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253. En el cristianismo aparecen ante todo los instintos de los sojuzgados y de los
oprimidos; los estratos más bajos son los que buscan en él la salvación. "El Anticristo"
(1888)
254. No hay nada que resulte más difícil de conocer al hombre que el desconocimiento
que tiene de sí mismo, desde los tiempos más remotos hasta hoy. "Aurora. Reflexiones
sobre los prejuicios morales" (1881)
255. Ahora os ordeno que me perdáis a mí y que os encontréis a vosotros; y sólo cuando
todos hayáis renegado de mi volveré entre vosotros. "Ecce homo. Cómo se llega a ser
lo que se es" (1889)
256. La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo.
Engañar a los demás es un defecto relativamente vano.
257. Y si el río de mi amor se precipita por fragoso terreno, no importa, no hay río que
no se abra paso tarde o temprano hacia el mar.
258. Y muchas veces uno sólo quiere saltar mediante el amor por encima de la envidia.
Y muchas veces uno ataca, haciéndose un enemigo, para disimular que es atacable.
260. Quien no sabe poner su voluntad en las cosas, introduce en ellas al menos un
sentido: es decir, cree que ya hay en ellas una voluntad (principio de la "fe"). "El
crepúsculo de los ídolos" (1889)
261. Hay períodos en los que el hombre racional y el hombre intuitivo caminan juntos;
el uno angustiado ante la intuición, el otro mofándose de la abstracción. "Sobre verdad
y mentira en sentido extramoral" (1873)
262. Por eso tiro de vuestra red, para que vuestra furia os haga salir de la guarida de
vuestra mentira y de detrás de vuestra palabra, justicia, se precipite vuestra venganza.
263. Mas todos los poetas creen que quién tendido en el pasto aguza el oído se entera un
poco de las cosas que existen entre el cielo y la tierra. "Así habló Zaratustra" (1883)
265. Debería considerarse a todo escritor como un malhechor que en muy contados
casos merece perdón y gracia. Éste sería un remedio contra la invasión de los libros.
"Humano, demasiado humano" (1878)
267. No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu
vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.
268. Un hombre de Estado divide a los seres humanos en dos especies, primero
instrumentos, segundo enemigos. Propiamente no hay para él, por tanto, más que una
especie de seres humanos: enemigos.
271. Verdad es que existen innumerables senderos y puentes y semidioses que desean
conducirte a través del río, pero sólo a condición de que te vendas a ellos entera.
"Schopenhauer como educador" (1874)
272. Los artistas están descontentos cuando trabajan por el efecto sensible de sus obras,
pues el público no tiene igual manera de sentir. Su sensibilidad comienza quizá donde
cesa la del artista. "Humano, demasiado humano" (1878)
273. Es un autoengaño por parte de los filósofos y los moralistas salir de la décadence
con el sencillo expediente de hacerle la guerra. Salir de ella excede a sus fuerzas. "El
crepúsculo de los ídolos" (1889)
274. Lo mejor que ha logrado hasta ahora la humanidad es no necesitar vivir con el
temor constante a los animales salvajes, a los bárbaros, a los dioses y a nuestros sueños.
"Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
276. "No me caigo bien a mí mismo", dijo alguien para explicar su propensión a la
sociedad. "El estómago de la sociedad es más sólido que el mío, me aguanta".
277. Cuando con el premio y el castigo se ha arrojado del mundo la causalidad natural,
hay necesidad de una causalidad contraria a la naturaleza; y luego sigue todo el resto de
las cosas innaturales. "El Anticristo" (1888)
278. El gusano al que se pisa se hace un ovillo. Es prudente esa forma de proceder. Con
ello reduce la probabilidad de que lo pisen otra vez. En el lenguaje de la moral:
humildad. "El crepúsculo de los ídolos" (1889)
279. En cuanto acariciamos el pelo de un perro, éste se estremece y lanza chispas, como
haría cualquier adulador. A su manera, no deja de ser inteligente. ¿Por qué no ha de
darnos gusto? "Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
280. No obstante, siempre hay algún semidiós que soporta tener que vivir bajo
condiciones tan terribles, y vive victoriosamente; si acaso quisierais oír su canto
solitario, escuchad la música de Beethoven. "Schopenhauer como educador" (1874)
281. Pido pues a mi orgullo que siempre vaya del brazo con mi cordura. Y cuando me
abandone mi cordura, pues le gusta alzar el vuelo, que mi orgullo vuele siquiera del
brazo con mi locura.
282. Se parecen ellos a los exaltados; pero lo que los exalta no es su corazón, sino la
venganza. Y cuando se vuelven finos y fríos no es su espíritu, sino la envidia.
283. La ciencia moderna tiene como meta: el menor dolor posible, la vida más larga
posible, es decir, una especie de eterna bienaventuranza, ciertamente muy modesta en
comparación con la prometida por las religiones. "El Anticristo" (1888)
284. Ser feliz en la contemplación serena, con la voluntad extinguida, sin la codicia y el
afán del egoísmo, frío y gris de pies a cabeza, pero con ojos ebrios de luna.
285. La persona que tiene mucha alegría es necesariamente buena: pero tal vez no sea la
más lista, aunque consigue precisamente aquello que la más lista trata de conseguir con
toda su listeza.
286. En todo caso, hablar del espíritu y del bien como lo hizo Platón significaría poner
la verdad cabeza abajo y negar el perspectivismo, el cual es condición fundamental de
toda vida. "Más allá del bien y del mal" (1886)
287. El que busca con propósito deliberado penetrar en lo confidencial de otra persona,
no está de ordinario cierto de poseer su confianza. El que está seguro de la confianza, da
poco valor a la confidencia. "Humano, demasiado humano" (1878)
289. El oficio, el comercio, la agricultura, la ciencia, gran parte del arte; en una palabra,
todo el complejo de la actividad profesional se armoniza únicamente con la moderación
en el poder y en el desear. "El Anticristo" (1888)
290. Por regla general, el valor o el no valor de un precepto se demuestra por el hecho
de que se consiga o no se consiga el resultado propuesto, siempre y cuando se siga aquél
escrupulosamente. "Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
291. El concepto de política queda entonces totalmente absorbido en una guerra de los
espíritus, todas las formaciones de poder de la vieja sociedad saltan por el aire; todas
ellas se basan en la mentira. "Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es" (1889)
293. ¿Eres capaz de fijarte por ti mismo tu bien y tu mal y suspender sobre ti la ley de tu
propia voluntad? ¿ Eres capaz de ser tu propio juez y el guardián de tu propia ley?
294. No existe hasta aquí filósofo para quien la filosofía no sea apología del
conocimiento; a éste debe darse la mayor utilidad. Están tiranizados por la lógica y la
lógica es optimismo. "Humano, demasiado humano" (1878)
213. La mayor parte de los pensadores escriben mal, porque no nos comunican
solamente sus pensamientos, sino también la razón de sus pensamientos. "Humano,
demasiado humano" (1878)
214. ¡No cometer cobardía alguna contra las propias acciones! ¡No dejarlas en la
estacada una vez realizadas! Los remordimientos de conciencia son una indecencia. "El
crepúsculo de los ídolos" (1889)
215. El varón ha creado a la mujer, pero ¿A partir de qué? A partir de una costilla de su
dios, de su "ideal"... "El crepúsculo de los ídolos" (1889)
216. A fuerza de buscar los comienzos uno se vuelve cangrejo. El historiador mira hacia
atrás; al final cree también hacia atrás. "El crepúsculo de los ídolos" (1889)
217. No es licito querer devolver y restituir lo que el amor da: en el mar del amor debe
estar ahogado todo instinto de restitución.
218. Aspiras a las libres alturas; tu alma anhela alcanzar el mundo de las estrellas. Más
también tus malos instintos ansían la libertad.
219. Siempre habíais sido lo más caro a mi corazón, mi posesión y mi obsesión; por eso
tuvisteis que morir prematuramente.
222. El moralismo de los filósofos griegos desde Platón tiene causas patológicas; lo
mismo sucede con su estimación de la dialéctica. "El crepúsculo de los ídolos" (1889)
223. ¿Cómo es posible que alguien considere como una revelación lo que no es más que
su propia opinión sobre las cosas? "Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales"
(1881)
224. (...) Enseña a leer bien, es decir, despacio, profundizando, movidos por intenciones
profundas, con los sentidos bien abiertos, con unos ojos y unos dedos delicados.
"Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
225. Pero una cosa es el pensamiento, otra la acción, y otra la imagen de la acción. La
rueda del motivo no gira entre ellas. "Así habló Zaratustra" (1883)
226. El indicio menos equívoco del desprecio de los hombres, es que no se da valor a
ninguno sino como medio de alcanzar el propio fin. "Humano, demasiado humano"
(1878)
227. Las personas que nos brindan su plena confianza creen por ello tener derecho a la
nuestra. Es un error de razonamiento: los dones no dan derecho. "Humano, demasiado
humano" (1878)
228. Ser veraz y leal con uno mismo exige liberarse de las costumbres morales
impuestas por la debilidad, el cansancio, el resentimiento, la enfermedad y la
decrepitud. "Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
229. Los individuos envidiosos que tienen muy fino el sentido del olfato, no quieren ver
de cerca a sus rivales, para poder sentirse así superiores a ellos. "Aurora. Reflexiones
sobre los prejuicios morales" (1881)
230. La revolución, la de los átomos, es ya inevitable; pero, ¿Cuáles son los elementos
más pequeños e indivisibles de la sociedad humana? "Schopenhauer como educador"
(1874)
231. Amo al que hace de su virtud su afán y fatal destino; pues por su virtud quiere
seguir con vida y no quiere vivir más.
233. Para vivir sólo es preciso ser un animal o un dios -dice Aristóteles. Falta el tercer
caso: hay que ser ambas cosas: un filósofo. "El crepúsculo de los ídolos" (1889)
234. Con múltiple espejo captaba yo aun su mirada cuando su boca estaba cerrada, para
que me hablaran sus ojos. Y sus ojos me hablaban, en efecto.
235. Quiero sacar a luz todos los secretos de vuestro fondo; y cuando estéis expuestos,
escarbados, al sol, también vuestra mentira estará separada de vuestra verdad. "Así
habló Zaratustra" (1883)
236. Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando
miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti. "Más allá del
bien y del mal" (1886)
237. Si el mismo tema es tratado de cien diversas maneras por diferentes maestros, el
público no aprende a elevarse por encima del interés del sujeto. "Humano, demasiado
humano" (1878)
240. Una gran civilización es un pirámide: sólo puede vivir en un terreno amplio, tiene
como primera condición una mediocridad fuerte y sanamente consolidada. "El
Anticristo" (1888)
241. Hemos de ser sinceros con nosotros mismos y conocernos bien para ejercer con los
demás esa benévola simulación que se llama amor y bondad. "Aurora. Reflexiones
sobre los prejuicios morales" (1881)
242. Hay que dejar de ser bocado en el momento en que se alcanza el pleno sabor; esto
lo saben todos los que desean ser amados durante largo tiempo.
244. Y este ser sincero, el yo, habla del cuerpo y lo quiere incluso cuando sueña y se
forja ilusiones y aletea con un batir de alas rotas.
246. Todo el que depende de un amo, necesita poseer algo que inspire miedo y que sirva
de freno a ese amo; por ejemplo, honradez, franqueza...O mala lengua. "Aurora.
Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
247. Todos los prejuicios proceden de los intestinos. La carne sedentaria -ya lo he dicho
en otra ocasión- es el auténtico pecado contra el espíritu santo. "Ecce homo. Cómo se
llega a ser lo que se es" (1889)
248. A la realidad se la ha despojado de su valor, de su sentido, de su veracidad en la
medida en que se ha fingido mentirosamente un mundo ideal. "Ecce homo. Cómo se
llega a ser lo que se es" (1889)
249. Los que mas han amado hasta ahora al ser humano le han hecho siempre el
máximo daño: han exigido de él lo imposible, como todos los amantes.
251. Se puede hablar de una manera perfectamente justa, y sin embargo, de modo que
todo el mundo pregone lo contrario; es cuando no se habla para todo el mundo.
"Humano, demasiado humano" (1878)
169. Quiero, de una vez por todas, no saber muchas cosas. La sabiduría traza límites
también al conocimiento. "El crepúsculo de los ídolos" (1889)
170. Ahora, para llegar al conocimiento, hay que ir tropezando con palabras que se han
hecho duras y eternas como piedras. "Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios
morales" (1881)
171. Un animal que sabía hablar, dijo: "El humanitarismo es un prejuicio del que los
animales, afortunadamente, nos vemos libres". "Aurora. Reflexiones sobre los
prejuicios morales" (1881)
172. Un individuo puede ser la conciencia de otro, y esto es importante, sobre todo si el
segundo carece de conciencia. "Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales"
(1881)
173. No quiero "creyentes", pienso que soy demasiado maligno para creer en mí mismo,
no hablo jamás a las masas. "Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es" (1889)
174. El ejemplo tiene que venir por el camino de la vida tangible, y no simplemente por
el de los libros. "Schopenhauer como educador" (1874)
175. (...) El filósofo tiene hoy el deber de desconfiar, de mirar maliciosamente de reojo
desde todos los abismos de la sospecha. "Más allá del bien y del mal" (1886)
176. En el dolor hay tanta sabiduría como en el placer; ambas son las dos grandes
fuerzas conservadoras de la especie.
177. Lenta es la experiencia de todos los pozos profundos; tardan mucho en saber lo que
ha caído a su fondo. "Así habló Zaratustra" (1883)
178. Muchos mueren demasiado tarde y algunos prematuramente. No entra aún en los
oídos la doctrina del morir a tiempo.
179. Y aun la ceguera del ciego y su andar a tiento han de dar fe del poder del sol que
miró... "Así habló Zaratustra" (1883)
180. Alguien dijo: "hay dos personas sobre las cuales nunca he reflexionado a fondo: es
el testimonio de mi amor por ellas".
181. Para atraer a las personas de valor a una acción basta presentarla mucho más
peligrosa de lo que es. "Humano, demasiado humano" (1878)
182. Principio supremo: "Dios perdona a los que hacen penitencia"; en otros términos:
Dios perdona a quien se somete al sacerdote. "El Anticristo" (1888)
183. Es necesario que cambiemos nuestra manera de ver, para llegar por fin, quizá
demasiado tarde, a renovar nuestra manera de sentir. "Aurora. Reflexiones sobre los
prejuicios morales" (1881)
184. ¿Cómo apareció la razón en el mundo? De un modo irracional, como debía ser: por
virtud del azar. "Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
185. Respetar tanto más en nosotros algo que ha fallado porque ha fallado. Esto, antes
bien, forma parte de mi moral. "Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es" (1889)
186. No miente sólo el que habla contrariando su propio saber, sino sobre todo el que
habla contrariando su propio no saber.
187. Quien se permite hablar en público tiene el deber, tan pronto modifique sus
opiniones, de contradecirse también en público.
188. No alrededor de los inventores de estrépito nuevo, sino en torno de los inventores
de valores nuevos gira el mundo, silenciosamente. "Así habló Zaratustra" (1883)
189. Todo el mundo cree que puede decir algo cuando se habla del tiempo, de las
enfermedades y del bien y el mal.
190. Siempre que los hombres de las primeras épocas introducían una palabra creían
haber realizado un descubrimiento, haber resuelto un problema. "Aurora. Reflexiones
sobre los prejuicios morales" (1881)
191. Las costumbres son la representación de las experiencias adquiridas por los
hombres anteriormente respecto a lo que consideraron útil o nocivo. "Aurora.
Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
192. Toda conquista, todo paso adelante en el conocimiento es consecuencia del coraje,
de la dureza consigo mismo, de la limpieza consigo mismo. "Ecce homo. Cómo se
llega a ser lo que se es" (1889)
194. Existe en el mundo un único camino por el que nadie sino tú puede transitar:
¿Adónde conduce? No preguntes, ¡Síguelo! "Schopenhauer como educador" (1874)
195. Mas precisamente para el héroe lo bello es lo más difícil. Inaccesible es la belleza a
todas las voluntades impetuosas. "Así habló Zaratustra" (1883)
197. En la montaña el camino más corto es de cima en cima; pero para eso hay que
tener las piernas largas. "Así habló Zaratustra" (1883)
198. Hay siempre un poco de locura en el amor. Más también hay siempre un poco de
razón en la locura. "Así habló Zaratustra" (1883)
199. Quien piensa mucho y piensa prácticamente, olvida con facilidad sus propias
aventuras, pero nunca las ideas que éstas han evocado en él. "Humano, demasiado
humano" (1878)
200. No tienen verdadero interés por una ciencia los que no comienzan por
entusiasmarse con ella, como si de hecho la hubiesen descubierto. "Humano,
demasiado humano" (1878)
201. Las paradojas de que el lector se sorprende, no están a menudo en el libro, sino en
la cabeza del que lee. "Humano, demasiado humano" (1878)
202. Cuanto más abstracta sea la verdad que quieres enseñar, tanto más tienes que atraer
hacia ella incluso a los sentidos. "Más allá del bien y del mal" (1886)
206. No la duda, la certeza es lo que vuelve loco. Pero para sentir así es necesario ser
profundo, ser abismo, ser filósofo. "Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es"
(1889)
207. Este edificio es, efectivamente, una imitación, sobre la base de las metáforas, de las
relaciones de espacio, tiempo y número. "Sobre verdad y mentira en sentido
extramoral" (1873)
208. En la mayoría de los casos aun continua siendo eficaz contra el amor el viejo
remedio radical: el amor que responde al nuestro.
209. Y el que apetezca la gloria debe despedirse a tiempo del honor y dominar el arte
difícil de irse en el momento oportuno. "Así habló Zaratustra" (1883)
210. (...) Las intenciones morales (o inmorales) han constituido en toda filosofía el
auténtico germen vital del que ha brotado siempre la planta entera. "Más allá del bien y
del mal" (1886)
128. El mentiroso utiliza las designaciones válidas, las palabras, para hacer aparecer lo
irreal como real. "Sobre verdad y mentira en sentido extramoral" (1873)
129. Estimo tanto más a un filósofo cuanto más posibilidades tiene de dar ejemplo.
"Schopenhauer como educador" (1874)
130. Ebrio placer es, para quien sufre, apartar la vista de su sufrimiento y perderse a sí
mismo. "Sobre verdad y mentira en sentido extramoral" (1873)
131. ¡Ay, hermanos, ese dios que yo creé era obra humana y demencia humana, como
todos los dioses! "Así habló Zaratustra" (1883)
132. Quien escribe con sangre, y escribe sentencias, ha de ser no leído, sino aprendido
de memoria. "Así habló Zaratustra" (1883)
134. ¿No tendría que ser yo un barril de memoria si pretendiese llevar conmigo hasta
mis razones?
135. "Sé al menos mi enemigo"... Así habla el verdadero respeto que no se atreve a
implorar amistad. "Así habló Zaratustra" (1883)
136. Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal. "Más allá del
bien y del mal" (1886)
137. Estoy demasiado enardecido y abrasado por pensamientos propios, a tal punto que
muchas veces me siento sofocado.
138. Un buen escritor no tiene solamente su propio espíritu, sino también el de sus
amigos. "Humano, demasiado humano" (1878)
139. De los sentidos es de donde procede toda credibilidad, toda buena conciencia, toda
evidencia de la verdad. "Más allá del bien y del mal" (1886)
140. Se paga caro el ser inmortal: se muere a causa de ello varias veces durante la vida.
"Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es" (1889)
141. Todo lo grande, una obra, una acción, se vuelve, inmediatamente de acabada,
contra quien la hizo. "Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es" (1889)
142. Símbolos son todos los nombres del bien y del mal; no expresan, tan sólo insinúan.
"Así habló Zaratustra" (1883)
143. Apenas si me vino ella más que como un abrir y cerrar de ojos divinos, como
instante. "Así habló Zaratustra" (1883)
144. Los alemanes inventaron la pólvora -¡todos mis respetos por ello! Pero volvieron a
compensado- inventaron la prensa. "Más allá del bien y del mal" (1886)
145. No permitáis que alcen vuelo, abandonando las cosas terrenas, y con sus alas
golpeen contra paredes eternas. "Así habló Zaratustra" (1883)
146. A pesar de que es malo; peor es silenciarlo, pues todas las verdades silenciadas
acaban por destilar veneno.
147. Quien piense con alguna profundidad, sabrá que su juicio tendrá siempre faltas,
que trata y juzga como quiere. "Humano, demasiado humano" (1878)
149. La verdad es que amamos la vida, no porque estemos acostumbrados a ella, sino
porque estamos acostumbrados al amor. "Así habló Zaratustra" (1883)
150. Hay que mantener sujeto el corazón; pues cuando se lo suelta no se tarda en perder
la cabeza.
154. Amo a los que no saben vivir sino encaminados al hundimiento; pues son los
únicos que cruzan el abismo.
155. Cuanto más se eleva un hombre, más pequeño les parece a los que no saben volar.
"Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
156. En un tiempo el espíritu fue Dios, luego se hizo hombre, y ahora hasta se ha hecho
plebe. "Así habló Zaratustra" (1883)
157. Lo absurdo de una cosa no prueba nada contra su existencia, es más bien condición
de ella. "Humano, demasiado humano" (1878)
159. Los caminos considerados más cortos han sido siempre los que mayores peligros
han hecho correr a la humanidad. "Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales"
(1881)
161. Nadie puede construirte el puente sobre el que precisamente tú tienes que cruzar el
río de la vida. "Schopenhauer como educador" (1874)
162. El hombre del conocimiento debe no solamente saber amar a sus enemigos, sino
también saber odiar a sus amigos. "Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es"
(1889)
163. Y es que nada hay tan difícil como cerrar por amor la mano abierta y avergonzarse
de su generosidad. "Así habló Zaratustra" (1883)
164. La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el
silencio. "Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es" (1889)
165. Cien profundas soledades forman juntas la ciudad de Venecia -ésa es su magia.
Una imagen para los hombres del futuro.
167. Hay una inocencia en la mentira que es señal de que se cree con buena fe en una
cosa. "Más allá del bien y del mal" (1886)
86. Las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son. "Sobre verdad y
mentira en sentido extramoral" (1873)
88. Y en esa fugaz felicidad ebria que solo el que más sufre experimenta.
89. Le gusta al frió monstruo entrar en calor al sol de las conciencias limpias.
90. Pues mi noción de la justicia es ésta: los hombres no son iguales. "Así habló
Zaratustra" (1883)
91. El diablo mira con envidia a quien sufre mucho y lo expulsa al cielo.
92. Todo pensador profundo tiene más miedo a ser entendido que a ser malentendido.
"Más allá del bien y del mal" (1886)
94. No pensaban suficientemente hondo, así que su sentir no descendía hasta los fondos.
97. Pero, ¿Cómo podremos encontrarnos a nosotros mismos? ¿Cómo puede el hombre
conocerse? "Schopenhauer como educador" (1874)
98. No pocas veces ya he dicho adiós; conozco las horas desgarradoras de la despedida.
99. Que seria de tu felicidad, radiante astro, si no tuvieras aquellos para los que brillas.
"Así habló Zaratustra" (1883)
100. No me entienden; yo no soy la boca que sepa llegar a esos oídos. "Así habló
Zaratustra" (1883)
101. Si posees una virtud, y es una virtud muy tuya, no la compartas con nadie.
102. Vosotros miráis hacia arriba cuando ansias elevaros; yo miro hacia abajo, pues
estoy elevado.
103. Como origen del bien en el mal, como origen de los fines en el azar.
105. El deleite de las pequeñas malicias nos ahorra más de una gran maldad.
107. Reí de buena gana, mientras me temblaban las piernas y también el corazón.
108. Lo que se hace por amor acontece siempre mas allá del bien y del mal. "Más allá
del bien y del mal" (1886)
110. No existen fenómenos morales, sino sólo una interpretación moral de fenómenos...
"Más allá del bien y del mal" (1886)
111. Los mártires, dicho sea de pasada, fueron una gran desgracia en la historia,
sedujeron... "El Anticristo" (1888)
113. El mundo real es mucho más pequeño que el mundo de la imaginación. "Aurora.
Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
114. Un peligroso cruzar, un peligroso mirar hacia atrás, un peligroso estremecerse y
detener el paso.
116. Vuestra virtud es vuestro propio ser, y no nada ajeno a vosotros; es piel y disfraz.
117. Soy de hoy y de siempre...Pero hay en mi algo que es de mañana. "Así habló
Zaratustra" (1883)
118. Ay, también a vosotros, almas grandes, os susurra él al oído sus siniestras mentiras.
119. Las mentes más profundas de todos los tiempos han sentido compasión por los
animales.
120. Qué sabe del amor quien no ha tenido que despreciar precisamente lo que más
amaba.
121. Prefiero unos pocos allegados a las malas compañías; pero deben saber ir y venir
oportunamente.
123. Un derecho es un privilegio. Según su modo de ser cada cual tiene su privilegio.
"El Anticristo" (1888)
124. El psicólogo tiene que apartar la vista de sí mismo para sencillamente poder ver
algo. "El crepúsculo de los ídolos" (1889)
125. Las cosas más simples son las más complicadas, por mucho que ello nos asombre.
"Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
126. Camino entre los hombres como entre los fragmentos del futuro: de aquel futuro
que yo contemplo. "Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es" (1889)
44. Todavía esta abierta la tierra a las almas grandes. "Así habló Zaratustra" (1883)
45. Los autores más espirituales producen una sonrisa poco sensible. "Humano,
demasiado humano" (1878)
46. "Toda verdad es simple". ¿No es esto una mentira doble? "El crepúsculo de los
ídolos" (1889)
48. Ansiaban escaparse de su miseria, pero las estrellas quedaban demasiado lejos.
49. Y quien ansia superarse creando posee la voluntad más pura. "Así habló
Zaratustra" (1883)
51. Mirad a esos superfluos, se hacen ricos y sin embargo empobrecen. "Así habló
Zaratustra" (1883)
52. ¡Qué pobre sería el espíritu humano sin la vanidad! "Humano, demasiado
humano" (1878)
53. Los hombres somos la única criatura que, cuando fracasa, puede autoeliminarse.
"Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
54. ¿Cuánta verdad soporta, cuánta verdad osa un espíritu? "Ecce homo. Cómo se llega
a ser lo que se es" (1889)
55. Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado.
56. ¡Que poco se requiere para ser feliz!... El sonido de una gaita. "El crepúsculo de los
ídolos" (1889)
57. Por lo que más se nos castiga es por nuestras virtudes. "Más allá del bien y del
mal" (1886)
58. Amo al que no retiene para si una gota de espíritu. "Así habló Zaratustra" (1883)
59. Amo a aquel cuya alma es profunda aún en la herida. "Así habló Zaratustra"
(1883)
60. Cómo podrías renacer sin antes haber quedado reducido a ceniza.
61. Estoy herido de mi felicidad; han de curarme todos los que sufren.
62. Todo lo imperecedero es mera alegoría. Y los poetas mienten demasiado. "Así
habló Zaratustra" (1883)
63. Siempre me ha parecido hacer mejor en aprender a alegrarme más. "Así habló
Zaratustra" (1883)
65. Cuando mejor mentimos es cuando la mentira concuerda con nuestro carácter.
66. Para llegar a los grados superiores del poder, abandonar sus grados inferiores.
67. El individuo caritativo satisface una necesidad anímica al hacer el bien. "Aurora.
Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
69. Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos.
"Así habló Zaratustra" (1883)
70. No puedo creer en un dios que quiera ser alabado todo el tiempo.
72. Nuestra fe en otros revela en qué quisiéramos creer en nosotros mismos. "Así habló
Zaratustra" (1883)
75. ¿Dónde esta la cumbre que yo pueda aun escalar con mi anhelo?
76. Y mi noción del conocimiento es: elevar toda profundidad hacia mi altura.
77. Es de noche; sólo ahora despiertan todas las canciones de los amantes. "Ecce homo.
Cómo se llega a ser lo que se es" (1889)
78. Y sólo si se aparta de sí mismo saltará su propia sombra. "Así habló Zaratustra"
(1883)
79. Enderezaste tus pasiones hacia tu meta suprema; entonces se convirtieron en tus
virtudes. "Así habló Zaratustra" (1883)
82. Ayúdate, y te ayudarán. Primer principio del amor al prójimo. "El crepúsculo de los
ídolos" (1889)
83. ¿No está todo buen historiador constantemente en contradicción con su medio
ambiente? "Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
84. Parece como si tuviera necesidad de perspectivas lejanas para pensar bien las cosas.
"Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
No soy un hombre, soy dinamita. "Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es"
(1889)
09. Toda convicción es una cárcel. "Más allá del bien y del mal" (1886)
15. Pero incluso cuando llora hace reír. "Así habló Zaratustra" (1883)
17. El hombre es algo que debe ser superado. "Así habló Zaratustra" (1883)
18. Miradas todas del amor, instantes divinos, moristeis prematuramente. "Así habló
Zaratustra" (1883)
19. Tal es el destino que quiere mi voluntad. "Así habló Zaratustra" (1883)
20. Los hombres buenos no dicen nunca la verdad. "Ecce homo. Cómo se llega a ser lo
que se es" (1889)
21. Sin música la vida sería un error. "El crepúsculo de los ídolos" (1889)
24. Ha llegado la hora de buscar a los perdidos. "Así habló Zaratustra" (1883)
25. Que la vida ha de superarse siempre de nuevo. "Así habló Zaratustra" (1883)
26. Quien no tienen alas no debe tenderse sobre abismos. "Así habló Zaratustra"
(1883)
27. El que no cree en si mismo miente siempre. "Así habló Zaratustra" (1883)
29. En el mundo hay más ídolos que realidades. "El crepúsculo de los ídolos" (1889)
36. Yo solo creería en un Dios que supiera bailar. "El Anticristo" (1888)
38. Siempre cree en aquello con que logra mejor hacer creer.
41. Vuestro honor no lo constituirá vuestro origen, sino vuestro fin. "Así habló
Zaratustra" (1883)
295. Un espíritu que apetezca cosas grandes y que quiera también los medios para
conseguirlas, es necesariamente escéptico. La libertad de toda clase de convicciones
forma parte de la fuerza, la facultad de mirar libremente... "El Anticristo" (1888)
296. La humanidad no representa una evolución hacia algo mejor y más fuerte o más
alto, como hoy se cree. El progreso no es más que una idea moderna; esto es, una idea
falsa. "El Anticristo" (1888)
297. Desde el punto de vista psicológico, en toda sociedad u organización sacerdotal los
pecados se hacen indispensables: son los verdaderos manipuladores del poder; el
sacerdote vive de los pecados, tiene necesidad de que haya pecadores... "El Anticristo"
(1888)
298. Es tan falso que los mártires sufran algo por la verdad de una cosa, que yo me
atrevería a negar que jamás un mártir haya tenido nunca nada que ver con la verdad. "El
Anticristo" (1888)
299. Creemos saber algo de las cosas mismas cuando hablamos de árboles, colores,
nieve y flores y no poseemos, sin embargo, más que metáforas de las cosas que no
corresponden en absoluto a las esencias primitivas. "Sobre verdad y mentira en
sentido extramoral" (1873)
300. Las personas más espirituales, suponiendo que tengan el máximo coraje, son
también las que viven las tragedias más dolorosas: pero esas personas honran la vida
justo porque ésta les opone su máxima hostilidad.
301. El peor, el más duradero y peligroso de todos los errores ha sido hasta ahora un
error de dogmáticos, a saber, la invención por Platón del espíritu puro y del bien en sí.
"Más allá del bien y del mal" (1886)
302. Es triste decirlo, pero no hay nada que se tenga que demostrar con mayor energía y
tenacidad que la evidencia. Pues la mayoría de la gente no tiene ojos para verla. ¡Y es
tan aburrido demostrar! "Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
303. En la gran economía del todo los elementos terribles de la realidad (en los afectos,
en los apetitos, en la voluntad de poder) son inconmensurablemente más necesarios que
aquella forma de pequeña felicidad denominada "bondad". "Ecce homo. Cómo se llega
a ser lo que se es" (1889)
304. Una alianza es mas sólida si los aliados, mas bien que conocerse mutuamente,
creen los unos en los otros: por ello, entre enamorados, la alianza es mas sólida antes
que después de la unión matrimonial.
305. La igualdad hace disminuir la felicidad del individuo, pero abre la vía para la
ausencia de dolor de todos. Al final de la meta estaría ciertamente la ausencia de dolor,
pero también la ausencia de felicidad.
306. El hecho de que el amor exija una posesión exclusiva lo sitúa por debajo de la
amistad; en esta es posible tener varios buenos amigos, los cuales, a su vez, pueden
llegar a hacerse amigos entre si.
308. ¿Si nosotros los inmoralistas perjudicamos a la virtud? Igual de poco que los
anarquistas a los príncipes. Solo desde que se les tirotea vuelven a estar firmemente
asentados en su trono. Moraleja: hay que tirotear a la moral. "El crepúsculo de los
ídolos" (1889)
310. En los individuos es rara la locura - pero es la regla en los grupos, partidos,
pueblos, épocas y por ello los historiadores no han hablado hasta ahora de locura. Pero
alguna vez la historia la escribirán los médicos.
311. Lo que percibe el sentido y conoce el espíritu nunca tiene su fin en si mismo. Sin
embargo, el sentido y el espíritu quisieran hacerte creer que son el fin de todas las cosas;
tal es su soberbia.
312. Todos los valores supremos son de primer rango, todos los conceptos más altos, el
ente, lo incondicionado, lo bueno, lo verdadero, lo perfecto: todo esto no puede haber
llegado a ser, y en consecuencia tiene que ser causa sui. "El crepúsculo de los ídolos"
(1889)
313. Al preguntársele cuál era la característica de los seres humanos más común en
todas partes, aquel viajero que había visto muchas tierras y pueblos, y visitado muchos
continentes, respondió: la inclinación a la pereza. "Schopenhauer como educador"
(1874)
314. Lo que más nos aproxima a una persona es esa despedida, cuando acabamos
separándonos, porque el sentimiento y el juicio no quieren ya marchar juntos; y
aporreamos con violencia el muro que la naturaleza ha alzado entre ella y nosotros.
315. Oh, esos pobres pícaros que están en las grandes ciudades de la política mundial,
hombres jóvenes, dotados, torturados por la ambición, que consideran su deber decir su
palabra acerca de todos los sucesos... ¡Y siempre sucede algo!
316. El ideal, se seduce a si mismo el seducido, seria amar a la tierra como la ama la
luna, y palpar su belleza únicamente con la mirada. Y el no pedir de las cosas más que
poder estar tendido ante ellas... "Así habló Zaratustra" (1883)
317. El cristianismo quiere devolver las pasiones a los hombres...Incita a las pasiones a
que se manifiesten con su mayor grado de fuerza y de esplendor como amor de Dios,
temor de Dios, fe fanática en Dios, esperanza ciega en Dios. "Aurora. Reflexiones
sobre los prejuicios morales" (1881)
318. Cuando un hombre rebaja su talento únicamente para ponerse al nivel del lector,
comete un pecado mortal que éste no le perdonará nunca, suponiendo, por supuesto, que
se dé cuenta de ello. Puede uno decirle al hombre cosas atroces, pero enalteciendo su
vanidad. "Humano, demasiado humano" (1878)
319. La fórmula más general que subyace a toda religión y moral reza así: "Haz tal cosa
y tal otra; omite tal cosa y tal otra, ¡Y serás feliz! De lo contrario... ". Toda moral, toda
religión es este imperativo. "El crepúsculo de los ídolos" (1889)
320. En todo hablar hay su poco de desprecio. El lenguaje, parece, se ha inventado solo
para el término medio, para lo mediano, para lo comunicativo. Con el lenguaje se
vulgariza ya el hablante. De una moral para sordomudos y otros filósofos. "El
crepúsculo de los ídolos" (1889)
321. Quienes obran libremente en la vida se hallan en una situación más desfavorable
que quienes piensan libremente, dado que a los hombres les afectan de una forma más
directa las consecuencias de los actos que las consecuencias de los pensamientos.
"Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
322. Ser "natural", por lo menos en sus defectos, es quizá el único elogio que cabe
dirigir a un artista que es afectado, comediante y ficticio en todo lo demás. Por eso, un
individuo así dará siempre rienda suelta únicamente a sus defectos. "Aurora.
Reflexiones sobre los prejuicios morales" (1881)
323. Tus deseos son mayores que tu razón, y tu vanidad es mayor aún que tus deseos. A
los individuos de tu calaña hay que recomendarles básicamente mucha práctica
cristiana, además de una cierta dosis de teoría schopenhaueriana. "Aurora. Reflexiones
sobre los prejuicios morales" (1881)
324. El que yo tenga cariño, y muchas veces demasiado cariño, a la sabiduría, obedece
al hecho de que me recuerda a la vida. Tiene ella el mismo mirar, la misma risa� ¿Qué
culpa tengo yo de que las dos se parezcan tanto?
325. La sed de igualdad puede manifestarse en que se quiere, o bien someter a los
demás rebajándolos, reduciéndolos al silencio, mirándolos sobre el hombro, o bien
elevarse con todos (haciéndoles justicia, ayudándolos, regocijándose de los éxitos de
otros). "Humano, demasiado humano" (1878)
326. ¿Qué es la moral judaica, qué es la moral cristiana? Es el acaso que ha perdido su
inocencia; es la desventura manchada con el concepto de pecado; es el bienestar
considerado como peligro, como tentación; el malestar fisiológico envenenado por el
gusano del remordimiento... "El Anticristo" (1888)
327. En el mundo no hay más que un camino que sólo tú puedes recorrer: ¿A dónde
conduce? No preguntes, síguelo. ¿Quién dijo que "un hombre jamás se eleva tan alto
como cuando no sabe a dónde puede llevarle su camino"? "Schopenhauer como
educador" (1874)
328. ¿Donde está la belleza? Allí donde uno tiene que querer con toda la fuerza de
voluntad; allí donde uno quiere amar y perecer, para que tal imagen deje de ser nada
más que imagen. Amar y perecer; desde todas las eternidades lo uno está ligado a lo
otro.
329. La filosofía, tal como yo la he entendido y vivido hasta ahora, es vida voluntaria en
el hielo y en las altas montañas: búsqueda de todo lo problemático y extraño que hay en
el existir, de todo lo proscrito hasta ahora por la moral. "Ecce homo. Cómo se llega a
ser lo que se es" (1889)
330. La teología está construida sobre este hecho; Hablan del hombre de los cuatro mil
años últimos como de un hombre eterno, con el cual tienen desde su principio relación
directa natural todas las cosas del mundo. Pero todo ha evolucionado; No existen
hechos eternos ni verdades absolutas. "Humano, demasiado humano" (1878)
331. Yo podría imaginarme una música cuyo más raro encanto consistiría en que no
supiese yo nada del bien y del mal y sobre la cual tal vez sólo acá y allá se deslizasen
una cierta nostalgia de navegante, algunas sombras doradas y algunas blandas
debilidades. "Más allá del bien y del mal" (1886)
332. Voy a decir todavía unas palabras para los oídos más selectos: qué es lo que yo
quiero en realidad de la música. Que sea jovial y profunda, como un mediodía de
octubre. Que sea singular, traviesa, tierna, una dulce mujercita llena de perfidia y
encanto. "Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es" (1889)
333. Mi objeción contra los medios empleados por el cristianismo es ésta: que en él
faltan los fines santos. Sólo fines malos: envenenamiento, calumnias, negación de la
vida, desprecio del cuerpo, envilecimiento y corrupción del hombre mediante el
concepto de pecado; por consiguiente, también sus medios son malos. "El Anticristo"
(1888)
334. No hay error más peligroso que confundir la consecuencia con la causa: lo llamo la
auténtica corrupción de la razón. No obstante, este error se cuenta entre las costumbres
más antiguas y más modernas de la humanidad: entre nosotros está incluso santificado,
lleva el nombre de "religión", "moral". "El crepúsculo de los ídolos" (1889)
335. Es bien sabido que la ciencia y el nacionalismo son cosas que se contradicen,
aunque los monederos falsos de la política nieguen ocasionalmente ese saber: pero
también llegará ¡por fin! El día en que se comprenderá que sólo para su daño puede
ahora toda cultura superior seguir cercada por vallas nacionales.
336. Cuando Zaratustra llegó a la primera ciudad, situada al borde de los bosques,
encontró reunida en el mercado una gran muchedumbre: pues estaba prometida la
exhibición de un volatinero. Y Zaratustra habló así al pueblo: Yo os enseño el
superbombre. El hombre es algo que debe ser superado. ¿Qué habéis hecho para
superarlo? "Así habló Zaratustra" (1883)
338. La moral de esclavos es, en lo esencial, una moral de la utilidad. Aquí reside el
hogar donde tuvo su génesis aquella famosa antítesis "bueno" y "malvado": - se
considera que del mal forman parte el poder y la peligrosidad, así como una cierta
terribilidad y una sutilidad y fortaleza que no permiten que aparezca el desprecio. "Más
allá del bien y del mal" (1886)
339. El intelecto, como medio de conservación del individuo, desarrolla sus fuerzas
principales fingiendo, puesto que éste es el medio, merced al cual sobreviven los
individuos débiles y poco robustos, como aquellos a quienes les ha sido negado servirse,
en la lucha por la existencia, de cuernos, o de la afilada dentadura del animal de rapiña.
"Sobre verdad y mentira en sentido extramoral" (1873)
341. Que es el amor sino comprender y alegrarse de que otro viva, actué de y sienta de
manera diferente y opuesta a la nuestra? Para que el amor supere con la alegría los
antagonismos no debería suprimirlos, negarlos. Incluso el amor a si mismo contiene
como presupuesto suyo la dualidad (o la pluralidad) indisoluble, en una sola persona.
342. ¡La doctrina de la igualdad!... Pero si no existe veneno más venenoso que ése: pues
esa doctrina parece ser predicada por la justicia misma, mientras que es el final de la
justicia..."Igualdad para los iguales, desigualdad para los desiguales" - ése seria el
verdadero discurso de la justicia: y, lo que de ahí se sigue, "no igualar jamás a los
desiguales". "El crepúsculo de los ídolos" (1889)
343. Para el espíritu libre, para el "devoto del conocimiento" - la pía fraus [mentira
piadosa] repugna a su gusto (a su "devoción") más todavía que la impía fraus [mentira
impía]. De ahí procede su profunda incomprensión frente a la Iglesia, a la que
considera, pues él pertenece al tipo "espíritu libre", como su no libertad. "Más allá del
bien y del mal" (1886)
344. El reino de los cielos es un estado del corazón, no una cosa que advierte en la tierra
o después de la muerte. Todo el concepto de la muerte natural falta en el evangelio: la
muerte no es un puente, un paso; Falta porque es propia de un mundo completamente
diverso, puramente aparente, útil sólo para fabricar signos con que expresarnos. "El
Anticristo" (1888)
345. El amor prolongado es posible -aun siendo un amor feliz- porque no es fácil poseer
a un ser humano hasta el final, conquistarlo hasta el final -siempre se abren fondos
nuevos, cuartos traseros del alma nuevos, aún no descubiertos, y también hacia ellos
alarga sus manos la infinita ansia posesiva del amor-. Pero el amor finaliza tan pronto
como sentimos un ser como limitado.
346. Grandeza significa dirección. Ningún curso de agua es por sí mismo grande y rico;
Por recibir y reunir muchos afluentes secundarios es por lo que se vuelve caudaloso. Lo
mismo pasa con todas las grandezas de espíritu. Se trata solamente de que un hombre dé
tal dirección, que la sigan muchos afluentes, y no de que sea pobre o rico de dones
naturales. "Humano, demasiado humano" (1878)
347. ¿Acaso Kant no vio en la Revolución francesa el paso de la forma inorgánica del
Estado a su forma orgánica? ¿No se preguntó si existía un hecho que puede ser
explicado de otro modo que por una disposición moral de la humanidad, de suerte que
con él, de una vez para todas, sea demostrada la tendencia de la humanidad hacia el
bien? "El Anticristo" (1888)
350. La cultura y el Estado -no nos engañemos sobre esto- son rivales: el "Estado de
cultura" no pasa de ser una idea moderna. Lo uno vive de lo otro, lo uno prospera a
costa de lo otro. Todas las épocas grandes de la cultura son épocas de decadencia
política: lo que es grande en el sentido de la cultura ha sido apolítico, incluso
antipolítico.
351. Qué es lo que has amado hasta ahora verdaderamente? Qué es lo que ha atraído a
tu espíritu? Qué lo ha dominado y, al mismo tiempo, embargado de felicidad? Despliega
ante tu mirada la serie de esos objetos venerados y, tal vez, a través de su esencia y su
sucesión, todos te revelen una ley, la ley fundamental de tu ser más íntimo.
"Schopenhauer como educador" (1874)
355. El budismo es la única religión realmente positivista que la historia nos muestra,
aun en su teoría del conocimiento (un severo fenomenalismo); no habla ya de lucha
contra el pecado, sino que, dando plena razón a la realidad, dice lucha contra el sufrir.
Tiene -y esto le distingue profundamente del cristianismo- detrás de sí la
automistificación de los conceptos morales; está, hablando en mi lenguaje, más allá del
bien y del mal. "El Anticristo" (1888)
356. El amor desea, el temor evita. A eso se debe la imposibilidad de que alguien sea
amado y respetado a la vez por la misma persona, al menos en el mismo espacio de
tiempo. Pues quien respeta reconoce el poder, es decir, lo teme: su estado es el temor
respetuoso. Pero el amor no reconoce ningún poder, nada que separe, diferencie,
anteponga o subordine. Como el amor no respeta, las personas ávidas de respeto son
secreta o públicamente reacias a ser amadas. "Humano, demasiado humano" (1878)
357. El profundo respeto a la vejez y a la tradición -el derecho entero se basa en ese
doble respeto-, la fe y el prejuicio favorables para con los antepasados y desfavorables
para con los venideros son típicos de la moral de los poderosos; y cuando, a la inversa,
los hombres de las "ideas modernas" creen de modo casi instintivo en el "progreso" y en
"el futuro" y tienen cada vez menos respeto a la vejez, eso delata ya suficientemente la
procedencia no aristocrática de esas "ideas". "Más allá del bien y del mal" (1886)
358. El miedo ha favorecido mas el conocimiento general del ser humano que el amor,
pues el miedo quiere adivinar quién es el otro, qué es lo que puede, qué es lo que quiere:
equivocarse en eso constituiría un peligro y una desventaja. El amor, por el contrario,
tiene un secreto impulso a ver en el otro la mayor cantidad posible de cosas bellas o a
elevarlo lo mas alto posible: equivocarse a ese respecto seria para el amor un placer y
una ventaja, y actúa de ese modo.
359. Cuando una vida larga y una actividad prolongada, además de discursos y escritos,
dan testimonio público de un personaje, el trato con él suele decepcionar, por dos
razones: de un lado, porque se aguardan demasiadas cosas de un breve período de trato
con él -a saber, todas las que sólo las mil ocasiones de la vida han ido haciendo visibles-
, y, de otro, porque ningún personaje reconocido sigue esforzándose en cortejar a un
particular para conquistar su reconocimiento. El está demasiado relajado - y nosotros,
demasiado tensos.
360. Un filósofo es alguien que constantemente vive, ve, oye, sospecha, espera, sueña
cosas extraordinarias; alguien al que sus propios pensamientos lo golpean como desde
fuera, como desde arriba y desde abajo, constituyendo su especie peculiar de
acontecimientos y rayos; acaso él mismo sea una tempestad que camina grávida de
nuevos rayos; un hombre fatal, rodeado siempre de truenos y gruñidos y aullidos y
acontecimientos inquietantes. Un filósofo: ay, un ser que con frecuencia huye de sí
mismo, que con frecuencia tiene miedo de sí -pero que es demasiado curioso para no
"volver a sí" una y otra vez.
361. Las mujeres se ponen pálidas ante la idea de que su amado no sea digno de ellas; y
los hombres, ante la idea de no ser dignos de sus amadas. Estamos hablando aquí de
mujeres cabales, de hombres cabales. Tales hombres, que ordinariamente tienen
confianza en sí mismos y sentido del poder, se avergüenzan y dudan de sí mismos
cuando se hallan en estado de pasión; tales mujeres, en cambio, suelen sentirse
ordinariamente como las débiles, como las dispuestas a la entrega, pero, en la elevada
excepción de la pasión, tienen su orgullo y su sentido del poder, el cual pregunta:
¿Quién es digno de ti?
362. Paréceme que un enfermo es más irreflexivo cuando tiene médico que cuando se
cuida por sí mismo de su salud. En el primer caso le basta con observar estrictamente
todas las recetas; en el segundo caso nos fijamos con más conciencia en lo que
constituye la meta de todas las recetas, a saber, nuestra salud, observamos más cosas,
nos ordenamos. Y prohibimos muchas más cosas que siguiendo las indicaciones del
médico. Todas las reglas tienen este efecto: distraer del fin que está tras la regla y
volvemos más irreflexivos. Y cómo habría aumentado la irreflexión de la humanidad,
hasta llegar a ser algo indomable y destructivo, si alguna vez, considerando a Dios
como médico, hubiese dejado en manos de él, con completa honestidad, todas las cosas,
según la fórmula que dice: "¡Como Dios quiera! ".
363. El Don Juan del conocimiento: ningún filósofo ni poeta lo ha descubierto todavía.
Es un hombre que no siente amor por las cosas que conoce, pero que tiene ingenio,
ganas y gusto por la caza e intrigas del conocimiento -¡hasta subir a las más altas y
lejanas estrellas de éste! -, hasta que por fin ya no queda nada que cazar. Excepto lo
absolutamente doloroso del conocimiento, como le ocurre al bebedor, que a la postre
bebe ajenjo y aguardiente. Así que al final el Don Juan del conocimiento se encapricha
del infierno - es el último conocimiento que lo seduce. ¡Es posible que también el
infierno lo decepcione, como toda cosa conocida! ¡Y entonces tendría que permanecer
inmóvil por toda la eternidad, sólidamente clavado a la decepción, convertido él mismo
en convidado de piedra, y con grandes ganas de una cena del conocimiento, que nunca
le sirve! Pues este entero mundo de las cosas no tiene ya ningún bocado que ofrecer a
ese hambriento.