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UNIVERSIDAD ABIERTA INTERAMERICANA

Facultad: Desarrollo e Investigación Educativo


Sede: Ituzaingó II
Carrera: Lic. Psicopedagogía

Introducción

En los últimos tiempos ha habido un enorme desarrollo de las tecnologías de


visualización cerebral que están permitiendo mejorar el conocimiento del
cerebro para optimizar el aprendizaje. Y sumar este conocimiento de las
neurociencias a los conocimientos pedagógicos, psicológicos, etc. ya existentes
para seguir mejorando la educación.

En el aprendizaje, desde la neuroeducación se destacan tres factores


directamente relacionados que resultan imprescindibles: la emoción, la
atención y la memoria.
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OBJETIVOS

El objetivo principal a desarrollar en este trabajo es:

 Diseñar un proyecto didáctico para trabajar la educación emocional


en el segundo ciclo de Educación Infantil, a partir de la creación de
un material didáctico, la carpeta de las emociones.

Con el fin de lograr el objetivo general, es necesario plantear diferentes objetivos


específicos:

 Revisar teóricamente la inteligencia, el concepto de emoción y de


educación emocional, para poder crear un marco teórico sólido,
con información clave para la creación de un proyecto didáctico.
 Analizar proyectos existentes sobre educación emocional en la
comunidad autónoma de Cataluña.
 Observar el contexto para el que se va a crear el proyecto, así
como los destinatarios para poder adaptar el material a las
características individuales y grupales.
 Elaborar un material específico para la creación de un proyecto
didáctico
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Emoción

A diferencia de lo que se creía en tiempos pasados, las investigaciones en


neurociencia revelan que no podemos separar lo cognitivo de lo emocional.
Así, por ejemplo, en experimentos que se han utilizado neuroimágenes, se ha
comprobado que somos capaces de recordar mejor en contextos emocionales
positivos. En estas situaciones se activa el hipocampo, una región imprescindible
en los procesos de memoria y aprendizaje (Erk et al., 2003). Y ello sugiere la
importancia de generar climas emocionales positivos en los entornos
educativos en los que se asume con naturalidad el error, se coopera, se
participa activamente en el proceso de aprendizaje y en donde las
expectativas -tanto de profesores como de alumnos- son siempre positivas.
Fortalecer el vínculo entre toda la comunidad educativa debería ser una auténtica
prioridad. Porque, desde el nacimiento, estamos programados para aprender a
través de la interacción social. Los bebés, al poco de nacer, ya son capaces de
imitar determinados gestos de los padres. Y también disponemos de un sistema
de recompensa cerebral asociado al neurotransmisor dopamina que nos facilita
aprender a través de todo aquello que nos produce placer. Este sistema que
nos permite estar motivados de forma intrínseca y que está directamente
vinculado con regiones del cerebro imprescindibles para el aprendizaje, se activa
mucho cuando algo nos suscita la curiosidad, cuando cooperamos o cuando
jugamos. En el caso concreto del juego, se ha visto que el reto asociado al mismo
y el feedback suministrado al jugar son dos elementos esenciales que garantizan
una mayor atención hacia los sucesos externos y, en definitiva, un mayor
aprendizaje (Howard-Jones et al., 2016).

Complementando las investigaciones que utilizan neuroimágenes, los estudios


longitudinales demuestran que la implementación de programas de educación
social y emocional en cualquier etapa educativa permite a los alumnos adquirir
competencias emocionales imprescindibles para su buen desarrollo personal.
Pero, además, tienen una incidencia positiva en su rendimiento académico
(Durlak et al., 2011). Es decir, cognición y emoción forman un binomio
indisoluble.
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Competencias emocionales

La competencia emocional es el conjunto de capacidades necesarias para


comprender y gestionar de forma adecuada los fenómenos emocionales. La
educación emocional es un proceso educativo continuo que pretende desarrollar
estas competencias para aumentar el bienestar personal y social del alumno y
capacitarlo así para la vida.

Según el enfoque de Bisquerra (2012) podemos estructuras las competencias


emocionales, con sus correspondientes subcompetencias, de la siguiente forma:

1. Conciencia emocional: capacidad para tomar conciencia de las propias


emociones y de las emociones de los demás.
o Toma de conciencia de las propias emociones.
o Dar nombre a las propias emociones.
o Comprensión de las emociones de los demás.
o Tomar conciencia de la interacción entre emoción, cognición y
comportamiento.

2. Regulación emocional: capacidad para gestionar las emociones de


forma adecuada.
o Expresión emocional apropiada.
o Capacidad para la regulación emocional.
o Habilidades de afrontamiento.
o Competencia para autogenerar emociones positivas.

3. Autonomía emocional: características relacionadas con la autogestión


personal.
o Automotivación.
o Autoeficacia emocional.
o Actitud positiva.
o Análisis crítico de normas sociales.
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4. Competencia social: capacidad para mantener buenas relaciones con


otras personas.
o Dominar las habilidades sociales básicas.
o Respeto por los demás.
o Practicar la comunicación receptiva.
o Practicar la comunicación expresiva.
o Compartir emociones.
o Comportamiento prosocial y cooperación.
o Prevención y solución de conflictos.
o Capacidad para gestionar situaciones emocionales.

 Habilidades de vida y bienestar: capacidad para adoptar


comportamientos adecuados en todos los ámbitos de la vida para mejorar
el bienestar personal y social.
o Fijar objetivos adaptativos.
o Toma de decisiones.
o Buscar ayuda y recursos.
o Ciudadanía activa, participativa, crítica, responsable y
comprometida.
o Bienestar emocional.
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Propuestas:

El cuento como herramienta para educar las emociones:

Las emociones están presentes en las vivencias diarias y afectan a nuestro


estado de ánimo e influyen en nuestra conducta y en la manera en que nos
relacionamos con los demás. Diversos autores han tratado el mundo de las
emociones con los niños a través del cuento. Una de las principales funciones
del cuento es la terapéutica, ya que los niños y niñas pueden ver en los
personajes y las situaciones que viven, los referentes para encontrar orientación
y claves para comprender nuestro mundo interior o conflictos.

Con este material de trabajo se pretende ayudar a los niños a:

 Identificar correctamente las diferentes emociones y sentimientos.


 Desarrollar el “pensamiento emocional” o la capacidad de reflexionar
sobre su mundo emocional.
 Comprender la función y utilidad de todas y cada una de las emociones.
 Diferenciar entre emociones que nos ayudan a sentirnos bien y aquellas
que nos hacen sentir mal.
 Diferenciar entre expresión adecuada o inadecuada de las emociones.
 Desarrollar la empatía.
 Desarrollar la creatividad.
 Comprender que toda historia puede tener finales diferentes.
 Expresar conflictos internos.
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BARRILETE DE AMISTAD (Primaria)

Reflexionar sobre lo que valoramos más en nuestros amigos puede mejorar


nuestra actitud ante ellos.

Objetivos

Identificar las características que apreciamos más en nuestros amigos, valorar


la amistad y tener interés por mejorarla.

Procedimiento Trabajo individual:

Cada alumno construye una cometa con cartulina y una cinta blanca de
aproximadamente un metro. En esta cinta los niños escriben las cualidades que
creen que tienen sus buenos amigos.

Puesta en común:

Una vez que todos los niños tienen ya preparado su barrilete, se hace una puesta
en común. Se nombran dos secretarios. El primero irá anotando en el pizarron
todas las cualidades o situaciones que hayan escrito sus compañeros en sus
barriletes, mientras que el segundo anotará en el barrilete de la clase (con
cartulina más grande y cinta más larga) todas las cualidades que sean diferentes.
Cuando se ha terminado el barrilete colectivo se inicia un debate en el que los
niños explican anécdotas relacionadas con la amistad explicando cómo se
sintieron en esos momentos.

Recursos: Cartulinas, reglas, cinta blanca, rotuladores, lápiz, pizarra.

Temporización: Unos 50 minutos.

Observaciones

Esta actividad se puede aprovechar para fomentar las buenas relaciones entre
los compañeros y detectar algún conflicto en el caso de existir.
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Juego "BINGO DE EMOCIONES":

No tiene mucho misterio: cada jugador tiene un tablero y se van sacando las
tarjetas de emociones y poniendo una marca en la que es igual en nuestro
tablero. Gana quien primero tiene una línea (horizontal o vertical) llena.

Juego "DOMINÓ DE LOS SENTIMIENTOS":

Este es un dominó especial donde en cada ficha tenemos: en la parte derecha


el nombre de una emoción y en la parte izquierda una situación que puede
provocar otra emoción.

Atención

Las emociones son imprescindibles para facilitar la atención. Pero la atención


constituye un constructo más complicado de lo que se creía. Se han identificado
redes atencionales (de alerta, orientativa y ejecutiva) que activan regiones
concretas del cerebro en las que intervienen neurotransmisores específicos. En
concreto, resulta especialmente relevante en educación la atención ejecutiva,
aquella que nos permite estar concentrados durante una tarea inhibiendo
estímulos que consideramos irrelevantes. Las investigaciones en
neurociencia han demostrado que esta importante atención ejecutiva puede
mejorarse con programas específicos de entrenamiento cognitivo. Pero también
a través del ejercicio físico y del mindfulness (Posner et al., 2015). Durante el
ejercicio físico se libera BDNF, una molécula que interviene en procesos
neuronales básicos para el aprendizaje, como la plasticidad sináptica o la
neurogénesis. Y el mindfulness, especialmente cuando se integra en los
programas de educación emocional y social, constituye una estupenda forma de
entrenamiento mental que mejora la atención ejecutiva y que ayuda a combatir
el tan temido estrés crónico.

La atención constituye un recurso limitado y, como consecuencia de ello, no


podemos mantenerla de forma focalizada durante periodos de tiempo
prolongados. Ello sugiere la necesidad de realizar parones durante la jornada
escolar, o incluso laboral, para mejorar la eficiencia cognitiva. En
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experimentos con niños de edades entre 9 y 11 años, se ha visto que un simple


parón de 4 minutos para que puedan moverse y realizar unos ejercicios de cierta
intensidad es suficiente para mejorar su concentración durante las tareas
posteriores (Ma et al., 2015). Y en el caso de los niños y adolescentes con TDAH,
se ha comprobado que los programas de artes marciales -como los de
taekwondo- inciden de forma muy positiva sobre su autorregulación (Lakes y
Hoyt, 2004).

Memoria

La memoria y el aprendizaje son dos caras de la misma moneda. No podemos


aprender sin memoria ya que consolidamos la información adquirida para
recuperarla cuando es necesario. Aunque existen distintos tipos de memoria que
activan regiones cerebrales concretas que debemos conocer para aplicar las
estrategias educativas adecuadas.

Sabemos que somos capaces de recordar mejores situaciones asociadas a


un alto impacto emocional, lo cual tienen un alto valor adaptativo. Pero ¿qué
ocurre en situaciones más normales o no tan emotivas? En ese caso, hacemos
uso de distintos tipos de memoria. Por un lado, disponemos de una memoria
implícita asociada a los hábitos cognitivos y motores, inconsciente y que no
podemos verbalizar, en la que intervienen regiones subcorticales del cerebro. A
través de la práctica y de la repetición es como aprendemos a escribir, a tocar
un instrumento musical o las operaciones aritméticas básicas. Por otra parte,
disponemos de una memoria explícita que origina recuerdos conscientes sobre
nuestro conocimiento del mundo y experiencias personales en la que intervienen
otras regiones cerebrales: los recuerdos conscientes a corto plazo se almacenan
en la corteza prefrontal y el hipocampo permite convertirlos en recuerdos
duraderos que se irán almacenando en las distintas regiones corticales. Este tipo
de memorias son más flexibles y necesitan un enfoque más asociativo en el que
la reflexión, la comparación y el análisis adquieren un gran protagonismo.

Los estudios demuestran que una buena consolidación de la información


requiere el sueño, una auténtica necesidad cerebral en la que se da una
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especie de regeneración neuronal que facilita la consolidación de lo estudiado


durante la vigilia (Tononi y Cirelli, 2014). También se ha comprobado que el
sueño facilita la aparición de ideas creativas. Y nada mejor para desarrollar
un pensamiento creativo, analítico y crítico que el que desarrolla la educación
artística.

Competencias del neuroeducador/a

Afortunadamente, el puente entre la neurociencia y la educación es cada vez


más cercano. Pero para que la información se transmita de forma adecuada y no
caigamos en mitos o falsas verdades, necesitamos personas que sean capaces
de transferir la información entre estas dos disciplinas tan dispares que utilizan
lenguajes distintos. Y ahí es donde aparece la figura de lo que llamamos
neuroeducador, una persona capaz de enseñar basándose en los conocimientos
reales que disponemos sobre el funcionamiento de nuestro cerebro. Un cerebro
muy plástico que nos permite aprender durante toda la vida y que es único y
singular, lo cual abre las puertas de una educación más justa e inclusiva. Todos
podemos ser neuroeducadores en las aulas.

Y entre las múltiples aportaciones de la neurociencia que nos pueden ayudar a


mejorar las clases, señalamos estas cinco propuestas de Francisco Mora (2013):

1. Empieza con algo provocador. Una frase, una imagen o una reflexión
que no les deje indiferentes.
2. Conecta con la vida de tus alumnos. Presenta problemas que les
afecten y hazlo de forma que lo vean interesante.
3. Haz que quieran y puedan hablar. Crea un clima en el que no exista el
miedo a expresarse y deja espacio para que construyan sus argumentos.
4. Introduce incongruencias. El mundo está lleno de ellas. Usa la
contradicción, novedad, sorpresa, desconcierto o incertidumbre.
5. Evita la ansiedad. Reduce la presión y no pongas en evidencia a tus
alumnos. Nadie aprende así.
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La neuroeducación no es una moda pasajera. Conocer cómo funciona nuestro


cerebro, puedes permitir mejorar la educación y nos hace personas más íntegras
y felices.
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Páginas de internet consultadas:

https://www.il3.ub.edu/blog/5-propuestas-de-la-neurociencia-para-mejorar-tus-
clases/

https://inclusioncalidadeducativa.wordpress.com/2016/01/24/neuroeducacion-
en-el-aula-y-competencias-emocionales/

http://www.clubpequeslectores.com/2015/06/trabajando-las-emociones-
recursos-educativos.html

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