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Autores:
Cortesía del Departamento de Mayordomía de la
Unión Colombiana del Sur
revisión
Carmina Lizeth Torres Flores
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
H. Neftalí Vásquez Pérez
IMPRESIÓN
Editorial Montemorelos S. A. de C. V.
Carretera Nac. Km. 206.
Montemorelos, N.L.
Impreso en México — Printed in Mexico
Todos los derechos reservados.
Iglesia Adventista del Séptimo Día
Unión Mexicana del Norte
“Glorificar a Dios y, bajo la influencia del Espíritu Santo, guiar a cada creyente a una experiencia de relación personal y transformadora
con Cristo, que lo capacite como discípulo para compartir el Evangelio Eterno con toda persona”.
Secretaría de Gobernación, SGAR / 92 / 93 Expediente SGAR / 11.19 / 01.92 R. F. C. IAS 930629 8HO
CONTENIDO
3. ADMINISTRANDO EL TIEMPO 15
4. BENDICIONES Y PELIGROS DE 19
LA PROSPERIDAD
5. EL PRINCIPIO DE LA RESPONSABILIDAD 25
1 Corintios 4:2
INTRODUCCIÓN
Es esencial que cada persona entienda su mayordomía en relación con Dios,
y los elevados planes que Él tiene para sus hijos. Si no se acepta este concepto,
entonces será poco más que una hormiga que va por la vida criando sus
pequeñuelos y tratando de almacenar suficiente alimento durante los meses
de verano para que le duren hasta el fin del crudo invierno. Limitar la vida a
la existencia diaria, desconectada de la divinidad y sin perspectiva de una vida
superior, lleva al ser humano a la desesperación y al suicidio.
I. ¿Qué es mayordomía?
La Biblia y la Real Academia de la Lengua Española, define Mayordomía
como cargo o empleo, administrar. 1 Corintios 4:2 nos da el contexto de que
el mayordomo o administrador es el agente principal del propietario, para
administrar sus haciendas o bienes.
La mayordomía es el estilo de vida de alguien que acepta el señorío de
Cristo y forma una sociedad con Dios, actuando como su agente en el manejo
asuntos aquí en la tierra.
La mayordomía comienza con el reconocimiento de la soberanía de Dios
como Creador, Redentor, sustentador y propietario.
persona desde que nace hasta que muere es tan solo un administrador de los
bienes de Dios.
Puede ser un mayordomo bueno o malo, pero siempre será mayordomo,
nunca dueño. Ni aun su vida le pertenece, pues Dios le reclama por derecho
de creación y redención.
“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues a Dios en vuestro
cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Corintios 6:20).
Aun los que no profesan ser cristianos son mayordomos de los bienes del
Señor, por cuanto a éstos también se les ha confiado tiempo, tesoros, talentos
y otros medios de los cuales son responsables ante Dios. “De manera que
cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de si” (Romanos14:12).
¿Por qué hablar de dinero?
Considerando su verdadero significado, la mayordomía cristiana se refiere a
la relación que existe entre Dios y el hombre. Una relación que fue ordenada
desde cuando Dios creó al mundo y le dio dominio al hombre sobre toda cosa
creada.
¿Por qué se enfatiza el dinero y las cosas materiales al considerar este tema?
¿Acaso es más importante?
Jesús afirmó que no lo son. Él enseñó que no podíamos servir a Dios y a
Mamón (Riqueza, posesión). Pero enseñó que podíamos servir a Dios con
Mamón. En realidad, la administración del tiempo es más importante que la
de los demás talentos.
Los asuntos relacionados con el tiempo y el dinero son esenciales en la
mayordomía, porque constituye las dos dimensiones más fluidas de la
existencia. El manejo de esas dos áreas refleja e influye más rápidamente en la
vida espiritual de las personas.
CONCLUSIÓN
Resultados de la Reforma
Primero. Dios podrá enviar su Santo Espíritu sin medida; y el evangelio
podrá ser predicado en cada rincón de la tierra. Bajo la influencia del
Espíritu Santo se abrirán los corazones para recibir la luz. Esto hará que la
verdad sea impresionante y convencerá a las almas de la necesidad de un
Salvador. Entonces suplirá el poder esencial para la conversación.
Segundo. La abnegación permitirá que la iglesia se mueva hacia la unidad,
marchando como un ejército abanderado, armada del Espíritu de Dios,
impulsada y ayudada por el poder divino.
Tercero. La aceptación del principio: “Dios dueño hombre mayordomo”
se notará en el abnegado uso del tiempo, los talentos y los medios de
llevar el mensaje evangélico. Al ser eliminados del canal los escombros del
egoísmo, Dios podrá derramar todos los recursos del cielo en un empuje
final que culminará en la erradicación total del pecado.
Una vez más reinará la paz en todo el universo de Dios y sus fieles
mayordomos de las cosas perecederas de la tierra, serán transportados a la
gloria donde serán transformados en mayordomos de las riquezas eternas.
Todo el universo espera la unión del esfuerzo humano consagrado con el
poder divino.
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En Dios, no hay crisis
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SermÓn
¿CUÁNTOS DONES 2
RECIBISTEIS: UNO,
DOS, CINCO... ?
INTRODUCCIÓN
A. Las Sagradas Escrituras dicen en Mateo 13:34, 35
(leer), que Jesús usaba
parábolas para explicar y hacer
comprensible las verdades ocultas a los
hombres. Una
de esas grandes verdades es la de los dones que Dios
da.
B. La parábola de los talentos explica la forma como
Dios da los dones
a cada ser humano. Todos,
seguidores de Cristo o no, tenemos una
seria
responsabilidad en el uso de ellos para la gloria de Dios.
Ahora
ampliaremos algunos conceptos acerca de la
palabra talento y de sus
significado.
C. ¿Qué es el Talento? Era una moneda antigua usada
por los griegos y
romanos que para ellos era de
muchísimo valor. Pesaba 34 kg. Era de
plata, que de
acuerdo a la escala de salarios de este tiempo, equivalía
a
lo que recibía un trabajador corriente por de 20 años
de trabajo.
Por el alto valor de esta unidad monetaria y aplicando
esta definición a las
habilidades damos la siguiente
definición:
“Son los dones espirituales que le dan valor y
distingue a la persona de
las otras en habilidades o
capacidades especiales”.
Cuando se habla de “Talento”, en cierto modo se
relaciona con la palabra
DON. Este significa: Dádiva,
presente, gracia especial o habilidad para
hacer algo.
11
En Dios, no hay crisis
CONCLUSIÓN
El Espíritu de Profecía dice: “Hemos recibido del Señor,
además de todos
los dones mencionados las facultades
de: El habla; las facultades mentales, la
Influencia, el
tiempo, la salud, la fuerza, el dinero, los impulsos y
sentimientos
bondadosos”.
Todos estos sólo serán multiplicados por el uso que
hagamos de ellos.
El que recibió un talento, dejó su talento sin aprovecharlo.
Recordemos que
tenemos toda la ayuda del cielo aun
para desarrollar un talento.
Pronto escucharemos las palabras del Señor. “Bien
siervo fiel, sobre poco
has sido fiel sobre mucho te
pondré, entra en el gozo de tu Señor. 11 Mateo
25:21
Estimado hermano, tenemos la certeza que usted podrá
escuchar la voz
de Cristo hablándole en forma personal.
Póngase hoy al servicio del Señor,
motivado solo por el
amor que Dios puso en su corazón.
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SermÓn
ADMINISTRANDO 3
EL TIEMPO
Eclesiastes 3:1
INTRODUCCIÓN
No podemos ser todos iguales o tener las mismas
habilidades, pero, hay un
don de Dios que todos
recibimos en igual medida: el tiempo
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo
del cielo tiene su
hora”. Eclesiastés 3:1.
“Puedo perder batallas, pero nadie me verá jamás
perder minutos, ni por
presunción ni por pereza”
Napoleón Bonaparte .
“El ayer es un cheque cancelado, el mañana es un
pagaré, pero el hoyes el
único dinero que usted
tiene.”
“El tiempo pasado, no existe; no se puede recuperar. El tiempo futuro,
tampoco existe; no lo podemos traer
a nosotros. El tiempo presente, ese tu y
yo lo
tenemos. Hemos de utilizarlo al máximo.
“De ninguna otro talento que él nos haya dado
requerirá más estricta cuenta
que de nuestro
tiempo.” Palabras de Vida del Gran Maestro, Pág.
240.
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En Dios, no hay crisis
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En Dios, no hay crisis
CONCLUSIÓN
Jesús aprovechó bien el tiempo y cumplió su misión en
la tierra. En Juan 9:4
se registran las palabras del Señor:
“Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre
tanto que el día
dura ... “
Si comprendiésemos bien el significado del tiempo,
notaríamos que mucho
trabajo existe por hacer, es
preciso no perder el tiempo.
“Sólo quien administra el tiempo está preparado
para recibir al
Salvador”
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SermÓn
BENDICIONES Y 4
PELIGROS DE LA
PROSPERIDAD
Proverbios 30: 8, 9
INTRODUCCIÓN
El peligro de la prosperidad consiste en su inherente
tendencia a disminuir
o eliminar la confianza del hombre
en Dios.
“Oh, si tan sólo tuviere medios, no los despilfarraría!
Daría un ejemplo
a los avaros y mezquinos. Les
mostraría la gran bendición que se recibe
al hacer
el bien” (Joya de los Testimonios, tomo 1, Pág. 244).
Esta declaración fue hecha por una mujer que amaba al
Señor, pero que por
su condición de pobreza, sólo podía
dar pequeñas ofrendas. Ella contemplaba
a otros que
habían prosperado a su alrededor, pero que ayudaban
muy poco
para la causa de Dios. Envidiaba sus riquezas.
“Dios dijo el ángel que la había atendido hasta
entonces: La he probado en la
pobreza y la aflicción,
y ella no se ha separado de mí ni se ha rebelado
contra
mí. Ahora la probaré con la prosperidad. Le
revelaré un aspecto del corazón
humano con el cual
ella no está familiarizada. Le mostraré que el dinero
es
el enemigo más peligroso que haya encontrado.
Le revelaré el engaño de las
riquezas; le demostraré
que son una trampa, aun para aquellos que se
sienten
seguros contra el egoísmo” (Idem, Pág. 245).
Sigue el informe diciendo:
“Cuando tuvo la casa, usted vio que había que hacer
tantos arreglos para
que todo fuese conveniente y
agradable en derredor, que se olvidó del Señor
y de
sus derechos sobre usted, y se sintió menos
inclinada a ayudar a la
causa de Dios que en los
días de su pobreza y aflicción” (Idem, Pág. 248).
«Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está
en él, porque todo
lo que hay en el mundo, los
deseos de la carne, los deseos de los ojos, y
la
vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino
del mundo». (1 Juan 2:
15, 16).
Tercero, la benevolencia debe ir al paso de la
prosperidad. Un hombre
puede convertirse en un canal
abierto para Dios, repartiendo mientras recibe.
Mientras más tenga la persona, más grande será el canal. Por lo
tanto, los
ilimitados recursos del cielo pueden inundar la
tierra.
“La benevolencia se agranda y se fortalece
constantemente por medio
del ejercicio hasta
convertirse en un principio que reina en el alma. Es
muy
peligroso para la espiritualidad permitirle al
egoísmo aun en el más pequeño
rincón del corazón”
(Testimonios, Tomo 111, Pág. 548, 549).
La Biblia nos habla de un hombre que poseía enormes
riquezas; y registra
que era “el más grande” de su época.
Pero Job sabia cuál era su responsabilidad
para con
Dios. La Biblia dice:
“Yo era ojos al ciego, y pies al cojo. A los
menesterosos era padre, de la causa
que no
entendía me informaba con diligencia” (Job
29:15,16).
CONCLUSIÓN
La prosperidad puede encerrar muchos peligros, pero
también muchas más
bendiciones, si quienes la reciben
se dejan controlar por el Espíritu Santo.
La prosperidad puede emplearse equivocadamente
para gratificar el yo y
olvidamos de Dios. Pero con el
Espíritu y el sentir de Cristo, la prosperidad
puede ser
usada para bendecir a los menesterosos y medio para
dar a
conocer el Evangelio de Cristo y conducir a muchos
a los pies del Salvador.
Invitación: ¿Desearía usted colocar las bendiciones
que Dios le ha dado a su
servicio? Dios nos ayude a
dejar de lado los peligros de la prosperidad y que
las bendiciones de la misma, ayuden a otros y contribuyan
al adelanto de la
causa de Dios. ¡Que Dios le bendiga!.
23
SermÓn
EL PRINCIPIO DE 5
LA
RESPONSABILIDAD
Lucas 12:48
INTRODUCCIÓN
Este texto nos enseña a ser vigilantes, a estar listos para
la venida del Señor.
También establece el principio de la
responsabilidad sobre las bendiciones
recibidas. La
Biblia enseña que Dios es el dador de todo don perfecto,
y
que pedirá cuenta de las bendiciones dadas a todas
las personas. Por lo
tanto, las bendiciones no deben
tratarse como perlas colocadas frente a los
cerdos,
despreciadas, maltratadas, pisoteadas o abusadas. No
debemos
considerarlas descuidadamente. No importa
si es riqueza, educación, juventud,
empleo, amigos, hijos,
creatividad, un o espiritualidad.
Las bendiciones se han de administrar con sabiduría,
porque un día
tendremos que rendir cuentas por la forma
en que la hayamos empleado.
El texto no sólo recuerda el peso de la responsabilidad
por las bendiciones;
también enseña acerca de las
expectativas de Dios con respecto a
nuestra
dadivosidad. Dios es perfectamente justo. Espera que
demos solo
de lo que tengamos. Si es mucho, espera mucho: y si es poco, espera una
medida justa de lo
poco que tengamos. Dios no espera que una persona
sin
trabajo o que dependa de otros, de la misma cantidad
que una persona cuyos
ingresos se escriben con cinco o seis dígitos. Él no espera que un niño que
recibe una
porción de dinero de sus padres, dé la misma cantidad
que su
padre o madre. Pero el niño debe aprender a dar
de lo que posee.
Dios no trata a las personas como las entidades
recaudadoras de recursos.
Cuando se eleva la cuenta
por consumo de electricidad, se paga lo que la
compañía
demanda. La compañía no toma en cuenta lo que la
persona
posee, ni dice, “Dénos conforme a las bendiciones que ha recibido. Si tiene
mucho, pague
mucho o si tiene poco, entonces haga una pequeña
donación”.
La compañía de dice: “Esto es lo que usted
consumió, pague. Pague o se
le quitará el servicio”. Lo
mismo ocurre en los supermercados. Usted debe
pagar
por lo que desee sacar. Tanto el rico como el pobre, que
compra en
el mismo supermercado, pagarán el mismo
precio por cada artículo que
quisiera tener. Dios requiere que seamos justos y demos conforme a
las
25
En Dios, no hay crisis
bendiciones recibidas. “ ... todo aquel a quien se le
haya dado mucho, mucho
se le demandará; y al que
mucho se le haya confiado, más se le pedirá”.
(Lucas
12:48). La mayoría comprende y acepta este principio.
Sin embargo,
por justo que sea, se levanta o cae según
la comprensión de la palabra:
MUCHO. Casi todos
testifican que Dios es bueno todo el tiempo y que Él
da
las bendiciones; pero cuando se llega al tema de la
responsabilidad de
dar, no se cuentan de las bendiciones
recibidas sino que se empieza a sacar
cuentas y a llorar
por todas las deudas o compromisos pendientes.
Se dice: “Es cierto que he recibido bendiciones, pero
tengo la casa
hipotecada, o el alquiler sigue subiendo; tengo los hijos en el colegio o la
universidad. He recibido mucho pero debo mantener mi familia. Tengo un
ingreso
fijo, pero no estoy bien de salud y la medicina es cara. El
costo de la
vida sigue en aumento; o, necesito comprarme ropa, reparar el carro. Es cierto
que he
recibido muchas bendiciones, pero cuando veo todo lo
que tengo
que pagar, no me queda mucho. Se que “a quien se le dio mucho, mucho se le
reclamará”, pero eso
no se aplica a mi, eso se aplica a los ricos. Si yo tuviera
el
dinero que ellos tienen, daría mucho, pero cuando veo
mis obligaciones, no
tengo mucho para dar”.
Se olvida que el término MUCHO es relativo. Lo que
parece poco para
nosotros parece mucho para otras
personas. Si no cree, pregúntele a las
victimas de
cualquier huracán, incendio o inundación que hayan
perdido todo.
Pregúnteles a quienes han perdido sus
casas, tierras, cosechas, pertenencias,
etc. Y algunos
hasta sus seres amados. Nosotros aquí nos quejamos
por el
alto de la vida; pero hay lugares en el mundo donde
la gente sería feliz si
pudiera ir a comprar algo al
mercado. El problema para nosotros es que lo
que
tenemos está caro, pero hay otros que su problema es
que ni siquiera
tienen a que ponerles precio. Cerca de
nosotros hay lugares donde nuestra
escasez seria
mirada como abundancia.
En Lucas 18: 18-30 se cuenta la historia del joven rico
que vino a Jesús y
le preguntó: “¿Qué debo hacer para
tener vida eterna?” Se ha criticado a este
joven por haber
permitido que sus riquezas obstaculizaran su camino
hacia
el Reino. Algunos han declarado farisaicamente
que de haber estado en la
posición de este hombre su respuesta habría sido diferente. No sabemos
cuánta riqueza tenía, pero si sabemos que este hombre: No tuvo
un carro,
ni siquiera una bicicleta, ni prendió un bombillo
o escuchó el sonido de un
piano o un órgano de tubos.
Nunca tuvo televisión, ni celular, ni escucho radio,
ni tuvo
una computadora o un fax. Tampoco viajó en avión, ni en tren. No
durmió en un colchón con resortes internos, ni
tuvo acceso a una biblioteca o
pudo mejorar su visión
con un par de lentes. Tampoco vio salir el agua limpia
en distintos lugares de su casa, ni usó una lavadora o una
secadora.
Entonces, si él era rico, ¿qué somos nosotros? El Señor
dice: “ ... a quien
se le haya dado mucho, mucho se le
demandará; y al que mucho se le haya
confiado, más
se le pedirá”.
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EL PRINCIPIO DE LA
RESPONSABILIDAD
porque Jesús intercedió por nosotros
cuando dijo: “Padre, perdónalos, porque
no saben lo
que hacen” (Lucas 23:34). Perdonamos porque el Señor
nos ha
dado mucho perdón y dice: quien mucho se
le dio, mucho se le reclamar; y
al que se le confió
mucho, más le será pedido.”
CONCLUSIÓN
Recordemos siempre las muchas bendiciones que Dios
nos ha dado;
porque Él nos ha amado mucho. Recuerde
que Dios es muy bueno. Cuando
estuvimos en pecado,
Dios nos salvó mucho. Dios ha provisto mucho; Dios
ha
protegido mucho. Cuando estuvimos vacíos, Dios nos
llenó mucho. Cuando
estuvimos caídos, Dios nos levantó
mucho. Cuando estuvimos enfermos Dios
nos sanó
mucho. Cuando estuvimos presos, Dios nos liberó
mucho; Y ese
Dios te dice: “A quien se le dio mucho, mucho se le reclamará; y al que se le
confió mucho, más
se le pedirá.”
Leer Salmo 103:1-3.
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CANTO TEMA
En Dios no hay crisis
Letra y música: Ariel Rivera y Brenda González Copyright 2018
CORO
En Dios no hay, no hay crisis
En Dios no hay, no hay temor
Seamos fieles al Señor
Dios derramará su bendición
Un mayordomo fiel a su servicio
En Dios no hay, no hay crisis
En Dios no hay, no hay temor
En las nubes pronto vendrá
Y una corona nos dará
La corona de la Salvación
Que nuestro corazón sea fiel a Dios
CORO
Nuestra confianza en El
Nos dará fuerza y poder
Y hasta el final permanecer en pie
CORO
Sé fiel a Dios
29
Objetivos de LA SEMANA de
mayordomia y fidelidad
30
NOTAS