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EL PAYASO
EL EXPRESIVO
Etimológicamente se deriva de ‘exprimere’, que significa hacer salir presionando. El sentido originario de
expresión es el de movimiento del interior hacia el exterior, presión hacia fuera. Pero este término
adquiere sentidos muy precisos en las distintas disciplinas. Así, en Estética: es la propiedad que posee
una obra de arte para suscitar emociones, sentimientos; en Lingüística: palabra o grupo de palabras
utilizadas para manifestar sentimientos, pensamientos, opiniones y también es el significante, lo que es
dicho, esto es, el enunciado; en Álgebra: conjunto de términos que representan una cantidad; en
Psicología: comportamiento exterior, espontáneo o intencional, que traduce emociones o sentimientos
(la expresión de alegría, de sorpresa, etc.) pues la manifestación de los estados afectivos puede ser
revelada por los gestos, la palabra, por los signos que aparecen en el rostro. Y, también, es un término
que se atribuye a hechos vagos, a ciertos gestos más o menos vehementes de comunicación
interpersonal: mover los brazos al hablar, gesticular, subrayar las frases, etc.
MASCARA NEUTRA
EL AUTOMATA
Autómata, del latín automăta y este del griego αὐτόματος autómatos, ‘espontáneo’ o ‘con
movimiento propio’. Según la RAE, «máquina que imita la figura y los movimientos de un ser
animado»,1 es un equivalente tecnológico en la actualidad; serían los robots autónomos. Si el robot
es antropomorfo se conoce como androide.2
Históricamente los primeros autómatas se remotan en la prehistoria donde las estatuas de algunos
de sus dioses o reyes despedían fuego de sus ojos, como fue el caso de una estatua de Osiris, otras
poseían brazos mecánicos operados por los sacerdotes del templo, y otras, como la de Memon de
Etiopía emitían sonidos cuando los rayos del sol los iluminaba consiguiendo, de este modo, causar
el temor y el respeto a todo aquel que las contemplara. Esta finalidad religiosa del autómata
continuará hasta la Grecia clásica donde existían estatuas con movimiento gracias a las energías
hidráulicas. Esos nuevos conocimientos quedan plasmados en el primer libro que trata la figura de
los robots Autómata escrita por Herón de Alejandría (10 d. C.-70 d. C.) donde explica la creación de
mecanismos, muchos basados en los principios de Philon o Arquímedes, realizados
fundamentalmente como entretenimiento y que imitaban el movimiento, tales como aves que
gorjean, vuelan y beben, estatuas que sirven vino o puertas automáticas todas producidas por el
movimiento del agua, la gravedad o sistemas de palancas. También cabe destacar su “The
automaton theatre” sobre su teatro de marionetas mecánicas que representaban la Guerra de Troya.
EL TURISTA
Un turista es aquella persona que se traslada de su entorno habitual a otro punto geográfico,
estando ausente de su lugar de residencia habitual más de 24 horas y realizando pernoctación en el
otro punto geográfico.1
Las características que lo definen como turista no responden a un sólo aspecto, por ejemplo, el
cultural. Aquella persona que visita distintos puntos de su país, o del planeta, y que lo hace para
aprender más o para aumentar su conocimiento cultural es turista. Sin embargo, una persona que
visita por motivos de salud, puede cumplir con otras características que lo definen como turista, y sin
embargo, no visitó un lugar para aumentar su conocimiento, ni para aprender más.
Entre los visitantes podemos distinguir a los turistas y a los excursionistas, y la única característica
que los diferencia es si pernoctan o no en el destino.
EL ABANDONADO
Participio pasivo del verbo “abandonar“. Se dice de algo que se encuentra es descuidado, desatendido,
perezoso, desaseado, desidioso, ocioso, negligente, indolente, despreocupado. vicioso, adicto, entregado
a los vicios. Este vocabulario se utiliza como sustantivo. Se dice de un lugar que se encuentra despoblado.
Esta palabra proviene del verbo “abandonar” y del sufijo “ado”, en iodioma catalán “abandonat”, del
frances “abandonné” y del italiano “abbandonato”.