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DINÁMICA DEMOGRÁFICA Y CAMBIOS SOCIALES

La población de un país puede crecer de dos formas: naturalmente o por aporte


inmigratoria. La dinámica demográfica estudia el comportamiento o los movimientos
internos y externos de la población de un territorio. Las migraciones internas suele
producirse del campo a la ciudad, mientras que las externas se realizan entre
países. Cuando el número de habitantes de una región se incrementa, esto provoca
cambios en la organización social a la que pertenecen.
En la medida en que crecen las sociedades, se multiplican las relaciones entre
individuos y surgen nuevas necesidades y formas de trabajo. Estos cambios se
producen sobre todo en las grandes ciudades, las cuales permiten actividades
económicas masivas. Sin embargo, estos cambios sociales son también
dependientes de los recursos naturales.
Las sociedades se adaptan y se organizan de acuerdo con las condiciones del
medio natural. de este modo, los asentamientos humanos vienen hacer un medio
transformado por la acción de los seres humanos, que desempeñan funciones
específicas dentro del sistema social, económico, político y cultural.

LA TRANSICION DEMOGRFICA
La reducción en el aumento de la población se logra cunado se alcanza una
transición demográfica, es decir, cuando se pasa de una situación con altos niveles
de natalidad y mortalidad, aun estado con niveles bajos de estos factores. Al
completar este estado, el consumo de os recursos naturales disminuye.
Las experiencias de numerosos países demuestran que un crecimiento excesivo de
la población tiende a dificultar los intentos por lograr avances económicos. La
solución más recomendada actualmente es la difusión de medios y compartimientos
encaminados a limitar los nacimientos.

CRECIMIENTO URBANO
El crecimiento de la población en las ciudades es inevitable. Este explosivo aumento
se debe a factores como la migración desde regiones rurales, deterioradas y
sumidas en a pobreza, y a la alta tasa de natalidad.
En diversas partes del mundo subdesarrollado, las ciudades están creciendo a un
ritmo mayor que el crecimiento demográfico. Cada día, unas 160 000 personas se
trasladan desde las zonas rurales hacia las ciudades.
Durante milenios, la población, urbana creció menos que la población rural. Por
ejemplo, en 1800 el 95% de la población mundial residía en el campo. En 1994, el
porcentaje de la personas que residían en las ciudades aumento al 44.8%. Según
estimaciones de las naciones unidas, la proporción de personas que vive en
ciudades seguirá aumentando. Para el año 2025, se calcula que más del 86% de la
población mundial residirá en las ciudades.
El desarrollo acelerado de las áreas urbanas ha provocado que los recursos
naturales utilizados en este crecimiento no puedan renovarse. A tal punto que
aquellos que si lo puedan hacer, como el agua, no se alcanzan a recuperar; y los
no renovables, como los combustibles fósiles, se están agotando rápidamente.
Lo anterior hace necesario la práctica del desarrollo sostenible, es decir, de un
modelo de vida que satisfaga las necesidades actuales sin comprometer los
recursos y posibilidades de las futuras generaciones. Para alcanzar este tipo de
desarrollo, es necesario introducir cambios sociales en el consumo de los recursos
y, al mismo tiempo, estabilizar el crecimiento demográfico.
El amontonamiento de personas en las ciudades causa problemas característicos
de los grandes centros urbanos, tales como el caos vial, el incremento de los índices
de violencia, el crimen, las drogas, la contaminación del aire por parte de industrias
automóviles y el hacinamiento urbano. Asimismo, el exagerado consumo de energía
y el agotamiento de los recursos hídricos. Todos estos son problemas ambientales
que aquejan a las ciudades de rápido crecimiento.

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