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CAPITULO
.
escena soe1al :º~º n su· eto digno de reconocimiento. Todo esto ex-
u_ ;,,J t del "11 m'opprend" en la lengua francesa ,
plica el segur;uod.. ¡:; ;~~;~da para que yo pueda aprender; sin él, el
puesto ~e _e. a ~ es..;parecería como una actividad social inconclu-
II
vmculo . e tos sta er este doble movimiento se anida el debate entre
,a· prec1samen e en . ·d ' d I te en ,
- . d s1 el cual intentaremos d1luc1 ar mas a e an
didactas y pe agogos , DIDACTICA Y APRENDIZAJE
el capíiulo sobre la ?edagogía.
~
'!
de la Educación como Reboul, el aprendizaje emerge como el centro
de: hecho educativo. Si queremos conocer la naturaleza de la
·I;,\: educación, habría que recordar el verbo que le corresponde. que
responde a todas su iormas, el "aprender"82 . El verbo aprender
:.,,\¡
1,
remite a la indefectible operación de instruir tanto en el sentido
\1 pasivo como en el activo83 . Aprender tiene, según este filósofo, las
1 siguientes acciones: élever, enseigner y form er:14 . La primera
\
~1i
~I
1 Deleuze Gilles, Proust y los signos, Barcelona, Anagrama, 1995,p. 32.
¡ ·guiente equivalente: criar y criarse lo cual supone, en el primer caso, la acción que
e_ si
eiercen to·, padres sobre tos niños. En el segundo, responsabilidad . y autonomía d. · a lo largo1de
su desarrollo que sólo puede adquirir el niño según la coherencia de 1as con 1a~nes mora es.
·¡
soc1aes,e scolares, e'ticas• etc · que presupone el aclo de educar. Esta
. doble
., acc1on,d ¡en hnuestro
· 1
. ·ncxistente O por lo menos se reconoce en una sola d1recc1on: del a u to ac1a e
m ed 10, es 1 , 'd d b ¡· ¡ ¡ a
m· no.
- "",amb 1'én puede ser comprendida como la acción de tener . , cu1 a . os so re e man
, eYna
la vez desarrollar la conciencia de cuidarse a sí mismo. La no,c1on equiva_1ent~ y mas cerca .
sira lengua es la de educar, lo cual supone una accion en dos direcciones: e l adulto
con nue d .. · • d d rse
ha de tener la responsabilidad de educar al niño y éste a qumr 1a conc1enaa e e uca · · ~adamer Hans-Georg. Verdad y Método, Tomo 1, Salamanca, Sígueme, 2001, p. 461.
85 ]bid. p. 7
f'
Montaign.2, Filosofar es ;:,repararse a morir, Libro Primero, Ensayos, Barcelona, Océano.
.
89
~ .
pp.33-42, 1984 .
<JO Reboul O., lbíd. p. 8. Termina este pequeño apartado preguntándose ¿qué es lo que Dele= G'""· P,o,o V loo""'°'· Baeelooo, Magrama, 3 edldóo, J 995. p. 32. • .¡
j
aprendemos entonces? A dejarnos transformar, aceptar el ser nuevo que d~ cualq~•e_r ~om~a
llegaremos a ser( ... ) Puesto que de lo que se tra1'.1 ~s de apr~nder a ser me¡ores.' I~ 1mc1ac1on V~turana Humberto, El sentido de lo humano, Sontiago, Dolmen Ediciones, 2002. pp. 250.
aparecerá como el engranaje invisible de la achv1dad, el ntual necesano e h,stoncamente
(,. . ,;;, Por ej;mplo, Houssaye considera que el aprender es un "proceso pedagógico" al situar la
oportuno para la especie humana.
: ~laaon estrecha que el alumno mantiene con el saber; la enseñanza la entiende como· la
•1 Meirieu Philippe, Apprendre ... oui, mais comment ?, Paris, Esf, 12 éditions, 1994.
.•....
elación que establece el profesor con el saber y la fon nación como el vínculo entre el profesor
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'1(\ [);rl!.rlir~ nP<lilOOOía v sabe• . ....... 71 - - í'\; ...1.c; ... , : .... . • ., ____ _ _J· - · · -
lo pedagógico se ha vulgarizado a tal punto que con él buscamos resumir se vive, progresivamente , e n cada momento. de la m isma forma la
tanto el proceso como su finali¿:!d. De otr0 lado, su carácter complejo se perfectibilidad no constituye una finalidad en sí. acontece cada v~z que
ha desvalorado, equivocadamente, al pY'?tender que la sola enseñanza l~s ª?rendizajes nos afectan positivamente. En el corazó n de la expe-
es históricamente la determinai"tte de lo escolar. A buena hora, numerosos nenc1a e ncontramos el deseo y el place r. El primero es causante de
es~dios y teorías' de referencia deslindan la enseñanza del aprender lo intencionalidad en cualquier acto de saber, el segundo, la satisfacción
que ha permitido conocer de cerca cómo y por qué la Didáctica encuentra, de tal acto. El deseo de aprender aparece como el d etonador de tal/
más allá del cómo hacer, una excelc:.te oportunidad para explicar, de ~ctividad y curiosamente fecunda el objeto de saber al crearlo o identi-
principio a fin, lo que sucede allí. La ganancia en este plano es valiosísima, ficarlo. De alguna manera, el deseo es lo que causa el objeto y no éste
pues permite comprender hacia dónde s1:: dirige la finalidad de la su ~etermim.:nte95. Cuando decimos quiero saber de qué está compuesto
Pedagogía, qué planos de inmanencia comprende y qué linderos ~ e! ~tomo, estamos creando la esencia del objeto. Esto rompe con la
separan de aquella. Al ex~:-ninar la noción de Didáctica, como lo venimos log1ca en aquellas ciencias donde los objetos existen independiente-
haciendo, encontramos que se dirige más a la reflexión del aprendizaje, men_te de la voluntad del conocer. Si no deseo conocer la composición
como una operación intelectual con su cuota suficiente de ritual. Se trataría del atomo, en verdad tal objeto no existe para mi conciencia, particu-
de elevar los aprendizajes a la categoría de cuestión, interrogar la larmente porque la existencia de algo está dado por la vo luntad del
enseñanza y crear los instrumentos más apropiados para promover el dz~eo de sa~er; ~n el que e nco~tramos siempre el tiempo del r1;.1rendey.
cómo sin que éste aparezca reducido a una simple organización As,, la expenenc1a e n el aprend1zaJe de u na segunda !engua nos señala
metodológica. De cualquier manera , el trabajo que abordaremos en este que ésta no aparecerá como la causante del deseo. puesto que su fue r~
ca¡Jítulo se refiere implícitamente a la_transmisión y la ~~ro? iación . za, su vitalidad, la satisfacció n que nos procura están en el acto de
conceptos que, a nuestro juicio, onentanan la tarea de la D1dactJca en lo aprender y no e n la le ngua en sí. El desafío que u na tal acti vidad impli
\ que tiene que ver con los aprendizajes. ca, deviene la esencia misma del aprender. Una vez la apre ndemos .
recordamos mejor cómo es nuestra lengua primera . Ella nos transfor-
ma sustancia lmente, abre el abanico y despliega nuestro ser. por lo
EL APRENOEP. COMO EXPERIENCIA menos nos hace menos ignorantes. Al darnos esta posibilidad. la le n-
gua se convierte en la cñusa de nuevos deseos. Causa que se verá
reflejada e n la comprensión de sus giros lingüísticos. el mundo que ella
relata. De ahí que apre nder otra le ngua sea convivir con el otro en un
mismo ser.
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y el alumno respecto del saber. Esta forma de definir lo pedagógico como "proceso" d.ev.ela
una confrontación con la Didáctica. Tal vez por esto mismo, solamente aparece un espec1ahsta
de la Didáctica como uno de los autores del libro La Pédagogie une encyclopédie paur
aujourd'hui, París, Esf, 1994.
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'·'1X··
Com•-S,,.m,;JJe A., Vi,re, llol2, Paris, Puf., 1988. p. 69
Ferrater Mora, J., Dicciona rio Filosófico, Ariel filosofía, España, 2001.
'(!O CamiJJoni de, W., Alicia Herencias, deudas y legados: Una introducción a las corrientes actuales
de la didáctica, en Corri2ntes didácticas contemporáneas, Autores Varios. Barcelona, Paidos,
1997, pp. 17-39 . De alguna manera este texto nos muestra cómo la Didáctica dependió en j
97 Jacky, Los saberes, sus concepciones y ~u naturaleza, en Saber y relación con el
- Beillerot
algún momento - si es que aún no sigue dependiendo- del currículo. Probablemente debido
J saber, Barcelona, Paidos, 1998, p. 150.
a sus vínculos históricos que ha tenido este con la Psicología Educativa. No obstante en Ja
cultura francesa la historia ha sido completamente distinta de otras culturas pedagógicas .
l
ció n del sujeto e n la que vemos siempre la disposición a la_ ~ansforn:1a- . / La experiencia, también, se refiere a l .
miento de /os saberes como Ju b. a e~ergenc,a y reconoci-
tY ción, sie ndo a la vez y de alguna manera, una tra nsforma c1on de quien Donde mejor e ncontramos garesdy o ,J etos de inserción en el mundo.
e nseña . Por ello, aprer.der es más importante que enseñar, pues ense- . - expresa o este p · · ·
c1a de /a le ctura . Nad ie apre d l . nnc1p10 es en la experien-
ñando también aprendemos y nos transformamos con el otro. . d' .d
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n e a eer sino es desd l d
ual de estrategias que t d d
o o acto e lectura co
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e e escu rimiento
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ac o solitario y particularment lI mpor la . ee r es un
Pa radójicame nte , la c1.ctividad de aprendizaje acontece en la indi- con el mundo pudiendo e, es el ug~r dor.de el sujeto se encuentra
vidualidad, en lo más profundo del sujeto. Así como nadie puede vivir . • reconocer as dime · d
toda inclusión e n el muncio c . ns1ones e su ser. Por eso
(,f e l dolor en el lugar del otro, nadie puede aprender por el otro; lo cual las esferas de /a vida e/ a t d om1enza con
. .
el lee r l .b .
Y e escn ir. En todas
'
no excluye, e n el caso del dolor, una cierta compasión y en el aprender · • c O e expenenc1a de la I tu
me1or comprensión del mund ec ra remite a una
. una determinada cuota de acompañamiento. Esto último, no significa o Y sus cosas de ahí J d ·· .
e~ Ios procesos de lecto-escritura im idan' que, as etic1encias
que lac:: relaciones que establece un sujeto se produzcan de manera
su1etos puedan establecer proceso P 1· ' en muchos casos, que los
aislada, ya que la_¿ nterncción entre medio, pares y ~?jetos pro~oca un do. Niveles deficientes de lectu s ª11mp iados de apropiació n del mun-
lenguaje conexcfEn cada momento de confrontac1on. a tra•.1es de las ra con eva a que los . t .
en e l mundo de una ma . f. . su1e os se involucren
dudas, los balbuceos y los desafíos que implica toda.aprehensión ~~ los . ., nera insu 1ciente En
. aprop1ac1o n de /as compe ten . l . . genera 1' una excelente¡
~ objetos de saber, a lgo poderoso se produce en el suJeto/ Una modifica- ~ sujetos, a mplios desarrollos críti~~= ecto-e~cntur~les promueven en los
ción o afirmación de sus representaciones iniciales. Toda experiencia es ·i J?ara incidir positivamente e n los Ycatpatc1dades intelectua les y creativas
portadora de desprendimiento, pues se refiere a las estra tegias que los f{ · con ex os donde estos actúan./
sujetos elabo ran para reafirmar o despojarse de las representaciones.
En este sentido, la ta rea escolar de las instituciones consistirá en orga ni-
tf La institución escolar debe sustentar .
~bre los aprendizaies pues l - sus propuestas rormativas
zar el aprendizaje como factor de experiencia individual y colectiva. , . , ' ' como o sena/a Perre d l
:':lntco Y a /a vez co!ect:vo103 Único . nou , e aprendizaje
Una experiencia s.~ ,r~ferirá a las capacidades de motivación que los .es de motivación que un s~jeto . e~ cu~nto se _refiere a las capad-
docentes producen desde su d iscursividad sir~ olvidar el deseo profun- .: pue e e1ectuar en el contexto esco-
do.. del sujeto. Si bie
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n es dérto tjue
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el deseo se ..encuentra en el
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corazón
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eirieu Philip L'.e
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~qns,,1997;-· · · .. . ~ , ' gogre ,pour,queUerécole?,· París Esf 3
. , 1-;>•¡ ' ,• • 4 ' ¡,.¡ ¡ \ ' '
101 Rogers Carl, Liberté pour apprendre, París, Dunod, 1976, pp. 151-153.
noud Philippe Con 1ru· d
• s ire es compétences a l'école Pa . Esf 3 ..
- • ns, , e éd11Jon, 2000.
I
Decimos que el aprendizaje es una actividad compleja , producto
culada la fo rmación con la experiencia escola r se le entenderá co~o el
de las relaciones qu~ los sujetos mantienen con el saber, los pares Y el
resultado progresivo de lo que aprendemos y que contribuye en nues-
. medio y ,-,o se limita (>xclusivamente a las .capa~ida? es in.t ele~ales. En
el aprendizaie hay tiempo, memoria, espacios, h1stona, ob!etos, mte.lecto, tra ~~nsformació n espiri~ al. ener mente se ha visto la formacióD-er¡
d eseo, placer, angustia , etc. lo que impide que sea reducido a la s1m.ple func1~~os__grand¿¡; eJes. la experiencia :-que ya hemos visto- y la
combinación e ntre objetos de saber y facultades intelectuales. Reduc'.~lo ~ ue e nten emos c o ~ ó n y domi nio de con ci-
a tal combinación es obstaculizar cualquier inte nto de comprens1on ~ - Esta última está d irigida a ver la ormación co mo la fin a lidad
respecto de sus funciones en el corazón de la educación y la formació.n . inmediata de la educa ción. ~ i d a d es obje.tQ._de instrumenta!izacio.i
De un lado, el hecho educativo tiene. entre otros, como epicentro material Yse expresa e n operaciones concretas de tra nsmisión . Para for ma r a un
al aprendizaje puesto que a través de él lo humano se tra nsforme:.. ~ !1 Ingeniero ~e requiere a la vez de los saberes qÜej)roduce esta ciencia y
perrnanenciajÍ...os principios y la función social que promueve la educac1on de un conJunto c\e mecanismos di rigidos a :-,a bilita r a l individuo e n el
no pueden estar apartados del acto de aprender, pues ¿de qu~ º .tro modo do1;1inio de d_ichos saberes. ~or lo _g enera~trans misión de los saberes
lo huma no alcanzaría su ple na realizaciónr'En el aprend1zaJe_ vemos esta acampanada de operaciones intelectuales específicas. recursos téc-
transcurrir el esfuerzo que separa lo ra ciona l de lo animal, lo cual implica. nicos Y prácticas pedagógicas que responden a la orientación d iscursiva
de la discipli,na ._A través de ellas, se busca que el ind ividuo adqui1:: ra ia
de algún modo, dominar el instinto. Tal dominación presu~o~e '. a la vez,
ca pacidad tecnica para desempeñarse profesiona lme nte e n el campo
el ejercicio de una exterioridad y de una interioridad. Este eJercic10 admite
la voluntad socia l de saber como el factor supremo que tra nsforma a los ? e la p rod ucció n. Aquí, la fo rma c ión se vu e lve un asu n to d e
~11jetos según el ideal de hombre predominante e~ la sociedad. :ambié n 1~strumentalización y se deja de lado su verdadero sentido de exp erie n- (
c1a Y de goce invisible. S i el conocimie nto no logra transformarnos
es el producto de la experiencia histórica de los suJeto: , de ~na b~~queda
sustancia lme nte, éste a parecerá como un agregado. ja r..ás como un
incesante de libertad y de la necesidad de una conv1venc1a pac1ficaJ e fa cto r de transformación.
voluntad de saber transmite aquello que la sociedad considera como
J ~ o para el pleno desarrollo del Hombre y despierta, en
cada sujeto, sus facultades. . Paradójicamente, algunos trabajos e n la mate ria se limita n a pro-
t1 fenr q ue el aprendizaje está unido a la idea de conocimientos y habili-
De otro la do, la/or~i~ es aprendfaje desde la perspectiva de
'f dades. ~ar~ la Psicología, la in~egraci~n de un saber e n el ser del suje to
la experiencia. Toda expenenc1a recor.oce a aprendizaje ~o~o su v~ctor
.;ft ha c?nstitu1do e l punto de pa rtida hacia la elaboración de sus múltiples
, ÍE~onas de refere ncia. Igua lmente, podría decirse de los de bates filosófi-
más importante. Cada vez que un sujeto se enfrenta a multipl.e s y d1ver-
·:. s .alrededor del conocimie nto, que no cesan de tener lugar desde el
) sas situaciones, él tendrá la oportunidad c;le. tra ~s!?~m?~e . .~ la for ma-
ción ~ el despliegue de las disposiciones naturales del sujeto 1 , el apre n- siglo XVII, op oniendo lo innato y lo adquirido, trazando a sí las fro nte-
.
~: ..•. . • : .., ·?> '- • ... ·... ' .• 1"" •• . ' .. ·., .de la investigació n. En esta perspectiva, las primeras indagaciones
~n,J.>sic~lo~ía Ex~erime ntal retoman los te mas heredados del empirismo,
" , . ~06
• • .. • • 1 '·, ~ - ,: - • \
,u Perrenoud Philippe, Pédagogie différencié: des intenti~ns a l'action Paris Esf 1997 pp 77·.
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•(;, ! • ' ~L , ,¡,; '.' ' 'i''J f: 1, , ·,
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1
14
·· Charlot Bemard, Du rapport au savoir, Eléments pour'une théorie Paris Anthropos 1997 0
1
" p. 93. ' ' ' '
~~~:~~ªJee:~f~~~~~:~:/d~~~::i~~~
sensación de no poder dominar el objeto conduce al dolor, pero una
juega un pape, ¡.,fimordial; ya sea a~udándole al niño, a través de los . : i 1or, iremos que el aprender es má
irrestncto del instrumento metodoló . Es , s que el uso
dispositivos didácticos, a sobrepasar el obstáculo, a comprz!1der mejor. palanca que ayudaría a mover el m gico. te s?lo ~parece como la
a encontrar el camino más adecuado o bien, disponiéndose de tal for- aprender. El aprendizaje es d /ndo, pero Jamas la esencial del
ma que su actitud registre el signo en el que aquel pueda leer "ah ... iasí afuera donde se incuba la no~te~ yt ie~~o, lolcual supone imaginar el}
es! " Este papel es importante no sólo porque manifieste una fidelidad m enc1on Y e derecho q ·
como humanos para aprender- 1 d ue nos asiste
frente al otro, sino porque es determinante como aprendizaje. El do- decir que aprendemos a pesar ,dy e a trentro, .donde no podemos sino
cente aprende acompañando. A la vez que el niño aprende, quien lo e naso os mismos.
acompaña en esta experiencia , vivirá el placer como una victoria . Las
1
dificultades que experimenta el niño motivan al docente, lo obligan a
desafiar lo adverso organizando para ello, pausadamente, el mejor dis-
positivo. Este paso comprende la experiencia y el artificio. La experien-
cia como una forma de encuentro con el saber se instala en la apropia-
¡
I ·~ EL APRENDER
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~ . 16 ico
COMO ARTIFICI O
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voluntad y el deseo. Pero el aprendlzaje implica un cierto dolor. Como . '.d el aprender como exterioridad E .e E:.<penenc1a no necesitarían
placer y angustia, el aprender es la forma como un sujeto relata su
~res inacabados, requerimos·d~ un::~p; c1al, P?rque los s_ujetos somos
propia historia 115• Cuando un sujeto aprende no lo hace en un plano
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_e.laboradr unf·, ·~ ej_~r entendi; : : ~n~~nl:s n:i
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cia Y e1 esa 10 que ellos comport
biante. En esta medida, los aprendizajes : ;:r:c~~
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explicada en el texto de Beillerot Jacky, Deseo, deseo:de saber y deseo de aprender, en
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/ Saber y Relación con el Saber, Buenos·Aires, Paidos/Ed ucador, 1998, pp. 135-157.
Los artificios se refieren a las magnitudes de acció n que un dispo- Este lugar, como lo veremos más adelante, exige una ruptura d!?sde
sitivo didáctico elabora para permitir la transmisión del saber. Así, cuando la concepció n del aprendizaje unidireccional. Si el estudiante es aquel¡
un profesor organiza ia clase, donde el tema ocupa un lug~r visible. la que sólo pued~ a_prender, ello demanda presentar oh·as lógicas y for-
acción c¡ue comporta una tal decisión es, primeramente arb1trana. pues mas de aprend1zaJe. El aprendizaje autónomo no tiene lugar si no exis-.
¿quién decide por qué se ha de enseñar tal tema y no otros? De igual t~n ~o~dici?nes espacio-temporales que los habiliter.. Este tipo de apren
forma, los procedimientos de evaluación, de explicación y de transmi- d1zaJe implica que las lógicas impositivas deben ceder su lugar a pro
sión terminan por ser dispositivos que, a la postre, fijarán los procesos d~cc1ones colectivas e individuales. Por ello, tomar el tiempo del estu
de aprender. El juego lógico, aparece aquí, como una elaboración de <liante como argumento del menor esfuerzo, es despojai,: de todo act
imposiciones gramaticales. Las decisiones son elaboradas desde u~a respo n:able ~ los docentes en la función primera de su actividad : aque
sola dirección, en general la del profesor, excluyendo las representacio- ~u': guia Yorienta. El aprend izñje como artificio implica, en esta nueva
nes y deseos del estudiante. En esta lógica, se pudiera decir, los artifi- log1c_~· que los sujetos requerirá n una mayor disposición de tiempo y
cios se vuelven sistemas complejos de acción. El profesor dice cuándo. de dialogo con sus docentes. Si, como se sabe, el 2.prendizaje estructu-
cómo y dónde estudiar para aprender. A esto se une la selección de los ra las disposiciones naturales del espíritu, sólo entonces, es necesario
contenidos del programa y sus formas de apropiación . En la lógica ¡, conjugar la experiencia del aprender con sus artificios. Esta exigencia
tradicionalista de la clase, el tiempo determina la sujeción del estudian- -~:: e~_ mayor en sujetos de edad adulta, pues, ellos, a diferencia de los
te. Se considera, por lo general, que en un tiempo determinado el estu- :..,. nmos Y niñas, algunas veces pueden dilucidar con rapidez qué y cómo
diante deberá alcanzar a comprender el todo, cuando el todo es mayor ·I l_es gustaría aprender. El artificio debe liberar y no retener o someter a
que la parte. ,_~na condena pasiva y prolongada. El artificio es necesario,.cierto, pero
º? puede ser lé). ccasión para ges_tar la dependencia y el agradecimiento
~t ~".: 7""' ", Los apr;~d~ajes, pues, -~ierd~n s~ ~;acidad de exp~riencia in- eterno respecto del docente . .El artificio libera, quiere decir que éstq
fiW~.t- 0: ·
td.J~:td~al pa~d, qcupar el lugar de.sujeción de los deseos. Se materializan -~~,~-permitir la incory:?.oración de la experiencia. Los procesos de lectoJ
w.:t.·,':·~~~-:.... ..·~
·~:>~-, ..:::· . . ... . escritura, la enseñaza de una fórmula matemática o de un postulado de
,Sociología de las Organizaciones, deben' ser artificios desde su meto-
él l - . . ,
. ," . " _.·. ;.1!.
.. -,,, 'l'···.
~;~ri~d-PhÚip~~ LJ ró/e chtlii':i-tfc:::;¡ormation,'i_!'.enseign~ment dd~s la construction_ des
,,. ..,i d¡;¿pÍi~¡;·~/aires Rewe Education :et Francophonie, Vol. XXV111, n~ 2, Automne h,ver.
.i_~!ª•
o per~ ~~b,en res?,~ta~· los ~i,,~os y experi~n.cia.~ _d e aprendizaj
...p • . 2000 /~ cada SUJeto elabora en func1on de sus decisiones y voluntades .
122 Ciertos trabajos de la Sociología de la Educación francéfona, e n los últimos diez años, se '\•
han inclinado por reconocer el concepto de currículo tan característico de la Sociología ; UE que ve en la organización escolar un paso obligado para equiparar los programas esca-
Escolar Britiinica. Perrenoud ha sido uno c!e los investigadores quien más interés ha mostrado '.•.:_ lares en sus diversos niveles. En general, un estudio sobre la incorporación de un paradigma
por este concepto al punto de introducirlo en el lenguaje de las Ciencias de la Educación. En · · bajo la forma de concepto sería oportuno y digno de ser. estudiado, pues permite observar
la actualidad, un número importante de investigadores lo utilizan, en cierta medida, como cómo los conceptos se desplazan de un lugar a otro, están sometidos a arbitrarios históricos
un concepto obligado para pensar la arquitectura de las disciplinas escolares. Esta perspectiva · ,a hegemonías de poder consolidadas en los paradigmas'. \ .
no significa que las Ciencias de la Educación se hayan visto afectadas negativamente por
este concepto. También obedece este reconocimiento histórico a las políticas escolares de la Perrenoud Philippe, Op. Cit. p. 19.
En general, se observa cómo el saber_escolar €:o prnd~cto de I~ Independientemente del área de saber que busque explicar el tiem-
cultura de transmisió n q ue ejercita toda sociedad, resultado 1~~efech- po, se lo entenderá como una medida de la actividad , el transcurrir de .¡
ble de las elaboraciones culturales. Cada una_ de ellas .:~ mod~1ca, s~- dicha actividad o llanamente su límite. Desde el ámbito de la Ontología,
• sea e 1caso, por las prácticas e interpretaciones puuhcamc .. te1arb1- está directamente unido con el ser, lo que presupone una abstracción
gun . . ·
tr · por las actuaciones objetivas que realizan !os suJetos en a ins- de la actividad del ser en cuanto es. En la línea fenomenológi ca de
anas Y . b. d bl ' Emmanuel Levinas, el tiempo gira e n relación con el Otro 125 y, por
·tu · · e n la sociedad Aunque ésta pareciera a 1erta y o emenu~
ti c1on y · . d. t t 124 En tanto, es comprensible si existe una relación con los demás. Creemos
v. I espacia · da , la relación escuela-sociedad es ,cada vez1-,·ma• s is1 an e .
1· terior se observa la marcada orientacion por 0_1ehvar os procesos que el tiempo es la med~~a pendular de la a ctividad ya sea que ésta se
~~ ; pre ndizaje desde la perspectiva didáctica. Esta última l~~a dem~s- inscrib en el campo del ser o en la exterioridad impositiva de d icho .¡f
ser. Por este lado, el tiempo será más que una plena soledad pues ésta
.
bar como , 1a relac1 ·0· n con el obJ. eto de saber es una relac1on · · •espacial
determinaría por el saber como límite y por 1a transm1s1on como infiere la superficie del ser, jamás como ausencia de lo otro 126 . Se retoma
que
concep se to opera nte de la sociedad · Aquí resulta positivo. interrogar has- la soled ad dado que en e lla existe lo existen!.:, lo que es en cuanto no
t d · d la experiencia se incuba en las formas diversas de representa- es otro un algo bien d ife rente. La soledad, como la muerte revelarían la
ª onquee los sujetos expresan frente a ~n.objeto d e ter~ma
ción · d o d e s aber. condición suprema del ser en tanto en ellas se urdiría la supremacía del
De igual forma. esta exper?,zncia es v1v1da por los suJetos como una no poder ser más que ser. En general. el tiempo es ontológicamente
· 1ar ac 1·1v1·dad , y aunque se crea . o .no, está determinada por·f los necesario porque ofrece la posibilidad inmed iata de una relación con el
singu
artificios generados por el saber didact1co. En todo caso, ella d i 1ere ser-mismo. Esta perspectiva se deslinda. sustancialmente, de otras lec-
· !mente de las experiencias que se dan en los otros campos de turas en las que el tiempo no sería sino la forma como se divide la
sustanc1a 1 . d. . r ndo actividad productiva de acuerdo con las nociones de cronología elabo-
1 ·d Así el aprendizaje circularía por e espacio 1sc1p mar ~~a
sea v1 a. a un
refiere , objeto preciso, pero encontrana , un a ¡·ime n to nu tr1t t vo
• .
en radas social y culturalmente. Por esto mismo, encontramos también e n
1 · 1 ión de saberes de información . En esencia, todo aprend1zaJe muchos discursos sobre el tiempo una pura afectación cronológica. Aquí,
ª ~ircu ª:salla' de los ritmos ' una cierta abstracción del tiempo.
exige ma
¿A qué
d. · ? ·p
el tiempo aparece referido a la división histórica de la actividad. Esta
11 ' s tiempo cuando tratamos de interrogar el apren 1zaJe. l or perspectiva ha sido bien comprendida por los sistemas mode rnos de la
qloue
°
ª':1ªm 1 ber es que se quiera O no, una metafísica del tiempo? GAcaso
e sa ' . . crono1og1ca
• . d e I fempo?
producción . Desde luego que la actividad procede de las percepciones
que aprendemos no transfigura la noc1on 1 . que el mundo antiguo tenía del tiempo para designar el pasar y e / estar.
Con el correr de los siglos y el surgimiento de las diferentes escuelas de
pensamiento filosófico, el concepto tiempo adquiere una dimensió n
, variable. Algunas veces alude a las representaciones que se tienen so-
. bre la actividad y que dependen de la condición de movimiento de la
¡ ludios que buscan comprender y explicar la separación entre la Escuela
t Tierra. 8 punto central es el de l_a existencia del Sol. Esta tentativa
i:• Num;:t~:: o~~orriente francesa y británica de la SociolO!¡ía Escolar se han ataca~o
Y la u · der las distancias efectivas entre saber escolar y saber de producc1on.
frontalmente.a co~:;:ru-Bellat Marie y Henriot-van Zanten Agnes, Sociología d e. l'Ecole,
Vé~, por ;;J~li~ 1992. Fourquin J.C., Ecole et Culture: Le point de vue des soc1ologues Levinas Emmanuel, El tiempo y el otro, Barcelotia, Paidos u;:.EJU.A.B, 1993, p .77.
Pans, ~ a Ú De Boeck, 1990. Una excelente síntesis sobre e l tema se encuentra 1
bmanmqu~~ Bruxe es,·01 fa de la Educación, publicado por e l INRP. Francia. A título de : ~ En este aspecto Levinas se refiere al existir mediante relaciones lransitivas, lo cual supone de
en los anuanos
información de_ Sociel og
se senala artfcuIo d e J esus
. Martín EÍ.
Barbero: Saberes hoy: diseminaciones, • ::'.'..' . entrada la no existencia en singular. Mi existir, en cambio, constituye el elemento absolutamente
Competencias Y Transversalidades, Revista de la O • nº 32, Mayo-agosto, 2003. '" intransitivo, algo sin intencionalidad, sin relación. Mi ser es lo más privado que hay en mi ...
lbid. pp. 80-88.
92
Didáctica, pedagogía Ysaber ' - -- - -
~igue siendo equívoca puesto que ubica a unos y a otros en una rela-
espacio habitado12s. Ahora bien dado . .
ción indefectiblement::: esh"echa '.:'.! considerar la noche y el día como la leerá como tiempo ello supo d ', que en la Historia el hecho se
medida del movimiento. lndep':'ndientemente como éste se incube en • n ra una reconstru · , d ¡
pasar, giro que encontraríamos e I d. . cc1on ~ estar hacia el
la actividad, el tiem!Jv aparece como ia medida de una cosa en la que según Koselleck Hay en p . ni as tmens1ones del tiempo histórico
cranscurre el ser. Toda actividad es, según su naturaleza e importancia , · , nmer ugar un pa d
presente que corresponde a u .' sa o presente Y un futuro
la medida del tiempo o el tiempo mismo. Esto supone que este es mo- n presente pasado E d
todo presente se tensa a la vez hacia delant h .. n se~n o lugar, si
vimiento y no quierud 127 . Cc:nprendemos aquí el movimiento en cuan- pasado con sus pasados pasad f e y ac1a atras. un presente
to infiere la idea de actividad: cosa muy diferente es la soledad donde hay, consecuentemente un os ~ sus uturos futuros. En tercer lugar
...¡ la actividad del ser es quietud y dep~ndencia de sí mismo. Esta quietud futuro futurot29 Estas co' b. presen \fu~ro _con su futuro pasado Y su
no sería otra cosa que el encuentro consigo mismo. del hecho en c~anto des:~:c1ones ac1l1tana~ la ta~ea de comprensión
al desempolvarla mediante su cy relata lo. ~caec1do, dimensiona la huella
La segunda es, por el contrario, una forma compleja de compren- omprens1on.
der. o por lo menos intentarlo, el pasar y el estar. El pasar en cuanto relata
En líneas generales, el estar signifi 1 . ..
el paso de una sustancialidad a otra, movimiento a través del cual el ser ser, su condición de cambio y por tanto d ca a ~0~1b1hdcd presen te del
se transfonna. De una condición específica se pasará a otra según las parte, no sería sino el movimien e mov1~ 1ento. El pasar, por su
afectaciones que ejerzan sobre dicha entidad lo otro no ser. En todo caso, tinto acontece producto de la vo~º ~u~ ~bservanamos cuando algo dis-
advertimos que este pasar incumbe la transformación misma. El ser en la su afectación histórirr1 E un a ~ entrega, de un decidir ser en
soledad se transfonna en otro su ser. Toda soledad es, si se quiere, una
Ii I
mentas indefectibleme~te ~:i~~terspechva, ~ncon_~ aríamos dos mo-
quietud en movimiento y no simple pasividad. La contemplación que a! estar Y su forma genérica d po~ su esencia positiva . La resistencia
dicha actividad sugiere es ya una transformación persistente. Por esto, el d . ., e movimiento cuando el se .
con 1c1on marcada por el camb· R i pasa a otra
pasar supone un movimiento indefectible, una transformación sustancial. 1
unívoca del ser, la cosa en sí re!~~- ¡°r cuanto e.l estar e~ la_condición
El estar altera la condición de pasividad pues es pura espera y ella, en sí. bles, lo que daría paso a un~ tran;:r!re~:nte_ en s~s variaciones posi -
no es otra cosa que transformación. B a nhelo a l que se refiere Levinas mo lo observaríamos en el aprend· . ac~o~ sin resignación. Esto mis-
alude a esta espera paciente, que de algún modo es ya movimiento. Por 1
l
más arrib -¡ · ~
,
. 1~aJe. ª como lo hemos señalado
a, e gir.... entre la expenenc1a y el artificio d 1 .
lo tanto, el movimiento configura el tiempo bien como quietud, bien solo podemos percibir en el t· A, ' esp azam1ento que
como desplazamiento. Cualquiera de las dos instancias del ser y de la iempo. si entonces dec· ·
es para el aprendizaje una relación entr; el est r ' irnos que_tiempo V
cosa no dej:)rá n de ser más que rastros o huellas de un instante que deja . que algunos teóricos de las Ciencias de la E~ y el_~as~r, mov1m1ento
de ser, no por la simple exterioridad sino por su inclinación a la inferencia ·t->.. mos de aprendizaje130 Esta ., b . , ucac1on enomman rit-
de un algo distinto. Este pasar lo encontramos altamente ponderado en .$1, . noc1on a nra la compuerta para compren-
,._.,,..-;:----- - - - -
la Historia. Ella, como se sabe, trabaja sobre la condición del tiempo, j!t'.
cuya esencia es el hecho como rasgo, huella e signo. El tiempo histórico . :, ; :~ Ricoeur PauJ, La Memoria, la Historia Yel Olvido M .
es de algún modo el tiempo vivido. También reconoce el tiempo cósmico texto se aborda la condició n del tiempo h' 'ó . • adnd, Trotta, 2003. p. 20 l ss. En este
hist · d I is, neo como un eje · · J d
cuyo eje estaría dado por el espacio vivido, el espacio geométrico y el , . or~a ora, o d esliga de la simple exterioridad al pnnc1pa e la actividad
JllSfónco.
_ ,, Todo rasgo es tiempo y es .
pac10.· '. ponerlo en el plano de esencia del hecho
'lo ''
• •• , ~ '.&iur nos distanciamos del texto del profesor Nfonso Ciare! Zambrano, para quien la relación j
·~ .a!umno_ c~n el p~ofesor pasa por el conocimiento. Nuestra tesis busca demostrar que no
.:JT"'"' ~ ~) conoc1m1ento sino el saber lo que funda dicha relación. Puesto que e l conocimiento es 1
i::.~rcidki~~stir sin ~ ente 'para ~':=ibir"cómo la ~ no es sin~
~
l3l"'t'e\ririas in_ci~ sat:m.~nte una finalidad de la ciencia , l~ relación e~colar encuentra su finalidad en el
pura exist~ del..,... el retom ó"~ lá hada es ya un ruido de'algo. Lo que él munos Uamar co ,. ~' _vease, Zambra no Claret,.N!onso; f.Li relación entre..~/ oonocimiento del estudiante y el
•.'.hay. ....., ' · o C-t 84
La ausencia de todas las cosas se convierte en una suerte de presena a. .. p. ' · p. · noc,'7!1ento del maestro en las ciencias experimentales, Santiago de Cali Instituto de
. ucac16n y Pedagogía, Universidad del Va lle, 2000. '
DESEO-APROPIACIÓN Ahora bien, dado que en el tiempo del aprender hay deseo, sería
oportuno preguntarnos si este desear no se encontraría materia lizado en
De alguna manera, el movimiento del estar al pasar se expresa en lo que pa ra nosotros es la apropiación. No sobra señalar cómo numero-
el deseo. Deseo de saber, ante todo, deseo de ser otro 133 . Decía mos. sos trabajos de la d idáctica de las disciplinas se han interesa do por
con la ayuda de Beillerot, que a éste se le define como una nostalgia de compre_nder el l~gar, que ocupa el deseo en los aprendií:.ajes. Algu nos de
algo que ya no se tiene, una tendencia constante hacia el objeto que ,_;,..-~ os, v_1enen onentandose, desde hace algunos años, sobre la apropia-
uno se representa 134 y por esta vía reconocíamos que el deseo subyace c1on. Diremos, por el momento que la apropiación es aquel a cto por el
a la experiencia precoz de la satisfacción y del placer. En la medida en .. cual un sujeto integra para sí un objeto de saber. El acto de apropiación
que el sujeto se dispone, libremente, frente a un objeto de saber, su ser ·t de 'Un saber se convierte en el resultado del cuz.! se materializan O se
~ transforman las representaciones en los sujetos. En ésta, el aprendizaje
, % f-i:icontrar~ ,su máxima expresión, lo que conduce, perentoriamente a la
134
Op. Cit. p. 150.
I
136 la edu.cahilidad la he~:~licado en
Opcjon de educar: Etica y Pedagogía, Barcelo~a. Octaedro, 200]. También mi foro: Pedagogía,
orienta el esfuerzo permanente de todo profesor en función de la educación del alumno.• El
debe hace~·todo Jo que esté a su alcance para que el estudiante tenga éxito en su edu~c1on ~fi
,:c·%!~cabilidad y Formación de docentes, Santiago de Cali, Nueva Biblioteca Pedagógica
~:- .
edición, 2001. ', · · · ·· · :, •
Ella implica esfuerzo, voluntad y creencia en la educación como factor de transformac1on · Es
~ Pedagogía, Barcelona, Octaedro, 2001.
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