You are on page 1of 71

EL SISTEMA DE SALUD DEL HIGIENISMO

Copyright@ 1986 LIFE SCIENCE INSTITUTE

La Ciencia de la Nutrición

PRIMERA PARTE:

PRINCIPIOS BÁSICOS DEL HIGIENISMO

PRIMERA LECCIÓN:

Introducción al Higienismo
como una forma de vida

Life Science Institute


6600 Burleson Road, P.O. Box 17128
Austin, Texas (EEUU) 78760-7128
(512) 385-2781

1
TEMA: El Higienismo como una auténtica filosofía de vida

TEMA COROLARIO: La salud es un estado normal y natural

PROFESOR: T. C. Fry

* Generalidades

* Objetivos de esta lección

* Definiciones

* Conceptos clave

* Hechos destacables

* Esquema global de la lección

* Presentación de la lección

* Preguntas sobre la lección

* Resumen de la lección

* Textos complementarios

* Hojas de trabajo

1
GENERALIDADES

En esta primera lección realizamos una introducción al


Higienismo: el sistema de salud basado por completo en los
principios y hábitos que se encuentran en armonía con nuestra
herencia biológica.

Esta lección trata de inculcarnos esencialmente el mensaje


de que la rectitud de nuestra forma de vida es una condición
indispensable para la existencia de una salud perfecta. De esta
salud perfecta fluye bondad, virtud, felicidad y armonía. La
buena salud es una cualidad necesaria para el deleite de la
vida.

También se fija el tono filosófico y se establecen algunos


de los principios básicos de la salud que servirán como marco
para nuestros estudios en la Ciencia de la Nutrición.

1
OBJETIVOS DE LA LECCIÓN 1

La finalidad de esta lección es introducirle en la


filosofía, principios y hábitos del Higienismo, además de
servirle como preámbulo de este curso.

El concepto primordial del Higienismo es que la salud es


un estado normal y natural y que la salud perfecta sólo se
consigue por medio de la observación empírica de las causas de
la salud. Esto implica que la enfermedad es un estado anormal,
antinatural y, por tanto, innecesario.

Cuando finalice esta lección, usted deberá conocer:

A. Por qué la salud es un estado normal y natural.


B. Por qué la ciencia que estudia la vida sana se basa
más en el análisis de la naturaleza que en las
investigaciones realizadas en los laboratorios, aunque aquí
también se confirmen con frecuencia los principios básicos
para una vida sana.
C. Los elementos fundamentales que fortalecen y mantienen
la salud.
D. Las principales causas que provocan la enfermedad y el
sufrimiento.

1
E. Que toda sanación se debe a un proceso de autosanación.
F. Cómo el Higienismo tiene un alto concepto de los
derechos de los individuos.

G. Que las palabras «cura» y «medicina» expresan


significados inexistentes en la naturaleza.
H. Las posibilidades ilimitadas para la felicidad y el
progreso humano, si volvemos a cumplir el mandato y los
preceptos de nuestro legado primitivo.

DEFINICIONES

A continuación aparecen, por orden alfabético, las


definiciones de algunas palabras inusuales y de nuevos conceptos
utilizados en el texto. Junto a estos términos, también aparecen
algunas palabras comunes que se utilizan con un significado más
amplio o diferente.

ENDÓGENO: Que se origina o nace en el interior del


organismo. Que forma parte de, o que está relacionado
con el metabolismo por medio de los componentes
nitrogenados de las células. Significado literal:
originado en el interior.

EXÓGENO: Que se origina debido a causas externas. Provocado

1
por una sustancia, como el alimento, o por un agente
externo al organismo. Que forma parte, de o producido
por el metabolismo de sustancias nitrogenadas
procedentes de la comida. Significado literal:
originado en el exterior.

HERENCIA NATURAL: Su significado es idéntico al del término


natural.

HIGIENE: Ciencia de la salud. Este término procede de la


voz Hygeia, la diosa de la salud. Es sinónimo de la palabra
Higienismo.

HIGIENE NATURAL: Conjunto de palabras formado por el


término «higiene», ciencia de la salud, y el modificador

«natural», en posición pospuesta. La utilización del


adjetivo «natural» obedece al deseo de delimitar el
término higiene de la aplicación limitada que éste
tiene en el uso común. Su significado es idéntico al
de la palabra Higienismo.

HIGIENISMO: Ciencia del bienestar humano. Esta ciencia se


encarga de estudiar todo aquello que guarde relación
con el bienestar de los seres humanos. Son sinónimos
de esta palabra los términos Higiene e Higiene
natural.

NATURAL: Dícese de aquello a lo que estamos adaptados


biológicamente, es decir, el conjunto total de
nuestra herencia de la Naturaleza.

NORMAL: Dícese de aquello que se establece, a través del


uso y la adaptación, como un estado de armonía con nuestro
perfecto bienestar y habitual para nuestra existencia
dentro del contexto de nuestras adaptaciones
naturales. El término normal se refiere en la sociedad
contemporánea a los estándares que se basan en la
patología general.
SALUD: Estado en el que podemos hacer uso de todas nuestras
facultades. Una condición de perfecto desarrollo. Un
estado de perfección y equilibrio armonioso de todos
los órganos del cuerpo.

SIMBIOSIS: Asociación armoniosa de organismos de especies

1
diferentes para favorecerse mutuamente. Que viven
juntos de forma armoniosa realizando por ello servicios
complementarios.

1
CONCEPTOS CLAVE

1. El Higienismo es una forma de vida que está en armonía


con nuestro legado natural. El término expresa el arte
y la ciencia de la vida sana.

2. El Higienismo, ciencia de la vida, engloba todos los


principios que nos dirigen hacia las formas correctas de
vida.

3. Nuestras adaptaciones biológicas, es decir, la forma en


que nuestros cuerpos se desarrollaron en un estado
primitivo de la naturaleza, determinan cuáles son
nuestras necesidades y cómo llegar hasta ellas.

4. La salud es un estado normal y natural. La enfermedad es


una condición anormal, antinatural e innecesaria.

5. El único camino para encontrar la salud es a través de


una vida sana. Cualquier otro método carece del poder
o la capacidad de alcanzar la salud.

6. El uso de tratamientos, fármacos, hierbas o cualquier


otra sustancia anormal y antinatural para el organismo,
puede interferir en las funciones de un cuerpo sano, pero,
bajo ningún concepto, mejorar o ayudar al organismo.
Debido a que estas sustancias desvitalizantes reducen o
eliminan los síntomas (pruebas) de los esfuerzos
sanativos del cuerpo ─éste interrumpe las actividades
vitales para luchar contra estas sustancias que hacen
desaparecer los síntomas─ los efectos antivitales de
los fármacos y tratamientos son perjudiciales para
los efectos sanativos.

7. Los cambios de nuestras necesidades naturales producidos


en nuestro entorno externo no alteran nuestra composición
y necesidades internas.

8. Todos los mecanismos inherentes de vida tienden a


mantener un alto nivel de salud y funcionamiento. Cada
una de las acciones coordinadas que se efectúan dentro
del cuerpo humano son funciones orgánicas dirigidas por
el principal mecanismo de control, el cerebro. Las

1
toxinas que se encuentran dentro del organismo son
perjudiciales, aunque no aquellas acciones del cuerpo
(como la fiebre) que hacen posible que éste expulse o
elimine las toxinas.

HECHOS DESTACABLES

1. Cuando los Higienistas defienden la concepción de que la


salud es un estado normal y natural, contradicen
enfáticamente a los que sostienen la idea de que la
enfermedad es un estado inevitable en nuestras vidas.
Defendemos la idea de que la enfermedad no aparece a
menos que haya causa suficiente para ello.

2. El mantenimiento de la salud es un proceso incesante que


tiene lugar en cada organismo. Cuando el cuerpo humano
sufre una invasión de sustancias tóxicas que sobrepasa
sus limitaciones para eliminarlas de forma normal, éste
organiza una acción de emergencia cuya misión es efectuar
la eliminación de la carga tóxica. Esta medida de crisis
recibe el nombre de enfermedad o malestar. Las sustancias
tóxicas que se acumulan en el organismo proceden de dos
focos distintos: 1) de residuos corporales que no han
sido expulsados y que se generan endogénicamente como una
parte normal de nuestro metabolismo; y 2) de materiales
exógenos ingeridos que se han retenido parcial o
totalmente debido a la imposibilidad de hacer frente a
toda la carga eliminativa.

3. La enfermedad es un estado desarrollado por el propio


organismo como una medida de emergencia para purificarse
y reponerse.

4. Los diferentes métodos de curación (aquellos


tratamientos o terapias que hacen uso de fármacos,
hierbas, manipulaciones o cualquier otra
infracción sobre el dominio vital), posiblemente no
pueden asistir al cuerpo, sino más bien interferir
tanto en la purificación del organismo

1
vital, como en las funciones de recuperación y en las
funciones orgánicas normales. Estas interferencias
constituyen problemas adicionales con los que el
organismo tiene que enfrentarse, lo que supone una
mayor reducción de la vitalidad del cuerpo humano.
Los fármacos, o cualquiera de los métodos citados,
constituyen un grave riesgo para dicha
vitalidad, ya que puede verse debilitada de forma
considerable. El peligro puede llegar a tal punto que,
el esfuerzo original de la enfermedad ─esfuerzo cuya
misión no es otra que la de purificar el organismo─ se
vea suprimido para centrar todas las fuerzas disponibles
en el enemigo más virulento, los propios fármacos. Por
esta razón, los médicos reciben el nombre de alópatas,
cuyo significado literal es el de enfermedad contraria.
En teoría, luchan por eliminar la enfermedad original por
medio de una enfermedad contraria o heteropática, sin
embargo, en la práctica, no consiguen otra cosa que la
creación de una enfermedad adicional. Además de no
desaparecer el problema original, el organismo debe
redirigir parte de sus energías, o todas ellas, para
eliminar los fármacos, hierbas o las denominadas
medicinas más peligrosas. De esta forma, desaparecen los
síntomas de la enfermedad original, debido a la carencia
de energía y vitalidad necesaria para dirigirlas de nuevo
hacia la enfermedad, pero el cuerpo se encuentra ahora
en mayor peligro que antes de recibir el tratamiento,
debido a las acumulaciones tóxicas no eliminadas y a la
aparición de componentes tóxicos procedentes de los
fármacos y de otras sustancias administradas.

5. La mejor forma de ayudar al cuerpo cuando se encuentre


enfermo es «de forma inteligente, no haciendo nada» y
establecer, al mismo tiempo, unas condiciones de salud que
permitan al organismo centrar toda su vitalidad en la
crisis producida por la enfermedad. Conceder al
cuerpo un profundo descanso bajo unas circunstancias
tranquilas, constituye un factor clave para conseguir un
entorno propicio para una sanación, ya que permite que
todas sus energías se encuentren preparadas para una
acción de emergencia. El organismo siempre se encuentra
«realizando su trabajo» de forma correcta e inteligente
─podemos interferir en sus operaciones, pero posiblemente
no podamos ayudarlo de otra forma que no sea
suministrándole las necesidades normales de vida que se

1
encuentren en armonía con las condiciones existentes del
organismo.

ESQUEMA GLOBAL DE LA LECCIÓN

I. ¿Qué es el Higienismo?

II. Una introducción al Higienismo.


A. El Higienismo como una filosofía de vida.
B. ¿Cómo surgió el Higienismo en nuestra era?
C. El Higienismo como un nuevo concepto de vida sana.
D. El Higienismo como una ciencia basada ampliamente
en la vida.

III. Un estudio de la filosofía, principios y hábitos del


Higienismo:
A. El concepto del valor individual innato.
B. El concepto de la felicidad y la salud ideal.
C. El concepto autoevidente del autocontrol en todos
los organismos.

1
D. El concepto de la autosanación.
E. El concepto de la soberanía individual.

IV. Debate sobre el enfoque médico de la salud y la


enfermedad:
A. El concepto erróneo de «cura».
B. Error en la concepción de que «las curas» están
relacionadas con las causas.
C. Una prueba de como las «curas» destruyen la
vitalidad del organismo.
D. Aseveración de que los métodos médicos y del
«arte curativo» están en punto muerto y sin
salida.

V. ¿Qué es realmente la salud?


A. Delineación y descripción de salud.
B. La belleza como un fiel reflejo de la salud.
C. La plenitud de funciones como un barómetro de la
salud.
D. La posibilidad de la salud perfecta para los seres
humanos.
E. Una prueba que demuestra que la salud es un estado
normal y natural.

º PRIMERA PARTE: Principios básicos del Higienismo T.C. Fry

¡Bienvenido! Es un privilegio para mí introducirle en la


ciencia de la salud, ciencia que se conoce generalmente con el
término descriptivo de «Higienismo», pero que también se conoce,
entre otros términos, con el nombre de ciencia de la salud,
Higiene natural e Higiene.

1
¿Qué es el Higienismo?

Antes de comenzar, es preciso definir qué entendemos por


Higienismo y cuáles son sus fundamentos.

La vida, tal y como la conocemos, surgió y existe gracias a


unas condiciones favorables que reinan en la tierra: una
temperatura favorable, la presencia de oxígeno, junto a otros
gases y minerales, la existencia de agua, la ausencia de
sustancias letales, etc. La función del Higienismo como ciencia
es la de estudiar todas estas condiciones que hacen posible la
existencia de la vida. Pero no es su única misión, debido a que
en nuestros días, la vida parece estar perdiendo contacto con
todos estos factores, el Higienismo se encarga de «devolvernos a
nuestras raíces». Debemos esforzarnos al máximo para encontrar
los requisitos de la vida y poder, de esta forma, disfrutar de
una vida alegre.

La ciencia, no debería ser ese frío y desapasionado


pasatiempo en el que muchos de nosotros nos hemos visto inducido
a creer, sino, más bien, algo personal e importante para todos
los que nos hayamos involucrados. Cuando aplicamos nuestros
estudios a nuestras vidas para alcanzar una verdadera ciencia
personal, comenzamos a llegar a la esencia del Higienismo.

Sin embargo, la ciencia, tal y como hoy la conocemos, no es


ese medio agradable y práctico del que estamos hablando. Es una
ciencia que no podemos usar y de la cual no obtenemos ningún
beneficio, y como tal, no puede considerarse como ciencia. El
Higienismo es la exploración y elaboración de aquellos elementos
e influencias que invocamos para exaltar nuestras vidas y
nuestro ser. Existen algunas verdades que podemos aplicar a
nuestro ser, y nuestro objetivo principal es estudiarlas y
sistematizarlas para que nos sirvan de guías.

En definitiva, podemos afirmar que todo aquello que


desemboque en unos resultados óptimos, puede considerarse como
científico, mientras que aquello que desemboque en unos malos
resultados, debe considerarse como no científico.

El Higienismo tiene como fin estudiar los principios y


verdades que se aplican a la vida humana, para que de esta forma
podamos observarlos y aprovecharlos. Tenemos la firme convicción
de que sólo por medio de una vida científica podemos disfrutar
la vida al máximo y encontrar el verdadero destino de nuestra

1
herencia.

Los animales de la naturaleza son criaturas que poseen un


gran instinto, gracias al cual y guiado por él, logran encontrar
por sí solos sus necesidades. De esta forma, se desarrollan
perfectamente en armonía con las posibilidades de su entorno
medioambiental. Para los animales de la naturaleza, el instinto
innato actúa como una ciencia de la vida, o lo que es lo mismo,
como el Higienismo.

Los seres humanos gozan de un potencial para la felicidad y


la bondad infinitamente superior al de las formas más simples de
la naturaleza, ya que estamos dotados de unas facultades
inmensamente más sofisticadas. Estas cualidades superiores
pueden mantenernos en un estado de euforia durante toda la vida.

El Higienismo debe actuar en los seres humanos de la misma


forma que actúa la dirección innata en los animales. Aunque
también estamos dotados de instinto, estamos muy alejados de
esos simples impulsos vitales. Desafortunadamente, no sólo
erramos al no seguir nuestros propios instintos, sino que a
menudo tampoco los respetamos en nuestras formas de vida.
Nuestros instintos se han visto viciados y pervertidos por las
nocivas condiciones que reinan en un mundo que se encuentra sin
patrones de salud. Cuando los seres humanos actúan de forma
contraria a sus instintos, viven de forma no científica. En
cambio, si sus formas de vida están en armonía con sus instintos
─es decir, con sus adaptaciones biológicas inherentes─, viven
de forma científica. El Higienismo es tan simple como esto.

La obediencia a nuestros propios instintos forma parte del


Higienismo y constituye una de sus parcelas. Creemos que la
naturaleza no erró al dotarnos de instintos, es más, afirmamos
que son los seres humanos, con nuestros todavía novatos
intelectos, los que han cometido la equivocación, un error que
ha provocado la enfermedad y el sufrimiento.

El Higienismo es el resultado de un gran esfuerzo


intelectual, un esfuerzo centrado principalmente en descubrir lo
bueno y lo malo para nosotros. Basándonos en nuestros
conocimientos, hemos conseguido elaborar una ciencia de la vida
que nos sirva de guía para encontrar nuestra felicidad y nuestro
destino.

El Higienismo es, por tanto, una forma de vida que abarca

1
todas las facetas de la vida y el bienestar humano. Una
verdadera ciencia de la vida sólo es posible por medio de una
minuciosa filosofía e interés.

El Higienismo como una Filosofía de Vida

Al introducir el Higienismo como una verdadera filosofía de


vida que se encuentra en completa armonía con los hechos de la
existencia, surge la duda de como se determinó su validez. La
forma más segura de enjuiciar la exactitud de cualquier sistema
es poniéndolo a prueba. ¿Funciona? Si es así, debe ser
considerado como válido; en cambio, si no funciona, éste se
considera como no científico.

El Higienismo comenzó con éxito y, desde que surgió como


una nueva, pero incompleta, ciencia de sanación, ha evolucionado
hasta convertirse en la actualidad en un completo sistema
científico que abarca todo lo relacionado con el bienestar de
los seres humanos. Su validez como sistema está fuera de toda
duda, puesto que funciona perfectamente.

Estimo oportuno parafrasear a uno de los más afamados


higienistas, el doctor Keki Sidwa, para poder extraer la
verdadera entidad de la ciencia de los seres vivos. Ha trabajado
como Higienista en Gran Bretaña durante casi veinte años:
«A pesar de los grandes progresos que se han conseguido en
muchas de las ramas de la ciencia, nuestros estudios sobre
la salud, la enfermedad y la sanación todavía se encuentran
en un período prehistórico, en una era oscura. Lo que
necesita el mundo de forma inmediata es un nuevo concepto
de salud. Es necesario y urgente dar una nueva orientación
de pensamientos, palabras y acciones al concepto que nos
hemos visto inducido aceptar durante muchas generaciones.
El Higienismo, ciencia de la vida, es una rama de la biología
que se encarga de investigar las condiciones de las que
depende la salud y los medios sobre los que se sostiene, en
todas sus virtudes y pureza, cuando disfrutamos de ella, y
los necesarios para reponerla cuando desaparece o se daña.
Con anterioridad al desarrollo de la fisiología, las reglas del
Higienismo eran instintivas, tradicionales y empíricas. Sin
embargo, hoy en día, estas reglas se basan en el

1
conocimiento, cada vez mayor, de la fisiología y la
biología. Si tuviéramos un perfecto conocimiento de las
leyes de la vida y la aplicáramos en un sistema perfecto de
Higiene, la enfermedad sería imposible y nunca aparecería.
En este sentido, el Higienismo es la ciencia de una vida
inteligente y sana.
La Higiene Natural refuta las ideas actuales que afirman
que el malestar y la salud enferma son inevitables en las
vidas de los seres humanos, dependiendo de las
circunstancias e infortunios que estén más allá de su
control y dominio. La Higiene Natural es una forma y una
filosofía de vida. La salud sólo se puede conseguir por
medio de una vida sana, no se puede comprar en una
farmacia, ni se puede encontrar en la consulta de un médico
o en un hospital. Afirmamos que la sanación es un proceso
biológico que trabaja continuamente dentro de cada
organismo».

Esta magnífica explicación del Higienismo aseverada por el


doctor Sidwha merece la inmortalidad. Sus grandes contribuciones
a la ciencia de la vida sana obtendrán la inmortalidad en los
anales de la historia. De hecho, esta afirmación engloba
perfectamente la esencia de la filosofía higiénica.

A continuación le ofrecemos una concisa exposición de la


filosofía, principios y hábitos del Higienismo.

1
FILOSOFÍA, PRINCIPIOS Y HÁBITOS DEL HIGIENISMO

El HIGIENISMO defiende que la vida debería ser útil y estar


llena de belleza, bondad y felicidad.

El HIGIENISMO defiende que los seres humanos son por


naturaleza buenos, honrados y virtuosos, y que hallarán el
máximo bienestar bajo las condiciones de vida ideales.

El HIGIENISMO defiende que el estado de máximo bienestar es


algo normal para los seres humanos y necesario para la
consecución de los ideales humanos más altos.

El HIGIENISMO defiende que la superioridad sólo se


econtrará en aquellos que acepten los preceptos y hábitos que se
traduzcan en un estado de bienestar.

El HIGIENISMO, que se encarga de estudiar todo lo


relacionado con el bienestar de los seres humanos, es el único

1
camino posible para encontrar el mejor orden posible de la
existencia humana.

El HIGIENISMO es la única ciencia que se encuentra en


armonía con la naturaleza y con los principios de la existencia
orgánica vital. Se considera como una ciencia exacta, sólida en
lo que se refiere a la filosofía y la ética, de acuerdo con el
sentido común, goza de un gran éxito en la práctica y supone una
bendición para la humanidad.

El HIGIENISMO reconoce que el cuerpo humano es un organismo


totalmente autosuficiente que se autodirige, autoconstruye, se
preserva a sí mismo y se autosana. Además, si goza de todas sus
necesidades, es capaz de mantenerse en un orden de
funcionamiento magnífico, completamente libre de enfermedad.
Entre estas necesidades es preciso destacar el aire fresco,
el agua pura, el descanso y el sueño, la comida sana, la
limpieza, una temperatura idónea, la luz del sol, ejercicio, un
trabajo constructivo, equilibrio emocional, autocontrol,
recreación y un entorno agradable.

El HIGIENISMO reconoce que los seres humanos se encuentran


adaptados por naturaleza a una dieta de frutas, verduras, nueces
y semillas, digeridas en combinaciones compatibles, siempre y
cuando éstas se encuentren en su estado puro, fresco y natural.

El HIGIENISMO afirma que las enfermedades son causadas por


las formas de vida impropias, especialmente las malas dietas. La
enfermedad aparece por una disminución de la energía nerviosa y
la consecuente toxemia. Esta insuficiencia energética se puede
producir por una disipación, el estrés, el abuso, el exceso de
deficiencia de los elementos necesarios para la vida, o por una
contaminación del organismo con sustancias anormales a éste. Por
lo tanto, la recuperación de la enfermedad sólo se consigue
interrumpiendo sus causas y suministrando las condiciones
favorables para la sanación.

1
El HIGIENISMO reconoce que el descanso profundo e
inalterable es la condición más favorable para que un organismo
enfermo se purifique y recupere.

El HIGIENISMO, que enseña que el bienestar idóneo sólo se


puede alcanzar y mantener a través de una forma de vida
biológicamente correcta, no es en absoluto un arte o un culto
curativo. Considera como un error y producto de un gran dolor la
idea de que la enfermedad pueda prevenirse o superarse por medio
de sustancias anormales a nuestro ser natural. Por esta razón,
el HIGIENISMO condena rotundamente todos los fármacos,
medicamentos, vacunas y tratamientos, puesto que minan la salud
al interferir o destruir los procesos y tejidos del organismo
vivo.

En definitiva, el HIGIENISMO considera el organismo y la


mente como el santuario inviolable del ser humano. Del mismo
modo, sostiene que todo individuo tiene un derecho inalienable
de gozar de un cuerpo puro y no contaminado, de estar libre de
coacciones y controles anormales y de poseer la libertad de
encontrar sus necesidades como un miembro responsable de la
sociedad.

UN ESTUDIO DE LA FILOSOFÍA, PRINCIPIOS Y HÁBITOS DEL


HIGIENISMO

1
El concepto del valor individual innato.

El Higienismo afirma que somos, por naturaleza, inocentes y


buenos. Una idea que ya apareció en el apartado anterior
Filosofía, principios y hábitos del Higienismo, en sus dos
primeros párrafos.

Los estudios científicos sobre los bebés y los niños


apuntan hacia una conclusión que no se nos puede escapar: como
criaturas gregarias, los seres humanos somos por naturaleza
seres decididos, altruistas y morales. Desde este punto de vista
podemos afirmar que los humanos somos justos los unos con los
otros debido a nuestro instinto gregario.

Sin embargo, hemos sufrido un lamentable proceso de


contaminación, provocado por unas condiciones innaturales que se
han dado dentro del contexto de la civilización. Influencias
inhumanas como los hábitos engañosos, la explotación, la
inseguridad y otras condiciones banales de una sociedad demente
han viciado a los seres humanos.

La preocupación constante de los individuos por mostrar a


sus semejantes la apariencia de gozar de un carácter honrado,
apoya nuestra tesis sobre la honradez innata de los seres
humanas. El Higienismo defiende que si existiera una sociedad
segura, estas virtudes innatas harían valer de forma natural su
valor.

El concepto de la felicidad y la salud ideal

El Higienismo sostiene que la vida se creó para ser un gran


acto de diversión que durase desde el nacimiento hasta la
muerte. Los estados de felicidad y salud fluyen de las
condiciones ideales de vida, condiciones que son normales en los
diferentes entornos medioambientales de nuestro desarrollo.
Ahora bien, la inteligencia humana es tan sabia que ha
convertido en inhabitables casi todos los entornos que se
encuentran sobre la faz de la tierra. La aparición de nuevos
descubrimientos tecnológicos y el uso de la nueva tecnología han
servido para crear nuevos entornos artificiales que puedan
suplir satisfactoriamente las maravillas, bellezas y
beneficencias del medio ambiente natural de muchos hábitat, sin
embargo, estas nuevas tecnologías nunca llegarán a ser

1
verdaderos sustitutos sanos.

El Higienismo afirma que los seres humanos evolucionaron


hasta alcanzar su estado máximo, porque pudieron adaptarse
correctamente al medio ambiente y a sus posibilidades. Esto
significa que la salud es un estado normal y natural, siempre y
cuando confluyan las condiciones en las que nos hemos adaptados.
La excelencia suprema aparece en los seres humanos gracias a las
condiciones ideales de vida y a la salud que se engendra de
ellas.

El concepto autoevidente del autocontrol en todos los


organismos

Basta con observar como se desarrolla el proceso de


creación de los organismos más complejos, la unión del esperma
con el óvulo, para afirmar que los poderes vitales residen en el
interior del cuerpo. El organismo no necesita ninguna sustancia
exterior, que no sea material puro, para transformar un óvulo
fertilizado en un adulto maduro, gracias a su dirección interna.

Esto implica un carácter inherente que abarca las


siguientes características:
─Los organismos se autoprograman.
─Los organismos se autodirigen y gobiernan.
─Los organismos son autosuficientes cuando pueden conseguir
sus requisitos materiales.
─Los organismos se crean asimismo en armonía con su
herencia genética.
─Los organismos pueden autodefenderse y preservarse, así
como repeler cualquier amenaza interna o externa.
─Los organismos pueden autosanarse y reponerse y además
son los únicos que gozan exclusivamente de las
facultades y poderes para completar una recuperación en
caso de daño o trastorno.

Para comprobar estas facultades o poderes basta con


observar el funcionamiento de un organismo. Debería tener en
cuenta este concepto, así como sus axiomas, cuando trate a sus

1
pacientes. Estas verdades autoevidentes pueden y deben servir
para reforzar la confianza que necesitará para tratar sus
propios problemas, si le aparecieran, o los de sus pacientes.

El Higienismo como un nuevo concepto de vida sana.

El Higienismo debe entenderse como una reafirmación de las


condiciones más apropiadas para la vida humana. En su estado
prehistórico, y debido a sus necesidades primarias ─en un nivel
instintivo─, los seres humanos vivían de las frutas que cogían
de las parras, tallos y árboles, una forma de vida que se
denomina en la actualidad Higienismo.

A lo largo de su proceso evolutivo, los seres humanos se


convirtieron en seres más versátiles en su trato con las fuerzas
de la naturaleza. Sin embargo, la humanidad decidió finalmente
separase por completo de la naturaleza y de nuestra herencia
biológica. Pese a que la mayoría de los humanos percibió su
aportación primitiva durante la Era Cristiana, la era bárbara de
la Edad Media provocó la renuncia a la naturaleza y a cualquier
consideración con la tierra. Los seres humanos se empobrecieron
en la observación de las necesidades elementales de la vida y se
opusieron, en nombre de la iglesia y de la salvación, a las
necesidades humanas de la tierra.

Afortunadamente, estos años oscuros no lograron que la


humanidad desapareciera de la faz de la tierra, aunque a finales
de esta era, las condiciones inhumanas y antinaturales en las
que vivía la civilización europea desembocaron en numerosas
plagas que diezmaron considerablemente la población. Plagas que
no aparecieron como consecuencia de un contagio, puesto que en
esta época de negras y bucónicas plagas, lo único contagioso que
existía eran las formas de vida mortales que se extendían
ampliamente.

1
El Higienismo, como una filosofía de vida y actitud, logró
sobevivir durante los años oscuros, a pesar de la existencia de
las dos plagas gemelas de la civilización humana: la medicina y
la superstición religiosa, las cuales se encargaron de suprimir
todo lo que estuviera relacionado con el mundo civilizado.
Nuestro mandato biológico logró mantenerse bastante bien en
muchas partes del mundo, como ocurrió en las culturas del
Trópico, en el Lejano Oriente y en algunos parajes aislados. Y
en muchas tradiciones y culturas logró mantenerse parcialmente.

Mucho antes de la era Cristiana, Pitágoras elaboró una


filosofía de vida bastante extensa y completa. En ella se
encontraba la mejor afirmación de la vida higiénica que se haya
formulado hasta la fecha. Los griegos, incluyendo entre ellos a
Pitágoras, además de conocer en profundidad las ventajas de las
frutas, conocían profundamente las prácticas incipientes que
engendraron el Goliat moderno de la medicina.

La filosofía de Pitágoras sirvió de abono a Apolonio y a


los esenios, una cultura ascética que basaba su dieta
alimenticia en las verduras y en las frutas. Una gran parte de
la filosofía y los hábitos esenios aparecen reflejados en el
Nuevo Testamento y en las palabras de Cristo. El fino hilo de la
filosofía higiénica sobrevivió y recibió un ímpetu moderno de
manos del genio más importante de la historia universal,
Leonardo da Vinci, que sólo comía verduras y frutas.

Durante el Renacimiento, mientras las creencias médicas


permanecieron relativamente ilesas y la dominación eclesiástica
fue perdiendo poder, la filosofía higiénica sobrevivió.

Reitero que en muchas áreas del mundo, principalmente en el


Lejano Oriente, durante una gran período de tiempo, nuestra
herencia natural no se vio afectada por la actitud de la
medicina. Sin embargo, en la Cultura Occidental la vida sana
como una filosofía de vida nunca llegó a existir y tendremos que
esperar hasta el año 1882 para que el doctor Isaac Jennings
establezca el Higienismo como una filosofía de vida formalizada.
Sin embargo, ésta no se determinó completamente como una
verdadera filosofía y ciencia de la salud, hasta que aparecieron

1
los consumados doctores Graham, Trail, Dewey, Tilden y Shelton.

Pese a que el Higienismo no es nuevo desde muchas


perspectivas, sí lo es relativamente para lo que llamamos
civilización, y completamente nuevo para los que lo han
escuchado por primera vez. Sin embargo, en la actualidad, y
debido a su relativa rareza, es ajeno a nuestra cultura y se
encuentra eclipsado, pese a estar en armonía con nuestra
herencia, por la medicina y el comercio que han desembocado en
un miedo patogénico.

Nuestra esperanza es enseñar al mayor número de individuos


posibles esta ciencia de la salud, para asegurar de esta forma
que la humanidad se desarrolle saludablemente y de manera clara.
Al recibir este curso le pedimos que se convierta en profeta de
una forma de vida cuya hora ha llegado.

El Higienismo como una ciencia de la vida fuertemente


asentada

El Higienismo no se basa únicamente en unos principios


alimenticios, como podrías haber deducido por la forma de vida
de los higienistas actuales. Algunos de estos higienistas se
encuentran profundamente involucrados con todos los aspectos del
Higienismo, entendiendo como tal una filosofía que abarca todas
las facetas del bienestar humano.

Los principios alimenticios no son más que un área


determinada del Higienismo, puesto que esta ciencia también
abarca otros aspectos como el bienestar mental, emocional,

1
social y económico. Igualmente, incluye factores
medioambientales o ecológicos y se extiende a todas las facetas
relacionadas con el bienestar de los seres humanos. Aunque este
curso se basa principalmente en el área específica de la
nutrición, ésta no es más que una pequeña parte de toda la
filosofía del Higienismo.

El concepto de la autosanación y la autorecuperación

La autosanación es la única sanación posible. Si observamos


la naturaleza, podemos encontrar animales con cortes,
magulladuras, huesos rotos y otras heridas, en proceso de
sanación. Este proceso se efectúa por medio de unos poderes y
facultades inherentes y naturales, y para su ejecución, los
animales buscan un lugar tranquilo y aislado donde descansar. En
este lugar se encuentran en permanente reposo y no toman ningún
alimento. De forma instintiva, cuando un animal se encuentra
herido, evita realizar cualquier actividad que pueda suponer una
disminución de las energías y facultades que el cuerpo centra en
el proceso de sanación y recuperación. De esta forma y bajo las
mismas condiciones, los seres humanos realizan, de acuerdo con
nuestra naturaleza y disposición, su proceso de sanación en una
fracción de tiempo que tiene lugar mientras se prosiguen las
actividades regulares.

La sanación siempre ha sido y será un proceso biológico.


Nuestra obligación no es otra que la de establecer las
condiciones necesarias para que el organismo pueda efectuar el
proceso de la forma más rápida y eficiente. Sólo se necesitan la
misma programación, inteligencia y poder inherentes que actuaron
en la conversión de un óvulo fertilizado en una bella criatura.
Estas condiciones favorables para el ejercicio de tales poderes
pueden establecerse, y será su papel como profesional de la
salud y nutricionista, conocerlas y aplicarlas.

La idea que defiende que la aplicación de unas sustancias,


condiciones y tratamientos anormales para el organismo, pueden
ayudar al cuerpo, provoca mucho dolor y sufrimiento. Su papel
será por un lado, el de rescatar a las víctimas que sufren de
las prácticas dañinas, y por otro, el de guiarlos por el buen
camino de la recuperación y el mantenimiento de la salud.
El concepto de la soberanía individual.

El Higienismo defiende la concepción de que todo individuo


es una entidad independiente dentro del contexto de la sociedad.

1
Todas las personas deberían ser completamente libres ─sin sufrir
ningún estorbo─ dentro del contexto de un autointerés
inteligente ─dentro del contexto de nuestro mandato simbólico en
la tierra─.

Debemos tener presente que todos los hombre, mujeres y


niños son seres que están capacitados para realizar cualquier
actividad en la tierra por sí solos. Nuestra función no es la de
juzgar o imponer nuestros puntos de vista a otras personas, sino
la de asistirlos, si se nos solicita ayuda. No deberíamos
imponer nuestras ideas a nadie, por muy sabias o imprudentes,
buenas o malas que fueran tales imposiciones. Debemos respetar
la prerrogativa de que todo individuo dirija su propia vida,
basándose en sus inclinaciones y capacidades, siempre y cuando
sus propósitos no afecten a los derechos de otros individuos. La
regla de oro debería ser nuestra regla de conducta.

Aunque pudiera parecer poco aconsejable otorgar los mismos


privilegios y prerrogativas al genio y al relativamente
analfabeto, una sociedad en la que no se concedan las mismas
oportunidades por igual, no puede considerarse como libre.
Aquellos que están más capacitados, están unidos al éxito y
deberían ayudar a sus hermanos biológicamente lisiados o menos
favorecidos.

Siempre debemos respetar a todos los seres y considerarlos


como soberanos sin tener en cuenta sus ventajas o deficiencias.
No importa qué es lo que decidan o hagan, qué buenas o malas
sean sus acciones o actos; siempre que lo hagan en su propio
interés, debemos jugar un papel de mero espectadores. Podemos,
por ejemplo, intentar inspirar y motivar, pero imponer nuestros
preceptos en los otros o tratar de influir en ellos es algo
censurable.

1
DEBATE SOBRE EL ENFOQUE MÉDICO DE LA SALUD Y LA
ENFERMEDAD

El concepto erróneo de «curación»

La idea que sostiene la medicina surgió hace más de 2.500


años y, al igual que ocurre con la mayoría de las ideas que
surgieron con anterioridad a los años oscuros, es muy poco
científica. La medicina defiende que el cuerpo humano es como
una máquina que puede repararse por medio de agentes externos.
La máquina se estropea debido a la invasión de seres externos.
Al comienzo de la historia, estos seres se denominaban espíritus
malignos, demonios y diablos, y para su extracción era necesario
un exorcismo. Con el paso de los años, estos espíritus malignos
se convirtieron en diminutas bestias conocidas como microbios,
gérmenes, bacterias, virus y otras apelaciones.

En la actualidad, la medicina ha acuñado el nombre de


«cura», un término que ha sufrido una transformación del
original «cuidado». Incluso la propia palabra «medicina»
significa «sustancia curativa». La idea que apoya el uso de la
medicina es la siguiente: ésta actúa dentro del organismo
buscando el problema existente, y cuando lo encuentra, acaba con
los invasores efectuando, de alguna forma, la sanación
necesaria. El concepto médico del modus operandi de los
fármacos, denominado medicinas, es un tanto confuso. Podríamos
decir que la medicina es, en realidad, una práctica dañina de la
que hacen uso los hombres para intentar asistir a la gente
enferma.

Los individuos acuden a los médicos para recibir


intervención médica, ya que al encontrarse indispuestos, desean
«arreglarse». Debe realizarse algo para que no sufran graves
consecuencias de muerte. Los médicos se aprovechan de sus
pacientes y juegan con sus temores. Los felicitan cada vez que
acuden y lo halagan por su acertado juicio, mientras les
asegura, al mismo tiempo, que si no actúan con celeridad, pueden
sufrir graves peligros. El médico siempre tiene al alcance de su
mano una sugerencia sobre cuál es el mejor tratamiento, y, claro
está, una receta de fármacos y pruebas.

1
Piensan que las pruebas revelarán dónde está el problema y
que cuando lo encuentren, podrán determinar cuáles son los
fármacos que deben recetar o qué pasos deben seguir, como es el
caso de una operación.

Sin embargo, todavía no han concebido que esas creencias y


prácticas se encuentran completamente en oposición con la
ciencia biológica. Pese a que más adelante trataremos en
profundidad los diferentes conceptos médicos, es preciso señalar
que no hay ninguna sanación diferente al proceso de
autosanación. Todos los procesos pueden interferir en la
sanación, pero nunca ayudarla.

Las «curaciones» no están relacionadas con las causas

¿Piensa que es posible desarrollar un fármaco que «cure» la


borrachera sin indagar en la raíz del problema, es decir, el
hábito bebedor de un borracho? ¿Cómo es posible combatir la
borrachera, si el borracho continúa bebiendo?

Esto es exactamente lo que sucede con las investigaciones


médicas. Los médicos intentan remediar los efectos o los
síntomas, obviando las causas. A decir verdad, drogan, matan y
liquidan sin tener en cuenta, casi por completo, las causas
básicas de los problemas fisiológicos. Cuando aparecen los
problemas, los médicos recurren a la ejecución de operaciones
demoledoras y al uso de tratamientos cuyos costes se elevan a
miles de pesetas, en vez de resolverlos de una forma mucho más
simple y sencilla: cambiando la forma de vida.

A lo largo de este curso, llegará a la conclusión de que


nada puede suceder sin una causa suficiente. Del igual forma,
aprenderá que todas las alteraciones que sufre el cuerpo son
provocadas por una causa, que por lo general es inducida por el
propio paciente. También descubrirá que todo problema aparece de
forma cada vez más grave, a menos que éste sea suprimido.

Al introducirse en el mundo de la ciencia de la nutrición y


de la salud, descubrirá básicamente dos cosas: en primer lugar,
cómo eliminar las causas que originan los problemas; y en
segundo lugar, cómo establecer las condiciones de salud. Debido
a que estos dos pasos son bastante fácil de conseguir, podemos
otorgarle con confianza el título de Licenciado al término de

1
las lecciones. Si ha conseguido dominar y comprender por
completo el binomio causa-efecto que se da en la nutrición y en
la salud
─ que las enfermedades aparecen porque el paciente ha consentido
o se haya sujeto a la causa, y el bienestar es el producto del
dominio de las razones de la salud─ se habrá convertido en una
montaña que forma parte de una cordillera de grandes colinas,
compuestas por los profesionales del cuidado de la salud.

Las «curaciones» no proporcionan las necesidades de la


vida

Para que el cuerpo humano disfrute de un estado de salud,


éste debe recibir todas sus necesidades. En primer lugar, debe
suprimirse toda sustancia, influencia y hábito que desemboquen
en un estado de malestar y enfermedad. A continuación, es
preciso que el paciente reciba todos los elementos de salud
necesarios, como el aire y agua pura, una dieta correcta, la luz
del sol, ejercicio o actividad sana, un descanso y sueño
apropiado, equilibrio emocional, seguridad en la vida y sus
medios, además de otros factores e influencias.

Si medita sobre los procedimientos médicos, se dará cuenta


de que no intentan indagar en las causas inherentes de las
formas y estilo de vida. Actúan de la misma forma que lo hace un
robot ─tratan de descubrir cuál es el cilindro que se encuentra
averiado y entonces proceden, como si el cuerpo humano se
tratase de un automóvil─. Casi nunca aconsejan sobre los hábitos
y creencias que causan los problemas. Teniendo en cuenta que la

1
mayoría de los médicos se dejan guiar por su ambición
financiera, es obvio que no enseñen los hábitos correctos,
puesto que si fuera de esta forma, sus pacientes sanarían y
ellos perderían su trabajo.

Las «curaciones» destruyen la vitalidad corporal

Debemos proclamar al doctor Herbert M. Shelton como el


oráculo más grande en la historia de la filosofía, principios y
hábitos del Higienismo hasta la fecha. Ha descubierto que en la
actualidad el número de descubrimientos médicos ha aumentado en
relación a épocas anteriores; lo mismo ha sucedido con el número
de médicos y con el respeto existente hacia la medicina (al
menos hasta la actualidad). Sin embargo, y pese a todo ello,
sufrimos más enfermedades y sufrimientos que en épocas
anteriores.

¿Cuál es la razón de todo esto?


La respuesta es bastante sencilla. Los fármacos, lejos de
construir, destruyen. No pueden crear células, ni recomponer el
tejido orgánico, y los médicos, que también han estudiado
fisiología y saben esto perfectamente, deberían habérselo
advertido con anterioridad. Sin embargo, actúan como si sus
fármacos tuvieran un poder curativo mágico.

¿Qué es lo que realmente hacen los fármacos cuando se


administran?
A decir verdad, los fármacos no hacen otra cosa que formar
uniones químicas con los componentes orgánicos y los fluidos.
Cuando estas uniones se han efectuado, el cuerpo sufre un estado
de agotamiento; y cuando el organismo determina que el carácter
de una sustancia resulta ser dañina, éste entra en un frenesí,
estimulando con ello el organismo. A veces, el cuerpo sufre una
reacción de depresión, en cuyo caso se encuentra sedado o
drogado. Esto significa que su función ha sufrido una
paralización o inhibición. En ambos casos, la reacción del
cuerpo es la de autoprotegerse de la invasión de una sustancia
extraña, aunque en este caso el elemento tóxico se llame
«medicina».

Los fármacos son dañinos, puesto que provocan una situación


de alarma en el organismo. El cuerpo debe redirigir sus energías
y suprimir el proceso de autosanación que está en curso. Los
síntomas por los que se administran los fármacos son pruebas del

1
proceso de sanación iniciado y dirigido por el propio organismo.
Cuando estos fármacos se ingieren o inyectan, el organismo debe
renunciar parcial o totalmente al proceso de sanación y limpieza
y acudir a la gran amenaza que representan los fármacos. Los
síntomas desaparecen en el preciso instante en el que se
interrumpen los esfuerzos sanativos. Los médicos interpretan
esta disminución de los síntomas como una «curación» o una
condición de sanación, cometiendo el grave error de considerar
que los fármacos o los efectos tóxicos son los causantes de la
sanación. Sin embargo, el cuerpo presenta en realidad mayores
problemas que anteriormente, puesto que además de continuar con
ellos, ahora se encuentra con la dificultad de expulsar también
las terribles toxinas.

Las investigaciones sobre los métodos médicos y del «arte


curativo» están en punto muerto y sin salida.

Podemos afirmar con facilidad que los drogadictos toman


drogas ilegales y que finalmente se convierten en ruinas
fisiológicas, además de perder todo su valor moral. Su capacidad
para meditar sufre una disminución y el resto la centran casi
exclusivamente en pensar cómo adquirir la droga adictiva y en
visualizar las alucinaciones que el cuerpo proyecta cuando la
toma.

También podemos afirmar que los fármacos-drogas que recetan


los médicos tienen los mismos síntomas. Ahora bien, lo que no
afirmamos es que si las recetas, administraciones y tratamientos
prescritas por los denominados curanderos fueran recetadas por
físicos, homeópatas, quiroprácticos, osteópatas, doctores
herbales, acupunturistas, etc., en vez de por médicos, tendrían
unos efectos bien distintos. Sus métodos, así como su ignorancia
de causa, desvitalizan y destruyen el cuerpo humano. Las
consecuencias de esta actitud son cada vez más desastrosas,
debido en primer lugar, a que los tratamientos son más o menos
mortales, y en segundo lugar, a que dejan intactas las causas.
Aquellos individuos que se recuperan de una enfermedad no lo
hacen gracias al tratamiento, sino a un proceso de autosanación
que se ha dado lugar en el interior del cuerpo, a pesar de, y no
por, los tratamientos.

La recuperación del organismo tiene lugar en torno al 90%

1
de las veces bajo supervisión y cuidado médico. Pese a que los
médicos, al igual que hacen otros especialistas como los
herbologistas, quiroprácticos y osteópatas..., consideran que la
sanación se ha producido gracias a su intervención, la verdad es
que hay doctores que tienen un «porcentaje de curación» mucho
más elevado, como es el caso de los especialistas higiénicos que
poseen un porcentaje del 100%. Si sigue los dictados de la
verdadera ciencia de la salud, conseguirá, como un profesional
de la salud o un especialista higiénico, prácticamente el 100%
de recuperación. Este proceso de sanación siempre tiene lugar
cuando se suprimen las causas y se instituyen unas condiciones
de salud.

1
¿QUÉ ES REALMENTE LA SALUD?

Delineación y descripción de salud

¿Podemos definir la salud?


Sí, en efecto. Convencionalmente entendemos la salud como
un estado en el que existe una ausencia total de enfermedad. En
la actualidad, alrededor del 90% de la población sufre alguna
clase de enfermedad, aunque no den muestra de ello.

La salud puede definirse como un estado de completa


capacidad de funciones y representa una condición de total
bienestar, armonía interna y externa, vigor, fuerza, agudeza
mental y estado físico perfecto.

A continuación citamos la definición de salud realizada por


el doctor Herbert M. Shelton, posiblemente la mejor definición
sobre la salud que se ha hecho hasta la fecha:

La salud es una condición de perfecto desarrollo, un estado de


crecimiento y desarrollo completo y armonioso, una
adaptación de cada una de las partes del organismo, o de
cada órgano, en el que ninguna de éstas partes se
encuentra en mal funcionamiento o sobra.
En este estado de desarrollo orgánico se encuentra la perfección
y simetría de la belleza, reflejo de la existencia de un
estado de salud total. Es fácil de demostrar que las
formas y proporciones de todo hombre, planta o animal que
se encuentre en su mejor y más útil estado, son las más
bellas, y por consiguiente saludables.
Cuando en un cuerpo cada uno de los huesos se encuentran en
perfectas condiciones y con el tamaño preciso para ejercer
su labor dentro del organismo, podemos decir que las
proporciones son las idóneas. Cuando los músculos de un
cuerpo han alcanzado un desarrollo completo y
proporcional, con la grasa y el tejido celular necesarios
únicamente para resguardar los músculos, podemos decir

1
que nos encontramos con la mayor belleza de forma. Cuando
la textura de la piel es la más suave y la circulación
sanguínea es la más vigorosa, por la sangre fluye una gran
cantidad de sustancias nutritivas y está limpia de
cualquier deshecho, el aspecto será radiante y
esplendoroso.
La consecución de la belleza en su estado supremo es el fiel
reflejo de un estado de perfecta salud. La belleza
parcial, marchita o decadente son expresiones de un estado
de salud parcial, marchito o decadente.

Cuando padecemos cualquier clase de dolencia o impedimento,


no podemos asegurar que nos encontramos sanos. Es posible que
gocemos de un buen estado relativo de salud, pero no disfrutamos
a la perfección todas las funciones corporales, lo que significa
que no estamos sanos.
Vivimos en una sociedad donde, lejos de ser algo extraño,
la enfermedad es norma de vida. Nuestro propósito a lo largo de
este curso sobre la salud es el de invertir los papeles, y
lograr que la salud sea algo normal, mientras que lo extraño sea
la enfermedad.

Para obtener una mayor información sobre lo que entendemos


por salud, le remitimos a los textos complementarios de esta
lección. Entre ellos debemos destacar dos artículos del decano
de los profesores de la salud, el doctor Herbert M. Shelton.

La belleza como un fiel reflejo de la salud

Aunque en la actualidad nuestros patrones de belleza se


encuentran bastante bajos, todavía podemos distinguir la belleza
excepcional. Sin embargo, esa belleza, fiel reflejo de la salud
y del bienestar, debería ser la regla general y no una
excepción. ¿Cuántas mujeres hemos visto con una belleza tan
radiante que nos hemos visto atraídos hacia ellas como si fueran
imanes? ¿Cuántos hombres hemos visto, cuya belleza y tipo son
irresistibles para el sexo opuesto? No dudo en afirmar que el
número de tales hombres y mujeres no constituyen ni siquiera el
1% de nuestra población.

1
La capacidad de apreciar la belleza es la aptitud más
desarrollada entre los seres humanos. Y si respetáramos nuestra
herencia biológica, es decir, nuestro mandato biológico,
deberíamos ser sus verdaderos representantes. Pese a que
reconocemos al instante la belleza en los pájaros, flores y
otras vidas de la naturaleza, siempre consideramos a nuestros
prójimos humanos como repulsivos ante nuestros sentidos
estéticos, ya sean viejos o jóvenes, agradables o desagradables.
El cuarenta por ciento de nuestra población se encuentra muy por
encima del peso ideal, un ejemplo muy claro de la fealdad que
caracteriza una sociedad enfermiza.

He sido testigo de la increíble transformación de


verdaderos «monstruos» después de someterse a unos pequeños
cuidados higiénicos durante un mes. Tanto la fealdad como la
obesidad desaparecieron con la restauración de un nivel de salud
relativamente alto.

Uno de los «milagros» que podrá experimentar con sus


futuros pacientes es el que acabamos de mencionar, la
consecución de la belleza. Esta cualidad se realzará de forma
considerable en aquellos individuos a los que ayude a conseguir
un elevado nivel de salud.

La plenitud de funciones como un barómetro de la


salud

Que todos los atletas sean verdaderos ejemplos de seres


sanos, no siempre es verdad. Sin embargo, lo que sí es cierto es
que todo individuo que goce de una salud formidable debe
considerarse como un verdadero atleta. La flexibilidad, la
agilidad, la resistencia, la fuerza y el vigor son cualidades
esenciales de una vida sana.

Las funciones fisiológicas son ideales, en todos sus


aspectos, para toda persona que se encuentre perfectamente sana.
Del mismo modo, otra de las condiciones fundamentales de la
salud es disfrutar de un sentido de euforia, deleite y total
bienestar. Por esta razón, la gente sana suele siempre esbozar
una agradable sonrisa y un rostro cálido. La tristeza y una
disposición abatida suelen ser los síntomas claros de un estado
enfermizo. La belleza, la felicidad, el bienestar y la plena
forma de un cuerpo nunca pueden desaparecer, a menos que se
introduzcan en su interior sustancias tóxicas o toxinas o

1
practique malas formas de vida.

La posibilidad de la salud perfecta para los seres


humanos

El Higienismo sostiene que la salud es el estado normal en


la vida. Defendemos la concepción de que todas las criaturas que
habitan en la naturaleza se adaptaron perfectamente a las
condiciones de vida bajo las que se desarrollaron para hacer
frente al medio ambiente en el que vivían y a los alimentos que
estaban a su alcance.

La salud perfecta es la ley de la existencia en la


naturaleza. Los animales, al no poseer ningún conocimiento o
concepto sobre la vida sana, viven de forma saludable,
realizando sólo lo que sus instintos les piden que hagan.

Desde un punto de vista lógico, y teniendo en cuenta que


nos encontramos inmersos en una sociedad tecnológica en la
cumbre del desarrollo, lo más normal es que la salud de los
seres humanos también hubiera evolucionado y ahora fuera mejor
que en épocas anteriores. Sin embargo, la verdad es
completamente diferente, y en la actualidad, la salud de los
seres humanos es posiblemente peor que la de cualquier otra
época, con la excepción del pasado inminente, es decir los
últimos diez siglos, período que abarca principalmente la Edad
Bárbara y la Edad Media, eras donde el nivel de salud en la
sociedad era muy bajo. El progreso tecnológico arroja piedras
sobre su propio tejado y sólo gracias a la herencia humana,
podemos disfrutar de suficiente inteligencia, aunque se
encuentre en un estado de degeneración, para desarrollar y
manejar una sociedad altamente tecnológica. Es preciso señalar
que el cerebro, aunque se vea afectado por un proceso
degenerativo, es el último órgano en verse afectado por la
hambruna, la enfermedad, la inanición y la debilitación física.

Para que un cuerpo disfrute de un perfecto estado sano, es


necesario que se den las condiciones de salud ideales. Unas
condiciones que con nuestra inteligencia y avanzada tecnología
podemos crear en cualquier parte del hemisferio donde exista
vida.

La salud es un estado normal y natural

1
Desde los anales de la historia, los organismos han
evolucionado para hacer frente, no sólo a las diferentes
condiciones medioambientales, sino también a los diversos
productos alimenticios que los distintos entornos iban
produciendo. Unos entornos que para todas las criaturas de la
tierra, incluso las vidas microbiológicas, pueden poseer unas
condiciones de vidas ideales o, por el contrario, imposibles. La
perfección nace allí donde surge la adaptación, es decir en
aquellos seres que se ajustan a las condiciones. Esta adaptación
ha hecho posible la creación de organismos que funcionen
perfectamente en los terrenos más inhóspitos.

La salud es un estado normal y natural, y eso es algo que


podemos observar fácilmente en los seres humanos y en los
animales. Podemos ver como los animales que habitan en la
naturaleza nacen, viven toda su vida y mueren de forma natural,
sin haber sufrido las dolencias de la enfermedad. En cambio, los
hombres están la mayor parte del tiempo más o menos bien, debido
a nuestras modernas prácticas patogénicas. Después de haber
observado cientos de personas que, gracias al régimen higiénico,
están libre de toda enfermedad y con una dilatada experiencia
como Higienista, puedo afirmar que sólo existe una verdadera
conclusión: la salud es una condición normal de vida, puesto que
es nuestra herencia.

El Higienismo es una verdadera ciencia de la vida, ya que


se basa profundamente y científicamente en los requisitos
biológicos para crecer con una perfecta salud.

Esta es la actitud que estudiará a lo largo de este curso y


que, una vez lo finalice, le pediremos que respete y siga en su
carrera profesional.

Exploremos a continuación los inicios del Higienismo.

Cómo fue el comienzo del Higienismo en la Edad Moderna

El Higienismo, también llamado Higiene Natural, tuvo su


despertar en el año 1822 cuando el doctor Isaac Jennings, que

1
tenía una consulta médica en Derby, Connecticut, (Estados Unidos
de Norteamérica), perdió toda esperanza en los fármacos. Durante
su dilatada carrera profesional como médico observó con dolor
como sus pacientes empeoraban con los fármacos que les
suministraba. Muchos de estos pacientes se convertían en
enfermos crónicos, mientras que otros llegaban incluso a morir.
Su anhelo por ayudar a sus prójimos era verdaderamente
incomiable.

El doctor Jennings observó que los médicos, al envejecer,


recetaban menos fármacos. Hizo igual que sus compañeros y
descubrió como la disminución de fármacos coincidía
perfectamente con la mejoría de los pacientes. A partir de ese
momento cesó de recetar medicamentos, una decisión que dio como
resultados verdaderos milagros.

Cuando los pacientes llegaban con problemas a la consulta


del doctor Jennings, éste les repartía píldoras de colores y
agua tintada, junto a unas estrictas instrucciones para su uso,
al igual que hacían sus compañeros con los fármacos. Sin
embargo, existía una pequeña diferencia, ya que en el caso del
doctor Jennings, su receta fue la de lanzar al mundo un gran
movimiento en pos de la salud y una ciencia que se encontraba en
sus inicios. En 1822, a la edad de treinta y cuatro años,
entregó a sus pacientes placebos y les indicó que los tomara con
un vaso de agua a unas horas específicas del día. Sus
indicaciones decían que no podían tomar ningún alimento, puesto
que si lo hacían, las píldoras no funcionarían. Les pidió que lo
hicieran durante unos días y que pasado este tiempo volvieran
para someterse a una revisión. Una vez que el doctor realizaba
su revisión a los pacientes, éstos podían terminar sus régimen,
o bien continuar durante «algunos días más».

Con la nueva estrategia iniciada por el doctor Jennings,


sus pacientes comenzaron a mejorar. Mientras que éstos se
recuperaban y prosperaban, los pacientes de los otros médicos
iban llenando los nichos de los cementerios. Los enfermos
comenzaron a acudir a él desde todos los lugares.

El éxito que consiguió el doctor Jennings a través de sus


sistema de «no medicación» sorprendió por igual a sus pacientes,
a sus colegas y a sí mismo. De forma inteligente, no reveló sus
«secretos», sino que comenzó a buscar las bases que lo habían
hecho posible. Denominó a sus tratamientos el método de «no
hacer nada», mientras que confesó que se basaba en la

1
administración de unas píldoras cuya composición era
desconocida. Llegaron a considerarse como pastillas con mágicos
poderes curativos.

A partir de este inicio poco propicio, comenzó a elaborar


unas cuantas reglas basándolas en sus observaciones y
experiencias. Al sistema que surgió del empleo de estas reglas,
lo denominó «ortopatía» o inclinación correcta. Formuló muchas
de las «leyes» de la vida y denominó a algunas de ellas como
aparecen a continuación:

Las leyes de la acción y el reposo, es decir la necesidad


para la actividad y el descanso (dormir).
La ley de la economía, que surgió a partir de la
observación que realizó a la forma en que el cuerpo humano
controla sus energías vitales.
La ley de la distribución fisiológica, es decir, cómo el
cuerpo suministra a todos sus órganos y facultades de
forma adecuada.
La ley de la estimulación, cómo el cuerpo acelera sus
actividades fisiológicas hasta alcanzar un nivel frenético
cuando se introduce una sustancia tóxica.
La ley de la acomodación, cómo el cuerpo se adapta a las
sustancias tóxicas disminuyendo su resistencia vital y
protegiéndose de los efectos nocivos de las toxinas. El
cuerpo crea de forma gradual un mecanismo de defensa,
parecido a un ejército, que actúa como barrera defensora de
los ataques cuando es necesario.
La ley de la limitación, es decir, la conservación de las
energías vitales.
La ley del equilibrio, esto es, la revitalización de las partes
y facultades más debilitadas cuando un organismo enfermo se
ha recuperado.

El doctor Jennings observó que la enfermedad no surgía como


un ataque iniciado por algún ente maligno, sino que se trataba
de una disminución de la energía vital o que ésta energía se
proyectaba para la culminación de otras finalidades. Desde este
nuevo punto de vista, afirmó que el causante de la enfermedad no
era otra cosa que la reducción del suministro energético del
cuerpo. Sus planteamientos eran correctos, sin embargo la
ausencia de seguidores que construyeran sobre los pilares que
había colocado, los dejó incompletos. Pese a ello, podemos

1
afirmar, sin temor a equivocarnos, que el doctor Jennings debe
considerarse como el padre del Higienismo o Higiene natural,
puesto que fue el primero en intentar elaborar un estudio
sistemático de la fisiología de la salud y la enfermedad.

El segundo gran maestro del Higienismo es Sylvester Graham.


Nació en el año 1794, seis años después el doctor Jennings.
Durante su niñez, fue un chico bastante débil. Su obsesión por
convertirse en una persona sana le llevó a estudiar todo lo
relacionado con la salud, convirtiéndose en todo un experto en
anatomía y fisiología. Antes de saltar a la escena de la salud,
destacó como pastor presbiteriano. En el año 1830 y con motivo
de la campaña antialcohólica, dio una conferencia en Filadelfia
(EEUU) sobre los males fisiológicos del alcohol. Su efectividad
sobre grandes audiencias era sorprendente, debido principalmente
a su carácter violento. En Filadelfia demostró todos sus
conocimientos sobre fisiología y salud y se puso al tanto de las
enseñanzas promulgadas por un grupo de «vegetarianos» que se
abstenían de comer comida animal o productos elaborados por los
medios actuales. Este grupo, que basaba sus formas de vidas en
los mandatos bíblicos, se hacía llamar Iglesia Cristiana de la
Biblia.

Sylvester saltó a la fama durante la gran «epidemia» del


cólera en el año 1832. Literalmente tuvo que enfrentarse contra
todo el colectivo médico de la ciudad de Nueva York y contra los
intereses que apoyaban el sistema médico. Mientras los médicos
aconsejaban a sus pacientes que se abstuvieran de ingerir fruta
y que cocinaran toda su comida, el doctor Graham pedía una y
otra vez que se consumieran frutas en su estado natural. También
defendía, entre otras medidas sanas que atentaban contra las
enseñanzas médicas, que se abrieran las ventanas, para dejar
entrar la luz del sol y el aire fresco. Es preciso señalar que
aquellos que cumplieron las recomendaciones del doctor Graham no
sufrieron la epidemia del cólera, mientras que los que siguieron
las órdenes médicas murieron masivamente.

Su fama como conferenciante sobre la salud tuvo su punto


culminante en 1832 y, más que ninguna otra persona, supuso un
gran avance para el Higienismo. Las solicitudes para que
asistiera a una y otra conferencia llegaban de todos los lugares
de la costa este. A sus conferencias siempre acudían miles de
personas, que se agolpaban para escucharlo atentamente durante
horas, en busca de una salvación de la enfermedad y lograr una
vida sana.

1
Las conferencias y los estudios del doctor Sylvester Grahan
llegaron a ser tan efectivos que empezaron a surgir libros y
revistas presentando el «sistema Graham». También comenzaron a
florecer las primeras tiendas donde se vendían los alimentos
sanos que recomendaba en sus conferencias. Del mismo modo,
también surgieron los primeros restaurantes y comodidades
vitales para todo aquel que siguiera su sistema. Su nombre se
convirtió en sinónimo de dieta higiénica y vida higiénica.

Mientras que el doctor Isaac Jennings investigó la salud y


la sanación desde la perspectiva de la asistencia a las personas
para recuperar la salud, el doctor Sylvester Graham fue el
instrumento que enseñó los pilares básicos de la vida sana para
que los individuos no enfermaran.

Durante la década de 1840 surgió otro de los grandes genios


que ha producido el movimiento, el doctor Russell Thacker Trall,
uniéndose de esta forma al doctor Graham y al doctor Jennings.
La suya era una mente activa y metódica que nunca cejó en el
intento de buscar las bases científicas y racionales de los
hallazgos y conceptos desarrollados por sus antecesores. De esta
forma logró convertir el sistema higiénico en un modelo que
podía retar con toda seguridad al sistema médico. En 1863, el
doctor Trall pronunció una conferencia en el Smithsonian
Institute para algunas de las personalidades más destacadas del
país. El título de la conferencia, que provocó durante todo el
tiempo un murmureo en la sala, era El verdadero arte de
sanación. El doctor Trall debe considerarse como el verdadero
precursor del famoso reto que, pese a que a menudo se realiza,
ningún médico ha aceptado hasta la fecha. Este reto consta de
las siguientes dos premisas:

1. El sistema médico es completamente falso, puesto que es una


filosofía
ficticia,
considerada
una ciencia
absurda que
se encuentra
en oposición
con los
principios
naturales y
el

1
sentido
común, con
unos
resultados
desastrosos y
supone una
maldición
para la
humanidad.

2. El sistema higiénico es verdadero, puesto que se


encuentra en armonía con la naturaleza y con los
principios de la existencia orgánica vital, correcta en
la ciencia, se considera una filosofía firme, de acuerdo
con el sentido común, con unos resultados sorprendentes
y supone una bendición para la humanidad.

Este nuevo sistema de salud no realiza ninguna


discriminación a la mujer, sino que la estimula para que
participe en el movimiento con las mismas condiciones que los
hombres. En este movimiento se encuentran mujeres tan notables
como Florence Nightingale, Mary Gove, Harriet Austin, Susanna
May Dodds, Ellen White (luz guiadora de los Adventistas del
Séptimo Día) y Louisa May Alcott, famosa autora cuyo hermano se
convirtió en doctor en medicina y posteriormente en profesional
higiénico.

Durante la década de 1870 la profesión médica adoptó la


teoría del germen pasteuriana con gran pasión. La gente
consideraba mucho más fácil culpar de sus problemas a unas
pequeñas bestias que a sus propios hábitos de vida. No importaba
cómo vivieran o qué habitos tuvieran, nunca eran culpables de su
estado. La teoría del germen los convirtió en víctimas
desafortunadas de unas entidades malévolas sobre las que apenas
podían ejercer un pequeño control.

La llegada y aceptación de la «era del germen» coincidió


con el declive del Higienismo. Pese a que su filosofía todavía
permanece con vida y son muchos los adeptos que la siguen, la
verdad es que ha experimentado un importante retroceso en
nuestra sociedad. En la actualidad, el número de personas que
ejercitan el Higienismo en sus propias vidas ha aumentado,
aunque sólo existen unos miles de higienistas devotos.

La recuperación del Higienismo durante la década de 1920 se

1
debe principalmente a los esfuerzos que en su día realizaran
Bernarr McFadden y el doctor Herbert M. Shelton. Aunque durante
los primeros años del siglo surgieron higienistas bastantes
importantes como Hereward Carrington, Otto Carque, John H.
Tilden y Linda Burfiel Hazzard, el doctor Shelton se convirtió
en la voz más importante y conocida del Higienismo, gracias
principalmente a la publicación de su libro inmortal Human
Life, Its Philosophy and Laws (La vida humana, su filosofía y
leyes) en 1927. Pese a que el doctor Shelton construyó sobre los
pilares de sus antecesores, el volumen de literatura que
escribió con sus nuevos hallazgos y pensamientos fue tan grande
que no existe otra persona que haya contribuido tanto a la
ciencia y arte de la vida sana. Su mente privilegiada generó un
nuevo cuerpo de conocimiento, basándose principalmente en sus
nuevos hallazgos.

En la actualidad, el movimiento higienista continúa


sobreviviendo, aunque no podemos decir que se encuentre en
proceso de crecimiento. Algunos miles de estadounidenses los
practican concienzudamente, otros, en mayor número, pagan para
obtener un servicio y practican una vida sana gracias a él. Sin
embargo, la cruda verdad es que en la actualidad el Higienismo
se encuentra prácticamente fuera de escena en el sistema
sanitario estadounidense.

En esta lección sólo podemos esbozar un breve historia


sobre la vida del Higienismo, puesto que apenas existen libros
que traten sobre su historia. Para ello debemos acudir a algunos
fragmentos que se han publicado en algunos libros y revistas y
que hacen referencia al pasado. Usted podrá obtener toda la
historia del Higienismo a través de sus estudios. Es posible que
algún año se consiga publicar su pasado.

1
TEXTOS COMPLEMENTARIOS Doctor Herbert M. Shelton

LA VUELTA A LA PERFECCIÓN

La palabra salud en inglés (health) procede de la palabra


sajona whole «total». Lo mismo sucede con la palabra heal
(sanar), cuyo significado es «volver a un estado de salud,
firmeza e integridad». Otra palabra que procede de la misma raíz
es holy (sagrado) que significa salud y pureza de mente. Si
captamos todo su significado, la palabra salud significa
integridad y perfección de organización, perfecto estado de
forma, libertad de acción, armonía de las funciones, vigor y
libertad de toda mancha y corrupción. En una frase, es «una
mente sana en un cuerpo sano».

La condición de perfección

La salud es una condición de perfecto desarrollo, un estado


de crecimiento y desarrollo completo y armonioso, una adaptación
de cada una de las partes del organismo, o de cada órgano, en el
que ninguna de éstas partes se encuentra en mal funcionamiento o
sobra. En este estado de desarrollo orgánico se encuentra la
perfección y simetría de la belleza, reflejo de la existencia de
un estado de salud total. Es fácil de demostrar que las formas y
proporciones de todo hombre, planta o animal que se encuentre en
su mejor y más útil estado, son las más bellas, y por
consiguiente saludables.

Cuando en un cuerpo cada uno de los huesos se encuentra en


perfectas condiciones y con el tamaño preciso para ejercer su
labor dentro del organismo, podemos decir que las proporciones
son las idóneas. Cuando los músculos de un cuerpo han alcanzado

1
un desarrollo completo y proporcional, con la grasa y el tejido
celular necesarios únicamente para resguardar los músculos,
podemos decir que nos encontramos con la mayor belleza de forma.
Cuando la textura de la piel es la más suave y la circulación
sanguínea es la más vigorosa, por la sangre fluye una gran
cantidad de sustancias nutritivas y está limpia de cualquier
deshecho, el aspecto será radiante y esplendoroso. La
consecución de la belleza en su estado supremo es el fiel
reflejo de un estado de perfecta salud.

La belleza se marchita con la pérdida de la salud

La belleza parcial, marchita o decadente son expresiones de


un estado de salud parcial, marchito o decadente. Representan
los estados insatisfactorios y dolorosos de la existencia. La
belleza pertenece a un estado de perfecta salud, y la perfección
a la organización. Es imposible separar estos ideales. No
podemos describir la salud en términos convencionales, puesto
que el hombre contemporáneo se encuentra bastante lejos de esta
perfección de organización y vigor de funcionamiento que
significa la salud.

Un dibujo de la salud

¿Si intentamos realizar un dibujo de la salud, qué podremos


ver? Una forma con una perfecta simetría; una piel limpia,
suave, semitransparente con la roja sangre brillando a través de
ella, principalmente en las mejillas y en las puntas de los
dedos de las manos y los pies; un pelo brillante y lleno de
vida; unos ojos claros y brillantes que están lleno de
expresión, alegría y vida; unos labios rosados que sonríen
porque disfrutan de la vida; unos dientes firmes y blancos como
perlas; una respiración tan dulce como las flores de primavera;
la ausencia de desagradables olores corporales y, en cambio, la
fragancia de un agradable aroma, propia de una salud perfecta;
un cuerpo lleno de actividad, contento con su trabajo y
ejercicio; y una disposición feliz, valiente, alegre y optimista
y un deseo de ayudar al prójimo.

Una descripción de la salud como la que acabamos de esbozar


sólo se consigue ejecutando todas las funciones vitales de una
forma ordenada, regular y perfecta y, de acuerdo con nuestra
firme herencia, en un entorno agradable y con una conducta que
se encuentren en armonía con la naturaleza constituyente del
hombre. La salud es la combinación perfecta de la organización

1
orgánica, la energía intelectual y la fuerza moral en una unidad
armoniosa. Esto significa que la organización perfecta entre el
cerebro y los nervios debe ser tan sutil como la que exista
entre los huesos y el sistema muscular. En una persona sana
podemos comprobar la simetría y proporción de la cabeza de un
hombre de Cro-Magnon, no la asimetría y desproporción que poseen
hoy en día los seres humanos.

Un instrumento perfecto en todos los sentidos

Ya que todos los órganos del cuerpo son piezas esenciales


de la perfección e integridad de la estructura y del vigor de su
función, no podemos prescindir de ningún órgano. El sistema
digestivo y el de drenaje no son los únicos que se encuentran
perfectamente acoplados a los requisitos del cerebro y el
organismo, sino que todas las partes del cuerpo, incluso
aquellas que parezcan más insignificantes e inútiles, deben
culminar sus procesos de desarrollo de forma armoniosa. Como
expresó de forma magistral el doctor Nichols: «Los instrumentos
más pequeños que se encuentran desafinados pueden suponer el
descontrol en el equilibrio de la vida».

¿Como se puede conseguir ese estado de salud tan elevado?


¿Cómo podemos lograr un desarrollo perfecto y completo, con gran
vigor de funcionamiento y una ausencia total de sufrimiento y
enfermedad? ¿Cómo puede conseguir el ser humano volver a ese
estado de perfección e integridad de estructura y alcanzar ese
vigor y fuerza vital que gozaba en los albores de la humanidad?
¿Si el hombre actual carece de tanta salud que no es otra cosa
que un simple y débil espécimen de la humanidad, cómo puede
recuperar ese poder y majestuosidad que poseía antaño?

La vida en perfecto equilibrio con las leyes de la


naturaleza tiene como resultado una perfecta salud

No es necesario utilizar ningún argumento para convencer al


hombre y a la mujer inteligente que basta con respetar las leyes
de naturaleza, leyes sobre las que opera la existencia de la
vida humana. Todas las leyes esenciales para el bienestar del
ser humano se encuentran escritas en su propia constitución.
Para que el ser humano consiga un estado de bienestar y
felicidad, debe equilibrar toda regla de la conducta humana con
su naturaleza. Ninguna ley, costumbre social (convención) o
precepto moral puede tener validez con el hombre que no se

1
encuentre en armonía con su máximo bienestar. Si no se encuentra
íntimamente relacionado con el perfecto estado de salud de un
hombre ─física, moral e intelectualmente─ no puede estar de
acuerdo con sus máximos ideales de verdad, obligación y deleite.

Los instintos no pervertidos de los animales salvajes que


habitan en sus guaridas naturales constituyen las leyes de sus
vidas. Por esta razón, no parece existir ninguna razón para
dudar que los instintos humanos actuaron en su día como
verdaderos guías en sus formas de vida. Pero si alguna vez fue
verdad, podemos asegurar que no lo es hoy en día. A lo largo de
los años, estos instintos han ido desapareciendo bajo una gran
capa de material cultural, y han dejado de ser guías de sus
formas de vidas. Se han visto «condicionados» hasta que han
desaparecido.

Las perversiones para minar la salud comienzan a muy


temprana edad

Sin embargo, es cierto que incluso ahora los instintos


actúan como verdaderos guías en los más jóvenes. Ahora bien, el
proceso de perversión de estos instintos no tarda en aparecer,
puesto que éstos surgen casi desde el nacimiento. El instinto no
nos deja indefensos cuando tomamos nuestro primer cigarrillo,
pero la demanda de su uso social nos ciega ante su inminente
aviso y logra acallar sus protestas vigorosas. Nos vemos
obligado a aprender a fumar, incluso ahora que sabemos a ciencia
cierta que podemos terminar muriendo de cáncer de pulmón. En la
actualidad, podemos absorber el primer cigarro de manos de otras
personas prácticamente desde que nacemos. El hábito de fumar en
casa se ha convertido en algo prácticamente universal, y muchos
niños caen enfermos, e incluso llegan a morir, por la torpe
negligencia de sus padres de llenar la casa con el humo tóxico
producido por el tabaco.

Tampoco perdemos nuestro instinto en el primer intento por


desarrollar el alcoholismo. La primera cerveza resulta ser
nociva. Lo mismo ocurre con el vino, cuyo olor y sabor son el
resultado de una fermentación. La primera copa de brandy o
whisky quema y te devora, y en su camino por el interior de la
garganta, escuece y pica como si se tratase de verdaderas

1
protestas. Sin embargo, ignoramos todas estas protestas y
avisos, puesto que estamos determinados a «crecer», y la única
forma de conseguirlo en nuestra sociedad es convertirse en un
adicto a una o más cosas.

Los malos hábitos producen la ruina humana

Nuestros sentidos olfativos y gustativos repelen tanto el


té como el café. Además producen un estado de «euforia» que no
puede confundirse con el bienestar o el vigor. Interfieren en el
sueño y nos mantienen despiertos durante horas. Sin embargo,
ignoramos todos los avisos de los fidedignos centinelas de la
vida. Suprimimos la necesidad de escapar de tales sustancias
nocivas, puesto que estamos determinados a formar «parte» de la
sociedad, de ser «miembro de la banda», aunque en el camino para
conseguirlo arruinemos nuestras vidas.

Nos hemos acostumbrado a ingerir los miserables fragmentos


de comidas naturales que los procesadores de alimentos y las
refinadoras lanzan continuamente al mercado. Unos fragmentos que
atentan contra nuestro sentido gustativo y cuyos endulzantes,
colorantes y condimentos tienen como fin atraer nuestro sentido
visual, gustativo y olfativo, a pesar de sus inconvenientes para
la nutrición humana. Digerimos estos productos sin pensar que
son comidas artificiales o que verdaderamente puedan ser
dañinos. Hemos descubierto la forma de conseguir las sustancias
dañinas gracias a los guardas que se encuentran en la entrada
del canal albino. Hemos descubierto la forma de engañarnos y
destruirnos sin saber lo que estamos haciendo.

Una forma de vida correcta y disciplinada nos devolverá la


perfección primitiva

Si el mejor remedio para combatir los males de la


ignorancia es el conocimiento, para combatir los males de los
falsos ideales es la verdad. La naturaleza, principalmente la
naturaleza humana, es la principal fuente de verdad y
conocimiento. Sólo cuando la verdad y el conocimiento sean
verdaderamente universales, podremos esperar que los hombres y
las mujeres dejen de injerir tabaco, alcohol y toda clase de
alimentos nocivos que provocan su destrucción. La esperanza del
futuro se encuentra en la propagación del Higienismo.

1
¿QUÉ ENTENDEMOS POR SALUD?

La salud no consiste meramente en la ausencia de los


síntomas de la enfermedad. Es una condición de bienestar
positivo que se encuentra en un estado constante de euforia. En
la actualidad es prácticamente imposible que se de en los seres
humanos.

Varios estados de existencia

Los seres humanos podrían clasificarse en cuatro grupos:


1.- Los individuos que se encuentran totalmente enfermos.
2.- Los individuos que se encuentran en el borde de la
enfermedad.
3.- Los individuos que se encuentran aparentemente sanos.
4.- Los individuos que disfrutan de un elevado nivel de
salud.

Los tres primeros grupos constituyen la gran mayoría de


nuestra sociedad, mientras que la cuarta y última categoría sólo
estaría compuesta por un pequeño grupo de jóvenes. La posesión
de una gran fuerza y un excelente sentimiento de bienestar son
joyas muy escasas en nuestra sociedad.

Una definición sobre la salud

La salud es un estado de perfección e integridad del


organismo, caracterizada por la posesión de un gran vigor y
eficiencia en todas sus funciones y excelentes facultades
mentales. La mayor parte de este estado de bienestar procede de
nuestra herencia pasada, sin embargo sólo constituye la base
sobre la cual se debe edificar y mantener la salud.

La salud se revela por medio de un sentimiento de


equilibrio de todo el organismo que el cuerpo se encarga de
manifestar en cada unas de sus partes: en los ojos, con una gran
claridad y brillo; en la piel, con una transparencia y suavidad;
en el andar, fuerte y energético; y de su interior emana un
claro sentimiento de alegría por vivir que se contagia.

1
En nuestros niños más pequeños todavía podemos observar los
restos de ese bienestar y vigor primitivo. Sin embargo, es muy
extraño observar esas muestras de perfección fisiológica cuando
tienen más de seis años. Si verdaderamente queremos ver el
vigor, tenemos que observar la vida de los jóvenes animales.

¡El vigor es posible para los seres humanos a lo largo de


la mayor parte de sus vidas!

PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN

PREGUNTA: ¿Qué significan en realidad las palabras Natural,


Antinatural, Normal y Anormal?
PROFESOR: Natural o normal es todo aquello a lo que nos
acostumbramos mientras vivíamos en un estado primitivo de la
naturaleza y a lo que nuestro organismo se encuentra adaptado.
Aquello que se opone a nuestras adaptaciones, es decir, a
nuestra herencia biológica, es anormal y antinatural.

PREGUNTA: ¿Qué son las adaptaciones biológicas?


PROFESOR: Adaptaciones biológicas es un término que se
utiliza para describir las facultades que ha desarrollado un
organismo para encontrar sus necesidades en el entorno en el que
ha evolucionado. Lo que es natural para un organismo depende de
sus adaptaciones medioambientales.

PREGUNTA: ¿Podría decir que los carnívoros se encuentran


biológicamente adaptados para comer carne debido a la estructura
de sus mandíbulas y otras partes de sus cuerpos?
PROFESOR: Sí, podríamos explicarlo así. Los animales que en
un principio basaron su dieta alimenticia en la carne,
desarrollaron toda clase de herramientas o facultades para
asegurarse su comida y poder digerirla perfectamente para sus
necesidades fisiológicas. Aquellos animales que poseen garras y
colmillos son por lo general carnívoros.

PREGUNTA: ¿Nos estamos adaptando a nuestro entorno actual?


PROFESOR: Es muy probable, pero no se puede percibir. Una
adaptación o acomodación social no puede entenderse como una
adaptación fisiológica y anatómica. Las adaptaciones biológicas
son muy lentas y por regla general requieren ciento de miles de
años para terminar. Por ejemplo, cuando los humanos comenzaron a

1
devorar carne, no lo hacían todos los días, lo que le llevará
bastante miles de años desarrollar garras, colmillos o la
solución de ácido hidroclórico que caracterizan a los animales
carnívoros. Sólo tiene que mirar a los esquimales para confirmar
todo lo que estamos hablando. Los animales se adaptan muy
lentamente a las condiciones que varían. Por otro lado, cuando
existe un fallo en la adaptación o los cambios se producen
demasiado rápidos, surge el peligro de extinción.

PREGUNTA: En la naturaleza existen controles y equilibrios.


¿No podemos entender las plagas como un control del crecimiento
de la población?
PROFESOR: No. En la naturaleza no existen esas cosas,
entendiéndolas como tales. En circunstancias normales estos
períodos suelen considerarse como períodos de carestía y
períodos de abundancia. Cuando existe un período de carestía,
muchos de los organismos desaparecen como víctimas de la
escasez; en cambio, cuando el período es de abundancia, éste
suele ir acompañado de un rápido aumento de la población.

Todos los organismos que habitan en la naturaleza viven en


simbiosis y en lo relativo a la cadena alimenticia existe un
equilibrio entre ellos. Por ejemplo, si estudia y observa un
gran número de insectos, descubrirá que cuando se desarrollan en
un hábitat donde abunda la vegetación, también existe un
incremento de sus depredadores: pájaros u otros animales que
viven de los insectos. Sin embargo, cuando disminuye la colonia
de insectos, el número de depredadores también disminuye. Estos
son los únicos controles y equilibrios que existen en la
naturaleza. Nada puede exceder sus posibilidades. Bajo ningún
concepto, podemos considerar como natural lo que usted llama
calamidad. Toda plaga o enfermedad debe considerarse como algo
antinatural. Sucede porque un organismo ha comenzado a vivir en
contra de las leyes o de los principios que se aplican a su
vida. Cuando no respetamos las leyes de nuestra existencia,
contraemos la enfermedad. En la vida podemos considerar estas
plagas o enfermedades como controles o equilibrios. Si los seres
humanos continúan viviendo en un entorno caracterizado por las
perversiones patológicas, desarrollarán toda clase de
enfermedades y morirán de forma masiva.

PREGUNTA: ¿Cuál es su opinión sobre la salud holística?


PROFESOR: Debemos admirar a todo aquel que, descontento y
desilusionado con el sistema médico actual y movido por su
perspicacia y coraje, lucha por encontrar un sistema mejor

1
tomando un camino distinto e independiente . Nosotros, como
higienistas, no podemos aceptar el camino que han tomado como
alternativa, pero defendemos que tienen todo el derecho de
elegirlo, puesto que así lo ha dispuesto su persuasión e
inclinación.

La palabra «holístico» en inglés (holistic) es un derivado


de la voz en inglés health (salud), que como ya vimos con
anterioridad significa «total», «completo» y «perfecta posesión
de todas las funciones». La voz inglesa holy (sagrado) también
procede de la palabra whole (total) o healthy (sano), aunque
actualmente se ha perdido el sentido de ésta última.

Lo que conocemos hoy en día en nuestra sociedad como «salud


holística», término que se debe considerar como una tautología
puesto que significa lo mismo que decir «salud sana», es una
mezcla de todas las modalidades. Este movimiento esta compuesto
por doctores en medicina, homeópatas, quiroprácticos,
osteópatas, naturópatas, herbologistas, acupunturistas,
terapeutas de la polaridad, reflejologistas de los pies, y todo
aquello que se encuentre relacionado con el movimiento. El
movimiento de la salud holística está abierto a todo aquel que
desee unirse a él.

Sin embargo, aquellos higienistas que intentan introducirse


en el movimiento holístico con su propia filosofía no son
aceptados, ya que para poder ser miembro de este movimiento es
preciso creer en el «arte curativo», lo que significa que
básicamente debe someterse a un control médico. Este movimiento
se basa más en una orientación terapéutica que en una
orientación de la salud. No obstante, algunos de los
especialistas que conforman este movimiento, principalmente los
naturópatas, reconocen que para establecer unas bases sólidas
para el restablecimiento de la salud, en primer lugar es
necesario suprimir las causas que provocan la enfermedad.
Existen algunos quiroprácticos que también aceptan claramente
esta idea y, de hecho, en todas las escuelas existen
especialistas que reconocen las verdaderas necesidades del
organismo humano y aconsejan a sus pacientes sobre ellas.

Los higienistas nos denominamos totalistas, puesto que


abarcamos cada una de las facetas o condiciones que están
relacionadas con el bienestar humano. Somos totalistas en el
sentido de que reconocemos que la salud se consigue sólo por
medio del ejercicio duradero y el aliento del régimen vital. Sin

1
embargo, no nos identificamos con el movimiento actual que se
hace llamar holístico.

PREGUNTA: Creo que os equivocáis cuando defendéis que toda


sanación se debe a un proceso de autosanación. Yo mismo he sido
testigo de como una mujer después de sufrir durante años una
úlcera en la pierna, sanó en menos de diez días con la
aplicación de cataplasmas de hierba sanativa. ¿Cómo podéis negar
esto?
PROFESOR: No niego que la úlcera de la pierna sanara, ni
tampoco que los cataplasmas de hierba sanativa fueran el
causante de dicha sanación. Pero es muy probable que después del
tratamiento, su organismo se encontrara en peor estado que
antes.

¿Qué sucede fisiológicamente para que aparezca la úlcera?


¿Por qué a veces persisten, sólo para sanar después? ¿Qué sucede
cuando se aplican elementos compuestos por sustancias tóxicas,
como es el caso del ajo, el acíbar, la hierba sanativa o
cualquier otro preparado farmacológico, y la úlcera desaparece?

La hierba sanativa ni causó, ni sanó la úlcera. Ésta fue


causada por el propio cuerpo, de la misma forma que éste provoca
la aparición de un divieso, una fiebre, un grano u otra clase de
infección. El organismo crea estas condiciones como salidas a
una sobrecarga de materiales tóxicos. Cada vez que el cuerpo
sufre una carga de toxicidad que no puede ser eliminada a través
de los canales habituales, utiliza unas vías indirectas, es
decir, otras vías diferentes a las normales. Cada vez que los
médicos introducen en el organismo sustancias tóxicas, o cuando
el paciente debido a sus hábitos, retiene en el interior sus
propios deshechos metabólicos, el organismo, protegiéndose ante
cualquier situación mortal, se deshace de sus problemas de
cualquier forma que se encuentre a su alcance.

Una úlcera puede aparecer de dos formas distintas. En


primer lugar, el mismo cuerpo puede provocar una lesión a través
de una autolesión de sus tejidos. Cuando aparece un divieso o un
grano, el organismo provoca un proceso de autodigestión, hasta
realizar un agujero en la superficie, para obligar
posteriormente a las sustancias tóxicas a que se introduzcan en
dicho agujero. También es el propio organismo el que efectúa la
presión necesaria para mantener la pus y la suciedad cerca de la
superficie en forma de un divieso hasta que se produzca la
expulsión.

1
Por tanto, el organismo es el único causante de la úlcera.
Es muy probable que la úlcera de la pierna apareciera por una
concentración de sustancias tóxicas en un área determinada, que
provocó la destrucción total de las células y tejidos del área.
La labor que realiza el cuerpo al utilizar las úlceras abiertas
como salidas de suciedad es muy parecida a la realizada por una
tetera al expulsar su vapor a través de un agujero, una vez que
ésta suena. Cuando se aplica acíbar, hierba sanativa o cualquier
otro preparado farmacéutico, no se resuelve el problema del
cuerpo, ya que las hierbas y los fármacos no poseen ni la
inteligencia, ni el poder de crear células o el tejido necesario
para cubrir la grieta o golfo provocado por la úlcera o la
lesión.

Al contrario, los fármacos o cataplasmas que se aplican a


una úlcera abierta sólo constituyen un nuevo peligro. La
absorción de las sustancias tóxicas desde el exterior hace que
el cuerpo cambie de estrategia. En aquella zona donde el cuerpo
estaba exudando sustancias tóxicas para mantener su nivel bajo,
ahora debe absorber mayor cantidad. El cuerpo cierra esa zona de
desagüe por medio de una cicatriz para evitar esta nueva
amenaza.

El cuerpo sanó la úlcera, pero ahora se encuentra en peor


estado que antes, puesto que se ve obligado a retener el
material tóxico que antes expulsaba a través de la llaga abierta
o úlcera. Ahora debe crear una nueva vía de desagüe
extraordinaria o sufrir la retención de aquellos materiales
tóxicos que eran expulsados por medio de la úlcera.

Si el paciente de la úlcera hubiera ayunado, la úlcera se


hubiera sanado con mayor rapidez que con la aplicación de un
cataplasma. Además el cuerpo se hubiera liberado, con el ayuno,
de todas las sustancias tóxicas internas y la toxígenis
provocada por los hábitos deprimentes. El cuerpo puede acelerar,
bajo estas condiciones, la expulsión de los materiales tóxicos a
través de los canales normales. Una vez que el nivel de
toxicidad se ha reducido por debajo de un cierto nivel de
tolerancia, el cuerpo procederá rápidamente a sanar la úlcera.
La sanación tiene lugar de forma mucho más rápida por medio del
ayuno que por cualquier otro sistema, ya que mientras se ayuna,
el cuerpo puede centrar todas sus energías y fuentes materiales
en el proceso de sanación y conseguir, así, un proceso sanativo
mucho más rápido.

1
En definitiva, podemos afirmar que los cataplasmas de
hierba sanativa no hacen otra cosa que convertirse en una fuente
de irritación. El cuerpo «cierra la tienda» donde se encuentra
la úlcera y continúa con su trabajo en cualquier otro lugar.
Tenga presente que toda sanación es un proceso iniciado por el
propio organismo, pero nunca por los fármacos. Y no nos
equivoquemos sobre la naturaleza farmacológica de la hierba
sanativa, puesto que éstas contienen pirrolizidina y alantoína,
dos alcaloides y glucósidos bastante tóxicos.

PREGUNTA: ¿Nos quiere decir que viviríamos mejor sin


doctores y sanadores? ¿Que la naturaleza no nos ha proporcionado
remedios naturales para nuestros problemas?
PROFESOR: Lo que acabo de contarle es únicamente un ejemplo
de como funciona fisiológicamente el organismo cuando se
encuentra bajo las influencias de las sustancias tóxicas.
Suponía que sería suficiente para desvanecer cualquier idea que
sostenga que la sanación puede efectuarse por medio de agentes
extraños.

Sí, es cierto que estaríamos mucho mejor sin los médicos,


los erróneamente llamados doctores y los denominados sanadores.
Lo que necesitamos son profesores que ayuden a la gente a ver
sus errores en lo que concierne a la salud. Profesores que les
guíen por la verdadera senda biológica para que desarrollen unas
vidas sanas y felices.

En primer lugar, debemos recordar que la naturaleza nunca


desarrolló a los humanos y otros animales para que necesitaran
los remedios, y en segundo lugar, nunca creó remedios. Estas
interpretaciones que los humanos errantes han atribuido a las
enfermedades y a los fenómenos sanativos se basan en unas
apariencias ilusorias. El único remedio para la enfermedad es la
capacidad que posee el organismo de reponerse una vez que se ha
suprimido el asalto.

PREGUNTA: ¿Entonces las causas de las enfermedades no son


los gérmenes y los virus? ¿Por supuesto no podrá afirmar que
millones de médicos de todo el planeta están equivocados en este
punto?
PROFESOR: Profundizaremos en este tema en posteriores
lecciones, pero la respuesta es no: los gérmenes no causan la
enfermedad. Pueden, a lo peor, complicarla una vez que haya
surgido. Las bacterias son nuestros socios simbióticos de la

1
vida. Los socios se aprovechan mutuamente para obtener mayores
beneficios. La existencia de los virus no es más que un mito de
la medicina. Si las enfermedades aparecen por la acumulación de
residuos metabólicos que no se han eliminado, a lo que le
denominamos virus, los médicos se apuntan un tanto. Sin embargo,
nosotros, los higienistas, llamamos a los residuos metabólicos
retenidos, deshechos, no virus. Los «virus» no son más que los
residuos proteínicos de las células muertas. Su acumulación
puede precipitar en el cuerpo una crisis de sanación. Cuando
esto sucede, el cuerpo humano comienza a enviar bacterias a la
zona para ayudar en las labores de limpieza, pero las bacterias
no provocan el problema. Para encontrar cuáles son las
verdaderas causas debemos buscar en los hábitos y la forma de
vida del paciente. Una vez que se supriman estos malos hábitos y
forma de vida, cesará la acumulación de sustancias tóxicas y, en
consecuencia, también cesará la necesidad de la enfermedad y la
crisis de sanación. A partir de este momento, gozará de una
salud libre de toda enfermedad.

PREGUNTA: Usted dice que toda enfermedad es un estado


anormal, sin embargo todo el mundo ha caído enfermo una que otra
vez. ¿Usted nunca ha enfermado? ¿Si todo el mundo se pone
enfermo, no debería afirmar que la enfermedad es algo
completamente normal?
PROFESOR: Si, es innegable que la enfermedad y el malestar
son dos estados bastante normales en nuestra sociedad y ésta es
una de las razones por la que se necesita un gran número de
higienistas inteligentes para poner fin a este misterio.

Sin embargo, no caigamos en el error de confundir qué es


normal en la naturaleza y qué es normal en una sociedad viciada.

La enfermedad es una respuesta corporal normal a una


condición tóxica anormal. Pero debemos reconocer que la
condición tóxica es anormal.

PREGUNTA: Usted habla del Higienismo como una panacea. La


aspirina cura el dolor de cabeza, al menos por un momento.
¿Puede el Higienismo curar un dolor de cabeza?
PROFESOR: Toda las prácticas que, en su conjunto,
denominamos Higienismo son, de hecho, una panacea, un
curalotodo. La dieta correcta y las formas de vida sana
construyen la salud, no la enfermedad. La aspirina no «cura el
dolor de cabeza», es más, además de no eliminar el problema,
provoca la existencia de una mayor cantidad de sustancias

1
tóxicas. La aspirina sólo paraliza o incapacita el sistema
nervioso de nuestro cuerpo. La temperatura no altera sólo porque
se retiren todos los termómetros. La prueba de que el cuerpo
expulsa finalmente la aspirina de su dominio y restablece el
proceso que provoca otro dolor de cabeza, es una clara
indicación de que los fármacos no resuelven los problemas.

Si realizamos el régimen recomendado por el Higienismo,


desaparecerán todas las causas del dolor de cabeza y se
establecerán las causas de la salud. Esta es la única solución
al problema de la enfermedad y el malestar. Si no existe ninguna
causa, no existirá ninguna enfermedad. Si sólo existen las
causas de la salud, sólo existirá la salud.

RESUMEN DE LA LECCIÓN

En esta primera lección hemos introducido el Higienismo o


Higiene Natural y los conceptos fundamentales que lo encarnan.

El concepto principal es que la salud es un estado normal


para toda la vida, que los organismos evolucionan cuando
consiguen sus necesidades de forma correcta y que sufren cuando
no las alcanzan o lo hacen de forma incorrecta.

Otro concepto es que el individuo es sagrado y de un gran


valor. El Higienismo cree en la dignidad de todos los individuos
y lucha por afianzar las bases biológicas en las formas de vida
humanas para que los individuos aprovechen al máximo su
potencial.

Otra premisa es que la vida existe para disfrutarla y que


el deleite se basa en el bienestar y en la salud fisiológica.

Hemos aprendido que los organismos son entidades


independientes capaces de sostener sus estados saludables cuando
gozan de todas sus necesidades naturales.

1
Hemos aprendido que la sanación es únicamente un proceso
biológico. También hemos aprendido que este proceso no puede
recibir ninguna asistencia que no sea el establecimiento de las
condiciones favorables para el descanso, relajación y
tranquilidad.

Asimismo, hemos aprendido que el concepto de curación es


completamente erróneo y lleno de tensión y que posee graves
consecuencias para los que se encuentran adscrito a cualquiera
de las escuelas de «curación».

Del mismo modo, hemos aprendido que la salud es y vislumbra


las condiciones y formas de vida de la salud.

Por último, hemos aprendido que el perfecto estado de salud


es normal para los humanos, al igual que lo es para otros
animales, y que para conseguirla y encontrar sus requisitos
basta con regular nuestro entorno y a nosotros mismos.

HOJAS DE TRABAJO. Primera lección

Rellene los huecos con la palabra o palabras apropiadas .

1) Todas las alteraciones que sufre el cuerpo son


provocadas por una .

2) El sistema de salud del Higienismo se basa por completo


en los principios y hábitos que se encuentran en armonía
con nuestra (dos palabras).

3) El doctor Isaac Jennings descubrió como la


coincidía perfectamente con la mejoría
de los pacientes (tres palabras).

1
4) Nuestras adaptaciones biológicas, es decir, la forma en
que nuestros cuerpos se desarrollaron en un estado.
de la naturaleza, determinan cuáles son nuestras
y cómo llegar hasta ellas.

5) La clave para alcanzar el máximo estado de bienestar es


por medio de unas formas de correcta
biológicamente.

6) El malestar y la enfermedad son


eliminativas.

7) El es un descanso profundo.

8) La mejor forma de ayudar al cuerpo cuando se encuentre


enfermo es de forma inteligente,
(tres palabras) y establecer, al mismo tiempo,
las de salud.

9) Las se deben a unas formas de vida


impropias, especialmente malas dietas.

10) El Higienismo es para los seres humanos los mismo que


los para los animales.

Elija la respuesta más apropiada

1) El organismo humanos se:


a) autodirige.
b) autorepone.
c) autoconstruye.
d) autodefiende.
e) todo lo mencionado.

2) ¿Quién fue el higienista más notable del siglo veinte?


a) Hereward Carrington.
b) Isaac Jennings.
c) Herbert Shelton.
d) Sylvester Graham.

1
3) La enfermedad aparece por:
a) una invasión de bacterias y virus.
b) no realizarse pruebas frecuentemente.
c) la reducción de energía de los nervios y la consecuente
toxemia.
d) una falta de vitamina y suplementos minerales.
e) todo lo mencionado.

4) El Higienismo es:
a) una filosofía de vida.
b) una forma de vida.
c) un esfuerzo intelectual.
d) una forma de vida científica.
e) todo lo mencionado.

5) Los fármacos, hierbas y tratamientos:


a) pueden ayudar a superar la enfermedad, al menos en
algunos casos.
b) crean enfermedades adicionales.
c) establecen las condiciones de salud.
d) son necesarios para superar las infecciones.
e) todo lo anterior.

6) ¿Por qué los medicamentos algunas veces paran o suprimen


los síntomas de la enfermedad?
a) porque curan la condición.
b) porque el organismo desvía sus energías para expulsar
los medicamentos.
c) porque restauran la normalidad del cuerpo.
d) porque eliminan o convierten en inofensivos a los
microorganismos responsables de los síntomas.
e) todo lo anterior.

7) Nuestros hábitos alimenticios deberían determinarse por:


a) nuestras adaptaciones fisiológicas.
b) nuestras condiciones sociales.
c) los alimentos de nuestro entorno.
d) la forma de nuestro cuerpo.
e) nuestras preferencias gustativas.
f) todo lo anterior.

1
8) La salud es:
a) la ausencia de enfermedad.
b) no sólo estar libre de cualquier enfermedad y dolor,
sino también sentirse realmente bien.
c) una condición de perfecto desarrollo y funcionamiento
donde todos los órganos del cuerpo funcionan en armonía.
d) la cooperación armoniosa de organismos distintos para
un mutuo beneficio.
e) la ciencia que se encarga de estudiar todo lo relativo
al bienestar humano.
f) todo lo anterior.

9) La salud se puede alcanzar por medio de:


a) ciertos medicamentos, en algunos casos.
b) restaurando el flujo de energía nerviosa.
c) realizando bastante ejercicio.
d) realizándose un buen diagnóstico y empleándose el
tratamiento adecuado.
e) viviendo única y exclusivamente de forma sana.
f) todo lo anterior.

Responde a las siguientes afirmaciones señalando con una


V, si es verdadera o con un F, si es falsa.

1) En el campo de la salud, la palabra normal se suele


emplear erróneamente con el significado de corriente.

2) En nutrición, la palabra natural significa que procede


de una planta o de cualquier otra fuente natural.

3) La ciencia de la vida, también conocida como Higienismo, se


basa en unos principios científicos.

4) Los síntomas de la enfermedad son pruebas del proceso de


sanación del cuerpo.

5) Los cambios que se produzcan en nuestro entorno externo


alteran nuestras necesidades internas.

6) Las fiebres no son perjudiciales. De hecho, el organismo las


produce para ayudar en el proceso de purificación.

1
7) Las enfermedades siempre aparecen si no se previenen o
evitan.

8) Las hierbas interfieren en el proceso de purificación vital


del organismo, en las funciones de recuperación y en las
funciones orgánicas normales.

9) Los fármacos y los medicamentos a veces incrementan o mejoran


la vitalidad corporal.

10) El organismo se autosana por completo.

11) El malestar y la enfermedad no son inevitables en las vidas


de los seres humanos.

12) En realidad no existe ninguna medicina como sustancia


curativa, puesto que toda sanación se debe a un proceso de
autosanación.

Responda de forma breve cada una de las preguntas en el


espacio que aparece debajo.

1) Enumera las dos fuentes de toxinas corporales y


defínelas de forma breve.

2) Como profesional de la salud, aprenderá dos cosas básicas que


debe tener en cuenta al tratar con sus pacientes. Cítelas.

3) Enumere diez de las necesidades del organismo humano más


importantes.

4) ¿Qué efecto tiene sobre el organismo las vacunas, los


fármacos, los medicamentos y los tratamientos?

5) Escriba las tres clases de comidas básicas a las que los


seres humanos se encuentran adaptados para comer.

1
6) ¿Cómo se consigue una recuperación de la forma más rápida y
efectiva?

RESPUESTAS A LAS HOJAS DE TRABAJO

Rellene los huecos

1.- causa. Las alteraciones o las enfermedades aparecen


sólo por las causas que el paciente adopta en sus formas de
vida.

2.- herencia biológica. Adaptaciones fisiológicas, mandatos


naturales y otras respuestas similares también servirían.

3.- disminución de fármacos. Descubrió que ningún fármaco


funcionaba mejor que el sometimiento del paciente a un
verdadero régimen de ayuna, con la administración de
placebos por causas psicológicas.

4.- primitivo. necesidades. En lugar de primitivo, también


serían válidas las palabras pristino o salvaje y en el caso
de necesidades también valdría requisitos.

5.- vida.

6.- crisis. Otras palabras similares, como procesos, también


servirían. Las enfermedades son procesos dirigidos y
creados por el organismo para expulsar una acumulación de
sustancias nocivas y reponerse de los daños.

7.- ayuno. Abstenerse de comer es sólo una forma de ayuno. Otras

1
formas son la abstención de actividades emocionales,
sensoriales y físicas.

8.- no haciendo nada. condiciones (requisitos, necesidades o


exigencias). Puesto que sabemos que el organismo es
autosuficiente en todos los aspectos, no nos queda otra
solución que dejarlo solo. Podemos interferir, pero nunca
ayudarlo.

9.- enfermedades. (malestar, sufrimiento, dolencia,


indisposición, etc., también sirven)

10).- instintos. Siguiendo los instintos innatos, los animales


gozan en su hábitat natural al 100% de un perfecto y
efectivo sistema de salud.

Elija la respuesta correcta

1.- e.

2.- c. Únicamente los doctores Carrington y Shelton pertenecen


al siglo veinte. Sin embargo, el trabajo del doctor Shelton
sobrepasa en cantidad, perspicacia y profundidad los
excelentes trabajos del Hereward Carrington.

3.- c. Las bacterias no son las causantes de las enfermedades.


El cuerpo las envía a la zona como devoradores simbióticos
para ayudar en las labores de limpieza de sustancias
tóxicas. Los virus como entidades vivas no existen. Lo que
se llama «virus» sólo son los restos de las células muertas
y si no se eliminan pueden ser nocivas para el organismo.

4.- e.

5.- b. Los fármacos, hierbas, tratamientos y otras modalidades

1
adventicias interfieren en el proceso de enfermedad del
organismo, pero no pueden ayudarlo. Lo que provocan son
mayores problemas o enfermedades adicionales. La
«infección» es uno de los métodos que el cuerpo humano
utiliza para expulsar materiales tóxicos, células
descompuestas, etc. Los fármacos, hierbas y otras
modalidades inhiben el proceso expulsivo del organismo
denominado infección.

6.- Los fármacos, hierbas, etc., no tienen, bajo ningún


concepto, la inteligencia y el poder de corregir los
problemas corporales. No le suministran ninguna de sus
necesidades. Las energías sanativas del cuerpo deben
redirigirse para expulsar el fármaco o la hierba. Los
síntomas desaparecerán o disminuirán una vez se haya
cumplido esta misión. Aunque los fármacos y las hierbas
eliminen la flora bacterial del estómago y de aquellas
zonas donde se encuentren los órganos o tejidos afectados,
las bacterias no son los responsables de la enfermedad.

7.- a. Ésta es la respuesta adecuada, ya que nuestras


adaptaciones fisiológicas se encuentran en armonía con
nuestras necesidades biológicas. Las condiciones sociales
son por lo general un determinante de lo que comemos,
aunque no debería ser así. Normalmente nos vemos obligado a
comer los alimentos que se encuentran disponibles en
nuestro entorno, sin preocuparnos en pensar si son o no
adecuados. Nuestro organismo es del tipo humano, y como tal
es frutívoro. La existencia de diversos tipos de organismos
humanos no tiene nada que ver con esto. Sucede los mismo
que ocurre con las clases abejas, que sin importar las
variaciones, se alimentan en la naturaleza de néctar y
polen. Nuestras preferencias gustativas primitivas se
encontraban en armonía con nuestra dieta instintiva, por lo
que nos alimentábamos por lo general de frutas dulces. El
gusto no puede actuar como guía dentro del contexto de las
perversiones que se han efectuado sobre el gusto.

8.- c. La ausencia de síntomas o de una patología visible no


significa que gocemos de una buena salud. Tampoco lo
significa el hecho de que nos sintamos realmente bien,
aunque en un estado de salud tengamos una ausencia de
enfermedad y nos sintamos bien. La respuesta (d) se refiere
a la simbiosis. La salud no es una ciencia, sino una
condición de perfección.

1
9.- c. Los medicamentos, al ser tóxicos, no pueden producir un
estado de salud. La restauración del flujo de la energía
nerviosa tampoco causa una sanación, puesto que sería
necesario una gran cantidad de energía para iniciar y
dirigir dicho proceso. Pensar que la energía nerviosa
existe, pero que no puede fluir por culpa de unas
obstrucciones, es una suposición absurda y rancia. La
verdad es que esta energía es insuficiente por culpa de una
falta de generación, o debido a que se han obtenido más
necesidades de las normales. Hacer mucho ejercicio no es la
causa principal de la existencia de un buen estado de
salud, aunque sí es esencial para un régimen de salud.
Ningún diagnóstico o tratamiento existente puede producir
una pizca de salud ─sólo pueden dañarla─. Ésta sólo es
posible por medio de una vida sana, que consiste en
encontrar las necesidades orgánicas dentro del contexto de
sus condiciones.

VERDADERO O FALSO

1.- Verdadero. La palabra normal significa lo que es natural


para el organismo humano. No tiene nada que ver como lo que

1
se considera como normal en una sociedad pervertida.

2.- Falso. La palabra natural significa que los alimentos reúnen


nuestras necesidades y adaptaciones biológicas. La planta
del tabaco, de la belladona, de la dedalera, así como miles
de planta y frutas, crecen en un estado salvaje y por lo
tanto son naturales. Sin embargo, los humanos la han
envenenado mortalmente. La palabra natural se utiliza en
tanto que sea natural para nosotros.

3.- Verdadero. El sistema que se encarga de todas las


necesidades de la vida es científico.

4.- Verdadero. La recuperación orgánica de todas las energías de


sus canales habituales y su envío para realizar labores de
limpieza y reparación son pruebas claras de los procesos
denominados síntomas.

5.- Falso. El organismo debe mantener el equilibrio interno, sin


tener en cuenta las condiciones externas.

6.- Verdadero. El organismo nunca se daña asimismo. Las fiebres


son inflamaciones intensas producidas por el organismo para
acelerar el proceso de purificación y sanación.

7.- Falso. Las enfermedades no son inevitables. No aparecerán a


menos que haya causas para ello. La única causa es la
toxemia.

8.- Verdadero. Las hierbas también deben considerarse como


fármacos y, como tal, son tóxicas.

9.- Falso. Los fármacos son siempre y, bajo cualquier condición,


nocivos. Provocan que el organismo pierda, en vez de
recuperar, vitalidad. El rápido desgaste que ocasionan en
el cuerpo humano debido a su esfuerzo para expulsarlos,
agota las energías corporales y destruye sus facultades.

10.- Verdadero.

11.- Verdadero. La enfermedad y el malestar aparecen sólo cuando


el paciente ha provocado, por culpa de sus hábitos, una
acumulación de materiales tóxicos que no se han eliminado.

1
12.- Verdadero. La existencia de la medicina como un «agente
sanativo o curativo» es una pura ilusión. Es absurdo creer
que cualquier cosa externa al organismo goce de la
inteligencia, facultad y poder para resolver los problemas
corporales, limpiarlos y resolverlos.

1
RESPUESTAS A LAS BREVES PREGUNTAS

1.- (1) Fuentes exógenas. Las toxinas externas se ingieren a


través de las malas comidas, bebidas, condimentos,
fármacos, alimentos cocinados, etc., y se encuentran sin
eliminar dentro del cuerpo debido a una insuficiencia
energética que se encargue de su expulsión.

(2) Fuentes endógenas. Los residuos corporales no se han


eliminado por culpa de una insuficiencia de energía
provocada por una generación inadecuada o un desgaste
extraordinario.

2.- Como un profesional de la salud, aprenderá cómo guiar a sus


pacientes a alcanzar dos pasos fundamentales en la
restauración de la salud:
(1) cómo eliminar las causas de la toxicidad orgánica y (2) cómo
establecer las condiciones de la salud.

3.- Existen 19 factores de vida fundamentales que se encuentran


en el programa para una salud perfecta. Entre ellas debemos
destacar el aire puro, el agua pura, los alimentos
biológicamente adaptados, la luz del sol, la temperatura
agradable, el descanso, dormir, la actividad o el
ejercicio, el equilibrio emocional, la seguridad de vida y
sus medios, pertenecer a un círculo, grupo, familia u otro
consorcio de seres humanos, la expresión de las facultades
reproductivas, la dirección y motivación, el trabajo útil y
creativo, etc.

4.- Toda sustancia nociva introducida en el organismo interfiere


en las funciones corporales, destruyéndolas o
modificándolas patológicamente.

1
5.- (1) frutas, (2) vegetales y (3) nueces y semillas.

6.- Interrumpiendo sus causas y aportando las condiciones


favorables para la sanación. La condición más efectiva bajo
la que el organismo pueda restaurarse y conseguir de nuevo
su funcionamiento normal es el ayuno.

You might also like