LAS FÓÓ RMULAS DEL DESEÓ CÓMÓ DESEÓ DEL ÓTRÓ EN HEGEL Y LACAN

LO QUE APARECE IGUAL EN AMBAS FÓRMULAS ES EL PRIMER TÉRMINO “d (a)”: Porque en ambas
es un objeto “a” el que desea, ya que seguú n Lacan, “como deseantes, somos objeto”. Es decir, COMO
OBJETO SE POSICIONA EL SUJETO EN RELACIÓN AL DESEO DEL OTRO.

HEGEL

*SE LEE ASÍÓ: “El deseo de un objeto es equivalente al deseo del Otro en la medida del objeto
concernido en ese deseo”.

-En la foú rmula de Hegel, EL OTRO ES UNA AUTOCONCIENCIA de la que depende el deseo del sujeto
de ser reconocido. (por eso aparece sin barrar) En Hegel, el sujeto tiene necesidad del Otro para
que lo reconozca y es en esa medida que su deseo es equivalente al deseo del Otro, que también
desea ser reconocido.

LACAN

SE LEE ASÍÓ: “El deseo de un objeto en tanto imagen soporte de ese deseo, es equivalente al deseo del
Otro”

-En la foú rmula de Lacan, EL OTRO ESTÁ ALLÍ COMO INCONCIENCIA, el Otro concierne al deseo del
sujeto en función de lo que le falta y que no sabe que le falta. (por eso aparece barrado) Es decir, EL
SUJETÓ sólo accede a su deseo como deseo del Otro, A PARTÍR DEL ENCUENTRÓ CÓN LAS ÍDAS Y
VENÍDAS DEL ÓTRÓ, CÓN QUE AL ÓTRÓ ALGÓ LE FALTA, y es de este modo que emprende el camino
de intentar colmar el deseo del Otro, para así lograr ser deseado por el Otro.

Entonces continuamos, Lacan dice que: el deseo del Otro es deseo, en tanto que la imagen soporte
de ese deseo “i (a)” es el equivalente del deseo del Otro en tanto Otro barrado “d (A)”.
PERO LACAN HACE UNA ACLARACIÓN: “i (a)” no es la imagen especular, pero es del orden de la
imagen, es el fantasma.

Lo que quiere decir es que: EN TANTO COMO OBJETO SE POSICIONA EL SUJETO EN RELACIÓN AL
DESEO DEL OTRO, EL FANTASMA ES LA MEDIACIÓN NECESARIA PARA SOSTENER AL DESEO COMO
DESEO DEL OTRO PORQUE ES UNA DEFENSA FRENTE AL DESAMPARO ANTE EL DESEO DEL OTRO, ya
que el SUJETO, cuando se ve en posición de objeto frente al deseo del Otro se siente desamparado,
sin recursos, y EXPERIMENTA ANGUSTIA.

Es decir que: EL FANTASMA ES EQUÍVALENTE AL DESEÓ DEL ÓTRÓ en la medida en que el sujeto no
se encuentra directamente con el deseo del Otro sino con el fantasma, que funciona como velo
frente al deseo del Otro, velando su posición de objeto.