You are on page 1of 8

Edad Moderna Mod 2

La edad moderna es el tercer periodo dentro de la historia universal que se dio a conocer a partir del siglo XV
hasta el XVIII. Se dieron a conocer en torno a los avances tecnológicos e intelectuales que sucedieron en este
período. Tuvo su inicio en el 1453 tras la caída de Constantinopla o en el 1492 con el Descubrimiento de
América, y finalizó en el 1789 con la Revolución Francesa. Es en esta época donde dos mundos se encuentran:
el viejo mundo que comprende a África y Eurasia, y el nuevo mundo que abarca a América.

Características de la edad media

Avance literario, artístico y científico

Las letras, las artes y las ciencias se desarrollaron notoriamente en este periodo luego del impulso de los
renacentistas, donde la economía aumentó en las monarquía y se realizaron grandes descubrimientos
geográficos.

Encumbramiento de las monarquías

Este encumbramiento se dio por el apoyo dado de los burgueses cultos, ricos y con las ambiciones políticas,
quienes buscaban solución ante los problemas sociales y la inestabilidad económica de la edad moderan. Se
unieron todas las clases sociales para así aportar la monarquía y solucionar los problemas de la época.

Reforma religiosa

Es en esta época donde la unidad de los cristianos se rompe, dividiéndose en protestantes y en católicos.

Período de grandes revoluciones

Durante estos siglos sucedieron revoluciones que cambiaron el ámbito económico, político y social. Ejemplo
de ello son los efectos del Descubrimiento de América que beneficio a España, ya que llegaron muchas
riquezas y productos nunca antes vistos, lo cual hizo crecer la economía.

Monarquía autoritaria

Es en la Edad moderna donde los reyes toman nuevamente el poder que en los tiempos del feudalismo habían
dado a la nobleza.

Desarrollo del comercio

El comercio durante esta época tuvo un gran desarrollo, principalmente el comercio colonial, comercio
realizado con territorios descubiertos.

Surgieron nuevos movimientos

En la Edad Moderna aparecieron dos movimientos de gran importancia en la historia universal: el renacimiento
y la reforma protestante.

Comportamiento individualista del hombre

El hombre durante esta época se torno egoísta, donde el triunfo en vez de ser gremial y colectivo paso a ser un
logro individual, donde las habilidades y destrezas se distinguía entre las demás personas.
Otras características de la Edad moderna
Durante esta época el Renacimiento nace como un expresión artística y posteriormente surge el Barroco.
Toda la filosofía se centra en el Humanismo, donde se toma el ser humano como el centro de todo.
Se realizaron diversos descubrimientos que permitieron conocer más sobre la superficie terrestre.
En este periodo hay una gran crisis social y económico que influyó para que caiga el régimen feudal.
Surge el siglo de las luces, donde se dio a conocer la Ilustración.
Se genera un renacimiento del arte, de la cultura y de la ciencia.
La naturaleza y el hombre son el principal objeto de estudio. Se genera un excelente progreso científico,
artístico y literario.
Surgieron varios inventos como la pólvora, el papel y la imprenta

Características sociales:

El derecho y el concepto de hombre en sociedad

Durante la Edad Moderna Europa la esclavitud pasó a tener una función completamente distinta de la que
había tenido en otras épocas históricas. Aunque no es el modo de producción dominante (papel que cumplió
únicamente en la Grecia y Roma clásicas ), pasará a ser uno de los sistemas centrales de trabajo en la
periferia de la economía-mundo, hecho que llevó a establecer al tráfico de esclavos como uno de los
negocios más lucrativos del período.

La mujer

Todas las grandes civilizaciones de la Edad Moderna siguen el modelo patriarcal que restringe a la mujer a
un papel subordinado y la invisibliliza ante la historia; pero la mujer no está ausente, ni de la sociedad ni de
los documentos. Los llamados estudios de género o, más propiamente, la Historia de la mujer tienen para el
periodo de la Edad Moderna mucha tarea por realizar.

El papel de la mujer en la civilización occidental fue seguramente más visible, y su visibilidad histórica mayor,
cuando el azar y las leyes dinásticas le permitían el papel de reina o regente.

Aunque la Edad Media había dispuesto de mujeres en esa función (Teodora de Bizancio, Leonor de
Aquitania, Urraca de León y Castilla), la historiografía solía tratarlas con una extraordinaria misoginia.

En cambio, algunas reinas de la Edad Moderna han sido tratadas con gran admiración (Isabel I de Castilla la
católica, que ha sido incluso propuesta para beatificación, o Isabel I de Inglaterra la reina virgen), aunque
bien es cierto que muchas otras han sufrido su inclusión en crueles estereotipos (Juana la loca, María la
sangrienta de Inglaterra, Cristina de Suecia, Catalina II de Rusia la grande) algunos de ellos vinculados a una
libertad de costumbres en lo sexual que en los reyes varones se daba por supuesta.

El estereotipo de la mujer pacificadora (tan viejo como la humanidad, como puede verse en el mito del rapto
de las sabinas) también se vio escenificado en su papel como prenda de paz entre dinastías que las conduce
al matrimonio (Isabel de Valois a Felipe II de España, Ana de Habsburgo a Luís XIII de Francia...) o en la
llamada Paz de las Damas. Lo excepcional son las mujeres a las que se concede un papel intelectual, a
veces vinculado con su posición excéntrica, bien las monjas (en camino de ser santa, como Teresa de Jesús
o poeta, como Sor Juana Inés de la Cruz), bien las cortesanas venecianas (como Verónica Franco). Un caso
paralelo son las geishas japonesas, que a lo largo de la edad moderna fueron suplantando a los varones que
antes realizaban las funciones no evidentemente sexuales que las caracterizan.
Edad Media
Con una duración de diez siglos este periodo comienza en el siglo V con la caída del Imperio Romano en
Occidente y culmina en el siglo XV después de Cristo con el descubrimiento del Continente Americano,
considerándose el periodo más largo de la historia. Así, todos los acontecimientos que se desarrollaron durante
este tiempo sucedieron en Europa y estuvieron marcados principalmente por grandes cambios culturales,
políticos, económicos, religiosos y sociales. En este sentido, los aspectos más relevantes de este periodo
fueron:

 En lo económico: la sustitución del modelo de producción esclavista a la producción feudal.


 En lo cultural: se sustituye la cultura clásica por el teocentrismo cristiano o musulmán.
 En lo social: desaparece la ciudadanía romana.
 En lo político: desaparecen las estructuras centralizadas romanas.

Edad Moderna
Es la tercera época de la historia y abarca desde 1453, año en el que ocurre la toma de Constantinopla y
finaliza en el año 1789 con el estallido de la Revolución Francesa. Fue un periodo muy corto, pero con una
gran trascendencia en los adelantos que se desarrollaron. En este sentido, los aspectos más relevantes de este
periodo fueron:

 en lo político: se formaron grandes monarquías europeas con el apoyo de las clases sociales unidas y
los burgueses con ambiciones políticas.
 En lo cultural: con el renacimiento, hubo un gran progreso literario, artístico y científico.
 En lo social: se generó un concepto egoísta e individualista del hombre, siendo el triunfo personal, la
riqueza y la fama su único objetivo.

Por otro lado, durante la Edad Moderna se hicieron grandes descubrimientos geográficos, lo que permitió la
comprensión de la mayor parte de la superficie terrestre.

Edad Moderna

Edad Media
Fue el periodo más largo de la Historia. Fue el periodo más corto de la Historia.
El sistema político estaba basado en el Se fortaleció la monarquía como sistema
feudalismo. político.
Los pobres no recibían ningún tipo de La educación se pone al alcance de la
educación. mayoría de las personas.
Los pobres trabajaban y pagaban tributos al
Se formaron alianzas económicas entre los
señor Feudal mientras el Rey tenía control de
países en contra de los Reyes.
todo el territorio.
Violencia en la antigüedad

La violencia doméstica, término que utilizaré a partir de ahora para hablar realmente de la
violencia marital, no era algo normal y aceptado en el pasado, desde la época romana hasta el
siglo XIX. Sin embargo, no hemos desarrollado el vacío existente entre estos dos períodos: la
Edad Media y Moderna. El presente texto tratará las distintas estrategias empleadas para
abordar este problema durante dichas épocas.

La llamada “música dura”, conocida como charivari en Francia, skimmington en


Inglaterra, cencerrada en España y bajo otros nombres en diversos países de Europa, era
una intervención de la comunidad para condenar los actos de quienes transgredían las normas
sociales de la misma. Esto incluía a personas que se casaban al poco tiempo de enviudar,
matrimonios con una gran disparidad de edad, seductores de mujeres jóvenes (especialmente
casados), adúlteros, esposas que maltrataban a sus maridos, maridos que maltrataban a sus
esposas, crueldad hacia los niños, etc. (p.11).

Generalmente la cencerrada (utilizaré esta palabra a partir de ahora para referirme a las
variantes de la “música dura” en todos los países, no sólo en España) consistía en un
despliegue difamatorio que intimidaba y humillaba a sus víctimas para que no repitieran dicho
comportamiento o, en casos extremos, abandonaran la localidad. Además del ruido provocado
por instrumentos domésticos, se quemaban efigies que representaban a las víctimas, se
interpretaban sus transgresiones con personas disfrazadas e incluso se les llegaba a castigar
paseándolos en un burro, arrojándolos a un lago, etc. Después de la humillación muchas
personas de la comunidad se negarían a hacer negocios con las víctimas, prestarles sus
servicios e incluso darles trabajo (p. 9).

Esta tradición puede rastrearse desde al menos la Baja Edad Media en Francia hasta el siglo
XIX en Europa y América. Fue entonces cuando las cencerradas inglesas dieron un giro para
centrarse mayoritariamente en maridos que maltrataban a sus mujeres (p. 12). ¿Por qué? El
folclorista E. P. Thompson lo achaca al debilitamiento o ausencia de mecanismos de defensa
habituales en la Edad Media y Moderna que habrían desaparecido para entonces, dejando a las
cencerradas como una de las pocas soluciones disponibles

Se explica cómo la movilidad geográfica del siglo XIX podría haber alejado a muchas mujeres
de la protección de sus parientes, y cómo el clero inglés no tenía un papel confesional ni
pastoral. También afirma que la ley no ofrecía demasiada ayuda en estas situaciones (si bien en
1882 se establece la ley antimaltratadores o Wife Beaters Act). Esta combinación llevaría a que
la comunidad se convirtiera en la última línea de defensa y en consecuencia se multiplicaran
las cencerradas para frenar el maltrato.

¿Qué hay de cierto en la hipótesis de Thompson sobre las defensas “tradicionales” de la Edad
Media y la Edad Moderna? A continuación expondré los distintos factores que influían en el
tratamiento de la violencia marital en Inglaterra durante estos períodos: el honor masculino, la
familia, el clero, la comunidad y la ley. Me centro en este país porque cuento con más
documentación sobre él, pero también haré referencia a otros.
1. La jerarquía de la violencia y el honor masculino

La idea de que la Edad Media y Moderna eran épocas terribles para las mujeres se basa
generalmente en el derecho de corrección, es decir, la autoridad legal que el marido tenía sobre
su esposa para que se comportara de acuerdo a las normas sociales de la época, empleando la
fuerza si era necesario. Este derecho se ha interpretado erróneamente como una carta blanca
para que los maridos golpearan brutalmente a sus esposas por cualquier razón, o sin razón, pese
a que la corrección no implicaba necesariamente el uso de la fuerza, sino más bien de la
autoridad, que podía ser reforzada por esta última cuando se considerara necesario. No es mi
intención ni mucho menos justificar la existencia de este derecho, pero sí explicarlo y ponerlo
en contexto porque rara vez ha sido bien entendido.

El derecho de corrección tenía limitaciones: sólo debía utilizarse para la desviación moral y
como último recurso, cuando la razón y el diálogo habían fracasado (p. 51). La
palabra crueldad era la empleada para definir el maltrato, que se daba cuando el marido ejercía
la fuerza sin una causa justa o con ella pero yendo más allá de lo permitido. Si bien no existen
parámetros exactos para definir la palabra crueldad en los documentos eclesiásticos, los casos
examinados en todos los artículos aquí citados dan a entender que el límite se encontraba en las
marcas corporales y el derramamiento de sangre.

Actualmente este tipo de derecho, pese a sus limitaciones, nos parece espantoso. ¿Por qué no
se percibía así en la Edad Media? Probablemente porque esta clase de violencia, o incluso una
más brutal, era también sufrida por los varones en otras relaciones jerárquicas, al igual que las
mujeres podían dispensarla a otros grupos. Veamos un textode principios del siglo XVI que
hace relación a este tema y en el que no aparecen mencionadas las mujeres.

Como vemos, la violencia con motivo de corrección (en estos casos terminando en crueldad y
finalmente homicidio) abarcaba mucho más que la marital, y de hecho la esposa no se
encontraba necesariamente en el último lugar de la jerarquía. Ésta a su vez podía corregir
a sirvientes (generalmente sirvientas, debido a la segregación sexual de estas sociedades)
e hijos (p. 36, 32), en caso de tenerlos, siguiendo parámetros similares. Como reza un antiguo
proverbio español “azote de madre, ni rompe huesos ni saca sangre”. Otro caso serían
los esclavos (p. 38), normalmente esclavas, a quienes se solía administrar tratamientos más
severos.

En algunos países, como Inglaterra, existía el añadido de que el marido era considerado
responsable de los actos criminales de su esposa (salvo algunas excepciones), pues la ley
delegaba en él la autoridad para mantenerla alejada de problemas, utilizando el derecho de
corrección cuando procediera. En este sentido hemos de recordar que un marido podía sufrir
castigos corporales por parte de la justicia de la época ya fuera por sus propios actos o por los
de su esposa. La violencia permeaba buena parte de las relaciones sociales en la Edad Media y
Moderna a niveles que hoy día serían inaceptables, pero dicha violencia no era exclusiva del
ámbito marital.

La familia
Según Bárbara Hanawalt Westman, la familia de la Baja Edad Media tendía a proyectar la
violencia hacia otros grupos en lugar de hacia sí misma. El homicidio intrafamiliar en la región
inglesa estudiada por ella se situaba alrededor del 8.4% del total, frente al 53% de Inglaterra a
finales del siglo XX, el 35% de Francia y el 29,2% de Filadelfia (Westman, p. 4). Una de las
múltiples hipótesis presentadas para explicar esta marcada diferencia se encontraría en la
intervención de distintos familiares para evitar la escalada de violencia (Westman, p. 5).

Sea cierta o no dicha hipótesis, en los documentos de la época encontramos ejemplos de


parientes que se involucraron para detener el maltrato de una mujer de su familia por parte de
su esposo. Recordemos que en el pasado el matrimonio no era, por lo general, un asunto entre
dos personas, sino entre dos familias, que se inmiscuían desde el momento en el que ejercían
su influencia para seleccionar la pareja de sus hijos.

Westman relata que una esposa maltratada llamó a su hermano para que la protegiera de los
golpes de su marido. Cuando el maltratador levantó la mano para propinarle otro golpe, su
hermano le paralizó el brazo permanentemente con un golpe de hacha (Westman, p. 10). Butler
también nos habla de un caso en el que John Baker se enfrentó a su cuñado en 1504 d.C. por
maltratar a su hermana e incluso lo llevó a juicio (Butler, p. 314). La misma autora afirma
basándose en un caso anterior y en el trabajo de otros autores que la familia y la comunidad
jugaban un papel fundamental en las disputas domésticas (Butler, p. 313). También deduce que
probablemente existía un proceso de intervención establecido para estos casos, donde la familia
sería el primer apoyo (Butler, p. 315).

3. El clero y la Iglesia

Según Butler, cuando una mujer maltratada no tenía familia que pudiera interceder por ella, el
clero intervenía para abordar el problema (Butler, p. 304). Aunque sólo muestra como ejemplo
el caso del sacerdote Thomas Colle en 1487 d.C., quien rescató a una esposa maltratada de su
hogar y le ofreció refugio, comenta que varios testimonios de la época similares en contenido
han sobrevivido, algo que además coincide con el trabajo de otro autor (Walker) que estudió
este tipo de casos (Butler, p. 304).

Al margen de la intervención directa del clero, la Iglesia también podía conceder, y concedía,
la separación permanente a los cónyuges. No se trataba, sin embargo, de divorcio. Los esposos
podían vivir separados el uno del otro pero no se les permitía casarse mientras uno de ellos
viviera. A esto se lo conoce como separación a mensa et thoro (p. 164). Por otra parte, durante
ese tiempo el marido continuaba teniendo la obligación de mantener a su esposa e hijos
(Butler, 302). Si el hombre no pagaba a tiempo, lo que solía ocurrir era que la mujer compraba
de fiado lo que necesitaba y después los comerciantes se lo cobraban al marido, salvo que
existiera una cláusula en el contrato de separación que lo impidiera (Butler, 308). En los juicios
por maltrato, tanto civiles como eclesiásticos, la esposa era alejada del marido por su seguridad
(Butler, 305).

4. La comunidad
Como vimos al inicio del artículo, la comunidad también intervenía en los casos de violencia
marital empleando la cencerrada. De este modo mostraban al maltratador que su conducta no
era aprobada y que si continuaba por dicho camino habría consecuencias. También
era frecuente que los vecinos se involucraran directamente o testificando en los juicios por
maltrato (p. 140-41). Si bien en varios países de Europa la cencerrada se utilizaba para
denunciar el maltrato del marido a su mujer, no tengo pruebas de que ése fuera el caso
en España (donde sí se empleaba para denunciar el caso opuesto: mujeres que maltrataban a
sus maridos). Sin embargo, no es algo que podamos descartar teniendo en cuenta que no se han
realizado demasiadas investigaciones al respecto que exploren dicho ángulo.

5. La ley civil

Los tribunales civiles también podían otorgar la separación permanente de los cónyuges. De
hecho Butler menciona que las mujeres solían preferirlos, ya que mientras las cortes
eclesiásticas imponían penas espirituales o menores por incumplimiento del contrato de
separación (excomunión, penitencia pública, etc.), los tribunales civiles arrestaban
directamente al marido y lo arrojaban en prisión para asegurarse de que cumpliera cuando
fuera puesto en libertad (Butler, p. 296). La justicia civil también imponía penas por maltrato,
desde sanciones económicas hasta latigazos, o incluso ambos (p. 375). Las sanciones
económicas eran bastante severas incluso para los hombres más ricos de Inglaterra (ibídem).De
hecho todo el artículo de Butler se basa en disputas maritales que utilizaron los tribunales
civiles para resolver sus problemas, estuvieran relacionados con la violencia doméstica o no.
Hay que señalar, sin embargo, que la inmensa mayoría de las mujeres no acudían a los
tribunales para separarse, sino al contrario, para obligar a un hombre a que se casara con ellas o
para que un marido cumpliera con sus responsabilidades (p. 315). Finalmente, muchas parejas
se separaban “de hecho” sin esperar a la justicia eclesiástica o civil, y permanecían así durante
años (p. 335).

El hombre maltratado

Ya hemos visto que la mujer contaba con cierta protección hacia el maltrato. Por el contrario,
éste no era el caso del hombre. Cuando se trataba del varón, la intención de la cencerrada era
humillar al marido abusado. De hecho en Francia durante la Baja Edad Media y la Edad
Moderna la comunidad lo obligaba a pasear en burro sentado hacia atrás y agarrándole el rabo
mientras se burlaban de él. Algo similar ocurría en Inglaterra (p. 4), y en España. Podría
decirse que quizá la mujer maltratadora era castigada indirectamente a través de la humillación
de su marido, pues la pérdida de estatus y aceptación social de este último terminarían
afectándole a ella, pero en cualquier caso el tratamiento de las víctimas de abuso en base a su
sexo es marcadamente diferente.

Conclusión

Cuando se habla de la condición de la mujer en la Edad Media y Moderna, se tiende a dar por
hecho que los maridos maltrataban a sus esposas y que además lo hacían por cualquier motivo,
una conclusión equivocada basada una pobre interpretación del derecho de corrección y su
contexto. Esta idea también se debe a la excesiva atención prestada a citas misóginas de
algunos eclesiásticos como San Agustín y otros que no reflejaban necesariamente la compleja
realidad social de estos períodos. Utilizando trabajos basados en fuentes judiciales, tanto
eclesiásticas como civiles, nos alejamos de la visión subjetiva de determinados clérigos para
acercarnos más a las auténticas reacciones de la sociedad medieval y moderna ante el maltrato
experimentado por las mujeres.

You might also like