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Módulo 2.

Historia del Perú

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ANDES NORTEÑOS Y CENTRALES

En la Sierra Norte y Central del Antiguo

Perú resaltaron las Culturas Cajamarca y

Chavín. Cajamarca data de hace unos

1,800 años. Muchos cerámicos de esta

Cultura, hechos con arcilla blanca llamada

“caolín”, tenían un trípode como soporte.

Hasta ahora existen nichos que usaban

los cajamarcas para enterrar a sus mue rtos

y que después los Incas utilizaron como

depósitos para almacenar alimentos.

En Cajamarca se estableció Atahualpa, último

Inca del Imperio. Francisco Pizarro y

sus huestes ingresaron en Cajamarca en

1532 y al cabo de un año dieron muerte a

Atahualpa.

Diez siglos después de la construcción de

Caral, empezó a florecer en lo que hoy es

el Departamento de Ancash la Cultura

Chavín, hace más de tres mil años. Esta

Cultura estuvo ubicada en torno al centro

religioso llamado “Chavín de Huántar”, a

3,185 metros sobre el nivel del mar, a

unas tres horas de la ciudad de Huaraz, a


menos de 500 Kms de Lima, y se extendió

en gran parte de los Andes del Norte y

Centro del Antiguo Perú. Ignorando la

existencia de Caral, el Dr. Julio C. Tello

(1880-1947), reconocido como “el Padre

de la Arqueología Peruana”, consideró

que en Chavín surgió la primera auténtica

Cultura peruana. Los chavines llegaron a dominar el trabajo en piedra, con la que hicieron

admirables esculturas y construcciones, como templos, plazas, pirámides y un castillo.

La Cultura Chavín también desarrolló la agricultura, cerámica, textilería, metalurgia. En

sus representaciones escultóricas aparecen animales de la región de la selva, como jaguares,

caimanes y anacondas, lo cual significa que los chavines interactuaron con pobladores

de la Amazonía, de donde son oriundas tales especies.

Entre las esculturas de Chavín sobresale la “Estela de Raimondi”. Se llama así, ya que fue

descubierta en Chavín por el sabio italiano Antonio Raimondi (1826-1890), quien la llevó a

Lima en 1874, donde hasta ahora se encuentra, en el Museo Nacional de Arqueología,


Antropología

e Historia, Plaza Bolívar, Distrito de Pueblo Libre. Portal en la Internet:

http://museonacional.perucultural.org.pe En la Estela de Raimondi, o de Chavín, hay un

dios de aspecto humano y felino, con una vara en cada mano. Es una plancha de granito

de cerca de dos metros de alto, 75 centímetros de ancho y 17 de espesor.

En 1908, en Chavín se descubrió el Obelisco, llamado Tello, por interpretaciones que el

erudito Arqueólogo peruano hizo de esa escultura de granito, de 2.25 metros de altura,

Ilustración 8. El "Lanzón". Cultura Chavín

Fuente: www.absolut-peru.com

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que representa un cuerpo de dragón, con cabeza de cocodrilo. Pudo haber sido un reloj

solar. En el Castillo de Chavín se ubica la pieza tal vez más espectacular de ese complejo,

el “Lanzón”, de más de 4 metros de altura, 3 toneladas de peso, esculpido en una sola

pieza. Es una figura con similitudes humanas, cuya cabeza es tres veces más grande que el

resto del cuerpo. Enormes dientes y colmillos de felino. Pies como garras y cetros en las

manos.

Con financiamiento del Japón, en julio 2008 se inauguró en Chavín un Museo, donde ahora

está el Obelisco. Antes permaneció 90 años en Lima. La Estela de Raimondi, actualmente

en Lima, está siendo preparada para llevarla a ese Museo. El Lanzón no puede ser

arrancado del Castillo de Chavín de Huántar. Una réplica se halla en el Museo.

En los Andes Centrales debe hacerse mención a Kotosh, descubierto en la década de

1930, por Julio César Tello. Más antiguo que Chavín de Huántar, casi contemporáneo con

Caral, Kotosh se ubica a 4 Kms al Oeste de Huánuco, Sierra Central del Perú, a 2 mil metros

sobre el mar. Kotosh significa “Montículos Piramidales”. Es un complejo arqueológico que

puede tener unos 4 mil o más años. Recién pudo conocerse con mayor precisión en la

segunda mitad del Siglo 20, gracias al apoyo del Gobierno del Japón. En uno de los edificios

ceremoniales se halló en la pared del Templo las denominadas “Manos Cruzadas”,

que es una de las esculturas más antiguas de las Américas

ANDES DEL SUR

En los Andes peruanos del Sur, surgió la Cultura Wari, o Huari, en el actual Departamento

de Ayacucho, hace unos 1,400 años. Los waris aportaron el idioma quechua.

Desarrollaron la agricultura y sistemas de irrigación. Quedan aún hermosos trabajos en

lana y cerámica de los hábiles waris. Fueron también excelentes urbanistas. Levantaron

muchas ciudades, con palacios, templos, talleres, mercados. En la actualidad se puede

apreciar restos de ciudades de la Cultura Wari en Ayacucho, donde hay una localidad de
Ilustración 9. Ciudad de Wari, en actual Departamento de Ayacucho

Fuente: http://wiki.sumaqperu.com

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nombre Wari, precisamente. Wari llegó a ser la ciudad más grande de los Andes, mayor

que Chan Chan, antes que el Cuzco se convirtiera en capital del Imperio de los Incas.

Entre las Culturas pre-Incaicas, en los Andes del Sur, hace unos 2,200 años emergió Tiahuanaco,

que tuvo su centro en las inmediaciones del Lago Titicaca. Se extendió sobre

territorios que ahora son Perú, Bolivia y Chile. Pese a la aridez de la zona, los tiahuanacos

utilizaron técnicas para la agricultura. Las aguas del Titicaca contribuyeron a la formación

de micro-climas. Los tiahuanacos fueron también grandes pastores, y sus descendientes

lo siguen siendo. Tuvieron grandes rebaños de alpacas y llamas. De esos animales aprovechaban

su carne. Sus excrementos lo utilizaban como abono y com bustible. Esa práctica

fue común en otras Culturas pre-Incaicas, y persiste hasta nuestros días.

Los incas heredaron las habilidades de los tiahuanacos para construir ciudades, templos,

palacios, monolitos. Entre estos últimos destaca la “Portada del Sol”, o “Puerta del Sol”,

macizo de piedra de unas diez toneladas de peso, distante menos de 20 Kms al Sureste

del Lago Titicaca, en territorio actualmente boliviano. En la parte superior de la Portada

hay una representación del dios Wiracocha, que también fue venerado en otras Culturas

previas al Imperio de los Incas, y durante el desarrollo de éste último.

SELVA ALTA

En la Selva Alta peruana, entre los Ríos Huallaga y Marañón, surgió la Cultura Chachapoyas,

aislada área de vegetación espesa. Esa situación determinó que sus bravos habitantes

se desarrollaran de manera autónoma. Los chachapoyas han dejado impresionantes

monumentos de piedra, como Kuélap, en el actual Departamento de Amazonas. Se trata

de un conjunto arquitectónico de enormes piedras, sobre lo alto de una montaña, a unos


3 mil metros sobre el nivel del mar.

Ilustración 10. Ciudadela Kuélap, Cultura Chachapoyas

Fuente: www.absolut-peru.com

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Otro testimonio de la Cultura Chachapoyas es el Gran Pajatén, en el Departamento de

San Martín, que el arqueólogo norteamericano Gene Savoy lo comparara en 1965 con el

legendario El Dorado, ciudad perdida de los Incas que los Conquistadores españoles nunca

dejaron de buscar. Ubicado a 2,850 metros de altura, en el Gran Pajatén destacan unos

edificios circulares de piedra, con figuras humanas y de animales.

Pertenecientes a la Cultura Chachapoyas, en la zona denominada “Leymebamba”, “Laguna

de los Cóndores”, se han hallado momias de la época incaica, en buen estado de conservación.

Los cuerpos fueron preservados con hierbas, mediante un procedimiento que

aún no se puede precisar, según lo manifiesta la arqueóloga Sonia Guillén.

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