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Apunte preparado por la

Profesora Claudia Rodríguez


Cátedra derecho civil IV

CLASIFICACIÓN DOCTRINARIA DE LOS CONTRATOS.

Si bien existen diferentes tipos o categorías contractuales, en general, éstos


pertenecen a la dogmática jurídica y no directamente, al ordenamiento jurídico.
Ellos expresan aspectos básicos o esenciales de las reglas.
Así, por ejemplo que la compraventa y la permuta sean contratos bilaterales,
significa que, bajo ciertos respectos, se someten a unas mismas reglas. Su
fisonomía común es la que impone de parte del ordenamiento una regulación
homogénea.

1- Contratos típicos o nominados y contratos atípicos o innominados:


El CC reglamenta ciertos y determinados contratos a partir del art 1793. pero estos
contratos que trata el CC no son lo únicos que existen, pues también hay otros
reglamentados en otros cuerpos legales como el código de comercio y en leyes
especiales dispersas. Y aún mas, existen muchos otros contratos cuya fuente es la
autonomía de la voluntad y respecto de la cual casi ni encontramos limitaciones,
por lo que van a haber tantos contratos como la imaginación humana sea capaz
de crear.
De esta forma existen:
a) Contratos reglamentados por la ley: en este caso se dice que el contrato es
nominado o típico. // Compraventa, permuta, mandato, etc.
b) Contratos no reglamentados por la ley: en esta caso el contrato será
innominado. Estos contratos pueden ser celebrados por las partes en virtud del
principio de autonomía de la voluntad, que autoriza a celebrar cualquier contrato
siempre que se respete la ley, el orden público y las buenas costumbres.
Estos contratos son numerosos, no puede determinarse su número pues
dependen de la imaginación del ser humano.

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¿Por qué normas se van a regir los contratos innominados?
- En primer lugar va a ser la voluntad de las partes la norma a aplicar. Estos
contratos de acuerdo al art 1545 también son ley para las parte, por lo que tienen
plena fuerza obligatoria.
- si las partes no fueron capaces de prever controversias futuras se aplican
también las normas generales a todo contrato, sobre formación del
consentimiento, causa y objeto lícito, etc.
- si aún aplicando las normas generales del contrato y las estipulaciones de las
partes nos encontramos con un vacío, se recurre al contrato nominado mas
semejante, siempre que sus normas sean posibles de aplicar al contrato
innominado. Esta asimilación del contrato atípico en uno o mas contratos típicos
es una operación que se reduce a calificarlo. La calificación de un contrato
consiste en establecer su naturaleza jurídica, encuadrándolo en alguno de los
tipos definidos por la ley sobre la base de la esencia de las circunstancias que
configuran el contrato prescindiendo de la denominación que las partes hayan
empleado.
La calificación es una cuestión de derecho que presupone que el contrato sea
interpretado, para lo cual debe fijarse la intención de los contratantes.
La importancia de la calificación reside en que mediante ella se determina la
legislación supletoria de la voluntad de las partes, que se aplicará a lo no previsto
por los contratantes.
En Chile, la celebración de contratos innominados es perfectamente posible en
virtud de lo que dispone el art. 1545.

Es frecuente que un mismo contrato se forme por la reunión de dos o mas


contratos nominados, cada uno de los cuales conserva su individualidad y está por
consiguiente sometido a sus propias reglas: es el llamado contrato mixto o
complejo. Es importante tener claro este concepto porque a veces nos
enfrentamos a contratos innominados que presentan las características de varios
contratos nominados.

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// caso de una persona que se aloja en un hotel. Celebra un contrato innominado
de hotelería u hospedaje, que no es mas que una mezcla de:
- arrendamiento por el uso de la habitación.
- depósito, por las cosas que se introducen en el hospedaje, o sea, el equipaje.
- compraventa por los alimentos, etc.

Son contratos atípicos propiamente tales: aquellos que en nada o casi nada
corresponden a los regulados por el legislador.
//contrato de tiempo compartido para el acceso a inmueble.
Contratos informáticos y numerosos contratos bancarios.

2- Contratos de libre discusión y contratos de adhesión:


Esta clasificación atiende a la forma como se produce el acuerdo de
voluntades.
El contrato de libre discusión: es aquel en que las partes deliberan en cuanto a su
contenido y estipulan libremente las distintas cláusulas del contrato por su propia
voluntad. Las partes discuten en un relativo plano de igualdad y libertad,
encontrándose su autonomía limitada solamente por el respeto al orden público y
a las buenas costumbres.
Este tipo de contratos constituye la regla general de acuerdo al principio de
autonomía de la voluntad.

El contrato de adhesión: es aquel cuyas cláusulas son dictadas o redactadas por


una sola de las partes, mientras la otra se limita a aceptarlas en bloque adhiriendo
a ellas.
El rasgo decisivo de la adhesión es el desequilibrio del poder negociador de
los contratantes. El autor, por su superioridad, normalmente económica, respecto
al destinatario está en situación de imponer sus condiciones contractuales al
destinatario, que siendo mas débil, no puede discutir la oferta debiendo
circunscribirse a aceptarla.

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// contratos de adhesión: contrato de transporte (especialmente marítimo y aéreo),
el de seguro en algunas operaciones bancarias, contratos de salud con Isapres,
contratos de abastecimiento de agua potable, electricidad, gas, televisión por
cable, etc.
A nivel de contratos que no se celebran masivamente también existen casos
de adhesión. // en lugares donde hay escasez de viviendas, la persona que llega
ahí solo por un tiempo por motivos de trabajo muchas veces tiene que pagar una
renta desmesurada por la casa que logre ubicar, y se ve en el hecho forzada a
aceptar todas las exigencias del dueño del inmueble.
La adhesión es entonces conceptualmente independiente de la contratación
masiva.

3- contratos individuales y colectivos:


Contrato individual: es aquel para cuyo nacimiento o formación es indispensable la
manifestación de voluntad de todas las personas que resultan jurídicamente
vinculadas. Este tipo de contratos crea derechos y obligaciones solo para los que
consintieron en el.
Constituyen la regla general en materia de contratos.

Contrato colectivo: es aquel que crea obligaciones para personas que no


concurrieron a su celebración, que no consintieron e incluso que disintieron
oponiéndose a la conclusión del contrato.
Este tipo de contratos representa una excepción al principio de efecto relativo de
los contratos, pues, de acuerdo con este principio las convenciones afectan
solamente a quienes las celebran.
El contrato colectivo afecta a todos los miembros de un grupo o colectividad,
aunque no hayan consentido en el, y los afecta por el hecho de formar parte de
ese grupo o colectividad.
// Contrato colectivo de trabajo.

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En resumen, contrato individual es aquel que se celebra por la unanimidad de las
partes, y contrato colectivo es aquel que se celebra por la mayoría de los
interesados. La regla general la constituye el contrato individual y la excepción el
contrato colectivo.

4- contrato de tracto sucesivo: Si bien, la categoría de contrato de tracto


sucesivo, no aparece en los códigos modernos de manera explícita a ella se
refiere unánimemente la doctrina.
Este contrato debe ser distinguido de otros varios tipos de contrato como son:
contratos de ejecución única, de ejecución instantánea, de ejecución
diferida:
Contratos de ejecución única: un contrato es de ejecución única si se cumple uno
actu, es decir si es el caso que admite una única solutio.
Es lo que ocurre con la venta o la permuta. En uno y otro caso, existe una solutio
única, el pago del precio, la entrega de la cosa, agota la relación negocial.

Contratos de ejecución instantánea: son aquellos en los cuales las obligaciones se


cumplen apenas se celebró el contrato que las generó. El contrato nace y se
extingue simultáneamente, quedando las partes liberadas de inmediato. (las
obligaciones nacidas del contrato se cumplen en un solo momento). //contrato de
compraventa de cosa mueble al contado.
Por lo tanto, no cabe confundir el contrato de ejecución única con el contrato de
ejecución instantánea, pues en éste último la ejecución es contextual o simultánea
al contrato, como ocurre en el contrato real en el que la única prestación es
simultánea al nacimiento del contrato.

Contrato de ejecución diferida: son aquellos en los cuales algunas de las


obligaciones se cumplen dentro de un plazo. Ese plazo a veces es tácito, ya que
viene impuesto por la naturaleza misma de la cosa, pues la obligación creada por
el contrato es imposible que sea pagada al instante mismo de la formación del
acto jurídico. //contrato de construcción.

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En este tipo de contratos, se posterga o pospone la solutio, esto es, la ejecución
de las obligaciones surgidas del contrato, se subordinan, habitualmente, a un
término o plazo que las partes determinan.
Se entiende entonces, que un contrato puede ser de ejecución única pero diferida,
como lo sería si las partes convienen que el precio sea exigible una vez que
transcurra un plazo que el propio contrato prevé.
Como se observa, en el contrato de ejecución diferida la relación negocial está
sostenida en el tiempo por disponerlo así las partes; aunque la índole o naturaleza
del contrato y su función económico – social admitía perfectamente una prestación
única e inmediata.

Contrato de tracto sucesivo o de ejecución sucesiva: muy distinta es la situación


técnica en que se encuentra este contrato. Son aquellos en que los cumplimientos
se van escalonando en el tiempo, durante un lapso prolongado. La relación
contractual tiene cierta permanencia a diferencia de lo que ocurre con el contrato
de ejecución instantánea en que la relación contractual es efímera.
En este caso, la función económica – social del contrato impone una duración
sostenida en el tiempo. Las partes solo alcanzan a satisfacer la necesidad que los
induce a contratar si la relación contractual se dilata o sostiene en el tiempo. La
continuidad y la periodicidad de la solutio es una condición imprescindible para
que las partes o al menos una de ellas satisfaga el interés económico – social que
las indujo a celebrar el contrato. Por lo tanto, la duración es un elemento causal.
Las partes no eligen, entonces, que el contrato sea de tracto sucesivo: la función
económica – social que persiguen, en cada caso, impone el carácter sucesivo del
contrato.

El contrato de tracto sucesivo por antonomasia es el contrato de arrendamiento.


Resulta útil por lo tanto hacer una breve referencia a este contrato. El Código Civil
Chileno distingue tres categorías de arrendamiento y no obstante de tratarse de
figuras técnicamente distintas las trata de manera conjunta:

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 Arrendamiento de cosas: se entrega una cosa para que sea utilizada sin
consumirse. El arrendatario usa una cosa.
 Arrendamiento de obras: el arrendador se obliga a ejecutar un cierto trabajo
respecto de una materia proporcionada por el arrendatario. El arrendatario
utiliza una técnica respecto de una obra.
 Arrendamiento de servicios: si el arrendador se obliga a prestar su trabajo
al arrendatario quien paga un precio. El arrendatario lo es de la capacidad
de trabajo y de la habilidad de otro.
Las tres figuras tienen en común que un arrendador coloca una cosa en manos de
un arrendatario quien la lleva para utilizarla.
Y se diferencian entre sí conforme la naturaleza o índole de la cosa que se coloca
a disposición del arrendatario.

Si el contrato es de arrendamiento de obra será habitualmente de ejecución


diferida, pero única. El tiempo es necesario para la producción de la obra.
Si el contrato es de arrendamiento de servicios, los servicios se prestan de
manera sucesiva y periódica, pues el arrendador arrienda su destreza profesional
y su habilidad. En este tipo de arrendamiento importa mas el servicio que la obra
que es resultado de esa actividad. Lo perseguido y contratado en el negocio es la
actividad misma, constituyendo sin duda un contrato de tracto sucesivo.

De esta manera, no cabe confundir el contrato cuya prestación es un resultado


futuro (como la ejecución de una obra) con el contrato de tracto sucesivo (como la
prestación de un servicio).
Mientras en los contratos cuya prestación es un resultado futuro, la dilación en el
tiempo es necesaria para la producción de la obra, por ejemplo, su ejecución es
única; en cambio, tratándose del contrato de tracto sucesivo, la dilación en el
tiempo atinge a la misma ejecución del contrato y no constituye un tiempo de
espera para que la obra prometida de produzca.
Así, si Pedro encarga a Juan que le construya una casa, el tiempo es inevitable
para que la casa acaezca, es decir, para que Juan logre producirla.

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Si en cambio, Pedro contrata a Juan para que preste servicios, entonces el tiempo
atinge a la misma ejecución del contrato.
De esta manera, mientras el arrendamiento de obra es un contrato cuya
prestación es un resultado futuro; el arrendamiento de servicios es un contrato de
tracto sucesivo.

Son ejemplos de contrato de tracto sucesivo: contrato de arrendamiento, de


trabajo, de abastecimiento de suministros.

Importancia de esta clasificación:

La particular índole de estos contratos impone la aplicación de un conjunto de


reglas que se escapan de la disciplina común de los contratos.

- La nulidad civil y la resolución de los contratos solo opera con efecto


retroactivo tratándose de los contratos de ejecución instantánea y de ejecución
diferida. Cosa que no ocurre en los contratos de tracto sucesivo debido a que no
es posible borrar los efectos que ya se produjeron, por lo que se entiende que la
nulidad y resolución operan para el futuro a partir de la fecha en que queda
ejecutoriada la correspondiente sentencia declarativa.

- En el ámbito de los riesgos nuestro CC señala que extinguida la obligación de


una parte por caso fortuito, subsiste, sin embargo, la obligación correlativa. Arts.
1550 y 1820. Pero si el contrato es de tracto sucesivo la extinción por caso fortuito
o fuerza mayor de una obligación, extingue la obligación de la contraparte. Art
1950 N°1, es decir, cesan las obligaciones de ambas partes.

- En lo referente a la teoría de la imprevisión: esta teoría sostiene que cuando


se celebra un contrato se hace en las condiciones existentes en ese momento y
que son las que las partes conocían al contratar, de tal suerte que si por
circunstancias que las partes no pudieron prever al momento de celebrar el

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contrato se produce una modificación en las circunstancias, es posible entrar a la
revisión del contrato para su modificación.
Tanto la doctrina como la jurisprudencia, en los países que aceptan esta teoría,
sostienen que ella solo es aplicable a los contratos de tracto sucesivo, porque solo
en ellos es posible que las transformaciones económicas hagan mas onerosa su
ejecución o cumplimiento; de tal suerte que la teoría de la imprevisión no se
admite en los contratos de ejecución instantánea. Quedando la duda en materia
de contratos de ejecución diferida. De esta manera, si el contrato es de tracto
sucesivo la doctrina, y ciertas reglas del derecho positivo nacional y comparado
admiten su revisión si se configura excesiva onerosidad.

- Respecto a la resciliación o terminación de los contratos contemplado en el


art. 1567 inc 1, los contratos de tracto sucesivo celebrados por tiempo indefinido,
solo excepcionalmente pueden terminarse por la voluntad unilateral de uno solo de
los contratantes. Es lo que se conoce como terminación por desahucio.
La posibilidad que reconoce el Código Civil de terminar unilateralmente el contrato
de arrendamiento de servicios posee un obvio significado económico. Mientras las
partes de un contrato de ejecución única (diferida o simultánea) poseen
información suficiente para establecer con antelación el bienestar que les
procurará el contrato (tener la cosa, recibir el precio, etc.), ello puede no ocurrir en
el negocio de tracto sucesivo: en este caso, las partes suelen poseer información
imperfecta acerca del momento en que su tasa de bienestar dejará de
incrementarse como producto del contrato. de ahí, entonces, la posibilidad que,
como se verá mas adelante, el ordenamiento reconoce de que puedan dejar el
contrato sin efecto de manera unilateral.

- La caducidad convencional del plazo es otra peculiaridad de los contratos de


tracto sucesivo. Es lo que se conoce como cláusula de aceleración, que ha sido
declarada válida por nuestros tribunales.

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5- contratos preparatorios y contratos definitivos:
Contratos preparatorios: aquel mediante el cual las partes estipulan que en el
futuro celebrarán otro contrato que por ahora ellas no pueden concluir, o que está
sujeto a incertidumbre, siendo dudosa su factibilidad.

Contrato definitivo: es el que se celebra cumpliendo con la obligación generada


por el contrato preparatorio. Esta obligación de hacer precisamente consiste en
extender o suscribir, dentro de un plazo o si se cumple una condición el contrato
futuro.

El carácter futuro del contrato definitivo es lo que explica o da sentido al contrato


preparatorio. Los obstáculos que se pueden presentar pueden ser legales,
financieros o de otra naturaleza, por esta razón es que las partes se vinculan
jurídicamente desde ya a través de estos contratos preparatorios obligándose a
celebrar después el contrato definitivo, una vez superados los obstáculos y así
poder cumplir sus premenciones.
El más característico de los contratos preparatorios es el contrato de promesa. Art.
1554.

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