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PRIMARIA
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MATERIALES PARA EDUCADORES
Últimos títulos publicados
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132. Educar en valores inteligentes. Alfonso Barreto.
133. La programación de aula en Educación Infantil paso a paso. A. Ponce de León-R. A. Alonso (coords.).
134. Desarrollo de la conducta prosocial a través de la educación emocional en adolescentes. AA.VV.
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JOSÉ QUINTANAL DÍAZ
ACTIVIDADES LECTORAS EN LA
ESCUELA INFANTIL Y PRIMARIA
Guía para la organización y el desarrollo de programas de Animación Lectora
EDITORIAL CCS
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Tercera edición: junio 2013
© José Quintanal
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Código Penal). El Centro Español de Derechos Re pro gráficos
(www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.
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Para ti,
que «vives» la Escuela
con ilusión renovada
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Índice
Presentación
CAPÍTULO PRIMERO
LA ANIMACIÓN A LA LECTURA
CAPÍTULO SEGUNDO
DESDE EL PRINCIPIO, EN EDUCACIÓN INFANTIL
1. Las actividades de Animación lectora en el aula de Educación Infantil
2. ¡Cuéntame un cuento!, una sencilla forma de «Animar a Leer»
3. Empecemos por el principio… (paradojas)
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CAPÍTULO TERCERO
LA PERSPECTIVA DE PRIMARIA
1. El animador
2. La animación
CAPÍTULO CUARTO
LA ORGANIZACIÓN DE LAS ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN
LECTORA
CAPÍTULO QUINTO
ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN
1. Actividades informativas
1.1. Visitas escolares
1.2. Investigación
1.3. Campañas de sensibilización
1.4. Exposiciones
1.5. Charlas-Coloquio
1.6. Encuesta
1.7. Acopio de materiales
1.8. Informe de la Biblioteca
2. Actividades formativas
2.1. Juegos escolares con el lenguaje
2.2. Proyecciones
2.3. Sesión de Animación Lectora
2.4. Cuentacuentos
2.5. Concursos
2.6. Creaciones literarias y plásticas
2.7. El Museo del Cuento
2.8. Semana temática
3. La lectura en el aula
Bibliografía
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Presentación
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CAPÍTULO PRIMERO
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LA ANIMACIÓN A LA LECTURA
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Desde siempre, éste ha sido uno de los temas que más ha interesado y a la vez
preocupado al profesorado. El alumno participa siempre de la actividad escolar, con
mayor o menor interés, pero al fin y a la postre, resolviendo una serie de necesidades
básicas de su aprendizaje. La motivación y la mediación docentes aquí tienen una gran
importancia, no lo ponemos en duda. Sin embargo, cuando nos enfrentamos con el tema
de la lectura, parece que se nos escapa de las manos, pues el verdadero logro pedagógico
del trabajo en el aula, ha de manifestarse fuera de él, y de una forma espontánea y
sincera, consiguiendo del alumno que lea simplemente porque disfrute con su lectura.
Resulta muy difícil encontrar un grupo en el cual no haya algún sujeto que se nos queda
fuera de esta dinámica, pese al esfuerzo continuado de sus maestros y maestras, por
incardinarle en ese tren. Entonces, ¿qué hacer?
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pedagogía, a fin de participar de ambos en su actividad cotidiana, lo que les convierte, en
palabras de Cervera, en «animadores natos en acción permanente»4. La animación
docente ha de responder, en cierto modo, a una actitud, un estilo propio y particular de
«vivir» la experiencia lectora personal, en la que el Animador transmita un sentimiento
que guarda íntimo, individual, y que además lo propone como modelo.
Así, pues, dejamos bien clara nuestra defensa de la Animación Lectora en el aula,
como transmisión de una sensibilidad especial, con un cierto interés por conocer la
profundidad del mensaje literario, y del deseo de discurrir por el camino lúdico de la
imaginación, el único donde «cada ser humano inventa su propia vida y descubre el
mundo»5.
Recreación y sensibilidad deben ser los dos componentes que tilden nuestra acción
mediadora en el aula. Una sabia combinación de ambas, debidamente proyectadas en el
alumno, nos permitirán conseguir que éste se aproxime al libro, y pueda degustar su
contenido, saboreando las mieles de la lectura.
La Escuela, como institución socialmente establecida, ha de ser la principal
generadora de dicha actividad. No podemos olvidar que es el espacio donde tienen lugar
las experiencias más importantes en la vida del niño, o al menos la mayor parte de su
tiempo y en los años más decisivos. Incluso, de alguna forma, se convierte en el único
recurso que tiene la sociedad para configurar en él un carácter apropiado, pues, al salir de
ésta, las riendas de su vida futura trascienden ya incluso al propio sujeto, lo superan.
Conscientes de lo importante que resulta el papel que se juega, hemos de asegurarnos de
que el ambiente escolar en que viva el niño, de alguna manera «rezume» un halo de
motivación lectora, y genere medios y fórmulas de aproximación a la literatura.
Que exista ese ambiente lector, implica la existencia de Bibliotecas, dinámicas,
que transmitan vida y atraigan el interés del educando; además, que los agentes sociales
implicados en la educación (el profesorado y los padres) resulten auténticos modelos a
imitar, favorecedores de los medios precisos para conseguir que se entable esa relación
con el libro, abiertos al diálogo y la participación, asegurándonos poder contar con
medios de difusión apropiados y suficientes, en los que el alumnado exprese y capte la
sensibilidad de la comunicación con sus semejantes. De alguna manera, se trata
sencillamente de que nuestros alumnos sientan una valoración positiva tanto del lector
como de la propia lectura.
A la sazón, resultará muy importante una planificación bien coordinada del equipo
docente, en la que se consideren y dinamicen todos los medios y recursos disponibles, en
aras de un objetivo común: el de estimular la vida literaria del centro. Sin olvidar que los
padres son agentes activos de la educación del niño, por lo que su colaboración también
resultará valiosísima, desde el propio aula. Los docentes no sólo han de apoyar lo que
acabamos de señalar, sino que precisan asumir un papel más importante, por cuanto se
convierten en verdaderos agentes generadores de medios para su desarrollo. La
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participación y el estímulo del grupo de alumnos será consecuencia de una auténtica
«vida» en clase, en casa, en sus conversaciones…, en el aula, donde los medios y los
espacios favorezcan esa primera aproximación al texto, y estimulen la recreación
imaginativa. El maestro o la maestra, al igual que la madre o el padre, serán los primeros
agentes sociales a quienes el niño participará sus descubrimientos, por lo que habrán de
tomar conciencia de ello, generando medios y asumiendo la responsabilidad que implica
disponer momentos y situaciones para ello.
«La ciencia del crear condiciones para que la planta humana adquiera lo que
necesita, y acepte, aunque sin deseos, la inoculación de la cultura, y tenga necesidad de
lo mejor, y dé en suma, todos los frutos que puede dar, en la práctica dando aún en sus
primeros pasos. Una técnica se puede aprender con pescozones: así la técnica de la
lectura. Pero el amor por la lectura no es una técnica, es algo bastante más interior y
ligado a la vida, y con pescozones (reales o metafóricos) no se aprende.»6
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1. IMPORTANCIA DE LA ANIMACIÓN ESCOLAR
Conviene que el docente tenga bien claro que el sujeto lector ha de estar
psicológica y fisiológicamente bien preparado para leer. En primer lugar será importante
su capacitación. En nuestro libro «La Lectura»7, ya dejábamos bien sentado que resulta
clave para el lector discurrir por el texto de una forma fluida. Otros autores como
Colomer-Camps8 o Cassany9 comparten esta opinión. Esto no sólo le va a permitir al
niño centrar la atención en el paisaje que conforma su paseo por el libro, sino que
generará en su interior un fuerte sentimiento de seguridad ejecutoria, fundamental para
esa implicación. Y además, se debe disfrutar. En palabras de Janer Manila10, «el
sentimiento lúdico debe ser la base de la actividad humana». El niño ha de ser capaz de
desentrañar del texto un fuerte contenido imaginativo que le permita discurrir por
mundos insospechados y sentirse protagonista de aventuras disparatadas.
Estos dos elementos, capacitación (seguridad) y deleite (evasión), han de constituir
una meta clara en nuestra actividad escolar de animación lectora. En el entorno social del
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niño, encontraremos otras fuentes similares que complementen dicha acción didáctica.
Con agrado asistimos a un desarrollo amplio de actividades dinamizadoras en las
Bibliotecas, lo mismo que convocan organismos de la oficialidad cuando planifican
sesiones y salones de difusión editorial, o los propios padres al participar en la selección
y adquisición de lecturas para sus hijos. Todos enfocan su efecto en la misma dirección,
quieren provocar en el niño un sentimiento favorable hacia la lectura.
Aunque, seamos realistas, este mismo objetivo ya lo comparte la escuela
complementado por la capacitación. La sociedad no se cuestiona el modo en que el niño
aprenda a leer, o la manera en que éste descubra sus posibilidades de extraer la
información del texto, sino que lo da por supuesto y se desembaraza de dicha
responsabilidad atribuyéndosela al estamento docente. Desde el aula, tendremos que
tomar conciencia de esta necesidad, dando respuesta a la función social del «enseñar» a
leer, pero de una forma genérica y profunda, pues hay que tener muy en cuenta que
leyendo se trasciende el umbral del acto decodificador y se eleva al alumno al mundo de
esa recreación imaginativa, a la que ya nos hemos referido. Como nos indica Moreno,
citando a Barthes11, «en el acto de la lectura se involucran niveles de apetencia y
satisfacción biológicas, y, al mismo tiempo, destilaciones de las neuronas».
De este modo, conscientes de esta doble vertiente que pueda tener la lectura
escolar, hemos de propugnar en el aula, actividades que permitan responder a ambas. Por
un lado, planificando sistemáticamente el proceso didáctico de capacitación lectora, lo
que ha conseguirse con un diseño curricular que atienda convenientemente esa
progresión constante de las facultades del sujeto, en forma de Metodología específica,
completa, fundamental y eficaz. Pero sin descuidar de ningún modo la faceta lúdica que
tiene, considerándola como la aproximación que debe hacerse al libro recreativo, de
evasión. Y ya desde los primeros años, cuando el niño domina únicamente el habla y aún
desconoce el mecanismo de la destreza lectora, pues desde el principio es posible
provocar esta aproximación mediante recursos de estimulación imaginativa, a través de
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las imágenes y de las lecturas dirigidas, lo que hemos venido en denominar lectura de
regazo12. La maestra o el maestro de Educación Infantil (lo mismo que en otro ámbito,
la familia), cuenta con recursos suficientes como para provocar la creación imaginativa
de los niños, en la cual, no nos costará comprobar cómo participan éstos de una forma
activa e intensa (por ejemplo, no tenemos más que cambiar algún dato en la narración de
un cuento para que los pequeños nos corrijan el error, lo cual confirma la facilidad con
que se «enganchan»).
Más adelante, cuando la pedagogía y la didáctica hayan ejercido su influencia
benéfica y los niños sean capaces de adentrarse en el texto por sus propios medios, las
posibilidades de acción son mucho más variadas, lo que nos va a permitir una mejor
operatividad favoreciendo la participación del niño. La lectura de corrillo, en la que no
sólo se lea de forma participada, sino que se hagan comunes los sentimientos, deseos y
recreaciones lectoras, brindará una intensidad que además favorecerá el protagonismo
que le corresponde a todo alumno.
De ahí que estimemos al igual que el profesor García Padrino13, «conveniente una
mejora cualitativa de la llamada Animación Lectora, y que creemos corresponde a las
tareas de la escuela». Igualmente, se observará, en la propuesta que hacemos, una
notable diferencia con la actividad profesional de acercamiento del niño a la lectura (nos
referimos a las sesiones programadas de encuentros literarios, semanas…). Ésta, puntual,
esporádica y fuertemente motivadora, complementa muy bien la dinámica escolar en
todo proceso de Enseñanza-Aprendizaje, pero reconoceremos que posee componentes
más genéricos y por supuesto, fundamentales en la maduración psicológica de los niños.
Se trata sencillamente de hacer que el docente, en un momento preciso, se convierta en
cuentacuentos, en su aula; pero no sólo en eso, porque si no el carácter didáctico de la
lectura quedaría peligrosamente sesgado. Estos momentos de animación lúdica han de
complementarse con los de interés por la lectura personal, con la generación de recursos
para compartir la recreación, el interés y la orientación de las lecturas del hogar, y… con
otras múltiples facetas, que vienen a configurar una sola acción pedagógica: la
generación en el aula de un buen ambiente lector.
Por último, para completar el espectro social de la lectura escolar, hemos de
reclamar la necesaria actividad y preocupación del entorno por el tema. En nuestra vida
cotidiana existen numerosos momentos, actividades y medios que participan de la actitud
lectora de nuestros alumnos. Todos ellos han de recuperar su protagonismo en el tema,
por lo que resulta tan importante y motivador para el niño que cuando se acerque a la
librería, pueda entablar una relación directa con los libros, en la visita a una muestra
tiene que conocer directamente los protagonistas y creadores de su mundo imaginativo, y
la biblioteca ha de aportarle una satisfacción lúdica bien fuerte (el «flechazo» que dicen
algunos autores14), lo que también es importante, sentir que todo el mundo que le rodea,
padres, familia, amigos, adultos y medios de comunicación social (en los que participe
muy activamente) valoran su necesidad de aproximación al libro y favorecen ésta de una
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manera positiva, pues entre todos pueden contribuir eficazmente a la configuración de su
carácter como pequeño lector. La escuela pues, juega un papel clave, focalizando la
orientación que tomen todos estos elementos en una misma dirección, la que
corresponde a la formación y maduración del niño.
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CAPÍTULO SEGUNDO
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DESDE EL PRINCIPIO, EN EDUCACIÓN
INFANTIL
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Como hemos dicho, ya desde el principio, cuando el niño se encuentra en Educación
Infantil ha de ser objeto de nuestro interés y preocupación para facilitar su acceso a la
lectura, la recreación imaginativa, el paseo creativo por el texto, la vivencia de
narraciones y fabulaciones, compartiendo estímulos, iniciativas, inquietudes… Todos
son elementos favorecedores que contribuirán a conformar una personalidad lectora, la
cual dependerá del modo en que se manifieste esa preocupación por el hecho de
facilitarles oportunidades propicias para su desarrollo.
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CARACTERÍSTICAS QUE DEFINEN LA ANIMACIÓN LECTORA EN LA
EDUCACIÓN INFANTIL
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1. LAS ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN LECTORA
EN EL AULA DE EDUCACIÓN INFANTIL
No estará de más conocerlas, no sólo ver cuáles son las que se aplican, sino determinar
también las necesidades intrínsecas que surgen, de qué manera se consigue un desarrollo
óptimo de las mismas, y al mismo tiempo, obtener referencias prácticas para su
aplicación.
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de los niños, lo cual le permitirá imprimir un ritmo más fluido al aprendizaje lector, lo
mismo que en cualquier otra materia que se trate:
❏ De entrada, podemos ver en estas edades la relación que se plantea entre el
cuento y el niño (no olvidemos el carácter de «mediador» que se atribuye a la función
docente16), se determina en reciprocidad. Son tan abundantes las referencias (de todo
tipo) que una lectura aporta al niño, como los matices de individualidad que el texto
recibe al entrar en contacto con el lector. Así, en un análisis detallado de esa relación,
desde el punto de vista del niño, observaremos que sigue tres etapas sucesivas (en cierto
modo madurativas) de implicación personal progresiva (no necesariamente han de
identificarse con los niveles que conforman el segundo ciclo de la Educación Infantil):
• El primer contacto que se tiene con la lectura le asigna al niño el papel de
mero ser receptivo de la narración; pasivo, se le leen cuentos (o se le
presentan en soportes técnicos como el casete, el CD-Rom o el vídeo…), al
objeto de despertar su curiosidad, que tome conocimiento de esa existencia,
y de algún modo que también se sensibilice con la bondad intrínseca de todo
acto de lectura. Aquí resaltaríamos fundamentalmente el plano afectivo,
pues el niño identifica cuento o narración, con adulto que se centra en él, le
acompaña, le atiende y se regodea en su propia narración haciéndole
partícipe y aliado en ella. Esto le agrada.
El profesorado en estos momentos iniciales, que podríamos
perfectamente situar en los tres o cuatro años, presenta la recreación de
cualquier lectura en base a fórmulas muy variadas e incluso enfatizando la
importancia de este acto (se crea por ejemplo la «hora del cuento»). La
exposición por lo general es oral, lo que no quita que otras veces se apoye
en imágenes (láminas o muñecos) referenciales, lea o narre él mismo. Lo
que sí es cierto es que siempre han de implicarse en dicha actividad cuantos
recursos (dicción, expresividad, gesticulación, inflexiones, sugerencias…)
estén al alcance de su mano, buscando cualquier estímulo que permita
despertar la motivación y favorecer sobre manera la recreación imaginativa
del niño.
• Más adelante, cuando el niño cuente con alguna experiencia como espectador
de las lecturas que le vienen de los adultos, generalmente a lo largo de su
primer curso escolar, va asumiendo un papel más participativo, si no en el
propio acto lector, al menos en lo que se refiere a su relación con el libro.
Así se aprovecharán algunos recursos lúdicos de gran valor pedagógico
como son los pictogramas o las ilustraciones propias de los libros de
imágenes, los cuales permitirán al niño seguir una historia apoyándose
únicamente en la representatividad de las escenas que reflejen los dibujos.
Paralelamente cuando ya su experiencia en este tipo de lecturas le empiece a
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resultar gravosa, veremos cómo surge la curiosidad por el texto, asociándolo con los
contenidos ideográficos de las escenas que se le representan. En este momento ya
podremos entender que responde a su rol de «lector», en el sentido pleno de la palabra
(se le supone dicha función cuando el sujeto controla de manera autónoma su propio
proceso de lectura, lo personaliza, lee lo que desea y controla la dirección de su mirada,
lo mismo que la de su intelecto). Eso sí, haríamos la matización de que este control aún
es muy elemental, pero empieza a esbozarse lo que es un proyecto de «niño lector»,
hacia el que acabamos de emprender nuestra andadura.
En el aula la iniciativa estará más orientada a brindar al pequeño la disponibilidad
de medios, que al propio dirigismo de la acción. Se crean en este sentido los «rincones»
donde los niños tienen multitud de cuentos a su alcance, lo mismo que se propician
momentos en los que cada uno pueda narrar y compartir sus lecturas personales. La
sesión de lectura animada o recreada asume un esquema diferente al que tenía en el
período anterior. Si primero entendíamos que había dos protagonistas (niño-libro) uno
frente al otro, uno que lee y otro que recibe, ahora se socializará la lectura, y resultará
más participativa repartiéndose los papeles de emisor y receptor entre los miembros del
grupo. No quita que los niños que se encuentren en este momento madurativo se deleiten
del mismo modo con las lecturas de sus mayores (cosa que les encanta y que seguirá
agrandándoles por más años que vayan cumpliendo), pero ya lo ven desde una
perspectiva diferente; no se muestran ajenos a ese texto que les llega cuando se les lee,
sino que entienden cómo tiene lugar la magia de la lectura, e interpretan ese mundo
desde un punto de vista más comprensivo y participativo, quizá más activo en su
receptividad, se meten de lleno en la historia que se lee, y eso se traduce de inmediato en
un incremento grande de su implicación en los diálogos, lo mismo que en un
enriquecimiento mayor de éstos.
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• Por último, el lector, receptor primero y actor luego, acabará convirtiéndose
de algún modo en lector, creador y protagonista excelso de su propia
historia. Este será el estadio último de la recreación imaginativa de un
cuento, cuando el niño sea capaz de generarla en su propia mente, cuando
controle y despierte el mecanismo de la imaginación, finamente expuesta
por la expresión. E insistimos una vez más, el hecho de que el alumno se
encuentre en este estadio (nunca antes de los cuatro-cinco años) no excluye
otras formas anteriores de lectura. De hecho en estos niveles escolares aún
se les lee, favoreciéndose el contacto con materiales simbólicos, pues al ser
mucho mayor su control imaginativo, los niños se deleitan con mayor
satisfacción en recursos de lectura muy superados para ellos, como las
imágenes o los pictogramas.
❏ Nuestro análisis podríamos plantearlo también enfocando la relación con el
niño desde la perspectiva del propio cuento. En este sentido, descubriríamos que son
diversos los recursos que le brindan para que haga suyo un contenido recreado. Entre
otros, podemos citar los siguientes:
• Los Juegos de manipulación lingüística. El juego, por naturaleza, atrae y
gusta al niño. Además, no podemos olvidar que toda actividad llevada a
efecto en el aula ha de resultar eminentemente lúdica. Cuando el lenguaje
(el texto, el mensaje, la historia), focaliza todo el interés, conviene permitir
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al niño (neolector) la experiencia de su control, y la recreación en el juego.
En este marco tienen sentido muchas de las actividades que se llevan a cabo,
por ejemplo, a los tres o cuatro años, en las cuales las palabras se convierten
en objeto de sus ejercicios, se manipulan, generan otras nuevas, o se recrean
en torno a las situaciones en que fueron descubiertas en el texto. Es decir, se
dota de vida y dinamismo toda la actividad lingüística en torno al cuento.
Únicamente cuando el bagaje léxico (enriquecido como hemos visto en el
capítulo anterior por la propia experimentación lectora) resulte amplio y
variado, al niño le surgirá un nuevo reto, el de la manipulación de unidades
más amplias y de contenido complejo (frases), y sobre todo, la posibilidad
de generar producciones personales (se identificaría con el momento
creativo del niño, y cuando puede inventar cuentos, situaciones variadas).
• Existe una variante de esta manipulación lingüística, que es aplicar cambios
en la narración o la búsqueda de finales distintos a ésta, que supera un poco
el aspecto lúdico del ejercicio. Pero favorece el desarrollo creativo que se ha
señalado. De este modo se permite al niño expandir su mente, explorando
nuevas posibilidades para su recreación. Es interesante y da mucho juego,
educando fundamentalmente la capacidad de abstracción del alumno y
despertando con facilidad su interés.
• Del mismo modo, y en grados de diferente complejidad, se le pueden
proponer al niño recursos de recreación basados en la tradición popular:
rimas, retahílas, canciones… que aseguren su identificación personal con el
objeto de contenido, y permitan la generación de referencias personales para
recreaciones variadas, debido a que propician el enriquecimiento léxico y la
expresión personal.
• Por último, contaremos con el apoyo léxico, que le permitirá el
descubrimiento del contenido (y a veces el sentido) de las palabras, pues
estimulará la creatividad y potenciará el desarrollo de la imaginación.
Todos son recursos didácticos que contribuirán, en diferente medida, a conformar
una relación pedagógica con los alumnos, una relación que se entiende literaria, por
cuanto es a través de la lectura como descubriremos que el texto escrito recobra sentido,
gracias a la comunicación interpersonal.
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2. ¡CUÉNTAME UN CUENTO!, UNA SENCILLA
FORMA DE «ANIMAR A LEER»
Esta experiencia supone uno de los múltiples intentos que en todo Centro Educativo se
llevan a cabo a lo largo del curso escolar, con el fin de estrechar los lazos que se
establezcan entre la familia y el profesorado, dado que el niño o la niña resultan
sumamente beneficiados con ella.
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sencillamente un grupo de profesores con una inquietud común.
La primera respuesta fue por supuesto que sí; de todas formas, nuestra intención
(educativa) última estaba en el seno familiar, seguros de que la atención que al tema
lector se le conceda en el seno materno, o del padre, la abuela o el tío, se proyecta en el
intelecto del niño, depositándose en él un sedimento importante de bondad y aprecio por
el ejercicio de lectura, despertando un sentimiento noble, de cariño por el libro, y sobre
todo convenciéndolo, en lo más profundo de su sensibilidad, de la contribución que
puede suponer para su cultura personal, porque el niño, cuando ha experimentado una
lectura en circunstancias positivas, desde entonces se aproxima al libro con otro talante,
plenamente convencido de su bondad.
En este marco se detecta una necesidad imperante por dar respuesta efectiva a
nuestras inquietudes, desde la realidad cotidiana del aula. Lo cual implica el necesario
acercamiento a la vida familiar, con el cuidado exquisito de evitar cualquier injerencia en
la intimidad que el niño viva en su seno. Así, nos preguntamos, ¿sería posible
incrementar o estimular la actividad lectora en la familia, desde nuestra acción
educadora en el aula?
Nuevamente la respuesta es afirmativa, pero lógicamente necesitada de un
proyecto pedagógico que plasme tanta inquietud y todo nuestro convencimiento, que se
muestre firme en hechos reales y tangibles. Así pues, ponemos manos a la obra, del
mismo modo como se empiezan todos los proyectos, es decir, planteándonos claramente,
los objetivos a los cuales se pretende llegar, que serán los que orienten todo el proceso,
tanto en su fase de diseño, como luego en el propio desarrollo y por supuesto la
evaluación del mismo.
a. Objetivos
Una primera idea clara, interpreta al niño como objeto directo de nuestra actividad, en el
sentido de permitirle una experimentación placentera de la lectura. Por supuesto que
contando con el tratamiento didáctico que en nuestro currículo tiene el aprendizaje
lector, pero de modo que no se olvide que éste se pueda ver complementado con
vivencias positivas de experimentación lectora en el propio aula.
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Por último, no podemos negar nuestra voluntad de integrar a la familia en la vida
escolar. Eso sí, no en forma de invitación abierta y espontánea, sino del mismo modo en
que tiene lugar toda nuestra intervención educativa, bajo un programa, y en el contexto
de un diseño curricular específico; por eso la experiencia deberá responder a un plan, y
contar con los pasos necesarios de Planificación (que resuelve igualmente la
organización que la formación de los mediadores), Desarrollo y Evaluación, como más
adelante veremos.
Y con la garantía que nos proporciona la bondad de este planteamiento, ya nos
podemos poner en marcha. Tenemos presentes dos aliados de excepción: una importante
carga de ilusión, convencidos de la buena aceptación que la idea original pueda tener
tanto en el claustro como en las familias de nuestros alumnos, y además, la seguridad de
que toda acción que se planifique en el aula, con la mirada puesta en los niños, si cuenta
con la debida estructura, siempre deparará algún beneficio pedagógico en ellos.
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b. Planificación
c. Desarrollo
La puntualidad, una tónica general de todos los padres, fruto como hemos dicho de la
enorme ilusión que han demostrado por colaborar en la experiencia. Bajas y ausencias,
cero; y disponibilidad, atención, nervios, nervios, y más nervios, muchos y muchísimos.
Todos se acercan unos días antes a la profesora responsable del aula donde les
corresponde intervenir, al objeto de comentar con ella la obra seleccionada; en algunos
casos con ciertas connotaciones personales, como quien eligió para narrar a los pequeños
un cuento que aún conservaba de cuando ella era pequeña, que le había gustado
muchísimo, que a sus hijos también se lo había leído, con el mismo resultado, y que
deseaba compartir ahora con los niños de la clase. Es estupendo ver cómo luego les
explican todo esto a los niños, y la acogida tan cariñosa que le dan ellos. Otros nos
vienen pertrechados de un abanico amplio de posibilidades, al objeto de solicitar nuestra
ayuda en la selección del cuento que mejor se adapte a los pequeños. Y tampoco faltan
los muy muy convencidos, que ya tienen su elección bien meditada, o los más tímidos
que piden sencillamente que se les proporcione un cuento, el que sea, que ellos lo leen.
¿Conclusión? La Biblioteca ha sido muy visitada, lo que nos confirma la seriedad con la
que los padres se han tomado la tarea de selección.
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muñequitos para representar el cuento en forma de guiñol. Un auténtico alarde de
profesionalidad improvisada, pero muy saboreada por los pequeños que lo viven con
entusiasmo.
FÓRMULAS DE INTERVENCIÓN
• Cuento leído:
— Los niños escuchan un cuento que se les lee
— Apoyo gráfico, mostrando las ilustraciones al tiempo que se lee
— Interpretando el texto, adaptándoselo al lenguaje propio de los niños
— Representándolo de modo personal (voces, gestos, muecas…)
• Cuento narrado:
— Sin apoyo textual, narrando lo que sabemos
— Escenificación personal de una narración aprendida
— Invención pura: sobre la marcha, partiendo de unas bases de referencia
• Cuento escenificado:
— Guiñol, tablillas, niños… (conviene prever la implicación personal)
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medida que la narración transcurre, el narrador gana en serenidad y ya controla mucho
mejor al grupo. ¿Tanto impondrán estos pequeños? Deben ser más bien las ganas de
hacerlo bien, y el cuidado y el respeto que a los adultos nos merecen, algo que se
muestra como muy positivo.
d. Evaluación
36
largo del curso. De este modo se podrán alternar perfectamente con las intervenciones
docentes que también son necesarias, y no restar nada a la inquietud y el deseo de los
propios niños.
Para concluir, al objeto de refrendar convenientemente la ocasión, a todos y cada
uno de los padres y madres que han colaborado, se les entrega un diploma
conmemorativo de su experiencia. Terminamos nuestra descripción con una carta que
puede reflejar mucho mejor cuanto queremos expresar. Ha sido escrita por uno de los
padres implicados en la experiencia que hemos descrito, dirigiéndosela a «sus colegas»,
los demás padres:
El cuento que narré en clase no lo tenía programado; esto me doy cuenta que
no importa, ellos se adaptan a todo, y creo que valoran más la voluntad que
implica la visita, que mi propia intervención, porque demostraron un magnífico
respeto, y muchas, muchas ganas de colaborar para que aquello saliera bien.
Son estupendos. Os animo a hacer lo mismo. Fijaos, sólo por vivir el placer
que supone ir por el patio y que se te acerquen, que te hablen, que te saluden…
sólo por eso, ya mereció la pena.
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Además, convencido de lo bien que les viene a los niños, lo calificaría de
necesario. ¡Como que ya estoy apuntado para el próximo año! Hasta entonces
practico en casa.
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3. EMPECEMOS POR EL PRINCIPIO…
(PARADOJAS)
Uno de los riesgos que con mayor peligro sufre la Educación Infantil es el dar por
cerrados proyectos que no se hayan rematado convenientemente. Y me refiero
específicamente al de la lectura. Aprovechando la circunstancia natural del paso de ciclo,
no es difícil que suceda esto con algún alumno, dándole por terminado el proceso de
aprendizaje sin haberlo completado debidamente en la etapa anterior, cuando aún se
encuentra incipiente, pero lejos de su dominio, y debe recorrer el camino que falta a
trompicones, un camino que sin necesidad se torna enormemente largo y penoso para él.
Este es un problema harto frecuente en nuestras aulas, que con una sencilla
planificación, coordinación, se puede salvar y satisfacer convenientemente. Pero aún así,
desde la pedagogía es necesario responder al hecho con el diseño de materiales
adecuados que permitan al docente «rematar» debidamente la lectura de sus alumnos,
más que bombardearlos con fichas, libros y otras propuestas muy completas, muy bien
diseñadas, pero en ocasiones, carentes de sentido. En algunos casos se precisaría más un
programa de lenta transición para acomodarse a la nueva estructura que les brinda la
Educación Primaria, donde la lectura ya no es objeto de aprendizaje sino que se ha
convertido en un instrumento para el aprendizaje, y donde la comunicación interpersonal
cobra gran terreno con el grupo y lo pierde con la personalización docente.
Es así, por paradógico que parezca. Reclamamos una gran atención escolar a la
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lectura en estos primeros meses de la Educación Primaria. Y puede sorprender esta
postura, cuando hablamos precisamente del nivel escolar que mayor dedicación ya le
presta. Las estadísticas nos lo confirman. Es tal su importancia que todo el interés que le
apliquemos resultará insuficiente. Conviene cuidarla con especial esmero en estos
momentos, atendiendo a una meticulosa programación, y resolviendo una secuencia de
actividades específicamente diseñadas al efecto, para alcanzar el objetivo deseado. Esto
todos lo sabemos, y en ello coincidimos. Me consta que así es. Pero… se precisan
soluciones, respuestas desde la experiencia y la práctica diaria en el aula. Esta es la
perspectiva que queremos darle: un enfoque más realista que se pueda proyectar mañana
mismo. Así pues, nos preguntamos…
a. ¿Qué hacer?
La respuesta puede resultar igualmente (y por segunda vez) paradógica: leer. Sí, leer,
leer en clase, leer los niños, leer con los niños y sobre manera resolver que esa lectura les
resulte conveniente y adecuada. Leer con frecuencia, leer con un cierto sistema
(sistematización de la lectura)… leer, leer, leer. Mucho podríamos escribir al respecto,
pero sin ningún valor si no explicamos cómo ha de plantearse tanta lectura con un
grupito de caritas infantiles que están esperándonos en el aula.
40
que nos empeñemos en tildar de naturalidad esa expresión, también se
obtiene con una adecuada habituación y con el adiestramiento. De hecho el
niño cuando lee, no suena del mismo modo que cuando habla. Pierde
espontaneidad. De ahí que nuestra preocupación por asegurar en todos los
alumnos una correcta integración del esquema fónico de su lengua materna
con claridad y precisión, resulte evidente.
• El ritmo es otro de los factores de control. El niño irá progresivamente, con
los modelos lectores aportados por el docente, asimilando un tempo propio,
una cadencia personal para leer, la cual más adelante, cuando controle de
una manera independiente su expresión, podrá ya variar a voluntad, jugar
con ella y deleitarse lo mismo en un poema que en un simple recorte de
prensa.
• La entonación. Este es el más reconocido por el profesorado. Entonar bien es
importante, pues de hecho toda la comunicación (del texto) dependerá de
ello. Pero conocer los matices tonales de una lectura, y aplicar
correctamente la inflexión que precisa cada frase, es harto difícil para un
niño de esta edad, que no aprende si no se le inicia en este juego; eso sí, se
trata de un aprendizaje largo y laborioso, al que habrá que dar continuidad
en etapas sucesivas, perfeccionando progresivamente su técnica expresiva.
Entendemos pues, la lectura en voz alta como un recurso didáctico valioso, que
favorecerá la interacción docente puesto que al estar manifestada sonoramente, no
costará detectar las deficiencias y articular los medios de corrección necesarios. Pero
estaremos todos de acuerdo en que tampoco esa forma de lectura representa un fin en sí
mismo. El auténtico objetivo de todo acto lector se encuentra más bien en la
comprensión y asimilación del texto por parte del lector. Por eso, no podemos limitar a
esta actuación docente toda la actividad didáctica. Reducir toda la lectura al
adiestramiento para pronunciar correctamente los fonemas gráficos, entonar
adecuadamente y con buen ritmo, no sería suficiente si el lector actuara mecánicamente.
Es más, diríamos que resulta imposible que lo lleve a efecto con éxito si no se
comprende el texto, porque ¿cómo es posible detectar las inflexiones necesarias si no es
transmitiendo un contenido específicamente interpretado por el lector? Así pues, la
acción educativa ha de ampliar su horizonte a nuevas formas, más personalizadoras de
lectura, donde el niño entre en acción directa, íntima, con el texto. Y para ello, también
tenemos dos sugerencias que atender en las ejercitaciones llevadas a efecto con estos
niños, que cuando apliquen su lectura en forma silenciosa serán objeto de nuestra
preocupación:
• La atención. Una nueva paradoja puede aparecernos aquí, cuando la edad del
niño dispersa ampliamente su motivación, para percibir ambiguamente
cuanto le rodea, precisamente será la escuela, y concretamente la lectura, el
mejor ámbito para llevar a efecto este ejercicio, yo diría que esfuerzo, de
41
concreción. Contaremos para ello con un buen aliado, que será su
imaginación. Cuanto más se centre un niño en su lectura, mejor volará su
creación imaginativa. Así que brindándole la oportunidad de expresar ésta
(con un dibujo, una representación o bien oralmente), podemos detectar su
grado de atención.
• Y la interiorización. Será clave que nos aseguremos que toda lectura acaba
generando un poso «personal» de contenido en cada niño. Que lo interprete
a su modo, pero que lo interprete, que lo aloje convenientemente en su
intelecto, pero ante todo que lo aloje; para acostumbrarlo a dar sentido a
cuanto se lee. Cuando se da sentido, se asimila, se integra. Habrán de ser
nuestros aliados el tiempo y la paciencia.
Recomendamos, pues, saber «perder tiempo en clase» (¿nueva paradoja?), sana e
inteligentemente, lo cual significará ralentizar debidamente el ritmo de lectura, y
asegurarnos buenas ejecuciones por parte de todos los niños haciendo que comprendan e
interpreten los textos. Y eso es imposible conseguirlo con tres paquetes de fichas
esperando encima de la mesa, a menos que esas fichas resuelvan precisamente cuanto
aquí estamos planteando.
Porque no podemos olvidar que la interacción en el aula resulta capital en esta
edad. El proceso de Enseñanza-Aprendizaje reclama de la actuación docente un
protagonismo personal para cada niño. De modo que la mediación en los aprendizajes se
debe llevar a efecto en base a mucho diálogo, y sobre todo, generando riquísimas
experiencias de comunicación oral entre los propios alumnos.
Ahora, ya se podrá entender por qué habíamos situado a la par,
complementariamente, todo lo que implique didáctica y animación a la lectura. Hemos
de leer a los niños, leer con los niños, leer para los niños y sobre todo, tener tiempo para
que los niños lean, lo que implica no sólo un recurso material a su alcance cómodo y
fácil, un detalle que por supuesto es importante considerar, sino además unas formas
habituales de acceder al hecho lector (naturalidad y espontaneidad en el aula para llevar
a cabo actividades de lectura personal, bien sea en base a talleres, u otro tipo de
organización escolar), y más que nada tiempo para compartir con ellos sus
descubrimientos y experiencias más directamente satisfechas. El niño precisa contar,
necesita saborear y reclama del adulto fórmulas y estilos que le permitan esa recreación
imaginativa, que lo interroguen y lo lancen a la búsqueda de nuevas sensaciones y
experiencias. Eso es tiempo y paciencia. La segunda es muy frecuente en nuestros
compañeros docentes, pero la primera resulta cada vez más escasa (¿nueva paradoja?,
pasamos ya de paradojas). Leer es una realidad y tal y como están las cosas; si el niño no
resuelve adecuadamente dicho aprendizaje, arrastrará una escolarización problemática,
llena de tropiezos y malamente rota por una falta de delicadeza y atención en momentos
en que resultaba más que fácil marcar un ritmo de aprendizaje que estuviera mejor
acomodado a su necesidad concreta.
42
Así pues, terminamos especificando con precisión que las dos formas de lectura
descritas con anterioridad, en voz alta y silenciosa habrán de estar consuetudinariamente
presentes en el aula durante el arranque de la Educación Primaria, resueltas con el triple
objetivo de asimilar e integrar comprensivamente tanto las lecturas escolares como las
personales, planificar convenientemente (y de forma personalizada) el proceso de
formación requerido por los alumnos, y articular medios, tiempos y fórmulas que
permitan dinamizar la relación del niño con el libro. Pues, claramente entendemos que
sólo así la lectura se convertirá en la columna vertebral de cuantos aprendizajes deban
resolver nuestros alumnos en el futuro, por lo que nos parecería paradógico introducirnos
en ese juego del aprendizaje, dejando de lado el dominio de dicho recurso: abogamos
pues, por la LECTURA, así, con mayúsculas.
43
CAPÍTULO TERCERO
44
LA PERSPECTIVA DE PRIMARIA
45
La necesidad de leer, y más vista desde una perspectiva escolar, es una realidad que
como ya se ha señalado resulta innegable. Todo en la vida (lo mismo escolar que social)
del alumno va a girar en torno a este acto de leer, convirtiéndose para él, después de la
palabra, en su medio de comunicación por excelencia. De hecho, los primeros años de su
vida van a girar en torno al aprendizaje y el perfeccionamiento de dicha técnica,
afianzando su adquisición de la manera más completa posible; precisamente por esa
necesidad que va a surgirle más adelante.
46
específica, y tendrá un estilo educativo propio. La capacitación lectora
plena se alcanzará cuando el alumno lea (decodifique), comprenda y además
resulte capaz de valorar la información recibida integrándola en su bagaje de
conocimientos.
— Además, será necesario conseguir que el alumno alcance un cierto grado de
autonomía en su lectura; pero no una simple independencia ejecutoria, que
se la brinda de por sí la capacitación señalada en el apartado anterior, se
trata de contar con un cierto grado de iniciativa personal, la búsqueda
individual de la experiencia (o mejor la vivencia) que le pueda proporcionar
el texto literario. Sólo cuando el niño aplique su formación lectora
(capacitación) en una experiencia personal (por motu e interés propio),
tendrá sentido completo (pedagógicamente hablando) la actividad escolar.
Por eso que sea objeto de nuestra consideración en el aula dar una respuesta
adecuada a la motivación.
Con lo cual se concluye que la función lectora del docente trasciende la propia
aproximación del hecho literario al sujeto, para convertirlo en una relación íntima
personal y propia, de unos valores específicos, los que proporciona el mismo hecho de
leer cuando trasciende su función didáctica en búsqueda de la actividad animadora.
47
1. EL ANIMADOR
Desde una posición de observadores, podemos entender que el papel desarrollado por el
animador será más el de la mediación, como favorecedor del contacto del niño con el
libro.
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currículo que eso sí, haya considerado la comunicación escrita no sólo como una acción
didáctica, sino que supere ésta en pos de su carácter motivante.
49
2. LA ANIMACIÓN
❥ Desde el aula…
50
comunicarán con inquietud y satisfacción los propios descubrimientos).
❥ De carácter institucional…
❥ En el aula
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— Colecciones personales, de cromos, libros dedicados, textos, diario personal,
dedicatorias…
— Teatro leído
— Jornadas literarias
— Campañas de sensibilización (publicidad, eslogan…)
Resultando el animador, un organizador de actividades experienciales, como:
— Creaciones personales y grupales (temas, autores, estilos…)
— Planes metodológicos de lectura
— Participación en concursos
— Encuestas, exposiciones orales escolares…
— Estudio temático (autor, estilo, lugar, historia…)
Fomentando el animador el juego literario en el aula, mediante:
— Juegos escolares (Cuento prohibido, técnicas de Rodari…)
— Libro Forum
— Juegos con el lenguaje: composiciones, manipulaciones, recopilaciones…
— Talleres literarios, a partir de textos para ampliar, modificar…
— Lectura compartida (creadora)
Convirtiéndose en modelo:
— De lectura personal
— Participando como grupo en sus experiencias de lectura
— En la lectura oral
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Y por supuesto, compañero, confidente, aliado, con disponibilidad plena para el
diálogo y enorme interés por el contenido de las lecturas de los alumnos.
53
Organizando Campañas de sensibilización sobre el tema:
— Exposiciones y Museos: de cuentos, de objetos, de textos…
— Concursos: literarios, creativos, o de búsqueda de información
— Visitas, de diversa índole a lugares que tengan estrecha relación con la
lectura
— Visitas, que se pueden recibir en el propio centro, de autores,
cuentacuentos…
— Información Mural, aprovechando los paneles informativos del centro
Favoreciendo la tarea educadora de los padres, aportándoles:
— Listados de títulos que orienten sus selecciones
— Orientando sus compras
— Organizando charlas formativas
— Sensibilizándolos con el tema y el papel que pueden jugar en él
Con todo se nos plantea un amplio abanico de posibilidades que podemos llevar a
efecto desde un Centro educativo. No conviene que el bosque nos pierda, sino marcar
muy bien el rumbo a seguir y sobre todo estructurar las posibilidades de trabajo que
tenemos. A esa tarea nos entregaremos a partir de este momento, deshojando los
próximos capítulos en el intento de conseguir aportar un manual de referencia con el que
orientar, ayudar y colaborar a la organización de actividades lectoras en el seno de un
Centro escolar.
54
CAPÍTULO CUARTO
55
LA ORGANIZACIÓN DE LAS ACTIVIDADES
DE ANIMACIÓN LECTORA
56
Sentados los principios didácticos que fundamentan la atención que se le deba dar a la
lectura, discurriremos por derroteros propios de la experiencia, descubriendo cómo la
organización de actividades de Animación Lectora, presupone mucha ilusión y esfuerzo
por parte de todos los agentes que socialmente intervienen en el proceso formativo del
alumno. De la intención, destinatarios, o medios disponibles, va a depender la
envergadura de cualquier proyecto al que nos lancemos. No obstante, lo verdaderamente
importante, será tener claro el objetivo señalado, a fin de hacer que toda la actividad
converja en él.
❥ Criterios de clasificación
57
ponerles de nuestro lado, con lo que conseguíamos alargar la mano de nuestra acción
mediadora hasta el ámbito familiar.
En el caso de tener al alumnado como destinatario de la actividad, hemos de
considerar el nivel o niveles a los cuales va a ir destinada nuestra acción, y la propia
condición de las actividades que programemos, con el objeto de:
— Dar una respuesta lúdica a la participación del alumno, y así favorecer su
implicación en la misma, y además
— Provocar un sentimiento de proximidad con el texto impreso, a fin de generar
en su interior el estímulo de la iniciativa.
En ambos casos, será necesario preparar actividades en las que el niño intervenga
sin ningún esfuerzo, y a la vez disfrute enormemente, despertando en su interior esa
atracción por el libro, en búsqueda de sensaciones verdaderamente agradables.
Pudiéramos añadir un tercer objetivo a lograr con nuestro programa, como sería el
conocimiento de los medios y recursos de que se dispone para dar satisfacción plena a
las necesidades que, como anteriormente ya hemos comentado, íbamos a generar en él.
Me refiero a todas las posibilidades que el ambiente escolar brinda y que muchas veces
se desconocen sin razón aparente para ello.
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1. ACTIVIDAD ESCOLAR ORDINARIA
A tal efecto, proponemos actividades tan simples como la narración de las lecturas
personales, o el comentario de éstas, pues resultan muy estimulantes y sobre todo
participadas por parte de los niños y niñas. Además, conviene articular momentos que
inviten a la lectura personal (Rincón de Lectura, Biblioteca de Aula, Tiempo del
Lector…).
Dos medios más podemos proponer a nuestros alumnos (en función de la edad y el
nivel de aprendizaje), pero conscientes de que, a priori, precisan una mayor implicación
docente:
59
Por un lado tenemos las actividades de investigación en la Biblioteca, que
depararían al alumno, no sólo el conocimiento de cada rincón de ésta, sino la generación
de actividades propiamente recreativas y la ampliación de sus conocimientos. Dinamizar
la Biblioteca significa precisamente esto, hacer que el alumno tenga motivos para su
asistencia, que se encuentre en ella, y se sienta, de algún modo miembro activo y
partícipe. Hoy para conocer a un poeta, mañana para localizar la respuesta a una
pregunta y… más adelante para satisfacer sus necesidades formativas. Desde bien
pequeños nuestros alumnos han de participar de este mundo, buscando su hueco en él.
Una vez allí dentro, su curiosidad, o el comentario estimulante (del amigo, compañero o
profesor o profesora) serán suficientes para que se introduzca en la literatura recreativa.
Es más, serán caminos que él mismo recorrerá paralelamente.
Por otro, contar con un Diario de Lecturas, en el que anotar y registrar cuantas
experiencias vaya desarrollando en este campo, y constatar sus opiniones y sentimientos
al respecto le servirá de referencia. Será su complemento, verdaderamente importante en
su maduración, pues el propio niño (y muy especialmente, por su sensibilidad, la niña) lo
valorará en extremo: es algo hecho por ellos mismos día a día, y por ende, contiene lo
más íntimo de su vivencia lectora.
Terminemos refiriéndonos a un hecho especial que se produce como consecuencia
de lo anterior, y es que todo buen lector, tarde o temprano se convierte en escritor.
Bueno o malo, prolijo o sucinto, estilista u ordinario, mejor o peor, nada importa. Quien
entra en la dinámica de la comunicación no puede relegarse a desempeñar únicamente el
papel receptivo. Tarde o temprano le surgirá la necesidad, imperiosa, de expresarse. Lo
verdaderamente importante es que los niños exterioricen su sentimiento y den rienda
suelta a su recreación literaria. Por eso, desde el aula, hemos de articular vías que
favorezcan su difusión y la participación del entorno en esa vivencialidad.
Gracias a esta constancia, se podrá ir configurando una pequeña Biblioteca
personal. Ésta y no otra, será la auténtica, porque en ella se conservará lo más preciado
de nuestra intimidad: aquellas experiencias en las que se habrá colaborado de forma más
activa, y a las que se les habrá dedicado los momentos más entrañables. Fórmulas como
la colección de obras dedicadas por el autor (circunstancia que hoy en día resulta fácil y
accesible para nuestros alumnos, dada la proximidad a la que se brindan los autores, no
sólo en Salones y Exposiciones temáticas, sino también en los propios centros, mediante
encuentros programados), estimulan la configuración (y manipulación, por qué no) de
esta colección particular. La familia, en este sentido, puede favorecer con el simple
hecho de destinar un espacio en el hogar a dicha colección, amén de mostrar un cierto
interés por las lecturas de sus hijos, convirtiéndose en unos efectivos continuadores de la
acción escolar.
Por último, es preciso que nos planteemos la responsabilidad pedagógica de
acercar el niño al libro, desde la óptica de la diversidad; podemos favorecer la
aproximación con los distintos «itinerarios», término éste que utiliza Moret19 para
60
ilustrar cómo los canales de relación que existen entre el texto literario y el niño, pueden
favorecer este conocimiento. Así, la autora citada, propone a sus alumnos la
organización de distintas excursiones, que bien descritas cierran paulatinamente el cerco
en torno al libro: el itinerario desde la escuela a la biblioteca, el recorrido de las propias
estanterías de ésta o el curioso discurrir por el interior de la narración, pueden acabar
convirtiendo a los niños en propios libros (cada uno asume su rol en el juego de
ordenar/desordenar los libros en los estantes), o bien, animándolos a confeccionar unos
propios (en este sentido, cada nivel condicionará la forma de organizar este trabajo). Lo
que sí podemos asegurar es que los «Libros elaborados en el aula», además de resultar
muy significativos, favorecen el conocimiento de cada alumno, y por consiguiente su
aproximación espontánea.
A partir de ahí comenzará el estímulo de la Animación Lectora, que le permitirá
adquirir el hábito cotidiano de abrir un libro. Otro ejemplo sobre las actividades
propuestas son los trabajos de Bartch-Mallet20 que enmarcan muy bien una línea
dinamizadora en la que todo son ventajas; o Fredericks21 quien nos presenta un amplio
abanico de posibilidades. Se trata de actividades cotidianas que tienen al texto escrito por
protagonista: juegos y manipulaciones del lenguaje, metamorfoseando los textos,
manipulando sus contenidos y títulos, alterándolos mediante narraciones orales y
escritas, composiciones personales, cómics… ejercicios creativos y recreativos que
consiguen no sólo sensibilizar, sino también estimular y en cierto modo conformar el
carácter de la población lectora infantil. «Se trata de que, el profesorado tome medidas
especiales en sus nuevos enfoques metodológicos, de que sea el puente efectivo entre el
niño/adolescente y el libro, para que los alumnos salgan de la Escuela con la afición de
devorar los libros, el deseo de sumergirse y dejarse llevar por la magia, la intriga o la
belleza de sus historias.»22
61
2. ACTIVIDADES DE CARÁCTER ESPECIAL
Igualmente, queremos destacar las grandes posibilidades que nos brinda la estructura
escolar para organizar en el seno de la misma actividades que, con un cierto carácter
especial, también estimulen la valoración y el uso del libro, por parte del alumnado. Las
sesiones específicas de Animación Lectora pueden darnos buen juego en la organización
de fiestas escolares, o encontrar cabida en las festividades que se celebren. Del mismo
modo, pueden suponernos una gran aportación, no sólo para el estímulo personal, sino en
la línea de trabajo coordinado, las Semanas Monográficas y temáticas. El espectro, como
se ve, resulta amplio y variado; sólo precisa un par de ingredientes que lo sazonen
adecuadamente: ilusión y creatividad. Con ellos, está asegurado el éxito.
62
disponibles e intentar la mejor correspondencia de alumnos/actividad será fruto de un
estudio detallado en el claustro del Plan a seguir. En cierto modo, el éxito de la actividad
dependerá de esta programación.
Con el objeto de facilitar la tarea al lector, presentaremos en el capítulo siguiente
un «vademécum» de posibilidades. El profesorado tendrá en él una referencia, que
intentaremos explicitar de la mejor manera posible para que le resulte suficientemente
ilustrativa.
La Lectura es una actividad cultural de primer orden que conviene potenciar y, sobre todo, es necesario
aprender.
Es la Escuela quien proporciona al niño los medios para leer. De la forma en que le proporcione esos
medios va a depender su relación posterior con el libro: si el aprendizaje de la lectura es una experiencia
placentera, la Escuela le proporcionará al niño la posibilidad de transformar «imaginación que consume en
imaginación que crea».
Para desear leer, el niño tiene que saber que la lectura será posteriormente útil para él, ha de estar
convencido de que se le abrirá todo un mundo de experiencias maravillosas, disipará su ignorancia, le
ayudará a comprender el mundo y a dirigir su destino.
Por Animación a la Lectura entendemos aquellos estímulos, comentarios, actividades… procedentes
de la familia, de la Escuela, de los Medios de Comunicación o del resto de la sociedad, que tengan como
objetivo primordial suscitar el acto lector en aquel sujeto que no siente necesidad o no comprende la
importancia de la lectura. En este marco nos proponemos con nuestros alumnos, que sean lectores habituales,
lo que dependerá de la conjunción de tres variables esenciales:
Lo ideal sería que el lector se convierta también en escritor, por lo que entre todos tendremos que
despertar esta aficción en los alumnos.
La participación en las actividades de animación y dinamización lectoras y el uso de la biblioteca
pretenden descubrir al niño valores, utilidades y estrategias de lectura que estimulen ese interés por la lectura.
63
Todo esto se concreta en los siguientes objetivos:
• Aproximar al niño a la literatura infantil y juvenil.
• Crear un hábito de lectura.
• Estimular la utilización de la biblioteca escolar, como medio para conseguir la creación y el
desarrollo de una biblioteca personal.
• Sensibilizar al alumno en el respeto que merecen el libro y su entorno.
• Conocer las normas básicas de la manipulación del libro.
• Adquisición de la lectura como recurso para obtener información.
• Reconocer el libro como un material básico e imprescindible en el trabajo escolar.
• Enriquecimiento del Vocabulario personal.
• Desarrollo de la lengua oral y escrita, favoreciendo las vías de comunicación interpersonal.
Texto de presentación temática de una Semana de Animación a la Lectura en un Centro Escolar de Educación
Primaria.
64
• entre el profesorado,
• con los diferentes estamentos del Centro (A.P.A. - Consejo Escolar -
Equipo Directivo…),
• con los padres, a quienes corresponderá el cuidado y conservación de
la semilla sembrada.
❏ PLANIFICACIÓN. Ya hemos hablado de su importancia. Será
consecuencia de lo anterior, registrando en un dossier específico cuantas
aportaciones se hagan (Proyecto). Su redacción ha de resaltar
fundamentalmente tres aspectos: Objetivos programados (a los que pueden
acompañarse los textos de sensibilización de los distintos estamentos
implicados), actividades a desarrollar (con la especificación del proceso de
ejecución, horarios, locales…) y el programa de desarrollo de la ejecución y
la evaluación.
❏ COLABORACIÓN. Son muchos los organismos, sedes y establecimientos
(oficiales y privados) que pueden aportar una colaboración directa a nuestro
programa. Contar con ellos nos supone optar por la diversidad, aprovechar
unos medios, que siempre son importantes, y, en algunos casos, también una
ayuda o subvención (que no tiene por qué ser crematística).
❏ TEMÁTICA. Un eje focalizador de toda la actividad, en torno al cual
podamos converger la mirada de los alumnos. Éste puede variar de un año
para otro, lo que nos permitirá programar actividades distintas: así por
ejemplo, un concurso se acomoda mejor a una temática en torno al Cuento,
y una velada literaria a la Poesía.
❏ ORGANIZACIÓN. Será consecuencia de todo lo anterior. Pero
reconozcamos que en este pilar se sustentará buena parte del éxito de
nuestro programa. Dos son las claves que denotan una buena organización:
• Información, en el sentido de que todos los implicados sepan qué se va
a hacer, y cómo, en sentido general, y cuál es su papel específico en
todo el entramado organizativo. Tener esto muy claro implica al
sujeto en la efectividad de su ejecución.
• Distribución de funciones, de modo que cada uno de los implicados
aporte al conjunto lo mejor de sus cualidades, se rentabilice el
esfuerzo y aflore el sentido de equipo. Aquí, toda personalización es
rechazable.
65
❏ DIFUSIÓN. Un conocimiento pleno por parte de los alumnos, de toda la
comunidad educativa y por toda la sociedad del entorno, contribuirá a que la
actividad se valore positivamente por parte de todos, ejecutores y receptores,
e incluso por el público espectador que desde el exterior se aproxime a
curiosear nuestro «juego». En este sentido, los Medios de Comunicación
Social pueden favorecer bantante, pero no nos limitemos a ellos, pues a
nivel interno contamos con recursos suficientes como para organizar una
verdadera campaña de difusión: panfletos, anuncios, carteles, octavillas,
paneles informativos, «hombres anuncio» como en la foto superior.. aquí
podemos dar rienda suelta a la imaginación.
❏ EVALUACIÓN. Será el mejor modo de evolucionar, acomodándose a los
cambios sociales del entorno, y mejorando la experiencia en el futuro.
Nuestro Dossier de Actividades (memoria) no sólo ha de dejar constancia de
cómo han transcurrido éstas, sino la valoración de los implicados y sus
sugerencias de cambio o modificación para posteriores ediciones. En ella
podrán participar todos los implicados, y también recoger las aportaciones
que se nos pueden hacer llegar.
(Nota: En las páginas 116-118 presentamos un programa desarrollado de una Semana
de Animación Lectora organizada en un Centro Escolar.)
66
CAPÍTULO QUINTO
67
ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN
68
Pretendemos a continuación, presentar una relación de posibles actividades de
Animación lectora que pueden programarse en un Centro educativo. No queremos que
sea exhaustiva, ni mucho menos cerrada, pero sí tildarle de una cierta dosis de variedad,
que sirva de referencia práctica y a la vez estimule la imaginación del profesorado en la
planificación de nuevas fórmulas.
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ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN LECTORA
INFORMATIVAS FORMATIVAS
Visitas: Juegos con el lenguaje
Imprenta Imaginativos
Librería Manipulaciones
Biblioteca Búsqueda y localización
Ferias Composiciones
Muestras
Exposición escolar Proyecciones:
Diapositivas
Investigación: Vídeo
El libro y su mundo
Géneros literarios Sesiones de Animación lectora:
Estudios temáticos Encuentros con autores
Estudios de autor Ilustradores
Narraciones
Campañas de sensibilización:
Lecturas colectivas
Publicidad
Cuentacuentos
Eslogan
Manifiesto de la lectura Concursos
Álbum de cromos
Creaciones literarias y plásticas:
Exposiciones:
Inventiva
Ilustraciones Publicación Escolar
Portadas Oralizaciones
Temática Expresión Plástica
Libros
Velada literaria
Charlas-Conferencias: Museo
Autor
Editor Semanas Temáticas
70
Encuesta:
Padres-Alumnos
Acopio de Materiales:
Campañas de ayuda
humanitaria
Recopilaciones
Informe de la Biblioteca
71
1. ACTIVIDADES INFORMATIVAS
El campo de sus posibilidades resulta amplio y variado, pero nuestra actividad se verá
condicionada por el entorno escolar y los medios que éste brinde al Centro. Podemos
reseñar como posibles las siguientes:
72
1985, ha conseguido que prácticamente todos ellos articulen medios que faciliten la
visita, y proporcionen incluso un guía debidamente formado en esta tarea. El niño
encuentra tanto en la redacción, como en los talleres, todo un mundo de posibilidades
para dar rienda suelta a su imaginación.
Aquí hay un auténtico tesoro por descubrir. Ya de entrada su disposición, con estantes
abiertos, materiales luminosos, radiantes de colorido, y de fácil acceso, incitan al
contacto. El niño, ante tan sugerente proposición lanza la mano, coge, abre, mira, ojea
y… hojea, con placer irremediable. Un derroche de sensaciones que pueden colmar
cualquier cabecita que se preste al juego.
Resulta curioso tener conocimiento de los criterios que orientan la elección del
libro. El niño a esta edad aún no lo tiene formado, por lo que el sentido de la visita será
en que oriente dicha elección: el color, la forma, el dibujo… Puede resultar un momento
muy oportuno para educarles este criterio, y hacerles conocer cuanta información
contiene el exterior del libro.
Igualmente, los libreros en muchas ocasiones son verdaderos profesionales
especializados en el tema, los cuales seguro que estarán encantados con aprovechar
nuestra visita para informar a los alumnos sobre cómo es el establecimiento, su oferta y
la variedad de material con que cuente e incluso hacerlo de una manera muy dinámica y
atractiva para el niño (muchos cuentacuentos han descubierto su vocación gracias al
contacto diario con los niños, precisamente detrás de un mostrador). No obstante, lo
importante es que nuestros alumnos conozcan la librería, se sientan cómodos allí y con la
visita aprendan a seleccionar y adquirir aquellas lecturas que mejor correspondan a su
interés.
73
un verdadero ambiente de solidaridad, relación y convivencia. La idea de biblioteca
aburrida, donde cada uno está aislado del vecino, resulta impensable en el caso de la
lectura infantil. De ahí que reclamemos secciones específicas en las que los niños puedan
vivenciar su experiencia lectora, y la participen al entorno más cercano, de una manera
espontánea.
74
previamente los objetivos que consideremos oportunos en función de las actividades en
que se vaya a participar. En este sentido es loable la labor que están realizando los
municipios que, ya demostrada su sensibilidad con la creación de Bibliotecas
(municipales y de barrio), han dado continuidad a esta difusión en Exposiciones y
Muestras periódicas que, aprovechando fechas significativas, brindan a los escolares la
oportunidad de aproximarse al mundo de la literatura y sus protagonistas.
Estamos seguros de que una ojeada a cualquier programa de los muchos que se
editan con motivo de la organización, hoy en día en prácticamente todas las ciudades
españolas con motivo del Día del Libro, o de Semanas Culturales sobre la Literatura
Infantil, nos deparará la constatación de que se cuenta con actividades programadas para
todos los sectores de la población lectora. Pero ciñéndonos al carácter educativo de las
mismas, podemos encontrarnos con actos temáticos, encuentros con autor, formación de
mediadores (bibliotecarios y docentes), presentación de obras, estudios de autores
consagrados, muestra monográfica de literatura y de ilustración y experiencia familiar en
la lectura. La oferta resulta variada e interesante, y nos brinda la oportunidad ya no sólo
de participar del mundo de la lectura, sino además de enriquecer muy intensamente (pues
estas experiencias fuera del aula resultan sumamente motivadoras) el conocimiento de
nuestros alumnos.
75
No siempre es necesario salir del ámbito escolar para obtener alguna experiencia
gratificante (o no siempre es posible), lo que nos obliga a generar los medios de una
forma interna. Con distribuir los temas de una exposición por niveles y aulas, y solicitar
a cada tutor que prepare un pequeño stand de materiales sobre dicho tema (con libros
que aporten los propios alumnos del hogar), complementándolo con una decoración
oportuna y acorde con la temática seleccionada, nos va a permitir montar una buena
exposición, sencilla pero muy sugerente y extremadamente motivadora para los alumnos.
1.2. Investigación
El alumno posee innata una curiosidad irrefrenable por toda forma de conocimiento.
Nosotros, desde la Escuela, conscientes de esa necesidad vital, podemos utilizarla en
beneficio de la propia formación del niño. ¿Cómo? Encauzándola y brindándole la
oportunidad de desarrollarla, en actividades específicas, programadas al efecto. Éstas
pueden resolverse tanto de una forma individual como grupal. En ambas modalidades
encontramos valores importantes que beneficiarán lo mismo su sensibilidad que su
propia formación.
76
— Conocimiento de los elementos del texto, situaciones, ambientes, personajes,
acciones.
— Ilustración personal de la obra.
— Expresión de ciertos elementos: cualidades de personajes, valores presentes
en la acción, técnicas y recursos estilísticos o expresivos que destacan en el
texto.
— Esquematización y resumen de su contenido.
— Obtención de información paralela (por ejemplo de una situación o hecho
histórico concreto citado en el libro) que complemente o amplíe la que
aporta el texto.
— Biografiar al autor, desde diversas fuentes.
En este tema no existen, ni mucho menos, límites acotados, sino que será la propia
obra que seleccionemos la que nos marcará sus posibilidades.
A modo de ejemplo, presentamos dos sesiones diferentes que fueron programadas
para alumnos de Segundo Ciclo de Educación Primaria, a partir de sendos cuentos de un
mismo autor, recogidos en la obra: Los Cuentos de mi Escuela. A. M. Fabregat. Col.
Altamar. Ed. Bruño.
Diseño de la Actividad
El cuento está basado en el cuadro Las Meninas de Velázquez. Intenta explicar su contenido,
desde las palabras del propio autor, lo cual el escritor utiliza como pretexto para describir el cuadro de
forma precisa y detallada, en un estilo narrativo. Podemos realizar una lectura grupal del cuento,
apoyándonos en la proyección de las siluetas del cuadro, mediante una transparencia en acetato. Ésta
nos servirá para ir leyendo el cuento con los propios alumnos y centrar su atención en los detalles que
narra el escritor. Será una forma de lectura compartida, muy especial.
77
Por grupos (o bien de forma personal) inventamos narraciones similares, a partir de obras
famosas de pintores ilustres. Para ello se le proporciona a los alumnos una amplia variedad de
fotografías de estas obras, a fin de que seleccionen aquellas que más les gusten. En su elaboración
seguiremos las instrucciones siguientes (tomadas de la página 116 de dicho libro):
1. Observar: los personajes, los vestidos, los colores, los detalles.
2. Inventar unos hechos que realizarán estos protagonistas.
3. Exprésalo de forma divertida.
Debido a la barbarie a que se ven sometidos, los peces de la Isla de los atunes, deciden
realizar una protesta seria ante los pescadores. Coincide ésta con la visita del canguro
Marsupio, quien se suma a ellos, trayéndoles todo el oro que tienen los pescadores.
Para que éstos no le descubran, funde el oro y lo pega a los lomos de los libros en forma
de letras. Desde entonces, las redes de los pescadores se encuentran repletas de letras
doradas… hasta que un día, el guardia de la aduana descubre al canguro
contrabandista condenándole a la cárcel. Los pescadores al perder su fuente de oro,
protestaron, haciendo ver al juez la bondad de la acción del canguro, quien lo dejó en
libertad, eso sí, haciéndole prometer no volver a hacer más contrabando.
Diseño de la actividad
a) Lectura personal del cuento. Comentario grupal (a fin de reforzar su asimilación), centrando su
atención en dos aspectos concretos:
VALORES: Respeto a la naturaleza. Ecología.
ESQUEMATIZAR la narración, al tiempo que tiene lugar el diálogo:
78
ACTIVIDADES:
1. EL CANGURO. Dibujo y Reseña bibliográfica de este animal. (Búsqueda en alguna
Enciclopedia.) Insistir en por qué se le llama Marsupio.
2. Títulos de los cuentos citados en la narración. Inventa uno de ellos.
3. Juego de las sílabas: Inventa palabras (con sentido) a partir de las sílabas que se citan.
Inventar palabras formadas por sílabas que a su vez son palabras, por ejemplo: SOL +
DAR = SOLDAR.
79
— Organizar a los alumnos, sensibilizándoles con el tema y clarificando su
programa de actuación.
A continuación presentamos un ejemplo concreto de esta actividad, preparada para
los alumnos de Primer Ciclo de Educación Secundaria Obligatoria, en el marco de una
Semana de Animación a la Lectura.
Diseño de la actividad
Dividida la clase en Grupos, se le asigna a cada uno un género literario. Se distribuye la actividad en las cinco
sesiones previstas a lo largo de la semana, del modo siguiente:
SESIONES 1-2: Recopilación de Información sobre el género en cuestión: BIBLIOTECA (de
Centro + Personal).
SESIONES 3-4: Montaje de un PERIÓDICO MURAL, que recoja toda la información recopilada.
80
cuestión. (En su defecto podemos optar por una presentación oral del trabajo
realizado.)
Comentario crítico de la clase.
Se puede complementar el trabajo con una exposición temática de los géneros literarios. Cada
expositor contiene:
• Periódico - Mural elaborado en el trabajo de la semana.
• Ejemplares de obras representativas del tema.
• Fotos - Dibujos alusivos (significativos).
Conocer el mundo de la literatura infantil, apreciar los valores que posee el hábito lector,
descubrir la vida (apasionante) que encierra el libro, imaginar, descubrir, abrir nuestro
espíritu a nuevas sensaciones y aventuras soñadas… no siempre es posible, o mejor
dicho, no siempre se ha llevado este mensaje a nuestros alumnos de una forma muy
intensa. Podríamos organizar una campaña de publicidad, en la que se den a conocer los
valores que contiene la lectura y su mundo… No está mal la propuesta, si el Claustro la
aprueba nos ponemos manos a la obra.
81
Orientamos el esfuerzo en varios frentes a la vez: carteles publicitarios, octavillas,
publicidad sonora (megafonía), expositor de recogida de firmas de adhesión (aquellos
que secundan el objetivo de la campaña se registran con sus datos personales,
posteriormente esta relación será hecha pública a fin de que con sus actos cotidianos
respondan a dicho compromiso), todos con un mismo objetivo: hacer llegar al niño el
mensaje de que leer es algo bueno, positivo, importante, pero además divertido y muy
agradable.
En la publicidad no todo es malo, consigue llegar a mucha gente, con poco
esfuerzo. Lo importante es que dejemos bien claro el mensaje que queremos reflejar en
los distintos medios, y en torno a él, preparar todos aquellos que nos permitan «plagar»
el centro con dicho mensaje. Esto provocará en principio un efecto de choque en los
alumnos, cuya reacción inmediata será la curiosidad por su contenido. A continuación
hemos de prever momentos de reflexión (en las propias aulas) sobre el tema, en los que
los alumnos lo critiquen, comenten y valoren, asumiendo una postura personal clara y
firme.
De nuestro campo de acción no pueden tampoco salirse los propios padres, incluso
reclamando su participación y compromiso en actos organizados al efecto, como pueda
ser una conferencia formativa sobre el tema.
Actividades posibles a organizar:
— Carteles de mensaje: pueden ser elaborados por los propios alumnos, y
expresar en ellos, a su manera, el mensaje de la campaña. Esta decoración
no sólo embellece el Centro, sino que la actividad provoca una reflexión
profunda de los alumnos, y en cierto modo, su adhesión personal (de manera
subliminal).
— Octavillas y panfletos, que elaborados por algún grupo específico, sirvan para
difundir su mensaje. Son fáciles de reproducir por medio de fotocopia.
Publicidad móvil: del mismo modo que hemos presentado los equipos de
propaganda en el apartado referido a la organización de campañas de
difusión.
— Mensajes de información directa: un grupo de alumnos pasa por las distintas
clases explicando a sus compañeros un mensaje claro y breve al respecto.
Puede concretarse en una acción específica posterior.
— Compromiso y adhesión: tal y como hemos explicado, mediante un pequeño
expositor, situado estratégicamente en un lugar de paso general, para que
todos con sus firmas manifiesten su adhesión a la campaña, y luego lo
materialicen… mediante acciones concretas, como por ejemplo, regalar un
libro a su mejor amigo, recogida de libros para zonas desfavorecidas, leer un
ratito a una persona imposibilitada, compartir un día de lectura con sus
82
padres…
— Eslóganes publicitarios: bien sean recopilados (en esta página y las dos
siguientes recogemos algunas frases célebres), o creados por los propios
alumnos, para difundir mediante los distintos soportes publicitarios que
hemos ido señalando.
— La megafonía del Centro, será un medio ideal para dar a conocer nuestra
campaña en todos los momentos de descanso, a modo de emisora de radio,
en cuya grabación pueden colaborar diversos grupos de alumnos preparando
la maqueta sonora del mensaje.
Todas estas actividades conviene enmarcarlas en campañas más amplias que nos
permitan rematarlas con actos más protocolarios (a modo de complemento) con los que
sellar el mensaje de una forma más intensa.
Mediante la lectura nos hacemos contemporáneos de todos los hombres y ciudadanos de todos los
países.
LAMOTTE-HOURDARD
No hay libro tan malo que no contenga algo provechoso.
PLINIO EL JOVEN (siglo II)
No importa leer mucho como la regularidad en la lectura.
Oliver GOLSMITH
Un libro es un amigo que jamás engaña.
DESBARREAUX-BERNARD
Los libros son más que libros: son la vida, el verdadero corazón y meollo de las edades pasadas; la
razón por la cual los hombres vivieron, trabajaron y murieron; la esencia y quintaesencia de sus vidas.
Amy LOWELL
Los libros deben encaminar a uno de estos cuatro fines: sabiduría, piedad, deleite o utilidad.
Jhon DENHAM
Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas deliciosas.
Ch. de MONTESQUIEU
83
¡Ay de quien no lee más que un libro!
George HERBERT
Cuando oramos hablamos con Dios, mas cuando leemos, es Dios quien habla con nosotros.
SAN AGUSTÍN
Los libros son el mejor viático que he encontrado para este humano viaje.
Michel de MONTAIGNE
La lectura es el modo de viajar de aquellos que no pueden tomar el tren.
F. de CROISSET
Los libros hacen libre a quien los quiere bien.
Vicente ESPINEL
El amor a los libros es amor a la sabiduría.
Richard de BURY
La letra mata, el espíritu vivifica.
SAN PABLO
La virtud de un libro es que sea legible.
Ralph W. EMERSON
Los libros son la pasión de las personas honradas.
Guilles MANAGE
Las leyes mueren, pero los libros jamás.
BULWER-LYTTON
Los libros antiguos, como sabéis, son los libros de la juventud del mundo, y los nuevos son el
fruto de su tiempo.
Oliver W. HOLMES
El afortunado hallazgo de solo un buen libro puede cambiar el destino de un alma.
Marcel PREVOST
El que lee mucho, intentará algún día escribir.
William COWPER
Hay dos clases de escritores geniales: los que piensan y los que hacen pensar.
Joseph ROUX
La gloria máxima de un pueblo proviene de sus escritores
Samuel JHONSON
La literatura y la soledad: he aquí mi elemento.
F. de CROISSET
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Mientras haya libros, no existe el pasado.
BULWER-LYTTON
Los libros que más me han aprovechado siempre y más placer me han dado, son aquellos que
más me han hecho pensar.
J. C. y A. W. HARE
❥ Manifiesto de lectura
El manifiesto de la lectura, es una de las numerosas ideas que podemos llevar a efecto en
el seno del aula, con muy poquito esfuerzo y con un gran beneficio en cuanto a la
sensibilización del alumnado por el tema. Está tomada de un libro que publicó el Equipo
Peonza23 y que resultará interesante colocar en nuestra Sala de Profesores, puesto que
nos brindará ideas y sugerencias a cada cual más interesante. El Manifiesto que
presentamos en la ilustración corresponde al elaborado en una Biblioteca Pública24, pero
resulta una actividad perfectamente extrapolable al aula; es más, en su ámbito puede
obtenerse un mayor beneficio de la misma, puesto que puede enriquecerse con el diálogo
compartido entre los niños, reforzándose mutuamente su sensibilización lectora. ¿De qué
85
se trata? Sencillamente de expresar qué descubre cada uno en la lectura, y presentar con
una selección de estas definiciones, aquéllas que destaquen por su originalidad, un mural
debidamente decorado, aunque se presta igualmente para ilustrar cualquier publicación
que se tenga en el Centro docente. Aquí tienes un ejemplo de este último.
❥ Álbum de cromos
Otra de las experiencias propuestas por Peonza, que a nosotros nos llama más
profundamente, por cuanto intenta recuperar una de las esencias infantiles que
tristemente se iba perdiendo en la vorágine de consumo que nos invade, es el
coleccionismo de cromos. Tomando como referencia las ilustraciones de personajes
célebres de la literatura infantil, de todos los tiempos, se compone una preciosa
colección de viñetas y cromos que en el álbum se completa con un fragmento
significativo de la referida obra.
86
87
DÍA DEL LIBRO
23 de abril 1998
88
«Leer es alimentar tu imaginación»
(Miguel Daniel González Pérez, 13 años)
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(Marta González Andaluz, 10 años)
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«Leer es alegrar el corazón con historias»
(Marta García Huerta, 10 años)
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«Leer es como encontrarse con un amigo lejano»
(Javier Fernández Morín, 9 años)
«Leer es como ser testigo del pasado, partícipe del presente y adivino del futuro»
(Laura Sáinz-Pardo Sáinz, 12 años)
«Leer es …»
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93
Álbum realizado por Ana Isabel Calvo (Biblioteca Municipal de Camango (Cantabria) y Ana Mª Aria
Escagedo (de la Biblioteca Municipal de los Conales de Buelna (Cantabria) motivo del día del libro de 1997.
1.4. Exposiciones
Las que se puedan visitar fuera de nuestro ámbito, programadas o aprovechando las
excursiones, ya nos hemos referido a ellas, de una forma más o menos explícita. Este
apartado lo dedicaremos a las denominadas «Exposiciones Escolares», aquellas que
podemos montar en el seno del recinto escolar, en cuya organización y montaje
participan los alumnos de manera intensa. Este ya de por sí es un valor formativo, que
potencia y estimula la creatividad, favorece la convivencia y regula su autocontrol.
94
espíritu crítico en los pequeños lectores. Porque, no olvidemos que la portada, y el lomo,
son las claves para que el niño se interese o no por el libro. Según las sensaciones que
éste le provoque, se traducirán en un contacto físico, o en la más absoluta indiferencia.
Así, pues, hagamos que se conozcan, que lo que se disfruta es lo que más se aprecia y
valora.
— Temática literaria. Puede ser muy amplia y variada. ¿Alguna vez nos hemos
planteado la posibilidad de recopilar materiales en torno a un tema muy específico?
Podremos llevarnos una gratísima sorpresa. ¿Qué fue de aquellos carteles murales que se
utilizaron en el aprendizaje de los primeros silabarios?, ¿dónde guardamos aquellos
catones o cartillas de las primeras letras?, ¿a quién le puede resultar extraña la
Enciclopedia de los años cincuenta y sesenta?… Con todo, el tema del aprendizaje lector
puede resultar interesante, curioso, y, nos permitirán, acercar al niño de hoy, la cultura y
la historia de sus predecesores más inmediatos.
— Libros. Ya hemos hecho referencia, en la página 67, con motivo de la visita a
la Exposición Escolar, de la posibilidad de organizar ésta con libros aportados por los
propios alumnos, de su biblioteca familiar. Organizada con detalle, y presentada con
tacto, no resultará nada difícil conseguir que sus stands resulten curioseados y hasta
escudriñados por todos, lectores y no lectores.
— Cuento Popular. Por último, esta modalidad nos puede brindar la
oportunidad de montar en torno a la recreación literaria tradicional un auténtico mundo
de fantasía. El cuento resulta muy socorrido a la hora de recopilar materiales, y podemos
complementarlo perfectamente con objetos que ilustren su contenido de una forma muy
espectacular. La tradición popular es muy rica, y a partir de una recopilación oral por
parte de los propios alumnos (puede realizarse con grabación sonora incluida), cada uno
desde su entorno más cercano (familiar, de barrio o pueblo) puede aportar algunas de las
historias populares más curiosas e inverosímiles. Y con ellas organizar una breve
exposición, en la que junto al texto, escrito por el alumno, se recree su contenido de una
forma singular, con aperos, objetos o situaciones que en el mismo aparecen.
Conseguiremos fundir la etnografía y la tradición oral en una muestra fundamentalmente
literaria.
1.5. Charlas-Coloquio
Se trata de una buena manera de formar al auditorio; favorecer el contacto con expertos
en temas específicos que permitan transmitir informaciones precisas y sensibilizar al
público asistente con el tema debatido. Resulta muy interesante la actividad tanto para
los alumnos como para los propios padres. En uno u otro caso, hemos de proceder con
sumo tino, a fin de cuidar todos los detalles, que hagan que el público se sienta a gusto, y
95
el ponente desarrolle la charla de forma amena e interesante. Ambas serásn cualidades
que condicionarán el éxito de nuestra iniciativa.
Cuando nos corresponda preparar una acto de este tipo, no debemos olvidar:
— Anunciarlo debidamente, especificando el tema a desarrollar, y disponer
programas de mano con toda la información pertinente.
— Preparar adecuadamente la sala, ambientándola con respecto al tema de la
conferencia, y decorándola de modo que el público asistente se encuentre
confortablemente en ella.
— Disponer cuantos materiales sean solicitados por el ponente. Todos con
buena visibilidad por parte del auditorio, y con los complementos
necesarios.
— Acoger al público en su llegada, invitándoles a entrar y recibiendo con
agrado su presencia.
96
acto con unas palabras de agradecimiento al ponente por su intervención y al
público por su asistencia.
Por cuanto respecta a los temas a presentar, pueden resultar de lo más variopinto,
si bien estarán en función del público destinatario:
— Para alumnos, nos parece interesante la presencia de autores conocidos de
literatura infantil, ilustradores que durante la intervención realicen algún
dibujo (mediante el recurso del proyector de transparencias, o bien de
opacos), o algún personaje famoso, que oriente su intervención en cuanto a
su experiencia o su implicación personal en la lectura.
— Sin embargo, las charlas destinadas a los padres habrán de poseer un marcado
cariz formativo, enfocando su estilo al modo de educar la lectura de los hijos
y marcando pautas de referencia para la animación lectora en el hogar.
1.6. Encuesta
Esta es una buena fórmula para conocer la opinión que se tenga de la lectura, descubrir
los hábitos lectores de la población de nuestro entorno y la valoración que les suponga.
97
importante es tener bien acotada la hipótesis que fundamenta nuestro trabajo y las
razones que lo animan.
A continuación presentamos un protocolo de encuesta de referencia que ha sido
aplicada en diversos centros, por lo que responde con efectividad al fin propuesto.
Respecto de su valoración, presentamos un modelo de referencia.
Intencionadamente planteamos una presentación de Ítems que no se corresponde con la
encuesta anterior, puesto que de este modo, el lector podrá contar con dos modelos
diferentes de contenidos. En esta ocasión nos servimos para ilustrar nuestro modelo, una
encuesta que fue aplicada con la intención de conocer los hábitos lectores de nuestros
alumnos25.
CUESTIONARIO:
98
99
Los ítems nº 1 - 3 - 4 - 7, permitían al sujeto señalar varias opciones, por eso su porcentaje es acumulado.
100
didáctico.
En caso del primero, el destino de nuestra acción estará lejos del propio Centro,
pues precisamente lo que se pretende con ello es ampliar las existencias lectoras que
tengamos. Dirigiremos nuestra petición a organismos que frecuentemente colaboran al
respecto:
— Ministerio de Cultura.
— Dirección General del Libro y la Biblioteca.
— Editoriales, para la aportación de sobrantes de serie y descatalogados.
— Embajadas de los distintos países, que suelen hacer donaciones muy
interesantes, con el fin de promocionar autores y obras nacionales.
101
102
— Instituciones privadas que realizan aportaciones de material bibliográfico
(como la Fundación Santa María, la Fundación Germán Sánchez Ruipérez o
la Fundación Bettelsman, entre otras).
Con sus donaciones, podemos conseguir un buen acopio con el que ampliar la
Biblioteca escolar o de aula. Paralelamente observaremos cómo se despierta la
curiosidad de los alumnos, especialmente por aquellas obras que resulten más curiosas
por su rareza o novedad en la presentación.
Por cuanto respecta a las campañas de sensibilización y recogida de material
didáctico, suelen ir destinadas a países que sufren el azote de la guerra, con el objeto de
mantener la educación de su población infantil. Otras veces, se destina a países
subdesarrollados, que se ven necesitados de ello. En cualquier caso, resulta fuertemente
motivador para los alumnos, lo que les servirá para valorar positivamente los medios que
poseen ellos mismos, al sensibilizarse con la carencia de su semejante.
Cualquiera de ellas pierde todo su valor pedagógico si no va reforzada por el
diálogo y la motivación docentes en el aula, explicando detalladamente el sentido de
nuestra campaña, y el modo en que cada uno de los niños puede colaborar y participar de
mejor forma.
La Biblioteca, como estamos viendo a lo largo de esta obra, será una referencia constante
de la vivencia lectora de un Centro. De algún modo, se convierte en el termómetro que
nos permitirá graduar su evolución y transcendencia, dado que podemos conocer su
movimiento y con él, la implicación que manifiesten los alumnos.
103
cuales tienen cabida en este trabajo: concursos, anuncios de obras inéditas,
publicación de novedades…
Por último, conviene periódicamente, presentar y hacer pública una memoria de
actividades. Tanto al profesorado como a los alumnos, en el cual, no se recojan
solamente los datos fríos de las lecturas y movimientos de libros, sino que se recuerden
los actos habidos, sus implicados, participantes y resultados valorativos de los mismos.
Veamos un informe presentado por un Centro de enseñanza antes de la Reforma, y
su evolución con la experiencia:
Como en años anteriores, ha estado funcionando la Biblioteca de Ciclo, dedicada a los alumnos de
Ciclo Inicial y Medio.
En el presente curso comenzó a funcionar con un total de 629 títulos. Cada nivel podía hacer el
cambio de libros un día a la semana. Al finalizar el curso, se puede presentar el siguiente balance:
104
El centro anterior, con el tiempo, practica una consciente evolución de su gestión
bibliotecaria, con una doble intencionalidad:
— Por un lado implicar a toda la comunidad educativa en su funcionamiento.
— Dinamizar y aproximar la lectura a los propios alumnos.
Este tipo de control no tiene ningún sentido si no va de algún modo
complementado con una política de feed-back que permita generar iniciativas de mejora
y perfeccionamiento, a la vez que una implicación personal más efectiva en el
compromiso de la animación lectora del centro.
De este modo, el mismo centro que presentaba el informe anterior, un lustro más
tarde nos mostraba el siguiente:
Tras diez años de funcionamiento podemos decir que la animación lectora ya es una realidad en el
Centro. Han contribuido eficazmente a ello la Asociación de Madres y Padres y la propia dirección del
Centro que han permitido la creación de medios para aproximar la literatura a los alumnos (mediante la
construcción de vagoncitos-biblioteca que se desplazan por las aulas, así como la adquisición de fondos que
permiten no solamente reponer y actualizar éstos, sino ampliarlos debidamente.
De su ubicación inicial, en una sala fría y alejada, la biblioteca se ha acercado a los alumnos, pasando
el vagón-biblioteca dos días a la semana por cada aula (disponemos en estos momentos de dos, con fondos
adaptados a cada uno de los niveles [uno de Educación Infantil y Primer ciclo y otro de segundo y tercer ciclo
de Primaria]), siempre en horario de tarde, permaneciendo una hora en cada una de las aulas
correspondientes. De este modo es el tutor/a quien se encarga de realizar el préstamo, dentro del horario
escolar.
Respecto a la selección de obras, diremos que muchas veces son los propios alumnos quienes instan a
105
sus compañeros a optar por un determinado título, lo cual nos resulta sumamente gratificante, pues esta
implicación personal genera un sentimiento de protagonismo muy eficaz. No obstante, con motivo de las
celebraciones especiales, como la Semana de la Animación lectora, hemos dado variedad al tema,
permitiendo introducir en el aula nuevas iniciativas, técnicas y obras, en virtud de las campañas organizadas.
De la catalogación, listado informatizado, cuidado y forrado, reparación… se encargan las propias
madres. El sistema de «tejuelos» se reduce al registro de las obras, por cuanto para el préstamo se usa una
ficha (con los datos del libro y del alumno) que el niño se encuentra en el interior del libro (portafichas dentro
de la cubierta) y entrega a la profesora o profesor correspondiente cuando retira el libro, y repone con una
nueva ficha en blanco cuando lo devuelve y coloca en su sitio correspondiente del vagón.
El seguimiento estadístico que venía aplicándose, ha sido realizado por cada tutor en su propia aula,
habiéndolo participado al claustro en una reunión específica de evaluación. A su vez son ellos quienes llevan
a cabo toda la tarea de dinamización y control lector de sus alumnos, lo que ha generado una implicación más
personalizada en la gestión bibliotecaria del Centro.
106
2. ACTIVIDADES FORMATIVAS
107
esta obra, pueda recurrir a algunos como referente para inspirar su propia creatividad:
❏ Ensalada de cuentos. El cuento tradicional el niño lo conoce, y posee un
fuerte sentido emotivo para él, dado que ha formado parte de su entrañable
inicio como lector (la lectura de regazo). Recurriremos a él para organizar
una original «ensalada», en la que unos cuentos interfieran en otros, con la
provocación de originales mezclas y suculentos deleites, porque luego nos
permitirán crear el final que más nos guste:
Caperucita Roja se encuentra en el bosque con Blancanieves…
Pinocho llega a casa de los enanitos del bosque…
El gato con botas se pone al servicio de Hansel y Gretel…
Cenicienta se hace amiga de la ratita presumida….
108
contar con una lógica, sino que el «non sense», como bien nos han
demostrado afamados autores literarios, tiene cabida en el aula. Este juego
nos permite alcanzar un momento bastante divertido, y sobre todo estimula
la imaginación de los alumnos, en esa línea del absurdo.
Para su desarrollo hemos de preparar unas tiras de papel, que se
reparten entre los alumnos participantes. Se escoge un tema a desarrollar, y
cada niño anota en su tira de papel un verso, o una frase relacionada con el
tema propuesto. A continuación procedemos a su lectura, en el orden en que
hayan sido recogidos, observando la disparidad de su contenido, pero al
mismo tiempo, atenderemos al hecho de que nuestra imaginación puede
darle una línea de continuidad a este desbarajuste.
❏ Inventar el texto. Con una simple sucesión de dibujos, una tira de cómic o
cualquier otra secuencia plástica que se brinde al alumno, podemos
componer bonitas e interesantes historietas.
Ellos sólo han de completar el dibujo con el texto que mejor les
parezca. A continuación pueden colorearlo, con lo que en realidad de un
mismo soporte escénico (el cómic), obtenemos historias muy distintas.
109
hayan podido seleccionar y escribir, adornárdolos con sugestivas portadas,
mediante distintas técnicas: collage, pintura, recordado, picado, siluetas,
dibujo… Lo importante es que las nuevas imágenes reflejen el contenido del
libro escogido, la idea del argumento, creándose así un complemento
perfecto para el título en cuestión. ¡Menuda exposición que podemos
organizar con nuestras creaciones!
❏ Cómic. Ésta será una técnica expresiva que nos va a dar mucho juego, dado
que se trata simplemente de que el alumno refleje en un papel las imágenes
que en su cerebro provoca la lectura o recreación imaginativa de un cuento.
Podemos tomar como referencia los ya tradicionales y conocidos, o
bien pedir al alumno que invente su propia historia. A partir de esa narración
ya le resultará más fácil el representar sus dibujos.
y nos permitirán con ello llevar nuestra neurona imaginativa a cotas muy
pero que muy altas. Ejemplo: «Mi pies van tomando un color canela, la piel
110
y todo mi cuerpo va encogiendo levemente los músculos, transformándolos
en auténticos guiñapos que poco a poco, fruto de la sequedad dejan
orificios entre ellos. Resulta asfixiante esta sensación de sequedad, tanto es
así que la mínima gota de agua resulta gratificante…».
❏ Al pie de la letra. Son muchas las expresiones que forman parte de nuestro
argot cotidiano, que los alumnos utilizan con verdadera espontaneidad, pero
muchas veces carecen de sentido, o por lo menos, no hemos tomado
conciencia de su contenido. Con este juego pretendemos realizar una breve
reflexión en torno a ellas. Procederemos del modo siguiente: en primer
lugar, seleccionaremos una lista de estas expresiones (tener la cabeza a
pájaros, andar de cabeza, echar un jarro de agua fría, estar como un crío con
zapatos nuevos…).
A partir de ellas, los alumnos pueden inventar un cuento, describiendo
en él un mundo en el que esas expresiones obtengan contenido y formen
parte de una realidad específica.
111
Para ello han de imaginarse al personaje en la época en la que vive, sus
ideas, qué hace y su biografía…, según lo que nos sugiera la expresión de su
cara.
Esta actividad puede realizarse individualmente o por equipos, en cuyo
caso, podemos llegar a hacer el dibujo de un tamaño natural, con el que
ambientar cualquier actividad literaria en el Centro.
¿Quién era?
¿Dónde estaba?
¿Qué hacía?
¿Qué dijo?
¿Qué respondieron los demás?
¿Cómo terminaron todos?
Cada uno del grupo responde a una pregunta por escrito, sin que los
demás conozcan su respuesta. Cuando ya se han contestado todas, van
leyéndose las respuestas a cada pregunta, con lo que obtendremos una
historia inverosímil, que perfectamente puede darnos pie para representar
una tira cómica con ella.
❏ Poemas. Lejos de lo que puede ser una creación literaria, estilista en el más
puro sentido de la palabra, podemos estimular la imaginación del alumno,
allanándole el camino de la síntesis expresiva mediante el poema.
Procederemos del modo siguiente:
Recopilamos un listado de palabras que rimen todas ellas entre sí.
Y, ¡cómo no!, descubrirnos ante tan ilustre creador como fue Gianni
Rodari. Auténtico innovador de la imaginación, con él se abre una nueva
etapa en la que la composición literaria entró en el aula por la puerta grande.
No hemos recogido ninguna de sus técnicas, dado que numerosos
112
especialistas han hecho hincapié en ellas:
Érase una vez que un niño pidió a los Reyes Magos una caja de soldaditos de plomo, y los Reyes se la
trajeron, pero, eso sí, por el camino a un soldadito se le rompió una pierna. El niño vio la pierna rota del
soldadito y entonces lo tiró por la ventana.
El soldadito lo pasó muy mal por las alcantarillas, pero, cuando el agua lo arrastró, el soldadito
encontró una lámpara maravillosa; como estaba mojada, el soldadito la secó con un paño y resulta que de la
lámpara salió un hombre que le dijo:
— Me llamo Aladino… ¿Qué deseo quieres que te haga? ¿Uno, dos o tres?
— El soldadito le pidió un deseo: que le devolviera la pierna.
POEMA POEMA
113
En la cumbre del monte Yo tengo un coche
encontré un bisonte; muy pequeñito
tenía en una oreja un corte. que no sabe andar
Le pregunté qué le pasó por los caminos.
y él me contestó:
—Me caí en el monte, No tiene batería
tropecé con una fuente ni tiene gasolina
y así fue y no puede ver
como me hice el corte; porque tiene miopía.
también tropecé Yo tengo un cochecito
con una piedra muy fuerte. muy grandecito
Sabela Morato. 8 años. que ya puede andar
por los caminitos.
Trabajo realizado por alumnos de 8
años.
2.2. Proyecciones
114
y la cámara, sino que la profusión de revistas y suplementos que pueblan nuestros
hogares ya nos brindan recursos suficientes para ello.
En el mercado existen, igualmente, numerosos cuentos tradicionales que han sido
montados en base a diapositivas, que con el apoyo sonoro permiten al alumno seguir la
narración. En la misma línea se encuentra el vídeo, con películas ya más sofisticadas,
dadas las inmensas posibilidades que ofrece el cine. Prácticamente todo el espectro de
cuentos tradicionales ya han sido comercializados por Walt Disney, tanto en forma de
dibujos animados (muy apropiados para los alumnos de niveles inferiores) como con
cinematografía escénica (que mejor se acomoda a los adultos). Al respecto, en las
videotecas existe un catálogo verdaderamente amplio y bien surtido.
Por último, hacer una referencia a las obras literarias que han sido llevadas a la
pantalla grande (y que nosotros podemos encontrar fácilmente en Vídeo). Prácticamente
todas las grandes obras ya han sido abordadas por el mundo del séptimo arte, y las
multinacionales de la animación aún nos sorprenden todos los años con una novedad
interesante con que ampliar la oferta.
Nuestra pregunta es la siguiente: ¿Cómo organizar una actividad de este tipo con
los alumnos?, ¿qué criterios han de guiarnos? Por lo que respecta a la fotografía y la
diapositiva, creo que ya ha quedado suficientemente detallado el modo de proceder, con
lo que el lector alcanza ya a valorar sus posibilidades en el aula. En cuanto al vídeo,
iríamos más en la línea de lo que tradicionalmente se denominó el Cineforum, con
ciertas adaptaciones a nuestras necesidades. Las pautas de referencia pudieran ser las
siguientes:
— En primer lugar, proceder a una selección minuciosa de la obra a proyectar,
en función del programa, la edad de los alumnos y la sensibilidad que éstos
presenten para cierta tipología de obras. Sí es recomendable recurrir a los
clásicos, de cuya efectividad no hay ninguna duda, aunque también existen
muy buenas obras actuales (como «El guardián de las palabras», que
citamos porque nos cautiva de modo especial, y ofrece mucho juego).
— De la misma, tomaremos en consideración la presentación cinematográfica
que se haga (dibujos o animación real), narración ilustrada o representación
escénica, valorando la efectividad que pueda tener para con nuestros
alumnos.
— Una vez seleccionada conviene que realicemos un primer visionado, en el
cual se valoren los criterios anteriormente señalados, y en función de ellos,
ya preparar la sesión práctica con los niños.
— Ésta se iniciará con una breve presentación tanto de la obra como del autor,
en la que se haga de valer el argumento que sustenta, las características que
definen a cada personaje y las cualidades que encierran. Se trata de despertar
115
en los niños todo tipo de expectativas. La introducción no conviene que sea
larga, pero sí que deje claras las características que hemos señalado, con el
objeto de que el alumno recupere toda esta información en el transcurso del
visionado de la obra.
— A posteriori, el diálogo ya es más difícil, pero sí podemos preparar una ficha
de actividad en la que el alumno refleje su conocimiento de la obra, y la
valoración que haga de ciertos hechos, personajes, actitudes o situaciones,
las pueda representar mediante el dibujo, o las complemente con una breve
reseña del contenido o del autor. Todo, contribuirá a reforzar su aprendizaje
y a estimular el espíritu crítico durante la proyección.
A partir de aquí el catálogo de Juegos que poder aplicar tomando como referencia
y base la obra visionada, ya resulta interminable: jugar con los nombres, con textos, con
los personajes o con las acciones narradas. De una y mil maneras, jugar con la obra. Lo
importante es sentar el principio de reflexión y aplicación que en todos ellos debe
imperar, reflexión de la obra que sustenta la representación animada, completando su
contenido, localizando erratas en nuestras presentaciones, estructurando la información
que pueda dársele al niño, y el principio de aplicación que refuerce el sentimiento lúdico
que puede derivarse del visionado anterior.
El Animador es aquel que crea inquietud, despierta curiosidad, estimula e interesa por el
libro, compromete al niño en la aventura de una lectura. Desde el centro escolar,
nosotros podemos y debemos favorecer este tipo de actividades con nuestros alumnos.
Por un lado, ya hemos hablado de ello, conviene no olvidar que la actividad cotidiana ha
de contar con momentos programados al respecto, pero también podemos hacer un alto
en el camino y preparar algo especial. Esa es la palabra clave: preparar. Significa contar
con una planificación. La persona (mediador) que lleve a efecto la animación (que puede
ser cualquiera de los agentes que ya citamos al hacer referencia a las charlas
informativas) será una mera disculpa para conseguir el objetivo de que el niño haga un
auténtico viaje de placer por el libro.
Para esto, nos sirve de disculpa cualquier obra y cualquier autor, ilustrador o
persona que haya participado directamente en ella. Evidentemente deberemos contar con
una sesión de mediación directa, muy especial, pero ésta habrá de ser consecuencia de un
compendio de actividades previas que le hagan destacar.
Tomemos como referencia un libro de todos conocido que además de ser uno de
los títulos más leídos por nuestros escolares, ha servido en numerosas ocasiones para
116
este fin, ya que se acomoda perfectamente a las características de esta actividad: El
abrazo del Nilo, de Montserrat del Amo. (Col. Altamar. Ed. Bruño.)
Durante la semana precedente, los niños van a realizar diversas actividades, todas
acomodadas a su nivel y características del grupo en cuestión. No obstante, nos
atrevemos a sugerir algunas de referencia, con el objeto de que el lector pueda apreciar
cómo se favorece la implicación del alumno en el texto, y al mismo tiempo la vivencia
(intensa) y participación en la vida escolar de dicha obra:
— Leer el libro. Realizar una selección de actividades del comentario de texto.
— Por grupos, comentarlo y reflejar su contenido en un pequeño esquema.
— Señalar los valores que están presentes en el libro. De cada uno se prepara un
pequeño mural, que al título de dicha cualidad acompañe una selección de
fragmentos de la obra, para que lo ilustren. El dibujo puede ser un buen
remate.
— Una actividad similar podemos hacer con algunos de los personajes que se
mencionan en la obra, como por ejemplo Nefertiti, con el objeto de
aproximarnos a esta cultura.
— Investigar cuanto podamos conocer de Egipto: sus monumentos, sus
costumbres, forma de vida, población, geografía… A grandes rasgos, se
trata de tomar contacto con una cultura que difiere de la nuestra, pero somos
conscientes de que este conocimiento favorecerá la apreciación de nuestra
narración. Todo ello se plasmará en murales temáticos que adornarán la sala
donde vaya a tener lugar la Sesión con la autora.
— Aproximación a la autora: vida y obras. Preparación de la sesión de
Animación Lectora: ¿Qué le preguntarías a Montserrat del Amo?
— Y el mejor remate a todo ello pudiera ser un «Encuentro con el/la autor/a»
(facilidades que en la actualidad brindan todas las editoriales para hacerlos
llegar a los centros) que están demostrando (cuantos he conocido hasta el
momento así me lo han confirmado) una enorme capacidad de adaptación
para desarrollar sesiones eminentemente inolvidables27.
Organizamos la sesión de Animación, teniendo muy en cuenta la persona que se
selecciona como mediador (preferentemente el/la autor/a o ilustrador/a, ya que son
quienes mejor han concebido e interpretado el texto), pues será importante que en
animado diálogo sepa mantener perfectamente (encontramos actualmente auténtica
profesionalidad en los autores de nuestra literatura infantil) la atención de los niños,
haciéndoles rememorar, recrear… vivir la historia del libro seleccionado, y
complementar cuantas inquietudes hayan surgido a raíz de su lectura. Tal es así, que
sesiones de este tipo resultarán inolvidables para ellos, y en muchos casos, servirán de
aliciente para que se valore la lectura, e incluso para introducirlos en este mundo de
117
forma voluntaria. Obtendremos tal carga de emotividad, tanta significatividad y tal grado
de emoción, que en el futuro, su intelecto albergará una cierta atracción hacia el libro y
todo lo que él representa.
La relación autor/a-lector/a es importante y marca. Incluso en la distancia y sin la
presencia física de ambos. Tuve ocasión de dinamizar con mis alumnos de Primaria el
contacto epistolar con una escritora novel en aquel entonces, poetisa (Ayes Tortosa,
autora de obras para niños, tanto en verso como en prosa), a quien caracteriza
sobremanera una gran sensibilidad. Los alumnos supieron captarlo perfectamente, de
modo que periódicamente, a lo largo de aquel curso escolar, leímos algunas de sus obras
(Los cuentos de María del Charco o los Versos, Canciones y Nanas para Nana); con
gran sentido de la responsabilidad, ellos la escribían, haciéndole saber su opinión sobre
las obras leídas, aportando sugerencias, y sobre manera, viviendo con intensidad en su
imaginación esa experiencia lectora. Su colaboración, armada de paciencia para dar
respuesta puntual a todos ellos, fue ejemplar. No es necesario destacar la transcendencia
que para los niños tuvo este hecho.
2.4. Cuentacuentos
118
se pasean por la Biblioteca.
La receta sería sencilla: toma un cuento, breve (8-10 minutos de lectura), sienta a
los alumnos (volvemos irremediablemente a la lectura de corrillo a la que aludíamos
anteriormente), baja el tono de voz y, con cierto aire de misterio, no tienes más que
pronunciar el título del cuento para que las puertas mágicas del corazón de los niños se
abran, sus ojos adquieran el tamaño de platos y se dipongan a captar todos los gestos,
expresiones o sensaciones que se les va a transmitir. Ahora, de una manera sugerente,
continúa la narración, variando mucho la inflexión de la voz, y sobre todo, expresando
toda tu emoción, todo el sentimiento que tu interior pueda proyectar en el auditorio.
Resultará tan gratificante que no será ni mucho menos la última vez que lo hagas, porque
como todo lo agradable (tanto para el alumno como para el docente), será repetido, y
repetido, y repetido, y repetido… y si no, te lo pedirán, que lo repitas, que lo repitas, que
lo repitas y que se lo repitas. Resultan incansables. Les gusta. Y es bueno para ellos.
Con respecto al estilo de trabajar que tenga el Cuentacuentos, podemos encontrar
tres variantes (ver pág. 31):
— Lectura de cuentos. Ponen toda su fuerza en la expresión oral, por lo que se
limitan a la lectura entonada del texto.
— Narración de cuentos. Resulta más participativos para el público, pero
119
requiere una gran dosis de improvisación por parte del narrador. Puede
contar con una amplia parafernalia (vestuario, objetos, máscaras…) con los
que se complemente su exposición.
— Escenificación de cuentos. Las narraciones son escenificadas de formas
diversas, bien por el propio mediador o bien haciendo participar a los
alumnos, ayudándose de pequeñas paletas que continen el dibujo del
personaje, o los siempre socorridos títeres y objetos plásticos.
En cualquier caso, el objetivo resulta claro: hacer llegar al auditorio el contenido
de un texto, de forma interactiva, participando de una manera intensa en él, con la
imaginación, la expresión o la simple recreación personal.
Recogemos una experiencia singular, narrada por Paco Martín y publicada en la
revista Peonza, en la que nos describe al PROFESOR PERGAMINO, personaje curioso,
en el mundo de la Animación Lectora, cuando visitó su aula28.
EL PROFESOR PERGAMINO:
UNA EXPERIENCIA DE ANIMACIÓN LECTORA
2.5. Concursos
120
La modalidad del concurso siempre ha tenido una gran aceptación entre el público
infantil. La competencia estimula su implicación y despierta en ellos un verdadero
interés por alcanzar la meta propuesta. Ésta siempre ha de estar a un nivel proporcionado
a su edad y nivel, con el objeto de exigir del alumno un esfuerzo en su logro, pero
perfectamente alcanzable. De ahí que en casi todos los concursos, la prueba sea superada
de manera satisfactoria por una mayoría de sujetos, y se decidan al azar. Esta fórmula
permite una aceptación conformista del fallo.
A nivel escolar nos servirán para favorecer la actitud lectora del niño de forma que
el hándicap que imponga la prueba propuesta actúe de estimulante para que éste
intervenga de forma activa en la ejecución y manipulación del texto literario. Tres son
las modalidades de concurso que en nuestra opinión podemos proponer a los alumnos:
❥ Concurso de localización
121
• extraer títulos temáticamente, o también,
• a partir de un autor propuesto, localizar el título de la obra donde… (y se
adjunta una serie de características propias de personajes, situaciones o
hechos de cada una de sus obras).
Un ejemplo de concurso de localización lo recogemos a continuación, tal y como
lo llevamos a efecto en una de nuestras Semanas de Animación Lectora.
CONCURSO:
«Leones de Oro»
convocado entre los alumnos de Educación Primaria
BASES DE LA CONVOCATORIA
¡Ánimo!, podéis participar todos los alumnos que lo deseeis.
Además, es muy sencillo. Sólo tienes que ser un poco observador, y demostrar tus buenas cualidades
de «lector».
Por el pasillo encontrarás estratégicamente colocados, fragmentos de CUENTOS muy, pero que muy
famosos.
Cada fragmento aparece numeado, para que no tengas pérdida.
Sólo tienes que tomar una HOJA DE RESPUESTAS, en el RINCÓN DEL LECTOR, y anotar en ella,
122
los títulos de dichos cuentos, en el orden correspondiente.
CONCURSO:
«Leones de Oro»
Nombre: ……………………………………………………………
RESPUESTAS:
1. ………………………………………………….
2. ………………………………………………….
3. ………………………………………………….
4. ………………………………………………….
5. ………………………………………………….
6. …………………………………………………….
7. …………………………………………………….
8. …………………………………………………….
9. …………………………………………………….
10. …………………………………………………….
123
FRAGMENTOS DE CUENTOS QUE SE UTILIZARON PARA ESTE
CONCURSO
124
125
❥ Concurso de expresión
Donde se pone a prueba la sensibilidad del niño como sujeto lector. Cuando lee, éste
participa de forma activa en el proceso recreativo, de tal modo que nos servimos del
cuento como disculpa para que él nos manifieste su propia recreación.
❥ Concurso de acción
126
momento preciso de la resolución).
• Visitar diversas Bibliotecas de la ciudad, para lo cual se deberán acreditar
dichas visitas con el sello de cada Biblioteca.
• Elaboración de actividades propias de la Biblioteca: premiar a los mejores
lectores, los más asiduos, los más «leones», los más ordenados… o bien, la
confección de fichas bibliográficas o de solicitud.
El procedimiento a seguir en el desarrollo de los concursos es el siguiente:
1º) Definición previa del concurso: motivo, tema, modalidad, forma de
presentación, desarrollo y exposición, calendario y personas implicadas en
cada actividad.
2º) Anuncio público de las bases, en las que se especifique:
— Motivo y razón de la convocatoria.
— Personas o Entidades que convocan.
— Características de los destinatarios. Definir los requisitos que han de
cumplir los concursantes.
— Características de los trabajos sometidos a concurso.
— Formato de presentación de trabajos.
— Lugar y modo de presentación.
— Fechas de plazo. Persona o dirección responsable de la recogida.
Horario.
— Premios que se otorgarán. Componentes del jurado y fecha de la
deliberación.
— Publicación del fallo. Lugar y fecha de entrega de premios.
— Forma de publicación o exposición de trabajos presentados.
3º) Publicidad del concurso. Será clave, pues de ella dependerá el que tenga una
mayor o menor acogida. La información y el ver que hay movimiento en
torno al concurso hace que el niño se anime a participar.
4º) Recogida de trabajos presentados. Actividad del Jurado. Publicación del fallo.
5º) Exposición de trabajos, durante un período prudencial, que permita a todos
valorar la calidad de los mismos.
Toda lectura ha de generar en el lector una cierta reacción. Ésta no puede ser prevista,
pues dependerá de la propia idiosincrasia del sujeto y de las características del texto. De
ahí, la magia de la interacción lectora. No obstante, lo que sí podemos conocer es la
necesidad que tiene el alumno de expresar su propia vivencia. Y nosotros, desde el aula,
127
al encauzar dicha expresividad, estamos favoreciendo su implicación lectora. De ahí que
las actividades de este tipo estimulen a los niños.
❥ Expresión oral
Las técnicas de Rodari, que ya hemos señalado anteriormente, nos van a permitir crear y
recrear nuestros propios cuentos. El niño posee una gran imaginación; podemos
estimularla provocando este tipo de composiciones, bien sea individualmente o bien en
grupo, a partir de dichas técnicas. Y no necesariamente ha de plasmarse con
posterioridad por escrito; al respecto compartimos la opinión de Fabregat, cuando nos
dice que «la lectura se puede disfrutar a través del juego y la creatividad, proponiendo
situaciones simuladas, imágenes visuales y esquemas de lengua globales», en los que se
prime y premie la imaginación.
128
• Calle y número donde se encuentra.
• Número de títulos.
❥ Narraciones personales
129
clara, se manifieste públicamente que se le dedica esa atención, ese tiempo a su lectura,
entonces nuestro alumno, lector, se ve estimulado, y los demás, auditorio partícipe,
cuentan con una forma de colaborar en el diálogo.
❥ Diario de lecturas
Sirve para registrar las lecturas cotidianas de los alumnos. No obstante, en nuestra
animación lectora habrá de encontrar un pequeño rincón en el que se le valore dicho
registro, en el que se le aprecie su presentación y se le brinde la oportunidad de
compartir esa recopilación de sentimientos tan propia y personal. Estas tres serán, pues,
actividades de desarrollo muy directo en el aula, con todo el grupo, y de un modo
interactivo.
❥ Creación literaria
Tanto en su forma poética como narrativa, el alumno irá progresivamente, a medida que
avanza en su escolarización, depurando una forma personal de expresión literaria. Desde
el aula hemos, no sólo de favorecer y estimular su realización, sino que a través del
diálogo (personal) y la crítica (grupal) podemos perfeccionar dicha técnica y aportar
referencias para que cada uno las aplique en sus propias composiciones.
❥ Publicación escolar
Puede tener diversos ámbitos y modalidades. Cualquiera de ellas será un buen canal para
favorecer la difusión de la experiencia tanto lectora como creadora de nuestros alumnos.
130
Cualquiera de ellas es eficaz, dado que articula un medio de difusión y toda la
información y comunicación entre los alumnos, donde se canalicen las distintas formas
de expresión (literaria, plástica, imaginativa, decorativa). Esto estimulará la participación
de los escolares.
❥ Composiciones plásticas
El pincel, el color, el lapicero, cualquier material es válido para que el alumno exprese su
forma de entender tanto el acto de leer como el contenido de sus lecturas. Especialmente
con los más pequeños, donde aún la expresión escrita resulta una tarea ardua y poco
menos que imposible, el dibujo puede generar su propia expresividad. Colorear pósters,
dibujos o fotografías de ilustraciones, componer carteles de difusión, o el sencillo
separador de la lectura (adjuntamos modelos), que luego el niño va a tener muy presente
todos los días, cuando abra su libro, serán referentes claves para transportar a lo
cotidiano, aquello que de forma esporádica realizamos en el aula.
❥ Velada literaria
131
Amén de la propia decoración, la lectura puede verse complementada con otras
artes creativas, como pueda ser la proyección de diapositivas, la ilustración del cuadro
(como pueda ser el caso de la lectura de alguna descripción), o la escenificación (mímica
o simbólica) o el canto del texto. Todo ello nos permitirá dar una gran plasticidad y
dinamismo a este evento que tradicionalmente se ha concebido como monótono y
aburrido.
❥ Cómic
Terminamos con uno de los recursos que más posibilidades nos brinda a la hora de
combinar la expresión plástica con la recreación literaria: el CÓMIC. En sus diversas
facetas, todos los alumnos, desde los más pequeños a los mayores, pueden generar en
torno a él, un variopinto mundo de imaginación y colorido, que difícilmente podrá
resistir su encanto infantil.
132
historia, procedencia y equipo de diseño y elaboración, y un análisis del
contenido, con el objeto de favorecer la reflexión del espectador.
— Estudio de un dibujante, a través de los diversos personajes que ha creado.
De forma complementaria, con ciertos personajes ya famosos, como puedan
ser Mafalda o Tintín…, analizaremos su evolución y veremos cómo han ido
adaptándose a las circunstancias históricas a través del tiempo.
— Con motivo de alguna festividad especial, podemos ponernos de acuerdo
diversos Centros (de la localidad, comarca o región) y preparar
conjuntamente un cómic, con cuya distribución se logre un doble objetivo:
aportar una colaboración económica a alguna necesidad humanitaria que se
estime conveniente, y lo que es más importante, que los alumnos encuentren
una forma de canalizar la difusión de su propia creatividad, lo que reforzará
su implicación personal en el hecho.
Con todo, podremos complementar originalidad y creatividad, en una fórmula que
bien organizada y desarrollada conjuntamente, permita a cada alumno aportar sus
mejores valores en torno a la recreación imaginativa de una composición, donde un buen
texto literario se le acompañe con una bonita representación gráfica.
Se trata de una adaptación del tema de la Exposición, a lo que es la realidad del niño,
favoreciendo su imaginación y permitiéndole un paseo por el mágico mundo de la
ilusión.
133
Imaginación, y un poco de iniciativa son los únicos ingredientes que nos
permitirán crear este nuevo Museo. Ya desde la entrada, al niño se le propone una
incursión por el túnel del tiempo, a fin de traspasar por ella la barrera de la realidad. Una
vez dentro, distintos espacios señalan stands, curiosos y sobre todo bellamente
decorados, en los que resalta un objeto, claramente definitorio de un cuento clásico,
acompañado por una ilustración adecuada y el correspondiente fragmento del cuento en
el cual se menciona dicho objeto. Así, una brillante y apetitosa manzana de color rojo
nos sugiere el sueño de Blancanieves, la casita de chocolate a Hansel y Gretel, o
materiales tan dispares como el ladrillo, la paja o el barro a las casitas de los tres
cerditos. Cualquier objeto estimula la imaginación, un tarrito de miel, una flauta, la bota
o el huevo cocido y bien pintado. El cómo no importa, sólo interesa el resultado, o
mejor, la impresión que el objeto provoque en los niños, y el modo como consigue que la
imaginación vuele hasta el mundo de la ilusión.
En frente de cada objeto, y decorando el ambiente, se puede colocar un fragmento
134
de la obra, aquel donde se haga mención a lo que presentamos en ese caso. Además, si
cada niño confecciona su propia entrada, personalizamos la visita, perpetuándola al
adherirla a la pared. Un buen complemento para el ya de por sí curioso decorado.
¿Cómo organizar toda una semana, en la que los alumnos mantengan el interés sobre un
tema, relacionado directamente con la lectura? He aquí nuestro reto, no difícil, pero que
sí precisará dejar claras una serie de cuestiones:
135
EL CUENTO POPULAR
Las actividades programadas giran en torno al personaje de CONTY CUENTACUENTOS que irá
configurándose en la imaginación de los niños, hasta que el último día, éste les visite en el propio Centro (es
un cuentacuentos con figura de payaso).
El lunes, se les presenta a CONTY, de acuerdo con un guión preparado al efecto, procediéndose a
continuación a colorearlo en una ficha.
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El martes, trabajan en torno a la «maleta» de CONTY, en la que él les va a traer los más conocidos cuentos.
Aquellos que ellos ya conocen, los simbolizan dibujando, en el interior de la maleta, objetos que aparecen en
estos cuentos.
El miércoles ya se centra la actividad en el Cuento clásico, cuando el profesor o la profesora les lee algunos
de ellos a los niños, procediendo a continuación a decorar el Gran Libro de los Cuentos.
El jueves, la recreación imaginativa llegará de la mano de Rodari, componiendo entre todos un bonito cuento,
y plasmándolo en una ficha.
Y ya el viernes, será el propio CONTY quien visite a los niños, y motive sus lecturas, permitiéndoles
compartir los cuentos que ellos conocen y «leyéndoles» uno de su propia cosecha.
137
3. LA LECTURA EN EL AULA
Como simple referencia para aquellos que reclamen alguna en este sentido presentamos
un esquema de los pasos a seguir en la organización de una Semana de Animación
Lectora, tal y como nosotros en alguna ocasión hemos hecho:
1º) PLANIFICACIÓN:
Planificación previa, en la que todo el equipo determine el tema central
de la Semana, seleccione las actividades a desarrollar, y prepare tanto el
Calendario como el Programa a seguir.
Serán éstas las líneas maestras que delimitarán tanto el alcance como la
transcendencia que vaya a tener nuestra actividad.
2º) PROGRAMACIÓN:
La idea anterior, bastante general, va delimitándose y adquiriendo una
cierta consistencia, por medio de:
138
tanto para el profesorado como para los alumnos y los padres de éstos.
139
140
3º) DOSSIER:
Dossier de materiales, para cada uno de los responsables de la
organización de las distintas actividades: Carpeta que incluya tanto el
Plan General de la Semana de Animación Lectora, como la
documentación que cada uno vaya a precisar en el transcurso de la
misma.
4º) REUNIÓN:
Preparatoria, en la que se ultime el programa, y a su vez se distribuyan
las funciones y responsabilidades de cada uno.
5º) SOLICITUDES:
Por un lado hemos de cuidar el detalle de concertar previamente, y con
suficiente antelación, las visitas que pensemos organizar.
6º) PREPARACIÓN:
De todos los contactos y diversos materiales que vayan a ser necesarios,
con el objeto de que su disponibilidad favorezca la eficacia de los
distintos actos.
7º) ENVÍOS:
Envío de documentos, publicidad, programas e invitaciones
correspondientes.
8º) EVALUACIÓN:
A posteriori, es conveniente una valoración crítica de la experiencia, así
como la redacción de una Memoria final, que nos sirva de referencia en
posteriores ediciones.
141
142
Y hasta aquí lo que no ha tenido mayor pretensión que aportar alguna
referencia, con la que contribuir eficazmente a la dinamización de la lectura
escolar. Quiero expresar mi sincero agradecimiento a cuantos Centros
docentes me han proporcionado el bagaje y las experiencias aquí plasmadas, y
de manera especial a los Centros La Salle del Distrito de Valladolid: tanto sus
respectivos equipos directivos, como el profesorado de los mismos, con los
correspondientes coordinadores de Lectura Eficaz al frente, han hecho un
alarde de paciencia y bondad, brindándome su colaboración y su apoyo a
cuantas iniciativas se les han ido planteando. A los miembros de la Asociación
Española de lectoescritura que comparten la ilusión por un futuro mejor, más
lector y sobre todo, un poquito más humano. Igualmente quiero tener presentes
a todos aquellos que de una u otra forma alguna vez se me acercaron con la
sana intención de compartir una iniciativa, porque no sólo me permitieron
profundizar en la reflexión, sino que la enriquecieron con sus ideas, propuestas
y sugerencias siempre valiosas. De otro modo, esta tarea hubiera resultado
baldía. Por último, es necesario un reconocimiento expreso para mis alumnos,
unas veces pacientes sufridores, las más compañeros de viaje, que tantas
satisfacciones, lectoras, me han proporcionado. A todos, muchas, muchas,
muchas gracias.
143
Bibliografía
AA.VV. (1996): Mil libros: una selección bibliográfica. Salamanca: Fundación Germán
Sánchez Ruipérez.
144
COLOMER, T. (1995): Los libros en la etapa infantil (2). ALACENA, Madrid, nº 23.
Págs. 9-11.
CHARMEUX, Eveline (1992): Cómo fomentar los hábitos de lectura. Barcelona: CEAC.
FABREGAT, Antonio (1993): El encuentro gozoso con los libros. Madrid: CINCEL.
GÓMEZ del MANZANO, M. (1986): Cómo hacer a un niño lector. Madrid: Narcea.
145
MERINO, C. y otros (1997): El taller de padres como recurso educativo. Granada:
Ayuntamiento Santa Fe-Fundación Van Leer.
SASTRIAS DE PORCEL, M. (1992): Cómo motivar a los niños a leer. México: PAX.
146
VILA, Montserrat (1992): Juegos de expresión oral y escrita. Barcelona: GRAO.
147
1 CALLEJA, S. (1998): Lecturas animadas. Bilbao: Mensajero, p. 15.
2 FABREGAT, A. M. (1993): El encuentro gozoso con los libros. Madrid: Cincel, p. 31.
3 FABREGAT, A. M.: op. cit., p. 12.
4 CERVERA, J. (1992): Teoría de la Literatura Infantil. Bilbao: Mensajero, p. 329.
5 JANER MANIILA, G. (1989): Pedagogía de la imaginación poética. Barcelona: Aliorna, p. 20.
6 RODARI, G. (1899): «Nuevas maneras de enseñar a los niños a odiar la literatura», en CELA-FLUVIA,
Libros de Aliorna. Sugerencias para una lectura creadora. Barcelona: Aliorna, p. 20.
7 QUINTANAL, J. (1997): La lectura: sistematización didáctica de un plan lector. Madrid: Bruño.
8 COLOMER, T., CAMPS, A. (1996): Enseñar a leer, enseñar a comprender. Madrid: Celeste-MEC, p.
70.
9 CASSANY, D. y otros (1994): Enseñar lengua. Barcelona: Graó, p. 195.
10 JANER MANILA, G. (1989): Pedagogía de la imaginación poética. Barcelona: Aliorna, p. 13.
11 MORENO, V. (1993): El deseo de leer. Pamplona: Pamiela, p. 11.
12 Un amplio y detallado estudio sobre la Lectura de Regazo fue presentado por el autor en el transcurso
del XX Congreso Mundial de la OMEP (Organización Mundial de la Educación Preescolar) celebrado en
Copenhague en agosto de 1998.
13 GARCÍA PADRINO, J. (1990): El adulto, mediador en la relación niño-literatura, pp. 85-99. En
GARCÍA PADRINO, J., CERRILO, P. (coords.) Literatura infantil. Cuenca: Servicio de Publicaciones de la
Universidad de Castilla-La Mancha, p. 87.
14 IGLEXIAS, X. C., VILLEGAS, J. (1997): Animación y libros. Madrid: Editorial CCS, p. 11.
15 Esta experiencia de Animación Lectora fue desarrollada por el Equipo Pedagógico «Quento» en el
Colegio San Juan Bautista de Los Corrales de Buelna (Cantabria) y presentada en el marco de las Jornadas
Pedagógicas del Profesorado desarrolladas en Santander en el mes de junio de 1998. El Equipo Pedagógico
«Quento» está formado por las profesoras M.a del Carmen Martín Ruiz y Gloria Fernández Bengoechea, además
del propio autor de esta obra.
16 GARCÍA PADRINO, J. (1990): El adulto, mediador en la relación niño-literatura, pp. 85-99. En
García Padrino, J., Cerrillo, P. (coords.) Literatura infantil. Cuenca: Servicio de Publicaciones de la Universidad
de Castilla-La Mancha, p. 86.
17 Se les proporcionó una copia del artículo publicado por ASENSI en el BOLETÍN AEL, que nos pareció
que ilustra convenientemente la situación:
ASENSI DÍAZ, J. (1998): «El canto oral y sus valores educativos». BOLETÍN AEL, nº 2, marzo, pp. 3-7.
18 La implantación del programa ABIES es aún reciente, por lo que resulta un programa aún sujeto a
numerosas imperfecciones. Por parte del Ministerio existe el compromiso formal de actualizarlo
convenientemente, y eso sí, contar con un recurso gestor realmente eficiente. La página web
(http://www.pntic.mec.es/indice.html) nos permite cualquier información actualizada sobre el tema.
19 MORET, S. E. (1987): «Relación libro/niño en espacios alternativos», Lectura y vida, 4, pp. 30-33.
20 BARTCH, M. R.-MALLETT, J. J. (1991). ¿Qué libro lees? México: Trillas.
21 FREDERICKS, A. D. (1992). Ideas para la comprensión de la Lectura. México: Trillas.
22 MORA VILLAREJO, L. (1993). «El profesor como puente entre el niño y el libro». ALACENA, 14, 25.
23 Equipo Peonza (1995). ABCedario de la Animación a la lectura. Madrid: Asociación Española de
Amigos del Libro Infantil y Juvenil.
24 Biblioteca Municipal Guillermo Arce de Los Corrales de Buelna (Cantabria) que dirige Ana Mª Ara
Escagedo.
25 Encuesta presentada por el autor junto a Luis Horacio Valdés, en el marco del I Congreso Nacional del
Libro, celebrado en Ávila en septiembre de 1993.
26 QUINTANAL, J. (1997). «La lectura eficaz, una ilusión de futuro». En VV.AA. Congreso de Lectura
Eficaz. Madrid: Bruño.
148
27 Tal es así que no me resisto a contar una anécdota que me sucedió con mis alumnos de Educación
Primaria quienes habían conocido a Elvira Menéndez en una de estas sesiones cuando cursaban el segundo ciclo
de Primaria, y al coincidir de nuevo con ellos en la ESO, años más tarde, reclamaban la misma autora para una
nueva sesión (esta vez con media docena de añitos más), pues aún recordaban con sumo agrado el primer
encuentro que habían tenido con aquella «escritora».
28 PEONZA «El profesor Pergamino: una experiencia de animación lectora», por Paco Martín. (Nº 26.
Octubre 1993. Págs. 22-24.)
149
Índice
Portada 2
Créditos 6
Dedicatoria 8
Índice 9
Presentación 11
CAPÍTULO PRIMERO: LA ANIMACIÓN A LA LECTURA 12
1. Importancia de la Animación escolar 17
CAPÍTULO SEGUNDO: DESDE EL PRINCIPIO, EN
21
EDUCACIÓN INFANTIL
1. Las actividades de Animación lectora en el aula de Educación Infantil 25
2. ¡Cuéntame un cuento!, una sencilla forma de «Animar a Leer» 30
3. Empecemos por el principio... (paradojas) 39
CAPÍTULO TERCERO: LA PERSPECTIVA DE PRIMARIA 44
1. El animador 48
2. La animación 50
CAPÍTULO CUARTO: LA ORGANIZACIÓN DE LAS
55
ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN LECTORA
1. Actividad escolar ordinaria 59
2. Actividades de carácter especial 62
CAPÍTULO QUINTO: ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN 67
1. Actividades informativas 72
1.1. Visitas escolares 72
1.2. Investigación 76
1.3. Campañas de sensibilización 81
1.4. Exposiciones 94
1.5. Charlas-Coloquio 95
1.6. Encuesta 97
1.7. Acopio de materiales 100
1.8. Informe de la Biblioteca 103
2. Actividades formativas 107
2.1. Juegos escolares con el lenguaje 107
2.2. Proyecciones 114
150
2.3. Sesión de Animación Lectora 116
2.4. Cuentacuentos 118
2.5. Concursos 120
2.6. Creaciones literarias y plásticas 127
2.7. El Museo del Cuento 133
2.8. Semana temática 135
3. La lectura en el aula 138
Bibliografía 144
151