You are on page 1of 2

Curso de especialización en enseñanza escolar de la religión.

Módulo teológico.
Sesión Misterio de Dios. Alumno Herman Rosales Flores.
Tutor Eva Ma. Lozano Gutiérrez. Actividad Ensayo: El Espíritu Santo en la
vida de Iglesia.

EL ESPÍRITU SANTO EN SU RELACIÓN CON LA SANTÍSIMA


TRINIDAD

Al igual que el Padre y el Hijo, hablar del Espíritu Santo en su relación con la
Santísima Trinidad y con la misión de la Iglesia implica un reto de análisis y reflexión
en toda la Historia de la Iglesia, pues recordemos que las tres personas aunque
distintas en carácter mantienen una sola naturaleza, un solo Dios en tres personas
distintas, que ha existido desde la eternidad y desde el principio de la historia de la
humanidad, “Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la
superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las
aguas” Gn1, 2.

En la anterior cita bíblica del libro del Génesis podemos contemplar la presencia de
Dios creador y del Espíritu que se manifiesta como aliento de vida o soplo (ruah), y
puede designar tanto el viento como la respiración, es así como el Espíritu va
participando a lo largo de toda la historia de la creación, pues forma parte de una
comunidad de amor, la Santísima Trinidad, donde se manifiesta la presencia de Dios
Padre, se manifiesta la presencia del Hijo y del Espíritu, “Entonces el SEÑOR Dios
formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue
el hombre un ser viviente” Gn2, 7, al igual que al cita anterior la participación o
confabulación entre el Padre y el Espíritu santo se manifiesta en torno a la creación
del hombre, el Hijo por su parte encuentra cabida en la promesa de salvación
“Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya: ella te herirá
en la cabeza, pero tú sólo herirás su talón”. Gn3, 15.

Con lo anterior podemos entender la unidad indisoluble de la que participa la


Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, revelándose en una autodonación
amorosa a su creación, el Creador, el Redentor y el vivificador, su intervención en la
historia manifiestan toda la economía de la salvación, otros ejemplos de esta
Curso de especialización en enseñanza escolar de la religión.
Módulo teológico.
Sesión Misterio de Dios. Alumno Herman Rosales Flores.
Tutor Eva Ma. Lozano Gutiérrez. Actividad Ensayo: El Espíritu Santo en la
vida de Iglesia.

participación trinitaria en el Antiguo Testamento lo encontramos en el libro de los


salmos “la palabra del Señor hizo el cielo, el aliento (ruah) de su boca sus ejércitos”
Sal 33, 6; “envías tu aliento y los creas, y repueblas la faz de la tierra” Sal 104, 30.

EL ESPÍRITU SANTO EN LA VIDA DE LA IGLESIA.

Habiendo tratado un poco acerca de la relación del Espíritu Santo en la Santísima


Trinidad es necesario ahora mirar hacia el Nuevo Testamento y reflexionar sobre la
participación del Espíritu en la vida de la Iglesia, para esto tomaremos en cuenta la
carta encíclica Dominum et vivicantem de Juan Pablo II.

Cuando hablamos del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia, es necesario hacer


referencia a la promesa de Jesús “cuando venga el Consolador, a quien yo enviaré
del Padre, es decir, el Espíritu de verdad que procede del Padre, El dará testimonio
de mí, y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde
el principio” Jn15, 26-27, esta promesa de Jesús hacia sus apóstoles presenta el
testimonio y la misión de la persona del Espíritu sobre la Iglesia naciente, es decir, a
través de la fuerza del Espíritu que viene de lo alto, la acción de la Iglesia será siempre
un actuar continuo en pos del Reino de los Cielos.

La tercera persona de la Santísima Trinidad es Señor y dador de vida, así lo


testimoniamos en el credo y así lo vive la Iglesia, en cada bautizo, en cada servicio,
en cada misión cumplida, el Espíritu siembra una semilla de esperanza para lograr
que la palabra Cristo Jesús cambie los corazones, y desde un principio fue así, la
fuerza viva del Espíritu arrolla los corazones afligidos y azorados de los apóstoles el
día de pentecostés y los impulsa a comenzar a trabajar por el resucitado,
comenzando así la verdadera misión de la Iglesia, la salvación de todos los hombres
y mueres de este mundo.

You might also like