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Estudios de derecho de

contratos
En Homenaje A
Antonio manuel morales moreno

Álvaro Vidal Olivares


(Director)
Gonzalo Severin Fuster
(Editor)

COMITÉ EDITORIAL

Dr. Enrique Barros Bourie (Universidad de Chile)


Dr. Iñigo de la Maza Gazmuri (Universidad Diego Portales)
Dr. Alejandro Guzmán Brito (Pontificia Universidad Católica de Valparaíso)
Dra. María Sara Rodríguez Pinto (Universidad de los Andes)
Dr. Gonzalo Severin Fuster (Pontificia Universidad Católica de Valparaíso)
Dr. Álvaro Vidal Olivares (Pontificia Universidad Católica de Valparaíso)
Fotografía: Bruno Vidal Mirauda

Estudios de derecho de contratos


en Homenaje A antonio manuel morales moreno
© Álvaro Vidal Olivares (Director) - Gonzalo Severin Fuster (Editor)
2018 Legal Publishing Chile • Miraflores 383, piso 10, Santiago, Chile • Teléfono: 25105000 • www.thomsonreuters.cl
Registro de Propiedad Intelectual Nº 297.279 • I.S.B.N. 978 - 956 - 346 - 993 - 6
1ª edición noviembre 2018 Legal Publishing Chile
Tiraje: 1.500 ejemplares
Impresores: CyC Impresores - San Francisco 1434, Santiago
IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE

ADVERTENCIA

La Ley Nº 17.336 sobre Propiedad Intelectual prohíbe el uso no exceptuado de obras protegidas sin la autorización expresa de los titulares de
los derechos de autor. El fotocopiado o reproducción por cualquier otro medio o procedimiento, de la presente publicación, queda expresamente
prohibido. Usos infractores pueden constituir delito.
Antonio Manuel Morales Moreno
Índice

Página

Presentación.............................................................................. VII

PRIMERA PARTE:
FORMACIÓN, CONTENIDO E
INTERPRETACIÓN DEL CONTRATO
Formación del contrato bajo los Principios Lati-
noamericanos de Derecho de los Contratos. ................. 3
Rodrigo Momberg Uribe
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

La ruptura de las tratativas preliminares como una


justificada excepción al principio de libertad con-
tractual y un particular supuesto de indemniza-
ción precontractual............................................................... 31
Patricia Verónica López Díaz
Universidad de Valparaíso

Sobre la naturaleza de la estipulación a favor de


otro. Derecho Comparado y Chileno................................. 83
Daniel Peñailillo Arévalo
Universidad de Concepción

Voluntad individual y reciprocidad de la relación


contractual. Reflexiones a propósito del error.......... 109
Enrique Barros Bourie
Universidad de Chile
II Índice

Página

La distribución del riesgo de las equivocaciones a


través de la disciplina del error. ...................................... 151
Iñigo De la Maza Gazmuri
Universidad Diego Portales

El dolo vicio del consentimiento: viejas y nuevas


consideraciones. ...................................................................... 177
Pamela Prado López
Universidad de Valparaíso

De nuevo sobre la causa. ...................................................... 193


Alejandro Guzmán Brito
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

El objeto del contrato. Comentarios relativos al


contenido de la prestación en el contrato de cons-
trucción...................................................................................... 201
María Sara Rodríguez Pinto
Universidad de Los Andes

La venta con sobreprecio de viviendas de protec-


ción oficial en España: una ecuación irresoluble. ....... 225
Luis Miguel López Fernández
Universidad Autónoma de Madrid

La presunción de solidaridad en el “Moderno Dere-


cho de Contratos”.................................................................... 259
Hernán Corral Talciani
Universidad de Los Andes

La representación en los Principios latinoamerica-


nos de Derecho de los Contratos. Análisis y pro-
puestas de mejora..................................................................... 281
Beatriz Gregoraci
Universidad Autónoma de Madrid

La anulación (o rescisión) del contrato y los PDLC.... 331


Carmen Jerez Delgado
Universidad Autónoma de Madrid
Índice III

Página

El régimen jurídico de la nulidad de las cláusulas


abusivas en la ley Nº 19.496................................................... 361
Jorge Baraona González
Universidad de los Andes

Las reglas sobre interpretación de los contratos


en los códigos civiles de Chile y España. ......................... 407
Fabián Elorriaga De Bonis
Universidad Adolfo Ibáñez

SEGUNDA PARTE:
EJECUCIÓN, INCUMPLIMIENTO Y REMEDIOS

La noción de incumplimiento. Una mirada unitaria


de la idea de la vinculación contractual “garantía”.... 447
Álvaro Vidal Olivares
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

Vicios redhibitorios y la teoría del incumplimiento


del contrato en sentido amplio. ......................................... 475
Jorge Oviedo Albán
Universidad de La Sabana

Efectos respecto de los remedios a disposición del


acreedor por su falta de cooperación en el cum-
plimiento del contrato: una visión desde el mo-
derno derecho de obligaciones y contratos. ................. 493
William David Hernández Martínez
Universidad Sergio Arboleda (Colombia)

El incumplimiento y los remedios en los contratos


de consumo................................................................................. 531
Francisca María Barrientos Camus
Universidad Diego Portales
IV Índice

Página

El cumplimiento específico como derecho del acree-


dor en la tradición jurídica continental. Una apro-
ximación histórica................................................................... 555
Gonzalo Severin Fuster
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

La pretensión de cumplimiento específico, los lími-


tes para el acreedor y la indemnización de daños
moratorios en el derecho uruguayo................................. 575
Andrés Mariño López
Universidad de La República (Uruguay)

El procedimiento de ejecución forzada de las obli-


gaciones y la aestimatio rei. ................................................. 601
Claudia Bahamondes Oyarzún
Universidad Diego Portales

La delimitación de la responsabilidad contractual


y la aquiliana y su incidencia en la reparación del
daño moral................................................................................ 621
Cristián Aedo Barrena
Universidad Católica del Norte

La responsabilidad y la exoneración del prestador


en el contrato de servicios................................................... 661
María Graciela Brantt Zumarán
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

La carga de evitar o mitigar el daño: Antecedentes


Históricos y Justificación..................................................... 685
Lilian C. San Martín Neira
Universidad Alberto Hurtado

Alcance de la indemnización de perjuicios en los


PLDC, atendiendo a la conducta del acreedor - con-
tribución a los perjuicios y mitigación de los mismos.
Análisis comparativo con otras propuestas y tex-
tos legales................................................................................. 725
Pilar Benavente Moreda
Universidad Autónoma de Madrid
Índice V

Página

La resolución por incumplimiento. Una mirada desde


el sinalagma funcional......................................................... 773
Claudia Carolina Mejías Alonzo
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

La indemnización de daños que acompaña la resolu-


ción: algunos problemas dogmáticos que apareja su
ejercicio conjunto. .................................................................. 799
Juan Ignacio Contardo González
Universidad Diego Portales

La cláusula resolutoria en el contrato de arren-


damiento de predios urbanos............................................... 823
Carlos Pizarro Wilson
Universidad Diego Portales

La suspensión de la propia prestación (la excepción


de contrato no cumplido)...................................................... 841
Jaime Alcalde Silva
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

Consideraciones críticas sobre la reducción del


precio........................................................................................... 877
Alfredo Ferrante
Universidad Alberto Hurtado

El cambio de circunstancias y sus efectos en el con-


trato: especial atención a la propuesta de regula-
ción de los principios latinoamericanos de derecho
de los contratos...................................................................... 897
Lis Paula San Miguel Pradera
Universidad Autónoma de Madrid

El contrato y los terceros (responsabilidad por


interferencia)............................................................................ 933
Cristián Banfi del Río
Universidad de Chile

Cómo acceder a este libro digital a través de Thomson


Reuters Proview............................................................................. 953
Presentación

Un día viernes, a principios de octubre de 1996, recién llegado a Madrid


con el propósito de realizar mis estudios de doctorado, visité la Facultad de
Derecho de la Universidad Autónoma. Ese día pregunté a la secretaria de
Derecho privado dónde podía encontrar al profesor Antonio Manuel Morales
Moreno, catedrático de Derecho civil quien había aceptado amablemente,
sin conocerme, dirigir mi tesis doctoral. Espere una o dos horas y Morales
Moreno no llegó. Y es que no habíamos quedado en nada (mal podríamos
haberlo hecho; no nos conocíamos). Antes de irme, dejé un mensaje con la
secretaria: “¿Podría decirle al profesor que vino a visitarle Álvaro Vidal?”
Ella me pidió mi número de teléfono. Regreso a casa, un piso ubicado en
la zona norte de Madrid, y por la noche suena el teléfono. Era el profesor
Morales Moreno, quien se presentó como Antonio Manuel, y me explicó
que me llamaba para excusarse por no estar en su despacho por la mañana
y para proponerme juntarnos en su casa el día domingo para conocernos
y conversar acerca de lo que sería mi estadía en España, estadía que se
prologaría por más de 3 años.
Llegados a este punto, un lector podría preguntarse ¿Por qué comenzar
la presentación de un libro en homenaje con una anécdota? Pero, ese lector
estaría equivocado: no se trata de una anécdota, sino de una pequeña muestra
de la persona de Antonio Manuel Morales Moreno, de su infinita entrega
y de su generosidad. En ese momento comencé a descubrir a quien conocí
por azar y que luego sería mi maestro, el profesor y amigo que me formaría
en el ámbito del Derecho civil patrimonial y, por qué no, en la vida. En
efecto, desde ese primer encuentro con el profesor Morales Moreno, hace
más de veinte años, sus acertados consejos y comentarios críticos ante mis
innumerables dudas, han contribuido sustancialmente a mi formación en el
VIII Álvaro Vidal Olivares

Derecho civil patrimonial y, en especial, de obligaciones y contratos. Sus


palabras, en un contexto de un diálogo jurídico abierto, me han invitado a
reflexionar sobre los aspectos más relevantes de esta parcela del Derecho
civil desde una lógica distinta, integradora y de relación constante, que
atraviesa todo el pensamiento jurídico.
Volviendo a la historia. Muy pronto comenzó a crearse una relación
entrañable entre ambos –de maestro y discípulo–. En este contexto, en la
primavera del año 1998, el profesor Morales Moreno visita por primera
vez Chile y la ciudad de Valparaíso. En esa ocasión dicta un curso de
profundización sobre la compraventa internacional de mercaderías, cuyos
destinatarios eran alumnos de tercero y cuarto año de la carrera de Derecho
de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. En ese viaje, conoce
al profesor Alejandro Guzmán Brito con quien, debido a la afinidad y al
respeto intelectual, comenzó a forjar una amistad, hoy consolidada del
todo. Esa fue su primera visita a Chile. Ni él, ni quien presenta esta obra,
llegamos a imaginar que esa sería la primera de muchas ocasiones en las
que el profesor Morales Moreno visitaría Valparaíso para participar del
quehacer de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso. Menos aún podíamos imaginar que esa Facultad terminaría por
reconocerle como uno de los suyos, integrándolo al claustro de profesores,
al nombrarle, el año 2013, profesor extraordinario.
A partir de allí, el profesor Morales Moreno fue forjando nuevos lazos
con Chile y con su comunidad jurídica. La dirección de la tesis doctoral
de la profesora María Sara Rodríguez Pinto y de la del profesor Iñigo De
la Maza Gazmuri son, desde luego, hitos especialmente importantes en ese
proceso. Pero igualmente hay que destacar que, junto con ello, el profesor
Morales Moreno ha acogido generosamente, en el seno de su grupo de
investigación, a no pocos profesores chilenos que han viajado a la Univer-
sidad Autónoma de Madrid, para realizar allí su tesis doctoral (como es el
caso del profesor Gonzalo Severin) o para realizar estadías de investigación
(como es el caso de los profesores Jaime Alcalde, Claudia Bahamondes,
Francisca Barrientos, Juan Ignacio Contardo, María Graciela Brantt, Patri-
cia López, Claudia Mejías, Pamela Prado, entre otros). A todas y a todos,
los acogió como si fueran sus discípulos, mostrándose siempre dispuesto
a revisar sus trabajos y a discutir sobre algunos problemas que suscitaban
sus investigaciones. Esa misma generosidad intelectual le ha llevado a ser
Presentación IX

reconocido y querido en otros varios países de Latinoamérica, como ocurre,


por ejemplo, en Uruguay y en Colombia.
Su visión del Derecho en general, y del Derecho civil patrimonial, en
particular, convierte al profesor Morales Moreno en uno de los juristas de
Derecho civil más relevantes de nuestro tiempo, en el medio español, en el
europeo y en el latinoamericano. Su contribución al proceso de moderniza-
ción del derecho de obligaciones y contratos es inconmensurable, y aquello
se refleja en su obra y en la de quienes hemos podido formar parte de lo
que él –con humildad, pero al mismo tiempo con satisfacción– denomina
“la escuela”.
Teniendo en cuenta todo ello, a comienzos del año 2016 surge, de
sus  discípulos  y amigos chilenos, la idea de organizar un libro escrito
en homenaje a Antonio Manuel Morales Moreno, en reconocimiento de
su obra, su aporte al Derecho civil chileno y latinoamericano, y, en fin,
a su persona. El 16 de mayo de ese año se constituye, en la cuidad de
Valparaíso el Comité Editorial de la obra, integrado por los profesores
Alejandro Guzmán Brito, Enrique Barros Bourie, María Sara Rodríguez
Pinto, Iñigo De la Maza Gazmuri, Gonzalo Severin Fuster y quien suscribe.
Ese mismo día se fijan los criterios conforme a los cuales se cursarían las
invitaciones a participar de esta obra: a todos sus discípulos, y a aquellos
profesores chilenos y latinoamericanos que tuvieran una estrecha relación
con él. Decidimos, igualmente, que no queríamos un libro en homenaje en
el que cada uno escribiera lo que quisiera, así que limitamos la libertad de
los autores, y lo hicimos fijando para el libro una materia –el Derecho de
contratos– y una estructura –el íter contractual–. Lo que buscábamos era
que el contenido del libro reflejara nítidamente la obra de Antonio Manuel
Morales Moreno en la disciplina contractual. Nuestra aspiración era mayor:
la de crear, con el aporte de muchos, unos estudios de Derecho de contratos
que se aproximara, en cuanto fuese posible, a un verdadero tratado sobre
la materia. Creo que basta con revisar el índice del libro para constatar
que, en una buena medida, lo conseguimos. Y por ello, quisiera agradecer a
cada una y cada uno de los profesores que generosamente aceptaron esa
invitación, y dedicaron parte de su tiempo para aportar a este libro, que
constituye un genuino homenaje a la persona y obra de Morales Moreno.
Reciban en nombre del Comité Editorial y de la Pontificia Universidad
Católica de Valparaíso mis más sinceros agradecimientos.
X Álvaro Vidal Olivares

Han pasado dos años y medio desde que nos dimos a la tarea de dar vida
a este libro. Hoy, que hemos concluido esa tarea con éxito, puedo decir
que es un gran día. Con este libro, sus discípulos y amigos reconocemos,
y agradecemos, el valioso aporte del profesor Antonio Manuel Morales
Moreno a la dogmática del Derecho de contratos en Iberoamérica.
Nadie que quiera dedicarse seriamente al estudio del derecho de contra-
tos puede prescindir de las ideas y reflexiones de Antonio Manuel Morales
Moreno.

Álvaro Vidal Olivares


Director Académico
Valparaíso, noviembre de 2018
Antonio Manuel Morales Moreno

Antonio Manuel Morales Moreno es Licenciado en Derecho por la Uni-


versidad Complutense de Madrid. Obtuvo el grado de Doctor en Derecho
por la misma Universidad, con la tesis doctoral titulada “La posesión que
conduce a la usucapión según el Código civil español”, que fue dirigida
por D. Federico de Castro y Bravo, calificada con distinción máxima (so-
bresaliente cum laude) y galardonada con el premio Luis Vives.
Es Catedrático Emérito de Derecho Civil de la Facultad de Derecho de
la Universidad Autónoma de Madrid, Facultad de la que ha sido profesor
desde sus inicios, y en la que ha servido varios cargos, entre ellos, Decano,
Vicedecano, director del Departamento de Derecho Privado, Social y Eco-
nómico, y coordinador del Grupo de Investigación sobre Modernización
del Derecho Patrimonial.
Su investigación, que ha abarcado prácticamente todos los ámbitos del
Derecho civil patrimonial, se ha plasmado en numerosas monografías,
libros y artículos publicados en prestigiosas revistas especializadas; desta-
cando, entre otras, las obras “Posesión y usucapión” (1972), “El error en
los contratos” (1988), “Publicidad registral y datos de hecho” (2000), “La
modernización del derecho de obligaciones” (2006), e “Incumplimiento de
contrato y lucro cesante” (2010).
Además, ha desempeñado otras importantes funciones, entre las que des-
taca el haber sido corresponsal de Derecho español en la Revue Trimestrielle
de Droit Civil, su participación en el Consejo de Dirección del Anuario de
Derecho Civil, y más recientemente, en la dirección de la Colección de Es-
tudios de Derecho Privado del Boletín del Estado (BOE). Es integrante de
la Comisión General de Codificación del Ministerio de Justicia de España,
XII Biografía

como vocal permanente, y desde el año 2010, es Académico de número de


la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de ese país.
El profesor Morales Moreno ha cultivado estrechos lazos con Chile y
su comunidad científica, a la que, es justo decir, en una buena medida ha
ayudado a formar, dirigiendo tesis doctorales y acogiendo, en el seno de
su grupo de investigación, a un importante número de profesores chilenos
que han realizado estadías de investigación en Madrid. En reconocimiento
de sus muchos méritos, y de ese innegable aporte a nuestro país, la Real
Academia de Ciencias Morales y Políticas, del Instituto de Chile, le ha
nombrado Académico Correspondiente en el Extranjero.
Tales lazos, no cabe duda, son especialmente fuertes con la Facultad de
Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. A lo largo de
dos décadas, el profesor Morales Moreno no sólo ha participado en nume-
rosos congresos y seminarios, sino que además, ha sido profesor de sus
cursos de Magíster y de Doctorado, y ha sido miembro de varios tribunales
de tesis doctorales. Precisamente, en reconocimiento de sus extraordinarios
méritos académicos y personales, y atención a esa estrecha vinculación, y al
cariño que el propio profesor Morales Moreno le ha profesado, la Pontificia
Universidad Católica le nombró, el año 2013, “Profesor Extraordinario”
de su Facultad de Derecho, integrándolo así su Claustro de profesores, y
el año 2018 le ha conferido el grado de Doctor Honoris Causa, la máxima
distinción que otorga la Universidad.
La noción de incumplimiento. Una mirada unitaria desde la idea
de la vinculación contractual “garantía”

Álvaro Vidal Olivares*1

I. Introducción

Es ineludible comenzar destacando la influencia que le ha cabido a


Antonio Manuel Morales Moreno en mi formación como profesor de de-
recho civil. Ya se cumplirán 22 años desde nuestro primer encuentro en
la Universidad Autónoma de Madrid. A partir de ese instante hasta hoy,
sus acertados consejos y comentarios críticos frente a mis innumerables
dudas y perplejidades, han contribuido sustancialmente a mi constante, y
aún inconclusa, formación en derecho civil patrimonial y, particularmente,
de obligaciones y contratos. Sus enseñanzas, en el contexto de un diálogo
jurídico abierto, me invitaron a pensar el derecho de contratos desde una
lógica distinta, una lógica integradora y de constante relación.  Son tres
los aportes fundamentales de Morales Moreno al derecho de contratos, no
solo para el desarrollo del derecho civil español, sino también europeo y
latinoamericano, en especial, el chileno: el error, el incumplimiento y el
daño contractual. Y es por esta razón que he asumido el desafío de dedicar
este trabajo a la noción de incumplimiento, con el alto riesgo que esta tarea
significa, más cuando de lo que se trata es de construir su noción.
Si se quiere estudiar seriamente el incumplimiento y proponer solucio-
nes para nuestro derecho civil, el punto de partida lo debemos situar en la
monografía de Morales Moreno titulada “La idea del propósito práctico en
el profesor Federico De Castro y Bravo” (Madrid, 1983), trabajo en que,
con ocasión de la noción de causa propuesta por quien fuere su maestro,

* 
Profesor titular de Derecho civil de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Correo electrónico: alvaro.vidal@pucv.cl
448 Álvaro Vidal Olivares

nos ofrece una comprensión realista del negocio jurídico, acto cuya función
consiste en organizar los intereses de las partes y, al mismo tiempo, garan-
tizar su satisfacción mediante su realización. El autor propone un concepto
diverso de incumplimiento, ya no limitado a la infracción de deberes de
conducta particulares que impone la regla contractual, sino referido a la
satisfacción del interés que el contrato garantiza. En esta aproximación
aflora una comprensión diversa de la vinculación contractual que encierra la
finalidad inicial al contratar, y que se proyecta durante todo el desarrollo de
la relación negocial. En su lectura, los motivos se integran al contenido con-
tractual, siendo especialmente relevantes en el evento del incumplimiento.
La idea del propósito práctico incorporado al contrato permitiría delinear el
interés de las partes y, también, definir cuándo hay, o no, incumplimiento;
incumplimiento que se presenta como un problema de insatisfacción de tal
interés, sea o no excusable para el deudor (el incumplimiento que la provo-
ca). A partir de esta idea de incumplimiento –que en trabajos posteriores lo
caracteriza como un hecho amplio y neutro– nos propone la construcción
de un sistema de remedios acorde con las actuales condiciones del tráfico,
al brindar soluciones adecuadas y funcionales al interés de los contratan-
tes; un sistema que se asienta en antecedentes históricos del derecho de
las obligaciones; en el derecho civil español y comparado, en especial, el
alemán –anterior y posterior a la reforma del 2001–; y en los insumos de la
CISG y de otros cuerpos de soft law y de armonización de derecho europeo.
En las líneas que siguen mostraré la ausencia de una disciplina del
incumplimiento y de sus efectos en nuestro Código Civil, habiendo, más
bien, dispersión y fragmentación normativa, con distintos niveles –hoy in-
justificadamente– de protección del acreedor, perjudicial para la seguridad
y certeza jurídica requeridas para un normal desenvolvimiento del tráfico.
Seguidamente, nos preguntaremos si es posible mirar las cosas de otra forma
y ante la respuesta afirmativa, centraremos nuestra atención en dos ideas cla-
ves para la comprensión del incumplimiento –un incumplimiento unitario y
aglutinador– que permita organizar los remedios del acreedor, ofreciéndole un
mismo nivel de protección, cualquiera sea la manifestación de la infracción
del contrato. Las dos ideas son la vinculación contractual y la noción realis-
ta del contrato. De este modo, llegamos a un concepto de incumplimiento
concebido como insatisfacción del interés del acreedor, un concepto amplio
y objetivo, haciendo un buen esfuerzo por detectar en nuestro Código Civil,
su asiento normativo. El trabajo termina con unas breves conclusiones.
La noción de incumplimiento... 449

II. El incumplimiento y sus efectos en el Código Civil

Nuestro Código Civil, ni define “incumplimiento” ni lo regula sistemá-


ticamente. En él solo encontramos una disciplina, si es que así podemos
calificarla, bastante dispersa, en la que conviven unas reglas generales –de
aplicación a toda especie de obligación contractual, piénsese en los artículos
1489, 1547, 1553, 1555, 1556 y 1558, entre otros– y otras especiales –de
aplicación únicamente a alguna clase de obligaciones, nacidas de tipos
contractuales particulares, como en la compraventa (artículos 1826, 1831,
1838 y 1857); y en el arrendamiento (artículos 1924, 1926, 1927 y 1930)–.
A lo anterior, hemos de añadir que nuestro legislador fragmenta el contenido
obligacional del contrato, asignando efectos diversos al incumplimiento de
los contenidos resultantes de tal fragmentación. Conviven un régimen ge-
neral y otros especiales, ofreciendo al acreedor soluciones no coincidentes
para el evento del incumplimiento.
Pensemos en la compraventa. El Título XXIII del Libro IV del Código
Civil diferencia entre la obligación de entrega y la obligación de saneamiento
de los vicios ocultos; y seguidamente, los efectos que se siguen de la
transgresión de una y de otra: falta de entrega de la cosa y entrega de una
cosa con anomalías materiales. Las consecuencias que se siguen en cada
hipótesis discrepan no solo en los remedios de que dispone, en cada caso,
el comprador (artículo 1826 y artículos 1860 y 1861, respectivamente); si
no también en el régimen de prescripción: el general para las acciones por
falta de entrega; el especial para las acciones edilicias (artículos 1866 y
1867 del Código civil).
Nuestro Código Civil, entonces, en contraste con los instrumentos que
integran el moderno derecho de contratos –como la CISG, los PCCI, los
PECL, los PLDC y la reciente reforma francesa de 2016– carece de una
definición de incumplimiento y de un régimen que lo reglamente. Así, a
vía ejemplar, los PLDC, prevén un régimen para el incumplimiento del
contrato que principia con su definición “como no ejecución de lo pactado”,
y además, los medios de tutela del acreedor –remedios–, enumerándolos y
dando reglas particulares para cada uno (Capítulo 8, artículos 86 al 116)1.

1
  El Capítulo 8 se divide en tres secciones. La primera establece reglas para el incum-
plimiento en general; la segunda, dispone sobre los medios de tutela, fijando las condiciones
de procedencia de cada uno y la relación entre ellos; y, la tercera, las cláusulas contractuales
450 Álvaro Vidal Olivares

Esta dispersión normativa y la referida fragmentación trasuntan en dis-


tintos niveles de protección para el acreedor ante el incumplimiento según
la obligación infringida, sin otra justificación que la de seguir siendo fieles
a una tradición histórica que en su momento inspiró a un código civil de su
tiempo, un código civil del siglo XIX. El modelo del codificador decimo-
nónico tanto de vinculación contractual como de obligación, no se ajusta
al imperante en el tráfico y en el moderno derecho de contratos. Hemos
transitado desde la idea del contrato como conjunto de obligaciones unidi-
reccionales a otro que envuelve una garantía de satisfacción del interés del
acreedor y que impone al deudor la realización del contrato, de lo pactado2.

II. Necesidad de un concepto unitario y la superación de


la pluralidad de regímenes

La ausencia de un concepto general de incumplimiento, dispersión y


superposición normativas, junto a la fragmentación de las obligaciones
contractuales y de sus efectos en caso de incumplimiento, producen en los
jueces –estatales y privados– y abogados, una incertidumbre no deseada.
Con el único propósito de mostrarles las perplejidades que provoca un ré-
gimen como el del Código Civil, permítanme acudir a algunas sentencias
que particularmente así lo evidencian.
Comencemos por los hechos de una sentencia bien conocida de la Corte
Suprema de 27 de julio de 20053. Se trata de un contrato de compraventa

relativas al incumplimiento. Para un comentario sobre las reglas del incumplimiento y sus
efectos, véase: De la Maza, Iñigo-Vidal Olivares, Álvaro, Los principios latinoamericanos
de derecho de los contratos (Madrid, BOE, 2017), pp. 51-75. Por su parte, los artículos 45 y
61 disponen para los efectos del incumplimiento del vendedor y comprador, respectivamen-
te, previéndose reglas comunes en el artículo 72 y siguientes, particularmente referidas a la
indemnización de daños. En los PCCI, el capítulo VII regla sobre el incumplimiento y los
remedios del acreedor (artículos 7.1.1. a 8.5); y los capítulos 8 y 9 de los PECL disponen sobre
el incumplimiento y las acciones en general y los remedios concretos por incumplimiento,
respectivamente (artículos 8.101 a 9. 510).
2
  Morales Moreno, Antonio Manuel, “Claves de la modernización del derecho de con-
tratos”, en Estudios de Derecho de Contratos. Formación, Cumplimiento e incumplimiento
(Santiago, Thomson Reuters, 2014), pp. 27-38 y 77-86. El autor destaca, entre ellas, el modelo
de obligación bilateral y la idea de vinculación contractual garantía de realización del contrato.
3
  Cecinas La Preferida S.A. con sociedad Comercial Salinak Limitada (2005).
La noción de incumplimiento... 451

en el que la vendedora se obligó a entregar 7.000 kilos de “sal nitrificada”


con una concentración del 0,8% de nitrito de sodio y entregó la cantidad
de sal acordada, pero con una concentración del 8.0%, es decir “sal de
cura”. La compradora demandó, en lo principal, resolución del contrato de
compraventa y, en subsidio, la rescisión por vicios redhibitorios. La vende-
dora se defiende, alegando que la acción procedente sería esta última y no
la primera. En lo que respecta a esta última pretensión, la Corte Suprema
declara que, a primera vista, pareciera que se trataría de un caso de vicio
redhibitorio, destacando que debe entenderse que la acción redhibitoria es
una resolutoria especial, sometida a una regulación distinta de la general
del artículo 1489 del Código Civil. Añade que, ante el cumplimiento imper-
fecto de la obligación de entregar, sí bien puede ocurrir que este reúna los
requisitos de los vicios ocultos, siendo aplicable su regulación particular.
Si no es el caso, resulta aplicable el citado artículo, procediendo así si se
cumplen los requisitos, la resolución del contrato. En seguida, el sentencia-
dor examina si concurren o no las condiciones de un vicio redhibitorio, y
advierte que en el caso no se entregó la cosa realmente vendida, sino otra
distinta, un aliud pro alio; y que la primera condición para estar ante un
vicio de esta especie es que se trate de la misma cosa, pero con un defecto.
Por esta consideración, se hace lugar a la resolución del citado artículo 1489
que fuera demandada en lo principal4.
Sigamos con una segunda sentencia, también de la Corte Suprema, de
fecha 13 de marzo de 20175. Ella recoge la doctrina de la sentencia anterior.
La compradora demanda la resolución del contrato fundándose en que ella
compró tres toneladas de sulfato de zinc granulado, destinado a fertilizar
una plantación de nogales de la variedad “Chandler” y que, sin embargo, el
vendedor le entregó sulfato que contenía un alto porcentaje de boro, situa-
ción que determinó que el fertilizante intoxicara a las plantas arriesgando la
subsistencia de algunas y un retraso en el crecimiento de otras. El vendedor
cuestionó que procediera la resolución. Según su opinión se trataba de un
caso de vicios redhibitorios y, en consecuencia, la acción rescisoria –no la
resolutoria del artículo 1489 del Código Civil–, se encontraba prescrita. La
Corte Suprema rechaza la defensa del vendedor expresando que, lo entre-
gado por la parte demandada no era lo que el contrato obligaba, sino que

4
  Véase los considerandos 5º a 7º de la sentencia.
5
  Sociedad Agrícola y Forestal Vista El Volcán Limitada con Coagra S.A. (2017).
452 Álvaro Vidal Olivares

entregó una cosa distinta de la pactada. Y, agrega, como argumento adicional


que, al ser una obligación de género, resulta aplicable el artículo 1509 del
Código Civil, conforme la cual el deudor queda libre de ella entregando
cualquier individuo del género, con tal de que sea de una calidad a lo menos
mediana. Concluye que debe acogerse la demanda de resolución conforme
el citado artículo 1489 del Código Civil, porque el vendedor entregó una
cosa distinta de la vendida, descartándose, de este modo, la existencia de
un vicio redhibitorio y la excepción de prescripción del artículo 1867.
En tercer lugar, detengámonos en la sentencia de la Corte Suprema de
fecha 24 de marzo de 20116. Las partes celebran un contrato de compra-
venta mercantil de dos semi-remolcadores “tolva”, descritos en las factu-
ras correspondientes, a un precio de $ 24.395.000 cada uno. El vendedor
demanda en juicio ordinario al comprador por el pago del saldo de precio
pendiente y el demandado opone la excepción de contrato no cumplido del
artículo 1552 del Código Civil, habida cuenta que el demandante incumplió
su obligación de entregar determinados bienes, al proporcionar algo muy
distinto a lo pactado. Las mercaderías no cumplían con las especificaciones
técnicas ofrecidas, lo que significó que nunca pudieron servir, completa
y eficientemente, en las faenas para las cuales habían sido adquiridas. El
vendedor se defendió alegando que la excepción opuesta no se fundaba
en un incumplimiento contractual, sino en un vicio redhibitorio y que, por
ende, las acciones del comprador se encontrarían prescritas, por lo que mal
podría invocarse tal incumplimiento como fundamento de la excepción en
cuestión. La Corte Suprema rechaza tal alegación porque el derecho que
invoca el comprador ha derivado de la inejecución de la obligación de
entrega del vendedor y no de un vicio redhibitorio.
En cuarto lugar, visitemos la sentencia de la Corte Suprema, de fecha 6
de diciembre de 20167. El comprador celebró una compraventa de un bus
nuevo, con especificaciones técnicas claras, con la finalidad de transportar
personas en este. Con todo, el vehículo entregado presentó fallas de fabri-
cación de distinta índole. El comprador demandó la resolución del contrato
más indemnización de perjuicios en virtud del artículo 1489 del Código
Civil, alegando que se le entregó una cosa distinta a la pactada; a saber,

  Fuentes Rodríguez, José Belisario con Canteras Lonco S.A., rol Nº  3789-2009. Cita
6

online: CL/JUR/2504/2011.
7
  Combustibles y Servicios Lepe y Álamo con Sociedad Le Pascui S.A., rol Nº 45309-2016.
La noción de incumplimiento... 453

un vehículo con defectos materiales que, al no cumplir con los requisitos


mínimos para su uso, la hacen inhábil para cumplir el objeto de la compra-
venta. En subsidio, interpuso demanda de resolución por vicio redhibitorio,
junto con la indemnización de perjuicios. En primera instancia; el Tribunal
declaró que el comprador solo puede ejercitar las acciones generales por
incumplimiento cuando no concurran los requisitos de los vicios redhibi-
torios; de concurrir tales requisitos, deberá ejercitar las acciones para tales
vicios debido al carácter especial de las reglas que le gobiernan. Estimó
que en este caso efectivamente se trataba de un vicio redhibitorio, razón
por la cual rechazó la demanda principal y acogió la demanda subsidiaria,
declarando la recisión del contrato. Sin embargo, rechazó la indemniza-
ción de perjuicios en atención a que los defectos del vehículo provenían
de fábrica, no siendo por tanto de aquellos que el vendedor conocía o que
debía conocer en atención a su profesión u oficio. Siendo de esta manera,
no se cumplía con el requisito de procedencia de la indemnización de daños
del 1861 del Código Civil. La Corte de Apelaciones y la Corte Suprema
confirman el fallo.
En quinto lugar, la sentencia de la Corte Suprema, de fecha 18 de mayo
de 20118. Las partes celebraron un contrato de compraventa de un departa-
mento que, según la publicidad objetiva, tenía una superficie determinada;
sin embargo, el vendedor al recibir el inmueble constató que el departamento
tenía una superficie real menor en 9,67 metros cuadrados a la declarada en
la publicidad que se integró por aplicación de la norma de la Ley General
de Urbanismo y Construcciones (art. 18, inciso 5º). Fundado en lo anterior,
demandó la respectiva indemnización de perjuicios por incumplimiento de
la obligación de entrega. En primera instancia se rechazó la demanda. La
Corte de Apelaciones respectiva revoca el fallo y acoge la acción deducida.
La parte demandada deduce recurso de casación, alegando que no es posible
aplicar los artículos 1833 y 1835 del Código Civil –que disponen sobre la
diferencia de cabida como hipótesis particular de incumplimiento–, toda
vez que refieren exclusivamente a la compraventa de un inmueble a medida,
no siendo el caso de autos, que trata sobre la venta de un inmueble como
especie o cuerpo cierto. Además, añade que el comprador había declarado
en la escritura pública recibir el inmueble a su entera satisfacción. Entonces,
basándose en estos dos argumentos, alega que el comprador no puede alegar

8
  Carmen Muñoz Carvajal con Inmobiliaria las Nieves S.A., rol Nº 3929-2011.
454 Álvaro Vidal Olivares

como incumplimiento la diferencia de superficie (declarada y real). La Corte


rechaza el recurso deducido, expresando que, efectivamente no son aplica-
bles los artículos 1833 y siguientes, toda vez que ellas solo son aplicables
a la compraventa de predios rústicos y en el caso se trataba de un inmueble
urbano. Hay incumplimiento de la obligación de entrega. El vendedor no
entregó lo que rezaba el contrato según el artículo 1828 del Código Civil.
La pregunta que hemos de formularnos es: ¿qué hay de común en todos
estos casos?
Primero, en todos los casos, salvo en el último, el acreedor (el compra-
dor), ejercita los remedios generales –demanda o excepción–, fundándose
en un incumplimiento del contrato por parte del deudor (el vendedor no
entregó lo que rezaba el contrato).
Segundo, en todos los casos el deudor se defiende alegando que no hay
incumplimiento general, sino una infracción sometida a un régimen especial
que hacía improcedente la demanda principal o excepción; sea porque la
acción se encontraría prescrita por tratarse de un vicio redhibitorio; o porque
es improcedente, en el caso del bus, porque la indemnización queda sujeta
a unas condiciones distintas a las de la acción de rescisión de los vicios
ocultos; y en el caso del departamento, porque según la norma especial solo
procedería la acción indemnizatoria en la ventas de inmuebles a cabida y
no como especie o cuerpo cierto, cual era el caso en cuestión.
Tercero, en todos aparece la tensión entre el régimen general del in-
cumplimiento y los regímenes especiales debido a los distintos niveles de
protección que confieren al acreedor.
Y, cuarto, en todos los casos no hay duda que si nos preguntamos acerca
que si el deudor realizó o no, la prestación pactada conforme al contrato,
o si entregó o no lo que rezaba este último, la respuesta es coincidente:
el deudor no realizó la prestación conforme con el contrato (art. 1569 del
Código Civil); o no entregó lo que rezaba el contrato (art. 1828 del Código
Civil). Quiere decir en todos los casos que, pese a la discusión en torno al
régimen aplicable y las acciones procedentes, si hacemos abstracción de los
regímenes especiales, lo que habría es incumplimiento de contrato, siendo
procedentes las acciones generales a que este último da lugar.
En todos los fallos, salvo el que se pronuncia sobre el bus nuevo con
defectos, la Corte Suprema adhiere a un concepto amplio y unitario de
incumplimiento, confiriendo, de este modo, la misma protección al acree-
dor afectado.
La noción de incumplimiento... 455

A lo anterior, hemos de añadir que en otros casos, sin alegarse sobre si hay
o no incumplimiento, la Corte Suprema, al justificar su resolución, razona
en términos como si de un incumplimiento se tratase. Así, la sentencia de
la Corte Suprema de 9 de diciembre de 20159 que al declarar la nulidad
de una compraventa por error sustancial, fundamenta su resolución en que
en virtud de este contrato el vendedor debe entregar lo que reza el contrato
de acuerdo con el artículo 1828 del Código Civil y que, al entregar una
cosa que no posee la cualidad material que determinó su celebración, habría
incumplido tal obligación, siendo procedente la declaración de nulidad por
error sustancial. Veamos.
Una sociedad compra cerdos para faenarlos y, posteriormente, vender
su carne para el consumo humano en el extranjero. Sin embargo, el com-
prador no pudo comercializar la carne porque ella contenía altos niveles
de dioxina, situación que los hacía inidóneos para el consumo humano.
La compradora se niega a pagar el precio y la vendedora demanda ejecu-
tivamente el cobro de las facturas impagas. A la parte compradora, al ser
demandada ejecutivamente, solo le queda oponer la excepción de nulidad
relativa alegando que padeció de un error sustancial sobre la calidad de los
cerdos, ya que los entregados no poseían la calidad que les hacía idóneos
para ser comercializados. En ambas instancias se acogió la excepción
deducida; y el ejecutante interpuso recurso de casación en el fondo que la
Corte Suprema rechazó, fundando su fallo en el artículo 1828 del Código
Civil, dado que el vendedor no entregó lo que rezaba el contrato. La Corte
declara que, indiscutiblemente, el vendedor debió haber entregado partidas de
cerdos aptas para el consumo humano, cosa que no sucedió.

III. Una cuestión clave. El modelo de vinculación contractual


¿A qué se obliga el deudor?

Para dar respuesta sobre si hubo cumplimiento o incumplimiento del


deudor, previamente debemos dilucidar a qué se obligó en virtud del con-
trato. Tal interrogante no concierne ni al contenido del contrato y ni a su
determinación, sino al modelo de vinculación contractual que hemos de
adoptar para alcanzar una correcta y adecuada comprensión de la noción
de incumplimiento y, seguidamente, de sus efectos.

9
  Sociedad Agrícola Santa Anita con Faenadora El Milagro (2015).
456 Álvaro Vidal Olivares

Dos son los modelos de vinculación contractual a los que debemos pres-
tar atención. El primero, que la concibe como un conjunto de deberes de
conducta –entiéndase obligaciones contractuales–, que podemos calificar
de “fragmentado”; y, el segundo, que la entiende como una garantía de
realización del contrato, en tanto unidad, y, consiguientemente, de la satis-
facción del interés del acreedor10. El primero es característico del Derecho
civil decimonónico, mientras que el segundo lo es del common law, y hoy
de la CISG y otros instrumentos del moderno derecho de contratos, como
los PCCI, los PECL y los PLDC, entre otros11. En el modelo fragmentado,
el deudor se obliga a ejecutar obligaciones contractuales y si no lo hace o
lo hace imperfectamente, infringe la obligación concernida. En el segundo,
en cambio, su obligación consiste en realizar el contrato, entendiéndose que
incumple cuando el deudor no ejecuta lo pactado, provocando la insatis-
facción del interés del acreedor. Quiere decir que en uno el deudor cumple
e incumple la obligación; y, en el otro, cumple o incumple el contrato12.
Morales Moreno, refiriéndose a la vinculación contractual de los códi-
gos decimonónicos, afirma que “esta construcción, aunque pueda parecer
muy clara y fácil de explicar, es excesivamente esquemática y limitada,
pues solo contempla los deberes de conducta del deudor. No considera la
vinculación contractual desde la perspectiva del acreedor (desde la satis-
facción de su interés). Resulta, por ello, insuficiente para incorporar todos
los contenidos de la vinculación contractual. Así, por ejemplo, impide o al
menos dificulta, que las cualidades (materiales y jurídicas) que debe tener
la cosa específica vendida, para satisfacer el interés del comprador, sean
contenido del deber de prestación”13.

  Zimmerman, Reinhard, The new german obligations law, historical and comparative
10

perspectives (Oxford, 2008), pp. 112-113.


  Refiriéndose al modelo de vinculación contractual de los PLDC y los otros instrumentos
11

de derecho uniforme y armonizado de derecho de contratos, afirmamos que: “(...) aquello que se
subentiende en los instrumentos del nuevo derecho de contratos, se explicita en los Principios;
el deudor se obliga a ejecutar el contrato, lo acordado por las partes en su total dimensión (...)
En los Principios no hay duda que el deudor se obliga a cumplir el contrato y que el incum-
plimiento es del contrato y no de obligaciones o deberes fragmentados”, De la Maza, I.-Vidal,
A., cit. (n. 1), pp. 48-49.
  Morales Moreno, Antonio Manuel, “La noción unitaria de incumplimiento en la Pro-
12

puesta de Modernización del Código Civil”, en Estudios sobre el incumplimiento y resolución


(Navarra, Cizur Menor, 2014), p. 27.
13
  Ibíd., p. 83.
La noción de incumplimiento... 457

En cambio, aludiendo ahora al modelo de la CISG, el de garantía de


realización del contrato, expresa que en él están presentes dos aspectos
fundamentales de los que carecería el modelo anterior: “Primero: las cuali-
dades que debe tener la cosa (y no solo la entrega de misma), forman parte
del contenido del deber de prestación del vendedor. El problema teórico
que pudo plantear la imposibilidad inicial de que la cosa específica vendi-
da deba tener las cualidades que no tiene, ha sido superado. Segundo: el
comprador dispone de un sistema de remedios del incumplimiento, y no,
simplemente, del sistema de protección del saneamiento (acciones edilicias).
El sistema de remedios del incumplimiento garantiza al comprador (en la
medida del fin de protección del contrato) la satisfacción de su interés en
que la cosa tenga las cualidades que debe tener conforme al contrato: el
sistema de saneamiento, como hemos visto, normalmente no”14.
La pregunta que debemos formularnos refiere a si ¿es posible, o no,
sostener este segundo modelo de vinculación en nuestro Código Civil?
Si pensamos únicamente en las obligaciones de dar nacidas de un con-
trato bilateral, –como en la compraventa–, coincidiremos que, si se trata
de obligaciones que tienen por objeto una especie o cuerpo cierto, existen
buenas razones para entender que el modelo de vinculación es el primero; sin
embargo, la respuesta varía si pensamos en obligaciones de dar individuos
de un género. Respecto de estas, la vinculación contractual se aproxima
más a aquella de la CISG donde la preeminencia radica en los contratos
con objeto fungible. Desde allí podemos avanzar hacia una relectura de
las normas sobre incumplimiento y sus efectos, aproximando el derecho
decimonónico al del nuevo derecho de contratos15.
Si estamos en lo correcto, quiere decir que el ámbito de los regímenes
especiales que el Código Civil prevé en la compraventa para las entregas
defectuosas –o con anomalías materiales y jurídicas–, estaría limitado a
aquellas ventas de especie o cuerpo cierto respecto de las cuales el mo-
delo de vinculación sería el primero, es decir, el contrato como fuente de
obligaciones particulares. En cambio, para las compraventas que recaen en
individuos de un género, el modelo sería uno muy próximo, sino idéntico,

14
  Morales, Antonio, “Tres modelos de vinculación del vendedor en las cualidades de la
cosa”, en ADC (Madrid, BOE, 2012), p. 8.
  Vidal, Álvaro, “La noción de incumplimiento esencial en el ‘Código Civil’”, en Revista
15

de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso 32 (2009), pp. 495-550.


458 Álvaro Vidal Olivares

al de la vinculación contractual garantía. Esta delimitación daría cuenta


que en nuestro Código Civil convivirían los dos modelos; y que, además,
tratándose de las ventas específicas se plantea el problema del concurso
de acciones para las hipótesis de cumplimientos defectuosos, tal como lo
mostraremos en el capítulo siguiente.
Puestas así las cosas, podemos avanzar en el sentido que, tratándose
de las obligaciones de dar individuos de un género, la vinculación sería
más próxima a la imperante en el nuevo derecho de contratos, razón por
la cual no habría discusión acerca de que el deudor compromete en ellas la
realización del contrato, la ejecución de lo pactado; y, por consiguiente,
el incumplimiento no estaría referido a obligaciones particulares, sino al
contrato como una unidad.
El punto que queda por develar, pese a la división anterior, refiere a si
podemos o no, extender este modelo de vinculación a las restantes obligacio-
nes contractuales, incluidas las de dar una especie o cuerpo cierto. Veamos.
Si aceptamos la posibilidad de concurso de acciones en hipótesis de en-
trega defectuosa; concurso de acciones que, en nuestra opinión, presupone
que unas mismas circunstancias de hecho pueden calificarse a la vez de
incumplimiento y, por ejemplo, de vicio redhibitorio; la entrega de una cosa
con un defecto jurídico (evicción); o de imposibilidad originaria parcial.
Si admitimos, como lo ha hecho nuestra Corte Suprema, que la opción de
la acción corresponde al acreedor, desplazando así el régimen especial por
el general del incumplimiento, la única justificación de esta solución se
halla en la vinculación garantía de realización del contrato. Quiere decir,
entonces, que si bien el deudor infringió un deber contractual particular,
a la vez debemos entender que no habría realizado lo pactado, que habría
incumplido el contrato.
¿Qué conclusiones podemos extraer de lo expresado?:
Primero, que tratándose de las obligaciones de dar individuos de un
género, el modelo de vinculación se aproxima, si es que no coincide, con
aquel que la concibe como garantía de realización del contrato.
Segundo, que el modelo de vinculación para las obligaciones de dar una
especie o cuerpo cierto, el modelo es el fragmentado; sin embargo, hay
buenas razones para entender que tal modelo conviviría con el de garantía
de realización del contrato.
Y, tercero, que tratándose de las otras obligaciones, las de hacer, no habría
ningún motivo para negar como modelo de vinculación el de garantía de
La noción de incumplimiento... 459

realización del contrato. Así, pareciere recogerse de dos sentencias que se


pronuncian sobre el incumplimiento de obligaciones de hacer, resaltando
que el deudor se obliga a desplegar una cierta actividad orientada a la sa-
tisfacción del interés del acreedor, más que a la realización de específicos
deberes de conducta.
La primera, la sentencia de la Corte Suprema de 6 de diciembre de 2011,
que se pronuncia sobre el incumplimiento de contrato de mandato judicial,
en la que se lee: “En esas condiciones, los magistrados del fondo concluyen
que, siendo una obligación, la asumida por los demandados, de poner en
beneficio de su mandante el comportamiento y diligencia debidos, por efecto
de la referida omisión, ocasionaron negligentemente al actor un perjuicio
irreparable, que incide en el resultado de su pretensión y que configura
el incumplimiento de las obligaciones contractuales de los demandados,
al no poner a favor del mandante el comportamiento o actividad debida
para finalizar con éxito lo que, hasta la dictación de la sentencia definitiva,
había logrado” (considerando tercero)16.
Y, la segunda, también de la Corte Suprema, de 5 de junio de 2013, que
al juzgar sobre el incumplimiento de un contrato de prestación de servicios
médicos, expresa: “que en el ejercicio del acto médico, el profesional se
obliga a emplear todos sus conocimientos y medios suficientes y disponibles
con el objetivo de precaver, diagnosticar, tratar y curar la enfermedad.
Conforme con ello, determinaron que la culpa de la que responde el médico
se origina por no haber empleado los medios suficientes para el propósito
encomendado o no haber sido diligente o prudente en tomar todas las
precauciones que hubieran evitado el daño. No obstante lo anterior, tam-
bién consideraron que el médico está obligado a cumplir 3 obligaciones
de resultado: el deber de información, la obligación por los materiales y
productos y la obligación relativa a los exámenes y análisis simples, ya que
los diagnósticos y resultados están sujetos a la interpretación del profesional
acerca de su alcance y posibles efectos, y que en relación a la obligación de
medios, el profesional debe atenerse a su lex artis, que impone los deberes
de seguir los progresos de la ciencia; mantener una práctica adecuada de
los protocolos; obedecer las reglas generalmente admitidas por la ciencia
y el arte de la salud especializada a cual se dedica; conocer sus personales
limitaciones frente al acto que debía realizar; y mantener una observancia

  Orellana Cáceres, Cristián con Prado Berger, Jaime y Belmar Palavecino, Cecilia (2011).
16
460 Álvaro Vidal Olivares

del reglamento destinados a normar las acciones de salud, los protocolos


médicos quirúrgicos, etc.” (considerando cuarto)17.
¿Podemos afirmar el modelo de vinculación garantía en nuestro Código
Civil? El punto es que el modelo de vinculación garantía en las obligaciones
específicas y de hacer no lo podemos asentar en la existencia de buenas
razones para aceptarlo; ni en la ausencia de buenas razones para negarlo.
Hemos de intentar avanzar un poco más. Y en este propósito, de nuevo
resultan muy sugerentes las palabras de Morales Moreno, quien sostiene
que es posible identificar en el Código Civil español, el modelo de vincu-
lación garantía, al afirmar que: “Quizás pueda parecer que el nuevo modo
de entender la vinculación contractual (...) es una construcción importada
del Common Law, extraña a la concepción de los Derechos continentales,
y que, por tanto, no procede tomarla en cuenta en nuestro Ordenamiento.
Esta consideración, a mi modo de ver, sería incorrecta. (…) Para ponerlo de
manifiesto voy a recordar, a continuación, cómo Federico de Castro en su
construcción del concepto de negocio jurídico siguió un método parecido”.
Añade en su trabajo titulado “El propósito práctico y la idea de negocio
jurídico en Federico de Castro”, en el que se ocupó del modo de entender
el negocio jurídico por de Castro (para quien tiene importancia fundamen-
tal el resultado que pretenden alcanzar las partes) precisando que, en este
trabajo, advertía: “El negocio jurídico debe ser entendido, siguiendo la idea
de Castro, no simplemente como un mecanismo de creación, modificación
o extinción de relaciones jurídicas, aunque también le cabe ese cometido,
sino como algo más complejo y de más amplio alcance: como un medio
para organizar los particulares intereses. Extrayendo las consecuencias que
pueden derivarse de este enfoque, resulta que todo negocio jurídico, en sí
mismo considerado, justifica en quienes lo han celebrado un determinado
interés, que razonablemente aspiran a ver satisfecho y que, también, por
múltiples causas, unas imputables a la conducta de la otra parte y otros no
imputables a ella, puede quedar sin satisfacción (…)”18.
Esta extensa cita nos permite afirmar que, tal como lo sugieren, primero
de Castro y después Morales Moreno, si bien el contrato cumple la tarea
de crear derechos y obligaciones, constituye por sobre todo un dispositivo

  Corte Suprema, 5 de junio de 2013. rol Nº 5883-2012 disponible en buscador del Poder
17

Judicial https://www.pjud.cl.
18
  Morales, A., cit., (n. 12), p. 85.
La noción de incumplimiento... 461

que tiene por finalidad que las partes satisfagan el interés que determinó la
celebración del contrato; interés que, por causas imputables o no al deudor,
puede quedar insatisfecho. Así parece recogerlo el artículo 1926 de nuestro
Código Civil que, de una parte, utiliza como criterio para definir los efectos
del incumplimiento –el retardo en la entrega– la utilidad del contrato para
el acreedor conectada con las circunstancias que motivaron la celebración
del contrato. Y, de otro, permite escindir los efectos del incumplimiento
de la imputabilidad, al limitarla, como condición de procedencia, solo a la
pretensión indemnizatoria, no así a la resolución del contrato. De la nor-
ma se infiere que el interés del acreedor puede quedar sin satisfacción por
causas imputables, o no, al deudor. Si lo son, procede la indemnización; si
no, solo la resolución.
Quiere decir entonces, que los problemas de cumplimiento e incum-
plimiento de contrato son, al mismo tiempo, de satisfacción e insatisfacción
del interés del acreedor, siendo determinante a estos efectos descubrir cuál es
el propósito práctico de las partes incorporado al contrato y que determinó
la decisión de contratar. Propósito que nos permite no solamente definir el
interés del acreedor, sino también el fin de protección del contrato. En el
apartado que sigue nos detendremos en la noción realista de contrato y en
el papel que le cabe al propósito práctico de las partes.
¿Qué consecuencias se siguen de afirmar que nuestro Código Civil recoge
el modelo de vinculación contractual garantía de la realización del contrato?
Que el deudor, al contratar, se obliga a realizar el contrato, garantizan-
do la satisfacción del interés del acreedor y que cualquier desviación en
tal realización respecto de lo pactado, constituye incumplimiento y pone
a disposición del acreedor los remedios generales al mismo. Y que, en la
tarea de definir si el deudor cumplió o no el contrato, resulta irrelevante si
la causa fue o no le fue imputable19. Aparece la noción de incumplimiento
como hecho amplio y objetivo o neutro.
Nuestra Corte Suprema, en sentencia de 10 de diciembre de 2012, recoge
esta idea de incumplimiento entendido como insatisfacción del interés del
acreedor y que confiere al acreedor una serie de remedios, al declarar en su
considerando cuarto: “Que de la sola existencia del incumplimiento con-
tractual, entendido este como la insatisfacción del interés del acreedor, no

19
  Ibíd., p. 19.
462 Álvaro Vidal Olivares

se desprende necesaria y directamente la consecuencia demandada, esto es,


la resolución del contrato y la consiguiente indemnización de perjuicios”.
Queda pendiente, entonces, referirnos a la comprensión realista de
contrato.

IV. La comprensión realista del contrato: el interés del acreedor

El contrato deja de concebirse únicamente como un instrumento creador


de derechos y obligaciones (art. 1438 del Código Civil); hoy se impone una
noción más realista que atiende sobre todo al interés de las partes20. Como
apunta Morales Moreno, el contrato debe ser entendido no simplemente
como un mecanismo de creación, modificación o extinción de relaciones
jurídicas, aunque también le cabe ese cometido, sino como algo más com-
plejo y de más amplio alcance: como un medio con el cual los particulares
organizan sus intereses21. Efectivamente, el contrato, primero que todo, se
ocupa de la organización, regulación y la ulterior satisfacción de los inte-
reses de las partes22. Las partes, al contratar, de buscan la consecución de
un propósito práctico que alcanzarán a través de la ejecución del contrato,
propósito que interesa en la medida que se hubiere incorporado –explícita
o implícitamente– a la regla contractual23. De este modo, se entiende que

  Morales Moreno ha destacado que este enfoque realista es el único que permite rescatar
20

el propio concepto de negocio jurídico de los peligros de una excesiva abstracción. Morales


Moreno, Antonio Manuel, Modernización del derecho de obligaciones (Madrid, 2006), pp. 323
y 326. El mismo artículo antes publicado en ADC. XXXVI (1983)4 [El “propósito práctico”
y la idea de negocio jurídico en Federico de Castro]. En Chile: Vidal Olivares, Álvaro, “La
construcción de la regla contractual en el derecho civil de los contratos”, en Revista de Derecho
de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso 21 (2000), pp. 209-212 y recientemente,
Alcalde Silva, Jaime, “La causa de la relación obligatoria”, en Guzmán Brito, Alejandro (a
cura di), Estudios de derecho civil III (Santiago, Legal Publishing, 2008), pp. 342-358.
  Ibíd.
21

  Messineo, Francesco, Il Contratto II. Diritto privatto, teoria generale, en EJ. IX (1968),
22

p. 813.
23
  Para Federico de Castro el propósito práctico que ha sido materia de consentimiento
o se da por consentido, permite desentrañar de mejor manera la voluntad de las partes. Hace
plausible los motivos que ellas han incorporado al contrato y que aspiran alcanzar o satisfacer
con su cumplimiento fiel y oportuno. De Castro y Bravo, Federico, El negocio jurídico (1985,
reimp. Madrid, 2002), pp. 29 y 228-229. El jurista vincula el propósito práctico con lo que él
denomina causa concreta, de forma que la causa concreta es aquello que las partes persiguen
La noción de incumplimiento... 463

de Castro defina el negocio jurídico –el contrato entre nosotros– como


“la declaración o acuerdo de voluntades, con la que los particulares se
proponen conseguir un resultado, que el Derecho estima digno de especial
tutela, sea en base sólo a dicha declaración de voluntad, sea completado
con otros hechos o actos”24.
El intérprete –juez o árbitro– al definir este propósito práctico, lo conec-
tará necesariamente con la causa ocasional o concreta del contrato, y que la
define el inciso segundo del art. 1467 CC25, ya no para medir la moralidad
o legalidad del acto, sino sus efectos, principalmente –como se dirá– los
derivados del incumplimiento26.
Al mismo tiempo, tal propósito práctico integrado al contrato, permite
al intérprete dibujar para cada caso particular el interés del acreedor, al

conseguir como resultado social y para lo que se busca o espera el amparo jurídico. En el mismo
sentido Diez Picazo y Ponce de León, Luis, “El concepto de causa en el negocio jurídico”, en
ADC. XVI (1963), I, p. 32.
24
  Morales Moreno, Antonio, Manuel, voz “Causa”, en Enciclopedia Jurídica 2 (1995).
25
  Morales Moreno sostiene que la causa puede ser entendida en sentido subjetivo, siendo
un instrumento para verificar la realización del fin del negocio al servicio de la autonomía de la
voluntad. La efectiva realización de la causa subjetiva, aquellos motivos incorporados a la causa,
dependerá unas veces de la conducta de alguna de las partes lo que permite aplicar a la falta
de efectiva realización de la causa a la solución a los problemas de incumplimiento de deberes
impuestos por el contrato, desplazándose el problema de falta de realización de la causa a los
de incumplimiento. Cfr. Morales Moreno, Antonio, Manuel, Voz “Causa”; Ibíd., pp. 961-962.
26
  Como afirma Capitant “todo el que consiente en obligarse hacia otro, lo hace por la
consideración de un fin que se propone alcanzar por medio de esta obligación. La obligación
de quien contrae está siempre y necesariamente dominada por el deseo de alcanzar un fin que
él ha previsto. Obligarse sin tendencia a un fin es acto propio de locos” Capitant, Henri, De
la cause des obligations: contrats, engagements unilatéraux, legs (1923, trad.cast. Madrid,
1930), p. 9. En Chile, para Alcalde Silva el artículo 1467 se refiere al motivo determinante de
la voluntad contractual, a su razón impulsante, en suma, al propósito perseguido por las partes
al celebrar el negocio. Añade el autor que la expresión “motivos” empleada por el legislador
debe entenderse como aquello que mueve o tiene eficacia o virtud de mover; o bien la razón
que mueve para algo, lo que extrapolado al contrato designaría a la finalidad última que las
partes quieren alcanzar o satisfacer con el contrato. Alcalde, Jaime, “La causa de la relación
obligatoria”, en EDC. III (Santiago, Legal Publishing, 2008), pp. 368-369. Sobre el respaldo
histórico de esta forma de entender la expresión motivos del artículo 1467 CC, véase: Guzmán,
Alejandro, “La doctrina de la ‘consideration’ en Blackstone y su relación con la ‘causa’ del
‘ius commune’”, en Revista de Estudios Histórico-Jurídicos 25, (2003), p. 383; y, Guzmán,
Alejandro, “Causa del contrato, y causa de la obligación en la dogmática de los juristas roma-
nos, medievales y modernos y en la codificación europea y americana”, en Revista de Estudios
Histórico-Jurídicos 23, (2001), pp. 209-225.
464 Álvaro Vidal Olivares

que se le denomina “interés contractual” y que el contrato hace objeto de


su protección.
En nuestra jurisprudencia encontramos algunos fallos que recogen esta
noción realista de contrato al atender a la finalidad o propósito de las par-
tes al contratar, al definir los efectos del incumplimiento. Se destacan tres
sentencias.
En la primera, la Corte Suprema se pronuncia sobre la terminación de
un contrato de arrendamiento, en los términos que siguen: “de conformidad
al contrato suscrito por las partes el destino del inmueble sería exclusi-
vamente la instalación, manejo y desarrollo de un mini golf y sus instala-
ciones complementarias y adicionales relacionadas con la operación del
negocio con sujeción estricta a los permisos y autorizaciones municipales
u otras pertinentes que regulan la actividad de la arrendataria. Por tanto,
esa es la finalidad que daría al predio, la cual tuvieron en vista las partes
al momento de contratar, y siendo tal fin conocido y aceptado por ambos
contratantes, se elevó a la categoría de elemento esencial del contrato
celebrado por las partes”27.
En la segunda, pronunciándose la Corte Suprema, conociendo de una
acción de resolución de una compraventa de derechos de aprovechamien-
to de aguas, resuelve: “La entrega legal del dominio o la posesión con la
inscripción en el registro del conservador de bienes raíces, a nombre del
adquirente, no es suficiente para transferir al comprador ambos derechos
en toda su amplitud, pues la inscripción por sí sola, no realiza uno de los
objetos principales que llevan al comprador a celebrar el contrato, cual
es la de gozar la cosa comprada y disponer de ella. Por ello si el vendedor
se limita simplemente a hacer la simple entrega legal de la cosa y no hace
el material, no ha cumplido su obligación”28.
Y en la tercera, la misma Corte resolviendo sobre la resolución de un con-
trato de compraventa de un cooler y vitrina refrigerada, expresa: “Tercero:
Que es preciso considerar que los contratos deben ejecutarse de buena fe,
de conformidad a lo dispuesto por el artículo 1546 del Código Civil y, por
consiguiente obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las
cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por

  Sentencia de la Corte Suprema, 19 de mayo de 2008, en www.legalpublishing.cl Nº 39372.


27

  Sentencia de la Corte Suprema, 31 de mayo de 2005, en Fallos del Mes 533 (2005-2006),
28

pp. 853-866.
La noción de incumplimiento... 465

la ley o la costumbre pertenecen a ella. En efecto, en la especie significaba


que al vendedor del rubro refrigeración y línea blanca, no sólo le asistía
la obligación de entregar materialmente las cosas, una vitrina refrigerada
y un cooler usados, sino que además proporcionar todo lo necesario para
que las especies vendidas pudieran cumplir con los fines que son propios
de las mismas y con los de la actividad comercial del comprador a la que
estaba destinada, esto es preservar los elementos perecibles que vendía
en su almacén el comprador. Sin embargo, ello no ocurrió en el presente
caso, ya que tales máquinas vendidas nunca funcionaron, incumpliéndose
así con la obligación del vendedor. Asimismo, no se encuentra acreditado
que aquel diera cumplimiento a la garantía que se encontraba pactada
por el plazo de dos años”29.
En la primera de las sentencias, la incorporación del propósito es ex-
presa, en cambio, en las otras dos, es tácita, requiriendo de la actividad
interpretativa del juez para darlo por cierto.
Desde esta perspectiva, todo contrato lo que persigue es una garantía para
el acreedor de satisfacción de su interés contractual30, que precisamente como
se dijo, se dibuja, caso a caso, a partir del propósito práctico incorporado al
contrato. Tal fin se alcanzará con la realización del contrato, de lo pactado.
Por consiguiente, precisamente esta realización de lo pactado constituye el
medio idóneo para que el acreedor obtenga la satisfacción de su interés31.
Desde esta comprensión realista del contrato, hemos de precisar que el
propósito práctico constituye un dispositivo fundamental para definir, tanto
si hay incumplimiento o no, como sus efectos.
Pensemos en el caso del contrato de arrendamiento para el mini golf. Si
no prestamos atención al propósito práctico del acreedor sería imposible,
primero, definir si hubo o no incumplimiento del arrendador, puesto que
materialmente entregó una cosa idéntica a la arrendada; y, segundo, definir
si es procedente o no la resolución del contrato. Claramente, hubo entrega,

29
  Sentencia Corte de Apelaciones de San Miguel, 16 de junio de 2011, rol Nº 201-2011.
30
  Cfr. Diez Picazo y Ponce de León, Luis, Prólogo de Espert Sanz, Vicente, La frustración
del fin del contrato (Madrid, 1968), pp. 10-11.
31
  Distinguimos el objeto ideal –la cosa como debe ser–, del objeto real –la cosa tal cual
es–; y habrá coincidencia y, consiguientemente, cumplimiento, no solo si la cosa –lo ejecuta-
do– coincide materialmente con lo pactado, sino que, además, debe ser hábil para el propósito
que determinó a las partes contratar.
466 Álvaro Vidal Olivares

empero la cosa entregada era inhábil para el propósito del arrendatario que
le determinó contratar y que fuera expresamente declarado en la convención.
Lo mismo ocurrirá en el caso de una compraventa. El incumplimiento
de la obligación de entrega no producirá el mismo efecto si el comprador
es un consumidor o un comerciante. En ambos supuestos difiere el propó-
sito práctico de este contratante y, seguidamente también, los efectos del
incumplimiento; así, en un caso claramente no procede la indemnización
del lucro cesante (el consumidor); y en el otro, en principio, sí seria pro-
cedente (el comerciante).
Podríamos concluir que si el contrato se cumple conforme al contrato
y el acreedor satisface su interés, el propósito se desvanece al haberse
alcanzado; sin embargo, si el deudor incumple, tal propósito cobra toda
importancia al permitir, de una parte, definir si hubo o no incumplimiento;
y, de otro, medir los efectos que ese incumplimiento produce, modelando
así los remedios disponibles para el acreedor.
Finalmente, debemos averiguar si el incumplimiento así entendido, como
no realización del contrato con la consecuente insatisfacción interés del
acreedor, tiene o no asiento normativo en nuestro Código Civil.

V. Una noción unitaria de incumplimiento en el Código Civil32

El incumplimiento se entiende como un hecho amplio y objetivo cuyo


efecto inmediato es la insatisfacción del interés del acreedor, al punto que
se sostiene –a partir del concepto realista de contrato arriba examinado–
que para comprender el fenómeno del cumplimiento y el incumplimiento
de contrato, hemos de examinarlo como un problema de satisfacción e
insatisfacción del mencionado interés.

  Reconociendo la necesidad y funcionalidad de construir un concepto unitario de in-


32

cumplimiento –una noción amplia y objetiva–, en España: Pantaleón Prieto, Fernando, “Las
nuevas bases de la responsabilidad contractual”, en ADC. XLVI, pp. 1720-1721; Morales, A.
(n. 8), pp. 32-33; Fenoy, Nieves, “Modernización, Primera parte”, en ADC., pp. 70-71. En Chile:
Vidal Olivares, Álvaro, “Cumplimiento e Incumplimiento Contractual en el Código Civil. Una
perspectiva más realista”, en RCHD. 34 (2007), p. 48 y ss; Pizarro, Carlos, “Hacia un sistema
de remedios al incumplimiento contractual”, en EDC. III (Santiago, Legal Publishing, 2008),
pp. 399-400; y Mejías Alonzo, Claudia, “El incumplimiento contractual y sus modalidades”,
en EDC. III (Santiago, Legal Publishing, 2008), pp. 459-478.
La noción de incumplimiento... 467

Es un hecho amplio puesto que para establecerlo basta la simple cons-


tatación de la falta de coincidencia entre el objeto ideal –lo idealmente
prometido por el deudor– y el objeto real –lo efectivamente ejecutado
por el deudor–; cualquiera desviación respecto del objeto ideal implica
el incumplimiento del deudor. De forma que el deudor no incumple una
o más obligaciones aisladas, sino el contrato todo, siendo indiferente, en
principio, la clase o tipo de obligación incumplida. De cualquier modo, el
carácter amplio del incumplimiento no puede significar que, cualquiera sea
su manifestación, hará procedente cualquier remedio. Siempre hemos de
estar a si concurren, o no, las condiciones que configuran su supuesto de
hecho. Así, en la exposición de motivos de la Propuesta de Modernización
del Código Civil español en materia de obligaciones, se lee: “El dibujo de
los incumplimientos no es el mismo en cada uno de los remedios (acción de
cumplimiento, resolución por incumplimiento, pretensión de indemnización,
daños), pero, sin duda, también que puede tener vigencia un sistema que
generalice la figura del incumplimiento”33.
Por su parte, el artículo 91 de los PLDC plasma la idea del incumplimien-
to unitario que permite articular un elenco de remedios, cada uno con sus
propias condiciones de procedencia que configuran su supuesto de hecho
específico. Así se extrae del encabezado de su párrafo (1), al prescribir: “En
caso de incumplimiento, el acreedor puede ejercer, a su elección y según
proceda, alguno de los siguientes medios de tutela”.
Y el incumplimiento es un hecho objetivo o neutro porque prescinde
de su causa, de la valoración de la conducta del deudor; no interesa si se
debió o no a un caso fortuito, únicamente interesa que el deudor no ejecutó
lo pactado, provocando la insatisfacción del acreedor. Ese incumplimiento
que tuvo por causa un caso fortuito permite, igualmente, al acreedor dis-
poner de alguno de los remedios. Explicando este carácter neutro, Nieves
Fenoy, afirma que: “Y el tercer y último rasgo del incumplimiento de la
Propuesta civil es que el incumplimiento es un concepto neutro desde el
punto de vista de la imputación subjetiva al deudor. Basta constatar que
ha habido una divergencia entre lo materialmente ejecutado y lo diseña-
do y exigible según el contrato, para que pueda decirse que el deudor ha

33
  Ministerio de Justicia, “Exposición de motivos”, en Propuesta para la modernización
del Derecho de Obligaciones y Contratos, Madrid, Ministerio de Justicia, 2009, Apartado VII.
468 Álvaro Vidal Olivares

incumplido. El incumplimiento incluye el incumplimiento inexcusable y


el excusable”34.
Los instrumentos del nuevo derecho de contratos, como la CISG, los
PCCI, los PECL, los PLDC y, también, la reforma al Code Civil de 2016,
entre otros, recogen esta noción unitaria de incumplimiento amplia y ob-
jetiva. Noción de incumplimiento que encierra todas sus manifestaciones,
incluso el error vicio del contrato y la imposibilidad originaria –carácter
amplio–, sin que resulte relevante si el incumplimiento así concebido, se
debió a una causa imputable o no al deudor –carácter objetivo–35. Así,
los artículos 45 y 61 CISG articulan los remedios del acreedor a partir
del incumplimiento de cualquiera de las obligaciones; y el artículo 79 (5)
CISG limita expresamente el ámbito de la causa de exoneración (impedi-
mento ajeno al control del deudor equivalente a nuestro caso fortuito) a la
indemnización de daños, quedándole a salvo al acreedor el ejercicio de los
restantes remedios, como la resolución, la reparación o la rebaja del precio.
Hay incumplimiento al margen de si el deudor está amparado, o no, en una
causa de exoneración.
A este efecto, resulta especialmente conspicua la definición de “incum-
plimiento de contrato” y su regulación en los PLDC, la que destaca por su
simplicidad y porque explicita todo aquello a lo que se ha llegado por la
vía interpretativa de la disciplina del incumplimiento en los restantes ins-
trumentos de referencia. En efecto, el capítulo 8º de los PLDC disciplinan
el incumplimiento del contrato y el artículo  86 lo define como “la falta
de ejecución del contrato en la forma pactada”, añadiendo que el incum-
plimiento imperfecto comprende toda disconformidad entre lo acordado y lo
ejecutado por el deudor”. Así, el incumplimiento del contrato es el reverso
de su cumplimiento, de modo que se incumple el contrato cuando no se
realiza lo acordado o se realiza imperfectamente. Como hemos afirmado en
otro sitio: “En los Principios, al igual que en los instrumentos de derechos
uniformes, el Código Civil francés y las propuestas de reforma al Código
Civil español, el incumplimiento constituye un hecho amplio y objetivo.
Por lo que toca a la amplitud, (...) éste incorpora cualquiera hipótesis de

34
  Fenoy, N., cit., (n. 32), p. 70.
  Fenoy, Nieves, Falta de conformidad del objeto, modelo de compraventa y sistema de
35

acciones (Madrid, Colegio de Registradores de la propiedad, Mercantiles y Bienes Muebles


de España, 1996), p. 200.
La noción de incumplimiento... 469

desviación respecto de lo pactado, absorbiendo categorías que en la tradi-


ción decimonónica se someten a disciplinas especiales, excluyéndose del
régimen general del incumplimiento, como la imposibilidad, los vicios
ocultos y la evicción (...) Por lo que se refiere ahora al carácter objetivo
de incumplimiento, en los PLDC resulta irrelevante para definir si hay o
no incumplimiento, si éste tuvo su causa en la propia conducta del deudor,
del acreedor o de sus auxiliares, de caso fortuito o de fuerza mayor (...)”36.
Volviendo a nuestro Código Civil, hemos de advertir que el carácter
objetivo del incumplimiento reviste, por así decirlo, un interés más bien
teórico que práctico. Bien sabemos que en nuestro Código Civil, a partir del
inciso 3º del artículo 1547, se entiende que los incumplimientos se reputan
imputables al deudor mientras este no acredite un caso fortuito o de fuerza
mayor (inciso 4º). Quiere decir, entonces, que el incumplimiento atribuye
responsabilidad mientras el deudor no acredite una causa de exoneración. Al
disponer el inciso 4º del artículo 1547 que el deudor no será responsable del
caso fortuito, el mismo legislador está limitando el rol de la imputabilidad
y la causa de exoneración –caso fortuito y de fuerza mayor– a un remedio,
a la indemnización de daños, que es expresión de la responsabilidad civil
contractual. Así los recoge, por lo demás, explícitamente el citado artícu-
lo 1926 del Código Civil37.
No obstante, se cuestiona este carácter objetivo acerca de las obligacio-
nes de medios, respecto de las cuales se sostiene que en ellas la culpa es
un elemento constitutivo del incumplimiento, dado que afirmar esto último
implica necesariamente que el deudor ha incurrido en culpa38. Conviene
precisar que no compartimos esta posición dado que, en nuestra opinión,
implica confundir el cumplimiento e incumplimiento de esta clase de obli-
gaciones, con la diligencia y culpa, como criterio de imputación o atribución
de responsabilidad. En las obligaciones de medios, al igual que en las de
resultado, el deudor se obliga a realizar el contrato, la diferencia reside en
que en las primeras el deudor solo compromete una actividad orientada a un

36
  De la Maza, I.-Vidal, A., cit., (n. 1), pp. 51 y 54.
37
  Genicon, Thomas, La résolution du contrat pour inexécution (París, L.D.G. J, 2007),
pp. 206-207.
38
  Pizarro, Carlos, “La culpa como elemento constitutivo del incumplimiento en las obliga-
ciones de medio o de diligencia”, en Revista de Derecho de la Pontificia Universidad Católica
de Valparaíso 31, (2007), pp. 257-260.
470 Álvaro Vidal Olivares

resultado ajeno al vínculo contractual; en cambio, en las segundas, lo que


hace es comprometer el resultado al margen de la actividad desplegada39.
Se confunde la noción de incumplimiento que igualmente corresponde a la
no realización del contrato; con el criterio de imputación de responsabilidad
que se opone a la diligencia promotora del cumplimiento.
En cambio, el carácter amplio del incumplimiento reviste una insospe-
chada importancia en la práctica de nuestros Tribunales, siendo tal carácter
la consecuencia inmediata, como hemos destacado, de adherir a la vincula-
ción contractual garantía de realización del contrato. Esta noción amplia de
incumplimiento permite simplificar y aglutinar las distintas manifestaciones
del incumplimiento; desde la falta de actividad del deudor, el retardo en
el cumplimiento, como aquellas hipótesis de cumplimientos imperfectos
debido a que el objeto de la prestación adolece de anomalías materiales o
jurídicas, y otras, como el error vicio del consentimiento40.
Así, en el caso de los cerdos, si el vendedor no se hubiera adelantado
iniciando el juicio ejecutivo de cobro de pesos en contra del comprador, este
no habría alegado la nulidad relativa por error sustancial del artículo 1454,
sino la resolución por incumplimiento de contrato según el artículo 1489
del Código Civil y, ante la alegación del demandado de que lo que allí hay
es un error o un vicio redhibitorio, el Tribunal se hubiera limitado a afirmar
que ciertamente hay incumplimiento, porque el vendedor no hizo entrega
de lo que rezada el contrato.
Y en el caso de los buses podríamos transitar entre el error y el incum-
plimiento, pasando por los vicios redhibitorios y, concluir, pese al criterio de
la Corte Suprema que aplica al caso, que desde la óptica del artículo 1828
del Código Civil, el vendedor no entregó al comprador lo que rezaba el
contrato, a saber, un bus nuevo, libre de cualquiera de las anomalías mate-
riales que lo hiciera inhábil para la finalidad que determinó la decisión de
comprar. Resolvemos el conflicto acudiendo a la doctrina del aliud pro alio
funcional. Verda y Beamonte afirma que, junto con esta versión material

  Brantt Zumarán, María Graciela-Vidal Olivares, Álvaro, Obligación, incumplimiento, y


39

responsabilidad civil del mandatario en el Código Civil chileno, en Revista Chilena de Derecho
Privado 40, (2013), 2, pp. 416-420.
40
  Fenoy, N., (n. 32), pp. 183-187, 222. Lando, Ole-Hugh, Beale, Principios de Derecho
contractual Europeo. Los trabajos de la “Comisión de Derecho contractual europeo (Madrid,
2003), p. 163. Díez-Picazo, Luis-Roca Trías, Encarna-Morales Moreno, Antonio Manuel, Los
principios del Derecho Europeo de Contratos (Madrid, 2002), p. 317.
La noción de incumplimiento... 471

del aliud pro alio, en la que lo relevante es la identidad física de la cosa


entregada, es posible detectar otra en la práctica de los tribunales españo-
les, a la cual denomina “funcional”. En esta segunda versión, el aliud pro
alio comprendería supuestos en que existe identidad física entre lo debido
y lo entregado, sin embargo, la cosa resulta: “funcionalmente incapaz de
desempeñar el destino económico-social a que se destina y, por ende, de
satisfacer aquellas concretas necesidades que indujeron al comprador a
efectuar su adquisición”41.
Ambos casos nos permiten ilustrar sobre las consecuencias derivadas
de una comprensión amplia del incumplimiento entendido, sencillamente,
como la no realización de lo pactado o su realización no conforme.
¿Cuál es el asiento normativo de un concepto amplio de incumplimien-
to en el Código Civil? La construcción de una noción amplia de incum-
plimiento en nuestro Código Civil resulta de una lectura negativa de las
disposiciones generales de los artículos 1568 y 1569 que definen el pago
y precisan la necesidad de que sea exacto e idéntico a aquello que se pac-
tó; y del precepto del artículo 1828, todos del Código Civil, norma que
particulariza los principios de identidad y exactitud del pago, recogidos
por el citado artículo 156942. De estas tres disposiciones extraemos que el
incumplimiento consiste en la realización de la prestación no conforme con
el contrato43. Quiere decir entonces, que los conflictos de incumplimiento
lo son también de cumplimiento, y que el juez resolverá conforme con la
regla contractual, cobrando especial interés la determinación del contenido
del contrato, problema que fuera objeto del capítulo anterior.
Entonces, si el pago no se efectúa bajo todo respecto conforme con el
contrato (artículos 1545 y 1546 del Código Civil), hay incumplimiento.
El pago imperfecto no produce su efecto liberador, abriendo paso a los

  Verda y Beamonte, J., Saneamiento por vicios ocultos. Las acciones edilicias (2ª edición,
41

Navarra, Cizúr Meno, Thomson Reuters, 2010), p. 314.


42
  Véase: Mejías, C. (n. 32), pp. 476-477.
43
  Vidal, Álvaro, “El incumplimiento de obligaciones con objeto fungible y los remedios
del acreedor afectado. Un intento de relectura de las disposiciones del Código civil sobre in-
cumplimiento”, en El Código Civil de Chile (1855-2005). Trabajos expuestos en el Congreso
Internacional celebrado para conmemorar su publicación (Santiago, LexisNexis, 2007),
pp.  501-502; Baraona, Jorge, El retraso en el cumplimiento de las obligaciones (Madrid,
Dykinson, 1998), p. 89; Pizarro, C., (n. 32), p. 400; Genicon, T., (n. 37), pp. 206-207.
472 Álvaro Vidal Olivares

remedios del acreedor, cuyo fundamento se explica precisamente en la


subsistencia del contrato44.
Sobre el particular hemos de prestar atención a dos sentencias de nuestros
Tribunales superiores de Justicia. La primera, es la sentencia de la Corte de
Apelaciones de Concepción de 1 de diciembre de 199345, que se pronuncia
sobre un caso de entrega de un inmueble que adolece de un defecto jurídico,
como lo es la existencia de una hipoteca no declarada por el vendedor, al
expresar: “(...) el vendedor está obligado a entregar lo que reza el contrato,
regla dispuesta a propósito de la obligación de entregar (Tít. XXIII, Lib. IV)
y que hace de la obligación de entregar no solamente un paso material y
jurídico de la cosa, sino también comprender en ella, una identidad entre
aquello que forma el objeto de la obligación y lo efectivamente entregado,
puesto que, en definitiva, no se trata sino de la particularización de la
regla general del artículo 1569 que impone como requisito objetivo del
cumplimiento la exactitud, identidad e integridad de la prestación, pues
guarda aún vigencia la fórmula del Derecho Romano aliud pro alio, invito
creditori solvi non potest (I.2, 1, D.1, José Beltrán Heredia y Castaño, El
Cumplimiento de las Obligaciones, pág. 209 y sgts. Madrid 1956). En las
palabras de eminentes autores: Cuando la compraventa recaiga sobre un
cuerpo cierto, el vendedor está obligado igualmente a entregar la cosa tal
y como ha sido convenida, querida por las partes; en consecuencia, si la
cosa vendida y entregada está afectada por un vicio oculto, ignorado por el
comprador, o si lleva consigo una posibilidad de evicción, el vendedor no
ha cumplido con su obligación de entrega (H.L. y J. Mazeaud, Lecciones
de Derecho Civil, parte 3, Vol., n. 937) [sic]”46.
Del considerando transcrito se extrae la idea de incumplimiento, enten-
dido como la discordancia entre el objeto ideal –la cosa como debe ser (lo
pactado)–; y el objeto real –la cosa tal cual es (lo ejecutado por el deudor)–.

44
  Diez Picazo y Ponce de León, Luis, Fundamentos de derecho civil patrimonial, II: Las
relaciones obligatorias (6ª edición, Madrid, 2008), p. 572.
  Sentencia de la Corte de Apelaciones de Concepción, 1 de diciembre de 1993, rol Nº 1171-
45

1992, disponible en www.legalpublishing.cl, identificador 22097.


  Transportes Sierra Nevada con Dosque (1993), sentencia que desarrolla la relación
46

existente entre la obligación de entrega y la de saneamiento de la evicción.


La noción de incumplimiento... 473

La segunda sentencia a la que hemos de prestar atención, sentencia de la


Corte Suprema, de 31 de octubre de 201247. Se pronuncia sobre una compra-
venta cuyo objeto eran 1.500 toneladas de rodillos de laminación en desuso,
que debían tener una determinada composición química, particularmente
de Níquel. No obstante, la vendedora entrega los rodillos en la cantidad
pactada, empero no poseen la calidad pactada, esto es, la concentración de
Níquel, lo que hace al objeto real (los rodillos entregados) inhábiles para el
fin perseguido por la compradora. Y, en lo que toca al incumplimiento de
la vendedora, el Tribunal expresa: “Que conforme con el artículo 1828 del
Código Civil, el vendedor es obligado a entregar lo que reza el contrato,
lo que supone un cumplimiento estricto a los términos del mismo, norma
que debe complementarse con lo que disponen los artículos 1568 y 1569
del mismo Código. Estas disposiciones describen el pago efectivo como la
prestación de lo que se debe, ordenan que el pago se hará “bajo todos los
respectos en conformidad al tenor de la obligación”, salvo casos especiales
contemplados por las leyes, y prescriben que “el acreedor no podrá ser
obligado a recibir otra cosa que lo que se le deba ni aun a pretexto de ser
igual o mayor valor la ofrecida” (considerando cuarto).
Las dos sentencias se sirven de las normas generales del pago (artículos
1568 y 1569 del Código Civil) y de la particular, dada para la compraven-
ta, la del artículo 1828 del Código Civil, para justificar el incumplimiento
del deudor, en ambos casos desplazando la disciplina de los regímenes
especiales –en el primero la de la evicción y en el segundo la de los vicios
redhibitorios–, acudiendo, en su lugar, a la de general aplicación a todo in-
cumplimiento, la norma del artículo 1489 del mismo código. Sin embargo,
de lo expresado podría subsistir una inquietud; en concreto, si es posible
afirmar este concepto amplio de incumplimiento cuando se trata de obli-
gaciones de hacer, sean positivas o negativas. Nuestra primera intuición
es que sí es posible, intuición que podemos confirmar normativamente si
prestamos atención, de una parte a la disposición general del artículo 1555
del Código Civil para el incumplimiento de las obligaciones de no hacer,
cuyo supuesto es uno amplio –la contravención–; y, de otra, a la especial
dada para la ejecución del encargo, objeto del contrato de mandato, aque-
lla que contiene el artículo 2131 del mismo código, que, al igual que el
artículo 1828 comentado, no es sino una particularización de la regla de la

47
  Zorin S.A. con Compañía Siderúrgica Huachipato S.A. (2012).
474 Álvaro Vidal Olivares

identidad y exactitud del pago contenida en el artículo 1569. Quiere decir


entonces que, si tratándose de un contrato que impone una obligación de
hacer, si el deudor contraviene lo pactado o no ejecuta la prestación ciñén-
dose rigorosamente a lo pactado, habrá incumplimiento, desplegándose los
efectos que le son propios.

Conclusión

Si la actividad desplegada por el deudor (objeto real) se adecua a lo


pactado, a lo que reza el contrato (objeto ideal), observándose el principio
de identidad y exactitud de pago, hay cumplimiento y el deudor se libera
del contrato. En cambio, si no se da tal adecuación entre el objeto real y
el objeto ideal, hay incumplimiento del contrato48. Se supera, desde esta
mirada, la dispersión, el fraccionamiento y la superposición de regímenes,
y la noción amplia de incumplimiento construida desde las normas del
pago, lo es del contrato y, de esta forma, permite aglutinar las distintas
manifestaciones de incumplimiento.

  Cfr. Pantaleón, F., cit., (n. 32), pp. 1720-1721; Carrasco, A., Derecho de contratos
48

(Pamplona, Aranzadi, 2010), p. 866.

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