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La
realidad
se
mueve
y
con
ella
la
humanidad
a
su
propio
ritmo.
Así,
las
conceptualizaciones
que
ayudan
a
entender
el
mundo
deben
revisarse,
reformularse
y
adaptarse.
Este
número
de
Figura
Fondo
queda
en
sintonía
con
las
ideas
anteriores.
Algunos
de
los
textos
que
integran
esta
edición
dan
cuenta
de
estas
alteraciones
epistemológicas,
así
por
ejemplo:
Brigitte
Lapeyronnie-‐Robine
expresa
una
trayectoria
de
evolución
de
los
conceptos
de
aquí
y
ahora
desde
un
prisma
histórico.
Marybel
Martínez
Robledos
reflexiona
en
torno
a
las
implicaciones
que
tiene
la
ideología
humanista
en
la
contemporaneidad
y
cómo
está
relacionada
con
los
discursos
que
se
generan
al
respecto.
Muchos
otros
textos
dan
cuenta
de
lo
complejo
de
la
realidad;
Los
sueños
en
el
proceso
de
duelo,
Se
abre
desde
adentro
o
La
era
del
vacío
ayudan
a
generar
una
visión
que
impacta
y
confronta,
que
obliga
a
tomar
postura;
sentir
y
reflexionar
para
actuar
en
consecuencia.
Termina
esta
editorial
con
una
pregunta
que
plantea
Muñoz
Polit:
¿Qué
buscas
en
la
vida?,
porque
de
la
reflexión
al
respecto
de
esta
cuestión,
puede
generarse
la
rosa
de
los
vientos
que
conduzca
el
tránsito
por
la
realidad.
El concepto “aquí y ahora” en terapia Gestalt: evolución histórica
Brigitte Lapeyronnie–Robine1
Resumen
Los conceptos crecen y evolucionan a la par del desarrollo de las
personas y sus sociedades. No obstante, es necesario registrar estos
cambios y reflexionar sobre ellos. Así, un recorrido por las
aproximaciones a la percepción del tiempo es indispensable para
revisar conceptos centrales como el aquí y el ahora; que han sido
semánticamente diluidos por sobreusos e interpretaciones débilmente
fundamentadas.
1
Brigitte Lapeyronnie-Robine es Doctora en Psicología, Directora del Instituto Francés de
Terapia Gestalt, autora de libros y artículos y docente del Instituto Humanista de
Psicoterapia Gestalt en México.
1
Gestalt. La psicoterapia se mezclaba con el desarrollo personal y la afirmación del
“sí mismo” era una búsqueda.
El concepto de aquí y ahora se popularizó en ese contexto, se vulgarizó y
en esa medida fue perdiendo su esencia. En un artículo del British Gestalt Journal,
que apareció en el año 2002, Frank Staemmler dijo entonces que “El aquí y el
ahora es célebre, tristemente célebre. Es difícil encontrar otro eslogan de la
terapia Gestalt, que haya sido utilizado con tanta frecuencia y tan mal: muchos de
los terapeutas gestalts prefieren ya no aplicar esa frase, porque se ha repetido una
y otra vez. Yontef afirma que: ‘si nos adhiriéramos al aquí y ahora, tal como se
enuncia en los clichés, estaríamos más cerca de tener una lesión cerebral que de
la iluminación.’ (1993) Erving Polster (1985) llama ‘al aquí y ahora’ la situación
disociada, y ya no desea estar en la ‘prisión del ahora’.”
Desde los años 80, la terapia Gestalt ha evolucionado, volviéndose a
centrar en sus 3 autores originales que son: Frederick S. Perls, por supuesto;
también su esposa Laura, y esa personalidad fuera de lo común; Paul Goodman,
para basarse no sólo en el individualismo, sino en la individuación. A partir de allí,
la terapia Gestalt puede situarse en las “psicoterapias de dos personas”,
retomando los términos de Balint, como el psicoanálisis intersubjetivo, o toda
psicoterapia que se centra primero en el “entre” paciente–terapeuta.
¿Cuál es entonces hoy en día, el interés que podemos aportar al concepto
del aquí y ahora? Para poder responder a esa pregunta, vamos a buscar sus
primeras huellas en la psicoterapia; vamos a considerar en qué ha sido innovador
e importante en el trabajo psicoterapéutico, y cómo es que se fue vaciando
progresivamente de su sentido hasta convertirse en el eslogan “Tú, yo, aquí y
ahora”. Así, podremos asomarnos a la forma de comprender el concepto hoy en
día de manera fructífera, en teoría, método y en la práctica de la terapia Gestalt;
tema que será objeto de la conferencia de Jean–Marie Robine.
Esta reflexión tiene implicaciones y llama, al mismo tiempo, a otros
cuestionamientos. ¿Qué es la realidad y nuestra relación con la misma? ¿Qué es
la relación terapéutica? ¿Es una relación “real”, fantasía, o desde qué otro punto
de vista es posible considerarla? ¿Qué es lo terapéutico en terapia Gestalt?
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Atravesaremos por estas interrogantes, sin tener el tiempo suficiente para
consagrarnos a responder cada una de ellas.
3
doloroso, porque es presente.” La experiencia presente contendría el pasado que
no ha sido asimilado, y sus experiencias no asimiladas no serían reprimidas en el
inconsciente para ser conservadas. Éstas estarían siempre en curso, en la
vivencia actual del paciente, “contrariadas, ejecutadas y traducidas en sus
experiencias completamente nuevas”. El rechazo de la realidad presente y el
rechazo emocional de la experiencia presente estarían en el centro de la neurosis.
“He aquí el aspecto auténticamente psicológico del famoso problema de la
realidad, que no es otra cosa que el problema del presente, en otros términos, de
la conciencia de lo vivido”.
De tal forma, Rank piensa que el analista no necesita hurgar en el pasado del
paciente para comprender su manera de reaccionar en el presente. Focalizándose
en el presente es como podremos comprender y obtener un efecto terapéutico. “Si
hiciéramos lo que prescribe la técnica freudiana, solamente comprenderíamos la
reacción del individuo en su pasado; y para nada entenderíamos su reacción de
hoy en día. En la experiencia presente, por el contrario, disponemos de un modelo
completo de reacción del paciente, contamos con el conjunto de formas anteriores
de reaccionar, más las del presente. Si el individuo reprime o se resiste más o
menos con energía, de modo neurótico, reacciona de la misma manera en la
experiencia terapéutica; es el momento de mostrarle cómo intenta destruir las
conexiones con esa experiencia exactamente como lo hacía con el pasado”.
Desde el punto de vista psicológico, Rank piensa que sólo existe el presente, y
que no existe nada histórico como tal, porque el presente contiene al pasado, “es
decir el desear y el sentir, el pensamiento y la conciencia”.
La influencia de Otto Rank en la terapia Gestalt fue tan importante como la
de la Psicología Gestalt, según Taylor Stoehr, biógrafo de Paul Goodman. Las
citas o referencias a Otto Rank en el libro de 1951 provendrían de Paul Goodman.
Adquieren mucha más relevancia, ya que hay pocas referencias bibliográficas
directas en ese libro. Así pues, podemos destacar que: “Rank descubrió que el
acto creador constituía la salud psicológica.” Más adelante, una nota a pie de
página hace referencia a la Gegenwill, o voluntad negativa. Después se subraya
que Rank, al contrario de otros psicoanalistas, no considera al arte como un
síntoma neurótico, y los autores agregan: Rank cuyo libro “El arte y el artista está
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más allá de cualquier elogio.” Bertram Müller, terapeuta Gestalt, contemporáneo
alemán, relata que Isadore From consideraba que la obra de Rank estaba
esencialmente persiguiendo el desarrollo de la psicoterapia en general, y de la
terapia Gestalt en particular.
Clara Thompson, psicoanalista interpersonal, habla así de Rank y del
impacto de la persona del terapeuta en la relación terapéutica:
“Rank fue el primero en señalar que el paciente se apartaba del presente
vivo, del dominio de sus sentimientos reales. Rank dijo que resulta siempre más
fácil hablar del pasado porque no está presente. Él y Firenczi fueron quienes por
primera vez, señalaron que todas las actitudes del paciente para con su analista
no son necesariamente transferencias del pasado, que puede haber algunas
reacciones con respecto al propio analista; y cuando se le señala a un paciente:
‘Esto que siente no es realmente con respecto a mí, sino con relación a su padre’,
lo aliviamos realmente de su angustia y en consecuencia, detenemos el curso del
análisis.
Así, si el paciente consigue, finalmente, reunir el valor para decirle a su
analista que parece un puerco, éste último puede cómodamente evadir el
problema refiriéndolo al pasado diciendo: ‘Debe pensar eso de su padre’.
Entonces podemos llegar a dos resultados: el analista no afrontó el hecho de que
efectivamente se parece a un puerco y el paciente piensa: ‘Salí bien librado de
esta historia’, pero no se siente tranquilo, porque sabe que realmente se trataba
de su analista y no de su padre. Es posible que a partir de ese día, empiece a
suponer que debe proteger los sentimientos del analista.
Al tomar conciencia de esto, Rank y Ferenczi descubrieron la importancia
de la imagen que el analista reflejaba de sí mismo; dieron así a la transferencia
una definición más precisa y limitada sólo a los sentimientos irracionales
experimentados y expresados con respecto al analista”.
2. El psicoanálisis interpersonal
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Esta cita tan larga, me permite abordar la corriente del psicoanálisis interpersonal
de la Escuela de Washington, cuyos representantes más destacados son: Harry Stack
Sullivan, Clara Thompson, Erich Fromm y Karen Horney. Ésta última fue supervisora de
Frederick Perls, y fue ella quien le sugirió hacer análisis con Wilhelm Reich.
Esta escuela va a insistir sobre la importancia de la relación “real” entre paciente y
terapeuta y sobre el aquí y ahora de la relación terapéutica. Del mismo modo, van a
considerar que el terapeuta está metido en el campo “interpersonal” siempre
manteniéndose “fuera del campo”, en una posición de experto.
Sullivan y Thompson van a hablar de “la observación participante” del terapeuta y Fromm
de “participante observador”. Es ya una etapa hacia la teoría de campo, tal y como la
conocemos en la actualidad.
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La ego–psicología se desarrolla así en Estados Unidos; colocando en el centro de su
teoría la adaptación del Yo a su entorno. Es de esta escuela que nacerá el concepto de
alianza terapéutica muy en boga en la actualidad.
Finalmente, un tercer acercamiento ha sido desarrollado y habla de la
psicología de dos personas. Esta psicología remite por ejemplo, a la teoría del self
que se desarrolló en Estados Unidos con los trabajos de Kohut y de Kernberg, el
psicoanálisis llamado interpersonal y ahora, el psicoanálisis intersubjetivo. Mitchell
y sus colaboradores hablan de psicoanálisis relacional.
a. Según Safran y Muran estar dentro de esta postura de no-neutralidad
tiene tres consecuencias:
–Todo lo que el clínico piense de su paciente debe ser aclarado a partir de lo que
se considere tiene lugar aquí y ahora en la relación terapéutica.
–El terapeuta debe comprometerse en una exploración continua de su propia
contribución a lo que sucede.
-Tiene sus riesgos suponer que la interacción emergente durante la sesión de
terapia equivale a esquemas habituales y repetitivos del paciente. El hecho de que
propongamos esto como equivalente, debe siempre quedar como una pregunta
abierta, como una suposición.
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Erving Polster en su artículo de 1966, considera que el aquí y el ahora fue
importante para 4 corrientes: el psicodrama de Moreno, la Semántica General, la
psicoterapia de Rogers y la dinámica de grupo. Recuerda el contexto de esas
psicoterapias, en donde la terapia ya no está reservada a los enfermos, sino que
existe un público más grande en busca de su desarrollo personal. La teoría
cibernética aparece también y muestra que no podemos separar la causa del
efecto. Los terapeutas y los pacientes devienen en coautores del encuentro.
Además, existe en esa época una creencia en un poder de curación intrínseco a la
experiencia, sin tener necesariamente que explicitarlo.
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Perls pone así, el acento en tres puntos que van a constituir una
diferenciación importante, conservando todavía la teoría freudiana: el instinto del
hambre y su importancia sobre el desarrollo psicogenético, así como el instinto
sexual; la existencia de una agresividad que se origina en el estado oral y no sólo
en el estado anal; la intencionalidad, es decir una visión del después tan
importante como un vistazo al pasado. “Por un lado, los recuerdos determinan la
vida del neurótico y por el otro, se acuerda o se olvida dependiendo su objetivo.
Un viejo soldado se acordará de las acciones de las que se pueda vanagloriar –
podrá hasta inventar recuerdos con el objeto de alabarse...”.
Y más lejos “La boca está situada delante nuestro y el ano atrás. Esto tiene
una relación con lo que vayamos a comer o encontrar, e igualmente con lo que
dejamos atrás o lo que sobrepasamos. El hambre está sin duda ligada al futuro y
el paso de las heces al pasado.”
El presente se convierte en una suerte de centro de equilibrio en donde
pasado y futuro se apoyan. Perls aquí, y contrariamente a lo que será transmitido
más tarde, pone el acento en el presente, sólo en la realidad existente, no niega
en lo absoluto la importancia del pasado ni del futuro.
Entonces ¿cómo puede ser actual el pasado? Perls menciona 5 posibilidades de
ese vínculo pasado–presente. Primero está la influencia de la constitución
orgánica, por ejemplo un déficit en las hormonas tiroideas impacta al individuo en
el desarrollo de su vida.
Después está el aprendizaje, que crea una forma de condicionamiento o de fisiología
secundaria, y que se pone en marcha en nuestras maneras de involucrarnos en cada
situación. Un tercer vínculo, se establece por lo que Perls ha llamado “los recuerdos
futuristas” es decir, lo que se vuelve una señal de alarma en el presente de la situación.
Podríamos evocar aquí el proverbio: “Gato escaldado teme al agua fría”. En efecto, a
partir de una experiencia que ha sido dolorosa, nos anticipamos a su repetición. El vínculo
siguiente es con respecto a la compulsión de repetición de Freud y corresponde a lo que
nosotros llamamos asuntos inconclusos. Una experiencia que no pudo llegar hasta una
asimilación exitosa, es decir ponerla en palabras, o más todavía: una introyección total,
según el concepto de Ferenczi, que permanece a la espera de concluirse y está
potencialmente en la actualidad de la persona. En fin, toda experiencia “no digerida”, que
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se bloqueó en forma de “introyecto” o bloque inasimilable, tragada sin haber sido
deconstruida, se queda en la actualidad de la persona.
Utilizamos metáforas relacionadas con la oralidad, la digestión; que sirven como
representación de lo que podría producirse en el crecimiento del individuo, ya sea en lo
fisiológico o psicológico. Los dos ámbitos están estrechamente relacionados según la
teoría de la terapia Gestalt.
¿Cuáles serán las consecuencias prácticas de esta forma de pensar?
Tres palabras destacan en esta primer obra de Perls: el interés, la concentración y
la atención es decir, la descripción de un estado, de una acción y de una dirección.
“Interés significa estar en una situación; concentración, ir al centro de una situación y
atención, orientar una tensión hacia un objetivo”. El terapeuta se concentra sobre las
situaciones presentes y propone al paciente que se concentre también, al nivel del tono
de voz empleado, del movimiento efectuado, de la asociación de ideas, etcétera; al nivel
de todo aquello que pueda acentuar la consciencia del paciente y de lo que pasa. El
terapeuta también ayuda al aumento de la consciencia del paciente contextualizando los
eventos. El terapeuta intenta que el paciente viva su problemática y aumente sus
potencialidades.
Recordemos que la terapia Gestalt, por poco, se llama “terapia por la
concentración”.
En ese estadio, la terapia propuesta por Perls se vuelve una forma de psicoanálisis
en donde el terapeuta trata de aumentar la consciencia del paciente, por otros medios
diferentes de las asociaciones libres. La terapia propuesta se vuelve más activa, más
intervencionista, siempre refiriéndose a la metapsicología freudiana, pero sumando otros
conceptos.
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– Si el Yo conoce por la consciencia, el self conoce a través del awareness, este
conocimiento inmediato e implícito del campo.
– Lo primero en la experiencia humana, es el campo organismo/entorno y ya no más el
individuo aislado (o el Yo).
– Hay un acuerdo mutuo entre organismo y entorno (la autorregulación organísmica).
– El lugar de la acción posible, el lugar de la articulación del hombre hacia el mundo es
la frontera–contacto.
– La realidad sólo se conoce en los instantes de contacto y no es previsible. Para decirlo
de otro modo, la realidad encontrada es una potencialidad que el contacto actualiza.
– El contacto es descubrimiento e invención de la solución por venir.
– El tiempo de la acción humana es el presente. “El presente es el sólo lugar de la
aventura humana” dice Bernard Vincent.
La temporalidad del self está colocada en primer plano. El self no es una entidad,
existe cuando hay un contacto. Awareness, es decir cuando hay novedad percibida en el
campo (o sea, tanto del lado del organismo como del lado del entorno). El momento
presente se vuelve el momento del acto terapéutico; el tiempo de despliegue del self, en
donde las cartas del pasado pueden ser potencialmente barajadas a la vista de un
porvenir. “...Es a partir de esta perspectiva que llegamos a lo que tiene un valor
propiamente terapéutico en terapia Gestalt: sostener la atención en el momento presente,
lo que quiere decir que en una situación terapéutica, la observación en las modificaciones
a la frontera–contacto entre el terapeuta y el paciente adquieren una importancia
primordial. Es en esos momentos que los dos están en igualdad de aprender exactamente
dónde y cómo el contacto es perturbado.” (Isadore From & Michael V. Miller, prefacio del
PHG).
Estas consideraciones teóricas tienen repercusiones prácticas. Al practicar la
terapia Gestalt vamos a:
– Concentrarnos y analizar la estructura interna de la experiencia real.
– Estar atentos a la manera en la que el paciente se acuerda, expresa y actúa.
– Considerar la estructura dinámica de la relación figura/fondo de la experiencia
como aquello que es importante en sí mismo, y no el indicio de un inconsciente
desconocido o como de un síntoma. Nos quedamos con lo que hay.
– Trabajar sobre la unicidad de esa estructura o su falta de unicidad aquí y ahora, lo
que reconstruye las relaciones dinámicas figura/fondo, acrecentando así la intensidad
del contacto.
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– Trabajar sobre lo que pasa aquí y ahora para poder destacar con más intensidad
que algunas ideas preconcebidas son obsoletas a partir de ahora.
– Practicar una psicoterapia sin a priori del normal y del anormal.
– Considerar este método no como un método de corrección, sino de desarrollo.
Contrariamente a lo que a veces puede ser transmitido, los terapeutas Gestalts no son
personas descerebradas que no se acordarían de las sesiones anteriores o que no se
asomarían al pasado de sus pacientes. No está de más recordar lo que podemos leer en
Terapia Gestalt: “Por otro lado, es por lo tanto absurdo pensar que no hay que combatir
las resistencias, que no hay que despertar la ansiedad ni mostrar que una respuesta
neurótica no es funcional, ni revivir el pasado, ni rechazar toda interpretación y abandonar
todos los conocimientos. Los resultados serían solamente superficiales y ninguna energía
fijada se liberaría, etc... Humanamente hablando, ¿cuál es la realidad de un diálogo en el
que uno de los participantes, el terapeuta, inhibiera su mejor poder, lo que sabe y lo que
ese saber le permite evaluar? El problema que se plantea entonces, y que se trata de
explicitar, es el de la estructura del diálogo: ¿cómo abrir el conflicto, la ansiedad, el
pasado, su concepción y su interpretación para alcanzar al máximo el ajuste creativo?”
(p.116)
Nada de lo que aporta el paciente se descarta a priori. Asimismo, nada de lo que le
pasa al terapeuta (como cuando se acuerda de una sesión anterior) se descarta a priori.
Todo es potencialmente útil en el trabajo de despliegue del self en busca de un ajuste
creativo, es decir que el paciente pueda, a la vez, ser transformado por y transformar su
entorno en un mismo acto.
Taylor Stoehr, biógrafo de Paul Goodman, escribió un libro titulado Here, Now, Next y
el título da una visión muy particular del “ahora” que introduce a la dimensión de la
intencionalidad:
“La expresión ‘aquí y ahora’ podría, con justicia, estar asociada a Fritz Perls, cuya vida y
práctica de terapeuta estaban centradas en el momento presente. Intitulo mi libro Aquí,
ahora, después para poner el acento sobre la contribución particular de Goodman a la
teoría de la terapia Gestalt: su insistencia sobre el hecho de que la consciencia no puede
desarrollarse más que en el presente continuo...” “... El vigoroso compromiso hacia el
impredecible mundo del momento siguiente era, para Goodman, realmente tan importante
como aquel destinado al actual presente vital. Era lo que quería decir cuando dio el título
‘Novedad, excitación, desarrollo’ a la segunda parte de Terapia Gestalt. Podríamos casi
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considerar los términos ‘Aquí, ahora, después’ como una traducción adverbial de aquel
título, extrayéndolo del dominio estático de los nombres abstractos. Y por supuesto,
Goodman con frecuencia utilizó esos términos en sus escritos posteriores, cuando
deseaba usar un atajo para precisar lo relevante en la toma de contacto durante la
experiencia.”
El aquí y ahora es una dirección hacia un después, y habla de lo que el después
puede ser potencialmente en semilla y hacia qué tiende la persona. Si tomamos en
consideración plenamente esta tensión, el trabajo se modificará. Este aspecto teórico, ha
sido resaltado por Jean–Marie Robine quien lo ha desarrollado particularmente en sus
trabajos.
Para comprender un poco como esta forma de terapia Gestalt fue creada,
colocando al margen de la personalidad de Perls, hay que tratar de observar el
contexto de la época. Erving Polster lo expone claramente en su artículo Escape
from the Present, Transition and Storyline (1985) y expresa lo que, según él, hizo
que el acento en el presente se haya reforzado y caricaturizado; existía la
amenaza nuclear, un aumento de búsquedas de gratificaciones inmediatas, una
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búsqueda de alcanzar experiencias inefables “Peak experiences”, a partir de
ejercicios de todo tipo y la propagación de drogas.
Las consecuencias para la generación de la época, según Erving Polster,
fueron: la ausencia de continuidad en los compromisos, una desresponsabilización
de los propios actos, una ausencia de preparación para situaciones complejas y la
aparición en algunos, de efectos disociativos. Rogers decía entonces: “Pienso que
la simplificación al extremo, se ha convertido en la marca de nuestra cultura”.
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• T : Sigue usted hablando de ayer, ¿de qué se da cuenta ahora?
• P : Estoy confundido, no sé qué pensar de esta situación...
• T : Empiece todas sus frases con “aquí y ahora soy consciente de...”
• P : Aquí y ahora soy consciente de... ah... que es evidente que ya no soy importante
para mi mujer.
• T : (Interrumpiendo) NO, no es lo que quiero decir. Por favor, describa de lo que se da
cuenta, lo que entiende, lo que ve, lo que siente.
• P : ¿Qué tiene que ver? Bueno si hago eso puedo oír la música de la puerta de a lado,
veo la imagen sobre el muro, siento que mi pie derecho está dormido.
• T : Ok. Haga hablar a su pie. ¿Qué dice?
P : ¿Puedo antes decirle algo? Quiero verdaderamente que revisemos la situación con mi
ex esposa...
Para concluir este recorrido histórico del concepto del ahora en terapia Gestalt, se
trata de reconsiderar a la luz de ese pasado, la importancia de ese concepto y del impacto
que en la práctica puede tener.
En su artículo Atrapados en el presente, Erving Polster subraya que el principio del
aquí y ahora es correcto, pero de aquí en adelante con otra connotación ya que, después
de ver su historia, conlleva el riesgo de seleccionar de manera distorsionada el material
terapéutico.
Da prudentes consejos sobretodo de seguir el flujo, las transiciones, de relacionar,
contextualizar, ir poco a poco. Da matices que crean una gran importancia en la
continuidad del trabajo. Por ejemplo, existe una diferencia entre decir: ¿Qué experimenta
ahora al nivel de su cara? Y: Su cara parece cambiar de pronto, ¿qué experimenta ahora
al nivel de su cara?
El concepto del ahora es una herramienta potente del terapeuta y no una
conminación hecha al paciente. Sirve para seguir el flujo de la experiencia, para
localizar las modalides del contacto en marcha, para movilizar las gestalts de una
manera constructiva y para quedarse lo más cerca de las aberturas o cierres del
paciente, que no faltan en el transcurso del trabajo terapeútico. Es una guía
preciada para realizar un trabajo conjunto con el paciente en un “pas de deux”,
respetando la dinámica del paciente.
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16
Entre el instinto de muerte y la educación para la
paz: Comentarios críticos sobre la teoría de la agresión de
Perls
Frank-M. Staemmler∗
Resumen
∗
Nací en 1951. Trabajo como psicólogo y como terapeuta Gestalt en Wuerzburg, Alemania. He
trabajado como terapeuta Gestalt en mi práctica privada desde 1976, y como entrenador y supervisor
desde 1981. Fuí el editor del International Gestalt Journal desde 2001 hasta 2006 y co-editor de Studies
in Gestalt Therapy: Dialogical Bridges de 2007 a 2009.
1
visto y vivido en las trincheras. Se describió a sí mismo como: “insensibilizado” y lleno
del “horror de vivir y horror de morir” (Perls 1993, 6). La mujer, que después se
convertiría en su esposa, dijo que él estaba “desesperado, cínico y muy desilusionado”
(Perls & Rosenblatt 2005, 117). Durante la interminable guerra en Bélgica, no sólo
sufrió por las condiciones ambientales hostiles y el hambre; también presenció
atrocidades innombrables, cuerpos horriblemente heridos, camaradas y combatientes
muriendo por los gases, cuerpos deformados… En resumen, experimentó lo que los
freudianos de su época hubieran denominado ‘el instinto de muerte exacerbado’. Su
nombre era Frederick Perls. Le quedaron preguntas insistentes sobre el significado de la
agresividad humana – preguntas que lo acosarían por el resto de su vida. Se había vuelto
claro como el agua “que las energías reprimidas no sólo no desaparecen, sino que
pueden volverse aún más peligrosas y efectivas si se les empuja al subsuelo” (Perls
1942/1992, xvii). Además, Freud también parecía tener razón cuando supuso que era
mínima la posibilidad de que el instinto de muerte fuera domado por las influencias del
pensamiento racional y la sublimación. Así que, ¿qué oportunidad habría de superar el
potencial destructivo de la humanidad?
Más de veinte años después de la I Guerra Mundial, Perls escribió y publicó su
primer libro, titulado Ego, Hunger and Aggression (Ego, hambre y agresión) (Perls
1947). Lo concibió como: Una revisión de la teoría y método de Freud (el subtítulo).
Ahora él estaba bajo la vigente influencia de la agresión más ofensiva de los nazis, y de
la aún más efectiva maquinaria de muerte de la II Guerra Mundial. Es muy probable que
estos eventos reactivaran los procesos psicológicos que había adquirido para sobrellevar
su anterior trauma – insensibilización, desesperación y cinismo – y que, al mismo
tiempo, hayan motivado su esperanza de paz.
Perls pensó que quizás la agresión humana no era tan mala de entrada; quizás
sólo se volvía malvada porque era vista como una fuerza mortal que había que mantener
bajo control. ¿Y si miráramos al llamado instinto de muerte como una “comisión de
apoyo de la vida” (1997, 49)? ¿Acaso no usamos todos los días nuestros dientes para
destruir los alimentos que comemos y, al hacerlo, garantizar nuestra supervivencia y
crecimiento? Esta “agresión dental”, consideró, en realidad era un medio sin el cual no
podríamos sobrevivir. Sin la capacidad de morder, masticar y digerir, es decir agredir,
destruir y asimilar, estaríamos amenazados con la extinción. Así que le pareció que la
agresión era un aspecto importante de una fuerza de vida, que también parecía estar
funcionado cuando exploramos nuestro mundo, tomamos la iniciativa y nos imponemos
para obtener lo que necesitamos. Al final, concluyó que la agresión no debía ser ni
reprimida ni sublimada, sino más bien cultivada e integrada. Quedó “más y más
convencido que no había una energía llamada agresión, sino que la agresión era una
función biológica” (Perls 1942/1992, xvii).
Por consiguiente, el instinto de muerte se transformó en la idea de la agresión
positiva. Lo que una persona común podría considerar un oxímoron y que puede
considerarse como el resultado de una lógica torpe (véase Staemmler & Staemmler
2009)1, terminó haciendo carrera como concepto central en la teoría de la terapia gestalt.
También fue la fuente principal de nuestra jerga sobre el “metabolismo mental” que es,
por cierto, un término que Perls tomó prestado de Smuts, que era biólogo. Aceptamos el
consejo de Perls “de ver el material psicológico como vemos el alimento físico” (Perls,
1942/1992, 155). Para él ese era un concepto teórico básico, y no sólo una metáfora. Por
1
Este
texto
profundiza
con
gran
detalle
en
muchos
aspectos
que
sólo
pueden
tratarse
brevemente
en
este
documento.
2
lo tanto, aconsejó seriamente a sus lectores que “para entender y asimilar al mundo
tienen que hacer uso cabal de sus dientes” (ibíd., 232).
Así que, no decimos que reflexionamos sobre algo, sino que lo “masticamos”.
No decimos que adoptamos una opinión, sino que la “asimilamos”. No decimos que
rechazamos una propuesta, sino que la “escupimos”. El “modelo alimentario de las
relaciones organismo/medio ambiente” (Stoehr 1994, 91), lo que alguna vez Sartre
(1997) llamó irónicamente una “filosofía digestiva”, se ha convertido en un sello
distintivo de nuestra teoría.
También parece haberse convertido en una vaca sagrada. Es raro que en nuestra
bibliografía se desafíe el concepto contradictorio de la agresión positiva. La mordacidad
de nuestro pensamiento — o, ¿debería decir, literalmente, de nuestros dientes? — se
extravió en lo referente a este concepto. Durante muchos años “nos lo tragamos entero”.
Nuestro pensamiento crítico cayó rendido ante la milagrosa transformación del instinto
de muerte en agresión positiva. Mientras tanto, esta agresión presuntamente positiva
adquirió el estatus de un culto, de curación por la fe.
Me pregunto con frecuencia por qué este concepto nos ha atraído tanto. Mi
conclusión es que representa un sentido de vitalidad y energía desinhibidas, así como
una liberación de normas culturales restrictivas que dificultaban expresar los propios
sentimientos. Esos fueron algunos de los principales valores del zeitgeist de los años
sesenta y setenta, que nos inspiraron cuando primero aprendimos sobre la terapia
gestalt.
No nos dimos cuenta de que esa “agresión dental” era sólo una pequeña sección
dentro de una enorme gama de posibilidades de manifestación de la energía vital.
Confundimos la parte con el todo. Sin embargo, morder y digerir son sólo algunos
ejemplos de la multiplicidad de formas en que los seres humanos se involucran en un
intercambio con sus mundos. Para darles tan sólo dos ejemplos más, me gustaría
recordarles la respiración de una persona y el intercambio de miradas entre un bebé y su
madre, ninguna de las cuales, considero, tiene algo en común con la agresión dental.
Sin embargo, si vemos la agresión y la destrucción como las formas
paradigmáticas en que hacemos contacto con el mundo y, además, en que nos
santificamos, entonces el lado oscuro del mundo, también denominado mal, queda
simplemente negado.
Es más, la agresión que ha causado tanta muerte, dolor y sufrimiento, aparece
ahora como algo positivo con lo que vale la pena identificarse. Se trata, de una manera
muy literal, de una identificación con el agresor. Perls sugirió que “si tienes miedo de
lastimar a las personas, de atacarlas… deberías prestar atención al siguiente ejercicio:
imagínate arrancándole a alguien un pedazo de carne de un mordisco” (1942/1992,
232 — cursivas agregadas). Y para quienes pueden sentir escrúpulos al involucrarse en
esta fantasía casi caníbal, ofreció la siguiente racionalización, invocando otra vez de
manera paradójica la teoría de los impulsos:
Pueden condenar dicho ejercicio como atroz y cruel, pero esta crueldad es parte
inherente de su organismo tanto como del de los animales en su lucha por sobrevivir. Su
agresividad biológica debe encontrar algún canal de salida en alguna parte y de algún
modo; detrás de la máscara de hasta la persona más plácida, de una persona con un
carácter dulce e indulgente, yace una naturaleza agresiva latente que deberá salir de una
u otra manera … (ibíd., 233 — cursivas agregadas).
3
Mundial, fundador de nuestro acercamiento terapéutico, recurrió a estos medios cuando
desarrolló su teoría. Lo que sí sé es que generaciones de terapeutas gestalt, incluyendo a
la mía, han abrigado el culto de la agresión positiva por muchos años. Le creímos a
nuestro fundador sin cuestionarlo cuando escribió:
…imaginar una persona contra la cual tiene algún resentimiento. Dile exactamente lo
que piensas de él/ella. Déjate llevar; sé tan emotivo como desees; rómpele su maldito
cuello; insúltalo como nunca insultaste a nadie antes… Que no te preocupe avergonzarte
de haber sido tan “bobo” (ibíd., 297).
Al mismo tiempo, hemos ignorado todas las pruebas empíricas que demuestran
que la expresión catártica de la ira no conduce a menos agresividad, ¡sino a más! (Véase
Bushman, Baumeister & Stack, 1999). En un documento titulado: “Ventilar la ira:
¿alimentar o extinguir la llama?”, Bushman lo resume de la siguiente manera:
Para reducir la ira y la agresión, el peor consejo posible que podemos darle a las
personas es que se imaginen el rostro de quien los ha provocado en una almohada o saco
de boxeo mientras lo agarran a golpes… Seguir estos consejos sólo aumenta la
agresividad y enojo de las personas. (Bushman 2002, 730)
También hemos cerrado los ojos ante las investigaciones que demuestran que la
activación repetida o continua de los estados físicos agresivos daña la salud de la
persona enojada (Williams & Williams 1992) — por no mencionar el daño a sus
relaciones.
Por supuesto, hace muchos años que la mayoría de nosotros dejamos atrás los
procedimientos catárticos. Entendimos, intuitivamente, que no rinden los resultados
deseados y no van de acuerdo con el enfoque en la relación terapéutica. Sin embargo,
aún es ampliamente aceptada la teoría en la cual se basaban, aunque en Ego, Hunger
and Aggressiveness, Perls no profundiza mucho en las relaciones humanas; profundiza
principalmente en el tema del organismo hambriento,2 y dicho organismo es codicioso,
calenturiento y egocéntrico— dominado por sus impulsos biológicos.
2
Incluso en Gestalt Therapy (Terapia Gestalt), que en algunos sentidos va más allá que Ego, Hunger and
Aggresison, encontramos la teoría del “metabolismo mental” en muchos lugares. He aquí un ejemplo:
“Cada organismo en un campo crece mediante la incorporación, digestión y asimilación de nueva materia,
para lo que hace falta destruir la forma existente dividiéndola en sus elementos asimilables, trátese ya sea
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Sin hacer caso de los errores en cuanto a las categorías, Perls aplicó al dominio
psicológico, interhumano, una teoría biológica de la nutrición, convirtiéndola en una
teoría general del contacto —no sólo del contacto el organismo con el alimento, sino
también del contacto personal entre los seres humanos. Desde su visión, las necesidades
individuales de la persona se convierten en directrices de sus acciones. La otra persona
sólo existe como un medio para satisfacer las propias necesidades. Y estas necesidades
deben ser penetradas mediante el uso de la agresión.
(Por cierto, en el Budismo a eso se le considera apego al propio ego y
necesidades). Como resultado de este apego, al final hay una falta de respeto a la
alteridad del otro; las consideraciones éticas quedan fuera de escena; el Tú posible es
degradado y tratado como un Ello.
En este contexto, quisiera honrar a Phil Lichtenberg citándolo con un comentario
que me parece de suma importancia. Escribió:
Si una persona tuviera deseos definitivos al inicio de una relación e insistiera en que
fueran cubiertos sin alteración, esa persona estaría ignorando la verdadera naturaleza
relacional del funcionamiento humano e inherentemente estaría fomentando relaciones
de dominación y sumisión (Lichtenberg y Gray 2006, 24).
Si la tensión del hambre arrecia, el organismo reúne las fuerzas que tiene a su
disposición. El aspecto emocional de este estado se experimenta primero como
irritabilidad no diferenciada, después como enojo, y finalmente como ira. La ira…
encuentra un canal de salida en la agresión, en la enervación del sistema motriz como un
medio para conquistar el objeto que se necesita. Después de la “matanza”, el alimento
mismo debe ser atacado. (Perls 1942/1992, 136 — cursivas agregadas)3
Considero que es trágico que Perls, quien comenzó a liberar a la agresión de sus
supuestas raíces en el instinto de muerte y a transformarla en una función positiva,
perdiera contacto con sus intenciones positivas originales. Parece concebir a los seres
de alimentos, una conferencia, la influencia de un padre, la diferencia entre los hábitos domésticos de un/a
compañero/a y los propios” (Perls, Hefferline y Goodman 1951, 341).
3
A veces se argumenta que las ideas que formuló Perls en su primer libro difieren de las de Gestalt
Therapy. Yo no creo que esto se aplique a la teoría de la agresión: “Con la excepción de la sorprendente
recapitulación de Paul Goodman sobre el conjunto de la obra de Perls y la sección de Goodman sobre
“Verbalización y poesía” en la sección de teoría del libro… no hay nada en Perls, Hefferline y Goodan
que no esté en Ego, Hunger and Aggression” (Kitzler 2006, 46). Por ejemplo, Perls et al. escribieron: “La
aniquilación, la destrucción, la iniciativa y la ira son funciones de un buen con-tacto, necesarias para el
sustento, el placer y la protección de cualquier organismo en un terreno difícil” (1951, 345).
5
humanos, esencialmente como bestias, y termina intercediendo por un vocabulario
militar de “conquista” y “matanza”. No es de sorprender la consecuente visión pesimista
del hombre y de la soledad. En su autobiografía Perls afirma:
Todo esto puede ser comprensible biográficamente, pero nosotros, hoy en día,
¿realmente queremos creer en la idea del hombre como bestia solitaria vagando por ahí
en busca de presas para satisfacer su hambre? No lo creo.
Sin embargo, desde el primer momento encuentro en mi mundo de vida a prójimos que
aparecen no sólo como organismos sino más bien como cuerpos dotados de consciencia,
como hombres, al igual que yo. Mejor dicho, la conducta de un prójimo no es un evento
espacio-temporal, sino acción, como la mía. Es decir, está inmersa en significados-
contextos para ellos (Schütz & Luckmann 1973, 15).
Así que creo que llegó el momento de hacer un cambio en la teoría de la terapia gestalt.
Pero también hay espacio para la continuidad, si aprovechamos la opinión de Perls,
según la cual cualquier innovación teórica
…debe venir precedida de una purga inclemente de toda idea meramente hipotética;
particularmente de todas las hipótesis que se han vuelto rígidas, de las convicciones
estáticas y que, en las mentes de algunos, se han convertido en realidades en vez de
teorías elásticas, y que están pendientes de ser re- y re-examinadas. (Perls 1942/1992,
xiv).
Supongo que en lo que he dicho hasta ahora, ha quedado claro que dicha re-
examinación deberá hacerse en distintos niveles, incluyendo el nivel relacional entre los
seres humanos. Obviamente, este nivel puede describirse mucho más adecuadamente
con la terminología de Buber y otros filósofos dialógicos, que con la teoría de la
agresión de Perls. En este sentido, me gustaría remitirlos a los escritos de Gary Yontef
(1993; 1998; 2002), Lynne Jacobs (1989; 1998; 2003; 2005), Rich Hycner (Hycner &
Jacobs 1995; 2010) y otros.
A continuación me gustaría centrarme en otros niveles. El primero tiene que ver
con una distinción que mencioné antes brevemente. Ya en 1939, en el título de su
conferencia “Cómo educar a los niños para la paz”, Laura Perls aclara sus intenciones,
con las que concuerdo cabalmente, y que también aplico a mi trabajo terapéutico. En esa
conferencia resume la teoría tradicional de la agresión y hace un comentario interesante:
Lamentándose del estilo educativo de los padres, que suprimen ciertas conductas en sus
hijos, primero afirma que son castigados “… no sólo… por su supuesta ‘travesura’, sus
llantos y gritos, mordiscos, patadas, rasguños, romper y rasgar cosas, sino también…
por su curiosidad y su sed de conocimiento” (1992, 39 — cursivas agregadas). En una
segunda afirmación, muestra empatía por los adultos: “Por supuesto, la sed de
conocimiento y agresividad física del niño son difíciles para los adultos. Se requiere de
demasiado tiempo y paciencia para su satisfacción…” (ibíd.).
En un tercer sitio, unas páginas más adelante, escribió:
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La agresión no sólo es una energía destructiva, es la fuerza subyacente a todas nuestras
actividades, sin la cual no podríamos hacer nada. La agresión no sólo nos hace atacar,
también nos hace enfrentar las cosas; no sólo destruye, también construye: no sólo nos
hace robar y hurtar, también está detrás de nuestros intentos por asir y dominar aquello a
lo que tenemos derecho. (ibíd., 42f. — cursivas agregadas)
En estas tres citas encontramos que, aunque Laura Perls siempre habla de un
concepto teórico, “la agresión”, usa continuamente el patrón lingüístico de “no sólo…
también…”.
De este modo está describiendo dos tipos de fenómeno: la “agresividad” por un
lado y la “curiosidad” por el otro. La distinción de estos dos tipos de fenómenos no sólo
era fenomenológicamente sofisticada, también resultó ser visionaria en la historia de la
investigación de las motivaciones. Sin embargo, refutaba el concepto teórico que habían
desarrollado ella y su esposo.
Esta distinción era fenomenológicamente certera, porque hay una gran cantidad
de diferencias entre las maneras respectivas en que las personas experimentan lo uno o
lo otro. En primer lugar, el blanco de la agresión suele ser fuente de aversión, mientras
que el blanco de la curiosidad suele ser —al menos potencialmente— atractivo. En
segundo lugar, la actitud básica en la agresión es “contra”; en la curiosidad es “a favor”.
En tercer lugar, en la agresión el tono de sentimiento es angustiante; en la curiosidad es
hedonista. En cuarto lugar, en la agresión el foco de atención se hace estrecho; en la
curiosidad, se amplía. Y lo último, pero igualmente importante, es que la función social
de la agresión es distanciar y separar, mientras que en la curiosidad es conectar y crear
lazos.
Esta distinción fue visionaria porque hoy en día en la psicología de la
motivación la mayoría de los investigadores están estableciendo distinciones similares a
la que ya había presentado Laura Perls en 1939. Suelen distinguir cinco o seis sistemas
de motivación distintos en los seres humanos. Dos de ellos son relevantes para el
presente planteamiento.
Graumann, por ejemplo, habla por un lado de la “agresión” y por el otro, de la
“investigación” o “exploración”. Ford, otro investigador, distingue entre la “irritación-
enojo-ira” por un lado y la “curiosidad-interés-estímulo”, por el otro lado.
Joseph Lichtenberg, psicoanalista e investigador que estudia a los bebés,
distingue cinco sistemas de motivación, entre ellos “la aversión mediante el
antagonismo” y “la exploración y afirmación”.
Y el último, pero no menos importante, es Jaak Panksepp, neurocientífico, que
también identifica dos sistemas de motivación distintos, con base en sus reflexiones
sobre los circuitos neurológicos y los sistemas de transmisión. Los llama IRA y
BÚSQUEDA.
En resumen, debemos hacer una distinción clara entre los dos sistemas, sin
importar cómo los nombremos. En otras palabras, ¡apoyar la exploración y la seguridad
no es lo mismo que apoyar la agresión! Por lo tanto, creo que debemos dejar de incluir a
los dos sistemas de motivación bajo el mismo término: “agresión”. Los clientes que
confunden lo uno con lo otro, típicamente no pueden afirmarse sin volverse hostiles o,
si han introyectado que no deben ser agresivos, tampoco se permiten ser asertivos y
exploradores.
Joseph Lichtenberg proporciona una maravillosa ilustración de esto. Cito:
El temor, la vergüenza y la culpa son los afectos que los padres suelen evocar con más
frecuencia para erigir prohibiciones en contra de las actividades exploradoras-asertivas
que consideran peligrosas o dañinas: trepar sillas que pueden caerse, correr hacia la
calle tras una pelota, arrebatarle un juguete a otro niño, jalar los aretes o lentes de la
7
madre para inspeccionarlos. Hay una interacción sutil pero importante en la percepción
que tiene el padre del motivo del niño. Los padres que reconocen la actividad de su niño
como exploradora y autoasertiva, de naturaleza lúdica, tras prohibir de manera efectiva
una empresa peligrosa, ayudarán al niño a pasar a otra meta exploradora-asertiva, que
incluirá la exploración del peligro en el momento apropiado. Los padres que consideran
la actividad exploradora-asertiva del niño como aversiva, es decir, como antagonista y
rebelde porque no les agrada, avergüenzan al niño tachándolo de tonto, malicioso y
malo. En consecuencia, el niño confundirá la asertividad con antagonismo y sentirá que
desarrollar de manera persistente una agenda autoconcebida es algo vergonzoso y
malvado (Lichtenberg et al. 1992, 55).
Sin embargo, como todos sabemos, la psicoterapia no tiene que ver sólo con la
conducta; en un sentido amplio también tiene que ver con las actitudes, las emociones y
9
otros aspectos de la interacción humana. Así que examinemos las preguntas clínicas
prácticas, con mayor detalle.
Si pienso en aquellos de mis clientes que tienen problemas con sus estados
agresivos, suelen entrar en una de dos categorías. Primero están quienes tienen
problemas para sentir y/o expresar su enojo y sufren de distintas maneras por esta falta
de awareness y de expresividad, por ejemplo desarrollando úlceras estomacales o
depresión u ocasionales explosiones de ira. Son el ‘clásico’ cliente de “enojo al
interior”, más o menos bien adaptado, para quien la terapia está asociada con la
esperanza de liberarse de restricciones culturales introyectadas que los conducen a
suprimir e inhibir sus emociones y su vivacidad. Quizás también son los que Perls tenía
en mente al desarrollar sus procedimientos catárticos.
El segundo grupo parece estar aumentando en las últimas décadas. En algunos
sentidos estas personas parecen personificar lo que los sociólogos y filósofos de nuestro
zeitgeist describen como el típico contemporáneo “histriónico” (véase Winterhoff-Spurk
2008). Estoy pensando, por ejemplo, en aquellos clientes etiquetados como
personalidades “Tipo A” en la bibliografía de las investigaciones de los años 60 y 70.
Una persona denominada de “Tipo A”, se caracteriza por un fuerte sentido de propósito,
ambición y lucha por el éxito; impaciencia y prisa; irritabilidad y creciente disposición
al enojo y al comportamiento agresivo.
Una etiqueta diagnóstica más reciente para las personas con rasgos similares se
denomina “Desorden Explosivo Intermitente”. Las personas con DEI pueden atacar a
otros y a sus posesiones, causando daño físico y a la propiedad. A veces los envían a
terapia miembros de su familia o funcionarios, a veces acuden voluntariamente porque
ven el daño que hacen a los demás, pero no son capaces de cambiar sus conductas de
“enojo al exterior”.
Estas personas no tienen dificultad para sentir y expresar su enojo, incluso con
frecuencia exteriorizan su agresión. Normalmente, su esperanza es recibir apoyo para
aprender a “controlar” su enojo de maneras que aún desconocen.
Los problemas de estos dos grupos de clientes y de lo que esperan de la terapia
son de distintas clases, y necesitan distintas clases de apoyo terapéutico. Sin embargo,
resulta interesante señalar que también tienen algo en común. Uno de estos puntos en
común, por ejemplo, queda corroborado con relación a la presión arterial.
El diagrama muestra que en grados de relevancia estadística, tanto en el grupo
de “enojo al interior” como en el grupo de “enojo al exterior”, ¡la presión arterial
aumenta en correlación con la intensidad del patrón respectivo! (Véase Spielberger et
al. 1988). Es decir, en ambos grupos se activa el mismo patrón fisiológico agresivo.
Presión arterial
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Las personas de “enojo al interior” no suelen experimentar esta activación como
sentimientos de enojo; quizás simplemente desarrollan cardiopatías coronarias u otros
síntomas. La fisiología en sí misma permanece muda. Así que cualquier terapia que
ayude a estos clientes a cobrar consciencia de la activación de su patrón agresivo y de su
enojo, los ayudará a entender mejor las situaciones en las que se activa el patrón; es
decir, la reacción fisiológica podrá experimentarse como aspecto de una emoción de
enojo y, por lo tanto, como una respuesta social. Por lo tanto, les ayudará a enfrentar
estas situaciones de formas comunicativas y conductuales. Por supuesto, sólo podemos
establecer un intercambio comunicativo sobre las situaciones problemáticas con los
demás, si estamos conscientes de que estamos activando sensaciones y sentimientos
aversivos. De esta manera la persona se abre a una gama importante de nuevas opciones
de interacción. Estos son, en resumen, los aspectos útiles de la manera en que hemos
trabajado tradicionalmente con los clientes de “enojo al interior”.
Sin embargo, hay dos dimensiones que nos son manejadas y tratadas en este tipo
de trabajo. La primera dimensión es la de la expresión. Si cobras conciencia de tu enojo,
adquieres la opción de expresarlo. Pero hay distintas formas de hacerlo: Puedes
establecer un diálogo respetuoso, o puedes actuar de manera abusiva. Puedes comenzar
a negociar la situación problemática con la otra persona, o puedes gritarle o hasta darle
de golpes, que es exactamente lo que tienden a hacer las personas enviando su agresión
hacia fuera (“anger out”) y lo que, casi inadvertidamente, les hemos enseñado a hacer a
nuestros clientes cuando los animamos a que golpeen las almohadas que colocamos en
sustitución de las personas relevantes.
Yo sostengo que la expresión respetuosa o, si prefieren, de contacto, debe
también volverse tema de estudio, tanto en nuestra teoría como en nuestra práctica. Este
tema no sólo debe discutirse respecto a la relación entre la expresión y el awareness, y
no debe limitarse al aspecto catártico de la expresión de los sentimientos en el sentido
de tratar de “deshacerse” de ellos como si fueran basura. Como podemos leer en Gestalt
Therapy, “una emoción es el awareness integrador de la relación entre el organismo y el
medio ambiente” (Perls et al. 1951, 407) o, como prefiero decirlo, entre la persona y su
Mitwelt. Así que, predominantemente, una teoría de la expresión tendrá que tratar con
los aspectos relacionales de la expresión, incluyendo su impacto relacional.
La segunda dimensión tiene que ver con la activación original del patrón
fisiológico agresivo y el enojo: ¡Cobrar consciencia del hecho de que estás agresivo y
enojado no equivale a estar consciente de cómo te pusiste agresivo y enojado en primer
lugar! Aquí hay otra gama de opciones a descubrir, se trata de la gama de distintas
maneras en que una persona puede interpretar una situación social problemática. En
otras palabras, estamos entrando al terreno de la hermenéutica personal de la agresión.
Los seres humanos no somos máquinas de estímulo-respuesta. Atribuimos significado a
los estímulos y después respondemos a esos significados.
Me gustaría profundizar en esto con más detalle en lo relativo al enojo y la
agresión. Para ello es útil tener una idea de lo que es una emoción.
PERSONA
Motivación/
EMOCIÓN
Contexto
11
metas,
expectativas
Expresión
Preparación
Conducta
Situación
Percepció Valoración
Sentimiento
de
conducta
Examinemos el cuadro al centro de este diagrama. Describe los cuatro aspectos
de cualquier emoción. Sin embargo, no sólo describe las partes de esta emoción,
también muestra la secuencia temporal de su activación. Primero viene la valoración,
seguida de las otras tres partes en sincronía: la regulación física, el sentimiento y la
expresión. Lo que se llama “valoración” es la interpretación que hace el respectivo
individuo de lo que percibe en una situación dada. Dependiendo de esta interpretación,
las otras tres partes se activan de una manera apropiada según la valoración.
También podríamos decir que las emociones incluyen juicios, de los cuales es
responsable la persona que los aplica. Puesto que son juicios, pueden ser cambiados: “Si
me convences de que John no me ha ofendido, no sólo concluyo que mi enojo es
irracional, injusto o impropio. Dejo de estar enojado”. (Solomon 1980, 261 — cursivas
en el original). En otras palabras, si mi valoración cambia, también cambia mi
sentimiento (al igual, por supuesto, que mis reacciones fisiológicas y mi expresión).
Ciertamente, no estoy diciendo que debemos convencer a nuestros clientes de no
estar enojados, pero quiero señalar el aspecto de una emoción que es fácilmente
accesible a la influencia terapéutica, porque puede hacerse consciente y explícita.
Para cada una de nuestras emociones hay una valoración típica. A estas
valoraciones también se les llama “temas relacionales centrales” porque describen la
esencia de cómo una persona se relaciona emocionalmente con las situaciones.
Permítanme darles dos ejemplos, siendo el primero la tristeza.
Para la tristeza puede expresarse la valoración con las palabras: “He
experimentado una pérdida irrevocable”. Digamos que te robaron tu amado automóvil
deportivo. Para sentir tristeza debes interpretar esa situación como una pérdida
definitiva. Pero quizás evalúas la situación de una manera distinta, quizás lo ves como
un ataque contra tu propiedad y tu integridad personal. Entonces te vas a enojar.
El tema relacional central para el enojo puede expresarse con las palabras: “He
experimentado una ofensa denigrante contra mí y/o contra los míos”. En esta breve frase
se incluyen varios detalles importantes, de los cuales puede alertar el terapeuta al
cliente, si lo que desea es trabajar con la tendencia excesiva del cliente a enojarse o
actuar agresivamente.
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¿CÓMO ENTENDER Y ACOMPAÑAR, DESDE TERAPIA
GESTALT, A QUIEN HA VIVIDO UNA VIOLACIÓN
SEXUAL?
Martha E. González Cisneros (*)
R e su m e n
E l co n tex to , tan to terap éu tico co m o c o n c e p tu a l, se e sta b le c e c o m o e je re c t o r p a ra u b ica r
u n a p o sib ilid a d d e a b o rd a r la v io la ció n co m o ca m p o d e tra b a jo y d e estu d io . A p a rtir d e
lo a n terio r, es p o sib le tra z a r ca m in o s q u e a co m p a ñ en esto s p ro ceso s p a ra la p erso n a
lecto ra y q u e o rien ta la v isió n p ro fesio n a l. D e la m ism a m a n era , d ev ela a q u ella p a rte d e la
tera p ia q u e in clu ye el tra b a jo co n el cu erp o , su s fu n cio n es y rela cio n es, to d o co n la
in ten ció n d e m ejo ra a la v id a d el p a cien te.
En la violación sexual no importa la edad, el género, el grupo étnico, la situación económica, la clase social, la
religión, ni el lugar o la forma en que se está vestido; la violación sexual puede ocurrir en donde sea y le
puede a pasar a cualquiera.
Es de fundamental importancia señalar que aunque la violación en sí es muy dolorosa,
humillante y degradante, ya que implica miedo, no sólo al hecho en sí; pues existe hasta la
posibilidad de perder la vida (es bastante común que se utilicen armas de fuego o golpes para
someter a la víctima), la violación también se puede transformar en un triunfo –muy doloroso por
cierto- para la persona misma y su propio crecimiento personal.
En este artículo se pretende desarrollar un trabajo descriptivo con el fin de dar a conocer lo
que implica para una persona ser violada sexualmente y cuáles son las secuelas de este evento. Está
dirigido a psicoterapeutas gestálticos, a quienes se les sugerirán algunos caminos para el abordaje
terapéutico de este problema, y un nuevo enfoque para comprender a la persona que ha sido
violada, con todos sus sentimientos y sensaciones, generalmente contrapuestos, que pueden
experimentar en el momento de la violación sexual.
Además, es un intento para hacer consciencia que la violación es un parteaguas en la vida de
la persona que la ha vivido. Que es preciso analizar los problemas que enfrenta el paciente tanto en el
momento de la violación, como después de ella, así como las implicaciones de este suceso para su
familia, pareja y otras personas cercanas. Es trascendental que el terapeuta se dé cuenta que la
recuperación de la persona violada, no se da de la noche a la mañana; y que probablemente se tarde
mucho tiempo, inclusive para hablar de su situación o en aceptar trabajarlo, y tal vez un poco más, en
sanar y seguir adelante.
Es importante señalar que los estudios realizados por Comunicación e Información de la Mujer,
A.C. (CIMAC) confirman que cada 18 minutos ocurre una violación en nuestro país. Mientras que
en Estados Unidos, el Centro Nacional para Víctimas del crimen (National Center for Victims of Crime)
reporta que son violadas cada hora 78 mujeres. En estos artículos no se mencionan las violaciones
a hombres, a niños o a ancianos y tampoco se habla de quienes no denuncian la violación.
Como cualquiera puede ser parte de esas cifras, es muy probable que lleguen a nuestro
consultorio personas víctimas de violación. Si no sabemos qué hacer y qué no hacer, es posible que
en lugar de ayudar a que la persona se recupere, se corra el peligro de dejarla en un estado todavía
(*) Mtra. Martha E. González Cisneros. Radica en la Ciudad de Puebla, es Psicoterapeuta Gestalt por el IHPG, Maestra en
Psicología Clínica con Especialidad en Terapia Familiar Sistémica por la UPAEP y tiene la Especialidad en Sexualidad y también en
Pareja desde el enfoque gestáltico. Tiene un Espacio Terapéutico llamado LunaSol donde trabaja con individuos, parejas y familias. Se
especializa en sexualidad, parejas y violencia sexual. Además da conferencias, talleres vivenciales y pláticas en Escuela para padres de
diferentes institutos. También es profesora en la licenciatura en psicología del Instituto Carl Rogers.
peor del que llegó. Es importante tener en cuenta que sí es posible ayudarla a recuperarse y si como
psicoterapeutas estamos presentes, podremos facilitarle el comienzo de una nueva vida;
autoapoyarse y amarse como el ser humano valioso que es. A no verse más como “la violada o el
violado”.
Por lo tanto, este trabajo se divide en cuatro apartados. En el primero se explicará qué es la
violación sexual, cuáles son los mitos con respecto a ella. En el segundo apartado, se describirá lo
que le sucede a la víctima durante la violación y después de ella. En el tercer apartado, se darán a
conocer cuáles podrían ser los primeros pasos para comenzar a tratar a una persona que ha sufrido
violación sexual y se hablará sobre posibles abordajes terapéuticos tomando en cuenta, desde luego, a
la Psicoterapia Gestalt. Por último, en la cuarta parte, se genera la conclusión del artículo.
Tipos de violación
Se considera que existen en general dos tipos de violaciones en el ámbito sexual: la violación
“premeditada” y la “accidental”. Dentro de la premeditada está la violación marital, la violación
como acto de guerra, la violación por un miembro de la familia o la violación por un conocido no
miembro de la familia. En la “accidental” se ubica la violación por un desconocido. Como puede
verse, la diferencia estriba en la planeación. Cabe señalar, que no es lo mismo tener un arma de
fuego en la sien, que no tenerla, y que no es lo mismo estar sola que estar viendo como amenazan la
vida de alguien significativo.
En México, el Código Penal Federal clasifica a la violación en el artículo 266 como violación
simple cuando es realizada por un solo agresor y como tumultuaria, a la que conlleva la
participación de dos o más sujetos. Si se trata de parientes consanguíneos, es considerada como
incestuosa y es equiparada cuando se realiza con menores de 12 años o personas incapaces de
comprender el significado del hecho y sin que haya existido violencia, o bien cuando se introduce por
las vías referidas, cualquier instrumento distinto al miembro viril en menores de 12 años o personas
que no puedan comprender el hecho. (Instituto de Investigaciones jurídicas loc.cit.).
Entre los mitos más frecuentes sobre las causas de la violación está el que considera que “la víctima
es la responsable de lo que le ocurrió”. De hecho, eso también lo creía yo. Ahora considero que una
mujer, aunque esté desnuda y elija querer tener una relación sexual si en algún momento ya no quiere
continuar, y si su pareja insiste en continuar sin su permiso... esto también es violación. Otras
veces se cree que “como la víctima no dijo nada, es que le gustó”. Sin embargo,
Otro mito es que “no ocurre seguido”. Sin embargo, las cifras citadas al principio, hablan de
lo contrario. Es doloroso, humillante y degradante, no sólo por lo que hace el agresor quien por
cierto, es el único responsable de la violación, sino también por lo que hace, dice o no hace la
familia y las personas significativas para la víctima. Otro mito es que “no fue para tanto... ni siquiera
la golpeó” o, “pero si no se queja, de seguro se siente culpable, hasta le gustó”. O también “ella fue
la que me provocó con su vestido... con su mirada... con su boca..., etcétera”.
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¿Quiénes son los violadores?
En general se considera que un violador es aquel que mediante el poder (ya sea por tener un arma de
fuego, por amenazas, por ser alguien conocido y de mayor autoridad, etc.) somete a su víctima sin
importarle lo que a ella le pase, necesite o desee; no respeta los límites de la otra persona, no pide
permiso, sólo invade. Algunas veces además de la violación, utiliza violencia física, e incluso puede
llegar a contagiar enfermedades sexualmente trasmitidas y en el “menor de los casos”, se puede
producir un embarazo no deseado. No creo que exista justificación para que alguien viole a otra
persona, por lo que a este artículo lo que realmente le importa es trabajar con la persona que vivió
este tipo de ataque.
Durante la violación sexual a la víctima le pasan muchas cosas, hay sentimientos y sensaciones
entrelazados. En la mayor parte de los casos sucede que la víctima se encuentra haciendo cosas
cotidianas, durmiendo, yendo a clases, al trabajo, haciendo tarea, yendo de compras, etc. El ataque,
generalmente la toma por sorpresa y la mente de la víctima es presa de incredulidad. (¡esto no me está
pasando a mí!, ¡es un sueño!, ¡no pude ser!); su mente se agita mientras trata de entender lo que está
pasando y lo que está sintiendo; de pronto, no sabe si lo que está viviendo es real, o no. Para quien
vive un momento traumático, como lo es una violación sexual, todo lo que hace o no hace durante
la violación sólo sirve para algo: para sobrevivir y ése es el primer y último fin de la víctima:
tratar de sobrevivir.
Cada persona reacciona de diferente manera, por lo que no hay un estándar para medir lo que
a cada quien le pasa. Lo que a lo mejor sí se puede generalizar, son ciertos rasgos, ciertos
sentimientos y ciertas sensaciones. Sin embargo, no hay que olvidar que cada persona lo vive muy
diferente y que eso es lo que no se puede clasificar ni generalizar.
En el momento de un ataque sexual se vive un conflicto de lealtades. Una cosa es lo que se siente y,
otra muy diferente, lo que se desearía sentir. De pronto, los sentimientos de miedo, enojo, tristeza,
abandono, vergüenza y tal vez, hasta de culpa, se entremezclan de forma tal, que ninguno sale y, al
mismo tiempo, todos quieren salir. Afortunadamente también está un deseo inmenso de vivir y, por
instantes, contrariamente, de dejarse morir. Existe frustración e impotencia siendo estos los
sentimientos más fuertes y significativos en este lapso. Sobre la base de una amplia investigación,
insisto en que, aunque cada persona vive de forma distinta y en diferentes grados el momento de la
violación, existen las siguientes sensaciones y sentimientos comunes que me permito reportar a
continuación. Cabe aclarar que la mayoría de los sentimientos que se experimentan, son
introyectados con excepción del miedo y del enojo que, como conocen los terapeutas, forman parte
de los sentimientos primarios o innatos. (MATEA). A éstos se agregan además otros sentimientos
existenciales (Myriam Muñoz, p.5, 2004).
Sentimientos innatos
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Miedo. Podría decirse que a consecuencia de una violación se enfrentan dos miedos generales: Uno,
es el miedo a morir, que se da sobretodo cuando la vida de la persona está siendo amenazada con
armas de fuego, o cuando se está amenazando con hacerle daño a algún ser querido si no coopera. Y
dos, miedo a la vida, ya que consciente o inconscientemente la persona sabe que su vida ya no podrá
ser como antes. De hecho muchas personas, tienen miedo de valer menos ante los demás por haber
sufrido un ataque sexual. Tienen miedo de ya no ser amados. Además si eran vírgenes antes del
ataque sexual tienen miedo de ser rechazadas puesto que la sociedad “machista” no lo perdona.
Existe además miedo a quedar embarazada, a contraer alguna enfermedad de transmisión sexual que
en el peor de los casos podría ser el VIH.
Enojo. Durante una violación puede experimentarse enojo con la vida (¿por qué a mí?), contra Dios
(¿por qué lo permitiste?) contra la pareja (¿por qué no me cuidaste?, ya sea porque la persona siente
que la pareja “debió” hacer algo milagroso para que nada le pasara o porque es la misma pareja la que
la está violando). Puede además experimentarse enojo en contra de la familia, por no haberla
protegido. Y lo que me parece más importante, la víctima puede sentir un gran enojo hacia su propia
persona, ya sea porque se acuerda que le advirtieron que “no fuera o confiara en tal”, o porque en el
momento, no pudo hacer nada para que se detuviera la violación o porque sus sensaciones
corporales la traicionaron y sintió lo que “se supone” que no debería sentir.
Sentimientos introyectados:
Vergüenza. Según Fossum y Mason se refiere a una humillación tan dolorosa, a una turbación tan profunda
y a una sensación de estar tan completamente disminuido, que uno siente que va a desaparecer como por arte de magia.
La vergüenza involucra a toda la persona y al valor propio de un ser humano (p. 17, 2003). Mientras que para
Yontef, es el sentimiento que acompaña a la experiencia de “no estar bien” y/o “no ser suficientemente apto” (p.
455, 2003). En la agresión sexual hay una violación al pudor personal, a la intimidad sagrada de la
persona. A la víctima no le piden permiso para entrar a ese espacio sagrado y único de su ser y de su
vida, por lo que experimenta vergüenza por la intromisión de algo ajeno que en su vida. También hay
vergüenza de que los demás sepan lo que le pasó y crean que ya no es una persona pura, inocente o
decente. Si además esas personas significativas se lo reprochan, se incrementa la vergüenza que la
persona, de por sí, ya siente.
Culpa. Yontef con referencia a la culpa menciona que ésta es el sentimiento que acompaña a la experiencia
de hacer mal, herir a alguien, violar algún código moral o legal (Ibid., p. 455). En víctimas violadas puede
vivirse un sentimiento de culpa, ya sea por haber estado “vestido provocativamente”, o por no
haberle hecho caso a alguien significativo que le advirtió de los peligros. Frente a la violación la
persona se va a culpar prácticamente de todo: ya sea por lo que hizo, por lo que dejó de hacer, por
lo que está sintiendo, o por lo que está pensando.
Impotencia irreal: Muchas de las personas que vivieron esa situación creen que realmente debieron
hacer algo para no permitir el maltrato y se culpan por no haber hecho más de lo que pudieron
hacer.
Sentimientos existenciales:
Angustia existencial. La persona que está siendo violada experimenta angustia, al no saber qué más
le va a pasar; no sabe si va a sobrevivir; no sabe cómo va a seguir viviendo. Se angustia porque se da
cuenta que no puede hacer nada y que está a merced del violador. El control de su vida y de
sus sensaciones, no le pertenecen en esos momentos.
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Impotencia real. La víctima experimenta una impotencia real; después de que trató de defenderse,
peleó, se enojó, gritó y lloró se da cuenta que no puede hacer nada más que esperar a que termine
todo y tratar de salir de ahí lo menos dañada posible. Es entonces cuando la persona cede su poder
al atacante. Deja de luchar y se resigna a lo que está pasando; es en ese momento cuando “comienza
su lucha por sobrevivir” y por recuperar su poder existencial. Es cuando comienza a hacer
“negociaciones” con la vida o con Dios; es cuando hace un recuento de su vida. Esto lo utiliza para
no perder la razón y para hacer ajustes creativos y salir avante de la situación. Si no hace esto se deja
morir y no me refiero, tal cual a la muerte física, sino a la psicológica y a la emocional.
Soledad. Considero que en la experiencia de la violación se toca profundamente la soledad y el vacío
existencial dado que no se cuenta con nadie más que con una misma. La persona se encuentra
luchando sola, sintiendo sola y desesperándose sola. En ese momento se vive de forma
profundamente personal y de cómo se viva dependerá su influencia negativa o positiva en el futuro
de la persona. Esta experiencia será un parteaguas en su vida, y no habrá marcha atrás.
Sensaciones
Dentro de las sensaciones quisiera compartir que la violación da origen a un embrollo sensorial. Hay
sensaciones corporales de asco, de escalofrío, sudoración, ardor, dolor, lubricación, resequedad, ya
sea de la boca, o de la vagina, o del ano. Hay sensaciones porque estamos vivos, aunque en realidad
en ese momento, sólo deseemos morir o por lo menos, desaparecer y aparentar que “no pasa nada”.
Que todo es una ilusión desagradable, que pronto pasará. Sin embargo, en algún momento se da
cuenta que es una realidad y que sí está pasando lo que se está sintiendo y vivenciando.
Durante la violación, hay una incongruencia entre lo que no se quiere sentir y lo que
naturalmente sucede en el propio cuerpo. De pronto, uno se da cuenta de que la vagina se humedece
aunque no se quiera. Parece como si las sensaciones corporales no le hicieran caso a la mente y al
propio corazón ¡Es algo tan amenazante! Paradójicamente, la persona se excita corporalmente
aunque su alma y mente, quisieran no sentir nada y salir corriendo. Rinna Reisenfeld explica esta falta
de control orgásmico, como una disfunción sexual en la etapa de la meseta durante el ciclo de
respuesta sexual humana. Así, aunque el cuerpo reaccione a esos estímulos externos, la persona que
es violada, generalmente no responde realmente a ellos, sino al contrario, casi siempre lo que está
sintiendo de forma sensorial es algo completamente ajeno a su voluntad y peor aún, cuando la
persona es lastimada o amenazada, las sensaciones son fantasmas, pues aunque la persona pueda sentir
sensaciones placenteras, no las vive como algo real.
Después de que ha pasado la violación sexual, la víctima enfrenta infinidad de desafíos: el primero y
más importante es el querer seguir viviendo a pesar de lo ocurrido. El desafío siguiente es el afrontar
las reacciones de la familia y/o de la pareja, ya sean positivas o negativas. Después, está la angustia
ante la posibilidad de haber quedado embarazada o de haber contraído alguna enfermedad de
transmisión sexual. En algunas situaciones se suma el desafío de seguir viendo o viviendo con el
agresor y de ingeniárselas para evitar que el suceso ocurra de nuevo.
Otra situación es el pensar y decidir si se va a denunciar el hecho ante las autoridades. En
caso que la víctima decida demandar, podría enfrentarse a una “segunda violación” que ocurriría
cuando los encargados del Ministerio Público la traten con tan poco tacto o prudencia al realizar los
exámenes e interrogatorios correspondientes. Entonces, cuando la persona cree que ya por fin no va
recibir citatorios, pues ya pasaron por lo menos seis meses o un año; hasta sucede que cuando
comienza a sentirse segura, de nuevo un buen día le llega otro citatorio y la experiencia de la
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violación no puede cerrarse. Por esta razón en la persona quedan asuntos inconclusos que, si no se
trabajan en terapia, pueden obstaculizar que cierre la herida.
Cuando la persona elija ir a terapia será cuando comienza su verdadero proceso de sanación. Por lo
que, como terapeuta es importante no violentar aún más a la persona, para que encuentre por
primera vez, tal vez desde el ataque, un espacio seguro para poder empezar a sanar Hay que tomar en
cuenta el:
- No juzgar a la sobreviviente por lo acontecido, ni hacerla sentir culpable.
- Nunca poner en duda su testimonio.
- No tomar decisiones y querer hacerlo todo por ella.
- No protegerla demasiado haciéndola sentir como si ella no pudiera hacer nada.
- Querer apurar el proceso de recuperación para que todo vuelva a la "normalidad", ignorando sus
sentimientos.
- Presionarla a que mantenga relaciones íntimas con su pareja, ignorando la magnitud del trauma por
el cual atraviesa (CCVS, 2000).
- No intentes en la primera sesión hacer ejercicios gestálticos de confrontación. Empieza con
Enfoque Centrado en la Persona (empatía, consideración positiva incondicional, contacto)
- Al principio de la terapia si la víctima te dice que “todo está bien”, por favor no te lo creas. Al
contrario, entre más te diga que está bien, cree precisamente lo contrario.
Recuerda que todas las formas de violencia sexual son actos de humillación que emplea el agresor para
demostrar su poder y superioridad. Toma en cuenta que se menciona que para que una víctima de violación pueda
empezar a recuperarse del trauma pueden pasar entre seis a dieciocho meses y en otros textos dicen que es entre seis
meses y seis años. Las reacciones ante el trauma varían de persona a persona y se manifiestan de
diferente manera como crisis emocional, depresión, aislamiento, suicidio. El Centro Nacional para las
Víctimas de Crímenes (The National Center of Victims of Crime) menciona que las posibles
consecuencias después de que ocurre una violación sexual podrían ser de tres tipos: físicas,
psicológicas y emocionales. Tomando en cuenta todo lo anterior, el trabajo terapéutico comienza
con:
Empatía. Lo primero que hay que hacer es creerle. Cuando la persona que está frente a ti comienza
a contar su historia no la interrumpas, no pongas palabras en ella y sobretodo, no pidas detalles;
espérate a que sea la persona quien te los dé. Ya que haya confianza podrías pedirle que hable de lo
que le pasó, pero no de forma directa, sino en forma de “fantasía”, es decir, que cierre los ojos y abra
una pantalla en su mente, y que te cuente el suceso no reviviéndolo en ella, sino viéndolo desde
afuera (siempre recordándole que está en un lugar seguro y que eso ya está en el pasado). Cuando
lleve más tiempo en terapia podrá trabajar esta fantasía, pero ahora siendo ella la protagonista.
Personalmente, creo que entre más lo hable, más sanador será para la persona. Ayúdala a darse
cuenta, que no está sola en el mundo; que hay personas que comparten experiencias similares y que
han salido adelante; sólo no menosprecies su propia experiencia. Ayúdala a que recupere la
confianza de que todo lo que hizo o no hizo, fue para sobrevivir y que por lo tanto, todo lo que
hizo en ese momento era lo único y lo más adecuado que se podía hacer y repíteselo las veces que
sea necesario durante todo el proceso terapéutico. Acuérdate que cualquier amenaza a la frontera del
Yo va a ocasionar que se defienda.
Toma en cuenta que, no solamente podrían llegar hasta tu espacio mujeres que han sido
violadas; también podrían llegarte hombres violados por otro hombres por lo que, sin
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importar el género de la víctima o la forma o el grado en que fue violada, hay que ayudarla a darse
cuenta de que no es culpable de que la violaran ya que muchas veces antes del ataque, la persona
hizo algo que le causó culpa o remordimiento (como haber tenido relaciones sexuales antes de
casarse, o bailar “cachondamente”, haber salido a tal lugar o con tal persona de la cual ya le habían
advertido que se cuidara, etc.) y después, cuando es violada, asume que es un “castigo divino” o “de
la vida” por “haberse portado mal”. Entonces hay que darle a conocer que lo que le pasó, nunca
debió pasarle ni a ella ni a nadie, pues nadie tiene derecho a irrumpir violentamente en su cuerpo sin
un consentimiento explícito. La integridad de la persona queda destruida temporalmente, los sentimientos
elementales de integridad física, fortaleza y autocontrol desaparecen y... pierde confianza en su capacidad de negarse, de
decir no (Everstine y Everstine, p.234, 2000). Nunca olvides la aceptación positiva incondicional que
recomienda Rogers.
Claudia Black (1991, p. 142) manifiesta que para darnos cuenta del grado de influencia en la
víctima y por ende, el grado y tiempo de recuperación esperable hay que tomar en cuenta los
siguientes aspectos:
Para Evestine y Everstine (2000, p.220 y 221), la intensidad del drama psicológico tiene que ver
con la interacción de varios factores:
1. El grado al cual fue violado el cuerpo. Los ataques que implican penetración corporal de cualquier naturaleza
(violación, acuchillamiento y disparo) son más traumáticos que aquellos ataques en los que esto no sucede.
2. El grado de miedo a morir en el ataque que la persona tenía.
3. La relación de la víctima con su atacante.
4. La localización del ataque, no es lo mismo ser atacados en su propia casa, a la que consideran un lugar seguro, que
fuera de ella, donde se supone que es más “normal” que suceda.
Por lo que tomando en cuenta lo anterior, lo más importante sigue siendo el acompañar a la persona
que vivió esa experiencia desde el camino del respeto y el apoyo terapéutico para que recupere se
poder interior y siga adelante.
Dar información. Necesitas hablar con tu paciente de las posibles consecuencias de una violación
sexual; es decir de la posibilidad de embarazo y de contraer enfermedades sexualmente transmitidas.
Es muy importante que no la alarmes más, simplemente coméntaselo. Además hay que saber si puso
o no una denuncia al respecto. También es importante darle a conocer (y conocer uno mismo), la
existencia de grupos de apoyo para personas que han vivido experiencias similares. Esto, más la
terapia individual, puede ayudarla un poco más en su proceso.
Evitar aislamiento. Como parte del proceso invítala a involucrarse en diferentes actividades que le
ayuden a su crecimiento personal sugiérele, que tome alguna clase; que salga con sus amigos (los que
son cercanos y la aceptan) a bailar, a jugar, a nadar, etc. Que se involucre en actividades físicas, que la
ayuden a comenzar a soltar el cuerpo y estar con ella. Es bueno invitarla a que “deflecte” de vez en
cuando, respetando también sus momentos de soledad y aislamiento. Considero que es básico
ayudarle a pensar las posibles redes de apoyo, estos es, ver con quién puede contar y con quién no,
para cuando viva un momento de crisis. Es muy importante que esas personas que forman la red
de apoyo, lo sepan, por lo que en alguna sesión puedes tanto invitarlos para platicar con ellos,
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como aprovecharla para que la paciente les exprese lo que necesita de cada uno. La red de apoyo
puede abarcar varias áreas en la vida de la persona: familia, escuela, amigos cercanos, iglesia, etcétera.
No olvides a sus seres queridos Es importante que tomes en cuenta a su familia nuclear y de
origen. No dejes a un lado a su pareja y a sus hijos. Su familia puede convertirse en una gran aliada o
en una gran enemiga. Es importante conocer el ambiente social en que vive la víctima y obtener todo
el apoyo posible del mismo. Es básico que la familia esté consciente que la persona necesita hablar y
contar su historia - a lo mejor muchas veces - pero sin obligarla, sin recriminar lo que pasó como si
hubiera sido su culpa. Intenta que vaya a una sesión por lo menos la familia y sus amigos más
cercanos para hablar con ellos y ayudarlos a comprender lo que pasó, y propiciar que hablen de su
enojo, tristeza, desesperación e impotencia. Si es necesario, recomiéndales que busquen una terapia
familiar o de pareja.
Toma en cuenta que según las estadísticas, pocas veces sigue una pareja junta después de una
violación y esto es, a mi parecer, porque no se habla del tema, porque no se reencuentran en lo
sexual, en la intimidad y porque no se toman en cuenta los sentimientos de la pareja, que de forma
indirecta, también se convierte en víctima. Decirle a su pareja, que no la obligue a retomar su vida
sexual hasta que ella esté lista de nuevo y si, por el contrario, la víctima cambia su comportamiento
sexual, de repente a “activo” será como un intento de mostrar “que todo está bien” y que la
violación “no le afectó en nada” aunque en su interior, aún tenga miedo o asco, aún a su propia
pareja y siga viendo el acto sexual como algo sucio y doloroso.
Teniendo en cuenta lo anterior. Quisiera compartir en este apartado, una posibilidad de trabajo
terapéutico desde la Psicoterapia Gestalt con el fin de orientar a los terapeutas sobre el tratamiento
de las víctimas de violación sexual. No es mi intención profundizar en los conceptos gestálticos, pero
sí de su aplicación durante el proceso terapéutico.
El terapeuta procurará trabajar para que, poco a poco, la persona pueda ir expresando los
sentimientos de enojo, miedo, impotencia irreal y real, soledad, angustia existencial, etc. La
acompañará a su ritmo y tiempo. Probablemente, lo primero que va a tocar es miedo; después culpa
y vergüenza y soledad en todo momento..., para llegar al enojo y la impotencia real (Myriam Muñoz,
2005).
En cuanto se crea un ambiente empático, lo siguiente que hay trabajar son las etapas del duelo, pues
la persona experimenta de forma real y emocional una muerte psicológica y espiritual. Es casi seguro
que vea divida su vida en, antes de la violación y después de la violación. Después de vivirse como víctima,
la persona pasa por un ciclo llamado de “respuesta y recuperación del trauma” que le ayuda a
proteger al yo durante y después de un acontecimiento traumático muy intenso (Sullivan y Everstine,
2000, p. 223). Este ciclo, se trabaja prácticamente igual que el proceso de duelo. Una de las
principales cuestiones que el terapeuta necesita hacer es acompañar a la persona, para que pase todas
las etapas de ese ciclo de respuesta y recuperación para lograr cerrar esa gestalt inconclusa y la
persona pueda seguir con su vida. El cuadro que a continuación se presenta, sirve para ubicar a tu
cliente de dos posibles maneras; ya sea a través del tipo de aseveraciones con las que llega o con
los sentimientos que expresa.
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Ciclo de la respuesta y recuperación del trauma Etapas del duelo
Respuesta al trauma:
• Choque (¿qué está pasando?) o Negación
• Incredulidad ( negación de la realidad)
• Comprensión o Negociación
• Estado de supervivencia no afectivo o cognoscitivo
o Enojo o ira
Liberación o escape
o Resignación
Ciclo de recuperación
• Choque ( al verse libre) (“estoy bien” aplanamiento emocional)
• Depresión o Tristeza/
• Cambio de estado de ánimo depresión/
• Ira nostalgia
• Reflexión filosófica
• Dejar en paz o Aceptación
La forma en que se trabaja este ciclo podría comenzar con ayudarle a que vea la realidad,
haciendo énfasis en que sí pasó; sí fue real y sí fue objeto de violencia sexual. Lo que importa es que
toque “realidad” ya que la única forma de empezar a sanar es cuando se ve lo que pasó. Esta etapa de
negación dura hasta que el cliente esté listo para aceptar que sí pasó algo y eso es personal. En
cuanto a la negociación, sería conveniente trabajar el hecho que sigue vivo, el hecho que a pesar de
que hubo tal o cual cosa, están teniendo una oportunidad más de vivir. La negociación no es fácil,
sobretodo si la persona sufre la violación siendo ésta su primer acercamiento a su vida sexual, o
cuando ha sido contagiada o embarazada.
Lo que se busca es tratar de encontrarle “lo positivo” a la situación, esto tal vez no se vea al
principio del proceso; recuerda que estas etapas no se manejan de forma rígida es decir que a veces se
alternan, o se siguen paso a paso, o se toma una o dos juntas, etc. Todo depende de la persona, de su
proceso personal y de la forma en que vive la agresión sexual a su ser.
Algo fundamental es el trabajo con el enojo ya que se acumula mucho en su cuerpo, y
energéticamente es una bomba a punto de explorar y es más funcional cuando la bomba explota en
un contexto de cierta contención, como tu espacio terapéutico y de una forma en que nadie salga aún
más dañado. Recuerda que este enojo, puede ir tanto en contra del violador, como de la familia o
pareja que “no estuvo para ayudar o proteger”, contra la misma víctima al “no poder defenderse más
y al permitirlo”. La realidad es que no pudo hacer más y tal vez, sólo tal vez ese “no pudo hacer más”
le haya salvado la vida. En cuanto a la tristeza, invítala a que la deje salir, que llore lo que necesite
llorar. Y si puedes, avísale o que ella misma le avise a su familia o pareja que cuando llore le permitan
hacerlo y que ella misma diga lo que quiere que hagan los otros cuando esto suceda, para no sentirse
todavía más violentada. Y por último, creo que en este caso en particular, la resignación y la
aceptación van comcatenadas, pero sobre todo, van de la mano con el rescatar algo positivo de todo
lo que le sucedió.
Yontef compara a la culpa y a la vergüenza y menciona que ambos sentimientos son reacciones
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negativas al sí mismo (p. 460, 2003). En primer lugar, es importante aclarar que me estoy refiriendo a la
culpa neurótica que nace a partir de introyectos y que produce un sentimiento cercano al
resentimiento y no a la culpa real. Esta culpa neurótica se vive como autoexigencia, por no haber
hecho algo para que no continuara la agresión o el abuso sexual (si hablamos que ocurrió en la
infancia) de parte del ser querido, al cual se le ama y se le odia al mismo tiempo. O en el caso de la
violación sexual adulta (como cuando es un hecho aislado, por ejemplo) la culpa viene al haberse
exigido hacer algo que, en realidad, no era factible y, aunque en la violación es más probable que no
se conozca al agresor como en el caso del abuso, se cree que se puede hacer algo “más” ya que los
sentimientos afectivos, no están presentes.
En cuanto a la vergüenza, el terapeuta puede ayudar a la persona a darse cuenta, que hizo lo
mejor que pudo para sobrevivir. Sería conveniente trabajar la vergüenza de verse a sí misma en esa
situación, la vergüenza del qué dirán y de qué pensarán los demás significativos para ella. José Merino
Perez (2005) en su taller de la “vergüenza” menciona que una forma para repararla es “invertir las
condiciones de campo que ocasionaron o de hecho fueron las sensaciones de vergüenza y humillación”. Por su lado,
Yontef aclara que la vergüenza como la culpa pueden pasar por el ciclo de la experiencia de forma sana y que las
personas sanas tienen una amplia gama de reacciones discriminadas de culpa y vergüenza. [...] Es más, no niegan la
vergüenza o la culpa cuando sus valores y sus normas son violados, ni sufren la auto-aniquilación cada vez que no
cumplen con sus valores y normas (Op. cit., p. 471). De igual manera, Yontef menciona que sólo hay una
forma exitosa de tratar la vergüenza y es que el terapeuta en verdad comprenda, acepte y confirme al
paciente. Por lo que, la sanción se da en una relación yo – tú y que además esta relación sea desde la
congruencia y desde la aceptación. Junto a lo anterior, lo que se podría hacer es un ritual en donde la
persona deposite esa vergüenza y la intercambie por crecimiento. Un ejercicio podría ser, el que
escriba todo aquello que le causó vergüenza y culpa (lo que piensen los demás, el no haberse
defendido, que va a decir su pareja, etc.) poniendo el papel en el fondo de una maceta en donde va a
sembrar o plantar algo y decirle que ahora el papel donde está toda esa vergüenza y culpa va a servir
de abono de algo puro y que puede mostrar al mundo y junto a lo anterior pedirle que se vea en el
espejo para que cheque que sigue siendo ella, con otras experiencias y abrazarla (si lo permite) o
tomarla de la mano, simplemente aceptando al ser humano que está ahí con nosotros.
Es importante trabajar con los llamados “tres demonios” que frenan el desarrollo (Muñoz, Myriam.
2000). Al respecto hay que checar cuáles son los introyectos que están presentes como el de “mujer
fácil” o “si ya te tocaron, ya no sirves o eres una cualquiera”, etc. Revisar también cómo se ve o veía
la sexualidad en su casa y cómo la vive la víctima. Además de averiguar qué otros introyectos existen,
hay que trabajar los que se consideren como “barrera” para el crecimiento y la cicatrización de la
herida. En cuanto a las experiencias obsoletas es recomendable acompañar a la persona a que “recupere”
la confianza; convencerla que no es probable que le pase de nuevo y que tiene recursos para
protegerse. Para superar el trauma, se le podría “proponer” visitar de nuevo la escena donde tuvo
lugar el ataque para empezar a recobrar su poder. Con respecto a los asuntos inconclusos, el trabajo
terapéutico deberá encaminarse a cerrar la experiencia, para vivir y seguir adelante. Aunque el evento
nunca se olvida, dejará de doler y hará a la persona más fuerte. Al menos en mi caso, así sucedió.
Generalmente la persona que ha sufrido una violación sexual desconfía de sus sensaciones, que
probablemente la traicionaron en el momento del ataque sexual. Esas sensaciones generalmente
asociadas con el placer sexual pueden confundirse y volverse non gratas al reiniciar su
11
vida sexual, pues le recuerdan lo que le sucedió. Es por eso que, hay que trabajar con las sensaciones
haciendo experimentos de primer grado (que hagan conciencia de sensaciones y sentimientos en el
aquí y en el ahora).
Para trabajar con el autoapoyo considero que es necesario revisar con la persona qué es lo que
quiere, necesita y puede hacer para que continúe recuperando su poder para elegir con libertad,
“cuándo, cómo, con quién y hasta dónde” (Fernández, Francisco, 2004, p. 12 y 13).
La tarea central es ayudar a la persona a pasar de ser víctima, a ser “superviviente” (Ibid, p. 13). Para
lograr que el cliente de ese paso, es necesario ayudarlo a darse cuenta que todo fue para sobrevivir y
que, por lo tanto, se justifica todo aquello que haya hecho o dejado de hacer en ese momento. Que
todo fue realizado por su sabiduría interna, por ese ajuste creativo que nos lleva a sobrevivir y a vivir
lo mejor posible, lo que nos toca vivir. Toma en cuenta que hay personas que “se excitan y
verdaderamente disfrutan” la violación sexual, lo que pudo ser un ajuste creativo que así se dio. El
terapeuta puede hacer este paso, como un ritual verdaderamente sagrado, honrando la sabiduría
interna de la persona sin juzgar, ni pedir más.
Es importante que la persona pueda comenzar a estar sola con ella misma, sin que esta soledad sea
un sufrimiento para ella sino, más bien, un espacio para “apapacharse”. Necesita sanar, amándose a
sí misma, perdonándose, y volviendo a su centro y a su autoapoyo.
Perdón
Aunque como dice Francisco Fernández “no se puede pedir a nadie que perdone a sus agresores o a
quienes no quisieron escucharla” (2004, p.14) en mi propia experiencia considero, que a muchas de
las personas que sufrieron la violación, les podría resultar reconfortante no sólo perdonar a los
agresores ( lo cual a mí me costó mucho y muchas sesiones de enojo e impotencia). Quizá también
haya que perdonar a la pareja o familia que juzgó y no ayudó. Y lo más importante: perdonarse a
uno mismo. Lograr esto es indispensable para que la persona deje de juzgarse y comience la
verdadera aceptación de las cosas, es necesario el ayudarla a dejar a un lado la etiqueta de “pobrecita,
cómo me fastidiaron la vida” y cambiarla por “qué valiente, alabo mi fortaleza y mis ganas de salir
adelante. Alabo mi ser mujer o mi ser hombre”. Te invito a que tomes en cuenta el no presionar a
que perdone, si no lo puede hacer simplemente refléjalo e invita a que cuando esté lista, y si lo quiere
hacer, lo haga.
Trabajo corporal
El trabajo corporal apoya la “auto-sanación” de la persona, pues es una forma muy vivencial de
recuperar el poder interno y de recuperar el “mando” del propio cuerpo. Como vimos anteriormente
existe, en la mayoría de los casos, un “conflicto de lealtades” entre lo que se siente y lo que se
“debería sentir”. James Kepner (2004) en su libro Proceso Corporal: un enfoque gestalt para el trabajo
corporal en psicoterapia habla del “cuerpo vivo” y da diferentes técnicas para trabajar la resensibilización.
Para ello, lo requerido es el enfoque de lo cognitivo a lo corporal; la respiración (aspiración y
exhalación continua y regular, para que el cuerpo no se inmovilice y no se minimice la conciencia) y
la vivificación (contacto físico, movimiento). Hay que tomar en cuenta que muchas de las veces
12
la persona ha dejado de “sentir” porque fue doloroso. Es conveniente recordarle que esa situación
quedó en el allá y entonces y que lo que toca, es el aquí y el ahora. Como es probable que la persona
niegue su experiencia, Kepner menciona que como protección“hay un desfase entre la experiencia corporal
y el sí mismo” (Ibid,p.111). Este autor también menciona que:
Recuperar la sensación corporal a través del trabajo sobre la desensibilización del cuerpo permite que
se avance un largo trecho hacia la recuperación del sentido de realidad, el sentimiento de estar en el
mundo [...] el resensibilizarnos nos proporciona cimientos, nos da una base sólida de contacto físico
con nuestro mundo y un fondo rico en el que podemos inspirarnos [...] la sensación corporal
contribuye a la formación de figuras en la conciencia. Una sensación resalta entre otras cosas como
algo vivo y con energía cuando tiene significado para nuestro funcionamiento. Si nos podemos
identificar con ese significado, permitirle que sea importante y relevante para nuestro sí mismo, la
figura corporal guiará nuestro funcionamiento e influirá en él (Ibid., p. 109).
De acuerdo a M. y E. Polster (1994) “la frontera es igual a la capacidad de contacto admisible” (p.111). Cada
ser humano tiene diversas fronteras o límites en donde se permite o no, el contacto o la admisión del
otro o de lo otro dentro de ellas. Estas fronteras son: la corporal, la de familiaridad, la de valores,
la de exposición y la de expresión En la violación sexual, prácticamente todas estas fronteras son
violentadas; se ven atacados los valores personales y no se permite expresar lo que se quiere decir; es
más, a veces hasta se obliga a la víctima a decir cosas que para nada quiere mencionar; hay una
exposición que no se ha pedido; se violenta la frontera de familiaridad (Ibid, p. 118), pues ni al
extraño, ni al familiar se les “concedería permiso” de abusar sexualmente. Y por ultimo, también
violentada, es la última frontera: la corporal. Hay que trabajar para recuperar, desde el deseo de
contacto hasta las sensaciones agradables concernientes a la sexualidad. Es recomendable trabajar y
redefinir límites y fronteras, para que no se vuelvan rígidas o se ablanden demasiado y la persona
sepa cómo encontrar su equilibrio. Una forma es que la sobreviviente, pueda elegir y reevalúe lo que
quiere, cómo lo quiere y con quién lo quiere y reaprenda a darse cuenta de cómo poner límites, es
decir, que recupere su poder personal.
Realmente quisiera poder hablar extensamente del trabajo con la sexualidad, pero “el espacio es
pequeño para este tema tan grande”. Así pues, expondré solamente algunos puntos generales que
dividiré en tres etapas:
Etapa I
En esta etapa lo que importa es ayudar a que recupere el poder de decir “no” y que aprenda a elegir
hasta dónde quiere llegar (en todo, no sólo en lo sexual). Que vendría siendo el trabajo con el
autoempoderamiento y la asertividad. Lo que podría hacer son ejercicios de respiración profunda
como la meditación dinámica de Osho, donde además de que va a expresar sentimientos, la ayudaría a
comenzar a sentirse de nuevo. En cuanto a la asertividad, se le pueden poner ejercicios como “disco
rayado” para que no ceda ante ninguna intimidación, y sólo “ceda” cuando ella quiera hacerlo.
Es necesario trabajar para separar la sexualidad de lo vivido. Se busca reivindicarla como algo
bueno en sí mismo y que no fue “porque la sexualidad hace daño”, sino viene con cada uno
de nosotros, desde antes de nacer y morirá con nosotros. Así mismo, decirle que el placer sexual
13
no tiene porqué darlo por perdido, sino al contrario, lo que le sucedió puede hasta ayudarle a
redefinir positivamente sus creencias y sensaciones.
En esta etapa es conveniente hablar de los mitos sexuales que ya de por sí tenía, invitarla a
que pregunte dudas acerca de todo lo que tenga que ver con el disfrute y con su sexualidad. Hay
libros que vienen con tips sexuales o con posiciones, dichos textos son fáciles de conseguir, como los
de Anne Hooper.
Etapa II
Se comienza a trabajar con las sensaciones corporales placenteras y no placenteras cada vez que se
trabaja con ejercicios para recuperar la intimidad o el placer. Junto con lo anterior, se trabaja el
reelaborar la imagen corporal por medio del reconocimiento corporal ante un espejo. Podrías
invitarla a que se vaya reconociendo ante el espejo por partes, es decir de lo menos amenazante
(como verse los brazos) hasta que se pueda ver completamente, primero vestida y después desnuda,
diciendo ante su imagen: “ ésta soy yo, así tal cual y en mí hay amor” o cualquier otra frase que la
empodere y la ayuda a integrarse.
En cuanto se haya visto y reconocido completamente podrías recomendarle que vaya o que le
den sesiones de masaje, (según sus posibilidades financieras) pero como podría ser amenazante,
decirle que la primera vez sólo sea un masaje en la cabeza; a la siguiente sesión, sólo en los pies; o
mejor aún, que ella vaya decidiendo donde quiere el masaje sin sentirse “agredida” y que tiene todo el
derecho de pedir que paren si así lo desea.
Después, sería conveniente que ella misma comience a darse masajes (sin tocar zonas
erógenas: pechos, pezones, nalgas, vulva, etc.) como “apapachos” para ella misma.
Ya que se sienta más segura, pedirle que se dé masajes incluidas sus zonas erógenas, y decirle
que puede hacer un ritual de sanación: que busque un día en la semana en donde pueda darse 2 horas
más o menos, sin interrupciones, que acondicione su cuarto (o el lugar que desee) con velas, incienso,
flores del color y olor que desee. Ya cuando esté listo el espacio, que tome un baño relajante y que se
dé su tiempo enjabonándose, reconociendo su cuerpo como algo “funcional” como algo que le sirve
para estar en el mundo. Después del baño que vaya a su cama o al sillón o al piso, donde quiera, y
que comience a ponerse aceite, pero no rápidamente, sino que con el aceite se vaya acariciando,
primero los pies, las piernas, etc. Tocando todo su cuerpo, hasta sus zonas erógenas y que se permita
tocar esas partes que le fueron en el momento de la violación “arrebatadas” y que se toque hasta
donde sea suficiente para ella. Este ritual puede repetirlo las veces que sea necesario, hasta que se
sienta cómoda e integrada con su cuerpo.
Otro ejercicio consistiría en que reescriba el relato erótico de su vida y las indicaciones serían
que se imagine cómo quiere, de aquí en adelante, que sea su vida erótica y qué no quiere que suceda.
Invítala a que vuele con la imaginación, hasta que escriba una historia que la haga sentir excitada,
deseada y sobretodo en armonía con ella misma y con su pareja.
Etapa III
Cuando se sienta lista, y si tiene una pareja o con quien hacerlo, pueden repetir los masajes primero
uno y después el otro; primero, sin tocar zonas erógenas y después tocándolas.
Recuérdale a la pareja que no fuerce las cosas, para que se dé la relación sexual “completa”,
sino que le dé tiempo para que sea ella quien decida hacerlo. Recuérdale además, que no sólo existe
la penetración para lograr intimidad y hacerse el amor. Otra forma son las caricias, los masajes y el
juego erótico-sexual previo. Que lo primero que necesitan hacer es reencontrarse como pareja, y
después, tener intimidad sexual.
14
Podrías recomendarles que “jueguen a seducirse” enviándose cartas sugestivas y en donde se
expresen el amor, el deseo y el respeto que sienten uno por el otro. Que lo complementen por
ejemplo con una “velada romántica”.
Se pueden hacer ejercicios de movimiento, en donde se pueda sentir la energía; buscar la
persona que mueva la pelvis de arriba abajo y de un lado a otro, para que vuelva a sentir la energía
“sanadora” de sentirse viva. Otro ejercicio que resulta potente es el de activar el punto pubococcígeo (pc)
con los ejercicios Kegel, que sería la contracción del músculo pc, cuando esté de pie con las rodillas
semiflexionadas y estando atenta con la respiración la cual es profunda y sostenida. Y que, en cada
contracción vaya recuperando su propio poder. Es sanador el saber que una tiene la capacidad de
elegir qué tanto se aprieta y cuántas veces el músculo pc, que además está tan íntimamente oculto. Este
ejercicio es recomendable que lo haga diario tres veces al día, unas 20 veces cada vez. Aunque, esto
es flexible y puede ponerse menos o más veces.
Si se presenta alguna disfunción sexual, se les podría indicar la necesidad de ir con un
sexólogo para que les ayude.
Y sobretodo recuérdale a ella y a su pareja que es una buena oportunidad para trabajar en
pareja lo que sí se desea hacer y lo que no se desea hacer. Es el momento de experimentar nuevas
cosas que tal vez antes no se habían atrevido. Lo más importante es ponerse de acuerdo en lo que
ambos deseen hacer.
Para concluir quisiera recalcar que lo más importante es que la persona que ha sido violada, y que entra
en tu consultorio viviéndose como una víctima, recupere su poder personal, escuche a su sabiduría interna y se reconozca
más bien como una sobreviviente de un acontecimiento que nunca debió suceder y ayudarla a que retome la experiencia
a su favor y la re-signifique para su crecimiento personal.
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15
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http://www.ncvc.org/nvcvc/main.aspx?dbName=DocumentViewer&DocumentID=32369
16
IDEOLOGÍA Y DISCURSO HUMANISTAS
EXORDIO
El presente trabajo no pretende ser más que una modestísima aportación al proceso de
reflexión para la reconstrucción humana y social que reclaman nuestros tiempos. Sin
otra pretensión es, simplemente, como dijera Alessandro Baricco2 un “ensayo en el
sentido literal del término, es decir, una tentativa de pensar: escribiendo”. Y es
precisamente él quien, al rememorarlo, me aligera la pluma cada vez que me susurra al
oído que “no hay mutación que no sea gobernable”.
Así, y con la certeza que Max Weber,3 tenía razón cuando señalaba que “lo posible no
se alcanzaría nunca si, en el mundo, siempre y sin tregua, no se intentara de nuevo lo
1
Maestra en Ciencias Políticas, con Especialidad en Poder Legislativo, egresada de Newport University.
Autora del Libro El Juicio Político En México, publicado en 2008 por Editorial Porrúa; coautora de diversos
libros y ensayos sobre temas jurídicos, políticos y sociales. Actualmente se desempeña como Asesora en
H. Congreso de la Unión, así como Docente y Coordinadora de la Maestría en Liderazgo Organizacional
del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt. Desde 2009 es Integrante del Consejo Editorial y del
Consejo Ejecutivo de La Revista Figura Fondo.
2
Novelista, dramaturgo y periodista italiano nacido en Turín EN 1958. Licenciado en Filosofía, ha dirigido
un programa de libros y ha fundado una escuela de técnicas de escritura, llamada Holden (como
homenaje a Salinger). “Se convirtió en un fenómeno literario mundial con la publicación de su novela
Seda (1996). Es autor además de las novelas, Tierras de cristal (Premio Médicis, 1991), Océano mar
(Premio Viareggio, 1993), City (1999) y Sin sangre (2003); del monólogo teatral Novecento (1994) y de los
ensayos, Rossini Il genio in fuga y El alma de Hegel y las vacas de Wisconsin
3
Max Weber nació el 21 de abril de 1864. Doctor en Derecho, contribuyó a la redacción de la Constitución
de Wiemar. Entre su obra destaca: La ética protestante y el espíritu del capitalismo; La ciencia como
1
imposible”, es que entrego las siguientes líneas a quienes se han dado a la tarea de ir “en
busca de un mundo mejor”, como Karl Popper4.
Para entrar en materia, empecemos por recordar que el humanismo, como corriente de
pensamiento y propuesta filosófica, se remonta varios siglos atrás, incluso antes de
Cristo, transitando por diferentes senderos y esgrimiendo siempre la reivindicación de
los seres humanos, al poner especial énfasis en la dignidad, la igualdad y el valor de la
persona, a manera de respuesta ante la opresión y la desigualdad que en cada momento
histórico se ha vivido.
En una apretadísima síntesis, se puede señalar entre sus principales exponentes a: Marco
Tulio Cicerón, Dante Alighieri, Francesco Petrarca, Lorenzo Valla, Erasmo de
Rotterdam, Tomás Moro, Michel de Montaigne, Schopenhauer, Humboldt,
Kierkegaard, Nietzsche, Unamuno, Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Simone de
Beauvoir, Daniel Lira, Carl Rogers, José Ortega y Gasset, Osho, entre otros.
vocación, la política como vocación; La Sociología de la Comunidad; Economía y Sociedad, etc. Se le
reconoce ampliamente por su Teoría sobre el Estado.
4
Karl R Popper, nacido en 1902, es uno de los intelectuales más valiosos del siglo XX. Se autodefine
como «racionalista» y «liberal», y niega su adscripción al neopositivismo lógico de Viena. Entre sus obras
capitales se encuentra: La sociedad abierta y sus enemigos, 1957; La lógica de la investigación científica,
1962; La pobreza del historicismo, 1973; Conocimiento objetivo, 1974; Búsqueda sin término, 1977;
Conjeturas y refutaciones, 1983, etc.). Un luchador incesante: “la búsqueda de un mundo mejor nunca
resulta completa, y sin embargo, y a pesar de dos guerras mundiales y una larga y peligrosa guerra fría,
nunca es en vano…”
5
Tesis
para
optar
por
el
Grado
de
Maestría
en
Docencia
Universitaria,
titulada
“Historia
de
la
Pintura
Veneciana”
de
Irma
Azucena
Arroyo
Ruiz.
Universidad
de
San
Carlos
Guatemala.
2
El pensamiento italiano (el humanismo del Renacimiento), sin duda fue el asidero de las
corrientes humanistas posteriores, y desde luego, de la filosofía existencial del siglo
XX, que no pudo haber tenido mejor argumentación que la planteada por Sartre, quien
delimitó los terrenos del existencialismo cristiano y se contrapuso al marxismo de aquel
entonces, para erigir lo que se ha denominado “existencialismo ateo” el cual, con el
paso del tiempo, hemos aprendido a mirar, entre otras cosas, a través de las gafas del
laicismo; el cual es la expresión más genuina de la libertad de culto y de la
responsabilidad individual y colectiva.
El existencialismo ateo que yo represento (...) declara que, si Dios no existe, hay
por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe
antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre o,
como dice Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa aquí que la existencia
precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra,
surge en el mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el
existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será
después, y será tal como se haya hecho. Así pues, no hay naturaleza humana,
porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como
él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la
existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia. El hombre
no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del
existencialismo. Es también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara
bajo ese nombre. Pero ¿qué queremos decir con esto, sino que el hombre tiene una
dignidad mayor que la piedra o la mesa? Pues queremos decir que el hombre
empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un
porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir. El hombre es ante
todo un proyecto, que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una
podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en
el cielo inteligible, y el hombre será, ante todo, lo que habrá proyectado ser. No lo
que querrá ser. Pues lo que entendemos ordinariamente por querer es una decisión
consciente, que para la mayoría de nosotros es posterior a lo que el hombre ha
hecho de sí mismo. Yo puedo querer adherirme a un partido, escribir un libro,
casarme; todo esto no es más que la manifestación de una elección más original,
más espontánea de lo que se llama voluntad. Pero si verdaderamente la existencia
precede a la esencia, el hombre es responsable de lo que es; yo opino que es real el
motivo o causa del ser."
Jean-Paul Sartre, El existencialismo es un humanismo
3
Bajo el anterior orden de ideas, es menester precisar que en la primera década del siglo
XXI, el existencialismo cobra plena vigencia porque al igual que Germán Uribe6, hay
quienes coincidimos en que:
“El hombre es ante todo una posibilidad. Su posibilidad de ser. De nadie puede
decirse que es sino después de muerto. Mientras viva, un individuo es una
posibilidad en desarrollo, viva, cambiante. Y esto se debe a que existir no es otra
cosa que ser un ser posible. Por ello mismo puede pensarse que Dios no existe en
tanto que eterno, perfecto e infinito, puesto que colmadas sus posibilidades,
estático, no requiere de ninguna posibilidad. ….El hombre, ser que se crea a sí
mismo, se crea eligiéndose y eligiendo sus posibles; si no los eligiese, no se crearía
a sí mismo, y sería creado por los posibles que actuarían sobre él desde fuera.
Elegimos todo lo que somos, y somos eso que elegimos; y eso que elegimos lo
elegimos creándolo, no escogiéndolo dentro de un juego ya dado de posibles……
Y esa elección, aparte de esclavizarlo, lo angustia, lo obliga a esmerarse por su ser,
aunque en ciertos casos lo vuelve responsable en tanto que lo lleva a ser mejor, a
perfeccionarse, a ser perfecto como Dios, desde luego, sin lograrlo nunca, lo que
hace decir a Sartre que el hombre es un dios fracasado… viene entonces la fórmula
mágica tan consentida por Sartre y que se refiere a la obligatoriedad de ser libres en
tanto existamos. Existir es ser un ser libre. Conocer el concepto de libertad en el
marco del existencialismo es adentrarnos en la esencia misma del pensamiento
sartriano y es también comprender de qué manera Sartre le dio un revolcón a esta
filosofía y la empujó hacia un estadio de politización y responsabilidad social que
la hizo abandonar su antiguo individualismo, ese lloriqueo personal y egoísta que
popularizó la trajinada expresión de la angustia existencial…”
Con la intención de esclarecer el punto de partida, pero sobre todo, para vislumbrar
mejor el punto de llegada, es oportuno señalar que los postulados anteriores no los
6
Germán Uribe es un escritor y periodista colombiano nacido en Armenia el 22 de abril de 1943. Estudió
bachillerato en el colegio San Simón de Ibagué y adelantó la carrera de Filosofía y Letras en la Sorbona,
París, lugar al que viajó con la obsesiva idea de conocer personalmente a Jean-Paul Sartre, escritor y
filósofo en el cual se ha especializado. Ha escrito artículos en diversos periódicos y revistas de Colombia.
En Francia, en la revista latinoamericana Mundo Nuevo y en el diario Libération de París y, en Cuba, en la
revista Casa de las Américas. Actualmente, escribe en diversos medios impresos y en algunas
publicaciones y Portales de Internet. Además, es miembro del Grupo de Estudios Sartrianos con sede en
París. En 1991 fue nominado al Premio Simón Bolívar de Periodismo y en 1997 fundó la primera Página
Literaria colombiana en Internet, La esquina de Germán Uribe, dedicada a Sartre y en la cual se pueden
encontrar diversos textos suyos, entre los cuales se encuentra el citado en el presente trabajo.
4
debemos inscribir dentro de una discusión teológica, sino filosófica y, particularmente,
ideológica que permita entender y asumir plenamente la existencia de la humanidad en
el marco de la autonomía personal. Lo cual, como veremos más adelante, nos permitirá
comprender las bases ideológicas sobre las cuales podremos construir una nueva
ideología, incluso impulsar liderazgos efectivos, que nos permitan articular un discurso
común que nos identifique.
En este tenor, resulta conveniente aclarar que, el concepto de ideología tiene diversas
acepciones y es utilizado en forma general en diferentes disciplinas, toda vez que
constituye un sistema de creencias e ideas, fundamentadas en bases particulares y
diferentes entre sí. Por lo cual, es conveniente precisar que para los efectos que aquí nos
ocupan, entenderemos por ideología al “conjunto de creencias fundamentales de un
grupo y de sus miembros” (Van Dijk, 2003).
La ideología es un pilar importante para las prácticas sociales, ya que al ser sistemas de
ideas, éstas dan sentido al mundo (desde la óptica del grupo) y fundamentan las
prácticas de sus miembros. Sin embargo, es preciso aclarar que de ninguna manera se
pretende difundir una visión reduccionista de las ideologías equiparándolas
simplemente, a las prácticas sociales, debido a que los constructos de las primeras son
mucho más complejos.
5
A mayor abundamiento, es menester precisar que las ideologías pueden ser positivas, es
decir aquellos sistemas que se oponen a transgredir los derechos fundamentales de los
seres humanos, e ideologías negativas cuyos sistemas presentan propuestas que resultan
en una reducción de la libertad individual, injusticia social y dominio, lo que desde
luego, es contrario a los derechos humanos, y por lógica, contrario al humanismo.
De ahí que vale la pena apuntar que una de las prácticas sociales más importantes
delimitada por las ideologías, es: el lenguaje, ya que éste influye en la forma de
adquirir, aprender o modificar las ideologías, y desde luego, el discurso (entendido
6
como un razonamiento extenso con una estructura verbal particular dirigida a otros, a
través de procesos y representaciones mentales). De tal suerte, que el texto, el habla, la
interacción verbal, el uso del lenguaje y la comunicación son parte del discurso. “Los
aspectos mentales de las ideologías, como la naturaleza de las ideas o de las creencias,
sus relaciones con las opiniones y el conocimiento y el status como representaciones
socialmente compartidas, se cubren bajo el concepto de <cognición>” (Van Dijk 2003).
Las ideologías no son opiniones personales, sino creencias sociales compartidas sobre
temas trascendentes, que se difunden a través del discurso (oral o escrito). Dogmas
construidos por y en determinada cultura, bajo los cuales se ha pretendido entender la
realidad (un fenómeno determinado) y los cuales justifican, ratifican y motivan las
acciones cotidianas; son matrix que otorgan certidumbre a los grupos sociales, los
cuales sirven de referentes éticos que permiten el statu quo, y por lo tanto, dan vida a las
organizaciones.
“Las ideologías no sólo no controlan lo que decimos o escribimos, sino también cómo
lo hacemos”, de ahí la importancia de las mismas y la importancia de saber nombrarlas,
describirlas, codificarlas e identificarlas, entre otras formas, a través del lenguaje, y
desde luego, fortalecerlas a través del discurso.
“Describir el discurso como práctica social implica una relación dialéctica entre un
evento discursivo particular y la situación, la institución y la estructura social que
lo configuran. Una relación dialéctica es una relación en dos direcciones: las
situaciones, las instituciones y las estructuras sociales dan forma al evento
discursivo, pero también el evento les da forma a ellas. Dicho de otra manera: el
discurso es socialmente constitutivo así como está socialmente constituido.
Constituye situaciones, objetos de conocimiento, identidades sociales y relaciones
entre personas y grupos de personas. Es constitutivo tanto en el sentido de que
ayuda a mantener y a reproducir el statu quo social, como en el sentido de que
contribuye a transformarlo.” (Calsamiglia y Tuson 2007).
7
Entonces, el discurso es mucho más que un trasmisor de ideas y por lo tanto la
comunicación, deberá ser entendida más allá de un mecánico proceso, mediante el cual
se trasmite información, sino como un “proceso interactivo mucho más complejo que
incluye la continua interpretación de intenciones expresadas verbal y no verbalmente, de
forma directa, indirecta o velada”.
En razón de lo anterior, es preciso entender que las ideologías o mejor dicho, quienes
las sustentan, necesariamente deben tener una determinada visión del mundo, así como
intenciones particulares, metas y objetivos concretos, que les darán impulso para
desplegar una serie de estrategias y acciones encaminadas a la consecución de fines
específicos, lo cual implica poner el discurso al servicio de la construcción de la vida
social.
8
de la Sra. Irina Bokova (Directora General de la Unesco), pronunciado con motivo del
Año Internacional de Acercamiento de las Culturas7:
“El mundo en el que vivimos lleva cada vez más el sello de una interdependencia
creciente en todos los aspectos del quehacer humano. La mezcla de nuestras
sociedades que de ella se deriva ofrece nuevas oportunidades de estrechar los
vínculos entre los pueblos, las naciones y las culturas, a escala planetaria. Al
mismo tiempo, con la mundialización han aumentado en los últimos años la
incomprensión y la desconfianza. La crisis económica, medioambiental y también
ética intensifica aún más ese sentimiento de inseguridad y de recelo. Ante esa
evidencia, he propuesto una nueva visión, universal, abierta a toda la comunidad
humana, a la que di el nombre de -nuevo humanismo-… Ante los desafíos de un
mundo cada vez más intercomunicado, nuestro cometido común consiste en tender
puentes sólidos y solidarios entre todas las culturas, a fin de crear una nueva ética
universal de la convivencia”.
Pero, ¿de qué humanismo está hablando la directora de la UNESCO?, ¿cuál es ese
nuevo humanismo al que se refiere? ¿Es otro humanismo diferente al humanismo
existencial del que hemos hecho referencia en estas páginas o simplemente, es el mismo
con un nuevo enfoque?
Esta ética universal, sin duda requiere hacer un recuento de valores, o bien, un
resignificado de los mismos, para trazar así, la ruta por la que habrá de conducirse la
humanidad de esta nueva centuria. En palabras simples, es menester construir el código
de valores fundamentales; valores de tercera generación, sobre los cuales habremos de
edificar los nuevos constructos sociales que con pleno respeto a la diversidad cultural
propicien el desarrollo de las potencialidades humanas sin más frontera que el límite
individual que cada uno trace en ejercicio de su libertad y autonomía.
7
El año 2010 fue declarado por la ONU el Año Internacional de Acercamiento de las Culturas.
9
La ética a la cual se pretende dar vigencia, en sustitución, por decirlo de alguna manera,
de la “ética indolora” de Lipovetski8, es precisamente aquella que Savater9 describe de
manera impecable y magistral:
“Llamo ética a la convicción revolucionaria y a la vez tradicionalmente humana de
que no todo vale por igual, de que hay razones para preferir un tipo de actuación a
otros, de que esas razones surgen precisamente de un núcleo no trascendente, sino
inmanente al hombre y situado más allá del ámbito que la pura razón cubre; llamo
bien a lo que el hombre realmente quiere, no a lo que simplemente debe o puede
hacer, y pienso que lo quiere porque es el camino de la mayor fuerza y del triunfo
de la libertad…..la ética se ocupa de lo que alienta al hombre y en el hombre...”
(SAVATER 2008).
Por ello, la crisis ética de nuestra época es al mismo tiempo crisis de la religación
individuo/especie/sociedad. Importa que la ética vuelva a sus fuentes: regenerar sus
fuentes de responsabilidad-solidaridad significa al mimo tiempo regenerar el bucle de
religación individuo/especie/sociedad en y por la regeneración de cada una de estas
instancias. Esta regeneración puede partir del despertar interior de la conciencia moral,
del surgimiento de una fe o de una esperanza, de una crisis, de un sufrimiento, de un
amor, y también, hoy en día, de la llamada que procede del vacío ético, de la necesidad
que procede de la debilitación ética (Morin. 2006).
8
Gilles Lipovetsky, filósofo francés nacido en 1944. Profesor de Filosofía en la Universidad de Grenoble.
Propone volver al estudio de la realidad concreta, de los fenómenos masivos y efímeros propios de la era
contemporánea.
9
Fernando Savater Martín es filósofo y escritor nacido en San Sebastián, -País Vasco- en 1947. Desde
temprana edad manifiesta inquietud por las letras y la filosofía revolucionando el panorama de la filosofía
en Europa cuando se publican en 1972 dos ensayos: Nihilismo y acción y La filosofía tachada. En publica
Apología del sofista, título al que siguen Apóstatas razonables (1976), Conocer Nietzsche y su obra
(1977), Panfleto contra el Todo (1978), Humanismo penitente (1980) y la obra con la que recibe el Premio
Nacional de Literatura de 1981, La tarea del héroe. Autor de novelas como Caronte aguarda (1981),
Diario de Job (1983) y en homenaje a Robert Louis Stevenson, El dialecto de la vida (1985); publica
textos dramáticos como Último desembarco (1987), Catón. Un republicano contra César (1989), así como
ensayos de divulgación como Invitación a la ética (1982), El contenido de la felicidad (1986), Ética para
Amador (1991). Savater es profesor en la facultad de filosofía de las Universidades de Madrid y Euskadi,
tarea que compagina con su tarea como conferenciante, articulista asiduo en el diario El País y director de
la revista Claves, foco de debates intelectuales y filosóficos.
10
En palabras de Paul Ricoeur10 podemos llamar <objetivo ético> al objetivo de <vida
buena> con y para el prójimo en instituciones justas.
Así, “el ideal ético consiste en articular y reconciliar todo aquello que el hombre quiere,
es decir, todo lo que para él vale. No hay valores propiamente éticos, pues lo
propiamente ético es la pretensión de armonizar todo lo que para el hombre vale. En tal
armonización interviene la sensibilidad para las diferencias, la intuición que distingue,
en una palabra, la decisión de jerarquizar los valores, de estructurar unas
subordinaciones plausibles que ayuden a dirimir los enfrentamientos entre instancias
opuestas.(SAVATER 2008).
En este orden de ideas, el humanismo en este siglo ha cobrado vigencia, porque hoy
más que nunca estamos ante fenómenos sociales inéditos, derivados de procesos
sumamente complejos como el de la mundialización, el cual viene aparejado a otros
como los tecnológicos que nos conducen a una “materialidad sin alma”, es decir, a un
debilitamiento de aquello que confiere un sentido profundo a nuestras acciones y a
nuestra vida, entonces es necesario, replantear la ética, sobre la cual nos conducimos.
10
Paul Ricoeur, nació en Valencia en 1913 fue un filósofo y antropólogo francés conocido por su intento
de combinar la descripción fenomenológica con la interpretación hermenéutica. Su pensamiento tiene
como núcleo fundamental la preocupación por el ser humano. Se le reconoce por sus aportaciones a la
bioética. Tiene una vasta obra, mucha de ella publicada al español, entre las cuales se encuentra: La
metáfora viva, Editorial Trotta, Madrid, 2001; Teoría de la Interpretación. Discurso y excedente de sentido,
Siglo XXI-México, México, 1999; Amor y Justicia, Caparrós, Madrid, 1993; Ideología y Utopía, Gedisa,
Barcelona, 1989; La función narrativa y el tiempo, Editorial Almagesto, Buenos Aires, 1992; La lectura del
tiempo pasado: memoria y olvido, Arrecife Producciones, 1999; Fe y Filosofía. Problemas del lenguaje
religioso, Almagesto-Docencia, Buenos Aires, 1990; entre otras
11
Jérome
Bindé,
catedrático
en
letras;
actualmente
es
subdirector
general
adjunto
de
Ciencias
Sociales
y
Humanas
y
Director
de
la
División
de
Prospectiva,
Filosofía
y
Ciencias
Humanas
en
la
UNESCO,
secretario
General
del
Consejo
del
Futuro
y
miembro
fundador
de
la
Academia
de
la
Latinidad.
Ha
publicado
numerosos
artículos
sobre
temas
de
cultura,
sociedad
y
prospectiva.
Dirigió
Claves
para
el
Siglo
XXI
(2000),
primera
antología
de
Coloquios
para
el
Siglo
XXI,
y
fue
el
coordinador
y
principal
coautor
del
informe
mundial
prospectivo
Un
monde
noveau
(1999).
Coordinador
de
importantes
obras
y
autor
de
otras.
11
La interrogante fundamental es ¿cómo nos debemos orientar en medio de tantos
valores? La respuesta, aunque en una primera visión puede parecer simplista, entraña un
gran reto y un esfuerzo mayúsculo que nos llevará algunos lustros: es momento de erigir
una nueva ideología, una ideología madre, humanista por supuesto, que brinde sustento
a diversos movimientos sociales e incluso a otros modelos ideológicos menos generales;
una ideología que blinde los valores esenciales que la humanidad no debe perder, al
tiempo que contribuya a la revaloración y resignificación de otros, toda vez que los
valores al igual que la sociedades también progresan o cuando menos mutan, de ahí que
no debemos perder de vista que la diversidad es creadora de las culturas humanas.
Este nihilismo como pérdida del sentido identificado ya desde el siglo XIX por
Nietzshe12, como “la desvalorización de los valores supremos”; después por Heidegger,
como el movimiento mediante el cual el ser queda olvidado y se transforma totalmente
en valor, es un fenómeno creciente, el cual hace apuntar a Gianni Vattimo13 que “la
reducción del ser al valor del intercambio” paradójicamente, es la causa de la pérdida de
los “valores supremos”.
Esta crisis de valores, reitero no por su cantidad, sino por su calidad, lleva al ser
humano a la incertidumbre; no hay asidero ni anclaje posible para los valores eternos.
Se desmoronan los marcos morales, como son las religiones, la propia espiritualidad, la
familia, la lealtad, la amistad y el amor; se desmoronan también los marcos laicos, por
12
Friedrich Wilhelm Nietzsche, filósofo y filólogo alemán nació 1844. Considerada una de las
figuras más relevantes de la filosofía moderna, Paul Ricoeur lo definió como uno de los tres
maestros de la “sospecha”, junto a Marx y a Freud, ya que cuestionó todos los valores
morales tradicionales al introducir conceptos como la voluntad de poder, el superhombre, el
eterno retorno y el espíritu dionisíaco
13
Estudió filosofía en la Universidad de Turín y posteriormente en la de Heidelberg. Discípulo de Hans-
Georg Gadamer, es seguidor de la corriente hermenéutica en filosofía. Doctor Honoris Causa por la
Universidad de Palermo, la Universidad de La Plata (Argentina), la UNED (España) y las universidades
Universidad Inca Garcilaso de la Vega y Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú), entre otras,
así como miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes. Ha sido colaborador en distintos
periódicos italianos. Actualmente es catedrático de Filosofía Teorética en su ciudad natal. Es uno de los
principales autores del postmodernismo y considerado el filósofo del pensamiento débil. Cuanta con una
cuantiosa obra escrita, de la cual destacan en los últimos años: Vocación y responsabilidad del filósofo;
Diálogo con Nietzsche; Después de la cristiandad. Por un cristianismo no religioso; Nihilismo y
emancipación. Ética, política y derecho; El futuro de la religión; No ser Dios. Una autobiografía a cuatro
manos; Ecce comu. Cómo se vuelve a ser lo que se era.
12
ejemplo: la ciencia, el progreso, los ideales solidarios y libertarios, la emancipación de
los pueblos, la democracia y la justicia, los derechos humanos, entre otros.
No cabe duda que estamos ante una mutación profunda de nuestras sociedades, ante una
mutación profunda de la humanidad, en donde el ser humano parece haber perdido el
alma, no sólo la de las cosas, sino la propia.
Entonces, motivos de sobra existen para impulsar una nueva ideología que sea capaz de
devolver el aliento, de reorientar el rumbo y de trazar un futuro deseable para la
14
Poeta, ensayista y hombre de letras francés, nacido en 1871 cuya obra presenta un conflicto entre la
contemplación y la acción que debe resolverse artísticamente para captar el sentido de la vida. Es
considerado como uno de los más grandes escritores filosóficos modernos en verso y prosa. Entre su
obra destaca: Álbum de versos antiguos (1921); Introducción al método de Leonardo da Vinci (1895), La
joven parca; El cementerio marino (1920); Cármenes (1923); Miradas al mundo actual (1933); Variedad I-
V (1924-1944) y La idea fija (1932). Vale señalar que entre sus frases más elocuentes, considerando el
tema que nos ocupa está: "El
problema
de
nuestros
tiempos
es
que
el
futuro
ya
no
es
lo
que
era."
13
humanidad, un futuro verdaderamente humano. Una ideología que ayude a las
sociedades a proyectarse en el tiempo para prosperar y que en el presente les otorgue
también un proyecto cierto. Una ideología capaz de hacer un maridaje sin divorcio entre
proyecto y proyección.
En síntesis, se propone un discurso que unifique a los seres humanos, que nos permita
confiar en nosotros mismos, confiar en los otros y hacer que los otros, también confíen
15
Como
Ejemplo:
destaca,
de acuerdo a la ONU, actualmente existen 5 o 7 mil idiomas, al termina el
siglo puede reducirse a la mitad como una consecuencia de Internet que entre las desventajas que
presenta es el grave deterioro de las lenguas.
14
en ellos mismos, en nosotros y en los demás. Un discurso que dé certidumbre en el
futuro, que nos enseñe, de una vez y para siempre, que los seres humanos en lo
individual y en lo colectivo, estamos llamados al bien, a la bondad y a la belleza.
BIBLIOGRAFÍA
1. Calsamiglia Blancafort Helena y Tusón Valls Amparo, Las cosas del decir, 2ª
edición, Ed. Ariel, Barcelona 2007.
2. Morin Edgar, El Método 6 Ética, Ed. Cátedra, 2004, Madrid
3. Van Dijk Teun A, El discurso como interacción social. Estudios Sobre el
Discurso II Una Introducción Multidisciplinaria. Ed, Gedisa, Barcelona 2008.
4. Van Dijk Teun A., Ideología y Discurso. Ed. Ariel, España 2003.
5. Van Dijk Teun A, Discurso y Poder. Ed, Gedisa, Barcelona 2008
6. Lipovetsky Gilles, El crepúsculo del deber. La ética indolora de los nuevos
tiempos democráticos, Ed. Anagrama, Barcelona 2008.
7. Giddens Antonhy, Un mundo desbocado. Los efectos de la Globalización en
nuestras vidas.
8. Popper Karl, En busca de un mundo mejor, Ed. Paidós, España 1994.
9. Savater Fernando, Invitación a la ética, Ed. Anagrama, Barcelona 2008.
10. Baricco Alessandro, Los Bárbaros. Ensayo sobre la mutación. Ed. Anagrama,
Barcelona 2008.
11. Van Dijk Teun A, Estructuras y funciones del Discurso, Decimo quinta
ediciónen español, Ed. Siglo XXI, México 2007.
12. Bindé Jérome, ¿Hacia dónde se dirigen los valores? Coloquios del Siglo XXI,
Fondo de Cultura Económica, Primera Reeimpresión, México 2010.
13. Delius Christoph y Gatzemeier Matthias, Historia de la Filosoía, Ed. Köneman,
Barcelona 2005.
15
El estilo: una estética del pensamiento
Pistas para el uso delmanual APA
Alberto Carreón1
La moda
pasa de moda,
el estilo jamás
Coco Channel
Resumen
En este trabajo se ofrecen algunas pistas para el adecuado uso de algunas reglas del manual de
publicación de la APA. La finalidad es conocer las reglas y ampliar sus aplicaciones. El uso de
las reglas es la base para poder desarrollar un estilo propio que favorezca la comunicación
escrita, sin ir en detrimento de la calidad del texto y respete la personalidad del autor.
Hay quienes piensan que por seguir las normas de estilo de la APA (American Psychological
Association) ya saben escribir. Se trata de mucho más. El estilo es elegancia, que implica el saber
elegir (Fernández, 2004). Más que una aplicación simple y llana, se trata de reflejar una actitud.
Conocer las reglas nos proporciona herramientas adecuadas para encontrar y expresar nuestro estilo
acorde a nuestras necesidades, deseos e intereses. Nos permitirá lograr un estilo con elegancia, es
decir “hacer notar que no se nota, expresar que no es muy expresiva” ya que:
El truco clave de la elegancia es el gesto casual, como si se fuera así sin querer, como si
nunca se hubiera dado cuenta de que existiera tal cosa como la elegancia, sino que ser así es
lo normal. Para ser elegante hay que fingir que no hay remedio, que es inevitable.
(Fernández, 2004, 242).
Como se puede apreciar en la cita, se trata de una FORMA de ser. En este caso concreto se trata de
una FORMA de comunicar. No hablamos de los adornos, sino de la forma, de la esencia que se
manifiesta en esa forma.
1
Alberto Carreón es el Coordinador de Gestalt y Desarrollo Humano en el Instituto Humanista
de Psicoterapia Gestalt, área metropolitana. Maestro de la materia de Epistemología y ex
alumno de la Especialidad en Psicoterapia Gestalt en dicha institución.
1
Cuando decimos que el estilo es la FORMA es necesario recurrir a los estudios de las formas, un
primer acercamiento lo encontramos en las leyes de la gestalt. Justamente la ley de pregnancia,
(Prägnanz) nos remite a un principio de organización de los elementos que componen una
experiencia perceptiva, esta nos permite reducir posibles ambigüedades o efectos distorsionadores,
buscando siempre la forma más simple o la más consistente; en definitiva, nos permite ver los
elementos como unidades significativas y coherentes. También llamada Ley de la Buena Forma, a
partir de los ejemplos de Koffka y Wertheimer se puede afirmar que:
La buena forma es aquella que constituye la forma más simple de estructura estable. Los
criterios de pregnancia abarcan propiedades como la regularidad, la simetría, la simplicidad,
la inclusividad, la continuidad y la unificación (Forgus, p. 140, destacado en el original).
En otras palabras, el tener estilo es saber lograr una buena forma. Es poder unir los elementos para
que sean claramente percibidos. Al estilo de McLuhan, es decir, el medio también es el mensaje.
Pero es mucho más que eso. El estilo no es mera instrumentalidad. Se trata de darle una
racionalidad, y dicha racionalidad incluye una dimensión estética.
El estilo, la capacidad de producir una buena forma nos permite darle racionalidad, orden a las
cosas. Pero esta racionalidad no es meramente racional, cognitiva, implica una dimensión estética,
una parte afectiva.
Sólo si el mundo tiene forma se vuelve importante, porque sólo teniendo forma es cuando
incorpora al observador; nos enteramos de él, esto es, nos hacemos enteros con él, nos
integramos, pertenecemos a él, y entonces el mundo tiene sentido y vale la pena: la
racionalidad es darle a las cosas razón de ser. (Fernández, 2004, 38-39, destacado en el
original).
Lo anterior me parece que guarda íntima relación con lo que afirmamos desde la psicoterapia gestalt
(Robine 1999, 2009, 2010). Con la propias palabras de Robine: “Se trata de un trabajo de formación
de formas” (2009, p. 18). Pero no de cualquier forma, sino de la forma estética.
El adecuado manejo de las reglas de redacción y de estilo, en este caso las propias del IHPG y las de
la APA, son necesarias para tener un estilo que permita la adecuada comunicación, un buen contacto
con los lectores.
2
G. Stanley Hall, estudio el doctorado en psicología en Harvard, bajo la supervisión de William James.
Estudió con Wilhelm Wundt, en Leipzig, Alemania. Fundó el primer laboratorio de psicología experimental de Estados
2
inició con 31 miembros. En la actualidad cuenta con 152,000 miembros y se organiza en 54
divisiones, que cubren los campos más variados de la psicología. Por ejemplo, la división 32 es la
Society for Humanistic Psychology (sociedad para la psicología humanista). Esta sociedad edita The
Humanistic Psychologist, que es su publicación oficial.
La APA en su conjunto ejerce un presupuesto anual de 154 millones de dólares. Desde sus inicios la
APA se ha preocupado por difundir el saber y el quehacer de la psicología.El Manual de Publicación
de la APA fue creado en 1929, inicialmente, con el nombre de “Instrucciones relacionadas con la
preparación de trabajos”. Hasta la fecha se han realizado seis ediciones del manual.
En la actualidad las publicaciones de la APA incluyen libros, journals, revistas (magazines),
software, dvd’s, videos y otros varios.Las publicaciones de las diversas divisiones se encuentran
entre las más prestigiosas e influyentes en sus respectivos campos.Se calcula que más de 1,000
revistas científicas en el mundo utilizan el manual de estilo de la APA como guía.
El manual de la APA se ha vuelto muy popular por dos razones. En primer lugar se trata de un
manual muy completo. Incluye consideraciones y reglas precisas sobre los diversos elementos que
intervienen en una publicación científica. En la sexta edición se hace referencia a: Lo que implica
escribir en la perspectiva de las ciencias sociales y de la conducta. La estructura y contenido del
manuscrito. Lo que hay que hacer para escribir de manera clara y concisa. Mecanismos de estilo. La
presentación de resultados, especialmente tablas y figuras. La forma de hacer citas y la manera de
elaborar referencias. Y por último, para quienes preparan un artículo para una revista de la APA una
guía del procedimiento de publicación. Contar con reglas claras sobre temas tan diversos brinda
claridad sobre qué se debe hacer y ello facilita la comunicación.
La segunda razón es la actualización del propio manual. El trabajo de difusión científica implica
aspectos éticos, legales, culturales y científicos. Los editores y los autores deben estar actualizados
al respecto. Las expresiones de nuestro lenguaje reflejan toda nuestra cosmovisión. Nuestras
expresiones pueden ser poco científicas, poco precisas e incluso pueden ser discriminatorias. Por
ejemplo, no es lo mismo decir “un grupo de señoras”, que “un grupo de mujeres”; cada expresión
tiene sus connotaciones. Otro ejemplo “los niños en secundaria”, tal vez sería más adecuado escribir
“los adolescentes en el nivel de secundaria”.
En este mismo sentido, la tecnología influye en el tipo de fuentes que se pueden consultar, el tipo de
medios por los cuáles se puede difundir y las herramientas con las que los investigadores y
escritores cuentan. Ahora con los recursos electrónicos las opciones se incrementan. El manual de
estilo también se actualiza en los medios disponibles y por lo tanto la forma en que podemos
reportarlos en nuestros trabajos. Hace 20 años a nadie se nos habría ocurrido incluir un blog en
nuestra bibliografía.
Unidos, en la Universidad Johns Hopkins, en1883, posteriormente sería la cuna del conductismo. En 1887 fundó el
American Journal of Psychology.
3
La amplia gama de reglas relacionadas con la publicación y difusión del conocimiento científico, y
su periódica actualización son dos de las grandes fortalezas del manual de la APA. Sin embargo,
también existen limitaciones.
La segunda gran limitación es la que se origina por la naturaleza misma de los trabajos. Una cosa es
escribir un artículo científico para una revista de la APA, y otra muy diferente elaborar una tesis de
grado o hacer una reseña para Figura-Fondo. En este punto el manual de la APA es una guía que
puede ser muy útil en aspectos prácticos, sin embargo es necesario conocer las limitaciones del
manual y utilizar la propia creatividad. También es es importante conocer los lineamientos generales
del IHPG para los trabajos académicos, los de Figura Fondo para colaboraciones y los principios
generales. Por ejemplo, el Instituto tiene lineamientos diferentes a los de la APA respecto al
interlineado. Asimismo en el reglamento se mencionan los elementos principales que debe tener la
tesis, sin embargo se otorga total libertad al autor para organizar su manuscrito de la forma que
considere más adecuada, siempre y cuando cumpla con los criterios de calidad.
3. Herramientas de estilo
Un criterio básico del trabajo científico es la verificabilidad, es decir es susceptible de
comprobación. En este caso particular, es importante que los lectores puedan consultar todas las
fuentes a las que hacemos referencia. Podemos utilizar cualquier fuente siempre y cuando podamos
proporcionar los elementos necesarios para su ubicación.
4
Anderson, A. K. (2005). Affective influences on the attentional dynamics supporting
awareness. Journal of Experimental Psychology: General, 154, 258–281.
doi:10.1037/0096-3445.134.2.258
A las direcciones electrónicas que normalmente empiezan con www se les llama URL, localizador
uniforme de recursos, y como su nombre lo indica sirve para localizar una cierta información. En
cambio, el DOI,identificador de objetos digitales, además de una ubicación identifica al objeto. Es
decir, contiene información sobre el objeto como puede ser: autor, título, publicación, páginas,
partes, propietario de los derechos de autor, etc.
[El DOI] puede ser empleado para identificar texto, audio, imágenes y software, entre otros
soportes, pero en el futuro podrá ser empleado también para identificar los acuerdos y las
partes involucradas, cuando los alcances para negociar la propiedad intelectual sean muy
amplios. (López y Estrada, 2005, ¶ 9)
Así, por ejemplo, en un artículo de un journal el DOI identifica todos los datos sobre el artículo y
además brinda la dirección en que se encuentra. Es como si “insertara” un chip de rastreo( como el
que se usa para identificar y localizar personas, automóviles y mascotas), al documento.
Anteriormente, si un documento de internet se cambiaba de ubicación cambiaba la URL, de tal
forma que al querer rastrear el documento nos encontramos con un mensaje de enlace roto o página
inexistente. Ahora con el DOI, la ventaja es que no importa si se cambia la dirección URL, el DOI
no cambia y se podrá encontrar el documento.
En lo que se refiere a la elaboración de referencias siempre que se cuente con el código DOI se debe
usar éste en lugar de la URL. Sin embargo, no todos los materiales en Internet cuentan con él, en ese
caso debe seguir usándose la URL.
¿Cómo acceder a un documento con el DOI? Si se tiene un código como el del ejemplo superior,
doi:10.1037/0096-3445.134.2.258, es necesario ir al sitio http://www.doi.org/index.html, en la
parte inferior se escribe el código y desde ahí se realiza la búsqueda.
Sillick, T. J., & Schutte, N. S. (2006). Emotional intelligence and self-esteem mediate
between perceived early parental love and adult happiness. E-Journal of Applied
Psychology, 2(2), 38-48. Retrieved from http://ojs.lib.swin.edu.au/index.php/ejap
Facebook
La información que los investigadores requieren no se limita a libros y journals, las fuentes se
amplían día a día. Un buen ejemplo son las redes sociales. Una de ellas, Facebook. Las redes
conectan a personas, grupos, organizaciones formales e informales, empresas, y diversos actores
políticos, gubernamentales y religiosos. Según CNN Expansión, Facebook,en seis años, ha superado
los 500 millones de usuarios. En 2009 llegaba a 250 millones, tan sólo de febrero a julio de 2010
5
atrajo a 100 millones de nuevos usuarios. Con estos datos podemos captar fácilmente la importancia
de estos medios para muchos investigadores. Veamos algunas formas en que podemos utilizar esta
información.
Felipe Calderón Hinojosa (n. d.). En Facebook [página personal]. Recuperado agosto, 18,
2010, de http://www.facebook.com/presidentefelipecalderonhinojosa?ref=ts
Twitter
Twitter también es una fuente de información importante en nuestros días. Así es que es
conveniente saber cómo hacer la referencia. Veamos un ejemplo del presidente Felipe Calderón.
Aunque se trate de la cuenta de Twitter del presidente se nombra tal y como aparece en el sitio. Para
facilitar la búsqueda al año de publicación agregamos el mes y el día. Luego transcribimos el texto.
Entre corchetes señalamos que se trata de un post o entrada de Twitter y finalmente la URL de
donde lo hemos recuperado. Se siguen los criterios generales para fuentes electrónicas.
6
Ahora bien, al hacer una cita cuando redactamos nuestro texto podemos simplificar la fuente si es
posible, por ejemplo eliminando en la cita el mes y el día. Por ejemplo.
Wikipedia
Lo primero que Timothy McAdoo (2009) del equipo de APA Style nos pregunta es: ¿Es buena idea
citar la Wikipedia en tu trabajo de investigación? La pregunta es muy válida. Al ser la Wikipedia
una enciclopedia libre no hay nadie que garantice un mínimo de calidad en los contenidos. Lo
mismo podremos encontrar entradas de un alto nivel académico y entradas con errores o puntos de
vista sesgados. Sin embargo, en ocasiones, dependiendo el tema y el tipo de información que se
requiera la Wikipedia (y otros recursos similares) pueden ser útiles e interesantes, además que puede
ser un buen inicio en las búsquedas de información. En cualquier caso, lo justo es que si has
obtenido información de la Wikipedia le otorgues los créditos correspondientes. Para hacerlo sigue
el siguiente ejemplo.
Para aquellos que consulten la Wikipedia, tal vez, habrán observado que al final de la página se
encuentra una leyenda que dice: esta página fue modificada por última vez… Esa fecha corresponde
a la fecha de la última modificación y no a la fecha de publicación, que es la que se requiere en el
estilo APA. En su lugar es necesario que especifiquemos la fecha en que recuperamos la
información.
Comunicaciones personales
Hay una parte de la información que utilizamos en una investigación que no necesariamente
proviene de fuentes documentales o corresponde a los instrumentos del trabajo de campo. Me refiero
a la información que proviene de especialistas, profesores, nuestros pares, e incluso amigos y
familiares. Lamentablemente, mucha de esta información no sabemos cómo mencionarla en nuestros
trabajos de investigación.
Dentro del manual de estilo APA se reconocen las comunicaciones personales (2009, p. 179), que
incluyen cartas privadas, memorándums, algunas comunicaciones electrónicas3, entrevistas
personales, pláticas telefónicas y otros similares. El criterio general es que sean privadas y/o que no
existan registros recuperables públicos.Las comunicaciones personales se citan en el texto pero NO
se incluyen la lista de referencias. Para citarlas se recomienda utilizar iniciales para los nombres de
las personas y usar el apellido. Además es necesario proporcionar la fecha lo más exacto posible.
De acuerdo con R. Sánchez (comunicación personal, enero 15, 2010) muchos de los
diagnósticos de hiperactividad y déficit de atención son incorrectos.
3
Se trata de aquellas comunicaciones que no cuentan con registros públicos. Por ejemplo, un correo electrónico. En
cambio una entrada en un foro de discusión público, no se consideraría como una comunicación personal. El acceso a un
texto que no se publicará próximamente puede considerarse una comunicación personal. En cambio un borrador que se
encuentra en prensa no lo es.
7
Para los niños con hiperactividad, existen otras opciones distintas a la medicación (R.
Hernández, comunicación personal, febrero 21, 2008), como puede ser trabajar sobre la
relación de los adultos con el niño.
Para el caso de Figura Fondo y el IHPG pueden seguirse las reglas para autores de México y habla
hispana, en que aceptamos los dos apellidos y los nombres propios.
De acuerdo con Roberto Hernández Ugalde, psicoterapeuta y médico, para el caso de niños
con hiperactividad, antes de llegar a los medicamentos hay que revisar cuidadosamente las
relaciones de los adultos con el niño (comunicación personal, febrero 21, 2008).
En el desarrollo del texto se citan y se hacen las referencias a las comunicaciones personales. Las
comunicaciones personales no se incluyen la lista de referencias ni en la bibliografía.
La regla general establece que los números del uno al nueve, deben escribirse con palabras, los
números del 10 en adelante se escriben con dígitos. Sin embargo, existen varias excepciones.
Cuando los números representan tiempo, datos, edades, puntajes de una escala, sumas de dinero.
Participantes de una muestra. Ej. Tiene una duración de 1 hr. 35 min. A las 12:30 pm. se inició
con las labores. Cumplirá 4 años de edad. Calificó con una puntuación de 4 en una escala de 6
puntos. El rango de la tarjeta de puntuación fue 0-6. Tiene un costo de $ 9.75. Los 5
participantes del estudio. La muestra incluyó a 4 profesionistas, 6 técnicos y a 10 empleados
manuales.
La excepción a esta regla es cuando se trata de números que indican un aproximado de días,
meses y años, deben utilizarse palabras. Ejemplos: Hace unos tres meses. En unos siete años.
Los números que denotan un lugar específico en una serie numerada, partes de libros y tablas y
cada número en una lista de cuatro o más números. Ej. Tabla 3, página 71, capítulo 5, las
palabras 1, 3, 4 y 7 respectivamente.
Se deben usar dígitos siempre que aparezcan números en el resumen o abstract, aunque sean
inferiores a 10. Ej. Este estudio muestra 5 experiencias internacionales.
8
En lo posible es conveniente evitar empezar una oración con números, sin embargo, si ese fuera
el caso, es necesario utilizar las palabras aunque se trate de números superiores a nueve. Ej.
Veinte de los participantes respondieron afirmativamente mientras que los 28 restantes lo
hicieron negativamente. Cuarenta y ocho por ciento en un inicio y posteriormente un 53 %.
Cuando se trata de fracciones comunes. Un quinto del grupo. Con una mayoría de dos tercios.
Tres cuartos del tiempo.
Hay expresiones que ya son de uso común. Los Diez Mandamientos, los Doce Apóstoles. Los
cuatro pilares de la educación.
Los números menores de 10 que no representan mediciones exactas y que están agrupados para
compararse con números menores. Repitió la tarea tres veces. Son dos palabras que significan.
Con cinco de los siete ensayos.
Cuando se comparan números del cero al nueve con cifras mayores a este número se escriben
con dígitos. Se encontró que 5 de 17 estudiantes. Se compararon los primeros 4 con los restantes
18.
Para los números superiores a tres dígitos se deben usar comas en los grupos de tres dígitos. Ej,
Se registró una entrada de 1,218 personas. La cifra asciende a 24,218,315.
No utilice la separación con comas en los siguientes casos:Números de páginas con más de tres
dígitos. Ej. página 1024. En el sistema binario 0011010110. En grados de temperatura. Ej. 3071º
F. En el caso de frecuencias acústicas. Ej. 2000 Hz. Al hacer mención de los grados de libertad.
Ej. F (24, 1000). No usar comas en números a la derecha de un punto decimal. Ej. 0.0458
9
Para otros casos no considerados recomendamos consultar directamente el manual de estilo y en
caso de no poder resolver sus dudas consulté algún manual de estilo en lengua española
(castellana).
4. Recomendaciones
Para finalizar este trabajo queremos compartir algunas recomendaciones que facilitaran tu trabajo y
ayudaran a perfeccionar tu estilo.
Por ello y por fortuna, un texto científico puede ir más allá de la “literatura positivista”, que intenta
que el autor pase desapercibido “como si al leer los resultados de tal investigación estuviéramos
accediendo a la realidad misma” (Morales, 2006, p. 1), sin intermediarios. Un texto es una
herramienta del pensamiento, es un laboratorio de trabajo. (Morales, 2006). Un estilo propio es
parte de tu propia forma de percibir y valorar la realidad, es parte de la experiencia subjetiva que se
comparte, que se vuelve intersubjetiva e invita a la constante creación y recreación de la realidad, de
la vida.
Para encontrar tu propio estilo hay que seguir la recomendación de Emilio Carballido:“El único
modo de ser escritor es escribir. El que no halle placer en redactar páginas y páginas más vale que
no escriba. Conozco gente que ha querido ser escritora y odia tener que escribir” (Duch 2007. ¶ 10).
Referencias
10
Álvarez de Toledo, M. (2009).DOI. Un código esencial para citas bibliográficas y búsquedas científicas. En
Infobiblio. información bibliográfica; mis notas sobre la búsqueda de información especializada.
Recuperado de http://infobib.blogspot.com/2009/04/doi-un-codigo-esencial-para-citas.html
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11
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12
Mi experiencia con el aquí - y - ahora
Resumen
Introducción.
El aquí-y-ahora, que los místicos orientales conocen de sobra, está en peligro por
una esclavitud moderna. Me refiero a la dependencia de la mujer y el hombre de
principios de este siglo por la tecnología. Dependencia, que se puede tornar en
esclavitud. ¿Qué preponderancia tiene la tecnología y sus aparatos de consumo
personal en nuestras vidas?, ¿qué tanto nos evitan esos aparatos pequeños estar en el
momento presente?
Desarrollo.
11
Alejandro Guerra A. Egresado del IHPG con especialidad en sexualidad. Estudiante de la
Academia de Arte y Cultura Europea y de Gastronomía en el ISMM, poeta e ingeniero en sistemas
computacionales.
Comienzo con cierto temor, ya que se espera que una persona practicante de este
tipo de terapia sea capaz de quedarse con lo que hay, y quizás ha leído mucho del
tema y sabe de memoria citas, autores y párrafos. Quizás por ello piense que ya ha
leído mucho del tema, le gane la vanidad y decida que no tiene porqué leer el
presente.
“Ante todo, el hombre debe saber que él no es uno, sino que es muchos. No
tiene un Yo único, permanente e inmutable. Cambia continuamente. Un
momento es una persona, en el momento que sigue es otra, poco después una
tercera, y así sucesivamente, casi sin término” (Ouspensky, 2000, Psicología
de una posible evolución del hombre).
Primer ejercicio.
Propongo un ejercicio a la lectora o lector. Tome un reloj y una hoja de papel donde
anotar. Escriba la hora de inicio y a continuación intente escribir cuanto
pensamiento cruce por la mente. Dedique a ello al menos un minuto. Evite
reprimirse a toda costa. Puede comenzar por: “No sé para qué hago el ejercicio”,
“¿Un minuto?”, “Seguramente Ouspensky era machista pues no usa lenguaje
incluyente”, “Se trata de escribir lo que piense”, “¿Y si me paso unos segundos?”,
“¿Letra palmer o de molde?”, “El güey ese de Gurdjieff ¿de dónde es?”… en fin.
Procure escribir todo.
Creo que no necesito abundar que esta es la materia de trabajo de quienes atendemos
a consultantes. Y de nosotras mismas, nosotros mismos también.
Segundo ejercicio.
Hablo de recuperar una conexión con la facticidad del momento presente eliminando
tanto pensamiento inarticulado que deambula por nuestras mentes infectándolas de
ruido innecesario.
Propuesta.
“Diga siempre «sí» al momento presente. ¿Qué podría ser más fútil, más
demente, que crear resistencia interior a algo que ya es? ¿Qué podría ser más
demente que oponerse a la vida misma, que es ahora y siempre ahora?
Ríndase a lo que es. Diga «sí» a la vida, y observe cómo ésta empieza
súbitamente a funcionar a favor suyo y no contra usted” (Tolle, E. 2006, “El
poder del ahora”).
Merece la pena recordar que las bases de nuestro entrenamiento en el IHPG son las
que plantea Carl. R. Rogers, precisamente la Aceptación incondicional positiva.
Apreciar a nuestro consultante como la obra de arte que es. Y que es más importante
que sus “problemas”. Hay que descubrir en los ojos de las personas que acuden a
nuestro consultorio que detrás late algo divino…
El trabajo no es sencillo. La desnudez a la que hace referencia Rumi, que se antoja
bella significa desnudez y desapego totales. Es no ser para Ser. Entonces —quizá y
sólo tal vez— es posible que algo Divino entre en nosotros y actúe. No hay
garantías.
Creer que como psicoterapeutas podemos cambiar a una persona, ahora se me antoja
fantástico e inclusive absurdo. Ya lo dice Arnold R. Bessier en la Teoría Paradójica
del Cambio:
“El cambio se produce cuando uno se convierte en lo que es, no cuando trata
de convertirse en lo que no es. El cambio no tiene lugar merced al intento
coactivo realizado por el individuo para cambiar o por otra persona para
cambiarlo, pero sí tiene lugar cuando aquel invierte tiempo y esfuerzo en ser
lo que es —en entregarse plenamente a su situación actual—. Al rechazar el
papel de agentes del cambio, posibilitamos un cambio significativo y
metódico” (Joen Fagan/Irma L. Shepherd (compiladores), 2000, “Teoría y
técnica de la psicoterapia guestáltica”).
¿Cómo es apreciada lectora, apreciado lector tu apego con las cosas materiales?,
¿cuándo fue la última vez que te dejaste sorprender por el milagro de una planta, de
una hormiguita, de un plato de uvas, de la sonrisa de un recién nacido? O ¿crees que
tu flamante y nuevo Smartphone es lo más maravilloso que ha dado el universo?
Bibliografía.
Resumen
Las situaciones sociales que vivimos hoy en día, nos llevan a cuestionarnos sobre la
sociedad en que vivimos, nuestras creencias, conocimientos, valores e incluso la vida
misma en estos tiempos. Cuando analizamos la realidad presente, nos damos cuenta que en
esta era de información y avances tecnológicos gozamos de enormes fortalezas
informáticas y científicas a comparación con otras épocas, pero a la vez, hay carencias
sociales y personales importantes que aún no hemos superado; ¿Qué hacer ante tal
panorama?, evidentemente hacer uso del primordial recurso con que contamos: “El
potencial humano” para trascender como sociedad sabiendo equilibrar lo interno con lo
externo.
Debemos darle oportunidad al “ser humano” de reconocer, ampliar su visión, su conciencia
hacia su participación como miembro importante en la sociedad actual, donde además de
las competencias económicas, profesionales, interculturales, etc., tendrá que tener siempre
presente las competencias personales y sociales que le permitirán ser un “agente de
cambio” propositivo y trascendental para contribuir en el futuro social de la humanidad.
La situación actual
*Karina Gutiérrez Dorantes. Lic. en Educación Preescolar. Maestría en Sensibilización Educativa con
Orientación Gestalt del IHPG. Ha impartido cursos en Educación Afectiva y en Valores. Directora de Jardín
de Niños. Investigación cualitativa del proyecto:”Los valores en la educación una mirada a través del
docente”. karis.magic11@gmail.com
intelectual, física, emocional y espiritualmente para ser competentes y poder afrontar los
retos personales y colectivos que implica el siglo XXI.
Hoy más que nunca, en la sociedad del siglo XXI, se goza del privilegio en el acceso a la
información; niños, jóvenes y adultos tienen la posibilidad de ingresar fácilmente a ese
espacio público de comunicación e información a través de: la red pública (internet),
celulares, televisión, radio, revistas, etc. Abriendo nuevas perspectivas a la ampliación del
espacio público del conocimiento, de saber y del estar informado.
Y es que tener acceso a la información, no quiere decir, precisamente que esa información
sea un conocimiento aprovechable, útil y fructífero; al contrario, uno de los factores que
vemos comúnmente a nivel social es que niños y jóvenes; principalmente, tienen tal
facilidad de conocer a través del internet sobre diversos temas; visitan muchas páginas y,
difícilmente pueden discernir entre lo cierto y lo útil de una información que llega
fácilmente a sus manos a través de un click de computadora. Se dice entonces que, no todo
conocimiento es sabiduría; por lo que hoy más que nunca debemos enfocarnos en adaptar la
información recientemente recibida, junto con el desarrollo del juicio crítico y la evaluación
continua de esas actualizaciones informativas con las que continuamente tenemos contacto.
El informe de la UNESCO redactado en 2005 titulado “Hacia las sociedades del
conocimiento” nos dice:
Será primordial que si buscamos ser una sociedad del conocimiento se ponga énfasis, al
igual que en los progresos tecnológicos y de comunicación, en el potencial humano que
nutre todo proceso de evolución y aprendizaje. Hay herramientas sociales que son
imprescindibles, como es el uso del lenguaje como medio de trasmisión y significación del
conocimiento, la comunicación para establecer una relación armónica ante la diversidad
cultural así como el contacto humano y creativo que es capaz de promover el desarrollo del
juicio crítico, la conciencia personal y social.
Desde la visión capitalista, cuando alguien tiene un millón de pesos y le comparte la mitad
a otro; el dueño del dinero pierde su mitad, quedándose con un capital menor al inicial.
Pero tratándose del conocimiento, si alguien comparte todo lo que sabe, esa persona sigue
teniendo ese mismo capital de conocimiento y además, tienen mayor posibilidad de
potencializarlo y capitalizarlo, ya que dos personas, o quizá más, estarán procesando el
conocimiento buscando la forma de hacerlo más útil y redituable para todos.
Hoy en día las empresas que empiezan a manifestar esta nueva visión; mantienen una
continua comunicación con otras similares, compartiéndose la información necesaria para
crear mejores oportunidades de desarrollo para ellas y todas las empresas que se dedican a
esa labor. Será importante comenzar a tener una visión horizontal y colectiva donde
busquemos obtener, entre todos, el beneficio común.
Para un total aprovechamiento del saber, deberá darse un ambiente compartido, sin
jerarquías, marginaciones, exclusiones o protagonismos. Somos todos en pro de un fin
común.
Al incluir a todos dentro de la conformación de las sociedades del conocimiento, nos
referimos a todos los miembros de la sociedad: niños, niñas, jóvenes y adultos de cualquier
condición social y económica, sin importar sus creencias o ideologías.
Las sociedades del conocimiento tienen como finalidad el desarrollo humano, porque con la
participación de todos los miembros de la sociedad en este proyecto de crecimiento hacia el
bienestar común, también se estará promoviendo la afirmación de los derechos humanos, a
través de la libertad de opinión y expresión.
Sin embargo, a pesar de los beneficios que la sociedad del conocimiento provee para el
futuro, lo cierto es que aún hay muchos retos y desafíos que resolver:
¿Poseemos ya los medios que permitan un acceso igual y universal al conocimiento, así
como un auténtico aprovechamiento compartido de éste a nivel mundial o por países?
¿Cómo concebir la educación para que las sociedades del aprendizaje estén abiertas a
todos, y no solamente a los países, familias y personas que cuentan con medios suficientes
para adquirir conocimientos pertinentes y valorizados?
¿Cómo evitar que se acentúen las disparidades entre sectores de la población cada vez más
educados y otros con acceso limitado a una educación de calidad y ensanche así, la brecha
cognitiva, que es el principal escollo de una economía global del conocimiento?
¿Cómo alcanzar, lo antes posible, el objetivo de la paridad y ofrecer en todo el mundo las
mismas posibilidades a niñas y varones en todos los países, sin importar su cultura o
religión?
¿Se puede hablar de sociedad mundial del conocimiento, cuando la libre circulación de
informaciones se ve obstaculizada, o cuando la propia información es objeto de censuras y
manipulaciones?
Reflexión/ Conclusión
Toda nuestra acción o no acción nos “inventa” a nosotros mismos y de cierta manera, a la
humanidad. Tenemos la realidad que hemos co-creado con los otros, quizá pensando que
los demás nada tenían que ver con nosotros mismos, olvidándonos que cuando una persona
valida o acepta algo bueno o malo, se pone frente a la posibilidad de que eso mismo le
toque en un futuro a él.
Bibliografía
Rogers, C. (1996) Revista Fritz Gestalt, (en línea). Recuperado en Diciembre de 2009, de
http://fritzgestalt.com
Ediciones UNESCO( 2005) Informe Mundialde la UNESCO. Hacia las Sociedades del
conocimiento. En línea. Recuperado en Agosto de 2009, en http://unesdoc.uneso.org
A continuación presentamos las tres conferencias con las que se inauguraron los
trabajos de la reunión bianual de la Association for the Advancement of Gestalt Therapy
(AAGT).
Dicha conferencia, de junio pasado, tuvo la peculiaridad de haber sido inaugurada con
exposiciones de tres profesionales de diferentes partes del mundo: Lynn Jacobs, de
Estados Unidos, considerada como una de las más importantes teóricas de la
Psicoterapia Gestalt y que ha venido tendiendo puentes entre las nuevas corrientes
Psicoanalíticas y la Terapia Gestalt; Frank Staemmer, alemán, reconocido por su
esfuerzo en generar nueva teoría y en ser un crítico agudo de la elaboración teórica
anterior de la Terapia Gestalt; por último Myriam Muñoz Polit de México, que es la
directora general del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt (la sede de Coyoacán,
Ciudad de México, es la más poblada de alumnos del mundo), quien ha sido una gran
promotora de la generación de escuelas de Gestalt en México y Latino América.
EL LEGADO DE LA TEORÍA Y TERAPIA GESTALT EN MÉXICO
Agradezco la amable invitación para asistir y compartir con ustedes en este congreso.
Particularmente, la gentil deferencia al permitirme iniciarlo; es para mí un honor y una
gran satisfacción estar el día de hoy aquí.
Simplemente en México, el instituto que dirijo: tiene ya 8 sucursales; hay más de 6,000
egresados que han tomado el entrenamiento de manera formal a lo largo de 25 años, es
decir 6,000 terapeutas; y desde luego, otros miles que han tomado algún taller o curso y
que los ha acercado a nuestro modelo terapéutico. Además, conozco 10 institutos más
que también han aportado terapeutas Gestalt.
Me parece que las cifras son impresionantes, y también reveladoras, lo cual nos explica
por qué somos una de las tres fuerzas importantes dentro de las escuelas
psicoterapéuticas del país, al ser las otras dos: el Psicoanálisis y las terapias Cognitivo-
Conductuales.
Cuando me pregunto la razón por la cual la Terapia Gestalt ha tenido tanto auge en
México, y en tan poco tiempo, me surgen algunas hipótesis:
1
Myriam Muñoz Polit es la fundadora y Rectora del Instituto Humanista de
Psicoterapia Gestalt de México. Autora de libros y artículos. Su interés principal está
centrado en el tema de las emociones y los sentimientos, el de parejas y el de sueños.
3. Tiende a fomentar una relación de horizontalidad, en donde las personas se
sienten más respetadas.
4. Al no buscar diagnosticar ni etiquetar la problemática del cliente, hay una
sensación de valoración y confianza en la relación.
5. El hecho de poner especial atención a la vivencia emocional permite una
aproximación que es más cálida y compasiva.
6. Es, en sí misma, un modelo educativo que le enseña al cliente formas de vida y
de relación diferentes a las que conocía, o a las que había experimentado; es
decir, traspasa las paredes del consultorio para estar presente en la vida
cotidiana, lo cual da paso a una nueva cultura que lleva inmersa valores
fundamentales que permiten mirar a los otros, al entorno y a uno mismo, a través
de lentes más amables y más humanos.
7. Es una terapia que va profundo; le apuesta a la transformación, más que al
cambio, es decir el hacer consciencia organísmica que es, hoy por hoy, una
respuesta sólida y durable, no sólo para el cliente, sino para la humanidad en su
conjunto.
La terapia Gestalt ha llegado a ser tan popular en México, porque me parece que a los
mexicanos, y creo que en general a los latinos, nos acomoda muy bien este tipo de
aproximación en donde se le da tanta importancia a la relación, la cercanía, la calidez, el
apoyo y a la vida emocional.
Los terapeutas Gestalt en México nos enfrentamos todos los días a la ignorancia, la
discriminación, la pobreza y la falta de esperanza que se fomenta en esta cultura; debido
a que el acceso a las oportunidades es pobre; nuestro reto está en facilitar un campo
donde la persona pueda ser apreciada, más que castigada por hacer lo que cree que es
correcto para ella, y por generar oportunidades creativas de desarrollo.
Los Gestaltistas no debemos olvidar que en nuestra base ideológica está la idea de que
es fundamental que las personas logremos nuestra realización y seamos felices. Que hay
que transitar del individualismo hacia lo relacional; viviendo no sólo para nosotros
mismos, sino también por y para los otros.
Me parece que si Fritz, Laura, Paul, Isadore y todos nuestros predecesores en esta
aventura, pudiesen ver lo que su aportación ha generado, lo que la Teoría y la Terapia
Gestalt son ahora; estarían asombrados y también muy satisfechos.
Muchas gracias
Inspiración ética y experiencia compleja
Me parece que este momento es el tiempo apropiado para hablar sobre la continuidad
y el cambio en nuestra comunidad Gestalt. Philip Lichtembeg y Erving Polster dos de
nuestros sabios mayores, que honraremos en esta conferencia, mis colegas con
quienes tengo el honor de compartir este panel, y otros tantos entre nosotros, podrían
fácilmente estar hablando de este tema. Hay tantos entre nosotros que han contribuido
para continuar el desarrollo de la terapia de Gestalt. Algunos nos hemos involucrado
en discusiones controversiales, pero amigables (por ejemplo, Wheeler, 1997,
Staemmler, 2006, Jacobs, 2003, Robine, 1997). Otros se han expandido mayormente
en los constructos teoréticos originales (ver por ejemplo, Philippson, 2001, Bloom,
2003, Crocker, 1999, Yontef, 1993, Spagnuolo Lobb, 2003).
El filósofo canadiense, Charles Taylor mantiene una fuerte postura diciendo que,
como seres humanos, estamos éticamente situados en forma inevitable en relación
unos con otros. Él considera que una de las más básicas aspiraciones de los seres
humanos, es la de estar conectado a, o en contacto con, lo que ven como bueno, o de
crucial importancia, o de valor fundamental (p. 42). Esta orientación hacia el bien
puede ser aplicada al ser un buen cuidador o un amigo leal hacia un compañero
criminal. La opinión de Taylor es que es imposible evitar esta tendencia. Es una
dimensión ineludible de ser hacedores de sentido, creaturas que valoran y que están
siempre situadas en contextos particulares (Taylor, 1994).
Entonces estamos aquí, por la virtud de ser humanos, situados éticamente. Se plantea
entonces, la cuestión acerca de nuestra actitud hacia los “debes” y los “tienes” que tan
a menudo trabajamos en terapia. La pregunta no es si importan los “debes” sino, más
bien, que “deberías” importan. Regresaré a esta última pregunta mas adelante.
Sin embargo, pienso que la liberación y el cuidado no son polares, viviendo en alguna
forma de tensión dinámica opuesta uno con el otro. Cuando se experimentan así, uno
sufre de una constricción de su mundo experiencial, esto es, más bien, un signo de una
posición reduccionista sobre la experiencia.
Ahora, de regreso a mi pregunta sobre los “deberías”. Ofrezco esto como un simple
ejemplo con respecto al punto que quiero enfatizar. Muy frecuentemente, escuchamos
a pacientes que tienen muchos conflictos entre lo que se ‘debe hacer ‘y lo que ‘se
quiere hacer’.
Cuando pensamos en términos simplistas, vemos lo que se debe hacer en términos de
introyectos. Estos son una usurpación de las inclinaciones más espontáneas de los
pacientes. Pero, ¿qué pasaría si nos abrimos hacia algo más complejo, sin respuestas
fáciles? Si, por supuesto, muchos de nuestros pacientes han sufrido de intimidación y
abuso y tienen miedo de un rechazo devastador si persiguen sus deseos de
diferenciación. Esa es una dimensión del conflicto. Pero, puede también haber alguna
preocupación por aspectos de su situación, aún cuando el cuidado ha sido expresado
como un sofocante deber ser.
Tal vez, antes del encuentro no han tenido el apoyo para ser capaces de explorarse con
más detenimiento. Entonces es nuestra responsabilidad y la de nuestros pacientes, el
tener la humildad para asumir que el ‘deber’ es complejo y no completamente
conocido, pero puede ser desempacado y explorarse con el deseo de añadir textura al
deber preferiblemente que reducirlo al título de usurpador. Y esto es solamente un
ejemplo de mi deseo de que volvamos a encontrar la complejidad desordenada y
resistir la tentación de simplificar la experiencia.
Deseo terminar con una cita interesante del filosofo John Ricker, tomada de un
artículo escrito para la Comunidad Psicoanalítica del Self. En la parte que cito, él
señala el asunto de la vitalidad y la ética, usando el lenguaje del alma (más bien que el
del self), el lenguaje de los filósofos ancestrales de occidente.
¿Qué clase de alma está más viva? La respuesta de Sócrates y Platón a esta cuestión
es impresionante Ellos proclamaron que el alma más viva era el alma de una persona
ética. La persona más viva era aquella más justa, valiente, con control de sí misma y
sabia, alguien que vivió por principios y no por los caprichos y deseos personales.
Ricker continúa…
El alma bien integrada con su vida esencial no es el alma que desea sino el alma
erótica. El deseo busca consumir el mundo, para transformar lo que es del otro en lo
que es mío. Eros ama al mundo y reverencia su belleza. Quiere fusionar o unirse con
la belleza de sus objetos, no los consume. (Riker, 2009).
Me parece interesante esta distinción entre deseo y Eros. Por otro lado, si se habla
sobre una de las críticas que Frank Staemmler ha planteado en lo que se refiere al
metabolismo mental (Staemmler, 2006). Eso también se refiere a nuestra tendencia a
mirar al proceso de formación gestáltica como individual y basado en necesidades
más que en lo erótico. El deseo estrecha nuestro mundo experimental. Eros lo
expande y los hace complejo.
En relación al tema de esta conferencia, me parece que estoy diciendo dos cosas. La
primera es que nuestra preocupación fundacional con el proceso de la experiencia
sigue siendo valiosa, pero nosotros tenemos que resistir a algunos aspectos de nuestra
teoría y entrenamiento, de reducir la experiencia, en lugar de abrirnos a la
complejidad de la experiencia. Y en segundo lugar, creo que todos estamos atraídos
hacia nuestra teoría y práctica ética de las pasiones. La reflexión sobre las pasiones
nos puede ayudar a seguir desarrollando nuestra teoría de forma que apoye la ética
que nos interesa.
Gracias al comité organizador por darme esta oportunidad de ser útil acerca de algo
que me importa
1
Nací en 1951. Trabajo como psicólogo y como terapeuta Gestalt en Wuerzburg, Alemania. He trabajado como
terapeuta Gestalt en mi práctica privada desde 1976, y como entrenador y supervisor desde 1981. Fuí el editor del
International Gestalt Journal desde 2001 hasta 2006 y co-editor de Studies
in
Gestalt
Therapy:
Dialogical
Bridges
de
2007
a
2009.
2.
Del
organismo
a
la
persona
—
o:
Del
hambre
al
deseo
de
conexión
El
primer
ejemplo
tiene
que
ver
con
lo
que
se
podría
llamar
“el
sesgo
biológico”
de
nuestra
teoría:
Sólo
pensemos
en
términos
como
“organismo”,
“necesidad”,
“asimilación”,
“digestión”,
“crecimiento”
o
el
espantoso
“metabolismo
mental”.
Se
introdujeron
en
nuestro
pensamiento
porque
Perls
deseaba
revitalizar
la
mente
cartesiana
y
la
rígida
situación
psicoanalítica
dándole
al
cuerpo
su
lugar.
Estos
conceptos
biológicos
se
le
ocurrieron
por
el
espíritu
de
su
época,
por
su
educación
médica
y
psicoanalítica,
y
por
sus
encuentros
formativos
con
Goldstein
(1939)
y
Smuts
(1926/1973).
El
concepto
de
“organismo”
parecía
sumarle
a
la
psique
lo
que
hasta
entonces
le
había
estado
haciendo
falta
para
establecer
su
totalidad.
Sin
embargo,
sumar
no
es
lo
mismo
que
integrar,
y
hablar
de
un
“organismo”
no
es
lo
mismo
que
hablar
de
una
persona
en
su
totalidad.
Aunque
según
nuestra
teoría,
el
término
“organismo”
con
frecuencia
parece
ser
usado
como
sustituto
de
todo
el
ser
humano,
en
realidad
es
un
reduccionismo,
puesto
que
sólo
nombra
lo
que
tenemos
en
común
con
los
animales,
dejando
de
lado
lo
que
nos
distingue
de
los
demás
organismos.
Esto
es
inaceptable
no
sólo
en
un
sentido
semántico,
sino
también
desde
la
perspectiva
de
la
psicología
gestalt.
Si
es
verdad
que
la
totalidad
es
más
que,
y
diferente
a,
la
suma
de
sus
partes,
la
reducción
de
la
persona
humana
a
un
organismo
elimina
la
esencia
que
sólo
puede
hallarse
en
la
totalidad
de
la
persona
y
eso
determina
el
carácter
de
las
partes,
incluyendo
a
la
parte
organísmica.
Por
lo
tanto,
incluso
el
aspecto
organísmico
de
una
persona
humana
es
distinto
al
de
un
animal.
Eso
fue
razón
suficiente
para
que
Merleau-‐Ponty
(1962)
y
otros
fenomenólogos
hablaran
del
“cuerpo
vivido”
o
del
“cuerpo
experimentado”.
Es
más;
como
muestran
claramente
las
investigaciones
de
los
sistemas
motivacionales
en
las
últimas
décadas,
las
múltiples
motivaciones
de
los
seres
humanos
no
pueden
rastrearse
a
los
impulsos
biológicos
individuales:
ni
al
impulso
sexual
como
en
Freud,
ni
al
impulso
del
hambre
como
en
Perls.
Además,
cualquier
teoría
de
los
impulsos
es
incompatible
con,
por
ejemplo,
la
antropología
de
Buber
(1958;
1965)
o
la
ética
de
Lévinas
(1969).
Esto
conlleva
suposiciones
extrañas,
como
la
del
“gen
egoísta”
de
Dawkins
(1976),
o
la
confusión
de
conceptos,
como
nuestra
así
llamada
agresión
positiva.
Si
aplicamos
la
teoría
de
los
impulsos
a
las
relaciones
humanas,
como
metáfora
dominante,
la
otra
persona
se
vuelve
objeto
o
propiedad,
se
convierte
en
un
medio
hacia
el
fin
de
mi
satisfacción
–
un
“ello”.
La
intencionalidad
encarnada,
como
se
da
en
los
seres
humanos,
es
dirigida
principalmente
a
otras
personas,
al
menos
en
el
contexto
psicoterapéutico.
Es
inhumano
ver
a
la
otra
persona
como
un
“organismo”
al
que
debemos
acercarnos
“agresivamente”
“asimilándolo”
para
efectos
del
“crecimiento”
de
nuestro
propio
“organismo”
y
la
satisfacción
de
mi
“hambre”
y
mis
otras
“necesidades”,
puesto
que
establece
una
objetivadora.
(Hablaré
más
sobre
esto
en
mi
conferencia
del
domingo).
Creo
que
llegó
la
hora
de
reemplazar
las
metáforas∗
biológicas
de
nuestra
teoría
con
los
conceptos
fenomenológicos
que
tenemos
a
nuestra
disposición
(por
ejemplo
el
“mitwelt”
de
Heidegger,
1962)
que
subrayan
la
interconexión
básica
entre
los
seres
humanos
(¡no
sólo
la
del
organismo
con
su
medio
ambiente!)
y
el
deseo
humano
de
la
intersubjetividad
empática,
la
comunidad,
la
co-‐fraternidad
y…
el
amor.
3.
De
la
psicología
gestalt
a
la
filosofía
hermenéutica
o:
De
formar
figuras
a
hallar
sentido
juntos
Este
es
mi
segundo
ejemplo
de
lo
que
creo
debemos
cambiar
en
nuestro
pensamiento
para
poder
establecer
una
continuidad.
El
logro
revolucionario
de
la
psicología
gestalt
fue
la
reflexión
según
la
cual
la
percepción
no
es
el
procesamiento
de
estímulos
iniciados
en
primera
instancia
que
sólo
se
asocian
en
segunda
instancia,
pero
que
vemos
totalidades
significativas
desde
el
inicio:
“Está
en
la
naturaleza
misma
del
organismo
perceptor
el
inter
pretar,
es
decir
sintetizar
las
partes,
resolver
las
partes
del
campo
en
un
todo
organizado”
(Wheeler
1998,
39
—
cursivas
agregadas).
En
otras
palabras,
los
psicólogos
gestalt
descubrieron
que
la
categoría
de
“significado”
era
una
dimensión
esencial
de
la
manera
en
que
percibimos
nuestro
mundo.
Sin
embargo,
tenían
un
serio
problema.
Se
encontraron
bajo
ataque
constante
por
parte
de
la
psicología
elementalista
tradicional.
Tuvieron
que
probar
y
defender
el
carácter
científico
de
sus
investigaciones.
En
ese
momento
(y,
en
gran
medida,
hasta
el
momento
presente)
el
paradigma
científico
dominante
era
el
de
las
ciencias
naturales.
Así
que
no
es
de
sorprender
que
muchos
de
los
psicólogos
gestalt
buscaran
su
salvación
en
los
métodos
planteados
por
este
paradigma.
Al
hacerlo,
cayeron,
hasta
cierto
punto,
presas
del
reduccionismo
e
individualismo
implícitos
en
las
formas
en
que
las
ciencias
naturales
investigan
los
fenómenos
psicológicos,
aunque
tanto
el
reduccionismo
como
el
individualismo
eran
mentalidades
inherentemente
opuestas
a
sus
creencias
centrales.
En
consecuencia,
en
la
psicología
gestalt
una
buena
parte
de
la
investigación
se
dedicó
a
análisis
empíricos
y
aparentemente
objetivos
de,
por
ejemplo,
la
“percepción
de
las
urracas”
(Hertz
1928ª;
1928b)
o
“la
organización
en
el
campo
óptico
de
las
abejas”
(Hertz
1929;
1930;
1931).
Al
procurar
el
reconocimiento
de
la
comunidad
científica,
las
dimensiones
de
la
holística
y
la
creación
de
significado
fueron
consideradas,
en
parte,
como
fenómenos
“naturales”
en
lugar
de
culturales,
e
investigados
al
exterior
del
terreno
de
lo
humano.
En
la
misma
vena,
los
psicólogos
gestalt
cambiaron
su
nombre
al
de
“teóricos
gestalt”.
Con
frecuencia,
la
manera
en
que
los
terapeutas
gestalt
hacen
mención
de
conceptos
como
el
de
“formación
de
figura”
aún
porta
esta
carga
de
las
ciencias
naturales,
particularmente
si
se
les
coloca
dentro
del
contexto
de
conceptos
biologistas
como
el
de
la
“autoregulación
organísmica”.
Entonces,
las
cualidades
culturales,
sociales
e
∗
Kenofer
(2010)
ha
señalado
correctamente
que
la
teoría
de
la
terapia
gestalt
no
sólo
incluye
metáforas
biológicas,
sino
también
conceptos
biologísticos.
intersubjetivas
de
la
creación
humana
de
significado
son,
en
gran
medida,
hechas
de
lado.
Creo
que
tiene
que
ver
con
estas
circunstancias
el
hecho
de
que,
-‐
no
obstante
ciertas
excepciones
como
el
acercamiento
narrativo
de
Eving
Polster-‐,
el
asunto
de
la
hermenéutica
ha
sido
mayormente
ignorado
en
nuestra
bibliografía.
∗
Las
cuestiones
de
la
creación
de
significado,
la
interpretación
y
la
comprensión
no
pueden
tratarse
basándose
únicamente
en
la
psicología
gestalt.
Pero
la
psicología
gestalt
se
integra
bien
con
el
acercamiento
fenomenológico,
particularmente
porque
tiene
que
ver
con
la
interconexión
y
el
entendimiento
humano.
Hay
una
rica
bibliografía
escrita
por
filósofos
fenomenológicos
y
hermenéuticos
como
Merleau-‐
Ponty
(1962)
o
Gadamer
(1989)
que
está
mayormente
de
acuerdo
tanto
con
la
psicología
gestalt,
como
con
la
fenomenología,
así
como
con
la
antropología
dialógica;
un
rico
conocimiento
profundo
que
puede
ayudarnos
a
concebir
de
manera
más
adecuada
las
maneras
en
que
nosotros
y
nuestros
pacientes
le
damos
sentido
juntos
a
nuestros
mundos
de
experiencia
(Staemmler
2004;
2006a).
Por
cierto,
la
creación
conjunta
e
interactiva
del
significado
es
un
aspecto
importante
de
nuestra
interconectividad,
de
la
cual
he
hablado
antes.
Además,
este
vínculo
entre
la
interconectividad
humana
y
la
creación
conjunta
de
significado
proporciona
un
acercamiento
a
la
dimensión
espiritual
que
difiere
de
los
intentos
que
procuran
unir
lo
espiritual
a
lo
psicológico
de
una
manera
adhesiva,
siguiendo
el
patrón
de
la
“gestalt
y
la
espiritualidad”.
En
lugar
de
ello,
estoy
pensando
en
una
espiritualidad
que
surge
del
deseo
humano
de
entender
el
significado
de
la
propia
existencia
y
nuestra
integración
común
a
un
mundo
humano
y
más
que
humano.
4.
Del
campo
a
la
situación
conjunta
Este
es
mi
tercer
y
último
punto.
En
los
últimos
años
una
cantidad
bastante
grande
de
terapeutas
gestalt
se
han
convertido
en
lo
que
llamaría
“fanáticos
del
campo”.
Consideran
que
casi
cualquier
fenómeno
es
“del
campo”,
o
bien
que
surge
de
algún
tipo
de
campo.
Sin
embargo,
rara
vez
me
queda
claro
el
tipo
de
campo
al
que
se
refieren
y,
honestamente,
debo
agregar
que
no
siempre
estoy
seguro
de
si
ellos
mismos
saben
de
qué
tipo
de
campo
están
hablando.
Con
frecuencia
me
da
la
impresión
de
que
el
término
“campo”
puede
aplicarse
a
cualquier
cosa
que
parezca
ser
más
grande
que
la
persona
individual
(Staemmler
2006b).
De
hecho,
creo
que
en
muchos
casos
mencionar
“el
campo”
es
un
acto
de
habla
mediante
el
cual
uno
puede
identificarse
como
miembro
de
la
corriente
no-‐individualista,
relacional
que
está
vigente
en
la
terapia
gestalt.
Pero
si
ese
es
el
caso,
teóricamente
el
término
no
dice
gran
cosa
y
no
nos
ayuda
a
entender
la
complejidad
de
la
mayor
parte
de
los
procesos
interpersonales:
la
jerga
asesina
a
la
prägnanz.
En
Gestalt
Therapy,
Perls,
Hefferline
y
Goodman
citan
la
afirmación
de
Lewin,
quien
hizo
énfasis
en
que
“es
particularmente
necesario
que
quien
proponga
estudiar
los
fenómenos
en
su
totalidad
debe
cuidarse
de
la
tendencia
de
volver
las
totalidades
tan
∗
Otra
excepción
sería
Fodor
(1998).
amplias
como
sea
posible”
(1951,
p.
277);
por
lo
tanto,
suelen
ser
un
poco
más
precisos
que
los
fanáticos
del
campo
de
hoy
en
día;
escriben
sobre
el
“campo
organismo/medio
ambiente”
(ibid.,
pp.
228ff.).
En
este
punto
no
quisiera
volver
a
señalar
el
sesgo
biológico
del
término,
a
pesar
de
que
están
interactuando
“cuando
menos
factores
socioculturales,
animales
y
físicos”
(ibid.).
Ahora
me
gustaría
señalar
que
en
la
mayor
parte
de
las
situaciones
interpersonales
ni
siquiera
ese
término
es
lo
suficientemente
preciso
como
para
ayudarnos
a
entender
lo
que
está
sucediendo.
Esa
fue
razón
suficiente
para
que
algunos
colegas,
particularmente
Jean-‐Marie
Robine
(2001;
2003)
y
Georges
Wollants
(2005;
2008),
sugirieran
una
transición
“del
campo
a
la
situación”
(Robine
2001).
Ese
es
mi
tercer
ejemplo
de
continuidad
y
cambio.
Estos
colegas
son
demasiado
modestos
para
aseverar
que
ya
desarrollaron
una
teoría
elaborada
de
la
situación;
sin
embargo,
considero
que
su
propuesta
está
entre
las
más
fértiles
teóricamente
de
las
que
se
han
planteado
en
los
últimos
años.
Tanto
en
la
psicología
social
como
en
la
filosofía
podemos
hallar
material
de
gran
riqueza
que
está
de
acuerdo
con
los
principios
básicos
de
la
terapia
gestalt
y
que
nos
ayuda
a
desarrollar
un
concepto
de
la
situación
que
resulta
más
útil
a
nivel
pragmático
que
el
concepto
abstracto
del
campo,
puesto
que
las
situaciones
son
las
unidades
holísticas
básicas
de
la
experiencia
humana.
Sin
embargo,
sostengo
que
debemos
ir
incluso
un
paso
más
allá.
Para
mí,
en
este
contexto
la
idea
más
prometedora
es
el
concepto
fenomenológico
de
“situación
conjunta”
según
la
formuló
Aron
Gurwitsch
(1979),
Hermann
Schmitz
(2002)
y
otros.
Me
gustaría
ofrecerles
un
breve
anticipo
de
lo
que
puede
lograr
este
término.
Como
ilustración
les
leeré
un
poema
de
Ernst
Jandl
(2009),
dramaturgo
y
poeta
austriaco.
Se
llama
“Recostado
junto
a
ti”.
Yo
estoy
recostado
junto
a
ti.
Tus
brazos
me
sostienen.
Tus
brazos
sostienen
más
de
lo
que
soy.
Tus
brazos
sostienen
lo
que
soy
cuando
estoy
recostado
junto
a
ti
y
tus
brazos
me
sostienen.
Si
revisan
la
primera
línea
del
poema
de
Jandl
verán
un
“yo”
que
señala
cierta
perspectiva.
Le
sigue
un
verbo
–“estoy
recostado”–
que
describe
cierta
acción.
Después
recibimos
información
sobre
el
lugar,
“junto
a
ti”.
Sin
embargo,
esta
información
no
sólo
especifica
una
ubicación,
también
indica
una
relación
con
otra
persona:
“junto
a
ti”.
En
resumen,
el
inicio
de
poema
representa
en
términos
generales
la
situación
conjunta
de
dos
personas.
A
continuación
el
poema
nos
dice
algo
sobre
la
perspectiva
y
la
actividad
de
la
otra
persona:
sus
“brazos
me
sostienen”.
Su
actividad,
la
de
sostener,
es
complementaria
a
la
acción
de
la
primera
persona.
La
interrelación
de
las
dos
personas,
sus
respectivas
actividades
y
perspectivas,
forman
en
conjunto
un
todo
más
grande.
Ahora
vienen
las
líneas
realmente
interesantes.
La
primera
dice:
“Tus
brazos
sostienen
más
de
lo
que
soy”.
Eso
podrá
parecerles
confuso,
pero
los
versos
siguientes
proporcionan
una
explicación:
“Tus
brazos
sostienen
lo
que
soy
cuando
estoy
recostado
junto
a
ti
y
tus
brazos
me
sostienen”.
Con
estas
palabras
Jandl
expresa
la
esencia
de
su
poema:
si
me
involucro
en
un
contacto
personal
con
otra
persona,
si
me
sumerjo
en
una
situación
conjunta
con
otro,
me
vuelvo
más
de
lo
que
soy
por
mí
mismo.
Y
podría
agregarse
que
también
me
vuelvo
distinto
a
lo
que
soy
como
individuo.
La
situación
conjunta
genera
una
dimensión
superveniente,
algo
que
no
puede
reducirse
a
los
individuos
que
la
conforman.
Esta
dimensión
superveniente
de
una
situación
conjunta
tiene
una
dinámica
propia,
por
eso
puede
crear
algo.
Genera,
entre
otras
cosas,
un
“estado
de
conciencia
intersubjetivo”
∗
que
hace
más
que
conectar
los
recursos
de
las
personas
involucradas,
de
modo
que
se
vuelven
capaces
de
sentir,
pensar
y
hacer
cosas
que
nunca
podrían
sentir,
pensar
y
hacer
individualmente.
Como
lo
dijo
una
vez
Daniel
Stern:
“Dos
mentes
crean
la
intersubjetividad.
Pero,
de
igual
modo,
la
intersubjetividad
moldea
a
las
dos
mentes”
(2003,
pp.
77f.).
A
un
nivel
más
fundamental,
este
estado
de
conciencia
intersubjetivo
constituye
una
poderosa
sensación
de
afiliación
y
pertenencia.
Aunque
las
perspectivas
de
los
individuos
aún
existen,
son
complementadas
y
rodeadas
por
una
“fusión
de
horizontes”
(Gadamer
1989).
Sus
percepciones
personales
de
sus
mundos
vivenciales,
aún
cuando
contradictorios
en
ciertos
sentidos,
se
integran
en
un
marco
de
referencia
compartido.
Lo
que
describo
como
situación
conjunta
es
una
obvia
manifestación
de
lo
que
Heidegger
llamaba
“Mitsein”,
el
“estar-‐con”
primordial
que
caracteriza
a
todos
los
seres
humanos.
En
otras
palabras,
cada
vez
que
se
involucran
en
situaciones
conjuntas
con
otros
las
personas
experimentan
su
interconexión
vital
de
una
manera
por
demás
prominente.
Quizás
no
sea
necesario
mencionarlo,
pero
esa
sensación
de
conexión
no
es
una
experiencia
que
tengo
por
mí
mismo,
también
implica
la
experiencia
del
otro
y,
hasta
cierto
punto,
mi
experiencia
de
la
experiencia
del
otro.
En
consecuencia,
en
las
situaciones
conjuntas
la
empatía
y
compasión
mutuas
son
inevitables.
Espero
que
puedan
ver
cómo
puede
lograr
mucho
más
este
concepto
que
la
idea
abstracta
de
un
“campo”.
En
una
situación
conjunta,
no
puedes
observar
el
sufrimiento
del
otro
sin
que
te
afecte,
tú
también
lo
vas
a
experimentar.
Compartes
aspectos
del
destino
del
otro.
Y
esto
tiene
una
consecuencia:
finalmente,
aporta
a
las
situaciones
conjuntas
una
dimensión
ética,
lo
que
no
es
menos
importante.
Si
te
sientes
conectado
con
el
otro,
si
te
afecta
mirar
el
rostro
del
otro,
no
puedes
al
mismo
tiempo
hacerle
daño
(véase
Lévinas
1969).
En
lugar
de
ello,
te
preocupas,
y
te
importa.
A
fin
de
cuentas,
la
ética
que
puede
derivarse
de
las
situaciones
conjuntas
es
lo
que
nos
constituye
como
agentes
responsables,
puesto
que
la
definición
de
una
persona
como
agente
responsable
“incluye
no
sólo
su
postura
respecto
a
los
asuntos
morales
y
espirituales
sino
también
alguna
referencia
a
una
comunidad
que
lo
define”.
(Taylor
1992,
p.
36)
∗
Esta
formulación
se
basa
en
el
concepto
de
Tronicks
(1998)
de
un
“estado
de
conciencia
expandido
diádicamente”.
5.
Resumen
En
suma,
he
tratado
de
proporcionarles
tres
ejemplos
de
continuidad
y
cambio
que
considero
debemos
implementar
en
nuestra
teoría
y
práctica.
El
primer
ejemplo
fue
el
hilo
que
lleva
del
organismo
biológico
a
la
persona
humana
o,
si
así
se
quiere
ver,
del
hambre
y
la
agresión
al
deseo
de
conexión.
El
segundo
hilo
comienza
con
la
psicología
gestalt
y
pasa
hacia
la
filosofía
hermenéutica
o,
como
podría
también
plantearse,
de
la
“formación
de
figuras”
al
“descifrar
juntos”.
El
tercer
hilo
de
pensamiento
comienza
con
el
concepto
del
campo
y
nos
lleva
hacia
la
idea
de
la
situación
conjunta.
Juntos,
los
tres
hilos
señalan
una
radicalización
aún
posible
del
carácter
totalmente
humano
de
la
terapia
gestalt.
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Therapy
of
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situation.
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Belgium:
Faculteit
voorMens
en
Samenleving
Cuestionario a un profesional destacado
KRISHNANANDA TROBE
M: Suponiendo que el cielo y Dios existen, ¿qué crees que te diría Dios cuando te
encontrara?
K: Eres un desastre (estoy bromeando). Realmente estoy contento de estar viviendo
una vida que vale la pena.
M: De todas las cosas que tú has sido y hecho, ¿por cuál te gustaría ser más
recordada?
K: Como una persona gentil con la gente y también como alguien que los estimuló a
crecer con intensidad, que fui el mejor compañero y que me esforcé en convertirme en
una persona más consciente.
M: Por favor compártenos tus tres mejores cualidades y tus 3 grandes defectos
K: Soy inteligente, perceptivo, intenso y considerado.
También soy descuidado, poco atento a los detalles, me enojo cuando me siento
controlado y tengo tendencia a culpar.
M: ¿Qué anhelas?
K: No tener ningún miedo a la muerte
M: ¿Tienes mascotas?
K: Desafortunadamente no porque viajo mucho.
M: ¿Qué envidias?
K: Envidio a la gente que está iluminada.
M: ¿Qué te avergüenza?
K: Cuando cometo errores, cuando soy agresivo o cuando soy irrespetuoso.
AMANA TROBE
M: Suponiendo que el cielo y Dios existen, ¿qué crees que te diría Dios cuando te
encontrara?
A: Sonreiría y me diría: bien…, muy bien…
M: De todas las cosas que tú has sido y hecho, ¿por cuál te gustaría ser más
recordada?
A: Como una dulce y gentil brisa.
M: Por favor compártenos tus tres mejores cualidades y tus 3 grandes defectos
A: Cualidades: Paciencia, una buena intuición y la habilidad de estar centrada y en
calma en situaciones difíciles.
Limitaciones: Una cierta rigidez para experimentar un cambio de planes, necear y tener
que tener la razón.
M: ¿Qué anhelas?
A: Estar en casa
M: ¿Tienes mascotas?
A: No
M: ¿Qué envidias?
A: Nada
M: ¿Qué te avergüenza?
A: Pedorrearme
Primer
Coloquio
de
Investigación
de
la
Maestría
en
Gestalt
y
de
la
Maestría
en
Sensibilización
Educativa
con
orientación
Gestalt
;
IHPG.
María
Eugenia
Heredia
Altamirano,
estudiante
del
4º
semestre
de
la
Maestría
en
Gestalt.
Para
concluir
esta
jornada
de
intenso
trabajo,
quiero
permitirme
compartir
con
ustedes
algunas
reflexiones
que
surgen
de
la
experiencia
de
realizar
investigación
cualitativa
y,
específicamente,
investigación
desde
la
perspectiva
de
la
Gestalt.
Me
parece
pertinente
pensar
en
estos
temas
que
nos
han
ocupado
hoy
desde
la
experiencia
viva,
mía
y,
probablemente,
compartida
por
muchos
de
ustedes:
compañeros,
estudiantes,
terapeutas,
profesores.
1
Otro
día,
comenzar
a
escribir,
hacer
borradores,
corregirlos
una
y
otra
vez
y
pensar
en
si
el
examen
profesional
y
el
grado
llegarán
algún
día,
pero,
al
mismo
tiempo,
darnos
cuenta
en
un
momento
de
que
eso
ya
no
importa,
que
lo
que
cuenta
es
entender
lo
que
desde
el
principio
nos
planteamos
y
que
verdaderamente
hoy
es
la
meta.
Un
día,
aceptar
que
el
trabajo
tiene
limitaciones,
que
no
puede
abarcar
todo
lo
que
quisiéramos,
que
da
para
mucho
más
pero
quizá
lo
hagamos
en
el
doctorado…
concluir
la
tesis.
A
fin
de
cuentas,
como
sea,
esto
es
un
viaje:
no
lineal,
con
baches,
con
pausas
y
altos,
con
momentos
brillantes,
cuesta
arriba
y
cuesta
abajo,
disfrutable
a
veces,
sufrido,
también.
Personal
y
colectivo
a
la
vez,
lo
hacemos
solos
pero
tiene
el
sello
de
los
demás,
no
sería
posible
sin
las
discusiones,
sería
otra
cosa,
con
los
otros
se
enriquece
y
cobra
sentido.
Construimos
conocimiento
y
desarrollamos
nuestro
trabajo
a
medida
que
también
nos
transformamos.
Aportamos
algo
a
nuestra
disciplina,
un
grano
de
arena.
Me
gustaría
concluir
citando
a
Edgar
Morin
(1999,
p.
80-‐81),
quien
en
su
libro
Los
Siete
Saberes
Necesarios
para
La
Educación
del
Futuro
dice
lo
siguiente:
“
La
conciencia
del
carácter
incierto
del
acto
cognitivo
constituye
la
oportunidad
para
llegar
a
un
conocimiento
pertinente,
el
cual
necesita
exámenes,
verificaciones
y
convergencia
de
indicios;
así,
en
los
crucigramas
se
llega
a
la
precisión
por
cada
palabra
adecuada
según
su
definición
y
su
congruencia
con
las
otras
palabras
que
incluyen
letras
comunes;
la
concordancia
general
que
se
establece
entre
todas
las
2
palabras
constituye
una
verificación
de
conjunto
que
confirma
la
legitimidad
de
las
diferentes
palabras
inscritas…”
“…
la
vida,
a
diferencia
de
los
crucigramas,
comprende
casos
sin
definición,
casos
con
falsas
definiciones
y,
en
especial,
la
ausencia
de
un
marco
general
cerrado;
es
solo
ahí
donde
se
puede
aislar
un
marco
y
se
pueden
manejar
elementos
clasificables…
que
se
pueden
lograr
certezas.
Repitámoslo
una
vez
más:
el
conocimiento
es
navegar
en
un
océano
de
incertidumbres
a
través
de
archipiélagos
de
certezas.”
Yo
los
invito
a
que
continuemos
esta
travesía
que
solo
es
posible
mediante
la
investigación.
Asimismo,
los
invito
a
que
sigamos
contribuyendo,
con
nuestras
aportaciones,
nuestros
“granos
de
arena”,
con
nuestros
trabajos,
a
fortalecer
esta
línea
académico-‐investigativa
tan
importante
para
nuestra
disciplina,
para
nuestro
instituto,
para
nuestra
sociedad.
Gracias.
Referencias:
-‐
Morin,
E.
(1999).
Los
Siete
Saberes
Necesarios
para
La
Educación
del
Futuro.
México:
Unesco.
3
CAÍDA Y SALIDA DE LA ALCANTARILLA
Testimonio de una vivencia de violación sexual
Cuando llegaba a escuchar por la radio o televisión sobre alguna mujer que había sido violada,
siempre me imaginaba que algo habría hecho ella para que eso le pasara. Tal vez, habría
caminado sola en un callejón obscuro y solitario o, tal vez, estaba vestida de forma
provocativa. En fin, pensé que eso sería algo lejano y casi improbable que pudiera pasarle a
alguien conocido y mucho menos a mí. Claro, siempre me cuidaba, es decir, no salía sola ya
tarde en la noche; me fijaba que no hubiera “personas sospechosas” y evitaba hablar con
extraños. Si salía a bailar siempre procuraba estar acompañada; por ende creía que nada podría
pasarme porque “yo nunca provocaba que me pasara”.
Una noche acompañé a mi papá a su despacho que estaba junto a mi casa pues tenía
que buscar algo en internet y la computadora estaba allá. Recuerdo que yo vestía pants, playera
y sudadera. Entonces tocaron a la puerta y como era tarde, le pedí a mi papá que no abriera.
Sin embargo, los sujetos le dijeron que le traían unos documentos y le dijeron su nombre. Mi
papá que era bastante confiado abrió y de pronto entraron cuatro hombres, uno de ellos con
pistola y encañonaron primero a mi papá y después a mí. Lo que buscaban era el dinero de las
“rayas” pues mi papá era arquitecto y de paso, “me violaron”. Yo no estaba haciendo nada;
estaba en un lugar seguro y no llevaba ropa provocativa. Y entonces, de un momento a otro,
entré a formar parte de las cifras de las mujeres violadas.
Recuerdo que, al principio pensé que “eso no estaba pasando”, “que era todo mentira”
y que se trataba de una “mala broma de la vida”. Los asaltantes me amagaron, amarraron y
empezaron a decir que “me iba a gustar” y sentí cómo me echaban una toalla en la cabeza
mientras me advertían que, si me quejaba, a mi papá lo iban a matar. (Contrariamente, en el
otro cuarto, a mi papá lo golpeaban y le decían que si no cooperaba a mí me iban a secuestrar y
que no volvería a saber de mí). Entré en pánico y comencé a llorar y a gritar.
_________________________________________________________________________
(*) Mtra. Martha E. González Cisneros. Radica en la Ciudad de Puebla, es Psicoterapeuta Gestalt por el IHPG, Maestra en
Psicología Clínica con Especialidad en Terapia Familiar Sistémica por la UPAEP y tiene la Especialidad en Sexualidad y
también en Pareja desde el enfoque gestáltico. Tiene un Espacio Terapéutico llamado LunaSol donde trabaja con individuos,
parejas y familias. Se especializa en sexualidad, parejas y violencia sexual. Además da conferencias, talleres vivenciales y pláticas
en Escuela para padres de diferentes institutos. También es profesora en la licenciatura en psicología del Instituto Carl Rogers.
Afortunadamente, me vinieron a la cabeza los programas policíacos que recomendaban
no oponerse a los asaltantes y colaborar con ellos para no darles más poder ni hacer que
utilicen más violencia. Gracias a eso me quede tranquila y contesté a lo que me preguntaban.
Después recuerdo con detalle que vino uno de los asaltantes y se sentó junto a mí y comenzó a
tocarme. Yo me estaba muriendo de asco y de miedo.
También recuerdo que empecé a enojarme conmigo misma y con mi cuerpo, al notar
que de pronto, se excitaba aún cuando yo no quería que sucediera. Entonces, en algún
momento, mi sabiduría organísmica me llevó a evadirme fantaseando. A partir de ese
momento, viví la violación como “una de mis fantasías sexuales deseadas que ahora se estaba
haciendo realidad”. El pensar esto y el creer que, si colaboraba, a mi papá no le sucedería nada
malo, fue lo que me ayudó a sobrevivir a esta terrible violación a mi ser. No había otra forma;
así fue y nada más.
Caída a la alcantarilla
Antes de la violación yo vivía de forma por demás tranquila. Había presentado mi defensa de
tesis en la UDLAP y comenzaba a buscar trabajo. Sabía que le había echado ganas y que tanto
mis papas como yo, habíamos trabajado mucho para poder pagar la universidad.
Después del asalto me sentí confundida y busqué salir adelante por mi cuenta. Al
denunciar me ofrecen asesoría psicológica y la decliné. Pensé que no era para tanto y que sola
podría salir adelante como siempre. Unas dos semanas después del asalto mi papá me llevó a
una entrevista de trabajo pues ahora me cuidaban más. Al bajar del auto accidentalmente me
caí en una alcantarilla abierta que me impidió llegar a la entrevista.
Me preocupaba que hubiera ratas o algún otro animal y también me percaté de que me
había lastimado el pie derecho. Me vi bien arreglada dentro de una alcantarilla sucia, negra,
asquerosa, tenebrosa y hedionda. Este hecho me llevó a tomar conocimiento de mi realidad
pues me di cuenta de que así me sentía y veía mi vida. Me vivía como en una cloaca; no era
más que suciedad y así sentía mi cuerpo, como tocado por la “mierda”. Me sentía sucia, llena
de hediondez, como si no mereciera vivir de nuevo “limpia” y como si de pronto yo no valiera
más de lo que vale el agua podrida y estancada en el fondo de una alcantarilla. A partir de ese
suceso, busqué ayuda y fue mi primera aproximación a lo que sería mi nueva vida. Puedo
afirmar que la violación es “un parte aguas en la vida de quien la vive”.
Salida de la alcantarilla
Fue cuando entré a terapia que me di cuenta que a lo que me quería dedicar el resto de mi vida
era a la psicoterapia. A partir de entonces, elegí cambiar totalmente de carrera. Comencé un
diplomado en sexualidad humana; entré al IHPG en Puebla y un poco más tarde, inicié
también una maestría en Psicología Clínica con especialidad en Terapia Familiar y de Pareja en
la UPAEP. Cabe señalar que la violación sexual que sufrí fue una dura prueba que nunca me
dio pena contar. De hecho entre más lo hacía, más sentía que no era mi culpa y tenía más
fuerzas para salir adelante. Pronto tomé conciencia de que lo sucedido era grave y no podía
tomarlo a la ligera. Me di cuenta, de que quería hacer algo para ayudar a sobrellevar esto mismo
a otras mujeres. Sentí que necesitaba dar a conocer mi historia y decir que por muy profunda que
sea la caída a la alcantarilla, es posible salir de ella. Este doloroso evento ha sido para mí de total
importancia para mi crecimiento personal, tanto a nivel físico, como laboral, espiritual,
emocional y psicológico.
Quisiera compartir que coincidió el primer aniversario de la muerte de mi papá con la
realización de este trabajo y que en esas fechas estaba escribiendo “La Caída a La Alcantarilla”.
Darme cuenta fue algo horrible para mí; me enfermé y me costó mucho trabajo el terminar ese
capítulo pues sentimientos y sensaciones se encontraban, chocaban y se acompañaban. En un
instante sentí de nuevo la sensación de “caída a la alcantarilla”. Me di cuenta de ya no estaba mi
papá para “salvarlo” y que a la única a la que hay que “salvar” ahora es a mí misma.
Ahora recupero la experiencia del asalto y de la violación sexual a mi persona.
Recupero mi “caída a la alcantarilla”. Hoy puedo recuperar esas experiencias como algo
positivo y sanador en mi vida y en mi propio proceso personal. Ahora, ya no me veo ni me
siento como una “víctima de violación sexual”. Hoy por hoy, me veo como una persona más
integrada y más real; ya no soy “una cifra más”. Aquí y ahora, soy un ser completo que vivió
una experiencia que fue dolorosa pero que cambió positivamente mi vida, le dio un giro de
180° y fue el inicio de mi proceso de crecimiento personal. Ahora me siento más auténtica y
más fuerte; vulnerable, pero no como una vulnerabilidad negativa. Al contrario, al sentirme
vulnerable también me siento más humana y siento que puedo empatizar un poco más con el
otro, porque con este trabajo realmente empaticé conmigo misma, con la de ese entonces y me
siento feliz por poder decir aquí y ahora... ¡Hola soy Martha... de nuevo y para siempre!
Reflexiones finales
Han pasado más de diez años desde ese acontecimiento y sigo sintiendo que fue un parte aguas
en mi vida, pues independientemente del dolor, la degradación y el coraje del momento, pude
recuperar mi poder interior y sanar mi alma; ahora sigo haciendo lo que más amo en el
mundo… ser terapeuta, madre y esposa y desde ahí puedo decir que gracias a ese
acontecimiento me reencontré como persona y eso… eso si valió la pena.
RESEÑA
LA ERA DEL VACÍO: ENSAYOS SOBRE EL INDIVIDUALISMO
CONTEMPORÁNEO.1
GILLES LIPOVETSKY2
Las costumbres también se ven afectadas por este proceso, hoy la moda es la
fantasía, la relajación, la espontaneidad. Incluso, la política tampoco se
mantiene alejada de la seducción, hoy los líderes políticos tienden a mostrar su
lado humano, su familia, sus límites y debilidades, los medios masivos
constituyen un gran apoyo para mostrar esta tendencia.
1
Volumen 83, Colección Argumentos, Editorial Anagrama, 2006.
2
El autor del libro es Gilles Lipovetsky, un filósofo francés nacido en París en el año de 1944.
Profesor de Filosofía en la Universidad de Grenoble. Sostiene que el filósofo tradicional ha
permanecido demasiado tiempo en apego a formas irreales y por ello está alejado de la
realidad cotidiana de su propio tiempo. Él propone volver al estudio de la realidad concreta, de
los fenómenos masivos y efímeros propios de la era contemporánea.
3
Estudio la licenciatura en Derecho en la UNAM, actualmente cursa el tercer semestre de la
Maestría en Liderazgo.
1
El sexo también ha caído en esta tendencia, hoy el cuerpo se muestra, las
relaciones sexuales se traducen en relaciones de poder, los movimientos
feministas excluyen a los hombres y sacan a la mujer de su estatuto de
pasividad y apuntan al derecho de autonomía y a la responsabilización de la
procreación.
2
En su obra se hacen consideraciones sobre el desgarramiento cultural del
capitalismo, conocido como modernismo, éste predomina desde hace más de
un siglo, como una nueva lógica que a base de rupturas y discontinuidades, se
basa en el culto a la novedad y al cambio. Aunque las vanguardias no cesan de
dar vueltas en el vacío sin que haya una innovación importante sólo acepta
como valor lo nuevo.
3
desenfadado, lo nuevo debe parecer usado y lo estudiado debe parecer
espontáneo.
El autor tiene como intención con esta obra, cuestionar y hacer evidentes las
múltiples contradicciones en las que la sociedad basa hoy en día sus valores,
lo que trae como consecuencia que actualmente se vive tanto en lo individual,
como en lo colectivo, confusión, crisis y angustia ante la multitud de opciones
que aparecen día a día, hace énfasis con numerosos ejemplos, en ese
cohabitar simultáneo de valores y creencias pasadas y presentes que influyen
4
e impactan de una u otra forma en nuestro actuar, aún cuando como seres
humanos individuales y como parte de una sociedad, no lo tengamos presente
a simple vista.