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Unidad II - Jurisdicción

1-Concepto: el vocablo “jurisdicción” se utiliza con diversos significados, a nosotros nos interesan los siguientes:
a) el que radica en la potestad de uno de los poderes del Estado, el Judicial; y
b) el que es un concepto más amplio, incluye a la jurisdicción administrativa y aun a la legislativa, y considera la “jurisdicción”
como la actividad desplegada por un órgano facultado para ello, a fin de resolver un conflicto entre partes, aplicando el
derecho.
Nosotros utilizaremos el término con el sentido restringido, limitando la jurisdicción a la función judicial.
"Jurisdicción" significa "decir o declarar el derecho". Por ello, podemos decir que "la jurisdicción es la facultad para declarar
el derecho, aplicarlo a casos concretos y hacerlo cumplir". Ésta facultad está asignada al Poder Judicial y a sus miembros: los
jueces. Todos los jueces (desde los miembros de la Corte Suprema hasta los jueces de Ira. Instancia) tienen por igual
jurisdicción: todos tienen la facultad de declarar el derecho.
Se suele usar el término "jurisdicción" para referirse inadecuadamente a:
a) Un ámbito territorial (ej.: "jurisdicción de la Provincia de Chubut"). Este uso es incorrecto, pues se confunde jurisdicción
con soberanía.
b) Al conjunto de tribunales de un determinado fuero o al conjunto de asuntos en los que puede entender un juez (ej.:
"jurisdicción civil" o "jurisdicción penal").- Este uso también es incorrecto, porque se confunde la jurisdicción con la
competencia.
Reiteramos entonces, que el uso correcto de la expresión jurisdicción debe estar referida exclusivamente a la facultad del
Poder judicial para ejercer la función Jurisdiccional.
El art. 108 de la C.N determina que “El Poder Judicial de la Nación será ejercido por una Corte Suprema de Justicia, y por los
demás tribunales inferiores que el Congreso estableciere en el territorio de la Nación”, y el art. 109 prohíbe al presidente de
la Republica “ejercer funciones judiciales, arrogarse el conocimiento de causas pendientes o restablecer las fenecidas”.
Es necesario saber cuáles son los casos que ineludiblemente deben ser sometidos a los jueces.
La función del Poder Judicial es la de resolver conflictos de intereses en su calidad de tercero imparcial. El conflicto surge por
la no adecuación de la conducta de los sujetos a lo previsto en la norma jurídica, esta falta de adecuación puede aparecer por
una transgresión voluntaria de la norma primaria o por causas no imputables a los sujetos. Los jueces intervienen aun
cuando no haya una transgresión actual de la norma, pero existe una situación de incertidumbre que en sí misma origina un
conflicto y que una de las partes tiene interés en hacer cesar.
Algunas veces se permite que el conflicto pueda ser solucionado entre los interesados, debiendo el Estado acatar lo que
éstos hayan acordado.
En otros casos, el Estado debe intervenir, aun cuando las partes convengan la forma de solución del conflicto. Ello es así
porque el legislador considera, en tales supuestos, que la transgresión afecta el interés social y de esa manera resulta
ineludible la intervención del juez para subsanar el agravio. Tal lo que sucede en ciertos procesos civiles, como los que hacen
al estado de las personas (nulidad de matrimonio, declaración de incapacidad, etc.) donde la disponibilidad de los derechos
de las partes se encuentra cercenada.
En los procesos penales, en general, el damnificado directo (víctima del delito) no dispone del proceso ni puede pactar la
sanción, es el Estado quien intervendrá, aun en contra de la voluntad del ofendido. Hay excepciones en cuanto a los delitos
de acción privada y los de instancia privada; en los primeros, el ejercicio de la acción depende de la víctima, quien la ejercita
a su voluntad; en los de instancia privada, no se procederá a formar causas sino por acusación o denuncia del agraviado o de
su tutor, guardador, o representante.
La ley 24.825 incorporó al Código Procesal Penal de la Nación “el juicio abreviado”. Según esta ley, cuando el Ministerio Fiscal
estimare suficiente la imposición de una pena privativa de libertad inferior a 6 años o de una no privativa de libertad, podrá
solicitar, al formular el requerimiento de elevación a juicio, que se proceda según las disposiciones del juicio abreviado.
Jurisdicción de equidad y de derecho: el principio de legalidad (art 18 CN): en nuestro sist., el juez está sujeto al principio de
legalidad. Esto significa que le corresponde a él aplicar la ley del caso concreto, sin hacer valoraciones de justicia que sólo
corresponden al legislador. Es este quien formula el derecho mediante leyes de carácter general y abstracto, dadas antes de
que suceda el caso concreto y previendo sólo la hipótesis de que tal cosa llegue a ocurrir en la realidad.
La JURISDICCIÓN DE EQUIDAD supone que el juez, cuando es llamado a resolver un conflicto, no tiene una norma anterior
que le indique cómo hacerlo, y entonces la crea para ese caso individual, dando la solución que él considera más justa. El
magistrado no aplica el derecho sino que lo crea.
La JURISDICCIÓN DE DERECHO, o sistema de legalidad, el juez tiene el deber de encontrar, dentro de todo el ordenamiento
jurídico, las normas que, según su criterio, contemplen el caso a resolver; debe interpretar el alcance de ellas de acuerdo con
las concepciones predominantes en la sociedad y cuidar que su aplicación no contradiga el espíritu o la letra de otras de
jerarquía superior.
También es atributo del juez verificar que los presupuestos de hecho que tuvo en cuenta el legislador al sancionar la norma
general están dados en el caso concreto. Lo que el juez de derecho no puede hacer es dejar de aplicar una ley porque la
considera injusta; la injusticia que administra el juez es, en el sist. de la legalidad, la justicia en sentido jurídico; sólo aprecia
su validez dentro del ordenamiento jurídico, pero los criterios subjetivos de justica son impuestos por el legislador.
“Aplicar” la ley no significa necesariamente ceñirse a sus términos de manera literal sino darle a ella un sentido axiológico: el
juez que autorizó la donación de un riñón hecha por la ex esposa del receptor, de quien estaba divorciado, a pesar de que ley
24.193 solo permite la donación de órganos entre parientes consanguíneos, o por adopción hasta el cuarto grado, cónyuges
o personas convivientes, aplico bien la norma no obstante un aparente apartamiento de la letra de ella. Valoró las
circunstancias especiales del caso (existencia de un hijo menor del matrimonio divorciado, escasa peligrosidad para la
donante, dictamen favorable de los médicos, etc.) Y concluyó que se respetaba la intención del legislador al permitir la
donación.
El Poder Judicial debe controlar la legalidad de los actos de la Adm. Pública y la constitucionalidad de actos, decretos y leyes.
2-Tutela jurisdiccional: se habla de tutela o de “garantía jurisdiccional”; esta última noción parte de la idea de que el Estado
“garantiza” la observancia de las normas jurídicas que él mismo establece. Cuando los sujetos no ajustan su conducta a la
norma, es necesario crear los mecanismos idóneos para compeler al incumplidor o para aplicarle las sanciones que
corresponden al incumplimiento. Esto es precisamente lo que garantiza el Estado: que existan los medios destinados a tales
fines.
La tutela jurisdiccional es eficaz no sólo cuando se ha transgredido la norma sino también como elemento disuasivo de la
transgresión; cuando el sujeto sabe que si no cumple la ley existen medios para obligarlo a cumplir, o para sancionarlo.
Modalidades de la tutela jurisdiccional:
a) Transgresión de la norma: es la conducta de las personas que más comúnmente da origen a la actividad jurisdiccional del
Estado. Frente al incumplimiento de la norma, el Estado interviene ejerciendo coacción contra el sujeto para obligarlo a
cumplir o aplicando las sanciones pertinentes. La coacción puede ser material o psicológica; la material se da cuando es
posible ejercer la fuerza para obtener el cumplimiento (ej. El desapoderamiento de la cosa que debe entregar al deudor); la
coacción psicológica se da cuando tal cumplimiento no puede lograrse de manera compulsiva, ej. La inobservancia del
régimen de visitas impuesto a favor del padre que no tiene la tenencia de su hijo, los jueces pueden utilizar los medios
indirectos para obtener el cumplimiento, como las sanciones conminatorias, que son penas pecuniarias.
ART. 37 COD. PROC. PROV. SANCIONES CONMINATORIAS: “Los jueces y Tribunales podrán imponer sanciones pecuniarias
compulsivas y progresivas tendientes a que las partes cumplan sus mandatos, cuyo importe será a favor del litigante
perjudicado por el incumplimiento.
Podrán aplicarse sanciones conminatorias a terceros, en los casos en que la ley lo establece.
Las condenas se graduarán en proporción al caudal económico de quien deba satisfacerlas y podrán ser dejadas sin efecto, o
ser objeto de reajuste, si aquél, desiste de su resistencia y justifica total o parcialmente su proceder”.
Las sanciones pueden tener finalidades diversas: ser sustitutivas del cumplimiento, cuando no es posible obtenerlo (ej.
Indemnizaciones por daños y perjuicios), o meramente punitivas, sin carácter resarcitorio del perjuicio (ej. Las de la ley
penal). Estas últimas por lo general, se aplican junto con las anteriores: el autor del delito debe cumplir la pena que
determina el Código Penal y, además, resarcir a la víctima del daño causado.

b) Falta de certeza del derecho: la actividad judicial no se agota con la intervención de los jueces ante la transgresión de la
ley.
Quien pide una sentencia de mera declaración de certeza quiere que el juez reconozca que su derecho existe, o que declare
que no existe el derecho de su adversario.
Para pedir una sentencia de mera declaración, el actor tiene que demostrar el interés en hacer cesar el estado de
incertidumbre, o dicho de otra manera, demostrar que tal estado le causa un perjuicio; la sentencia meramente declarativa
se presenta como el medio necesario para evitar ese perjuicio. Debe tratarse de un supuesto en que la transgresión de la
norma aún no se haya producido; si ésta se produjo y el peticionario dispone de la acción que le permite obtener una
sentencia de condena, y por consiguiente, debe rechazarse la pretensión de sentencia meramente declarativa.
La sentencia que resuelve una pretensión de condena también contiene una declaración acerca de la existencia o
inexistencia del derecho invocado por el actor, pero tal declaración es un antecedente de la decisión final, que es la condena
o el rechazo de la pretensión; en cambio, en la meramente declarativa, la pretensión se agota en la decisión. El art. 322 CPN
regula la acción meramente declarativa.
ART. 325 CP PROV. ACCIÓN MERAMENTE DECLARATIVA: “Podrá deducirse la acción que tienda a obtener una sentencia
meramente declarativa para hacer cesar un estado de incertidumbre sobre la existencia, alcance o modalidades de una
relación jurídica, siempre que esa falta de certeza pudiera producir un perjuicio o lesión actual al actor y éste no dispusiere de
otro medio legal para ponerle término inmediatamente.
Si el actor pretendiera que la cuestión tramite por las reglas establecidas para el juicio sumario o sumarísimo, la demanda
deberá ajustarse a los términos del artículo 490.
El juez resolverá de oficio y como primera providencia, si corresponde el trámite pretendido por el actor, teniendo en cuenta
la naturaleza de la cuestión y la prueba ofrecida”.

c) Tutela jurisdiccional con finalidad constitutiva: hay supuestos en que el conflicto aparece cuando hay simplemente una
conducta que se ajusta a la norma primaria, por causas inimputables a las partes.
No se ejerce coacción para lograr el cumplimiento de la jurídica ni hay sanciones para las partes. Ello es así porque no hubo
transgresión voluntaria de la ley y, por lo tanto, el conflicto se soluciona sin atribuir culpa a ninguno de los litigantes.
d) Tutela jurisdiccional con finalidad cautelar: en la mayoría de los supuestos, el proceso cautelar será antecedente del
proceso originado para garantizar el cumplimiento de la norma transgredida o el cumplimiento de la sanción que se impone
al transgresor. La finalidad del proceso cautelar justifica un tratamiento diferenciado.
e) Actividad jurisdiccional de control de la autocomposición del conflicto: ante la existencia de un conflicto, las partes
pueden solucionarlo en la forma que consideren oportuna, y el Estado debe acatar lo decidido por ellas. Ej. la transacción.
En ciertos supuestos, el Estado interviene, aun cuando los interesados convengan en la forma de solución del conflicto. Lo
hace por entender que dicho conflicto y posible solución afectan el “orden público”, es decir, el conjunto de condiciones
fundamentales que rigen en una comunidad jurídica y cuya alteración pone en peligro los cimientos mismos en que se
asienta dicha comunidad.
El orden público limita la libertad de los individuos para disponer de sus derechos y, en definitiva, la determinación de los
casos comprendidos en él es un problema de política jurídica, adoptada por el Estado según la época y el lugar que
correspondan.
Si está interesado el orden público, no será posible la autocomposición del conflicto, pues es necesario un control
jurisdiccional sobre lo decidido por las partes.
En dicho control, el juez hará una valoración de conductas y decidirá, según las normas vigentes, si lo acordado por las partes
vulnera o no el orden público.
Este contralor jurisdiccional de la autocomposición del conflicto se diferencia de la mal llamada jurisdicción voluntaria, ya
que en el 1er caso existe un conflicto que, resuelto de común acuerdo por los interesados, necesita del control judicial; en la
“jurisdicción voluntaria” no existe conflicto en ningún momento, ni siquiera con anterioridad a la presentación ante el juez.
Es por ello que si el Estado considera que en un determinado supuesto no basta la voluntad de las partes para la solución del
conflicto, ella tiene que integrarse necesariamente en la decisión jurisdiccional, no pudiendo derivarse el control a otro
órgano del mismo Estado. En cambio, los asuntos que comprenden a la “jurisdicción voluntaria” pueden ser tramitados ante
los jueces o ante organismos administrativos, según lo crea más conveniente el legislador.
El legislador estimó que en esta materia está interesado el orden público y, por ello, manda que el juez haga un control
acerca de las causas que, según la ley, permiten acoger la petición, esto es, la existencia de motivos graves que “hacen
moralmente imposible la vida en común”.

La cognición y la ejecución forzada: el ejercicio de la jurisdicción judicial comprende dos aspectos:


a) La cognición: supone el conocimiento del juez para declarar el derecho que ponga fin al conflicto suscitado.
Para llevar a declarar el derecho aplicable, el juez desarrolla distintas actividades:
1) determina cuales son las cuestiones a resolver; para ello considera la demanda y su contestación, es decir, la pretensión
del actor y las defensas del demandado.
2) establecidas las cuestiones sometidas a decisión, el juez busca la norma o normas jurídicas que contemplan cada una de
esas cuestiones;
3) partiendo de la norma elegida, el juzgador separa los presupuestos de hecho de ellas;
4) luego, verifica que estos presupuestos de hecho de la norma, que dan fundamento a la pretensión o a la defensa, hayan
sido debidamente afirmados por el litigante a quien favorece la aplicación de tales normas;
5) seguidamente comprueba si los hechos afirmados han sido debidamente probados, haciendo la interpretación y
valoración de la prueba, y
6) si algún hecho no ha sido probado, el juez establecerá quien tenía la carga de la prueba y, por lo tanto, a quien perjudica
su falta; esto se hace tanto en el proceso civil, como en el penal. En el penal si no se probaron los hechos en que se funda la
acusación, el procesado será absuelto.
Antes de resolver el litigio por aplicación de las reglas sobre la carga de la prueba, el juez debe ordenar, de oficio, que se
produzca la que considera oficial.
Después de todos los procedimientos, que exigen razonamientos lógicos y conocimientos jurídicos, el juez estará en
condiciones de emitir su decisión fina. Para comprobar si esa decisión es correcta, el juzgador hará un razonamiento de
carácter deductivo. La actividad judicial, se trata de razonamientos complejos que se interrelacionan unos con otros; así es
que para buscar la norma jurídica, el juez no podrá prescindir de los hechos afirmados por las partes, y para desentrañar
estos no podrá eludir la norma que corresponde aplicar.
En esta faz de la jurisdicción de cognición o conocimiento, predomina el razonamiento, la valoración, el juicio del juez, para
declarar el derecho.
b) La ejecución: existen supuestos en que el conflicto originado se soluciona con la mera declaración de derecho, como
sucede con el dictado de las sentencias declarativas y constitutivas, y en otros casos la declaración deja subsistente el
conflicto, ej. en una sentencia que declara que el actor tiene derecho al cobro de su crédito, es evidente que ello sólo no va a
satisfacer al acreedor, será necesaria, además, la condena que compele al deudor a cumplir su obligación.
El juez debe contar con los medios necesarios para obligar al perdedor a cumplir las sentencias firmes de la condena. Frente
al demandado renuente, el juez tiene a su servicio la fuerza para que sus decisiones sean acatadas.
En el proceso civil, y acorde con el carácter de la condena, el juzgador ordenará, a pedido del vencedor, el embargo de
bienes de su deudor para su posterior venta, a fin de satisfacer al acreedor; la ejecución de los trabajos a costa del vencido,
en caso de condenas de hacer, y la destrucción de lo hecho si se transgrede la condena de no hacerlo. En las condenas a
escriturar, ante el incumplimiento, el juez suscribirá la escritura por el incumplidor. Procedimientos legislados en los arts. 499
y siguientes del CPN.
ARTS. 505, 506, 507 CP PROV.
ART. 505 COMPETENCIA:
Será juez competente para la ejecución:
1. El que pronunció la sentencia.
2. El de otra competencia territorial si así lo impusiere el objeto de la ejecución, total o parcialmente.
3. El que haya intervenido en el proceso principal si mediare conexión directa entre causas sucesivas.
ART. 506 SUMA LÍQUIDA EMBARGO: Si la sentencia contuviere condena al pago de cantidad líquida y determinada o hubiese
liquidación aprobada, a instancia de parte se procederá al embargo de bienes, de conformidad con las normas establecidas
para el juicio ejecutivo.
Se entenderá que hay condena al pago de cantidad líquida, siempre que de la sentencia se infiera el monto de la liquidación,
aun cuando aquél no estuviese expresado numéricamente.
Si la sentencia condenase a una misma parte al pago de una cantidad líquida y de otra ilíquida, podrá procederse a la
ejecución de la primera sin esperar a que se liquide la segunda.
ART. 507 LIQUIDACIÓN: Cuando la sentencia condenare al pago de cantidad líquida y el vencedor no hubiese presentado la
liquidación, dentro de 10 días contados desde que aquélla fuere ejecutable, podrá hacerlo el vencido. En ambos casos se
procederá de conformidad con las bases que en la sentencia se hubiesen fijado.
Presentada la liquidación se dará traslado a la otra parte por 5 días.

*El juez tiene la facultad, otorgada de manera genérica, de autorizar las vías de ejecución.
c) Juicio ejecutivo: sin haber una condena judicial, el acreedor cuenta con instrumentos que le permiten una rápida
percepción de su crédito. Son los llamados títulos ejecutivos, de los que surge la obligación de dar cantidades liquidas de
dinero o fácilmente liquidables. Estos instrumentos (art. 523 CPN) autorizan un conocimiento limitado del juez, en estos
procesos se advierte un predominio de la fuerza del poder jurisdiccional en detrimento de la faz cognoscitiva. En los juicios
ejecutivos solo se autoriza a discutir la bondad o no del título, con el cual se inicia la ejecución.

ART. 525 CP.PROV. PROCEDENCIA: Se procederá ejecutivamente siempre que en virtud de un título que traiga aparejada
ejecución, se demandare por obligación exigible de dar cantidades líquidas de dinero, o fácilmente liquidables.
Si la obligación estuviere subordinada a condición o prestación, la vía ejecutiva procederá si del título o de otro instrumento
público o privado reconocido que se presente junto con aquél, o de la diligencia prevista en el artículo 530, inciso 4), resultare
haberse cumplido la condición o prestación.
Si la obligación fuere en moneda extranjera, la ejecución deberá promoverse por el equivalente en moneda nacional, según la
cotización del banco oficial que corresponda al día de la iniciación o la que las partes hubiesen convenido, sin perjuicio del
reajuste que pudiere corresponder al día del pago.

ART. 526: OPCIÓN POR PROCESO DE CONOCIMIENTO: Si, en los casos en que por este Código, corresponde un proceso de
ejecución, el actor optare por uno de conocimiento y hubiese oposición del demandado, el juez atendiendo a las
circunstancias del caso, resolverá cuál es la clase de proceso aplicable.

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