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EL EVANGELIO DE MARCOS
OBJETIVOS:
1. Encontrar en los Evangelios la síntesis de esta jornada.
1. Estudiar los evangelios sinópticos y en particular Marcos, como evangelio de
Pedro.
2. Vivir la liturgia como en los primeros siglos.
MATERIALES:
Pan ácimo amasado para partir, lo más delgado que se pueda.
Comunión bajo las dos especies.
Manual, capítulo El Evangelio de Marcos.
PRIMERA LECTURA
LECTOR: Lectura de la primera carta de San Pedro.
Esta salvación ha sido el objeto de la búsqueda y la investigación de los
profetas que vaticinaron sobre la gracia destinada a ustedes. Ellos trataban
de descubrir el tiempo y las circunstancias señaladas por el Espíritu de
Cristo, que estaba en ellos, y anunciaba anticipadamente los sufrimientos
reservados a Cristo y la gloria que les seguiría. A ellos les fue revelado que
estaban al servicio de un mensaje destinado no a sí mismos, sino a
CcPe, edición julio 2017 d 1, homilía, p.2
SALMO
G: Respondemos cantando: Tu palabra me da vida; confío en Ti, Señor.
SALMISTA: Cantaré eternamente el amor del Señor,
proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones.
Porque tú has dicho:
“Mi amor se mantendrá eternamente,
mi fidelidad está afianzada en el cielo. R
EVANGELIO
DIÁC. o SC o S: Evangelio de NSJC según San Marcos.
N (DIÁC. o SC o S): Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea
(JESÚS SE ACERCA HACIA LA GENTE). Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios,
diciendo:
N: Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano
Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús
les dijo:
EL EVANGELIO DE MARCOS
Jesús empieza su predicación anunciando que ya se ha cumplido el plazo
anunciado por los profetas. San Pedro, por su parte, nos dice que los profetas
trataron de descubrir cuándo se cumplirían las profecías acerca de los
sufrimientos y la gloria de Cristo. Ahora los predicadores del Evangelio nos dan
a conocer eso que ya se ha cumplido para nosotros: el misterio de Cristo que
hasta los ángeles contemplan con admiración.
Cristo Jesús, anunciado por los profetas y proclamado por los apóstoles, es el
centro de toda la Biblia. Tanto unos como otros, según San Pedro, estaban
iluminados por el Espíritu Santo. El Nuevo Testamento está latente (oculto) en
el Antiguo, como una semilla está en la tierra. En cambio, el Antiguo
Testamento está patente (manifiesto) en el Nuevo, como una adivinanza queda
patente en la solución.
Como ejemplo de esa igualdad de doctrina, recién San Pedro ha citado un texto
del Antiguo Testamento: “Sed santos porque Yo soy santo” (1Pe 1,16; Lev
11,44). Esta mañana estudiamos los libros del Antiguo Pueblo y nos detuvimos
en los deuterocanónicos. Ahora que ya estamos en el Nuevo Pueblo, podemos
examinar el kerigma primitivo.
En un principio la predicación consistía en el anuncio de que Jesús había
muerto y resucitado para nuestra salvación. Este es el mensaje o kerigma que
Pedro trasmitía en sus discursos desde la mañana de Pentecostés, tal como lo
hemos vivido en la merienda, y aparece con frecuencia en la primera parte de
los Hechos; en la segunda parte, Pablo retoma ese mismo kerigma.
Este anuncio fue también proclamado por los evangelistas, que eran
colaboradores de los apóstoles. Como en la antigüedad se escribía poco, el
modo de enseñanza estaba basado en la repetición, y como se trataba de
narraciones simples y fáciles de retener, finalmente quedaban grabadas en la
memoria del pueblo antes de que fueran consignadas por escrito.
Además de este eje temático del kerigma, también había otros episodios
referentes a la vida de Jesús que a Pedro le gustaría contar para encuadrar
mejor el mensaje, comenzando desde la predicación de Juan (Mc 1; Hch 1,21-
22).
Pedro no escribió sus palabras; un colaborador suyo lo hizo por él ¿Cómo se
llama? …(espera respuestas). Es amigo nuestro desde la CcPa, en las Misas
de ayer y de hoy hemos leído el comienzo de su Evangelio. ¿Y quién era
Marcos? Su verdadero nombre era Juan; Marcos era el segundo nombre para
CcPe, edición julio 2017 d 1, homilía, p.5
del templo, por el toro. Y Juan, que vuela altísimo, hasta el origen del Verbo
Divino, por el águila.
Los evangelios que nosotros tenemos no son obra de cuatro escritores, sino
reflejo de la fe de comunidades eclesiales. Dios confió el mensaje divino a
su Esposa-Iglesia que lo fue elaborando en el Antiguo y Nuevo Testamento,
movida e inspirada por el Espíritu Santo.
La Palabra del Señor, promulgada, vivida e interpretada desde los comienzos
de la historia del Pueblo de Dios, es recibida ahora por nosotros. Nos toca
entonces comprender qué nos quiere decir hoy.