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EPIDEMIOLOGIA
Las enfermedades neoplásicas son hoy en día una de las principales causas de
mortalidad, morbilidad y pérdida de años de vida potencial en todo el mundo, y esta
realidad se acentúa en países con un mayor grado de desarrollo. Por esto medidas
tendientes a la prevención y detección temprana de estas patologías con el fin de
llevar a un máximo posible las posibilidades de ofrecer una alternativa terapéutica
eficaz, se constituyen en una prioridad epidemiológica de primer orden (1, 2).
Dentro de las enfermedades neoplásicas más frecuentes se encuentra el cáncer de
próstata (CP), siendo el tercero en frecuencia entre los hombres españoles, y el
primero en Estados Unidos y Chile con una tasa de incidencia de 145.3/100.000
habitantes masculinos el 2009. En nuestro país el CP es además la segunda causa
de muerte por cáncer entre hombres tras el cáncer gástrico con 2023 defunciones
secundarias a esta etiología el 2008. Otra característica importante del CP es que
si bien es una patología más frecuente en pacientes añosos, con una mediana de
edad en el momento del diagnóstico de 67.3 años, en Estados Unidos, el 0.6% de
los diagnósticos se realizan en pacientes entre 35 y 44 años, y el 30.7% en
pacientes entre 55 y 64 años (Tabla 1). La incidencia del CP es muy probable que
continúe en alza en la medida que mejoran los métodos diagnósticos y su
disponibilidad (3, 4, 5).
ETIOLOGIA
La patogénesis se desarrolla por la acumulación de alteraciones genéticas que
resultan en la proliferación celular, estas células adquieren habilidades de invasión,
metástasis y proliferación a distancia. Entre los factores que aumentan es riego
tenemos: Dieta: En varones con obesidad se ha observado una asociación con el
cáncer de próstata agresivo, se explica por los cambios hormonales causados por
la obesidad; estos efectos pueden ser mediados por adipocitoquinas como la leptina
y la adiponectina, las concentraciones de leptina están directamente relacionadas
con la adiposidad, estimula la proliferación celular y la angiogénesis, y en contra
parte, la adiponectina se asocia con una disminución en el riesgo de cáncer.
Además la obesidad está relacionada con el incremento del factor de crecimiento
similar a la insulina. En varios estudios se demostró que el cáncer agresivo y
potencialmente letal se redujo en los pacientes fumadores que tomaron vitamina E,
pero en los paciente no fumadores el riesgo aumento. El riesgo aumenta con la
ingesta de abundante grasa, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos que se
forman al cocinar las carnes rojas. Entre los factores protectores, está la ingesta de
genisteína que se encuentra en las legumbres y el licopeno que se encuentra en el
tomate. Edad: Los varones de mayor edad tienen un mayor riesgo de desarrollar
cáncer de alto grado9 El cáncer de próstata clínicamente detectable es raro antes
de los 40 años, pero desde ese momento la incidencia aumenta con la edad más
rápido que el de cualquier otro tipo de cáncer. Historia Familiar: Los hombres con
un familiar de primer grado con cáncer de próstata tienen un riesgo 2 a 3 veces
mayor, y los que tienen dos o más familiares de primer grado afectados tienen un 5
a 11 veces más riesgo en comparación con la población general. Tabaquismo: Se
ha documentado que los fumadores de más de un paquete al día, tienen un riesgo
2 a 3 veces mayor en comparación con los no fumadores. Hay una relación directa
entre el tabaquismo y mayor mortalidad, los pacientes fumadores duplican el riego
de mortalidad con respecto a los no fumadores. Etnia: Los varones residentes de
Estados Unidos y el Caribe, con ascendencia Africana poseen la mayor incidencia
de cáncer de próstata en el mundo. El riesgo es 1,8 veces mayor en comparación
de la etnia blanca. Lesiones pre malignas: Se tiene la neoplasia intraepitelial
prostática, que se define como la presencia de células atípicas o displásicas
confinadas dentro de la glándula prostática que conservan el revestimiento basal, y
se divide en bajo y alto grado. Solo las neoplasias intraepiteliales de alto grado se
consideran precursoras de cáncer invasor.
DIAGNOSTICO PRECOZ
El tacto rectal, la concentración de antígeno prostático y el ultrasonido transrectal
son valiosas herramientas diagnosticas para obtener indicios de cáncer de próstata,
pero el diagnóstico definitivo solo se puede realizar con una biopsia. Tacto Rectal:
La mayor parte de los tumores prostáticos se encuentran en la zona periférica donde
gran parte son detectados por el tacto cuando el diámetro es mayor a 0.2 cm.
Antígeno Prostático Específico (APE): Es una serina proteasa relacionada con la
calicreína, que se produce en las células epiteliales de la próstata, su función es la
licuefacción del coagulo del semen. Su dosificación plasmática es una herramienta
indispensable en el diagnóstico del cáncer, se debe tener precaución en los
pacientes con APE entre 4 ng/ ml y 10 ng/ml en estos casos se utiliza la medición
del APE libre y en complejos para decidir si es necesaria una biopsia; el riego de
cáncer es menor al 10% cuando la APE es mayor al 25%, pero llega hasta 56% si
el APE libre es menor del 10%. No obstante, la elevación del APE no solo se observa
en paciente con cáncer, también se eleva con la hiperplasia prostática benigna, en
la prostatitis, eyaculación e infarto prostático. Se recomienda un cribado en
pacientes mayores de 50 años con una expectativa de vida mayor a 10 años.
Biopsia de próstata: La biopsia con aguja gruesa guiada por ultrasonido es la técnica
de elección para realizar el diagnóstico, se obtiene de 6 a 12 cilindros de la base,
vértice y parte media de ambos lados de la glándula.
CUADDRO CLINICO
Causas
Las causas del cáncer de próstata no son claras. Los médicos saben que el cáncer
de próstata comienza cuando algunas células en la próstata se vuelven anormales.
Las mutaciones en el ADN de células anormales causan que estas crezcan y se
dividan de manera más rápida que las células normales. Las células anormales
continúan viviendo cuando otras células morirían. La acumulación de células
anormales forma un tumor que puede crecer e invadir el tejido cercano. Además,
algunas células anormales pueden desprenderse y esparcirse (hacer metástasis)
hacia otras partes del cuerpo.
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de próstata son los
siguientes:
Edad. El riesgo de tener cáncer de próstata aumenta con la edad.
Raza. Por motivos que aún no se determinaron, los hombres afroamericanos
tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de próstata que los hombres de
otras razas. En los hombres afroamericanos, el cáncer de próstata también
tiene más probabilidades de ser agresivo o avanzado.
Antecedentes familiares. Si algún hombre de tu familia tuvo cáncer de
próstata, tu riesgo puede ser mayor. Además, si tienes antecedentes familiares
de genes que aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama (BRCA1 o
BRCA2) o un antecedente familiar importante de cáncer de mama, tu riesgo
de tener cáncer de próstata puede ser mayor.
Obesidad. Los hombres obesos que padecen cáncer de próstata pueden tener
más probabilidades de desarrollar la enfermedad en un estadio avanzado que
es más difícil de tratar.
Complicaciones
ETIOLOGIA:
Los cambios o mutaciones en el ADN pueden causar que las células normales del
seno se vuelvan cancerosas. Ciertos cambios en el ADN se heredan de los padres
y pueden aumentar significativamente su riesgo de cáncer de seno. Otros factores
de riesgo relacionados con el estilo de vida, como la alimentación y cuánto ejercicio
hace, pueden aumentar la probabilidad de padecer cáncer de seno, aunque aún no
se sabe exactamente cómo algunos de estos factores de riesgo causan que las
células normales se conviertan en cáncer. Las hormonas parecen desempañar un
papel en muchos casos del cáncer de seno, aunque no se conoce totalmente cómo
ocurre esto.
Mutaciones hereditarias frente a mutaciones adquiridas del ADN
Las células de los senos normales se convierten en cancerosas debido a cambios
(mutaciones) en el ADN. El ADN es el producto químico de nuestras células que
conforma nuestros genes. Los genes tienen las instrucciones sobre cómo funcionan
nuestras células. Algunas mutaciones en el ADN son hereditarias, o sea que se
adquieren de sus padres. Esto significa que las mutaciones están en sus células al
nacer y algunas mutaciones pueden aumentar notablemente el riesgo de ciertos
tipos de cáncer. Las mutaciones causan muchos de los cánceres que son
frecuentes en algunas familias, y a menudo causan cáncer cuando las personas son
más jóvenes.
No obstante, la mayoría de los cambios en el ADN vinculados al cáncer de seno son
adquiridos. Esto significa que el cambio ocurrió en las células del seno durante el
transcurso de la vida de una persona, y no es un cambio que se heredó o que se
tenía al nacer. Los cambios del ADN adquiridos ocurren con el paso del tiempo
solamente en las células del cáncer de seno.
Un ADN mutado puede dar lugar a genes mutados. Algunos genes controlan cuándo
crecen nuestras células, cuándo se dividen para formar nuevas células y cuándo
mueren. Los cambios en estos genes pueden causar que las células pierdan el
control normal y están vinculados al cáncer.
Protooncogenes
Los protooncogenes son genes que ayudan al crecimiento normal de las células.
Cuando un protooncogen experimenta algún tipo de mutación (cambio), o hay
demasiadas copias de él, pasa a ser un gen “malo” que puede quedarse encendido
o activado cuando no se supone que lo esté. Cuando esto sucede, la célula crece
fuera de control y produce más células que crecen descontroladamente. Esto puede
causar el cáncer. Este gen malo se llama oncogén.
Imagínese que una célula es como un automóvil. Para que el automóvil funcione
bien, se necesitan formas de controlar qué tan rápido se desplaza por las avenidas.
Un protooncogen normalmente funciona de una manera muy similar a un
acelerador. Ayuda a controlar la manera y el momento en que las células crecen y
se dividen. Un oncogén es como un acelerador que está permanentemente
presionado y que ocasiona que la célula se divida sin control.
Los genes supresores de tumores son genes normales que desaceleran la división
celular (crecimiento celular), reparan los errores en el ADN, o indican a las células
cuándo deben morir (un proceso conocido como apoptosis o muerte celular
programada). Cuando los genes supresores de tumores no funcionan
adecuadamente, las células pueden crecer fuera de control, producir más células
que crecen en forma descontrolada, y no mueren cuando deberían hacerlo, dando
lugar al cáncer.
Un gen supresor de tumor es como el pedal del freno en un automóvil. Normalmente
evita que la célula se divida muy rápidamente del mismo modo que el freno impide
que un automóvil se conduzca demasiado rápido. Cuando algo anda mal en el gen,
como en el caso de una mutación, el “freno” no funciona y la división celular puede
descontrolarse.
La mayoría de las mutaciones del ADN relacionadas con el cáncer de seno ocurre
en las células del seno durante el transcurso de la vida de una mujer, y no son
heredadas. Estas mutaciones adquiridas de los oncogenes y/o de los genes
supresores de tumores pueden ser el resultado de otros factores, tal como
radiaciones o de sustancias químicas que causan cáncer. No obstante, hasta el
momento se siguen desconociendo las causas de la mayoría de las mutaciones
adquiridas que podrían causar cáncer de seno. La mayoría de los cánceres de seno
tiene varias mutaciones genéticas que son adquiridas.
Las pruebas para identificar cambios genéticos adquiridos pueden ayudar a los
médicos a predecir con más precisión el pronóstico de algunas mujeres con cáncer
de seno. Por ejemplo, las pruebas pueden identificar a mujeres cuyas células
cancerosas del seno tienen demasiadas copias del oncogén HER2. Estos tipos de
cáncer tienden a crecer y propagarse rápidamente. Hay medicamentos que
atacan a estos cambios en las células cancerosas y mejoran los resultados del
tratamiento.
DIAGNOSTICO PRECOZ
Aumentan el riesgo:
Historia personal de salud: tener cáncer en una mama aumenta la posibilidad de
que se desarrolle en la otra. También tener cierto tipo de células mamarias
anormales aumenta la posibilidad de un cáncer de mama invasivo.
Historia familiar de salud: si madre, padre, hermana o hija han padecido cáncer de
mama, las posibilidades aumentan; si alguno de ellos lo padeció antes de los 50
años, las probabilidades son aún mayores.
Autoexamen
Realízate un autoexamen todos los meses y siempre el mismo día (los días 15 por
ejemplo). Con los brazos a los costados, mire sus pechos en el espejo y asegúrese
que estén del mismo tamaño, forma, color y textura.
Repite este control visual con sus brazos sobre la cabeza y luego con las manos
sobre la cadera.
Presiona tus pezones para asegurarte que no sale ningún tipo de líquido.
Acuéstate de espalda. Levanta tu mano derecha sobre tu cabeza y usa la izquierda
para examinarte el pecho derecho. Revisa toda la mama, incluida la axila. Repite el
mismo autoexamen pero con la mano derecha.
Haz lo mismo que en el paso anterior, pero esta vez sentada o de pie.
La persona que mejor conoce sus mamas eres tú, por lo que si encuentras alguna
anomalía, consulta inmediatamente a tu médico.
Desde los 40 años, no dejes de realizarte una mamografía anual y un control con tu
ginecólogo.
DIAGNOSTICO DE CERTEZA
En la mayor parte de los tipos de cáncer, una biopsia es la única manera segura
para que el médico determine si una zona determinada del cuerpo tiene cáncer.
Durante la biopsia, el médico toma una pequeña muestra de tejido para hacerle
pruebas en un laboratorio. Si no se puede realizar una biopsia, el médico puede
sugerir que se lleven a cabo otras pruebas que ayuden a establecer un diagnóstico.
Esta lista describe opciones para el diagnóstico de este tipo de cáncer. No todas las
pruebas mencionadas a continuación se utilizarán para todas las personas. Su
médico puede considerar estos factores al elegir una prueba de diagnóstico:
Tipo de cáncer que se sospecha
Sus signos y síntomas
Su edad y afección médica
Los resultados de pruebas médicas anteriores
La serie de pruebas necesarias para evaluar un posible cáncer de mama
usualmente comienza cuando una mujer o su médico descubren una masa o
calcificaciones anormales mediante una mamografía de detección, o un bulto o un
nódulo en la mama durante un examen clínico o un autoexamen. Con menos
frecuencia, una mujer puede observar una mama enrojecida o hinchada, o una
masa o un nódulo debajo del brazo.
Las siguientes pruebas pueden usarse para diagnosticar el cáncer de mama o
realizar un seguimiento después de diagnosticado el cáncer de mama.
Las pruebas por imágenes muestran imágenes del interior del cuerpo. Se pueden
realizar las siguientes pruebas por imágenes en la mama para saber más acerca de
un área sospechosa encontrada en la mama durante un examen de detección.
Mamografía de diagnóstico. La mamografía de diagnóstico es similar a
la mamografía de detección, salvo que se toman más imágenes de la mama.
Por lo general, se utiliza cuando la mujer experimenta signos, como un bulto
nuevo o secreción del pezón. La mamografía de diagnóstico también puede
utilizarse si en una mamografía de detección se encuentra algo sospechoso.
Ecografía. La ecografía utiliza ondas de sonido para crear una imagen del
tejido mamario. Un ultrasonido puede distinguir entre una masa sólida, que
puede ser cáncer, y un quiste lleno de líquido, que generalmente no es
canceroso.
MRI. Una MRI (en inglés) usa campos magnéticos, en lugar de rayos X, para
producir imágenes detalladas del cuerpo. Se administra un tinte especial,
llamado medio de contraste, antes de la exploración para ayudar a crear una
imagen clara del posible cáncer. Este tinte se puede inyectar en la vena de
la paciente o puede ser administrado en forma de pastilla para tragar. Se
pueden realizar MRI de la mama después de que a una mujer se le haya
diagnosticado cáncer, para controlar la otra mama o determinar cuánto ha
crecido la enfermedad en toda la mama. Además puede usarse antes de la
cirugía para determinar si la quimioterapia funciona para reducir el tumor
(consulte Opciones de tratamiento). Una MRI de la mama también es una
opción de detección, junto con una mamografía, en algunas mujeres con un
riesgo muy elevado de desarrollar cáncer de mama (consulte Factores de
riesgo y prevención).
Biopsia
Una biopsia (en inglés) es la extirpación de una cantidad pequeña de tejido para
su examen a través de un microscopio. Otras pruebas pueden indicar la presencia
de cáncer, pero solo una biopsia permite formular un diagnóstico definitivo. Luego,
un patólogo analiza la(s) muestra(s). Un patólogo es un médico que se especializa
en interpretar análisis de laboratorio y evaluar células, tejidos y órganos para
diagnosticar enfermedades. Existen diferentes tipos de biopsias, que se clasifican
según la técnica y/o el tamaño de la aguja utilizada para obtener la muestra de
tejido.
Biopsia por aspiración con aguja fina. Utiliza una aguja pequeña para
extirpar una muestra pequeña de células.
Biopsia profunda con aguja. Usa una aguja más ancha para extirpar una
muestra más grande de tejido. Generalmente, es la técnica de biopsia
preferida para determinar si una anomalía detectada en un examen físico o
una prueba por imágenes es cáncer. La anestesia local, que es un
medicamento para bloquear el dolor, se usa para reducir el malestar de la
paciente durante el procedimiento.
Biopsia quirúrgica. Extirpa la cantidad más grande de tejido. Dado que es
mejor hacer la cirugía después de que se ha realizado el diagnóstico de
cáncer, generalmente no se recomienda una biopsia quirúrgica como método
de diagnóstico de cáncer de mama. Con mayor frecuencia, se recomiendan
las biopsias profundas con aguja no quirúrgicas para diagnosticar el cáncer
de mama. Esto significa que se necesita solo un procedimiento quirúrgico
para extirpar el tumor y tomar muestras de los ganglios linfáticos.
Biopsia guiada por imágenes. Durante este procedimiento, se guía una
aguja hacia el lugar necesario con la ayuda de una técnica por imágenes,
como una mamografía, un ultrasonido o MRI. Una biopsia estereotáctica se
realiza con la mamografía como guía para orientar la aguja. Se puede colocar
un clip metálico pequeño en la mama para marcar el lugar de donde se tomó
la muestra de biopsia, en caso de que el tejido sea canceroso y se necesite
cirugía adicional. Este clip es generalmente de titanio, así que no provocará
problemas con pruebas por imágenes futuras, pero verifíquelo con su médico
antes de realizarse cualquier prueba por imágenes. Una biopsia guiada por
imágenes puede realizarse mediante una biopsia asistida por vacío (consulte
arriba), profunda con aguja o con aguja fina, según la cantidad de tejido que
deba extirparse. Las pruebas por imágenes también se pueden utilizar para
hacer una biopsia en un bulto que se puede palpar para ayudar a encontrar
la mejor ubicación.
Biopsia del ganglio linfático centinela. Es un modo de averiguar si los
ganglios linfáticos cercanos a la mama tienen cáncer. Obtenga más
información acerca de la biopsia del ganglio linfático centinela en la
sección Opciones de tratamiento.
Análisis de la muestra de la biopsia
EPIDEMIOLOGIA
El consumo de tabaco: Las mujeres que fuman tienen dos veces más
posibilidades de desarrollar el cáncer que las no fumadoras.
La promiscuidad sexual: Las mujeres con muchas parejas sexuales o que
mantengan relaciones sexuales con un hombre que ha tenido muchas parejas
sexuales tienen más riesgo.
Edad precoz de inicio de relaciones sexuales.
Mujeres que tienen el sistema inmunológico debilitado por el uso de
medicamentos utilizados en otras patologías, así como el tratamiento para
el VIH u otros tipos de cáncer.
Mujeres con herpes genital.
Utilizar anticonceptivos orales aumenta las probabilidades de desarrollar cáncer
de cuello de útero.
ETIOLOGIA
Los cánceres cervicales comienzan en las células de la superficie del cuello uterino.
Existen dos tipos de células en la superficie del cuello uterino: escamosas y
columnares. La mayoría de los cánceres de cuello uterino provienen de las células
escamosas.
El desarrollo del cáncer cervical generalmente es muy lento y comienza como una
afección precancerosa llamada displasia. Esta afección se puede detectar por
medio de una citología vaginal y es 100% curable. Pueden pasar años para que la
displasia se convierta en cáncer cervical. La mayoría de las mujeres a quienes se
les diagnostica cáncer cervical en la actualidad no se han sometido a citologías
vaginales regulares o no han tenido un seguimiento por resultados anormales en
estas.
Casi todos los cánceres cervicales son causados por el virus del papiloma humano
(VPH). El VPH es un virus común que se disemina a través de las relaciones
sexuales. Existen muchos tipos diferentes (cepas) de VPH y algunas cepas llevan
a cáncer cervical. Otras cepas pueden causar verrugas genitales, mientras que
otras no causan ningún problema en absoluto.
Los hábitos y patrones sexuales de una mujer pueden aumentar su riesgo de
padecer cáncer cervical. Las prácticas sexuales riesgosas incluyen:
Tener relaciones sexuales a una edad temprana
Tener múltiples parejas sexuales
Tener una pareja o múltiples parejas que participen en actividades sexuales de alto
riesgo
Otros factores de riesgo del cáncer cervical incluyen:
No recibir la vacuna contra el VPH
Estar en condiciones económicas desfavorables
Tener una madre que haya tomado durante su embarazo el medicamento DES
(dietilestilbestrol) a comienzos de los años 60 para prevenir el aborto espontáneo
Sistema inmunitario debilitado
Síntomas
La mayor parte del tiempo, el cáncer cervical inicial es asintomático. Los síntomas
que se pueden presentar abarcan:
Sangrado vaginal anormal entre periodos, después de la relación sexual o después
de la menopausia.
Flujo vaginal que no cesa, que puede ser pálido, acuoso, rosado, marrón, con
sangre o de olor fétido.
Periodos menstruales que se vuelven más abundantes y que duran más de lo
normal.
El cáncer cervical puede diseminarse a la vejiga, los intestinos, los pulmones y el
hígado. Con frecuencia, no hay problemas hasta que el cáncer esté avanzado y se
haya propagado. Los síntomas del cáncer cervical avanzado pueden ser:
Dolor de espalda
Fracturas o dolor en los huesos
Fatiga
Fuga o filtración de orina o heces por la vagina
Dolor en las piernas
Inapetencia
Dolor pélvico
Hinchazón en una sola pierna
Pérdida de peso
Pruebas y exámenes
Los cambios precancerosos del cuello uterino y el cáncer cervical no se pueden ver
a simple vista. Se necesitan exámenes y herramientas especiales para descubrir
tales enfermedades.
Una citología vaginal detecta precánceres y cáncer, pero no es un diagnóstico final.
Dependiendo de su edad, se puede realizar la prueba de ADN para la detección del
VPH junto con la citología vaginal. O puede hacerse una vez que la mujer haya
tenido un resultado anormal en la citología vaginal. También puede ser usada como
la prueba inicial. Hable con su proveedor de atención médica acerca del examen
apropiado para usted.
Si se encuentran cambios anormales, generalmente se examina el cuello uterino
bajo aumento o ampliación microscópica. Este procedimiento se
denomina colposcopia. Durante este procedimiento, se extraen fragmentos de tejido
en forma quirúrgica (biopsia) y se envían al laboratorio para su análisis.
También se puede realizar un procedimiento llamado conización quirúrgica.
DIAGNOSTICO PRECOZ
Lo ideal sería poder detectar todos los cánceres en etapas tempranas sin
embargo, sólo se disponen de métodos efectivos para la detección precoz
para algunos cánceres como el de colon o piel. Otros se pueden detectar.
Antecedentes médicos y examen médico