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¿Es cierto que las emociones generan enfermedades orgánicas?

No, hasta ahora no hay evidencia científica que lo demuestre. Aunque es


cierto que los estados de ánimo y las emociones generan cambios fisiológicos, por
sí solos no generan a las enfermedades.
Diversos estudios han llegado a la conclusión de que los procesos de salud-
enfermedad son de orden multicausal y complejo, se derivan de la convergencia de
diversos aspectos de estructura económica; superestructura sociocultural; ambiente
socioecológico; relacionales en el grupo primario; características biológico-
genéticas del individuo y de la población; factores demográficos; estilos de vida;
aspectos subjetivos; nivel educativo; entre otros.
Lo anterior quiere decir que en general, las personas más ricas viven más y
mejor porque sus condiciones económicas les permiten acceder a estilos de vida
saludables, con alimentación variada y de calidad; agua limpia, vacaciones,
diagnósticos tempranos, tratamientos médicos, entre otras ventajas, sin embargo
esto no es todo, estos factores interactúan con la carga genética del individuo, su
sexo, edad, su grado de actividad física, sus pensamientos y emociones, grado de
apoyo familiar, nivel educativo, contaminación ambiental, la exposición a virus y
bacterias y muchísimos otros; por eso hay personas de clase media y baja con
buena salud en países en vías de desarrollo.
¿Entonces de dónde viene la idea de que las emociones generan
enfermedades?
Es un malentendido, pues sí hay evidencia científica que sustenta la idea de
que toda enfermedad tiene componentes psicológicos y biológicos, pero estos
interactúan entre sí, influyéndose mutuamente.
Desde los estudios de psiconeuroinmunología (Vissoci, Vargas y Kaminami,
2004) se han vinculado diversos estados mentales y emociones con efectos
particulares en el cuerpo, por ejemplo, al presentar estrés o tristeza profunda, el
sistema inmunológico se deprime, bajan las defensas del cuerpo y se es más
vulnerable a contraer alguna enfermedad, pero no es una regla enfermar.
También desde diversos enfoques (Jimenez, 2015 y Peñacoba y Moreno,
1998) se han relacionado ciertas características de los individuos con la salud, por
ejemplo, quienes se sienten más felices, satisfechos y con capacidad personal para
manejar las situaciones de la vida y creen que el cambio es posible, son más sanos
y se recuperan más rápido de las enfermedades porque siguen mejor las
indicaciones médicas y terminan el tratamiento.
Tener apoyo familiar es otro aspecto que se ha estudiado como predictor de
buena salud y de autocuidado (Louro, 2003).
Así como estos, hay muchos nuevos estudios que cada día están
enfocándose en cómo mantener la salud y restaurarla apoyándose de la psicología,
pues cuerpo y mente son uno mismo, pero super complejo en interacción con un
ambiente también super complejo.
En conclusión podemos decir que la ira no genera cáncer, ni el callar dolor
de garganta, ni el susto diabetes, porque la enfermedad depende de muchos otros
factores al igual que la salud.

Bibliografía:
Jiménez Benítez, M. (2015). Mecanismos de relación entre la personalidad y los
procesos de salud-enfermedad. Revista de Psicología Universidad de Antioquia,
7(1), pp 163-184.

Louro, I. (2003) La familia en la determinación de la salud. Revista cubana Salud


Pública, 29 (1) pp. 48-51.

Peñacoba, C., Moreno, B., (1998) El concepto de personalidad resistente.


Consideraciones teóricas y repercusiones prácticas. Boletín de psicología,
Universidad Autónoma de Madrid, 58, pp 61-96.

Vissoci, E., Vargas, S., Kaminami, H., (2004) Stress, depression, the immune
system, and cancer, The Lancet Oncology, 5 (10), pp 617-625.

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