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Toda persona recibe información, la procesa por su vía preferente, y la expresará según
sus características comunicativas, su estilo y sus dominancias sensoriales y cerebrales.
Las dominancias cerebrales marcarán un estilo "vital" diferente, analítico y ordenado
para los dominantes de hemisferio izquierdo, o creativo y global los dominantes de
hemisferio derecho.
Si comprendemos este hecho, nos tendremos que cuestionar si la forma en que estamos
aprendiendo cotidianamente, recibiendo clases, o la forma en la que nos comunicamos,
es la más adecuada a los diferentes estilos y procesos existentes, y a modificar nuestro
estilo propio comunicativo para que pueda resultar el más eficaz en un momento dado y
para que todas las personas puedan comprendernos aunque tengan un estilo muy
diferente al nuestro.
El que percibamos más un tipo de información que otra, el que tengamos un estilo de
aprendizaje propio, está directamente relacionado con la forma en la que filtramos y
percibimos la información, pero también, de forma indisoluble, y lógicamente, de cómo
recordamos después esa información, cómo la procesamos en nuestro cerebro y cómo la
expresamos a través del lenguaje, la escritura, los signos no verbales...
Las investigaciones realizadas sobre la memoria avanzan, y aunque aún hay mucho por
aprender de nuestro cerebro, sabemos que la forma de procesar y memorizar la
información exterior y las impresiones interiores siguen patrones y estilos
característicos. Cuando queremos recordar tenemos que recuperar datos de diversas
partes de nuestro cerebro, elaborarlas según un proceso propio, y comunicar ese
recuerdo. Las preferencias o referencias a utilizar más una determinada manera de
aprender que otra constituyen nuestro estilo de aprendizaje.
En el campo de la psicopedagogía, la PNL nos ayuda a comprender cuáles son las vías
preferentes de entrada, procesamiento y salida de la información, y cuál sería el estilo de
una persona con un vía sensorial preferente:
Por eso es importante caer en la cuenta de que nuestras comunicaciones como padres,
madres o maestros/as estarán sesgadas por nuestro estilo de aprendizaje, y del mismo
modo los niños/as seleccionarán la información según el suyo propio. Por supuesto que
lo ideal es que cada persona sea capaz de adaptar su estilo de aprendizaje al contenido
de la información, y esto sucede más y mejor cuánto más integrados estemos, más
flexibilidad, mayor capacidad de acomodación y conexiones se hayan generado en
nuestro cerebro..., mayores posibilidades tendremos de un aprendizaje integral.