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Campaña “ ”

Preparado y recopilado por Pastor René Yaitul y Giselle Collado

Lección 2

“FAMILIAS BAJO LA TORMENTA”


(Cuando cosechamos lo que sembramos)

Textos Bíblicos: Oseas 8:7; Gálatas 6:7; I Reyes 1:6; 2 Samuel 15:30; I Reyes 1:1-4;
Romanos 8:31-32; Isaías 43:2; Romanos 12:2.

Objetivo: Comprender que las tormentas de la vida se enfrentan mejor cuando estamos
unidos y anclados en Cristo, y que debemos sembrar para después cosechar.

INTRODUCCIÓN
Hay periodos en nuestras vidas que parecen ser verdaderas tormentas…a veces son días, meses
e incluso años en que pareciera que solo estamos soportando y aguantando con la esperanza de
que salga el sol, y podamos nuevamente sentirnos seguros. Esto sucede tanto a nivel individual
como a nivel familiar. Los problemas económicos, las enfermedades, las discusiones, los
problemas de comunicación, las heridas del pasado se suman a eventos estresores, como
accidentes, muertes o eventos trágicos que ponen al máximo la tensión en las relaciones
familiares. Bajo estas circunstancias es muy fácil que la unidad familiar se rompa y que cada uno
de los integrantes se convierta en una isla, intentando resolver de manera solitaria sus propios
problemas. Cuando eso sucede, la desconexión familiar no nos permite enfrentar de manera
sólida y en unidad la tormenta y es por esto que a veces esta tormenta parece no detenerse más.
Muchas veces las situaciones que debemos enfrentar como familia son externas y no tenemos
mayor control o una mayor responsabilidad en la generación del conflicto, pero en otras ocasiones
si somos muy responsables de la generación de estos mismos.
Es por esto que en ocasiones cosechamos lo que sembramos, o simplemente sembramos de
mala manera con nuestras malas actitudes, o con nuestras palabras dichas de mala manera.

“Sembraron vientos y cosecharán torbellinos…” Oseas 8:7


“No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios.
Siempre se cosecha lo que se siembra.” Gálatas 6:7

 LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO, Y COMO ESTAS AFECTAN NUESTRAS


RELACIONES FAMILIARES.
Esta semana vamos a estudiar un poco sobre la familia de David, el salmista. David es un hombre
muy destacado en la Biblia. Fue rey, músico, guerrero, escritor, “un hombre conforme al corazón
de Dios”, según la misma Biblia afirma. Siempre me preguntaba a qué se refería la Biblia con esta
declaración. Con los años he entendido que se refería a la actitud y adoración que tenía David.
Su actitud hacia Dios y hacia su Palabra siempre fue humilde, se mostró pobre de espíritu
reconociendo su necesidad de Dios y confiando en que Dios era quien peleaba sus batallas.
Asimismo, buscó en su vida tener una relación íntima con Dios, ligada a la adoración continua, a
la confesión y arrepentimiento. Sin embargo, tenemos que saber que David fue una persona como
cualquiera de nosotros, con debilidades, errores y pecados y hoy veremos los descuidos que
cometió en su propia familia y que le llevó a experimentar una gran tormenta con un triste final.
En ocasiones la tormenta se inicia de a poco por situaciones que se van generando debido a
omisiones, descuidos o errores que cada integrante de la familia comete. Este fue el caso de
David, dicen las escrituras (2 Samuel 15:30) que él iba llorando mientras subía caminando, era
tan grande su vergüenza que tapo su cabeza y todos aquellos que iban con el iban en las mismas
condiciones, que pasaría si le preguntáramos hoy a David ¿cómo están tus hijos? ¿Cómo está tu
familia? ¿Cómo te sientes? Seguramente David nos diría que están atravesando una gran

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Preparado y recopilado por Pastor René Yaitul y Giselle Collado

tormenta familiar. Han pasado 14 años desde que codició a una mujer que no era la suya,
Betsabé, 13 años desde que Natán lo confrontó con su pecado de adulterio y asesinato y le
profetizó que nunca la espada se apartaría de su familia. Ahora podemos ver como su hijo
Absalón se levanta contra su padre David. Pero todo comienza antes, en 2 Samuel 13:11-22.
Aquí podemos ver que hay una historia de violación, muerte y traición. David tiene un hijo con
una de sus muchas esposas, llamado Ammón; este hijo se enamora de una de sus medias
hermanas, Tamar. El la codicia y la engaña para que ella lo acompañe cuando él se hace pasar
por enfermo y la viola. La muchacha rasga su vestido largo característico de las vírgenes y sale
gritando, desolada, avergonzada y destruida: Incesto en la familia real. Dice la Biblia que luego
de esto Tamar se va a vivir a casa de su hermano Absalón, desconsolada.
Luego de esta escena, podemos imaginar que David hará algo al enterarse de que un hijo suyo
viola a otra hija suya. Ciertamente no estamos preparados para reaccionar ante eso, pero se
esperaría al menos alguna acción correctiva para este hijo. Sin embrago, la Biblia nos dice que
David no hace nada, solamente se enoja, pero no hay un destierro, castigo, denuncia para que
se cumpla la ley o al menos una confrontación, nada.
Absalón, que es hermano directo de Tamar, espera dos años la justicia paterna y como David no
hace absolutamente nada, él decide tomar venganza por sus propias manos: emborracha al
violador y lo hace matar, escapando como un asesino. Si seguimos la historia vemos como
después de varios años Absalón organiza una rebelión contra su Padre, con resultados terribles.
“Entonces David subió el camino que lleva al monte de los Olivos, llorando mientras caminaba.
Llevaba la cabeza cubierta y los pies descalzos en señal de duelo. Las personas que iban con él
también se cubrieron la cabeza y lloraban mientras subían el monte.” 2 Samuel 15:30 .
David estaba demasiado ocupado para ocuparse de su familia, y fue demasiado tarde cuando
comenzó a verlo. Sin darnos cuenta vivimos en lo “urgente” y olvidamos lo “importante”,
hagámonos algunas preguntas y esto ya seamos padres o hijos ¿Estas demasiado ocupado/a
para dedicar tiempo a tu familia? ¿Cómo está tu relación de pareja? ¿Cómo está tu relación con
tus padres? ¿Cómo está tu relación con sus hijos? ¿Cómo está tu relación con tus hermanos?
¿Cómo está tu hogar? ¿Cómo están esos sueños que soñaste para tu familia? ¿Cómo está tu
relación con Dios?
Años más tarde, vemos que David no aprende la lección y sigue teniendo problemas con sus
hijos. La Biblia nos cuenta que uno de sus hijos llamado Adonías organizó un golpe de estado
para tomar el reino y la Biblia dice que David nunca lo disciplinó ni le había pedido cuentas de lo
que hacía. (1 Reyes 1:6 “Ahora bien, su padre, el rey David, jamás lo había disciplinado, ni siquiera le
preguntaba: ¿Por qué haces esto o aquello? Adonías había nacido después de Absalón y era muy apuesto.”)
Hoy en día vemos que muchos padres, tal como David, temen confrontar a sus hijos, y no los
corrigen, no les disciplinan, no les ponen límites evitan las consecuencias de sus errores o
simplemente ignoran sus malas conductas, no hay un consejo, ni una conversación profunda al
respecto. Otros, para que sus hijos no los molesten, les compran juegos como el Play Station, les
pasan el Tablet o el celular y ahí los dejan estar 7 horas al día y los pierden. Los hijos no están
en la calle, pero tampoco están con ellos, y para los padres es mucho más fácil criar así que
intentar convivir y lidiar con los problemas, entonces los hijos se convierten en extraños y nos
vamos desconectamos de nuestras familias como David se desconectó de la suya. Les
enseñamos a los adolescentes a desconectarse también y a seguir nuestro modelo de vida.
Asimismo, sucede en la pareja, a veces estamos juntos pero pareciera que estamos solos, no
conversamos de los temas importantes, los evadimos y vivimos el día a día desconectados y sin
enfocarnos en lo primordial.
Es por esta razón que cuando los hijos crecen y se convierten en adolescentes y jóvenes prefieren
incluso no estar en la casa y estar en cualquier otro lugar, simplemente porque no hay
comunicación, el ambiente es tenso y no se sienten parte de una familia.

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Preparado y recopilado por Pastor René Yaitul y Giselle Collado

 SEMBRANDO PARA EL FUTURO (soledad o compañía).

David siendo anciano, murió con un gran frío y soledad. Dice la Biblia que tenía un frío que nada
ni nadie podía quitar, por eso buscaron a una mujer desconocida que lo abrigara, que lo abrazara,
que lo cuidara en sus últimos días. ¿Por qué no estaba allí una de sus esposas, hijos o nietos?
Una desconocida tuvo que darle abrigo, compañía, un abrazo, calidez y cuidados porque eso fue
lo que el sembró en su familia. (1 Reyes 1:1-4).
La tormenta vendrá a tu vida y vendrá a tu familia. Vendrán tiempos de escasez, tiempos de
enfermedad, tiempos accidentados, pero si tu familia está arraigada en el Señor y has sembrado
bien, si has sembrado tiempo, amor, fe, oración, escucha, diálogo, servicio, etc. y están unidos,
estos tiempos serán más llevaderos y podrán salir de ellos. Si no lo has hecho, aún hay tiempo,
aún hay esperanza. Creemos en un Dios de imposibles, que abre el mar, que hace llover maná
del cielo y que venció a la muerte, y si Dios es con nosotros ¿Quién contra nosotros?
Romanos 8:31-32: “31 ¿Qué podemos decir acerca de cosas tan maravillosas como estas? Si Dios está a favor
de nosotros, ¿quién podrá ponerse en nuestra contra? 32 Si Dios no se guardó ni a su propio Hijo, sino que lo
entregó por todos nosotros, ¿no nos dará también todo lo demás?
Si hoy estás atravesando una tormenta en tu familia, sigue sembrando y no olvides esta bella promesa:
Isaías 43:2: “Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te
ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán”.
Estas promesas bíblicas vienen en la medida que practicamos el perdón, la restauración y el
amor. Nuestras familias no son perfectas pero vale la pena tener una familia. Debemos aprender
a desarrollar hábitos saludables al interior de nuestras familias, y en esto trabajamos todos,
padres, abuelos, hijos, tíos, esposos etc.
"No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los
transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán
a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta."
Romanos 12:2 (NTV)

 CONCLUSIÓN
En medio de un mundo que se hunde, nuestro desafío es ser líderes que aseguren un futuro para
nuestra familia. Somos familias en medio de una generación difícil. Debemos aprender a ser
familias que se mantienen a flote en medio de la tormenta. ¿Cómo llegar a ser esta clase de
familia? Si eres hijo/a y tu familia está en una tormenta, si tus padres no son lo que esperas, sé
tú el hijo/a que El Señor espera. Siembra mucha oración, siembra tiempo con tus padres, con tus
hermanos, siembra servicio y una palabra amable cada día, aférrate al Señor, pon tus ojos en Él
como lo hizo Pedro al caminar sobre las aguas en medio de la tormenta. El Señor está contigo,
Él ha prometido nunca dejarnos.
Los que se han separado, aún es tiempo, Dios puede darte una nueva oportunidad, Dios puede
trasformar lo negativo en bendición.
Padres, oren por sus hijos, mientras duerman oren por ellos, por los pequeños y los adolescentes
e incluso por los hijos adultos, bendiga a sus hijos, abráceles, juegue con ellos, festeje sus logros,
no falte a sus presentaciones en el Colegio, escúchelos, dígales que los ama, involúcrese en sus
hobbies. No piensen que cuando son adolescentes ellos le necesitarán menos, porque no es así.
Tus hijos son un regalo y debes cuidar esa relación.
Si no dedicamos tiempo hoy a nuestra familia, entonces mañana cuando venga la tormenta no
habrá de que raíces afirmarnos. Que Dios nos ayude, que Él nos bendiga con sabiduría.

 TAREA:

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Ya seas hijo, esposo, padre, madre o abuelo, eres parte de una familia. Dedica 5 minutos diarios
esta semana para orar por tu familia y proponte al menos realizar una actividad familiar esta
semana donde se apaguen los televisores, los celulares y puedan compartir tiempo de calidad.

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