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ANALISIS DE LA EFECTIVIDAD DE LOS INSTRUMENTOS JURIDICOS CON CARACTER

INTERNACIONAL EN LA CRISIS MIGRATORIAS GUATEMALTECA Y DE LA REGION:


Al haber conocido e interpretado el alcance y los objetivos centrales de un cuerpo
normativo de derecho internacional en materia de migración como lo es la declaración de
Nueva York para los refugiados y migrantes, sabiendo que la naturaleza de dicha declaración
es obtener una oportuna colaboración y cooperación interestatal para proporcionar medios
humanitarios y legales a efecto de que los desplazados como refugiados y migrantes
puedan tener la seguridad de que sus derechos fundamentales serán respetados al ser
personas en condición vulnerables y oportunamente puedan acceder a status sociales que
les permitan contribuir tanto a los estados que les acojan como a sus naciones de origen.
Es común en tal descripción entonces, el animo de mejora el trato hacia los migrantes y
refugiados en base al respeto debido a sus derechos humanos, pretendiendo el derecho
internacional evitar toda clase de desordenes sociales que puedan a causa del descontrol
migratorio y la crisis migratoria, convertirse en males como las cadenas de delitos
transnacionales de crimen organizado, trata de personas, maras y narcotráfico, En este
sentido hemos comprendido ya el ánimo necesario de cooperación que existe por parte de
los países involucrados en la crisis migratoria contemporánea, por lo que ahora es
imprescindible como ciudadanos guatemaltecos profundizar en aquellos factores sociales y
estatales que hoy en día provocan el caótico desplazamiento migratorio de nuestros
connacionales quienes desesperadamente al observar que el país al que pertenecen no
genera condiciones aptas de vida, optan por deliberadamente exponer su vida y la de su
familia al realizar travesías ilegales esencialmente hacia los Estados Unidos de América
como destino principal, llegando a desintegrarse familias y en el peor de los casos a
desaparecer de forma violenta.
El estado guatemalteco ha lo largo de la última década a contado desafortunadamente con
crisis migratorias evidentes y masivas, con miles de guatemaltecos desaparecidos muertos
y asesinados durante las travesías desesperadas e ilegales; según el registro de la agencia
migratoria de la ONU, solo en dos mil diecisiete y en dos mil dieciocho murieron al menos
cuatrocientos migrantes cada año, en los alrededores de las fronteras de México y Estados
Unidos, de dichas cifras un tercio de esas muertes corresponde a migrantes
centroamericanos respectivamente. Se afirma además según el registro mencionado que
dichas cifras de mortalidad van en aumento año con año mientras las cifras de detenciones
y deportaciones disminuyen constantemente, esto según artículos y publicaciones
periodísticas es debido esencialmente a las nuevas políticas del gobierno estadounidense
que como sabemos ha reafirmado su postura de cero tolerancia hacia los migrantes, es en
ese punto entonces donde se ven los daños, las injusticias y las negativas consecuencias que
provoca la ineficiencia estatal para con los ciudadanos guatemaltecos y centroamericanos,
pues son los más desprotegidos los que pagan los platos rotos de las pésimas
administraciones que a lo largo de los años únicamente han satisfecho intereses sectoriales
y particularizados, olvidándose de generar verdaderas fuentes de vida para la población.
Guatemala registra aproximadamente un 59.3 por ciento de habitantes en pobreza y
pobreza extrema proyectándose dicha cifra en al menos 10 millones de habitantes, en
consecuencia, al catalogarnos como un país sumido en la pobreza y en el subdesarrollo, a
nivel internacional somos concebidos como una carga y un problema masivo para aquellos
estados que poseen mejores regímenes y status de calidad de vida, en ese sentido aun al
existir herramientas de derecho internacional en materia migratoria que rezan por un trato
digno y justo para los migrantes y desplazados, estos estados que son los principales
receptores de migrantes, en nuestra región siendo el principal receptor Los Estados Unidos
de América, se ven obligados a tomar medidas incluso desesperadas que puedan al menos
frenar o contener a corto plazo las enorme crisis y retos que países como Guatemala y la
región centroamericana ocasionan y significan a sus esferas sociales y de control estatal.
El informe identificado como, a diagonal setenta y uno diagonal doscientos noventa y seis,
guion dos mil dieciséis, (A/71/296-2016) emitido por el secretario general de las Naciones
Unidas, establece que el Estado guatemalteco registra 33,444 emigrantes que fueron
deportados en el año dos mil dieciocho, en consecuencia como ya se indicaba de los
mecanismo de seguridad migratorio del Presidente Trump, a si en los primeros tres meses
del 2018, Guatemala según el informe referido computó veintitrés mil trescientos dieciocho
casos, y en 2017 la cifra fue de quince mil setecientos sesenta casos en el mismo período
es decir se considera un aumento significativo año tras año. Las cifras anteriores
representan una alarma evidente para distintos órganos consolidados en materia
migratoria alrededor del mundo, ya que el informe respectivo indico que a falta de pocos
meses para la conclusión del año dos mil dieciocho ya se había colmado la cantidad de
guatemaltecos deportados que habían retornado a nuestro país en todo el dos mil diecisiete
que fue aproximadamente treinta y dos mil ochocientos treinta y tres , de esa cuenta es
claro que la crisis migratoria de nuestro país va en un deliberado aumento año tras año y
década tras década, motivo por el cual los gobiernos estadounidenses han tomado medidas
de deportación masiva de migrantes centroamericanos, cuyas condiciones de deportación
como ya se conoce han violado y atentado contra la dignidad y la vida de dichas personas,
pues han sido se paradas y destruidas familias enteras, han quedado miles de menores en
estados inciertos y en inminentes riesgos producidos por su vulnerabilidad social
aumentada grandemente por su condición de migrantes.
Según datos del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, hoy, en el año dos mil
diecisiete, el número de migrantes ascendió a 258 millones, dato alarmante a comparación
de los 173 millones del año dos mil.
Al analizar entonces los datos anteriormente descritos y relacionados se puede concluir que
nuestro país y la región centroamericana así como otras regiones del mundo en similar
situación, representan una masiva carga de problemática social externa a la seguridad y el
control del estado estadounidense, significativamente esta región es vista como una
secuencia infinita de desordenes sociales que generan la migración como ya se mencionaba
que los vulnerables migrantes acaban en manos de los principales autores de delitos de
carácter transnacional como la delincuencia organizada, la trata de personas el narcotráfico
y grupos criminales como las maras y pandillas, generando una peor perspectiva de la región
centroamericana a nivel internacional y específicamente para la potencia del norte, en este
sentido aun existiendo instrumentos como la declaración de Nueva York para los refugiados
y migrantes, y demás legislaciones internas de cada estado de la región centroamericana
en materia de migración, es fácil comprender que aunque dichas herramientas jurídicas y
los ánimos de cooperación interestatales organizados por la Organización de las Naciones
Unidas existan y tengan pleno reconocimiento y vinculación internacional, el problema de
las crisis migratorias y esencialmente la centroamericana de la que somos contemporáneos,
significan verdaderos caos sociales que difícilmente entes y estados externos podrán
resolver desde afuera, es decir de forma externa mediante formas de normación
internacional como tratados pactos y convenios, pues aun así existan , reiterando
innumerables instrumentos de tal naturaleza, la magnitud del problema de la migración
sobrepasa y seguirá sobrepasando las fronteras estatales y cualquier tipo de compromisos
diplomáticos que en la esfera del derecho internacional se conciban, pues mientras los
estados generadores de dicha inmensidad de falibilidad social y estatal, entre ellos el estado
Guatemalteco no demuestren con resultados notorios que la calidad de vida de sus pueblos
tenga al menos alientos y esperanza de mejorar mediante políticas y mecanismos de
asistencia estatal efectiva, el problema de la migración ilegal seguirá latente y aumentara a
medida que el subdesarrollo y la pobreza de los pueblos de igual forma se continúe
maximizando, por lo que los gobiernos de los destinos principales de las crisis migratorias
de nuestra región, únicamente adoptaran medidas cada vez con menos tolerancia y menos
respeto hacia los derechos fundamentales que toda persona posee aun en condición
migratoria o de refugio, medidas que como ya se indico sobrepasaran e ignoraran todo
anhelo do cooperación y de compromisos que instrumentos jurídicos de normación
internacional pretendan plasmar, pues no quedaran mas que en disposiciones únicamente
de manera declarativas que difícilmente tendrán un carácter de vinculación, respeto,
obediencia y aplicabilidad.
FUENTES:

 Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes, Septuagésimo


primer período de sesiones, Asamblea General Naciones Unidas, tres de octubre
2016.

 Migración y crisis socioeconómica en Guatemala, por Alfonso Yurrita Cuesta,


opinión Prensa Libre Publicado el 3 de septiembre de 2018 a las 0:09h.

 El ABC de la pobreza en Guatemala, por Manuel Villacorta, opinión Prensa Libre


Publicado el 19 de febrero de 2018 a las 0:02h.
 Más de 400 migrantes murieron en 2017, cifras incrementan cada año, por Juan
Diego Godoy, La república digital. Publicado el 11 febrero, 2018.

 Portada, Naciones Unidas, Migración; Página del Departamento de Asuntos


Económicos y Sociales (DAES).

CONCLUSIONES:
Con base a los análisis efectuados y legislación aplicable emitimos las siguientes notas
conclusivas.
1. El fenómeno de la migración, mucho antes de ser concebido como un fenómeno
social propio de nuestra época contemporánea, se manifestó desde los inicios de la
existencia humana como un proceso natural del ser, de su ánimo por sobrevivir y
sobreponerse a aquellos ambientes y territorios que no satisfacían incluso las
necesidades rudimentarias del hombre, de ahí la necesidad vital de trasladarse y
convertirse en comunidades nómadas que buscaban territorio que tuvieran mejor
calidad de recursos para poder asentarse continuar con supervivencia de la especie
humana.

2. La migración entonces debe entenderse y estudiarse como un proceso o actitud


natural de la vida humana que constituye un comportamiento de carácter evolutivo
y constante, que ha existido y existirá mientras exista sociedad, de esa cuenta este
fenómeno se ha consolidado mediante la creación y formación de los estados y el
reconocimiento global de los derechos humanos como una condición humana de
notoria vulnerabilidad sujeta a protección y atención universal a través de
instrumentos internacionales con carácter vinculante en materia de derechos
humanos como la Convención Americana sobre derechos humanos que en su
articulo 1 establece claramente el compromiso de los estados a respetar los
derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a
toda persona que este sujeta a su jurisdicción, entendiéndose, nacionales,
extranjeros en tránsito, condición migratoria o refugiados, de igual forma el estado
guatemalteco se compromete a proteger los derechos inherentes a todo sujeto que
se encuentre dentro de la república, no importando su condición o estatus
migratorio, pues en el artículo 2 constitucional se establece que es deber del estado
garantizarle a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la
seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona; además el articulo 5 de la ley
del Organismo Judicial establece que el imperio de la ley se extiende a toda persona
nacional o extranjera, residente o en tránsito.
3. Debe entenderse que los cuerpos o instrumentos normativos con carácter
internacional, principalmente en materia de derechos humanos incluidos los
relativos a temas de migración, son esencialmente un cumulo de estipulaciones
jurídicas fundamentadas y basadas en aspiraciones elaboradas en la esfera del
derecho internacional, con el objeto de proveer un camino y una orientación a los
distintos estados y entes internacionales, representando un lenguaje común y
especifico a las legislaciones y ordenamientos globales de las distintas esferas
políticas, y que dichos instrumentos deben implícitamente estar acompañados y
respaldados por lazos de cooperación real y constante entre los sujetos adecuados
y competentes.

4. Los cuerpos de normación jurídica internacionales se dividen en convenciones y


declaraciones, las declaraciones, como la Declaración de Nueva York para los
Refugiados y los Migrantes objeto del presente análisis, constituyen instrumentos
que carecen de carácter vinculante, es decir que pueden ser definidas como meros
actos que únicamente significan una reafirmación o un reconocimiento pero
carecen de obligatoriedad concisa y por lo tanto de efectividad, pue su ignorancia
no constituye apercibimiento o sanción alguna dentro del ámbito del derecho
internacional, por lo que trazan el camino a seguir pero su aplicación y efectividad
dependerá de incluso otros instrumentos normativos, y esencialmente de
legislaciones y políticas internas de cada estado, como es el caso de la declaración
aludida, en materia de migración.

5. El fenómeno de la migración como ya se ha indicado constituye un proceso natural


del hombre y de la sociedad misma, el derecho internacional público, como
disciplina encargada de regular las relaciones diplomáticas de los estados basadas
en la aspiración del carácter pacifico y armonioso de dichas relaciones, interviene
en las problemáticas sociales que afectan directa o indirectamente a los sujetos del
derecho internacional, y siendo este fenómeno en la actualidad una masiva
problemática que altera ese equilibrio que significa el statu quo de las sociedades,
generando una agitación y conmoción que produce multiplicidad de consecuencias
tanto para los individuos que deciden buscar nuevos destinos para desarrollarse e
incluso para sobrevivir, así como para los estados que acogen de cierta forma a
dichos grupos e inclusor para las sociedades ya consolidadas dentro de un territorio
determinado, al significar entonces la migración un reto para las sociedades y
estados modernos, reto que incluso se ha convertido en una clara amenaza para la
soberanía de los estados, el derecho internacional en su aplicación práctica genera
una serie de instrumentos que pretenden encausar y reglamentar desde distintos
puntos de vista este fenómeno con el objeto de generar específicamente una esfera
de protección a los migrantes, desplazados y refugiados basada en el respeto a los
derechos humanos reconocidos de forma global, dicho objetivo pretende evitar
violaciones a dichas garantías humanas por parte de los estados que hoy en día
poseen una sobrepoblación en condiciones irregulares de migración, sin embargo el
fenómeno de la migración en nuestra región se ha maximizado a tal punto que
incluso con el avance de las legislaciones en la materia, representa una problemática
social casi imposible de controlar, mientras los encargados de generar condiciones
de viabilidad humanitaria en sus territorios, es decir los estados y naciones que
producen migrantes, sean incapaces de responder ante las necesidades de sus
pueblos, estará por demás cualquier medio de normación internacional pues sus
disposiciones serán meramente declarativas y no nacerán a la realidad estatal y
social.

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