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El duelo ante las fantasías preconceptivas

Sandra Ramos Trujillo

¿Qué pasa cuando un nuevo ser que está por llegar o ya llegó y no es como se tenía idealizado,
o planeado?
Es decir, ese ser humano es “diferente” a los demás, ya sea porque tiene una capacidad distinta
o se presente una enfermedad o alguna negligencia o enfermedad que ocasione una
discapacidad; es aquí en este punto donde centro la atención, sobre esa reacción, esa crisis que
experimenta no sólo la madre y el padre, sino a todo el núcleo familiar y en algunos casos donde
la madre es soltera o la situación socioeconómica es baja la situación empeora un poco más,
pues cada familia es única y singular y procesará esta crisis de diferentes modos. Por lo tanto
las madres que atraviesen por esta situación, están más vulnerables, el tener un hijo con
discapacidad constituyen una población en riesgo; ya que los conflictos no surgen a nivel
familiar como consecuencia directa de la discapacidad, sino en función de las posibilidades
de la familia de aceptar y adaptarse o no a esta situación.
Las madres y o familia que sospechan o confirmen un diagnóstico de un hijo con alguna
discapacidad atraviesan un estado de crisis.
Por lo que es importante mencionar la definición de este término:
Según, “Caplan, uno de los pioneros en el campo de la psiquiatría preventiva, define la crisis
como un período de desequilibrio psicológico en personas que enfrentan circunstancias
peligrosas; esas circunstancias constituyen para el sujeto un problema importante que por el
momento no puede evitar ni resolver con los recursos acostumbrados”.
* Comité de Discapacidades y Comité de Familia y Salud Mental. Sociedad Argentina de
Pediatría. Correspondencia: Lic. Blanca Núñez. Coronel Díaz 1971. (1425) Ciudad de Buenos
Aires. 134 Arch.argent.pediatr 2003; 101(2) / Artículo especial pág. 1)

Diferentes tipos de crisis:


Crisis de Desarrollo: “Son aquellas relacionadas en el pasaje de una etapa de crecimiento a otra.
Piccone, A., & Passalacqua, A. M. (2010).

Crisis Circunstanciales o accidentales,” se caracterizan porque tiene un carácter de urgente,


imprevisto, inesperado”. (Piccone, A., & Passalacqua, A. M. 2010)
Cabe señalar que es aquí en este tipo de crisis circunstanciales, donde se reflejaría la llegada de
un hijo diferente.
Pero ¿qué son las fantasías preconceptivas?; según Vives (1991) son una serie de
representaciones que la madre desarrolla durante la etapa del embarazo, y en algunos casos
tienden a presentarse desde antes. Son un cumulo de actividades mentales, que incluyen ideas,
creencias, imágenes o recuerdos que involucran al feto en desarrollo (su aspecto físico,
personalidad, su nivel de actividad, su futuro rol en la vida y en la familia, su nombre, su salud
física y mental. etc.).
Con lo anterior considero que una madre a lo primero que se tiene que enfrentar es al duelo de
esas fantasías y donde muchas mujeres es tal el impacto que les genera una negación ante la
realidad, independiente de mil preguntas sin respuesta ¿Por qué a mí? ¿Será por herencia?,
además de ese sentimiento de ambivalencia ya que por un lado, lo quieren pero lo rechazan;
esto en el mejor de los casos y dependiendo la discapacidad; será la pronta aceptación; llevar a
cabo el duelo a esas fantasías no es trabajo sencillo, ya que es un cambio de vida, no solo de la
madre sino de todos los integrantes de la familia.
Por otro lado se presenta la otra cara de la moneda donde la madre se resiste a esa aceptación
y donde no solo ella, si no el hijo y su entorno corran un alto riesgo a sobre llevar esa carga
negativa psicológica.
Otro punto importante no solo es la aceptación si no el manejo cuando se llega a presentar el
proceso de separación para ello cito a Mahler, (1963) con el proceso de separación-individuación
que ocurren en el periodo que va del 4to o 5to mes a los 30 o 36 meses, este proceso que sigue
a un “periodo simbiótico evolutivamente normal incluye el logro por parte del niño de un
funcionamiento separado en presencia de la madre y con la disponibilidad emocional de esta”
(Malher, 1995, p. 10); ese proceso se llega afectar en los casos de bebes con alguna
discapacidad, ya que continuaran siendo una extensión de su madre, por las necesidades
especiales que presenten a diferencia de otros niños que presentan un desarrollo normal y que
indudablemente se requiera la estabilidad emocional de la madre.
Lo anterior se esclarece en cuanto a que la separación y la individuación se conciben como dos
desarrollos complementarios: la separación consiste en la emergencia del niño de una función
simbiótica con la madre (Malher, 1952) y la individuación consiste en los logros que jalonan la
asunción por parte del niño de sus propias características individuales. Estos desarrollos están
entrelazados con los procesos evolutivos, pero no son idénticos a ellos; pueden proceder de
forma divergente, con una demora o precocidad en uno u otro. Por ende, el desarrollo locomotor
prematuro que permite al niño separarse físicamente de la madre, puede llevar a una consciencia
prematura de separación antes que los mecanismos internos de regulación ( cf. Schur, 1996),
que son un componente de la individuación y proporcionen los medios para enfrentar esa
consciencia. Mahler, (1952) dice “Una madre omnipresente e infantilizadora, que interfiere
con la tendencia innata del niño a la individuación, obstaculizando por lo común la función
locomotriz autónoma de su yo puede retrasar el desarrollo de una plena conciencia de la
diferenciación yo-otro por parte del niño, pese al desarrollo progresivo, o aún precoz, de sus
funciones cognitivas, perceptuales y afectivas” (p. 10)
Considero de suma importancia la ayuda psicológica que deben tener principalmente los papas,
hermanos o familiares cercanos, no solo para aceptar la situación sino también para obtener
conocimientos sobre el manejo y establecer mejor calidad de vida.
Como conclusión las conductas que enfrentan los padres ante una discapacidad son:
Actitud desafíate
Agresividad
Ansiedad
Depresión
Relación culposa
Sin dejar de pasar que si no elaboran un duelo con ayuda profesional se podrá establecer;
excesivo apego, sobreprotección, trato negligente o abandono, pobre participación en la
rehabilitación, abandono frente a sí mismo, actitud sacrificada, y o sobre estimulación. Tizón
(2004)

El vínculo madre-hijo es una pieza fundamental en la formación de la personalidad, ya que a


partir del vínculo se constituye una serie de expectativas sobre la disponibilidad de las figuras de
apego. Por lo tanto, el desarrollo del ser humano se ve marcado durante toda su vida por la
relación que tuvo con su madre en las primeras etapas de la vida. (Vives, 1991) “La idealización
que la madre realiza sobre su hijo, repercute desde el momento del nacimiento y durante el
desarrollo del niño, debido a que la madre va contrastando la fantasía con la realidad.
Definitivamente es de relevancia prestar a tención a todo ese cumulo de sentimientos y
emociones que a traviesan todas las madres, sin excepción alguna, con mayor razón al
enfrentarse a una situación ante la presencia de un hijo con alguna discapacidad.

Referencias:
Vives, J. (1991). Precursores del vínculo humano. Neurología-Neuropsiquiatría-Psiquiatría.
México: INP, 3, (1 – 2), 120-130.
Tizón, J. L., & García, J. L. T. (2004). Pérdida, pena, duelo: vivencias, investigación y asistencia
(Vol. 12). Editorial Paidós. (212)
Mahler, Pine, Bergman, El nacimiento psicológico del infante humano, (1977), editorial Marymar
(303)
Piccone, A., & Passalacqua, A. M. (2010). Algunas observaciones para evaluar las funciones
yoicas de realidad con la aplicación de una técnica gráfica. Anuario de investigaciones, 17, 185-
194.

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