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kurl richter

ediciones limitadas catalán


COMBINACIONES EN AJEDREZ
Si contemplo las obras de los ma<Jstros,
veo lo que ellos han hecho;
si considero mis realizaciones,
me doy cuenta de lo que debiera haber hecho.
GOETHE
COMBINACIONES
EN AJEDREZ
Un tratado de la táctica del medio juego con 404 ejemplos prácticos,

por

KURT RICHTER

EDICIONES LIMITADAS CATALAN


CONDE BORRELL 100-08015 BARCELONA
TELEFONO: {93) 254 99 40
Título de la edición original alemana: KOMBINATIONEN
© by WALTER DE GRUYTER & C.
Traducción de la 4." edición alemana
por el profesor
PABLO JBARGUREN URANGA

© POR EDICIONES LIMITADAS CATALAN


CONDE BORELL, 100- BARCELONA· 15

RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS

Este libro no puede ser reproducido en todo ni en parte, sin permiso.

IMPRESO EN ESPAl~A - PRINTED IN SPAIN

Depósito Legal: V. 218.- 1972

Tipografía Artística Puertes, S. L. • Palleter, 47. Tel. 25 06 77 • Valencia.


Prólogo a la 3. 8 edición alemana

«Hubo un tiempo en que se consideraba al jugador de combinación con


cierta conrniseracién.» Así escribí yo en la primera edición de este libro,
hace ahora casi veinte años.
Pero aún hoy estarnos casi en el mismo sitio. Para muchos expertos del
rey de los juegos, empieza tan sólo el jugq.dor de ajedrez con las «partidas
brillantes posicionales• cuyo brillo consiste solamente en la sistemática explo-
tación de una ventaja posicional, finalizando con ganancia de peones y
conducción metódica del final. Ellos enseñan el ajedrez conforme a esas
ideas, desde una base orientada tan sólo en un sentido.
¿Y cuáles son las consecuencias? La pobreza espiritual de muchas par-
tidas manifiesta una lección aprendida. Aun entre la juventud faltan los que
atacan y presionan. El estilo individual es, por decirlo así, relevado por el
jugador estudioso. La técnica triunfa. No se juega ya «ajedrez•, sino que
se ejercita la memoria. En la subconciencia del ajedrez no domina la combi-
nación, sino la variante.
Pero la cosa se pone más seria; se desliza, sin embargo, en el vericueto
inextricable de complicaciones imprevistas, y entonces no ayuda más la
memoria ni variante alguna: ¡entonces realmente se juega al ajedrez 1 Este
es el verdadero examen. Y ahí se muestra con pasmosa claridad, aquello:
Muchos son los llamados, y pocos los escogidos.
Este librito rompe, pues, una lanza por el juego de combinación. Se
propone afinar la vista para las realizaciones tácticas en la posición y ayudar
a dirigir y excitar el espíritu humano en el sentido de Caissa.
Pero seamos modestos. Después de cuarenta años de práctica ajedrecista,
el autor, por ejemplo, debe reconocer que la tumultuosa penetración avasa-
lladora de la juventud debe inclinarse ante el conocimiento resignado de la
veteranía. ¿Qué sabemos, pues, ya del ajedrez? Muchas combinaciones, que
en un tiempo causaban admiración se muestran, bajo la lupa examinadas,
corno dudosas. Siempre tienen lugar nuevamente las mismas faltas; siempre
se habla de nuevo de errores del glosador. Y así sucesivamente.
Tenernos, antes como después, que aprender a jugar al ajedrez.

Berlín, noviembre 1954.


KURT RICHTER
Prólogo a la 4.a edición alemana

Al prólogo de la tercera edición habría que añadir que la aparición de


Jos fenómenos ajedrecistas Tal y Fischer ha dado un gran impulso al juego
de combinación y al placer del riesgo.
La cuarta edición fue enriquecida en la IV parte, «Deficiencias humanas•,
con muchas indicaciones instructivas sobre frecuentes errores combinativos.
En dos posiciones de la tercera edición han hecho lectores atentos inte-
resantes descubrimientos. Primeramente, el Dr. Eduardo Lasker, Nueva York,
indica con relación al número 119 (Wagner-Rells tab), que en lugar de la
combinación l. T8R, D4C; 2. D3R, que también ganaba, era más ingenioso
2. .P4T!, si 2.. .. , D X D; entonces, 3. T7R+, R3A: 4. T7A mate.
También el consejero superior de educación Schneider, de Geislingen, ha
encontrado una "solución adyacente» en la posición 165 ,CLexandrowitsch-
Krummhauer), l. D X A+!, TxD; 2. TXT+, R2T; 3. T8T+!, RXT;
4· C6C+, etc.; y si 2 . . .. , TlA; 3. C6C! , DSC; 4. TxT+, R2T; 5. TxP,
etcétera. Erich Flohr, de Geislingen, que nos comunica esto, observa acer-
tadamente: «¡De nuevo un ejemplo para la riqueza de ideas del ajedrez!»
«No se sabe a cuál de los trucos mágicos se debe dar la preferencia.»
Por estas valiosas indicaciones el autor se muestra siempre agradecido.

Berlín, febrero 1965.


KURT RICHTER
Prólogo a la edición española

i.España, la hermosa tierra del vino y de los cantares•, se dice en el


«Faust» de Goethe; y del ajedrez se podía añadir. Pues, frecuentemente, en
los últimos años, ha tenido lugar en España una intensa actividad de torneos
(Palma de Mallorca, Olot, Berga y Costa del Sol hanse constituido ya en
una especie de tradición en este sentido). Los maestros españoles valen como
jugadores llenos de temperamento y amantes del riesgo y han creado muchas
combinaciones magníficas. Esto no tiene nada de particular, si se parte de
la base que el antaño más importante representante de los países de habla
hispánica, ]osé Raúl Capablanca, se presenta como modelo del jugador posi-
cional completo; pero también Capablanca podía, naturalmente, combinar
excelentemente, como muchos ejemplos de este libro lo prueban.
La obra presente no está simplemente ideada como una simple colección
y recopilación de toda suerte de combinaciones posibles, sino que debe
ofrecer una sistemática exposición de las ideas básicas en las combinaciones.
El aficionado ve al mismo tiempo ante sí un mundo maravilloso de las más
bellas e increíbles complicaciones. Después de su estudio, sabe mucho sobre
principios fundamentales y coordinación en las combinaciones de ajedrez,
pero si él entonces (de nuevo con Goethe) quizá dice: «En verdad, sé mucho;
pero quisiera saberlo todo», entonces debe el autor, ante la abigarrada mul-
titud de posibilidades y ramificaciones, capitular; una piedra filosofal no
existe en el ajedrez... En cambio, el subconsciente ajedrecístico del lector
se verá reforzado por la lectura excitante llena de fantasía y espíritu, su
horizonte combinatorio se dilatará, y -last not least- (y lo último, pero no
lo menos importante) su amor por el ajedrez, con sus dramáticas, placenteras
y azarosas situaciones, se hará más profundo y, así lo espera el autor, firme-
mente consolidado.
Pues la poesía del ajedrez es tal, que ha esparcido el juego de los reyes
por todo el mundo y se ha convertido rd,almente en una «piedra de toque
del cerebro». Aquel a quien lo romántico del juego le ha apresado, no puede
ya verse más libre de él.
¡Viva la combinación! Una llamada que, especialmente en España, el país
del Romanticismo y de los romances, hallará eco.

KURT RICHTER

Verano de 1969.
Steinitz, para separar los verdaderos principios de los falsos,
tuvo que desenterrar con paciencia y reflexivamente, el arte de
Morphy. Y cuando llegó hasta las raíces, habló así al mundo:
Aquí está la idea del Ajedrez; oíd, y no juzguéis precipitadamente,
pues es algo grande, y yo no puedo dominarlo.

DR. MANUEL LASKER


Ningún movimiento del Destino me da mate:
¡Tan .sólo el Rey puede ser objeto de mate!
(Ferd. Freiligrath)

l. La red de Ma te
Casos de mate. Formación de la red de mate • .Combinaciones técnicas de mate.
¡Solamente el rey puede ser objeto de mate 1 Este es todo el ABC del
ajedrez. ¿Es que abandonarnos porque quizás hemos perdido una torre? No,
sino porque con el material reducido no podernos a la larga evitar el mate.
Esto no se tiene, por desgracia, en cuenta, con frecuencia y el peligro de
la victoria. ajedrecística en 2 partes (victoria por mate y por agotamiento)
depende en gran parte de ello. ¡El ajedrez no conoce triunfo alguno por
agotamiento 1 Hasta con pocas piezas se puede vencer contra fuerzas supe-
riores, si se logra dar mate al rey enemigo.
Lo que más gusta al aficionado son, por eso, combinaciones de mate que
traen consigo una clara decisión.
Con ellas querernos comenzar nuestro libro.

Ejemplos sencillos de mate

Deben ser vistos y conocidos. En- Gumprich


tonces las combinaciones que después
llevan a ese fin serán más fácilrnen te
comprensibles y cada uno podrá en-
contrarlas en sus propias partidas.
Sigue a continuación, una selección
de frecuentes posiciones de mate, cuya
aplicación se presenta mediante ejem-
plos prácticos.
Lo más fácil es obtener mate con las
piezas pesadas.
Budrich (iueca)
(Berlín, 1950)

Para poder llegar a un mate de 2


torres deben eliminarse en la 1.• juga-
da el ... P3AD y Juego la TIA del
modo siguiente: l. AxP+I, PxA;
Seguramente Vd. ya Jo ha conocido 2. DXT+!, RXD; 3. T8A+, AlD;
a menudo pero probablemente no 4. T X A mate. Quien no conoce el ob-
corno «ejecutor del mate•. jetivo, no puede hallar el camino.

9
Borod.in En este final, vemos el motivo de
2 mate ejecutado en 2 formas: l. ... ,
AIR1 (las negras debían cambiar sin
dudarlo en 3CR) 2.. D X P+ 11 con 2
variantes de mate: 2. .. . , TxD; 3.
TxT mate, y si 2.... , RXD; 3.
T3T+ seguido de mate. Muy instruc-
tivo.

Sultanbeieff (juega)
(Bruselas, 1943)

Jugando las blancas podrían, me-


diante el sacrificio de la dama en 7TR
(del cual hablaremos más tarde) for- Si comparamos estos ejemplos de
zar el proyectado mate de las 2 torres mate con los primeros, reconoceremos
en las columnas abiertas, si no estu- sin más la diferencia; aquí toman
viese clavada la T3A. Si el blanco parte también piezas negras, y así su-
juega no obstante l. TIAR el negro cede casi siempre. «Sin la coopera-
con l. ... , TlCR aleja todo peligro. ción de las piezas enemigas, que obs-
Estudiaremos pues lo siguiente: La truyen a su propio rey las últimas
dama en 1T clava la torre blanca, casillas de escape, se obtendrá rara-
pero está también ligada a la defensa mente un mate en el medio juego .•
de la torre de lA. Las blancas pue- Cómo se hace para aprovechar tales
den sin inconveniente desclavar la ejemplos de mate, nos lo muestran
torre con l. T2C! y amenazar mate los diagramas siguientes.
con 2. D x P+, R2T; 3. T3T mate
Yates
l. ... , D X T fracasa por 2. D X T ma-
te. Las negras no tienen ninguna otra 4
defensa.
Baloch (juera)

Dr. Alekhine (juega)


(Torneo internacional de Londres, 1922).

¿No obliga la amenaza del caballo


al cambio de torre? ¡No 1 Las torres
Sedlacek
(Budapeat, 1953) blancas en la 7.' línea nos permiten

10
un ataque de mate sorprendente l. entonces sigue 2 .... , T8T+; 3. R2C,
T X P!, T XC (forzado); 2. R'5R!! y no DBA + : 4. R3C, T X P mate.
dar jaque en seguida con la torre •. Aquí vemos la torre
El movimiento tranquilo es mucho apoyada por otra pieza
más fuerte. Jueguen las negras ahora la blanca; primero, es un
T3A a TlA o defiendan la T3A con peón; siguen alfil y ca-
TlT-lA, las blancas con 2 jaques dan ballo.
el mate arriba descrito. Puesto que el
negro no puede poner en seguridad Raubitschek
la torre debe entregarla y queda con
6
una calidad menos.
Por lo que atañe al tema de la
«jugada tranquila• en la conducción
del ataque, puede ser nuestro próximo
ejemplo convincente. El ejemplo de
mate es nuevamente, en verdad, de
otra clase, pero hay muchas variantes
imaginables.

Sadowsky (juega)
5 Capablanca (juega)
(Jugada en 1907, en Nueva York)

Puesto que la dama negra debe


evitar el mate en 7TD se pueden per-
mitir las blancas la jugada atrevida
l. TIA! Siguió l. ... , D5D; 2. T5A,
para eventualmente con 3. T5TD re-
forzar la presión decisiva sobre 7TD.
(Así pensaban. las negras; en realidad
el blanco tiene una continuación mu-
Dr. Lunau cho más ponzoñosa) 2.... , P6R. Ellas
(Jugado en Annaberg, 1951)
confiaban en 3. T5TD, DSA + con ja-
Las negras se contentan con tablas que continuo. Sin embargo 3. T X P+ !,
mediante l. ... , D8C+?; 2. R3C, D x T; 4. T5TD! Contra D x D mate
D6R+; 3. R2.T, D8C+? en lugar de el negro tiene sólo la parada 4.... ,
ganar fácilmente con la jugada tran- D X D; y con ello llegamos a la posi-
quila l. ... , DBR! (lo que era posible ción de mate descrita 5. T X D mate.
en el 3." movimiento). La amenaza Quien conserve en su ajedrecístico
de mate en 8T obliga a 2. P4CR, pero subconsciente tales posiciones, evitará
muchas caídas y recaídas.
Ciertamente, el maestro berlinés (7) Con los mayores apuros de reloj
Teschner demuestra que también 2. T7T+, tuvo Jugar: l. ... , TICD; 2. T3T+,
RIC; J. T7A-7C+, RIA; 4. R5R podía
hacerse, así pues, un caso más en el cual D X T y la partida se dio por tablas,
ambos movimientos, el «tranquilo» y el
~<fuerte» eran correctos. No obstante, la ju- lo que fue muy del agrado para Ernst;
gada textual está más conforme a la idea
del mate . ¿no tenía él después de 3. DxT+,

11
Dr. Troger (juega) los casos prácticos son las negras a
menudo quienes lo dan.)
7
Marlow
8

Erust
(Jugada en Stuttgart, 1948)

R X D; 4. P X D una pieza menos? Heintz (juega}


(Jugado en Würzburg, 1950)
Ya que el veterano maestro Samisch
probó que la magnífica jugada 3. P7AI!
Quien recuerde el esquema de mate
da al blanco un final ganado después
primeramente expuesto, juega sin más
de 3. . .. , D2T (3 . ... , Tx D; 4.
l. D x C! (para que el caballo no pue-
P8A+ =dama) 4. D6A+, D2C; 5.
da defender P6T). l. ... , P xD; 2.
D4T+, D2T; 6. PxT+=dama
C6C+ !, PxC'; 3. PxP+ seguido
RxD; 7. D8R+, R2C; 8. DxP+:
de mate. En Ju g~r de ello, las blancas
R3T; 9. D x C. Muy agudamente, ¿no
j u g a r o n artísti,~amente l. C6C +,
es cierto?
PXC; 2. PxP+ ,' C3TR; 3. TXC+,
Sólo mucho más tarde descubrieron
PXT; 4. P5D+, T3A; 5. D5T, R2C;
algunos aficionados, que a l. . .. , TlCD
6. 0-0-0, C2D; 7. P6D, DlA; 8. Px P
con toda sencillez hubiera ganado 2.
y ganaron también así finalmente. Pe-
D6T + ! , D2T; 3. T3 T l sin necesidad
ro no siempre, sin embargo, concede
de agudeza alguna. Tal como habíale
Caissa el triunfo, cuando no se vio
realizado antes Capablanca.
un mate enteramente claro.

H. Stoner (juega)
9

La unión de Torre y Alfil es en el


medio juego para la elaboración de
posiciones de mate, muy frecuente
siendo sustituidos ya la· torre o el alfil
a veces por la dama. (Para mayor sen-
cillez en todos los ejemplos de mate
N. N.
éste corre a cargo de las blancas; eD (Jugado en EE. UU., 1924)

12
Si se logra aquí atraer al rey blanco Prof. P . Bohl (juega)
hacia 2TR, podría una pieza pesada 11
negra darle en 8T el golpe de gracia.
Dificulta propia y realmente esta ac-
ción el alfii 4AR; este estorbo es eli-
minado en virtud de numerosos sacri-
ficios: l. ... , TxP+!; 2. AXT,
e6e +! (¡primero arrinconándolo y
ahora liberándolo!); 3. A XC, DlT+;
4. A2T, D X A+! (y ahora elimina-
ción); 5. RxD, TlT+; 6. D5T,
TxD+ mate.
Otra vez el mate proyectado, esta H. von Eblerl
(Jugado en Riga, 1901)
vez realizado por las negras.

Grosdov (juega)
otra cosa? amenaza D7T mate, pero
también C x A y a A4A sigue como
10
más fuerte D4A + ), D7T +; 3. R X D,
A7 A+ seguido de mate. Con el sacri-
ficio de dama el rey se ve «metido•
en el jaque a la descubierta.

Szabados

12

Maister
(Jugado en la URSS, 1954)

Una variación de nuestro tema con


un impresionante ataque final: l. .. .,
TxP+!; 2. PXT, A6A+; 3. R2T,
ese+!; 4. P X e, P4TR! urde una red
de mate indestructible. El blanco que-
Udovcic (juega)
ría todavía escabullirse con 5. A6T (Jugado en Züricb, 1952)
(5 .... , TxA?, 6. P5e!), pero 5 .... ,
P X P! fuerza, sin embargo, la apertura Si no estuviera la T5D, las blancas
decisiva de la columna de TR, para con l. D8C+ !, TXD; 2. C7A po-
la torre negra. Una combinación cu- drían dar el mate ahogado. Pero toma
riosa. el rey en 1C. Aunque es posible la
(ll) Las negras jugaron aquí l. ... , jugada desesperada l. T X e las negras
ese! una jugada sorprendente e ines- sin embargo naturalmente no respon-
perada, pues el caballo puede ser cap- derán l. . .., D x T?
turado. Pero las negras tienen a la vis- En cambio puede el blanco con l.
ta el mate de torre y alfil, que nosotros C6C+!, Px C; 2. T5T+I, PxT; 3.
ya conocemos. Siguió 2. Pxe (¿qué D X P mate forzar nuestro ejemplo de

13
mate (torre y alfil) lo que hizo. ¡En R .• Kou
vedad una sorprendente maniobra 1 14

T.
13

J. Berger (juega)
(Jugada ea Graz, 1882)

Roma.oov

K. Richter (juega) 15
au¡ado ea Berlía, 1935)

Aquí están los peones dispuestos de


forma sorprendente. El alfil, está ya
preparado, tan sólo se debe abrir la
columna de torre rey. Esto acaece
del modo siguiente: 1. D8D+, DIA
(AlA; TxP+; R2C; T7T mate);
2. TXP+!, AXT; 3. D6A+, D2C
(A2C; Tl T mate. ¡Esto es lo que pa- Zuralaw (juega)
saría!); 4. TIT!, DxD; 5. PXD. La (Jugado en Kalinin, 1952)
red está cerrada, contra T x P mate
las negras son impotentes. Los peones a defender el punto 3AR, con P4D.
blancos desempeñan la parte principal Pero con ello precipitó los aconteci-
en la red de mate. mientos entrando en nuestro esquema
Vimos ya en varias posiciones el de mate: l. D7C+ !, A X D; 2. A X A+,
«peligro que para la propia posición RIC; 3. A6A mate. Muy elegante.
de enroque supone la apertura de la
Oveadeu
línea d e torre del enemigo».
16
La unión alfil - torre
puede también dar mate
de ese modo; si tal ejem-
plo se conoce y se en-
cuentra de nuevo en la partida, no
costará trabajo resolverlo.
(14) l. D&T+, R2T; 2. D8T+!,
C X D; 3. T7C mate.
Una variación del esquema nos
muestra el final núm. 15.
Ha:ydeu (juega)
Las negras habíanse visto obligadas (Ju¡¡ado en Susses, 1952)

14
Un mate a la descubierta parece Awerbacb
que a nada conduce ya que el alfil 18
está atacado Al, A6A, C X P+ ; 2.
R2C, CxP; no hay nada mejor.
Sin embargo: ¡la torre y su doble
jaque 1 No da mate la torre en 7CR,
sino la T en ICR l. T8C+! (¡jaque
doble!), R X T; 2. TlCR mate. Una
variante típica.
Con mucho son los
más frecuentes las posi-
ciones de mate Torre- GuseY (jue¡a)
Alfil, que se derivan del (Encueutro por equipos, Moscú, 1946)
esquema adjunto. Aquí la práctica
nos pone a disposición nuestra una DxPA+; 6. R4C, D6TD; 7. PSAI,
extensa serie de ejemplos. D x PA; 8. T7C+, etc., 4.... , D2R;
5. TIA, P4C; 6. T5A, P5C. Ahora la
V. Scheve
dama debe defender también la casilla
4CR, oscilando entre ID y 2R y se
17 encuentra impotente contra el avance
del P AD, 7. P5A, DlD; 8. P6A, D2R;
9. P7 A. Las negras abandonaron.

HiUel
19

Marshall (juega)
(Torneo de Montecarlo, 1904)

Con l. A6T! el blanco terminaba


rápidamente la partida contra T8A
mate sólo ayuda l. ... , TIR pero en-
Andeuseu (juega)
tonces puede tomarse la dama ene- (Torneo magistral, Breslau, 1859)
miga sin perder la propia.
Un ejemplo ideal nos muestra la Todas las piezas blancas brillante-
siguiente posición (núm. 18): mente desarrolladas, mientras el negro
Aquí sirve el caso de mate para está muy retrasado en ese aspecto;
encerrar al contrario en una posición· esto da pie para combinaciones. Tuvo
tragicómica. Siguió. l. PJC, P4T; 2. lugar l. A5C! Realmente también hu-
PxP, D2R; 3. R2C, D6T; 4. T2A. El biese ganado l. T x T+, Rx T; 2.
blanco, seguramente con apuros de ASC + !, pero la continuación textual .
tiempo complica las cosas. Más ex- es más elegante 1. .. ., Dx AD; 2.
peditivo era 4. T7 A 1, D7C + ; S, R3C, D5A + 1 Para desviar la dama de la

15
defensa de la TlD. 2•.. ., DXD; 3. de Morphy que igualmente nos lleva
TxT+, RXT; 4. TSR mate. Así ya al mate Torre-Alfil.
tenemos pues el esquema de mate 1. CXP!, PXC; 2. AXP+, CD2D;
arriba citado «en otra versión•. Ello 3. 0-0-0, TID; 4. T X Cl, T X T; S.
fue posible, porque el caballo no TID, D3R; 6. AXT+, CXA; 7.
había jugado todavía. D8C+, CXD; 8. T8D mate. ¡Una clá-
sica y hermosa apertura de todas las
Prof. Becker
líneas para las piezas ejecutoras del
20
mate!
Parecidos •despejes de 1í n e a s•
muestran las posiciones de los diagra-
mas 22 al 24.

Haida, Brünn (jue¡a)

22

Grünfeld (juega)
(Torneo de maestros, Viena, 1934)

Cuando se conocen tales posiciones


de mate no se debe uno retraer de la
fortísima jugada l. TIC+, porque
quede colgada la torre en SAD, ya
que si R x T T8C mate! Las negras no
Dr. Skalicka (Praga)
tienen salvación; pues con C5C (C3C) (Encuentro de Cludadeo, 1!133)
se pierde el caballo después de T8C +,
y con R2T las blancas capturan la Las negras no pueden jugar D X A.
torre en 5D después de A8C+, RlT, ¿Por qué no? ¡Porque después de l.
ASR. ... , DxA con 2. C7A+!, TXC; 3.
Es célebre la siguiente combinación D XC+, seguido de 4. T8D sería mate!

Duque de Brunswick A.
y conde Isouard
21
23

Morphy (juega) Príncipe Dadian de Mincrelien (juega¡


(Ju¡ado en Parío, 18S8) (De una partida jugada en Odesoa, 1894)

16
Espec;ialmente efectista es en este no crean, por favor, que con el enro-
caso la realización del mate, porque que todo peligro ha pasado. También
el rey mediante un sacrificio de dama ahí puede el adversario, si no estamos
se ve fo rzado a entrar en un doble alerta, llevar a cabo el mate Torre-
jaque a la descubierta (¡la mayor ale- Alfil. ¡Véase el diagrama adjunto!
gría para quien lo puede dar, pero de- El negro ha dejado penetrar las pie-
primente para quien lo recibe!). zas; su última esperanza es el A5C.
l. C7A+!, CxC; 2. DSD+I, RxD; Pero con l. ASA+, A4T; 2. DXA+I,
3. A5C +, RIR; 4. TSD mate. P x D; 3. T6T mate, también lo ani-
quiló.
Aficionado
24 Trojau.escu

26

Capitán Mackenzie (juega)


(De una partida jugada en 1891)
Gereben (juega)
(Torneo zonal, Budapest, 1952)
l. A5D, TIA; 2. TXC+!, PXT; 3.
DXP+!, DXD; 4. A6AD+!, TXA; l. DXP+!, PXD; 2. P7A+! ¡Ele-
5. TSD mate. gante apertura de espacio y ejecución!
Hemos observado que los casos más 2.... , DXP; 3. TST mate.
frecuentes de mate se daban porque
el rey enemigo estaba todavía en medio Rellstab
del tablero. ¡Porque ha omitido el en- 27
rocarse! Le está bien empleado. Pero

Dr. ouan•
25

Weissgerber (juega)
(Campeonato de Alemania, Pyrmont, 1933)

En esta posición merece especial


atención el modo como es forzado el
O. Duras (juega)
(Torneo ma¡istral de Carlsbad, 1907) rey a penetrar en el mate Torre-Alfil

17
(sólo que aquí la dama desempeña el tos. l. . .., T5R! +. La torre se sacrifica
papel de la torre). para permitir el jaque del alfil en 7D.
¡Todo es posible en el ajedrez! Y es- 2. CXT, caso de R3T, pues AlA+,
tamos todavía al comienzo de nuestro etcétera. La infeliz torre en 3C! 2• ... ,
libro.

.. -
A2D+; 3. R4T, T7T+; 4. TJT, TXT
l. DSD+, R2C; 2. TXP+. No mate. ¡La historia antigua, pero eter-
para dar tan sólo con D x .P un mero namente nueva! ...
jaque con la dama, sino para abrir «El ejemplo de mate
camino al P5T 2.... , PXT; 3. P6T+! adjunto. es el sueño pero
¡De esto se trataba! El rey enemigo
~m
mLll también el terror de todo
marcha a su perdición 3... ., RXP; 4. ~ ~ principiante. • La torre
DST+, T2T; 5. DXT mate. Y si no- que da el mate puede también hallarse
sotros pensamos en una torre en lugar en la casilla se y por eso se trata de
de la dama, hemos llegado de nuevo ambos ejemplos de la posición.
al esquema de mate.
«¡Esto ya lo sé! ¡Un mate semejante Flamber¡
no se me escapa más en la partida!>
29
Pero no olvidemos que el curso del
ajedrez es variado y diverso y que
por ello no se puede pensar en todos
los detalles. Hasta un maestro como
Bogoljubow deja escapar un mate pa-
recido. Lo más sencillo es a menudo
en ajedrez lo más difícil.

Bo¡¡;oljubow (juega)

28
Post (juega)
(Torneo de Maestros, Mannheim, 1914)

Aquí la ejecución del mate es una


pequeñez y no presenta dificultad
alguna: l. D X P+! La torre que obs-
taculiza el camino es apartada l. .. . ,
TXD; 2. TXT mate.
Hay que pensar algo más en el si-
guiente ejemplo (30).
Sultan Khan El ala de dama negra parece bien
(Encuentro nacional de la liga mundial,
Praga 1931) protegida, tan sólo la debilidad de la
1.• línea aparece grave. Al tiempo que
Bugoljubow jugó aquí A4A y alcan- la dama negra está apartada del campo
zó más tarde solamente tablas. En de batalla. Las blancas jugaron l.
lugar de ello, pudo haber forzado el TXPA! Abre paso a la dama hacia
mate aprovechando la desgraciada po- se, caso de aceptar el negro el sacri-
sición del rey blanco y de su vasallo ficio (l. ... , PxT; 2. CxP+, RlT;
en 3C que le entorpece sus movimien- 3. DSe mate. ¡La dama en el cometido

18
de la torre!). El negro rehusó: l. ... , la torre así como 3, ... , Rl C; 4. C6R!,
D7R. Ahora están ambas torres y el porque ahora se amenaza mate en
caballo atacados, buen consejo pero 8AR (véase el ejemplo de mate). Las
zcaro? ¡Nada de eso! A la torre blanca n egras no pu eden en modo alguno
se le ha metido en la cabeza sacrifi- evitar decisiva p érdida de material.
Todavía 2 posiciones
Henneber¡er
de mate, que muestran
30 el trabajo en común de
torre y cabalio.

Piazzini

32

Treybal üuega)
( l'orneo de Naciones, La Haya, 1928)

carse 2. T X P+! ¡Esta vez diana!


A RXT sigue D6C mate, y si PXT,
C6A+ seguido de D8C y a RlC,
C6A + seguido de D6C mate.
Y ahora la combinación se basa en
el ejemplo de mate en la casilla 8A.
Casas {que juega)
Alexandresou (Jugada en Buenos Aires, en 1952)
31
Un jaque prematuro en 4T había
dado desventaja a las negras. Ahora
las blancas pueden apretar el lazo:
l. DXP+! Abren mediante la jugada
siguiente la columna para la torre.
l. .. ., RXD; 2. PXA+, RlC. (Una
particularidad curiosa es que 2. .. .,
R3C, conduce igualmente al mate 3.
C7R mate.)
3. C7R mate. Nuestro primer esque-
Tyroler (juega) ma algo modificado.
(Jugada en Buoarest, 1951)
Todavía una variación nos puede
Después de l. PXP, CXP; las blan- mostrar las múltiples posibilidades de
cas en el núm. 31 no debían jugar empleo de este esquema (33).
2. C7R?, sino 2.. TXT+!, CXT; 3. La p osición encerrada del rey negro,
C8D!! Amenaza 4. T8A + ganando el dio ocasión a las blancas para un bri-
caballo: 3 . . .. , R2C: 4. C6R+ cuesta llante y agresivo ataque, típico de

19
Sutey hábil! 4. . ., A X T; 5. TBD mate. ¡Ajá!
33 Otro mate torre y caballo, Una cu-
riosa casualidad quiso que la misma
combinación se repitiera en posición
similar 38 años más tarde.

N. N.

35

Sula (juega)
(Encuentro por equipos, Bucarest, 1953)

esta clase de mate: l. T5CR!, D X P


(caso de l. ... , DxT; o l. .. . , DxD;
pues C X P mate); 2. D4D! (pero no
2. D5R?, pues entonces el negro cam-
F. Post (juega)
bia con jaquel), 2.... , ''T3C; 3. T X T!, (Jugada en Berlín, 1931)
y las negras abandonaron. La puntilla
fue el mate del caballo en 7A. ¡Letra y música como en el diagra-
ma 34!
Consultantes
34

Un mate de 2 alfiles como sucede


colil frecuencia. En cambio rara vez se
da en la partida un mate de 2 caballos
y sin embargo prodúcense entre estos
casos algunos característicos.

N. N.
W. H. K. Pollock (juega) 36
(Jugada en 1893, en Buffalo)

A las negras no les ha sido posible


alejar el rey del centro del tablero.
Incluso han llegado a permitir que
las piezas pesadas blancas hayan crea-
do una posición ideal. ¡No es maravi-
lla pues, que ahora vaya a su fin
entre rayos y truenos! l. D7D +! ¡Pre-
paración para un terrible jaque doble!
l. ... , A X D; 2. C6D+, RlD; 3. Canal (juega)
(De una partida en simultáneas, jugada
C7A+, RlA; 4. TBR+! ¡Vía libre al en 1934)

2-Q
Aquí penetra poderosamente el A4A nado, decide; casi todas las fuerzas
en la posición negra, mientras el A2R blancas atacan el rey negro, que sólo
está impaciente al acecho. El negro se m íseramente está defendido por el
ha engullido las dos torres del con- peón y la torre.
trario dejando con ello sin protección Todavía un divertido mate de dos
al rey. El castigo (l. DxP+!, PXD; caballos.
2.. A6T mate) no se hace esperar. (38) El rey está en medio del table-
ro tan desgraciadamente rodeado de
Kocbtaria su séquito, que los dos caballos le dan
37 el golpe de gracia. l. DXPT+!, TXD;
2. C6C mate. "Un caballo que haya
penetrado en d6 (o en . . . , dJ) es un
cuerpo extraño muy molesto que en
lo posible debe ser eliminado.•

Alfil y caballo se complementan en


Príncipe Dadian de Mingrelia (juega)
(Jugoda en el Cáucaso, 1892) el medio juego felizmente para cazar
el rey enemigo.
Quien ha considerado atentamente
nuestro esquema de mate de dos ca- N. N.
ballos, comprenderá la idea fácilmente. 39
l. C6C+, RlC; 2. D7C+! Por un
lado para dejar libre la casilla 6T
para el caballo 5A, pero también para
motivar el bloqueo de la casilla 2C
por la torre 2.... , T X D; 3. C6T mate.
Se ve aquí nuevamente que la supe-
rioridad material en un lugar determi-

Couvée
38
Sikorski (juega)
(De una partida jugada en Gleiwitz en 1934,
dando una torre de ventaja)

Las blancas se dirigen con la meta


a la vista, al primer ejemplo de mate:
l. C5A!, AXT; 2. C6T+!, RIT. Caso
de P XC, pues D6A con mate sin
defensa 3. D6A! Ataques semejantes
se suceden siempre más; a P X D sigue
A x P mate y T lCR se contesta con
A. Speyer (juega)
(Amaterdam, 1902) ex p mate.

21
Bogdanowsky el cual volveremos. 2. C7R +, RIA
40 <RlT. C7A mate); 3. C7R-6C+, PXC;
4. C XP mate.
¡Esta es realmente una
curiosa posición de mate
en medio del tablero 1
¡Con tres piezas ligeras!
¡Esto acontece rara vez!
Se trata en realidad del ejemplo final
de una combinación que se repite,
aunque no con demasiada frecuencia,
y que todo aprendiz ha sucumbido a
Gudin (juega)
(París, sobre el 1927) ella.

Aquí C6A daría mate si no estu- N. N.


viese la dama en 4A. Se podía seguir 42
aquí como en el problema de la nueva
Alemania: Plan principal: C6A mate,
primer anteproyecto: D4C+ (para
desviar la dama de 4A) no sirve, por-
que la torre en 2R intercepta el paso,
así pues segundo anteproyecto: T8R +,
para librar la torre sin pérdida de
tiempo. Según eso: l. T8R!+, TXT;
2. D4C!+; DXD; 3. C6A mate. Lógi-
ca convincente, ¿no es cierto?
Dr. Harrlaub (juegaj
(Bremen, 1890)
S. Wishniakow

41 Un ejemplo entre los muchos. Con


l. C x P! es desagradablemente sor-
prendido el estupefacto adversario; el
C3AR no podía en verdad jugar, esta-
ba clavado . Pero si las negras ahora
toman la dama, como castigo a su
desprecio de la clavada, sigue el mate
arriba citado: l. ... , A X D; 2. A X P +,
R2R; 3. C5D mate. Por eso lo mejor
era tomar el caballo; y después de
D x A, las blancas han ganado un im-
L. E. Owen (juega)
(Nishny-Nowgorod, 1904) portante peón.
Aquí transcurren las cosas para el
El blanco, que ataca con 4 piezas, negr o con cierta suavidad; en muchos
compone el bello remate que sigue: otros casos no existe en 5R ningún
l. D8C+!, motivo; de nuevo, el jaque peón negro, sino un caballo de dicho
doble l. ... , R X D. Caso de T X D, color, que las negras han jugado allí,
pues C7 A mate. Mate ahogado, sobre para atacar todavía más el caballo

22
clavado en 3AR. Aquí la captura bargo, para jugador aventajado muy
C X C! es mucho más incómoda. comprensible y sin dificultad alguna.
« ¡Finalmente! Por fin Este mate de la dama con
tenemos que· hablar de el apoyo de la torre . es uno
la dama. Hasta ahora la de los ejemplos de mate más
hemos visto como la corrientes en ajedrez.
quinta rueda del carro, sustituyendo
a la torre o al alfil todo lo más como Bares (juega)

colaboradora no muy eficaz en el 44


ejemplo de mate de tres piezas pe-
sadas.» ¿Realmente? ¿Hemos olvida-
do que la dama en muchas combina-
ciones de mate jugaba un papel deci-
sivo, que tan sólo su desinteresado
sacrificio abría el camino del triunfo
a las otras piezas? En la mayor parte
de las combinaciones de mate en el
medio juego interviene la dama de
Laudsberger
modo notable. (Encuentro por equipos, Berlín, 1948)

Regensburg
Aquí podían las negras con la bri-
llante jugada l. ... , T8D 1 amenazar
43
la decisión 2. T x D fracasa entonces
por 2. . .. , T X.T mate. Las negras juga-
ron empero l •.. ., D4AR y en verdad,
también ganaron; 2. T8A? (Era algo
mejor 2. D4A, pero no 2. D4C,
TxP+.) 2. .. ., DXP+! Las blancas
abandonaron. De todos modos el des-
preciado brillante movimiento hubiera
podido tener peores consecuencias.
Rnmani (juega)
Mannheim (juega)
(Encuentro lnter-ciudades, 1912) 45

¿Cómo se llega con la dama hacia


7T sin dejar tiempo al negro para
movimientos de defensa? Son las to-
rres quienes construyen el puente para
que con su sacrificio permÍtan a la
dama, ayudar al rey a obtener el triun-
fo. l. T8T+!, RXT; 2. TlT+, RlC;
3. T8T+!, RXT; 4. DlT+, RIC; 5.
D7T mate. Una realización de mate Castaldi
(Torneo internacional San Benedetto del
impresionante, pero en verdad, sin em- Tronte, 1953)

23
Las blancas creyeron que el adver- esquemas de mate, halla tales combi-
sario cambiaría damas, pero llegó una naciones.
diablura: l. .. ., C6D+ 1, con lo cual Con estas consideraciones queremos
después de 2. PxC?, D3A+ aparece- cerrar el capítulo «Mates sencillos•.
ría el mate implacable de la dama. Las En las secciones siguientes presen-
blancas jugaron por eso 2. RID, C X D; taremos, en cambio, todavía bastan-
3. P XC, D X P y abandonaron poco tes otros ejemplos ( 1también senci-
después. Tan sólo quien conoce los llos 1).

Mate del rey por ahogo


Ya en nuestras anteriores conside- bailo debe trasladarse primero hacia
raciones, reconocimos con cuánta fre- 6T pues al inmediato D8C+ el negro
cuencia y cuánto entorpecían sus pro- astutamente toma con el rey. Este
pias piezas al rey objeto de mate. De procedimiento de mate se da con fre-
nuestras siguientes posiciones, se pue- cuencia, y .a menudo intervinj~ndo
den usar las palabras adecuadas, aun- otras. pieza.s como muest!'an los dia·
que no muy bellas: Se ahogó en su grl4tlas 46 y 47.
propia grasa. Las negras utilizan su conocimiento
El más conocido es el mate ahoga- del mate ahogado en provecho propio:
do, cuyos elementos constitutivos se l . . .. , D3D+; 2. R3T, CSA +; 3. R3C,
hallan en la posición C4T+; ¡Obsérvese la marcha del ca-
adjunta. La tarea con- ballo! 4. R3T, D6C+l; S. TXD, CSA
siste, e n obligar la mate.
TIA a lC, para, en- N. N.
tonces, pod.er aasfi. 47
xiar" al rey desamparad,o con C7A
mate. Esto se·. logra del ti.odo §iguien-
te: l.-C7A +. RlC (T X e, D8R +! se-
guido de mate); 2. C6T+, RlT: 3~
D8C + !, T X D; 4. C7 A mate. El ca-

K. Rlcbter (Jaep)

46

Dr. AJeklalDe (qac Jacp)


(Seolóa de olmaltúaeu, Pftob'llrP, 1933)

Aquí, el caballo tiene primero que


realizar un pequeño recorrido, antes
de alcanzar la posición dada en el
esquema. Lo demás se da por sí solo.
El alfil blanco en 3D desempeña en el
remate final el papel del peón negro
B. K.
(BerUa, lfl9) en 2TR. Así pues : l. C6C +, R2T; 2.

24
CSR+, RIT; Caso de P3C, pues llamen te C X.T y el blanco gana fácil-
D7 A+, seguido de C X P mate. 3. mente.
C7A+, RIC; 4. CXP+, RIT; 5. En la primera edición de este li-
D8C+, TXD; 6. C7A mate. bro habíamos recomendado como la
En la partida no se presenta siem- mejor respuesta a l. T8A!? l. ... ,
pre el mate ahogado; pero su sola PxC; 2. TxT, DX.PC, con lo que el
amenaza puede conducir a ventaja po- negro devuelve la calidad que tiene y
sicional y hasta material. se dirige a las tablas. Varios aficiona-
dos no hicieron observar un huevo
Kfaarwacer de Colón, que se halla en la posición.
Juegan de un modo no menos elegante
48 a l. T8A!?, l. ... , C6R!; 2. Px.C (for-
zado, pues amenazaba mate en BA y
en 7C), 2. . .. , P X C!; y tras esta sor-
prendente apertura de la columna AR
las negras súbitamente tienen el brazo
de palanca más largo: el mate que
amenazan en BAR obliga a retroceder
a la torre blanca, y da tiempo a las
negras para hacer sentir su ventaja
material.
H. Reyss (juega)
Así pues la combinación empren-
(EilcUenlro social, Rollerdam, 1932) dida con l. T8A!? era un «bluf!. pero
eso naturalmente también ocurre. Y
En esta posición de la partida, por por ello es preciso en cada caso con-
ejemplo, las blancas hicieron la ju- servar la sangre fría y comprobar con
gada desconcertante l. T8A!?, con la precisión toda combinación del adver-
cual vieron que l. . .. , T X T fraca- sario. ¿O quisiera usted sufrir un mate
saba a causa de 2. D x PR+, RlT; 3. ahogado y después hacerse mostrar
C7A+, RlC ( .. . , TxC; 4. DXT+); cómo hubiese podido evitarlo?
4. C6T + siguiendo el mate ahogado. El rey puede todavía sucumbir por
Las negras, fácilmente impresionadas ahogo de otra manera. Ahí van algu-
por el movimiento inesperado del con- nos ejemplos:
trario, contestaron: l •... , T2R? y per-
dieron rápidamente tras este debilita-
miento de la primera línea: 2. D8D!
amenaza mate en 8A; a 2.... , T X D si-
gue 3. TXT+ con mate y a 2.... ,
T21R el blanco puede seguir tornando. En el primer ejemplo se comprende
Por eso: 2. T2R-2A. Pero ahora un que puede estar la dama en lugar del
tercer golpe de maza: 3. C7D! El negro alfil.
no puede todavía tornar la dama; la (49) Las blancas acaban de tomar un
amenaza D X T + seguido de T X T ma- caballo en 4R, creyendo que las ne-
te puede, es cierto, defenderse de ella gras volverían a tomar (l. .. . , A X A)
con P3TR pero entonces viene senci- y después de 2. D x .A hubiese tenido

25
PU!sburr (jae¡al lo rechazó, porque recordando el ejem-
49 plo de Pillsbury, reconoció claramente
que recibiría mate l. . .. , C7A+!; 2.
AXC, DSA+; 3. AlC, D6A mate.
¡El forzado movimiento de obstruc-
ción! Constituye también el motivo
principal del siguiente final.

N. N. (jueaa)

51

N. N.
(De aoa partida amistosa del grao maestro}

con su pieza de ventaja una victo-


ria sin complicaciones ¡Quién describe
su asombro, cuando el contrario le da
mate con la bella combinación l. . .. ,
D8A+; 2. AlC, D6A+I!; 3. AXD,
A X A mate. Obsérvese el carácter bá-
-(0. Andresen
sico del primer movimiento del negro,
(Cristiania,
~ ,' .
1914)
que fuerza al alfil dama blanco a
ocupar la última casilla de escape del
¿Cómo podemos aquí llegar a la
rey. En este aspecto el ejemplo si-
segunda posición de mate arriba des-
guiente es casi todavía más caracte-
crita? Una fórmula para ello se com-
rístico.
prende que no la hay: la imaginación
debe ayudar a ello. l. ... , A7C+!; 2.
Siimisch (juega)
T X A, D8A +; 3. TIC. Con el sacri-
50
ficio del alfil ha llevado el negro su
dama hacia 8A, e igualmente ha cla-
vado la torre. Si no estuviese el peón
2TR .... ¡Alto! ¡Ya lo tenemos! Con
3 .... , C6C+!; 4. PXC es eliminado
el último baluarte protector del rey
y las negras llegan por fin al tan de-
seado mate : 4 • . . ., D6T mate.
Más recientemente tuvo lugar un
caso parecido a éste, muy interesante.
Jobo (variante!}
(Campeonato social, Berlín, 1932) (52) Las negras ganaron elegante-
mente con l. ... , D7 A!!; 2. D8A +;
El último movimiento D2R-7R (pa- R2C; 3. D5AD. La única defensa; pero
ra a l. ... , P X P; seguir con 2. D5C +) ahora sigue el remate ya conocido por
no fue realizado por el blanco. Este nosotros: 3 • . . ., TXT+; 4. TXT,

26
Sultanbeieff (juega) Worms
52 53

Prins Bittner (juega)


(Torneo navideño de Hastings, 1949) (Encuentro por equipos, AqllÍicráu, 1954)

D6A+·; 5. T2C, DSA+; 6. TIC, La jugada sugestiva l. T X P1 se


C6C+!; 7. PXC, D6T mate. muestra como falta decisiva: l. . .. ,
También el m a t e T x P!!; arranca al blanco todas sus
a di unto constituye ilusiones. Ahora amenaza tomar la
una e la s e de mate dama blanca, también además T X.T +
•ahogado»; hablare- seguido de mate. 2. T X T no es reali-
mos de semejantes ca- zable; 2. DxT2A, a causa de 2 .... ,
sos de mate en nues- D8R+; 3. TXD, TxT mate. Así pues
tro próximo capítulo. Aquí vaya sólo el blanco muy a su pesar tuvo que
un ejemplo: reconocerse batido.

En la octava línea

El anhelo de toda torre es llegar a Dr. Euwe


la octava línea para allí dar mate al 54
rey contrario. Especialmente, cuando
sale tan bien, como en el último es-
quema de la sección anterior. «Sí, sí,
la falta de aire• explica el avisado
tebano y piensa al decirlo en los <<ino-
perantes • peones del enroque negro.
Solamente con que hubiese jugado
uno, no hubiera llegado tal desgracia,
pues el rey hubiese tenido un «res-
piradero». Aun un maestro recono-
cido no piensa a veces en este sencillo Rescbewsky (juega)
hecho. (Torneo internacional, Nueva York, 1951)
(54) En la posición del diagrama
Reschewsky jugó l. D?D? y después dama no puede moverse a causa de
de l. ... , TlD! rindió las armas. La Tx T mate.

27
Darga (jue¡a) Dr. Eochrirch
55 57

Budrich R. Schneider (juega)


(Leipzig, 1951) (BerUn-Wilmersdorf, 1935)

Lo que puede hacer un gran maes- Aquí tampoco tiene el rey negro
tro, igualmente es factible para el «respiradero• alguno, ya que el peón
joven maestro l. ..., CIA-3R? alejó blanco en 7A y la propia torre en 2R
una protección de la primera línea, la le interceptan el camino. ¿Cómo apro-
otra la eliminó el blanco: 2. DXT+l vecha esto el blanco, ya que al mismo
y el negro abandonó (2. .. . , C X D; 3. tiempo que los accesos a la octava lí-
T8R mate). ¡Una antigua canción! Pero nea están cerrados, el P7A no está
aun teniendo un respiradero son po- defendido? Pues bien; con l. DXT!,
sibles tales casos y similares, prin- P X D se abre la perspectiva a la T2A
cipalmente, cuando el adversario pue- para ir hacia la octava línea, y con
de ficticiamente dar res~iro a su rey. 2. C6C +! se defiende el P7 A, sin
pérdida de tiempo ya tome con el
More! (juega) P2T o con la dama siempre sigue
56 3. TSA + seguido del mate.
Las blancas no vieron esta elegante
maniobra, sino que jugaron l. T3C y
ganaron con ello también finalmente.
(¡Lástima casi hubiésemos dicho!)

U. (juega)

58

H. Johner
(Copa suiza, Neuenburg, 1952)

Las blancas, irreflexivamente, te-


niendo en cuenta el respiro P3TR
ganaron un peón en 4R después del
cambio de piezas; pero después de
l .... , A3D!; tuvieron que abandonar.
Kunnemann
El porqué, es fácil ahora verlo. (Berlín, 1934)

28
Este caso nos muestra que si bien (59) También este desconcertante
las negras se han proporcionado un ejemplo muestra las posibilidades in-
respiro, no se han dado cuenta que sospechadas del rey de los juegos.
un alfil blanco les quitaba pronto el ¿Qué jugará aquí el blanco? •TX.P!J
aire necesario. • Un alfil que asi se pensará Vd ., querido lector, quizás
infiltra en la posición del enroque, es avizorando el mate que se prepara en
extraordinariamente molesto y debe la octava línea (T x P, T X T, D8T+,
en lo posible ser desalojado.• La octa- o T X P, D x D; T X T+) y ya hemos
va línea no está protegida, y precaria- caído dentro. Es una falta conocida
mente el baluarte en 4R impide la de muchos ajedrecistas, que dedican
catástrofe inmediata. Por otro lado, el todo su aprecio y lógica a sus propios
alfil no puede jugar (a causa de T8R planes «mientras las intenciones del
mate), y en ello se basa el plan de las adversario les merecen poca atención•.
blancas. El negro jugó con cierta lige- Si éste permite una jugada como T X P,
reza l •... , D X PC; a lo que siguió l. no quiere ello significar, que él no la
D6A!, DXPAD?; 3. D7C+I, AXD; ha visto. ¡Puede haber pensado tam-
4. T8R+, AlA; 5. TXA mate. ¡La bién algo sobre ello ! Y éste es aquí
potencia del alfil en 6T! el caso. También e! conductor de las
Los aficionados húngaros hicieron blancas jugó T x P? Esto lo había es-
sin embargo un descubrimiento sor- perado el negro: con l. ... , DXPT+I;
prendente: Las negras debían jugar 2. A XD, TXA+; 3. D2T (forzado),
2... . , D8A!! (en lugar de 2... . , TXD+; 4. RXT vino el negro al
D x PAD). Esta magnífica jugada clava cambio de damas y pudo entonces
la torre en lR, por lo que 3. D7C+ tomar la torre en 7A sin peligro. ¡Re-
no sirve. Si el blanco toma la dama sultado: ganancia de una pieza! No
con el alfil o con la torre, entonces es es todo oro lo que brilla sobre la
posible 3 .... , A x .D y el intento 3. octava línea .
DxA se defiende con 3... . , DxA,
Mindeno
tras lo cual las negras ya no pueden
perder. 60

Mlu Menchlck

59

Dr. Alekhine (juega)


(Simultáneas, Holauda, 1933)

Aquí se esfuerzan las torres blancas


Lazard (lue¡a)
en atrapar al rey negro en lT. Recor-
(París, lii:ZII) damos con ello el esquema de mate,

29
del que hemos hablado al principio. CoUe

Aquí, no obstante, la cosa está algo 61


más complicada, ya que el rey tiene
escape por 2A. Un inmediato jaque en
8T no conduce a nada. «Todo nuestro
espíritu y esfuerzo debe encaminarse
a quitar al 1·ey dicho escape.» Bien, ¡si
pudiésemos jugar P6C! ¡Entonces el
mate en 8T sería inevitable 1 Pero la
dama negra cierra el paso sencilla-
mente al peón. Sin embargo, es cues-
tión de meditar; después de l. P6C, Dr. Alekbine (juega)
D x P, intentamos 2. D4A+ para obli- (Torneo magistral, París, 1925)

gar al negro a obstruir la casilla 2A.


Con l. D XT, TXD; 2. TSR+, R2T;
Pero él no piensa en ello, sino que 3. TIA-SA las blancas ponen a su ad-
contesta .. . , P4D! Después de todas versario sorprendido la camisa de
estas consideraciones comprendemos
fuerza. Si quiere librarse de ello, debe
la magnífica jugada de Alekhine l.
sacrificar la dama y queda entonces
C5R!! A P XC (amenazaba realmente con una torre menos.
T8T mate. Caso de D x C; pues sim- Tragicómico se ofrece el caso, que
plemente 2. DxD, PxD; 3. P6CI) desarrolla el diagrama 62.
puede jugarse 2. P6C!, DXP; 3. D4A+
ya que ahora no es posible P4D. Henncber¡er

El negro debe tapar él mismo la 62


última salida en 2A, y es mate
en 8T.
Esto asombra al profesional. ..

Eliskases (juega)
(Torneo de maestros, Liebwerda, 1934)
¡ La camisa de fuerza 1 Quien la ten-
ga, sólo puede revolverse desesperado La situación del blanco es altamen-
en cualquier sentido pero no hay de- te incómoda. ¿Puede todavía salvarse
fensa contra el mate en 8T a menos o emprender un contraataque prome-
en algún caso de pérdida considerable tedor? Después de l. T X P +, P X T;
2. R3T (si P4CR, D5T mate), D4C!;
de material. Se habla en tales casos
3. A5D+, RIA nada ha mejorado.
simplemente de un soslayo de la po- Pero l. A5D+ parece ser lo más justo;
sición del contrario. a R2C contestamos 2. Dx.P+. etc., y

30
a RlA tenemos la jugada sorpren- tarse a los peligros de mate (2. R2A, o
dente 2. T4A+! (PXT, DBT mate). RlC?, D3C+ seguido de DXT. 2.
Así pues, jugó el blanco tranquilo l. RJ.C? D3AI, etc). Siguió una sorpresa
A5D+ y no daba crédito a sus ojos, desagradable 2. C5D+! Una combina-
cuando contestó su adverasrio l. ... , ción denominada de ganancia de tiem-
D2A!! Una jugada semejante puede po. Mediante esa oferta de jaque no
ablandar al hombre más entero. En tiene tiempo el negro para llevar a
lugar de pensar con sangre fría en la ejecución los movimientos de defensa
salvación, las blancas tomaron a toda planeados. Que se pierde el caballo,
prisa la dama. 2. A X D +? y abando- ¿qué mal hay en ello? A 2... . , Px.C;
naron después de 2 .... , RlA! pues no sigue 3. T8C-8R mate! Las negras
se puede evitar el mate en lT. En lu- abandonaron pues el final, también
gar de aquello hubiera 2. TxP+I, después de 2.... , DXC+; 3. TXD,
RlA! ( ... , PxT; Ax.D+ seguido de P X T no tiene esperanza, si bien las
P4CR); 3. P4CR!, DxT; 4. DXP! blancas deben jugar con atención (pero
ofrecido una áspera resistencia. Claro tiene todavía tiempo, con 4. TSTR
que el blanco tiene dos calidades me- de ir en busca del PTR).
nos, pero un fuerte ataque contra el
rey negro sin protección, mientras que Szymanskl (Jue&a)
al suyo por el momento no le puede 64
pasar gran cosa.

Pilnlk (Jue&a)

63

Luczynowla
(Jurada en Poloaia, 1953)

El jaque inmediato no conduciría


a nada como ya se ha visto a menudo
Wade
(Torneo lnterzonal, Estocolmo, 195'2) pues después l. ... , T8T+? 2. R3C el
rey blanco estaría en seguridad rela-
¿Cómo deben las negras defenderse tiva.
del mate que amenaza en lR? Si jue- ¡Ah, si se pudiese jugar ... , P5T!
ga l. ... , P3A; las blancas con 2. Esta reflexión conduce a la idea justa:
TSC 1 ganan la dama, pues debe sacri- l ... ., DXT+!; 2. DXD, P5TI (ame-
ficarse para evitar los mates en 7CD o naza TBTR mate); 3. P4C, T7 A
7CR (¡de nuevo el mate de las dos co- mate.
lumnas de las torres 1). Pero con l .... , Aquí aparece por añadidura un es-
D2C+ creyó el negro poder enfren- quema de mate con un matiz nuevo.

31
La dama «~xcéatñca»
•• Entonces las mujeres SP
convertirán en hienas . .. ''
Las blancas pueden Torre
con P7 A dar un bo- 66
nito mate. Para alcan-
zar la tal posición va-
len la pena todos los
esfuerzos.

S. F . Kostrovicki (juega)

65

Adams (juega)
(Nueva Orleáns, 1920)

se pone nuevamente de manifiesto el


tema de la octava línea. El punto 8R
es doblemente atacado, pero igual-
mente defendido por partida doble. Si
el ataque logra apartar una de las pie-
K. V.
zas de la defensa, T X T + conduce al
(Riea, 1899) . mate. En esta reflexión tan sencilla,
se fundan los movimientos •excéntri-
Las negras quisieran llegar con gus- cos• de la dama blanca que siguen.
to a P6A-7 A mate. Para ello, aparecen l. D4CR!, D4C. Caso de DSD pues
algunos obstáculos en el camino. El :Ó x T 1, etc. Ahora, empero, sería un
problema consiste en hacer posible error D x _T; después de T X D, la ca-
T8R+. (AlA, TxA+I; TxT, P7A silla SR queda protegida suficiente-
mate), ahuyentando a la dama en 3A. mente. 2. D4ADII se sacrifica doble-
Con eso está relacionado l •... , D X Al mente, pero las negras están de tal
en cierto modo; la dama blanca debe modo atadas las manos por la defensa
huir, pero debe tener ante los ojos de IR, que no pueden hacer nada.
l T y también IR: 2. DlA. La adver- 2•... , D2D; 3. D7All ¡Una amazona
saria negra se pone furiosa y persigue desvergonzada! 3• . .. , D4C; 4. P4TD!,
con fanatismo su objetivo: 2. . .. , D7C!l D X PT. La posición negra está en un
Ni la torre ni la dama pueden tomar patético desamparo. S. T4RI, D4C; 6.
la osada intrusa. Sólo ayuda otra DXPC! ¿Por qué primero el juego in-
huida: 3. DlA. Todavía no da el termedio 4. P4TD y 5. T4R? ¿Por
negro tregua alguna: 3. . .. , D X T!; qué no directamente D X PC? pregun-
DXD, TSR+!; S. DXT, P1A+ se· tará quizás un lector escéptico. Pues,
guido de mate. Con férrea consecuen- sí en seguida 4. D X PC es posible .. . ,
cia ha realizado el negro lo que se D x T! (5. T X D, T8A +, etc.). ¿Pero
proponía. por qué no podía existir tras 4. P4TD,
(66) En esta posición muy conocida 4. ... , D X T? Pues, porque entonces el

32
blanco juega sencillamente 5. T X D 1 ya la amenaza de 7AR, que sólo el
y ahora no es posible TSA +. Después caballo puede arreglar (1. ... , C X A).
de 6. D x .PC la pártida está perdida, «Sí, pues, ¿qué quiere Vd. en resu-
sin salvación para el negro. ¡Una gesta midas cuentas? Tampoco gana · enton-
brillante de la dama blanca 1 ces D x.P! • ¡Un poco de paciencia 1
Las blancas tienen simplemente toda-
Schla&e vía otra flecha en el carcaj, y en ver-
67 dad es 2. D X Al (compárese además
con el movimiento D7A en el núme-
ro 66!). Las negras no pueden acudir
a todas las amenazas.

Kamilochov
68

Wegemund (juep)
(Torneo de Oeynhauseo, 1922)

Las blancas jugaron D4A y alcan-


zaron también así posición ganadora,
pero perdieron luego la partida por
un error. Si ellas hubiesen conocido
Rowner (juega)
la posición anterior, no se les hubiese (Moscú, 1947)
escapado la jugada que decide ense-
guida l. DXPA! La defensa de SR es Después de lo anteriormente ma-
atacada, pero por ello no necesitaba nifestado, las jugadas excéntricas de
preocuparse el negro: después de la dama blanca, son fácilmente com-
DxD, Ax.D; ocuparía el alfil el lugar prensibles l. D7T!, D4T; 2. D X PTI,
de la dama. Mucho más incómodo es D2A; 3. D7T! Las negras abandonaron.

El punto crítico 7TR

¡Qué no se habrá jugado en la ca- que comienzan con un sacrificio de


silla 7TR 1 (o en su caso 2TR). Se alfil en 7TR apenas por lo corrientes,
sacrificaron alfil, caballo, dama y torre son objeto de mención. Es el pan
para lograr el mate. Supuesto natural- nuestro de cada día del ajedrecista.
mente que las negras (o en su caso el Sin embargo, se deben conocer las
blanco) hayan efectuado el enroque combinaciones y quizá las siguientes
corto. realizaciones pueden contribuir a que
El sacrificio del alfil en 7TR. más tarde haya un jugador de ajedrez,
Casi no hay ajedrecista que no haya que pueda decir con orgullo: A mí
sido sometido a este sacrificio con nadie ha llegado a sacrificar en
finalidad de mate. Las combinaciones 7TRI

33
Bauschke Dr. ROdl

69 70

Deutschmaon (juega) Bogoljubow (juega)


(Campeonato de la liga berlinesa, 1929) (Campeonato de Alemania, Pyrmont, 1933)

Generalmente corresponde a un sa- Las blancas sacrificaron en 7TR,


crificio exitoso del alfil en 7TR un con idea de recuperar el alfil median-
peón blanco en 5R. te D3D + y D X A ganando a fin de
Pero aquí, en lugar del mismo, la cuentas un peón. En Jugar de ello, co-
torre en IR vigila al P6R en la co-
mo despu és señaló el maestro Samisch,
lumna semiabierta. Así pues: l.
hubiera podido con l. A X P +, R X A;
AXP+, RXA; 2. C5C+, R3C. Des-
2, C5C+! (no D3D+) realizar un
pués de RlC viene D5T y la amenaza
de mate sólo puede ser parada con la ataque directo contra el rey. Después
retirada de la torre en lA (3 . ... , TIA- de 2•... , RIC; 3. D5T, D2A!; 4. T3Cl
ID pero aun así permanece fuerte el el ataque debió abrirse paso. Aquí ve-
ataque blanco: 4. D7T+, RIA; 5. mos otro nuevo momento: «la torre
D8T +, R2R; 6. D x P). En muchas atacante en la tercera línea entra en
combinaciones sobre 7TR, esto no es el combate n, pudiendo según las exi-
posible pues generalmente en 2R se gencias, hallar utilización en las co-
encuentra la dama negra, así que la lumnas, AR, CR y TR.
retirada de la torre conduce igual-
mente al mate. Dr. Antze
Las blancas continuaron con 3. D4C
71
igualmente jugada típica en esta línea
de juego. Dijimos anteriormente que
es fre cuente que un peón blanco en
5R apoye la combinación. Esto es de
desear, para quitar fuerza al movi-
miento P4A del negro. En la posición
precedente esto no es necesario; aquí
fracasa P4A por la debilidad en 3R.
Las negras intentaron huir con el
rey : 3.... , R3A; pero se introduce
con ello más en el mate 4. TXP+!, Ahues (juega)
PXT; 5. DXP mate. (Encuentro cuatripartito, Brcmen, 193.Z)

34
El acceso de la torre a la tercera tras está caliente. Después de DST,
línea se demues tra de un modo claro T4A el negro puede todavía defen-
en este ejemplo. l. A X P+ !, ·R X A. derse. 4.... , R X T; 5. D5T+, RIC;
A e X A, viene D X PR + seguido de 6. P6C. Las negras, contra el mate
e6e mate. 2. D5T+, RIC; 3. D7A+, en 7T, no tienen defensa (si, en su
RIT; 4. T3R, PX C. No se ve otra caso la t orre juega, mate en 8T). Se
jugada. 5. T3T+, C2T; 6. D6C, RIC. observa con esto especialmente la pe-
Ta n sólo la más rápida huida puede culiar efectividad del P6e, sobre lo
quizá todavía ayudar. 7. DXC+, R2A; que más tarde volveremos.
8. T3A+, A3A; .9. A5C, D2R. Deses- Pero no siempr e son los sacrificios
peración; no hay salvación de ninguna de alfil en 7T correctos. Ya se dijo
clase 10. A X A, D X A; ll. D5T+, anteriormente. que la no existencia de
R2R; 12. T X D y el blanco ganó con un peón blanco en SR puede hacer
facilidad. peligrar la combinación . Véase:

R. Horn
72
73

K. Rich~ (juega) Fincke (juega)


(Berlín, 1935) (Berlín, 1931)

Al e3AR le han quitado la casilla Una posición parecida a la del dia-


seR. Así, no sirve ya el sacrificio del grama 69. Sólo que aquí el P3R está
alfil en 7T!? ¡Claro que sí! u Aquí protegido por el alfil en 2D, y esta
llegamos a conocer una fineza más de pequeña diferencia convierte el sacri-
la combinación, a saber, el relevo del ficio en 7TR en fracaso. l. A X P+.
caballo por la torre.» A ella pertenece ¡No puede r esistir a ello! l ... ., R X A;
la jugada P4TR. 2. C5C + , R3C! N o Rle; DST, con
Tuvo lugar l. AXP+, RXA; 2. las variantes conocidas 3. P4TR. ¡Ya
C5C+!, PXC? Un enemigo es aba- lo tenemos aquí! La jugada «natural»
tido, pero el otro, no menos peligroso, D4e no da nada, porque la dama
aparece. Más probabilidades de defen- blanca tras .. . , P4A (el peón blanco
sa ofrecía 2. .. . , Rle; 3. DST y tan que falta en SR!) no puede sostenerse
sólo ahora P X e ; If. P X P, T4A! ; que en la columna eR. eontinuóse: 3 • . .. ,
dificulta la jugada P6C. 3. PXP+, TIT; 4. D3A, TlTD-lAR; 5. P5T+,
RIC; 4. T8T+! ¡Sin perder tiempo TXP; 6. C X PA. Una última tentativa,
alguno! Se debe forjar el hierro miep- 6 .. .. , T4AR! que las negras rechazan.

35
Tras T x C; D4C+; las blancas, sin ne- VaoconceUo• (juega)
cesidad, obtienen nuevas probabilida- 74
des. 7. CSR+, CXC; 8. D3C+, R2A;
9. PXC, AXP; 10. D4C, RlC; 11.
A6T, T X P y el blanco abandonó. Esto,
dicho sea de paso, como advertencia
para el juego de alegres sactificios.
Ahora tan sólo dos palabras sobre
la mejor manera de protegerse contra
el sacrificio del alfil. aCamo lo más
sencillo está la jugada PJTR! con lo
que escapa el peón a la captura del
Reinbardl
alfil, y quita al mismo al caballo la (Mar del Plata, 1951)
casilla 5CR .• Pero si el punto 2TR
debe ser forzosamente defendido lo DXP+!!, RXD; 3. T4T+ (¡jaque do-
mejor es proceder del modo siguiente: ble!) que conduce al mate.
¿No sabemos t o dos Ciertamente la posición después de
que la defensa más di- l. . .. , P4CR está casi perdida no con
recta es d e s d e 3AR? 2. T4T? (D x Al) pero sí con 2. TBR!
Claro que si, pero en lAR, el caballo (con doble amenaza de mate en 7C y
defensor es mucho más difícil de ata- 7T).
car que en 3AR. Y ya sabemos las Por lo demás el negro puede conso-
preocupaciones que surgen a menudo larse : no había otra salvación .
.:uando la pieza defensora de un punto
importante cae bajo el juego del ad- H. Kühne
versario. Una pequeña desventaja de 75
la situación del caballo en lAR, es la
debilidad del P2AR.

Sacrificio de la dama en 7TR

Las posibilidades que la dama tiene


de sacrificarse en 7TR, no son pocas.
Hemos reunido aquí una pequeña se-
lección de casos:
Müller (juega)
(74) El blanco amenaza D X P+, (Ziesar, 1912)
RxD; T4T mate; la forma más fre-
cuente del sacrificio de dama en 7TR También aquí la cosa es fácil en
(véanse también los esquemas de mate cierto modo: las torres en lC y 3C
precedentes). Por ello, las negras no obstaculizan al rey negro, así que es
pueden jugar l. . .. , D X A. El intento posible l. DXP+, RXD; 2. T3T+,
aún l. ... , P4CR para impedir la juga- T3T; 3. TX T mate. No se presentan
da de torre hacia 4T y es ciertamente las cosas tan fáciles en la siguiente
curioso que también así después de 2. posición.

36
Szylter De nuevo nos sorprende el contor-
76 no de las posiciones precedentes: la
torre en 1 CR, los peones en 2AR Y
JAR y el altivo caballo que reina en
5AR. ¿Claro que nosotros sacrificare-
mos en 7TR, no es verdad? Pues la
cosa no está de nuevo tan evidente.
Después de l. DXP+, RXD; 2.
TIT+, C5T+; 3. TXC+, R3C; 4.
T6T+, R4C parece que no se puede
seguir adelante. Para hacerlo se debe
Mross (juega) naturalmente calcular de antemano Y
(Berlín, 1935) no confiarse quizás luego : Calssa nos
ayudará. Así pues: 5. C3A + !, C XC;
Todavía tenemos aquí de nuevo la
6. R XC y el 'negro no tiene defensa
torre ICR, que priva de la ruta de
contra A4A mate o A4T mate.
escape al propio rey y el caballo ame-
El rey blanco hasta ha tomado parte
nazador emplazado en SAR. A eso se
activa en el ejemplo de mate, y esto
añade la rígida formación de peones
no es frecuente.
en 2AR y 3AR. Si en 3CR hubiese
... En lugar de dar mate tan linda-
un peón podría con l. D X P + dar ya
mente, jugaron las blancas (segura-
mate (R X D; 2. T3T mate). Pero ahora
mente en un ataque de ceguera ajedre-
las negras sacrifican su caballo y ganan
cística) l. Tl T? y rindieron las armas
para el rey la salida 3C. ¿Pero no se
tras l. ... , CSA +. Su dama está per-
podría continuar? j Efectivamente l
dida. ¡Oh Calssa ... l
•Flanqueado a ambos lados por las
torres enemigas el rey negro debe em- Zukertort
pezar la ruta amarga hacia Canosa y 78
rendirse al enemigo en 6CR. • Así: l.
DXP+l, RXD; 2. T3T+, C5T; 3.
TXC+, R3C; 4. T6T+, R4C; 5.
P4T+, R5C; 6. C3R+, R6C; 7. T3A
mate.
Seeeer
77

Anderssen (juega)
(Torneo de maestros, Barmen, 1869)

Las blancas han logrado llevar un


peón hasta 7CR. La fuerte posesión de
la columna de caballo, el peón de re-
fuerzo en SA y el alfil de ataque en
3D permiten un bello remate. l.
Scbettler (juega)
(Perlebere, 1926) DXP+!, RXD; 2. P6A+I. Más fuerte

37
que T3T +, después de lo cual, el ne- l. DxP+, RxD; 2. T5T+ no coro-
gro puede responder aún D3T. 2 ... , duce aquí al mate, porque la dama en
RIC (DxA; T3T+) 3. A7T+! Las 3D se interpone. ¿Cómo se puede
blancas no dejan tiempo ·al adversario evitar eso? Con l. C6C+! la dama no
para movimientos de . defensa. 3 .. ., puede tomar a causa de D x T + y a
RXA; 4. T3T+, RIC; 5. T8T mate. l. . .. , CXC le sigue 2. DXP+, RXD;
2 peones ligados tan avanzados y pasa- 3. T5T mate. El papel del caballo
dos son cosa rara todavía en el medio sacrificado lo desempeñan en el re-
fuego y constituyen, empero, un arma mate el alfil blanco en 4A y el caballo
peligrosa. negro en 6C!

S alter Wa¡¡ner

79 81

Miguel Marco (juega) Grünfeld (juega)


(Czernowitz, 1929) (Encuentro entre naciones, Londres, 1929)

Con l. A5C! se aparta la dama del Aquí, y en la posición siguiente ad-


punto 2R y tenemos una variante muy quiere el sacrificio de dama un nuevo
conocida 2•... , DXA; 2. C7R+, RIT;
carácter: "dejar libre la casilla 6CR
3. DXP+, RXD; 4. TIT mate.
para el caballo blanco, enviar la torre
a la columna TR sin pérdida de tiem-
Scb.
po y amenazar así en 8TR un mate
80
imparable». Después de l. DXPT+,
RXI}; 2. T3T+, RlC; 3. C6C! con-
tra 4. T8T mate no hay nada eficaz.
Obsérvese la clavada del P2AR por el
A4A! Ya, con frecuencia, las piezas
blancas irrumpen en 6CR bajo la pro-
tección del alfil.
Por otra parte, el blanco no ganó
así, sino jugó T3T y con ello omitió
K. Richter (juega)
(Berlín, 1934) la vía rápida de decisión.

38
K. Schleebaum

82 83

Ahues (juega) Von Braunbehrens (juega)


(Berlín, 1932) (Stralsund, 1934)

El asunto está en el ejemplo ante- acabar con su dueño y señor, nos


rior muy embrollado, ya que el rey apoya realmente l. D X P+, R X D;
negro tiene la casilla de escape 2AR. 2.. CSA+, RJC; 3. C7R+, R2C; 4.
Hay, empero, combinaciones, con las A6T+!, R2T; 5. ASA mate. El ejem-
cuales la torre blanca da mate en 8AR plo de mate no nos pudo ser entera-
con sencillez. mente desconocido.
« ¡ Sí, pero aquí el mate en 8AR no
es factible, la dama es defensa sufi- Cranston
ciente 1». Eso se ve a simple vista; 84
calculemos todavía. N o hay sin em-
bargo, motivo alguno de temor: Las
combinaciones que se anuncian con
jaques ruidosos son mucho más fáciles
de ver que aquellas otras de jugadas
tranquilas. Esto está también claro:
las ofertas de jaque no dejan ninguna
o casi ninguna elección! l. D X P+ !,
RXD; 2. C6C+, RIC; 3. T8T+, R2A;
4. T8A!+, DXT; 5. P6D mate. Un
Dake (juega)
bonito mate. El sacrificio de la dama (Encuentro de naciones, Varsovia, 193S)
y de la torre revitalizan súbitamente
al A3C. «No se olvide el P5AR, que Las negras habían faltado seriamen-
creó primero el importante punto de te a los principios básicos de la aper-
apoyo para el caballo.» tura, atrayéndose un poderoso ataque
También en el núm. 83 surge un del adversario. El alfil y la torre obs-
ataque a la descubierta del caballo, truyen además al rey de tal modo, que
pero la ejecución del mate es comple- un rápido y bonito mate hay dentro:
tamente diversa. Por lo demás, salu- l. DX P+ !, RXD; 2. PXP jaque doble
damos un antiguo conocido: la torre y mate. ¡N o es agradable recibir así
en 1 CR, que en nuestro esfuerzo, para mate!

39
Scbories y L. Herrmann (juega) de l. DXP+, RXD; 2. CXA+, R3T
85 no es posible el mate en 7AR, que
acabamos de ver con los colores cam-
biados. El rey debe ser llevado por
otro camino. ¿Pero cómo? En ello hay
que ver claro, antes de sacrificar en
7TR. ¡Y es posible 1 El pobre rey debe
comenzar un largo viaje: 3. C5R-4C+,
R4C; 4. P4T+, R5A; 5. P3C+, R6A;
6. A2R+, R7C; 7. T2T+, R8C; 8.
0-0-0 mate (o 8. R2D mate. Lo que
Aliados realmente sucedió en la partida es
(Partida en consulta, Berlín, 1934)
indiferente y no lo mencionamos).
¡Un ejemplo grotesco! «Todas las
fuerzas combativas del blanco están Palabras finales
reunidas en el flanco de dama, el rey
blanco se encuentra impotente ante el Ya hemos visto bastante de lo que
choque de un grupo importante de las puede acontecer alrededor de 7TR y
fuerzas enemigas.» Así puede uno su- todavía de vez en cuando recordare-
ponerse a un guardameta en el fútbol mos la «endeble casilla 7TR».
que ve venir sobre sí a cuatro delan- Todavía aquí dos pequeñas observa-
teros enemigos, mientras ningún de- "ciones: La dama y el al-
fensor está en las cercanías. ¡El dis- fil, toman por asalto a
paro será gol ! menudo el p u n t o 7TR.
No ha de extrañarnos pues que el ¿Cuál de esas piezas debe
negro dé mate de una manera efectiva apoderarse primero de
con l. ... , DXP+!; 2. RXD, C6A+;
él? Después de D X P+,
3. R3T o RlT, 4. C7A mate.
RlA existe siempre la posibilidad, que
el rey enemigo escape en el último
Sir Thomas
momento.
86
Si el P2AR no está protegido, las
blancas pueden dar mate en cuatro
jugadas : l. AXP+!, RIT; 2. A6C+,
RlC; 3. D7T+, RIA; 4. DXP mate.
«jNo cesar jamás en la persecución del
adversario!"
Damos un sencillo ejemplo del mate
Dama/Alfil (Diagrama 87).
Las negras creyeron con l •.. ., D7R
Ed. l asker (juega) (y amenaza de la torre blanca) tener
(Partida amistosa, Londres, 1913)
tiempo para la buena jugada defensiva
No es tan escasa en esperanza la D7AR; pero las blancas ya pueden
situación en este ejemplo. Después forzar el mate: 2. P X P!, D X T; 3.

40
V. Toth PXPT+, RXP; 4. A4R+, RlC; 5.
87
D5C+. El negro abandona (Rl T; 6.
D6T+, RIC; 7. D7T mate). ¡Bonito
e instructivo 1
La irrupción de la dama enemiga
hacia 7TR no está tan mal cuando
existe un alfil negro en 2CR. Aquí en
la mayoría de los casos
el ataque blanco después
de l. DxP+, RIA no
progresa. ¡El a 1f i 1 en
Engels (juega)
(Torneo internacional, Sao Paulo, 1952) 2CR protege bien!

El Rey de viaje

Ya en anteriores ocasiones, y muy AID. Mejor era ciertamente R2C,


especialmente en el sacrificio de dama aunque después de .. ., TICD el blanco
en 7TR, habíamos visto cuán fácil- no tiene igualmente perspectiva algu-
mente sucumbe el rey enemigo al fue- na 2•. .., D X P+! ¡Fuera con el rey de
go cruzado de .las piezas cuando sa- su refugio! 3. R x D, A4C +; 4. R3D.
cado de su refugio seguro, se tiene
¿Y ahora qué? Después de 4. . .. ,
que poner en marcha. A continuación
P5A +; 5. R4D no hay que pensar en
traemos algunos ejemplos caracterís-
mate. Hay que intentar por lo tartto
ticos.
en primer lugar, quitar al rey la casilla
Schorie1 (juega) 4D. Con dos jaques de torre se logra
88 ello muy bien: 4. . .. , T6R +; 5. R2D,
T5R +; 6. R3D, P5A mate. Las pro-
pias piezas AlD, P2A y P3A mantie-
nen aquí a su rey férreamente sujeto.

Blümich
89

J. Foulds
(Jugada en el Club de Ajedrez de
Bradford, 1914)

Las negras tienen una calidad más,


el ataque blanco no tiene valor, ¿qué
puede todavía pasar? Pues, la manera
como el negro fuerza el mate es real-
Dr. Rodl (juega)
mente divertida. l. ... , DSR +; 2. (Encuentro por equipos, Wiesbaden, 1934)

41
Una batería de torre y alfil (T2A, blanco, cuando jugó C7 A. Si el rey va
A3A) está lista para disparar ¿Cómo hacia lA, C5C decide. 3. P4CR, A5R;
puede entrar en juego? Mientras que 4. C4T mate. Tales modos de mate en
se obliga al rey enemigo a poner en 2AR y 3R son bastante frecuentes.
el campo de tiro, sacándole de su si-
tuación defensiva l. D X P+ !, R X D. N. N. (juega)
Si se niega el rey, con Rl T, a seguir 91
el camino hacia lo desconocido, el
negro después de A4C! (que amenaza
A x C y también A6R) no tiene de-
fensa alguna. 2. A X P+, RJC (R2R,
T7A mate) 3. A7A+, RXP. Todo for-
zado. 4. AlA+, R5C; 5. T4A +, R4C;
6. T4R mate. La batería ha hecho
buen blanco y se ha portado de ma-
nera brillante en la persecución del
enemigo. F. Ekstrom
(Sueda, 19l9)
Feld
90 Las negras jugaron l. . .. , D X C.
«Bueno», dirá Vd., quizás, querido
lector, «de1l_pués de todo lo que he
visto hasta ahora también tenían que
sacrificar la~' blancas ·la dama en 7CR.
Pero después de 2 .... , RXD; 3. T5C+
el rey vuelve a su casa y estoy como
antes». ¡Así pues, nuestro propio peón
en 7TR protege al rey negro 1 y ve-
nimos en conocimiento de cierta arti-
maña; «después de haber sacado al
Dr. Alekbine (juega)
(Partidas a la ciega, Tarnopol, 1916) rey, el poder efectivo de la ton·e en
1 TR se aumenta mediante el sacrificio
Y aquí igualmente se nos presenta del peón 7T», haciendo imposible la
la casilla 2AR como la puerta de retirada del enemigo a 8T. «¡Sí, pero
irrupción para las blancas. Pero ¿qué entonces escapa él pues hacia el otro
sacarán las blancas conduciendo al lado! " Pero allí no irá muy lejos; su
rey negro a 2AR? Deben poner en propio alfil le impide el paso. Com-
juego su fantasía, representarse el es- pruébese: 2. DXP+!, RXD; 3.
quema de mate, en el caso que el P8T:D+, TXD; 4. T5C+, RlA; 5.
rey se dirija hacia 3R. Debe conti- TXT+, ClC; 6. TXC mate.
nuarse engolosinando al rey. Véase: Hablábamos en el diagrama 89 de
l. C7 A!, R X C. Caso de A x .C; pues una batería Torre-Alfil: en el núm. 92
D X P!, y ahora amenaza C6T +, etc., está preparada para el disparo la torre
con mate ahogado que ya conocemos. y el caballo (A2C-C3A). El rey ene-
2. DXP+, RJC. Si RXD viene el migo ya se encuentra en el campo de
bonito mate C5C. Eso lo previó el tiro, pero todavía con una pequeña

42
Rjumin (jue¡¡a) En la posición del ejemplo núm. 93
92 tu vo lugar l. C X PC!, R X C. El con-
trasacrificio C X PD; se contesta con
D X.P! 2. D X P+ !, R2C. ¡Después de
R X D se produce Jluestro esquema 1
3. P6C, DIC. No hay ya salvación. 4.
T XC! La pieza protectora de la casi-
lla 6TR, es eliminada. El negro aban-
dona. Siguen un par de posiCiones en
las cuales el rey ya ha tenido que
peregrinar, y se trata de estrechar bien
el lazo.
Popoff
(Moscú, 1929)
Km oeh
protección de caballería (C3A). Con 94
un audaz golpe de mano desmantela
el negro la defensa · blanca. l. . .. ,
TXC!; 2. AXT, DXA+!; 3. RxD,
CXPD+. ¡Una diana! 4. R4C, AlA+;
5. R4T, C6A mate. De nuevo, como
en el núm. 89, la batería, con lógica
implacable ha aniquilado al adver-
sario por completo.
Un esquema conocido,
que a menudo se encuen- Weenink (juega)
tra empleado en estudios (Torneo de naciones, Londres, 1927)
artísticos. Con frecuencia
Que no se puede ayudar al rey en
el rey negro es sacado
6C, está bien claro. Pero, estimado
al campo del mate por un sacrificio.
amigo ajedrecista, molestémonos en
También en la práctica se presentan
descubrir en tales posiciones el cami-
tales modalidades de mate en ocasio-
no más rápido de la victoria. ¡Ante
nes.
todo no dar jaques porque sí! Pues
Jakobs a veces procuran un refugio más se-
93 guro. Por eso, no jugó aquí el blanco
l. A5T+ porque después de R4A una
persecución inmediata del rey no es
posible; Claro que a la larga, la si-
tuación de las negras también es insos-
tenible. Es mucho mejor el sacrificio
del P A que solamente protegía al ad -
versari o (¡compárese por eso con el
P7T en el ejemplo núm. 911) l.
P5A + !, T X P. La posición encierra
una mu ltitud de mates; en primer
Bluhm (juega)
(Encuentro Wittenberg-Seehausen, 1927) lugar: R2T, P6C mate. - R2A, A5T

43
mate. - RXPA, TlD-lA+, RXP; ·U. L.
DlC mate y si RXPA; TlD-lA+,
R3C; A5T+, etc. 2. A5T+, RXP
(R2T, P6C mate); 3. TlD-lC+, R5A;
4. C2R mate. Con el sacrificio del peón
destruyó el blanco la última esperanza
del contrario de hallar tranquilidad en
4AR.

Parnell
95
Pcincipe Dadian de Mingretia (juega)
(Kiev, 190:Z)

reyes han «peregrinado • pero el negro


no bastante todavía. Se observa que
las figuras blancas están bien coloca-
das para un ataque contra el rey ene-
migo, mientras que las negras (espe-
cialmente la dama en 2T) realizan un
·modesto papel. Quien de la efectividad
Mackenzie (juega)
(De una partida jugada eu 1890) de las piezas que le corresponden saca
tan poco partido, no debe extrañarse
El rey es, en el medio juego, una que atraiga sobre sí la catástrofe. l.
mala pieza protectora; su vida es . .. , R X D·; 2. A7 A! y contra 3. C3R
demasiado preciosa, para que se le en- mate no ha crecido antídoto alguno.
comienden tales tareas. Las blancas ya En el borde del tablero el «rey va-
pueden con l. P5T+, R4C; D2D+ gabundo» lo pasa naturalmente difícil.
ganar el alfil, ¿pero por qué ir en pos
de cosas secundarias si una pieza más N. N.
importante está a tiro? l. T X Al, 97
R X T; 2. A7 A! Corta al contrario la
retirada. La amenaza es DlA mate,
si . .. , P6C viene 3. DlA+, R5C; 4.
D4A mate. Así pues buscaron las ne-
gras con 2.... , P6R crear una salida
a su rey. Sólo que la red de mate se
muestra indestructible: 3. D3D+,
C5R; 4. DXC+!, RxD; 5. C3A+.
¡De nuevo al lugar de ejecución! .5 •
. . ., R4A; 6. TIA mate.
Mieses (juega)
Por tercera vez desempeña en el (Alrededor del 1906)
núm. 96 la casilla 5A el papel deci-
sivo, por segunda vez sorprende la En casos como éstos pueden ambas
jugada tranquila A7 A, que priva al fuerzas mantenerse en el fiel de la
enemigo la retirada l. D.5A + 1 Ambos balanza, a menos que circunstancias

44
especiales permitan un ataque decisi- Drescher
vo. Y esto es aquí, por la desgraciada 98
posición del rey negro en el borde,
posible para el blanco. l. P4C+!,
PXP; al paso. A l. ..., R5T no sigue
2. T X PT +? después de lo cual el
rey negro escapa con 2. . .. , R6C, sino
2. R2T! con amenaza de mate en 6TR;
caso entonces de 2.. .. , P4T, pues 3.
T6TR!, etc. 2. T4T+ 1! La punta des-
concertante. 2•... , PXT. O 2.... ,
RxT; 3. TXP mate. 3. T5C+, DXT;
4. P X D y las blancas logran una nue- Bernardi (juega)

va dama y no las negras. ¡Tan sencillo


es, a veces, el juego del ajedrez! TIC+, R4T; 3. C3C+, R5T, para
. . . Pero cuando un viaje del rey sólo entonces reconocer con espanto
llega a buen fin, entonces la alegría que a 4. C5A+, R6T!; 5. T3C+,
es grande y produce cierto estupor. D x T! tiene lugar. Jugó por eso 4.
Las blancas no debían perder en el TlAR. Pero es demasiado tarde: 4.
núm. 98; les bastaba jugar l. TlD- ... , T8T!, 5. T X T, R6T! Las blancas
70, después de lo cual el negro está abandonaron. El rey perseguido se
atado a la defensa del P2A. Las blan- convirtió en atacante decisivo ; sin
cas buscaban evitar las tablas y se embargo, esto es, sea dicho una vez
enzarzaron en l. RlT?, DXP; 2. más, una gran excepción.

Fantasía y Red de mate

El ajedrez no es un juego que se de mate en la partida. Se debe tener


pueda aprender según esquemas pre- con claridad el esquema del mate ante
establecidos. ¡Afortunadamente no los ojos. y entonces no será tan difícil
lo es 1 Hemos intentado, ciertamente, cerrar la red de mate.
mostrar, tener a mano diversos es-
Para hacer posible echar una ojeada
quemas de diferentes posiciones de
en el taller, hermoso y misterioso, de
mate que se originan con cierta fre-
esa red sigue a continuación una se-
cuencia, pero con ello no hemos, ni
con mucho agotado todas "las posi- lección variada de casos.
bilidades. Las interminables constela- (99) Las blancas se esfuerzan por un
ciones que se forman con las múltiples mate de Alfil y Dama en 7A. Esto
combinaciones de piezas permiten tal se obtiene del modo siguiente: l.
cantidad de ejemplos de mate que T XC!. Elimina la defensa de 7A. l •
ofrecen al sorprendido y admirado. ... , PXT; 2. TSA+, TXT; 3. A4A+,
aficionado siempre algo nuevo, algo R2C. La ruta de la dama hacia 7A
todavía no visto. Se necesita tan sólo, estaría allanada, pero ahora estorba la
y ya lo hemos indicado, poseer algo de TIA. 4. PSR(C) +! El aguafiestas es
fantasía para encontrar modalidades desviado. 4 • . . ., TXC; 5. D7A mate.

45
Lidelel Ea¡:el
99 101

Tallantyre (juega) Samiscb (juega)


(Newcastle, 1893)
(Torneo de maestros, Brünn, 1928)

¡Donde hay voluntad se encuentra Aquí se encuentran las negras bajo


también el camino! fuerte presión, ya que todas las piezas
blancas amenazan el avance. Con l.
Keffler (juega) ' P5R!, obtiene el blanco la decisiva
100 apertura de líneas. Después de PD X P,
2. T4T, el negro se encuentra ya en el
mayor comp ~omiso; A XC no sirve ya
que despu és ,?e A X A amenaza tanto
A6R como también Ax.P+.. El bi-
tentó 2•. .. , P3TR; sólo que sigue 3.
T X P!, ya que si P X T, cuesta la dama
después de C X. P +. Las negras están
perdidas; si 3 . ... , C3D las blancas
elaboran un bonito mate; 4. C7R + !;
Aitken DX C; 5. TST+! Las negras abando-
(Congreso inglés de Newquai, 1954)
naron, pues después de R x .T (R2A,
DST+ ), 6. D5T+, RIC; 7. A7T+!,
Las blancas acabaron de jugar TIA-
RlT; 8. A6C+, RIC; da mate 9. D7T.
ID? en la creencia de que no pasaría
¡Una poderosa irrupción final!
nada; pues la columna de rey está
obstruida por el caballo en 5R. Pero Como en el núm. 97 vemos en el
con una típica combinación de desen- I02 el rey blanco en el borde pero
mascaramiento las negras, apoyadas esta vez, en posición más abierta, sin
por el alfil en 6T, fuerzan el mate : esperanza entregado al ataque de las
l . . .. , DXT+!; 2. CXD, C6A+! y el negras. «Generalmente, recibe tam-
blanco abandonó pues a cualquier res- bién mate el rey en el borde, ya que
puesta sigue 3 ... . , T8R mate. Muy in- ésta es la posición más favorable para
genioso. Obsérvese por lo demás, que el atacante,, El borde es un «obs-
ante -todo la falta de comunicación de táculo natural» que priva por sí solo
las torres blancas ha hecho posible al rey en situación de mate de 3 im-
la combinación negra. portantes casillas de escaque. ¡Pero

46
Maroczy (juega) Con ello queremos reivindicar tam-
102 bién al borde, mostrando en el nú-
mero 103 un sacrificio de torre pare-
cido en 4TR con mate en el borde.

K. Richter
103

K. Zambelly
(Partida por correspondencia, 1897 /1898)

para qué tanta palabra!, una pequeña


posición adjunta nos muestra esto con
más fuerza de expresión :
G.
(Berlín, 1930)

l. ... , T8C+; 2.. R4T. No R3T por


T4T+; T4T, ASA mate. Si las ne-
gras quisieran continuar con 2.
¡Es obvio, sin más aclaración que P4C+; 3. R5T, A7R+ el rey iría a
la maniobra de mate debe ser en el 6C, y el negro quedaría desconcertado.
borde más fácil! ¡Y en el ángulo más La casilla de escape 5T debe ser por
difícil! eso quitada al rey blanco: 2. . .. ,
Tras esta pequeña digresión volve- T4T+!; 3. RXT, A7R+; 4. R4T
mos a la posición del diagrama 102. (T4C, A XT+; R4T, P4C mate y si
«Sí, ¿cómo se puede dar mate al rey R6C, A6A mate), P4C+; 5. R3T.
en el borde en este caso?" ¡Pero con- Ahora no puede ir hacia 5T! por 5.
tra toda experiencia no recibirá mate .. ., ABA mate.
en el borde del tablero, sino en medio
del mismo l Así como también el Krüger (Constanz)
negro, que ya se encuentra en desven- 104
taja material (pues ha costado mucho
sacrificio llevar el rey hasta 4T), to-
davía entrega la torre: l. ... , T4T + !;
para poder dar jaque en 6T. Las ne-
gras aprovechan muy hábilmente la
posici{Ín de la dama en 4D y del P4R
para sus fines 2. R X T, D6T +; 3.
R5C, P3T+; 4. R4A, P4C+; 5. R5R,
D3R mate.
¡No hay regla sin excepción por
Zost (Essen) (juega)
lo menos en ajedrez l (Encuentro interciudades, Constanza, 1933)

47
Las negras acababan de cambiar en l. P4T, D4T; 2. P4C, D6A? ¡El
SAR, porque ellas creyeron que las no se ha dado cuenta 1 3. D6T+!
blancas debían retomar, y ellas ob- ¡Aquí estaba la medula del asunto 1
tendrían entonces un juego ganador ¡Después de A x.D, da mate ASA a
con Dx.P+. En lugar de eso las blan-
causa de los dos movimientos de
cas dieron mate en pocas jugadas a
peones 1 A Rl T (RIC, DSA mate)
su infortunado adversario; la octava
viene empero 4. T8D+I AlC (AXT,
lín~ debilitada, la buena colocación
de las piezas blancas y sobre todas DSA mate); 5. TXA+!, RXT; 6.
estas cosas el importante peón de D8A mate. ¡Una picardía lograda 1
apoyo en SA, permiten un rápido ata-
que: l. D5D+!, RIA (RIT, DST+ ); Vocei
2. D5A + !, RIC, caso de D2R, pues 106
D8A+ seguido de mate. 3. D8AD+.
•Sí, ¿por qué un tal rodeo? El jaque
en la octava línea pudo ya darlo la
dama en 8T.>> «Ciertamente, pero al
mismo tiempo debe la dama dominar
la casilla 6R.» ¡Después de esto viene
la decisión! 3.... , DIA; 4. A7A+!
Con D6R +, Rl T pone al rey en se-
guridad. Ahora debe abandonar la de-
fensa de la dama o tomar el alfil. En
Budrich (juega)
ambos casos el blanco le da el golpe
(Berlín, 1950)
de gracia 4 •... , RXA (RlT, DxD
mate); 5. D6R mate.
Con l. D7 A, T4D; 2. T x C ganaban
también finalmente las blancas, pero
Von Hennig
sólo después de un juego con muchos
105
cambios. R. Teschner ha encontrado,
sin embargo, que la marcha concen-
trada de las piezas blancas hace po-
sible un mate en seis jugadas como
máximo. l. C6A +! sacrificio desen-
mascarando la TlD. l. ..., PX C (caso
de l. ... , DxC pues 2. DSC+, DlA;
TlD x A mate; o l. ... , RlA; 2. D8C
mate). 2. TlDXA+, RIA; 3. T7A+,
RIC; 4. T7A-7R+!, RlA; 5. TXT+,
Jacobson (jaega)
D ID; 6. D7A mate. La peculiar co-
(Torneo de maestros, Gotemburso, 192D)
nexión del sacrificio del caballo en
Aquí vemos a las blancas «aparen- 6A con el jaque de la dama en 8C
temente emprender una invasión de presta a la combinación cierta nota
peones, pero en realidad anidar una picante y hace comprensible que fuera
refinada red de mate,, descubierta tan tarde.

48
Prof. Nae1eU Gue¡a) 2. . .. , T7D+; 3. DXT, TXD mate, el
107 nudo se ha cerrado. En verdad no
perdier on medio punto, como el pro-
fes or Naegeli, sino que jugaren l. ... ,
D x PT y con ello también ganaron
finalmente.
Hay todavía más ejemplos como
éstos: véase también el núm. 109.

Sto!!%
109
Dr. Alekhíne
(Torneo de maestros de Berna, 1932)

Las negras no pueden jugar P X T


a causa del mate en D8A. Pero el rey
blanco está tan estrangulado, que es
posible un bonito mate: Con l. ... ,
P4A! podía el negro cerrar la red de
mate; contra 2 • . .. , D6C+!; 3. DXD
(¡desclavada de la torre!), T4TR mate,
Nielsen (juega)
n o hay defensa alguna. En lugar de lo (Torneo nórdico, Niendorf, 1934)
cual jugaron las negras l. . . . , D8C y
debió conformarse más tarde con ta- «Quien en tales posiciones juega
blas. De nuevo fue omitida una mag- prim ero, gana generalmente.» Las
nífica oportunidad y más todavía con- blancas jugaban, pero no aprovecha-
tra un campeón del mundo. r on sus posibilidades, sino que juga-
ron l. TSA?, D3R; 2. DxP, RSC;
B. Koch (juega) 3. DlA, D3D! y perdieron. Junto a
108 ellas tenían a su disposición una línea
ganadora muy sencilla: l. DlD+,
TSC; 2. DlT+ seguido de mate, y si

B. Koch
110

TrOger .
(Campeonato de Berlín, 1934)

También en este ejemplo dejaron


de ver las negras la bonita posibilidad
con l. ..., D8R+!; 2. TXD (una de
Brüchner (juega)
las defensas de 7D está eliminada), (Encuentro por equipos, Berlín, 1952)

49
l. ... , R4C; 2. D2D+, P5A; 3. T5A, l. .. ., TXT! y después de 2. PXD
etcétera. Según el dicho jocoso, donde dio mate al estupefacto conductor de
un impertinente ve un jaque, hay que las blancas con 2. .. ., T3A +; 3. RIC,
darlo . Que aplicado a este caso se TSR +; 4. R2T, T3T mate.
deduce: que «el maestro perdió la La antigua historia del «engañador,
partida y el impertinente la habría engañado ,.
ganado )) ,
( 110) El negro está perplejo. Obsér- Schlage (juega)
vese que el A3A obra sólo como un 112
peón. Desp ués de l. R3C?, sin embar-
go (algo mejor l. RlA), pudo el negro
«anunciar mate en seis jugadas» que se
desarrolló como sigue: l. ... , T6A + !;
2. RXC, C2R!; 3. P6C, CXP+; 4.
R5C, T3T! con mate inevitable. ¡Las
ju~adas tranquilas 1

C. J. Schroder
111 L.
(Berlín, 1934)

Las negras querrían gustosas dar


mate en ST, pero el caballo en 3C,
vigila . Si se toma el caballo, el rey
gana la casilla de escape 2A. Entonces
les viene una nueva idea: l •... , A6R!,
El contrario mueve la cabeza : ¿Qué
quiere el estúpido alfil? (después de
K. Erichsen (juega)
todo, es fácil de ver: quitar al rey la
(Copcnhague, 1933) casilla lA) 2. TlD-lR. El blanco sólo
piensa en el mate 1TD, pero las ne-
¡Para qué las bellas combinaciones gras han preparado una diablura: 2.
si se recibe mate! Las blancas se echan
ciegas en la red de mate l. T X P +. Hromadka
Ellas reflexi onaron así: si el adversa- 113
rio toma con la torre yo tomo su
dama (¡con ello el caso estaba resuelto
para él, pero no para su compañero 1).
Si toma él con el peón obtengo des-
pu és de P x T; 2. TST+, R2C; 3.
D X P + (el significado del sacrificio
de la torre. ¡Libertad en la 7.a línea!),
T2A (si no sería peor); 4. D XT +!
seguido de 5. P X D un final de torre
ganado. Pero el adversario había cal-
Opoccnsky (juega)
culado más lejos; él tomó con la torre (Torneo de maestros, Kaschau, 1931)

50
.. . , T8T+!; 3. CXT, A7T mate . • ¡Fi- decisión violenta.» Sólo hay que poner
nalmente vieron las blancas lo que un poco de imaginación. Las negras
quería el estúpido alfil! • resolvieron el problema de la posición
(113) El rey negro no es consciente del siguiente modo: l. . .. , T X P+; 2.
de ningún peligro, porque, en caso ne- P X T; Las blancas prefieren un final
cesario, tiene libre la retirada a 3D. con terror, que un terror sin fin . No
«Pues quitémosela», pensaron las blan- aceptando el sac rificio debería per-
cas, y jugaron l. T x A+, P X T. Ahora der finalmente también. Así pues,
se vislumbra un bonito mate en 6R, ¿para qu é prolongar el tormento? 2 •
pero la TlR es un guardián inexora- . . ., D8R +! Para hacer posible este
ble. Nada puede engatusar!e para dejar sacrificio de dama, la torre tuvo que
su puesto. Las blancas miraron pues abrir brecha. El rey cae en un des-
alrededor en pos de otro mate; y en- tructor jaque doble. 3. R X D, C6A +;
tonces les llamó la atención el casi 4. RlD, T8R mate o 4. RlA, C7D
invisible P2AR-P4AR daría mate, mate.
pero el caballo y el peón negro en
5R se oponen a su marcha. Sin em- Canal (juega)
bargo, con 2. C3D+ matan las blan-
115
cas dos pájaros de un tiro; después de
PX C el camino está libre para el
P2AR 3. P4AR mate. Realmente muy
sencillo, ¿no es cierto? ¡No obstante.
hay que dar en ello 1

Rellstab (juega)
114

Kopetzky
(Torneo internacional, Viena, 1952)

Una original caza con ojeadores en


la diagonal blanca, constituye un ejem-
plo instructivo para esta clase de ata-
ques de mate. l. ... , C6A+!; 2. PXC,
D X P. Amenaza un conocido mate
M. dama-alfil en 7C o en 8T. Las blancas
(Berlín, 1933)
pueden salvarse solamente con una
La posición blanca es muy sospe- fuga precipitada del rey. 3. RIA,
chosa, el rey ha debido mover, el D6T+; 4. R2R, A5A+; 5. RID,
desarrollo está atrasado. Enfrente de D6C +; 6. R lA, A6D-; ahora pasará
ello las negras tienen todas las tropas algo en 7AD . 7. D7A, TXP!; Y ahora
sobre las armas, especialmente las to- surge el mate en SCD. 8. A4C. Deses-
rres están colocadas excelentemente. peración; como se ve fácilmente no
uEn tal posición, ya hemos visto ci hay ya defensa. 8•... , TXT+; 9. R2D,
menudo, es casi siempre posible una D X A+. El blanco abandonó.

51
Donde sólo impera la fuerza bruta .. .

ll. Fuerza y efectividad de las piezas


.. . allí no puede constituirse arquetipo alguno. Tampoco en el ajedrez quien
no sabe disponer sus piezas en debida forma, quien no comprende el dar a
cada una de ellas su mayor efectividad, ese no podrá nunca llevar a cabo
bellas combinaciones. Nos hemos esforzado ya en la 1.• parte de este libro
para mostrar una vez y otra los errores que llevaron al perdedor a una
situación tan delicada y hacer patentes los momentos de la posición que
hicieron factible al vencedor la combinación decisiva. Pero sobre ello no se
ha dicho todavía bastante. A estos dos puntos debe por ello estar dedicada
en cierta medida la 2.• parte de este libro. En .primer lugar es importante
reflexionar dónde están las piezas mejor emplazadas, dónde pueden hacer
valer su fuerza peculiar del mejor modo; aquí consideramos caballo, alfil,
torre y peón en posiciones y combinaciones caracte ~ ísticas . Referirnos igual-
mente a la dama no es necesario. Ella coopera, com"o ya indicarnos anterior-
mente de un modo decisivo en muchas combinaciones, ya lanzando en el
platillo de la balanza su fuerza como torre o como ~lfil o ya med iante su
sacrificio abre camino a las otras piezas para el triunfo. «La dama es ;ncues-
tionablemente la reina de la combinación."
Unido a eso siguen consideraciones sobre la eficacia general de las piezas,
sobre su aumento de poder (¡jaques a la descubierta!) y su disminución de
potencia (clavada, obstrucción), así como su posición en el cuadro general
de la partida.

A. La efectividad de las piezas aisladas

Es interesante, en primer término, establecer cuántas casillas como máximo


y mínimo dominan las piezas en el tablero vacío.
Se obtiene la siguiente tabla :

Máxima efectividad: Mínima efectividad:


Dama 27 21
Torre 14 14
Alfil l3 7
Caballo 8 2
Rey . 8 3

52
Salta inmediatamente a la vista que la torre tiene siempre la misma efecti-
vidad; sus líneas de eficacia deben estar solamente abiertas y no obstruidas
por piezas ni peones. En fuerza combativa parece ser el caballo la pieza más
débil, pero no se olvide la facultad que le es propia para saltar sobre otras
piezas, que la convierte en un peligroso salteador. Todavía algo puede ser
señalado; el alfil está siempre unido a su color, el caballo puede de un modo
fijo cambiar el color de su casilla; todas las piezas restantes pudiendo cam-
biar el color a elección en cada jugada.

El «Salteador»

casos de doble ataque terminaremos


lo referente al caballo. Por lo demás
recomendarnos, en relación con la
efectividad de las piezas los «mates
sencillos» que expusimos al comienzo
de nuestro trabajo y que presentaban
las piezas en características posiciones
de mate.
«La rueda del caballo•. El caballo
Davidson
despliega su mayor eficacia en el cen-
tro del tablero; allí domina ocho ca- llú
sillas.
Un «caballo en el bor-
de• ( ¡ q u é vergüenza 1)
domina tan sólo cuatro
casillas y en ciertas cir-
cunstancias sólo tres (por
ejemplo en 2T).
Pero la mayor torpeza
la tiene el caballo en el
rincón; ¡allí hasta el rey Dr. Euwe (juega)
le da mate! Pero el caba- (Encuentro.-Holaoda, l!ll5)
llo se venga de esta hu-
rnillación; la «familia de Con C X P, podían las blancas atacar
jaques• que él puede dar no pueden dos piezas pero el caballo en 3AR le
hacerlo las otras piezas. Así, teórica- para los pies. Ah, si estuviese el rey
mente puede dar jaque al rey y a seis enemigo en 3AR. Pero esto lo pode-
piezas más atacarlas. Esto realmente rnos lograr fácilmente, l. DSD+, R2C;
en la práctica no sucede. Con mucho, 2. DXC+!, RXD; 3. CXP+ seguido
lo más corriente es el doble de rey y de 4. C X D. Las blancas han ganado
dama, tan temido. Este terna es usado con esta combinación de cambios tan
con mucha frecuencia en combinacio- sólo un peón, pero eso basta para
nes y con la presentación de algunos ganar en un final de peones.

53
Bogoljubow (juega) Scbuster (juega}

117 118

Dr. Euwe Bogoljubow


(Miibrisch-Ostrau, 1923) (Primera partida, Stuttgart, 1952)

También este ejemplo es sencillo ble!). Tablas: después de 4. ASC,


y conduce sólo a ganancia de peones. C X T; 5. A X C la mayoría de peones
Obsérvese el desarrollo defectuoso del negros no tiene valor, teniendo en
blanco y el caballo mal defendido en cuenta el color diverso de los alfiles.
3AD! l. ... , AXP+. El rey es preci-
pitado, corno en el núm. 116, en el ReUstab
jaque doble; pero todavía vigila el
caballo 3AD la casilla crítica 4R. 2. 119
RXA, DXC!; 3. DXD. Ahora está
libre el camino para el caballo en 3AR.
3• . .. , C5R + seguido de 4. . .. , C X D.
Las negras han recuperado todo el ma-
terial sacrificado pero en ello se ganó
el P7AR.
Entretanto, puede utilizarse el jaque
doble también para salvar una situa-
ción comprometida; no sucede fre-
cuentemente con tanta belleza y tan
H. Wagner (juega)
«doblado» corno en el ejemplo si- (Torneo de maestros, Swinemünde, 1930)
guiente.
Las blancas tienen un juego prome-
Poco a poco las cosas se hacen más
tedor teniendo en cuenta las debili- difíciles. Las blancas están aquí per-
dades negras para el final en 3TD y plejas; todas las piezas negras se en-
2CR pero su última jugada (A5C-7R?) cuentran en la línea de origen, y des-
permitió a las negras, con un doble pliegan por eso escasa eficacia. Las
jaque de caballo, s a 1 va r s e l. ... , blancas, en cambio, están con casi toda
T X P +! En cambio sería falso l. ... , su fuerza combativa en ataque. Ellas
C4R?; 2. AxT!, CxA; 3.' TlT, CxA; mejoraron todavía más su posición me-
4. T8T! y el caballo clavado está per- diante l. T8R! ¿No puede tomarse la
dido. 2. R X T, C4R + (primer doble torre? No, pues está defendida por el
... ); 3. R3R, CXA ( ... , ¡segundo do- caballo en 4A. En el caso pues de l.

54
... , DxT; 2. CST+, RZT; 3. C6A+ En el núm. 120 sacrificó el negro
(¡el temido doble!) «Aquí la finalidad su dama, para recuperarla con intere-
del doble es hacer posible una fuerte ses mediante un jaque-doble. Pero no
jugada de ataquen. Las negras contes- como hasta ahora vimos, sino por un
taron l. ·'·• D4C (a DxP; decide jaque a la descubierta que es prepa-
CST +, R2T; T7R +. El rey negro está . rada por la torre y el caballo en la
sin protección en la séptima línea y primera línea, según un esquema co-
esto lo hace patente). Siguió 2. D3R, nocido. ¡Fíjense en esta maniobra 1
P4TR. No es ya posible una defensa l. ... , D X T+ !; 2. R X D; C7D+. Tam-
prometedora 3. D5R +. Abandonan bién TSD+ conduce a recobrar la
(D3A o R2T, T7R +, etc.}. dama pero perdiendo la torre en 8D
El maestro de Stuttgart Th Schuster (R2R, C6C+, R X T, CxD) mientras
que las negras con la siguiente manio-
ha hallado sin embargo que las blancas
bra conservan una torre más 3. RIC,
podían ganar de otro modo: l. C5T +,
TSR +; 4. R2T, CSA +. El caballo lla-
R2T; 2. D7A+! («uno sacrifica la
ma con un tonante «Párate» al rey que
torre, yo la dama con efecto final de
quería ponerse en seguridad por 3. CR.
la misma eficacia»). 2 .... , DxD; 3.
5. RlC, C6C +; 6. R2T, C X D. Se
C6A +, R2C; 4. CBR +, R2T. (Es recupera sin pérdida la dama y el
atrayente, que el rey negro no puede botín (TlAR) queda en poder de las
zafarse del «jaque en molino•). 5. negras.
C X D con ganancia de la TD ya que al
mismo tiempo amenaza todavía 6.
Hans Müller
T7R mate. Claro que las negras pue-
den rehusar el sacrificio 2. D7 A+ con 121
2 ... ., C2D, sólo que también entonces
las blanCq§ con 3. D6D, TlR; 4. C4A
ganan fácilmente. ¡También una solu-
ción pareja! No obstante la jugada
textual es más apremiante.

Nardus (juega)

120
Bogoljubow (juega)
(Triberg, 1934)

En esta posición no ha pasado pro-


piamente •nada especial» . Y sin em-
bargo, si se mira con más atención la
situación de las dos piezas pesadas ne-
gras (5D y 5C) dan la impresión de
poca solidez. Las blancas intentaron
N. N. aprovechar esto, y jugaron l. C5D!
(Biarritz, l!lll) Sorprendente ¿no es cierto? Pero la

55
jugada va. Porque si PXC, las blan- Un tremendo ejemplo para mostrar
cas quieren dar el doble 2. P3AD y una vez más que una combinación
hasta T X P (para resarcirse de la pér- debe ser meditada hasta lo último y no
dida de calidad con peones) no es en- sólo en los objetivos inmediatos. ¿Qui-
tonces ya posible a causa de 3. D7T! zás el contrarío lo ha dejado a propó-
(amenaza mate y la dama sigue corno sito!? Entonces hay que preguntarse:
antes). Por eso las negras contestaron; ¿Por qué?
l. ... , D4A. Era mejor ciertamente, Cerramos el capítulo del «salteador>
con l . . .. , C X C 1 eliminar uno de los con un par de indicaciones del tan
salteadores, pues éstos hacen terribles frecuente doble ataque del caballo que
estragos 2. D X T! Preparando el do- gana la calidad.
ble. 2.... , DXD; 3. C7R+, RlC o
De este modo u otro
RlD; 4. C7RXP+, PXC; 5.
parecido se han perdido
C X P3A + seguido de C X D. Resul-
tado final: ¡calidad y dos peones más! muchas calidades.

122
Swiderski (jue¡a.)

1.
• • ••
~.

No meno!:¡· penoso es este jaque de


caballo frecuente, que gana inmedia-
tamente una ~orre. Generalmente no
sale el caballo del rincón sin conse-
cuencias.

MarshaU
(Torneo de Nuremberg, 1906)

¡Sin embargo, a veces las ;:parien-


cias engañan y también en un jaque Igualmente un fatal ataque doble;
doble de caballo ! La mayoría de maes- la torre atacada no puede defender al
tros hubiesen jugado continuando co- alfil, pues todas las casillas que ser-
mo el conductor de las piezas negras: virían para el caso están dominadas
l. ... , DXP+; 2, RXD, C6R+; 3. por el caballo.
R3A, C X D una sencilla combinación También para producir estas posi-
que engatusa. Pero después de 4. P4A!, ciones existen combinaciones; éstas
cayó el caballo en la trampa, y tuvo son, empero, tan banales que nos dis-
que dejarse capturar por el rey blanco. pensamos de exponerlas.

56
El alfil, de largo alcance

.Así, un alfil en la gran diagonal juego enemigo. En tales


observa seriamente a través de toda la posiciones como nosotros
posición.. El apunta preciso ya hemos señalado en las
el corazón de la posición disertaciones sobre la red
de mate, es la vecindad próxima del
dentro de sus propias
alfil blanco (que también puede ha-
La diagonal está
llarse en 6T) un gran peligro para el
rey negro.
¿Qué es pues mejor, el caballo o el
alfil? Sobre esta pregunta batallona,
y combinaciones más se ha escrito ya mucho, pero con res-
bellos y atrevidos. Se puede pecto al medio juego no se ha dicho
comprender fácilmente cuán di-
la última palabra aún. Depende mucho
fícil es la posición para el con-
de la posición y de la posibilidad de
trario cuando no uno, sino los 2 alfiles
hacer valer la fuerza del caballo o del
amenazan conjuntamente su posicióón
alfil como si se pudiera decir ¡El alfil
desde lejos.
es el mejo r ! o ¡bah 1 vaya un alfil;
• ¡Pero su máxima eficacia la alcan-
¡el caballo es otra cosa 1
za el alfil no ya en la gran diagonal,
N o, esto nc sirve. Se puede conce-
sino en el centro del tablero, de donde
der que hay jugador que muestra una
pueden extenderse en todas direccio-
especial predilección por determi-
nes sus rayos efectivos! » Cierto que
nada pieza y comprende el manejo
el número de casillas dominadas es allí
mayor. Pero no todo depende de la acertado de la misma. Pero esto no
cantidad, si bien ésta (¡gran dominio prueba nada. Nosotros consideramos
de espacio 1) a veces es resolutiva, el valor del caballo y del alfil en el
sino también del efecto que una medio juego como igual. Claro que se
pieza en determinada posición logra. puede leer en comentarios a partidas,
• Y el alfil es más peligroso que nunca con cierta frecuencia: «él obtuvo la
cuando concentra su acción en una ventaja de los dos alfiles» y deducir de
diagonal abierta para el contrario. , en ello que un alfil ciertamente no tiene
vez de dispersar su fuerza en todas más valor que un caballo, pero que dos
direcciones. alfiles poseen otro valor táctico que
El alfil puede también naturalmente los dos caballos. También debemos
atacar no sólo de lejos, sino acercarse rechazar esa afirmación en el medio
al rey enemigo y paralizar con ello el juego; en el final se hace patente real-

57
mente el poder de los dos alfiles contra Puede fácilmente producirse una des-
Jos algo torpes caballos. gracia por un jaque de alfil. También
Volvemos a la práctica en que se las clavadas en una de tales diagonales
muestra la actividad del alfil. son extremadamente molestas, y las
más de las veces hasta decisivas. No
Mai (jueca) siempre se tiene tal suerte, como pudo
123 haberla tenido el conductor de las
blancas en la siguiente posición:

Malzaho

124

Komke
(Torneo de verano de la liga berlinesa
de ajedrez, 1931)

Comenzamos con un ejemplo di-


Harms (juega)
vertido, que nos brinda ocasión para
(Lüoeburguer, 1935)
hacer resaltar el doble ataque del alfil.
Las negras jugaron aquí l. ... , P5C. Un ejemplo típico: «Clavada de la
El negro contaba ahí con 2. T X A que dama por el alfil en la diagonal abierta
en realidad es un movimiento muy con el rey en la misma.» Se pierden
practicable para el blanco ya que des- de este modo muchas partidas. Pero
pués de R X T es posib1e el doble ata- ésta es una excepción: Las blancas
que ASC +. Las negras querían a 2. t!enen una contracombinación a su
T X A jugar el movimiento intermedio disposición que les salva. Sólo que
T XA + eliminando el alfil y tomar pasó la suerte ante él sin verla, ¡y
ahora en IR, después de lo cual no abandonó la· partida 1 En lugar de ello,
puede sostener su peón de caballo. Pe- hubiera podido obtener con l. A5C +!
ro no contó con la huéspeda, pues a el mejor juego. La jugada interfiere
l. ... , PSC contestó el blanco con la defensa del alfil en 4A y con ello es
2. A4A + !, y llega mediante eso al suficiente. Lo mismo después de l. ... ,
anhelado doble escaque: 2.... , RlA; PXA; 2. DXA como también después
3. TXA+, RXT; 4. A5C+ seguido de l. ... , DXA; 2. CXD, AXD+; 3.
de A x T. Las negras quisieron ence- C X A el juego blanco merece la pre-
rrar en una trampa al blanco pero se ferencia.
cogieron ellas mismas. Por Jo demás Llegamos ahora a posiciones que
observamos aquí: si el rey está en una muestran al alfil como la pieza prin-
diagonal abierta al alfil enemigo, ¡quie- cipal en el estrechamiento del cerco
re decir que hay que estar alerta! al rey enemigo.

58
Dr. M. El rey negro rodeado de peligros, al
125 tiempo las fuerzas principales negras
están reunidas en el flanco de dama.
Pe ro, ¿cómo penetra el blanco en la
posición del rey enemigo? ¿Cómo des-
troza él la aparente muralla de peones
bien colocados 2A, 3 C y 2T? Pues,
el sacrificio de la dama en 6CR se
impone de un modo espontáneo al pro-
saico espectador; en realidad trae con-
sigo la victoria l. D X P+ 1, PT X D;
Dr. Krause (juega)
(Leipzig, 1933) 2. C5C!, y contra P7T no hay nada
por hacer (eventualmente P8T (D)
•Como una pesadilla gravita el A6A mate). Algo más complicada es la si-
sobre la posición negra» ; y de paso tu ació n después de l. ... , PA X D; las
ha obligado a la Tl TR todavía tam- blancas empero, fuerzan también el
bién a ir hacia 2T, donde priva a su mate con 2. T7C+, RlT; 3. C5C
rey de la última casilla de escape. Las (amenaza T7T + seguido de T8T ma-
torres blancas no pueden estar mejor te) 3.... , T X A (finalmente desaparece
emplazadas. De nuevo es la dama
el terrible alfil. Pero ello no ayuda
quien mediante su sacrificio nos con-
más) 4. PX T (amenaza C7A mate)
duce a un remate final, ya no sor-
prendente para nosotros: l. D7R + !, TlAR o AIR; 5. P7A (amenaza TXP
TxD; 2. T8D+, TIR; 3. T8C+!, m ate.; a T x P o A x. P en su caso, sigue
RXT; 4. TXT mate. C x ToA mate).
«En el núm. 126 se presenta algo No menos peligroso es el alfil cuan-
distinto; el alfil dominador en 6A el do él «fisga» en el juego negro des-
peón de bloqueo 6TR y la torre en la de 6T.
séptima línea. •
Chr. Poulseo
Hüboer
126 127

K. Ric:hter (juega) Jul. Nielsen (juega)


(Berlín, 1931) (Campeonato de Dioamaru, 1942)

59
Con l. DXC!, aprovecharon las desarrollo, su flanco de rey duramente
blancas brillantemente la posición do- debilitado, el alfil lAD en triste situa-
minante del A6T (l. ... , D xD?; 2. ción. «Especialmente esta última cir-
TBT+ seguido de mate). Pero eso no cunstancia es fatal para las negras.•
fue todo. A la tentativa 1 ... . , TIA; Las blancas fuerz'an el triunfo como
siguió la no menos bella jugada 2. sigue: l. TXAI, DXT. ¡Uno de los
T X P!! que después de 2.... , TID con- defensores está eliminado y el otro
duce, en verdad, a un final prosaico será cambiado! 2. A5C! Una jugada
3. DXD, TXD; 4. T4A, C6A; 5. RIA mortífera. El negro no puede tomar el
y el negro abandonó. La revista «Skak- alfil ya que tiene que defenderse con-
bladet» indica, no en 3. D X PRI (en tra A6AR con DlA. Por la misma
lugar de DxD); por ejemplo, 3.... , causa no puede jugar TIA. Tampoco
DSA+; 4. ClRII (4. AlA?, DXA:+I; huir con la torre y sólo le queda 2.... ,
5. R x D, TlD+; 6. R2R, C6A mate), DIA. Ahora el blanco ha hecho de la
4.... , DxC+; 5. AlA, y ahora falla octava, una línea sin protección. 3.
5. .. . , D X.A + ya que el rey blanco se AXT, DXA; 4. A6A, DIA; 5.
escapa por 3AR.
DXD+, RXD; 6. TlD. La clave. El
mate sólo se evita con el sacrificio del
N. N.
alfil. Aquí ha señalado la práctica la
128
efectividad !le ambos alfiles en las
blancas y rlegras. Pero también los
alfiles negros · son capaces, natural-
mente, de tales proezas.

Cabral (jue¡:a)

129

Helling Oueaal
(Berlín, 1924)

En esta posición vemos dos piezas


blancas que convergen en el ala de
rey contraria, debilitada en sus casillas
negras, y elaboran un conocido mate.
En seguida A6AR (que amenaza D7C Molinari
mate) es parado con eficacia con AlA. (Uruguay, 1943)
¿Es posible apartar esta defensa? Una
ojeada posterior sobre el diagrama nos Aquí ambos alfiles negros avizoran
enseña que en conjunto las piezas el enroque blanco, pero es el alfil en
blancas están bien desarrolladas y 6A el que decide, des·pués que su com-
ocupan posiciones prometedoras. El pañero se sacrificó desinteresadamen-
negro, en cambio, está retrasado en su te: l .... , ASC+!!; 2. DXA (2. RXA,

60
DxA+), 2.... , C5C+!; 3. PXC, donó. «Este bonito ejemplo muestra
D3T+I; 4. A4T, DXA mate. Para de un modo especial la fuerza de la
que la dama no pudiese cubrir, debía diagonal dominada por la dama y el
ser primero desviada. Entonces el A al{il.n
en 6A, dominó la situación. También en el siguiente ejemplo ve-
mos los mismos protagonistas. Sola-
Müller (Stettin) mente está entre ellos el C3AD.
130
Aluauder (jue¡:a)

131

(Dr. Lachmann (juega)


(En uu torneo de Stolp, 1934)

nlingworth
De nuevo Dama y Alfil en una gran (Torneo de Hastings, 1931)
diagonal, pero esta vez aún defendida
por las negras. Con l. C6A +, P X C; De un modo imprudente jugaron
2. D X PAR, forzaron las blancas la las negras l. ..., P4AR? y abrieron con
apertura de la diagonal, pero las ne- ello la puerta cuidadosamente cerrada
gras pudieron cerrarla una vez más a la posición del rey. Pero ahora el
con 2•. .. , P5D. El blanco, siguiendo blanco desenmascara con 2. C5D! el
lógicamente su propósito, sacrificó to- A2C amenazado mate en 7C, pero al
davía una torre para recuperar el do- mismo tiempo ganancia de la dama
minio de esa importante línea 3. por C X D + y obteniendo por lo me-
TXPI, PXT; 4. AXP, R2T. La huida nos una pieza más (2. . .. , A X D; 3.
inmediata constituye la única espe- C x D+, R2C; 4. AxA+, etc.). Se
ranza de salvación 5. P4CR!I, El negro debía en tales diagonales ocupadas
había contado con 5. D8T +, R3C; 6. por el enemigo colgar un rótulo con
P4CR y luego planeado la sorpren- la inscripción. ¡Cuidado! ¡No tocar!
dente jugad a DxP+.!I 7. RxD, ¡Diagonal!
A3D+; seguido de Tx.D. Pero este (132) Las negras tienen ventaja, to-
cambio de jugadas interfiere sus pro- das las piezas están bien emplazadas.
pósitos; amenaza D8T +, R3C; D8·C En contraposición la dama blanca está
mate. A pesar de tener una torre y muy incómoda; «el ataque• al pobre
caballo de más, no puede el negro, en peón de 2TD carece totalmente de im·
cambio, defenderse, pues también 5. portancia en tales posiciones abiertas.
... , T4R; 6. AxT, DxA; 7. DXD no Las negras utilizaron la hermosa dia-
da esperanza alguna. Por ello aban- gonal, que domina el alfil como sigue:

61
F. Giegold (jueco) Las blancas habían sacrificado, o
132 mejor dicho mal sacrificado una torre,
y luchaban desde hacía tiempo por las
tablas. Su alfil les prestaba magnífico
servicio para ello y les fue, como el
ejemplo indica, tod:¡vía de gran uti·
lidad. Con l. TXA+! le rinde al
blanco toda su eficacia; después de
T X T; 2. D7R + tuvo que contentarse
el negro por el jaque perpetuo con
tablas, 2. . . , RlA; 3. D8R+, R2A.
H. Schatz Pues si hubiese querido tener alguna
(Jugada en el Club de Ajedrez
de Hof, 1928) ocurrencia, yendo con el rey a lC,
hubiese tenido que escoger después
l . .. ., D2T+l; 2. T3T. Si no se pierde de D8D + entre dos clases de mate:
una pieza en 3D. Ahora no promete TlA, D x T mate o R2T, D8T mate.
nada el sacrificio de la dama en 6TR
con (2 .... , D x T+) 3. PXD, T8D+;
Loman
4. R2T, T8T+; 5. R3C, T8C+ no se
obtiene más que tablas. La T4D in- 134
tercepta el paso; sin ella vendría 2. .. . ,
D X T +; 3. Rl C (¡el peón 2C estaría
entonces clavado!) D x P mate. Por
tanto, la torre debe ser apartada. 2•
.. ., T8D+; 3. R2T, T8T+l. «Ahora,
después de R X T, se alcanzaría la an-
tigua posición sin la torre en 4D», y
vendría 3. .. . , DX.T+, etc. Las blan-
cas intentaron pues la huida por 3C
4. R3C, pero no escaparon a su des-
tino: 4.... , D5T+!; 5. TXD+, PXT Dr. Euwe (juega)
mate. (Torneo de Rotterdam, 1923)

Grob Las blancas están aquí al ataque,


133 sin embargo, con D7T.+. no alcanzan
por el m omento gran cosa, pues ya
sabemos que A2C es un buen pro-
tector. Ahora pero, acecha el A2C
en el fondo, en verdad obstaculizado
por el PSD, pero este inconveniente
es vencido por l. C X P! Y esto fue
hecho en momento oportuno, pues si
el negro hace P4AD se aseguraría fi-
nalmente y podría pensar en un con-
K. Richter (juega)
(Torueo de maestro• de NauJieim, lt35) traataque.

62
l. .. ., A X C. Las negras no habían Vemos aquí los dos poderosos al-
creído que el adversario pusiera ahí fi les ne gros que amenazan de un modo
una pieza, por eso todo le es igual. efectivo el ala de rey enemiga. Para
Esto se puede comprender, pues ame- llegar a esa posición, las negras, en
naza no sólo 2. C x P con continuación ver dad, han tenido que ceder la dama,
semejante a la de la partida, sino pero valía la pena: con l. . .. , T8T +;
también 2. D7T+, RlA; 3. C6R+I, 2. CXT, A7T+!!; 3. RXA, TIT+,
Px.C; 4. DxA mate. En realidad, pudieron eliminar la última pieza pro-
todo está terminado: 2. D8T+!, tectora del rey, el C3C.
AXD; 3. TXA mate. ¡Impresionante Si el rey fuese hacia lC, recibe
prolongación de la línea eficaz del mate con T x C de modo conocido.
A2CI El negro creyó refutada la combina-
ción, porque creyó que el rey se en-
Tchigorin (juega)
contraba seguro en 3C. Pero también
135 allí le persigue el destino: 4. R3C,
C4A +; 5. R4A, T5T mate. Las ne-
gras jugaron, en lugar de eso, l. . . . ,
P3C, y la partida terminó finalmente
en tablas. ¡ A 5í se desperdició una vez
más una magnífic a ocasión 1
Con esto queremos terminar el ca-
pítulo del alfil. Nos ha m os trado cuán
peligrosas piezas se n los alfiles en el
medie juego, especialmente en el ata-
Schiffers
(Partida del encuentro jugado en 1897) que al rey.

Las recias y rectilíneas torres

allí puede extenderse sin obstáculos.


Magníficos efectos logra ella si logra
penetrar en la 7a (o en su caso 2a) lí-
nea. Una sensación agradable es tam-
torre escudriñar oblicuamente bién el doblar las torres en una línea
toda la posición. No tiene nada abierta destruyendo cuanto encuen-
que hacer con las líneas en tran al paso. La máxima medida de
sesgo, en la dominadora de las fuerza significa, empero, el tresdoblar
verticales y horizontales. Rec- las torres (¡en cuyo caso la 3a torre
tilíneas en su recorrido, pode- es la dama l) en terreno abierto. Esta
roso su paso, no pesado, sino «triplicación de las piezas pesadas» es
de grueso calibre. un arma terrible en el medio juego.
Donde se hace valer la torre Todas estas cualidades de la torre,
mejor es en las líneas abiertas; las puede el lector dispuesto a ello

63
estudiar teniendo a mano los siguien- del libro (La red de mate) que la
tes finales. torre, en toda clase de posiciones de
mate, interviene corno parte principal.
Zehntmayer (137) ¡La torre en la 7• línea 1 Ge-
neralmente es un objetivo principal
136
de la torre «en el final ocupar la 7• lí-
nea» para sujetar al rey en la 1" y no
permitirle salir. Si ello tiene lugar «en
el medio juego• significa esto para el
contrario: «/Atención! Máximo peli-
gro para el rey». Para hacer patente
de un modo enérgico esta advertencia,
tiene a continuación la palabra la
práctica.
En la posición precedente el rey
Andreasoheck (juega) blanco tuvo que emigrar hacia 3D.
(Viena, 1913) Aquí le espera el destino corriente del
«rey viajero»: l . .. ., D5A + !; 2. e X D,
Un caso sencillo, en el cual se pue- Pe X e mate. La torre enemiga en la
de, sin embargo, aprender mucho. Las 2. a línea corta la retirada.
blancas no tomaron en 5C, pues el Una posición de mate semejante
final después de l. R X T, PX T hu- muestra el ej(dnplo siguiente.
biera sido tablas. También l. T8C +, (,'

\
TIC no conduce a nada. Pero la ju- J. W. Roboon (jue¡a)
gada tranquila l. T7C! trae contra lo
previsto el triunfo; pues si la torre 138
atacada juega a lC, sigue 2. T7T ma-
te. Si se salva, yendo lateralmente en
la 5• línea conduce al mate 2. T8C +.
Comprobamos una vez más en esta
ocasión lo que dijimos en la ¡a parte

L. E. Owen (jueca)

137

Alidonado
(Newcastle-on-Tyne, 1891)

Aquí se trata de llegar a dar jaque


con el alfil en 3C; vale la pena sa-
crificar la torre: l . .. ., TXP+I; 2.
DXT, Ale+; 3. R3A, (R4A) T7A
mate.
Claro que el jugador no está obliga-
do a realizar con su rey tales marchas
Dr. N. Rywosch
(Dorpat, 1912) forzadas (o si lo está debe ser la causa

64
una falla grave). Pero también al rey Tochecllower (juecal
que ha permanecido resguardado le 140
amenazan graves peligros tan pronto
como una torre enemiga aparece en
la 2a línea (en su caso la 7a).

Mieses

Kortschnol
(Leoingrado, 19Sl)

Un caso parecido, pero con la dife-


rencia esencial que el que juega no
penetra, porque el adversario se le
Herland (juega) adelanta con un jaque. l. ... , TXPC!1;
(Torneo de maestros de Bucarest, 1908)
con la loable intención 2. Rx.T,
T7C+!, etc. Sin embargo: 2. TSD+!,
Aquí ambos contendientes se han
visto obligados a venir a la séptima R2C. Caso de 2. .. . , R x T pues 3.
(segunda) línea. Las blancas han te- T8A + y el negro debe jugar 3. . .. ,
nido éxito con su torre, además de que DlR. 3. TXP+!, DXT; 4. T7D y las
les toca jugar y esto trae la decisión blancas ganan. Quien llega primero ...
con l. A XC! pudo él aprovechar la
cierto; pero quien primero da jaque
fuerte posición de su torre. Después
de l. ... , PX A está la séptima línea tiene los mejores triunfos consigo; por
completamente despejada, el ataque lo menos en la lucha final de las piezas
de la dama blanca lleva a la victoria: pesadas.
2. DlC! (amenaza D7T mate), P4A;
3. D2.C + seguido de mate. Si el negro Thomsen
deja la pieza en 6AR y juega l .... , 141
T7R para jugar su baza, las blancas
fuerzan igualmente el mate con la
bonita combinación y sacrificio de
torre 2. T8A + !, DX T (R2T; 3.
DIC+, P3C; 4. T8T mate); 3. DXP+,
RlC; 4. D X P mate. Pero esto no lo
vio el conductor de las blancas, sino
que jugó l. D2D y obtuvo merecida-
mente las tablas. Por lo tanto, en un
segundo se pierde la eternidad que Thorsen (juega)
ya no vuelve. (Copeobague, 1953)

65
También el ejemplo precedente ra- Riedel
tifica este principio. Las blancas dan
143
primero jaque y también el mate; l.
D6R+, RIT; 2. TXP+!, RXT; 3.
D7R +! y el negro está perd~do, ya
que 3.... , RlC fracasa por 4. T X P +.
Fn caso elemental.

K. Richter

142

Brannatl• (juega)
(Karlsruhe, 1934)

Si ya una torre en la séptima línea


puede molestar tanto el juego enemi-
go, cuánto más efectivas pueden ser
ambas torres unidas. Ejemplos de esto,
Hahnke (juega) se encuentran especialmente en los
(Berlín, 1931) ;i
finales, pues en el medio juego es na-
«La torre está colgada por así de- turalmente difícil llegar con ambas
cirlo en el aire y en la séptima línea, torres a la s'é ptima línea, porque el
y a pesar de ello su fuerte posición contrario lo obstaculizará con todos
permite al conductor de las piezas los medios.
blancas la salvación de su desesperada
situación» : l. TIA X P! A m en a z a En la posición precedente, vemos
T3AxP mate y por eso no se puede ataque y ::ontraataque, así como lucha
tomar la dama. Así pues, las negras se de la dama contra torre y caballo. Las
mantuvieron indemnes y tomaron la blancas continuaron el ataque con
T3A; l. ... , DXT. La torre ha abierto
l. D8R pero deben realizar todavía
con su sacrificio el camino a la dama
una jugada de preparación, mientras
2. D5C! Defiende l¡¡ torre amenazando
TBC mate. Y el negro puede dar gra- el negro ya puede emprender un ata-
cias de tener un jaque perpetuo para que directo al rey blanco. Esto decide
evitar el mate que le amenaza. 2•... , l. ... , T6C +; 2. R2T. Hacia 4A o 4T
P3A; 3. D6T!, C8A+; 4. RIT!, C6C+. el rey no puede ir pues sigue T5R
Tablas. Ir con el rey hacia IC no tiene mate (y en su caso, si R4T, T5R +,
valor alguno a causa de D6R + ¡Un
P4C, T3T mate). 2. . .. , C5C+; 3.
final de partida excitante y una nueva
prueba para la fuerza persistente de la RIT, T6T+!; 4. PxT, T7T mate.
posición de la torre en la séptima La segunda línea fue también vic-
línea! toriosa.

66
Dr. J. Krug (juega) Un asunto divertido pero no en
144 Yerdad, para el perdedor. Las negras
han ciertamente doblado sus dos to-
rres en la columna abierta, pero han
permitido que la dama blanca clavase
una torre, y con ello desvalorizara la
obra. Con l •... , D X T buscó él, si-
guiendo un súbito impulso, eliminar la
clavada. Ya que las torres liberadas
serían igual que potros salvajes a quie-
nes se sueltan las riendas, los cuales
Plass atropellarían seriamente al rey blanco
(Dresde, 1935)
( ... , T x P+; RlT, T8C+; R2T, TlC-
7C mate). Pero ocupado demasiado
¡Las torres en las líneas abiertas!
con sus propios planes había el negro
El rey blanco está protegido sólo por
el PT y casi sucumbe por l. ... , descuidado la amenaza del blanco 2.
TxP+; 2. RxT, D3T+ pero 3. D3T TXP+!, RXT; 3. D5T mate. ¡Una
salva. La dama no sólo está ligada a cruel desilusión!
la casilla 3T, debe vigilar también la «jTriplicación d<"
diagonal 8TD hasta 1TR para preve- l a s figuras pesa-
nirse contra D3A +. Así viene enton- dasf». Dos palabras <;obre la
ces la jugada elegante l. ... , T6T! (l. técnica que conduce a tales
... , TxPA se para con D5D promi-
posiciones. La posición en
soriamente). Las blancas abandonaron
ciernes P X P la ha mante-
después de la jugada textual, pues a
2. D X T sigue D3A+ y a 2. D5D nido el blanco desde hace
tiene lugar eficazmente el sacrificio varias jugadas para poner
de la torre en 7T. Las negras ganaron detrás su artillería pesada.
porque estuvieron luchando con una Esto le da ventaja, pues las
torre más. negras no pueden imitarle, sencilla-
mente porque les falta terreno. Si las
Kunnemann (juega)
blancas cambian demasiado pronto en
145 6CR, el negro puede cambiar una torre
y oponer la otra. Si el negro cambia en
4TR, entonces la presión sobre 7TR
se hace sentir. En el esquema expuesto
el avance de las blancas ha terminado,
sigue ahora P x P y a P X P, el jaque
en 7TR, que las blancas con el sim-
ple doblaje no hubieran podido reali-
zar. Por lo menos alcanza el blanco
la penetración en la séptima fila del
Sternberg
(Berlín, 1935) adversario.

67
Orbach idea es continuar a PR X A con 2.
146 TxT (Tx.T; 3. P6R+) y a PCXA
con 2. T7T+, TXT; 3. TX_T+., RlA;
4. D6T+., RlR; 5. DxP. El sacrificio
del alfil se proponía en un caso abrir
el camino al AJA, en el otro, a la
dama. Las negras replicaron l. . . .,
TXT; 2. TXT, A6A. Ahora a PRXA
seguiría TBT 1, mientras PC X A, se
resolvería como indicamos más arriba.
K. Richter (juega) 3. T7T+, RlA; 4. D6T+., RlR; 5.
(Campeonato de Alemania,
Duisburg, 1929) AXP+., TXA (o RlD, TxA; RxT;
D7T+); 6. T8T+, R2A; 7. D7T+.
Un ejemplo de ello en la práctica. Abandonan. Obsérvese el espacio li-
Las blancas renuncian a la inmediata mitado que las negras tienen a su dis-
T7T + porque se les .p resenta una posición en el ala de dama y cómo
continuación más fuerte l. A X PI La ello les acarrea finalmente la derrota.

El <<imperceptible)) peón

Quien no honra al peón En nuestra corta ojeada sobre las


no es digno de uno pasado. casillas que las piezas como máximo
y mínimo dominan, no hemos contado
Muchos ajedrecistas han sucumbido
con el peón. Esto tiene su razón de ser.
por menospreciar el peón. Ya hemos
"El peón es, en realidad, la única
visto a menudo cuán importante es el
pieza sobre el tablero que no domina
peón precisamente en medio juego,
t odas las casillas a donde puede jugar. •
cómo crea importantes puntos de apo-
Tenemos aquí una po-
yo en el campo enemigo, cómo pe-
sición que muestra el tí-
netrando audaz, estorba paso a paso
pico doble ataque del
al contrario en su acción, cómo él,
peón (la horquilla). Claro
sacrificándose voluntariamente abre
está que esto no tiene
brecha en la posición del adversario.
casi nunca lugar en la
Y una antigua regla dice que "un ata-
posición inicial del peón (como aquí),
que contra el enroque enemigo sin
una irrupción de peones que avancen pues las piezas contrarias no son en
rara vez tiene éxito». Sólo con piezas general tan amistosas, para exponerse
difícilmente se realiza con éxito un libremente a situaciones tan expuestas.
ataque. Nuestro ejemplo sirve .p or ello tan

68
sólo como demostración. En la posi- N. N.
ción arriba citada el peón tiene cuatro 147
movimientos: l. ·p x C6T, l. Px.C6A,
l. P3C y l. P4C. ¿Entonces, domina
cuatro casillas? ¡De ninguna manera!
Solamente dos, a saber 3T y 3A. Las
casillas P3C y P4C no las domina,
pues si estuvieran en ellas piezas ene-
. migas, no podría moverse en esa di-
rección. Cualquier otra pieza en el
ajedrez puede jugar hacia otra casilla
ocupada por otra pieza, tomando ésta.
Piotrowski (juega)
Pero no nuestro peón. Hay algo que
(Lemberg, 1926)
todavía le diferencia de las piezas
«mayores • ; ¡para él sólo hay avance,
Con l. DBT+!, RXD; 2. P7C+,
ningún retroceso! Por eso recomien-
RlC; 3. A7T+!, RXA; 4. P8C (D)
dan todos los tratados, y con razón :
mate fuerza el blanco el avance del
Mucho cuidado con el movimiento de
peón y al mismo tiempo el mate. El
los peones. Una mala jugada con una
peón 6C protegía inmediatamente al
pieza, puede en caso de necesidad
rey negro, hasta que su avance hacia
volverse atrás, pero no un movimiento
la octava línea liberó la columna de-
de peón. Pero éste no necesita pre-
cisiva de caballo.
ocuparse pues con la regla de la coro-
nación se le concede una probabilidad
N. N.
decisiva en el juego.
¡v lLJ JL
!:f. El gran momento
148
en la vida de todo

~- ~ peón: Con P7C-P8C

-~· entra en el «Paraíso


de la última línea», donde puede
•transformarse• según desee. Detrás
de la valla del borde están las piezas
que luego deben esperar por cuál de
ellas se decide el paisano. Con mucha
frecuencia será la dama, pues su gran
poder engolosina más. Dr. Fleischmann (juega)
Combinaciones de transformación en (Bamberg, 1930)
el medio juego
Si bien el avance del peón a la oc- ¡Un peón pasado contra tres! ¿Así
tava línea es principalmente un cono- pues una lucha desigual? ¡No! «Pues
cimiento del final hay también en el no depende de la cuantía de los peones
medio juego bastantes combinaciones pasados, sino de su eficacia.» Y aquí
que se apoyan en un peón muy avan- el peón en 7R es mucho más fuerte
zado. que sus tres colegas del otro lado.

69
Si bien aparece como débil y necesi- columna de torre. 3. .. ., R X D; 4.
tado de protección, permite a las PXP+, R3C; 5. P8C(D)+, R4A; 6.
blancas la combinación decisiva: l. T5T+. Abandonan ¡Casi una brujería!
T8A + !, T X T; 2. D8T +! Desplazando Realmente, eso no sucede a menudo
al rey de la defensa de su torre 2.... , que todo resulte tan bello como aquí.
RXD. O 2.... , R2A: 3. PXT(D)+ y
con dos damas contra una, el blanco N. N.
gana fácilmente. 3. PX T=D mate. 150
¡Muy efectivo!

N. N.
149

K. Richter (joega)
(De una partida con ventaja de torre,
Berlín, 1930)
';j

J. Kotrc (juega) Para variar, algo humorístico. Las


(Viena, 1907) blancas jugarc¡n l. C5A +, R3A; 2.
P7R. ¡Ellas lograron así valorizar su
También en este ejemplo de una peón pasado, pues alguna equiva-
partida se ve qué bellos efectos se lencia debían tener por la torre de
pueden obtener con un peón prepara- ventaja! El conductor de las negras
do para coronarse. La posición prece- pensó largo tiempo; de repente le
dente es más complicada, pero sí es asaltó un pensamiento 2.... , A X C.
posible, en su desarrollo todavía más «Si ahora usted hace una dama», se
sorprendente que la anterior. l. T8R +, dijo triunfante, «le doy mate con
R2T. Con l. ... , R2A continúa el T7T". Eso es cierto, replicó el blanco,
blanco la caza victoriosamente con "pero pido un caballo y le doy a usted
2. D8A + . Pero tampoco en 2T está mate ". ¡Eso naturalmente algo para
seguro el. rey, si bien lo parece. 2. los mirones! Tenemos pues un caso
T8T+! Una jugada como ésta signi- aquí, en el cual la transformación en
fica ganar o perder la partida, pues las caballo es más fuerte que en dama.
blancas están seriamente amenazadas Otro ejemplo nos brinda el diagra-
2.... , R3C. En caso de 2.... , RxT?: ma 151.
3. D8A+ seguido de 4. DxP mate. ¡El (151) En el ardor de la lucha las
P6T como punto de apoyo! Pero ¿có- blancas con P8D hicieron dama. Las
mo se debe proseguir? Las blancas no negras con l. ... , DxA+; 2. R juega,
tienen más jaque ... ¿o si? 3. D5T+! D x T captura la torre y el alfil del ad-
Intención: Transformación del peón, versario; el final de damas resultó
y al mismo tiempo apertura de la tablas.

70
Windfuhr Golombek

151 153

Weber (juega) Barcza (juega)


(Encuentro por equipos, SoUngen- (Torneo internacional, Bucarest, 19S'3)
Wuppertal, 193S)

l. T7C+?, RlT?; 2. T7C. Las ne-


El blanco debió escoger caballo y
gras abandonaron .
después de l. P8D(C)+ !, R3A; 2. Quien domina, en cambio, tales
T6R +, hubiese ganado la dama y
combinaciones de tra nsformación co-
también la partida con su pieza de
mo hemos visto, encuentra sin más
más.
(l. T7C+?) l. . . , D X T!!; 2. PXD,
P7C! ganando las negras.
Villegas

152
PerUs

154

Capablanca (juega)
(De un torneo en
Buenos Aires, 1914)
Schlechler (juega)
(Torneo de maestros, Karlsbad, 1911)
Quien tiene un peón pasado muy
avanzado puede a veces sacrificar
tranquilamente la dama ; él la recupera Esta posi ción se originó después de
igualmente coronando el peón. Aquí, las jugadas l. P4D, P4D; 2. P4AD,
por ejemplo, las blancas continuaron P3AD-; 3. C3AR, A4A; 4. D3C, D3C.
con l. D5R+, P3A; 2. DXT!, DXD; De un peón pasado no se ve ni som-
3. P7 A. El adversario no puede im- bra. ¡Y sin embargo! 5. P X P, D X D.
pedir P8A(D) de ningún modo, que- Jugada falsa. 6. PXD, AXC. Con esto
dando con una torre de menos. se da por satisfecho el negro. Después

71
de 6 .... , PxP: 7. C3A, P3R; 8. N. N .
C5CD, está igualmente en dificulta-
156
des. 7. PXP!; ¡Se vislumbra el peón
pasado ! 7.... , CxP. «Si las negras
hubieran querido salvar el AD jugando
por ejemplo A5R, vendría la descon-
certante (7 . ... , A5R) 8. TXP!!, TXT;
9. P7A! y el peón corona.» ¡Una sa-
lida ingeniosa y original! 8. TXA. Las
blancas han ganado un peón.

Albert Nielsen (juega)


155 (Dinamarca, 1930)

mate en 5T recupera la pieza sacrifi-


cada. No obstante, las blancas con
l. T2C-2D! permiten esa combinación,
pues ahabían calculado una contra-
combinación, que tenía su culmina-
ción en la trans formación de un peón».
Resultó pues, l. ... , AXP; 2. PXA,
T X PC; 3. A3C! Así, las blancas ganan
tiempo; para preparar el mate, las ne-
Nuremberg gras deben perder una jugada. 3•... ,
(Sesión de simultáneas, 1933)
TXA; 4. P6R, T6C-4C. Con Px P, P7A
Aquí el peón pasado ha penetrado gana. 5. TSD +! Alejamiento de la
ya lejos en terreno enemigo; s'u próxi- amenaza de mate sacrificando tLila to-
mo avance amenaza a las blancas de rre. 5 .... , TXT; 6. TXT+, RXT; 7.
mod o permanente. Siguió directamen- P X P! La punta. N o se puede detener
te; l. ... , A5C; 2. C3A-lC, C5R! No el peón. Una posición instructiva que
para cambiar como pueden haber creí- queremos señalar.
do las blancas, que tomaron en 3.
Sultan Khaa
C XC, sino con una punta mucho más
envenenada: 3 • .. ., P7C!. «El peón pa- 157
sado sigue su marcha., A causa de la
amenaza de mate en la primera línea
el blanco no puede tomar y por eso
está indefenso contra P X T(D).
(156) Como se ve, una posición de
final, pero, sin embargo, con combina-
ciones propias del medio juego. Las
blancas deducen de la formación de su
adversario que éste, con A x P, P x A ,
T X PC planeaba un sacrificio prome-
Yates (juega)
tedor. pues a causa de la amenaza de (Torneo de maestros, Hastlncs, 1931)
La Tl T es el único obstáculo que drecístico habla de «golpe en la nuca•
al peón pasado 7T de su anhelado (del contrario, naturalmente) «El peón
objetivo le separa. Las blancas pudie- paraliza la fuerza de movimientos de
ron en seguida eliminarlo con l. las piezas enemigas extraordinaria-
TSD+; TXT; 2. CXT; el negro debe m ente, pues éstas no sólo deben vi-
parar el peón con 2. . .. , A4D; pero gilar que la dama contraria se tras-
después de 3. C6R! se queda sin re- lade a 6TR, sino guardar celosamente
cursos. El A2C está atacado, y el la octava línea.» El peón es un valioso
A4D amenazado con C7A+. Con apoyo de sus piezas y, hasta se puede
apuros de tiempo el blanco no vio esa afirmar que un «peón muy avanzado
ganancia clara; jugó l. C4R y con ello tiene casi la eficacia de una piezan.
se embolsó también finalmente el pun- Como aclaración de esta máxima si-
to. ¡Pero cuántas veces una inadver- guen algunos ejemplos posicionales
tencia semejante, significa desperdi- tomados de la práctica .
ciar el triunfo o algo todavía peor!
N. N.
Sandifort
159
158

Ernst Schroder (juega)


(Berlín, 1930)
Barendregt (juega)
(Amsterdam, 1947)
¡El P6C, el golpe en la nuca! Las
Un gracioso ejemplo de posición blancas reconocieron claramente su
(los últimos movimientos fueron D6R- fuerza y jugaron l. TlR!! Las negras
6C +, AST-A X D). ¡Las negras con no tienen nada mejor que aceptar el
dos torres, alfil y caballo tienen ven- sacrificio l. .. ., TXT (TXD?, TXT
taja, deben no obstante perder! Y to- mate) ; 2. D7A+!, RlT; 3. TXT,
do ello gracias a la fuerza del peón T X T + ; 4. R2C. A pesar de tener
que transforma. l. P X A+, R X P; 2. una torre más las negras no pueden
PSR(D)+, R2T; 3. D4R+, RlT; 4. encontrar nada contra el mate, y a la
D X T7 A, con mejor final del blanco, tentativa desesperada 4. .. ., TSC+
quien después de errores posteriores contesta tranquilo el blanco 5. R3T.
tuvo que conformarse con tablas. Tambi én en el núm. 160 el P6C
«El golpe en la nuca .• hace posible un mate impresionante:
~
·
= =
"'-!_.....,
......·=
·=~.· Cuando un peón se in-
l. R2C! (amenaza TlT mate) l .... ,
-~- crusta así o de modo pa- CXA; 2. TlT+! Con 2. P X C, TlAR;
i IJ i recido en la posición 3. Tl T + tiene el negro T3TR. 2. ... ,
n aa D.
u ._ enemiga el lenguaje aje- C3T; 3. T XC+!, PX T; 4. T7T mate.

73
K. ción de sacrificar la torre en 7T y dar
160 mate con la otra torre en 5T; de
nuevo un mate de piezas pesadas en
columnas abiertas. En ese dilema tu-
vieron las negras todavía una intere-
sante ocurrencia: l. ..., C4C!?; con
lo que amenazó tres piezas blancas.
Está claro que 2; TXT+, OXT no
es aceptable para el blanco, pues
ahora amenaza mate en SR. También
2. O x e, TXT+; 3. R2A, Ole des-
Brüntrup (juega)
tru ye todas las ideas blancas de mate.
(Berlín, 1954) Pero la linda jugada 2. T X P+ !, fuerza
el mate. El caballo no puede al mismo
tiempo ser parapeto contra 2e y pro-
Aufman (juega)
tección para 2T. Las negras abandona-
161 ron; 2.... , ex T lleva a 3. 07C mate,
y 2 . . . , R XO a 3. D5T+l, RlC; 4.
Ox.e+ y 5. 07C mate.

Pfeffer

162

Tschikowani
(Encuentro por equipos, URSS, 1952 ~

En esta posición el peón en 6AR,


apoya el ataque blanco en !as colum-
nas de eR y TR de modo decisivo si
bien las blancas tuvieron que sacri- Pertiscb (juega)
ficar una pieza para llegar a esta po- (Gaggenau, 1953 )
sición. Amenaza sencillamente T X e
seguido de ma te en 7e, si el negro Aunque el rey esté ya algo alejado
juega l. .. ., T 1eR obstruye al rey la de la zona peligrosa del «peón del
última casilla de escape y las blancas golpe», como en este caso, puede éste
rematan con 2. TxP+!, R x T: 3. sin embargo, valorizándose dar el
05T mate. pero quizá, puede el negro triunfo: l. T7T+!, RXT; 2. D7C+!,
intentar todavía l. .. ., 020 porque R3T (a RlT sigue 07e mate); 3.
entonces después de 2. T X e?, P X T; D7C+, R4C; 4. P7A! y el blanco
¿la casilla 2e estaría defendida? No, gana. P8A(O) decide en cualquier caso .
porque el bla nco tiene todavía flechas Las jugadas del blanco fueron sin
en el carcaj: él contesta a l. .. , 020 embargo l. 020 +? , P4e, 2. 050,
sencillamente 2. T5R l con la in ten- · 04R + y la partida terminó en tablas:

74
teniendo en cuenta la superioridad de En el núm. 163 es el consabido
posición, un resultado decepcionante. peón (PT negro) el q1.1e avanza pri-
Pero aquí no fue culpa de Caissa. mero, pero las blancas deben haber
contado con ello, ya que se fija como
EUskases (jue&a)
el • peón del golpe • en 6TR. Siguióse
163
l. .. ., D4T; 2. D2C? El blanco debió
tener a la vista la casilla lD, y jugar
tal vez 2. D2D a 2. .. ., D4R pudo
defenderse con 3. DIAl Con la jugada
errónea del texto, el peón puede cum-
plir su cometido 2. .. ., P6T+!; 3.
RlA, T2A! Desenmascaramiento con
doble ataque. Las blancas abandona-
ron (le amenazaba mate en 8D o
Cabra!
(Mar del Plala, 194!1) TxT).

B. Aumento y disminución del poder de las piezas

El punto más alto de su eficacia es el doble jaque a la descubierta; y el


más bajo, lo tiene la pieza que se encuentra en una clavada •propia.. Entre
medio hay toda una escala de posibilidades, para debilitar una pieza o para
aumentar su eficacia. A ella pertenecen toda clase de obstrucciones, para-
lizaciones y clavadas, pero también toda clase de ataques a la descubierta.
Ya hemos hecho conocimiento con varios de ellos en la parte anterior del
libro, pero este dominio extraordinariamente importante exige una conside-
ración amplia. Empezamos con su aspecto negativo, con posiciones, en las
cuales la pieza ha perdido su eficacia totalmente o en parte o se encuentra
en un sitio expuesto y puede ser presa fácil del enemigo. Dicha pieza ha
perdido también en fuerza, pues resulta una carga para las otras, que deben
constantemente vigilarla.

Clavadas: propia, casi propia, impropia

.t•••
•a •• 11. n
la casi propia puede tan sólo jugar
tomando la pieza que clava; solamen-
te en la clavada impropia puede la
pieza clavada •retirarse•. La dama
Propia casi propia impropill
no puede en ningún caso ser objeto de
En la clavada propia la pieza clava- clavada propia; el caballo y el peón
da no puede en modo alguno jugar; en pueden ser clavados, pero ellos no

75
pueden ser utilizados como piezas de Pero 2. . .. , C XC! •El se ríe de la
clavada. En el caballo se aprecia al clavada.» Pues, después de 3. A X D
mismo tiempo una clara particulari- el negro con 3. . .., A5C + recupera
dad; puede ser objeto de clavada la dama y tiene después de 4. D2D,
propia o impropia, pero nunca de la AXD+; 5. RXA, RXA una pieza
casi propia. Por lo demás, se trata más. Después de este caso desgracia-
siempre de que «en las clavadas propia do, queremos conocer también los
y casi propia la pieza clavada defiende aspectos luminosos de la clavada.
con su cuerpo al rey, y en la impro-
pia, una pieza más débil de fiende Krummhauer
con su cuerpo a otra más fuerte•. En 165
el último caso se debe pensar siempre
que la pieza clavada puede súbita-
mente retirarse y no pensar de este
modo. Bien, esta pieza está clavada
y no puede jugar, según las conocidas
palabras de Morgenstem:

Porque, así concluye él agudamen-


te, no puede ser lo que no es Lenndrowitscb (juega)
posible. 'I' (Berlín, 1951)

En el ajedrez no se cumple esa El asunto sería fácil si no estuviese


lógica y de repente una pieza aparen- el C5R. Pues' pudiéramos realizar
temente «clavada» se retira con efica- D x .T! aprovechando la clavada sobre
cia decisiva. Tales casos claros son el la columna de rey. Pero reconocer
pan nuestro del ajedrecista. esto ya es hablar de encontrar la com-
binación: l. C6C, D2AR; 2. C7R + !,
Leoz DXC; 3. DXT! El blanco ha ganado
164 la calidad. ¡Un pequeño truco y el
CSR desapareció!

En¡¡lund (jue¡¡a)

166

Heims (juega)
(Sociedad de ajedrez de Magdeburgo, 1915)

Las blancas se confiaron luego que


el caballo negro en 3AR, está clavado, Breyer
y jugaron l. PXP, PXP; 2. CXP? (Torneo de maestros, Scbeveningeo, 1913)

76
Las negras están muy mal; defec- Obsérvese en medio de los golpes
tuosamente desarrolladas, además cla- brillantes del blanco el papel tranquilo
vadas y para colmo de desgracias ex- del alfil en 6TR, que constituye la
puestas todavía a fuertes amenazas.
inquebrantable espina dorsal del ata-
Tampoco sirve de gran cosa el mo-
vimiento liberador l. ... , AJA. Las que blanco.
blancas fuerzan un mate en tres ju-
gadas : 2. D X C + !, D X D. Ahora está Thynne
clavada la dama negra, no sirviendo 168
para la defensa de la octava línea J.
T8D+, AIR; 4. TXA mate. Un ejem-
plo notable que demuestra el poder
de la clavada.

K. Richter

167

Abrahams (juega)
(Campeonato de Liverpool, 1932)

La clavada del P7 AR ofrece en el


medio juego y con el enroque corto
frecuentes ocasiones para combinar.
Engels (juega) En el ejemplo anterior las blancas, con
(Torneo de maestros, Nauheim, 1935) l. D8C +! sacrificaron la dama para
con R xD; 2. C6C! explotar la clavada
Las negras acaban de jugar con lige-
y amenazar mate imparable en 8T.
reza P4D? y creyeron con la clavada
A4AD obtener ventaja. Las blancas Las negras se dieron cuenta del peli-
no prestando atención a la clavada gro e intentaron con l. ... , R2R esca-
jugaron l. PXPD!, A4A; 2. PXP, y par, pero fueron, sin embargo, enérgi-
«clavó• al contrario en la columna de camente perseguidas por el blanco; 2..
dama. Si bien las blancas obtienen DXP+, RID. Era algo mejor RJD. 3.
dos piezas menores por la dama su
ataque es tan fuerte que las negras C6C, D X PC. ¡En lugar de permanecer
están casi desamparadas. 2• .. ., DIAD; cerca del rey con D3D se zampa un
3. PXC, AXD+; 4. TXA, TXP; 5. inocente peón en el otro extremo del
C5D!; RIT? (debía intentarse por lo tablero! 4. TID+, A2D; 5. DXT+!
menos TXC); 6. C6A!, T2A ( ... , TXT;
Una jugada explosiva como remate.
T7R!); 7. C5C!! Incontenibles se des-
bordan las tropas enemigas. 7. . . ., Después de R X D, T8T da mate, y con
T XC; 8. T7R! con posición ganadora. R2A basta D7R para ganar.

77
Scbmitt T X C; 2. D6RI ¡Clavada propia en
169 7A, y casi propia en 7D 1 Las blancas
tienen amenazas tan fuertes que las
negras deben tomar la dama. Con ello
las blancas recuperan la pieza sacri-
fica da y entran en un final ganado.
2. . .. , AXD; 3. TXD·+ , TIA; 4.
AXA+, RlT; 5. T7D. La 7• línea
para la torre ahora ; esto lo conoce-
mos ya, no es nada nuevo para nos-
otros. 5.. .. , TlT; 6. T7AD, P4A; 7.
Mikenas (juega)
A5D y las negras abandonaron la
(Torneo de maestros, Brünn, 1931) lucha sin esperanza.

«Bajo la protección del AJC, que Hans Müller (Viena)


clava el P7A, penetra la dama blanca 171
en el corazón del enroque negro» .
l. D6C, C3A; 2. T X Al Elimina la de-
fensa de la casilla 5AR. 2•... , TIA X T.
Con TlT X T, gana en seguida C5A.
3. C5A, DlA; 4. CXP+. «También
el P2C está clavado». 4.... , RlT; 5.
CXP+, RlC; 6. C5R+, RlT; 7. DSC,
D4A; 8. D4T+. Abandonan.

Erdelyi (Rumania)
Bogmann (Bocbum) (juega)
170
(Encuentro jugado en 1933)

Las blancas están enteramente des-


arrolladas; las negras están ahí, con
un ala de dama todavía, retrasado».
¡Eso no puede marchar bien 1 Una
vez más el motivo de clavada A4Af
P7A. l. TlT-lR! Amenaza una cono-
cida maniobra 2. D X P+.!, TXD; 3.
Bogoljubow (juega) T8R mate. El negro lo para con l . .. .,
(Encuentro de naciones de la liga mundial P3C; pero el blanco juega invertido
de ajedre2, Praga, 1 931) primero 2. TSR! para a T X T ganar
con D X P +. Las negras abandonaron
«Provocando y aprovechando las por ello. Más resistencia hubiera ofre-
clavadas llegaron aquí las blancas a un cid o, en vez de l. ... , P3C, l. ... ,
final ganado •. l. CXP! ¡Otra vez la A2D. ¡Pero no siempre esas combina-
clavada por medio del alfil 3C 1 l . .. ., cienes son exactas!

78
MarshaU El blanco hizo como si no se hubiera
172 dado cuenta, y jugó l. TIC. Las ne-
gras prosiguieron con su plan (que
veremos era falso) y jugaron l. . . .,
A XC; 2. D X A, T7 A. Clavada, pero:
3. TIAD!! ¡ Contraclavada 1 Las ne-
gras pierden la T7 A, pues a T X.T si-
gue D X D. La T7 AD produce «la cla-
vada en cruZ» , una vez clavada casi
propia la otra impropia. ¡ Talés clava-
das tienen esas cosas!
Capablanca (juega)
(Torneo de Maestros de Nueva York, 1918) Jacobsen
174
En el 172 las blancas lo habrían pa-
sado mal con l. D x C; quizá calcu-
laba con l. ... , A6C; 2. DxP+ !,
TXD; 3. T8R mate. Pero a l. DXC?
seguum sorprendentemente l.
A7T+I Aparentemente una jugada in-
termedia sin importancia. Pero des-
pués de 2. RIA (si no queda la dama
colgada), A6C!; 3. DXP+, TXD+,
«se ve con claridad qué sentido tenía
H . Olsen (juega)
la cosa». Pues la torre, al tomar, da (Aarhus, 1953)
jaque.
Claro está que Capablanca no se La dama blanca está atacada; sólo
dejó embaucar, sino que jugó l. T2R! que el blanco vio un esquema de mate
y ganó finalmente la partida. en 8D y jugó l. T5R X PD? Las negras
no se desconcertaron (l. . .. , A XD?;
N . N. 2. T x T mate) sino que contestaron
173 con sangre fría l • .. ., DXP+ll; Z.

Capablanca (jue¡a)

175

E. Chatard (juega)
(París, 1906)

Las negras amenazan AX C seguido


MarshaU
de T7 A. Clavada de la dama blanca. (Torneo de maestros, Nueva York, 1915)

79
R X D y sólo ahora 2. . .. , A X D, pues Abue• (juega)
está la torre en SD clavada y perdida. 177
También aquí los contendientes se
acometieron con clavada (en su caso
ligazón) y contraclavada.
(175) Las negras colocan una trampa
a su adversario con l. .. ., C4T. Las
blancas pueden así con 2. D6T, P3C;
3. D XC ganar una pieza, «porque el
peón JC está clavado. Pero, por otro
lado, la misma TIC está clavada» y no
puede abandonar su punto de partida
Blümicb
sin ceder la dama. Esta circunstancia (Campeonato de Alemania, 1929)
es utilizada por las negras con 3 .... ,
D X T! Con lo cual, así como así ganan Las blancas creyeron poder tomar
la calidad. el PSD sin peligro, después de l •... ,
Si se quisiera todavía pruebas de C5R, ya que una de las 2 piezas que
cómo a veces la clavada •impropia•, lo defienden está clavada en la colum-
puede ser impropia e inadecuada, he na AD, ya que deben protegerse las
aquí a continuación dos. negras de D x T, Tx.T, TxT mate.
«Pero. no han tenido en cuenta con
Duras ello el contraataque de las negras .•
176 Después de 2. CXP, AXC; 3. AXA,
viene a pesar de todo 3. . .., C X A!;
pues si 4. DX T, no reciben ma-
te las negras, sino las blancas. 4•. .. ,
CXP+; 5. RlT, CXPA mate o 5.
RIA, D X P mate.
¡Pero, estimado aficionado, no se
deje Vd. influenciar quizá por nues-
tros últimos ejemplos y menosprecie
las clava-:=:!s 1
La mayoría de ellas no se pueden
Fabrni (juega)
destruir sin consecuencias. Esforcé-
(Torneo de maestros, Mannbeim, 1914)
ron'1os, pues, en la partida en evitar
Con l. T X T! se quitaban de encima toda clavada o «desclavar• una pieza
enérgicamente las blancas la clavada; davada tan pronto como podamos.
podían hacerlo, pues después de l. ... , Una de las clavadas más corrientes es
D X D'; tienen a su disposición un bo- la que damos nuevamente.
nito mate con 2. T8C+, R2R; 3.
CXP+.
«Aquí, y en el ejemplo siguiente,
falló la clavada, porque la pieza cla-
vada puede retirarse atacando con
fuerza •.

80
Si el caballo clavado es atacado por P4CR puede el alfil que clava ser apar-
2a vez se amenaza el desmantelamiento tado; pero ello representa en todo
del ala de rey del negro. El modo caso una inconveniente debilidad de la
más sencillo de desclavar el caballo es posición del enroque.
jugando las negras su alfil a 2R. Con Que también en esta clavada son
el otro caballo en 2D se evita el posibles sorprendentes «artísticas des-
cuarteamientd, pero no se levanta la clavadas,. Se ve examinando nuestro
clavada. Mediante P3TR y sobre A5T, diagrama núm. 42.

Nadie puede servir a dos amos

¡Tampoco una pieza de ataque 1 que vigilar tres piezas: T3R, TIAR y
Este alfil. por ejemplo, P2TR. En esta posición esto es natu-
puede con facilidad pro- ralmente demasiado pedir. Con l.
teger un caballo, pero no, T X P+! aprovechó el blanco la sobre-
como en el segundo carga de la dama negra l. ... , R X T;
ej.;mplo, dos de ellos. es forzado. Ahora se le ofrece a la
Pues si una de las otra torre en la tercera línea jaque
perpetuo del cual no puede escapar
torres toma uno de
el rey negro.
los caballos, debe el
alfil, al retomar, dejar
HeUing
suelto al otro caballo y el negro gana
dos caballos por una torre. En este 179
principio muy sencillo se basan gran
cantidad de combinaciones.

Mühlbaeh

178

Grünfeld (juega)
(Torneo del jubilen de la Sociedad berlinesa
de ajedrez, Berlín, 1928)

También un caso sencillo semejante:


Grohe (juega) «El P2R de las negras tiene bastante
(Mannheim, 1935) que hacer con ia defensa del CJD,,
no puede pues encargarse de contro-
La dama está atacada en 6D; está lar aún la casi lla 3AR. Con l. P6A!,
perdida, pues no puede escapar. Pero las blancas ganaron una pieza: l. ... ,
el blanco tiene otra salvación; él se A X PA; 2. A xC! En caso de l. . .. ,
dio cuenta que la dama negra tiene A3T; 2. P X P. seguido de A X .C.

81
Gutsche (juega) pués de l. D2A "? supera sus fuerzas,
por cuanto la protectora dama blanca

••••
• •••
••
. .•.
180 • • ••
puede ser desviada; l. ... , DXT+!;
2. AX D, TSD+; 3. DIA, A4A+. Las
blancas abandonaron. Puesto que

~-

••Jt.g.
-~- ••
~.i·
,
\• •.\t>
N. N .
n
también con l. D7C? era posible una
brillante respuesta (A4A! ! ) hubiera
debido el blanco en la posición del
ejemplo levantar la desgraciada de-
pendencia de la TIA quizá con l.
TlAR.

(Berlin, 1928) Aficionado

No siempre una pieza debe ser re- 182


querida con exceso para la defensa
de otras piezas: puede a menudo re-
cibir la misión indisoluble «de vigilar
al mismo tiempo una pieza y una im-
portante casilla". Así ocurre en la
posición del diagrama núm. 180. La
TlD de las negras, debe proteger el
A5D, pero también la casilla 1R.
Después de l. ... , C5D!, debe reco-
nocer su impotencia. .¡ rorre (juega)
(De una· sesión de simultáneas,
Las blancas pierden una pieza, jue- Nueva York, 1924)
guen como quieran. De paso hay que
hace r observar que es propiamente Las blancas abandonaron aquí la
el P6TR, el que resuelve la cuestión. partida porque creyeron que nada po-
dían e o n t r a T8A + s e g u i d o de
Brücbner
P8D+, etc. «No se habían percatado
181 que la T8D está sometida a una doble
misión: evitar P8C(D) y proteger el
P7D". Con l. T6D!! hubiera podido
pedir explicaciones a la torre sobre lo
que pensaba hacer. Después de l. ... ,
P X T ganan los peones blancos (P7A,
etc. El P7D no tiene defensa) y a
l. ... , TxT; 2. PSC(D)+, R2D; 3.
D7A+, R3A; 4. DSR+, RJC; 5. DJR!,
R3A (TXP; P4C); 6. DXT+ seguido
Kretschmer (juega) de P7 A, quedando el blanco igual-
(Zittau, 1949)
mente victorioso.
En la posición del diagrama núme- Ahora pensa rá quizás el aficionado
ro 181, el A3R debe vigilar la TlA estudioso que, el ajedrez es demasiado
y además la diagonal 7T-1C; esto des- difícil, cuando ya un maestro tan cali-

82
ficado como Torre deja escapar tal núm. 182!). ¡No hay brujería en el
maniobra. Pero, en primer lugar, se ajedrez; se trata de cosas naturales 1
trata aquí de un juego de simultáneas Las negras deben abandonar; no les
en el cual el origen de los errores es es posible, como fácilmente se obser-
múltiple, y en segundo término, todo va, escapar al mate.
el mundo puede ver o no ver, según El e3AR está en el núm. 184 ante
le plazca a eaissa. la tarea ambiciosa pero no realizable
pa ra él, de estar a la vez en 3 sitios:
Hülzl 2TR, 4D (como se ve en seguida)
183 y 2D (como se verá algo más tarde),
l. ex PD! ¡Un rayo desde el cielo
sereno! Si el negro torna con l. ... ,
Pxe (exe?, DxP mate), pues 2.
C xA !, y no es factible DxC a causa
de 3. A X P+ , RlT; 4. A5A+ ganando
la dama. ¡ 4D, 2D y 2TR, ningún ca-
ballo tiene piernas tan largas! Las
negras intentaron aún l. ... , P3e (para
defenderse de la amenaza ex C+. se-
Eliskases (juega) guido de D X P mate) pero perdieron
(Austria, 1931) rápidamente: 2. eXA+, DXC; 3.
Axe, TXA; 4. TXT, PexT; 5. A5C.
También en esta posición están las Las negras abandonaron; la clavada
piezas negras sobrecargadas pero aquí decide. ¡Una irrupción lograda 1
el blanco saca partido de ello. «La El conocimiento de estas combina-
dama negra debe mantener vigilancia ciones puede emplearse bien en el me-
sobre la T 1D así como sobre la ca- dio juego.
silla JAR» (contra D6A+) y la TlD
está atada a la primera línea (si no Dr. Aitken (juega)
D8A mate). Así tiene explicación clara 185
la jugada diabólica de las blancas l.
T5D!! (compárese con l. T6D! en el

Dr. Vidmar
184

Golombek
(Torneo zonal, Munich, 1954)

Después de l. ... , P3AR?; 2.• C6A!,


TIR esfuérzanse dos piezas negras en
defender la casilla 2R, pero ambas
N. Frydman (juega)
(Torneo de maeotros de Budapeot, 1934) demuestran que no sirven para ello;

83
3. C7R + 1 «La doble sujeción de las C. v. Bardeleben
piezas negras es digna de atención. • 187
La TlR está ligada a la TlA y el C4D
debe vigilar la dama indefensa. Des-
pués de 3.... , TXC; 4. DXT+, R2C;
5. D6T las blancas ganaron la calidad
y a más finalmente la partida.

CapabiiiJlca

186

W. Steinltz (juega)
(Torneo de Hastings, 1895)

el contrario. Y, puesto que nadie co-


nocidamente puede bailar al mismo
tiempo en dos bodas, la dama no es
utilizable para otros menesteres. Las
blancas hicieron uso de la propia cons-
telación de piezas como sigue: l.
Marshall (jue¡a) T XC+!, R.lA. Si D X.C viene natu-
(Torneo de maestros de San Petersburgo, 1914) ·tx
ralmente T + y si R XC las blancas
quedan victo,riosas con 2. TlR+,
Las blancas no podían tomar el RJD; 3. D4C+, R2A; 4. C6R+, RlC;
C5A, pues después de l. D x C, P3A; 5. D4A +.. 2. T7A+! «La torre oscila
2. C6C+, R2A; 3. D5A, DxP+l no protegida por fuerzas invisibles a lo
hubiera logrado nada. Ellas andaban largo de la séptima línea. • Pero no
buscando jugadas más fuertes. Al con- son tan invisibles: La dama no puede
templar la posición del ejemplo llama tomarla, porque abandona la torre lA
la atención, que el A3R no es ya y el rey tampoco puede pues perdería
dueño de su libre voluntad. Así, por la dama, con jaque. Por otro lado
ejemplo, no puede ir a 4A (D8R+, también las blancas tienen las manos
DlD, C7R+) tampoco hacia 4D · atadas ya que constantemente deben
(D8R+, DlD, A4C+). Con todo ello, tener en cuenta la amenaza de mate.
el movimiento l. A4C! adquiere fuer- 2. ... , RIC; 3. T7C+!, RIT. Con RlA
za decisiva, ya que él fija completa- decide en seguida CXP+! 4. TXP+,
mente al· alfil enemigo (l. .. . , P4AR; RlC; 5. T7C+, RIT; 6. D4T+I Tras
2. AXP!, l. ... , Dx.C; 2. AxA+, la apertura de la columna de torre
l. ... , AxA; 2. D8R+, DlD; 3. este ataque es posible. 6. . .. , R X T;
C7R+) y después de l. ... , DxP+; 7. D'i'T+, RlA; 8. D8T+, R2R; 9.
2. Rl T la situación si es posible, es D7C+, RlR (R3D, TlD+, etc.}; 10.
todavía peor. DSC+, R2R; 11. D7A+, RlD; 12.
En el núm. 187, la dama negra tiene DSA+, D1R; 13. C7A+, R2D; 14.
la misión de defender la TlA, que D6D mate. Una torre que hizo todo
si no, sería doblemente atacada por el trabajo.

84
Dr. A.lekhille PilloburJ (jue¡a)

188 189

Dr. Tartakower (juega) Showalter


(Nueva York, 1924) (Encuentro, Nueva York, 1897)

Esta posición nos muestra un movi- dama?, ¿qué contestaría usted? qU!za
miento parecido y bonito de la torre. diga usted: «No, pues con l. ..., DXP?
Las blancas jugaron D4R, hubieran (lo que se hizo) las blancas dan mate
también podido jugar l. P6A, pues el con 2. D8D + !, etc.» La cosa no es
negro no p o dí a contestar l. .. ., tampoco tan sencilla; para el mate se
D X P A? a causa de 2. T7R! Ahora interpone la dama en 8AR! Pero re-
no sirve T X.T por P X D y tampoco conociendo que la dama negra está
R X T a causa de D4R + seguido de sujeta a la casilla lAR nos caen las
P X D. Y si intenta el negro 2.... , escamas de los ojos: 2. T2R! es la
P3A para huir de la amenaza Tl x P +, jugada precisa.
la torre obtiene un nuevo botín con Con esto, estamos de nuevo al fin
2•. . ., TXPC!! ¡Todas, jugadas muy de un capítulo y podemos, mirando
elegantes de torre 1 Tampoco es reali- atrás, afirmar que las diversas relacio-
zable RxT a causa de D4C+ seguido nes de las piezas que hemos conocido
de PxD. tienen mucho de común con las cla-
•Reconocidas pues las relaciones vadas. Queremos finalmente sacar de
hay que aprovecharlas, es decir, hay esto una enseñanza general: «a ser
que hallar las ideas combinatorias. • posible no emplear una pieza más
(189) Ahora, estimado amigo ajedre- potente para la defensa de una más
cista, si alguien le preguntase: ¿Pue- débil». La suma de la efectividad de
den las negras tomar el peón con la las piezas sufriría con ello.

Lucha contra la pieza protectora

• Un medio radical de apartar el nuación con diversos ejemplos sacados


poder efectivo de una pieza, es natu- de la práctica. •Pero no solamente por
ralmente, eliminarla.» Como puede eliminación de la pieza, sino también
tener lugar esto mediante diferentes mediante su desvío de un ·lugar deter-
sacrificios queremos exponer a conti- minado del tablero se puede lo¡,¡rar el

85
mismo objetivo•: la eficacia de la Saccoai (Italia)
pieza protectora es separada del punto 191
vital.
Ya hemos visto con distinto motivo
varias combinaciones de esta clase
pero, sin embargo, queremos consi-
derar aquí todavía algunas posiciones
características.
•Eliminación de la pieza protectora
mediante sacrificio.•

Schla¡e Havasi (Hungría) (jaega)


(Encuentro de naciones, Folkestone, 1934)
190
ción. No tan sencillo como el núm. 190
empero, pertenece también esta com-
binación a las herramientas elementa-
les de todo jugador combinativo.

Süchtia& (jue¡a)
192

Johner (juega)
(Torneo del jubileo de la Sociedad
berlinesa de ajedrez, 1928)

Las blancas jugaron l. P4CR, pro-


longando sin necesidad la lucha por
la m u e r t e del adversario. Con l.
TSD+!, TXT; 2. TXT+, AXT; 3.
Blackburne
DSA mate podían eliminar la TIA, (Torneo de Leipzig, 1894)
que protegía la primera línea y forzar
el mate. Esta es una combinación tan Con DBT+, R2D, TlT-lD+ y A3D
corriente y comprensible que se debe las blancas quedan seguras. El A2R
uno siempre admirar, cuando no se ve. protege no tan sólo la TlD, sino más
También en el núm. 191 tenemos el tarde también a su rey. Con l. .. .,
desquiciamiento de la protección de la · T X A! las negras podían alejar del
primera línea que es tarea de las torres tablero la perturbadora fuerza del
blancas. Directamente u n pequeño alfil. Después de 2. TXT, D8T+; 3.
ejemplo: l. A6A!, PXA. A .. . , TlCR, R2D con TID+ ganan la torre fácil-
sigue 2. A x P+, T XA; 3. T8D+ con mente. Pero el negro no se dio cuenta
mate inmediato. 2. PXPA, TlCR, y de la combinación, dio el jaque en
ahora el p 1 a n principal: 3. T8D!, 8T y obtuvo solamente tablas. ¡Con
TIA X T; 4. T X T seguido de mate. las oportunidades desperdiciadas po-
Sacrificio unido con clavada y desvía- dría llenarse un grueso volumen 1

86
Kohnleia l. .. ., D X A! es comprensible sin
193 posteriores aclaraciones. Las palabras
de Ben Akiba. ¡Todo ya existió, que
realmente no son muy aplicables al
ajedrez, nos vienen, sin embargo, de
vez en cuando a la mente 1

Dr. Taube (jue¡a)

195

Alekhine (juega)
(Torneo principal de Düsseldorf, 1908)

Las blancas podían aquí ganar la


calidad con l. C7 A+, pues mate no
existe: l. . .. , Tx_C; 2. T8R+?, TIA.
Pero ellas quieren más. Y así fijaron
su atención en la jugada l. D X A! que Heinicke
priva al contrario de la defensa de la (Torneo de maestros del bajo Elba, 1931)
torre lAR. Después de l. .. ., P X D;
2. C7A+ ya no es posible Tx_C a A l. . .. , C X P + pueden las blancas
causa de T8R + seguido de mate. tranquilamente con el PC, pues su
Las blancas recuperan pues la dama dama está protegida por el A3D. Pero
y quedan con pieza de más. Una darse cuenta de ello, y obrar en conse-
curiosa casualidad quiso que precisa- cuencia fue todo uno para las negras:
mente 18 años más tarde, tuviera lugar con l. ... , T X A! se elimina la defensa
la misma combinación, con signos de la dama y si el blanco retorna con
cambiados. caballo o torre siempre pierde la dama
con CxP+ (por ejemplo 2. CXT,
Baratz (jue¡a) CxP+; 3. R2A, A5D+ ). El hace
por ello lo mejor, saca el rey o la
194 dama de las líneas de tiro de las pie-
zas adversas y se conforman con la
pérdida del alfil.
Tales movimientos, como l. D X A,.
en el núm. 193, l. .. ., D X A; en el
194 y 1 .... , T x _A aquí, explotan como
una bomba, ya que vulneran la posi-
ción adversaria en sus puntos más
sensibles.
(196) Una combinación muy conoci-
Dresga da que siempre despierta la admira-
(Torneo de París, sobre el 1926) ción de los aficionados, se desarrolla

87
Carls «De vez en cuando también protege
196 bien un peón por su propiedad de to-
mar al paso», Esta importante posibi-
lidad avalora muchas combinaciones.
En la posición anterior, no se dieron
cuenta las negras de todo el alcance
de la última jugada del blanco T8TR-
8CR y contestaron l. . . ., P6C. Bien
protege el PST ahora contra 2. A7C+,
R4T; 3. P4C+, pues él tomaría al
paso; pero 2. DxP+!!, elimina el
Schuster (juega) peón protector y fuerza el mate: 2• .. .,
(Congreso de !a liga ajedrecística de Frisia
del Este, Oldenburgo, 1914) AX D·; 3. A7C+, R4T; 4. P4C mate.
Una maniobra original.
en esta posición. Las blancas jugaron
l. A XC?, que se demostró fue un Gy¡¡li (juega)
error. Después de l. ... , P XC!; 2. A5R
198
parecía realmente que todo estaba en
orden pues el P2TR estaba suficiente-
mente defendido. Tampoco después de
2• ... , T X P; 3. T X T no sospechaba el
blanco todavía nada malo, sólo enton-
ces llegó la diablura con 3 ... ., D4T+;
4. P3AD (si 4. D2D pues P x P + !), 4 .
. . ., D X A+!!, «eliminaron las negras
el alfil protector en SR» y recuperaron
su dama con 5. P X D, P X PT. Resul-
tado: ¡una pieza de más! ¡Compárese Grob
(De un encuentro social en Baden, 1932)
con la posición muy semejante en el
núm. 154!
El rey blanco en medio del tablero,
esto no augura un buen fin. Las negras
Szukszta (juega)
jugaron D8R y ganaron finalmente.
197 Tambi én así, pero hubieran ya aquí
podido anunciar un mate en 4 j,u gadas.
Ellas debieron tan sólo haber reflexio-
nado del siguiente modo: «P4T daría
mate inmediatarnente. si el peón pro-
tector en SC no tomara a/ paso». ¿No
puede el peón ser eliminado de algún
modo? Quizá con l. ... , TXP+? y és-
te era el movimient o preciso. El blanco
no puede crear un sustituto con P X P
porque D4T mate decide. Sólo 2. A X T
Pytlakowski
(Varsovia, 1952) vale todavía, ya que el rey obtiene la

88
casilla de escape 4A. Pero después de al C3AR. 2. ... , D XC+ 1 Y mate a la
2•... , P4T+; 3. R4A, D8A+ es mate: siguiente jugada.
4. T2D, D X T • . ¡De este caldero de
brujería no hay modo de escapar! Desviación de la pieza protectora
Morphy (jue¡:a)
Dr. Alekhil:ae
199 200

Opocensky (juega) Barnes


(Torneo de maestros, París, 1925) (Londres, 1858)

El aficionado que hasta ahora nos El rey blanco está apretujado entre
ha seguido con atención reconoce en dama y torre, y observado por la dama
seguida el P6T, el del «golpe en la negra. Un jaque de alfil le daría el
nuca» como la gran ventaja que tienen golpe de gracia. ¿Cómo hacerlo? Des-
las negras en esta posición. El blanco pués de l. ... , C6D +; 2. A XC!, A5C+
la aumentó todavía con l. RlT, en todavía tienen el blanco la defensa 3.
Jugar de alejarse en lo posible del P3A (PD X P; 4. D4T+ ). Así pues, pri-
peón con RlA y apoyar a la torre mero debe ser desviado el A4A que
TlR en la vigilancia de la primera protege la casilla 3D : l. ..., A X PI;
línea. Ahora vino un final rápido : l. 2. AXA, C6D+; 3. DXC pues PXC
TlRI Ataca la pieza protectora del conduce inexorablemente al mate con
C3A. Se observa, además, que el ca- A5C+. 3 ... ., PXD; y las negras ga-
ballo, que según las reglas generales naron.
de la posición está aquí mal emplaza-
Klpke (jue&a)
do, en realidad es el que permite la
combinación; sin él podría el blanco 201
tomar la torre con jaque. Sacamos de
aquí la enseñanza que el juego del
ajedrez es contrario a cualquier es-
quema y que seriamente no se puede
dar sistema alguno que pueda aprehen-
der todos los casos. Las blancas huye-
ron con la dama hacia lD: 2. DlD
¡pero nadie puede servir a dos amos! ,
como nuestro capítulo anterior enun-
ciaba. La dama no puede acoger bajo K.
sus alas al mismo tiempo a la TlR y (Berlín, 1932)

89
Las negras han perdido la calidad N. N.
(¿o sacrificado? ¡quién lo sabe 1), 203
tienen en cambio un caballo y torre
muy fuertes en .la séptima línea. Al
mismo tiempo el rey blanco no tiene
respiradero alguno. ¿Qué hay pues de
más natural que quitarle al contrario
la defensa de la primera línea? De
inmediato l. .. ., D X D no es útil,
pues la dama está bien protegida por
la T3R. Pero no por la TlR, pues ésta
no puede abandonar la primera línea. Dr. Munk (juega)
Así pues, la T3R debe ser eliminada (Kassel, 1914)
o apartada. l. ... , C6T+! cumple ese
fin; RlA fracasa por TXP mate, RlT Un ejemplo particularmente bello
por CXP+, y P X C por DXPA+ se- e instructivo. La torre blanca arde en
guido de D X PT mate. 2. T XC es deseos de dar mate en 7T, pero está
obligado, por tanto, pero ahora des- en su camino el P2CR, que protege al
pués de 2.... , D X D la dama blanca contrario. ¿Cómo se le puede obligar
está perdida, pues la TlR no es pro- a apartarse, dejando libre el camino
tección para ella. a la torre? Mediante la combinación
desconcertahte: l. C7 A+, R2T; 2.
Dr. Adam (juega)
DXP+!, PXD; 3. C5C+, RIT; 4.
T7T + mate. Con la ayuda de un sa-
202 crificio de dama y un jaque doble
realizó el blanco sus deseos.

Paul Johner

204

Demeuiescu
(Partida por correspondencia, 1934)

Si primero ya se ha dado uno cuenta


del mate que se origina después de
l. ... , C6D+; 2. RIC, TxT no resul-
Hans J ohner (juega)
tará difícil hallar la jugada l. ... , D4R! (Frankfurt a. M . 1905)
que aparta a la dama blanca de la
casilla 3D. Aunque las blancas no to- El rey negro ha sido llevado a su
men y jueguen 2. TlD, están igualmen- situación tragicómica por los más va-
te perdidas pues también está atacado riados sacrificios. Se trata pues ahora
el C3C. de asestarle el golpe final. Después de

90
l. P3TR +, R6C lo mismo la casilla Lovea
IR (AIR mate) como también 3A 205
(T3A mate) están protegidas respecti-
vamente por TlR y A2C. Con l. A4R!
se posesiona el blanco del punto de
cruce de ambas piezas desconectán-
dolas. Ya tome con torre o con alfil
siempre una pieza obstruye a la otra
y viene uno de los dos mates 2.
P3TR+, R6C; 3. T3A o AIR mate.
"Aquí no se trata propiamente de
desviación alguna sino de una obs-
trucción forzada.» Una combinación Stoltz (juega)
que entra más en el terreno del pro- (De un torneo finlandés, 1933)
blema, y que en la práctica es re gu-
larmente poco corriente. 3. D X A+. Los precedentes sacrificios
También en el núm. 205 las negras de cabaltos han tenido por objeto ha-
se ven obligadas a obstru irse una cer posible el ataque de la dama
pieza protectora a saber la dama 4TD blanca. 3 ... ., R3R; 4. D4C+, R2A;
que protege al A4T. Después de l. 5. D5A +, RlR; 6. D6R, D4AD (algo
C5D!, PX C; pierde igualmente la mejor era DlD); 7. P4D! ¡Apertura de
dama negra el dominio de la casilla línea para el alfil! 7• .. ., P X P; 8. A5C!
4R, así que sigue 2. C5R+l, PXC; Abandonan.

La pieza desamparada

Hemos visto en una serie de posi- protección?, ¿no se origina aquí una
ciones, cómo el adversario ha luchado cla vad a. una suj eción? ¡No! ¡quien
con éxito contra la pieza protectora y nada arriesga, nada gana! Sin embar-
cómo ha despojado a la pieza necesi- go, cada m ovimiento que realicemos
tada de apoyo de éste. De ello no es debe ser según eso analizado con pre-
responsable el hecho de protección, cisión, si él n o concede al contrario
sino que han debido existir con· ante- demasiadas posibilidades que éste pue-
rioridad faltas graves que han permi- de en su caso aprovechar con una sor-
tido al contrario romper una defensa prendente combinación. Pues "atre-
creada con esfuerzo. verse» no significa jugarlo todo a una
En general, debe prevalecer el prin- carta . Esto puede todo lo más llevarse
cipio de no dejar ninguna pieza sin a cabo cuand o la pérdida de la partida
defensa, si es posible. Claro está que no permita emplear ningún otro medio.
esto no puede realizarse en todos los Damos a continuación cierto núme-
casos, pues quien persigue un fin de- ro de combinaciones sacadas de la
terminado es imposible que en cada práctica, que muestran de manera
jugada se pregunte con temor: ¿se indudable los peligros que amenazan
queda tal o cual pieza sin la suficiente a las piezas que se hallan sin defensa.

91
Groper de 4AR. Por ello intenta DlD, pero
206 se debilitó tanto por la pérdida del
peón que pronto tuvo que abandonar.

Moritz

208

Pantzke (juega)
(Campeonato de la Federación berUnesa
de ajedrez, Berlín, 1929)

Lo más productivo es, naturalmen-


te la caza a la dama que yace inde- K. Richter (juega)
(Campeonato de Alemania,
fensa. Con l. D4C+!, RXC; 2. D4T+! Swinemünde, 1931)
se conquistaba la dama negra (¡una
maniobra muy conocida!), pero el Con un parecido jaque de caballo a
blanco jugo con elegancia l. D X P + ? , la descubierta las blancas hicieron caer
R X D; 2. C8C+. seguido de C X D y a la dama enemiga. l. A X P. Este sa-
perdió con pieza menos la partida. crificio no se dirige contra el rey, co-
¡Por qué no ganar con sencillez, si se mo el adversario habrá pensado: ¡se
puede perder complicando! trata de la dama! l. ... , PXA; 2.
D3C +! Esta era la intención. Contra
Kupchick D x P el negro tiene la parada C5R.
207 2.... , C5C. De otro modo jaque a la
descubierta del C5R! 3. DX C+, RlT;
4. D4AR. Las negras abandonan; des-
pués de R2C; 5. D3C+ no han me-
jorado nada.

UUrich

209

MarshaU (juega)
(Chicago, 1926)

Las blancas sorprendieron aquí al


adversario con l. T X PI arrebatándole
un importante peón. Las negras no
pueden tomar la torre, pues después
de R XT; 2. D3C+ pierden la dama
Rellstab (juega)
por jaque a la descubierta del caballo (Berlín, 1929)

92
Todas las piezas negras en la pri- pías todos los puntos de sostén y ayu-
mera línea, sólo la dama indefensa da que una posición encierra.
en 2D. Sobre ella se dirigen las mi-
radas del blanco y de nuevo es una Dresler
pieza con su jaque a la descubierta 211
quien abre a la dama blanca contra
la enemiga, la línea de ataque: l.
C6C+!, PAXC; 2. TXP+, RXT; 3.
D3T+, C3T; 4. PXP+. ¡Esta vez es
un peón! 4.... , RXP; 5. DXD y el
blanco ganó.

Schories (jue¡a)

210
Lle (juega)
(De una partida por correspondencia
en torneo nórdico, 193:Z)

Las blancas dieron la posición del


número 211 como tablas, descuido
sorprendente en una partida por co-
rrespondencia en la que es fácil pro-
barlo todo ante el tablero. Ellas pu-
dieron en lugar de eso abrir una ofen-
Ahueo siva contra la indefensa dama en 6R y
(Campeonato de Alemania, Pyrmont, 1933) rematarla victoriosamente. l. D8D+,
R2A; 2. P6R+, RXP (DXP+, A4AI);
Quien domina tales combinaciones 3. DSR +, etc. ¡N atable, que justa-
las utilizará a menudo como trampolín mente las cosas más sencillas pasen
para otras piezas colocando éstas me- tan a menudo inadvertidas!
jor. En la posición anterior, el negro En principio, más complicado se
jugó l. ... , C6T! El caballo imperti- presenta en el siguiente final igual-
nente está defendido indirectamente mente una ganancia de dama.
(D X e, e X P + !). «La dama blanca no
~e deja, empero, seducir en posición Trifunovic
indefensa», pero tampoco puede el
212
blanco evitar la desventaja de otro
modo. Vino 2. AlD, CXP+! ¡No obs-
tante! El sacrificio de pieza se conta-
biliza 3. PXC, D3T+; 4. R3A,
AXP+!; 5. R2C (RXA, e7A+)
C5A +. Esa era la idea básica de la
primera jugada; la magnífica casilla
5AR! 6. RIA, DXD+; 7. CXD,
A X A; 8. C5T, R2A; 9. C2A, A7 A y
las negras ganaron. Se deben apro-
Platz (juega)
vechar en beneficio de las piezas pro- (Olimpiada de ajedrez, Helsinki, 19S:Z)

93
El último movimiento de las negras resistir a la seducción de apoderarse
A2D x PT aseguraba notoriamente la de la dama enemiga con T X P +?
ganancia. Pero ahí tenía el blanco to- Después de 2. C X T? T XC+ (no en
davía un golpe brillante: l. P5R! que seguida DXD?; 3. T4T+!, etc.); 3.
cayó como un mazazo, ~o vale A X P R2A, T7C+ hubiera mantenido su
por 2. D x P + , tampoco P x .P a causa derecho después de 2. PX T!!, sin em-
de 2. D x A+ ni DxP por 2. TlT-lR. bargo, fue él quien sucumbió, pues
Siguió l. ... , AXA+; 2. RIC, AXT? 2. . :., DXD; 3. T4T+! conduce al
Impulsado por la igualdad, omite el mate. Las negras abandonaron por ello
negro la mayor posibilidad que con- la partida. Así alcanzó el blanco con
sistía en 2.... , DxP (¡ahora factible!); la clavada preparada un rápido de-
3. TlT-lR! (3. TlA-lR?, T7R! Ahora, senlace, mientras de otro modo hubie-
en cambio fracasa 3.... , T7R por 4. ra debido jugar un largo final, cuyo
DxA+ ), 3.... , AXT. 3. DXA+. Las resultado no era en manera alguna tan
negras abandonaron. Se dieron cuenta seguro.
demasiado tarde que su dama está «Sí, jaqueando-eliminando a la da-
perdida, ya que no pueden soslayar el ma, se debe tener suerte», decía la
jaque a la descubierta del PSR (3 .... , Srta. Keller en una disertación por
RlR; 4. D8T+, R2D; 5. P6R+ o radio. ¿Solamente con jaque a la dama?
4 .... , R2R; 5. PxP+, etc.). Tras esta pequeña digresión volve-
Se observa que el conocimiento de mos de nue,~o al tema.
tales combinaciones pone en manos
del jugador un arma peligrosa. Pero, N. N.
también aquí hay un «pero», como en 214
casi todas las experiencias ajedrecís-
ticas. Muchas veces no se trata de un
error del contrario, sino de una tram-
pa ante nosotros. No queremos dejar
de presentarles un ejemplo de esta
clase que sirve de prevención.
Kraus
213

Bogoljubow (juega)
(Sesión de simultáneas, Zoppot, 1935)

La dama negra está indefensa, el


alfil blanco en 6R también. Sólo que
las negras han olvidado una vez más
enrocar y su rey está tan amorosa-
mente rodeado por ambas torres, que
esto, juntamente con la posición de-
5emgalis (juega) samparada de la dama negra permite
(Stuttgart, 19Sl)
una drástica realización ofensiva. l.
Después de la refinada jugada de TXP! El alfil 6R debe sucumbir. l.
espera l. P3TD! no pudo el negro ... , D X A; 2. A5A!! La clave de la

94
combinación. El ataque a la dama en muestran de manera clara y sencilla
3R impide tomar con el alfil 2. . . ., cómo sacar partido de ello. l. T XC!
D X D ¡él quiere cambiar, pero las La casilla 4AR, debe quedar libre
blancas tienen otros planes! 3. para el alfil. l. . .. , PXT; 2. A4A, R2A;
TXA+!!, DXT; 4. TXD mate. ¡Un 3. C4A, TlR (o T3D). Las blancas
bonito mate de las charreteras! * cambian ahora , o una jugada más
tarde en 6R y ganan el final de peones
Grob en el cual, prácticamente tienen un
215 peón más (¡el peón negro doblado en
la columna de CD no tiene más valor
que el blanco aislado en la de torre!).
¡El juego del ajedrez no es realmente
tan difícil!

Ullrich (jue¡a)

216

Ahues (juega)
(Torneo de maestros, Nauheim, 1935)

l. TSA+!, DXT; 2. TXD+, Tx T;


3. D X P mate. El rey negro tiene pues-
tas las charreteras; éstas solamente

Marache
214 Karstens
(Torneo principal, Swinemünde, 1932)
a
Aquí desentona en seguida el A3D,
que se encuentra indefenso en medio
del tablero. Al mismo tiempo el C4R,
al tomar aquél dirige un ataque en
gran escala a casi todo el ejército
enemigo . ¡Y, con todo ello, juega el
negro! ¿Quién podría resistir la ten-
tación de hacerse con tan preciado
Morphy (juega)
botín? Pero meditemos antes: ¿debe-
(Nueva York, 1857) mos confiar en un error semejante por
parte del contrario, sin más ni más,
pueden serlo por la situación de las
como el que representa el abandono
piezas, las torres.
del alfil? ¿Quizás ha pensado ya con
«El caballo JR está indefenso y se esto, no es cierto? ¡De vez en cuando
encuentra además en una diagonal nuestro compañero hace también una
abierta contra su rey.» Las blancas buena jugada! Las negras, sin embar-
go, no se hicieron estas reflexiones
• El verdadero mate de las charreteras es el
que se da en la posición final del núm. 214 a , y tomaron sin inconveniente el alfil;

95
l. ... , C x A, y hubo una gran excla- bito de eficacia, y en segundo lugar
mación en la sala del torneo cuando está desprovisto, como veremos en
su adversario dio la vuelta enteramen- seguida del apoyo necesario. Con la
te al juego con 2. D6A!! Las negras inesperada jugada l • . .. , P6D!! las ne-
no pueden escapar al mate. gras ganan una pi.eza: ya con 2. P X P,
No fue pues el indefenso A3D quien A x C; 3. D XA, D5D+ o aún con 2.
perdió la partida, sino la indefensa P x A, PxC; 3. DXP, D5D+ no pue-
TlR de las negras. de el A4T escapar a su destino. «Pero
esto es dificil de encontrar» dice qui-
Von Henning (juega)
zás usted y piensa que las uvas del
217 ajedrez están muy altas. ¡Pero sólo
paciencia! Con mucha práctica y to-
da vía más confianza en sí mismo re-
conocerá usted también que las be-
llezas del ajedrez no son ninguna
ciencia sino que son asequibles a
todos.
Con esto terminamos las considera-
ciones sobre las piezas desamparadas
pero nos remitimos todavía al capítulo
Dr. Taube de ataques .,1a la descubierta, el cual
(Enoueutro Hamburgo-Kiel, en Niendorf; 1934)
contiene ca1;1tidad de posiciones que
El A4T está desgraciadamente si- igualmente hubieran podido tener ca-
tuado; en primer lugar no tiene ám- bida aquí.

La pieza cercada

Nosotros hemos podido a menudo de que en otras posiciones repetida-


demostrar qué perjuicios se originan, mente se haya tratado de la «necesi-
cuando las piezas por otras enemigas dad de espacio» de las piezas, hace
o lo que es aún peor, propias, se ven que nos limitemos aquí a unos pocos
fuertemente limitadas en su libertad ejemplos.
de movimientos. No se La posición 218 se originó después
necesita que las cosas se de los movimientos l. P4D, C3AR;
pongan tan mal como en 2. C2D, P4R; 3. PxP, C5C; 4. P3TR?
el ejemplo adjunto, don- ¡Ya se han efectuado cuatro jugadas
de el A2T es literalmente y no se ha movido pieza alguna blanca
un prisionero, y solamen- salvo el caballo! Especialmente la da-
te le queda el recurso de ma está tan aprisionada por el C2D
oscilar entre 2T y lC. El ejemplo que las negras ya pueden decidir la
clásico de aprisionamiento por las pro- partida a su favor: 4. . .. , C6R! y
pias piezas es el mate ahogado sobre ahora se muestra que el caballo en
el cual, ya hemos hablado. El hecho 2D obstruye al AD, o sea, que por

96
Lazard (juega) Ciertamente que no es siempre malo
218 colocar un caballo en 2D o en su caso
7D. Pero numerosas experiencias pre-
sentan tal posición o ubicación del
caballo como dudosa. La casilla na-
tural de desarrollo es 3AD para ambas
partes.
KeUer (juega)

220

Gibaud
(París, 1935)

doquier se preparan calamidades.


Puesto que después de P XC, D5T +
conduce al mate; la dama blanca (y
con ella la partida) está perdida.

Dr. T arras eh
Dr. Meyer
219 (Torneo de entrenamiento,
Stadtprozelten, 1936)

Las negras jugaron l. ..., C4T? y


no prestaron atención a que su dama,
cercada por sus propias piezas tan sólo
tenía una vía de escape. Las blancas
ganar on con 2. C X P! un peón, pues
no puede hacerse P x C a causa de
A7A!
Este error se hace con frecuencia,
W. von Holzshausen (juega) y se debe por ello tenerlo bien pre-
(Frankfurt, a. M ., 1912)
sente. Pero no se puede sólo confiar
Y aquí es la dama negra, que ro- en la memoria como ya lo hemos
deada de sus propias piezas constituye señalado repetidas veces. Por eso trae-
el objetivo de una combinación del mos un ejemplo parecido, a modo de
adversario. El C2D muestra como aca- advertencia (núm. 221).
bamos de ver con el C2D blanco, la Las negras jugaron l. . . ., C4T lo
desventaja de tales posiciones : con que el maestro Krause teniendo en
un audaz golpe de mano conquista cuenta tantos y tantos casos consideró
el blanco la casilla 6R y con ello la como un "error patente, y en conse-
dama negra. l. A X P+ !, R X A; 2. cuencia jugó 2. C X P'? Las blancas no
C6R! El negro abandonó pues el rey han enrocado aquí, y por eso fracasa
no sustituye bien al P2A; él no puede la combinación 2... . , PXC!; 3. A7A,
defender la casilla 3R pues si 2 . .. . , A5C+! (¡Ay!;) 4. RlD, D2R y el
RxC; vendría 3. D5D+, R3A; 4. negro ganó. Se puede extraer de este
D5AR mate. tropiezo la paradójica consecuencia

97
Kirchhammer (juega) En esta posición vemos una cadena
22! de peones blancos que prenetran por
todas partes en la posición enemiga
arrebatando a las piezas adversarias
importantes casillas. El A2D y el C2A
están por esa razón especialmente es-
tt·echados, y en la columna CD, la
única contrachance para las piezas pe-
sadas negras, no puede prosperar, pues
el P3C está bien protegido. Las blan-
cas rompieron la posición defensiva
Krause del adversario con un doble sacrificio
(Campeonato de la República Democrática
Alemana, Binz, 1952) de pieza: l. TXPA!, PXT; 2. CXPR!
Una vez más se demuestra, que el rey
que en ajedrez no es bueno lo que se merece un lugarcito tranquilo en el
conoce demasiado. Esto es natural- medio juego, y no debe ser empleado
mente un sofisma que quiere dar a como pieza protectora. 2. . .. , C4C.
entender solamente que el saber no Con R XC ; 3. D3A + es obligado el
se debe aplicar de un modo rutinario. rey negro a penetrar en campo blanco,
lo que supone la pérdida inmediata,
Winter
pues R3D,;,• falla a causa de 4. P5R
222 mate. Las negras sacrifican por eso el
caballo, para ·dar a su rey la casilla de
escape 2AD, : y parar igualmente las
amenazas C x A+ así como D3A. 3.
P X C, R X C. Ahora creen poder to-
mar, pero también este camino lleva
a la ruina 4. D3A +, R3D. Si R x PR,
A3A+, etc. 5. D3C+. Un impre-
visto jaque lateral. 5. . .. , P4R; 6.
PAXP+ a.p., R2R; 7. PXA. Aban-
Noteboom (juega)
(Partida jugada en 1929) donan .

El temible ataque a la descubieta

Hasta ahora conocimos circunstan- binaciones que conceden a una pieza


cias que red ucen la eficacia de una fuer za acrecentada, son los ataques a
pieza o debilitan la fuerza ofensiva del la descubierta. Propiamente éstos no
conjunto de la s huestes de un jugador. son mas que ataques dobles de los
Clavadas, ataduras, piezas indefensas cuales hemos conocido ya un buen
o mal defendi das, piezas con falta de número y si queremos ser exactos, ni
espacio desfilaron ante nuestros ojos. siquiera podemos hablar del aumento
Pero hay un grupo numeroso de com- de la efectividad de las piezas aisladas.

98
Pues la fuer~a del ataque a la descu- tentaron 2 . .. ., TXP+, para poder
bierta radica en que dos piezas dirigen jugar después de D X T?, T X e y si 3.
al mismo tiempo ·a taques sobre las po- R X T?, D x D + . Las blancas, sin em-
siciones enemigas y en la «simultanei- bargo, contestaron 3. RIT!, tras lo
dad" está precisamente su fuerza. Así cual no le quedó a las negras nada
sucede a menudo y no es por eso sor- que seguir con su política de fuerza
prendente si en un ataque a la des- 3 . ... , TSC+. Después de 4. RXT,
cubierta ambas piezas participan: la D3C+; 5. T3C se acabó el carbón y
que descubre y la descubierta. «El tuvieron que abandonar.
fundam ento interno es naturalmente
que el adversario con una jugada sólo de Freitas
puede tomar una pieza y por tanto ,
224
únicamente puede defenderse de una
de ambas amenazas., Y en esto se
diferencia del doble ataque de una
pieza, el cual desaparece tan pronto
como se toma la pieza. La efectividad
del ataque a la descubierta todavía
aumenta, si una de las dos piezas da
jaque, y su fue rza es aniquiladora en
el jaque doble, en verdad, el movi-
miento de ataque más fuerte.
Engels (juega)
(Sao Pauto, 1952)
Ataques a la descubierta sin dar jaque
Stüber (juega) Si la maniobra anterior era elemen-
tal, no lo es menos ésta. Ya en muchas
223 partidas dio ventaja al blanco el po-
sible ataque a la descubierta l. C5D!
que a l. ... , D x D gana una pieza con
la jugada intermedia 2. e X A+ . Aquí
parece como si las negras pudieran
confiarse; si l. ... , DxD; 2. e x A+,
Rl T; 3. Tl T X D ¿no recupera la pieza
con TlAD-IR? Pero aparece otra pun-
ta 4. P5R! y el blanco mantiene su
pieza de más ya que el e3AR no puede
W. Koch jugar mas que para ser capturado o
(Campeonato de Berlín, 1930) cambiado por el e7R.
Las negras reconocieron y jugaron
Si l. ... , T X P? viene 2. CSD! un l. ... , DlD (tampoco daba esperanzas
característico ataque a la descubierta. AlD ; 2. D x D, A x D; 3. e?R+ se-
Amenaza caballo o dama toma dama, guido de e X T) si bien abandonaron
pero también TSR +. Fácilmente se despu és de 2. A6C, DIR; 3. e7A,
comprueba que las negras no pueden Txe; 4. AXT la lucha a la larga
tomar ninguna de ambas piezas. In- perdida.

99
¡Algo para anotar en encuentros co- dial, a su adversario el campeón a la
rrientes! sazón Alekhine. l. C7 A! no era en ver-
dad fácil de ver como jugada ganadora.
Leonhardt

225 Dr. Alekhine

226

Schories (juega)
(Campeonato de Alemania, Pyrmond, 1933)
Dr. Euwe (juega)
«El P6A tiene un poder enteramen- (Torneo de maestros, Zürich, 1934)

te diverso que el ... , P6A, pues ame-


Amenaza T X T y C X D, y las negras
naza directamente el rey enemigo.»
no pueden'' eliminar ambas amenazas
Las negras han cometido, además, el
error de dejarse hacer la horquilla, con l. ... , R XC, porque el blanco

en lugar de alejar la TlR tan lejos gana con ata'q ue directo al rey: 2.

como posible y rápidamente del al- D5T+, R2R (con RlC cae la torre y

cance del peón. Y ciertamente la hor- las blancas tienen la calidad de más);

quilla del peón decide. Primeramente 3. TxT+, RxT; 4. TlR+, R3D; 5.


vino como preludio una bonita des- D5A+, R2D; 6. D5A+, R3D; 7. D6R
cubierta del C5C: l. C7A! pero esto mate. El negro se vio obligado por ello
fue suficiente para que el adversario a l. .. , DlR sólo que el blanco se
abandonase. Pues l .... , D x D (T x C, apoderó con 2. T x T, DX T; 3. C8D
D X D) es ultimado con 2. P7A + (¡va- del P3AD y se hizo con el precioso
mos ya!), 2.... , R2C; 3. C6R+ (lo punto. De nuevo muchos eruditos
mejor), 3. ... , Tx C; 4. P8A=D dirán, algo despreciativos, un. gran es-
mate. fuer zo para ganar sólo un peón. Esta
(226) Y ahora todavía una «tercera actitud, sin embargo, no es justa.
posición con un bonito ataque a la «Pues no depende de qué ventaja nos
descubierta de cabailo». q ue entró ya trae una jugada sino del hecho que
en la historia del ajedrez. Con la com- trae ventaja.» Es ésta grande, decisiva,
binación sigu iente le hizo caer el doc- tanto mejor. Pero el ajedrecista debe
tor Euwe, antes de ser campeón mun- siempre ser realista.

100
Ahues Una posición que ya ha efectuado
227 bien sus dos vueltas al mundo. Pre-
senta un ejemplo penetrante del ata-
que a la descubierta. Lo curioso del
caso es que las negras abandonaron
desesperadas por la clavada del ASO,
mientras que podían haber ganado con
l. . , A8C!!
Para la técnica del ataque a la des-
cubierta son especialmente instructi-
vas las 2 posiciones que siguen.
Rellstab (juega)
(Torneo de los cuatro maestros, Berlín, 1930) Formanek

Las blancas dejan su dama amena-


zada y amenazan con l. A4D un jaque
decisivo en 6AR, pero también por
apertura de la e o 1 u m n a del rey,
D X T +, etc. Las negras pueden de-
fenderse de ambas con l. .. ., TIAR.
Ahora pudo ganar el blanco con ele-
gancia mediante 2. D8R!!, D2C (T x D;
AXA+, D2C; TxT mate); 3.
D X T + !, D X D; 4. T8R! (la realiza-
ción más consecuente de la idea; mate Aulicky (juega)
(Partida por correspondencia. CSR, 1954)
de alfil en 6AR ! ), pero él prefirió
con 2. Ax_C encaminarse al final, que
l. A6A!! y el negro abandonó.
ciertamente más tarde terminó en su
triunfo. Pero a veces tales omisiones
de Moura
tienen peores consecuencias.
230
Marco (jue¡¡a)

228

Blau (juega)
(Encuentro de naciones por correspondencia,
Suiza-España, 1954)
von Popiel
(Torneo de Montecarlo, 1!102)
l. A7C!! Las negras abandonaron.

101
Creemos que estas posiciones sin como mal menor A X P +. Pero el
otras aclaraciones son comprensibles. blanco reconoció que D X P +, RlA,
Estúdienlas bien y capten su idea fun- D8T mate, sería decididamente más
damental. fuerte que la simple captura del peón
Llegamos ahora a los ataques a la A X P +. Así pues, el A3D estorba, se
descubierta, en los cuales la pieza que interpone en el camino. La retirada
descubre, abre el camino a otra que 2. A4A! se muestra corno lo preciso;
está en ruta. Un lector atento objetará ahora amenaza D X P.+, etc., pero
quizás, que «apertura de espacio» se igualmente está atacada la dama ne-
gra. No hay modo de salvarse.
encuentra también en ejemplos ante-
riores.
Freymann
Ciertamente, pero ahora tenemos
ante nosotros posiciones en las cuales 232
sería posible un mate inmediato si una
pieza propia no obstruyese, como
aguafiestas, la línea de la pieza que
da mate. Una pieza semejante domina
todo el tablero y cómo perjudica a su
bando si se pierde; por su retirada, la
pieza que queda libre, da mate. El
motivo aquí descrito representa un
arma incisiva en la lucha combina-
toria. Lowenfisch (juega)
(Leningrado, 1925)

Schmítt
La posición apartada de la dama
231 negra promete al ataque blanco en el
flanco de rey un completo éxito. Las
blancas continuaron en primer térmi-
no en plan de sacrificio: l. A X P,
PXA; 2.• TXP+, R2C y ahora podría
dar mate en 6C si no .. . si no estuviera
el A4R en la misma diagonal. El debe
pues ceder el paso a la dama, y lo
hace del mejor modo posible 3. A7C!!
Las negras abandonaron, pues sólo
K. Richter (juega) entregando la dama se salvaría su
(Congreso de Berlín, 1928) rey.
(233) Las negras juegan y debieron
Con l. C4R-5C amenazó el blanco ahora cerrar la diagonal 1AD-6TR. Pe-
A XP+, pero también A4R. Las ne- ro no vieron peligro alguno y jugaron
gras se defendieron de la última ame- l •... , A2R? Si no estuviese ahora el
naza con l. ... , C3D y permitieron A3R podría el blanco dar mate con 2.

102
Dr. E. Meyer (juega) Examinamos en primer lugar posi-
233 ciones en las cuales sucede que la
pieza liberada por la retirada, da
jaque.

lng. Koutny

234

Deschauer
(Campeonato de Alemania por correspondencia,
19S2/S3)

CxP+!, PXC; 3. D6T+.+ (obsér-


vese la eficacia a larga distancia del
Dr. Alekhine (juega)
A2T! ). Esto nos lleva a la jugada «de (Sesión de simultáneas, Praga, 1933)
recurso• 2. A7T!! que obliga a capitu-
-l ar a las negras. El rey negro es atacado por un con-
junto poderoso de piezas: las combi-
naciones salen por sí solas. Las blancas
Del jaque a la descubierta y del jaque
jugaron con elegancia l. D5T+! para
doble.

La fuerza del ataque a la descu- * Como una excepcJOn curiosa la


bierta se aumenta todavía cuando «la revista inglesa «Chess» llama la aten-
pieza liberada por la que se retira da ción de sus lectores. Aquí se da des-
jaque al rey contrario». Queremos
contar también con aquellos ataques
a la descubierta, en los cuales «la pie-
za que descubre da jaque», aumentan-
do así la presión de la otra pieza des-
cubierta.
Claro que propiamente no es un «ja-
que a la descubierta».
En cambio el «jaque doblen, la más
alta expresión de energía en ajedrez
«tiene que ser siempre un jaque a la pués de l. . .. , P4D; 2. PXP a.p. un
descubierta». Por esa razón no puede doble jaque de ambas damas, sólo po-
darse casi nunca por 2 piezas similares sible por la regla de tomar al paso.
(salvo en el caso ingenioso de trans- Con 2 torres una posición de esta
formación de peones*). clase no es factible.

103
encerrar al rey en un jaque mortal a flanco de rey blanco desarrollado de-
la c;lescu bierta (R x D ; 2. C7 A+, fectuosamente; todo ello no presagia
R5C; 3. C6T mate). Las negras pudie- nada favorable para el blanco. Con l.
ron con l. ... , R2C evitarlo, pero si- ... , C5D! («el ansia por el jaque a la
guió ahora simplemente 2. D7T +, descubierta! ") alcanzó el negro la
RIA; 3. DXC y el blanco ganó. Se ape rtur a de las líneas que le dan el
debe jugar no sólo «bellamente" sino triunfo, ya que 2. PX C es forzado
también poder ganar con «brutalidad•. (DlC, D x PA). Ahora la T7D puede
dar un jaque a la descubierta, pero
Dr. En gel (juega)
¿dónde debe jugar? El «botín más
235 suculento para engullirse (2.
T7C +) no es recomendable, pues el
blanco tiene la fuerte réplica 3. A4C 11
Es mucho mejor 2•... , T7T+ atacan-
do la Tl T. Ahora ya no sirve más al
blanco 3. A4C, pues después de 3.. .. ,
DxA+; 4. DxD, TxT+ seguido de
5.... , P x D, las negras han ganado
una torre. Como ocurre con frecuen-
cia en el ajedrez, lo más pequeño es
J. Lange mejor.
(Leipzig, 1949)
Nos contentamos con estos ejem-
plos, pues en ocasiones anteriores he-
l. ... , D2AR? (R l T 1) demuestra ser
mos visto ya. muchos jaques a la des-
después de 2. T7R!! un error decisivo:
cubierta.
2 .... , DxD: 3. TxP+, RlT; 4.
T5C + conduce al mate. El jaque a la Queremos dedicar algún espacio
descubierta es decisivo; en este caso más a Jos ataques a la descubierta,
una maniobra elemental. «en los que la pieza que se mueve da
jaque".
Colle (jOega)
Schories
236
237

Siimjsch
(Torneo de maestros de Frankfurt, Roe!< (Walle rfangen) juega)
a. M., 1930) (Simultáneas, Saarlcuis, 1931)

El rey blanco en medio del tablero, Con l. C6A +! el caballo hizo sitio
la torre enemiga en la 2a línea, el a la dama (y fundamento a la torre);

104
l. ..., P XC es forzado. Pero ahora, L. Sohmid
con 2. TIC+ , el rey enemigo es ero- 239
pujado hacia lT (R2A, D5T mate) y
con 3. D X T establecemos una ventaja
material (pues 3... ., T x D falla a cau-
sa de 4. T x T mate y también 3 . .. . ,
D6A +; 4. T2C, DXT+; 5. R X D,
T X D; 6. T X T + deja al blanco con
ventaja decisiva).
La última jugada de las negras,
P4AR fue el error q ue costó la par-
tida. Ellas menfJspreciaron el ataque a Gligori< (juega)
la descubierta. (Torneo de Navidad, Hastings, 1951)

Kipke (juega) vez más que en ajedrez no se puede


238 confiar sólo en la memoria y la expe-
riencia, sino que cada posición debe
ser meditada a fondo. Con no escasa
sorpresa del blanco se continuó así:
l. .. ., C x P!!; 2. CX C, D XC; y ahora
se di o cuenta el blanco de la artimaña:
3. A6C+ ?, P X A; 4. D X D, A X P+!;
5. Rl T, A4R +; las negras recuperan
la dama con un parecido jaque a la
descubierta; una revancha lograda.
N. N . Las blancas jugaron por eso 3. P3TR,
(Berlín, 1931 ) y siguió 3 .... , D3C; 4. A3R, DXP;
5. A4D, D6T; 6. AXC, PXA; 7.
Las blancas han efectuado un ata- D5T+, R lD. Ahora veía su última
que en tromba con sus peones en el posibilidad en el sacrificio de pieza en
flanco de dama, aún antes de que su 5D. Lothar Schmid pudo más tarde ga-
desarrollo estuviese realizado. Así no nar varias veces la partida, pero jugó
se le puede compadecer si ya se atrajo
ahora la catástrofe sobre sí: l. .. . , Lutikov (jue~a)
CXPA!; 2. RXC, A6C+! «Ataque a
240
la descubierta con jaque». Las blan-
cas abandonaron, pues su dama está
perdida. Una celada típica, que ahora
se repite de un modo más original.
(239) Las blancas no encontraron
nada mejor que retroceder con el ca-
ballo a 3A. l. C3A. Ellas creyeron te-
ner asegurado el P4D suficientemente
(¿ quién entre nosotros no conoce esta
m aniobra?) con el jaque a la descu-
T schechower
bierta del A3D. Per o se demuestra una (Leningrado, 1951)

105
con inexactitud y obtuvo solamente dama sacrificada "mediante retirada
tablas. A pesar de todo . un episodio de la T5A dando jaque », Lo mejor era
característico para el tema. todavía 3. RID, pero después de
(240) A veces se puede encerrar al TXA+; 4. TXT, AXD el negro tie-
rey en un jaque a la descubierta, me- ne 2 piezas menores por una torre y
diante un sacrificio preparatorio: l. ..., gana fácilmente.
TxP+!; 2. RxT, D3T+; 3. RIC, (242) Las blancas, con 1. A2A, echa-
A X A+, forzando una vez más la ga- ron un cebo (P2TR) a su adversario,
nancia de dama; sigue 4 . ... , D X D. que éste realmente tomó: l. . .. ,
l. ... , D X PT? Ahora se demuestra,
Meck (jue¡a) por qué las blancas habían entregado
241 el peón: 2. T8C+, R2D; 3. T8D+! ¡La
clave! A R2A o R X T sigue retirada
del A2A con jaque (A6C+ ) y las ne-
gras pierden su dama, y si el rey va a
3R recibe mate con T6D. El peón es-
taba, pues, envenenado. Por eso, pues,
el primer mov imiento de las blancas,
que de manera tan ostensible ponía a
disposición el peón, debió desconcer-
tar al contrario.
Fackler
Y llegami:ls ahora al punto cimero
(Basilea, 1933) del ataque á la descubierta, que es
«el jaque dobÚ». Para el rey digno
Las blancas están mal desarrolladas, de lástima, que es atacado ahí simul-
las piezas negras han penetrado en su táneamente por 2 piezas enemigas,
posición, y su rey yace inseguro. Las sólo hay una salvación; la huida lo
negras lograron mediante una bonita más velozmente posible.
combinación a la descubierta, ventaja
material: l • . . ., DXC!; 2. DXD, Winter
A X P+ y adonde quiera que el rey 243
blanco vaya, las negras recuperan su

Wechsler
242

Tylor (juega)
(Torneo de Navidad, Hastings, 1933)

Las negras acababan de cambiar en


8AD, en el supuesto que el adversario
Gudju (juega)
(Bucarest, 1923) volvería a tomar. En esto fue amar-

106
gamente desilusionado: con l. D7T+, Manhall
RIA; 2. D8T+, R2R; 3. C5A+l, 245
PXC; 4. ASA mate, «llevó a r(lh" , ,
blanco un bonito mate con doble ja-
que». Aun cuando tales combinacio-
nes son fáciles de hallar, no dejan casi
nunca de producir su efecto en el
otro jugador.

N. N.

244
Johnston (juega)
(Chicago, 1899)

drez, pero también tiene sus propias


leyes.
Las negras creyeron «que no tenían
por qué tem er el jaque doble», ya que
ellas habían tomado una pieza en 6CR,
amenazando con ello la T8T. Lo mis-
mo que en el n. 0 243, el blanco no
G. Salvioli (juega) tomó en seguida en 3C, sino que forzó
(Milán, 1915)
el mate como sigue: l. C7R + !, Rl T;
2. C6C+, PXC; 3. PTXC+, D5T;
Las blancas pueden aquí, confiando 4. T X D mate. Un ejemplo de mate,
en un jaque doble, permitir igualmente que h.emos conocido ya en las acla-
el sacrificio de dama (por lo demás, raciones al diagrama 8 y siguientes.
de nuevo un caso, en el cual el negro
ha omitido enrocar a su tiempo), l. Alekhine
CXP!, AXD; 2. CXC+. El jaque do-
246
ble aniquilador! 2.... , RIA; 3. A6D+!
Desviación de la dama. 3.... , DXA;
4. T8R mate.
Estando el rey en medio del ta-
blero es muy fácil que se vea en esos
trances, por eso queremos nuevamente
grabar la advertencia en la mente:
Primero, enrocar y después atacar.
¿Qué hacen muchos ajedrecistas, sin
embargo? Con 2 ó 3 piezas buscan
Werlinski (juega)
atropellar al adversario. Pero eso fra- (San Petersburgo, 190.9)
casa las más de las veces, y el contra-
ataque encuentra, en la posición, por Las blancas tomaron el alfil, porque,
lo demás sin desarrollar, escasa resis- como en el n.o 245. no temían el jaque
tencia. Cierto que la •lucha• es el doble, sin embargo, injustificadamente.
principal elemento del juego del aje- Tras l. C X A, las negras dieron mate

107
con l. ... , CXP+; 2. RlR, TSD+; Benzinger

3. TXT, A7A+; 4. RlA, TXT+; 248


5. ClR, T XC mate. ¡Las blancas no
habían calculado bastante lejos 1

Hochstrasser

247

Dr. Steinbrecher (juega)


(Munich, 1929)

En el 248 ambos contendientes bus-


can combinaciones con descubiertas
y jaques dobles, engañarse mutuamen-
Dr. R. Blass (jue¡¡a) te, y así se produce un juego muy
(Zürich, 1933) entretenido. A l. TIT-lD, D3A; 2.
DXC, TlT-lR; 3. D4T, siguió TXP;
Una situación original. Las blancas pues para llegar a este jaque a la des-
pueden ganar la dama con l. TXP+, cubierta, en apariencia mortal, habían
pero después de Rl T no puede to- sacrificado las negras el C2R. Pero las
marla, pues él mismo está amenazado blancas tienen asimismo un jaque a
con T8A mate. Por igual razón el la descubierta, y hasta un jaque doble
negro puede contestar a l. T XC+ con «in petto» y lo obtienen mediante un
P X A! El blanco, no obstante, quisie- sacrificio de dama : 4. D X P+ 1, P X D;
ra hacer valer con gusto !a descubierta. 5. P7C +, R2T; 6. P X T(C) +! Tiene
¿Cómo lo hace? Justamente él cierra que ser un caballo! 6. 00 ., RIT; 7.
la columna AR y elimina la amenaza T8C mate. ¡Quien cava una fosa para
de mate en lA. Lo logra con l. C6A +! otro . .. !
y con ello entra «Un jaque doble como A la combinación siguiente le fue
base de la combinación»: Las negras
Winawer
están obligadas a l. 00 ., PXC, pues si
T XC, el blanco da mate con jaque 249
doble en T8R. Con R2A, empero, es
posible T X P + , seguido de T XD, pues
T8A mate está evitado. Después de
l. 00., P XC renunció el blanco a ganar
la dama y jugó de cara al mate: 2.
T7R +, T2A. Si no viene D X PT mate.
3. T X T, CIA. ¡Desesperación 1 4.
T7C+. También T xC+ conduce al
mate y aún una jugada antes. 4. . ..,
J, Masen (juega)
RXT; 5. D7A+, RlT; 6. D8C mate. (Torneo de Viena, 1882)

108
adjudicado, por sus contemporáneos que atacan la dama blanca. No po-
entusiasmados, el título honorífico de dían jugar DXA a causa de 4. T4A+!,
•La combinación diabólica•. Es real- RlD; 5. D8T+, R2R; 6. DXTlC, con
mente muy bella y no ha perdido nada ataque devastador. Pero ahora viene
de su atractivo. un segundo, y esta vez inesperado sa-
En primer término un sacrificio de crificio de torre. 4. T7C + !!, para llevar
ruptura, para atacar con la dama al a cabo la amenaza del jaque doble
muy amenazado rey negro. l. T X PC!, sobre el rey negro. 4.... , R X T. T X T
PXT; 2. D7T+, CID. Con RlD, el entregaría en seguida la dama. 5.
blanco tiene diversas continuaciones ASA+! La agudeza de toda la com-
fuertes, por ejemplo: 2. ... , RlD; 3. binación: con un jaque doble el
D8T+, R2R (R2A, D7C+ !); 4. blanco intercepta la línea de defensa
D7C+, T2A; 5. P6A+, etc. 3. de la TIC a la DIC, y si ahora las
A XC!, DIC. Las negras buscan huii negras juegan Rl T o R X A, el blanco
del jaque a la descubierta, al tiempo toma la dama y gana fácilmente.

Una Glosa

Combinar quiere decir perder,


dicen la gente cómoda.
Pues no quieren arriesgar nada
ni estrujarse la mente ...
. . . Hagamos mejor un botín
sustancioso.

«Yo lo sé~

Preguntado una vez Capablanca, en una


sesión de simultáneas, de dónde sacaba
el tiempo y el ocio, para pasar revista a
todas las complicaciones y variantes en
las partidas siinultáneas, contestó son-
riendo: ((No tengo necesidad de pensar.
Yo lo sé.»

109
Quien primero llega, muele primero.

111. Fuerza y efectividad de los movimientos

Ganancia de tiempo. Particularidades de la sucesión de jugadas

Las blancas juegan, las negras juegan. Las blancas juegan, las negras juegan.
Este es el reloj del ajedrez, que funciona siempre igual. Una jugada es
como otra, ¿puede hablarse, por lo tanto, de fuerza y efectividad de las
jugadas? A fin de cuentas, es la pieza la que obra, y no el movimiento reali-
zado por ella. ¿O tal vez? ¿No hablamos de golpes o «jugadas maestras», y
pensamos en buenas jugadas, y en jugadas «de chambón•, significando ju-
gadas defectuosas? Nosotros reconocemos que: la pieza no obra tan sólo
por su propia vitalidad, sino por el movimiento que un jugador realiza con
ella, o amenaza realizar. Y ya hemos contemplado en lo examinado hasta
ahora, una gran cantidad de jugadas fuertes, bellas y de elegante factura,
pero también, por el <:ontrario, hemos trabado conocimiento con las débiles,
falsas e •impertinentes» jugadas.
No se trata aquí de eso. Queremos aquí tan sólo indicar que pueden
haber también combinaciones, quitándole al adversario' el tiempo para realizar
acertadas jugadas defensivas, o mediante interrupción sorpresiva de la serie
corriente y esperada de jugadas, dejarle <:on un palmo de· narices. Además
no olvidemos que el derecho de jugar es también obligación de jugar y puede
llegar a ser el «zugzwang». Verdaderamente este último es especialmente
efectivo en el final, mientras que en el medio juego, las desventajas que
pueden surgir de la obligación de jugar, raras veces se hacen patentes.

¿Qué es una ganancia de tiempo?

La respuesta, propiamente, puede taja de jugar». Pues lo que en la


expresarse sólo así: «Gana un tiem- apertura y medio juego es una ben-
po, aquel que para alcanzar un ob- dición, puede convertirse en el final
jetivo determinado ahorra una ju- en maldición. Un sencillo
gada•. Pero en el final generalmente ejemplo de «Zugzwang»:
la cosa cambia; uaquí gana a menudo,
Al jugar las negras deben
aunque pueda parecer paradoja, quien
pierde un tiempo». Esto se expresa obstruir la última salida
con el término «Zugzwang»; para sa- con l. .. ., P7T, y las
car al contrario de una posición fa- blancas dan mate con C3C. Si en esta
vorable, se le debe traspasar «la ven- posición jugasen las blancas, serían

110
tablas. De cómo en el final a veces N imzowitsch (juega)
se traspasa la obligación de jugar al 250
adversario nos da
una idea clara la
posición adjunta:
con l. R4D? el
b 1a neo perdería,
pues después de
l. . .. , R6C debe-
ría abandonar la defensa del P3A.
Pero con l. RSD 1 él gana, pues tras
Dr. Alekhine
l. . . . , R6C; 2. R4D! el blanco ha (Torneo de maestros, San Remo, 1930)
ganado el tiempo decisivo: el adver-
sario tiene que jugar y está obligado Las negras se encuentran en mortal
a abandonar el PSA. Con un caballo «Zugzwang », como el último movi-
no se puede ganar un tiempo cierta- miento del blanco (P4TR 1) lo demos-
tró muy bellamente. Aparte las juga-
mente: si en la posición
das de peones, que pronto se agotarán,
adyacente, por ejemplo,
no pueden mo ver pieza alguna sin per-
. juega el blanco, no hay der algo (así, por ejemplo, a l. ... ,
manera de apartar al rey DlR vendría 2. PSC!).
negro de las casillas 7A El dive rtido episodio siguiente tuvo
y 8A, por muchas vueltas que dé el lugar en una partida con ventaja, al-
caballo en rededor suyo, y eso sucede reded or de fin del siglo.
porque el caballo debe cambiar de
color en cada jugada, lo que hace N . N. (juega)

igualmente el rey. «Aquí se encuen- 251


tra la justificación del «Zugzwang ":
quien debe jugar sufre las conse-
cuencias».
De estos razonamientos se despren-
de que la ganancia de un tiempo en
el medio juego debe ser de otra clase.
Cierto que también se dan en él bo-
nitos ejemplos de «Zugzwangs», en los
cuales el contrario está bloqueado sin
ayuda, que no puede jugar pieza al- Dr. J. Perli•
guna sin desventaja, y su ·c ontendiente El Dr. Perlis enriqueció la literatura
solamente necesita hacer una jugada ajed recística con un ejemplar insupe-
de espera para ganar. Pero tales po- rable; después de l. ... , C6T; 2. A XC,
siciones son, por la cantidad de piezas D x A+ ?1 (lo correcto era 2.
y por las muchas formas de combina- P X A o 2 .. .. , D8T t ) preguntaron las
ciones ordinariamente raras. Siguen negras: ¿Abandona Vd.? El Dr. Perlis
sin embargo 2 ejemplos: jugó tranquilamente 3. RIC!! y respon-

111
dió: Lo siento mucho, pero recibirá muele primero» . Si bien, pues, cual-
Vd. mate. Casi increíble, pero el mi- quier combinación puede servir de
lagro tuvo efecto gracias al «Zugz- ejemplo para esto, deben seguir toda-
wang». Sacrifique el negro la dama vía cierto número de posiciones que
o no, se verá por fin obligado a jugar pondrían en claro este principio.
el PCQ, entonces es tomado p·or el En el n.0 252, parece hasta estar
peón blanco de torre, que transforma amenazado el blanco, pues si juega la
y da mate. dama atacada en 4TR, desampara a
Pero, como se ha dicho, tales posi- la torre en 6AR. Pero el blanco dis-
ciones son «raras• en el medio juego. pone del tiempo y lo aprovecha así:
l. T6A X PC:tJ, P X T; 2. D7R +, D2A.
Entendemos por «ganancia d e tiempo•
Si no sería mate, como se ve fácil-
en el medio juego algo dis tinto: «a
mente. 3. T X P +! ¡Sin dar tiempo
sab er, el arte de privar d el tiem po al
al adversario para reponerse! 3 • ... ,
contrario para realizar una buena ju-
R X T; 4. C5R +! ganando la dama.
gada d e de fensa o de ataque ». ¡Que-
remos dictar nosotros las normas del Capablanca (juega)
asunto!
Pero ¿no es éste el significado de 253
toda combinación? Lo es, efectivamen-
te ; toda combinación aspira a ganar
tiempos, toda combinación tiene, pues,
por objetivo estar el primero en deter-
minado punto con determinada pieza,
antes qu,e el adversario tenga ocasión
de lanzar tamb ién hacia allí sus fuer-
zas, o en su caso, salvar sus piezas
amenazadas mediante una jugada de
retirada. Tiempo, tiempo, significa en Bogoljubow
el medio juego: «quien llega primero, (Torneo de maestros, Nueva York, 1924)

Las negras tienen ventaja, pero les


Winter
amenaza un sacrificio en 3R. ¿Deben
defenderse contra él? No hay que per-
252 der tiempo. El rey blanco está en la
diagonal de la dama negra, la ocasión
es propicia: l. .. . , C X PD!; 2. P X C,
TIA XC! El blanco abandonó. ¿Por
qué? Porque después de 3. PXT,
D X P + ; las negras ganan el tiempo
decisivo dando jaque para el doble
ataque sobre la torre en 8A. Puesto
que P X T no sirve, las blancas tienen
que jugar T X T y el negro gana fá-
cilmente con su superioridad de
Sano.ders (juega)
(Londres, 1934) peones.

112
Kortschmar (jueca) partida tuvo lugar (tras el último
254 movimiento l. A5D-7A) l. ... , TlAR?;
2. D5T, P3T. (Se amenazaba una vez
más el sacrificio de dama en 7TR) 3.
D6C, D3D; 4. ASD, T2D; S. A4R y
las negras abandonaron. «Nadie lo vio,
salvo el Sr. Keidanski• así se dijo más
tarde en la prensa ajedrecística de
entonces «que Rubinstein mediante
l. ... , D7T+!!; 2. RXD, A3D+ podía
igualar el juego•. Pues tampoco con
Kotow
3. T5R, T x T 11 logran nada práctico
(Encuentro por equipos, Tula, 1951) las blancas, pues su dama no puede
escapar al jaque a la descubierta. Algo
Las negras no quisieron enzarzarse así como un problema, ciertamente,
en l. ... , P4D; 2. A3D, A X P; 3. no en vano el Sr. Keidanski era com-
AXP+, RlT, y jugaron en lugar de positor de problemas . ..
esto l. . .., D7 A? para encadenar el
A2R en su sitio (2. A3D?, T8R + ). Gumprich (juega)
¿Pero si el alfil escapa dando jaque?
Esto nos lleva a la ganancia de tiempo 256
2.. DXP+!, RXD; 3. A3D+, RlC;
4. T X D y las blancas ganaron el
final.
Recordamos ahora la siguiente cé-
lebre posición de partida, en la cual
no se vio una combinación si-
milar.

Rubinoteiu (jue¡a)

255 H.
(Berlín, 1931)

Ambos contendientes al ataque;


gana aquel que logra disponer del
tiempo. En este caso fueron las ne-
gras. Con l. .. ., T x PI arrebata al
contrario la posibilidad de defenderse
promisoriamente (pues RXT, D5C+
y si P X T, D7 A+ conducen en dere-
Spielmann chura al desastre) y también la ocasión
(Torneo internacional, Berlín, 1928) de emprender un contraataque (ame-
naza D6T mate) 1., ... , TXP se mues-
En verdad, admitimos, que la cosa tra, por tanto, corno j u g a d a de-
está aquí algo más embrollada. En la cisiva.

113
N. N . Steneber¡
257 258

Ahues (juega) Abues (juega)


(Berün, 1934) (Berlín, 1930)

Las blancas tienen una posición de De nuevo una posición del maestro
ataque prometedora, pero las negras Ahues, quien domina de modo espe-
amenazan D x.PC; y en último término cial el arte de imponer el tiempo en
también TI T liberándose mientras que posiciones ricas en combinaciones.
el blanco no ha enrocado todavía y Una ojeada sobre el tablero nos ha-
tienen la otra torre en reserva. Sólo ce ver inmediatamente la ventaja posi-
que el blanco no deja al contrario cional del blanco, posición del rey de-
tiempo alguno para efectivas medidas bilitaq~, alfiles blancos operando a
de defensa, con l. T7T+! desencade- distanc¡,a. Pero sería erróneo golpear
na el ataque; siguió l. .. ., RlC (R X T: de inmec;iiato: con l. A XC, A X A;
2. D5T + seguido de 3. C X PC!, etc.) 2. D7T +, R2A! no se consigue nada.
2. D4C! Las blancas hábilmente han Las blancas, por ello, buscaron refor-
impedido lo mismo D X PC como TlT zar el ataque que abría una línea a su
y tienen preparada una linda combi- torre l. P4R, PXP; 2. AXP, D4T.
nación contra la captura del P4D. 2. Caso de C X A, pues D X PC mate. La
.. ., D X PD. Puesto que R X.T falla por jugada textual tiende a impedir T7D
la amenaza D4T, como ya vimos, no pues vendría D8R +.. Pero desplaza
hay salvación alguna. 3. C XPC!! ¡Un
la dama negra. 3. P3C, TID. El negro
bonito ataque a la descubierta! 3. . .. ,
busca la simplificación por el cambio
DX D; 4. C7R mate. ¡De nuevo la co-
de torres aLas blancas, sin embargo,
lumna abierta de torre y la importan-
no se preocupan por su torre solitaria,
cia de la séptima fila !
y aprovechan el tiempo para traer la
El Dr. Staudte ha hallado que las
blancas pueden ganar también con l.
decisión.» 4. AXC!!, TXT+. Si AxA
D5Tl, Px.D (l. ... , TlT; 2. CxPR+!); puede hacerse 5. T7D! pues T X T? no
2. CxPT+., RlC; 3. C6A+, DXC; sirve a causa de 6. D8R mate. 5. R2C,
4. PC X D o también primero A7T +. AlA: O 5. AxA, D8R mate. 6. AXP!
El ataque de mate de las blancas debe Persecución despiadada del adversario
decidir siempre. Así. pues, otra solu- en franca huida. 6. .. ., A X A; 7.
ción; una prueba por ello de cuán D X PR +! ¡Ay! Ahora la dama negra
potente es para el blanco la apertura falta en 3C! 7.... , RlA. Caso de RlT,
de la columna de torre. pues D8R +, AlA; D X A mate. 8.

114
A6C y las negras no pueden defender Schlomer (juega)
las dos casillas de mate (2A y lR). 260

Von Heo.nig (juega)

259

Rosengarten
(Solingen, 1934)

Machate ma posición sin el P7 A?. Se logra del


(Torneo de maestros de Swinemünde, 1933) modo sorprendente y muy luminoso
para comprender el «Con e e p t o de
Otra vez más ataque y contraataque, tiempo": l. ... , DST+!; 2. RXD,
es decir: ¡quien llega antes ... ! Pero PSA(D)+; 3. R2C (R2T, TxP mate)
debe llegar con efectividad. Las ne- D3 A+, y ahora no son lass negras,
gras, que juegan, buscan con l. ... , sino las blancas quienes reciben el
TSC ganan tiempo; pero era lo co- mate.
rrecto l. ... , Tl C!, que por un lado,
apoya el ataque pero también sirve de ReUstab
defensa. Con 2. T2C!!, «igualó el blan-
co y hasta ganó el tiempo decisivo 261
para introducir su ataque». No podía
naturalmente jugar 2. D5T a causa de
T8T+; 3. R3C, DXPA+, etc. A
2• ... , A X T seguía, empero, 3. D5T!
pues ahora T8T + es, a causa de 4.
R X A un golpe en el vacío. Tampoco
defiende DIA a causa de 4. D x PA+,
RlC; 5. D6C+. El negro intentó to-
davía con 3 ... . , T8TR +; 4. R X A,
DXPT+; 5. RXT, D8C+ dar jaque E. (juega)
perpetuo, pero no lo logró. ¡Una lucha (Berlín, 1933)
aguda en las diagonales de ambos
alfiles 1 Las blancas jugaron l. T7R, y ya se
(260) Las negras están seriamente regocijaban del triunfo al alcance de
amenazadas; pueden coronar, pero re- la mano, pues ¿cómo podían las ne-
ciben luego mate. El P7 A les impide gras defenderse del mate? Ahora, tras
materialmente el paso; sin él el mate el estudio de la combinación anterior
vendría por sí solo. «¿Cómo ganan las no es difícil la contestación. Con l.
negras el tiempo para llegar a la mis- ... , DST +; 2. R X D, A6A + «las ne-

115
gras conquistaron el tiempo, para rea- Behreno (jue¡:a)
lizar su ataque de mate» antes que el 263
blanco pudieta llevar a cabo el suyo.
A 3. RIC siguió TSD+ y mate a la
siguiente.
Hemos conocido un caso especial-
mente típico.

Mlkenao

262

Hennin¡:
(Campeonato de Klel, 1934)

dado 1 En este caso, por ejemplo, como


ya indica el signo de interrogación
es errónea 2. D X Cl Esta es la refu-
tación. «Las blancas con el ataque al
A2C ganan el tiempo que el negro
invierte en tomar el A4C.• Está obli-
Tolush (jue¡a)
gado ~ ,, 2. .. ., A x D. Las blancas re-
(XVW Campeonato de la Unión de Repúblicas
Soviéticas, Moscú, 1951)
cuperar'on su dama con 3. CXA+,
RlT; 4. ~6C+, PAXC; 5. AXD y
A pesar de su gran ventaja material, quedaron ,después de 5.... , TITXA;
la victoria no es fácil para el blanco; 6. P X A con pieza de más. La difi-
así, por ejemplo, a l. P8D(D) seguiría: cultad de la jugada 2. D x C consiste
l. .. ., Ax.C x +; 2. DxA, T7C+; en darse cuenta que se recupera la
3. Rl T, T7D+! con jaque perpetuo. dama.
Pero el blanco encontró el huevo de
Tchigorin
Colón, una combinación que obligó al
amenazador A3TR a retirarse a 2CR, 264
y alejó todo peligro. l. D6A + ll, T X D;
2. PSD(D)+, TIA; 3. D4D +! ¡La cla-
vel A causa de D4AD + seguido de
D x T,las negras no pueden jugar RlC.
3... ., A2.C; 4. D3D, TIA-7A; 5. DX T.
Las negras abandonaron (5 ... . , T X D;
6. T8D+ ).
(263) Con l. ... , C4D? buscaban las
negras desembarazarse de las dos mo-
lestas piezas blancas mediante el cam- Lee (juega)
bio. La combinación es un caso co- (Londres, 1899)
nocido en posiciones semejantes del
medio juego; casi con tanta frecuencia Las blancas creyeron ganar un peón
es buena como falsa. Por ello, ¡cui- con la combinación l. T X P, T X T;

116
2. TXT, RXT; 3. D2C+ pero con ción nos lo proporciona el final si-
3•... , C6C + 1 e las negras se aseguran guiente, ciertamente, y por desgracia
el tiempo para salvar la T6T». Después sólo en el análisis.
de 4. A XC, T3T el negro conserva la
calidad. La combinación era, p u e s, Muth

falsa. 266

Dr. Laskcr

265

L. Schmid (juega)
(Copa Caissa, 1950)

Con l. A X P también ganaron fi-


Torre (juega)
nalmente las blancas, pero con la
(Torneo de maestros, Moscú, 1925)
posición de la séptima línea, hubiesen
podido las blancas preparar un brillan-
Una posición muy conocida. «Las te molino en vaivén l. T7D!, A X T;
blancas triunfaron mediante una com- 2. TXA, DXPT (2 . .. . , C4R?; 3.
binación que muestra la repetida ga- D5A + ); 3. D X P + !! (Según Teschner
nancia de tiempo• con •el abrir y también realmente y con sencillez 3.
cerran del jaque a la descubierta. Se A6T hubiera decidido.) 3... . , PXD;
le ha llamado con razón el vaivén del 4. A6T+, RIC. Ahora primeramente
molino. l. A6AI, DXD; 2. TXP+, la torre va en busca de los tres peones
R1 T. ¡Ahora la torre devasta para em- negros: 5. T7C+, 6. TXPA+, 7.
pezar la séptima línea; lástima que T7C+, 8. TXPC+; 9. T7CR+, 10.
no tenga que buscar más que un alfil T X PTD +. Hasta aquí, había calcu-
y un peón! 3. TXP+, R1C; 4. T7C+, lado Schmid, pero no se dio cuenta
R1T; 5. TXA+, RIC, 6. T7C+, R1T; que después de 10. .. ., R1C; 11.
7. TSC+. ¡En la columna CR no hay A7A+!!, termina la lucha con elegan-
pieza alguna enemiga, de lo contrario cia: 11. .. ., DXA; 12. TX T+, D1R;
pudo la «desmelenada» torre diezmar 13. TXD+, R2A; 14. TXT y ganan.
todavía más las tropas enemigas 1 7. ¡Esa fue ciertamente una torre insa-
.. ., R2T; 8. T X D, R3C. Las negras ciable 1
recuperan la pieza pero además de los En el final que sigue en cambio, se
peones la torre ha destrozado dema- dio el «abre y cierra» en forma de
siado y después de 9. T3T, R X A; 10. celada hábilmente urdida (267).
T X P + las blancas ganaron fácilmen- Las negras pensaron tener tiempo
te. El ejemplo ideal de la combina- para la maniobra l. ... , CSR?; 2. D3D,

117
Shaínswith (juega) brar el desconcierto en las filas ene-
267 migas. El blanco forzó el mate de la
manera siguiente: 1. D XC, P X D; 2.
AXPR+, RIT; 3. C6C+. uAquí te-
nemos de nuevo un jaque a la descu-
bierta», que mediante el «abrir y
cerrar» constante (igual que el vaivén
del molino) ugana tiempo tras tiempo
y priva al contrario por completo de
su libertad de acción. . 3 .... , R2T; 4.
CXT+, RIT; 5. C6C+, R2.T. Casi
Reshewsky es de de lamentar que el activo caba-
(Torneo internacional, Nueva York, 19Sl) llo en su paseo no pueda recolectar
todavía más «frutos maduros•. ¡Pero
C6C, pues la torre lAR de las blancas un objetivo más alto le atrae: el rey
no pueden trasladarse a JAR, a causa enemigo! 6. C5R+, RIT; 7. C7A
de la horquilla ... , P4R-5R. Y, no mate.
obstante, siguió 3. T3AR!, P5R? El Y aquí además un caso parecido:
negro piensa sin duda, que el gran
maestro ha cometido una falta burda. Weissinger (juega)
En realidad, sin embargo, se sirve
269
Reshewsky de la afilada arma del ja-
que a la descubierta 4. T XC!, P X D;
5. TXP+; RIT; 6. TXPA+. El vai-
vén del molino es utilizado en primer
término, para eliminar el PA, para
que no haya lugar a PJA. 6.... , RlC;
7. T7C+, RIT; 8. T3C+. Las negras
abandonaron.

Fletcher
Niener
268 (Karlsruhe, 1944)

Ahora, fácilmente comprensible:


l. .. ., DXA!; 2. PXD, C6C+; 3. R2T,
CXT+; 4. RlT, C6C+; 5. R2T,
C5R+; 6. P3C, T7A+; 7. RlT, CxP
mate.
¡El caballo corno fuerza motriz!
A este grupo pertenecen también
aquellas combinaciones que finalizan
con jaque perpetuo. «¿Qué es por lo
Dr. Alekhine (juega)
(Sesión de simultáneas, I..ondres, 1928) demás el jaque perpetuo sino una acu-
mulación de ganancias de tiempo» pa-
También el caballo con el apoyo de ra evitar que el adversario pueda
.lln jaque a la descubierta puede sem- hacer valer su superioridad en ma-

118
terial o posición? Sucede también, na- N. N.
turalmente, que en posición igualada 271
el jaque perpetuo confirma ya sola-
mente las claras tablas, pero esto no
es ninguna prueba en contrario. Una
combinación no muy ra-
ra en el medio juego, es
la de quebrar la posición
d e 1 enroque, mediante
sacrificio y luego dar ja-
que perpetuo con la dama cono en la
posición adjunta. Esto se hace natu-
ralmente sólo en el caso que la conti- R. Hoffers (juega)
(Partida jugada en 1860)
nuación del ataque no promete ~xito
alguno. De vez en cuando se llevan
a efecto combinaciones muy compli- El blanco ataca con l. T5A la dama
cadas para llegar a un jaque perpetuo. negra, pero las negras no se preocupan
Damos a continuación algunos rema- por ello, sino que jugaron l •.. ., C5C!
tes sorprendentes. En primer lugar un Ahora el buen consejo era precioso
tema frecuente. para el blanco, pues ¿cómo defenderse
de D x P mate al mismo tiempo que
Vlk de T X T mate? Súbitamente tuvo una
270 idea luminosa: 2. DSC + !! La inten-
ción es la siguiente: si toma la dama
con la torre, queda eliminado el mate
en lAR y el blanco puede tomar sin
recelo la dama negra. Si toma la dama
con el rey, el blanco cambia la torre
con jaque y puede igualmente cobrar
la dama. «jVna combinación típica de
ganancia de tiempo! • Sólo que las
negras se dieron cuenta del propósito
Held (juega) y contestaron 2. .. . , R3C pero después
(Halle, 1952) de 3. D6R+ tuvo (como se ve fácil-
mente) que volver atrás 3.... , R2T
Con l. T XC? (en lugar qmza de y el blanco repitió el burlesco juego:
l. C4C o l. C X PA) se permite un 4. DSC +! ¡Jaque perpetuo!
j a q u e continuo elemental: l. ¡En ajedrez no hay pues nada im-
TST+!; 2. RXT, D8A+; 3. R2T, posible! También el Dr. Krejcik pudo
D5A+, «etc.», ¡al infinito! Así le su-
en una ocasión, efectuar un jaque con-
cede con frecuencia al jugador de
tinuo sorprendente y parecido (272).
ajedrez cuando toma algo precipitada-
mente. Las negras habían sacrificado una
Un jaque continuo característico se torre y creían ganar ahora con l .... ,
desprende de la posición núm. 271. P x P. Pero el blanco tiene de modo

119
Beadh>er (juep) obtuvo tablas por jaque continuo,
272 como se puede comprobar fácilmente.

S&orojewoki (jueca)

274

Dr. Krejcik
Uugada eu el dub de ajedrez de Vieua, 1912)

semejante al final anterior, un gro-


tesco jaque perpetuo: 2. DSC + 1, R3C Reicber
(si no mate o pérdida de la torre). 3. (Bucarest, 1950)
D7T+!, R2A(!); 4. DSC+, etc.
Las negras tienen un ataque deci-
sivo, pero después de l .... , T6T? las
Kienincer
blancas se salvan con un jaque perpe-
273 tu.o: 2. TS:A+!, RXT (AXT?, D7R
mate); 3. D5A+ con jaque continuo.
En lugar de esto hubieran dado mate
en tres ·jugadas'. así: l. ... , D6D +! ; 2.
RxT, DxPC+; 3. RlT, D7T mate.
¡Ah, los esquemas de mate 1 Siendo
el jaque perpetuo pues, una acción
para forzar el •empate» mediante con-
tinua repetición de jugadas, se puede
considerar también tablas una partida
Engels (juega) por «la reconstitución por tres veces
(Encuentro Düsseldorf-Colonla, 1934)
de la misma posición». (Cuando en
Las blancas parecen perdidas, pues una partida se produce por tres veces
si juegan la dama, sigue A6A +. Pero la misma posición jugando el mismo
disponen de una combinación que les contendiente es empate el juego). En
asegura las tablas: l. T X P!, TxD! el medio juego, tiene lugar común-
No pues, R X T ya que entonces las mente esto «repitiendo por tres veces
blancas con TlCR+ seguida de D3C los movimientos», pues la especulación
obtendrían un fulminante ataque de (ya que aquí no cabe hablar de com-
mate. Muy a menudo deben ambos binación) que se produzca por tres
jugadores seguir una estrecha senda. veces la misma posición en sucesión
Cualquier paso en falso lleva al abis- irregular de jugadas, tiene más pers-
mo. 2. TXP+, RlC; 3. TICR+, RIA; pectivas de ocurrir con éxito en el
4. TST+, R2A; 5. A6C+I y el blanco final.

120
Opocensky Parece como si las blancas, no obs-
275 tante su pieza de más, debieran per-
der, ya que su dama debe defender el
mate en 2CR. Pero l. T5C! parece
cambiar la dirección de la flecha; pero
toda vía no han terminado las sorpre-
sas: l. ... , TlR! amenaza mate en SR
y la torre sigue colgada en 5C. 2.
TIC, TICR!; 3. T5C! Repetición fo:-
zada de jugadas. ¡Tablas! Un caso pa-
recido al de antes.
Dr. Vidmar (juega)
Otro modo diverso y muy radical
(Torneo de maestros de Sliac, 1932) de privar al ad versario del tiempo para
continuar el ataque, o hacer valer su
Tenemos aquí una posición en la superioridad, es
cual ambos contendientes repitieron
tres veces las jugadas y tuvieron que «El ahogo.
hacerlo' así: Las blancas para no per- El ahogo interrumpe la serie de
der rápidamente, y las negras porque jugadas automáticamente y de manera
no quisieron correr el riesgo de la definiti va. El que sufre el ahogo no
pérdida. l. RIT! Amenazaba TX.A+!; puede cumplir su obligación de jugar,
R x T, TSD mate. l. ... , D7R! Las ne- y por consiguiente tampoco el contra-
gras no quieren permitir al adversario rio puede decir la última palabra. La
llegar a P3T seguido de R2T, pues los partida, puesto que ninguno puede
dos alfiles serían demasiado fuertes. jugar, se interrumpe con empate. Se
2. RIC. Forzado. 2. ... , D6R; 3. RIT, comprende claramente que el medio
D7R. Tablas. ¡Una repetición de juga- juego rara vez ofrece ocasiones de
das no corriente! Las negras arreba- ahogo. Y, por tanto, éste es más un
taron con sus repetidas amenazas el medio de ayuda para la defensa en el
tiempo al blanco para hacer valer su final. Que ocasionalmente son posibles
superioridad material. aLe faltó al combinaciones de ahogo en el medio
blanco el importante tiempo PJTR.» juego, lo veremos más tarde.

Spen&ler Kruschwitz

276 277

Ullrich (juega) Heinze (juega)


(Berlin, 1948) (Grünbach, 1951)

121
(277) Un caso sencíllo. Después de D7 A+, Rl T ) hubiera ganado con
l. P7C'? (lo correcto era primero cam- facilidad.
biar a 4C) no fue corta la sorpresa del (279 ) Las blancas están rodeadas, y
blanco, cuando su contrario forzó el debieron perder. El modo m ás sencillo
ahogo: l. ... , P6C+!; 2. DXP, de ganar el negro es con: l. . . . ,
DSC+!; 3. RXD. ¡Ahogado! T8T+.!; 2. A x T, DSC+; 3. DxD,
P x D + seguido de 4. . .. , P6C, etc.
Gunther (ju~ga)
El escogió, sin embargo, otra solución:
278 l. .. ., DXA+(?); 2. DXD, T6T que
parece, a primera vista, muy seduc-
t ora. Siguió empero, 3. R4T!!, T X D;
¡y el blanco es tá ahogado! Segura-
mente para alegría de los mirones.

Atkin
280

Giertz
(Partida por oorrespondencia, 1943)

"¡Un jaque vengativo 1• pudieron


llamar las negras al jaque de la dama
blanca en 6C. Y ¿cómo se juega en
ese caso? Pues en lo posible de suerte
que el contrario n o tenga otro jaque
despu és. Así l. ... , Rl T? Empero, aquí Bartolitso:h (juega)
fue un error , pues vino de modo in- (San Petersburgo, 190Z)
s o s p e eh a d o 2. T8A + !, T X T; 3.
D X PC + 1, R X D y el blanco está aho- Las blancas, en situación desespera-
gado. En cambio l. .. ., RlCI (2. da, se salvan mediante l. D6A+, RIC;
2. D7C+!!, RXD; 3. P6T+. Rey jue-
Horowitz (juega) ga. "i Patt, Sir! » dijo el blanco riendo.
¡De ahí la expresión «Patzen 1
279
Sí, esto produce asombro al que
juega d·e spués y rabia al que provoca
el ahogo. Hay que prestar atención
a todo en las posiciones ganadoras.
Pena, cuando ya en los últimos movi-
mientos logra nuestro adversario sal-
varse con el ahogo. ¡Tenemos como
pesar todavía la burla, y a nuestra
rabia la alegría del contrario y de los
Pavey
(Campeonato de EE. UU., 1951) mirones!

122
Dr. Nagy oportunidad a su adversario para for-
281 zar el ahogo: 2•... , TXP+; 3. RXT,
D3R + !; 4. D x D y el negro está aho-
gado. El «ahogo» ha sido a menudo
acusado como una modalidad injusta
del ajedrez. ¿Por qué? Porque los
jugadores se enfadan por el hecho de
que con patente superioridad material
no podían ganar al lograr el adversa-
rio el ahogo y, por ende, el empate.
Pero, ¿no es el ahogo un agudo reto
Walter (juega) a los materialistas en el ajedrez, que
(Torneo de maestros, Raab, 1924)
creen que cuantas más piezas arreba-
Las blancas tienen ciertamente la ten al contrario más fácil es el triunfo,
calidad de menos, pero a cambio tres y más garantizado se encuentra éste?
peones. Con un juego cuidadoso, tiene «iEl ahogo da mate a los materia-
perspectivas de triunfo. Pero jugó l. listas!»
DSA+, DIR; 2. DXP? (era mejor Hasta aquí, sobre el concepto del
D5A +) y dio con ello una bonita tiempo en el medio juego.

De las peculiaridades en la sucesión de jugadas

•Jugadas intermedias. Balan el


«Transposición de jugadas. 282

A quién no le ha sucedido; se es-


pera una jugada bien determinada del
contrario «no puede hacer otra» y de
repente llega algo diverso; «una juga-
da intermedia que echa por tierra
todos nuestros planes y cálculos». Y,
sólo después de la jugada intermedia
sigue la esperada en un principio, que
ahora tiene otra fuerza y eficacia. Voiculescu (juega)
(Bucarest, 1951)
«La jugada intermedia•
l. A5CR? costó aquí al blanco una
Con unos sencillos ejemplos, que- pieza, como las negras demostraron
remos iniciar nuestro tema. con dos jugadas intermedias sorpren-
«Una de las faltas más frecuentes dentes: l. ... , CXC!; 2. PXC, AXC!;
en ajedrez consiste en abandonar una 3. DXA, DXA. Las blancas abando-
pieza de defensa, que mediante un naron. La defensa del A5C era de
cambio intermedio puede ser elimi- pies de arcilla como fácilmente se
nada.• puede comprobar (ya que el C4D ocul-

123
taba directamente el A2C). Es funda- Luudin (juega)

mental en esta combinación que los 284


movimientos intermedios tienen siem-
pre el aspecto de un contraataque
equivalente. De ese modo pues, el
adversario confiado pudo ignorarlos.

R. Elstner

283

Stoltz
(Estocolmo, 1935)

(¡con jaque!), 3 .... , R3A; 4. PXD.


Se ganó una torre.
Y todavía un caso parecido algo
más refinado.
Canal (juega)
K. Richter (juega)
285
(Berlín, 11148)

A causa de sus dos peones pasados


y unidos, esperaba el blanco, a pesar
de la perdida calidad, ganar, pero su
tarea no es fácil ciertamente. Así cre-
yó llevar a cabo con l. D5A? un ali-
viador cambio, pero perdió después
de l. . .. , TlR!l el caballo. Si no lo
cree, compruébelo usted, por favor .. Dunkelblum
(¡La falta de respiración 1) (Torneo internacioual, Venecia, 11153)
Jugadas intermedias de esta especie,
aprovechando motivos de clavada, Las negras no pudieron resistir la
tentación de tomar el P4R (l. ... ,
pertenecen al pan nuestro del ajedre-
D X P?) y tuvo que abandonar la par-
cista.
tida después del brillante movimiento
Nuevamente hay jugadores descui- intermedio 2. T8A! Con 2 . . .. , D X D
dados que colocan la dama como en sigue otra j u g a da intermedia (3.
el núm. 284 para defenderse del jaque: TXT+, R2C; 4. P XD) ganando tam-
l •.. ., D5D?; sin pensar en los temi- bién la torre. También con 2. .. . , R2C;
bles «movimientos intermedios» 2. 3. T X.T gana una torre el blanco. De
TlD!I, D X D. ¡La dama está clavada, todos modos no carece este caso de
y no puede tomar la torre 1 3. T X T + especial peculiaridad.

124
•oa Heaaic ficio de caballo tiene por fin bloquear
286 el P2A para que las negras no puedan
salvarse con P4AR. Pero el negro
jugó primero l. . .. , e X PI y con ello
refutó la combinación del adversario.
Después de 2. P X e, vino P X T pues
ahora el negro tiene para 3. C6A +,
AXC; 4. DXP la defensa AX.P+
seguido de P4A. La fuerte jugada in-
termedia da pues a las negras el tiem-
po, para «desbloquean el P2A sin
Wagner (juega) pérdida temporal.
(Kiel, 11114) Las blancas se dieron cuenta de la
combinación, no sacrificaron en con-
Las n e g ras esperaban inmediata-
secuencia el caballo y hubieran tenido
mente l. DxP+, R3D; 2. C4R+, que perder la partida con calidad me-
R3A y si bien entonces su situación
nos. Sólo que como las negras no
deja de ser de color de rosa, puede jugaron de cara al triunfo, las blancas
todavía, sin embargo, vivir algún tiem- pudieron t o d a v í a alzarse con el
po. Pero el blanco hizo la jugada in-
triunfo.
termedia l. P5ADI y sólo cuando l.
... , DXP (forzado, pues amenazaba Stoltz (juega)
mate en 7A) vino 2. DXP+, R3D;
288
2. e4R +, esta vez ganando la dama.
Así de paso se muestra la jugada in-
termedia como maniobra combina-
toria.
Wegemuod (juega)

287

Pire
(Torneo de maestros, Praga, 1931)

Las blancas tienen ciertamente dos


piezas por una torre, pero no han
enrocado todavía. Y esto será para
ellas, en este caso, fatal. Con el in-
Grünfeld mediato l. ... , D8T+ las negras, des-
(Campeonato de Alemania,
Frankfurt a. M., 11123) pués de 2. CID no tienen gran cosa
más, pero la linda jugada intermedia
El blanco acaba de jugar T3T X P4T, l • ... , P5D! les brinda ganancia mate-
y pensaba la siguiente combinación, rial. Después de 2. D X PD (si no se
si PxT; 2. C6A+!, Ax.C; 3. DxP pierde el e a b a ll o inmediatamente)
con mate imparable en 7T. El sacri- DST +! (sólo ahora, y el blanco tiene

125
que escoger entre la pérdida de la N. N.
dama, la torre o el caballo. 290
¡ Enrocar! ¡ Enrocar a tiempo ! ,
nunca se repetirá lo bastante esta ad-
vertencia.

N. N. (juega)

289

Ahues (juega)
(De una partida anüstosa, jugada hace
años en Berlín)

mate). Apenas había dejado la pieza,


que vio con terror, que el adversario
tenía una jugada intermedia no menos
Ahues brillante que daba un giro completo
(Torneo de maestros, Berlín, 1928)
a la partida. Minutos de ansiedad; ¿la
encontrará? y un suspiro de alivio:
Las negras hubieran debido jugar
«jNo, no1la ha visto, sino que aban-
D7 A, ya que están atacados la dama
dona!» ~sí podía el negro ganar con
y el caballo. Pero no quisieron esto,
l . .. . , D5C!!; después de 2. P x D viene
porque decían, con razón, que el
2. . .. , P x.n : pues la columna CR está
blanco entonces con P3C, seguido de
interceptada· a la torre blanca.
A3 T + y T lA, alcanzaría fuerte ven-
La jugada parece tan sencilla, pero
taja de desarrollo y ataque. Ellas in-
no es fácil descubrirla. Pusimos a
tentaron l. ..., TlT-lR siguiendo el
menudo la posición como ejercicio;
lema: ¡Como tú a mí, yo a ti 1 Pero
la mayoría de las veces no fue hallada.
como la dama negra queda atacada
La fuerza de la jugada intermedia
puede la dama blanca dedicarse a rea-
se incrementa todavía cuando se pre-
lizar «Una jugada intermedia». Cier-
senta con jaque.
tamente no la falsa DXT+ (DXD!)
ni tampoco la miserable DxP+ (¡pro- van Nüss (juega)
duce sólo un peoncito y fomenta al
291
mismo tiempo el desarrollo de las
negras!), sino la precisa: 2. D XC!
Gana una pieza, pues si quisieran las
negras demorarlo con una jugada in-
termedia (D x A), el blanco toma en
seguida la revancha con D x T +.
¡Una combinación característica pa-
ra el tema del movimiento intermedio!
(290) Las blancas se . alegraban de
poder celebrar con l. D XC un magní-
Engert
fico triunfo (P x D, T3C +, Rl T, A x p (Campeonato de la ciudad de Düsseldod, 1934)

126
El jaque intermedio es por ello Colle {juega)
especialmente temido. 293
Aquí jugaron las negras sin presen-
tir nada l. ... , D4C+ y estuvieron
contentas de, finalmente, cambiar las
damas. No le pasó por la cabeza que
las blancas pudieran jugar otra cosa
que D X D+. Y tanto mayor fue su
terror cuando el blanco cogió el ca-
ballo y asestó un jaque intermedio
en 4C. 2. C4C+!! Después de PXC; 3.
TIT+ la dama negra está perdida.
Dr. Tartakower
{Torneo de maestros, San Remo, 1930)
Helling (juega)

292 Ellas jugaron l. ... , D7T + y ganaron


con ella. Finalmente, pero con una
defensa precisa de las blancas, sólo
hubieran debido hacer tablas. «En lu-
gar de eso pudieron, como ha descu-
bierto el maestro suizo Rivier, con 2
jaques intermedios, llevar el alfil a 4R
y entonces forzar el mate•: l. . ..,
A7T+!; 2. RIT, A4R+!; 3. RlC,
D7T+; 4. RIA, AXA!, seguido de
Schlage mate en 7A o en BT.
(Campeonato de Berlin, 1932)
¡Después se ve todo tan sencillo 1
El anhelo de alcanzar un final fa-
K. Richter {juega)
vorable empujó a las negras a la ju-
gada l. .. , C XC?; para a P X D seguir 294
con C X D. Pero esto no está claro:
si ahora la dama blanca pudiera es-
caparse, las negras perderían su dama
sin obtener la enemiga. «En esto se
basa el no muy lejano jaque inter-
medio» 2. AXP+!, después de RXA
(RlT oRlA, AXA+ y la dama blan-
ca llega al jaque); 3. D3A +, la dama
está salvada, mientras la dama negra
no tiene ayuda posible. K.
¡Así se puede sucumbir, pero no se (Berlín, 1931)
debería 1
(293) Las negras atacan con fuerza, la Si las negras cambian en seguida las
dama blanca está desplazada, pero está damas y juegan luego P7R, el blanco,
colocada en forma que las negras no con R2A, llega justo a tiempo de pa-
pueden jugar T X T, a causa de DBR + . rar los peones. Por ello, las negras

127
dan con l •.. . , A7T+ un jaque inter- importancia capital. Esto debe ser
medio, para apartar el rey. Después aclarado con algunos ejemplos de la
+
de 2. R X A (RlA, D3A 1) siguió práctica.
ahora,2•... , DXD; 3. TXD, P7R! y el
Raamussea.
peón corona.
296
295

Halvorsen (juega)
(Torneo nórdico, Niendorf, 1934)
Desconotidos los nombres de los jugadores
(juega el blanco) Aquí jugó el blanco l . A7T+, y es-
(Frankfurt a. M., 1950) peraba después de l. ... , RlT obtener
ventaja material con 2. DXA, pero
Las blancas tienen el esquema de
ahora las negras defendieron la TlAR
mate en la ga línea en cabeza, y ju-
con 2. . .._,; A2D. Como el blanco tiene
garon l. D X T(?) para si P X D con
2 piezas 'colgadas, tuvo que confor-
2. T8D + forzar el mate. ¡Y las negras
marse con ·,la ganancia de un peón
rindieron las armas! Entonces el jaque
(3. A X PR, R X A, etc.). En lugar de
intermedio l. ... , D8R + ! ! ; 2. T X D
l. A7T + hubiera empero l. D X A,
y sólo entonces P X D hubiese elimi-
P x A (la diferencia: se compromete
nado el peligro de mate, y las negras se
sólo una pieza blanca, y con A2D pue-
aseguraban un mejor final. La amenaza
de retirarse el A4A y el blanco con-
de mate era, pues, sólo un bluff. Las
serva la ventaja de la pieza!), y luego
jugadas intermedias son, pues, como
de 2. A7T+ ha ganado la calidad y
hemos visto, un campo muy propicio
afianzado con más seguridad el final.
para combinaciones; y sobre todo
ejercen una acción desmoralizadora Marohall
sobre el contrario, el cual la mayoría 297
de las veces no lo espera en absoluto.
Otra especialidad de la sucesión de
jugadas son la inversión o trasposi-
ción de jugadas en cuanto ejercen una
influencia decisiva sobre la combina-
ción. Aun cuando se tenga una idea
precisa y parezca indiferente el orden
y sucesión de las jugadas en su eje-
cución, se debe no obstante primer o
comprobarlo una vez más. Pues a me-
Alexander (juega)
nudo la inversión de jugadas es de (Torneo de maestros, Cambridge, 1928)

128
Así como en el n. 0 296, las blancas Siimioch
salieron bastante bien del apuro, en 298
el diagrama n.o 297 la inversión de
jugadas tuvo más serias consecuen-
cias. Las blancas concibieron el plan
preciso para conmover un bello doble
sacrificio la posición defensiva del con-
trario. El escogió para ello las jugadas
siguientes: l. T4A, PX T; 2. e4T, con
la intención después de P XC con
P X P abrir la columna CR y amenazar
un mate imparable. El sacrificio de ca- Grünfeld (juega)
ballo era necesario, pues a 2. P X P el (Torneo de maestros, Baden-Baden, 1925)
negro hubiera tenido la defensa P XC
Por el contrario la trasposición l.
que protege la casilla lCR. Pero las
P7D+ !, R2A (la diferencia: el rey no
negras dieron después de 2. C4T pri-
puede ir hacia 2C, pues el PD amenaza
mero el «jaque intermedio• 2. . .. ,
siempre entrar con jaque y las negras
P6A+!; impidiendo así la apertura de
no ganan tiempo alguno para C4AI),
la columna CR. Después de 3. C X P
y ahora 2. T8R! gana fácilmente.
no puede ciertamente jugar 3. . .. ,
PxC (a causa de 4. CSC!, PXC; Juegan ne¡rao
5. P6A! ), pero con 3•... , D2T! man- 298a
tiene prometedoras posibilidades de
defensa. Las blancas intentaron aún
4. ese, P A X C; 5. P6A, pero después
de C3R; 6. AXe, PXA su ataque fue
rechazado . • Con la sencilla inversión
l. e4T!, PXC; y sólo ahora 2. T4A!,
P X T; 3. P X P hubiese el blanco evi-
tado el jaque intermedio en 6AR, y
podido ganar sin esfuerzo,.
Un semejante trágico destino encon-
Nombres de los jugadores, desconocidos.
tró el conductor de las piezas blancas augado en un torneo juvenil inglés, 1950)
en el n. 0 298.
Las negras vieron que la combina-
El blanco estaba tan seguro de su
ción l. TXA+?; 2. DXT,
triunfo que jugó despreocupado l.
DXPT+, era errónea, pues 3. R6CI
T8R+, R2C!; 2. P7D, pero después defiende la dama. Por ello jugaron
de 2•... , T7C+; 3. RlT, e4A! expe- l. ... , R3D? y más tarde perdieron la
rimentó una cruel desilusión. ¿Cómo partida. Pero desde el punto de vista
debe evitar el mate en 6C? Pero tuvo psicológico es interesante que el negro
todavía suerte en la desgracia; con no tuvo en cuenta en su combinación
4. T8C + !, R2T! (las negras no pue- la sucesión invertida de movimientos.
den, a causa de P8D (D)+, ni tornar l. ... , DXPT+I; 2. DXD, TXA+;
la torre ni jugar R2A); 5. T8T+I y 3. R6C, TXD, que habría decidido
alcanzó justamente jaque continuo. inmediatamente 1

129
IV. De la A hasta la Z
Al considerar las combinaciones en ajedrez se puede caer en el peligro
de examinar cientos y miles, y perder el hilo de la cuestión. Esta sección
debe ofrecer por eso una vez más una pequeña ojea<la'_c?obre las variadísimas
posibilidades de nuestro hermoso juego. Que mucha's cÓsas conocidas se re-
petirán, ¿qué importa eso? Se grabarán tanto más fuertemente con facilidad,
y el subconsciente ajedrecístico se enriquece con una serie de ejemplos
típicos.
¡Ahora bien! ; ¡no confiemos sólo en la memoria 1 U na pequeña diferencia
en la posición puede crear hipótesis enteramente diversas. Lo hemos luego
demostrado repetidas veces. Los persas dicen que el ajedrez era «el juego
de las mil preocupaciones». Tienen razón, pero igualmente se podría afirtnar
que es «el juego de las mil alegrías•. Depende que sea el que pierde o el
que gana. Pero puede también suceder que un vencido goce con una com-
binación bella del contrario. Ante todo, lo importante es el amor a Caissa.

Desviaciones

Las piezas ligadas son impotentes y pueden ser desviadas por medios
drásticos.
299 300 301
Kempff

Erbis (juega) Christoph (juega) Teschner (juega)


(Stutt¡art, 1954) (Campeonato alemán juvenil, (Berlín, 1954)
Hamburgo, 1949)

299. l. A6A! aprovecha brillante- Primero la dama fue desviada y luego


mente la ligadura de las piezas negras. eliminada la pieza protectora.
El negro rindió las armas. 301. l. TSD! obliga al adversario a
la capitulación inmediata.
300. Aquí ganó un movimiento pa- Estudien Vds. estos •movimientos
recido l. A6A + !, y las negras se de desviación» con detenimiento. Per-
rindieron. ¿Por qué? A l. D XA tenecen al utillaje fundamental del
sigue 2. T x A+! seguido de mate. jugador combinativo.

130
Movimientos «dando paso»
Los esquemas que juego más a gusto son Jos de e descubierta•, dijo una
vez un aficionado.
303 . Desviación 304. Posición
302. Inesperado penetrante a retaguardia
Thormann, (jue¡a DID?) , V3Jl Steenis Rossollmo Oue¡¡;a)

Alfeis Szilagy (j uega ) Carro


(Hamburgo, 1949) ', Hungria-Holanda, Budapest, 1949) (La Coruña, 1951)

Analogías
Las •analogías• ofrecen comparaciones instructivas, aunque uAnálogo•
no es forzosamente «igual».

305 a 305 b 306 a


Smyolow (jue¡a) Rubinstein Franz (jue¡a)

Lundin T chigorin (j uega) Zirn&ibl


(Tom. intern., Groninga, 1946) (Lodz, 1906) (Colditz, 195~)

Las negras obtuvieron hubieran podido, igual que l. ... , P5R! ganó una
~on C7A+; RlC, C6T+ en esta partida (l. T7AR!) pieza. Compruebe Vd. có-
tablas. En Jugar de eso ganar con l. ... , T7AR! mo.

302. Después de l. .. ., DlD? se descubierta: l. A4C!, D X A; 2.


alejó el molesto A5R con una fuerte C X P+! Las negras rinden.
jugada 2. A6D! y las negras abando- 304. Aquí vemos el tema conocido
naron. de la «posición a retaguardia• prepa-
303. Las blancas apresaron la dama rado con hábiles jugadas. 1.
enemiga encerrándola en un jaque a la D8A + !; 2. R2T, D5A + 1; ahora la

131
306 b 307 a 307 b
Dr. Bobodevici (jue¡a) La.urine (jue¡a) Olafsson (jue¡a)

Reicher W erle Geir


(Bucarest, 1954) (Halmstad, 1951) (Reykjavík, 1953)
Las negras jugaron l •... , El negro j.ugó l. Y aquí siguieron a l. . .. ,
T4T? ; 2. DX T mate. Tam- DlR, porque él vio que l. PXP?; 2. DXPA+!! 2 tí-
bién aquí, sin embargo, l. .. . , D X A fracasa por 2. picas C()mbinaciones de .ga-
. . ., P SR!, hubiese ganado D7C+ 1! (2 ... . , AXD; 3. nancia de tiempo, en co-
una pieza, aunque con fun- T8D+ seguido de mate). nexión con apertura de
damento enteramente dis- ¡Elemental! líneas.
tinto (amena.za TIR-lC 1).

¿¡Bromas de Abril!?
¡Dios nos guarde! Tratamos de cosas s.erias.

308 309
N. N.
Izquierda:
Las blancas juegan
y ganan.

Derecha:
Las negras juegan y
fuerzan el mate.

1Increíble,
pero cierto 1
Ahues (juega) Nomhre del jugador desconocido,
(Dresden, 1907) según Kayser, Alkmar, 1953.
dama está detrás del caballo, y cuan- 305 a - 307 b. Ver texto de los
do éste juega dando jaque, se pierde diagramas.
la dama blanca; el meollo del asunto. 308. Una ligera ojeada a la posición
Las blancas abandonaron (3. RlC, y, el juicio es: ¡ganan negras! Pero
C6A+, y si 3. RlT, D8AR+ en úl- el blanco tiene una sorprendente com-
timo caso, ganando sólo la calidad. binación de mate a su disposición: l.
¡Pero esto ya es bastante!). A3T!, TXT; 2. D6T+!!, RXD; 3.

132
Sacrificios de dama
Los sacrificios de dama no representan nada para el saciado jugador de
ajedrez, que se regodea más con el bloqueo de un peón.

310 311 312


Lilocla Prof. Cud01o, ao coaanlta

Kliem (juega) Encela (Jaep)


(Berlín, 1953) (Simultán., Ribelrao Preto, 1949)

Ataques dobles
«Los ataques dobles• pesan mucho en ajedrez; ¡pesan precisamente el
doble!
313 314 315
W. E. Kunertb Sehifferdecker

Dr. Dünhaupt (juel!a) Samisch (juega)


(Campeonato alemán pOr cO· (Ma¡¡uncia, 11153)
rrespOnilencia, 1952/53)

ASA+ l y 1<. red de mate es completa, RIC, C6A + l ¡Abriendo líneas! 5.


como el lector ya experto comprobará PXC. O 5. RlT, C7A mate. S. ... ,
en seguida. TIC+; 6. RlT, C7A mate.
309. El blanco amenaza fuertemente. ¡Si no hay brujería ... 1
l. DxA+I, RxD; 2. C4C mate; pero 310. El peón pasado a punto de
el negro, juega antes así: l. . .. , transformarse en 7R, constituye el
T8R +! con el fin de desenmascarar trampolín de la combinación de mate
el A3T. 2. TXT, DXPA+ll Realmen- l. T8A + l, T X T; 2. D5R + l Sacrificio
te fantástico. 3. R X D, C.5D+; 4. de dama, para desviar la contraria y

13}
Desilusiones
¿ ¡Tablas 1? ¡Pérdida 1 ; ¿ ¡Ganancia 1? ¡Tablas 1 Esos son los caprichos
de Caissa.
317
IJrailovicl Ouec•>
Izquierda:
Las negras ofrecie-
ron tablas. ¿Hubiera
Vd. aceptado?

Derecha:
El negro quiso ga-
nar con l. ... , P6A.
¿Prosperó su
intento?
Raaeneocu
{Bucarest, 195~)

poder jugar 3. PXT(D) y mate. 2•... , conduce por 3. T3T+, R4C; 4. T3C+
C2C. Entonces se debe «simplemente• al mate. 3. A X P+! La punta. 3• . . .,
ganar. 3. DXD, T8A+. Solamente se RXA. O TXA; 4. T3T+. 4. T3C+!,
retrasa la coronación del peón. 4. RXC. La alternativa: 4 .... , RIA;
AXT, PXD; S. A3T. También 5. P6C, 5. T8C mate. 5. T6C mate. ¡Bella po-
amenazando ASC ganaba; por ejem- sición de mate con el mínimo material!
plo, 5.... , P3TD; 6. AXPI S• ... , 313. Un «tloble jaque doble~ es raro
RlC; 6. A6R + 1, las negras abandona- en una partida, pero aquí conduce a
ron (6 .... , CXA; 7. P8R(D)+. 6.... , un mate digno de verse: l. D X P + 1,
RlT; 7. A7A, etc.). Muy elegante. C X D; 2. A6A +! ¡Primer jaque do-
311. l. D X Cl es fácil de ver, por- ble! 2•. .. , R3T. Si RIA; 3. T8D
que después de l. ... , P x D; 2. Ax P+ mate. 3. A7C +! ¡Segundo jaque do-
se presenta un conocido esquema de ble! 3•... , R4T; 4. T6T mate. Un
mate. Pero el negro contestó: l. ... , admirable «carrouseh.
PSR+; ¿y ahora qué? 2. RIT7 lleva 314. El A7R es «el que lo estropea•;
al mate con D X P. Pero todavía 2. si no estuviese, las blancas darían ma-
R2C! da la victoria al blanco, ya que te con D X P +. l. A8D! es la jugada
la obstrucción de la columna de CR clave, con la cual el blanco amenaza,
es sólo pasajera. 2.... , P3T. Caso de no sólo DxP+, sino también DxT.
2.... , P'xD; pues 3. AXP-!-, RlC; ¡Verdaderamente un notable doble
4. Rl T + igual que en la partida. ataque! (Según «El Ajedrez por co-
3. DXPT+!, PXD; 4. A6A+, RlC; rrespondencia>.)
S. RlT+. Las negras abandonaron. 31S. También aquí se ve el modo
Las blancas calcularon bien. excelente como las negras crean 2 de-
312. l. D7T + l encierra al rey ne- bilidades en el campo blanco. A l.
gro .en un jaque doble, y en una P6D? (lo córrecto es P X P 1) el negro
indestructible red de mate: l. . .. , no jugó DSC+, con lo cual el rey
RXD; 2. C6A+, RlT. Si 2.... , RXA blanco huye por 2D, sino que creó

134
Relámpagos mentales
Brilla un relámpago e ilumina la •oscura lucha », como muchos jugadores
llaman al juego de combinación.

319 320
P..:lalau Dr.Baa

Biiiik (jueca) ZwetcoH (juega) S:rabó (juecal


(Eotocolmo, 1946) (Hilvenum, 1947) (Budapest, 1947)

Exigencias penosas para las piezas recargadas.


321 322
CoUett Becker

Hult (juega) Sthalberg (jue¡a) Hjorth


(Estocolmo, 1946) (Buenos Aires, 1944) (Motata, 1946)

Las fuerzas directices de los movimientos elegantes de dama.


con un cprevio plan• además de la jugadas: l. 1>'7A+!, R X P; 2. D6C!
debilidad blanca en la columna CR, amenazando mate imparable con 3.
otra todavía en 5AD. l. ... , TID- P3C (por ejemplo, 2 . .. ., D4R+; 3.
IC+!; 2. RIT, T8C+I; 3. RXT, P3C, D XP+; 4. PXD mate). Claro,
DIC+I; 4. RIA, D5A+I La clave. Se el rey en el borde ...
impide ahora la huida del rey (5. 317. Aquí están ambos reyes apri-
RlR, D7R mate). Las blancas se rin· sionados, pero es comprensible que
dieron. las negras, con sus 2 peones pasados,
316. Las blancas rechazaron la ofer- quiera ganar l. .. ., P6A. Sería muy
ta y anunciaron en su lugar mate en 4 malo l. ... , D4A? ; 2. D6AI y 3.

135
Manjares apetitosos
Cuando los malos espíritus quieran engañarte, no les sigas.

32-4 325 326


Grodaer Storch (Jaecal Mtlhriq

Tueraier (juega) KUDZe Szabó (jue¡a)


(CharleYil1e, 19SZ) (Camp. JuyeniJ, DDR, 19Sl) (Tom. iDtera., Zaadwoort, 1946)

Ratoneras
Aquí se ve cómo tres damas caen en una emboscada.

327 328
Tholllptoll Naldorf

GladwiD (Jae¡a) Res~hewsky (juega) Dooaer (Juega)


(Lolldret, 19SO) (Oiimp. ajedrez, Helslnki, 19SZ) (Torneo zonal, Manlch, 1954)
l. A3T!, D X PT? l. C2RI, AxPC? l. T6.'.1, D8T?

P5C+ decide. Tampoco da nada l. 323. l. ... , D6R! ¡Relámpagos y true-


. .. , D6AR; 2. PSC+, R2C; el blanco nos y encendidos rayos 1
uuede obtener tablas con 3. D8C+! 3 24. La T7 A se ofrece en apariencia
2. D6A!, D5C; 3. D4A+!, DXD. ¡Ta- a la clavada mediante l. AlC? pero
blas! El blanco hizo del defecto (el demuestra ser un cabo bien preparado
rey en el borde) una virtud. Pero esto (lo correcto era l. AxP+I, RXA;
ocurre raras veces. 2. TxP, etc.) l ...., PST+; 2. R4C,
Y ahora los relámpagos mentales P4A + 1 ¡Desclavada ganando tiempo 1
:>iS-323: 318. l. DSRI. 319. DXTI 3. T X P, T7C mate, Quién tiene la
320. DSR! 321. l. DSCI 3U l. Dllt+1 culpa ...

136
Observaciones sobre el borde
En el borde del tablero tienen lugar muchas tragedias.

330 331 332


A~oY Harrlaou N . N.

s~maa~n o-·>
(Moscú, 1!149)
Louchraa (jae¡a)
(Victoria, 1916)
D r. E . Cortlever (jne¡. blaaca1)
íHolauda, 1941)

333 334 335


M llliol

Bonham (jae¡a) Augaatln (j uega) W achtel (jae¡a)


(Hasti.u¡s, 1935) (De Soumen Shakld, 1954) (Polonia, 1953)

325. Con A x.P las blancas echaron mos: l. D8C+ !?, l. C5A! ganaba fá-
el alfil como golosina. Que T3 XA ? cilmente l . . .., R2A? Pues ahora las
fracasaba por T.x T seguido eventual- negras podían defenderse mejor con
mente de D8R +, lo vieron las negras. l. .. , TlD (2. C6D+, Dxel); 2.
Pero creyeron que podían tomar con D X T, TID; 3. D7T, A4A « . . . ganando
la otra torre, pero cayeron como la dama », pensó el negro. Pero no
víctimas en un conocido mate de aho- había en absoluto visto la contracom-
binación siguiente 4. e se+!, PA XC;
go. l. . .., TIA XA?; 2. D8R + , TIA;
5. T7R +. Así, de cuando en cuando,
3. DXT+I, TXD; 4. TXT mate.
se ve uno preso en sus propias redes.
326. Las negras han ofrecido como 327. l. A3T. Amable invitación para
cebo la TITR, porque esperan atrapar tomar el P4T. l. . .. , D X PT? Acep-
la dama enemiga. Pero eso fue una tado. 2. A2CI ¡Ay de mil La ratonera
vez más la golosina que el blanco se cerró . . . el negro abandonó.
lanzó al negro. Véanlo ustedes mis- 328. Hasta los grandes maestros

137
Puntos de intersección
Muy conocidos en problemas, raros en la partida, pero siempre gustan.

336 337
M andel I.esandrowitsch (jue&a)
Izquierda
El blanco, sin fi-
jarse, juega
T5A-1A.

Derecha
Igualmente ha ju-
gado despreocupa-
do D2C-4C.
Y el negro!?
Hallbauer (juega) Jurgschat
(Berlín, 1952) (Berlín, 1948)

caen en la trampa. l. C2RI entrega el negra en se se quedó contemplando ...


peón 2CD. Como ya se ha expuesto 331. Las blancas perdieron este jue-
con frecuencia, no se debe tomar el go, perq. hubieran podido ganar con
P2CD (o 7CD). Pero Najdorf, a pesar ,, obra desconcertante de
una m a 'nj
de ello, lo hizo. l •... , A X PC?; 2. Zugzwang l. D6A!, D6T (el negro no
TXA!, DXT; 3. C3A! De nuevo una puede can:ipiar ni permitir que le
dama capturada. Siguió aún. 3. . .. , cambien. También l. ... , DSA pierde:
P6T; 4. TIC, C2D-4A; 5. TXD, PXT; 2. R2C, PSD; 3. D X PR, PSC; 4.
6. C4C, C5T; 7. CIC, A2D'; 8. C3D, D6A+, D4C; 5. P4A!, etc.) 2. D7A!,
P4CD; 9. PXP, PXP; 10. CXP y las P5D; 3. D8A!, P6D; 4. D4C+I La
negras abandonaron. clave. 4•... , P5C; 5. D7R mate. ¡Un
329. l. T6A! ¡Por favor, entre usted análisis muy bello!
al fondo! l. ... , D8T? ¡Muchas gracias! 332.. Casi igualmente es increíble
2. T3A! ¡Ya está! El negro abandonó. que el blanco gane en esta posición
¡En el ajedrez se permite todo, hasta de un modo regular y sin apuros. l.
los pensamientos emboscados! D7R +, D4C. Si l. ... , P4C pues 2.
330. l. D5R!, R4T? El blanco ame- DlR+! 2. D4R+, D5C; 3. D3RI!
nazaba 2. D7C+, R4T; 3. DxPT+, Zugzwang para las negras, que tienen
D3T; 4. D7R! pero se hu.biese defen- que elegir entre mate o pérdida de
dido mejor con l. . .. , D4T! (amena- dama. ¡Un hallazgo raro 1
zando mate en 8T); 2. T8TR!, P3T. Ca- 333. l. T6CxP? o l. T7AXP?
so de 2... . , R3T; pues 3. D7A! y si 2. conduce después de l. ... , D X PC +!
... , D3T; 3. D7R! 3. TXP+! Un ele- al empate. Pero lo que realmente jugó
gante remate. 3. .. ., DXT (RXT; 4. el blanco fue toda vía peor: l. T8A +,
D8T mate); 4. D2R+, R4C; 5. D7R+! R2T; 2. P6A?? Esta jugada debió ser
Las negras abandonaron (RSC; 6. cuidadosamente preparad a 2•... ,
P3A+, R4T; 7. D4T mate). La torre D4D+; 3. T5C. (O 3. PSC, D6A ma-

138
Momentos de pánico
Maniobras impulsivas al primer pánico hacen perder medio punto y a ve-
ces uno.
338 339
Fiad Pfeiffer (jue¡¡a)
Izquierda
El negro se espan-
tó, sin motivo
de l. ASA.

Derecha
El blanco, conten-
to con tablas, que
le ofrecieron.
Pero ...
Teschner (jnega) Siimisch
(Doberan, 1948) (Campeonato de Alemania,
Bad Pyrmont, 1949)

te). 3•.. ., P3C mate! ¡Un bonito mate esto sólo con 2. DSA+, TIC; 3.
de clavada! DXT+, RXD; 4. TXA pero también
334. Un ejemplo parecido, pero aquí así perdieron rápidamente 4•. . .,
la jugada P6A es de fuerza decisiva. D5R+; 5. T2C+, RIA; 6. AIC, D6A;
l. P6A!, R2T. Para impedir R6C, que 7. A2A, D6TD, etc. «Original» dicen
por ejemplo, l. ... , PXP habría ga- bien los amigos de problemas a la
nado. También l. ... , D X P no ofrece idea generadora.
promesa alguna. Con la jugada tex- 337. Aquí hubiera la jugada de in-
tual, las negras tienen todavía un tersección l. ... , C4A-6C+!! decidido
arranque original que el blanco con- con elegancia, por ejemplo: 2. A XC,
testa de manera no menos original. DxD, y si 2. Tx C, C7A+, etc. Las
2. P7A, D4R+(!); 3. P5C! (3. DxD?, negras jugaron, sin embargo, y no
P3C mate!), 3.... , DXD; 4. P8A(C)+! con inenos belleza l. .. ., C X A(!); 2.
¡El contraataque! 4.... , RIC; 5. C X D DXC (2. DxD?, C7A mate!) 2.... ,
y el negro abandonó. DXC+; 3. T2C, PXP; 4. PXP (for-
335. Después de l. T5R!! se vio el zado), 4.... , C7A+; 5. RIC, C6T+;
rey negro aprisionado en el borde, 6. RIT, D8A + y el blanco abandonó.
enredado en una inextricable red de También una solución; no obstante,
mate (¡por favor, compruébelo!) Tan lógicamente l. ... , C4A-6C+ pudiera
sólo la jugada inútil l. .. ., T4C pudo merecer la preferencia.
proporcionarle un momento pequeño 338. La jugada que desenmascara
de respiro. l. ASA!? produjo en el negro tal pá-
336.• Después de l. TIA? siguió a nico, que jugó l. ... , T X A? y después
modo de problema la jugada de cruce de 2. T8T+! fue puesto mate (2 .... ,
l. ..., A7 A!! para ganar, si con 2. AX.T; 3. D6T). Lo correcto era, sin
T X A con D8C mate y si 2. A X.A con embargo, la inaprensible l. .. ., AXT!;
D5R +. Las blancas pudieron parar 2. D6T, A3A! bien se ve que las ne-

139
Escapadas de caballo
Quien no aprecia el caballo, no conoce el ajedrez.
340 341 342
Ktllua Woocl lkoAttela

Nleoslbeck (Jaep) Newman Ouesa) Barcp O~~e~al


(Maalcb, 1946) (Loadres, 1!146) (Moscú, 1!14!1)

Prolongaciones
¿Cómo se puede prolongar la efectividad de una pieza? He aquí alguno¡
atisbos.
343 344 345
Nlelsb

.__ue (Jaep) Scbulz Crausber& (Jaep)


(Brilaeles, 1!151) (Eacaeutro por equipos, (Copeabape, 1!153)
Prenzlaa, 1!1!4)
El . escondrijo s e g u r o Mate con la torre en Doble ataque al caballo
8TRI? 8Al7 en 2017
Pero ¿cómo?

gras no pueden tomar por el momento Samisch respira aliviado. El cree, que
el ASA, pero el blanco no puede tam- 'u adversario tiene tablas por jaque
poco reforzar el ataque. Y el blanco perpetuo, . porque el rey blanco no
con l. ... , RXA; 2. T8T+, AXT; puede ocupar la· casilla lT(?). Enton-
3. TxA+, R2C; 4. D6T+, R3A hasta ces las negra~ aprovechando el mo-
está en dificultad. mento psicolócico v:m y ofrecen ta·
33!J. El control <ie tiempo ya pasó, y blu. Samisch todavía lajo la impre-

140
Transformaciones
Desaparece una dama, una nueva surge; el usual truco del peón.
346 347
H. Io•t Oaeta) Staldi (jue¡¡a)
En la izquierda se
salvó el negro por
una combinación
de metamorfosis.

En la derecha, sin
embargo la idea se-
mejante del blan-
co se demostró
como bluff.
N. N. Ronú
(Giauchau, l!IS2) (Camp. de Italia, Trieste, 11154)

sión emocional del apuro de tiempo, co a un ataque. Pero el «prudente


considera la partida empatada y acep- Hans» redujo el plan a la nada. 4•... ,
ta. Así que podía después de 40. TXA+; 5. R2R, C5D+; 6. R2D,
A4R +; 41. RlC, A5D + con 42. C6C+! y las blancas abandonaron.
RlT! ganar fácilmente T8R+; 43 . 343. l. C5A+?, RlTI Por esto l.
R2T, A4R+; 44. P3C, y si 43. PST(D) +! prolonga la línea de la
A8C +; 44. R3C, T8R-6R +; 45. R4C Tl TR. l. ... , T X D. Bonitamente se
y todo pasó, pues a T6R-5R+ tiene d e e i d e con l. ... , -R x P; así 2.
lugar sencillamente 46. D X T! CXA+!, RlC; 3. CXP mate. 2.
340. l. C4A! introduce una intere- C5A+, RlC; 3. TXT+, RXT; 4.
sante danza del caballo: l •... , DXT; D6T+, RlC; 5. D7C mate. «¡El sacri-
2. C6C+, R2T; 3. CSA+, RlT; 4. ficio del peón protector!• (¡el P71
D7T+!, CXD; 5. C6C mate. ¡Mate protegía solamente al rey negro 1).
semiahogado! 344. ¿Cómo llega una torre negra
341. ¿Cómo llega el caballo blanco a 8A? Un pequeño arranque, y algo
a 7R, para amenazar imparablemente de engaño: l. .. ., TXP!?; 2. TXT?
D8C mate? l. C7D!, D4A. Otras juga- El blanco no ve la «prolongación»,
das cuestan la dama 2. CSA+, RlC; 2. C6C + l ganaba, ya que o toma la
3. C6C+, R2T; 4. C7RI ¡Ya se alcan- TBA con jaque o una de las torres
zó! Una típica maniobra. negras queda clavada. 2. ... , Dx.C;
342. Al intento de liberación l. D4R permite 3. T X.T. 2.... , DSA +! Esto
siguió bonitamente l •... , C X PD!; 2. aumenta la eficacia de la torre. 3.
DXD, CXCI con PxD; 3. RlA el TXD, TXT mate. Curioso, ¿no es
negro hubiese ganado solamente un cierto? (Comunicado por G. Graubig).
peón. Pero con esto, la actividad del 345. El P3R protege el C2D contra
caballo no estaba aún agotada. 3. RlA, la dama blanca. Después de l. T X PR!,
C7 A+; 4. AlA. La torre negra debe D X T es reemplazado por la dama ne-
tomar y con ello exponer al rey blan- gra, pero la colega blanca avizora con

141
Jugadas intermedias
¡Con éstas se deja uno engañar bien, pero de vez en cuando también se
gana!
348 349 350
Th. Sc:Joaotcr Home Oueaal Kaako (jaep)

B1lrllltela (jaep) A. R. B. Thomao Raataaea


(Tomeo lal4fUclonal, (Torneo de Nárid•d,
Sabomaulore, 1951) tla,.,
a .. 1948)
(He!Jiaki, 1951)

sus rayos X hacia el caballo negro: gada textual sigue la segunda clave de
2. TXC+I Siguió aún 2.... , R3A; la sorprendente combinación. 2. . .. ,
3. DXP+, R4A; 4. T7A+, DXT; DXPC!! El blanco abandonó 3. TXD,
5. DXD+, AJA; 6. P4C+, R4R; 7. T X D no tien·~ ya esperanzas.
A2C +, PSD; 8. P4A +, y las negras 347. Y aquí abandonaron las negras
abandonaron. Confiando en el posible ( 1con torre de m~s!) trastornadas por
aument9 de eficacia de la dama re- el sacrificio de dama en 7T. Pero tu-
nunció el blanco a retomar en 3A. vieron que permitir que Napolitano
También una jugada intermedia. les dijese que con la flemática l. ...,
3.46, Las blancas amenazan DSA + R X D; 2. P8A(D)+, R3C!; 3. T7C +
seguido de DSAR mate; en cambio (3. D XT, TBA+ ; 4. R2'l, D5A+,
no sirve l. ... , TX.D; porque 2. etcétera). 3•. . ., R3T!! hubiesen po-
PSC(D) + conduce al mismo mate. dido ganar. La dama blanca está de
Pudo bien el negro jugar l. ..., R2C, tal modo, que un jaque a la descu-
pero entonces el blanco con 2. D x T, bierta de la (T7C) no da nada.
A X D; 3. PSC(D) le obliga al jaque 348. La dama blanca está atacada,
continuo con D5R+; 4. R3T, D4A+ ; pero con la jugada intermedia l. C3A
5. R2C, et.;. Entonces tuvo el negro creyó el blanco poder iniciar un con-
el weciso arranque de llevar la DBR traataque favorable. Pero con gran
hacia 8TR con tiempo (y una pequeña sorpresa , las negras contestaron, sin
treta) de entrar en BCD, para poder embargo, con una jugada intermedia:
tomar la dama blanca l .... , D8TR+II; l .... , A6C+I Siguió 2. RlT. Si 2.
2. R3T. 2. R X D, PBC(D)+; 3. R2C, R XA, pues D3C+; 3. R2T, TXDI
T x D y se realizó la idea esbozada. y la T2C está clavada; con 3. R3A
Las blancas pudieron jugar bieiJ 4. vendría primero un posterior jaque in-
P8C(D)+, DXD; 5. CxD, pero que- termedio en 4T. Un lindo mate pro-
u:;ban con un final perdido. A la ju- dúcese con 2. RlC, TxD; 3. CxD,

142
TBD 1 mate. 2. . .. , D6AI! El u movi- 2.... , AXC+! Abandonan, pues la
miento intermedio• culminante. Caso dama blanca queda indefensa.
ahora de 3. DxT, pues DBA+; 4. 350. Fundamental es también este
TIC, DxP+ seguido de mate. Un remate. Después de l. . .. , A7A; 2.
fino ejemplo. T2D'? (algo mejor 2. A2D) no conduce
349. Ya hemos hecho resaltar que a nada 2.... , DSR+, a causa de 3.
una pieza defensora puede ser eli- ClC. Pero el jaque intermedio 2.... ,
minada mediante una inesperada ju- D5T+! obliga al rey blanco a ir pri-
gada intermedia. Aquí tenemos otra mero hacia lC (3. RlC) y ahora da
vez un ejemplo penetrante. La última mate con 3.... , D8R!
jugada de las blancas l. C4D7 la cas- La técnica de las j u g a d a s inter-
tiga el negro con l. ... , C6A + !; 2. medias es un elemento básico de la
PXC? Con 2. RlT, CxC! por lo me- lucha ajedrecística, esto nunca será
nos el blanco sólo pierde una pieza. bastante repetido.

Los maestros

Un hombre está sentado ahí, melancólico y soñoliento.


Otro domita enfrente de él,
no hablan, se miran huraños y en silencio.
Dios mío, tú piensas, los dos son tontos.
Uno de ellos gruñe, como de pasada
y muy despacio: Torre 6AD-2AD.
El otro se despierta poco a poco refunfuñando.
Dama 6TD-6CR. ¡Jaque!
El primero, ya encalmada, mira ante sí y reflexiona.
Entonces de repente, lleno de asombro,
suspira sólo una palabrita; ¡mate!
Y los que tú tuviste por espíritus inferiores
¡Reconoces ahora que son grandes maestros!
Eugenio Roth.

143
Las más grandes ideas pueden
producir admiración o risa.
Todo el mundo conoce cómo se debe
hacer, pero nadie puede hacerlo.
(Grillparzer)

V. Deticiencias humanas
Un coloquio final sobre faltas y errores al combinar

. . . ¡Pero nadie puede hacerlo 1 Pa- Después (considere usted esto bien)
labra dura para un ajedrecista. Pero se ve como muy comprensible, lo que
el autor de este librito confía que, era antes un libro con siete sellos.
finalmente, •podrá hacer mucho». Se- O, como Fr. Rückert expresaba esto:
gún el Dr. Tartakower, los siete males • ¡Lo más inesperado, cuando aparece,
hereditarios del ajedrez son: super- se ve finalmente como si no pudiera
ficialidad, voracidad, temor, inconse- ser de otro modo 1•
cuencia, despilfarro .de tiempo, cerra-
Pero en ,~! ajedrez no se hace nada
zón y espíritu pacífico. Consideren
sin falta, y !19 crea usted que, en cam-
ustedes por favor, los ejemplos pre-
bio, no la habría cometido usted. Son-
sentados ahora bajo este especial pun-
ría comprensivamente sobre los ye-
to de vista y busquen ustedes mismos
cómo evitar esas faltas. El peor gu- rros que hacen los otros. Pues: •Se
sano: « ¡El pensamiento asesino de la puede desear llegar a viejo para ser
duda!», decía Heinrich Reine. Quien más benóvolo. N o veo cometer falta
no confía en sus propias jugadas, haría alguna, que yo no hubiera también
mejor en abandonar en seguida; asi- cometido• (Goethe).
mismo quien sólo cuenta consigo. Se Y para terminar, un consejo pica-
debe en cada caso tener en cuenta el resco: ¡Si usted hace faltas, por favor,
plan del contrario, bu~car el funda- no realice dos veces la misma, sino
mento de sus intenciones, anticipársele mejor una nueva 1
y sólo entonces planear lo propio. ¡Y
lo que es más importante: ¡reconocer
las oportunidades que se presenten y El empate en todo torneo
aprovecharlas!
«La diosa oportunidad tiene los ca- Esto es en verdad algo exagerado,
bellos en la frente, detrás de la cabeza pero es sorprendente, pues, la relativa
es calva; si se la apresa en la parte frecuencia de las combinaciones de
delantera, se la puede retener; pero tablas. Así se llegó también en el en-
si se la deja escapar, ni el mismo Jú- cuentro URSS-Yugoslavia, hasta entre
piter está en situación de atraparla» grandes maestros, a un uempate en-
(Fedro. Año 40 d. C.). gañoso». La posición era:

144
IYkov Pateroou (juep)

351 352

Bannik (juega) Friedmanu

Las blancas podían con sencillez, Una maniobra elemental se produjo


metódicamente quizá con l. D4C!, en la partida Dirnitroff-Spindroff del
D2C; 2. P3A, poco a poco ganar. Pero campeonato de Bulgaria 1961: RSCR,
la seducción de constituir tres peones TITD- R2CR, T3TD, P4TD y P3CR.
pasados y ligados, fue demasiado fuer- Un avance precipitado (l. ... , P5T??)
te y así tuvo lugar l. A X P?, que tuvo destruyó las posibilidades negras de
a continuación la brillante e inespe- triunfo. 2. TXP!, TXT. ¡Tablas! Con
rada respuesta l. ... , C5A!! Ahora el la manio bra prudente, l. ... , R2A; 2.
buen consejo es caro para el blanco; TI A+, R2R! , etc., era fácil asegu-
pues si defiende la casilla 1R con rarse el triunfo.
2. DlC, el negro con C7R + seguido Un niño mimado de Cai"ssa en este
de C X PA tiene fuerte contrajuego. sentido es el maestro húngaro Lengyel.
Por eso mordió el blanco la manzana Mientras muchos jugadores de ajedrez
agria y jugó 2. A x C tras lo cual, el esperan largos años para tener una tal
final nulo por tablas forzadas era una probabilidad y quizás nunca sucede,
r e a 1 i d a d : 2. . .. , DSR + ; 3. R2C, ¡brilló para Lengyel en corto tiempo
DST+!; 4. R3C, D6T+; 5. RXD. 2 veces el sol del empate!
Tablas. ¡Algo así siempre es agradable!
En el campeonato libre de Sudáfri- Lcugyel
ca, en Johannesburgo, 1962, ocurrió el
siguiente caso divertido: 353
(352) Las negras creían ganar sin es-
fuerzo con l. ... , P3T?, pero se enga-
ñaron vergonzosamente. 2. DXP+!!,
R X D. (Si el negro no torna la ganancia
está del todo estropeado tras la pérdi-
da del PTR; la dama blanca se retira.
corno lo mejor, a lAD.) 3. P5C+,
R2C. Tablas. ¡Las creaciones de empa-
te pertenecen siempre a las golosinas
de la literatura ajedrecística!, se dijo Portiscb (juega)
entonces. ¿Quién querría discutirlo? (Torneo de Málaga, 1964)

145
¡ •Tres contra uno• en final de da- D7D+ 1, y si 6. RlR, P7D+, etc.);
mas, no hay duda que ganan blancas 1 6... ., D5D+! Tablas.
Pero, no después de l. P4A??, pues· ¡Vaya una ta blería 1
ahora el negro con l • .. ., D5C+I; 2.
R6T, D4C+! (realmente aquí ya bas- Movimientos «falsos»
taba con 2 . .. . , D5T+; 3. D5T, D3A+,
«Falsos • son entre los movimientos
etcétera, para tablas) fuerza un bonito
aquellos en contraposición a los bue-
empate.
nos. Según las reglas, son ciertamente
De manera divertida se tuvo que (y por desgracia) en general admisibles.
enfrentar Lengyel poco después con « ¡Si fuera la mitad de fácil el hecho
otro final de damas, con la misma di- que el pensamiento, tendríamos un
ferencia de material. mundo lleno de obras maestras! " Pero
eso sería nuevamente aburrido. Por
Lengyel eso nos recreamos con las faltas de
354 «los otros » a pesar de Schopenhauer.
¡Sentir envidia es humano; gozar
la alegría del daño, diabólico 1 •

El paso en falso del rey.


Lengyel
355

Matanovic (juega)
(Encuentro Yugoslavia..Hungría,
Budapesl, 1964)

l. D6R + (?) fue una jugada ilógica ,


pues con ella se abandona la domi-
nación de la importante diagonal 8CD-
Varadi
2TR. (G. Barcza presenta como co- (Budapest, 1962)
rrecta l. P6A, R3C; 2. P4T.) Siguió
l. . . . , RlA; 2. P6A? (Las blancas de- Del jaque en 5A el rey blanco
bieron, con 2. D6D+ o 2. D5R, en- acaba de refugiarse en el puerto 6C
trar de nuevo en posesión de la dia- (que él creía seguro), aunque lo co-
gonal. Ahora logra el húngaro, a to- rrecto era R5R. Puesto que las blan-
das luces experto en materia de em- cas amenazan mate, calcularon sin sor-
pate, una ingeniosa treta.) 2. . .. , presa alguna que precisamente el ne-
DSA+; 3. RlC, D8AD+; 4. R2A, gro se había obstaculizado el mate con
D5A +; 5. R2R (si 5. RlR, pues D6T-2T. Pero esta reflexión llevó a
D6C+; 6. RlD, D6D+ ; 7. RlA, las negras al conocimiento de que la
DSA+ , etc.; el P2C cae con jaque, lo T4T no les servía para nada («estor-
que asegura sin esfuerzo las tablas). baba»), y de ahí al magnífico movi-
5 . ... , P6D+!; 6. RXP (o 6. RlD, miento l. . . . , T5R!! no había más

146
que un pequeño paso. Las blancas Jenik (jne&a)
abandonaron, puesto que para defen- 357
derse del mate debe entregar la dama,
lo que les dejaría sin posibilidad al-
guna.

Dos damas desiguales


J. Loikkanen (jUI!JI&)

356

K. H. Boese
(Partida por correspondencia, 1962 / 63)

Las negras esperaban poder dismi-


nuir la presión de la posición blanca
con la combinación l •... , T8T +; 2.
R2A, TSAR(?) +, pues ellas creían no
podían t omar la torre a causa de la
H. Westerinen
pérdida de la dama mediante ASA+.
(Campeonato de Finlandia, Helsinki, 1963) pero per dió el habla cuando no obs-
tante 3. RXT, ASA+ siguió el «en-
El último movimiento de las blan- fados o" movimiento 4. A3D!! que en
cas (¡sabio 1) ASD-6A tiene un doble cierto mod o descubre yendo «hacia
aspecto: por un lado, entorpece el atrás» a la torre 4A. Después de 4•. .. ,
ataque de las negras, por otro plantea A X A+; 5. R2A, DXD (otra cosa es
una astuta trampa! El negro cayó en igua lmente ahora sin esperanza) 6.
ella. l. . .., D6T? (él quería mantener TS A, mate. Así llegóse de una ~nan­
el ataque, pero en lugar de ello debió cia «de dama» a un mate del rey 1
terminarlo: l. ... , D X P+; 2. DxD, A veces, sin embargo, el engaño
A X D+; 3. RXA, TSA + , seguido de tiene su erte, porque el engañado ex-
T X A y probable empate). Siguió un pe rimentó el segundo del pánico.
final de mate desconcertante : 2.
DXT+!, RXD; 3. T8D+, R2R; 4, Hoffmann (juega)
T8R mate. ¡Las negras habían alcan- 35 8
zado el objetivo de mate, ciertamente
con signo contrario 1

El engañador engañado

Nada produce mayor placer que en-


gañar al que nos quiere engañar (Ram-
ler). También Goethe expresó esto pa-
recidamente: ¡Domina esta mentira 1
Hottes
Engañador, engañado. ¡Vamos, pues 1 (Heilbronn, 1964)

147
El último movimiento blanco C3A- gro cayó realmente dentro, y después
5CR inició una combinación errónea de l. . . ., AXP; 2. C4T! de lo alto del
l ...., AXA; 2. CXPA? (con jugadas cielo; él tiene, pues, que perder una
intermedias se puede engañar bien, pieza, juegue como quiera. Lleno de
pero esta vez se trata de un engaño ira continuó con 2•... , C6C y perdió
propio!), 2 • .. ., D3C? (¡Caramba! ¿Por ahora las dos en seguida 3. D X A+
qué no sencillamente 2. . .. , A X D; y el negro abandonó. No mueva Vd.
3. CXD, TXC con pieza de más para por favor, la cabeza, porque el negro la
el negro? Porque tendría lugar no 3. perdió; quizás le suceda alguna vez
CXD??, sino 3. C6D!! mate). 3. a Vd. (No 1? ¡Tanto mejor!)
D X A, 0-0; 4. P6D, T XC; 5. D4A
y el blanco ganó finalmente.
En cambio, de modo inesperado, ccCeguera ajedrecística»
después de l. . . . , AXA; 2. CXPA
el enroque corto 2 .... , 0-0!! hubiese era ya en tiempos de Tarrasch
dejado con ventaja material a las ne- una enfermedad muy extendida. Tam-
gras, como Vd. puede comprobar fácil- poco los maestros actuales están in-
mente (3. CXD, TXT+, etc.) ¡Ah!, munes contra ella.
dijo un aficionado a quien mostrába-
mos la posición, uVd. no puede en- Un error craso
rocar•, indicando el caballo en 7A.
Se ve una vez más el deficiente co- " Lengyel (juega)
nocimiento de las reglas. 360

La doble pérdida
Gat
359

Darga
(Torneo internacional, Amsterdam, 1964)

Para su comprensión se debe anti-


cipar que Kla us Darga estaba mani-
Cohen (juega)
fiestamente fatigado por una laboriosa
{Ailentown, 1962) defensa. Las negras debían ahora jugar
l. ..., AXP+; 2. C3C e intentar ga-
En vista de las amenazas del negro nar el final, lo que en modo alguno
en el ala de rey, jugaron las blancas podía ser fácil. En lugar de esto Leng-
l. A3A, ofreciendo al mismo tiempo yel quiso el remate rápido, y se le
como cebo el P4AD. (¡Reconoce, oh ocurrió una idea «genial». l. ... ,
ajedrecista, cómo eres un ser lleno de T3R XC+??, y Darga, que esperaba
mentira, engaño y trastienda!) El ne- ya desde hacía algunas jugadas un

148
golpe mortal, se resignó a su destino la dama a causa de T8R mate y 2.
y rindió las armas. El vio solamente TlD fracasa sen e ill a m ente por
2. TXT, A X P+; 3. R2C(??), TXT + , T X T+; 3. R x T, DBA+; 4. R2D,
quedando el negro con alfil de más; D X T , etc. No cabe duda que Porath
pero ninguno de ambos jugadores re- con este ingenioso remate de juego
marcó que al rey blanco (después de se hi zo not ori o en los textos didác-
2. T X T, AXP+) también le queda ticos y tratad os.
aún la casilla 3R a su disposición!
Entonces hubiera el blanco tenido la La horquilla del caballo
calidad de más y ganado fácilmente. Benko (jue¡a)
El gran maestro Bronstein explica 362
este caso singular como sigue: «Como
nada menos que dos torres negras ha-
bía en la columna de rey, no le pasó
al blanco la idea que él, un poco más
tarde, pudiera ir con su rey hacia 3R.
Si Darga, en cambio, hubiera ya ju-
gado TXT y esperado AXP+, en-
tonces no se le hubiera, seguramente,
escapado esta posibilidad•.
Tal
El gran maestro sorprendido (Torneo lnterzonal, Amsterdam, 1964)
Porath (jue¡a)
En lugar de ofrecer con l. ..., C2D!
361
una larga y no enteramente despro-
vista de promesas, resistencia, aceptó
Benko (participante en dos torneos de
candidatos) el regalo de las Danaides
l. ... , D X P?? para después de 2.
T8D +! mirar algo preocupado den-
tro; si 2... . , R X. T pues 3. CxPA+
seguido de C X D. Y la tentativa 2•
. . ., R2R; 3. T X T, D XC terminó
después de 4. D2D mortal igualmente.
Gli¡oric
(Torneo lnterzonal, Amsterdam, 1964) Las negras abandonaron. «<ndocti dis-
cant, et ament meninisse periti» (los
El gran maestro Gligoric héroe de indoctos pueden aprender, y los ex-
mil batallas, tuvo que pagar tributo pertos deleitarse con el recuerdo -
a los caprichos de la diosa del ajedrez. Ch. J. F. H énau lt). Parece, no obstan-
Su último movimiento D5AD-5AR(??) te, que los «entendidos» tienen toda-
fue un grave error, que fue nueva- vía mucho que aprender, cuando tales
mente castigado con una brillante errores de bulto suceden hasta en un
combinación básica: l. ... , D7C!l y torneo para el campeonato mundial.
Gligoric, a quien desapaciblemente Pero, ¿cómo dicen los árabes? «¡Todo
se le hace patente la ruda realidad, se sab io se equivoca, y todo caballo de
entregó derrotar;lo. No se puede tomar clase tropieza! »

149
~spués de 60 años ~spués de 47 años
cayó dentro un gran maestro
Un movimiento parecido. ¡ Compá-
moderno, como el Dr. Tarrasch en
rese con éste, el error de Marco en 1912 (véase núm. 219).
cierto modo «siempre presente• en
el núm. 228 del año 1902! En la po- Resohewsky

sición inmediata, sin embargo, halló 364


Trifunovic la jugada decisiva, que
pasó por alto Marco.

Aaron (juqa)

363

Fischer (juega)
(Campeonato de EE. UU., Nueva York, 1959)

Esta es una de aquellas posiciones


que el Dr. Tartakower comprendía
bajo la den'ominación «Atrancamien-
Dr. Trifunovic
to» (por lo menos en lo que se refiere
(Torneo de Altoo Hornos, Beverwijk, 1962) a la posición del negro). Así como van
Holzhausen en su tiempo jugó aquí
Aquí las negras fueron tan poco Bobby Fischer l. A X P+ !!, R X A
precavidas jugando l. ... , T3C? tras lo (T X A, pues igualmente C6R!) 2. C X P
y las negras debieron entregar la dama
cual, el blanco al estilo Marco (es
para no recibir mate (por ejemplo: 2.
decir, ¡si éste hubiese visto la jugada!) ... , RX C?; 3. D5D+, R4A; 4. P4C+!,
con 2. A8C!! remató brillantemente. RxP; 5. TIC+, etc.). Después de
Puesto que amenaza D7T mate, el ne- 2.... , PXC; 3. DXD las negras opu-
gro no puede hacer nada para salvar sieron una resistencia aún violenta,
pero inútil. ¡Cómo se asemejan los
su torre en ID. Por ello, abandonó.
ejemplos en ajedr ez l
El Dr. Trifunovic opina en verdad,
que él hubiese ganado también la «<nvitación al baile»
partida sin el error l. ... , T3C. Su A veces se podría hablar en ajedrez
plan .era cambiar las torres, llevar de una «invitación a la danza», cuando
luego la dama hacia 6CR y finalmente uno de los contendientes hace una
el alfil hacia 5AR, lo que paralizaría jugada débil e invita con ello a su
contrincante, directamente, a una de-
al negro. Este puede hacer contra eso
terminada combinación. Vean ustedes,
poca cosa. Pero estas cuestiones no las por favor, como ejemplo la siguiente
discutimos aquí. posición:

150
Porebsld (juega) por así decirlo, gratis al adversario
365 la anhelada apertura de líneas. (Las
negras debieron en lugar de eso jugar
A1D y amenazar el desarrollo me-
diante P5A.) Vino, naturalmente, 2.
P x P, P XP; 3. C6T tras lo cual, pron-
to se amenazará mate mediante T8CD;
3.... , AlD; 4. TlT-IC, A2A;. 5. T2C,
P4D; 6. TlA-lCD! (¡con renovada
amenaza!), 6.... , A3R; 7. C5AI, A2D;
8. A6T+, RlD ; 9. ASCR+, C2R;
Bednarsld 10. T8C+, AxT; 11. T x A+, R2A;
(Polonia, 1963) 12. A4AR mate. Así sucede, cuando
se le abren al contrario las puertas de
Aquí debilitaron las negras su bien
par en par.
protegida posición del enroque con la
jugada ligera l .... , C2R??; si bien no
El admirable cerebro ajedrecístico
se reconoce a primera vista, como
puede aprovecharse el blanco. Este, Bajo este prometedor enunciado
no obstante, tuvo una brillante idea: hace el gran maestro A. Kotov, en la
2. T X PT!!, P X T; 3. D7T!l que ame- revista australiana «Chess World»,
nazaba de modo inapelable A X P + unas consideraciones muy interesantes
(3 .... , A4C no sería defensa alguna, sobre el proceso mental en el ajedrez.
porque seguiría A X A y las negras no Entresacamos un instructivo ejemplo.
pueden retomar por la indefensión de El problema más difícil para el ju-
la dama). Siguió 3. . .. , TID-IR y el gador consiste en la disciplina y el
resto, sin comentario, fue: 4. A x. P +, control de su cerebro. Todos los juga-
R1D; 5. D8C+I, C1A; 6. AxC. R2R dores hacen fa! tas, pero los grandes
(caso de A x A pues TlD+ ); 7. TlD, maestros con menos frecuencia que,
R1A; 8. D6D+., R1C; 9. AxA, CxA; por ejemplo, los espectadores. La com-
10. DxC, TIC; 11. D4D y el negro prensión del gran maestro está más
abandonó.
disciplinada; trabaja con más exacti-
Un craso error parecido, si es posi-
ble todavía mayor, aconteció en un Kotov
torneo en Augsburgo, 1963 : Zimmer-
366
mann-Mitzel (blancas R2D, T1 TD,
TlAR, A4AD, A3R, C4CD. Peones
en 4TD, 5CD, 3AD, 4D, 3CR y 4TR.
Negras R1AD, TlAR, TlTR, A2D,
AJAR, C3CR. Peones en 2TD, 2CD,
2AD, 3D, 4AR, SCR y 4TR). Los ob-
jetivos están claramente expuestos :
Las blancas atacan en el ala de dama,
las negras en el de rey. Por eso se
presenta como tan ilógica la jugada
Stoltz (juega)
del negro l. ... , P3A7? que ofrece (Eoto~olmo, 1952)

151
tud y rapidez, resultado de un entre- hacerse siempre las mismas reflexio-
namiento especial. ¿Cómo debe traba- nes. Un buen consejo dio el maestro
jar el cerebro ajedrecístico? Seguida- ruso B. Blumenfeld a los ajedrecistas:
mente consideraremos de qué manera «Cuando terminen ustedes sus cálcu-
p e e u 1 i a r se desenvuelve el pensa- los, y se hayan decidido por una ju-
miento. gada, contemplen ustedes entonces el
En la posición anterior comenzaron tablero durante un minuto con los
las reflexiones de las blancas con el ojos de un principiante. No se ame-
conocimiento que en primer término naza quizá perder la dama, o puede el
existían dos posibilidades: l. C3C y contrario hasta dar mate en una o dos
l. D3R . «Después de l. C3C» así pen- jugadas y así sucesivamente. Esta es
saba el blanco «mi adversario contes- una regla muy importante, y todo
tará l. . , P5T (2. C5T, D4C) y mi gran maestro la sigue.» Ya el Dr.
posición no es buena». Así pues, el Tarrasch por lo demás, había expre-
blanco probó con l. D3R. Pero ahora sado esto de un modo semejante con
pensó nu evamente que luego, después la afirmación lapidaria " ... el jugador
de D xD; 2. C x D, P5D los peones de torneo debe estar sentado sobre las
negros llegarían a ser peligrosos. ¿Qué manos ».
hacer? Nuevamente empezó a probar Aquí surge aún, empero, algo dis-
las consecuencias de l. C3C y le desa- tinto: oponerse a una jugada-impacto
gradaron como antes. Luego intentó del contrario con la necesaria sangre
mentalmente reconciliarse con l. D3R fría (en pent amiento).
y así oscilaba entre estos dos polos
Dr. Winiwarter (juega)
varias veces sin decidirse. De repente
movió a su rey; habían transcurrido 367
40 minutos, y el control de tiempo
se acercaba. Entonces tuvo una nueva
idea: l. D X PT y estuvo muy con-
tento, pues esta jugada parecía, gracias
a su actividad (¡El P7CD peligra con
jaquel) ser la mejor y sin pensarlo
más la llevó a cabo. Pero siguió l. ... ,
P7 A!; 2. A2C (¡el jaque en 7C sería
después de T2C una estocada en el
vacío!) 2.... , D6A!! y las blancas tu- Olsommer
(Bad Pyrmont, 1963)
vieron que rendir las armas (si ahora
3. D x P+, pues RlT). Aquí, por decirlo así, el negro está
Las blancas cometieron dos errores terminando su ataque, y las blancas
mentales; en primer lugar, jugaron creen llegar a la meta, pues las negras
D X P demasi ado precipitado, sin es- no pueden parar la amenaza en 2AR
tudiar los recursos del adversario. con TIA (a causa de A x P+!!, T.x A,
Pero , a continuación (y ahí tropiezan TSD + ). Con no escasa consternación
muchos jugadores) menospreció fun- del blanco encontraron las negras to-
damentalmente el pri ncipio de exami- davía una jugada l . .. ., T3R(I) con-
nar cada variación sólo una vez y no tando con 2. Ax.T??, D7C mate. Esto

152
lo vieron ciertamente las blancas, pero Jor¡¡ (jue¡a)
quiso ahora acudir lo antes posible en 368
ayuda del punto maltrecho 2C, y jugó
en el segundo de pánico 2. D3A??, lo
que permitió a las negras una magní-
fica jugada de apertura: 2.. .. , A7C!!
Esto amenaza D8T mate, mientras con
3. DXA, 3•. . ., TSR+ fuerza el mate.
Cruelmente arrancadas de sus sueños
de triunfo, las blancas abandonaron.
Debieron (después de 1.. .. , T3R) dar
jaque con la dama, huyendo de la
L. Schmid
amenaza (2. D8D+, R2C) y entonces (Simultáneas, Bamber¡¡, 1962)
con 3. TlD 1 asegurar la primera línea
atacando al mismo tiempo el alfil. En- gigante Lothar Schmid. Pero lo hizo
tonces las negras no hubieran reali- en fals o, jugó .. . , D2C ?? y fue así en
zado cómodamente su plan. No siem- el último momento todavía pues ven-
pre está indicada la «superdefensa• cido po r "Polifemo ». En lugar de eso,
de Nimzowitsch. hubiera l. .. ., P4A! ofrecido buenas
perspectivas de triunfo, ya que no es
posible 2. P x P? a causa de D x .P. Con
Los viajes descaminados de Odiseo l. .. ., D2C? ganó sorprendentemente
2. A7T!! una jugada muy bonita de la
Todo jugador de ajedrez es una es- que el "gigante» estaba orgulloso. Las
pecie de Odiseo·; él tiene que librar negras abandonaron, ya que el jaque
combate con los ciconios, pelear con- amenazador en 8C sólo se puede de-
tra vientos contrarios, resistir a la fender con 2. . .. , D X A, tras lo cual,
encantadora Circe ( ¡ Caissa 1) evitar da mate 3. D8A+. Un insignificante
Scila y tampoco caer en Caribdis, "enano >> hubiese en cambio también
librarse de las redes de la hermosa con 2. AST ganado.( .. . , DlT; 3. A7A).
Calipso, y finalmente no sucumbir al Conforme. ¡Eso fue realmente un via-
canto de las dulces Sirenas. Pero ¿no je descaminado 1 (Quién, sin embargo,
es quizá pedir mucho de los jugadores quiere decidir cuál de los gigantes era
de ajedrez? Nosotros quedamos en Odisea, ¡lo dejamos al lector que
algún sitio cogidos, quiere decir, que tengo gusto en ello 1) Parecida aven-
como remate somos muertos por el tura tiene que sobrellevar el negro
gigante de un solo ojo: Polifemo. En también en el segundo ejemplo.
este sentido serían dignos de consi- (269) De nuevo se encuentra Ulises
derar también los dos siguientes fina- en su propia balsa; pero mientras en la
les con sus bruscos cambios de victo- leyenda griega, pierde a sus camaradas,
ria (o tablas) a derrota. per o él solo supera todos los contra-
(368) David dio muerte con la hon- tiempos del viaje aquí zozobra en el
da a Goliat. Ahora también aquí (Da- momento decisivo. Comienza con la
vid) Jorg ya había tensado la honda y magnífica jugada l. T7R!!, que me-
con ese fin lanzado una «piedra» al recía un mejor destino; (la idea es,

153
Prameshuber Las blancas abandonaron (8. D3C,
369 D4A+; y si 8. R4T, TXP+, etc.).
¡Fue un triste retorno de Ulises 1

(Según «Schach•, 1962)

Una sugestión de masas

Un antiguo y célebre fin de partida


servía hasta ahora como ejemplo fun-
Korn (juega) damental para muchos seguidores en
(Torneo de ajedrez de Correos, relación con el tema de clavada.
WalterShausen, 1962)

N. N.
a l. ... , Tx.T seguir con 2. D6A!!,
DxD; 3. T8A+ y mate en seguida. 370
Es fundamental aquí, que la inversión
no procede 2. T8A +??, TIR y ahora
3. D6A, pues luego el negro hace
girar el venablo con 3.. . . , T8D+; 4.
R2C, D5R +, y da a su vez mate 1).
Las negras hallaron la brillante parada
l. ... , TIAD!! tras lo cual, el blanco
no tiene nada mejor que retirarse con
Dr. Tarrasch (juega)
2. TlR. (¡Pues 2. T x D? lleva a un
(Partida con ventaja jugada en 1926)
ingenioso esquema de mate, que está
formado principalmente por los peones Las blancas ganaron, puesto que
negros 6R y 5CR; 2. .. ., TxT+; 3. condujeron al adversario a una clavada
R2C, T7D + ; 4. R3C, T8CR mate!) latente de la cual éste (por lo menos
según las interpretaciones hasta hoy
Siguió 2.... , D3A; 3. T7R X PR. (Se-
generales) no podía salir con vida:
gún estudios de H. Heemsoth !as l. T X A!, T X T; 2. P3C!, P5A (tam-
blancas podían aquí llegar a tablas poco es mejor PSC); 3. P4C! y el ne-
con 3. DxD, TxD; 4. T7RxPR, gro debe finalmente dejar correr la
T3R; 5. Tx T, Px.T; 6. TxP.) 3 •. . ., torre, después de lo cual, naturalmen-
D5D; 4. R2C, T3R; 5. TXT, PXT; te gana fácil.
¡El pobre N. N.! (por lo demás,
6. DXP, T7A+; 7. R3T7? (con apu-
muchos opinan que la abreviatura
ros de tiempo no pudo gobernar la
vendría del nombre latino nescio, el
balsa y s·e estrelló contra los escollos. nombre que desconozco. Pero los his-
En cambio, después de R 1T! la cosa toriadores dicen que el concepto pro-
no estaba aún decidida), 7•... , D6D+! cede del antiguo derecho romano y

154
que con uN. N.» = numerius negidius, P8T(D). Mató ambas moscas de un
se indicaba el acusado que no quería manotazo con l. A X PT, T X A pero
pagar. Ahora bien, en nuestro caso a la larga no pudo sostener más la
podría estar «N. N.» doblemente con- part ida.
tento de permanecer desconocido con Despu és resu ltó que según el lema:
el velo del anonimato; en primer lu- el contraataque es la mejor defensa,
gar porque perdió según el modo ad- las blancas con l. T7D!, P8T(D); 2.
mitido por los tratados, y en segundo T x P + pudieron obtener sorprenden-
porque también según ese procedi- temente tablas, ya que al negro no le
miento ¡pudo obtener tablas! ¡Esto fue posible escapar al jaque continuo.
lo encontró en 1963, es decir, después Y con ello llegarno s a la verdadera
de 37 años! el aficionado sueco. A . punta de tod o el asunto; en una in-
Tapper (Upsala) ; él juega simplemente te resante publicaci ón de la posición
a l. T x A, TxT: 2. P3C, pues 2.... , en la revi sta "Schach " escribieron una
R3C! 1; 3. A x T, R4T!! y las blancas retahíla de lectores (¡entre ellos tam-
no están en situación de impedir R5C bi én un maestro de Alemania del sur!)
junto con P5A tras de lo cual el que l. T7D fracasa por AlA 1; 2.
último peón blanco desaparece. Esto T x P +, Rl C! (¡pues en cierto modo
pasó en su tiempo desapercibido hasta la antiforrna del contraataque!), pues
a los grandes maestros Tarrasch y
el blanco no puede evitar la pérdida
Nimzowitsch (que acogió la posición
de material. Pero todos ellos menos-
en su obra «Mi sistema») y más tarde
precian, no obsta nte, la fuerza del
a muchos «falsificadores».
mecanismo de descubierta que des-
Sobre todo suceden errores colec-
pués de 3. ASD 1 ! lleva al neg ro final-
tivos, más frecuentes de lo que se
piensa. Examinen, por favor, el si- mente por la calle de la amargura:
guiente y notable caso. 3. ... , PBT(D) fracasa por 4. T7TD+,
etcétera. ¡Ya, las jugadas tranquilas 1
Panzer
371
Ejemplos contradictorios

Todos los principios en ajedrez se


deben entender como el grano de
sal. Así repetidamente hemos insistido
sobre las posibilidades que ofrecen las
torres en la séptima fila (o en su caso
la segunda). Pero ahora consideremos
el caso siguiente.
Just (juega) Las torres en la séptima fila son
(Leipzig, 1964)
fuertes. ¡ P.ero no cuando el contrario
Se trata de esta posición que no es llega a la primera línea 1 Así sufrió el
enteramente inofensiva. Las blancas blanco después de su última jugada
tienen que enfrentarse a dos proble- TlA-7 A(??) un drástico castigo en el
mas: el ataque al A6R y la amenaza siguiente ejemplo.

155
Ublmlmn (juega) de tales contradicciones entre la teoría
372 y el hecho nos escribió en una ocasión
un aficionado algo incomodado: • ¡A
menudo cuesta pensar, entretanto, se
escribe también sin hacerlo! • Este
dicho de Guillermo Busch debía indi-
car bien cuán relativos son todos los
principios en ajedrez, y que los escri-
tores rígidos están bastante a menudo
en pugna con la realidad en ajedrez.
¡Afortunadamente, es así, siempre
Miidler aún no se puede pasar en ajedrez sin
(Ascbersleben, 1963) el sano entendimiento humano l) Así
pues, tuvo lugar l ... ., TSD+?; 2.
l •... , TSR+; 2. R2T, TST+I! Las R2C, T8CD; 3. TXP, TXP; y ahora
blancas abandonaron (3. CxT, DxPC las negras habían contado sólo con 4.
mate) 3. Rx.T, D6T+; 4. RlC, DxPC A6T, P3AR! ; que les libraban de
mate) Compárese además con la po- todas las preocupaciones. En lugar de
sición 132 y otras afines combina- esto cayeron en el mar de la desespe-
ciones. ración pues el blanco hizo rodar con
El próximo ejemplo prueba una vez 4. P6AR!! «una piedra ante la puerta•.
más que la táctica en ajedrez desborda Las negras abandonaron acto seguido,
a la estrategia. porque vieron la diabólica idea: 4.... ,
AxPAR; 5. A6Tl y contra T8T+
J anczek (jue¡a)
seguido de mate no hay antídoto po-
373 sible. Así fue el agujero de respiración
P3CR ilusorio y el •sustitutivo• P3AR
descartado ; en esta forma, sin duda,
un motivo especial!

Pequeñas tragedias

. . . o tragicomedias caracterizan la
insuficiencia humana.
Melepe¡yi
(HUn&ria, 1961) Lo improbable . ..

Dos reglas de estrategia general de esta posición consiste en que


observó aquí el negro; una el proveer las blancas casi hubiéramos dicho:
de respiración al rey enrocado (cum- realmen,¡:e perdidas, en verdad, des-
plida con P3CR) y otra, el anhelo por pués de ¡un jaque dado erróneamente!
una realización más activa del final En lugar de dar con l. T8T 1 a la torre
que llevó a cabo con l. . .., T8D +?. libertad de manejo y movimiento,
Hubiera sido, no obstante, mejor ser jugó el blanco l. T5R+? lo que fue
cobarde y jugar l. ... , Tl T. (En vista un lapsus en doble sentido; primero:

156
Sokolov T X T? DBT + 1). A ello pudo el blanco
374 sencillamente contrarrestar e o n l.
TlAR 1 y obtener probable final de
tablas, ya que la columna de dama por
la posición abierta del rey negro no
ofrece especial importancia. Las blan-
cas quisieron, no obstante, mantener
la columna D a todo trance y jugaron
•elegantemente• l. D4CR?? lo que,
empero, liga a ambas piezas pesadas
del blanco y lleva a continuación al
Tomovic (juega) inmediato desastre: l. ... , D5RI! ya
(Bel¡¡rado, 1961) a
que junto D x .D amenaza ante todo
D X P A+ y las blancas sin poder jugar
permaneció la columna AR ahora co- ni torre ni dama, abandonaron.
mo antes inaccesible a la . torre, y se- En relación a tales «maldades• leí-
gundo: todavía favoreció el blanco el mos en una ocasión un chiste, en que
movimiento del rey negro: l. . .. , el perdedor dijo a su contrario con
R7 A! Ahora vio el blanco su error y suave reproche; "¿Así juega usted con
buscó (¡demasiado tarde!) llegar desde un buen conocido!?» Ahora bien, con-
abajo; 2. TSR, a lo que siguió con sideraciones amistosas no se tienen en
aire de problema. 2.... , TST+!!; 3. cuenta en el ajedrez. ¿Qué hubiera él
A X T, CSA mate. Por así decirlo una dicho a la siguiente «brutal inso-
•hora luminosa• en la vida del aje- lencia•?
drecista que muchos sueñan y pocos
alcanzan.
Increíble .. .
El propio engaño
Damjanovic
NavarowtkJ 376
375

Trifunovic (juega)
Skezely (jue¡a) (Campeonato de Yugoslavia, 1964)
(Hun¡ría, 1964)
En vista de la debilidad ... , 5AR
Las negras acababan de jugar T7C- pudo el blanco abrigar algunas espe-
7D( 1) especulando así con la defec- ranzas de tablas; pero no después de
tuosa ventilación del contrario (l. l. R2R?? (Un error sorprendente, pero

157
comprensible, pues las blancas no que- Falso brillo de la clavada
rían verse arrinconadas en la primera
línea con T7C +. ¡Pero en la actual si- Ciertamente las clavadas siguieron,
tuación debieron aceptar el trato 1) l. como ya repetidas veces hemos hecho
... , T X A+! Ahora vio el blanco la constar, altamente molestas; pero de
desgracia: 2. P x.T, ASC+ 1 seguido vez en cuando pueden mostrarse como
de A X T. ¡En esta horquilla del alfil los huevos del cuco.
entró directamente con el movimiento
del rey 1 Las blancas abandonaron en N. N.
seguida.
378

. . . ¡pero cierto!

En lo que atañe a los desayunos de


tenedor puede también el ejemplo si-
guiente quedar como representando
muchos casos de «atrancamiento».

WaUis
E. Starck (juega)
377
(Kjihlungsborn, 1962)

Las negras acababan de jugar A2R-


5C y confiaban en l. D4D porque
pensaba coger la dama blanca en una
ratonera. Dándole por el gusto las
blancas jugaron ciertamente l. D4D!!
y el negro a su vez l .... , A4A?? pero
fue el engañador, engañado 2. D X A!!,
TXD; 3. C7R+, RIT; 4. TXP+!,
Dean (juega)
(Campeonato abierto, Sudáfrica, 1962) RXT; 5. TIT+ y el negro abandonó.
¡Un remate logrado!
Con la pieza de más, contaban las Por eso no se puede confiar en las
blancas naturalmente con un triunfo clavadas impropias. ¡O aún mejor; se
seguro, y así jugaron sin mucha refle- puede hacer cuando se confía en el
xión l. C3A?? atrancando completa- adversario! En este aspecto el siguien-
mente la torre y se vio sorprendido te remate final es muy instructivo.
desagradablemente cuando siguió l. Las negras tienen escondido algo
. .. , T5R!! Tras el obligado cambio 2. importante en la trastienda para haber
T X T, P X T están los caballos en la llegado a esta posición de clavada. Y
horquilla del peón; las blancas vuel- se quedaron con ello cumplidamente,
ven a perd;r la pieza, y lo que es pues el blanco replicó l. A2R??,
.peor, más tarde la partida. Tales AXT!; 2. AXA (DXA, D6C!), 2•... ,
• bromas» son siempre posibles, cuan- D5A+; 3. R2R, D7A+; 4. RlD y
do un peón se traslada a otra columna. recibió mate con 4 . . .. , D7D.

158
H. Glauoer fo. La posición de su rey en el borde
379 le jugó una broma pesada en el cálcu-
lo. Las blancas jugaron a saber l.
P4A!, TXP+; 2. R2A, TSR; 3.
PSC+!, PXP; 4. PTXP+, R4T; 5.
R3C! y ceden a las negras, consentir
en la r-epetición de jugadas o ir a su
propio mate. Para desgracia suya el
negro escogió (aunque sin proponérse-
lo) el segundo o último de esos ca-
minos. S. . .. , T6R +; 6. R2A, TIR;
G. Iberg (juega) 7. R3C, TlTR?? Así, el mate está
(Campeonato juvenil de Suiza, 1962) preservado. ¡Arriba, sí! ¡Pero no
abajo! Para amarga desilusión de las
En ese momento pudieron las blan- negras siguió una notable maniobra
cas del modo más sencillo deshacer de la torre blanca: 8. T7R!, A6D; 9.
la amenaza de clavada como pompa TIR!, A5R; 10. T2R! Después de estos
de jabón: l. D X P+!! (Desviación del elegantes movimientos de torre las ne-
alfil que clava, de modo que ahora gras están "vis a vis de ríen• y aban-
también la dama en 3D está "en pe- donaron. ¡Una pequeña tragicomedia 1
ligro! Un motivo elemental), l. ... , En la fase previa del campeonato de
AXD; 2. AXA+, seguido de 3. TXD Hungría, 1961 se originó una «des-
y las blancas con superioridad ma-
gracia• semejante.
terial ejercen presión.

En la trayectoria del esquema Por los lados


de mate
Barczay
De abajo
381
Bezzola

380

Dr. Szily (juega)

Las b 1 a n e a s continuaron con l.


Siiuberli (juega)
(lnterlaken, 1961) T3A-8A y ahora las negras hubiesen
obrado m e j o r, jugando para tablas
Con una pieza contra dos peones (quizá con l. ... , T6T+; 2. C3A,
esperaban las negras, sobre todo en T1D!, etc.). En lugar de eso creyeron
vista de la amenaza del P5C l, el tri un- obrar prudentemente alejándose del

159
mate con l. ... , R3C??; (¡para caer en un par de piezas pesadas no se piense
otro mucho más bonito 1) 2.• TSC+, en el peligro de mate.
R4A; 3. C3C+!, A.X C; 4. T5CR mate.
¡También aquí tuvieron los mirones
gran alegría l Martin Beheim-Schwarz- Respeto ante el gran maestro
bach tiene razón e u a n d o en el
uKnaurs», libro de ajedrez, expresa el Pocos jugadores conocidos no creen
agradecimiento del vencedor para con a menudo en su suerte de hallarse
el perdedor que sale del corazón en frente a una «eminencia• en plan ga-
los momentos cálidos, puesto que el nador y husmear alguna trampa dia-
adversario hace aquella jugada ya sea bólica de su renombrado adversario.
incorrecta, errónea, paralizadora o
simplemente atrevida, que hace posi- Rodrigues (juega)
ble su combinación. 383

En el centro
Berzi.n (juega)

382

O ' Kelly
(Campeonato abierto de Sudáfríc:a,
Wilderney, 1962)

El sobreentrenado gran maestro os-


Pilskalnieti cilaba entre mil temores, pero su con-
(Aluksne, 1962) trario impresionado por la nombradía,
vio fantasmas y después de l .... , TID-
l. ... , P5A+ parece una jugada
5D+; 2. R3C, TSC+; 3. R2T, TST+;
errónea, pero fue una magnífica tram-
4. R3C ofreció tablas que O'Kelly
pa: 2. R4R?? (2. R2R! ofrecía buenas
aceptó naturalmente alborozado. Pues
probabilidades de tablas). ¡Quizás has- estaba claramente perdido: 4.
ta se hizo el blanco aún ilusiones de PSA+; 5. TxP, T8C+! y las negras
victoria! Entonces en ese caso tuvo ganan una torre, pues el contraataque
un cruel despertar: 2.... , T3D!! (El 6. R2A fracasa por el jaque intermedio
deja abandonado el P7T con jaque, lo T7C (con l. ... , TID-SD+; 2. R5R
que no tomó en consideración el blan- cae el rey blanco después de 2. . .. ,
co). Las blancas abandonaron. Con 3. R2A en una red de mate).
T X P +, R3R J no hay nada por hacer Aquí pudo pues el Dr. Tartakower
contra TSD mate, y con 3. TxT, traer a colación dos de sus males he-
R X T el final de peones está perdido reditarios: ¡Temor y espíritu pacífico!
claramente. Desde el punto de vista Pero el noruego Ofstad estaba tallado
psicológico es comprensible que con en otro material.

160
Uhlmann En Jugar de esto ... ,
384
No .altisonante., sino .tranquila,

Kampfhenkel (juega)

385

Ofstad
(Torneo zonal, Halle, 1963)

Animoso se había enzarzado con


el cabeza de grupo, gran maestro Thal
Uhlmann en una aventura arriesgada (Ecuentro por equipos, Halle, 1961)

que llegaba ahora con l. C5C! a su


punto culminante. Uhlmann que con- Después de l. ... , PSC+; 2. R4T
sideraba la acometida blanca como un dejó escapar el negro (en apuros de
juego del lejano oeste, a lo que salga, tiempo) un bonito triunfo, jugó 2.
jugó pues, despreocupado l . . .. , ... , A3A+?; 3. R5T, D6A? y final-
A XC?? y enriqueció con ello a la men te perdió el juego.
literatura ajedrecística con un sensa- Si hubiera, en cambio, jugado 2.... ,
cional y rápido remate (lo correcto IUC! ! habría puestc al blanco en mate
era l. .. ., CxD con tablas: 2. CXC+, o éste, perdido material.
R2A: 3. C4A+ , RlA! -- R3A?, «Se dan tantos jaques hasta que el
T6R+! - ; 4. C6R+, R2A, etc. ). re;; enemigo se ponga bien• . (¡Mejor
Siguió así 2. D6D+, A2R (tampoco que no!)
C2R; 3. A x A no da esperanza al-
guna) 3. T X Al! Y sólo ahora vino en
conocimiento el negro de lo trágico No «hermoSO>>, sino «Sencillo.
de su situación: 3.... , CxT; 4.
D6A+!!, PX.D; 5. A6T mate. Con Las negras vieron un final brillante
fuerte pe s a r abandonó Uhlmann, a la Morphy y j u g a r o n l. . .. ,
quien con esto tuvo que renunciar DXP+??; 2. DXD, TSD+ esperando
finalmente a su progreso en el torneo alegremente 3. DlA, T2A X D mate.
in terzona!. El Dr. T a r t a kower ha- ¿Quién d~Cscribe, empero, su espanto,
blaría, en este caso, de «superficia- cuando siguió 3. DIR!! y que él mis-
lidad• probablemente, dejando de lado mo debía abandonar ahora?
el aspecto psicológico de que el gran Si las negras hubiesen primero ju-
maestro no valorizó suficientemente al gado su segundo movimiento l.
«farolillo rojo • del torneo. T8D, el triunfo no les escapaba. No

161
Pawlenko (jueca) das entre lo justo y lo falso refuerzan
386 la capacidad crítica en ajedrez.

Peligros en el borde
Kramer

388

Ts~hukaiew
(Riga, 1963)

se debe pues jugar <tpara la galería».


Cómo esta típica combinación en si de Rooi (juega)
se debe tratar, si aspira a ser correcta, (Torneo principal abie: to, Beverwijk, 1962)

lo muestra el ejemplo siguiente:


Este ingenioso remate de juego
constituye un complemento valioso a
Sa~harov (juega)
las «observaciones en el borde• de la
387 página 137\' Las blancas «vieron» la
amenaza .. ~ . P4C+; RxP, D6A+;
P4C, D X PT + y mate y por eso jugó
l. D3A tambien con la idea de, a l.
. . . , R3T, poder molestar con 2. D X P.
Pero no habían visto un «vuelo de
golondrina• ·de la dama negra l. ...,
P4C+; 2. RXP, D7R+; 3. P4C, DlR!
mate. ¡Estando el rey en el borde el
adversario tiene el «puñal en la gar-
P. N. Lee ganta»! Sea esto aún una vez más
(Campeonato mundial juvenil, reforzado con el siguiente y original
Vrnjacka Banja, 1963) final.
¿Quién gana esto? ¡Naturalmente
l •.. . , TI T-IA? era más activo, pero, las negras con una torre más 1 ¡ Natu-
sin embargo, l. ... , TlT-IR(!) más ralmente el blanco, con el rey negro
preciso (por ejemplo, según L. Barden. a la intemperie! Considerándolo ob-
2. CSC, D>< P; 3. C6D, A x C; 4. jetivamente estos dos puntos de vista
Px.A, DSA!; 5. TXPA, DXT+!). extremos en su justo valor, deben re-
En todo caso, siguió 2. T X A, T X C. trotraernos a tablas. l. D6T +. D4T;
(El piensa hacer resbalar: 3. DXC??, 2. D4A +, DSC!; 3 D6T + con jaque
DXT mate!, ¡pero el que resbala es continuo. Pero las negras confiando
él!) 3. D X P+ 1! Las negras abandona- en su torre, quisieron más y jugaron
ron (3 .... , TxD; 4. T8R+ seg.u ido (despu ~ s de l. D6T+, D4T; 2. D4A +)
de mate). Tales reflexiones compara- no DSC, sino 2• . .. , T5C?? y sufrió

162
Osterburg Las blancas no ti·enen jaque y el negro
389 amenaza junto con el avance del PT
también aún D X T +! D X D, P7T!,
seguido de TSC. No obstante, su ad-
versario Griffth al ser interrogado
dio por respuesta, que «él claramente
debe ganar». ¡Un caso curioso 1 Pero
las blancas tenían razón, pues él a
l .... , RlC halló la respuesta de pro-
blema 2. T3A!!, que da vuelta al juego.
Si ahora 2.... , P7T, pues 3. DxP+,
Gehler (juega) R2T; 4. D5A+, RlC; 5. DSAR+,
(Stassfurt, 1962) R2T; 6. T3T +, R3C; 7. D6D +, R4C;
8. D6T +, R4A; 9. T x .P con ganancia
tan sólo la «débacle» 3. P3C+!, R6T; fácil. Las negras intentaron todavía
4. D3A!! tras lo cual el negro tuvo la (l. . . . , RlC: 2. T3A!) 2.• ... , DSC+;
elección entre pérdida de dama, mate 3. R2T, D4A; pero ahora cayó pronto
o abandonar la partida. Se decidió por el precioso PT y ello significaba igual-
lo último. ¡Un caso combinatorio es- mente la pérdida rápida 4. T X P, T7C;
pecialmente bello e instructivo! 5. D7T+, RIA; 6. T3AR! y Wolpert
abandonó. ¡No sucede a menudo que
ambos jugadores esperen ganar una
U no tenía razón
partida aplazada!
En el campeonato de Sudáfrica,
1963 Wolpert quedó medio punto tras Un «embusterO ))
los vencedores Kirby y van der Mey-
den, porque perdió la última partida Cuando alguien hace una combina-
contra Griffith. Esta partida quedó ción, que después resulta incorrecta,
aplazada en la siguiente posición: entonces ha «mentido». ¡Muchas veces
sin saberlo! Un caso divertido. de esta
Wolpert (j uega) clase tuvo lugar en el campeonato
390 inglés de 1962.

Hindle (juega)

391

Griffiths

Las negras se pusieron a cubierto


con l. ... , RlC y creyeron así ganar. Gibbo

163
rPoor Hindle (pobre Hindle, pen- respuesta diabólica 2.... , A2D!! Pues-
saba el maestro inglés Ritson-Morry, to que ahora 3. TX.T+, TxT; 4.
cuando contempló la posición, pues A X A fracasa por T8R mate (ob-
las negras están totalmente perdidas. sérvese aquí el •papel de gañán•
¡Pero Hindle ganó! Y lo hizo así: del C2A 1) las blancas tuvieron que
l .... , D7D+; 2. D2R??, DXD+; 3. renunciar de mal grado a la calidad
A X D, A6Rll (amenaza T7A+, lo que y jugar 3. A4R, T3R; 4. TID, A3A;
no se puede parar); 4. A3A, P5R!; 5. 5. AXA, TXA; 6. T7D, T4A; 7. C4R,
A X P, T7A+ y el negro ganó con T4TD, etc., tras lo cual el triunfo no
facilidad. •Hindle el embustero• dijo es dudoso para las negras. "¡Una par-
Ritson-Morry_ al estupefacto ganador. tida con una valiosa agudeza táctica 1•
Pues éste no había observado hasta observa el Dr. Paul Troger justamente
entonces que todo era Bluff, a l. ... , en su peña ajedrecística de Augsburgo.
D7D + sólo necesitaba el blanco jugar Especialmente en el juego de si-
2. R3 T!, y las negras no tenían nada multáneas, el progreso -de la fuerza
que hacer, pues no era factible 2 ... . , media de los jóvenes es notoriamente
D X A; a causa de 3. D8T + seguido incómodo para el simultaneador. Drás-
de mate. ticas sorpresas pueden surgir. Así le
pasó al maestro Gereben en una par-
Agudeza drástica tida de simultáneas en Austria, 1962,
MaueJ contra un adversario de 12 años ( 1)
392 la siguiente' catástrofe. Gereben contra
Kamarov L . P4D, P4D; 2. C3AR,
C3AR; 3. P4A, P3R; 4. C3A, CD2D;
5. A5C, A2Ri 6. P3R, 0-{}; 7. P X P,
P X P; 8. A3D, TlR; 9. 0-0, P3A; 10.
D2A, C1A; 11. C5R, C5C. (Todo
segün los patrones establecidos. ¡Los
jóvenes conocen la teoría!). 12. A X A,
D xA; 13. C x C, AxC; 14. TlT-1C(?).
(El blanco afloja las riendas o menos-
Achatz precia al hombrecito. C2R 1 seguido
(Auesburgo, 1961) del traslado del caballo al desampara-
do flanco de rey, caso de no cambiarlo
Se debe en los tiempos actuales, en
las negras, estaba indicado). 14. .. .,
que la juventud ajedrecística conoce
D4C; 15. Rl T (aún podía hacerse
la estrategia, agradecer las ocurrencias
tácticas de los jugadores jóvenes. La C2R, el blanco demora demasiado la
posición arriba mencionada tuvo lu- jugada) 15 ... . , T3R!; 16. C2R (¡ahora
gar en una partida de torneo entre demasiado tarde!), 16.... , T3T!; 17.
jóvenes talentosos en Augsburgo. Las C4A (el sistema defensivo intentado
blancas creyeron poderse permitir la es brillantemente refutado por las
jugada l. A X P?? porque después de negras), 17.... , D5T; 18. P3TR,
l . . . ., A X T; 2. T X A se vislumbra la P4CR! ; 19. P3C, A6A+ ; 20. R2T,
recuperación de la calidad, y así se D x_PT + !! (¡un remate magnífico!);
ganaría un peón. Pero no vieron la 21. C x D, P5C! Las blancas abando-

164
naron. El mate es inevitable. ¡Tales "¡Las huellas aterrorizan!»
recuerdos de juventud no los olvida
«Las huellas aterrorizan» (según
tan fácilmente ~1 aficionado! una fábula de Esopo), apartan a la
astuta zorra de la guarida del león
Diabólico movimiento solapado enfermo porque se da cuenta que
¡Un respiradero para el rey! Pero, muchas huellas llevan a ella, pero
¿se puede con ello, ciertamente, estar ninguna sale de la misma. «Descon-
tranquilo? ¡De ningún modo! fianza» debe ser una cualidad especial
del ajedrecista.
Cholmov
Ziuu
393
394

Bagirov (juega)
(29 Campeonato de las Repúblicas Soviéticas, Schmidt (juega)
Baku, 1961) (Rubia, 1963)

Con su última jugada C5R-7D(?)


Iguales peones, iguales piezas, y el
creyó abiertamente al negro, que el
poco espacio de más que tienen las
adversario había cometido una falta;
negras se puede nivelar, empero, con
él contaba con l. AX P+(?), RlT!
facilidad (pensaba el blanco), con l. ganando la calidad. El debía haber
TlA·lR('??). Pero precisamente este recelado y creer en una combinación;
movimiento de liberación confirma la pues siguió el golpe de gracia l.
derrota de la partida blanca, de modo D X P + !, con lo cual la situación la
verdaderamente di a b ó 1 i e o: l. ... , volvió del revés el blanco. (La agudeza
TXT+; 2. TXT, T7R!! Las blancas de que DXP+! es más fuerte que
abandonaron, la amenaza es l. D X D, A x P +?, puede en verdad fácilmente
2. D X P +. mientras 3. la dama blanca escapar a la observación). l. . .. , RlT.
debe mantener la defensa de la TlR. (Resignación. Las negras ven que el
Y 4. el blanco no puede asimismo contrario después de l. ... , C X D; 2.
cambiar la dama en f6, porque las AxC+, RlT; 3. AxD, CxT; 4.
negras entonces toman primero la R XC: tiene dos piezas por una torre)
T8R con jaque. Parecidas maniobras 2. DXP!, T2A; 3. AXC, DXA; 4.
se vieron ya ciertamente, pero basadas DxD, PXD; 5. TlD, CXA+; 6.
en su mayoría en la falta del respira- P X C y las blancas ganaron el final.
dero del adversario; un tema, que no ¡Muy característico!
está a discusión aquí, y por eso el Al maestro de Magdeburgo Pietzch
conjunto aparece con tan poca fre- le fue posible de modo semejante en-
cuencia. gañar a su colega de Berlín, Fuchs.

165
Pietzsch se puede sostener); 8. T3A, P5T; 9.
395 T3R, PXP+; 10. TXP, T5T; ll. R3R,
R2.R; 12. R3D, P4AR; 13. T3R +,
T5R; 14. TXT+, PAXT+; 15. R3R,
R3A; 16. R4A, R X P; 17. R4C, P4T;
18. P4T, P4C; 19. P3CD, PXP; 20.
PXP, R2A; 21. RJC, R2R! Las blan-
cas se rindieron porque el negro gana
la oposición y penetra decisivamente
con el rey. Se ve qué importancia
grande tiene en ajedrez el principio
Fuchs (juega) de elección al tomar en situaciones
(Dresden, 1964) tácticas. En este respecto también es
Al casi perdido C7R querían las muy instructivo el remate siguiente:
blancas crearle en seguida una posi-
Bozdo¡hína (juega)
bilidad de retirada y por ello jugaron
l. P5A? con el fin de asegurar la po- 396
sesión de la casilla 6CR. (Lo correcto
era, sin embargo l. C5T! para evitar
mecánicamente . .. , P4TR. El negro se
hubiese visto ante difíciles problemas).
Siguió l. .. ., P4TR! que buscaba con
astucia apartar a la dama en 4CR, de
la casilla 6CR, mientras las negras
tenían todavía en cartera PST. Pero,
las blancas no creyeron aún nada ma-
O no
lo, sino que jugaron conforme a su (XXV Campeonato de Rumania, 1963)
plan 2. C6C +? (¡las «huellas» eran
demasiado claras!) ya que él contaba El objetivo es para las negras ir
sólo con 2. ... , A X C?; 3. P X A lo que con la torre hacia 3T y dar mate.
realmente hubiese sido placentero pa- Dos procedimientos se les ofrecen:
ra el blanco. En lugar de esto: 2.... , inmediatamente Tl-3R, o primero
DX C!! (¡Este golpe fuera de programa T XC y luego T3R; ¡pero en la elec-
cambia el curso del juego!); 3. D X D, ción fallaron las negras! Y jugaron
AXD; 4. PXA, AXC! (¡un ingenioso así; l. ... , TXC?? Las blancas, empe-
movimiento intermedio que refuerza ro, se opusieron inteligentemente; 2.
aún las posibilidades de las negras TXP!!, TXT; 3. TXT y ganaron, ya
en el final! ); 5. PXA, TXT; 6. TXT, que la torre T4A se encuentra en una
TIR; 7. R2A? (Solamente e o n 7. ratonera, de la que no saldrá más.
TXT+, R x T ; 8. R2Tl existían aún ¡Realmente chusco!
pequeñas perspectivas de tablas), 7. En cambio, la maniobra directa l.
. .., T5R! (Ahora debían las blancas .. . , TlR-3R!; 2. CxT, TXC hubiera
cambiar la torre en 5R, lo que funda- decidido, ya q u e las blancas sólo
mentalmente sería desfavorable. Por pueden defenderse del mate que ame-
ello, evitan el cambio, pero el final no naza con la desesperada 3. TXPA.

166
. . . como uno obre así será tratado idea se cruza el adversario con elegan-
(Schiller). cia.) 6. . .., T X T; 7. D6A +, T2C; 8.
Muy interesante, en lo que se refiere TSD+, TXT; 9. DXT+, AIR!! (Este
al «tormento de la elección», es tam- postrer sacrificio del alfil aparta a la
bién el ejemplo siguiente. dama blanca de su vaivén de tablas.)
Schweda
10. DXA+, TIC y el negro ganó fá-
cilmente.
397
En cambio hubiera l. P6A + !, RIR
en conexión con la triplicación 2.
D2D!! (¡Defendiendo y atacando!) en-
cerrado el rey negro en una red de
mate. Las blancas no escogieron esta
continuación pero creyeron que las
negras podían liberarse con 2. . .. ,
DXP+; 3. DXD, AXD; 4. RXA.
Pero entonces proporciona la amenaza
imparable T3R seguido de T X P mate,
Teipelke (juega) a las blancas por lo menos un final
(Bruoswick, 1961)
enteramente superior. (Las negras de-
Las blancas habían sacrificado una bían jugar TI T).
pieza, para obtener esta posición de También vale esto en ajedrez:
ataque, pero debe ahora prestar aten- «¡Quien se eleva al Sí, ve a sus pies
ción a las contraamenazas D X P y el Pero! »
D8R, ambas con mate. Para jugadas
de ataque tranquilas no hay tiempo. La omitida barrera
Como jaques tenemos DSC + o P6A +. Bonue

Las blancas escogieron el primero 398


porque es obligado P3A y ahora la
torre blanca en la sexta línea puede
ejercer una «terrible inspección»: l.
DSC+?, P3A; 2. T6R+, R2.A; 3.
TXP+, R2C; 4. TXP+. (Con la es-
pera agradable de 4. ... , P X T; S.
DxP+., RIT; 6. T3T+ junto con
mate. Pero las blancas cayeron en to-
da la combinación en la falta tan
generalizada en ajedrez de no contar
Zuidema (juega)
al sacrificar una pieza, sino con la (Zürich, 1962)
aceptación pero no con rehusar dicho
sacrificio) 4. ·... , RIT!! (¡y ahora caye- Puesto que las blancas no tienen
ron de las nubes! Las negras conservan respiración alguna, no pueden cambiar
el P2TR que protege con suficiencia la torre ; deben pues protegerla con la
al rey. Ahora el negro vuelve a coger dama. Naturalmente el blanco podía
el timón). 5. TlD, DSA; 6. TSC+. (Las jugar para tablas con D8D +. y, caso
blancas esperan por lo menos ir en de R2C, D7D + seguido eventualmen-
busca de tablas. Pero también a esta te de D4T +, etc., pero esto no en-

167
traba para él en consideración y era ajedrez, ya que los constantes cambios
poco, habida cuenta de los peones en el acaecer de la lucha, no permiten
pasados, avanzados y unidos. Así esas realizaciones dogmáticas. Com-
pues, jugó l. D5C(?) y tuvo, sin em- páres·e y téngase en cuenta aquí, ade-
bargo, . que contentarse con tablas, más los ejemplos dados en la pág. 91
gracias a una ·inteligente maniobra de y siguientes. Podemos presentar aquí
su adversario: l. .. . , D5A!!; 2. TIC, un caso de valor didáctico de la XV
D6R!!; 3. TIA, D5AR! con repetición Olimpiada de Ajedrez.
de jugadas (3. DlA aquí en lugar de Los alfiles blancos están colocados
TIA, no sirve para nada; 3. ... , T X D; con desgracia; el A2C es, en primer
4. T x T, D7R!, etc.). Eventuales jaques término, sólo un peón de calidad que
de la dama blanca no cambiarían las ve su camino obstaculizado a derecha
cosas. e izquierda por sus propias huestes.
Pero, ¿cómo debe pues en la posi- Y el A3C se encuentra con base mo-
ción del ejemplo ganar, ya que con vediza; ningún peón le puede defen-
otros movimientos debe perder la der. No le saca de apuros la jugada
torre? Y precisamente ahí está oculto l. TIA?? Indicado estaba quizá l.
el triunfo: l. D3A!!, D X D; 2. P XD, A2T o cualquier otro movimiento.
T X T +; 3. R2C y los peones pasados Después de la jugada textual la dama
y ligados ganan contra la torre que negra va a buscar con una impresio-
se ve impedida de una defensa eficaz nante maniobra uno de los alfiles
por la barrera del peón 3A. ¡Un ver- blancos 1:•• .. .,
D3A! (amenaza mate
dadero huevo de Colón que como en ?CR, as'í ·que, el blanco no puede
todos los hallazgos parecidos se ven, hacer nada p~r los alfiles); 2. P3A,
naturalmente después, y ante el ta- D4C! y lo que pasó fue: 3. A4T,
blero tan difícil es descubrirlos! D X A2C. Las blancas abandonaron. Lo
cual, era claro ...
Piezas indefensas • • •
... son a menudo la causa de la Con ello, hemos llegado al fin. No
derrota. Claro está que el cuadro obstante las muchas faltas errores y
ideal : todas las piezas defendidas por desilusiones, permanecen los verda-
peones, no se realiza en la partida de deros aficionados fieles al rey de los
juegos, tal vez en el sentido de aquel
Bobby Fischer taxista neoyorkino, que en su coche
había emplazado un rótulo (aquí en
399
traducción española). «jPor favor, no
me pregunte sobre los resultados de
baseball. Soy ajedrecista 1•
Virgilio, que vivió hace más de
2.000 años, no lo era, pues entonces no
había el juego todavía. Pero queremos
unas hermosas palabras de sus églogas
hacerlas nuestras, y ponerlas como
fin y remate de este libro:
«Dios nos ha creado este pasa-
Rivera (juega)
(XV Olimpiada de Ajedrez, Varna, 1962) tiempo.•

168
INDICE DE JUGADORES
por diagramas

Aaron 363 Benko 362


Abrahams 168 Benzinger 248
Abramow 330 Berger 14
Achatz 392 Bernardi 98
Adam 202 Berzin 382
Adams 66 Bezzola 380
Ahues 71, 82, 210, 215, 227, 258, 289, Bittner 53
290, 308 Blackburne 192
Aitken 100, 185 Blass 247
Alfeis 302 Blaszczak 313
Alexander 131, 297 Blau 230
Alexandrescu 31 Bluhm 93
Dr. Aljechin 4, 47, 60, 61, 90, 107, Blümich 89, 177
188, 193, 199, 226, 234, 246, 250, Boese 357
268 Bogdanowsky 40
Anderssen 19, 78 Bogo!jubow 28, 70, 117, 118, 121,
Andreascheck 136 155, 170, 214, 253
Andresen 51 Bohl, 11
Dr. Antze 71 Bohosievici 360 b
Atkin 280 Bongrantz 334
Aufman 161 Bonham 333
Augustin 334 Bonne 398
Aulicky 229 Book 318
Awerbach 18 Borodin 2
Bozdoghina 396
Bagirow 393 Brannath 143
Balanel 282 Braunbehrens 83
Balogh 3 Breyer 166
Dr. Ban 320 Bronstein 342
Bannik 351 Brüchner 110, 181
Baratz 194 Brüntrup 160
Barcza 153, 342 Budrich 1, 55, 106
Barczay 381 Burnstein 348
von Bardeleben 187
Bares 44. Cabra!, 129, 163
Barendregt 158 Canal 36, 115, 28 .5
Barnes 200 Capablanca 6, 152, 172, 175, 186, 253
Bartolitsch 280 Cardoso 312
Bauschke 69 Carls 196
Becker 20, 322 Carro 304
Bednarski 365 Casas 32
Behrens 263 Castaldi 45
Bendiner 272 Chatard 173

169
Cholmow 393 Frydman 184
Christoph 300 Fuchs 395
Cohen 359
Colle 61, 236. 293 Gat 359
Collett 321 Gehler 389
Cortlever 332 Geir 307 b
Couvée 38 Gereben 26
Cranston 84 Gibaud 218
Cruusberg 345 Gibbs 391
Giegold 132
Dake 84 Giertz 278
Damjanovic 3 76 Gladwin 327
Darga 55 Glauser 379
Davidson 116 G!igoric 239, 361
Dean 377 Golombek !53, 185
Demetriescu 202 Griffi ths 390
de Rooi 388 Grob 133, 198, 215
Deschauer 233 Grodner 324
Deutschmann 69 Grohe 178
Donner 329 Grópner 206
Drescher 98 Grosdov 10
Dresga 194 Grünfeld 20, 81, 179, 287, 298
Dresler 211 Gudin 40
Dr. Dünhaupt 314 Gudju 242
Dunkelblum 285 Gumprich 1, 256
Duras 25, 176 Günther 278
Gusev 18 ,,
Ehlert 11 Gutsche 180
Ekstri:im 91 Gygli 198 .
Eliskases 62, 163, 183
Elstner 283 Hahnke 142
Engel 101 Haida 22
Dr. Engel 235 Hallbauer 336
Engels 87, 167, 224. 273, 312 Halvorsen 296
Engert 291 H a ndke 316
Englund 166 Harms 124
Erdelyi 170 Harrison 331
Erbis 299 Dr. Hartlaub 42
Erichsen 111 Havasi 191
Ernst 7 Hayden 16
Dr. Eschrich 57 Heims 164
Dr. Euwe 54, 116, 117, 134, 226 Heinicke 195
Heintz 8
Fackler 241 Heinze 277
Fahrni 176 Held 270
Feld 90 Helling 128, 179, 292
Fincke 73 Henneberger 30, 62
Fischer 364, 399 von Hennig 105, 217, 259, 286
Fiad 301, 338 Henning 263
Fleischmann 148 Herland 139
Fletcher 268 Dr. Herrmann 31 O
Formanek 229 Herzog von Braunschweig 21
Foulds 88 Hindle 391
Franz 306 a Hjorth 323
de Freitas 224 Hillel 19
Freymann 232 Hochstrasser 247
Friedmann 352 Hoffers 271

170
Hoffmann 3 58 Kostrovickv 65
von Holzhausen 219 Kotow 254, 366
Holzl 183 Kotrc 149
Hooper 333 Koutny 234
Horn 73 Kramer 388
Horne 349 Kraus 213
Horowitz 279 Krause 125, 221
Hottes 358 Dr. Krejcik 272
Hromadka 113 Kretschmer 181
Hübner 126 Krug 144
Hult 321 Krüger 104
Krummhauer 165
Kruschwitz 277
Iberg 379 Kühn 340
Illingworth 131 Kühne 75
Israilovici 317 Kunerth 314
Ivkov 351 Kunnemann 58, 145
Kunze 325
Jacob 329 Kupchik 207
Jacobsen 174
Jakobs 93 Dr. Lachmann 130
Jakobson 105 Landsberger 44
Janczek 373 Lange 235
Jenik 357 Ed. Lasker 86
John 50 Em. Lasker 265
Johner 56, 190, 204 Laurine 307 a
J ohnston 245 Lazard 59, 218
Jbrg 368 Lee 264, 387
J ost 346 Lemaire 343
Jurgschat 337 Lengyel 353, 354, 355, 360
Just 371 Lenz 164
Leonhardr 225
Lewerenz 344
Kahn 310 Lexandrowitsch 165, 337
Kamischow 68 Lidelel 99
Kampfhenkel 385 Lie 211
Kanko 350 Loikanen 356
Karstens 216 Loman 134
Kayser 309 Longhran 331
Keffler lOO Lo~¿n 205
Keller 220 Lowenfisch 23 2
Kempff 299 Luczyno•vicz 64
Kipke 201, 238 Dr. Lunau 5
Kirchhammer 221 Lundin 284, 305 a, 323
Klaarwater 48 Lusch 311
Kmoch 94 Lutikow 240
B. Koch 108, 110
W. Koch 223
Kochtaria 37 Machate 259
Kohnlein 193 Mackenzie 24, 95
Kliem 311 Madler 372
Kieninger 273 Mai 123
Komke 123 Maister 10
Kopetzky 115 Malzahn 124
Korn 369 Mande! 336
Kortschmar 254 Mannheim 43
Kortschnoj 140 Marache 214 a
Koss 14 Marco 79, 228

171
Marlow 8 Parnell 95
Maroczy 102 Paterson 352
Marshall 17, 122, 172, 175, 186, 207, Pavey 279
245, 297 Pawlenko 386
Mason 249 Perlis 154, 251
Matanovic 3 54 Pertisch 162
Maugg 392 Pfeffer 162
Meck 241 Pfeiffer 33 9
Meleghegyi 373 Piazzini 32
Dr. Meyer 220, 233 Pietzsch 395
Mieses 97 Pillsbury 49, 189
Mikenas 169, 262 Pilnik 63
Mindeno 60 Pilskalnieti 382
Miss Menchik 59 Piotrowski 147
Molinari 129 Pire 288
Moritz 208 Plass 144
Morphy 21, 200, 214 a Platz 212
de Moura 230 Pollock 34
Mross 76 von Popiel 228
Mühlbach 178 Popoff 92
Mühring 326 Porebski 365
Müller 75, 121, 130, 171 Pora th 361
Dr. Munk 203 Portisch 3 53
Musiol 335 Posr 29, 35
Muth 266, 300 Poulsen 127
Prameshuber 369
Prins 52
Naegeli 107 Prinz von Mingrelien 23, 37, 96
Dr. Nagy 281 Pylakowski 197
Najdorf 328
Nardus 120
Navarowsky 375 Rasmussen 296
Newman 341 Raubitschek 6
Niesslbek 340 Rautanen 350
Nielsen 109, 127, 156, 345 Regensburg 43
Niener 269 Reicher 274, 306 b
Nimzowitsch 250 Reinhardt 74
Noteboom 222 Rellstab 27, 114, 119, 209, 227, 261
Nürnberg 155 Reschewsky 54, 267, 328. 364
van Nüss 291 Reyss 48
K. Richter 13, 46, 72, 80, 103, 126,
Ofstad 384 133, 142, 146, 150, 167, 208, 231,
O'Kelly 383 283, 294
Olafsson 307 b Riedel 143
Dr. Olland 25 Rivera 399
Olsen 174 Rjumin 92
Olsommer 367 Robson 138
Opocensky 113, 199, 275 Rock 237
Orbach 146 Dr. Rodl 70, 89
Osterburg 389 Rodríguez 383
Otto 396 Rogmann 171
Ovenden 16 Romani 45
Owen 41, 137 Romanow 15
Romi 347
Rosengarten 260
Pachman 319 Rossolimo 304
Pantzke 206 Rowner 68
Panzer 371 Rubinstein 255, 305 b

172
Rusenescu 317 Stüber 223
Rywosch 137 Süchting 192
Sultan Khan 28, 157
Suta 33
Sacconi 191 Sutey 33
Sacharow 387 Swiderski 122
Sadowsky 5 Szabados 12
Saila 318 Szabó 320, 326
Salter 79 Szekely 375
Salvioli 244 Szilagyi 303
Samisch 50, 101, 236, 298, 315, 339 Dr. Szi1y 381
Sandifort 1 S8 Szukczta 197
Sauberli 380 Szyfter 76
Saunders 252 Szymanski 64
Schatz 132
Schettler 77
von Schewe 17 Tal 362
Schifferdecker 315 Talla ntyre 99
Schiffers 13 S Dr. Tarrasch 219, 370
Schlage 67, 112, 190, 292 Dr. Tartakower 188, 293
Sch1echter 154 Dr. Taube 195, 217
Schleebaum 83 Taverner 324
Schli:imer 260 Teipelke 397
L. Schmid 239, 266, 368 Teschner 301, 338
Schmidt 394 Thal 385
Schmitt 169, 231 Thibaut 343
Schneider 57 Thomas 349
Schories 85, 88, 210, 225, 237 Thompson 327
Schri:ider 111, 159 Thomsen 141
Schu1z 344 Thormann 302
Schuster 118, 196, 348 Thorsen 141
Schweda 397 Thynne 168
Seeger 77 Tolusch 262
Semga1is 213 Tomovic 374
Shainswit 267 Torre 66 , 182, 265
Showalter 189 von Toth 87
Sikorski 39 Dr. Treybal 30
Simagin 330 Trifunovic 212, 363, 376
Sir Thomas 86 Dr. Tri:iger 7, 108
Dr. Skalicka 22 Trojanescu 26
Smyslow 305 a Tschechower 140, 240
Sokolov 374 Tschigorin 135, 264, 305 b
Soultanbeieff 2, 52 Tschikowani 61
Spengler 276 Tschukajew 386
Speyer 38 Tura1aw 15
Spielmann 255 Tylor 243
Stahlberg 322 Tyroler 3l
Sta1di 347
Starck 378
van Steenis 303, 316 Udovcic 12
Steinbrecher 248 Uhlmann 372, 384
Steinitz 187 Ullrich 209, 216, 276
Steneberg 258
Sternberg 145 Varadi 355
Stoltz 109, 205, 284, 288, 366 Vasconcellos 74
Stoner 9 Dr. Vidmar 184, 275
Storch 325 Villegas 152
Stotojewski 274 Vlk 270

173
Voiculescu 282 Winiwarter 367
Vogel 106 Winter 222, 243, 252
Wischniakow 41
Wachtel 335 Witkowski 313
Wade 63 Wolpert 390
Wagner 81, 119, 286 Wood 341
Wallis 377 Worms 53
Walter 281
Weber 151
Yates 4, 157
Wechsler 242
Weenink 94
Wegemund 67, 287 Zambelly 102
Weissgerber 27 Zehntmayer 136
Weissinger 269 Zinn 394
Werle 307 a Zirngibl 3{)6 a
Werlinski 246 Zost 104
Westerinen 356 Zuckertort 78
Winawer 249 Zuidema 398
Windfuhr 151 Zwetcoff 319

174
INDICE DE TEMAS
Por páginas

Prólogo a la 3.a edición alemana 5


Prólogo a la 4.a edición alemana 6
Prólogo a la edición española ... 7

l. LA RED DE MATE ..... 9

Casos de mate. Formación de la red de mate. Combinaciones


técnicas de mate . . . . . . 9
Ejemplos sencillos de mate 9
Mate del rey por ahogo 24
En la octava línea . . . . . . .. . 27
La dama «excéntrica» . . . . .. . . . 32
El punto crítico 7TR . . . . .. . . . . .. 33
El Rey de viaje . .. . .. 41
Fantasía y Red de mate . . . . . . . .. .. . . . . .. . . .. . . . . . . . . . . . . 45

11. FUERZA Y EFECTIVIDAD DE LAS PIEZAS 52


A. La efectividad de las piezas aisladas 52
El "salteador. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
El alfil de largo alcance . . . . . . . . . . . 57
Las recias y rectilíneas torres . . . . . . 63
El ~<imperceptible» peón . .. . . . . . . 68
B. Aumento y disminución del poder de las piezas 75
Clavadas: propia, casi propia, impropia ... 75
Nadie puede servir a dos amos .. . .. . .. . .. . 81
Lucha contra la pieza protectora . . . 85
La pieza desamparada .. . .. . ... .. . ... ... 91
La pieza cercada .. . .. . .. . .. . .. . .. . 96
El temible ataque a la descubierta .. . .. . .. . 98

III. FUERZA Y EFECTIVIDAD DE LOS MOVIMIENTOS ... ... ... 110


Ganancia de tiempo. Particularidades de la sucesión de jugadas. llO
¿Qué es una ganancia de tiempo? .. . .. . .. . .. . .. . 110
De las peculiaridades en la sucesión de jugadas .. . .. . .. . .. . .. . 123

175
IV. DE LA A HASTA LA Z . . ... . .. ... . 130
Desviaciones . . . . . . . . . . . . . .. 130
Movimientos «dando paso» .. . 131
Analogías .. . ... ... . .. ..... . 131
¿¡Bromas de Abril 1? . . . •. . . . . . . . . . . . .. 132
Sacrificios de dama . . . . . . . . . . . . . .. 133
Ataques dobles . . . . . . . . . . . . . .. 133
Desilusiones . . . . . . . . . . . . . .. 134
Relámpagos mentales . . . . . . . .. 135
Manjares apetitosos . . . . .. 136
Ratoneras .. ... . . .. . .... ... . 136
Observaciones sobre el borde 137
Puntos de intersección . . . . . . 138
Momentos de páni.co . . . . . . . 139
Escapadas de caballo . . . . . . 140
Prolongaciones . . . . . . . . . . . . . .. 140
Transformaciones . . . . . . . .. 141
Jugadas intermedias . ....... .. .. . . . 142

V. DEFICIENCIAS HUMANAS . .. ...... .. ... . 144


Un coloquio final sobre faltas y errores al combinar 144
El empate, en todo torneo . . . . . . . . . . . . . . . . .. 144
Movimientos «falsos» . ... .. .... ... .. ... .. :' . . . 146
«Ceguera ajedrecística» 148
Después de 60 años . . . . . . . . . . .. 150
Después de 47 años . .... . ... .. . 150
«<nvitación al baile» . . . . . . . .. 150
El admirable cerebro ajedrecístico 151
Los viajes descaminados de Odiseo .. .. . .. . . 153
Una sugestión de masas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
Ejemplos contradictorios . . . . . . . . . . . . . .. 155
Pequeñas tragedias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156
Falso brillo de la clavada .. .. ..... . . 158
En la trayectoria del esquema de mate . .. 159
Respecto ante el gran Maestro .. . 160
En lugar de esto ... 161
Peligros en el borde . . . . . . 162
Uno tenía razón .. . 163
Un "embustero» .. . 163
Agudeza drástica . . . . . . 164
Diabólico movimiento solapado ... 165
«¡Las huellas aterrorizan! » . . . . .. 165
La omitida barrera . . . .. . . .. ... . . . 167
Piezas indefensas . . . . . . . . . . . . . . . . . 168
In dice de jugadores por diagramas ... .. . 169
Indice de temas por páginas . . . . . . . . . . .. 175

176

. é

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