You are on page 1of 41

Coordinadoras:

 Mariana Juárez Chavarría. Profesora de Psicología. Docente en


Especialización ESI. Integrante de Colectiva Mala Junta
|jchmariana.94@gmail.com]
 Ileana Fernández. Licenciada en Psicología. Ministerio de Salud Pública de
Salta [ileanafernandez.if@gmail.com]
 Ana Pekarek. Licenciada en Psicología. Jefa de Residentes de Residencia
de Psicología Comunitaria. [anapekarek@gmail.com]

Fundamentación

En el año 2006 en Argentina se sancionó la Ley de Educación Sexual Integral


26.150, creando el Programa Nacional de Educación Sexual Integral (PNESI), el
cual propone orientaciones básicas para el acompañamiento al desarrollo integral
de cada persona, en los niveles educativos comprendidos desde el Nivel Inicial
hasta el Superior no Universitario, a la vez que se propone garantizar la igualdad
de trato y oportunidades para varones y mujeres.

Por otro lado, en el Artículo 4 de la Ley 26.485 de Violencia contra las Mujeres, se
define al rol de los y las efectores estatales como toda conducta, acción u omisión
que, de manera directa o indirecta, basada en una relación desigual de poder,
afecte la vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o
patrimonial de una mujer, como así también su seguridad personal.

La Provincia de Salta fue hasta el reciente fallo de la CSJN, una de las pocas
provincias argentinas regida por una Constitución Provincial que avalaba la
Educación Religiosa en las Escuelas Públicas Primarias. A partir de esto se podría
evidenciar la estrecha relación entre el catolicismo y la regulación de normas y
leyes, en materia de derechos sexuales y (no) reproductivos. En determinadas
situaciones, también obstaculizaría la efectivización de políticas públicas y
legislaciones nacionales; tal como lo es la implementación del Decreto 1170/12,
uno de los más restrictivos del país, que limita el acceso a Abortos No Punibles.

Salta una provincia que posee altos índices de embarazos adolescentes y siendo
la segunda con una de las tasas de femicidios más elevadas por cantidad de
habitantes, deja en evidencia la necesidad de problematizar esta realidad, para
construir prácticas que garanticen el acceso a la salud y educación, desde una
perspectiva de género y de derechos humanos; como así también repensar
desafíos a asumir en un contexto de crecimiento del movimiento feminista y su
agenda política.

Esta revisión del Estado provincial deja en evidencia su impronta patriarcal y


clerical, sosteniéndose como una institución productora y reproductora de
discriminaciones de género, que reproduce y reafirma en hechos concretos los
privilegios sociales asignados a los varones. Frente a este contexto, esta Mesa
propone reflexionar sobre algunas posibles preguntas:

 ¿Qué implica esta singularidad provincial en el avance e implementación de


la ESI?
 ¿Cómo se desarrolla en lo local el debate en torno a la legalización del
aborto en una provincia que impuso el Decreto 1170/12?
 ¿Qué espacios, instituciones, dispositivos de intervención, existen o se
construyen en el ámbito local que promuevan el acceso a derechos de las
mujeres e identidades disidentes? ¿Qué márgenes de acción y que
limitaciones encuentran los Programas e instituciones, estatales o no
estatales?

Coordinadoras/es:

 Mercedes Martinez (Ministerio de Educación. Programa ENIA / Socorro


Rosa -Las bomberas) | mercedesmartinez707@gmail.com
 Verónica Inés Bisdorff (Profesional del Ministerio de Salud Pública. Atención
Primaria/ Socorro Rosa - Las bomberas) | vebisdorff@gmail.com
 Gloria G. Guantay (UNSa, Socorro Rosa - las bomberas)
gloriaguantay.gg@gmail.com

Fundamentación:

Dada la conyuntura histórica en torno a la despenalización y legalización del


aborto en Argentina, queremos aglutinar en esta mesa trabajos que tematicen las
luchas, actividades, experiencias que realizan los movimientos feministas en torno
a este momento.
Queremos que en la mesa entren en debate las distintas miradas en torno a la
legalización, es decir, la problematización sobre los proyectos de ley que se
presentaron en el congreso.

El objetivo central de la mesa es que discutamos los sentidos que construimos


cuando nos referimos al aborto legal, seguro, gratuito. Siendo que lo legal no
implica necesariamente la eliminación de lo clandestino, que lo clandestino
comprende también los negocios de la industria farmacéutica, profesionales de la
salud y particulares que lucran con esta problemática social. Que lo seguro no
implica necesariamente una intervención quirúrgica en un hospital sino también
fomentar la producción de medicamentos (mifepristona y misoprostol) como
método seguro promovido por la organización mundial de la salud (OMS);
capacitar efectores de salud en el proceso pre y post aborto. También debatir
sobre la gratuidad. Que realizarse un aborto seguro, no solo habla de la salud
física de las personas con capacidad gestante, sino entendiendo la salud desde
una mirada integral. Salud física, mental y social.

Poner de discusión qué es lo que defendemos, cuando hablamos de un aborto


“libre y feminista”, que esto nos invite a pensar en la autonomía sobre nuestras
cuerpas. Autonomía que se me violentada y avasallada cuando la maternidad no
es una elección.

Abortar como acto político, abortar como resistencia a un sistema heteronormativo


y patriarcal que quiere tener derechos sobre nuestras vidas.

Coordinadoras:

 María Laura Vásquez (Prosecretaria letrada de la Oficina de Violencia


Familiar y de Género del Distrito Judicial del Centro)
marialauravale@hotmail.com
 Verónica Spaventa (Secretaria de Coordinación General de las Oficinas de
Violencia Familiar y de Género del Poder Judicial de Salta)
vspaventa@gmail.com
 Fátima Hognadel (Prosecretaria letrada de la Oficina de Violencia Familiar y
de Género del Distrito Judicial del Centro) fatimahognadel@hotmail.com
Fundamentación:

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el Informe sobre Acceso a


la Justicia para Mujeres Víctimas de Violencias define el acceso a la justicia como
la existencia de vías procesales de protección frente a la violencia, que sean
efectivas y estén materialmente disponibles, idóneas para investigar, sancionar y
reparar las violaciones denunciadas. En la Recomendación General Nº 33, sobre
Acceso a la Justicia de las Mujeres, el Comité de la CEDAW (encargado de
monitorear el cumplimiento de la Convención Internacional para la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación hacia las Mujeres, en adelante, la CEDAW),
expresó que el acceso a la justicia exige la disponibilidad y accesibilidad de
sistemas de justicia de calidad, esto es, que sean sensibles a las cuestiones de
género, que tengan en cuenta las crecientes demandas de justicia que plantean
las mujeres y que garanticen una protección viable y una reparación significativa
de cualquier daño.

Para este Comité el acceso a la justicia es un derecho esencial en la realización


de todos los derechos protegidos en la CEDAW. A más de esta función
instrumental, el acceso a la justicia se instituye como una garantía de igualdad,
pues evita la impunidad de las violaciones a los derechos de las mujeres, erradica
el mensaje de legitimación de aquellas y genera condiciones de empoderamiento,
a través de instancias sancionatorias, restitutivas y reparatorias.

Tras la declaración de emergencia en violencia de género, la Provincia activó


políticas y puso en marcha múltiples iniciativas, con el objetivo de prevenir y
erradicar la violencia de género así como de proteger a sus víctimas. En las
provincias vecinas, Tucumán, Santiago del Estero y Jujuy, se han desarrollado
procesos similares, con matices propios.

Este contexto local imprime una singularidad que evidencia tensiones, nudos
problemáticos, que nos invitan a aprovechar estos espacios de convergencia entre
las prácticas institucionalizadas, la militancia y la academia. En ese escenario que
nos interpela de manera urgente, por sus altos índices de violencia patriarcal que
expresan de manera extrema los femicidios y transfemicidios, se propone esta
mesa para pensar en torno a los desafíos que tenemos en el plano del acceso a la
justicia y las políticas públicas en relación con esa violencia, a la luz de los
compromisos internacionales asumidos, desde una mirada que propiciará
complejizar los debates en torno a los marcos jurídicos, las prácticas, los
imaginarios colectivos y los entornos políticos que le dan sentido, posibilitando el
intercambio de experiencias estatales, institucionales y comunitarias, con un
horizonte de confluencia, en el que acotar la brecha entre derecho y realidad, cuya
persistencia precariza la vida de las mujeres, sea una realidad vivible.
Coordinadoras/es:

 Lic. Maria Florencia Rodríguez (CIUNSa) flor2120@hotmail.com


 Lic. Mariana Ibarra (UNSa-CONICET) marianaibarra@live.com
 Lic. Andrea Sztychmasjter (periodista Cuarto Poder)
andyaimar@hotmail.com

Comentaristas:

 Lic. María Eugenia Rocha Alfaro (Red Par)


 Lic. Cinthia Natalia Gonza (UNSa-CONICET)

Fundamentación:

Esta mesa se propone como un espacio de discusión de trabajos que aborden la


vinculación entre género y comunicación desde una perspectiva de derechos,
entendiendo que estos, se conquistan, se militan, se resisten y se disputan
permanentemente.

El movimiento feminista en conjunto con comunicadorxs militantes (Mariana


Carbajal, Marta César, Liliana Hendel, Sonia Santoro, Luciana Peker, Sandra
Chaher,), medios de comunicación (Página 12, Revista Anfibia, Cosecha Roja),
organizaciones y asociaciones de la sociedad civil (Comunicar Igualdad, Red Par)
lograron visibilizar y problematizar el enfoque de género en el marco de instancias
comunicacionales. Esto favoreció que, durante los últimos diez años, se generen
políticas públicas referidas a la intersección entre género, comunicación y
derechos humanos. Al respecto, se crearon organismos como la Defensoría del
Público en el marco de la denominada Ley 26. 522 de Servicios de Comunicación
Audiovisual y el Observatorio de la Discriminación en Radio y TV del Instituto
Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI). Además, de
incluir la violencia simbólica y mediática dentro de la Ley 26.485 de Protección
Integral a las Mujeres.

En este contexto, consideramos importante compartir, reflexionar y debatir en


torno a las experiencias locales que recuperen estos procesos comunicacionales
atravesados por la cuestión de género referidos a diversos temas: violencia de
género, derechos sexuales y reproductivos, cuidados, diversidad sexual,
feminismos, femicidios/travesticidios/transfemicidios, acoso callejero y otros.

Planteamos una mesa de trabajo amplia en la que pueden participar


investigaciones referidas al análisis de medios, sistematizaciones de experiencias
territoriales, proyectos y realizaciones de productos comunicacionales desde una
perspectiva de género. La generalidad de la convocatoria está en consonancia con
la postura de la jornada de recuperar no sólo los debates academicistas sino
también aquello que se está construyendo/deconstruyendo en el territorio y las
posibilidades de comunicarlo. Al respecto, entendemos que la mesa se presenta
como un espacio para poner en diálogo iniciativas desde la investigación, la
extensión y la militancia. Conocer/nos y discutir(nos) constituyen prácticas de
reflexividad de nuestras miradas, posibilidades de construcción y en el mejor de
los casos, instancias de proyectar nuevas líneas de
investigación/acción/transformación.

Coordinadorxs:

Orellana, Sara | saraelizabethorellana@gmail.com


Leañez, Marina | marglean@gmail.com
Mariel Vera | mariekvera@gmail.com

Pertenencia institucional: Centro de Investigaciones Sociales y Educativas del


Norte argentino –CISEN

Fundamentación:

Esta mesa se propone habilitar un espacio crítico de intercambios acerca de


prácticas e investigaciones del campo de la educación que aborden problemáticas
de género y sexualidades. Las epistemologías feministas en sus distintas
vertientes aportaron herramientas para reflexionar sobre los modos en que se
construye y se enseña conocimiento sobre los cuerpos sexuados en las disciplinas
escolares, develando el androcentrismo de las ciencias y cómo éste atraviesa las
instituciones modernas y sus prácticas de transmisión. Las pedagogías feministas
se han nutrido de estas tradiciones para denunciar la persistencia de prácticas y
sentidos patriarcales en la educación. Nos interesa convocar experiencias,
intervenciones e investigaciones que, provenientes del campo pedagógico,
develen abordajes del género y las sexualidades en las prácticas educativas y/o
escolares, formales o informales.

Los marcos normativos vinculados a políticas de reconocimiento de las dos


últimas décadas, posibilitaron la puesta en agenda pública de temáticas que hasta
hace muy poco constituían temas relegados al mundo de lo “privado”. Hoy, al
constituirse en parte inherente de la vida social y política “pública”, las instituciones
educativas quedan interpeladas a incorporarlas. En el proceso, se abren
tensiones, resistencias y oposiciones, que restringen el pleno acceso a los
derechos. Las dificultades y obstáculos no se limitan solo al plano de la ejecución
de políticas públicas, sino que provienen también de las resistencias de lxs sujetxs
a transitar procesos de des-aprendizaje de las matrices patriarcales internalizadas.
Por ello, invitamos a identificar y problematizar las barreras -subjetivas y
materiales- en estos recorridos, tensionando binarismos, cuestionando sentidos
tradicionales asociados a los procesos de educación y transmisión, poniendo en
debate las identidades, los géneros y sexualidades, los derechos sexuales y
reproductivos, las múltiples violencias, desde experiencias y prácticas del campo
educativo.

Objetivo:

Debatir prácticas e investigaciones que se llevan adelante en diversos espacios


educativos, que problematicen formas y contenidos desde un enfoque de género,
a partir de relatos de experiencias, reflexiones teóricas sobre las temáticas y
propuestas pedagógicas, en distintos niveles y modalidades de la educación
formal así como en diferentes contextos educativos.

Posibles ejes temáticos:

 Sexualidades, diversidad e interseccionalidad en espacios educativos


 Persistencias y transformaciones vinculadas al androcentrismo y la
heteronormatividad en ámbitos educativos -formales y no formales-
 Transversalización de la perspectiva de género en la formación docente y
de nivel superior
 Experiencias educativas en escenarios no escolares, prácticas culturales y
mediáticas que aborden diversidad, estereotipos y violencias de género
 Activismos, militancias feministas y de la disidencia sexual desde
intervenciones educativas populares
 Prácticas educativas que interpelan modos tradicionales de habitar los
cuerpos en las escuelas
 Límites y posibilidades de los espacios escolares para debatir el aborto y
las violencias de género
“MIRANDO A TRAVÉS DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO: EXPERIENCIA
DE PRÁCTICAS EDUCATIVAS EN UN ESPACIO NO FORMAL”

López, Macarena Soledad: makisol972@gmail.com -Universidad Nacional de


Salta. Facultad de Humanidades. CISEN (Centro de Investigaciones sociales y
educativas del norte argentino)

Burgos, Patricia Liliana: patriciaburgos.fachum@gmail.com – Universidad


Nacional de Salta. Facultad de Humanidades.

Resumen:

La presente experiencia surge en el marco de prácticas educativas de la


cátedra Pedagogía Social, de la Carrera Prof. en Ciencias de la Educación, de la
Universidad Nacional de Salta. Las mismas se desarrollaron en una institución
feminista y socio-política “Mumalá” (Mujeres de la Matria Latinoamericana)
funcionando en la calle Coronel Vidt 110 en Salta Capital, de Junio a Octubre del
2016.

Siendo este el espacio de intervención, y posicionadas desde la perspectiva


de género, brindamos talleres a un grupo de mujeres pertenecientes a distintos
puntos de la ciudad de Salta, que nucleaba el programa “Ellas Hacen” y quienes
en determinadas ocasiones de sus vidas, y en diferentes entornos fueron víctimas
de violencia de género.

En ese sentido y teniendo en cuenta la realidad de la sociedad actual en la


que vivimos, en donde las lógicas de poder subordinan los derechos de las
mujeres, nuestra propuesta como mediadoras, hizo hincapié para facilitar el
abordaje del marco legal vigente, como ser la “Ley 26.485: Ley de protección
integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los
ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales.” con el objetivo
democratizar la información.

La organización de estas prácticas tuvo como punto de partida la agenda de


actividades previas que trabajaba la organización, incorporando a estos
antecedentes, algunos conocimientos que hacen a nuestra formación, que
posteriormente se materializó en un proyecto de intervención socio-comunitario.

Desde la perspectiva de género, buscamos reivindicar los derechos de las


mujeres, encontrando la posibilidad en cada intervención de identificar y visibilizar
aquellas prácticas sociales que han sido naturalizadas, las cuales giran en torno a
los estereotipos de género, la división sexual del trabajo, la feminización de la
pobreza, entre otros.

Es por ello que consideramos a la educación como herramienta fundamental


para todo proceso de cambio, y al posicionamos desde el marco teórico y práctico
de la Pedagogía Social, vinculamos, la educación emocional, la educación cívica y
en valores, ámbitos que permitieron el completo desarrollo e integración de los
contenidos trabajados con las mujeres durante el período de tiempo establecido

Contexto del trabajo en terreno:

En el marco de las Jornadas de Activismo e Investigación sobre Género,


feminismos y disidencia en el NOA, deseamos compartir la presente experiencia
que surge desde una propuesta curricular de la Cátedra Pedagogía Social, la cual
se llevó a cabo a partir de prácticas formativas en una organización de mujeres
llamada MuMaLá: “Mujeres de la Matria Latinoamericana” en Salta Capital, año
2016.
Para comenzar es necesario señalar que la Pedagogía Social es una
disciplina, que como tal, tiene sus orígenes a fines del siglo XIX en Europa, y
circunscribe a la educación social como objeto de estudio, entendiendo a ésta
como prácticas sociales y educativas que van más allá de lo escolar, guardando
estrecha vinculación con la intervención en las políticas socio-educativas.
Como disciplina de las Ciencias de la Educación, la Pedagogía Social se
encuentra orientada a la formación en los ámbitos de desempeño que le son
propios, “propone el papel del educador en variados horizontes pedagógicos y
sociales buscando integrar lo educativo en la sociedad y lo pedagógico en el
trabajo social”.
Desde hace unos tiempos la Pedagogía Social- Educación Social viene
articulando sus áreas de acción-intervención pedagógico-social en torno a
distintos ámbitos y referentes temáticos, contextos prácticas o procesos
educativos que según Claride(2001) enfatiza el papel socializador de la educación,
también en los espacios escolares y el papel educador de la sociedad; y que
hacen evidente que el quehacer pedagógico y social –y consecuentemente, de los
pedagogos-educadores sociales- está determinado por el ámbito social de su
trabajo y por el carácter educativo de su intervención.
En este contexto, nuestro proyecto de intervención socio-comunitario se sitúo,
de acuerdo a los antecedentes de la organización en el ámbito de desempeño
“cívico y social” porque “implicó la promoción y formación en valores
considerados esenciales para el desarrollo de la convivencia, el respeto a las
personas, las libertades y la participación en la vida pública, etc, capacitando a
todas y cada una de las personas para el pleno ejercicio de los derechos y
responsabilidades que se asocien a su condición ciudadana.” (Claride, 2001)
En el marco de este ámbito, las diferentes propuestas de intervención que se
llevaron a cabo desde Junio a Noviembre, se encauzaron en empoderar a las
mujeres para prevenir y erradicar la violencia contra la mujer, a través del
reconocimiento y uso de sus derechos en los diversos espacios de sus vidas. El
programa “ellas hacen” nucleaba a diversas mujeres de diferentes barrios
periféricos de la ciudad de Salta en un rango etario de 18 a 65 años
aproximadamente, en las cuales el imaginario social como mujer ideal, rondaba en
roles de “ mujer ideal” impuestos y aprendidos por el sistema patriarcal como
“madres”, “esposas”, “ abuelas” “amas de casa”, entre otros.
Desde las herramientas brindadas por la cátedra, y posicionadas en el perfil
crítico, reflexivo y dialéctico, destacamos la importancia de intervenir nuestro
contexto salteño, el cual se encuentra atravesado por una realidad social, cultural
y étnica compleja, asimismo presenta una matriz conservadora, que oculta las
relaciones de fuerza y poder bajo sus tradiciones, que se traducen en relaciones
de desigualdad y las relaciones de género son ajenas a esta.
A partir de la propuesta de intervención socio-comunitaria con perspectiva de
género, y articulando los aportes de la Pedagogía Social, buscamos proporcionar
estrategias de mejoras para las mujeres a través de talleres de sensibilización
para deconstruir lo naturalizado, abordando la escucha atenta, la empatía, el
entendimiento, compromiso y la transformación que requieren los problemas
sociales acuciantes de nuestros tiempos, como ser la violencia de género, en un
momento histórico en que nuestra provincia se posiciona con cifras alarmantes de
femicidios por habitantes.
Como lo planteamos anteriormente, MuMaLá fue el espacio de formación
donde se llevó a cabo nuestras prácticas, y funciona en “La Casona del Sur”, sede
en la cual se realizan eventos con diferentes finalidades culturales, políticos,
sociales y educativos. En la actualidad, MuMala se consideran como “mujeres
diversas que desplegamos nuestro accionar cotidiano en todo el territorio de la
nación argentina (...) desarrollamos diversas iniciativas con el objetivo de
fortalecer los derechos y a partir de allí promover e impulsar nuestra participación
social y política. (…) Pretendemos generar herramientas que contribuyan a
modificar las desiguales relaciones de poder entre los géneros existentes, en las
cuales somos las mujeres las que quedamos relegadas a ocupar un lugar
secundario en la sociedad.”
(http://observatorioniunamenos.org.ar/2017/09/13/quienes-somos/)
Desde la perspectiva de género, MuMaLá busca visibilizar las diversas
situaciones de violencia que atraviesan las mujeres y las disidencias sexuales,
producto de la sociedad patriarcal en la que vivimos. La organización, intenta
reivindicar los derechos de las mujeres y su posición social históricamente
relegada en los diversos espacios sociales.
Podemos decir que este posicionamiento en el que hoy se circunscribe
MuMaLá, es sustentado gracias a los estudios de género, entendido como
investigaciones sociales que han puesto en tela de juicio las relaciones de poder
que estructuran y legitiman nuestra sociedad, advirtiendo la predominancia de las
prácticas androcéntricas que le otorgan un privilegio al varón, al ubicarlo en el
centro del mundo. Esta noción ha impregnado históricamente los diferentes
escenarios de la vida cotidiana y sobre todo en los espacios de saber-poder,
ubicando a las mujeres en un lugar de inferioridad, construyendo roles específicos
para los varones y para las mujeres.

Al respecto, María Julia Palacios (2012) advierte que a lo largo de la historia


las diferencias entre varones y mujeres conforman lo que las sociedades
consideran modos propios de ser varón y de ser mujer; diferencias que distinguen
unos de otras (responsabilidades diferentes, cualidades etc.) Y abarcan todos los
órdenes de la vida. Hombres y mujeres fuimos educados conforme a esos
modelos de masculinidad y feminidad, pensados como "el orden natural". Se
consideraban diferencias naturalmente aptos para hombres y mujeres, tomando
cómo propio de los primeros aptos para gobernar, dirigir, mandar, y a las
segundas aptas para la vida naturalmente doméstica, como deberes
complementarios.

El feminismo teórico, como afirman especialistas, ha permitido revisar estas


desigualdades naturalizadas, coincidiendo en que el discurso biologicista
históricamente ha determinado “lo femenino” y “lo masculino” dando razón a que la
desigualdad es una construcción cultural, social, obra de los hombres y no de la
naturaleza. Por ello se pretendía que se produjeran igualdades sociales reflejas
entre hombres y mujeres, esto significa entonces luchar por el derecho a la
igualdad.

En la actualidad, como sostiene Julia Palacios (2012) las Ciencias Sociales


contemplan al género como una herramienta intelectual y análica que ha permitido
explicar las problemáticas sociales y sobre todo las diversas relaciones entre
varones y mujeres y el peso que estas tienen en el orden cultural en un contexto
determinado.

Estas nociones, fueron eje central para el abordaje de nuestras prácticas,


teniendo en cuenta el contexto en el que vivimos, los espacios de socialización,
las representaciones sociales que giran en torno a las construcciones
estructurantes de la sociedad patriarcal de la que somos parte. A partir de los
aportes de la Pedagogía Social, intentamos a través de estrategias específicas “la
producción de efectos de inclusión, social y cultural al dotar a los sujetos de
recursos pertinentes para resolver los desafíos en el momento histórico
determinado.” (Nuñez, V. 1999)

La Pedagogía Social en acción:

El trabajo en terreno se realizó en la sede salteña donde confluyen varias


actividades sociales, políticas, culturales y educativas: “La casona del Sur”.
Las intervenciones educativas se llevó a cabo los días Martes y Sábado de 9 a
12hs y las destinatarias tenían la posibilidad de escoger un día para asistir. El
desarrollo de las actividades se organizó a traves de módulos con contenido
específico, siguiendo la agenda que presentaba la organización y de acuerdo a la
demanda de las integrantes del programa “Ellas hacen”. Entre los temas
abordados destacamos el desarrollo de las nociones de género, sexo y
sexualidad; género democracia y soberanía; Ley 26.485 Prevención y erradicación
contra la violencia de género, Ley N° 26.743: Identidad de género; Ley N° 26.873:
Concientización y promoción de la lactancia Materna; Feminización de la Pobreza;
entre otros.

El día Sábado fue el elegido para acompañar a la coordinadora de MuMaLá,


conocer a las participantes y posteriormente situamos en el rol de educadoras
para dar inicio a las intervenciones con el compromiso que concierne la profesión,
“formarnos para formar”, esto significó un proceso de capitalización sobre el
contenido a trabajar, indagando sobre nuestras representaciones sociales,
pensar-nos y reflexionar, sobre nosotras mismas, y luego en nuestra relación con
los “otros”, para poder transmitirlo.

Las diferentes propuestas de intervención se sustentaron bajo la supervisión


de la coordinadora en reuniones previas, con la mirada puesta en la perspectiva
de género, y desde este lugar buscamos articular las herramientas proporcionadas
por la Catedra Pedagogia Social, así como lo aprendido en nuestros años de
formación. Cabe destacar, que en el ejercicio de situarnos como futuras docentes,
tuvimos la posibilidad de construir nuestras actividades que giraron en torno a
posibilitar un espacio de reflexión sobre las prácticas sociales desiguales que se
encuentran naturalizadas en la cotidianidad de sus prácticas, con el objetivo de
transformarlas.

Las propuestas de intervención que se materializaron en talleres, eran


múltiples y variadas, contemplando la necesidades del grupo, así como la agenda
prevista para cada encuentro.

Las estrategias de enseñanza estaban centradas en la acción concreta del


espacio pedagógico (Barco 1989) para desde allí proponer variadas actividades
que sean constantemente reflexionadas. En ese sentido, en algunas
oportunidades iniciamos con actividades que invitaban a movilizar el cuerpo a
partir de dinámicas de distensión, generando un clima de trabajo relajado y cordial
entre las pares; Para abordar el contenido utilizabamos dependiendo del tema
disparadores, como ser imágenes, videos, canciones , supuestos , o bien
dinámicas que nos permitieran generar instancias de debates, análisis y reflexión,
para luego socializar en una puesta en común.

La construcción de grupos heterogéneos, conformados al azar en función de


los diferentes barrios de pertenencia, resultaron ser instancias muy
enriquecedoras, ya que les permitía a las mujeres conocerse entre todas y cada
una, así como aprender a la par de sus compañeras no tan solo el contenido
teórico, sino también la resiliencia como una forma de canalizar los problemas que
cada una traía consigo, y como herramienta de liberación. Las actividades
pretendían poner en tensión lo aprendido en diferentes espacios de socialización,
la escuela, la iglesia, el centro barrial, la familia entre otros, y que se traducen en
representaciones sociales, buscando de esta manera deconstruir lo naturalizado
en torno a estereotipos de género, la feminización de la pobreza, la división sexual
del trabajo, entre otros aspectos.

La puesta en común de los diferentes grupos, traía consigo un momento de


catarsis, una atmósfera de honestidad y necesidad de relatar sus experiencias, por
este motivo, los últimos minutos del taller eran destinados para trabajar la
educación emocional a partir de estrategias que desarrollaran la autorregulación
de las emociones, la empatía para con las otras mujeres, la resiliencia, el
autodesarrollo, buscando empoderarlas no tan solo desde el conocimiento de sus
derechos sino también desde el manejo de sus emociones, para una participación
plena en la sociedad.

La animación sociocultural como parte de nuestra propuesta, ha sido una


parte complementaria para abordar diversos contenidos, con el objetivo de
contribuir al desarrollo integral de las mujeres dentro de nuestro contexto.

Finalmente, podemos decir que la educación que excede lo escolar, como


herramienta de transmisión de signos para que el “otro” signifique, elabore,
modifique y construya su propio camino, solo es posible si se construye y
reflexiona con estos nuevos significados aprendidos.

Desafíos como educadoras en formación:

La práctica docente es una tarea sumamente compleja ya que se encuentra


atravesada por factores sociales, económicos, políticos y culturales que la
condicionan, y que van tiñendo de particularidades cada encuentro.

En nuestras prácticas como educadoras en formación pedagógica-social, se


presentaron una serie de desafíos a partir de los cuales desarrollamos estrategias
de enseñanza para llegar a nuestro objetivo. Por un lado se podría mencionar
como, la infraestructura de la “Casona del sur”, ya que no se encontraba diseñada
para el desarrollo de actividades meramente educativas. Otro aspecto a
considerar fue el período invernal en el que las actividades fueron desarrolladas, lo
que llevó a una gran proporción de ausentismo por parte de las participantes del
programa, implicó adecuar las actividades y los recursos a las necesidades del
grupo.

Por otro lado, podemos nombrar que el desconocimiento en términos legales,


nos llevó a buscar mediadores que nos formaran en el tema. Asimismo, aprender
a mirar desde la perspectiva de género implicó un trabajo de capitalización del
conocimiento, lo que conllevo un proceso de aprendizaje, deconstrucción y
construcción de nuevos significados.

Lo que la experiencia nos dejó:

El trabajo en terreno fue sumamente significativo en nuestro proceso formativo


como futuras educadoras, ya que nos permitió trabajar con “otros”, y con
“nosotras mismas” a través de la reflexión, la cual se constituye en un proceso
esencial, ya que a través de la misma es posible “darnos cuenta” de ciertas
imágenes, modos, prejuicios, conocimientos, saberes que habitan en nosotros
mismos, re-conocerlos y re-significarlos. Es decir, la reflexión favorece “verse a
uno mismo” (Larrosa, 1995) desde un conocimiento propio, situacional e histórico.

Es por ello que abogar a la reflexión, es un compromiso para con la profesión


ya que con nuestro rol de educadoras “el que” se transmite, va inseparables del
“para qué” y del “cómo” se transmite, las cuales se estructuran no tan solo en el
contenido, si no también, en la mirada que tenemos hacia las diferencias.

Desde este lugar, rescatamos la importancia de trabajar con perspectiva de


género a partir de las herramientas que proporcionadas por la Cátedra Pedagogía
Social, para llevarlas a cabo en terreno; y la educación como herramienta de
liberación para contribuir desde nuestra formación a superar las desigualdades de
género naturalizadas históricamente.
Consideramos que en la actualidad es una tarea urgente y necesaria
formarnos en perspectiva de género y sobre todo para quienes decidimos ser
educadoras , es un verdadero desafío aprender a mirar desde la perspectiva de
género , analizar las relaciones de poder que subordinan a las mujeres y
disidencias sexuales, ya que se encuentran normalizadas en los diversos
escenarios y prácticas sociales .

Bibliografía

Claride, JA (2001) “Proyecto Docente e investigador Pedagogía Social”


Departamento de Teoría e Historia de la Educación. Universidad de Santiago de
Compostela (Pág 274 a 291)

Claride, J,A (en prensa): “Teorías, modelos y paradigma en pedagogia -


Educacion Social”. En Vilar, J. e otros: Educación social. Universitat Ramon llull-
Fundació Pere Terrés, Barcelona ).

Gomes, Da costa ( 2005) “Pedagogía de la presencia”. Editorial Losada. Bs


As.

Palacios, Ma Julia (2012) “El derecho a la igualdad”. Editorial E.UNSa.Salta-


Capital.

Larrosa, Jorge (1995) Escuela, poder y subjetivación. “La estructura básica de


la reflexión ver-se”.

Nuñez, Violeta (1999) “Pedagogía Social: cartas para navegar en nuevo


milenio” Ed. Santillana S.A. Bs. As.
DOCENCIA UNIVERSITARIA Y GÉNERO: DESAFÍOS Y TENSIONES EN LOS
PROCESOS DE TRANSMISIÓN CULTURAL.

Soria, M. Gabriela Cisen –UNSa mariagabrielasoria@gmail.com

Orellana, Sara Elizabeth Cisen –UNSa saraelizabethorellana@gmail.com

Yáñez, Fabiana Cisen –UNSa fabianayaez@yahoo.com.ar

Resumen

Desde nuestra condición de mujeres docentes universitarias, el camino transitado


en los estudios de género nos permitió poner en duda saberes previos y
desnaturalizar la realidad social y las relaciones formativas que habitamos. Los
estudios de género significan una nueva episteme, desde la cual vamos
desvelando múltiples velos y re-pensando nuestras prácticas y maneras de estar
siendo en el mundo, con el mundo, en todos sus ámbitos.

Sostenemos que las perspectivas de estudio de género interpelan a la educación y


a la formación docente en particular, cuestionando muchos de sus constructos y
obligando a revisitar la mirada sobre las instituciones y sus prácticas.

Consideramos que los mecanismos de reforzamiento o, por el contrario de


cambio, de actuales inequidades sociales como las desigualdades de género en el
ámbito de la formación docente y sobre todo del impacto en la configuración de
nuevas subjetividades, requieren de la construcción de espacios formativos que
estructuren, como contenido de formación, los complejos procesos de la
transmisión cultural ligados a la subjetividad de género y las sexualidades.
Desde lo expresado, es nuestra intención compartir reflexiones sobre
intervenciones pedagógicas desarrolladas desde el campo de la extensión
universitaria local junto a Institutos de Formación Docente, respecto a la necesidad
y posibilidad que ofrece explicitar/develar, que los modos de pensar, sentir, actuar
y comportarse de ambos géneros, más que tener una base natural e invariable, se
deben a construcciones sociales, culturales y familiares asignadas de manera
diferenciada a mujeres y hombres.

Sin dudas, sabemos que las tensiones provenientes de la separación sexo/género


nos permitió iniciar un camino, cuestionando cuánto hay de arbitrario en lo que
vamos siendo como varones y mujeres. Es nuestro desafío seguir en tránsito,
haciendo camino al andar, en búsqueda y construcción de espacios formativos
“otros”, que sumen a una sociedad salteña en y con perspectiva de género.

De los inicios

Iniciamos nuestro acercamiento a los estudios de género, desde nuestra


pertenencia al Cisen- Centro de Investigaciones Socioeducativas del Norte
argentino, al integrar el proyecto GENDERCIT1 -Género y Ciudadanía: proyecto
internacional- interinstitucional iniciado en el año 2013. El mismo permitió
aproximarnos a perspectivas teóricas sobre género, como también interpeló
nuestra subjetividad como mujeres, como docentes universitarias y formadoras.

Los estudios de género, desde los aportes de González Jiménez, R. (2009)


pueden entenderse como un campo multi y transdisciplinar, que se inician en los
años ochenta. Su objeto de estudio son las relaciones socioculturales entre
mujeres y hombres (hombres y hombres/mujeres y mujeres) y parten de la

1
GENDERCIT - proyecto financiado por la Comisión Europea a través del Programa People (Marie
Curie Actions) del VII Programa Marco de la Unión Europea (P7/2007-2013). El principal objetivo
del proyecto GENDERCIT fue crear una red interdisciplinar permanente de formación e
investigación para promover la transferencia de conocimiento mutua entre universidades europeas
(España, Portugal, Italia, Francia) y latinoamericanas (Argentina, México) en el campo de los
estudios de género. En Argentina , el equipo de la Universidad Nacional de Salta estuvo
coordinado por la Mg. Ana de Anquin – CISEN – UNSa. http://www.upo.es/gendercit/
premisa de que el concepto mujeres (u hombres) es una construcción social, y no
un hecho natural. Construcciones sociales atravesadas por relaciones de poder.

Entre el proyecto Gendercit, las reflexiones sobre género y sobre nosotras


mismas, advertimos que los/las estudiantes del Prof. y Lic. en Ciencias de la
Educación, carecían en ese momento de un espacio formativo que los acerque a
los estudios de género, a problematizar-se sobre la construcción del propio
género. La categoría de género estaba totalmente ausente del currículum formal
de los futuros profesores y licenciados en Ciencias de la Educación. En ese
marco, a fines del 2013, la convocatoria de proyectos de extensión que
habitualmente realiza la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de
Salta, posibilitó el espacio propicio para ir conformando un equipo de docentes y
estudiantes que, en un mismo proyecto conjugaran formación y extensión en torno
a los estudios de género.

Incursionando en dichos estudios, “partimos de la premisa de que los procesos


de transformación en la formación docente inicial dependen no sólo de las normas
formalmente establecidas , sino de cómo estas son mediadas por las
resignificaciones de los sujetos que las concretizan en las prácticas, a nivel
ministerial e institucional, mejorando u obturando las condiciones de la formación
docente para aportar a la configuración de experiencias formativas subjetivantes
” Soria, Orellana y otros ( 2016: 154).

Sostuvimos la presentación y desarrollo de proyectos de extensión, durante


algunos años y en todos los casos la experiencia formativa sobre estudios de
género se realizó en el ámbito articulado entre Universidad e Instituto de
Formación Docente, teniendo como destinatarios los jóvenes que se inician en la
formación docente inicial.
Desafíos

Hubo múltiples desafíos, uno de ellos fue configurar el equipo de trabajo


constituido como mencionamos por docentes y estudiantes de la Universidad,
quienes en proceso de formación en los estudios de género, diseñaban e
implementaban dispositivos de formación (talleres) cuyos destinatarios eran los
estudiantes del Instituto de Formación Docente.

A lo que siguió sostener en el tiempo, el desafío de formar-nos y formar a otros /


otras, en cada encuentro, cada taller, que se formalizaron en distintos proyectos
de trabajo.

El primer proyecto se denominó “Estrategias de Formación del Profesorado,


fortaleciendo el desempeño de los futuros profesores del nivel primario del
contexto local” Res. Rec. 0396-14. En el mismo se planteó la formación docente
de grado como una oportunidad para que cada futuro profesor/a revise su propia
biografía escolar y allí en la situación de formación, pueda reconocer cómo otorga
legitimidad al discurso de la autoridad pedagógica que instituye como “natural” la
arbitraria supremacía de lo masculino y la necesidad de no reproducir la
arbitrariedad ya interiorizada.

El proyecto nos permitió iniciar el cuestionamiento sobre la multi-determinación


social, histórica, política económica, de sexo, étnica, e inconsciente de la
constitución de la subjetividad de varones y mujeres, para que los docentes
lleguen al reconocimiento de los modos de ser al asumir temas como el género y
entenderlo como una construcción cultural sobrepuesta al sexo, para que puedan
aportar y transformar las prácticas educativas en cada tiempo y lugar en que les
corresponda desempeñarse.

En el año 2015 presentamos: “Problematización de nociones y estereotipos de


género en contextos escolares, hacia la construcción de experiencias
colaborativas”, Res. Rec. 0424-15. El mismo profundizó lazos de articulación
entre la Universidad Nacional de Salta con el Instituto Superior de Formación
Docente Nº 6001, a fin de reflexionar y problematizar nociones y estereotipos en
torno a la relación género y docencia en el proceso de formación y desempeño
docente, según la particularidad de la trayectoria educativa de los participantes del
proyecto.

El proyecto de trabajo se fue configurando a partir de la reflexión sobre las


funciones de las instituciones educativas, que se constituyen en dispositivos de
normalización y juegan un papel fundamental en la conformación de sujetos, y por
el otro, en que si bien existe curricularmente una asignatura que aborda la
educación sexual en la formación inicial de docentes de primaria; no
necesariamente se considera la perspectiva de género en la misma.

Continuamos sosteniendo el espacio con: “Integrando la perspectiva de género en


la formación docente”, Res. Rec. 1197-16, durante el año 2016; considerando la
formación docente inicial como un camino posible e inmediato, cuyos hitos son las
categorías que des-ocultan aspectos inadvertidos como el género, lo cual lleva a
ignorar diferencias y desigualdades constitutivas de los sujetos formadores y
también de los estudiantes del profesorado, quienes a su vez continuarán la tarea
de formación de otros y otras. En ese entonces, nos empeñamos en el análisis y
reflexión sobre la categoría género y sus implicancias en el desarrollo de nuevas
subjetividades, visibilizando y reflexionando sobre los estereotipos de género que
los constituyen y que seguramente transmitirán en su tarea profesional futura.

El último proyecto: “Diferencias desigualadas en los procesos de formación


docente: roles y estereotipos en las relaciones de género”, Res. Rec. 1047-17, se
implementó durante el 2017. Profundizamos, una vez más la perspectiva de
género en los procesos de formación inicial de futuros docentes, contribuyendo a
des-naturalizar la desigualdad que suelen generar las diferencias, más
precisamente nos situamos en la problematización de roles y estereotipos que
modelan las relaciones de género que circulan e impregnan las prácticas sociales
y educativas.

Históricamente las maneras de ser hombres y mujeres han sido pensadas desde
lugares fijos, estereotipados. Los estereotipos pueden referir a múltiples aspectos
de la vida social, la religión, la nacionalidad, el sexo, la etnia, la orientación sexual,
entre otros. Los estereotipos implican una imagen limitada acerca de cómo son las
personas, niegan sus particularidades, sus individualidades y en su lugar se ubica
una caracterización que se supone alcanza a todos los individuos del grupo al que
se está haciendo referencia. Los estereotipos de género refieren a
representaciones simplificadas, incompletas y generalizadas que se realizan
teniendo como base al sexo biológico.

Tensiones

La implementación de cada proyecto, propició a docentes y estudiantes


adentrarnos en los estudios de género, en una nueva episteme, movilizando
nuestras prácticas y maneras de estar siendo en el mundo, con el mundo, en
todos sus ámbitos.

El género es tanto categoría analítica subversiva (Cobo, 2008) busca romper con
las estructuras establecidas a partir del cual se estructura la sociedad en
jerarquías de poder. Mirar la realidad con perspectiva de género es aspirar a
redefinir las reglas del juego, de lo público y lo privado, del valor del éxito, de la
sostenibilidad de la vida, de las relaciones entre cercanos y extranjeros.

Según Gamba (2008) la perspectiva de género implica:

● Reconocer las relaciones de poder que se dan entre los géneros, en


general favorables a los varones como grupo social y discriminatorio para
las mujeres;
● Que dichas relaciones han sido constituidas social e históricamente y son
constitutivas de las personas;
● Que las mismas atraviesan todo el entramado social y se articulan con otras
relaciones sociales, como las de clase, etnia, edad, preferencia sexual y
religión.
Por ello, “…la cuestión de los géneros no es un tema a agregar como si se tratara
de un capítulo más en la historia de la cultura, sino que las relaciones de
desigualdad entre los géneros adquiere expresiones concretas en todos los
ámbitos de la cultura: el trabajo, la familia, la política, las organizaciones, el arte,
las empresas, la salud, la ciencia, la sexualidad, la historia… La mirada de género
no está supeditada a que la adopten las mujeres ni está dirigida exclusivamente a
ellas. Tratándose de una cuestión de concepción del mundo y de la vida, lo único
definitorio es la comprensión de la problemática que abarca y su compromiso vital”
(Gamba, 2008).

En el caso de las disciplinas con una vertiente claramente aplicada a la realidad


social, como es el caso de la educación y de la formación docente en particular, la
perspectiva de género cobra una importancia como medio para analizar y
transformar la realidad:

“Se hace necesaria la introducción de una perspectiva, transformadora, de género,


es decir, aquella que, partiendo de un diagnóstico de las relaciones de género
existentes, pretende recrearlas de modo más equitativo e igualitario para mujeres
y varones como resultado de un proceso sostenido de cambio social” (López,
2007).

En este sentido, las relaciones formativas suelen conformar un terreno propicio


para la cristalización de categorías y roles instituidos, como los de: profesor/a-
alumno/a o formador/a-educando/a. Desde dispositivos de formación ya
experienciados sostenemos la posibilidad de poner en duda éstas categorías y
roles, acompañando los efectos que pueden desencadenar este tipo de
propuestas en términos de movilizaciones subjetivas, en quienes participan de la
formación. Intentamos realizar un trabajo de visibilización y análisis sobre la
arbitrariedad e historicidad de concepciones dominantes que silencian
desigualdades e injusticias y que pueden transmitirse implícitamente como
relaciones formativas. Desnaturalizadas, estas concepciones arbitrarias pierden
eficacia simbólica y con ello, comienza a resquebrajarse algún soporte en las
estructuras mentales y materiales de dominación patriarcal. Reconocer la
complejidad y dificultad de esta tarea, no tiene que llevarnos como formadores a
bajar los ánimos o a justificar la inacción, por lo contrario, sirve para prepararnos
mejor en la lucha por la sociedad más justa y equitativa, a la que aspiramos
colectivamente.

Se trata de habilitar tiempos y espacios pedagógicos para reconocer las


categorías/instituciones que pueden estar obstaculizando la igualdad entre
unos/as y otros/as, en un sentido emancipatorio en el proceso de la propia
formación. En educación, los cambios pueden generarse en la medida que los/as
formadores/as nos dispongamos a poner en análisis nuestro propio
posicionamiento con respecto a cada una de las categorías enunciadas y su
complejo entretejido relacional. Mientras que estos diálogos, no sean puestos en
valor, el ingreso de estos temas y contenidos a los planes de la formación docente
parecen muy lejanos, prevaleciendo las relaciones de formación instituidas.

Las ideas expuestas hasta aquí, dan cuenta de un camino en tránsito, dónde nos
animamos a crear en términos pedagógicos, ocasiones, situaciones educativas al
decir de Freire, que nos movilicen junto a nuestros estudiantes del profesorado, a
trabajar en torno a las incomodidades que pueden emerger al visibilizar nuestra
condición de sujetos de género y de sexualidades plurales, no sólo como un saber
declarativo sino y sobre todo como una condición que se traduce en nuestros
cuerpos, sentimientos, deseos, pensamientos y acciones.

Pedagogía de las diferencias y procesos de transmisión

Frigerio y Diker (2004) sostienen que toda transmisión se asienta en una


modalidad de relación con el objeto y en una modalidad de relación con el/los
otro/s sujeto/s, inseparablemente. Ante ello, las prácticas pedagógicas
desarrolladas a través de la extensión universitaria, nos llevaron en un primer
momento a un proceso de reflexión y deconstrucción, respecto a nuestros propios
vínculos con el objeto: “modelos de género y/o estereotipos de género”, los cuales
cómo experiencia recurrente entre los integrantes del equipo, a pesar de las
diferencias generacionales, nos habían sido transmitidos como un “paquete” de
saber incuestionable, esto fundado en que las formas en que nos relacionamos
con ellos, era condición necesaria para habilitar diálogos en la transmisión que
intentábamos propiciar junto a los estudiantes del Instituto, futuros profesores. Por
su parte, la modalidad de relación con el/los otro/s sujeto/s, requería reconocer en
el otro/a la capacidad de saber ese saber, de desearlo, de entenderlo, de
desarrollarlo. Necesitábamos trabajar con uno mismo, cuestiones relacionadas a
las formas, a los lenguajes corporales y verbales, para poder iniciar un encuentro
con los/as otros/as sobre ese contenido de la transmisión.

Pensar-nos en la formación docente con perspectiva de género, nos condujo a


sostener que transmitir es ofrecer a las generaciones que nos suceden un saber
vivir, un aprender a vivir a partir del diálogo en las diferencias. Hoy compartimos
un tiempo, un devenir histórico, donde los sujetos se atreven, nos atrevemos, a
habitar las instituciones de otra forma, a engendrar vínculos irreverentes con
aquello que se recibe como herencia, a mostrarnos como sujetos de géneros y de
diferencias sexuales plurales. Entonces, es tiempo de habilitar diálogos, escuchas,
aperturas en el pasaje de la herencia. La trasmisión cultural como ocasión para la
construcción de un tiempo por venir que nos aleje de las pesadeces que han
cargado nuestros precedentes respecto a encajar en modelos prefijados de
hombres y mujeres.

El trabajo de autoformación en equipo, los encuentros de sensibilización y los


talleres realizados consideramos han posibilitado fortalecer el desempeño de
los/as futuros/as profesores/as en Ciencias de la Educación en lo que respecta a
las problemáticas de género e identidad sexual, entendidas éstas como aspectos
o contenidos del proceso de formación profesional que transitan los estudiantes
del profesorado.

Consideramos también que los proyectos desarrollados apuestan a la formación


de trabajadores/as de la educación que puedan cuestionar la multideterminación
social, histórica, política económica, de sexo, étnica, e inconsciente de la
constitución de la subjetividad de varones y mujeres, para que los futuros
docentes lleguen al reconocimiento de los modos de ser al asumir temas como el
género y entenderlo como una construcción cultural sobrepuesta al sexo, para que
puedan aportar y transformar las prácticas educativas en cada tiempo y lugar en
que les toque desempeñarse.

En torno a ello, se logró trabajar activamente en:

• Generar espacios de integración, expresión y reflexión entre los


participantes fundados en el respeto por las diferencias.

• Conocer e indagar las representaciones en relación a las temáticas de


género y diversidad sexual.

• Co- construir reflexiones sobre los desempeños profesionales en relación a


problemáticas de género e identidad sexual que puedan presentarse en sus
prácticas profesionales en el Nivel primario.

Parafraseando a Soria, M. G. (2015), vinculamos a la extensión universitaria como


dispositivo de formación en un sentido doble de proceso de construcción
colaborativa; para los estudiantes del Instituto de Formación Docente y para los
mismos estudiantes del profesorado en Ciencias de la Educación que integran el
equipo de trabajo; ya que el ofrecer un espacio formativo para otros estudiantes,
implica sostener un espacio formativo para sí, más allá del trayecto curricular
prescripto. En esta perspectiva, intentamos generar en el espacio de extensión
universitaria la problematización de nociones sexistas como la relación género –
docencia, y con ello, iniciar un proceso de desmitificación del rol docente en la
sociedad, ligado a la feminización y maternalización de la profesión.

Argumentamos entonces, que, si estamos interesados en las trayectorias como


formación, es necesario interrogarse por los hilos que hilvanan las numerosas y
diversas experiencias por las que los/as estudiantes y los/as docentes transitan,
favoreciendo la apertura a distintos tipos de relaciones de la matriz curricular y
además de la imprescindible interacción entre los participantes en espacios que
van más allá de los prescriptos o de los conocidos.

Así, en esas problematizaciones se visibilizaron también, las relaciones de poder


que la construcción social de la sexualidad implica, en tanto se lleva al análisis los
modos en que operan los prejuicios sociales sobre lo adecuado, lo permitido o no,
para que las mujeres sean “femeninas” y que los varones sean “masculinos”.

Recuperando expresiones de Soria, M.G. (2015), valorizamos la extensión


universitaria como un espacio propicio para construir nuevos e innovadores
dispositivos de formación, desde una alternancia formativa entre el ámbito
universitario y el ámbito social, cultural, educativo, en una experiencia colaborativa
permanente imaginando juntos nuevos horizontes.

Entendemos los procesos de formación de docentes, como complejos y singulares


que implican al estudiante en su integralidad, en su devenir como ser
biográficamente complejo. Desde el camino transitado colectivamente en los
diversos proyectos mencionados, se intenta construir una mirada
problematizadora referida fundamentalmente a la experiencia de las diferencias
inscripta en los procesos formativos de futuros docentes.

En otras palabras, se trata de interrogarnos sobre las posibilidades y desafíos de


una Pedagogía de la Formación docente que intente escapar de perspectivas
monoculturales de la formación y del saber, las cuales justamente instalan una
mirada estigmatizante sobre las diferencias en la escuela, generando procesos de
jerarquización y desigualdades entre formas culturales, sujetos y conocimientos.

En este contexto, incluir la categoría de género en la formación docente invita a


manifestarse en torno a las desigualdades que existen cotidianamente entre
varones y mujeres en las instituciones educativas, y cuestionarnos sobre la
modalidad de procesamiento de las diferencias de género como desigualdades.
Requiere una mirada sobre nosotros mismos y sobre las instituciones educativas
como espacios productores de sentidos sobre el sujeto, sobre sus identidades
sexuadas desde un patrón de normalidad basado en la heterosexualidad, en una
regulación sexista y heteronormativa del sujeto.

Como se argumentó, entre otras desigualdades presentes en las escuelas, las de


género se han instalado potentemente en nuestras aulas naturalizando las
construcciones de feminidad y masculinidad, construyendo efectos de verdad con
fuertes influencias en las historias de los sujetos.

La propuesta de abordaje de la formación docente desde una perspectiva de


género y de encuentro con las diferencias implica la posibilidad de una reflexión
crítica sobre nuestros supuestos y prácticas, permitiendo interrogarnos acerca de
los modos por los cuales es construido y disciplinado el sujeto y su cuerpo en el
contexto escolar.

En este sentido, se convierte en desafío ineludible para el campo de la Formación


Docente generar espacios de desnaturalización que permitan la reflexión acerca
de la propia experiencia, contextualizar las reflexiones sobre género en un marco
de relaciones de poder, que habiliten a los futuros docentes una relectura sobre la
propia experiencia.

Así asumimos como desafíos de una Pedagogía al encuentro de las diferencias de


género, la reflexión sobre algunos complejos dispositivos de género operando en
las instituciones educativas, tales como:

- el lenguaje en el contexto escolar, que nombra lo posible y silencia lo no


posible, invisibiliza, neutraliza, silencia las diferencias;

- las múltiples prácticas que destacan rasgos de personalidad y


expectativas de aprendizaje y de conducta que naturaliza los rasgos femeninos y
masculinos,

- saberes y prácticas que construyen caracterizaciones estereotipadas de


los cuerpos de los sujetos,

- experiencias cotidianas cargadas de sentidos relativas al uso y


significación de espacios escolares en su vinculación con la generización.

Poder incluir estas problemáticas en la formación del docente habilito espacios


creativos de reflexión colectiva e individual que aportan al desarrollo de una
cuidadanía plena, entendiendo que la trama de la vida escolar no es uniforme ni
cerrada, y abre posibilidades de encuentro entre las diferencias. Ningún discurso
ni práctica social, por más coercitiva que sea, genera absoluta reproducción,
siempre la creación de nuevos sentidos encuentra intersticios para fluir con
renovadas fuerzas. Por otra parte, asumiendo las prácticas escolares como
terreno de lucha y de permanente creación y recreación de sentidos culturales,
como docentes y estudiantes investigadores y extensionistas, ética y políticamente
implicados con la formación, intentamos aportar a los procesos de construcción de
los saberes no dichos, “ausentes” desde las lógicas hegemónicas, a la creación de
espacios educativos sin discriminaciones, que resulten más justos y solidarios
para todos y todas.

A modo de cierre

La posibilidad de desarrollar una experiencia de extensión universitaria de carácter


formativo, entre estudiantes y docentes de la UNSa y estudiantes y docentes del
Instituto de Formación, intentó atender una problemática: las relaciones de
género en la configuración de la subjetividad de los futuros profesionales, la
que deseamos tendrá indudablemente un sensible impacto en el desempeño
profesional y en la vida en sociedad.

Nuestra forma de trabajo desde la extensión universitaria se configura como


dispositivo de formación en un sentido doble y colaborativo para los estudiantes
del ISFD y para los mismos estudiantes de la UNSa que integraron el equipo de
trabajo; posibilitó la problematización de nociones sexistas y binomias como la
relación género –docencia, y con ello, iniciar un proceso de desmitificación del rol
docente en la sociedad, ligado a la feminización y maternalización de la profesión.
Lo cual sólo es posible si se aborda un camino sobre sí mismo, sobre las propias
relaciones de género que los jóvenes legitiman, sostienen y /o reproducen.

Si entendemos la formación docente como un proceso continuo de reflexión,


análisis y trabajo sobre uno mismo al decir de Ferry, G.(1997) el tránsito por los
estudios de género y de identidades sexuales plurales y su impacto en nuestra
condición de mujeres formadoras de formadores, nos invita a seguir diseñando
dispositivos de formación que posibiliten en nosotras y en nuestros estudiantes del
profesorado, una reconstrucción crítica de los saberes y experiencias vinculadas a
la humana y social condición de sujetos de género y sexualidades.

Intentamos aportar a la construcción de una Pedagogía de la formación docente


humanizadora, abierta a la recepción y escucha de la extranjería del otro, como
encuentro ético, situándonos más allá del saber y del conocer, dejándonos
interpelar por el otro y su rostro, en una relación ética, de cordialidad, de
hospitalidad, de recepción, de donación, de cuidado.

Bibliografía:

 Bourdieu, P y Passeron J.C. (1995)” La reproducción.” Fontamara. México.


 Ferry, G. (1997). Pedagogía de la formación. Formación de formadores.
Serie Los documentos. Buenos Aires. Ed. Novedades Educativas.
 Frigerio y Diker, G. (2004) –compiladoras– La transmisión en las
sociedades, las instituciones y los sujetos. Un concepto de la educación en
acción. Noveduc Buenos Aires.
Gamba, S. (2008). ¿Qué es la perspectiva de género y los estudios de
género?http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1395
 Gilligan, C. (1985). La Moral y la teoría: psicología del desarrollo femenino.
México, D.F.: Fondo de Cultura económica.
 López, I. (2007). El enfoque de género en la intervención social. Madrid.
 Rodríguez Martínez, Carmen. “La ausencia de las mujeres en los
contenidos escolares”, Editorial Miño y Dávila, Buenos Aires, 200 4.
 Soria, M. Gabriela. (2015) Extensión universitaria y procesos de formación
docente. Revista del Cisen Tramas/Maepova * Vol. 3 – Nº 2. E-ISSN 2344-
9594.
 Skliar, C. y Larrosa, J. (2009). Experiencia y alteridad en educación.
Rosario: Homo Sapiens.
 Soria, Orellana y otros (2016) Interpelaciones a la formación docente.
Apuestas desde la perspectiva de género y de las sexualidades en
Formacão Docente e políticas públicas Editorial Letras contemporáneas.
Florianópolis.
HACIA UNA EDUCACIÓN DESPATRIARCALIZADORA

Autores:
Sosa, María Micaela: mariamicaelasosa@gmail.com - Universidad Nacional de
Salta. Facultad de Humanidades. CISEN (Centro de investigaciones sociales y
educativas del norte argentino)

López, Macarena:makisol972@gmail.com - Universidad Nacional de Salta.


Facultad de Humanidades. CISEN. (Centro de investigaciones sociales y
educativas del norte argentino)

Yufra, Isaias: isaiasyufra@gmail.com - Universidad Nacional de Salta. Facultad de


Humanidades. CISEN (Centro de investigaciones sociales y educativas del norte
argentino)

Resumen
Salta es una provincia conservadora con una matriz eclesiástica
predominante, a través de sus tradiciones oculta las relaciones de fuerza y poder
en las sociedades. Así, las representaciones se modelan en el transcurso de una
diversidad de prácticas, posibilitando acceder a las relaciones entre los sistemas
de percepción de la realidad y las clasificaciones que atraviesan el mundo social
(Chaile y Quiñonez, 2011). Asimismo, nuestra provincia está atravesada por una
realidad social, cultural y étnica compleja y diversa, lo cual nos remite a múltiples
clivajes de desigualdad social. Más aún, esta desigualdad se manifiesta de modo
preocupante en lo que hace a las relaciones de género, en donde a la mujer se la
destaca en su rol de hija, esposa y madre, teniendo en cuenta las expectativas
masculinas y la ideología social dominante, construyendo el rol de la mujer
ideal. En esta realidad, Salta presenta cifras alarmantes en casos de violencia de
género, siendo la provincia con más femicidios por habitantes
Consideramos que los profesorados de nivel superior universitarios y no
universitarios de Salta no disponen de espacios formativos que trabajen de
manera profunda la perspectiva de género siendo importante para el desempeño
profesional futuro y en la cotidianeidad de la vida en sociedad, destacando el
carácter fuertemente conservador, en cuanto a lo tradicional y lo establecido como
normal en la sociedad salteña, escenario en el que se desarrollan las prácticas
profesionales. Es a partir del espacio de extensión e investigación universitaria
conformado por docentes, investigadores y estudiantes del Profesorado y
Licenciatura en Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Salta -
Facultad de Humanidades que nos propusimos trabajar de manera articulada con
Institutos Superiores de Formación Docente, haciendo foco en los procesos
formativos iniciales de maestros/as, específicamente en torno a cómo se abordan
las diferencias. Su importancia radica en que históricamente en ellos, se han
desarrollado procesos de fortalecimiento de los mecanismos que refuerzan
diferencias que desigualan, al mismo tiempo que suelen existir espacios de
resistencia y procesos contra-hegemónicos, que promueven acciones instituyentes
y experiencias de-formativas2 . Asimismo se trabajan con cuestiones
socioculturales, con la desigualdad social y las dicotomías jerarquizantes,
problematizando los supuestos y nociones sexistas y patriarcales que generan y /o
acentúan estereotipos, configurando y articulando los procesos y prácticas
escolares, buscamos generar un pensamiento crítico, que permita complejizar las
nociones que tenemos de lo normal y escapar de las nociones tradicionales
biológicas y eclesiásticas-morales que giran en torno a los estereotipos de género.

“No se trata de la carne, entonces sino que se trata de cuerpo


como producto histórico” (Morgade, G; 2006: 40).

Uno de nuestros objetivos primordiales es el desnaturalizar nociones


sexistas que impregnan los vínculos entre mujeres y varones, dando lugar a un
una educación despatriarcalizadora, Siendo esta una condición importante
para lograr una igualdad en posibilidades y derechos, entre los diferentes agentes
que intervienen en la educación y en la realidad social salteña.

2
Proyecto de investigación “Fronteras formativas o sobre cómo se procesan las diferencias en la
formación docente. estudio sobre casos institucionales y relatos biográficos de estudiantes y formadores”
Palabras claves: Salta, género, educación, extensión universitaria, formación,
investigación.

Contexto de desarrollo del proyecto

En el marco de las Jornadas de Activismo e Investigación sobre Género,


feminismos y disidencia en el NOA, nos proponemos presentar nuestra
experiencia de trabajo que surge a partir de la implementación de proyectos de
extensión a lo largo de los últimos 5 años (2012 – 2017), integrado por estudiantes
de diferentes carreras y docentes de la Facultad de Humanidades, de la
Universidad Nacional de Salta.
Consideramos a la extensión universitaria como un espacio propicio para
construir nuevos e innovadores espacios de formación, logrando la autorreflexión,
no sólo sobre la formación profesional, sino también sobre la importancia de que
esta se encuentre vinculada a la realidad cercana y concreta, trabajando de
manera conjunta la compleja problematización de las temáticas sociales que
atraviesan los sujetos, las prácticas y las instituciones.
En este sentido, el equipo de trabajo entiende la extensión universitaria
ligada íntimamente a la formación y a la investigación, por ello afirmamos que el
proyecto implica un proceso de doble formación: para quienes lo desarrollamos y
para quienes participan activamente haciendo posible su desarrollo.
Consideramos que se trata de una “una experiencia formativa”, en tanto “nos
pasa” y al pasarnos, nos forma y nos transforma. (Larrosa; 2004). Nuestras
reflexiones traman lo que significa la participación en proyectos de extensión en
nuestra formación universitaria y en nuestro desempeño profesional, como un
espacio que escapa a lo meramente escolar, en las vicisitudes de un equipo de
trabajo y el encuentro con otros jóvenes que también serán docentes, para
detenernos en una de las temáticas que nos interpeló profundamente; el trabajo
sobre el propio cuerpo, nuestras representaciones y estereotipos de género y
cómo los reproducimos día a día.
Es a partir de la extensión universitaria que trabajamos profundamente la
perspectiva de género, centrándonos en las relaciones de género en la
configuración de la subjetividad de los futuros docentes del nivel primario, la cual
consideramos tiene un sensible impacto en lo que será su desempeño profesional
y su vida en sociedad.
Nuestro interés por esta problemática nace como consecuencia de la
constante reflexión y crítica que merece el contexto 3 en el que vivimos y nos
desarrollamos profesionalmente, como mujeres y varones educadores.
En este sentido la provincia de Salta se encuentra atravesada por una
realidad socio-cultural y étnica compleja y diversa, lo cual nos remite a múltiples
clivajes de desigualdad social. Más aún, esta desigualdad se manifiesta de modo
preocupante en lo que hace a las relaciones de género, puesto que Casa de
Encuentro afirma que en el 2017 Salta se encuentra entre las ocho provincias con
más femicidios por habitantes.
En relación a la docencia, hay una profunda feminización relacionada a esta
profesión, vinculada estrechamente a la enseñanza del nivel inicial y primario. Los
propulsores fueron Rousseau y Pestalozzi, debido a que los fundamentos de la
educación residían en el amor, los cuidados y la protección de los alumnos;
consideraban que las mujeres contaban con las habilidades y actitudes requeridas
para estas funciones. En oposición a los hombres que se consideraban
caracterizados por su rudeza y frialdad. Las mujeres eran entendidas en este
sentido, como cuidadoras, auxiliares y criadoras de niños en la esfera personal,
aspecto que se transfirió al ámbito escolar.

3
Resultados de recientes investigaciones que afirman que Argentina tiene cifras alarmantes sobre casos de
femicidios. De acuerdo a un estudio realizado por la organización la Casa del Encuentro, una mujer es
asesinada cada 30 horas en el país. El estudio indica que: en 2012 fueron 255 las mujeres asesinadas y 24 los
femicidios “vinculados” de hombres y niños, aquellos que fueron asesinados por salir a defender a la víctima
o en el caso de los hijos como venganza de los homicidas hacia sus parejas o ex parejas. En el 2013 se registró
la tasa más alta, con 295 femicidios y 39 “vinculados”, en 2014 fueron 277 los femicidios y 29 los
“vinculados”, mientras que en 2015 hubo al menos 286 femicidios en el país. El último informe de la Casa del
Encuentro asegura que 230 mujeres fueron asesinadas durante el 2016.
Por tanto se puede decir que los orígenes de la feminización de la carrera
docente residen en la equiparación de la mujer con el rol maternal y por ende el
comprender la educación en los primeros años como crianza.
Morgade (1997) afirma que las mujeres han llegado a ser docentes casi tan
“naturalmente” como han llegado a ser madres. El trabajo docente reproduce los
modelos estereotipados de lo femenino y lo masculino. En sus orígenes, el trabajo
docente contaba con una serie de apreciaciones negativas que se relacionaban
con malas remuneraciones, condiciones laborales precarias, entre otras, hechos
que producían cierto rechazo en los hombres para adquirir tal puesto de trabajo.
Sin embargo, el Estado desencadenó un proyecto político pedagógico que, por un
lado, utilizó esas características “femeninas” e identificó a las mujeres como
cuidadoras y educadoras por naturaleza, provocando una proliferación masiva de
mujeres docentes en el nivel primario. Mujeres bondadosas, pacientes,
comprensivas, capaces de generar un clima de alegría y entusiasmo en el aula.
Paralelamente, estaba claro que enseñar no era dirigir.
Asimismo, a través de la feminización de la tarea docente se produce, por
un lado, la naturalización de la diferencia entre varones y mujeres, y por el otro, la
existencia de dicotomías jerárquicas. Es “natural” la capacidad de cuidado con el
que nacen las mujeres, el instinto maternal y esto se encuentra sobre la base de
supuestos bilógicos esencialistas, como la función reproductiva que ellas tienen.
Por lo tanto existe una justificación lógica de la diferenciación de los sexos y de
una supuesta inferioridad de las mujeres. Esto lleva, a la vez, a justificar la
dominación de clases.
El discurso sobre una identidad femenina construida alrededor de la idea de
"madre educadora" continúa aún vigente, poniendo en evidencia cómo las
presiones sociales son asumidas como rasgos de identidad e influyen en la “des-
profesionalización” del trabajo de la mujer, pero el estudio y el trabajo profesoral
no fueron la pura y simple repetición de valores tradicionales, sino una oportunidad
de promoción social para muchas mujeres.
A través del proyecto de extensión se pone en tensión estas ideas, la
feminización de la docencia, el lugar que ocupan las mujeres y varones en la
sociedad, los estereotipos de género, el sistema sexo/género y sobre todo cómo la
escuela, esta máquina de educar al decir de Pineau (2009), reproduce y transmite
estos mandatos sociales contribuyendo a su naturalización, a fin de comprender
la desigualdad y la dicotomía femenino/masculino.
El género hace visible la construcción histórica de los sexos. Sin embargo
es preciso tener en cuenta el concepto de diferencia sexual, ya que el vocablo
género neutraliza la jerarquía histórica que impusieron los varones, incluso intenta
hacerla desaparecer ya que este concepto puede referir tanto a la condición
masculina como a la femenina.
A partir de estas cuestiones y tensiones de estas ideas que se generan es
en gran importancia trabajar sobre el lugar que ocupamos como docentes en estos
procesos de transmisión. Es por ello que a través de encuentros de
sensibilización, se tiene en cuenta propia vivencia, la biografía escolar y familiar.
Cabe aclarar que, durante 5 años se trabajó en proyectos de extensión
vinculados estrechamente con la perspectiva de género; es a partir del año
pasado que en el marco del Proyecto de Investigaciòn CIUNSa: “Fronteras
formativas o sobre cómo se procesan las diferencias en la formación docente.
Estudio de casos institucionales y relatos biográficos de estudiantes y
formadores”, intentamos reflexionar colectivamente sobre los procesos de
formación de futuros maestros haciendo foco en la tensión diferencias-diferentes
presentes en las instituciones educativas y en la experiencia de los sujetos que la
habitan. En particular, se trata de identificar y comprender cómo se procesan las
diferencias, al menos género, raza y clase, en sus complejas intersecciones.
En relación con lo que se viene mencionando en este escrito, consideramos
que el núcleo que caracteriza al patriarcado es la opresión de las mujeres, aunque
dicha opresión adopte ropajes específicos en cada cultura. La diferencia que
desiguala a mujeres y a varones, diferencia sexual, forma que adopta la opresión
femenina, es más profunda que la clase y la raza, por lo que solucionar las
diferencias de clases no valdría como superación, así como el anuncio desde la
biología genómica respecto de la inexistencia de fundamentos para hablar de
razas desde la genética. No obstante, estos argumentos no han sido suficientes
para dar por superado el arraigado concepto sociológico de raza.
Este sistema sexo-género conforma un conjunto de dispositivos y
estereotipos por los que una sociedad toma la sexualidad biológica y la torna un
producto humano convencional para satisfacer ciertas necesidades. Es decir, es el
escenario donde las relaciones de poder (entre ellas, las de género) se
manifiestan y se reproducen.

Encuentros de sensibilización: pensar-nos como formadores:

El proyecto tuvo como punto de partida la capitalización del conocimiento


de los/las estudiantes y docentes con la mirada puesta en la perspectiva de
género, acompañados de lecturas críticas y reflexivas de diferentes referentes
teóricos que nos permitieron trabajar sobre nuestras representaciones sociales,
construidas bajo los parámetros del patriarcado. Esta instancia sumamente
significativa consistió en “formarnos para formar”, deconstruir y construir, para
luego transmitir una educación despatriarcalizadora.
El trabajo en terreno se realizó en el IES N° 6001 “General Manuel
Belgrano” Salta Capital y en el IFD N° 6026 ubicado en el departamento de
Rosario de Lerma, de nuestra provincia. Cada institución presentaba una
demanda institucional para abordar la perspectiva de género, lo que permitió que
los encuentros se desarrollen durante dos horas cátedras concedidos por los
docentes de la carrera de Educación Inicial y Educación Primaria.
La metodología empleada en nuestras intervenciones se materializó en
talleres planificados, que contaban con la participación de todos/as los/las
integrantes del proyecto y su posterior coordinación. Las temáticas abordadas en
los mismos, giraron en torno a los estereotipos de género, y los roles
históricamente definidos para mujeres y varones, discurso que ha impregnado en
los diferentes espacios de la sociedad civil construyendo subjetividades, así
también se pretendió deconstruir el imaginario social en relación a la feminización
de la carrera docente.
Cada encuentro estuvo pensando en el marco de un dispositivo de
formación que les permitiera a los estudiantes pensar-se reflexivamente, teniendo
en cuenta el compromiso ético-político que representa su formación profesional
como futuros docentes, en el contexto actual en el que vivimos. De esta manera
las actividades llevadas a cabo, a través de diversas dinámicas para los diferentes
momentos, buscaron sensibilizar a los participantes haciendo hincapié en las
desigualdades sociales y culturalmente impuestas por el sistema patriarcal en
desmedro de las mujeres.
El sentido educativo de los talleres con perspectiva de género intentó
visibilizar las construcciones que legitiman y refuerzan dichas desigualdades, aún
presente en los espacios sociales por lo que hemos transitado. Por lo que se
plantearon como un espacio para debatir, analizar y reflexionar en torno a lo que
se ha aprendido y naturalizado en las diferentes instituciones de socialización, la
familia, la iglesia, la escuela, los clubes deportivos, entre otros.
A partir de los conocimientos que los estudiantes llevan consigo, es decir su
idiosincrasia, y de las pautas de culturalmente aceptadas y empleadas en su
cotidianeidad, se buscó generar un pensamiento crítico, que permitiera complejizar
la mirada y con ello las nociones de la normatividad, así como de las
construcciones tradicionales biológicas y eclesiásticas-morales que giran en torno
a los estereotipos de género.
Esta puesta en práctica resultó ser un verdadero desafío ya que nos acercó
al quehacer docente y nos puso en el lugar de formadores, en una realidad social
muy compleja que necesita ser analizada a partir de los estudios de género, por
quienes decidimos ser educadores.

Desafíos

Hacia el final de la implementación de los talleres, consideramos que fueron


sumamente positivos, pero a lo largo de su desarrollo estuvieron acompañados de
obstáculos y resistencias de diferentes naturalezas. En el momento del inicio de
los talleres, la institución funcionaba de forma provisoria en un edificio municipal
adaptado para el desarrollo de las actividades del mismo, divisiones áulicas
precarias, espacios reducidos, el corto espacio temporal, la falta de acústica
adecuada, dificultan el normal desarrollo de las actividades de sensibilización.
Esto representó un desafío a la hora de pensar y diseñar las actividades a
desarrollar con los estudiantes, aun también la adaptación de los contenidos
teóricos brindados a los mismos. En el caso particular de Rosario de Lerma, la
cantidad de encuentros y la distancia fueron otro de los reto a ser resuelto, ya que
solo disponíamos de una intervención semanal y el transporte público interurbano
contaba con horarios específicos, por lo que la logística y el traslado de los
recursos era dificultoso.
Los estudiantes, en algunos momentos, presentaron ciertas resistencias a
los contenidos a desarrollar, en este sentido el acompañamiento del docente que
cedía el espacio fue clave, ya que los vínculos y tiempos compartidos permiten un
diálogo más fluido.
Estos desafíos no llevaron a repensar las actividades preparadas e impulsó
el trabajo en equipo al interior del mismo grupo y nos permitió desarrollar un
segundo momento de formación y aprendizaje, para lograr que la teoría y la
experiencia tengan puntos de encuentro.

A modo de cierre
A través de la extensión universitaria y la investigación podemos
acompañar nuestro proceso de formación personal, académica y profesionalmente
con perspectiva de género, complejizando la mirada que tenemos en relación a las
construcciones socialmente impuestas por un sistema que subordina a las mujeres
así como a las demás disidencias sexuales.
La propuesta que hemos planteado a los establecimientos educativos, han
resultado ser sumamente enriquecedora para nuestro proceso formativo como
futuros educadores. Consideramos que toda práctica es un proceso único e
inacabado ya que se construye y reconstruye en el tiempo, en una realidad
concreta.
El trabajo que se llevó a cabo, es una experiencia que merece seguir
profundizándose, en materia formativa, ya que desde la Universidad existen muy
pocos espacios que se dedican al abordaje en estudios de género, convirtiéndose
en una materia pendiente, ya que como es de público conocimiento, Salta
representa una de las provincias con mayores cifras de femicidios.
De esta manera consideramos de suma urgencia formar a docentes en
perspectiva de género y hacer un efectivo cumplimiento de la Ley de Educación
Sexual Integral 26.150 siendo esta una obligación del Estado para con los/las
jóvenes y niños/as, cabe destacar que la misma pretende una educación que
apunta a recuperar la integralidad de la sexualidad, superando los enfoques
biomédicos, represivos, judicialización o revictimizantes y dirigida a simbolizar,
conceptualizar e historizar las emociones sin intentar racionalizar, controlar o
pedagogizar aquello que fluye irracional o emotivo, es decir una educación
sexuada justa con enfoque critico de género, lo cual implica avanzar en la
decostrucción de los componentes pedagógicos sexistas y heteronormativos de
los discursos hegemónicos y los componentes innovadores de los
subordinados.(Morgade 2013)

Bibliografía

● Bach, A. (2015). Para una didáctica con perspectiva de género. Buenas


Aires: Miño y Dávila
● Larrosa, J. (2009): “Palabras para una educación otra.” En J. Larrosa y C
● Morgade, G (1997) Mujeres en la educación. Género y docencia en la
Argentina 1870-1930. Buenos
Aires. Miño y Dávila editores.
● Morgade (2013) “Toda educación es sexual”. Hacia una educación sexuada
justa. La crujeria Ediciones. Bs As.
● Pineau, P. (2009). La escuela como máquina de educar. Tres escritos sobre
un proyecto de la modernidad. Buenas Aires: Paidós

You might also like