos que pertenecen a
nuestra alma. Cada uno tiene su secreto con el Kadósh Barúj Hú, cada uno tiene una relación especial y única con el Kadósh Barúj Hú. Los
secretos de la Creación eran conocidos antes aún de Moshé Rabeinu. Moshé Rabeinu descubrió los secretos que se hallaban ocultos dentro de la
Torá. Sin embargo, los secretos del alma, solamente el Mashíaj los a poder revelar. A pesar que todo ya se encuentra oculto en la Kabalá y en el
Jasidismo, recién el Mashíaj tendra permiso de revelar dichos secretos.

La santidad de Hashem y la santidad del pueblo de Israel están por encima de la Torá y de las mitzvot. Esta santidad está por encima de todo lo
existente. El Kadósh Barúj Hú escribió la Torá (los planos de toda la creación, del universo y las dimensiones desconocidas) solamente para Am
Israel (el pueblo de Israel). La Torá existe solamente porque existe Am Israel”. Am Israel es más sagrado y santificado que la Torá ... El secreto
más grande del mundo es revelar cuál es el lugar de mi alma que necesita ser corregido. Además de ello, necesito saber también cómo es que tengo
que realizar dicha corrección. Si yo llego a un lugar y trato mil veces de abrir la puerta y no lo logro, ¿cuál es la causa de esto? Seguramente,
intenté abrir la puerta con la llave equivocada. Si tuviese la llave correcta, seguramente que el asunto sería bastante más sencillo. El Kadósh Barúj
Hú revela como corregir el mundo y como corregir el alma, solamente a aquellas personas que les revelan sus secretos. Dentro de nuestra alma,
todos los secretos se hallan iluminados. Cuando llegue el Mashíaj, todos estos secretos se van a revelar. Todo el pueblo judío es sagrado. Lo que
hace falta es que todo judío también se preocupe por su prójimo.

¿Ustedes saben dónde entregó Moshé la Torá? En el desierto. Nosotros necesitamos de un “desierto”, de un lugar donde pueda venir cada judío
con el corazón roto, y pueda salir de allí con el corazón pleno de alegría y de satisfacción. Todas las guerras del mundo empezaron por la guerra
entre Kain y Evel. En la relación de Kain y Evel todo era codicia y envidia. La corrección del mundo radica en eliminar de raíz todo vestigio de
envidia que pueda hallarse en nuestro corazón. “¿Quién es rico? el que está contento con su porción. No está escrito “con su dinero” sino “con su
porción”, eso significa que que es rica la persona que está contenta con sus asuntos, de la forma en que Hashem se los envía”. La parte
verdaderamente mía es el alma que Hashem me dio. ¿Quién es rico? Aquél que está contento con su porción. Contento inclusive cuando algo le
falta, pues gracias a Hashem, aún posee el alma pura que Hashem le dio.

El fuego que surge en este mundo es un fuego que quema y destruye. El fuego que viene desde el cielo da fuerzas y construye. El fuego que
destruye es el fuego que proviene de las huestes romanas. En el mundo occidental, todo proviene de la frialdad y la indiferencia. De una visión
altanera y arrogante que me lleva a pensar que “yo sé todo”. ¿Cuál es la Tefilá más profunda del mundo? La Tefilá más profunda del mundo no es
la de la persona que reza por tener lo que necesita. Esta clase de rezo es profundo, sin embargo, existe un rezo más profundo aún. Este rezo dice
así: “Hashem, por favor, explícame mi vida. ¿Acaso podría recibir aunque sea algunas explicaciones que me ayuden a entender todo lo que sucede
a mi alrededor?”.

Una de las características principales de nuestro mundo, el mundo inferior, es el sufrimiento que hay en él. Cómo hemos de comprender el
propósito que tiene? Se puede olvidar el dolor del mundo y regocijarse? No sería eso indicio de una cruel insensibilidad? Cuál es el nexo entre los
sufrimientos de este mundo y la felicidad de la vida misma? Cómo puede un individuo generar una felicidad auténtica aun frente al sufrimiento?
Esta vida está diseñada como una dimensión en la cual el hombre puede ganarse el mundo venidero. El proceso de ganarse esa existencia eterna es
puro trabajo. Y el trabajo implica dificultad. Siempre se realiza un trabajo contra una resistencia. La dificultad del trabajo aquí es lo que construye
el placer de la recompensa allá. Hay que ganarnos el placer del mundo venidero, debemos construirlo nosotros mismos y disfrutarlo como el
producto de nuestras manos. Nuestro trabajo y sufrimiento aquí son los elementos que construyen nuestra felicidad allá. El individuo que puede
regocijarse en la inconsciencia del constante sufrimiento que lo rodea debe ser alguien patológicamente insensible. La Torà no es escapismo, es un
compromiso objetivo y claro con la realidad. Y la realidad está llena de sufrimiento. No, no queremos olvidar que este mundo está lleno de
infelicidad. Y sin embargo, el judío puede desbordarse de alegría, solo que esta alegría no se deriva del olvido, sino del conocimiento de que
debajo de todo ese sufrimiento hay corrientes de energía que están construyendo la eternidad. Nunca estaremos felices con abandono total. Eso
sería inapropiado en un mundo de sufrimiento.

Entonces,

¿Por qué sufre el justo?


¿por qué debe el hombre soportar tormentos?
¿por qué debe padecer el justo y triunfar el malvado?
¿por qué permite Di-s que el mal gobierne sobre la creación?

Cuestionarse acerca del sufrimiento, argumenta el judaísmo, es posible en dos dimensiones diferentes: el arbitrio y la predestinación. El judaísmo
distinguió siempre entre una existencia predestinada y una arbitraria, entre el “yo” producto de la predestinación y el “yo” producto del libre
albedrío. En esta distinción se asienta nuestra teoría del sufrimiento. ¿Qué es una existencia predestinada? Es una existencia impuesta, como si
vivieras contra tu voluntad: una existencia concreta, mero concatenamiento de leyes mecánicas. Existencia carente de significado, finalidad y
dirección; existencia dependiente de las fuerzas del medio al cual fue empujado el individuo sin ser previamente consultado por la Providencia. Es
decir, el “yo” producto de la predestinación tiene apariencia de objeto y como tal se
presenta como “realizado” y no como “realizador”. Realizado como resultado del enfrentamiento pasivo con el medio objetivo, como una cosa
frente a otra.

Su ser es hueco, falto de interioridad, esencia e independencia. El “yo” predestinado se niega a sí mismo por completo ya que el egoísmo y la cosa
no pueden convivir. Sobre esta base, la vivencia del mal surge en toda su dimensión, siendo dos etapas que conforman en el ser predestinado. En el
comienzo, el hombre objeto, preso en el encadenamiento de una existencia contra su voluntad, se halla confundido y perplejo frente al gran
misterio que padece. El destino lo atormenta; su existencia, rasgada y escindida, se contradice a sí misma negando todo su valor e importancia. El
miedo al fracaso lo acomete, quebrantando su cuerpo y su alma. Sus tormentos rechazan cualquier matiz claro, apareciendo como fuerzas
satánicas, como obra del caos que afecta a toda la creación que debería estar destinada a reflejar el eco del Creador. A esta altura de mutismo y
perplejidad, embotamiento del corazón y confusión mental, el hombre no pregunta ni por la causa del mal ni por su esencia.

Sufre en silencio y se lamenta en su aflicción que ha silenciado la queja y reprimido la pregunta y el cuestionamiento. Tras el estresimiento
psíquico como primera reacción del que sufre, deviene la curiosidad intelectual, la que se esfuerza en la comprensión de la existencia y en el
fortalecimiento de la confianza y la seguridad humana. Entonces comienza el hombre a reflexionar acerca del sufrimiento y del mal, e intenta
hallar la serenidad y la armonía entre lo positivo y lo negativo, y alejar la tensión entre la tesís –el bien- y la antítesis –el mal- de la existencia.
Entre preguntas y cuestionamientos, falsas justificaciones y soluciones, alcanza una formulación metafísica del mal y apoyándose en ella, es
condescendiente con él e intenta encubrirlo. Utiliza así el sufriente, hasta el mismo desvarío, el poder de abstraccion mental con el cual ha sido
dotado por el Creador: niega la existencia del mal en el mundo.
El judaísmo en su visión realista del hombre y su posición dentro de la realidad, entendió que el mal no puede ser borrado ni encubierto, y que
todo intento por desestimar el valor de la contradicción y del desgarramiento inherentes a la existencia, no llevará al hombre ni hacia una paz
espiritual ni tampoco a aprehender el secreto existencial. La presencia del mal es innegable. Existe el mal, existe el sufrimiento y existen los
tormentos infernales. Quien desee engañarse a sí mismo negando la escisión de la existencia e idealizando la vida humana, no es más que un tonto
que ve ilusiones. Es imposible sobreponerse al monstruo del mal con mentalidad filosófico-especulativa. Por eso determinó el judaísmo que el
hombre inmerso en las profundidades de la helada predestinación, en vano buscará solución al problema del mal dentro del marco del pensamiento
especulativo ya que jamás la encontrará. Por supuesto que es verdadero el testimonio de la Torá de que la bondad caracteriza esencialmente a la
creación. Pero esto no está expresado sino desde la mirada infinita del Creador.

Desde la perspectiva parcial del hombre finito, el bien absoluto de la creación no se devela. La contradicción resalta sobremanera y es imposible
eliminarla. Existe un mal que no se puede entender ni explicar. Sólo la comprensión del mundo en su totalidad puede permitirle al hombre
vislumbrar la esencia del sufrimiento. Pero mientras las posibilidades humanas sean limitadas, no captando sino soló fragmentos aislados del
drama cósmico y del drama imponente de la historia, le será vedado penetrar en el misterio del mal y en el secreto del sufrimiento. ¿A qué se
parece tal situación? A un hombre que observa una alfombra extraordinaria pensando y suponiendo que un dibujo maravilloso se encuentra del
lado del revés. ¿Acaso, una mirada como ésta podría convertirse en una elevada fuente de vivencia estética? Para nuestra desgracia, nosotros
vemos al mundo del lado del revés; por eso no está en nuestras manos aprehender el marco de la existencia que todo lo abarca, marco desde el cual
es posible descubrir el plan y esencia de la acción divina.

En resumen, el ”yo” predestinado cuestiona el mal con interrogantes teórico metafísicos, los cuales carecen de respuesta. En la segunda dimensión
de la existencia del hombre –el arbitrio- se reviste la pregunta del sufrimiento de una forma nueva. ¿Qué es una existencia con arbitrio? Es una
existencia activa gracias a la comprensión de su propia particularidad y a su capacidad de elección; actúa libre e independientemente, sin perder su
esencia en la lucha con el medio. El lema “yo” arbitrario es: contra tu voluntad, naces y mueres, pero vives con posibilidad de libre elección. El
hombre nace como objeto y muere como objeto, pero tiene la capacidad de vivir como sujeto creador y renovador, estampando sobre su vida su
firma individual y apartándose del automatismo y el determinismo hacia la actividad creadora. El testimonio del hombre en este mundo, según lo
enseña el judaísmo, es convertir la predestinación en arbitrio; una existencia sometida a influencias, por otra activa e influyente; una existencia
involuntaria, perpleja y muda, por otra voluntaria plena de iniciativa y vuelo. La bendición dada por Di-s a la creación de sus manos, manifiesta
también su rol: “Procread y multiplicaos, henchid la tierra y dominarla”. Sometan el medio y subordínenlo; si no lo gobiernan sobre él, terminará
por someterlos a ustedes. El arbitrio confiere al mundo una nueva actitud ante el mundo de Di-s: El le entrega la corona del reino y el hombre se
convierte en socio de la creación.

Como he expresado anteriormente, la existencia con arbitrio ahonda en el hombre la realización genuina con el problema del mal. Cada vez que se
enfrenta con la existencia predestinada, su relación con el mal se expresa sólo desde el enfoque teórico-filosófico. Como criatura pasiva, no tiene
poder para luchar contra el mal, limitarlo o aprovecharlo para una finalidad elevada. El hijo de la predestinación es incapaz de decidir en terreno
de su existencia. Se alimenta del medio y de su vida acuñada por el sello de lo externo. Por eso necesita del mal desde una perspectiva
especulativa. Trata de negar la existencia del mal y crear una visión armónica. El fin de esta experiencia es la desilusión. El mal se burla del
cautivo de predestinación y de su sueño maravilloso sobre una realidad que es todo buena y agradable. En cambio gracias al arbitrio, conoce el
hombre la realidad tal como es, no pretendiendo un equilibrio ficticio con el fin de disimular el mal y hacerlo desaparecer de delante de sus ojos.
Su enfoque es halajíco–moralista y sin ningún hilo especulativo-metafísico. Cuando el hombre dueño de libre arbitrio sufre, se dice así mismo:
“Existe el mal y no lo niego ni tampoco lo encubro con palabrerío intrascendente; he aquí que estoy interesado en él desde un punto de vista
halajíco, como un hombre que interesa por sus propios actos.

Entonces formulo una pregunta simple: ¿qué puede hacer el que sufre y vive padeciendo?. En este plano, el centro de gravedad es desplazado
desde la finalidad y causalidad (entre las que no existe diferencia salvo en la dirección de cada una) al aspecto práctico. El problema es formulado,
ahora, en la lengua de una ley sencilla, gira en derredor de la tarea cotidiana. La pregunta de las preguntas es: ¿en qué consisten los sufrimientos
del hombre?. El judaísmo ha apreciado esta pregunta y la ha colocado en el centro de su mundo filosófico. La halajá se ha interesado en ella como
en el resto de los problemas acerca de prohibiciones y permisos, culpabilidades y exenciones. No reflexionamos sobre los maravillosos caminos de
Di-s, más lo hacemos sobre el camino por el que marchará el hombre cuando lo asalte el
sufrimiento. No preguntamos ni por la causa del mal ni por su finalidad, sino por su capacidad de corregir y de elevar: ¿cómo se comportará el
hombre en tiempo de desgracia? ¿Qué hará el hombre para no consumirse en su dolor?

La respuesta halajíca a este problema es muy sencilla. Los tormentos vienen a engrandecer al hombre, purificar su espíritu y santificarlo, limpiar
su mente librándola de toda inservible superficialidad; refinar su alma y extender el horizonte de su vida. Resumiendo: el tormento tiene la función
de corregir lo corrupto en la personalidad humana. La halajá nos enseña que un pecado criminal se cierne sobre el que sufre: que deje pasar los
dolores y perderse sin meta ni significado. El sufrimiento está en el mundo para aportar al hombre, para purificarlo, redimirlo de lo inmundo, de la
insolencia y de las bajezas del alma. Del sufrimiento debe el hombre surgir pulido y purificado, puro y limpio. ”Tiempo de angustia es para Jacob,
pero de ella quedará salvo”, es decir, de la angustia misma surgirá la salvación del mundo, se consolidará y elevará de modo que resultaría
imposible de alcanzar en un mundo carente de dolor. De la negación florece la afirmación, de la antitesís la tesis; de la negación de la existencia
surge una existencia renovada. Sobre la imponente reacción espiritual por parte del hombre presa de angustia, comenta la Torá: “Cuando estés
angustiado y te alcancen todas estas palabras…te volverás a donde tu Di-s”.

El sufrimiento obliga al hombre a retornar en un arrepentimiento completo hacia Di-s. La angustia está destinada a desterrar en nosotros el
arrepentimiento, y ¿qué es éste sino la renovación y la elevada redención del ser humano?. Pobre del hombre al cual los sufrimientos no lo lleven a
un quebramiento, y su alma permanezca helada y falta de perdón. ¡Pobre del sufriente si su alma no se engrandece en los pesares, si los tormentos
no encienden en él la llama de Di-s!. Cuando los dolores se pierden en la inmensidad como fuerzas opacas y sin provecho, una pesada acuxación
marca el hombre que desperdicia su dolor. El judaísmo profundizó esta idea y relacionó la capacidad de elevar y corregir, inherente al dolor, con la
capacidad de elevar y corregir, inherente a la gracia de Di-s. La gracia divina, dice el judaísmo, no es otorgada al hombre de modo gratuito. Lo
compromete; entraña una exigencia ético halájica para el que goza de ella. La influencia que la gracia proporciona es dada con la mano abierta,
plena y estendida de Di-s, pero es otorgada sin condición alguna: no es un regalo absoluto. Una benéfica influencia es siempre ejercida bajo alguna
condición, por un tiempo determinado o con la premisa de retribución. Cuando Di-s otorga al hombre bienes y riqueza, influencia y honor,
depende de él saber cómo utilizarlos, cómo transformar estos preciados regalos en fuerzas creadoras y fructíferas; saber compartir con el prójimo
su alegría y grandeza, y corresponder piadosamente a la gracia que llega desde una fuente infinita. Si la plenitud no lleva al hombre a un apego
total con Di-s, está cometiendo un pecado básico y a su tiempo llega el tormento que recuerda su obligación con el Creador del mundo por el
regalo de Su gracia. Nuestros grandes maestros nos enseñaron: “Debe el hombre bendecir sobre el mal así como lo hace sobre el bien”.

Así como el bien obliga al hombre a actos elevados y exige del individuo o del grupo humano una acción operante y creadora, así exigen los
sufrimientos una corrección del alma y una purificación de la vida; demanda que a la hora de la plenitud despierte el hombre y actúe. Porque hay
casos en los que al hombre se le exige corregir, por medio del sufrimiento, lo que se corrompió de la creación a la hora que Di-s se inclinaba hacia
él como un manantial de paz. El sufrimiento de apego a Di-s y la toma de conciencia de la obligación de purificarse y santificarse por el
padecimiento, deben centellear en el alma humana cuando ésta se encuentra en situaciones límites. En resumen, no está en el hombre el solucionar
en toda su complejidad especulativa el interrogante de la justificación causal o la finalidad de los tormentos, sino la propuesta halájica de la
autocorreción al trocar la predestinación en arbitrio y al autoelevarse de objeto a sujeto, de una cosa a un hombre.

Esta el la repuesta que dio el Creador del mundo a Job. Cada vez que él filosofaba como esclavo de la predestinación acerca de la causa y la
justificación, exigiendo la revelación de la esencia del mal, y volvía a preguntar rezongando: ¿por qué vienen los sufrimientos?, fue cuando Di-s le
respondió enérgicamente con la pregunta: ¿Quién es éste que empeña el consejo con razones sin sentido? Ciñe tus lomos como un bravo que voy a
interrogarte y tú me instruirás: ¿dónde estabas tú cuando Yo fundaba la tierra? Indícalo, si sabes la verdad…¿Sabes cuándo hacen sus crías las
cabras monteses?¿Has observado el parto de los ciervos?. Si no sabes lo fundamental de la creación, ¿por qué te insolentas inquiriendo sobre la
creación del mundo?. Pero cuando entendió Job cuán extraña era su pregunta, reconoció su error y no se avergonzó: “Sí, he hablado de grandezas
que no comprendo, de maravillas que me superan y que ignoro”. Reveló Di-s al hombre con arbitrio, la verdadera base oculta en los sufrimientos,
tal cual lo formula la halajá. Le dijo: “Job, ciertamente nunca entenderás el secreto del “por qué”, la causa de los sufrimientos y su finalidad, pero
hay algo que es tu obligación conocer: la capacidad correctora del sufrimiento. Si logras elevarte por el sufrimiento hasta un nivel al cual hasta hoy
no has llegado, sabes que éste ha sido llamado a ser medio para corregir el alma y el espíritu. Job, cuando abundaron Mis gracias hasta el punto de
haberme inclinado sobre ti como un manantial de paz, y tenías un nombre y eras influyente -“y fue aquél hombre más grande que los de su
tiempo”- no cumpliste el papel que Mi gracia volcó sobre tí. Es cierto: un hombre íntegro y recto fuiste, temeroso de Di-s y alejado del mal; no
utilizaste tu poder ni tu riqueza para el mal; beneficencia brindaste en cantidad “me había vestido de justicia y ella me revestía, mi derecho como
manto y turbante”. No escatimaste ayuda y apoyo a muchos, y los levantastes en tiempo de desgracia y angustia “pues yo libraba al pobre que
clamaba y al huérfano que no tenía valedor”.

Pero te faltó una medida de gracia en dos sentidos: a) jamás cargaste con el yugo de la comunidad, ni tampoco participaste ni en su desgracia ni en
su aflicción; b) No padeciste los dolores del individuo sufriente. Como un hombre educado, de buen corazón, te compadeciste por un momento del
huérfano; mucho dinero tenías, y generosamente diste donaciones decorosas. Sin embargo, el significado de gracia es más amplio que un
sentimiento pasajero, que un sentimentalismo barato; la piedad exige más que una lagrima momentánea, que una moneda fría. El significado de la
gracia es fundirse con el prójimo, identificarse con su dolor: es el sentirse responsable por su suerte. Este sentido de la gracia no estuvo en ti, no en
lo referente a la comunidad como tampoco en relación al individuo. Fuiste contemporáneo de Jacob que luchó con Laban, Eisav, y el hombre del
vado de Yabboq; ¿acaso lo ayudaste con un consejo o sugerencia?.¿Quién era Jacob? Un pastor pobre, ¿y tú? Un hombre rico e influyente. Si te
hubieses vinculado con Jacob con la simpatía necesaria y la gracia apropiada, no le hubiesen sucedido tan grandes desgracias. Viviste en tiempos
de Moisés y se te contó entre los consejeros del Faraón: ¿Acaso moviste un dedo en el momento en que se proclamó la orden: “Todo hijo que
nazca al río será arrojado”, cuando los opresores esclavizaron con trabajos forzados a tus hermanos?. Te callaste en esa oportunidad, y no
protestaste por temor a que se te identificara con los esclavos desgraciados. Darles monedas sí, pero reclamar públicamente por sus derechos, no.
Temiste que se te inculpara de doble fidelidad. Actuaste en le generación de Esdras y Nehemías, que ascendían de Babilonia. Tú, Job, con tu
riqueza y tus influencias pudiste acelerar el proceso de retorno a la tierra y reconstrucción del Templo. Pero tus oídos estuvieron cerrados y no
percibiste el gemido histórico del pueblo.

No saliste en encendida protesta frente a Sanbalat, los samaritanos o el resto de enemigos de Israel, que pretendieron destruir a la población y
apagar la última chispa de esperanza del pueblo de Di-s. ¿Qué hiciste a la hora en que los que retornaban del exilio proclamaron desde el abismo
del sufrimiento y la desesperación: “Flaquean las fuerzas de los cargadores; hay demasiado escombro; nosotros no podemos reconstruir la
muralla”? ¡Permaneciste sentado de brazos cruzados!. No participaste en el tormento de los que lucharon por el judaísmo, por la tierra de Israel y
por la redención; jamás ofrendaste tan sólo un sacrificio por el bien de los combatientes. Sólo te preocupaste por tu propia paz y por tu bienestar
día a día, y sólo por ti oraste y elevaste sacrificios. “Al terminar los días de estos banquetes, Job los mandaba a llamar para purificarlos. Luego se
levantaba de madrugada y ofrecía holocaustos por cada uno de ellos porque se decía: quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Di-s en su
corazón”. ¿Elevaste alguna vez una suplica por un hombre extraño al participar de su sufrimiento?. No. Y sabe, Job, que la plegaria es propiedad
de la comunidad y que el individuo no se presenta ante el Rey para rogar y pedir por sus propias necesidades salvo para que lo rescate de la
soledad y del encierro, y lo integre a la comunidad.

Olvidaste que la plegaria judía es siempre formulada en plural, comunicación de alma con alma y unificación de corazones alborozados. No
supiste cómo utilizar la fórmula de la plegaria judía establecida por el pueblo, ni cómo incluirte a ti mismo entre la mayoría y cargar sobre ti el
yugo del prójimo. Job, si tu alma está dispuesta a conocer las leyes de la capacidad correctora del dolor, podrás alcanzar el secreto de la plegaría
que aproxima el “yo” al prójimo, repitiendo tu boca la formulación original que conecta al individuo en la experiencia de todos, y le permite
comprender la gracia que se concreta por la mediación del que reaz, y así logra elevar la particularidad individual a la particularidad pública. Sólo
por medio de la plegaria, que es el resultado de la experiencia del sufrimiento común, te salvarás. No comprendiste las leyes de la piedad y
desperdiciaste Mi bendición que ordené sobre ti. Intenta ahora aprehender las leyes del sufrimiento. Tal vez logres corregir a través del dolor y del
pesar el pecado que cometiste otrora por alegría y felicidad aparentes.

Di-s les dice a los amigos de Job: “Ahora, tomad siete novillos y siete carneros, id donde mi siervo Job y ofreced por vosotros un holocausto; mi
siervo, Job, intercederá por vosotros”. He aquí que prueba a Job una vez más. Es desafiado públicamente: ¿acaso ya sabe orar por el prójimo y
participar de su dolor? ¿Aprendió algo a la hora del castigo y del enojo? ¿Se readaptó a una nueva fórmula de plegaria que ahora sí incluye a la
comunidad?: “Si suplicas por ellos, entonces vendrá su redención y también la vuestra y en atención a él, no los castigaré”. Sepan que Job logra
rescatarse de su encierro egoísta y penetra en el campo comunitario y participa de la vida del prójimo, y que la marginación se ha roto y en su
lugar aparece la socialización. La gran maravilla sucedió: Job se puso de repente a la altura de la plegaria judía. Descubrió la formulación en
plural, la medida de gracia que arrasta al hombre del campo privado al terreno público. Job comenzó a vivir la vida del conjunto, a sentir sus
dolores, a enlutarse n sus desgracias y a alegrarse en sus festejos. Los pesares de Job hallaron su verdadera corrección al quebrarse el encierro en
el que se encontraba, y Di-s calmó su indignación: “Después, Di-s restauró la situación de Job, al paso que él intercedía en favor de sus amigos”.

Y también nosotros presenciamos días revueltos, días de angustia y furia. Aprendices del dolor, estamos contaminados de desorden. Durante los
últimos quince años nos atormentan suplicios que no tienen parangón en la historia de miles de años de diáspora, humillación y exterminio. El
sufrimiento no concluyó con el establecimiento del Estado de Israel. Hoy por hoy el estado se encuentra en situación de crisis y peligro, y nos
invade el miedo y el pánico por la suerte del pueblo, siendo testigos oculares de la banda de malvados que con el apoyo de las naciones
occidentales, crece y altera la ley internacional, indiferente a los principios de justicia y rectitud. Todos se congracian con nosotros y al mismo
tiempo con nuestros enemigos, y se enlodan humillándose delante de ellos con sumisión e hipocresía repugnante. Cada cual busca su paz y
bienestar, mientras que con el pueblo que sufre se comportan como el rico que robó la cabra a su vecino pobre, débil y carente de influencia.
Surge, entonces, el conocido asombro metafísico, y el sufriente pregunta:

¿Por qué me haces ver la iniquidad y Tú contemplas la opresión?…el impío asedia al justo con lo que se pervierte el recto juicio”. Ciertamente y
según lo hemos acentuado con anterioridad, no corresponde tal interrogante referido a Di-s ni por otra parte el hombre le hallará respuesta, la que
permanecerá cerrada y sellada fuera del alcance de la lógica. Porque “no podrás ver Mi rostro, ya que no puede verlo el hombre y seguir
viviendo”. Cuando el instinto de la curiosidad mental acomete al Creador del mundo, justificar el juicio divino y reconocer la integridad de Sus
actos. “El es la roca, su obra es consumada, pues todos sus caminos son justicia”. Si de todos modos es bueno que el ser humano ahonde en esta
cuestión a la hora de la pesadilla, está en nosotros formularla de modo halájico: “¿cuál es el deber del hombre que sufre? ¿cuál la obligación que
nace del sufrimiento?”. A esta pregunta cabe, como expresamos anteriormente, una solución, la que se manifiesta en una ley sencilla. No se
necesitan especulaciones metafísicas para dilucidad las leyes de la capacidad correctora del mal. “No está en los cielos”. Si conseguimos enunciar
esta teoría sin ocuparnos de la pregunta de la causa y el fin, lograremos la salvación completa y se cumplirá en nosotros el pasaje bíblico que dice:
“Trazad un plan: fracasará. Decid una palabra: no se cumplirá. Porque con nosotros está Di-s”. Entonces, sólo entonces, nos elevaremos desde las
profundidades de la catástrofe dueños de un valor espiritual acrecentado y una gloria histórica poderosa, como está escrito: “Y aumentó Di-s al
doble todos los bienes de Job”- doble en cantidad y en calidad.

La teoría de la capacidad correctora del tormento, cuando se concreta, exige del sufriente valentía y disciplina espiritual. Debe armarse de fuerzas
poderosas y hacer un balance objetivo de su mundo: observar su pasado y contemplar su futuro con total sinceridad. No con facilidad le llegó a Job
la corrección por el sufrimiento. También nosotros, cobardes, atados de pies y manos y sin fuerza espiritual, somos exigidos por la Providencia a
resistirnos de un espíritu nuevo, alzarnos y elevarnos al nivel que exige la corrección por obra del sufrimiento. En su nombre es imprescindible
mirar la proyección de nuestra vida con Valentía espiritual e íntegro objetivismo. Este reflejo nos hiere desde el pasado y el presente al mismo
tiempo. Si la Gracia de Di-s, depositada sobre el individuo o sobre el conjunto, y concedida al hombre de modo natural, obligan al que disfruta de
ella a acciones determinadas (en la persecución de riqueza, respeto, influencia, gobierno y otros bienes que se obtienen mediante un trabajo tenaz)
se impone mayor compromiso tratándose de las bondades de Di-s reveladas de modo sobrenatural en virtud del milagro que escapa a las leyes
elementales del concatenamiento histórico. Esta gracia milagrosa enlaza al hombre con Di-s asignando el individuo una obligación total: realizar la
gran orden que clama desde la maravilla. Un imperativo trascendental acompaña siempre a una acción milagrosa, tal como indica el texto bíblico:
“Ordena al pueblo de Israel”. Pobre del acreedor del milagro si no lo reconoce y su oído se cierra y se niega a escuchar el eco imperativo que
clama y se eleva desde el
acontecimiento metahistórico.

Pobre del que disfruta de las maravillas de Dis sin que en él se encienda la chispa de la fe, ni tiemble su conciencia ante la visión de un
acontecimiento singular. Cuando un milagro no encuentra el eco correspondiente en actos concretos, la visión elevada se atenúa y degenera, y el
sentido de justicia comienza a inculpar al desagradecido acreedor del milagro. Nuestros sabios relatan en el Talmud: “Quiso Di-s ungir a
Jizkiahu… y dijo el sentido de justicia (“midat hadin”): ¿has de poner por ungido a Jizquiahau a quién dedicaste milagros y no pronunció cántico
alguno ante Ti?”. Entonces viene la angustia, la hora de los pesares. El sufrimiento es la prevención final con la que la elevada Providencia
advierte al hombre, cercenando la complacencia consigo mismo.

Al último aviso que surge del tormento se debe reaccionar inmediatamente, respondiendo a la voz de Di-s que llama al hombre: “¿Dónde estás?”.
El judaísmo ha sido muy estricto en la prohibición de perder el tiempo. Es muy sensible a la conciencia del tiempo. Cualquier demora es
considerada como un delito. El hombre pierde a veces su mundo por un solo pecado. ¿Qué es la demora sino una prohibición más?¿En qué
consiste la transgresión del Sábado sino en la ejecución de un trabajo un instante después de la puesta del sol, cuando estaba permitido un instante
antes de la misma? ¿En qué se expresa el desaprovechar un precepto sino en la demora de apenas unos minutos, como la lectura del Shemá
después de tiempo o la agitación del Lulav tras la puesta del sol?. Dos reyes de Israel, enviados de Di-s y héroes de la nación, pecaron, se
arrepintieron completamente y se confesaron. Uno no fue perdonado inmediatamente, y del segundo se compadeció Di-s y lo perdonó por haberse
confesado. Con Saúl se comportó según su medida de justicia desgarrándole el reino. Con respecto a David, mezcló justicia con piedad y su reino
no fue quitado de su descendencia. ¿Por qué agravió Di-s a Saúl y se apiadó de David?. Esta pregunta no precisa de una mayor profundización. Es
simple: David no se demoró en el momento decisivo y confesó inmediatamente su pecado; Saúl se entretuvo un poco y por ese retraso, se le
arrebató el reino. Cuando Natán, el profeta, se acercó a David y dejo oír su grito: "Tú eres el hombre", David se confesó sin dilatar su ruego a Di-s,
ni siquiera un instante. Dijo David a Natán: "He pecado ante Di-s”. Saúl perdió un minuto de oro, un instante precioso. Tras escuchar la reprensión
de Samuel –“¿Por qué no has escuchado a Di-s? ¿Por qué te has lanzado sobre el botín?”- comenzó a discutir con el profeta antes de confesarse:
“Yo he obedecido a Di-s, anduve por el camino por el que me envió”. Aunque en el mismo acto reconoció también su pecado con profundo pesar y
conmoción: “He pecado traspasando la orden de Di-s y sus mandatos”, pero esta confesión no vino en el momento indicado y esta breve tardanza
le costó el reino. Cuando se confesó, ya estaba proclamada la sentencia y habían comenzado las horas difíciles. “Hoy he desgarrado el reino de
Israel”. Si no hubiera desaprovechado Saúl el último momento, y no se hubiera contado entre los lentos, hubiera conservado el reino entre sus
manos.

¿Cuál es el significado del “Cantar de los Cantares” sino la descripción de la demora paradojal y trágica de la amada, embriagada de amor y
nostalgia, cuando la hora inminente le jugó una mala pasada? ¿Cuál es sino la pérdida de la oportunidad más grandiosa y sublime por la que soñó
y luchó, a la que deseó y buscó con pasión en el alma?. La amada, fina y delicada, encendida por un amante de bellos ojos, deambula en días
plenos de luz por senderos de viñas y terrazas de montes; por campos de trigo y jardines de árboles frutales, y en noches iluminadas por la pálida
luz de una luna espléndida o en noches oscuras –entre las murallas buscando a su amado; regresó a su tienda una noche tempestuosa y cansada y
agotada, se durmió. Un murmullo de pasos rápidos y livianos se dejan oír en el silencio de la tienda. En aquella noche secreta y extraña surgió
repentinamente el amante de entre las tinieblas y llamó a la puerta de su amada que tanto lo deseaba y aguardaba con tanta impaciencia.

Llamó y le suplicó que le abriera. ¡La voz de mi amado que llama!: “¡Abreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, mi perfecta!. Que mi cabeza
está cubierta de roció y mis bucles del relente de la noche”. El gran momento esperado ansiosamente con el corazón alborozado, pasó inadvertido.
El amante, evasivo y escurridizo, colmado de insomnio y pena, se presentó con su enrulada cabellera y sus ojos negros, la espalda fuerte y una
expresión definida en el rostro. Se paró frente a la puerta, extendió la mano hacia el hueco de la cerradura, pidió protección por la humedad
nocturna y quiso expresarle su vigoroso amor, sus anhelos y deseos; su vida íntima y necesidad de alegría, de la concreción de sus aspiraciones y
esperanzas. Tan sólo un breve movimiento de estirar el brazo y abrir la cerradura hubiese unido a los amantes, hubiera mediado entre el gran sueño
y su completa realización. De un solo salto pudo la amada conseguir todos los deseos de su vida –“llévame en pos de ti: corramos… por ti
exultaremos y nos alegraremos”. Pero perverso es el corazón y ¿quién lo probará?. Precisamente en esa noche, una obstinada y extraña flojera la
asaltó.

Por un brevísimo instante se ocultó el fuego encendido de sus anhelos, se contrajo el vigoroso deseo, se acallaron sus sentimientos y acallaron sus
sueños. La amada se negó a descender de su aposento. No abrió la puerta a su bello amado. Un desvió cruel engendró la indiferencia y el olvido.
Se encapricho la amada y holgazaneó; presentó cientos de pretextos para explicar su extraño comportamiento: “Me he quitado mi túnica, ¿cómo
ponérmela de nuevo?, he lavado mis pies, ¿cómo volver a mancharlos?”. El amado llamó y se marchó, y mientras crecía la intensidad de su
llamado también lo hacía la locura que enfría y ensucia. Al tiempo que el mormullo rompía el silencio de la noche, se endurecía más y más su
corazón. El amado siguió con su clamor en medio de su paciencia, en medio de su improrrogable súplica, junto a él sonó el reloj y se cumplió el
plazo. La amada no respondió a la voz de su amado, y la puerta de la tienda permaneció cerrada. La hora pasó y el ideal de una vida sublime
también pasó y se extravió. Sin embargo, la amada se despertó de su sueño después de unos instantes, y saltó consternada de su lecho para recibir a
su amado: “Me levanté para abrir a mi amado”. Pero este salto llegó demasiado tarde. El amado dejó de llamar y desapareció en la oscuridad de la
noche –“pero mi amado había seguido de largo”-. Se alejó la alegría de su vida, y quedó su existencia como un desierto desalojado, como un
granero vacío. Entonces, despertándose, volvió a su búsqueda febril. Aún vaga entre tiendas de pastores a su amado.

Se nos dice que el Mashiaj vendrá en una generación completamente justa o en una completamente sin méritos. ¿Por qué había de ser así? ¿si
puede venir en una generación completamente culpable, por qué no puede venir en una generación de méritos internos a dios? Ya podemos
adivinar la respuesta. La persona de méritos intermedios no puede ver todo el compás del mal, incluso cuando está decidida a arrepentirse. El
hombre completamente culpable, sin embargo, una vez que se decide por la teshuva, está tan abrumado por la fosa del mal en el que se encuentra
que se ve impulsado por una fuerza poderosa a elevarse a alturas no imaginadas. De modo que la generación culpable es la que pude traer al
Meshiaj.

Mosheh Rabbenu, el profeta de los profetas, realizó la hazaña única de haber bajado la Torah a la tierra. "El más fiel en toda la casa de Di-s"15 y
era "el más humilde de todos los hombres".16 ¿De dónde vino el tremendo poder espiritual que le permitió lograr todo ésto? Vino del hecho de
que fue educado en el palacio del Faraón y cuando era niño estuvo sentado en las rodillas del Faraón y gozó del afecto paternal de éste. Sabemos
que Egipto era la esencia de la impureza,17 habiendo alcanzado el portón 49 de la impureza. El Faraón se había erigido a sí mismo como Di-s y
era adorado como tal por los egipcios. El hecho mismo de que Mosheh se sabía tan cerca de la fuente de la corrupción, le dio el impulso que le
permitió alcanzar las alturas mismas del cielo.

En forma análoga, cuando Israel tuvo que ser preparado para recibir la Torah, Di-s no lo envió para este propósito a la academia celestial en donde
Mosheh había de obtener la Torah. Al contrario, los envió a Egipto para ser esclavos de una nación sumergida en el foso de la impureza. Esta baja
condición los llevó al punto de "gritar a Di-s". Fue este arrepentimiento, que tomó su ímpetu del extremo opuesto, lo que trajo a Israel a aceptar la
Torah y a un nivel superior al de Yejeskel, el el profeta."

En la Haggadah decimos "En un principio nuestros antepasados eran idólatras". Esto es una referencia a Teraj, el padre de Avraham. ¿Por qué es
que empezamos el relato del Éxodo en ese punto? ¿Y en verdad consideramos a Teraj nuestro antepasado? La cosa es que aquí relatamos acerca de
la grandeza de Avraham. Nació en la casa de un idólatra; toda su generación fue de idólatras, y todo el mundo, retrocediendo diez generaciones, no
había conocido nada más que una descarada desobediencia a la ley de Di-s. Cuando Avraham reconoció a su Creador y se percató de la terrible
corrupción que lo rodeaba, halló el incentivo para alcanzar la cima de la santidad. El impulso hacia este ascenso a la santidad, fue tan poderoso,
que fue transmitido a su descendencia y perdurará hasta el fin del tiempo. De la santidad que él alcanzó vendrá el Rey Mesiánico y la realización
del propósito del mundo.

Nos encontrarnos que siempre que se busca una oportunidad para capacitar a un tsaddik para que se eleve a nuevas alturas, se le arroja en un
medio completamente extraño. Se encuentra obligado a tolerar la compañía de individuos depravados. De ellos aprende lo que es la maldad. Al
reaccionar contra ésta, realizará un esfuerzo supremo para elevarse a las alturas de su potencial espiritual. Hallamos muchos ejemplos de este
proceso en la Torah, tan sólo mencionaremos unos cuantos.

Nos encontrarnos que siempre que se busca una oportunidad para capacitar a un tsaddik para que se eleve a nuevas alturas, se le arroja en un
medio completamente extraño. Se encuentra obligado a tolerar la compañía de individuos depravados. De ellos aprende lo que es la maldad. Al
reaccionar contra ésta, realizará un esfuerzo supremo para elevarse a las alturas de su potencial espiritual. Hallamos muchos ejemplos de este
proceso en la Torah, tan sólo mencionaremos unos cuantos.

El profeta Zejaria8 anuncia el día en que "Hashem será uno y Su nombre uno". El Talmud pregunta: "¿Es que El no es uno, ahora?". El Rabí Aja
bar Janina contesta: "Este mundo no es como el próximo. En este mundo decimos "Bendito sea El que es bueno y hace el bien" cuando oímos
buenas noticias, y decimos "Bendito sea el juez verdadero", cuando escuchamos malas noticias. En el siguiente mundo será siempre "...Quien es
bueno y hace el bien". (Esta respuesta significa que la unidad de Di-s no está tan claramente reconocida en este mundo, dado que aún la persona
más devota percibe aún ciertos sucesos como "malos"). Se dice de Najum; Gam-Zu10 que a todo lo que sucedía — incluso si se trataba de algo
que parecía tener trágicas consecuencias para todo Israel no dejaba de decir gam zu le-továh ("también ésto es para bien"). Pero aunque
ciertamente reconocía en las profundidades de su corazón que lo aparentemente malo era esencialmente bueno (nuestros Rabís hablan tan solo de
verdaderos logros espirituales) aún tenía que decir "Bendito sea el juez verdadero" frente a tales noticias, y no "Bendito sea El que es bueno y hace
el bien". Mientras él estuviese en este mundo la sombra de este mundo evitaba que experimentase con toda su plenitud lo bueno que yace bajo
todo lo que parece ser malo."

EL HEREDERO
Es el din que a la muerte su hijo debe pronunciar la bendición "Bendito sea el juez verdadero". Si él y sus hermanos heredan propiedades por su
muerte, también deberá decir "Bendito es El que es bueno y hace el bien". Esto es aplicable incluso si el hijo estaba dedicado a su padre con todo
su corazón y su alma, e incluso si es tan grande en Torah y en el servicio de Hashem que el dinero nada significa para él. Incluso en tal caso aún
tiene que bendecir a Hashem, que en su bondad le permitió heredar propiedades. Esto es muy difícil de entender. ¿Puede tal hijo en medio de su
tremendo pesar hallar lugar en su corazón para pensar en el dinero que va a heredar? Es verdad que en el mundo de su conciencia no va a presentar
tal pensamiento, pero en las profundidades secretas, la "sombra" del mundo está allí y el grado de su goce se mide por el tamaño de la "sombra".

SOMBRA CORPORAL
Si la luz solar entra a un cuarto, cualquier cuerpo que la obscuresca arroja una sombra; incluso el vidrio de una ventana obscurece algo de la luz y
arroja una ligera sombra, aunque sea casi imperceptible. En el servicio de Hashem la meta última es hacer que nuestro yo interior se muestre en
conformidad con nuestras acciones; tal y como dicen nuestros Rabís: "Cualquier talmidjajam cuyo interior no es lo mismo que su exterior no es
talmidjajam".' Este proceso se llama, en nuestros libros santos, "purificación del material". La persona retira progresivamente de su corazón el
bloqueo causado por inclinaciones materiales, permitiendo que entre y alumbre la luz pura del espíritu, que es la luz de Hashem. Tal y como lo
pensó el rabí Mosheh Jayim Luzzatto2 la luz de Di-s ilumina continuamente en toda su intensidad. Podemos gozar de ella solamente si limpiamos
las ventanas de nuestra alma de la mugre acumulada del materialismo y la dejamos entrar.

AL ULTIMO LIMITE
Incluso un gran tsaddik, cuyo corazón ya no bloquea el acceso de la luz, aún vive, en cierto grado, en la sombra. Aún vive en este mundo, que la
Kabbalah llama el "mundo inferior" y aún posee libre albedrío. Se deduce que el mal ha de tener aún enfatizan "para ustedes, o sea, para su goce".'
El rabí Simja Zissel señala que estas palabras también van dirigidas a Mosheh Rabbenu. Aunque todas sus acciones fueron en aras del cielo el
comer y todas las actividades corporales eran esencialmente espirituales aún en él había un ligero residuo del "yo". En este aspecto era aún posible
para la Torah decir incluso a él "para tí, para tu propio goce".

MOSHEH
Mosheh Rabbenu, el profeta de todos los profetas, vio lo divino a través de un "lúcido vidrio de ventana".3 No existe visión más clara en este
mundo. La Torah dice "Mosheh ascendió hacia Di-s".4 Sin embargo nuestros Rabís comentanVNo más allá de diez codos". O sea, que en verdad
"ascendió al cielo" en un sentido espiritual, pero no completamente; no fue capaz de penetrar (metafóricamente) los últimos "diez codos" que lo
habrían llevado directamente fuera de este mundo. Las ventanas de su alma eran como vidrio claro, pero nadie puede escapar completamente de la
sombra de este mundo.
La Torah dice6: "Al octavo día habrá una reunión festiva para ustedes", y nuestros Rabís

SOL DE CURACIÓN
"En el futuro, Hashern liberará al sol de su vaina. Los tsaddikim serán curados por él"...is ¿Serán curados? ¿De qué enfermedad? De la enfermedad
de "este mundo". Incluso aquella persona cuya alma goza de buena salud aún ve la luz espiritual a través de un filtro: el filtro de "este mundo". En
este mundo todo está sombreado. Las almas se curan cuando se quita la sombra de la luz, cuando la sombra desaparece.

REFINANDO LA SOMBRA
Los métodos que deben adoptarse para la constante refinación de la sombra corporal, son los mismos que los usados para refinar la influencia del
cuerpo mismo. Sobre el versículo17 "Y Avraham estaba viejo, lleno de años", el Zohar" señala que todo momento es una oportunidad para avanzar
un escalón en la escalera del progreso espiritual. El logro de Avraham Avinu fue que había avanzado a lo largo de todos los posibles niveles de
progreso representados por todos los momentos de su vida. En otro pasaje declara el Zohar'VAvraham llegó al lugar en donde había día y no
noche, más allá de la influencia de "este mundo" que es comparable a la noche". También dicen los Rabís20: "El (Avraham)pasó a través de la
puerta abierta al mundo por venir. -"¿Qué es esta puerta abierta?" David dijo a Di-s: Muéstrame la puerta abierta ai mundo por venir. El contestó...
El camino de la vida es seguir el mussar?1 Vemos que la puerta ai mundo por venir no es otra que el estudio de mussar. De modo que cuando
Avraham llegó a la altura de su madregah el sitio en el que la noche
de "este mundo" había perdido su fuerza ¿qué trabajo debía realizar aún? Debía estudiar mussar para refinar la "sombra" residual de este mundo.

El servicio de los grandes Tzadikim que ya se han purificado de sus tendencias materialistas y egoístas radica en la purificación adicional de la
"sombra" del materialismo y del egoísmo a un grado aún más diáfano. Proceden en seguida a eliminar incluso la s.ombra de esa sombra, hasta el
límite último de la capacidad humana. Podemos enterarnos de la existencia de esta "sombra" gracias a los dichos de varios de nuestros Sabios.

Para crecer en una vida de Torà y Mitzvot afirman nuestros sabios que los bnei Torah (los hijos de la Torà) deberían establecerse en una
comunidad no como individuos sino como grupo. Un mínimo de diez familias juntas crearía su propio ambiente. Crearían un Kolel u otras
instituciones e influirían sobre la comunidad desde una posición de fuerza. Este es el significado de asumir la responsabilidad de la Torà
controlando el ambiente circundante. Es una o quizás la mejor forma de realizar y/o triunfar en la trascendente tarea y reto de una vida de Torà,
cumpliendo asì con el propósito de la creación. No obstante, lo ideal no siempre es lo general o està garantizado. La oscuridad se cierne sobre la
creación y el trabajo del judío es producir luz dentro de la oscuridad. Luz a las naciones, dice la Torà. "Luz de la Obscuridad" demuestra como en
forma paradójica, un mal ambiente puede tener para cierto tipo de persona, poderoso efecto para el bien. Desde luego que este principio es
aplicable solamente cuando la persona se encuentra en un mal ambiente sin culpa alguna. Uno nunca debería escoger el hecho de vivir en un mal
ambiente.

Mucha gente cree que el ambiente sólo ejerce una influencia significativa sobre los niños y los débiles mentales. Esto es falso. El ambiente ejerce
importantes efectos, aún para los mejor dotados. Cuando Mosheh llegó a Midian, un refugiado de la "justicia" egipcia, Yitro, el sacerdote de
Midian, le ofreció alojamiento. El versículo dice: T Mosheh estuvo de acuerdo en quedarse con el hombre (Yitro) y le dio a su hija Tsippora por
esposa" Shemot (Éxodo) 2:20. Sobre este versículo hacen un notable comentario nuestros Rabís en Talmud Mejilta, Parashat Yítro; citado en
Yaíkut Shim'oni, I 169: Cuando Mosheh pidió a Yitro que le diese a su hija Tsippora por esposa, Yitro dijo: "Acepta un cosa que te voy a decir y te
la daré a ti". ¿Qué es? ,dijo Mosheh. Yitro respondió: "El hijo que te nazca será primero para la idolatría, y de allí en adelante, para el Cielo". El
aceptó ésto. Yitro dijo: "Jura sobre ésto" y él hizo un juramento, y dice (en hebreo) va-yoel Moshe; la palabra va-yoel siempre significa un
juramento. Desde hace mucho, hemos encontrado difícil este comentario. ¿Cómo hemos de entender que Mosheh Rabbenu estuvo de acuerdo en
entregar a su hijo primogénito a la idolatría, respaldando su afirmación con un juramento? ¿Y cómo han de deducir los Rabís cosa tan
extraordinaria de las palabra va-yoel?. Incluso si esta palabra se refiere a hacer un juramento ¿qué indicación hay sobre el contenido del
juramento?

El Maharal de Praga ha explicado (en un marco diferente), en la Aggada, que cuando nuestros sabios describen conversaciones que ocurrieron, no
siempre se refieren literalmente a ello. Los hechos hablan por ellos mismos. A veces ciertas ideas pueden estar implicadas en una situación "x"; o x
puede hacer aflorar ciertos pensamientos en la mente de una persona. Esto puede describirse en términos agádicos como:" x dijo ésto y ésto".
Haciendo uso de esta introspección, en nuestro marco de referencia, podemos sugerir que cuando nuestros Sabios dicen que Mosheh "hizo un
juramento" para hacer cierta cosa sugerían que este resultado estaba implícito en la situación. Al "consentir" (el significado literal de va-yoel) en
vivir con un hombre que aún no había aceptado por completo el servicio de Hashem, Mosheh se obligaba a la consecuencias que pudiesen resultar
de su acción. (Un juramento es tan sólo otra forma de expresar un compromiso). Aquí podemos ver la tremenda importancia del ambiente, incluso
en una personalidad tan fuerte como Mosheh Rabbenu.

Cuando Mosheh llegó a su casa, Yitro ya había abandonado la idolatría y a resultas de ello ya había sufrido ostracismo de parte de lo midianitas."
El hecho de que antes Yitro haya adorado a todas los dioses del mundo, abandonando uno tras otro (Rashi sobre Shemot 2:16) muestra (de acuerdo
con el rabí Simja Zissel) la presión que sentía para llegar a la verdad a cualquier precio. Mosheh podía muy bien asumir que, guiado por él, Yitro
pronto aceptaría el servicio de Di-s verdadero. Esto anterior se nos señala como un ejemplo DEL SENDERO de una persona HACIA LA
VERDAD.

Pero Yitro para entonces aún no lo había hecho. De acuerdo con el Targum Yonatan tan pronto supo que Mosheh era un fugitivo de Egipto, temió
las consecuencias de que el Faraón supiese que Jo estaba acogiendo, y por lo tanto, lo tuvo prisionero en un calabozo en su casa a donde Tsippora
le trajo comida cada día, por diez años. Sin embargo Mosheh es criticado implícitamente por nuestros Sabios por haberse quedado voluntariamente
con un hombre que aún no era fiel siervo del Todopoderoso. Se nos dice que si una persona, no importa que tan Grande, acepta quedarse en un
ambiente dudoso, en el fondo de su corazón, ya se ha comprometido a todas las consecuencias de tal decisión, incluyendo el efecto sobre los niños
que nazcan en ese ambiente. Una decisión es como un juramento. La persona que jura se compromete a seguir el sendero escogido hasta el final.

Desde luego que en el caso de Mosheh podemos entenderlo tan sólo en el sentido de tendencias muy finas, casi imperceptibles del corazón. En
tales casos, nuestros Sabios no hablan de pecado sino de la "sombra" de un pecado.7 Sin embargo las consecuencias fueron terribles. El hijo del
primogénito de Mosheh, se convirtió, de hecho, en sacerdote de un culto idólatra en una ciudad del norte de Eretz Israel.8 Para enfatizar la
conexión se hace uso de las mismas palabras "él consintió en quedarse con el hombre"9 — acerca del nieto, que usa la Torah para con su ilustre
abuelo.1 El Targum Yonatan,10 explica que el hijo de Mosheh que no fue circuncidado" era de hecho Gershom, su primogénito e "Yitro no había
permitido que fuese circuncidado... por la condición que se había acordado entre ellos". Parece obvio que el Targum Yonatan cree que el pacto
antes mencionado, tuvo lugar tal como se describe. Ba'al Haturini12 explica que Mosheh estuvo de acuerdo con ésto, porque estaba seguro de que
convencería a su suegro del error de sus sendas, como efectivamente lo hizo.13 Pero a pesar de sus buenas intenciones, Mosheh fue castigado y su
nieto llegó a ser sacerdote idólatra, como se explicó antes.'4

ELECCIÓN DEL AMBIENTE


De ésto podemos aprender mucho acerca de la importancia del ambiente. Si una persona está de acuerdo en establecerse en un ambiente que está
poco dedicado al servicio de Hashem aún cuando lo haga por el mejor de los motivos podemos estar seguros que en el fondo de su corazón esa
persona ya ha aceptado degradar su propio servicio en el ambiente. A los ojos del Cielo ya ha dicho sí a todas las consecuencia, incluyendo los
efectos sobre la conducta de sus niños y su familia. En el fondo de su corazón, ya está al tanto de todas las posibles consecuencias. Por otro lado, si
una persona decide, por cualquier razón ir a vivir en un ambiente fuerte en la observancia de las mitzvot y lleno de espíritu de la Torah, ha
escogido la vida para sí mismo, para sus hijos y su hogar hasta el fin del tiempo. Todas la consecuencias benéficas que resultan de ese paso, serán
meritorias para él. "La medida del bien es más grande que la medida del castigo".13

Se ha sugerido ésto (Siftey Jajamim a Shemot 2:16). Puesto que Yitro había ya abandonado la idolatría ¿cómo es que impuso tal condición?. Una
de las respuestas que se ha dado es que Yitro había llegado a la verdad por el camino duro, probando antes todas las idolatrías y hallándolas
deficientes, y quiso que su nieto siguiese el mismo camino. De acuerdo con esta explicación, la traducción de la condición no es "El hijo que
nacerá de tí primero, será para la idolatría... sino "El hijo que nacerá de tí será, primero para la idolatría" y después para Hashem.A.C 15 Sota lia.
Presentado en la Ponevezh Yeshiva, Bnei Brak, Nissan 5713 (1953)

EL PELIGRO DE UN MAL AMBIENTE


Hemos de saber que todas las personalidades que aparecen en la Torah, incluso las malvadas, son grandes personas, en el sentido de que están
dotadas de grandes dotes intelectuales y de fuerza de carácter sobresaliente. Son malvadas porque han decidido utilizar sus grandes cualidades
para los propósitos equivocados. En la Torah de Hashem, nunca aparecen tontos o idiotas.

LUZ Y OBSCURIDAD
Datan y Aviram, los enemigos de Mosheh Rabbenu,' también cruzaron el Mar Rojo sobre tierra seca y vieron la gloria de Hashem, como dice el
versículo:2 "Este es mi Di-s y yo le alabaré" (a lo que comentan los Rabís:"En el Mar Rojo incluso una sirvienta vio más que el profeta
Yejezkel").3 Datan y Aviram también oyeron la poderosa voz proclamando cara a cara "Yo soy Hashem tu Di-s...", "No tendrás otros Di-ses fuera
de Mi..." Entonces ¿cómo es que pudieron pecar tan vergonzosamente? La respuesta está en que el corazón del humano tiene dos caras. Contiene
luz y obscuridad, yetzer tov y yetzer ha-rá. Ambos están presentes juntos, como el mundo al principio de la creación: "luz y obscuridad operando
en confusión".4

CONTRADICCIÓN HUMANA
Echemos una ojeada al episodio del manná.5 Todo Israel se llenó de asombro al ver este único don del cielo y Mosheh Rabbenu les explicó las
características especiales de este alimento milagroso. Vieron con sus propios ojos que todo lo que decía era verdad; vieron como cada uno trajo a
casa exactamente la misma cantidad sin importar que hubiese recogido más o menos,6 y como el manná distinguía entre la gente, cayendo cerca
de las tiendas de los justos y lejos de las tiendas de los malvados.7 Descubrieron también el notable hecho de que uno podía sentir, en el manná, el
sabor que uno desease.8 Se dieron dos mitzvot en relación con el manná: no dejar nada de él para el día siguiente y no salir a recogerlo en Shabbat.
Uno podría creer que después de presenciar estos milagros, estaría fuera de la mente de cualquiera el violar estas mitzvot. Sin embargo, nos
encontramos con que Datan y Aviram las violaron,9 a pesar del hecho de que ellos, igual que los demás, habían visto los milagros. Nos asombra el
grado en que la gente puede albergar en su corazón tan patentes contradicciones.

EL CONTACTO CON PECADORES


Más adelante, en el climax de la gran rebelión de la que fueron líderes Datan y Aviram, leemos:10 (Mosheh)habló a la congregación con estas
palabras: Alejaos de la tienda de estos hombres y no toquéis nada de ellos, para que no seáis destruidos por sus pecados. El rabí Avraham ibn Ezra
comenta:"No toquéis nada de ellos: si ellos quisieran salvar sus propiedades, ellos descenderían vivos a la fosa, con ellos". Y el Rambam añade:
"Esto puede ser comparado al caso de la mujer de Lot, que miró atrás y se convirtió en un pilar de sal". Parece deducirse, del comentario de Ibn
Ezra, que si cualquier israelita hubiese puesto manos sobre alguna de las posesiones de los rebeldes, se habría visto tan adversamente afectado en
su nivel espiritual, que hubiera sido condenado a la aniquilación espiritual y hubiera descendido vivo a la fosa con ellos. Lo que se hace aparente,
con la mayor claridad, en el peligro extremo de un mal ambiente. Incluso el contacto más ligero con tal ambiente, puede amenazar todo el
desarrollo espiritual de uno.

PELIGRO DE MIRAR HACIA ATRÁS


Unos renglones atrás señalamos que Rambam habla de la advertencia hecha a Lot, por el ángel encargado de la destrucción de Sodoma: "No mires
detrás de tí"12 y nos habla de la desgraciada suerte de la esposa de Lot, que desobedeció este mandamiento." Nos queda aún por comprender el
significado de esta advertencia y las tremendas consecuencias de ignorarla. Rashi comenta:12 "No mires detrás de tí: Pecaste con ellos y estás tan
sólo siendo salvado por mérito de Avraham; no eres digno de presenciar su destrucción, mientras tú escapas".Comprendemos que "por mérito de
Abraham" significa ya sea ahorrarle a Avraham el dolor de presenciar la destrucción de Lot o bien que Avraham pudiese llenarse de gratitud a Di-s
por salvarlo. En otras palabras, la vida de Lot se convertiría en un "instrumento" para el servicio de Avraham al Todopoderoso.13 Si es así, parece
extraño que estas mismas buenas razones pudiesen ser puestas a un lado, si Lot viese hacia atrás y presenciase la destrucción de Sodoma, ¿Cómo
es que ahora sería correcto que Avraham pasase por sufrimientos inmerecidos o que perdiese un "instrumento" que necesitaba para generar gratitud
a Hashem?

EFECTO PERVERSO
Es obvio que el presenciar el castigo del malvado, puede tener efectos opuestos en una persona. En otro lado hemos discutido14 el profundo
comentario del rabí Menajem Mendel de Vitebsk sobre la Quemara15: "Aquel que ve la desgracia de la Sota debe hacer un voto de abstención del
vino". Escribe él,16 que el presenciar un castigo por una maldad puede a veces tener un efecto adverso sobre una persona. El creer que él ya sabe
ahora todo acerca del pecado y su castigo, puede crearle un falso sentido de seguridad. Otra razón es que el pensar en el tema, le puede despertar
un deseo perverso hacia el pecado, como en el caso del Midrash17 del ebrio, a quien le fue mostrado otro ebrio revolcándose en el lodo. En lugar
de alejarlo del pecado, la visión tan sólo hizo que le preguntase al ebrio, en el lodo, en dónde había conseguido vino tan fuerte. De modo que "tú
no eres digno de ver su castigo". Nos señala el peligro que había en que Lot viese de nuevo a los sodomitas y se viese atraído hacia su órbita. El
ver el castigo puede en forma perversa despertar en él la atracción hacia el pecado. En vez de escapar de todo contacto con la maldad, puede
haberse visto tentado a anhelarla y caer de nuevo en sus garras.

LA REDENCIÓN DE LOT
Avraham sentina dolor ante la pérdida de Lot, sólo mientras pensase que podía salvar a Lot moral y espiritualmente. Si Lot se sumergiese en un
estado en el que el amor y el interés ya no podían ayudarle espiritualmente, la razón para el dolor y el sufrimiento de Avraham desaparecería. Sería
mejor para el pecador aceptar su castigo que vivir sin castigo, es decir, sin corrección. Por la misma razón la salvación de Lot no podría generar
una oleada de agradecimiento de parte de Avraham. Si Lot tuviese una atracción por Sodoma, el evitar su castigo no sería acto por el que Avraham
estaría agradecido. (Abraham había tratado de usar sus méritos para salvar a Sodoma, pero por implicación, había aceptado que si no había
suficientes hombres justos en Sodoma para salvarla de su corrupción moral,18 aceptaría su destrucción. Si Lot mostrase estar irremediablemente
unido a Sodoma, no hay duda de que lo mismo era aplicable a él).

EL CONTAGIO DE LA MALDAD
Al explicar porqué no les fue permitido mirar detrás de ellos, Rambam agrega un aspecto adicional y escribe:19 El mirar el aire de un lugar
afectado por pestilencia u otras enfermedades contagiosas es peligroso y puede hacer que uno atrape la infección; el pensar sobre ello puede tener
el mismo efecto. Es por ello que el hombre atacado por tsara'at, debe ser encerrado20 y debe vivir en aislamiento.21 Es también por ello que la
mujer de Lot se convirtió en pilar de sal. La peste penetró en ella cuando vio el azufre y la sal descendiendo sobre ellos del cielo. En el mundo
físico hallamos microbios que flotan en el aire y que pueden causar enfermedades en los seres vivientes en los que penetran por inhalación,
ingestión u otro medio. La esencia espiritual de la enfermedad, también afecta a una persona por contacto o a través de la vista. De hecho, la
verdadera causa de la enfermedad es el germen de la corrupción moral, no la bacteria que vernos en el microscopio. Como dijeron nuestros
Rabís:22 "No es la serpiente la que mata, es el pecado lo que mata".

LAS VERDADERAS CAUSAS DE LA ENFERMEDAD Y SU CURACIÓN


El factor físico que percibimos con nuestros sentidos y que parece ser la causa de la enfermedad o de la muerte, es en realidad tan sólo una prueba
para nosotros. Su función es ocultar la verdadera causa espiritual (Es un error preguntar cómo es que ayudan los medicamentos, que no curan la
enfermedad espiritual. La respuesta está en que, así como la enfermedad física es una prueba, así es también el remedio físico una prueba. De
hecho, la curación de la persona es función sólo del factor espiritual. Esto puede suceder porque el individuo ha corregido su mala acción o porque
Hashem retira el castigo por gratitud, o la cura en sí puede ser una prueba: es posible que se arrepienta y reconozca la bondad de Di-s, o tal vez
ocurra lo contrario y endurezca aún más su corazón).

CONCLUSIÓN
En todo caso hemos aprendido de Rashi y Rambam cuan grande es el peligro de una asociación estrecha con los malvados. El solo hecho de
verlos, de ver su. castigo, puede amenazar con aniquilamiento a una persona y ni los méritos de Avraham Avinu podrán ayudarla.

EMUNA DEFECTUOSA
¿Cómo son las cosas a nuestro nivel? Todavía no hemos oído a alguien decir "Ven, vamos a hablar lengua de lunáticos", pero no nos importa decir
"Fulano se hizo rico porque es un hombre de negocios notable" o "La victoria del general Mengano se debió por completo a su superior
estrategia". Leemos tales cosas en la prensa y no hallamos nada equivocado en ello, aunque hemos aprendido que "la carrera no la gana el rápido
ni la victoria es del poderoso, ni va el pan al sabio ni las riquezas al listo".45 Esto tan sólo puede significar que nuestra emuná es defectusa. Hemos
caido en la trampa contra la que nos advirtió Moshe Rabbenu:46 'Ten cuidado de no olvidar a Hashem... y te digas a tí mismo: Es mi poder y la
fuerza de mi mano que han hecho toda esta riqueza. Haz de recordar a Hashem... ya que es El quien te da el poder para crear la riqueza" De
acuerdo con el Targum Onkelos las últimas palabras se refieren no solamente a la fuerza física, sino también a los poderes intelectuales y a la
inventiva que trae nuestro éxito material. No son nuestros, sino el don de Hashem. En la esfera de la guerra también sabemos que las proezas de
los generales son ilusorias; es Di-s quien decide las batallas.47,48

INVERSIÓN DE CAUSA Y EFECTO


La verdad es que aquello que consideramos la causa la proeza es en realidad el efecto. La verdadera causa es la decisión de Di-s de hacer a una
persona rica o de conceder una victoria a cierto ejército. Habiendo tomado esta decisión, El concede las capacidades adecuadas a la persona o al
general, de modo que la implantación de la decisión parezca venir por medios "naturales".48 Se deduce que la persona que considera a la
naturaleza como una causa independiente, realiza una ridicula inversión de la realidad. ¿Nos percatamos de que cuando hablamos en esta forma,
estamos hablando lengua-idiota? Aquí tenemos un ejemplo de idolatría oculta, la cual ni tan siquiera notamos y de la cual ciertamente nunca nos
arrepentimos.

FE Y CONFIANZA
En esta serie de tres artículos, el rabí Dessler comparte con nosotros sus puntos de vista sobre la naturaleza de la fe o emuná. Debe señalarse que
para el rabí Dessler la fe en Di-s no requiere de un "salto a la obscuridad". Al contrario, para él la emuná es básicamente cosa de sentido común.
Cerca del principio del primer artículo, cita una fuente que dice que "la fe es aplicable a aquello que no puede ser captado por el intelecto" y
comenta que "ello necesita aclaración". Necesita aclaración, porque como generalmente se le interpreta, parece contradecir la propia convicción
del rabí Dessler de que la emuná es eminentemente razonable y racional. No regresa a esta declaración en este artículo, pero a partir de lo que se
dice en el curso del artículo, es obvio que la interpretación del rabí Dessler es muy diferente de la usual. Su interpretación es que la fe se aplica a
aquello que aún no ha sido captado por el intelecto. Una vez que uno lo ha captado intelectualmente y ha visto lo absurdo de lo opuesto, uno lo ha
hecho propio y la fe ya no viene al caso. La fe es entonces adecuada para el siguiente orden de ideas, las que uno aún no ha captado, pero hacia las
que uno está trabajando. Son las ideas que una persona ha captado plenamente y ha aplicado — lo que el rabí Dessler llama "fe justificada" — las
que tienen el poder de cambiar la vida de uno. El proceso está lejos de ser fácil. Se precisa de gran fuerza moral para mantener al intelecto por la
senda correcta. El segundo artículo nos proporciona un imponente análisis de la dinámica de la negación de Di-s. En el artículo "El Principio de la
Unidad a través del Tiempo", el rabí Dessler muestra como la mitzva de la emuná puede verse modificada en su contenido y énfasis en climas
intelectuales cambiantes y seguir siendo esencialmente la misma mitzva. Estas pláticas fueron pronunciadas en la Yeshiva de Ponevezh; la primera
en Erev Rosh Hashana 5712 (1951) y la tercera en Elul 5713 (1953). La redención surge de la fe. Este concepto es expresado en forma hermosa
por nuestros Rabís:1 Como recompensa a su fe,2 Avraham Avinu heredó este mundo y el siguiente... Israel fue redimido de Egipto por su fe... (Así
fue) con Mosheh: "sus manos eran fe".4 ...Y en forma similar, los exiliados serán dignos de redención, solamente a través de la fe...

DOS ASPECTOS DE LA FE
Aparece escrito en nuestras fuentes que la fe es aplicable a aquello que no puede ser captado por el intelecto. Esto merece ser aclarado. Existen dos
aspectos de la fe: (1) La fe en los Sabios de Israel: Una persona cree lo que le es enseñado por sus rabís y sus padres. (2) Fe en Hashem: Una
persona nota la asombrosa complejidad de las criaturas a su alrededor y se percata de la insondeable sabiduría que hay bajo su estructura. También
se da cuenta de la providencia personal y precisa de Hashem, sobre los problemas de los hombres. De todo ésto obtiene un cuadro claro de
Hashem, como
autor de todas las cosas. Ambos aspectos tienen un elemento en común. Derivan de un fino sentido de corrección. El corazón del individuo le dice
que es imposible que sus padres y maestros le hubiesen dicho mentiras y que deliberadamente lo engañaron para despojarlo de los placeres de este
mundo. En forma análoga, su corazón le dice que una máquina tan grandemente compleja como el universo todas sus partes encajan con
asombrosa precisión no puede haber aparecido sin deliberada intención. Esto le' parece a él tan ridículo e improbable, como si mil partes de reloj
cayesen sobre el suelo e inmediatamente se arreglasen en un número dado de relojes funcionando con precisión. Su sentido de "la verdad" le
muestra así con .perfecta claridad en qué debe creer. Este "sentido de la verdad" es por lo tanto idéntico a la fe. (Desde luego, algunas cosas
pueden ser decididas directamente por el intelecto, porque pueden deducirse en forma lógica a partir de las premisas, como en las matemáticas).

EVIDENCIA CIRCUNSTANCIAL
La mente humana está preparada para confiar en el sentido común o en el "sentido de la verdad" aún en asuntos de vida y muerte. La ley de la
Torah precisa de testigos visuales, en casos que ameriten la pena capital. Si no fuese por ese requisito especial, la mente humana estaría preparada
para condenar un hombre a muerte basándose en fuerte evidencia circunstancial, como de hecho se hace todos los días en las cortes gentiles. Puede
suceder, por ejemplo, que se encuentra a alguien muerto, acuchillado, con la daga aún en su cuerpo; hay huellas de pisadas en el polvo y cerca se
halla un pañuelo manchado de sangre. Se descubre a un hombre que es dueño tanto de la daga como del pañuelo y hay testigos que lo vieron
acechando cerca del lugar, no mucho antes de la hora del asesinato, y las huellas de las pisadas halladas en ese lugar, corresponden a las que
estaban cerca del cuerpo. Además, este hombre tenía un fuerte motivo para matar a la víctima y había expresado intención de hacerlo. La defensa
alega que simplemente estaba paseando cuando viao alguien y lo despojó de sus zapatos, su cuchillo y su pañuelo y ese alguien es el verdadero
asesino. ¿A quién creerá el jurado? Y si la policía encuentra los zapatos ensangrentados escondidos en la casa deí sospechoso ¿es que alguien va a
creer el relato, de que el desconocido los escondió allí para implicarlo en el crimen?

ESTE UNIVERSO ASOMBROSO


En tal caso creeríamos sin vacilar que el sospechoso es de hecho el asesino y lo condenaríamos a muerte. Nuestra certidumbre está basada en el
sentido común y en el sentido de la verdad. Incluso si la evidencia circunstancial se multiplicase mil veces no se acercaría al enorme peso de la
evidencia en favor de un creador sumamente sabio, deducida de los millones y millones de partes intrincadamente coordinadas en este asombroso
universo. Cualquier intento de negar ésto y de afirmar que todo vino por una serie de accidentes inexplicables, es tan solo un pensamiento
defectuoso.

UN CONCEPTO JUSTO
Este sentimiento es lo que es llamado emuná o fe. Cuando uno medita más profundamente en lo correcto y en la verdad de esta conclusión, se
puede hacer tan clara en su mente como una proposición matemática. Puede uno ver entonces con sus propios ojos que la alternativa es falsa y del
todo ilógica. Cuando ve ésto con la misma vividez que una percepción sensorial, entonces podemos decir que su concepto es justo, que se trata de
una deducción verdadera e intelectual. (Y es esta fe justificada la que tiene el poder de cambiar la vida de una persona). "El hombre justo vive en
su fe".3 La justicia, el isedek, recibe su verdadero contenido y vitalidad de la fe. Avraham creía en Di-s y El se lo reconoció como "una acción
justa, tsedaka.2 Es decir, que puesto que creía y había entrado al primer estadio, Di-s lo contó como resultado final, que a través de su fe
eventualmente alcanzaría el tsedek, el concepto justo que es la conclusión intelectual verdadera.

POR QUE LA FE ES VULNERABLE


Puesto que la emuná es una conclusión basada en el sentimiento de lo correcto, es vulnerable a la influencia del prejuicio personal. "El soborno
ciega los ojos del sabio y distorsiona las palabras del justo".6 Distorsiona las "palabras justas"7 y hace al sabio "incapaz de ver la verdad"8 tal
como lo explicamos ampliamente en "Las Raíces del Mussar".9 Esto se refiere desde luego a aquellas conclusiones que pueden ser alcanzadas
solamente a través del sentido de lo correcto. El efecto de la desviación provocada por un interés personal es debilitar este sentido y así deformar
el proceso de razonamiento. (El razonamiento matemático, como la simple aritmética, no está sometido a la interpretación alterna y por lo tanto no
puede ser distorsionado). Es por ello que se declara en nuestras fuentes que la negación de Di-s tiene sus raíces en el deseo físico, tal como dicen
nuestros Rabís:10 "Israel nunca sirvió a ídolos, por ninguna otra razón que la indulgencia sexual que fomentaban".

DE LA FE A LA RAZÓN
Grandes hombres alcanzaron gran altura espiritual trabajando constantemente sobre su fe. Lo que era fe para ellos un día se convirtió en
conclusión racional al día siguiente y entonces la concebían como justa. Lo que había encima de ésto era para ellos aún asunto de fe, hasta que
también fue convertida en tsedek a través de un esfuerzo continuo, como se explica arriba en relación con el versículo "....El se lo reconoció a él
(Avraham) como tsedaka".2 El profeta Yesha'yahu dice del Mashiaj:" "Tsedek será el cinto de su cintura y emuná será la banda de sus lomos".
Sobre este versículo comenta el Zohar:12 "Aunque éstos (cintura y lomos) son idénticos, se refieren a dos niveles diferentes, uno arriba y el otro
abajo. Arriba se le llama cintura y abajo se le llama lomos". Esto confirma lo que hemos explicado arriba. De la emuná que es el estadio inferior
llega uno al tsedek que es el estadio más alto.

EL IMPULSO HACIA LA VERDAD


El Zohar las llama "idénticas" porque básicamente ambas están relacionadas con estar al tanto de la verdad."No hay emuná sin verdad",13 y
decimos en la oración vespertina "Verdadero y fiel, una ley no modificaba e". La verdad es colocada en primer lugar, porque todo el proceso
depende de que exista primero un deseo sincero, un irnpulso, para descubrir la verdad. La búsqueda de la verdad lleva a la emuná. He oído que el
rabí Yerujam Levovitz de Mir sostenía que emuná significa un sentimiento de absoluta certeza, de modo que no hay lugar en el corazón para'
ningún tipo de duda.

HACIENDO A LA EMUNÁ COSA PROPIA


Las conclusiones a las que una persona llega por los sentidos, la percepción y la deducción lógica no pueden ser consideradas como propias, en la
acepción espiritual. Le son dadas. La emuná es la suya propia porque tiene que trabajar por ella. Tiene que reforzar su deseo por la verdad y
deshacerse de su prejuicio egoísta y así llegar a un honesto reconocimiento de lo correcto de la conclusión. Esta es suya porque la ha adquirido a
través del ejercicio de su propio libre albedrío. Ha sido su decisión buscar la pura verdad.

CUANDO LA VERDAD ESTABA OCULTA


El Maharal de Praga nos ha revelado algo a la vez avasallador e inquietante. Nos dice que el día que Hashem revele cosas grandiosas y
asombrosas, serán reveladas tan sólo a aquellos que creyeron en la verdad cuando estaba oculta. Como lo vimos, una persona es meritoria tan sólo
por el hecho de que decidió por su libre albedrío hacer a la emuná suya.

LA FE SIN PEROS
El Maharal nos muestra esta verdad en una Mishná y Guemará en Massejet Sota." Desde que el Templo fue destruido... dejo de haber hombres de
fe. ¿Qué se quiere dar a entender con "hombres de fe"? Rabí Yitzjak dijo: Son gente que cree en Hashem (Hay muchos niveles de fe; algunos
creen pero en el fondo de su mente piensan: "Cierto que creo, creo, pero"... "Hombres de fe" son aquellos cuya fe no admite peros, tal y como
procede a explicar la Guemará): Rabi Eliezer el Grande dijo: Quien tiene pan en su canasta y aún dice ¿qué comeré mañana? es un hombre de poca
fe. Como dijo Rabi Elazar... ¿Por qué es humillada su mesa en el mundo por venir? Por la estrechez de sus miras; no creyeron en Hashem.

NUNCA HUBO UN VERDADERO APIKOROS

UN PENSAMIENTO INQUIETANTE
El Maharal explica: Haz de saber y comprender que el principio esencial de la fe es creer que Hashem tiene el poder de hacerlo todo... De modo
que cuando llegue el momento para que Hashem conceda el bien (último) El lo concederá tan sólo en el grado que (en este mundo) creyó que tal
era Su poder y Su capacidad. Por lo tanto, cuando llegue el momento para que Hashem revele Su poder y Su capacidad uno podrá absorber ésto
solamente en la proporción en que uno manifestó fe (en este mundo). Comprended bien ésto. ¡Un concepto serio e inquietante!

Los cielos pregonan la gloria De Di-s y el firmamento declara la obra de sus manos El día transmite el mensaje al día, y la noche a la noche pasa
conocimiento, No son discursos ni palabras cuya voz deje de oírse (Pero) su pregón sale por toda la tierra; y sus palabras llegan hasta los confines
del orbe.1 Estos versículos nos enseñan una gran lección. Podemos pensar asombrados: si los cielos pregonan y el firmamento declara, si los días
hablan y las noches comunican ¿cómo es posible que haya gente en el mundo que no oye y no sabe? La respuesta la da el salmista. No hay
discurso, no hay palabras... para el que no desea oir; pero su sonido llena la tierra. El rashá puede tratar de suprimirlo, pero en el fondo de su
corazón la voz se escucha. Es por ello que nunca hubo un verdadero apikoros.El que niega a Di-s, sabe en el fondo de su corazón que él se está
escondiendo de la verdad.

MIEDO DE MIRAR
Podemos recordar lo que le fue dicho al profeta Yesha'yahu:2 Engrosa el corazón de este Pueblo Ensordece sus oídos, Aleja sus ojos. No sea que
vea con sus ojos Y oiga con sus oídos Y entienda con su corazón Y regrese... y sea sanado. El significado, como le señaló el rabí Jayim de
Volozhyn3 es que el rashá tiene miedo de mirar, miedo de escuchar y comprender, porque se da cuenta de que si fuese tan solo a mirar a la verdad
se vería obligado a regresar y esto quiere evitarlo a todo precio. En su corazón todo ser humano escucha el gran coro de toda la creación,
proclamando a su creador y alabándole. "Su voz llena la tierra, sus palabras penetran hasta el fin del mundo".' La negación es una excusa
deliberada.

EL PROFETA QUE NEGÓ A DI-S


Mencionamos en un artículo anterior4 que Caín, el primer asesino en el mundo, fue también un profeta capaz de conversar con el Todopoderoso.
Podemos aprender de él cuan grande es la capacidad humana para ignorar verdades de las que uno está ai tanto, pero que no quiere aceptar.
Cuando su ofrenda fue rechazada por Hashem y la de su hermano fue aceptada, se sintió víctima de una injusticia. Según e] Targum Yerushalrni5
dio expresión a sus sentimientos en esta forma: No existe la justicia ni hay juez. No hay otro mundo, no hay recompensa para e] justo ni castigo
para el malvado.. ¿No es asombroso que alguien con el poder de la profecía pudiera convertirse en un apikóros

LOS CELOS Y SUS EXTREMOS


Analicemos porqué fue rechazada la ofrenda de Caín. Nuestros Rabís nos dicen que los frutos que ofreció a Hashem no eran de Ja mejor calidad.6
Esto también es difícil de comprender. Después de todo fue Caín quien tuvo primero la idea de llevar una ofrenda a Hashem. Seguramente ha de
haber entendido que tal ofrenda no tenía sentido a menos que fuese de la más alta calidad (La idea de una ofrenda a Hashem es la de ofrecerse uno
mismo, la de ofrecer los deseos más valiosos de uno. Véase el artículo "El Secreto del Templo"7). Caín no pudo convencerse y ofrecer lo mejor
debido a cierta vileza de carácter. ¡Asombroso! Caín era dueño de toda la fruta del mundo. Había tanta fruta de la mejor calidad, que nunca habría
consumido ni una mínima parte de ella. Sin embargo, el defecto de su carácter fue tan poderoso que su ofrenda tenía que ser defectuosa. No podía
convencerse a sí mismo que debía deshacerse de lo mejor de sus posesiones.

LA DINÁMICA DE LA NEGACIÓN
Nuestros Sabios dicen en el Midrash,8 que cuando su ofrenda no fue' aceptada, provocó una disputa con Hevel. Discutieron acerca de cómo debía
ser dividido el mundo entre ellos. No importa que tan grande fuese su parte, Caín no toleraba la idea de que cualquiera compartiese el mundo con
él. Los celos que ardían en su interior lo incitaron a matar a su hermano. Se mostró incapaz de reconciliar este terrible impulso, con su
conocimiento íntimo de Hashem; los celos en su interior no podían ser negados. La contradicción interna resultante, le causó tanta ansiedad, que se
vio obligado a resolverla en una forma u otra. O apagaba su sed de venganza y aceptaba la verdad como la conocía, o daba rienda suelta a su
impulso y daba por completo la espalda a Hashem. En esa situación, solo servía la negación completa: "No hay juez ni justicia; ni otro mundo, ni
recompensa, ni castigo". Caín escogió este último sendero, yendo incluso contra su conocimiento profético. Esto nos muestra qué tan lejos puede
ir un ser humano para esconderse de la verdad.
Esta es la forma que toma toda negación de Di-s. En su corazón, todo individuo conoce la verdad, pero su voluntad lo lleva a cursos de acción que
él es incapaz de justificar ante sí mismo. Sufre entonces una compulsión interior para resolver la contradicción por medio de una negación. Se
deduce que toda apikorut está arraigada en la falsedad.

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